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Educación a distancia. Cinco premisas para docentes de media superior
from Magisterio 90
Educación a distancia
Cinco premisas para docentes de media superior
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María Teresa Hernández Rodríguez Abiel Rodríguez Quintana
Centro de Bachillerato Tecnológico No. 2 “Lic. Carlos Pichardo” Tecámac, Estado de México
Introducción
En los últimos meses de 2020, el mundo ha enfrentado cambios significativos. El sistema educativo no fue la excepción, sufrió una alteración radical: tuvo que migrar de la enseñanza tradicional a la modalidad 3.0., es decir, a distancia. En este contexto, los docentes han tenido que hacer frente a nuevas tareas, adaptar, actualizar y perfeccionar su metodología de enseñanza; sin embargo, en la mayoría de los casos, se ha evidenciado la ausencia de conocimientos sobre sus principios fundamentales, lo cual los ha llevado a reflexionar sobre sus saberes, fortalezas y debilidades, para incorporarse a una educación efectiva.
La educación a distancia no sólo representa para los maestros un reto sino una oportunidad de contribuir a una sociedad más resiliente. Ellos tendrán que enfrentar acertadamente las demandas presentes y futuras que la educación globalizada implica y, a su vez, promover y fomentar en los estudiantes autonomía, autogestión de su proceso de aprendizaje, administración del tiempo y promoción de valores básicos para que los desarrollen en entornos virtuales y en la vida, como responsabilidad, honestidad, puntualidad y resolución de problemas (creatividad).
En este escrito se enuncian cinco premisas con la intención de que los docentes de educación media superior reflexionen y debatan sobre la necesidad de actualizar y cambiar el paradigma educativo, y que a partir de la praxis y visión formadora de las próximas generaciones planteen soluciones en función de los retos del futuro cercano.
Premisa 1. Los conceptos de la enseñanza y el aprendizaje deben describir la actualidad educativa
La educación enlaza principios filosóficos, sociológicos y pedagógicos, para describir los procesos de enseñanza y aprendizaje, los cuales han cambiado a raíz del evento pandémico que originó el covid-19; por ello, es vital el razonamiento de ambos conceptos.
Otrora, la enseñanza era concebida como el traspaso de los conocimientos valiosos para las generaciones jóvenes; la idea de valía del conocimiento perduraría por las condiciones propias de las épocas. De acuerdo con Thomas Kuhn (1971), la construcción del conocimiento podía durar no sólo décadas, sino siglos; su deconstrucción y análisis, otro tanto; su destrucción para la generación de nuevas vertientes no sólo tenía que vencer
el tiempo, también las resistencias de afianzadas comunidades científicas.
En la actualidad, ese largo camino de búsqueda del conocimiento tiene múltiples atajos a través de la tecnología: por internet, en su forma popular, y por aparatos y sistemas de análisis, mucho más veloces, acertados y eficientes, en su forma física y concreta, que provocan que el conocimiento sea dinámico y cambiante.
El aprendizaje deja de ser la adquisición de conocimientos y se transforma en el desarrollo y concatenación de habilidades que ayudan a discriminar los saberes reales, esenciales y útiles para que sigan su proceso de producción; sobre todo, deja de ser producto de una acción externa al individuo para volverse un acto consciente, volitivo, intencionado en el que quien aprende se vuelve el centro, porque se apropia de la dirección y avance de su proceso de aprendizaje.
Basta con visualizar ambos conceptos para subrayar las condiciones en las que ocurre la educación y las que dicta la realidad.
Premisa 2. El aprendizaje está en el individuo, no en la escuela
La escolarización del aprendizaje supone un espacio concreto, y casi exclusivo, donde ocurre el acto educativo formal; atiende a un acomodo de la población en edad escolar, que se define a partir de paradigmas teórico-metodológicos. Según Juliana Molina (2017), la escolarización de la educación se basa en una serie de supuestos que definen a qué edad una persona debe aprender, qué y cómo debe hacerlo; no obstante, la escolarización formaliza, avala, documenta, pero no asegura el aprendizaje. Por ejemplo, alguien puede tener un doctorado y no diferenciar “haya” de “haiga”.
Premisa 3. La categorización de los sistemas de educación permite construcciones didácticas adecuadas
Si el aprendizaje ocurre sólo en la persona con voluntad e intención, éstos son elementos suficientes que explican el porqué desde hace más de medio siglo se consolidó un sistema de educación a distancia (Solana, Cardiel y Bolaños, 2001), el cual reconoce la capacidad y necesidad del individuo para continuar su formación fuera del espacio áulico. En otras palabras, se trata de un sistema que ha enfrentado barreras socioculturales, dado que la idea de escuela se traduce como sinónimo de estudiar, y estudio, como aprendizaje (Zayas y Rodríguez, 2010).
En la tercera premisa se intenta comprender la categorización de la educación en México. La Ley General de Educación (2019) puntualiza tres modalidades: escolarizada, no escolarizada y mixta; así como tres sistemas de educación: escolarizado, abierto o mixto y a distancia. Conviene detenerse a mirar algunas de sus características:
• Sistema escolarizado: funciona en un espacio determinado; profesor y alumno son figuras con igual relevancia; la comunicación es sincrónica, facilita aclarar dudas de manera inmediata y dar retroalimentación cara a cara; la interacción es cotidiana en tiempo real; el docente marca el ritmo del aprendizaje, define la calendarización, actividades, materiales y evaluaciones, y la tecnología es un recurso opcional, no siempre disponible o accesible para los estudiantes (Zayas y Rodríguez, 2010). Por ejemplo: los planteles de los diferentes niveles educativos de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. • Sistema abierto o mixto: funciona poco tiempo en espacios determinados; el docente es un asesor
que aclara dudas y da retroalimentación en el espacio y horario destinados para la asesoría, a actividades propuestas en los materiales impresos o digitales; el alumno regula libremente el ritmo de su aprendizaje, en la mayoría de las ocasiones decide el momento de evaluación; la comunicación es sincrónica y asincrónica, la interacción asesor-alumno es eventual, pero cara a cara; la tecnología es utilizada como material de apoyo y consulta, o como medio para entregar actividades o aclarar dudas. Por ejemplo: la Universidad Abierta de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y los sistemas b-learning (García, 2018). • Sistema a distancia: existe una sede con espacios destinados para fines educativos; sin embargo, el hecho educativo también ocurre en un ambiente virtual de aprendizaje (AVA) donde se ubican materiales, recursos, actividades, instrumentos de evaluación, retroalimentación; el docente es experto en su área, por lo tanto define cuál es el conocimiento elemental que un estudiante debe fortalecer y profundizar por su cuenta en el área de estudio en cuestión; además diseña actividades en un lógica pragmática-significativa que le permitan al alumno adquirir conocimientos o habilidades. El profesor es un facilitador del aprendizaje, y el estudiante, el centro de éste, pero tiene que asumir una total participación y responsabilidad en su desarrollo, organización y tiempo; la comunicación es asincrónica la mayor parte del tiempo, a través de correo electrónico, foros, blogs, y si crónica con menor frecuencia, por medio de videoconferencias o chats; la interacción entre ambos nunca ocurre cara a cara. La tecnología es la base de la educación a distancia que combina el uso del hardware, software y acceso a internet (García, 2001).
Cada sistema tiene atributos diferentes, por ello el rol que desempeñan docentes y alumnos cambia en uno y otro. Los tres sistemas pueden coexistir en una institución educativa, pero funcionan de acuerdo con sus particularidades.
No obstante, debido al distanciamiento y confinamiento social de los últimos meses, para transitar de un sistema a otro se requiere conocer y asumir cada una de sus características. Premisa 4. La pedagogía conectivista de la educación a distancia admite la flexibilización del conocimiento
La pedagogía conectivista es la tercera generación de la pedagogía. George Siemens (2005) menciona que es el aprendizaje que se construye en redes de información, contactos y recursos que se aplican a problemas reales. De ahí que el aprendizaje conectivista se centra en la construcción y mantenimiento de las conexiones de red que están al día y son lo suficientemente flexibles para aplicarse a los problemas existentes y emergentes; así, este modelo reconoce de manera tajante que existe abundante información accesible, por lo que la tarea del docente consiste en lograr que los estudiantes sean capaces de encontrar y aplicar el conocimiento cuando y donde sea indispensable en la resolución de conflictos y hechos reales.
Por su parte, Stephen Downes (2007) establece:
En el fondo, el conectivismo es la tesis de que el conocimiento se distribuye a través de una red de conexiones, y por lo tanto que el aprendizaje consiste en la capacidad de construir y atravesar esas redes […] [Conectivismo] implica una pedagogía que: 1. Tiene por objeto describir las redes “exitosas” (como las identificadas por sus propiedades, que se caracterizan por la diversidad, la autonomía, la apertura y la conectividad) y 2. Busca describir las prácticas que generan este tipo de redes, tanto en el individuo como en la sociedad —que defino como el modelado y la demostración (por parte de un profesor)— y la práctica y la reflexión (por parte del alumno).
Con base en lo anterior, se puede considerar que la misión del docente en la formación a distancia consiste en proporcionar y acondicionar un ambiente de aprendizaje inicial, así como el contexto que reúne a los estudiantes. En este sentido, ayuda a que éstos construyan sus entornos de aprendizaje, donde puedan conectarse a redes exitosas y generen sus conocimientos de forma autónoma y sistemática. A partir de su metodología pedagógica, el docente deberá ser flexible con sus estudiantes, para que exploren las
diversas fuentes de información y descubran y disciernan entre conocimiento válido y útil para enfrentar los retos de su vida.
Premisa 5. El docente necesita evolucionar a la par de las TIC, para que pueda construir acertadamente el aprendizaje de sus alumnos, sin importar el entorno de aprendizaje
La educación a distancia ha dejado de ser una opción y se ha convertido en la opción para continuar la formación de las nuevas generaciones. El uso integral de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) implica un cambio en el modelo pedagógico tradicional, en función de las alteraciones sociales actuales. Dicha situación obliga a los docentes a modificar la enseñanza y aumentar la calidad pedagógica que demanda el diseño de actividades específicas y creativas, para lo cual se puede apoyar de todo tipo de recursos audiovisuales y textuales (propios de la educación a distancia); de esa variedad discriminará y seleccionará los recursos y materiales apropiados para que el alumno lleve a cabo un aprendizaje autónomo.
De acuerdo con Rocío Domínguez (2011), el profesor debe cubrir seis roles primordiales para la educación a distancia: organizador, facilitador, motivador, líder, coordinador y evaluador del aprendizaje. Asimismo, para llegar a cubrir esos roles, el docente debe apropiarse de las TIC y visualizarse como un ente que comparte conocimiento, un facilitador que ayuda a sus estudiantes a acercarse al conocimiento auténtico y útil para aprender a aprender.
Conclusiones
Hoy por hoy, no sólo en la educación media superior, sino en todos los niveles educativos, la práctica docente implica estar preparados para ejercerla de manera presencial y a distancia. Además, se requiere mantener resiliencia ante los procesos de cambio y evolución de la educación, y estimular un doble conocimiento didáctico y pedagógico que favorezca la adaptación del trabajo docente al escenario que se determine en el transcurso, como el que ahora estamos viviendo a raíz de la pandemia.
La adaptación al nuevo modelo pedagógico de educación a distancia se apoya en el profesor, quien deja de ser el poseedor del saber y se transforma en la figura clave para diseñar, seleccionar, planificar y evaluar las actividades de aprendizaje de los estudiantes. Mientras que éstos deben realizar su proceso de formación individual, para adquirir conocimientos y generar aprendizaje a través del cual puedan realizar habilidades y actitudes útiles a lo largo de la vida, ya sea de manera presencial o a distancia. La finalidad es formar ciudadanos competitivos y versados que puedan desenvolverse de forma exitosa en un contexto socioemocional y profesional productivo.
Como se ha visto en las cinco premisas, el maestro se enfrenta a un proceso adaptativo de la evolución de la educación con miras a hacer frente a los retos del futuro inmediato, como un medio para acercar los conocimientos y flexibilizar el proceso educativo.
Así, la educación tradicional que se encargaba de empapar de saberes a los estudiantes se tendrá que transformar en una educación autogestiva, es decir, en la que el maestro reconozca a los alumnos como seres libres y capaces de indagar y construir su conocimiento. Éstos pueden echar mano de la tecnología que les permite generar atajos para llegar a un auténtico conocimiento exitoso; pero al mismo tiempo dan paso al desarrollo y concatenación de habilidades que les facilitan discriminar el conocimiento real necesario y útil de aquella información que carezca de validez científica.
Referencias
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