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Hoja de ruta exitosa. Repasamos junto al Ing. Agr. Gabriel

SIN REMANENTE. “Algunos productores nos comentan que realizando pastoreos directos donde el animal es más selectivo, terminan comiendo “hasta abajo”, aún al 10 o 15 por ciento de floración, dejando muy poco remanente.”

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Hoja de ruta exitosa Repasamos junto al Ing. Agr. Gabriel Kie”er, el camino crítico para la siembra de alfalfa. Una actualización de lo qué está pasando con los nuevos materiales transgénicos. ALFALFA

El coronavirus no detiene los planes de siembra de la Alfalfa. Al igual que la campaña de reservas forrajeras a través de henos o silos, su exitosa implantación es clave en muchas cuencas para sustentar la productividad de los sistemas, aún los más intensivos. Frente a la importante inversión que significa su siembra buscamos actualizar la hoja de ruta de su implantación –los puntos clave a tener en cuenta –, con el Ing. Agr. Gabriel Kie¸er. Pero también aprovechar para hablar con este especialista, de las nuevas innovaciones genéticas en materia de variedades. “El éxito de una buena implantación lo podemos medir logrando un stand inicial de entre 280 a 350 plantas por metro cuadrado”, asegura el responsable técnico de Agvance-Alfalfas WL. “Para lograr un buen alfalfar debemos realizar todos los pasos correctamente, con la misma sensibilidad que utilizamos en la agricultura. Luego con un buen manejo podemos esperar una longevidad por lo menos de cuatro años de la pastura. De lo contrario las perspectivas de buena persistencia y niveles de producción no serán las óptimas”.

–¿Cómo podemos ser exitosos en su implantación? ¿Cuáles serían las claves? –Hay varios factores que son básicos como la elección del antecesor, el control de malezas y la fertilización. Su importancia viene quedando demostrada con los años. Todo comienza con una programación de rotación de siembras de pasturas dentro de nuestro campo y si es mixto también con la agricultura. El objetivo es brindar el antecesor adecuado como puede ser un verdeo de verano o invierno. Otras opciones tienen sus ventajas y sus problemas. En el caso de un maíz de silaje o cosecha tenemos que tener en cuenta el volumen de rastrojo que queda, por lo que se debería pensar en la confección de rollos con este material o el pastoreo del mismo con vacas secas u otras categorías o eventualmente de incorporarlo en caso de labranza convencional. En el caso de la soja, el problema no es el volumen de rastrojo sino la presencia de las enfermedades de fin de ciclo, donde los agentes de estas enfermedades pueden sobrevivir en los rastrojos. Una vez definido el antecesor, el segundo paso es llevar adelante un buen barbecho químico para ayudar a que la alfalfa –que es de lenta implantación–, pueda arrancar sin competencia de malezas que en el suelo juegan de local y están mejor adaptadas a ese ambiente. Junto al control de malezas, no hay que olvidar el análisis de suelo para poder a través de la fertilización, cubrir las deficiencias del suelo en aquellos nutrientes que pueden condicionar la productividad y calidad de forraje, su persistencia y velocidad de rebrote. En este sentido el Fósforo juega un papel importante en un establecimiento exitoso y un buen desarrollo de las raíces, al igual que el Potasio, el Calcio para la fijación de nitrógeno, y el Azufre.

SIEMPRE MAS CALIDAD EN TODO EL CICLO

Un ensayo realizado en el campo experimental de Forage Genetics en Marcos Juárez, Córdoba, comparó a lo largo de dos años, la digestibilidad de la fibra (dFDN) y el contenido de lignina (Fibra Digestible Acida, FDA) en dos momentos del ciclo –pre botón floral y 10% de floración –, para una alfalfa Harvxtra y una convencional. “Comparando una alfalfa convencional en pre botón floral versus la Harvxtra al 10% de floración, se obtenía un 7% mejor de digestibilidad y un 11% menos de contenido de lignina”, afirma Gabriel Kie”er. “Por ende, siempre vamos a tener mayor calidad y menos lignina en todo el ciclo del cultivo, lo que repercute en mayor productividad en nuestro ganado, ya sea en litros de leche o aumento de peso vivo”.

–¿Cómo juega la fecha de siembra en el éxito de una alfalfa? –Primero antes que nada, hay que tener en cuenta que las alfalfas modernas tienen mejor resistencia al frío. Por lo tanto, si no están dadas las condiciones no nos apuremos a sembrar en las fechas históricas que siempre hemos considerado como puede ser el período de mediados de marzo a finales de abril. En la actualidad es más importante que la fecha, que el lote tenga la humedad adecuada en todo el perfil del suelo para obtener buenos logros. No hay inconveniente por ejemplo en sembrarlo a lo largo de todo el mes de mayo.

–Llevamos la sembradora al lote, ¿qué consejos podrías dar para lograr la mejor implantación? –Considerando que entramos a un lote uniforme –clave para que los cuerpos de la sembradora trabajen de manera similar independientemente de que sea en directa o convencional–, es esencial cuidar la profundidad de siembra: semilla por debajo de los dos centímetros es planta no lograda. En relación a la distancia entre surcos lo ideal es hacerlo entre 17 o 17,5 centímetros. Si es mayor un buen consejo es evaluar la posibilidad de la siembra doble cruzada considerando que la velocidad de la máquina no debe superar los cuatro kilómetros por hora.

ENTRANDO 7 DIAS MAS TARDE Una estrategia para buscar rendimiento, calidad y persistencia.

Con los nuevos materiales, se plantea la posibilidad de retrasar 7 días promedio en todos los aprovechamientos del cultivo versus las alfalfas convencionales en pre botón floral. “El uso de esta tecnología genera muchas ventajas. Postergando una semana el aprovechamiento a lo largo del año vamos a tener un ahorro en dos cortes o desmalezadas ya que en lugar de tener 8 ó 9 aprovechamientos por año en una alfalfa sin latencia (GL 8 o 9), vamos a pasar a tener 6 ó 7. Como consecuencia lograremos una mayor producción de materia seca/ha (kg MS/ ha), dando en promedio en tres años una producción extra de 7.500 kgs MS/ha, siendo este incremento un 22,6% de promedio en tres años –15% el 1° año, 30% el 2° y 20% el 3° de utilización de la pastura”, detalla Kie”er. “Adicionalmente y teniendo en cuenta que con este manejo en el que se respeta los momentos fisiológicos del cultivo podemos esperar un cuarto año de producción excelente, lo que nos daría un extra mayor de producción”.

Por último, vale la pena siempre recordarlo, no hay que especular con la densidad de siembra ni con los tratamientos de la semilla. Una densidad de 16 kilos/ha con semilla tratada con fungicida e insecticida asegurará el éxito de la siembra.

Persistencia y calidad ya no son antagónicos Un aspecto destacable del mejoramiento genético en especies como la Alfalfa ha sido sin duda, la búsqueda de obtener momentos de pastoreos o cortes que permitan obtener no sólo calidad sino que también aseguren una mayor longevidad a las plantas. “Frente a la necesidad de maximizar la calidad en el forraje, se ha buscado realizar los aprovechamientos ya sea corte o pastoreo en pre botón floral que es aproximadamente cada 25 o 28 días entre aprovechamientos en promedio durante todo el año”, explica Kie´er. “Allí la calidad de la fibra es alta ya que el nivel de lignina aún no es tan importante y el nivel de proteína es excelente.” Para el referente de Agvance el problema radica en que la búsqueda de ese nivel de calidad termina atentando contra la vida útil de la pastura. “Aprovechar la pastura en ese estadio condiciona la duración o persistencia del alfalfar –terminan durando dos años y medio o como mucho tres–, porque las reservas de la corona no están completándose al cien por ciento como ocurre en el momento del diez por ciento de floración que es 35 a 38 días en promedio entre aprovechamientos durante el año. En ese momento del ciclo de la alfalfa tenemos la mayor producción de materia seca por hectárea y nos aseguramos persistencia por el llenado de reservas de la corona. Pero perdemos calidad con el aumento del nivel de la lignina que afecta la digestibilidad de la fibra y la caída de proteína”, detalla.

-Pero eso no ocurriría en la nueva generación de alfalfas… –Claro. En las variedades modernas, el contenido de proteína en diez por ciento de floración, no cae tanto como

ocurre en variedades más antiguas que hay actualmente en el mercado. El nuevo evento “Harvxtra” viene a romper este paradigma que teníamos entre realizar aprovechamientos termpranos –pre botón floral–, para buscar calidad en detrimento de la producción y persistencia, o aprovechamientos más tardíos –diez o más por ciento de floración–, donde beneficiamos estos últimos dos atributos pero se cae la calidad. Los dos materiales que están hoy disponibles en el mercado cuentan gracias a la biotecnología, con el evento Round Up Ready, por un lado y por otro, con un nivel más bajo en lignina –entre un 10 a 13% menos –, a lo largo de todo el ciclo de la planta con la consiguiente mejora en la digestibilidad. Con esta tecnología vamos a tener siempre una mayor calidad de fibra en cualquier momento de aprovechamiento que hagamos del alfalfar y si seguimos manteniendo el mismo cronograma que teníamos con las convencionales vamos a maximizar aún más la calidad. Y si postergamos o atrasamos el aprovechamiento una semana aproximadamente, vamos a obtener una mayor producción de materia seca –entre 20 a 30 por ciento–, sin sacrificar calidad y mejorando la persistencia de la pastura. Son alfalfas de Grupo 8 –WL 825 HVX.RR y WL 835 HVX.RR–, con

Ing. Agr. Gabriel Kieer: “El éxito de una buena implantación lo podemos medir logrando un stand inicial de entre 280 a 350 plantas por m2, pero para lograrlo debemos realizar todos los pasos correctamente, con la misma sensibilidad que utilizamos en la agricultura”.

niveles similares de producción que nuestras variedades convencionales.

–Más allá de los ensayos, ¿qué información están recolectando de los productores que la están usando? –Lo primero que te quiero decir es que todos los productores que han adoptado esta tecnología en la campaña pasada, ha continuado en ésta. Algunos de ellos, productores tamberos, afirman que obtienen un mejor aprovechamiento con las vacas a campo. Nos comentan que realizando pastoreos directos donde el animal es más selectivo, terminan comiendo “hasta abajo”, aún al diez o quince por ciento de floración, dejando muy poco remanente y por ende aumentando la eficiencia de cosecha de la pastura. También hablan de una mayor ventana de manejo para elegir el mejor momento de aprovechamiento sin perder calidad.

–¿Qué precauciones deberían tener los que utilizan estos materiales? –Las mismas premisas que para realizar la mejor siembra con cualquier variedad convencional. Pero diría que no es recomendable asociarla ya que perderíamos la ventaja del evento Round Up Ready. Al respecto es importante no utilizar el Glifosato exclusivamente en los tratamientos de malezas o en los barbechos químicos, sino rotar los principios activos según el caso o la necesidad para que de manera responsable y segura podamos tener una tecnología como ésta durante mucho tiempo. n

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