Revista El Topo No 4 - Audiencias y Desarrollo Local

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No.4 | ISSN: 0719-3335 | VALPARAÍSO.CHILE | DICIEMBRE - ENERO 2015


Revista Eltopo Audiencias y Desarrollo Local No. 4 Diciembre - Enero 2015 Gran Valparaíso. Chile ISSN: 0719-3335 Mail: contacto@eltopo.cl Web: www.eltopo.cl Dirección: Felipe Espinosa P. Gino Bailey B. Consejo Editorial: Gino Bailey B. Felipe Espinosa P. Rolando Tiemann H. Félix González Consejo Asesor: Beatrice Collignon Camilo Arriagada L. Juan Cristóbal Moreno C María Eugenia Dominguez Traducción: María Bianchini Dirección Diseño Gráfico y Fotografías: Stephany Bailey | tefanybaileybergamin@gmail.com




INDICE

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Hugo Gorziglia Schmidt

42-69

Lucas Melo

70-98

Paola Bonora

100-116

Juan Carlos Varillas Lima

118-135

Javiera Ávila

136-141

Félix González

Marketing Cultural. La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

El caso de los clubes sociales en Aracaju.

Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales.

La articulación del espacio y la cultura en las universidades mexicanas. El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP .

La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales.

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA: Inmigrantes internacionales: Emprendimientos en barrios comerciales de Iquique, Gran Valparaíso y Santiago de Chile (2014) Camilo Arriagada L. (ed.) Ceibo Ediciones, Santiago de Chile.



REVISTA ELTOPO NO.4: AUDIENCIAS Y DESARROLLO LOCAL La Revista Eltopo N4, abre un trabajo temático por número de publicación, sin excluir, claro está, propuestas innovadoras y creativas que son un aporte a la sociología cultural y urbana pensada desde Valparaíso. En esta ocasión, “Audiencias y Desarrollo local” tiene por objeto situar investigaciones, reflexiones teóricas y propuestas empíricas y analíticas sobre la relación entre audiencias y el territorio: ¿Cómo pensar las audiencia desde un punto más complejo que el publicitario o la estrategia de captación de audiencias? , ¿Qué señales nos muestra la cultura, la localidad y el territorio en su conjunto? En parte, este número intenta responder dichas inquietudes, así como también, integrar otras contribuciones que no tienen que ver directamente dentro del campo de las audiencias, pero que sirven para poder leer lo que está sucediendo en Valparaíso desde el tejido social del riesgo, o bien, desde una eventual especulación con el mercado de suelo. Sobre este último aspecto, destacamos la contribución inédita de la académica italiana Paola Bonora, importante geógrafa especializada en comunicación y territorio, quien trabajó mucho tiempo al alero de Giuseppe Dematteis en los modelos Slot. Poco sabemos acerca del Marketing cultural, como forma de promocionar una oferta cultural y a su vez, de atraer públicos en determinados circuitos y distritos locales. El marketing ha recibido la mayoría de los estigmas por posicionar el aparato publicitario por sobre los circuitos locales. Hugo Gorziglia, nos muestra una faceta diversa, el Marketing cultural como una herramienta para formar audiencias y circuitos económicos sin descuidar las dinámicas y pertinencias locales. Focalizado en el público, Hugo aborda las artes escénicas para generar aprendizajes de cómo ir hilvanando audiencias desde un marketing construido por el tejido social y no al revés. Con una lúcida revisión sobre los circuitos de artes escénicas en Barcelona y una aproximación analítica a Valparaíso, esta investigación se convierte


en un gran aporte desde el enfoque y modelo teórico del marketing, tanto para gestores culturales, organismos públicos, emprendedores creativos, académicos relacionados con el área del desarrollo de clusters culturales en la región. ¿Cómo entender a los clubes en la sociedad actual?, ¿cuál es la incidencia respecto a los ritmos que lleva una ciudad media y su relación con el público? La contribución de Lucas Melo está en posicionar a los clubes sociales como parte de una forma asociativa, propia de las ciudades latinoamericanas, en este caso brasileña, que se identifican con un proceso de democratización en relación al ocio y lugares de adhesión en las ciudades, donde recae el caso estudio etnográfico de corte fenomenológico como son los clubes sociales de Aracaju. En Brasil, los clubes sociales tiene un origen de resistencia entre elites culturales y económicas que vieron su evolución la demarcación del espacio privado y el público. Las audiencias son en su mayoría de elites y en la medida que fueron evolucionando, cedieron las calles a los segmentos populares. De ahí que muchas de las festividades callejeras tengan esa connotación, distinguiendo públicos y audiencias. Los clubes sociales hacen permanecer en los vestigios de la ciudad la gracia de la distinción y la diferenciación social de una elite, que pagaba por exclusividad de seguridad, médicos, músicos y profesionales para los eventos, confrontando de este modo la vida de ocio popular callejero, respecto de estos espacios. Así como los libros y el campo editorial, las audiencias operan en el espacio urbano como proyección de un público que es parte del efecto espejo: Proyectarse y legitimarse a sí mismo. En las calles latinoamericanas reside el saber y los intersticios de la soberanía popular. ¿Están las ciudades pensadas hoy por hoy en las audiencias transversales o son simplemente proyecciones de un tipo de público que ejerce el efecto espejo?, ¿La apropiación de los lugares públicos tiene un comportamiento similar en todas las ciudades latinoamericanas? Los urbanistas más críticos del continente europeo señalan que las plazas pensadas como parques con esculturas no eran más que la proyección ficticia del imaginario burgués para sentir confortabilidad en las urbes ¿Por qué están desapareciendo? .


Como artículo inédito realzamos la contribución de Paola Bonora, una importante pero desconocida geógrafa crítica. La principal inquietud de la autora en cuestión, es cómo la inmobiliarización de las ciudades lleva a arrasar la visión pública de la misma, colocando en tela de juicio el sentido de la planificación por los gobiernos locales. Mostrando tasas de transformación económica y diversas representaciones geográficas, evidencia el modo de desarrollo territorial que las ciudades europeas y mediterráneas llevan en la actualidad. Bonora ejemplifica cómo se ha ido diluyendo el control del suelo por parte de las entidades locales. Esto, conocido como ejercicio de la economía neoliberal sobre antiguos modelos de bienestar (David Harvey) afecta en la actualidad a ciudades y provincias como Bolonia, de una tradición en la planificación y de resguardo patrimonial, situándola flexible en su gobernanza frente al aluvión de una economía de especulación inmobiliaria. Aún cuando existen leyes e instrumentos precisos de gobernabilidad, el mensaje es el de fortalecer la gobernanza territorial, donde los ciudadanos estén al centro y donde la vivienda no cumpla un rol especulativo sino de necesidades que tienen que ser cubiertas no sólo de manera familiar, sino también colectiva y social (sostenible, como espacios culturales, ecológicas, etcétera). En eso, la escala se diluye y el ciudadano metropolitano ejerce protagonismo no como un invisible simmeliano, sino al centro de nuevas demandas y necesidades regionales. Juan Carlos Varillas, nos muestra en base a un análisis empírico, cómo interactúan las audiencias respecto a dos tipos de Centros culturales universitarios, como ocurre con la UNAM (Universidad Autónoma de México) y Puebla. Resulta interesante observar la manera en que estos centros culturales, logran formar audiencias extra-universitarias. Se transforman en un buen aprendizaje metodológico para la política universitaria local y para poder colocarlo en confrontación de lo que ocurre en Valparaíso con salas, centros de arte y centros culturales universitarios. En base a la concepción de los “espacios heterotópicos” de Foucault, Varillas intenta dilucidar una concepción efectiva en públicos de los centros culturales. La disposición territorial sería influyente en los centros culturales respecto a su público y la formación de audiencias, esto quiere decir


que si la sala o el auditórium se encuentra cerrado dentro de un campus universitario con una oferta cerrada hacia ese mundo, lo más probable es que la formación de audiencias sea en principio universitaria. Lo contrario sucede en Puebla, identificando un público de corte más elitista. Finalmente, estos casos nos hacen pesar sobre la importancia de una estrategia de públicos, pero también de lo importante que pudiera ser revitalizar espacios céntricos para la cultura en sitios históricos o en espacios urbanos donde es posible tener un mayor acceso y cantidad fluctuante de personas de manera heterogénea. Un mensaje dirigido hacia la regeneración privada como pública de las zonas céntricas de las ciudades para uso cultural. El incendio que afecto el pasado abril del 2014 a la ciudad de Valparaíso, dispuso muchas miradas en torno al suceso, descuidando la amplitud del problema. De manera excepcional, la contribución de Javiera Ávila pasa por mostrarnos las problemáticas de la gestión del riesgo a nivel local en la ciudad de Valparaíso (considerando que su investigación data del año 2012), como una problemática de gobernanza local del territorio, pero también es una contribución en cuanto ofrece lecturas de organización frente al mismo, que se podrían potenciar desde la cultura organizacional, propia de aquellos activos presentes en el Barrio Almendral. Un mensaje que aún funcionaría para la política pública local y nacional sobre Valparaíso. Finalmente, la reseña de Félix González: “Inmigrantes internacionales: Emprendimientos en barrios comerciales de Iquique, Gran Valparaíso y Santiago de Chile”, es un apronte que sirve para ir comprendiendo los procesos de multiculturalidad en ciudades, entre las que se incluye a Valparaíso, Iquique y sectores céntricos de la comuna de Santiago. Como parte de una investigación llevada adelante por el profesor Camilo Arriagada, nos entrega un gran arsenal de información para quienes estudian, pero por sobre todo los vinculados a la política pública aplicada en lugares más focalizados o en programas asociados: DOM, Quiero mi barrio, etcétera.

Revista Eltopo Gran Valparaíso Enero 2015



Revista Eltopo. No.4. 2015: (pp.12- 41) ISSN:0719-3335 12


M A RK E T ING CULT UR A L

La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas Hugo Gorziglia Schmidt 1

Resumen El marketing como disciplina empresarial aplicada a las artes y la cultura, ha sido considerado desde un instrumento que la mercantiliza a través de la búsqueda de objetivos transaccionales, hasta ser un elemento central en la filosofía de la organización cultural. De esta manera, las herramientas que ofrece el marketing cultural posibilita acercase a la ciudadanía (públicos y no-públicos) a través del conocimiento que se puede obtener de ellos, y por tanto, generar un mayor impacto social y económico en el territorio. En el contexto actual donde las TIC son un elemento que empodera a los públicos en cuanto a su decisión de participar y/o consumir artes escénicas, además del rol como proscriptores ante comunidades virtuales, hace que sea una gran oportunidad para los teatros el uso de estas herramientas que permitan acercarse a ellos, conocerlos y gestionarlos. Palabras Claves: Marketing cultural - Artes escénicas – Gestión de públicos – Teatros – Valparaíso – Barcelona. Abstract

(1) | Hugo Gorziglia Schmidt Ingeniero comercial y máster en gestión cultural de la Universidad de Barcelona. Desde que se tituló en la Universidad de Valparaíso se vinculó a través de temáticas de planificación, investigación y evaluación a diferentes proyectos del

Marketing as a business discipline applied to the arts and culture has been considered from an instrument that commodifies culture through searching for transactional objectives, until to be central to the philosophy of cultural organization. Thus, the tools offered the cultural marketing allows approaching the citizenship (public and nonpublic) through knowledge that we can get from them and thus generate greater social, territorial and economic impact. In the current context where ICT is an empowerment element for the public in their decision to participate and/or consume performing arts, in addition to the role as prescribers before the virtual communities, makes it a great opportunity for theater use these tools that allow to approach them, meet and manage them.

sector patrimonial, cultural y turístico, con gran énfasis en el desarrollo social y territorial. Desde el año 2004 es miembro del equipo de profesionales que colaboran en Patrimonia consultores S.A.

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Keywords: Cultural Marketing - Performing Arts - Public Management - Theatres - Valparaiso Barcelona.


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

INTRODUCCIÓN El presente artículo relaciona el marketing cultural con el sector de la exhibición de artes escénicas desde una base teórica y un estudio empírico realizado en la ciudad de Barcelona. A partir de esta relación se expone una metodología desde el punto de vista de la gestión de estos espacios, considerando la importancia que tienen las audiencias en el desarrollo del sector y el desconocimiento que se tienen de éstos. De esta manera se ofrece una herramienta que permite orientar un proceso de acercamiento y conocimiento de los públicos escénicos por parte de los teatros de la ciudad, y por ende que fortalezca al sector en Valparaíso.

El mercado escénico, demanda y oferta Hablar de mercado de las artes escénicas implica visualizar un sistema en el cual se genera un intercambio entre oferentes y demandantes de un servicio cultural que se puede desarrollar en diferentes etapas de la cadena de valor de las artes en vivo. En estas diferentes fases se encuentran los autores, creadores y/o dramaturgos; las empresas productoras y las compañías; los teatros, auditorios y salas; y finalmente los consumidores, es decir, la audiencia.

Fi gur a 1: Ca dena de va lor de ar tes en v ivo Fuent e: Ela b ora ción Prop ia

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La estructura de mercado en que generalmente operan las organizaciones que se encuentran en la exhibición, se caracteriza o bien por ser un monopolio o bien por ser una competencia monopolística (Heilbrun, Gray , 1993). En el caso del monopolio existe sólo un oferente y si no existe intervención pública, puede fijar los precios en función de su demanda y objetivos, sin embargo en esta estructura predominan los teatros dependientes del sector público. En el caso de la estructura de mercado de competencia monopolística, se mezclan elementos del mercado competitivo con el monopolio, donde existe una gran cantidad de oferentes cercanamente sustitutivos, pero tienen ciertas particularidades que los hacen ser únicos, por lo que poseen características monopolísticas, sin embargo compiten por un público común. En relación a la demanda del mercado de artes escénicas, ésta “se ha caracterizado siempre por poseer un elevado nivel educativo, una acomodada posición económica y una situación profesional de prestigio” (Cuadrado, M., y Berenguer, G. 2002, p.17). La demanda fluctúa entre aquellos individuos que se sienten motivados por la calidad u opciones que existen en la oferta hasta los que se sienten interesados sólo por eventos mediáticos y de gran prestigio. Otra característica del perfil del consumidor cultural es que pertenece en su mayoría al género femenino, es de mediana edad y reside en zonas urbanas. Existen al menos tres enfoques que complementados sirven para entender la demanda y poder comprender el comportamiento del consumidor cultural y de esta forma gestionarla: el enfoque económico, el enfoque sociológico y el enfoque psicológico. El primero de ellos hace relación a la sensibilidad que tienen los individuos a las variaciones efectuadas que influyen directamente en su consumo, es decir factores tales como el precio, el nivel de renta, los gustos, los precios de los bienes o servicios relacionados, entre otros. En este enfoque, son Baumol y Bowen (1966) quienes postulaban que al aumentar los precios de los espectáculos de las artes en vivo, la demanda disminuía, sin embargo fueron criticados sus estudios debido a que el consumo dependería más de factores psico-sociológicos de la demanda, como el capital cultural, los valores, el nivel educativo o las experiencias pasadas relacionadas a una u otra actividad cultural (Benhamou, 1997). Un segundo enfoque para entender la demanda es el sociológico, donde se puede considerar por una parte lo


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

que propone el francés Pierre Bourdieu, quien a través de diversos estudios empíricos con respecto al consumo cultural expone que la educación que se recibe es un factor decisivo para la formación de lo que él llama capital cultural, que es transmitido principalmente en la niñez a través de la familia mediante actitudes, conocimientos, entre otros, que le harían distinguirse, logrando un mayor estatus social. De esta forma sería el principal prescriptor para el futuro consumo cultural (Bourdieu, 2002). Como complemento a esta visión, es necesario distinguir las diferencias entre dos perfiles de consumidor cultural dentro de las clases dominantes; el perfil omnívoro (consumo de todo tipo de productos) y unívoro (consumo de una sola clase de productos) que responde al amplio abanico de preferencias culturales, que van desde la alta cultura a la manifestaciones propias de las subculturas populares (Peterson, R.; Kern, R, 1996). Finalmente, el enfoque psicológico pone de manifiesto la perspectiva subjetiva del individuo en cuanto a los factores que inciden en su participación y consumo, como es el caso de las razones emotivas como aspecto crucial en el consumo (Holbrook, Hirshman, 1982); las motivaciones y beneficios buscados (sociales, de disfrute, formativos) que van más allá de los gustos y preferencias, sin embargo, es la implicación del individuo con el producto cultural la variable más importante del consumo (Colbert, Cuadrado, 2010) . Si se observa el mercado desde el punto de vista de la oferta, ésta dependerá en primera instancia si los teatros o espacios de exhibición escénica persiguen el lucro o no, ya que los primeros son gestionados como cualquier tipo de empresa comercial, mientras que los segundos suponen un estatus de reconocimiento oficial por parte de los Estados en cuanto a ciertos privilegios como puede ser la reducción de impuestos (Throsby, Withers, 1979). Por otro lado, el mercado se caracteriza por la conocida “Ley de Baumol” en la cual se postula la imposibilidad de lograr economías de escala en las artes escénicas, además de los altos costos unitarios que se representan en gran magnitud por los recursos humanos, generando así una productividad más o menos constante a medida que los costos crecen (Baumol, Bowen, 1966). Con respecto a los modelos organizacionales se pueden distinguir los teatros públicos, los teatros privados de gestión comercial, las salas privadas de alqui-

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ler, las salas alternativas o no comerciales, los festivales y el teatro de calle y en espacios no teatrales (Bonet, Villarroya, 2009). La oferta también se caracteriza según sus modelos de programación, donde se pueden diferenciar al menos tres modelos básicos que se pueden llevar a cabo de manera complementaria y paralela por un mismo espacio de exhibición. Existen las programaciones centradas en el producto, es decir principalmente basados en criterios artísticos, culturales o patrimoniales; aquellas enfocadas en la demanda, cuyos criterios corresponden a un componente económico y de ampliación de audiencias, por tanto de un carácter más transaccional; y finalmente aquellas centradas en los públicos, cuyo criterio se relaciona al desarrollo social y territorial, empoderando a los públicos mediante la participación y el compromiso con el proyecto cultural.(Bonet, 2011; Colomer, 2013).

Marketing cultural y gestión de públicos En la década de los setenta en Inglaterra, el enfoque del marketing aplicado a las artes y a la cultura se consideraba principalmente como un conjunto de herramientas fácilmente transferibles del sector comercial al sector cultural para captar nuevos mercados, defendiendo la autonomía del artista. En la década de los ochenta, el enfoque toma una nueva perspectiva y se considera como un sistema de procesos de gestión organizativos que fortalecía fuertemente la toma de decisiones y no se debía influenciar en el diseño del producto cultural. Ya desde la década de los noventa hasta la actualidad, el marketing es considerado una filosofía de gestión, que en uno de sus extremos se centra en el producto cultural y en el otro en el mercado (Lee, 2005). Considerando que el denominado marketing cultural puede ser entendido como“ el proceso que se desarrolla en las organizaciones culturales y en la sociedad, para facilitar el intercambio a través de relaciones colaborativas que crean un valor recíproco mediante el uso de recursos complementarios”(Leal, Quero, 2011, p.18), es bueno hacer la distinción en cuanto a la diferencia que tiene el marketing aplicado a las artes y la cultura con el marketing tradicional.


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

Figur a 2 :

M ode l o tr a d i c i on a l de m a rket i ng v/s market i n g cul t ural .

Fuent e:

Col b er t , F. , y Cua dr a d o, M. 2010.

Esta diferencia radica principalmente en el proceso al cual se aplican las herramientas del marketing mix (producto, precio, promoción y distribución) para el logro de sus objetivos. El marketing tradicional tiene como punto inicial el mercado desde el cual detecta las necesidades y crea productos para satisfacerlos, en búsqueda de un efecto transaccional. En cambio el marketing cultural, su punto inicial es el producto y a partir de éste busca en el mercado los segmentos que están interesados en consumirlo. No modifica el producto. Bajo esta perspectiva es importante destacar el concepto de marketing relacional, que traspasa al consumidor final del producto cultural, ya que considera a los diferentes agentes involucrados en la gestión de un teatro: la audiencia escénica, los organismos públicos, la competencia, los proveedores, los centros educacionales, otras organizaciones y las relaciones internas. El núcleo principal es la colaboración por sobre la competencia, que bajo esta mirada relacional del marketinges la integración e interdependencia lo esencial para su desarrollo, ya que se superpone a la planificación y procesos independientes de cada uno de los involucrados y sugiere vínculos económicos, emocionales y estructurales cercanos entre las partes. (Sheth, Parvatiyar, 1995).

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Audiencia Escénica Desde una visión muy amplia, se puede decir que la audiencia escénica está compuesta por los consumidores actuales, los pasados y los potenciales, y que desde la visión del marketing, para poder acercarse y conocer a los públicos es indispensable llevar a cabo procesos de segmentación de éstos, separándolos, identificando los elementos comunes que permitan reagruparlos en grupos más pequeños y homogéneos. La segmentación es entendida como “un proceso de identificación de grupos homogéneos de consumidores que responden de manera similar a las estrategias de marketing” (Quero, 2013, p.51), que permite diseñar estrategias específicas y focalizadas que se adapten a las particularidades de cada uno de esto segmentos y respondiendo a sus propias necesidades y/o carencias. Existen diversas formas de segmentar a los públicos: por la frecuencia en la asistencias, por criterios demográficos, por preferencias artísticas, grados de implicación, experiencias culturales, conducta y actitud, disponibilidad y disposición al consumo (Cuadrado, Berenguer, 2002). Un concepto que ilustra los beneficios del marketing relacional y de la segmentación, así como la importancia de establecer un balance entre mantener a los públicos actuales y buscar nuevos, es la denominada escalera de la lealtad. Ésta, muestra la posibilidad que los públicos vayan ascendiendo en los niveles de la escalera pasando por diferentes estadios. El objetivo de esto es lograr un compromiso que se mantenga en el tiempo y permita este ascenso, en el cual la satisfacción y la confianza son los factores condicionantes imprescindibles para iniciar una relación a largo plazo con los públicos (Quero, Ventura, 2011).

Figur a 3:

Es cal a de l a f i del i dad.

Fuent e:

(Q uero, M., y Ven t ura, R. 2011)


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

Según la escalera de la lealtad, el público potencial es el cual podría consumir, pero por razones desconocidas nunca ha consumido lo que la organización ofrece. El público ocasional es aquel que ha mantenido con la organización alguna relación de consumo, pero no existe una regularidad ni responde a algún tipo de hábitos y las relaciones son principalmente transaccionales. El público activo es aquel que de manera regular mantiene una relación cercana con la organización y cumple un rol activo como prescriptor, donde traspasa incluso a una dimensión emocional que permite crear vínculos basados en la experiencia, la confianza y la identificación con los valores de la organización. Finalmente, el público comprometido, socio o colaborador, son los que constituyen el máximo nivel de relación con la entidad, cuyo vínculo emocional incide en sus niveles de confianza con el equipamiento y por ende en su compromiso con ésta. Su nivel de asistencia es muy elevado y difunde información positiva sobre la organización, a la que se siente orgulloso de pertenecer (Quero, M., 2013). La segmentación de la audiencia escénica se puede desarrollar de diferentes maneras en función de los objetivos que se han propuesto la organización. Un buen ejemplo es lo que ha realizado el Arts Council de Inglaterra que ha identificado trece segmentos sociales con perfiles de consumo específicos, en relación a los niveles de implicación que los adultos tienen con las artes y a los aspectos a los cuales se asocia cada uno de ellos. Otro buen ejemplo de segmentación es lo propuesto por Colomer y Sellas (2009), que lo definen en función de tres variables; los estadios vitales, el estilo de vida y la actitud en cuanto a la actividad escénica. Bajo esta propuesta, se distingue en primer lugar entre los públicos adultos de los públicos en etapas de formación (niños y adolescentes), ya que los primeros tienen capacidad de decisión, mientras que los segundos están en etapa de crecimiento, son dependientes y por tanto sus conductas como consumidores son de diferente naturaleza. Dentro de los públicos en formación, se distingue entre aquellos niños(as) que han tenido experiencias escénicas de los que no lo han tenido; mientras que los adolescentes se ubican en estado transitorio entre la influencia de los padres y la de los amigos. En relación a los públicos adultos, se distin-

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gue por una parte a aquellos adultos sin dependencias familiares con hábito de consumo escénico, de los que sí tienen dependencias familiares que les privan de este consumo. Por otra parte, los adultos reactivos que no han interiorizado el hecho escénico y los adultos inactivos que no han asistido nunca a una actividad cultural. Finalmente, los adultos de edad avanzada cuya autonomía personal es disminuida.

Figur a 4:

S eg men tos s oci al es de con s umo ar t í s t i co en In g l aterra.

Fuent e:

(Ar t s Coun ci l En g l an d, 2008).

Uso de los datos y de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) El sentido y los valores en los cuales se fundamenta el quehacer de un teatro, complementado con sus bases estratégicas y la coherencia con la programación que ofrece son las variables que justifican los procesos planificados de gestión de públicos. “Considerando que el desarrollo de audiencias se plantea


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tres objetivos principales: la fidelización, la ampliación y la diversificación del público” (Tomlinson, R., 2010, p.9), es muy importante contextualizar cualquier estudio de públicos que se realice al entorno en el cual se emplaza el espacio escénico. Debido a que sólo los estudios cuantitativos sociodemográficos sirven para establecer tendencias globales, es necesario que se complementen con datos cualitativos y cuantitativos para entender y conocer los diferentes perfiles de públicos, su conducta como consumidores, las motivaciones que les inspiran, los estadios en el cual se encuentran frente al hecho escénico, así como también las barreras y resistencias que les afectan en su no consumo o no participación. Si los públicos son considerados como una de las variables centrales estratégicas de marketing, permitirá que sean identificados y conocidos mediante los datos que se puedan obtener de éstos. Una vez caracterizados con una intención y sentido, dará la posibilidad de transformar los datos en información relevante que contextualizándola se podrá convertir en conocimiento (Tomlinson, R., y Roberts,T. 2011). Acercarse a los públicos permite poseer mayor conocimiento de éstos y por ende una mayor capacidad de detectar las características propias de la comunidad, colectivos y segmentos a los cuales se dirigen, por lo que identificar tanto las variables sociodemográficas como psico-sociológicas permitirá generar un impacto más directo en el entorno territorial en el cual opera cada espacio de exhibición escénica. Sin embargo, la intención y/o sentido de caracterizar a las audiencias y poder sacar provecho de este conocimiento dependerá de los intereses que la organización persiga, en caso de ser netamente transaccionales, sociales, o relacionales y por tanto creadores de confianza en los públicos, generando impactos de diversa índole en el territorio de influencia. Para obtener datos de una manera continuada y metódica es necesario contar con un sistema de información de marketing (SIM) “cuya finalidad es generar, procesar, almacenar y elaborar información que permita obtener y analizar datos útiles, para tomar decisiones en la industria del marketing cultural” (Leal Quero, 2011, p.175). Este sistema se compone principalmente por tres elementos: los datos que la propia organización posee, los que se pueden obtener de fuentes secundarias y aquellas de fuentes primarias que se obtienen

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directamente de los usuarios. Uno de los medios más utilizados para recopilar datos de los usuarios se refiere al momento de la compra. “En esta instancia los datos de taquilla pueden decir mucho más sobre nuestros clientes que el nombre y la dirección” (Nicolle, S. 2012, p.10). Para lo anterior, es necesario el uso de sistemas informáticos de ticketing que permita realizar procesos de compra online de manera directa, es decir sin intermediarios. De esta forma se pueden obtener datos claves de los usuarios. Otro sistema informático que complementa el de la venta online es la utilización de un sistema de Customer Relationship Management (CRM) como herramienta tecnológica que permite gestionar los datos recopilados, cuya finalidad es la búsqueda de la fidelidad en los públicos y cimentar las relaciones entre organización y públicos. “Si el marketing relacional es la ciencia de las relaciones, entonces el CRM representa su ingeniería” (Palmnatier, R. 2008, p.7). En este sentido, la doctrina del CRM plantea que aquellos que son escuchados, que son entendidos y cuyas necesidades están cubiertas, son los que repiten en su comportamiento como consumidores y por tanto van subiendo por la escalera de la fidelidad. De esta manera sitúa al usuario como centro de las operaciones de la organización, donde se integran los diferentes departamentos de la misma, capturando y almacenando en un único lugar las interacciones con cada uno de los usuarios (Carr,E. 2011). No se puede hablar de datos y uso de las TIC sin considerar las redes sociales existentes actualmente, ya que las formas de difusión de las producciones culturales y de su interacción con sus públicos ha vivido un gran cambio en cuanto al rol del público y su relación con los equipamientos de exhibición de artes escénicas. Cada vez los públicos tienen más conciencia de su poder de decisión, por tanto de intervenir e implicarse con el hecho artístico desde las redes sociales. “No se resignan al papel de espectadores pasivos y que tienen en internet y las redes sociales un aliado indiscutible” (Ramos, R., y Muro, R. 2012, p.1). Si bien el “word of mouth” ha sido el medio de difusión más efectivo de todos los tiempo, entendido como “la probabilidad que un usuario comente a otro usuario potencial acerca de un oferente de manera positiva” (Palmnatier, R. 2008:45), hoy en día, esta forma de difusión ha evolucionado significativamente, ya que


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

es en las redes sociales donde los públicos poseen mayor poder en cuanto a su rol como prescriptores, ya sea para recomendar como para criticar alguna experiencia escénica, por lo que tiene un efecto de mayor espectro (según el nivel de contactos, seguidores y/o liderazgo virtual que el individuo posea).

Estudio empírico: Caso Barcelona La investigación empírica explora desde el punto de vista de la gestión, cuál es el estado actual del sector de los espacios de exhibición de artes escénicas en Barcelona en cuanto a la gestión de sus audiencias, sus factores estratégicos centrales, las prácticas vinculadas, así como también a la valoración que sus gestores y/o responsables tienen de las estrategias de gestión de públicos, las razones para conocerlos y la composición de los mismos. Junto a lo anterior se busca identificar las características propias de cada uno en cuanto a su estructura de financiación y el uso de las TIC como herramientas de vínculo con sus públicos y no-públicos. La metodología utilizada para realizar el estudio se basó en tres etapas. La primera de ellas comprendió un trabajo documental que permitió establecerlas bases teóricas para relacionar los espacios de exhibición de artes escénicas con herramientas de gestión, como es el caso del marketing cultural y su contextualización a la realidad barcelonesa. La segunda etapa consistió en desarrollar un proceso de entrevistas exploratorias que permitiesen acotar las temáticas y orientar el diseño del cuestionario a realizar para levantar datos. La tercera etapa consistió en realizar encuestas a los responsables del área de gestión y/o comunicación de los teatros de programación estable y profesional que componen la Asociación de Empresas de Teatro de Cataluña (ADETCA), en la ciudad de Barcelona. La finalidad del cuestionario fue obtener datos cuantitativos y cualitativos que permitiesen ser explotados e identificar relaciones existentes, opiniones y valoraciones referentes a la gestión de los públicos y obtener, en caso de que existiesen, generalidades.

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Se identificó el universo a estudiar y se llevó a cabo la encuesta a una muestra no probabilística “compuesto por unidades de una población que no han sido seleccionadas al azar, y por tanto no es posible calcular el error de muestreo de los valores encontrados en la muestra ni aplicar técnicas de la estadística inferencial” (Briones, 1996:61). La muestra obtenida fue de un 70,7% del total de universo de teatros en la ciudad (42 teatros) y cuyos resultados fueron analizados de manera descriptiva univariante y bivariante para relacionar tanto las variables cualitativas como cuantitativas.

Resultados Los principales resultados obtenidos en la investigación que hacen relación a la gestión de los públicos y la importancia de ésta en las estrategias de los teatros, han permitido tener una primera visión con respecto a cómo se caracteriza el sector de los espacios de exhibición escénicas de la ciudad de Barcelona y su vínculo con los públicos en cuanto a sus estrategias, a cómo es la estructura de financiamiento de éstos, y la importancia de las TIC en su gestión. En primer término, el sector se caracteriza porque un 76% de éstos son de titularidad y gestión privada, compuestos por aquellos teatros sin fines de lucro, teatros con fines de lucro, así como también aquellos que son gestionados por grupos empresariales. El 24% restante corresponden a los teatros de titularidad pública (de gestión pública y de gestión privada), que considera tanto a aquellos de gran dimensión económica y espacial cuyo impacto es a nivel local, nacional e internacional; como a los espacios de exhibición más pequeños cuyo impacto es más territorial (local o barrial) y de mayor proximidad. En relación a la estructura de financiamiento, en términos promedios las audiencias financian un 47% de su presupuesto, mientras que el resto de fuentes de financiamiento son a través del sector público (subvenciones directas o fondos perdidos del titular), del sector privado (fondos perdidos del titular y patrocinios/ donaciones de terceros) y la generación de otros ingresos propios como puede ser el bar, la cafetería, entre otros.


Marketing Cultural: La gestión de públicos en espacios de exhibición de artes escénicas.

Gráf ico 1 : E struct u ra de financiación de los teatros. Fuent e: Elaboración propia

Con respecto a las estrategias principales que dirigen el quehacer de los teatros, se identificó que es muy heterogéneo, sin embargo son los factores sociales como el aumento en el acceso de la comunidad a las artes escénicas, el fomento a los creadores jóvenes y emergentes y el fomento al pensamiento críticos en los ciudadanos los factores que más se repetían, por sobre estrategias de carácter económico, artístico o centradas en los públicos. Cabe mencionar que las estrategias centradas en los públicos no son representativas de los teatros barceloneses, ya que el 100% no considera importante conocer los gustos, intereses y preferencias de los públicos, para un 84% no es estratégico crear nuevos públicos, y para el 80% no es central desarrollar las audiencia escénica ni formar futuros consumidores escénicos (niños y adolescentes). En relación a la valoración de diferentes estrategias de gestión de públicos, lo que han identificado como altamente importante ha sido aumentar la frecuencia de los públicos actuales, en un 93% de los casos, seguida por conocer los intereses, gustos y preferencias de los públicos, con un 66% de la muestra.

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Gráf ico 2: Valoración de las estrategias de gestión de públicos. Fuent e: Elaboración propia

En cuanto a la composición de los públicos actuales de las artes escénicas en Barcelona, se identificó que aquellos que más representan a las audiencias actuales son los públicos frecuentes en un 43%, y corresponden a aquellos que participan o consumen de la oferta escénica de manera regular y que tienen una actitud proactiva ante las prácticas escénicas. El resto se compone entre públicos amigos o socios (16%), quienes se implican con el proyecto escénico más allá del consumo, aportando diferentes recursos como tiempo, dinero o contactos para la consecución de sus objetivos; los públicos ocasionales (25%), aquellos practicantes con diferentes niveles de frecuencia, que principalmente reaccionan a estímulos del entorno; y los públicos primerizos (16%) aquellos que si bien han tenido alguna(s) experiencia(s) con las artes escénicas, aun no lo han interiorizado, por tanto no han logrado generar un interés definido. Si se considera las prácticas a través de las cuales los equipamientos de artes escénicas han utilizado en los últimos tres años para crear vínculos y conocer a sus públicos, es importante destacar que aquellas que se realizan más son el uso de redes sociales para difusión: un 90% de los teatros; la obtención de datos de los públicos de manera virtual: un 76% de los teatros; y la difusión segmentada: un 69% de los teatros. Cabe destacar que la totalidad de los casos ofrecen instancias en las cuales se generen actividades donde interactúen los artistas con el público. Otro aspecto importante a destacar son las razones que han manifestado con respecto al porqué se acercan a los públicos. Estas se caracterizan por tener una mayor importancia los factores sociales que económicos, ya que crear un


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mayor impacto en el desarrollo personal de la comunidad, así como el bajo nivel de consumo de artes escénicas son las principales razones que motivan a los teatros a acercarse a los públicos y no públicos.

Gráf ico 3 : Razone s p ri nc i pales del interés de los teatros por acercar se a los públicos. Fuent e: Elaboración propia

Con respecto al uso de las TIC como herramientas para crear vínculos con sus audiencias, se ha identificado que un 86% de los teatros poseen sistemas online de venta de entradas, de los cuales un 68% lo hace con un sistema propio de ticketing y un 80% tiene acceso a los datos de sus públicos. Además un 48% del total de los casos utiliza sistemas de CRM para gestionar los datos de estos. Las herramientas online más utilizadas para actividades de difusión son la página web de los teatros, así como las plataformas de YouTube y de Vimeo, mientras que aquellas que se utilizan además para conocer a sus públicos, las más utilizadas son el Mailing, Facebook, Twitter y los sistemas de ticketing propio. Finalmente, desde una perspectiva comparativa se identificó algunas relaciones entre los teatros públicos y privados. Los teatros públicos son los que poseen una mayor tasa de ocupación, que en promedio es de 69%; un 71% recibe algún tipo de patrocinio y sus niveles de autofinanciamiento en promedio es del 29,3%. Junto a lo anterior, se caracterizan porque están más representados por lo públicos ocasionales y públicos primerizos. Por su parte, los teatros privados solamente alcanzan un 47% de tasa de ocupación, en términos de niveles de autofinanciamiento logran en promedio un 53% de su presupuesto y sólo un 24% recibe algún tipo de patrocinio. Además, son los que más están representados por los públicos frecuentes, que alcanza el 50% de sus públicos actuales.

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La situación en Valparaíso El sector de las artes escénicas en Chile y el de los espacios de exhibición en especial en la ciudad de Valparaíso, no ha tenido una sistematización metodológica en cuanto a su oferta y demanda que permita identificar con certeza los espacios existentes, la profesionalización de los equipos humanos, las características técnicas de los teatros, así como tampoco diagnósticos desde el punto de vista de la demanda. Solamente se cuenta con grandes datos cuantitativos sociodemográficos que permiten al menos obtener ciertas tendencias con respecto al consumo. Como bien se extrae de la Política de Fomento del Teatro 2010-2015 con respecto a la infraestructura nacional, “actualmente no se cuenta con catastros exhaustivos de salas de teatro a nivel nacional que consideren sus condiciones técnicas, lo que dificulta la elaboración de un diagnóstico certero en esta materia” (CNCA, 2010:20). Al hacer alusión a Valparaíso y Viña del Mar, se estiman alrededor de 15 espacios de exhibición de las cuales muy pocas cuentan con condiciones adecuadas para el montaje de obras (ficha técnica, infraestructura, acceso, etc.). Valparaíso en su oferta posee diferentes tipos de infraestructuras que permiten la exhibición de artes escénicas, pero como se ha comentado anteriormente, al no existir un diagnóstico de la misma, no se tiene conocimiento de la diferencia entre unas y otras, en caso de que su programación sea estable, profesional o amateur, si se orienta por el valor de uso o valor de existencia, el nivel presupuestario que gestionan así como los niveles de autofinanciamiento, el nivel de profesionalización del sector, etc. Lo que sí se puede decir es que existen múltiples modalidades de salas de exhibición y/o teatros. Por una parte tenemos aquellos teatros que dependen de la municipalidad, por otro lado salas de exhibición que dependen de las universidades (privadas y públicas), espacios del CNCA o de organizaciones independientes, y finalmente centros culturales que dentro de su oferta de servicios se encuentran las salas de exhibición de artes escénicas. Según información de fuentes secundarias 2 , se puede decir que la ciudad (2) | Entrevistas de tipo informal a gestores culturales en el sector de las artes escénicas en Valparaíso.

contaría al menos con 18 espacios de exhibición de artes escénicas, como son el Teatro Montealegre, el Teatro Municipal de Valparaíso, el Teatro Condell, el


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Parque Cultural de Valparaíso, el Duoc Cousiño, la Sala de Arte Escénico de la UPLA, la Sala de Teatro de la Arcis, el Aula Magna de la Universidad Santa María, Balmaceda Arte Joven, el Teatro Container, el IPA, el Centro Cultural Trafón, la Sala Pascal 79, la Sala negra de la Universidad de Valparaíso, el Dispositivo Cultural de la Universidad de los Lagos, el Centex, la Sala Síntoma y la Sala de Teatro Espacio Círculo. Todas éstas crean el tejido sectorial de la exhibición escénica en cuanto al teatro, circo y danza de la ciudad. En relación al financiamiento de la oferta, cabe destacar que los fondos concursables como FONDART son las principales herramientas que el sector utiliza para financiar su actividad, que se complementa con el aporte privado a través de la ley de donaciones culturales o el auspicio, y el pago de las entradas por parte de la audiencia. Cabe destacar que aquellos que asistieron a una obra de teatro en el último año, un 47% lo hizo de manera gratuita, es decir, prácticamente uno de cada dos pagó por un espectáculo. Con respecto a la demanda de artes escénicas en la ciudad, cabe mencionar algunos resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural, que identifica a nivel de la región de Valparaíso que un 15.5% de la población acude o asiste a ver espectáculos de teatro, un 23.1% de la población asiste a espectáculos de danza, y que los espectáculos de circo se concentran principalmente en esta región, donde 21.355 personas asistieron a algún tipo de espectáculos de esta disciplina. Esta es la región con la mayor cantidad de asistentes a nivel nacional. En términos globales y nacionales de la composición de las audiencias, la Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural, identifica que un 12.9% de la población que asiste al teatro lo hace con una frecuencia de al menos dos o tres veces al año, a lo cual denominan “audiencia constante” y que un 5.7% ha asistido sólo una vez. Cabe destacar que en términos de franjas etarias, son los jóvenes de 15 a 29 años los que obtienen mayores índices de asistencia, con un 24.4%, la cual va decreciendo en franjas etarias de mayor edad. Junto a lo anterior, se constata que a mayor nivel educacional, mayor es el nivel de frecuencia en la asistencia.

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Gráf ico 4: Frecu encia de asistencia de asistentes a espectáculos de ar tes escé nicas en Ch ile. Fuent e: (CNCA , 2011)

Con respecto a las barreras y resistencias que limitan el consumo por parte de la población, las principales razones que indican para no asistir a obras de teatro es la “falta de tiempo” con un 38,9%, “No le interesa o no le gusta” con un 17,3%, y finalmente “Falta de dinero” con un 13,7%. En cambio en los espectáculos de danza, la “falta de tiempo” representa a un 34,9%, “No le interesa o no le gusta” al 22,2% y la “falta de información” a un 11,9%.Por otro lado, resalta que en el país más del 80% de la población revela no haber asistido al teatro ni una sola vez, ya sea en los últimos doce meses o alguna vez durante su vida(CNCA, 2011) Finalmente, cabe destacar la importancia que tendrá en el mediano y largo plazo la creación de capital cultural en los ciudadanos en etapas de formación (niños y adolescentes) que se gesta desde la institucionalidad con su programa Acciona, cuya finalidad es mejorar la calidad de la educación a través del desarrollo de la creatividad, la formación cultural y artística, y el desarrollo de capacidades socio afectivas de los/as estudiantes.


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Plan de Gestión de Públicos La siguiente propuesta que se ofrece en cuanto a la gestión de los públicos de los espacios de artes escénicas, persigue entregar una herramienta metodológica para llevar a cabo un proceso de acercamiento y conocimiento de los públicos a los cuales se dirigen sus acciones basadas en el producto cultural que ofrecen, de manera tal que a partir del conocimiento que se logre de éstos, permita que la oferta y la demanda de artes escénicas se complemente, genere una sinergia tal que fortalezca el sector, potencie el impacto a nivel territorial y permita ser un vehículo donde la educación y aprendizaje escénico sean en base al conocimiento mutuo entre los agentes involucrados en este sector artesanal de la cultura. Antes de comenzar cualquier proceso de gestión de públicos, es necesario considerar que como todo plan, es una herramienta que permite planificar en base al conocimiento y que permite organizar las acciones que se desean desarrollar para el logro de los objetivos establecidos. Una particularidad de esta propuesta es lo participativo de su metodología, ya que se ha de implicar a todas las esferas de la organización, específicamente a aquellos agentes involucrados en las decisiones estratégicas y aquellos que de forma operativa se relacionan cara a cara con los públicos. Es indispensable que la implementación de un proceso así, tome como base los lineamientos estratégicos en los cuales la organización se orienta. De esta manera, se cimentará en base a los valores que se desean compartir con la sociedad y el desarrollo comunitario, el cumplimiento de la visión y misión establecidas, en función del valor de existencia o el valor de uso que los orienta, el ámbito y/o territorio en el cual se proyecta el impacto de la actividad y el rol que desarrollan en cuanto a la creación, producción, exhibición y formación de las artes escénicas. La presente propuesta se basa en la metodología del plan de gestión de públicos realizada por Jaume Colomer(2013) y que consta de cinco pasos.

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Figur a 5: Metodología para elaboración de un Plan de Gestión de Públicos. Fuent e: (Colom er, 201 3)

Paso 1: Preparación Este proceso consta principalmente de constituir el equipo de trabajo y de una formación inicial. En primer término se ha de desarrollar un equipo de trabajo que incluya a todas las personas que están en contacto con los públicos, además de aquellos que desarrollan funciones de programación, comunicaciones y marketing. La importancia de esto radica en la implicación y compromiso por parte del equipo humano en considerar a los públicos como parte esencial del desarrollo del proyecto escénico. En segundo término, realizar un proceso de capacitación básico al equipo basado en el proyecto estratégico, en los modelos y estrategias de gestión de públicos e instrumentos del marketing relacional; con la finalidad de conseguir una actitud proactiva en el desarrollo del mismo, trasferir capacidades relacionadas a la gestión de públicos escénicos y crear cohesión en el equipo. Paso 2: Prioridades estratégicas La metodología para esta etapa propone realizar tres acciones consecutivas específicas que permitirán establecer los objetivos operativos y las prioridades estratégicas, basadas en un diagnóstico o situación de punto de partida.

Diagnóstico o punto de partida. Consiste por una parte en realizar un análisis de la oferta en cuanto a espectáculos, funciones y aforo ofertado, y por otra un análisis a la demanda, en cuanto a entradas vendidas, ocupación y recau-


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dación, así como también los perfiles sociodemográficos que la caracterizan. Este análisis permite conocer las tendencias de consumo y por tanto el índice de consumo escénico en un territorio. En contextos en los cuales las realidades socioculturales son muy diversas, este índice puede ser considerado como el básico, siendo un primer referente de comparación desde el cual se puede avanzar hasta lograr índices óptimos como puede ser el caso de teatros de referencia en cuanto a experiencias exitosas de gestión de públicos.

Figur a 6 : C álcu lo índice de consumo escénico. Fuent e: (Colomer, 2 01 3 )

Potencial de consumo. Considerando que el consumo escénico en general es local, éste se puede calcular en base a la población de referencia del territorio en el cual opera un espacio de exhibición escénica. De esta manera un primer nivel se asocia al municipio en el cual se emplaza el teatro, un segundo nivel a los municipios vecinos (entorno próximo), y finalmente un tercer nivel, a los municipios más lejanos (entorno secundario). Establecer prioridades estratégicas y objetivos operativos. En este caso se establece en función del diagnóstico realizado y la estimación del potencial de consumo, y permiten constituir las estrategias prioritarias para saber en qué orientación se deben dirigir los esfuerzos y la energía. De esta manera se jerarquizará las estrategias de gestión de públicos a llevar a cabo, ya sean de captación de nuevos públicos o de desarrollo de los públicos actuales. Así permite diversificar intereses e incrementar la frecuencia de los públicos actuales, fomentar a compromiso de regularidad, o estrategias que promuevan a los públicos frecuentes a ser colaboradores del proyecto escénico. Paso 3: Desarrollo operativo Esta etapa consta de tres actividades que permitirán por una parte identificar y segmentar a los públicos según diferentes variables, desarrollar las estrategias

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de marketing mix dirigidas a cada uno de los segmentos identificados, y establecer los medios para obtener datos e información de las audiencias para una adecuada gestión de los datos. Mapa de públicos. En esta etapa es primordial desarrollar de manera operativa un mapa de públicos que a través de una de las metodologías del marketing, como es la segmentación, permita establecer segmentos heterogéneos de públicos compuestos cada uno por características homogéneas. En este sentido, la importancia es identificar las variables más significativas que permitacrear un mapa operativo de públicos a los cuales aplicar las prioridades estratégicas. Esta segmentación diferenciará en primer término a los públicos en formación (niños y adolescentes) de los públicos adultos. De los primeros, se podrá segmentar según su estadio evolutivo en cuanto a si se encuentran en etapas de primera socialización, de socialización secundaria o ya en la adolescencia; o mediante su contexto de mediación, es decir grupo familiar, escolar o grupo de amigos. Por su parte, los públicos adultos serán segmentados principalmente en función de las variables objetivas y subjetivas.

Figur a 7: Variables de seg m entación públicos adultos. Fuent e: (Colom er, 201 3)

Marketing Mix por segmento. La metodología propone una planificación del marketing mix para los segmentos de públicos identificados, en la cual se identifique qué contenidos de los


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productos se corresponden mejor con qué tipos de públicos identificados, así mismo el establecimiento del precio o diferentes precios según grupos dominantes en cada segmento, precios de abonos, precios para colectivos específicos, etc. Junto a lo anterior, se debe establecer los canales de venta a través del cual los públicos podrán acceder a las entradas, según los hábitos de compra de cada segmento. En algunos casos será más efectiva la venta online directa o por intermediarios, en otras la venta física por taquilla. Finalmente establecer las acciones de comunicación en base a tres niveles: masiva, segmentada o personalizada. Creación de base de datos. Crear una base de datos de los públicos es esencial ante cualquier proceso de gestión de audiencias y de implementación de un plan de gestión de púbicos, ya que obtener la información de éstos permitirá desarrollar y mantener una relación personalizada con cada uno de ellos. Estos datos se podrán registrar en base a la observación, en base a consultas cualitativas y cuantitativas y a través del sistema de venta de entradas. La implementación de una página web y del uso de plataformas como Youtube, Vimeo u otras para hacer difusión, las redes sociales como Facebook y Twitter o acciones de mailing para además de difundir, conocer a los públicos, y los sistemas de venta online propios, permiten registrar los datos de los compradores, por tantoson esenciales ante cualquier intento de desarrollar un plan de gestión de públicos. Complementariamente a lo anterior, se puede considerar la implementación de un sistema CRM si los niveles de audiencia y recaudación así lo permiten. Paso 4: Control y evaluación El principal objetivo de esta etapa es corregir ciertas acciones que permitan al plan de gestión de púbicos que se está implementando, la integración del feedback que genera, por tanto la creación de indicadores será esencial para ir evaluando el logro de los objetivos operativos establecidos. Éstos pueden ser aplicados tanto a la demanda como a la oferta. En este paso es importante la valoración económica que tendrán las acciones, por una parte determinar el

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costo que tendrá, así como también identificar los ingresos que de estas acciones se desprenden, de manera tal que se tome decisiones en cuanto a repetir o no tal o cual acción, basado en el conocimiento de los resultados. Paso 5: Ajustes organizativos Finalmente, esta etapa comprende una visión organizacional en cuanto a revisar las necesidades y/o carencias detectadas en el proceso. Por una parte, las capacidades profesionales dentro del equipo, por tanto revisar el organigrama funcional puede indicar la falta de algún especialista en temáticas afines al marketing cultural, gestión de públicos o comunicación.Por otra parte mantener y potenciar la implicación por parte del equipo, creando una plataforma informática que integre la información de la audiencia a las diferentes funciones de la organización, para que cada persona del front office y back office tengan acceso a esta información, de manera actualizada, completa y directa.

CONCLUSIÓN El consumo y la participación cultural y específicamente el de las artes escénicas, se ve afectado y explicado por múltiples factores. Aunque los criterios geográficos, demográficos y socioeconómicos son los más recurrentes para explicar el comportamiento del público, en ocasiones no resultan ser los más efectivos para diseñar la estrategia de marketing para cada organización cultural. El conocimiento de los públicos por parte de las organizaciones de exhibición escénica es fundamental para fortalecer el sector y fomentar un mayor impacto en el desarrollo personal de la comunidad, dado principalmente a que son un pilar indiscutible en el desarrollo sostenible de las organizaciones. Al integrar la gestión de públicos en la planificación estratégica de un teatro, visto desde un punto de vista integral, no sólo se está apostando por un efecto


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cortoplacista, economicista y cuantitativo como puede ser un aumento en la frecuencia de los públicos activos, sino que además, y más importante aún, se está desarrollando un proceso a largo plazo, cualitativo, de colaboración y de sostenibilidad, donde se involucra a las nuevas generaciones desde edades tempranas, que de la mano de procesos educativos permita que la sociedad posea mayor capital cultural, desarrolle una mayor capacidad crítica y valorice el rol que juegan las artes escénicas en el territorio en el cual se emplazan. Junto a lo anterior, permite llevar a cabo procesos de segmentación eficientes y mucho más efectivos, basados en las características y especificidades de los públicos y no en lo que se pueda suponer de ellos, por lo que en términos de costes, de tiempos, de formas de comunicación, de impacto en la sociedad y en la propia organización, del diseño de los mensajes, de los resultados esperados y de los procesos para llevar a cabo el proyecto cultural deseado será más exitoso. Finalmente, se puede decir que el logro de generar una relación en base al conocimiento de los públicos trae consecuencias bastante importantes para el equipamiento cultural, ya que permite extraer información relevante que podrá servir para complementar, ajustar y/o reorientar en términos estratégicos a la organización. Lo anterior dará pié por una parte a identificar y agrupar a los públicos y por otra parte, poder conocer cuáles son las barreras o resistencias que limitan el consumo por parte de éstos, entre muchas otras.

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Revista Eltopo. No.4. 2015: (pp.42-69) ISSN:0719-3335 42


E L C A S O DE

Los clubes sociales en Aracaju Lucas Melo 1

Resumen El ocio como problemática sociológica, se posiciona de manera reciente, primero por Dumazedier y después Parker, que lo contraponía al trabajo. Sin embargo, con el nuevo pensamiento de Elías a través de la publicación Deporte y ocio en el proceso de la civilización (escrito con Dunning), hubo un cambio: de forma general, el ocio pasó a ser reconocido como una actividad donde las emociones que son cercenadas durante la rutina y permitidas para satisfacción individual y colectiva. Escogemos como un espacio del ocio en la ciudad, los clubes sociales. Tales instituciones fueron un lugar significativo en la Belle Époque, un símbolo de la modernidad para algunas ciudades entre los siglos XIX-XX y dejaron muchas reminiscencias para gran parte de sus habitantes. Intentaremos mostrar ese aspecto en una ciudad de menor tamaño, como es Aracaju, capital del Estado de Sergipe del nordeste brasileño. El presente artículo tiene como objetivo el estudio de los clubes que son instituciones socio espaciales que fomentan el ocio en Aracaju y, sin olvidar, el propio aspecto teórico que el ocio trae para la sociología. Palabras Claves: Ocio, clubes, Aracaju, modernidad, Norbert Elias Abstract

(1) | Lucas Melo Sociólogo. Actualmente, estudiante de maestría en Antropología Social en la Universidad Federal de Sergipe con beca de FAPITEC-SE y miembro de GRECCOS (Grupo de investigación de cultura, cotidiano y sociabilidades en la contemporaneidad). Gracias al Prof. Dr. Ulisses N. Rafael (PPGA/ UFS) por la orientación y al Natalia Arroyo Dosch por la revisión. Contacto: lucasmsmelo@gmail.com

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The leisure is a subject such recent for the Social Sciences, the pioneer was Dumazedier and then Parker, both thinking leisure as an opposite to work. Nevertheless, Elias’ new thinking through Quest for excitement (written with Dunning), was a change in that field: in a general way, the leisure becomes recognized as an activity where emotions are restricted during the routine are permitted for individual and collective fulfillment. We chose as an example of that in an urban place the clubs. Such institutions were a meaningful place in the Belle Époque; they were a symbol of modern times for some cities between 19th and 20th century and let many reminiscences for a great part of their inhabitants. We will try to show this aspect in a medium size city, like Aracaju, capital of the State of Sergipe in Brazilian Northeastern. The present article has as goal the study of the clubs that are socio-spatial institutions that forge leisure in Aracaju and without forget the theoretical aspect that leisure bring us in sociology. Keywords: leisure, clubs, Aracaju, modern times, Norbert Elias


El caso de los clubes sociales en Aracaju

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INTRODUCCIÓN El ocio surgió como un fenómeno estudiado por las ciencias sociales junto a las sociedades modernas incorporadas en la Revolución Industrial. Un intervalo de tiempo donde las personas descansaban para más tarde retornar al trabajo exhaustivo de aquel período. Sin embargo, el entretenimiento y la diversión ya ocurrían antes de ese momento histórico y en otras sociedades. Eso, no significa que el hombre sólo pasó a divertirse a partir del instante que comenzó a tener un empleo regular. Debemos indagar acerca de qué manera podríamos comprender el fenómeno de diversión en una ciudad erguida sólo en la segunda mitad del siglo XIX compuesta, en mayoría, por inmigrantes provenientes del interior de la propia provincia, como es el caso de Aracaju, ya que apenas después de 50 años de fundación de la ciudad, empezaron las manifestaciones de un ocio más urbanizado como las idas al teatro, al comercio, a los restaurantes, a las heladerías y, luego, a los primeros clubes. Una diversión que seguía la corriente de las metrópolis brasileñas – y quizá sudamericanas – en donde nuevos valores culturales eran agregados al modo de vida del habitante de la ciudad, como reflejo de lo que ocurría, principalmente en Río de Janeiro. Por lo tanto, el gozo de los habitantes de la ciudad era el resultado de un proceso de urbanización con prácticas importadas de localidades económicamente más pujantes que la nueva capital sergipana 2 . Prácticas que se adaptaron a las condiciones en las cuales la ciudad se constituyó. Puesto esto, el presente artículo está direccionado para la investigación de los célebres espacios de sociabilidad de la capital sergipana, en este caso, los clubes sociales. Instituciones que, con el pasar del tiempo, fueron acumulando un enorme prestigio junto a la sociedad aracajuana, pero que de algunos años hasta aquí, sufren con la falta de público y de socios. Aracaju era una ciudad recién fundada que siempre estaba recibiendo inmigrantes, esa nueva población en la ciudad precisaba integrarse lo más rápido posible al cotidiano de la capital. Una de las formas de hacer eso era asociándose a uno o hasta más clubes existentes. Los primeros clubes surgieron en el final de la primera década del siglo XX, como una fiebre en la nueva capital de

(2) | Sergipano(a) se refiere a las personas nacidas en el estado de Sergipe, cuya capital es Aracaju.


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tiempos republicanos, y se consolidaron con la fundación de otros en la década de 1930. El auge se dio en las décadas de 1960 y 1970 y perduró aún en la década siguiente cuando Aracaju recibió un mayor flujo migratorio de personas oriundas del interior del propio Estado, así como de Bahía y Alagoas, los estados vecinos. Esto ocurrió debido a las políticas de desarrollo del gobierno federal y estatal, con construcciones en áreas donde la ciudad estaba expandiéndose. En Aracaju, los clubes hacen parte de la memoria nostálgica de la ciudad, por tratarse de un espacio que concentraba parte significativa del gozo local, asociada a las relaciones sociales, afectivas, profesionales; el que Baechler (1995) definió como redes. Usamos este término especialmente, porque en un determinado período, entre las décadas de 1960 y 1980, tales instituciones eran prácticamente las únicas donde el ocio era disfrutado, por lo menos por parte de las camadas más aventajadas de la población; además, de la utilización de baños en el mar, hábito que sólo muy lentamente fue incorporándose a las prácticas de entretenimiento del aracajuano. Además, una que otra discoteca, de vida corta, juntamente con algunos festejos puntuales en la calle, como la fiesta de San Juan y la de Buen Jesús de los Navegantes, complementaban el acervo de entretenimiento en la capital, en ese período (Fontes, 1998). De tal suerte que, el propósito de esta investigación fue el de averiguar y caracterizar los elementos, sean objetivos y/o subjetivos, que propiciaron el desarrollo de ese modelo de ocio. Gran parte del estudio presentado aquí fue hecho en el año 2013, como trabajo final de graduación con el título Diversão nunca é demais. En aquella investigación hicimos un tipo de etnografía histórica, así algunos experts podían denominar la metodología de colección de datos producida. Procuramos hacer un enfoque empírico basado en la antropología reflexiva geertziana que nos propone la realización de trabajo de campo, marcado por un diálogo entre los puntos de vista del investigador y del investigado. El enfoque empírico fue de naturaleza cualitativa, con base en una perspectiva fenomenológica, esto es, que pretendemos comprender este hecho social desde el punto de vista de los dirigentes y ex dirigentes de los clubes, así como de los socios y ex socios. Decidimos insertar esa parte al universo, ya que se trata de individuos que están o estuvieron más próximos al club y que vivieron el día a día de esos espacios. También, utilizamos bibliografía disponible que se aproxi-


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ma al tema u objeto trabajado. A continuación hicimos el levantamiento de datos relevantes, investigamos en noticias de periódicos, revistas, en columnas sociales y, eventualmente, documentos previstos por los propios clubes, como estatutos, por ejemplo, siempre recorriendo a las tres principales fiestas que eran emprendidas en los clubes durante el año: el Carnaval, la principal de ellas; San Juan; y el Año Nuevo. Aquí dejamos en foco sólo la fiesta de carnaval. Creemos que la utilización de estos métodos ha traído una mejor relación entre investigador y objeto de estudio. Posteriormente, pasamos a las fases de entrevistas abiertas semi-estructuradas con los partícipes de este objeto, con los socios y dirigentes, del presente y del pasado, a modo de buscar y comprender, la situación de esos espacios hoy. Aquí presentaremos, de manera reducida, la parte teórica y los principales resultados con nuestras interpretaciones. El tema y objeto de esta investigación tuvieron como propósito caracterizar los elementos que condicionaron la decadencia en el uso de los espacios de los clubes sociales en Aracaju a partir de los años 90 del siglo XX. Desmenuzando ese objeto intentamos descifrar por qué un espacio que era muy frecuentado, cuando Aracaju no tenía los indicadores socioeconómicos de la actualidad, declinó cuando la ciudad empezó a crecer, tanto demográficamente como económicamente. De esta forma, esta investigación fue útil para desvendar ese fenómeno que inquieta, hasta cierto punto, a las personas que tienen a partir de 30 y 40 años de edad, por haber sido un espacio tan célebre para la sociedad aracajuana. Por lo tanto, este trabajo buscó dar esa contribución, sumándose a los aportes sobre la historia social de la ciudad, que a pesar de tener más de 150 años desde la fundación, aún no posee, siquiera, una recopilación de trabajos sobre sí misma, que haga justicia a su dimensión y pujanza actual en el escenario brasileño.

El proceso de Ocio Durante mucho tiempo el ocio fue considerado un fenómeno, al margen de las investigaciones sociales, un elemento secundario, sin mucha importancia para la comprensión de los aspectos socioculturales del hombre. El ocio como fenó-

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meno social específico sólo fue percibido en la modernidad, consecuencia de la Revolución Industrial. En el inicio de los estudios de este fenómeno, siempre, o por lo menos en la mayoría de las veces, era considerado como un contrapunto al trabajo. Esto significa que el ocio era la actividad ejercida en todo y en cualquier espacio de tiempo libre del individuo fuera del trabajo, genéricamente. Era así, por ejemplo, que Joffre Dumazedier (1979) pensaba el ocio. Sin embargo, no debemos olvidar de que el ocio, entretenimiento, gozo, ya hacía parte del contexto cotidiano de los individuos; porque estos elementos son de características inherentes a los seres humanos. Como Huizinga (1993) escribió en el prefacio de la magnum opus: “… es en el juego y por el juego que la civilización surge y se desarrolla”3 . O sea, por lo lúdico, por el gozo. El ocio no debe ser apenas relacionado con el trabajo, sino también con las otras actividades del no ocio, de tiempo libre. Como bien escribió Elías (1992), toda actividad de ocio es una actividad de tiempo libre, sin embargo no toda actividad de tiempo libre es ocio. El fenómeno en cuestión es fruto de un proceso largo y continuo, que por veces, sufre con idas y vueltas no siempre de forma linear. Recordando que, tales fenómenos no son estáticos, delimitados del inicio al fin, son, en realidad, flexibles, cambiándose constantemente cabiendo a los investigadores sociales caracterizar sus diferentes procesos de formación, estructuración y/o decadencia, como es este caso específico que estamos investigando. Para Dumazedier (1979), y también Stanley Parker (1978), contemporáneo del colega francés, aunque con una influencia menor, por lo menos en la academia brasileña, el perfil analítico de los sociólogos, en lo que respecta al ocio es la interacción entre el comportamiento individual y la estructura social, o sea, la relación que el agente tiene con el ocio y el contexto social. Así es que, queramos o no, el ocio aún así es influenciado por la estratificación social. Esto hace referencia que la clase y/o renta tienen cierto influjo en el ocio derrochado por el individuo, ocasionando diferenciaciones, sea de cual ocio se trate, de qué manera o por qué fuese realizado. Las elecciones de cual ocio realizar, por (3) | Casi todas las citas presentadas fue-

ron traducidas del portugués para el español por el autor, excepto las citas de las obras El proceso de la civilización y Deporte y ocio en el proceso de la civilización que pudimos encontrar versiones en español

ejemplo, refleja la etapa de la búsqueda de una identidad que se desea a alcanzar. Esos espacios de ocio no sólo prestan un servicio, sino también tienen importancia en la creación y en cómo atiende a un ocio específico.


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Según Parker (1978), el ocio no debería ser cuantificado y disminuido a números de horas. Este autor, critica muchos trabajos producidos hasta entonces que se proponen a medir sencillamente el ocio de las personas teniendo en vista apenas el tiempo libre de ellas. Hizo críticas a algunas concepciones de ocios existentes en la época, dialogando con Dumazedier. Además, observamos que en las últimas décadas, el ocio ocupa un espacio significativo en los periódicos académicos, con relevancia para la organización de grupos de investigación congregando las más diversas áreas de conocimiento. Algunas de las razones de esa visibilidad ascendente son: la comprensión entre cultura y ocio, punto central en esa área; el desarrollo de una fuerte y creciente industria del ocio y del entretenimiento, apuntada como una promisora fuente de negocios; aumento de las iniciativas gubernamentales, como ejemplo, los re-usos de centros urbanos generalmente vueltos al ocio; y los cuestionamientos acerca de la asepsia de la sociedad actual, construida a partir de la centralidad y valorización extrema del trabajo. Todo eso denota un sentido de sofisticación en el ocio actual. Por todo eso, seguimos más la teoría de la sociología eliasiana que pensó tal fenómeno fuera de las “presiones” del trabajo. Un fenómeno de extrema importancia para el individuo contemporáneo en el cual durante espacios regulares – o no – de tiempos puede expulsar sus sentimientos de satisfacción y alegría. “Pocas sociedades humanas, por no decir ninguna, existen sin un equivalente de nuestras actividades recreativas, sin danzas, simulacros de combate, números acrobáticos o musicales, invocaciones ceremoniales de los espíritus – en resumen, sin instituciones sociales que, por así decirlo, proporcionan alivio emocional contrarrestando las tensiones y los esfuerzos de la vida ordinaria con sus serias luchas, peligros, riesgos y coacciones” (Elías; Dunning, 1992, p. 60). Así siendo, después de las lecturas de las obras El proceso de la civilización (1987), A sociedade de corte (2001) e Deporte y ocio en el proceso de la civilización (1992), todos escritos por Norbert Elías, observamos que el ocio es la búsqueda por una excitación agradable, algo breve, con clara ausencia de

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obligación, usado para fortalecimiento del «cuerpo y de la alma» como decían los antiguos, o sea, físico y mental. ¿Y dónde el individuo puede encontrar esa «estimulación emocional» que es el ocio en la contemporaneidad? Una de las opciones es el club. Espacio de ocio reservado donde es posible emprender relaciones sociales particulares mientras los individuos están en su tiempo libre. ¿Y el club se configura como una institución civilizadora? De cierta forma sí. En las sociedades industriales contemporáneas en que vivimos la fuerte excitación – rabia, alegría, miedo, entre otros – sólo es comprendida, siendo en el restante de los casos impedidos, en dos situaciones: cuando envuelve individuos que están insertados en categorías marginales, como niños, deficientes mentales, hinchas (Elías; Dunning, 1992) 4 ; o en períodos previamente establecidos, como fechas conmemorativas, festejos. Es hasta comprensiva esa reducción de las emociones, pues cuando una persona está cargada de euforia, excitación, puede tornarse difícil su control. La propia palabra portuguesa lazer viene del latín licere que significa algo lícito, algo que es permitido. Es en ese espacio que entra la función del club como un espacio de ocio, cerrado, para ser el locus del «descontrol controlado» de las emociones de los individuos. “Pero esta exclusión de las necesidades corporales de la vida pública, así como la regulación y modelación correspondientes de la vida impulsiva fueron posibles únicamente porque, a la par con la sensibilidad creciente se inventó un utensilio técnico que resolvió de algún modo este problema de la exclusión de tales funciones de la vida social y su reclusión en otros lugares” (Elías, 1987, p. 181). Es en ese espacio que ocurre, el que Elías denomina acontecimientos recreativos que son nada más que actividades lúdicas con fin de descanso y distensión; acciones hacia el gozo que son más preponderantes a la hora de la elección de cual actividad participar para satisfacción propia del individuo; al contrario de otras situaciones del cotidiano, en el cual la persona prefiere, o aún pondera, la satisfacción de su próximo al contrario de la suya. Una situación que ejemplifica eso, de la preocupación con el otro en detrimento de sí mismo, es cuando en las actividades del “… trabajo, tal como está estructurado en nuestras sociedades, la gente siempre decide en gran medida hacer esto o aquello después de (4) |Otro material que discute ese tema específico es la obra de Bill Bufford, Among the thugs.

tomar en cuenta a otros individuos de quienes puede decir «ellos», (…), si bien, naturalmente, el aspecto «yo» nunca está totalmente ausente” (Elías; Dunning,


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1992, p. 117). Es en esa situación pública, única por señal, que las decisiones individuales son llevadas en cuenta antes de las decisiones colectivas. Tales hechos dependen de las oportunidades construidas previamente, siendo que son habitualmente formadas por fuertes necesidades de estimulación social, pudiendo ser directamente o en convivencia con el ocio. Un ejemplo de eso son las redes de sociabilidad formadas a través de las idas a los clubes. Estas actividades de tiempo libre que son realizadas en los clubes, son denominadas «miméticas»5 , por tratarse de un tipo de participación con un elevado nivel organizativo, como miembro de una organización, con el objetivo de «destrucción» de rutina, de descontrol, de experiencias emotivas compartidas voluntariamente, generalmente alcanzadas por medio de movimientos corporales o por medio de la sociabilidad que es inherente, como en fiestas, por ejemplo. Incluso, la cuestión de la quiebra de rutina es un modo particular de «riesgo» que el ocio engendra en su rastro. Él desafía la orden de rutina, pero sin colocar en riesgo los medios de subsistencia. El autocontrol ejercido por los individuos, sea en espacios públicos o privados, es asegurado por los tabús impregnados por las sociedades. Entonces el ocio se torna un instante de la producción de situaciones agradables liberando las tensiones producidas por la vida cotidiana. Un fenómeno que produce excitaciones espontáneas y elementales «enemigos» de la vida pacífica. “La sociedad comienza a reprimir los elementos de placer en ciertas funciones por medio al temor; o, mejor dicho, comienza a privatizar tales funciones, a recluirlas en la «intimidad», en el «secreto» de la vida de los individuos, haciendo que los únicos sentimientos sociales frente a ellas sean los de carga negativa, el disgusto, el asco, la repugnancia” (Elías, 1987, p. 183-184). Llega a ser natural la necesidad de la liberación de tales tensiones para la buena salud de la persona. Como los acontecimientos recreativos que proporcionan tales sentimientos, están al margen de las rutinas individuales, su rol no es apenas el de liberación de las tensiones, pero da renovación de las mismas como un ingrediente vital a la salud psicológica de la persona (Elías, 1987). Es en la actividad de entrete-

(5) | Mimética en el sentido eliasiano sig-

nifica tipos de hechos y experiencias en el ocio experimentados de manera artística en relación con la realidad. No significa linealmente representaciones de acontecimientos de la vida real, una imitación sencillamente; pero sí emociones desencadenadas por hechos de ocio relacionados con las que si viven en la realidad.


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nimiento donde se producen sentimientos fuertes tales como la producción de endorfina y adrenalina, consecuencias del bienestar sentido, de la alegría, de la exaltación, de la euforia. Cuanto mayor sea el grado de intensidad de situaciones que provocan tales elementos, mayor será la sensación de satisfacción. Quizá deba ser por eso que prazer e lazer tengan sus semejanzas morfológicas y en el sonido, y no solo en la lengua portuguesa, sino también en el inglés (pleasure y leisure) y en el francés (plaisir y loisir), por ejemplo. Mientras que en la lengua española eso no sigue esa misma lógica. Curiosamente, siguiendo esta perspectiva morfológica, la palabra locura en la lengua francesa significa folie, casi como folia en el portugués, que tiene en el Brasil un sentido de juguetear, broma, fiesta, o sea denota un sentido de descontrolado. Como podemos notar, nuestro foco con el presente trabajo es el entretenimiento en un lugar específico: el club. Esta entidad se define como una colectividad de personas reunidas con un interés compartido, con el objetivo de ocio, entretenimiento, descanso, recreación, que posee un espacio físico determinado, comúnmente denominado sede, y los individuos que desean frecuentar sus dependencias y actividades, tienen que pagar obligatoriamente, una mensualidad. Se trata del socio del club. Esas instituciones son de carácter privado, algunas declaradas de utilidad pública, normalmente siendo administradas legalmente por estatuto, consejos y directores específicos para cada área. Ese modo de aglomeración colectiva tuvo como embrión, los grupos de convivencia como es el caso de las logias masónicas, durante los siglos XVI y XVII. Grupos de adhesión voluntaria que no estaban conectados directamente a la corte, fuera del control gubernamental de entonces, y estaba arriba de las clases populares; en estos grupos de pequeñas sociedades eran practicadas conversiones, lecturas en voz alta y después las comentaban. Según Ariès (1991), estos encuentros podrían ocurrir en locales más íntimos, más apartados o hasta próximos a la cama de una mujer, ya que, diferente de Inglaterra, ellas tenían una mayor participación en esas pequeñas sociedades de Francia e Italia. En esos grupos de sociabilidad, las personas, más allá de las actividades ya mencionadas, discutían, cantaban, tocaban músicas y prac-


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ticaban juegos de tableros permitiendo exentarse tanto de la multitud, como de la soledad. Se trataba de reuniones más privadas que de la comunidad en su conjunto, como la villa o barrio, de la condición social o de la ocupación profesional, aunque, claro, más amplias que las familias. Es decir, se deja de tener una sociabilidad pública en las calles y en las plazas, para concurrir a una sociabilidad privada. El privado fomenta una situación en el cual el individuo escoge el tipo de compañía con la cual quiere disfrutar el tiempo libre, para hacer algo que huya a la rutina diaria, consintiendo una intimidad de la convivencia que sería prohibida dentro de las relaciones familiares, aunque, comúnmente se haga mención a una hermandad (brotherhood) simbólica entre los pares de una misma asociación, una vertiente igualitaria de la terminología familiar que esas entidades privilegian (Aymard, 1991). Por ejemplo, socios confabulan entre sí usando términos, como: «hermano de alma» o «hermano de espíritu». Los primeros locales de reunión exterior a la casa de los pequeños grupos del siglo XVIII mencionados eran las tabernas, bares y cafetería. En el siglo siguiente esos lugares también servirían de reunión de los grupos de aglutinación colectiva que después se transformarían en la institución moderna, de los futuros clubes tal como nosotros conocimos en los días actuales. El club, cuyo significado inglés viene de for clubbing, significa «para reunirse», fue también el salón literario (salón) de los siglos XVII y XVIII, una creación británica y burguesa que refleja las características sociales de la época, cuáles sean, disponibilidad para el ocio, laicidad, igualdad y masculinidad, por lo menos en un primer momento de la trayectoria de esa institución. Más allá de la diferencia de los locales de creación entre club y salón, éste creado en Francia y aquél en Inglaterra, hay también una distinción en cuanto al local de encuentro que es siempre exterior a la casa, un local cerrado donde sólo los miembros filiados tienen acceso. Otra disimilitud era que para entrar en un salón, bastaba ser invitado por el dueño de la residencia; en el club para ser aceptado, la persona tenía que ser aprobada por un consejo de miembros, o sea, la persona corría el riesgo, mismo con voluntad de participar del club, de ser vetada por no reunir las cualidades requeridas.

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El objetivo de ese modelo nuevo de asociación es el de la sociabilidad genérica que se especializa para un fin político, literario o deportivo, por ejemplo. Ahora, bajo una perspectiva más racionalizada e institucionalizada, antes, siendo administradas por reglamentos y estatutos, interiorizando reglas de convivencia social, perdiendo así la espontaneidad y la informalidad, teniendo, incluso, penalidades fijadas para desvíos e infracciones en las conductas verificadas conforme a las normas aceptadas por la institución. En las palabras de Baechler (1995) el club es “una de las expresiones sociales más características de la modernidad” del siglo XIX 6 . Un reflejo del que fue aquel momento, substitución de las clases aristocráticas por las clases burguesas, de los profesionales liberales, y eso también ocurrió en el espacio de sociabilidad de la clase dirigente de la época. Será sólo en la segunda mitad del siglo XIX que surgirán en Europa asociaciones en los mismos moldes sólo que con otro fin: el socio-deportivo. Conviene resaltar que nuestra investigación recae apenas sobre los clubes sociales, los cuales tienen como características principales la recreación y la sociabilización, distinguiéndose así, de los clubes de fútbol profesional, por ser instituciones con otro tipo de intereses, aunque en algunos casos, ellos puedan también reunir actividades asociativas. El asociativismo en Brasil tuvo sus dificultades iniciales por haber sido la Terra Brasilis, la colonia de una metrópolis europea. Siendo así, la Corona portuguesa buscaba cohibir la convivencia asociativa entre los brasileños y entre los inmigrantes que para los trópicos vinieron. Las primeras asociaciones fueron aquellas vinculadas a la Iglesia, que tenía como objetivo la caridad, la asistencia médica y la funeraria. Otra institución asociativa inicial en Brasil fueron

(6) | En el capítulo escrito por Baechler

(1995), la traducción del francés para el portugués para la palabra cercle quedó enmarcado, pero en el propio texto él destaca que el equivalente inglés a ese término es la palabra club.

(7) | Quilombo en Brasil significa una loca-

lidad donde se refugiaban los negros esclavos cimarrones, era un lugar organizado políticamente con sus líderes que ejercían su autoridad en el interior de los mismos.

los quilombos 7 , coherentes debido a la localización estratégica y por el gran número de contingente. María Cristina Wissenbach (1998, p. 123) destaca ese aspecto asociativo del negro algo que el sociólogo Artur Ramos ya había destacado en la obra O espírito associativo do negro brasileiro, que “… obligados a restaurar nociones y valores perjudicados por la experiencia de la esclavitud, los esclavos y ex esclavos recobraban el sentido de familia en direcciones amplias, extendiéndolo de las células nucleares para el contexto de grandes parentelas, movilizadas por medio de jerarquías”; una noción de pertenencia


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que fue fundamental para el proceso de reorganización social del negro, culminando en el surgimiento de las religiones de matrices africanas en Brasil. Sólo con la llegada de la familia real portuguesa a Brasil en 1808 hubo una renovación y abertura al país, con la aparición de la prensa, uno de los ejemplos, fue que empezó a difundir las costumbres de la corte y de la elite 8 del viejo continente. A partir de entonces asociaciones con otras características podían ser fundadas, como las comerciales, políticas – caso de los clubes republicanos, de beneficencia, literarios, científicos y otros que reunían inmigrantes específicos de cada país. Con el pasar del tiempo, el proceso de industrialización y urbanización del final del siglo XIX fue creando brechas para el cambio de la capacidad de satisfacer los individuos. Curiosamente, durante la segunda mitad en ese mismo siglo, las asociaciones, independiente de su fin, para que fueron fundadas y reconocidas por el Estado debían pedir autorización a la comisaría de policía más cerca; después lo siguiente, el comisario y el subcomisario se encargaban de tomar las medidas apropiadas para la realización de las reuniones para que todo ocurriese dentro de la orden establecida. El control se mantenía a través de las actas y estatutos de las agremiaciones que debían ser enviadas a La Sección de Negocios del Imperio del Consejo de Estado para que fuesen analizadas las propuestas y definir si serían diferidas o no, o hasta, indicar alteraciones legales en la institución (Jesus, 2007). Las primeras asociaciones socio-deportivas sólo aportaron en Brasil en el final del siglo XIX, pero sería después de la Primera Guerra y al largo de los años 20 y 30 del siglo XX, que la fiebre deportiva, tanto cualitativa cuanto cuantitativa, tomaría a las elites brasileñas; primero, por los deportes náuticos, como el remo, y después por los deportes británicos, como críquet, fútbol, tenis y rugby. Tales asociaciones representan en la época una alternativa de entretenimiento y ocio en una sociedad aún cerrada y represora. Por señal, el camino de transmisión de valores y conductas siempre fue de Europa hacia Sudamérica, nunca al contrario. Para tener una idea de la «copia febril» de los brasileños a los europeos en el siglo XIX, las elites brasileñas medio que habitaron “bajo la obsesión de los ‘ojos de los extranjeros’. Preocupada(s) con esos ojos, al igual que alguna

(8) | En este trabajo usaremos el término elite para designar el conjunto de hombres y mujeres privilegiados por la condición financiera, política y/o intelectual.


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vez vivieron bajo el terror de los ojos de los jesuitas o de La Santa Inquisición. Y los ‘ojos de los extranjeros’ eran los ojos de Europa. Los ojos del Occidente. Del Occidente burgués, industrial, carbonífero” (Freyre apud Mello; Novais, 1998, cit, p. 604). Cuanto a la finalidad, lo que mueve a una persona a afiliarse a alguna entidad, sea ella sindical, lúdica o política, es el deseo de participar de algo colectivo, en común con otros que tienen el mismo objetivo. Una característica importante del asociativismo es el interés en común que determinadas personas tienen en participar de una agremiación, sobretodo, recreativa, o hasta alguna necesidad específica que la persona busca satisfacer al ingresar en un club; puede ser la búsqueda de descuentos en los festejos ofrecidos por la institución o la práctica de un deporte que sólo aquel club proporciona, por ejemplo. Al asociarse voluntariamente a un club, el individuo aumenta la red de sociabilidad a través de los canales proporcionados por los clubes directa o indirectamente, como: fiestas, bailes, feijoadas, encuentros de celebración. Hay cierta homogeneidad de comportamientos de los socios de clubes, o sea, ocurre una aglutinación de personas que conviven unas con las otras poseyendo un cierto nivel social, político y/o económico. Y si por aventura no se encuentra esa homogeneidad entre los socios, por lo menos, es posible detectar cierta tolerancia entre los asociados, ya que ese agente educativo es encontrado en todas las posibilidades asociativas. “La propia característica del asociativismo de presuponer participación, genera necesariamente relacionamiento entre las personas, que es factor educacional fundamentado en las relaciones sociales” (Carvalho, 2009, cit, p. 41). Los clubes que investigaremos son definidos como espacios de ocio por tratarse de locales donde es posible emprender relaciones sociales particulares mientras los individuos están en su tiempo libre. Estos espacios son determinados por las especificidades de sus partícipes y tiene como objetivo, evitar el tedio social rellenando un hueco del tiempo libre en el cotidiano (Dumazedier, 1979). Tales relaciones son conocidas como redes, conexiones más o menos sólidas y exclusivas en las cuales un agente social establece con otro, que liga a otro, sucesivamente, creando sociabilidades, que son definidas como “capacidad humana de establecer redes, a través de las cuales las unidades de actividades, individuales o colectivas, hacen circular las informaciones que exprimen


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sus intereses, gustos, pasiones, opiniones” (Baechler, 1995, cit, p. 65-66). El tema de ocio, creemos, viene adquiriendo una madurez en el seno de las ciencias sociales sudamericanas. Desde la década de 1970, por lo menos en Brasil, se han ido creando núcleos y grupos de investigación al respecto en las universidades, más allá de artículos y libros. Se trata, por lo tanto, de un fenómeno de fundamental importancia en la comprensión de ese «mundo» la parte de la rutina del ciudadano, donde se puede disfrutar del entretenimiento, relajarse y divertirse. Es como si fuese un territorio socialmente permitido, cuyo objetivo es la satisfacción personal, en cuyo recorrido puede acontecer de todo con tal de que se alcance la meta final del éxtasis. “En cualquier caso, estas emociones, en su forma refinada y racional [destacado por nosotros], también tienen un lugar legítimo y específico en la vida cotidiana de la sociedad civilizada. Esta forma es absolutamente significativa en cuanto al tipo de transformación de la estructura emotiva que se da en la civilización” (Elias, 1987, cit, p. 240). Es en el paisaje urbano de la ciudad que pretendemos averiguar el ocio de los clubes. La ciudad es un elemento que comprende en sí una amplitud exacerbada de signos de los más variables niveles y sentidos a las obras materiales e inmateriales, siendo que esa división es muy subjetiva, no es tan perceptible ya que hay innumerables grupos de personas que circulan por la ciudad, diferentes entre sí y, que dan diversos significados a las construcciones físicas de la urbe – calles, plazas, predios, estatuas. Pudiendo perpetuar tales significados que, consecuentemente, ayudan a «tatuar» en la memoria colectiva del grupo que utiliza aquella determinada instalación de recuerdos y deseos haciendo que tales sentimientos sean tan palpables y reales en cuanto lo concreto y la piedra de la construcción material (Marinho, 2008).

Las Trayectorias sociales de los clubes y su relación con la ciudad Escogemos seis clubes para ser estudiados en este trabajo que tienen historias distintas, cada cual con su audiencia y características particulares. Sin embargo, también es posible identificar algunas similitudes, como, el desarrollo de

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la educación física en varias modalidades y el fomento de reuniones y diversiones de estirpe social, artístico o cívico para el cuadro de asociados, incluso patrocinando cursos y conferencias; la división societaria es otra semejanza, generalmente divisiones en fundadores, beneméritos, honorarios, redimidos y propietarios. Las diferencias recaen sobre el grado de restricción a la inserción de nuevos socios, que iban más allá del valor monetario de la mensualidad, que por sí sólo ya demuestra una barrera y exclusión social. Analizamos el Cotinguiba, el Sergipe, la Atlética, el Vasco, el Confiança y el Iate Clube. Para poder comprender mejor esta coyuntura de los clubes con la ciudad, destacaremos sus zonas. En Aracaju hay cuatro regiones específicas, cuyos habitantes, con el pasar de los años fueron creando vínculos sociales alrededor de los clubes localizados en cada una de ellas. En la zona norte, fue creada la Associação Desportiva Confiança, fundada en 1936, con su espíritu operario y comúnmente evocando en el discurso del proletariado. En la zona sur, el Cotinguiba Esporte Clube, de 1909, el club social de la elite y más antiguo de la ciudad, teniendo incluso como socios fundadores los integrantes de las familias más tradicionales del Estado (Alencar Filho, 1984), y que fue perdiendo esa característica elitista con el pasar de los años. Esta zona más tarde acomodaría dos espacios más de ocio, la Associação Atlética de Sergipe, de 1925, conocida popularmente como la Atlética o Tricolor de la calle Vila Cristina, y el Iate Clube de Aracaju, de 1953, también conocido sencillamente como Iate o ICAJU, que pasó a ser considerado el club de la clase alta aracajuana. El Iate y la Atlética caracterizadas por la rigidez en la admisión de nuevos filiados, teniéndose en cuenta elementos como rectitud, idoneidad y exención, que para estos dos clubes eran esenciales en pos de reforzar el respeto y la credibilidad. “Art. 22 – Para ser admitido como socio de la ASOCIACION son necesarios los siguientes requisitos: (…); II)- tener nivel social compatible y disfrutar de buen concepto; III)- haber siempre ejercido actividad licita; IV)- tener condiciones físicas y psíquicas que permiten una convivencia social sin constreñimiento; (…); VI)- prestar las informaciones complementares juzgadas necesarias por la Dirección; VII)- tener la propuesta aprobada por la Dirección” (Estatuto da Atlética de 1949 apud Silva, 2013, p. 108). En la zona oeste, el Club Sportivo Sergipe, de 1909, que inicialmente tuvo su sede cerca de la del Cotinguiba, pero que


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se transfirió al oeste yendo junto con el intenso movimiento de expansión para aquel lado de la ciudad y el cual les atrajo para sus cuadros una buena parte de la población proveniente del interior que vivía en la capital, y por fin, en la zona central, el Vasco Esporte Clube, de 1931, club más frecuentado por los comerciantes y funcionarios públicos, hasta porque fue fundado por integrantes de eses dos segmentos. La fundación de esos clubes, en su mayoría a partir de las primeras décadas del siglo XX, viene al encuentro de la ansia, por parte de la sociedad aracajuana por nuevos hábitos, inspirados en costumbres importadas, incluso del exterior, y el deseo de seguir pari passu las tendencias y conductas que se desarrollaban en otros países, afinados con los principios del progreso y de la modernidad. En esa acción modernizadora, las elites hacían de todo para esconder el pasado provinciano, la vergüenza de las conductas de los tiempos de los ingenios de Sergipe Del Rey, del azúcar que año tras año perdía importancia económica, de los vestigios barrocos y bahianos9 de comportamientos de la nueva identidad urbana de la capital sergipana. Esos son los clubes que por más tiempo duraron, y hasta hoy algunos de ellos aún sobreviven. Más allá de ellos, una buena cantidad de otros hace mucho tiempo se extinguieron, funcionaron por muy poco tiempo, generalmente hasta la década de 1950. Debemos destacar que la llegada de esos nuevos espacios de ocio y de las nuevas formas de sociabilidad por ellos iniciadas, consideradas modernas para los habitantes, no comprometió la realización ni la participación de los aracajuanos, por lo menos de algunos, en las antiguas formas de entretenimiento, casi siempre relacionadas al calendario religioso. Para explicar el crecimiento socioeconómico de Aracaju, podemos empezar explicando la elevación demográfica de la ciudad. La capital sergipana tuvo un gran boom poblacional durante las décadas de 1970 e 1980 llegando casi a los 60% de crecimiento (IBGE apud PREFEITURA MUNICIPAL DE ARACAJU, 2013). En ese período, ocurre un salto extraordinario debido a las políticas de desarrollo del gobierno federal y estadual que hicieron mover la capital, como la cons-

(9) | Importante destacar eso porque la

provincia de Sergipe Del Rey, como era conocida en el período colonial, por mucho tiempo fue territorio de la provincia de Bahía, sólo en 1820 consiguió su independencia.


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trucción del Distrito Industrial, la fundación de la Universidad Federal – ambas desarrolladas en áreas de la ciudad que entonces estaban expandiéndose, la zona sur y la zona oeste. Gracias también al descubrimiento de petróleo e instalación de Petrobrás. Aún durante ese período, entre las décadas de 1960 e 1970, hubo una mayor expansión de la capital en dirección a la zona sur, donde actualmente se encuentran los barrios Salgado Filho e Treze de Julho. La decadencia de los clubes sociales se da en el final de la década de 1990, cuando la ciudad continúa creciendo, aunque, sin que esos espacios acompañen la nueva orden de interés de la población, empezando de ahí a perder sus socios. La fundación de los clubes es parte de los nuevos procesos de creación de espacios de ocio exclusivos y restrictivos que filtra el ingreso de los usuarios adecuados a los nuevos patrones de conducta. Quien desobedeciese tales patrones, estaría sujeto a los agentes públicos del Estado que históricamente siempre sustentaron la posición de las elites, véase los Códigos de Postura del siglo XIX. En ese caso, hablamos de la policía que siempre ha presado por la orden y moral pública, incluso, ejerciendo un papel pedagógico de educar a aquellos que desconocían las nuevas reglas de conducta en ese nuevo Brasil republicano. Siendo así, las elites se diferenciaban del pueblo, teniendo sus hábitos legitimados y corroborados por sus pares, al contrario de las prácticas consideradas populares.

Los Festejos Para el impulso de esta investigación, con el objeto de percibir la profundidad de la importancia de los clubes para la vida social de la ciudad, decidimos presentar la fiesta de carnaval, que es la principal, es a través de ella que los clubes recaudan la parte más grande de sus haciendas, más allá del objetivo de reforzar el sentido de convivencia entre asociados y dirigentes. Pero, además de esas fechas, los clubes tenían otros festejos considerados de menor importancia, como (10) | Así son llamadas las actividades de

entretenimiento – fiestas, espectáculos, exhibición de películas – en Brasil que si realizan en el periodo de la tarde

Navidad, Fiesta de los Reyes y las matinées 10 .Estos eventos, sobre todo las de fin del año, fueron incluidos en el calendario festivo de las asociaciones que


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sufrieron un redimensionamiento estético y simbólico por ser celebradas en un círculo más amplio que el del ambiente familiar. “Anduve acertadamente la dirección del prestigioso Club de Tenis [Atlética], resolviendo llevar a efecto en el día de Reyes dos fiestas, una infantil que tendrá inicio a las 16 horas, y otra, para nuestra alta sociedad [destacado por nosotros], a las 20 horas. La Asociación siguió el ejemplo de los grandes clubes de las principales ciudades del país, que promueven fiestas infantiles para los niños, hijos de sus asociados. El desenlace brillante que tuvieron la fiesta de Navidad y La Víspera de Año Nuevo es una seguridad de los sucesos de las reuniones bailantes del Día de Reyes” (Folha da Manhã – 04/01/43 apud Silva, 2013, p. 118). Los clubes eran el espacio de ocio dedicado a las clases media y alta; y en menor grado a la clase popular. Aquellos que podían pagar más en la mensualidad, escogían entre el Iate o la Atlética, éste en un nivel un poco abajo del ICAJU. Ya el Cotinguiba, lo cual cayó en el ranking de preferencia de la clase alta, a pesar de haber sido fundado por miembros de las familias más abastadas del estado, y el Vasco, siendo siempre el más popular de todos, que se ubicaba bien en el centro de la capital, cerca de los mercados. Concentraba integrantes de la clase trabajadora que tenían un poder adquisitivo mayor que sus pares de esa misma clase, cobrando precios más reducidos en ciertas ocasiones. Para tener una idea, las entradas en los bailes de Carnaval de Atlética costaban el doble de los precios cobrados en el Vasco (Melo, 2013). Cabe notar que entre las décadas de 1960 y 1970, no supimos precisar el año, el Sergipe y el Confiança dejaron de aparecer como locales de fiestas; eso ocurrió porque ya estaban desviadas sus atenciones sólo para el deporte. Con la difusión de los clubes sociales por Aracaju ya a partir de los años 1930, tales espacios de ocio proporcionaron, quizá no deliberadamente, una reconfiguración en el modo de festejar. Es decir, más allá de la calle, que fue re significada, existía el salón del club para entrar na folia. La calle fue re significada porque fue «cedida» para aquellos que no podían pagar la entrada en un club, pues con la fiebre de los festejos restrictos el interés de la población, en general, para las fiestas en la calle acabó disminuyendo, excepción a la fiesta de San Juan. O sea, Aracaju en un momento dado dejó de conmemorar sus fiestas democráticamente, para celebrarlas restrictivamente. Y eso ya era demostrado

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públicamente a través de crónicas en los periódicos. Despierten muchachos, queremos hacer algo por el carnaval aracajuano. El cansancio es demasiado. Hemos tenido noticia de la alegría en el interior del estado, donde hay más vibración que acá. En Propriá, según supimos, el Rey Momo ya apareció gordinflón como mereciendo algo a la su fama de glotón y emérito borrachín. Sin embargo, en Aracaju, en la Capital hay apatía. ¡Ostras! ¿Qué gente de sangre de cangrejo es esta? Dicen que los ‘caballeros’ están entrenando una buena procesión báquica, que lo otro, ‘O amanhã tem mais’, también están ensayando. Pero, son gotas de agua en el océano. ¿60 mil personas sólo dan amuestras de Carnaval? Mientras esta nota se da por nuestros clubes: Recreio, Atlética, Cotinguiba, Sergipe, caballeros andantes están organizando óptimas noches bailantes para sus asociados. La intendencia, celosa, incansable, estableció premios para la música de carnaval escritas entre nosotros, ¿‘dónde está’, sin embargo, el Carnaval de las calles? (Folha da Manhã 17/02/34 apud Silva, 2013, p. 114). En la década de 1950 empiezan a afirmarse los festejos promovidos por los clubes con gran destaque del carnaval aracajuano, pero aún disputando la preferencia de los juerguistas con el carnaval callejero. Los cuatro días eran rellenados por la alegría en los clubes, las personas iban fantaseadas, llevaban sus chicos para que ellos se divirtieran en la tarde, mientras los adultos por la noche. Eran prestigiosos por la visita «real» de Momo y su séquito anunciado por clarines y la animación quedaba por cuenta de grupos musicales. De acuerdo con las entrevistas concedidas, eso tiene dos razones que verificamos satisfactoria: la primera, es que el abandono por parte de la elite a los festejos callejeros como forma de prevención a la propia seguridad; la segunda, es que con la compra de mesas y entradas, la clase superior podía gastar la cuantía financiera que bien entendiese en Pro de su propia diversión sin preocupaciones futuras. El carnaval privado fue un hueco que los clubes ofrecieron frente a la falta de incentivo del poder público a la fiesta en la calle. En los años 1960, los bailes de carnaval en los clubes generalmente se iniciaban a las 22 horas y terminaban obligatoriamente a las cuatro del día siguiente,


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por determinación de la Secretaría de Seguridad. En tal periodo, aún había mucha cercenadura de las emociones por parte del Estado, consecuencia de la lógica «pacífica» a través de la fuerza que se imponía en Brasil en los primeros años del régimen militar. En una ciudad donde prácticamente no existía el carnaval callejero, que atraía un gran número de personas, los clubes concentraban casi toda la animación de la capital. De día, el juerguista aprovechaba para descansar, pasear con la familia, ir a la playa, a la noche en los clubes era diferente: “… a la noche, a folia pega fogo, con la cobertura de los bailes en los clubes, punto alto del reinado de Momo en la capital sergipana” (Melo, 2013). O sea, el club era un local para ver y ser visto en la sociedad, donde se concentraban todas las atenciones de la ciudad en el período festivo. Y en la mañana de Miércoles de Ceniza ocurría un encuentro de juerguistas de Iate con los del Cotinguiba, entre cinco y seis horas de mañana, en la principal avenida de acceso al barrio Treze de Julho, con derecho la orquestra, y recorriendo las calles adyacentes con el fin de coronar el carnaval que ha pasado; y también como forma de dar una oportunidad para aquellos que no tuvieron condiciones financieras para pagar la entrada en los clubes citados. El carnaval en los clubes era muy divulgado en los periódicos, no sólo por la crónica social, pero también con anuncios publicitarios, eso en el periodo áureo, repitiéndose año tras año. Los clubes en Aracaju también fueron un importante espacio para los homosexuales, sobre todo en las décadas de 1970 y 1980 porque ahí era realizado los Bailes de los Artistas que era reconocida informalmente como la apertura del carnaval en la ciudad. Era una fiesta protagonizada por las fantasías exóticas de los juerguistas transexuales y homosexuales, hasta participaban las principales personalidades nacionales de ese medio. Discriminados durante todo el año, aunque en aquel momento festivo eran aplaudidos y las personas que no entraban, por lo menos iban a la puerta de los clubes a verlos exhibiendo sus trajes de fantasía extravagantes. Eran realizados en el Vasco o en el Cotinguiba, clubes que toleraban esa condición sexual; al contrario del Iate y Atlética que negaban sus espacios para ese tipo de baile. Después de esa apertura, los clubes se preparaban para los bailes de carnaval que eran altamente producidos con elevadas inversiones y esmero. Había

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shows de orquestras de ciudades fuera de Sergipe, principalmente traías de Recife. En el Vasco y Cotinguiba cuando no disponían de mucho dinero, se contrataba alguna orquestra del interior de Bahía. Algunos clubes llegaban a firmar contratos largos de exclusividad con ciertos grupos musicales para que hubiese la identificación banda/club/socio, como la Atlética hizo con Estação da Luz (Melo, 2013). Júntese a eso la preocupación, entre los clubes más abastados, con la cuestión de seguridad privada y con la presencia de médicos contratados exclusivamente para los festejos, lo que estimulaba la competitividad entre ellos. Son impactantes, principalmente para la gente que vivió las décadas de 1960 hasta 1980, las fiestas propiciadas por esos espacios de ocio, las relaciones sociales que fueron construidas y establecidas en esos locales, del tipo profesional o afectiva, reforzando los lazos de sociabilidad horizontal, la hermandad entre los socios, y la sensación de pertenencia comunitaria. Sólo que el número de realización de los eventos se fue escaseando con el pasar de tiempo. Hasta mismo los clubes, que veían en la realización de eventos, un modo de recaudar recursos para su propio mantenimiento, dejaron de hacerlo con la periodicidad de antes, debido a la baja presencia de sus socios. Una decadencia que no se explica solamente a través de factores externos y que también ha penetrado en el cotidiano de la ciudad. Esos clubes son espacios de sociabilidad por excelencia, un lugar que facilita la sociabilidad de los individuos que allí se encuentran justamente por el interés común y de ser sociable con sus pares.

Fi gu r a 1: B ai l e c arnaval es co en el C.S . S ergipe en 1938. Fuen te: Barreto, A . Cadastro indus t ri al, c omerci al , agríc ola e i n formativo de S erg i p e. [ s.l.] : [s .n .], 1938.


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CONCLUSIÓN La ciudad de Aracaju, que fue construida por los gobernantes de Sergipe para que la provincia acompañara la modernidad. Parece que quedó impregnada por la voluntad de aquellos hombres. Siempre la elite hizo posible la cuestión de olvidarse del pasado colonial, o por lo menos, en aquellos momentos en que tal pasado no era conveniente. Y la ciudad fue creciendo con el pasar del tiempo, despertando el interés de extranjeros y tabaréus – pueblerinos. Con los primeros vinieron también los nuevos hábitos y costumbres, la Belle Époque al modo sergipano, presente en rasgos tan sutiles que a veces son casi imperceptibles. El hábito de tomar el colectivo para desplazarse, comunicarse a través del teléfono o telégrafo, oír radio, ir al cine, y, también, de ejercitarse, embellecer y fortalecer el propio cuerpo practicando alguna actividad física. Fue en ese contexto que surgieron los primeros clubes, en el seno de la moda atlética, del remo y del entretenimiento. En esa época, aún se dividían con las plazas la preferencia de los habitantes por los tipos de entretenimiento, sobre todo en ocasiones festivas como el carnaval, San Juan y el año nuevo. Los clubes tenían «áreas de actuación» delimitadas, divididas, entre zona norte, central, oeste y sur, considerándose como punto orientador de esos límites el Cuadrado de Pirro 11 ; pero al mismo tiempo, no había ningún impedimento de una persona que viviese en el barrio de Aribé (actualmente llamado Siqueira Campos donde se ubica el Sergipe) fuera a divertirse en el São José (donde se ubica el Cotinguiba) o viceversa. Gracias a los recursos minerales del estado de Sergipe, ese crecimiento se aceleró aún más con el descubrimiento de petróleo en las ciudades de Carmópolis y Riachuelo en la década de 1960, lo que permitió un gran desarrollo económico del Estado y, por consiguiente, de la capital, atrayendo para ella, un gran contingente poblacional, sobre todo a partir de la década 1970. Se fueron aglutinando por estas tierras gente de otras partes del Brasil y del mundo, siendo aún más frecuentes los no nativos. Con ellos también vinieron nuevos valores culturales que se fueron acrecentados a las costumbres locales. En esa

(11) | Cuadrado de Pirro es como quedó conocido el proyecto urbanístico del ingeniero Sebastião Pirro que hizo un plan de ocupación que priorizaba el centro de la ciudad en un formato semejante a un tablero de ajedrez.


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época, los clubes ya estaban con mucho prestigio junto a la sociedad sergipana como instituciones integradoras. Una persona de la clase media, por ejemplo, no pensaba en divertirse en el carnaval en otro lugar a no ser en el Vasco, Cotinguiba, Iate o Atlética. Es importante, incluso para la historia social de la ciudad, que fuera posible recordarse del valor que esas asociaciones tuvieron en la construcción identitaria del aracajuano más antiguo. Debemos recordar que Cotinguiba y Sergipe, por ejemplo, persisten con dificultades en el círculo de la sociedad de la capital a más de 100 años, ambas son unas de las instituciones civiles más antiguas aún activas en el estado. Estos clubes, son inclusive anteriores a la Diócesis de Aracaju, la principal institución eclesiástica que se encuentran desde 1910. Son, de hecho, instituciones civilizadoras, en el sentido eliasiano, pues se trata de entidades que disciplinaron el uso de las emociones fuertes en el entretenimiento y por mucho tiempo, fueron la «válvula de escape» del descontrol para las personas que deseaban desbordarse en los periodos de descanso. Si esas instituciones no hubiesen sido importantes para esa disciplina del gozo, las personas con más de 30 años no estarían, aún hoy, recordando los hechos y las situaciones que les marcaron, o estarían lamentando el momento actual de esas instituciones. Lo que no podemos dejar de notar es la re significación de las manifestaciones festivas promovida por los clubes, las cuales no solo cambiaron patrones sociales, con el florecer de los bailes en fechas específicas, sino también, un nuevo tipo de identidad cultural. Ese hecho social, en su sentido durkheimiano, forma parte del contexto de la sociedad aracajuana desde la segunda mitad del siglo XX, contando con un nivel decente de publicidad, cambiando la ciudad en las fechas festivas y a través del cotidiano. La problemática que abordamos en este trabajo fue la de la transformación de un espacio típico de ocio, que tuvo su auge durante 30 años, entre las décadas de 1960 y 1980. Fueron responsables por la popularización del ocio de la población, impulsados por el intenso crecimiento demográfico de la ciudad y por el crecimiento económico del estado. Por ejemplo, el padre podía jugar tenis, la madre hacer aeróbica, la hija natación, el hijo fútbol, y en el fin del día todos se encontraban en el restaurante del club para comer algo. Se fue desvaneciendo ese espacio en razón de otras nuevas formas de ocio, uso más amplio como la


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playa y los condominios residenciales, cuyos servicios suplieron aquellos que eran ofrecidos por los clubes. Junto a eso, hubo una mala administración de algunos dirigentes y un modelo retrógrado de la gestión de las asociaciones. Recordamos que la construcción de todo este material no fue fácil, porque al tratarse del pasado interactuamos con la inexactitud y la ambigüedad de las palabras dichas o escritas. Por lo mismo hemos procurado asegurar de manera cuidadosa las diversas fuentes de información que nos fueron expuestas, sea a través de la oralidad del entrevistado o de las letras de los periódicos y libros. Concluimos nuestro análisis, destacando la decadencia de los clubes. Constatamos eso a través de entrevistas con personas involucradas en ese medio y de charlas informales con algunos socios y dirigentes terminamos yendo más allá de las razones aparentes. Además del surgimiento de nuevos espacios de ocio más dinámicos y de la inclusión de aparatos, antes casi que exclusivos de los clubes, ahora también en urbanizaciones diversas, donde hay disputas de preferencia con las playas del litoral norte y sur del estado facilitadas por buenas carreteras. Otro hecho que perjudica los clubes es la connivencia del poder público con la realización del Pré-Caju12 faltando pocas semanas de comienzo del carnaval que divide el juerguista dónde quisiera invertir su dinero. También fue constatado que el modelo de gestión de los clubes debiera ser cambiado para acompañar la dinámica de los nuevos elementos de entretenimiento que surgen día a día. El modelo pasado de sostenerse a través de los socios y algunas fiestas en el salón solamente no son más auto-sostenibles, por eso, los dirigentes actuales hacen préstamos bancarios y colaboraciones de alquiler de espacios internos para aún mantenerse vivos.

F i g ur a 2 : B a il e de Carn aval en el Iate Cl u b e de Aracaj u en 1975. Fuen te: Chaves , R. Aracaj u p ra onde você vai ? Edi ção do autor, 2 0 0 4.

(12) | Pré-Caju es una fiesta de tres o cuatro días que generalmente ocurre en la última semana de enero. Muy semejante a los festejos del carnaval de Salvador.


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Figur a 3:

B a i l e d e c a r naval en el Cot i n g ui ba, en l a década de 60. En des t aque, la banda del maes t ro Eut í mi o. Fuente: Fer r ei ra, M. Acer vo. D i s p on i bl e en ht t p ://s erg i p eemfotos .bl ogspot.c om. br. Acces o en 10 oct 2013.

Figur a 4:

B ai l e carn aval es co en el Cot i n g ui ba. Fuen te: M el i n s , M. 2007. Aracaj u român t i ca que vi e vi vi : an os 40 e 50, A ra caj u, UNIT.


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C ONSUMO DE SUE L O

y colapso de las políticas territoriales Paola Bonora 1

Resumen La transformación de las ciudades compactas hacia la lógica difusa, ha sido un camino caracterizado por la controversia social, que llevó a la huida de población en un pasado aglomerada, fundamentalmente por razones económicas, transformando a la urbanización en un sector pujante de la economía neoliberal. La ciudad actual, es el producto de la transición postfordista, del pasaje de la concentración a la dilatación; de los sistemas urbanos jerárquicamente ordenados, a la difusión reticular; de los paradigmas areales, a los de naturaleza rizomática. Un proceso que empezó en los ‘70, amplificado a partir de los ‘80 y que llevó a esa aluvión de asentamientos, de la que hace tiempo se estudian los efectos territoriales (Bonora, 2009a; Bonora, Cervellati 2009b) Este artículo recorre las etapas del proceso de urbanización postfordista, que llevó a la reconfiguración, ontológica y epistémica de los espacios. La ciudad es espejo de las transformaciones, se produce desde el fulcro cultural y al mismo tiempo es el campo en el que la valorización transfiere sus propias energías, en una unión entre renta financiera y renta inmobiliaria de resultados devastadores para la vertiente del patrimonio territorial, un bien colectivo que la especulación saqueó. Los datos hacia el final del estudio, documentan la fase más reciente de la devaluación del patrimonio territorial, la que culminó en la explosión de la burbuja inmobiliaria. No se trata de cartografías ornamentales, sino esenciales al discurso.

Palabras Claves: Territorio, consumo de suelo, políticas territoriales, inmobiliario

Abstract The present city is the product of the post-Fordist transition, the passage of the concentration to dilatation of the hierarchically ordered the lattice diffusion urban systems, the areal to rhizomatic (1) | Paola Bonora

es Geógrafa y dicta la cátedra de Comunicación y Territorio, en la Universidad de Bolonia. Fue directora del proyecto Projecting Participatory Local Development. Además de estar inmersa en distintos proyectos colaborativos con el territorio, como la CITAM (Inter-faculty Centre for Innovation and Technological Transfer), participa con frecuencia como columnista del reconocido periódico La reppublica. El presente artículo: “Consumo di suolo e collasso delle politiche territoriali, Quaderni del territorio, Collana di ricerca” fue presentado el año 2012 como parte del libro: “Visioni e politiche del territorio Per una nuova alleanza tra urbano e rurale”. En esta oportunidad, se ofrece de manera inédita al español, como una cesión exclusiva para la revista Eltopo por parte de su autora. Contacto: paola.bonora@unibo.it

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nature of paradigms. A process that began in the 70s, amplified from the ‘80s and that led to this barrage of settlement of longstanding territorial effects (Bonora, 2009a; Bonora, Cervellati 2009b) This article goes through the stages of post-Fordist urbanization, which led to the reconfiguration, ontological and epistemic spaces. The city is mirror transformations, occurs from the cultural fulcrum while is the field in which the valuation transfers its own energies, at a junction between financial income and property income of devastating results for the slope of the territorial heritage, a collective good that speculation sacked. The data towards the end of the study, documenting the most recent phase of the devaluation of the territorial heritage, culminating in the bursting of the housing bubble. It is not ornamental maps, but essential to speech.

Keywords: Land, land consumption, land policies, real estate


Artículo invitado inédito: Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales

Una ciudad sin límites en un mundo sin confines Los años ‘80, son aquellos en los que se acredita al neoliberalismo como modelo económico de reacción a la crisis (Harvey, 2005). Es la respuesta que el capitalismo introduce para contrastar la erosión de los márgenes que el tardo-fordismo, en su vestidura keynesiana implícitamente social y garantista, la cual había favorecido y llevado a la debacle. Una reacción que despedaza el ciclo productivo, lo segmenta, lo especializa y lo distribuye al globo entero para recoger las ventajas de la deslocalización y el consumo. Se apoya sobre la que fuera definida “revolución comunicativa”, saca ventajas de la ilusoria muerte de la distancia, diluye los confines. En consecuencia, el mismo concepto de limite y de una espacialidad encerrada, definida es abandonado. Un tumulto en el mundo real, que tiene que reconfigurar su proprio sistema de relaciones, con el propósito de extender nuevos horizontes. Un reconocimiento cognitivo que obliga a revisar la raíz de las categorías interpretativas, especialmente las espaciales, demolidas en favor de criterios más fluidos, ambiguos, entre – influyentes, polisémicos. Una dispersión planetaria que no procede casualmente, avanza por puntos precisos, por sitios capaces de ofrecerse como mejores garantes de provecho y de la capacidad de acumulación respecto de las áreas reguladas en las democracias occidentales, que por contraposición estaban atentas a los equilibrios sociales y territoriales. Sitios que no configuran lugares y tampoco coinciden con países, sino que representan los compartimentos segmentados de una gran empresa transnacional. Islas extraterritoriales conectadas en el dispositivo global de la producción y del consenso, seleccionadas a través de las lisonjas del consumo. Y sus destinos ligados a la competencia, capacidad de atracción y buen modo de obtener ventajas comparativas (Bonora, 2001). Criterios guía del marketing territorial de las áreas urbanas.

En principio era el tardo – fordismo Una premisa que puede parecer redundante, la cual no se vincula directamente con nuestro tema pero si lo funda, es comenzar con el neoliberalismo,

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entender en qué medida la ciudad difusa es expresión de la forma política neoliberal. El proceso de transformación y el modelo de organización espacial que se ha instaurado, tienen de hecho matrices en la crisis del fordismo. Las lógicas que guían las transformaciones, aunque estén referidas a escalas y conjuntos territoriales distintos, son las mismas. La ciudad fordista que entra en crisis, se adecua a los impulsos que están cambiando la concepción y la estructuración del mundo. Se deforma, dilata, despedaza, se especializa y aísla, devora espacio, segmenta la sociedad, atomiza la socialidad. Ciudad y segmentos de ciudad son las que entran en competición entre sí. Una transformación que está encerrada en el seno a la dicotomía entre desarrollo y crecimiento (Magnaghi, 2000; Latouche, 2008). El tardo-fordismo logró congelar los instintos animales del capitalismo a través de una serie de medidas que habían normado el boom postbélico, las anomalías y disparidad territoriales que había generado y que mal se conciliaban con una sociedad moderna. Controladas a través de una concepción del desarrollo, que prevé mejor equilibrio entre las partes en juego. Una comunión del laissez-fair que acredita la idea keynesiana de un Estado comprometido en favorecer el consumo y lo consumido en el ciclo de las exportaciones, estimular la demanda interna. Una maniobra que introduce una serie de amortiguadores y tutelas para las áreas y los grupos sociales menos favorecidos a través de la promoción de reglas y instrumentos del cual el estado se hace protagonista y garante. Se trata de la fase que sucesivamente en ámbito urbanístico, cuando estas convenciones fueron repudiadas, se iban consolidando silenciosamente. Una época que permitió importantes movimientos de gobierno del territorio y produjo resultados relevantes en la restauración de los centros históricos y de los bienes culturales y paisajistas. Una concepción del desarrollo que llega a producir una mejor y menos disparidad en la distribución de las rentas y del bienestar. Los éxitos de las economías por distritos territoriales, las filiaciones de garantías en el welfare-state de esos años y del capitalismo social de mercado, así lo testimonian. Situaciones en las que el término concurrencia - o competitividadque además nadie desconocía, no es el privilegiado, se prefiere en cambio la reciprocidad, confianza, espíritu de cooperación. En un clima de colaboración


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social que ve el crecimiento como adquisición colectiva, donde el Estado ejerce un rol compensatorio, de mediación de las contraposiciones y de las conflictividades. El modelo urbano de la fase keynesiana tardo-fordista redescubre los pequeños y medios centros de la industrialización establecida y de la socialidad 2 . Vuelve a valorar el rol funcional dentro de los sistemas territoriales policéntricos y regenera también el patrimonio histórico, como principio de memoria y pertenencia. Las cien ciudades de la Terza Italia se vuelven a proponer en el escenario , contrapuestas al gigantismo y a la anomia de la ciudad-fabrica, a la exasperación de la concentración localista, sobre las dicotomías y tensiones – sociales y ambientales – que había causado. Pero de esta manera se enmienda también el movimiento centrifugo el cual pasa de la recentralización descentralizada hacia la explosión de la ciudad sprawl (Indovina et al, 2005; Gibelli y Salzano, 2006]. Un polvillo de asentamiento que fagocita el campo y marca el pasaje de una idea de desarrollo normado por reglas sociales y territoriales, hacia otra guiada por los impulsos desmedidos de un crecimiento que no requiere condicionamientos. La ideología del crecimiento que la nueva imagen del liberalismo lleva a escena, exaspera el cuadro y transforma los agentes económicos y los sujetos sociales en competidores [Harvey, 1998]. Demuele las pertenencias sociales como herencia de un tiempo histórico rememorado y entrega a la competencia, entre individuos y entre territorios, la responsabilidad de crecimiento que se desea que sean acelerados y repentinos, con todas las asperidades, las opacidades y los efectos diversificados que derivan. Una visual económica lista para sacrificar los principios de equidad, restauración, compensación en nombre de la eficiencia del mercado, que pretende que sea su derivación por la incontrolada expresión. Libre de reglas y de controles y por consecuencia, exento de obligaciones colectivas, más concentrado en la universalidad de las fruiciones. Comienza de esta manera el vuelco de roles entre lo público y privado, a partir de una concepción de la transescalaridad de las relaciones, que tiene de fondo la intolerancia normativa para llegar a negar el rol del Estado entendiendo por

(2) | Nota del editor: recordemos que este artículo está escrito de acuerdo al contexto europeo, y en específico, al contexto del Estado de bienestar Italiano.


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el contrario, un vínculo espontaneo exprimido del juego económico. Privatización y negociación se transforman en herramienta para eludir los agentes regulativos y de compensación institucional. Libertad y concurrencia económica quedan como únicos árbitros del destino de los sistemas territoriales. Una ideología que reproduce, en escala planetaria y entonces menos perceptible y más en la confusión desideologizada de estos años. Contraposiciones y disparidad que el keynesismo en un pasado próximo intentó mediar. Territorios fuertemente diversificados, encajados en una competición que los desangra y que ha producido sociedades despedazadas y egoístas, encerradas en sí mismas – una de las tantas paradojas del mundo globalizado (Sassen, 2008).

En los columpios del carrusel financiero Mercado descontrolado y alianza perversa entre financiarización e inmobiliarismo produjo la crisis en la que el mundo occidental se encuentra balanceando. Poco más de treinta años desde el ocaso del fordismo y desde la vuelta neoliberal, en la que hemos logrado derrochar el patrimonio territorial antiguamente heredado. La urbanización desordenada y voraz es la proyección territorial de la libertad económica sin frenos y elegida como dogma (Bonora 2009a; 2009b). De la desregulación que sirvió de instrumento y de la búsqueda compulsiva de provechos sencillos (Berdini 2008; Zanfi 2008) que renuncian a la cualidad y a la habitabilidad del territorio para privilegiar la renta inmobiliaria y el consumo del suelo. Un proceso de territorizalización y desocialización (Choay, 2008) que tiene como base el dispositivo desencadenante del consumo (Bauman, 2008) y la transformación del territorio en bien de mercado. La orientación hacia el marketing llega a ser filosofía de acción. Una perspectiva que sale del mundo empresarial y se hace ontología. Encargada de crear nuevas necesidades, deseos efímeros, sueños excéntricos. El consumismo podrá responder, a través de su máquina polisémica, a los gustos, a las modas, al afán de las compras que una atenta estrategia comunicativa entretanto habrá alimentado (Codeluppi,


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2002). El culto individualista de la apropiación de objetos y símbolos de estatus, es el clima cultural donde el mercado juega sus cartas, transfiriendo a las manifestaciones exteriores, de vestiduras a las viviendas, la expresión de personalidades que de otra manera se quedarían sin referentes culturales o memoriales (Bourdieu 1994; De Certeau 2001). El consumo – de mercancías, de suelos, de paisajes, de socialidad, de vivienda – el precio de la modernidad. La ciudad se disfraza, se hace escaparate de un modelo de urbanización que pasa a través de las imágenes y la representación simbólica de la propia capacidad de competición. La atracción y cautividad llega a ser el imperativo de las políticas de marketing que poco cuidan de las estructuraciones geográficas de los conjuntos territoriales y que apuntan a generar visiones aduladoras en la que no cabe espacio para las contradicciones y fragmentaciones que connotan en cambio los sistemas de asentamiento – y que ahora mismo explosionan en la crisis. Una ciudad que se hace espectáculo, se hace mercancía y se exhibe como tal (Codeluppi, 2000; Ilardi, 2004; Bottini, 2005; Amendola, 2006). Que engloba al campo, atropella los paisajes rurales y aquellos donde no los cementifica, los baja a mera dimensión escénica. Una lógica mercantil que desde los estantes de los showroom, traspasa en el cuerpo urbano la misma naturaleza de la ciudad, que ya no tiene a los ciudadanos como razón de ser, sino los consumidores. Un proceso de urbanización que implica un cambio radical con respecto a las organizaciones territoriales de la modernidad fordista, la ética, las reglas, las finalidades, la filosofía que estaban en la base. La ciudad se adapta, entrega al consumo no solo funciones y fisonomía sino su propia esencia. Adquiere fisonomía de shoppingmall, naturaleza de escenario espectacular, capaz de atraer inversiones y city users. La mercancía se hace razón urbanística, se apropia del imaginario y sojuzga la ciudad y las existencias a la seducción de símbolos tanto más ficticios cuanto más verosímiles. Los ciudadanos desaparecen del panorama y de la preocupaciones y cuentan solo en cuanto consumidores, como yacimientos de nuevos nichos de competencias, segmentos mercadotécnicos de los cuales se pueden henchir deseos para secundar nuevos proyectos.

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Fi gu r a 1 : Las act i vi dades en f ranc hising rel evadas a l o l arg o de la avenida In di p en den za a B ol on i a. Fuen te: B on ora, P. (2012) Con s umo di s uol o e col l as s o delle p ol i t i che terri tori al i , Q uaderni del terri tori o, Col l an a di ri cerc a.

Las políticas urbanas, olvidadizas del objetivo social, elaboran narraciones maravillosas que tienden a poner en valor la ostentación, sean sujetos, sean objetos, eventos, maniobras arquitectónicas, asentamientos residenciales o también solo un clima, una atmósfera. Los temas de la identidad estropeados y bajados a retorica evocadora(Bonora, 2006). El marketing territorial, recalco aquel comercial, afina sus propias armas y pone manos a la obra, transfiriendo a la ciudad y al territorio axiomas mercantiles, cada prerrogativa urbana sujeta a los imperativos de lo evocativo. Se enfatizan así el crédito y los ámbitos de la privatización – de la instrucción y de la sanidad, del sistema de recolección de basura y de la erogación de energía y agua, de la asistencia social y en general de los servicios públicos. El derecho a la ciudad, renegado por ser improductivo pierde valorización. El concepto mismo de espacio público se transfiere a contextos privados (Torres, 1999). La idea de vida pública se vuelve obsoleta, se pierde el significado de relaciones sociales que no estén ligada a los momentos del consumo, dentro de sus contenedores. Se pierden de esta manera los vínculos que habían enriquecido los sistemas locales, sobre la cual su fuerza de agregación sustentaba gran parte de la territorialidad. Un marketing atento y


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refinado que huele, captura, enfatiza sensibilidad, humores culturales, modas. Se apropia también de la problemática ambiental y la convierte en mercancía, cada producto publicitado con atributos ecológicos, de sostenibilidad, de cultura y tradición, desde los alimentos hasta los detergentes, desde los coches hasta los modelos residenciales. El campo también entra en el gran círculo mercantil. Como representación bucólica de un mundo imaginario de serenidad verde, re-encontrada familiaridad, atracadero seguro. El rechazo cultural de la congestión urbana que ha decretado el despoblamiento de las ciudades, se traduce en el mensaje comercial que ha vendido a los ciudadanos en fuga, con chalés adosados y palacios periféricos de devastadora calidad en su infraestructura. Una edificación exterminadora que ha elegido residencias, centros comerciales y naves como mecanismo de especulación y ha devorado suelos y paisajes, atropellado la socialdad y la noción de los espacios públicos. La crisis económica puso al descubierto los efectos nefastos de esta esquizofrénica inmobiliarización, la dislocación de los recursos de la producción, hasta la renta, improductiva por naturaleza, como explica Salzano (2009). Los efectos conjuntos de la sobrepoblación edilicia y de la utilización descontrolada de la deuda dieron lugar, a partir de los Estados Unidos, a una coyuntura que atacó la economía mundial. Un alud que sigue agigantándose. La libre expresión del mercado revela su propia cara destructiva sobre las economías, mientras que la negación de reglas de planificación produce efectos nefastos en el territorio. Un giro que se ha consumido contradiciendo los principios basales de la economía, fundando sobre el mercado inmobiliario en la oferta y ya no sobre las expectativas de la demanda. También el bien “casa”, se desliza en la categoría de los bienes de consumo. Pero los edificios tienen un ciclo de vida más largo que los objetos de consumo, mientras que la lógica empresarial busca la reinversión continua en ulteriores construcciones. El mundo occidental se halla así con una gran cantidad de edificios muy superior a las necesidades de la población, generando una contradicción entre la oferta sobredimensionada y una demanda saturada (Bonora 2009a; 2009b)

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El toro no corre más (mientras tanto se ha devorado el campo) ¿Cómo ponernos entonces hoy, de frente a una situación fuertemente comprometida desde el punto de vista territorial, pensar la ciudad y al territorio después de la crisis? El cuadro no es estimulante y exige una manera de pensar profunda, radical, en las formas de entender urbanismo y el desarrollo. Entre el año 1999 y 2007, el crecimiento del valor agregado en construcciones fue del 24,0% el doble del total de la economía italiana (+12,2%); cerca de las intermediaciones monetarias y financieras +20,2%; ambas muy lejanas del proseguimiento de los sectores productivos: agricultura -6,5%, industria +2,8%, servicios +9,7%, comercio +14,8%. Las empresas de la construcción, pasan desde 590.000 (en el 2000) a casi 776.000 (en 2007), con un incremento de 31,6%. Las inmobiliarias pasaron desde 151.000 a casi 250.000 con un incremento de 59,2% (datos Cresme 2008). Entre el año 1998 y 2007, las inversiones en construcciones en Italia suben a un 29,4%, un crecimiento porcentual más del doble con respecto al PIB (datos Ance, 2008). Un porcentaje que acerca Italia a el término medio europeo (+25,3%) mientras que otros países en el mismo periodo, conocen incrementos de las inversiones inmobiliarias muy elevados, entre los cuales destacamos Irlanda con +82,2%, España con +73,4% y Grecia con un 69,9%, países que más tardes han entrado en una crisis sistemática muy dura. En contraposición, resalta el dato de Alemania, que desde años está llevando una lucha en contra del consumo de suelo y que durante la época que estamos analizando, ha reducido sus inversiones inmobiliarias en un 12,8%; luego volveremos sobre la política alemana del territorio. Desde hace 20 años, y sobre todo en la última década, las construcciones se han transformado de bienes necesarios a bienes especulativos, utilizadas como asset, o como prenda de castillos financieros por los grandes grupos es-


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peculativos, un refugio seguro para los pequeños emprendedores privados. Un campo, que en base a estas lógicas, está hecho para dilatarse hasta el infinito. Una dinámica que entre el año 1996 y 2010 fue de gran efervescencia: los precios de los inmuebles habían subido de 63%, las compraventas de 64%, escribe Cresme [2011]. Entre el año 1995 y 2010, Cresme reporta nuevamente que el sector inmobiliario fue la inversión más lucrativa: mientras las acciones y los títulos de Estado se contentaban en rendimientos de un 2,8% y un 4,4% anuales, los inmuebles residenciales rendían el 8,1% en las ciudad medias y el 9,3% en las grandes áreas metropolitanas. Rentas superiores a las del oro, que en el mismo periodo se frenó en un 8%. La crisis no llegó de repente, había enviado señales previas a nivel internacional. Japón es el primero en conocer una deflación que entre el año 1991 y el año 2006, atropelló el valor de los inmuebles, bajando al 68%. En Estados Unidos, la crisis de las construcciones mostró sus primeros síntomas en el año 1997, aunque el colapso vendría solo diez años más tarde, en concomitancia con la explosión de la burbuja financiera, con caídas entre el 30 y 50% de los valores. En Europa, explotó en correlación de la crisis estadounidense entre 2007 y 2008, mostrando caídas repentinas de las compraventas y de los valores. En Italia llegó solo al final de la década, con caídas más moderadas, que de todas maneras entre el año 2006 y el 2010, llegan al -26,2% de las compraventas y al -17,2% de los precios ( términos medios nacionales fuertemente diversificados bajo el perfil geográfico y en la relación entre centro y periferia). A pesar de estas tempestivas como evidentes señales de cierre de un ciclo, en Italia se sigue considerando el bien inmobiliario un factor propulsor y entonces en construcción. Esto, con un persuadido convencimiento del gobierno y una febril condescendencia de los municipios, que cuentan con las rentas de urbanización para los gastos corrientes y fingen no darse cuenta que están despilfarrando el patrimonio territorial. Los más acreditados centros de investigación especialistas en el sector: Cresme y Nomisma3 , desde hace años señalan no ser escuchados respecto a la saturación del mercado y el agotamiento del ciclo. Una situación que pesa no sólo sobre el aspecto territorial y paisajístico, sino en sentido estructural, eco-

(3) | Ambas entidades, consultores reconocidos en Italia.


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nómico. Nomisma estima que por lo menos el 10% del stock inmobiliario no está vendido; Sunia-GCIL cree que al menos 800 mil viviendas no se han vendido a nivel nacional. Contabilidad aleatoria e imprecisas, problema del que se habla poco y de mal gusto, nadie quiere admitir la sobrepoblación, podría desencadenarse el bajón del mercado. Las familias italianas, hasta ahora buenas ahorradoras, son el único atajo en contra de la depreciación, esperan momentos mejores para vender – hasta que puedan permitírselo. Mientras tanto, de todas maneras sube el numero de los ciudadanos que se han endeudados para comprar o cambiar vivienda y no pueden pagar las hipotecas. Adusbef4 denuncia en 2010 un crecimiento de los embargos de viviendas por falta de pagos de la hipoteca de 31,3% por un total de casi 150.000 viviendas, una ciudad de medias dimensiones que llega a ser propiedad de los bancos. Desde el año 2008, comienzo de la crisis, el año 2010 el crecimiento era del 70%. Estos datos son de Banca d’Italia, relativo al año 2007 cuando la crisis se acababa de evidenciar, para entonces declara que el 5% de las familias italianas que tienen contracto de hipoteca son insolventes, o no están en posición de poder pagar. A su vez, el manoseado emprendedor disminuye su posicionamiento de años atrás. Desde el año 2007 hasta 2010, el sector de las construcciones (edil e inducido) perdió 67 billones de euros de producción, correspondiente a una disminución de un 17,3% en valores reales; en el mismo periodo la edilicia residencial registró una disminución de su facturado del 38% (datos Cresme). Ance 5lamenta la pérdida de 250.000 puestos de trabajo entre 2008 y 2010 ( obviamente se refiere a los encargados oficiales; no existen estimas sobre la pérdida de trabajo irregular en las pequeñas y pequeñísimas empresas edilicias, pero podemos argüir que sean los primeros datos consistentes.) La carrera frenética ha chocado con la realidad, ahora hay que recoger los trozos de la sociedad e intentar recoser los harapos del territorio.

(4) | Associazione Difesa Utenti Servizi Bancari.

(5) | Associazione Nazionale Costruttori Edili.


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Burbuja inmobiliaria y gasto del territorio La desregulación existente, a pesar de las retoricas politically correst, se ha ejecutado en los territorios matando la idea de la gestión planificada y del control del mismo. El problema del consumo de suelo, del que por fin se toma conciencia – después de años de protestas civiles y denuncias intelectuales – se ha convertido en un indicador sintético del conjunto de los fenómenos desencadenantes del proceso de urbanización. Fundamentalmente del desorden distributivo, de la colonización del campo, de la distribución de los paisajes, de la sobrepoblación edilicia. Un fenómeno que involucra no solo Italia, pero que aquí ha logrado dimensiones particularmente alarmantes, aún más en presencia de políticas nacionales que siguen considerando el ‘ladrillo’ factor de crecimiento6 (los primeros pisos de casa, por ejemplo, son sucesivos a la explosión de la burbuja inmobiliaria americana y a la crisis llegada a las hipotecas subprime). No es casual que en Italia la cuantificación del consumo de suelo no está encargada a ningún organismo nacional y las iniciativas en esta dirección son fruto de cada región, grupos de investigación7 y asociaciones civiles 8. Así es que resulta imposible marcar un mapa que cubra el territorio por completo y hay que contentarse de trozos de indagaciones relativas en máxima parte a la Italia Centro-Septentrional.

Fi gu r a 2 : Car t a del des arrol l o s os ten i bl e en el área Padan o Al p i n o Marí t i ma Fuen te: B on ora, P. (2012) Con s umo di s uol o e col l as s o del l e p ol i t i che terri to ri al i , Q uadern i del terri tori o, Co l l an a di ri cerca.

(6) | Nota del editor: Se entiende como fac-

tor de crecimiento de una nación el sector de la construcción.

(7) | En particular véase Osservatorio nazionale sui Consumi di suoli.

(8) | En particular véase Stop al consumo di territori.


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La mesa interregional por el desarrollo territorial sostenible del área Padano Alpino Maritima realizó la carta aquí reproducida, obtenida por yuxtaposición de las cartas de utilización del suelo de las Regiones y Provincias autónomas enumeradas. Un esfuerzo admirable que sin embargo ha producido un puzle cartográfico interesante solo bajo el perfil impresionista pero no fundado sobre bases comparables por datos, sistemas de relevación, métodos de clasificación, técnicas de representación. De todas maneras se trata de la fotografía más verosímil de la nebulosa de asentamiento centro-septentrional, en la que resalta por intensidad ocupación de suelo la Padania lombardo-véneta. En Fig. 2 la representación más verosímil de la nebulosa de asentamiento septentrional, producida por una mesa interregional, en la que resalta por intensidad de ocupación de suelo la padania lombardo-véneta (verosímil porque se trata de un puzle cartográfico construido sobre las bases de cartas diferentes).

Fi gu r a 3 : El con s umo de s uel o en Emi l i a-Romag n a Fuente: E l a boraci ón p rop i a s obre l os datos de l as car t as de ut i l i zac ión del s uel o pro duci das p or l a reg i ón en l os añ os s eñ al ados . B on ora, P. (2 012) Con s um o d i s uo l o e col l as s o del l e p ol i t i che terri tori al i , Q uadern i del territorio, Col l an a di ri cerca

También las regiones de larga tradición planificadora han caído en la trampa inmobiliaria. En la década entre 1994 y 2003 la Emilia-Romagna incrementó el territorio urbanizado casi en un 52% [Fig. 3] y aunque en los cincos años sucesivos haya redimensionado de manera decisiva los incrementos (+8,1%), presenta una voluminosa ocupación del suelo [Fig. 4] que a partir de 1976 vio casi el redoble de las áreas artificiales (+92%). Un polvillo de asentamiento que el Plan territorial asume reconducir a sistema [Fig. 5], proyecto atractivo pero no simple en el marasmo urbanístico actual. Cuando la población ya se ha dispersado en las comunas rurales [Fig. 6 y Fig. 7] las previsiones urbanísticas


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indican que, indiferentes a la situación del mercado, proyectan ulteriores aluviones inmobiliarias [Fig. 8]

F i g ur a 4 : El ter r i tor i o ur b a n i z a do en E mi l i a Romag n a Fuente: B on or a , P. ( 2 01 2 ) Con s um o d i s uo l o e c ol l as s o del l e p ol i t i che terri to r ia l i , Q ua de rn i d el te rr i tor i o, Col l an a di ri cerca

F i g ur a 5 : L os “ s is tema s compl ej os de á r ea ex ten s a ” ( P l an Terri tori al Reg i on al , 2010) Fuente: B on or a , P. ( 2 01 2 ) Con s um o d i s uo l o e c ol l as s o del l e p ol i t i che terri to r ia li, Q ua de rn i d el te rr i tor i o, Col l an a di ri cerca

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Fi gu r a 6 : Va r i a c i on es de p obl aci ón en l as cas as rural es – Val l e del S amoggia Fuen te: B on ora, P. (2012) Con s umo di s uol o e col l as s o del l e p ol i t i che territo ri al i , Q uadern i del terri tori o, Col l an a di ri cerca

Fi gu r a 7: Va r i a c i on es de l a p obl aci ón en l as cas as rural es – B ol on i a S ud- Oeste Fuente: E l a boraci ón p rop i a, s obre l os datos de l as car t as de ut i l i zac ión del s uel o pro duc i da p or l a Reg i ón en l os añ os s eñ al ados . B on ora, P. (2012) Con s um o d i s uo l o e col l as s o del l e p ol i t i che terri tori al i , Q uadern i del territorio, Col l an a di ri cerca


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Figura 8: P r evi s i ones ur b a ní s t i cas Fuente: B on or a , P. ( 2 01 2 ) Con s um o d i s uo l o e c ol l as s o del l e p ol i t i che terri to r ia li, Q ua de rn i d el te rr i tor i o, Col l an a di ri cerca

Después de años de trend, más que positivos en los que la burbuja especulativa siguió hinchándose [Fig. 9], a partir de 2007 y con evidencia mayor en 2008, la crisis del sector empieza a manifestarse. Los valores inmobiliarios se enfrían, con caídas más sensibles en las periferias urbanizadas [Fig. 10], pero con señales bien perceptibles al interior de las ciudades [Fig. 11]. Salta fuera la relación entre demanda y oferta. A pesar del relativo aumento del número de familias, debido en su mayoría a regularizaciones de inmigrados además de los ya asentados, la relación entre los dos incrementos – del número de familias y del número de viviendas – siempre fue en favor de estas últimas [Fig. 12]. Después de la crisis de la idea de planificación, la desregulación neoliberal lleva a la hibernación de los negocios, del poder económico. No importa la voluntad y los intereses colectivos sino el peso, la fuerza de presión/persuasión del dinero (licito y no) en una unión instrumental con la renta financiera e inmobiliaria. El sector inmobiliario se posiciona como un sector estratégico privilegiado de la política económica, tanto a nivel nacional como local, donde la debilidad de las transferencias erosiona la capacidad de gasto y la poca sensibilidad de

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los administradores, quienes, ebrios de protagonismo liberal, se enredan con intereses pocos claros. Una urbanización que se dilata en la periferias y zonas rurales, homogeneizando la renta más allá de los límites de la ciudad compacta eliminando la distancia entre campo y ciudad.

Fi gu r a 9 : Previ s i on es urban í s t i cas Fuente: B onora, P. (2012) Con s umo di s uol o e col l as s o del l e p ol i t i che territo ri al i , Q uadern i del terri tori o, Col l an a di ri cerca


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F i g u r a 10 : A p ar tir de 2 0 07 y c on m ayo r evi d en c i a en 2 008 l os val ores i n mobi l i ari os ( E uro/m q) s e en f r í an . Fuente: B on or a , P. ( 2 01 2 ) Con s um o d i s uo l o e col l as s o del l e p ol i t i che terri to r ia li, Q ua de rni d el te rr i tor i o, Col l an a di ri cerca

F i g ur a 11 : Ca en lo s va lo res in m ob i l i a r i os ( E uro/m q) t a m b ién en l a ci udad. El ej emp l o de B ol oni a Fuente: B on or a , P. ( 2 01 2 ) Cons um o d i s uo l o e col l as s o del l e p ol i t i che terri to r ia l i , Q ua de rn i d el te rr i tor i o, Col l an a di ri cerca

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Fi gu r a 12 : Repr es ent a c i ón an amór f i ca de l a rel aci ón en t re l os i n cremen tos del número de fami l i as y el n úmero de vi vi en das Fuente: B onora, P. (2012) Con s umo di s uol o e col l as s o del l e p ol i t i che territo ri al i , Q uadern i del terri tori o, Col l an a di ri cerca

Cada año, en las comunas de llanura de la provincia de Bolonia, se construyen en promedio casi 2.500 nuevas vivienda ( de las cuales 700 se encuentran en la capital de la provincia). Desde los PSC (planes estructurales comunales) aprobados en los años recientes o en curso de elaboración emerge, sólo para la llanura boloñesa, se prevé que las viviendas nuevas será de aproximadamente 60.000 unidades, de las cuales solo 22.000 llegan de residuos no realizados de los antiguos PRG (planes reguladores generales) (el 36%), los otros 38.000 alojamientos están previstos por los nuevos planes. De acuerdo a los ritmos actuales de absorción del mercado edilicio, se trata de previsiones que


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empeñan los próximos 25 años del territorio y de sus comunidades. Menos del 15% de estas previsiones derivan de intervenciones de regeneración urbana, mientras que el 85% son proyectos residenciales que envisten áreas agrícolas no urbanizadas. A estas previsiones residenciales hay que añadir aquellas por sector productivo. Considerando solo las áreas productivas principales, es posible estimar que las nuevas previsiones contenidas en los PSC involucran casi 800 hectáreas de suelo agrícola al día de hoy . Si este es el cuadro que emerge, de un contexto que siempre se ha considerado virtuoso y que por supuesto no representa lo peor de lo que está ocurriendo en Italia, en ausencia de datos puntuales sobre otras situaciones sino solo a la luz de los resultados impresionistas reproducidos en la Fig. 2 que hemos visto en precedencia, podemos presagiar consecuencias de artificialidad del suelo de entidades que no son sostenibles.

Entre el decir y el hacer: la crisis del decisionismo La crisis del decisionismo político que emerge a nivel local, oscila entre conciencia de los problemas, retorica de las declaraciones programáticas y contínua legitimación de los intereses inmobiliarios. En un contexto en el que falta un enfoque hacia la gobernanza del territorio, hacia la dimensión vasta, compleja, articulada, transversal, concatenada, de sistema interrelacionado e interdependiente. Se desatienden así la portada social de la gestión y del control de las transformaciones territoriales y los derechos de los ciudadanos presentes y futuros para una mejor calidad de vida y de vivienda. A pesar de las viejas directivas de la UE (Unión Europea) y de los acuerdos internacionales, en algunas regiones aún falta la perspectiva de la sostenibilidad, donde esta declaración se queda más que en los hechos, en el artificio retorico. En ausencia de una base nacional de principios, que actualice la visual de la

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gráfica ambiental y económica profundamente modificadas ( la ley urbanística vigente se remonta a 1942, totalmente con otros problemas y perspectivas) ,y que, oriente el gobierno del territorio, la descentralización de las competencias en materia de urbanística y territorio ha producido una extrema deformación de la herramienta de planificación, y de la falta de preparación de los instrumentos públicos. Éstos, oscilan entre indicaciones de carácter general estructural y estratégico, hasta prescripciones de minucia técnica, tan numerosas y deformes que no siempre dejan claras las mutuas relaciones y jerarquías, las áreas y los procedimientos de aplicación. Por otra parte, cuando se consideran dimensiones mega-proyectuales, se traducen en ejercicios estilísticos, con cuidado narrativo, en dispositivos comunicativos y de consenso, bonitos, refinados, cautivadores pero también operaciones de marketing. Fijando la atención en las leyes regionales (Camera dei Deputati, 2008), se constata una radical diversidad de visiones, filosofías, proyectos, que no hallan sus razones sólo en la diversidad de las condiciones geográficas, sino en luz de modelos interpretativos opuestos, por consecuencia en orientaciones contrapuestas. A menudo, resultan diferentes también las atribuciones de las funciones entre los entes territoriales, lo cual no simplifica el funcionamiento de una máquina administrativa ya oxidada Un torbellino de instrumentos, indicaciones y prescripciones, cuya actuación y modo de proseguimiento ningún organismo monitorea ni controla. Una región como Emilia, que en un pasado destacó por ser erudita en planificación, con atención - sobre todo- en el valor del patrimonio territorial, vive en la actualidad temporadas de duras contradicciones entre lo que declara y lo que realmente realiza. Aunque esté dotada de una ley de «Disciplina general sobre la tutela y el uso del territorio» , que desde el año 2000 dice «prever el consumo de nuevo territorio solo cuando no subsistan alternativas derivados de la substitución de los tejidos de asentamiento existentes o sea por sus reorganización y recalificación» [Legge Regionale 20/2000, art. 2, apartado 2, letra f].


Artículo invitado inédito: Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales

Norma revisada el año 2009 para atribuir a los Planos Territoriales de Coordinación Provincial la tarea de definir los balances de los recursos territoriales y ambientales, los criterios y el umbral de su utilización, estableciendo para todo el territorio provincial, las condiciones y los limites al consumo de territorio no urbanizado, en la observación del principio general según el artículo 2, aparato 2, lera f, además de los requisitos de sostenibilidad territorial y ambiental de las previsiones urbanísticas comunales que comportan relevantes efectos que exceden de los confines administrativos de cada ente» [Legge Regionale 6/2009, art. 26, aparato 2, letra e]. Principios de tutela de los que el legislador regional es perfectamente consciente desde hace una década y corrobora asignando funciones de coordinación y orientación a las provincias. Si, por ejemplo, examinando el PTCP ( Plan Territorial de Coordinación Provincial) de la provincia de Bolonia, aprobado en el año 2004, hallamos indicaciones precisas sobre la necesidad de « minimizar el consumo de suelo y los impactos ambientales», o «contener el consumo de territorio, reduciendo al mínimo la ulterior ocupación de suelo no urbano para funciones urbanas» [Norma, art. 10.1, p. 203]. El Relato engloba un análisis lucido de la situación: «El territorio urbanizado sigue creciendo...si se considera que se trata de un crecimiento con población constante, el trend resulta elevado...». Y la constatación que «también el territorio planificado … sigue creciendo en forma difusa...». Propone entonces de «concertar una motivada gradualidad de la efectiva entrada en el mercado de la disponibilidad de áreas previstas por los PRG» y una «razonable descentralización por centros que evite los riesgos y los costes ambientales y económicos de la dispersión incontrolada (…). Un modelo de ordenación del territorio que mire a reducir el consumo de suelo» [cap. B1, pp. 147-152]. No se puede afirmar, entonces, que en este caso no haya conciencia de los problemas. Y sin embargo los resultados están ilustrados en el párrafo anterior. Confirmados por una intervención contenida en el Dossier 125/2011 de “Urbanística” sobre el consumo de suelo en el que se lee que « tenemos que admitir

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que la política relativa a el uso prioritario de áreas en desuso y de recalificación urbana, presente en todos los Planos Provinciales y Comunales y en casi todas las leyes, resulta en los hechos ineficaz» y se sugiere « el perfeccionamiento de instrumentos económicos y fiscales para completar los de las planificación urbanística e territorial» (Delpiano et al. 2011, 37). Un Dossier que hace una comparación entre numerosos PTCP y por el cual emerge un cuadro general de buenas intenciones y un panorama de ideas interesantes (aunque la elección de las áreas examinadas por supuesto ha influido en esta dirección), pero también la constatación de datos muy decepcionantes. Entonces, no son las buenas ideas (donde si las hay) que hacen de la planificación algo central si no existe control sobre las operaciones de los entes que están actuando y de los instrumentos, no sólo de dirección, sino acompañados de estímulos de carácter económico y fiscal. Si no se refuerza la acción local, reordenando y reformando la orientación completa, así como la normativa y el instrumental de la política nacional de gobierno del territorio, probablemente el urbanismo estará supeditado al mercado en su totalidad.

Estado de emergencia: Urge una política de gobierno de territorios La ausencia de una normativa general no es más que el reflejo de la falta de raíz, de la sensibilidad cultural capaz de coger el estado de emergencia en el que el territorio se encuentra, la percepción de la complejidad de las concatenaciones ecológicas, antopogeográficas, paisajistas de las cuales los sistemas urbanos son el meollo de diversos y variados procesos. A diferencia de lo que ha ocurrido en los demás países europeos, Italia presenta un grave retraso. A propósito, las directivas europeas recomiendan hace tiempo : producir formas de asentamiento urbano atentas a los riesgos ambientales; mejorar las condiciones ecológicas y aplicar el principio de precaución, desarrollando incentivos para motivar la reutilización de las áreas en desuso,


Artículo invitado inédito: Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales

contrastando así el consumo de nuevas áreas; definir niveles mínimos de densidad residencial para limitar la dispersión; evaluar las consecuencias del proceso de urbanización sobre el cambio climático; gestionar el proyecto urbano según las necesidades de los sistemas urbanos integrando niveles y tareas de la administración pública ; y garantizar a los ciudadanos el derecho a participar a las elecciones. Todo esto en el marco de preceptos que Italia no está cumpliendo ni favoreciendo su gestión en las regiones. Alemania, por ejemplo, empezó a debatir sobre la intervención respecto al consumo de suelo a mitad de los ‘80, fijando una serie de limites jurídicos y reglamentarios además de una serie de métodos e instrumentos de monitorización y evaluación. Una sensibilidad a las temáticas ambientales y a las causas de los desequilibrios ecológicos, dentro de la concepción de un patrimonio cultural, compartido por las coaliciones políticas y así entonces pudo traducirse en un cuadro normativo, que fue consolidándose durante los años hasta la sanción, en el año 1998, de una ley para la tutela de los suelos que está fundada sobre el propósito de «desenlazar de manera duradera el desarrollo económico de la ocupación de suelo» (Frisch, 2005). A pesar de que también en Alemania los resultados operativos no sea del todo satisfactorios (Lenski, 2005) y el objetivo de bajar el consumo de suelo a 30 hectáreas por día (respecto a los 129 iniciales) antes de llegar al año 2020, esté lejos de ser alcanzado, se ha iniciado al menos un proceso de responsabilización y contención urbanística. En Italia, en cambio, perdura una idea retorcida del desarrollo, asociada con la renta y el crecimiento edilicio, insensible al destino de las generaciones futuras y al resguardo del patrimonio territorial. Con el rechazo a la planificación, se ha abandonado también la idea de gobernar el desarrollo. Mientras que, toda la discusión pasa a través del modelo de desarrollo económico, a partir de lo local y del rol que los sistemas urbanos ejercen en la organización de factores territoriales, lo que debiera ocurrir es una reflexión sobre las reformas de las políticas urbanas. La planificación del territorio es un acto político que atañe el interés colectivo del conjunto de ciudadanos y de las generaciones futuras, no puede subyacer a los impulsos del mercado y a los intereses de grupos que ejercitan la presión

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económica. Implica responsabilidad moral y civil, equidad, respecto de las voluntades sociales, previsión. En Italia urge un cambio de ruta ético, de justicia territorial contra la disipación de los patrimonios comunes y las disparidades sociales y económicas producidas por el neoliberalismo. Hay que construir conciencia de la territorialidad bio y eco sistemática, como patrimonio común que preservar y mantener. La tutela del ambiente y del ecosistema tienen que convertirse en presupuestos de base. Tutela que tiene que ser preventiva , de precaución, y no de manera posterior a los daños como siempre ocurre en Italia, para evitar que patrimonios ambientales y culturales sean irreversiblemente dañados. Que recupere la sabiduría preindustrial de la manutención y no abandone los territorios a la falta de gestión y a la ruina en desastres que tienen muy poco de natural. Hay entonces, que reconocer la transversalidad de los sistemas territoriales y promover la coordinación de las normativas sectoriales, para una cultura de gobierno del territorio consciente de la dimensión compleja, articulada, concatenada, de sistemas interrelacionados e interinfluyente de escala sobrelocal, saliendo de la lógica urbanística de escala comunal.

CONCLUSIÓN: La ciudadanía metropolitana como visión estratégica La ciudad tiene que recuperar su propia dimensión pública, privilegiando a los ciudadanos, sean los que viven aún en el centro o los que prefirieron dispersarse en las zonas rurales, abandonaron el cuerpo compacto desde el punto de vista residencial pero siguen frecuentándolo cotidianamente. Para quiénes el centro de la ciudad se queda como referencia funcional, emocional, de vida cultura, diversiones y se consideran ‘ciudadanos metropolitanos’. Todos ellos, viven una condición esquizofrénica entre el yo anómico en periferia y el yo social en la vida urbana, con resultados de desocialización en ambas las situaciones (por una parte, aglomerados residenciales y edificios dormitorios y por otra desafiliación social).


Artículo invitado inédito: Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales

Entonces hay que encontrar soluciones urbanísticas al nuevo significado y a las nuevas prácticas de ciudadanía, o sea políticas del territorio coherentes con la ‘ciudadanía metropolitana’. Se ha dejado brotar el área vasta, sin planificar una conforme distribución de las funciones y de los sistemas de transporte, con el resultado de movilidad infinita, altos gastos de gestión de los servicios esenciales, carencias en las prestaciones de proximidad a las familias, efectos de disgregación morfológica, de asentamiento, funcional, social, estética. Es oportuno volver a dar orden a este caos, aplicar lógicas de densificación para crear centros de agregados sociales y funcionales, lugares del vivir y del habitar concentrados en torno a núcleos identitarios dotados de buen reconocimiento, en los cuales sea posible provocar procesos de resocialización y recalificación. Compactar la pulverización alrededor de núcleos de funciones con capacidad atractiva intermedia, capaces de dividir las gravitaciones unidireccionales sobre la ciudad-madre y privilegiar a los ciudadanos, sus necesidades y deseos. Integrar zonas urbanas sobrepobladas con aquellas vacías, lo construido con los espacios rurales, restaurar los paisajes. Revaluar la cultura y la memoria del campo, hoy pura escenografía para los tránsitos automovilísticos. Volver a darle dignidad autentica . Abolir la división entre ciudad y no-ciudad, creando parques agrícolas, parques fluviales, recuperar áreas abandonadas a favor de nuevas formas de agricultura especializada de proximidad. Emprender intervenciones de mitigación estética de las fealdades construidas de malls (muchas veces en desuso) y de centros comerciales y sus infraestructuras. Urge reconfigurar la dispersión y parar la ocupación de territorio agrícola reutilizando y recalificando los espacios ya usados. Condicionar las propuestas de nuevas ocupaciones de suelo por puntuales y verdaderos análisis de los gastos económicos y sociales. Prever medidas económicas para la recuperación del patrimonio existente y medidas fiscales de Incentivo/desincentivo de cambio y compensación intercultural de derechos de ocupación de suelo. En estos años de embriaguez neoliberal se han negados el derecho a la ciudad y la envergadura social de la planificación. Frente a las emergencias de

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nuestros tiempos (ambientales, energéticos, climáticos, geológicos, hidráulicos y hídricos, de manutención, alimentarias, humanitarias, etc.) la complejidad territorial tiene que convertirse en visión estratégica y la ciudadanía metropolitana la esfera de las practicas de gobierno.

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Artículo invitado inédito: Consumo de suelo y colapso de las políticas territoriales

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L A A R T ICUL AC IÓ N DE L E SPAC IO Y L A CULT UR A E N L A S UNI V E RSIDA DE S ME X IC A N A S.

El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP Juan Carlos Varillas Lima 1

Resumen Este articulo revisa la relación del territorio y el espacio dedicado a actividades culturales y artísticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en la Ciudad de Puebla; esto al estar inscritas dentro de una dinámica social de las grandes urbes y al ser espacios donde convergen una serie de audiencias, en su mayoría estudiantes pero también de distintos estratos sociales de las áreas metropolitanas de dos de las ciudades más grandes de México. Los Centros Culturales Universitarios (CCU) de la UNAM y de la BUAP, tienen grandes semejanzas por la internalización de la cultura en la dinámica socio-espacial de estas urbes, además de hacer del territorio donde se ubican referentes del ideario colectivo de la ciudad como cunas de la cultura. Sin embargo, también hay grandes diferencias, el CCU de la UNAM está ubicado dentro de la misma Ciudad Universitaria mientras que el de la BUAP está en la periferia urbana y desarrollada económicamente de Angelopolis, lo cual impacta en la dinámica y forma de aprovechamiento de los recursos culturales, así como en el tipo de inversión y de audiencia a estos espacios. Palabras Claves: Centro Cultural, espacio, territorio, cultura, universidades.

(1) | Juan Carlos Varilla Lima

Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Maestro en Estudios Regionales por el Instituto de Investigaciones Sociales Dr. José María Luis Mora (CONACYT-México).

Revista Eltopo. No.4. 2015 :(pp.100 - 116) ISSN:0719-3335 101

Abstract This article reviews the relationship between territory and space devoted to cultural and artistic activities of the National Autonomous University of Mexico (UNAM) in Mexico City and the Autonomous University of Puebla (BUAP) in Puebla City; these spaces have developed an own social dynamics whit the confluence of audiences from different social backgrounds of the metropolitan areas of two of the largest cities in Mexico. The University Cultural Center (CCU) of the UNAM and the BUAP, have points in common like the socio-spatial dynamics and culture spectrum, in addition to the territory where the collective ideology regarding the city are located as cradles of culture. However, there are also visibledifferences; the CCU UNAM is located into the university campus while BUAP is in the urban and developed periphery, known as “Angelopolis.” This kind of situation impacts in the dynamics and uses of the cultural resources, as well as the type of investment and audiences. Keywords: Cultural Center , space, territory, culture , universities .


La articulación del espacio y la cultura en las universidades mexicanas. El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP

INTRODUCCIÓN La mayor parte de la población mexicana está concentrada en las ciudades, principalmente en la capital (Ciudad de México o Distrito Federal) y en otras como la Ciudad de Puebla. Es en las grandes urbes donde el desarrollo cultural ha encontrado un vertiginoso impacto a través del impulso de los centros universitarios que conjugan los procesos educativos con la difusión cultural, tanto de sus comunidades universitarias como de la sociedad en general. Las principales universidades públicas de estas dos ciudades, son la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el DF y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en la Ciudad de Puebla; ambas, cuentan con una enorme infraestructura en las llamadas ciudades universitarias, además, de que concentran la dinámica educativa como polos de desarrollo en las urbes, las periferias y otros centros poblacionales, tanto regionales como a nivel nacional. La dinámica cultural de las ciudades ha adquirido mayor relevancia a través del accionar de las universidades, las cuales mediante la creación de espacios físicos como el Centro Cultural Universitario de la UNAM y el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, han logrado que buena parte de la oferta cultural de estas ciudades se concentre alrededor de estos importantes recintos, los cuales concentran tanto a los estudiantes como a la sociedad en general. En este trabajo se realiza un análisis territorial y social de la forma en que estos centros culturales se han convertido en referentes en la oferta cultural de las ciudades, pero también, en cómo han contribuido a reconfigurar tanto el espacio como el territorio en la dinámica urbana, así, en cómo han influido en la movilidad de las personas, la participación de éstas en torno a las actividades culturales, etc. Asimismo, se analiza el fenómeno de apropiación de los espacios culturales, por los estudiantes principalmente, para apreciar la dinámica social de los mismos centros y su impacto en las ciudades. Esto se contrasta con otros aspectos como el tipo de oferta cultural, los usuarios potenciales, los usos del espacio, la identidad e internalización de factores de pertenencia con el espacio.

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El Centro Cultural Universitario de la UNAM en la Ciudad de México La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con una impresionante infraestructura dentro de la Ciudad de México y a lo largo de todo el pais. La Ciudad Universitaria concentra la dinámica académica, cultural y artística de la universidad y de la misma urbe, por lo cual se ha convertido en el foco y referente cultural de los habitantes de la capital mexicana. La tradición universitaria que proviene de la Real y Pontificia Universidad de la Nueva España marcó la concentración de la vida cultural de los universitarios en la época colonial, haciendo que el centro histórico de la ciudad se fusionara en cuanto a tradición cultural e historia, que a lo largo del tiempo encausó los ideales independentistas de México. Así, con la fundación de la Universidad Nacional por Justo Sierra comienza el encausamiento de las instituciones educativas como parte de la identidad nacional que se había venido gestando y articulando desde la independencia hasta la época posterior de la revolución2.

(2) | La iniciativa de la creación de la Uni-

versidad Nacional de México, inicia el 26 de abril de 1910, cuando Justo Sierra definió los ejes bajo los cuales se organizaría ésta, y se da a la tarea de presentar las razones que obligaban a su fundación, a los diputados. La fórmula que les presenta era simple: jurídicamente el Estado, a través de sus instituciones, daría el visto bueno y estaría al tanto de las funciones universitarias, pero al interior la Universidad se regiría por su propia dinámica. Sierra fue lo bastante hábil para distinguir entre la esfera del quehacer científico y el campo de acción político del gobierno. Lo que se verá reflejado en la Ley Constitutiva de Universidad, expedida el 26 de mayo de 1910. Así, el 22 de septiembre el Gral. Porfirio Díaz inaugura la Universidad Nacional de México.

Fi gu r a 1 : Cen t ro Cul t ural Un i ver s i t ario U NA M Fuen te: D avi d Fl i ckr, 2011, A rc hivo Fotog ráf i co de l a UNAM, Méxic o.


La articulación del espacio y la cultura en las universidades mexicanas. El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP

Los recintos universitarios que se encuentran en pleno centro histórico de la Ciudad de México, representan hoy un legado histórico y cultural de la universidad y de la misma ciudad. Sin embargo, éstos hacen remembranza a una herencia cultural revolucionaria que tuvo una transición hacia la modernidad con la creación de la Ciudad Universitaria (CU) en el sur de la capital3 .

Figura 2: I n ter i or de l a Sa l a Nez a h ual cóyot l Fuen te: s / a uto r, D G O S E , Arc h i vo Fotogr á f i co de l a UNAM, Méx i co.

Así, CU no sólo fue una respuesta a la necesidad de expansión de los recintos ante una demanda cada vez más creciente de estudiantes universitarios, sino también fue una consecuencia de los cambios y transiciones que la misma ciudad tuvo para la modernización urbana. El Centro Cultural Universitario (CCU) está inscrito dentro de la Ciudad Universitaria en la zona colindante con la reserva natural, por lo que la naturaleza, la cultura y las artes hacen una simbiosisasombrosa. El CCU inició su funcionamiento en el año de 1976 con la inauguración de la Sala Nezahualcóyotl. Pronto se construyeron una serie de espacios culturales en torno a este representativo recinto. Los recintos culturales de este conjunto: Sala Nezahualcóyotl, Sala Carlos Chávez, Teatro Juan Ruiz de Alarcón, Foro Sor Juana Inés de la Cruz, Centro Universitario de Teatro, Sala Miguel Covarrubias, Salas de cine Julio Bracho y

(3) | El proyecto de construcción de Ciudad

Universitaria fue dividido en varias zonas fundamentales: escolar, habitaciones de estudiantes, práctica de deportes, estadio de exhibición y servicios comunes. Asimismo se tomó en cuenta la conveniencia de incluir un museo de arte con un doble fin: didáctico, para el conocimiento del desarrollo de las artes -particularmente en México-, y dinámico, para la exhibición de exposiciones temporales. Se determinó que el conjunto se proyectara para alojar un máximo de 25 mil alumnos, ya que en esa fecha la UNAM contaba con menos de 15 mil. El 20 de noviembre de 1952 se efectuó la “Dedicación de la Ciudad Universitaria”, ceremonia presidida por el presidente Miguel Alemán, con la que se llevó a cabo la inauguración oficial de la Ciudad Universitaria..

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José Revueltas, Museo Universitario Arte Contemporáneo; todos sede, punto de partida y de cruce de caminos para una amplia diversidad de propuestas artísticas y culturales.

Fi gu r a 3 : Map a de Ci udad Un i ver s i t ari a UN A M Fuen te: D avi d Flic kr, 2011, Archi vo Fotográf ic o de l a UNAM, Méxic o.

El Complejo Cultural Universitario de la BUAP en la Ciudad de Puebla El Complejo Cultural Universitario (CCU) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) no se ubica dentro de la Ciudad Universitaria de la BUAP, sino más bien, fue construido en la periferia urbana de la Ciudad de Puebla, llamada Angelopolis. Esta es una diferencia clara con respecto al CCU UNAM puesto que dicho centro no se incorpora en cuanto espacio físico a la dinámica misma de la vida universitaria. Lo anterior implica el desarrollo de una dinámica urbana de movilidad para acceder a los recursos culturales que la ciudad oferta, esto debido a que dicha oferta está localizada en el centro histórico de la ciudad y en Angelopolis. Por


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lo cual, se presenta un fenómeno de reterritorialización de los espacios de la ciudad para ser asimilados en la vida cotidiana de las personas.

Figura 4: C ompl ej o Cul t ur a l Uni ver s i t a r i o BUAP en Puebl a Fuente: A n dr és L ob a to, Per i ó di c o M i l en i o, 1 d e febrero 2014, Puebl a, Méx i co.

“La tendencia a la reterritorialización implica la reconstrucción de la relación del habitante con su espacio inmediato o una tenue forma de retorno al lugar, por la conjunción del habitar utópico y la construcción del lugar por condensación de sentidos.” (Lindon, A., 2003, p.6). De esta manera, el espacio en el que se construyó el CCU está caracterizado por ser el foco de una nueva configuración urbana de la ciudad, Angelopolis, que a pesar de ser parte de la periferia de la metrópolis, se ha convertido en el centro financiero de una ciudad cosmopolita. Además, con una oferta cultural y artística creciente debido a la presencia de numerosos teatros y plazas, dicha zona compite con la oferta de los espacios del centro histórico de la ciudad; sin embargo, dicha oferta se configura con características distintas, ya que se ha apostado por los grandes espectáculos, seguidos de una gran logística publicitaria.

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Así, se aprecia una oferta cultural diversa combinada con los grandes espectáculos, principalmente de artistas nacionales y extranjeros, pero con una tendencia comercial más allá de la difusión cultural. Esto implica una creciente reconversión hacia los espectáculos masivos, aunque siga existiendo la línea de desarrollo cultural local. Lo anterior se debe tanto al interés y características culturales de las audiencias; pero también a los factores publicitarios y deingresos que la mayoría de las veces precondicionan el acceso. La entrada a los grandes espectáculos ofrecidos en el Complejo ronda entre los $250 y $500 (20 a 50 USD aproximadamente).

Fi gu r a 5 : Par te Cen t ral del CCU B UAP Fuen te: s /auto r, D G AE, B UAP, P uebla, 2013.

La comercialización con la cultura no es asunto reciente, sin embargo, tiene que ver con los modelos de gestión. La organización directa de la UNAM de sus eventos y oferta cultural permite brindar facilidades de acceso a las audiencias, principalmente a la comunidad universitaria. Mientras que los eventos de origen privado organizados dentro del patrimonio universitario de la BUAP obstaculiza su injerencia en los procesos de determinación de precios, por ejemplo. Sin embargo, dicha situación no resta méritos a un centro que ha focalizado la dinámica cultural y artística de una gran universidad y de una ciudad con una tradición cultural altamente arraigada.


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Territorialidad, localización y el espacio en los centros culturales La presencia de estos espacios representa una forma de territorialización de la cultura, que es entendida como “el intento de un individuo o grupo de afectar, influir o controlar gente, elementos y sus relaciones, delimitando y ejerciendo un control sobre un área geográfica.” (Sack, R., 1991, p.194).Así, un grupo puede delimitar un territorio para la actividad cultural, mediante la participación constante y apropiación de la dinámica espacial. Siguiendo este orden de ideas, Gilberto Giménez (1996)también aporta sobre la definición del territorio y especialmente acierta en decir que éste es un espacio de inscripción de la cultura, siendo este último, un elemento primordial para definir a un territorio. El territorio puede ser objeto de representación y de apego afectivo, es decir, un símbolo de pertenencia social (p.20). Esta pertenencia es asimilada por quienes diariamente apropian este tipo de espacios, especialmente los estudiantes de la UNAM y la BUAP que son los principales usuarios de la oferta cultural; aunque dichos espacios no son excluyentes, sino que aspiran a conjuntar a los diferentes sectores sociales, eliminando las barreras de convivencia a través de la cultura.

Fi gu r a 6 : D i n ámi ca s oci al en el CCU B UAP Fuen te:Es i mag en , S exen i o Puebl a, Pue bl a, Méx i co, 2014.

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Los estudios de Daniel Hiernaux y de Alicia Rindon (1993) permiten tener un panorama más amplio sobre el concepto de espacio y la relación de éste con respecto al análisis cultural. Las categorías que esbozan estos autores sobre espacio van desde la concepción de éste como un continente o receptáculo, como reflejo, hasta como una instancia o una dimensión. La concepción de un espacio receptáculo serviría para apreciar al centro cultural, como un continente de elementos físicos que configuran el paisaje del espacio, esto en cuanto a infraestructura, por ejemplo. Sin embargo, cuando se supera esta categoría se puede hablar del mismo espacio como un reflejo de las relaciones sociales, en este caso, como aquel espacio donde se reflejan las relaciones entre los artistas, estudiantes, actores sociales, etc., que convergen dentro de una estructura social y cultural que tiene una estrecha relación con el espacio donde se dan dichas relaciones; esto acerca en demasía a la construcción conceptual de lo que entendemos como “campo cultural” (Foucault, M., 1967).

Fi gu r a 7: Teat ro Pri n ci p al del CCU B UAP Fuen te: D G AE, B UAP, Puebl a, 2014.

Ahora bien, la tercera categoría de espacio, es decir el espacio concebido como una instancia o dimensión integrante de una totalidad social y que como tal toma un carácter de una estructura subordinante-subordinada, es decir, productor y producido. Claramente se aprecia la relación de este concepto con la producción cultural, puesto que el espacio también se entiende dentro de una totalidad social, donde convergen una serie de actores con relaciones entre éstos y quienes ofertan


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actividades culturales, donde se da un proceso de incorporación o internalización de la producción cultural. El espacio tiene diferentes dimensiones y también puede tener diversas atribuciones con respecto al contexto con el que se relacione, así se puede hablar de espacio geográfico, espacio económico, donde algunos autores hablan también de espacio cultural. Una nueva dimensión del espacio es introducida en los trabajos de Foucault, quien se dirige a explicar y comprender a aquellos espacios que van más allá del medio físico, es decir, “los otros espacios”. Foucault analiza los conceptos de localización, extensión y ubicación, siendo ésta última definida por las relaciones de vecindad entre puntos o elementos (Foucault, M., 1967, p.2).Sin embargo, se pueden distinguir dos tipos de espacio, de cierta forma contrapuestos; la utopía y la heterotropía. Para él, “las utopías son lugares sin espacio real. Se trata de la misma sociedad en su perfección máxima o la negación de la sociedad.” (p.4)

Figura 8: D i n á m i c a s oc i a l en CCU UNAM Fuen te: s /a uto r, Arc h i vo Fotogr á f i c o de l a UNAM, Méx i co.

Algunos espacios culturales son diseñados con una intención utópica de ser los receptáculos de las relaciones sociales que cobijan y a su vez, desenvuelven

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las redes de desarrollo cultural de las sociedades; sin embargo, la visión utópica encuentra su deficiencia en la centralización de un aspecto social que no puede desarrollarse solamente en un espacio físico, sino también, en el ideario colectivo (un espacio abstracto). Así, en contraposición con las utopías, Foucault (1967) construye el concepto de las heterotropías que son entendidas como “espacios reales, espacios efectivos, espacios delineados por la sociedad misma, y que son una especie de contraespacios, una especie de utopías efectivamente verificadas en las que los espacios reales están a tiempo representados.” (p.4). Así, para apreciar la forma de apropiación de las personas sobre los espacios culturales y los aspectos o factores que influyen en dicha dinámica, se realizó un registro de la asistencia de personas en los espacios culturales en diferentes días y horas como se muestra a continuación:

Fi gu r a 9 : D i n á m i c a s oc i o es p aci al en el Comp l ej o Cul t ural Un i ver s i t ari o B UAP ( M ar tes y Vi ern es ) Fuente: E l aboraci ón p rop i a a t ravés de obs er vaci ón emp í ri ca y registro aéreo.

Como se ha mencionado el CCU BUAP no se encuentra dentro de las instalaciones de esta universidad, sino más bien en una zona de la periferia urbana de la ciudad de Puebla (Angelopolis). Sin embargo, sólo la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) estáubicada a un costado del CCU BUAP, esto determina, la dinámica espacial que los estudiantes realizan del mismo. En la imagen registrada en un martes por la tarde se puede apreciar la con-


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centración de las personas en la FCC, así como un flujo de éstas hacia la parte central del CCU BUAP. Esto se debe a que, a pesar de que los estudiantes tienen diferentes horarios en sus clases, el espacio cultural se ha fusionado con su vida escolar diaria y éstos se han apropiado del mismo a través de su interacción con el propio espacio y las actividades que en éste se desarrollan. Así, las personas se concentran en la zona central del CCU BUAP donde se encuentran las galerías de arte (con exposiciones temporales y permanentes), los teatros y cineteca (con proyección de películas y algunas presentaciones teatrales durante la semana). Asimismo, hay confluencia en la Peña Universitaria y los restaurantes que se encuentran dentro del complejo. De esta forma es interesante el fenómeno de convivencia social inmerso en un ambiente cultural que durante la semana (lunes a viernes) se da entre las personas que asisten al CCU BUAP, generalmente estudiantes; lo cual se reconfigura en otros días (como sábado y domingos), donde la concentración de la gente cambia visiblemente hacia el Teatro Principal del CCU como polo de atracción. Lo anterior se debe, principalmente, a que es en fin de semana cuando se ofertan los grandes espectáculos que tienen prominentemente un carácter más comercial que propiamente cultural; por lo cual, los asistentes no son necesariamente estudiantes, sino también, los propios habitantes de la ciudad y de sus alrededores; los cuales, llevan a cabo un nuevo proceso de apropiación de un espacio cultural para un evento coyuntural. Esta dinámica cultural se explica mediante el concepto de campo de Bourdeau, definido como “una red o una configuración de relaciones objetivas entre posiciones, las cuales están objetivamente definidas en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación presente y potencial, así como su relación objetiva con otras posiciones.” (Bourdieu, P., & Wacquant, L., 2005, p.150). El cosmos social está conformado por varios de estos microcosmos sociales relativamente autónomos, es decir, espacios de relaciones objetivas que son

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el sitito de una lógica y una necesidad específicas a aquellas que regulan otros campos; por ejemplo, el campo artístico y cultural.

Fi gu r a 10 : D i ná m i c a s oci o es p aci al en el Cen t ro Cul t ural Un i ver s i t ari o de l a UN A M ( M artes y vi ern es ) Fuen te: El aboraci ón p rop i a a t ravés de obs er vaci ón emp í ri ca y registro aéreo.

Ahora bien, el caso del CCU UNAM es distinto, no solo porque éste se ubica dentro de la Ciudad Universitaria por lo que la dinámica y movilidad de los flujos de personas y actividades es vertiginoso; sino también, por el interesante fenómeno de la apropiación de estudiantes y otras personas que no sólo se apropian del espacio, sino que lo internalizan a un grado de formación de una identidad. En las imágenes se aprecia que la distribución de las personas en el CCU UNAM tanto entre semana como en fin de semana tiene una característica de mayor esparcimiento en todo el espacio; aunque también se presenta el caso de concentración en la Sala Nezahualcóyotl cuando hay grandes eventos culturales (generalmente los sábados, tales como presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional, de la Compañía Nacional de Danza, etc.). Esta distribución se debe a la oferta cultural variable de esta zona, además de las salas y teatros, también está el Museo de Arte Contemporáneo, la Biblioteca Nacional y el Espacio Escultórico. Esto le imprime un atractivo mayor a dicho espacio, además de contar con la combinación perfecta entre lo cultural y lo natural, puesto que justamente este centro está inmerso en una Reserva Natural Protegida.


La articulación del espacio y la cultura en las universidades mexicanas. El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP

CONCLUSIÓN La UNAM y la BUAP son dos de las universidades públicas más importantes del país, están ubicadas en dos de las ciudades más grandes del país, por lo que concentran una gran cantidad de población en su área urbana y metropolitana que demanda cada vez más, mayor cobertura de servicios educativos, pero también, gradualmente, recursos de orden cultural. Las universidades concentran la dinámica educativa y cultural de estas ciudades a través de la creación de espacios donde confluye la infraestructura para la cultura y todos los procesos de internacionalización de la misma que se dan en ellos a manera de territorialización. Así, el Centro Cultural Universitario de la UNAM y el Complejo Cultural Universitario de la BUAP son focos de desarrollo cultural visibles para los habitantes de ciudades tan dinámicas como en las que están inscritas. Ambos tienen enormes semejanzas en su propósito de creación para la difusión de la cultura, pero por diferentes cuestiones tanto de ubicación espacial, como de procesos de apropiación y de relación sociales de producción de la cultura, han establecido trayectorias, de cierta manera, diferentes. Ambos centros tienen una enorme infraestructura en cuanto a teatros, salas, bibliotecas, centros expositores, librerías, etc.; por lo que se han convertido en lugares atractivos para que estudiantes y la población en general participe en las actividades culturales que se realizan en éstos. Sin embargo, hay un factor de localización que cambia la manera en que se apropian dichos espacios y que determina por quiénes se han apropiado de dicho proceso. El CCU UNAM está ubicado dentro de la misma Ciudad Universitaria por lo que es un referente identitario para la comunidad universitaria; mientras tanto el CCU BUAP está alejado de la CU y está ubicado en Angelopolis, una zona periférica urbana de corte burguesa. Esto ha influido en diferentes aspectos del funcionamiento de ambos centros, esto debido a su ubicación y las características de las zonas donde están inscritas. Así, el CCU BUAP es un proyecto de inversión tanto pública como privada que a pesar de ser patrimonio universitario tiene una oferta cultural diversa

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que puede ser dividida en la oferta convencional y los grandes espectáculos que aprovechan los inmuebles para atraer a grandes auditorios. Por su parte, el hecho de que el CCU UNAM este dentro de la misma universidad provoca que sean los mismos estudiantes y la comunidad universitaria los que desarrollen el perfil de la oferta cultural. Además, de que son estos actores los que han configurado y reconfigurado el espacio cultural a través de su apropiación e internalización dentro de su propia identidad como universitarios.

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La articulación del espacio y la cultura en las universidades mexicanas. El caso del Centro Cultural Universitario de la UNAM y el de la BUAP

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L A CULT UR A ORG A NI Z AC IO N A L del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales Javiera Ávila 1 Resumen El siguiente articulo es el resultado de una investigación desarrollada en la ciudad de Valparaíso durante el año 2012 que pretendió realizar una aproximación a la Cultura Organizacional del sector El Almendral. Desde un enfoque cualitativo, se trabajó sobre la Prevención de Riesgos Locales tomando en consideración tres organizaciones sociales (Junta de Vecinos 128, Asociación Comercial del Mercado Cardonal y la Corporación Por un Valparaíso Unido); su memoria e identidad local colectiva, interacciones humanas (intercambio de contenidos culturales), prácticas organizacionales (aprendizaje y resolución de problemas sociales) y el desarrollo de Capital Social Comunitario. Los resultados dejan de manifiesto la relación entre los factores del Riesgo Locales, las condiciones de Vulnerabilidad Multidimensionales y las capacidades de Resiliencia Locales (a nivel comunitario). Palabras Claves: Cultura, Organizaciones Sociales, Prevención, Riesgo Local, Memoria, Identidad, Prácticas Organizacionales, Capital Social Comunitario. Abstract The following article is based on a research developed in Valparaíso on 2012, which intended to make an aproximation to the Organizational Culture within the neighborhood of El Almendral. From a qualitative approach we worked on the subject of Local Risk Reduction taking in consideration three different Social Organizations (Neighborhood Council N°128, Trade Association of the Cardonal Market and the Corporation for a United Valparaiso); their historical - collective memory and local identity, human interactions (exchange of cultural contents), organizational practices (learning and problem resolution) and the development of Social and Community Capital. The results leave substancial evidence of the link between Local Risk factors, Multidimensional Vulnerability conditions and Local Resilience capabilities. (1) | Javiera Ávila

Antropóloga Social. Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales, Licenciada en Antropología Social. Universidad Austral de Chile.

Revista Eltopo. No.4. 2015 :(pp.118 - 135) ISSN:0719-3335 119

Keywords: Culture, Social Organizations, Prevention, Local Risk , Memory, Identity, Organizational Practices, Social - Community Capital.


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

INTRODUCCIÓN Al hablar de Cultura no podemos desprenderla de su carácter colectivo y compartido, por lo que es importante entender con un enfoque cultural tanto las prácticas organizativas como las formas de organización social. A grandes rasgos vamos a entender la Cultura como un “patrón de significados transmitidos históricamente, incorporados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en forma simbólica, por medio de las cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus actividades en relación con la vida” (Geertz, 1987, pp.103). Por lo mismo consideramos que el concepto de Organización se entrelaza al anterior, si se plantea como “formas sociales inmersas dentro de contextos culturales plurales y por tanto, portadoras potenciales de una multiplicidad de culturas diferentes, coincidentes o sobreimpuestas” (Sánchez op. cit, 2006, pp.382). La Cultura por tanto, es una especie de pegamento social que cumple concretamente una función en la definición de los limites diferenciales entre organizaciones, generando un sentido de identidad para los miembros de éstas, facilitando paralelamente el desarrollo de un rol y compromiso colectivo e individual no acordes a intereses o deseos personales (Katz; Kahn, 1986). Genera unidad y un sistema de normas de acción - discurso que se retroalimenta y enriquece con la acumulación de experiencias y contenidos individuales y colectivos. Teniendo en cuenta lo anterior, es que se plantea la relevancia de las Organizaciones sociales como constructo sociocultural y un medio de interacción humana, posicionándolas de esta forma como Cultura en sí misma. Sobre todo esto es importante al intentar indagar sobre la Cultura del Riesgo (Preventiva y Local) de un sector con una amplia importancia cultural, económica y patrimonial. Para ello se trabajó con tres organizaciones sociales icónicas a nivel local; una vecinal (Junta de Vecinos 128), una comercial (Asociación Comercial del Mercado Cardonal), y otra ciudadana (Corporación por un Valparaíso Unido). Todas con miembros activos, residentes y/o trabajadores del Barrio El Almendral.

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La inquietud por trabajar en torno a ésta temática, nace bajo el alero de la observación realizada en terreno sobre el trabajo institucional de la Oficina Regional de Emergencia en la V Región y específicamente en la ciudad de Valparaíso. La Institución a cargo en conjunto con la Municipalidad, si bien poseen una estructura institucional fuerte en el manejo/preparación/monitoreo de emergencias, es más bien lo que denominamos una ausente presencia que deja un vacio no sólo en la gestión del riesgo a nivel local en su totalidad si no una muy marcada falta de Prevención a pequeña escala. A partir de ello, nos adentramos en la Cultura Organizacional del sector para verificar si concretamente existen formas de organización social evocadas a la Prevención de Riesgos2 Locales, fundamentada en las condiciones de Vulnerabilidad Multidimensional del Barrio, las Amenazas de origen natural y/o antrópico, y las capacidades de Resiliencia. Con un enfoque netamente cualitativo, basado en la unicidad (particularidad), flexibilidad metodológica (método etnográfico) y progresividad interpretativa (estrategia hermenéutica - dialéctica) de un Estudio de Caso (Solano, 2005; Stake, 2005) es que indagamos y caracterizamos la Memoria Individual y Colectiva de los miembros de las organizaciones sociales, sustentada en sus historias de vida y construcción de la identidad grupal. Analizando paralelamente los intercambios de contenidos culturales, prácticas organizacionales y desarrollo de Capital Social Comunitario. La articulación de estos elementos nos permitió profundizar no sólo en la Cultura Organizacional del sector si no también en la Cultura del Riesgo y sus implicancias en el quehacer colectivo del sector.

Memoria e Identidad Colectiva en relación al Riesgo Local

(2) | Vulnerabilidad, Amenaza y Resiliencia

son los tres conceptos que contribuyen a la definición de la categoría “Riesgo”, sobre todo al abarcar la Prevención dentro de la Gestión del Riesgo.

La Organización Social es una instancia para recordar y pensar en comunidad renovando y completando la memoria colectiva (Halbwachs, 2004). La misma sustenta la configuración de una identidad local colectiva (familiar y disímil), y


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

los testimonios 3 de sus miembros sobre recuerdos, vivencias y experiencias tanto individuales como grupales nos otorgan un atisbo (imagen) de las Organizaciones Sociales del Barrio El Almendral (1. JV 128, 2. Asocomercar y 3. Corporación por un Valparaíso Unido 4 ) y su implicancia en la gestión del Riesgo Local. Por lo mismo deberíamos concebir esta Imagen auto-adquirida (Pollak, 2006) sobre las Organizaciones Sociales del sector como la manifestación del sentimiento de identidad y entenderlo como un fenómeno construido social y colectivamente que respalda sus representaciones de sí mismas y percepciones por parte del resto. Si bien las Organizaciones Sociales se constituyen (objetivos y metas) diferencialmente de manera 1. funcional/vecinal, 2. gremial/comercial y 3. plataforma ciudadana, éstas poseen motivaciones e intereses en común (socializar, cuidar del barrio y ser parte de una organización que vele por el bienestar de la comunidad) que sustentan una Cultura Organizacional dentro de un Barrio con una memoria e identidad colectiva bien definida. “CPUVU: Muchos socios fundadores de la Corporación eran antes presidentes o dirigentes de Juntas de Vecinos u otros (...) Y empezaron a ver que podían hacer, a conversar, y llegaron a esto de formar este grupo de ciudadanos con ganas de hacer cosas por la ciudad que tanto queremos” (17/12/2011, Valparaíso). El fragmento representa el vinculo y entramado existente evocado al mismo proyecto social (razón de ser) mancomunado que le otorga la cohesión social necesaria a los colectivos individualmente y en su conjunto (Gili, 2009), como a la vez la asignación diferencial de sentido a los colectivos y un significado (valor cultural y social) a su Barrio y Ciudad. Ahora es importante destacar dentro de la Cultura Organizacional del sector, el desarrollo de Capacidades ligadas al Capital Social Comunitario. Éstas puntualmente consisten en las Capacidades de Adaptación, Pertinencia y Permanencia. En primer lugar, la Capacidad de Adaptación sugiere que “el pasado dejó mar-

(3) |Se hace referencia a testimonios re-

cas en las formas de pensar y sentir, conservadas inconscientemente y repro-

presentativos que sirvan de sustento práctico a los planteamientos teóricos.

ducidas por ciertas personas o miembros y en ciertos contextos externos e

(4) |Abreviatura: CPUVU.

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internos” (Halbwachs, 2004, pp.68). CPUVU: “Trabajamos con comisiones de trabajo, y dependemos de la autogestión de cada uno, porque si esperamos que nos solucionen las cosas no nos funcionan” (19/12/2011, Valparaíso). Con ello se plantea que los colectivos se sobreponen a un pasado - presente problemático y de forma organizada, han actuado sistemáticamente de manera resolutiva (auto-gestión). En base a este mismo fragmento es posible desprender la Capacidad de Pertinencia donde se esboza la manifestación de una imagen y sentimiento de identidad, persistente en la memoria por la conjugación de un hecho asociativo (Pollak, 2006): “El Problema sin Resolución” y la conciencia local sobre éste mismo. Finalmente, la Capacidad de Permanencia hace referencia a un escenario crítico que experimentan las organizaciones sociales y a una actitud frente a las situaciones presentes, “Es necesario potenciar a las Juntas de Vecinos ya que están desapareciendo todas con sus representantes que están quedando viejos y porque además las autoridades (no todas pero la mayoría) utilizan a las juntas de vecino para fines personales y propios, entonces no dejan que se desarrollen las organizaciones por si solas” (14/11/2011, Valparaíso). Es en éste punto donde los lazos y relaciones casi inquebrantables (de amistad y años de trabajo) cimentadas por el imaginario social colectivo (Gili, 2009) permiten enfrentar a los Hitos y/o Problemas y terminan por fortalecer la unión y cohesión social dentro de los grupos (Pollak, 2006); es el pegamento que los mantiene activos, unidos y funcionales. Ahora es importante tener en consideración que los Problemas mencionados, tienen intima relación con la concepción y percepción del Riesgo a nivel local por parte de éstos colectivos. Aquí es donde la Memoria Colectiva de los miembros de las Organizaciones sociales permite reconstruir el Riesgo amplia y localmente, adaptándose a las necesidades y potencialidades del grupo. Para ello tomamos los planteamientos de Michael Pollak (2006) sobre la Memoria Colectiva y los factores de Rutina y Novedad, “Nos acordamos mejor de las cosas que hemos hecho más a menudo, y enseguida nos resultan más familiares (...)” (Butler, 1992, pp.146-150). Queremos decir entonces que el Riesgo se


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

construye a partir de hechos, acontecimientos o sucesos que responden a una proximidad (cotidiana) y lejanía (inesperada) en relación a los individuos que los experimentan y recuerdan. A partir de una apertura en la Memoria Colectiva de los sujetos definimos el Riesgo como, “lo que nos afecta directamente a todos, mas a unos que a otros”; “el miedo a lo desconocido a lo que puede suceder”; “que viene en un momento, y ahí cada uno depende de la situación y decisión que va a tomar”; “la forma en que reaccionamos”; “el instinto versus lo que sabemos”; “está ahí todos los días alrededor de nosotros, esperando a manifestarse” (Compilación fragmentos de Entrevistas 13/11/11-26/10/11-19/12/11, Valparaíso). Ésta definición (Maskrey, 1993) se mueve entre la incertidumbre sobre las Amenazas y su daño o impacto, la conciencia del entorno (Vulnerabilidades) y las posibilidades de Reacción de los sujetos (Resiliencia). Presentan una definición aterrizada a la realidad sin una sistemática visión de Manejo del Riesgo (como la posee la institucionalidad5 a cargo). A continuación presentamos dos Esquemas sobre la Construcción Social y Colectiva del Riesgo Local a partir de los Factores de Rutina y Novedad (Pollak, 2006), derivado de lo que los sujetos logran identificar como componentes del Riesgo <Vulnerabilidades y Amenazas> (todas vinculadas entre sí).

Figura 1: C on s tr ucción S oc i a l y L oc a l de l R i es go - Factor Rut i n a y Novedad Fuente: E l a b o r a c i ón prop i a

(5) |Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior.

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En el primer Esquema (Factor Rutina), se evidencia que lo sujetos homologan el concepto del Riesgo a los factores de Vulnerabilidad Multidimensional del sector. Todos ellos hacen alusión a un conjunto de falencias locales que pueden afectar a la comunidad y específicamente a sus colectivos frente a un suceso desastroso o la continuidad de éste (Busso, 2001). “Yo veo esto de la seguridad y de vivir decentemente en nuestro sector. Porque está realmente contaminado. Lleno de mugre y basura, parece el basurero de Valparaíso y estamos hablando del Almendral que es Patrimonio” (14/11/2011, Valparaíso). Aquí se presentan Riesgos Físicos que afectan la Imagen Visual del Barrio (Comercio Informal, Delincuencia y Suciedad en calle Uruguay, Yungay, Brasil, Chacabuco, etc.) y Riesgos Sociales y Culturales que atañen a la Acción Social Colectiva (Desaparición de Organizaciones y Abandono del Barrio Patrimonial por Administración Comunal).

Fi gu r a 2 : Cons t r ucci ón S oci al y Local del Ri es g o - Factor Rut i n a y Novedad Fuen te: El aboraci ón p rop i a

Dentro del segundo Esquema (Factor Novedad), el Riesgo se homologa en éste caso al factor de Amenazas o Peligros que puedan afectar al sector y son percibidos en cuanto a una previa ocurrencia y/o experiencia social dentro del Barrio o experimentado por un miembro de los colectivos. “Las vías de evacuación, por ejemplo el otro día yo supe que no había que irse por la Av. Argentina, había que irse de inmediato para Barón, porque eso es como una roca, es firme. Entonces eso yo ahora lo tengo claro, pero por Av. Argentina es muy peligroso. Y tenemos


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

que pensar que siempre vamos a tener Tsunami y terremotos y vamos a estar siempre expuestos” (28/11/2011, Valparaíso). Se identificaron Hitos en la historia del sector (Terremotos 1960/1971/1985/2010, Incendios 6 , Instalación del Mall Barón) que son fundamentales en la génesis de la experiencia (adquisición de conocimientos y aprendizaje) frente a una Emergencia y el traspaso de ella a otras generaciones. Ambas configuraciones esquemáticas nos enseñan que materialmente el Barrio se encuentra Vulnerable (problemas latentes sin solución), pero social y colectivamente poseen el conocimiento práctico necesario para comenzar a auto gestionar el Riesgo local (con necesarios recursos e interés público-político) en el sector.

Interacciones Humanas e Intercambio de Contenidos Socioculturales Es importante tener en cuenta que “el significado no está ni en el objeto o evento estimular ni en el individuo, sino más bien en el encuentro (o la interacción) en un momento y lugar particular, en términos del lenguaje de la perspectiva del desarrollo” (Ballesteros, 2005, p.233). Por la misma razón es que dentro de ésta investigación se observaron las interacciones humanas internas7 y externas8 a las organizaciones sociales en ocasiones de orden informal y formal generadas por socialización, lazos de amistad y participación e integración en actividades locales (Proyecto “Reconstrucción Cómo Vamos?”, Campaña contra el Mall Barón y Proyecto “Red Comunitaria El Almendral”). Es a partir de estos espacios, donde se evidencia el encuentro entre el individuo y el objeto o suceso (De Grandpre, 2000) y la posterior atribución de significado (indivi-

(6) |Incendios Estructurales - Riesgo en-

dual) para luego colectivizarlo por medio de la socialización o interacción con

démico o mas característico del sector y la ciudad en su totalidad.

su contexto cultural plural, heterogéneo y portador de cultural (Sánchez, op.cit,

(7) | Dentro de la Organización Social

2006).

(8) | Inter-organizacional / Inter-institucional

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La consiguiente importancia del significado de Prevención otorgado por los miembros de las organizaciones sociales está íntimamente relacionado al concepto de Riesgo y su contextualización al entorno local. Donde para ellos es 9 , la forma de vivir y experimentar el riesgo antes que suceda una emergencia o suceso dañino. Ahora cuando nos evocamos a las interacciones humanas internas en ocasiones informales (cotidianas y espontáneas) y formales (premeditadas y predeterminadas) en cuanto a los contenidos culturales sobre la Prevención de Riesgos locales, identificamos la necesidad de: a) Cuidado Personal (a nivel individual), b) Seguridad (a nivel familiar) y de c) Conciencia Social del entorno (dentro del grupo). a) Cuidándome a mí mismo, cuido del resto (14/11/2011, Valparaíso). - Percepción y experiencia individual sobre el Riesgo y la Prevención. b) Después de vivir éste terremoto, nos dimos cuenta con mi familia que hacíamos muchas cosas mal, y bueno al final uno tiene que cobijar a sus seres queridos (12/11/2011, Valparaíso). - Acuerdo y asignación de roles y funciones en caso de Emergencia. c) Es difícil de explicar, pero acá todos conocemos nuestro Barrio (...) y sabemos por donde estamos cojeando y cuáles son nuestras fortalezas (16/10/2011, Valparaíso). - Desarrollo de Identidad Colectiva y Capacidad de identificación del Riesgo (Preventiva- Resolutiva). Todos estos contenidos fluyen en el entramado social del sector, reafirmando la identidad colectiva, cohesión grupal y aportando a la constitución de una Cultura del Riesgo de orden preventiva. Cabe mencionar, que las interacciones humanas externas en ocasiones formales son instancias donde existe un contacto con identidades y significados de (9)| Síntesis interpretativa de Datos

de Campo 20/03/2012 (Entrevistas M2U00605, M2U00600, M2U00589 y Cuaderno de Campo I Nota N°13, 47,80 y 105)

diverso origen social-organizacional y social-institucional que muchas veces se complementan o contraponen. En éste caso, la participación de las organizaciones sociales en eventos como los Consejos de Monitoreo Local en el marco del


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

Proyecto “Reconstrucción Cómo Vamos?”, reflejaron una visión crítica, integral, firme y contextualizada en torno a la formulación de los factores en la Gestión del Riesgo. Donde se replicaron los contenidos culturales sobre Prevención y Riesgo (generados internamente) en contextos externos a las organizaciones sociales. Los miembros de las Organizaciones Sociales del sector, configuraron la Prevención como una instancia integradora y de complementariedad en base a los acuerdos dentro de sus colectivos respectivos y el consenso entre actores locales individuales y colectivos sobre los temas y materias que necesitan resolución en el barrio (Grotberg, 2001). Aquí los lazos de amistad y objetivos en común, generan un canal análogo de comunicación y lenguaje; y por tanto de significados construidos y legitimados en conjunto elevados a una plataforma comunitaria de pensamiento y acción. En contraste, al plantear que “nosotros necesitamos información, que nos preparen y nos entreguen las herramientas necesarias para poder reaccionar bien ante cualquier cosa” (14/10/2011, Valparaíso). Podríamos decir entonces que existe una clara atribución dirigida al Estado, lo que Beck (1991) plantea como una necesidad imaginaria (subsidiaria) que no permite efectivamente desarrollar de manera eficaz y concreta una Cultura del Riesgo. Los sujetos poseen los contenidos, la experiencia local y las herramientas sociales y las motivaciones individuales y colectivas para prevenir de manera sistemática (Aguirre, 2004); pero prefieren esperar a la institucionalidad para que ésta les sacie su hambre de información técnica y conducta racional-estandarizada. La crítica desde el postulado de Ballesteros (2005), apunta a fomentar los significados construidos social y culturalmente en base a la interpretación local sobre el Riesgo-Prevención, siendo la información un complemento (no inversamente). Afinando lo anterior, planteamos que las interacciones fuera de los colectivos representa un choque entre concepciones sobre la Prevención de Riesgos, donde la visión local basada en la memoria, identidad y experiencia construye un proyecto mancomunado y vinculante. Pero al mismo tiempo demuestran la

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dependencia existente y necesidad de validación por parte de las autoridades e Instituciones a cargo de la Gestión del Riesgo (Prevención).

Prácticas organizacionales y el desarrollo de Capital Social Comunitario Como vimos anteriormente, no es posible hablar sobre Prevención sin incorporar el Riesgo: Amenazas, Vulnerabilidad y Resiliencia (Huezo, 2004). Y los miembros de las organizaciones sociales del Barrio El Almendral vinculan en todo momento el Riesgo-Prevención a las Problemáticas Multidimensionales y Locales. Los acontecimientos se transforman en problemas sociales (Schein, 1986) cuando los colectivos en base a decisiones consensuadas deciden desarrollar practicas de forma organizada para resolverlas bajo ciertos intereses colectivos. Para este caso, las practicas organizacionales (repetición y continuidad) son un combustible que permite el funcionamiento y existencia sostenible de una organización y moviliza todo lo que ello conlleva. Al observar una perspectiva de acción preventiva por parte de las organizaciones sociales, se evidencian tanto patrones adaptativos al entorno como la integración de factores externos a su estructura cognoscitiva y funcional. Ello nos habla de un procesos de aprendizaje (conciencia local-territorial) y resolución basados en formas de percibir, pensar, sentir y compartir los problemas de manera individual y colectiva (Cultura Organizacional). Estos procesos de aprendizaje y resolución en relación a las practicas organizacionales están íntimamente relacionados con la Capacidad de Resiliencia que una comunidad local y organizada puede tener y desarrollar; y/o el desarrollo de Capital Social Comunitario. Particularmente hechos como los Incendios Estructurales, Terremotos/Temblores/Tsunami, los efectos del Comercio Informal, Burocracia (Administra-


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

ción Comunal) y la posibilidad de Desaparición de las Org son definidos por los miembros de los colectivos con una amplia conciencia sobre las causas y efectos que éstos tienen en su entorno inmediato o futuro. Al conocer el funcionamiento de su realidad local, estas organizaciones pueden identificar las necesidades y potencialidades (individuales y colectivas) para elaborar un plan de acción preventivo, organizado, consensuado y contextualizado. Esto es fundamental, ya que al no tener una respuesta/solución concreta por parte del Gobierno de turno, comienzan a socializar el problema hasta llegar a un consenso sobre él y a una especie de fiscalización comunitaria (espacio de reclamos formales de manera escalonada y por conductos regularizados). Producto de la necesidad (propia y no impuesta) y la ausencia de una solución, las organizaciones proceden a vincularse y auto gestionar recursos (humanos, financieros, materiales y sociales) no estatales para la realización de actividades de diversa índole. Es aquí donde comienza a materializarse un proceso donde las organizaciones sociales del sector ansían una independencia del Estado y desean ser capaces de resolver los problemas del sector de manera local y colectiva. La aparición de Organizaciones como la Corporación por Un Valparaíso Unido y proyectos como la Red Comunitaria del Barrio El Almendral, representan los primeros indicios de una transformación de los roles que cumplen los colectivos locales en su sector que potencian la integración, vinculación y autogestión. A medida que pasa el tiempo se fortalecen cada vez más la red de relaciones institucionalizada dentro de cada colectivo y entre grupos. Es en éste punto donde se induce el origen del Capital Social Comunitario (Bourdieu, 1985) (Portes, 1999) y su articulación con el término Resiliencia (Grotberg, 1996) (Aguirre, 2004) en contextos de Emergencia. Las características anteriormente mencionadas (organización/planificación, recursos y lideres comunitarios) sustentan la capacidad de una comunidad o localidad afectada por sucesos desastrosos y/o condiciones persistentes de vulnerabilidad a prepararse y sobreponerse a los mismos. Además de las normas culturales, institucionalizadas y colectivizadas que se

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encontraban presente de manera permanente en cada organización social y en las dinámicas e interacciones de sus miembros, se manifestó en los relatos individuales de sus miembros la existencia de lazos de amistad y confianza de años de trayectoria que se ven fortalecidos por los problemas, intereses y necesidades en común (Durston, 1999). La coexistencia de éstos elementos (algunos mas desarrollados que otros) asientan las bases del desarrollo de Capital Social Comunitario basado en una identidad local que genera inputs culturales a la comunidad: rica memoria histórica del barrio y su socialización (generacional), reiteración e instancias que fortalecen los lazos y mejoran la capacidad de cooperación y organización, elección de lideres comunitarios involucrados, activos y potenciadores de las organizaciones (nivel interno y externo), y finalmente las relaciones de co-gestión entre los colectivos organizados e instituciones formales e informales. Tan sólo el tiempo y las voluntades (políticas y sociales) determinaran el curso del desarrollo de una Cultura Organizacional con un potente Capital Social Comunitario en el Barrio El Almendral.

CONCLUSIÓN “Un Terremoto no solo evidencia falencias infraestructurales, sino también estructurales de nuestras instituciones y de la forma en que pensamos y somos ciudadanos en la ciudad que habitamos.” (Asistente a Cierre Cuenta Pública de Red de Monitoreo Participativo- El Almendral, 2011.) Las Organizaciones Sociales del Sector El Almendral poseen una fuerte identidad colectiva resolutiva y local, basada en la socialización de las memorias, historia y experiencias (individuales y colectivas) y una conciencia social sobre los riesgos próximos dentro del entorno que habitan- focalizada al bienestar de la comunidad. ”La idea acá es ser parte de algo que esté aportando y que genere cambios, es hacer lo que más podamos por esta ciudad que queremos” (Miembro Corporación por un Valparaíso Unido, 2011). La Cultura Organizacional se conforma y sustenta en torno a las capacidades


La Cultura Organizacional del Sector El Almendral en Valparaíso y su incidencia en la Prevención de Riesgos Locales

de Adaptación, Aprendizaje, Pertinencia, Permanencia y Resolución locales sobre las Problemáticas Sociales asociadas al Factor de Vulnerabilidad Multidimensional. Por lo que podríamos decir en base a su forma de pensar y actuar (practicas organizacionales) que contienen en sí mismas una cualidad preventiva per se. Las actividades y discursos (relatos) observados y analizados respectivamente en el estudio del sector contienen una disposición de la acción orientada a la Resiliencia frente a los problemas sociales del sector, potenciando el desarrollo de Capital Social Comunitario de manera espontanea y no forzada. Ello demuestra las amplias potencialidades de la Cultura Organizacional de un Barrio icónico en la ciudad de Valparaíso en la gestión integral del Riesgo a nivel local y nos plantea la duda sobre cómo articular este Capital Social Comunitario con la institucionalidad y fortalecerlo para una concreta reducción de los múltiples riesgos que afectan al sector y a la ciudad en su totalidad. La Institucionalidad a cargo de gestionar el Riesgo (Oficina Regional de Emergencia) es capaz de monitorear las Amenazas y desarrollar una respuesta oportuna y eficaz, pero posee evidentes falencias en el área de Prevención. Difundir información y capacitar no es suficiente para generar una Cultura del Riesgo territorial (local) e integral, y es en éste punto donde la Cultura Organizacional de Valparaíso (específicamente del Barrio El Almendral) puede aportar enormemente (si es que existe tanto la voluntad como la intención de articular ambas visiones y prácticas) para gestionar correctamente el Riesgo y concretamente Prevenir para y con la comunidad.

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Revista Eltopo. No.4. 2015: (pp.136 - 141 ) ISSN:0719-3335 136


RE SE Ñ A BIBL IOGR Á F IC A : Inmigrantes internacionales: Emprendimientos en barrios comerciales de Iquique, Gran Valparaíso y Santiago de Chile (2014) Camilo Arriagada L. (ed.) Ceibo Ediciones, Santiago de Chile. Félix González 2 Resumen El libro es el resultado de la investigación elaborada bajo el proyecto FONDECYT Regular 1120914, donde se aborda el fenómeno de la inmigración internacional en Chile. La ciudad global, ya sea desde la exportación, centros financieros o de servicios se transforma en un sector atractivo para nuevos habitantes urbanos en los que se integra el inmigrante. Las estrategias de movilidad de los inmigrantes internacionales urbanos permiten introducirnos a los diversos problemas de la integración social y económica de los migrantes internacionales en grandes ciudades chilenas. El objetivo de este libro es a partir de un análisis estadístico, cartográfico y de entrevistas conocer el fenómeno de la inmigración internacional en ciudades metropolitanas de chile, aportando nuevas miradas desde el enfoque urbano de la segregación y gentrificación, así como el de la vulnerabilidad social, la exclusión y el paradigma de sociedad intercultural.

(2) |Félix González

Sociólogo, Universidad de Valparaíso

Revista Eltopo. No.4. 2015 :(pp.136 - 141 ) ISSN:0719-3335 137

Palabras clave: Inmigrantes internacionales, AVEO, vulnerabilidad social, ciudad global.


Reseña Bibliográfica

Inmigrantes internacionales: Emprendimientos en barrios comerciales de Iquique, Gran Valparaíso y Santiago de Chile, es un libro elaborado a partir del proyecto FONDECYT 1120914 el cual permite situar la discusión de los migrantes internacionales en Chile, desde dimensiones territoriales, económicas y sociales. La globalización y el impacto en contextos urbanos se aborda desde la producción y exportación de mercancías tomando como caso a Iquique y desde el enfoque de centro financieros o de servicios al Gran Valparaíso y Santiago de Chile, tomando en consideración que estos tres grandes conglomerados urbanos poseen las tasas de inmigración internacional más altas, superando los promedios nacionales y urbanos. Otra de las dimensiones notables que aborda la investigación y el libro para el caso de los inmigrantes internacionales es el desarrollo del enfoque AVEO (Activos, Vulnerabilidad y Estructura de Oportunidades), que nos permite introducirnos en la comprensión de las estrategias de los inmigrantes al localizarse en estas ciudades, a favor de la superación de la vulnerabilidad a la pobreza y el marco de exclusión social. El atractivo contexto neoliberal desregulado del caso chileno atrae a diversos inmigrantes internacionales a tipos y condiciones ocupacionales dispares en relación a sus ingresos y calidad de vida, enmarcado en una sociedad con tendencias a la discriminación social y racial. El libro editado por Camilo Arriagada Luco, Sociólogo, Académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Investigador responsable del proyecto FONDECYT Regular, se organiza en cuatro capítulos: Un primer capítulo donde se presentan los antecedentes teóricos de la investigación, un segundo capítulo de antecedentes socio demográficos y socio espaciales; el tercer capítulo en que se desarrolla el trabajo de las entrevistas a inmigrantes internacionales comerciantes en los centros de tres ciudades chilenas (Iquique, Gran Valparaíso y Santiago), y un cuarto capítulo donde se profundiza en las conclusiones de la investigación. El primero capítulo nos introduce teóricamente a la propuesta desarrollada por el equipo investigador, entregándonos los primeros lineamientos para situar el fenómeno de la inmigración, retomando aspectos de la Escuela Ecológica Social de Chicago y el desarrollo de diversos estudios latinoamericanos entre los años 60 y 90. Lo anterior influenciado por los procesos de la globalización

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en ciudades latinoamericanas, permite situar los estudios sobre migraciones desde lo macro a lo micro, incluyendo aspectos como por ejemplo sociedad intercultural, vulnerabilidad y exclusión, aportando un nuevo enfoque para el estudio en ciencias sociales. De esta manera las ciudades se transforman en espacios de movilidad social e integración para los Inmigrantes, que para el caso chileno en estudio, se destacan Santiago, Valparaíso e Iquique, ciudades en proceso de cambio donde los barrios de inmigrantes se caracterizan por su condición de segregación y cooperación. Se desarrolla la dimensión de los mercados de vivienda en relación al empleo, ya que la discusión de la localización de los migrantes en relación a su trabajo y su vivienda se transforma en un tema de relevancia al momento de comprender la movilidad social, ya que en diversos casos desarrollados por la investigación, los migrantes se encuentran en zonas centrales debido a diversas oportunidades que el territorio les entrega, sin embargo existen grandes contrastes entre la marginalidad y hacinamiento de Iquique y Santiago de Chile entre el lugar de trabajo y el lugar de vivienda. Por otro lado, Rubén Kaztman, en el primer capítulo profundiza en las estrategias de movilidad e integración social de los inmigrantes internacionales urbano, aportando desde el enfoque de “Activos, Vulnerabilidad y Estructura de Oportunidades” AVEO, para problematizar teóricamente en relación a los diversos problemas de la integración social y económica de los migrantes internacionales en grandes ciudades. Este enfoque metodológico permite comprender las condiciones en que la movilización de sus activos (capital físico, financiero, humano y social) permite a los individuos y hogares una óptima utilización de las oportunidades entregadas por el Estado, la comunidad y el mercado con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida. El segundo capítulo “Antecedentes socio demográficos y socio espaciales”, se utilizan las variables étnicas de los migrantes con especial énfasis en los aspectos de exclusión de esta población y también en la descripción de variables que entreguen indicios de sus procesos de movilidad social. Por otro lado se elabora una caracterización de la inserción laboral de los migrantes en grandes ciudades chilenas, destacándose que existe una relación entre los patrones de migración y el desarrollo de las economías urbanas, teniendo diferencias de la inserción laboral dependiendo del país de origen, en la cual por ejemplo


Reseña Bibliográfica

en ciudades como Iquique la inserción laboral se ubica principalmente en los sectores de menor calificación de la estructura ocupacional, mientras que en el caso de del Gran Valparaíso, la inserción es por sectores de mayor calificación y con más selectividad. El tercer capítulo, se enfoca en casos y un desarrollo cualitativo de entrevistas a inmigrantes internacionales comerciantes en los centros de las ciudades chilenas estudiadas. Para el caso de Iquique se profundiza en conocer las estrategias que ponen en juego los inmigrantes para superar su vulnerabilidad, teniendo como principal apoyo las redes connacionales en su relación a las estrategias de mejora económica y social. En el caso de Santiago de Chile se estudian las trayectorias laborales y urbanas, exitosas de inmigrantes internacionales, destacando las estrategias de movilidad de sus “activos”, ya que estos se han transformado en una oportunidad relevante al momento de reducir la vulnerabilidad de ser discriminados en sectores céntricos de la ciudad, aspecto importante a analizar la migración nacional, ya que estos se instalan en sectores de periferia y suelen enfrentarse a contextos de mayor vulnerabilidad. A modo de conclusión en el cuarto capítulo, se presentan las principales dimensiones de la movilidad social en inmigrantes con microemprendimiento en las tres grandes ciudades investigadas, destacándose similitudes entre los inmigrantes internacionales comerciantes, con un claro perfil de ser sujetos inicialmente pobres, que instalan comercios sostenibles y exitosos, en trabajo con perfil de empresas familiares, con liderazgo femenino, integrándose a la sociedad de forma económica sin vincularse con el barrio. Las estructuras de oportunidades y los procesos migratorios se desarrollan con un perfil diferente en Iquique en comparación a Valparaíso y Santiago, ya que el aspecto familiar es uno de los principales obstaculizadores del proceso de movilidad social en su periodo de ajuste, y las regiones centrales de chile se encuentran distantes de los países de mayor migración internacional andina. Por otro lado mediante la utilización de información georeferenciada y de Censo se elaboran conclusiones en relación al perfil de localización de los inmigrantes en la estructura urbana chilena, desarrollando un análisis de la localización de estos en el marco de la compactación urbana y económica, ya que estos tres centros urbanos

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poseen características importantes de recentralización. Para el caso del Gran Santiago, los inmigrantes internacionales (principalmente de países andinos) se localizan principalmente en el centro, promedio que es superior a la población local, mientras que los migrantes de países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y los inmigrantes locales se suelen localizar en las periferias y suburbios. En el caso de Iquique alrededor del 75% de los inmigrantes regionales se ubican en Alto Hospicio, mientras que en el centro más del 90% de los inmigrantes internacionales se localiza en el centro de Iquique. Para el caso de Valparaíso la migración si bien es baja, esta posee características de localización en la periferia casi en su totalidad. El libro cuenta con más de 200 páginas con información estadística, cartografías y fotografías a color y puede ser adquirido en español por CEIBO Ediciones (http://www.ceiboproducciones.cl/). Datos de publicación: Inmigrantes internacionales: Emprendimientos en barrios comerciales de Iquique, Gran Valparaíso y Santiago de Chile (2014) Camilo Arriagada L. (ed.). Ceibo Ediciones, Santiago de Chile. ISBN: 978-956-9071-82-9


Reseña Bibliográfica


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