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Hans Asperger:
¿Angel o demonio?
El pediatra, investigador, psiquiatra y profesor de medicina austríaco ha pasado a la historia no solamente por haber sido quien primero describió las características principales del síndrome que Lorna Wing bautizó con su nombre, sino también porque, al menos hasta el año pasado, se lo tenía como un defensor de los niños con discapacidad frente a las políticas de “higiene racial” que implementara el régimen hitleriano en su Austria natal. Sin embargo, un libro y un artículo han puesto en duda su beneficencia y, por el contrario, aseguran que fue exactamente lo contrario. Apertura La etiqueta “Síndrome de Asperger” fue utilizado por primera vez en 1981 por Lorna Wing (1928-2014), psiquiatra británica, quien, por el hecho de tener una hija diagnosticada con Autismo, se interesó profundamente en esta condición, no solamente aportando investigaciones desde su especialidad, sino que, además, fundó junto a otros padres la National Autistic Society, en la cual colaboró activamente. Pese a que catálogos como el DSM lo incluyeron como formando parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo y su última versión lo clasifica dentro de los denominados Trastornos del Espectro Autista, muchas asociaciones dedicadas y algunos especialistas sostienen que, si bien posee algunas características similares al Autismo, se trataría, en realidad, de una entidad diferente, como cons-
taba en la versión anterior de dicho manual, más allá de que se discute en la actualidad si se trata de una patología o simplemente es una más de las tantas variaciones comunes que presentamos los seres humanos. Se estima su prevalencia en el orden del 0,26 por mil de nacidos vivos, en promedio, aunque distintos trabajos de investigación brindan cifras tan distantes como 0,03 y casi 5 por millar. Más frecuente entre varones que entre mujeres, algunas de sus características principales se asemejan a las de los TEA, ya que suelen presentar problemas respecto de las habilidades comunicativas, los cambios repentinos, baja tolerancia a la frustración, poca flexibilidad mental y comportamental, dificultades sensoriales, bajos niveles de empatía, reacción exagerada o disminuida ante los estímulos, intereses limitados y otras
similitudes. Pero también poseen rasgos que no concuerdan con los de otros trastornos del espectro, como la capacidad de razonamiento lógico, la excelente memoria (en muchos de ellos), la focalización en determinado campo y la persistencia en él, patrones de habla extraños, interpretación literal de los mensajes y otros. Wing tomó un trabajo de Hans Asperger de 1944 en el cual describía con marcada exactitud una serie de características que ella misma y otros investigadores habían encontrado en varios casos, por lo que acuñó el término para diferenciar a esos cuyas características similares no terminaban de encajar en lo que se definía como Autismo. Durante mucho tiempo tenido como un científico de trayectoria inmaculada, sin embargo, en la última década comenzaron a cuestionarse aspectos oscuros de su pasado.
REVISTA DE CAPACIDADES DIFERENTES Y ADICCIONES