Revista El Topo No 1

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Revista Eltopo NO.1 junio-julio 2013 Gran Valparaíso. Chile ISSN: 0719-3335 Mail: contacto@eltopo.cl Web: www.eltopo.cl Dirección: Felipe Espinosa, Gino Bailey. Consejo Editorial: Felipe Espinosa, Gino Bailey, Félix González, Rolando Tiemann. Consejo Asesores: Juan Cristóbal Moreno Camilo Arriagada Luco Beatrice Collignon Dirección Diseño Gráfico y fotografías: Stephany Bailey | tefanybaileybergamin@gmail.com




INDICE

Gino Bailey Bergamin

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42-58 60-70

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Louis Wirth y el individuo promedio: Un salto cualitativo al individuo metropolitano de G. Simmel

Luis Montoya Canchis

¿Construyendo territorialidades urbanas “insurgentes” o espacios de integración subordinados? Una exploración en el caso de Lima Sur

Felipe Espinosa Parra

Una experiencia de investigación exploratoria: La ciudad creativa en Valparaíso

Samuel Ramirez G.

Henri Lefebvre y la emergencia del fenómeno urbano. Reflexión desde las redes complejas

Lorena Fuentes

Reseña Bibliográfica: VV.AA, Encuentro chileno de editores independientes



PRESENTACIÓN El presente número inaugura la versión periódica de Revista Eltopo, que tiene como objetivo la observación de procesos globales desde la sociología cultural y urbana. Siguiendo las exigencias de la publicación académica, Revista El Topo pretende aportar al conocimiento a partir de la convergencia de perspectivas analíticas que promuevan la reflexión y la investigación, la interpretación y el análisis de fenómenos culturales y urbanos que acontecen en las ciudades latinoamericanas. Tomando como centro de interés la ciudad de Valparaíso, pero sin relegarse a ella exclusivamente, Revista El Topo busca presentar un conocimiento situado desde un lugar o un espacio de reflexión, que dialogue con teorías contemporáneas y fenómenos actuales y que a partir de ello, fomente el interés y aporte a la formación de nuevos investigadores. De esta manera, se propone una línea de contenidos multidisciplinarios sobre la globalización enfocado en las ciencias de la cultura y del territorio a partir de fenómenos sociales y de vida urbana en las ciudades latinoamericanas. En cada número de la revista, se espera la convivencia de diversos tipos de trabajo como: a) Monográficos inéditos e innovadores así como trabajos de perspectiva teórica y ensayos; b) Metodologías de las ciencias para entender la ciudad, metodologías de intervención, técnicas de formas de conocimiento que innoven al respecto; c) Investigaciones, parte de investigación o investigación emergente, que bajo la línea de la sociología de la globalización revistan el campo de conocimiento de las ciencias sociales y puedan nutrir el discurso científico e intelectual desde el Gran Valparaíso, Chile. En el presente número de Revista El Topo (No.1, 2013), el lector encontrará artículos reflexivos y resultados de investigaciones, así como comentarios de libros producidos localmente. El primer artículo “Urbanismo como modo de vida. Louis Wirth y la perspectiva crítica de la escuela de Chicago”, posiciona la lectura crítica del sociólogo Louis Wirth frente al modelo de desarrollo urbano, instaurando una segunda fase al análisis del sujeto metropolitano basado en el vínculo mediático que se experimenta en las ciudades modernas. El segundo


artículo “¿Construyendo territorialidades urbanas “insurgentes” o espacios de integración subordinada? Una exploración en el caso de Lima sur”, reflexiona a partir de los resultados sobre la expansión urbana e informal de Lima sur (Perú), colocando su condición “insurgente” como una interrogante forjada por los procesos de polarización y desigualdad económica que vive la ciudad frente a la globalización. El tercer artículo “Una experiencia de Investigación exploratoria: La ciudad Creativa en Valparaíso”, discute sobre la gestión, procedimientos y etapas de una investigación exploratoria en torno al concepto de ciudades creativas. El artículo evidencia las riquezas y debilidades metodológicas de un estudio puesto en marcha en la ciudad de Valparaíso. El cuarto artículo “Henri Lefebvre y la emergencia del fenómeno urbano. Reflexión desde las redes complejas”, vincula teóricamente el problema de la irreductibilidad de las ciencias con la teoría del espacio del sociólogo Henri Lefebvre, como una búsqueda que sitúe de un modo adecuado la problemática de conocer el fenómeno global, con perspectivas derivadas desde el campo de la física y la matemática. Finalmente este número concluye con una reseña del libro “Encuentro Chileno de Editores Independientes” (Libros del Cardo y Ediciones Inubicalistas, 2012) que da cuenta de las reflexiones en torno a la producción editorial independiente en el campo cultural a partir del evento del mismo nombre celebrado en Valparaíso. El propósito de este número fue recobrar el aporte originario de personas que contribuyeron en sus contendidos a la génesis de la revista, y que además se constituyen como un aporte al conocimiento de los procesos globales y locales que experimenta el mundo en la actualidad. También el valor de situar lecturas innovadoras para tener una aproximación adecuada en el entendimiento de las ciudades desde la sociología cultural y urbana. La apuesta gráfica y fotográfica se encuentran en esa línea, como un componente artístico que se ha vinculado a la Revista y que ahora pretendemos rescatar.

Felipe Espinosa Parra Gino Bailey Bergamín Revista El Topo Junio-Julio 2013



Revista Eltopo. No.1. 2013: (pp.10-25) ISSN:0719-3335 10


LOUIS WIRTH Y EL INDIVIDUO PROMEDIO: UN SALTO CUALITATIVO AL INDIVIDUO METROPOLITANO DE G. SIMMEL Gino Bailey Bergamin (1) Resumen Louis Wirth nunca tuvo el reconocimiento científico e institucional dentro de la sociología, diferenciándolo de sus pares: Park, Burgess, Mckenzie y Small. Su cambio de perspectiva y enfoque al interior de la escuela de Chicago, lo distingu e respecto de sus colegas y lo conecta directamente con la visión de la ciudad que G. Simmel promulgó, abriendo de esta forma una perspectiva crítica que pretendía cuestionar el modo de vida urbano entendido como un modelo de desarrollo de las ciudades. Así, Wirth, identifica las fuerzas que forman la ciudad contemporánea como propias del saber sociológico, dando un paso cualitativo respecto Simmel, al asociar el aislamiento del individuo metropolitano a un modelo de desarrollo urbano particular, basado en la organización económica de las sociedades de masas, que aumenta aún más la coexistencia molecular de individuos que han perdido sus lazos más íntimos de amistad. Palabras Claves: Sociología de Chicago, Louis Wirth, Simmel, metrópolis, urbanización. Abstract

(1) | Gino Bailey Bergamin

Sociólogo. MG en Geografía y Procesos Territoriales, Università di Bologna (UNIBO). Miembro Revista Eltopo. Mail: ginobaileybergamin@gmail.com

Revista Eltopo. No.1. 2013 :(pp.10-25) ISSN:0719-3335 11

Louis Wirth was never awarded in sociology, differentiating it from its peers: Park, Burgess, McKenzie and Small. The change of perspective and focus within the Chicago school, what distinguishes respect of his colleagues and the city approximates G. Simmel thought, placing a critical perspective that sought to understand the urban lifestyle as a model of development of cities. So Wirth, identifies the forces that shape the contemporary city as typical of sociological knowledge, qualitative stepping on Simmel, the isolation of the individual associate a metropolitan urban development model particular, based on the economic organization of mass society , which further increases the molecular coexistence of individuals who have lost their closest ties of friendship. Keywords: Sociology of Chicago, Louis Wirth, Simmel, cities, urbanization


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Louis Wirth ¿Sociólogo de Chicago? ¿Es Louis Wirth un sociólogo de la escuela de Chicago? Un primer apronte diría que sí. Wirth estudió a Park, Small y compañía, participó de diversas asociaciones ligadas a la planificación y organización de la governance de Chicago y publicó obras que formaban parte de la perspectiva de campo que inculcaron originalmente los ecólogos de esta ciudad. Hasta entonces, la sociología de Chicago veía en este “Mosaico” urbano2 equilibrado un laboratorio social3. El modo de pararse frente a esta morfología social fue esencialmente descriptivo. La sociología norteamericana no se destacó originalmente por cuestionar el método científico, ni por tener consigo un problema sociológico o una hipótesis para poner en cuestión - o al menos- que pusiera a prueba la forma en que estaban aconteciendo los cambios. La escuela sociológica de Chicago fue clara en vincular la morfología de la ciudad a variables sociales, sin embargo, las extensas minutas de campo, las apreciaciones etnográficas de cohesión y agregación étnico-religiosas, ocultaban la problemática social de fondo (Halbwachs, 2008): ¿por qué esta metrópolis, con gran flujo demográfico, comenzaba a tomar determinada forma metropolitana, una organización de los barrios de modo singular, tendiente hacia la segregación y una determinada marginación y problemática social adjunta? Ante esta situación, podríamos considerar a Louis Wirth distante del legado pragmático de los ecólogos y más próximo al enfoque crítico, que tenía que ver con la evolución de la ciudad, el problema del desarrollo que traía el modelo urbano y el modo en que la forma de vida estaba condicionada a este desarrollo urbano, poco cuestionado por los ecólogos. Para Wirth, la tesitura que Chicago había alcanzado en veinte años (1910-1930) tenía que ver directamente con el rol político acéfalo de los sociólogos y cientistas sociales en la planificación frente a las condiciones mínimas de vida y habitabilidad, así como también a la inexistencia de un gobierno local que condujera el desarrollo urbano. Algo que lo aproximaría mucho más a la idea de sostenibilidad territorial en la actualidad, razón por la cual Wirth fue catalogado de filocomunista (Halbwachs, 2008) (2) | Término acuñado por Park.

Este distanciamiento originario no sería algo aislado, patentando su legado años más tarde. Maurice Halbwachs (2008), el sociólogo de la memoria colectiva y la morfología social, marcaría un precedente en su lejanía respecto

(3) | Terminología desarrollada por Small,

al combinar experiencia de campo sociológica, proceso emergente de arribo de inmigrantes e introducción cartográfica como metodología de las ciencias.


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de los ecólogos de Chicago. En su rol de investigador y de profesor visitante, Halbwachs estudió la orgánica de la escuela de Chicago así como la sociología que se estaba desarrollando en esta ciudad. En los extensos documentos recabados por los sociólogos de Chicago, Halbwachs veía un sinnúmero de valiosa información de campo que carecía de un propósito investigativo. Para él, “Chicago” como laboratorio sociológico era relevante no por la criminalidad, los asentamientos de gangs o los distintos slums en donde se albergaban aquellos inmigrantes más precarios. La importancia radicaba en preguntarse qué era lo que determinaba el asentamiento humano en forma de “mosaico”, entendiendo los resquicios de marginalidad y cultura suburbana, como parte de una lógica económica y política que se espacializaba de ese modo. El Homeless, aquellos barrios de residencia flexible ocupada por inmigrantes que no tenían un hogar fijo, era el ejemplo más representativo de aquellos que no teniendo donde morar lograban emplearse precariamente. La constitución del Homeless no se debía a un acuerdo, menos a un agregado étnico-religioso, sino más bien a una morfología social, que debía su expresión a la estructura ocupacional de Chicago y el sistema de acumulación capitalista de Estados Unidos. No por nada Halbwachs se inspiró en la obra “Ghetto” (1928) de Wirth, para escribir su ensayo “Chicago” (1929). Wirth en ese sentido, inicia el recorrido crítico y distante al interior de la propia ciudad de Chicago teniendo como su más fiel representante a Halbwachs, quien encontró en el norteamericano una sintonía intelectual particular que en los ecólogos convencionales no había hallado. El sentido pragmático de Wirth no se lo debe a los ecólogos, sino al hecho de haber estudiado medicina previa a su inmersión sociológica. La principal deuda que tenían los investigadores de aquella época fue no haber observado la transformación de la ciudad de Chicago, como parte de un modelo de desarrollo ligado al urbanismo. En esa dirección, Wirth no ve diferencia entre campo y ciudad. Ambos formarían parte de un continuo comandado por la fuerza de la urbanización económica. Este proceso de desarrollo urbano – sin precedentes hasta el momento- colocaría en tensión las dinámicas sociales, produciendo fenómenos como gangs, criminalidad organizada y áreas marginales (slum), pero al mismo tiempo pondría en cuestión el modelo de urbanización que permeaba las condiciones de vida del habitante, transformándolas en un modo degradante. Algo similar al enfoque que adoptó Halwbachs, pero ampliando la mirada en algo que iba más allá del fordismo o del comportamiento industrial de la ciudad “máquina” como


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condicionante morfológica. Wirth (1938, 1998) entiende de forma crítica lo urbano y la ciudad. Lo urbano no puede ser medido por el porcentaje de población total que vive en la ciudad. La ciudad no es sólo “el lugar de la residencia o del trabajo del hombre moderno, sino el centro de desarrollo y control de la vida económica, política y cultural” (Wirth, 1998, pp.59-60) Siguiendo la herencia de G. Simmel (1995), hace un llamado directo a la definición singular que la sociología debía entender como objeto de estudio de la ciudad. En relación a esto, “Una definición de la ciudad sociológicamente significativa trata de seleccionar aquellos elementos del urbanismo que la caracterizan como forma específica de la vida del grupo humano” (Wirth, 1998, p.62) Lo que Simmel veía en la articulación metropolitana -aquella dimensión cultural métrica y circunstancial de la vida en las ciudades- Wirth lo sitúa en el fenómeno de la urbanización, que daba como resultado una determinada forma urbana. Ni forma metropolitana, ni campo, ni ciudad separados: Urbanismo y urbanización como desarrollo hegemónico de las ciudades modernas de occidente. Un modo de vida.

La lectura crítica del gueto Lo esencial del pensamiento de Wirth se funda al interior de su trabajo: “Ghetto” (1927; 1928), en el cual a partir de ciertas comparaciones históricas sobre el modo de agruparse en la ciudad, llega a establecer lineamientos críticos a la situación que experimentaba Chicago, sobre todo con la población afroamericana y la alta concentración de población inmigrante que se fue asentando hacia el oeste del río Chicago. La idea típica del gueto se origina en el barrio hebreo compacto entorno a la sinagoga (Wirth, 1927, p.63), altamente denso, con arterias estrechas y con una concentración de servicios sanitarios, recreacionales, de instrucción educacional y comercial, que se alojan de un modo altamente compacto al interior de la ciudad amurallada. Wirth toma como modelo típico el gueto hebreo para observar las formas de reagrupación en algunos distritos de Chicago. Es precisamente en el distrito “The Near West Side”, donde la inmersión de inmigrantes se asocia a un proceso acelerado de movilidad residencial, de aquellos que se encontraban en


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una situación socioeconómica un poco más favorable. Los viejos inmigrantes mejoraban las condiciones de vida y se iban a otros barrios, mientras que los nuevos allegados vivían en la precariedad y la subsistencia, produciéndose una degradación extensiva en todo el distrito. El desarrollo de fenómenos como gangs, slums, homeless, observados con atención por los demás sociólogos de Chicago, obedecía a un proceso de transformación en la forma urbana de esta ciudad y no a una invasión de distintas subculturas con temor a mezclarse, o que se refugiaban en su propia cultura de pertenencia. Wirth lo entiende de este modo, yendo más lejos de la reducción que implicaba entender estos sucesos emergentes como una cualidad de agrupación cultural voluntaria, o relativa a la conformación de una subcultura4. En la extensa avenida “Halsted Street”, lugar de observación de Jane Addams y la Hull House (Addams, 1892), ya se patentaba cierta transformación en sólo diez años (1910-1920). En un inicio el habitar era fuertemente caracterizado por inmigrantes irlandeses y alemanes, situación que cambia con el correr de los años. La sustitución era evidente y en su reemplazo llegaron hebreos de Rusia, Italianos del sur y griegos meridionales. El desplazamiento de los primeros inmigrantes hacia el norte y noreste de la “Near West Side” genera un doble problema: a) Por una parte quienes se desplazan, escapan de las malas condiciones de vida (pavimentación deficiente, escasa luminosidad, alcantarillado y sistema sanitario colapsado, etcétera), dejando un barrio degradado el cual – sin embargo- continua siendo epicentro en la llegada de nuevos inmigrantes aún más precarios. Sin lugar a dudas, esto reproduce un modelo de urbanización y desarrollo que es funcional a la economía pero problemático, en el momento exacto que dicho progreso no garantiza a la población de llegada condiciones mínima de seguridad y bienestar social.

(4) | La sociología de Chicago ejerció a tra-

vés de Park, Burgess y Small, entre otros, una influencia importante pero excesivamente aislada de los procesos espaciales y económicos del modelo de desarrollo urbano. Mckenzie, Wirth y Halbwachs, son tres de los sociólogos que pasaron por la escuela de Chicago distinguiéndose del status quo convencional, llevando adelante una crítica más exhaustiva y profunda del modelo de desarrollo de las ciudades norteamericanas.

b) Consecutivamente, la governance –o gobierno local– no se ocupa de esta situación ya que inmigrantes: precarios y trashumantes, sostenían una relación funcional de fuerza de trabajo que arriba, la cual una vez constituida logra desplazarse a otros barrios, instaurándose una dinámica de movilidad residencial que da cuenta de una forma urbana compleja, natural y descontrolada, donde las fuerzas económicas y funcionales del trabajo eran parte crucial de la “Urbanización”, entendida como un sistema de desarrollo de las ciudades heterogéneo pero desigual: aquella del mosaico suburbano multicultural.


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La población de arribo, no viviendo la integración ni el sentido de inclusión dentro de la ciudad, logra insertarse en el encadenamiento económico y productivo de Chicago acentuando la degradación de las condiciones de vida en algunos sectores de la ciudad, que contradictoriamente, refuerza el vínculo étnico en intersticios suburbanos. El enfoque que hasta el momento primaba en la escuela de Chicago era sobre las formas de agrupación de este “vínculo étnico”, sin embargo el modo en cómo esto había tomado forma y las condicionantes económicas y laborales, aún no eran problemas sociológicamente válidos. Wirth logra situarlo a partir de su observación de los guetos. Si antiguamente parte de la industria textil era ejercida por norteamericanos, alemanes e irlandeses, luego de 1920, italianos, rusos y griegos toman la posta pero en condiciones mínimas de residencia pseudo-industrial, que funcionaban muchas veces como hogares y lugar de trabajo, donde el costo de la renta y de vida era menor. Los viejos albergues de madera, característicos de los primeros inmigrantes fueron sustituidos para ser ocupados por tres o cuatro familias, formando plurihogares. La residencia próxima a los asentamientos industriales, además de subir de costo, comenzaba a ser utilizada como vivienda temporal de inmigrantes vagabundos sin voto ni ciudadanía. Louis Wirth destaca la vida cotidiana en avenidas como “Maxwell street”. El dominio de los hebreos, la extraña convivencia comercial entre éstos y los polacos, el artesanado de calzado y vestimenta italiana, son algunos de los aspectos que señala desde un enfoque etnográfico muy en sintonía con los ecólogos. Sin embargo, desde ahí emerge la crítica constatando que la vida barrial –tan ensalzada por colegas como Park y Small– era más bien problemática con vista hacia un futuro próximo: los nuevos allegados vivían en condiciones aún más precarias y la huida de éstos a barrios alejados era más dinámica que antaño. Chicago se había convertido en un mosaico turbulento, donde ni la governance de una política pública social consistente, ni la economía tendían a una mejoría en las condiciones de vida. Existía en el fondo una relación contradictoria entre: el crecimiento urbano de la ciudad; el modelo de desarrollo; y el componente demográfico de los inmigrantes. Sin lugar a dudas en esto hay una funcionalidad que permite el crecimiento y enriquecimiento de la ciudad de Chicago, pero que al mismo tiempo se convierte en una paradoja en la asociación entre urbanismo, ciudad y desarrollo


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urbano. El urbanismo como modo de vida, vincula una forma bien precisa de consolidación de la ciudad, inédita hasta entonces, que se toma de la forma metropolitana para proponer un modo de desarrollo voraz, desigual y problemático para la convivencia. En síntesis, Simmel ve en la metrópolis un modo de vida –y sobre todo una cultura– muy distinta del vivir y habitar la ciudad hasta entonces (Simmel, 1995). Wirth –heredero de esta crítica– profundiza de un modo diverso sobre la funcionalidad económica y de desarrollo existente al interior de este modelo metropolitano.

Desarrollo urbano y urbanismo como modo de vida: El individuo promedio Si bien es cierto que la ciudad se puede caracterizar por un sinnúmero de elementos institucionales, comunicacionales, de redes de transporte y conexión; de cultura de vida, servicios, conocimiento y trabajo; Wirth no hace este mismo ejercicio entre ciudad y urbanismo. El urbanismo se refiere a un desarrollo de fuerzas que tiene la ciudad como forma que “se manifiesta en las personas donde sea que se encuentren” (Wirth, 1998, p.64)

(5) | Wirth establece que urbanismo son

los trazos que caracterizan la vida en las ciudades contemporáneas. Urbanización, en cambio, indica el desarrollo y extensión de estos elementos, que van más allá del aspecto físico, y que tienen que ver con el modelo de desarrollo que alcanza su máxima expresión contemporánea con la ciudad metropolitana

En esa dirección una de las características típicas descritas en aquel entonces para la ciudad, era la densidad de población, que la distinguía en relación al campo o mundo rural. Esta diferenciación, aunque hay que considerarla no es suficiente para hablar del proceso urbano. La comunidad urbana de una ciudad se define por criterios más complejos, que se encuentran en relación al contexto cultural en donde surgen. “…El problema no es de establecer si las ciudades muestran en nuestra civilización o en otras estos caracteres distintivos, sino la medida en que estos caracteres sean capaces de modelar el modo de la vida social, en su forma específicamente urbana” (Wirth, 1998, p.65) Aunque Wirth sugiere prestar atención sobre el tamaño, densidad y diferentes tipos de funciones, piensa que lo importante para entender esta “comunidad urbana” es cómo estas fuerzas del urbanismo, van connotando la diferenciación y el modo de vida urbana en la sociedad5. El tenor de la organización y vida metropolitana que G. Simmel puso en cuestión. Urbanismo y urbanización como proceso característico de las ciudades contemporáneas, no puede estar asociado a la “ciudad industrial” o “ciudad fábrica” como estructura de trabajo vinculada a un tipo de morfología de ciudad. “Su


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desarrollo en un ordenamiento preindustrial y precapitalista, las ciudades de épocas precedentes eran igualmente ciudades… … … Para fines sociológicos una ciudad puede ser definida como un asentamiento relativamente grande, denso y permanente, de individuos socialmente heterogéneos” (Wirth, 1998, p.68) Sociológicamente se vuelve relevante analizar estos elementos en la ciudad contemporánea que Wirth tenía frente a sus ojos. Mientras más grande, densa y heterogénea vaya tornando una ciudad en la actualidad, más aún encontraremos el acento del proceso urbano y de la urbanización. La grandeza demográfica produce un doble efecto sobre los habitantes. Por una parte se replica aquello que Simmel enfatizaba en el traspaso de la vida comunitaria a la vida metropolitana. El modo de vida de pequeñas cantidades de persona en localidades y asentamientos, se caracteriza por un mayor conocimiento cara a cara y dialogal y un menor “reconocimiento” visual, que a una alta densidad se vuelve totalmente dinámico, acentuando la pérdida de referencia entre los sujetos. De manera exponencial un sujeto “blase” metropolitano, se ve expuesto al contacto visual y estímulos que reemplazan el habla y la comunicación intensiva dialogal, propias de un proceso de conocimiento en pequeñas localidades. Lógicamente el sistema de control ejercido en pequeños asentamientos es mayor, ya que la funcionalidad de ciudad y las grandes cantidades de personas circulando no existe. En contraposición, la vida económica de las grandes ciudades “…constituye esencialmente el estado de anomia, o el vacío social, al cual alude Durkheim cuando intenta explicar las distintas formas de desorganización social presentes en la sociedad tecnológica” (Wirth, 1998, p.74) La fuerza de la urbanización promueve el sujeto “blasè” y de manera adyacente la relación por “reconocimiento”. Como la cantidad es lo que rige, el mismo sujeto se invisibiliza, existiendo finalmente como individuo, el cual cuenta en la voz y voto de un sistema político por representación y no de participación directa. La densidad es otro tipo de fuerza del proceso de urbanización. El reconocimiento visual toma forma con la grandeza poblacional, pero se intensifica y autentifica gracias a la densidad. “…tendemos a adquirir y desarrollar una sensibilidad hacia un mundo de objetos artificiales y nos alejamos progresivamente de aquel de la naturaleza” (Wirth, 1998, p.77) La densidad tiene a su haber una modificación del valor del terreno, de los arriendos, accesibilidad, salubridad, prestigio, circulación, que va transformando el tipo de residencia empeorando o no las condiciones de vida. Esto es lo que Wirth detecta en algunos distritos


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de Chicago en su estudio del gueto, y lo lleva a pensar la ciudad en cuanto a las fuerzas que van transformando las condiciones de vida, no quedándose solamente en la forma metropolitana “…el frecuente y estrecho contacto físico, unido a la gran distancia social, acentúa las diferencias recíprocas de individuos privados de vínculos afectivos” (Wirth, 1998, p.78) La heterogeneidad, como tercera fuerza identificable del proceso de urbanización produce el valor de la diferencia, la mixtura entre los distintos inmigrantes, pero también el hecho de que la integración entre ellos sea relativa y sólo constitutiva por esta “distancia” social. La unión y comunión de la “comunidad urbana” puede ser saldada solamente en los puestos de trabajo, en espacios públicos de tránsito, y en cierta medida, en la vida barrial de algunos distritos compactos pero empobrecidos. No obstante la heterogeneidad de grandes masas de personas circulando… “La gran mayoría de los habitantes de la ciudad, no son propietarios de casas y dado que un domicilio transitorio no genera tradiciones y sentimientos de pertenencia, solo raramente un individuo llega a ser un verdadero vecino” (Wirth, 1998, p.80) Guterman (1969) en base a la asociación de estos tres elementos, realiza un estudio sobre 484 personas en la extracción de un muestreo basado principalmente en trabajadores ligados a la industria hotelera y de la construcción en distintas áreas de población urbanizada. Allí quedó en evidencia que la medición de nivel de cercanía, o de conocimiento de amistad entre las personas, era casi inexistente y se correlacionaba a las zonas habitadas por más de 120 mil personas. En zonas de 14 millones de personas y más, el 58% de la población tiene una relación íntima de amistad mínima o muy baja (Guterman, 1969, p.498). No así en zonas de menos de 120 mil personas, en donde aún el 34% de su población mantenía una relación de amistad íntima fuerte. “Interaction is based on segmentalized roles with a corresponding impersonality, superficiality, and transitoriness of social relations. All of these factors waken, if not destroy, the bonds of sentiment and intimacy among the inhabitants” (Guterman, 1969, p.492) Ciertamente, en estos tres factores de fuerza (densidad, heterogeneidad y cantidad), se desarrolla un sistema de correspondencia y de dependencia, donde la segmentación, la impersonalidad y superficialidad comienzan a regir la vida cotidiana, en la medida en que los factores ya mencionados se vuelvan más intensivos. La intensidad de la vida metropolitana, donde el reconocimiento en-


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tre desconocidos es cuantitativamente fuerte, se desdobla perdiendo el conocimiento primario frente al otro. Una especie de sacrificio del vínculo cercano, sustituido por el abstracto de un modelo vinculante pero distante. Las relaciones secundarias y distantes (viaje al interior de la ciudad-consumo en espacios urbanos- viaje casa-trabajo, etcétera) sustituyen a las primarias, del tacto, el dialogo y el contacto. La indiferencia y lo transitorio de la vida en las ciudades, comienza a inmunizar la vida de los sujetos, desarticulando la preocupación de las necesidades y las demandas por el otro que conforman el sujeto colectivo de una ciudad. “The reserve, the indifference, and the blase Outlook wich urbanites manifest in their relationships may thus be regarded as device for immunizing themselves against the personal claims and expectations of other” (Guterman, 1969, p.492) En esta inmunización se juega la verdadera naturaleza de las denominadas “áreas naturales” suburbanas , como un proceso de fuerzas económicas y políticas de la definición del urbanismo y el rol del planificador- planner- en la ciudades. Las áreas naturales estudiadas hasta el momento como parte de la cultura suburbana, pasan a ser entendidas como un mosaico turbulento, donde el descontento y la precariedad hacen de la cohesión barrial una representación cultural de la vida urbana resistente, pero tendiente al fin y al cabo hacia el predominio entre desconocidos. El individuo metropolitano, muta entonces en una partícula de la comunidad urbana –o comunidad de intereses– el cual vive en la ambivalencia de fuerzas contradictorias del modelo de desarrollo y urbanización de las ciudades (Bendix, 1954) que unifica y representa a través de la vida barrial, pero manteniendo la distancia práctica en las formas de relación experimentadas a diario. En esta dirección Wirth coge el legado de Simmel, asociando una segunda fase analítica al modo de vida metropolitano de Simmel, en cuanto individuo forzado por un modelo de vivir y experimentar la ciudad, que tiene su motor originario en la relación urbano-urbanización de la ciudad contemporánea. Estas fuerzas ya mencionadas de un modo general, pese a que promueven el individuo anómico, deben garantizar el funcionamiento cohesionado del sistema metropolitano, conectando la distancia social originaria entre los distintos individuos, en formas de asociación y correspondencia secundarias (residenciatransporte-trabajo-servicios-espacios públicos). El desarrollo de la ciudad, además de resolver el drama del individuo metropolitano (anomia) a través de la


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funcionalidad urbana, debe considerar la creación de una representación social urbana que pueda ser significativa para el individuo metropolitano, para generar un proceso de identificación a partir de su propia abstracción funcional de vida en la ciudad. Un sustrato del ser metropolitano, entendido como una media, un promedio matemático calculado en la suma de vidas en la ciudad que merecen ser representadas. “Los servicios públicos, aquellos de las instituciones recreativas, educativas y culturales, deben ser adecuados a las exigencias de masa. Análogamente, las instituciones culturales como escuela, cinematografía, radio y periódicos, a causa de su clientela de masa, deben operar necesariamente según influencias niveladoras” (Wirth, 1998, p.81) El individuo metropolitano no se encontraría al interior del drama de la libertad/ anomia. El desarrollo contradictorio de la urbanización intensifica la vida urbana, enriqueciéndola culturalmente a cambio de la atomización, la desolación e indiferencia que se conecta y unifica a través del funcionamiento económico e institucional de la misma ciudad. Wirth va más allá, el modo de vida metropolitano es reemplazado por el modo de vida urbano, el cual sustituye la individualidad por la exigencia de la comunidad urbana –basado en el individuo promedio– que es sinónimo a la sociedad de masas. Este es el salto cualitativo que realiza Wirth como heredero directo de Simmel. El individuo metropolitano subordina su propia condición a las exigencias del modelo de urbanización –que con sus fuerzas funcionales– promueve la media del individuo o el individuo promedio, el cual funciona perfectamente como representante del habitante de la ciudad. La política, los medios de comunicación, la cultura, la instrucción pública, se forjan a partir de esta segunda fase del desarrollo de las ciudades contemporáneas. De otro modo, probablemente hubiera sido imposible sostener la contradicción de este modelo de urbanización, propio de las grandes ciudades del siglo XX. “El modelo de uso del suelo, del valor de las áreas, del costo de los arriendos y de la propiedad, la naturaleza y el funcionamiento de las estructuras físicas, de las habitaciones, de los medios de transporte y comunicaciones, de los servicios públicos – estas y muchas otras fases del mecanismo físico de la ciudad no son fenómenos aislados. De estas fase, independientes como entidad social, pero influenciados por el modo de vida urbano, que a su vez también ejercen una influencia (hacia las fases mencionadas)” (Wirth, 1998, p.85)6 (6) | Los paréntesis son nuestros.


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Wirth reconoce en la vida urbana ciertos aspectos problemáticos además de los que pudo reconocer en el trabajo del Ghetto. La desorganización personal, el agotamiento mental, el suicidio, cierta delincuencia organizada, la corrupción, la precariedad laboral y residencial –entre otras– son fenómenos que los ecólogos de Chicago abordan de manera transversal pero desde un enfoque diverso. Hasta la publicación de los trabajos de Wirth, estos fenómenos habían quedado al descubierto, sin embargo a Louis le interesaban los “mecanismos que están a la base de estos fenómenos” (Wirth, 1998, p.89). En pos de esta idea elabora Urbanism as a Way of Life (1938), como propuesta que sentara las bases para investigar sociológicamente la ciudad que él observaba en transformación, más allá de lo etnográficamente anecdótico, vislumbrando de este modo, las fuerzas y mecanismos subyacentes al proceso de urbanización en una metrópolis moderna, como en ese entonces era Chicago.

Consideraciones Finales El salto cualitativo que entrega Louis Wirth a la sociología urbana y del territorio es influyente, aunque la academia no lo haya reconocido hasta el momento de un modo amplio. El sociólogo francés Maurice Halbwachs (2008), reconoce en él un trabajo ontológicamente diverso a la corriente sociológica que había establecido un saber influyente a principios del siglo XX. Halbwachs viaja como profesor visitante en pleno periodo de transformación urbana en Chicago (1928-1929) y antes de ser enviado a los campos de concentración en Berlin, alcanza a tomar el legado crítico de Wirth iniciado desde su obra The Ghetto. Simmel, Wirth y Halbwachs, en esa orientación, son tres sociólogos de la ciudad que tienen en común haber hecho la diferencia cualitativa respecto a las tendencias generales y convencionales del conocimiento, las cuales eran excesivamente descriptivas y sin mayor cuestionamiento ni elaboración de una pregunta de investigación. Esta triada, trata de pensar la transformación de la ciudad de acuerdo a la articulación funcional y morfológica, pero profundizando consecutivamente en las motivaciones –sobre todo culturales– de cómo era articulada la vida metropolitana y la nueva vida urbana, pensando en los mecanismos que producían situaciones problemáticas y emergentes.


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Wirth observa una serie de problemáticas sociales en guetos concentrados por inmigrantes, pero también vuelve a Simmel para analizar qué había sucedido con este individuo metropolitano. La ciudadanía fragmentada y fuertemente diferenciada sólo puede entenderse de manera unitaria –a través– de los intereses en común forzados por el proceso de urbanización que representa la misma metrópolis. Si los elementos de fuerza basados en número, densidad y heterogeneidad de una ciudad se acentúan, mayor será entonces el desarrollo del individuo metropolitano, pero mayor será también la fase de desarrollo de la ciudad, y el desafío que tendrá para hacer que las fuerzas de disociación y de promoción de relaciones secundarias y distantes, puedan subsistir como forma de vida en la ciudad, garantizando por otros medios y subsistemas, la unidad de las relaciones primarias que se hallan extraviadas. A la unión generada por el mundo laboral, se añade la cultura urbana, la vida bohemia, la cinematografía, los mass-media, la publicidad, la industria cultural y la diversión como garantes de esta recomposición unitaria que convive con un sistema disgregador. Hasta el momento, los ecólogos habían logrado dar cuenta de aquella “comunidad de intereses” que Simmel caracterizó como el pegamento necesario para que la vida del individuo metropolitano se sostuviera a través del tiempo pese a las fuerzas disgregadoras. El mundo del trabajo, la vida barrial y la conectividad son algunos representantes de este sentido unitario. Sin embargo, la vida cultural de una ciudad, el desarrollo de la bohemia, la misma cinematografía y el rol de la publicidad antes mencionado, serían el nuevo sustento de unidad en la producción del “ciudadano promedio”, como respuesta unitaria a la fase avanzada de fragmentación social de la vida metropolitana. Esta unidad, observada preliminarmente como “grupo de interés”, evoluciona en un modelo de ciudad que ejerce el control social bajo la idea de masa. “… las masas de individuos en la ciudad son sujetos a la manipulación por parte de símbolos o estereotipos estructurales de individuos que trabajan lejos o que operan de manera invisible detrás de la escena, mediante el control de los medios de comunicación” (Wirth, 1998, pp.88 90) Existe una sustitución de esta comunidad de origen –extraviada y perdida– por la comunidad urbana, que a través de sus fuerzas tendientes a la aglomeración de población heterogénea, le otorga un nuevo sentido de cohesión por más invisible y abstracto que ésta parezca. “…En razón de la ineficacia de los vínculos de parentela real, creamos una parentela ficticia. Y de frente a la desaparición de


Louis Wirth y el individuo promedio: Un salto cualitativo al individuo metropolitano de G. Simmel | 24

la unidad territorial como base de la solidaridad social, creamos una unidad de intereses” (Wirth, 1998, p.90) Detrás del proceso de urbanización y urbanismo, se encuentra este mecanismo que otorga sentido unitario del espacio, propio de la acumulación originaria del capitalismo. “It is upon the mass media… that to an ever increasing degree the human race depends to hold it together. Mass communication is rapidly becoming, if it is not already, the main framework of the web of social life” (Bendix, 1954, p.527) Wirth concluye haciendo un llamado al estudio de la comunicación de la ciudad por parte de los sociólogos, ya que ahí se vislumbraría la próxima transformación del corpus de masa. El sociólogo con una hipótesis de trabajo sobre el urbanismo, logra tener una concepción clara sobre la ciudad como entidad social “… … … mientras más numeroso es el grupo de personas que interactúa recíprocamente, aún menor es el nivel de comunicación, y aún más fuerte es su tendencia a desarrollarse a un nivel elemental – es decir – sobre la base de las cosas que se presumen comunes o que les interesa a todos” (Wirth, 1998, p.64)

BIBLIOGRAFÍA Addam, J. “The Subjective Necessity for Social Settlements.” 1892. (Consultado el 05/03/2013), disponible en: http://dcgacademics.com/csd/highschool/ socialstudies/5%20STRUGGLING%20FOR%20JUSTICE%20AT%20HOME%20 AND%20ABROAD/Topic%2025%20Progressivism%20and%20TR%20(19011912)/Social%20Settlements0435.pdf Bendix, R Social Theory and Social Action in the Sociology of Louis Wirth American Journal of Sociology Vol. 59, No. 6 pp. 523-529 (Mayo, 1954), The University of Chicago Press http://www.jstor.org/stable/2772593 Guterman, S. In Defense of Wirth’s “Urbanism as a Way of Life American Journal of Sociology Vol. 74, No. 5 pp. 492-499 (Marzo, 1969), University of Chicago Press http://www.jstor.org/stable/2775401 Halbwachs 2008. Chicago: morfología sociale e migrazione. Armando editore, Roma. Simmel, G. 1995. Le metropoli e la vita dello spirito. Armando editore, Roma.


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¿CONSTRUYENDO TERRITORIALIDADES URBANAS “INSURGENTES” O ESPACIOS DE INTEGRACIÓN SUBORDINADA? UNA EXPLORACIÓN EN EL CASO DE LIMA SUR1 Luis Montoya Canchis2 Resumen

(1) |Ensayo elaborado originalmente como ponencia para el Seminario internacional: “Ciudades en transformación: Modos de vida y territorialidades”, organizado por el Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés (CIDESUMSA) y el Laboratorio de Sociología Urbana de la Escuela Politécnica de Lausanne (LaSUR – Epfl), realizado en la ciudad de La Paz, Bolivia, del 7 al 11 de junio de 2010.

(2) |Luis Montoya Canchis

Sociólogo con estudios de Maestría en Sociología Política. Docente del Departamento Académico de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Consultor en planificación del desarrollo del Programa de Gobierno Regional de Lima Metropolitana de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Perú. E-mail: lwmontoya@gmail.com; lmontoyac@unmsm.edu.pe

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El estudio de caso de Lima Sur profundiza en el dilema de la insurgencia –realidad que emerge de manera alternativa a la hegemónica– y subordinación. La evidencia de su carácter insurgente, radica en las relaciones sociales producidas para forjar alternativas a la situación de marginalización y pobreza que caracteriza a su población, incluidas las diversas formas de plantear su economía (de mercado, familiar, basada en la reciprocidad y la solidaridad) y el modo de asumir la ciudadanía. Palabras claves: Perú, Lima, ciudad, urbanización, territorialidad insurgente, subordinación Abstract The case of South Lima explores the insurgency - which actually appears as an alternative to the hegemonic - and subordination. The insurgent character is produced social relations to forge alternatives to marginalization and poverty that characterizes its population, including ways to raise its economy (market, relative, based on reciprocity and solidarity) and the way citizens. Keywords: Perú, Lima, city, urbanization, territorial insurgent, subordination


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INTRODUCCIÓN Muchas veces es difícil disociar la cinematografía de un país de las imágenes producidas sobre su realidad. El Perú no es la excepción. Varias películas recientes expresan, a través de personajes y argumentos desenvueltos en la ciudad, la vida actual de las y los peruanos. Fausta la inolvidable protagonista de La teta asustada, película dirigida por Claudia Llosa, logra su redención después de los años de violencia política recorriendo los pueblos jóvenes de Manchay en Lima sur; Joaquín y sus cuatro jóvenes amigos, en Paraíso, película de Héctor Gálvez, residentes de un barrio de desplazados de Huachipa, en Lima Este, pasan sus días sin rendirse o renunciar a sus sueños; Octubre, la película de los hermanos Daniel y Diego Vega, transcurre en medio de las calles del centro de Lima, junto a la procesión del Señor de los Milagros y la solidaridad reconstruida cotidianamente por personajes solitarios como Clemente y Sofía. Las historias de las películas mencionadas tienen como escenario principal a la ciudad, hecho que no es casual porque el acelerado proceso de urbanización experimentado en el Perú en las últimas décadas ha provocado transformaciones radicales en su vida social y en su territorio, que lo complejiza y hace además imposible no tomarlo en cuenta por el peso que ha adquirido3. El presente ensayo intenta abordar parte de la complejidad de esta realidad. Centra su atención en el análisis de la producción fragmentada del espacio urbano, especialmente, en las transformaciones generadas en el marco de la globalización. Queremos indagar en la praxis social de un lugar específico: Lima sur, afectado por los procesos de globalización a la vez que por la pobreza y la marginalización. Área ubicada al sur del Área Metropolitana Lima Callao4, conformada por cinco distritos: San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador, Lurín, Pachacamac. Las cifras censales más reciente señalan que posee un total de 1.254.284 habitantes. Partimos de un abordaje previo realizado por Arroyo y Romero (2008) para el caso de Lima Metropolitana. Sin embargo, tratamos de explorar un poco más en el dilema “insurgencia”-subordinación, que desde nuestro punto de vista puede ejemplificarse desde el caso de Lima sur. La metodología empleada en nuestro trabajo combina la reconstrucción histórica del contexto y los actores involucrados, con el análisis de información de origen censal e información pri-

(3) | 75.9% del total de la población del

Perú, ocho de cada diez personas aproximadamente, viven en centros poblados urbanos. Los Censos de 1940 y 2007, indican que durante este periodo la población censada total creció en 4,4 veces, y la población urbana lo hizo en 9,5 veces, es decir, fue de 2’197,133 personas en 1940, a 20’810,288 personas en 2007 (Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 2008 p 19).

(4) | El INEI (1996) denomina como área metropolitana al espacio territorial comprendido por la Provincia de Lima y la Provincia Constitucional del Callao (199p 13); lmontoyac@unmsm.edu.pe


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maria levantada a través de observación participante y etnografía. El trabajo para fines de exposición está dividido en cuatro partes: la primera, presenta de manera sucinta nuestro abordaje teórico desde la discusión sobre globalización y ciudades; la segunda, debate sobre la territorialidad urbana “insurgente” que representa Lima sur; la tercera, reflexiona sobre la tensión entre “insurgencia” e integración subordinada; finalmente, la última presenta las conclusiones preliminares del trabajo.

Globalización y ciudades: El caso de Lima sur Nuestra reflexión parte de asumir a las ciudades en medio de tensiones agudas. Las ciudades latinoamericanas afrontan hoy una diversidad de retos y desafíos. Los procesos que experimentan responden en gran medida a los efectos que la globalización viene imponiendo a escala mundial. Sin embargo, y este es un presupuesto que pretendemos someter a evaluación, estos procesos tienen que ver también con procesos localizados en lugares donde se establecen relaciones que responden a patrones de desarrollo que siguen los parámetros impuestos a escala global, pero que no en todos los casos terminan incorporados o se incorporan a los mismos, sino más bien son marginalizados y excluidos. Algunas reflexiones recientes sobre lo urbano en América Latina –como la realizada por Córdova (2008)–, señalan de manera pertinente: “De ahí que, el análisis de los procesos urbanos de la región, necesariamente tiene que ser abordado desde las lógicas del paradigma de la globalización a las que son inherentes las sociedades contemporáneas, fenómeno matizado entre otros factores por la reestructuración de la economía mundial y la consolidación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Si bien la particularidad de la praxis social de cada lugar determina una configuración espacial específica que dota de carácter e identidad a las diversas ciudades, no es menos cierto que con mayor intensidad se generaliza un desarrollo urbano tributario de una nueva forma de organización del capital.” (2008: 14). Por ello, es necesario indagar en las geografías fragmentadas (Gudynas, 2005; Sassen, 2006), conformadas por sitios globalizados y áreas relegadas, que trascienden las fronteras nacionales. Las ciudades en algunos casos son articuladas en función de los intereses de los mercados financieros, las operaciones de servicios bursátiles y las inversiones; pero en otros son marginalizadas y


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afectadas por desigualdades crecientes en la concentración de recursos estratégicos y actividades entre ciudades y al interior de las mismas. Las ciudades que logran absorber inversiones son dinamizadas, en actividades económicas especializadas que responden a los mercados globales; a pesar de ello, muchas veces sus poblaciones no necesariamente se benefician, sino más bien terminan afectadas por la agudización de la pobreza y la marginalización. Nos parece en este sentido pertinente la reflexión propuesta por Veiga (2004), basada en su estudio sobre el Área Metropolitana de Montevideo y otras ciudades de América Latina: “En tal sentido, para avanzar en la comprensión de los procesos sociales urbanos es imprescindible identificar las nuevas desigualdades y pautas de diferenciación social en las ciudades. Así, es útil recordar que ya hacia fines de los años ‘80 investigaciones comparativas realizadas en varios países latinoamericanos demostraron la influencia de procesos estratégicos en la configuración social de nuestras ciudades, tales como la “desindustrialización”, la “desasalarización” y la “fragmentación” que afectan las condiciones de vida de la población urbana (Portes, 1989; Lombardi y Veiga, 1989). Por su parte, durante los años ‘90, estos procesos operan conjuntamente con otros mecanismos de polarización socioeconómica induciendo “nuevas formas de pobreza” entre diferentes sectores urbanos (así, por ejemplo, se destaca la nueva composición socioeconómica y perfil de la población residente en los “asentamientos precarios” y marginales) (2004, p. 195). Esta cuestión es fundamental desde nuestro punto de vista y tiene que ver con las nuevas dinámicas urbanas asociadas, como señalamos al inicio, no sólo con el proceso de globalización sino con los procesos de localización que no necesariamente responden sólo a los parámetros establecidos a escala global. Surge en este sentido desde nuestra perspectiva, o en todo caso consideramos que es válido asumirlo como supuesto, que una “territorialidad insurgente” tiene que ver no sólo con el examen de las relaciones que la globalización impone a las ciudades sino además con los procesos y las relaciones que son producidas desde las ciudades y que terminan en mayor o medida vinculadas a los procesos de globalización. Este aspecto que para nosotros es clave lo encontramos en el caso del área metropolitana Lima Callao. Trabajos pioneros como el de Chion (2002), además de indagar en “la dimensión metropolitana de la globalización”, plantea con perspicacia que paralelamente a los procesos


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de integración que anima, el caso de Lima Callao, ilustra también procesos de fragmentación espacial de importante consideración. “Los sectores de la población marginal – señala Chion –, desconectados de las redes metropolitanas, pueden encontrarse en situaciones de extrema marginalidad, con muy limitados recursos y opciones para mejorar sus condiciones de vida” (2002 p.87). La reflexión de Chion no descuida en este sentido las dinámicas de exclusión generadas por el proceso de globalización. Aunque pone un énfasis especial en los aspectos “externos” generados por las inversiones y los flujos de información globales y descuida los “internos” vinculados a los procesos que desde la propia ciudad son generados sin guardar necesariamente vínculo con la globalización. No podemos dejar de reiterar que al final de cuentas no todo está determinado por el proceso de globalización. Otro descuido necesario de resaltar es que no se toma en cuenta el abordaje de las relaciones entre lo “externo” y lo “interno”, los procesos de globalización ligados a los procesos de localización, porque se presupone que lo externo termina imponiéndose. Incluso la definición misma de lo que asumimos como “externo” o “interno” y lo que suponemos que pueden ser sus relaciones, constituyen en la mayoría de las veces asuntos no puestos en debate sino asumidos de manera acrítica. Cuestiones todas que merecen discusión, una mirada crítica y cuestionadora de los muchos supuestos sobre los cuales se erigen. El trabajo antes citado de Arroyo y Romero (2008) nos parece en este sentido valioso, porque asume la preocupación por indagar en las dinámicas globalizadoras; pero analizadas desde abajo, desde la dinámica misma del territorio, desde el proceso de conformación de la ciudad. El caso del área metropolitana Lima Callao es para estos autores particularmente ilustrativo de la complejidad de las relaciones generadas desde el proceso de globalización y las dinámicas localizadas. Coincidimos plenamente cuando indican: “Lo que no pudo la política institucional (léase: municipalidades y gobierno metropolitano) sí lo lograron la economía local y la economía global; es decir, la desconcentración de hecho producida por el movimiento del gran capital (comercial y financiero), así como de los pequeños capitales locales en y desde los conos de LM. Se ha perfilado, entonces, una nueva territorialidad urbana y se ha producido el cambio en el tejido socio-económico, debilitando en consecuencia la centralidad del “centro triangular” y apuntalando más bien la policentralidad como proceso más relevante.” (2008:116). La tarea de indagación en el caso Lima sur, integrante del área metropolitana Lima Callao, nos parece justificada y urgente porque permite profundizar en la


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exploración de casos donde examinar las tensiones entre globalización y localización, asunto no cerrado sino más bien plenamente abierto al debate.

¿Territorialidad urbana “insurgente”? La realidad de Lima sur no puede ser comprendida independientemente del Área Metropolitana Lima Callao, ambas están estrechamente articuladas, no sólo porque sus distritos integrantes forman parte de la jurisdicción de la Provincia de Lima, sino porque está articulada e integrada territorialmente al conjunto del Área Metropolitana Lima Callao conformando una sola realidad. Sin embargo, debemos precisar lo vivido en el área metropolitana para comprender con mayor integralidad lo ocurrido con Lima sur. Las oleadas migratorias experimentadas en el Perú, especialmente desde la década del cuarenta del siglo XX, generaron un cambio radical en su estructura demográfica, social, económica, cultural, política y territorial. Las migraciones fueron generadas por la caída de los ingresos rurales, conjugado con el desarrollo del capitalismo urbano y sus patrones culturales, los que alentaron a los medianos propietarios agrícolas y a los campesinos, especialmente andinos, a migrar a las ciudades costeñas, sobre todo Lima, donde percibían canales abiertos de movilidad social (Cotler, 2006 p.259). Su impacto fue profundamente transformador desde el momento que registramos el dramático cambio demográfico vivido en el Perú, al pasar de ser un país eminentemente de población rural a otro predominantemente urbano. El crecimiento del área metropolitana es graficada a través del siguiente mapa que muestra la evolución de su territorio desde 1750 a 1993. El área urbana crece geométricamente durante el siglo XX y se expande de manera acelerada. Las “tomas de tierra” o “invasiones” fueron las principales estrategias de acceso a la vivienda que los migrantes emplearon en su experiencia de vida urbana. Estas dieron paso a la conformación de jurisdicciones distritales en la periferia del área metropolitana y posteriormente en áreas interdistritales. Arroyo y Romero (2008) señalan al respecto: “De esta manera, se fueron configurando las nuevas centralidades en los grandes espacios que hasta 1980 constituían la periferia de la expansión urbana, conocida como “el cinturón de miseria” y


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ahora como los “conos” de Lima. De ser asentamientos dormitorios pasaron a alojar una población precaria e informal que generará una base económica desconcentrada, gracias a su dinamismo socio-demográfico y a la creciente concentración/ aglomeración de micro y pequeñas unidades principalmente dedicadas al comercio, junto con otras de producción artesanal y manufacturera. En términos de densidad demográfica y dinamismo económico, las nuevas ocupaciones fueron ganando peso y notoriedad durante las dos últimas décadas del siglo XX.” (2008, p.107).

Evolución del territorio del Área Metropolitana Lima Callao

Figura Nº1 Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima (1992).

El resultado fue el surgimiento de un proceso de policentramiento que cuestionó el centralismo tradicional que había caracterizado al área metropolitana. El antiguo centro histórico había sido desplazado por nuevos ejes comerciales y financieros que concentran las inversiones y servicios urbanos durante los ochenta. El eje Miraflores-San Isidro, ubicado hacia el centro sur del área metropolitana y habitado tradicionalmente por los sectores de mayores ingresos y poder económico, social y político, es potenciado en su actividad de manera creciente frente al centro histórico. Sin embargo, además la dinámica interdistrital en la periferia del centro es igualmente potenciada y permite el surgimiento durante los noventa de varios “centros” o varias “Limas”: Lima centro, Lima norte, Lima este, Lima sur. Habitadas principalmente por las poblaciones migrantes que habían iniciado la


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ocupación del área metropolitana a través de las “tomas de tierra” y que en décadas anteriores, especialmente, durante los años setenta y ochenta denominaron como “conos” a estas áreas interdistritales; pero que durante los noventa afirman sus procesos de ocupación del territorio desde diversas dinámicas sociales, económicas, culturales y políticas sintetizadas en la idea de que no hay una sola Lima sino muchas “Limas” y en el abandono de la denominación de “cono”, asociado hoy cada vez más con una acepción peyorativa y despectiva. El mapa que mostramos a continuación exhibe esta situación flagrante.

Figura Nº2 Fuente: Instituto Metropolitano de Planificación (2002).

El proceso de globalización en el caso del área metropolitana genera una dinámica compleja, desigual y conflictiva. Las políticas de ajuste, estabilización y reforma del Estado aplicadas en el Perú, desde inicios de los noventa, se convierten en el principal vehículo globalizador que afecta a la sociedad peruana y también al área metropolitana. Estas facilitan la liberación de mercados y agudizan la especulación del uso del suelo urbano, a través de políticas municipales generalmente marcadas por intereses privados y la corrupción. Sin embargo, precisamos que estas suman un nuevo proceso a los que ya venían desenvolviéndose desde décadas atrás. Las inversiones globales no son localizadas de manera homogénea en el caso del área metropolitana y profundizan la heterogeneidad. Al inicio, en la primera mitad de la década del noventa, como había sido tradicionalmente se instalan sobre todo en el centro; pero al poco tiempo


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comienzan a instalarse en las “Limas” y profundizan la heterogeneidad existente en las mismas, porque además de la presencia de unidades de económicas de pequeña escala, que hasta ese momento habían sido mayoritarias, ahora suman su presencia las inversiones de las grandes cadenas comerciales y los supermercados. Al respecto Arroyo y Romero señalan de manera pertinente: “Las nuevas orientaciones que impone la globalización económica, fundamentalmente, y las adecuaciones diferenciadas de la actuación y estructura del Estado, han impactado fuertemente en el conjunto del área metropolitana Lima-Callao, cada vez más marcadamente heterogénea por el desigual anclaje de los componentes de la nueva economía: tecnológicos, productivos, mallas comerciales (shopping), servicios, comunicacionales, y por las modificaciones que emprende la administración de la ciudad para convertirlas en un “campo fértil de inversiones”.” (2008, p.108) ¿Frente a esta realidad es posible denominar como “insurgente” el proceso de surgimiento de estas áreas interdistritales, expresión del policentramiento experimentado en el caso de área metropolitana Lima Callao; o representa más bien la irrupción de espacios de integración que por el propio de proceso de globalización terminan subordinados al mismo?

¿Lima sur: realidad urbana “insurgente” o espacio de integración subordinado? La constitución de Lima sur como uno de los “nuevos” centros del área metropolitana, que forma parte del proceso de policentramiento que la caracteriza, tiene una historia detrás ligada directamente a las características del proceso de urbanización que ha experimentado. Es pertinente señalar que el proceso de configuración del territorio de Lima sur es de larga duración. Las primeras poblaciones son ubicadas aproximadamente 4.500 años antes de nuestra era, según las excavaciones de Josefina Ramos de Cox, en Tablada de Lurín. El territorio de Lima sur formó parte al tiempo del dominio Inca de los curacazgos de Lurín que formaban el Señorío de Ychma, bajo el dominio del centro religioso de Pachacamac, importante centro ceremonial de peregrinaje del mundo andino y uno de los dos señoríos principales que regentaban lo que hoy conocemos como área metropolitana Lima Callao, el otro al norte era el cucarazgo de Collique (Rostworowski, 1978: 50).


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Sin embargo, es fundamentalmente desde mediados el siglo XX que el proceso de urbanización afecta de manera radical a su territorio. El 12 de diciembre de 1954 es un hito clave porque es producida una de las principales “tomas de tierra” ocurrida en el Perú que daría nacimiento a “Ciudad de Dios” zona integrante del actual distrito de San Juan de Miraflores. Existen registros de poblaciones migrantes que ocupan el territorio de Lima sur desde las primeras décadas del siglo XX, un ejemplo es Tablada de Lurín que desde 1913 registra poblaciones; pero la magnitud del proceso iniciado en 1954 lo supera largamente, porque inicia una oleada de “tomas de tierra” que cubrirá todo Lima sur. Otro hito difícil de obviar es el 27 de abril de 1971 fecha en la que se produce la toma de tierras de Pamplona Alta que posteriormente daría origen a la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador y que posteriormente permitiría la conformación del distrito del mismo nombre. Estas movilizaciones de pobladores paulatinamente inciden en los ecosistemas existentes en Lima sur, tributarios en gran medida de la cuenca baja del Valle de Lurín; pero también en las lomas, pantanos, desierto, playas y mar existentes en este territorio, así como en el conjunto de recursos y patrimonio natural existente en esta área. Uno de los principales cambios producidos es la pérdida sistemática de tierras agrícolas en beneficio del proceso de urbanización. Actualmente son sólo dos, de los cinco distritos de Lima sur, los que concentran áreas agrícolas y población rural: Lurín y Pachacamac.

Evolución del territorio de Lima Sur

Figura Nº3 Fuente: Instituto Metropolitano de Planificación (2002).


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No es posible dejar de señalar con claridad que el carácter de este proceso esta ligado inseparablemente del proceso de marginalización de la fuerza de trabajo de las y los miles de pobladores que llevan adelante esta gesta urbanizadora, así como a su demanda de reconocimiento de derechos fundamentales como el derecho a la vivienda. La paradoja no puede pasar inadvertida: su demanda por vivienda es realizada a costa de generar impactos ambientales sobre el territorio y sus recursos naturales en muchos casos irreparables e irreversibles. Sin embargo, ¿por qué el dilema “insurgencia”-subordinación constituye una tensión pertinente de tomar en cuenta en el análisis de una realidad como la de Lima sur? El siguiente mapa muestra como el proceso de conurbación, experimentado en Lima sur, ha articulado paulatinamente; pero de manera sostenida lo urbano con lo rural, en una relación desigual y en claro beneficio para lo urbano en detrimento de lo rural. La conurbación está expresada en el paulatino proceso de articulación entre los distritos del casco urbano (San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador) y los distritos con mayor presencia de población rural (Pachacamac y Lurin) en un proceso de aproximadamente cinco décadas. El proceso anteriormente señalado va de la mano además con el surgimiento de una serie de aglomeraciones de establecimientos económicos, sobre todo de pequeña escala, que han generado dinámicas económicas de mercado y económico sociales y solidarias locales. Nos referimos a aglomeraciones dedicadas a diversas actividades comerciales y de servicios, así como productivas, esparcidas por todo el territorio de Lima sur y que en algunos casos conforman aglomeraciones o conglomerados incipientes. El mapa mostrado a continuación pretende registrar este conjunto amplio de aglomeraciones y dinámicas.

Figura Nº4 Fuente: Elaborado por el diario El Comercio el 18 de febrero del 2007, en base a información del Instituto Metropolitano de Planificación (2002).


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La reproducción de relaciones económicas de mercado capitalista es el regulador principal, sin lugar a dudas, de la mayoría de ellas. A pesar de ello, son registrables además relaciones de económico sociales y solidarias que ponen en juego otras racionalidades que no responden a un patrón único de mercado capitalista sino que abren la posibilidad para relaciones complementarias, sin ningún nivel de relación con el mercado o incluso alternativas a las relaciones promovidas desde el mercado capitalista. La economía de Lima sur está caracterizada por la presencia mayoritaria de unidades económicas de pequeña escala (llamadas comúnmente “pequeñas y microempresas”) establecimientos conducidos por conductores que mayoritariamente tienen entre uno y cinco trabajadores; pero donde la mayor parte de la población de Lima sur labora. Estas están presentes en los mercados de abastos, en las casas a través de talleres o bodegas, en pequeños establecimientos dedicados a servicios como restaurantes o peluquerías, o en las calles a través de los puestos de los vendedores ambulantes o callejeros. Las medianas y grandes empresas son pocas y generan empleo en sectores reducidos y delimitados. Estas además están ligadas a inversiones globales provenientes especialmente de capitales extranjeros que crecientemente vienen apareciendo, sobre todo en los últimos diez años, y se expresan a través establecimientos de grandes cadenas comerciales. Sin embargo, no todos acceden a los establecimientos de las grandes cadenas comerciales ni tampoco a la economía de mercado. Amplios sectores de la población de Lima sur recurren a la familia y los amigos, los paisanos y los vecinos, a redes de economía social y solidaria, para generar alternativas de trabajo e ingresos que permitan cubrir las necesidades diarias. La economía de Lima sur no es una economía exclusivamente de mercado es una economía donde también están presentes relaciones de reciprocidad y solidaridad, sin las cuales miles de personas y familias no podrían enfrentar la precariedad actual de la economía. Las redes de economía social y solidaria animadas por las iglesias de diverso credo confesional, las cooperativas, los bancos comunales, los emprendimientos llevados adelante por familias, son muestra de que existe otra economía en Lima sur igual de necesaria y urgente para las personas, igual de valiosa que la economía de mercado. La situación es mucho más compleja aún si tomamos en cuenta que estas redes de economía social y solidaria no están divorciadas de la diversidad cultural que caracteriza a las poblaciones de Lima sur. 49% del total de sus pobladores


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han migrado de algún lugar fuera de Lima, es decir, son portadores de tradiciones culturales de origen andino, amazónico o costeño. No es casual además que un 11% aproximadamente del total de su población hable un idioma nativo, especialmente, el quechua. Además no debemos olvidar la mención de la presencia de las poblaciones afro descendientes y asiáticas que suman su aporte a todos los anteriores. Todas estas tradiciones no se mantienen aisladas o separadas entre sí, todo lo contrario, las relaciones que establecen son intensas, diversificadas y se retroalimentan constantemente y de manera cotidiana como parte de la vida de la ciudad producida desde la experiencia de Lima sur. Sin embargo, la diversidad no se agota con las poblaciones migrantes de origen andino, amazónico o costeño, afroperuano o asiático, también tiene que ver con las nuevas generaciones que poseen sus propios códigos, símbolos y rituales. No olvidemos que las y los jóvenes, los niños y las niñas, representan más de la mitad de la población de Lima sur. Las culturas juveniles, las culturas de niños y niñas, que tienen entre otras expresiones al hip hop, al rock o al reggae; las nuevas sensibilidades que poseen más ligadas al mundo privado y la valoración del cuerpo; las relaciones intensas que establecen con las tecnologías de información y comunicación; constituyen en su conjunto expresiones culturales igualmente presentes y no necesariamente divorciadas de las tradiciones de los adultos, sino que más bien suman su aporte como parte de la diversidad cultural existente en Lima sur5. Esta diversidad cultural muestra una manera diferente de sentir y vivir la ciudad que en gran medida y cada vez más reclama ser reconocida como parte de la producción de una manera también distinta de asumir la ciudadanía. Una diversidad expresada en la música, la danza, la gastronomía y otras expresiones artísticas y culturales6.

Conclusiones Preliminares (5) | Un ejemplo es el caso de los bailari-

nes de break dance de la movida hip hop de Lima sur. Es común encontrar entre los jóvenes de Barrio Chico en San Juan de Miraflores o Consulado Sur de Villa María del Triunfo bailarines de break dance que al mismo tiempo son practicantes de danzas andinas tradicionales como la danza de tijeras u otras danzas propias de las regiones de origen de sus padres y madres

(6) |No es arbitrario tratar de encontrar

una referencia en la noción de “ciudadanía insurgente” propuesta por Holston (1998) o la reflexión de Isin (2002) sobre ciudadanía y otredad, dedicada al reconocimiento de strangers, outsiders y aliens.

¿Estas complejas relaciones sociales, económico sociales, culturales, fundamentan lo que podríamos denominar una realidad urbana “insurgente”? Asumimos lo “insurgente” como realidad que emerge de manera alternativa a la realidad hegemónica. No pretendemos caer en un optimismo ingenuo o una esperanza fundada solo en una ética de la convicción. La evidencia del carácter insurgente esta en las relaciones sociales producidas para lograr forjar alternativas a la situación de marginalización y pobreza que caracteriza a las poblaciones de Lima sur. Tal vez ahí radique la discusión principal.


¿Construyendo territorialidades urbanas “insurgentes” o espacios de integración subordinada? Una exploración en el caso de Lima sur | 40

Los distritos de Lima sur están ubicados entre los diez más pobres del área metropolitana. Poseen los indicadores de desarrollo humano más bajos: esperanza de vida de 75 años, un año y medio menos que el distrito de mayor esperanza de vida del área metropolitana; 96.5% de tasa de alfabetización, 3.2% menos que el distrito de mayor tasa de alfabetización; S/. 596.00 Nuevos Soles de ingreso familiar per capita (175 dólares aproximadamente), S/. 674.8 Nuevos Soles menos que el distrito de mayor ingreso familiar per capita (PNUD, 2006: 270). ¿Las poblaciones de Lima sur buscan mecanismos de integración y movilidad social? Es innegable que si. El problema radica en que el mercado capitalista y el proceso de globalización no logran integrar, a través de sus mecanismos de reproducción, a estas poblaciones. ¿Lima sur constituye un espacio de integración subordinado a la lógica impuesta desde el proceso de globalización? No podemos negar que sus poblaciones buscan mecanismos de integración y movilidad social. Sin embargo, el territorio de Lima sur y sus poblaciones no forman parte de las prioridades del proceso de globalización. Esto necesariamente puede servir para sustentar que constituye una realidad urbana “insurgente” tampoco. Existe una tensión entre “insurgencia” e integración subordinada. No creemos que esta pueda resolverse en corto plazo. Sin embargo, es conveniente resaltarla como parte del proceso de indagación desenvuelto en el marco del proceso de globalización, transformación del espacio urbano y surgimiento de ciudades emergentes. Esta nos parece una tesis provocadora para seguir indagando y debatiendo.

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Revista Eltopo. No.1. 2013: (pp 42-68) ISSN:0719-3335 42


UNA EXPERIENCIA DE INVESTIGACIÓN EXPLORATORIA: LA CIUDAD CREATIVA EN VALPARAÍSO Felipe Espinosa Parra1 Resumen La exploración de nuevas metodologías para el estudio de las ciudades ha sido hasta el momento emergente en la ciudad de Valparaíso. El Observatorio de Ciudad Creativa llevado a cabo en esta ciudad (2011-2012), plantea una forma de abordar la creatividad en las ciudades aplicando para ello diversas estratégicas metodológicas que buscan contribuir a la investigación social y cultural de las ciudades. El artículo resume las teorías, las metodologías y técnicas aplicadas, el abordaje multidisciplinario y los aprendizajes de la investigación “Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos” (2012). Palabras claves: Charles Landry, Ciudad Creativa, Valparaíso, Metodología de investigación, Identidad y cultura. Abstract

(1) | Felipe Espinosa Parra

Sociólogo, MA © Comunicación Social. Director del Observatorio de Ciudad Creativa (2011-2012). Editor de Revista El Topo. Mail: felipe.espinosa.parra@gmail.com

Revista Eltopo. No.1. 2013 :(pp.42-58) ISSN:0719-3335 43

The exploration of methodologies for the study of cities has so far been emerging. This exploration is scarcer still given the contextual features Valparaiso living with insecurity. The Creative City Observatory Valparaiso (2011-2012), proposes a way of addressing creativity in applying for this strategic cities seeking methodological research contribute to social and cultural cities. The article summarizes the theories, methodologies and techniques applied, multidisciplinary approach and the learning of the investigation “Valparaiso Creative City: Reflections on Leadership Networks” (2012). Keywords: Charles Landry, Creative City, Valparaiso, Research Methodology, Identity and culture.


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Sociología y la ciudad contemporánea Desde principios del siglo XX se ha manifestado una creciente preocupación por comprender el origen y los cambios en las formas de vida urbana. Tanto el cambio en el sensorium cultual en las ciudades de Theodor Adorno como las alteraciones de la vida anímica en las metrópolis de George Simmel, son ejemplos de este cambio de mirada. Las ciudades modernas se han complejizado, ha crecido la población urbana global2, se han transformado los espacios públicos en el contexto de una sociedad de consumo y se han impulsado grandes proyectos de intervención urbana en manos del Estado o de entidades privadas. Esto ha sido causa para que diversos autores como Jane Jacobs enfoquen sus preocupaciones por la interacción social en las ciudades al “nivel de la calle” (Urban Society Annual Editions, 15th edition, Article 17, p. 68). En sus textos, la autora plantea que las ciudades son centros en los cuales se genera nueva economía y que ésta función fue adquirida en la antigüedad, siendo posible pensar en “metrópolis” en el paleolítico (Jacobs, J., 1970). Este planteamiento es una propuesta que nos invita a pensar en las ciudades modernas como entidades más antiguas que vienen desarrollándose en la historia de las sociedades. Distintos fenómenos nos llevan a pensar que la capacidad de invención e innovación social, económica y cultura es parte constitutiva de las ciudades como centros de aglomeración de persona para realizar intercambios comerciales. La centralidad de la actividad económica de las ciudades es un reflejo del diseño espacial de la ciudad medieval en el siglo XII que sitúa al mercado en el centro urbano (junto a la autoridad eclesiástica y administrativa) y que permite el surgimiento de una clase comercial compleja y competitiva (Macionis, J., Parrillo, V., 2013). Así mismo, la megalópolis o las ciudades globales del siglo XXI, son los lugares que concentran los centros financieros y comerciales dando paso a nuevos servicios globales especializados (Sassen, S., 2001) y con ello a nuevas clases sociales3. La Escuela de Chicago fundada a mediados de los años ‘60 por Robert E. Park, Ernest Burgess y Louis Wirth propuso los “estudios urbanos” como un campo de estudios específico, adoptando una visión funcionalista (ecología urbana) que buscara “leyes subyacentes” a la vida urbana (Barker, Ch., 2012, p. 400). Los aportes de esta escuela permitieron a nuevos investigadores concentrarse

(2) | Ciudades como Nueva York, pasaron

de tener 3.4 millones de personas en 1900 a tener 7.7 millones en 1960. La ciudad de Toronto pasó de tener 230 mil habitantes en 1901 a 1.8 millones en 1961.

(3) | Recientemente fue publicado un es-

tudio en la revista Sociology de la BSA que revela la existencia de 7 nuevas clases sociales en el Reino Unido.


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en las estructuras de la ciudad a partir de la forma que estos espacios adoptan en distintas etapas de su crecimiento. Al insertar la ciudad como una estructura y como una variable, es posible observar la relación entre distintos fenómenos que explicarían formas de comportamiento colectivo y organización social. Las ciudades creativas emergen bajo este contexto a partir de los aportes del urbanista Charles Landry en los años ‘80, quien observa que ciertos elementos psico-sociales de las organizaciones y líderes de la gestión y administración pública son relevantes para comprender las transformaciones de las ciudades en la globalidad. Las ciudades son gestionadas por diferentes sectores de la ciudad que adquieren relevancia en distintos momentos. Además, estas organizaciones son gestionadas por líderes y personas con ciertas capacidades para comprender el sentido que las ciudades van adquiriendo. Ya a principios de los años ’70 Jane Jacobs comprendió que los ciudadanos tenían un rol fundamental en la transformación de las ciudades para un habitar más armónico, entendiendo que ciertos aspectos del conflicto social se provocaban por la poca participación que tenían los habitantes en el diagnóstico y solución de sus propias necesidades. Algunos autores latinoamericanos como Néstor García Canclini o Jesús Martín Barbero, han puesto en el debate las transformaciones antropológicas de las sociedades en una época global, tomando consideraciones de los efectos positivos y negativos de las economías creativas, entendiendo que producen flexibilidad laboral y a veces inseguridad económica (García Canclini, Cruces, Urteaga, 2012). Autores norteamericanos como Richard Florida (2002), han dado cuenta de algunos aspectos de la gestión urbana como fundamentales para comprender el desarrollo de la sociedad en su observación del impacto social y económico en el surgimiento de “clases creativas” (Urban Society Annual Editions, 15th edition, Article 10, p. 37).

Valparaíso y el contexto de estudio de la ciudad creativa

(4) | El observatorio fue un grupo de inves-

tigación formado a finales del año 2011 por estudiantes de sociología y sociólogos de la Universidad de Valparaíso interesados en desarrollar nuevas investigaciones que tuvieran como objetivo el conocimiento de la ciudad en que vivían.

El Observatorio de Ciudad Creativa de Valparaíso (2011-2012)4, realizó una investigación durante casi dos años, que estableció las bases de un estudio exploratorio a partir de la discusión teórica sobre las transformaciones de las ciudades. Se analizaron las variables a estudiar y las metodologías a aplicar de acuerdo a un calendario que incluyó diversas actividades de formación y


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extensión, culminando con el trabajo de campo, la escritura de los resultados y la publicación del libro “Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos”. La elección de la ciudad de Valparaíso como campo de estudio, es producto de una decisión circunstancial y estratégica. El otrora puerto principal de Chile, presenta diversas características que lo hacen llamativo como laboratorio. Es una ciudad de crecimiento abrupto entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, siguiendo las transformaciones en la economía comercial y portuaria a nivel global. Vivió transformaciones de su masa urbana, siendo centro de la actividad cultural y económica del país, que le otorgan una posición excepcional para observar las transformaciones de las ciudades en la actualidad. Cuna de artistas, políticos, científicos y comerciantes, la ciudad sufrió la precariedad de la infraestructura urbana producto del crecimiento exabrupto de masas de migrantes del campo-ciudad y nuevos pobres urbanos5. Vivió periodos de agitación y violencia siendo el laboratorio de la intervención urbana a principios del siglo XIX6 tras la Independencia del país y luego de las tesis higienistas de principios de siglo XX. Para esta época, importantes escritores y cronistas se transformaron en impulsores de un urbanismo regenerativo como Benjamín Vicuña Mackena que observó con curiosidad la ciudad de Valparaíso. A finales del siglo XX vive un proceso de revitalización producto del auge universitario, que coincide con el crecimiento de las comunas aledañas que operan como conglomerado urbano (Gran Valparaíso). En la actualidad Valparaíso vive un contexto de puerto post-industrial y de desempleo estructural, en un proceso de transformación productiva. La ciudad ha emergido clave en los ámbitos de la cultura, producto de estímulos a la regionalización, y fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el año 2003. Sumado a la actividad turística que ha crecido en todo el país desde principios de este siglo y el creciente intercambio internacional, la ciudad se ha visto activa y afectada por estos procesos, que la convierten en una ciudad interesante de investigar. (5) | Existe un historia y una tradición de

Experiencias y definiciones de investigación de la ciudad creativa La complejidad de organizar una investigación de este tipo, llevó al equipo de investigación a definir diversas funciones y roles que permitieran avanzar con

catástrofes en Valparaíso que han sido registrados con la cálida pluma de escritores como Joaquín Edwards Bello, quien denominó a la ciudad “Pirópolis” o “Ciudad del Fuego” producto de los incendios habituales y cotidianos en la ciudad. Así mismo las crónicas periodísticas de principios del siglo XX registran en sus relatos la precariedad de la pobreza urbana en la ciudad.

(6) |Particularmente interesante es el periodo de estadía de Portales en esta época.


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seguridad en la gestión y administración de este proyecto, así como en la consistencia teórica y metodológica que permitiera que el estudio se transformara en un insumo para organizaciones sociales, culturales y de la administración pública de la ciudad. Para ello, se realizó una convocatoria abierta a estudiantes de diversas carreras y universidades de la ciudad lo que permitió que se integraran al equipo inicial estudiantes de las áreas de la geografía, arquitectura y diseño. El objetivo de este artículo es reconstituir los pasos, decisiones y estrategias de esta investigación, con la finalidad de contribuir a nuevos equipos de investigación que se forman en el área de las ciencias sociales para el estudio de la ciudad. Para la realización de la investigación del Observatorio de Ciudad Creativa, se diseñaron metodologías completamente nuevas, siendo este esfuerzo un valioso aporte. Para el diseño de metodologías e instrumentos de recolección de datos se utilizaron los conceptos y variables que se encuentran en Landry (2008) y en un artículo sin publicar enviado por el autor a partir de una solicitud realizada por el equipo de investigación. El estudio de las definiciones que el autor realiza para elaborar su Índice de Ciudad Creativa llevó al equipo de trabajo a formular una matriz de 7 variables que se descomponen en diversos atributos y 5 sectores en estudio, para lo cual se identificaron las personas a ser entrevistadas. Esta misma matriz y modelo de análisis, se aplicó para formular la “Encuesta de Ciudad Creativa” que relaciona estas variables con el punto de vista del ciudadano. Los sectores de la ciudad que reconoce Landry, son sectores simbólicamente construidos. No están agrupados ni constituyen un conjunto uniforme. Tampoco se refiere a sectores como unidades vecinales, barrios o zonas identificadas en un “Plan Regulador”. Los sectores se refieren a determinado tipo de organizaciones, instituciones o individuos agrupados que tienen intereses similares o están enfocados a un mismo objetivo desde distintas perspectivas. Se identificaron 5 sectores relevantes siguiendo las definiciones estudiadas: Administración y Gestión Pública; Industria y Negocios; Organizaciones Sociales y Voluntariado; Cultura y Patrimonio; Educación y Formación (esta última se excluyó del análisis). Estos sectores se componen de múltiples y diversas organizaciones, empresas, colectivos, etc. Se seleccionaron sólo algunos en este estudio exploratorio, para tener una visión general sobre cómo se comportan los instrumentos y los resultados que entregan. Se parte de la base que a mayor conectividad intra sector e inter sectores, se facilitan mayores canales de comunicación que promueven mayor desarrollo de la creatividad en la ciudad. Además de los 5 sectores, se reconocieron 7 variables que se descomponen en 20 indicadores como se muestra en la Tabla 1. Cada uno de estos indicadores


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fue definido y se diseñaron preguntas para aplicar las entrevistas semi-estructuradas. Las variables en estudio corresponden a valores psico-sociales, como la proactividad, la innovación, la tolerancia, el arraigo, la identidad, y formas de organización como el uso de espacios físicos y virtuales, las formas de jerarquía y relación entre organizaciones, las redes locales y extranjeras. Estas variables permiten conocer aquellos elementos que la literatura indica como fundamentales para que emerjan formas de creatividad en las ciudades, esto es: capacidad de organizarse entre organismos distintos, reconocer valores en cosas distantes, planificar y organizar a partir de objetivos claros, y dinamizar el trabajo a través de esfuerzos personales y colectivos. A partir de estas definiciones, se aplicaron entrevistas semi-estructuradas a informantes clave de cada sector, se estudiaron y analizaron datos censales y sectoriales, y se aplicó la encuesta de ciudad creativa a un segmento de la población inmersa en redes locales digitales (como listas de correos de juntas de vecinos, centros culturales y redes estudiantiles y académicas). Cabe destacar que además del proceso de investigación y recogida de datos, el Observatorio de Ciudad Creativa de Valparaíso generó 2 instancias de debate y discusión que permitieron complementar el trabajo realizado y publicado en el libro “Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos”. Estas instancias permitieron organizar los debates y reflexionar desde distintas miradas: 1) Seminario de Ciudad Creativa: Fueron una serie de 7 charlas donde distintos académicos y especialistas presentaban su mirada a cada una de las variables a ser trabajadas. El seminario fue abierto a estudiantes de todas las carreras, y su participación en este espacio fue fundamental para integrarse y conformar el equipo de investigación. 2) III Jornadas de Cultura & Territorio: Es un espacio de conversación y debate, el cual llevaba desarrollándose durante dos años (2009 y 2010) por parte del equipo de investigación del Observatorio, en el cual académicos de reconocida trayectoria, nuevos investigadores y centros de investigación joven presentan sus trabajos más actuales sobre distintas temáticas que involucran a la ciudad propuestas por la organización. Si bien el objetivo de este artículo no es presentar un informe de resultados de la investigación realizada, sino más bien enfocarse en las estrategias de investigación y las metodologías aplicadas, los resultados nos permiten observar las


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estrategias de los investigadores desde su mirada particular y disciplinaria. Es por esto que a continuación se presenta un resumen de los a partir de las estrategias, metodologías y presentación de los resultados para cada subsector, que si bien utilizaron una metodología transversal, la mirada multidisciplinaria puede aportar a observar la ciudad de una forma distintiva. TABLA 1: VARIABLES E INDICADORES DE METODOLOGÍA APLICADA

Figura Nº1 Fuente: Observatorio de Ciudad Creativa, 2012.


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Arquitectura del aparato administrativo en las ciudades La forma de entender este aspecto de la ciudad generó un análisis íntimo a la concepción del espacio en las formas de organización estatal y municipal de la ciudad. El eje de la observación son las múltiples instituciones (ministerios, secretarías, departamentos, etc.) que intervienen en la concepción, planificación, estructuración y transformación del espacio. Esta forma de observar la ciudad permite aterrizar el plano de lo estructural, es decir aquel telón que regula, observa, vigila e interactúa con el territorio y la administración burocrática del país, a un plano de lo real, que es la forma de ocupar el territorio, habitar los espacios y contener significados sobre la historia, la identidad y la cultura de una comunidad o comunidades de individuos, grupos, organismos e instituciones (Ferrada, C., Jiménez, N., 2012, p. 75 y s.).

Figura Nº2 Fuente: “Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos”, 2012, p. 79)


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Para Valparaíso la incorporación de la ciudad como parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO el año 2003 va a ser fundamental para comprender la serie de interacciones y nodos de comunicación que se establece en el aparato público a partir de este proceso significante. Cada elemento de la conformación arquitectónica de la organización de la ciudad va a ser de una forma u otra significativa en establecer un diálogo con este sistema patrimonial en formación. Esto permite generar una serie de antecedentes para diagnosticar con mayor claridad dónde se producen “estancamientos” o “cuellos de botella” en una comunicación efectiva a favor de la ciudad. Esto debe considerar las posiciones de los distintos actores del sector respecto al “discurso global del patrimonio”, los objetivos de su actividad y la capacidad de establecer jerárquicamente o bajo otras formas, un sistema que se retroalimente.

INDICADORES ECONÓMICOS Y EMPLEO COMO CONTEXTO SOCIODEMOGRÁFICO Al analizar las industrias, los negocios, las agrupaciones de comerciantes y los trabajadores, es posible identificar un aspecto de la ciudad que genera un marco, es decir los bordes que (de) limitan a la ciudad. La matriz económica y productiva se presenta en transformación: de la actividad portuaria ligada a la industria a la terciaria y de servicios. Este estudio se construye a partir del análisis cualitativo y cuantitativo de las variables económicas y de empleo. Presenta antecedentes de estudios e investigaciones en torno al empleo y el trabajo como variables socio-demográficas de Valparaíso y su extensión como conglomerado urbano. En este sentido, la historia o el desarrollo de la transformación productiva del puerto de Valparaíso indica el paso a una economía postindustrial. Este tipo de economías es en efecto la más apropiada para llevar a cabo desafíos de creatividad en la producción y el consumo y el artículo reconoce estas dinámicas al situar al sector universitario y al turismo como variables de empleo que explican la transformación actual de Valparaíso.

(7) | Desarrollado por los sociólogos Óscar Chávez y Nelson Carroza.

El uso de datos de contexto e información secundaria en este artículo7 son tan importantes para comprender la creatividad en la economía como las entrevistas a informantes claves que incluye a la Cámara de Comercio, la Corporación de Fomento a la Producción (CORFO), la Asociación de Empresas (ASIVA), y la Cámara de Turismo. A través del análisis de estas entrevistas, se da cuenta de


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un locus creativo dentro de estas organizaciones con ciertos aspectos a tomar en cuenta: “En términos de la organización productiva, los casos abordados entregan luces de que la creatividad y la innovación para las empresas y sus asociaciones en Valparaíso están en un proceso de implementación en cuanto a la organización de las mismas, porque el aprendizaje y el conocimiento de las experiencias aparecen, en proceso, para asentarse.” (Chávez, Ó., Carroza, N., 2012, p. 135). Al situar una perspectiva espacial, podemos observar la forma en que la ciudad se conforma en una morfología de tipos de trabajadores. En este sentido, es coherente ocupar las relaciones que conforman las teorías del marxismo contemporáneo en las que la variable económica establece también un tipo de cultura, una forma de ser de las comunidades y una forma de organización económica particular en un territorio específico. El debate sobre la estructura económica de Valparaíso se concentra en el puerto, como estructura simbólica-histórica de la industria y la necesidad de su existencia fundamental, aunque no necesariamente, la estructura más importantes en términos de flujo y concentración de capital. Esta variable económica-histórica que es poco recurrente en los estudios regionales, se presenta en el artículo “La variable socio demográfica cosmopolita como un aspecto dinámico e identitario de Valparaíso interrumpido durante el siglo XX”, que permite complementar este tipo de lectura a la ciudad. Ambos artículos proponen a partir de datos secundarios, que las sucesivas transformaciones del sistema portuario generan una transformación también de la masa urbana en términos culturales (principios del siglo XX) y como empleo (siglo XXI). Las transformaciones que sufre Valparaíso en su relación extensiva con las comunas aledañas del área metropolitana, han complementado estos cambios profundizando la matriz productiva de la ciudad cada vez más ligada al sector terciario.

IDENTIDAD DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES En el caso de las organizaciones sociales y voluntariado se observó una diversidad de agrupaciones formales y semi-formales con mayor y menor trayectoria en la ciudad identificadas como “organizaciones de base”. Cuatro fueron las organizaciones estudiadas en la ciudad y cada una de ellas refleja un aspecto distinto de la ciudad: Unión Comunal de Juntas de Vecinos, Ejército de Salva-


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ción, Taller de Acción Comunitaria (TAC) y Centro Comunitario-Comedor Sacerdote Miguel Woodward. Cada una de estas organizaciones, trabajan con distintos aspectos de vulnerabilidad de la ciudad, ofreciendo servicios de educación, salud y alimentación y organización ciudadana. A partir de la identificación de las variables en estudio, el subsector de organizaciones sociales y voluntariado adoptó un enfoque interpretativo enfocándose en las formas de organización (jerárquica-horizontal), el impacto de las organizaciones, los fines de la organización y la escala de trabajo o impacto. Esto permitió realizar una descripción acabada de cada una de estas organizaciones lo cual luego fue interpretado a partir del espacio social y geográfico en que aparecen. El lugar específico de la ciudad en el cual surgen estas organizaciones explica el objetivo y los fines de la organización, lo cual a su vez limita sus posibilidades de transformación. El espacio social en el que surgen, caracterizado como espacios en declive, pobreza y marginalidad (en el caso de las organizaciones de asistencia), moldean una identidad de las organizaciones, siendo finalmente parte del paisaje e impidiendo el cambio y transformación de la realidad y entorno espacial.

EL ADHESIVO DE LA CULTURA Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL SECTOR

(8) | El subsector de la cultura se encargó a un equipo conformado por estudiantes de diseño y sociología, quienes luego de un extenso debate a partir de las entrevistas y revisión de información secundaria, utilizaron el formato de análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades, amenazas) para interpretar los resultados.

El caso de la cultura es, por decirlo de alguna forma, el caso más emblemático en torno al concepto de ciudad creativa. Si bien estas ideas no tienen que ver directamente con el impulso a las “economías y empresas creativas” como se suele entender, sí se espera que la creatividad dentro de toda la arquitectura de gestión, administración y organización de la ciudad presente un cierto “locus creativo” en su actividad. En este sentido, la cultura es la identidad y es la forma de organización, pero a su vez es la serie de organizaciones e instituciones relacionadas a la gestión del arte, los espectáculos y el tiempo libre. El resultado de esta parte de la investigación se enfoca en “El rol creativo de la cultura: redes y organizaciones” y combina diversas formas de análisis organizacional y de discurso8. Las organizaciones observadas fueron variadas y diversas. Desde la principal institución cultural del Estado (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) que se encuentra emplazada en la ciudad puerto, el principal espacio cultural re-


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cientemente abierto al público (Parque Cultural de Valparaíso), una compañía de teatro con una larga trayectoria en la ciudad (Teatro La Peste) y un centro cultural con larga trayectoria que debió ser desplazado del lugar en que funcionaba (Ex-Cárcel, ahora Parque La Laguna). Los análisis e interpretaciones realizados por los estudiantes permitieron descubrir deficiencias en la gestión de estas organizaciones y a su vez la relación con el público y la identidad de la ciudad. El adhesivo de la cultura ha generado progresivamente un proceso de institucionalización del sector, en el cual el tiempo libre también “hace” ciudad. La comunicación, la cultura y el arte en la ciudad, son espacios en los cuales la ciudadanía canaliza sus aspiraciones y plantea sus demandas, a su vez que se reconoce y se reúne. Esta doble función de la cultura en términos de gestión de ciudadanía y comunicación y la necesidad de mejorar la gestión en el contexto deteriorado ha generado en los últimos años un proceso de transformación de las organizaciones institucionalizando sus procesos (en términos de organización y economía). Para la obtención de estos resultados, el equipo de investigación para este subsector complementó con entrevistas a especialistas en el área.

MIRADA ANALÍTICA A LOS INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN En este artículo se ha tratado de realizar un diagnóstico y una reconstitución de la metodología y estrategias de investigación ocupadas en el Observatorio de Ciudad Creativa de Valparaíso 2011-2012. Esta revisión, que no busca dar cuenta necesariamente de los resultados arrojados por el estudio, tiene la intención de aportar a otros investigadores y a otras propuestas de investigación de la ciudad que pueden desarrollarse en distintos lugares. Las distintas miradas disciplinarias en esta investigación, así como las distintas estrategias de investigación, permiten comprender los distintos aspectos y dificultades en la realización de investigaciones sociales en torno a las ciudades actuales. La mirada multidisciplinaria, la triangulación de metodologías y la noción sobre distintos aspectos que afectan el desarrollo y transformación de las ciudades, van a ser fundamentales para esta investigación y para el aprendizaje recabado en ella. El primer aspecto para comprender las complejidades y los aprendizajes de este estudio tiene que ver con la mirada analítica a los instrumentos de investigación. A partir de un diseño más o menos cerrado surge una pregunta


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fundamental que tomó gran parte de las reuniones del equipo de investigación ¿Cómo interpretar los datos? Si bien existe una construcción y un diseño metodológico ampliamente discutido, al comenzar a recoger datos, aplicar entrevistas y observar información complementaria, surgen preguntas como ¿Es posible que distintas disciplinas interpreten de distinta manera los datos? En este sentido, la estrategia utilizada para dar solución a estas preguntas es la “independencia analítica”. Al observarse la dificultad de un análisis transversal de la ciudad, se decidió que cada uno de los 4 sub-sectores se analizara de manera independiente conformando para ello pequeños equipos de trabajo (2 a 3 personas) de distintas carreras. Hay que recordar que los cuatro sub-sectores fueron: 1) Gestión y administración pública 2) Cultura y patrimonio 3) Industria y negocios 4) Organizaciones sociales y voluntariado. El resultado de esta estrategia fue una diferenciación en la forma de observar los datos y de interpretar la metodología aplicada. Esta mirada distintiva a cada subsector tiene un impacto en la forma que adquieren los análisis e interpretaciones. La mirada a los instrumentos nos permite observar que existen distintas formas de comprender las problemáticas asociadas a la ciudad y que distintas disciplinas observan distintos elementos de los problemas. Los instrumentos de investigación si bien son estrictos en cuanto a su formulación (relaciona 7 variables con 5 sectores), la interpretación de estos permite enfocarse en distintos aspectos que no necesariamente son previstos por el diseño de investigación. La teoría como marco, otorga el contexto de lo que se está hablando y los contenidos comunes mínimos entre los distintos investigadores. En nuestro caso fue fundamental el manejo de datos secundarios, para ello cada equipo de análisis por sub-sector se convierte en un especialista en el área, reconociendo cómo fenómenos particulares pueden estar afectando a otros en la compleja trama social de las ciudades. Las técnicas de estudio de la ciudad, los mapas, la geo-referenciación de información, los análisis estadísticos, las entrevistas formales e informales a los actores, son fundamentales para contribuir a esta mirada amplia y particular, diversa y sectorial. Por ello, la investigación planteada por el observatorio privilegió siempre la triangulación de técnicas, la mirada multidisciplinaria y la com-


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plementación de información primaria con información secundaria utilizando técnicas como las entrevistas semi-estructuradas y la encuesta de percepción. Las entrevistas semi-estructuradas permitieron conocer con mayor profundidad los sub-sectores que componen la matriz de estudio de la ciudad (administración y gestión pública, cultura y patrimonio, organizaciones sociales y voluntariado, industria y negocios). Esta técnica cualitativa permite dialogar en profundidad con los actores involucrados en cada sub-sector, quienes dan pistas para comprender los fenómenos que ya se habían identificado a partir de los datos de contexto de la ciudad. Además, estos actores clave dentro de cada subsector, tienen la capacidad de observar y observarse de manera crítica, comprendiendo las dinámicas con las que trabajan las distintas organizaciones, las problemáticas asociadas y su propia percepción, como encargado, gestor o líder innato, de la creatividad y la comunicación dentro de la ciudad. La encuesta de percepción creativa siguió una matriz similar a la de 5 sectores y 7 variables de estudio, pero en este caso, lo que se quería conocer era cómo los “ciudadanos empoderados” percibían su ciudad. La encuesta se distribuyó por redes ciudadanas como juntas de vecinos, redes culturales, organizaciones sociales, entre otros componentes de la ciudad que tienen un cierto conocimiento y una cierta forma de involucrarse en la gestión de la ciudad. Al contrario de una encuesta de percepción abierta a cualquier sujeto o habitante de la ciudad, quienes contestaron esta encuesta fueron ciudadanos con cierto grado de conocimiento y por lo tanto con una percepción más crítica y con una mayor base de conocimiento. La encuesta permitió que estos ciudadanos evaluaran a la ciudad y a sus diversos sub-sectores a partir de las 7 variables, las cuales se tradujeron en una serie de preguntas. Esto nos permitió generar un “índice de percepción creativa” el cual se puede usar para medir la creatividad percibida en la ciudad, así como en cada sub-sector. Además, al estar dividido este índice en 7 variables, es posible además distinguir en qué variables cada sub-sector presenta más problemas o evaluaciones más negativas. Esto nos permitió contrastar los datos e informaciones de contexto, los discursos de los agentes de los sectores a partir de las entrevistas y las propias discusiones del equipo de investigación respecto a esto. En la metodología de ciudad creativa, la combinación de metodologías es fundamental para poder observar los mismos fenómenos desde distintas miradas. En este sentido, el observador y el equipo de investigación, son también parte


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del fenómeno y su percepción cuenta como elemento sustantivo de la investigación. La percepción que tienen los investigadores es tan válida en términos analíticos, como también como parte del fenómeno de la ciudad. El investigador es parte de la ciudad, vive en ella y conoce ciertos aspectos de ella. Es por esto, que las discusiones al interior del equipo de investigación, son parte constitutiva de los resultados encontrados, que se comparan y se incluyen como elemento metodológico. Por decirlo de alguna forma: si la entrevista a informantes clave, la encuesta y los datos secundarios suman cada uno 1 punto, la “entrevista grupal” entre el equipo investigador también suma un punto, ya que es en teoría parte del método. En nuestra visión sobre la investigación9 no existe una separación entre sujetoobjeto. El investigador es parte y co-activador del territorio. Su mirada no es ascética, sino que es participante: parte de una mirada desde donde observa y logra conocer cosas nuevas en el proceso. Es por ello importante la incorporación de otras técnicas de observación de la ciudad que en este caso y por estrategias de investigación no fueron ocupadas como: etnografías, psicogeografía, técnicas visuales aplicadas a la ciudad (socio-semiótica), historiografía urbana y acción-participación. Este último caso, acción-participación, se ha arraigado en las investigaciones de centros de estudios jovenes en Valparaíso, lo cual permite generar un impacto social con actividades insertas en el diseño de la investigación. El Observatorio de Ciudad Creativa realizó las Jornadas de Cultura & Territorio y el Seminario de Ciudad Creativa, dos instancias de discusión que involucran a gestores, académicos e investigadores de la ciudad. En estricto sentido, estos espacios son foros o charlas y raramente podrían ser considerados en el concepto clásico de “acción-participación”, pero consideramos que al tratarse a su vez de un espacio de formación que busca gatillar procesos en la ciudad (al nivel de la gestión y la investigación), pueden ser considerados como parte de estos métodos en el logro de los objetivos de impacto. En último caso, la investigación de ciudad creativa, por las características y las estrategias mencionadas en este artículo, es en sí una forma de intervenir, situar una mirada y devolver el rol al investigador en la co-activación del territorio. (9) | Esta mirada se ha desarrollado en

los últimos años a través de Revista El Topo de Sociología Cultural y Urbana, en la realización de las Jornadas de Cultura & Territorio los años 2009 y 2010 y plasmada en el libro, 2010, Valparaíso en Tránsito. Perspectivas desde una nueva sociología de las ciudades, Valparaíso, Editorial Puntángeles.


Una experiencia de investigación exploratoria: La ciudad creativa en Valparaíso|58

BIBLIOGRAFÍA Arancibia, F., Leiva, N., Olmos, R., 2012, El rol creativo de la cultura: redes y organizaciones (pp.138-165) en: Observartorio de Ciudad Creativa, 2012, Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos, Valparaíso, Editorial El Topo. Bailey, G., 2012, La variable sociodemográfica cosmopolita como un aspecto dinámico e identitario de Valparaíso interrumpido durante el siglo XX (pp.5873) en: Observartorio de Ciudad Creativa, 2012, Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos, Valparaíso, Editorial El Topo. Bailey, G., Carroza, C., Espinosa, F., Tiemann, R. (ed.), 2010, Valparaíso en Tránsito. Perspectivas desde una Nueva Sociología de las Ciudades, Valparaíso, Editorial Puntángeles. Barker, Ch. 2012, Cultural Studies 4th Edition, Londres, SAGE. Chávez, Ó., Carroza, N., 2012, Industria y Negocios en Valparaíso: Desafíos para la construcción de una Ciudad Creativa, pp.114-136 en: Observartorio de Ciudad Creativa, 2012, Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos, Valparaíso, Editorial El Topo. Ferrada, C., Jiménez, N., 2012, Adminitración y Gestión Pública: Consideraciones para la planificación urbana desde la intimidad de la ciudad (pp.75-99) en: Observartorio de Ciudad Creativa, 2012, Valparaíso Ciudad Creativa: Reflexiones Sobre Redes y Liderazgos, Valparaíso, Editorial El Topo. García Canclini, Cruces, Urteaga (coord.), 2012. Jóvenes, Culturas Urbanas y Redes Digitales, Madrid, Fundación Telefónica. Jacobs, J. 1970, The Economy of Cities, Vintage, amazon.com. Landry, Ch., 2008, The Creative City: A toolkit for urban innovators 2nd edition, New York, Routledge. Sassen, S., 2001, The Global City: New York, London, Tokyo 2 edition, New Jersey, Princeton University Press, Sassen, S., 2011 Cities in a World Economy Fourth Edition, Thousad Oaks, California, SAGE Publications, Inc.


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Resumen El sociólogo Henri Lefebvre a través de su contribución a la teoría del espacio, logra unificar diversas disciplinas en torno al fenómeno urbano. Su análisis y crítica sociológica se enfoca principalmente en las relaciones que permiten y posibilitan la producción del espacio en el tiempo, viendo cómo estas se van distribuyendo de un modo determinado. Por medio de este artículo convergen dos fuentes científicas distintas bajo el concepto de irreductibilidad. Tanto Lefebvre como científicos del paradigma de la complejidad y las redes complejas, utilizan y describen los fenómenos globales como irreductibles, y por lo tanto merecen métodos de análisis que superen el reduccionismo. Sin embargo, los escritos del sociólogo francés no desarrollan el concepto de emergencia y complejidad, temas que por el contrario son abordados y medidos desde las ciencias complejas. A través de este trabajo, se pretende llegar a una síntesis entre ambas líneas teóricas. Palabras Claves: espacio social, sociedad urbana, irreductibilidad, complejidad, emergencia Abstract Henri Lefebvre becomes dominant because it brings together various disciplines around the urban phenomenon. His analysis and critique sociological focuses primarily on the relationships that allow and enable the production of space in time, seeing how these are distributed in a certain way. In this article we find two different scientific sources under the concept of irreducibility. Both Lefebvre and scientific paradigm of complexity and complex networks, used and describe global phenomena as irreducible, and therefore deserving of analysis methods to overcome reductionism. However, the writings of the French sociologist, not develop the concept of emergence and complexity, instead issues are addressed and measured from complex sciences. Through this work is to achieve a synthesis between the two theoretical lines Keywords: social space, urban society, irreducibility, complexity, emergence.

Revista Eltopo. No.1. 2013:(pp. 60-70) ISSN:0719-3335 60


HENRI LEFEBVRE Y LA EMERGENCIA DEL FENÓMENO URBANO. REFLEXIÓN DESDE LAS REDES COMPLEJAS Samuel Ramírez G.1 Resumen El sociólogo Henri Lefebvre a través de su contribución a la teoría del espacio, logra unificar diversas disciplinas en torno al fenómeno urbano. Su análisis y crítica sociológica se enfoca principalmente en las relaciones que permiten y posibilitan la producción del espacio en el tiempo, viendo cómo estas se van distribuyendo de un modo determinado. Por medio de este artículo convergen dos fuentes científicas distintas bajo el concepto de irreductibilidad. Tanto Lefebvre como científicos del paradigma de la complejidad y las redes complejas, utilizan y describen los fenómenos globales como irreductibles, y por lo tanto merecen métodos de análisis que superen el reduccionismo. Sin embargo, los escritos del sociólogo francés no desarrollan el concepto de emergencia y complejidad, temas que por el contrario son abordados y medidos desde las ciencias complejas. A través de este trabajo, se pretende llegar a una síntesis entre ambas líneas teóricas. Palabras Claves: espacio social, sociedad urbana, irreductibilidad, complejidad, emergencia Abstract

(1) | Samuel Ramírez G.

Licenciado de Sociología, Universidad de Valparaíso. Se ha desempeñado en la vinculación metodológica con profesionales de las ciencias físicas y la matemática.

Revista Eltopo. No.1. 2013 :(pp.60-70) ISSN:0719-3335 61

Henri Lefebvre becomes dominant because it brings together various disciplines around the urban phenomenon. His analysis and critique sociological focuses primarily on the relationships that allow and enable the production of space in time, seeing how these are distributed in a certain way. In this article we find two different scientific sources under the concept of irreducibility. Both Lefebvre and scientific paradigm of complexity and complex networks, used and describe global phenomena as irreducible, and therefore deserving of analysis methods to overcome reductionism. However, the writings of the French sociologist, not develop the concept of emergence and complexity, instead issues are addressed and measured from complex sciences. Through this work is to achieve a synthesis between the two theoretical lines Keywords: social space, urban society, irreducibility, complexity, emergence. .


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La Producción del Espacio Sin duda alguna, el aporte de Henri Lefebvre a la sociología urbana viene dado específicamente por sus reflexiones sobre el espacio social y su producción, aunque es innegable que su nombre no es replicado en las escuelas de sociología, al menos en Chile, siendo por el contrario un punto de referencia en disciplinas como la geografía o la arquitectura, que dialogan con el territorio de un modo más directo. Lefebvre, fue un filósofo y sociólogo francés. Durante los levantamientos en París en 1968, no fue solamente un testigo sino también un aporte intelectual. Desde su tribuna académica como jefe del Instituto de Sociología en la Universidad de Nanterre - lugar donde también participaban importantes sociólogos como Touraine y Castells - aportó con su más revolucionaria obra: La Production de l’espace, publicada en 1974, según Edwards Soja (2008). “Allí se establecían, de un modo más claro […] los fundamentos para una drástica recuperación de la especificidad espacial del urbanismo en tanto objeto teórico, así como también en tanto contexto problemático de una conciencia emergente para la acción política progresista” lo cual sin duda alguna fue una especie de retroalimentación entre el contexto social de la época y los conocimientos del sociólogo, que dan a luz esta importante pero a veces descuidada obra del estudio del espacio social. Al hablar de producción del espacio, todavía es muy grande la oscilación sostenida por la idea de que el espacio es anterior a cualquier cosa que termine llenándolo (Lefebvre, 1991). La representación que tenemos del espacio por lo general es abstracta y absoluta, por lo tanto prácticamente imposible que sea producido. Lo que Lefebvre nos muestra, es que la sociedad del capitalismo del siglo XX con su respectivo modo y relación de producción, ha pasado de producir objetos en el espacio a producir el espacio mismo. Su aporte no sólo tiene una repercusión filosófica sino también sociológica. El espacio es analizado sociológicamente, y ahí radica su principal aporte, ya que el espacio social no existiría sin la compleja situación de interrelaciones sociales que lo producen y reproducen a la vez sobre el espacio. Por lo tanto estamos hablando de un espacio que es a su vez real y concreto en el sentido que concreta abstracciones tal como la mercancía y el dinero (Lefebvre, 1991),


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pero que a su vez es emergente, ya que es el resultado de las interacciones de las unidades que los componen. Según Lefebvre todas las sociedades producen su espacio (1991), de esto no hay duda, y por lo tanto la diferencia estaría en cómo las formas en que cada sociedad a través del tiempo han producido su propio espacio. Para estas diferencias Henri asume cada sociedad caracterizada y definida por su modo de producción, desde el materialismo histórico que más adelante quedará detallado con algunos ejemplos que da el autor desde la interpretación historicista del espacio social. Para continuar es necesario describir y acercarnos a los conceptos básicos, tales como producción y espacio. En cuanto al primero: “el método propuesto se basa precisamente en una noción universal, en un universal concreto: el concepto de producción” (Belttin, 1982) recalca la connotación universal del término en donde se da por sentado que deben existir fuerzas anteriores al producto. Lefebvre hace referencia a una doble semántica del término, recurriendo a Marx por una parte, quien hace uso de la palabra para referirse principalmente a la producción de objetos o cosas, mientras que al filósofo Hegel, lo relaciona con la producción de ideas. Si se examina este concepto en Hegel y en Marx, se ve su desdoblamiento. De un lado hay producción de productos: las cosas, los bienes, las mercancías; y del otro la producción de las obras, las ideas, los conocimientos, las ideologías e incluso las instituciones y las obras de arte (Lefebvre, 1974). Lo que Lefebvre propone en síntesis es que si bien las fuerzas de producción siguen siendo las mismas, dentro de una sociedad capitalista ya no sólo se producen objetos que ocupan el espacio, sino que éste también puede ser producido por estas fuerzas y relaciones de producción. El segundo concepto - el espacio - es mucho más complejo, porque no solo se ocupa sino que lo distintivo se encuentra en que en la sociedad urbana puede ser un producto de las mismas fuerzas de producción. Este espacio social ha perdido su condición de mero contenedor residual. Según Belttin (1982) comentando a Lefebvre, dice que el espacio adopta el valor de cambio; el espacio se convierte en mercancía intercambiable como todas las demás, y por supuesto, es la principal crítica y observación que hace Henri Lefebvre a las nuevas formas de consumo que se ven en las sociedades capitalistas, en don-


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de el espacio es parte del consumo colectivo y por lo tanto se convierte en una mega mercancía. Sin embargo, el espacio social no se limita sólo a una función utilitaria o en forma de mercancía transable en el mercado inmobiliario, sino que se complejiza en el análisis dialectico que se hace de él, en donde el mismo Lefebvre reconoce el obstáculo en el hecho de que la relación dialéctica este compuesta por tres elementos, o sea una triada. “Una triada conceptual ha surgido ahora de nuestro debate, una triada a la que regresaremos una y otra vez” (Lefebvre, 1991, p. 21), estos tres elementos servirán para poder analizar la composición del espacio social. El primero de ellos: La Práctica Espacial o lo percibido, “ésta encarna una asociación cercana… entre la realidad cotidiana (rutina diaria) y la realidad urbana (las rutas y redes que conectan los lugares reservados para el trabajo, la vida privada y el ocio)”. En otras palabras, este momento es lo que podemos experimentar mediante los sentidos, lo visual, el tacto etc., al relacionarnos cotidianamente con los objetos y flujos que percibimos cada día, como el caminar por las calles, ver u ocupar las casas, los edificios, etc. El segundo elemento es llamado Representaciones del Espacio o lo concebido, este es el espacio dominante en cualquier sociedad, es el espacio del conocimiento convenido, el de la ciencia y de todos aquellos que tienen el rol de diseñar y distribuir los espacios urbanos; como urbanistas, proyectistas, arquitectos y tecnócratas, su dominio se da principalmente a través del discurso ya que gozan de legitimidad. En este espacio la ideología es clave, ya que ésta solo consigue consistencia al intervenir en el espacio social y en su producción (Lefebvre, 1991) Como ejemplo de esta implicación espacial de la ideología Lefebvre hace mención de la ideología cristiana y en cómo creó los espacios necesarios para que ésta perdure en el tiempo, como templos, lugares de peregrinación, estilos de vida, teología, discursos, etc. Este elemento ideológico del espacio, representa la hegemonía de los grupos dominantes, desde donde se imponen el orden y el control sobre el espacio a través de los discurso: “las representaciones del espacio son ciertamente abstractas, pero también juegan su papel en la práctica social y política: las relaciones establecidas entre objetos y las personas en el espacio representado se subordinan a una lógica que más tarde o más temprano las desgarrará debido a su falta de consistencia ” (Lefebvre, 1991, p. 26).


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Y si hay un espacio dominante, entonces existe uno dominado, este es el tercero llamado Espacios de Representación. Corresponde al espacio vivido directamente a través de sus imágenes y símbolos asociados, y por consiguiente, el espacio de habitantes y usuarios (Lefebvre, 1991). Son estos los que viven el espacio, quienes se someten pasivamente a las representaciones del espacio, sin embargo, al mismo tiempo abre la posibilidad a la aparición de contraculturas y oposiciones a la hegemonía en el espacio, lo que confirma y reproduce la lucha en y por el espacio social. Sus orígenes están en la historia tanto individual como colectiva, en cómo interpretan y dan significados a los objetos. Este espacio es esencialmente cualitativo según Lefebvre. Si bien los aportes de Lefebvre son muy abstractos y teóricos, su complejidad amerita transcribir uno de sus pasajes, ya que de esta manera podemos comprender mucho mejor la relación entre los elementos que componen la triada del espacio. De esta forma es posible advertir que son elementos diferenciados pero complementarios entre sí. En cuanto a la Edad Media, y a modo de ejemplo, Lefebvre (1991, p.45) describe su espacio social de la siguiente manera: “La práctica social abarcó no sólo la red de caminos locales cercana a las comunidades de campesinos, monasterios y castillos, sino también las vías principales entre las ciudades y las rutas de peregrinos y cruzados. En cuanto a las representaciones del espacio, éstas se tomaron prestadas de las concepciones aristotélicas y tolemaicas, luego modificadas por la Cristiandad: la Tierra, el mundo clandestino y el Cosmos luminoso […] Una esfera fija dentro de un espacio finito, diametralmente dividido en dos por la superficie de la Tierra; debajo de esta superficie las llamas del Infierno; encima, en la mitad superior de la esfera, el Firmamento […] y un espacio entrecruzado por mensajes y mensajeros divinos y llenos de radiante Gloria de la Trinidad. Esta es la concepción de espacio que se encuentra en Tomás de Aquino. Los espacios de representación, por su parte, determinaron los centros de una vecindad: la iglesia del pueblo, el cementerio, la sala y los campos, o la plaza y el campanario de una iglesia” (Lefebvre , 1991, p.45)2

La complejidad del fenómeno urbano: El concepto de emergencia

(2) | Traducción propia.

La propuesta de Lefebvre también es analítica y ad-hoc a los fenómenos contemporáneos, aunque la tesis de que la sociedad actual debería llamarse Sociedad Urbana (Lefebvre, 1978, Soja, 2008) ha sido criticada y cuestionada en


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muchos sentidos. Sin embargo la propuesta teórica respecto a la sociedad urbana es interesante, ya que Lefebvre logra describir y dar importantes nociones de cómo y por qué este nuevo tipo de sociedad es compleja, otorgando pistas de ciertos métodos y formas en que se debía o convenía estudiar el fenómeno urbano como un todo. Una de sus principales características es la irreductibilidad del fenómeno urbano, dejando en claro que ya en ese entonces - a mediados de los años 70había un número importante de especialidades y subespecialidades científicas que se dedicaban a abordar algún fenómeno especifico de lo urbano, segmentándolo de acuerdo al espacio geográfico, aspectos demográficos, sociales, económicos, arquitectónicos, estilos de vida, etcétera. Si bien reconoce lo favorable de los procedimientos analíticos de las ciencias parceladas por sus contribuciones, aún recomienda la necesidad de avanzar hacia una concepción global del fenómeno, el cual no puede ser capturado o conocido por su naturaleza compleja y global como lo denomina. “Cada ciencia especializada recorta en el fenómeno global un determinado ‘campo’, un ‘dominio’, el suyo” (Lefebvre, 1978). Si bien hoy en día esta crítica no es novedad, sí se puede asumir cierta innovación en la medida de considerarla en su contexto histórico, y sobre todo, y aquí radica la articulación, entre Lefebvre y la complejidad, que es cuando aboga por un fenómeno urbano como una realidad global (Lefebvre, 1978). Allí está resaltando el carácter emergente del espacio social. Sus observaciones y críticas nos remiten a un nivel epistemológico acerca del objeto y las posibilidades de conocerlo, en donde la segmentación y fragmentación del fenómeno solo reducen una realidad, opacando la complejidad empírica. En este sentido, es pertinente relacionar esta visión particular de Lefebvre con una de las principales características de los sistemas complejos, me refiero al concepto de emergencia. Este concepto, de uso habitual en el vocabulario sociológico actual, carece de consciencia de su significado e implicancias, tanto ontológicas como epistemológicas. Si bien es cierto que Lefebvre no hace mención a la emergencia en sus obras principales, sí podríamos decir que lo hace implícitamente. Esta es mi propuesta, ya que se estaría refiriendo tanto al fenómeno urbano y al espacio social como fenómenos irreductibles. Pero, ¿por qué es posible relacionar la irreductibilidad planteada por Lefebvre, con el concepto de emergencia, cualidad por excelencia de los sistemas complejos? En primer lugar, porque la irreductibilidad es una característica funda-


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mental de los fenómenos emergentes (Cárdenas, 2009; Solé, 2009). En segundo lugar, porque las interacciones entre los elementos de un sistema complejo, tienen como resultado la emergencia de fenómenos globales. Por lo tanto en la base de la emergencia y su irreductibilidad se encuentran las relaciones sean estas químicas, genéticas, tróficas hasta sociales3. En el caso de Lefebvre, el espacio social y eventualmente la sociedad urbana, como resultado de procesos históricos, sería un fenómeno emergente dado por las innumerables relaciones sociales, de poder, de dominación, económicas, etc. Un entramado de relaciones que se dan en el espacio y que a su vez lo producen: emerge. Pues bien, Lefebvre como sociólogo, es evidente que no estaba ajeno a las concepciones de hechos sociales colectivos y externos, que no se explican a partir de las individualidades de los sujetos, tal cual lo remarca K. Sawyer. Emile Durkheim, ya había escrito sobre las propiedades colectivas irreductibles o dinamic density (Sawyer, 2005, p. 5). La clave de la emergencia y que en la mayoría de las veces no se tiene en cuenta, es que ésta radica en la interacción de los elementos de un sistema determinado (Cárdenas, 2009), independiente de su naturaleza, el mecanismo es la interacción: las relaciones. Es por esto que el método de las redes complejas ha podido contribuir a la medición y constatación de este concepto, ya que identificando los elementos y sus relaciones, surgen espontáneamente características emergentes (Solé, 2009), que no pueden ser explicadas a partir de las particularidades de cada elemento, sino que solo existe a un nivel superior, el cual es irreductible. (3) | Hoy en día, una de las herramientas

más potente para el estudio de los sistemas complejos, es el análisis de redes complejas, el cual es aplicable a diversos sistemas. Su aporte y beneficio para las ciencias radica en la cuantificación y medición de estas relaciones, al mismo tiempo que son perfectamente visibles gracias a los grafos. Estos análisis se basan principalmente en un paradigma complejo y emergente, al mismo tiempo que se apoyan en la Teoría de Grafos para llevar a cabo sus análisis. En cuanto ciencias sociales, fueron éstas quienes comenzaron con los análisis sociométricos (Reynoso, 2008), metodología que permitió la cuantificación de las distancias y relaciones entre sujetos. En la actualidad los principales estudios de redes complejas utilizan minería de datos para medir y graficar las redes sociales en la web. En esta línea el precursor fue un físico norteamericano, Albert Lázló-Barabási, quien junto a otros científico midieron y graficaron por primera vez la red de Internet (Solé, 2009; Reynoso, 2008). Su principal descubrimiento fueron las redes de libre escala (scale free network) como estructuras complejas que emergían de la interacción entre servidores, dependientes de sujetos sociales.

Irreductibilidad y emergencia en sistemas complejos Dadas las características complejas descritas anteriormente, nos enfrentamos al problema de la irreductibilidad. El reduccionismo ha dominado las ciencias durante años (Vivanco, 2010), el aislamiento, la segregación y segmentación de los objetos/sujetos, ha sido por excelencia el método prevalente. Sin lugar a dudas ha tenido resultados que no se pueden negar, pero el enfoque lineal de la ciencia reduccionista no se atrevía a enfrentar fenómenos caóticos o desordenados, dispersos. Diversos científicos de forma independiente y sin ninguna - o muy poca relación entre ellos- comienzan a llegar a conclusiones y descubrimientos similares con distintos enfoques y procedimientos durante la década de los ochenta. Así empiezan a surgir conceptos teóricos nuevos, que darían cuenta de las observaciones empíricas que eran resistidas por las ciencias y teorías clásicas. Caos,


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orden espontaneo, autorganización, criticidad autoorganizada, estructuras disipativas, coevolución, autopoiésis, son algunos de estos conceptos, que caracterizaban aquellos procesos y mecanismo que los procedimientos lineales y clásicos esquivaban. Uno de los científicos de aquella época, un físico del Santa Fe Institute, describe la emergencia de la siguiente manera (Figura Nº 1): “de la interacción de los componentes individuales aquí abajo emerge algún tipo de propiedad global aquí arriba, algo que no se podría haber predicho de lo que se sabía de las partes componentes” (Lewin, 2002, p.26), siendo ésta misma estructura global emergente la que a su vez influye en el comportamiento de sus propios componentes.

Figura Nº1 Fuente: (Lewin, 2002, p.27)

En esta misma linea pero mas recientemente, el sociólogo norteaméricano Keith Sawyer (2005) concuerda en que las teórias de la emergencia desde las ciencias complejas demuestran que algunas propiedades sociales no pueden ser explicadas en terminos individuales o reduccionistas. Y para ejemplificar este mecanismo complejo que involucra elementos y relaciones, acude al lenguaje, como un sistema complejo adaptativo. El lenguaje ha cambiado frecuentemente a través de los siglos, tanto el voca-


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bulario como la gramática registran cambios radicales en la historia de cada idioma, sin embargo constantemente se adapta. Es un fenómeno social emergente porque opera en dos niveles irreducibles, el nivel inferior consta de los indiviuos que hablan un idioma determinado y pueden conversar con otros. El nivel superior es el hecho social colectivo que emerge como una propiedad del grupo (Sawyer, 2005). Por lo tanto nuevamente se vuelve a la irreductibilidad de los fenomenos emergentes, que surgen de sus elementos componentes, ya sean moleculas o individuos y que sus atributos individuales no explicarían la estructura global que surge de sus interacciones. En una breve síntesis podríamos decir que el espacio social es un fenómeno emergente, ya que surge como resultado de múltiples relaciones, tanto a escala individual como entre instituciones, comunidades, organizaciones, etc. Al mismo tiempo, el tipo de relaciones que podemos reconocer y que son parte de cualquier enfoque sociológico, corresponden a relaciones de tipo parental, amistades, económicas, de poder, políticas entre otras. Por lo tanto son conceptos que han estado presentes en los análisis e investigaciones de las ciencias sociales, pero que si se proyectan desde un enfoque complejo, nos acercaremos a la identificación de los elementos desde donde emergen las estructuras globales que influyen en el comportamiento de los subsistemas y por ende en la producción del espacio con sus respectivos segmentos que lo componen.

Consideraciones Finales ¿Es posible que Henri Lefebvre, haya estado describiendo y discutiendo sobre una sociedad compleja, y no solo urbana, en términos sociales y espaciales?, es posible. Las características de un complejo espacio social y su propuesta, instan al menos a pensar y reafirman desde la propuesta del fenómeno urbano, sobre la complejidad de la sociedad. Reconocer, aceptar y divulgar la complejidad de la sociedad no es novedad en la actualidad, es un hecho al menos fáctico. Sin embargo el problema a superar para la sociología o las ciencias sociales es cómo abordar esta complejidad que tanto se pronuncia. La clave está en cambiar de paradigma desde donde observamos. El sólo hecho de reconocer cierta complejidad, es distinto de poder reconocerla como una propiedad irreductible del sistema, en este caso social. Esto nos lleva a asumir ciertas teorías y métodos que nos permitan, tanto explorar como expli-


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car los mecanismos mediantes los cuales los fenómenos emergen, superando el umbral de irreductibilidad. Si bien es cierto se dejó por sentado la irreductibilidad como característica intrínseca de la sociedad urbana y el espacio social, Lefebvre no alcanzó a vislumbrar lo que hoy las ciencias de la complejidad han podido comprobar, y es que “el origen de la irreductibilidad reside en la presencia de interacciones entre elementos” (Solé, 2009, pág. 21). Por lo tanto el foco, después de reconocer las propiedades emergentes de la sociedad y el espacio social, es poder detectar e identificar, los elementos y sus interrelaciones que permiten como resultado fenómenos colectivos de orden superior.

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El siguiente texto es un comentario al libro Encuentro chileno de editores independientes, que recoge la experiencia del evento homónimo celebrado en Valparaíso durante agosto y septiembre del 2012. A partir de una breve introducción que busca situar al fenómeno de la edición independiente en nuestro campo cultural, esta nota reflexiona sobre los elementos de interés que esta publicación ofrece a quienes buscan profundizar su conocimiento sobre esta práctica editorial. Lorena Fuentes (1)

La configuración actual del campo cultural en Chile —en el que se inscribe el fenómeno de la edición independiente —tiene su origen en el movimiento de inserción de la cultura en la modernidad, de aproximación de ésta al mercado y de conformación de una cultura de masas, tendencias que se venían dando en nuestro país desde los años treinta del siglo pasado y que se consolidaron durante el periodo que se inicia con la segunda posguerra. En este contexto empieza a constituirse un nuevo escenario cultural y comunicacional, en el que el mercado y la industria adquieren un rol gravitante en la producción de hegemonía y en la formación de un sentido común masivo. También, los criterios mercantiles se instalan como los códigos dominantes de orientación de los medios de comunicación y del mundo cultural ligado a la industria. Además, al interior de este movimiento, a partir de las décadas del ‘60 y ‘70, junto con acentuarse estos mismos rasgos, otras características se empiezan a hacer visibles en nuestro mundo cultural y editorial: la massmediatización y la organización audiovisual de la cultura, y la transnacionalización y la concentración de la propiedad. Concretamente, desde la aparición en escena delala Revista Eltopo. No.1. 2013:(pp 72-77) ISSN:0719-3335 72


RESEÑA BIBLIOGRÁFICA: VV.AA, Encuentro chileno de editores independientes. Propósitos y experiencias, Gladys González y Felipe Moncada Mijic (Editores), Santiago de Chile y Ediciones Inubicalistas, 2012, 178 p. (Formato impreso) El siguiente texto es un comentario al libro Encuentro chileno de editores independientes, que recoge la experiencia del evento homónimo celebrado en Valparaíso durante agosto y septiembre del 2012. A partir de una breve introducción que busca situar al fenómeno de la edición independiente en nuestro campo cultural, esta nota reflexiona sobre los elementos de interés que esta publicación ofrece a quienes buscan profundizar su conocimiento sobre esta práctica editorial. Lorena Fuentes1

La configuración actual del campo cultural en Chile —en el que se inscribe el fenómeno de la edición independiente— tiene su origen en el movimiento de inserción de la cultura en la modernidad, de aproximación de ésta al mercado y de conformación de una cultura de masas, tendencias que se venían dando en nuestro país desde los años treinta del siglo pasado y que se consolidaron durante el periodo que se inicia con la segunda posguerra. En este contexto empieza a constituirse un nuevo escenario cultural y comunicacional, en el que el mercado y la industria adquieren un rol gravitante en la producción de hegemonía y en la formación de un sentido común masivo. También, los criterios mercantiles se instalan como los códigos dominantes de orientación de los medios de comunicación y del mundo cultural ligado a la industria.

(1) | Lorena Fuentes

Lorena Fuentes es Socióloga por la Universidad de Valparaíso. Actualmente cursa estudios de posgrado como becaria Conicyt en el Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile. Correo electrónico: fr.lorena@gmail.com

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Además, al interior de este movimiento, a partir de las décadas del ‘60 y ‘70, junto con acentuarse estos mismos rasgos, otras características se empiezan a hacer visibles en nuestro mundo cultural y editorial: la massmediatización y la organización audiovisual de la cultura, y la transnacionalización y la concentración de la propiedad. Concretamente, desde la aparición en escena de la televisión —a la que después se irán agregando otras innovaciones tecnológicas—, se produce una nueva y acelerada expansión de la industria del entretenimiento, de la publicidad y, en definitiva, de la cultura massmediática. Más aún, este proceso de crecimiento se verá facilitado y reforzado por un amplio y violento conjunto de reformas neoliberales implementadas en dictadura, y


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destinadas principalmente a estimular la iniciativa privada, la inversión extranjera y la preeminencia de los criterios mercantiles en materias culturales. Estas medidas contribuyen finalmente a cambiar el perfil económico, político y social de nuestro país, y asistimos, de esta manera, a un proceso a través del cual grandes grupos internacionales adquieren el control de todos los medios de comunicación —en cuyo marco la edición representa tan solo una mínima parte de sus actividades— logrando un control sin precedentes de la circulación de las ideas a nivel local y mundial. En el amplio espacio de la producción cultural, las tendencias señaladas irán provocando un cambio en la visión de la cultura como bien social, suplantada por una concepción de ésta como bien económico y, por tanto, susceptible de ser transada como cualquier otra mercancía. Conducirán, también, a la pérdida de la relevancia y valoración social de la cultura letrada y tipográfica, y al subdesarrollo de las facultades de lecto-escritura y pensamiento abstracto de la población. Asimismo, provocarán el fortalecimiento desmedido de los medios de comunicación, especialmente de los audiovisuales que, desplazando incluso otras formas de difusión de la imagen —como el afiche y la foto—, adquieren una importancia que sobrepasa su rol original de mediación, influyendo inmensamente sobre las formas de representación que los seres humanos se hacen de la vida social y de su propia inserción en ésta. “Los medios —apunta en esta dirección Bernardo Subercaseaux— […] han pasado a constituirse en mediaciones socioculturales de sí mismos, en co-constructores de las representaciones de la realidad” (2011, p.293). De esta manera, la industria audiovisual se convierte en el sector más rentable, vigoroso e influyente del campo, colocando a las otras prácticas culturales, entre ellas a la edición, en una posición subordinada. En nuestro campo editorial, estas tendencias se expresarán en la participación de grupos económicos extranjeros en el mercado del libro, y en una práctica editorial que buscará situar al libro entre los productos de consumo masivo, privilegiando, por tanto, el best seller y los títulos vinculados a otros medios de comunicación, como el cine y la televisión. Contando con una gigantesca cantidad de recursos susceptibles de ser destinados al marketing de sus catálogos, estas editoriales logran alcanzar una posición dominante en las disputas por la consagración al interior del campo. Por último, inciden en la dificultad que tienen para entrar al mercado los esfuerzos editoriales alternativos y en el consiguiente deterioro de la diversidad y el pluralismo en la producción, circulación


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y consumo de las creaciones artísticas y culturales. “Las industrias culturales —escribe Subercaseaux— son el caballo de batalla de la globalización y el talón de Aquiles (o triángulo de las Bermudas) de la diversidad cultural” (2002, p.61). En efecto, las grandes industrias transnacionales, se ocupan únicamente de entregar a la sociedad bienes simbólicos que tengan un nicho de consumo asegurado, repitiendo para ello fórmulas que han tenido éxito en el pasado y, de esa manera, homogenizan el espacio. En este contexto, como un intento de oposición a las directrices que articulan el campo, surgen las editoriales independientes. Nos referimos a iniciativas de diferentes tamaños —grandes, medianas y micro—que se organizan en base a proyectos de intervención política y cultural, y que empiezan a aparecer en Chile fundamentalmente desde principios de los años ‘90, como producto de la descompresión política y cultural que trae el regreso a la democracia, y desde comienzos del siglo XXI a raíz del amplio acceso que los distintos sectores sociales tienen a nuevas tecnología de impresión, digitalización y policopiado. Estos empeños se comprenden así al interior de un movimiento de oposición a las tendencias hegemónicas impuestas por la globalización y representan una resistencia a la mercantilización, concentración y homogenización operada al interior de la industria editorial. Inmersas en un escenario que les hace difícil asegurar su subsistencia, estas editoriales han desplegado diversas estrategias para visibilizar su trabajo. Un ejemplo de este esfuerzo es el Encuentro Chileno de Editores Independientes que se celebró en Valparaíso durante agosto y septiembre del 2012. Estas jornadas representaron un fructífero espacio de diálogo e intercambio de conocimientos, organizado en torno a seminarios, mesas de discusión y espacios de exhibición, y en el que participaron veintitrés editoriales: Alquimia, Belleza y Felicidad, Calabaza del Diablo, Cataclismo, Chancacazo, Cinosargo, Cuadro de Tiza, Cuarto Propio, Cuneta, Das Kapital, Economías de Guerra, Hebra, Inubicalistas, Mansalva, Narrativa Punto Aparte, Nihil Obstat, Paracaídas, Perro de Puerto, Plebella, Puerto de Escape, Ripio Ediciones, Vox y Yerba Mala Cartonera. Encuentro chileno de editores independientes —el libro que aquí comentamos— recoge esta experiencia. Se trata de un conjunto de textos escritos por los editores que participaron del evento, antecedidos por un interesante prólogo de la escritora Gladys González, y articulados en base a cinco tópicos de reflexión: el sentido de la independencia en el mundo editorial, el criterio editorial, el diseño editorial y la producción, la difusión y la crítica. De esta manera, informando so-


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bre aspectos fundamentales de su trabajo, se proponen difundir conocimientos útiles para otros editores y contribuir así con el fortalecimiento de este oficio. La edición independiente y la microedición constituyen uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural actual. Sin embargo, su labor no ha sido adecuadamente visibilizada en nuestro medio social, y tampoco ha sido suficientemente estudiada por las «ciencias de la cultura». En este sentido, Encuentro chileno de editores independientes, representa una importante herramienta de difusión y resulta interesante para quienes buscamos profundizar nuestro conocimiento sobre esta práctica cultural. Los textos aquí recogidos nos muestran los diferentes discursos que estos editores han construido sobre su propia labor y las formas diferentes en que cada uno desarrolla esta actividad. Los trabajos realizados acerca de la edición independiente enfatizan la oposición que existe entre estos empeños y los conglomerados transnacionales. Pero —y esto subrayémoslo— el énfasis en esta oposición, que es sin duda uno de los aspectos más relevantes del problema, genera la imagen de un conjunto homogéneo —las editoriales independientes— enfrentándose a las editoriales comerciales. Sin embargo, lo cierto es que el campo de la edición independiente es un sector altamente heterogéneo, cuya diversidad de expresa en distintos ámbitos: en sus catálogos, en sus formas de producción, en su nivel de organización colectiva, en los géneros y materias que publican, en sus discursos y en sus posiciones políticas y económicas. Las veintitrés reflexiones reunidas en Encuentro chileno de editores independientes son una muestra de esta heterogeneidad. «Editoriales independientes, autogestionadas, alternativas, etc. Muchos términos para expresar algo que para mí es innombrable —reflexiona en esta dirección el editor de Belleza y Felicidad— Porque aunque estos términos enuncian un quiebre frente a «lo otro», no hablan, dicen algo de las editoriales en sí, ya que una de las características es que estas editoriales son muy diferentes entre sí. El arco que las engloba es tan amplio que se quiebra y eso es muy positivo. […] Por ahí estas editoriales apuntan un poco más a que, en el momento de editar prospere más una necesidad de expresión personal que una meta comercial. Pero esto mismo también es un arco que las engloba y se quiebra» (2012, p. 23). Ahora bien, más allá de estas diferencias —podemos concluir— Encuentro chileno de editores independientes nos enseña que la independencia es un movimiento de resistencia al interior de las industrias culturales que hace de la dimensión política y estética de la acción cultural un elemento de radical importancia. «El precio de los libros, las temáticas, los autores, la materialidad,


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la distribución, la forma de construcción del imaginario de una editorial —anota Gladys González— son fundamentales para denominarse «independiente»» (2012, p. 6) De esta manera, la independencia se expresa en el discurso, en la producción y en la postura de cada editorial respecto a una amplia gama de materias políticas y culturales. Encuentro chileno de editores independientes ofrece así elementos de análisis importantes para las ciencias sociales y humanas interesadas en este fenómeno, y herramientas valiosas para quienes busquen desarrollar proyectos editoriales alternativos.

BIBLIOGRAFÍA Belleza y Felicidad. 2012. Belleza y Felicidad. En Vv.Aa., & G. G. Mijic (Ed.), Encuentro chileno de editores independientes. Propósitos y experiencias. (págs. 21-25). Santiago de Chile: Libros del Cardo y Ediciones Inubicalistas. González, G. 2012. Prólogo En Vv.Aa., & G. G. Mijic (Ed.), Encuentro chileno de editoriales independientes. Propósitos y experiencias (págs. 5-8). Santiago de Chile: Libros del Cardo y Ediciones Inubicalistas. Subercaseaux, B. 2002. Nación y cultura en América Latina. Diversidad cultural y Globalización. Santiago de Chile: Lom Ediciones. Subercaseaux, B. 2010b. Historia del libro en Chile. Desde la Colonia hasta el Bicentenario. Sanitago de Chile: Lom Ediciones. Subercaseaux, B. 2011. Historia de las ideas y de la cultura en Chile (Vol. III). Santiago de Chile: Editorial Universitaria.



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