2 minute read
Andrea Caprarulo Pasquali
EL INFLUJO DE RICHARD AVEDON EN «LOS ÚLTIMOS» Por Andrea Caprarulo Pasquali
Entre 1979 y 1984, ya en sus 60 años y con una larga trayectoria en el mundo de la fotografía, Richard Avedon se embarcó en lo que él mismo dio en llamar su «último gran capítulo»: el reportaje fotográfico «Into the American West», una serie de 124 imágenes que venía a derrumbar el mito del héroe del oeste americano encarnado por John Wayne y mostraba una colección de rostros parcos, frontales, surcados por las dificultades de la vida.
Advertisement
124 retratos en blanco y negro. Sobre un fondo blanco que descontextualiza al sujeto y elimina cualquier elemento de distracción. Una puesta en escena que Luis Areñas llevaba en su cabeza desde que empezó con la fotografía y con la que se obsesionó aún más cuando, en su estancia de varios años en Estados Unidos, casi llegó a ser ayudante de Avedon... cuestiones burocráticas que no vienen al caso se lo impidieron.
Así es que concibió Los últimos. Con Avedon de musa. Con similitudes: el blanco y negro, la luz natural indirecta, el alto contraste, el fondo blanco que abstrae del entorno, el foco puesto en el centro de la mirada, sin recorte ni reencuadre, la copia en gran tamaño y desnuda en la pared, sin cristal. Y, también, con diferencias: la cámara réflex digital en lugar de la cámara de placas de gran formato (8 x 10 pulgadas), el procesamiento digital —hacer el dodging & burning en Photoshop, no a mano y con lápices rojos—, la captura de movimiento en algunos gestos que una cámara de gran formato no permitiría, el tamaño de la exposición (44 vs 124 imágenes), la financiación —Avedon obtuvo ayuda de un museo, Areñas contó con el apoyo de su hermano productor para llevar adelante el proyecto—. Los dos habían sido fotógrafos de moda y eso se deja ver en el tratamiento estético del sujeto, en un preciosismo que quiere ser velado por la severidad de la escena.
«Algún día tenía que poder aplicar su técnica fotográfica —concluye Areñas—, inspirarme en su técnica y en su manera de tratar al sujeto». La irradiación de Avedon y sus personajes del oeste se hace visible y patente en Los últimos, en esas líneas y pliegues llenos de contraste, en esos rostros de la Guerra Civil que son surcos, que son años, que son resumen de vidas.