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El retorno del rey. Una mesa redonda con tres referentes

Pablo Grehan en una pastura del Tambo de Scoffield en Pedro Luro, junto al Ing. Nicolás Valdez, y John Scoffield.

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El retorno del Rey ESPECIAL FESTUCA

Rompiendo mitos y prejuicios, la Festuca recupera protagonismo en los planteos lecheros de alta producción, y no sólo en lotes de menor calidad sino acompañando la alfalfa en los mejores. Una mesa redonda con tres referentes –Martín Bigliardi, Pablo Grehan y Nicolás Pasman–, para esclarecer y entender mejor esta tendencia de los últimos años.

Aunque se desconoce la fecha exacta de su introducción desde Europa a los EE.UU., es en 1940 que surge su importancia como forraje con la aparición de los cultivares Kentucky 31 y Alta en las estaciones experimentales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en Kentucky y Oregón respectivamente. El uso de la Festuca como forraje permitió expandir la zona de producción hacia el centro de los EE.UU., donde se constituyó en la forrajera más destacada con más de 14 millones de hectáreas en ese momento. En nuestro país hasta mediados de los 50 aún no era muy conocida. Pero a partir de los 60 comienza a difundirse aceleradamente especialmente con su consociación con la alfalfa que otorgaba un gran aporte durante el otoño y el invierno, con una gran seguridad de producción debido a su

amplia adaptación. Así se constituyó en la forrajera más importante en la zona oeste bonaerense, y otras zonas como el sur de Santa Fe y centro sur de Córdoba. Sin embargo, la aparición de claros síntomas de toxicidad –pérdidas de peso, asoleamientos, rengueras, trastornos digestivos, necrosis, etc–, llegando incluso en algunos casos a la mortandad de hacienda, despertó tal estado de alarma que se terminaron arando pasturas y se dejó de utilizar la especie por mucho tiempo. La Festuca fue languideciendo durante un par de décadas en medio de miedos, prejuicios y la falta de respuestas desde lo académico. Pero todo cambia. La aparición de nuevos cultivares, un mayor conocimiento de su fisiología, la intensificación de los sistemas, el cambio climático que generó pérdidas de lotes, entre otros elementos, permiten escribir una nueva página en la historia de esta especia forrajera. Para comprender mejor este nuevo escenario convocamos a tres referentes de Festuca en el país referentes –Martín Bigliardi del área de Desarrollo de Gentos, Pablo Grehan, gerente de Forrajeras de Semillas Picasso; y Nicolás Pasman de Biscayart–para que respondan a los principales interrogantes.

–¿Qué ocurrió en el pasado para que se dejara de usar? –Pablo Grehan: La festuca fue muy difundida en los 70 a través del Plan Balcarce de Desarrollo Ganadero impulsado por el INTA que buscó difundir la siembra de pasturas en ambientes complicados donde la alfalfa no persistía. Lo que no se sabía en ese momento era la presencia del hongo endófito que vive en el interior de la especie (Neothypodium coenophialum) y que produce una simbiosis con la planta dándole una gran resistencia a enfermedades, insectos y sequía. El problema era que además produce alcaloides tóxicos para los herbívoros que genera una patología conocida como “Festucosis”. Esto provocó una gran caída en su consumo en los 80 y la mala fama que todavía perdura en muchos ganaderos. Con el tiempo fue reemplazada en las mezclas por Falaris, Pasto Ovillo, Rye Grass perenne o Cebadilla perenne. Pero ninguna pudo replicar la persistencia de la Festuca en los ambientes de suelos pesados con excesos temporarios de humedad. –Nicolás Pasman: La disminución en el uso de la festuca en planteos ganaderos con altos requerimientos, en nuestra opinión se debió a dos factores principales. Por un lado, como decía Pablo por la presencia del hongo que produce Festucosis y por otro lado, por el potencial de producción y la calidad de los cultivares antiguos, especialmente durante la primavera que es donde los cultivares nuevos más destacan su potencial. Posiblemente también en determinadas zonas agroclimáticas fue reemplazada por raigrasses perenne y en algunos planteos por anuales de muy buena calidad y potencial. –Martín Bigliardi: Coincido principalmente con Pablo en que es una especie muy adaptada, la que más persiste, la más estable ante condiciones adversas tanto sequía, como encharcamiento e insectos. Siempre fue muy productiva, inclusive la original –la Kentucky 31–, traída en el plan Balcarce. Sin embargo, la festucosis y el mal concepto de manejo histórico hicieron que no fuera la especie más recomendada para pastoreos sobre todo de rodeos de alta producción. Asimismo, la utilización de genética algo atrasada en cuanto a la calidad de los materiales produjo un retroceso en su uso.

–¿Qué está pasando ahora? ¿Por qué está volviendo? –P.G.: Con el avance del mejoramiento genético se trabajó en variedades nuevas que son libres del hongo endófito y mantienen las características de resistencia a enfermedades, alta producción de pasto y persistencia. Como el hongo solo se trasmite por semilla estas nuevas variedades volvieron a cubrir el área que antes tenía la Festuca con endófito. Además se fueron obteniendo variedades que se adaptan a planteos de alta productividad, aprovechando su excelente calidad forrajera en otoño, invierno y primavera, pero también su adaptación al manejo de pastoreo rotativo y alta respuesta en cantidad y calidad a la consociación con leguminosas. –N.P.: Así es. La aparición de nuevos cultivares con altos potenciales de producción de pasto, mayor calidad y libres de Festucosis hicieron que, poco a poco, la opinión formada respecto a los cultivares antiguos cambiara. Esta situación sumada a que en los últimos años en las cuencas lecheras existieron períodos de muchas precipitaciones –condición no favorable para la alfalfa– hicieron que poco a poco la festuca vuelva a ser una opción viable para los tambos. También el hecho no menor que en tambos donde el pasto juega un rol importante, la combinación de festuca con leguminosas potencia la producción de materia seca. –M.B.: Hubo varios factores. Por un lado que haya garantías de festuca libre de festucosis. Por el otro la introducción de genética de calidad, la primera siendo la festuca Advance traída de Nueva Zelandia hace más de veinte años y hoy reemplazada por materiales de calidad seleccionados localmente. Este hecho modificó el concepto de lo que eran las festucas. Al mejorar la genética de los materiales también se la manejó mejor, generando un círculo

Es para destacar las ventajas ambientales que tiene la consociación Alfalfa con Festuca. “Es muy importante a tener en cuenta para el futuro lo amigable que es esta mezcla. La gramínea hace uso del Nitrógeno, además de generar muy buenas raíces en cabellera y consumir excesos de agua y de Nitrógeno que favorecen a la alfalfa. Por otro lado, esta última al estar casi pura en el verano puede expresarse al máximo produciendo mucho volumen de calidad y fijando N. Esto le da más sustentabilidad y resiliencia a los sistemas”, señala Martín Bigliardi de Gentos. SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL

virtuoso que potenció el consumo de materia seca, algo fundamental para mejorar el resultado productivo en los sistemas. El otro factor importante que permitió su reincorporación en los tambos fue el aumento de carga, ya que la condición fundamental para mantener la calidad es que se la maneje en forma intensiva, con pastoreos frecuentes sobre todo en primavera.

–¿En qué condiciones agroecológicas de lotes está participando las festucas? –P.G.: El avance genético en las variedades la ha potenciado en cuanto a su adaptación a las diferentes áreas agroecológicas. El límite sería las zonas de precipitación menores a 500 mm anuales y suelos medanosos ácidos. En el resto de las áreas se puede usar. Lo importante es buscar la variedad que más se adapta a cada zona, la consociación con otras especies otras gramíneas, leguminosas y herbáceas, y el correcto manejo del pastoreo para que pueda expresar todo su potencial. La persistencia de esta especie en la pastura depende del cuidado de la cobertura del suelo en verano: los macollos se mueren con temperaturas de suelo mayores a 35ºC por lo que los pastoreos a partir de mediados de diciembre y enero tienen que prever una mayor cobertura y buen remanente en la pastura. –N.P.: La festuca tiene ventajas comparativas respecto a la alfalfa en suelos de inferior calidad. Se adapta mejor a suelos menos profundos, con mayor retención hídrica y tolera niveles de napa elevados. Además tiene menores requerimientos de Fósforo que la alfalfa y las leguminosas en general. La festuca puede ser utilizada en zonas donde la agricultura es marginal, aun produciendo cantidad y calidad de pasto para sistemas ganaderos de altos requerimientos. –M.B.: Es la gramínea templada más versátil, salvo en bajos salinos alcalinos. Incluso en climas más secos, los materiales mediterráneos sobreviven bien en veranos complicados gracias a su latencia. El origen de estos materiales es del norte de África. Los cultivares mediterráneos, además de sobrevivir bien en veranos cálidos y secos, concentran su producción en otoño-invierno. Gracias a la enorme variabilidad genética de la especie se la puede usar en lomas agrícolas acompañando a la alfalfa, como así también en media-lomas y bajos con leguminosas y otras especies como por ejemplo Achicoria. Esto muestra que no todas las Festucas se comportan de la misma manera y que existen en el mercado opciones para diferentes ambientes. Existen materiales seleccionados principalmente por su gran capacidad de macollaje y cober

Martín Bigliardi Gentos

“LAS MEDITERRÁNEAS ADEMÁS DE SOBREVIVIR BIEN A LOS VERANOS CONCENTRAN SU PRODUCCIÓN EN OTOÑO

INVIERNO. GRACIAS A ESTE DIFERENCIAL PRODUCTIVO EN LA

ESTACIÓN MÁS FRÍA SE PUEDE USAR EN LOMAS AGRÍCOLAS ACOMPAÑANDO A LA ALFALFA

COMO EN MEDIA-LOMAS.”

tura de suelo donde se busca mejorar y estabilizar ambientes bajos tanto en oferta, calidad de pasto y posibilidad de pastoreo. En definitiva, el abanico de opciones es amplio.

–¿Cómo es su combinación con la alfalfa? –P.G.: Con la alfalfa se combina bien, siempre y cuando se tengan bien en claro que la alfalfa es de producción primavero-estival. Su persistencia y rebrote está ligado a las reservas acumuladas en la corona de la alfalfa que necesita un manejo de pastoreo intenso con períodos de descanso largos. En primavera entra en conflicto con la festuca porque es la etapa en que

si se pasa mucho se encaña y pierde calidad. Si en esta época se maneja la mezcla solo mirando que la festuca no encañe se perjudica la persistencia de la alfalfa y en pocos años queda una pastura con poca alfalfa. Para evitar esto hay que hacer un manejo planificado del pastoreo respetando los descansos que necesita la alfalfa. –N.P.: En los tan diversos sistemas de producción que nos plantea la actividad lechera y dependiendo el ambiente, la Festuca es una muy buena opción para consociar con alfalfa, especialmente a mi entender en lotes donde se puede esperar que haya pérdidas de plantas durante la vida de la pastura y esperamos que la festuca cubra esos espacios. De todos modos es muy importante prestarle atención al manejo de la pastura consociada y buscar el balance entre intensidad y frecuencia de pastoreo entre ambas especies, tratando de no favorecer una en detrimento de la otra. –M.B.: Para una correcta combinación de ambas especies, lo ideal es utilizar alfalfas con algo de latencia invernal –aquellas de grupos 6 y 7–, junto a una mediterránea. Estas variedades pueden duplicar el crecimiento invernal respecto a las continentales. Este hecho, sumado a la latencia de estas festucas en verano, permite una adecuada complementariedad de ciclos. Así, durante la primavera tardía y el verano tendríamos solamente un crecimiento activo de la alfalfa. Mientras que durante el otoño tardío y el invierno se expresaría todo el potencial de la mediterránea y la alfalfa permanecería en reposo. Es bueno recordar que incrementar la frecuencia de pastoreo de la alfalfa durante la primavera –ingresar a comer en ocho nudos–, no afecta la persistencia de la especie y se adapta perfectamente al manejo de la festuca. Lo que sí es fundamental es dejar que se “pase” la alfalfa a partir de febrero con buenas condiciones ambientales para que pueda recargar las reservas de raíz y corona (dejar que llegue a 12-13 nudos como mínimo). En el caso de consociar con continentales, existe mayor competencia porque los ciclos de crecimiento se superponen. En esta situación es común que termine ganando una u otra especie según sea el manejo y las condiciones ambientales.

–¿Cuáles son los rasgos que más se destacan de los cultivares que es están usando? –P.G.: Tenemos hoy en el mercado dos tipos de festucas, las de origen continental o norte de Europa y las mediterráneas. Las primeras son originarias de zonas frías con lluvias todo el año y crecen durante todo el año. Las mediterráneas son de zonas cálidas con veranos secos y entran en latencia en verano lo que les permite persistir en este período para volver a rebrotar en el otoño cuando aparecen las primeras lluvias. Las continentales nuevas han mejorado mucho su producción de invierno y la calidad de forraje buscando mantener alta la calidad la mayor parte del año. Todos los mejoramientos se hacen buscando tener una floración concentrada y poca post floración, o sea que los macollos una vez inducidos florezcan en el menor tiempo posible así una vez pastoreados o cortados en esa etapa no vuelven a generar tallos reproductivos por lo que mantienen mejor la calidad. –N.P.: Hay una amplia gama de nuevas opciones que permiten que los productores puedan elegir la mejor Festuca para su ambiente. Tenemos nuevos cultivares que presentan hojas más flexibles, con altos potenciales de producción de materia seca, con buenas respuestas a la fertilización y al manejo. Hay variedades que tienen mayor adaptabilidad a suelos inferiores sin perder calidad y/o potencial.

Nicolás Pasman Biscayart:

“HAY UNA AMPLIA GAMA DE NUEVAS OPCIONES QUE PERMITEN

QUE ELEGIR LA MEJOR PARA SU AMBIENTE. TENEMOS NUEVOS CULTIVARES QUE PRESENTAN

HOJAS MÁS FLEXIBLES, CON ALTOS POTENCIALES

DE PRODUCCIÓN Y BUENAS RESPUESTAS A LA FERTILIZACIÓN Y AL MANEJO.”

–M.B.: Dentro de nuestro programa de mejoramiento buscamos que cada material pueda expresar sus características más deseables según el ambiente al que se apunte. En aquellas de calidad o lecheras, se destacan la elevada producción de materia seca, una alta preferencia animal y excelente calidad forrajera. Las nuevas Festucas tienen un potencial productivo y de calidad superior a lo que se conocía en la década del 80. De hecho, existe evidencia científica comparando festucas con rye grass perennes en sistemas de Nueva Zelandia, donde luego de más de cuatro años se observó una mayor producción de leche por hectárea, sin afectar a la producción

Dependiendo el manejo, las nuevas festucas compiten en calidad con el Rye Grass perenne, considerada una de las de mayor calidad forrajera entre las gramíneas. “Una pastura de Festuca en estado vegetativo puede alcanzas valores de digestibilidad de la materia seca de 70 a 75%, con contenidos de proteínas (PB) superiores al 15% y de fibra detergente neutro (FDN) de 50%. Con estos parámetros se puede obtener ganancias de peso entre 700 a 1.000 gramos por día en invernada y conversiones de un kilo de materia seca por 1,1 litros de leche”, destaca Pablo Grehan de Picasso CALIDAD SIMILAR AL RYE GRASS

individual. La razón detrás de esto fue el incremento de la producción de Festuca durante el verano cuando el Rye grass produce muy poco, y la mayor estabilidad frente a los vaivenes climáticos. De todos modos hay que tener muy en cuenta el ambiente. La amplia variabilidad genética de la especie permite que existan también Festucas “rústicas” que, si bien no son los materiales de mayor calidad, permiten producir más forraje y de mayor calidad que otros materiales en esos ambientes.

–¿Qué recomendaciones hay que hacer para que su utilización en vacas de alta producción sea útil? –M.B.: En tambo es clave manejarla con altas cargas y alta frecuencia de pastoreo. Hay que cuidar que el remanente no baje de 5 a 7 cm durante el otoño y en verano mantener cobertura

Pablo Grehan Picasso

“SU PERSISTENCIA DEPENDE DEL CUIDADO DE LA COBERTURA DEL SUELO EN VERANO: LOS

MACOLLOS MUEREN CON

TEMPERATURAS DE SUELO MAYORES A 35ºC POR LO QUE LOS PASTOREOS A PARTIR DE

MEDIADOS DE DICIEMBRE Y ENERO TIENEN QUE PREVER UNA

MAYOR COBERTURA Y BUEN REMANENTE.”

verde. Estamos hablando de alturas de más de diez centímetros de remanente. Además es importante no ingresar al lote con más de tres mil kilos de materia seca por ha. Si entramos por encima de ese nivel aumenta mucho el desperdicio. En general dos veces por año hay que “resetearla” –a principios de marzo y agosto–, haciendo un pastoreo súper intenso para que los rebrotes siguientes sean de mayor calidad. Con el pastoreo intenso cercano a principios de agosto –variable según fecha de floración– se logra también el control temprano de la floración bajando el número de varas florales y mejorando la calidad ofrecida, a la vez que aumenta la persistencia futura de la pastura. También es importante una desmalezada post floración. Si fuera con segadora mejor. Es bueno estar atentos a la oferta de pasto en primavera y cuando ésta nos empieza a pasar, para lo cual es ideal medir la tasa de crecimiento, destinar con tiempo una superficie para reservas de buena calidad y además se mejora el manejo y consumo del resto del área. –P.G.: Para que la Festuca cumpla un rol importante en la mezcla hay que tener en cuenta que la planta necesita ser pastoreada en forma rotativa con alta carga instantánea, donde los tiempos de ocupación de la parcela no sean mayores a tres días aunque lo ideal es parcela diaria para evitar que las vacas coman los rebrotes. Es clave dejar un remanente verde entre 5 y 12 cm dependiendo el momento del año; respetar los tiempos de recuperación de las plantas que va a variar en las distintas épocas usando el corte post pastoreo en primavera para evitar la pérdida de calidad por encañado; comer bien abajo en otoño para favorecer el macollaje y evitar la acumulación de material muerto proveniente del verano. –N.P.: La profesionalización en el manejo de la festuca, a veces priorizando su utilización como complemento de otros alimentos, es fundamental para lograr mayores producciones por hectárea. Es fundamental aprovechar los momentos en que las gramíneas aportan el máximo de materia seca combinado con la calidad. Hay que estar atentos al número de hojas producidos por los macollos para no desperdiciar producción de pasto. Al mismo tiempo conocer bien la distribución de producción de cada variedad como para suplementar en los momentos que haga falta. n

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