ad y tom ed delo com tritiv del nu ento s alimcactu
SEPTIEMBRE / IRAILA 2014 GRATIS / DOAN
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ENTREVISTA
María Herreros REPORTAJES
Jean Echenoz El glorioso año 1984 en el cine La unión hace la fuerza (también en el arte) El deambular de nuestra generación
hay un virtual www.revistacactus.com
@revistacactus
/revistacactus
¡hola!
“Un momento, ¿qué es esto? ¿Otra revista Cactus?”. Tranquilos, no os asustéis. Resulta que cumplimos un año en la calle, así que estuvimos meditando muy seriamente durante cinco minutos cómo celebrarlo. En primer lugar pensamos en organizar una fiesta en el nuevo San Mamés, ahora que el campo ya está terminado, pero se ve que está muy pillado de fechas. Después pensamos en el Guggenheim. En el de Bilbao, se entiende. Pero nos parecía mal obligarles a descolgar y tapar las obras de Georges Braque. Así que al final nos decantamos por algo más sencillo y que dejara menos resaca, como cambiar la cabecera de nuestra portada. Nuestro cactus abandona la azotea de tonos pastel diseñada por Ana Galvañ donde brotó hace doce meses y deja lugar a tres diminutos exploradores dibujados por Mireia Pérez que se han perdido en otro ídem y están alimentándose de él. Una perfecta alegoría del punto en que nos encontramos justo ahora: tres jóvenes (es un decir) extraviados en su propio cactus que lo utilizan para tratar de salir adelante. Parafraseando al filósofo Homero (el de Grecia, no; el de Springfield): causa y solución de nuestros problemas. Aunque hayamos cambiado la cabecera, el espíritu de la revista se mantiene intacto. Continuamos con reportajes sobre artistas emergentes, autores brillantes pero no del todo reconocidos, entrevistas a jóvenes con talento y muchas cosas que ofrecer, cultura pop a espuertas y cualquier cosa que mole en general. Y snacks, por supuesto. Mil gracias a los que nos leéis y compartís nuestra existencia.Y, sobre todo, recordad: si no pincha, no es Cactus.
UN PROYECTO DE Sandro Gomato, Koldo Gutiérrez, Elizabeth Casillas
NÚMERO 7 SEPTIEMBRE 2014
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO José Blázquez, Borja Crespo, David Ortega, Pablo Ríos, Mox Pāradox, Jess B, www.instan-tes.com.
www.revistacactus.com @revistacactus
LA CABECERA DE LA REVISTA ES OBRA DE Mireia Pérez.
CONTACTO info@revistacactus.com PUBLICIDAD publicidad@revistacactus.com EDITA Gomagula S. Coop. Pequeña
IMPRIME Graficas Irudi S.L. DEPÓSITO LEGAL BI-669-2013
Cactus no se hace responsable necesariamente de las opiniones vertidas por sus colaboradores
índice Columna personal
Artículos y reportajes
Fotografía
Tira cómica
Entrevistas
Ficciones varias
20-23. La vida se escirbe desde una silla incómoda
La unión hace el arte 14-19. 24-29. 1984: el año de las bestias Monster of the week: Black shuck 12-13.
Mierda de la buena 10-11.
30-35. Maria Herreros
Le futebol 9. El gran ego te vigila 8. Cactus en casa 7.
36-37. El triste deambular de nuestra generación 38-43. Puente tomado
46-47. Viaje póstumo 4. Índice 3. ¡Hola!
Portada 1.
2. Cactus virtual
¡Bip, bip! 6.
44-45. Perfil: Holden Caulfield 48-49. Pasatiempos
Snacks 50.
51. Agenda Cactus
BAD Bilbao Antzerkia Dantza
Bilboko Antzerki eta Dantza Garaikidearen Jaialdia Festival de Teatro y Danza Contemporรกnea de Bilbao Bilbao Festival of Contemporary Theatre and Dance
urria 22 octubre azaroa 2 noviembre
www.badbilbao.com
ANTOLATZAILEAK / ORGANIZAN
BABESLEAK / PATROCINAN
LAGUNTZAILEAK / COLABORAN
BILBAO
LA E S T R ATO S F E R A
g José Blázquez @balazkez
¡Bip, bip! TODAS LAS HISTORIAS
que acontecen en este relato tienen lugar en el mismo escenario: una zona desértica de los Estados Unidos. A poco que el espectador esté atento, en este relato incluso podrá ver el Cañón del Colorado, también uno de los paisajes yanquis más emblemáticos. ¡Cómo no recordar esas otras historias que nos han narrado los rostros pálidos, con el desierto como decorado principal…! Por ejemplo, los western, donde los vaqueros impusieron la ley y la racionalidad blancas sobre territorios baldíos, habitados por los indios bárbaros y salvajes; y aquellos anuncios publicitarios de tabaco, donde hombres fornidos, subidos en caballos de carne y hueso o en caballos de hierro sobre ruedas, cowboys se miren como se miren, forjaron a golpe de eslogan el embriagante ‘american way of life’. Así que de primeras, habría que decir que no es arbitrario que la elección de ese decorado para ambientar todas las historias que acontecen en este relato sea el páramo barriestrellado. Porque el desierto no es un lugar cualquiera en la imaginería norteamericana… En este desierto, que suele corresponderse a la nada en tanto que no haya sido colonizado por el hombre blanco, un pájaro es perseguido hasta la saciedad por un depredador. El espectador sabe que los pájaros vuelan y enseguida suele caer en la cuenta de que sus vuelos son una buena metáfora, un tanto manoseada, sí, pero acertada todavía a pesar del abuso, de la libertad. Con todo, hay que matizar que nuestra ave se llama Geococcyx Californiaunus y que se caracteriza por su rapidez en tierra. Pero su naturaleza le impone una de sus cualidades, volar; entonces, en tanto que pájaro, le vamos a llamar Libertad.
En nuestro relato, Libertad atraviesa los caminos a toda velocidad y un depredador la amenaza constantemente. El depredador se llama Canis Latrans (que significa perro ladrador) y quiere comerse a Libertad. Ansía su carne. Pero como Libertad es más rápida, se ve obligado a usar todas las artimañas propias de los saboteadores de caminos, con explosivos, cohetes y otras armas y artilugios. Un anarquista en toda regla, por los medios que usa, así que lo llamaremos a partir de ahora Anarquía. Anarquía nunca consigue matar a Libertad, y, por si esto fuera poco, su siniestra inventiva termina volviéndose siempre, sin excepción, contra él mismo. En todas las historias que acontecen en este relato, Libertad es imparable y Anarquía, un negado. Obsérvese una paradoja ideológica… Libertad, siendo un pájaro, no vuela, mientras que Anarquía, animal de tierra, termina volando en muchas de sus acciones, cayendo al vacío, a la nada, sin objeto… Hay un tercer y cuarto personajes en todas las historias que acontecen en este relato. A uno de ellos vamos a llamarlo Mercado. De manera casual, Mercado, en el conflicto, siempre toma partido por Libertad. Son los camiones y trenes que circulan por las carreteras y vías que atraviesan el desierto, las transiciones de ese otro personaje que llamamos Progreso, vehículos que conducen los post-rostros-pálidos, conductores de la libre circulación de mercancías. Todos ellos machacan a Anarquía, demostrando, una y otra vez, que en el sueño americano, resultado de la conjunción sagrada de Libertad, Mercado y Progreso no caben los ingratos. Anarquía está condenada al fracaso, está sola, siempre pierde. ¡Bip, bip!
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cactus en
casa Si quieres números antiguos, te es imposible conseguir la revista en papel en alguno de nuestros puntos de distribución, vives fuera de Bilbao o sencillamente prefieres recibirla en casa como un señor o una señora porque sabe Dios qué puede pasar ahí fuera, puedes hacerte con una desde nuestra web y nosotros te la mandamos a casa.
visita
www.revistacactus.com/encasa
F LA N C ON NA PA LM
g Borja Crespo @ElTioCreespy
El gran ego te vigila CUANDO GEORGE ORWELL escribió 1984 se quedó corto, muy corto, demasiado corto. Probablemente su provechoso ingenio literario no le permitió aventurar, en un derroche de imaginación, que el Gran Hermano que denunciaba en su reconocida –e indispensable– novela, ese que VIGILA, somos nosotros mismos. Nos autofotografiamos, nos autocensuramos, indicamos nuestra geolocalización, lo que nos gusta y lo que no. Somos nuestros propios sensores y censores. Nos exponemos a los demás, en caída libre. Somos un perfil andante que indica sus movimientos. Nos registramos aquí y allí sin rechistar, con lo cual, poniéndonos apocalípticos y conspiranoicos, si efectivamente existen mentes aviesas que manejan el control de nuestra existencia, la jugada les ha salido maestra, probablemente sin quererlo, porque los seres humanos hemos decidido vigilarnos a nosotros mismos. Se lo hemos puesto fácil, muy fácil, demasiado fácil. Desde el momento en el cual nos hacemos un selfie frente al espejo, por la mañana, lanzamos la señal de “aquí estoy”. Alimentar el narcisismo se ha convertido en nuestro peor enemigo, el cáncer de la libertad personal (e intransferible). Si el sistema está pensado, de una manera perversa, para que se cumpla lo que también vaticinó Aldous Huxley en Un mundo feliz, la huella digital está ahí para atar nuestras conciencias, para definirnos, etiquetarnos y empaquetarnos. Nadamos en un mar acotado por redes de pescar elaboradas a base de datos. Mandamos a diario información al ciberespacio para que sepan qué suelo pisamos, qué comemos, qué nos follamos… Alguien abrirá la moda de mostrar al mundo el estado de sus heces, porque, en un alarde de originalidad, cualquier cosa es posible con tal de ganar notoriedad sin hacer nada de verdadero
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provecho. La exposición a los demás roza la enfermedad. El GRAN EGO nos vigila. Todo apunta a que, efectivamente, alguien mueve los hilos que nosotros mismos hemos sujetado a nuestros miembros. Tendemos a la homogeneidad en una sociedad tediosa, marcada por las antediluvianas religiones y la excesiva corrección política. Fichamos en los restaurantes que comemos, hacemos publicidad gratuita a las discotecas y lugares de veraneo, dejamos nuestros pasos al servicio de las multinacionales a la primera de cambio… Luego nos quejamos de que coartan nuestra libertad. Asistimos a conciertos que grabamos con el móvil mientras charlamos de nuestras cosas, ajenos al espectáculo. No experimentamos realmente la emoción porque es más molón que los demás sepan que lo estamos pasando bien que celebrar el instante internamente. El exterior es lo que cuenta. La gente muere haciéndose una autofoto en el coche, o delante de una bestia salvaje. Nos entretenemos siendo un escaparate de falsas verdades. Manipulamos nuestros sentimientos de cara a los demás, que siempre saben qué nos pica de verdad a nada que investiguen un rato en las redes sociales. Mostramos imágenes de nuestros bebés sin rubor y la postal de nuestras vacaciones en un contraluz espectacular. Vulgarizamos el ocio, un puñado de bytes. Nos roban en casa porque saben que estamos en otra ciudad de turisteo dominguero. Infantilizar nuestro comportamiento está alcanzando cotas maravillosas para los que están en lo alto de la pirámide. Quemar libros, como en Fahrenheit 451, no hace falta para acabar con el pensamiento. Son un objeto en desuso. Importa más lo que creen que somos que lo que verdaderamente respiramos. Coleccionar followers en un juego eterno. Aliviar con “me gustas” nuestra autoestima. El GRAN EGO te vigila. Muerte por selfie.
g Pablo RĂos presenta
Le futebol
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por
Sandro Gomato Un blog: Jonathan Jones en The Guardian theguardian.com/artanddesign/jonathanjonesblog
Sí, es un blog sobre arte. Si te interesa el arte, bienvenido, disfrutarás como un enano con los posts de Jonathan Jones; y si eres de los que cree que ni les va ni les viene, acabarás descubriendo que te gusta bastante más de lo que piensas. Porque Jones, dentro de un espacio en el que tienen cabida tanto las actuaciones más modernas y heterodoxas como las obras clásicas, sabe hilar de manera sensacional el vastísimo mundo del arte con creaciones pertenecientes a campos de la cultura popular como el cine, la literatura o la música. Muy entretenido, muy didáctico y, además, un manual excelente para descubrir el estado del panorama artístico (sobre todo) británico.
Un libro: Nobles y rebeldes Jessica Mitford (2014)
Un libro: Cryptozoologicon: Volume I Darren Naish, John Conway y C.M. Kosemen
Seas o no de los que disfruta con nuestra sección Monster of the week, te conviene saber que existe una obra estupenda que funciona a la vez como enciclopedia de esa fauna fabulosa que forman los críptidos y como libro de arte gracias a sus estupendas ilustraciones. Un paleontólogo y dos artistas aficionados a la ciencia se han unido para crear el tomo definitivo sobre criptozología, todo ello desde un punto de vista capaz de combinar la parte divertida de la fantasía especulativa con el análisis científico y escéptico.
Una sección hecha por los editores de la revista y un Invitado distinto cada mes, totalmente subjetiva y que no atiende a razones temporales ni de género. Recomendaciones a gogó. Sólo buena mierda.
Un videoclip: Tree Yo la tengo, por Jim Woodring
En este relato autobiográfica, lleno de humor y talento, Jessica Mitford saca los colores a una familia aristócrata inglesa, la suya, que a pesar de los intentos por parte de los progenitores, resultó ser la menos convencional del mundo. Centrada en los primeros años de su vida, Jessica narra su huida junto a Esmond Romilly, sobrino de Winston Churchill, a luchar por el bando republicano en la Guerra Civil Española. Pero también cómo su hermana Unity se convirtió en una ferviente admiradora de Hitler, llegando a formar parte del círculo más íntimo del dictador alemán, o Nancy, la mayor de la familia, llegó a ser una de las más célebres escritoras de su época.
por
Elizabeth Casillas
El lisérgico mundo de Jim Woodring cobra vida en este videoclip de animación para la banda estadounidense Yo La Tengo. El dibujante de Frank toma como punto de partida el último disco del grupo, Fade (Matador Records, 2013), y crea el mundo de Tree. Cinco hipnóticos minutos en los que Ira, Georgia y James son trasladados a una onírica locura llena de color. El vídeo se editó a principios de año en un DVD que incluía las tres figuras de los protagonistas esculpidas por Tomohiro Yasui y una tira inédita de Woodring en su parte trasera.
Un cómic: He visto ballenas Javier de Isusi (Astiberri, 2014)
Conmovedora historia sobre Josu, un ex militante de ETA preso en una cárcel de Francia que conoce allí a un antiguo miembro del GAL. Mientras tanto, en un pequeño pueblo de Euskadi, Antón, amigo de la infancia de Josu y cura de la localidad, aún trata de superar el asesinato de su padre a manos de ETA hace veinticinco años atrás. Un cómic muy necesario que habla de manera ejemplar sobre el perdón, la redención, la ambigüedad y los claroscuros de la sociedad vasca.
Un disco: Lazaretto Jack White (Third man records, 2014)
La mitad de White Stripes vuelve en solitario con su segundo disco, tras el estupendo debut con Blunderbuss hace dos años. Lazaretto cuenta con once temas que recuerdan a su anterior banda, pero con la suficiente personalidad como para tener entidad propia. Su habitual mezcla de estilos, distorsiones y guitarreos pegadizos, unidos a su inconfundible voz, nos otorgan un estupendo álbum. Especial atención al desgarrador y oscuro Would you fight for my love? Un auténtico genio.
Mierda de la buena
por
Koldo Gutiérrez
Un festival: IFAC ifac.me Un fanzine: KLOF fanzine kloffanzine.tumblr.com
Klof es un fanzine colectivo y aleatorio sin ánimo de lucro. Se trata de un fanzine de Bilbao/León que se publica cada mes (y pico) y que suele girar en torno a un tema. El último, sin ir más lejos, ha sido ‘underground’ y ha venido acompañado de recopilatorio musical y todo. Es de los primeros fanzines que conocimos por acá y hemos compartido propuestas, tenderete y alguna caña también. ¡MUY RECOMENDABLE!
IFAC son las siglas del International Festival of Art and Construction (pronúnciese con un depurado british english). Un festival que va ya por su tercera edición y que consiste en meter a 300 jóvenes de todo el mundo y 30 talleres de temática creativa/constructiva durante 10 días en un entorno rural. Una mezcla muy explosiva de la que sale mucho bueno. Nosotros hemos participado este año por tercera vez (somos muy fans) con una intervención urbana en formato baldosas cerámicas en las calles de Covarrubias. Y hemos comido morcilla también.
por
i
Fanzine La Tourette
monsteroftheweek Avistamiento nº6:
BlackShuck
g Ilustración
Jess B
Bungay (East Anglia), Inglaterra. 4 de agosto de 1577. Fue una noche de tormenta veraniega, de esas que llegan sin avisar y en cuestión de minutos lo dejan todo anegado. En el interior del templo, dos religiosos rezan de rodillas frente al altar entre el caos sonoro provocado por los truenos. De repente, una figura más oscura que la noche se distingue entre las sombras de la nave central. Parece una especie de perro o lobo de gran tamaño, o eso al menos es lo que los dos feligreses creen estar viendo justo antes de que la bestia se les eche encima con la suficiente fuerza
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como para romperles el cuello contra el suelo de piedra del templo. Cuentan las leyendas que aquella noche de tormenta hubo una tercera víctima en Bungay, y que ese mismo día, a 12 millas de allí, en el pueblo de Blythburg, un animal de características similares mató a un hombre y a un niño. Se dice que en las paredes y puertas de Holy Trinity, la iglesia de Blythburg, todavía se pueden ver unas marcas de arañazos y algo que parecen ser mordiscos. El relato nos llega a nuestros días gracias al clérigo, escritor y divulgador Abraham Fleming, quien publicó en 1577 A Straunge and Terrible Wunder, un texto que recoge lo que contaron los habitantes de Bungay sobre los sucesos de aquel 4 de agosto.
Desde entonces, la bestia pasó a formar parte del folclore regional con la apariencia de un enorme perro negro de brillantes ojos rojos (o verdes, según el testimonio) y el denominativo de “Black Shuck”. Como consecuencia de que sus apariciones estuviesen ligadas a lugares sagrados, rápidamente se empezó a hablar de él como una especie de diablo o directamente como el mismísimo maligno, de ahí que el término “shuck” pueda encontrar su origen en la palabra del inglés antiguo “scucca”, que significa “demonio”. Otra versión algo más amable remite al término “shucky”, que simplemente significa “peludo”. En cualquier caso, los habitantes de East Anglia ya creían en la existencia del shuck antes de aquella noche de agosto. En concreto, se hablaba de un perro negro de apariencia espectral, con unos ojos profundos y desproporcionados. Aún así, los testimonios variaban: en ocasiones era descrito como una bestia sin cabeza, y otros hablaban de él como un ser capaz de volverse invisible, con aliento de fuego y andar sigiloso. Sea como fuere, el shuck siempre perteneció al cuadro de supersticiones locales, como una figura que se aparecía eventualmente en determinados lugares y cuyo simple encuentro era considerado como un mal presagio ligado a situaciones de desgracia e incluso muerte. Pero no hace falta que nos remontemos al siglo XVI para tener noticias del Black Shuck. Existe un caso que se fecha en 1938 y que tiene como protagonista de nuevo a la ciudad de Bungay. Ernest Whiteland caminaba hasta la vecina localidad de Ditchingam cuando se topó con un enorme perro al que describió tan grande como un carnero. La descripción se ajusta a los casos anteriores: pelo muy negro, muy lanudo y con unos gigantescos ojos enrojecidos que parecían brillar en mitad de la noche. Whiteland tuvo suerte: reculó con precaución y aquella cosa desapareció ante sus ojos o, más bien, se desvaneció. Lo que pervive en el inconsciente colectivo en East Anglia respecto al Black Shuck habla de un ser que parece inmaterial y que no se puede percibir de la misma forma que a un perro convencional. Ese detalle los acerca quizá más a las apariciones fantasmagóricas que al muestrario criptozoológico. Hay demasiadas incógnitas aún en torno a su figura. Sólo es seguro que su encuentro es capaz de provocar un gran impacto emocional. Frecuentador común, como parece ser, de sendas ignotas, caminos oscuros solitarios, cementerios, veredas recónditas y habitual en noches frías y hostiles, la moraleja de las confluencias con el shuck puede catalogarse en el mismo grupo que las de otras leyendas
La bestia pasó a formar parte del folclore local con la apariencia de un perro negro gigante de brillantes ojos rojos.
urbanas como la del hombre del saco: advertencias, avisos ante los supuestos peligros de la noche y de la estancia fuera de la paz del hogar. Su historia ha vuelto a estar de actualidad recientemente ya que durante el pasado mes de mayo unos arqueólogos hallaron unos huesos enterrados de un animal con forma canina que Recientemente medía más de dos metros se han hallado de largo y que pudo llegar en una abadía a pesar más de 100 kilos. Una especie de Gran Danés unos huesos digievolucionado. Los restos enterrados de se encontraron en unas un can de más excavaciones cerca de la de 2m de largo y abadía de Leiston, en Suffolk, más de 100 kilos que tenían como objetivo investigar en profundidad de peso. el pasado prehistórico de la zona y encontrar unas trincheras desaparecidas en la década de 1980. Actualmente se está investigando el origen de los huesos mientras los medios sensacionalistas británicos esperan nuevas noticias pertrechados con un paquete gigante de palomitas. Obviamente, los escépticos desmontan cualquier tipo de versión criptozoológica, incluida la de los asesinatos del 4 de agosto de 1577 en Blythburg y Bungay, así como todo el relato de Fleming. La versión escéptica acude a la navaja de Ockham y asegura que las muertes en el interior de la iglesia se debieron al impacto de un rayo de la tormenta, y que Fleming, portador de una profunda fe religiosa, inventó la historia del perro para asustar a los habitantes del pueblo y lograr que estos se arrepintiesen de sus pecados. ¡Ja! Un rayo. ¡Venga ya! ¿Quién puede creerse esa alternativa ante a la mucho más verosímil opción de que todo fuese culpa de un perro gigante con ojos de fuego? Nosotros no queremos, desde luego. En cualquier caso, lo que sí es cierto es que la leyenda del Black Shuck ha quedado tan ligada a la historia de Bungay que es posible ver imágenes de la hipotética bestia en ornamentos en ciertos edificios de la ciudad, y su iconografía sirve incluso como reclamo en comercios y da nombre a varios negocios locales. Por nuestra parte, nos conformamos con que una leyenda así sirviese de inspiración para referentes tan gloriosos de la cultura popular como El sabueso de los Baskerville, uno de los relatos más míticos protagonizado por Sherlock Holmes.
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LA UNIÓN HACE EL ARTE
En esta época de crisis económica, la cultura y el arte están más denostados que nunca. Pero eso no significa que no surjan personas con ganas de aportar su granito de arena a través de sus obras y exposiciones. Cada vez hay más artistas con ganas de trasmitir sus ideas, aunque en muchos casos las instituciones y museos de siempre no estén interesados en escucharles. Así que por eso en los últimos tiempos han nacido varios colectivos artísticos con la intención de trabajar y hacer saber al mundo que tienen mucho que decir. Solo en Bilbao hay más de diez, y hemos hablado con algunos de ellos.
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A
g Texto
Koldo Gutiérrez
estas alturas de la función ya estamos bastante hartos de escuchar la misma historia: mucha crisis, poco dinero, cero cultura. La milonga de siempre. Las instituciones ofrecen sus espacios más importantes a artistas famosos y consagrados como reclamo para turistas. Pero, ¿qué hay de los artistas locales? Muchos de ellos son jóvenes recién licenciados que se topan con algunas puertas cerradas nada más acabar la universidad. Por ello, se ven obligados a entrar en el farragoso mundo de las subvenciones y las becas para tener alguna oportunidad de ir ascendiendo hasta lograr exponer en algún lugar importante.
Poesía política
Esa situación acaba por no resultar cómoda ni agradable, así que cada vez más jóvenes con ganas de dar a conocer su talento optan por una vía alternativa: crear un colectivo junto a otros compañeros con intereses afines que se hallan en una situación similar. De esta forma logran evitar ciertos filtros y consiguen acceder a lugares que, quizá de otra manera, les resultaría imposible alcanzar. No se puede limitar este auge creativo.
Comenzaron con un nombre demasiado largo (“Entre lo político y lo poético, de lo íntimo a lo público, de lo individual a lo colectivo”) que dejaba patente que aún no tenían del todo claro qué era lo que querían hacer. «Nos apetecía generar un proyecto al que invitar a gente cuyo trabajo nos gustara y que currara bien», reconoce, pero siempre relacionado con el ámbito de lo político y lo poético. «Al final nos
David Pavo fundó junto a Amaia Molinet en 2012 Político-Poético, aunque él no lo define exactamente como un colectivo, sino más bien como «una manera de trabajo». Al acabar a la vez la carrera de Bellas Artes, ambos sintieron “un vacío”. Aunque ella ya estaba realizando un proyecto en Navarra, cuando coincidieron en un seminario de BilbaoArte, le propuso hacer algo en Bilbao. Empezaron a concretarlo y «yo puse la premisa de lo político y lo poético, por influencia de Oteiza, que era lo que estaba leyendo en ese momento», señala David, que se dedica, como puede deducirse de sus palabras, a la escultura.
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Las instituciones ofrecen sus espacios a artistas consagrados como reclamo para turistas. Pero, ¿qué hay de los artistas locales?
En la página anterior, 131, de Amaia Molinet. A la derecha, una muestra de una serie de esculturas de cristal y tela, de David Pavo. Ambas obras pertenecen a Político-Poético. Debajo, Jorge Núñez en el Espacio Puerta.
decantamos por quienes consideramos que hacen una labor sincera, intensa y honesta», explica. Al acabar la universidad estaban hartos de ver siempre a la misma gente haciendo las mismas cosas en los mismos sitios, «así que decidimos montar nuestro chiringuito», apunta divertido, «pues aspirábamos a becas, pero no nos seleccionaban». Su proyecto les sirve de escaparate y para hacer currículum, además de obtener experiencia y conocer a más gente afín. «También hacemos una labor de comisariado, aunque es un término un poco complejo», recuerda David. Así van construyendo su camino. Esta manera de trabajar les concede además mucha libertad. Hacen lo que quieren, sin limitaciones externas. «Entre Amaia y yo puede haber diferencias, pero tenemos objetivos claros y similares», confiesa. Su colectivo acoge todo tipo de disciplinas: escultura, pintura, fotografía, vídeo e incluso el texto, como pudo apreciarse en su tercera exposición, que tuvo lugar en el Museo de Arte e Historia de Durango el pasado mayo. «Ahí radica nuestra riqueza», asegura el cofundador. Su siguiente exposición tendrá lugar el próximo julio en la Ciudadela de Pamplona y después la llevarán a BilbaoArte. David cree que lo más interesante suele surgir «en la periferia del arte, no en las grandes entidades que al final son empresas privadas». Para él lo fundamental es hacer un buen trabajo. Hay que pulir la obra. Por eso lamenta que en el nuevo Arteleku hayan retirado parte del equipamiento y ahora vaya a dedicarse solo a seminarios. «¿Entonces, dónde queda la producción del arte?», critica.
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Stargate
Puerta tampoco es exactamente un colectivo, pues viene de una asociación cultural nacida en 2012 que se llamaba Amplio Enigma. La crearon en su momento para organizar eventos y manejar presupuestos más grandes que les permitiera contratar a gente. Era un trámite, pues les exigían tener forma jurídica para poder llevar a cabo sus propuestas. Así que Jorge Núñez, Laura Fernández y Rosa Parma decidieron cumplir los requisitos necesarios, gracias a la experiencia obtenida en iniciativas similares previas. Anteriormente, Rosa ya había creado en 2009 Riot Flesh, una línea de estampación de camisetas. Jorge ya había realizado en 2011 la primera edición de Pantalla Fantasma, una muestra de cine limítrofe y extraño, además de llevar años con su peculiar revista de cine, Fuerza Vital. Y poco antes de la creación de su asociación habían organizado T-Festa, una plataforma de arte y camisetas. Así que Amplio Enigma nació de manera natural para aglutinar todos proyectos que iban realizando, tanto ellos como la gente de su entorno. Paralelamente buscaban un local donde poder juntarse físicamente para organizar charlas, talleres y exposiciones, dejando atrás las habituales reuniones en casas y bares. «La idea surgió también de estar un poco quemados de la burocracia en el trato con las instituciones y el caos con los gaztetxes», sentencia Jorge. Antes de inaugurar su actual espacio en marzo de 2013, situado en Zabalbide, ya se les había ocurrido el nombre. «Una especie de puerta espacial a otra dimensión, donde llevar a cabo todo lo que no podemos hacer fuera», rememora Laura. Los tres fundadores se complementan bien, pues cada uno está centrado en una disciplina distinta. Jorge se dedica al audiovisual, Rosa es más plástica y Laura viene del mundo de la danza. Ello les permite también ejercer una labor divulgativa y pedagógica. Su intención era hacer una especie de centro de creación, una alternativa a la carrera de Bellas Artes. Para ello, aunque reciben ciertas ayudas públicas y privadas, se autofinancian en parte e intentan pagar a todos los artistas que van a colaborar a Puerta. Rosa no cree que la proliferación de colectivos sea tan grande como parece. «Debería haber más», sostiene, «esperar a que la institución o las galerías te llamen es absurdo, así que es preferible generar tu entorno creativo». El filtro del arte es muy agresivo y lo pasan muy pocas personas, aunque hay mucha gente con talento. «El resto se agobia, se deprime, se suicida o hace otra cosa, que viene a ser lo mismo», afirma rotunda.
Síndrome fanzinero
Ana Aldama y Diego Grisaleña son amigos desde la infancia. Ella empezó arquitectura y se pasó a Bellas Artes y él es arquitecto. En 2012, al volver de Erasmus y de Séneca respectivamente, con todo lo que habían visto fuera decidieron que era el momento de emprender un proyecto juntos en su propia ciudad. «Teníamos un montón de amigos que hacían cosas muy chulas y que necesariamente no eran artistas ni se David Pavo: dedicaban al mundo de la ilustración», «Estábamos recuerda Ana, «pero hartos de ver eso solía quedarse siempre a la en su casa y nosotros misma gente creíamos que merecía la pena compartirlo haciendo las con más gente». mismas cosas en
los mismos sitios, así que decidimos montar nuestro chiringuito»
Empezaron a incubar la idea a finales de ese año y decidieron que la mejor manera de plasmar sus inquietudes era mediante un fanzine. Jorge Núñez: «Queríamos que fuera una publicación muy «La idea surgió fácil de producir para de estar un poco poder costeárnoslo», quemados de la reconoce Diego. Tenían burocracia en claro que el nombre se referiría a un síndrome, el trato con las «porque la gente instituciones y que conocíamos que el caos con los hacía estas cosas las gaztetxes» hacía sin un motivo aparente», cuentan los dos. Así en marzo de 2013 nació La Tourette, que al contrario que los síntomas del trastorno, suena realmente bien. Además, es el nombre de un convento diseñado por Le Corbusier y, como ambos tienen interés por la arquitectura, todo encaja. La publicación sale cada tres meses y es monográfica. Ellos eligen un tema (tú, negro, cadáver exquisito,
Café-Bar Juan de Ajuriaguerra 29, Bilbao
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Sealand, etc.) y sus colaboradores envían las propuestas, principalmente dibujos. Ahora acaban de publicar el sexto número, centrado en postales. El formato actual son dos folios A3 en blanco y negro plegados en cuadrados de 12 cm. En total, ya han colaborado más de cien personas, muchas desde el extranjero. Además del fanzine, han realizado algunas actividades complementarias. Han diseñado camisetas y bolsos para la tienda Serie B, y han expuesto en BilbaoArte. Quieren que su creación vaya evolucionando, pero siempre con la mentalidad de la autoedición y el do it yourself. Se sorprenden al haberse topado con tantos fanzines publicándose a la vez. «Parecía que iban a desaparecer, pero cada vez hay más», dice Ana, «supongo que en época de crisis, aumenta la creatividad». También están surgiendo muchos festivales de autoedición, como BALA en Bilbao o Guillotina en Donosti y en otras ciudades. En cuanto al panorama arquitectónico, ambos explican que el modelo de siempre se ha quedado obsoleto y cada vez se tiende más al beneficio social, no el económico. La base de los colectivos es regenerar ciertos edificios, como acaba de hacer Diego junto a más gente con Pasealeku en Gernika. «Ahora todo es un proceso más horizontal, escuchando a la gente», cuenta. Pablo Iglesias estará orgulloso.
Apología de lo hortera
De alguna forma, casi todos los colectivos mencionados han tenido alguna conexión con BilbaoArte, sin embargo hay uno que podría decirse que ha tenido una relación tormentosa con el famoso centro de producción artística. Dooroom Collective está formado por Laura Marchante, Ane Rodríguez y Jorge López. Hace meses, presentaron una propuesta «brutalmente de coña haciendo justo lo que no hay que hacer al presentar un dossier» para conseguir una beca allí, con imágenes pixeladas y letra Comics Sans. «Obviamente nos rechazaron, pero nos fijamos en que se decantaron por las mismas propuestas de siempre, yendo a lo fácil», señala Laura. Así que entonces empezaron a acosar a la institución con cartas anónimas de amor despechado con frases como “me has roto el corazón, soy un joven ilusionado, te quiero…”. «Pretendíamos reflejar la sensación del artista joven que sale de la universidad y debe pasar por el filtro de la institución para poder ser artista», apunta Ane «nos parece que eso no es real, al margen de que te avale o no». Mandaron decenas de cartas durante cinco meses, pasando por todas las fases: amor, odio
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Dooroom Collective abraza sin reparos el feísmo y lo exagerado como forma de vida. Sobre estas líneas, una carta de amor aún inédita dirigida a BilbaoArte. «A ver si le llega el mensaje a Juan Zapater».
y arrepentimiento. En mayo el acoso aumentó con varias misivas un mismo día y otra con una rosa de plástico y un pendrive con un PDF por el día del libro. Les avisaron de que se iban a encontrar próximamente y organizaron una marcha motera hacia allí con flores y banderas que simbolizaban el amor entre Dooroom y BilbaoArte. Un mensajero accedió al patio del centro y leyó la última declaración de amor. Más tarde, el día de su licenciatura, dejaron en la puerta una peculiar ofrenda floral. Al final, Jorge se reunió con el director de BilbaoArte, Juan Zapater. Este les dijo que tenían las instalaciones enteramente a su disposición, pero Jorge le dijo que no querían nada, solo su amor. «Zapater alucinó y Jorge le pidió que para demostrar su amor tenían que poner una placa en el patio diciendo ‘BilbaoArte quiere a Dooroom Collective’ y aceptó», confiesa Ane. Aún no está instalada. Esta historia deja a las claras la filosofía del colectivo. «Nuestra intención era cuestionar una institución tan prestigiosa», resume
Laura. «Trabajar en equipo nos ayuda a no tener miedo a nada», reconoce Ane. Ella, precisamente, ya había hecho una intervención bastante crítica en la caseta del puente de Deusto llena de humo para denunciar el estado actual del arte (como podréis ver más adelante en este mismo número de Cactus). Próximamente, el colectivo participará con su propia instalación allí mismo bajo el amparo de Mawa, ligada «a la actualidad bilbaína», ríen. Como La Tourette, Laura volvió de Erasmus en 2012 con la idea de crear algo en Bilbao junto a un amigo. Comenzaron haciendo eventos en casas de particulares. «Queríamos movilizar a la gente, crear ambientes participativos», explica. Poco a poco fueron variando sus acciones y ya no hacen eventos en pisos. Dooroom tiene siempre muy presente el humor, lo hortera y el contexto. «Nos gusta hacer hincapié en el contexto: el aquí y ahora», asegura Ane. Por eso, el colectivo va cambiando continuamente en base a sus intereses. Ni siquiera tiene un logo que lo identifique. @
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- “La vida sería soportable si no hubiera placeres”. - ¿Es tuya la frase? - No, yo ya no tengo ideas. Sólo tengo memoria. La notte (Michelangelo Antonioni, 1961)
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La vida se escribe desde una silla incómoda Su prosa tiene un estilo elegante y le bastan pocas palabras para demostrar que, con su agudeza e ironía, es capaz de retratar de forma perspicaz las miserias del ser humano. A sus 67 años, las catorce novelas que ha publicado el escritor francés Jean Echenoz le dan el bagaje suficiente para hacer necesaria una retrospectiva de su vida.
A
g Texto
Elizabeth Casillas
l igual que Giovanni Pontano, el novelista de éxito que protagoniza la película italiana La notte (1961), Jean Echenoz mantienen una vida social limitada y prefiere pasar la mayor parte de su vida metido en una habitación con un escritorio, muchos libros y una silla de madera que asegura es demasiado incómoda y la causante de que sus novelas sean tan cortas. Ambos tienen una sonrisa melancólica y una mirada irónica, les sienta bien el traje y el cigarro en la mano como manda el canon de los galanes en blanco y negro. De hecho, el escritor francés bien podría haberle robado el puesto a Marcello Mastroianni, ponerse a las órdenes del director Michelangelo Antonioni, y besar con pasión a esa eterna rubia disfrazada de morena que es Jeanne Moreau. Contaba el traductor y también escritor Sergi Pàmies hace ya unos cuantos años que Jean Echenoz tenía el carácter ideal para esta profesión. «Es discreto, sabe observar, pasa desapercibido y es capaz de detectar el humor allí donde otros sólo ven cruda realidad», relataba en una crónica de la visita del francés a Barcelona donde, por cierto, conoció a Enrique Vila-Matas, con quien entablaría una estrecha relación. Eso fue en enero de 1990, varios años
antes de que publicara su gran éxito Me voy, por el que ganó el Premio Goncourt en 1999. En ella contaba la historia de Félix Ferrer, un escultor venido a menos que decide dejarlo todo y aventurarse en un buque camino del Polo Norte en busca de antigüedades que vender en su reconvertida galería de arte. Los viajes, como el de Ferrer, son una característica de sus novelas, quizás por su atracción por los aeropuertos. Antes de su gran año, el galo ya contaba en su haber con ocho títulos publicados, entre otros: El meridiano de Greenwich, su ópera prima; Cherokee, Lago o Rubias peligrosas.
Tres vidas, tres
Tras publicar Jérôme Lindon: mi editor y Al piano, Echenoz daría a luz la primera entrega de una peculiar trilogía. Tres biografías ficcionadas donde la precisión no es lo importante, sino el ingenio del novelista para añadir esos pequeños detalles verosímiles que sólo existen en su imaginación y que sirven de excusa para hablar de las batallas que mantenemos contra nuestras propia identidad. Fue en 2006 cuando nos embarcamos en otro barco, un transatlántico que cruzaba de Francia a Estados Unidos, ocupando un camarote de primera que llenamos de pijamas, partituras y manuscritos inéditos. Todos éramos
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Maurice Ravel, uno de los compositores más importantes de principios del siglo XX. La obra, centrada en los diez últimos años de la vida del autor de Bolero, está llena de ironía y mala leche que, gracias al laconismo que caracteriza a Echenoz, es devorada con avidez a expensas de que el lector sufra un corte de digestión. Más tarde llegó Correr, basada en la vida de Emil Zátopek. Se trata de la historia de un atleta checoslovaco, único representante de su país y tomado a chufla por los espectadores que, en los Juegos Interaliados de Berlín, en 1946, acelera sin parar desde la salida en la prueba de los cinco mil metros y cruza la meta en solitario dejando boquiaberto al público. Cuando reaccionan, los espectadores estallan en un clamor. Después llegan los espías, la decadencia, las limitaciones de Moscú, el trabajo como barrendero, el tormento. O no. O sólo en parte. Eso se cuenta en la novela. Lo que sí es cierto es que en los Juegos Olímpicos de Helsinki, en el plazo de una semana, Zátopek consiguió el oro en 5.000 m, 10.000 m y en el maratón y pasó a la historia del atletismo. «Mi trabajo no es el de biógrafo, sino el de novelista, aunque para esta serie, para una serie de tres libros, uno de los cuales es sobre Zátopek, utilizo personajes reales del mismo modo que utilizaría los personajes de ficción», respondía el autor en una entrevista para Página 2.
Genios solitarios
Nikola Tesla fue tomado como personaje de ficción para Relámpago, que vería la luz en 2012. Relámpago habla de Gregor, un personaje con el carácter del inventor astrohúngaro, con sus filias y sus fobias, marcado por una lucha constante contra algunos de sus iguales. De hecho, Tesla protagonizó varias de las pugnas por patentes más sonadas de la historia, como la invención de la radio, o el eterno combate de corrientes con Thomas Edison, con elefante electrocutado incluído, que terminaron por forjar su conocido carácter solitario. Después, los relámpagos y las palomas serían su única compañía. La vida del padre de la electricidad comercial es tan apasionante que, en ocasiones, la verdad supera la ficción. Por eso, nadie debería perderse la magistral obra de Margaret Cheney Nikola Tesla, el genio al que le robaron la luz (Turner, 2010), una biografía llena de detalles que hacen justicia a un genio que, en su momento, fue despreciado y estafado. Haciendo cábalas, llegamos a la conclusión de que la soledad es el nexo de unión de los personajes que forman esta trilogía. Se repite sistemáticamente la historia del genio que cede ante su obra, es
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Para Echenoz, escribir es romper en mil pedazos la percepción del mundo y reunir esos pedazos en un orden diferente.
absorbido por ésta, y termina alejándose a pasos agigantados de la sociedad que le rodea. De hecho, los años han convertido a esta particular melancolía en condición sine qua non para formar parte del grupo de los legendarios, para ser leyenda. Es probable que sea esta Una silla serie, lacónica, concisa, incómoda quizás cortante, la muestra sea la culpable de más representativa de un estilo lacónico, la idea que Echenoz conciso, cortante, tiene de la profesión lleno de aciertos. de escritor y que, tal y como define en el libro colaborativo El juego del otro (Errata Naturae, 2010), considera que es una sucesión de acciones. «Captar, robar, apropiarse, desviar, romper en mil pedazos la percepción del mundo y reunir esos pedazos en un orden diferente para intentar dar una imagen reconstruida de ese mundo», subraya. Su obra más reciente, 14, llegaría el pasado año y conquistaría inmediatamente a la crítica con su relato sobre la I Guerra Mundial. Bien por la cercanía del centenario de La Gran Guerra, bien porque las trece obras anteriores le dan a uno el bagaje suficiente para crear una legión de fans, la historia caló en los lectores. Hasta el mismísimo Carlos Boyero cayó rendido a sus pies y se atrevió a alabar públicamente sus libro. Porque 14 no es una simple novela más sobre soldados que van al frente y dejan amores en sus pueblos, ni esa otra en la que dos amigos se separan, ni tampoco aquella en que las mujeres deben ponerse a trabajar en una fábrica de zapatos para sacar adelante a sus hijos durante la ausencia de sus maridos. No es una historia, son todas. Una panorámica que, en apenas cien páginas, sintetiza una guerra que lo cambió todo. El próximo 4 de octubre, Jean Echenoz visitará Bilbao con motivo del festival La Risa de Bilbao, donde mantendrá una conversación con su colega Emmanuel Carrère sobre literatura, humor y otras facetas de la vida. Decía Sergi Pàmies, en aquella vieja crónica sobre la visita del escritor francés a nuestro país, que sabía que Echenoz fuMaria mucho y que si, por suerte para él le entrevista una periodista rubia, él sonreirá con melancólica ironía, porque sólo se vive una vez y porque nunca se sabe. Quién sabe, si esta vez, encontrará a su rubia. @
bad romance Cuando aquella mañana fría de invierno atravesó parte del
distrito 9 de París en una furgoneta blanca, nunca sospechó que se convertiría en pieza angular de la literatura contemporánea francesa. Aún temblorosa por el traqueteo del viaje y preocupada porque la lluvia hubiese traspasado el fino impermeable de burbujas que rodeaba su cuerpo, se acomodó en aquella habitación de techos blancos y asombrosa claridad. Prefirió situarse junto a la ventana, frente a una mesa atiborrada de papeles, fotografías y libros, para poder ver el ligero trajín de transeúntes que pasaban por el adoquinado mientras esperaba. Escuchó como la puerta se cerraba y unos pasos ligeros se acercaron a la habitación. El aroma del papel, acrecentado por el calor que emitían los radiadores, impregnaba el lugar. Él, un joven bohemio de ojos claros y pelo lacio al que aún no conocía, se paró en seco para observar su silueta desde la venta. Sonreía. Estaba emocionado. Con paso firme, se dirigió a la ventana y se sentó. Algo fue mal. Ella no se encontraba cómoda con aquella situación, ni él encontraba una postura confortable. Ambos pensaron que sería cuestión de adaptación, que el flechazo a primera vista que sintieron en los grandes almacenes era una señal. De todas formas, el había invertido todos sus ahorros en esa relación, quizás cegado por aquel cartel rojo con la palabra ‘saldos’. Pasaron los años, quizás demasiados, y las novelas fruto de esa relación eran cada vez más cortas. Sin embargo, el éxito aumentaba con cada nueva publicación. Los periodistas le atosigaba con preguntas sobre su inspiración. En cada presentación, a las que el siempre acudía solo, le preguntaban por el momento exacto en el que decidía dar por concluída una novela. Un día, quizás demasiado cansado por una mala conexión en el aeropuerto de Frankfurt, confesó: “quizás mi silla sea demasiado incómoda”.
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EL AÑO DE LAS BES TIAS
g Texto
David Ortega
1984 Hace tres décadas los planetas se alinearon para regalar al mundo el que muchos consideran el mejor año cinematográfico de la historia. Con apenas unos meses de diferencia los espectadores disfrutaron de películas que marcarían un antes y un después en la industria. Era 1984.
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E
n 1984 pasaron muchas cosas. Casi todas malas, como el nacimiento de Mark Zuckerberg, y alguna buena, como el de Scarlett Johansson. Precisamente ese año es considerado por muchos, por cualquier persona de bien en realidad, el mejor año cinematográfico de la historia, y no porque la actriz de voz pegajosa como un blandiblú viniera al mundo para alegría de los creadores de gifs, sino porque el desbordante cúmulo de estrenos paridos durante sus doce meses fue digno de una familia media del Opus Dei. Bien por un capricho del destino o, como suele ocurrir en estos casos, por pura casualidad, el caso es que el cine de los últimos treinta años ha estado marcado directa y profundamente por algunas de las películas que se estrenaron en un único año. Y es que después de 1984 nada volvió a ser igual. En realidad sí, porque los ochenta duraron seis años más, pero la nostalgia es muy jodida y tiene estas cosas. La lista es larga y sinuosa, como la lengua de Miley Cyrus, y toca todos los géneros posibles, como la lengua de Miley Cyrus. Con todo, es seguramente en el terreno del fantástico donde 1984 supuso un punto de inflexión a la hora de unir calidad, frikismo y éxito de taquilla. Pero en realidad hubo de todo. Con apenas unos meses de diferencia asomaron la cabeza películas como Los Cazafantasmas, Terminator, Dune, Gremlins, Indiana Jones y el Templo Maldito, La historia interminable, Footlose, Érase una vez en América, Loca Academia
de Policía, Pesadilla en Elm Street, Los chicos del Maíz, This is spinal tap, Splash, Tras el corazón verde, Los albóndigas en remojo, Top Secret, Sangre Fácil, Paris Texas, Despedida de soltero, El vengador tóxico, En compañía de lobos o Amadeus. Del tirón y sin vaselina, Hollywood eyaculaba películas de culto cual adolescente sufridor frente a un ordenador con una conexión de 56KBs: lento pero certero. Hasta Chuck Norris tuvo su gran obra maestra ese año, Desaparecido en combate, e incluso los achuchables e inflamables ewoks estrenaron su aventura por aquellos días. Todo fue tan grande en 1984 que hasta tuvo una película con su propio año, porque 1984 se estrenó en 1984, cuadrando todo metafóricamente como un gran puzle sideral. En realidad, la concentración de obras cuyo calado marcó un antes y un después en la industria se redujo más aún de lo que echando la vista atrás pueda parecer, porque el año empezó perezoso y no fue hasta el 23 de marzo cuando los cines de Estados Unidos recibieron el primer gran pelotazo, Loca Academia de Policía. Dirigida por el mismo tío de… de… dirigida por Hugh Wilson, Incluso Chuck que nunca volvería a Norris y los repetir éxito en la gran achuchables pantalla con la misma e inflamables fuerza que la primera ewoks tuvieron su de las seis películas de este grupo de gran obra ertzainas, fue la sexta maestra ese año película más taquillera
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1984
EL AÑO DE LAS BESTIAS El calendario de estrenos de EL GRAN AÑO nos deja, sobre todo, una primavera espectacular y una fecha marcada en rojo por encima de todas las demás: el 8 de junio. Si tú también naciste en 1984, enhorabuena, eres coetáneo de la mejor cosecha que ha dado Hollywood.
17 febrero Érase una vez en América Sergio Leone
FEBRERO
*
2 marzo This is the spinal tap Rob Reiner
MARZO
9 marzo Los chicos del maíz Fritz Kiersch 9 marzo Un, dos, tres... splash Ron Howard 23 marzo Loca Academia de Policía Hugh Wilson 23 mayo Indiana Jones y el templo maldito Steven Spielberg
MAYO
Mayo El vengador tóxico Michael Herz, Lloyd Kaufmann 8 junio Cazafantasmas Ivan Reitman
JUNIO JULIO
8 junio Gremlins Joe Dante 8 junio Top Secret Jim Abrahams, David Zucker 22 junio Karate kid John G. Avildsen 20 julio La historia interminable Wolfgang Petersen
OCTUBRE
12 octubre Sangre fácil Joel Coen 26 octubre Terminator James Cameron 9 noviembre Pesadilla en Elm Street Wes Craven
NOVIEMBRE
5 diciembre Superdetective en Hollywood Martin Brest
DICIEMBRE
14 diciembre Dune David Lynch 14 diciembre 1984 Michael Radford
Las fechas corresponden al estreno de las películas en EEUU.
* Estreno en wide release, en unos pocas salas, su estreno a nivel nacional fue el 1 de junio.
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del año en EEUU. Y eso a pesar de que muchos, como el mítico crítico Roger Ebert le cascaran un cero patatero en sus críticas con frases como “Tus amigos y tú deberíais jugaros a la pajita más corta quién entra en el cine a verla”. Pero que levante la mano el que no flipara con los ruiditos de Michael Winslow, el actor que encarnaba a ese policía negro que tantos atragantamientos provocó en sus imitadores. Descansen en paz. Abandonando Hollywood por un momento, el 6 de abril tuvo lugar en Alemania el estreno de La Historia Interminable (su estreno en EEUU se demoraría hasta julio), de la mano de Wolfgang ‘Das Boot’ Petersen. Las peripecias de Bastian y su ¿perro? ¿dragón? Fuyur junto a su alter ego Atreyu plasmaron con acierto en celuloide la novela de Michael Ende causando sensación en los niños y niñas de la época. Pero en plan bien, no como ahora, que eran los ochenta y por entonces los films para la juventud eran pulcros y neutros, salvo los que no lo eran. Un mes después, el 23 de mayo, George Lucas y Steven Spielberg decidían estrenar la secuela de En Busca del arca perdida, ya con el nombre de su protagonista en el título. Indiana Jones y el Templo Maldito es la más oscura de las cuatro películas del arqueólogo, y con ésta son cerca de dos millones las veces que alguien dice esta frase en un reportaje sobre la saga. Recibida en su día con división de opiniones, y ya van dos topicazos seguidos, el tiempo acabó haciendo justicia a la segunda encarnación de Harrison Ford con sombrero y látigo, con un Spielberg desmelenado probablemente a consecuencia de las relaciones sexuales que mantenía esos días con la actriz Kate Capshaw, compañera de Indy en la película y esposa del director posteriormente. Todo legal. Unos días después, Sergio Leone se daba la madre de todas las hostias en taquilla con Érase Una vez en América. La culpa no fue suya -y de hecho es probablemente su mejor película, lo que es mucho decir del señor que dirigió El bueno, el feo y el malosino de los productores, que ante el temor de que una cinta de cuatro horas hiciera correr el pánico entre los espectadores le metieron unos tajos -a la película, no a Leone- que ríete tú de Michael Myers. El resultado fue que, mientras en el festival de Cannes a los espectadores se le hacía el culo pepsicola de placer, en Estados Unidos nadie entendió un carajo del argumento en esta historia liderada por Robert de Niro sobre una Nueva York de gansters y gente chunga en general con varios saltos temporales. Todo por culpa de una versión recortada de 244 minutos hasta las poco más de dos horas. Fue, por cierto, el debut de Jennifer
Si hay películas que marcan una generación, Los cazafantasmas es el film de los ochenta por excelencia
Connelly en la gran pantalla. Poca broma.
Y así, justo una semana después del estreno de Erase una vez en America, llegó el día del segundo advenimiento de Jesucristo en forma de muñeco gigante de Marshmallow. El 8 de Gremlins, junio de 1984 se estrenó, demasiado al mismo tiempo, violenta, provocó Los Cazafantasmas el cambio en y Gremlins. Qué decir, por un lado, de los criterios de la obra dirigida por calificación por Ivan Reitman, con edades el fallecido Harold Ramis y Dan Aykroyd como alma mater. Si hay películas que pueden marcar una generación, Los Cazafantasmas es probablemente el film de los ochenta por excelencia, con una secuela más que digna y punto, al contrario de otras sagas que acabaron enmerdadas en continuaciones sacacuartos. Bill Murray antes de Bill Murray, las potas verdes con dientes antes de las potas verdes con dientes. Sigourney Weaver, Rick Moranis, una canción de la que no hacía falta saberse la letra... La cuadratura del círculo hecha película de entretenimiento y estrenada el mismo día que un cabroncete llamado Gizmo, más majo que las pesetas, se libraba de convertirse en un hijoputa verde al igual que sus hermanos al ser mojados por culpa de un chaval cuyo padre entró en el chino equivocado. El film de Joe Dante, producida por Spielberg, fue un pelotazo importante cuyas escenas más violentas, demasiado para el cuerpo de la época en lo que a cintas supuestamente familiares se refería, provocó que la Motion Picture Association of America cambiara la forma en la que calificaba las películas para niños apenas dos meses después de su estreno. Pero junio del 84 dejó otro pedazo de historia cinematográfica en la figura de un anciano bajito, muy zen pero también con muy mala leche, y un pringao italoamericano predecesor de los guidos de Jersey Shore, pero con menos músculos y cocaína. Pat Morita y Ralph Macchio, el señor Miyagi y Daniel San para los amigos, sembraron la semilla de las hostias como panes en una generación de chavales que se apuntaban en las escuelas de kárate nada más salir del cine sólo con la intención de patear el culo al rubio de los Cobra
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Kai de su colegio. Porque en todos los colegios había un rubio de los Cobra Kai. Dato: el actor que encarnó a Daniel San tiene hoy la misma edad que tenía el que interpretaba al señor Miyagi. Lo que significa que si esto te ha flipado eres viejo y vas a morir más pronto que tarde. Desde que Karate Kid se estrenara el 22 de junio hasta el 26 de octubre no pasó absolutamente nada. Amadeus, como mucho, y Top Secret aceptando pulpo como animal de compañía. Pero cuando el otoño azotaba la taquilla y a 1984 sólo le restaban dos meses, un austriaco hasta arriba de esteroides y un director que ahora le cae mal a todo el mundo se la sacaban con una película sobre un robot que venía del futuro a matar a Sarah Connor, aunque el jodido era incapaz de dar con ella sin buscar su nombre en la guía telefónica. Terminator dijo hola a la ciencia ficción de la mano de James Cameron y Arnold Schwarzenegger –que hizo doblete estrenando ese año Conan el destructor-, en una dupla que después repetirían, entre otras, en su secuela, que redefinió el cine de acción en los noventa y voló el cerebro a los chavales con un Terminator de metal líquido. Por aquel entonces al ahora creador de la chusca Avatar ni se le pasaba por la cabeza que el imaginario que estaba llevando al cine acabaría convertido en parte intrínseca de la cultura pop de los ochenta. Cameron, que como Spielberg acabó enrollándose –y casándose- con la actriz principal, Linda Hamilton, consiguió tras dar muchas vueltas que una productora, Hemdale Pictures accediera a dejarle dirigir su propio guión después de que la mayoría le negara esa posibilidad por su nula experiencia tras las cámaras. Mayor bagaje, aunque tampoco para tirar cohetes, tenía Wes Craven cuando el 9 de noviembre estrenó Pesadilla en Elm Street y de la noche a la mañana cinceló uno de los personajes de terror más característicos y cachondos del género, el amigo de los niños Freddy Krueger. Era el 9 de noviembre y Johnny Deep se
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Superdetective en Hollywood lo petó saliendo de la nada hasta convertirse en la segunda película más taquillera del año
quedaba dormido en su cama con sangrientos resultados. Craven se inspiró en tres artículos del Los Angeles Times en los que se informaba de que sendos inmigrantes del sudeste asiático, sin conexión aparente entre sí, habían muerto por la noche mientras tenían una pesadilla. Como de otras tantas películas estrenadas en 1984, Hollywwod lanzó hace unos años un remake producido por el anticristo, alias Michael Bay, más mala que el ébola. Otro anticristo del cine, pero más negro y menos gracioso, fue impulsado a la fama para desdicha de la humanidad tras el estreno el 5 de diciembre de una comedia con aparentemente pocas pretensiones. Pero el éxito es como ligar en Euskadi, aleatorio, y Superdetective en Hollywood, con Eddie Murphy como protagonista, lo petó de tal manera que saliendo de la nada y con un presupuesto de quince kilos acabó siendo la segunda película más taquillera del año en Estados Unidos con 234 millones de dólares recaudados, sólo cuatro menos que la número uno, Los cazafantasmas, y ambas muy alejados ya de la tercera, Indiana Jones y el Templo Maldito, con 179 millones.
Pero 1984 tenía una última bala en la recámara. El 14 de diciembre, en los minutos de la basura del año, Michael Radford llevaba a la gran pantalla la desgraciadamente visionaria novela del mismo nombre escrita por George Orwell. Una distopía de manual en la que el Gran Hermano nos vigila a todos, como Gorka Maneiro. Y así, presagiando lo que estaba por llegar, el mejor año de la historia del cine tocó a su fin. Luego vino 1985, que no fue para tanto pero tampoco estuvo mal porque se estrenaron Regreso al futuro, Los Goonies y El Jinete Pálido. Pero ésa... ésa es otra historia. @
En realidad no es necesario un pie de foto, porque os las habéis visto cuatro millones de veces.
Una exposición para la historia La galería Bottleneck de Brooklyn dedicó el pasado mes de febrero una exposición al trigésimo aniversario de tan prolífico y atractivo año cinematográfico. Bajo el título It came from 1984 la muestra recogía más de 130 trabajos de distintos artistas inspiradas en las icónicas películas estrenadas ese año. Para el que Nueva York le pille ahora mismo un poco a desmano, la página web de la sala de exposiciones www.bottleneckgallery.com cuenta con imágenes de las obras y ofrece la posibilidad de adquirirlas a precios la mayoría bastante razonables.
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ENTREVISTA
Maria Herreros La editorial Taschen acaba de elegirla como una de las ilustradoras más influyentes del momento, aunque nosotros ya le seguíamos la pista por fanzines y obras anteriores como Negro viuda, roja puta. Este año, además, ha colaborado en la antología Enjambre y la adaptación gráfica de Todas putas. Sin duda, este es el año de Maria Herreros.
g Texto
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Elizabeth Casillas
aria Herreros es una de las mejores ilustradoras del panorama internacional y no lo decimos nosotros, sino la prestigiosa Taschen en su anuario Illustration Now! 5, algo que asegura le hizo mucha ilusión porque era su referente cuando era estudiante. «Miraba a todos los que aparecían en él y pensaba ¡madre mía, qué pasada poder estar ahí!», explica emocionada. Antes, Maria había pasado por fanzines y publicado Fenómeno (Edicions de Ponent, 2012) o Twelve violet eyes and a life y Negro viuda, rojo puta con el colectivo Ultrarradio. En muy poco tiempo, la ilustradora valenciana se ha convertido en la cara más visible de Enjambre (Norma Editorial, 2014), una antología de historietas dibujadas por varias autoras y para la que, además de sus páginas, ha realizado la portada. También ha colaborado en la adaptación gráfica de Todas Putas que editó hace
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unos meses Dibbuks y sobre la que hicimos un largo análisis en el número anterior de Cactus. Así que aprovechamos toda esta vorágine en la que está inmersa Maria para preguntarle sobre cómo lo está viviendo, el cómic confesional, cómo ha llegado hasta aquí y lo que aún está por venir. Sin duda, parece que este es su año. Tienes un estilo único y fácilmente reconocible, ¿cómo ha sido el proceso hasta llegar a él? Básicamente se trata de dibujar mucho, mucho, mucho, mucho, hasta que vas creando tu propio lenguaje. Una vez me explicaron que se trataba de hacer un país visual con normas o leyes que tú misma te imponías. Entonces, a base de dibujar y dibujar, por ejemplo un día te gusta cómo has solucionado una oreja y decides que a partir de ese momento lo harás siempre así. Otro día igual estás dibujando un fondo y te das cuenta de que te gusta dejarlo todo de un color plano, hacerlo sólo con líneas y darle al personaje varios colores . Vas dibujando hasta que llegas a una conclusión que te gusta y te lo plantas como norma. Hay ilustradores que incluso se lo escriben en los bordes. Y a la hora de darle el color, ¿tienes también una paleta preestablecida como norma? Me doy menos cuenta del color. Cuando estoy preparando un trabajo, en un formato aparte, voy probando combinaciones de paleta de color según lo que requiera el encargo o las características técnicas, como por ejemplo en la serigrafía donde sólo puedes utilizar dos o tres colores. Así que siempre la delimito antes de empezar el proyecto. En la obra en general, una paleta común no es tan consciente, sino que al ver todos tus trabajos juntos encuentras ciertas similitudes. Queda algo pedante porque suena a Picasso, pero creo que ahora tengo una etapa muy rosa, no sé por qué. En la ilustración no es en el único terreno en el que podemos verte. ¿Dónde te sientes más cómoda, en el cómic o en la ilustración? No lo separo tanto en mi mente porque cuando hago ilustración también trato de que tenga un tipo de narrativa. Una ilustración fija no te permite una narrativa muy temporal, porque los sucesos no están pasando en ese momento, pero sí que me invento una historia detrás de todas las ilustraciones. Incluso si es un retrato, tiene puntos simbólicos que hablan de ese personaje, cuenta cosas. Sí que lo separo cuando es un cómic más largo, con una narrativa temporal que requiere otro tipo de esfuerzo en el guión, de tiempos, de planos... ¿Qué te exige más? Quizás diría que el cómic me cuesta más porque llevo menos tiempo, y sobre todo el cómic
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«Una vez me explicaron que dibujar consistía en hacer un país visual con normas o leyes que tú misma te imponías»
largo, como estoy haciendo ahora, debido a que la narrativa temporal es costosa de hacer y a que hay que abordarla con humildad porque es muy difícil. Pero lo estoy disfrutando, porque me gusta y me gusta asumir el reto. El primer cómic que hice fue porque vieron en mi dibujo cualidades de cómic y querían publicarme otro tipo de cosa, pero me preguntaron: “¿Te atreverías a hacer cómic?” Yo ante esa pregunta siempre tengo que contestar que sí, porque nunca dejo de hacer nada por miedo y siempre me encanta aprender. Entonces, yo que había hecho muchísimos comics de pequeña y adolescente, y que durante la facultad lo había dejado, me vi retomándolo y ahora estoy muy contenta. De hecho, recientemente te hemos podido ver en Enjambre y Todas Putas, dos de las antologías más destacadas del año. ¿Cómo ha sido tu experiencia en estas publicaciones? Con Enjambre me lo he pasado súper bien en el sentido social porque muchas de las que salimos en el cómic estábamos en la Asociación de Autoras de Cómic, y algunas de las de Todas Putas también. Nos hemos visto bastante en firmas y hecho amistad, creamos un sentimiento de grupo y, puesto que es un cómic bastante reivindicativo, hicimos mucha piña. También me hizo mucha ilusión poder representar a las compañeras con la ilustración de la portada de Enjambre. Gracias a Todas Putas nos conocimos en Ficomic las que no nos conocíamos. Estoy muy contenta de trabajar con personas que idolatro como Sonia Pulido, Ana Galvañ, Lola Lorente... Autoras que me parecen estupendas y de las que me siento súper orgullosa. En Todas Putas el guión venía dado por Hernán Migoya, pero en Enjambre la responsabilidad era toda tuya. ¿Cómo asumes este proceso de la obra? A la hora de hacer el guión, cuando estoy desarrollando la parte narrativa, no puedo evitar imaginarlo como una película. Tengo planos muy cinematográficos, unos tiempos concretos… Soy muy de cine y me lo imagino así. Visualizo bastante en la cabeza y en el guión describo los planos o ciertos colores, hacer un macro aquí o allá. Para el cómic que estoy haciendo ahora, Me
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«Me preguntaron: “¿Te atreverías a hacer cómic?” Y yo tuve que contestar que sí, porque nunca dejo de hacer nada por miedo»
dieron nombre, estoy redactando cual novela y de ahí voy sacando extractos y los voy adaptando al cómic. Es una manera de trabajar nueva que no había utilizado nunca, antes iba dibujando y poniendo los diálogos a la vez. Me lo iba imaginando encarnado en vivo, como una peli. ¿Y en el caso contrario, cuando tienes que adaptar un guión como en Todas Putas? Lo afronté con un montón de ilusión porque me encantó el tema. Mi cuento se llama Spice up! A pop tale y habla sobre la decadencia de una Spice Girl. A mí el tema decadente me encanta, lo bizarro, el tema popular de las Spice Girls. Nada más ver el título dije “este lo quiero yo”, y le pedí a Carla Berrocal que por favor me lo guardase, incluso antes de leérmelo. Cuando me lo leí y confirmé mis sospechas, pensé que era ideal para mí. El cuento de Hernán es súper gráfico, no me costó mucho adaptarlo porque describe de una manera maravillosa y pone los puntos donde los pondría yo: en la cochambre, en la decadencia, en el análisis psicológico de los personajes. Lo estaba leyendo y prácticamentee lo estaba visualizando. Tus obras se pueden englobar dentro del cómic confesional, un paso más allá del autobiográfico. ¿Qué te parece la etiqueta? El término “cómic confesional” no lo había escuchado hasta hace dos días cuando lo vi en un blog y participé con una historia que había hecho para el fanzine El Fresquito, y me encanta. Creo que el cómic puede abordar todo tipo de temas, algunos más serios o políticos como pueden ser los de Paco Roca, pero en mi caso me gusta usarlo para temas más personales o más íntimos, y casi siempre son intimidades de esas que uno se guarda, las miserias humanas, la cochambre de uno. Es algo que tenía en la cabeza y que no sabía ponerle nombre. Y en Negro viuda, rojo puta el carácter tragicómico sale a relucir de forma soberbia. No sucede nada de relevancia en todo el cómic, pero se ve cómo se sienten los personajes ante todo, ante mil tragedias cotidianas, que no son tales, pero que las vivimos así. Personas muy egocéntricas y dramáticas, como creo que somos todos en esta sociedad. Pero me gusta
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«Me gusta usar el cómic para contar intimidades de esas que uno se guarda, las miserias humanas, la cochambre de uno»
centrarme en eso, en las minitragedias cotidianas de las que hacemos un mundo, cosas que nos pueden pasar a todos como que tus padres no entiendan tu carrera o que tus amigas se casen. Por otro lado, también te hemos visto utilizar tus armas para protestar contra la reforma del aborto o mantener en la memoria a las niñas de Nigeria. Esos proyectos salen del estómago y son cosas que ni siquiera te las planteas, rozan la frontera entre tu trabajo y tu corazón. Por ejemplo, con lo de las niñas de Nigeria estuve muchísimo tiempo con un nudo en el estómago impresionante. Cada vez que las escucho mencionar me da muchísima lástima, no solo esas niñas en concreto, sino lo que hay en el mundo que hace que sucedan esas cosas, como la pobreza o el machismo, que casi siempre estamos viendo y no podemos hacer nada para evitarlo. Puedes hacer una pequeña donación, firmar o compartirlo por ahí, pero al final si quieres ofrecer lo que tú mejor puedes dar, pues haces una ilustración e intentas hacer una campaña para que se vea un poco el asunto. ¿Y en el caso de la reforma de la ley del aborto? Hice esta ilustración porque tenía dolor de ovarios real cuando escuché que se iba a aprobar esa ley, no me lo podía creer. Cogí lo que tenía a mano, porque no estaba en mi estudio, hice ese mensaje y subí la foto. Y después ha rulado, creo que lo que más de todo lo que he hecho, y eso que no tiene mi velo o mi criterio de exigencia de acabado de ilustración profesional, pero directamente estaba harta. Son cosas que no puedes evitar, aunque una quiere pensar que hace una pequeña ayuda. El escritorio de uno mismo es una pequeña plataforma con la que no puedes llegar tanto como quieres, pero Internet ayuda. Es un granito de arena. ¿Temes de alguna manera que esta labor más social de tu obra pueda perjudicarte en tu trabajo? Yo creía que no, pero últimamente he visto algunas cosas que me hacen pensar que sí. De todas maneras no me preocupa porque es algo que tampoco puedo evitar, de la misma manera que no podría hacer un dibujo para una corrida de toros o para algo que me pareciera machista. ¡Y no me sobra el dinero, soy dibujante! Pero una no se puede plantear mucho más porque no va a renunciar a ello. Sin miedo. Estás trabajando en una nueva novela gráfica, Me dieron nombre, ¿nos puedes adelantar algo? Será una obra en formato road trip que está inspirada en la canción de
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Foto: Paula G. Furió (paulagfurio.com)
Jim Croce, I got a name, y básicamente se llama así porque es un homenaje a la generación de nuestros padres. Simboliza que ellos nos dieron un nombre o un apellido, y por ello me refiero a todo lo demás que nos dieron. La generación de nuestros padres normalmente tuvo que sacrificarse para que nosotros pudiéramos tener carreras o desarrollar nuestra vocación, ni siquiera podríamos estar hablando de nuestra vocación o de lo que nos inspira o de lo que nos gusta hacer en la vida si ellos no hubieran renunciado a ello y no se hubieran puesto directamente a plegar el lomo, a trabajar, a sacrificarse para que nosotros naciéramos en un escaloncito más arriba. Está protagonizado por una chica que abandona su vida en la ciudad y su incipiente carrera para seguir la estela de un padre al que no conoció mucho, el cual ella creía que había
estado ausente por motivos egoístas y de repente empieza a descubrir el sacrificio que hizo su padre, que simboliza a toda esta generación. ¿Y se sabe más o menos para cuándo estará terminado? No puedo decirlo aún. El cómic es algo muy peliagudo, al que tienes que sacarle horas porque es muy sacrificado y al que le encuentras respuesta o beneficios con el tiempo, por lo que tienes que ir cumplimentándolo con trabajos de ilustración. También es un proyecto largo, muy personal y al que le tengo mucho cariño, por lo que quiero hacerlo bien. Por ejemplo, ahora vengo de un viaje por carretera en coche, sin casa, ni hotel ni nada, que he aprovechado para recopilar mucha información visual. Quiero nutrirme de todas estas experiencias antes que ponerme una fecha. @
ARECHAGA 7 (BILBAO) TFNO: 946 756 196
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El triste deambular de nuestra generacion i
g Texto
Sandro Gomato
Bajo su apariencia de comedia, las novelas de Tao Lin y las historietas de Simon Hanselmann comparten un subtexto desolador que sintetiza a la perfección el lado oscuro de toda una generación de jóvenes marcada por la despolitización y la apatía; todo ello con el grito desesperado de Meredith Haff de fondo.
O
“Hemos internalizado desde la infancia, y de forma tan indeleble, la crueldad y la fría racionalidad de nuestro tiempo, que el idealismo nos parece ingenuo” Dejad de lloriquear (Meredith Haaf, 2012)
igan el clamor, sólo tienen que llevar las orejas sin taponar: ¡no hay políticos decentes, la política cada vez le interesa a menos gente! Al joven de entre 20 y 35 años además le llegan otros gritos: algo sobre un porvenir diezmado por una crisis perenne, un fatal cambio climático, una más que probable catástrofe nuclear (¿hasta cuándo aguantará Fukushima?), unos índices descomunales de paro, una hucha de pensiones vacía y una democracia con cada vez menos predominio del demos. En definitiva, una serie de elementos capaces de configurar unas expectativas de futuro terribles, una inyección de incertidumbres y amenazas como único combustible para atravesar ese ya de por sí oscuro pasillo que es lo que nos queda por vivir. Todos estos elementos los apuntó una escritora perteneciente a ese grupo de edad, Meredith Haaf, en su excelente ensayo generacional Dejad de lloriquear, donde concluía que, al contrario que ocurrió con las generaciones anteriores, en la suya sus perspectivas están condicionadas con mucha más fuerza por el temor que por la esperanza. Era 2012, y mientras que Meredith Haaf aireaba los problemas que le quitan el sueño a la juventud actual, el cosmos literario estatal se convulsionaba con la publicación de la segunda novela de un proclamado nuevo prometedor talento llegado desde Virginia. Hablamos de Tao Lin, y de Robar en American Apparel, una historia con marcados tintes autobiográficos cuyo título ya incluye el nombre de uno de los tótems de esa derivación de la cultura juvenil asociada al consumismo y a la frivolidad. Su protagonista es Sam, un aspirante a escritor que vive lindando la miseria a varios niveles: económico, existencial y, de un tiempo a esta parte, además, amoroso. En esa situación, y junto a amigos y otros desconocidos, Sam vivirá una serie de (aparentemente) divertidas peripecias que le llevarán incluso a pasar un par de días en la cárcel. A tenor de algunas de las citas escogidas por Alpha Decay en la contraportada, Robar en American Apparel es un libro divertido y luminoso. Sin embargo, bajo ese relato de comedia se esconde un subtexto profundamente desolador. Lo es porque, ante las circunstancias citadas, en Sam no hay rastro de nada que se parezca a luchar. El estilo frío y plano de la prosa de Tao Lin refuerzan más si cabe la sensación de apatía que se desprende de los personajes: experiencias normalmente traumáticas o, cuando menos intensas como robar y ser enviado a la cárcel son vividas por Sam con la misma insensibilidad (e incluso aburrimiento) con la que chatea con sus
amigos mientras se pregunta si debería comer cereales o un dónut. Esa abulia sentimental sale a flote en un Sam cuyo estado vital anda cerca de ese futuro sin perspectivas descrito por Meredith Haaf. No sólo eso, los personajes coquetean con la política de manera superficial y frívola. En un pasaje de la novela, los protagonistas encuentran un cartel con una reivindicación social escrita en él, y deciden cogerlo, pasearlo e incluso hacer de él su bandera. Sin embargo, es sólo un juego que queda patente cuando una mujer les inquiere acerca del contenido de la pancarta. Cuando la mujer pregunta a Sam por qué están de acuerdo con ello, la respuesta de Sam es reveladora: “No lo sé, sólo llevo el cartel; lo necesitamos para ponerlo a nuestro lado”.
Hoy en Jackass: Megg, Mogg & Owl
El mundo del cómic adquirió un brillo especial el pasado mes de abril gracias a la llegada a nuestras estanterías de Hechizo total, la primera entrega de las disparatadas aventuras de la bruja Megg, su gato Mogg y el búho Búho y la obra a la cual pertenece la imagen de la página anterior [en concreto, a un exlibris incluído en la primera edición de Fulgencio Pimentel]. Su autor, Simon Hanselmann, posee una historia marcada por una infancia traumática, por episodios de ansiedad y depresión y por una precocidad insólita a la hora de crear sus primeras historietas. Es imprescindible recalcar que el tebeo de Hanselmann es, ante todo, una lectura increíblemente divertida, pero también en ocasiones una herramienta catártica para el autor y un reflejo sensacional de algunos de los rincones más sucios de nuestro aquí y ahora. De tal forma que podría recordarnos a los personajes de la obra de Tao Lin, a los protagonistas de Hechizo total apenas se les conoce profesión alguna, pasan el día tirados en el sofá viendo series de televisión y tomando todo tipo de drogas y dedican la vida a deambular de un sitio a otro entre pesadas bromas que entre ellos mismos se preparan. Claro, el fondo no dista demasiado de la imaginería de autores que ya conocemos como el Irvine Welsh de Cola, sin ir más lejos. Sin embargo, aquella generación crecida en los 70 y los 80 gozaba de cierto espíritu de rebeldía alimentado por la contracultura, por mucho que ésta se haya asociado últimamente más a un movimiento prefabricado que a una revolución espontánea. Vivimos en la era de despolitización, de la inacción, de los partidos “de centro”, de una cada vez mayor insensibilización frente a estímulos como la violencia o el sexo... Ahora mismo, en nuestro sofá, la bruja Megg y el gato Mogg están follando colocados mientras Búho rueda por la alfombra. @
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Antonio Barea Acantilado (2013)
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o d a m o t e t n pue g Texto
J
Koldo Gutiérrez
Fotografías cedidas por el colectivo de intervenciones artísticas en el Puente de Deusto
uan Pablo Ordúñez, conocido en el mundo del arte como ‘MawatreS’, lleva desde 2012 realizando un original proyecto en el puente de Deusto. Gestiona las intervenciones artísticas en el puente, para que otras personas utilicen la icónica caseta, que lleva casi dos décadas en desuso, como espacio expositivo. Mawa consideraba que una estructura como esa, situada además en una zona tan privilegiada que conecta Deusto con Abando, podía ser aprovechada sin una gran inversión. Se lo propuso al Ayuntamiento, pero les puso muchas limitaciones. Así que su amiga y profesora Arantza Lauzirika, actual decana de la Facultad de Bellas Artes, le sugirió utilizar la Universidad para conseguir su objetivo. “Con el apoyo de la UPV fue más sencillo, porque no era solo una cuestión económica”, rememora. Su filosofía consiste en lograr la mayor cantidad de intervenciones con el dinero obtenido. “Preferimos programar muchas y luego parar cuando se acaba el dinero”, explica. La primera edición hubo seis intervenciones, la segunda nueve y la actual tendrá ocho. Poco a poco, la financiación ha ido variando. Este tercer año viene principalmente del Paraninfo de la UPV y Bilbao Art District, y para el futuro esperan seguir con ellos. Muchas de las intervenciones se producen en BilbaoArte. “El arte no se dedica solo a crear objetos, sino también a abrir caminos y generar contextos”, sostiene. Justo esa intención tiene su proyecto:
recuperar la actividad de un elemento arquitectónico industrial totalmente olvidado. Para hacerlo, invitan a distintos artistas que creen que puede funcionar en un entorno como ese, con una única condición: debe ser un proyecto nuevo y específico para el puente. No todos los participantes son vascos, pero sí tienen alguna vinculación, aunque sea temporal, con el País Vasco. Sin embargo, aunque el propio Mawa es artista, no ha participado en su propio proyecto porque “no me gustan los artistas que se comisarían a sí mismos”, se excusa. Aunque no descarta ser el último en hacerlo, si algún día se termina su plan. Al comienzo también valoraron la caseta del puente del Ayuntamiento y la estuvieron viendo por dentro, pero se decantaron por la otra debido a sus amplias ventanas, mayor tamaño y mejores instalaciones. Cuando estaba operativa, un trabajador vivía dentro, así que cuenta con cocina, baño y una habitación, aunque ahora se encuentra en mal estado tras años abandonada, como hemos podido comprobar. El comisario considera que actualmente en Bilbao “hay un montón de gente haciendo cosas, pero hay poca conexión entre ellas; falta relación entre ciertos colectivos, personas y situaciones”. Por eso él trabaja con Arantza y un equipo de más personas para ofrecer su espacio a otros artistas. “Siempre he creído que la unión hace la fuerza”, aclara. @
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o puente tomad
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komando trini gol en el campo, paz en la tierra (2012)
Juan Aizpitarte panagnosis (sept. 2012)
o puente tomad
Manuel Casellas Lo que reluce (mayo 2014)
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o puente tomad
Diego vivanco estado de situación (agos. 2013)
Mikeldi Pérez Geometría abstracta y barata (Julio 2013)
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Marcos Ramos alzamientos (junio 2013)
o puente tomad
Igor Rezola izenbururik gabe (agos. 2012)
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Holden Caulfield
E
gg Texto
Ilustración
Koldo Gutiérrez
Mox Pāradox
l díscolo adolescente Holden Caulfield tenía una preocupación aún mayor que la de salir con chicas, emborracharse y fumar como un carretero. Y desde luego no eran sus estudios, mal que les pesara a sus sufridos padres. Holden no podía evitar pensar de vez en cuando en los patos que viven en el lago de la zona sur de Central Park. ¿Qué pasará durante el invierno, cuando el agua se congele? ¿Irá alguien a recogerlos para llevarlos a un zoo o se marcharán volando por su cuenta a un lugar más cálido? Quizá eso fuera fruto de la añoranza que sentía por su ciudad natal, especialmente desde que estaba interno en Pencey, un elitista colegio privado de Agerstown, Pennsylvania. Claro que el incorregible Holden ya había pasado por unos cuantos, así que esa solo era otra muesca más en su extenso historial. El centro tenía un equipo de fútbol americano, que solía enfrentarse habitualmente al colegio rival de Saxon. Como no había muchas espectadoras femeninas, Holden acostumbraba a ver el partido desde lejos, con ese desinterés tan suyo, en lo alto de una colina, helándose de frío. Al menos, aquella vez en diciembre de 1949 pudo cubrirse la cabeza con su nuevo gorro de caza rojo, que había comprado esa mañana en Nueva York. Había ido allí con el equipo de esgrima como capitán del equipo y se había olvidado los floretes y el resto del equipamiento en el metro, así que al final no hubo encuentro y sus compañeros no le dirigieron la palabra durante la vuelta. En el fondo, le hizo gracia la situación, pero era preferible guardárselo para sus adentros. Tampoco tenía grandes remordimientos por haber suspendido cuatro de sus cinco asignaturas. Por ese motivo sería expulsado y no podría volver a Pencey tras las vacaciones de Navidad, pues era un colegio muy exigente. Ya se lo habían advertido y el director había hablado con sus padres, pero él, como siempre, no hizo ni caso. Solo aprobó Lengua, pues era lo que mejor se le daba, aunque él mismo reconociera tener “un vocabulario pobrísimo”. No es que se esforzara mucho; le bastó con escribir una
redacción alguna vez. Alguien tan inteligente como él no necesita mucho para salir del paso. No iba a echar mucho de menos a sus compañeros de colegio, que apenas le dejaban en paz cuando se ponía a leer uno de sus libros favoritos, Memorias de África. Discutía frecuentemente con ellos e incluso se peleó una vez con el prepotente de Stradlater por defender el honor de Jane Gallagher, una chica a la que Holden apreciaba. Y perdió, claro, porque aunque pareciera mayor de lo que era, debido a su altura y a algunas canas, era bastante flaco y debilucho. Lo hizo porque respetaba a las mujeres, sabía aceptar un “no” por respuesta y por eso aún era virgen, según decía. No obstante, cuando Sally Hayes, una chica con la que solía salir, rechazó su idea de fugarse juntos a la naturaleza, él no se lo tomó muy bien y tuvo que pedirle disculpas. La muerte le rondaba cerca. Era un tema que le interesaba y preocupaba a partes iguales. El fallecimiento de su hermano Allie tres años antes y el suicidio de un compañero en otro colegio le dejaron tocado. A decir verdad, lo del estudiante quizá solo le apenó porque cuando se arrojó por la ventana llevaba puesto un jersey que el propio Holden le había prestado. Su cinismo y misantropía le permitían calar rápidamente a la gente y percibir sus defectos. Por muy pequeños que fueran, tenía la capacidad de magnificarlos hasta hacer un mundo de ellos. Lástima que no se percatara de que él mismo incurría en muchos. De lo que sí era consciente es de sus virtudes: se enorgullecía de ser un gran bailarín, como pueden atestiguar esas tres mujeres con las que bailó en el Hotel Edmont. Aunque luego acabó esa noche solo bebiendo daikiris y recurriendo a una prostituta, pero le dio pena que fuera de su misma edad y le pagó pese a no realizar el servicio. Holden odiaba el cine, así que es obvio que no tuviera en buena estima a su hermano mayor, D.B., guionista de Hollywood. Al menos sí quería profundamente a su hermana pequeña, Phoebe. De alguna manera, representaba para él la pureza y la inocencia de la infancia. Eso que él echaba tanto de menos. @
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Cada mes, instan-tes reĂşne a cinco escritores con cinco ilustradores, que no se conocen entre sĂ, para dar vida a cinco historias cortas que se preparan exclusivamente para este proyecto. En te presentamos una en cada nĂşmero, el resto puedes encontrarlas en www.instan-tes.com
VIAJE I
POSTUMO g g Texto
Ilustración
Francisco Molero
Marta Alonso
D
espués de asimilar una desgracia, y tras no haberme podido despedir con hermosas y memorables palabras, el destino injusto de la mano me contuvo al viaje póstumo que fue el deseo último de mi difunto padre. Tiempo atrás me imperó con su tono caballero, ya ciego y sordo entre elogios y esperanzas, que sus cenizas volaran, que las metiera en su emigrante maleta y me fuera con ellas a una isla del otro hemisferio, al cielo virgen de las alturas, y lo dejase irse para siempre entre nieblas, nubes y espesuras a donde la corriente le ofreciese un lugar para reposar siendo polvo en el ágora donde todos callan, sobre un cadalso lleno de inocentes descansando sin más. Y así fue como lo dispuse todo: no fue ni isla ni península sino tierra firme en continente; no fue el otro hemisferio, ni uno desconocido sino el mismo, mas una vez en las alturas, elevándose un vértigo insaciable a través del cielo despejado esperando el lugar acorde, el momento oportuno, el viento favorable, agarré con fuerza su maleta llena de él, recé elogios mundanos, alabanzas sin melancolía y procedí, abriéndola al vuelo y viendo descender como con vida, planeando sus cenizas, mil colores que dejó un cuerpo, el de mi padre, como un mandala flotando en los cielos, sin tiempo ni cadáver, donde ahora decansa por fin sin fobias ni rencores despreciables.
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Pasatiempos La sección en la que Cactus pone a prueba tu compromiso con la cultura popular
CRUCIGRAMA
Caballos famosos ¡y yeguas!
¿Qué sería de un héroe sin su corcel? Aquí van unos cuantos caballos famosos, que pertenecieron a personas importantes.
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VERTICAL 1. El caballo de Woody se hizo famoso gracias a la frase de la vaquera Jessie: “¡Corre como el viento…!”
3. Jesús Gil tenía el corazón dividido entre su Atleti y este caballo. 4. El Cid no sería el mismo sin él y Tizona. 5. El vaquero más rápido del Oeste utilizaba este caballo rubio para cazar a los hermanos Dalton. 7. El caballo más rápido de la Tierra Media solo podía ser montado por Gandalf. 8. Hasta la fecha, que sepamos, se trata del único caballo que ha sido nombrado cónsul de Roma. 12. Este caballo alado no necesita mucha descripción. ¡Por Zeus! 14. La montura ideal para cazar colosos con un mando de la Play.
HORIZONTAL
2. El veterano Fantasma no se comió mucho la cabeza para bautizar a su corcel. 6. Un joven Alejandro Magno domó este caballo salvaje con sus propias manos. 9. Este purasangre participa en peligrosas batallas, incluida la Primera Guerra Mundial, y consigue volver con su joven dueño. 10. El caballero de la triste figura sería aún más triste sin él y su fiel Sancho. 11. Esta montura ayuda a Atreyu a salvar Fantasía de la Nada. 13. El nombre de esta yegua no impone tanto como su jinete, Geralt de Rivia. 15. Este corcel indomable se enamoró de la yegua Lluvia. 16. Link necesita esta yegua para salvar a Zelda en sus aventuras por Hyrule.
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Las soluciones, en nuestra web, a través de este código QR:
¿QUIÉN PROTAGONIZÓ...? Tres actores excepcionales han fallecido este año, dos de ellos muy recientemente. Este es nuestro pequeño homenaje a los inolvidables Philip Seymour Hoffman, Álex Angulo y Robin Williams, recordando algunos de sus papeles menos conocidos. ¿Eres capaz de identificar qué películas protagonizó cada uno?
1. El rey pescador
5. La crisis carnívora
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
2. Embriagado de amor
6. La última noche
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
3. Muertos de risa
7. El mejor padre del mundo
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
4. Insomnio
8. Antes que el diablo sepa que has muerto
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
HOFFMAN / ANGULO / WILLIAMS
COMPLETAR
Compañeros
Una figura habitual en muchas novelas, películas y comics es la del sidekick, ese ayudante fiel que acompaña al protagonista en sus aventuras. Aquí debes encontrarle a cada “jefe” su escudero.
ROBIN BATMAN ...................................................... SHERLOCK HOLMES
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DOCTOR WHO ...................................................... HAN SOLO
......................................................
DON QUIJOTE ...................................................... BOB ESPONJA ...................................................... FINN EL HUMANO
......................................................
DOCTOR MALIGNO
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BOB EL SILENCIOSO
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RATCHET ...................................................... DOCTOR FRANKENSTEIN
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YAMCHA ......................................................
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CONSUMIR PREFERENTEMENTE ANTES DE
CACTUS Nº 8
! o s e u q l e o d n a z i ¡R
a
ntes de que Chester Cheetah, ese maldito Poochie, se convirtiera en la mascota oficial de Matutano en España y ocupara cada envase de la compañía, había sitio para otros personajes menos cools pero más entrañables. Tal es el caso de los tres ratones que aparecían en tres de los paquetes más famosos a comienzos de los años 90: Ricitos, Torciditos y Bolitas. El que nos ocupa es, básicamente, el antecesor de los actuales Rizos, por eso conserva
incluso el color naranja del envase. Un snack estándar, ligeramente más grandes y con menos sabor a queso que los Rizos, que manchaba los dedos, dejaba paluegos en los dientes e incluía una breve tira cómica. Un niño no necesita mucho más que eso para ser feliz. Pese a lo que diga Chicote, como aprendimos con Ratatouille, no debemos desconfiar de que un roedor se relacione con la comida. Así que parecía ideal situar a tres ratones ¿hermanos? al frente de las bolsas con sabor a queso… Hasta que fueron sustituidos por el guepardo con gafas de sol y zapatillas. Ricitos era algo así como el líder del grupo, el más normal y sanote.
Como prueba de que antaño recibíamos una mejor educación y de que los 90 fueron muy locos basta un simple hecho: uno de los regalos por consumir Ricitos, Torciditos y Bolitas eran reglas para aprender a escribir letras y números… ¡Y a dibujar a los tres ratones! Una gran estrategia para engañar a los padres: “Aita, déjame 100 pesetas que voy a comprar una regla para el cole”. Imagen de la regla: todocoleccion.net
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No me tire, deposíteme sobre una mesa para que otros puedan disfrutarme. Gracias.
AGENDA
septiembre / octubre 2014 - bilbao
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VIE 26 SEP 21:00
BORJA ZARRABEITIA “PROYECTO ZARRA” (CANTAUTOR)
VIE 10 OCT 21:00
NO SURRENDER (VERSIONES POP-ROCK)
SAB 13 SEP 23:00 SWING NIGHT CON BASIN STREET BAND VIE 19 SEP 23:00 WEDNESDAY LIPS (AIENRUTA) SAB 20 SEP 23:00 BLUES NIGHT CON BASIN STREET BAND VIE 26 SEP 23:00 TTUN-TTUN (HILARIO RODEIRO JAZZ 4TET) SAB 27 SEP 23:00 SWING NIGHT CON BASIN STREET BAND
VIE 12 SEP
21:00
VIE 19 - DOM 21 SEP
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Con cada cambio de estación llega Zona Franca.Además de multitud de actividades: música, talleres, exposiciones, teatro, mercados… todos los espacios ZAWP se encuentran abiertos para que, quienes deseen acercarse, puedan conocer de cerca los proyectos residentes y su trabajo.
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