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Nota
Cruce presenta su primera edición del 2023 titulada Mientras caminamos. En esta ocasión contamos en la portada con fotografías de Javier Martínez. Sobre esta muestra, Martínez nos dice que “el lienzo fotográfico se aventuró a plasmar la esencia de mi tránsito desde Carolina, Puerto Rico a New York City, El Barrio” (p. 31). Este número, además, presenta el resultado de la residencia artística en El Lobi (info@el-lobi.com) de lxs artistas Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría a través de la exposición PAD| de cómo habitar la fuga. Según Vanessa Hernández Gracia, esta es una puesta en común de dos investigaciones fotográficas que se informa de la experiencia migratoria, los efectos de la gentrificación y la perspectiva —formal y metafórica— para reflexionar acerca de lo habitable desde un lugar de subjetividad que busca dar cuenta críticamente de la relación que existe entre el espacio, la ciudad, la arquitectura y la mirada de quien transita y vive estos espacios… las imágenes han sido capturadas en ciudades de Europa, Estados Unidos y para efectos de la residencia, en varios sectores de Santurce, Puerto Rico. (p. 9)
Mientras caminamos también cuenta con diversas investigaciones, al igual que varios ensayos y expresiones artísticas. Comenzamos con el ensayo de Sylvia T. Domenech Fernández (p. 22) donde se “propone analizar perspectivas de la historiografía contemporánea” (p. 23) en torno a la historia cultural. Plantea que
El devenir de la historia cultural ha cobrado auge entre la historiografía contemporánea desde la década del treinta del siglo pasado. Ha representado el desarrollo del quehacer de la disciplina como una de “menos restricciones” y “más perspectivas”1. Se trata de un ejercicio integrador y dialéctico entre la memoria de la historia y más abarcadoras posibilidades de interpretación del pasado, siempre abierto a la historiografía. (p. 29)
1 Editorial-Hacia la “novísima historia”. Op.Cit.,Boletín del Centro de Investigaciones Históricas (UPR-RP), núm 3, 1987-1988, p.8
Por su parte, Manuel Martínez Maldonado reseña dos series interesantes en “Juegos: Hustle (Netflix) y The Card Counter (HBO Max)” (p. 46) y José Edgardo Cruz comparte su cuento “La mujer que nunca pudo” (p.42). Mientras que María Calixta Ortíz presenta “Epidemiologia de un mundo líquido” (p.60) como parte de su exposición en la conferencia magistral coordinada por la Dra. Lorna Martinez, Vicerrectora del Recinto de Cupey junto al Dr. Carlos Padín, vicepresidente asociado de Recursos Externos, Investigación y Cumplimiento de la UAGM. La edición también expone una serie de fotografías tomadas por Bryan Suarez durante dicha conferencia (p. 50).
Asimismo, este número integra un impresionante dossier de parte de Editora Educación Emergente (EEE www.editoraemergente.com) sobre Archivo rural, el libro más reciente de la escritora puertorriqueña Vanessa Vilches Norat (p. 70). Este recoge “los trabajos de escritorxs y académicxs boricuas que comentaron el libro de Vilches Norat en cuatro eventos de celebración en diferentes zonas y espacios del país” (mayo a noviembre 2022): Claudia Becerra Méndez, Malena Rodríguez Castro, Mara Pastor, Ada G. Fuentes Rivera, Wilson Torres Rosario, Beatriz Llenín Figueroa y Mari Mari Narváez (p. 77). Agradecemos a Beatriz Llenín Figueroa y Sofia Irene Cardona por la introducción, reflexión y curadoría de este magnífico dossier.
Concluimos esta nota destacando una vez más varias convocatorias relacionadas a diferentes proyectos e iniciativas de interés: La Semana de la Conciencia Social – La universidad ante los retos de la época (p.116); el calendario de actividades del Centenario de Rafael Tufiño (p. 113); y la convocatoria (con una extensión en la fecha de entrega hasta el 10 de abril) a una edición especial de Cruce en colaboración con el Pato Project Foundation https://www.tpp-foundation.org que busca recopilar textos (de todo tipo) que cuenten la(s) historia(s) moderna(s) puertorriqueña(s) a través del lente LGBTTQIA+ con un enfoque particular en el siglo XX (pp. 110-111).
Pueden disfrutar de este nuevo número: Mientras caminamos en - https:// issuu.com/revistacruce
¡Feliz 2023!
Roxanna Domenech Cruz, directora Revista Cruce
División de Artes Liberales editorescruce@uagm.edu
PAD/ de cómo habitar la fuga
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría
Artistas residentes del lobi
COMUNICADO DE PRENSA
Para publicación inmediata Vanessa Hernández Gracia (787) 393-2488 info@el-lobi.com
@el_lobi_
Residencia artística Puerto Rico y Colombia en El Lobi
SAN JUAN, PUERTO RICO. Lxs artistas Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría, residentes en Madrid, presentarán hasta el 7 de enero de 2023 el resultado de su residencia artística en El Lobi, espacio de arte independiente ubicado en el 621 de la calle Ernesto Cerra en Santurce, Puerto Rico titulada PAD | de cómo habitar la fuga. La muestra se compone de ejercicios fotográficos en varios soportes y formatos, incluyendo dos publicaciones a cuatro manos que han fungido como zona de contacto inicial y punto de partida —formal y metodológico— para el diálogo y la colaboración en esta residencia de cuatro semanas.
PAD | de cómo habitar la fuga, es una puesta en común de dos investigaciones fotográficas que se informa de la experiencia migratoria, los efectos de la gentrificación y la perspectiva —formal y metafórica— para reflexionar acerca de lo habitable desde un lugar de subjetividad que busca dar cuenta críticamente de la relación que existe entre el espacio, la ciudad, la arquitectura y la mirada de quien transita y vive estos espacios. En esta ocasión las imágenes han sido capturadas en ciudades de Europa, Estados Unidos y para efectos de la residencia, en varios sectores de Santurce, Puerto Rico.
El proyecto es un ensayo crítico visual sobre la habitabilidad enfocado a la cuestión espacial y a la respectiva subdivisión de esos espacios como problema social, económico y ambiental que ejercen su influencia en el espectro demográfico de nuestras ciudades. Igualmente este impacto visual, modifica constantemente nuestras emociones y relaciones en torno a los extensos conglomerados edificados en nuestras ciudades con un enorme peso en la percepción de estética y de clase.
Abdiel D. Segarra Ríos (Santurce, Puerto Rico, 1984). Artista, gestor cultural y curador. Graduado del Bachillerato en Bellas Artes de la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico (2008), de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (2013) y del Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual, de la Universidad Autónoma de Madrid (2018). Entre sus exposiciones individuales figuran Orfeón San Juan Bautista: sujeto y objeto (2014) en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico y Geometría de lo ordinario (2017) en Área: Lugar de proyectos. En 2019 recibió la Beca Lexus para Artistas con el proyecto Things about that unbreakable (and Unstoppable) consumption pattern
David Santamaría (Medellín, Colombia, 1975). Artista y diseñador multidisciplinar, Licenciado en Publicidad por la Universidad Pontificia Bolivariana. Es creador audiovisual transmedia y, en su obra, combina la investigación fotográfica, el arte generativo, la realidad aumentada, la obra gráfica, el audiovídeo y la creación impresa tradicional. Afincado desde hace más de 20 años en Madrid. Constante buscador de música y coleccionista de vinilos. Se ha especializado en la música del Caribe y ha participado en festivales, clubes y eventos; también ha publicado artículos, ilustrado portadas y creado cartelería sobre este tema.
El Lobi es una organización cultural sin fines de lucro, gestionada por artistas, que promueve la práctica artística, el pensamiento crítico y las colaboraciones con agentes culturales tanto locales como internacionales mediante talleres, encuentros, conferencias, residencias y exposiciones. Este proyecto es posible gracias al apoyo de Maniobra del Centro de Economía Creativa (CEC) y Mellon Foundation.
Les esperamos en El Lobi. Para más información pueden comunicarse al (787) 393-2488, info@ el-lobi.com o seguir el perfil de El Lobi en Instagram: @el_lobi_
PAD/ de cómo habitar la fuga
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría Residencia artística
El Lobi, Santurce, Puerto Rico
2 de diciembre-7 de enero de 2023
PAD1
Detalle de la sala de exposiciones
Crédito: David Santamaría
PAD2
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría Composición Santurce 1, 2022 Medidas variables
Crédito: David Santamaría
PAD3
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría
Video-Instalación PAD 1, 2022
Lona impresa y video
140x46
Crédito: David Santamaría
PAD6
Mesa de las publicaciones
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría
Texto por Vanessa Hernández Gracia
Publicación PAD 1, 2022
Pliegos A3 / Plegado A4
32 páginas, color.
Papel Offset Naturally 80gr
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría
Publicación PAD 2, 2022
Pliegos 17x11 / Plegado 8.5x11
32 páginas, color
Papel dull 90gr
Crédito: David Santamaría
PAD7
Detalle de la sala de exposiciones
Crédito: David Santamaría
PAD8
Abdiel D. Segarra Ríos y David Santamaría
Video-Instalación PAD 2, 2022
Escombros de cemento, video y madera Medidas variables
Crédito: David Santamaría
PAD13
David Santamaría
PAD Santurce 4, 2022
16x24
Impreso sobre papel velvet
Perspectivas y apuntes necesarios para hacer historia cultural
Sylvia T. Domenech Fernández
Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
Se ponía a leer y no había quien le hablara. Te podías matar llamándolo, y él en otro mundo. Leía mucho a Salgari, a Emilio Salgari1 Eran libros de aventuras, de historias. El corsario negro es uno de los títulos que recuerdo y Los piratas de las antillas. En casa, entre la sala y el comedor había dos medio puntos, y Papi acomodaba allí sus libros. Eramos cinco hermanas, y a ninguna de nosotras, nos dio por leérlos. Cómo eran libros de aventuras, yo no estaba por leer esas cosas. Me gustaba leer libros de fantasía eran los que tenía Doña Laura, la vecina, para su hija…cuentos de hadas….no sé por qué. Tal vez porque Mami no leía si no el periódico que nos traían a la casa donde vivíamos y no teníamos otra vida que no fuera la de la central. Así fue que empecé a leer las noticias. (memorias de mi madre 1927-2022, sobre la vida en la Central Carmen en Vega Alta, donde pasó su niñez, su adolescencia y su primera adultez.)
Introducción
¿Historia cultural? Partiendo del trabajo de las figuras clásicas de la disciplina, estas reflexiones proponen analizar perspectivas de la historiografía contemporánea.
La interdisciplinariedad que caracteriza el devenir de la disciplina, se traduce en una óptica amplia para la interpretación de las fuentes de la investigación. No pretende este ensayo una retrospectiva completa de lo que se ha considerado historia cultural. Más bien, busca explorar huellas y claves para la historiografía.
Referente imprescindible a la noción de historia cultural, es el trabajo del historiador inglés Peter Burke, quien limita el quehacer a la necesidad de definir el objeto de estudio. Al analizar esto en su libro Formas de historia cultural 2 sostiene, “no hay mas acuerdo sobre lo que constituye la historia cultural que sobre lo que constituye la cultura” 3. Enfrentar la definición del termino “cultura”; algo imposible de configurar rotundamente.
A Burke, las múltiples definiciones sobre lo que significa cultura le hace “adoptar la definición de los existencialistas…pues la historia cultural no tiene esencia… sólo puede definirse en terminos de su propia historia” 4. Más aún, el auge la disciplina, como observa en otro de sus estudios What is cultural history?5, merece estudio, dado el carácter evolutivo de la disciplina.
1 Emilio Salgari (1862-1911) fue un periodista y escritor italiano considerado el padre de la cultura pop en Italia. Su obra, consta de unos 84 títulos de libros seriados de aventuras y ficción histórica. Entre estos se encuentran las series o ciclos de Los piratas de las antillas. Los personajes masculinos eran justicieros valientes que buscaban rescatar a la sociedad de sus villanos. Sus novelas se hicieron lecturas populares desde las últimas dos décadas del siglo XIX. También representaron una gran influencia para muchos reconocidos autores. Entre estos, el semiólogo, filósofo, medievalista y escritor Umberto Eco, quien fue lector de sus libros desde sus primeros años. Otros pertenecientes al mundo de las letras y de la historia latinoamericana tales y como Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges y Pablo Neruda, se identifican como lectores de Salgari. El legendario líder revolucionario, Ernesto Che Guevara se dice que llegó a leer 62 de sus 84 libros. El biógrafo de este ultimo, sostiene que las ideas anti-imperialistas de este pueden verse como “salgarianas en sus orígenes”.
2 Burke, Peter. Formas de historia cultural. Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2000. P.15
3 Ibid. p.15
4 Ibid. p.15
5 Burke, Peter. What is Cultural History? Second Edition; Cambridge; Polity; 2008.p.1
Burke elabora un trasfondo y marco filosófico en torno a la tradición clásica y la actualidad de la historia cultural. Historiadores europeos, así como de los Estados Unidos han aportado al mosaico de conceptos que representa la historia cultural.
Historiadores y académicos de la talla de Jacob Burckhardt (historiador del arte y la cultura), así como Joseph Huizinga, (teórico cultural e historiador) publicaron sus trabajos de historia de la cultura en libros dirigidos mayormente a un público general (“Wrote their books primarily for a wider public”67 ). Les interesó comunicar los asuntos de la civilización más allá del ámbito académico. No parece accidental el que la historia cultural comenzara a desarrollarse en la Alemania que hablaba alemán. Esto es, previo a la unificación, cuando esta se considerada una comunidad cultural y no una política
Simultáneamente, la historia mundial contemporánea (en su análisis Burke se refiere a los años 30 y 40 del Siglo XX) significó un tiempo de revolución en el pensamiento y la práctica histórica. Esto es, en la definición de la historia como saber. En Francia surge el movimiento de la nueva historia, interesándose por casi cualquier actividad humana, y la que igualmente surge como “una historia escrita deliberadamente contra el paradigma tradicional (término del historiador de la ciencia Thomas Kuhn)”8
La historiografía cultural ha producido historia sobre asuntos que anteriormente se consideraban ahistóricos: la niñez, la muerte, la locura, el clima, los gustos, la suciedad, la limpieza, la gesticulación, el cuerpo, la lectura, el habla y hasta el silencio.
No debe obviarse el hecho de que en el año 1929 (año del crac de Wall Street, de la Gran Depresión y de la crisis de la década del 30 (la que es también la década en que el viejo lector citado en el epígrafe de este escrito leía los libros de Salgari)), cobra fuerza la historiografía. Es el momento cuando aparece el primer número de Annales, espacio de análisis de la historia económica y social, revista de espíritu propio que proponía profundizar en el objeto de estudio por medio de la practica observaciones agudas. No cuestionaba si el investigador era geógrafo o historiador, medievalista o contemporaneísta, curioso de las cifras o apasionado de las “mentalidades”.
Historiadores como Marc Bloch y Lucien LeFevre, se organizarían a la luz de la revista Annales. Incorporando a la historiografía otras disciplinas, daban paso a la nueva historia y a los postulados de la historia cultural. Se trataba, como elaboraría en sus ensayos el medievalista Jacques Le Goff, de “nuevos problemas”, “nuevos enfoques”, “nuevos objetos” históricos.
En Puerto Rico, Annales influyó de manera determinante en el quehacer historiográfico, aunque no exento de críticas por su “atención casi direccional hacia los problemas socio-económicos en los que los aspectos políticos, institucionales, ideológicos, y culturales quedan fuera. Como si no formaran parte intrínseca de la vida misma, una comunidad constituida en nación u organizada en el barrio más humilde y recóndito de ésta.”9
6 Ibid. p.8
7 Nota: La historia cultural se caracteriza por el estilo de prosa dirigido a público mayor. En Puerto Rico, es de conocimiento general que los libros del historiador Fernando Picó deben su popularidad en gran medida por que su estilo está dirigido al público general.
8 Burke, Peter. Obertura: la nueva historia, su pasado y futuro, Formas de hacer historia. Madrid, España: Alianza Editorial, S. A.,1994, p. 15
9 Editorial-Hacia la “novísima historia”. Op.Cit. Boletín del Centro de Investigaciones Históricas (UPR-RP), núm 3, 19871988, p.7
Lo clásico y lo interdisciplinario
Historiadores como el alemán Leopoldo von Ranke rechazaban el trabajo de los historiadores culturales, por considerarlo al margen de su profesión. El método intuitivo de la historia cultural no respondía a la oficialidad y rigurosidad historiográfica. Los rankeanos fundamentaban su quehacer en los documentos de archivos, aunque no elaboraron un método en si para la disciplina.
La historia cultural logró sentar pauta. La evocación del pasado de una cultura y los elementos que denominaron lo “recurrente”, lo “constante” y lo “típico” la distinguió. Su método descansaba en lo intuitivo y en la prosa vívida de su escritura. Burckhardt, por ejemplo, al publicar en el 1860 la Civilización del Renacimiento en Italia, más que eventos o sucesos, describía el rompimiento que significó el Renacimiento para el individualismo, las distintas artes y la sensibilidad moderna. Haciendo del impulso creativo y del arte, fuente primaria para la investigación histórica, Burkhardt se colocaría entre los primeros estudiosos de la historia del arte, además de la noción “cultura”.
Johan Huizinga, filósofo e historiador cultural danés que formó parte de la escuela establecida por Burckhardt, proponía la tarea del historiador como una descriptiva de patrones de pensamiento y sentimiento, además de rituales y expresiones de una era. El objetivo del historiador venía a ser un resurgir de esta. La historia brindaría al lector un sentido de la vida.
Sociólogos e historiadores como Max Weber, Norbert Elias, así como Aby Warburg, EH Gombrich y Erwin Panfsky contribuyeron e incidieron en la visión multidisciplinaria de la historia cultural. Ampliaron la óptica hermeneútica con el estudio y la interpretación de imágenes, artefactos y acciones. Los esquemas perceptuales culturales, la interpretación del significado de las emociones que se expresan a través de los gestos también se convirtieron en objeto de estudio.
Aunque perseguidos en la Alemania de Hitler el círculo de historiadores del arte y teóricos culturales del Warburg Circle (Aby Warburg había fallecido en el 1929) continuaron desarrollando sus ideas 10 en los Estados Unidos (como parte de la diáspora alemana). Articulaban conexiones entre distintos dominios culturales. Al igual, ampliaban la geografía de la historia cultural. El Instituto Warburg también se estableció en Inglaterra.
En el libro Memoria, historia e historiadores 11 su autor, Pierre Vilar, destaca las aportaciones de los que formaban parte de la Escuela de los Annales, Lucien Febvre, Marc Bloch, Henri Berr al reconocerlos como los que “desembarazaron a los historiadores franceses del yugo de la historia positivista (sic) al describir la historia como procesos, estructuras sociales, lo económico, lo social y lo mental: un redescubrimiento espontáneo por exigencias del espíritu” 12. Para Vilar la historia se definía como ciencia humana fundamental. Al historiador marxista le interesaba particularmente la psicología y la teoría freudiana.
La Escuela de los Annales se acercó a distintos temas de la mano de las ciencias sociales. Orientaron la historiografía problematizando el tema, haciendo de este un problema por resolver, incluyendo elementos o artefactos que sirvieran de evidencia para la investigación.
10 Nota: En las últimas décadas del siglo XVIII se había originado en Alemania también el concepto de cultura popular. Este incluía estudios sobre los bailes, rituales, artesanías, leyendas, artes populares, folkloristas y antropólogos. En el 1960 en los EEUU un grupo de historiadores académicos comenzaron a estudiar la escena del Jazz, discutían la música y el público que la escuchaba, el jazz como negocio y como forma de protesta social y política.
11 Vilar, Pierre. Memoria, historia e historiadores. Editorial Universidad de Granada.Campus Universitario de Cartuja. Granada, España. 2004.
12 Ibid. p.16
Tanto marxistas como positivistas, sin embargo, rechazaban los avances de los historiadores culturales. Los primeros, en sus debates marxistas descalificaban dichos logros, por no prestar importancia a los conflictos sociales, así como por conceptualizar la historia atada a una visión homogénea de la cultura. En respuesta a la crítica, historiadores culturales contemporáneos como Burke, puntualizan que entre los más destacados adeptos a la historia cultural, convive un grupo de antiguos marxistas.
En Puerto Rico, los elementos polémicos de la historiografía cobran un rostro aún más agudo. La rigurosa historiadora Isabel Gutiérrez del Arroyo subraya en sus estudios los defectos de los documentos que conservan los viejos archivos coloniales, “…(sic) la historiografía de la primera etapa (la de los cronistas) ha legado, amén de grandes lagunas, buen acopio de errores. En el siglo XIX un grupo de estudiosos de la historia puertorriqueña, entre los que se encontraba José Julián Acosta se lanzaron a la labor de rectificación” 13
Con frecuencia las innovaciones culturales resultan del devenir de pequeños grupos. Al analizar el ascenso y decadencia de la Escuela de los Annales, el historiador español Josep Fontana Lázaro proponía resolver los antagonismos entre los historiadores seguidores del historicismo y los teóricos que cuestionaban el mismo proponiendo (sic) la formulación de un maridaje de erudición y teoría.14
Teóricos influyentes, (pensemos en Mikhail Bakhtin, uno de los teóricos culturales más originales del Siglo 20), se distinguieron por sus ideas en cuanto a los rituales de desacralización, discursos de género, las distintas voces o coexistencia de estas en un mismo texto, así como la correspondencia de esta poliglosa en los estudios de los llamados “documentos del ego” (los textos escritos en primera persona). Entre las aportaciones de mayor interés surgieron las ideas sobre la relación entre la construcción del sujeto y su interacción con el proceso civilizatorio, el diario vivir y la sociología de la cultura escrita de Norbert Elías, así como las de Paul Bordieu en lo relacionado al desarrollo del concepto de habitus y el poder simbólico.
¿Podria desarrollarse la historia cultural de la lectura?, “una experiencia más bien privada practicada por una minoría de personas instruídas que podían comprar libros”, como sostiene Robert Darnton, al analizar los hábitos del diario vivir de un grupo demográfico amplio?15 La lectura, sostiene, “no es una simple habilidad sino una manera de elaborar significado, que deberá variar entre culturas”. Y añade: “Podríamos retratar la lectura de las obras de ficción, autobiografías, escritos polémicos, cartas, pinturas y obras impresas contemporáneas, a fin de descubrir algunas nociones básicas de lo que las personas creían que ocurría al leer”16. Partiendo de los libros como objetos de consumo y de los espacios designados a la lectura, podrían establecerse conexiones entre las distintas disciplinas del saber. Pero, ¿podríamos construir la historia del hombre lector puertorriqueño habitante de la costa norte de la isla y su comunidad?
Darnton sugiere la posibilidad de rastrear las ideas sobre la lectura a través de los anuncios y prospectos de libros. 17 Propone “redefinir conceptos y analizar en profundidad las herramientas y
13 Gutierrez del Arroyo, Isabel. Historiografía puertorriqueña: desde la Memoria de Melgarejo (1582) hasta el Boletín Histórico de Puerto Rico (1914-1927). Ciclo de conferencias sobre la Historia de Puerto Rico. San Juan, P.R.: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1972, p.20
14 Fontana Lazaro, Josep. “Ascenso y decadencia de la Escuela de Annales”, en A.A.V.V., Hacia una nueva historia. Madrid, España: Akal Editor.1985, p.109
15 Darnton, Robert. Historia de la lectura, en Peter Burke (ed.), Formas de hacer historia. Madrid, España: Alianza Editorial, S.A. 1994, p.192
16 Ibid. p193
17 Ibid. p.195 métodos existentes”18 Giovani Levi, historiador italiano pionero de la microhistoria, expone que “en este tipo de investigación el historiador no se interesa solo por la interpretación de las opiniones sino, más bien, por la definición de las ambiguedades del mundo simbólico, la pluralidad de interpretaciones posibles del mismo y la lucha entablada por los recursos tanto simbólicos como materiales”19. La micro historiografía orientada, más que a una historia de vida, a la investigación del pensamiento y los dramas de una comunidad.
Conclusión
Formas de historia cultural, invita a la reflexión sobre el devenir de la historia cultural. Ponderar la afirmación de Burke: “no hay mas acuerdo sobre lo que constituye la historia cultural que sobre lo que constituye la cultura”20 coloca al que se propone historiografiar en una suerte de cruce o diálogo integrador con la disciplina. Para Burke, Burckhardt y Huizinga, el punto de partida es volver a los clásicos, los que hay que atemperar a las nuevas tendencias.
Plantear el problema de definir y describir la cultura partiendo de la premisa de que se trata de algo que carece de una identidad estable21 requiere analizar las teorías de Michel Foucault en cuanto a las rupturas y descontinuidades, así como los sistemas de clasificación (epistemes, o regímenes de la verdad), expresiones de una cultura dada y a la misma vez, fuerzas que forman una cultura en particular. El problema del estudioso que propone historiografiar es complejo.
La manera en que ciertos tópicos son excluidos de un sistema intelectual en particular; la idea de la exclusión de grupos de determinado orden social; los principios organizadores de lo que se puede pensar, decir o escribir en cierta época dada, los discursos colectivos y las ideas sobre las practicas del cuerpo y de la mente de una cultura en particular, representan, además, una gama amplia de consideraciones.
Cambios de perspectiva y la inclusión de los valores actitudinales son elementos que han permitido a los historiadores culturales indagar en dimensiones del pasado a las que otros historiadores no logran acceder.
Teóricos e historiadores como Pierre Vilar (estudioso de la historia de España y lo hispano) el historiador es tan solo el que plantea problemas e interroga documentos.22 ¿Podría el historiador interesado en la historia de la lectura concretizar un andamiaje de influencias italianas concretas o simbólicas incorporado a la cultura puertorriqueña? ¿Existirán catálogos o listas de editoriales distribuidoras de libros que permitan problematizar la lectura de Salgari en el Puerto Rico de la década del 1930? ¿Que del plano simbólico de la lectura?
Al reflexionar en cuanto a la memoria del abuelo lector, viene a mi recuerdo el medio punto de la sala de la casa donde tenían lugar sus horas de lectura. Mi madre, describía al abuelo inmerso en el libro, concentrado en las aventuras de Salgari de tal manera que su estado mental le hacía impenetrable a las circunstancias que le rodeaban.
18 Levi, Giovanni. Sobre microhistoria. En Peter Burke (ed.). Formas de hacer historia. Madrid, España. Alianza Editorial, S.A. 1994, p.120
19 Ibid.121
20 Burke, Peter. Formas de historia cultural. Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2000
21 Ibid. p.15
22 Vilar, Pierre. Memoria, historia e historiadores. Editorial Universidad de Granada.Campus Universitario de Cartuja. Granada, España. 2004. P.44
El viejo abuelo no era picador de caña. Trabajaba en la fábrica de una central azucarera. Residía junto a su familia en una de las casas del batey, por donde día a día iban y venían los picadores de la caña hasta las piezas sembradas de caña madura. El paisaje interno del abuelo siempre estuvo cargado de las playas del océano Atlántico. Al terminar la jornada de trabajo, cada tarde caminaba hasta la playa y se lanzaba al mar. A nado entre las olas, recuperaba los días de su juventud lejos de la fábrica. Los espadachines de los aventureros marinos y las rústicas espadas con que se pica la caña todavía a esa hora parecían sonar cortar los aires y blandir los vientos de Salgari que el abuelo tanto disfrutaba. Tal vez las aventuras que le traían la lectura resultaban instrumentales para irse a otro mundo posible.
El criterio rankeano en cuanto a las posibilidades de la investigación histórica remite a la preferencia de fuentes oficiales de archivo. El sociólogo británico Paul Thompson, trabaja historias de vida. La historia oral es instrumento y método de investigación. Para Thompson, el valor de las fuentes orales radica en dar presencia histórica a aquellos puntos de vista y valores oscurecidos por la oficialidad.23
El valor de la historia cultural radica en la posibilidad de replantear, cuestionar, o delinear trazos de lo constante y lo rucurrente; así como de las rupturas.
Huizinga, publicaría en el 1929 la definición clásica de lo que significa la historia: “Historia es la forma espiritual con la que una cultura da cuenta de su pasado”24. El filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, autor de La rebelión de las masas, define el valor y la dimension humanista del historiador:
(sic)… en cada momento, lo que el hombre es, incluye un pasado. Esto es cierto, aunque solo lo refiramos a la existencia individual. En lo que cada cuál es ahora, interviene el recuerdo de lo que le ha pasado y de lo que ha sido en la porción antecedente de su vida. Por tanto, historia significa aquí persistencia del pasado o venir de un pasado. Ese pasado de nuestro recuerdo influye en nuestra actualidad.25
Podría ampliarse la perspectiva citando las ideas del Editorial de Op.Cit.:
A la hora de voltear la mirada al pasado, ampliemos nuestras miras y sumemos elementos de análisis en vez de excluirlos. Y del mismo modo que incorporamos metodologías y conceptos de las ciencias sociales, abramos también las puertas a otras disciplinas afines que nos ayuden a dispersar las lagunas que persisten en otros aspectos importantes de la vida cotidiana de una sociedad, como es, por ejemplo, el cultural, uno de los grandes olvidos de la nueva historia. 26
March Bloch, influenciado grandemente por el ambiente de su epoca y por Emile Durkheim, fundador de la sociología como disciplina académica, y sus discípulos, sería el autor de un primer gran libro de historia comparada, Les rois Thaumaturges en el 1924, trabajo que significó:
…una línea de investigación de lo que posteriormente se dio en llamar la “historia de las mentalidades”. Historiadores actuales (sic) consideran esta obra blochiana como pionera genial
23 Prins, Gwyn. Historia oral, en Peter Burke (ed). Formas de hacer historia. Madrid, España: Alianza Editorial, S. A., 1994, p.145-146
24 Mitre Emilio, Historia y pensamiento histórico: estudios y antología. Madrid, España: Ediciones Cátedra, S.A., p.274
25 Ibid. p.260
26 Editorial-Hacia la “novísima historia”. Op.Cit. Boletín del Centro de Investigaciones Históricas (UPR-RP), núm 3, 1987-1988, p.8 tanto de la historia de las mentalidades como de la antropología histórica. El ambiente intelectual de la ciudad alsaciana en la que Bloch produjo esta primera obra, (Estrasburgo) era el de una intelectualidad abierta, progresista y sanamente interdisciplinaria.27
La constante tarea de lectura y critica a la que la revista Annales le obligaba, incidiría de manera determinante en su obra.
El devenir de la historia cultural ha cobrado auge entre la historiografía contemporánea desde la década del treinta del siglo pasado. Ha representado el desarrollo del quehacer de la disciplina como una de “menos restricciones” y “más perspectivas”28. Se trata de un ejercicio integrador y dialéctico entre la memoria de la historia y más abarcadoras posibilidades de interpretación del pasado, siempre abierto a la historiografía.
Bibliografía
Burke, Peter. Formas de historia cultural. Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2000
Burke, Peter. Obertura: la nueva historia, su pasado y futuro, Formas de hacer historia. Madrid, España: Alianza Editorial, S. A.,1994.
Burke, Peter. What is Cultural History? Second Edition; Cambridge; Polity; 2008.
Darnton, Robert. Historia de la lectura, en Peter Burke (ed.), Formas de hacer historia. Madrid, España: Alianza Editorial, S.A. 1994.
Editorial-Hacia la “novísima historia” Op.Cit. Boletín del Centro de Investigaciones Históricas (UPRRP), núm 3, 1987-1988.
Fontana Lázaro, Josep. Ascenso y decadencia de la Escuela de Annales, en A.A.V.V., Hacia una nueva historia. Madrid, España: Akal Editor, 1985.
Gutierrez del Arroyo, Isabel. Historiografía puertorriqueña: desde la Memoria de Melgarejo (1582) hasta el Boletín Histórico de Puerto Rico (1914-1927). Ciclo de conferencias sobre la Historia de Puerto Rico. San Juan, P.R.: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1972.
Levi, Giovanni. Sobre microhistoria. En Peter Burke (ed.). Formas de hacer historia. Madrid, España. Alianza Editorial, S.A. 1994.
Vilar, Pierre. Memoria, historia e historiadores. Editorial Universidad de Granada.Campus Universitario de Cartuja. Granada, España. 2004.
27 Faci, Javier, “Marc Bloch: un apologista de la historia”. Revista de Occidente. Enero 1994 (núm 152), p.55
28 Editorial-Hacia la “novísima historia”. Op.Cit.,Boletín del Centro de Investigaciones Históricas (UPR-RP), núm 3, 1987-1988, p.8
De Carolina, Puerto Rico a New York City, El Barrio
Javier Martínez
Fotógrafo Independiente
Mientras caminaba por El Barrio, pensaba en la diáspora puertorriqueña… Por cada paso, sentí la presencia, el orgullo y la nostalgia boricua de sus calles. Es imposible capturar con el lente… el olor que emanan las frituras y la emoción de escuchar, entre los complejos de viviendas, la música de Andrés Jiménez, El Jíbaro. No obstante, el lienzo fotográfico se aventuró a plasmar la esencia de mi tránsito desde Carolina, Puerto Rico a New York City, El Barrio.