Gaceta marzo 2018

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ADIÓS FORGES Nuevo mes en nuestra Gaceta y este el mes de la mujer. A vosotras le íbamos a dedicar nuestra editorial, pero tenemos que pedirles disculpas no sin dejar de hacer mención al 8 de marzo, y más cuando han sucedido tantas muertes y abusos contra ellas en el año.

ignorancia más complaciente y autosatisfecha, contra la burocracia retrógrada y apestosa. Es falso que Forges le cayera bien a todo el mundo. Sin embargo éramos tantos sus fans que aquellos que, o no lo entendían, o no les hacia la menor gracia, o eran íntimamente beligerantes, no se han atrevido nunca (excepción hecha de los recalcitrantes) a mostrarse opuestos y aún indiferentes a su humor, sumándose por lo bajini a la corriente general, disfrazándose de comprensivos, tolerantes y (en el caso de los más osados) hasta colegas. Por eso existe esa falsa impresión de unanimidad respecto a Forges y su humor. Los reaccionarios, los ignorantes y los cobardes no se han atrevido nunca a llevarle la contraria. Se hubieran desenmascarado de inmediato. Forges es nuestro, y no suyo.

Eso sí, les citamos para la exposición pictórica que se inaugurará el 8 de marzo en el centro cultural República Sur: WARMI. Doce pintores dando su visión de la mujer. Este mes debemos y queremos ocupar este espacio editorial para despedir y rendir sentido homenaje a uno de los maestros del humor gráfico que este 22 de febrero pasó a la inmortalidad, nuestro amado: Antonio Fraguas Saavedra más conocido como Forges. Fallecido como tantos otros maestros por un cáncer. Vamos a utilizar las palabras de Kino Garrido que tan certeramente han descrito nuestra pasión por él para darle nuestro adiós. Guerrillero desde sus viñetas contra el fascismo franquista (militante o emboscado), contra la caspa de los tópicos más zopencos, contra la

Adiós maestro y siempre estarás con nosotros, un saludo desde este jodido mundo.

Director: Jordi Garrido

Subdirector: Gustavo Peribañez

Editores: Jordi Garrido

Impresión: República Sur

Corrector: David Larriva

Diseño y diagramación: Daniel Esteban

Autores de esta edición: Rocío Perez Freddy Espinoza Figueroa Rubén Camacho Daniel Félix Dianola Vázquez Moreno

Jordi Garrido Andrea Fonseca Chain Daniel Esteban

La Gaceta Cultural no se responsabiliza por las opiniones vertidas por nuestros colaboradores.

Forges

Forges

Créditos: goo.gl/Dq22E6

Créditos: goo.gl/VHoi8k

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IN MEMORIAM

Rocío Pérez

Antonio Fraguas de Pablo Forges

QUE YA NO SEA NUNCA MÁS Érase una vez, un tipo llamado Larry Nassar. Era un reconocido médico del equipo olímpico de gimnasia de los Estados Unidos. Un sujeto con poder y autoridad por cuyas manos pasaron cientos de atletas femeninas muy jóvenes para atender dolencias que las jornadas de duro entrenamiento provocaban en sus cuerpos. Érase una vez, en un no tan lejano lugar, un clamor que empezó a elevarse contras las prácticas médicas y éticas de dicho individuo quien, protegido por toda una estructura patriarcal, había abusado de niñas y jóvenes durante veinte años con total impunidad en un país del primer mundo llamado Estados Unidos. Parte de esta estructura patriarcal en forma de directivos renunció a sus cargos en el espacio deportivo para poner pies en polvorosa en vez de asumir responsabilidades. Ya se sabe, las ratas son las primeras que abandonan el barco. Érase una vez, en un no tan lejano lugar, no hace demasiado tiempo, veinte años de denuncias de abusos sexuales que niñas y chicas jóvenes se atrevieron a contar a sus familiares, entrenadores o amigos pero que, a cambio, recibieron solamente un «estás confundida», un «no te creo» o un «te estás equivocando». Porque abusar de niñas pequeñas no es cosa de hombres, es cosa de monstruos y nadie quiere vivir con monstruos. Sin embargo, en realidad no son monstruos, son humanos, hombres privilegiados con poder que lo usan para abusar de quienes creen que guardarán silencio. Hombres con voluntad de decidir no abusar, pero que abusan. Hombres con voluntad de escoger no hacer daño, pero que deciden hacerlo. No son monstruos, ni son enfermos, son hombres sanos con capacidad de pensamiento, acción y decisión. Y eso es lo que aterra, que esos hombres que se consideran con derecho a hacer lo que quieran a las y los demás no sean monstruos ni enfermos sino hombres normales con los que puedas estar compartiendo un café, una clase, una cama.

Forges Créditos: goo.gl/FRSPmF

Érase una vez, en un no tan lejano lugar, no hace demasiado tiempo ni de forma común, un juicio a un hombre llamado Larry Nassar en el que una jueza escuchó, una a una, todas las denuncias de aquellas que tuvieron el valor de enfrentar los obstáculos, los miedos y el poder. Una a una, más de ciento cincuenta, cuando no tenía que hacerlo porque había cargos suficientes con un número mucho más reducido de evidencias. Una jueza que rompió frente a la cara del propio Nassar, los escritos suyos que la acusaban de estar haciendo «un circo mediático» con su caso. Una jueza que con firmeza le obligó a escuchar uno a uno los más de ciento cincuenta testimonios de las chicas de las que había abusado. Una jueza que mirándole a la cara le dijo: «Es mi honor y privilegio sentenciarlo porque no merece caminar fuera de una prisión jamás». Una jueza que le impuso una pena de hasta ciento setenta y cinco años de prisión por delitos de abusos sexuales. Una jueza que se llamaba Rosemarie Aquilina. Cuentan los rumores que durante el proceso, Larry Nassar dijo estar arrepentido, que dijo «no hay palabras para describir la profundidad y la amplitud de cuánto lamento lo que ha ocurrido» o «llevaré sus palabras conmigo por el resto de mis días». Quizás se lleve alguna de estas frases de las sobrevivientes guerreras, las que le dedicó Alexis Alvarado: «Esto no es un circo, es tu infierno, y espero que te quemes en él», o las de Kaylee Lorincz: «Me dijo que me tumbara boca abajo en la camilla y abriera ligeramente las piernas. Me introdujo sus dedos sin guantes en mis genitales. Luego me preguntó cómo me sentía y si ese ‹tratamiento especial› estaba haciéndome sentir mejor sobre mi lesión», o las de Brooke Hylek: «Estoy feliz de que pases el resto de tu vida en prisión. Por cierto, disfruta el infierno». Ojalá estos casos dejen de ser una, o dos, o millones de veces. Aquí y allí, desde el primer al octavo mundo, desde los desarrollados hasta los que se encuentran en vías de desarrollo, desde el sur y desde el norte, desde aquí y desde allá. Ojalá estos casos dejen de ser una conmoción nacional e internacional por la que todo el mundo se rasga las vestiduras y se llevan las manos a la cabeza buscando explicaciones y respuestas... sin querer verlas.

Forges Créditos: goo.gl/2amZKK

Hay que escuchar, hay que creer, hay que apoyar, hay que cuidar. Hay que actuar.

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Freddy Espinoza -Figueroa

LA CULTURA POR LA CULTURA Hablar de cultura es muy amplio por la cantidad de conceptos y la transversalidad propia del tema. Esa amplitud tiene varias aristas. Uno de ellos, la ganancia-rentabilidad de una sociedad, es un tema acuciante en estos tiempos. El término desarrollo sustentable o sostenible –como más guste– ha sido acuñado alrededor de esferas sociales, económicas y ambientales, sin embargo, este término tan de moda en el discurso pero no en su aplicación ha generado distintas dicotomías dependiendo de cuál sea su campo de acción. En Latinoamérica el desarrollo cultural es dispar. En Ecuador, todavía es un campo que requiere atención, puesto que es imposible e innegable esa vocación forzada que existe por el extractivismo petrolero y últimamente minero (ambos con fecha de caducidad), como si no hubiera más alternativas que obviamente requie-ren bastante trabajo. Los planes que tiene el país a largo plazo muchas veces se convierten en documentos para alimentar bibliografías y estantes, no obstante, es alarmante pensar en qué hará el país cuando se terminen estos minerales. La vocación cultural que tiene el territorio ecuatoriano quizá sea una opción, sin embargo, se vuelve ambigua debido a la apatía pasada y presente en torno a temas culturales, sumado a aquello asecha el paternalismo, asistencialismo, clientelismo cultural y últimamente el fenómeno del marketing que produce destellos radiantes en las redes sociales sobre la actividad que las administraciones públicas llevan en torno a la cultura, pero no son más que parches para demostrar que algo se hace y lograr despistar al ciudadano sobre la incapacidad, desidia –¡o qué sé yo!– para proponer soluciones estructurales. Los indicadores UNESCO de cultura para el desarrollo (2012) revelaron que el sector cultural contribuye 4.76% al PIB total y que el porcentaje de población en actividades culturales es del 2.2% del total de la población ocupada. Los resultados de aquel estudio sugirieren un alto nivel de reconocimiento del potencial de la cultu-ra para el desarrollo entre las autoridades públicas; esto es la base para una gobernabilidad efectiva de la cultura para el desarrollo, sin embargo, la buena voluntad nunca es suficiente. En la actualidad el informe de SENPLADES sobre el objetivo 5 del Plan Nacional del Buen Vivir 2013 – 2017 relacionado a la cultura, refleja que los esfuerzos no han sido suficientes para el cumplimiento de las metas propuestas, por lo que es emergente realizar estudios sobre el valor de la cultura y el impacto de la producción cultural en términos económicos. Cuando se habla de cultura inmediatamente y por antonomasia surge el turismo, que en el país, ruega por planificación –no solo un eterno marketing esquizofrénico que cambia de autoridad a autoridad– y, es innegable que necesita materia prima que se encuentra en el capital intelectual y en la herencia patrimonial que tanto le cuesta mantener al Estado y que distintas poblaciones se ven obligadas a llevar como una agraciada carga impositiva, fabricada por élites intelectuales o los que «saben del tema».

Ilustración: Roldán Tipografía: Cosgaya Créditos: https://goo.gl/ilXnwo

El discurso de la cultura por la cultura se agota cuando nos damos cuenta que mantenerla cuesta recursos y es hasta utópico pensar que la cultura puede valerse por sí misma, o sea, que no depende exclusiva y totalmente del Estado o de gobiernos seccionales, que es verdaderamente independiente. Las administraciones públicas tienen la gran tarea de despertar y establecer las reglas –políticas– para ese anhelado desarrollo cultural. Considerando que las posturas tradicionales lentamente son reemplazadas por planteamientos que agudizan la relación gobierno-sociedad, dichas políticas deben surgir de sus actores conforme a mecanismos participativos

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y no divisorios, ya sea por posturas políticas, sociales, económicas y hasta cierto punto enclasantes. Además, no se debe olvidar que el estudio (investigación) de esos actores coadyuvará a enfrentar la realidad de la cultura en cuanto al emprendimiento ¿Cuán rentable será dedicarse a la cultura a tiempo completo? No es suficiente vanagloriarse de la cultura de un territorio, es necesario estudiar su comportamiento –en términos que parecieran evadirse: oferta y demanda cultural– con la intención de que se tomen decisiones acertadas, que vayan más allá de la fiesta y el evento para justificar presupuestos.


Rubén Camacho

LA ERA DE LOS OFENDIDOS La cultura es siempre dinámica y cada generación trae nuevos problemas, que son a su vez oportunidades. En la Edad Media vivimos siglos de cultura estática porque toda la información la tenían los curas y los nobles. Si nacías zapatero, ibas a ser zapatero toda tu vida. La vida era estática y no ibas a conocer más de lo que te fue destinado a conocer. Hoy día, sin embargo, vivimos una sobredosis de información que nos corrompe y confunde más que enriquecernos. Todos opinamos, todos somos un periódico viviente, todos compartimos en redes sociales información poco veraz y, sobre todo, nos creemos con la verdad absoluta por haber recibido esa información. Ha sido todo demasiado rápido y no sé si estamos realmente preparados para asumir el lío en que nos hemos metido. Hace unas pocas décadas, cuando ya existía la televisión y la radio, y los medios de comunicación sabían cómo orientar nuestro pensamiento sin que nos diéramos cuenta (casi todos pensamos que los rusos y los alemanes orientales eran malvados y que Sadam Hussein era el diablo y los Bush unos pacificadores), un grupo de amigos podía hacer bromas o contar chistes sobre prejuicios sociales, con mayor o menor estilo negro. Chistes machistas, racistas, xenófobos, hasta sobre el holocausto. ¿Cómo puedes meter a 600 judíos en un coche pequeño...? * (Aquí dejo de contar, ya que alguien me puede denunciar e incluso meterme en la cárcel por ofensas). Sin entrar en el debate sobre si esos chistes eran más o menos nocivos, sobre si realmente afectaban a las actitudes y conductas de las personas tras unas aparentemente inocentes risas, esa información quedaba entre un grupo reducido de personas. Cuando éramos niños veíamos dibujos violentos y nunca golpeábamos a los demás. En Bosnia no tenían televisión y los niños cargaban un rifle sobre el hombro. Pero como dije, no entremos en ese debate. Sabemos que esos chistes se perdían en el aire y en la memoria de 4 o 5 amigos. Hoy día, redes sociales de por medio, un chiste, opinión o crítica se sobredimensiona y puede llegar a cientos o miles de personas. A veces, a millones. Hoy día, tienes que pensarte muy bien qué vas a decir y cómo lo vas a decir.

Pero hay algo más... esas personas se ofenden. Y con la sobredosis de información, también se ofenden otras personas que no han nacido en la era de la sobre información, sino antes. En España, un chico ha subido a sus redes sociales una fotografía montaje donde su cara aparece sustituyendo a la de Cristo. Le han multado con 480€ por ofensas religiosas. Sin embargo, sabemos que se puede ser un buen cristiano incluso sin ser creyente (mucho mejor cristiano que quienes acuden habitualmente a las Iglesias y templos) y entre amigos contar el chiste de María Magdalena en el desierto. Estas ofensas no solo ocurren en relación a la ley, de interpretación tan arbitraria, sino en relación a absolutamente todo. Se ofenden porque tu opinión ha sido liberal. Se ofenden porque tu opinión ha sido totalitaria. Se ofenden porque tu opinión deja al descubierto a un colectivo minoritario. Se ofenden porque... porque... es inimaginable. Como leí hace unos días en un diario satírico: «Bebé de 14 meses dice su primera palabra y ofende a varios colectivos». Tras las ofensas no solo hay tecnología que no sabemos usar o sobreinformación. Tras las ofensas existe un poder. Un poder que le entregas al otro. Y esa entrega implica, a su vez, que has decidido dejar tu bienestar en factores externos. Nuevamente, un problema grave de autoestima que afecta a las personas de forma colectiva. Si te ofendes, es porque consideras que tu identidad, tus pensamientos, tus valores éticos o estéticos o tus creencias religiosas, son tan débiles que una voz externa puede desafiarlos. La

capacidad para ofenderse, al fin y al cabo, implica que no estamos seguros de nada, que tenemos miedo, y que el otro debe guardar las formas para no ponernos en duda a pesar de que eso signifique coartar la libertad de expresión y construir un modelo de vida inhumano y terrorífico. La capacidad para ofenderse también es habitual es las sociedades conservadoras donde la diplomacia y el qué dirán imperan sobre la espontaneidad y el libre pensamiento y actuar. Ese modelo de vida, donde el juicio ajeno trata de controlar la libertad de pensamiento, expresión y acción del otro, surge también de un problema de autoestima colectivo. Si te ofende un comportamiento diferente, es porque dudas constantemente del tuyo. Nada mejor, entonces, que establecer normas rígidas en las que basarnos para actuar o ser. Esa es la sociedad que estamos construyendo. Una sociedad de normas rígidas que consisten en que no puedes pensar. Solo puedes dar a like. Solo puedes compartir. Solo puedes comentar sin que existan pensamientos en ese comentario. Pero tú no lo quieres. Porque realmente te valoras. Porque quieres algo mejor para ti y para los tuyos y ese «algo mejor» eres tú mismo en tu mejor versión. Ya sabes cuál es el camino directo para conseguirlo: no te ofendas nunca. Por nada. Por nadie. Sé libre. *: en el cenicero. Recuerda: no te ofendas.

Esa sobrecarga de información, consecuencias y limitación en la libertad de expresión (un valor humano sagrado, aunque sea para decir tonterías) ha afectado sobre todo a las personas que han crecido con ello. La satisfacción inmediata que supone sentirse valorados o reconocidos (mediante un like, un mensaje de Whatsapp, un comentario, un seguidor más en Instagram) ha hecho que la autoestima de las personas dependa totalmente de factores externos. En la Edad Media, cuando nacías zapatero y eras zapatero por siempre, tu autoestima dependía de cómo hicieras zapatos. Hoy día, depende de estímulos tan arbitrarios, efímeros, superfluos, y ante todo externos, que el bienestar de las personas, su madurez y resiliencia (capacidad para sobreponerse a los problemas, aprender de ellos y avanzar) ha disminuido hasta criar una sociedad de personas débiles, necesitadas y carentes de proactividad y visión constructiva. Ilustración: Irene Rinaldi http://yoirene.com/sunday-review-nyt

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Ilustración: Irene Rinaldi http://yoirene.com/nyt-opinion-page


Daniel Félix

EL RETORNO DEL POETA A LA TRIBU (antinotas sobre el antipoeta) Pablo Neruda

Jóvenes / Escriban lo que quieran / En el estilo que les parezca mejor / Ha pasado demasiada sangre bajo los puentes / Para seguir creyendo –creo yo / Que sólo se puede seguir un camino: En poesía se permite todo.

Huifa, ay, ay, ay corre que te agarra Nicanor Parra.

Nicanor Parra (Cartas del poeta que duerme en una silla)

El asunto de la poesía y de la tradición de la poesía chilena es un tema mayor, ciertamente. En una entrevista del poeta ecuatoriano Juan Romero Vinueza a Raúl Zurita, se evoca que «Chile, antes de ser país, fue un poema», pues la palabra “Chile” más dos siglos antes de utilizarse para denominar al país, en 1824, se la utiliza por primera vez en el poema «La Araucana», del español Alonso de Ercilla, que versa sobre las luchas entre españoles y mapuches.

El 23 de enero de 2018 no partió el que en vida fue el antipoeta chileno, Nicanor Parra, a los ciento tres años, cuya obra gruesa, sus antipoemas, sus ecopoemas y sus artefactos, en definitiva, su trabajo poético marca un punto de inflexión en el amplio registro de la poesía de aquel paisaje (Chile) y de toda la poesía hispanoamericana del siglo XX. No partió, no falleció el conocido poeta, porque los grandes poetas develan la muerte, y Nicanor Parra, como el gran antipoeta, debió vencer varias veces a la muerte (entiéndase, la muerte del poema, su olvido) como resultado del explosionar y del bullir poético que se formula bajo el término antipoema. El antipoema no niega al poema, juega, se burla, se evade del sentido del convencional del poema. En el tiempo en que Parra da con este ingenio (1954), la definición de la poesía chilena ya tenía una trayectoria monumental. Los mayores poetas: Gabriela Mistral, Vicente Huidobro y Pablo Neruda habían marcado sendos surcos, como referentes culturales continentales, muy potentes y distinguidos, como se tratará brevemente más adelante. En cualquier caso, para mediados del siglo veinte, dependiendo el contexto en que se lo utilizara, el concepto de modernidad no era una idea nueva: en la poesía, las vanguardias, los colectivismos y las categorías críticas en torno a la búsqueda expresiva de la belleza en la palabra proliferarían décadas atrás y, por tanto, se daba ya por sentada la definición de qué es, qué busca, cómo se construye un poema. Por eso, con su montaña rusa, Nicanor Parra le da la vuelta a estos asuntos, con la inteligencia de un comediante, con la sinceridad de un cantor popular. En estos breves párrafos que siguen se procurará esbozar de modo sucinto el trabajo artístico del que en vida se llamó Nicanor Segundo Parra, maestro y fundador de una de las expresiones más refrescantes y singulares de la poesía, la antipoesía.

Tradición de tres patas La poesía, ese concepto abstracto y etéreo que se compone de palabras y sentidos entretejidos con una intensión y una dirección más o menos definida, que busca la exposición estética del lector (en este caso, la poesía chilena) define sus líneas más notables hacia la primera mitad del siglo XX. La analogía no es vana, el mismo Parra ironiza con ella: la santísima trinidad poética del país austral, los tres poetas más notables que haya parido aquella tierra: Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo Neruda: La Santísima Trinidad de la Chilena Poesía / Madre / Hijo / & Espíritu Santo: / A la Mistral /

Mistral, Huidobro, Neruda, Rokha…, las vanguardias poéticas que componen una identidad cultural nacional, una forma definida de entender y hacer poesía, los temas, los motivos poéticos, la indagación y la búsqueda en la palabra de la atmósfera, del sentido, de la cosmología que encierran las palabras, de la solemnidad de los salones y la repetición de todas estas convenciones. Ante todo esto dispara, explosiona, Nicanor Parra, en sus antipoemas, una posibilidad nueva, sorprendentemente inteligente, que resuena por su estilo, por su definición diferencial, por su búsqueda del disenso en este contexto grabado sobre piedra, como se expresa en «Manifiesto» (fragmento):

Ilustración: Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía

En tenida de monje franciscano / A Neruda / De corbata de rosa y sombrero de alón / A Huidobro / Disfrazado de Cid Campeador. Una tradición poética como una pirámide de tres lados, o una mesa con tres patas principales, pero sobre la que se asientan no menores referentes, no menores vates, como Pablo de Rokha, Enrique Lihn, Hector Hernández Montesinos, Raúl Zurita, Pedro Lemebel. Sobre lo más básico, lo más perínclito de las letras chilenas, Parra se propone hacer objeto de caricatura o de competición, por ejemplo, en el texto Cueca de los poetas, donde sustituye a Mistral por Pablo de Rokha: Pablo de Rokha es bueno pero Vicente vale el doble y el triple

Ante el panteón de los poetas inmortales (no solo la santísima trinidad chilena, no solo el panteón hispanoamericano de la primera mitad del siglo XX, más bien se refiere Parra a las poesías Vanguardistas de modo genérico, porque la poesía no tiene patria sino que es patria) y los versos acendrados, asépticos, solemnes o inútiles, y el lenguaje que los convoca; ante esta conjunción de elementos, emerge el sentido del antiverso y del antipoema, como afirma el poeta guayaquileño Luis Carlos Mussó cuando dice que «con Parra aprendimos a leer de una nueva forma». Porque toda lectura se compone de un texto y un contexto y encontrar aquellos senderos por los que se bifurca el pensamiento es la destreza que desarrolla el lector. En lo que atañe a esta breve antireseña parriana que apunta a caracterizar los elementos que constituyen su obra, a trazar líneas de fuga y ritornelos alrededor del antiverso, del antipoema y de los artefactos parrianos, es necesario hurgar todavía sobre estos componentes y la afortunada forma en que se conectan como una fórmula matemática (Parra era físico y matemático, su obra, se dice, se nutre de la teoría de la relatividad de Einstein), como una paradoja geométrica.

dice la gente Huifa, ay, ay, ay Dice la gente, sí no cabe dudas que el más gallo se llama

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Éste es nuestro mensaje / Nosotros denunciamos al poeta demiurgo / Al poeta Barata / Al poeta Ratón de Biblioteca / Todos estos señores / Y esto lo digo con mucho respeto / Deben ser procesados y juzgados / Por construir castillos en el aire / Por malgastar el espacio y el tiempo / Redactando sonetos a la luna / Por agrupar palabras al azar / A la última moda de París. / Para nosotros no: / El pensamiento no nace en la boca / Nace en el corazón.

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La antipoesía lo que va y vuelvede la tribu ¿Qué es, en definitiva, el invento de Parra llamado: antipoesía? ¿Para qué sirve? ¿Para quiénes está compuesto? ¿Cómo se imbrican sus elementos? En esta antireseña se identifica y se desarrollan tres elementos entretejidos que integran la propuesta antipoética de Parra. Tres ritornelos (territorios que regresan) a lo largo de su obra, que surgen entre las palabras para decir algo; a saber, estos elementos son: el humor y la ironía, el lenguaje popular-coloquial (de la tribu), y la contravención de los referentes culturales de su entorno.

El humor en el verso Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado/ Después de haber reducido a polvo el dogma de la Santísima Trinidad / ¿Respondió acaso de su herejía?

Lo primero que destaca en los textos antipoéticos, la primera impresión, el primer pliegue de esta proposición es la búsqueda del golpe de humor como una irrupción violenta en el poema; la ironía y la doble negación que implica un chiste en clave de verso son la característica más notoria de aquello que buscaba Parra. El humor, ese contenido que apela directamente a la inteligencia del interlocutor, que hace una separación entre la realidad, la sensibilidad, la situación o circunstancia que se evoca y la misma evocación como un guiño, algo cuya utilidad puede apreciarse exclusivamente desde el razonamiento, algo de utilidad inútil cuya reacción inmediata varía entre la sonrisa y la carcajada. El humor, ese elemento discordante, esa patada por debajo de la mesa destinada a sorprender y causar inquietud. Parra lo explora y explota en el verso para sonsacar al lector la duda, la pregunta. ¿Es que lo bello contradice lo risible? Parra iza el enigma a los poetas de su tiempo: «Quiero reírme un poco / Como lo hice cuando estaba vivo: / El saber y la risa se confunden.» El sentido del humor en los antipoemas es una provocación cuyo objetivo desorienta, impulsa a nuevas posibilidades de exploración mediante la palabra. El giro burlesco, la ironía, es decir, afirmar lo opuesto de lo que se enuncia, llevar al límite el enunciado hasta sacarlo de su contexto. Como Zaratustra y la serpiente, cuando al eremita lo ataca en el cuello con mortal piquete el reptil, Zaratustra se despierta y tiempla hacia el cielo una carcajada estremecedora, como solo ríen los que retornan de la muerte ligeros, libres de todo lo que constriñe a sus almas, para burlarse de sí mismos. Como el antipoema «Epitafio».

El segundo elemento del antipoema parriano es el uso de la lengua popular-coloquial, las palabras como se utilizan fuera de los salones; el trabajo de la poesía operando sobre la realidad. Parra simplemente se propone matar a la metáfora –el metaforón–, ese constructo complejo por el cual se dicen las cosas en clave, tapiñadas o extraviadas en sus complejidades. Con Parra los poetas bajan del Olimpo, que es lo mismo que elevar las cosas mundanas a materia de poesía. Esta afirmación y negación son simultáneas. Si la poesía afirma el mundo abstracto y la profundidad del lenguaje evocativo, también niega como objeto poético al mundo cotidiano y las cosas mundanales. Asimismo, pero en vía opuesta, la antipoesía afirma todas las cosas que pueblan el saber popular, los objetos cotidianos, las formas simples y concretas de la vida humana, al tiempo que niega esas características elevadas, altruistas, que advienen materia poética. «La palabra arco iris no aparece en él [en el antipoema] en ninguna parte, / menos aún la palabra dolor, / la palabra torcuato. / Sillas y mesas sí que figuran a granel, / ¡Ataudes! ¡útiles de escritorio! / Lo que me llena de orgullo / Porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos…» Valga la aclaración: el antipoema no rebaja la dignidad del lenguaje poético a un estilo populachero, a la vulgaridad plebeya. Al contrario, antepone a la agonía de las fórmulas retóricas «cultas» (el barroco, por ejemplo, que aborrecía el vacío), la frescura serena de la sabiduría originaria de la tribu, fuente de un saber pragmático relacionado con la naturaleza y sus ciclos, y la simplicidad que retorna, la luminosidad del antiverso parriano que se dirige al lector común, para despertar o referir las cosas de este mundo sobre el texto, zambulléndose en el lenguaje coloquial de uso y comprensión generalizados. En el antipoema «Oda a unas palomas» [fragmento], el antivate dice: Qué divertidas son / Estas palomas que se burlan de todo, / Con sus pequeñas plumas de colores / y sus enormes vientres redondos. / Pasan del comedor a la cocina / Como hojas que dispersa el otoño / Y en el jardín se instalan a comer…

… sepan esos reverendos señores / que soy un hombre totalmente normal / y perdonen si me he expresado en lengua vulgar / es que esa es la lengua de la gente.

(Artefactos Visuales) La última parte de este ensayo se concentra en el efecto parriano. Es decir, en la consecución, la estela que dejan los elementos previamente mencionados (el humor y el saber de la tribu). Parra, como Duchamp, sabe leer en su tiempo los signos y reciclar –como los antropófagos paulistas, aquello cuyo uso ha caducado– o trasverterlo, cambiarlo, darle una vuelta de ingenio y enfoque. Por ejemplo, los Artefactos Visuales que desarrolla desde finales de la década del sesenta. Se tratan, a brevísimas señas, de la conjunción de un objeto (una imagen, una fotografía, un dibujo) y una leyenda (una frase ingeniosa, o de conocimiento popular, o una ironía elaborada con maña), que apuntan a sintetizar y disponer de una nueva o anterior realidad evocada por el artefacto. Por ejemplo, una bombilla rota luciendo sus filamentos como extremidades de un animal, acompañado por la leyenda: «El insecto de Edison»; o una foto de una bacinilla de plástico tapada con una olla de metal, seguida de la frase: «AL PASO QUE VAMOS / En el año 2000 comeremos KK / Dificulto que alcance para todos». El Artefacto Visual condensa en una imagen y una frase la multitud de contenidos lingüísticos y simbólicos de un modo que hoy recuerda el nacimiento de esa forma tan actual de expresión que es el Meme: un contenido reducido a su mínima expresión, que sintetiza las posibilidades interpretativas sobre la base de un referente cultural previo, desarmado y rearmado con otros fines. Todas estas vueltas de tuerca que componen el antiuniverso parriano, elementos que retornan, desterritorializan, desnudan la idiotez del signo y acusan, de cierto modo, a sus adeptos son los modos en que Parra afronta y da combate desde su trinchera de palabras. Existe una pregunta esencial en la poesía, en la lectura de un poeta o en los recovecos de la lengua: ¿Para quién escribe el poeta?, o en el tema en ciernes, el antipoeta. Como toda pregunta poética, no hace falta responderla. La obra, eso sí, debe arder, bullir, derretir las fronteras mentales entre el autor y el lector. Se ha dicho anteriormente que Parra escribía para la tribu, pero cuando evocamos a la tribu no debemos ir hacia atrás, como si el tiempo fuera una línea recta, sino hacia delante en el ciclo. No es la tribu del pasado la que se aúna entre los versos de Don Nicanor Segundo Parra. Es la tribu del futuro a la que relata, con humor, ingenio, sin truculencia, con su voz que este 23 de enero se fue de una vez de este paisaje, pero vuelve.

Cambios de nombre A los amantes de las bellas artes Hago llegar mis mejores deseos Voy a cambiar de nombre algunas cosas.

De estatura mediana, / Con una voz ni delgada ni gruesa, / Hijo mayor de un profesor primario / y de una modista de trastienda; / Flaco de nacimiento / Aunque devoto de la buena mesa; / De mejillas escuálidas / Y de más bien abundantes orejas; / Con un rostro cuadrado / En que los ojos se abren apenas / Y una nariz de boxeador mulato / Baja a la boca de ídolo azteca / –Todo esto bañado / Por una luz entre irónica y pérfida–/ Ni muy listo ni tonto de remate / Fui lo que fui: una mezcla / De vinagre y de aceite de comer / ¡Un embutido de ángel y bestia!

El lenguaje de la tribu

Desmantelar los referentes

Mi posición esta El poeta no cumple con sus palabras Sino cambia de nombre las cosas. ¿Con qué razón el sol Ha de seguir llamándose sol? ¡Pido que se llame Micifuz El de las cuarenta leguas! ¿Mis zapatos parecen ataúdes? Sepan que desde hoy en adelante Los zapatos se llaman ataúdes. Fotografía: Nicanor Parra Sandoval (San Fabián, Provincia de Ñuble - 5 de septiembre de 1914)

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Comuníquese, anótese y publíquese Que los zapatos han cambiado de nombre: Desde ahora se llaman ataúdes. Bueno, la noche es larga Todo poeta que se estime a sí mismo Debe tener su propio diccionario Y antes que se me olvide Al propio dios hay que cambiarle de nombre Que cada cual lo llame como quiera: Ése es un asunto personal.


Dianola Vázquez Moreno

TREINTA CUENTOS CONTADOS DESDE LA ARTESANÍA Artesanía, escritura, diseño e ilustración. Desde 19 de marzo hasta 8 de junio 2018 El Subte de la chuna, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, el Museo Pumpungo, el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP), la imprenta , el colectivo audiovisual Zero Gravity Toilet y el Hotel Santa Mónica, desea reinvindicar el valor de la escritura y la ilustración, es por esto que ha desarrollado el proyecto Treinta cuentos contados desde la artesanía, una iniciativa que recogerá el trabajo de diseñadores, ilustradores y escritores, quienes crearán de manera colectiva treinta narraciones basadas en piezas de artesanos y artesanas de la región. Este proyecro se propone no solo incentivar la creación de cuentos ilustrados sino, desea recopilarlos, difundirlos y premiarlos; para lograrlo, los organizadores han preparado diversas actividades en las que los participantes podrán conocer y charlar con doce artesanas y artesanos; además de recibir talleres en los que aprenderán a potenciar sus ideas a través del uso de herramientas literarias y visuales. destacados con la edición de una publicación que se difundirá con un plan de lectura para niños y niñas en el Museo Pumapungo del Ministerio de Cultura. Además, los mejores cuentos ilustrados se exhibirán en la Galería del Subte, en esta muestra también se presentará información sobre los artesanos y artesanas que nos acompañaran durante el proceso. Las actividades programadas incluyen:

DOS CONVERSATORIO: «HISTORIAS DESDE LA ARTESANÍA» Una conversación abierta con doce artesanos en el Auditorio del CIDAP. Del 20 al 23 marzo 2018. Este espacio pretende fomentar una conversación amigable entre los participantes y, los artesanos y artesanas que inspirarán los cuentos. TRES TALLER 1: «¿Cómo escribir un cuento corto?» Dictado por: Rosalía Vázquez Moreno Lugar: Auditorio del CIDAP Del 26 al 30 marzo 2018. (10 HORAS) Costo inscripción: $20 (cupo máximo: 30 personas)

La muestra que exhibe este proyecto colectivo pretende difundir no solo las creaciones de los participantes, sino reconocer el trabajo de los artesanos y artesanas que las inspiraron. SIETE PLAN DE LECTURA PARA NIÑOS Y NIÑAS: Lugar: Museo Pumapungo del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Del 4 al 8 de junio 2018.

En este taller los participantes conocerán más a fondo los mecanismos narrativos que componen una historia y cómo potenciarlos a través del uso creativo de la palabra. CUATRO TALLER 2: «La imagen, los libros y sus lecturas» Dictado por: Roger Ycaza Lugar: Auditorio del CIDAP y El Café Macario Del 2 al 6 de abril 2018 (16 HORAS) Costo inscripción: $40 (cupo máximo: 30 personas)

Uno de los principales objetivos de este proyecto, es difundir, a través de la lectura, el trabajo e historias de los artesanos y artesanas de la región. Es por esto que se obsequiarán los relatos a niñas y niños, quienes además compartirán, durante cinco días, con los treinta ganadores en un espacio dónde se leerán y discutiran los relatos.

Si quieres ser parte de este proyecto, escríbenos e inscríbete en: elsubtedelachuna@gmail.com

En este taller los participantes aprenderán los retos de la narrativa ilustrada y cómo relatar con palabras e imágenes. CINCO CLAUSURA, PREMIACIÓN Y EXPOSICIÓN: «Treinta cuentos contados desde la artesanía» Lugar: Galería del Subte (Av. 12 de Abril y Guayas) 1 de junio 2018 - 20:30

UNO «CUARTO DE INSPIRACIÓN» Exposición de doce artesanías en el Museo del CIDAP. Del 19 de marzo hasta el 21 de abril 2018.

Tres jurados selectos premiarán a los treinta ganadores y harán entrega de un reconocimiento junto con ejemplares de su cuento. Además, se obsequiará la colección de cuentos a las artesanas y artesanos que apoyaron el desarrollo de este proyecto.

Esta muestra tiene como propósito acercar a los participantes a las piezas y sus historias. Esta experiencia les permitirá evocar anécdotas o emociones que luego alimentarán sus narraciones.

Finalmente, se abrirá la Galería del Subte para que el público pueda conocer el trabajo de los participantes y adquirir los cuentos ganadores por un costo simbólico.

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SEIS EXPOSICIÓN: «Treinta cuentos contados desde la artesanía» Lugar: Galería del Subte (Av. 12 de Abril y Guayas) Del 1 de junio hasta el 31 de julio 2018.

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El costo de inscripción + el kit es de: *7 ACTIVIDADES: $100 *ACTIVIDAD 1, 2, 5, 6 y 7: $40 (CUPO MÁXIMO 80 PERSONAS) Costo talleres: *TALLER ESCRITURA: $20 *TALLER ILUSTRACIÓN: $40 (CUPO MÁXIMO 30 PERSONAS POR TALLER)

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Jordi Garrido

EL AMOR DE VERANO (Call me by your name) Llega marzo y con él la primavera al hemisferio norte. A esta primavera también se suma como cada año la entrega de los Oscar y este año se nota que la academia ha hecho un gran esfuerzo por nominar a mujeres, afroamericanos y extranjeros para acallar las posibles polémicas venideras, pues ya tienen bastante con las que diariamente levanta Trump, y hay que limpiarse y desmarcarse de semejante esperpento. Es por eso que podemos ver una lista de nominaciones un poco inusual en Hollywood, seguramente, por este motivo, el que subscribe es capaz de recomendar muchas de las películas que van dirigidas a ganar el Oscar a mejor película, sea el caso de Dunkerque, La forma del agua, Tres anuncios en las afueras y, por supuesto, Call me by your name, sobre la que hablaremos en este artículo con su estimado permiso. Y no solo esa nominación se ha llevado Call me by your name, sumémosle las de mejor guion adaptado al aclamado director James Ivory (seguramente uno de los ganadores, quien hace tres días ya ganó los Bafta); mejor canción para «mistery of love» de Sufjan Stevens, y mejor actor para Timothée Chalamet, que con sus 22 años se convierte en uno de los más jóvenes nominados en toda la historia de las estatuillas.

Otro de los grandes aciertos de Call me by your name son sus actores, todos hacen inconmensurables y esplendidas actuaciones, pero sobresale el excepcional trabajo del protagonista, Elio, la estrella del momento: Timothée Chalamet. Lo de Chalamet es perfecto, y es perfecto no solo en esos maravillosos veinte minutos finales, incluida la conversación con su padre o él último plano mirando el fuego de la chimenea con «Vision of gideon», también de Sufjan Stevens; lo es desde el primer minuto cuando expresa la introversión de su personaje y lo desubicado que se ve con la gente de su edad. Nos hace ver a Elio como ese pedante inadaptado adelantado a su edad que tiene malas contestaciones y que por otro lado es un niño frágil y tierno que se rompe por sentirse enamorado y no quiere que acabe el verano. También nos muestra esa tierna relación con sus padres, esa infantil torpeza cada vez que interactúa con Oliver y, por supuesto, en el momento melocotón –del cual

entender la importancia de las palabras. Otro de los mensajes implícitos en las palabras del film revela la valentía para vivir la vida, representándonos los avatares que tiene que sufrir un personaje incomprendido y descontextualizado en un verano de 1983. Una familia poliglota y cultivada que lleva con total libertad la educación de su hijo. Otro de los aciertos de esta historia es que Luca Guadagnino no hace una moralina ni tiende al melodrama, es una película vitalista y optimista donde dos personajes de diferentes condiciones se conocen, se atraen, se enamoran y se necesitan, dejándose luego llevar por esa pasión y aceptando la historia como una enseñanza más de la vida. Luego está otro gran acierto de Guadagnino de llevar ese ritmo pausado del metraje donde los paisajes son un actor más e interactúan con los protagonistas y con el resto de los personajes. Guadagnino deja que las imágeneshablen;

Pero bueno, premios aparte, centrémonos en por qué Call me by your name es una de las mejores películas de este 2017 pasado, una película de producción internacional y que pertenece a la trilogía «Deseo» de Guadagnino. Empezaremos contando brevemente la historia para quienes no hayan podido disfrutar aún de esta auténtica joya. Se trata del romance que surge entre Elio, un joven estudiante de 17 años, y Oliver, de 24 años, estudiante de arqueología que pasará un verano en el norte de Italia, para ayudar con la documentación académica del padre de Elio. El guión es una adaptación de la novela homónima de André Aciman realizada por el gran James Ivory, director de películas tan destacables como: Regreso a Howards End, Una habitación con vistas o Lo que queda del día. Ivory tuvo que abandonar la idea de dirigir la película por falta de presupuesto y por los malos resultados de su proyecto anterior. En esta ocasión, fue Luca Guadagnino quien colaboró con él en la escritura del guión que, al final, con la bendición del mismo Ivory, conseguiría financiamiento para el rodaje y acabaría dirigiendo el filme. Esto es lo que ha conseguido Guadagnino con esta historia, una impecable puesta en escena: su primera película perfecta. Se le había acusado de ser artificioso y excesivo; todo lo contario que en Call me by your name. Ese es uno de los aciertos de la película y por lo que está consiguiendo tan buenas críticas de los espectadores. La historia de amor va entrando de puntillas según avanza el film, pocos son los pequeños detalles que van apareciendo sinuosamente según nos adentramos en el metraje; una mirada de soslayo, un desencuentro, un pequeño amago de masaje, el baile en la discoteca. Poco a poco nos sumergimos en este romance de juventud, en un primer enamoramiento de verano, en algo que todos hemos experimentado. Ahí, ya nada puede hacer el espectador, más que dejarse llevar por esta experiencia de más de horas de metraje, donde la luz, el verano y sobre todo la sensualidad emergen por todos los poros de la pantalla y en las conversaciones de los protagonistas.

Fotograma de la película Call me by yor name

solo lo mencionamos para los que la vean más adelante–. La química y el entendimiento entre los dos protagonistas son perfectos, de hecho la actuación de Chalamet no sería tan excepcional sin la interpretación de Armie Hammer que aún le deja brillar con más fuerza y le hace de perfecto contrapunto. Michael Stuhlbarg y Amira Casar ambos están también magníficos en todas las intervenciones con Elio, mención especial al diálogo entre Elio y su padre en el cual Stuhlbarg muestra por qué es uno de los actores que más trabaja en estos momentos con todos los grandes directores. Y así pasamos a otra de las grandezas de la película: la importancia de las palabras, las que se dicen y las que se ven. El guion está plagado de grandes frases que son enseñanzas de vida: «¿Es mejor hablar o morir?». La madre de Elio (Amira Casar) le lee esta frase de la traducción alemana del Heptamerón, una pregunta que te empuja a

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ya desde los títulos, con las esculturas de la Grecia clásica, que van mostrando esa sensualidad que irá in crescendo según avanza la historia. Esa Roma y Grecia clásica donde se permitían las relaciones del mismo género, las cuales eran normales y dignas en los enamoramientos discípuloprofesor. Y por si estos no fueran suficientes atributos para que nuestros estimados lectores gasten cierto tiempo en visionar Call me by yor name, les damos un último impulso con la inmejorable banda sonora y las preciosas canciones del cantautor Sufjan Stevens, que después de su gran último trabajo Carrie & Lowell (una magnífica obra de folk de corte minimalista donde nos mostraba un viaje por su pasado), vuelve a crear unas maravillosas canciones intimistas que acompañan de la mano a las imágenes de la película demostrando así que es uno de los mejores compositores del siglo XXI, que está en estado de gracia y que deja una gran banda sonora para la posteridad.


DOS FOTÓGRAFAS, UNA MIRADA COMÚN Fabiola Cedillo & Fernanda García

Ambas pertenecen a la plataforma latinoamericana de fotografía foto-féminas; háblennos un poco sobre esta plataforma y qué significa pertenecer a ella.

Para nuestra entrevista de este mes, nos reunimos con dos reconocidas fotógrafas cuencanas Fernanda García y Fabiola Cedillo para hablar de sus numerosos proyectos en este 2018, su trayectoria, y por supuesto, de muchas cosas más. Hablaremos en particular del interesantísimo proyecto ya en marcha de Foto-álbum.

Foto Féminas es una plataforma dedicada a difundir el trabajo de fotógrafas latinoamericanas y del Caribe; es una plataforma que expone un trabajo puntual de algunas mujeres, más o menos unas 30. Escoge a una cada mes y pasa a ser parte del colectivo. Muchas son buscadas por Verónica Sánchez, ella es venezolana y vive ahora Hong Kong. Aun estando lejos, sigue en la búsqueda de estas fotógrafas alrededor del mundo. También es interesante ver muchas de las fotógrafas ecuatorianas que ingresan viven fuera. Son muchas fotógrafas que no se conocen mucho y viven fuera. Así como Fernanda y yo que hemos estudiado y trabajado vivido fuera por no encontrar una valoración de lo que puedo ofrecer. Latinoamérica es un lugar un poco duro para reconocer el valor artístico y de comunicación, de archivo y de todo lo que implica la fotografía. Además, la fotografía documental tiene que competir con la fotografía para publicidad –que es la que da dinero–; como que la gente no se engancha tanto con la fotografía documental y ver en las plataformas tantas historias juntas genera una cosa súper bonita.

En estos momentos tienen un proyecto en común ganador de los fondos concursables del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Cuéntennos ¿de qué se trata Foto-álbum? Fernanda: Es un proyecto que nació de Fabiola y de mi conversando mucho de la fotografía ecuatoriana, de la presencia de mujeres fotógrafas y también de la necesidad de exponer trabajos de fotógrafos ecuatorianos en Ecuador. Muchos de ellos son súper buenos y sus trabajos se exponen en el exterior, sin embargo no se conocen para nada en Ecuador. La idea nace de eso y de la necesidad de ver esos trabajos en el espacio público; de llevar la fotografía a los espacios cotidianos: a la calle, a los edificios, a las orillas de los ríos; que la fotografía se vea de otra forma e invada un poco la ciudad. Fabiola: No quisimos aplicar [en los Fondos concursables del Ministerio de Cultura] a la categoría de creación sino a la de difusión, porque con la escuela [AULA] tenemos un compromiso con la fotografía que va más allá de la autonomía, se trata de poder hacer que mucha más gente disfrute de la fotografía. ¿Cuál es la temática de Foto-álbum? Fernanda: El tema de las imágenes y las fotografías que nos envíen las autoras es libre; lo único que deben tomar en cuenta es que su trabajo se expondrá en el espacio público y tiene que insertarse de alguna manera en él. El clima que es muy variable, por ejemplo si presentan retratos, se me ocurre que podrían exponerse en un edificio de vivienda. Fabiola: El tema es libre realmente. Cada fotógrafa puede enviar varios proyectos, no solo uno. Los proyectos también se escogerán de acuerdo a cómo podrían tener cabida en la ciudad –las ciudades elegidas son Cuenca y Guayaquil–. Foto-álbum en realidad es una plataforma, un colectivo fundada por las dos. Esta convocatoria es puntual en esta primera edición, no siempre vamos a estar enfocadas en exponer temas de mujeres o fotógrafas mujeres, y como esperamos que esto siga creciendo, el próximo año todo irá cambiando; será un proyecto más abierto, no solo para mujeres sino también a hombres y quizá tenga una temática más definida. En esta primera edición hemos convocado a fotógrafas, porque en el mundo de la fotografía prima la presencia de hombres y sus trabajos. Decidir que sean fotógrafas también es un llamado de atención sobre una lucha. Ahora mismo, hay muchas mujeres fotógrafas que están exponiendo en el extranjero y aquí no se pueden ver.

Fotografía: Fabiola Cedillo

¿Creen que hay conceptos que las unen con diferentes fotógrafas de otros países?

¿Desde cuándo y hasta cuando está abierta la convocatoria para el concurso?

Me gusta mucho realmente esto porque hemos sido retratadas, denominadas extranjeras y Latinoamérica vista desde el exotismo y la distancia. Retratarnos a nosotros mismos, a nuestras realidades, a nuestros propios intereses que quizá no son los folklóricos o los políticos, sino mas bien es algo más íntimo, está chévere. En la expo que hubo en Perú en Febrero había un par de críticos que me preguntaba por qué hacer una expo solo de fotógrafas mujeres y que si acaso las mujeres ven la realidad de otra manera distinta a la de los hombres y entendían la exposición por ese lado, como que son mujeres que están fotografiando cosas. Yo creo que en ese sentido Verónica lo que pretende es visibilizar a las mujeres.

Desde el 15 de Febrero hasta el 15 de Abril. Está abierta la convocatoria y se dará a cada profesional 100 dólares de reconocimiento. Pensamos que es necesario este reconocimiento porque más allá de que nosotros hagamos esto de publicar sus fotos, muchos se han acostumbrado a publicar para rellenar revistas, festivales y un montón de cosas con proyectos que han costado dinero, han costado esfuerzo, trabajo, estudios... y dicen «porque te visibilizamos, no hay ninguna retribución». Esto pasa mucho en el país, no sé si también en el resto de latinoamericana, pero por ejemplo, han publicado fotos mías en otras revistas del extranjero y me han pagado por cada foto; aquí te dicen que publicarán tus fotos y tú tienes que agradecer y ponerte de rodillas. Es casi una ofensa preguntar cuánto te van a pagar por las fotos. Por eso creemos que es necesario este reconocimiento que si bien es simbólico, es lo que podemos dar. ¿A quién va dirigida y quiénes se pueden presentar? Va dirigida a mujeres ecuatorianas desde los 18 años en adelante, pueden ser transgénero, estudiantes o profesionales. Lo importante es que nos envíen su proyecto con un pequeño texto donde nos cuenten de qué se trata. La participación es gratuita. Puede ser en blanco y negro, color, digital, análogo. Una extensión de 10 a 15 fotos, importante es que no es necesario que sean inéditas, pueden haber sido publicadas ya en otros lugares.

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Las dos tienen estudios en Ecuador y en otras partes del mundo, suponemos que eso les ha formado sus particulares «miradas», cuéntenos de sus experiencias por el planeta. Fernanda: En mi caso, me ha abierto a algo mucho más lindo. Uno llega a estar completo en relación con los otros; el contacto con otras culturas me llevó a una indagación sobre mí misma. De eso se trata también mi último trabajo que tiene que ver con otros pero también conmigo misma. Vivir en otras partes del mundo te cambia la percepción, te abre muchísimo la mente, te muestra otras realidades, otras formas hacer arte, otras formas de contar; en mi caso, Sudáfrica me pareció un país lleno de energía que me dio para la fotografía. El reto es aprender.


Fabiola: A diferencia de Fernanda, mi contacto con la fotografía fue afuera y la descubrí de casualidad en Madrid. Sí noté y noto que haber estudiado con tipos de gente diferente, con intereses diferentes me abrió internamente. Sin embargo siempre hay nexos parecidos. Yo, por mi bagaje, tengo otra manera de ver el mundo desde los colores y los temas que me interesan. La fotografía es una herramienta para publicar todo eso que tengo. Es muy chévere ver cómo el estar en Madrid siendo de Ecuador es una realidad muy distinta a la de Fernanda que estaba al otro lado del mundo; sin embargo, cuando nos encontramos sí compaginamos mucho en la manera de ver la fotografía. Creo que sin importar el sitio donde hayamos estado, hablamos ese lenguaje, un mismo idioma, tenemos los mismos intereses por comunicar más allá de lo estético... Ambas pertenecen a la escuela de fotografía AULA, una como directora y otra como profesora. ¿Cómo está siendo la experiencia y el camino de esta escuela?

pequeña muestra de cada alumno, quizás alguna entrevista y un resumen de la exposición que ha resultado de estos tres meses de curso. Más allá de la escuela, las personas pueden conocer a nuestros alumnos mediante la revista. La pueden encontrar en la escuela ubicada en República Sur, en la Casa de la Cultura y en Palier librería. Fernanda cuéntanos un poco de tu obra Migraciones que ha salido del país y ha sido publicada en prestigiosas revistas internacionales. ¿Cómo surgió? ¿Esperabas la repercusión que ha tenido? Este proyecto surgió cuando estaba viviendo en Sudáfrica. Fue un proyecto que tuve la posibilidad de hacer durante dos años, fue como el primer proyecto a «largo plazo». Hasta ese momento había hecho otros quizá de 6 meses. Entonces surgió de la necesidad de estar en otro país como una extranjera de paso, también de

Fernanda: Bueno, la verdad a mi me ha encantado AULA desde que nació, siempre me preguntaba si en realidad funcionaría. Yo trabajo en la universidad y la experiencia es muy distinta porque los alumnos llegan [a AULA] por su propia cuenta y se ve en ellos un interés y una búsqueda interesantes que no hay en otros espacios. Creo que cada vez irá creciendo. La experiencia ha sido súper bonita, hemos tenido trabajos muy interesantes de los alumnos. A mí me ha encantado que mis alumnos vean trabajos de fotógrafos de otros lados. En muchas escuelas de la ciudad se enfocan más en la técnica en cambio aquí procuramos enseñarles autores, mostrarles lo que está pasando en otras partes del mundo.

Fabiola, Los mundos de Tita ha sido un éxito en todas las partes del mundo, háblanos de ese proyecto y cuánto te ha ayudado o frenado en tu carrera. Estoy contenta con Los mundos de Tita. Es muy chévere cerrar un proyecto que uno lo tiene ahí y no termina de cuajar, ya sea por la parte económica o por la dispersión de uno mismo que está en un país y luego en otro; saber que este proyecto generó mucho intereses en muchas personas que me escribían bastante sensibles en cuanto a la historia, a lo que se contaba que era sobre mi hermana mayor Tita que tiene discapacidad intelectual, sin embargo, ese no es el punto principal de la historia, sino más bien el pretendo hacer reflexionar sobre otros tipos de comunicación, otras realidades y no la cuadriculada –llamémosla así–. Por ejemplo, recibí de un chico que compró el libro, una carta súper larga que había removido muchas cosas en él. Eso me hizo pensar que qué bien que ese proyecto no se quedara en el cajón de mi escritorio. Después al verlo ganar en festivales, al ver que era clasificado en lugares importantes… me hizo sentir que había hecho las cosas bien y que era necesario mostrarlas, a partir de eso también surgió la escuela, todo fue encadenado. El libro sí que me hizo posicionar realmente como fotógrafa. Antes, aunque hubiese tenido estudios de escultura –también soy escultora–no tenía un proyecto de escultora que me hiciera sentir «escultora» en cambio, con el libro, soy fotógrafa; le puedo mostrar a todo el mundo y tiene cabida mas allá de cualquier cultura, está en China en Moscú, ha ganado premios en Alemania. Más allá de la historia que pueda contar, algo muy personal consigue conectar con gente totalmente diferente que quizá nunca llegan a leer el último texto y las imágenes sean suficientes.

Ahora quiero hacer otros proyectos y no todo me resulta tan interesante, también porque ningún proyecto va ser más importante que este, no por el contenido de imágenes o por lo que cuente sino porque es mi hermana. Voy en Junio a Lima a fotografiar desde otra mirada más lejana pero igual de importante. Otros proyectos se han quedado un poquito parados por la escuela. Además creo que cada Fotografía: Fernanda García fotógrafo tiene su ritmo de trabajo, yo me conozco, sé que soy de procesos lentos. Tampoco tengo ninguna prisa en tener un proyecto que se exponga o llegue algún lado, más bien la fotografía es algo personal; lo Lo especial de AULA es la narración. Han venido ahí vino la idea de trabajar sobre la migración, hablar que me interesa es que sea algo honesto y que no sea incluso alumnos de Quito y Guayaquil porque es un poco sobre movimientos, sobre cómo diferentes algo que pretende ser. difícil de encontrar en otros lugares. También lo que personas se movían por los espacios en un nuevo país buscamos es generar un poco de cultura, investigación que les acogía. Decidí retratar estos espacios, a ellas, a Les invitamos a la convocatoria de Foto-álbum y a la y un cierto valor hacia lo que se expone, no simplemente sus familiares tratando de formar una sola historia a escuela que está abierta para todo mundo, lo único consumirlo o desecharlo, sino valorarlo y saber su partir de cinco historias de cinco mujeres que estaban que tienen que hacer es venir con ganas. criterio; hacer que la gente reflexione acerca de las de paso. imágenes que hay en las revistas o en la televisión. También tengo un cuarto libro que está esperando ser Debido a que nosotros no tenemos Bachillerato en publicado. El proceso ha sido un poco complicado Artes, no tenemos ningún referente ni pictórico, ni porque es bastante extenso y necesita una reedición arquitectónico, no sabemos nada en relación con el que lleva ya un año y un poco más. Y si alguien está arte y la cultura a profundidad, entonces, cuando ya interesado en editarlo pues sería bueno. estamos grandes, estamos vacíos de todo eso. Fue súper importante haber publicado en foto féminas También cuentan con su propia revista de fotografía durante el proceso de trabajo Migraciones, porque a háblennos de ella ¿Dónde la podemos encontrar? partir de ahí, el libro ha podido salir a otros espacios, ha ido por Chile, Estados Unidos, México. No me Fabiola: La revista está para mostrar a los alumnos. imagine que el proyecto terminaría difundiéndose a Quisiéramos tener la posibilidad de que sea mucho tantos espacios. más grande y poner a más fotógrafos o más entrevistas, pero por el momento, lo que hace la revista es una Fabiola: AULA comenzó como un sueño que sabíamos que sería difícil porque estábamos apostando por otro tipo de fotografía. Sí que estamos atendiendo la demanda que hay, pero también estamos siendo fieles a lo que nosotros creemos. La escuela se creó pensando en lo que pasa con quienes quieren hacer fotografía análoga: no tenían un espacio; tampoco lo tenían quienes querían hacer fotografía que no estuviera de moda... Creo que [AULA] es un aporte también al despertar otras sensibilidades.

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Andrea Fonseca Chain

CIEN AÑOS

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Daniel Esteban @daga.ec

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