Revista El Topo Nº 5 Acción deportiva y espacios

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No.5 | ISSN: 0719-3335 | VALPARAÍSO.CHILE | Junio - Julio

2015


Revista Eltopo. “Acción Deportiva y Espacios” No. 5 Junio-Julio 2015 Gran Valparaíso. Chile ISSN: 0719-3335 Mail: contacto@eltopo.cl Web: www.eltopo.cl Dirección: Felipe Espinosa. Gino Bailey. Consejo Editorial: Gino Bailey. Felipe Espinosa. Félix González. Rolando Tiemann. Consejo Asesor: Beatrice Collignon. Camilo Arriagada. Juan Cristóbal Moreno. María Eugenia Dominguez. Traducción: María Bianchini Dirección Diseño Gráfico e ilustraciones: Stephany Bailey | tefanybaileybergamin@gmail.com




INDICE

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Rodrigo Alejandro Cofre Ruz.

42 - 67

Nelson Santos da Silva.

68 - 83

Ramón López Torres , Mailet Perera Lavandero, Zerla Marina Borges Jorge.

84 - 109

Mariano Gruschetsky

110 - 137

Sebastián Ponce Olmos, Carlos Vergara Constela.

138 - 145

Carlos Vergara Constela.

DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

INMIGRACIÓN E IDENTIDAD: La Società Sportiva Palestra Italia en San Pablo.

Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires.

WANDERERS Y VALPARAÍSO: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal.

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA.



REVISTA ELTOPO NO.5: ACCIÓN DEPORTIVA Y ESPACIOS DE INTERACCIÓN. La Revista Eltopo N5, abre un trabajo temático por número de publicación, sin excluir propuestas innovadoras y creativas que son un aporte a la sociología cultural y urbana pensada desde Valparaíso. En esta ocasión, “Acción deportiva y espacios de interacción” tiene por objeto situar investigaciones, reflexiones teóricas y propuestas empíricas y analíticas sobre la relación organizaciones deportivas y su relación con el territorio, el deporte desde una visión más subjetiva y la interacción con el espacio, la acción deportiva y la infraestructura urbana. Con gran énfasis en lo educativo, Torres, Perera y Lavandero (2015), en su artículo sitúan la enseñanza del deporte, como un aspecto centrado en la socialización y con ello el desarrollo físico y mental. De esta manera el análisis se centra en el espacio de formación para el deporte y a partir de esto el rol de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte (UCCFD), como la instancia para el desarrollo del conocimiento en la educación física, cultura física terapéutica recreación y deporte. Rescatamos en esta propuesta la importancia de la estrategia de formación, como un proceso donde se fortalecen los procesos de enseñanza-aprendizaje y la dirección de estos en el entrenamiento deportivo como acción pedagógica, aspecto relevante al momento de fortalecer etapas de socialización e individuación. Cada una de estas esferas de actuación del profesional transitan por la integración de tres amplios componentes: lo académico, laboral-investigativo y extensionista, donde este último alcanza dimensiones trascendentales para la vinculación del trabajo de la universidad con las comunidades más próximas o aquellas que lo demanden. Rodrigo Cofre Ruz (2015) en su artículo “Descalce de las Distancias Mentales: infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etario en los habitantes del Gran Valparaíso” se detiene en comprender la


vida urbana desde el movimiento, y con ello posicionar la discusión de la movilidad urbana como una dimensión a considerar en los estudios del Gran Valparaíso. La noción utilizada “Distancia Mental”, le permite al autor analizar cómo se perciben los habitantes en tanto su relación con el territorio y sus diversas inequidades socioespaciales. El estudio, desde los imaginarios urbanos busca dar cabida a la movilidad, el control espacial y con ello al uso de otros sistemas de movilidad urbana e infraestructuras para el uso de la bicicleta en contextos locales. En el artículo “Wanderers y Valparaíso: fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal” escrito por Ponce y Vergara (2015), se elabora una extensa revisión de los imaginarios urbanos de la ciudad de Valparaíso desde fútbol y el Club de Deportes Santiago Wanderers. El análisis emerge desde una estrategia metodológica de investigación documental, observaciones y entrevistas, con lo cual se comprende los imaginarios urbanos locales asociados a esta institución desde su fundación hasta la actualidad. La propuesta pone énfasis en la construcción del imaginario patrimonial de Valparaíso heredera de una historia vinculada al imaginario “wanderino” de la ciudad puerto. Nelson Santos da Silva en su artículo “Inmigración e identidad: la Società Sportiva Palestra Italia en São Paulo” aborda el análisis de un club deportivo y su relación con la colonia italiana de São Paulo, Brasil; Italianos que llegaron al país como reemplazo de la mano de obra en plantaciones de café a principios del siglo XX. A través de un estudio analítico y historiográfico se aborda la relación de la historia del fútbol en São Paulo y la fundación de la Palestra Italia como organización deportiva que promueve la formación de la identidad de los inmigrantes italianos en la ciudad de São Paulo. También desde el futbol, Mariano Gruschetsky en su artículo “Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires”, aborda el estudio de esta acción deportiva en la zona metropolitana de Argentina, considerando su infraestructura deportiva para el futbol y con ello su compleja configuración urbana que se origina en 1910 y consolida entre los años 20 y 30, producto de una relación entre la institucionalidad deportiva, las políticas públicas y el interés local por esta actividad en la ciudad de buenos aires.


Como reseña de libro, Carlos Vergara Constela presenta el texto de Miranda, Jofré, Araneda, y González (2014) “Relatos himnos y camisetas. Clubes deportivos y vida barrial en quinta normal, Chile.”, nos entrega una visión a un libro que aborda la relación barrio-ciudad y el rol de los clubes deportivos en esta configuración. De esta manera el desarrollo de la comuna de Quinta Normal, se ve atravesada por la importancia de los clubes deportivos en la identidad barrial del siglo veinte.

Revista Eltopo Gran Valparaíso Julio 2015


Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp.10- 41) ISSN:0719-3335 10


DE S C A L C E DE L A S D IS TA N C I A S ME N TA L E S: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso. Rodrigo Alejandro Cofre Ruz 1

Resumen La vida urbana del habitante está dada en un constante movimiento, desde la aproximación doméstica a la relación que tiene este en la ciudad. Una movilidad que se basa en distancias, que traen consigo fragmentos, recuerdos y dibujos concebidos como imágenes mentales que configuran a su vez una distancia mental. El estudio de las distancias mentales dependerá de una identificación de habitantes, que en un mismo contexto tienen una visión distinta del territorio y al momento de no cumplirse causa segregación socio -espacial como no pertenencia a la morfología del habitante. Desde este punto de vista se abordará la ciudad con las distancias mentales desde un calce y descalce constante en la morfología del gran Valparaíso. Ante esta configuración de distancias físicas, la presente investigación busca a través de un medio de transporte, dar cabida a imaginarios urbanos que estén bajo control espacial en todo momento y puedan complementarse al uso de otras movilidades urbanas. El entendimiento de las distancias urbanas a través de la infraestructura para usuarios con movilidad no motorizada, en este caso, la bicicleta. Palabras Claves: Infraestructura del espacio informal- movilidad- morfología territorialbicicleta - distancias mentales. Abstract The inhabitant’s urban life is in constant movement, from the domestic approach to the relationship he has with the city. A mobility based on distances, that bring to mind fragments, memories and drawings conceived as mental images that, at the same time shape a mental distance. The study of mental distances will depend on inhabitants’ identification that have a different view of the territory in the same context and when not met, causes a socio-spatial segregation as a lack of belonging to the inhabitant’s morphology. The city will be approached from this point of view, with mental distances from a consistent match and mismatch in the great Valparaíso morphology. Given this configuration of physical distances, this research seeks through a means of transportation, to accommodate urban imaginary that are under spatial control at all times and can complement other urban mobilities. Understanding urban distances across the infrastructure for non-motorized mobility users, in this case, the bicycle. (1) | Rodrigo Alejandro Cofre Ruz. Licenciado en Arquitectura, Universidad de Valparaíso. Chile.

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp.10 - 41) ISSN:0719-3335 11

Keywords: Informal space infrastructure, mobility, territorial morphology, bicycle, mental distances.


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

INTRODUCCIÓN Durante todo momento en que se está en contacto con la ciudad las distancias se aproximan corporal y mentalmente, ayudándonos a entender un territorio y configurarlo con claridad. “Virtualmente, lo que el hombre es y hace está relacionado estrechamente con la experiencia del espacio. La sensación humana del espacio, el sentido espacial del hombre es una síntesis de muchas impresiones sensoriales” (Edward Hall, 1966, p.175). El ser habitante se va moldeando constantemente por las influencias y contactos físicos que recibe diariamente en su espacio más próximo y para que se formen las distancias mentales, estas antes deben estar constituidas por los sentidos. Un escenario urbano se presenta a distintas escalas para el sujeto y puede ser visto desde un plano lejano o estando inmerso en ella; ambas se convierten la comprensión del escenario urbano .Esta estructura de comprensión se basa en la asociación que tiene el sujeto a través del contacto físico con elementos infraestructurales en la ciudad. Las cuales puedan dejar en el imaginario del usuario una reconstrucción asociativa del espacio urbano. La asociación trae incorporadas desde antes cualidades físicas .Cualidades que al habitante no le son indiferentes por que conservan una experiencia espacial única, en donde la relación que se tiene con el escenario urbano da posibilidad de recordarlo por la claridad de sus características, las que se dan cuando se conoce una ciudad y traen consigo cualidades que remarcan fuertemente la apreciación del sujeto. Estos valores que van tomando forma a medida que hay una asociación repetitiva durante el conocimiento de la infraestructura del espacio material por un lado. Luego, al haber reconocido la ciudad, se asocia este espacio material a un recuerdo y/o experiencia previa, conservando un territorio único de la morfología donde se encuentra el sujeto. Siempre y en todo momento con relaciones proxémicas hacia el espacio material que ofrece la ciudad.

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La movilidad que éste tenga requerirá de cómo se haya desenvuelto anteriormente en un espacio lo más próximo o parecido al que se está enfrentando. De esta manera toma aprendizajes y recuerdos de cómo su cuerpo se adapta a la ciudad. Por ejemplo en una extensión morfológica que permita asociar de manera distinta el territorio.

Distancias Mentales Para la configuración de las distancias mentales en la extensión morfológica de una ciudad, hay que entender que el habitante está constantemente generando distancias voluntarias y otras involuntarias en su quehacer cotidiano, las cuales paralelamente son reforzadas con aportes visuales que se desarrollan como imágenes. “El signo cumple con la necesidad de comunicación y este sistema se va elaborando y complejificando hasta llegar a lenguajes fijos, pero cuando el signo cobra plenitud y se convierte en una entidad independiente y separada de la conciencia, en el momento en que el signo puede ser percibido e interpretado por otras personas que, incluso, pueden pertenecer a otras épocas, en ese instante se ha producido otro capital de adelanto cualitativo” (Caballero, 1997, p. 119).

Imagen 1:

Gráfica para movilidad no motorizada en el transporte Público. Metro Valparaíso. Fuente: Propia.


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

Imagen 2:

Cicloruta con infraestructura asociada, Santiago de Chile. Fuente: Propia.

Imagen 3:

Señalética para movilidad en la vía Pública. Fuente: Morfología: Símbolos, Signos y Alegorías.P.121.

Imagen 3:

Gráfica para movilidad no motorizada en el transporte Público. Metro de Valparaíso Fuente: Propia.

En cuanto a la distancia mental, podemos construirla a partir de imágenes que se encuentran en ella. Estas son reconocibles en cuanto al aporte visual que entregan a la construcción mental del ciudadano y se separan individualmente de la configuración de las distancias.

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Se pueden encontrar semiótica impuesta a los grupos sociales y semiótica autogestionada por los grupos sociales, las que conviven constantemente. La semiótica impuesta es aquella que nos encontramos como referencias de tránsito, pinturas en las calzadas y formas que asociamos a normas diseñadas para que el ciudadano pueda manejarse dentro de un sistema urbano. En este estudio la señalética para la movilidad de la bicicleta será de ayuda para comprender la realidad urbana frente al desarrollo de este medio de transporte. Imágenes como infraestructura del espacio material son cualitativas cuando la forma compromete una asociación a un concepto, que pasa a ser un aporte en el desarrollo de las distancias físicas. (Imagen 1, 2, 3, 4). La sobre-producción de estos en la ciudad provoca una confusión para la imagen que da la ciudad ante los habitantes. Una distorsión de este tipo de semiótica genera confusiones en cuanto a la libertad que tiene el sujeto para apropiarse del espacio que circunda, su paisaje. Se cree equivocadamente que mientras más se apropie del espacio, más posibilidades tendrá de no segregarse ante la construcción social que hay entre grupos en la ciudad. Esto solo permite la interpretación deliberada de semiótica urbana en escenarios donde no se siente parte el ciudadano. La interacción que tiene el sujeto con esta semiótica urbana es de aporte asociativo, vale decir que mientras se encuentre con una movilidad de distancia voluntaria o involuntaria, la imagen o signo visual aportara al hecho de constituir la distancia pero no será parte de esta. Alicia Lindón (2007) plantea que para el habitante siempre un lugar evoca otro lugar. Entre un lugar y otro se da una relación de co-presencia. Están siempre relacionándose. En este sentido, las distancias involuntarias son las que se realizan diariamente, aquellas que son necesarias para el día a día, las del trabajo, trámites, compras diarias, etc. Donde el sujeto no se encuentra totalmente consciente de su contexto, por consiguiente no tendrá la capacidad de asociar de manera compositiva las partes del escenario urbano para crear una distancia mental del territorio. Si bien reconoce las distancias como propias, por el hecho de


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realizarlas cotidianamente, la percepción de distancias proxémicas no son de ayuda para cuestionar en detalle su recorrido. Jirón (2007) contempla la movilidad y el confort del sujeto en la ciudad como una experiencia única, en la cual mientras más malas situaciones e inseguridades este tenga con su espacio más próximo, menos se va a sentir parte de las distancias que recorre día a día. Para el habitante la comprensión de la ciudad se vuelca monótona cuando el acostumbramiento en la movilidad y sus distancias derivadas en los recorridos es siempre la misma. Aquí es donde la voluntad aparece para el sujeto, cuando se encuentra con un acceso limitado al espacio de ocio, este altera y crea fuera de sus recorridos diarios otras distancias con el Interés de recrearse, y se encuentra constantemente atento a los acercamientos con el espacio y sus distancias físicas. La conciencia de sus distancias permite desarrollar con mucha más claridad y comodidad la apreciación de un territorio en el contexto. Ese estado de comodidad lo genera solo la intención voluntaria que tiene el sujeto de realizar sus recorridos .En el caso contrario, solo causaría un sentido de desvalorización de su ciudad, ya que la movilidad y su morfología no le deja desenvolverse como quisiera. Para que las distancias voluntarias e involuntarias se puedan concretar, independiente de su nivel de captación que tengan en el sujeto, el contexto forma un rol fundamental para su desarrollo. Así, todos los aprendizajes y experiencias que el habitante tiene se dan en base al contacto que este ha tenido en su contexto más próximo, sus hábitos en los movimientos están totalmente condicionados por la cualidad de su paisaje.

Movilidad Paola Jirón (2007) se refiere a la movilidad en términos de accesibilidad a las zonas de intercambio urbano, esa accesibilidad como opción a tener igualdad en actividades, relaciones y lugares de la ciudad. En este sentido, la movilidad

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se puede asociar como un recurso que todos tienen pero se da de distintas maneras, dependiendo de 4 factores: socioeconómico, cultural, género y edad. Constantemente se renuevan los personajes en la ciudad, estos traen consigo una infinidad de relaciones y movilidades para alimentar la vida en la urbe .Las distintas maneras que tienen de apreciar y vivenciar la ciudad es lo que permite configurar grupos de habitantes con características similares en los escenarios urbanos. Ahora bien, el cómo lo hacen tiene una densidad territorial necesaria para reducir puntos de partida dentro de las movilidades con menos impacto en nudos de la urbe.

Imagen 5:

Construcción de control visual en plazas del siglo XIX. Fuente: Documental “Trilogy of Design Urbanized” Gary Hustwit, 201.

Las plazas del siglo XIX se constituían en cuanto la comodidad del sujeto estaba con la medida del equipamiento y su visual. A menor control visual con el límite de plaza mayor va a ser la incomodidad del habitante. (Imagen 5) El contexto proporciona contenido a las distancias, por tanto, mientras más diverso en cuanto a referencias cualitativas, que son las que dan a la ciudad una


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

imagen para la construcción mental y de ubicación, más ramificadas serán las configuraciones de las distancias para un territorio urbano. Respecto a estas configuraciones que ofrece el contexto, el sujeto recibe y las utiliza a medida que las distancias voluntarias e involuntarias se hacen parte de su recorrido diario. Para que el sujeto pueda tener un apropiado uso de esa movilidad cotidiana, este produce un ordenamiento mental del lugar en donde se encuentra, el lugar que necesitará para poder desplazarse y el lugar de destino .La relación que tiene el sujeto con el uso de una movilidad, es este caso en la bicicleta por la ciudad y la realidad urbana que puede darle soporte ,ayudará a que este tenga un mejor desplazamiento y la integración hacia los puntos céntricos de la urbe sea con mayor fluidez .El usuario por momentos se encuentra asociando mentalmente con la necesidad de poder adaptarse de la mejor manera al escenario urbano en el cual se enfrentará. Busca soluciones, que ya conoce, para que el recorrido sea lo más confortable posible. Estas soluciones están totalmente condicionadas por lo que ofrece el contexto. Equipamientos de movilidad urbana, velocidades y ritmos, alturas y medidas físicas hacia el escenario urbano y el entendimiento de la semiótica en la infraestructura material. Cuando se conocen estos factores particulares de cada ciudad, el sujeto logrará dar un punto de partida al “desenvolverse” en la urbe.

Cenestesia urbana En un factor de tiempo y acostumbramiento al espacio urbano se produce un hábito universal para reconocer la ciudad. Aquí es donde la cenestesia urbana, entendida como la percepción general del cuerpo y de sus estados internos que origina la sensación global de bienestar o malestar dentro de la urbe , se tiene que conjugar de la mejor manera con la ciudad. Esta conjugación es de carácter vivencial al lugar, en donde toma fuerza y se podrá definir, de acuerdo a si la experiencia fue positiva o negativa, la apropiación del lugar. Esta apropiación, no se percibe como un arraigo a la zona, más bien se desenvuelve en el espacio y en la medida que el sujeto tiene control

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sobre los tiempos de su recorrido. El control entonces debe ser visto dentro de una metodología, en cuanto a cuales son las medidas de esas distancias en la ciudad que provocan incomodidad o comodidad para realizar los recorridos. “Las desigualdades en los roles de género hacen las experiencias cotidianas difieran, haciéndolas más difícil para madres o padres solos con hijos pequeños” (Jirón, 2007, p.182). De esta manera el habitante configurará una distancia única del recorrido que tiene entre sus territorios. Como es la situación en que se encuentra el desarrollo de la movilidad en bicicleta en el cordón morfológico costero del gran Valparaíso2 en donde este queda solo en el concepto de medio de transporte. Lindón (2007) hace referencia a una dimensión de intercambio constante entre actividades de la vida social y los imaginarios urbanos, estas subjetividades compartidas, denominada intersubjetividad, ayudan a comprender la ciudad como un territorio complejo entre los habitantes. La ocupación que tiene se lleva a cabo gracias a la ayuda de los usuarios comprometidos con su uso .Culturalmente el despliegue de esta alternativa no está siendo vista como ayuda a la comprensión sistemática de distancias mentales que conllevan a una mirada múltiple de lugares en la ciudad.

Descalce de distancias mentales Cuando se está ante un espacio constante, en el caso del cordón costero o un frente mar, la relación que se tiene con los las distancias para llegar a este está siempre presente, esta relación que se constituye es totalmente referencial. En este sentido François Asher (2004) plantea una multi-presencia con movilidades y territorios sociales e individuales de geometría variable, donde los objeti(2) | Unión físico morfológica del contexto del Gran Valparaíso con una conectividad en su urbanización.

vos están centrados en lo individual y lo colectivo se hace poco visible.


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

“Una ciudad cada día más móvil en la que los actores pueden elegir su lugar en mayor medida” (François Asher, 2004, p.82). El paisaje que se relaciona con el sujeto en el gran Valparaíso se predetermina con elementos geomorfológicos referenciales, en este caso, el mar como paisaje dominante y de espalda una morfología variable. Cada ciudad posee sus elementos geomorfológicos referenciales, en ausencia de estos, el sujeto se desenvuelve dentro de una geomorfología única. La distancia mental del habitante es lo que proporciona ubicación y relación con la morfología. Hay una asociación de distancias para ubicarse, la asociación vista como un calce. Para que este calce se produzca, este debe ser totalmente empírico, si no tuvo el sujeto una experiencia con el escenario urbano, de ninguna forma se podrá constituir la distancia mental. Esta experiencia se debe producir para que el calce se produzca, si no hay experiencia de movilidad en la urbe, no hay calce, por ende no habrá distancia mental de un territorio. El cómo llegar a cierto lugar, por donde recuerdo que tuve que pasar, que es lo que vi, por donde es más corto si es que quieres llegar rápido para hacer un trámite, o bien, el mismo lugar, el mismo recorrido, asociado a otra distancia para disfrutar porque voy de paseo con mi novia (voluntaria-involuntaria), son estas asociaciones empíricas las que me permiten calzar en los recorridos una distancia mental del territorio. En el desarrollo de la movilidad en bicicleta el usuario comprenderá sus distancias en base al destino que éste le dé al recorrido. Para Valparaíso, el sujeto que habita en la quebrada tiene una distancia mental similar con el que vive en el límite superior del mismo cerro de esa quebrada, porque el calce de distancias entre cerro y plan se encuentra en la misma morfología. La movilidad que tienen es en base a la posibilidad que da la morfología y sus conexiones para concretar un encuentro entre esas distancias. La similitud de las distancias se mide en cuanto a cuales son las posibilidades que

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posee el sujeto de llegar a su destino por medio de la morfología que lo permita. Mientras este posea o tenga opción de llegar y/o conseguir el interés de recorrido, constituirá a su vez una distancia mental de su llegada desde la quebrada al plan (almendral). Para asociar sujetos del mismo escenario urbano a distancias mentales similares hay que comprender cuál es la estructura de elementos en el espacio que permiten la movilidad. En Valparaíso esta estructura es clara, si se toma el ejemplo de los habitantes en quebrada, la estructura para “bajar” al plan es única del contexto y no se da en otra parte. Cuando esta estructura es difícil o nula de replicar en otra parte, se encuentra una distancia mental arraigada al contexto. Para viña del mar por ejemplo, ciudad dentro del cordón costero, la relación geomorfológica a la cual se enfrentan los ciclistas es distinta a Valparaíso, no solo por los elementos morfológicos que conforman el paisaje para el sujeto, más bien la concepción imaginaria del uso móvil donde con la bicicleta se puede ver más claro. La extensión en la cual está inmersa la ciudad es lo que permite mayor interacción con la movilidad desde el centro hacia la costa. En este sentido el entendimiento del espacio para el habitante es cuando se trata de un espacio público a uno en donde las relaciones de distancias son comunes, la identidad con sus pares pasa a ser un aspecto crucial en el habitante y la estructura social que se genera en el territorio que forma el sujeto. Al no haber comunidad entre los límites territoriales, la ciudad se va segregando y marginando. La discordancia entre las distancias mentales de un territorio se da por los límites de las divisiones político-administrativas de un contexto definido, con los límites de los recorridos que tiene el sujeto en sus distancias mentales. Si se producen estos límites sin tener en cuenta el desarrollo de la movilidad de los habitantes, provoca una no-apropiación del contexto circundante del sujeto.


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

La referencia se hace dado que el axioma de la distancia mental es la no apropiación del territorio en base a una discordancia con los límites político-administrativos. Aquí nace el descalce a nivel morfológico de las distancias mentales para el sujeto. “Las exclusiones no son siempre visibles ,pero pueden evidenciarse y acentuarse en los límites existentes que separan y conectan a personas y lugares .Estas fronteras pueden referirse a límites físicos, pero también a fronteras sociales, culturales ,económicas y tecnológicas presentes en la ciudad (sensación de estar fuera de lugar) y pueden ser especificas a cada contexto” (Paola Jirón ,2009, p.177). Cuando nos encontramos con una segregación contemplada como distancias mentales no encontradas se provoca un descalce de distancias, donde el diseño de la ciudad en Infraestructura material y transporte no deja una opción de conexión entre grupos de habitantes. Este desarrollo no es solo visto para personas con bajos recurso en movilidad, sino también para la implementación de nuevas formas de diseñar y equipar a grupos que necesitan mejoras en sus distancias. Cuando se toma a la movilidad como un bien de uso, se contempla a la bicicleta como alternativa viable para la integración de movilidad. Siendo la bicicleta como objeto de estudio en la movilidad una opción que proporcionará una transparencia para la comprensión de distancias en la ciudad de Valparaíso. La ciudad que tiene una preocupación de las conexiones pertinentes, a partir del espacio que se da entre los habitantes e intersticios públicos, permitiendo que los habitantes generen distancias mentales que calcen entre ellas, teniendo los territorios un sentido de apropiación al contexto.

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Metodología Para dar construcción al estudio urbano se realizaron entrevistas en dos zonas del Cordón Morfológico Costero- Valparaíso – Viña del Mar. En cada Área de estudio se desarrollaron 15 encuestas, en donde cabe señalar que las encuestas realizadas en terreno están inmersas en un contexto ciclista, el cual se encuentra en constante movimiento, por ende la gran mayoría de las respuestas están basadas en el más conciso esfuerzo del usuario a responder dentro del tiempo disponible. En la siguiente investigación, se aplicarán herramientas metodológicas de una perspectiva etno-sociológica, y así poder dilucidar las comprensiones del territorio a través de una construcción social de este. A partir de lo anterior se producirá un intercambio de 3 conceptos claves para poder estructurar la investigación los cuales se repiten en base a una nube de conceptos desprendidas de las encuestas: compartir el espacio público, infraestructura y los riesgos dentro de la movilidad no motorizada en torno a la bicicleta.

Imagen 6:

Cartografía general de zonas encuestadas. Fuente: Elaboración Propia.


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Imagen 7:

Cartografía con puntos encuestados Área Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.

Imagen 8:

Cartografía con puntos encuestados Área Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.

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Compartir el espacio público E n el ámbito de movilidad de manera continua que tiene la bicicleta para llevar a cabo imaginarios dentro del territorio, básicamente es tomada como un medio en donde el desplazarse está en una relación proyectual distinta con la proxémica del sujeto. “el uso común consiste en el derecho de todos los habitantes a acceder y utilizar espacios que son bienes nacionales (Álvarez ,1964 y Sánchez, 1997; citados en Montt, 2002). Dentro del trato con otros tipos de movilidades se encuentra la convivencia entre ciclistas y automovilistas que son los que más generan roces de distintos tipos .Causado básicamente por una preocupación constante a la generación de accidentes. “… que si andas por la vereda te puteen los peatones. Y además de estructura falta que la gente maneje mejor, probablemente no habría tantos problemas si en los cursos de manejo incluyeran el ítem como compartir la calle con los que no están arriba de un auto.” (Mujer ,25 años.) Dentro de la convivencia, la relación de ocupación entre peatones y ciclistas se basa en la capacidad de respetar los límites materiales para la realización de una actividad propia de la actividad. El hecho de que existan ciclovías separadas de las veredas, no refleja una asociación separación en las vías. “Ojala hubiera vías exclusivas para los ciclistas ,porque este cuento de repartirlo de repente genera roces ,de repente los ciclistas nos creemos automovilistas y a la vez peatones ,hacemos una mezcla media rara… ojalá fuera segregado pero no lo es.” (Hombre ,58 años.)


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Imagen 9:

Usuario haciendo uso de Ciclovía .Reñaca, Viña del Mar. Fuente: Elaboración Propia.

Aquí es donde la conexión entre grupos de movilidades se hace presente, la bicicleta da la posibilidad de relacionarse con otros modos en la ciudad, alterando la capacidad de desenvolver las distancias y estando siempre en control de sus imaginario.

Infraestructura A partir de las cualidades geomorfológicas que tiene cada ciudad se desprenden dos tipos de recorridos. Los tramos de infraestructura informal o constituida que se desarrollan dentro de la urbe y se integran a la trama .Y por otro lado los tramos que bordean la ciudad y crean recorridos periféricos. El radio de acción teórico de la bicicleta es de 7.5 kilómetros. Umbral bajo el cual se sitúa su capacidad de captar viajes urbanos. (Roberto torres, 2003, Pág. 71). La infraestructura informal transcurre en el espacio urbano consolidado, los

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cuales están adaptados al equipamiento material de uso de otras movilidades. Al haber sido usadas por el sujeto en el espacio peatonal mayoritariamente su segregación está presente dentro de la ciudad.

Imagen 10:

Construcción de informalidad infraestructural. Estación Puerto, Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.

Cuando la infraestructura no es soportante para el usuario se produce una informalidad de uso con la infraestructura existente. El contacto que tiene el sujeto en la ciudad es en base a la movilidad que posee y ofrece su medio .El medio geomorfológico que tiene el territorio del ciudadano se conforma por variados tipos de imaginarios desde distancias físicas que estos cubren para poder llegar a un punto de la ciudad. Estas distancias físicas están en directa relación con movilidades, las cuales son condicionadas por elementos de la infraestructura urbana. El soporte de infraestructura para esta movilidad urbana se puede desarrollar


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

Imagen 11:

Planimetrías representativas de la influencia de infraestructura en el uso de la movilidad no motorizada . Fuente: Elaboración Propia.

Y también están los tramos periféricos los cuales son rutas alternativas para descentralizar toda red de recorridos interiores a la ciudad que puedan entorpecer el flujo continuo de las distancias. Ambos recorridos se pueden calzar dependiendo de la necesidad del usuario en conectar sus distancias morfológicas. El contacto que tiene el sujeto con este medio de transporte depende de la ocupación necesaria para poder transportarse lo más eficiente posible dentro de una red integral de manera formal con ciclovías y ciclo bandas o informalmente a través de la ciudad. “Una red más completa de ciclovías, están muy malas y más conciencia entre los ciclistas y los automovilistas” (Hombre ,24 años)

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Imagen 12:

Acera con infraestructura limitante al uso de movilidad , Autopista Nudo Barón,Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.

El soporte de infraestructura para esta movilidad urbana se puede desarrollar como infraestructura del espacio material definida, tal como una ciclovía3 , la cual posee elementos materiales que potencian la utilización y buen desarrollo de las distancias físicas o infraestructura del espacio material informal. La primera es básicamente la vía por la cual los ciclistas transitan sin alterar el curso de otros modos de movilidad en la ciudad. Este tipo de infraestructura está condicionada por ordenanzas de utilización de calzadas y aceras, dadas por sección en el caso del gran Valparaíso se rige por la OGUC y da a conocer para un mínimo de calzada de 2.75 metros (una vía), un mínimo de acera de 2 metros por cada lado de calzada. (Imagen 11) (3) | Vía destinada exclusivamente al tránsito de vehículos menores, tales como bicicletas, motos de baja cilindrada, triciclos y otros, cuya característica puede corresponder a la de ciclopista o de ciclobanda. (O.G.U.C ,2010)

Y la infraestructura del espacio material informal, la cual se lleva a cabo en espacios que no están diseñados estrictamente para la movilidad ciclista. (Imagen 12).


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Estas infraestructuras se han ido calzando en la trama urbana para poder unir de forma integral las vías de la ciudad. No obstante de igual forma se producen descalces e inconexiones en las vías para la unión de estas.

Imagen 13:

Vía con uso informal para movilidad no motorizada, Bandejón central Av. Brasil, Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.

Ante este panorama vale observar cual debe ser la proyección para la colocación de infraestructura material de bicicletas, en las zonas donde el sujeto se apropia para atender las falencias que posee la ciudad y que tan integradoras son al desarrollo de imaginarios con la ciudad para el sujeto. La construcción de movilidades para bicicletas en el borde costero resalta en los detalles de superficie de suelo en las vías. Punto donde se concentran la mayor cantidad de conflictos entre los modos de movilidad y en donde se ponen en juego toda serie de comportamientos vinculados a la cultura de movilidad urbana y el uso de suelos correspondientes a cada uno.

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En términos funcionales la calle “hace posible algo tan elemental como urbanizar territorios para hacerlos accesibles (Benévolo ,1993: Parcisa y Rubert de ventós ,2000). La continuidad física del itinerario ciclista desaparece sobre la mayoría de las intersecciones, ya que salvo en los casos en los que el cruce se superpone a un paso de peatones, no suele haber marcas viales en el asfalto que indiquen a los automovilistas la existencia de una sección ciclable. (Imagen 14) “…Yo creo que el problema, el groso problema, son los bordes de las calles, hay calles que no tienen bajada y son incomodas, le hacen mal a la bici… Hay lugares donde sencillamente no hay, y el espacio entre la platabanda y el bandejón es un precipicio .y esta bici no tiene amortiguación precisamente.” (Hombre - 30 años)

Imagen 14:

Vía con uso formal para movilidad no motorizada Paseo Wheelwhright, Valparaíso. Fuente: Elaboración Propia.


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

Imagen 15:

Detalle de plinto entre calzada y acera. Fuente: www.Bicivilizate.com

Imagen 16:

Vía Romana. Fuente: Atlas de la arquitectura, Susaeta Ediciones ,2013.

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Imagen 17:

Sección tipo, vía Romana. Fuente: Atlas de la arquitectura, Susaeta Ediciones ,2013.

Riesgos La perspectiva urbana que refleja la infraestructura en las distancias que recorren los ciclistas en el cordón costero es cuestionada al momento de enfatizar las dificultades que estos tienen para convivir con otras movilidades y las malas condiciones en que está la infraestructura. Los primeros grandes constructores de redes viales fueron los romanos y para ellos una red vial eficiente significaba el control total del territorio. (AA.VV ,2013; Pág. 60) Cuando esta eficiencia está ligada a roles móviles tan importantes en la ciudad ,la proporcionalidad de la infraestructura y la carga de uso no se encuentran en ningún punto .Es por ello que los riesgos comienzan a ser inminentes dentro del trazado vial para los ciclistas. Esta dificultad trae consigo maniobras imprevistas, dentro de un contexto urbano descortés en cuanto a cultura móvil se refiere, provocando accidentes inesperados, algunos llegando a ser fatales. “…es muy difícil vivir en el cerro y movilizarte en bici, los ascensores no te dejan subir con bicicleta, también las bajadas no están como bien hechas, igual es peligroso.” (Mujer ,26 años)


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

“Le hacen falta ciclovías, así de simple, porque hay un inevitable riesgo que te atropellen en la calle.” (Mujer ,25 años) En mayo de 1965 Robert Jasper Grootveld junto con anarquistas Roel van Duijn y Rob Stolk formó el movimiento contracultural de mayor éxito de la década de 1960, Provo.

Imagen 18:

Bernard de Vries voert campange. Fuente: www.dazeddigital.com

Un título que resulta de la palabra holandesa “provocar”, el movimiento rebelde se aceleró a través del arte performance, bromas y propagandas, llegando a ganar un lugar en el consejo de la ciudad de Ámsterdam. A finales de julio de 1965, Luud Schimmelpennink fue pionera en el Witte Fietsenplan (Plan Blanco de la bicicleta), en el cual propone que 20.000 bicicletas blancas reemplazarían a todos los vehículos de motor, con el objetivo de reducir la contaminación y la promoción de una ciudad más segura. Aunque la iniciativa fue prohibida por las autoridades que afirmaban que alentaría el robo,

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el concepto de intercambio de bicicletas de Provo ha sido adoptado por ciudades de todo el mundo unos cuarenta años más tarde. (Dazeddigital, 2014).

Imagen 19:

Publicidad Movimiento contracultural ,”PROVO”. Fuente: www.dazeddigital.com


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Imagen 20:

Animita “ghost bike” de Arturo Aguilera. Fuente: Diario La Tercera 15 diciembre 2012.

Ejemplo de Animita estilo ghost bike del año 2012 ,instalada en la vereda contigua a la zona del accidente en Ramón Carnicer (Parque Bustamante) con Santa Isabel, Santiago de chile , del diseñador de 28 años Arturo Aguilera .(imagen 19) Por el lado Etario, un niño tendrá una distancia propia, por el hecho de percibir la ciudad en una medida distinta a un adulto. Un joven, tendrá la vitalidad para recorrer sus distancias mucho más rápida que un anciano, por ende sus sentidos estarán incorporando múltiples elementos y medidas que en la construcción de la distancia serán percibidas de distinta manera al anciano. “La atracción de las jóvenes capas medias y altas se convierte así en el elemento central de las políticas urbanas, que dan prioridad al desarrollo de las calidades de vida, los equipamientos educativos, la cultura, el ocio y la propia imagen de la ciudad (Asher, 2004, p.48). En este sentido la distancia mental se construye a partir de las distancias inconscientes y conscientes respectivamente.

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Están constantemente relacionándose, alimentando el dibujo y recuerdo mental preconcebido del sujeto en la ciudad. Cuando ambas distancias se calzan, la distancia mental del territorio aparece para el habitante. El calce de estas distancias da la particularidad del territorio en la ciudad, en donde el calce de las distancias irá variando respecto a la importancia que le dé el sujeto a sus recorridos. -“Cada época de la historia humana produce a través de sus prácticas cotidianas y su lenguaje una estructura imaginaria.” (Francisco Varela, 2006, p12). Las distancias mentales varían dependiendo de la geomorfología, el paisaje en donde se encuentra el habitante .Cada geomorfología permite conexiones y contempla una estructuración propia para el escenario urbano, dentro de esta estructuración se ubican los habitantes en donde se adaptan y desenvuelven. Un ejemplo de esto se da dentro de la morfología del Gran Valparaíso en donde se pueden crear distintos territorios con distancias mentales variadas, dependiendo del punto en que el habitante este ubicado del mismo cordón morfológico. La integración en bicicleta que posee Valparaíso se entiende desde la geomorfología permite esta integración. Desde el uso que se le da a la ciudad por su geomorfología al punto a desarrollar el cual será el cordón morfológico costero del gran Valparaíso. La interpretación política parece difícil a partir de la simple constatación de la práctica ya que se necesita una interpretación de las prácticas desde el sujeto y por medio de la observación de sus condiciones de existencia. (Jouffe y Lazo, 2010, Pág. 45). Para entender la bicicleta como un medio de transporte sostenible en el tiempo y como una real alternativa al desarrollo integral de las distancias en la


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

urbe, hay que primero cuestionar las posibilidades que esta tiene para poder insertarse en la ciudad con los mismos beneficios que se entregan a otras movilidades.

CONCLUSIÓN Ante el desarrollo de las distancias mentales para los habitantes y el uso de estas para la comprensión de los territorios que se generan en la ciudad. La investigación presentada nos entrega un cuestionamiento para la interpretación de una ciudad de variados territorios, que pueden ser asociados a los usuarios de la movilidad ciclista en cada morfología urbana. La cual puede ser tan diversa como sujetos habitándolas hay. El desarrollo previo permite asociar una ciudad que está en constante cambio con sus personajes urbanos. La intención de aproximarse a estos con todas sus potencialidades fue para que designaran de sí mismos una visión de la morfología a la cual pertenecen. “El ordenamiento territorial debe servir al bien común que está destinado a garantizar un uso del suelo socialmente equitativo ,una calidad de vida apropiada al ser humano, cuidando y desarrollando el medio ambiente ,así como la morfología urbana y el paisaje urbano en su calidad de “cultura construida”. (Gob. de Chile .2010). En este contexto, en base a las entrevistas realizadas, se desprenden puntos de vistas que se han podido constatar bajo la participación de un grupo urbano que hace parte de su movilidad a un tipo de suelo urbano o zona urbana, el C.M.C (cordón morfológico costero). La relación que tiene cada sujeto con su entorno ya sea ,la convivencia con otras movilidades, los riesgos y la visión de estos ante la infraestructura que les brinda la ciudad, reflejó una plataforma para construir un imaginario social

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a partir de los riesgos que nacen desde la infraestructura material formal en la ciudad. El diseño de vías exclusivas para la movilidad ciclista no pasa por hacer redes a nivel material de ciclovías. Para superar e iniciar una integración social, se debe enfocar un buen desarrollo de los puntos de encuentro entre las otras movilidades. “(...) desde el punto de vista de la política pública, hasta ahora la principal forma en que ha sido considerada ha sido en términos de extender la construcción de ciclovías. Esta, sin embargo, es sólo una parte del tema.” (Mtt, 2014, p.94) Como política pública, tal como lo menciona el informe Promovilidad impulsado por el ministerio de transportes, se debe empezar por arreglar las calles que están con pavimento en mal estado, liberarlas de equipamientos que disminuyan el rango de acción para la bicicleta en el espacio .Encontrar puntos de roce con otras movilidades y hacerlas mejores para la ciudad (buena semiótica urbana e infraestructura material). Al comprender estos dos puntos la solución se podría enfocar en producir una red de ciclo vías. No se saca nada con instalar kilómetros de vías exclusivas si la morfología adyacente no soportará tal magnitud de desarrollo urbano. Las distancias mentales sólo son una herramienta de entendimiento, que se puede cumplir o no, dentro de la actividad que compromete el funcionamiento de la estructura urbana. El cumplimiento de estas distancias vistas como un imaginario colectivo a través de la movilidad social con la bicicleta permitirá en un tiempo breve generar territorios a escala de cada ciudad. Cada uno de ellos correspondiente a la asociación de su propia morfología. Hay que tener claro que las múltiples disciplinas a cargo de diseñar procesos urbanos, deben considerar que el primer paso para la integración de movilidad no motorizada, en este caso la bicicleta, es comprender los defectos que hoy en


DESCALCE DE LAS DISTANCIAS MENTALES: Infraestructura para bicicletas como integración de imaginarios a nivel etário en los habitantes del gran Valparaíso.

día hay .Uno de ellos expuestos en la investigación y la que posee mayor carga de imaginarios es la infraestructura en la cual están expuestos los ciclistas diariamente. Ésta al no ser consecuente con el desarrollo de detalles proyectuales como un rebaje de calzada, repavimentación, buena semiótica, etc. Para luego equipar este con medidas a escala de los usuarios, corresponden a una tarea que conlleva un proceso social consecuente y reiterativo. El estudio en sí, abrió un entendimiento hacia las ciudades costeras del gran Valparaíso, donde la construcción de un conjunto de percepciones que nos da la ciudad, conlleva a una complejidad incesante de relaciones para el estudio de estas distancias y su paisaje en la ciudad.

BIBLIOGRAFÍA - Ascher, F. 2004, Los principios del nuevo urbanismo. Paris, pp.71-85. - Álvarez, María Eugenia. 1964, Naturaleza jurídica del uso común en los bienes nacionales de uso público. Santiago, Editorial Universitaria. - Benévolo, L. 1993 .Historia de la ciudad Geschichte der Stad. Frankfurt am Main, Editorial Campus. - Caballero, J. 1997. Morfología: símbolos, signos y alegorías. España, Editorial Antares. - Dazeddigital .2014. Secret history of the ghost bike. http://www.dazeddigital.com/artsandculture/article/17895/1/secret-historyof-the-ghost-bike - Gobierno de chile, 2010. Constitución política de la republica de chile.www. bcn.cl

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- Hall, E. 1972 .La dimensión oculta. México, Editorial siglo XXI. - Jirón, P. 2007. Práctica de la movilidad cotidiana urbana (pp.176-189). Santiago de chile, ARQ Ediciones. - Lindón, A. Los imaginarios urbanos y el constructivismo geográfico: los hologramas espaciales. Revista Eure (Vol. XXXIII, N° 99), pp. 31-46. Santiago de Chile, agosto de 2007. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S025071612007000200004&script=sci_arttext - Torres, R. . La bicicleta ¿una alternativa real de transporte urbano? El caso de Vitoria Gasteiz (p.71) .2003. http://polired.upm.es/index.php/boletincfs/article/download/2852/2913. - Varela, F. 2006. Conocer las ciencias cognitivas: Tendencias y perspectivas. Cartografías de las ideas actuales. Barcelona. Editorial Gedisa. - VV.AA .2013. ATLAS ilustrado de la Arquitectura. Madrid, Susaeta Ediciones S.A. - Jouffe y Lazo. Las prácticas cotidianas frente a los dispositivos de la movilidad. Aproximación política a la movilidad cotidiana de las poblaciones pobres periurbanas de Santiago de Chile .Revista Eure, Vol. XXXVI, N° 108, pp. 29-47, Agosto 2010. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S025071612010000200002&script=sci_arttext Mayorga M y Fontana P. Mayorga, Miguel y María Pía fontana. “Espacios de centralidad urbana y redes de infraestructura. Bitácora Urbano/Territorial Vol. 21 Nº 2. Universidad Nacional de Colombia, p. 123-138. , Diciembre 2012. http://upcommons.upc.edu/eprints/bitstream/2117/17889/1/Espacios%20 de%20centralidad%20urbana-infraestructura.pdf


Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp. 42-67) ISSN:0719-3335 42


I N MIG R AC IÓ N E IDE N T IDA D: la Società Sportiva Palestra Italia en San Pablo Nelson Santos da Silva1

Resumen La Società Sportiva Palestra Italia, actual Sociedade Esportiva Palmeiras, es una importante institución deportiva que demostró cómo la práctica de fútbol logró promover la cohesión de la colonia italiana en São Paulo. Los Italianos entran a Brasil reemplazando la mano de obra de africanos desde el siglo XIX en adelante, fundamentalmente con labores dedicadas a las plantaciones de café . A través de un estudio analítico y historiográfico se recorrerá la historia de la inmigración italiana, vinculada a la historia del fútbol en São Paulo , como expresión de la institucionalidad deportiva . Este proceso- que tiene como hito la fundación de la Palestra Italia- es destacable en cuanto una organización deportiva va incidiendo de manera central en la formación identitaria de los inmigrantes italianos en la ciudad de São Paulo. Palabras Claves: San Pablo, Inmigración italiana, Fútbol, Palestra Italia, identidad. Abstract

(1) | Nelson Santos da Silva. Licenciado en Historia, profesor del Gobierno del Estado del San Pablo y de la Asociación Pro-Cultura Ciudadana – “Cursinho

The Società Sportiva Palestra Italia Current Sociedade Esportiva Palmeiras is an important sporting institution that demonstrated how soccer practice provides the cohesion of a social group, analyzing the history of the club and the link with the Italian colony in São Paulo. Italians enter the country to replace the hand of black work since the nineteenth century, first in the coffee plantations and in the early twentieth century in the factories. At that very moment the Pensilula Italica goes through its unification process and the consequent pauperism arising out of industrial capitalism, contributing further to the mass immigration of Italians and their regionalist roots. Through an analytical and historiagrafico study will cover the history of immigration, emphasizing the Italian, the history of football in São Paulo until the founding of the Palestra Italia, building the history of its early years (1914-1920) and as a sports organization becomes forming the identity of Italian immigrants in the city of São Paulo.

do XI”.

mail: nelsonssilva26@gmail.com .

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp.42 - 67) ISSN:0719-3335 43

Keywords: São Paulo , Italian Immigration , Football, Palestra Italia , identity.


INMIGRACIÓN E IDENTIDAD: la Società Sportiva Palestra Italia en San Pablo

INTRODUCCIÓN Inmigración y fútbol, son temas que se unen a la historia de la ciudad de São Paulo y son fuentes de gran relevancia para a comprensión de la estructura social y la formación de la identidad nacional de los últimos años del siglo XIX y de los primeiros años del siglo XX. Las corrientes migratorias europeas entran a Brasil de forma oficial en el Período Joanino y sin dudas, se destaca la italiana, en diversas localidades da América, teniendo a la ciudad de São Paulo en Brasil como uno de esos mayores polos receptores. Se da inicio en la época del rey: Segundo Reinado, y se explica por el aumento de la miseria, antes, durante y después de la Unificación italiana, excluyendo una sociedad agraria no inserta en la industrialización y que no encajaba además en el contexto de la Revolución Industrial. El otro de carácter interno se muestra en la necesidad de mano de obra calificada; y la italiana proveniente de diversas localidades de la Península, es la elegida sobrepasando los límites puestos en Brasil para la sustitución de mano de obra negra en el cultivo del café, la principal actividad desde el siglo XVI, que tuvo una activa participación en la producción de café, una práctica sumamente importante para la economía brasilera y un producto consolidado de São Paulo, como estado preponderante, sobre las decisiones nacionales que recibiría el mayor porcentaje de la colonia italiana. Al mismo tiempo, el fútbol moderno con su innegable origen británico, llega a São Paulo, ante la figura de un mito fundador llamado Charles Miller: en su equipaje dos pelotas, uniformes y el libro de reglas. Aunque existan algunas controversias sobre el origen del fútbol en la ciudad, era visto que la ciudad abrazaría la práctica, y fueron los británicos, alojados en la empresa Nobiling en São Paulo Railway quienes dieron los primeros puntapies al balón. São Paulo Athletic Club es el primer club en enfocarse en el fútbol, fundado en la ciudad en 1888, cuya figura representativa sería Charles Miller, quien pasa a formar parte de la agremiación, con la función de ser organizador y capitán del equipo, seguido por la Associação Atlética Mackenzie College, Sport Club In-

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ternacional, Sport Club Germania, Associação Athletica das Palmeiras e o Club Athletico Paulistano, también muy destacado en el ambiente futbolístico. Debido a la participación de la alta sociedad de São Paulo y el número considerable de clubes, se inicia la organización de Ligas con el propósito de desarrollar una cohesión entre ellos y en 1902 se da inicio al primer Campeonato Paulista. Con el crecimento de las actividades deportivas, los inmigrantes italianos, que ya se habían diseminado por todo el estado, organizan sus primeros grupos deportivos y el Clube Esperia de Torino sería el precursor. Este club tenía como objetivo principal incentivar el canotaje y el remo en el Rio Tietê, el cual fue transformado para el recreo. Aunque en el terreno de las sociedades deportivas las iniciativas italianas no fueron tan numerosas, los gremios dedicados al fútbol inician su desarrollo después de la llegada de dos escuadras italianas: la primera el Pró Vercelli, que desembarca en tierras brasileras en 1913 seguido por el Torino F.C. que desfiló en los campos del antiguo Velódromo y Parque Antarctica en 1914. Tal proceso origina la aparición de algunos equipos de origen italiano, los cuales tenían entre sus fundadores, nombres y apellidos italianos. A pesar de que esas instituciones se crearon con un propósito aglutinador, algunas mantenían el sincretismo cultural proveniente de sus origenes. La fundación de la Società Sportiva Palestra Itália, viene a conformar la principal referencia de la colonia italiana en el universo futbolístico brasilero. La reconstrucción de este proceso y la institucionalidad identitaria a partir de un hito deportivo, es lo que se intentará profundizar en este artículo. La idea de italianidad se hace fuerte en esa instancia, y aunque no e la única expresión proveniente del proceso migratorio, el desarrollo del fútbol en São Paulo solo hasta el surgimiento de la Societá Sportiva Palestra Itália, mostraba aspectos funcionales, que luego vendrían a instituirse conforme al proceso de identidad del pueblo italiano, con la llegada de la primera guerra mundial. Cabe recordar que en el año de 1942, Palestra Italia resiente la fragmentación de sus propios participantes, entoces se mostraba mais diluída, sin embargo tuvo que cambiar su nombre a Sociedade Esportiva Palmeiras debido a los reflejos de la Segunda Guerra Mundial y la implicación de Brasil com los Aliados,


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aún con esos hechos y otros, el club fue el único gremio que estuvo estrictamente relacionado a la colonia italiana en la ciudad, cumpliendo en el 2014 cien años de historia.

La inmigración en SÃO PAULO La inmigración en Brasil es un fenómeno que se engendra de forma efectiva en la construcción social del país durante el siglo XIX, debido a dos puntos expresivos dentro de su respectivo contexto histórico. El primero se reafirma desde Europa, permeada por la Revolución Industrial y la consecuente exclusión social que el proceso desarrollo no ofrecía para sus trabajadores, hace que un gran número de población se vea forzada a buscar otros horizontes de oportunidades. El segundo, insertado en el mantenimiento de la estructura agraria en tierras brasileras tras la independencia, el cual requería de mano de obra en un momento de transición de la esclavitud negra, que ya no era vista como un método rentable para la burguesía industrial europea (Moura, 2008). Estas dos fuerzas, se hicieron constituva y determinantes en el escenario mundial para que italianas e italianos, entre otros, llegaran a estos destinos. Tal como fue mencionado, ese desplazamiento se dio principalmente por motivos económicos vinculados a la industrialización, donde se engendró la explotación laboral, los bajos sueldos, la falta de empleo y el éxodo rural, que trajo consigo, la crisis de producción agrícola y por consecuencia, la expulsión. Es sabido hoy que cerca de 9 millones de almas abandonaron Europa en el tercer cuarto del siglo XIX (Moura, 2008). Los grupos precursores de la inmigración en el país que no se vinculaban a los portugueses ni a los africanos, quienes estaban vinculados con parte del proceso colonial, entran de forma organizada durante la estadía de la Família Real, momento en que ocurrió la abertura de los puertos y la promulgación en 1808 del Decreto del 25 de noviembre, permitiendo la concesión de tierras2 a los extranjeros residentes en Brasil. Esta providencia fue tomada visando la atracción al país por parte de los europeos que buscaban nuevas oportunidades en América (Seyferth, 1990).

(2) | Sesmarias


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Estos inmigrantes, se asentaron en el Sureste y Sur del país en las primeras décadas del siglo XIX, localidades que el Imperio incentivó para la formación de núcleos coloniales agrícolas en tierras improductivas, con inmigración subvencionada. Los suizos inauguraron ese proceso en el año 1819, período que marca los últimos años de Brasil como colonia. Ellos se establecieron en el Río de Janeiro, y fueron seguidos por los alemanes que tomaron el sur como destino, formando la primera colonia en 1824. No obstante “solamente a mediados del siglo comenzaron a llegar inmigrantes europeos para suplir la falta de mano de obra”(Oliveira, 2001). Ese público era de gran valor para Brasil, aún más, tras las leyes que impusieron. Esto se fue dando de manera gradual, junto a la extinción del trabajo esclavo, que fue la principal mano de obra desde el siglo XVI. En septiembre de 1850, el ministro de Justiça, Eusébio de Queiroz, sancionó la ley de Extinción de Tráfico Negrero, pero solo hasta el fin de la extinción, otras leyes fueron promulgadas y la“efectivación” solo concluyeron en 1888. La crisis de la mano de obra se torna evidente en un Brasil que se mantenía preso del colonialismo y de la estructura agraria, el producto en boga fue el café, de origen africano, que entra en Europa a través de Itália, llega al Brasil por el Norte del país. El producto desembarca en el sureste por Río de Janeiro “donde se hicieron plantaciones en la chacra de los frailes franciscanos, casi todos de origen italiano, conocidos como “barbadinhos” (Cenni, 2003). Con la salida de los “barbadinhos”, las semillas se disiparon por el estado llegando a tierras paulistas. El proceso de siembra se inició a través del sargento-mor Santos Prado en su chacra en Jundiaí, llegando a Campinas, localidad que se tornaría un gran centro productor. La historia de los italianos se mezcla a la história del café y ese pueblo construiría sus influencias de forma expresiva en varias esferas de la sociedad brasilera, siendo la paulista la más incisiva. Es en ese contexto que esa multitud prepararía el terreno para producir la nueva riqueza, mayor a la del oro, los diamantes y el azúcar: el café (Cenni, 2003). El producto adquiere importancia en el mercado mundial y las plantaciones se


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esparcen por el Valle de Paraíba, necesitando de mano de obra en un momento de escasez. En São Paulo los primeros actos vinculados a la colonización datan de 1827, donde pequeños grupos se organizaron sin embargo, solo en 1877 el gobierno imperial adquiriría de los padres benedictinos el Sítio do Tijucuçu, el cual fue transformado en núcleo colonial, recibiendo una primera cuota de cien inmigrantes italianos (Cenni, 2003). La falta de eficacia del gobierno hizo que el proceso de reclutamiento se convirtiera en una iniciativa privada que sufrió grandes dificultades, quienes vieron en la figura del senador paulista Nicolau Pereira de Campos Vergueiro, el principal precursor del proceso, previendo sobre la escasez de mano de obra ideas amplias desde el punto de vista político, como fue la primera experiencia en 1841 de atracción efectiva de la colonia italiana. Después de 1850, con la prohibición del tráfico de población africana, se ve la necesidad de mezclar el sistema de atracción. Así el gobierno comenzó a vender extensiones territoriales específicas por módicas sumas en un plazo de seis años para que fuesen desarrolladas, y con la posibilidad de devolver el dinero luego de la fecha estipulada de la sucesión. En 1871 se promulgó la ley provincial que dicta las directrices del sistema de inmigración. El gobernador de la provincia de São Paulo el señor Antônio de Queiroz Teles, conocido como Visconde de Parnaíba , decide en 1878 definir los dominios paulistas de territorio para inmigrantes italianos. Aún con todo esos incentivos, la inmigración en Brasil, era hasta la última década del Imperio poco expresiva. De este modo, emerge la fundación de algunos órganos como la Sociedad Central de Inmigración, la Sociedad Promotora de Inmigración y el Hospedaje del Inmigrante, todas fundadas durante la década del 80 del siglo XIX y es en aquel momento que la inmigración italiana proviene a gran escala entre los años 1886 a 1888. La llegada de ese contingente masivo no solo fue decidor por factores internos al proceso brasileño, necesitamos hacer mención a lo que estaba ocurriendo

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en ese entonces al interior de la Península Itálica durante el siglo XIX. Las rebeliones liberales que se produjeron en Italia remontan una historia diferente, debido a la gran influencia que el Imperio Romano había ejercido otrora. El principal problema era que no existía mucho poder de elección, eso hasta el ascenso del liberalismo, hecho que era propio de los intereses de la alta burguesía italiana. Esta influencia se produce después de que el Congreso de Viena en 1815 donde se llevó a cabo el restablecimiento de las monarquías y en tal contexto, Italia se dispone de manera favorable ante los acuerdos. Piemonte y Sardegna era el único estado independiente gobernado por la dinastía de Savóia. El resto de los estados al norte pertenecían a Austria, como era el caso de los reinos de Lombardia y Venecia y de los Ducados de Parma, Modena y Toscana. Al centro, estaban los Estados Pontifícios, gobernados por el Papa; y, al sur, el reino de Sicília, entregado a la dinastía de los Borbones. Se observa, pues, que mientras el Congreso de Viena legitimaba la re-apropiación de los territorios por muchos monarcas, para Itália, por el contrario, el acuerdo significó una fragmentación y falta de gobernanza. El proceso de Unificación fue entonces una construcción ideológica derivada del nacionalismo apropiado por el Estado-nación, con el objetivo de crear una identidad nacional, como se ve también en otros países. Italia es un caso extremo de divergencia entre nacionalismo y Estado-nación, ya que la mayor parte de la península, había sido unificada bajo el rey de Savóia en 1859-1860, 1866 y 1870. No existía precedente histórico posterior a Roma antigua para una única administración de toda el área comprendida entre los Alpes y Sicilia en la década, que Matternich describe con gran precisión como una “simple expresión geográfica”. En el momento de la unificación, en 1860, sólo un 2,5% de sus habitantes hablaban italiano, el resto hablaba idiomas tan diferentes que los profesores enviados por el Estado italiano a Sicilia en la década de 1860, fueron confundidos con ingleses. Probablemente un porcentaje mucho mayor, se habría sentido en aquel entonces como italiana o italiano. No es de sorprenderse que Massimo d’Azéglio (1792-1866) dijese en 1860: “Hicimos Italia; ahora hace falta hacer a los italianos” (Hobsbawm, 2012).


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Ese historial italiano también se refleja en São Paulo y es notorio. En los primeros años del siglo XX cuando aún predominaba la economía de los cafetales, la fragmentación se percibe en el hecho de que la mayoría de los inmigrantes italianos eran de zonas urbanas de ciudades meridionales como Calabria, Nápoles y Sicilia (Alvim, 1986); por consecuencia se especulaba que además de la adaptación, era la Italia meridional la que mayor peso demográfico contribuía al extranjero (Araujo, 2000), encontrándose muchas veces inadaptada respecto del territorio al cual le tocó llegar. En São Paulo queda claro que el predominio de la inmigración y de forma evidente la presencia italiana en la ciudad, comienza a ser incident. El 35, 4% de la población paulistana estaba compuesta de extranjeros, y los italianos representaban el 15, 8% de población y el 44, 6% del total de los inmigrantes (Araujo, 2000). En la década del 20 Sao Paulo era prácticamente una ciudad italiana, ya que era cotidiano el uso de la lengua y de los diversos dialectos por las calles de la ciudad (Carelli, 1988).Ese contexto es de extrema relevancia para comprender la importancia de la diversidad regional que existía en el grupo, un contingente venido de un país recién unificado, con fuertes contradicciones culturales, proporcionando un asentamiento complejo. Las diferencias de origen regional fueron de gran valor, y se expresaron en Sao Paulo, manifestándose tanto en la construcción de las relaciones sociales, como en la formación de la imagen del grupo ante la sociedade paulista. Ese proceso se muestra más claro cuando la colonia italiana se establece en el medio urbano, pues es una localidad construida por el multiculturalismo y en la diversidad étnica. Todos estos conceptos estaban en construcción al igual que la propia identidad del pueblo brasilero. De este modo la expresión geográfica funciona como síntesis de este proceso inacabado, pero que se patenta a través de la organización deportiva y el fútbol específicamente.

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Tabla I

INMIGRACIÓN ITALIANA PARA BRASIL POR REGIONES (1876-1920) REGIONES

NÚMEROS DE ENTRADA

PORCENTAJE

Vêneto

365.710

29,84

Campânia

166.080

13,55

Calábria

113.155

9,23

Lombardia

105.973

8,65

Bruzzi/Molisea

93.020

7,59

Toscana

81.056

6,61

Emilia Romagna

59.877

4,89

Basilicata

52.888

4,32

Sicília

44.390

3,62

Piemonte

40.336

3,29

Puglia

34.833

2,84

Marche

25.074

2,05

Lazio

15.982

1,3

Umbria

11.818

0,96

Ligúria

9.328

0,76

Sardenha

6.113

0,5

TOTAL

1.225.633

100

Fuente: Alvim, 1986:62. Nota página 13.


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El Fútbol en el Estado de SÃO PAULO El fútbol fue sin duda, la gran herramienta para reconocer algunas características de la sociedad brasilera por ser un deporte de equipo, no requerir de ningún atributo físico especial, por ser bastante accesible, comprensible y emotivo. El fútbol se presta para consolidar vínculos de identidad plenos de carga afectiva (Sevcenko,1994), aún en situaciones complejas desde el punto de vista de la diversidad cultural migratoria. Llegada de Inglaterra, la práctica surge en la Edad Media como “algo parecido con fútbol moderno, siendo popular entre los varios estratos sociales (Barbosa, 2010). Sin embargo debido a la violencia de este deporte, fue prohibido por algunos reinos. El tipo de práctica conocido en nuestros días se desarrolló a mediados del siglo XVII, pero, solo al inicio del XIX, el deporte se introdujo en los currículos escolares ingleses, sobre todo en las universidades, que tenían como finalidad ofrecer una formación global tanto en el aspecto intelectual como en el físico y recreativo (Barbosa, 2010). Por entonces, el fútbol era “un producto de exportación tan típicamente británico como los tejidos de Manchester, las carreteras de fierro, los préstamos del banco Barings o la doctrina del libre comercio” (Galeano, 1995) Este es el contexto en que la historia futbolística de Brasil se inicia, uniéndose mucho a São Paulo, ciudad que dio nacimiento al mito fundador Charles Miller, específicamente en el barrio de Bras en 1874 con sus orígenes anidadas al Reino Unido, trajo una versión organizada del deporte para la capital paulista (Guterman, 2009). Charles William Miller era hijo de ingeniero escocés John Miller, empleado de São Paulo Railway que se expandió a los ferrocarriles por el Estado, y de Carlota Alexandrina Fox, brasileña pero con raíces británicas. Con sólo nueve años de edad, después de finalizar la educación básica, completó sus estudios en Southampton, en el sur de la isla y rápidamente aprendió la práctica de jugar fútbol, con un estilo ágil de juego, fue venerado en Bannister Court School. Después de diez años volvió a Brasil, en 1894, “trayendo en su equipaje dos

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pelotas de la marca Shoot, hechas en Liverpool y que él ganó de regalo de un compañero de equipo de Southampton (Imagen 1).

Imagen1. Fuente: Charles Miller em 1893 no St. Mary’s.

(Southampton F-C) Desconhecido - David Bull & Bob Brunskell (2000) Match of the millennium, hagiology pp.p.12 ISBN: 09534474-1-3.

“Mientras un gran futuro esperaba al niño Carlos, su carrera deportiva floreció en Banister escuela de tenis, donde el joven delantero golpeó la asombrosa cifra de 45 goles en 34 partidos. También encontró un lugar en el primer equipo de St. Mary’s y de la selección de Hampshire. En ese momento, era conocido como Nipper - lo que significa chico rápido, ágil y célebre. Como cada estudiante Inglés en ese momento, Charles también había disputado partidos de cricket, un excelente bateador”. También llegaron con Miller una bomba de aire, dos uniformes y un espeso libro de reglas (Stein, 2015). Por la gran popularidad que el deporte tomó, encontramos muchos registros sobre el origen del fútbol en tierras brasileras. No obstante, dentro de la línea de investigación, una objeción fue abordada, sobre esa figura precursora del fútbol brasilero, Charles Miller. Según José Moraes dos Santos Neto, autor del libro Visão do jogo – Primórdios do futebol no país,se cuestiona la historia de este mito. “Según Neto, como le gusta ser llamado, Charles Miller no sería el introductor del fútbol, como registra la historia oficial. La modalidad habría llegado a los campos de tierra batida tupiniquines por intermedio de los jesuitas. Si la versión fuera verdadera, habría sido un“gol de placa” de los padres del final del siglo XIX (Filho, 2002). Estas conclusiones se sustentan en años de investigaciones sobre el Monasterio de Itaici, Colegio


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São Luís y en el Archivo del Estado de São Paulo, además de las entrevistas con descendientes directos de los pioneros del deporte en el país. Según el libro otras revelaciones fueron relatadas, como la participación indirecta de una de las figuras del cuadro político del país : Rui Barbosa. “En 1882, el entonces diputado por el Partido Liberal presentó a la Cámara del Imperio, a pedido de D. Pedro II, un parecer sobre la Reforma de la Educación e Instituciones Primaria Complementaria Instrucción Pública. El objetivo era construir un sistema educativo sólido, capaz de revertir los indicadores dramáticos, como señalaba que sólo el 16% de la población estaba alfabetizada” Este proyecto también aprobó la Educación Física y la defensa de Rui Barbosa para practicar deportes al aire libre, con el que los representantes de las principales escuelas dirigidas a las delegaciones europeas que buscan mejoras en esta área. Allí, por primera vez, el fútbol se convirtió en una opción para Brasil (Del Priori, M. e Melo, V. A. de 2009). Incluso con toda esta controversia la figura de Charles Miller muestra en el origen de los primeros clubes que se basan en la ciudad. Desembarcó en el puerto de Santos con 20 años hacia 1894. El ambiente perfecto para difundir el fútbol fue el Athletic Club de São Paulo, creado en 1888, principalmente para practica de cricket. El joven brasileño llegó a reunirse con los nuevos interesados en el deporte a finales del verano, con el regreso de las actividades del club después de las vacaciones, para finalmente enseñar las reglas y hacer realidad el partido histórico en 13 de abril 1895. El primer partido fue patrocinado por el propio Miller, quien organizó a los empleados de Gas Company (empresa Nobiling) y del ferrocarril de São Paulo(Del Priori, M. e Melo, V. A. de, 2009).En entrevista con la revista Cruzeiro en 1952, Miller informa que “En una tarde fría de otoño, se reunió con los amigos y los invitó a disputar un partido de fútbol. El nombre en sí mismo era nuevo, ya que en ese momento sólo se conocía el cricket. Ellos preguntaron cómo fue el partido y con qué pelota si jugaba. Yo tenía la pelota”.

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El periodista Thomas Mazzoni de Gazeta Esportiva, cuando entrevistó a Charles Milller en 1942, le sorprendió por la riqueza de los detalles en el contexto paulista:“ El número de practicantes de juego había crecido, convoqué al equipo para el primer reglamento de colación: ‘The Gas Works Team, integrada por empleados de la compañía, contra The São Paulo Railway Team, integrada por parte de funcionarios de este ferrocarril. Fue el 14 de abril de 1895. Al llegar a los pastos, la primera tarea que realizamos fue espantar el ganado de la Compañía Viação Paulista. Poco después empezamos nuestro partido, que pasó de una manera interesante, y algunos de sus compañeros jugarán incluso con pantalones, por falta de uniforme apropiado.” (Mills, 2005)

Imagen 2:

São Paulo Athletic Club (SPAC) con Charles Miller en centro com la pelota, 1905. Fuente: Centro Británico Brasileiro.

El Atlhetic Club de São Paulo es un club fundado por los deseos de espacio de la colonia británica tanto para sus eventos sociales y para la práctica de deportes(Del Priori, M. e Melo, V. A. de, 2009). En los años siguientes se fusionaría junto a otros clubes como la Asociación Atlética Mackenzie College, Sport Club Germania, Sport Club Internacional y el Club Athletico Paulistano, con características sociales evidentes, como señala Fabio Franzini:


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“Más interesante, cada uno representado a su manera, las fracciones de la alta sociedad de São Paulo entabla con el deporte: anglo-brasileño, jóvenes estudiantes universitarios, y los inmigrantes alemanes de otras nacionalidades y, por último pero no menos importante, los niños “nacionales” de las familias más tradicionales de la ciudad(Del Priori, M. e Melo, V. A. de, 2009). El Paulistano, un club que nace a la práctica del ciclismo, creó un departamento de fútbol en 1900 y se convertirá en una connotada institución promovida en el Estado. Este no se limita a la competencia de su equipo de fútbol, sino más bien a una disputa política, de control institucional, participando activamente en la tabla asociada de la Asociación Paulista de Atheticos Deportes, el organismo que dirige el fútbol de São Paulo en el momento. En el año siguiente la Liga Paulista se inauguró y oficializó con los cinco clubes mencionados. Todo comenzó entre los meses de mayo y octubre para evitar las altas temperaturas del verano en São Paulo (Storti, 1997). La organización del deporte en São Paulo era muy útil y expresó la estratificación social que construye y es evidente en todas las prácticas deportivas. Aunque esta lectura social convierte al fútbol en una práctica de disputa entre elites, este tiene una gran aceptación popular, que hace que el deporte se convierte en la masa y el contingente que mejor transmite está dentro de los primeros años del siglo XX con la colonia italiana a la cabeza, relacionándose con la inmigración en São Paulo.

El caso Paletra Italia: Palestrinos a la gloria De acuerdo a los procesos migratorios y al contexto que tenía Brasil en la “disputa” institucional y deportiva por parte de las elites, la colonia italiana comienza a involucrarse con el deporte al interior de la sociedad Sao Paulo. Los primeros centros italianos con el foco en el fútbol comienza en el último año del siglo XIX, más precisamente al inicio del 1900 en la ciudad llamado Athletic Club Votorantim, o Sport Club Savoy, como era conocido en la capital, el nom-

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bre hizo referencia a la familia real de Italia unificada. Este club estaba muy apegado al contingente del piemonte que llegó a la región hace dos años para trabajar en la fábrica de Votorantim. Un hecho sorprendente de la fundación es que el mismo fundador de São Paulo Atlhetic Club, Sir William Snapp, se reúne con sus trabajadores y lleva adelante fundación del club. Se formarán otras escuadras: Touring FC, inteligente FC Societá Calcistica Florentina Amici delo Sport, el Paraiso FC, Foot-ball italiana, Italia Foot-ball Club, Duca degli Abruzzi FBC, Roma Foot-ball, entre otros. Lo que se observa en estos clubes es que muchos de ellos mantienen su característica regionalista que surge de la península italiana, como vimos en el caso de Votorantim como los otros como Societá Calcistica Florentina, los romaníes, el Touring y otros. Durante las primeras décadas estos clubes se desarrollarán tímidamente, teniendo el mismo sesgo elitista de las otras colonia. Sólo después de 12 años de existencia Campeonato que surgirán Societá Sportiva Palestra Italia. El 13 de agosto 1914 comienza a difundirse el mayor periódico de la colonia italiana en São Paulo, Fanfulla, pide “a todos los inmigrantes en São Paulo interesados en la fundación de una mesa de fútbol italiano. En dicha fundación, se definió su nombre y marcar la fecha de su oficial. El 26 de agosto, en presencia de 46 personas, se convierte en oficial de la existencia de la Palestra Italia. “Esta reunión se llevó a cabo en dos circunstancias debido a la división de opiniones, pero prevaleció la voluntad general y el club fue fundado con su actividad principal se centró en el fútbol. FORMACIÓN DE UN EQUIPO DE FÚTBOL ITALIANO EN SÃO PAULO São Paulo, 13 de agosto 1914 Distinguido Sr. Director de “Fanfulla” “Estimado señor, solamente una palabra, y para ello, un rinconcito en su periódico: Algunos bien conocidos fútbol italiano, pero asociado con clubes brasileños, me indicó escribir a usted acerca de un proyecto que comentar entre dos sorbos de café, luego haciéndome entender la esperanza de que este proyecto se pueda convertir en su portador del periódico y de propaganda. Tenemos en São Paulo -el club de los alemanes, el inglés, el portugués, internacional, e incluso de los católicos y protestantes. Sin embargo, un club que es exclusivamente italiano ‘deportistas’ (incluso nuestra colonia aquí, genial), pero ni siquiera se puede lograr. Futbolistas italianos que juegan bien en São Paulo, no... ¿Por qué, por mutuo acuerdo, nosotros no encontramos estos señores, y como tenemos asociaciones de remo, pro-dramática, mundano, patriótico, etc., pueden también tener un club de fútbol italiano, ¿no? Esta es la propuesta de los futbolistas italianos, y con VS, el Sr. Director, el comentario. No más, Vicente Ragognetti.


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Carta original. O antigo e “descuidado” autor dos rabiscos à caneta no impresso é desconhecido. Fuente: Arquivo Fanfulla,A2014.


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19/08/1914 - Anuncio publicado en Fanfulla por Luigi Cervo y amigos “Palestra Italia. Una junta interina se organizó para formar una sociedad que se llama Palestra Italia. La Compañía va a entender, también, la sección prodramático y danza, y una sección de deportes, con el objetivo de organizar un equipo puramente italiano, para los juegos de pié. Los miembros, que hasta ahora se componen de estudiantes y empleados, se reunirán hoy a las 20 am en el Salón Alhambra, situada en la Rua Marechal Deodoro el apartado 2, con el fin de elegir a el tablero y provisional para completar la formación de la Sociedad. Todos los que deseen participar en la creación de un club italiano ‘calcio’ (fútbol) debe asistir a las 20.00 horas en el párrafo 2 de Marechal Deodoro, Alhambra Hall, a la reunión fundacional de la Palestra Italia. “ Considerado como formuladores y difusores de la idea, Luigi Cervo, Vicenzo Ragognetti, Luigi Marzo y Ezequiel Emanuel Simoni, aprovecharon el clima positivo que implicó colonia italiana tras el paso de dos equipos importantes del fútbol italiano, Pro Vercelli y Torino que recorrió tierras paulistanas en 1913 y 1914.

Imagen 4. Fuente: Acervo Histórico Sociedade Esportiva Palmeiras.

Estos creadores tenían sus actividades relacionadas a las Industrias Reunidas Francisco Matarazzo, dirigidos por la misma figura el nombre y que se convierte en una de las figuras más destacadas del sector industrial de la ciudad, como estableció Etelvina Cervo en entrevista: Decidieron fundar el Palestra Italia, porque no había un club grande de la colonia italiana en São Paulo en el momento. La Conferencia nació en Matarazzo, el resultado de una iniciativa por parte de sus empleados(Ragazzi, 2014). La preocupación de los fundadores de Palestra Italia era perfectamente justificable; el deporte rey permitió a la estructuración 10 de un equipo en bases étnicas, incluso si elevamos en cuenta la mayoría de los inmigrantes en São Paulo, junto


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con la popularización del fútbol en los centros urbanos durante este período (Mazzoni, 1950). Los equipos de fútbol tiene la característica de unir a las personas a su alrededor (abanicos) para todo tipo de razones; con el tiempo que se esconden detrás de la aparente irracionalidad de esta identificación - marcada con pasión - pero la fuente de los equipos y los aficionados siempre tienen una motivación racional, a menudo se explica mediante la representación de la identidad de las personas, por ejemplo, la identidad de individuos de una ciudad, la clase social, la etnia o incluso la religión. Un ejemplo de ello son los equipos italianos que representan a sus respectivas ciudades, o los equipos de Glasgow (Escocia) en representación de los católicos y protestantes. (Araujo, 2000). El principal objetivo de los fundadores era poner el Palestra Italia en campeonatos oficiales y este proceso se consolida seis meses después de su fundación con la solicitud de ingreso en los consejos de administración de APSA. Los principales medios de comunicación reportaron el hecho de describir que la sociedad compuesta por jóvenes distinguidos pertenecientes a la colonia italiana de Sao Paulo pidieron la membrecía, sin embargo, la petición fue aceptada en el año siguiente con exclusión de Wanderers, quienes no tenían capital para unirse a la liga. La demora de este proceso, fue una característica del club. Aunque sus representantes eran influyentes, estos no representaban la élite de São Paulo

Imagen 5. Fuente: Acervo Histórico Sociedade Esportiva Palmeiras.

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quienes señalaban la necesidad de pasar por algunas pruebas previas. Uno de los hitos fueron los encuentros en secuencia de amistosos entre Palestra y Paulistano, que desarrolló una rivalidad relativa y se convirtió en un antecedente importante para consolidar su presencia en este escenario. El club continuó participando en los amistosos y juegos de caridad. Algunos de estos partidos era para la recaudación de fondos para causas vinculadas a la colonia italiana como para el beneficio de la Cruz Roja Italiana y las víctimas del terremoto della Marsica en la región del Abruzzo. Esta estrategia tuvo mucha relevancia para unir cada vez más la colonia. Sin embargo, los italiano querían el reconocimiento de toda la sociedad Sao Paulo. De este modo la Palestra Italia no sólo es una invasión de inmigrantes italianos, en su mayoría originarios de las clases menos pudientes, sino también una invasión en las gradas de fans italianos. Este contingente se encuentra en los barrios con características periféricas y obreras como la vejiga, el Brás, Barra Funda y Mooca, que se conformaba como un lugar propicio para hacer frente a la élite local. Estos conflictos se vuelven aún más claro en 1916 cuando el Palestra Italia participa oficialmente en el primer campeonato, la preocupación por la consolidación del club de facto, fue más allá de los enfrentamientos por Paulista para hacer excursiones en el interior del estado. Uno de estos hechos se refleja en el partido celebrado en Santos, señalando que la ciudad Praieira fue la sede del principal, puerto del país y un lugar que también tenía una fuerte influencia italiana. En el año 1917 Palestra pasa a competir en igualdad de condiciones el título del torneo (Araujo, 2000). Es de destacar que en el mismo año las dos organizadores de la ciudad (APSA y LPF) se fusionaron con el fin de organizar una sola ciudad de liga de fútbol (Araujo, 2000). El APSA es el embrión de la actual Federación de Fútbol Paulista. La importancia de la Palestra Italia en el universo del fútbol Sao Paulo consolida de manera significativa con los vice campeonatos en 1917 y 1919, aunque


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gran parte de la prensa de la época no lo considera, debido fundamentalmente a los orígenes de los trabajadores palestrinos, quienes hicieron una hazaña como algo increíble. La Palestra Italia se proclamó campeón en 1920, el mismo año en que se hace parte del campo y tierra de Parque Antártica, un lugar que pertenecía a Cia. Cervejaria Antártica Paulista. La adquisición se realizó con la ayuda de Cia Matarrazo, por 500 contos (Helena Júnior, 2002). Hoy en día el sitio se ha convertido en uno de los estadios más modernos del mundo llamado Allianz Park. Con la compra del campo y de los logros del equipo el número de seguidores comienza a aumentar, incluyendo la multitud de inmigrantes italianos y sus descendientes en los partidos de conferencia. “Fue una invasión de las clases menos acomodadas en un lugar previamente dominado por la alta sociedad, lo que provocó el malestar de la élite, sin uso para disfrutar del mismo espacio físico con las clases trabajadoras” (Sevcenko, 1992). Parte Esta participación cada vez más importante del proceso de democratización que el fútbol se desarrolla en la sociedad Sao Paulo y el Palestra Italia fue uno de los protagonistas de este proceso, ya que se abrió la puerta a la participación de los atletas originarios de grupo de inmigrantes en la capital (Araujo, 2000). Vemos que con la masificación del deporte hace que la aceptación de la conferencia sea dirigida por otras entidades que conformaban la APSA. Una entidad que durante las primeras décadas del siglo XX fue forjada por una elite de base étnica, ahora comenzaba a incorporar otro tipo de actores sociales “una sociedad que, a principios de siglo, tenía un fuerte estigma sobre los italianos” (Carelli, 1988) Estos primeros años de Società Sportiva Palestra Italia, muestra cómo fue la participación en el campo de fútbol durante sus primeros años de existencia, la expresión de la colonia italiana en el país. El club tuvo que enfrentar momentos difíciles debido a la política alineación con los aliados en la Segunda Guerra Mundial, viéndose obligado a cambiar su nombre a Sociedade Esportiva Palmeiras hoy que tiene una característica multicultural que abarca a millones de fans en todo el país y en el extranjero.

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CONCLUSIÓN Con lo desarrollado en el artículo quisimos constatar la relevancia de la Società Sportiva Palestra Italia para la aglutinación y unificación de la colonia italiana en la ciudad de São Paulo, que desembarcaba en tierras paulistas con el estigma de una sociedad fragmentada desde Península Itálica. El club y la lucha por la institucionalización, representó la unificación fuera del territorio en términos identitarios, asentándose en una ciudad que poco a poco vio la luz de una “unitá” en las primeras décadas del siglo XX. Los italianos llegan a São Paulo para substituir la mano de obra negra en los cafetales paulistas siendo reconocida por los barones del café que controlaban la producción del producto. Con la proclamación de la República la estructura política no se altera mucho pues aún vemos una sociedad que mantenía un vínculo fuerte con el ambiente rural, aunque se iniciaría en las grandes ciudades, un tímido proceso de industrialización que tenía en los ingleses su principal figura. Con ese proceso de industrialización las ciudades ven el desarrollo vinculado a la figura del europeo, adhiriendo ciertos hábitos de los mismos, y el fútbol se configura como una de las prácticas desarrolladas por esa clase aventajadas que no pueden ser denominados inmigrantes pues generalmente están vinculados a la administración de las primeras empresas multinacionales del mundo. La historia del establecimiento de la práctica deportiva tiene una predominante influencia británica, sea la práctica implantada por los jesuitas, o por la figura de Charles Miller. Los primeros puntapiés en el balón ocurren aún en el siglo XIX, incentivando la formación de los primeros equipos. El inicio del siglo XX, será el período en que la modalidad se comienza a regular y el número de clubes aumenta de forma expresiva, proclamándose así la fundación de los embriones de la actual Federación Paulista de Fútbol, la Liga Paulista de Football (LFP) fundada en 1901 y la Asociación Paulista de Sports Athleticos (APSA) fundada en 1913. Esas entidades estaban compuestas por


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hombres de la alta sociedad paulistana y la inserción de clubes que no estaban encuadrados en ese perfil era muy complicado. El escenario de la ciudad de São Paulo en la segunda década del siglo XX ya se distinguía un poco al de años atrás, pues se avizoraba un proceso de industrialización y la mano de obra italiana que en otras épocas era incidente por los cultivos de café, llegan a la ciudad para insertarse en trabajos fabriles. Y en ese escenario es donde tendríamos el nacimiento de la principal institución de origen italiana de la ciudad. La institución Palestra Italia y sus primeros años de existencia muestra la importancia de la Sociedad, como fuera bautizado, para la unificación de la colonia italiana en la ciudad de São Paulo, pues como se ha relatado, la gran corriente inmigratoria venida de la Península Itálica se estableció en América con sus rasgaduras que aún eran vivas aquel momento. Ese hecho histórico se constata también en ese período cuando vislumbramos la fundación de las escuadras italianas y su clara regionalización. La Società Sportiva Palestra Italia, más que aglutinar a ese contingente fue una institución que inserta al fútbol paulista una característica específica: una selección de sus atletas no por la clase, sino por la origen étnico, sufriendo sin duda alguna prejuicio por pertenecer a una clase subalterna, que había sido omitida entonces por ser correlativa a un estrato social inferior, pero que en Sao Paulo, no encontraba unificación según su madre patria. Fue así que, promoviendo juegos amistosos, recaudaron fondos que irían en ayuda de los Italianos de la península, fortaleciendo un proceso identitario, pero al mismo tiempo otorgándole trascendencia organizacional al mismo club frente al resto de la liga . La Inmigración italiana pasó por muchas dificultades en tierras brasileras, pero seguramente es la corriente migratoria más expresiva dentro de los dominios paulistas, y la Società Sportiva Palestra Italia se tornó una organización deportiva que muestra de forma expresiva la relación con el territorio de sus orígenes - en principio fragmentado- consolidando en su proceso, la unidad de colonia italiana en tierras paulistanas. Algo que aún no se consagraba en Italia, y que

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sin embargo pudo trascender gracias a la conformación de un club, su organización, prácticas y luchas históricas como reafirmación identitaria de una ciudad que los acogió.

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Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp.68 - 83) ISSN:0719-3335 68


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

Ramón López Torres 1 Mailet Perera Lavandero 2 Zerla Marina Borges Jorge 3

Resumen La Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte (UCCFD), facultad de Villa Clara, hace sinergia entre distintas áreas de actuación incluyendo la extensionista y de otros espacios: educación física, cultura física terapéutica, recreación y deporte. En la actualidad distintos autores y estudios cuestionan la poca amplitud y la falta de incorporación de variables sociales en el aprendizajes que sitúen al centro la espacialidad y el territorio de pertenencia así como el extensionismo del deportista vinculados a los aspectos más técnicos de la disciplina. Este estudio plantea la necesidad de considerar entrenamiento deportivo de la lucha, como un espacio de socialización e individuación que los deportistas experimentan, para así incorporarlo al centro de entrenamiento dentro de la rutina de aprendizaje y dirección pedagógica. Palabras Claves: Proceso pedagógico, proceso-enseñanza-aprendizaje, entrenamiento deportivo, lucha deportiva, entrenadores deportivos, socialización, individualización.

Abstract

(1) |M. Sc: Ramón López Torres. Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, Facultad de Villa Clara. Cuba. Mail: ramonlt@vcl.uccfd.cu

(2) |Dr.C.: Mailet Perera Lavandero. Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo”, Facultad de Villa Clara. Cuba.

Mail: mailetpl@vcl.uccfd.cu (3) |Pd-Ps. Lic.: Zerla Marina Borges Jorge. UCP “Félix Varela”. Villa Clara.

Mail: zerlab@ucp.vc.rimed.cu

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp. 68 - 83) ISSN:0719-3335 69

The work carries out an analysis starting from that the teaching of the sport constitutes one of the elements that favor the physical activity in function of the physical and mental development of the human beings, on the other hand the University of Sciences of the Physical Culture and the Sport (UCCFD), Villa Clara faculty, it is the one in charge of the formation of the professionals with a high preparation level that embraces all the performance areas: the physical education, the therapeutic physical culture, the recreation and the sport. This last one is object of attention starting from considering the Wrestling as a pedagogic process, it is important then, to approach points that are implicit from this aspect in the sport training of the Wrestling, among them is vital the conception of the teaching and learning process and the direction of the teaching and learning process, as well as the perspective about the socialization and individualization process. Keywords: Pedagogic process, teaching and learning process, sport training, Wrestling, coaches, socialization, individualization.


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

INTRODUCCIÓN Una de las características del deporte es que constituye un fenómeno social de masas, y que “esconde detrás de su aparente simplicidad una enorme complejidad social y cultural” (García Ferrando, 1990, pp. 24-29). Esta es una de las razones de la inclusión de la actividad física en los currículos, sobre todo porque es asequible a todas las personas, a todas las edades y niveles culturales o de escolaridad, por lo que se convierte en universal. En Cuba la actividad física se prioriza por el Estado. En el sistema nacional de enseñanza forma parte de cada uno de los grados desde la enseñanza primaria hasta la universitaria a través de la Educación Física como asignatura de carácter obligatorio, además en cada una de las comunidades existen los Combinados Deportivos que atienden las necesidades de la población a partir de diferentes programas, como por ejemplo: los de Cultura Física, que incluye la atención a personas con enfermedades crónicas no trasmisibles, la atención a embarazadas, adultos mayores, profilaxis y terapias, el diseño y realización de actividades físico-recreativas en su área de acción, así como el desarrollo de otras actividades relacionadas con la práctica concreta de actividades físicasdeportivas o recreativas; y también en ellos se atienden a los escolares que eligen la práctica de algún deporte, constituyendo esto la base de la pirámide del alto rendimiento en Cuba. Lo anterior permite que desde la práctica de deportes se eduque a las generaciones en los valores universales y los propios del proyecto social, atemperado a las características de cada una de las comunidades, sus preferencias y tradiciones. También se incorpora en este entramado a las familias, que en ocasiones de manera empírica estimulan a sus hijos a practicar determinado deporte para contribuir al desarrollo de su personalidad desde la socialización y dinámica que tiene la enseñanza y práctica de deportes. Es ahí donde los diversos espacios deportivos y sociales comienzan a interactuar. Sin embargo, se debe tener presente que la enseñanza del deporte tiene características particulares, una metodología especial, formas de organización,

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que pueden hacer olvidar a los inexpertos en el tema que este constituye un proceso pedagógico, educativo y relacional. Los tiempos actuales generan en el deportista nuevas necesidades, lo que implica la aplicación de nuevos métodos y de la actualización de profesionales que complementen el actuar del deportista y del entrenador. Estas exigencias plantean, cada vez más, la urgencia de tener en cuenta, los distintos aportes científicos que pueden contribuir a la mejora del rendimiento deportivo. La Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte (UCCFD) es la encargada de la formación de los profesionales con un alto nivel de preparación que abarque todas las áreas de actuación: la educación física, la cultura física terapéutica, la recreación y el deporte. Este último resulta objeto de atención a partir de considerar al entrenamiento deportivo como un proceso pedagógico e interactivo con diversos espacios de convivencia con la disciplina. Dentro de esta perspectiva, existen avances que vinculan lo teórico y metodológico del entrenamiento deportivo, donde la convivencia de espacios de recreación respecto al propio proceso pedagógico se vuelve central. (Morales Águila, Antonio: 2001). Según Matveev (1983), “el entrenamiento deportivo... un proceso pedagógicamente organizado, atañe, ante todo, los principios pedagógicos generales. Tienen importancia sustancial, en particular, los principios formulados por la Teoría y Metodología de la Educación Física y los especiales para el Entrenamiento Deportivo”. Por otra parte Urdaneta (2006), plantea en su texto Teoría y Metodología del entrenamiento deportivo como un proceso pedagógico complejo, conflictivo y contradictorio, con aspectos muy variados que tienen una forma específica de organización que se traducen en una acción sistemática y global, que influye sobre la personalidad y sobre el estado físico del sujeto. En ese sentido Platonov, V (Urdaneta, 2006) considera por su parte que el entrenamiento deportivo es uno de los componentes fundamentales del sistema de preparación de los deportistas, el cual representa al proceso pedagógico basado en la utilización de los ejercicios físicos con el objetivo de perfeccionar las cualidades, capa-


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

cidades, y parte de la preparación que garantizan en el deportista el logro de altos rendimientos en una disciplina concreta. Sin embargo a pesar de lo planteado por los autores, la preparación de los profesores deportivos se encamina con mucha mayor fuerza en los aspectos relacionados con los principios del entrenamiento deportivo y no se busca un equilibrio entre esto y la necesidad de atender al entrenamiento como proceso pedagógico con su adecuada preparación respecto a las categorías, leyes y principios del mismo. El proceso pedagógico es amplio, vincula también lo recreativo y la convergencia de diversas espacialidades. En el campo de la Cultura Física se han realizado varios análisis e investigaciones relacionadas con las categorías antes mencionadas; en la bibliografía consultada se aprecian limitaciones que constituyen factores negativos acerca de su tratamiento: Fung Goizueta, T. (1996); Puentes Borges, (2009); Forteza de la Rosa, (2000); Copello Janjaque, Manuel (2001) declaran en sus investigaciones que el entrenamiento deportivo es un proceso pedagógico en el que se pone de manifiesto el proceso de enseñanza aprendizaje de cada uno de los deportes que tratan y hacen referencia a los principios pedagógicos y didácticos, pero solo se limitan a los del entrenamiento deportivo, lo cual minimiza la dirección del mismo. De esa misma forma en otros estudios como Ranzola (en Forteza de la Rosa, 2000); Matveev (1983); Echavarría Urdaneta, Mirtha (2006); Collazo Macías, A. (2006); Morales Águila, A. (2001), que tratan el entrenamiento deportivo, se pudo corroborar lo siguiente: Ponderan los principios del entrenamiento deportivo, limitando el mismo a la preparación del deportista de manera atomizada. Hacen referencia al proceso de enseñanza aprendizaje y sus componentes, pero no se les da tratamiento a cada uno de ellos, a partir de la didáctica general y las particularidades del entrenamiento, explicando parcialmente algunos de ellos. No siempre se tiene en cuenta la formación integral de la personalidad en este proceso.

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El diagnóstico se limita a los componentes de la preparación y no se diagnostica la personalidad integralmente. Se atiende con marcada preferencia los componentes no personales del proceso y poco los personales, por lo que se le resta importancia al aspecto socializador y educativo de este particular proceso pedagógico. Estos autores coinciden en plantear que el entrenamiento deportivo es un proceso eminentemente pedagógico, sin embargo esto ha llevado limitarlo exclusivamente a las particularidades del entrenamiento. El proceso pedagógico ha sido tratado por otros autores integrando el proceso socializador y las diversas espacialidades entre los que destacamos: Colectivo de autores ICCP-MINED (2008); Labarrere, G.(1988); Valdivia, G (1991); Álvarez de Zayas, C. (1996); González Soca, A. (2002), los que han seguido este concepto a partir de que: El entrenamiento es un proceso general que incluye los de educación, enseñanza y aprendizaje en un sentido amplio. Establece la dialéctica entre los procesos de enseñanza y educación. Su fin último es la formación de la personalidad a partir de los objetivos sociales impuestos por determinado modelo de sociedad. Trasciende los límites de la institución escolar y se vincula con determinado territorio en particular. Al tener presente los aspectos anteriores referidos al proceso pedagógico, resulta importante abordar puntos que desde esta perspectiva están implícitos en el entrenamiento deportivo, entre ellos es vital la concepción de Proceso de enseñanza aprendizaje y Dirección del proceso de enseñanza aprendizaje. Como Proceso de enseñanza aprendizaje este estudio adscribe al criterio del Colectivo de autores ICCP-MINED (2008) el cual plantea que es la “adquisición e individualización de la experiencia histórico-social del individuo, en el cual


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

éste se aproxima gradualmente al conocimiento desde una posición transformadora, entonces tendrán una repercusión significativa las acciones colectivas e individuales del sujeto, las cuales deberán ser previstas en la organización y dirección de dicho proceso por el maestro”. Se toma como referente el criterio de Cabré Rodríguez, R.J (2011) quien plantea que la Dirección del proceso de enseñanza aprendizaje “significa conducir didácticamente el proceso teniendo en cuenta la relación entre la impartición frontal del contenido y la apropiación individual del mismo por cada escolar, brindando a cada uno la ayuda y recursos que necesite para el desarrollo de sus potencialidades, en función de alcanzar los objetivos propuestos”. Dicha conducción se encontraría en directa relación con variables del tipo cultural y territorial, que van diferenciando el proceso pedagógico, pero también la formación de cada deportista. Esto le daría una visión sostenible al proceso deportivo, anclando a su vez variables de tipo social y espacial y adaptándose a diversas circunstancias en dónde la disciplina debe realizarse (entrenamiento, competencia, otro tipo de preparación, lugar de origen, etcétera) Por otra parte, a pesar de que el proceso de enseñanza aprendizaje ha sido objeto de estudio de investigadores del área de la pedagogía, no se encontraron investigaciones en el estudio realizado en las que se abordara el mismo desde su dirección en el entrenamiento deportivo. En el contexto de la Lucha Deportiva se puede apreciar que en investigaciones realizadas por: González Catalá (2000; 2014) Hernández, J. (1989); Harré (1989); Calero (2013; 2014) le dan tratamiento al proceso pedagógico de la misma manera que los citados al analizar la bibliografía en el campo de la Cultura Física. El Programa Integral de Preparación del Deportista (PIPD) (2013), no contempla orientaciones metodológicas encaminadas a la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje en su integralidad, estas están dirigidas solo a los componentes de la preparación de manera aislada. Por otra parte destaca el trabajo realizado por Toledo Diéguez (2009), que aborda algunas particularidades del proceso de enseñanza aprendizaje, centrándose en los contenidos de la lucha deportiva. En este estudio podemos

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observar dificultades que van más allá de la didáctica de enseñanza que no prevén un espacio contextual. Desde el año 2009 esto ha sido una demanda según la Federación Cubana de Lucha (FCLA), al detectar que existen “insuficiencias en el proceso de enseñanza a todos los niveles”; particularmente en la provincia de Villa Clara se declaran como necesidades la anteriormente expuesta y “dificultades en la preparación teórica de profesores deportivos y atletas”, aspecto que puede estar relacionado con la carencia manifiesta para tratar la diversidad e individualidad de cada atleta en este deporte. La realidad en esta provincia demuestra que los resultados deportivos de la lucha en el pasado cuatrienio no fueron positivos, ya que en la preparación de los profesores no se manifiesta dominio teórico del Reglamento Internacional de la Lucha, del PPID, ni de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje y en algunos casos de las particularidades del entrenamiento deportivo. Esta situación quedó comprobada luego de implementar un estudio4 a partir de encuestas realizadas a profesores deportivos (22) de varios municipios de la provincia para corroborar la pertinencia de la investigación a partir del uso de métodos tanto del nivel teórico, así como los empíricos, constituyendo esto la metodología en la que se asienta la investigación. Esto vendría a dilucidar algunas insuficiencias en el campo del entrenamiento deportivo y de la misma disciplina pedagógica que no considera hasta entonces procesos complejos que atraviesan la técnica del entrenamiento en particular, con logros y sistema de rendimiento físico. Entre las observaciones realizadas que se desprenden de los resultados des(4) | Esto forma parte de una línea de trabajo inserta al interior de la experiencia del

prendemos:

proyecto “La preparación del entrenador deportivo de Lucha para la dirección del entrenamiento como proceso pedagógico ”, que se desarrolla actualmente en provincia de Villa Clara. Este estudio ha sido promovido por académicos e investigadores

Incoherencia entre los objetivos declarados en la planificación de la clase y las actividades realizadas en la misma. El componente objetivo se concibe solo en la planificación de la clase.

de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte (UCCFD), de la misma provincia.

Los contenidos planificados no siempre responden a la lógica de la clase.


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

Escaso dominio de la metodología de la enseñanza de las acciones técnicas y mucho uso de los conocimientos empíricos. Poca demostración de las acciones técnicas y mucha corrección de errores, pero esta se realiza sin tener en cuenta los tipos y niveles de ayuda ni los tipos de aprendizaje de cada alumno. Se declaran en la planificación métodos como el Global-FragmentarioGlobal y no se lleva a cabo correctamente. Limitado uso de métodos para el trabajo de las capacidades y habilidades. Poco uso de procedimientos organizativos, los cuales además se confunden con tipos de formaciones. Un escaso conocimiento sobre los tipos y formas de evaluar el entrenamiento. Limitado aprovechamiento del entrenamiento para desarrollar conocimientos teóricos acerca del Reglamento de la lucha deportiva y el Programa de Preparación del Deportista. Profesores con escasos recursos pedagógicos para enfrentar diferentes conductas de sus alumnos, lo que limita el aprovechamiento de las actividades en función de la educación integral. No existen lineamientos complementarios al respecto. Poco conocimiento por parte de los profesores de las características psicológicas de sus alumnos, así como de otro tipo de desenvolvimiento social. Comunicación poco adecuada entre alumno-profesor y alumno-alumno. Actos de indisciplina por parte de alumnos sin intervención educativa de profesores. Diagnóstico que se limita a los componentes de la preparación del deportista (visión atomicista).

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Todo lo anteriormente señalado permite afirma que es necesario comprender, estudiar y plantear el entrenamiento deportivo de la lucha como proceso un pedagógico complejo, pues se constata falta de preparación de los profesores de este deporte en nuestra provincia, para enfrentar la dirección del Proceso de Enseñanza Aprendizaje lo cual pudiera ser uno de los factores que ha traído consigo escasos resultados positivos para la provincia en el pasado cuatrienio. Probablemente, las problemáticas no han sido visualizadas por esta suerte de descontextualización y falta de incorporación de variables que vuelven la pedagogía una disciplina más compleja. Resulta necesario incorporar en la preparación de los profesores deportivos la atención de aquellos aspectos relacionados específicamente con la persona que es el atleta, hablemos entonces de la importancia que tiene desde el entrenamiento la socialización y la individualización. En primera instancia, y de acuerdo a la síntesis del resultado que dispuso el presente estudio en los puntos anteriormente señalados, el entrenamiento deportivo tendría que plantear ser sostenible, esto llevaría a comprender de mejor forma al atleta; en segundo lugar: el grupo clase en la Lucha deportiva es un equipo, ya esto presupone una dinámica diferente para atender tanto lo grupal, como lo individual. Esta apertura sobre el sujeto deportista y el sujeto grupal, colocan dinámicas relacionadas al poder, convicción y dirección de quien conduce en cuestión. Los equipos requieren de un capitán, que tiene que ser verdaderamente un líder. Por otra parte, el grupo y el deportista interactúan en un determinado contexto, donde va variando espacialmente: el entrenamiento, la competencia, la alta competencia, los JJ.OO, etcétera. Todas estas instancias son variables y van modificando la preparación y la puesta en escena. Así lo señalan los principales sociólogos del deporte (Lüschen, Günther; 1979, 1989; García Ferrando, 1990, 1999, 2001) Al atender el hecho de que el entrenamiento deportivo tiene que ser sostenible, partimos de lo ilustrado por José Luis Santana Lugones, (Santana Lugones, 2003) de que este es un “proceso pedagógico multifactorial e integrador, cuyo objetivo es alcanzar elevados rendimientos deportivos, sin comprometer la ca-


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

lidad de vida del atleta, así como garantizar el pleno disfrute de su reinserción a la vida social cotidiana”, por lo que “no comprometer la calidad de vida del atleta”, y a nuestro entender el término atleta incluye a aquellos practicantes en etapa de iniciación deportiva, requiere ir más allá de los componentes de preparación del deportista. El entrenador deportivo de Lucha debe a su vez contextualizar la preparación técnica, táctica, física, teórica y psicológica a las necesidades individuales de sus luchadores, así como volver la mirada a ese “sujeto grupal” que es el equipo. Por otra parte, concebir en el sistema de preparación la atención a las particularidades y estilos de aprendizaje, a los elementos distintivos de la personalidad que pueden hacer de él un líder para el equipo, al tratamiento personalizado de la enseñanza de la técnica, y a los elementos que desde las particularidades psicológicas llevan a determinar el arsenal táctico de cada cual, y todo ello viendo en el luchador no solo al que ofrece un determinado resultado deportivo sino además, a la persona que necesita recursos, ayudas, herramientas y tratamiento desde lo individual para alcanzar ese resultado. Se observa, como ya hemos aludidos en algunos estudios relacionados con la Sociología del Deporte, (Lüschen, 1979, 1989 ; García Ferrando, 1990, 1999, 2001); que van encaminados a lo fenomenológico, a las instituciones, al espectáculo, entre otros, pero no se atiende al mismo desde la arista de la génesis del resultado deportivo. El entrenamiento y las potencialidades de este como proceso pedagógico que debe atender los elementos arriba mencionados y esencialmente al deportista como componente personal del mismo, también al equipo, a las relaciones que en él se establecen, al trabajo del entrenador de Lucha deportiva con las familias de sus luchadores, aspecto que resulta esencial a partir de la importancia que tiene esta en el logro de los resultados deportivos visto este como un proceso en el que intervienen todos los contextos en los que se desarrolla en atleta. Todo en su conjunto dialoga con distintas facetas espacio-temporales en dónde el territorio cumple un papel fundamental, en la medida que interactúa incidiendo también en determinada performance. La contingencia también cae en la misma categoría de importante. No es lo mismo la variabilidad geográfica de un entrenamiento en Villa Clara, respecto

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de uno en Inglaterra y el Reino unido. No es la misma performance vista en entrenamientos previo a la competencia, que la competencia misma. La variabilidad y los factores que están incidiendo en ello son cuestiones irrevocables a considerar. El tratamiento teórico y su puesta en práctica a partir de una estrategia a tales efectos ha traído como resultado disminución en las bajas que se producen en los equipos de este deporte, mayor compromiso e implicación de las familias de los luchadores, mejor aprovechamiento escolar, entre otros resultados, que pueden mostrarse al concluir la implementación de esta estrategia y un análisis más profundo sobre sus resultados. Se vuelve relevante, contar a su vez con nuevos estudios que permitan profundizar sobre estas ideas en forma de hipótesis.

CONCLUSIÓN El entrenamiento deportivo de Lucha se caracteriza por aprovechar diversos componentes que asumen particularidades por su condición práctica, estas se manifiestan en las habilidades prácticas y la preparación del profesor deportivo para dirigirlo a partir de las particularidades del proceso pedagógico, sobre todo teniendo presente las potencialidades del mismo para perfeccionar el quehacer deportivo desde lo individual y social en cada una de las instituciones responsabilizadas con ello, desde la iniciación hasta el perfeccionamiento deportivo. Como ya hemos revisado, estos componentes aunque interactúan de manera contínua, no siempre son considerados dentro del proceso pedagógico (el sujeto deportista, el sujeto grupal, las variables espacio-temporales) El entrenamiento deportivo, en ese sentido, propicia desde su concepción pedagógica el trabajo de extensión universitaria a partir de los vínculos que establece con las comunidades y las familias de los atletas. Estos recursos siempre han estado presentes, sin embargo se vuelve necesario visualizarlos, así como visualizar las principales tensiones políticas y sociales que están incidiendo en que determinado proceso, pueda repercutir luego en los logros y en el alto rendimiento.


Algunas apreciaciones sobre las potencialidades de la lucha deportiva en los procesos de socialización.

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Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp.84 - 109) ISSN:0719-3335 84


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires Mariano Gruschetsky 1

Resumen El artículo muestra la estrecha relación que ha existido entre los clubes de fútbol, los poderes públicos y el desarrollo urbano de la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XX. Se presentarán las principales ideas e hipótesis generadas por diversos trabajos de investigación desarrollados en los últimos cinco años, los cuales dan cuenta del rol central jugado por los clubes en la conformación y expansión de la ciudad, tanto en lo que respecta al plano territorial como en el que remite a la constitución de identidades.

Palabras Claves: Clubes , Fútbol, Estado, Desarrollo urbano, Buenos Aires.

Abstract (1) | Mariano Gruschetsky. Licenciado en Sociología, Universidad de Buenos Aires. Magíster en Economía Urbana, Universidad Torcuato Di Tella. Candidato a doctorado en Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires. Profesor Regular Adjunto Sociología del Deporte,

The article proposes to illuminate the close relationship that has existed between football clubs, public officials, and urban development in the city of Buenos Aires in the 20th century. It presents the principal ideas and hypotheses generated by various research projects conducted in the last five years. These investigations reveal the central role played by clubs in the shaping and expansion of the city in a territorial sense as well as in the construction of identities.

Universidad Nacional de La Plata, Regular Adjunto, Metodología de la Investigación, Universidad Nacional de Lanús.

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp.84 - 109) ISSN:0719-3335 85

Keywords: Clubs, Football, State Urban Development, Buenos Aires.


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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INTRODUCCIÓN Quienes desde diversas disciplinas académicas hemos abordado el fútbol como objeto de estudio en la Argentina, nos hemos encontrado con la ocurrencia de un fenómeno muy particular, quizás único en el planeta, que sucede en la ciudad de Buenos Aires, y también porque no en la zona más extensa que abarca su área metropolitana2 . La primera, con 18 estadios en sus 203,3 km² es la ciudad que posee mayor cantidad de ellos dentro de una misma jurisdicción. Si tomamos la segunda, es decir lo que hoy se considera como área metropolitana de Buenos Aires, que implica una continuidad de la mancha urbana (e incluye los 25 partidos de la Provincia de Buenos Aires cercanos), la cantidad de estadios asciende a 50. Este artículo presenta una serie de ideas e hipótesis, sobre el proceso histórico que conformó esta especial configuración urbana del campo futbolístico, gestada en la década del 1910 y consolidada en las de 1920 y 1930, producto de una particular relación establecida entre los clubes de fútbol metropolitanos, los poderes públicos y el desarrollo urbano del área.

(2) | Considero a esta área como aquella que incluye a la ciudad de Buenos Aires y los 25 municipios que la rodean. Como señala Vapñarsky dicha concentración humana puede rastrarse en su proceso de ex-

Jugadores-socios, los primeros exploradores de los suburbios porteños 3

pansión desde 1870, con los desafíos teóricos metodológicos que ello supone para su definición y delimitación. Ver Vapñarsky, C. A. (2000). La aglomeración gran Buenos Aires : expansión espacial y crecimiento demográfico entre 1869 y 1991. Argentina: Eudeba.

La enorme mayoría de los clubes del fútbol profesional argentino, fueron producto de una verdadera ola de fundaciones de clubes, sucedida en la prime-

(3) | Para el desarrollo de este apartado seguiré principalmente los originales y pio-

ra década del siglo XX, que tuvieron como protagonistas a grupos de jóvenes

neros trabajos de Julio Frydenberg.

de sectores medios urbanos, quienes en su afán por participar en la liga ofi-

(4) | La organización formal de la práctica

cial creada y monopolizada por los clubes ingleses (La Argentine Association

hito con la creación, en 1893, de la Argen-

del fútbol en la Argentina tiene su primer

Football League de 18934 ), recrearon un verdadero ámbito de sociabilidad.

tine Association Football League (AAFL),

Julio Frydenberg lo denominó como una particular subcultura juvenil (2011),

mayoría de equipos provenientes de escue-

caracterizada por ciertos valores y prácticas (Frydenberg, 1998), que en pocos

comúnmente llamada “liga oficial”, con las inglesas. Tras la aparición de sucesivas entidades, escisiones y fusiones, y en el

años se pusieron en tensión con aquellas que habían desarrollado los “maes-

marco de un proceso de popularización del

tros” ingleses(Archetti, 2003)

tablece la actualmente vigente Asociación

.

fútbol, el 3 de Noviembre de 1934 se esdel Fútbol Argentino (AFA).


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Si bien la mayoría de estos clubes, fueron fundados en los primeros años de la década del 10 del siglo XX, su incorporación a las competiciones oficiales fue relativamente rápida, principalmente desde finales de la misma. Las aspiraciones de estos jóvenes jugadores, se vieron condicionadas por ciertas imposiciones de la liga oficial para su incorporación: fundar un club, poseer un sello que los identifique, y sobre todo poseer una cancha donde hacer las veces de local. Lenta y precariamente los jóvenes fueron consiguiendo estos requisitos, agrupándose previamente en las llamadas Ligas Independientes, que con menos exigencias,para 1907 eran una docena y agrupaban cerca de 350 equipos (Frydenberg, 1999). Frente a la escasez de recursos, en los primeros años las canchas se ubicaron o bien en la zona portuaria muy cerca al centro de la ciudad, en ese caso mediante la ocupación de terrenos vacantes o la cesión momentánea de terrenos públicos; o en su defecto en los márgenes de la zonas edificadas, que para ese entonces no distaba demasiado del centro, en lo que podría denominarse como los límites de la “ciudad tradicional”. En una dimensión material, el desafío fue conseguir un terreno para utilizarlo como cancha propia y participar así de las competiciones. Según Frydenberg solo un tercio de las instituciones lo poseían para principios de siglo (2011, p. 93). Si bien tener una cancha propia no era una exigencia de las ligas independientes, el horizonte trazado por los requisitos de la liga oficial, que tomaba la tradición inglesa de un equipo un estadio, fue asumido con suma importancia por los jóvenes fundadores de clubes. Compartir la cancha con otro club o utilizar los terrenos de un parque público era para ellos poco menos que una humillación. Quizás haya aquí un primer indicio del origen de la configuración urbana del área Metropolitana de Buenos Aires, caracterizada por la enorme cantidad de estadios. Una exigencia material (poseer una cancha), complementada por una fuerza simbólica ligada al honor y, como veremos a continuación, con la pertenencia a un lugar. Las ligas independientes fueron menguando en su importan-


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cia y como es sabido, las posibilidades de supervivencia de estos clubes estuvieron íntimamente ligadas a las contingencias de poseer un terreno propio para la década del 20. Aquellos que no lo consiguieron mayormente desaparecieron o en su caso abandonaron la práctica el fútbol; por el contrario quienes lo lograron, se incorporaron a la liga oficial y fueron parte del naciente espectáculo deportivo en franco crecimiento, construyendo en el corto plazo grandes estadios y de manera anexa espacios que albergaron diferentes deportes, a la vez que numerosas actividades sociales y culturales. Resulta interesante retomar la dimensión simbólica a la que hicimos mención al pasar para describir el proceso. Si tomamos aquí la noción de paisaje desarrollada por Graciela Silvestri(2003)podemos pensar la relación entre clubes de fútbol y desarrollo urbano tanto desde su materialidad física como desde el imaginario construido por sus protagonistas. Apareció en el horizonte de los clubes y en el de sus miembros, la idea de afincarse en un espacio y a la vez ser el representante del mismo. El barrio entonces devino no sólo en un espacio físico necesario donde se desarrolló la práctica del fútbol, sino que además se constituyó con mucha potencia en el plano de las representaciones visuales e identitarias. La forma de disputa de los campeonatos de las ligas independientes obligó a los jóvenes futbolistas a recorrer la ciudad y sus márgenes casi semanalmente como pocos5 , de modo que fueron integrando en su mundo y percepciones a los distintos barrios y zonas de la ciudad, como a las localidades, aún pequeñas, de lo que se iría constituyendo como el Gran Buenos Aires. Los jóvenes futbolistas, en este sentido, fueron quizás uno de los pocos sujetos que desde recién comenzado el siglo comenzaron a tener una percepción integrada de la ciudad, y en paralelo una percepción del espacio local como un componente central de su identidad. A su vez en esta búsqueda del terreno propio fueron ocupando zonas despobladas o poco pobladas caracterizadas por paisajes semi rurales. Las fotos correspondientes a las canchas del Club Atlético Almagro y del Club Atlético Atlanta, en la actualidad en una zona densamente urbanizada, apenas distante

(5) | Práctica solo compartida con otros sujetos, que por sus actividades, también participaron del proceso de expansión material de la ciudad, como ser cronistas, vendedores ambulantes, colectiveros o maquinistas de trenes.


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40 cuadras del centro de la ciudad, permiten ver para el aテアo 1922 el tipo de paisaje al que hacemos referencia.

Imagen 1. Fuente: Contreras, L. (2011). Buenos Aires fuフ》bol: clubes, canchas y estadio en la Capital Federal desde 1867 hasta el presente. Buenos Aires: Olmo Ediciones.

Imagen 2. Fuente: Contreras, L. (2011). Buenos Aires fテコtbol: clubes, canchas y estadio en la Capital Federal desde 1867 hasta el presente. Buenos Aires: Olmo Ediciones.


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

Debe señalarse que el terreno mayormente plano o apenas ondulado de la Ciudad Buenos Aires y alrededores, no ofrecía demasiados hitos que distingan sus diferentes zonas. Es allí donde las diferenciaciones barriales encontraron en el fútbol un elemento clave de distinción y autoafirmación identitaria, aun separando espacios urbanos contiguos y similares tanto desde el punto de vista geográfico como sociodemográfico. Los clubes, con más fuerza desde la década del 10, se fueron apropiando entonces del espacio urbano, tanto material como simbólicamente y al hacerlo encontraron un modo de legitimarse en el espacio metropolitano en tanto se conviertieron en los “representantes” y portadores privilegiados de la identidad del barrio (Frydenberg, 2011). Cada barrio de Buenos Aires, desde ese momento fundante a la actualidad, tuvo en el club de fútbol, su apodo y sus colores, uno de los elementos constitutivos de identificación de propios y ajenos. La identidad nominal entre el barrio de la Boca y el Club Atlético Boca Juniors fue la excepción, pero en el plano de las representaciones funcionó igual, por lo tanto es posible afirmar desde entonces hasta hoy que La Paternal es sinónimo del Club Atlético Argentinos Juniors, Saavedra del Club Atlético Platense, Nuñez del Club Atlético River Plate o por caso Mataderos del Club Nueva Chicago. Todo este proceso que en paralelo se dió entre expansión urbana y popularización del fútbol, en el que los clubes fueron una pieza central, contó con un rol especial y muy particular de los poderes públicos municipales y el gobierno local. Al analizar las sesiones del Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires (el poder legislativo de la ciudad) podemos encontrar interesantes pistas sobre el rol fundante y característico de esa relación. El primer antecedente que sobre la materia hemos podido encontrar data de 1905 y resulta paradigmático en varios sentidos. En esa oportunidad los comisionados Rosa, Carranza y Aguirre presentan un proyecto de ley para que se le conceda “…a las escuelas públicas o particulares y a las sociedades que tengan por único objeto practicar los ejercicios físicos, cuando lo soliciten, la ocupación de terreno en el parque Chacabuco, con destino a la instalación de gimnasios y jugos atléticos”(Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de

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Buenos Aires, Versiones taquigráficas de las sesiones, 1905, página 44) En los fundamentos del proyecto puede leerse que: “Fomentar la concurrencia del público a los parques y paseos y los juegos y ejercicios físicos al aire libre, es un principio elemental de higiene. Es un hecho notorio que en la actualidad a los parques que sostiene el municipio, a excepción de la que se refiere al Parque 3 de Febrero, es insignificante, en relación al considerable número de habitantes de esta ciudad. Los que suscriben, convencidos de que una de las principales causas a que obedece este fenómeno, es la falta de atractivos y entretenimientos en los mencionados parques y paseos, especialmente para la juventud, creen posible, subsanar esta causa, fomentando el entusiasmo, que de un tiempo a esta parte, ha despertado en la población, los juegos atléticos y ejercicios físicos de diversas clases (Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, Versiones taquigráficas de las sesiones, 1905, página 44)” Más allá de la presencia del clásico paradigma higienista 6 , resulta muy interesante y a la vez fundante, que a partir del diagnóstico de la situación del escaso uso de los parques públicos por parte de la población, la propuesta de los ediles inauguró una particular relación entre los poderes públicos y los actores privados (los clubes), en relación al uso de los espacios públicos y al deporte y el ocio en particular. La propuesta de los concejales, ante la manifiesta falta de atractivos de los parques en especial para los jóvenes y la falta de instalaciones adecuadas para practicar deportes, no fue en este caso que la propia municipalidad se encargue de la tarea, construyendo equipamiento para el desarrollo de diversos deportes, sino que la delegó en manos de otros actores, en especial de una gran cantidad de asociaciones y clubes que venían surgiendo a lo largo de (6) | Diego Armus ha señalado que, los espacios verdes no solo tuvieron un rol higiénico, sino que también se asignó a ellos un rol civilizador asociado a la creación

la ciudad (“escuelas públicas o particulares y a las sociedades que tengan por único objeto practicar los ejercicios físicos”).

ámbitos de sociabilidad. Se consideraban recursos apropiados para civilizar y argentinizar a las nuevas masas de inmigrantes, y, en tal sentido, sobre todo en el siglo XX, incorporaban otros usos sociales como la práctica de deportes, el descanso y el paseo. (Armus 2007).

La tónica de la relación desde comienzos de siglo estuvo construida mediante un silencioso, constante y exitoso proceso de aparición de clubes, que fueron ocupando el espacio urbano y sobre todo monopolizando la oferta de infraestructura deportiva, con el importante apoyo de los poderes públicos municipa-


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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les, mediante subsidios, exenciones de impuestos, permisos para construir y cesiones de terrenos (Daskal, 2010, p. 224). Quizás, por lo menos en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires, fue el de las variadas modalidades de la práctica deportiva, uno de los pocos campos en el cual la sociedad civil anticipó y en cierto modo prevaleció sobre el Estado. Como veremos en el apartado siguiente esta fué la tendencia a la larga predominante, que aún no exenta de tensiones, dejó su impronta en la ciudad hasta la actualidad.

Clubes y grandes estadios en el proceso de construcción de un espacio público metropolitano Los años 1920, 1930 y parte de 1940 correspondieron al momento de surgimiento y consolidación del espectáculo futbolístico 7 en el ámbito del área metropolitana de Buenos Aires, el cual tuvo a los estadios y a las sedes sociales construidas de modo anexo, como piezas centrales del proceso. A su vez, como intentaremos demostrar, fueron protagonistas, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, del momento final del ciclo de expansión urbana, que según Gorelik (2012) se cerró cuando aquel exitoso y virtuoso proceso de ocupación del territorio, que tuvo como actor social preponderante a los sectores populares, y que logró incorporar de manera homogénea al conjunto de ese espacio, tanto desde el punto de vista político, social, como cultural, se mostró finalmente agotado. Efectivamente este período fue en el cual se produjo con toda la fuerza la ex-

(7) | Entendido este como el desarrollo de la práctica del fútbol de manera profesio-

pansión de Buenos Aires, es decir la ocupación y edificación de casi la totalidad

nal, la existencia de un público consumidor

de la grilla puesta en disposición por los poderes públicos desde fines del siglo

medios masivos de comunicación con un

XIX 8 . Los Planos a continuación describen con precisión el proceso por el cual se fue ocupando la superficie de la ciudad delimitada en 1888.

relativamente numeroso, y el desarrollo de rol de importancia.

(8) | Este proceso fue detalladamente analizado en Gorelik, A. (1998). La grilla y el parque : espacio público y cultura urba-

Fueron estos los años de construcción de los primeros grandes estadios de

na en Buenos Aires, 1887-1936. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes.


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fútbol: San Lorenzo de Almagro lo construyó en 1916 y para 1929 ya pudo albergar cerca de 65.000 personas; Sportivo Barracas lo hizo en 1920 con capacidad para 18.000 personas, Atlanta en 1922 y River Plate en el barrio de Palermo con capacidad para 23.000.

Imagen 3. Fuente: Jalikis, M. (1925). Historia de los medios de transporte y de su influencia en

el desarrollo urbano de la ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires: Compañía de Tranvías Anglo Argentina.

Imagen 4:

Cancha del Club Atlético River Plate en el barrio de Palermo 1922-1936. Fuente: Contreras, L. (2011). Buenos Aires fútbol: clubes, canchas y estadio en la Capital Federal desde 1867 hasta el presente. Buenos Aires: Olmo Ediciones.


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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Imagen 5:

Tribuna Cancha San Lorenzo 1920. Fuente: Contreras, L. (2011). Buenos Aires fútbol: clubes, canchas y estadio en la Capital Federal desde 1867 hasta el presente. Buenos Aires: Olmo Ediciones.

Fué también el momento, a partir de la década del 20 cuando los clubes de fútbol comenzaron a desarrollar una dimensión que no estuvo en el horizonte original de los jugadores fundadores y que convirtió a estas instituciones en un fenómeno muy particular y característico del fútbol argentino. Nos referimos a lo que hemos denominado como dimensión social 9 . Es decir, la aparición en los clubes, que puede rastrearse muy tímidamente a finales de los años 10’, de ámbitos e infraestructura para la práctica de toda una serie muy diversa de actividades que no comprendían al fútbol profesional, su actividad central. Al construir sus nuevos estadios, los clubes también construyeron espacios para la práctica del básquet, el tenis, enormes piletas de natación, como salones donde se fueron organizando bailes y diversas actividades culturales. (9) | El caso del surgimiento de la dimen-

Es decir, los clubes de fútbol, mediante sus estadios e instalaciones sociales

sión social del club Atlético River Plate en

y deportivas, se fueron transformando en un privilegiado y potente ámbito de

Gruschetsky, M. (2013, Enero de). Clubes

sociabilidad urbana. Se convirtieron en espacios de encuentro, de disputa y negociación, entre diversos sectores sociales y corrientes políticas. Estimularon

los años 20, puede verse en Daskal, R., & de fútbol: su dimensión social. El caso del Club Atlético River Plate. Efdeportes.com, Año 17, No 176.


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la participación y junto con otra serie de organizaciones de la sociedad civil (sociedades de fomento, bibliotecas populares, etc), participaron del proceso de construcción de un nuevo espacio público metropolitano. Es cierto que fueron los sectores populares urbanos los actores principales en el comienzo de este proceso, y que los clubes funcionaron como expresión de sus prácticas y valores, a la vez de sus demandas, sobre todo hacia la esfera estatal. Por ello no resulta extraño que ello haya tenido su vez una expresión en el ámbito político de la ciudad de Buenos Aires. Con la reforma de la ley orgánica municipal de 1917, que estableció el sufragio universal para la elección de concejales para ocupar cargos del Poder Legislativo de la Ciudad, la presencia socialista en el cuerpo comenzó a ser muy fuerte. Al decir de Richard Walter, se constituyó a partir de ese entonces un “nuevo concejo” que sustituyó al viejo de “notables” y que cambió en cuanto a naturaleza, tono y tipo de actividad. Dominado por radicales y socialistas, si bien estos últimos sólo representaron un tercio del cuerpo, fueron quienes marcaron la tónica del mismo, presentando la mayor cantidad de iniciativas e instalando largos y apasionados debates (Walter, 1993). A partir de esta nueva realidad la discusión sobre los clubes, y el deporte ingresó como tema de preocupación de los poderes públicos municipales, y entonces aquel espontáneo y silencioso proceso de ocupación del espacio urbano llevado a cabo por los jóvenes futbolistas, se tornó más visible. Es decir que cuando en 1919 asumió el nuevo cuerpo legislativo las discusiones en el Concejo Deliberante se hicieron más recurrentes en relación al rol de los poderes públicos en la práctica de los deportes, pero muy en especial en referencia al tema del uso y cesión de terrenos municipales para su práctica. Notoriamente la década del 20’ inauguró un período de ampliación y estrechez entre los clubes y el municipio. A partir de este período puede observarse que se sucedieron importantes subsidios a los clubes, muy especialmente para ampliar y mejorar sus instalaciones. Es decir, en el preciso momento en que estas instituciones desplegaron su dimensión social, ampliando actividades y número de asociados, se sucedieron los pedidos de apoyo en el Concejo Deliberante.


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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Como hipótesis podemos sugerir que fue en estos años 20’ cuando se cristalizó el modelo de configuración territorial actual del fútbol de la ciudad de Buenos Aires. Como veremos se originó en una particular relación y división de roles entre los clubes de fútbol y los poderes públicos municipales. A lo largo del período encontramos una serie de representaciones, no exentas de tensiones, sobre el rol de los poderes públicos administrativos en relación a la construcción de infraestructura deportiva, sea del caso de los estadios de fútbol profesional, o de los juegos o espacios recreativos en los parques y plazas. Aquí los interrogantes y discusiones giraron en torno a si era dable subsidiar a instituciones que eran “privadas”10 , pero que a su vez cumplían una amplia y extensa labor social, dejada vacante por el estado. Dichas tensiones quizás se vieron de manera clara en dos espacios concretos y en ese momento muy diferentes; uno el Proyecto Orgánico de la Comisión de Estética Edilicia de 1925 impulsado por el Poder Ejecutivo Municipal; el otro en la recurrente idea planteada en el Consejo Deliberante, y nunca concretada, sobre la construcción de un estadio municipal. El Plano regulador y de reforma de la Capital Federal fue publicado en el año 1925 durante la intendencia de Carlos M. Noel y la presidencia del Marcelo T. de Alvear bajo el título “Proyecto orgánico para la urbanización del municipio”.

(10) | Los clubes de fútbol en Argentina, desde su fundación hasta la actualidad, poseen el estatus jurídico de ser Asociaciones civiles sin fines de lucro. Esta particular

Redactado por la denominada Comisión de Estética Edilicia creada en 1923

situación que conlleva parte del espíritu y

–compuesta por una serie de destacados arquitectos del momento- se pro-

instituciones, supone a su vez muchas

función con que fueron concebidas estas

pondrá pensar un proyecto para la ciudad toda. Según Gorelik “...se trata del

potencialidades y ciertas debilidades, y ha

primer intento sistemático por pensar y dar respuesta a la nueva ciudad, por

persisten en la actualidad. Ver Frydenberg,

comprender el estatuto urbano de ese fenómeno hasta entonces “espontáneo”

con fútbol profesional argentinos y el tipo

supuesto variadas discusiones que aún J. (2002, Agosto de). Los clubes deportivos

de suburbanización...”(1998, p. 317)

o formato social bajo el cual se organizan:

En la página 17 del proyecto, en el apartado N6º bajo el título “Barrios Obreros,

mas. Aportes para un debate acerca de

Jardines, Stadiums Deportivos, Embellecimiento Suburbano”, podemos encon-

asociaciones civiles o sociedades anónirealidades y modelos ideales, pasiones e intereses. www.efdeportes.com, Año 8 - N°

trar algunas pistas acerca de cómo los estadios y jardines formaron parte del

51. Retrieved from http://www.efdeportes.

proyecto que desde los poderes públicos se pensó para el suburbio, es decir

(2001, Enero de). La crisis de la tradición

los barrios en plena expansión. En el apartado d) a se expresó claramente que

com/efd51/clubes.htm y

Frydenberg, J.

y el modelo asociacionista en los clubes de fútbol argentinos. Algunas reflexiones.

“Cada uno de estos barrios tendrá una gran plaza destinada a ejercicios físi-

Efdeportes.com, Año 6 - N° 29. Retrieved

cos”(1925, p. 17).

asoc.htm

from

http://www.efdeportes.com/efd29/


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Es en el sistema de plazas y parques donde aparece con toda claridad la representación que existió en el proyecto sobre el deporte y el ocio. Aquí el paradigma higienista apareció en el centro: “Entendemos que se debe tener en cuenta en primer término la parte que se refiere a Parques y espacios libres, por cuanto ello incumbe a las necesidades más inmediatas encargadas de asegurar a la ciudad las condiciones higiénicas, esparcimiento y mejoras indispensables dentro del plan orgánico y general que se proyecta”.(1925, p. 154) Parques y espacios libres eran la prioridad, que garantizaban la salud física y moral, sobre la que recién se podía proyectar el resto. Aparece en esto la idea recurrente del “airear” y “ventilar”. Y esto no es algo pensado para realizarse de manera esporádica o azarosa sino que se echa mano a la noción de “sistema”. Sistema de parques y sobre todo sistema de ventilación urbano. ”Las avenidas unen los parques entre sí, y parten del centro de la ciudad hacia la periferia o cinturón periurbano”. Los parques como pequeños pulmones que tienen en las avenidas sus cañerías de conexión y circulación del sistema. En el plano nº3 puede observarse un plano con las obras propuestas para el Parque Avellaneda. En el centro aparece delimitada la zona de “césped juegos libres” y en las esquinas superior derecha e inferior izquierda la zona de “Cancha de foot ball”. Ambos espacios si bien delimitados y diferenciados, aparecen con igual jerarquía como elementos del dispositivo del parque. Lo que resultó interesante de este programa sobre el rol y uso del equipamiento deportivo no fue la enunciación de su carácter público; de hecho ese fue el modelo predominante en ese momento y más adelante, en la mayoría de los países de Europa (Lanfranchi, Pierre, 2002). Sino más bien el hecho de que nada de esto ocurrió en la ciudad de Buenos Aires en el plano concreto, y muy por el contrario estos equipamientos fueron desarrollados por los clubes, por una lado con fondos propios, las cuotas ordinarias y los aportes extraordinarias de sus asociados, algunas de sus varias actividades; y por otro con fondos provenientes de préstamos “blandos” otorgados por diversos niveles del Estado.


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

Imagen 5:

Plano “Parque Avellaneda”. Fuente: Proyecto orgánico para la urbanización del municipio, Intendencia Municipal, Comisión de Estética Edilicia, Buenos Aires, Peuser, 1925.

Habíamos planteado anteriormente que quizás fue en la recurrente idea de la construcción de un Estadio municipal el otro espacio donde se vió con toda contundencia la mencionada disonancia entre un discurso que plantea un rol protagónico del municipio en la construcción de infraestructura deportiva y una práctica concreta que tuvo a los clubes como ejecutores de la misma. Es en 1920 cuando bajo el título “Construcción de una Balneario, Staduim, Etc,” apareció por primera vez la idea. Más allá de las ya mencionadas ideas higienistas, del argumento del avance de la edificación en detrimento de los espacios públicos, lo que resulta interesante y recurrente es la utilización del argumento legitimante de la experiencia internacional en el tema. Se esgrime aquí que la Ciudad de Buenos Aires “no cuenta entre sus progresos, con obras de esta índole, que otras ciudades del extranjero ofrecen desde largo tiempo a sus habitantes”. Es decir en el universo de representaciones presentes aparecen claramente los modelos europeos y quizás también el norteamericano.

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Para estos legisladores toda gran ciudad moderna que se precie deberá tener un estadio a su medida. Durante casi toda la década del 20’ (1923, 1924, 1925 y 1927) aparecieron diversos proyectos reclamando o proponiendo la construcción del mencionado estadio municipal para la ciudad de Buenos Aires. Nunca se concretó. Ciertamente esta reiteración pudo estar enmarcada dentro de la particular relación, que según Gorelik, mantuvo el intendente Noel con el Concejo Deliberante, y que desde la reforma electoral de 1919 caracterizó el juego político de los años 20’ y 30’. Un intendente ignorando al Concejo Deliberante, que le es totalmente adverso, actuando en línea directa con las asociaciones vecinales y profesionales. Sin embargo es ese mismo intendente, Noel, quien en 1925 encaró el ya analizado proyecto de la Comisión de Estética Edilicia, que también proyectó estadios, pero que nunca los concretó. Evidentemente la imposibilidad de construcción de un estadio municipal superó la dinámica político institucional de la ciudad, y refuerza la idea que venimos planteando en relación al rol del Estado en el equipamiento deportivo y a la fuerza de la instituciones privadas, es decir los clubes, para materializarlo.

Una Mirada a la segunda mitad del siglo XX. Hasta aquí he compartido ideas y hallazgos que intentaron pensar la relación entre la ciudad y el fútbol en la primera mitad del siglo XX, a partir de la articulación del rol de los poderes públicos y de los clubes con el desarrollo urbano en la ciudad de Buenos Aires. Como observamos, se gestó un modelo del campo deportivo caracterizado por la preponderancia de la sociedad civil (en este caso los clubes) y un rol subsidiario del Estado. Lo sucedido desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, es aún un terreno vacante para los estudios académicos. De todos modos intentaré plantear algunas hipótesis que surgen a la luz de determinados acontecimientos sucedidos en el espectáculo


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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deportivo durante dicho período, y que como no podría ser de otra manera nos han llamado a la reflexión. En el último año, un grupo de investigadores nos hemos acercado al estudio del período peronista, especialmente a investigar la relación que dicho gobierno estableció con los clubes de fútbol. En este sentido lo primero que surgió, quizás de modo sorpresivo11,de aquellos trabajos es que el mencionado modelo no sufrió modificaciones, más aún, ni siquiera hubo intentos por parte del gobierno de modificarlo. En lo que respecta al espectáculo futbolístico, Scher y Polomino (1988) coinciden en señalar a dicho período como el momento de mayor expansión del fútbol profesional, lo cual se expresa en el pico del promedio de entradas vendidas. Señalan los autores que “El quinquenio 1946-1950 arrojó un promedio de 12.755 entradas vendidas por partido, en tanto que el de 1951-1955 registró uno de 12.865 “(Scher & Palomino, 1988, p. 79). En relación a los clubes podemos señalar, que durante este lapso de tiempo se produjo la segunda gran expansión de la masa societaria (la primera podemos ubicarla entre los años 1926 y 1936). Para ser más precisos, el período mostró una pequeña meseta en los años 1940-1943, una constante evolución en el período 1944-1956, y finalmente otra pequeña meseta para los años 1957-1960. En cuanto al paisaje urbano nuevos grandes estadios se incorporaron a la ciudad: Argentinos Juniors, Boca Juniors y Nueva Chicago en 1940; Vélez Sarsfield en 1943 y Huracán en 1947. Muchos otros de enormes dimensiones fueron planificados, y aunque nunca se concretaron mostraban el clima expansivo del sector. Como vemos, la fortaleza de los clubes, medida en su número de aso-

(11) | El Gobierno de Juan Domingo Pe-

ciados y en la capacidad de monopolizar la oferta de infraestructura deportiva

y derrocado por fuerzas militares en 1955,

siguió vigente y creciendo.

rón, surgido del sufragio popular en 1945 se caracterizó, entre otros varios aspectos, por una concepción fuerte del rol e intervención del Estado en la sociedad. Una

Los 60’, en cambio ,fueron una época de crisis, pero solo para el espectáculo

lectura simplista y por cierto lineal, hubiese

deportivo, expresado en la merma de espectadores, lo que obligó a los dirigen-

do por un fuerte control y regulación de la

tes del fútbol a implementar variadas y disímiles estrategias que buscaron el

do. Sin embargo nada de eso sucedió. Un

supuesto a este perdido como caracterizaactividad de los clubes por parte de Esta-

resurgimiento. El denominado “fútbol espectáculo” y la incorporación de figu-

proceso muy similar fue desarrollado para

ras internacionales, la apertura hacia los equipos del interior del país con la

Distchy.

el caso de la Italia de Musolini, por Paul


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creación de los Campeonatos Nacionales lograron devolverle cierto esplendor, pero no pudieron contra el indudable proceso de cambio cultural que implicó fuertes cambios en el uso del tiempo libre. La expansión de la televisión y la costumbre de salir el fin de semana en familia fueron serios competidores del domingo futbolero. A pesar de ello, la masa de asociados de los clubes siguió en aumento en casi todas las instituciones.

Gráfico 1:

CANTIDAD TOTAL DE SOCIOS DE LOS CLUBES SELECCIONADOS. ARGENTINA. AÑOS 1940-1960.

Fuente:

Elaboración propia en base a Memorias y Balances de los clubes seleccionados.

En los 70’y principios de los 80, la relación entre el fútbol y la ciudad vivió quizás su hora más conflictiva, sobre todo si nos centramos en aquel añejo vínculo entre los clubes, sus equipamientos y la estructura política partidista. Dos hitos muy importantes marcaron el período y los cambios en esta relación: la desaparición de los estadios del Club Atlético Platense en 1971 y el de San Lorenzo de Almagro en 1979, casos aún no del todo estudiados y trabajados, ya sea inclu-


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

102

sive desde el periodismo especializado. En caso del club Platense12 , situado en el barrio de Saavedra, apenas se sabe que nunca se habían escriturado los terrenos donde estaba el estadio, y que por ende en 1969-70 se presentaron herederos del dueño reclamándolos y, tras una puja, intervino la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, que al verificar que nadie había pagado los impuestos se adueñó de los terrenos; hoy se levanta allí una escuela perteneciente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El club mudó sus instalaciones y construyó en 1979 un nuevo estadio en el contiguo partido político de Vicente López, de la provincia de Buenos Aires, ubicado sobre la avenida límite entre ambas jurisdicciones, y como no podría ser de otra manera lindero con el barrio de Saavera. Como mencionábamos en

(12) | El Club Atlético Platense su funda-

las primeras líneas de artículo, aún hoy 36 años después de la forzada mudan-

clubes “chicos” del fútbol argentino. En ese

do en el 1905, es uno de los denominados

za, el club se identifica con el barrio de Saavedra y no con el de Vicente López.

sentido presenta la común característica,

Aun tratándose de un club “chico”, su caso puede verse como el reflejo de un

ser de los más antiguos animadores de los

período de cierto retroceso en la puja de poder entre sociedad civil y el Estado. Es este último que lo demolió y fue el primero que esta vez no esbozó reacción. El caso de San Lorenzo de Almagro, de vital actualidad13, podría ser un excelen-

compartida con otros clubes del ciudad, de torneos de fútbol profesional, a pesar de no poseer una gran cantidad de seguidores, público que tiene que disputar con el resto de los clubes de la ciudad.

(13) | San Lorenzo de Almagro, tras 13 años sin poseer cancha propia, construyó

te estudio de caso para observar la relación entre fútbol, espacio urbano y po-

en 1993 un nuevo estadio en el barrio de

deres públicos desde los 70 a la actualidad. Aquí se trata de uno de los clubes

da social y urbanísticamente de la ciudad.

Nueva Pompeya, una zona bastante relega-

de más convocatoria del país. Su viejo estadio denominado el “Gasómetro” fue

Pese que el moderno estadio posee una

vendido en 1979 de manera forzosa al gobierno militar de ese entonces, quien

grupo de hinchas agrupados en la subco-

a cambio le cedió terrenos en el Bajo Flores14 , donde actualmente el club erige

perar los terrenos donde había funcionado

capacidad para 43.494 espectadores, un misión del hincha, movilizó la idea de recu-

su nuevo estadio y su ciudad deportiva. Poco se sabe de aquel proceso, pero al

el “Viejo Gasómetro” y que ocupa actual-

parecer el dinero obtenido por la venta se “licuó” y el prometido traslado al Bajo

del 2006 el tema se debatió en Palacio Le-

Flores se pospuso durante largos años.

mente el supermercado Carrefour. En julio gislativo de la ciudad de Buenos Aires y el 7 de diciembre del 2006 se aprobó la Ley de Reparación Histórica, la cual fue veta-

El denominador común en ambos casos, fue que más allá de los problemas

da por el Jefe de Gobierno Jorge Telerman, para ser finalmente sancionada por la le-

surgidos al interior de ambas instituciones, por acción u omisión el gobierno

gislatura el 11 de Octubre del 2007. Más

municipal, dejó que ambos estadios desaparecieran. A su vez resultó notoria en

restitucionhistorica.blogspot.com.ar/

ambos casos la poca reacción de la sociedad civil y en especial de los asocia-

(14) | Se denomina Bajo Flores a la zona

dos. No debe soslayarse, en el caso de San Lorenzo, que los hechos se produ-

sur del barrio de Flores de la Ciudad de

jeron durante la última dictadura militar que gobernó Argentina entre los años

por ser una zona residencial de sectores

1976-1983. En este sentido el contexto sociopolítico fue de clausura en la par-

losa villa 1-11-14.

información puede encontrase en http://

Buenos Aires, Argentina. Se caracteriza de clase baja, en la se encuentra la popu-


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|Revista Eltopo Junio - Julio 2015

ticipación ciudadana. Sin embargo sería dable no pensar el proceso de modo tan lineal, ya que las evidencias nos han mostrado que en muchos casos el tiempo del fútbol y de los clubes se “autonomiza” del contexto social, siguiendo su propia lógica y temporalidad. Quizás podemos señalar en esta dirección, el hecho de que hayan sido los clubes las únicas instituciones donde se siguió votando durante la mencionada dictadura, es decir el único lugar donde continuó el juego democrático, mientras estuvo cerrado en el resto de los espacios de la sociedad. También es durante este período cuando la Argentina organiza el Mundial del fútbol de 1978, y por ende algunos clubes reciben los beneficios estatales de la remodelación de sus estadios e instalaciones, en vista del evento internacional.

Imagen 6:

Vista aérea actual del estadio del Club Atlético San Lorenzo del Almagro. Fuente: googlemaps.

Es en ese mismo momento, y como si la tensión entre el rol activo o secundario del estado municipal aún permaneciera vigente, que el Intendente Cacciatore15, por caso inaugura en 1981 el Parque Sarmiento, un enorme centro polideporti(15)| EL Brigadier Osvado Cacciatore, fue el Intendente de la Ciudad de Buenos Aires entre 1976 y 1982, designado por la junta militar que tomó el poder en 1976.

vo de carácter público. Su derrotero desde allí a la actualidad será una excelente muestra de aquellas contradicciones y limitaciones de los poderes públicos para abordar los espacios deportivos y de esparcimiento de la ciudad, que como


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

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venimos marcando desde principios de siglo, están signados por la incapacidad para gestionarlos 16. El Parque caerá en continuos y cíclicos abandonos, que serán comunes a las diversas fuerzas políticas que irán estando a cargo de la ciudad de Buenos Aires. Como vemos, si bien un poco debilitado y con conflictos, el modelo de configuración del campo deportivo, continuó vigente. Y es que los clubes de fútbol, más allá de los dos casos puntuales señalados, continuaron con un aumento de su masa societaria, produciéndose lo que podría denominarse como la tercera expansión de la misma. Boca Juniors alcanzará los 50.000 socios en ese período 17 , River Plate llegará a su pico máximo de 114.879 en 1978, Independiente alcanzará el suyo en 1975 con 89.239, y Ferro Carril Oeste, uno de los denominados clubes “Chicos” será el modelo a seguir en los 80’, cuando alcance los 48.000 socios. Silvestri y Gorelik (2000), señalan como los años 70’ y ’80, no lograron revertir el proceso de fin de la expansión de Buenos Aires que se había cerrado en los 40’, y en su defecto prepararon la instauración, ya en los ’90, de un nuevo sistema urbano, caracterizado por la profunda fragmentación territorial, la exclusión social, la crisis del espacio público y la sustitución del rol planificador del estado en pos de la lógica privada centrada en los negocios.

(16) | Una buena crónica de su historia puede verse en http://www.elparquesar-

La coyuntura entonces fue material y simbólicamente adversa para los clubes en los 90’, sin embargo el proceso resultó paradójico en varios sentidos. Por un lado se produjo un embate contra el estatus jurídico de los clubes. Por primera vez se puso en discusión el modelo fundacional de los clubes como asociacio-

miento.com.ar/historiadelparquesarmiento.

(17) | Un interesante ejemplo del clima de expansión que se vivió en ese momento en los clubes fue la construcción de la denominada “Ciudad Deportiva” del club,

nes civiles sin fines de lucro, y se levantaron las banderas de las sociedades

fallido proyecto erigido en relegada zona

anónimas, bajo los remanidos argumentos de la eficiencia. La arremetida fue

Juniors apostó a construir un parque de

fuerte, pero los clubes resistieron, y el rol clave lo jugó la propia sociedad civil,

portuaria de la ciudad, en donde el Boca diversiones. Un análisis detallado del proceso puede verse en Galarza, Alex. (Disser-

nuevamente activa tras el advenimiento de la democracia en 1983. Hinchas y

tation in progress) Dreaming of Sports City:

socios ahora si se movilizaron en favor de sus instituciones, presionando fuer-

tion, and soccer clubs in postwar Buenos

Urban transformation, politics, consump-

temente a sus dirigentes políticos. Es decir, por un lado aparecieron voces que

Aires. PhD dissertation, Michigan State

abogaban por la privatización de los clubes, mientras que por el otro esos mis-

se puedeencontrar en http://imborrable-

mos argumentos propiciaron la movilización de los socios y simpatizantes.

construccion-de-la-ciudad.htm

University. East Lansing. Másinformación boca.blogspot.com.ar/2010/03/la-fallida-


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Podemos tomar el caso de Argentinos Juniors, que mantuvo cerrado y abandonado su estadio, ubicado en una tentadora manzana de La Paternal (en el centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires), durante veinte años; el clima de negocios imperantes en los ’90 y los numerosos rumores sobre cadenas de supermercados supuestamente interesadas pasaron, y no impidieron su reapertura en el año 2003. Similar fue el caso del club Atlanta, que de los ’80 para acá sufrió el descenso a la tercera división del fútbol, el gerenciamiento de su fútbol profesional en 1990, la declaración de quiebra en 1991, y la venta de su propia sede social en 1994. Ubicado a pocos metros de la estratégica esquina que une las avenidas Juan B. Justo y Corrientes, cercano a la línea B de subtes y el ferrocarril Urquiza, resulta difícil entender cómo dicho predio no fue devastado por el huracán “posmoderno” de los ’90. El panorama podría aplicarse en definitiva a casi la mayoría de los clubes del momento. Se trató en todos los casos de predios de enorme valor económico, de ubicación preferencial en el entramado urbano, que estaban en manos de instituciones, en su mayoría, en crisis. ¿Qué las mantuvo en su uso original? Parte de la respuesta está en el diagnóstico con que Silvestri y Gorelik piensan el fin de siglo: “Podría decirse, en síntesis, que se asiste en el fin del siglo al conflicto todavía irresuelto entre dos formas, entre dos sistemas urbanos que portan dos lógicas contrapuestas. Es posible encontrar todavía una masa urbana construida a lo largo del siglo con los parámetros homogenizantes de lo público que, aún sin la vitalidad y sin el alimento político que la daría actualidad, ofrecen resistencia material e incluso en zonas muy extensas del área central y en los centros tradicionales del suburbio, todavía dejan ver buena parte de sus logros en términos de calidad urbana y ambiental “(Gorelik & Silvestri, 2000, p. 496). A principios de 1999 Racing Club, uno de los “4 grandes” del fútbol argentino entró en quiebra y estuvo a punto de desaparecer.Ese hecho podría pensarse como el cierre del período, y el triunfo del viejo modelo de clubes. La crisis política y social en la que entra el país marcará el cierre del proyecto neoliberal, y ya


Clubes de fútbol y desarrollo urbano en el siglo XX de Buenos Aires

no habrá plan fondni, clima propicio para reformar los clubes. Un año después el Congreso de la Nación sancionaba la ley N° 25.284 de Régimen Especial de Administración de las Entidades Deportivas con Dificultades Económicas (Fideicomiso de Administración con Control Judicial), que contemplaba la administración de entidades deportivas en crisis económica a través de un órgano fiduciario, para así detener las mismas, saneando sus pasivos y generando ingresos genuinos para pagarle a los acreedores, haciendo viable la continuidad de las mismas. Ningún club corría así riesgo de desaparecer, ya que se había promulgado con ley especialmente pensada para su salvataje. La crisis del año 2001 marcó un cambio de rumbo, por lo menos en el plano del discurso y las representaciones. Si resulta difícil pensar cómo casi ninguno de los valiosos predios de los clubes cayeron en la lógica privatizadora de los años ’90, igual de difícil resulta pensar ese panorama en la actualidad. En momentos en que los clubes rondan los cien años de existencia, el festejo del propio centenario va encontrando a cada una de estas instituciones en un clima de época que parece vislumbrar un horizonte más favorable.

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Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp.110 - 137) ISSN:0719-3335 110


WA N DE R E RS Y VA L PA R A ÍS O: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal Sebastián Ponce Olmos 1 Carlos Vergara Constela 2

Resumen En el artículo se revisan y vislumbran los imaginarios urbanos de la ciudad de Valparaíso que se hacen manifiestos a raíz del estudio de uno de los símbolos más relevantes de la ciudad: la institución deportiva Santiago Wanderers. A través de una estrategia metodológica basada en la investigación documental, observaciones y entrevistas, se da cuenta de la emergencia de imaginarios urbanos de la ciudad durante la época de existencia del club porteño (1892 a la actualidad). Desde la fundación del club hasta el inicio de la participación de Wanderers en el profesionalismo, se aprecia la invención de un mito fundacional y representaciones que llenan al símbolo. Desde 1942 en adelante, se avizora la construcción de tres imaginarios: el imaginario wanderino de Valparaíso, el imaginario de la resistencia porteña y el imaginario patrimonial de Santiago Wanderers. En el presente texto se pone énfasis en el imaginario wanderino de Valparaíso y el imaginario patrimonial de Valparaíso. Palabras Claves: Santiago Wanderers, imaginarios urbanos, patrimonio inmaterial, estilo de juego, ídolos. Abstract

(1) | Sebastián Ponce Olmos. Núcleo de Estudios en Sociología del Fútbol

(2) | Carlos Vergara Constela. Núcleo de Estudios en Sociología del Fútbol

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp.110 - 137) ISSN:0719-3335 111

In the article are reviewed the urban imaginary of the city of Valparaiso which become manifest from the study of one of the most important symbols of the city: Santiago Wanderers sports institution. Through a methodological strategy based on desk research, observations and interviews, we realize the emergence of urban imagery of the city during the time of existence of the sport team (1892-present). Since the founding of the club until the beginning of the participation of Wanderers in the professionalism, the invention of a founding myth and representations that fill the symbol shown. From 1942 onwards, the construction of three imaginary is looming: imaginary wanderino of Valparaíso, imaginary of resistance of Valparaíso and heritage Imaginary of Santiago Wanderers. Here, the emphasis is placed on the imaginary wanderino of Valparaiso and heritage Imaginary of Santiago Wanderers. Keywords: Santiago Wanderers, urban imaginary, intangible heritage, style of play, idols.


WANDERERS Y VALPARAÍSO: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal

Comprender Valparaíso a través de los imaginarios urbanos y el fútbol La ciudad de Valparaíso, durante la segunda mitad del siglo XIX, fue caracterizada como el puerto principal de la costa latina del Pacífico, dada su bullente actividad portuaria y comercial. Aquello significó que recibiese una cantidad considerable de población de diversas latitudes, produciéndose importantes procesos de intercambio cultural. La condición de puerto otorgó a Valparaíso un cariz vanguardista. Precisamente, fue en esta ciudad donde comienza a rodar la pelota de fútbol, y se institucionaliza el deporte en Chile. Durante el siglo XX, se aprecia una decadencia de la ciudad, la cual tiende a agudizarse con posterioridad a la dictadura militar. No obstante, Valparaíso fue objeto e inspiración de una multiplicidad de miradas que fueron representando y referenciando distintas zonas de su territorio. La producción artística, ya sea en facetas literarias, fotográficas, audiovisuales, pictóricas y musicales, llenó al territorio porteño de significados sobre las condiciones marginales del habitar, la “bella” decadencia, las particularidades de su trama urbana y la vida bohemia de la zona portuaria. A inicios del siglo XXI, el Estado chileno impulsó la obtención de una denominación patrimonial por parte de UNESCO de una zona de la ciudad. El argumento para la consagración del reconocimiento se construyó básicamente sobre la necesidad de legitimar la autenticidad de la trama urbana de una zona de la ciudad. La reseña anterior resulta relevante para lograr situar a Valparaíso y, en general, a las ciudades puerto, como objetos de investigación a abordar desde diferentes miradas disciplinares, teóricas y metodológicas. Bajo esta lógica, el estudio de las ciudades, desde una óptica cultural, ha cobrado inusitada relevancia en las últimas décadas. Hiernaux y Lindón (2012) sostienen que esta implosión de estudios culturales urbanos se debe al giro cultural de la geografía, pero también a la creciente óptica interdisciplinar con la que se construyen los objetos de estudio en la actualidad.

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Una de las vías de acceso a las culturas urbanas ha sido a través del constructo imaginarios urbanos, el cual posee una gama amplia de influencias teóricas, entre las que contamos la Filosofía social de Castoriadis, la Antropología simbólica de Gilbert Durand, la Sociología urbana de Simmel rescatada por Louis Wirth, la geografía humana francesa liderada por Guy di Meo, y los estudios culturales urbanos latinoamericanos iniciados por Néstor García Canclini y Armando Silva. Actualmente, el desarrollo del constructo imaginarios urbanos ha encontrado asidero en autores como Alicia Lindón, Daniel Hiernaux y Francisca Márquez, quienes han sostenido que los imaginarios urbanos se definen como tramas de sentido producidas socialmente y compartidas por determinados grupos sociales, los cuales logran predefinir la cualificación de lugares, atribuyéndole características y otorgando sentidos (Lindón y Hiernaux, 2007; Hiernaux, 2007; Lindón, 2007b). Los imaginarios urbanos, entonces, pueden ser entendidos como esos sentidos comunes que pertenecen a los grupos que los portan, y que permiten explicar prácticas sociales y apreciaciones realizadas respecto a espacios y sujetos, o bien, como sostiene Márquez (2007), como guías o pautas de acción que se activan en cuanto nos encontramos presentes en determinados espacios. En este sentido, los imaginarios están compuestos por un cúmulo de representaciones sociales, muchas articuladas sobre un soporte visual (graffitis, fotografías, postales, imágenes oficiales), enlazadas narrativamente por sentidos comunes socialmente producidos y corporalmente practicados. Los imaginarios, por lo tanto, son esa idea fuerza que se integra al universo simbólico de un espacio social, logrando organizar y dotar de sentido a una trama cultural compuesta representaciones, prácticas, narraciones y espacios. Así, el imaginario es un complemento de sentido para aquellas tramas de representaciones, transformándolas simbólicamente en pautas de acción para el desarrollo y la comprensión de la vida mental en una urbe; permitiendo narrar un pasado, un presente y proyectar un futuro compartido por un grupo determinado. Por lo tanto, esas pautas de acción, las cuales parecieran ser “imágenes actuantes” pueden conducir procesos más amplios (como por ejemplo la reconversión turística de un centro histórico), no sólo quedándose en la mera representación. Los imaginarios urbanos dada su condición de virtualidad (Hiernaux, 2007; Lin-


WANDERERS Y VALPARAÍSO: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal

dón, 2007a), necesitan de un símbolo para expresarse. Este punto reviste complicaciones, puesto que la determinación de qué elemento posee condiciones simbólicas en un determinado territorio no deja de ser problemático, en tanto existen diferentes perspectivas sobre el estudio de los símbolos y su relación con los imaginarios. En este sentido, el artículo adscribe a las ideas de Gilbert Durand, Victor Turner y Blanca Solares. Por lo tanto, el símbolo se comprende como una pieza de unión que pretende establecer un vínculo que, a diferencia de los signos no es representativo, si no implicativo, puesto que dada su capacidad aglutinadora ensambla significados dispares, logrando, a través de la comprensión del símbolo, ver una cosa que no necesariamente es la que se presenta (Solares, 2012). El símbolo, en este caso, evoca una dimensión trascendente o invisible que interpreta lo representado de manera indirecta, emotiva y abierta (Durand, 1971). Así, por último, los símbolos poseen un carácter polisémico, correspondientes a marcas que conectan lo desconocido con lo conocido, que activan el polo emotivo, y que hacen oscilar sus significados entre lo manifiesto y lo latente (Turner, 1999). Al respecto, Eduardo Santa Cruz (1996) ha señalado que el club de deportes Santiago Wanderers, a lo largo de la historia, se ha constituido como un símbolo de la ciudad de Valparaíso. Aquello nos permite establecer un punto de entrada a la realidad porteña e indagar en los imaginarios urbanos que se expresan a través de este club de fútbol. En este sentido, la potencialidad que tienen los clubes deportivos para comprender socioculturalmente un territorio está dada, no sólo por su carácter representativo (Ramírez, 2003), sino que también por su capacidad de articular narrativas que aluden a un nosotros en oposición a una otredad (Guerrero, 2006) y, precisamente, por el carácter lúdico -en el sentido utilizado por John Huizinga- y simbólico, es decir, por su capacidad de activar polos emotivos y con esto unir elementos de diverso orden (Archetti, 2008). Mediante ejemplos de distinta índole podemos refrendar esta potencia simbólica y representativa de los clubes deportivos en diversas escalas territoriales. Esta construcción identitaria potenciada desde el fútbol se constituye, siguiendo a

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Garriga Zucal y Míguez (2014) por la confrontación con una alteridad específica: “se trata de la oposición a un grupo que representa todo aquello que se niega, al menos en los sistemas perceptivos que ponen en juego la identidad propia condensando en una misma trama, diversas dimensiones identitarias”(p.408-409). Esta compleja trama es desplegada y puesta en juego a través de la construcción de rivalidades deportivas. A lo largo y ancho de Sudamérica es común encontrar una gran gama de casos ilustrativos de esto; dentro de los ejemplos más conocidos podemos señalar la rivalidad entre los dos grandes de Montevideo en Uruguay, el Peñarol de origen ferroviario y representación obrera popular y el Nacional, que surge desde universitarios de la ciudad; en la ciudad de Lima en Perú, entre el Alianza Lima de origen mestizo y popular (que luego se asienta en la población La Victoria, populosa e identificada con la población de afroperuana) con una fluida relación con las organizaciones obreras de la ciudad, y el Universitario, ligado a los estudiantes de la universidad, a grupos sociales que representaban, al menos en sus primeras décadas, el polo opuesto dentro de la sociedad de ese país (cholos, mestizos, afro peruanos trabajadores versus blancos, de clase acomodada); entre varias más que podríamos reseñar. Entonces, con el fin de analizar los imaginarios urbanos de Valparaíso posibles de visualizar a través de Santiago Wanderers, símbolo de la ciudad, en el texto se hace una revisión de la estrategia metodológica utilizada para construir estos imaginarios. Continúa con la exposición del imaginario wanderino de Valparaíso, dónde resalta la construcción del estilo de juego del club porteño, y al ídolo como figura sintética de la cultura del fútbol y de la ciudad. Posteriormente se analiza cómo se ha construido el patrimonio inmaterial de Santiago Wanderers, describiendo las estrategias y prácticas que permiten el traspaso generacional del sentimiento vinculante hacia el club. Finalmente, se realizan reflexiones finales poniendo énfasis consideraciones acerca de los estudios urbanos y las metodologías utilizadas, así como en la relación entre el club Wanderers y las representaciones sobre Valparaíso.


WANDERERS Y VALPARAÍSO: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal

Caminar, observar, leer, conversar y analizar Los componentes que dan forma a los imaginarios, ya sea en su faceta urbana o de otro tipo, pueden ser hallados en diferentes soportes textuales (Alabarces, 2007). El cine, las revistas, los programas televisivos, los periódicos, la literatura, la música, el teatro, los discursos, los murales, los graffities o los rayados en los muros de la ciudad deben constituirse como unidades de análisis básicos para entrelazar y articular un imaginario (Silva, 1986; García Canclini, 1997). Sobre esto, Lindón (2007b), advierte que para la construcción de imaginarios urbanos se necesita especificar espacialidades y temporalidades, y cruzarlas con prácticas sociales, representaciones y significados de éstas. Aquel cruce es denominado como “holograma espacial”, lo que no es más que una imagen sintética, localizada temporal y espacialmente que posee características evocativas y proyectivas, logrando contener otros espacios y temporalidades no presentes en ella. Entonces, con el objetivo de hallar y analizar los imaginarios urbanos de Valparaíso contenidos en el símbolo wanderino, se estableció un trabajo de campo que contempló la utilización de tres técnicas de producción de datos (móviles, documentales y orales) que pudiesen hacerse cargo de lo espacial, de temporalidades diversas y fragmentadas, y de oralidades que hablen del sentido vivido de los sujetos que portan el símbolo wanderino. En primera instancia se recurrió a la observación participante, y a la deriva, una ramificación de la observación participante misma. Bajo la óptica de Pellicer, Vivas-Elías y Rojas (2013), comprendemos que la observación participante y la deriva son técnicas de producción de datos complementarias ya que la primera indaga en los significados inmersos en la ciudad, mientras que la segunda pone énfasis en los significantes. La aplicación de estas técnicas produjo un sin número de fotografías de diversas zonas de la ciudad, y también cartografías a través de las que logramos establecer los patrones actuales de localización del significante wanderino.

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Imagen 1:

Cartografías utilizadas en observaciones (Cerros Los Placeres y Concepción)

Fuente:

Elaboración propia en base a cartografías facilitadas por SII (2011). Nota. La cartografía de la izquierda corresponde a la zona baja del Cerro Los Placeres, es decir, desde “la cruz” hasta la Universidad Santa María. La cartografía de la derecha corresponde a Cerro Concepción y la zona baja de Cerro Alegre, es decir, hasta la plazuela San Luis.

A través de los recorridos fue posible establecer diferencias entre unidades espaciales y paisajísticas (ej. Plan/cerro; el “anfiteatro”; Avenida Alemania como límite) y con esto no sólo mejorar la comprensión sobre los muros hablantes de Valparaíso, sino que también encontrarnos con indicios que poseen un correlato material e imaginario para los habitantes de Valparaíso. Lo principal fue una diferenciación de los lugares en que se encuentra presente Santiago Wanderers, a través de elementos icónicos como lo son murales, rayados, postes de luz pintados con colores verdes y blancos, y nombres de comercios. Como se pensó antes de comenzar el campo, la densidad de los íconos que aluden a Santiago Wanderers es mayor en los cerros respecto al “plan”. No obstante, hay especificidades importantes a recalcar: en la zona plana, Wanderers está presente mayoritariamente en nombres y carteles de comercios; aparece con mayor fuerza en “El Almendral” y “Barrio Puerto”, dejando al “Barrio Financiero” como un lugar en que la presencia de íconos wanderinos es prácticamente nula. En la comparación entre los cerros de Valparaíso también hay diferencias interesantes. Cerros como Playa Ancha, Rodelillo, La Cruz, Monjas, Esperanza, Los Placeres, Rocuant, Barón, San Roque, Jiménez, Mariposa, Merced, Las Cañas,


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y Toro, entre los más destacados, muestran una alta densidad de íconos y emblemas wanderinos. Por otro lado, nuestros recorridos realizados por Cerro Concepción y Cerro Alegre, dentro de los límites de la zona patrimonial-UNESCO, no aparecen postes pintados, ni murales, ni rayados alusivos al club porteño: sólo un par de emblemas en comercios de la calle Almirante Montt. También, en la parte baja del Cerro Bellavista, donde se encuentra el Museo a Cielo Abierto, nos encontramos con una baja densidad de emblemas wanderinos. En estas zonas existe mayor presencia de murales de otro corte: alusiones a ascensores, artistas, músicos, paisajes, retratos, pinturas, etc 3 .

Tabla 1:

MATRIS TEMPORAL DE INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL.

(3) | Si bien no se presentan datos concluyentes para establecer la mecánica y la dinámica de procesos de restructuración urbana en Valparaíso, se puede establecer, a modo hipotético, que la baja presencia de emblemas wanderinos en las dos zonas destacadas tiene relación con los (aún no comprobados pero evidentes) procesos de gentrificación que estas zonas han sufrido. Esto sugiere la colonización de determinados espacios, ahora destinados principalmente para el uso turístico, en desmedro del uso residencial, lo que ha implicado un progresivo desplazamiento de habitantes que “mantengan” la presencia de elementos wanderinos.


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Fuente:

Elaboración propia.

Imagen 2:

Imaginarios urbanos de Valparaíso a través de Santiago Wanderers.

Fuente:

Elaboración propia.

Finalmente, se produjeron datos de naturaleza oral, a través de la realización de veinte y cinco entrevistas en profundidad. Si bien la elaboración del marco muestral de las entrevistas no contempló el control de variables ligadas a lo socioeconómico, se consideró una gama amplia de actores sociales. Entre ellos: ex presidentes del club; dirigentes/as actuales de la corporación y la sociedad anónima que posee la concesión; hinchas (mujeres y hombres) de diversa índole: adscritos a la barra “Los Panzers”, adscritos a la barra “Raúl Sánchez”, sin adscripción a algún tipo de barra organizada, adscritos a movimientos que se encuentran disputando la dirección de la corporación Santiago Wanderers; locatarios/as de comercios con nombres wanderinos; ex jugadores que se desempeñaron profesionalmente en la década de 1990, 2000 y 2010; y personas no wanderinas, principalmente ex estudiantes universitarios, actuales profesionales. Los/as entrevistados/as oscilaron entre los veinte y un años y los setenta y cinco años. En el caso de los/as adultos mayores, su memoria recordaba hitos ligados a Wanderers y/o la ciudad hasta la década de 1950. En las entrevistas se tocaron temáticas referentes a la relación entre Wanderers y Valparaíso, zonas significativas de la ciudad, cruce entre biografía personal, fútbol y ciudad, y representaciones de la ciudad.


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A los datos recolectados se le aplicó un análisis de contenido, el cual estuvo enfocado en la obtención de códigos que se articulasen en torno a representaciones, imágenes, prácticas y espacios, categorías que conforman el constructo, o la meta categoría de imaginario urbano. A estos códigos se los ubicó temporal y espacialmente dentro del territorio comunal de Valparaíso. De esta manera, la interpretación de los datos plantea la existencia un gran imaginario wanderino de Valparaíso, el cual posee dos sub imaginarios. El imaginario wanderino de Valparaíso es instituido en la fundación del club. Por su parte, el imaginario de la resistencia porteña se instituye con el primer descenso wanderino y la agudización de la decadencia de Valparaíso, y el imaginario patrimonial de Santiago Wanderers se instituye con la denominación patrimonial de la ciudad. A continuación, se presenta una revisión de corte histórico del periodo en que se funda el club, donde se resaltan hitos que van dándole forma al imaginario wanderino. Luego, se analiza la cobertura de Revista Estadio en el inicio de las participaciones profesionales de Santiago Wanderers, y finalmente se analiza el imaginario patrimonial de Santiago Wanderers . 4

Valparaíso imaginado a través de Wanderers: La institución del imaginario La fundación de Santiago Wanderers en 1892 contiene la institución de un club deportivo que ha persistido por 123 años dentro de las competiciones deportivas. Desde la biografía anecdótica de Wanderers realizada por el ex dirigente porteño Manuel Díaz Omnes en 1952, hasta los actuales relatos de informantes y programas televisivos sobre el acontecer y otros aspectos del club, este hecho ha sido cargado de una narrativa mítica. Esta indica que Wanderers fue creado por adolescentes y jóvenes porteños que, ante el “furor” de los albores del fútbol y la negativa de la apertura de espacios para jugar por parte de quienes controlaban el mundo del fútbol porteño de ese entonces, decidieron crear su

(4)| La omisión del imaginario de la resistencia porteña en este artículo se debe a motivos arbitrarios de los autores del texto.


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propio club. Como advierte Guerrero (2014), la fundación de un club –institución básica para comprender a barrios y ciudades-, siempre es acompañada de una narrativa que abre un campo semántico que contiene los elementos más valorados de los sujetos fundadores. El libro de Manuel Díaz Omnes postula varias cuestiones relativas a la fundación: el club fundado por jóvenes estudiantes; los apellidos del grupo de fundadores son de origen criollo; el nombre Santiago Wanderers se debe a una búsqueda de distinción de los ingleses, resaltando el carácter “chileno” del club, a través de la inclusión del nombre de la capital del país; y el espacio de fundación y organización se ubicó en el actual barrio puerto, precisamente en lugares como la antigua cancha el empedrado (hoy Plaza Wheelright), el malecón, calle Carampangue y la cancha “Los Lúcumos” (ubicada entre lo que actualmente conocemos como la quebrada San Francisco y la quebrada Carampangue), zonas que en aquella época fueron caracterizadas por el ambiente popular, y el constante transitar de marinos, trabajadores portuarios, vagos, estudiantes, comerciantes y lavanderas (Urbina, 2002). Aquella fundación, hoy posee un carácter mítico cargado de un significado saturado en consideraciones sobre el carácter revolucionario de aquel acto. El mito fundacional converge en que la institución wanderina fue creada por jóvenes de origen criollo y popular, y que aquello representa la histórica rebeldía popular del porteño. No obstante, se omite todo aquello que no vaya en sintonía con la narrativa fundacional: por ejemplo, Wanderers no fue fundado por algún peón urbano de la ciudad. De hecho, muchos de fundadores eran estudiantes con un alto grado de capital cultural para la época . El mito fundante wanderino, es decir, aquella primera huella a rastrear o forma iniciática y arcaica del imaginario (Hiernaux y Lindón, 2012), opera con eficacia en la actualidad. Ahora bien, el paso de los años, junto a los hitos de la ciudad y del club fueron llenando de contenido a aquel mito. El cómo Wanderers logró constituirse como el club por antonomasia de la ciudad y un referente del fútbol chileno, se debe a hitos que aumentaron su popularidad y su capital simbólico o de reconocimiento. Entre ellos contamos cuestiones referentes a disputas en


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la organización y normativa del fútbol, desastres naturales, victorias a nivel deportivo e hitos internacionales. Por ejemplo, Edgardo Marín en Historia total del fútbol chileno, sostiene que Santiago Wanderers logró que el fútbol se pautara en idioma español. Sobre los desastres naturales, el terremoto de 1906 implicó una reorganización del fútbol debido a que muchos clubes desaparecieron. Respecto a las victorias a nivel deportivo, el campeonato obtenido por Wanderers en 1908 fue clave para el aumento de su popularidad, puesto que dicho torneo le dio el paso para representar a Chile en los juegos panamericanos 5 . Finalmente, el inicio de la primera guerra mundial, así como la apertura del canal de Panamá tuvieron impacto en el fútbol porteño, ya que implicó una progresiva desaparición de clubes de raigambre inglesa. De esta manera, Wanderers tuvo sus primeras experiencias a nivel profesional en la década de 1930, aunque un periodo clave en invención de representaciones sobre el club tiene su lugar desde su llegada definitiva a la liga profesional de la Asociación Central de Fútbol 6 . (5) | Manuel Díaz Omnes, Santiago Wanderers. Biografía anecdótica de un club (Ediciones Stadium), capítulos 1, 2 y 3.

Wanderers en Revista Estadio: Entre la invención del estilo y la reproducción del estereotipo del porteño portuario.

(6) | En Revista Sucesos de Valparaíso, N° 325, AÑO VII, noviembre de 1908; recordado posteriormente en nota de aniversario del club en Revista Los Sports de Santiago, N° 78, AÑO II, septiembre de 1924.

(7) | En revista Los Sports de abril de 1923 (AÑO I, NUM 6), de junio de 1925 (AÑO III,

En el documental El Wanderers de Valparaíso, el periodista Edgardo Marín (ex

NUM 117), de enero de 1926 (AÑO III, NUM

cronista de Revista Estadio y actual periodista de Radio Cooperativa) define el

259), de enero de 1930 (AÑO VII, NUM

estilo de los equipos wanderinos de los años 60 y 70 como fuertes, seguros y

de enero de 1934 (AÑO I, NUM 41).

arrolladores. En la construcción del estilo de juego wanderino convergen factores de diverso orden. En primer lugar, aparece la influencia de un director técnico, luego el conocimiento, la adaptación y las condicionantes que posibilita la geografía física de Valparaíso y, finalmente, la mediación de Estadio.

151), de febrero de 1928 (AÑO V, NUM 357); y el número de la revista Don Severo

(8)| José Pérez, como jugador de fútbol, defendió las camisetas de Platense, San Lorenzo, Racing Club de France Football y Ferrocarril Oeste. Llegó a Chile en 1948 para hacerse cargo de Badminton como director técnico. Su arribo a Valparaíso se produce un año más tarde, en 1949, para

Los primeros treinta años de vida profesional de Santiago Wanderers estuvieron

dirigir técnicamente a Santiago Wande-

marcados el entrenador argentino José “el gallego” Pérez8. El sello distintivo del

comenzaría en su segundo periodo como

director técnico argentino lo encontramos en su reconocimiento de la geografía 7

posteridad durante su tercer ciclo en 1968.

rers. Sin embargo el idilio con la ciudad DT (1956-1961) y se cristalizaría para la


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porteña, donde el énfasis estuvo en la política de captación de jugadores en los cerros de Valparaíso y la adaptación del juego al viento característico de Playa Ancha, el cerro donde Wanderers ejerce su localía. El técnico argentino -José Pérez-, realizó un trabajo de captación de jugadores provenientes de clubes amateurs localizados en los cerros de la ciudad. Esta forma de trabajo es relatada por ex integrantes del club porteño. En el documental El Wanderers de Valparaíso de Patricio Muñoz, jugadores dirigidos por “el gallego” Pérez, como Armando Tobar o Juan Olivares, señalan que esta política de captación buscaba identificar al club con jugadores que vivieran en la ciudad. O dicho en otras palabras, jugadores que tuviesen inscripto el territorio en sus disposiciones corporales (De Certeau, 2000): que subieran y bajaran escaleras, jugaran en canchas de tierra desniveladas producto de las características topográficas de la ciudad, o identificaran al estibador como un referente de masculinidad del mundo laboral porteño. El cerro, entendido como espacio y unidad paisajística de Valparaíso, cobra relevancia por varios motivos: la mayor parte de la población habita en esta zona de la ciudad y estos son representados en base al esfuerzo y el sacrificio de sus habitantes (Pino y Ojeda, 2013). Alicia Lindón (2009) ha señalado que el paisaje es totalmente indisociable del cuerpo que lo ve y lo siente. Es más, el paisaje puede ser un considerado como un espacio deseado, recordado, imaginado, e incluso somatizado, adoptando una perspectiva de un sujeto espacialmente concebido, en tanto cuerpo y sentimiento. “Allí en los cerros, subiendo y bajando a la carrera, aspirando sal y yodo, enrojeciéndose al sol de las pichangas interminables se hizo fuerte y duro como las rocas” (sobre Carlos Hoffens) (Revista Estadio n° 1023, p.41) Entonces, más allá que no exista una técnica institucionalizada de inscripción del territorio en el cuerpo como han ejemplificado Appadurai (1995) para el caso de la circuncisión en los judíos, o Archetti (2008) sobre el imaginario argentino territorializado en el “potrero”, la política de José Pérez pretendió encontrar jugadores que en el día a día tuviesen incorporadas la ritualidad urbana de la


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ciudad y, además, un sentimiento vinculante para con la ciudad y el habitar en ella. En este sentido, el reconocimiento del viento característico de Valparaíso fue un elemento que dio forma a la disposición del estilo de juego wanderino 9 . De esta manera, los estilos de juego se comprenden como representaciones de formas de practicar el fútbol con alta carga simbólica, donde se expresan ciertos estereotipos y valores de diversas escalas territoriales, como barrios, ciudades, regiones y países (Archetti, 2008). “Nosotros aprendimos a entrenar con el clima de Playa Ancha. A veces lloviendo torrencialmente, estábamos entrenando en el Alejo Barrios. Chapoteando el barro ahí, tirándonos al suelo. Aprendimos a explotar el viento. Nosotros jugábamos mejor en contra del viento, que a favor” (Oscar Dubost – Documental El Wanderers de Valparaíso, 2001) La cita anterior pertenece al año 1964. Pero en números anteriores, como por 9 ejemplo el 266 de 1949 o el 421 de 1952, Estadio ya elaboraba una relación

que subsumía los estilos de juego a las imágenes urbanas de estos territorios que los cobijaban bajo las frases “Wanderers es Valparaíso” y “Everton es Viña del Mar”. El discurso periodístico de Estadio asimila que los estilos proceden de las prácticas predominantes que se realizan en una y otra comuna. Estadio, editada en Santiago, introyecta una visión capitalina, sobre las representaciones,

(9) | En el documental de Joris Ivens el

imágenes y prácticas predominantes en Valparaíso y Viña del Mar. Por lo tanto

cuatro elementos característicos de la ciu-

en la relación aparentemente causal entre territorio y estilo, Estadio asimiló una

rizarnos en la geografía física de la ciudad,

viento fue considerado como uno de los dad. Ahora bien, sin la intención de interio-

imagen urbana para Viña del Mar y Valparaíso que es asumida como factor cau-

quien ha tenido la posibilidad de observar

sal del estilo de cada uno de los equipos10 .

podrá corroborar que Playa Ancha es el

y transitar por distintos cerros de la ciudad cerro donde el viento aparece cada tarde con una fuerza que no se advierte en otras

En el caso de la reproducción de estereotipos sobre el habitante porteño, resulta

zonas de la ciudad.

interesante ilustrar a través de los ídolos, o jugadores más representativos. De

(10)| Sin embargo, la tipificación reali-

acuerdo a Santa Cruz (1996), los ídolos deportivos son comprendidos como per-

zada sobre Wanderers necesariamente

sonas que condensan las características más valoradas dentro de un territorio

raíso persistió una elite “ociosa” (Urbina,

o institución. El caso de Juan Olivares fructífero para entender como se ha ido

de determinadas zonas de Viña del Mar

oculta que durante el siglo XX en Valpa2002) y el crecimiento urbano e industrial

construyendo el imaginario wanderino. No sólo se advierten las diferencias de

necesariamente atrajeron mano de obra,

las características de los estilos, si no que son asimilados y subsumidos a las

rrios obreros, como por ejemplo, Santa Inés

construyéndose algunos emblemáticos ba(Castagneto, 2010).


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imágenes urbanas de ambas urbes 11 , e incluso se crean estereotipos en base a cómo están siendo pensadas las disposiciones y particularidades corporales de los habitantes y jugadores de un club y otro. Lo interesante de este caso, así como también podría ser el caso de Jorge Ormeño y Moisés Villarroel (también viñamarinos), es que el ejercicio de recorte y selección con el que operan las construcciones de las imágenes urbanas deja fuera de lo que entendemos como Viña del Mar a sus cerros: Viña es playa, jardines, casino, ocio y modernización constante. Por lo tanto no es sólo el barrio obrero de Santa Inés el cual queda excluido de la imagen urbana de la ciudad, sino que es toda la época del auge industrial de Viña y el poblamiento de los sectores populares como Achupallas, Nueva Aurora o Santa Inés desde la década de 1930 en adelante (Castagneto, 2010), que quedan excluidos de la selección de la imagen urbana de Viña del Mar. Por lo mismo la vinculación de Juan Olivares con lo porteño es rápida, simple y directa: Santa Inés se ubica en un cerro, es un barrio predominantemente de trabajadores obreros, de casas elaboradas en base a la autoconstrucción y de vecinos representados por el esfuerzo cotidiano que deben realizar para subsistir económicamente (Santibáñez, 2000). “Al respecto, uno no deja de ser curioso con lo que ocurre con los arqueros de la costa. Uno, Adison Aguilar, rubio, elegante y muy alto como la propia Viña del Mar. El otro, Juan Olivares, tez morena, pelo negro y jockey inclinado como el muchacho inconfundible de cerro y de la dársena. Y ambos relativamente menudos, pero sumamente ágiles, despiertos, casi felinos, eficientes” (Revista Estadio n°1110, pp. 25). Entendiendo que los imaginarios urbanos residen en determinados espacios cualificando lugares (Lindón, 2007b), Santa Inés no logra contener el imaginario viñamarino, sino que posee representaciones y características mucho más (11)| Para indagar en la imagen urbana de Viña del Mar signada por el balneario, el ocio y la “alta sociedad” se sugiere revisar Booth (2003) y Ejsmentewicz (2003). Por otro lado, para interiorizarse en la relación entre imágenes urbanas e imaginario se sugiere la revisión de Lacarrieu (2007).

asociadas al universo simbólico porteño. De hecho, cuando nuestros informantes nombran la procedencia de Juan Olivares indican Santa Inés y no Viña del Mar. Algo similar nos señalan al momento de caracterizar a uno de los actuales integrantes del plantel wanderino: José Lafrentz. El arquero, hijo del actual presidente del club, es resistido por gran parte de los simpatizantes de Santiago


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Wanderers debido a la seguidilla de errores que se le atribuyen durante partidos que el club porteño perdió en el campeonato clausura 2014. Varios de nuestros informantes, nos señalan que “no es para Wanderers, porque tiene pinta de jugador de Everton”, declaraciones totalmente decidoras puesto que actualizan tipificaciones realizadas por Estadio hace más de cuatro décadas, demostrando la forma cómo son representados los viñamarinos y cómo una determinada fisonomía corporal y procedencia socioeconómica no logra hacer sintonía inmediata con lo wanderino y lo porteño. Esta distinción establece límites imaginarios a través de los estereotipos construidos sobre jugadores wanderinos y evertonianos. Juan Olivares es viñamarino, pero según Estadio su fisonomía es porteña porque no tiene pelo de tonalidad rubia, ni es elegante como el arquero viñamarino. De hecho, y de acuerdo al estudio de Aguirre y Leal (2012), su fisonomía es análoga a la de los estibadores del puerto de Valparaíso: moreno, fuerte y “choro”

12

.

El viejo y querido Wanderers: El imaginario patrimonial wanderino

(12) | Gracias a una investigación realizada por Carlos Aguirre y Valentina Leal (2012) sobre la vida laboral de los estiba-

El año 2007 el movimiento restauración verde, liderado por Carlos Bombal socio

dores cabe añadir algunas especificidades:

de Santiago Wanderers, instó al municipio de Valparaíso, para que a través del

la vida urbana porteña de Valparaíso se

alcalde de aquella época, Aldo Cornejo, se reconociera al club Santiago Wande-

1910 (recordemos que entre 1912 y 1930

su predominancia como figura pública en ubica temporalmente entre la década de

rers como parte del patrimonio inmaterial de la ciudad.

se construye el puerto moderno) y la déca-

La solicitud que pretendía la patrimonialización de Wanderers tuvo su asidero en

de la EMPORCHI y la modernización por-

la vorágine patrimonial desatada en la ciudad, a propósito de la denominación

da de 1980 (debido a la descomposición tuaria); fueron caracterizados como choros, machos, fornidos, mujeriegos, machistas y

UNESCO de una zona de Valparaíso, como patrimonio cultural de la humanidad

galantes; tuvieron una relación cercana

en el año 2003. No obstante, la condición patrimonial de Santiago Wanderers,

accidentes experimentados. Esto los llevó

con la muerte a causa de la cantidad de

actualmente reconocida, tiene raíces anteriores. En el aniversario número cien

a vivir la vida de otro modo: aceptando su

celebrado en 1992, año en que el club estuvo a punto de perder su categoría

anteriores se relacionó al estibador con la

de profesional, el periodista Julio Martínez realizó un sentido discurso articulado

apegado a lo presente pese a su esforzado

transitoriedad y fugacidad. Por los motivos idea de un vividor, celebrador de la vida,

en base a la necesidad de salvaguardar al club, debido a su condición histórica

trabajo.

y pionera en el fútbol chileno 13. Aquel discurso, en ningún momento rozó la pa-

(13)| El discurso de Julio Martínez puede

labra patrimonio o algún derivado de ésta.

youtube.com/watch?v=cHK_V0M-q_0

revisarse en el siguiente link: https://www.


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Al respecto, Criado-Boado y Barreiro han señalado que la consideración de un bien, práctica, objeto u otra cuestión como patrimonial, establece una inevitable ruptura entre el presente y el pasado, o dicho de otra manera, entre el contexto pasado en que se produce el “bien” que hoy, actualmente, es valorado y apreciado como patrimonio. Aquello sugiere que el patrimonio “sea en gran medida un significante vacío que puede ser rellenado con cualquier significado” (CriadoBoado y Barreiro, 2013; p.7). En este sentido, las denominaciones patrimoniales resultan, por no decir de otra manera, fatigosas, puesto que lo patrimonial se erige como una nueva palabra incorporada en el lenguaje de determinados grupos sociales, los cuales otorgan contenido con significados según cómo se comprenda y qué posiciones se jueguen para definir “aquel” patrimonio.

Imagen 3:

Mural Santiago Wanderers Patrimonio de Valparaíso.

Fuente:

Elaboración propia. Mural ubicado en Plaza Waddington, Cerro Playa Ancha.

Nuestros informantes reconocen que el club porta un patrimonio, o posee dicha condición. En este sentido, aseveran que el patrimonio wanderino es un patrimonio distinto al de Valparaíso, reconociendo el carácter intangible o no físico del patrimonio wanderino, y que éste reside en sus habitantes. De esta manera, el principal significado nativo sobre lo patrimonial, es el reconocimiento y valoración de un club viejo y tradicional que ha persistido al paso del tiempo: siendo éste uno de sus mayores logros, motivo suficiente para considerar al club como


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una institución que posee un valor tradicional tanto en el plano cultural de Valparaíso, como en el fútbol chileno. Siguiendo a Arévalo (2004), la tradición es entendida como lo que ha logrado ser transmitido desde el pasado, logrando reactualizarse en el presente. La tradición tiende a renovar el pasado, pero ésta se realiza desde un presente en marcha, por lo tanto hay una dinámica, que no es inalterable. La tradición, entonces, se transmite, pero cabe advertir que no todo lo que sobrevive del pasado es algo tradicional. Esto requiere legitimación y continuidad. En este sentido, los grupos sociales de determinadas comunidades definen qué es lo tradicional y qué no, por lo tanto es un ejercicio de poder, entendiendo que se valoran determinadas cuestiones del pasado en desmedro de otras. La tradición significa continuidad, en tanto cada grupo social recrea su tradición en función de trayectorias y experiencias colectivas (Lenclud, 1987). La transmisión del sentimiento vinculante al club es uno de los componentes resaltados por nuestros informantes como parte del patrimonio inmaterial wanderino. Ésta, se produce principalmente en la niñez, donde los padres inculcan a sus hijos el cariño por el club. Esto significa la presencia de estrategias y prácticas razonables para que las nuevas generaciones hereden el sentimiento por el club, o dicho de otra forma, hereden la aprehensión y las herramientas para decodificar el símbolo y hacerlo suyo. Para esto se realiza un conjunto de prácticas y acciones -ritualizadas- destinadas a heredar identidades y emocionalidades14 . El por qué de la transmisión generacional de los significados de Wanderers guarda relación con salvaguardar una tradición que adopta forma de mandato, donde, quienes nacen en Valparaíso necesariamente deben apoyar al club que representa a la ciudad. “El equipo nació aquí, toda la gente era más familiar no es cierto, ahí los mismos niños cuando iban al estadio, porque era un parque, iban a almorzar y después se iban al estadio, así que eso les quedó a los niños, después ellos fueron padres, es como una herencia genética, los que nacen en Valparaíso nacen

(14)| Al respecto, sostiene que las estrategias “corresponden a conjuntos de acciones ordenadas en procura de objetivos

wanderinos” [Lourdes (65 años), habitante de Valparaíso e hincha de Santiago

más o menos a largo plazo y no necesa-

Wanderers].

miembros de un colectivo producen” (Bou-

riamente planteados como tales, que los rdieu, 2012; p.34).


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“La historia que hace la gente desde el niño chico al taita que va con su radio apoyando al wanderito. Mi hijo tiene que ser wanderino porque nació en Valparaíso. Es una tradición que no se puede romper porque como dijo Julio Martínez solo los porteños podemos salvar a wanderito, nadie más, entonces si tu hijo es porteño tiene que ser wanderino” [Diego (24 años), habitante de Valparaíso e hincha de Santiago Wanderers] Esto es interesante porque dentro de esta “estrategia madre” que supone que los hijos e hijas de padres wanderinos deben ser wanderinos, se cometen un conjunto de prácticas para tal misión: regalar indumentaria u objetos que tengan motivos wanderinos, llevar a los hijos al estadio, cantar canciones alusivas a Wanderers, inculcar los significados que ha producido al club y la noción de representatividad de un nosotros porteño 15. Esta estrategia intenta perpetuar la transmisión de una identidad porteña, de la cual Wanderers es símbolo masivo y popular. De acuerdo a Anderson (2002), transmitir identidad es transmitir respuestas sobre quién soy y quiénes somos, a través de la entrega de elementos tales como símbolos, creencias, representaciones, etc., que pertenecen a grupos sociales que adoptan la forma de comunidad imaginada. Como señalan nuestros informantes, lo que se transmite es un sentimiento hacia un club de fútbol que es representativo de quienes habitan o han nacido en una porción de territorio chileno: Valparaíso. Para nuestros informantes lo que está presente en la institución wanderina es Valparaíso, una retórica que explica a Wanderers constantemente desde Valparaíso y viceversa. Dado que estamos en presencia de una construcción identitaria que tiende a homologar al club con la comuna, encontramos algunos problemas: si Wanderers es todo lo que es Valparaíso y Valparaíso es todo lo que es Wanderers ¿dónde situamos dentro o en relación a Wanderers los ámbitos universitario y turístico (15) | Además de la lectura de los fragmentos de nuestros informantes, esto también se puede apreciar en la gama de capítulos del programa televisivo “La Vida en Verde”, donde hay secciones que muestran a padres y/o hijos contando cómo se hicieron wanderinos.

de la ciudad? Valparaíso, en tanto reificado como imagen vendible, o como binomio universitario (junto a Viña del Mar), propone un cúmulo de representaciones y narrativas que no necesariamente están contenidos en Wanderers. Dicho de manera más simple: Santiago Wanderers no está contenido en el Área Universi-


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taria de Avenida Errázuriz, ni en el restaurant Sabor Color de calle Templemann en Cerro Concepción, ni en el Paseo Atkinson, ni en el Palacio Baburizza, sólo por mencionar ejemplos que ilustran lo universitario y lo turístico en la ciudad. Por lo tanto, tomando en consideración a nuestras fuentes wanderinas y no wanderinas podemos establecer que el Valparaíso homologado a Wanderers oscila entre representaciones de la ciudad cercanas a la nostalgia del pasado y la de habitantes localizados en cerros “cien por ciento porteños”, representados en su día a día por su sacrificio cotidiano. Este vendría a ser el Valparaíso de Wanderers: “Yo creo que somos del Wanderers porque nacimos en esta ciudad y porque nos sentimos representados por un club que tiene un arraigo especial. Valparaíso se asocia mucho con el Wanderers, no solamente porque es el equipo de futbol de Valparaíso, tan bien se asocia un poco con la misma historia del Wanderers, que ha sido una historia de gente sufrida, de sacrificio, una historia de esfuerzo” [Lourdes (65 años), hincha de Santiago Wanderers y habitante de Valparaíso]. Desde la perspectiva nativa, nuestros informantes indican que la institución wanderina forma parte de los elementos que han distinguido a Valparaíso, otorgándole argumentos para sellar la identidad porteña en torno a las características resaltadas de sus habitantes (sufrimiento, esfuerzo, choreza); todo esto contenido y homologado al plano futbolístico: Santiago Wanderers. La mirada nativa es realmente clarificadora porque para los y las porteñas, nacer dentro de Valparaíso y ser wanderino, se convierte en un sello distintivo. Para esto hay que aclarar algo no menos relevante: la lógica de pertenencia de ser o no ser wanderino tiene más relación con la instauración de una bandera de distinción e identidad que con la atención total sobre la actualidad deportivo y/o política del club.

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Reflexiones finales En primer punto resulta relevante hacer una consideración en términos metodológicos; entendiendo que la investigación se enmarca dentro del área que podemos denominar como Estudios Urbanos, se debe resaltar la consideración de distintas técnicas de producción de datos, así como la contribución específica que las disciplinas involucradas en esta área logran efectuar. En este sentido, se analizaron los imaginarios urbanos de Valparaíso a través de Santiago Wanderers mediante técnicas móviles, documentales y orales, las cuales permitieron dar cuenta de la localización de significantes en el espacio urbano mediante observación y deriva, trazar la relación entre Wanderers y Valparaíso desde 1892 a la actualidad mediante el análisis de registros documentales y audiovisuales, y articular narrativas centradas en la relación entre fútbol y ciudad a través de la consecución de datos orales que recordaban, postulaban, relacionaban y proyectaban. A su vez, bajo las nociones de espacio (desde la Geografía), de temporalidad y larga duración (desde la Historiografía), de símbolo, ritual y arena (desde la Antropología) y de espacio social y relacionalidad (desde la Sociología), se logró conjeturar un objeto de estudio desde un comienzo se pensó como transdisciplinario. Las representaciones revisadas que constituyen los dos imaginarios expuestos dan cuenta de esquemas de clasificación y tramas de significados que nos muestran cómo se está comprendiendo el habitar Valparaíso, y cómo, en clave patrimonial, hay determinados bienes simbólicos traspasados generacionalmente que portan un sentidos y significados sobre un estilo de vida. Dado que Wanderers articula uno de los capitales simbólicos de Valparaíso denso, dada su masividad, popularidad y porque como todo símbolo une, distingue, otorga reconocimiento, polariza y activa el polo emotivo (Melgar, 2001), logra exhibir y dotar de valor positivo esta identidad porteña que se imagina homologada: Valparaíso es Wanderers y Wanderers es Valparaíso. Dicho de otra manera, se reconoce y resalta en porteños y porteñas propiedades valorizadas como el esfuerzo, el sacrificio y la choreza. De éstas, en tanto valorizadas, se distinguen y son distinguidos de otros valiéndose de una frontera identitaria que acordona


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un nosotros: la comunidad imaginada. Ahora bien, entendiendo las actuales vocaciones universitarias y turísticas de la ciudad revisten la proyección de imágenes y representaciones de la ciudad, y comprendiendo que Wanderers es un emblema que comunica “un” Valparaíso, las preguntas por cómo se encuentra configurada la disputa por el reconocimiento de la ciudad, y bajo qué tipo de relación se encuentran las representaciones ancladas a posiciones diversas y asimétricas, resultan pertinentes para continuar desarrollando objetos de estudio que pongan en relación a la cultura, el espacio y el poder.

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Carlos Vergara Constela1 Resumen

(1) | Carlos Vergara Constela. Núcleo de Estudios en Sociología del Fútbol

Revista Eltopo. No.5. 2015 :(pp.136 - 141 ) ISSN:0719-3335 137

RELATOS, HIMNOS Y CAMISETAS es una obra que, como señala en su contratapa, pretende “dar cuenta de la historia local. O en mejores términos, al menos, para nosotros, contar los mecanismos de sociabilidad popular en torno a instituciones básicas para entender al barrio y a la ciudad: los clubes deportivos”. Para esto, el libro comienza con un capítulo introductorio donde se explica cómo ha sido el proceso de poblamiento de la comuna de Quinta Normal, tomando en cuenta los orígenes sociales de sus primeros pobladores, las características de un paisaje metropolitano periférico, compuesto por matices urbanos y rurales, así como justificaciones de corte teórico que dan cuenta de la relevancia que posee el estudio de los clubes deportivos para entender las tramas sociales y culturales que permiten comprender la articulación de identidades barriales, durante el siglo veinte. Los clubes de barrio han sido siempre espacios de encuentro y socialización. Donde se transmiten y difunden valores, tradiciones y costumbres de generación en generación; ya que dichos espacios permiten la interacción entre niños, jóvenes y adultos. En este sentido, el club de barrio funciona como un espacio nodal en la construcción de identidades colectivas (p.32). El presente estudio entrega una reconstrucción de las historias de siete clubes deportivos de la comuna de Quinta Normal: Asociación de Ciclismo de Quinta Normal, Círculo Atlético Royal, Club de Deportes Población El Polígono, Club Deportivo Victorino Laynez, Club Deportivo, Social y Cultural Población Simón Bolivar, Club Deportivo México y Sus Canciones y Club Deportivo Juan García, donde aparecen elementos pertenecientes a las formas que adquirían las culturas populares, urbanas y deportivas: todas entremezcladas, todas posibilitando comprender las historias de Quinta Normal.Cada capítulo del libro, destinado al estudio de cada uno de los clubes nombrados, privilegia la inmersión en los símbolos, espacios y anécdotas que articulan el nosotros colectivo. Como señala Bernardo Guerrero en uno de los prólogos del libro, el texto posee sutiles guiños a Georg Simmel, puesto que se da preponderancia a los tránsitos, ritualidades y el acontecer, antes que las estructuras sociales más rígidas. A propósito de Simmel, resulta indispensable poder imaginar a Quinta Normal en su primera fase de poblamiento durante la década de mil novecientos treinta (1930). Esta comuna, hoy inserta en medio del espacio metropolitano, constituía la periferia occidente de la capital chilena, por lo tanto era un espacio urbano que colindaba con amplios e “interminables” espacios rurales. Sobre lo anterior, el relato del libro deja entrever que en la fase primaria del poblamiento de Quinta Normal, predominaba un ritmo de vida que fluía de manera más tranquila y más homogénea, lo que se diferencia de la actual vida metropolitana de inicios de siglo XXI. En esa Quinta Normal, la vida social descansaba mucho más en relaciones emocionales profundas y con un mayor conocimiento de las individualidades, que los tránsitos, desplazamientos y rigores pertenecientes a la multitud metropolitana de la cual hoy en día es parte.Luego de esta introducción, donde fueron expuestos de manera breve los contenidos de la obra, quisiera resaltar, por lo menos dos campos de producción intelectual, en las que Relatos, Himnos y Camisetas, realiza un aporte sustantivo: los estudios sociales del deporte y los estudios urbanos.


Reseña Bibliográfica

Sobre los estudios sociales del deporte En materia de estudios sociales del deporte, esta publicación releva aspectos que aportan al conocimiento de los otros deportes, de la relación entre deportes y culturas populares, y rebate con certitud la, aún prevalente, tesis que sostiene que algunos deportes (en Chile mayoritariamente el fútbol) se constituyen como opio de los pueblos. Sobre el primer punto, la cuestión es clara: el campo de los estudios sociales del deporte en Chile ha privilegiado, principalmente, el estudio del fútbol. En menor medida, gracias a Bernardo Guerrero (1992), conocemos algo sobre boxeo, atletismo, básquetbol, bocha y beisbol, y su relación con las identidades en el norte grande chileno. También hemos podido conocer análisis sobre el periodo de auge del tenista Marcelo Ríos y el uso que se le dio a su imagen y trayectoria deportiva para fomentar un neo nacionalismo de mercado (Santa Cruz, 2003). Relatos, Himnos y Camisetas da cuenta del auge del ciclismo y del atletismo en Santiago. Por un lado permiten reconstruir historias de vida barriales y por otro, comprender las transformaciones de estas disciplinas durante un siglo de vida. En materia de ciclismo, muestra como las condiciones espaciales de Quinta Normal potenciaron la práctica ciclística. Las zonas rurales permitían adentrarse en las chacras y territorios despoblados (imagino que aquellas zonas en la actualidad corresponden a Renca o Cerro Navia), donde la práctica de este deporte podía ser efectiva. Esto permitió que la población de otras zonas de Santiago concurriera a Quinta Normal para poder desarrollar el ciclismo. Así también, los relatos convergen que actualmente las transformaciones sociales, urbanas y culturales del país han dejado al ciclismo quintarnomalino en una situación decadente. Un ejemplo de aquello es la pérdida del velódromo de Quinta Normal, ubicado en lo que actualmente correspondería a la calle San Pablo, altura del 4.500 aproximadamente. En materia de atletismo, el caso del Círculo Atlético Royal da cuenta de la relación entre origen étnico, trabajo y deporte. Siendo el club de atletismo vigente más antiguo de Chile, en la actualidad el “Royal” ha sido víctima del auge y fomento de la industria deportiva del Running. En este sentido, el fomento de

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la vida sana realizada por distintos actores y canales es comprendida como la realización de una actividad física individualizada, organizada principalmente por distintas marcas deportivas, y basada en el previo pago para poder efectuarla, ya sea mediante la obtención de objetos de consumo tales como poleras, zapatillas, o a través del pago de inscripciones a maratones. Lo que no existe en el Running, es lo que, en el caso del “Royal”, aún persiste. La referencia es explícita a la idea de club social, es decir, la necesidad de agrupación social en torno a una actividad común, basada en la producción y mantención de emblemas, símbolos y relatos que posibilite la construcción de identidad desde ámbitos no cruzados por la injerencia de las grandes empresas del mundo del deporte. Ahora bien, respecto a la relación entre deportes y culturas populares, cabe señalar que esta publicación se hace cargo de lo mencionado hace largo tiempo por el argentino Pablo Alabarces (1998): es imposible estudiar el campo sociológico del deporte sin comprender a las culturas populares y masivas. Del texto del argentino se desprende que en la lógica analítica, los deportes se articulan como un componte de las culturas populares y masivas, por lo tanto, éstas no se pueden omitir en sus análisis. Es importante recalcar que la línea de cuatro de Relatos, Himnos y Camisetas toma la posta de lo que el antropólogo argentino Eduardo Archetti proponía hace más de dos décadas atrás: estudiar las prácticas sociales periféricas, dada su carencia de legitimidad tanto como narrativa hegemónica y como objeto de estudio académico (Alabarces, 2013). En este estudio encontramos cómo operan aquellos mecanismos propios de la sociabilidad popular. Se da cuenta de cómo los consumos gastronómicos, las fiestas de primavera, la centralidad del vino, los usos sociales de la calle, los consumos musicales y la rifa, entre otros, articulan y soportan la vida social de los clubes deportivos de barrio. (2) | Si bien esta tesis ha sido discutida en bastantes artículos académicos y/o ensayos de este intelectual argentino, se sugiere la lectura de la primera parte del libro Héroes, Machos Y Patriotas. El fútbol entre la violencia y los medios (editado en 2014 por AGUILAR), donde es posible encontrar una versión sintética que contiene interpretaciones, discusiones y evidencias en contra de los deportes como opios de los pueblos.

Finalmente, quisiera hacer una breve argumentación que nuevamente pone en entredicho a la ya añeja pero persistente teoría del deporte como opio de los pueblos, sostenida, entre otros, por los marxistas Jean Marie Brohm (francés) y Juan José Sebreli (argentino). Esta tesis ha sido discutida y rebatida hasta el cansancio por Pablo Alabarces 2 , sin embargo pareciera que no deja persistir en intelectuales que no han querido mirar al deporte como objeto “digno” y


Reseña Bibliográfica

“posible” de ser estudiado. Este libro no solo se ubica en una trinchera que impugna esta tesis, si no que evidencia totalmente cómo a través de los deportes (ciclismo, atletismo, fútbol) se logró articular organización social a escala barrial basada en la confianza, la cooperación y la reciprocidad, la cual se tradujo en notables mejoras de infraestructura pública y en el establecimiento de una red por donde circulan distintos bienes materiales y simbólicos que hasta el día de hoy son intercambiados por quienes siguen activos.

Sobre los estudios urbanos Ahora bien, en materia de estudios urbanos, Relatos, Himnos y Camisetas aporte de manera notable a los estudios centrados en realidades barriales. Sin lugar a dudas existe un tratamiento riguroso sobre la construcción de símbolos y emblemas, y cómo éstos se hacen plausibles en realidades materiales e inmateriales. No obstante, quisiera realizar la reflexión en torno a la existencia de este libro como estímulo para pensar la práctica urbanística, y además como bien que recoge las historias, memorias y anécdotas de actores aún no olvidados, y que como convergen Brenda Elsay, Bernardo Guerrero y Eduardo Santa Cruz, en los prólogos, este libro es punta de lanza para luchar, precisamente, y entre otras cosas, contra el olvido. La relación entre deporte y urbanismo parece ser menos obvia de cómo se presenta. Basta ejemplificar con dos casos: uno, el Estadio Nacional inaugurado en 1938 se localizó en los viejos campos de sports, puesto que se pensó la expansión urbana de Santiago en esa dirección. Dicho de otra forma, bajo el argumento de la construcción de infraestructura deportiva se planificó hacia dónde debía enmarcarse el crecimiento de la ciudad. Dos, la producción de mega eventos deportivos tales como Juegos Olímpicos o Mundiales de Fútbol, se constituyen como oportunidades inmejorables para potenciar economías urbanas, posteriores implantaciones de planes de renovación urbana y/o construcción de imágenes hegemónicas de ciudades o territorios para fomentar el turismo. ¿A qué quiero llegar con esto? A que este libro evidencia la necesidad de pensar y producir la ciudad con espacios destinados para la práctica deportiva al aire libre. Por ejemplo, a Quinta Normal se le reconoció (a través de Revista Estadio)

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una cultura deportiva, comprobada en que innumerables deportistas eran originarios de alguno de los clubes barriales presentados en este libro. Por lo tanto, ya sea a través de la creación de lugares destinados al deporte en porciones de suelo disponible, o bien mediante otros mecanismos utilizados para la transformación urbana, urge la necesidad de estos espacios. Quinta Normal, y acá me refiero a la municipalidad, perdió la oportunidad de capitalizar esta cultura deportiva reconocida, privilegiando la reconversión de los terrenos en desuso de la empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) (zona comprendida entre las calles Carrascal, Villasana, Mapocho y Matucana) en una zona de crecimiento residencial, en vez de lo que pudo ser, entre otras cosas, un gran parque deportivo para la comuna y la ciudad. Ahora bien, e ingresando en materia de resistencias y luchas por el espacio urbano, como se puede atestiguar en los escritos de los urbanistas López, Gasic y Meza (2012), la municipalidad de Quinta Normal ha efectuado hace más de una década prácticas urbanísticas pro empresariales. Esto quiere decir que el accionar de las municipalidades en materia de cambios de usos de suelo, fragmentación y subdivisión del territorio comunal y promoción de suelos estratégicos, favorece la rentabilización económica de actores ligados al mundo inmobiliario. Ilustrando… si bien la llegada de la línea 5 del metro de Santiago es un avance relevante en materia de conectividad y mejoramiento de tiempos de desplazamiento, esto ha conllevado el interés inmobiliario, puesto que la comuna, en la actualidad, posee una localización muy favorable en el espacio metropolitano. Si no, cómo explicar las torres en altura que empiezan a acordonar a Quinta Normal y la emergencia del comercio tipo retail (Santa Isabel ubicado en Radal con San Pablo), en desmedro de un comercio local minorista cada vez más pau(3) | Al respecto, López-Morales (2013) define la gentrificación como “la reestructuración espacial de un área urbana mediante la inyección de capital fijo en mercado inmobiliario y de infraestructura orientada al reemplazo de usuarios medios-bajos por usuarios de poder económico superior, en un contexto de mercantilización del suelo” (p.32). Estos procesos son identificables a través de transformaciones de las actividades comerciales y el paisaje urbano predominante de las zonas afectadas (Janoschka, Sequera y Salinas, 2013)

perizado. Esto, sin lugar, a dudas evidencia que zonas de Quinta Normal están sufriendo procesos de Gentrificación (residencial y comercial) 3 . Y más aún, nos lleva a preguntarnos cómo actores influyentes en la reestructuración de las ciudades, tales como la Cámara Chilena de la Construcción o el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) están pensando la comuna de Quinta Normal en los próximos veinte o treinta años. Por lo tanto, en un contexto donde el suelo quintanormalino congrega interés para realizar negocios inmobiliarios, que podrían implicar un potencial futuro


Reseña Bibliográfica

desplazamiento de habitantes de menores recursos, este libro se convierte en una punta de lanza para la lucha por permanecer en estos territorios. Hecho desde quintanormalinos para quintanormalinos, el equipo de trabajo entiende que la nostalgia por sí misma se convierte en una retórica inmovilizante. Este libro, por lo tanto, es un ejemplo claro de las resistencias que se están poniendo en juego; resistencias que apelan a la recuperación de las memorias de los y las habitantes de la comuna, articuladas bajo un capital simbólico nutrido de tradición organizativa y popular. RELATOS, HIMNOS Y CAMISETAS es, entonces, un bastión de lucha para que aquellos suelos de Quinta Normal, donde están edificados inmuebles que contienen historias y memorias, en un futuro no sean sólo palimpsesto; o lo que sería peor aún, que en la lógica de la destrucción creativa con la que operan los procesos de gentrificación, en diez años más no debamos decir, “donde está esa torre de veinte pisos (que posibilitó la acumulación de renta de suelo a determinada inmobiliaria), estaba la sede de nuestro club”.

Bibliografía - Alabarces, Pablo (1998). ¿De qué hablamos cuando hablamos de deporte? Revista Nueva Sociedad, n°154, pp.74-86 - Alabarces, Pablo (2013). Dossier Archetti. La cocina de Oslo. Revista Lúdicamente, año 3, n°5, pp.1-3 - Alabarces, Pablo (2014). Héroes, machos y patriotas. El fútbol entre la violencia y los medios. Aguilar: Buenos Aires, Argentina - Guerrero, Bernardo (1992). El libro de los campeones. Deporte e identidad cultural en Iquique. Fundación Crear: Iquique, Chile. - López-Morales, Ernesto (2013).Gentrificación en Chile: aportes conceptuales y evidencias para una discusión necesaria. Revista Norte Grande, n°56, pp.31-52

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- López-Morales, Ernesto, Gasic, Ivo y Meza, Daniel (2012). Urbanismo pro empresarial en Chile: políticas y planificación de la producción residencial en altura del pericentro del Gran Santiago. Revista INVI, vol.27, n°76, pp.75-114 - Santa Cruz, Eduardo (2003). “Fútbol y nacionalismo de mercado en el Chile actual”. En, Alabarces, Pablo (editor). Futbologías. CLACSO: Buenos Aires, Argentina, pp.199-223


WANDERERS Y VALPARAÍSO: Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal


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