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Bibliotecas normalistas, el caso del Estado de México

Bibliotecas normalistas,

el caso del Estado de México

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Cynthia Piña Quintana Erika Lucero Estrada Ruíz

Dirección de Fortalecimiento Profesional

Introducción

Durante décadas, las bibliotecas han sido concebidas como repositorios de conocimiento, lugares donde se encuentran libros ordenados en estantes. Con la llegada de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el rol de las bibliotecas y las formas tradicionales de búsqueda de información han cambiado radicalmente. La información es accesible para todos, en cualquier momento y espacio. En este contexto, las bibliotecas deben asumir el desafío de proporcionar a los usuarios las herramientas indispensables para obtener información precisa y acorde a sus necesidades.

La Dirección General de Educación Superior para el Magisterio (Dgesum) —antes Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE)— “tiene como uno de sus objetivos proporcionar a la comunidad normalista (directivos, docentes, administrativos, estudiantes e investigadores) herramientas suficientes para responder a las necesidades de la Sociedad de la Información y el Conocimiento” (DGESPE, 2019b, p. 1). Un medio para lograr tal fin son las bibliotecas, por ello hay que fortalecerlas y considerarlas espacios de fomento a la lectura e investigación y de generación de conocimientos, y evitar que sean sólo recintos de consulta.

Con la puesta en marcha de los proyectos de la Red Nacional de Bibliotecas de Escuelas Normales Públicas, las bibliotecas normalistas han adquirido proyección, un posicionamiento más firme y mayor acercamiento a su comunidad docente y estudiantil. No obstante, debido a las situaciones y necesidades que cada institución posee se enfrentan distintos retos, que poco a poco se han superado con éxito. Por esta razón, en las siguientes líneas se compartirán experiencias observadas en las escuelas normales respecto a la ejecución del proyecto Club de lectura normalista, las cuales se documentaron durante las visitas de seguimiento y acompañamiento a las bibliotecas de enero a marzo de 2020.

La situación actual de las bibliotecas normalistas del Estado de México

En el Estado de México existen 36 escuelas normales públicas, en las que se puede encontrar al menos una biblioteca especializada en pedagogía; brindan servicio a la comunidad estudiantil, docente y administrativa, así como a los usuarios de las escuelas anexas (desde nivel preescolar hasta media superior). Por ejemplo, en la Escuela Normal de Zumpango existe la Sala de Literatura Infantil y Juvenil “El cuaderno de Pancha” —creada en noviembre de 2018—, cuyo objetivo es ofrecer literatura a aquellos estudiantes que realizan su práctica docente en instituciones de educación básica (preescolar, primaria y secundaria); asimismo, atiende a los egresados de la misma escuela, coadyuva con herramientas literarias para la planeación de sus clases y contribuye al acercamiento de los libros a los niños y jóvenes.

A raíz de la aplicación de la Estrategia Nacional de Lectura fue necesario conocer la situación de las bibliotecas normalistas. Con base en la Guía para evaluar bibliotecas de instituciones de educación superior en la Dgesum (Conpab / IES citado en DGESPE, 2019b, p. 2), se realizó un diagnóstico, que fue una de las primeras acciones del Plan Anual de Trabajo 2019 de la Dirección de Fortalecimiento Profesional, de la Dirección de General de Educación Normal, para conocer las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de las bibliotecas normalistas.

Primero se realizó el levantamiento de datos de las 36 bibliotecas de las escuelas normales públicas en el Estado de México, a través de una entrevista a su respectivo encargado. Para ello se consideraron 36 preguntas, agrupadas en seis ámbitos:

Biblioteca de la Escuela Normal de Tlalnepantla.

1. Información general / administración 2. Acervo / colecciones 3. Servicios 4. Usuarios 5. Recursos humanos 6. Infraestructura

A partir de esta información y demás datos recabados durante las visitas a cada una de las bibliotecas normalistas por el personal de la Dirección de Fortalecimiento Profesional se obtuvo una perspectiva general de la situación actual.

De manera breve, se puede decir que hay una carencia latente de capacitación y actualización del personal encargado de las bibliotecas; la movilidad constante de éste dificulta las tareas y la elaboración del plan general de trabajo y, en consecuencia, se desconocen las acciones proyectadas para la biblioteca; falta de seguimiento a éstas, e impacto mínimo en la formación personal y profesional de los estudiantes.

Si bien las bibliotecas se rigen por un reglamento que orienta los trámites y servicios, también requieren de un manual de procedimientos que sirva para capacitar al personal de nuevo ingreso y, al mismo tiempo, evitar subjetividades en los procesos.

Por otra parte, no todas las bibliotecas tienen las mejores condiciones para ofrecer sus servicios; sin embargo, gran parte de ellas cuenta con infraestructura que les permite ofrecer el servicio básico, además poseen una gran cantidad de materiales que conforman su acervo y colecciones.

Se debe poner atención a los sistemas automatizados para la catalogación de los materiales, pues la mayoría de las bibliotecas no posee un software especializado; mientras que las que sí lo tienen no cuentan con actualizaciones y carecen del equipo de cómputo que soporte la paquetería. Igual de importante es revisar el sistema de clasificación de las bibliotecas; aunque muchas coinciden con el método Dewey, algunas no siguen ninguna de las normas internacionales reconocidas para la clasificación bibliográfica. Ante tal escenario, es esencial contar con sistemas que automaticen las estadísticas de uso de los servicios en las bibliotecas, pues en la mayoría se hace de manera manual y sólo se toma en cuenta el número de usuarios y no la consulta al acervo.

Varias bibliotecas manejan estantería cerrada. Se nota cierto temor de los responsables cuando abren la estantería para los estudiantes, pues éstos pueden incurrir en algún tipo de plagio en los trabajos finales de investigación. Tal situación limita a los estudiantes, quienes no pueden elegir más materiales que los que el docente o bibliotecario recomiendan. Por otro lado, la infraestructura tampoco contribuye a tener un sistema abierto.

Red Nacional de Bibliotecas de Escuelas Normales Públicas en el Estado de México

La Estrategia Nacional de Lectura permea todos los niveles educativos del país. En la educación normal se refleja mediante el programa Red Nacional de Bibliotecas de Escuelas Normales Públicas, creado por la Dgesum cuyo propósito es “generar estrategias para la vinculación de las bibliotecas de las escuelas normales públicas en México, a fin de optimizar los recursos de infraestructura, materiales, financieros y humanos” (DGESPE, 2019b, p. 2). La red plantea diferentes acciones para el diagnóstico de las bibliotecas, la capacitación, actualización y profesionalización tanto del personal bibliotecario como de la comunidad normalista. Asimismo, sugiere espacios digitales para establecer vinculación entre las bibliotecas y difundir documentos con aporte científico, pedagógico, metodológico o de innovación, por medio de sus diferentes proyectos: 1. Doce estrategias para las bibliotecas de las escuelas normales 2. Papelino 3. Club de lectura normalista 4. Repositorio nacional de tesis 5. Leer para la vida en los estados 6. Capacitación, actualización y profesionalización del personal bibliotecario 7. Pre-textos

En la entidad mexiquense, el programa lo coordina la Dirección de Fortalecimiento Profesional. Desde 2019 se organizó un plan general para dar seguimiento a los proyectos que integran el programa en las 36 bibliotecas normalistas, mediante reuniones bimestrales con responsables de las bibliotecas, visitas a cada una de ellas y sesiones de capacitación.

Por el momento, no se están llevando a cabo todos los proyectos debido a la especificidad de la temporalidad o porque las condiciones financieras y humanas no lo han permitido. En las siguientes líneas se abordará la ejecución, el seguimiento y algunos resultados del Club de lectura normalista, por ser uno de los proyectos que más ha impactado en la comunidad estudiantil y porque se opera en las bibliotecas, por ello se tiene más información.

Club de lectura normalista: soluciones a los desafíos

Por varios años las líneas de trabajo no fueron precisas para las bibliotecas normalistas, de ahí que cada una tuviera sus propias nociones y criterios sobre el servicio que debían dar respecto a necesidades, recursos (humanos y materiales) y prioridades. En este ambiente, el funcionamiento de los clubes estuvo impregnado de desconcierto e incertidumbre.

El Club de lectura está dirigido a los estudiantes normalistas, sin importar la edad o semestre; su finalidad: “promover la lectura como una actividad gozosa y revitalizar las bibliotecas” (DGESPE, 2019a, p. 1). Lo integran de cuatro a 25 personas y está a cargo de un docente responsable, quien sesiona una vez a la semana en el horario establecido por el grupo.

El interés de los estudiantes fue favorable, tanto que desde el inicio (noviembre de 2019) se conformaron 43 clubes, con un total de 797 estudiantes de las 36 bibliotecas normalistas. Cinco meses después ya eran 46 clubes activos y en algunas escuelas ha incrementado el número de participantes.

La determinación de las instituciones por captar el interés de los alumnos hacia la lectura se refleja de diversas maneras. Por ejemplo, la Escuela Normal de Tejupilco ha concedido algunos privilegios a los integrantes del club de lectura, como escuchar música mientras trabajan en la biblioteca, acceso abierto al acervo bibliográfico y un periodo más largo para el préstamo del material. Hecho que ha provocado que muchos estudiantes demanden la creación de otro club para integrarse. Mientras que la Escuela Normal de Teotihuacan, donde se imparte la licenciatura en educación secundaria con especialidad en español, ha optado porque las lecturas sean libres, acordes al gusto de los estudiantes. Esto ha traído consecuencias positivas en las prácticas que realizan los jóvenes en las escuelas de educación básica, pues varios de ellos han incorporado lecturas que han provocado interés. El docente responsable del club ha enfocado las sesiones al desarrollo de la expresión oral, que ha derivado en la creación de textos propios; acción que se suma a lograr las competencias del perfil de egreso de los futuros docentes. Y es que la lectura tiene grandes ventajas: ayuda a la compresión de textos; mejora la gramática, el vocabulario y la escritura; estimula el razonamiento y la memoria; fomenta la capacidad del pensamiento crítico y la confianza a la hora de hablar; contribuye a explorar nuevos mundos y mejorar la imaginación; favorece la concentración, y previene el estrés.

Alumnos del Club de Lectura “Teotihuacanos Leyendo”, de la Escuela Normal de Teotihuacan.

Alumnos del Club de Lectura “Gregorio Torres Quintero”, de la Escuela Normal de Naucalpan.

La constancia de las actividades de los clubes de lectura ha permitido que los estudiantes creen comunidad entre ellos, compartan no sólo lazos de amistad, sino un espacio donde viertan opiniones distintas, enmarcadas en el respeto, la tolerancia y el entendimiento. “Tal vez somos diferentes. No nos gustan las mismas cosas, pero coincidimos en nuestro gusto por la lectura”,1 palabras de una estudiante que se muestra alegre, dedicada y entregada a las actividades que realizan en cada reunión.

1 Integrante del Club de Lectura Teotihuacanos Leyendo, de la Escuela Normal de Teotihuacan.

Otra experiencia afortunada se encuentra en la Escuela Normal de Naucalpan. En una entrevista,2 el director de la institución comentó que durante la sesión dedicada a la poesía se percató de que uno de sus estudiantes (tímido e introvertido) eligió un libro que contenía canciones de rap. Esto generó interés en sus compañeros, pues el tema salía de las propuestas convencionales; la reacción positiva del grupo agradó mucho al estudiante, cuyo comportamiento empezó a ser más abierto, más participativo, aumentó su confianza, ya que se encontró en un espacio libre de críticas destructivas y juicios.

Los docentes responsables de los clubes manifiestan que sus alumnos han mostrado una parte muy personal que no imaginaron conocer. En tanto que los alumnos han estrechado lazos, han conocido los gustos e intereses de sus docentes, se sienten más identificados y, en consecuencia, responden mucho mejor a las actividades.

Tales ejemplos demuestran que la lectura en grupo crea vínculos y ayuda a conectar con otras personas ya sea por afinidad de lecturas, emociones o conocimientos. Aparte, se produce un ambiente saludable ante la diversidad de opiniones y preferencias.

Por desgracia, las experiencias no siempre han sido positivas. Antes de ciertos resultados satisfactorios, el caos y la angustia llegó a los docentes responsables de los clubes, pues se encontraron frente a situaciones nuevas y con pocas herramientas respecto a la difusión y fomento de la lectura. Entre ellas, el poco conocimiento de estrategias, debido a que los responsables no han recibido capacitación en este rubro. Por consiguiente, la Dirección de Fortalecimiento Profesional gestionó una capacitación sobre el tema, a cargo de la maestra Rosa Estela Ramírez Infante, de la Escuela Normal de Zumpango, experta en el tema de fomento a la lectura y fundadora de la Sala de Literatura Infantil y Juvenil “El cuaderno de Pancha”.

Otra capacitación que recibieron los responsables de bibliotecas fue el taller Pre-textos3 impartido

2 Visita de seguimiento a la biblioteca realizada el 20 de enero de 2020. 3 “Pre-textos aprovecha las artes y la neurociencia para convertir los textos en invitaciones para crear algo nuevo y para expresar los sentimientos en el proceso […] Pre-textos parte del reto creativo” (Universidad de Harvard, 2019). por la doctora Mary Carmen Gómez Albarrán, directora de la Dirección de Fortalecimiento Profesional y enlace estatal de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, como una estrategia más para el fomento de la lectura. A su vez, los bibliotecarios debían desarrollar las actividades aprendidas en sus clubes de lectura.

Una dificultad importante fue el horario de los estudiantes interesados, pues no coincidía con el del club, así que éste tenía pocos asistentes. Para resolver tal inconveniente, en el primer semestre de 2020, algunas escuelas normales (Texcoco, Capulhuac y Santiago Tianguistenco) consideraron el club de lectura como oficial, es decir, formó parte de las actividades extracurriculares.

En este ambiente se percibe interés y apoyo de las autoridades educativas hacia los proyectos que se operan desde las bibliotecas, con lo cual se realza tanto el espacio como el quehacer del bibliotecario.

Desafíos y proyectos a futuro en la red de bibliotecas

Con la práctica de los proyectos de la red, la mirada se centró en las bibliotecas y sus necesidades. De las visitas a las 36 bibliotecas normalistas han surgido peticiones para atenderlas en varias áreas (personal a cargo, herramientas tecnológicas, vinculación con docentes), por lo que surgen las siguientes ideas de acción.

Al apostar por tener el nivel de las bibliotecas universitarias, es primordial que el acervo físico esté al alcance de los usuarios —en la medida de lo posible—, con el fin de que ellos elijan entre un sinnúmero de materiales la información que requieren. Esto contribuye a que los estudiantes se hagan más libres y autónomos en la construcción de su conocimiento y, al mismo tiempo, que la biblioteca no se limite sólo a la consulta del material elegido por los docentes.

Por otra parte, el acervo digital juega un rol muy importante en la nueva era de las bibliotecas, pues la información de libre acceso acorta las distancias geográficas y temporales. Al respecto, es vital crear una plataforma con recursos digitales especializados en pedagogía, disponible para la comunidad

Capacitación del taller Pre-textos, impartido a los encargados de las bibliotecas de las escuelas normales públicas del Estado de México.

Alumnos de la Escuela Normal No. 1 de Toluca.

Alumnos de la Escuela Normal de Cuautitlán Izcalli. normalista. Una biblioteca virtual normalista ayudaría a facilitar el acceso a la bibliografía y ampliar ésta, así como mejorar el servicio de aquellas bibliotecas que tienen ejemplares únicos y no se prestan a domicilio. Por supuesto, esto demanda la inversión en infraestructura tecnológica, capacitación del personal operativo y compra de libros electrónicos.

Es sustancial que los responsables de biblioteca estén capacitados y actualizados. La Sala de Literatura Infantil y Juvenil “El cuaderno de Pancha” es un modelo indiscutible para lograrlo, pues tiene un convenio con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) para promocionar la lectura, a través de asesorías, talleres, cursos y diplomados; además, sus acciones están enfocadas a la capacitación y certificación de docentes en formación o egresados interesados en convertirse en promotores de lectura. En este marco, los responsables de las bibliotecas deben aprovechar este tipo de convenios para contribuir a su profesionalización.

Por último, el encuentro entre responsables de bibliotecas debe ser constante, ya que el aprendizaje entre pares propicia el diálogo y se comparten dificultades y soluciones, lo cual, indudablemente, ayuda a construir una red bibliotecaria más consolidada, informada y con mayor impacto en la comunidad normalista. De ahí la relevancia de formar comunidad y fortalecer las relaciones laborales.

Referencias

DGESPE (Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación) (2019a), Clubes de lectura en las bibliotecas de las escuelas normales, México:

DGESPE, disponible en: https://www.dgespe.sep.gob. mx/redbibliotecas [fecha de consulta: 26 de marzo de 2020]. (2019b), Red Nacional de Bibliotecas de Escuelas

Normales Públicas. Dirección General de Educación

Superior para Profesionales de la Educación, México:

DGESPE, disponible en: https://www.dgespe.sep.gob. mx/redbibliotecas [fecha de consulta: 25 de marzo de 2020]. Universidad de Harvard (2019), Pre-textos. Manual para facilitadores, disponible en: http://www.pre-texts.org/ [fecha de consulta: 30 de marzo de 2020].

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