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Un aliado de la alfalfa. Eduardo Cogo, asesor de tambos

“Un aliado de la alfalfa” ESPECIAL FESTUCA

Desde Pergamino, Eduardo Cogo, asesor de tambos, destaca el valor estratégico de la Festuca acompañando la alfalfa en los lotes de más calidad y protagonista en los más limitantes. En estos últimos logran entre 8 a 10 toneladas de pasto “a diente” por hectárea y con cargas promedio de 2 a 2,5 VT/ha VT.

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Apesar de ser un partido reconocido por la calidad de sus suelos –el 80 por ciento de sus casi 280.000 has aprovechables son de uso agrícola–, Pergamino cuenta con un protagonismo ganadero no menor, donde la carne y la leche han podido desarrollarse a pesar del costo de oportunidad que supone dicha condición. “Los planteos lecheros en la zona tienen que enfrentarse a alquileres importantes a valor soja que en algunos casos superan los quince quintales, por lo que la única opción es producir muchos litros de leche por hectárea”, asevera el Med. Vet. Eduardo Cogo, asesor y socio del Centro Consultor Ganadero. “En sistemas pastoriles alcanzamos a superar

los 18.000 litros de leche por hectárea donde el pasto más el silo de maíz alcanzan el 70 a 75 por ciento de la dieta en gran parte del año”. El Centro Consultor Ganadero fue una iniciativa que hace más de diez años tomó un grupo de profesionales –hoy son dos agrónomos y cinco veterinarios–, para trabajar juntos en establecimientos ganaderos en una zona muy agrícola como Pergamino. “Unimos capacidades y oportunidades para brindar un asesoramiento integral o servicios puntuales en nutrición, reproducción, sanidad, manejo ganadero, confección de reservas y plan forrajero, entre otros”, detalla Eduardo más conocido como “Chope

ra”. También realiza el manejo de la administración de establecimientos, incluyendo el vínculo con los contratistas y el personal del campo. En la actualidad y bajo su supervisión manejan siete tambos –más de 3.500 vacas en ordeñe–, de los cuales dos de ellos son propios. “El ser también productores nos ayuda mucho para la relación con nuestros clientes. Nos perciben más cerca de sus propios problemas”, asegura Eduardo. “Los dos tambos que manejamos –uno de vacas cruza y otro de Holando–, son en tierra alquilada y el ochenta por ciento del rodeo también. Tenemos que ser muy eficientes para que funcionen”.

“HICIMOS ANÁLISIS DE LABORATORIO DE VARIAS MUESTRAS DE FORRAJE PROVENIENTE DE UNA PASTURA CONSOCIADA QUE TENÍA LA ALFALFA EN BOTÓN FLORAL Y LA FESTUCA CON 22 O 25 DÍAS DE COMIDA Y OBTUVIMOS NIVELES DE DIGESTIBILIDAD ENTRE 68 Y 70%.”

Potenciando la productividad La mayoría de los tambos que asesoran son sistemas pastoriles intensivos con una participación importante del silaje como bu”er y una suplementación estratégica de concentrados para cerrar la dieta. “Estamos logrando producciones en los suelos mejores entre once y quince toneladas de materia seca provenientes de pasturas consociadas”, asegura el asesor. En suelos clase III, donde la soja alcanza a rendir entre 25 a 35 qq/ ha, estos sistemas pastoriles intensivos logran entre 8 a 10 toneladas de pasto “a diente” por hectárea y con cargas promedio de 2 a 2,5 VT/ha VT. “Estos niveles sólo son logrables con pasturas de calidad”, asegura Cogo destacando el papel de la Festuca en esta estrategia. “Desde hace más diez años que el INTA Pergamino viene estudiando el comportamiento de pasturas conformadas por distintas especies y consociaciones para determinar cuáles son las combinaciones más productivas a lo largo del tiempo. Sin duda lo que ha quedado demostrado es que la consociación entre la festuca y la alfalfa es la más productiva, la que más kilos de materia seca por hectárea brinda.” Calidad pero también plasticidad para un clima tan cambiante son rasgos que el asesor bonaerense destaca en la Festuca. Su papel no sólo es útil en suelos complicados con limitaciones de anegamiento o pH, como pueden ser suelos clase IV o peores, sino también en suelos clase II o III. “Primero en los sistemas ganaderos entra claramente donde la alfalfa no puede. En nuestra zona, tradicionalmente se ha utilizado la alfalfa en lotes en los que en muchos de ellos, la alfalfa te enamora en los meses de seca pero en los meses de mucha lluvia, la terminás

“DESDE HACE MÁS DIEZ AÑOS LOS ESTUDIOS DEL INTA PERGAMINO DEMUESTRAN QUE LA CONSOCIACIÓN ENTRE LA FESTUCA Y LA ALFALFA ES LA MÁS PRODUCTIVA, LA QUE MÁS KILOS DE MATERIA SECA POR HECTÁREA BRINDA.”

perdiendo”, advierte. “Pero además en leche la empezamos a utilizarla no sólo en aquellos lotes más deprimidos y encharcables, sino también en aquellos que se habían empobrecido, que venían de muchos años de agricultura y donde el pH del suelo no bajaba de 5,5 o 5,4.” Frente a la inestabilidad climática con años más o menos llovedores y aún en lotes de mejor calidad, la combinación entre ambas especies brinda al sistema una mayor plasticidad. “Las pasturas consociadas de festuca con alfalfa nos brinda mucha estabilidad y persistencia. Dependiendo del año, en primavera-verano cuando el clima viene muy llovedor, la festuca es más protagonista y la alfalfa se pierde un poco, pero cuando viene de seca, aparece la

alfalfa y la festuca pierde población. En definitiva esta tipo de combinación brinda siempre respuesta más allá del clima”, apunta Eduardo.

El manejo es clave Sin subestimar el valor del mejoramiento genético, Cogo señala la importancia de respetar los tiempos e intensidades de pastoreos para garantizar la calidad de la misma. “Para el grupo, el mito de la mala calidad de la festuca ha quedado atrás. Por supuesto que el manejo de la pastura es clave”, asegura. “Más allá de las variedades usadas es la manera cómo se aprovecha, la que define la calidad. Hicimos análisis de laboratorio de varias muestras de forraje proveniente de una pastura consociada que tenía la alfalfa en botón floral y la festuca con veintidós o veinticinco días de comida y obtuvimos niveles de digestibilidad entre 68 y 70 por ciento.” La combinación de dos especies como la alfalfa y la festuca obliga a definir un criterio de manejo según época y año. “En pasturas consociadas, realmente la que cuidamos es la alfalfa. La frecuencia e intensidad de pastoreos se hace siempre en virtud de la alfalfa. Con este criterio y dependiendo del año, nos permite entrar cada 22 a 25 días en primavera y cada 28 a 35 días en verano. La Festuca se tiene que aguantar estos ritmos en especial en su primer año de implantación. Pero en nuestros planteos la persistencia es buena.” n

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