El Páramo de los Sueños [4]

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El Páramo de los Sueños

Año 2 No. 4 Marzo 2016


María Cristina García Cepeda Directora General del INBA Margarita Villagomez Badillo Encargada del despacho de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas María Eugenia Chávez Guzmán Directora de Asuntos Académicos Mónica Alejandrez Juárez Directora del CEDART “Juan Rulfo” Fernando Figueroa Castell Secretario Académico María Cristina López Llerenas Zamora Secretaria Administrativa Gabriel Govea Acosta Guillermo Flores Padilla Jorge Armando Rodríguez Castro Docentes del área de Literatura


Edición y diseño Natalia Delgado Angulo Jorge Rodríguez Castro Imágenes Natalia Delgado Karla Janith Carrizales Ingmar Istasse Virgen

Lucía Calvario Alejandro Zamarrón Armando Salazar Jordan García Diana Pulido Vargas Yohualli.C

Corrección Karla Janith Natalia Delgado Jorge Rodríguez Difusión Paola Magaña Saúl Domínguez

Nesly Cortés Salazar Cristopher Anay Verónica Huerta Emmelie Selig Tenoch Peregrino


En los campos etéreos de la imaginación, las palabras emergen de la bruma como espectros fulgurantes. Muchas veces discurren prisioneras de una narrativa opalescente; otras veces el resplandor conjuga el sentido. La inmersión morphiana es también un viaje al laberinto horizontal, donde el camino no es tanto como perderse en el caminar, sino la manera incesante de recorrer la búsqueda.

En esta nueva edición, estimado lector, quisiéramos habitar el oráculo a fin de prevenirlo, pero, ¿qué sería de su trayecto si las palabras lo eximen del peligro? Al contrario, le sugerimos: aférrese a lo desconocido, a lo infranqueable, a la provocación; abra bien los ojos y comience a transitar, despacio, por la incertidumbre cotidiana, el esperpéntico minotauro. Bienvenidos al dédalo de los sueños.

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revistaelparamo@gmail.com revistaelparamo El Páramo de los Sueños es un producto digital de la materia Gestión de Proyectos Literarios, creado por estudiantes del área de literatura, del Centro de Educación Artística “Juan Rulfo”. Los textos que aparecen aquí son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la revista o la institución. Material exclusivo para uso académico sin fines de lucro.


Con el ojo en... Sugestiones de una mente desordenada Tinta Erótica Más allá de la media noche El principiante Sin retorno Aquí no escribe nadie Un viernes juntos, Ingmar Istasse Un pedazo de papel, Paola Magaña Noemí, Natalia Delgado Carne de chivo, Saúl Domínguez Triste, Armando Salazar Por él mi método es así, Karla Janith Carrizales Los sueños del olvido, Jordan García Lejanía, Diana Laura Pulido Vargas Lo que soy, Nesly Kenya Cortés Salazar Viejo solitario, Yohualli.C 2 de octubre del 68, Cristopher Anay Una de cientos, Verónica Huerta Abandono, Emmelie Selig La llanura ardiente Sobre las brasas de la tierra Open film Peripecias del universo

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Comenzar a hablar de Siria es sumergirnos en los contextos más antiguos de la historia, pero ahora sólo tocaremos una de las circunstancias más recientes y lamentables del tema que es el éxodo de los sirios. Hablar de la persecución de sirios, a causa de la gran violencia que siempre ha sido latente en su país, es tentar fibras muy sensibles pues acerca de la circunstancia se ha dicho y comentado bastante a través del tiempo, y no solamente ahora con las noticias más recientes sobre su patria, pues tanto videos como notas periodísticas nos muestran cómo toda esta gente ha huido de sus hogares, todo por causa de las guerras provocadas por grupos terroristas. Para ser más exactos, el problema ha estado desde hace muchísimo tiempo: la poca importancia que se le ha prestado, ha sido para hacer amarillismo a costa del dolor, y en contextos más sociales, para recibir un ligero escarmiento de conciencia que, al paso de los minutos, se nos borra de la cabeza. Muy a menudo pensamos que lo que ocurre al otro lado del mundo no nos afecta en lo más mínimo, ya que nunca nos afectarán los actos de sus pobladores; si bien ésta es una verdad a medias, vaya, que sí nos afecta, quizá no en lo económico y social, pero sí en la psique humana al desensibilizarnos, al ver la constante violencia del mundo y en especial en esa área geográfica.

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Por Saúl Emanuel Domínguez

Hoy en día es más común escuchar sobre un secuestro, estafa, asesinato, muerte o violación que sobre el descubrimiento de alguna nueva especie animal o avance científico en pro de la vida humana y el medio ambiente. Un claro caso es que sólo nos damos cuenta de un reducido número de acontecimientos acerca de las circunstancias vividas en los países más violentados, ya sea por el hambre, la guerra o la demografía, como es el caso de Siria, donde continuamente naufragan barcos cargados de niños, bebés, mujeres y hombres que tratan de huir de la muerte para después encontrarla en el mar. Hemos llegado a tal grado que en muchos países, por no decir todos, se le han cerrado las puertas para emigrar, tratándolos como si fueran alguna clase de lepra o sarna viviente, impulsándolos a huir de manera clandestina de su país. Esto no ha sido sino la punta de una avalancha de problemáticas que se han vivido en medio oriente, donde la vida es bastante distinta de aquí, donde la gran mayoría gozamos de vivienda, salud y educación. No estoy tratando de ser filantrópico o algo parecido, sino tan sólo resaltar la problemática vivida en esos lugares donde la gente agradecería vivir unos días donde el pan de cada día no fuera la muerte, el miedo o la inseguridad.

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“El principio de

Yo misma aprendí de este autor y sí, fue algo difícil, pero lentamente empecé a entender, se los sugiero mucho. No obstante, mi interpretación con palabras cortas y sencillas, explicaré lo que quiso decir, tomando el género poético de las metáforas. Nuestro ensayista sugiere que un poema le da vida a objetos inanimados, es decir, darle a un objeto sin vida una personalidad psicológica humana. Bachelard nos pone de ejemplo el fuego, basándose en un texto de George Sand, “Legendes rustiques” que dice: “Gare aux flamboires, fillette!, Gare aux flambettes, nigaut!” (“¡Cuidado con los fueguecitos, chiquilla!, ¡cuidado con las candelitas, tontuelo!”). Se darán una idea de que los “fueguecitos” son hombres y las “candelitas” son mujeres. ¿Cómo llegamos a esta interpretación? Verán: Bachelard escribe: “A veces para expresar las sutilezas psicológicas, un gran escritor sabe crear... sobre el tema de los géneros, poniendo en un lugar oportuno un masculino y un femenino bien asociados. Por ejemplo, cuando dos fuegos fatuos -seres de sexualidad muy indecisa- deben seducir a hombres o mujeres…”.

Para un nivel principiante o nuevo, es algo difícil interpretar un poema. Iniciar fue y sigue siendo difícil, sin embargo, no es imposible llevar un avance para entender el mensaje del autor, o por lo menos tener una interpretación propia de estas increíbles y bellísimas obras. Nos sugieren leer a buenos críticos para empezar a ser buenos lectores (Octavio Paz, Ramón Xirau, José Miguel Ibáñez) y no digo que es un buen comienzo, lo es para los lectores que lo saben dominar, pues encontrarán en ellas buena información argumentada, pero difícil (o por lo menos tardado) de darle un significado para aquellos que -y repito- están iniciado. Aquí, en este texto me guiaré de un ensayista importante e inteligente como los nombrados anteriormente: Gastón Bachelard, que a su vez es poeta y un apasionado de ella. Él escribió un ensayo llamado “Ensoñaciones sobre la ensoñación, el soñador de palabras” que, si lo desea, usted como lector lo puede leer, sólo les diré que, para explicar el mundo maravilloso de la poesía, usa también la poesía, en otras palabras, explica con metáforas. 8


la interpretación” Por Karla Carrizales Rodríguez

El poeta ha escrito sobre los fuegos fatuos, pues de esto ha visto y ha aprendido de su cultura, lo que quiere decir que de lo que uno interprete de un objeto culturalmente ya sea una metáfora. Un ejemplo sencillo que les puedo dar es el color negro, es probable que de este simple color puedes darle un significado según como te lo han mostrado las personas con las que compartes una

ideología, una persona puede decir que este color representa la elegancia, por eso los hombres lo usan en trajes; también el color significa la muerte, de este visten también las personas que pierden a un ser querido; fácilmente puede ser la oscuridad, por eso lo proponen para crear un ambiente aterrador. Esto es lo mismo con los fuegos fatuos del lugar y la época de donde aprendió este autor.

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Como ya lo habían leído antes entre estos párrafos sobre el tema de “los géneros”, también es un buen comienzo de aprendizaje de la interpretación, pues muchos poetas se inspiran de un hombre o una mujer para expresar su amor, dolor, pasión, entre otros. Un ejemplo que Bachelard propone es muy sencillo: el sol y la luna: “Cuando la disciplina gramatical obliga a los adjetivos a masculinizarse para asociarse a la luna… su ensoñación se pervierte.” Pues el estereotipo -propuesto por la cultura, que se ha sostenido a través de los años- del sol, por ser fuerte y grande (refiriendo a su capacidad intensa de brillar) es masculino, y la luna, por ser bella y amable (por brillar de manera suave) es femenina. ¿Para entender un poema es necesario buscar en qué cultura vivió el autor? Puede ser un “plus” saberlo, por supuesto; algunos poemas están inspirados en hechos históricos y así el lector tendría una idea más completa, pues Bachelard indica: “En nuestra vida de civilizados de la época industrial, estamos invadidos por los objetos. Cada objeto representa una multitud de objetos… retrocedamos un poco en el lejano pasado”. Este es el caso de los textos con más tiempo existiendo, si el lector interpreta poemas actuales es posible darle una buena interpretación, sin embargo, los objetos no dejan de significar algo. Volviendo a la pregunta anterior, les respondo,que tampoco es necesario indagar en el pasado, el ensayista también propone:

“Toda ensoñación, en verdad, cambia... Pero sin duda es una tentación diabólica la de ponerse a soñar en una lengua que no sea la lengua materna…” -anteriormente hablaba de una fuente de agua (“Le libre de route”), cuyo poeta Johannes Joergensen le dio un género- “… debo ser fiel a mi fuente.” No es difícil encontrar un significado a un objeto perteneciente a un poema, es tardado y lento, pero sin duda el lector quedaría satisfecho y enamorado del poema. Bachelard propone en su ensayo: “…una palabra acentúa la felicidad de hablar. Pero hace falta para eso algún amor por las sonoridades lentas… descubrí que la chimenea es un camino, el camino de la dulce humareda que se dirige lentamente hacia el cielo”. La chimenea, querido lector, es también una metáfora a la paciencia. “El arte imita a la naturaleza” es una frase dicha por el filósofo Aristóteles. Un poema se compone de los momentos por los que ha pasado un autor, que a su vez observó de otros; también se basa de los escenarios en donde vivió y los sonidos que escuchó, pues no todo en un poema son solamente los objetos. Les sugiero leer la primera frase del poema y detenerse un poco a reflexionar: ¿Por qué situaciones ha pasado el autor o el sujeto lírico para escribir tal metáfora? No obstante, algunos poemas no están escritos necesariamente con metáforas, pero la gran mayoría sí, y para interpretarlo requiere práctica y algo de ayuda.

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Por Paola Magaña

Me desnudo ante ti, me acaricio los senos, mis manos bajan lentamente hacia mi sexo, te provoco unas ganas de revolcarte conmigo; me poso en dos pares para ser tu amante, para que me entregues todo, para que me lamas por detrás, quiero gemir como no lo he hecho. Entrelazar nuestras almas, como vivir esta experiencia tan única e irrepetible, gozarlo, dar lo mejor de nosotros, en sí, en la cama ser los dioses de los astros.

Como quisiera que esto sea feroz y a la vez delicado, hagámoslo una y otra vez, forniquemos tres, cuatro, cinco veces; seremos uno solo en cuestión de piel. Me desnudaré lento frente a ti, quiero ser tu amante, que me hales el pelo y me grites, quiero montarte, misionero, quiero todo de una vez por todas.

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Por Lucía Calvario

Cuando pienso en ella se me estanca en las pupilas la garganta. Su rostro vuelve a mí como un oleaje apaciguado un vaivén de espuma y lágrimas y risas y muerte, porque más allá de la mirada rota es su muerte quien me inunda, no su ausencia sino su muerte, un hedor a desamparo en la rivera de mis ojos, un vasto mar sacudiéndose en el hondo trecho, una muerte forzada a contenerse dentro de otra muerte obligada a resistirte.

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Por Alejandro Zamarrón

I. Amor a primera vista Esa mañana mi madre me despertó gritando, luego dijo que se me había hecho tarde para hacer el examen de ingreso a la preparatoria. En ese instante no supe cómo reaccionar, sólo me puse muy nervioso. Después de bañarme, cambiarme y salir de casa, tomamos un taxi. Mientras pensaba en el examen y en lo que me pasaría, miré por la ventana y vi a mi mejor amigo esperando el camión, Alexander también iba a presentar examen. Noté que se veía tranquilo, lo cual me dio confianza. Cuando llegué a la escuela sentí demasiados nervios y al querer subir las escaleras con rapidez, me caí. Todos los que estaban ahí se rieron y sentí mucha pena, así que de inmediato subí, llegué al salón y busqué mi nombre en la lista. En el momento en que entraba al salón pasó algo mágico y extraño, algo que nunca me había pasado… me enamoré.

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Sin retorno #1

EL MARIGORRO DEL VECINDARIO No necesito a nadie. El 14 de febrero es sólo otro día y ya.

Deben saberlo

Sí, ¡claro! Dígaselo al juez. ¡Tengo derecho a expresarme! Sí, pero no en la calle, ¡mariguano!

¡Existe la libertad!

Por Ingmar Istasse

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Por Karla Janith

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Un viernes juntos Ingmar Istasse

con más inquietud, esta vez no era el frío el que les causaba tal reacción. Me levanté inmediatamente, ella me siguió, no quise detenerme con esa timidez que poseía para hablar con extraños. Mis pies no me dejaban avanzar, ella me agradeció, yo sólo repetía “de nada”, una y otra vez, hasta que ella preguntó si no se me hacía tarde a mi destino. Esa extraña pregunta cerró mi mente anciana. Desde que murió Lili, mi mujer, no había sentido algo en mi pecho, creía que era cosa de jóvenes explorando lo bueno y lo malo de la vida a través de las emociones, pero en mi caso ya había perdido las esperanzas. Sabía que no tenía por qué creerme pesimista, sino un superador que ya estaba listo para partir, creía que no pasaría mucho tiempo para que la muerte me visitara, estaba rodeado de aquellos recuerdos materiales y esenciales que se amontonaban en mi cabeza, esas fotos no hacían más que sacarme lágrimas, aun cuando pasaba horas en la mecedora y trataba de distraerme oyendo un poco de radio. Las canciones eran nostalgia, las fotos eran nostalgia, aquella recámara era una dosis alta de lo mismo, incluso ya no me

Pasaba por aquella banqueta, era ya muy tarde, estaba abrigado hasta los ojos, mis dientes castañeaban, el frío soplaba al ritmo del tráfico, se escuchaba más el viento que los sonidos que intercambiaban los coches. Me asustaba la hora, mi maleta me deterioraba más la prisa, estaba próximo en llegar, pero la vi, esos ojos verdes que resaltaban aquel jardín tan blanco como mi mente, en aquel instante en que se impregnó con su existencia en aquella banca. Era inquietante, el frío parecía venir de los círculos del infierno de Dante, más allá de Cocito, tal vez, pero eso no la detenía para sentarse en el jardín mientras leía una revista del año pasado. Este no era un día especial, no se celebraba nada importante y si hay algo que era sorprendente, era el clima que iba bajo cero y así, sucesivamente, pero sus ojos seguían allí, tenía que pasar por ahí si no quería demorarme más con el tráfico que rodeaba las cuadras. Me acerqué y en un instante su revista resbaló de sus manos desnudas, mis manos abrigadas tomaron sus manos tibias al tocar la revista del suelo, en el mismo instante. Me sobrepuse al momento, pero mis manos temblaban 16


metí ropa suficiente, el álbum de fotos, y mis pertenencias de baño, tomé la boina, el abrigo, los guantes, las botas, el pantalón de piel y la bufanda roja de Lili, sin embargo, a pesar de que ya estaba dispuesto a irme al asilo, por creer que aún tendría más qué vivir y no quería pasar más horas sufriendo en llanto y desgracias, la vida me sorprendió por última vez. Creía que no volvería a sentir amor, y no me equivoqué. Lili es la única mujer que he amado y se quedó de esa manera, no supe que fue lo que sentí en ese momento, hasta que caí al suelo y mis ojos se cerraron lentamente, por última vez, a aquella señora de ojos verdes que seguía con la revista en su mano, el tráfico congelado y el viento del frío en mi boca, tan sólo supuse que era Lili quien venía por mí, pero seguía oscuro, y oía su voz.

atrevía a entrar. Cuando lograba dormir un poco meciéndome con el fresco clima de la sala, despertaba asombrado, ya que cada vez que me dormía soñaba con ella. La última vez la vi tocándome el hombro en aquella silla tambaleante, pero mi mortalidad era subestimada por la depresión, la tragedia y la misma edad. Ismael, mi hijo, me había convencido de irme a un asilo donde él se comprometía ir a visitarme, yo no le hacía caso, pero hasta que su hija cumplió los quince años y su hijo entró a la universidad, me tragué mi orgullo y partí dejándole a mi nieta la casa como herencia, y a mi nieto mi coche. Tal vez no sea moderno, pero se dará cuenta de lo valioso que es, sin contar los rines de plata. El taxi no había llegado, por lo que me había dispuesto a partir, tomé una pequeña maleta que Lili me regaló,

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Un pedazo de papel Paola Magaña

Me desnudo ante las paredes que sollozan por la silueta de mi cuerpo, siento cómo resbala por mi pecho una gota de sudor, tu piel se pone en contacto con la mía y coincidimos con los labios. Mis cúpulas están listas para ser tocadas, mi piel, tan suave como el durazno, está en espera de tus caricias, tus besos. Toca el triángulo de las bermudas, créeme que no querrás salir de ahí, nadie lo ha hecho; mira mi cuerpo incandescente, qué frágil es. Mis tímidas piernas tiemblan al sentirte cerca, mi triángulo provocador te incita a pecar ahora, mira la luz de tus ojos, mira la luz de la luna, mírame. Desabróchame el sostén, deja que sean libres, que sientan el frío, que choque con ellas, que las ilumine la luna mientras nosotros bailamos al compás de las estrellas. Provócame, muérdeme, aráñame, susúrrame al oído, exprésate, libérate, sumérgete entre los charcos que surgieron de mí, vamos, anda, hazlo, choquemos. Mis piernas se entrelazan con las tuyas y observo el oleaje de tu pelo color amapola, este momento quedará plasmado en un pedazo de papel en tinta negra, con puntos y comas.

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Noemí Natalia Delgado Angulo

Detrás del naranjo hay una pequeña casa azul, donde vive una pequeña familia rota. Es ese tipo de familia donde creen que todo marcha bien, pero definitivamente es todo lo contrario. Ahí vive un hombre que tiene sexo con muchas mujeres para sentirse ‘’superior’’. Y también vive una mujer que se esconde en el alcohol. Ambos, detrás de la religión se ocultan, muestran una cara falsa. Dicen que no debes de atreverte a escuchar por las paredes, ya que una desdicha muy grande habita en los rincones. El hijo emplea su tiempo en consumir drogas ‘’livianas’’ y la pequeña sólo observa, contempla cómo su familia se destruye. Y huye todas las tardes, anhelando que algo la haga feliz. Detrás del naranjo hay una pequeña casa azul, donde vive una pequeña familia rota, donde solamente yo...

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Carne de chivo Saúl Domínguez

Lejos de la urbe pulsante y vomitiva, se encontraba un pueblo escondido entre montañas verduscas y bosques ancestrales. Era un pueblo casi deshabitado e inexistente para la mayoría de la gente, más allá de las montañas que lo cubrían, el clima del lugar se veía asediado constantemente por las lluvias, el granizo y la neblina que descendía furtiva a las moradas de adobe. El viento fresco, con aroma a bosque, se respiraba de constante por todo el pueblo. Los habitantes del lugar vivían monótonamente, los hombres comenzaban a trabajar en el campo a las 9, el aserradero y demás pequeños comercios; las mujeres comenzaban haciendo el desayuno muy temprano, mataban gallinas, cuidaban a los niños, además de los enseres que estaban acostumbradas a hacer en los pueblitos; otra actividad muy concurrida dentro del pueblo, practicada por chicos, grandes, ancianos y decrépitos, era narrar supersticiones de espectros infernales con aspecto indescriptible, desaparecidos y muertos que regresan por las esposas traicioneras, todas estas historias eran tradición del monte de la gente ansiosa y perdida de ese pueblo. El Pandero, esposo de Felipa era un hombre alto de sonrisa triste, carente de dientes y aliento. Pobre, parecía llevar una tumba en el lomo con el epitafio en la cara y el muerto dentro del cuerpo. Se rumoraba que Felipa no lo quería, que se casó a la fuerza porque ya estaba embarazada -embarazo que se rumoraba no era procedente de Carlos, el

panadero-. Día tras día la rutina era la misma, levantarse a prender el horno para preparar conchas y bolillos, y repartirlos por todo el pueblo; después tenía que hacer la segunda tanda, la de la tarde, para volver a repartirlos. Salía de trabajar a las 9 de la noche, llegaba a su casa y encendía la radio, se sentaba a las orillas del patio que daba al campo. En medio del ruido sucio de la radio y el canto lúgubre del grillo se quedaba mirando al cielo, a la luna, el sueño descendía sobre sus ojos, lo asediaba por todos lados, desfallecía recitando versos y contando sus tristezas al cielo hasta quedar dormido, acobijado por la yerba del campo, acurrucado por las caricias del viento. El carpintero, un hombre solitario sin familiar alguno que se le adjudicara, se la pasaba todo el tiempo trabajando, él era el único hombre en el pueblo que se levantaba a la 5 a trabajar, tenía su taller hasta el tope de muebles de pino, banquitos, sillas, comedores y demás chucherías de madera, nadie sabía por qué nunca se casó o por qué nunca se le conoció un familiar, se dice que solamente llegó al pueblo un día de invierno, con un maletín y ropas de ciudad. De Valentín, el carnicero del pueblo, nadie sabe mucho, algunos dicen que tiene 90 años y otros que tienen 100. Lo sorprendente es que aún ejerce el oficio de carnicero a tan vasta edad, está casi calvo y no tiene dientes, por lo que habla como si trajera una gallina atascada en la garganta de tan viejo que es. La gente ya no confía en sus facultades mentales,

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pues dicen que no distingue entre la carne de res y la carne de cerdo, además de que la carnicería muy a menudo huele a carne putrefacta, las moscas revolotean por todo el lugar zumbando como si fueran un enjambre de abejas. El pobre anciano de seguro no se ha dado cuenta que el congelador ya no funciona bien; a tal grado de decadencia ha llegado aquel negocio sentenciado a cerrar, que el pobre Valentín tuvo que disfrazarse de botarga, pero uno pensaría que se pondría una botarga de toro o de puerco para darle promoción al negocio, sin embargo, el pobre se puso una botarga de rana, verlo moverse al compás del viento desolado, brincando con su cuerpo esquelético y su sonrisa despoblada con ese extravagante traje era todo un espectáculo que no cualquiera soportaría ver. Rosario, la curandera, una mujer bella de aires mulatos, tenía ojos de joya traída de Oriente y sus caderas hipnotizaban a cualquiera, su pelo era negro, hermoso como la misma luna, ondulado y le llegaba hasta las caderas; además para acompañar tan buenos dotes, tenía un sentido de la palabra voraz con la cual podía convencer hasta las mismas rocas, sus bondades de curandera las heredó de su abuela, la cual murió hace un buen tiempo. Muy a menudo le traían empachados, envenenados y enfermos de toda índole que, a pesar de no saber sobre más enfermedades que no fueran el mal de ojo, hacía su lucha por curarlos, y si se morían, decía que era porque los espíritus así lo querían y nada podía hacer al respecto. Parecía que el pueblo podría seguir su vida cotidiana por siglos antes de que algo cambiara, todo pintaba igual para aquel despoblado terreno abandonado por dios,

desde que salía el sol hasta que las estrellas reinaban en la bóveda celeste nada importante acontecía. Bueno, eso era antes de que aquel pequeño pueblito tomara vida o algo parecido. El pobre Valentín seguía con su mala racha, o mejor dicho, su deplorable racha de ventas, por no decir que desde hace ya un largo tiempo que no vendía nada, y con toda razón, el negocio cerró por dos semanas en las cuales nadie vio salir a Valentín de su casa, los vecinos incluso pensaron en llamar a las autoridades pero, de un momento a otro, Valentín reabrió el negocio con su botarga de rana, que parecía no habérsela quitado en un buen rato. Valentín colocó una gran cartulina enmugrecida con el siguiente enunciado: “Se Vende carne de Fauno”. La gente rápidamente se asombró de aquella novedosa oferta, yendo a preguntar a Valentín sobre aquella misteriosa carne, a lo cual él respondió primeramente que no había abierto el negocio porque fue a cazar al fauno al bosque, y atraparlo no había sido nada fácil; además de que su carne, al igual que la bestia, tenía propiedades mágicas que dotaba a la gente de cualquier deseo que quisieran, pero sólo le pasaría si realmente lo anhelaban, que por eso era mejor aprovechar bien lo que se iba pedir. La gente del pueblo no sabía si creerle o no, pues dentro de sus leyendas se encontraba la de una bestia mitad cabra, mitad humano, pero nunca se dijo que tuviera poderes mágicos. Entre que la duda los asediaba y sus mentes cedían ante las palabras pretenciosas de don Valentín, Rosario fue la primera en comprar la carne misteriosa, y al poco rato de llevársela y cocinarla fue corriendo al pueblo a decir que lo que decía don Valentín era cierto, pues al comer la carne pidió tener el poder de

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revivir muertos y así pudo revivir a su difunta abuela, la cual se encontraba en su casa ya algo descompuesta por los gusanos y las larvas, pero al final de cuentas con vida. La gente, al escuchar dicha noticia, se abalanzó para poder conseguir la carne de fauno que a los pocos minutos se agotó, a pesar de su elevadísimo precio, dejando a Valentín una pequeña fortuna. No obstante, eso no fue lo único que dejó la misteriosa carne, sino también dejó una multitud enardecida pidiendo a gritos más kilos de la carne mágica, a lo cual Valentín se vio obligado a responder: –Lo siento, señoras, esa era toda la carne que pude conseguir y ya no quedan más faunos por la región. Me temo, además, que ya no abriré más la carnicería, esta fue la inauguración y el cierre. Don Valentín cerró la cortina de hierro y puso seguros, se dirigió a la puerta trasera del negocio donde lo esperaba Rosario, quien quería cobrar su paga por haber esparcido la noticia de la afamada carne de fauno. –Muy bien, mujercita, te has ganado tu paga, ten y no vuelvas por estos rumbos, o lo que te llevaras será tu cuerpo despellejado. –No se preocupe, viejo loco, no me verá por su negocio nunca, además que ya no le queda nada, este local se está cayendo a pedazos y no le queda ni un gramo de carne en sus obsoletos refrigeradores. –Y eso a ti qué te importa, santera estafadora, ya veremos quienes son los locos en este jodido y abandonado pueblo.

Fuera del negocio se aglomeraba un gran número de personas, pues los rumores se habían esparcido rápidamente gracias a la comadres que no tenían otra forma de entretenerse que no fuera contando chismes e historias de espantos, casi la mitad del pueblo se había juntado afuera del negocio de don Valentín gritando y exigiendo que abriera el negocio y les vendiera más carne, se juntaban cada vez más y más personas trayendo consigo antorchas y machetes. La noche comenzaba a llegar cuando apareció el panadero colándose en medio de la multitud para anunciar que, en efecto, la carne sí era mágica, pues al enterarse que su esposa Felipa lo engañaba, deseó que se muriera achicharrada por un rayo, y así fue efectivamente, cuando estaba tendiendo la ropa, un rayo cayó implacablemente sobre su cuerpo dejándola toda chamuscada, además deseó que su amante muriera ciego. La multitud, al escuchar dicha declaración, comenzó a convulsionarse ya no como un montón de personas desesperadas, sino como animales aullando por carne, hambrientos de cumplir sus más recónditos y macabros deseos de toda índole. La cortina de hierro se estremecía junto con todo el local, parecía que la cortina caería en cualquier momento, cuando de pronto apareció entre la multitud el carpintero diciendo que dicha carne no era mágica, que todo era una falacia creada por don Valentín para generar dinero. Pero la gente no le creyó, sus almas se encontraban en trance y sus pupilas se

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carpintero, además de devorar también a la primera atacante, pues la magia de la carne de fauno ahora corría también por sus venas. La gente se devoraba una a otra sin importar nada ya, su afán de cumplir los deseos más recónditos de su alma los manipulaba, no quedaba rastro de cordura alguna sobre ellos. A la mañana siguiente, afuera del local de Valentín, se encontraban las banquetas y paredes machadas por chorros de sangre aunados con pedalazos de piel y miembros humanos. La calle se había convertido en una carnicería enorme con pedazos de carne por todos lados. Esa fue la mañana más tranquila de todas en la historia del pueblo, el sol se elevaba en el cielo sin prisa alguna y decenas de buitres que celebraban un banquete pocas veces antes visto, el viento soplaba tenuemente ayudando a esparcir el olor a carne putrefacta, pero ahora ya no por la carnicería de don Valentín, sino por la recientemente formada en la calle. Los pajarillos entonaban su himno cotidiano al sol cuando se escuchó el sonido estruendoso de una cortina abriéndose, efectivamente, era Valentín que traía puesto su traje de rana y una maleta en la mano, listo para mudarse a un nuevo pueblo donde no hubiera gente tan loca, gente incapaz de diferenciar la carne de fauno y la carne de chivo.

tornaban cada vez más desorbitadas, el pueblo tenía hambre de cumplir sus deseos, tanto ancianos como niños y adultos gritaban y se movían violentamente, como si una especie de posesión demoniaca en masa los hubiera tomado a todos. El carpintero replicaba que todo era mentira cuando una mujer gritó de entre la gente: –Ese hombre está mintiendo, su deseo no se cumplió porque realmente no lo quería con todo su ser, pero aún corre el efecto de la carne por sus venas, y si es necesario que tenga que extraerlo con mis propias manos, lo haré. En ese momento, la mirada de aquella señora simulaba más a la del vacío cósmico que la de un humano. La señora se dirigió corriendo a una velocidad vertiginosa, casi paranormal, hasta el carpintero y antes de llegar se lanzó sobre su cuello clavándole la mandíbula, como si fuera un perro rabioso, para después desangrarlo, clavarle las uñas en los ojos y sacárselos para así poder comérselos. Al ver esto, el panadero gritó: –Ven, se los dije, les dije que el amante de mi esposa morirá ciego y ahora se cumple todo lo que deseé. La multitud se quedó asombrada, no por el asesinato del carpintero, sino porque el deseo del panadero se había cumplido. Esto los impulsó a llevar a cabo una verdadera masacre, pues todo mundo comenzó a seguir el ejemplo de la señora. Niños, mujeres y acianos comenzaron a devorar a los demás, empezando por el panadero y los restos del

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Triste Armando Salazar

Triste, lĂşgubre desierto apartado triste panteĂłn blanquecino de mis desvelos triste huracĂĄn sepultado por la marea triste, triste, pero cierto que te desvaneces como ruina antigua.

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Por él mi método es así Karla Janith Carrizales

Nuestras miradas se cruzaron, yo estaba triste y solo quería descansar, no podía pensar claro, sólo quería llorar en mi cama. ¿Qué más pude hacer por él? Lo único que podía hacer en esos momentos era entrecerrar los ojos vigilantes. Son muchas cosas, tenía que atender la depresión, pero no tengo tiempo para mí, pues todo lo que hago es para él. Estudio y trabajo, se hace tarde y no descanso, estoy atenta a todo lo que hago y aprendo porque lo hago por él; hago la limpieza y cocino, las cosas se desgastan y se acaban, estoy dispuesta a manejar un ambiente limpio y arreglar el sabor porque lo hago por él; nada ni nadie me retiene si se trata de él; me prevengo y vigilo, no dejo objetos punzantes alrededor y mi ojo de ave se asegura de que nada se pinche o se rompa por aquí porque lo hago por él; ¿y saben? juego y enseño para darle un futuro, que se acuerde de mí como su ejemplo a seguir y que diga mañana por todo lo que ha pasado y “todo lo que hizo, lo hizo por mí; estoy orgulloso de ella por lo que hizo por mí”. …Nuestras miradas se cruzaron, yo sonreí y sólo quería descansar; lo tomé en mis brazos, lo llevé conmigo a la recámara, y dormí… Me dejó descansar porque lo hizo por mí.

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Los sueños del olvido Jordan García

Soy las almohadillas de los martinetes que golpea las cuerdas en un día solar oscuro donde el suave viento golpea tu rostro acariciando tu cuerpo. El sonido melifluo de los sueños amorfos donde la brisa del mar moja tus pechos en un día de lluvia empapando tu tristeza. La efervescencia del agua cuando caemos lentamente y el mar con brazos abiertos que recibe tu felicidad.

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Lejanía Diana Laura Pulido Vargas

Amor, ¿qué buscas causar con tu indiferencia a esta alma perdida? Lejos estás y ya no se siente la compenetración perfecta de tus manos. Es que eres tan bella que la misma Venus te tiene celos. Jodiste a esta constelación sólo para soportar tu soledad. Arréglate ese cabello que causa tanto caos a este universo. Nada en ese mar que quiere ahogarte, ese que llenaste con los corazones de hombres y mujeres a los cuales engañaste. Dame la oportunidad de olvidar a una musa tan repugnante como tú. Rasga esto, simplemente destrúyelo, así como no dudaste en destruir lo único que quedaba de mí. Aléjate de aquí, que la eternidad no está hecha para ti.

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Lo que soy Nesly Kenya Cortés Salazar

Soy un árbol de edad avanzada con sus raíces entrañadas en la tierra golpe tras golpe en su cuerpo. Un árbol de grandes frutos que difícilmente se deshace de ellos pero cualquier ser llega y se los arrebata. Soy un árbol de algunas ramas secas simulando aquellos sueños que sin más, apagan su luz y caen al suelo. Soy un árbol que desea recorrer un camino llegar a tantos y decir tanto. A veces olvido lo que soy y vuelvo a soñar pero llega el otoño y las ramas se vuelven a secar.

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Viejo solitario Yohualli.C*

él tanto amaba se había terminado, por lo cual se molestó demasiado y se fue a dormir, pero no sin antes dejar cargada la escopeta. Llegó la noche, escuchó que algo raspaba su puerta e inmediatamente y sin hacer ruido se levantó, tomó su arma y se dirigió a la entrada de su casa, despacio, sin ninguna prisa. Al llegar a su puerta la abrió lento, contempló a una niña que parecía perdida, la miró fijamente sin hacer ninguna expresión… y disparó. Poco después tenía en sus manos un plato con sopa de carne, comenzó a guardar otro trozo mucho más grande de carne roja y fresca con un poco de sangre, tomó un paquete de huesos y bajó a su sótano, donde lo arrojó junto a muchos otros huesos.

Érase un hombre de edad avanzada que rondaba los 84 años de edad, vivía solo en su casa, dentro de un bosque rodeado de barrancos, por ahí sólo rondaban lobos y algunos cuantos animales más, nunca pasaban viajeros. Se sabía qué era un hombre alto y delgado, amante del tabaco, con la barba muy larga y blanca, de pelo muy corto, de ropas gastadas y muy sucias, y también que tenía una esposa, pero nadie tuvo idea de qué le ocurrió. Se encontraba tan aislado que nunca recibía la comida que le enviaban, pasaba hambre por largos ratos, de tal modo que comenzó a cazar y sembrar, no le quedaba de otra. Todo iba bien, hasta que un día los animales se comieron sus cosechas y no logró cazar nada, sin mencionar que el tabaco que

* Alumna de 4.° semestre, Específico de Literatura, CEDART “Frida Kahlo”.

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Ilustración: Luis Adrián Medina Moreno


2 de octubre del 68 Cristopher Anaya

Sostengo un cigarrillo con mi mano derecha, recuerdo que soy zurdo, miro mi mano izquierda y veo como sostiene mi alma, nunca antes había sentido tanta seguridad de mi existencia. Veo como mis compañeros caen, llevan consigo mi esencia, mi fe. Se llevan todo lo que creo. Una bala perfora mi hombro derecho, mi cigarrillo se estrella en el suelo, decido que el piso ahora es blando, me tiro en él cual almohada de plumas. Al parecer es bastante duro. La sangre brota, ya ni siento la herida, pego un grito y después callo. Dios mío, perdona mis pecados, yo sólo buscaba mi libertad. Teresa está muerta, un trozo de metal pulido entró por su frente para llevarse su aroma, los disparos suenan como cuerdas desafinadas, poco a poco me siento más ligero, como si levitara, desearía no haber tirado el cigarrillo, un poco de tabaco le daría más sabor a esto tan insípido.

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Extraño a Teresa, ya no podremos casarnos, igualmente ya estábamos unidos desde antes de nacer, ojalá también después de la muerte. Éste debe ser el fin, ojalá sirva de algo, aquí termina tanta lucha, los gritos ya ni los siento. Otra bala entra por un costado de mi estómago. Duele bastante, los párpados se me hacen tan pesados como un buque lleno armas, tanto hierro desperdiciado, tanta sangre derramada, ojalá sirva de algo. México, te amo.

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Una de cientos Verónica Huerta

Soy como la soledad silenciosa y a la vez pasiva, con sentimientos a flote y una línea curveada en el rostro. Soy como el viento frío y en ocasiones como el cálido ambiente, voy por la calle con fluidez, cambiando el ritmo. Soy como una gota de lluvia, una de cientos.

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Abandono Emmelie Selig

Cuando desperté no había nadie, me cambié y salí a buscar a mi madre, pero al irme acercando a la puerta había una criatura mirándome fijamente a los ojos, así que subí a la azotea rápidamente y comencé a correr hasta que ya no la vi perseguirme. Caminé unas cuantas cuadras, de repente, vi una casa con algunos individuos dentro y toqué para preguntar lo ocurrido. Al parecer, la familia Monson (como se hacían llamar) no sabían nada de lo que ocurría, y continué con mi camino. Después de horas de buscar y no encontrar a nadie llegué a un campo abierto

lleno de personas, supuse que mi madre estaría en el tumulto, así que la busqué y di con ella; la encontré totalmente cambiada, y al momento de que me acerqué a ella, me rechazó, me dijo que no me quería, que la dejara en paz, me empujó y, por último, lentamente vi cómo se alejaba de mí mientras lloraba inconsolable. Desperté de ese sueño terrible, pero no sólo eso, aparte tenía una lágrima bajando por mi mejilla, acompañada de muchas más.

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Por Yohualli.C

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Por Yohualli.C

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Por Tenoch Peregrino

Hace días que no salgo de la habitación. No es miedo lo que me atrofia –me digo, pensando en que la palabra más adecuada podría ser pánico– sino la posibilidad, ese infame riesgo de comprobar la oscuridad de la que habla Chekosnikov. Y es que desde pequeño nunca pude resistirla; cada vez que me quedaba solo aparecían… cosas, no sé, siempre salían al cerrar los ojos, brotaban apenas había un sesgo de penumbra. Lo peor era cuando tenía que acostarme –me parece entrever, ahora que recuerdo, tantos rituales fallidos–. Por eso nunca me gustó dormir solo, y como a cualquiera le pasa, estas criaturas se desvanecieron con el tiempo. El libro de Chekosnikov lo encontré por suerte, treinta años después de aquellas experiencias infantiles, en un bazar a las orillas de la ciudad, y justamente desde que lo leí no he podido salir de aquí, tampoco he podido dormir. Es como si todo regresara de golpe, como cuando la lluvia torrencial obliga a las hormigas a surgir de la tierra. Esa sensación inmunda me recorre el alma, ese zumbido en todos lados. Por eso me he enclaustrado en casa, he construido una barricada con luces y lámparas para evitar cualquier sombra.

Han pasado varios días –me convenzo, calmadamente–, y pronto alguien tendrá que venir a auxiliarme. Alguien tocará a la puerta, alguien me buscará, alguien sin duda deberá hacerlo… Han pasado ya varios días y mis esfuerzos comienzan a flaquear. Sé que las sombras han devorado las conexiones de la casa, las imagino detrás de la puerta, con su roer de criaturas, esperando impacientes a que las baterías se agoten… No sé cuánto ha pasado, pero el zumbido ha comenzado a escucharse en la habitación. Me resulta ya inevitable… cuando la última lámpara entrecorte su luminiscencia, aparecerán otra vez, amorfas, emergerán desde mis ojos. La oscuridad me envolverá en una espiral de sufrimiento, para luego alimentarse del resto humano que apenas respira... y sólo entonces, para ser libre, haciendo un terrible esfuerzo, cortaré mis párpados con las hojas que provee el capítulo tercero del Tratado Infernal, de Mijail Chekosnikov. 43


Open The Walking Dead Por Ingmar Istasse

Si buscas una serie con emoción y dosis altas de adrenalina, te invitamos a que mires The Walking Dead. Creada y producida por Frank Darabont, y basada en el cómic homónimo de Robert Kirkman, esta serie de televisión estadounidense se sitúa en un mundo postapocalíptico y está protagonizada por Rick Grimes (Andrew Lincoln), un oficial de policía que, al despertar de un coma, se encuentra sumergido en un mundo lleno de zombies «caminantes». Rick tendrá que encontrar a su familia y tratará de sobrevivir a este mundo. The Walking Dead no es una historia común de zombis, me parece que el atractivo se

sitúa en el complejo tema de la supervivencia. El personaje de Rick Grimes no es más que una persona dispuesta a ser lo que sea por los que ama y en muchas ocasiones llega al punto de la locura, las pérdidas y acontecimientos que pasan les ayuda a comprender lo que son ellos en ese mundo; de ahí que la serie discuta y abarque la supervivencia, tanto psicológica como física. Te invitamos a ver The Walking Dead por AMC o en el canal FOX, nuevos episodios (sexta temporada) los lunes a las 22:00 horas, y los domingos a las 21:00 horas.

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film Varias recomendaciones Por Natalia Delgado

La vida de nadie: Es una película de Eduard Cortés. Se trata de un hombre de éxito (o al menos eso aparenta ser), un economista del Banco de España, tiene una esposa modelo y un pequeño hijo encantador. Se acercan sus 40 años y su esposa, junto con su hijo y amigos, le tienen planeado una sorpresa, pero la sorpresa se la llevarán otros, haciendo que su vida de desmorone, teniendo un desenlace inesperado. Hable con ella: Es una película de Almodóvar, una de las más masculinas, donde los hombres son los protagonistas absolutos. Hombres que derraman dolor en los momentos más insospechados, definitivamente sufren de amor y soledad. Un miedo increíble a todo lo que existe: La película trata de un escritor de libros infantiles convertido en novelista de crimen, cuya detallada investigación sobre la vida de los asesinos en serie lo han convertido en un paranoico perseguido por el miedo irracional de ser asesinado.

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Peripecia s De l Unive rs

o

Por Ingmar Istasse

Piscis (19/2 – 20/3) El amor es algo serio para ti, pero cuidado con las emociones, ya que, aunque tu paciencia es grande y tu forma de ser es dulce, no dejas de ser quisquilloso e indeciso. Deja de guiarte por las demás personas.

Aries (21/3 – 20/4 ) Bájale un poquito a tu interactividad, reflexionando más evita los errores la situación. Eres m u y afectuoso, pero deb temperamento ya qu es evitar el e es imprevisto y tien des a ser creído. Suel directo y sensible par es ser honesto, a adquirir más lo po sitivo.

erás tener cuidado Tauro (21/4 -20/5) El dinero será suficiente, pero deb Las oportunidades con tu salud. Si llevas una relación, ésta irá para largo. . Recurre a tus de trabajo se acercan, pero deberás evitar tu descontrol dotes más especiales, tu fuerza física y psicológica.

gatividad, la buena ne la y o ism sim pe el ita Géminis (21/5 – 20/6) Ev oblemas y presiones. pr s tu de te en m tu ar ej sp respiración ayudará a de ir, es importante. Acuérdate también de dorm Cáncer (21/6 -20/7) Eres muy sentimental, dulce y m uy fantasioso, despreocúpate por el futuro y aprecia más el presente. Es bueno que evites la violencia, pero ev ita también a personas así, ya que llegarán a aprovecharse de tu timidez .

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ayudado a adaptarte ha te ad sid ro ne ge y d ta er Leo (21/7 – 21/8) Tu lib excesiva confianza, ya que tu a rle ja ba de to en om m con tu entorno, pero es fuérzate más en Es . as m le ob pr en te er et m ede tu boca y tu forma de ser pu a experiencia romántica. un r ui eg ns co en os en m y tus labores . Tu lúcida Virgo (22/8 – 22/9) Evita ser tan severo y meticuloso ás, pero debes de inteligencia te salva de no ser despreciado por los dem dinero. darle más importancia a las buenas amistades que al Libra (23/9 -22/10 ) Sueles ser simpátic o, equilibrado, orden gran habilidad para ado y tienes una adaptarte. Tu manej o d e le n g u aje es complicado, p discutir cualquier te ero sabes ma racionalmente e imparcialmente. Escorpio (23/10 -2 2/11) Eres extremad amente complejo, p debes de tener pacie or lo que ncia para los que te ro d ea cualidades negativas n. Aunque posees m uchas (seriedad, autoritari smo, celos y posesivi evitar tu aguijón, es dad), debes a maliciosa intuició n que tienes para dar les en su punto débil a los demás.

Sagitario (23/11 – 20/12) Crees en el futuro y los cambios, usa esa esperanza con tu temperamento. Aunque sueles estar de buen humor y con optimismo, puedes llegar a confundirte porque sientes que comprendes el mundo, pero el mundo no te comprende a ti. Capricornio (21/12 – 19/1) La inseguridad y timidez que sientes serán cegados por un amor correspondido. Lo reconocerás cuando te provoque una sonrisa. Trata de no ser muy serio y más afectuo so, usa tu prudencia y tu inteligencia. ena respiración bu la , es on ci ac s tu co po edita un Acuario (20/1 – 18/2) M desilusiones por los te o N . es nt sie e qu n ió ns la te desaparecerá tus nervios y quitarán tu interés y la te lo só or nc re el y o nt ie im pequeños detalles, el resent abierta forma es lo que más y a tic pá sim Tu s. ne tie e creatividad maravillosa qu les gusta a tus amigos.

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Ofrece los servicios de: 1. Estantería abierta 2. Consulta de material bibliográfico 3. Asesoría para búsqueda de información 4. Utilizar mesas de trabajo 5. Área de estudio con clima permanente


Sala de Lectura Miguel Ángel Cuervo ¿Te gustaría poder dialogar, reflexionar, disfrutar y conocer lo que puede evocar un texto? Te invitamos a ser parte de la Sala de Lectura Miguel Ángel Cuervo. Todos los martes de 8:00 a 10:00 horas, en la Biblioteca Rosario Castellanos del Centro de Educación Artística “Juan Rulfo”. Mediadora: Laura Aguirre ¡Te esperamos!


El Pรกramo Pรกramo


Sue単os odedeloslos Sue単o



“Verdad son los sueños mientras duran; pero ¿qué es vivir sino soñar?” Alfred Tennyson


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