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República Sur
Imagen para lámpara mágica: © Museu del Cinema - Colección Tomàs Mallol (Girona)
the end
Las aventuras cinematográficas de Don Quijote Cuando pensamos en una novela, lo primero que nos viene a la mente es la complejidad de su trama, el universo que el autor nos ha creado, la solidez de sus personajes o la habilidad con que el escritor fue capaz de jugar con las palabras y el idioma. Sin embargo, si nos preguntamos por El Quijote lo normal es que en lo primero que pensamos sea en una imagen: la del hidalgo escuálido, las siluetas del caballero y su escudero, la de unos molinos...
CINE / VER MÁS PÁG. 14
punto seguido
columnistas RS
La novela Gráfica
Al otro lado del dial
Chorreras
Este artículo no persigue otra cosa que ser una breve reseña alusiva a dos autores que resultaron fundamentales en las décadas 70 y 80 del siglo pasado, en la todavía joven historia del cómic y solo abordará algunos aspectos gráficos parciales. Mi afición a este arte (sí, arte) y mi dedicación profesional durante una década a la ilustración me animan a escribirlo, aun con las limitaciones de mis conocimientos fragmentarios y la brevedad del espacio dedicado.
De alguien aprendí la diferencia entre las cosas trascendentales y las cosas efímeras; la diferencia entre lo atemporal y lo que se esfuma en el tiempo; entre lo que perdura con los años, sin darnos pistas de que pertenezca a alguna década y lo que se marca como decadente, caduco. Esa diferencia entre lo que se instaura y consolida versus lo que pasa como una estrella fugaz.
En mi primera visita a Cuenca, en noviembre de 2015, tuve el gran impacto de cruzar El Cajas por carretera desde Guayaquil. Aunque no salí del colectivo, esta primera experiencia fue inolvidable, no solo por la agilidad del conductor que parecía conocer en detalle cada curva de esta pista contrarreloj, sino por la variedad de climas a lo largo del camino.
Me llamo Juana Marcela Estrella Aguilar, nací de Fernando y Gloria un 20 de agosto de 1967, en la parroquia El Sagrario, en pleno centro, una cuadra y media más arriba del parque Calderón. Soy la menor de dos hermanas, en el zodíaco leo y cabra en el chino.
COMIC/VER MÁS PÁG. 4
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JULIO
entrevista RS
2016
Juana Estrella Treinta años en las tablas
Bauhouse Hostel Es un nuevo concepto de hospedaje de paso en Cuenca, en el cual los huéspedes contarán con servicios de primera calidad (wi-fi, directv, agua caliente, desayuno, actividades, tours, etc) a excelentes precios. Nuestra meta es que nuestros huéspedes se sientan como en casa, socialicen entre sí y tengan una experiencia inolvidable.
Esta Gaceta es un producto colectivo de apasionados por el arte y la cultura. Si quieres escribir, contáctanos a: republicasur2013@gmail.com.
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La no editorial - periódico crossing Pensábamos en qué hacer para que nuestras palabras lleguen a más gente y que la palabra de más gente llegue a nosotros. Se nos ocurrió un experimento. Siguiendo la iniciativa del bookcrossing, les proponemos lo siguiente: 1. Tomen una gaceta 2. Aprópiense de ella: escriban o dibujen algo. 3. Elijan un lugar público y dejen la gaceta para que alguien más la lea. 4. Envíennos una foto para hacernos saber que han participado.
CRÉDITOS Director: Jordi Garrido Subdirector: Gustavo Peribañez Editores: Camila Corral Escudero Jordi Garrido Gustavo Peribañez Impresión: República Sur Diseño y Diagramación: Dianola Vázquez Moreno Correctora: Camila Corral Escudero Autores de esta edición: Juan Fernando Bermeo Alexander Ávila Álvarez Xavo Gallegos Joaquin Garrido Marsal Rocío Pérez
Porque hay que decir
Porque hay que compartir
Porque no queremos que los periódicos desaparezcan
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Sebastián Zaldumbide Germán Gacio Baquiola José Manuel Castellano Gil Miler Lagos José Manuel Rambla
Juan Fernando Bermeo
Alexander Ávila Álvarez
Y si en los rezagos tuyos que dejaste en mi alma cupiera todavía más de esa lacerante sabia que acompaña a la memoria triste tendría que acostumbrarme aún al dolor de nuevas ausencias pasadas Tal vez el recuerdo no se supera cuando el corazón no quiere dejar de sufrir como el río no quiere dejar de correr aunque lo ensucies constantemente
Cuando el kraken hundió nuestra barca en el mar negro del café, te exfoliaste con el azúcar para diluirte en sus aguas y morir en todos los puertos. Estoico y necio me he sostenido un tiempo más del último calzoncito que, con tus manchas blancas, dejaste, el cual huelo como al cemento de contacto para que su aroma a muerte me trague, silenciosa.
O como los animales que son depredados que asisten invariablemente a la búsqueda de comida sabiendo que cada bocado podría ser el último porque la bestia que los comerá también tiene hambre
Las corrientes marinas han hecho de las aguas el tintero con el que se ha escrito toda la historia del hombre. Un oso polar duerme sobre un bloque de hielo manchado de sangre.
Tal vez
El Naufragio
Las reflexiones caóticas que me acosan son reflejos, involuntariamente lastiman y se me vienen a la boca como sí tu partida no hubiese significado el fin como sí el dolor todavía fuera legítimo y no retroalimentación El silencio y la madrugada son los únicos espejos y la compañía fortuita, momentos miméticos apresurados Tal vez la vida después del amor sea así de vulgar o tal vez la pelea sea de dos y no en contra de nadie Tal vez, la torpe necesidad de recordarte pese a todo sea la única enseñanza que me quedó tras tu partida (Cuenca, diciembre 2012)
Fotografías Xavo Gallegos
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Joaquin Garrido Marsal
La novela Gráfica
(izq.) Hugo Pratt y (der.) Jean Giraud
Este artículo no persigue otra cosa que ser una breve reseña alusiva a dos autores que resultaron fundamentales en las décadas 70 y 80 del siglo pasado, en la todavía joven historia del cómic y solo abordará algunos aspectos gráficos parciales. Mi afición a este arte (sí, arte) y mi dedicación profesional durante una década a la ilustración me animan a escribirlo, aun con las limitaciones de mis conocimientos fragmentarios y la brevedad del espacio dedicado. Los 70 y 80 fueron décadas claves en la evolución del cómic, pasando desde series o historietas breves de aventuras bélicas o no, cuyos destinatarios eran niños o adolescentes; por las románticas (para chicas); hasta la siembra a discreción de superhéroes de inequívoca impronta U.S.A, expresiones simbólicas de la galopante expansión norteamericana durante la 2ª Guerra Mundial y los años posteriores. En este período, la eclosión europea con temáticas diversas (underground, ciencia ficción, aventuras -esto siempre-, históricas, eróticas…), con grafismos novedosos y hasta rompedores, guiones cuidados y complejos y artistas de alto nivel, supusieron un salto cualitativo del mero pasatiempo y de la franca deriva ideológica (casi siempre reaccionaria), a la auténtica novela grá-
la época en el terreno del cómic (aunque el cine ya había dado vida a tipos similares). Es un nómada sin rumbo fijo, sin destino ni propósito definidos, una suerte de aventurero romántico que, ironías aparte, no renuncia a los Entre la pléyade de artistas que empren- principios que le sustenta: pragmático dieron este camino, he seleccionado e idealista, al tiempo, y conservando su a dos: Hugo Pratt (Italia 1927-1995) y integridad aun en los avatares más adMoebius (Francia 1938-2012), porque versos. Además, se muestra comprenson dos representantes icónicos del sivo (y beligerante) con “malos” de todo nuevo arte, cuya obra perdura hasta hoy pelaje, una especie de encarnación del mismo y porque un servidor es devoto anarquista sin bomba. Los escenarios son referenciales, escogidos especialde ambos. mente por su exotismo, pero nunca adHugo Pratt empezó su carrera imitando quieren un peso decisivo, no son más (sin paliativos) al norteamericano Mil- que el marco que sirve para la acción. ton Caniff hasta el punto que, en ocasiones, era harto difícil diferenciar los Durante este tránsito (casi un salto), personajes y el grafismo que utilizaba Pratt ha ido depurando y sustanciando de este último. Los guiones se circuns- su grafismo y ciñéndolo a lo fundamencribían a una serie de tópicos de la aven- tal, lo ha dejado prácticamente “en los tura policíaca de escasa sustancia (muy huesos”. Las tramas casi desaparecen, lejanos de la novela negra). La lectura los grises van perdiendo importancia de autores literarios tan sólidos como hasta casi desparecer, siendo sustituidos Jack London y Joseph Conrad, junto a por líneas fundamentales y violentas sus propias vivencias nómadas (vagó manchas de negro a pincel. Esta renuncon su familia por Europa, África y cia no es casual, y mucho menos simpliAmérica), alumbraron al personaje que ficadora, renuncia a todo artificio para le consagraría como uno de los grandes: subrayar la esencia, el vigor y la claridad del personaje central. Es un ejemplo de el Corto Maltés. expresionismo gráfico que solo cabe en Corto se convierte en el arquetipo de alguien con las ideas claras y sin miefica para adultos de cuidada e irónica prosa, acompañada de un bagaje artístico considerable que consagraba el medio como una nueva forma de arte. De la historieta ilustrada al cómic.
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do. Los personajes adquieren así una fortaleza y una energía inagotables. Yo mismo consideré durante algún tiempo que esto simplificaba la historia, pero afirma una esencia sin concesiones, valiente y decidida, de los personajes que la habitan. Así, es el guion el que suple las “deficiencias” de la falta de matices, un camino peligroso que Pratt resolvió con maestría. Ese tenebrismo gráfico de claroscuros a lo Caravaggio es tan exigente que pocos ilustradores además de Breccia y Sánchez Abulí se atrevieron a abordarlo, no creó escuela precisamente por lo arriesgado de su apuesta, pero tampoco lo pretendía. Precisamente por eso, su personaje Corto Maltés y sus historias son únicos en el mundo del cómic y de ahí su pervivencia. Los ilustradores detallistas y hasta minuciosos nunca agradeceremos lo suficiente que hubiera un tipo como Pratt dispuesto a llevarnos la contraria hasta el límite. El caso de Jean Giraud/Gir/Moebius es casi la otra cara de la moneda. Su virtuosismo gráfico con tramados personalísimos, su ilimitada capacidad de utilizar distintos grafismos según los personajes, la historias, los ambientes y atmósferas en las que discurren las
narraciones, lo convierten en un punto de referencia para cualquier ilustrador o lector dispuesto a asombrarse con el suntuoso despliegue visual que despierta.
oníricas tan reales como si las hubiese fotografiado. La indumentaria de sus personajes oscila entre la del explorador decimonónico de libro y el barroquismo veneciano, pasando por insólitos atavíos futuristas sin que el observador se sobresalte por la ucronía del ambiente descrito. Sus máquinas son una sabia síntesis de ingeniería de vanguardia y zoomorfismo barroco que las hace creíbles y cercanas. Sus animales fabulosos son la antítesis del dragón chino: existen en realidad aunque solo sean producto de la mente. Es imposible sustraerse a la fascinación de un mundo onírico tan realista. Todo está ahí.
Moebius trata el entorno ambiental como un personaje relevante (a veces incluso por delante de los personajes), y lo mima de una manera tan convincente que los mundos creados por él parecen naturales y hasta lógicos. Para ello utiliza panorámicas desde el punto de vista del lector o a vista de pájaro. Arquitecturas orgánicas fabulosas de creación propia, que, quien las vea, no echará de menos las construcciones clónicas que pueblan nuestras urbes. Uno puede Moebius alcanza tal virtuosismo gráfiverse a sí mismo residiendo en ciudades co que es capaz de construir personajes
históricamente reales como “El Teniente Blueberry” (firmado en esta ocasión como Gir) de tratamiento académico irreprochable, como imaginarios “El Incal”, “Arzak”, “El Garaje Hermético”, simplificar la línea o convertirla en expresiva, acentuar los volúmenes o sugerirlos, crear mundos o reproducirlos. A veces es difícil discernir entre ilustraciones y se las puede atribuir a autores distintos, ¡pero son logradas por las mismas manos! Un derroche de genio.
No es necesario tener alma de ilustrador o grandes conocimientos de dibujo para que podamos disfrutar de estos inconmesurables artistas, si ya sois aficionados al cómic, sus obras deben estar en vuestra estantería; y si no haSu fructífera asociación con Alejandro béis sucumbido todavía al virus comiJorodowsky resultó un espléndido aci- quero, no os los perdáis. Tal vez así se cate para sacar sus otros yo. En definiti- os encienda la bombilla de una afición va, con resultados tan diferentes y hasta y podáis corregir una laguna intelectual enfrentados, tanto Moebius como Hugo importante. Lo merecen los autores y os Pratt se han convertido en imprescindi- lo merecéis los lectores.
Hugo Pratt y su personaje Corto Maltés
Jean Giraud / Moebius
Jean Giraud / Moebius
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bles para todo aquel que considere que el cómic es más (mucho más) que la historieta, relato de superhéroes o la inflación del manga (al que Moebius ayudó a su penetración en Europa y después abominó).
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Sebastián Zaldumbide*
Al otro lado del dial
Rocío Pérez*
“Apaga la tele y lee” No puedo evitarlo, la televisión me produce urticaria. Es mirarla de reojo y empezar a picarme el cuerpo de los pies a la cabeza. Porque, cuando esa caja de imágenes programadas y discursos conducidos se enciende, nuestro cerebro se va apagando en una agonía directa y peligrosamente proporcional.
Por cada vago que alimentamos televisivamente y que nunca ha dado un palo al agua más allá de haber tenido la dudosa habilidad de copular o intentar copular con otro espécimen poco evolucionado de la raza humana -recuerden que raza solo hay una, no lo digo yo, lo dice la ciencia-, se nos suicida una neurona de ira, asco y vergüenza. Por cada ignorante arrogante al que aplaudimos y que se cree con la legitimidad, por haber cantado alguna vez las canciones de otros, de decir a alguien lo que tiene que hacer, creer, decir o incluso, ser, se nos funde una conexión neuronal. Por cada reality que seguimos y que nos hace soñar con una fama rápida, tóxica y desprovista de esfuerzo y humanidad, nuestro córtex se cortocircuita incrédulo y hastiado ante tal ofensa. Y es que, toda esta, digamos cortésmente, “inmundicia farándulera”, gana, en un día, a pulso de mando a distancia y decrecimiento neuronal, lo que nosotras y nosotros, obreros de escritorio, fábrica, construcción o campo, no ganaríamos en un año. Y eso, van a disculparme, es difícil de digerir cuando tu madre ha tenido que emigrar y dejarse la piel en tres trabajos a la vez para poder enviar un dinero con el que su familia pueda vivir y estudiar, o cuando tu hijo trabaja, estudia y colabora en casa, a la vez, para ser una persona mejor, más preparada y, además, ayudar a la familia. Yo no puedo, y ahí es donde empieza mi urticaria. Urticaria que aumenta con las telenovelas, culebrones o, lo que es lo mismo, “coge el pañuelo Pepe, que siempre hay una historia en la que poner atención más importante y más dramática que nuestras propias vidas”. Porque debe ser que tenemos las nuestras muy bien gestionadas y trabajadas. Telenovelas donde ser un capo de la mafia se convierte en un modelo a seguir para los jóvenes, ya que tener poder y dinero rápido parece fácil, posible y cercano. Donde el tipo de amor que vende la sufrida y dulce Margarita Adelaida de la Monógama Vagina, más buena que el pan y mujer de un solo varón -aunque el varoncito en cuestión se revuelque con otras tres o cuatro por temporada- denigra a las mujeres hasta las entrañas y las engaña haciéndolas creer que “el amor todo lo puede” o que “ellas, como Juanas de arco del amor, van a poder cambiar lo malo de los hombres”. ¿No será mejor y más fácil cambiar de hombre? Pero no. Nada más tiene que volver Luis Alberto de todos los Santos Erectos lloroso, despeinado y con un pan debajo del brazo para recuperar su “amor verdadero” y al fruto fetal entre ambos, porque lo de usar condón tampoco se lleva en las telenovelas. Por eso desterré mi televisión antes de que mi urticaria acabara conmigo a través de cantos, prédicas, discursos mañaneros, cacareos rosas o fútbol, ¡Oh!, ¡con el fútbol hemos topado!, este acontecimiento que paraliza países y revoluciones… cuánto tienen que aprender las protestas y las huelgas obreras… porque debe ser un honor ser un país campeón de fútbol del mundo, pero no ser un país con varios premios Nobel (aunque aquí, en petit comité, este señor Nobel y yo, tenemos nuestras diferencias). Desterré la caja boba hará unos cinco años atrás. Fue una de las más enriquecedoras decisiones de mi vida. Porque, seamos serios, eso de que “la televisión te hace compañía”, parece más que dudoso, puesto que hasta un geranio es capaz de escuchar mejor. Lo del monólogo, “mono”-“logo”, creo que queda suficientemente claro. Lo único que produce la televisión es un ruido de fondo, un ruido constante y continuo que se mete en tu cabeza, te seduce, te atrapa y no te deja pensar en nada más. Función para la que, básicamente, fue creada. Por ello, les propongo el ejercicio -ya saben que me gusta-, de silenciar ese ruido continúo en sus vidas y de escuchar el silencio. De escucharse a ustedes mismos. De escuchar a los demás. A ver qué pasa. Y, como decía La Bola de Cristal, un irreverente programa de televisión de los años ochenta que la casposa España no se ha atrevido a reponer jamás: “Apaga la tele y lee”.
De alguien aprendí la diferencia entre las cosas trascendentales y las cosas efímeras; la diferencia entre lo atemporal y lo que se esfuma en el tiempo; entre lo que perdura con los años, sin darnos pistas de que pertenezca a alguna década y lo que se marca como decadente, caduco. Esa diferencia entre lo que se instaura y consolida versus lo que pasa como una estrella fugaz. Tengo algunas recomendaciones que encajan plenamente en el lugar de las cosas que están ahí, atemporales, trascendentes -no se trata de hits, estos más bien vendrían a ser estrellas fugaces que llegan, están y pasan- y que acertadamente se quedan en la memoria colectiva por mucho tiempo, pero por otros factores. Acá la cosa va en serio, y no se trata de botellas de plástico para dar agua a todo el mundo. Es solo para algunos. Para ustedes. A Patrick Watson lo conocí recientemente tras la publicación de su disco Love Song For Robots el año pasado y fue suficiente para que me aventure a recorrer la discografía e historia del músico nacido en California, pero con toda una vida en Quebec, Canadá. Así me encontré con el disco Closer To Paradise (Secret City Records, 2006), toda una obra de arte, de esas que traspasa no solo fronteras, sino barreras de tiempo. La instrumentación que utiliza Watson para “dibujar” el paisaje sonoro que significa este disco es simplemente asombrosa. El piano, como instrumento central, se deja secundar por un ensamble de cornos, trombones, cuartetos de cuerdas, marimba y hasta un banjo con papel de protagonista en uno de los temas. Es verdad. Lo que escucho está fuera de lo convencional; y por más compleja que suene la descripción, lo de Patrick Watson es accesible para todos. Vamos, en algún momento creí que el “buen gusto” era solo para algunos; pues sí, para los que quieren acercarse a él. The Seldom Seen Kid (Polydor, 2008), disco de Elbow, originarios de Manchester, me causa la misma sensación. Otra joya atrapada en el no-tiempo, de esas que se escuchan y no se puede adivinar con certeza a qué año, década o época corresponde. No recuerdo bien cuando fue mi primera vez con Elbow, pero desde aquel entonces quedé enganchado con su música. The Seldom Seen Kid tiene las texturas más impresionantes y precisas que en estos tiempos uno puede imaginar. Espero algún día tenerlo en vinilo. Vale toda la pena. Lo siento, pero estas “obras de arte” seguramente no llaman en lo más mínimo la atención de las nuevas generaciones. Y a la vez, no lo siento tanto. Esto no habla de sexo, drogas y rock and roll; va más allá de todo eso. Esto es, digamos, ¿verdadero?. Belleza pura. Como el disco de Lambchop, bautizado como Nixon (Merge, 2000). Sí, lo dedicaron o mejor dicho, es un álbum concepto acerca del infame Richard Nixon. Aquí también hay un compendio de sonoridades que incluyen pasajes orquestales, percusiones orgánicas, y coros cuasi sublimes; en un paseo que hay que darlo de vez en cuando y repetidas veces. Es en serio. No todo es lo que está de moda o lo que estuvo de moda. ¡No todo es Pink Floyd!. Hay más por descubrir, obras que ni siquiera intentan o esperan estar en la boca/oído de todos. Pruébenlo por ustedes mismos, luego decidan si vale la pena o no. O si prefieren quedarse apenas con la espuma de todo un vasto océano de sonidos que está enterito por descubrir. Esto es solo una muestra. Hasta entonces. (izq.) Closer To Paradise (Secret City Records, 2006). (cen.) The Seldom Seen Kid (Polydor, 2008). (der.) Nixon (Merge, 2000).
* Doctora sin bata. Viajera, antropo(i)log(ic)a, feminista y amante del buen vino. Obrera de escritorio aficionada a la locura pseudocontrolada y la búsqueda de un mundo mejor. Piensa que existen momentos de felicidad, pero que nunca hay que perder de vista que no todo el mundo la tiene. En los días malos renueva su carnet en una sociedad secreta que aboga por la extinción de la raza humana.
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*Comunicador, músico y, sobre todo, melómano. Ha sido conductor de diversos programas en radio Antena, entre los que destaca “Elepé”, dedicado a rescatr el nostálgico sonido del acetato y a contar las historias que existen dentrás de las colecciones y los coleccionistas locales.
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Dr. José Manuel Castellano Gil (PhD)
ALENA KÁRPAVA: UN RECORRIDO PICTÓRICO DE UNA CIUDADANA DEL MUNDO Germán Gacio Baquiola*
COLUMNA POLÍTICA 2
El TRiUMPfo del Imperio Hace décadas ya, nos han acostumbrado, incluso en las grandes salas de cine, a evidenciarnos de modo sumamente explícito la idea de la Rebelión, tratando así de vaciarla de contenido y banalizarla. No es necesaria ya, por ejemplo, la contrainteligencia del Pentágono o la censura en los guiones de Hollywood. Ahora, allí brillan los héroes rebeldes-antisistema, los antagonistas del poder opresor. Para comprobarlo bastaría ver algunas de tantas películas como V for Vendetta, Los Juegos del Hambre, Star Wars, entre otras. ¿Nos sorprende, entonces, esta nueva caricatura de la política financiera estadounidense, quien, con total sinceridad (sin imperativos categóricos universales que bloqueen -por moralidad o buen comportamiento- su discurso) nos vende la idea de un país justo, igualitario, libre e independiente? ¿Nos sorprenden sus dichos sobre la necesidad de torturar a los “terroristas del mundo”, o bien, sobre construir un muro con el país del sur para impedir el libre tránsito de personas?
Alena es rusa, yo canario. Yo soy de izquierda, ella no tanto. Elena busca su nacionalidad perdida, yo soy un convencido antinacionalista. Y a pesar de nuestras diferencias, somos grandes amigos, hermanos. Alena o Elena, como suelo llamarla, es, por encima de todo, una mujer hasta el tuétano comprometida con su trabajo. En la docencia universitaria derrocha toda su energía y entusiasmo, batalla diariamente con los jóvenes estudiantes de la UNAE como si fueran sus propi@s hij@s, les exige con estricto rigor y los defiende como una loba a sus cachorros.
La reacción de la gente que aún conserva algo parecido al pensamiento crítico es, sin embargo, el pavor ante este sujeto/objeto del mundo financiero republicano. La reacción de los inocentes del mundo, aquellos que todavía anhelan al Imperio como fuente de felicidad es, por otro lado, el pensar que ese horizonte deseado se alejará un poco más.
Elena cuenta con una amplia y dilatada trayectoria formativa y con una brillante experiencia científica. Es una mujer de Paz, una de sus principales líneas de investigación. Y su "Paz" la dibuja, la pinta, la busca y la reencuentra en el paisaje de cualquier rincón de este planeta, a donde le lleva su diáspora vital y profesional.
Luego de analizarlo desde varias aristas, me inclino a reaccionar a través de la duda. ¿No sería acaso aleccionador para aquellos inocentes descubrir la realidad de la política norteamericana, actualmente escondida en las mentiras y la pantomima demócrata? ¿No sería acaso un gran catalizador para el mismo pueblo americano contar con un tirano de semejante calaña para dejar su comodidad, movilizarse, salir a las calles y destronar por primera vez en su historia a un presidente?
Y ahora la exhibe en este sagrado recinto de la cultura cuencana, ideado por dos valencianos, los amigos Jordi y Gustavo, a quienes felicito por esa ingente labor solitaria que llena, sin duda, todo un espacio de cultura. República Sur es un eje referencial para esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, que no es mi segundo hogar, sino mi casa.
Tal vez, dudo y pienso, la sinceridad atronadora de este empresario acompañada de su brutalidad y falta de tacto político, sean por primera vez una desgracia positiva para el mundo. Tal vez, dudo y pienso, la sentencia que estos días lanzó Donald Trump a propósito del BREXIT, termine siendo verdad una vez él llegue a la presidencia: "[Los ciudadanos de Norteamérica] Tendrán la oportunidad de rechazar el actual gobierno global de la élite para lograr un cambio real capaz de instaurar un gobierno de y para el pueblo”.
Casualidad de la vida o no. Mi ciudad originaria, San Cristóbal de La Laguna (Tenerife-Islas Canarias) es casi una gota de agua de esta Atenas ecuatoriana. Y tanto es así, que además ambas ciudades compartieron su nominación de Patrimonio de la Humanidad el mismo año, 1999, en Marrakech. Lazos históricos de sangre, porque Canarias forma parte también de "Nuestra América", la de José Martí y Simón Bolívar. Elena no es una migrante, es una ciudadana del mundo, que lleva a cuesta su maleta donde siempre hay espacio para sus pinceles, sus colores, aunque le duela el alma dejar atrás hasta su corazón. Ella, sin saberlo, es de donde está, de donde proviene y de donde ha de estar. En ese trayecto absorbe esencias y enjuaga su paleta con colores de paz para trazar en sus telas gruesas pinceladas de reencuentros. Elena reconoce con hondo dolor que ya ha recorrido demasiado mundo y que en ese camino ha perdido sus señas de origen. Yo no estoy de acuerdo. Pues, en ella se combina los colores de "todos", en ella se funde las esencias de una identidad compartida, "humana" y "humanista", en la que es capaz de transmitir aprecio y amor a la Pachamama, a paisajes multidiversos que atrapa en sus cortos o largas estancias para recordarnos a todos las sensaciones que hemos dejado atrás.
*Gestor cultural, editor, librero y cineasta. En 2003 cofunda la editorial NULU BONSAI y actualmente dirige la Editorial La Caída (donde ha publicado al menos a unos 8 autores ecuatorianos contemporáneos). En 2010 crea el proyecto Corredor Sur Editores (Alianza estratégica de editores independientes) con el que realiza actividades en fomento a la lectura y la circulación del libro en todo Latinoamérica, participando en más de 100 ferias del libro a nivel continental.
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Gracias, Elena, por este hermoso regalo que nos colma el alma de emociones refrescantes y, sobre todo, nos permite un necesario reencuentro con nuestras esencias compartidas: desde unas simples margaritas a los campos de Granada; desde la niebla al riachuelo de Sierra Nevada; desde el otoño ruso al Cotopaxi; desde el deshielo en Belarús a algún lugar de Ecuador; desde la mañana primaveral rusa al tren de la Nariz del Diablo; desde el Santuario de la Virgen de la Nube en Azogues a un inicio del día; y desde algún lugar del mundo a la sabiduría. Gracias Elena.
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Miler Lagos
Chorreras
Artista colombiano Miler Lagos XIII Bienal de Cuenca. ARCHIVO BIENAL.
En mi primera visita a Cuenca, en noviembre de 2015, tuve el gran impacto de cruzar El Cajas por carretera desde Guayaquil. Aunque no salí del colectivo, esta primera experiencia fue inolvidable, no solo por la agilidad del conductor que parecía conocer en detalle cada curva de esta pista contrarreloj, sino por la variedad de climas a lo largo del camino. A pesar de que se trató de un rápido vistazo al paisaje que cambiaba a medida que ascendíamos por la sinuosa carretera, me cautivó la vista del páramo, en especial cuando llegamos a la cúspide de la ruta, en el punto de Las Tres Cruces. Desde allí, las altas montañas parecían aterciopeladas, cargadas de una energía especial, llenas pureza y bañadas de agua cristalina por doquier. Sabía que desde el interior del pequeño bus solo podría ver una porción de este maravilloso lugar, observaba como pequeños hilos de agua conectaban una laguna con otra, en un entramado sistema acuífero del cual más abajo vería formarse el río Tomebamba y cuyo curso seguiríamos hasta llegar a Cuenca. Una vez en la ciudad, la belleza de este río aparentemente calmado y puro capturó aun más mi atención. Su transparencia me hizo sentir desafortunado de mi ciudad natal, Bogotá, donde nunca hemos protegido los ríos, sentí envidia de la buena, sentí de inmediato que Cuenca no solo era valiosa por su arquitectura, sino también por estar bañada por el agua que nace en El Cajas y que es irrigada por el Tomebamba (antiguamente llamado Julián Matadero), además de otros afluentes importantes entre los que se encuentran el Tarqui, el Yanuncay y el Machángara, igualmente por arroyos y quebradas. Pensé que en esta ciudad los habitantes han tenido conciencia de su fortuna y han tratado de proteger su patrimonio al tiempo que veneran sus ríos. Pero si no fue así, seguramente la naturaleza les ha enseñado a convivir con ellos. Cuando fui seleccionado para la XIII Bienal de Cuenca, pensé de inmediato en el río Tomebamba, recordé un par de caminatas por su ronda en el Paseo 3 de Noviembre, donde, mirando sus cristalinas aguas y la fuerza con que golpeaba las rocas, imaginé que tal vez este fluido podría
servir como energía motriz para alguna escultura efímera; recordé como esos pequeños hilos de agua o chorreras cargadas de energía descendían desde lo alto de las montañas y se sumaban para crear este gran caudal; toda esta energía de seguro movería una rueda de madera. Es así como propuse el proyecto Chorreras, que consiste en un molino de elevación de agua, el cual incluye una rueda de seis metros de diámetro que aprovechará el caudal para elevar y descargar el agua que luego descenderá por una serie de plataformas a modo de cascadas. En sí mismo, este proyecto es una escultura dinámica que presenta este valioso fluido como materia plástica. Guiado por la intuición y desconociendo en detalle la Historia local, llegué a la idea de un molino que aprovechara los atributos del río con la intención de resaltar su fuerza y energía. Sin embargo, la idea no fue novedosa porque, aunque no muy visibles en la actualidad, encontré que los molinos se hicieron presentes en la región desde tiempos de la Colonia, en un principio para moler cereales y siglos después para la generación de electricidad. Traídos por los españoles, los primeros molinos se construyeron apoyándose en las estructuras hidráulicas desarrolladas con anterioridad por los incas para el riego de cultivos, haciendo nuevas derivaciones o aprovechando los arroyos que también desembocaban en el Tomebamba. Molinos como el construido por Rodrigo Núñez de Bonilla en el sector de Todos Santos hacia el año 1540; el molino de Pedro Martín Marchán que colindaba con el anterior; el molino de La Virgen del Río en la zona del actual puente Centenario o los del Batán en las inmediaciones de la “Isla de los Poetas”, los cuales también datan de mediados de siglo XVI. Al parecer el aumento en la construcción de estos mecanismos para el procesamiento industrial de cereales llegó a ser masivo, derivando en posteriores disputas legales por el uso del agua (remito a El río Tomebamba en la historia de Cuenca, de Margarita Vega de Córdova). Intuitivamente, la idea de usar la fuerza de este río como energía motriz para una obra artística me llevó a descubrir una ciudad desarrollada gracias a sus ríos, la ciudad de los molinos, Cuenca, la Ciudad del Agua.
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Inicialmente, propuse esta intervención in situ en las adyacencias del Puente Centenario, justo en el centro de la ciudad, en un lugar que pensé podría ser protagónico; por un momento le di más importancia a la espectacularidad que podría tener un gran molino movido por el río que elevara el agua de su propio cauce, pero prestaba menos atención a lo más importante: el río mismo. Al hacer conocer la propuesta al equipo de la Bienal, no se hicieron esperar las advertencias sobre la imposibilidad de pronosticar una crecida y por ende de mitigar la inseguridad que representaba no solo para el molino sino para el personal de montaje y para curiosos intrépidos que quisieran acercarse a la obra. Me contaron historias de puentes destruidos por la fuerza del río, de muertos y desaparecidos ahogados en sus entrañas. Más aún: de porqué se llamaba Matadero o Julián Matadero; de porqué los incas tuvieron que construir una muralla en piedra de varios metros de altura para evitar que las aguas arrastraran consigo las terrazas de cultivo en la zona de Pumapungo, o de porqué existe un mirador llamado Puente Roto, en fin, de porqué alguien te puede decir: No te quedes mirando el río que te puede llevar. De repente, esa corriente pasiva y transparente se transformó ante mi incredulidad en un mortal monstruo capaz de sacudirse y despojarse de todo aquello que no le pertenece o que simplemente no quiere aceptar. Por todo lo anterior se hizo imprescindible hacer un nuevo viaje de reconocimiento, en el cual, con la asesoría de ingenieros y autoridades locales, pudiera ver el río con otros ojos, con una mirada atenta, tratando de reconocer en él su naturaleza, sus dinámicas y transformaciones, procurando establecer un dialogo entre él y mi propuesta de encontrar un lugar dentro de su recorrido en el que me sea permitido intervenir con el arte sin provocar su furia: un espacio escultórico donde el presente se conecte con el pasado y donde la Historia sea un reconocimiento a su vital importancia, pero también un señalamiento a su nacimiento allá arriba, en el lugar sagrado donde la madre naturaleza se manifiesta, en ese lugar conocido como El Cajas.
Miler Lagos (Bogotá, 1973). Graduado en Artes Plásticas por la Universidad Nacional de Colombia, realizó estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad de América en Bogotá. Ha realizado programas de residencia artística en Londres, Berlín, Toronto, New York y Medellín. Durante su carrera ha participado en numerosos encuentros internacionales, entre los que se destacan la Bienal de Site Santa Fe (Nuevo México), Philagrafika (Filadelfia), Bienal de las Américas (Denver), II Trienal Poligráfica en Puerto Rico, Valparaiso-Intervenciones en Chile, Bienal de Bogotá, el Encuentro de Medellín. Su obra forma parte de reconocidas colecciones institucionales como el MUAC (Ciudad de México), CIFO y Rubell Familly (Miami), Instituto Puertorriqueño de Cultura, Harvard University, JPMorgan Chase Art Collection, Banco de la República de Colombia, Museo de Antioquia, Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Museo de Arte Universidad Nacional de Colombia.
MIÉR
6 JUL
MIÉR
29 JUN
JULIO 2016
“MI YO MISMO” de Lore Maldonado y Maël Medina.
19:30 Presentación del libro Infantil:
JUEV
7 JUL
JUEV
30 JUN
TELEBIT, INVERNESS Y LA MÁQUINA CAMALEÓN ...
21:00 Concierto:
VIER
VIER
JUL
8 JUL
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“HISTORIA GRÁFICA DE LAS CASAS FLOTANTES EN ECUADOR” de José Manuel Castellano (ESP).
19:00 Presentación del libro:
Entrada: $4
ACROBACIA, TELAS, LIRA, TRAPECIO, CLOWN, CONTORCIÒN, MUSICA ... Suryarte presenta su colectivo SER CIRCO, conformado por varios artistas
20:00 Varieté de Circo
SÁB
9 JUL
21:00
SÁB
2 JUL
Entrada: $7
Cumpleaños Gus: 40 Birthday
16:00 Vivre sa vie 83 min Director: Jean-Luc Godard Año: 1962
DOM
10 JUL
16:00 Masculin, féminin 103 min Director: Jean-Luc Godard Año: 1966
DOM
3 JUL
AGENDA cultural
18:00 The boy and the Beast 119 min Director: Mamoru Hosoda Año: 2015
18:00 Demolition 100 min Director: Jean-Marc Vallée Año: 2015
MIÉR JUE
19:00
JUE
14 JUL
Alena Kárpava:
VIER
DOM
16:00 Alphaville 99 min Director: Jean-Luc Godard Año: 1965
24 JUL
21h00
VIER
15 JUL
18:00 A Bigger Splash 106 min Director: Jack Hazan Año: 1974
Tributo: Heroes & Bunbury Cover: $5
Concierto:
JUEV
28 JUL
2. Libro: “UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LOS SUCESOS” de Andrea Torres Armas.
1. Novelas de SANDRA ARAYA: “La familia del Dr. Lehman” y “Orange”.
19h30 Presentación:
Boards y El Extraño. Acompañando: Dj. Set: A1X Cover: $8
21:30
SÁB
16 JUL
21:00 Cocierto: Soul
18:00 La patota 103 min Director: Santiago Mitre Año: 2015
República Sur
DOM
16:00 Notre musique 79 min Director: Jean-Luc Godard. Año: 2004
31 JUL
AGENDA cultural
Presentación de a banda por primera vez
SÁB
30 JUL
16:00 Le mépris 102 min Director: Jean-Luc Godard Año: 1963
DOM
17 JUL
Julio 2016 / Dir.: Presidente Córdova 5-55 y Hno. Miguel / Télf.: 0987706450 - 2844634 / Email: republicasur2013@gmail.com /
Cover: $8
Ave Jaramillo y Pancho Vinachi
20:30 Stand Up Comedy:
JUL
Un recorrido pictórico de una ciudadana del mundo.
JULIO 2016
18:00 As Mil e Uma Noites: Volume 1 125 min Director: Miguel Gomes Año: 2015
José Manuel Castellano Gil (PhD) / Profesor Universidad Nacional de Educación de Ecuador (UNAE)
A PROPÓSITO DEL LIBRO "HISTORIA GRÁFICA DE LAS CASAS FLOTANTES DEL ECUADOR" Un elemento clave a lo largo del proceso evolutivo del ser humano ha sido su constante capacidad adaptativa y su cultivada habilidad por obtener respuestas para subsistir y desarrollarse en comunidad. Ese continuo aprendizaje, síntesis de una observación directa sobre el medio natural en el que se desenvuelve, y su acumulación de experiencias conforman su aparataje cultural, tecnológico y científico en cada momento histórico. En ese sentido, la balsa o casa flotante constituyó un elemento significativo de adaptabilidad, que no ha contado hasta el presente con un reconocimiento histórico, patrimonial ni cultural. Su percepción e identificación en Ecuador han quedado restringidas a un segmento social minoritario en precarias condiciones, que no ha tenido los medios ni la capacidad reivindicativa adecuada para defender su propia tradición, como tampoco le han concedido el espacio apropiado para ser escuchados. El cantón de Babahoyo, cabecera provincial de Los Ríos, es hoy día el último reducto territorial ecuatoriano donde se emplaza este tipo de manifestación constructiva ancestral. La situación actual que presenta ese complejo flotante es de extrema gravedad: se encuentra al borde de su extinción definitiva, más si no se adoptan medidas urgentes al respecto. En estas últimas décadas se ha corroborado un rápido descenso en el número de balsas flotantes: a finales de la década de los ochenta del pasado siglo XX se contabilizaban unas 180 viviendas flotantes a ambas orillas del río de Babahoyo, en 2012 se reducía a medio centenar y ya en 2016 subsiste a duras penas una docena. Esa progresiva reducción ha venido determinada por la intervención directa de las distintas políticas de reubicación emprendidas por el Municipio de Babahoyo desde mediados de los años noventa del siglo XX y por el reasentamiento llevado a cabo en estos últimos meses por el Ministerio de Vivienda de Ecuador (Miduvi). Estas intervenciones venían argumentadas desde la esfera institucional como un intento por transformar un escenario de marginalidad y pobreza. Esa medida adoptada, a nuestro juicio, no abordó la verdadera “cuestión de fondo", pues el proceso de desmantelamiento de las balsas —ubicadas en un espacio de crecimiento y adecuación de la Ciudad— parece responder más a un instrumento de planificación insertado en el proyecto de regeneración urbana del malecón de Babahoyo planeado por el Municipio, que a una estructurada política de acción social. Resulta evidente que en esa toma de decisión no se entró a valorar “la raíz del problema”, que es eminentemente social. Pues un "problema social" de estas características no se re-
suelve unilateralmente a través de una política de desalojo y/o reubicación. Además, a corto plazo estas reubicaciones pueden agudizar y acentuar aún más el estado de precariedad y marginalidad social de este grupo humano, ya que se ha provocado una ruptura y desvinculación con un medio que al menos le permitía una subsistencia en torno al río (poco más de un 1/3 se dedicaban a la pesca y casi un 20% de las mujeres a la lavandería). De modo que los reubicados han perdido las escasas herramientas de producción de que disponían. Estas políticas de reubicación tampoco vinieron acompañadas de un paquete de medidas dirigidas a fomentar una reinserción social y laboral de los balseros. En definitiva, la reubicación no da respuesta al problema social existente. Por otro lado, la adopción de esta decisión tampoco parece haber evaluado el contenido histórico-patrimonial de las balsas flotantes, como un instrumento de consolidación identitaria fluminense, ni contemplado su enorme potencial como recurso múltiple, tanto en la articulación y diseño de la nueva ciudad, como en su posible contribución como agente impulsor de un desarrollo local sustentable. Esta dinámica va a tener como desenlace la liquidación definitiva del último vestigio de una "cultura anfibia" asentada en Ecuador, la desaparición de un patrimonio único, exclusivo y singular en el marco ecuatoriano, y la pérdida de un patrimonio material e inmaterial asociado, que en épocas pasadas contribuyó sin duda a la integración del espacio y a la conformación nacional. Ante este panorama, y con la finalidad de invertir esta tendencia, presentamos en 2015 un proyecto de revalorización de estos inmuebles flotantes, bajo una perspectiva de desarrollo local integral, al Gobierno Descentralizado Municipal de Babahoyo y a otras instituciones. Sin embargo, nunca se obtuvo respuesta alguna al respecto. Afortunadamente, la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión" acogió, desde un primer momento, y con gran interés y entusiasmo la propuesta de edición del libro Historia gráfica de las casas flotantes en Ecuador. En su estudio preliminar se aborda el importante papel histórico que este tipo de hábitat supuso para Ecuador, y se enriquece, además, con una amplia selección gráfica que intenta cubrir los últimos cinco siglos. Debemos señalar que esa publicación nacía con la idea de sensibilizar a los responsables públicos, a los agentes culturales y a la sociedad en su conjunto sobre la necesidad de preservar, conservar, difundir y provocar un reencuentro con un patrimonio ancestral casi desconocido y que, además, puede convertirse en un motor de desarrollo económico, social y cultural sostenible, complementario y diversificado en el ámbito cantonal y provincial.
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RÉQUIEM POR UNA CULTURA DEL RÍO
Palo de balsa, caña guadúa y bijao, a orillas del río Bodegas, mecen con nobleza la ancestral morada. Brisas de sustento colman su espacio y tiempo, mientras tierra, agua y hogar forjan indeleble su memoria. Siglos tras siglos, altiva ante la correntía invernal, serena al canto de sus aves fluviales. El desdén con dureza recién golpea, la cruz del progreso mata de igual manera, levanto mi voz y alzo mi esfero. Silencio, desidia e indolencia todo lo llena, petrificada loza amordazada, que deshace huellas, desvanece atisbos y acalla suspiros. Una cultura fenece, la gente del río desaparece, Balsas, a orillas del río Babahoyo, ya abatidas y moribundas quedan. JMCASTE
REPÚBLICA SUR acoge, el próximo 8 de julio a las 19:00 h., la presentación del libro "Historia gráfica de las casas flotantes del Ecuador", recientemente editado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión" de Quito, a cargo del Dr. Alexander Mansutti (PhD), Dra. Adriana Rodríguez (PhD) y el Dr. Jose I. Herrera (PhD) y contará, además, con la presencia de su autor.
Juana Estrella
Treinta años en las tablas.
Me llamo Juana Marcela Estrella Aguilar, nací de Fernando y Gloria un 20 de agosto de 1967, en la parroquia El Sagrario, en pleno centro, una cuadra y media más arriba del parque Calderón. Soy la menor de dos hermanas, en el zodíaco leo y cabra en el chino. Desde niña amé el teatro, lo hacía en casa para la familia y en el colegio, mis compañeras fueron mi primer público. Estuve en todos las actividades artísticas del colegio, teatro, música, etc. Luego ingresé a la Escuela de Letras en la Universidad de Cuenca y, al mismo tiempo, empecé a estudiar teatro. Fui una autodidacta, lo estudié por aquí y por allá. Mis primeros talleres formales de teatro los recibí del Departamento de difusión cultural del Banco Central, en esa época (años 80) eran organizados por Pablo Aguirre y posteriormente por Jorge Dávila Vázquez. Mis maestros fueron Christoph Baumann, Guido Navarro, Vinicio Jáuregui, José Vacas, Pepe Morán, Carlos Michelena, Iván Morales, Arístides Vargas, Marcelo Gaete, Felipe Serrano Vivar, entre otros. Formé parte de varios grupos en mi ciudad y posteriormente en la ciudad Quito, pero básicamente soy una actriz en solitario y eso me permite trabajar con varios grupos y colegas. He realizado muchas obras de teatro en estos 30 años que estoy cumpliendo como actriz, y desde hace 12 años me he dedicado a hacer monólogos o unipersonales. Mis obras hablan desde mi feminidad y desde mi sentido del humor, la comedia es la forma más seria que tengo para contar historias. He participado en muchos festivales de teatro a nivel nacional e internacional. He hecho películas y varias series para la televisión y la web, pero amo por sobre todo el teatro, ese es mi oficio y mi nave nodriza. Soy mamá, esposa, hermana, hija, amiga. Me gusta leer, tejer y tomar té, y me encanta ser cuencana y saber que cuento con este maravilloso público, ese es mi mayor regalo. Juana Estrella
¿Dónde, cuándo y cómo surgió tu vocación por el teatro? Bueno, soy hija de una generación muy especial, por ahí quiero comenzar. Esa década mía de los 80, esos padres sesenteros tenían la cabeza más abierta... siempre estuve rodeada de arte, por suerte. Tengo muchos familiares escritores, reconocidos además, entonces para mí el arte es como respirar. Tengo también un tío en el teatro, el gran Paco Estrella, famoso en la década de los 50, un
comediante nato. Yo desde niña estaba metida en todos los grupos de teatro, surgió de una manera muy natural en mí, pero la decisión de hacerlo como oficio la tomé en mi adolescencia, en esa época revolucionaria. Yo era izquierdista, roja, hippie de alma toda la vida. Estudié Literatura porque no existía aún Arte Dramático en Cuenca. En la Universidad tuve una serie de profesores locos que metieron la semilla del teatro en mí: el Cuchucho Jara, Jorge Dávila Vázquez, Felipe Aguilar, espectaculares maestros, y como ya amaba las tablas me dije: "voy a dedicarme, a ser autodidacta". Empecé a viajar a Quito a formarme en talleres, en paralelo, mezclando mi carrera de Letras con el teatro. Comencé a actuar de manera profesionalmente desde la primera obra: me subí a actuar en un teatro y empecé a cobrar entrada Esa fue una época revolucionaria de las artes en América Latina en general, ¿cómo era el teatro en Ecuador? Obviamente era un teatro comprometido, aquí estuvieron los "duros" de América Latina: el teatro libre de Córdoba, María Escudero, que tenía un teatro con mensaje, también Marcelo Gaeza y Arístides Vargas. Tengo la gran fortuna de haber pertenecido a esa generación, soy su resultado. El teatro se formaba en esas trincheras del movimiento de la izquierda, de estar en grupos culturales o del teatro universitario. Lo nuestro era un teatro de barricada, me gusta hablar de eso porque ya se acabó, ahora los lenguajes son otros, la comunicación y lo mensajes también.
El teatro era un hobby, no un oficio, era más difícil conseguir apoyo y apertura, por ejemplo, casi que teníamos que ir mendingado de imprenta en imprenta por 100 afiches. En aquel momento el afiche era todo. Te formabas desde abajo, es verdad, incluso pegando los títeres con pegamento. Pero era lindo reunirnos entre todos los colegas a hacer la producción, los títeres, los carteles... era una gran época de la que me hiciste acordar. En este contexto colectivo, ¿cómo fue el hecho de ser mujer? Nunca sentí discriminación como mujer, por lo menos en el medio en el que he vivido, nunca sentí esa presión sobre mí porque yo no lo permití. Yo hago obras superfemeninas y el primer grupo de teatro formal que tuve estaba conformado por seis hombres y yo, yo era un hombre más y ellos eran 6 mujeres más. Nunca limpié las cosas ni hice la comida, no las ejercí ni de mamá. Era hippie, mi mama decía que hacía lo que me daba la gana. ¿En qué momento te independizaste de los grupos y empezaste con los monólogos?
Después de 30 años de trayectoria en el complejo mundo del teatro, ¿cómo ha ido cambiando este mundo en el que te mueves?
Poco a poco el teatro colectivo se fue mezclando con el actuar en solitario. Este andar sola fue evolucionando hasta que hace 15 años cogí ese camino que me ha hecho sentir el teatro más profundamente, porque yo misma produzco mis obras, es decir, elijo quien escribe, quien me dirije, quien hace el cartel. Cada obra mía es un taller, entro con el director a aprender, a seguir aprendiendo... y aprendo más que los jóvenes porque ellos saben más que yo, ya que no tuve escuela formal. Me falta la bola, pero voy cultivándome cada día.
Pues aquella era una época de "todos hacemos todo", no había tanta diferenciación de roles. La creación colectiva para mí es importantísima, los textos colectivos eran generosos, todos aportábamos y nacían obras preciosas.
Así es como este mundo de los monólogos me ha abierto a conocer diferentes personas, experimentar y viajar mucho: el teatro ha sido el más grande pretexto para viajar. Estos unipersonales me han permitido recorrer mucho
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más que en grupo, mis obras caben en una maleta, no pesan más de 23 kilos porque eso es lo que deben pesar para viajar en un avión.
gestores culturales culturales independientes y ya se van creando espacios interesantes como Sono, el Avispero, República Sur. Eso me encanta.
¿Alguna anécdota de esos viajes?
La formación personal es lo importante ¡y la constancia! Ahora ya tenemos palabras mayores en Cuenca como Mabel Petroff, Monserrath Astudillo o muchas chicas jóvenes que se están ganando su puesto. Lo que hay es mucha competencia en nuestros días, lo que es bueno, pero no tiene que haber esos celos y envidias, que también las hay, ni esa quejadera excesiva sobre la falta de apoyo de las instituciones y el Estado.
Obvio, por ejemplo la primera vez que me invitaron a Honduras, dentro del hermoso Circuito Lagartija Centroamericano(al que pertenezco). Cuando salí de mi monólogo, la directora del Festival entró al camerino y con un cara muy compungida, me dijo: “De verga”. Yo me quedé encerradita casi llorando sin salir de ese camerino, pensando: "la fregué". Salgo al rato y otro compañero me dice tambíen "de verga", ahí empecé a entender que los hondureños manejan la verga de mil maneras y que lo que en realidad me estaban diciendo era que la obra estuvo estupenda. Ellos tienen un abanico de vergas y ahora yo puedo decir que manejo la verga muy bien [risas]. Como esta, mil anécdotas... pero lo de Honduras me enseñó a aprender de mis emociones. ¿Hay algún proyecto, algún sueño que te quede por cumplir? Realmente no, el sueño cumplido es el "Monologo de la Escoba”. Veinte años perseguí ese sueño y él a mí, al final logré esa recopilación de anécdotas cuencanas que tenía pendiente desde que empecé en el teatro . En estos momentos ya no hago nada que genere en mí conflicto, sufrimiento o relajo interior. Soy una mujer muy cómoda conmigo misma, tengo tres proyectos y van a salir, hago las cosas para disfrutarlas mucho Hablando de géneros, ¿siempre te dedicaste a la comedia?, ¿supiste desde joven que eras una comediante? A mí me dijeron que era comediante, yo no sabía. Lo cierto es que amo el sentido del humor, es muy importante para mí en la vida y mi gente tiene que tenerlo, es uno de los rasgos en los que me fijo. Yo me río todo el tiempo. Me muevo ya mucho tiempo en ese ámbito, desde mis comienzos me encuentro relacionada con el humor y me encanta, pero sí soy capaz de hacer drama, tragedia y lo he hecho, aunque siempre vengo, voy y vuelvo a la comedia. ¿Cómo ves en estos momentos el panorama del teatro en el Ecuador? El otro día coméntabamos un colega y yo que hay un silencio en el teatro desde el final de los 60 hasta los 80, más de un década. Aunque hubo destellos, el teatro volvió a la palestra con mi generación. Sacamos al teatro de nuevo a la luz, pero sin escuela.
A propósito de lo que has dicho, ¿qué rol ocupa el Estado en el mundo del teatro? Las políticas culturales son supercomplejas y todo este entramado de la Ley de cultura que aún no existe. El arte en este país ha tenido huérfanos y es verdad que el teatro siempre ha sido uno de ellos. Hay que decirlo, así de simple, además los actores y los artistas no nos hemos movido bien, andamos peleando a veces por tonteras, "la discusión de la discutidera de que lo que vamos a discutir" no es importante. Hay que estar en las mesas, las asociaciones tenemos que crear leyes que nos amparen y protejan cuando caigamos enfermos o cuando ya seamos viejitos y no podamos trabajar. Esa es la lucha que tenemos que hacer y lo que tenemos que conseguir del Estado, tenemos que agremiarnos.
"Loca la Juana" de Juana Estrella. ph: Luis Eduardo Arbito / BUCLE
Monólogo de La Escoba. De Juan Andrade Polo. ph: Luis Eduardo Arbito / BUCLE
Por último, hablemos de tu festejo de 30 años en las tablas, cuéntanos de que se trató tan magno evento Se me ocurrió este festejo porque hay que buscar excusas para trabajar, además, ¿si no te festejas vos mismo quién lo hará? Como dijo un amigo, yo no quiero ninguna placa ni espero reconocimiento. Yo ya me siento muy querida por mi público y me siento reconocida porque nunca me falta trabajo. Este festejo me sirvió también como pretexto para juntar a mis amigos, para juntar mis obras y, sobretodo, para divertirme. Es devolver a mi público cuencano todo lo que me ha dado por puro cariño. Fueron dos semanas de teatro: una de amigos e invitados como Juan Andrade, Juana Guarderas, Fabián, "el Choquilla" Durán, Lucho Mueckay; y la siguiente semana fueron mis obras: La Loca Juana; Penélope, que es mi homenaje en vida a Jorge Dávila, quien escribió esta obra para mí; el Monólogo de la escoba y Agüita de viejas. Todas las obras sucedieron en la sala Alfonso Carrasco, que es una sala chiquita pero es donde me inicié cuando se llamaba Pájara Pinta y tenía cuatro bancas que se caían. No se me ocurrió mejor forma de celebrar. Por último, cerramos con una banda de rock muy amiga, de mi época, la Super Star band en el centro cultural República Sur.
Ahora sí puedes decir, por ejemplo, que en Cuenca hay un movimiento clown que es de los mejores del Ecuador. Esta nueva generación de actores -yo creo que en Cuenca hay más de diez grupos estables- es fuerte, pero aún faltan espacios para la difusión. Hay muchos
Si quieres conocer mas sobre el artista: facebook/ JUANA Estrella
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"Agüita de viejas" de Ma. Beatriz Vergara. Actuación: Juana Estrella y Ma. Beatriz Vergara. ph: Luis Eduardo Arbito / BUCLE
"Penélope" de Jorge Dávila. Actuación: Juana Estrella ph: Luis Eduardo Arbito / BUCLE
José Manuel Rambla
Las aventuras cinematográficas de Don Quijote
Imagen para lámpara mágica: © Museu del Cinema - Colección Tomàs Mallol (Girona)
Cuando pensamos en una novela, lo primero que nos viene a la mente es la complejidad de su trama, el universo que el autor nos ha creado, la solidez de sus personajes o la habilidad con que el escritor fue capaz de jugar con las palabras y el idioma. Sin embargo, si nos preguntamos por El Quijote lo normal es que en lo primero que pensamos sea en una imagen: la del hidalgo escuálido, las siluetas del caballero y su escudero, la de unos molinos. A ello no es ajena la amplia iconografía que acumula la novela de Cervantes desde que, en 1618, el francés Leonard Gautier comenzó a fijar un modelo visual que desarrollarían innumerables artistas como Delacroix, Goya, Daumier, Dalí, Picasso o Antonio Saura. La lista es interminable, aunque sin duda serán los grabados de Gustave Doré de 1863 los que más han marcado nuestro imaginario. Sin embargo, no faltan voces que subrayan el camino inverso, es decir, que es precisamente la fuerte carga visual de la novela la que ha servido de inspiración a los artistas. Porque El Quijote es una novela escrita para los sentidos. José María Blecua, aplicando herramientas informáticas, lo terminó de corroborar al mostrar cómo entre las expresiones más repetidas del texto destacan verbos como decir, oír o escuchar, lógico, si pensamos en la importancia de sus diálogos. Pero no solo, también sobresalen acciones como ver o mirar, algo nada extraño para un relato basado en gran medida en la confrontación de puntos de vista, en el juego de visiones de la realidad que enfrenta al Quijote con el resto de personajes. Esta prevalencia de la vista y el oído, dos sentidos básicos en el cine, ha llevado al académico Dario Villanueva a plantear a El Quijote como una novela precinematográfica. La hipótesis no es descabellada si pensamos que, aunque no llegó a conocer su trabajo, Miguel de Cervantes es contemporáneo de Atanasio Kircher, el padre de la linterna mágica, invento que se popularizó a partir del siglo XVIII. Y para estas linternas mágicas, comenzarían a comercializarse en la segunda mitad del siglo XIX placas de vidrio con las aventuras del caballero de la Mancha, como las distribuidas por la firma francesa Lapierre o la alemana Gefährlicher Ruheplatz, que hoy se conservan en el Museo del Cine de Girona, junto con una no menos curiosa cinta para zootropo. Serán las primeras adaptaciones de la novela para su proyección sobre una pantalla.
Villanueva incluso llega más lejos al defender que la propia novela presenta rasgos que el cine asumirá más tarde en el proceso de generar un lenguaje propio: su estructuración en escenas, la preminencia de los diálogos, situaciones cómicos que parecen gags de una comedia slapstick. Pero incluso, a su juicio, algunas partes del texto parecen articularse prefigurando auténticos movimientos de cámara. Con estos antecedentes no sorprende que en 1898 -solo tres años después de que los Lumière presentaran su invento- la firma Gaumont realizara ya la primera adaptación del Quijote para el cinematógrafo. Por desgracia no se ha conservado ninguna copia y de ella solo sabemos que fue una única escena de apenas un minuto. Mejor suerte correría Las aventuras de Don Quijote (1903), una producción de Pathé dirigida por Lucien Nonguet con la colaboración de Ferdinand Zecca y que es considerado el primer largometraje de la historia. Duraba nada menos que 20 minutos y su metraje provocó tantas quejas entre los exhibidores que la productora tuvo que poner en circulación una versión más corta. La novela cervantina también despertaría por aquellos años el interés de uno de los grandes pioneros, Georges Méliès que en 1908 rodó Aventuras de Don Quijote. Al parecer se trata solo de una escena que por desgracia ha desaparecido. La misma suerte correría el filme que en 1909 anunciaba el fotógrafo catalán Narcís Cuyas, del que solo se sabe que contaba con la participación del actor Arturo Buxens. Se trataría de la primera adaptación española de la novela, aunque se desconoce si el proyecto llegó a realizarse. Unos años más tarde, el interés por el Quijote se trasladaría a Hollywood. Allí realizará Edward Dillon en 1916 la primera adaptación norteamericana de la novela. El filme, que contó con la supervisión de Griffith, será la primera versión que verá modificado el argumento para conciliarlo al gusto hollywoodiano: en ella don Quijote es un loco de buen corazón que tras la aventura de los molinos, luchará contra el malvado Don Fernando para que los enamorados Cardenio y Luscinda puedan reencontrarse en un edulcorado final feliz. De este periodo mudo nos llegarán también las primeras parodias del tema, como la italiana La parodia de Don Qui-
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jote (1911). Y algunas rarezas, como Il sogno di don Chisciotte (1915) de Amleto Palermi, un filme de propaganda de guerra que transforma al Quijote en un loco malvado, encarnación del káiser. O la producción norteamericana Don Quickshot of the Rio Grande (1923), un western de Georges Marshall, basado en un cuento de Stephen Chalmers, donde el actor Jack Hoaxie encarna a un vaquero aficionado al Quijote. De aquellos años es igualmente la producción danesa, Don Quijote de la Mancha (1926) de Lau Lauritzen, protagonizada por los cómicos Pat y Patachón, el filme se rodó en España sin regatear medios para convertirse en una más que digna adaptación. Con la llegada del cine sonoro, el Quijote muy pronto tomaría la palabra en la gran pantalla. Será en 1933 a iniciativa del cantante de ópera Fiodor Chaliapin. Chaliapin había participado al personaje en la ópera de Jules Massenet y estaba tan fascinado que quiso llevar la historia al cine. Intentó que Eisenstein o Charles Chaplin dirigieran la película, pero no tuvo éxito. Finalmente, el trabajo recayó en Georg Wilhelm Pabst, considerado entonces uno de los directores europeos, junto a Fritz Lang, más importantes. Pabst había abandonado Alemania en vísperas del ascenso de Hitler y aquella vivencia dejará huella política en la película: la historia de un caballero errante era cercana a su experiencia de exilio, la quema de libros de la escena final era más próxima a la Alemania nazi que a la Inquisición. Esta versión de Pabst, como antes la de Lauritzen, fue recibida con menosprecio en la España franquista que veía como una afrenta que fueran cineastas extranjeros quienes llevaran a la pantalla un clásico nacional. Para acabar con ese “agravio”, Cifesa contrató a Rafael Gil, un cineasta con experiencia de adaptaciones literarias, para dirigir un Quijote “verdadero”. Llevado por ese afán de fidelidad, Gil tomó la novela casi al pie de la letra, aunque suprimiendo historias paralelas obligado por la necesidad de síntesis. También desapareció de su adaptación la ironía cervantina, así como las alusiones al hambre o los palos recibidos por el héroe y su escudero, dos cuestiones que eran tabú en la España de la posguerra. Gil nos presenta una locura sublime en un Quijote “idealista” acompañado por un Sancho “realista”, y juntos proyectados como parte de esa identidad nacional que defendía el franquismo. En la misma línea ideológica, sobrecargó el componente católico de la historia.
En la antítesis política y geográfica, Grigori Kozintsev filmaría en 1957 su adaptación de la novela de Cervantes. Cineasta implicado con la revolución y la experimentación artística, el stalinismo obligaría durante años a Kozintsev a renunciar a esa experimentación. Tras la muerte de Stalin, como otros cineastas soviéticos, volverá su mirada a los clásicos literarios como una alternativa al encorsetamiento del realismo socialista y una forma de abordar otros asuntos como el drama del individuo. Al elegir la obra de Cervantes, el cineasta continúa una vieja tradición quijotesca presente en la cultura rusa. Kozintsev se deja influir especialmente por Dostoievski y esa fusión entre Quijote y Cristo presente en su personaje del príncipe Mishkin de El idiota. Así, su película transmite una visión idealista del Quijote, casi mística, que algunos definen como una propuesta de cristianismo marxista. Con todo, el cineasta quiso también ser fiel al espíritu español para lo que buscó el asesoramiento del escultor Alberto Sánchez Pérez, exiliado en Moscú. El filme también destaca por su tratamiento iconográfico muy influido por Daumier, el Greco o Velázquez. No poca influencia de Nikolai Chercasov, el actor que encarna el Quijote en la película de Kozintsev, hay en la interpretación que Peter O’Toole hará del personaje en 1972 en El Man of La Mancha. Pero aquí se acaban las comparaciones. La película, dirigida por Athur Hiller, es la versión cinematográfica del musical de Dale Wasserman, uno de los mayores éxitos internaciones de Broadway. Sin embargo, el filme no tuvo ese éxito, entre otras cosas por las limitaciones musicales de sus protagonistas, Peter O’Toole y Sofía Loren. Por lo demás, es una cinta con pocos atractivos basada en una interpretación absolutamente libre de Wasserman, que se vanagloriaba de no haber leído la novela. Se trata de una exaltación del genio incomprendido, a la que se suma un cierto pastiche entre el filme de Pabst y la obra teatral de Gaston Bay sobre Dulcinea redimida por la fe. Esta relación entre el Quijote y la música no era nueva. Ya estaba en Pabst y antes en las numerosas óperas y piezas musicales más o menos inspiradas en la novela como la de Massenet. También el ballet se había ocupado, siendo ya clásicas las coreografías de Marius Petipa con música de Ludwig Minkus. Esta vertiente coreográfica tuvo su presencia cinematográfica más interesante en la versión promovida en 1973 por Rudolf Nureyev y Robert Helpmann. En realidad es una adaptación libre de la escena de las bodas de Camacho que tiene el mérito de huir de esa filmación teatral típica del ballet para asumir un planteamiento plenamente cinematográfico. Con un planteamiento muy diferente, el realizador Mexicano Roberto Gavaldón estrena en 1973 Don Quijote cabalga de nuevo la versión que más público llevó a las salas españolas. Su éxito, no viene tanto del referente literario como la presencia del actor cómico mexicano Mario Moreno, Cantinflas interpretando a Sancho. De hecho, la película solo busca su lucimiento y resulta triste ver desaprovechada la interpretación de don Quijote por Fernando Fernán Gómez, sin duda uno de los grandes candidatos para el papel. Como en el caso de la música, también es vieja la relación entre el libro y el teatro, iniciada desde que el dramaturgo valenciano Guillén de Castro presentará en 1606 dos piezas inspiradas en ella: El curioso impertinente y Don Quijote de la Mancha. Y es esta línea se enmarca el Don Chisciotte del realizador teatral italiano Maurizio Scaparro. Se trata de un ambicioso proyecto multimedia de 1984 que incluía un montaje teatral y una grabación filmada en una doble versión: como serie televisiva y como película. Scaparro contó con el guionista más creativo y lúcido que ha tenido el cine español, Rafael Azcona. La propuesta renuncia a la ironía cervantina y sobredimensiona la parte trágica. Aquí el Qui-
jote emprende un viaje interior en el que los actores que le rodean serán su único contacto con una historia de la que ignoramos si es real. El resultado es una de las adaptaciones más interesantes y también una de las menos conocidas. Si en 1948 Cifesa quiso realizar la versión canónica española de la novela, algo similar se planteará Pilar Miró cuando a finales de los años 80, estando al frente de RTVE, decida promover una nueva versión. Para llevarla a cabo eligió a un director, Manuel Gutierrez Aragón que paradójicamente se había hecho dos promesas: no adaptar ninguna obra literaria y no trabajar nunca para televisión. El resultado, en cualquier caso, fue un acierto porque si algo caracteriza el cine Gutiérrez Aragón, como él mismo reconoce, es su mirada cervantina. Para dotar de mayor prestigio al proyecto, se encargó el guion a Camilo José Cela, miembro de la Real Academia y Premio Nobel. Sin embargo, cuando el director recibió su guion quedó espantado y tuvo reescribirlo por completo. Pese a ello, TVE mantuvo en los créditos a Cela, en parte por prestigio y en parte para evitar un escándalo ya que había pagado una millonada por aquel guion inservible. La anécdota todavía se complica más ya que al parecer Cela ni siquiera había escrito aquello y había delegado en su hijo Camilo J Cela Conde y en Fernando Corugedo el trabajo. De este modo, sin proponérselo la serie planteaba todo un juego de autorías típicamente cervantino. Para encarnar al Quijote se pensó en el italiano Vitorio Gasmman, pero finalmente el papel fue interpretado por Fernando Rey. Otra elección acertada ya que tanto él como Alfredo Landa en el papel de Sancho, realizaron unas interpretaciones memorables. Los trabajos se demoraron en la fase de montaje y postproducción y la serie de cinco capítulos correspondiente al libro primero, se estrenó en 1991. El resultado fue una producción lineal, en la que Gutiérrez Aragón sigue fielmente al libro, ajustándose así a la vocación didáctico-televisiva de las narraciones académicas. Pero al mismo tiempo dotó a la serie de un discurso interno impregnado con las características de la narración cervantina. RTVE tenía previsto acometer también el rodaje de la segunda parte del Quijote, pero diversos hechos lo impidieron, entre ellos la muerte de Fernando Rey. Pese a ello, Gutiérrez Aragón asumiría diez años más tarde el reto de filmar esta segunda parte con su filme El caballero don Quijote, con Juan Luis Gallardo y Carlos Iglesias en los papeles principales y una más que considerable mengua en los recursos de producción. En esta ocasión el filme se desvincula del seguimiento fiel del texto para resaltar la escritura cervantina acentuando los juegos intertextuales, especialmente reforzando la autoconciencia de ficción en el personaje del Quijote con el protagonismo que tendrá la aparición del falso Quijote de Avellaneda. Quien no tuvo estos problemas presupuestarios fue Peter Yates que en el año 2000 estrenaba su adaptación para televisión, con John Lithgow en el papel de Quijote y Bob Hoskins como Sancho. Se trata de una versión bastante fiel de original, aunque subrayando los tópicos de una Mancha transformada en Andalucía y unos vestuarios que remiten a un indeterminado siglo XIX. Por lo demás destaca por el uso de efectos especiales y por unas concesiones a lo políticamente correcto curiosas: así, por ejemplo, el papel de Dulcinea/Aldonza será interpretado por Vanessa Williams, una actriz afroamericana, algo que será justificado por los productores con el argumento de que España está cerca de África. Paradójicamente, una panorámica del Quijote en el cine no estaría completa sin hablar de los muchos proyectos frustrados. También aquí la lista es interminable: Abel Gance
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intentó hacerlo en los años 20, en los años 40 volvieron a proponérselo a Chaplin, en esta ocasión para que trasladara el personaje a la España franquista; el maestro del terror Boris Karlof estuvo a punto de encarnar al personajes, también Frank Capra barajó la idea; Howard Hawks tuvo en sus manos un guion para que lo interpretara Gary Cooper; Wagner también estudió una producción con Gary Grant, Sergio Leone tenía la idea de ambientar el Quijote en la America del siglo XX; no faltó un proyecto Disney, e incluso Buñuel acarició la idea. Pero, sin duda, el gran proyecto frustrado fue el de Orson Welles. Su intención era trasladar al Quijote a la España de la época para hacer una película sobre el espíritu español. No está claro cómo comenzó el proyecto, pero en 1955 Welles había rodado algunas escenas. Luego filma en México donde eligirá al actor español exiliado Francisco Reiguera para encarnar al caballero. Pero en la fase de montaje el trabajo comenzó a eternizarse. Entre 1959 y 1961, trabaja en Italia, donde la RAI le producirá el documental Nella terra di Don Chisciotte lo que le permite trasladarse a trabajar a España. Pero comienzan a no gustarle los materiales filmados. En 1964 asegura que solo le faltan tres semanas de rodaje. Sin embargo, en 1982 afirmará en una entrevista: “hay diez películas diferentes en este filme. Y no sé si el original existe aún”. Tres años más tarde morirá sin haber encontrado la película que quería hacer. Pese a todos estos problemas, en los años 90 se intentó finalizar la película dentro de los actos de celebración del 92. Para ello se encargó que encargara el montaje a Jesús Franco, un peculiar director de género de serie B, cuya elección se justificó por su colaboración en los rodajes de Welles en España. En cualquier caso, el trabajo que se presentó como el Quijote de Orson Welles difícilmente puede presentarse como tal. Abordar un repaso completo de toda la filmografía quijotesca resulta una labor imposible, ya entre las adaptaciones, inspiraciones o influencias reúne más de un centenar de títulos. Por eso no podemos abordar como se merece su presencia en cine de animación, iniciada en 1934 con los histriónicos dibujos de Ub Iwerks en 1934, y que incluye interesantes y curiosas aportaciones, como los episodios sobre el Quijote por Clyde Geronimi, Ray Patterson y Grant Simmons para Mr. Magoo (1964), en cuyo guion colaborará Aldous Huxley; o la canónica y rigurosa serie dirigida por Cruz Delgado para RTVE entre 1979 y 1989. Tampoco podemos detenernos en otros títulos no exentos de interés como Honor de cavalleria, un curioso trabajo de 2006 con dirección y guion de Albert Serra, filmado en catalán y actores no profesionales, que en lugar de presentarnos las aventuras del Quijote nos muestra al caballero y su escudero en los momentos de su viaje en los que no ocurre nada. O ese otro proyecto “maldito”, The man who killed Don Quixote, que como el de Welles lleva años tratando de terminar Terry Gilliam -inspirado más por Doré que por la novela- y que ya ha dado pie a un documental Lost in La Mancha dirigido por Keith Fulton y Louis Pepe. Y lo peor (o lo mejor) es que la lista no para de crecer: en 2015 se estrenaba en Estados Unidos Don Quixote: The ingenious gentleman of La Mancha, una película con guion y dirección colectivo a cargo de estudiantes de la escuela de cine de la Universidad de California del Sur y para 2017 está anunciado el estreno de la película de Gilliam. Es la mejor prueba de que a pesar de los años adaptar el Quijote al cine sigue siendo una aventura tan apasionante como la que empujó al caballero de la Mancha a combatir contra molinos de viento.