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Manejo y determinación de franja diaria de pastoreo
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La pradera constituye la base de la alimentación del rumiante y puede llegar a cubrir las necesidades de nutrientes diaria que requiere el animal. Sin embargo, la producción de la pradera tiene una curva estacional carac-terística, concentrando su mayor productividad y calidad, en los meses de primavera. Además, la calidad en términos nutricionales, varía de acuerdo a los componentes de la estructura de las plantas. Así, las hojas son el componente de mayor valor, con una digestibilidad cercana al 80% y le siguen los tallos y posteriormente, el material senescente o muerto. La digestibilidad del alimento se refiere a la proporción del alimento que es absorbida en el tracto digestivo del animal, y por ende, no es excretada en las heces.
Por esta razón, la recomendación general, es realizar el pastoreo cuando la pradera se encuentra en estado vegetativo (con una mayor proporción de hojas) y mantener esta condición a través de la frecuencia del pastoreo. Otro aspecto a considerar, es la tasa de crecimiento diaria, que varía según la estación del año, siendo las más altas, cercanas a 70 kg de materia seca (MS) por hectárea (Cuadro 1) en praderas sembradas de secano y buen manejo de la fertilización.
Lo anterior hace necesario planificar el control del pastoreo manteniendo una frecuencia de pastoreo variable según la época del año, siendo más frecuentes en la primavera debido a la alta tasa de rebrote de las plantas. Tanto la tasa de crecimiento como la frecuencia del pastoreo pueden variar si la pradera es regada, favoreciendo un mayor crecimiento, en especial en el verano. Generalmente, los estudios de pastoreo realizados experimentalmente, indican que la disponibilidad de ingreso a un potrero debiera ser cercana a los 2.500 kg de MS/ha (aproximadamente una altura entre 15 a 20 cm). De igual forma, la salida de los animales del potrero es recomendable hacerla cuando el residuo no sea inferior a 1.200 kg MS/ha o una altura de 5 cm. Con una intensidad de pastoreo como la indicada, se favorece mantener los puntos de crecimiento de la planta activos y además, el posterior rebrote y persistencia futura de la pradera, evitando el sobrepastoreo.
Desde el punto de vista del animal, hay que considerar que el consumo diario de materia seca, se acerca al 2,5% del peso vivo y a ello hay que agregar la eficiencia del pastoreo, ya que el animal en el potrero no sólo realiza el consumo de materia seca, sino además, ejerce un impacto en la misma a través del pisoteo y sus deyecciones, limitando la disponibilidad de materia seca del potrero. Una eficiencia de 75% es considerada adecuada y debe incluirse al determinar las necesidades diarias del animal. Para efectos de determinar la franja diaria de pastoreo, se tomará como ejemplo el pastoreo en primavera, en Octubre, por 30 novillos de carne de pesos iniciales de 400 kg (Cuadro 2).
Franja y pastoreo en cultivo suplementario
Dentro de los cultivos suplementarios más comunes para uso por rumiantes, se encuentran la col forrajera y el nabo. Ambos son utilizados en pastoreo por su alta aceptabilidad y contenido de nutrientes, principalmente energía. Sin embargo, el consumo se restringe por motivos digestivos, a un máximo del 30% de la MS diaria requerida por el animal. En estos casos, para decidir la franja, por ejemplo, para una vaca overo negro de 550 kg, el consumo potencial serán 13,8 kg MS/día (550 x 0,025). De estos 4,1 kg MS (13,8 x 0,3) corresponderían al consumo diario del forraje suplementario. Como un cultivo suplementario como los indicados, puede tener un 15% MS (son voluminosos, con mucha agua), entonces, para consumir 4,1 kg MS, el animal debiera tener acceso a 27,3 kg (4,1/0,15) diarios del cultivo tal como ofrecido. Por tanto una forma de determinar la franja es definir cuantos kilos de forraje verde hay en 1 m2 y dependiendo del largo y ancho del potrero (normalmente restringido con cerco eléctrico), se pueden determinar los metros cuadrados requeridos diariamente por cada animal y para el rebaño. En general, el pastoreo se intensificará en la época de crecimiento de la pradera y de esta forma, será en los meses de primavera donde este manejo se intensificará y requerirá de una mayor planificación. Mientras más cerca de la primavera, las frecuencias entre pastoreos serán más rápidas, cada 15-20 días para volver al mismo potrero, mientras que en el invierno y verano, las frecuencias serán más distantes, cada 30-50 días y en la medida que la humedad en el potrero lo permita para que el ingreso de los animales no lo dañen. Finalmente, considerar que como en la primavera-verano, el crecimiento de la pradera excede los requerimientos del animal, es necesario recurrir a la conservación del forraje y para ello, se recomienda reservar entre un 35 a 45% de la superficie previo al corte para maximizar el pastoreo y manejo de la superficie bajo praderas.
Adrián Catrileo S., MSc, PhD Esc. Medicina Veterinaria Universidad Mayor Sede Temuco