Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. N.o 61
bérico i e c n i l El
¿Luz al final del túnel? Entrevista a:
Francisco Villaespesa, director de los centros de cría en cautividad del lince ibérico de El Acebuche y Zarza de Granadilla
Observatorio de precios de la madera Inventario forestal con tecnología LiDAR
l Especia
El alburno. Biología, aprovechamiento y ordenación
La reforma de la Ley de Parques Nacionales
SUMARIO FORESTA n.o 61 Colaboraciones Técnicas: 4
Entrevista: Francisco Villaespesa Sánchez, director de los centros de cría en cautividad del lince ibérico del MAGRAMA
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Ismael Muñoz Linares
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Especial: La reforma de la Ley de Parques Nacionales Colaboraciones Técnicas:
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Distribuciones diamétricas para las tablas de producción de Pinus sylvestris L. en la sierra de Guadarrama
Alberto Rojo Alboreca, M.ª Flor Álvarez Taboada, Juan Gabriel Álvarez González,
José J. Gorgoso Varela y Gregorio Montero González 50
El alburno. Biología, aprovechamiento y ordenación. (Una reflexión sobre el “captura y cuelga”)
COSE presenta el bservatorio de precios de la madera dentro del proyecto REDFOR
Eduardo García Márquez
Miguel Montoya Oliver
Legislación ambiental: 86
Estudio sobre el acceso a la justicia en materia medioambiental (2.ª parte): Aspectos particulares
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Antonio García-Giralda Ruiz
Noticias forestales Madera y arte: Artesonado Almudena Córdoba López y Teodoro Abbad Santiveri
Plagas y enfermedades forestales: Xyrella fastidiosa (Well y Raju). Bacteria fastidiosa
Nieves Ibarra Ibáñez y Enrique Martín Bernal
Hongos: Cortinarius torvus (Fr.: Fr.) Fr. y Cantharellus amethysteus (Quél.)
José Cuesta Cuesta y Nino Santamaría Rodríguez
Resultados y reflexiones tras cinco años de inventario forestal con tecnología LIDAR F. Rodríguez, A. Fernández, J. L. Tomé “Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”
60 El Real Jardín Botánico de Madrid:
un calendario natural (I)
Francisco Javier Cantero Desmartines
EDITORIAL
El descubrimiento del Mediterráneo
N
o deja de sorprender con cuánta frecuencia en nuestra profesión se suelen desdeñar los conocimientos que sobre ciencia y técnica forestales nos legaron nuestros predecesores. Es innegable que los tiempos sustituyen a velocidad de vértigo cuantas herramientas han sido empleadas hasta la fecha. Pero esto no debe hacer olvidar qué es una forcípula. Y mucho menos qué es un libro, sea cual sea el soporte en que se presente. Porque es en los libros donde se ven reflejadas las experiencias de décadas –casi siglos- de ingenieros que a pesar de que no sabían ni podían imaginar qué es una tableta digital o un teléfono inteligente con conexión a internet vía satélite, sí eran capaces de observar el medio natural, sacar consecuencias de sus observaciones, relacionarlas y ordenarlas. Y en abundantes ocasiones las vertieron en escritos que, apoyados en otros anteriores y como cimientos de los siguientes, dieron lugar, en el transcurso de los años, al cuerpo de conocimientos en los cuales se sustenta hoy la ingeniería forestal.
En las escuelas del ramo se estudian en diferentes cursos y asignaturas estos principios básicos. Como es natural, la enseñanza fue de la mano de los avances tecnológicos. Primero se dijo adiós a los tiralíneas; después se jubilaron los rótrings, y ahora un programa informático de dibujo no se conoce todavía a fondo cuando ya lo empuja a la cuneta la siguiente versión. Qué decir de los inventarios: ahora se toman los datos desde el aire, ¡quién lo habría aventurado! En cuanto al tratamiento contra plagas, cayó en el olvido, por fortuna, la primavera silenciosa. Pero se corre el peligro de que nos deslumbren los medios a emplear que el progreso pone a nuestra disposición y nos olvidemos de lo esencial: ¡qué queremos!, y ¡ cómo lo hacemos! Es imprescindible conocer los objetivos; tras ello, utilizar la mejor herramienta disponible para alcanzarlos. Porque, por muy eficiente que sea la máquina destinada a nuestro servicio, de nada servirá si no somos capaces de determinar el mejor lugar donde instalar
Es en los libros donde se ven reflejadas las experiencias de décadas -casi siglos- de ingenieros que a pesar de que no sabían ni podían imaginar qué es una tableta digital o un teléfono inteligente con conexión a internet vía satélite, sí eran capaces de observar el medio natural, sacar consecuencias de sus observaciones, relacionarlas y ordenarlas Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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La profesión de ingeniero técnico forestal no cambia en esencia: actuar en el medio, gestionarlo, intervenir en él. Las herramientas actuales facilitan el trabajo, nos hacen más eficientes, facilita la toma de decisiones, reduce la posibilidad de error y el tiempo empleado en obtener el resultado esperado. Pero, manejar una determinada tecnología no convierte al usuario en ingeniero un dique o realizar un hoyo de plantación. Y por supuesto, para qué necesitamos hacerlo. A qué ordenar un monte con los fabulosos instrumentos al uso si no sabemos qué se pretende ordenar, adónde queremos llegar. Podemos perimetrar con precisión jamás vista cualquier incendio, pero esto no nos proporciona los conocimientos precisos para actuar tras el paso del fuego. Manejar una determinada tecnología no convierte al usuario en ingeniero. Por más que haya costado dominarla. Y es que la profesión de ingeniero técnico forestal no cambia en esencia: actuar en el medio, gestionarlo, intervenir en él. Las herramientas actuales facilitan el trabajo, nos hacen más eficientes, proporcionan un conocimiento más exhaustivo de los pormenores de la tarea a realizar, permiten relacionar variables y elementos de la naturaleza como nunca antes logró hacerse. Todo esto facilita la toma de decisiones, reduce la posibilidad de error y el tiempo empleado en obtener el resultado esperado, lo que redunda como es obvio en el abaratamiento de los costes. Rodeados de aparatos electrónicos que dejarían patidifuso al mismísimo Julio Verne, hoy día en un gabinete se pueden lograr magníficos resultados, pero para ello es preciso conocer el medio a gestionar, moverse por el mismo; lo que resulta en la actualidad además harto cómodo, cuando casi todo queda a nuestro alcance. Pero sobre todo hace falta saber. Es
imprescindible conocer el por qué de las cosas, los procesos por los que llegamos a determinados resultados. Dicho de forma simplificada, no podemos dejar de aprender a sumar o a hacer una raíz cuadrada solo porque haya calculadoras. Es cierto que la máquina consigue el resultado antes que nosotros, lo cual es una ventaja que habrá que utilizar, pero necesitamos saber por qué llega a ese resultado. Conocer el porqué y el proceso de las cosas nos permite relacionarlas, contextualizarlas y nos ayuda a imaginar soluciones que una máquina nunca va a tomar. Nos permite sacar el máximo rendimiento a la nueva tecnología. Y el saber, el conocimiento, están en la letra impresa y en la experiencia propia y ajena. Disponer de las más sofisticadas herramientas no debe ensoberbecer al usuario de las mismas. Solo desde la humildad de aprender de otros, aunque estos no hubieran tenido nunca en sus manos una sencilla calculadora, pueden aplicarse las nuevas tecnologías sin perder el rumbo. Los medios están dispuestos para llegar antes y mejor al objetivo propuesto, son el vehículo que conduce al objetivo, el cual debe fijarse con rotunda certeza. Para ello se ha de contar con todos los conocimientos disponibles: la vía por la que circule el indicado vehículo. La experiencia personal es insuficiente, incluso en el caso de las mentes más preclaras. Leamos, estudiemos. Si no, corremos el riesgo de descubrir, derrochando esfuerzo, una y otra vez, el Mediterráneo.
Hace falta saber. Conocer el porqué y el proceso de las cosas nos permite relacionarlas, contextualizarlas y nos ayuda a imaginar soluciones que una máquina nunca va a tomar. Nos permite sacar el máximo rendimiento a la nueva tecnología. Y el saber, el conocimiento, están en la letra impresa y en la experiencia propia y ajena 2
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EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR: F. Javier Cantero Desmartines. SUBDIRECTOR: Andrés Arregui Noguer. DIRECTOR TÉCNICO: Ismael Muñoz Linares CONSEJO DE REDACCIÓN: Teodoro Abbad J. de Aragón, Susana Domínguez Lerena, Alvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara, Enrique García Gómez, José González Granados, Salustiano Iglesias Sauce, María José Manzano Serrano COLABORAN EN ESTE NÚMERO: María Eugenia Oliver Sánchez, Centro de Cría en Cautividad del Lince Ibérico de El Acebuche DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Hembra de lince ibérico con crías en el centro de cría en cautividad de El Acebuche. Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.
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ACTUALIDAD
ENTREVISTA
Entrevista a Francisco Villaespesa, director de los centros de cría en cautividad del lince ibérico de El Acebuche y de Zarza de Granadilla, del Organismo Autónomo Parques Nacionales del MAGRAMA
“Hoy en día, tenemos asegurada la variabilidad genética del lince ibérico” Ismael Muñoz Linares
Hace una década la existencia del lince pendía de un hilo, su población era solo un suspiro, algo más de noventa ejemplares censados. Hoy alcanza en libertad los 348, gracias al programa de recuperación in situ y a los 69 ejemplares reintroducidos por el programa de cría en cautividad desde 2011. Después de cuatro programas Life con más de 70 millones de euros invertidos desde 1996 y miles de horas de trabajo de cientos de personas, se empieza a intuir a lo lejos la posibilidad de la recuperación de las poblaciones silvestres de la especie de felino salvaje más amenazada del planeta. Francisco Villaespesa es el director de los centros de cría en cautividad de El Acebuche en Doñana y Zarza de Granadilla en Extremadura. Es Ingeniero Técnico Forestal y aporta capacidad de gestión y de organización de grupos de trabajo multidisciplinares. Cuando habla del programa de cría en cautividad del lince, Francisco transpira el entusiasmo de quienes saben que su trabajo contribuye a la salvación de una especie única, un símbolo de la conservación de la naturaleza en España y en Europa.
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¿Cuáles son los objetivos del plan de cría en cautividad? El Plan de cría en cautividad tiene dos objetivos fundamentales: mantener una población en cautividad como salvaguarda genética, por si desaparecieran los ejemplares libres en la naturaleza poder recuperar la población, y, en segundo lugar, proporcionar ejemplares para el programa de reintroducción. Para el primer objetivo se estableció que debíamos conservar un 85 % de la diversidad genética durante un periodo de 30 años, y estamos en estos momentos en el 91 % de la diversidad genética existente en la población de Doñana y en el 96 % de la diversidad de la población de Sierra Morena. El plan no fue muy ambicioso porque en ese caso nos obligaba a coger todos los linces del campo y meterlos en cautividad. Se pretendía coger solamente algunos ejemplares fundadores y mantener las poblaciones silvestres.
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Queríamos crear una población cautiva con los fundadores y los ejemplares nacidos en cautividad. Calculamos entonces, con el grupo asesor en aspectos genéticos y demográficos, que con sesenta ejemplares adultos, 30 machos y 30 hembras, tendríamos suficientes. En 2010 ya disponíamos de 73 ejemplares en cautividad. ¿Por qué cuatro centros de cría? En estos momentos tenemos setenta y dos instalaciones en todo el programa de cría en cautividad, que van desde los 500 m2, donde paren y crían a los cachorros, hasta los 3.000 m2 de los cercados de preadaptación que se están construyendo en Granadilla y que es donde viven los ejemplares que se van a reintroducir en la naturaleza. Lo ideal era tener un animal por instalación, lo cual nos obligaba a tener cuatro centros distintos más el apoyo del zoobotánico de Jerez. Lo sensato es no tener a todos los linces en el mismo lugar, por precaución. Si entrara una enfermedad aquí podríamos perder a toda la población cautiva, si los tienes repartidos en cuatro centros evitas ese problema y, además, con la máxima variabilidad genética.
¿Serían necesarios más centros de cría? No, no lo creo, no tenemos posibilidad de soltar más linces en el medio natural. Hay que hacerlo con control y en un hábitat adecuado. En estos momentos, tenemos los linces necesarios para alcanzar los objetivos marcados en el plan de acción para la cría en cautividad del lince ibérico. ¿Podemos decir que está asegurada la variabilidad genética del lince ibérico? Hoy en día, tenemos asegurada la variabilidad genética de la especie. Lo más importante y complicado ahora es mantenerla. Hay que compaginar dos aspectos genéticos: la genética que se queda en el programa de cría y la genética de los ejemplares de reintroducción. Hay que elegir muy bien qué animales se liberan y cuáles se quedan en cautividad para mantener la pirámide de población lo más equilibrada posible. ¿Quién decide cómo, cuándo y qué ejemplares se tienen que cruzar y después liberar en el medio natural? Este es un trabajo de coordinación de todos los centros de cría en cautividad. Trabajamos con los mismos
documentos, los mismos objetivos y métodos de trabajo, en continua comunicación y asesorados por expertos externos. En el caso de la genética nos asesora el grupo asesor de aspectos genéticos y demográficos, formado por los científicos de la estación Biológica de Doñana, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y del Instituto de Investigación Agrarias INIA. Siempre buscando la máxima variabilidad genética, nos asesoran en la distribución de ejemplares entre los centros de cría y en la pareja que formarán después allí. Ellos son también quienes nos dicen qué ejemplares son los más idóneos para la reintroducción en función del lugar donde van a ser soltados. Si ya existe allí población, habrá que afinar mucho con la genética que se suelta; si no hay población salvaje no es necesario afinar tanto. ¿Cuál es el principal criterio a la hora de tomar estas decisiones? Conseguir la máxima variabilidad genética. Buscamos linces que sean mezcla de las dos poblaciones genéticamente diferenciadas, la de Doñana y la de Sierra Morena.
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¿Influyen otras cuestiones a la hora de decidir qué animales se sueltan en el medio natural? Sí, por supuesto, el principal dato que decide si un animal está preparado para ser reintroducido es que sepa cazar. Los preparamos para que sepan conseguirse la comida por sí solos. Esto es imprescindible para poder sobrevivir en el medio natural, después se examina su genética y se decide dónde soltarlo. ¿Se hace un seguimiento de los animales reintroducidos? Lo hace el programa de conservación in situ, a quienes les damos toda
la información recabada en los centros de cría que se ha obtenido durante la preparación de los cachorros: su capacidad para cazar y los métodos que emplea, porcentaje de éxito de los lances de caza, su actitud dominante o sumisa con otros ejemplares, su relación con los humanos, etc. Nosotros tenemos todos esos datos del centro de cría, gracias al sistema de video-vigilancia de 24 horas. A posteriori, sería muy importante cruzar los datos que obtengan desde el programa in situ sobre estos animales liberados, ya que esto nos permitiría tener un conocimiento más exhaustivo de cada ejemplar para eva-
luar nuestro trabajo y ver cómo podríamos mejorar en la preparación de los cachorros. ¿Es diferente el manejo de los animales que se quedan en cautividad para reproducción de los que se crían para ser reintroducidos? Sí, es un manejo muy diferente. Los que van a ser soltados intentamos que vivan en un ambiente lo más naturalizado posible; que no relacionen nunca comida con personas, esto es fundamental, les introducimos los conejos de campo a través de trampillas que llevan directamente al majano. Hay ocasiones
Las cifras del programa de cría en cautividad Hay cuatro centros de cría en cautividad: El Acebuche, en Doñana, y Granadilla, en Cáceres, dependientes del Organismo Autónomo Parques Nacionales, del Magrama; La Olivilla, en Jaén, de la Junta de Andalucía; el Centro Nacional de Reproducción de Silves, de Portugal. También existe un centro asociado al programa de cría, el zoobotánico de Jerez, dependiente el ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Número total de cachorros nacidos en el programa de cría: 272 ejemplares Número total de cachorros que han sobrevivido al destete: 184 ejemplares Ejemplares liberados en el medio natural procedentes del programa de cría: 2011: 2 ejemplares 2012: 15 ejemplares Evolución de la población ex situ desde que comenzara el programa de cría: en marrón 2013: 19 ejemplares son los ejemplares fundadores y en verde los ejemplares nacidos en el programa de cría 2014: 33 ejemplares TOTAL (en el momento de la publicación de la revista): 69 ejemplares, aunque se esperan más liberaciones en otoño de 2014, tanto en Montes de Toledo como en el Valle del Guadiana (Portugal) “Estamos cumpliendo los objetivos marcados en el programa de cría en cautividad, que eran de soltar al medio natural una media de 18 ejemplares al año. Comenzamos hace cuatro años y, con los que se liberarán en otoño de 2014, superamos los objetivos marcados”. Toda la información actualizada sobre el Programa de Cría en Cautividad puede consultarse en la web: www.lynxexsitu.es Evolución del número de cachorros por temporada reproductora que han sobrevivido al destete
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Este programa es pionero en muchos aspectos, sobre todo en manejo del animal en cautividad, fruto de la experimentación y de la observación las 24 horas del día, 365 días al año, de las reacciones de los animales y su comportamiento
en las que fomentamos una actitud huidiza ante los seres humanos, les ponemos dificultades en la caza y nunca se les maneja a través de guillotinas o túneles de leones. Mientras que los que se quedan para cría intentamos que vivan en el ambiente más silvestre posible pero que toleren la presencia humana. ¿La alimentación es la misma en ambos casos? No es la misma porque al que va a ser reintroducido le damos entre un 60 y un 80 % de conejo de campo, mientras que al que se queda en cautividad lo alimentamos con conejo de granja, de color gris u oscuro siempre pero de granja. Las razones son dos: el precio del conejo, de 4 € el de granja y de 12 € el de campo; y, por otro lado, por cuestiones sanitarias. Es más fácil controlar la procedencia y sanidad del conejo de granja para evitar cualquier contagio en el centro de cría. Además, el conejo silvestre es más vivo, más hábil para escapar del lince, lo cual favorece su capacidad de aprendizaje para lo que después se va a encontrar en la naturaleza.
Todos estos métodos de manejo ¿han sido copiados de otros programas de reintroducción de especies en otros países o son fruto de la experimentación del programa de cría del lince ibérico? Este programa es pionero en muchos aspectos, sobre todo en manejo del animal en cautividad, fruto de la experimentación y de la observación las 24 horas del día, 365 días al año, de las reacciones de los animales y su comportamiento. Pero, además del trabajo de todas las personas que componen el programa, también contamos con la ayuda de los grupos asesores. Además del grupo de genética y demografía están: el grupo de fisiología reproductiva del lince ibérico del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, con la colaboración del Institute for Zoo and Wildlife (IZW)de Berlin; el grupo de aspectos sanitarios, con dos expertos veterinarios, del programa de conservación ex xitu y el programa de conservación in situ, y, por último, el grupo asesor de manejo, que lo llevan técnicos del programa de cría.
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¿Se comparte esta información entre todos los centros de cría de la península Ibérica? No solo se comparte sino que manejamos la misma información, los mismos programas y guías de manejo, los mismos métodos de trabajo. Se comparten las dudas, los problemas y las soluciones. A nivel técnico la colaboración es total. ¿Se puede decir lo mismo a nivel político, existe esa misma colaboración? Se puede decir que hay un compromiso por todas las administraciones públicas para sacar al lince ibérico de la extinción a través del programa de cría en cautividad. Suena muy político pero es cierto. En cuanto al programa de reintroducción y conser vación in situ, aunque no sea nuestra responsabilidad, se están recuperando territorios históricos y soltándose linces en Extremadura, Castilla-La Mancha y, próximamente, Portugal. Para ello es indispensable el compromiso de todas las administraciones.
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¿Hasta cuándo será necesario continuar con el trabajo de los centros de cría en cautividad? Es una pregunta que nos hemos hecho. Pienso que, por desgracia, no será en una fecha temprana cuando los centros de cría dejen de ser importantes. El programa de conservación ex situ no es la solución al problema, es solo una herramienta para recuperar las poblaciones silvestres. Estamos al inicio del camino, hemos comenzado las liberaciones a principios de 2011 y nos queda mucho por recorrer. Por otra parte, mantener una diversidad genética mediante los centros de cría siempre será un objetivo necesario.
¿Cuándo podremos decir que el lince ibérico sale de la lista de especies en peligro crítico de extinción? Estamos en el buen camino pero aún queda trabajo por delante. Según los criterios de la Union Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) habría que establecer una población con cincuenta hembras reproductoras durante cinco años y otra subpoblación con al menos veinticinco hembras reproductoras. Pero, aunque salga de la categoría de “en peligro crítico de extinción”, aún estará en peligro de extinción y lograr que salga de ahí va a llevar mucho más trabajo.
No parecen ayudarle las circunstancias al lince para que su población salvaje crezca al ritmo que sería deseable y posible: muertes por atropello, destrucción del hábitat por nuevas infraestructuras, la mixomatosis y la enfermedad hemorrágico-vírica del conejo, su principal dieta, y la leucemia felina de 2007 en Doñana son algunas de las causas de pérdida de ejemplares en el medio natural. Sin embargo, los centros de cría en cautividad no han estado exentos de problemas, como fue la enfermedad renal crónica de 2010. Es cierto. El lince ibérico, debido a su escasa variabilidad genética, es pro-
Plantilla de los centros de cría del Magrama - Tres video vigilantes, en turnos de ocho horas, para cubrir las 24 horas del día. “Son los ojos del centro. El manejo de información es continuo y fundamental para tomar decisiones sobre la marcha, es lo que se llama gestión adaptativa. Es fundamental conocer cuándo está la hembra en celo, teniendo en cuenta que solo tienen un celo al año, su preñez, el parto, el proceso de cría, la etapa de peleas entre los hermanos, etcétera. Literalmente se toman las uvas en el centro”. - Seis cuidadores. Son los únicos que entran en las instalaciones para facilitar la alimentación, la captura de los ejemplares, la limpeza de las instalaciones y, en general, el manejo de los animales. “Son las manos del centro. Realizan su trabajo bajo dos condiciones: procurar tranquilidad a los animales, que no le provoquen ningún tipo de estrés, y garantizar la bioseguridad del centro. Tenemos una población sana en cautividad y no puede entrar ningún tipo de enfermedad. - Un veterinario, Se encarga de velar por el buen estado sanitario de los ejemplares del centro, la realización de chequeos, análisis,…
cada momento. Mi trabajo es que todo funcione según lo previsto, encargarme de las cuestiones presupuestarias, administrativas y de representación de los centros. En la parte técnica no suelo tomar la última decisión, excepto en las áreas que son de mi competencia, para eso están los especialistas en cada ámbito de actuación, aunque participo en todas las reuniones y en la toma de decisiones. Esa es la gran fortaleza del programa de cría, no es el trabajo de un solo centro, ni de una sola persona, es el de muchos especialistas en distintos centros, más los grupos asesores, y todos trabajando con los mismos métodos, la misma información y los mismos objetivos. ¿Le ha ayudado su formación como forestal para realizar este trabajo? Mi formación de ingeniero forestal me ha ayudado a adaptarme a cualquier trabajo que he tenido, tanto ahora en el OAPN como anteriormente en mi etapa en Hacienda como técnico del catastro de rústica. Es una formación amplia, con contenidos de gestión, que ofrece una visión global de los muchos trabajos que pueden desarrollarse en el medio natural.
- Un coordinador técnico del centro, cuya labor es que todo el personal realice adecuadamente las labores propias de su puesto, así como la toma de decisiones en cuestiones más técnicas. - Un director de los dos centros dependientes del Ministerio. ¿Cuál es la labor del director de los centros? El perfil del director debe ser el de un buen gestor, que no tiene que saber de todo pero sí debe ser capaz de dar solución a todos los problemas que se puedan plantear a diario contando con el personal adecuado para ello en
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Sala de video vigilancia
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penso a tener problemas renales, pero a finales del 2009 se produjo un episodio agudo en el que el 50 % de los ejemplares cautivos estaban afectados de los riñones. Ni un solo cachorro pudimos sacar en el centro del Acebuche en 2010, por lo que fue un golpe muy duro para nosotros. Llegamos a pensar que el programa de cría en cautividad se derrumbaba. Fue una tremenda bofetada. Afortunadamente, debido al gran trabajo que se realiza en todos los centros de cría y al control minucioso que se lleva a cabo con cualquier actuación que se realiza en los ejemplares, pudimos detectar rápidamente, a la espera de obtener los resultados de los estudios que se pusieron en marcha, cuál era el posible origen de la enfermedad renal crónica. Hubo muchas bajas en los dos primeros años pero gracias a los tratamientos paliativos que se administraron a los linces afectados por la ERC se puedo alargar su vida, llegando incluso a reproducirse y sacar adelante su camada. ¿Y a qué se debió ese proceso agudo? Buscamos un nexo entre todos los casos, algo que provocase que una enfermedad que puede ser crónica se manifestase de repente en un porcentaje tan elevado. Hicimos un estudio multivariante, con gran número de factores basados en todos los datos que se toman en los centros de cría, para descubrir por qué se daba en animales criados en cautividad y en ejemplares fundadores en todos los centros de cría, de diferentes edades, tanto a machos como hembras y criados tanto por sus madres como por personal del centro de cría a través de la crianza artificial. Y descubrimos que el nexo entre todos los ejemplares enfermos era un complejo vitamínico. Después de analizar las muestras en dos laboratorios de referencia, uno en España y otro en Alemania, comprobamos que estábamos suministrando entre un 28 y un 35 % más de vitamina D de lo que indicaba el prospecto de las vitaminas, es decir, ese complejo vitamínico contenía hasta un 35 % más de vitamina D de lo que decía contener. Las dos preguntas obvias son ¿por qué se le daba ese complejo vitamínico y cómo puede suceder algo así?. ¿No se trataba de un medicamento de referencia? Este complejo vitamínico se aportaba
El programa de conservación ex situ no es la solución al problema, es solo una herramienta para recuperar las poblaciones silvestres
para suplir la carencia de vitaminas en la alimentación de los animales porque, en ocasiones, por razones de manejo e incluso de medicación, debíamos darles conejo muerto, el cual tiene un menor aporte nutricional que el alimento vivo. En cuanto a lo segundo, nadie puede imaginar que en una farmacia la aspirina que compras es cianuro, y que en vez de quitarte el dolor de cabeza te va a matar. Eso nos sucedió a nosotros, no podíamos imaginar que una empresa de referencia que se suministra su complejo vitamínico a zoológicos de todo el mundo, pudiera cometer un error semejante. Para solucionar este problema fue fundamental el trabajo en red de todos los centros de cría y el manejo constante de toda la información que en ellos se genera. Y la siguiente pregunta obvia es ¿se sigue dando vitaminas a los linces en cautividad? Actualmente no se dan vitaminas a los linces. Incluso antes de tener los resultados de los laboratorios se eliminó de la dieta de los animales, ya que todo
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parecía indicar que este era el causante del problema No ha sido este el último contratiempo de salud de los linces en los últimos años En cuanto a enfermedades no hemos tenido más. Sí es cierto que hay unos episodios convulsivos, lo que comúnmente se conoce como epilepsia, en ejemplares juveniles entre los 2 y 5 meses de edad. Y el problema nos está preocupando porque, si no se trata adecuadamente, pueden llegar a causar la muerte. Son ejemplares que ya no sirven para reintroducción y, por precaución, hasta que se conozca el origen del problema, tampoco se utilizan para reproducción. ¿Cuántos ejemplares padecen estas convulsiones? Los cachorros afectados hasta la fecha son once en todo el programa de cría en cautividad, tanto machos como hembras y tanto los criados a biberón (es lo primero que se pensó, ya que los tres primeros casos fueron de cachorros criados artificialmente) como los criados por sus madres.
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Este es un trabajo de coordinación de todos los centros de cría en cautividad. Trabajamos con los mismos documentos, los mismos objetivos y métodos de trabajo, en continua comunicación y asesorados por expertos externos
¿A qué creen que se debe? Se han hecho diversas pruebas para determinar el origen de estas crisis convulsivas y se han descartado las causas vasculares, inflamatorias/ infecciosas, traumatismos, anomalías congénitas, metabólicas y degenerativas. Parece que nos encontramos con un caso genético, pero para llegar a esa conclusión se deben descartar todas las posibles causas. Ante esta posibilidad, el programa de cría se puso en contacto con el grupo asesor de aspectos genéticos del programa para valorar si hay un gen recesivo que pueda darse en estos cachorros. Como medida de precaución no se está emparejando a aquellos parentales que han dado lugar a cachorros con epilepsia.
¿Qué pasará con los ejemplares que no sirvan para reintroducción ni para reproducción? Seguramente vayan a programas de exhibición y educación ambiental en zoológicos adecuados. El único zoo del mundo que exhibe lince ibérico es el zoobotánico de Jerez de la Frontera. Hemos recibido muchas peticiones de distintos zoológicos interesados en exponer ejemplares de lince ibérico y estamos estudiando ahora cada una de esas peticiones. Es muy importante dar salida a estos ejemplares y poder liberar espacio en los centros de cría para poder trabajar a pleno rendimiento. ¿Cómo explicaría a alguien que no está sensibilizado con la conservación de la naturaleza lo importante que es conservar una especie como el lince ibérico?
Siempre utilizo una frase de Miguel Delibes, el científico, que dice que “el lince es el adalid de la conservación de la naturaleza en España. Si no somos capaces de defender a nuestro abanderado, ¿qué podremos defender?”. El lince es un símbolo de la conservación de la naturaleza, si no lo conseguimos salvar, mala señal para el resto de especies. Además, supondría un grave fracaso para todas las políticas de conservación, tanto autonómicas y nacionales como europeas. Hay mucha gente que considera excesiva la inversión que se ha hecho en la conservación de una especie animal. Y no me refiero a estos momentos de crisis económica y recortes de inversión pública que vivimos, que enturbian hasta el análisis más objetivo.
El lince no se come el dinero, da de comer a muchas personas
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Este es uno de los proyectos de la administración pública que mayor rendimiento se obtiene del dinero invertido para la consecución de unos objetivos claros y concisos
El lince es una especie paraguas, no se invierte solo en su conservación, sino en todo el ecosistema mediterráneo. Cualquier trabajo de recuperación de su hábitat, o de la especie, beneficia también a un gran número de especies. ¿Qué presupuesto tiene un centro de cría en cautividad como El Acebuche o Granadilla? Aproximadamente 750.000 € al año. Y no me parece mucho, aunque evidentemente es dinero, pero no para un proyecto de esta envergadura y con los resultados que está ofreciendo. El lince no se come el dinero, da de comer a muchas personas, genera riqueza y puestos de trabajo. No me refiero solo a las que trabajan en losprogramas de conservación in situ y ex situ, sino a las empresas locales que nos dan servicios y suministros y al reclamo turístico que supone su recuperación: desde empresas de turismo de naturaleza a todo lo que tiene que ver con alojamiento y restauración. Se trata de una escala de valores; en función de con qué se compare esa inversión podrá parecernos escasa o un gasto enorme. Claro, es fácil caer en la demagogia por uno u otro lado. Pero, en mi opinión, de lo que conozco en mi corta carrera profesional, este es uno de los proyectos de la administración pública que mayor rendimiento se obtiene del dinero invertido para la consecución de unos objetivos claros y concisos. La inversión se ha ido reduciendo con los años porque las necesidades al principio eran mayores, había que poner en marcha todo. También nosotros hemos tenido que ajustar el presupuesto, que se ha reducido en un 17 % en los últimos dos años. Y es probable que, con el paso del tiempo y la recuperación de la especie, la inversión en su cría en cautividad disminuya. Pero hoy día, al comienzo de la obtención de los primeros datos positivos y con el enorme trabajo que hay por delante, no puede reducirse mucho más. Para mi es
un ejemplo de buena inversión de dinero público, aunque siempre puede haber alguien que prefiera que se invierta en otras cuestiones. Seguro que los hay que prefieren que se haga una carretera que atraviesa una población de lince porque esa carretera facilita el acceso a su pueblo o ciudad. ¿Cómo les explicaría usted que es necesario hacer tantos esfuerzos por conservar el lince ibérico? No sé muy bien cómo hacerlo, es una cuestión de conocimiento y sentimiento. Pero tampoco nos pongamos muy científicos para convencer a nadie. Conservar el paisaje fue siempre uno de los principales motivos para proteger el medio natural, desde los parques nacionales a los espacios más modestos. Es tanto como conservar la recreación espiritual y emocional de cada uno de nosotros. Esto mismo puede aplicarse al lince ibérico. Y en el lado más material, solo hay que preguntar a los pueblos de Sierra Morena que tienen lince en su término
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
municipal si les compensa económicamente tener linces en su monte. En España no tenemos interiorizado el concepto de patrimonio natural que tienen en otros países. ¿Por qué conservar un monumento histórico y no conservar una especie natural única? El problema para el lince es que se ha creado una disyuntiva entre su conservación y el progreso de poblaciones humanas. Puede que eso suceda, pero es un planteamiento simple. Conservar el lince no supone tantas restricciones. Tenemos linces en fincas privadas donde hay actividad cinegética. Otra cosa es que queramos hacer carreteras hasta el último rincón de este país, algo que no tiene sentido. En algún momento habrá que decir basta. Solo se me ocurre citar de nuevo a Miguel Delibes hijo cuando decía que “entre una especie en peligro y su extinción definitiva solo existe el entusiasmo de unas pocas personas”. Aquí tenemos todos un gran entusiasmo.
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ACTUALIDAD
NUEVA LEY DE PARQUES NACIONALES
Una gestión más participativa en los Parques Nacionales
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María Teresa de Lara Carbó Portavoz de medio ambiente del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso
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a primera iniciativa legislativa española sobre parques nacionales se remonta al año 1916. Fue en junio de ese año cuando D. Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa de Asturias, presentó en el Senado una Proposición de Ley defendiendo su creación. La iniciativa culminó positivamente con la Ley de Creación de los Parques Nacionales, sancionada por el Rey Alfonso XIII el 7 de diciembre del mismo año. La Ley constaba solo de tres artículos, posteriormente desarrollados por un Real Decreto de febrero de 1917. Con ella, según consta en la exposición de motivos, se pretendía proteger la estética del paisaje y su proyección educativa. Dentro de ese marco normativo se declararon en 1918 los dos primeros parques nacionales: el de la Montaña de Covadonga y el de Ordesa. Con la transición democrática, a partir de 1975 se inicia el proceso que termina conformando la Red de Parques Nacionales como hoy la conocemos. Podemos afirmar que en los últimos veinte años nuestro sistema de parques nacionales ha sufrido más modificaciones que en el conjunto de su historia precedente. Estas reformas se producen en el marco de una profunda modificación del modelo territorial del Estado, y en ellas interviene con frecuencia el Tribunal Constitucional. Las sentencias del alto tribunal de 1995 y 2004 dieron lugar a las dos últimas leyes de parques nacionales en 1997 y 2007, con las que se trató de introducir en los textos normativos el contenido de dichas sentencias. Tras casi un siglo de existencia, los parques nacionales se han consolidado y son reconocidos como la figura de protección más prestigiosa de cuantas disponemos. Constituyen un referente en las políticas de conservación del medio natural y de la biodi-
versidad, forman parte del acervo cultural de territorios y personas y son necesarios para conformar el entramado general de la protección y el uso sostenible de nuestro país. La Red de Parques Nacionales de España está integrada por territorios únicos, singulares y excepcionales, con valores naturales, estéticos, culturales y científicos cuya conservación merece atención preferente y se declaran de Interés General del Estado. Dentro de la Red, podemos afirmar, está lo mejor de la naturaleza española. La Ley 5/2007, de la Red de Parques Nacionales, aprobada para dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Constitucional que atribuye en exclusiva la gestión de los parques nacionales a las Comunidades Autónomas en cuyos territorios se ubican, configura dos escenarios distintos y prácticamente sin conexión entre ambos. De un lado, el de los parques nacionales, que atribuye a las Comunidades Autónomas, y de otro, el de la red, que atribuye a la Administración General del Estado. La Ley aprobada en la etapa de Gobierno socialista olvida -posiblemente por motivaciones políticas y para evitar el enfrentamiento con algunas Comunidades Autónomas del mismo signo- la facultad de coordinación que el Constitucional atribuye a la administración General del Estado. Pero la red sin los parques que la forman carece de sentido, y los parques nacionales si no actúan en red pierden gran parte de su potencialidad. Consecuencia de ello ha sido la desconexión y falta de comunicación reglada e institucional entre los parques y la red, entre las autoridades autonómicas y la nacional. Cada Comunidad Autónoma ha interpretado a su manera la legislación básica en la materia y el Organismo Autónomo de Parques Nacionales ha tenido serias dificultades para
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El Proyecto de Ley de Parques Nacionales, en tramitación parlamentaria, crea un nuevo marco jurídico que, respetando las competencias de gestión de las Comunidades Autónomas de los parques nacionales ubicados en sus territorios, introduce los mecanismos de coordinación necesarios para dotar de unidad al sistema conseguir la documentación necesaria para desarrollar normalmente su trabajo. El Proyecto de Ley de Parques Nacionales, en tramitación parlamentaria, crea un nuevo marco jurídico que, respetando las competencias de gestión de las Comunidades Autónomas de los parques nacionales ubicados en sus territorios, introduce los mecanismos de coordinación necesarios para dotar de unidad al sistema. El Proyecto de Ley asigna a la Administración General del Estado la capacidad, amparada por el Constitucional, de intervenir excepcionalmente en determinados supuestos extraordinarios, de forma puntual y singular, en caso de conservación desfavorable si los mecanismos de coordinación no resultan eficaces para garantizar su conservación; y posibilita la declaración del estado de emergencia por catástrofes medioambientales. En suma, lo que el Gobierno del Partido Popular pretende en el texto es reforzar los niveles de protección de nuestros espacios más emblemáticos con el fin de preservarlos para las generaciones futuras. Como portavoz de medio ambiente del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados me complace asimismo destacar que el texto en tramitación plasma las ideas defendidas reiteradamente por mi grupo parlamentario: la necesidad de impulsar una gestión más participativa de los Parques Nacionales, abierta a las poblaciones del entorno. No puede obviarse el hecho de que solo el 12 % de la superficie de los parques pertenece al Estado; el 68 %, a los ayuntamientos; y el 20 % restante, a particulares. Una gestión adecuada e integral de los parques nacionales no sería posible sin la intervención de estos colectivos. Como he destacado en múltiples ocasiones, es preciso recordar que han sido los habitantes de las zonas declaradas parque nacional los que han mantenido estos espacios en un estado de conservación tal que, hoy en día, merecen formar parte de la Red de Parques Nacionales de España. Ellos son los que han demostrado que la conservación medioambiental y la actividad humana son perfectamente compatibles, y por ello es importante impulsar los aprovechamientos tradicionales compatibles con los fines del parque nacional y convertir-
los en una herramienta de conservación activa; hacer posible el desarrollo de actividades económicas y comerciales, en especial relacionadas con el uso público y el turismo rural, que estarán basadas en los recursos y valores naturales del parque nacional y contribuirán a su conservación; el desarrollo sostenible de las comarcas donde se ubican los parques nacionales propiciará la aparición de actividades compatibles y el empleo verde. Los diez millones de visitantes anuales de nuestros parques nacionales demuestran que el turismo de naturaleza supone una clara oportunidad para el desarrollo sostenible de esos espacios y de las comarcas de su entorno, y la participación de los propietarios de los terrenos situados en el interior del parque en su conservación y disfrute será positivo. El Proyecto de Ley recoge todas y cada una de las observaciones del Consejo de Estado; no invade competencia autonómica alguna, simplemente atribuye al Estado las que constitucionalmente le corresponde y que no recoge la Ley en vigor; refuerza el régimen de incompatibilidades y no autoriza actividad nueva alguna que no se estuviera realizando con anterioridad; no abre la puerta al urbanismos en los parques nacionales ni favorece la especulación urbanística como se insiste machaconamente desde los partidos de la izquierda española, ya que todas las leyes declarativas de los parques nacionales, todas, califican su suelo como no urbanizable; no abre el paso a nuevos usos y privatizaciones ni ventanas a la especulación. Por otra parte, potencia el desarrollo de la marca “Parques Nacionales de España” como identificador común de la calidad de los productos de estos espacios. Al Grupo Parlamentario Popular le preocupan nuestros parques nacionales y su conservación, pero también las personas que allí viven, de las que se olvidaron las sucesivas normativas. En definitiva, establecer los instrumentos de salvaguarda y planificación de nuestros parques nacionales es el objetivo de la Ley que se está debatiendo en el Congreso de los Diputados, una muestra más del compromisos de este Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular con el medioambiente y la protección de la biodiversidad.
Es importante impulsar los aprovechamientos tradicionales compatibles con los fines del parque nacional y convertirlos en una herramienta de conservación activa; hacer posible el desarrollo de actividades económicas y comerciales, en especial relacionadas con el uso público y el turismo rural, que estarán basadas en los recursos y valores naturales del parque nacional y contribuirán a su conservación Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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ACTUALIDAD
NUEVA LEY DE PARQUES NACIONALES
Una nueva ley de Parques Nacionales innecesaria y que los degrada
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José Luis Ábalos, portavoz socialista de Medio Ambiente en el Congreso de los Diputados
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a nueva propuesta de Ley de Parques Nacionales resulta absolutamente innecesaria. La Ley actual fue aprobada en el año 2007 por unanimidad de todos los grupos políticos, con el respaldo del movimiento ambiental y con total consenso con las Comunidades Autónomas, que son las responsables competentes en la gestión de Parques Nacionales. Durante este tiempo la Ley se ha aplicado razonablemente, no ha generado ni un solo conflicto, ha permitido que los Parques Nacionales se hayan conservado y, basándose en la misma, en esta misma legislatura se ha declarado un nuevo Parque Nacional, el de Guadarrama. Con el Proyecto de Ley de Parques Nacionales se pretenden modificar numerosos aspectos de la Ley 5/2007, de 3 de abril, con el propósito de intensificar la intervención de la Administración General del Estado, en detrimento de las competencias de las Comunidades Autónomas, así como flexibilizar elementos que inciden en la conservación de los parques nacionales. Es significativo destacar que el Consejo de Estado emitió Dictamen relativo al Anteproyecto de Ley, en el que exponía que, a la vista de todas las consideraciones de este órgano, “debe reconsiderarse la totalidad del texto para asegurar del todo, es decir, en todos los detalles que regula, la coherencia del nuevo sistema con el modelo de la Ley 5/2007 a la luz de la extensa jurisprudencia del Tribunal Constitucional y en particular la STC 101/2005”. El informe resulta muy crítico con el proyecto al tiempo que llama la atención el requerimiento de urgencia del gobierno sin alegar razones para
ello. Así, cuestiona que se pretenda regular con rango de ley materias secundarias cuando su tratamiento no solo no es importante sino que resulta problemático y anuncia conflictos competenciales y constitucionales de futuro incierto. Existen veintidós artículos y, al menos, dos disposiciones adicionales que pudieran vulnerar las competencias autonómicas en materia de medioambiente, espacios protegidos y bases y coordinación de la planificación económica. Con este proyecto de ley se pretende que la Administración General del Estado se arrogue competencias de gestión que claramente corresponden a las CC.AA., o bien que pueda tener un papel activo en ámbitos cercanos a la gestión para lo cual se establece una prospección en busca de nuevos campos. Además se hace bajo planteamientos obsoletos al considerar a los Parques Nacionales como “islas” en el territorio, desconectadas de las demás realidades de conservación de los espacios naturales, como pueden ser la Red Natura 2000, de la que forman parte. Este proyecto de ley es la conclusión de un proceso de degradación de la figura de Parques Nacionales emprendido desde que el PP se hiciera con el gobierno. En primer lugar paralizaron el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, que ya estaba elaborado, informado, consensuado y presto para su aprobación. En segundo lugar paralizaron el proceso de transferencias pendientes a las Comunidades Autónomas, manteniendo de
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Con este proyecto de Ley, aunque se empieza afirmando lo contrario, se concluye que, en nuestros Parques Nacionales, se podrá cazar de forma privada y comercial, se podrá construir dentro de los parques nacionales ya declarados porque es posible declararlos como urbanizables, se anteponen las actividades de los propietarios por encima del interés general y se deconstruye el modelo homogéneo permitiendo que cada Parque Nacional vaya a su libre albedrío
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
transparencia ni la coordinación, no contribuye al desarrollo de los territorios y no integra a los Parques Nacionales en su entorno. Por lo demás, esta iniciativa sigue la misma dinámica que todas las demás que el Ministerio ha promovido en materia de medioambiente: urgencia en la tramitación, informes que se eluden, deficiente calidad jurídica, rechazo o renuncia al logro de consensos, negativa a que se desarrollen comparecencias de expertos, evitar el debate en el pleno del Congreso, etc. La literatura del preámbulo también resulta reiterativa, con los principios que siempre proclaman en tales iniciativas: seguridad jurídica, equilibrio entre medioambiente y crecimiento económico y una pretendida y falsa sostenibilidad. Si tales principios constituyen objetivos, hay que decir que nada de ello se logrará. Este proyecto de ley es un paso más en la voladura del sistema legal de protección medioambiental en España, una apuesta por el aprovechamiento lucrativo y depredador de los recursos naturales en beneficio de determinados, y bien referenciados, grupos económicos de poder a costa del patrimonio y, por tanto, de la riqueza, de los españoles. Una iniciativa más de la política del PP fundamentada en los principios de privatizar, mercantilizar y precarizar el medioambiente.
Ismael Muñoz
forma discutible y abiertamente contraria a la letra de la Constitución los Parques Nacionales de las Tablas de Daimiel y de Cabañeros como competencia del Estado. En tercer lugar han suprimido todos los programas y acciones de Red que se venían desarrollando, tales como los programas para apoyar el desarrollo sostenible en los entornos de los Parques Nacionales o los programas de seguimiento y evaluación conjunta de la Red de Parques Nacionales. En otras palabras, han hecho todo lo posible para que el modelo actual no funcione. Y, paralelamente, han puesto de manifiesto, poco a poco, otros intereses para los parques nacionales. Intereses no reconocidos pero que, también poco a poco, se han ido conociendo por la opinión pública. Interés por degradar el concepto de parque nacional como una figura de conservación al servicio del interés general; la irrupción de actividades incompatibles como la caza, a la que se busca un escenario de acción incluso impulsada y desarrollada en ocasiones, de forma notoria, por los propios responsables del Organismo Autónomo Parques Nacionales; la primacía de lo privado frente a lo público en un bien declarado de todos los ciudadanos; la mercantilización de los espacios; la confusión sutil entre uso público y disfrute ciudadano, y el turismo económico. Con este proyecto de ley, aunque se empieza afirmando lo contrario, a través de una sucesión de artículos barrocos y disposiciones adicionales que se encadenan, se concluye que, en nuestros Parques Nacionales, con este proyecto de ley se podrá cazar de forma privada y comercial, se podrá construir dentro de los parques nacionales ya declarados porque es posible declararlos como urbanizables, se anteponen las actividades de los propietarios por encima del interés general y se deconstruye el modelo homogéneo permitiendo que cada Parque Nacional vaya a su libre albedrío. Así, pues, este proyecto de ley dice una cosa, y al tiempo, dice la contraria. Se trata de un ejercicio de hipocresía, al que nos tiene acostumbrados la prosa del Partido Popular, porque partiendo de declaraciones emblemáticas se desliza, a continuación, en laberintos formales que concluyen en la posibilidad de que en un Parque Nacional se haga lo contrario de lo que se comienza diciendo. Con relación a las actividades singulares que permite el proyecto de ley en parques concretos hay que destacar que el Consejo de Estado lo ha calificado de impropio. En definitiva, el proyecto de ley es un atentado contra los principios de los Parques Nacionales, no impulsa ni la
El río Tajo, a su paso por el parque nacional de Monfragüe, podría ser navegable
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ACTUALIDAD
NUEVA LEY DE PARQUES NACIONALES
Ley de Parques Nacionales a la carta
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ue un proyecto de Ley de Parques Nacionales tenga entre sus principales novedades el permitir actividades hasta ahora prohibidas; contar con un dictamen negativo del Consejo de Estado; contar con la oposición de prácticamente todos los grupos políticos del Congreso de los Diputados, salvo el PP, de varias CC. AA. gestoras de los parques, de buena parte de los ayuntamientos existentes en estos espacios y de todas las organizaciones ecologistas indica que algo no se está haciendo bien. Muy poco después de ser nombrado ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete ya adelantó públicamente su intención de modificar la Ley de Parques Nacionales y su interés en fomentar el turismo en estos espacios para que generen más beneficios económicos. Ello a pesar de que hacía solo cuatro años de la aprobación de la Ley 5/2007 de la Red de Parques Nacionales y que se encontraba en pleno desarrollo. PERMITIR LO PROHIBIDO e trata de un proyecto de ley en el que destacan las excepciones a la carta, debido a diversos intereses, sobre todo turísticos y económicos. Por ejemplo, autoriza actividades de navegación turística o con fines recreativos en el Parque Nacional de Monfragüe, aunque en el último borrador esta redacción se ha matizado señalando que se realizará con la finalidad de difundir los valores naturales del parque. Esta actividad estaba expresamente prohibida en la Ley de declaración de este parque nacional, que ahora se modifica con este proyecto. Similar es el caso del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, cuya ley declarativa también se modifica para reducir de 3.000 a
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Theo Oberhuber Ecologistas en Acción
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500 metros la altura mínima de sobrevuelo para las aeronaves comerciales y para permitir la autorización de actividades de vuelos de aeronaves no impulsadas a motor. Además, se añadió a última hora, justo antes de su aprobación por el Consejo de Ministros, una peligrosa excepción para permitir la transformación urbanística en los parques, que podía abrir la puerta a nuevas construcciones e incluso desarrollos urbanísticos. Afortunadamente, ante la reacción que provocó esta posibilidad, el Ministerio se comprometió a su modificación en el trámite parlamentario. Otra de las cuestiones más criticadas de este proyecto de ley está relacionada con la práctica de la caza. Aunque el proyecto de ley sigue considerando la caza comercial y deportiva como actividad incompatible en los parques nacionales (como lo ha sido desde la creación de esta figura de protección y desde la creación del primer parque nacional en nuestro país), se ha desaprovechado la oportunidad de regular el “control de poblaciones”. Esta es una actividad habitual en los parques nacionales cuando se produce la proliferación de una especie que causa daños significativos, por ejemplo a la vegetación, pero que en demasiadas ocasiones se utiliza como pretexto para permitir la caza en los parques, incluso con la venta de los puestos de caza. Las organizaciones ecologistas hemos reclamado reiteradamente que el control de poblaciones se realice en los parques nacionales de forma selectiva, basada en datos científicos, por parte de personal especializado y tutelado por la administración, algo que no se ha querido incorporar para poder seguir permitiendo la caza de forma encubierta. Además, el proyecto incorpora otras cuestiones puntuales que consideramos negativas:
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Que un proyecto de Ley de Parques Nacionales tenga entre sus principales novedades el permitir actividades hasta ahora prohibidas; contar con un dictamen negativo del Consejo de Estado; contar con la oposición de prácticamente todos los grupos políticos del Congreso de los Diputados, de varias CC. AA. gestoras de los parques, de buena parte de los ayuntamientos existentes en estos espacios y de todas las organizaciones ecologistas indica que algo no se está haciendo bien - Reconoce a los “titulares de derechos” (como propietarios de fincas, gestores de cotos de caza...) más capacidad de influir en los parques que al resto de la sociedad, permitiéndoles desarrollar actividades económicas y comerciales. - Elimina la obligatoriedad de elaborar un PORN (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) antes de la declaración de un parque nacional. - Concede al Ministerio de Defensa la potestad de realizar informes vinculantes que serán decisivos a la hora de declarar nuevos parques y sus límites. - Potencia la incorporación de recursos financieros adicionales procedentes de la iniciativa privada sin establecer requisitos o condicionantes para ello. - Insiste en la conservación de actividades tradicionales, poniendo en marcha programas específicos para ello, en lugar de hacerlo con las actividades consideradas compatibles, independientemente de si son tradicionales o no. Pero, aunque escasos, este proyecto de ley también tiene algunos aspectos positivos. Las organizaciones ecologistas venimos denunciando que uno de los principales problemas de la red de Parques Nacionales desde el traspaso de su gestión a las CC. AA. ha sido la creciente falta de coherencia y la descoordinación por parte de las administraciones responsables de la gestión. Por ello, hemos apoyado desde el principio las propuestas incluidas en el proyecto de ley encaminadas a mejorar la coordinación entre las diferentes administraciones -autonómicas y General del Estado- competentes en la gestión de estos espacios protegidos mediante la creación de las comisiones de coordinación y el comité de colaboración y coordinación de Parques Nacionales. Sin embargo, no podemos dejar de recordar que esta mayor coordinación se podía haber logrado sin la necesidad de modificar toda la ley.
Aunque para Ecologistas en Acción estos son los principales peligros del proyecto de ley, hay que destacar también que según varias CC. AA. y el propio Consejo de Estado, el proyecto podría estar invadiendo competencias autonómicas. Debemos recordar que los parques nacionales han venido soportando una disputa competencial por su gestión, que inicialmente estaba en manos la Administración General del Estado, posteriormente dicha gestión se realizaba de forma conjunta y finalmente ha quedado en manos de las Comunidades Autónomas. Durante demasiados años ha sido el Tribunal Constitucional quien a golpe de sentencias ha estado regulando los parques nacionales, hasta que la disputa por las competencias se logró cerrar con la elaboración de Ley 5/2007, justo la que ahora sin consenso se está modificando. El 26 de diciembre de 2013, por vía de urgencia, el Consejo de Estado elaboró un dictamen sobre este proyecto de ley en el que identifica diversos artículos que por diversas razones considera que no se ajustan a la jurisprudencia constitucional. Por ello, el dictamen finaliza estableciendo que “A la vista de todas las consideraciones expuestas, este Consejo de Estado estima que debe reconsiderarse la totalidad del texto para asegurar del todo, es decir, en todos los detalles que regula, la coherencia del nuevo sistema con el modelo de la Ley 5/2007 a la luz de la extensa jurisprudencia del Tribunal Constitucional y en particular la STC 101/2005…”. Pese a este dictamen, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley de Parques Nacionales sin reconsiderarse la totalidad de la ley, iniciándose seguidamente la tramitación parlamentaria. Ante el anuncio de algunas CC. AA. de recursos de inconstitucionalidad cuando se apruebe este proyecto, parece que una vez más habrá de ser el Tribunal Constitucional el que tendrá que decidir la regulación de los parques nacionales, poniéndose en evidencia la incapacidad de nuestras administraciones para alcanzar acuerdos.
Pero, aunque escasos, este proyecto de ley también tiene algunos aspectos positivos. Hemos apoyado desde el principio las propuestas encaminadas a mejorar la coordinación entre las diferentes administraciones competentes en la gestión de estos espacios protegidos. Sin embargo, no podemos dejar de recordar que esta mayor coordinación se podía haber logrado sin la necesidad de modificar toda la ley Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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ACTUALIDAD
NUEVA LEY DE PARQUES NACIONALES
La nueva ley de Parques Nacionales
Dolores Escalona Sánchez La Presidenta de AMUPARNA Asociación de Municipios en Parques Nacionales
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AMUPARNA es la Asociación de Municipios con territorio en Parques Nacionales, compuesta por alcaldes y alcaldesas de todos los colores políticos legítimamente elegidos para representar a los ciudadanos que viven en el entorno de los Parques Nacionales y sin más objetivo que la defensa del municipalismo para beneficio de nuestros ciudadanos. En enero de 2014, el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, presentó el nuevo proyecto de Ley de Parques Nacionales. Este proyecto de ley no es una norma revolucionaria, no realiza una modificación profunda y radical del régimen jurídico de los Parques Nacionales (principios, objetivos, instituciones jurídicas, etc.). En su estructura es sustancialmente idéntica a la vigente Ley 5/2007, de 3 de abril, incluso podemos asegurar que la regulación es coincidente en un 85 %. Las únicas novedades estructurales son: § El establecimiento de normativa genérica relativa a la imagen corporativa e identidad gráfica de la Red. § Aparición de nuevos órganos consultivos, de colaboración o coordinación (hasta tres nuevos). § Regulación expresa de la presencia internacional de la Red, y su dirección o representación por la Administración General del Estado. § Introducción en el articulado de una apuesta por el desarrollo económico, no solo de la zona de influencia socioeconómica, sino incluso de actividades relacionadas con el propio Parque, vinculado al sostenimiento y preservación ambiental (“sostenible”). Las novedades se centran en resaltar el papel coordinador de la Administración Gene-
ral del Estado, reservando para la misma un papel preeminente en las actividades principales, y extendiendo su ámbito de influencia incluso a la colaboración efectiva con otras administraciones. UNA NUEVA LEY INNECESARIA nuestro modo de ver, las modificaciones introducidas por el proyecto de ley no tienen la trascendencia o el valor normativo suficiente para formar una nueva ley. La Administración General del Estado podría ejercer plenamente sus funciones y competencias con el desarrollo de los reglamentos previstos en la Ley 5/2007, con el Plan Director de la Red y con un óptimo funcionamiento del Consejo de la Red de Parques. Actualmente, el instrumento básico de coordinación de las políticas públicas de todas las administraciones en relación con la gestión de los Parques Nacionales, instrumento principal de ejercicio de las competencias de la Administración General del Estado, es el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, y no está actualizado. Por ello, ninguno de los objetivos manifestados por el Organismo Autónomo justifican una nueva ley, todos son posibles con la actual redacción.
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CONFLICTIVIDAD COMPETENCIAL Y SOCIAL a actual Ley 5/2007, de 3 de abril, tiene tan solo siete años de vigencia. Y durante gran parte de ese periodo ha estado sujeta a un alto grado de controversia y conflicto competencial, hoy día resuelto. Las Entidades Locales no tienen competencias propias en la regulación o gestión de las políticas concretas de Parques Nacionales, pero sí tienen indudablemente grandes
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El instrumento básico de coordinación de las políticas públicas de todas las administraciones en relación con la gestión de los Parques Nacionales, instrumento principal de ejercicio de las competencias de la Administración General del Estado, es el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, y no está actualizado. Por ello, ninguno de los objetivos manifestados por el Organismo Autónomo justifican una nueva ley, todos son posibles con la actual redacción intereses y nos afectaría la conflictividad competencial que pudiera generar este texto. El marco normativo actual tiene la dudosa ventaja de ser estable. Y esa estabilidad precaria tiene, no obstante, un valor inmenso en el marco de las actividades de las personas. La conflictividad competencial puede llevar acarreada la paralización de programas concretos en los que participen los Ayuntamientos o la sociedad civil animada por las entidades locales. La iniciativa va a generar conflictos y tensiones sociales innecesarias al reabrir de nuevo un debate que genera expectativas respecto a la caza, los aprovechamientos, el uso turístico de los Parques Nacionales y otras actividades que, a nuestro parecer están actualmente bien reguladas por la Ley, el Plan Director de la Red Parques Nacionales y los respectivos Planes Rectores de Uso y Gestión. Entendemos que generar problemas, conflictos y, con ello, un alto grado de incertidumbre, para cambiar mínimamente lo que ya tenemos establecido, es lo último que necesitan nuestros Parques Nacionales. DESARROLLO SOCIOECONÓMICO DEL ENTORNO DE LOS PARQUES NACIONALES no de los mayores aciertos, en una primera lectura del texto, consiste en la configuración de la red de Parques Nacionales como un Patrimonio “al servicio de la sociedad”. Pero los compromisos de la ley con el desarrollo económico quedan reducidos, en la mayoría de los casos, a una mera declaración de intenciones, donde la apuesta económica por parte del Estado parece depender, en gran medida, de la existencia o no de financiación privada. A pesar de lo que dice el espíritu y la letra del proyecto, comprobamos un año más, con la ausencia de dotación económica en los presupuestos generales del Estado de 2014 para las ayudas en las áreas de influencia socioeconómica de los parques, que eso del desarrollo socioeconómico del entorno y la integración de las poblaciones afectadas como objetivo fundamental de la futura ley deberán seguir esperando.
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FALTA DE PARTICIPACIÓN Y CONSENSO ensamos que hubiera sido necesario llegar a un consenso mediante un proceso de participación real y efectiva entre las diferentes administraciones implicadas, es decir, General del Estado y Comunidades Autónomas, para evitar conflictos y falta de aplicación de la ley.
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Y para articular la concienciación y el concurso de las comunidades humanas que habitan en el entorno de los Parques Nacionales, resulta imprescindible contar con la participación de las Entidades Locales y, más singularmente, con los Ayuntamientos. Que aunque no contemos con competencias, se trata de la única Administración de base territorial de las tres obligatorias que contempla nuestra Constitución y que realmente trabaja sobre el terreno y se encuentra en pleno contacto con los vecinos. Nadie conoce mejor las aspiraciones de las poblaciones concretas y es capaz de articular y armonizar sus deseos y necesidades como los ayuntamientos. Lo que convierte la participación de los mismos en la redacción de la Ley y, en general, en todas las decisiones que afectan a los Parques Nacionales en verdaderamente imprescindibles. CONCLUSIÓN esde AMUPARNA coincidimos con la Federación Canaria de Municipios (FECAM) y con algunas Comunidades Autónomas en que la nueva ley no es nesaria, y ya aconsejamos al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España que se replanteara la tramitación de este proyecto de ley, y propusimos que dirigiera sus esfuerzos a la articulación de las siguientes acciones: - La preparación del desarrollo reglamentario de la vigente Ley de Parques Nacionales. - La redacción y tramitación de un nuevo Plan Director de la red de Parques Nacionales en ejecución de sus facultades de coordinación. - La introducción, en su caso, de aquellas modificaciones sobre el texto vigente que sean estrictamente necesarias y no permitan su establecimiento por vía reglamentaria. - La reintroducción de los programas de fomento del desarrollo económico sostenible para las Áreas de Influencia Socioeconómica de los Parques Nacionales, con la correspondiente provisión presupuestaria, apostando así de una manera real por los parques como motores de progreso y desarrollo de los municipios.
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Si finalmente el proyecto de ley es aprobado, a pesar de todos los inconvenientes descritos, deseamos el mejor recorrido que pueda tener esta ley, y que, finalmente, los municipios no salgan perjudicados por la incertidumbre que crea la modificación de la legislación existente.
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NUEVA LEY DE PARQUES NACIONALES
Ciencia y Política cinegética en los Parques Nacionales
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Pablo Campos Palacín Profesor de Investigación del CSIC Premio Nacional de Economía y Medio Ambiente 2002
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l recurso último al que suele recurrir la persona que se siente vencida por el argumento de otra persona, especialmente en una discusión en materia de la cosa pública, es que toda actuación humana es política. No puedo aceptar la vulgaridad de esta conclusiva afirmación, que merece que su banalidad sea desvelada en favor de la transparencia que ha de regir el debate público. Viene al caso referirse al proyecto de ley de parques nacionales en lo relativo a la controvertida caza comercial. En el Parlamento español sus señorías están debatiendo sobre si un territorio declarado parque nacional debe ser excluido de la intromisión de las personas con el propósito de explotar sus recursos naturales, incluyendo la caza y la cría de ganado. La gran mayoría de nuestros representantes políticos se declaran contrarios a que un parque nacional sea el lugar adecuado para producir materias primas y servicios activos que contribuyan al bienestar humano. Quienes no formamos parte del partido “virginista” nos preguntamos por la razón de la casi unanimidad de nuestros legisladores, por ejemplo, de la prohibición de la caza comercial en los parques nacionales. La respuesta vulgar la descarto por carecer de fundamento alguno su principio de restaurar la naturaleza a su primigenia virginidad. En este caso, mejor es retrotraernos a una explicación científica que no se sujete a la preferencia política condicionada al voto de la ciudadanía, al que se deben los gestores de la causa nacional. Un análisis científico de la caza ha de partir del hecho de que la especie humana es la medida de todas las cosas con las que interacciona en la Tierra. El antropocentrismo es la vara de medir nuestras relaciones
con el resto de especies vivas que existen en nuestro planeta. Es preciso hacer la distinción, que es clave en el gobierno humano de las cosas de la Tierra, entre interés de las personas como sujetos singulares e interés de la ciudadanía como sujeto colectivo. En el comportamiento individual de las personas se fundamenta la necesidad de la existencia del Estado. No se espera que las personas cuiden de nuestros activos ambientales si en ello no encuentran satisfacción, de tal manera que necesitamos del Gobierno para que se ocupe de garantizar, si es preciso practicando el castigo, que las generaciones que aún no han nacido no van a encontrar agotados o perdidos para siempre los activos ambientales renovables. Aún se espera otro principio del comportamiento de sus señorías en la gestión de la cosa pública, y este principio es que ha de garantizar el disfrute con equidad de las generaciones actuales de los recursos naturales y sus servicios ambientales públicos. Cabe preguntarse si hay equidad y se favorece el bienestar de la ciudadanía de hoy y de mañana con la prohibición de la caza comercial en un parque nacional. Me serviré de un ejemplo real referido a uno de nuestros emblemáticos parques nacionales. Hace casi dos décadas que hicimos un estudio sobre la explotación económica en un parque nacional y su entorno. Lógicamente, los gestores del parque nacional no disponían de información de capturas cinegéticas; tampoco había registros de denuncias sobre caza furtiva. La política de los gestores públicos ante este hecho era estar presente para disuadir a los furtivos y evitar males mayores renunciando a la presentación de denuncias. Además, si los furtivos cazaban, estaban ejerciendo de
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En el eje de la Ley de Parques Nacionales debería figurar la estrategia de crecimiento verde; entendido este último como la promoción del crecimiento económico y el desarrollo locales sujetos a la condición de que los activos ambientales continúen proporcionado las materias primas y los servicios ambientales de los que depende el bienestar de las personas depredadores en sustitución de los inexistentes depredadores salvajes de los grandes ungulados pastadores, que a su vez influían en la vegetación natural a preservar. En resumen, en los parques nacionales se da muerte a los grandes ungulados por cazadores furtivos y por personal asalariado de los parques, mientras que se prohíbe que el control demográfico de las poblaciones cinegéticas excedentes respecto a la capacidad alimentaria del espacio sea una actividad económica y, por tanto, una fuente de ingresos para el parque y de disfrute de los cazadores. La biología de la conservación tiene establecido que los espacios naturales largamente intervenidos por la explotación humana se encuentran en situación de amputación o adición de especies, y que su persistencia, como hoy la conocemos, necesita de la gestión humana. Esta hipótesis sí es aceptada por el proyecto de ley de parques nacionales que se debate en el Parlamento. Luego sus señorías deberían explicarnos por qué prefieren que un guarda o un furtivo eliminen a un ciervo por necesidad de equilibrar el exceso de población antes que la captura del animal la ejecute un cazador que paga en reciprocidad por su disfrute. La respuesta podría ser, como señalaba al inicio, por política vulgar. Y así es. Esta política tiene el objetivo de la quimérica búsqueda de la virginidad perdida de nuestros espacios naturales. No es la preservación de especies en peligro de extinción la causa que motiva la declaración de un parque nacional; sus señorías declaran un parque nacional que desean tenga unas características similares a la imposible vuelta a la virginidad perdida desde los últimos 10.000 años. El proyecto de ley asume: a) que los parques nacionales son los lugares menos afectados por procesos derivados de usos humanos en comparación con los procesos naturales vírgenes que se pretende restaurar y b) que el mejor modo de preservar a las especies amenazadas es minimizando los usos. El primer punto es posiblemente cierto en unos casos, pero no en otros; y el segundo punto es generalmente erróneo por varios motivos. O dicho de otro modo, conservar especies amenazadas normalmente implica gestión, y gestión positiva de restauración de procesos naturales, y muy probablemente conlleve pérdidas a corto plazo de poblaciones de especies, muchas de ellas amenazadas. Uno de los primeros procesos clave a restaurar, junto con la depredación, es el fuego, no lo olvidemos. Nuestros legisladores, por desgracia, no omiten en sus actos el criterio de que la política que no se base en la mejor ciencia disponible está condenada a fracasar. En nuestros parques nacionales se caza sin generarse ingresos para el erario público, en alguno de forma autorizada, aunque se alega que de forma transitoria. Se debería tener presente la in-
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formación científica en la gestión de los parques nacionales, pero también la equidad en el disfrute de los bienes y servicios públicos. Atender las preferencias de algunos grupos conservacionistas, que pretenden crear espacios naturales intocables para el ser humano, nos ha llevado a parques nacionales relativamente pequeños para la conservación eficaz de los procesos naturales que los mantienen en funcionamiento, así como de muchas de las especies amenazadas de extinción (las de mayor tamaño). También, la demonización de la actividad económica nos aleja de nuestra cultura rural milenaria para acercarnos a la cultura de la virginidad de los indios americanos precolombinos. No es esto lo que cabría esperar de los legisladores descendientes de la Grecia de Protágoras. ¿Qué tamaño debe tener un parque nacional en España? El tamaño importa, mucho o poco, según qué se pretende. Inicialmente Ordesa y Covadonga eran pequeños espacios por estar sus declaraciones motivadas no en la conservación de procesos o especies, sino en paisajes geológicos (un cañón natural) o en la exaltación de una institución religiosa. Evitar la extinción del buitre negro requiere un territorio mucho más grande, que ofrezca refugio sin presencia humana cercana y actividad animal provisora de carroña; y asegurar el funcionamiento de los bosques mediterráneos requiere extensiones mucho mayores que puedan absorber el impacto del fuego, indispensable para el mantenimiento de su diversidad y función. Territorios así no pueden gestionarse mediante exclusión de usos, sino por el contrario integrándolos con un enfoque multifuncional que incluya gestión y conservación de recursos como dos caras de la misma moneda. En conclusión, los parques nacionales han de servir en primer término a las generaciones no nacidas, y el Estado es el responsable de garantizar los intereses intergeneracionales asumidos por el contrato social, así como la equidad intrageracional. En el eje de la Ley de Parques Nacionales debería figurar la estrategia de crecimiento verde; entendido este último como la promoción del crecimiento económico y el desarrollo locales sujetos a la condición de que los activos ambientales continúen proporcionado las materias primas y los servicios ambientales de los que depende el bienestar de las personas. El crecimiento verde cataliza la inversión y la innovación que fortalecen el crecimiento sustentable, y dan nacimiento a nuevas oportunidades económicas; entre estas últimas, la economía de los servicios ambientales privados y públicos, que están llamados a ocupar una importancia cada día mayor en la generación de la renta total social de laspoblaciones rurales. A este fin han de colaborar los parques nacionales, si han de ser útiles para las personas de hoy y de mañana.
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
COSE presenta el observatorio de precios de la madera dentro del proyecto REDFOR
Eduardo García Márquez Ingeniero técnico forestal Coordinador Proyecto RedFor de COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España)
COSE presenta el Observatorio de Precios de la madera y otros productos forestales enmarcado dentro del Proyecto RedFor, con el que se facilita el acceso libre al conocimiento sobre la comercialización de productos forestales, a los precios de referencia a nivel regional y a su evolución y tendencia. Se compone de dos documentos, el propio Observatorio, con información detallada de los precios, y el Análisis de Precios e Información, que explica las claves, la metodología usada y la tendencia del mercado. Pueden acceder al observatorio a través de: www.selvicultor.net/redfor/
JUSTIFICACIÓN COSE, Confederación que representa a los propietarios forestales privados de España a través de las asociaciones miembro de cada C. A., está desarrollando el ambicioso Proyecto RedFor “Red Forestal para el Desarrollo Rural”, el cual está enmarcado dentro de la Red Rural Nacional y es cofinanciado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y por los fondos europeos del FEADER. Su objetivo es promover diferentes iniciativas vinculadas al sector forestal para impulsar la economía verde y el desarrollo rural. Para lograrlo, por un lado se detectan y analizan modelos de gestión y comercia-
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lización exitosos, y por otro se buscan comarcas con potencial para implantar estos modelos, de modo que se puedan transferir estas buenas prácticas de una región a otra. Esta Red facilitará el intercambio del conocimiento adquirido, no solo de productos maderables, sino de todo tipo de productos con éxito de producción y sobre todo de comercialización, proporcionando nuevas alternativas a los aprovechamientos tradicionales que generalmente ofrecen una reducida productividad económica. Los documentos generados y las experiencias realizadas pueden ser consultados en la web del RedFor. COSE está siendo apoyada en esta iniciativa por entidades con presencia real en
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cada uno de los territorios, en concreto, las asociaciones forestales de Aragón (AFA), Galicia (AFG), Cataluña (CFC), Castilla y León (FAFCYLE), Navarra (FORESNA) y Murcia (PROFOMUR), así como por la asistencia y colaboración del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña. ¿Y por qué un Observatorio de precios dentro de un proyecto de desarrollo rural? El departamento técnico de COSE lleva años recibiendo con cierta periodicidad la misma pregunta por parte de interesados en el sector ¿Cuánto vale la madera?, ¿existe algún lugar donde conocer estos precios?, ¿me han valorado correctamente la parcela? Así que, en este caso, la innovación ha surgido directamente de la necesidad y de un vacío informativo que sorprendía a propios y extraños del sector. Pero esta necesidad va más allá de la mera
curiosidad. Puesto que nuestro objetivo es fomentar nuevos emprendimientos y atraer inversiones hacia el sector forestal, es indispensable comenzar por conocer algo tan básico como un precio orientativo de las materias primas que se van a generar. El desconocimiento del sector en general y la carencia de precios de referencia generan un déficit de estudios de mercado y por lo tanto paraliza o ralentiza nuevas inversiones. Cabe esperar que supliendo esta carencia se incrementen las actividades de ámbito agroforestal y por ende las rentas de la población rural. De este modo, el proyecto RedFor crea un marco idóneo para realizar un observatorio de precios, donde se efectúa un estudio continuado y actualizado de estos, de forma que los emprendedores y gestores forestales dispongan de una herramienta de información para planificar sus aprovechamientos forestales y obtener la máxima rentabilidad sin
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depender de intermediarios locales. Redfor completa el intercambio de conocimiento con una serie de cursos, tanto presenciales como electrónicos, sobre Biomasa, Mercado de la madera, Plantaciones forestales, Hongos y Setas, Corcho y Certificación y Promoción de productos forestales. METODOLOGÍA: Fuente El observatorio de precios, que se actualiza regularmente, necesita de un arduo trabajo de investigación y seguimiento. Los precios han sido obtenidos a partir de sondeos realizados por COSE y el CTFC, principalmente a través de las Asociaciones de Propietarios forestales de cada CCAA, pero también de lonjas especializadas, entidades de ámbito forestal, mercados, subastas y encuestas propias a empresas de servicios forestales y consumidoras de madera. La fuente a partir de
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la que se ha obtenido la información se cita en cada caso debajo del cuadro de precios correspondiente. Aunque el eje principal de este trabajo es el análisis de los precios de la madera, también se incluyen de forma más somera precios de referencia de los siguientes productos forestales: resina, corcho, piñones, setas y trufa. Presentación de los precios No existe una única respuesta a la cuestión de qué valor presenta la madera de una especie determinada, sino que depende de múltiples variables que se detallarán a lo largo del artículo. Cuando el lector entra en el observatorio dispone de los precios clasificados por dos categorías: la zona geográfica del aprovechamiento y el destino de la madera. A) Zonas geográficas: En un país tan extenso como España los precios de la madera varían significativamente según la región, ya que presentan inercias de mercado diferentes, marcadas en parte por la tradición y capacidad de consumo de materia prima de la industria asociada en cada zona. Para resolverlo, el observatorio aporta precios de la madera de diferentes zonas geográficas creadas a partir de la agrupación de Comunidades Autónomas contiguas que presentan similitudes en las especies aprovechadas, en el destino de la madera y en los precios de esta. Las zonas de agrupación de precios son: - Asturias y Cantabria - Galicia - Navarra / La Rioja / Aragón - País Vasco - Cataluña / Comunidad Valenciana - Castilla y León / Comunidad de Madrid - Extremadura / Castilla-La Mancha / Murcia - Andalucía B) Destino de la madera: debido a que la madera presenta diferentes valores dependiendo de su destino, el observatorio brindará la información de los precios recopilados según este, es decir, los precios de madera para Sierra, Chapa y desenrollo, Trituración y Leñas. Dentro de la categoría Trituración se incluyen la destinada a tablero, biomasa y pasta de papel (especificando en la tabla si el destino es para pasta, ya que el precio es considerablemente mayor que
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para otras maderas trituradas). Ciertamente, entre otros factores, la calidad de la madera y el diámetro del fuste influyen notablemente en el precio, y aunque un estudio de este tipo no es susceptible de lograr conocer la calidad de cada lote de madera vendido, al menos sabemos que se puede vincular la calidad con el destino industrial, pudiendo así intuir la calidad de la madera si conocemos su destino. Lamentablemente en España se destinan a trituración muchas maderas con calidad suficiente para sierra, pero mientras no exista una industria o canal de distribución que lo valorice, el precio de la madera irá ligado a lo que el comprador esté dispuesto a pagar por ella. Por esto, en las ocasiones en las que las fuentes de información así lo han permitido, el Observatorio ofrece el precio de una madera atendiendo a qué % de su fuste irá destinado a un uso preferente (sierra o chapa) y qué % irá destinado a leña o trituración.
El documento Análisis de precios e información describe los requisitos que marca la industria para que la madera sea apta para uno u otro destino. Teniendo en cuenta que los precios se detallan diferenciándolos entre zonas y destinos, el Observatorio presenta 26 tablas de precios solo para la madera, en las que a su vez se describe el precio de cada especie aprovechable de la zona. Disparidad de la información. Unificación de unidades A la labor de investigación para conseguir los precios se une la necesidad de unificar unidades, y es que la madera se puede expresar de diferentes maneras según la tradición de la zona, la especie o el destino, lo que hace que sea muy complejo lograr una equivalencia de precios. Por lo tanto se decidió que el Observatorio ofrezca los precios en m3 con corteza a pie de fábrica.
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Esto ha conllevado un trabajo de conversión de precios y unidades según una serie de equivalencias, lo que da pie a recordar que los precios reflejados en este observatorio no son vinculantes, sino de referencia, ya que se mueven sobre un mercado libre, por lo que son en todo caso orientativos, ya que no se especifica la cantidad de los lotes (muy influyente, a mayor cantidad mayor precio de venta en pie) y calidad de los mismos, aunque para los destinos de Sierra y Chapa se les presupone una calidad aceptable en cuanto a poda- carencia de nudos, rectitud y ausencia de azulados…). Los precios son sin IVA y hasta 10 cm en punta delgada. A continuación se muestra qué tipos de unidades se pueden manejar, sus posibles equivalencias y por qué se decidió por unas u otras.
Metros cúbicos (m3), toneladas (t) y estéreos: La madera se puede comprar o vender según tres unidades de medida; las t, que hacen relación al peso, y los m3 y estéreos, que hacen relación al volumen. Se entiende por m3 toda la madera que puede contener un metro cúbico de forma “maciza”, es decir, sin espacios. De forma orientativa y genérica se puede considerar considerar que para la madera sin secar un m3 pesa 0,95 t. Estéreo: es el volumen que ocupa un metro cubico de madera apilada, entendiendo al volumen de madera más los huecos dejados, lo que provoca que la cantidad de madera real de un estéreo sea bastante inferior a un metro cúbico. Un estéreo puede oscilar entre 0,45 y 0,80 m3, según su coeficiente de apilado, que varía según la especie, el diámetro y longitud de las trozas y su rectitud o presencia de nudos y ramas, e incluso de la pericia del operario en apilar la madera. Madera en pie, en cargadero o en fábrica: Madera en pie: madera cuando el árbol aún no ha sido talado.
Madera en cargadero: una vez talado el árbol, la madera se saca de las pistas y se realiza un apilado en cargadero, donde será cargado por el camión para llevarlo a la industria. Madera en fábrica, también llamada en parque o puesta en la industria, una vez que el camión descarga la madera en la fábrica donde será procesada. Se ha elegido dar en las tablas el precio en fábrica, ya que es el más fiable de los tres y el valor de referencia real, siendo los otros dos precios mayores o menores dependiendo del coste de las operaciones de apeo (mecanizada o semimecanizada), el tipo de aprovechamiento (cortas a hecho, claras, entresacas...), la accesibilidad del monte, la pendiente, el transporte e incluso el margen de los intermediarios. Si el lector quiere conocer el precio de la madera en pie o en cargadero puede realizar una conversión a partir de las sencillas fórmulas que se presentan en el documento: Análisis de precios e información, que a continuación se describen de forma somera y en la que se proponen unos costes estándar: Precio en cargadero = precio madera en pie + coste apeo + coste saca Precio industria = precio madera en pie + coste apeo + coste saca + coste transporte
Ismael Muñoz
Con corteza “c. c.” o sin corteza “s. c.”: El precio de un lote de madera se puede dar c. c. o s. c. Para ello es primordial conocer, a grandes rasgos, que la cantidad de corteza varía con el diámetro, especie y calidad, lo que como se ha aceptado anteriormente va vinculado directamente al destino de la madera, por lo que se relacionan los datos del factor de conversión según destino tal como indica Sigfredo Ortuño (2007). Factor corteza coníferas: 13 % es corteza Factor corteza frondosas destino trituración para pasta: 15 % es corteza
Factor corteza frondosas destino trituración para tablero, para sierra o para postes y apeas: 22 % es corteza Factor corteza frondosas destino chapa o desenrollo: 11 % corteza.
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Los costes de apeo estándar considerados están basados en costes del glosario de Tarifas de Tragsa para aprovechamientos de coníferas con diámetro > 30 cm y pendiente < 25 %, incluyendo apeo, descopado, desramado y tronzado. Los costes de saca estándar considerados están basados en costes del glosario de Tarifas de Tragsa para saca al cargadero de madera, con pendiente del terreno entre 30 y 50 % y distancia de saca < 200 m y madera apilada en cargadero. Los costes de transporte en camión a fábrica se han tomado suponiendo una distancia de cargadero a fábrica de 30 km. Obviamente el lector puede usar otros costes, y mientras el precio que paga la fábrica será el mismo, el valor de la madera en pie crecerá cuanto menores sean los costes mencionados. De hecho, en el propio observatorio, cuando se trata de plantaciones por ejemplo de choperas de alta calidad, se ha estimado un coste de apeo y saca menor al estándar debido a las condiciones de menor pendiente y cercanía a carreteras en comparación con madera extraída de monte. Madera certificada: En el documento Análisis de precios e información también se realiza un seguimiento a la certificación forestal, tanto PEFC como FSC, que se ha convertido paulatinamente en pieza clave
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dentro de algunos canales de comercialización de la madera, sobre todo si esta pretende ser exportada a países con alta conciencia medioambiental como los centroeuropeos. Que la madera cuente con un sello de certificación supone un aumento del valor de esta, pero dicho aumento de precio varía significativamente dependiendo del destino al que vaya dirigido, puesto que unas industrias lo valoran más que otras. Actualmente, la industria que más valora la certificación es la papelera, encontrándose los mayores incrementos de precio en las masas forestales de pino y eucalipto de la cornisa cantábrica y para la producción de pasta, llegando a sumar hasta 3,0 €/t la madera certificada PEFC, y hasta 6,5 €/t, por FSC. El incremento del valor de la madera certificada sigue una tendencia al alza, y aunque es difícil que suba mucho más de los valores anteriormente mencionados, la certificación se está posicionando como una herramienta de comercialización cada vez más imprescindible en un mercado cada vez más globalizado. Maderas de alto valor: Las maderas provenientes de plantaciones de alta calidad como el nogal, el cerezo o el peral presentan un precio de mercado difícil de reflejar debido a la opacidad de las operaciones de compra-venta y a que generalmente estas maderas no pasan por lonjas o subastas, sino que se adquieren bajo peticiones específicas del comprador y
las empresas madereras lo pagan por unidad (según el tronco estudiado). El hecho de no conocer el precio de las maderas de alto valor frena las inversiones y el mercado, por lo que en 2013 el IRTA organizó una jornada sobre plantaciones de frondosas a la que asistieron diferentes representantes del sector, entre ellos COSE, en la que de alguna manera se intentó convenir un precio de referencia para las plantaciones de nogales bajo unas características estándar y que a continuación se presentan:
Valor de referencia: 1.400 €/m3 en campo Precio estimado para plantaciones de nogal (no árboles centenarios o aislados) con las siguientes características: - Turno de corta 25 años - Rendimiento 0,9-0,94 m3/pie - Árboles cortados de máxima calidad 60-70 %/ha
Tendencia: El documento Análisis de los precios e información incluye un apartado para el seguimiento de los precios de la madera que el lector puede consultar de forma detallada, aunque como avance, lo más destacado en 2014 es el notable aumento de la demanda de madera para trituración, especialmente para biomasa, y por consiguiente un ligero aumento del precio de esta materia prima.
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Este repunte de la demanda se debe a diferentes motivos, algunos circunstanciales como la inestabilidad en Rusia (gran exportadora de madera) o los fuertes temporales ocurridos este invierno en Centroeuropa que han impedido la saca de mucha madera, pero también se debe a motivos estructurales del mercado que son los que realmente influirán y generarán tendencias de precios a medio y largo plazo. Estos motivos son muy dispares, tales como el establecimiento de un consumo creciente de biomasa en el norte y centro de Europa, que requiere un abastecimiento continuado de astilla y que se prevé que se acreciente para rebajar la dependencia de gas ruso o a que Francia ha dejado de inundar el mercado europeo con maderas baratas caídas por los huracanes en Aquitania para convertirse ahora en importador de madera. Cabe resaltar que, a pesar de la mencionada subida, el precio de la madera continúa siendo muy bajo después de largos años de recesión del mercado que ha suscitado que mucha materia prima no se movilice por falta de rentabilidad. En todo caso, lo que influye en el mercado y lo recompensa con un aumento adicional del precio es la preferencia por la compra de grandes cantidades de madera que puedan ser transportadas por ferrocarril o portuariamente, lo que está generando mayores oportunidades de negocio internacional a los que sean capaces de realizar esta agrupación de madera. Tal y como manda el mercado glo-
bal, el aumento de la movilización de madera pasa por la puesta en marcha de agrupaciones forestales que sean capaces de concentrar la oferta y poner en venta grandes cantidades de madera, lo que les permitirá acceder a mercados con mejores condiciones y mayor precio de venta. CONCLUSIONES no de los principales problemas del sector forestal es la falta de rentabilidad del monte, ya que los ingresos están muy limitados por el escaso valor de la materia prima. Pero no debemos perder de vista que la sostenibilidad de los bosques privados depende directamente de las rentas que puedan generar por sí mismos para que sus propietarios puedan realizar las labores selvícolas indispensables. COSE parte de una premisa básica: la propiedad forestal cuenta con recursos suficientes como para generar rentas sostenibles sobre ellos que impulsen de manera eficiente el desarrollo rural. Para conseguir estas rentas necesita iniciativas que enmarquen los recursos forestales, maderables y
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no maderables, su transformación en productos de mercado y su comercialización dentro de un conjunto estable y de una gestión unificada, a largo plazo y comprometida con la sostenibilidad, rentas compartidas y mercados cambiantes. Los propietarios y gestores forestales queremos y debemos ser una parte activa en la cadena de movilización de madera; de este modo el proyecto RedFor y en concreto el Observatorio de precios pretende ser una herramienta con la que se facilite el acceso libre al conocimiento sobre la comercialización de productos forestales, a los precios de referencia a nivel regional y a su evolución y tendencia, y cuyo objetivo final es el de movilizar y agilizar el aprovechamiento de madera en España, donde el balance de compraventa es altamente deficitario y en el que sin embargo solo se aprovecha una tercera parte de la posibilidad de sus montes, lo que conlleva un paulatino aumento del riesgo de incendios por acumulación de madera y una notable ausencia de gestión forestal. www.selvicultor.net/redfor/
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Resultados y reflexiones tras cinco años de inventario forestal con tecnología LiDAR F. Rodríguez föra forest technologies A. Fernández, J. L. Tomé Agresta Sociedad Cooperativa
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La tecnología LiDAR está modificando sustancialmente la forma de generar información útil para la toma de decisiones en la planificación y la gestión forestal. Los sensores LiDAR aerotransportados capturan datos tridimensionales de forma masiva y espacialmente continua en distintas superficies forestales, permitiendo describir con alto grado de detalle la estructura forestal. La alta correlación existente entre la estructura de la vegetación y las principales variables de inventario forestal hacen del LiDAR una herramienta muy precisa para cuantificar los recursos forestales. En este trabajo se presentan diferentes inventarios forestales que cubren la mayoría de situaciones forestales de España y, en general, de los bosques templados; (i) plantaciones de pequeñas superficies con vuelo LiDAR realizado ex profeso con una densidad media de puntos superior a 2 ptos/m2, (ii) masas naturales de superficie pequeña o media (inferior a 3.000 ha) con vuelo LiDAR realizado ex profeso con una densidad de puntos media de alrededor de 2 puntos/m2, (iii) masas naturales de superficie media a grande (entre 1.000 y 10.000 ha), con vuelo LiDAR procedente del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA) y con densidad media de puntos alrededor de 0,5 ptos/m2, y (iv) masas naturales de superficie grande o muy grande (superior a 30.000 ha) con vuelo LiDAR procedente del PNOA y con densidad media de puntos alrededor de 0,5 puntos/m2. Se han elaborado modelos estadísticos para estimar tanto variables habituales de gestión forestal como fracciones de biomasa y carbono. El abaratamiento de los costos de captura, la posibilidad de combinar los vuelos LiDAR con vuelos fotogramétricos y sus múltiples aplicaciones hacen del LiDAR una tecnología con gran potencial para convertirse en una herramienta clave para el monitoreo, seguimiento y verificación del carbono presente en ecosistemas forestales, contribuyendo así a la sostenibilidad de los bosques. 2014. N.o 61
1. INTRODUCCIÓN l LiDAR (Light Detection And Ranging) es un un sistema activo de detección remota basado en un sensor láser que contiene un emisor de pulsos y un receptor. Este sensor se puede montar en distintas plataformas; para usos forestales tiene mucho interés instalado en un avión en combinación con un sistema inercial (que nos informa de los giros y de la trayectoria del avión) y un GPS diferencial de alta precisión (con el que se obtiene la posición en tiempo real de la aeronave en cada momento). El sensor, midiendo el tiempo transcurrido entre la emisión de un pulso de energía y su llegada al sensor tras haber sido reflejado por algún elemento de la superficie terrestre, es capaz de calcular la tripleta de coordenadas del mismo. Además registra las intensidades de la señal láser (cada material refleja de manera diferencial el haz de luz láser), que permiten confeccionar imágenes de intensidades y darles tratamientos similares a los clásicos proporcionados a imágenes capturadas con sensores pasivos. En superficies compactas como el suelo o un edificio el haz se refleja y vuelve al avión obteniéndose un único retorno para cada pulso de luz; en cambio, en superficies permeables a los pulsos de luz como las cubiertas vegetales parte del pulso se refleja y otra parte la atraviesa hasta colisionar en otra superficie, por lo que puede haber múltiples retornos de un solo pulso. Este comportamiento multirretorno de la tecnología LiDAR es el que nos permite caracterizar con detalle la estructura de la vegetación y el suelo. Un adecuado procesado de la nube de puntos LiDAR nos va a permitir generar información útil para multitud de campos de interés forestal: desde trabajar con modelos de combustible y simulación del comportamiento del fuego (González et al., 2012, Mutlu et al., 2008, Riaño et al., 2007) hasta índices de calidad de ribera (Magdaleno et al., 2010), pasando por estimación de biomasa y sumideros de carbono (Asner et al., 2013, García et al., 2010), crecimientos (Yu et al., 2004), conservación y análisis de hábitats (Mundt et al., 2006) y, por supuesto, inventario forestal (Hyyppä et al., 2008, Naesset, 2002, 2004, Maltamo et al., 2005). El objetivo es presentar resultados de distintos inventarios forestales rea-
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FIGURA 1. (arriba a la izquierda) fotografía de una parcela de la plantación de eucalipto situada en Misiones, Argentina; (arriba a la derecha) mapa de calidad de estación (arriba) y esquema de vuelo (abajo) en los MUP 76 y 89 de la provincia de Soria; (abajo a la izquierda) vista sobre Google Earth del inventario de Monteagudo de Salinas en Cuenca, y (abajo a la derecha) cartografía de la calidad de estación del estrato de pino carrasco en la Región de Murcia vista sobre Google Earth
lizados con tecnología LiDAR, en donde tanto las características de la masa como su superficie o la configuración de vuelo y por tanto la densidad de información LiDAR es diferente, pretendiendo cubrir un amplio espectro de situaciones que se pueden dar en nuestros bosques. De esta manera se analizan los resultados obtenidos en siete inventarios forestales que cubren la mayoría de situaciones en nuestro país y en general de los bosques templados. 2. MATERIALES Y MÉTODOS n este trabajo se ha analizado y comparado los resultados de diferentes inventarios (figura 1): (1) una plantación de eucalipto de 856 ha de superficie situada en Misiones, Argentina, y analizada justo antes de su aprovechamiento, en donde se ha realizado un vuelo LiDAR ex profeso con una densidad media de 2 puntos por m2; (2) dos inventarios con un total de cinco
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estratos de masas naturales de sabina, pino silvestre, pino negral, pino laricio y mezcla de pinos en los Montes de Utilidad Pública números 76 y 89 y 193 y 194 de la provincia de Soria, con una superficie de 225, 970 y 317 y 1.242 ha respectivamente, con vuelo LiDAR realizado ex profeso con una densidad media de primeros retornos de alrededor de 2 puntos/m2; (3) tres inventarios sobre masas naturales de pino laricio, pino silvestre y pino pinaster en distintos montes públicos y privados, en diferentes estados de desarrollo, con un total de 14.157 ha de superficie y con vuelo LiDAR procedente del PNOA y con densidad media de primeros retornos de alrededor de 0,5 puntos/m2 situadas en las provincias de Cuenca, Madrid y Teruel, y (4) un estrato a nivel regional sobre masas naturales de pino carrasco en la Región de Murcia correspondiente a masas naturales en distintos estados de desarrollo, con
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una superficie de más de 100.000 ha y con vuelo LiDAR procedente del PNOA (densidad media de 0,5 puntos/m2). La metodología de inventario LiDAR utilizada en todos los casos ha sido la conocida como “métodos de masa”, la cual consiste en el ajuste de modelos, normalmente modelos de regresión múltiple (más de una variable explicativa) y no lineales, que relacionan estadísticos que describen la nube de puntos LiDAR con las variables de masa que necesitamos para la planificación y gestión forestal (altura dominante, número de árboles, área basimétrica, volumen, biomasa, carbono). La bondad de ajuste se analiza a través de estadísticos de sesgo y precisión. Para cada una de las variables modelizadas se puede generar una cartografía continua aplicando cada uno de estos ajustes a toda la superficie del monte. El modo de proceder de esta metodología responde al esquema de la derecha. La preparación y diseño de la captura de datos incluye dos subtareas de gran importancia: (i) la planificación, diseño del vuelo y parametrización óptima del sensor LiDAR para la captura de información LiDAR para aplicaciones forestales (esta tarea solo se realiza cuando se necesita un vuelo ex profeso) y (ii) la planificación y diseño de la toma de datos de campo y levantamiento de parcelas. El procesado de la información LiDAR implica distintas fases: (i) depuración o clasificación de la nube de puntos; (ii) generación de un modelo digital de elevaciones (MDE) con los puntos clasificados como suelo -en los trabajos descritos en este artículo se han generado modelos digitales de elevaciones con un paso de malla de entre 1 y 2 metros (siempre constante en cada inventario)-, y (iii) normalización de los retornos de vegetación y cálculo de estadístico de estructura de la vegetación en toda la superficie de estudio en celdas de entre 20 y 28,5 metros dependiendo del inventario. La normalización de la nube de puntos es un proceso fundamental en las aplicaciones forestales del LiDAR; consiste en extraer la elevación del terreno a cada uno de los retornos para obtener alturas sobre el suelo. Finalmente, toda la información generada tanto en el trabajo de campo como en el procesado de la información LiDAR se integra en un Sistema de Información geográfica (SIG) y se almacena en bases de datos georreferenciadas.
30
Figura 2. Flujo de trabajo LIDAR para el proceso de datos
Debido a que los modelos matemáticos que se ajustan relacionan los estadísticos LiDAR con las variables de masa forestal medidas en las parcelas de campo, es muy importante conseguir una precisión submétrica en la localización de las parcelas de campo. Levantamientos GPS de los centros de parcela con precisión submétrica (en muchos casos, precisiones centimétricas) hacen que estemos comparando las mediciones de campo con la nube de puntos LIDAR correspondiente, algo imprescindible para obtener buenos resultados en un inventario LiDAR. Aplicando las regresiones generadas a las bases de datos cartográficas de estadísticos LiDAR se obtienen las capas temáticas correspondientes a las variables de vegetación estimadas, que representan de manera continua cómo varían las citadas variables con la resolución definida para cada uno de los trabajos. Existen varios criterios de diagnóstico y validación de los modelos, pero todos ellos se basan en los estadísticos para evaluar la bondad de ajuste de un modelo de regresión, en definitiva, para comparar las predicciones a las observaciones (Schlaegel, 1982; Parresol, 1999; Tedeschi, 2006). En este trabajo vamos a usar los siguientes: (i) el sesgo; (ii) el error absoluto medio (eam) o promedio de los errores en valor absoluto; (iii) la varianza residual o error cuadrático medio; (iv) el intervalo de predicción, expresado como el valor de t resultante por la varianza residual, y (v) el error absoluto medio, expresado
como el tanto por ciento del error absoluto medio respecto al valor promedio de la variable analizada. En la tabla 1 se presenta un resumen de las principales características de cada una de las muestras de campo analizadas. 3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN n aspecto importante a tener en cuenta en los inventarios LiDAR es que además de los resultados dasométricos también se generan resultados intermedios, como son los modelos digitales del terreno. Estos pueden ser de alta resolución y poseen un gran valor tanto para la gestión y planificación forestal como para otros trabajos de índole topográfica o hidrológica. En planificación y gestión forestal estos modelos digitales de elevaciones son de gran utilidad para definir la mecanización más adecuada en intervenciones selvícolas y aprovechamientos forestales, ya que nos permiten caracterizar el terreno con resolución suficiente para diferenciar taludes, terrazas de repoblación o de cultivo, calles, vías de saca, etc. Otro producto derivado de la información LiDAR son los modelos digitales de altura de la vegetación, los cuales nos muestran con elevada resolución (entre 1 y 2 metros de paso de malla en los trabajos aquí presentados) las alturas máximas del dosel arbóreo. Gracias a ellos podemos digitalizar rodales y generar cartografía de masas forestales que incluyan información precisa de la estructura del bosque. En la figura 3 se
U
2014. N.o 61
Inventario Superficie (ha)
1
2
3
4
856
2754
14157
Más de 100.000
Localización
Misiones (Argentina)
Montes de UP número 76 y 89, y 193 y 194 de la provincia de Soria MUP 135, 136, 137, 138 y 139 de Cuenca, MUP 16, 17 y 18 de Teruel y MUP 39 de Madrid Toda la región de Murcia
Parcelas
30
240
200
133
Variable
Promedio
Mínimo
Máximo
Ho (m)
28,8
23,4
32,4
N
336,2
209,4
591,1
G (m2/ha)
19,1
14,1
24,8
V (m3/ha)
229,7
172,7
320,5
Ho (m)
16
6,1
27
N
692
60
2.000
G (m2/ha)
31
1,3
72
V (m3/ha)
210
0,1
640
Ho (m)
13,3
4,6
20,8
N
564,4
25,0
1.750,0
G (m2/ha)
20,6
1,4
67,5
V (m3/ha)
117,1
4,5
483,9
Ho (m)
10,2
5,0
24,0
N
434,8
14,1
1.634,0
G (m2/ha)
11,4
0,6
32,4
(m3/ha)
49,2
1,4
181,1
V
TABLA 1. Principales estadísticos descriptivos de cada una de las muestras de campo empleadas para los inventarios
presenta un ejemplo de estos productos derivados. La ortofotografía es otro de los productos asociados de interés que se puede obtener mediante vuelos combinados y que tienen múltiples aplicaciones en la gestión del territorio. Para el caso concreto de las plantaciones de eucalipto en Argentina, se trabajó con una foto de 15 cm de tamaño de píxel. La nube de puntos LiDAR coloreada con la información RGB de la ortofotografía es otro producto con gran impacto visual, y permite combinar y procesar de forma conjunta los niveles digitales de las diferentes bandas de la imagen y la información tridimensional de la nube de puntos (Figura 4). El resultado final de un inventario LiDAR es la cartografía de detalle de cada una de las variables objetivo -incluyendo el resumen de existencias por rodal y a nivel de monte, estrato o hasta comarca- necesario para la gestión y planificación. En la figura 5 se puede apreciar cómo se distribuyen distintas variables en los distintos inventarios analizados. El principal avance de los inventarios LiDAR frente a los métodos por muestreo es que obtenemos una información continua de la estructura del bosque, la cual permite describir la variabilidad de las masas incluso en unidades superficiales pequeñas y trabajar con errores muy bajos a nivel de rodal. Teniendo en cuenta que la gestión se realiza a nivel de rodal, los inventarios LiDAR son
Figura 3. (izquierda) sombreado de MDE que nos permite distinguir en la repoblación entre terrazas y hoyos, y (derecha), digitalización de rodales combinando la ortofotografía y el modelo digital de altura de la vegetación
FIGURA 4. Modelo digital de elevaciones (izquierda) y fotografía 3D (derecha)
una herramienta muy útil tanto para los trabajos de planificación como para la gestión forestal. En la tabla 2 podemos apreciar los principales estadísticos de evaluación de la bondad de ajuste de los modelos obtenidos para los distintos inventarios: Analizando los inventarios uno a uno se aprecia que en todos los casos la variable mejor estimada es la altura dominante; la segunda variable con
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mejores estimaciones en cinco de los siete inventarios analizados es el área basimétrica, mientras que en los otros dos es el volumen. En todos los inventarios analizados, el número de pies es la variable con peores estimaciones. Comparando los siete inventarios entre sí, se ve que las diferencias entre ellos parecen estar más relacionadas con el tipo de masa forestal que con la densidad de puntos LiDAR. Por ejemplo, el
31
inventario del MUP 89 en la provincia de Soria, un monte muy heterogéneo con diversos estratos mezclados, posee errores mayores en la estimación de muchas de las variables forestales que los inventarios de Teruel o Madrid (masas más homogéneas). Esto es así a pesar de que en el primero se realizó un vuelo ex profeso (de 2 puntos/ m2) y en los segundos se utilizó la información LiDAR disponible de los vuelos del PNOA. Se observa también que las masas de repoblación (inventarios 1 y 2.2) poseen unos errores en general más bajos, seguramente debido a su homogeneidad más que a la densidad de puntos del LiDAR, que en estos dos
casos era 2 puntos/m2. El inventario con errores más altos en las estimación de las variables dasométricas se trata del estrato de pino carrasco de la Región de Murcia, que caracteriza las principales variables de masa en una superficie de más de 100.000 ha en toda la Comunidad Autónoma. Es normal trabajar con errores de estimación algo más altos cuando queremos caracterizar todas las situaciones selvícolas a escala regional con una muestra reducida de parcelas. De todas formas, en todos los casos son errores asumibles y no existen grandes diferencias entre ninguno de los inventario analizados.
Inventario
Variable
1. Repoblación de eucalipto en Misiones (Argentina) 856 ha ptos/m2
2
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES l LiDAR representa una verdadera alternativa al inventario forestal por muestreo. Los costes, aunque elevados si se trabaja en superficies pequeñas (inventario 1 del presente trabajo), pueden competir con los costes del inventario por muestreo e incluso mejorarlos considerablemente si se trabaja en grandes superficies y con información LiDAR ya capturada, como es el caso de la información LiDAR del PNOA en España (inventarios 3 y 4 del presente trabajo). La realización de un inventario forestal LiDAR para una ordenación, incluyendo reconocimiento del
E
0,5
RMSE = √s2 0,7
Intervalo predicción 1,3
Error medio (%) 1,6
2,2
2,7
5,4
11,4
-11,2
45,3
59,8
117,1
13,5
sesgo
eam
Ho
0,0
G
-0,4
N V
-0,5
22,3
27,4
53,8
9,7
2.1 Diferentes estratos de pinar en el MUP 89 de la provincia de Soria
Ho
0,0
0,1
0,7
1,4
4,9
1.195 ha
G
0,3
0,6
5,85
11,5
22,2
ptos/m2
N
21,5
26,0
182,4
357,5
28,7
2
V
-1,5
5,4
42,6
83,5
23,5
2.2 Repoblación de pino silvestre en los MUP 193 y 194 de Soria
Ho
-0,1
0,8
1,2
2,3
0,5
1.559 ha
G
0,3
4,9
6,9
13,6
15,8
ptos/m2
N
24,8
146,2
207,7
407,0
21,2
V
-2,7
40,5
61,3
120,2
18,6
3.1 Masas de pino laricio en diferentes MUP en la provincia de Cuenca
Ho
0,1
0,8
1,1
2,2
6,3
7.965 ha
G
-0,1
4,0
5,8
11,5
19,3
N
7,1
135,0
181,6
352,3
23,9
V
0,1
25,7
39,9
79,1
21,9
3.2 Masas de pino silvestre en el MUP 39 de la Comunidad de Madrid
Ho
0,2
1,2
1,6
3,1
7,9
2.206 ha
G
1,0
4,9
6,6
13,0
14,9
N
43,5
119,3
168,6
330,5
27,9
V
-1,9
30,6
43,4
85,1
13,1
Ho
0,0
1,3
1,7
3,3
7,9
G
-0,4
3,5
4,8
9,5
10,2
N
-35,7
242,0
343,4
673,1
27,4
V
-6,2
27,3
42,3
83,0
11,0
4. Masas de pino carrasco en toda la Comunidad de Murcia
Ho
0,0
0,8
1,0
2,0
8,0
Más de 100.000 ha
G
0,1
2,9
4,0
7,9
23,6
PNOA (0,5 ptos/m2)
N
30,4
173,5
253,8
497,4
38,4
V
1,2
13,4
19,3
37,8
27,2
2
PNOA (0,5
puntos/m2)
PNOA (0,5
ptos/m2)
3.3 Masas de silvestre y laricio en tres montes de UP de Teruel 3.986 ha PNOA (0,5
ptos/m2)
Tabla 2: Principales estadísticos de análisis de la bondad de ajuste, intervalo de predicción y error medio a nivel de rodal para las principales variables de inventario analizadas
32
2014. N.o 61
monte, prerrodalización, procesado de la información LiDAR y generación de informes y cartografía está en torno de 5 € la hectárea para una superficie de 10.000 ha, aproximadamente la mitad que en un inventario por muestreo (Fabra, 2012). Este coste puede verse reducido a la mitad (entre 2 € y 3 € la hectárea) si se planifica una eficiente toma de datos en campo y se aprovechan los datos de parcelas de campo ya tomadas (por ejemplo, las parcelas del Inventario Forestal Nacional). Esta tecnología permite obtener además resultados de otros productos de interés para la gestión del territorio, como son los modelos digitales del terreno de elevada resolución (modelos digitales de elevaciones, de superficie, de altura de la vegetación, mapas de sombras, de pendientes…), cartografía de estructura de vegetación y otros ya citados. Tras este tiempo de trabajo con inventario LiDAR, creemos que tenemos ante nosotros una gran oportunidad para el sector de la gestión y la planificación forestal, y en particular para el inventario forestal. Aquí, la administración forestal debe jugar un papel importante como facilitadora y dinamizadora de vuelos de grandes superficies, que
LITERATURA CITADA ASNER G.P., MASCARO J., ANDERSON C., KNAPP D. E, MARTIN R. E, KENNEDY-BOWDOIN TY, VAN BREUGEL, M., DAVIES S., HALL J. S., MULLER-LANDAU H.C, POTVIN C., SOUSA W., WRIGHT J. AND BERMINGHAM. E. 2013. Highfidelity national carbon mapping for resource management and REDD+. Carbon Balance and Management 2013, 8:7. FABRA, M. 2012. Aplicaciones de la tecnología LiDAR al sector forestal y comparación de costes frente a metodologías tradicionales. Revista Montes. 110: 33-37. GARCÍA, M., D. RIAÑO, E. CHUVIECO y F. M. DANSON. 2010. Estimating biomass carbon stocks for a Mediterranean forest in central Spain using LiDAR height and intensity data. Remote Sensing of Environment, Vol. 114 (4), pp.816-830. GONZÁLEZ-OLABARRÍA, J.R., F. RODRÍGUEZ, A. FERNÁNDEZ-LANDA y B. MOLA-YUDEGO. 2012. Mapping fire risk in the model forest of Urbión based on airborne LiDAR measurements. Forest Ecology and Management, 282: 149-156. HYYPPÄ, J., H. HYYPPÄ, D. LECKIE, F. GOUGEON, X. YU y M. MALTAMO. 2008. Review
hagan posible inventarios a escala regional, con interés tanto científico para la caracterización de las masas forestales y el análisis de las existencias de
carbono almacenado en las mismas como con el objetivo de economizar costes, haciendo accesible esta tecnología al pequeño propietario privado.
Figura 5. Ejemplo de distintos resultados de inventario: (arriba, izquierda) carbono almacenado en t/ha en una plantación de eucalipto en Misiones (Argentina); (arriba, derecha) volumen de madera en pie (m3/ha) en los distintos estratos del inventario de Soria; (abajo, izquierda) distribución diamétrica de un rodal en el inventario forestal con LiDAR del MUP 19 de la provincia de Teruel, y (abajo, derecha) distribución del área basimétrica (m2/ha) en las masas de pino carrasco en Sierra Espuña, Región de Murcia
of methods of smallfootprint airborne laser scanning for extracting forest inventory data in boreal forests. International Journal of Remote Sensing, Vol. 29 (5), pp. 1339-1366. MAGDALENO, F., R. MARTÍNEZ y V. ROCH. 2010. Índice RFV para la valoración del estado del bosque de ribera. Ingeniería Civil 157: 85-96. MALTAMO, M; PACKALEN, P; YU, X; EERIKAINEN, K; HYYPPA, J; PITKANEN, J; 2005. Identifying and quantifying structural characteristics of heterogeneous boreal forests using laser scaner data. For. Ecol. Manage. 216, 41-50. MUNDT, J. T., D. R. STREUTKER y N. F. GLENN. 2006. Mapping sagebrush distribution using fusion of hyperspectral and LiDAR classifications. Photogrammetric Engineering and Remote Sensing, Vol. 72 (1), pp. 47-54. MUTLU, M; POPESCU, C.S; STRIPLING, C; SPENCER,T; 2008. Mapping surface fuel models using LiDAR and multispectral data fusion for fire behaviour. Rem. Sens. Environ. 112 (1), 274-285. NAESSET, E; 2002. Predicting forest stand characteristics with airborne laser using a practical two-stage procedure and field data. Rem. Sens. Eviron. 80, 88-99. NAESSET, E; 2002. Practical large-scale
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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33
COLABORACIÓN
TÉCNICA
Distribuciones diamétricas para las tablas de producción de Pinus sylvestris L. en la sierra de Guadarrama Alberto Rojo Alboreca1, M.ª Flor Álvarez Taboada2, Juan Gabriel Álvarez González1, José J. Gorgoso Varela3 y Gregorio Montero González4 1. Unidad de Gestión Forestal Sostenible. Departamento de Ingeniería Agroforestal. Escuela Politécnica Superior. Universidad de Santiago de Compostela. 2. Departamento de Ingeniería Minera. Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria. Universidad de León. 3. Departamento de Biología de Organismos y Sistemas. Escuela Politécnica de Mieres. Universidad de Oviedo. 4. Departamento de Selvicultura y Gestión de los Sistemas Forestales. CIFOR-INIA.
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Se han desarrollado unas tablas de rodal para Pinus sylvestris en la sierra de Guadarrama mediante la integración de un modelo de distribuciones diamétricas en las tablas de producción ya existentes (ROJO y MONTERO, 1996). Se presentan las distribuciones diamétricas generadas por el modelo para cada una de las edades, calidades y tratamientos de dichas tablas de producción, como un complemento de las mismas.
INTRODUCCIÓN l pino silvestre (Pinus sylvestris L.) es una de las especies forestales españolas más importantes. Sus masas ocupan amplias extensiones en zonas de media y alta montaña, proporcionando numerosos beneficios ambientales y sociales (protección contra la erosión, regulación hídrica, biodiversidad, hábitat para la fauna silvestre, sumidero de CO2, paisaje, recreo, turismo en la naturaleza, etc.), a lo que se une su capacidad de producir madera de gran calidad en cantidades apreciables, así como una gran diversidad de otros productos (leña, pastos, caza, pesca, setas, etc.). En la sierra de Guadarrama, dentro del Sistema Central, se encuentra una de las mejores y más extensas representaciones de la especie en la Península Ibérica, que abarca numerosos montes de las provincias
E
de Segovia, Madrid y Ávila. La mayoría de la superficie corresponde a montes de utilidad pública, aunque también existen varios de titularidad privada importantes. Muchos de estos pinares, que en su gran mayoría son de origen natural, se empezaron a ordenar a finales del siglo XIX y principios del XX. Para la correcta planificación y aplicación de los aprovechamientos maderables de estos montes resulta imprescindible conocer las pautas de crecimiento de sus masas a diferentes edades, así como cuantificar la producción y clasificarla cualitativamente en función de su destino comercial, con el fin de poder realizar análisis económicos y selvícolas que sirvan para la elección de los tratamientos más adecuados a cada caso. Ya existen unas tablas de producción para la especie en la sierra de Guadarrama (ROJO y MONTERO, 1996), en las que se
2014. N.o 61
presentan datos cuantitativos de dos alternativas selvícolas (claras moderadas y claras fuertes) para cada una de las cinco calidades de estación establecidas. Sin embargo, este tipo de herramientas selvícolas poseen muy escasa información cualitativa de las producciones que se pueden alcanzar, limitándose a la densidad y diámetro medio cuadrático de la masa (o a su área basimétrica). Resulta conveniente, por tanto, complementar las tablas de producción convencionales con un modelo de clases diamétricas con el que sea posible conocer la composición métrica de la masa en cualquier momento y bajo cualquier tratamiento. Dichos modelos se denominan en la literatura especializada “tablas de rodal”, y resultan imprescindibles para la clasificación comercial de los productos maderables a obtener en los diferentes aprovechamientos (claras o cortas finales) e incluso para proponer la manera de ejecutar dichas actuaciones. Los denominados modelos de clases diamétricas estiman las variables de masa y la estructura de la misma mediante una función de densidad o de distribución de probabilidad, que habitualmente es la función de WEIBULL (1951) por ser la que mejores resultados proporciona, aunque también se utilizan otras, tales como Normal, Beta, A de Charlier, etc. La posibilidad de obtener la distribución diamétrica de una masa, en la actualidad o en un futuro, a partir de una variable sencilla de medir en campo o de una tabla de producción facilita la comparación de diferentes tratamientos selvícolas con el fin de seleccionar la mejor alternativa de gestión en función de los objetivos fijados a priori y, en general, permite un conocimiento más profundo de la estructura y evolución de la masa. Las excelentes correlaciones existentes entre el diámetro y otras variables características de la masa forestal, como por ejemplo el volumen, permiten además emplear el conocimiento de la distribución diamétrica para establecer relaciones con la calidad de estación, la composición, edad o densidad de la masa. Estas relaciones pueden tener gran importancia tanto desde el punto de vista económico (producción) como desde un enfoque biológico. En España se han realizado diversos
trabajos sobre distribuciones diamétricas para distintas especies, como el de ERVITI (1991) para Pinus halepensis, el de ÁLVAREZ GONZÁLEZ (1997) para P. pinaster en Galicia, los de ESPINEL et al. (1997) y LÓPEZ SÁNCHEZ (2000) para P. radiata en el País Vasco y Galicia respectivamente, el de CONDÉS (1997) para P. pinaster, P. sylvestris y Fagus sylvatica, el de GARCÍA GÜEMES (1999) para P. pinea, y los de ORTEGA (1989), GARCÍA LÓPEZ (1994) y DEL RÍO (1998) para Pinus sylvestris. Aunque algunos de estos trabajos han sido meramente descriptivos, otros ya han relacionado
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
las distribuciones diamétricas con tablas de producción. En este trabajo se presenta un modelo de distribuciones diamétricas asociado a las tablas de producción de Pinus sylvestris de la sierra de Guadarrama (ROJO y MONTERO, 1996), es decir, unas tablas de rodal que se han construido a partir de los datos de las mismas parcelas que se utilizaron para la elaboración de las mencionadas tablas de producción. Además, se presentan las distribuciones diamétricas generadas por el modelo para cada una de las edades, calidades y tratamientos de dichas tablas de producción.
35
METODOLOGÍA ara la obtención del modelo de distribuciones diamétricas ligado a las tablas de producción del pino silvestre en el Guadarrama es preciso plantear tres fases. La primera consiste en el ajuste de un modelo matemático a las distribuciones diamétricas de las parcelas de ensayo que se utilizaron para construir las tablas, representativas de todas las edades y calidades de estación de la especie en el área de estudio. La segunda fase tiene por objetivo obtener relaciones sencillas entre los parámetros que definen la función de distribución elegida y algunas de las variables de masa cuyo valor futuro se pueda obtener directamente de la tabla de producción referida. La tercera y última fase consiste simplemente en la aplicación del modelo a cada una de las edades, calidades de estación y tratamientos de las mencionadas tablas de producción, generando así las correspondientes distribuciones diamétricas.
P
DISPOSITIVO EXPERIMENTAL E INVENTARIO n este estudio se han empleado las 104 parcelas que fueron utilizadas para la elaboración de las tablas de producción de pino silvestre en la sierra de Guadarrama (ROJO y MONTERO, 1996), y en dicho trabajo se puede encontrar información detallada al respecto. Del total de parcelas, 65 fueron inventariadas en el pinar de Valsaín (Segovia), y las restantes 39, en los montes de Cercedilla y Navacerrada (Madrid). Dichas parcelas se seleccionaron en zonas con arbolado homogéneo en edad y altura, y con pies repartidos regularmente, tratando de cubrir todas las clases de edad y calidades existentes. Las calidades de estación, establecidas en ese mismo estudio, se corresponden con unos índices de sitio de 17, 20, 23, 26 y 29 m de altura dominante a una edad de referencia de 100 años (ROJO y MONTERO, 1996). En la tabla 1 se muestra el reparto de dichas parcelas por clases de calidad e intervalos de edades. El tamaño de las parcelas fue variable, siguiendo el criterio de utilizar siempre la máxima superficie posible y con la única restricción de que se incluyeran en cada una al menos 30 pies inventariables (con diámetro normal mayor de 5 cm). De esta forma, las parcelas
E
36
Clases de calidad
Clases de edad
<17
17
20
23
26
29
>29
30-60
2
2
1
6
6
6
2
25
60-90
2
-
6
8
6
1
1
24
90-120
-
3
9
10
5
-
-
27
120-150
3
1
3
5
4
-
-
16
150-180
-
3
4
-
1
1
-
9
>180
2
1
-
-
-
-
-
3
Total
9
10
23
29
22
8
3
104
Total
Tabla 1.- Distribución de las parcelas por clases de edad y calidad
más jóvenes fueron las que resultaron de menor tamaño, mientras que en las masas adultas fue necesario delimitar superficies mayores. Así, las superficies replanteadas variaron entre los 33 y los 2.048 m2, con un tamaño medio de parcela próximo a los 700 m2. Por lo que respecta al trabajo que aquí se presenta, en cada una de las parcelas se llevó a cabo un inventario diamétrico de todos los pies con diámetro normal igual o superior a 5 cm, con aproximación al milímetro y en dos direcciones perpendiculares, siendo una de ellas la correspondiente a la curva de nivel. Además, se seleccionó aleatoriamente una muestra de 20 árboles tipo por parcela, a los que se midió su altura total para estimar la altura media, y en uno de cada cuatro árboles tipo (cinco por parcela) se midió también la edad, con barrena y a 0,30 m, para obtener la edad media de la parcela. Finalmente, a partir de la distribución diamétrica de cada parcela se seleccionaron los 100 árboles más gruesos por hectárea, cuya altura se midió para estimar la altura dominante de las parcelas. AJUSTE DE UN MODELO MATEMÁTICO A LAS DISTRIBUCIONES DIAMÉTRICAS DE LAS PARCELAS a primera decisión que es necesario tomar es la elección de la amplitud o tamaño de clase diamétrica a emplear en los ajustes. Dicha amplitud debe ser lo suficientemente pequeña como para que exista un número de clases diamétricas adecuado para realizar un
buen ajuste de las funciones elegidas, pero a la vez debe ser lo bastante grande como para que exista un número de árboles representativo dentro de cada clase, de manera que no se produzca una dispersión excesiva de los datos. Teniendo en cuenta estas consideraciones y los resultados conseguidos en otros estudios, en este trabajo se ha elegido un tamaño de clase diamétrica de 2 cm. Para la elección de la función más adecuada para realizar el ajuste de las distribuciones diamétricas se ha acudido a la bibliografía, resultando que la práctica totalidad de los estudios de este tipo, tanto en España (ORTEGA, 1989; ERVITI, 1991; GARCÍA LÓPEZ, 1994; ÁLVAREZ GONZÁLEZ, 1997; CONDÉS, 1997; ESPINEL et al., 1997; DEL RÍO, 1998; GARCÍA GÜEMES, 1999; LÓPEZ SÁNCHEZ, 2000; ÁLVAREZ TABOADA, 2000) como en el extranjero (RENNOLLS et al., 1985; PASCOA, 1987; LEJEUNE, 1994; MALTAMO et al., 1995; etc.), utilizan la función de distribución de Weibull, por su gran flexibilidad y por los buenos ajustes que proporciona con muy diferentes especies. La expresión de la función de densidad de Weibull es: [1]
L
Donde “x” es la variable aleatoria, “a” es un parámetro de situación, “b” un parámetro de escala y “c” un parámetro de forma. Todos estos paráme-
2014. N.o 61
tros toman valores mayores o iguales que cero, y según varían, la función de Weibull presenta formas muy diversas, lo que le proporciona una gran flexibilidad a la hora de su ajuste. Integrando la función de densidad [1] se obtiene la función de distribución de Weibull [2], que expresa frecuencias acumuladas, y cuya ecuación resulta más sencilla. [2]
Para estimar los parámetros de la distribución de Weibull se han probado diferentes métodos, entre los cuales ha resultado más adecuado el denominado método de los momentos estadísticos de la distribución (ÁLVAREZ TABOADA, 2000), considerando los resultados de las pruebas de bondad del ajuste (p. ej., test de Kolmogorov-Smirnov) y de análisis de residuos.
Sin embargo, no se han utilizado las expresiones anteriores, sino las que corresponden a la función biparamétrica de Weibull, en la que el parámetro “a” es igual a cero, pues es la que mejores resultados ha proporcionado (ÁLVAREZ TABOADA, 2000) y la que se utiliza habitualmente en otros trabajos con resultados muy satisfactorios (LÓPEZ SÁNCHEZ, 2000; ÁLVAREZ GONZÁLEZ, 1997). Por tanto, la expresión biparamétrica de la función de densidad de Weibull es: [3]
Este método, que fue descrito por SHIFLEY y LENTZ (1985), determina los parámetros de forma “c” y de escala “b” directamente a partir de la media ( ) y la varianza de la muestra (s2) de los diámetros de cada parcela mediante las siguientes expresiones (cuando el valor del parámetro “a” es cero, como en este caso): [5]
donde es la media muestral (mm), s2 la varianza muestral (mm2) y G[i] el valor de la función Gamma en el punto i. Como la ecuación [7] solo depende de “c” se puede resolver iterativamente, obteniéndose una estimación de dicho parámetro, y para ello se diseñó un programa ejecutable en SASTM. Una vez obtenido el valor de “c” se puede calcular “b” a partir de la ecuación [8]. De esta manera, se ha calculado el valor de los dos parámetros de la función de Weibull para cada una de las 104 parcelas de ensayo.
[6]
y la correspondiente función de distribución (frecuencias acumuladas): [4]
Esta función de distribución es la que se ha empleado para realizar el ajuste de las distribuciones de frecuencias (relativas y acumuladas) de las 104 parcelas, de forma tal que F(x) es la frecuencia relativa acumulada de árboles con un diámetro menor o igual a x. Por tanto, para estimar las predicciones del modelo para una clase diamétrica de centro i se debe introducir en la ecuación [4] el extremo superior de esa clase diamétrica (i + 10) en mm.
donde m es la media poblacional, s2 la varianza poblacional y G[i] el valor de la función Gamma en el punto i. Empleando los estimadores para m y s2 para s 2, calculados a partir de la muestra, y reordenando los términos de las ecuaciones [5] y [6], se obtienen las expresiones: [7]
[8]
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
37
En la tabla 2 se muestran los valores medios, máximos y mínimos, así como la desviación típica de los parámetros de la función de distribución Weibull ajustados a partir de las distribuciones reales de las parcelas mediante el método de los momentos. Para la validación de esos ajustes se han empleado diversos criterios de comparación basados en los residuos (diferencias entre los valores reales y los valores predichos), como son el sesgo, el error medio absoluto (EMA), el error medio cuadrático (EMC) y la diferencia entre colas (DIFCOLAS), que es la diferencia entre la frecuencia máxima observada (1) y la que se obtiene para la clase diamétrica superior en la modelización. En la tabla 3 se muestran sus valores promedio. Finalmente, para comprobar la bondad de tales ajustes se ha utilizado el test de Kolmogorov-Smirnov (SOKAL y ROHLF, 1981), con el objeto de determinar si las distribuciones diametrales predichas por el ajuste y las reales son muestras de una misma población. Este test no sirve para validar el método de predicción, pero verifica que los modelos observados y predichos son similares en las masas de Pinus sylvestris estudiadas. Las parcelas excluidas por este test a un nivel de significación del 20 %, que fueron cinco, no se han empleado en los ajustes posteriores para la modelización de la función de Weibull a partir de las variables de masa. Sin embargo, a la hora de volver a estimar las distribuciones diamétricas con las ecuaciones en función del diámetro medio cuadrático sí se han empleado todas las parcelas, para tener un mismo número de datos y que los resultados sean más fácilmente comparables. MODELIZACIÓN DE LA FUNCIÓN DE WEIBULL A PARTIR DE LAS VARIABLES DE MASA DE LA TABLA DE PRODUCCIÓN a segunda fase de este trabajo consiste en obtener relaciones sencillas entre los parámetros que definen la función de distribución de Weibull correspondiente a cada parcela y aquellas variables de masa cuyo valor futuro se puede obtener directamente de la tabla de producción de pino silvestre en el Guadarrama. Mediante tales relaciones se puede reconstruir la distribución diamétrica de
L
38
Parámetro
Media
Desv. típic.
Máximo
b
294,91848
117,40061
540,02914
c
4,60261
1,45580
9,23419
Mínimo 75,97778 2,33139
Tabla 2. Caracterización de los parámetros de la función de Weibull ajustados utilizando el método de los momentos
Sesgo 0,0003406
EMA 0,0194198
EMC 0,0008029
DIFCOLAS 0,0065538
Tabla 3. Comparación de valores promedio del Sesgo, EMA (error medio absoluto), EMC (error medio cuadrático) y DIFCOLAS (diferencia entre colas) para el método de los momentos
Sesgo 0,0006561
EMA 0,0201323
EMC 0,0008700
DIFCOLAS 0,0008700
Tabla 4. Comparación de los valores promedio del Sesgo, EMA (error medio absoluto), EMC (error medio cuadrático) y DIFCOLAS (diferencia entre colas) para el método de recuperación de parámetros
la masa a cualquier edad, prediciendo los parámetros “b” y “c” a partir de los valores de una o varias variables de masa a esa edad extraídos de la tabla, o bien estimados a partir de ellos, obteniéndose así las denominadas tablas de rodal. En general, las variables de las tablas de producción que se suelen utilizar son la densidad, la altura dominante, el diámetro medio cuadrático y el área basimétrica. En ocasiones pueden incluirse el diámetro medio aritmético y la altura media. Para probar qué variables proporcionan un mejor ajuste, en este trabajo se ha utilizado el denominado método de recuperación de parámetros. Dicho método se basa en estimar directamente las variables que forman parte de las ecuaciones [5] y [6] para el cálculo de los parámetros “b” y “c” de la función de Weibull (diámetro medio aritmético y varianza), en función de las variables que aparecen o están muy relacionadas con las de la tabla de producción (por ejemplo, el diámetro medio cuadrático). Se ha elegido el método de recuperación de parámetros por ser el que mejores ajustes ha proporcionado en comparación con los de estimación de parámetros (ÁLVAREZ TABOADA, 2000), así como por su amplia utilización en trabajos de este tipo (KNOWE et al., 1997). Según las ecuaciones [7] y [8], los parámetros “b” y “c” únicamente de-
penden del diámetro medio aritmético ( ) y de la varianza (s2), que están relacionados entre sí y con el diámetro medio cuadrático (dg) mediante la conocida relación: [9]
Por esta razón, para aplicar el método de recuperación de parámetros a las distribuciones ajustadas según el método de los momentos únicamente ha sido preciso establecer una nueva relación estadística entre el diámetro medio aritmético ( ) y el cuadrático (dg), variable cuyo valor puede obtenerse de las tablas de producción. La relación establecida ha sido (para valores en mm de ambos diámetros): = -10,328570 + 1,003810 · dg R2= 0,9987 [10] El análisis de validación de los ajustes de las distribuciones diamétricas obtenidos por recuperación de parámetros se ha realizado comparando las frecuencias reales y las predichas por el modelo, y sus resultados se muestran en la tabla 4. Una vez estimadas por este método las distribuciones diamétricas a partir del diámetro medio cuadrático, se ha realizado de nuevo el test de Kolmogorov-Smirnov para detectar
2014. N.o 61
aquellas distribuciones en las que el modelo predicho y el observado no pertenecen a la misma población. El porcentaje de parcelas excluidas resultó del 6,6 %, lo que pone de manifiesto la adecuación del modelo en cuanto a este test. Por tanto, el método de los momentos con recuperación de parámetros resulta muy preciso si se tienen en cuenta las distribuciones del sesgo por clases diamétricas, las diferencias entre colas y el porcentaje de parcelas excluidas. Estos resultados, unidos a su sencilla modelización, aconsejan su empleo para la elaboración de unas tablas de rodal de aplicación a las masas de Pinus sylvestris en la sierra de Guadarrama. MODELO DE DISTRIBUCIONES DIAMÉTRICAS n definitiva, las ecuaciones que definen el modelo construido (ÁLVAREZ TABOADA, 2000) son las siguientes: [11]
E
donde F(x) es el número de pies por hectárea en la clase diamétrica de extremo superior x (mm); N (pies/ha) es la densidad; “b” y “c” son los parámetros de la función de Weibull; (mm) es el diámetro medio aritmético; dg (mm), el diámetro medio cuadrático; s2 (mm2), la varianza muestral, y G[i], el valor de la función Gamma en el punto i. Para utilizar el modelo se parte del diámetro medio cuadrático y del número de pies, obtenidos a partir de una tabla de producción o, por ejemplo, de un inventario relascópico. Empleando la ecuación [10] se estima el diámetro medio ( ). Conocidos el diámetro medio cuadrático (dg) y el diámetro medio ( ), con la expresión [9] se calcula la varianza muestral (s2). A partir de estos valores, el parámetro c de la función de Weibull se obtiene resolviendo la ecuación [7] (por ejemplo, con una hoja de cálculo y un procedimiento
iterativo). Posteriormente, el parámetro b de la función de Weibull se estima a partir de la ecuación [8], una vez conocido c. Finalmente, la distribución de frecuencias absolutas acumuladas para cada clase diamétrica se genera a partir de la ecuación [1], siendo x (mm) el extremo superior de la clase diamétrica objetivo. DISTRIBUCIONES DIAMÉTRICAS PARA LAS TABLAS DE PRODUCCIÓN DE Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA continuación se presentan (tablas 5 a 14) las distribuciones diamétricas generadas por el modelo antes descrito (ÁLVAREZ TABOADA, 2000) para cada una de las edades, calidades y tratamientos de las tablas de producción de Pinus sylvestris para la sierra de Guadarrama (ROJO y MONTERO, 1996).
A
[7]
[8]
[9]
[10]
= -10,328570 + 1,003810 · dg
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C. D.
EDAD (años)
(cm)
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60
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80
90
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110
120
130
140
150
160
170
180
6
10.024
3.611
992
179
42
11
4
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
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390
1.094
633
183
56
18
7
3
1
1
1
1
-
-
-
-
-
10
454
773
657
255
91
32
14
6
4
2
1
1
1
1
1
1
-
12
207
478
591
312
130
52
24
12
7
5
3
1
2
1
1
1
1
14
90
260
463
340
169
75
37
20
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7
5
4
2
2
1
2
1
16
39
127
320
333
201
101
53
29
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8
6
5
4
3
2
2
18
16
55
193
290
216
125
71
41
26
17
12
9
7
6
5
4
4
20
6
22
104
227
214
143
90
55
37
25
18
14
11
9
8
7
5
22
2
8
48
158
193
153
105
70
48
34
25
19
16
13
11
9
8
24
1
2
20
96
155
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116
82
59
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15
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26
1
1
7
52
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136
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92
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33
28
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18
16
28
-
-
2
24
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111
113
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50
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27
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20
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-
-
1
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42
83
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94
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42
38
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29
27
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-
-
-
4
20
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79
86
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55
49
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39
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34
-
-
-
1
9
32
56
71
74
71
66
60
54
49
45
41
38
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-
-
-
-
4
17
36
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-
-
-
-
1
7
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-
-
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-
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-
1
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44
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44
44
44
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-
-
-
-
-
1
6
12
19
25
30
33
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46
-
-
-
-
-
-
1
2
6
11
15
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24
26
29
32
32
48
-
-
-
-
-
-
-
1
2
5
9
12
15
18
21
23
25
50
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
4
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9
11
13
15
18
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-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
4
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54
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
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2
2
2
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-
-
-
-
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-
1
2
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58
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-
-
-
-
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-
-
-
-
1
1
1
60
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
Tabla 5. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN MODERADO DE CLARAS (TRATAMIENTO C); CALIDAD 17
BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ GONZÁLEZ, J. G. (1997). Análisis y caracterización de las distribuciones diamétricas de Pinus pinaster Ait. en Galicia. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid, 240 p. ÁLVAREZ TABOADA, M. F. (2000). Caracterización de las distribuciones diamétricas de Pinus sylvestris L. en la Sierra de Guadarrama. Proyecto Fin de Carrera. E.P.S. de Lugo. Universidade de Santiago de Compostela, 290 p. CONDÉS, S. (1997). Simulación de parcelas arboladas con datos del Segundo Inventario Forestal Nacional. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid, 260 p. DEL RÍO, M. (1998). Régimen de claras y modelo de producción para Pinus sylvestris
40
L. en los Sistemas Central e Ibérico. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid, 219 p. ERVITI, J.J. (1991). Desarrollo de modelos de crecimiento y producción de las masas forestales de Pinus halepensis Mill. en España. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid, 319 p. ESPINEL, S.; CANTERO, A. y SÁENZ, D. (1997). Un modelo de simulación para rodales de Pinus radiata en el País Vasco. Montes, 48: 34-38. GARCÍA GÜEMES (1999). Modelo de simulación selvícola para Pinus pinea L. en la provincia de Valladolid. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid, 221 p. GARCÍA LÓPEZ, J. (1994). Short description of the Navafría pine forest and its mana-
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2014. N.o 61
EDAD-(años)
C.D. (cm)
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2.485
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-
-
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-
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561
808
482
126
33
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3
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
12
267
563
504
174
52
17
7
3
2
1
1
1
1
-
-
-
-
14
120
345
464
217
77
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12
5
3
2
1
1
1
1
1
1
-
16
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187
379
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19
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5
3
3
1
1
1
1
1
1
18
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89
273
254
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14
8
5
3
3
2
1
2
1
1
20
8
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173
236
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21
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8
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12
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6
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3
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5
4
4
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82
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9
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27
25
40
-
-
-
-
3
17
36
49
53
52
49
44
40
37
33
30
28
42
-
-
-
-
1
7
22
36
44
47
46
45
41
38
36
34
32
44
-
-
-
-
-
3
12
24
34
40
42
41
41
39
37
35
33
46
-
-
-
-
-
2
5
15
24
30
35
37
37
37
36
36
35
48
-
-
-
-
-
-
3
7
15
22
26
30
33
34
34
33
33
50
-
-
-
-
-
-
1
4
8
14
19
23
26
27
29
30
30
52
-
-
-
-
-
-
-
1
5
8
11
15
18
22
23
24
25
54
-
-
-
-
-
-
-
1
1
4
7
9
13
14
17
19
20
56
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
5
7
10
11
13
14
58
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
4
5
7
8
9
60
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
2
3
5
6
62
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
2
2
64
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
66
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
Tabla 6. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN MODERADO DE CLARAS (TRATAMIENTO C); CALIDAD 20
Proyecto Fin de Carrera. E. P. S. de Lugo. Universidade de Santiago de Compostela, 350 p. MALTAMO, M.; PUUMALAINEN, J. y PÄIVINEN, R. (1995). Comparison of beta and Weibull functions for modelling basal area diameter distribution in stands of Pinus sylvestris and Picea abies. Scandinavian Journal of Forest Research,10: 284-295. ORTEGA, A. (1989). Modelos de evolución de las masas de Pinus sylvestris L. Tesis Doctoral. E. T. S. I. de Montes.
Universidad Politécnica de Madrid, 294 p. PASCOA, F. (1987). Estrutura, crescimento e produçao em povomentos de pinheiro bravo. Un modelo de simulaçao. Tesis Doctoral. Universidade Técnica de Lisboa, 241 p. RENNOLLS, K.; GEARY, D.N. y ROLLINSON, T.J.D. (1985). Characterizing diameter distributions by the use of the Weibull distribution. Forestry 58(1): 57-66. ROJO, A. y MONTERO, G. (1996). El pino silvestre en la Sierra de Guadarrama.
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid, 293 p. SHIFLEY, S. y LENTZ, E. (1985). Quick estimation of the tree-parameter Weibull to describe tree size distributions. Forest Ecology and Management, 13: 195-203. SOKAL, R.R.; ROHLF, F.J. (1981). Biometry. W.H. Freeman and Company. 2.ª edición. New York. 859 p. WEIBULL, W. (1951). A statistical distribution function of wide applicability. J. Applied Mechanics, 18(3): 293-297.
41
C. D. (cm) 6
EDAD (años) 20
30
40
6.959 1.592 243
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
23
3
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
510
836
237
34
6
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
655
776
320
57
12
3
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
330
622
379
88
20
6
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
14
154
434
398 122
33
10
3
2
1
1
1
-
-
-
-
-
-
16
66
267
374 155
47
16
7
3
1
1
1
1
1
-
-
-
-
18
27
145
313 180
65
23
10
5
3
1
1
1
1
1
1
1
-
20
10
69
234 194
83
34
14
7
3
3
2
2
1
1
1
1
1
22
4
28
154 191 100
44
21
10
6
4
2
2
1
1
1
1
1
24
1
11
90
173 113
56
28
15
9
5
4
2
2
1
2
1
1
26
1
4
46
142 120
67
36
21
12
8
6
5
4
3
2
2
2
28
-
1
20
105 117
77
44
26
17
12
8
5
4
4
3
2
2
30
-
-
8
69
106
83
53
33
21
14
10
9
7
5
4
4
4
32
-
-
2
40
89
84
60
40
27
19
14
10
8
7
6
6
4
34
-
-
1
20
67
80
64
45
32
24
18
15
11
10
8
7
6
36
-
-
-
9
46
70
64
51
38
29
22
17
15
12
11
9
8
38
-
-
-
4
28
56
62
53
42
34
27
22
18
16
13
12
11
40
-
-
-
1
14
41
54
53
45
37
30
26
21
19
16
14
13
42
-
-
-
-
7
27
44
49
45
40
34
29
26
22
20
18
16
44
-
-
-
-
3
16
33
42
43
40
36
32
28
26
23
21
18
46
-
-
-
-
1
8
22
34
39
39
37
34
31
28
26
24
22
48
-
-
-
-
-
4
14
25
33
35
35
33
31
30
27
26
24
50
-
-
-
-
-
1
7
16
24
29
32
32
31
30
29
27
26
52
-
-
-
-
-
1
3
10
18
23
26
28
29
28
28
28
27
54
-
-
-
-
-
-
1
5
10
16
21
24
25
26
26
26
25
56
-
-
-
-
-
-
1
2
6
10
14
17
21
22
23
23
24
58
-
-
-
-
-
-
-
1
3
6
9
13
15
16
18
19
20
60
-
-
-
-
-
-
-
-
1
3
6
7
10
12
14
15
17
62
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
5
6
8
10
11
12
64
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
4
4
5
7
8
66
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
3
4
4
5
68
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
2
70
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
72
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
Tabla 7. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN MODERADO DE CLARAS (TRATAMIENTO C); CALIDAD 23
42
2014. N.o 61
C. D. (cm) 6
EDAD (años) 20
30
40
5.709 1.035 120
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
8
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
559
662
135
14
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
767
686
200
26
4
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
418
617
261
43
8
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
206
483
305
63
13
4
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
16
92
334
322
88
20
6
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
18
39
202
306 113
30
9
3
1
1
1
1
-
-
-
-
-
-
20
14
108
263 134
42
14
6
2
1
1
1
1
1
-
-
-
-
22
5
51
201 149
54
19
7
4
2
1
1
1
1
1
1
-
-
24
2
20
137 154
68
27
11
6
3
2
1
1
1
1
1
1
1
26
1
8
83
147
80
35
16
7
4
2
2
2
1
1
1
1
1
28
-
2
43
128
89
43
20
11
7
4
3
2
1
1
1
1
1
30
-
1
20
102
93
52
26
14
8
6
4
2
2
2
1
1
1
32
-
-
8
73
91
59
33
19
12
7
5
5
4
3
2
2
2
34
-
-
3
47
83
63
39
23
15
10
7
5
4
3
3
3
2
36
-
-
1
27
70
66
44
29
19
13
10
7
6
5
4
3
3
38
-
-
-
13
54
63
48
33
23
16
12
10
8
6
6
5
4
40
-
-
-
5
37
56
50
37
27
20
16
12
9
8
7
6
5
42
-
-
-
2
23
47
49
40
31
23
18
15
13
10
8
8
7
44
-
-
-
1
12
36
46
41
33
26
22
18
15
13
12
10
9
46
-
-
-
-
6
25
39
40
36
30
25
21
18
15
13
12
11
48
-
-
-
-
3
15
31
37
35
31
27
24
20
18
16
14
13
50
-
-
-
-
1
9
22
31
33
31
28
25
23
20
18
17
15
52
-
-
-
-
-
4
15
25
30
30
29
27
25
22
21
19
18
54
-
-
-
-
-
1
9
18
24
28
27
26
25
24
22
20
19
56
-
-
-
-
-
1
4
11
18
22
25
25
24
23
23
22
21
58
-
-
-
-
-
-
2
7
13
18
21
22
23
23
22
22
21
60
-
-
-
-
-
-
1
4
7
13
16
19
20
21
21
21
21
62
-
-
-
-
-
-
-
1
5
8
11
14
16
17
18
18
18
64
-
-
-
-
-
-
-
1
2
5
7
9
12
14
15
16
17
66
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
4
7
8
10
11
13
15
68
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
3
3
5
7
8
9
12
70
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
3
3
5
5
7
72
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
3
4
8
74
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
5
76
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
3
78
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
80
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
Tabla 8. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN MODERADO DE CLARAS (TRATAMIENTO C); CALIDAD 26
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
43
C. D.
EDAD (años)
(cm)
20
30
40
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
6
4.706
686
59
3
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
569
508
76
6
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
828
576
120
11
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
484
568
170
21
4
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
253
491
217
32
5
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
16
119
373
251
47
9
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
18
51
251
266
65
14
4
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
20
19
149
255
83
21
6
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
22
8
77
222 102
28
8
3
1
1
1
1
-
-
-
-
-
-
24
2
35
174 116
37
12
5
2
1
1
1
1
-
-
-
-
-
26
1
13
122 124
48
16
6
3
2
1
1
1
1
1
-
-
-
28
-
5
76
123
58
22
9
4
2
2
1
1
1
1
1
1
1
30
-
2
41
113
66
28
12
6
4
2
2
1
1
1
1
1
1
32
-
-
20
96
73
35
16
8
4
3
2
1
1
1
1
1
1
34
-
-
8
74
75
41
20
11
6
4
3
2
2
2
1
1
1
36
-
-
3
52
73
46
25
13
9
5
3
3
2
1
1
2
1
38
-
-
1
31
66
51
30
18
10
7
5
4
3
3
2
1
2
40
-
-
-
18
56
52
34
20
14
9
7
5
4
3
3
3
2
42
-
-
-
8
42
51
37
25
16
12
8
6
5
5
4
3
2
44
-
-
-
3
30
47
40
28
20
14
11
9
7
5
4
4
4
46
-
-
-
2
18
40
40
31
23
17
13
10
8
7
6
5
5
48
-
-
-
-
10
32
38
33
26
20
16
13
11
9
7
7
6
50
-
-
-
-
5
22
33
33
27
22
18
15
12
11
10
8
7
52
-
-
-
-
2
15
28
31
29
25
20
17
15
13
11
10
9
54
-
-
-
-
1
8
22
28
28
25
22
19
17
15
13
11
11
56
-
-
-
-
-
4
14
24
26
25
23
21
18
16
14
14
12
58
-
-
-
-
-
2
10
18
22
24
23
21
20
18
17
15
15
60
-
-
-
-
-
1
5
12
19
21
22
21
20
19
18
17
15
62
-
-
-
-
-
-
2
9
14
18
19
20
20
19
18
17
17
64
-
-
-
-
-
-
1
4
9
14
17
18
18
19
18
18
17
66
-
-
-
-
-
-
1
2
6
9
13
15
16
16
17
17
17
68
-
-
-
-
-
-
-
1
3
6
9
11
13
15
15
15
15
70
-
-
-
-
-
-
-
1
2
4
6
8
10
11
12
13
14
72
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
3
6
7
8
10
11
11
74
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
4
6
7
9
9
9
76
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
3
5
5
6
8
78
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
2
4
5
4
80
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
2
3
82
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
84
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
Tabla 9. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN MODERADO DE CLARAS (TRATAMIENTO C); CALIDAD 29
44
2014. N.o 61
C. D. (cm) 6
EDAD (años) 20
30
40
10.024 3.172 618
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
48
7
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
61
11
3
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
97
20
5
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
8
390
10
454
768
519
12
207
489
512 136
34
10
4
2
1
1
1
1
-
-
-
-
-
14
90
276
442 173
51
16
7
3
2
1
1
1
1
1
1
1
1
16
39
138
337 199
70
24
10
6
3
2
1
1
1
1
1
1
1
18
16
61
226 210
89
35
16
8
5
3
3
3
2
1
1
2
2
20
6
25
134 200 107
46
23
12
8
5
4
3
3
3
2
2
2
22
2
9
69
173 118
59
30
17
11
8
6
5
4
4
4
3
3
24
1
3
32
135 123
70
40
24
16
11
8
7
6
6
5
5
4
26
1
1
12
94
117
79
49
30
21
14
12
10
9
8
7
7
7
28
-
-
4
58
102
84
57
38
27
20
16
14
12
11
10
9
9
30
-
-
2
31
81
83
63
44
33
24
21
17
15
14
14
12
12
32
-
-
-
15
58
77
65
50
39
30
26
23
20
19
17
17
16
34
-
-
-
6
37
64
65
54
45
36
30
27
25
23
22
20
19
36
-
-
-
2
21
50
59
55
47
39
35
31
29
27
25
24
24
38
-
-
-
1
10
35
49
51
48
43
39
36
32
32
30
29
28
40
-
-
-
-
5
21
38
46
46
44
41
38
36
35
33
32
31
42
-
-
-
-
1
12
27
37
41
42
40
39
38
36
36
34
34
44
-
-
-
-
1
6
17
28
34
37
38
37
36
36
35
35
35
46
-
-
-
-
-
2
9
19
25
31
33
34
34
34
34
34
34
48
-
-
-
-
-
1
4
11
18
24
26
28
30
30
31
31
30
50
-
-
-
-
-
-
2
6
11
17
19
22
23
24
25
26
27
52
-
-
-
-
-
-
1
2
6
11
13
15
17
18
19
20
21
54
-
-
-
-
-
-
-
2
2
5
8
10
11
13
14
15
15
56
-
-
-
-
-
-
-
-
1
3
4
6
7
7
8
9
9
58
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
2
4
4
5
5
6
60
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
3
3
3
62
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
1
1
64
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1.045 458
Tabla 10. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN FUERTE DE CLARAS (TRATAMIENTO E); CALIDAD 17
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
45
C. D. (cm) 6
EDAD (años) 20
30
40
8.427 2.123 294
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
15
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
461
934
269
22
3
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
561
789
350
40
7
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
267
575
397
61
10
3
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
120
367
398
88
18
4
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
16
51
206
357 114
28
8
3
2
1
1
1
1
-
-
-
-
-
18
20
103
283 136
38
12
5
2
2
1
1
1
1
1
1
1
1
20
8
45
200 153
51
17
7
3
2
1
1
1
1
1
1
1
1
22
3
17
124 156
64
24
10
6
3
2
2
1
1
1
1
1
1
24
1
6
68
147
77
32
15
7
4
3
2
2
2
2
1
1
1
26
1
2
32
126
85
40
20
11
7
5
4
3
2
2
2
2
2
28
-
1
13
98
89
48
25
14
9
7
5
4
4
3
3
3
2
30
-
-
5
69
88
55
32
19
12
9
7
6
5
4
4
4
4
32
-
-
2
42
79
60
37
23
16
12
10
8
6
6
6
5
5
34
-
-
-
23
66
62
43
29
20
15
12
10
9
8
7
7
7
36
-
-
-
11
50
59
47
33
24
19
15
14
11
11
10
9
9
38
-
-
-
5
34
54
48
37
29
22
19
16
15
13
13
12
12
40
-
-
-
1
21
44
46
39
31
26
23
20
17
16
15
15
14
42
-
-
-
1
11
33
43
40
35
30
26
23
20
20
18
18
17
44
-
-
-
-
5
23
35
38
35
31
28
26
24
22
22
20
20
46
-
-
-
-
2
15
28
34
34
33
30
28
26
25
23
23
23
48
-
-
-
-
1
7
20
28
31
31
30
29
27
26
26
25
25
50
-
-
-
-
-
4
12
22
27
28
29
28
27
27
26
27
26
52
-
-
-
-
-
1
7
15
21
24
25
26
26
26
26
25
25
54
-
-
-
-
-
1
4
10
15
19
22
23
24
24
24
24
24
56
-
-
-
-
-
-
1
5
10
14
16
18
19
20
21
22
22
58
-
-
-
-
-
-
1
2
6
8
11
13
16
17
17
17
17
60
-
-
-
-
-
-
-
1
3
6
8
10
11
11
12
13
14
62
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
4
5
7
8
9
9
9
64
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
3
4
5
5
6
6
66
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
2
3
3
3
68
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
1
2
70
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
Tabla 11. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN FUERTE DE CLARAS (TRATAMIENTO E); CALIDAD 20
46
2014. N.o 61
C. D. (cm) 6
EDAD (años) 20
30
40
6.959 1.383 139
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
5
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
510
766
151
8
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
655
732
217
16
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
330
604
275
27
4
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
154
435
312
42
6
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
16
66
275
318
59
10
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
18
27
154
292
78
16
4
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
20
10
75
239
97
22
6
2
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
22
4
32
176 111
30
9
3
2
1
1
1
1
1
1
-
-
-
24
1
12
114 120
39
13
5
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
26
1
4
66
119
49
18
7
3
2
2
1
1
1
1
1
1
1
28
-
2
32
111
57
22
10
5
3
2
1
1
1
1
1
1
1
30
-
-
14
94
64
29
13
7
4
2
2
2
1
2
1
1
1
32
-
-
6
72
68
34
17
9
6
4
3
2
2
2
2
2
2
34
-
-
1
49
68
40
21
12
7
6
4
4
3
2
3
2
2
36
-
-
1
31
62
45
25
15
10
7
6
4
4
4
3
3
3
38
-
-
-
17
54
46
30
19
13
10
7
6
5
5
4
5
4
40
-
-
-
7
42
47
33
22
15
11
9
8
7
6
6
5
6
42
-
-
-
4
30
44
36
25
18
15
12
10
9
8
8
8
7
44
-
-
-
1
20
38
36
28
22
17
14
12
11
10
9
9
9
46
-
-
-
-
11
31
35
30
24
20
16
15
13
12
12
11
11
48
-
-
-
-
5
22
32
31
26
22
19
16
15
15
13
13
13
50
-
-
-
-
3
16
27
29
26
24
21
20
18
17
16
16
15
52
-
-
-
-
1
9
21
26
27
25
23
20
19
18
18
17
17
54
-
-
-
-
-
5
15
22
24
24
23
22
21
21
19
19
19
56
-
-
-
-
-
2
10
17
21
22
22
22
21
20
21
20
20
58
-
-
-
-
-
1
5
13
18
20
21
21
21
21
20
20
20
60
-
-
-
-
-
-
3
8
13
15
18
19
19
19
19
20
19
62
-
-
-
-
-
-
1
4
8
12
14
15
16
17
17
17
17
64
-
-
-
-
-
-
1
2
6
8
10
12
13
14
15
15
15
66
-
-
-
-
-
-
-
1
3
5
8
9
10
10
11
11
12
68
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
4
6
7
8
8
8
9
70
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
3
4
4
5
6
5
72
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
2
3
3
3
4
74
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
2
2
2
76
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
1
Tabla 12. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN FUERTE DE CLARAS (TRATAMIENTO E); CALIDAD 23
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
47
C. D.
EDAD (años)
(cm)
20
30
40
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
6
5.709
897
66
2
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
559
598
82
3
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
767
637
129
6
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
418
587
178
12
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
206
474
222
18
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
16
92
336
251
29
4
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
18
39
209
259
41
6
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
20
14
115
242
54
9
2
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
22
5
55
204
68
13
3
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
24
2
24
155
81
18
4
2
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
26
1
8
104
91
23
7
2
1
1
1
1
1
-
-
-
-
-
28
-
3
62
96
31
9
4
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
30
-
1
33
94
37
13
4
2
2
1
1
1
1
1
1
1
1
32
-
-
15
86
44
16
7
4
2
2
1
1
1
1
1
1
1
34
-
-
5
71
50
20
9
4
2
1
1
1
1
1
1
1
1
36
-
-
2
55
52
25
11
6
4
3
2
2
1
1
1
1
1
38
-
-
1
37
54
29
14
7
4
3
2
2
2
2
2
2
1
40
-
-
-
23
50
32
17
10
7
5
4
3
2
2
2
2
2
42
-
-
-
13
44
36
21
12
8
5
4
4
4
3
2
2
3
44
-
-
-
6
37
36
23
15
10
8
6
4
4
4
4
4
3
46
-
-
-
2
27
36
27
17
12
9
8
7
5
5
5
4
5
48
-
-
-
1
18
33
27
20
14
11
9
7
7
6
6
6
5
50
-
-
-
-
12
28
29
22
17
13
11
10
9
8
7
7
7
52
-
-
-
-
6
23
27
23
19
15
13
11
10
9
9
9
9
54
-
-
-
-
2
16
24
24
20
17
14
13
12
11
10
10
10
56
-
-
-
-
1
11
21
22
21
19
17
15
13
13
12
12
12
58
-
-
-
-
1
6
17
21
21
19
17
17
16
14
14
14
13
60
-
-
-
-
-
4
12
18
19
19
18
17
16
15
15
15
15
62
-
-
-
-
-
1
7
15
18
18
18
17
17
17
16
16
16
64
-
-
-
-
-
1
5
10
14
16
17
17
16
16
16
16
16
66
-
-
-
-
-
-
2
7
11
14
15
15
16
16
16
16
15
68
-
-
-
-
-
-
1
4
8
10
12
14
14
14
14
14
15
70
-
-
-
-
-
-
1
2
5
8
10
10
11
12
13
12
13
72
-
-
-
-
-
-
-
1
1
3
5
6
7
7
10
12
12
74
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
3
4
5
6
6
9
9
76
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
3
3
4
6
6
7
78
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
2
4
4
4
80
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
3
3
3
82
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
84
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
86
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
Tabla 13. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN FUERTE DE CLARAS (TRATAMIENTO E); CALIDAD 26
48
2014. N.o 61
C. D.
EDAD (años)
(cm)
20
30
40
50
60
70
80
90
100 110 120 130 140 150 160 170 180
6
4.706
577
32
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
8
569
449
44
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
10
828
524
74
2
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
12
484
532
110
5
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
14
253
476
148
9
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
16
119
375
183
13
2
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
18
51
261
206
21
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
20
19
159
215
29
4
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
22
8
87
203
39
5
2
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
24
2
40
176
49
9
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
26
1
17
136
60
11
3
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
28
-
6
96
70
15
4
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
-
30
-
1
59
76
20
5
2
1
1
1
-
-
-
-
-
-
-
32
-
1
32
78
25
7
2
1
1
1
1
1
-
-
-
-
-
34
-
-
15
75
30
9
4
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
36
-
-
6
67
36
12
4
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
38
-
-
2
55
40
15
6
3
1
2
1
1
1
1
1
1
1
40
-
-
1
41
42
19
8
4
3
1
1
1
1
1
1
1
1
42
-
-
-
28
43
22
10
5
3
2
1
1
1
1
1
1
1
44
-
-
-
17
41
25
12
6
4
3
3
2
1
2
1
1
1
46
-
-
-
8
38
27
15
9
5
4
2
3
2
2
2
2
2
48
-
-
-
5
31
29
17
10
7
4
4
3
3
2
2
2
2
50
-
-
-
1
23
30
20
12
8
6
5
4
3
3
3
3
3
52
-
-
-
1
17
28
21
14
10
8
6
5
5
4
4
3
3
54
-
-
-
-
10
25
22
16
11
8
7
6
5
5
4
5
5
56
-
-
-
-
6
21
23
18
14
11
9
7
7
6
6
5
5
58
-
-
-
-
3
16
22
19
15
12
10
9
8
8
7
7
7
60
-
-
-
-
1
12
19
19
16
13
11
10
9
8
8
8
8
62
-
-
-
-
1
7
17
18
17
15
13
12
11
11
10
9
9
64
-
-
-
-
-
4
13
17
16
15
14
13
12
11
10
11
11
66
-
-
-
-
-
3
9
15
16
16
15
14
13
12
12
12
12
68
-
-
-
-
-
-
6
11
15
14
14
14
13
14
13
12
12
70
-
-
-
-
-
-
4
9
12
14
14
14
14
13
13
13
13
72
-
-
-
-
-
-
2
6
9
12
13
12
13
13
13
13
13
74
-
-
-
-
-
-
-
4
7
11
11
12
12
13
13
13
13
76
-
-
-
-
-
-
-
1
6
8
10
11
11
11
12
12
12
78
-
-
-
-
-
-
-
1
3
5
7
8
9
10
10
10
10
80
-
-
-
-
-
-
-
1
2
4
5
7
7
8
8
8
8
82
-
-
-
-
-
-
-
-
1
2
4
4
5
5
6
6
6
84
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
2
4
4
5
5
5
86
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
2
1
2
2
2
2
88
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
2
2
2
90
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
1
1
1
Tabla 14. DISTRIBUCIÓN DIAMÉTRICA (N.o de pies/ha) PARA Pinus sylvestris EN LA SIERRA DE GUADARRAMA. RÉGIMEN FUERTE DE CLARAS (TRATAMIENTO E); CALIDAD 29
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
49
COLABORACIÓN
TÉCNICA
El alburno. Biología, aprovechamiento y ordenación (una reflexión sobre el “captura y cuelga”)
José Miguel Montoya Oliver
El alburno es un pez exótico, invasor y de humilde talla, lo que tal vez lo ha privado de recibir toda la atención científica y técnica que merece. Se estudian aquí su peculiar y compleja biología y sus refinadas técnicas de aprovechamiento; porque hacerlo es el primer paso para abordar la ordenación racional de su pesca. Se proponen en consecuencia las pautas a seguir en su manejo. Porque el debate sobre el “captura y cuelga” existe y es inevitable, parece recomendable plantearlo. Se exponen argumentaciones y perspectivas técnicas heterodoxas en esta controvertida materia.
BIOLOGÍA La especie El nombre científico de este precioso ciprínido es Alburnus alburnus L. (del latín albus, blanco, en referencia a su limpio color plateado). Pez veloz, delgado, aplanado y brillante. Su maxilar inferior prominente y su boca orientada claramente hacia arriba denuncian su condición trófica de pez de superficie, a diferencia de nuestros ciprínidos tradicionales1. Su amplia aleta anal y lo retrasado de su dorsal, así como su estrecho y largo pedúnculo caudal, son sus ca1. Sólo el calandino, no en vano llamado Rutilus alburnoides, tiene una tendencia similar, aunque bastante menos marcada.
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racterísticas morfológicas diferenciales más visibles respecto a nuestros peces de río, siendo también el origen de la sorprendente agilidad y llamativa velocidad que demuestran ante sus numerosos depredadores. Pez de plata, con grandes ojos de perla decorados con pequeños azabaches negros, el alburno vive en aguas más bien lentas, prefiriendo las de escasa vegetación subacuática (al menos mientras está activo), porque esta limitaría sus magníficas dotes de constante, hábil y rápido nadador. Rechaza las aguas orgánicas, desoxigenadas o demasiado fangosas. Su presencia es indicadora de unas condiciones por lo menos razonables de calidad hídrica. Resulta más resistente a la contaminación que cachuelos y bogas, pero menos que carpas, carpines,
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Ecología Omnívoro y oportunista, este gran nadador vive en aguas abiertas, como las sardinas en el mar, agrupándose como ellas para su defensa colectiva en grandes y divagantes cardúmenes, formados por ejemplares de tamaño similar: de igual “quinta”. No muestra tanta ligazón con sus refugios como la mayoría de nuestros peces, característica esta que es efecto de su temperamento de “aguas abiertas” y que comparte con su depredador ancestral: la lucioperca. En tiempos de aguas frías los cardúmenes se hacen mayores, concentrándose y acantonándose en aguas más profundas, mansas y con mejor temperatura. Así, se alejan de la orilla en los embalses y grandes ríos, ganando los mayores fondos y haciéndose casi imposibles de pescar. En ríos menores, caces y canales, se concentran en algunas orillas muy pobladas de enramadas y vegetación y en pozas y recodos de aguas mansas. Aunque comen menos con el frío, como animales de sangre fría que son, en ocasiones esta misma concentración permite seguir logrando buenos “rejones” a sus adictos. De procedencia centroeuropea, tras su introducción ilegal en España (desde 1910, aunque su expansión ha sido bastante reciente) el alburno ha demostrado su alta idoneidad ecológica para muchos de nuestros actuales embalses y ríos. Por su condición de especie exótica e invasora existe fuerte controversia técnica y científica sobre él; pero el debate parece un tanto superfluo desde
una perspectiva técnica: porque está ahí, inevitablemente va a seguir y probablemente se va a expandir. Lo sensato, por tanto, es asumir la realidad y aprovecharlo con racionalidad y buen sentido. El alburno está adaptado a aguas más mansas y abiertas que nuestras especies tradicionales y, sobre todo, resiste más que ellas la contaminación. Por eso complementa el nicho ecológico propio de nuestras especies autóctonas, ocupando muchos de los recientes medios artificiales, para los que estas no están bien adaptadas: embalses, ríos con aguas reguladas, aguas parcialmente contaminadas… No constan extinciones de especies autóctonas ligadas solo a la llegada del alburno. Tres características específicas, diferenciales respecto a nuestras especies tradicionales, definen el nicho ecológico que de forma natural ocupa: • Su constante actividad vital, apenas frenada en los tiempos de aguas más frías. • Su sorprendente capacidad para recuperar alimentos en aguas abiertas a todo lo largo, ancho y hondo de embalses y ríos. • El aprovechar, como planctófago que es, múltiples alimentos que no serían aprovechados por otras especies. Tan grande ha sido ese triple efecto de estas “sardinillas” o “boquerones” que en los embalses y ríos con alburno se ha incrementado notablemente
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percas sol y peces gato; diríamos que algo más que los barbos y parecido a los gobios. Porque es más de superficie que cualquiera de nuestras especies tradicionales, resulta más amante de la luz que ninguna de ellas; por eso, las aguas, orillas, horas y días más claros suelen ser los de mayor actividad para este pez caprichoso, imprevisible y errático. Pez “minitallero”, pertenece por derecho propio al gran bloque haliéutico de los “peces blancos”. Resulta similar en talla a nuestros cachuelos y madrillas, y es algo menor que las bogas. Miden 10-15 cm los normales, y poco más de 18 cm los más grandes, alcanzando muy rara vez los 20-25 cm. Pesan entre 15 y 50 gramos los más comunes (con media de 20-25 gramos) y pueden alcanzar como máximo hasta 250 gramos los muy excepcionales. En las pesquerías industriales del lago Lemán, 11 cm fue su talla mínima de captura. Adultos a los 2-3 años, y antes los machos que las hembras, viven hasta 6-7 años. Freza primaveral, y desde que la temperatura del agua supera los 15 grados. Usualmente a partir de marzo (abril-mayo suele ser su temporada de veda en otros países más fríos). Según su tamaño, las hembras ponen desde 1.000-2.500 huevos hasta unos 5.0007.000; siempre en fondos someros de gravillas o directamente sobre las plantas de las orillas. Nacerán sus larvas 2-3 semanas más tarde, según la temperatura de las aguas. Inicialmente se alimentan de fitoplancton y zooplancton.
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la biomasa piscícola total y la de los depredadores en particular, que le tienen hoy por su pez-pasto fundamental. Incluso los mismos barbos ¡y hasta las más pacíficas carpas! gracias a él han pasado a ser mayores y más abundantes; y etológicamente, más depredadores que antaño. Además, su resistencia a la contaminación lo ha hecho sobrevivir en algunas aguas como especie casi única de pez-blanco. Mientras que tras la degradación de su hábitat bogas y cachuelos se baten en dramática, triste, y diríamos que hasta diabólica retirada, el plateado alburno prospera y se expande. Ecológicamente es un claro estratega de la “r”. Las especies estrategas de la “r” se caracterizan por variaciones importantes en sus existencias a lo largo del tiempo, por tasas de crecimiento numérico muy elevadas pero erráticas, por su temprana madurez sexual, por una longevidad relativamente reducida y por unas dimensiones máximas más bien pequeñas. La frecuencia de sus excesos de densidad viene limitada por sus abundantes depredadores, y sus mayores aunque esporádicas pululaciones, por diversas enfermedades y parásitos de debilidad o equilibrio, destacando entre todos ellos la conocida tenia del alburno (Ligula intestinalis). Reguladora de sus mayores pululaciones, y siempre un tanto repugnante y asquerosa, si no se consume el pescado crudo no tiene ningún riesgo para el hombre. APROVECHAMIENTO Usos Es pez de fritada, usado como “pez de merendero” en las riberas de sus países de origen. Se emplea también como pez-cebo, vivo o muerto, para la pesca de sus depredadores naturales: lucio, lucioperca y perca en especial. Como pez-pasto alimenta a numerosos animales (peces ictiófagos, garzas y similares, cormoranes, nutrias, visones…). Su pesca recreativa con veleta es todo un arte que suscita auténtica pasión en otros países europeos, Francia e Italia en particular. Hoy en el nuestro decide los resultados finales no pocas competiciones de pesca al “coup” 2.
2 Término de origen francés de interpretación compleja. Inicialmente se refiere al punto o “golpe” (coup) de engodado y pesca. En nuestros días viene acotándose este término a la pesca con veleta y varal (caña sin anillas ni carrete).
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Arriba: pez gato, exótico, invasor, y tremendamente resistente al calor y a la contaminación de las aguas Abajo: el simpático gobio, un minitallero de fondo, como prueban su boca y sus bigotes
El equipo Calidad recreativa. Pesca fina y frecuentemente muy rápida, por el impresionante número de ejemplares que pueden llegar a cogerse. En competición es frecuente alcanzar los 1.000 ejemplares capturados en una manga de pesca de tres horas. La picada, señalada por la siempre hipnótica veleta (boya o corcho), es el hechizo del pescador, y el electrizante “cachete” posterior la más excelsa cumbre de su arte. Como con las egregias bogas, detectar atenta y astutamente la insensible y rápida picada del alburno, dejar morder, y en el “nanosegundo” exacto clavar, antes de que el casi eléctrico pez escupa veloz el cebo: tensa concentración, hábiles reflejos, templada velocidad, ritmo medido, movimientos precisos… y buen pulso en el veletero ¿Cómo considerar este delicado arte como una pesca menor? Algunos relacionan esta
pesca tan solo con la competición al “coup”. Otros creen que es solo una pesca apropiada para iniciar a niños y adolescentes; pero no pocos pescadores la practicarán de por vida. Las grandes marcas comerciales fabrican hoy materiales específicos y de alta calidad y precio para esta pesca, que en Europa mueve cifras económicas impresionantes en materiales, engodos y cebos. La caña. El alburno se pesca a pulso y casi siempre con varal, porque esta caña sin anillas ni carrete es la más sencilla y cómoda de cuantas existen: no pesa y minimiza los enredos. Porque casi siempre se pesca en corto y muy rápido, para el veloz alburno (ablette para los franceses, alborella para los italianos) conviene “hermanarse” con un varal, telescópico o enchufable, ligero, y con una acción muy rápida,
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El alburno viene a ser la alternativa a nuestras tradicionales y astutas bogas
El alburno y su espectacular tenia
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Escalos y cachuelos son peces amantes de aguas frescas y limpias
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muy de punta, y no mayor de 15-20 gramos. A estas cañitas suele llamárselas pardilleras, metralletas o alburneras. Hijuela. Hilos especiales llamados de “coup”, de nailon o de fluorocarbono, siendo tan importantes su suavidad y docilidad como su resistencia nominal. Línea un 2 % más gruesa que la hijuela. Aparejo. Longitud total del aparejo, desde el puntal hasta el anzuelo, un 10 % menos que el largo del varal para facilitar el rápido anzuelado del cebo y el inmediato desanzuelado del pez. Veleta. Dimensión proporcionada al grosor de la línea y al calado usado para lograr rápidamente la posición de pesca; aunque a la vez la menor posible para conservar la sensibilidad adecuada. Antena o pluma larga y bien visible, usualmente delgada por pescarse en corto. Quilla también larga, y mejor algo pesada para ganar en rapidez. La tendencia del alburno a desplazar lateralmente más que a hundir la veleta hace aconsejables antenas y quillas largas.
Distancia de pesca m
3-4
4-5
5-6
Varal de caña recomendado
2,40-2,70
3,00-3,30
3,60-3,90
Hijuela %
6-8-10
8-10-12
10-12-14
Varal recomendado
Peces más bien pequeños. Aguas muy claras
Peces medios. Aguas normales
Peces relativamente grandes. Aguas oscuras
Veleta
0,25-0,50
0,50
0,50-0,75
Peces y calados
Peces, distancias y calados pequeños
Peces, distancias y calados típicos
Peces, distancias y calados grandes
Anzuelo n.o
22-20
20-18
18-16
Cebo
Alburno pequeños. Alburnos mediaAlburnos grandes Gusano del fango y nos. Gusanos blan- Gusanos blancos y "pikis" cos comunes masillas
Plomos. Perdigones hendidos, pequeñitos, ecológicos, blandos, y los justos para equilibrar correctamente la veleta (apenas si la pluma asomando sobre la superficie del agua), situados a tan solo 10-15 cm del anzuelo, cuidadosamente centrados en el hilo, mimosamente cerrados para no machacarlo y reunidos en una plomada única de 4-5 plomillos. La plomada única añade rapidez a la pesca y reduce los enredos. Anzuelo. Único y recto, mejor delgado y sin muerte, y con la pata o tija relativamente larga. Los anzuelos distintos y los demasiado pequeños son siempre de cebado y desanzuelado más lentos. Existen modelos específicamente diseñados para esta pesca. El puesto y el cebado (cebado, engodo, macizado y cebo) Elección del puesto. El vivaracho y errático alburno deambula por todas las aguas, va y viene, por lo que no
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tiene demasiada utilidad el cebado previo3; pero, cuando pasa, hay que llamarlo y concentrarlo en el puesto mediante el engodo, y retenerlo después con el oportuno macizado. Visto así, cualquier puesto parecería bueno si el pescador lo es. Sin embargo, muchos puestos son de forma natural más querenciosos que otros, o más cómodos para pescar4. Por esto elegir un buen puesto es importante. Sus mismos “besitos” sobre la superficie del agua denuncian la actividad de los cardúmenes. Es particularmente importante esta elección en tiempos de aguas frías, cuando en algunos puestos no se coge ya ni uno, mientras que en otros, a días, se cogen casi tantos como en los tiempos afables5. Si con nuestros peces blancos ha existido siempre una veda fáctica “invernal”, gracias a la resistencia al frío del alburno, en muchos lugares de España se amplía significativamente la temporada de pesca con veleta. Además, en tiempos de aguas frías son menores las interferencias de las entonces aletargadas percas sol, peces gato y otras especies menos valoradas, lo que permite una pesca mucho más selectiva. 3 Respecto al cebado, engodo y macizado, la normativa debería actualizarse para tener en cuenta la realidad actual de la pesca continental española; muy en especial a esta moderna pesca al “coup”, desarrollada centralmente desde la década de 1990. Denominamos: cebado a la aportación de alimento días antes del de pesca, para habituar a los peces a comer en un puesto y horario; engodo a la aportación de alimentos de reclamo, a base sobre todo de harinas, hecha al comenzar a pescar para llamar y concentrar a los peces en el puesto; macizado a la adición, o de engodo o de cebos, durante la misma acción de pesca, para mantener fijos y activos a los peces en el “coup”; cebo, muestra o carnada es lo que se pone en el anzuelo para provocar la picada del pez.
Ríos alburneros
El engodo, el cebo, y el pequeño material: veletas, anzuelos, plomillos, navaja, desanzuelador…
4 El acondicionamiento lineal de estrechas veredas de acceso y el puntual de los puestos a lo largo de la ribera son mejoras económicas y muy relevantes para la pesca y para el senderismo. Permiten incrementar las jornadas de pescador y las capturas, y, bien ejecutadas, no causan impacto significativo sobre las comunidades ripícolas. 5 Los ataques de lucios y luciopercas suelen denunciar los puestos de refugio invernal por los masivos saltos sobre el agua de los bandos de alburnos. La mayoría de estas localizaciones son impracticables para los pescadores, pero otras no.
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En todo caso los “buenos tiempos” son su temporada principal. Engodo. Aunque bastante caros, hay excelentes engodos comerciales especiales para el alburno. Algunos especialistas prefieren elaborar estas “harinas” con sus propias, secretas y hasta “místicas”, recetas. La galleta, la harina de maíz y el pan rallado suelen ser sus bases. Otros, más rústicos, se conforman con pulverizar pan duro bien remojado. Es preciso usar siempre un engodo ligero que llame, pero que no sacie: rápida dilución en superficie y algún gusanito a modo de golosina macizando dentro; incluso directamente “engodo en sopa”. Así se va llamando, fijando y desperezando al cardumen. Este tan traicionero espejismo, que en el caso del alburno es un engodado-macizado, se practica llamándolo con muy poco (bolitas pequeñas de 2-3 cm, o breve cucharadas de densa “sopa”), pero muy frecuentemente: misma cantidad, mismo ritmo y en el mismo lugar exacto. ¿Lo ideal? Un recordatorio de engodo cada 20-30 segundos, poco más grueso que una avellana, apenas una nuececilla. En tiempo frío, el engodo deberá trabajar más hondo e incluso sobre el mismo fondo. Norma: agua clara, engodo oscuro; agua oscura, engodo claro; peces en superficie, engodo licuado; peces en fondo, engodo más denso (incluso añadiéndole la llamada “tierra de ribera”6). Macizado. Algunos pescadores, sobre todo en aguas con abundancia de alburnos y fuera de competiciones deportivas, prescinden directamente del engodo-macizado y llaman, concentran y mantienen a los peces tan solo macizando insistentemente con el mismo cebo que usan en el anzuelo. No hace falta llevar más de medio litro de gusanos blancos (“asticot” o gusano de la carne), cuanto más pequeños y coloreados, mejor. Con esa “munición” puede pescarse una “manga” de unas 3-4 horas seguidas. Se
6 Tierra arcillosa comercial. Hace hundirse más rápidamente el engodo, retrasa su dispersión y dificulta el que los peces lo consuman directamente, saciándose y dejando por tanto de picar.
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Sus “besitos” en superficie denuncian su actividad
maciza con unos pocos gusanillos, apenas media docena, tirados frecuentemente y bombardeando a mano sobre la cercana veleta. En el río, por el “manso” central del remolino o por donde la “carrera” empieza. Poquito a poco, aunque a veces saben hacerse de rogar, vienen, se confían y van cayendo los ingenuos pececillos, sobornados “a la concejala” por la constante “mordida”. Conforme la excitación va haciendo presa en el cardumen suele ser conveniente ir reduciendo el fondo inicial, pues tienden a subir para adelantarse a los demás en la caída del macizado. Por el contrario, conviene aumentar el fondo cuando
en superficie se los coge demasiado pequeños, pues los mayores suelen comer algo más hondos. Cuando los cardúmenes de aquellos que no han completando todavía su segunda temporada de crecimiento invaden el “pesquil”, más vale huir de estos molestos “chanquetes” y buscarse otro puesto. Cebo. El omnívoro alburno se pesca casi siempre con gusanos blancos, más o menos pequeños (“pikis” pequeños o normales) y más o menos coloreados (rojos, amarillos o blancos). Un secretillo: en pescas muy rápidas, pillar los gusanitos de uno en uno, prendiéndolos con el fino
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Perca sol
El alburno es siempre una rutilante y alegre captura
La siempre simpática sorpresa del barbo, un batallador pez de fondo
anzuelo por su extremo más grueso y tan solo por un pelín de piel (se clavan mejor apretándolos), así viven mucho y se debaten tentadoramente en el agua; en pescas de rapidez común es más eficaz enhebrar completamente el gusanillo en el anzuelo, pues así se aprovechan mejor las picadas. Con aguas cálidas, en algunos sitios la bolita de miga o las masillas (junto con engodo con base de pan rallado o mojado) resultan hasta más eficaces que el mismísimo gusano blanco; aunque se adaptan peor a las pescas muy rápidas, al no poderse coger varios ejemplares sin cambiar de cebo. Hormigas de ala pequeñas son también muy eficaces en su tiempo. A veces, se usan perlitas coloreadas o mínimos mosquitos artificiales (hasta con “cola de rata” los pillan algunos). Más en otros países que en el nuestro, suelen usarse también los pequeños y delicados gusanos del fango (en francés, ver de vase). Acción de pesca Calado. Suele pescarse con escaso calado, apenas 30-60-90 cm. Así es más fácil “llamar” a los alburnos, no hay enredos en el cauce y se interfieren menos, rompiendo la hijuela, los grandes peces de fondo (barbos y carpas en particular). Curioso: casi todos nuestros peces propios se suelen pescar mejor raseando el fondo con el cebo, lo que viene a ratificar el nicho ecológico vacío que el alburno ocupa: todas las aguas,
La mosquita ahogada también engañó a esta boguita de aguas limpias
incluidas las más abiertas, y muy en especial las superficiales. Con luz escasa o aguas frescas también el alburno suele enfondarse y exige aumentar el fondo, incluso hasta “rasearlo”. Es entonces cuando son más frecuentes los incidentes con otros ciprínidos de cierta talla7, lo que obliga a reforzar el equipo para evitar las roturas. La caña con ani-
7 Suelen ser incidentes tardíos en la jornada de pesca, y se producen sobre todo cuando por estar poco activos los alburnos, parte del engodo y del macizado llegan al fondo, lo que acaba por llamar y retener a barbos, carpas y otras especies.
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llas y carrete no sobra entonces8. Lanzado. Debe ser rápido, para ganar tiempo, no siendo demasiado importante que el posado no resulte demasiado bueno, sobre todo
8 Cañas de 4 metros de largo y 15-20 gramos de acción. Carrete ligero tipo 1.000 o similar. Hijuela de hasta el 14-16 %. Equipos más fuertes pesarían demasiado para esta pesca tan rápida. Hilos más gruesos resultarían demasiado poco alburneros. Estas cañitas lanzadoras (de boloñesa o de inglesa) se imponen también cuando los alburnos está algo apartados de la orilla, en este caso dotadas con grandes carretes de tipo “match”.
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cuando los peces están muy activos: pesca rápida. Incluso un cierto “latigazo” llega a atraerlos cuando están muy ansiosos por comer y vienen sintiendo la caída del seductor engodo o del goloso macizado. Clavado. Porque es pesca habitualmente de escaso fondo, y porque la picada del alburno es lateral, es mejor clavar sin brusquedad, simplemente arrastrando el aparejo lateralmente. El delgado y mínimo anzuelo tiende a clavarse por sí solo. A continuación “pendulear” el pez directamente hasta la mano contraria de cada uno. Evidentemente es muy poca la batalla que el pequeño alburno puede llegar a plantear. Capturas totales. Para compensar los inevitables “bolos” (que también existen), en determinados momentos pueden llegar a cogerse casi tantos como uno quiera, y por supuesto muchos más de los precisos para una buena “fritada” ¿Qué hacer con el resto? Cuando por razones éticas personales los pescadores son practicantes sistemáticos del “captura y suelta”, ¿qué hacer con todos ellos? Según la normativa actual habría que matarlos en todos los casos ¿Son éticamente asumibles estas matanzas? ¿Tienen alguna justificación cultural, técnica, ecológica o de sostenibilidad? ORDENACIÓN Sostenibilidad Por el carácter predominantemente recreativo que tiene la pesca continental española, en nuestros días se tiende a contemplarla como un mero deporte y no como un recurso natural renovable más. Técnicamente está considerada como la hermana menor de la caza, y no digamos ya de los bosques, los pastos o las especies protegidas. Sin embargo, a efectos técnicos y de sostenibilidad es un recurso tan complejo, diverso y rico como cualquier otro. Incluso tal vez más. Si toda la pesca continental recibe escasa atención, todavía menos interés recibe la del humilde alburno, pese a su calidad y a los cientos de miles de jornadas de pescador que puede llegar a generar. No sirve oponer el argumento de su presunto menor interés recreativo respecto a otras especies piscícolas, porque una jornada de pescador es
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Unos poquitos para freír bastan en cualquier caso ¿Para qué dar muerte a más animales?
una jornada de pescador, y la cuantía del disfrute obtenido en ella es subjetiva; si el pescador está en la orilla… ¡él sabrá por qué! Existen tantas sensibilidades en materia de pesca como pescadores hay, y todos y cada uno de ellos tienen derecho a disfrutar de “su” pesca. A veces, mientras hablamos de sostenibilidad, nos olvidamos de que esta es una inestable banqueta de tres patas: la ecológica, la económica y la social; siendo básicamente social toda la pesca continental española, y la del alburno muy en particular. ¿Por qué no recordar que lo esencial en el manejo sostenible de la pesca recreativa es producir el máximo número posible de jornadas de pescador, en condiciones razonables de calidad recreativa y de compatibilidad con la conservación de los demás recursos y valores del medio? Las normativas deberían evaluar suficientemente su propio impacto social, y atender a todas las sensibilidades existentes en torno a la pesca. Dichas normativas son hoy las que son, y habrá que cumplirlas, pero los técnicos tenemos el deber de contribuir a mejorarlas. El captura y cuelga El origen del conflicto Alguna escuela de pensamiento considera que los aspectos clave (y casi únicos) a tener en cuenta a efectos de ordenación haliéutica son el ser o no una especie piscícola de origen exótico y de reciente introducción ilegal, y el tener un comportamiento invasor. Consecuentemente, proponen dar muerte a todo pez capturado, al alburno en este caso. Es
el denominado por los pescadores como captura y cuelga, como irónica antítesis al internacional captura y suelta (catch and release).9 Sin entrar en si el exótico en nuestra naturaleza es el alburno o los recientes medios artificiales, el pez o el embalse, el pez o el río contaminado, desecado, cortado, regulado, canalizado, trasvasado... sin entrar por tanto en si la exoticidad de una especie es cuestión de pasaporte o de idoneidad a un medio ecológico (ocupación de nichos ecológicos, o nuevos o vacíos, en los que ciertamente toda especie “r” idónea a los mismos tiene efectos “invasores”), lo que sí es seguro es que tratar de imponer administrativamente el captura y cuelga choca con la nueva cultura del captura y suelta, nacida de la filosofía conservacionista de la pesca a mosca seca con cola de rata, y ratificada posteriormente por el hoy poderosísimo “carp-fishing” (pesca de la carpa a fondo sin muerte), al que bastaría con llamarle “carpeo”. Razones culturales y también técnicas se oponen al captura y cuelga. Las describiremos a continuación. 9 En el “captura y suelta” se practica la suelta inmediata y rápida del pez con los menores daños posibles. En la “pesca sin muerte” suele admitirse un cierto plazo de retención de los ejemplares (en rejón, bolsa o bañera de embarcación) para su posterior pesada o medición. El ”captura y suelta” es hoy el caso más general. La verdadera “pesca sin muerte”, que suele confundirse en el lenguaje administrativo con el “captura y suelta”, suele reducirse hoy a las competiciones deportivas de pesca. Es necesaria una armonización terminológica en las normativas vigentes en esta materia, por inducir a confusión en ocasiones.
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En el río contaminado ningún pez blanco de nuestra fauna puede sobrevivir
Pescar intensamente sanea y revitaliza las poblaciones (Mortandad de perca-soles por exceso de densidad)
Razones culturales Mientras que la implantación de la nueva cultura del captura y suelta ha exigido un formidable esfuerzo cultural y hasta un cambio generacional entre los pescadores españoles, la propuesta del captura y cuelga es regresiva respecto a estos avances éticos. En prácticamente todas las riberas españolas, los llamados “mata-peces” están siendo perseguidos hoy por los mismos paseantes y, sobre todo, por los propios pescadores. Nadie osaría hoy matar innecesariamente un pez en presencia de terceros10. El captura y cuelga está provocando una situación de falta de cooperación de los pescadores con la Administración, cuando no de abierto enfrentamiento. Miles de ellos practican de hecho el captura y suelta a su libre albedrío y al margen de la normativa. Implicación en los objetivos y corresponsabilidad en los logros son las claves a desarrollar para aspirar a un manejo sostenible de cualquier recurso natural renovable: diálogo y consenso. Razones técnicas La sensibilidad ética de los pescadores del alburno les prohíbe esta cruel práctica de muerte sistemática. Por esto los humildes alburneros, en evitación de conflictos y de tantas muertes innecesarias y contrarias a la ética
10 Un reciente y magnífico vídeo colgado en Youtube, en el que unos pescadores de competición obedecían la normativa sobre el alburno, generó una fuerte contestación por parte de los demás pescadores.
más elemental de la pesca recreativa, tienden a abandonar esta pesca, desplazándose hacia otras pescas alternativas de veleta (bogas, cachuelos...), con lo que la norma consigue efectos contrarios a los pretendidos: una clara reducción de las capturas reales de alburno… ¡y una mayor presión de pesca sobre nuestras especies tradicionales! Peor aún: si el captura y cuelga lograra su utópico incremento de capturas y mortalidad de alburno, tan sólo lograría regular sus excesos de densidad, y por tanto ¡sanear y fomentar las poblaciones! (Recordemos: ¡estratega de la “r”!). ¿Por qué, además, el captura y cuelga no alcanzará nunca sus utópicos objetivos de extinción de ninguna especie piscícola, ni del alburno ni de cualquier otra? Porque los procesos de marginalización11 lo hacen técnicamente imposible. Los pescadores abandonarían su pesca cuando su densidad poblacional fuera demasiado escasa para asegurarles unas capturas bastantes y suficientemente satisfactorias: no irían a pescar. Esa densidad marginal o de abandono es más que suficiente en los peces estrategas de la “r” para restablecer la población al año siguiente, y máxime en el caso de las especies de alta idoneidad al medio en que habitan: en las llamadas invasoras. El “captura y cuelga” tampoco puede detener la expansión espacial de
11 Montoya Oliver J. M. 2012. “Cálculo de estructuras biológicas. Procesos de marginalización”. Revista Foresta n.º 56. Edita: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid (pp. 68-75).
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este pez tan errabundo y viajero, que busca colmar todos los nichos disponibles, vacíos o nuevos. Solo las grandes presas lo detienen, y tan solo en su expansión aguas arriba. Alternativas propuestas El captura y cuelga es cruel, no hace falta, no es útil y además nunca alcanzará sus ingenuos y utópicos objetivos. Tan solo crea una fuerte inseguridad jurídica y sobre todo cultural entre los pescadores. La nueva cultura alternativa del captura y suelta es felizmente imparable en España. A la vista de dichos hechos, en el caso del alburno y dada la gran abundancia y clara tendencia a la expansión que presenta, parece que lo sensato sería dejar libertad absoluta al pescador. Engodar o no hacerlo, macizar o no, con muerte o sin muerte, grandes o chicos, muchos o pocos... Cada uno haga lo que quiera, que bien poco daño va a hacer en cualquier caso. A veces nos olvidamos de que si las normas no hacen falta, o sencillamente son inútiles, es mejor no hacerlas. No hace falta establecer pautas administrativas de regulación de los aprovechamientos, ni tampoco proyectos de ordenación, cuando los recursos se muestran infinitos frente a la presión de captación que soportan. Integrar a todos los interesados en el manejo sostenible de cualquier recurso natural renovables, comienza por una norma bien sencilla: “Nunca des una orden que no vaya a ser obedecida”.
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REPORTAJE
FOTOGRÁFICO
El Real Jardín Botánico de Madrid: un calendario natural (I) 9 de enero
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Francisco Javier Cantero Desmartines Ingeniero Técnico Forestal De la Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico
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…i situar-me un altre cop a l’estació d’Atocha, tot just encetat el mes d’octubre; moment dolcissim en el qual els grans lledoners i els oms gegantins1 del Jardí Botànic… Josep Maria de Sagarra Memòries (1954
S
i es un privilegio poder visitar los diferentes jardines botánicos que se abren al público a lo largo y ancho del orbe, no lo es menos –eliminando valores añadidos- poder disfrutar de alguno de ellos durante todo el año. Los motivos son evidentes, pero la perspectiva es personal: la del propio visitante. En las naciones con estaciones muy marcadas tales visitas permiten sumergirse en el discurrir de los días como experiencia individual, secundada o no por las noticias de los diarios o los partes meteorológicos de los medios de comunicación. Todos ellos proporcionan datos de máximas y mínimas, de borrascas, frentes y anticiclones, pero no son capaces –hoy por hoy- de hacer sentir la brisa, el frescor de la sombra de los árboles, el olor de las flores o el del ozono en plena tormenta. Para quienes no pisan el campo habitualmente, los jardines urbanos les sirven de muestra de lo que sucede en plena naturaleza; eso sí, una muestra un tanto pálida. Los jardines botánicos, merced a la gran variedad de plantas que en ellos se desarrollan, ofrecen más referencias. No siempre el calendario oficial se corresponde con el que marca la naturaleza. Depende de qué parte de España
se considere (salvo en el caso de las Islas Afortunadas), no es inusual que la primera quincena de marzo -incluso febrero cuando viene loco- traiga consigo soleadas y agradables primaveras tempranas. Y en las playas gallegas o del mar Cantábrico hay veranos en que solo los más aguerridos osan meter el pie en el agua (sobre todo, de los cuarenta –años, no grados- para arriba). Y de la misma manera que se cumple con harta frecuencia que hasta otro cuarenta, el de mayo, no conviene guardar el sayo, en otras ocasiones las olas de calor ya han agostado buena parte del territorio español para tal fecha. En el caso de Madrid, las cosas son, estadísticamente, como refieren las crónicas: calor sofocante en verano y frío intenso en invierno. La diferencia viene marcada por la longitud y la bondad de primaveras y otoños, cortos en lo bondadoso en líneas generales. Según años, no es de extrañar que algunas estaciones se asienten en exceso y remoloneen en el momento de pasar el testigo a la siguiente: inviernos que se prolongan más de la cuenta, veranos tórridos hasta la raya de octubre... Más difíciles de presenciar son las primaveras y los otoños largos; empero haberlos también los hay. Claro que las variaciones entre años hacen imposible marcar el calendario por días. Es más, en el mundo vegetal, en determinadas especies pueden darse diferencias de hasta un mes en el momento de la floración; no llega a tanto en lo que se refiere al brote y la caída de las hojas, pero sí en cuanto al colorido que adquiere el follaje. Por otra parte, las apariciones de miembros del reino animal que en estas páginas se refieren no tienen por qué producirse cada año. Es más, también la presencia de especímenes vegetales depende del año. Las fotografías están tomadas a lo largo de más de un lustro, y se ordenan en este reportaje según día y mes, prescindiendo del año. Y ahora, para empezar el calendario natural, se elige la estación invernal. 1. Ya por entonces los almeces (lledoners) y los olmos (oms) del Jardín Botánico de Madrid podían calificarse como grandes y gigantescos respectivamente
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F
Invierno
ama lleva de variable la primavera. Y no es que sea mentira, pero el invierno, a su manera, también da de sí al respecto. Salvo calores (que en febrero busque la sombra el perro, como dice el refrán, no pretende más que señalar las excepciones), hay de todo: reparte nieblas, hielos, escarchas, cencelladas, sol radiante, lluvias (de todo tipo también, desde el calabobos al fuerte aguacero), nieves, granizos y alguna que otra tormenta (más bien raras); y días, tanto los hay calmos como borrascosos, con brisas apacibles y vientos racheados y, en casos, huracanados. Ahora bien, a tenor de las características indicadas en líneas anteriores se considerará a partir de este punto que el invierno comienza en diciembre, mas no el 21 de tal mes, sino a primeros (por no decir a finales de noviembre: por San Andrés -30 de noviembre-, nieve en los pies), ya que es para entonces cuando la estación fría se ha instalado a conciencia, como se manifiesta en el hielo de las estanques y, en su caso, charcos, o en los carámbanos que penden de las fuentes. Tampoco es excepcional que las nieves hagan acto de presencia. No obstante, algunos rasgos otoñales no han desaparecido por completo. Es más, el jardín se despide del bonancible otoño llorando hojas, que ahora son más las que adornan el suelo que las que se mantienen -nostálgicas de la estación previa- en las ramas: Castanea sativa, Cercis silquastrum, Fagus sylvatica, Liquidambar formosana, Platanus hybrida, Quercus canariensis, Q. faginea, Q. pubescens, Q. robur, Sorbus aria, S. aucuparia, S. domestica… se encargan de mantener todavía retazos de la estampa otoñal. Por entonces, el viento arremolina hojas secas entre las piernas de los visitantes. Mas nadie se llame a engaño: ese mismo viento, cuando procede del norte, helado, corta como una cuchilla. De manera que la mayoría de las plantas presentes en el jardín reducen o cesan por completo su actividad a la espera de tiempos mejores.
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Arriba: 5 de diciembre Linneo y Fagus sylvatica Abajo: 8 de diciembre Estanque de Linneo helado
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8 de diciembre
19 de diciembre curruca capirotada en Ligustrum lucidum
10 de diciembre Pyrenaria virgata
14 de diciembre Cactos nevados
19 de diciembre Mirlo en fuentecilla
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24 de diciembre Camellia sasanqua
31 de diciembre Jasminum nudiflorum
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A falta de hojas, árboles y arbustos aún conservan numerosos frutos, que hacen las delicias de la cohorte de aves que pueblan el Botánico. Los años en que las heladas se retrasan, maduran más tarde, y en la primera quincena de diciembre se pueden ver en buen número: los siempre presentes mirlos (Turdus merula); los serios estorninos, tanto el negro (Sturnus unicolor) como el pinto (Sturnus vulgaris), acompañados por gorriones (Passer domesticus) y currucas capirotadas (Sylvia atricapilla); de vez en cuando aparece cual acróbata de la enramada algún que otro carbonero común (Parus major), cuando no un herrerillo (Parus caeruleus); y, más tímidos, los pinzones vulgares (Fringilla coelebs), los verderones (Carduelis chloris) y los picogordos (Coccothraustes coccothraustes). El paso de una despensa a otra depende como se ha dicho de los años, pues si bien los frutos del arrayán (Myrtus communis) suelen terminar con el mes de noviembre, para diciembre quedan algunos palosantos (Diospyros kaki) y frutitos del casi vecino Diospyros lotus, copado por la nutrida población de mirlos, aunque también asoman las antes citadas currucas y las palomas torcaces (Columba palumbus), cuando no algún solitario zorzal alirrojo (Turdus illiacus), si no común (Turdus philomelos); y, por supuesto, la urraca (Pica pica), lista como el hambre. De aquí los mirlos pasan a los acebos (Ilex aquifolium), a los aligustres del Japón (Ligustrum lucidum), a Pyracantha crenatoserrata y a especies varias del género Cotoneaster. Mediado diciembre la emprenden con las cosechas del madroño (Arbutus unedo) y del tejo (Taxus baccata), pero a finales del año las aves acumulan reservas para los meses de penuria a partir de los frutos de todo tipo de Rosáceas, aunque para enero, dando un respiro, están en sazón los frutos del palmito de Sechuán (Trachycarpus fortunei). Mientras, por doquier cotillea el confiado petirrojo (Erithacus rubecula) saltando de rótulo en rótulo. Y brujulea como un ratoncillo hiperactivo el mosquitero (Phylloscopus collybita) entre los rosales o las plantas del huerto, limpiando de pulgones y larvas lechugas, coles y chirivías. Mientras, en el estanque de Linneo pesca la garza (Ardea cinerea), solo en ausencia de visitantes. Con todo lo dicho, resaltan en medio de tan triste escenario las flores de diciembre: Camellia sasanqua, Colletia
paradoxa, Euryops pectinatus, Podachaenium paniculatum, Pyrenaria virgata… Crudo y ya indiscutible invierno es el cambio de año. El jardín se muestra dormido, de un gris plomizo cuando las nubes cubren la ciudad; y no pocas veces se ve invadido por las brumas. Incluso cuando el sol no encuentra trabas, apenas si calienta, como si estuviera aterido, y su brillo es
3 de enero Mahonia acanthifolia
8 de enero
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blancuzco, tímido… Por si fuera poco, cuando persistente el anticiclón invernal desvía los frentes atlánticos y torna las noches gélidas, con el paso de los días el azul del cielo se ve teñido por la burbuja gigante de contaminación atmosférica que ensucia la urbe. Y al levantar la vista, la ausencia de hojas del dosel arbóreo propicia que la ciudad circundante comience a tener presencia, salvo cuando corren el velo la nieve, la lluvia o la niebla. Esa misma desnudez permite a las heladas llegar al suelo. No importa: quién le niega su punto de chulería -¿Qué hiela?, pues florezco- a Jasminum nudiflorum, cuyas flores nunca faltan a la cita con el año entrante pese a no disponer de un abrigo decente de hojas (y entre aquellas zumban los abejorros, menos temerosos del frío que del hambre). No le anda a la zaga Mahonia acanthifolia; claro que no es planta tan espartana, pues conserva su atuendo foliar. Muchas de las plantas floridas de diciembre prolongan su floración en enero, y entonces coinciden con las especies citadas, además de con otras que se enfrentan impávidas al frío: Anisodontea malvastrioides, Erica canaliculata, E. x darleyensis, E. erigena, E. herbacea, Petasites pyrenaica, Hebe ‘Midsummer Blue’, Iberis semperflorens -planta que, salvo en el estío, hace honor a su nombre específico-, Viburnum tinus… Con las excepciones remarcadas, el jardín se muestra huérfano de flores, de manera que tan solo las plantas de follaje perenne y los frutos tardíos (Aucuba japonica, Cotoneaster affinis, Ilex x altaclarensis ‘Camelliifolia’, Photinia davidiana; entre las del huerto, Capsicum annuum) ofrecen sensación de vida. A través del entramado de ramas desta-
can ahora los diferentes colores de las coníferas –desde el verde oscuro al plateado-, así como el colorido de las plantas perennifolias de follaje matizado (Cleyera japonica ‘Tricolor’, Elaeagnus pungens ‘Maculata’, Ilex aquifolium ‘Ferox Variegata’…). También el frío tiñe de púrpura algunas plantas, entre ellas, Mahonia aquifolium, si no de naranja (Eugenia uniflora). En invierno, en Madrid puede aparecer la nieve en cualquier mes, pero existen más probabilidades en enero, seguido de febrero, diciembre y marzo, en tal orden (no obstante, en ocasiones puede darse alguna nevada abrileña, funesta para muchas plantas por el frío que la propicia). Y en plena nevada, tan solo las escasas flores logran que al paisaje no parezca una estampa en blanco y negro. Al margen de lo anterior, entrando en el detalle, es el momento de que muestren sus humildes encantos las cortezas de troncos y ramas, realzadas por la lluvia (la del tejo parece que la hubieran barnizado) o por los verdines de algas, líquenes y musgos. Verdean asimismo las estatuas de piedra caliza, las fuentes y las rocas del rincón de los helechos y del jardín de rocalla. Si hay años de nieves y otros que no, los hielos son habituales en invierno, al menos durante las noches. El cielo del amanecer se refleja en los espejos de los estanques, fuentes y albercas. Cuando las olas de frío, ya vengan del polo o de Siberia, los hielos permanecen más tiempo, y las escasas hojas que no han barrido los jardineros y no quedan atrapadas en aquellos patinan por su superficie empujadas por el viento gélido.
9 de enero Vista con cedro del Líbano (Cedrus libani) ya desaparecido
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11 de enero
13 de enero
19 de enero Narcissus 'Grand Soleil d'Or'
21 de enero Crocus 'Blue Pearl'
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30 de enero Erica x darleyensis 'J.W. Porter'
Así que cuando sienta sus reales el invierno y dicta sus severas normas, cualquiera creería que el reino vegetal duerme bajo el manto de la escarcha o refugiado tras las cortezas a resguardo del inclemente bufido del viento helador. Solo los más avisados se percatan de que las yemas van engrosando con el paso de las semanas. Como duendes, tanto entre las copas como por tierra, corretean por doquiera las ardillas a la búsqueda de las despensas de semillas que guardaran en otoño. Para finales de este mes algo sucede: aunque los fríos no mengüen, los días crecen, y la vida responde de manera prodigiosa. Las flores sorprenden al visitante en el mismo suelo, pues le llega la oportunidad a las plantas de más humilde condición, las pequeñas bulbosas tempranas (las flores de Crocus ‘Blue Pearl’ y C. ‘Zwanenburg Bronze’ son las primeras en asomar, seguidas poco después por Crocus ancyrensis, C. chrysanthus ‘Cream Beauty’, C. chrysanthus ‘Snowbunting’, C. ‘Remembrance’, C. chrysanthus ‘Prins Claus’), que aprovechan que los grandes señores del jardín aún remolonean y que los días se tornan más largos para mostrarse con valentía en medio de los rigores invernales, pues los rayos de sol -todavía fríos a pesar de ir ganando brillo- llegan al suelo después de atravesar el dosel de ramaje desnudo. Y las sencillas galas de estas “cenicientas” del mundo vegetal las dotan de una singular belleza como recompensa por su osadía. También hay plantas de mayor porte que -contagiadas por su arrojo- las imitan (la ya indicada Camellia japonica, Cornus mas, las flores de colores varios de las diferente cultivariedades de Hamamelis x intermedia,
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algún que otro heléboro (Helleborus orientalis), la estrella dorada de Ranunculus ficaria, convertida en mala hierba en muchos cuadros, Viburnum tinus… Menos vistosas –aunque de aterciopelada plata- son las inflorescencias de Salix atrocinerea y de Salix aegyptiaca. Otras flores impregnan el aire de deliciosos efluvios, como los que regalan las florecillas de Chimonanthus praecox, blancos fanalitos sin más amparo que su valor y su capricho por mariposear con la ayuda del viento. Pero, tras escasas jornadas, sufren un rapto de timidez: se repliegan y dejan de entregar su aroma. Aunque aún discurran los postreros días de enero, el jardín se halla en la antesala de la primavera. Todas las plantas disputan una loca carrera por disponer cuanto antes de los favores de las nuevas condiciones. Pero es una antesala muy larga. Desde que asoman las más intrépidas hasta que se deciden las más timoratas van desprendiéndose buena parte de las hojas del calendario oficial con que se rige la ciudad desde mediado el invierno hasta bien entrada la siguiente estación. Y las hay que, presumidas, optan por desplegar sus flores antes que vestirse de follaje, como si el sacrificio de exponerse al frío imperante fuera premiado con el momento de gloria que representa ser las protagonistas en medio de la todavía general desnudez del parque. Febrero llega acompañado de los primeros narcisos en flor (Narcissus confusus, N. eugeniae, N. tazetta, N. ‘Grand Soleil d’Or’) y de las flores de algunas especies del género Iris: Iris reticulata e Iris unguicularis, si bien este último lirio florece cuando menos se espera y puede haberlo hecho ya en otoño tranquilamente, de la misma manera que Bergenia
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6 de febrero Vanessa atalanta y Bombus terrestris en Salix aegypciaca
13 de febrero Sycopsis sinensis
6 de febrero Sarcococca hookeriana var. digyna
7 de febrero
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13 de febrero Garrya fremontii
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crassifolia. Los abejorros se afanan entre las primeras copas abiertas de Mahonia japonica, mientras que Salix aegyptiaca se ha convertido en un arbolito zumbante, cortejado por incontables insectos (mariposas, abejas, abejorros…) que no paran de orbitar entre sus inflorescencias. También florecen: Garrya fremontii, Hamamelis mollis, Helleborus x ericsmithii ‘Winter Moonbeam’, Mahonia bealei, M. japonica, Parrotia persica, Prunus dulcis, Sycopsis sinensis, Viburnum grandiflorum. Para san Valentín (14 de febrero), cuando no nieva ni hiela y el sol templa el ambiente, algo nuevo, sutil, flota en el aire. Se mezclan los deliciosos olores de flores diversas (las del género Sarcococca, el cítrico aroma de Daphne odora ‘Aureomarginata’, los últimos restos de Chimonanthus praecox, Viburnum x bodnantense ‘Aberconway’) y sonidos como el zureo de las palomas. Han llegado los patos y el martinete a hacerle compañía a Linneo, y las torcaces, tan discretas hasta ahora, alborotan en las copas de los árboles. Un macho de curruca capirotada se desgañita en la enramada. Cada vez se ven más flores y, como consecuencia, los insectos se multiplican, con lo que se hacen visibles los menudos pajarillos que de ellos se nutren. Pero en lo dicho no hay rigor alguno, pues si bien resulta así muchos años, otros -los menos-, las antes citadas olas de frío pueden darse para estas fechas. Y todo se retrasa; y el jardín enmudece. Tras su paso, las aguas de los estanques quedan transparentes, y las mechas de polen que serpentean en su superficie indican al visitante (y advierten a los alérgicos) que las coníferas se hallan en plenos esponsales. Se empiezan a abrir los brotes de las espíreas (Spiraea x vanhoutei), y florecen de lleno diferentes narcisos: Narcissus ‘Dutch Master’, N. ‘February Gold’, N. ‘Premiere’, mientras ya se ha producido la explosión de los crocos más tardíos (Crocus ‘Purpureus grandiflorus’, C. ‘Yellow Mammooth’). A partir de estas fechas piden paso las Rosáceas: membrillero del Japón (Chaenomeles x superba), almendro (Prunus dulcis), ciruelo de Pissard (Prunus cerasifera ‘Pisardii’)… Se abren las curiosas flores de Hamamelis mollis y Stachyurus praecox, de Abeliophyllum distichum, de Camellia saluenensis, de Ribes odoratum, de varias estirpes del género Pieris y de Ulex parviflorus. Termina la postrera semana de febrero con las doradas ramas en arco de las representantes del género Forsythia (F. giraldii, F. x intermedia), con las flores de Osmanthus x burkwoodii inundando de aroma sus inmediaciones y con el colorido de las primeras azaleas en flor (Rhododendron lutescens). Todo pasa a gran velocidad. Cada amanecer acarrea nuevas sorpresas. Las raíces aprovechan las aguas acumuladas en el subsuelo y las que caen en esta época, y las yemas de hojas y flores engrosan por días. Se aprecia el verdear de tímidos brotes, mas la mayoría de las plantas se debaten todavía entre abrir o permanecer a resguardo de las heladas, capaces de hacer de las suyas a la mínima de cambio. En la frontera entre febrero y marzo, el almanaque afirma que todavía es invierno. Pues no será todavía primavera, pero, desde luego, esta empieza a asomar por doquiera. Pero ¡cuidado con los espejismos!, porque en Madrid son un fenómeno habitual las primaveras dobles, que traen de cabeza a los alérgicos y tantos resfriados propician. Eso sí, para marzo, a cada pequeño despiste del invierno, la primavera, con el apoyo del sol creciente, se cuela de
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rondón por el más mínimo resquicio. Y a cada incursión, el invierno responde con un zarpazo -si no polar o siberiano, del noroeste-. Y de dicho toma y daca pueden llegar a producirse varios episodios incluso a lo largo de un mismo día. Pero la intensidad de la respuesta invernal mengua conforme resbalan a la papelera las hojas del calendario: tantos embates acabarán por concederle la victoria a la primavera. Claro que por ahora, primera semana de marzo, con frío, ambiente templado, en días ventosos (marzo ventoso…) o calmos, con nieve, lluvia o bajo un cielo azul radiante, que de todo esto y aun más puede darse, las flores de Magnolia x loebneri ‘Merrill’ y Magnolia stellata se deshacen de las aterciopeladas escamas que las cubren y se despliegan. También revientan en un blanco inmaculado los primeros capullos de Clematis armandii, y los de Rhododendron macrophyllum. El color amarillo se ve representado por las flores de Acacia dealbata y de Berberis bergmanniae. No dejan de ser graciosas en su modestia las flores de Acer negundo, que llena de copos pardo-rosados la fronda. Y además rompen las yemas foliares de arces (Acer palmatum), Parrotia persica y sauce llorón (Salix babylonica). Digno de mención es el fenómeno de la brotación de los rosales en la rosaleda, que en apenas una semana cambian su imagen por completo. No puede negarse es que en marzo el color reinante entre las flores del jardín es el amarillo, con la venia, eso sí, de los camelios. Para mediados de mes puede sorprender algún año con temperaturas que rondan los 25 oC. Y pocas plantas se resisten a aprovecharlo. La primavera irrumpe como un volcán desde el suelo (Ipheion uniflorum, Narcissus spp., Pulsatilla rubra, Tulipa spp.), trepa por los arbustos del sotobosque (es el momento de la mayoría de los magnolios de hoja caduca: Magnolia denudata, M. kobus, M. salicifolia, aparte de los antes citados, de Exochorda serratifolia ‘Snow White’, de los diferentes camelios, de Prunus triloba ‘Multiplex’, de otras especies de Mahonia: Mahonia pinnata, M. pumila, M. x wagneri, de Laurus nobilis, de Teline monspessulana), y se queda algo indecisa en el dosel arbóreo, todavía con aspecto invernal a pesar de las excepciones (Cercidiphyllum japonicum, Liquidambar formosana, Parrotia persica, Zelkova carpinifolia). Es el momento estelar de Clematis armandii, que en su soporte se muestra como un enorme postre cubierto de inmaculado merengue, para deleite de todo tipo de insectos, entre ellos las mariposas, atraídas por el dulce aroma que exhala. Florecen de forma poco vistosa Carpinus betulus, Laurus nobilis y Ostrya carpinifolia, y en bonito, Viburnum tinus. Ahora, si no cae agua y corre el viento, lo que llueve son pétalos e incluso flores completas. Todo el invierno resisten los frutos de los naranjos amargo (Citrus aurantiacum) y dulce (Citrus sinensis). Algo que tal vez sea posible por disfrutar de la ventaja de estar el jardín situado en el centro de la ciudad, con lo que sus condiciones de “isla de calor” permiten la supervivencia de especies vegetales que en las fronteras de la propia urbe morirían de frío. En cambio, las granadas (Punica granatum), desventradas y vacías en las ramas, ofrecen una macabra estampa. Claro que, en fechas de villancicos, vistas desde lejos, y miradas con ojos navideños, semejaban bolas de adorno en el árbol.
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15 de febrero
19 de febrero petirrojo
20 de febrero, arriba: Bordura inglesa; a la derecha: Crocus 'Yellow Mammoth'
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24 de febrero Acacia dealbata y ericáceas
28 de febrero Daphne odora 'Aureomarginata'
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29 de febrero Cornus mas
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Primavera M
adrid, capital de otoños cortos y cortas primaveras, o al menos eso dicen. En cuanto a los otoños, poco hay que objetar. Ahora bien, en lo referente a la segunda, donde las dan, las toman. Si pugnaba por desalojar del jardín en periodo invernal al propio invierno, ahora este, en venganza, da sus golpes de mano para debilitar la pujanza de la estación florida, cuyo despliegue a veces frena, otras paraliza y a veces daña seriamente, pues afea el aspecto general y afecta en alto grado a muchas especies. Así que año hay en el que hasta abril no se puede afirmar de manera rotunda que se ha producido el triunfo definitivo de la primavera sobre el invierno; y con reservas, pues cada cierto número de años (muchos, eso sí) pueden verse caer sus buenos copos de nieve sobre la ciudad incluso a finales del mes. Por el contrario, como se ha indicado en líneas anteriores, años también hay en que la primavera se instala a principios de marzo (si no antes) y no hay viento del norte capaz de desalojarla. Todos los escenarios que ofrece el jardín se van cerrando, como si cada uno de ellos se convirtiera a los ojos del observador en un enorme rompecabezas de miríadas de piezas, que como por ensalmo se van insertando raudas hasta hacer desaparecer las transparencias entre los elementos previos con la precisión y maestría que a la naturaleza distingue. Mejores heraldos de la florida estación que los gorriones, pocos. Celebran su llegada con auténtica algarabía. Pero no hay que dejar de lado a géneros vegetales como Viburnum (Viburnum carlesii var. bitchiuense, a la vez que continúa V. suspensum), con su extraordinaria oferta de aromas a cual más delicioso. En cuanto a colores, las flores son las protagonistas. En las primeras semanas de la primavera dominan el blanco (Amelanchier canadiensis, A. sanguinea, Choysia ternata, Malus floribunda de flor blanca, M. fusca, Poncirus trifoliata, Pyrus salicifolia, Rhodotypos scandens, Spiraea ‘Arguta’, Staphylea pinnata), el crema, el amarillo (Kerria japonica, Mahonia pinnata, M. pumila, M. x wagneri), el rosa (Malus floribunda, Lonicera tatarica), y comienzan el lila y el púrpura, que ambos colores pueden también disfrutarse en
10 de marzo Magnolia x loebneri 'Merrill'
12 de marzo Camellia japonica 'Dr. Baltazar de Mello'
5 de marzo Cuadros de tulipanes y Cercis siliquastrum
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17 de marzo Magnolia stellata
24 de marzo Clematis armandii
20 de marzo, arriba: Forsythia giraldiana; abajo: Ulmus minor 27 de marzo, arriba: Camellia japonica 'Alphonse Audusson'; abajo: Malus floribunda
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28 de marzo
la profusa floración de Malus floribunda). La lista se hace interminable, sobre todo entre los miembros de los géneros Camellia y Rhododendron. En el suelo, Anemone sylvestris, Aurinia saxatile, Bergenia ‘Bressingham White’, B. ‘Silberlicht’, Brunnera macrophylla ‘Jack Frost’, Bulbinella angustifolia, Dicentra spectabilis, Epimedium perralderianum, Iberis sempervirens, Primula veris subsp. veris, Pulsatilla rubra… Por todos lados, como mala hierba, ajos (Allium neapolitanum). Para los postreros días de marzo comienzan a abrirse rosas en la rosaleda. Entre ellas, las inodoras de Rosa banksiae, blancas, y Rosa banksiae ‘Lutea’, de un amarillo de mantequilla. Otra rosa de distinta familia, Paeonia delavayi var. lutea, ofrece sus primeras flores. Y se encuentran en su mejor momento Caragana arborescens, Coronilla glauca, Crataegus mollis, C. monogyna, Exochorda korolkowii, Photinia serratifolia, Cornus florida, Magnolia liliiflora, Paeonia suffruticosa, Prunus serrulata, Rhododendron augustinii, Staphylea x elegans, Spiraea chinensis, Syringa x chinensis, Teline monspessulana. Entre las enredaderas, Clematis montana var. rubens. Y florecen nuevas especies del género Viburnum: Viburnum buddleifolium, V. burejaeticum, V. cassinoides. Al olor de los cirios de Semana Santa, las calas (Zantedeschia aethiopica) echan las primeras campanas florales. Y ¡cómo no!, las anuales también se apuntan a la fiesta, con la estelar representación de Lunaria annua. Para esta última semana los cambios se suceden a ritmo de vértigo. Es por entonces cuando se ponen de relieve las grandes diferencias que se producen en el aspecto fenológico de los especímenes del jardín en función de las características meteorológicas acaecidas durante el año anterior, y, con más intensidad, en el último mes. En estos días de transición, la presencia de nubes, los altibajos del termómetro y la humedad reinante, entre otros factores climáticos, proporcionan estampas harto distintas del jardín para las mismas fechas de años diferentes. Pero antes o después, poco a poco el Botánico se va cerrando a la ciudad que lo circunda. Las flores (Wisteria sinensis) y las nuevas hojas que brotan van difuminando las fachadas y el perfil de los edificios desde los que se contempla la
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1 de abril Rosa banksiae 'Lutea'
3 de abril Cavanilles y Cercis siliquastrum
3 de abril Rhododendron 'Cosmopolitan'
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6 de abril Rododendros y azaleas
7 de abril Linneo y Cercis sinensis
10 de abril Coronilla glauca
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10 de abril Spiraea chinensis
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14 de abril Pulsatilla rubra
24 de abril Spiraea nipponica
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26 de abril Viburnum plicatum 'Mariesii'
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30 de abril Azaleas e Iris spp
prodigiosa mutación que se manifiesta dentro del cerramiento. Porque no son solo las flores las que despiertan el colorido del jardín. A veces, las hojas de los nuevos brotes no tienen nada que envidiarles en cuanto a colorido (Acer palmatum, Photinia x fraseri, Pieris formosa ‘Wakehurst’, Pieris japonica ‘Mountain Fire’). Poco consiguen colaborar a los efectos en esta época los frutos, aunque el género Ulmus sí se apunta. Para entonces, la bordura inglesa –que discurre de norte a sur partiendo en dos los cuadros del Botánico- está casi cubierta de flores. Sorprenden las oleadas de bulbosas en flor (desde mediados de marzo no han parado de sucederse las variedades de Narcissus), que dan noticia de la discreta preñez de la tierra durante el invierno. Hasta el cambio de mes reinan las flores. En cuanto al dominio de las hojas, comienza a hacerse patente a partir de primeros de abril, momento en que los abundantes castaños de Indias (Aesculus hippocastanum) que se distribuyen por todo el jardín deciden desplegar sus manazas de anchos y planos dedos y exponer las palmas al sol para desentumecerlas después de pasar el frío y húmedo invierno recogidas dentro de las yemas. Otros congéneres (Aesculus pavia ‘Atrosanguinea’, Aesculus x carnea) se atreven incluso a prepararse para la floración. Pero la mayor parte de los árboles continúan a la espera de la confirmación primaveral. El verde es un verde claro, tierno, y a veces tan solo se distingue en las copas el color sonrosado de los brotes emergentes, como si les diera vergüenza despertarse tan tarde. De vuelta a las flores, la primera semana de abril es la de la aparición estelar de Cercis siliquastrum, C. chinensis, Cornus occidentalis, C. pumila, Laburnum anagyroides, Rhodotypos scandens, Sorbus aucuparia, todavía con más capullos que flores abiertas, Syringa vulgaris. Están en plenitud Rhododendron arboreum, R. augustinii, R. japonicum, R. ‘Cosmopolitan’, Magnolia liliiflora…. Y los plumeros perfumados de Fraxinus ornus.
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En la bordura inglesa: Geum coccineum ‘Cooky’, Iris ‘White Wedghood’, Euphorbia griffithii, Papaver orientale, que no cesa de florecer hasta junio… En el sotobosque, las flores enormes y abigarradas de Paeonia ‘Duchesse de Nemours’ contrastan con los rosarios de flores blancas de Dicentra spectabilis ‘Alba’ y las delicadas y fugaces campanitas, también blancas, de Halesia monticola. En los arriates de la entrada se camina entre un mar rojo de tulipanes (Tulipa ‘Parade’ por ejemplo, pues la composición difiere de un año a otro), como en marzo el visitante se sumergía entre el amarillo de Narcissus ‘Dutch Master’. Y en las zonas menos vistosas destaca el blanco de un arbusto de allende los antípodas, Olearia phlagopappa. Si hasta ahora era una delicia aspirar el perfume de las glicinias, en la primera semana de abril comienza a disfrutarse del familiar aroma de las rosas. Para la siguiente, las Leguminosas arbustivas tiñen de amarillo el sotobosque: Adenocarpus decorticans, Coronilla glauca (que no cesa de dar flores hasta entrado mayo), Chamaecytisus hirsuta, Laburnum anagyroides, Petteria ramentacea. Las sombras comienzan a adquirir protagonismo: se atreven a tapizar de hojas la enramada Celtis australis, Ginkgo biloba, Platanus x hybrida, Ulmus minor, Zelkowa schneideriana. Y en dicha faena, algunos árboles proporcionan un colorido especial: Acer platanoides ‘Schwendleri’, Aesculus indica. A partir de mediados del mes, la explosión floral remite. No es que no se muestren nuevas y bellas flores, pero el ritmo de aparición de las mismas decrece. Es el momento de Berberis julianae, B. koreana, Centranthus ruber, Cistus ladanifer, Cotoneaster damneri, Pieris formosa ‘Wakehurst’, Prunus laurocerasus, de las azaleas (Rhododendron ‘Beethoven’, R. ‘Brazier’, R. ‘Hinomayo’, R. japonicum, R. mucronatum, R. nakahari ‘Orange Fun’) y rododendros (incansables, Rhododendron arboreum, R. x clivianum, R. ‘Purple Splendo-
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ur’), de Sorbus aria ‘Decaisneana’, Syringa tomentela, Viburnum alnifolium, V. davidii, que no cesa en su floración. Ahora enrojecen las primeras hojas de Gymnocladus dioicus (foto con Quer), Diospyros virginiana, Diospyros lotus, Quercus robur. Para la postrera semana de abril todavía no puede considerarse instalada de lleno la primavera. Aunque la mayoría de los árboles más medrosos se atreven para entonces a hurtarle la luz al suelo: Acer saccharinum, Ailanthus altissima, Castanea sativa, Paulownia tomentosa, Fagus sylvatica, Gymnocladus dioicus, el despliegue no es aún completo: Maclura pomifera y Sophora japonica ‘Pendula’ todavía titubean. Pero la estrella es Kolkwitzia amabilis, bien acompañada por Abelia triflora, Anisodontea malvastrioides, Berberis gagnepainii, Ceanothus thyrsiflorus, Lonicera iberica, Osteomeles schwerinae, Photinia x fraseri ‘Red Robin’, Rhaphiolepis indica, la nutrida colección de rododendros y azaleas (Rhododendron ‘Belle Heller’, R. x clivianum, R. ‘Hinomayo’, R. ‘John Cairns’, R. kiusianum, R. mucronatum, R. ‘Ordeur’, R. ‘Purple Splendour’, R. simsii, R. ‘White Lady’, R. yakushimanum, algunos de muy largo periodo de floración, como Rhododendron arboreum y R. japonicum), Sophora davidii, Spiraea nipponica, S. trichocarpa, Viburnum opulus y esa preciosidad conocida como Viburnum plicatum ‘Mariesii’, Weigela florida, W. japonica. En la enramada, los árboles de la mayor parte de las diferentes especies de Aesculus (Aesculus x carnea, A. hippocastanum, A. turbinata) están cubiertos de flores. Mirando al suelo destacan Allium ‘Gladiator’, Aquilegia
vulgaris, Freesia ‘Surprise’, Scilla peruviana, Verbascum phoeniceum y las magníficas y barrocas flores de las innumerables variedades cultivadas del género Iris. La hasta hace poco abundante representación del género Narcissus queda reducida a Narcissus ‘Actaea’ y Narcissus ‘Pipit’. Llega mayo. Como mes primaveral que es, cada año viene como le place. Unos, con fríos propios de marzo (nadie se confíe, dejando el gabán en el armario, que cuando marzo mayea, mayo marcea); otros, secos y con temperaturas propias de junio. Ahora bien, en mayo se despide el riesgo de heladas, y eso se nota en que los árboles se lanzan a dotarse de hojas, ya sin miedo a perderlas. No obstante, a primeros aún remolonean algunos, como Hovenia dulcis, Juglans nigra, Maclura pomifera, Melia azedarach, Sophora japonica y varias especies de Catalpa. En este mes, cuando se levanta viento, llueven más flores que nunca. Viento que también arrastra pólenes diversos y todo tipo de mínimas partículas de origen vegetal, por lo que no es raro pasear entre estornudos. Los chubascos propios de mayo, que limpian la atmósfera, ayudan a conllevar esta situación. Se pueden ver durante la primera parte de mayo especies que continúan dando flores desde abril, pero ahora con más profusión, como son los casos de Abelia triflora, Buddleja salvifolia, Chionanthus virginicus, Cistus x purpureus, C. salviifolius, Cladrastis lutea, Cornus alba, C. hemsleyi (de periodo de floración muy variable entre años, pero en cualquier caso, de larga duración), Cotinus coggygria ‘Purpurea’, Cotoneaster
2 de mayo, arriba: Pata y su prole; abajo: Clemente y bordura inglesa
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5 de mayo Paseo de las Estatuas
2 de mayo Nycticorax nycticorax
8 de mayo Rhododendron yakushimanum
5 de mayo Iris 'Andalou'
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horizontalis, Crataegus laciniata, Kolkwitzia amabilis, Lonicera iberica, Polygala myrtifolia, Potentilla fruticosa ‘Abbotswood’, Pyracantha rogersiana, Rhaphiolepis indica ‘Springtime’, Sambucus nigra, Schisandra grandiflora, Sophora davidii, Stephanandra incisa, que esconde entre los arbustos la modestia de sus flores, Syringa tomentela, Viburnum trilobum, Weigela florida ‘Variegata’, Weigela japonica. Es tiempo de disfrutar de la visión de los curiosos pompones florales de Buddleja alternifolia y de la más clásica de las margaritas de jardín: Leucanthemum vulgare. Y de dar la salida a una planta de floración de largo recorrido, la incansable Abelia x grandiflora. Nuevos especimenes del género Rhododendron hacen aparición: Rhododendron ’Brasilia’, R. ‘Cavalier’, R. ‘Cunninham’s White’, R. ‘Professeur Clementine’ y R. ‘Sapho’, mientras que otros no se resignan a dejar de ser protagonistas de sus rincones: Rhododendron arboreum, R. x clivianum y R. ‘Purple Splendour’. También del género Paeonia: Paeonia officinalis, P. lactiflora ‘Doreen’. Más cerca del suelo, repartidas por todo el jardín o en la bordura inglesa: Asphodeline liburnica, Salvia lavandulifolia,
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12 de mayo Rhododendron ponticum baeticum
15 de mayo Jasminum polyanthum
S. officinalis, S. x sylvestris ‘Mainacht’. Hakonechloa macra ‘Alboaurea’ contrasta por el color de su follaje. Algunos años, los de primavera más cálida, Trachelospermum jasminoides ofrece las primeras remesas de flores. Pero el más embriagador de los olores corresponde ahora sin duda a Jasminum polyanthum, cuyas masas florales blancorosadas se desparraman entre el follaje. También a principios de mes se colorean de rojo los frutitos de Viburnum suspensum. Y en los árboles de alrededor del busto de Linneo espera su momento de bajar al estanque a pescar carpines un martinete (Nycticorax nycticorax) urbanita. Discurre mayo entre soles y lluvias, fríos y calores, y para los días centrales del mes, a medida que el género Rhododendron va perdiendo preponderancia (si bien siguen en pleno esplendor Rhododendron ‘Cunninham’s White’ y R. ‘Professeur Clementine’ y aparecen en flor variedades nuevas:
Rhododendron ‘Cynthia’, R. ‘Gomer Waterer’, R. ‘Henry’s Red’ y R. ‘Vuyks Scarlet’), otras familias, algunas procedentes de lejanas tierras, pasan a caracterizar el calendario del Jardín Botánico. Tal no significa que muchas de las especies que empezaron a florecer con mayo hayan dejado de hacerlo (véase Cladrastis lutea, Cotinus coggygria ‘Purpurea’, Rhaphiolepis indica ‘Springtime’), pero ahora llaman la atención los vistosos escobillones del género Callistemon (Callistemon citrinus, C. comboynensis, C. salignus). También pude disfrutarse de la floración de la exótica Cordyline australis, de la blanca floración de Deutzia scabra, de la más cremosa de Prunus lusitanica, de la amarillo canario de Phlomis fruticosa y la rosado-lilácea de P. tuberosa; y, tal vez, de una de las andanadas de Cornus capitata; porque este cornejo es caprichoso en la elección del momento. En el suelo puede verse Amsonia tabernaemontana, Iris sibirica, I. ‘Magical Encounter’, I. ‘Titan’s Glory’, Centranthus
15 de mayo Podarcis hispanica
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Foto 10.- 15 de mayo Rosaleda
ruber ‘Atrococcineus’. Este último acompaña en la bordura inglesa a Gazania splendens, cuyas inflorescencias se cierran por la noche y cuando amenaza lluvia, a Kniphofia triangularis y a Zantedeschia aethiopica. Entre los olores de estas fechas cabe destacar el del azahar del mandarino (Citrus aurantiacum). También es el momento de las primeras flores del celindo Philadelphus x virginalis, de gran belleza pero no tan aromáticas como las de sus congéneres Philadelphus coronarius y P. pubescens, que entran en juego apenas una semana después. También en el suelo, los días soleados pueden verse,
más tranquilas que fuera del jardín, las lagartijas (Podarcis hispanica). La segunda quincena de mayo es el tiempo de Callistemon linearifolius, de colgantes brochas rojas, y de Callistemon rugulosus, así como de otra bella punicácea: Melaleuca elliptica. Van marchitándose las flores de rododendros y azaleas, pero algunas se resisten, pues todavía cabe ver en flor a Rhododendron ‘Chionoides’, R. ‘Olga’ y R. viscosum, además de R. ponticum. Persiste alguna que otra variedad cultivada de Iris: I. ‘Haut les Voiles’.
15 de mayo Vanessa atalanta sobre Prunus lusitanica
15 de mayo Spiraea trichocarpa
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18 de mayo Kolkwitzia amabilis
Y zumba la fronda por el tejemaneje que se traen las abejas en torno a las flores de Tilia platyphyllos. También se cubre de flores el más tardío de entre los castaños de Indias del jardín, Aesculus indica. Por debajo, en el estrato arbustivo, hay que estar prestos a localizar, antes de que se ajen, las delicadas flores vinosas de Calycanthus floridus. Abundan los arbolitos en flor: Cladrastis platycarpa con su corte de insectos tragones; siguen en plena floración Cornus hemsleyi y Ehretia dicksonii var. japonica.
Entre los arbustos: Cistus crispus, Helichrysum orientale, Leycesteria formosa, Potentilla fruticosa ‘Gold Star’, Sorbaria kirilowi, Spiraea japonica, S. veitchii. En el cuadro de las Monocotiledóneas se ven las flores de Iris spuria subsp. ochroleuca y de Kniphofia uvaria, así como las extrañas flores propias de Carnaval de Dracunculus vulgaris, pero lo que más llama la atención es la enorme espiga florida del gigante entre las hierbas, Xanthorrhoea quadrangulata.
27 de mayo Callistemon lineariifolius
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1 de junio
En la bordura inglesa se encuentran las primeras variedades de Lilium: Lilium ‘Gran Paradiso’, L. ‘Sunray’, Achillea ‘Moonshine’, Hemerocallis lilioasphodelus, H. ‘Stella de Oro’, Iris ‘Blenheim Royal’, y comienza a dar flores sin tregua Romneya coulteri, para dicha de himenópteros varios. Ahora es momento de de emprender las primeras incursiones por el rincón de las plantas crasas, pues ya están en flor algunas Liliáceas (Aloe saponaria, A. striata, Euphorbia dendroides). Las postrimerías de mayo, como ya se ha indicado en la presentación del mes, pueden resultar muy calurosas y secas ciertos años. En otros, imperan las lluvias. Nada extraño, pues se trata de un mes mudable, si bien dado a mostrar caracteres cercanos al estío, que se avecina a grandes zancadas. Ya se van más frutos coloreando las ramas: Amelanchier lamarcki, Lonicera tatarica, Rhamnus alaternus, Ribes rubrum. En la raya de junio, el género Rhododendron da las últimas boqueadas con las flores azules de R. ponticum (dentro del género solo resistirá más tiempo sin que se le mustien las flores Rhododendron nakaharai). El género Callistemon incorpora nuevas especies a la ceremonia floral: Callistemon viminalis. Comienza la larga época de floración de Aruncus dioicus, Hydrangea quercifolia, Schizophagma hydrangeoides. Se llena de flores Castanea sativa. Hemerocallis fulva enciende los arriates. En la bordura destacan las ahora abundantes flores perfumadas de Romneya coulteri. Cuidado al aplicar el apéndice nasal, pues atraen todo tipo de insectos, entre ellos a Xylocopa violacea. Sigue pintando de rojo sin descanso Papaver orientale, empieza Coreopsis verticillata, asombran las grandes inflorescencias esféricas de Allium giganteum, cual planetas cerúleos.
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1 de junio
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7 de junio
Junio, otro mes primaveral, cumple como tal. Pero hasta la primera decena. Después se comporta como parte de la estación de las chicharras. Ya se sabe, hasta el 40 de mayo no te quites el sayo, advierte por escrito la voz de la experiencia. Así, estos primeros días pueden venir acompañados tanto de calores propios del inmediato verano como de temperaturas que recomiendan abrigarse. Y resultar tanto secos como pródigos en lluvias. No cabe duda de que las plantas del Jardín Botánico reaccionan positivamente ante estas últimas, aunque las fuertes tormentas acompañadas de granizo y pedrisco pueden resultar funestas. Pero el olor del jardín bajo un aguacero en estas fechas es digno de mención; también el sonido del tamborilear de las gotas en las hojas. Como igualmente los deliciosos aromas de Trachelospermum jasminoides y Viburnum odoratissimus. No tiene nada que envidiar en tal sentido Schyzophragma hydrangeoides. Entre los árboles que florecen para entonces se encuentran Ailanthus altissima, Castanea sativa, Catalpa bignonioides y Grevillea robusta; los años más cálidos destaca el amarillo intenso de la floración de Koelreuteria paniculata. Y entre los arbolitos y arbustos: Acca sellowiana, Escallonia ‘Iveyi’, Buddleja davidii, Ceanothus x delilianus, Cotoneaster franchetii, C. lacteus, C. pannosus, C. salicifolius, Hydrangea macrophylla, Ligustrum japonicum, L. sempervirens, L. stauntoni, Nandina domestica, Nolina longifolia, Rhododendron nakaharai, Spiraea japonica, Stephanandra tanakae, Tamarix chinensis, Yucca flaccida. Florecen las extensas matas de Hypericum calycinum y comienza a estamparse de flores la compacta de Hypericum ‘Hidcote’; también, Helychrisum orientale. Se abren las primeras trompetas de dos plantas que engalanan el jardín
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durante todo el verano: Campsis x tagliabuana y Campsis radicans, algo más tardía la última de ellas. La bordura inglesa se afana en no perder el interés del visitante durante todo el año, pero a partir de junio sus colores contrastan todavía más con el resto del Botánico, donde estas son cada vez más escasas, aunque las primera flores de las dalias y algunas Compuestas se conjuren para lo contrario (Achillea potentillina, Echinacea angustifolia, Erigeron speciosus ‘Prosperity’). Dicho contraste se irá acentuado a partir de este momento, para llegar a su máxima expresión en pleno estío. Además de varias de las especies en flor que cubrían la bordura en mayo, ahora se ven Coreopsis verticillata, Kniphofia ‘Amsterdam’, Lilium ‘Navona’, Oenothera missouriensis. En el cuadro de las Monocotiledóneas ha llegado el turno de Hemerocallis fulva, H. ‘Rebel Land’, Lilium regale y L. ‘Rosita’. Y muy cerca, en la huerta, las enormes cabezuelas de Allium cepa y A. porrum bullen de todo tipo de insectos; destacan mariposas, avispas, abejas y abejorros. Entre las plantas más modestas se encuentran en flor Acanthus mollis, Valeriana dioica y V. officinalis. La primavera no es una estación pródiga en frutos. No obstante, ya los hay vistosos para los últimos compases de la misma, pero lo normal es que se muestren en especies propias de otros continentes (Cornus occidentalis, Lonicera ramosissima, Mahonia aquifolium). Ahora bien, las primicias de los frutos de Sambucus racemosa y de Sorbus aucuparia llaman la atención del visitante en el tránsito entre esta y la siguiente estación. También la de las aves frugívoras, pues las del serbal de cazadores duran en sazón poco en las ramas.
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7 de junio Xanthorrhoea quadrangulata
8 de junio Trachlospermum jasminoides
9 de junio Pandoriana pandora en Allium porrum
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LEGISLACIÓN
AMBIENTAL
Antonio García-Giralda Ruiz Abogado ambientalista
Estudio sobre el acceso a la justicia en materia medioambiental (II.ª parte): Aspectos particulares Medidas cautelares, Asistencia jurídica gratuita para las ONG y Representación y asistencia jurídica
MEDIDAS CAUTELARES nos de los problemas que más preocupan a los demandantes de justicia ambiental es el de los costes, concretamente el de las cuantías exigidas a modo de caución o garantía para hacer frente a los posibles perjuicios derivados de la imposición de medidas cautelares. El coste prohibitivo de las fianzas impuestas supone de facto un impedimento infranqueable a la hora de acceder a la justicia cautelar ambiental. De nada sirve la imposición de medidas cautelares, dicen, si estas se hacen depender del depósito de unas cantidades inasumibles para organizaciones ambientales que actúan sin ánimo de lucro. Frente a ello, resulta necesario precisar que, de acuerdo con el actual marco normativo, la adopción de la medida cautelar en ningún caso lleva aparejada per se la imposición de caución o fianza alguna. Al contrario, es el órgano judicial el que en cada caso, y en atención a la protección del interés ambiental prevalente, debe valorar la oportunidad de la misma, así como su cuantía. En este sentido, recordemos que el artículo 133 de la LJCA señala que cuando de la medida
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cautelar pudieran derivarse perjuicios de cualquier naturaleza, podrán acordarse las medidas que sean adecuadas para evitar o paliar dichos perjuicios. Igualmente podrá exigirse la presentación de caución o garantía suficiente para responder de aquéllos. Por tanto, el órgano judicial debe decidir en cada caso si procede o no la exigencia de contracautela, en atención a la protección del interés ambiental prevalente y valorando convenientemente las circunstancias concurrentes, como puedan ser la irreversibilidad del daño ambiental, la evidente apariencia de buen derecho, la falta de medios económicos del recurrente, etc. Haciendo uso de esta facultad, en los últimos años se ha ido afianzando una corriente jurisprudencial por la que se acuerdan medidas cautelares sin necesidad de prestar caución o imponiendo cauciones de importe meramente simbólico. Esta práctica jurisprudencial considera que la exigencia de cauciones en el caso de asociaciones para la defensa de la naturaleza, o cuando su objeto sea precisamente la salvaguarda del medioambiente, implicaría gravar a la entidad
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En los últimos años se ha ido afianzando una corriente jurisprudencial por la que se acuerdan medidas cautelares sin necesidad de prestar caución o imponiendo cauciones de importe meramente simbólico. Esta práctica jurisprudencial considera que la exigencia de cauciones en el caso de asociaciones para la defensa de la naturaleza, o cuando su objeto sea precisamente la salvaguarda del medioambiente, implicaría gravar a la entidad actora con las consecuencias derivadas de un proceso en el que la acción ejercitada y la pretensión procesal juegan en defensa de los intereses colectivos
actora con las consecuencias derivadas de un proceso en el que la acción ejercitada y la pretensión procesal juegan en defensa de los intereses colectivos. Gravar una actuación dirigida a la protección de dicho derecho supondría tanto como obviar el derecho a la tutela judicial efectiva, máxime cuando el peligro de daño irreversible al medioambiente difícilmente puede ser cuantificado a efectos de ponderar la fianza o caución. Por otro lado, nada impide que, en aplicación de la legislación vigente y bajo determinadas circunstancias, se otorguen medidas cautelares sin exigencia de caución, aunque también es justo reconocer que esta línea de razonamiento no está del todo extendida entre nuestros jueces y tribunales. Otra cuestión que, en menor medida, preocupa a los operadores jurídicos consultados es la excesiva duración de la pieza separada por la que se resuelve el incidente cautelar. No existen estadísticas oficiales sobre la duración media de los incidentes cautelares en materia de medioambiente, aunque en general, dentro de la lenta marcha de la administración de justicia en España, podemos considerar que las medidas cautelares se adoptan en plazos razonables. Aun así, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se muestra favorable a estudiar posibles mejoras en el plano legislativo. En su opinión, podría valorarse la posibilidad de modificar la normativa vigente en el sentido de permitir que la solicitud de medidas cautelares en situaciones de riesgo para el medioambiente pueda realizarse en un momento previo a la interposición del recurso, como de
hecho ya ocurre en los casos de recursos contra la inactividad de la Administración o contra actuaciones de hecho, de acuerdo con el artículo 136 de la LJCA. ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA PARA LAS ONG a cuestión sobre el acceso a la justicia gratuita por parte de las ONG, lejos de ser pacífica, genera no pocas controversias tanto entre la doctrina como entre los propios órganos encargados de aplicar la normativa. En principio, cabe interpretar que efectivamente la atribución legal del beneficio de justicia gratuita se realizó con la intención de mejorar el acceso a los tribunales de las ONG ambientales legitimadas para ejercer la acción popular ambiental, y tutelar así, tal y como dispone la Exposición de Motivos de la Ley 27/2006, un interés difuso como es la protección del medioambiente. Sobre la intención del legislador, resulta de utilidad en este punto detenerse en analizar el iter legis o proceso de elaboración de la Ley 27/2006, en particular las aportaciones realizadas al anteproyecto de ley por parte del Consejo Económico y Social. En relación al artículo 22 del Anteproyecto, que instauraba la novedosa acción popular ambiental sin ninguna referencia a la justicia gratuita, el Consejo realizó la siguiente propuesta:
L
En este ámbito el CES entiende que la Ley debería recoger la asistencia jurídica gratuita para las entidades contempladas en el artículo 23 del Anteproyecto, siempre
La cuestión sobre el acceso a la justicia gratuita por parte de las ONG, lejos de ser pacífica, genera no pocas controversias tanto entre la doctrina como entre los propios órganos encargados de aplicar la normativa. Parece evidente que la redacción del artículo 23.2 de la Ley 27/2006 no ha sido todo lo clara e inequívoca que sería deseable Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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La intervención preceptiva de abogados y procuradores varía dependiendo del orden jurisdiccional en el que se sustancie el asunto. En el orden Contencioso-administrativo, el régimen de representación y defensa es diferente según se trate de actuaciones ante órganos unipersonales o colegiados. Ante órganos unipersonales, las partes podrán conferir su representación a un procurador o a un abogado. Ante órganos colegiados, la Ley obliga a las partes a conferir su representación a un procurador y ser asistidas por abogado
que estas acreditaran la insuficiencia de recursos conforme a la Ley 1/1996, de 10 de enero, de Asistencia jurídica gratuita. Pues bien, como sabemos, el legislador acogió esta propuesta de reconocimiento del derecho a la asistencia jurídica gratuita, pero eliminó la referencia a la necesidad de acreditar la insuficiencia de recursos. Cabe entender que si finalmente no se incluyó tal precisión fue porque se quiso otorgar la asistencia jurídica gratuita sin requisitos adicionales a los establecidos en el actual artículo 23.1 de la Ley 27/2006. Este es el esquema que se ha seguido en el caso de otros colectivos, para los que diferentes normas sectoriales han reconocido el derecho de acceso a la justicia gratuita, con independencia de la disponibilidad de recursos para litigar o su eventual declaración de utilidad pública. Por ejemplo, para las organizaciones sindicales a través del artículo 20.4 de Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social; o para las asociaciones de consumidores y usuarios, de acuerdo con el artículo 37.d del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias. No obstante lo anterior, parece evidente que la redacción del artículo 23.2 de la Ley 27/2006 no ha sido todo lo clara e inequívoca que sería deseable a la hora de definir el ámbito de aplicación del derecho a la gratuidad de la justicia para las ONG ambientales. Por este motivo, con el fin de evitar en la medida de lo posible la actual divergencia de criterios jurisprudenciales, desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se valora positivamente la posibilidad de revisar la normativa vigente en este sentido, o en su caso, la puesta en marcha de alguna actividad divulgativa al respecto dirigida a las instituciones implicadas en la tramitación y resolución de los expedientes de solicitud de asistencia jurídica gratuita. REPRESENTACIÓN Y ASISTENCIA JURÍDICA especto a la intervención preceptiva de abogados y procuradores, esta varía dependiendo del orden jurisdiccional en el que se sustancie el asunto. En el orden Contencio-
so-administrativo, donde se sustancian la inmensa mayoría de las acciones medioambientales, el régimen de representación y defensa es diferente según se trate de actuaciones ante órganos unipersonales o colegiados. Ante órganos unipersonales, las partes podrán conferir su representación a un procurador o a un abogado. Cuando las partes confieran su representación al abogado, será a este a quien se le notifiquen las actuaciones. Por contra, ante órganos colegiados, la Ley obliga a las partes a conferir su representación a un procurador y ser asistidas por abogado. Entendemos que la intervención de abogado y procurador en determinados procedimientos ambientales no implica per se incumplimiento alguno del Convenio de Aarhus, por los siguientes motivos: a) Las funciones realizadas por abogados y procuradores no son asimilables, por lo que resulta de todo punto incorrecto hablar de “doble representación” b) La figura del procurador en el actual sistema procesal resulta imprescindible para el correcto desarrollo de un procedimiento con todas las garantías c) Los costes derivados de la intervención del procurador entran dentro de lo razonable y no pueden considerarse prohibitivos d) La posibilidad de que las tareas propias de la representación sean desarrolladas en exclusiva por el abogado puede ir en detrimento de los principios de eficacia, garantía y celeridad, además de no suponer un ahorro significativo en los costes Por lo expuesto, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no considera necesario, hoy en día, proponer actuaciones concretas en relación al régimen de representación y asistencia jurídica en asuntos de incidencia ambiental.
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En nuestro próximo número continuaremos hablando de la posición del Ministerio de Justicia sobre la situación de la justicia ambiental en España.
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NOTICIAS
FORESTALES
www.forestales.net Nueva página web del COITF El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural cuenta con una nueva página web. La Junta de Gobierno del Colegio quiere aprovechar la puesta en marcha de esta nueva web del Colegio para dar la bienvenida a todas las personas que se acercan al mundo forestal y colegial a través de ella Este servicio está destinado fundamentalmente a ser la forma de comunicación entre el Colegio y los colegiados, herramienta que va a permitir mantener puntualmente informados de todo cuanto nos interesa, tanto a nivel colegial como a nivel profesional. La Junta de Gobierno quiere que este gran medio de comunicación sea algo vivo y cambiante y para ello os pedimos, como en otras ocasiones, vuestro apoyo con sugerencias y aportaciones que creáis de interés. La nueva página web del Colegio nace con el objetivo de estar más cerca de los colegiados, de las instituciones y de las personas, ofreciendo una información más completa y accesible, facilitando nuestras gestiones profesionales gracias a las nuevas tecnologías y fo-
mentando un lugar de encuentro y participación con el objetivo de lograr una mejora continua del Colegio y de los servicios que presta.
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LI Asamblea General del COITF en Navarra El pasado día 23 de mayo de 2014 en la Asamblea General Ordinaria celebrada en Pamplona se tomaron entre otros, los siguientes acuerdos: CUOTA DE INTERVENCIÓN PROFESIONAL Actualizar la cuota de intervención profesional de los visados y registros profesionales. La gran mayoría de las tasas se han visto reducidas económicamente, incluida la tarifa mínima. Se sigue manteniendo un 15 % de descuento para aquellos trabajos que se visen/registren de forma electrónica. Se han incorporado nuevos tipos de trabajo, como, por ejemplo: las licencias y comunicaciones ambientales, estudios de integración paisajística de construcción o edificios en terrenos rústicos, planes
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micológicos o trabajos de certificación de la eficiencia energética de edificios. NORMATIVA ELECTORAL También se aprobó la Nueva Normativa Electoral, que se ha adaptado a los Estatutos del Colegio aprobados en 2013. REDUCCION DE CUOTAS A DESEMPLEADOS De igual forma, y prorrogando el acuerdo de Asamblea de 2013, se ha vuelto a aprobar la reducción de la cuota colegial a desempleados en un 50 %. Para beneficiarse de esta situación hay que presentar en las fechas previamente anunciadas (para la reducción de la primera cuota semestral de 2015, será previsiblemente durante el mes de diciembre) copia de la tarjeta que
acredite la situación de desempleo actual. No se atenderán aquellas peticiones de bonificación que lleguen al Colegio fuera de fecha. MENCIONES DE HONOR Por último se aprobó otor-
gar sendas Menciones de Honor a las colegiadas D.a Marisol Alía Pérez y D.a Alicia de la Fuente López.
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Miles de viviendas y urbanizaciones en terrenos forestales en peligro por incendio forestal al carecer de programas de autoprotección En los últimos cuarenta años han proliferado urbanizaciones y viviendas en plena naturaleza sin contar con normas y planes urbanísticos que obliguen a tomar medidas de autoprotección contra los incendios forestales. Por el aumento de la masa forestal sin ningún tipo de gestión, cientos de miles de ciudadanos viven en una situación de riesgo para sus vidas y sus bienes y no son conscientes de ello. Esta es una de las principales conclusiones de una jornada sobre los incendios en la interfaz urbano forestal, organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural y en el que han participado expertos y responsables técnicos de distintas comunidades autónomas. “Es una crónica anunciada, antes o después habrá una gran catástrofe porque los planes de autoprotección no se están haciendo, porque la gente no sabe cómo defenderse del fuego y porque las administraciones no están cumpliendo con su obligación de hacer cumplir la ley”. En estos términos se manifestaron los distintos expertos que participaron en las jornadas. Para estos expertos, la proliferación de urbanizaciones en terrenos forestales está provocando un nuevo escenario en la lucha contra los incendios forestales caracterizado por: - los incendios ya no son solo forestales, son también urbanos. - Aumento del peligro de
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pérdida de vidas humanas: de los habitantes de estas urbanizaciones y de los equipos de extinción. - Aumento notable de la complejidad de su extinción por: falta de protocolos adecuados en la actuación, falta de preparación específica para afrontar ese tipo de incendios, problemas burocráticos. - Falta de programas de autoprotección de las casas y urbanizaciones en terrenos forestales. Se dan circunstancias tan graves como que la urbanización solo tiene una entrada y salida, las calles son estrechas y en ocasiones no tienen salida, sin capacidad de maniobra para los camiones de extinción, sin bocas de riego, con gran cantidad de vegetación arbórea que rodea a las viviendas y los vecinos no disponen de un plan de evacuación en
caso de emergencia. Cuando los equipos de extinción se dirigen al incendio forestal en una zona urbanoforestal se encuentran con un nuevo escenario en el que luchar contra las llamas. Las prioridades de intervención con respecto a un incendio forestal cambian radicalmente. Ahora, lo primero son los habitantes y el personal de extinción, después los bienes y, por ultimo, la masa forestal. “Tenemos incendios forestales que se convierten en urbanos. Es una doble gravedad porque exige cambios de estrategia, de prioridades, de medios y de formas de actuación sobre la marcha”, afirmó David Caballero de Meteogrid. Y enumeró algunas de las necesidades de los equipos de extinción cuando el incendio forestal afecta a una población en terreno forestal: “Para atacar
estos incendios necesitamos información de la urbanización, salidas y entradas distintas, garantizar la movilidad de los medios de extinción, planes de extinción y evacuación, saber el tipo de casas que hay allí y los materiales de construcción, saber los tipos de combustibles que nos vamos a encontrar, los tipos de vegetación y qué otras estructuras están presentes, como depósitos de combustible, por ejemplo”. La solución para todos los participantes en las jornadas es la elaboración de planes de autoprotección: - para las urbanizaciones, en cuya promoción y financiación debe participar la administración autonómica y debe ser responsabilidad de los municipios que se cumpla. - para las viviendas a nivel particular, responsabilidad de sus propietarios.
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Legislación abundante Hay diferentes tipos de legislación que regula directa o indirectamente la necesidad de contar con planes de autoprotección para estas zonas urbano forestales, desde la Ley de Montes hasta el Código Técnico de la Edificación pasando por distinta normativa autonómica y algunos planes municipales. Sin embargo, es la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por incendios forestales, de noviembre de 2013, la que establece los criterios mínimos que han de seguir las distintas Administraciones Públicas para confeccionar los planes territoriales y su coordinación óptima y eficaz con un mismo modelo común. A pesar de ello, muy pocas CC. AA. son las que disponen de legislación específica y han puesto en marcha un programa para el desarrollo de planes de autoprotección para urbanizaciones. Responsabilidades compartidas Todos los expertos coincidieron en que se trata de un problema burocráticamente complicado y con muchas facetas: técnicas, urbanísticas, jurídicas y políticas que afecta a propietarios privados y públicos, a los municipios, a las CC. AA. y a distintos servicios de emergencia y Protección Civil. Coinciden los expertos de las jornadas en que son los municipios los que deben tener la última responsabilidad sobre inspección y control para que se instauren los planes de autoprotección en cada urbanización. Pero deben ser las CC. AA. las que establezcan el marco normativo y quienes faciliten los medios. Para Javier de La Puente, vocal de la Junta de Gobierno del COITF “es necesario que
La jornada fue inaugurada por D. Germán Galcerán Galcerán, Director de la Escuela de Ingeniería Forestal del Medio Natural de Madrid y D.a M.a del Pilar Avizanda Cuesta, Decana del COITF. Los ponentes fueron: D.a Concepción Jiménez Shaw. Doctora en Derecho. D.a Clara Quesada, de PROINFO. D. David Caballero, de METEOGRID. D. Xavier Navalón. Responsable de la Unidad de Prevención de Incendios Forestales en las Urbanizaciones. Diputación de Barcelona. D. César Vicente. Subdirector del Centro Operativo Provincial de Córdoba del Plan Infoca de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
las medidas legales vengan acompañadas con medidas económicas de financiación o subvenciones, apoyo técnico, incentivos fiscales y facilidades administrativas para desarrollar los planes de autoprotección”. Para Juan Barroso, director técnico de Eural, el liderazgo de la puesta en marcha de actuaciones para la defensa de las zonas urbanoforestales corresponde a la Administración Autonómica, porque “los planes de autoprotección de estas poblaciones urbano-forestales tienen que diseñarse acordes a los planes de prevención y extinción autonómicos, aunque cuelguen directamente de los planes municipales; por
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D. Ferrán Dalmau-Rovira (Medi XXI GSA Consorcio SIDEINFO). D.a Lourdes Alonso-Mar tirena. Jefa de Sección de Lucha contra Incendios Forestales. Cuerpo de Bomberos. Dirección General de Protección Ciudadana. Consejería de Presidencia y Justicia de la Comunidad Autónoma de Madrid. La jornada finalizó con una mesa redonda con la participación de los ponentes y representantes de la Confederación de Selvicultores de España (COSE), de la Asociación Forestal de la Comunidad de Madrid (ASFOCAM) y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La jornada contó con el patrocinio de Eimfor, Hasa y Eural.
su capacidad para organizar unos procedimientos y modelos de planes comunes para toda la Comunidad; porque es la que puede coordinarse con otras CC.AA.; porque es la que puede generar líneas de actuación que involucren a todos los demás con responsabilidades: municipios, empresas y propietarios de las zonas urbano-forestales y porque puede abrir líneas de financiación para costear en parte los gastos”. Para la Decana-Presidenta del COITF, Pilar Avizanda, “es imprescindible que ciudadanos y administraciones públicas tomen conciencia de la gravedad de la situación y pongan los medios necesarios para que no suceda una
catástrofe que tengamos que lamentar”. Todos los participantes en las jornadas coincidieron en que los dos problemas de base son: - la falta de una adecuada ordenación del territorio “que ha permitido el desarrollo de urbanizaciones en cualquier lugar y sin las medidas de seguridad mínimas” - el abandono de la gestión forestal por falta de inversión pública. “El principal trabajo de autoprotección de las urbanizaciones hay que realizarlo en las fincas que las rodean, llenas de vegetación salvaje, abandonadas y sin gestión”.
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In memoriam
Adolfo Rupérez Cuéllar (Madrid, 24 de junio de 1925 - 6 de abril de 2014) Carmen Muñoz López
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yudante de Montes (1946), Perito de Montes, Ingeniero Técnico Forestal, según las sucesivas denominaciones que fue adoptando el Título. Licenciado en Ciencias Biológicas (1971). Catedrático de Zoología Forestal, Enfermedades y Plagas Forestales y Caza y Pesca de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Forestal de Madrid (1960-1990). Catedrático Emérito de la Universidad Politécnica de Madrid (1990-1996). Cofundador del Servicio de Plagas Forestales (1951). Jefe del Laboratorio de Insectos y de Diagnóstico Fitopatológico del Servicio de Defensa contra Plagas e Inspección Fitopatológica (después Subdirección General de Sanidad Vegetal) del Ministerio de Agricultura (1958-1984). Director de la Escuela de Ingeniería Técnica Forestal madrileña (1986-1990). Autor de más de cien publicaciones científicas en revistas españolas e internacionales especializadas, libros sobre plagas forestales y virosis de insectos, entre ellos, el conocido “La Encina y sus Tratamientos”, de obligada lectura para aquellos que se inician en el conocimiento de las plagas de la especie arbórea más abundante de nuestros montes. Diversas estancias en Centros Internacionales al lado de los mayores especialistas mundiales en sanidad forestal del momento. Representante de España en Organismos Internacionales como la Unión Internacional de Institutos de Investigación Forestal (IUFRO) y la Organización de Lucha Biológica e Integrada (OILB). Llevó a cabo numerosas asesorías técnicas y dirigió más de 200 proyectos, algunos internacionales, como los financiados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y la FAO en Perú, Marruecos y Venezuela. Impartió numerosos cursos de especialistas en tratamientos fitosanitarios. Fue
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miembro relevante de importantes sociedades científicas y de consejos de redacción de revistas especializadas, condecorado con la Medalla al Mérito Civil Agrícola y Colegiado de Honor del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales. Es imposible sintetizar más su dilatada trayectoria profesional en este espacio, porque cada punto y seguido enumerado arriba está lleno de tiempos y contenidos. Lo cierto es que fue pionero en el conocimiento, desarrollo y aplicación de nuevas técnicas en sanidad forestal, y muchos de los resultados de sus trabajos fueron primicias. En su etapa como Director de la Escuela de Ingeniería Técnica Forestal se produjo la más importante ampliación de la plantilla de personal docente con dedicación exclusiva y se consiguió la financiación y la redacción del proyecto de ampliación de sus dependencias. Conocí a Adolfo Rupérez en julio de 1974, recién terminada mi licenciatura en Ciencias Biológicas en la especialidad de Zoología. Fui a visitarlo al conocido como Laboratorio de Insectos, situado en los jardines del Museo de Ciencias Naturales, un pequeño edificio del CSIC cedido al Ministerio de Agricultura dentro de un convenio de colaboración. Adolfo Rupérez había sido profesor y tutor del proyecto fin de carrera de mi hermano, y pensé que como Catedrático de Zoología quizás podría facilitarme una estancia de formación en su laboratorio. Después de unos primeros minutos de conversación y de algunas preguntas por su parte, me lanzó una que con el tiempo tuvo una gran importancia para mí: “¿sabes algo de hongos?”. Contesté que no, puesto que mi formación biológica era casi estrictamente zoológica. Entonces se levantó, me entregó un libro de 800 páginas y me dijo: “estúdiatelo y en octubre vuelves por aquí”.
Cuando volví entonces, su actitud era enigmática y silenciosa, y pensé seriamente que me iba a examinar del contenido del libro. Afortunadamente para mí en esos momentos, no fue así. Me condujo a una parte del laboratorio, donde había un microscopio y una lupa, y me dio una caja con material vegetal en pésimas condiciones, al tiempo que me emplazó a que en unos días le comentara lo que había visto, y así fue. De esta manera empezó mi relación con Adolfo Rupérez. Él necesitaba una persona que se dedicara en el laboratorio a la línea de patología y yo me empeñé en ser esa persona. Me puso a prueba muchas otras veces más, fui consciente de ello. Se me olvidaba decir que el libro que me prestó para aquel verano se titulaba Patología Vegetal Agrícola, de Urquijo, Sardiña y Santaolalla (1971), un clásico. Unos meses después, y como consecuencia de una vacante y el comienzo de un nuevo Plan de Estudios de Ingeniería Técnica Forestal (el Plan Experimental que ahora termina), me ofreció dar clases como Encargada de Curso, primero de Zoología Forestal, y unos años después, de Enfermedades Forestales, compatibilizando ambos la docencia en la Escuela con el trabajo en el Laboratorio de Diagnóstico Fitopatológico del Servicio de Defensa contra Plagas del Ministerio de Agricultura. Con el tiempo, abandonamos el Ministerio de Agricultura y nos quedamos en la Escuela con dedicación exclusiva, donde compartimos la actividad docente e investigadora hasta su jubilación. A partir de aquel octubre de 1974, siempre de forma medida, habilidosa, fue soltándome el anzuelo de su enorme vocación forestal, abriéndome a un mundo donde la investigación y su aplicación se daban la mano, contagiándome su interés por la protección
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de la naturaleza, su curiosidad, el gozo en el estudio, la afición, la importancia del rigor en el trabajo y el reconocimiento a los que antes habían aportado información sobre los temas que nos ocupaban, cuestión esta última que no siempre le fue correspondida. Cada vez que le planteaba preguntas, dudas que no podía resolver, paraba lo que estuviera haciendo y lo discutíamos, lo diseccionábamos, y las más de las veces aparecía al día siguiente con un libro o unos artículos y me los dejaba encima de la mesa con un “mira a ver sí ahí encuentras alguna pista”. Era su forma de enseñar, esperando siempre las preguntas, el interés por profundizar más. Con Adolfo Rupérez se aprendía trabajando a su lado, observándolo, tomando nota de cómo enfocaba los asuntos, de su metodología, de sus análisis, sus dudas y desconfianzas y su gran capacidad resolutiva. Inquieto, luchador y motor in-
cansable de iniciativas. Simplemente, arrollaba. Y una de dos, o te quedabas parada viéndolo pasar o lo seguías. Y así pasamos horas y horas analizando muestras, describiendo, identificando agentes, realizando diagnósticos y ensayando soluciones. La fantástica posibilidad de incluir los resultados de nuestros trabajos en la docencia de una asignatura siempre en construcción, como las Enfermedades y Plagas Forestales, fue también para nosotros motivo de entusiasmo y de estímulo continuo. Hasta su jubilación definitiva en 1996, más de veinte años compartiendo inquietudes y conocimientos, en el día a día, con una relación fluida y de entendimiento, de respeto y de afecto. No hay un antes ni un después en mi vida profesional al margen de Adolfo, porque cuando terminó su etapa como profesor emérito y dejó definitivamente la Escuela seguíamos hablando regularmente de los temas
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que nos vinculaban, recordando anécdotas y vivencias y repitiéndonos frecuentemente “¡qué bien nos lo hemos pasado!”. Absolutamente cierto. Extraordinariamente lúcido hasta el final, sus últimos años los dedicó plenamente al cuidado de Carmen, su inseparable y risueña compañera, con quién formó una gran familia -a la que supo inculcar el amor por los animalesy cuya ausencia desde hace algo más de un año no pudo superar. No se puede entender la sanidad forestal española y, por extensión, la ciencia forestal de nuestro país sin conocer y reconocer la enorme contribución que a las mismas aportó Adolfo Rupérez. Mi gratitud eterna por descubrirme un mundo apasionante, por darme oportunidades, por apoyarme, por confiar en mi trabajo y hacerme partícipe de tu sabiduría. Descansa en paz, maestro.
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Se gradúa la Primera Promoción del título de Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural e la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Huelva El pasado día 11 de julio de 2014 se celebró el Acto de Graduación e Imposición de becas y entrega de diplomas de la Primera Promoción del título de Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Huelva. El acto estuvo presidido por el Vicerrector de Tecnologías e Infraestructuras, D. Francisco José Moreno Velo, la DecanaPresidenta del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, D.a M.a del Pilar Avizanda Cuesta, y el Director del Departamento de Ciencias Agroforestales, D. Raúl Tapias Martín.
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