armas y letras 99-100

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99-100 Inmaterialidades materiales / Rocío Cerón, Nury

DE ARTES Y ESPEJISMOS

R. Melgarejo y Rubén Gil / 4

Acerca de Inmaterialidades materiales / Gabriela Galindo / 9

Rumbo al 75 aniversario de Armas y Letras / Ing.

Serenella Iovino, la materia como poesía cósmica. Una conversación / Juan Carlos Galeano. Traducción de Diego Mejía Prado / 48

Rogelio Garza Rivera / 11

MISCELÁNEA ATLAS DE SUPERVIVENCIA: DIEZ AÑOS DE ARTE CONTEMPORÁNEO UNIVERSITARIO 2007-2017 Ante la catástrofe cotidiana / Rocío Cárdenas Pacheco / 13

Atlas: prácticas artísticas frente a la violencia. Monterrey 2007-2017 / Josefa OrtegA / 14 Los 400 golpes / Enrique Ruiz / 17 El dinero es invisible / Futuro Moncada / 20 Retrato del pescador / Jennifer García Acevedo / 24 ANATOMÍA DE LA CRÍTICA Porfirio Barba Jacob: el cronista en El combate de la Ciudadela narrado por un extranjero y algo sobre el poeta / Ricardo Cuéllar Valencia / 25 Poética de la transgresión / Margarito Cuéllar / 33 ANDAR A LA REDONDA

Palabras sobre El libro de los muertos de Ahmet Benelí / Alfredo Iván Mata Noyola / 56

Cuatro agradecimientos y una lectura de El murmullo de un río, de José Javier Villarreal / Renato Tinajero / 60

TOBOSO La materia no existe: El taller de Fernando del Paso / Alberto Chimal / 66

Letras al margen: Héctor Manjarrez, un cuentista con Historia /Eduardo Antonio Parra / 69 Plumas al vuelo: De la escritura cualquiera / Jessica Nieto / 72

CABALLERÍA La música, ese misterio de Pablo Espinosa / Armando Santos / 75

Alfonso Reyes en Brasil / José Roberto Un lugar donde la traducción es rock y el traductor un rockstar / Efrén Ordoñez / 38 Armando Romero, la geometría de lo invisible / José

Constelaciones de agua, música de las piedras, una oscura iluminación poética, un circo y el apocalipsis /

Ángel Leyva / 44

Armando Alanís Pulido / 81

Mendirichaga / 77


índice Universidad Autónoma de Nuevo León Rogelio G. Garza Rivera Rector Carmen del Rosario de la Fuente García Secretaria General Celso José Garza Acuña Secretario de Extensión y Cultura Esta edición No. 99-100 de Armas y Letras está ilustrada por fotografías de registro y obras que forman parte de la exposición colectiva Atlas de supervivencia. Ante la catástrofe cotidiana. Diez años de arte contemporáneo universitario 2007-2017, curada por Rocío Cárdenas Pacheco, vigente de enero a mayo de 2017 en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario en Monterrey, Nuevo León, México. lista de artistas participantes: Ácaro / Adrián Procel / Colectivo “Estética Unisex” / Colectivo La lucha libre / Colectivo Salazar / Damián Ontiveros / Gabriel Garza / Iván Manríquez / Jeimy Marisol Martínez / Jésica López “La Negra” / Revista Fea Internacional / Mayra Silva / Marcela Quiroga / Melissa García / Miguel Rodríguez / Pilar de la Fuente / Salomé Fuentes / Salvador Díaz / Samuel Cepeda / Ruth Rodríguez / Yasodari Sánchez

en portada:

ÁCARO / SIN TÍTULO / ACRÍLICO Y AEROSOL SOBRE MDF, 122 X 244 CM / 2017 FOTO: DIANA URBINA

Antonio Ramos Revillas Director de Editorial Universitaria Margarito Cuéllar armasyletrauanl@gmail.com Director editorial Nohemí Zavala nohemizav@gmail.com Editora responsable Verónica Rodríguez veronica.rz@gmail.com Diseño Gabriela Reyes Trejo María Fernanda Martínez Corrección de Estilo Armas y Letras. Revista de Literatura, arte y cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Año 22, No. 99-100, julio-diciembre 2018, es una publicación trimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Editorial Universitaria de la UANL. Casa Universitaria del Libro, Padre Mier 909 Pte. esquina con Vallarta, Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64000, Tel. + 52 81 83294126, Fax + 52 81 83294111, www.armasyletras.uanl.mx/, armasyletrasuanl@gmail.com Editora responsable: Nohemí Zavala Castrellón. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-082717315000-102, ISSN en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y contenido No. 14,918, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, en trámite. Impresa por Serna Impresos, S.A. de C. V., Vallarta 345 Sur, Centro, C.P. 64000, Monterrey, Nuevo León, México. Este número se terminó de imprimir el 30 de julio de 2018 con un tiraje de 1,500 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la publicación. Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del editor. Impreso en México Todos los derechos reservados Copyright 2018


Inmaterialidades materiales ¥¥  Rocío Cerón, Nury R. Melgarejo y Rubén GiL

“Expansión del lenguaje de las grietas o la descompresión de los vínculos entre doseles.”, 40 x 50 cm, collage digital sobre papel algodón, 2018.


“El espacio concede existencia a la verdadera forma de la forma.â€? 40 x 50 cm, collage digital sobre papel algodĂłn, 2018.


“La intemperie que no tiene nombre es tu nombre.â€? 40 x 50 cm, collage digital sobre papel algodĂłn, 2018.


“Pelusas en flotación por el callejón donde arden los tilos.” 40 x 50 cm, collage digital sobre papel algodón, 2018.


“Pesadez de ciudad que levanta torres de varilla para camuflar el miedo.â€? 40 x 50 cm, collage digital sobre papel algodĂłn, 2018.


acerca de

Inmaterialidades materiales ¥¥gabriela galindo

Todo lo humano debemos hacerlo pasar por el lenguaje. Hans-Georg Gadamer

I

nmaterialidades Materiales es una serie formada por un grupo de ocho piezas desarrolladas a partir de un disparador y dos intervenciones. El origen de estas obras surge de la poesía de Rocío Cerón y una serie de fotografías que la poeta tomó, como su propia fuente de inspiración. Las fotos y los textos que brotaron de ellas, fueron el disparador que apuntó hacia dos intervenciones gráficas, la primera de la ilustradora Nury R. Melgarejo y la segunda del artista visual Rubén Gil. La inmaterialidad de la palabra nos permite entender un mundo sustentado en la materialidad visual. Se trata de un proceso dialéctico donde el lenguaje de la imagen es expresado con la palabra y la palabra es convertida en imagen. El lenguaje de las grietas, manchas y texturas de un viejo edificio, se lee con sus silencios, sus colores y sus formas. Estas obras nos invitan a ver la palabra como el corazón de nuestro entendimiento, con la palabra nombramos todo aquello que existe en el mundo, con la palabra nos nombramos a nosotros mismos. Es mi nombre en esa intemperie que no tiene nombre. Es el nombre como verificador de nuestra propia existencia. Walter Benjamin sostuvo que la esencia espiritual de las cosas no es total y enteramente comunicable, sólo a través del nombre alcanza su perfección. En el nombre se

expresa fugazmente el ser espiritual y es ahí donde Ser y Lengua se identifican. El lenguaje expresa la significación de lo que somos y la imagen representa la herramienta para mediar nuestra relación con el mundo. Hay, sin duda, una inmediatez sensual en cada una de estas imágenes, ya sea la casa que arde, la mujer que llora o la extraña imagen del esqueleto que parece sostener un par de cerebros, sin embargo, no es posible verlas sin pensarlas con palabras. Se trata, tal como lo expresa la poeta, de hacer de la palabra un espacio que concede existencia a la verdadera forma de la forma. Esta serie nos muestra las palabras convertidas en móviles de percepción, hablados, escritos y pintados, que se expresan en un lenguaje formado por enunciados visuales; se trata de un texto que no puede ser simplemente leído, pues se ha convertido en parte de la imagen y establece una interconexión entre lo verbal y lo icónico, provocando una condición dialéctica de afirmación y negación de la relación entre texto e imagen. Así, cada una de estas imágenes, en el campo de lo visual y lo conceptual, nos propone una visión paradójica de la realidad y nos conducen irremediablemente a la necesidad de reconocer la ambivalencia entre contenido y forma o, en el caso de esta muestra, entre la palabra y su representación.


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IVÁN MANRÍQUEZ / MONTERREY AT NIGHT [DETALLE] / VIDEO-ANIMACIÓN, MEDIDAS VARIABLES/ 2016 / duotono


R um b o al 75 aniversario de

E

l primer número de la revista Armas y Letras se publicó en 1944, como parte de la actividad del Departamento de Acción Social Universitaria a cargo del maestro Raúl Rangel Frías. Era un boletín tabloide que contenía lo mismo los informes del rector como notas sobre actividades de la Universidad de Nuevo León, ensayos, poemas y novedades bibliográficas. La publicación ha sido dirigida por destacados hombres y mujeres de letras, entre ellos el propio Rangel Frías, Hugo Padilla, José Ángel Rendón, Alfonso Reyes Martínez, Miguel Covarrubias, Carmen Alardín, Víctor Barrera Enderle y Margarito Cuéllar. Por sus páginas han dejado huella las plumas de escritores y escritoras de la talla de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis y Vicente Quirarte, entre muchos otros. En la recta final de las celebraciones del 85 aniversario de la fundación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, nos congratulamos de que la revista Armas y Letras, decana de las publicaciones literarias en el país, llegue al número 100. Sus páginas son un reflejo de lo que acontece en el ámbito de la cultura, las artes y las humanidades. Precisamente, recién hemos celebrado los primeros 30 años del Premio a las Artes, mediante el cual se reconoce la creación y la ejecución de arte en sus diversas manifestaciones. Arropada por dirección de la Editorial Universitaria de la Secretaría de Extensión y Cultura de nuestra universidad, Armas y Letras se encamina a la celebración, en 2019, de sus primeros 75 años de vida. Enhorabuena. Ing. Rogelio Garza Rivera Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León


ATLAS ANTE LA DE CATÁSTROFE SUPERVIVENCIA COTIDIANA Diez años de arte contemporáneo universitario 2007-2017


SALVADOR DÍAZ / SERIE MESAS DE TRABAJO, COLECCIÓN COORDENADAS / 2012 A 2014 / FOTO: PABLO CUÉLLAR / duotono

¥¥Rocío Cárdenas Pacheco

L

a ciudad, el cuerpo, la naturaleza, la muerte, la materialidad incorpórea, las poblaciones vulnerables, la violencia, trazan y extienden gran número de transformaciones en el campo del arte contemporáneo reciente en Monterrey. Por otro lado “el objeto difícil de atrapar” es la subjetividad de los artistas que han tenido o en algunos casos tienen una relación con la Universidad, desde su campo de formación disciplinar como productores(as) o como docentes. La intensidad y la capacidad de secreto de las obras de arte, sólo les pertenecen a ellos(as) que captan e inscriben

a través de sus obras y prácticas artísticas esas transformaciones. Lo latente es lo irremplazable en la obra y en la vida, no solo de los artistas, sino de un territorio como la ciudad de Monterrey. Espacio social y subjetivo que ha sufrido al igual que sus habitantes una serie de conflictos que han marcado de manera importante las relaciones entre ver y hablar establecidas por los artistas aquí reunidos, quienes generaron múltiples representaciones de estas historias polifónicas con las cuales han relacionado su propia vida, para brindarnos una serie de testimonios a manera de flujos bajo la dimensión de lo visible.


P R Á C T I C A R T Í S T I C FRENTE A V I O L E N C

Atlas:

MONTERREY 2007-2017

COLECTIVO LA LUCHA LIBRE / I WILL SURVIVE / VIDEOINSTALACIÓN, MEDIDAS VARIABLES / 2017 / FOTO: PABLO CUÉLLAR / duotono

A S A S LA I A


¥¥Josefa Ortega

Según cuenta una conocida anécdota, un oficial alemán visitó a Picasso en su estudio de París durante la Segunda Guerra Mundial. Allí vio el Guernica y, sorprendido por el “caos” vanguardista del cuadro, preguntó a Picasso: “¿Esto lo ha hecho usted?”. A lo que Picasso respondió: “¡No, ustedes lo hicieron!”. Slavoj Žižek La crítica de la violencia es la filosofía de su propia historia. Walter Benjamin

¿Q

ué pasa cuando en una sociedad la violencia se vuelve cotidiana? ¿Cómo enfrenta el medio artístico la normalización de la misma? ¿Cómo permea la presencia del crimen y la sensación de amenaza en la producción artística? ¿De qué estrategias se valen los artistas para evadir la sola representación del conflicto? ¿Cómo plantear proyectos que integren a las víctimas de la misma? ¿De qué manera trascienden las relaciones generadas en y por los proyectos artísticos? ¿Cómo lograr subvertir la objetualización y/o exotización de un contexto desgarrador? Estas y otras preguntas surgen de manera casi automática al revisar las obras de artistas producidas en la ciudad de Monterrey entre el 2007 y el 2017. Diez años considerados por la exposición Atlas de supervivencia. Ante la catástrofe cotidiana, curada por Rocío Cárdenas. En este planteamiento curatorial uno de los núcleos revisa la producción artística que se vincula con los procesos políticos y sociales en Monterrey. Las piezas de este conjunto reflexionan en torno a temas que impactan a la sociedad regiomontana como la violencia, la presencia de migrantes indígenas y centroamericanos, y la manera en que la sociedad civil ha tenido que convivir en un contexto de violencia en crecimiento constante. Creadores como Damián Ontiveros, Marcela Quiroga y Salomé Fuentes abordan la problemática desde perspectivas estéticas diversas que permiten entender el abanico de aproximaciones planteadas

en la escena artística frente al contexto de la llamada “guerra contra el narco” y las consecuencias que trajo consigo, todo esto durante el gobierno de Felipe Calderón en el 2006 hasta el 2012. La violencia tiene diversas maneras de materializarse, una de ellas, quizá la menos visible, sea la estructural. Es la violencia cotidiana que resulta de un sistema económico desigual; sistema capitalista global en el que, mientras las mercancías circulan más libremente, el tránsito de personas es cada vez más controlado. El racismo, la construcción del Otro como enemigo y la xenofobia son resultados de este sistema desigual que construye asperezas y enemistades entre los más vulnerables. Los migrantes se constituyen, pues, como un grupo que encarna las peores condiciones de pobreza y fragilidad. La reflexión en torno a esta condición se hace presente en las propuestas de Damián Ontiveros y Marcela Quiroga. Damián Ontiveros encabeza procesos de aprendizaje de pintura con migrantes de varios países; tal es el caso de El peso de la Lempira, proyecto desarrollado con migrantes de Honduras. Ontiveros organiza un taller de paisaje, en el que los participantes pintan paisajes mexicanos y hondureños que han sido transformados por la movilización humana. La pintura se realiza con pigmentos del color del tono de piel de cada participante. Las figuras de las pinturas son después cubiertas por una plasta del mismo color. El resultado es una serie de pinturas monocromáticas con la gama del color de piel de cada sujeto, veladuras de historias complejas, violentas


La violencia en la ciudad de Monterrey es devastadora, constante y cada día integra nuevas formas de materialización, que, lejos de ser hechos aislados o sorpresivos, son consecuencia de la consecutividad de situaciones que han ido construyendo una realidad depauperada, erosionada y dentro de la cual han crecido las jóvenes generaciones.

y dolorosas. Así, el motivo del paisaje se convierte en un pretexto para construir autorretratos de cada uno de los participantes. La narrativa que resulta de este proceso es construida a modo de cadáver exquisito, en el que el objeto final es mucho menos importante que el proceso mismo, en donde personas en situaciones vulnerables, como es la migración, encuentran un momento de remanso, la posibilidad de ser escuchados, tejer redes afectivas y recuperar esa voz que les ha sido silenciada por las circunstancias de violencia estructural que los escoltan en su camino. Las piezas de Marcela Quiroga encausan la mirada y la reflexión en torno a la migración en la frontera sur del país. La artista recorre la línea imaginaria que divide a México de Guatemala y Belice. A través de diversos medios comparte relatos que permiten entender las condiciones de tránsito por las que pasan los migrantes. Su perspectiva prioriza el pensamiento sobre temas como los sistemas de vigilancia, la práctica constante de contrabando que busca subvertir esas estructuras arbitrarias de división geográfica, y por supuesto, la migración. La violencia en la ciudad de Monterrey es devastadora, constante y cada día integra nuevas formas de materialización, que, lejos de ser hechos aislados o sorpresivos, son consecuencia de la consecutividad de situaciones que han ido construyendo una realidad depauperada, erosionada y dentro de la cual han crecido las jóvenes generaciones. Entre estas múltiples manifestaciones de violencia, Salomé Fuentes trata dos temas estrujantes: por un lado los enfrentamientos entre crimen organizado y autoridades –así como sus consecuencias para la

población civil–, y, por el otro, las desapariciones. Entre 2010 y 2012 Salomé Fuentes retrata el paisaje urbano de Monterrey en lugares donde los enfrentamientos generaron muertes de civiles, lo que fue conocido en ese sexenio como Daños colaterales, denominación fría e insensible que la artista utiliza como título del proyecto. Calles, portones de escuelas, casas y negocios que fueron testigos de pérdidas absurdas, dolorosas e irracionales son fotografiadas por la artista y tituladas con el nombre de la víctima o víctimas del lugar. Resultan fotografías de lugares anónimos que podrían ser cualquiera en cualquier parte que, sin embargo, albergan en su historia el dolor de una o varias familias. Bajo el título de Desaparición forzada, Fuentes propone una serie fotográfica que retrata a los familiares de desaparecidos, lo hace en lugares íntimos y simbólicos para las familias, en donde se subraya la ausencia del ser que fue sustraído y que ahora se representa como imagen, memoria y dolor ante una ausencia inexplicable. Las obras referidas nos hacen reflexionar sobre la realidad, se trata de propuestas que buscan integrar a la reflexión estética el contexto político. Ante situaciones desgarradoras, de violencia, dolor, muerte y proyectos de vida truncados, los artistas articulan propuestas que permiten crear consciencia de nuestra historia reciente. Nos hablan de temas relevantes que han impactado la vida íntima de muchas familias y cuyas consecuencias son también reflejo de un contexto sociopolítico más amplio que abarca al país entero; que tienen consecuencia en la vida diaria de una realidad que parece desbordada.


COLECTIVO “ESTÉTICA UNISEX” / COMO UN ESPEJO [DETALLE] / VIDEO INSTALACIÓN, MEDIDAS VARIABLES / 2017

LOS 400 GOLPES ¥¥Enrique Ruíz

H

ablar de una catástrofe cotidiana podría sonar exagerado para señalar el asombro que aturde nuestros sentidos o también podría parecer solamente un juego de palabras. Pero la persistente suma de acontecimientos que nos perturban casi a diario demuestran que no es tal la exageración sino apenas una sensible forma de llamar a las cosas que van sucediendo, pesadilla obstinada, documental gráfico de una ciudad y un país que nunca alcanza un desenlace.

No sabemos por dónde va a llegar el siguiente golpe: somos narco delincuentes, que somos corruptos, que somos militares-no-civiles, que somos cómplices de todo, que somos anarquistas radicales, que somos inocentes víctimas colaterales, que somos secuestros exprés, que somos migrantes rumbo a la frontera, que somos desaparecidas y asesinadas, que somos políticos cínicos impunes y así, al galope infatigable. Son los 400 golpes de Truffaut amplificados. Todos estos acontecimientos nos tocan y sospechamos de


Son cientos de heridas y cortes los que nos mantienen en un lugar intermedio, confundidos, desplazados, y al mismo tiempo con la certeza de que hay que hacer algo al respecto. La principal enseñanza viene de los golpes, de la violencia que tomó por asalto la vida y forzó la evidencia de una descomposición que se simulaba inexistente. calles, oficinas, familias, vecinos, transportes, aulas, reuniones. Es un virus que ha entrado en el cuerpo; en unos produce verborrea disparatada y en otros se almacena en las vísceras o en las vértebras. Pero cualquier intento de asimilarlo y comprenderlo resulta opaco. Es algo que ha propiciado una conciencia diferente del Otro, pero también es la misma razón para cerrarse, amarrar los prejuicios y profundizar las heridas. El cuestionamiento es retórica pura: ¿qué ha cambiado en 10 años? Todo ha cambiado y todo sigue igual, a ese grado nos vamos acostumbrando pues no escogemos las batallas que queremos pelear en estas circunstancias que nos aturden. El anhelo de querer nombrar, identificar, localizar el orden dentro del caos nos contrapone con su densidad e intensidad, sus innumerables pliegues, texturas y alcances. Para el quehacer de muchos artistas, desposeídos de una torre de marfil desde hace largo tiempo, el asunto significa una exploración de posibles tesis y tareas de configuración que de algún modo les conciernen o les interpelan. No se trata de seleccionar con frivolidad aquellas noticias que más circulan en medios de comunicación (o en conversaciones) sino de aproximarse a un lugar

propio de enunciación, a la posibilidad de acceder a los sentidos (o a los sin-sentidos) que produce este horizonte de acontecimientos. El lugar propio de enunciación no es gratuito, ni afable; requiere intentos, pruebas, discusiones, traslados, que puedan estabilizar al mismo tiempo que desacomodar los márgenes de una verdad que busca ser pronunciada. Se trata de algo que quiere revelarse, mostrarse, porque está presente y es propia de quien es interpelado por ello. Entonces la condición es acerca del sí mismo, del lugar que eso tiene en la vida del sujeto. Y desde esa apertura al reconocimiento de las condiciones se manifiesta pero no de manera categórica sino como una serie de apuntes que se mantienen elusivos; no es un proceso sin costo, ni tampoco resultado del encuentro con las musas, es un quehacer esforzado, de apertura a su viscosidad, a su complejidad. Hay una fractura en el sujeto que devenimos, diez años después. Son cientos de heridas y cortes los que nos mantienen en un lugar intermedio, confundidos, desplazados, y al mismo tiempo con la certeza de que hay que hacer algo al respecto. La principal enseñanza viene de los golpes, de la violencia que tomó por asalto la vida y forzó la evidencia de una descomposición que se simulaba inexistente. Ahora que han disminuido los acontecimientos perturbadores (pero no cesado, sin duda), las acciones tienen que ver con trabajar afuera de lo normativizado por las instituciones, o intentar apropiarse de espacios, atraer herramientas para activar su conciencia política, comprometer parte de su tiempo para acercarse al Otro y visibilizar prácticas que la ciudad no favorece o permite. Es interesante este despliegue de actividades, difícil de agendar o de estructurar, que toma plazas, convoca a encuentros, hace marchas, publica fanzines, se organiza como puede casi sin recursos, empuja, sostiene, también a veces desaparece, mientras que por otro lado, la vida regiomontana ha retornado a su frenesí urbano, y con ello a re-afirmar su delirio laboral: todo sigue igual, dicen, los 400 golpes fueron solo una pesadilla, no hay necesidad de cambiar, hay que seguir trabajando que se ocupa, la violencia no tiene que ver con la desigualdad o la globalización o la discriminación, esas cosas que suceden allá lejos


para Monterrey el quehacer de las artes continúa en condición poco asertiva, desgajada, sin un lugar propio, no tanto por los espacios (que si existen, o no existen, en la zona urbana) sino por el lugar que ocupan en la producción de significados. en las profundidades del país. Aprender la lección es desagradable, por ello se le niega. Más que un parteaguas o un giro epistémico ha sido un choque (un golpe seco) en el que nos hemos reconocido vulnerables y fragmentados. Ya no podemos volver a ser los mismos, ya no hay retorno, ni para la ciudad ni para el país. Es desde este choque de donde parten las iniciativas de las propuestas incluidas en esta colectiva, propuestas que resuenan a partir de redes y acciones globales pero que actúan por su propia cuenta, desde el anhelo de aportar elementos a otra forma de vivir, otra forma de ser y estar en/con el entorno. La decepción lleva a la acción. Diez años podrían significar la consolidación de una carrera artística, o tal vez de una institución, tal vez en otras condiciones. Sin embargo, para

Monterrey el quehacer de las artes continúa en condición poco asertiva, desgajada, sin un lugar propio, no tanto por los espacios (que si existen, o no existen, en la zona urbana) sino por el lugar que ocupan en la producción de significados. Así que, a la manera de un breve Atlas de enunciados artísticos, lo que se ha reunido aquí son los procesos, las piezas, las acciones y los documentos de algunos sujetos que han vivido atravesados por las circunstancias, enunciados elaborados desde la fragilidad y la incertidumbre que ello obliga. Así es nuestro lugar. Sin duda, es un acto de supervivencia que existamos (aún) en un país donde hay más de 250,000 muertes acumuladas durante la acuciosa temporada de violencia general que aún no termina de parir monstruos.


¥¥Futuro Moncada

Buenas noches, es viernes, para qué les digo más, lo que vaya a hacer hágalo, pero hágalo bien y con cuidado. Mientras algunos se disponen a descansar, otros están aprovechando la oportunidad de divertirse, de aprovechar este ambiente en el que la silueta de la ciudad se ve delineada por las luces de los vehículos.1 “Monterrey es una de las ciudades más desarrolladas de México, tiene una gran cultura e historia, sin mencionar que es además un centro de negocios, industrial y económico muy importante. Fue nombrada como una de las 10 ciudades más felices del mundo, justo detrás de Madison, Wisconsin. Es la ciudad con mejor calidad de vida en México, la séptima en América Latina y la 109 en el mundo según el estudio de Mercer Human Resources Consulting en 2015.”2

1   Control Machete. (1999). Artillería pesada. “Sí Señor”. 2   “Monterrey” en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Monterrey

SALOMÉ FUENTES FLORES / YADIRA / SERIE ESPACIOS PÚBLICOS, FOTOGRAFÍA ANÁLOGA / 2012

el dinero es invisible


Un artista más es un delincuente menos “Acostumbrada a un triunfalismo social que ha servido para justificar y sobrellevar sus contradicciones internas, la sociedad de Monterrey ha sido tradicionalmente hipersensible a la crítica de sus estructuras sociales y políticas. Dentro del modelo de desarrollo regiomontano, que ciertamente ha producido una de las sociedades más competitivas y productivas del país, las aparentes deficiencias y desequilibrios de esta sociedad han sido considerados como pequeños costos a pagar a cambio de los grandes beneficios del modelo. En contraparte, la crítica a sus fracturas inocultables ha sido considerada desde siempre como una amenaza a la existencia y el desarrollo de la ciudad.”3 El arte es sinónimo de rebelión; el arte resiste y es al mismo tiempo lo que cada sociedad hace de él “De seguro le habrá tocado escuchar el quejo amargo de que en cultura aquí en Monterrey –en todas sus manifestaciones, aunque el reclamo generalmente va dirigido a las artes visuales– no hay nada que valga la pena, ni en materia de exposiciones, apoyos, eventos internacionales, y menos productores, por lo que los poquitos que hay o llegan a sobresalir no tienen otra opción más que emigrar, dejar atrás el rancho, el pueblo y conquistar las grandes capitales del mundo.”4 Autofusilarse. Reactivar. Reinterpretar. Aprovechar la documentación de otros “Tras la derrota en la contienda electoral de 2003, Mauricio (Fernández) se fue de pesca a Alaska y al volver anunció que se retiraría de la política para dedicarse a sus museos, patronatos culturales, así 3   Miguel González Virgen. (2007). “Hacia una globalización norteña. Arte emergente en Monterrey” en Los nuevos leones. Monterrey: Fórum Universal de las Culturas. 4   Xavier Moyssen Lechuga. (29 de noviembre de 2016). “¿Tan pobres estamos?” Milenio. Disponible en http://www.milenio.com/ firmas/xavier_moyssen_lechuga/pinturas-trabajos_monterreydirectores-milenio_18_856894372.html

como a administrar sus empresas, una de ellas de puros, que le granjeó buenas relaciones en Cuba, incluso con Fidel Castro. Se convirtió también en uno de los activos promotores del Fórum de las Culturas que se celebró en 2007 en la ciudad, para el cual convenció a su amigo el pintor oaxaqueño Francisco Toledo, de que hiciera la escultura urbana de La lagartera, una de sus piezas más famosas.”5 “¿Es el arte contemporáneo una necesidad cultural para todos? ¿Qué obligación juegan los productores como actores socialmente responsables? ¿Cuál es el valor que genera la educación artística? ¿Qué importancia tienen los espacios independientes para la producción del campo expandido? ¿Cómo se desarrollan los colectivos artísticos? ¿Cómo afecta la corrección política al arte? ¿Cuál es la relación entre la especulación financiera y la producción artística?”6 “Tengo amigos que viven fuera de Monterrey o de México, que desde nuestra época de estudiantes, o sea, hace muchos años, quedaron marcados y recuerdan con terror su encuentro con los programas de televisión local, con los anuncios y, sobre todo, con muchos de los personajes que, en el mejor de los casos, eran tristes remedos de figuras reconocibles en otros lados.”7 Al mercado le gustan los espejos “Esta ciudad desesperada, ansiosa, nerviosa, caótica, bulliciosa con una pasión abierta por ser protagonista, por tener a todos los visitantes distinguidos, por aparecer en el escenario internacional es, sin embargo, incómoda, incierta, aún incompatible con el arte: abre espacios importantes para que la ciudad se reconozca a sí misma, y sin embargo, los cierra eventualmente, y se apoya poco a las propuestas locales. La miserable ciudad ofrece de preferencia actividades de consumo y entretenimiento; la gente es asidua al cine, a las cantinas, al fútbol, al Barrio Antiguo o al mall, y en mucho menor escala, al evento cultural.”8 5   Diego Enrique Osorno. Un alcalde que no es normal. http:// nuevoscronistasdeindias.fnpi.org/documental-basado-en-cronicade-gatopardo-gana-el-festival-de-cine-de-cartagena/ 6   Mario Alberto Rico. “El arte contemporáneo como bien común”. 7   Marco Granados. (11 de diciembre de 2010). Columna Lado B. ¿Tierra de ídolos? (I). El Norte. Disponible en http://www.elnorte. com/editoriales/vida/599/1197991/default.shtm 8   Enrique Ruiz Acosta. (2004). “Una lectura del arte local: inevitable y correspondiente” en Transferencias, convenciones y simulacros. Monterrey: UANL.


Recuérdalo: en esta temporada no dejes de brillar “Incorporada recientemente a la zona conurbada de Monterrey, Cadereyta es una ciudad relativamente pequeña, la cual posee aún ciertos tintes tradicionales fuertemente trastocados por el arribo de la industria. Desde la ya mencionada refinería de petróleo de Pemex hasta las diversas plantas y maquiladoras que se han instaurado en sus zonas aledañas, el municipio se ha visto emplazado vertiginosamente por la vía de un progreso que no ha dejado de ser más bien aparente, lo cual ha afectado cultural, laboral y económicamente a su ciudadanía. Los asentamientos urbanos irregulares, los precarios fraccionamientos habitacionales y los debidos desplazamientos han generado el incremento de zonas marginadas en el lugar.”9 Trascendental. 1. Adj. Que es muy significativo y tiene consecuencias muy importantes, más de lo que cabría esperar. “Ahora bien la pintura nunca estableció ningún estado de bienestar común, que no fuera el de la consolidación del poder y el capital económico para las elites regiomontanas. Históricamente en la ciudad el arte manifestó un discurso maniqueo al empresario y a sus acciones de beneficencia pública (apoyo a los pobres, a los discapacitados y al enfermo) con la finalidad de deducir impuestos o acreditarse como ‘empresa socialmente responsable’”.10 “Axel Stein, director del departamento de Arte Latinoamericano de Sotheby’s, informó en un comunicado que ‘Lorenzo Zambrano cubrió el gran recorrido de la expresión artística latinoamericana con una visión que abarca lienzos monumentales de los gigantes como Rivera y Toledo, obras de maestros surrealistas como Carrington y Varo, y el grupo quizá más importante de autorretratos latinoamericanos que haya permanecido en manos privadas’”.11 9   Francisco Benítez. (29 de septiembre de 2016). “Separado. Viridiana Retta”. Mmmmetafile. Disponibe en http://www. mmmmetafile.net/arte-emergente/separado-viridiana-retta2013/ 10   Rocío Cárdenas. (3 de junio de 2016). “Nodo SITAC / No Automático / Mmmmetafile / Monterrey”. Mmmmetafile. Disponible en http://www.mmmmetafile.net/uncategorized/nodo-sitac-noautomatico-mmmmetafile-monterrey/ 11   “Colección de Zambrano, vendida en 17 mdd”. El economista. Disponible en http://eleconomista.com.mx/ entretenimiento/2014/11/24/coleccion-zambrano-vendida-17-mdd

No vale nada la vida la vida no vale nada comienza siempre llorando y así llorando se acaba por eso es que en este mundo la vida no vale nada12

“Respecto a la naturaleza de la obra de arte producida en Monterrey, nos enfrentamos a una ambigüedad por parte de artistas, críticos y curadores que no se logran poner de acuerdo acerca de si la producción de los artistas es resultado o influencia de obras y artistas del exterior o si de verdad podemos encontrar un producto consciente y que refleje puramente el contexto en el que está inserto”.13 “De la misma manera en que es visto y tratado el arte contemporáneo en Monterrey, con un ojo puesto en Norteamérica y otro en Europa, y que sin embargo se practica con naturalidad como si hubiese una larga tradición en la ciudad. Es decir, con detachment. Este grupo es uno que recoge una práctica extranjera, que poco o nada sabe a consciencia de la historia local que lo produce, y que la ejercita entre ciega e incómodamente. No se puede ser más contemporáneo que esto.”14

“Best Steakhouse in town” “El pintor Julio Galán, quien falleció el pasado viernes a los 47 años de un derrame cerebral, fue cabeza de dos de las corrientes artísticas más importantes del país en los años recientes: el neomexicanismo y el arte gay, dice la crítica de arte Raquel Tibol, quien hace una evocación de la importancia de la obra plástica y de la “funambulesca” y provocadora personalidad del reconocido artista, quien radicaba en Monterrey, Nuevo León. Tibol rechaza en entrevista algunas afirmaciones ‘absurdas’ pero generalizadas, como la presunta comparación de la obra de Galán con la de Frida Kahlo. ‘El mundo de Frida es un mundo sufriente y el de Julio, un mundo histriónico’”.15 12   José Alfredo Jiménez. “La vida no vale nada”. 13   Alfredo Herrera Pescador. (2004). “La condición de la producción del arte contemporáneo en Monterrey”. Transferencias, convenciones y simulacros. Monterrey: UANL. 14   Erick Vázquez. Ludus, arte contemporáneo universitario, Colegio Civil Centro Cultural Universitario, 2007. 15   Arturo Jiménez. (6 de agosto de 2006). “Julio Galán fue un artista


Vamos tan rápido que no hay tiempo para la reflexión, mucho menos para la flexión, la inflexión, la genuflexión o la cunnifaloflexión “Habrá que revisar la historia de la cultura en Monterrey como una forma de afirmar y propagar los intereses de sus élites. Sólo esta ideología que rige la vida en su totalidad podrá explicarnos la función que el arte juega dentro de un contexto más amplio y abrirnos la posibilidad de visualizar las manifestaciones alternas y de resistencia que han quedado acalladas bajo este imperio ideológico.”16 “Con un total de 45 mil 252 personas, Monterrey rompió el récord de la carne asada más grande del mundo. El evento se desarrolló, éste domingo, en las instalaciones del Parque Fundidora, en donde grupos de familia completos se dieron cita para romper el récord que antes tenía Australia con 44 mil 158 participantes.”17 “El aparato cultural oficial, que responde a los intereses de los grupos de poder, ha sido incapaz de posicionar a la ciudad como plataforma de la cultura y el arte que se produce en la región, optando por presentar propuestas externas. Ante el desequilibrio provocado por los espejismos neoliberales, los espacios independientes se han erguido como posibilidades de resistencia en busca de otras formas, prácticas nuevas que revolucionen la idiosincrasia regiomontana y permitan superar las dificultades vividas.”18 ¿El arte contemporáneo es una forma de populismo aristocrático? De acuerdo. En desacuerdo. No sabe / No responde. precocísimo y el colmo de la extravagancia: Tibol”. La Jornada. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2006/08/06/index. php?section=cultura&article=a05n1cul 16   Eduardo Ramírez Pedrajo. (2009). El triunfo de la cultura. Uso político y económico de la cultura en Monterrey. UANL/Fondo Editorial de Nuevo León. Disponible en http://www.fondoeditorialnl.gob. mx/pdfs/eltriunfodelacultura.pdf 17   (18 de agosto de 2013) “Monterrey se queda con el récord de la carne asada más grande del mundo”. Vanguardia. Disponible en http://www.vanguardia.com.mx/monterreysequedaconelrecorddelacarneasadamasgrandedelmundo-1813217.html 18   Eliud Nava. Los espacios independientes de arte en Monterrey en el proceso de globalización. http://images.eliudnava.net/ tesistxt03.pdf

Juan Alberto Pérez Ponce, Juan Caballero, Juan José González, Enrique Ruiz, Alfredo Herrera, Benjamín Sierra, Pilar de la Fuente, Marco Granados, Mayra Silva, Adriana Vázquez, Adrián Procel, Tercerunquinto (Rolando Flores, Julio César Castro y Gabriel Cázares), marcelaygina (Marcela Quiroga y Georgina Arizpe), Inconsciente Colectivo, Carlos García, Antonio Pichardo, Ácaro, Yasodari Sánchez, Daniel Lara, Colectivo Caxa, Samuel Cepeda, Lorena Estrada, Rocío Cárdenas, Violeta Ruiz, Jesica López, Celeste Flores, Jessica Salinas, Melissa Aguirre, Chuchocolate, Manuel Cervantes, Teresa Martínez, Erick Vázquez, Iván Manríquez, Isaac Rincón, Griselda García, Colectivo La Lucha Libre (Lulú Nava y Maik Herrera), Mario García Rico, Martín Leal, Jeimy Galaviz, Libertad Castillo, Colectivo Salazar (Manuel Ayala, Rogelio Martínez y Daniel Salazar). No sé si han escuchado hablar de la Facultad de Artes Visuales, no sé si les suenan estos nombres, su obra, su trabajo intelectual o si tienen una pieza de alguno de ellos en su casa o la han visto colgada en algún edificio público, guardada en algún acervo, sembrada en algún archivo desvencijado, hilvanada en alguna colección, o puesta con decoro en un restaurante, clínica, almacén, no sé si hayan leído alguno de sus textos, visto alguna entrevista, ojeado un catálogo de cualquier índole, acaso por equivocación. No sé, tal vez me confundí. Disculpe ¿Por aquí es la salida? Ah, sí, por aquí, ya me iba perdiendo. En fin, antes de irme quiero dejarle esta frase en la cabeza porque posiblemente no vuelva a verlo: El arte es algo que se presume y a la vez se teme, domestica, menosprecia, colecciona, banaliza, empodera, pauperiza, cercena, subestima, contrae y expande, ensalza, malbarata, articula, apila, tapa-destapa, altera, ensueña, resuena, expone, predispone, sobreestima, revive, abandona, canjea, traspasa, olvida, recrea, recalca, reprime, enfatiza, utiliza y como dijo algún cantante (no recuerdo cuál, de veras): el arte nos hará libres, o todo lo contrario. Televidentes y radioescuchas, ha llegado el momento de regresar, nosotros nos disponemos a concluir con nuestra misión; tengan la bondad de ser felices.


Retrato del pescador ¥¥  Jennifer García

En esta época del año los pescadores arriban a sus puertos y dejan tras de sí la pesada carga de la muerte. Vuelven a casa al terminar el día y encuentran consuelo en la creencia de que en la tierra mueren tantos peces como hombres. Sobre una cama de hierro cierran los ojos con que hace algunas horas vislumbraron la mar en calma. Ahora limpian las ruinas del remordimiento: es momento de hacer la retirada se dicen en el sueño. Y mientras el océano como animal nocturno reclama por el largo abandono.


B:

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ARBA B O I JA R I C F

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REVISTA FEA INTERNACIONAL / DOCUMENTACIÓN DE ARCHIVO, FANZINE (TINTA SOBRE PAPEL), MEDIDAS VARIABLES / 2015-2017 / FRAGMENTO EN DUOTONO

A natomía de la C rítica

¥¥Ricardo Cuéllar Valencia

E L C R O N I S TA E N

El combate de la Ciudadela narrado por un extranjero y algo sobre el poeta ¥¥RICARDO CUÉLLAR VALENCIA

L

a editorial mexicana Cariátide y Ediciones del Lirio colocaron para su circulación el libro La decena roja. El combate de la Ciudadela narrado por un extranjero, de Porfirio Barba Jacob, con prólogo de Sebastián Pineda Buitrago. El escritor colombiano ha sido reconocido, finalmente, como un gran poeta hispanoamericano.1 Su obra en prosa apenas hace poco ha empezado a divulgarse de manera amplia, aunque solo se conoce en el medio Escritos mexicanos, textos recopilados por Eduardo García Aguilar, editados en Fondo de Cultura Económica.2 Otras crónicas se conocen parcialmente en Guatemala y El Salvador. Los comentarios a la prosa del poeta no han pasado de referencias parciales, cargadas sobre todo a destacar aspectos ideológicos y no literarios ni estéticos. Pretendemos, en este texto, apenas anotar algunas ideas con la intención de desarrollarlas en otra ocasión, pues no intentamos nada más que comentar la reciente publicación de El combate de la Ciudadela narrado por un extranjero. 1   Primero fue denostado por escritores como Lezama Lima, que en su novela barroca Paraíso (1968) dice que Barba Jacob “era un homosexual propagandista de su odio a la mujer”. Lo cual es falso. P.B.J. amó a la mujer, varios poemas lo indican. Era bisexual. No le agrada a Lezama la idea de “pulir mi obra y cultivar mis vicios”. Y agrega: “siempre me ha parecido anacrónico”. Así el moralista cubano. Y Octavio Paz repite lo de anacrónico en su epílogo a Laurel. Desde esa postura otros tantos denuestan al poeta. 2 Porfirio Barba Jacob, Escritos mexicanos, investigación, selección y prólogo de Eduardo García Aguilar, Ciudad de México, FCE, 2009. Curioso que García Aguilar no quiera al poeta y a medias al periodista y haga este libro.


A natomía de la Crítica

La primera y única edición de El combate de la Ciudadela… apareció en la Ciudad de México en marzo de 1913, firmada por el licenciado Emigdio S. Paniagua. Es otro de los seudónimos a los que recurrió Barba Jacob para disfrazar 3 sus escritos, en este caso por razones políticas. El prologuista, Pineda Buitrago, sostiene que el folleto “constituye uno de los documentos narrativos más vitales –vívidos– en torno al derrocamiento del gobierno de Francisco I. Madero”. A partir de planteamientos del más acabado biógrafo del poeta, Fernando Vallejo, desarrolla sus argumentos para esclarecer que el autor del escrito es Porfirio Barba Jacob, sobre todo por la semejanza entre este y otro texto conocido, especialmente en Centroamérica, El terremoto de San Salvador, narración de un sobreviviente, ocurrido el 7 de junio de 1917. Leídos los dos textos no cabe duda de que el estilo de las crónicas tiene un mismo autor: Porfirio Barba Jacob. Pineda Buitrago, especialista en la obra de Alfonso Reyes, nos ofrece detalles importantes de la relación de los dos escritores y con el padre del escritor mexicano. Si bien es cierto que Barba Jacob expresó sus simpatías por la causa del general Reyes, Pineda Buitrago precisa que ello se debió a que estaba “en contra de la improvisación del joven presidente Madero y en contra de la intromisión política de Estados Unidos. Sin ir más lejos, el colombiano ya había sido encarcelado en la penitenciaría del estado de Nuevo León hacia principios de 1910, por atacar a los enemigos del general Bernardo Reyes”. También indica otro aspecto que debe tenerse en cuenta: “Las cartas que desde esta prisión Barba Jacob le escribió a su amigo Alfonso Reyes gozan de hondura humana asombrosa”. Y comenta algo decisivo, “El colombiano le aconsejaba al joven erudito mexicano hacer oídos sordos contra los traidores políticos de su padre: ‘hacernos cada día más comprensivos por el estudio. Ser comprensivos es ser creador, de una manera muy digna’”. Y luego se pregunta: “Este 3   Pineda Buitrago indica que el recurso de los seudónimos del poeta se deben a que “Descreído o desdeñoso de la vanidad de los derechos de autor, cambia de nombres y de países como se cambiara de camisa”. Es cierto, pero también por asuntos políticos y por su ondeante personalidad, como lo señala Valencia Goelkel.

consejo del poeta, el del afán de comprensión por el estudio, ¿no llevó a Alfonso Reyes a convertirse en el maravilloso polígrafo que fue?”. Sabemos que el padre, el general Reyes, siendo gobernador del Estado de Nuevo León, le confió al poeta colombiano instruir a su hijo, Alfonso, en asuntos de cultura. Otra consideración destacable que hace Pineda Buitrago es la siguiente: “Reyes nunca contó cómo vivió la muerte de su padre en la Decena Trágica. La crónica del periodista-poeta colombiano, El combate de la Ciudadela… a veces se me antoja que podría ser el relato de lo que Reyes vivió en carne propia”. Y sustenta su sospecha concretamente en un argumento preciso: “Como el protagonista, Reyes tenía una novia, Manuela Mota. Esquivó balazos y esquirlas y retenes militares, que impedían el acceso al Zócalo, tal como lo narra Barba Jacob en su crónica”. No dudo que el amigo le pidiera al periodista trazar esa crónica novelada para evitar que su pluma se inflamara, al mismo tiempo que evitar todo tipo de consecuencias. De aquella prisión indicada, Barba Jacob salió el 6 de enero de 1911, después de casi cinco meses de reclusión. La realidad socio-política mexicana era un desorden absoluto. El movimiento antirreeleccionista de Madero, sabemos, contó con el apoyo armado de Estados Unidos para poner en situación al presidente Porfirio Díaz. Tras haberse suscrito el tratado de Paz de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911, se fue don Porfirio a vivir a París “sin un rasguño”, quedando México sumergido en la anarquía. Y comenta Pineda Buitrago: Indignado al salir de la cárcel, pues, Barba Jacob engrosó las filas del periodismo combativo, participó en la redacción, el 11 de noviembre de 1911, del Plan de Bernardo Reyes o Plan de La Soledad, en el que el general se proclamaba como candidato presidencial, tras haber vuelto del “destierro”, de dos años en Europa, al que lo había sometido Díaz. El general Reyes quería recobrar el orden. Perseguido por las tropas del presidente Madero, él y sus correligionarios redactaron –seguramente de la mano del joven periodista colombiano– un plan…


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el origen del trabajo periodístico de Porfirio Barba Jacob para tratar de esclarecer su intensa y decidida escritura en los periódicos de principios del siglo xx en México, particularmente. Los escritores a fines del siglo xix que desearon trabajar como periodistas, para vivir, se la vieron … el general Reyes, liberado de su prisión con enormes dificultades dado que debían vender de Santiago Tlatelolco, y Félix Díaz de la su pluma en lo que Ángel Rama llamó el “mercado penitenciaría, se habían acercado en son de de la escritura”. Los principales compradores rebeldía, pretendiendo que el Palacio Nacional eran los políticos, quienes solicitaban discursos, les fuese entregado; pero preparado ya el general proclamas, leyes; y los otros, los directores de los Villar, desarmó y aprehendió al emisario, que había periódicos, empresarios que sin pudor eliminaban, sido el general y diputado Gregorio Ruiz y cuando en muchos casos, los nombres de los colaboradores, personalmente se presentó el general Bernardo ha anotado Rama. 5 Las quejas eran permanentes. Reyes, rodeado de un grupo de amigos, el general La lucha era por diferencias entre el repórter y el Villar había mandado a hacer fuego, matándolo. cronista. A ello se refirieron, por ejemplo, Julián del Casal, Rubén Darío, Gutiérrez Nájera, José Martí... El poeta regresó a la Ciudad de México a principios El asunto era el estilo de de 1912. Instalado allí inició sus colaboraciones Los escritores a fines del informar. Fue, finalmente, en el periodismo donde en El Imparcial. Sostiene P i n e d a B u i t r a g o q u e siglo xix que desearon tra- aprendieron a manejar las colaboraciones del bajar como periodistas, la prosa, de suerte que, según Darío, la crónica es periodista fueron artículos para vivir, se la vieron el “laboratorio de ensayo sobre leyendas urbanas de la antigua Tenochtitlán con enormes dificultades del estilo”. El periodismo fue un verdadero espacio “que explotaban el morbo dado que debían vender de aprendizaje para los de la gente. Sus artículos duplicaron las ventas del su pluma en lo que Ángel modernistas y sobre todo diario.” Rama llamó el “mercado de para cambiar la escritura. Con precisión lo señaló El diario fue comprado Martí: por Madero “con el erario la escritura”. público” y de inmediato la Sólo que aumentan las verdades con los días, y censura encontró “perjudiciales” los escritos de Barba es fuerza que se abra paso esta verdad acerca del Jacob. Para evitar que lo encarcelaran o le aplicaran el estilo: el escritor ha de pintar, como el pintor. No 33, dejó, por un tiempo, el periodismo. hay razón para que el uno use de diversos colores, No vamos a discurrir sobre los escritos de aquellos y no el otro. Con las zonas se cambia de atmósfera, años del periodista colombiano. Es tarea larga, en y con los asuntos de lenguaje. Que la sencillez sea tanto que apenas se conoce parte y muy parcial de lo la condición recomendable, no quiere decir que se escrito en México por el entonces Ricardo Arenales. excluya del traje un elegante adorno… no hay por Pese a que algo conocemos de lo escrito y publicado qué invalidar vocablos útiles, ni por qué sajar en la en Guatemala y el Salvador. faena de dar palabras nuevas a ideas nuevas.6 Por otra parte, con este comentario pretendemos anotar algunas ideas que hacen posible entender El Plan fue un rotundo fracaso, como lo ha testificado la historiografía. En la biografía de Francisco I. Madero de Juan Sánchez Azcona,4 amigo de Madero, se lee:

4   Tres revolucionarios, tres testimonios, Tomo I, Madero, Juan Sánchez Azcona; Villa, Ramón Puente, Prólogo de Octavio Paz, Editorial Offset, 1986, pp. 84, 85.

5   Citado en La invención de la crónica, de Susana Rotker, FCE / Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, México, 2005, p. 106. 6   Op. cit., p. 110.


“Los procedimientos como la poetización de lo real forman parte de la ‘literalidad’ y de la condición de prosa poética de las crónicas modernistas”

Susana Rotker destaca algo importante en el capítulo xi de su estudio La invención de la crónica, titulado “La creación de otro espacio de escritura”, al subrayar: “Los procedimientos como la poetización de lo real forman parte de la ‘literalidad’ y de la condición de prosa poética de las crónicas modernistas”. Se trata por lo tanto de un nuevo género literario y, como ella sostiene, en el que recurren a un “método de conceptualización de la realidad, de composición y de orientación externa e interna, que en este caso oscila entre el discurso literario y el periodístico conformando un espacio propio”.7 Porfirio Barba Jacob, digo Ricardo Arenales o mejor Miguel Ángel Osorio, nace y crece entre los modernistas, desde su trinchera mexicana. Todos han bebido con fecundidad del romanticismo, el parnasianismo y el simbolismo, de la tradición neoclásica, de los Siglos de Oro y del Renacimiento y, obvio, del clasicismo. Este punto es clave estudiarlo con amplitud. No olvidamos que las crónicas modernistas están en estrecha relación con las formas y materias de la poesía 7   Op. cit., p. 173.

modernista: plasticidad y expresión impresionista y de una inocultable presencia de la naturaleza. En la crónica de El combate de la Ciudadela… el escritor combina con destreza y fluidez varias formas de escritura. Lo autobiográfico en dos sentidos: en uno, el viaje de la capital mexicana a Veracruz, y el encuentro con el “amigo locuaz” y el regreso del narrador; dos, la relación amorosa con Amparo, a quien ve sólo una vez y, en medio de los combates el observador-periodista, a cada momento invoca y evoca, para marcar los signos románticos de la crónica. El narrador que está creando una ficción para obtener la necesaria verosimilitud le indica constantemente al lector, para que no dude de su objetividad, que se apoya en: el incesante escuchar comentarios, discusiones, profecías y glosas de la situación política y del grave problema que acaba de plantearse[…] Y así, oyendo aquí, viendo más allá, discutiendo en un corrillo, preguntando por teléfono a varios amigos, y aun leyendo uno que otro boletín logré reconstruir con alguna fidelidad y con no pocos detalles los sucesos…

ADRIÁN PROCEL / ESTOY EN EL RÍO / ACRÍLICA SOBRE MURO, 160 X 336 CM / 2017 / FOTO: PABLO CUÉLLAR / DUOTONO

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Para convencer al lector de su objetividad en otra parte indica: “Voy, pues, a referir lo que pasó en los días subsiguientes, según propias observaciones e informes propios”. Y dado que fue un cultor de azar real y efectivo, afirma: “Vagando al azar por diversos sitios, mi compañero y yo…” A su vez da crédito a revistas y diarios que ha consultado. Cita fragmentos de periódicos y revistas. Se cita a sí mismo, recurso propio de los modernistas. Cita una carta de la ficcional Amparo a su amado narrador. Recurre el narrador a diálogos con personajes ficticios en un tren o una cantina. Dice que visita una casa. Hace referencia a momentos históricos. Realiza descripciones precisas de las edificaciones y geografía urbana de la Ciudadela. Y cuando desea el narrador hablar de la amada novia (aquella que enmascara la novia de Alfonso Reyes, según Sebastián Pineda Buitrago) la describe con ferviente encantamiento, al mismo tiempo que el paisaje, ciertos paisajes, surgen de la mano del novelista y poeta que lo poseen. De suerte que el escritor es atrapado por el narrador en los momentos más íntimos, propios de la sagrada subjetividad. Por su parte el periodista surge en el relato exterior, en los acontecimientos políticos y sobre todo en los preparativos y actos militares.8 Porfirio Barba Jacob fue un poeta que en vida por su propia iniciativa no publicó un solo libro de poesía, a no ser los tres que por iniciativa de amigos se hicieron en Guatemala, México y Colombia con el fin de recoger algún dinero para ayudarlo en sus afujías. Tampoco acopió sus crónicas y ensayos. Perdió o no terminó manuscritos de varias novelas, hoy desaparecidas. El poeta corregía incansablemente. Fernando Vallejo ha rescatado de periódicos y revistas más de cien. Antes de la magnífica biografía de Fernando Vallejo, El Mensajero, una biografía de Porfirio Barba Jacob (1991), se conocen dos trabajos significativos: La vida profunda, edición especial de la poesía de Porfirio Barba Jacob, en el trigésimo primer aniversario del deceso del maestro (enero 12 [i. e. 14], 1973) y nonagésimo de su nacimiento (julio 29, 1973), primera completa y primera ceñida a los textos auténticos, dirigida por Alfonso Duque 8   Esa técnica la empleará, años después, Gabriel García Márquez en “Noticia de un secuestro”, adelantándose Barba Jacob a su paisano.

Maya y Eutimio Prada Fonseca, con minucioso estudio de las ediciones circulantes hasta hoy –todas espurias, piráticas, incompletas– y con ensayos y conceptos, al pie de los poemas, de 218 escritores de 19 nacionalidades. Editorial Andes-Bogotá, 1973; y Porfirio Barba Jacob, poeta del tiempo y del retorno (1984) de Nazario Silva Silva. Fernando Vallejo en Barba Jacob, Poemas,9 recopilados y anotados por él, amplía y mejora con creces la presencia poética de Barba Jacob. Destaco algunas anotaciones. De la publicación del extenso poema “La tristeza del camino” (nunca incluido en los libros conocidos), publicado en 1907 en La Quincena de San Salvador, su director Vicente Acosta, lo recibe gracias al envío de Leopoldo de la Rosa, el cual publica con un extenso juicio crítico, “quien, cuenta Vallejo, saludaba como una revelación al nuevo poeta y alababa su imaginación y sensibilidad, su temperamento artístico y fuerza expresiva, si bien acusando en él la influencia del lugonismo imperante y de Guillermo Valencia”. El poema fue elogiado por varios editores, sin dejar de despertar envidias como lo ilustra Fernando Vallejo con varias anécdotas. Conquistados varios lectores con “La tristeza del camino”, aparece en Barranquilla (Rigoletto, 1907) Campiña florida, del cual dice Vallejo: Pues bien, en la nueva obra de Arenales puede apreciarse cuánto ha ganado éste en poder de expresión, en facilidad para el corte del verso y aun para rimar. Toda una revelación. Alejandrinos vigorosos y de exquisita sonoridad. Campiña florida colocará a Arenales al lado de los poetas más vibradores de la América contemporánea y le abrirá las puertas de una envidiable celebridad.

Dos anotaciones a poemas que pertenecen al momento o “movimiento reyista opuesto a Madero”. Dice Fernando Vallejo que “Llego junto a los muros que circundan…” fue escrito en la Ciudad de México, en aquel momento cuando Ricardo Arenales participaba en tal movimiento. El comienzo del poema 9   Barba Jacob, Poemas, Procultura, Presidencia de la República, Nueva Biblioteca de Cultura, Bogotá, 1985. Una segunda edición, primera en México, fue editada por FCE en 2006: Porfirio Barba Jacob, poesía completa.


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es revelador: “Llego junto a los muros que circundan / El bello y sabio poema “Futuro”, que hace parte el reino de la muerte”. Al comentar las ideas filosóficas de Canciones y elegías, lo dedica al novelista mexicano de Barba Jacob que preceden el poema “Canción de la José Martínez Sotomayor, “juez de distrito en Puebla vida profunda”, y después de citar un texto del poeta donde poco antes de la aparición del libro se había sobre el tema, comenta Vallejo: “He aquí enunciados hecho amigo del poeta”, comenta Fernando Vallejo. en prosa, las ideas que animan el poema. Por lo “Elegía del marino ilusorio” apareció en el demás, ya sabía muy bien el poeta, y lo anotaba en libro Canciones y elegías dedicado a Rosario Sansores, su artículo sobre De la Rosa, lo efectivas que podían poetisa mexicana a quien Barba Jacob conoció en ser en un poema las palabras esdrújulas, la frecuencia la Habana y “quien le atendía en su enfermedad en inquietadora del leiv-motiv, la música en sordina de México por la fecha de publicación del libro”, señala los asonantes…”. Respecto a que la “Canción de la vida el biógrafo. profunda” había sido “inspirada o copiada de un poema El sabio y hermosísimo poema “Acuarimántima” lo del libro Au jardín de L’infante de Albert Samain… es muy escribió el poeta en varios momentos: la primera factible… nunca le importó la propiedad intelectual versión es de 1908; la segunda es del 6 de octubre de y hasta publicó versos ajenos o con su nombre”. Sin 1920. Cuenta Vallejo: “Obligado por las circunstancias dejar de reconocer Vallejo que Barba Jacob conocía (un oficial con revólver en la mano harto de sus a Samain y a otros poetas escándalos) Ricardo Arenales Alfonso Reyes le había franceses: a Verlaine, a Paul acababa de mudarse del Fort, Maurice Vaucaire, dedicado a su amigo co- Palacio de la Nunciatura Moréas, Rollinat, Chénier, al que bautizó ‘el potreroGabriel Sarrazin, Mallarmé, lombiano “Salutación al hotelito’, al Hotel Nacional Éphraïm Mikhaël y Charles romero”. Antes de morir en la Ciudad de México”. Allí Guérin. y entonces tuvo una de las Porfirio Barba Jacob Comenta Fernando grandes revelaciones de su Vallejo que la “Canción lige- pidió a su viejo amigo que vida, cito de tal texto unas ra” publicada en El Pueblo de dijera unas palabras, frases: México (17 de abril de 1918) “estaba dedicado el poema ante su cadáver. Fue Yo creo que las ligaduras del al maestro Antonio Caso, Alfonso Reyes uno de los canto español no están en las estrofas ni en las palabras, el gran educador mexicano que vigorizó y animó los es- oradores en el sepelio sino en nuestra esclavitud a las relaciones lógicas. Nosotros tudios filosóficos en su país, de Porfirio Barba Jacob. enumeramos los principios del amigo de Ricardo Arenales conocimiento, pero no la afinidad, la virtualidad, desde los tiempos del Ateneo de la Juventud, de Méxiel milagro de las melodías y de las ideas melódicas. co, al que perteneció el poeta”. Antes la “Canción ligera” De alas a alas, entre idea melódica y melodía pura, apareció en el Diario del Salvador (29 de septiembre de se tiende un velo irreductible a las palabras. Y 1917) con el siguiente epígrafe de Anatole France: “El como este es el reino de la vaguedad –Vágula– arte del escritor consiste en hacernos olvidar que emflota en él una infinita posibilidad de asociaciones pleamos palabras”. por la sólo virtud musical. Basta oír la palabra El 1921 dedicó Canción de la soledad a su amigo Acuarimántima para asociarla a los viajes que Alfonso Reyes. Por los años 1911 o 1912 Alfonso Reyes hemos leído, a las mujeres de la Odisea, a las le había dedicado a su amigo colombiano “Salutación ciudades de Marco Polo, a las lagunas de los países al romero”. Antes de morir Porfirio Barba Jacob pidió que tocó Simbad, a las montañas nevadas que soñó a su viejo amigo que dijera unas palabras, ante su Sir John de Mandeville. O bien sugiere la idea de cadáver. Fue Alfonso Reyes uno de los oradores en el ondinas, de jóvenes mujeres cargadas con haces sepelio de Porfirio Barba Jacob.


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de niños y lirios, de lluvias iluminadas por el sol… Yo empiezo a buscar mi libertad poética por la substituciones de las relaciones melódicas a las relaciones lógicas, y por el uso de la elipsis llevada a sus últimos límites.

Ante tales planteamientos comenta Vallejo: “Nuevos rumbos para su poesía, antes ni siquiera imaginados, surgían ante sus ojos por la obra y gracia de ‘Acuarimántima’, por el milagro de una palabra inventada”. Al rededor del muy hermoso poema “Sueño de Acapulco” cuenta Fernando Vallejo la siguiente anécdota que no podemos eludir por su extrema significación: Una tarde de su juventud el periodista Alfredo Kawage Ramia llamó a la puerta del Hotel Pánuco de México, en el que vivía Barba Jacob (en Guerrero). El poeta le abrió en un estado de verdadera alucinación, tratando de presentarse lo más decorosamente posible, acomodándose los tirantes bajados, la pechera, el cuello postizo, la camiseta de mangas largas… “¡Hola, Farid!” Le saludó. “Quiero que me escuche el poema que acabo de componer” y le leyó al joven los “Sueños de Acapulco”, que terminaba de pasar en máquina, el joven, sin prestarle atención a los versos, le recriminó por el triste estado en que lo hallaba. Dice Kawage que Barba Jacob componía mentalmente, reproduciendo como los líricos de la Antología griega el zumbar de las abejas entre los dientes. En un esfuerzo de concentración iba acomodando primero el acento y sobre el acento las palabras, absorto en sí mismo. Venía primero el zumbido del ritmo y la música

del verso, luego la distribución de los acentos y por último la colocación de las palabras. Caso único en la lírica española, Barba Jacob alcanzaba así el dominio casi absoluto de la onomatopeya.

El poema “La casona” (México, abril-mayo, 1934) fue conservado en una copia mecanográfica por Heliodoro Valle que Fernando Vallejo conoció y transcribe la nota que lo acompaña, la cual dice: Este poema fue escrito por encargo de una conocida casa bancaria de México, la cual tuvo a bien dar al autor la remuneración convenida por sus versos, pero no los halló apropiados para incluirlos en el programa de la fiesta con que se celebró el cincuentenario de su fundación. Barba Jacob da a conocer el poema en edición privada a algunos de sus más ilustres amigos, si no para deslumbrarlos con una maravilla –pues no se trata del canto a la alondra, de Shelley, ni de la oda a la muerte, de Francis Thompson, por ejemplo (y casi el tema no se prestaba para tanto)– al menos para que los altos jueces de las letras puedan darse cuenta de que este trabajo no es pueril, ni abstruso, ni abyecto, y de que posee la justeza formal y el decoro ideológico e imaginativo que siempre han sido considerados por los lectores cultos como condiciones indispensables de la verdadera expresión poética.

El otro trabajo significativo, antes de los de Fernando Vallejo, es el de Nazario Silva Silva, Porfirio Barba Jacob: poeta del tiempo y del retorno (1984). El Consejo Municipal de Santa Rosa de Osos, tierra natal de Miguel Ángel Osorio, convocó a un concurso sobre la vida y obra de Porfirio Barba Jacob. El premio lo mereció el trabajo


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de investigación de Nazario Silva Silva, nacido en Garzón, Huila. Es un trabajo en el que no nos podemos detener, baste indicar que le dedica 37 páginas para destacar el empleo de sustantivos, verbos y adjetivos recurrentes del escritor, útiles para los estudios filológicos de la obra de poeta. Varias de sus consideraciones es necesario tenerlas en cuenta en un trabajo más amplio. Me he animado a escribir un trabajo sobre la Poética y poesía de Porfirio Barba Jacob. Amanecerá y veremos. Pero regresemos brevemente al prosista, y nada mejor que con palabras de Fernando Vallejo. En El Demócrata escribió “reportajes espeluznantes sobre chinos poseídos por indecibles vicios chinos…” y en El Mensajero, “temas de toxicómanos”. Pero lo más preciso y claro que indica el escritor Fernando Vallejo es que en El Mañana opuesto a Madero se observa: Arriba, a la izquierda, en primera plana, desde el primer número empezaron a aparecer los corrosivos, insolentes, insultantes editoriales de Arenales de oposición al gobierno. Una veintena alcanzó a escribir, formidables, como pocos se han escrito en el periodismo en este idioma, hasta que le agotó la paciencia al todopoderoso Secretario de Gobernación general Calles, el más connotado blanco de sus ataques.

Lo expulsaron y dijo al marcharse: “A mi podrán desterrarme de México, pero a México no lograrán desterrarlo de mí”. Afirma Fernando Vallejo refiriéndose a su escritura: Ricardo Arenales periodista, y gran periodista entre los grandes del periodismo escrito en este idioma. Firmados o no firmados, para reconocer sus artículos da igual. Nadie en el periodismo mexicano escribía como él. Más aún: diría incluso que en el largo siglo que iba corrido de periodismo en lengua española sólo Mariano José Larra se le puede comparar. Ni siquiera Varona.

Más adelante observa: Si se me permite en este punto de mi humilde narración mi humilde opinión, diría que Ricardo Arenales fue expulsado de México más que por su oposición al gobierno, por lo bien escritos de sus artículos: la lucidez de su inteligencia, la perfección de su prosa, la desmesura de su cinismo… Con él no sabían a qué atenerse.

De suerte que apenas se empieza a conocer al prosista y de mejor manera al poeta. De lo que se trata es de analizar sus obras en prosa y verso más allá de las simpatías y sobre todo superar la moralina que tanto ha impedido entender y descubrir sus aportes.


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Poética de la transgresión JEIMY MARISOL MARTÍNEZ /PORCIÓN DE VOZ (FRAGMENTO, 8/100) / YESO PIEDRA, AUDIO ESTÉREO, BASES DE MADERA, MEDIDAS VARIABLES / 2014 / FOTO: ALESSANDRA BARAGIOTTA / duotono

¥¥Margarito Cuéllar

I

L

a palabra transgredir deriva del latín transgredior: no respetar, salirse de cauce, quebrantar, quebrar, vulnerar, desobedecer, ir más allá de normas y costumbres. El arte transgresor, dice Ignacio Fernández Herrero, es aquel que, yendo más allá de lo establecido, hace tambalear el concepto del arte tradicional y se convierte incluso en sinónimo de arte shock.


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La historia de la literatura y el pensamiento está llena de autores cuya vida y obra han ido más allá de conservar una tradición o una convención. Son los malditos, la voz disonante del coro, los transgresores. Muchas veces llamados también trágicos, perseguidos por la fatalidad, enfermos, acosados por sus propios fantasmas, locos o por lo menos raros. Cristina Peri Rossi dice que en la división del trabajo la voz sonante la lleva siempre el hombre, por lo cual corresponde a las mujeres ser las primeras transgresoras. Cita los casos de Safo (ca. 630- 580 A. C.), Virginia Woolf (1882-1941), Sylvia Plath (1932-1963), Alejandra Pizarnik (1936-1972) y Alfonsina Storni (1892-1938). Todas suicidas. Todas con una obra cuyo lenguaje literario rebasa las fronteras de sus respectivas épocas. Descansar de sus pensamientos obligaba a Nietzsche (1844-1900) a buscar el clima ideal cuando apenas había cumplido treinta y cinco años, la mitad de su vida. “Mis cefalalgias son muy difíciles de diagnosticar…”, escribía Nietzsche en una carta a su madre. No son pocos los casos en que la enfermedad se vuelve un detonante de la transgresión en la obra y la vida del escritor, ya sea como tema recurrente o porque se trate de escritores que han realizado su obra en estados de salud nada favorables. Obras como Discurso a los cirujanos de Valery, La enfermedad y sus metáforas de Susan Sontag, Ensayo sobre las enfermedades de la cabeza de

Kant y Pabellón de cáncer de Solzhenitsyn han abordado el tema desde ópticas, momentos y alcances distintos. El peso de la transgresión en los siglos pasados es de tal magnitud que figuras como Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799), François Villon (1431-1463), Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont (1846-1870), el Marqués de Sade (1740-1814), Louis-Ferdinand Céline (1894-1961), Arthur Rimbaud (1854-1891), Georges Bataille (1897-1962), Franz Kafka (1883-1924), y movimientos transgresores como el Dadaísmo, el Surrealismo y las vanguardias pictóricas mantienen un fuerte impacto sobre el arte y el pensamiento de la actualidad. En las últimas décadas del siglo xx pareciera, con la cultura del reciclaje, que las posibilidades de la transgresión se agotan y que nada nuevo hay bajo el sol. Lo cierto es que la transgresión suele ser un mecanismo de sobrevivencia artística, un antídoto contra el olvido y hasta pose y estrategia para llamar la atención. Caminamos sobre las cenizas de un pasado que se va convirtiendo en tradición, canon y retórica de “lo clásico”. Somos los enterradores de la transgresión y de la memoria misma. O será, como se encarga de recordarnos Fernández Herrero, que hoy la transgresión pasa por la recuperación de la norma. En todo caso, el tema me parece un buen motivo para volver la mirada hacia la obra de voces transgresoras de América Latina.

REVISTA FEA INTERNACIONAL / DOCUMENTACIÓN DE ARCHIVO, FANZINE (TINTA SOBRE PAPEL), MEDIDAS VARIABLES / 2015-2017 / detalle repetido en duotono

Cristina Peri Rossi dice que en la división del trabajo la voz sonante la lleva siempre el hombre, por lo cual corresponde a las mujeres ser las primeras transgresoras.


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II Martín Adán (Lima, Perú, 1908-1985), seudónimo de Rafael de la Fuente Benavides, ¿hasta qué grado su hermetismo poético tiene como punto de partida su entrar y salir de los manicomios, su alcoholismo y su aislamiento? Los poemas de La casa de cartón, publicado cuando el autor tenía 22 años, hablan de una madurez poética temprana, pero también de un primer paso al vacío. Cinco años después, aunque la poesía no lo abandonó nunca, ingresará por primera vez al manicomio, donde pasó la mayor parte de su vida. Martín Adán publicó otros libros: Itinerario de primavera en 1932, La campana Catalina en 1936, La rosa de la espinela en 1939, Sonetos a la rosa en 1942 y Travesía de extramares (sonetos a Chopin) en 1950. En cada libro un tono más oscuro, más hermético, más fugado de sí. El alcohol y la locura, razones de ser de su leyenda negra, lo fueron minando, dice Daniel Titinger en Los malditos de Leila Guerriero. Martín Adán iba del alcohol a la insulina, era propenso al delirium tremens, vivía entre la calle, los hoteles de paso y el manicomio. Pronto la flama del joven autor de La casa de cartón se fue extinguiendo y apagando su espíritu transgresor. ¿Su sentido transgresor lo fue llevando de la condición de hombre a la de fantasma que intenta balbucear sus garabatos secretos? Escribe en un texto de la etapa final: ¡Quemaré la casa paterna? ... ¡Partiré de la patria? ... ¡Seré un monje en un monasterio? ... ¡Me echare a marear, tatuado, barbudo, descalzo, en el último de los veleros? ... ¡Todo me es igual, Aloysius Acker! ... Sólo tú me eres idéntico.

Alguna llama viva encontró en Martín Adán el poeta Allen Ginsberg, otro alucinado que vio en él cualidades de poeta maldito. Personalidad de ángel caído la de un poeta que amó la vida sobre todas las cosas. No murió joven, como los poetas malditos, sino de vejez y abandono. En su juventud se lanzó sin paracaídas al vacío, con los años se convirtió en un adefesio para quien la literatura es un pretexto para extinguirse de la vida. A diferencia de Martín Adán, que tuvo solo una máscara, Porfirio Barba Jacob (Santa Rosa de Osos,

Antioquia, Colombia 1883-Ciudad de México, 1942), fue varios poetas en uno. El poeta colombiano nació como Miguel Ángel Osorio, después fue Maín Ximénez, Ricardo Arenales y, finalmente, Porfirio Barba Jacob. “Mi enfermedad sigue avanzando. Ya no soy Barba Jacob el optimista, Barba Jacob el vagabundo, Barba Jacob el impetuoso. Ahora soy el viajero que se marcha definitivamente hacia lo desconocido…” escribe Juan Gabriel Vázquez en “Porfirio Barba Jacob, el reino estéril de las lágrimas”. Poco quedaba ya del hombre que parecía un caballo, del poeta que rindió tributo a la dama de los cabellos ardientes y al hedonismo, que reivindicó el amarillismo periodístico y que, amparado en su cinismo, fue muchas veces una pluma mercenaria; del que solía hacerse el enfermo para dormir y alimentarse en los hospitales y escapar por las ventanas de los hoteles para no pagar la cuenta. Y que fue desterrado de varios países por su comportamiento escandaloso. Su escritura, propia de un modernismo tardío, ampuloso y por momentos retórico, contiene versos en los que la visión del hombre se manifiesta más cerca del gozo profundo por la vida que por la queja. Escribe Barba en “Canción de la vida profunda”: Hay días en que somos tan móviles, tan móviles como las leves briznas al viento y al azar. [...] Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos como la entraña obscura de oscuro pedernal: la noche nos sorprende con sus profusas lámparas, en rútilas monedas trazando el bien y el mal.

Así como huía de su nombre, huyó de su natal Santa Rosa de Osos hacia Barranquilla, Bogotá, México, La Habana, Perú, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Guatemala, Nueva York, El Salvador. Círculos que recorrió una y otra vez animado por sus versos, que corresponden más bien a un modernismo tardío que al momento que vivía entonces la poesía latinoamericana; fundando empresas periodísticas efímeras, viviendo encuentros amorosos furtivos y sueños deshilvanados. Se mantiene con vida en Monterrey un periódico que fundó en 1919: El Porvenir, que lleva como slogan “el periódico de la frontera”.


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Alejandra Pizarnik (1936-1972) tenía 36 años cuando tomó cincuenta pastillas de Seconal sódico. Esta vez no se trató de un intento más. Dejó una obra que crece en América Latina y se consolida en el gusto de lectores ávidos de vidas truncas y de obras como la suya, cuyo contenido refleja una sólida vocación, reñida –como dice Mariana Enríquez– un tanto con su Escribe Barba Jacob en el poema “Futuro”. personalidad: aficionada a las anfetaminas, obsesiva, Pareciera que los espíritus rebeldes e indomables inestable, terriblemente demandante, con problemas son perseguidos por las catástrofes. Apenas se asienta de convivencia y para ubicarse en la realidad. en Monterrey en 1909, una lluvia torrencial convirtió Pese a ello, o contra sí misma, dejó una obra poética las calles en ríos y arrasó parte de la ciudad. Caldo que conserva su arraigo en la poesía latinoamericana, de cultivo para el periodista, que funda la revista consolidada cada vez más, Contemporánea y en sus páginas da cuenta de la tragedia. ¿Qué pasa con la obra sobre todo entre los jóvenes. Extracción de la piedra de la Lo mismo sucede en literaria del translocura, publicado en 1969, es El Salvador, a donde llega maltrecho y sin dinero gresor? ¿Crece? ¿Se quizá su mayor aportación. En sus páginas Alejandra es la para alquilar una habiapaga con el mismo noche negra de su mal. No es tación. Es internado en un hospital en calidad de “enfermo”; furor con que sus au- su primer libro, en 1955 había en la madrugada, la pequeña tores asumieron la publicado La tierra más ajena y en 1958 Las aventuras perdidas. ciudad es sacudida por un vioEscribe en el poema lento terremoto y Barba Jacob existencia? Barba Jasale a la calle a hacer su propia cob es hoy un mito en “Tiempo”: “Yo no sé de la infancia / más que un miedo crónica de la destrucción. México y Colombia, luminoso / y una mano que me Su visión sobre el oficio periodístico, contada por Juan una leyenda negra, arrastra / a mi otra orilla”. Y en el poema “Exilio”: “¿cómo no Gabriel Vázquez, no puede autor de culto. me extraigo las venas / y hago ser más exacta: “Consiste en con ellas una escala / para huir escribir muchos artículos al otro lado de la noche?”. Y en “El despertar” “Señor / la cortos con desenvoltura comedida, opinar sobre todos jaula se ha vuelto pájaro / qué haré con el miedo”. los temas que uno no conoce, saber ponerse romántico Alejandra tuvo grandes momentos. Quizá los todos los días de distinto modo, profesarle horror a la más altos sean cuando vivió en Francia, donde verdad y urdir todos los días pequeñas trampas donde tuvo contacto con Cortázar, Paz y los intelectuales caigan los lectores ingenuos, que aún quedan algunos.” europeos del momento. Su trabajo fue respaldado por Barba Jacob fue para varios países de América Lalas becas literarias más importantes, la Guggenheim tina y el Caribe lo que es ahora para Colombia el poeta y la Fullbright. Pero como la mayoría de los espíritus Raúl Gómez Jattin, para México Jaime Reyes y Samuel errantes, no podía con ella misma. Noyola, para Guatemala Isabel de los Ángeles Ruano, para Argentina Héctor Viel Temperley y Alejandra III Pizarnik; Leopoldo María Panero para España, Kafka para Praga, Mayakovski para Rusia, Vicente Huidobro ¿Qué pasa con la obra literaria del transgresor? para Chile, George Tralk para Austria, Paul Celan para ¿Crece? ¿Se apaga con el mismo furor con que sus Alemania, los poetas beats para Estados Unidos, El Teautores asumieron la existencia? Barba Jacob es hoy cho de la Ballena para el Perú, los nadaístas para Coun mito en México y Colombia, una leyenda negra, lombia, el surrealismo para Francia y un largo etcétera. Vagó sensual y triste por islas de su América; en un pinar de Honduras vigorizó su aliento. La tierra mexicana le dio su rebeldía, su libertad, su fuerza... Y era una llama al viento. Era una llama al viento y el viento lo apagó.


YASODARI SÁNCHEZ / ÍNDICES DE MANO Y OBRA [DERIVADO] / 2017 / FOTO: PABLO CUÉLLAR / detalle en duotono

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autor de culto. Le sobreviven ¿Es el suicidio materia y finalmente pusiera fin a su unos cuantos poemas, muy vida, y el hecho de que muchos pocos. No publicó en vida relevante en el kit de escritores hayan culminado su un sólo libro de poesía y casi los transgresores? existencia de una manera cruel, todas las ediciones de su obra no es una fórmula ni una ley. No necesariamente han sido de poca circulación. Cada quien elige su destino, Parte de su obra periodística muchas veces por la ruta del conocida son las crónicas sobre el terremoto en El mal. Pero no el mal como un valor ético, sino como Salvador, rescatadas decorosamente por Villegas un escape de la realidad. Hay personajes como Jean Editores. Genet en quien no vale ningún intento de sumisión. Martín Adán ha sido olvidado. No lo lee nadie. Desde Les poètes maudits (1884) de Verlaine, Les Acaso una minoría que encontramos en la Casa de grotesques (1844) de Théophile Gautier y Los raros cartón una voz auténtica, fresca y necesaria. de Rubén Darío (1896), pasando por el citado libro No pasa lo mismo con Alejandra Pizarnik, leída, de Bataille, la literatura y ciertos autores han sido idolatrada, querida, imitada, redescubierta. Sus puestos en la mira. Dice Juan Pablo Villalobos que poemas, cartas y diarios son documentos que revelan para Rubén Darío, “lo raro y los raros no podían ser a un ser atormentado, pero sobre todo a alguien que sino lo opuesto a la tradición o lo simplemente ajeno apostó por el lenguaje hasta que por su voluntad a ella”. En tal sentido, lo raro y los raros formaban decidió acabar con su vida. parte de una estrategia respecto a esa tradición; eran ¿Es el suicidio materia relevante en el kit de los fuerzas de choque, catapultas contra las murallas transgresores? No necesariamente; Georges Bataille desconchadas de la preceptiva. Para Gimferrer, (1897-1962) fue durante muchos años un oscuro casi cien años después de Darío, la ausencia de bibliotecario. A él le debemos La literatura y el mal, una verdadera tradición literaria provocaba que ya una obra fundamental para entender la literatura no hubiera más “murallas que asaltar”. La historia como transgresión. Que Celan se arrojara al río Sena, de la literatura parece decir lo contrario: siguen Sylvia Plath abriera la llave del gas para terminar así apareciendo las murallas y la transgresión parece ser sus días; que Jorge Cuesta se cortara los testículos destino de muchos.


Un lugar en donde la

es rock y el traductor u n rockstar traducción

¥¥Efrén Ordóñez

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A ndar a la redonda


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Foolish are the leaders who build walls around their countries, thinking they can keep the desired in and the feared out; doomed to fail are those who try to police or purify a language. Wherever totalitarism or censorship takes hold, it is the role of the translator to find the way up and over the wall. Lauren Elkin en el prólogo del libro Translation as Transhumance de Mireille Gansel (Feminist Press, 2017).

I

maginemos a un alfeñique El traductor podría tergiversar, tongoneando su cuerpo envuelto empeorar o mejorar el total de una en licra, en piel, en mascadas de seda o en una franela a cuadros obra. En pocas palabras: es otro y unos jeans desgastados. Enfrente: autor a quien nadie aplaude. varios miles de locos celebrándole todo. Pagaron por verla o verlo, porque “embajadores”, no serían reconocidos si no se llevaran confiaron en su capacidad de espectáculo, incluso sus obras lejos de sus fronteras. El embajador es, sin saber qué pasaría. Es ídolo. La figura del rockstar por supuesto, su traductor. Esta persona se encarga siempre ha sido motivo de aplauso y veneración y, si de volcar palabras, oraciones (o versos) e historias bien este humano con la etiqueta de estrella siempre completas a un idioma destino, cuyos lectores casi ha sido la cabeza de alguna banda de música, el siempre desconocen no solo la lengua original, sino concepto ha ido transformándose y ahora llamamos sus costumbres y el contexto de la obra. Queda claro así a toda persona expuesta y con ínfulas de divo o que es una responsabilidad abrumadora, porque el diva, alguien larger than life, dueño de una amplia traductor es capaz de alterar a placer, si así lo desea, base de seguidores que podría ser una estrella de humor, ritmo y estilo del autor. El traductor podría cine o tele, cineasta, deportista y, en algunos casos, tergiversar, empeorar o mejorar el total de una obra. escritor o escritora. También, triste historia, ahora En pocas palabras: es otro autor a quien nadie aplaude. los youtubers se pasean por el ciberespacio (y por las calles) con aires jaggerianos. Y a estos seres –todos Un traductor no es otro los anteriores– los “hacemos” nosotros. Sabemos traductor no es otro traductor que han existido escritores rockstars desde hace muchísimos años, en su propio tiempo, y también los Hace poco me preguntaron qué significaba para mí hay “malditos” que fueron celebrados a destiempo y la traducción. Así, en general, no su definición, sino se han vuelto motivo de camisetas, memes, pósteres algo más allá, algo así como decir de qué trata. Lo y peluches. primero que me vino a la mente fue: se trata de tomar Son tiempos de messis y cristianos, de katyperries y decisiones. Al llevar una obra a un idioma destino, el ladygagas, jenniferlawrences y chadwickbosemans, y traductor decide el camino que tomará, y ese camino de escritores famosísimos según su círculo, comercial nunca será el mismo para dos traductores diferentes. o literario. Por supuesto, mientras los más comerciales Esto porque, claro, es imposible llegar a una verdad que casi nunca son de México reúnen a cientos y absoluta de la traducción. No hay una forma correcta. miles de personas en las ferias, los más literarios De hecho, Borges decía que de cualquier texto reúnen un puñado de treinta o cuarenta personas, a su podrían producirse traducciones ilimitadas y cada nicho. Cada uno en su nivel. Estos autores nórdicos, traductor mejorar a su manera el original y hallarle estadounidenses, asiáticos... no podrían convertirse nuevas cualidades. Algo así dijo el traductor, también en estrellas mundiales si no tuvieran a uno o varios


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argentino, Jorge Fondebrider: “Lo que se traduce son también idiosincrasias, maneras de percibir el mundo, de pensarlo. Y, dado que cada texto reclama para sí un determinado modo de escritura, a veces se reescribe, a veces se transcribe, a veces se interpreta. No existe un único modo de encarar el trabajo”. Cada traductor es un creador. De ahí, existe aquel que traduce de forma más literal y luego de las traducciones libres, demasiado libres, como las del mismo Borges o incluso Alfonso Reyes, quizá hasta Nabokov, que se refería a la traducción como “el arte de la transmigración verbal”. Todos transforman el texto. Se convierte en una nueva creación. Por eso, Borges dirigió varias críticas a los lectores que leían, según ellos, al autor extranjero y no a la “obra en traducción”, pues para él era un error pensar que se lee solo al autor, porque en realidad, decía, la experiencia estética se produce en conjunto: autor-traductor. Por supuesto, cada pareja será responsable de una obra diferente. Incluso si al autor lo traducen dos traductores distintos. Cabría pensar en una canción cantada en solitario y luego la misma en un dueto. Por eso es importante un traductor que haga buena pareja, no con el autor, sino con la obra como tal. Es importante tomar en cuenta su figura. Si no pensáramos así, cualquier persona que hable español y mastique otra lengua podría traernos libros importantes de cualquier lugar del mundo y su labor se limitaría a la de un picateclas, la de un Google Translate de carne y hueso. Por eso, la diferencia entre el trabajo de un traductor y otro se vuelve vital, porque no es lo mismo una traducción española, nivel Anagrama (de las que todos se quejan) y una más... artesanal. No es lo mismo una traducción del argentino Marcelo Cohen que la de un Godínez que trabaje bajo sueldo en una casa editorial trasnacional; no es lo mismo un traductor español ajeno al contexto estadounidense y que pasa por alto o ni se entera de los chistes en un segundo nivel, que uno mexicano que convive con la cultura gringa mucho más de cerca. Como tampoco será lo mismo uno mexicano que nunca haya puesto pie en Europa con uno español que viva a unas horas de Francia. Volvemos a Fondebrider: el traductor a veces interpreta. El traductor se distingue por su trabajo y, por ende, se singulariza. Puede destacar.

Pero también y de nuevo: quien traduce, crea. Según la traductora iraní Shohreh Laici, en una reseña que escribió para la revista The Quarterly Conversation: Del trabajo como traductora literaria he aprendido que la traducción es una suerte de arte que exige creatividad, valor y crueldad. Para traducir bien, uno debe ser cruel en cuanto a que hay que “matar” al idioma original en la mente, creativa en cuanto a que es necesario recrear el trabajo de otro en otro idioma y valiente porque hay que hallar un estilo propio de escritura en el proceso.1 En México En México siempre hemos leído autores extranjeros. La lectura de textos traducidos, ya sea de obras literarias o de libros superventas, siempre ha sido algo que damos por sentado. Asumimos libros extranjeros en nuestras librerías. Las ferias se llenan de autores extranjeros que viajan por el mundo y más de uno saca el pecho con los aplausos por obras que ellos no han leído (la traducción) y no saben qué les ha dicho el traductor en su nombre. Es decir, podría haberse escrito algo completamente diferente a su original y ellos ni en cuenta. En fin, a la gente tampoco le importa, pues ellos solo tienen aplausos para una estrella. Se leen muchísimas obras literarias sin reparar en la figura del traductor, sin cuestionar qué tanto cambió del original, qué tanto hizo suyo, más allá de alguna palabra que podamos detectar o de los españolismos (tema aparte) que salten a la vista. Pero, incluso con eso, con la consciencia de leer una traducción, el nombre o la persona del traductor pasa desapercibida. Como escribió Guillermo Núñez en un brevísimo texto para La Tempestad: “La traducción literaria es una tarea tan ardua como fantasmagórica: está allí, en el entorno literario, con su fulgor propio, pero al mismo tiempo nadie parece reparar en ella con la seriedad que merece”. ... fantasmagórica. Nadie parece reparar en ella con la seriedad que merece. Es cierto. Claro que, quien 1   “Working as a literary translator taught me that translation is a kind of art –an art that requires creativity, courage, and cruelty. To translate well, you must be cruel enough to kill the original language in your mind, you must be creative enough to recreate someone else’s work in another language, and you must be courageous enough to find your own writing style in the process.” (Reseña de la novela Moon Brow, de Shahriar Mandanipour, publicada en el número 56 de TQC).


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el trabajo del traductor es bueno cuando este no se siente en la página, cuando el texto traducido se lee como si no estuviera ahí (como si se sintiera que se lee un texto original, como si se creyera que se lee al autor) sea un lector experto o escritor de oficio dirá que es falso, que ha leído y releído las traducciones de Sergio Pitol, las de Octavio Paz y las de, quizá, Juan Villoro. Algunos hablarán de César Aira. Obvio, todos escritores primero, traductores después. No es que se haga menos a la figura del traductor, es solo que salvo esas y otras excepciones (por su condición de autores), el traductor no funciona como atractivo ni, aquí lo extraño, herramienta de venta, porque, si volvemos a los lectores que critica Borges, creen que leen solo al autor. Pero el estado y las condiciones de la traducción dan para otro texto que pronto escribiré. Javier Calvo, traductor de David Foster Wallace, Zadie Smith, entre otros, en su libro necesario y en ocasiones desgarrador El fantasma en el libro (SeixBarral, 2016), desaparece y reivindica a la figura del traductor. Por un lado, habla –y tiene razón– de que el trabajo del traductor es bueno cuando este no se siente en la página, cuando el texto traducido se lee como si no estuviera ahí (como si se sintiera que se lee un texto original, como si se creyera que se lee al autor), aunque para muchos de sus colegas, dice: “...hace tiempo que la inclusión del nombre del traductor en la portada de las obras literarias traducidas es un caballo de batalla”. Entonces, sí a la portada, pero no a su presencia en las páginas. No sé. Dice Calvo que, si le preguntas a cualquier apasionado de la literatura (en español, se entiende) por el nombre de tres traductores, nadie podría nombrar ni a dos. Lleva mucha razón.

Un rockstar de las letras Si nos alejamos de los escritores más literarios (tema aparte) y pensamos en autores híbridos que muevan a miles y vendan millones de ejemplares, el nombre que vale es el de Haruki Murakami. El escritor japonés, por su personalidad, sus tantos libros y la cantidad de lectores que ha generado podría etiquetarse como un rockstar de la literatura. Sin embargo, queda preguntarse cuántos de sus lectores en español conocen a quien lo traduce a nuestro idioma y si se preguntarán de sus libros, cuánto se pierde, se gana o cambia en la versión traducida. Sobre eso se ha escrito, pero el típico murakamito no suele ser un lector de revistas o journals literarios de universidades reconocidas como para meterse en esos temas. En la página electrónica de la editorial Planeta no aparece por ningún lado el nombre de Lourdes Porta o de Gabriel Álvarez, sus principales traductores a este idioma. A ellos sí que los desaparecen. Si nos quedamos con lo que dijo Borges, algo de importancia tendrán. Pero la gente ni los conoce, ni los reconoce. Y claro, hay un abismo entre las editoriales que buscan incluir el nombre del traductor en la portada, estadounidenses casi todas, y esta, que los esconde, pareciera que a propósito. De nuevo, en México, en el mundo de habla hispana, los damos por sentado. El fenómeno estadounidense: el traductor como rockstar Desde hace varios años un número ronda sobre la cabeza del mundo editorial estadounidense: 3%. De su producción editorial nacional, alrededor de ese número de libros es literatura traducida, y todo lo demás es consumo local, británico o de algún otro país. Las décimas han ido subiendo con los años, eso sí. Pero son eso todavía: décimas. De hecho, existe un libro magnífico, descargable, The Three Percent Problem: Rants and Responses on Pubishing and the Future of Reading,2 de Chad Post, el editor de Open Letter, editorial especializada en traducción. El libro, si bien publicado hace diez años, en 2008, muestra números de publicaciones en Estados Unidos en comparación con otros países y varios textos de otros autores parte 2   El problema del tres por ciento: despotriques y respuestas sobre el mundo editorial y el futuro de la lectura.


del blog del mismo nombre. Para su país, la traducción literaria es un descubrimiento en plena era digital, así que la manera de abordarla es completamente opuesta, lejos de la indiferencia. Ahora, antes de empalar a nuestros vecinos yanquis, vale decir que, en un país tan rico, con tanta producción de todo, infinitas universidades de primer nivel, cientos de programas MFA in Creative Writing y doctorados en escritura creativa, un lugar en donde la escritura es completamente profesional con sindicatos y sueldos fijos que, si bien todavía bajos según sus estándares, permiten más o menos vivir de la escritura, podemos hablar de un país que ha sido autosuficiente más que indiferente (aunque siempre algo habrá de eso). Claro, podríamos seguir con la tónica del antigringuismo y decir que es porque no les interesa la cultura ajena (en parte es cierto, solo en parte), pero no nos olvidemos del melting pot gringo, es decir, el país produce muchísimos textos de autores con ascendencias varias que escriben sobre sus culturas, pero lo hacen en inglés, desde las ciudades que los reciben, a veces acogidos por universidades, así que no son en realidad textos traducidos, pero sí que hablan de culturas extranjeras. Aquí pienso en los libros de Teju Cole. Quizá eso les había bastado. Pero no más. Según Mark Haber, autor y jurado tres años seguidos del BTBA (Best Translated Book Award), el premio más prestigioso y conocido en EU, dos factores han influido para el furor por la traducción en su país. El primero, el splash de la obra

de Roberto Bolaño –con las traducciones de Natasha Wiemer vuelta rockstar por su trabajo con él– y el entramado mercadológico detrás de su figura, del mito Bolanio (imaginémoslo pronunciado en inglés), que dejó a todos con ganas de leer a la miríada de autores con los que el chileno espolvorea sus libros. Eso y algo tan sencillo como la enajenación con Netflix y la apertura al consumo de otras culturas. Con eso y más factores, editoriales como Open Letter, Deep Vellum, Transit Books, Two Lines Press entre otras, además del trabajo de promoción de literatura traducida, han sido necesarias para crecer y establecer la figura protagónica del traductor allá, pues todos son responsables no solo de traducir bajo pedido, sino de leer la obra de autores en sus lenguas originales y proponerlos a las editoriales estadounidenses que los acogen con bastante entusiasmo, la verdad. Por eso, los nombres casi siempre van juntos, como dijo Borges, pues es la coautoría de una obra: Yuri Herrera junto con Lisa Dillman, Rodrigo Fresán con el del recién llegado Will Vanderhyden, Laia Jufresa con Sophie Hugues, Sergio Chefjec y Heather Cleary, Santiago Gamboa y Howard Curtis, Anne Garréta con Emma Ramadan, Daniel Saldaña París y Christina MacSweeney, Javier Marías y Margaret Jull Costa. A todos ellos los conocen, a todos ellos los incluyen en la conversación cuando se habla de los autores. Prácticamente todos aparecen en la portada. Ese Translated by que es importantísimo y para muchísimos lectores necesario al momento de decidirse por un libro. Un buen número de estos traductores

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este año, el National Book Award otorgará por primera vez un premio a traducción. Eso, sumado a los ya de por sí varios premios que se dan en Estados Unidos, es un escenario más grande para los traductores, que ya van teniendo oportunidad de encabezar sus propios conciertos. van construyendo una base de seguidores en redes sociales y sus nombres son casi tan conocidos como los de los mismos escritores, en gran parte porque se ha logrado o, más bien, las editoriales les han ido dando espacio en las portadas, una batalla que se ha librado desde hace muchísimo tiempo y que, aunque ahora se ha ganado (al menos en parte, en Estados Unidos porque en México todavía no), Seagull Books, editorial con sede en Londres y Bombay lo ha hecho desde 1982. Ahora, no es que los fanáticos se les apilen por miles a los traductores, pero quienes los siguen es porque reconocen sus nombres como traductores, como coautores. El seguimiento es algo así como un agradecimiento o un reconocimiento de los lectores al trabajo de ellos, pues saben que la obra que han leído es trabajo del uno y del otro. Está quien la escribió, y quien la tradujo e hizo posible. De hecho, muchos de ellos mejoran sustancialmente la obra. En el más reciente premio Best Translated Book Award, que ganaron Rodrigo Fresán y Will Vanderhyden por The Invented Part (La parte inventada es de Fresán, este es de Will) uno de los finalistas fue la novela Return to the Dark Valley de Santiago Gamboa y Howard Curtis. Antes de que fuera finalista, leí el libro en español, Volver al oscuro valle y luego leí la traducción. La segunda me pareció sobresaliente y la disfruté más que el original. Meses después la vi como finalista y entendí muchísimas cosas. Y, gracias a los traductores es que muchos autores que escriben en otras lenguas generan lectores. Los lectores confían en el o la traductora para echarse un clavado a leer a un autor desconocido. Eso ya es casi la cima del reconocimiento, del aplauso, del rockstarismo. Por eso existe el interés por sus figuras, que es también un agradecimiento por ser los encargados de llevarles, a los lectores, autores antes desconocidos en el mercado estadounidense. Incluso se venden libros sobre traducción que interesan a sorprendente número de lectores, como

This Little Art, de Kate Briggs, editado por la maravillosa Fitzcarraldo, o el que cité al principio, Translation as Transhumance, de Mireille Gansel, editado por Feminist Press. La diferencia es que no son libros académicos, tampoco de nicho, sino que se centran en la anécdota, en la vida del traductor y en su trabajo, contado, narrado para un público más amplio. Quizá exageré desde un inicio con llamarlos estrellas de rock, pero, aunque no lleguen a la dimensión de rockstars, autores, libreros y académicos en Estados Unidos, hablan de la labor de los traductores casi como si hablaran de la obra misma. La curiosidad y el reconocimiento de la obra de los traductores es bastante grata. Es y debería ser ejemplo para las editoriales latinas que publican traducciones. Por último, el interés no se queda en los libros, sino que abundan las entrevistas y perfiles de traductores en la red, sobre todo en revistas electrónicas como The Quarterly Conversation y Conversational Reading, ambas de Veronica Scott Esposito, o The Millions, Lit Hub, Electric Literature, el blog de Ploughshares, por nombrar solo algunas. De hecho, TQC este año está publicando una serie, A year in the life of a Translator, de la traductora Emma Ramadan, que además aparecerá en español pronto. El furor es tal, que este año, el National Book Award otorgará por primera vez un premio a traducción. Eso, sumado a los ya de por sí varios premios que se dan en Estados Unidos, es un escenario más grande para los traductores, que ya van teniendo oportunidad de encabezar sus propios conciertos. Sería bueno tomar este texto como un punto de partida para hablar de traducción, un poco de los más viejos, sí, pero para hablar del presente y del futuro de la traducción, para comenzar a hablar de las estrellas que nacen, para alejar la traducción de España, para sacar a la traducción de los círculos académicos y llevarla al mainstream de lectura. Para aplaudirles un poco a sus figuras. Después de todo, como dice la gran Lauren Elkin, es quien traduce el valiente que brinca el muro.


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ARMANDO ROMERO, LA GEOMETRÍA DE LO José Ángel Leyva (JAL): ¿Por qué se dice que el nadaísmo era en sí un movimiento disruptivo y violento? Armando Romero (AR): Era una acción violenta contra la violencia. Es decir, su expresión tenía que ver con violentar las conciencias, con sacudir esquemas sociales y mentales que promovían la inamovilidad y el odio, la visión pacata de la vida. La violencia del nadaísmo se basaba en el escándalo y en la trasgresión desde la provincia como una respuesta contra el centralismo bogotano, contra el canon oficial de la poesía colombiana que mantenía inmutable y en un pedestal al modernismo. Pero el nadaísmo no nace

como un movimiento estético o ideológico, sino vital, existencialista. Poco a poco, en la marcha, se convierte en una aspiración literaria. Muchos de los miembros fundadores no eran escritores ni intelectuales, venían de los bajos fondos, algunos habían salido de prisión. De esos solo recuerdo a uno con aprecio, al loco Lalinde. Cuando yo me incorporo, ese movimiento vitalista ya había adquirido tintes de movimiento literario, pero antes de eso sólo era acaso un impulso existencial. JAL: Se habla mucho de la influencia beatnik en los movimientos vanguardistas latinoamericanos de los años sesenta, ¿cuál es tu opinión al respecto?


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YASODARI SÁNCHEZ / ÍNDICES DE MANO Y OBRA / 475 DEDOS DE MIGRANTES CENTROAMERICANOS EN YESO CERÁMICO, 2015 / DUOTONO

¥¥José Ángel Leyva

A

INVISIBLE AR: Sí, se habla mucho de esa presencia, pero reflexionemos. Aullido, de Ginsberg, se publica en 1955, los beatniks surgen en 1958 con una proyección desde San Francisco hacia Nueva York, y la obra de Jack Kerouac empieza a darse a conocer a mediados de los años sesenta. De tal modo que ambos movimientos serían simultáneos y hay en todo caso lazos de afinidad, por supuesto. Me parece que en Gonzalo Arango hace mella sobre todo de la filosofía existencialista francesa, de ahí la importancia de la palabra nada, de ese nihilismo, de esa negación que envuelve el sentido de su pensamiento y de sus acciones. Son dos rebeliones con distintos motivos, la de ellos, los beatniks, es una

rmando Romero nació en Cali, Colombia, en 1944. Fue uno de los miembros más jóvenes del grupo nadaísta, junto con Jan Arb, hermano de otro de los miembros fundadores más activos, Jotamario Arbeláez. Más que un movimiento estético fue una reacción al conservadurismo cultural en su país y a la violencia que bañaba en sangre uno de los territorios más verdes del continente. Esta conversación tuvo lugar en Cincinnati, donde es profesor de Literatura en la universidad de dicha ciudad desde hace ya varias décadas, y desde donde continúa realizando viajes a distintos lugares del planeta. Poeta, narrador, ensayista y traductor, Armando Romero cosecha ya importantes reconocimientos a su obra literaria. La charla comienza en el relato de la cruenta violencia que marcó su infancia y cómo el amor familiar lo puso a salvo de esa vorágine sangrienta. Luego vino su incorporación efímera a las filas nadaístas y después el inicio de una búsqueda en otras tierras.

rebelión de individualidades por diversos motivos, mientras que el nadaísmo es una rebelión colectiva contra un estado de cosas, el statu quo impuesto por las oligarquías y los poderes de facto, contra la violencia. En ese momento, salvo Amílcar Osorio, nadie hablábamos inglés, así que era difícil tener acceso a la literatura beatnik. Pero sí recuerdo que en algún momento llegó a nuestras manos el ejemplar de Aullido. Éramos, por otro lado, muchachos muy incultos que nos fuimos preparando gracias al estímulo de ese movimiento, pero ninguno tenía una carrera universitaria. Era imposible más adelante no estar de acuerdo con los beatniks, pero no creo en su influencia.


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JAL: ¿Y las mujeres nadaístas? AR: Salvo Fany Buitrago, no había más. Ella mantenía cierta distancia por miedo a ese grupo inicial. Yo aún alcancé a conocer parte de esa base social que poco a poco se depuraría y se decantaría por lo literario. Yo era muy joven, el consumo de drogas y la presencia de homosexuales era algo corriente que de una u otra manera me incomodaban. No por prejuicios o porque me acosaran, sino porque las conversaciones giraban mucho en torno a las experiencias carcelarias, a situaciones degradantes, como si se tratase de una novela de José Revueltas. Y eso, claro, provocaba temor. JAL: ¿Cómo es tu recuerdo de Gonzalo Arango? AR: Tengo a Gonzalo en la memoria dividido en dos partes, una muy dulce y otra un tanto agria. El primer Gonzalo que conocí era sumamente amable, muy querido, me trataba con mucho cariño y me llamaba Armandito, pues era yo muy joven. Me parecía un personaje tierno, delicado con unos ojos claros que miraban de manera muy directa. Uno sentía que era auténtico, que era una figura real. No obstante, era muy difícil entender ciertas posiciones intelectuales de él. Con el tiempo descubrí que muchos de esos recovecos y retorcimientos venían de su vida, de relaciones secretas que él mantenía con mujeres de la alta sociedad, ligadas al poder y a círculos del gobierno. Amoríos que ponían en riesgo su vida y la nuestra, pero que él no nos confesaba. Entonces modificaba constantemente sus planes y sus posiciones, sus estrategias, pues evitaba conflictos y situaciones de riesgo que impidieran, por otro lado, su acceso a tales placeres y beneficios. No entendíamos nada y nos quedaba un mal sabor de boca. Luego yo me fui por un viaje a Sudamérica y a mi regreso, Gonzalo me llamó emocionado para hablar de mi aventura. Pero me pidió que me trasladara a Bogotá para que yo le diera un golpe de Estado al Nadaísmo. Me dijo: “Armandito, yo quiero que tú me destrones. Únete a Jan Arb y comiencen con los más jóvenes la destrucción de mi imagen bajo la consigna de nuevas ideas que traes del Cono Sur. Yo te ayudaré y diré cómo hacerlo”. Me quedé helado, sin saber qué responder, me levanté de la mesa y le dije: “Esto es

una mierda, quédate con tu nadaísmo no me interesa”. Gonzalo me presentaba una cara de profunda tristeza. ¿Qué es lo que se proponía, qué buscaba realmente? Nunca lo supe y nunca volví a comentarlo con mis amigos nadaístas, como Jotamario. Hacia finales de los años sesenta yo ya no pude resistir más y me fui de Colombia. JAL: Bogotá y Caracas, dos ciudades capitales de dos países que te marcaron. ¿Qué significan en tu biografía? AR: Bogotá es desconocida para mí. Creo que es una ciudad que estuvo más cerca de México y Argentina que de la provincia colombiana. La conozco sólo como turista, no tuve la oportunidad de vivirla. Caracas sí, la conozco íntegramente porque viví allí siete años. Los últimos tres años los pasé con Constance, mi esposa, pero alejado de los círculos literarios y más cerca de los artistas plásticos, pues durante un buen tiempo hice crítica de pintura. Yo advertía que Venezuela se deslizaba ya hacia una crisis social y cultural y poco a poco se me hacía más difícil vivir allí, pero gracias a la compañía de Constance pude permanecer ese tiempo. Luego viví en Centroamérica y después en México. Finalmente me vine a los Estados Unidos donde vivo desde hace ya muchos años. También viví en Buenos Aires y puedo decir que la conozco más que Bogotá, la siento más cercana. Fui y soy un viajero, a diferencia del resto del grupo nadaísta que fueron lo contrario, se quedaron en casa. Ahora Jotamario viaja mucho por las invitaciones a encuentros de escritores, pero es algo reciente, casi todos ellos optaron por vivir en Colombia, un país que desde esta perspectiva me es un tanto lejano, casi fantasmal. JAL: ¿Qué significa Grecia para ti? AR: La vivo como una Colombia sin violencia, es una utopía personal; no es porque los griegos sean como los colombianos ni el paisaje corresponda al de mi país, pero la he vivido como una utopía personal, como una experiencia de carácter místico donde lo estético deviene en religión. Una ocasión estaba con un amigo pintor en su casa, que se encuentra en la parte más alta de una isla donde se ve Salamina,


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Pasamos por un café que tenía una terraza cerca es decir el Peloponeso. De pronto me pregunta mi de la Acrópolis a beber algo. Cuando me dirigía amigo: “Armando, ¿qué ves con tanta atención?”. No hacia los baños observé en la parte alta de unos quise responderle porque yo sólo veía belleza, pero estantes varias botellas que me recordaron las de un él me insistía para que le diera una respuesta clara. vino chileno que yo había probado alguna vez. Le Pero no era posible, es como si te preguntan ¿qué pregunté a la dueña si las vendían y me respondió es poesía? Ante mi silencio porfiado él comenzó a afirmativamente. Llamó a gritarme: “¡Geometría, Armando, alguien para que las bajara y geometría!”. Y sí, justo en ese momento comencé a ver ángulos “Armando, ¿qué ves al limpiarlas aparecieron en y líneas, circunferencias. “Esto es con tanta aten- efecto palabras en español. La sorpresa fue que era vino Euclides, me insistía”. Fue como ción?”. No quise resmexicano. Era insólito. Me una revelación del paisaje y de la historia, allí en esa multitud de ponderle porque yo contó que su hijo las había traído de Baja California islas nacieron hombres, genios, sólo veía belleza, hacía algunos años y nunca que supieron ver la realidad desde otra perspectiva, aprendieron pero él me insistía las abrieron, se quedaron allí olvidadas. Compramos tres a ver el mundo y a pensarlo. para que le diera botellas y llevamos de reserva Grecia es para mí la belleza, la geometría de lo invisible, la patria una respuesta otras tres de vino griego por idealizada, sin violencia. clara. Pero no era si el vino mexicano estuviese avinagrado o fuera de pésima posible, es como si calidad. Pero ya estaba JAL: Allí conociste o te reencontraste con el poeta te preguntan ¿qué resuelto el regalo especial para nuestros invitados. Si Hugo Gutiérrez Vega, quien era es poesía? Ante mi no servían, al menos sería entonces embajador de México en Grecia. ¿Cómo fue ese encuentro? silencio porfiado él una nota graciosa. Cuando se las pusimos en la mesa comenzó a gritarme: se quedaron encantados y AR: Sí, en 1991, pasamos un año en Grecia y me encontré con “¡Geometría, Armando, con mucha ilusión, pero con poca confianza abrimos la Hugo, quien de inmediato me geometría!”. primera. Hugo fue el primero ofreció su amistad. Yo sabía muy en degustar. Lo mirábamos poco de él y no conocía su poesía. con expectación tras la breve ceremonia del olfateo, Pero su presencia fue una experiencia extraordinaria, el movimiento en giros de la copa y los primeros con su gentileza, su erudición y una memoria sorbos. “Es uno de los mejores vinos que he probado”, privilegiada hacía que las conversaciones fueran exclamó con éxtasis. Todos bebimos nuestras copas interminables y gozosas. Era, me parecía, un alumno y en efecto el vino era extraordinario. Fue una noche dilecto de Alfonso Reyes. Un día los invitamos a maravillosa. Al día siguiente Hugo fue con el chofer cenar a él y a Lucinda, su esposa. Nosotros vivíamos de la Embajada y compraron todas las botellas de en un barrio del centro de Atenas muy interesante ese vino mexicano que allí habíamos descubierto. y salimos a buscar algo especial para ellos. Pasamos Durante ese año fui testigo de la gestión del poeta a comprar vino y únicamente encontramos vino y del embajador que se vinculaba con mucha avidez griego, que nos gustaba mucho, pero en la residencia con los intelectuales y artistas griegos y apoyaba de Hugo siempre había vinos de importación. No con entusiasmo a los traductores mexicanos que era fácil conseguir fuera de las Embajadas productos allí llegaban y establecían también vínculos con los internacionales, pues Grecia era entonces un país escritores griegos. pobre y fuera de la Comunidad Económica Europea.


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Serenella Iovino, la materia como poesía cósmica. Una conversación ¥¥Juan Carlos Galeano ¥¥Traducción de Diego Mejía Prado

Juan Carlos Galeano (JCG): ¿Cómo aparecen en su vida las ideas sobre la materia como poesía cósmica y la ecocrítica? Serenella Iovino (SI): La mía es una historia emocional, yo era una estudiante de filosofía en los noventa, y me encontraba en Alemania estudiando la época de Goethe, el poeta, escritor y filósofo alemán. Estaba fascinada por la manera en que los poetas fungían también como filósofos, y los filósofos eran estudiantes de la naturaleza. Todas estas convergencias entre filosofía, poesía y naturaleza estaban en el centro de mi imaginación. Estaba fascinada de ver que Goethe pudo escribir

el Fausto y después algo como La metamorfosis de la plantas, o La teoría de los colores. Goethe escribió de física, meteorología, anatomía animal y rocas. Aunque sería impreciso llamarlo el precursor de Darwin, Goethe estaba convencido de que había una afinidad entre todas las formas de vida. De hecho, Goethe descubrió la existencia del hueso intermaxilar en el cráneo humano, el cual, a sus ojos, era evidencia de esa afinidad, la prueba de que, de cierta manera, todos los animales habían sido creados iguales. Desde luego, debido a este descubrimiento, Goethe fue condenado al ostracismo por la comunidad intelectual. De hecho, en aquel tiempo, se pensaba que este hueso mandibular, más visible en los cráneos animales,


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En la época de Goethe, poesía, naturaleza y filosofía iban de la mano gracias a la filosofía de Spinoza. La idea de que Dios y naturaleza eran la misma cosa era muy importante, y así fui completamente cautivada por el espíritu de esta época.

era algo que separaba a los humanos de los animales porque estaba asociado con la masticación, con la ingesta de alimentos. Pensaban que los humanos no tenían dicho hueso porque eran criaturas creadas para hablar y para pensar. Pero Goethe insistió en que el cráneo humano también tenía este hueso, y pudo encontrar la evidencia de ello después de muchos años de investigación en anatomía comparada. Era una idea fascinante que encajaba en el marco del panteísmo, formulado un año antes por el filósofo Baruch Spinoza. En la época de Goethe, poesía, naturaleza y filosofía iban de la mano gracias a la filosofía de Spinoza. La idea de que Dios y naturaleza eran la misma cosa era muy importante, y así fui completamente cautivada

por el espíritu de esta época. Este es el motivo por el cual me especialicé en este periodo de la historia. Pero después de terminar mi doctorado en filosofía alemana, me encontré en una crisis. Parecía que para ese entonces todo en ese campo ya estaba escrito, así que mi compañero Maurizio yo decidimos tener una sesión de reflexión al respecto. Mis estudiantes de ese entonces formularon una pregunta: ¿Qué estarían haciendo hoy aquellos filósofos de la naturaleza? Y la respuesta fue: no serían más Naturphilosophen, filósofos de la naturaleza, serían filósofos del medio ambiente. Así fue mi cambio de filosofía de la naturaleza a filosofía del medio ambiente. De esta manera, mi recorrido ha empezado con la filosofía alemana y


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esta es para mí la importancia de la ecocrítica: da nuevas claves para repensar lo que ya había sido pensado por siglos o milenios, porque todo gira alrededor de la intersección del mundo humano con el no humano.

SI: Nací en la ladera de un volcán. Soy de Nápoles, cerca del Vesubio, nací exactamente a mitad de camino entre el volcán y el Mediterráneo, en una casa grande que pertenece a mi abuela. No nací en un hospital, mi madre era muy joven y quería dar a luz en casa, de hecho, nací en un cuarto que da al mar, así que soy mitad criatura marina y mitad criatura volcánica. Las playas cerca del Vesubio, como te podrás imaginar, son negras, así que, si se quiere, tengo componentes de tierra, agua y también fuego. Y el viento –que en esta área es generalmente lo que llamamos viento de tierra– es una presencia constante allí. En mi personalidad se encuentra una mezcla de todos estos elementos.

después ha pasado a la filosofía ambiental, ética ambiental y, después, ecocrítica. Descubrí que la ecocrítica era una de esas disciplinas que realmente buscaba relacionar a la literatura, la poesía y todo lo que no entra en el mundo de las palabras, como paisajes, animales, plantas y toda la imaginación conectada con el mundo no humano. Esta era una nueva clave para entender el mundo. Y así, escribí dos libros en italiano sobre filosofía ambiental y ecocrítica, los cuales se siguen imprimiendo y usando en clases, después de más de una década. Ese fue el comienzo de mi camino en la ecocrtítica. Ya no soy más una académica dedicada a Goethe, pero sé que podría escribir acerca de su trabajo de una nueva forma, si así lo quisiera. Y esta es para mí la importancia de la ecocrítica: da nuevas claves para repensar lo que ya había sido pensado por siglos o milenios, porque todo gira alrededor de la intersección del mundo humano con el no humano.

JCG: Lo que dices me lleva a pensar en la noción de storied matter, algo así como una materia capaz de guardar y producir historias, lo cual sugiere el poder que tiene la materia en nuestra vida. Puedo ver, presentado a través de tus narrativas personales, un deseo de rendir un homenaje a la materia, la sugerencia de una genealogía cósmica para todos los seres.

JCG: Bien, ese es un fascinante viaje personal e intelectual que resultó en tu interés por discutir puntos de intersección, conectando los puntos del universo. SI: Pero hay algo más que la ecocrítica me ha dado, tú sabes, hablo italiano, fui una estudiante italiana en una universidad alemana, pero no hablaba ni una sola palabra de inglés, y la ecocrítica me motivó a estudiar inglés, estimuló mi imaginación lingüística, así que hay una ecología de las lenguas también. JCG: Hablando de tu experiencia personal y de tu sentido de lugar, ¿creciste en una ciudad o en un área rural?

SI: Esta es una idea muy antigua que se remonta hasta los filósofos griegos. La idea de estos es que la materia tiene una imaginación, de hecho, los griegos hablaban de la fantasía como una especie de imaginación de la materia, la materia como algo que produce sus propias formas, y la manera en que la materia produce formas es una suerte de poesía cósmica, o, para decirlo en griego, una poyesis cosmológica. La progresión material de producir formas es como esta imaginación se materializa en tiempo y espacio. Podemos ver la manera en que los humanos vemos las cosas, así como la manera en que la materia nos acerca estas cosas, y en estas cosas estamos incluidos nosotros también. Creo que todos somos expresiones de esta fuerza cosmológica que podemos llamar cosmopoiesis. JCG: Creo que este es un punto de intersección para ti y para mí. Lo que acabas de decir es evidente en las cosmologías indígenas de la Amazonía. Para ellos, el río no es solo un dador de vida sino también un productor de historias, y esas historias tienen el fin de enseñar a los habitantes acerca de su entorno. Todos sus mitos, sus criaturas supernaturales son, en realidad, representaciones poéticas de las


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YASODARI SÁNCHEZ / BORDE (BORDADOS) [DETALLE] / MANTA CRUDA E HILAZA, 52 X 52 CMS (TRÍPTICO) / 2015 / FOTO: PABLO CUÉLLAR / escala de grises

tierras de la Amazonía, la tierra es sentida por estas culturas tradicionales como animada y sensible, como nosotros, los humanos. SI: Sí, creo que hay muchos de estos arquetipos, para llamarlos de alguna manera, en todo el planeta. Veo muchos de estos elementos en los filósofos de la Grecia antigua. Por ejemplo, cuando Tales de Mileto dice que el agua está llena de dioses, está diciendo que el agua es un elemento dotado con profunda e infinita creatividad. De la misma manera, todo lo que podemos imaginar está ya aquí, con nosotros. Tenemos que seguir esa imaginación de la materia en transformación constante, ese es el camino, y creo que, al mismo tiempo, eso hace a la materia sagrada. Cosas que damos por sentadas, como el agua, por ejemplo, están llenas de dioses. JCG: Eso, obviamente, nos ubica a todos como humanos en una serie de relaciones con el agua, ¿correcto? El agua, tan desmitificada y desacralizada en nuestra era del antropoceno. Todo esto también te da nuevas perspectivas acerca del mundo, incluso cambia la manera en que miras a la sociedad, proporciona nuevas maneras de verte a ti misma. SI: Y, después de estos filósofos, viene ahora la investigación en física cuántica que te enseña cómo todas las cosas están interrelacionadas. La física cuántica nos dice que hay una interacción entre el observador, los instrumentos científicos y la realidad observada, por ejemplo. En otras palabras, cuando observada a través de un aparato, la materia reacciona frente a la presencia de un observador.

Así que pensar que la materia es inerte es ignorar su inmensa fuerza. Esta es, creo, otra forma de neutralizar el mundo que no podemos entender a través de nuestra mentalidad antropocéntrica que destruye todo lo que creemos independiente de nosotros, aunque paguemos las consecuencias de nuestro delirio. Yo no soy física de profesión pero, como estudiante de fenómenos ambientales y ecológicos, he aprendido que todo en el mundo, desde las entidades, dinámicas y fenómenos más grandes hasta las más diminutas están dentro de este gran entramado. Y creo que los niños, con su sentido animista de la vida, son muy conscientes de esto. Infortunadamente, a medida que crecen tienden a perder esta importante visión del mundo. JCG: Tienes razón, las personas se alejan de este pensamiento animista que desempeña un papel fundamental en las narrativas simbólicas de las culturas tradicionales alrededor del mundo. Estas cosmovisiones no dualistas han estado presentes en las culturas desde el origen de nuestra especie. S I : Sí, en nuestro mundo contemporáneo todavía se practica de manera significativa el imperialismo cultural. Llamar primitivas a las culturas indígenas, por ejemplo, es una de estas prácticas. Más aún, ignorar que estas culturas son portadoras de entramados coevolutivos, estratificados a través de los eones es negarse a visualizar las conexiones entre lo humano y lo no humano en el mundo. JCG: Bien, quiero ahora volver a la noción de poiesis, ¿cómo se articula esta nueva forma de ver el mundo a través de la primera noción de poiesis?


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SI: Poyesis significa en griego “yo hago, yo construyo”. Asi que, en principio, no hay nada de gran nivel cultural en la palabra. Poyesis es algo material y, como tal, algo activo. Es todo lo que está en proceso, todo lo que hacemos. Pero poyesis también es una elaboración de materia, una confección de la vida que está en proceso de construcción: physis, la palabra griega que significa “naturaleza”. Al igual que la palabra natura, del latín, la palabra griega physis significa algo que está naciendo, que sale a la luz (phoˉ s, en griego). Todas estas nociones entrañan un sentido material de nacimiento, de salir a la luz. Poyesis es probablemente la forma en que physis se manifiesta, causando que las cosas sean hechas. Así, physis es una suerte de primera forma radical de poesía, una poyesis. Y después, desde luego, nosotros somos humanos, nosotros traducimos. En nuestro pensamiento, los humanos desmaterializamos esta noción de poyesis. JCG: Es verdad. Desmaterializamos y nos extraviamos en la construcción de redes de palabras y conceptos sin significado. Y hemos estado perdidos en estos laberintos de conceptos por un buen par de milenios. SI: Los conceptos también son muy importantes para entender el mundo. El problema es que los hemos separado de su base material. Por ejemplo, si tienes una llave pero no tienes una puerta para abrir, no puedes usar la llave. Tienes que orientar la llave en la dirección adecuada para poder abrir la puerta. La diferencia entre la llave y la puerta es que la puerta puede quedarse sin seguro para siempre, puede existir sin la llave. Entonces un mundo sin conceptos es concebible pero un mundo sin palabras, cosmovisiones o seres cósmicos no es posible porque siempre va a haber cosas y seres en el mundo. Un mundo existe incluso en la ausencia de nuestros conceptos, es lo que pienso.

JCG: ¿Un mundo con ausencia de conceptos? SI: Puedes tener un mundo sin conceptos concebidos por los humanos, pero no puedes tener un mundo sin seres, sin cosas, sin materia. Formas de seres. De hecho, puedes imaginar un mundo lleno de puertas, pero un mundo solo hecho de llaves, sin puertas, no tiene mucho sentido. Espero estar siendo clara con esta metáfora. JCG: Y para lo que nos interesa, la importancia de construir el concepto correcto es determinante si queremos crear un mejor entendimiento de nuestro mundo. SI: Déjame darte un ejemplo usando el concepto de storied matter. Cuando uso este concepto, ¿cuáles son las puertas que quiero abrir con esta llave? Storied matter es una idea que yo relaciono con todo lo que hay a nuestro alrededor. Todo es storied matter, nuestros cuerpos son storied matter. Porque, claro, si lees un cuerpo como una historia, como un texto, puedes encontrar muchos significados diferentes en este texto, puedes ver narrativas en él. Estas pueden ser, por ejemplo, lazos genealógicos, pero también pueden ser las narrativas que surgen de la intersección entre tu presencia corporal y la presencia corporal del lugar. Así, puedes pensar en la forma en que tu cuerpo y el lugar reaccionan frente al otro. Si vives en un lugar contaminado, tu cuerpo llevará historias de polución, de la toxicidad que caracteriza ese lugar. Tu cuerpo será un texto en el que se escribe la historia de la industrialización de una ciudad o la colonización de una región. Hay muchas historias relacionadas que se pueden leer en la manera en que tu cuerpo ha reaccionado frente a estas intersecciones y encuentros. Si vives cerca del delta del Níger, por ejemplo, tu cuerpo será la expresión de una historia de colonización, explotación, despojo y capitalismo global. Hay muchas narrativas corporales en el Amazonas, como lo muestran tus bellos libros

Si no miras los lugares como simples escenarios, verás que diferentes niveles de conocimiento se abren para ti. Así puedes ver todas las capas de una región como si fueran capítulos de una gran narrativa.


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La biosemiótica, en particular, es el estudio de cómo los signos son en realidad algo que la vida produce: el estudio de la vida como una transmisión de información. La información sucede a todos los niveles, en el proceso de organización de la vida, desde la célula hasta los sistemas más complejos.

de estos textos corporales. Coproducimos historias. La interpretación no es una simple proyección de la imaginación: es un encuentro entre nuestro compromiso cognitivo y las diferentes formas en que la materia narra y construye sus propias (y nuestras) historias. JCG: Eso es correcto, tenemos un medio, un código fluido, un lenguaje que produce historias. Los animales producen historias con sus cuerpos, las plantas producen historias.

JCG: Y también, al mismo tiempo, esta noción de storied matter entraña la idea de la materia como productora de historias o, como tú lo dices, como coproductora de la historia.

SI: Existen disciplinas como la biosemiótica y la zoosemiótica. La biosemiótica, en particular, es el estudio de cómo los signos son en realidad algo que la vida produce: el estudio de la vida como una transmisión de información. La información sucede a todos los niveles, en el proceso de organización de la vida, desde la célula hasta los sistemas más complejos. Los organismos son sistemas de información organizada. Así que no es solo la mente humana la que produce signos y los interpreta. El ADN, por ejemplo, es un código, una red de información que necesita ser decodificada, es decir, interpretada al nivel molecular. La interpretación sucede en los niveles más básicos de la organización biológica, así que no debemos sentirnos orgullosos de nuestra singularidad o nuestra supuesta centralidad en el universo, como si de verdad fuéramos el pináculo pensante de la creación, etc., etc. De hecho, ni siquiera sé si realmente existe la creación. Los humanos podemos interpretar textos pero no desempeñamos papel específico alguno en la interpretación del ADN a nivel celular. La vida simplemente sucede y se desarrolla independiente de nuestras interpretaciones. Si pensamos en el ADN de un perro, todos los elementos de ese perro son un tipo de interpretación de un código en el cual la información está escrita. Es la célula la que lee esta información. Tomemos como ejemplo las células del cáncer; una célula cancerosa se desarrolla enviando mensajes engañosos a otras células. Las células cancerosas son las grandes falsificadoras de los mensajes que provienen de otras células, esto es lo que estudia la biosemiótica, storied matter, en este caso.

SI: Sí, también coproductores porque los humanos somos seres cognitivos, podemos deducir significados

JCG: Volviendo a la noción de poesía cósmica, respecto a lo ecocéntrico, la ecopoética de nuestros

de poesía y documentales. De hecho, storied matter no es solo acerca de cuerpos humanos, sino también de lugares. Los lugares también son storied matter. En los lugares también puedes leer historias de imaginación, de encuentros, de manipulaciones, de polución. Si no miras los lugares como simples escenarios, verás que diferentes niveles de conocimiento se abren para ti. Así puedes ver todas las capas de una región como si fueran capítulos de una gran narrativa. Este es el tema de mi último libro, Ecocriticism and Italy: Ecology, Resistance and Liberation. Intenté leer algunos lugares usando storied matter. En el libro estos lugares son: Nápoles, Venecia, áreas golpeadas por terremotos en el norte y sur del país, o Piamonte, que es la región donde vivo. Todos estos son ejemplos de lugares donde las historias ecológicas están entrelazadas con las historias humanas, con historias de ideas, imaginación, arte y con historias de presencia corporal –historias de la tierra, de agricultura, de polución, violencia, política, violencia criminal y violencia política.


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tiempos modernos, ¿podría mencionar algunos poetas europeos y norteamericanos cuyo trabajo represente una contribución oportuna para la cultura ambiental contemporánea? SI: Por supuesto, cada respuesta que he dado aquí está incompleta, no puede ser de otra manera. Sin embargo, debo ser parcial, déjame mencionar al menos dos grandes poetas europeos: Giacomo Leopardi y Goethe. Activos respectivamente en el siglo xix, ellos realmente son portadores de cosmovisiones en su poesía, más específicamente de visiones en las cuales el humano mismo es un fragmento de la imaginación del mundo. Ya hemos mencionado a Goethe, su visión de la inmanencia y continuidad de las formas de vida es una fuente de inspiración para la época que deriva su nombre del poeta mismo: The Goethezeit. Leopardi, quien era un joven contemporáneo de Goethe, también era un filósofo, un materialista, y sus imágenes de la naturaleza son en ocasiones inquietantes, incluso amenazantes. No obstante, lo que quería decir es que la naturaleza es una fuerza que incluye lo humano, aunque no necesariamente a un humano benigno. Pero qué importantes y reveladoras son las imágenes de “silencios infinitos”, “espacios interminables”, de seres, de constelaciones que están realmente en comunicación con el sujeto humano. Pero si hablamos de la tradición europea, no puedo dejar de mencionar que las raíces de nuestra filosofía están en la forma de lo que los pensadores románticos alemanes definieron como poesía creadora de pensamiento: piensa por ejemplo en Empédocles, Parménides o Anaximandro, todos autores cuyo pensamiento filosófico fue expresado en extensos poemas llamados Peri physeos (sobre la naturaleza). De rerum natura, de Lucrecio, también pertenece a esta misma línea. Así, todas las antiguas teorías de la realidad fueron cosmovisiones expresadas de manera poética, ejerciendo esta conexión entre poyeisis y physis que era tan natural en la época. JCG: Ahora, si tuvieras que pensar acerca de unos cuantos escritores del siglo xx en el mundo occidental cuyas ideas hayan contribuido de manera fundamental a esta imaginación ambiental, ¿cuáles serían esos escritores?

SI: Bien, aquí también tengo que ser parcial. Como italiana pienso que Italo Calvino sería uno de ellos. Él es uno de los pocos escritores de la tradición italiana cuya posición es genuinamente no antropocéntrica. En su trabajo puedes reconocer todos los temas que más adelante se volvieron importantes para el debate ambiental. Por ejemplo, puedes encontrar una representación de la explosión de la burbuja inmobiliaria, la especulación con bienes raíces que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial en Italia y trajo consigo la destrucción de los rasgos tradicionales del paisaje italiano. Ya al final de la década de los cincuenta, Italo Calvino manifestaba preocupación por el medio ambiente. Este es el punto principal de La especulación inmobiliaria, uno de sus libros, en el cual denuncia la destrucción del paisaje de Liguria, la región de la que era oriundo, debida al negocio de bienes raíces. Hay otra novela, llamada La nube de smog, en la cual todo está envuelto en polución: la ciudad (probablemente Turín), el personaje principal y todas las cosas. Y, por supuesto, él tenía la increíble capacidad de narrar para adultos y niños, al mismo tiempo. En su libro Marcovaldo hay un personaje que es un muchacho pobre, un proletario que también es un visionario porque siempre está buscando la naturaleza en la ciudad. Pero la naturaleza que encuentra es de un tipo que él define como traviesa y comprometida con la vida artificial. Por ejemplo, él es entusiasta acerca de encontrar hongos en la estación del tranvía, pero una vez cocina y se come los hongos, estos se vuelven venenosos, y Marcovaldo, su familia e incluso los vecinos terminan en el hospital. En otra historia, para calentar su casa, decide enviar a sus niños a recolectar leña, pero no hay leña en la ciudad, así que los niños (que nunca han visto un árbol en sus vidas) terminan cortando las vallas publicitarias a lo largo de la autopista. Marcovaldo es un libro para niños pero estas historias también tienen gran significado para adultos. Él ve la naturaleza de la ciudad como una naturaleza que intenta sobrevivir de todas las maneras posibles. Este libro fue publicado en 1963. Otra autora italiana es Laura Conti, quien es definitivamente menos conocida que Calvino, pero muy importante para incrementar la conciencia ambiental en Italia. Ella es considerada “nuestra” Rachel Carson, y –sí– Carson es una de las figuras principales, ciertamente una de las mayores figuras del ambientalismo literario en los Estados Unidos.


REVISTA FEA INTERNACIONAL / DOCUMENTACIÓN DE ARCHIVO, FANZINE (TINTA SOBRE PAPEL), MEDIDAS VARIABLES / 2015-2017 / detalle en duotono

de artes y espejismos

JCG: Hablemos ahora de Rachel Carson, ¿quién es Rachel Carson para Serenella Iovino? SI: Rachel Carson es una fuente de inspiración para todos nosotros. Creo que muchas de las personas que trabajan en este campo empezaron en esto gracias a la motivación que les dio su libro Primavera silenciosa. Con sus escritos y su compromiso personal, Carson se ha convertido en un ícono de las luchas ecológicas y de la cultura ambiental. Su lucha era para difundir el conocimiento ambiental de la mano de modelos culturales: la manera en que tratamos nuestro medio ambiente depende del conocimiento que tengamos del mismo. En Primavera silenciosa, Carson contrasta nuestro conocimiento primitivo y consciencia ecológica con la violencia de nuestros ataques tecnológicos contra la naturaleza. Con las armas de la ciencia atacamos criaturas que no conocemos ni entendemos. Mientras nuestras herramientas culturales sean inadecuadas para el desafío actual, esta ciencia estará en estado de guerra contra la naturaleza. Si tenemos que mejorar algo, no es solo nuestro comportamiento sino también nuestra cultura, la forma en que pensamos sobre el medio ambiente, la forma en que pensamos acerca de nuestra presencia en el mundo, y las soluciones no solo se encuentran en la ciencia. Ahora, creo que

las humanidades ambientales (este gran abanico de disciplinas) nos está dando una visión que va más allá de la gran división entre las “dos culturas” –ciencia y naturaleza–. Las humanidades ambientales son una forma de abrir una conversación entre historia, literatura, antropología, geografía, medios, filosofía, etc. con ciencias como biología, química, climatología, geología, ecología, etc. Solo si tenemos una conversación entre estos supuestos dos mundos podemos generar un cambio cultural. ¿Cómo pretendemos empezar a solucionar problemas complejos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y problemas de justicia ambiental si no entendemos realmente todos los estratos que se intersectan? Necesitamos crear una nueva manera de entender las cosas, una manera que no aísle a las ciencias y las humanidades una de otra. Los humanos no estamos hechos solo de números, formulas, ecuaciones. Necesitamos filosofía, necesitamos historia, poesía y, definitivamente, una visión poética del mundo. Esto es algo que los antiguos pensadores, que eran al mismo tiempo poetas, filósofos y científicos, entendían. Desde luego, ahora tenemos herramientas de investigación más refinadas, pero el modelo que ofrecen los antiguos pensadores, que juntaban indagación y fascinación, es todavía un ejemplo del cual, creo, podemos aprender mucho.


Palabras sobre

muertos El libro de los

de Ahmet Benelí

¥¥Alfredo Iván Mata Noyola

DAMIÁN ONTIVEROS / LEMPIRA [DETALLE] / IMPRESIÓN SOBRE PAPEL Y VIDEO DOCUMENTACIÓN, MEDIDAS VARIABLES / 2016

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Una sospecha de que la enfermedad había regresado por él le hizo apresurarse a redactar un manuscrito que terminó siendo la primera edición del libro, que mandó imprimir para dejarla como último testimonio entre los suyos

E

n 2005 vio la luz una primera edición de El libro de los muertos, financiada por su propio autor, un esquivo catalán que firma como Ahmet Benelí. Los escasos ejemplares, menos de un centenar, circularon entre sus más cercanos conocidos y colaboradores, no más allá. El motivo de esta decisión lo expuso en el prólogo a una segunda edición de la misma obra, donde además narró el génesis del mismo libro. La segunda edición, que se enriqueció considerablemente con el mencionado prólogo y un capítulo adicional, fue publicada en el año 2008 por la hoy extinta editorial Círculo Internacional de Editores. No por ello gozó de una mejor suerte en cuanto a difusión: como ha de ser con los autores de culto, su limitado tiraje circuló por años desapercibido. Un par de sucintas reseñas, una en el diario barcelonés ADN y otra en la revista Quimera, ofrecieron apenas algunas palabras como testigos de aquella “esotérica reunión de experiencias y reflexiones en torno a la muerte”, como la llamaron. Hoy ambas ediciones son inasequibles, como también lo es cualquier información sobre su autor. Algunos de sus seguidores aventuran afirmar que es el mismo Benelí quien se ha encargado de coleccionar el mayor número posible de los ejemplares en circulación para destruirlos. Fotocopias de la segunda edición de la obra circularon durante un tiempo en el ciberespacio. Eso es lo que tuvimos algunos lectores para acercarnos a su lectura y análisis. Hablar sobre el libro es una empresa difícil, puesto que se trata de una obra que puede ser muchas obras, una “reunión de experiencias”, pero también la visión muy personal de un artista sobre la trascendencia del ser en el mundo. Hay múltiples estructuras narrativas que se sobreponen entre sí: la autobiografía, el ensayo sobre arte y literatura, antropología e historia; el epistolario a personas (reales o ficticias) dentro de la vida del autor; todo esto hilado bajo una pauta específica: la ruta lineal que es el diario de viajes, el paso de su autor por México, que es principio y fin de todas sus evocaciones. Las experiencias vividas en estas latitudes son el punto de partida de sus reflexiones.

El prólogo del 2008, titulado “La impaciencia”, comienza mirando el libro en retrospectiva. A tres años de su escritura, Ahmet Benelí nos introduce en su mundo: A principios del año 2004 llegué a pensar que iba a morir, era una certeza que no sólo me embargaba a mí sino al equipo de médicos que me veían cada día más diminuto, cada segundo menos yo. [...] En verdad estaba muriendo y ante ello sólo me restaba esperar. Mi cuerpo había claudicado y nada se puede hacer cuando la carne se niega [...] Recién había publicado el libro Espejos desiertos, mi primera novela, y tuve que decirle a mi amigo Joaquim, quien fungió como editor y agente en esa ocasión, que no contara conmigo para la promoción. Entendió. Todos entienden cuando se trata de cuestiones relacionadas a la salud.

Luego de sobrevivir a una enfermedad cuyo nombre nunca menciona, el autor decidió emprender un viaje en busca de experiencias para tratar de comprender mejor aquello por lo que acababa de pasar, dar significado a la visión tan vertiginosa que tuvo de su final, y celebrar también su inesperada victoria sobre Hades. Se decantó por México y comenzó su viaje en la costa de Yucatán, sin una ruta específica y con un montón de mapas como única guía, hasta terminar en la ciudad de Guadalajara: en total pasó cerca de un año recorriendo el país, visitando playas, ciudades, pueblos pequeños, ruinas, lugares tanto célebres como ocultos u olvidados, conociendo a la gente en general, asistiendo a ceremonias y escribiendo todo en cuadernos de viaje. Tras dejar el país y volver a su patria decidió organizar sus diarios. Una sospecha de que la enfermedad había regresado por él le hizo apresurarse a redactar un manuscrito que terminó siendo la primera edición del libro, que mandó imprimir para dejarla como último testimonio entre los suyos, “por todo lo demás que tuve intención de hacer y decir, y que probablemente me sea imposible”.


El autor propone que la historia de la humanidad podría escribirse con base en los tributos de cada cultura hacia la muerte, o, mejor dicho, al fin de la vida.

Sin título | De la serie Archivo Autobiográfico | Melissa García Aguirre | 2015

La imagen de la muerte encontró en su viaje constantes referencias a episodios de su vida, a obras de arte, libros, anécdotas y recuerdos que fueron emparentando hasta volverse la amalgama de capítulos que constituyen el grueso de la obra. El ser testigo de un funeral en un pequeño pueblo camino de Irapuato, casi al final de su trayecto, le hizo pensar en la obra inconclusa de Sergei Eisenstein, ¡Que viva México!, en las tradiciones que el cineasta ruso se empeñó tanto en capturar, en cómo van desapareciendo del mundo. También habla de los miles de refugiados españoles de la República de Franco que encontraron asilo en el país. Ahí iban algunos familiares que se perdieron en la inmensidad de las tierras que entonces pisaba, en la vasta llanura carente de vida, carente de sentido, que a veces veía en sus recorridos. “Tanta tierra abandonada, nos hemos abandonado nosotros”.

Una tarde nublada, de apariencia casi apocalíptica en el Zócalo del entonces Distrito Federal, le trajo reminiscencias de los grabados que Gustave Doré hizo sobre el Paraíso Perdido de Milton. En otro capítulo, cerca de León, habla sobre el grabado El caballero, la muerte y el diablo, de Durero. La idea de las alegorías representadas a través de la técnica, la multiplicidad de símbolos, la composición en esas obras, lo hacen pensar en la representación del fenómeno de la muerte como metáfora artística a través de la historia del hombre: desde la preservación de los antiguos faraones en sus enormes pirámides, pasando por los funerales descritos por Homero, hasta las momias que se exhiben en los museos de Guanajuato, que contempla maravillado. El autor propone que la historia de la humanidad podría escribirse con base en los tributos de cada cultura hacia la muerte, o, mejor dicho, al fin de la vida.

MELISSA GARCÍA AGUIRRE / ARCHIVO AUTOBIOGRÁFICO [DETALLE] / RECUPERACIÓN, FANZINE (TINTA SOBRE PAPEL) / 2015.

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En otros episodios a lo largo del viaje, el autor Al final de su recorrido, cuando emprende el recuerda y narra episodios autobiográficos: la regreso a España, ha dejado tras de sí un remolino muerte de su madre muy joven, que propició el de pensamientos sobre su vida. Compara el proceso desapego emocional de su padre y cómo fue su de fallecer con el de ir desprendiéndose de todo hermana mayor quien terminó por hacerse cargo vínculo. El capítulo añadido trata de un intento de él y de su hermana menor. “Muy temprano en la de suicidio de una amiga muy cercana, que años vida me encontré con ella (la muerte), demasiado después le hizo revisitar aquel manuscrito de ideas joven era para comprender algo. [...] Luego pasó fúnebres y ampliarlo a partir de este reencuentro mucho tiempo sin que volvieran a preocuparme con lo fatídico. dichos pensamientos, a que la presencia de la El caos de la organización de su escritura es ausencia se colara de nuevo en mis días y comprender parte del encanto del libro. Aquí no encontraremos al la tragedia que ello supone.” Al morir sus abuelos mejor Benelí, pero sí a uno muy sincero, necesitado de maternos, ya siendo hablar sobre muchas adolescente, se disuelve Trasciende, quizá sin tocar cosas, sobre su vida, el último vínculo de nada nuevo referente a la su muerte, la muerte. ternura que experimentó Aunque no sea una e n v i d a . A p e s a r d e muerte, precisamente por o b r a c o n s u m a d a , crecer acostumbrado a saber utilizar ese tema como en el sentido que su ausencia, la imagen no llega a tener el de su madre siempre le la excusa para hablar de r i g o r n e c e s a r i o causó un sentimiento de todo en vez de quedarse en para considerarse necesidad, que revive al ni un ensayo serio ver una peregrinación en “la nada”. ni tampoco una la Villa de Guadalupe, autobiografía fiable concluyendo que los huérfanos buscan esperanza, (pues es conocido el hábito del autor de mezclar consuelo. La peregrinación, según Benelí, simboliza ficción y realidad hasta dejarlos indiscernibles), la fragilidad con que debemos llegar al lugar donde la seriedad de su escritura confirma a su escritor venimos a pedir. como un prosista excepcional. El ir y venir de Entre otras experiencias se encuentran las de experiencias, los cambios constantes de ritmo, de sus amores juveniles, que siempre se tornan en género, la inmiscusión de un género en medio de partidas dolorosas. Esto da pie a que en varios otro, casi a modo de collage poligráfico, dotan a la momentos la narración se vuelva una epístola. La obra de un dinamismo que la rescata de un simple primera de ellas va dirigida a una joven de nombre relato monótono e intrascendente. Trasciende, Marina, aparentemente un gran amor del pasado, a quizá sin tocar nada nuevo referente a la muerte, quien le da cuenta de su vida en todos estos años de precisamente por saber utilizar ese tema como la ausencia, al tiempo que va recordando momentos excusa para hablar de todo en vez de quedarse en de la relación, para luego declararle una dolorosa “la nada”. nostalgia “que no ha dejado de calar todos estos Ahmet Benelí publicó por última vez en el año años”. Otras cartas las dirige a su sobrino: le pide 2014. Desde entonces poco o nada se sabe de él, disculpas por alejarse, explicando la necesidad que sólo hay conjeturas. Sus seguidores más optimistas tenía de soledad para pensar, le cuenta sus días, se inclinan a pensar que está trabajando en su le recomienda libros de los que hace comentarios siguiente obra, pero eso nadie lo puede afirmar. críticos en el texto, y le cuenta cosas de la familia Pensar en él, en su desaparición, es pensar en lo y de su vida. Le anima a escribirle de vuelta, pero que significa quizá este libro: la extinción de sí esas contestaciones, si existieron, no forman parte mismo. del libro.


CUATRO AGRADECIMIENTOS

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Y UNA LECTURA DE EL MURMULLO DE UN RÍO, DE JOSÉ JAVIER VILLARREAL

¥¥Renato Tinajero

V

a dicho de antemano: este texto contiene elogios hacia la obra de José Javier Villarreal, y en especial hacia su libro El murmullo de un río.1 Pero antes, la voz de mi conciencia me pide hacer públicos algunos agradecimientos; dejar dicho aquello que José Javier, sin saberlo, ha hecho por mí, por este poeta principiante que yo soy. Vamos por partes. Yo me acerqué a esta ciudad de Monterrey a estudiar alguna carrera humanística. Eso fue hace más de 20 años. Que me haya decidido por la filosofía y no por la 1   El murmullo de un río: antología personal (1980-2017) fue publicado por la Universidad Autónoma de Querétaro en 2018.

carrera de letras no obsta para que me haya esforzado por cumplir la que fue convirtiéndose de manera paulatina en mi vocación más pertinaz: la de escribir. Pero uno no debería escribir desde cero. No cuando hay ya mucho camino andado por los que llegaron a este oficio antes que nosotros. ¿De quién podía aprender yo? Evidentemente, de mis lecturas. Pero no es suficiente. No es suficiente con leer a los poetas de otra época, de otras latitudes. Ellos están ausentes; su circunstancia, su ambiente, son y fueron otros, muy otros, que los que me tocan a mí vivir. ¿Qué tal si en esta época, en este sitio, en estas circunstancias, la escritura como vocación, la dedicación a la escritura, ya no son posibles? Todo en el entorno parece


MELISSA GARCÍA AGUIRRE / ARCHIVO AUTOBIOGRÁFICO [DETALLE] / RECUPERACIÓN, FANZINE (TINTA SOBRE PAPEL) / 2015.

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¿Quién se atreve a ir por la vida nombrándose poeta, como quien dijera “soy ingeniero” o “me dedico a las ventas”? Pues José Javier. conspirar para que te dediques a otra cosa, para que hagas otra cosa. Para que seas otro. ¿Y qué tal si lo justo –pensé a menudo– es abandonar de una vez por todas esta vocación? Pero ahí estaba José Javier Villarreal. Daba clases en la misma Facultad en la que yo estudiaba, en Filosofía y Letras. Él no me conocía, ni era probable que me conociera alguna vez, pues su cátedra la impartía en otra licenciatura. Pero yo estaba enterado de quién era él. Era escritor. Se asumía como tal, y aún más: era un poeta. ¿Quién se atreve a ir por la vida nombrándose poeta, como quien dijera “soy ingeniero” o “me dedico a las ventas”? Pues José Javier. Él era, en mi horizonte, lo más cercano a un poeta. Era un modelo a seguir, por

decirlo de la manera más llana. Y eso es lo primero que tengo que agradecerle. Si él hubiera sido un poco más discreto respecto a su oficio, si se hubiera empeñado en ocultar sus logros de poeta, si se hubiera aplicado puntual y eficientemente a cumplir con su horario y su función en la cátedra universitaria, habría sido un maestro más, un profesor respetado y ya, pero habría venido a confirmar mis temores: que en esta ciudad no podía uno mostrarse como escritor ni como poeta, que esos eran pasatiempos de fin de semana y ya. Pero no: resultaba que José Javier era, ante todo, poeta. Tan evidente como ostentar cualquier otra identidad, tan evidente como ser político o carpintero. Y yo quise ser poeta también.


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La lectura de un poema, me enseñó José Javier, no es ningún pasatiempo; merece, por el contrario, lo mejor de nuestras capacidades, la plenitud de nuestra atención, el oficio total de nuestra racionalidad, de nuestra emotividad y aun de nuestros cinco sentidos. Ese es mi primer agradecimiento. He aquí el segundo: José Javier es una de las personas que me enseñaron a leer poesía. A la distancia y en retrospectiva me doy cuenta de que la actitud de nuestro poeta hacia la obra de otros poetas ha sido esencial en la formación de mi propia actitud. José Javier es alguien que, al mismo tiempo que lee el poema, lo penetra, lo desmenuza, lo mastica hasta metabolizarlo y metabolizarse en él. Lo aprendí en el programa de radio de José Javier (los domingos por la noche) y también en su labor como traductor del portugués. El poeta que es José Javier se vuelca sobre el texto con la concentración de quien desarma una bomba o demuestra un teorema. Para él un poema es la cosa más seria del mundo. La lectura de un poema, me enseñó José Javier, no es ningún pasatiempo; merece, por el contrario, lo mejor de nuestras capacidades, la plenitud de nuestra atención, el oficio total de nuestra racionalidad, de nuestra emotividad y aun de nuestros cinco sentidos. Leer un poema es, para José Javier, una experiencia que ocurre en múltiples registros de manera simultánea. Y debo agradecerle que, desde entonces, yo ya no puedo leer poesía de otra manera. Tercer agradecimiento: el poeta frente a la tradición. Todo poeta (aunque el poeta mismo lo niegue o lo disfrace) mide fuerzas y asume una postura frente a la tradición, frente a la poesía que lo precede y lo rebasa. Hay quien aspira a la ruptura y también hay quien se instala cómodamente en el nicho acogedor de una corriente, de un determinado ismo consagrado por el uso. José Javier evade ambos extremos y se asume dueño de una multiforme tradición de siglos, se abre a todas las corrientes, no vacila en excavar todas las minas y labrar todas las piedras. Su voz se siente personal no porque haya rechazado las voces precedentes, sino porque las ha asimilado en una construcción propia, las ha decantado en un estilo personal de ser y de hacer. Debo decir que de esto me percaté poco a poco, al escucharlo en alguna

de sus clases o en alguna conferencia, al leerlo en alguno de sus artículos, al pescar al vuelo sus palabras en la sobremesa. Pues han de saber que finalmente sí llegué a coincidir con el maestro en más de una ocasión, un poco por casualidad y otro poco porque así procuré que ocurrieran las cosas. Incluso lo invité a mi boda (¡y sí fue!, a pesar de que ese día se desató el diluvio sobre la ciudad). El caso es que José Javier exhibe en sus palabras y en sus textos una cultura que se nutre lo mismo de una copla medieval que de la poesía de sus contemporáneos. José Javier sabe que él mismo es parte de un corpus mucho mayor que lo supera en el tiempo y en el espacio, de una obra colectiva que va construyéndose y materializándose a lo largo de los siglos; y se siente cómodo con ser una voz más en el universal concierto. Esa humildad (porque no es otra cosa que humildad: nada menos que una virtud ética sobre la cual basar sus decisiones poéticas) me parece digna de imitarse y, desde luego, de agradecerse. Ese es mi tercer agradecimiento. Hasta aquí los agradecimientos. Quiero ahora dedicar unas líneas a explicar lo que me ha parecido encontrar en los poemas de El murmullo de un río y en avisar a los lectores acerca del tipo de experiencia estética que están a punto de encarar en este libro. Desde hace algunos años he dado en creer que la poesía más interesante exhibe la cualidad de la inminencia. Me refiero con esto a que el poema se sitúa en un estado tal que parece estar a punto de nombrar aquello que no puede nombrarse, de mostrar lo que es de suyo imposible de mostrar. Hay inminencia cuando un verso preludia o presagia una revelación, pero el verso siguiente la niega, la calla, la pospone o la resuelve en modos humanos, demasiado humanos (por ejemplo, con una apelación del poeta al efecto cómico). O cuando no hay un siguiente verso y el poema, sencillamente, termina en la promesa de esa revelación. Esta cualidad puede ocurrir cualquiera que sea el tema del poema y cualesquiera que sean sus afinidades y filiaciones


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estéticas. Su apreciación es emotiva más que racional; lo inminente llega como un salto en las entrañas, como una sensación, como un inmediato y transitorio desamparo. Hay inminencia cuando Dante escamotea al lector la contemplación de Dios al final de la Comedia. También la hay en el famoso “no sé qué que queda balbuciendo” de San Juan de la Cruz; otra vez es Dios el que se veda ante la mirada escrutadora del que lee. Pero también la hay en temas más profanos. “Entre mis muslos cerrados / nada como un pez el sol” es una metáfora que se lee en García Lorca; y ese sol, palabra aguda, de textura lumínica, palabra afilada como un pez, parece aniquilar en una fracción de segundo esa cerrazón de los muslos... sólo para que los muslos, palabra grave y blanda, palabra de significado literal, acaben por imponerse, definitivamente cerrados, en la memoria conceptual y sonora del lector. A veces el efecto es más abstracto, o si se quiere, más filosófico. El poema Un hombre pasa con un pan al hombro de César Vallejo parece en todo momento estar a punto de enunciar una doctrina antimetafísica, un materialismo atroz, acerca de la condición humana; pero Vallejo acierta en mantener al poema atado al marco de sus propias preguntas, sujeto al arnés impuesto por los propios ejemplos. Es un poema que muestra en lugar de demostrar, que mantiene en suspenso la resolución de sus dardos, y en el que impera, por tanto, la inminencia, la irresolución de aquello que estuvo a punto de decirse. Hay inminencia también cuando el poema parece estar describiendo o narrando una cosa, pero en una capa más profunda de lectura está simbolizando otra, se dedica a tejer las relaciones íntimas entre conceptos menos evidentes. At the fishhouses, de Elizabeth Bishop, es un ejemplo de lo que digo, y en general cualquier poema de Bishop lo es. El poema mencionado expone, con precisa corrección, incluso con atisbos de legítima belleza, el paisaje de una aldea de pescadores y las impresiones que el paisaje y los pescadores mismos despiertan en quien los contempla. Una lectura superficial se quedaría ahí, en señalar la textura acertada o fallida de ciertos pasajes, la pertinencia o impertinencia de tal o cual imagen, de esta o aquella metáfora. Pero resulta que, unos versos antes del final, el poema se torna súbitamente metafísico. Ocurre así desde el verso “Es así como imaginamos el conocimiento” (una imagen que choca frente a

La poesía de José Javier se me aparece preñada de esa cualidad, de la inminencia. El poeta discurre libre, caprichosamente, sobre un hilo conductor. la cotidiana existencia material de los pescadores; ¿qué tienen ellos que ver con una reflexión acerca del conocimiento?). Y el poema termina sin que nos hayamos podido recuperar de esa impresión. ¿De manera que esas faenas, esos ires y venires de la aldea pesquera, eran el preludio de un símbolo, el entramado superficial a través del cual nos fue dado atisbar una realidad más oscura y profunda? Hay inminencia en Góngora, una inminencia verbal. La abundancia sonora y sintáctica del más barroco de los poetas parece estar a punto de nombrar la plenitud de una verdad prolija, de una evidencia cuyas facetas infinitas se vuelven visibles de manera súbita y total. Pero los poemas de Góngora acaban como empezaron, en la pujanza de un lenguaje que es al mismo tiempo sustancia y combustible, sin revelar absolutamente nada, sin saciar en modo alguno nuestra sed. Por eso, cuando terminamos de leer a Góngora, siempre nos quedan ganas de leer más, de perdernos nuevamente en esa selva oscura, en ese fascinante artificio. Por el contrario, un poema que se limita, sin más, a nombrar las cosas, o a negarlas, nos repele. Se antoja llamarlo “versos”, no poema. Una mera declaración de afectos y de odios personales, para lecturas perezosas y fáciles. Le falta la inminencia, nada menos. La poesía de José Javier se me aparece preñada de esa cualidad, de la inminencia. El poeta discurre libre, caprichosamente, sobre un hilo conductor. A veces parece ceñirse a un libreto (como en los poemas de Mar del Norte en los que se ancla a una remembranza familiar). Pero las más de las veces ocurren bajo el influjo de una lógica oculta, una lógica nada silogística, que no vacila en saltar de un tema a otro que sólo vaga o casualmente le es afín. El poeta se deja llevar por una imagen, por un recuerdo, por una inclinación de la voluntad (por ejemplo, por el deseo simple de salir a caminar), o incluso se deja llevar por la gravedad y el


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color de una palabra. Los poemas de El murmulo de un río a los cincuenta años no puedes sacar conclusiones: (y creo que en esto radica su cualidad mayor) ocurren no eres joven, pero tampoco eres lo suficientemente sin ocurrir, son al mismo tiempo una divagación y un viejo. Al final hay una doble inminencia, la primera: entramado de conjeturas, un tapete conceptual, sonoro mañana amanecerá (¿qué significa eso?, ¿qué significa e imaginativo. Y ahí es donde radica la inminencia: en el amanecer en este poema?, ¿hay ahí un símbolo ese discurrir, en ese salto de una idea a otra, de una a o es solamente la enunciación de un hecho trivial: otra imagen, el poema se mañana, como todas las ofrece como la promesa de mañanas, amanecerá?); la Esa habilidad del poeta segunda: quizás el poeta algo que está a punto de revelarse. Y la revelación, para despertar el interés leerá el libro (y en esta astuta, sabiamente, se desde lo trivial, para lectura, ¿qué experiencias, contiene. qué revelaciones, qué Un ejemplo: el poema atrapar al lector en una aprendizajes le ocurrirán de la página 74, “Tengo trama personal e incluso al poeta?, ¿el libro cumplirá un libro de Enrique con las expectativas?). ínfima, no es una virtud Lihn entre las manos”, Ninguna de las dos antologado desde Campo menor. Y es lo que con- inminencias se resuelve. Alaska. Como el poema de El poema termina en un vierte a El murmullo de quizás, en una enunciación Bishop ya mencionado, el de José Javier es un poema un río en una lectura tan de posibilidades. El poeta que transita como al azar sugerente, tan digna de ha jugado con astucia sus por la superficie de lo fichas: el libro, la fotografía, cotidiano. La trama (pues recomendarse. las arrugas, los cincuenta este poema narra algo) años, la noche, el amanecer. no podía ser más simple: el poeta, en su habitación, Las posibilidades. Y el lector, suspendido en ese justo antes de echarse a dormir, sostiene un libro instante que separa a la vigilia del sueño, se queda de Enrique Lihn entre las manos; lo mira, lo hojea al margen de la historia, y sobre todo: se queda con y aventura algunas reflexiones sobre esa inminente todas las preguntas aún por contestar. lectura. La inminencia es, desde el principio, parte Esa habilidad del poeta para despertar el interés misma de la trama: el poeta va a leer ese libro, está a desde lo trivial, para atrapar al lector en una trama punto de hacerlo, es un libro más que recomendado, personal e incluso ínfima, no es una virtud menor. Y etc. En esas está cuando repara en las arrugas de la es lo que convierte a El murmullo de un río en una lectura frente de Enrique Lihn (hay una fotografía de él en la tan sugerente, tan digna de recomendarse. Los poetas portada del libro) y las compara con su propia, única, aún tenemos mucho que aprender del autor de este imborrable arruga-cicatriz en la sien izquierda. Y libro. Y los lectores que gocen de perderse en las el poema se convierte, en seguida, en una reflexión palabras seguramente gozarán perderse en este libro. acerca de esa cicatriz, pero también acerca del paso de Posdata: un cuarto y último agradecimiento para la vida (“ya tengo cincuenta años”, escribe el poeta) nuestro autor. Cuando busqué un hogar para los y de los hábitos y errores que el hecho de vivir trae gatitos que, hace como veinte años, le nacieron a mi consigo. El poema se convierte, ahí, en otra promesa, gata Ludovica, José Javier accedió a adoptar uno de en otra inminencia: parece estar a punto de revelar ellos. Y yo crucé la ciudad, desde el extremo norte de alguna que otra verdad sobre la vida y su transcurrir. San Nicolás hasta el extremo sur de Monterrey, con Pero asume, de inmediato, un tono dubitativo, de un gatito llorón en la mochila, para dejarlo en casa de divagación, como esas divagaciones que nos asaltan José Javier. De tanto tiempo que ha pasado, el gato al finalizar el día, cuando el sueño comienza a seguramente ya murió. Lo único que permanece vivo atraparnos. No hay aún revelación alguna. Y es que en esta trama es mi agradecimiento.


PILAR DE LA FUENTE / PINK CURRY / PINTURA ÓLEO, 50 x 40 CMS / 2017 / FOTO: EMANUEL GARCÍA

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toboso

El taller de F ernando del Paso ¥¥Alberto Chimal

1.

Escribo esta nota a una semana de la muerte de Fernando del Paso.

2. Me va a resultar muy fácil evitar bastantes lugares comunes de las notas necrológicas: nunca lo visité en el extranjero, nunca compartí con él un elevador, nunca hablé con él sin darme cuenta de quién era (hay una leyenda urbana maravillosa, precisamente con ese argumento, protagonizada por José Emilio Pacheco…), nunca lo conocí, en realidad.

3. (Lo vi de lejos en algún acto cultural, y era difícil no verlo porque vestía del modo más vistoso, como se sabe, y también porque estaba al frente, en el escenario.) 4. Tampoco tengo ninguna anécdota sobre cómo encontré el amor gracias a sus libros, o qué inesperada lección de vida me dejaron, o cómo alguno de sus personajes se parece misteriosamente a mí.

5. (Aprovecho para decir lo siguiente: declarar cosas así no es bonito ni inspirador, amigues. Nos hemos habituado a buscar la pose narcisista y sentimental, pero es más fácil que asumirla nos lleve a lo repulsivo y lo ridículo, como en las historias del inciso anterior, que a obtener muchos likes en Facebook y corazones en Twitter.) 6. Algo que no se nota jamás en el estilo literario de Fernando del Paso es la duda: el nerviosismo que

MAYRA SILVA / RELATO CORTO / TEXTO Y ÁLBUM FOTOGRÁFICO, MEDIDAS VARIABLES / 2014-2017 / duotono

[La materia no existe]


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se ve, por ejemplo, esta nota hecha de incisos y tácticas dilatorias para evitar abordar su tema central. 7. Y cabe suponer que del Paso dudó, y dudó mucho. La capacidad de dudar puede ser un obstáculo para el trepador o el charlatán, pero es una cualidad esencial para quien quiere escribir de veras. En la duda se abre el espacio para la crítica: para la lectura, la revisión, la visita de nuestro propio pensamiento, tal como queda

asentado en el texto, que revela los errores y los descubrimientos. 8. Por ejemplo, se cuentan historias sobre la enorme cantidad de material que del Paso acumuló, entre investigación y redacción, para su novela Noticias del imperio. Las 668 páginas de la primera edición serían únicamente una parte (un quinto, dicen, un décimo) de todo lo escrito por del Paso acerca del imperio de cartulina de Maximiliano y Carlota.

9. ¿Habría sido mejor que del Paso apuntara a escribir “bien a la primera”? ¿A “optimizar” su trabajo para no tener sobras ni merma en la escritura? Un amigo me cuenta que su agente literario insiste en que él debe escribir dos novelas al año. ¿Ese es el camino, en vez de una novela cada diez, como hizo del Paso durante el tramo más distinguido de su carrera? 10. No lo creo. No hay un solo camino en la escritura (la


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Quien crea un mundo narrado necesita conocerlo con mucha más amplitud y profundidad que sus posibles lectores. producción de contenido es otra cosa). No hay nada de malo en las dos novelas anuales, o en tres, o en más, como supieron Enyd Blyton o Georges Simenon. Pero hay textos que no pueden aparecer con esa rapidez ni con esa ligereza. Y quienes los encuentran y los reconocen saben que el mundo –o la parte del mundo que es la lectura, el contacto entre los signos y nosotros– sería mucho más pobre si no existieran. 11. Aun sin saber exactamente cuántas fueron, es posible imaginar esas páginas hechas y perdidas de del Paso: todo el material creado, y necesariamente desechado, que dio, sin embargo, cuerpo y solidez al texto que sí llegó hasta el libro impreso. Que le dio, en realidad, su potencia: que le permitió dar esa impresión de torrente verbal incontenible, o, si se prefiere, de territorio amplísimo y salpicado de luces, como la escena de amor adverbial de Palinuro de México, o el ceremonial (ficticio, contrafáctico, mágico) para el fusilamiento de un emperador en Noticias del imperio, o las muchas enunciaciones especializadas de José Trigo.

12. Esta es una paradoja que llega a mencionarse en los talleres de escritura: una verdad difícil de aceptar y que la mayor parte de la gente no acepta, para su mal. Quien crea un mundo narrado necesita conocerlo con mucha más amplitud y profundidad que sus posibles lectores, y puede ocurrir que buena parte de ese conocimiento –sea creado o investigado, tomado de documentos y sucesos reales– no deba aparecer en el texto terminado. Que merezca existir solamente para que quien escribe lo absorba, lo internalice, y luego necesite desaparecer. 13. Blyton y Simenon, grandes artesanos, tuvieron la ventaja de producir muchas de sus obras dentro de los confines de subgéneros bien establecidos, que existían más allá de ellos y sus textos. Conocían los mundos que contaban: no necesitaban desecharlos con cada nuevo proyecto. Por el contrario, un novelista que intenta comenzar una narración desde más cerca de cero, cambiando de registros, de estrategias, pierde más oportunidades de apoyarse en el pasado de su propia escritura. Así le sucedió a Vladimir Nabokov en sus primeros años de exilio, y a Elena Garro en los últimos. 14. Así le sucedió, también, a Fernando del Paso. Las huellas de su trabajo intenso, riguroso, sostenido en la hechura de sus novelas centrales –Linda 67 es otra cosa; los poemas y los libros para niños son otra cosa– son las huellas de esas creaciones y demoliciones sucesivas.

15. La lección de Fernando del Paso señala, por supuesto, un extremo de la escritura. El agente de mi amigo no es malo: obedece las que percibe como las órdenes de un mercado editorial en el que quiere ver encajar, y prosperar, a sus autores. Pero su negocio es una parcela muy bien delimitada de la escritura (ya mencioné la frase producción de contenido). Están las otras. Pese a todo lo que la novela, y el resto de la literatura, se han desplazado hacia los márgenes de la cultura, ahí están. 16. Hay una anécdota que puedo contar precisamente porque no conocí a del Paso: la impresión desde fuera, desde lejos, de sus últimos años. Muchas personas deben haber visto lo mismo: ya viejo, escrita su obra, decidido su lugar en el canon literario y en la historia del idioma, ganador del Premio Cervantes, del Paso perduraba. Se enfermaba, se recuperaba. Se iba, no se iba. Le hacían homenajes. Iba por el mundo con sus trajes de colores. Parecía estar repitiendo en su cuerpo la duda, el aplazamiento, la revisión novelesca de sus propios años últimos. 17. Pero tal vez debería, en vez de continuar, ir al comienzo de esta nota y revisar mis primeros incisos. Ya dije lo que quería decir. Y estoy retrasado. No tengo el lujo del tiempo amplísimo del novelista Fernando del Paso. 18. ¿Cómo ve, maestro? ¿Voy bien, o me regreso?


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JEIMY MARISOL MARTÍNEZ, /PORCIÓN DE VOZ (FRAGMENTO, 8/100) / YESO PIEDRA, AUDIO ESTÉREO, BASES DE MADERA, MEDIDAS VARIABLES / 2014 / FOTO: ALESSANDRA BARAGIOTTA / detalle en monotono

[Letras al margen]

¥¥Eduardo Antonio Parra

HÉCTOR MANJARREZ,

S

un cuentista con Historia

iempre he tenido la sensación de que, con respecto a cómo encaran su obra, hay dos tipos de escritores: los inquietos que cambian de temática con cada libro nuevo y pretenden abarcar todos los asuntos a su alcance, olvidándose de los logros y descubrimientos realizados en búsquedas anteriores; y aquellos que vuelven una y otra vez a las obsesiones que los embargaron desde el principio, sumergiéndose en la conciencia de sus personajes hasta obtener una nueva luz sobre una problemática abordada –quizás años antes–, encontrando nuevos hallazgos en las mismas vetas. Los primeros buscan extender sus intereses; los segundos profundizar en ellos. Los primeros encuentran versatilidad en el abanico temático que recorren; los segundos la encuentran en las distintas perspectivas con las que contemplan sus obsesiones.

Aunque las dos posturas son igual de válidas y han dado excelentes productos literarios a lo largo del tiempo, en mi opinión los primeros serían a quienes cierta gente llama “escritores profesionales”, mientras que los segundos son, sin duda alguna, a quienes yo llamo “escritores artistas”. ¿Por qué “artistas”? Porque, a mi entender, un artista está siempre insatisfecho respecto a su obra, lo que lo hace obsesionarse con ella al grado de que siempre vuelve, sin repetirse, a sus postulados originales con el fin de observarlos desde otro punto de vista, de penetrar lo que en la primera incursión le resultó impenetrable, de recorrer un camino más o menos conocido con mayor experiencia, un bagaje diferente y herramientas distintas a las que poseía las primeras veces.

Estos pensamientos vinieron a mi mente al transitar las páginas de Historia, de Héctor Manjarrez, volumen que reúne cinco libros de relatos publicados entre 1967 y 2016, es decir, a lo largo de casi medio siglo de ejercicio del cuento. A medida que transitaba de un relato a otro, de un libro al siguiente, advertía que la voz –el estilo propio– apenas si había variado de una década a otra, que su manera de contemplar el mundo era prácticamente igual –aunque modificada por la madurez– y que sus obsesiones eran las mismas, a pesar de que todos los relatos que contiene el volumen son distintos, únicos e irrepetibles, y cada uno de ellos da cuenta, a través de los recursos, las técnicas y las diversas emociones y reflexiones, del momento en que fueron escritos en la vida del autor.


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El tema de las relaciones amorosas, por ejemplo, es constante en las páginas de Historia. En el primer libro del volumen, Acto propiciatorio, se advierte aún marcado por cierto desapego y la ironía furiosa de la juventud, como en el relato fantástico “Johnny”, donde un cowboy del lejano oeste sale de la pantalla de la televisión para integrarse a una familia de clase media mexicana en los años cincuenta y enamorar a la hija de quienes lo acogieron en su hogar. Y en “The Queen” y “Dulcinea” vemos cómo el amor es una búsqueda permanente que a veces se resuelve por medio del azar, de los encuentros fortuitos, de los enredos cómicos que anuncian la caducidad de las relaciones de pareja. En el segundo libro de la recopilación, No todos los hombres son románticos, las relaciones amorosas se convierten en algo más serio. Sin abandonar la ironía y el humor con los que son observadas, pueden encarnar la nostalgia de un romance de juventud, como en “Historia”, o el dolor desesperado de un hombre a quien recién abandonó su pareja y que lo hace analizar todas las facetas de una relación, como en ese cuento maestro titulado “Amor”, o se convierten en puras relaciones carnales, como en “Cuerpos”. Conforme el lector avanza en las páginas de Historia, se topa con piezas donde lo amoroso y lo erótico toman la batuta. Relaciones con prostitutas capaces de dejar en la memoria de los narradores

un recuerdo tierno e imborrable; amores puestos a prueba en una comuna donde nadie es dueño de nadie y todos pueden emparejarse con todos; romances juveniles que florecen en países remotos como la antigua Yugoslavia, o Gran Bretaña, o Francia, o los Estados Unidos, o las calles de la Ciudad de México; pasiones triangulares donde la desaparición de uno de los miembros destruye el vínculo; amores desesperados que hacen todo lo posible por seguir siendo amores y no fracasar, o amores extintos que regresan del pasado con propuestas nuevas para volver a ser amores. En fin, tras recorrer las páginas de Historia, el lector se da cuenta de que Héctor Manjarrez ha observado, vivido, gozado, sufrido y analizado el amor a lo largo de más de cinco décadas, y de que el fruto de esos sufrimientos, reflexiones, gozos y vivencias desembocó en un puñado de narraciones entrañables, divertidas y hasta crueles como las expuestas en estas páginas. Pero Manjarrez no solo escribe acerca del amor. Entre los temas de sus relatos hay otros a los que también vuelve una y otra vez, ya sea porque forman parte de sus obsesiones o porque pertenecen al ámbito de las vivencias, o debido a las dos cosas. Entre ellos está el viaje, o más que el viaje en sí, habitar mundos ajenos y tratar de adaptarse a ellos para hacer llevadera la vida. Sus experiencias en la antigua Yugoslavia, en Londres, en París o en Estados Unidos –a las que también ha dedicado novelas–, son parte esencial de su cuentística, tanto en

las piezas que tienen que ver con lo amoroso como en las que no, lo que le otorga a Historia un encantador aire de cosmopolitismo. Los personajes de Manjarrez viajan por Europa, pero también recorren Centroamérica y el Caribe, como en “Nicaragua”, de No todos los hombres son románticos y “Una pura y dura”, de Anoche dormí en la montaña, en el que un periodista mexicano vive la experiencia de la revolución triunfante en Nicaragua, o en “Florencia en La Habana”, del mismo libro, donde una mexicana sostiene un flirteo con el mismísimo Fidel Castro, pero termina yéndose a la cama con un miembro de la escolta personal del Comandante. Y, por último, los personajes de Manjarrez también recorren México y varios de sus lugares ignotos, como en esa serie de seis relatos –casi una novela breve– incluidos en Anoche dormí en la montaña, donde la protagonista, Concha, una antropóloga mexicana, realiza un repaso de su existencia bajo la influencia del peyote durante la Semana Santa de los huicholes. El amor y los viajes. El sexo y el erotismo. Y otro gran tema que se desprende de las páginas de Historia es, por supuesto, la mujer. No solo la mujer como fuente de dichas y desdichas a causa del amor o del sexo, sino la mujer a secas. Los personajes femeninos de Héctor Manjarrez son redondos y en sus trazos se advierte no solo el conocimiento que muestra sobre ellos, sino asimismo la simpatía. Los narradores de estas historias sufren y gozan a causa


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de las mujeres, sí, pero también simpatizan con sus luchas, son solidarios con ellas, las apoyan. Se trata de hombres feministas pioneros que contemplan a las mujeres como amigos y establecen sólidos lazos fraternales con ellas. Y, por supuesto, otro gran tema, en parte derivado de este, es el de la amistad. La amistad, que a veces duele como el amor cuando se termina, así no nos quede claro cómo se fue extinguiendo. Por medio de diferentes narradores, el autor traza y configura retratos memorables de quienes, puede suponerse, fueron sus grandes amigos en las distintas etapas de su vida. En los cuentos donde se aborda la amistad, encontramos verdadero calor humano y complicidad, como en “Luna”, de No todos los hombres son románticos, o en “Política”, del mismo libro, donde nos damos cuenta de que, como el amor, la amistad es capaz de desgastarse por causas ajenas a la relación. O si no duele, se vuelve nostalgia, como en la reflexión de Concha, en “Una carta de amor”, de Anoche dormí en la montaña, donde ella se pregunta: ¿Cómo le hace uno para ir cambiando de pieles que son precisamente las pieles de los amigos que nos dieron fuerte identidad como profesionista, como joven adulto, como pareja, como grupo? Es cierto que de las parejas de aquellos años solo sobreviven una o dos –y aun así habría que hacer un censo–, pero ¿cómo y por qué nos fuimos alejando los individuos? Ninguno

los relatos de Héctor Manjarrez nos muestran a un escritor con obsesiones bien definidas, a las que ha regresado a lo largo de los años con esa insatisfacción de quien sabe que no ha agotado el tema de mis amigos y amigas de entonces lo es todavía. Ninguno. Ni siquiera sé, de la mayoría, dónde y con quién viven, qué hacen y dónde, etcétera. Da vértigo haber dejado en el olvido a gente que quisimos y nos quiso tanto y que tampoco piensa en nosotros, sobre todo en una ciudad que se precia de hacer una religión de la amistad. ¿Qué nos sucedió?

Finalmente, otro de los grandes temas de Héctor Manjarrez, que aparece aquí y allá en los primeros cuatro libros pero cristaliza por completo en el quinto, titulado Los niños deben estar locos, es el de la infancia. Al contemplar a los infantes, y al echar la vista atrás para recordar la propia niñez, la mirada del autor se vuelve al mismo tiempo más tierna y chispeante, aunque no menos analítica. Los niños que desfilan por estas páginas son narrados con el mismo rigor que los adultos, mas como por lo regular su universo es más alegre, el estilo por fuerza cambia un poco. En este último libro de Historia, a través de un punto de vista infantil, o adulto permeado por la presencia de los niños, Manjarrez enfoca los diferentes rituales de

iniciación hacia la vida adulta, los descubrimientos a edad temprana –por ejemplo, del erotismo y el sexo–, el aprendizaje que hay que adquirir en la vida, las primeras salidas al mundo, las ansias de heroísmo o santidad que todos tuvimos, las relaciones hijo-padres, padres-hijo y, por supuesto, la hipocresía y la amnesia de la vida adulta que nos hicieron perder ese encanto de los primeros años. Faltaría enumerar, en los cuentos de Manjarrez, las miradas sobre el devenir político de México y América Latina, la inclinación de los personajes hacia las artes, las incursiones en ámbitos del otro mundo, el enfrentamiento con la otredad, la memoria que modifica los recuerdos, el olvido, la búsqueda de la felicidad, y otras más. Pero con los temas aquí señalados, que aparecen una y otra vez en las páginas de Historia, se puede decir que los relatos de Héctor Manjarrez nos muestran a un escritor con obsesiones bien definidas, a las que ha regresado a lo largo de los años con esa insatisfacción de quien sabe que no ha agotado el tema, ni lo agotará, y que no le queda más remedio que seguir en busca de la obra maestra, como un verdadero artista de la palabra.


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¥¥Jessica Nieto

De la escritura cualquiera

D

entro de la historia universal de la literatura podemos encontrar autoras y autores muy distintos entre sí. Y qué bueno que así sea, de lo contrario, el discurso literario sería uno y en un mismo tono, y entonces sí que leer literatura sería un suplicio y una imposición. Por fortuna, y con la reserva de que esto suene muy escandaloso para quienes la escritura es sagrada e intocable, cualquiera puede escribir –si entendemos a cualquiera como toda persona–,

RUTH RODRÍGUEZ / YO EN LA CRISIS / TÉCNICA MIXTA 21 x 17 in. / 2017 / monotono

[Plumas al vuelo]


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y

en

el

espectro

de la cualquieraridad entra la pluralidad de pensamiento, de acentos, de narrativas… Pero además podemos decir que no solo cualquiera puede escribir, sino que puede hacerlo de cualquier manera. Uno puede objetar: ¿pues de qué otra manera se escribe, sino escribiendo? No hay de otra, tomas un instrumento de escritura –pluma, lápiz, cincel, teclado…–, un soporte –papel, pantalla, piedra, tela, muro (virtual o concreto) … –y escribes, mueves tu mano, o tus dedos, y plasmas las letras o formas del abecedario que estiles construyendo palabras. Listo. Sin embargo, disiento. Porque existe un estadio o un momento de la escritura en el que no se precisa de nada de eso, en donde es más cualquiera que nunca, más toda, y ese momento es cuando en nuestra mente comenzamos a componer el texto que inscribiremos en algún sitio fuera de nosotros. Porque la escritura escrita siempre está fuera de nosotros; pero de la que yo hablo es de la escritura imaginada, la que resuena en nuestro interior, la que nos acompaña como voz en off de nuestra conciencia. La escritura en potencia que, no creo que alguien me lo niegue, todos los autores y todas las autoras, por más disímiles que sean entre sí, han escuchado en sus primeros esbozos de historias, de poemas, de argumentos… La escritura perenne que no deja de irse escribiendo, porque en nuestra conciencia no hay límite de márgenes, de espacio.

Esta escritura que no se instala en el tiempo lineal, sino en el instante de la ensoñación, como sostiene Bachelard, es viandante, en segunda instancia, porque, como ya lo mencioné, siempre va siendo. En el instante que ocurre, ocurre sin detenerse. Esto no es nada nuevo, no es algo de lo que no se haya hablado antes. O escrito. Recuerdo los textos de Derrida sobre estos momentos preescriturales; o a Bachelard cuando habla del instante de la escritura soñada que es continuo y expansivo, frente a la existencia dura, casi metálica, de la escritura escrita. Pero yo quiero enfatizar una característica muy particular de esta escritura no escrita, esta escritura cualquiera que aún no queda determinada por la letra, y es su cualidad viandante. Es viandante, primero, porque se trata de una escritura que anda, que avanza junto con nosotros. La vamos componiendo mientras nos desplazamos. Porque ese gesto, que me atrevo a llamar universal y no exclusivo de Los Escritores, de pensar lo que sucederá, de imaginar lo que alguien nos dirá acerca de algo, de conjeturar las ideas que sostendremos en un diálogo futuro, de estructurar desde ya toda la escena, lo que el otro comentará, de qué manera reaccionará o reaccionaremos si x o y cosa sucediera… ese gesto

se fortalece al caminar, ya que no solo apreciamos más cosas de nuestro entorno, también vamos siendo un poco de esos escritores cualquiera que ficcionamos la vida, nuestra vida, dentro de nuestra cabeza, quizás para entretenernos, quizás para encontrar una solución, quizás para no encontrarla y generarnos más preguntas, quizás para conocernos mejor a nosotros mismos; quizás para no olvidar… Esta escritura que no se instala en el tiempo lineal, sino en el instante de la ensoñación, como sostiene Bachelard, es viandante, en segunda instancia, porque, como ya lo mencioné, siempre va siendo. En el instante que ocurre, ocurre sin detenerse. Va hacia delante y nos moviliza. Seamos o no escritores literarios, o escritores ocasionales, o escritores de diarios privados que no deseamos que nadie lea jamás; seamos de los que rayan muros o diseñan fuentes, todos fluimos en este mar interno de la escritura cualquiera, la escritura toda, de donde surgen, han surgido, incontables, variadas y múltiples historias.


colectivo salazar / SILLA DIVERGENTE, SERIE CLASES DE SILLAS / ENSAMBLE EN MADERA, 93 CM X 101 CM X 101 CM / 2016 / monotono

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La música, ese misterio de Pablo Espinosa

E

n el principio fue la música… Según la Teoría de Cuerdas, las partículas subatómicas son en realidad microscópicas cuerdas en forma de lazo, abiertas o cerradas, que al vibrar de cierta manera, como las cuerdas de un violín, determinan su tamaño y masa, transformándose en fotones, quarks o cualquier otra partícula elemental, lo cual nos remite a la Música de las Esferas, ilustrada por los alquimistas medievales con “El Monocordio de Dios”, quien toca el “Gran Acorde” que le da consistencia a la materia entre el Empíreo y la Tierra. Un sector de la comunidad científica considera que esta hipótesis de la física teórica es la anhelada teoría armonizadora de todas las leyes del Universo; otro grupo de científicos, más escéptico, afirma que dicha teoría es una pseudociencia cuya premisa fundamental aún no ha sido comprobada. Al margen de las especulaciones científicas, me fascina la idea del Universo como una especie de sinfonía cósmica en la que galaxias, planetas y personas bailamos al compás de diminutos hilos que interpretan las notas musicales que van dando

forma a todos los componentes de la naturaleza, es decir, al material del que estamos hechos. Pero, ¿qué es la música?, ¿las palabras son capaces de describir los sonidos?, ¿se puede abordar la música desde la literatura? El crítico literario Walter Pater escribió en el ensayo “La Escuela de Giorgione” del libro El Renacimiento: estudios sobre arte y poesía que “todo arte aspira constantemente a la condición de la música”, pues en otros géneros artísticos es posible separar la forma del contenido –y el entendimiento lo hace siempre–, pero la intención general del arte se dirige a borrar esta separación. La música tiene un gran poder expresivo; las notas musicales están cargadas de significados, pero dichos significados son de naturaleza musical, no se pueden expresar con palabras, ya que es imposible asociar las combinaciones armónicas de sonidos y silencios con algo específico. El crítico de música austríaco Eduard Hanslick escribió en su libro The Beautiful in Music que la “música se significa en sí misma”, ya que es una lengua que podemos usar y entender, pero no podemos traducir. La literatura solamente

Título: La música, ese misterio Autor: Pablo Espinosa Editorial: Fondo Editorial Nuevo León / UANL Año: 2016 tiene la facultad de evocar la música, manifestar los estados de ánimo que ésta le provoca o sugerir las referencias culturales en torno a ella. Por lo anterior, resulta muy afortunada la publicación de La música, ese misterio de Pablo Espinosa, por la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Fondo Editorial Nuevo León, una obra que combina literatura y música de forma armónica, rítmica, melódica y apasionada. Este libro está dirigido al melómano común, ávido de nuevos sonidos o de volver a probar aquella música de la que nunca se sacia. Hay que aclarar que no es un tratado de musicología, ni un estudio académico aburrido o de difícil lectura, destinado a unos cuantos expertos. La música, ese misterio es una obra literaria, entretenida, muy disfrutable y bien documentada, que utiliza los


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recursos de la narrativa, la poesía, la crónica, la historia y la filosofía para acercar a los lectores a la música, protagonista de estos textos que aparecieron originalmente en la Revista de la Universidad de México, donde el autor colabora desde el 2008. Llama la atención la división de los textos en dos secciones: la primera que se titula “Escuchas” y está dedicada a la forma en que percibimos la música, y la segunda, “Voces”, dedicada a quienes la componen e interpretan; un acierto de los editores, ya que la primera sección sirve de preámbulo o preparación para la mejor comprensión y el disfrute de la segunda. En “Escuchas”, Pablo Espinosa enriquece a través de la literatura nuestra experiencia auditiva, con una serie de reseñas de libros que abordan el tema de la música: “La antesala de la música”, sobre El mundo del oído. El nacimiento de la música en la cultura, escrito por el poeta y músico catalán Ramón Andrés, el cual reflexiona sobre los procesos culturales del pensar acústico; “El misterio de la voz humana”, que aborda varias obras del escritor Pascal Quignard (este autor ejerce una gran influencia literaria en los textos de Pablo Espinosa): los libros La lección de música, Todas las mañanas del mundo, El salón Wurtemberg y Terrase à Rome, que tratan de la relación entre el gran violagambista francés Jean de Sainte-Colombe y su discípulo Marin Marais, así como los esfuerzos de este último por recuperar la voz; “De musicofilias y amusias”, reseña del libro Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro, del neurólogo Oliver Sacks, que nos comparte el impacto de la música en

la extraña psique de sus pacientes, así como de hombres y mujeres de diferentes épocas y países; y “La música en nuestras vidas”, a cerca del libro La música como discurso sonoro, del director de orquesta y ensayista Nikolaus Harnoncourt, cuya cuestión principal se centra en cuatro interrogantes: ¿qué significa la música en su vida?, ¿escucha usted música?, ¿de qué manera?, ¿qué es para usted la música? La sección “Escuchas” se complementa con tres ejercicios literarios en torno a la música: “La sonata del camino”, historia de carretera y diálogo juguetón entre el virtuoso Wolfgang Amadeus (“Volfi”) y su talentosa hermana Nannerl; “Escuchar, leer, soñar”, historias oníricas –para escuchar mientras soñamos, leer mientras dormimos– acompañadas de ligas a sitios de Internet con recomendaciones musicales; y “Música para el tránsito del alma”, que a partir de la pregunta ¿Cuántos réquiems hay? nos comparte anécdotas y reflexiones alrededor de las composiciones musicales para los servicios religiosos dedicados a los difuntos. En la sección “Voces” encontramos una selección de compositores e intérpretes, que puede funcionar como una guía musical, que abarca una gran variedad de periodos y estilos, desde el gótico, el renacimiento, el barroco, clasicismo, el romanticismo, el modernismo y la música contemporánea, hasta la música popular como el jazz, el bossa nova y el rock. Cada texto contiene una propuesta literaria definida, según las características del artista. De manera que, mientras nos adentramos en la lectura, nuestros sentidos experimentan las visiones musicales de la monja

medieval Hildegard von Bingen; el rescate de la música balcánica de miel y sangre; las escenas del matrimonio maniaco-depresivomusical de Robert Schumann y Clara Wieck; la reivindicación de la obra del inmortal compositor Anton Bruckner; el silencio del señor Sibelius; el humor del solitario Eric Satie; el triunvirato jazzístico formado por Bill Evans, Scott LaFaro y Paul Motian; el desapego budista de John Cage; la poesía de agua del bossa nova de Antonio Carlos Jobim; las divinas iluminaciones Messiaen; el corazón roto de Janis Joplin; los poetas vagabundos llamados Jimi Hendrix y Bob Dylan (en la Revista de la Universidad de México, No 97, del 2012, Pablo Espinosa ya había profetizado el texto del Acta del Jurado de la Academia Sueca: “por su visión clara, intensidad lírica y su capacidad para revelar la vida de una manera realista, y retratar un mundo cambiante, se otorga a Robert Zimmerman el Premio Nobel de Literatura”); el acariciado y maldito Led Zeppelin; el sutil Charlie Haden; la batuta democrática de Claudio Abbado; la rebeldía amorosa de Chico Buarque; los versos magnéticos de Leonard Cohen; el piano hiperbóreo de Bobo Stenson; el fluir vital de Meredith Monk; y el misterio angelical de la voz de Billie Holiday. Nuestra mente y cuerpo se transforman cuando experimentamos el inconfundible placer que provocan ciertos sonidos. Puede sonar como una obviedad, pero la mejor forma de comprender la música es escuchándola. Los relatos de La música, ese misterio están escritos para estimular nuestro sentido auditivo; todo un universo nos entra


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por el oído, cuya anatomía, según el poeta William Blake, se corresponde con una espiral sin fin que nos lleva hasta el último cielo; por tanto, se recomienda acompañar la lectura de este libro con la música de los compositores e intérpretes mencionados en sus páginas, como Erik Satie, Leonard Cohen, Hildegard von Bingen, Billie Holiday, John Cage y Bob Dylan, por mencionar algunos. En La música, ese misterio destaca la capacidad de Pablo Espinosa para narrar historias que trascienden la anécdota y revelan los misterios de la música, es decir, lo misterios de la condición humana. Pablo Espinosa, lejos de imponernos gustos o ideas estéticas, nos invita a abrir la mente y el corazón para gozar y compartir la música, que, como dijo Platón, entra por el cuerpo y se apodera del alma. Baste un ejemplo; en el texto “Claudio Abbado: el arte de la quironomia”, el director de orquesta italiano es nombrado titular de la Filarmónica de Berlín, en sustitución de Herbert Von Karajan, quien dirigió, con férrea disciplina germánica, la orquesta durante décadas; Abbado rompe con el sistema dictatorial y establece una dirección orquestal democrática, de colaboración con los músicos, a quienes les dice “Yo también me equivoco. Todos nos equivocamos. Lo más estúpido sería decir: lo sé todo. Instalarme en lo que digo, aunque sepa que no tengo la razón, porque soy la autoridad. Me perdería de las buenas ideas de los demás. En la vida, lo más importante es escuchar: escuchar a los otros, escuchar con los otros, escucharnos entre nosotros, escuchar música”. Armando Gerardo Santos Uruñuel

DIARIO 1930-1936 Para Aline Ferreira y Juliana Paiva Pio, exalumnas brasileñas.

L

a actividad de Alfonso Reyes en Brasil, luego de su presencia en Francia, España y Argentina, queda descrita por sí mismo en su Diario 19301936, vol. III de Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica, publicado en 2011 con el concurso de la Academia Mexicana de la Lengua, Colmex, Colnal, INBA, Capilla Alfonsina Benjamín Hill, UAM, UANL y UNAM. La edición, introducción, notas, apostillas biográficas, cronología e índice corrió a cargo del docenteinvestigador de la UNAM doctor Jorge Ruedas de la Serna. En este volumen III del Diario de Alfonso Reyes, Cuadernos 3, 4 y 5, se encuentra la casi cotidiana anotación de cuanto va sucediendo en Brasil, en México y en el mundo, pulso que va tomando el regiomontano universal. Para poder citar, analizar y comentar

Título: Diario 1930-1936 Autor: Alfonso Reyes Editorial: Colegio de Letras Mexicanas / Fondo de Cultura Económica Año: 2011

estos sucesos, se propone una arbitraria clasificación: la política internacional, la política en México, la política en Sudamérica, la comunidad diplomática y educativa, los acontecimientos sociales y culturales, las lecturas, la producción literaria, las noticias literarias, la comunidad literaria, los amigos brasileños, y lo íntimo y familiar, apoyados también en la cronología del ya citado Ruedas de la Serna. Política internacional Hay que advertir que la presencia de Reyes como embajador de México en Brasil coincide con los años previos a la segunda conflagración mundial. Cuando analizamos el trabajo literario de nuestro personaje, no se nos debe olvidar, igualmente, que su función era eminentemente diplomática


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y que su proyección literaria y cultural excedía, con mucho, las tareas propias de la embajada. Esto segundo era un plus, que se daba un poco en algunas embajadas de otros países en el mundo, pero que significaba a México por la calidad de su enviado. Como noticias internacionales, abdica el rey Alfonso XIII, de España (IV-14-31); “Roosevelt ha dicho ya en mil tonos que hay que dar carácter económico a la conferencia” (VIII-18-33); “Ayer, en Marsella, asesinado el rey de Yugoslavia y el ministro francés Louis Barthou” (X-1034); “Firmada la paz del Chaco ayer” (VI-14-35); “Prácticamente, ha comenzado la guerra, con las movilizaciones de Italia y Etiopía” (X-2-35); “Entran los italianos en Addis-Ababa” (V-5-36). Política en México “Renunció en pleno el gabinete mexicano. Aún no tengo noticias” (X-15-31); “En El Nacional del 31 [de] marzo encuentro que, al renunciar García Téllez al rectorado de la Universidad de México, los estudiantes dan sus candidatos, y mi nombre en primer lugar” (IV-25-32); “Hasta ahora nada puedo hacer, porque oficialmente no me han comunicado más que la renuncia del señor O[rtiz] Rubio, pero no la entrada del presidente sustituto Abelardo Rodríguez” (IX-332); “Escribí a Manuel Azaña, conducto de Amós Salvador, para saber si mis amigos de Madrid me ayudan en caso que yo quiera regresar de México a España” (XI19-32); “Recibo comunicación de Monterrey, 26 de febrero, 1933, el Comité Organizador de la Universidad de Nuevo León

me nombra miembro honorario” (IV-11-33); “Carta a Aarón Sáenz, declinando rectoría Universidad de Nuevo León” (VII-11-33); “El desastre de Tampico nos hizo ayer espontáneamente ceder un día de sueldos” (IX-27-33); “Recibo comunicación de la Universidad de Nuevo León, nombrándome doctor honoris causa de la misma el 6 de diciembre de 1933” (I-8-34); en el tren de Laredo a Monterrey, “acaban de quemar dos puentes”; aquí es recibido por familiares y amigos, como Eduardo Martínez Célis, Héctor González y Raúl Rangel Frías. “El Porvenir sólo dio hoy noticia de mi paso, para que los estudiantes no vinieran en masa (acaban de tener tiroteos y muertes con la policía y les han cerrado la universidad por el lío de la enseñanza socialista” (X-12-34); “Toma posesión sin novedad el presidente Lázaro Cárdenas” (XI30-34); “Portes Gil me comunica que puedo volver a mi cargo en el Brasil” (XII-27-34); “Estalla la prevista rencilla entre el general Calles y el presidente Cárdenas […] haciendo votos porque, esta vez al menos, se liquide esta cuestión sin sangre y en un terreno puramente político” (VI-17-35). Política en Sudamérica Reyes se consterna por la muerte de José Carlos Mariátegui (IV-2930); le toca la revolución en Brasil comandada por Getúlio Vargas, quien luego llegaría a la primera magistratura. Igualmente, conocer y difundir el traslado en mayo de 1932 de la legación mexicana de Perú a Panamá, acusada la primera de intervención en los asuntos internos del citado país; gestiones ante el gobierno de Brasil para

que Víctor Raúl Haya de la Torre no sea fusilado (X-24-30); “Los diarios publican ya la invitación del Uruguay a Chile para la Conferencia Panamericana de Montevideo, y la aceptación de Chile” (VIII-31-33); “El armisticio del Chaco se logró, cuando menos. Y la declaración de no intervención fue sobriamente impuesta por unanimidad a los Estados Unidos” (XII-19-33); firma de los protocolos de Leticia, conflicto entre Colombia y Perú (V-18-34); firma del nuevo convenio yanqui-cubano, “suprimiendo la enmienda Platt, aunque conservando por ahora la base naval del Caribe en Guantánamo” (V-29-34); cena en embajada para festejar al nuncio cardenal Benedetto Aloisi Masella (VI-29-34); “Asamblea elige presidente República Getúlio Vargas para cuatro años” (VII-17-34). Comunidad diplomática y educativa Se escribe o entrevista con Genaro Estrada, Rafael Fuentes, Murilio Mendez, Manuel Téllez, Vicente Lombardo Toledano, Julia Strong de Valdés Rodríguez, Moisés Sáenz, Alberto Pani, Alfonso de Rosenzweig Díaz, Aarón Sáenz, Francisco Castillo Nájera, Justo Sierra Casasús, José Manuel Puig Casauranc, Ramón P. de Negri. Acontecimientos sociales y culturales Aterriza en Río el Zeppelin (V-2530); pasan rumbo a Montevideo veinte futbolistas mexicanos (VI-27-30); encuentro con el comediante Bill Rogers (X-2232); apoyo para el proyecto de la Biblioteca Infantil Iberoamericana (III-23-34); conferencia en la Asociación Cristiana de Jóvenes


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(IV-4-34); almuerzo en el Club Rotario de Río (IV-13-34); conversación con Ramón Novarro, actor mexicano (IV-20-34); almuerzo a Ramón Novarro en el Club Botafogo, ofrecido por la Metro-Goldwyn-Mayer (VII12-34); invitación en el Palacio Guanabara para ver en familia un film de Joan Crawford (VIII-6-34); en tren a Saint Louis Missouri, “viene a bordo Fray Nano, Alejandro Aguilar Reyes, periodista que vino al base-ball con el séquito de Marte Gómez” (X-11-34); “Se nos murió mi madre a las 7:30 p.m.” (XII-6-34); conferencia sobre Lope de Vega (VIII-14-35); “Llegó anoche […] la estrella mexicana de cine Lupe Vélez que hoy sigue su viaje al sur” (VIII-23-35); “Jardín Botánico. Inauguro el dios Xochipilli, obsequio de México” (X-2-35); “Manuelita y yo salimos a primera hora de la tarde en auto para el Club Dos 200, para huir del carnaval” (II-21-36); “Anoche estrenó el circo mexicano Atayde” (V-9-36); en Radio Sociedad de Río de Jaineiro “dije una introducción para la audición mexicana de Pedro Vargas y Pepe Agüeros” (V-16-36); “Despido a Stravinsky, que vuelve con su hijo a Europa […]” (VI-13-36); “Ayer de mañana en el salón solemne de Itamaraty, con asistencia todos los altos funcionarios y algunos amigos invitados, Macedo Soares me entregó insignias y diploma de la Gran Cruz del Cruzeiro do Sul” (VI-27-36). Lecturas Durante estos seis años en Brasil, Reyes lee o relee a E. A. di Cavalcanti, Goethe, Lucien-Paul Thomas, José Ortega y Gasset,

René Char, Francisco Rodríguez Marín, Estanislao del Campo, Ernesto Quesada, Elvira Aldao de Díaz, C. J. Fuchs, Américo Castro, Alfred Coester, Louis Aragon, Karl Vossler, Leo Spitzer, Helmut Hatzfeld, Isabel FoulchéDelbosc, Jean Cassou, Paul Morand, Luc Durtain, Baltasar Gracián, L. Gautier-Vignal, N. Faret, José Toribio Medina, Luis de Góngora, Erasmo de Rotterdam, André Cresson, Bertand Rusell, Hans Reichenbach, Juan Ruiz de Alarcón. Producción literaria En Río, antigua capital de Brasil, Alfonso Reyes inicia sus Cartas fluminenses; aparecen ediciones o reediciones de libros, textos y poemas como: El testimonio de Juan Peña, Discurso por Virgilio, Cinco casi sonetos, A vuelta de correo, Tren de ondas, Horas de Burgos, La saeta, Los romances del río de enero, La caída, A la memoria de Güiraldes, La minuta, Yerbas tarahumaras, Hombre triste, Golfo de México; continúa sus trabajos sobre Mallarmé y Goethe. Noticias literarias Se incluye en este apartado algo de lo que llega a Reyes y es enviado por él mismo en este periodo, en lo que se refiere a libros, revistas y cuadernos literarios. Están, primeramente, los trece números de Monterrey, elaborados con tanto cariño y cuidado por don Alfonso, al igual que sus colaboraciones para periódicos y revistas como: La Nación, Atalaya, Contemporáneos, Sur, Universidad de México, Verbum, Héroe, El Nacional, Alfar, Lírica, Revista Brasileira, América Latina. Recibe: La Saeta, Hélice, El Porvenir, Barandal, Marianne, Crítica, Archeion, Lais.

Comunidad artística No pierde contacto con Amado Alonso, Pedro y Max Henríquez Ureña, Gilberto Owen, Leopoldo Marechal, Ramón Gómez de la Serna, Victoria Ocampo, Manuel Altolaguirre, Guillermo de Torre, Mariano Azuela, Eduardo Mallea, Ermilo Abreu Gómez, José Moreno Villa, Alfonso Taracena, Enrique Díez-Canedo, José Gorostiza, Martín Luis Guzmán, Eugenio d’ors, Mariano Picón-Salas, Bernardo Ortiz de Montellano, Xavier Icaza, Julio Torri, Agustín Loera y Chávez, Manuel Toussaint, Rafael Heliodoro Bravo, Julio Jiménez Rueda, Jaime Torres Bodet, Ángel Zárraga, Samuel Guy Inman, Ricardo Molinari, Baldomero Fernández, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Luis Martínez Serrano, Juana de Ibarbourou, José Vasconcelos, Daniel Cosío Villegas, Salvador Novo, Waldo Frank, Concha Meléndez, Carlos Barrera, José Juan Tablada, Antonio Castro Leal, Salvador Madariaga, Clarence Henry Haring, Amigos brasileños Tan larga estadía en Brasil, más lo que ya había acumulado Reyes en sus años previos de servicio diplomático, daría como resultado grandes amigos brasileños, con quienes continuaría trato y correspondencia. Ruedas de la Serna lista, entre otros, a Renato Almeida, Oswald de Andrade, Tristán de Athayde, Manuel Bandeira, Marguerite Barciano, Ronald de Carvalho, Felipe d’Oliveira, Ophelia do Nascimento, Paulo de Campos Porto, Cícero Dias, José Pereira de Graça Aranha, José Carlos de Macedo Soares, Cecília Meireles, Cándido Mendes


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de Almeida, Rui Ribeiro Couto, Augusto Federico Schmidt. Lo íntimo y familiar Si no fuera por este Diario, no nos enteraríamos de los afanes y preocupaciones de Reyes por su familia de Monterrey, por Manuelita su esposa y Alfonso su hijo. Y tampoco conoceríamos sus estados de ánimo, como cuando escribe: “Muchas veces tuve el deseo de dar a este diario toda mi intimidad” (IX-23-31); “Yo me muero de notitas. Quisiera, en un gran desperezo, organizar todo” (IX-25-31); “Qué inmensa soledad. Las amistades de aquí son muy agradables pero muy superficiales” (XII-14-31); “Fatiga y somnolencia por el trabajo de madrugada” (IV23-32); “Quisiera que te acuerdes siempre, mi Manuelita […]. Si muero antes que tú, quiero que mi hijo sepa que siempre viví orgulloso de ti y confortado por tu amor incomparable” (V-10-33); “¿Y este vacío inmenso, cómo llenarlo?” (IV15-34); “Se nos murió mi madre a las

armas y letras

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7:30 p.m.” (XII-6-34); “Gran tristeza y soledad” (VIII-31-35); “Buen ánimo, sobre el fondo de irredimible melancolía que es mi vida, y que nadie conoce” (XII-6-35); “Noche de soledad […]: lágrimas y duda. El cielo no se abre” (XII-23-35). Síntesis De la estancia de Alfonso Reyes en Brasil, que incluye su presencia en Santiago de Chile y Montevideo, Uruguay, faltó cubrir el periodo de junio de 1938 a febrero de 1939, lo que en el Diario se localiza como Cuaderno 7, ya en el tomo IV confiado a Alberto Enríquez Perea. Lo escrito por AR en enero 11 de 1939 resume su trabajo diplomático en este país: “Mi última noche en el Brasil. Cumplí la misión que se me confió: reconcilié con México al gobierno brasileño, que estaba muy lastimado, y abrí al petróleo mexicano el mercado de este país. Ante esto, desaparecen mis cuestiones personales”. Los Juegos Olímpicos celebrados en agosto de 2016 en Río de Janeiro

volvieron a poner en la noticia a este importante país latinoamericano, además de las ya tradicionales relaciones comerciales y culturales entre México y esta nación sudamericana. La obra diplomática, educativa y cultural de Alfonso Reyes siempre será tema de estudio, profundización y difusión. La presente esquematización del Diario III de Reyes puede servir a este efecto, con la idea de que el lector acuda al texto en cuestión. Posiblemente a causa del portugués, que aunque lengua romance no deja de tener sus diferencias y acentos con el castellano, México y Brasil no están lo suficientemente próximos social y culturalmente, pero el trabajo de Reyes en ese país puede ser un buen ejemplo de lo que logran las relaciones profesionales, más allá de los acuerdos políticos y comerciales. Así se entenderá que somos pueblos hermanos, con un largo camino andado y un firme destino común. José Roberto Mendirichaga

Letras por venir En nuestra próxima edición, Shen Haobo reflexiona en torno al movimiento de Poesía coloquial en China que rompió con décadas de conservadurismo en la literatura del país, y Ramón Díaz Eterovic aborda la novela policial reciente en Chile, entre otros ensayos, crítica, columnas, reseñas y selección de poesía y narrativa. Acompañarán nuestras páginas la obra de Deivid Rdz.


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Constelaciones de agua, música de las piedras, una oscura iluminación poética, un circo y el apocalipsis I Latitudes si los poetas de Nuevo León ganaran premios nacionales e internacionales, estuvieran traducidos a otros idiomas, o fueran incluidos en la antología general de la poesía mexicana? O mejor aún, ¿y si fueran publicados en editoriales de prestigio o tuvieran lectores? Las respuestas a estas preguntas afortunadamente ya no son ni un reto, ni parte de un pesimista diagnóstico, son una realidad. Es más, ya no son preguntas ni siquiera, son hechos, valga la redundancia, hechos de versos; porque la poesía nuevoleonesa está ya insertada en la tradición poética de México –con despuntes individuales si lo queremos ver objetivamente–, pero cuando se presenta como un conjunto de voces nos topamos siempre con agradables sorpresas. El caracol y la montaña. Poetas de Nuevo León en tierra chilena inaugura un experimento que le faltaba a la

¿Y

literatura regiomontana ¿Cómo se ve a la poesía del estado en otras latitudes, y cómo se lee? Cinco poetas y académicos chilenos revisan, leen y repasan la obra de cinco autores del estado. El puño cerrado que conforma este grupo es Carmen Alardín, Miguel Covarrubias, Guillermo Meléndez, Margarito Cuéllar y José Javier Villarreal. Todos ellos con obra y méritos suficientes, unos más conocidos que otros, unos más premiados que otros pero que son una muestra representativa, sino de una generación, sí como voces que conforman la historia de la poesía del estado. El autor intelectual de este proyecto es el poeta e investigador Jorge Luis Darcy, quien, consciente de que todavía hay muchas cosas que descubrir, expone a los autores y propone la construcción de un nuevo puente. Miren nada más qué atrevimiento el de Darcy al escoger un país con una po-

Título: El caracol y la montaña. Poetas de Nuevo León en tierra chilena Autor: Jorge Luis Darcy (coordinador) Editorial: CONARTE / Fundación Pablo Neruda Año: 2016.

tencia poética impresionante: Chile. Pero este reto se lee con optimismo, ya que la convivencia y el dialogo resultado de este experimento sin duda ha dotado desde ya, de más grandeza y contundencia a la poesía de Nuevo León. II Cordilleras, mesetas, cerros y colinas La poesía se lee de muchos modos. Aquí en este libro hay una lectura comprometida que otorga al lector goce por partida doble: la creación y la crítica, el conocimiento y el reconocimiento. Sin duda alguna este libro es una defensa del patrimonio escrito por los que “tienen la palabra”. Ser vistos y leídos desde otras latitudes es un redescubrimiento. El poco interés por nosotros mismos sufre un revés con este caracol del tamaño de una montaña; sufre un revés porque hay espejos que reflejan los paisajes que desde el interior de sí mismos, por malinchismo o porque nadie es profeta en su tierra, no nos permitimos observar. Este libro nos da la oportunidad de entrarle al toro por los versos y convertirnos en lectores que aprecian lo que se hace en casa. Viva la literatura regiomontana, viva la poesía nuevoleonesa. III Alardín se amotina con el tiempo para corporeizar nuestros ensueños Sergio Muñoz Arriagada destaca la presencia del agua como elemento


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en la poesía de Carmen Alardín, su derramamiento a través del lenguaje metaforizado en forma de barcos, de torrentes, de gotas, de ríos y de lágrimas. El agua es el origen. Una poética mayor se descubre en quien va más allá de los signos. Alardín, estudiada, leída, antologada, no es una poeta que tengamos que descubrir (en este caso los chilenos están descubriendo 5 voces, pero tal es la idea de este bien pensado libro). Una frase común con rumbos de infinito es una buena definición para su obra. Reflexión, comunicación y comunión con los oleajes que son las palabras, bien puestas y bien dispuestas a lo largo de su obra. IV Cuéllar sazona con lágrimas algunos recuerdos Jaime Quezada se ocupa de Margarito Cuéllar. Sin duda de los cinco el que más proyección internacional tiene. Cuéllar posee varias publicaciones en el extranjero (especialmente en América del Sur). La visión de Margarito se instala como primera visión, es decir descubrir las cosas y cantarlas, decirlas por primera vez, nombrarlas para que sean renombradas, sorprenderse y sorprendernos a los lectores, la poesía como acto de conducta. La poesía vuelta tiempo, señala su lector chileno, intensidad y altura con ese lenguaje conversacional que nos ha deleitado a quienes fungimos como sus lectores desde hace largo tiempo. V Covarrubias domestica a una pantera Enrique Morales atiende al maestro de este grupo, Miguel Covarrubias.

Hay algo salvaje que está encerrado, es una pantera, es un poema, y Covarrubias intuye el carácter destructivo de la bestia apaciguada por su confinamiento. La jaula es el espacio y el tiempo arrebatado a la naturaleza, el autor viejo lobo del desierto es un poeta que encara al mito y lo captura y se convierte en un traductor feroz que se amenaza a sí mismo mediante la mansedumbre doméstica del sueño. Covarrubias evita el mero esteticismo porque entiende nuestra animalidad. En el fondo, una aspiración, un diálogo que muy pocos se atreven a declarar, a cantar. El poeta ha deslumbrado a su lector andino que interpreta además como una forma completa de escritura a la edición (un proceso creador que en conjunto construye un todo). Quien domestica –al lenguaje, por ejemplo– saca cosas de su encierro y hace sentir al lector. VI Meléndez le escribe una carta a un árbol susurrante Juan Camerón repasa una buena parte de la bibliografía del poeta menos conocido de los cinco, Guillermo Meléndez, quien desde siempre nos hace dudar del poema y nos preguntamos insistentemente: ¿es magia o una operación matemática? Polizonte en el circo que, con amargura, narra su vida metaforizada en el triste espectáculo, la decepción vital como declaración de principios, Meléndez es un militante de la burla y la ironía lo que lo convierte en un rebelde que se confiesa y se retrata inventándose fotografías que nunca se tomaron. Poeta que siempre está escribiendo sus memorias, poeta siempre enloquecido, poeta con sabor a hiel que acepta que es un ruco ácido y que se reconoce como

predicador de esos que se burlan de esos que tararean boleros que todos nos sabemos. Cronista de la derrota de los malos recuerdos, escritor necesario el que te dice tus verdades o te las inventa, el que se integra mediante la escritura a ese absurdo que algunos llaman existencia. VII Villarreal compra en una tienda de la Patagonia un perro grande y viejo lleno de manías Carlos Henrickson, el más joven de los ensayistas chilenos convocados, opina sobre el más formal y técnico del grupo: José Javier Villarreal. Poeta de los que salta al vacío como modestia muestra de que existe una posibilidad de reconciliación y de comprensión íntima de lo real. Villarreal hace sus postulados desde la intuición, desde ese reino abismal, y ejerce la complicidad con el lector. ¿Por qué se complica en hacer ese viaje? Sencillamente porque es necesario ese caos. Entendemos que la invasión de José Javier al lenguaje va ordenando a las palabras y las cosas. No hay secretos. El poeta percibe el fin del mundo y el comienzo de otro, condiciona la existencia a lo pronunciado, porque sólo si se nombra existe ahí el poeta convencido de que lo es, convencido de que cumple. Y desde acá, desde el Árido Reino lo hemos entendido, y el mundo se expande quizá hasta la cordillera de los Andes, donde también han descubierto que la poesía es inevitable. VIII Carmen, Margarito, Miguel, Guillermo, José Javier, gracias por su poesía. Armando Alanís Pulido


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au tores

(Ciudad de México, 1972). Poeta, ensayista y editora. Ha publicado Borealis (FCE, 2016), La rebelión. (UANL, 2016), Anatomía del nudo. Obra reunida (2002-2015) (Conaculta, 2015), Nudo vortex (Literal, 2015) y Diorama (Amargord, España, 2013), entre otros. En 2015 recibió el Best Translated Book Award por su libro Diorama, en traducción de Anna Rosenwong. Obra suya ha sido traducida a más de siete idiomas y puede leerse/ verse/escucharse en: rocioceron.com. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Rocío Cerón.

Nury R. Melgarejo. Ilustradora. Licenciada en artes plásticas por la Universidad de las Américas Puebla. Su trabajo habla de lo cotidiano y de la pérdida. Ha aparecido en publicaciones nacionales como Tierra Adentro y S1NGULAR. Su trabajo también ha aparecido en editoriales extranjeras como Belly Kids y Carcanet Press. Así mismo ha colaborado en proyectos de poesía transdisciplinar junto con poetas y artistas como Rocío Cerón, Abraham Chavelas, Rubén Gil, Karen McCarthy Woolf, Johnny Payne, entre otros.

(Monterrey, 1975). Es Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades por la UAM Cuajimalpa. Crítica de arte, curadora e investigadora en arte contemporáneo. Ha colaborado en revistas como ArtNexus y Letras Libres. Es autora de El arte contemporáneo revisitado en Monterrey. Los mensajes del presente y del pasado nos llegan demasiado tarde (Conarte/UANL, 2011). Rocío Cárdenas Pacheco.

Josefa Orteg a. Es Maestra en Historia del Arte y Licenciada en Comunicación Social. Entre el 2007 y el 2012 fue curadora en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, desde 2012 es curadora de inSite / Casa Gallina, donde desde 2018 es Coordinadora general. Sus textos se han divulgado en publicaciones periódicas como las revistas Regeneración, ArtNexus, Código y Registro, entre otras. Ha impartido cursos en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, donde desde 2012 forma parte del Seminario Taller de Restauración de Obra Moderna y Contemporánea.

Mexicano, nació en McAllen, Texas. Es Licenciado en Artes Visuales. Realizó una Especialización en Artes en Darmstadt, Alemania. Obtuvo el grado de Maestría en Diseño de Información y ahora es pasante del Doctorado en Creación y Teorías de la Cultura por la UDLA. Es productor visual desde 1975 hasta la fecha (instalaciones, intervenciones, arte correo, autorretratos y otras actividades). Ha recibido reconocimientos y estímulos a la producción de Fonca y Conarte, y en 2003 obtuvo el Premio a las Artes UANL. Fue Maestro en la FAV, UANL hasta febrero de 2013. Ha publicado artículos (Armas y Letras, Movimiento Actual, El Porvenir, El Norte, entre otros) y dos libros en coautoría: Transferencias, convenciones y sim ulacros y 100 años a tr a vés de 100 artistas. Ha participado en conferencias, cursos y seminarios en MARCO, Museo Monterrey, Centro de las Artes de Nuevo León, Museo Carrillo Gil, etc.

Enrique Ruiz.

(Hidalgo, 1978). Artista multidisciplinario, actualmente se encuentra centrado en la improvisación audiovisual. Su trabajo ha sido presentado en el Museo Manuel Felguérez, Casa Vecina, Centro de Cultura Digital, Centro Cultural de España, Ex Teresa Arte Actual, Casa del Lago, MUCA, Laboratorio Arte Alameda, Museo Universitario del Chopo, Cuartel del Arte, Galería Leo Acosta, entre otros.

Rubén Gil.

Crítica de arte y Maestra en Filosofía por la UNAM, cuenta con una especialidad en impresión gráfica y grabado por la Scuola Internazionale di Grafica di Venezia. Ha trabajado por más de veinte años en el campo del diseño gráfico y editorial (impreso y digital). Es fundadora y directora editorial de la revista electrónica Réplica21 y ha publicado numerosos artículos sobre arte contemporáneo.

Gabriela Galindo.


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(Colombia/México). Poeta, diseñador, artista visual. Ha publicado Papel espejo (2000/2012), y Poesía es la política del inconsciente (2013/2015), entre otros libros. Una muestra de su trabajo se encuentra en futuromoncada.com y colectivoesteticaunisex.com Futuro Moncada.

Jennifer García Acevedo. (Medellín, 1995). Estudiante de Filología Hispánica de la Universidad de Antioquia. Ha participado en diferentes encuentros y festivales poéticos. Sus escritos han sido publicados en antologías, revistas y periódicos literarios. Nueva voz poética del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Es tallerista y fundadora del encuentro de poesía León de Greiff.

(Calarcá, Quindío, Colombia, 1946). Poeta, ensayista, editor y profesor universitario. Estudió Sociología en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, Colombia, y un doctorado en Literatura en la Universidad de Valladolid. Es profesor de la Licenciatura en Lengua y Literatura de la Universidad Autónoma de Chiapas. Ricardo Cuéllar Valencia.

(San Luis Potosí). Estudió periodismo y una maestría en artes en la UANL. En 2003 obtuvo el Premio de Poesía otorgado por Radio Francia Internacional. Su poemario más reciente es Las edades felices. Es editor, maestro universitario y colaborador en Grupo Milenio y la revista Nexos.

Margarito Cuéllar.

Efrén Ordoñez. Escritor y traductor. Fundador de la editorial Argonáutica. En 2017 la editorial Nitro Press publicó su primera novela, Humo, por la que obtuvo el Premio Nuevo León de Literatura 2014 bajo el título Ruinas (Conarte/Conaculta, 2015). Es autor de los libros Gris infierno (relatos, An.alfa.beta, 2014) y Tlacuache. Historia de una cola (libro infantil ilustrado, FCAS, 2015). Fue becario del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2017 y del Centro de Escritores de Nuevo León en 2013. Trabaja como traductor y escritor en su agencia Courier 12 Escritores. Es el traductor de Melville’s Beard/Las barbas de Melville, de Mark Haber, para la colección bilingüe Polifemo de Argonáutica.

(Durango, 1958.) Poeta, narrador, ensayista, editor y promotor cultural. Fue codirector de la revista Alforja, es coordinador general de Publicaciones de la Universidad Intercontinental y director general de la revista La Otra. Fue subdirector de Literatura, Artes Plásticas y Artes Escénicas, Director de Vinculación Cultural y Coordinador de Vinculación Cultural de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México, de 2001 a diciembre de 2005. Libros suyos han sido traducidos al francés, inglés, portugués e italiano.

José Ángel Leyva.

(Colombia, 1958) Poeta, traductor y ensayista. De sus trabajos de campo surgieron: Cuentos amazónicos (2005, 2007, 2014), Folktales of the Amazon (2008) y el documental The Trees Have a Mother (2007). Ha publicado los poemarios Baraja inicial (1996), Amazonía (2003, 2011), Sobre las cosas (2010), Historias del viento (2013), y Yakumama and Other Mythical Beings (2014). Es autor de Polen y escopetas (1997) un estudio sobre la poesía de “La Violencia” en Colombia. Juan Carlos Galeano.

Diego Mejía Prado. Biólogo por la Universidad Javeriana de Colombia donde combina estudios de laboratorio y de campo para analizar plantas de diversas regiones de Colombia y los Estados Unidos. Realiza estudios de doctorado en la Universidad Estatal de Florida relacionados con medio ambiente y ciencia, y las dinámicas entre conservación y extracción de recursos naturales en la región amazónica.

(Monterrey, 1985). Es editor, traductor y narrador. Colabora en la colección de poesía internacional El Oro de los Tigres publicada por la Capilla Alfonsina de la UANL. Ha ganado algunos certámenes de cuento y ha sido publicado en distintas antologías de literatura joven, así como en otras revistas de literatura. Como músico ha sido director del ensamble Nota de Amor de la UANL durante nueve años, obteniendo los reconocimientos más importantes en distintas competencias a nivel nacional.

Alfredo Iván Mata Noyola.


au tores

(Ciudad Victoria, 1976). Es autor de los libros Una habitación oscura (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas, 1997), La leona (UANL, 2000) y Yorick (Diáfora/ UANL, 2008). En 2012 fue becario del FONCA en la especialidad de Poesía.

Renato Tinajero.

(1970). Escritor, practicante y estudioso de la escritura digital. CNN México incluyó su cuenta de Twitter en una lista de las 140 mejores del país. Mantiene el sitio web: www. lashistorias.com.mx

Alberto Chimal.

Armando Santos. (Monterrey, Nuevo León, 1972).

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Primer lugar en Cuento en el Certamen de Literatura Universitaria UANL 2000. Ha colaborado en los periódicos Diario La Estrella, de Dallas, Texas; en los suplementos La Cultura en Occidente, del diario El Occidental de Guadalajara; y Flama, del periódico Vida Universitaria de la UANL, así como en El Grito. Trabaja como Secretario Técnico en la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL.

Eduardo Antonio Parra. (León, 1965). Narrador y ensayista. Por el relato breve Nadie los vio salir ganó el Premio de Cuento Juan Rulfo 2000. Fue becario de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation en 2001. Su libro más reciente es Desterrados (2013).

José Roberto Mendirichag a. (Monterrey, 1944). Maestro en Letras Españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Cultiva el ensayo y la biografía. Autor de La ideología en la obra de Ramón López Velarde (UANL), Aproximación a la crítica literaria (UDEM) y La flama en el tiempo (UANL). Ha enseñado Literatura Mexicana, a nivel de licenciatura y posgrado. Profesor emérito de la Universidad de Monterrey.

Jessica Nieto. (Monterrey, 1982). Editora, ensayis-

Armando Alanís Pulido.

ta y aspirante a calígrafa. Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en 2010. Ha publicado el libro Metal de la voz. Ensayos en torno a la escritura literaria (Ediciones Intempestivas, 2011).

(Monterrey 1969). Ha publicado 28 libros de poesía, entre ellos, Balacera (Tusquets, 2016). Es el fundador del movimiento Acción Poética.


A RT I STA S

(Pablo del Llano). (Monterrey, 1990). Ha expuesto en ciudades de México; Buenos Aires y Londres. En 2014 realizó una estancia en el Centro de las Artes de Guanajuato como parte del proyecto Urbanografías; y en 2015 en el Festival de Expresiones Urbanas y en la gira de arte urbano MXUK2015 en Londres.

Ácaro

(Monterrey, 1974). Mereció el Premio a las Artes UANL 2017, y en 2018 el Colegio Civil Centro Cultural Universitario UANL fue sede de “Operación de un vehículo para cambiar su rumbo”, exposición que recorre sus 20 años de trabajo artístico. Con un manejo del hiperrealismo y exploración en la lingüística y la fotografía, su obra es reconocida a nivel nacional e internacional.

forma parte del acervo de La Maison Rouge de París, el Museo del Barrio de Nueva York, y la colección de la editorial Art Newspaper Publishing de Londres, entre otras. En 2016, fue comisionado para desarrollar una iniciativa de arte y comunidad para InSite/ Casa Gallina, en la Ciudad de México. http://www. damianontiveros.com/

Adrián Procel.

Colectivo “Estética Unisex” (Lorena Estrada Quiroga y Futuro F. Moncada). Su trabajo aborda el análisis estético de su vida en familia, la dialéctica entre naturaleza y cultura y las relaciones de poder, a través de estrategias que vinculan el registro de procesos, el diálogo entre imágenes y la apropiación de archivos públicos. Sus proyectos se han presentado en México, Francia, España, Estados Unidos, Colombia, Brasil y Malasia. http://colectivoesteticaunisex.com/

(Monterrey, 1981). Obra suya se ha presentado en ciudades de México, Estados Unidos y España. Entre sus exposiciones individuales se encuentran “Accomplice” en el Adams Hall Gallery, Wheaton College, y “Accomplice II: Shared Practice” en Marshall McGearthy’s en Chicago, ambas en 2007; y en 2015, “Lago interior” en Galería Alternativa Once en Monterrey.

Gabriel Garza.

(La Paz, México, 1986). Premio Adquisición en la 6ª Bienal Sudcaliforniana de Artes Visuales en la categoría tridimensional 2012 y Seleccionado en la XVII Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen 2016. En 2015 recibió la beca Jóvenes Creadores del FONCA y el estímulo a la creación Financiarte de CONARTE, entre otras distinciones. http://ivanman020.wixsite.com/apruebayerror Iván Manríquez.

Colectivo Salazar

(Monterrey, 1982). Participó en “Transvoyeur Art Platform”, View Two Gallery en Liverpool 2006; “Fragmentos Sonoros V Muestra de Arte Sonoro Contemporáneo” en ExTeresa Arte Actual en Ciudad de México 2007; “Conceptos Transitables”, Polyforum Siqueiros, y “Órganos”, Galería TalCual, en Ciudad de México 2010, entre otros. Ha sido becaria de Producción Artística del FONECA 2007 y Residente T1 Medios Electrónicos TEP Conarte 2010.

(Monterrey, 1974). Ha representado a México en las principales ferias de arte contemporáneo en Europa, América y Asia. Su obra

(Monterrey, 1979). Ha participado en ferias internacionales en Colombia, Estados Unidos, España, Suiza, y China. Entre sus exposiciones individuales destacan “Un día entraron mil personas a mi tienda de campaña, entonces le prendí́ fuego con todas adentro”, Galería Enrique Guerrero, Ciudad de México 2010; y “101 Más Powerful Women (Forbes 2006)” en la Galería Enrique Guerrero, Ciudad de México 2007.

Jeimy Marisol Martínez.

(Lulú Nava y Maik Herrera). Ellos trabajan con las diferentes formas de digitalización de la vida cotidiana a través de recursos como las artes visuales, el diseño gráfico, la animación, el video mapping, la exploración del sonido y la luz, la escultura con impresión 3D, entre otros. Página web: http://laluchalibre.org/ Colectivo La lucha libre

(Ac He, Daniel Salazar y Roy Mtz). Generan piezas basadas en su interacción con diferentes materiales. Guiados por la espontaneidad de sus intereses y reflexiones, crean obras que van de lo efímero a lo perdurable, en instalaciones transitorias o de gran formato con un dominio muy preciso de la espacialidad.

Damián Ontiveros.

Jésica López “La Negra”.


A RT I STA S

Es una publicación que reúne las manifestaciones de arte en Monterrey, busca generar un registro constante y fidedigno en la publicación impresa sobre los nuevos artistas que habitan en este entorno y producen en esta temporalidad regiomontana. https://issuu.com/ feainternacional

Revista Fea Internacional.

becaria del programa Jóvenes Creadores del FONCA y obtuvo la residencia para artistas del Banff Centre for the Arts.

Mayra Silva.

(Monterrey). Seleccionada en la XVI Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen; en el Programa Fotografía Contemporánea 2011; en el concurso Nacional “Retratos de la Justicia” 2010. Ha realizado estudios enfocados a la conservación de fotografía y de negativos de placa seca, así como materiales y técnicas de montaje. Desde 2014 dirige el departamento de conservación de la fototeca de Nuevo León. http://salomefuentesflores.com/

(1970). Premio a las Artes UANL 2015. Su trabajo ha sido expuesto en México, Colombia, Polonia, Alemania entre otros. Ingresó al Sistema Nacional de Creadores de Arte con el proyecto ¿Cuál realidad? Seis visiones de la frontera sur, editado por la UANL 2016. http://www.marcelaquiroga.net/

(Ciudad de México, 1977). Ha expuesto su obra en México, Estados Unidos, Canadá́, Argentina, Brasil, Colombia, Puerto Rico, Venezuela, Alemania, Austria, España, Francia, Inglaterra y Suiza. Destacan sus exposiciones individuales “El Traje nuevo del Emperador” en la Galería Fernando Pradilla de Madrid y “El Príncipe” en el Museo de Bellas Artes de Santander. Pertenece al SNCA. http://salvadordiaz.com/

(Monterrey, 1978.) Ha expuesto en México, Francia, Argentina, Estados Unidos, España, Israel y Brasil. En 2008 obtuvo el Premio Adquisición en la Bienal Nacional Artemergente y la beca de Jóvenes Creadores del FONCA 2012-2013, entre otras distinciones.

Salomé Fuentes.

Salvador Díaz.

Marcela Quiroga.

(Monterrey, 1987.) Su trabajo se ha expuesto en diferentes recintos en México, Chile, Venezuela, Francia, Brasil, República Checa, España, Argentina, Chipre e Italia. Premio Nacional PERFORMAGIA 2009 y becaria de FINANCIARTE 2009-2010 y PECDA 2012-2013, entre otras distinciones. https://melissagarciaaguirre.weebly.com/

Samuel Cepeda. (Monterrey, 1977). Mediante el video, la fotografía, el sonido, herramientas digitales e Internet, realiza proyectos artísticos y contenido digital. Entre sus piezas destacan: Mediated Phenomenon (2015), Fuegos artificiales (2012) Taxidelia (2008-2011) y Los caminantes de las nubes (2010). http://samcepeda.com

Miguel Rodríguez Sepúlveda.

(Tampico, 1971). Su obra se ha exhibido en México, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre ellos, Arista Invitado del Museo Universitario Arte Contemporáneo MUAC, Ciudad de México 2018, y beca al apoyo de producción artística Prince Claus Foundation, Amsterdam 2009. https://www.miguelrodriguezsepulveda.com/

(Monterrey, 1978). Su trabajo fotográfico se ha presentado en México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Italia y España, etc. Realiza gestión, difusión y curaduría de exposiciones con artistas nacionales e internacionales como Aristeo Jiménez, George Poutachidis, Keith Danemiller, John Sevigny y Rafael del Río. http://sintitulonifecha. blogspot.com

Pilar de la Fuente. (Ciudad Juárez, 1972). Ha expuesto en diversos espacios culturales y museos en México, Estados Unidos, Francia, España, Inglaterra y China. Ha recibido, entre otros, los premios Adquisición de la Bienal de la Plástica Joven, Adquisición del Salón de la Gráfica de Arte AC. Fue

Yasodari Sánchez. (Monterrey, 1976). Seleccionada

Melissa García.

Ruth Rodríguez.

en la Bienal El Paso Texas-Cd. Juárez 2015; VII Bienal Nacional de Artes Yucatán 2015; Festival Internacional de Cine de Monterrey 2015; Arandu Muestra Latinoamericana de Cine Indígena y Comunitario, Buenos Aires 2016, entre otras distinciones.


SALOMÉ FUENTES FLORES / OTILIO / SERIE ESPACIOS PÚBLICOS, FOTOGRAFÍA ANÁLOGA / 2012 / duotono





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