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Hojas sueltas en 2022), colección puertorriqueña

Nota introductoria

Beatriz Llenín Figueroa

Editora Educación Emergente (EEE) se complace en ofrecer al público lector la siguiente compilación de aproximaciones críticas y creativas a Archivo rural, la más reciente colección de relatos de la escritora puertorriqueña Vanessa Vilches Norat. Los textos a continuación abordan diversos aspectos contextuales y textuales de las concentradas piezas narrativas de Vilches Norat, considerando a un mismo tiempo sus experimentaciones formales y estéticas, sus aportaciones a la diversificación y ampliación de nuestros archivos históricos y afectivos, su inserción en –y su cuestionamiento de– la tradición literaria puertorriqueña desde la Generación del 30 hasta la del setenta, y su encuentro con las espinosas preguntas sobre la historia y la memoria individual, familiar y colectiva. Asimismo, se discuten los modos en que Archivo rural – libro que se engalana con la pieza “Árbol de la vida” del pintor puertorriqueño Rafael Trelles– defiende la centralidad de Comerío y la zona montañosa puertorriqueña en el devenir histórico del país, así como el negado y eclipsado protagonismo de las mujeres obreras, y en particular, de las tabaqueras.

El dossier comienza con una reflexión de conjunto de la escritora Sofía Irene Cardona, quien asistió a todos los eventos de presentación del libro y ha sido durante mucho tiempo colega y amiga de Vilches Norat, con quien comparte, además, el relevo escritural de la sección “Será otra cosa” en el semanario Claridad. Luego, se recogen los trabajos de escritorxs y académicxs boricuas que comentaron el libro de Vilches Norat en cuatro eventos de celebración en diferentes zonas y espacios del país, a saber:

I. El 5 de mayo de 2022 en el Archivo General de Puerto Rico en San Juan, con el apoyo y co-auspicio de dicha institución y del Instituto de Cultura Puertorriqueña, e incluyendo una exposición de fotos históricas de las tabaqueras y de Comerío alojadas en el Archivo General. Los textos son de Claudia Becerra Méndez y Malena Rodríguez Castro. Las fotos son de Hilda Teresa Ayala, Vanessa Vilches Norat, Yolanda Vilches Norat y el equipo de EEE.

II. El 6 de octubre de 2022 en la Universidad del Sagrado Corazón en San Juan, como parte de las “Noches editoriales” y gracias a la invitación de la Escuela de Artes, Diseño e Industrias Creativas. El texto es de Mara Pastor. Las fotos son del equipo de EEE.

III. El 15 de octubre de 2022 en el Centro Comunal El Cielito en Comerío, con el apoyo y coauspicio de la Casa Juana Colón, del Pabellón del Deporte y la Cultura Comerieña, del Centro Cultural de Comerío Cirilo W. Meijers, y de la escuela de Bellas Artes de Comerío. Los textos son de Ada G. Fuentes Rivera, Wilson Torres Rosario y esta servidora. Las fotos son del equipo de EEE.

IV. El 17 de noviembre de 2022 en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, con el apoyo y co-auspicio de la Asociación de Estudiantes de Literatura Comparada. El texto es de Mari Mari Narváez. Las fotos son del equipo de EEE.

Para adquirir copias de Archivo rural visite las librerías puertorriqueñas o nuestra tienda en línea en www.editoraemergente.com.

El dossier sobre Archivo rural de Vanessa Vilches Norat

Sofía Irene Cardona

Primero, eso de las presentaciones

No siempre tenemos el privilegio de contar con las primeras impresiones de un libro singular, y sospechosamente cimero, desde la perspectiva de tan agudas comentaristas como en este dossier sobre Archivo rural de Vanessa Vilches Norat, publicado este año por Editora Educación Emergente. Estas primeras miradas amplían nuestra experiencia de lectura, pero además nos retratan un panorama crítico o tal vez sensible (que no censor) de la lectura en Puerto Rico. Ya estamos habituadas a las quejas sobre la poca crítica, la escasez del comentario literario, cierta desorientación –y yo me pregunto por qué necesitamos que nos orienten, por qué echamos en falta esas lecturas articuladas, sesudas, maravillosamente presentadas como estas que leemos aquí. Acaso para saber que hay alguien al otro lado.

Cada quien representa su lectura, ese otro libro que surge de las páginas de Archivo, de la misma manera que hay muchos padres en la persona del don Rafa de la primera parte del libro, de la misma forma en la que se reconoce esa necesidad de archivo. El libro mismo es individuo que se desdobla en cada una de estas lecturas que se nos ofrecen aquí, cada una vale en sí misma, cada una habla de Archivo rural como libro distinto, libro que retrata lectoras, lectores, libro fenómeno que deviene país, un país distinto, recuperado e imaginado, a partir de aquí, muchas más veces.

De las presentaciones diré que el fenómeno, relativamente reciente en nuestra memoria, contemporánea a la de la autora, es en sí un género que requiere el impulso de los afectos. No hay otra explicación para la generosidad de estas performeras que sacan de su tiempo para estudiar, investigar, pensar y articular un texto, y servir de entusiastas rapsodas para darle la bienvenida al “Libro.” Quienes asistimos ya estamos convencidas de leerlo (o lo hemos leído ya, o hemos acompañado a la autora en su proceso, o ambas cosas), de manera que somos público creyente, y se nos predica, pero vale la comunión –para continuar con las imágenes religiosas–y es rito y celebración de redenciones. Hasta aquí con lo sagrado.

Segundo, las presentaciones propiamente dichas (o más bien, leídas)

Los lugares (el Archivo General de Puerto Rico en San Juan, el Centro Comunal El Cielito en Comerío, un anfiteatro de la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce, un salón del recinto universitario de Mayagüez), espacios dispersos en nuestra geografía cuidadosamente seleccionados por la autora y la editorial, corresponden a la pretensión de abarcar el libro en todas sus posibles formas: lectores celebratorios de la academia que resiste y se piensa; el salón de trabajo y gestión comunitaria en el entorno del pueblo originario, cuyas paredes lucen las imágenes que también corresponden al libro; el salón de clases en el que se transfigura (otra vez lo sagrado) el ejercicio académico, y toma forma el interés, la curiosidad, la admiración y hasta el desvelo de los estudiantes matriculados en un curso. Por su parte, los siete escritos presentan Archivo rural tratando de no estropear el placer de la lectura candorosa e inocente, un gran desafío, porque, en teoría, se supone que estas voces nos hablen de un libro que estaríamos a punto de leer.

La primera presentación se celebró la noche del 5 de mayo en el Archivo General de Puerto Rico, con la participación de Claudia Becerra Méndez y Malena Rodríguez Castro. En “La memoria obstinada,” Claudia Becerra Méndez dialoga con el libro de Vanessa Vilches Norat como lo hace con el público que la escuchó esa noche, embelesado con la imagen del árbol y las ramas con la que abrió su intervención. Aguda, certera, Becerra Méndez presenta su lectura casi como un poema según avanza ella también hacia la luz. Árbol y enredadera resumen, a su juicio, “la postura clara y obstinada de Archivo rural frente al olvido.” Malena Rodríguez Castro, por su parte, presentó su escrito “Idilio tropical: de ausentados e impropias.” A partir del diálogo con Marta Aponte Alsina, Vanessa Droz y Manuel Ramos Otero, en los epígrafes de las secciones, y la referencia a Las propias de Ariadna Godreau, establece una genealogía para los relatos de Archivo rural, y se pregunta por las continuidades, por el tejido mismo de la memoria.

Meses más tarde, a principios de octubre, Mara Pastor celebra la llegada del libro en la Universidad del Sagrado Corazón. Sus “Apuntes sin catalogar: la palabra sin residuo en Archivo rural,” además de establecer un nuevo diálogo con las lecturas de Rodríguez Castro y Becerra Méndez, hace un perspicaz recorrido por todos los relatos del libro, asociando imágenes, metáforas y motivos de la narrativa de Vanessa, que, como demuestra Pastor en su escrito, conoce muy bien.

Pocos días después, en el Centro Comunal El Cielito, y con el auspicio de la Casa Juana Colón y otras organizaciones de Comerío, el libro recibe su bautizo que, podríamos decir, le correspondía por naturaleza, con las lecturas de Ada G. Fuentes Rivera, Wilson Torres Rosario y Beatriz Llenín Figueroa.

Ada G. Fuentes Rivera presenta un pormenorizado análisis de los relatos en los que reconoce la narrativa del tabaco “desde sus verdaderas protagonistas,” así como la genealogía del cuento puertorriqueño de la que participa el texto, y destaca la importancia de acudir a los mismos archivos a rastrear los orígenes silenciados que este libro pretende recuperar desde la imaginación. Tanto Fuentes Rivera como Vilches Norat, conocen más de la comerieña Juana Colón gracias el libro de Wilson Torres Rosario, otro presentador de esa misma jornada. Éste nos recuerda una importante genealogía de Vilches Norat, la de la obra de Ana Lydia Vega, a quien cita al inicio de su intervención: “vemos y comprendemos desde nuestra memoria.” Reconoce Torres Rosario que, ante “la necesidad de saber de los ecos del pasado se hurga y se hurga hasta encontrarse con él. Y las piezas faltantes aparecen, con explicaciones insospechadas.”

En “‘Como lianas indomables:’ Archivo rural en sus montañas,” Beatriz Llenín Figueroa cuenta el recorrido que hace con la autora por el paisaje de Comerío, y comparte la emoción de tocar las tumbas de los muertos de Vilches Norat, el reconocimiento del espacio original de la familia, pero también el de los relatos del libro, y se detiene a valorar la memoria que pretende si no recuperar, acaso reconstruir en ánimo reivindicativo. Ella está allí por las que ya no están, aquellas “de las que nadie escribió, las que no escribían, y nos preceden.” Nos recuerda Llenín Figueroa que el país de las primeras décadas del XX recreado en Archivo rural “está indisolublemente ligado al momento que hoy vivimos, a esta ruina por diseño del pacto neocolonial capitalista que otra vez vino –y sigue viniendo– acompañado de ‘misiones’ de fe y rescate.” Hablar de aquellas es hablar de nosotras.

De ese proceso de recuperación, de la “fabulación crítica,” es que nos habla Mari Mari Narváez poco más de un mes después, en la charla que titula “La delicadeza al navegar un Archivo rural.” Mari dice sospechar que “hay mucha cosa en este libro,” y que se limita a los aspectos que “le sorprenden y conmueven.” Desde ese enternecimiento (¿ternura?) se anima a compartir con el público de un salón universitario su experiencia lectora, y es lúcida y brillante, como podrán constatar. Mari Narváez conoce de cerca la trayectoria de la autora de Archivo rural, sus hábitos y obsesiones, sus esfuerzos con la palabra y la imaginación. La declara su obra más experimental y nos explica por qué: desnudamiento radical, postura política, reivindicación de una historia robada, fabulación crítica, en fin: un libro “poético, cuentista y archivístico.” La exposición de sus argumentos, atentos a la relación de literatura y memoria, belleza y reivindicaciones, ciertamente nos ilumina desde otro ángulo la apreciación del libro de Vanessa Vilches Norat.

Tercero, la fiesta

Me siento en deuda con algunas escritoras cuyos textos me han deslumbrado en estos años recientes, títulos que aquí no nombraré para no comprometerme, pero entre esos muchos admirados está el trabajo tozudo y constante de la amiga Vanessa Vilches Norat. Ver un texto levantarse y tomar forma desde la idea, la investigación y luego, al fin, sus lecturas, ha sido un privilegio. También, una fiesta. Y no lo digo metafóricamente.

Después de cada una de las presentaciones, celebramos no sólo el libro concreto que habíamos hecho nuestro, sino también el mero hecho de estar conspirando juntas, para ser y estar en este momento por las que fueron y las que vendrán, que no otra cosa es la cultura de un país, que es país cuando se imagina, cuando se inventa y se crea. Este dossier es otra de esas formas de conspiración, de archivo, celebración y provocación, para continuar buscando la luz entre las ramas.

La memoria obstinada por: Claudia Becerra Méndez

Sobre Archivo rural de Vanessa Vilches Norat por: Malena Rodríguez Castro

Apuntes sin catalogar: la palabra sin residuo en Archivo rural de Vanessa Vilches Norat por: Mara Pastor

Juana Colón, Comerío y Archivo rural por: Ada G. Fuentes Rivera

Comentarios al libro Archivo rural de Vanessa Vilches Norat por: Wilson Torres Rosario

“Como lianas indomables:” Archivo rural en sus montañas por: Beatriz Llenín Figueroa

La delicadeza al navegar un Archivo rural por: Mari Mari Narváez

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