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rebaño de cría ..................................... Pág.8 y
de la ración) o algún afrecho de oleaginosas. En su defecto, bloques a base de urea y melaza con mezcla vitamínica y mineral pueden mejorar la eficiencia de utilización de estos forrajes toscos. En general, las vacas adultas en buena condición con un pastoreo deficiente, pueden mantener su peso entre el destete y el parto con unos 4 kg de paja de avena adicionales a la pradera natural de invierno.
Para vaquillas preñadas y vacas en condición delgada una mezcla de paja con heno (50% + 50%), alguna grano de cereal, grano de cereal y, en algunas situaciones, un suplemento proteico pueden ser útiles para proporcionar una ración equilibrada.
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La calidad nutricional de la paja puede variar mucho. La paja de arvejas, lentejas, lupino o raps generalmente contiene más proteína que una paja de cereal (avena, cebada o trigo). Es necesario analizar las pajas en laboratorio para establecer su calidad nutricional y decidir la necesidad de complementación. Es importante generar una mezcla que proporcione al menos un 10 % de proteína total para asegurar un adecuado funcionamiento del rumen y estimular el consumo de materia seca.
3. Suplementación
Energética
En líneas generales la suplementación energética (granos de cereales) reduce el consumo de forraje, debido a que el alto contenido de almidón de los granos causa depresión en el consumo de forraje y en la digestibilidad del mismo. Una suplementación cercana al 0,4% del peso vivo es un límite seguro para el contenido de granos que debe suministrarse a animales que se encuentran en pastoreo, a fin de minimizar los efectos negativos sobre el aprovechamiento del forraje. La energía requerida por una vaquilla o por una vaca a inicios de lactancia, es mayor al aporte que realiza la pastura aún cuando el contenido de proteína de la misma no sea deficitario. En estos casos, el animal debería recibir un suplemento energético (granos), o bien ser cambiado de potrero hacia una pastura con mayor disponibilidad. El nivel nutricional preparto (sobre todo de energía), es el factor que causa el mayor impacto en el retorno de la vaca a la actividad cíclica después del parto.
4. Suplementación Proteica
La proteína puede ser limitante en dietas en base a forrajes, debido a que se trata de un parámetro de calidad requerido tanto por los microorganismos del rumen como por el rumiante mismo. Las deficiencias de proteína en la dieta generan disminución del crecimiento y de la eficiencia de la alimentación, anorexia, infertilidad, reducción del peso del ternero al nacimiento y reducción en la producción de leche. Estos síntomas no sólo son producidos por el bajo contenido de forraje en la dieta, sino también por una disminución en el consumo provocada por el déficit de proteína en la misma, lo que altera los niveles de consumo de energía y de todos los demás nutrientes. La adición en la dieta de suplementos con un contenido alto de proteína, genera incrementos en el consumo de forraje, ya que permite una mayor digestión del mismo y por lo tanto una tasa de pasaje mayor a través del rumen. Cuando se utilizan forrajes de bajo contenido proteico (menor al 8%), estos efectos se hacen aún más notorios con la adición de suplementos naturales (nitrógeno proteico) como la harina de soja, torta de raps o afrecho de maravilla, que cuando se utiliza urea (nitrógeno no proteico).
Mineral, vitamina y sal
La mayoría de los programas de alimentación de invierno para vacas requieren minerales suplementarios, vitaminas y sal. Una sal mineral fortificada con selenio debe estar a libre disposición Si las raciones son principalmente leguminosas o heno de leguminosas mixtas, la ración debe complementarse con un suplemento mineral que contenga partes iguales de calcio y fósforo.
La suplementación de sal y minerales mejora el consumo de alimentos. Si la dieta contiene principalmente forraje verde, ensilaje o mezcla de paja y cereales, la ración debe complementarse con un mineral que contenga dos partes de calcio y una de fósforo. Después del parto, se debería suplementar un corrector mineral con partes iguales de calcio y fósforo. Si se está administrando un grano, se debiera mezclar las suplementación de sales y vitaminas con el grano para asegurar el consumo de las mismas. Las vitaminas A, D y E son vitaminas solubles en grasa esenciales. Los animales requieren vitaminas para metabolizar y utilizar nutrientes, así como para iniciar y controlar los procesos metabólicos. Las plantas jóvenes que crecen activamente proporcionan vitaminas A, D y E cuando son consumidas por los rumiantes. A medida que el forraje madura, los niveles de vitamina primero aumentan, luego disminuyen y finalmente caen a cero por lo que es necesario incorporar vitaminas ADE en la mezcla de sales y minerales cuando la pradera contiene más de 50 % de material senescente.
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