Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. N.o 65
Cartografía de alta resolución basda en datos LIDAR Las taladoras de disco Orquídeas del Jardín Botánico de Madrid Redforesta 2016 "Los bosques del siglo XXI"
ta Entrevis
Rafael Cubero Rivera
Director General de Política Forestal y Espacios Naturales Protegidos de Castilla-La Mancha
l Especia
Los incendios en la interfaz urbano-forestal
SUMARIO FORESTA n.o 65 Colaboraciones Técnicas: 4
Entrevista: Rafael Cubero Rivera, Director General de Política Forestal y Espacios Naturales Protegidos de Castilla-La Mancha
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Especial: Los incendios en la interfaz urbano forestal Colaboraciones Técnicas: Deformaciones producidas por el cultivo en envase de plantas de Pinus halepensis y Pinus pinea después de cinco años en campo
Susana Domínguez Lerena 69
Ordenación cinegética. Cálculo de la presión de caza
José Miguel Montoya Oliver, Marisa Mesón García
34 Cartografía de alta resolución de modelos de combustible forestal: metodología de bajo coste basada en datos LIDAR
Eva Marino, Pedro Ranz, José Luis Tomé, Miguel Ángel Noriega
Legislación ambiental 84
Responsabilidad jurídica por la inexistencia en las urbanizaciones en interfaces urbano-forestales de los planes de autoprotección
José Luis López Jiménez 92
Noticias forestales
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Madera y arte: Jardinera Art Nouveau Almudena Córdoba López y Teodoro Abbad Santiveri
Plagas y enfermedades forestales: Retinia resinella L., oruga del grumo de resina en ramillos de pino silvestre
Nieves Ibarra Ibáñez y Enrique Martín Bernal
Hongos: Cantharellula umbonata (J.F. Gmel.) Singer y Phyllotopsis nidulans (Pers.) Singer
José Cuesta Cuesta y Nino Santamaría Rodríguez
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Algunas plantas interesantes de las provincias de León y Castellón
Carlos Manuel Romero Rodríguez
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Gerardo José Torres García
Las taladoras de disco: experiencias en los montes gallegos
Emilio Bravo, Leire Ortuzar
Orquídeas del Real Jardín Botánico de Madrid
“Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”
editorial
Los próximos cincuenta años del Colegio
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ermina la celebración del quincuagésimo aniversario de la creación del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural con un congreso muy especial, celebrado por entregas y en cinco sedes distintas: Hernani y San Sebastián (del 13 al 15 de abril), Sevilla (del 19 al 21 de abril), Palencia (del 5 al 7 de mayo), Valencia (del 19 al 21 de mayo) y, para concluir, Madrid (3 de junio). El congreso, denominado Redforesta 2016, tiene por título “Los Bosques en el siglo XXI”. La razón de organizarlo en cinco sedes diferentes responde a un doble objetivo del Colegio; por una parte acercar al mayor número posible de colegiados la celebración de este cincuenta aniversario y, por otra, promover la participación de todos ellos en alguno de estos actos. Cada una de las sedes enfocará una parte del trabajo desarrollado por la ingeniería forestal en el medio natural y la forma en la que se realiza. Así, en Euskadi, el congreso tiene por título “La sabiduría y
el saber sobre la madera”; en Sevilla, “Gestión, conservación y puesta en valor”; en Palencia, “El camino hacia la innovación tecnológica en la ingeniería forestal”; en Valencia, “La ingeniería forestal ante el cambio climático”, y en Madrid “La profesión y la acreditación profesional”. En contra de lo que se podría pensar, tratándose de una celebración de los primeros cincuenta años de existencia del Colegio, que no de la profesión, que se remonta muchos más años atrás con los primeros ayudantes de montes, el congreso se plantea mirando hacia el futuro. Era fácil caer en una revisión de lo logrado hasta ahora, pero reflejaría un estado de ánimo conformista que no puede ser la seña de identidad de la ingeniería forestal. Una profesión que trabaja para dar solución a algunos de los problemas ambientales más importantes de la Humanidad tiene que ser punta de lanza ideológica, conceptual, técnica, científica y experimental de la sociedad. De ahí que el congreso se fije más en los avances en cada una de estas áreas que en la reivindicación de lo hecho hasta ahora, que no es poco y que es la base del futuro.
Una profesión que trabaja para dar solución a algunos de los problemas ambientales más importantes de la Humanidad tiene que ser punta de lanza ideológica, conceptual, técnica, científica y experimental de la sociedad. De ahí que el congreso se fije más en los avances en las áreas de trabajo de la ingeniería forestal que en la reivindicación de lo hecho hasta ahora Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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Si hay algo que tiene la profesión de ingeniero forestal es futuro. Garantizar la gestión sostenible de los bosques del planeta, el abastecimiento de materias primas renovables, la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y garantizar la existencia de espacios naturales saludables y bellos que permitan el desarrollo de las personas, por citar algunas responsabilidades, necesitará de profesionales con conocimiento científico, experiencia técnica y vocación profesional. Necesitará de ingenieros forestales
Porque si hay algo que tiene la profesión de ingeniero forestal es futuro. Garantizar la gestión sostenible de los bosques del planeta, el abastecimiento de materias primas renovables, la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y garantizar la existencia de espacios naturales saludables y bellos que permitan el desarrollo de las personas, por citar algunas responsabilidades, necesitará de profesionales con conocimiento científico, experiencia técnica y vocación profesional. Necesitará de ingenieros forestales. Y ahí es donde aparece la figura del Colegio, con su apuesta por la formación continua de sus colegiados, por estar a la vanguardia de la actualización de conocimientos y del intercambio de experiencias profesionales. El Colegio también como servicio y garantía para la sociedad mediante la certificación profesional, el control del ejercicio profesional, el visado de los trabajos y el código ético de la profesión. Esta es otra de las cuestiones en las que la ingeniería forestal deberá trabajar en un futuro inmediato: en la clase de colegio profesional que quiere para el siglo XXI.
Si se pretenden ampliar los servicios a los colegiados y a la sociedad es imprescindible la participación de todos los colegiados en el diseño de ese Colegio. Su participación en este congreso es una buena oportunidad para empezar a construir los próximos cincuenta años del Colegio, porque en él se expondrán los nuevos retos profesionales que la ingeniería deberá resolver. Pero también tienen mucho que decir las Escuelas Universitarias de Ingeniería Forestal. Un examen crítico de los planes de estudio y de la calidad de la enseñanza que imparten nos proporcionará los mejores graduados posibles, preparados para dar respuesta a las demandas de la sociedad, adaptados al mercado laboral pero sin olvidar la más amplia formación general tan característica de toda la ingeniería. Una profesión participativa, conocedora de su pasado y comprometida con el presente y el futuro del medio natural, que es tanto como decir comprometida con el futuro de las personas, con buena formación, en continua actitud crítica y de progreso científico, social y económico deberá ser la protagonista de los próximos cincuenta años del Colegio.
Una profesión participativa, conocedora de su pasado y comprometida con el presente y el futuro del medio natural, que es tanto como decir comprometida con el futuro de las personas, con buena formación, en continua actitud crítica y de progreso científico, social y económico deberá ser la protagonista de los próximos cincuenta años del Colegio 2
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FOTOGRAFÍA DE PORTADA
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onte Txindoki o Larrunarri o Ñañarri, que de las tres formas es conocido. La foto está tomada desde Larraitz, en el municipio de Abaltzisketa (Guipúzcoa), desde el área recreativa que hay en esa loma. Lo que se ve es la vertiente Norte-Noroeste del monte Txindoki, de 1.346 metros sobre el nivel del mar. Pertenece a la sierra de Aralar y al parque natural del mismo nombre. Un tercio de la sierra de Aralar está en la provincia de Guipúzcoa y los otros dos tercios son de Navarra. Es probablemente una de las sierras más significativas del País Vasco, por su extensión y por lo que lleva asociado de riqueza natural, biodiversidad, aprovechamientos forestales y ganaderos, costumbres y cultura popular. Y ocupa nuestra portada por ser representativa de esa cultura rural, natural, forestal y ganadera en la que desarrollan su trabajo los ingenieros forestales, gestionando territorio con carácter multifuncional. Las praderas y roquedos montanos dominan las zonas más altas de Aralar. A una menor altura se suceden los bosques, de hayas en Lizarrusti y el encinar cantábrico en Ataun. Es un ejemplo de montaña atlántica con una extraordinaria riqueza de flora y fauna. Aralar es un lugar mítico de la cultura vasca, cuna de numerosos ritos y leyendas fundamentales en la tradición popular del País Vasco, como la de San Martín de Aralar o la de la construcción de los numerosos menhires que salpican toda la sierra hechos por los gigantes de la era precristiana. Los picos más significativos de la sierra de Aralar son Irumugarrieta (1.431 m), Aldaon (1.411 m), Ganbo (1.402 m), Pardarri (1.393 m), Beoain (1.359 m), Txindoki o Larrunarri (1.346 m), Artxueta (1.343 m), Arrubi (1.299 m), Putterri (1.299 m) y Balerdi (1.195 m). Ismael Muñoz
FE DE ERRATAS DEL NÚMERO 64 En la lámina de hongos correspondiente a Pisolithus arrhizus, aparece como especie conjunta Pisolithus tinctorius, siendo ambos nombres sinónimos.
EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR: F. Javier Cantero Desmartines. Subdirector: Andrés Arregui Noguer. DIRECTOR TÉCNICO: Ismael Muñoz Linares CONSEJO DE REDACCIÓN: Teodoro Abbad J. de Aragón, Susana Domínguez Lerena, Alvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara, Enrique García Gómez, José González Granados, Salustiano Iglesias Sauce, María José Manzano Serrano DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Monte Txindoki, sierra de Aralar (Guipúzcoa). Autor: Ismael Muñoz. Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.
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ACTUALIDAD
ENTREVISTA
Entrevista Rafael Cubero Rivera, Director General de Política Forestal y Espacios Naturales de Castilla-La Mancha
“Los planes hidrológicos del Tajo, Júcar, Guadiana y Segura no son aceptables para Castilla-La Mancha” Ismael Muñoz Linares
A Rafael Cubero Rivera le ha tocado tomar dos decisiones complicadas nada más llegar: ampliar la protección de la Laguna de Hito, lo que ha paralizado, de momento, la construcción del Almacén Temporal de Residuos radiactivos en Villar de Cañas, y recurrir los planes hidrológicos aprobados recientemente por el Gobierno de España. En contra de lo que pueda parecer, en su caso, no son decisiones políticas. Son decisiones técnicas y las justifica convencido de la necesidad de conservar la naturaleza en ambos casos. Habla con la prudencia del técnico que lleva muchos años en la Administración pública, pero con la contundencia de quien se cree lo que hace.
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Castilla-La Mancha es la única comunidad autónoma que no gestiona en exclusividad los parques nacionales que se encuentran en su región. ¿Tienen previsto pedir su transferencia? La situación de los parques nacionales en Castilla-La Mancha es anacrónica. Tiene que completarse la transferencia de la gestión de los parques nacionales en la totalidad del territorio nacional y Castilla-La Mancha no puede permanecer excepcionalmente con la gestión compartida de sus parques nacionales. Es una circunstancia que hay que corregir, debemos acometer la tramitación cuanto antes aunque no sea prioritario o urgente. Afortunadamente, el estado de conservación de los recursos naturales protegidos y el normal funcionamiento en la gestión del espacio no dependen de la inminente transferencia de la gestión. La relación de esta administración con el Organismo Autónomo de Parques Nacionales está totalmente normalizada, y la gestión compartida, a través de la Comisión Mixta de Gestión, funciona razonablemente bien.
¿Está terminada la red de espacios naturales protegidos de Castilla-La Mancha? La red de espacios naturales protegidos de Castilla-La Mancha, elaborada al amparo de la Ley 9/99 de Conservación de la Naturaleza, fue desarrollada en su mayor parte durante el periodo 1999-2011. Tenemos 110 espacios naturales protegidos, con una superficie próxima a las 600.000 ha, y no es previsible que se produzcan ampliaciones significativas en la red, lo que no es óbice para la declaración puntual de algún espacio natural protegido que pueda complementarla y contribuya a la mejor representación de los ecosistemas protegidos. De esta forma, hace casi un mes el Consejo de Gobierno acordó el inicio del expediente para la declaración del Monumento Natural del estratotipo de Fuentelsaz en Guadalajara. Prácticamente la totalidad de estos espacios y los recursos naturales más sobresalientes se encuentran bajo el paraguas de la red ecológica europea Red Natura 2000, por lo que su protección va a estar garantizada sin necesidad, salvo excepciones puntuales,
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de solapar figuras de protección en el mismo territorio. Sin embargo, tenemos una carencia y una necesidad en cuanto a la definición, declaración e inventario de los lugares de interés geológico de acuerdo con lo establecido en el art. 9 de la Ley 42/2007 en lo referente a su integración en el Inventario del Patrimonio Natural y de la biodiversidad. Esperamos acometer esta definición e inventario a corto o medio plazo mediante la modificación de la Ley 9/99. Una ampliación no exenta de polémica es la de la Reserva Natural Laguna del Hito, que, de momento, ha paralizado la construcción del Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares en Villar de Cañas, Cuenca. ¿Por qué es necesaria esa ampliación? ¿Entiende que haya sectores sociales que tengan dudas sobre la necesidad de esa ampliación e interpreten una instrumentalización de la conservación de la naturaleza con fines políticos? Existen valores naturales más que sobresalientes para justificar la adopción de la medida de ampliación de los espacios protegidos que se solapan en este territorio.
Cualquier técnico que conozca esta área es consciente del valor de estos recursos que no se ciñen al hábitat cerealista y estepario que presenta, entre otras cosas, una de las mayores zonas de invernada de grullas de la península ibérica. No olvidemos que se trata no solo de una Zona de Especial Conservación para la Avifauna, sino de un Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Conservación, una Reserva Natural, e incluso se solapa con la figura de lugar RAMSAR declarada por la UNESCO. El acuerdo de inicio y el periodo de información pública establecido se realiza para la ampliación del espacio protegido Red Natura 2000 Laguna del Hito y, por tanto, para la ZEPA y el LIC y para la modificación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Reserva Natural. De los estudios realizados, nos encontramos en un área donde se acumulan hasta 19 hábitat de interés comunitario, cinco de ellos prioritarios, entre los que destacan, fuera de la zona perimetral de la Laguna del Hito, una extraordinaria representación de las comunidades gipsícolas o gipsófilas ibéricas en los cerros yesíferos de Montalbo y Villar de Cañas y de estepas
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salinas (Limonietalia) que se forman en las bases de estos cerros donde se acumulan las sales disueltas. Se ha detectado la presencia de más de 30 especies incluidas en el Anexo 1 de la Directiva Aves, entre las que destacan las esteparias asociadas al hábitat cerealista y las paseriformes riparias y palustres en las riberas de los cauces, fundamentalmente del Záncara. En definitiva, es una actuación que había que acometer, si bien es cierto que la amenaza de que se produzca un daño de forma irreversible en la zona ha catalizado esta decisión. En resumen, e independientemente de que la decisión de ubicar el Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares en esta zona parece muy poco acertada técnicamente de acuerdo con las características geológicas y edáficas de los terrenos y de la polémica o conflicto que esta decisión pueda haber generado entre la población, la ampliación de los espacios protegidos está más que justificada de acuerdo con la necesidad de protección de los recursos naturales existentes, y cualquier otra interpretación no debería tener cabida en este contexto.
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¿Qué papel le da su gobierno a a la RN2000? La Red Natura 2000 está constituida en Castilla-La Mancha por 72 LIC y 39 ZEPA, ocupando una superficie total aproximada de 1.800.000 ha, lo que representa más del 23% del territorio regional. Esta aportación supone el 13,6% del territorio de la Red Natura 2000 en España y comprende una parte muy importante de nuestros sistemas montañosos, cauces fluviales y humedales y zonas esteparias. La Red Natura en esta Región desempeña por tanto un papel crucial en la protección de la biodiversidad y conforma un eje fundamental para el desarrollo socioeconómico de estas áreas rurales tradicionales. Tiene una importancia fundamental para la conservación de las actividades y aprovechamientos humanos tradicionales. El reto es que la identidad del territorio rural incorpore con naturalidad estos espacios y que la población considere esta incorporación una oportunidad de desarrollo socioeconómico en las zonas rurales donde se asienta. ¿Cuándo tendrán terminados los planes de gestión RN 2000? ¿Cómo está siendo el proceso de elaboración de estos planes? ¿Qué orientación le dan a estos planes: qué principios generales regirán la gestión de la RN 2000? En la actualidad se encuentran elaborados la totalidad de los planes de gestión de los 72 LIC que hay en el territorio. Todos ellos han sido sometidos a los procedimientos de participación e información pública y ya han sido aprobados 53 de ellos y declaradas las correspondientes Zonas de Especial Conservación. Nos encontramos evaluando las alegaciones presentadas en el proceso de información pública a los planes de los 19 LIC restantes y es de prever que estemos en condiciones de aprobar los planes y declarar las correspondientes ZEC antes del periodo estival. Estos documentos, además, comprenden la planificación de las ZEPA en aquellos espacios que se solapan con el territorio con las LIC integrando esta planificación en un único documento. De esta forma, quedan por elaborar únicamente los planes de gestión de las ocho ZEPAS de aves esteparias en hábitat cerealistas que comprenderá, dentro de las singularidades y
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peculiaridades de cada uno de los espacios, una regulación común para la conservación de estas especies. Nos encontramos inmersos en el procedimiento de participación pública para el establecimiento de este plan y esperamos tenerlo definitivamente aprobado y culminada la planificación de la Red Natura en CLM en 2016. En cuanto a los principios orientadores para la gestión de la Red Natura, obviamente prima la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento o restablecimiento en un estado de conservación favorable de los tipos de hábitat y especies de interés comunitario. El principio de actuación de la Consejería, tanto en la elaboración de normativa como en acciones directas sobre el medio, es contar siempre que sea posible con los colectivos y sectores más directamente implicados. Esto implica el establecimiento de vías de colaboración entre la administración gestora, los propietarios y los usuarios del territorio. La Red Natura y los planes de gestión de los espacios deben contribuir al desarrollo rural sostenible del medio apoyando los usos tradicionales compatibles con la conservación de los recursos. Por último, la gestión de estos espacios debe basarse en el mejor conocimiento científico y técnico disponible y en la evaluación periódica y seguimiento de las actuaciones. El lince en Castilla-La Mancha, ¿qué acciones están tomando para que se establezca definitivamente aquí? ¿Es una especie aceptada bien por toda la sociedad? Castilla-La Mancha es socio beneficiario del proyecto LIFE Iberlince, que tiene como objetivo principal conseguir aumentar las poblaciones del lince ibérico mediante la recuperación del área de distribución histórica a través de la reintroducción de ejemplares procedentes de la cría en cautividad, consiguiendo al mismo tiempo el apoyo social de la población y de la propiedad privada. Es un proyecto especialmente interesante por estar involucrados todos los sectores que pueden estar afectados en esta reintroducción y cuya colaboración es necesaria para el éxito del proyecto, desde asociaciones de titulares cinegéticos hasta asociaciones conservacionistas. Nada menos que 17
socios, cinco administraciones de dos países para la reintroducción en tres áreas, Castilla la Mancha, Extremadura y el sur de Portugal. El objetivo prioritario de la JCCM dentro del proyecto es seleccionar dos áreas potenciales para la reintroducción del lince ibérico y crear, al menos, un núcleo de población estable en Castilla-La Mancha. En la actualidad, se han seleccionado y preparado dos áreas óptimas para la reintroducción de la especie en Castilla-La Mancha: Sierra MorenaCampo de Calatrava (Ciudad Real) y Montes de Toledo (Toledo). En ambas zonas, los socios del Life Iberlince en Castilla-La Mancha, desarrollan diversos trabajos técnicos encaminados a la determinación de abundancia de conejos y de la calidad del hábitat, y realizado un enorme esfuerzo de comunicación y difusión del proyecto entre la población afectada, destacando las reuniones con diferentes colectivos. Los trabajos de difusión y sensibilización son sumamente importantes para el éxito del proyecto. Es justo destacar la participación de la Diputación de Toledo, que aunque no es socio del proyecto, está llevando a cabo estos programas de sensibilización en los centros escolares de las zonas de reintroducción, con gran aceptación. Simultáneamente, se están concertando convenios de colaboración con los titulares de terrenos en estas zonas. Se ha convenido superficies superiores a las 20.000 ha en Sierra Morena oriental y próximas a las 15.000 ha en Montes de Toledo. En estos terrenos se ejecutan trabajos de fomento de la caza menor como especie presa de esta especie protegida. Ya se han reintroducido 30 ejemplares, 14 en Montes de Toledo y 16 en Sierra Morena. Podemos decir que los objetivos en Castilla-La Mancha cada vez estamos más cerca de alcanzarlos. ¿Qué valor tiene el sector forestal en la economía de Castilla La Mancha? La industria forestal ha sido tradicionalmente significativa en las provincias de Cuenca, Guadalajara y Albacete, e incluso en Toledo, si bien no se ha desarrollado todo lo que sería deseable. A pesar de ello, existe un número importante de empresas dentro del sector primario relacionadas con el sector forestal, aproximadamente 2.500,
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de las que apenas 200 se dedican a la explotación forestal de productos madereros. Destaca, sin ningún lugar a dudas las empresas relacionadas con el sector cinegético, y en menor medida, las de otros aprovechamientos como la explotación del corcho o semillas. La industria resinera ha tenido cierto auge los últimos años y se encuentra en un periodo de estabilización, y deseamos que de consolidación, en las provincias de Guadalajara, Albacete y Cuenca. La Consejería se encuentra elaborando una estrategia regional para el fomento de la biomasa forestal (BFR) residual susceptible de valorización energética. Castilla-La Mancha sustenta la mayor cantidad de biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento de España según datos de la Estrategia Española para el Desarrollo de Biomasa Forestal Residual, con un 18 % del total nacional, y supone un importante potencial de desarrollo económico y social en estas zonas. Estamos actualizando el inventario de la ubicación del recurso y su cuantificación, para lo que nos valemos de tecnología Lidar, que va a facilitar la información sobre la posibilidad de suministro a los posibles centros logísticos e instalaciones. Estamos realizando la ordenación forestal de todos los MUP con aprovechamiento sostenible de BFR y la adecuación de las condiciones de los aprovechamientos de MUP a las especiales necesidades de suministro de estos procesos. A grandes rasgos, pretendemos garantizar el suministro a iniciativas empresariales, potenciar los servicios energéticos ligados a la utilización de biomasa y aprovechamientos forestales, la utilización de biomasa en edificios públicos y la instalación de biorrefinerías para la obtención de mayor valor tecnológico de la biomasa. ¿Qué importancia le dan en su política general al sector forestal? Castilla-La Mancha tiene una población de poco más de dos millones de habitantes en casi ocho millones de ha. Es una región eminentemente rural y el sector forestal tiene una importancia significativa en las políticas de la Consejería. Es un sector estratégico para el desarrollo de las zonas rurales más marginales, donde se asientan
las superficies forestales. Así lo ha demostrado con la especial atención que la Consejería ha prestado al sector en el Plan de Desarrollo Rural para este periodo. ¿Cuáles son los objetivos principales para esta legislatura en materia forestal? Hay un objetivo principal transversal a todas las acciones de esta administración que es la contribución a la creación de empleo estable y el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales. Buena parte de los esfuerzos van dirigidos al apoyo a las empresas y contribución a la instalación de las mismas mediante acciones directas sobre el medio natural o el plan estratégico de la utilización de la biomasa forestal. Por otro lado, tenemos un especial interés en la participación pública en la gestión del medio y la formación y sensibilización en materia de conservación, acercando la Red Natura e involucrando a los ciudadanos en la gestión del medio natural, con el convencimiento de que la sostenibilidad en las actividades de la población únicamente se consigue a través de su participación en la gestión. Como objetivo general, debemos facilitar las relaciones de la administración con los usuarios del medio natural, simplificando la tramitación de actos administrativos y facilitando la ejecución de los aprovechamientos y usos no consuntivos del medio. Como objetivos específicos se encuentran, entre otros: - La puesta en marcha del Plan de Uso Público en el Medio Natural contando con las infraestructuras existentes como catalizadores de desarrollo rural. - Aprobación de los planes de gestión y seguimiento de los espacios protegidos en el río Tajo y demás cuencas hidrográficas. El agua en esta región es vital tanto para su aprovechamiento sostenible como sustento de hábitats y especies. - Tenemos pendiente una serie de actuaciones legislativas, por ejemplo, la modificación de la Ley de Caza para adaptarla a la realidad social de la Comunidad y para que todos los sectores puedan cohabitar en el medio natural. También debemos modificar la Ley 9/1999 de Conservación de la Naturaleza para su adaptación a la Ley 42/2007. Es necesaria la actualiza-
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ción de una ley que fue vanguardista en materia de conservación en su momento, pero que, después de más de 25 años, debemos adaptarla a las nuevas circunstancias sociales y de conservación. - Hemos de desarrollar la reglamentación de la Ley de Vías Pecuarias, facilitando las relaciones con el administrado y fomentando los usos compatibles y complementarios. - Tenemos que elaborar los planes de recuperación de las especies en peligro de extinción, la aprobación del plan para el águila perdicera y la revisión de los planes para el águila imperial, lince ibérico y cigüeña negra y las de las especies de ictiofauna protegida. - Queda por culminar la aprobación de los PRUG de los dos parques nacionales y de seis de los parques naturales de la región - Estamos muy interesados en el programa de recuperación de la perdiz roja en las dos vertientes que es necesario actuar, en la recuperación genética y en la recuperación del hábitat. Sin duda, los planes de gestión de las ZEPAS de esteparias nos va a permitir evaluar y estudiar la bondad de las medidas de conservación y recuperación que vayamos adoptando. Tenemos que acometer el plan de conservación de la trucha autóctona. - Queremos normalizar las acciones no productivas en montes privados como medida indispensable para la subsistencia de numerosas empresas del sector; la ordenación de todos los montes de U. P.; y la elaboración de los Planes de Defensa contra incendios forestales. - Sabemos que tenemos que hacer un esfuerzo importante en la lucha contra las especies exóticas invasoras y en sanidad vegetal. En definitiva, tenemos por delante mucho trabajo para alcanzar objetivos ambiciosos con recursos limitados que espero que supongan un cambio sustancial en la situación de la conservación y gestión del medio natural castellanomanchego. ¿Está satisfecho con las inversiones previstas por el anterior gobierno de Castilla-La Mancha en los nuevos planes de desarrollo rural y su financiación por la UE?. El Plan de Desarrollo Rural presentado por el anterior Gobierno fue
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pecialmente significativa en cuanto a su cuantía. Estará destinada, prácticamente en su integridad, a las ZEPA de aves esteparias en hábitat cerealista, y junto con la inversión para actuaciones agroambientales de carácter voluntario supone una inversión aproximada de 40 millones de euros. ¿Por qué tiene tan poco peso, en general, el sector forestal en los planes de desarrollo rural que han presentado las CC. AA. para su financiación por la UE? La influencia del sector forestal en el Plan de Desarrollo Rural de CastillaLa Mancha es significativa. Los ecosistemas forestales ofrecen unos importantes servicios que no son generalmente cuantificados, como la protección de los cultivos, la conservación de suelos, la depuración de las aguas o incluso como hábitat de especies únicas y protegidas. Sin embargo, la importancia de estos servicios son constatables y es inevitable que su valoración sea cada vez mayor. Así mismo, es inevitable que el sector forestal tenga cada vez más peso en los planes de desarrollo rural, porque las masas forestales más valiosas se encuentran en las zonas rurales más marginales donde es necesario llevar a cabo acciones directas de desarrollo socioeconómico.
devuelto por la Comisión Europea por determinados incumplimientos con el Reglamento Comunitario y carencias en la interlocución con el sector al que va dirigido. La Consejería tuvo que adecuar el PDR a las exigencias comunitarias en un tiempo récord para que fuera aprobado en octubre del pasado año con objeto de no perder más tiempo sin desarrollarlo. Estas modificaciones y propuestas se establecieron también para las relacionadas con el sector forestal. En cuanto a las medidas del PDR de carácter forestal estamos más que satisfechos de la importancia que en esta Consejería le hemos dedicado. Las inversiones asociadas a la política de desarrollo rural en el sector forestal ocupan 426 millones de euros, prácticamente el 30 % del total de la inversión pública del plan. Se trata de la mayor cantidad neta y porcentaje de financiación en este sector en España,
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lo que demuestra la identificación de esta Consejería del sector forestal como motor de desarrollo rural. Especialmente interesante nos parece la medida 8.5 de actuaciones directas sobre el medio, con cerca de siete millones de euros anuales, y casi el doble para la realización de tratamientos por particulares mediante ayudas, al menos inicialmente en dos convocatorias. Significativa es también la medida 8.3. para la realización de tratamientos preventivos contra incendios, con casi 40 millones de euros, y la dedicada al uso público, tanto la destinada a los centros de atención de visitantes de la Red de Áreas Protegidas como a la adecuación de infraestructuras de uso público (áreas recreativas, red de senderos, etc.). Por primera vez se va a implantar una medida para compensar las limitaciones de usos y actividades en zonas agrícolas de la Red Natura, es-
La caza en Castilla-La Mancha tiene un enorme peso económico, social y cultural, pero ¿qué papel puede jugar esta actividad en la conservación de la naturaleza? Un papel fundamental. La caza no solo es un aprovechamiento sostenible que en esta región supone uno de los motores económicos de las zonas rurales, sino que su actividad ordenada contribuye al establecimiento de equilibrios en los ecosistemas que hoy en día posiblemente estarían rotos sin esta actividad. Han desaparecido buena parte de los depredadores naturales, sobre todo de especies de caza mayor, lo que conlleva que el aprovechamiento cinegético se establezca como una necesidad para el control de poblaciones y para mantenimiento del hábitat que comparten con otras especies silvestres no cinegéticas. La correcta gestión cinegética de la caza menor, por otra parte, supone un factor en muchas oca-
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siones determinante para la presencia de especies protegidas depredadoras de estas especies. Esto no es óbice para que la actividad cinegética adquiera unos compromisos ambientales para la conservación de los recursos que, por término general y en buena parte de ellos, ya practica. ¿Cotos de caza intensiva o naturalizada?, ¿se ha convertido en una actividad para bolsillos pudientes? Caza naturalizada por término general, sin menoscabo de la intensividad en los terrenos y con los medios que puedan soportarla. Uno de los principios que ha llevado a esta administración a tramitar la modificación de la Ley de Caza es fomentar el carácter social de la misma. Pretendemos que la caza en régimen de igualdad de oportunidades vuelva a ser una realidad en la región. Una de sus funciones es la de la elaboración de informes ambientales en las que puedan verse afectadas áreas o recursos naturales protegidos. En este sentido, su Dirección General es la que ha elaborado los informes contrarios a los planes de cuenca presentados por el MAGRAMA. ¿Por qué razones no están de acuerdo con estos planes? ¿Qué va a hacer el gobierno de Castilla-La Mancha? Se van a recurrir los planes hidrológicos de las principales cuencas hidrográficas presentes en CastillaLa Mancha: Tajo, Júcar, Guadiana y Segura. La razón principal es el tratamiento que dan a Castilla-La Mancha y sus necesidades de agua. En la actualidad, se exportan grandes cantidades de este recurso natural procedente de nuestra comunidad autónoma a otras comunidades, sin que las necesidades de agua para fines medioambientales, suministro a poblaciones y agricultura estén cubiertas en Castilla-La Mancha. Se están incumpliendo de forma sistemáticas varias directivas comunitarias, Directiva Marco del Agua, Directiva Aves y Directiva Hábitats, así como la legislación nacional sobre aguas y conservación de la naturaleza. En estos planes hay una ausencia de objetivos para la conservación de recursos naturales protegidos ligados al agua. No se cumple la obligación legal de considerar la conservación de estos
recursos con un carácter prioritario. Por los estudios recientes publicados, las especies piscícolas autóctonas están desapareciendo en los tramos medios de los ríos Tajo, Guadiana, Segura y Júcar y los bosques de ribera tienen un estado de regresión evidente motivada por la insuficiencia de caudales ecológicos. Estos caudales ecológicos son insuficientes en todas las cuencas. Ahora mismo, en el Tajo tenemos lo que se denomina un caudal paisajístico. En realidad lo que tenemos es una serie continuada de azudes, presas y otras infraestructuras transversales que retienen agua y dan la apariencia de un río, pero no es así. Se trata de un cauce embalsado. Tenemos problemas con los caudales ecológicos en todas las cuencas, y aunque estén calculados los caudales ecológicos para algunas masas de agua en los planes hidrológicos, las confederaciones incumplen su obligación de control. Estas circunstancias favorecen la presencia de especies exóticas invasoras cuyo tratamiento no se aborda con rigor en los planes. La primacía de los aprovechamientos hidráulicos sobre los factores medioambientales no está justificada. El caso del trasvase Tajo-Segura es especialmente flagrante, condenando las necesidades del tramo medio y de la cabecera de la cuenca a una constatable penuria hídrica. La gestión de la CH Tajo está orientada a trasvasar el máximo de agua posible sin tener en cuenta otras alternativas que en la cabecera, en ocasiones con problemas de abastecimiento, no pueden contemplarse, como la desalación. No se estudian ni evalúan los efectos ambientales y económicos que origina el trasvase. En definitiva, los planes hidrológicos parecen orientados y dirigidos por sectores tan influyentes como los sindicatos de regantes del Levante y Murcia, el Canal de Isabel II y las empresas concesionarias de los aprovechamientos hidroeléctricos. En estas circunstancias, estos planes no son aceptables para Castilla-La Mancha. ¿De qué manera su formación como ingeniero técnico forestal le facilita el trabajo como director general? El medio natural requiere una gestión que garantice su conservación, persistencia y mejora sin menoscabo
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del aprovechamiento y uso sostenible de los recursos. Es una tarea que llevamos ejecutando los ingenieros forestales desde siempre, adaptándonos a las circunstancias sociales y ambientales de cada momento con un grado alto de responsabilidad. ¿Qué papel deben desempeñar los ingenieros forestales en la gestión del territorio? La formación del ingeniero forestal está enfocada a la gestión del territorio forestal combinando conocimientos científicos propios de ciencias naturales como la botánica, zoología, geología, etc., con aspectos propios de la ingeniería. De acuerdo con esta formación, tenemos un abanico muy amplio de ocupaciones profesionales, desde el área de la obra civil y forestal hasta tratamiento de la masa forestal y biomasa y de conservación del medio. Tenemos una formación lo suficientemente completa y diversa como para coordinar la intervención de equipos multidisciplinares, que es lo que requiere la gestión del medio natural. Como colegiado, en su opinión ¿cómo debe ser el Colegio Profesional del siglo XXI? El Colegio Profesional debe ser, obviamente, lo que quieran sus colegiados. El esfuerzo realizado en instaurar mecanismos de participación en los últimos años es especialmente gratificante y debe incrementarse en el futuro para conseguir que esta sea lo más numerosa y efectiva posible. Aun cuando el Colegio ha desarrollado una actividad impecable en defensa del ejercicio de la profesión, a veces no suficientemente reconocida y agradecida, y es justo reconocer el haberse involucrado en las grandes cuestiones profesionales, personalmente, en ocasiones he echado de menos un Colegio más participativo en los temas concretos que importan al ciudadano en relación con el medioambiente. Desearía un Colegio más implicado en las cuestiones actuales e incluso en la toma de opiniones ante los grandes asuntos de actualidad de forma decidida, objetiva y aséptica, perfectamente compatible con la representación de todos los profesionales colegiados. Aun cuando supone un mayor esfuerzo en recursos, es la forma más cercana y efectiva de valorizar esta profesión.
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano-forestal
I Seminario sobre actuaciones de prevención, seguridad y extinción en zonas de interfaz urbano forestal Del 10 al 12 de noviembre de 2015, en el Centro Nacional de Capacitación Agraria (CENCA) de San Fernando de Henares (Madrid)
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s un hecho el creciente número de incendios forestales que o bien afectan o tienen su origen en las zonas habitadas conocidas como de interfaz urbano-forestal. El riesgo que supone la proximidad del fuego a las viviendas, instalaciones y líneas de comunicación, el peligro que supone para las personas que viven allí, y para los profesionales que trabajan en la extinción de los incendios fueron los motivos que animaron al Colegio a organizar esta primera edición del Seminario. El objetivo principal fue el de propiciar el intercambio de experiencias y conocimientos de técnicas, iniciativas empresariales de diversa índole, propuestas de mejora y posibles soluciones integrales, además de favorecer el contacto y la corresponsabilidad
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de las diferentes administraciones involucradas. Más de 170 asistentes, 10 expositores, demostraciones y la presencia de los partidos políticos mayoritarios hicieron que este evento se convirtiera en referencia dentro del sector. El seminario estaba dirigido a los técnicos de las administraciones locales que autorizan las urbanizaciones en zonas de interfaz urbano-forestal, a los profesionales forestales encargados de redactar los planes de autoprotección, a los profesionales que se dedican a la extinción de incendios forestales, a los administradores de fincas, a los propietarios de este tipo de viviendas y a la sociedad en general para que sean conscientes de los riesgos que pueden correr y de la necesidad de autoprotección.
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En palabras de la decana del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, “el Colegio pretende que esta iniciativa no solo se sea un foro de discusión, sino una propuesta continua de reflexión, capaz de dar respuesta a los problemas reales y permanentes a los que este tipo de incendios obliga a la sociedad a enfrentarse. La sociedad en general y la Administración pública en particular deben dar una respuesta legal, técnica, económica y social adecuada a este tipo de incendios”. La Directora General de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Begoña Nieto, reconoció en la inauguración del Seminario que “la lucha contra los incendios de interfaz urbano-forestal requiere la coordinación de todas las administraciones públicas implicadas: General del Estado, autonómica y local”. El seminario se estructuró en cinco grandes áreas temáticas, organizadas en mesas redondas, ponencias y demos-
traciones técnicas. • Área Temática 1: Prevención y cartografía del riesgo. • Área Temática 2: Vulnerabilidad y protección de las edificaciones y del personal. Factor humano, gestión de las personas y las poblaciones. Comunicación social. • Área Temática 3: Operaciones de extinción y protección civil. Legislación, regulación y normativa técnica. • Área Temática 4: Aplicación de nuevas tecnologías en prevención, seguridad y extinción. • Área Temática 5: Visión social y política de la problemática de incendios forestales y de la interfaz urbanoforestal. El Comité Organizador del Congreso, después de un minucioso trabajo, elaboró las conclusiones de esta primera edición, después de recibir las aportaciones de los ponentes y el público asistente. Estas concusiones pueden descargarse de la página web del Colegio www.forestales.net/, en el buscador utilizando la palabra clave interfaz.
Conclusiones fundamentales sobre los incendios y la interfaz urbano-forestal 1. UN RIESGO REAL Y CRECIENTE Los incendios forestales cada vez más frecuentemente afectan a poblaciones e instalaciones ligadas a núcleos urbanos. Es difícil que un incendio forestal no impacte en zona de Interfaz Urbano-Forestal (IUF). Estos son escenarios para los cuales tanto la población como las administraciones han de estar preparadas. Algunas de las estructuras actuales de interfaz a las que ha evolucionado el paisaje son potencialmente muy peligrosas en caso de incendio, desarrollando emergencias difíciles de gestionar. 2. SIN RECONOCIMIENTO OFICIAL Es necesario reconocer oficialmente la IUF como un uso del suelo en sí mismo, y que este aparezca en la cartografía oficial (catastro, mapa forestal, etc.), y al cual referir tanto regulaciones como protocolos y métodos de gestión. Es necesario acordar una única terminología para los espacios de interfaz urbano-forestal.
prevención. La regulación propuesta estará de acuerdo con el mapa de habitabilidad del monte. Se sugiere tomar como referencia los mapas de inundabilidad. 5. ESCASA PERCEPCIÓN DEL RIESGO Hay una escasa percepción del riesgo por parte de la población y los propietarios. Es necesaria una concienciación y aceptación del compromiso que supone vivir en el monte como punto de partida para cualquier estrategia de protección. Se necesitan establecer mecanismos técnicos y sociales que informen y adviertan del riesgo real a los ciudadanos. Es especialmente importante la educación de las jóvenes generaciones y el fortalecimiento del criterio de autoprotección basado en el conocimiento y la responsabilidad que comporta vivir en el monte. Es necesaria una estrategia de educación basada en planes y acciones y campañas de comunicación de alcance nacional sobre esta temática.
3. LA HABITABILIDAD DEL MONTE Se propone la elaboración de una cartografía de la habitabilidad del monte basada en criterios de potencialidad del territorio al desarrollo de incendios, capacidad de respuesta de defensa así como existencia de infraestructura, recursos y planes de autoprotección.
6. DISPOSITIVOS DE DEFENSA SOBREPASADOS Actualmente los medios de extinción y de protección civil no pueden ni deben asumir toda la responsabilidad e incluso ponerse en situación de riesgo, particularmente si no se han observado las mínimas normas de autoprotección y prevención. Los medios pueden ser insuficientes en grandes incendios forestales (GIF) y episodios de simultaneidad de incendios. Es necesario transmitir este mensaje a la población.
4. LEGISLACIÓN ESPECÍFICA INCOMPLETA Es necesario el desarrollo de una legislación específica coordinada y completa que englobe los tres aspectos fundamentales de la interfaz: forestal, urbanismo y protección civil. La legislación estará orientada a una mayor y más eficaz protección de la población, incluyendo operaciones de los dispositivos, la autoprotección de poblaciones y las labores de
7. EL CONCEPTO DE AUTOPROTECCIÓN Como consecuencia, es necesario que la población adquiera y desarrolle el concepto de autoprotección, pero basada en una guía de buenas prácticas, en una norma técnica y en el sentido común.
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8. DOS REALIDADES: PUEBLOS Y URBANIZACIONES Existen dos situaciones de IUF con diferencias muy marcadas: a) urbanizaciones y desarrollos periurbanos b) pueblos y núcleos en el ámbito rural. No deben plantearse las mismas exigencias ni los mismos programas de ayudas o el destino de los fondos públicos destinados a prevención a unas y a otras. 9. EL PAPEL DE LOS AYUNTAMIENTOS El ayuntamiento es una figura administrativa clave en la articulación de cualquier estrategia de protección y prevención en la interfaz. No obstante, es necesaria una mayor dotación técnica y presupuestaria en los ayuntamientos y una capacitación de sus técnicos sobre aspectos de prevención activa y pasiva. Se subraya la importancia de que las administraciones públicas, especialmente los ayuntamientos, sean los primeros en cumplir la normativa. 10. CUALIFICACIÓN DE TÉCNICOS Es necesario crear un perfil de técnicos con cualificación suficiente para la redacción de planes de autoprotección y planes municipales de emergencia por incendio en la interfaz. La formación ha de estar reconocida, homologada y debe exigirse en la firma de dichos documentos.
nos vulnerables y más resilientes al paso del fuego según su vocación, promocionando la gestión integral e incorporando actividades agroforestales, así como mediante la creación de espacios de diálogo entre la población y el monte. Se propone el lema: “una urbanización, una oportunidad”, en tanto en cuanto las urbanizaciones en el monte sean oportunidades para el control del fuego en el paisaje y no una fuente de problemas y acopio de medios. 14. EL COLECTIVO TÉCNICO Y LAS SOLUCIONES TECNOLÓGICAS. En la actualidad existe un colectivo de técnicos, ingenieros de montes, ingenieros técnicos forestales, capataces, etc., un conjunto de métodos y técnicas forestales y de soluciones tecnológicas que pueden dar respuesta a esta demanda de planificación y autoprotección de las poblaciones. Es necesario, no obstante, apoyar esta actividad con una regulación apropiada y realista y contar con un compromiso de la clase dirigente.
1. 11. FORMACIÓN Y DOTACIÓN DE MEDIOS Es muy necesaria la formación, equipación y capacitación de medios de extinción y de protección civil. Son necesarios protocolos de seguridad y operaciones, en particular para la coordinación de los agentes desplegados y la descripción inequívoca de funciones y responsabilidades en el desarrollo de las emergencias por incendio en interfaz. 12. HACIA UNA NORMA TÉCNICA Es necesaria un código técnico de métodos de urbanización, sobre materiales y métodos constructivos de edificaciones, instalaciones de protección, sobre elementos y diseño de jardines así como de tratamientos y mantenimiento de los mismos. Todos estos deben basarse en ensayos normalizados y programas de investigación y desarrollo, los cuales es necesario potenciar. 13. PAISAJES Y URBANIZACIONES RESISTENTES Y RESILIENTES Se ha identificado la necesidad y posibilidad de evolucionar los paisajes forestales con interfaz hacia estructuras me-
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Otras conclusiones particulares de las áreas temáticas Mesa Temática 1. Sobre la cartografía del riesgo y la planificación preventiva Es necesaria una caracterización de la vulnerabilidad de los elementos expuestos a los incendios en zonas de interfaz, mediante la capitalización de la experiencia en incendios reales y la experimentación en laboratorio. Es necesario contar un procedimiento homogéneo para la cartografía del riesgo, basado en la fórmula genérica: Riesgo = peligro x vulnerabilidad, donde “peligro” incorpora la probabilidad de la aparición (espacio y tiempo) de escenarios adversos de incendio (frente, humo, pavesas etc.), y “vulnerabilidad” engloba tanto la exposición como la susceptibilidad de los elementos vulnerables considerados. Se subraya la importancia de acoplar razonablemente las operaciones y respuesta al mapa de riesgo, de modo que las operaciones de extinción vayan orientadas a reducir el impacto de la emergencia y no necesaria o exclusivamente a proteger los elementos vulnerables. Los incendios al llegar a una zona de interfaz se convierten en una poliemergencia. Esto conlleva trabajar mano a mano con los agentes de protección civil y otros agentes. Los propietarios han de contar con la capacidad de autoanálisis e identificar los puntos y aspectos a mejorar en la autoprotección de sus viviendas.
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5. Es necesario encontrar una unidad común de medida del riesgo para realizar mapas comparables. 6. Es necesario enmarcar los trabajos de caracterización del riesgo y planificación preventiva en al menos dos escalas espaciales: la escala general, o de paisaje, y la escala local, de urbanización. Se puede considerar una tercera escala de detalle al nivel de la parcela o la edificación. 7. Sería preceptivo ligar los permisos de urbanización al informe de habitabilidad y defensa frente a incendios de nuevos desarrollos urbanísticos. Los planes de desarrollo urbanístico deberían incorporar el área perimetral exigida para la protección dentro de sus límites. 8. Mientras que la fragmentación de los usos del terreno puede favorecer el control de la expansión de los incendios, la fragmentación de la propiedad complica su gestión y la aplicación de planes estratégicos. 9. Los combustibles vegetales en la interfaz incluyen los elementos del jardín, un entorno muy intervenido, especialmente por los tratamientos, selección de especies y régimen de riego. 10. La investigación sobre la inflamabilidad de las especies en jardines es incipiente. El comportamiento de los componentes vegetales en los jardines depende además del mantenimiento. Es necesario contar con una guía para la selección oportuna de especies y su tratamiento con fines preventivos. 11. Los planes de autoprotección y planes de emergencia han de contemplar los posibles escenarios de fuego y su efecto en el desarrollo de la emergencia, incluyendo las condiciones y fenómenos meteorológicos adversos mediante el estudio histórico y el análisis de la estructura vertical de la atmósfera. 12. En el desarrollo de los planes preventivos, en ocasiones la legislación actual se autobloquea, como, por ejemplo, las restricciones del control del combustible en figuras de protección. 13. Las franjas perimetrales han de planificarse de acuerdo a los objetivos de reducción de la actividad del fuego y transitabilidad en cada caso. Es necesario estudiar la viabilidad técnica, económica y administrativa para su ejecución. Es necesario evaluar y adaptar la aceptación social de las medidas y en la medida de lo posible crear espacios de diálogo en los que se fomente su uso.
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Mesa Temática 2. Vulnerabilidad y protección de las edificaciones y del personal. Factor humano, gestión de las personas y las poblaciones. Comunicación social 1. La planificación urbanística en toda España, debe tener en cuenta la problemática específica de la IUF para núcleos de nueva creación o en fase de desarrollo, planteando diseños y soluciones para la defensa y protección contra incendios forestales que sean realistas y con periodos de carencia definidos. 2. Los Planes Territoriales de Emergencia de los municipios deben ajustarse a los posibles escenarios identificados de incendio forestal. Estos planes deben estar siempre disponibles y consultables tanto por los responsables de la planificación como los de la dirección de extinción y protección civil. 3. Se deben establecer mecanismos que posibiliten la Inspección Técnica de Edificaciones de forma periódica y regulada, que evalúen la habitabilidad de las viviendas e instalaciones para los escenarios de incendio forestal previstos. 4. Se propone la creación de un Grupo de Trabajo Multidisciplinar específico sobre la IUF que estudie técnicas, materiales y procedimientos y que proponga recomendaciones y nueva normativa para atenuar eficazmente la vulnerabilidad de edificaciones e instalaciones. Este grupo participaría en mesas de trabajo con los representantes políticos en las que expondría problemáticas sobre incendios forestales y sugeriría soluciones y recomendaciones regulatorias de manera coordinada y concertada. 5. Es necesario apoyar las decisiones sobre evacuación y confinamiento con una regulación y una guía de actuación y operaciones basada en la experiencia y en el grado de implantación de medidas de autoprotección para cada situación de IUF. Mesa Temática 3. Sobre operaciones y factor humano 1. La defensa de las zonas IUF en incendios declarados requiere estrategias que consideren complementariamente el ataque al “motor” del fuego junto con la protección de personas y edificaciones. Esta protección no debe hacerse abandonando dicho ataque, para lo que se precisan planes de operaciones específicos. 2. Sería muy conveniente disponer de protocolos orientativos, desarrollados para las características de comportamiento del fuego y de las zonas IUF en cada región, que sirvan de guía a los servicios de extinción para la planificación de operaciones 3. La población de las zonas IUF puede sufrir incidencias de carácter psicológico en los casos de evacuaciones (ataques de ansiedad, resistencia a abandonar las viviendas, etc.), que precisan atención por personal especializado, coordinado con los servicios de extinción. 4. La heterogeneidad de los métodos de extinción aplicables contra los fuegos de vegetación y en los incendios que afecten a las edificaciones presentes en la IUF requiere programar una formación polivalente para el personal de los servicios que intervienen en el control del fuego, de forma que tanto las brigadas forestales como los bomberos tengan conocimientos adecuados para operaciones conjuntas tanto en el área forestal como en estructuras.
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano-forestal
Medidas de prevención de incendios en la interfaz urbana forestal: retos y oportunidades
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os últimos años se han desarrollado en Cataluña una importante cantidad de trabajos de prevención de incendios forestales en el entorno inmediato de urbanizaciones y zonas urbanas que tienen contacto directo con la trama forestal. Numerosa bibliografía utiliza el concepto interfaz urbana forestal adaptando la nomenclatura anglosajona. Especialmente se han generalizado tratamientos de vegetación perimetrales con un mínimo de 25 metros de anchura con la vegetación arbórea clareada y el matorral restringido a las especies menos inflamables. La administración pública ha articulado un sistema (con nueva legislación y subvenciones económicas) que ha permitido superar problemas diversos: legales, económicos y de implicación de las personas.
José A. Terés Blanco Generalitat de Catalunya. Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació. Direcció General de Forests. Servei de Prevenció d’Incendis Forestals
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1.- Los problemas de los incendios forestales en la interfaz Los incendios forestales en la interfaz son un problema ampliamente descrito, con muchas publicaciones, y todas coinciden en que los principales problemas son: a) El riesgo para las personas y bienes que pueden quedar afectados. b) La necesidad exponencial de medios de extinción durante la emergencia para proteger persones y bienes. Estos medios dejan de trabajar de forma directa en la extinción del fuego, con lo que se pierde la iniciativa en la extinción. c) El aumento de las igniciones negligentes de los vecinos de las zonas urbanas que
derivan frecuentemente en incendios forestales. En Cataluña, al igual que en buena parte de las zonas europeas de clima mediterráneo, las zonas urbanas cercanas al bosque son unos terrenos especialmente abundantes. La mezcla de los terrenos urbanos y forestales se dan en dos direcciones opuestas: por un lado, los espacios urbanos colonizan zonas forestales, y por otro, los espacios forestales colonizan zonas rurales y llegan hasta los antiguos núcleos históricos (abandono rural). A partir de los datos disponibles por el Servei de Prevenció d’Incendis Forestals del Departament d’Agricultura, Cataluña tiene hoy más de 2.000 urbanizaciones y núcleos urbanos a menos de 500 metros de terrenos forestales. Estos núcleos son de todo tipo: pequeños (menos de una hectárea), grandes (más de 500 hectáreas), muy densos (100 por ciento urbanizado) o muy dispersos (menos del 40 por ciento de la superficie urbanizada). Las cifras de víctimas y casas quemadas en Cataluña son similares a otras áreas mediterráneas con un comportamiento del fuego similar y con proliferación de zonas urbanas cercanas a los bosques. Pero son muy inferiores en otras zonas del mundo, como en los Estados Unidos o Australia, donde se han quemado en incendios forestales decenas de viviendas anualmente durante los últimos 50 años. Es evidente que en esta estadística interviene la tipología de edificación según se utilicen más o menos materiales combustibles.
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Localización en Cataluña de las zonas urbanas sobre el mapa básico de peligro de incendio. El criterio actual se considerar la interfaz la franja de 500 metros alrededor de las zonas urbanas que corresponden a terreno forestal
2.- Las medidas de prevención de los incendios forestales en la interfaz oy en día se entiende que la prevención de incendios forestales es el conjunto de actividades que tienen por objeto reducir o anular la probabilidad que empiece un fuego forestal, así como limitar sus efectos si se produce. La estadística histórica de los incendios forestales, el comportamiento del fuego y, en general, el sentido común nos indican que la prevención de incendios forestales tendría que ser contemplada en fase de proyecto para cualquier tipo de edificación o infraestructura. Desarrollar medidas relativas al impacto ambiental y la evaluación ambiental de planes y proyectos tendría que contemplar el riesgo de incendios forestales como condición para la viabilidad o no de la infraestructura. El problema actual tiene que ver con edificios o infraestructuras ya existentes, que se construyeron años atrás, sin ningún tipo de análisis frente a los riesgos naturales (hay problemas con los incendios forestales similares a los casos de inundaciones o acumulaciones de nieve). Qué hacer con estas edificaciones, los habitantes de las cuales no entienden frecuentemente el riesgo hasta que lo sufren, es un reto para cualquier administración pública responsable. ¿Tiene que invertir la sociedad en unas medidas de defensa y minimización de riesgos de un problema creado artificialmente años atrás? ¿No es lógico que sean los mismos ciudadanos que viven allí quienes se doten de las medidas de prevención? Las edificaciones con características residenciales presentan múltiples problemas, siendo el riesgo de sufrir incendios forestales solo uno de una larga cadena.
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- Aumento de los vertidos incontrolados al medio natural. - Aumento del número de igniciones (inicio de nuevos incendios). - Acceso incontrolado a fincas forestales particulares (a motor y a pie). - Problemas de abastecimientos de aguas y vertidos de aguas residuales.
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En resumen: hay un problema muy importante que ocupa relativamente poca superficie pero donde hay mucha población implicada; y el éxito o el fracaso se valorará por la gestión que se haga de la emergencia en un tema tan sensible como la protección civil. Según el diagnóstico efectuado, las medidas de prevención de incendios forestales en la interfaz urbana forestal deberían ser: - el tratamiento de la vegetación perimetral - el tratamiento de la vegetación interior - dotación de agua y otros elementos extintores - habilitación de rutas seguras de acceso y evacuación de la zona urbana - inventario de viviendas y elementos con riesgo de sufrir un incendio forestal - divulgación entre los vecinos de la interfaz del riesgo de sufrir incendios forestales - realización de simulacros de emergencia, planteando el confinamiento de la población en espacios seguros como la alternativa más favorable salvo situaciones concretas El desarrollo normativo Durante el año 2003 se promulgó en Cataluña con rango de Ley una normativa de prevención de incendios forestales en la interfaz (exceptuando a los núcleos de población históricos y las edificaciones que tengan una finalidad agrícola o ganadera) que obligaba a: -
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tener una franja de protección perimetral de al menos 25 metros de anchura con la vegetación arbórea reducida y el estrato arbustivo desbrozado tener las parcelas interiores en la franja perimetral no edificadas sin vegetación seca disponer de una red de hidrantes homologados redactar un Plan de Autoprotección asegurar que los viales de acceso y sus márgenes estén limpios de vegetación
Esta normativa ya tiene un antecedente en 1995, cuando se promulgó un decreto que obligaba a la prevención de incendios forestales en la interfaz. Desgraciadamente, su éxito fue bajo, dado que no resolvía los principales problemas de la ejecución de las medidas: la necesidad de actuar en fincas forestales anejas en la zona urbana y el elevado importe de las actuaciones de prevención. Durante el año 2005, la Generalitat de Catalunya emprendió dos medidas de impulso a la prevención de los incendios forestales en la interfaz; desarrolló por vía reglamentaria la Ley del 2003, aclarando algunos conceptos conflictivos como el establecimiento de una servidumbre forzosa por la apertura de las franjas de protección perimetral en terrenos ajenos a la propiedad de las edificaciones urbanas y la publicación de una línea de ayudas exclusiva para abrir y mantener franjas de protección perimetral que pagaba hasta el 60 por ciento de los gastos de apertura y mantenimiento de la franja de protección perimetral. Las ayudas de la Generalitat de Catalunya se han repetido bianualmente hasta la actualidad, variando (a la baja) la dotación económica de las convocatorias), así como ha aumentado paulatinamente la implicación del mundo local (ayuntamientos y diputaciones).
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Para asegurar el cumplimiento de las obligaciones se han repartido un conjunto de responsabilidades. Las obligaciones que tienen que ver con el tratamiento de la vegetación tienen que ser ejecutadas por: 1) en primer lugar, la junta de compensación o entidad de conservación de la urbanización (entidad urbanística responsable de la zona). 2) en el caso que no haya una entidad urbanística responsable de la zona, cada uno de los vecinos responderá solidariamente del cumplimiento de las obligaciones. 3) si los vecinos individuales tampoco cumplen con sus obligaciones, corresponderá al ayuntamiento respectivo ejecutarlas. Una de las claves del éxito ha sido implicar a los ayuntamientos en estas responsabilidades. Solo el 10–15 por ciento de las urbanizaciones disponen de entidad urbanística responsable de la zona. Igualmente, el segundo supuesto solo se da para el caso de pequeñas zonas urbanas, porque más de diez propietarios difícilmente se ponen de acuerdo. En la práctica, en el 85–90 % de los casos tienen que ser los ayuntamientos los que impulsan y ejecutan estas medidas. En el año 2014, la Generalitat de Catalunya modificó la norma para incluir como elementos afectados por la Ley 5/2003 todos los núcleos urbanos hasta ahora no afectados y también las edificaciones e instalaciones agrícolas y ganaderas. 3.- Calculando la vulnerabilidad a vulnerabilidad tiene que valorar la posibilidad de sufrir daños por un incendio forestal. A efectos de priorizar las subvenciones a las zonas más vulnerables, se ha desarrollado una metodología que se calcula como un complemento entre la capacidad de propagación del fuego (calculado con SIG) y la vulnerabilidad de viviendas e infraestructuras.
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- Vulnerabilidad 1: posibilidad que un fuego llegue a la interfaz. - Vulnerabilidad 2: posibilidad que un fuego entre en la zona urbana y provoque daños a las personas y a las infraestructuras.
El inventario de la interfaz Las zonas urbanas con riesgo de incendio forestal tienen que ser inventariadas en dos formas: 1. Condiciones externas de la interfaz. a. Pendiente media. La vulnerabilidad aumenta con la pendiente media. b. Superficie de la interfaz: A mayor superficie, más posibilidad de ser afectada por el fuego. c. Situación orográfica. Las zonas urbanas a media vertiente o cresta son más vulnerables que las de fondos de valle. d. Condiciones internas de la interfaz. e. Relación de parcelas no edificadas y espacios verdes (vegetación natural)/parcelas totales. f. Existencia o no de un espacio defendible perimetral al menos 25 metros de anchura. Si existe franja, los medios de extinción tendrán una oportunidad de defender la zona urbana. g. Disponibilidad de agua (preferentemente, red de hidrantes) dentro de la interfaz. h. Dificultades de trabajo de los medios aéreos en extinción de los incendios: líneas eléctricas y otras. i. Vía única de salida o más de una vía. Una única vía siempre es vulnerable, cualquiera que sea su estado y la población de la zona urbana. Por ella entrarán los medios de extinción y saldrán las personas evacuadas. j. Estado de los viales de acceso e internos y su señalización. Las urbanizaciones pueden ser laberínticas y no estar correctamente señalizadas. k. Existencia de Planes de Autoprotección y capacidad de confinamiento.
La primera variable estudia las condiciones del entorno a partir de un buffer de los límites de la interfaz y se cruza con las capas que aportan información sobre el riesgo de incendios forestales (como por ejemplo, un mapa básico de riesgo de incendio). En Cataluña, este mapa clasifica el ries-
Figura 3: Ejemplo de aplicación en el estudio de las condiciones de los alrededores de la interfaz
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Variable
Criterio
Puntuación
Superficie de la interfaz
A mayor superficie, más vulnerable es la interfaz
0,01 puntos por hectárea La interfaz de más de 100 ha puntúa el máximo Cociente mayor de 0,4, puntúa 1
Relación parcelas no edificadas/ parcelas totales
A más parcelas no edificadas, mayor riesgo que pueda propagarse el fuego
Espacio defendible de protección perimetral
Si hay un espacio defendible perimetral habrá un espacio de trabajo para los servicios de extinción
Cociente menor de 0,4, puntúa el valor resultado Si no se tienen datos, puntúa 0,5 Si tiene franja perimetral, puntúa 0 Si no tiene, puntúa 1 Un único vial de acceso, puntúa 1
Vías de comunicación
Número de vías de acceso a la interfaz
Si te 2 vías de acceso, puntúa 0,33 Si tiene más de dos vías, puntúa 0 Alta vulnerabilidad, puntúa 1
Vulnerabilidad subjetiva
Valoración subjetiva de quien rellena la ficha
Media vulnerabilidad, puntúa 0,33 Baja vulnerabilidad, puntúa 0
Plan de Autoprotección
Si tiene plan de emergencias
Si no tiene redactado un PAU, puntúa 1 Si lo tiene, puntúa 0
Tabla 1: Resumen de las puntuaciones utilizadas al cálculo de las condiciones internas a la interfaz
go de incendios entre 0 y 9 en píxeles de 100 x 100 metros. Con el programa informático MIRAMON® obtiene una salida numérica promedio del riesgo de incendio forestal a la zona inmediata externa de la zona urbana. La segunda variable suma los datos de inventario. Cada variable del inventario se puntúa entre 0 y 1, y la suma de toda la puntuación permite obtener un valor. La suma de la primera y la segunda vulnerabilidad da una puntuación para cada urbanización, que tiene que ser interpretado como una escalera abierta, y al cual, a mayor valor,
mayor vulnerabilidad presenta. En una puntuación hecha sobre 475 urbanizaciones y núcleos de población obtenemos una gráfica de frecuencia como la siguiente. Sobre la vulnerabilidad exterior es complicado trabajar, pero sí se puede trabajar la vulnerabilidad exterior para que la suma no supere un valor (en nuestro caso) entre 6 y 7.
4.- El tratamiento de la vegetación en zonas urbanas desde la Generalitat de Catalunya. Ayudando a los Ayuntamientos Si la pendiente es inferior al 40 por ciento El tratamiento de la vegetación tiene que hacerse con un mínimo de 25 metros perimetrales a la zona urbana y en aquellas zonas interiores no edificadas y espacios verdes. En terrenos arbolados (más del 20 por ciento de la cubierta arbórea está ocupado por árboles de más de 15 centímetros de diámetro normal), la cubierta del arbolado no puede superar el 35 por ciento, con una distribución homogénea sobre el terreno. El espacio mínimo entre Figura 4: Distribución de la vulnerabilidad al estudio de 475 zonas de interfaz en Cataluña troncos tiene aproximadamente 6
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metros. Las ramas más bajas tienen que ser podadas hasta 1/3 de su altura hasta un máximo de 5 metros. El estrato arbustivo se desbroza para que ocupe un máximo del 15 % de la superficie, y estando las plantas separadas un mínimo de 3 metros se priorizan las especies vegetales de menor combustibilidad y que mantienen durante el verano un elevado contenido hídrico. En Cataluña se están priorizando: Olea europaea Prunus avium Buxus sempervirens Pistacia lentiscus Pistacia terebinthus Rhamnus alaternus Hedera helix Daphne gnidium Ruscus aculeatus Rubia peregrina Smilax aspera Viburnum tinus Quercus spp. Juniperus communis Arbutus unedo Rhamnus lycioides Rubus spp. Ononis tridentata Osyris alba Halimium spp. Atriplex halimus Tamarix spp. Si la zona no es arbolada, el recubrimiento vegetal máximo tiene que ser igual al 35 %, pero evidentemente las especies que lo cubran serán de la lista anterior. Si la pendiente es superior al 40 por ciento Se requiere un estudio específico firmado por un profesional de titulación forestal universitaria que establezca el tratamiento de la vegetación más adecuado a la zona y la anchura de la zona afectada (que puede ser diferente de 25 metros, atendiendo al combustible, la pendiente, la orientación y la exposición a situaciones de alto riesgo de incendio forestal), el cual minimice el impacto de las actuaciones sobre el terreno.
Figura 5: Aspecto de obertura de una franja perimetral en Pinus halepensis de 25 años
Figura 6: Aspecto de obertura de franja perimetral de Quercus ilex
Estos estudios tendrían que considerar el comportamiento del fuego a esperar en la zona.
Si la pendiente es superior al 40 por ciento, se requiere un estudio específico firmado por un profesional de titulación forestal universitaria que establezca el tratamiento de la vegetación más adecuado a la zona y la anchura de la zona afectada (que puede ser diferente de 25 metros, atendiendo al combustible, la pendiente, la orientación y la exposición a situaciones de alto riesgo de incendio forestal), el cual minimice el impacto de las actuaciones sobre el terreno 18
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Figura 7: Aspecto de una franja perimetral mantenida bianualmente de Pinus nigra y Quercus faginea
ne que rodear totalmente la zona urbana con un mínimo de 25 metros, creando una franja perimetral que puede combinar espacios forestales tratados y espacios agrícolas. En el interior de esta franja se tendrán que desbrozar en iguales condiciones que la franja perimetral todas las parcelas no edificadas y espacios verdes, tal y como establece la normativa. El orden de las operaciones para reducir los combustibles puede ser variable en función de las características propias de la vegetación a tratar. En general, se acostumbra dividir la zona a tratar en parcelas homogéneas por su pendiente y vegetación. A cada parcela se le busca un acceso por caminos, calles de la urbanización o a través de parcelas urbanas. Si la vegetación arbustiva es muy abundante se tiene que hacer un primer desbroce ligero de penetración. Los árboles a eliminar se cortarán y trocearán, y los árboles a respetar serán podados. Por último, se trituraran los restos vegetales que queden, los cuales podrán tener una dimensión máxima de 20 centímetros. La madera aprovechable de los árboles cortados será extraída y apilada en el punto de entrada de la parcela. 5.- Interfaz urbana forestal: retos y oportunidades as subvenciones económicas han permitido generalizar en el territorio el tratamiento de la vegetación. Sobre las subvenciones hay que hacer dos consideraciones: - Si el apoyo económico de la administración pública fuera del 100 %, se establecerían tantas o más medidas de protección, pero desde el mismo momento que la administración pública no puedas garantizar la totalidad de las ayudas, la mayor parte de los trabajos de prevención dejarían de hacerse. - Si el apoyo económico de la administración pública es importante (entre el 50 y el 80 % de la inversión), puede ser problemático financiar el resto (20 al 50 %), lo que disuade a algunos beneficiarios.
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Figura 8: Aspecto del tratamiento de vegetación en espacios verdes. Pinus halepensis de 50 años
Figura 9: Vista en planta del trazado de franjas de protección perimetral
En la práctica, cuando un 35 % de cobertura es muy escaso (arbolado de ribera, plantaciones forestales y otras formaciones poco favorables a propagaciones muy intensas) se utiliza este informe para justificar alternativas. El diseño en planta del tratamiento de la vegetación tie-
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Desde la Generalitat de Catalunya se interpreta que este segundo sistema es mejor, puesto que, incluso con el riesgo de ir lentamente, las actuaciones suponen la participación de los beneficiarios reales (residentes) en las medidas de protección. De entre las oportunidades que han provocado la generalización de trabajos de tratamientos de vegetación en la interfaz hay que destacar: - El avance en la seguridad de las zonas urbanas tratadas. En las zonas urbanas donde se ha tratado la vegetación ya ha aumentado de forma significativa su seguridad. - Se han reducido los vertidos incontrolados de residuos en la interfaz, dado que estos vertidos son ahora muy visibles y denunciados por residentes y vecinos. - La tarea de divulgación que se ha hecho entre los habitantes de la interfaz con riesgo de incendios forestales, haciéndolos participar durante el proceso y obligándolos a costear una pequeña parte de las operaciones de desbroce de la vegetación. - Una oportunidad de trabajo para empresas en un sector débil de la economía.
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano-forestal
La gestión del riesgo en la interfaz urbano forestal
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Raúl Quílez Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural Master Fuego: Ciencia y Gestión Integral
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xisten muchas definiciones para el concepto de interfaz (Firesmart 2013), siendo su concepto más importante el riesgo que suponen los incendios forestales, y por ampliación los incendios rurales, en la integridad de personas y sus bienes, pudiendo incluir dentro de estos las redes de comunicaciones y suministro para la población de un determinado lugar. Es decir, hace referencia a aquellas zonas donde la vegetación forestal tiene contacto con las construcciones, bien sean viviendas, zonas industriales, de producción agrícola ganadera, carreteras, líneas de teléfono, líneas eléctricas, entre otras. En la actual Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales, que fue aprobada por Real Decreto 893/2013, de 15 de noviembre, se dan una serie de definiciones como: Interfaz urbano-forestal: Zona en las que las edificaciones entran en contacto con el monte. El fuego desarrollado en esta zona no sólo puede alcanzar las edificaciones, sino que además puede propagarse en el interior de las zonas edificadas, cualquiera que sea la causa de origen. Incendio forestal: Fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el monte. A efectos de esta directriz, tendrán dicha consideración también los que se produzcan en las áreas adyacentes al monte o de transición con otros espacios urbanos o agrícolas. Por tanto, toma más sentido hablar únicamente de interfaz, englobando en ella aquellas zonas que tengan un riesgo de sufrir daños por la propagación del fuego a través de especies vegetales. El problema de la interfaz está íntima-
mente relacionado con la densidad poblacional en un determinado lugar y con el tipo de sociedad que lo habita. Hace unas décadas, en España el problema tenía que ver con la expansión o intrusión de zonas urbanizadas en entornos forestales, especialmente en el arco mediterráneo y zona centro. Sin embargo, desde finales del siglo XX tiene más relación con la pérdida de la actividad agrícola que, unida a la falta de gestión forestal, está haciendo que las zonas antes cultivadas que rodeaban los entornos urbanos ahora estén siendo colonizadas por vegetación herbácea de porte alto o forestal susceptible de quemar y conducir el incendio hasta las construcciones. Desde el punto de vista de la extinción de incendios forestales, la interfaz está presente en muchos de los incendios de pequeña entidad y en prácticamente todos los grandes incendios. Esta presencia influye y condiciona notablemente las estrategias y tácticas de extinción que hay que plantear para hacer frente al fuego. Un primer condicionante va a ser el tipo de sociedad que habita el entorno y su relación con el monte. El grado de conocimiento que tenga la población del medio rural implica que el riesgo al que pueden estar expuestos sea distinto. Así, los incendios de interfaz en la zona noroeste de la península Ibérica difieren de los que se dan en su costa mediterránea. En el primer caso, las poblaciones son rurales, acostumbradas a la presencia del fuego en su entorno, mientras que en la costa se trata de poblaciones urbanitas o población rural envejecida, con poco contacto con la actividad rural, lo cual va a demandar una respuesta del operativo distinta.
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Incendio de Godelleta del 22 de abril de 2014. Arriba izquierda, punto de inicio; arriba derecha, zona final quemada; abajo izquierda, punto de inicio, primer impacto con urbanizaciones del incendio y potencial del incendio (rojo); abajo derecha, zona final quemada
Volviendo a la actual Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales, se distinguen dos conceptos, el Índice de Gravedad Potencial y la Situación Operativa. El primero se refiere al potencial de causar daños que tiene el incendio en un determinado lugar, y está pensado para facilitar una movilización eficaz y coordinada de los medios y recursos de extinción, además de priorizar su utilización en situaciones de simultaneidad de incendios forestales. Por su parte, la Situación Operativa es consecuencia de los daños ocurridos o del daño potencial que, de forma técnica y realista, se prevé que puede llegar a ocasionar (índice de gravedad potencial) y de la disponibilidad de medios y recursos dispuestos, teniendo en cuenta además otros criterios. Tanto los niveles 1 y 2 del Índice de Gravedad Potencial como de la Situación Operativa (de cuatro posibles) hacen referencia al riesgo poblacional, estando definido claramente en el Índice de Gravedad Potencial, mientras que queda poco definido en la Situación Operativa, que hace referencia a la Situación 1 afectar levemente a la población y bienes de naturaleza no forestal, y en la Situación 2 puedan afectar gravemente a la población y bienes de naturaleza no forestal, exigiendo la adopción inmediata de medidas de protección y socorro. Estas indefiniciones, que dejan la valoración abierta a tantos criterios distintos como directores de extinción puedan trabajar en la multitud de incendios que hay en España, sigue fijando las prioridades en la defensa de riesgo sobre vidas, bienes y monte por este orden. Además, está llevando a
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parte de los operativos a centrarse durante la extinción en la defensa puntual del riesgo poblacional, sin valorar cuál es el potencial de riesgo poblacional que presenta un determinado incendio, centrando las operaciones en la defensa inmediata de los valores amenazados en ese momento, pero sin entrar a trabajar en el motor del incendio, dejándolo abierto, por lo que en su evolución posterior puede acabar dañando a gran parte de los bienes que presentaban potencial de ser afectados. En relación con las operaciones, para la defensa de las vidas de las personas que habitan un lugar amenazado por un incendio se pueden abordar tres acciones distintas: la evacuación, el alejamiento y el confinamiento. En este punto es importante no dejarse llevar por las presiones que se pueden ejercer de forma inconsciente sobre el director de extinción por diferentes actores que se encuentran presentes en el incendio, ya que estos intentarán realizar evacuaciones, como si no hubiese otra solución al problema, pudiendo optarse por el alejamiento o el confinamiento. Evacuaciones de última hora, con prisas, pueden dar lugar a llevar al personal evacuado a otra situación peor. Siempre que se realicen evacuaciones con tránsito por zonas de riesgo, el convoy de evacuados debería ser acompañado por alguna dotación con vehículo autobomba para solventar cualquier problema que pudiera presentarse. En el caso de poblaciones de cierta entidad, es aconsejable realizar un alejamiento hacia el interior de la población antes que realizar una evacuación de última hora.
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Las operaciones de extinción dentro de la zona de la interfaz para la defensa de bienes o personas confinadas tienen factores a favor, como son la presencia de accesos y disponibilidad de agua, mientras que por el contrario presentan una gran cantidad de pun-
tos a defender que demandan gran cantidad de recursos de extinción (autobombas, brigadas, apoyo con medios aéreos, etc.), por lo que debe equilibrarse la dotación de medios para no dejar de actuar sobre el motor del incendio y reducir su potencialidad.
Tabla de Evacuación frente a Confinamiento EVACUACIÓN
CONFINAMIENTO
ALEJAMIENTO
Evacuación, cuando exista tiempo suficiente para realizarla y la dirección de avance del incendio no comprometa la evacuación.
Realizar confinamiento cuando no exista posibilidad de evacuación, las rutas de evacuación estén comprometidas y no existan riesgos para la salud de las personas confinadas (en caso contrario, dotar a estas personas de la asistencia sanitaria necesaria que garantice su seguridad).
Realizar el alejamiento de las personas amenazadas por el incendio hacia zonas sin riesgo del interior de la zona de interfaz, y confinarlas en otras zonas que no tengan riesgo.
Formar a los encargados de realizar las evacuaciones por amenaza de incendio forestal en los procedimientos para llevarlas a cabo (brigadas, policía, bomberos, etc.).
El confinamiento requiere más dotaciones para proteger a las personas que se han quedado en sus viviendas y evitar que personas que se vean amenazadas intenten escapar en el último momento de la zona afectada por el incendio
En caso de evacuación, cerrar todos los accesos a las urbanizaciones con las fuerzas y cuerpos de seguridad para evitar saqueos.
La presencia de la población en la urbanización entorpece y dificulta el trabajo del personal operativo.
La evacuación requiere disposición de infraestructuras para albergar a la población afectada.
En caso de confinamiento, los materiales de los que estén hechas las viviendas deben soportar el paso del fuego.
La evacuación se hace muy complicada en urbanizaciones con una sola vía de entrada y salida.
Población de Gestalgar evacuada por la noche del incendio de Chulilla del día 23 de septiembre de 2012, que perfectamente podría haber sido aleada de la zona norte y confinada en el interior del núcleo urbano
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano forestal
La protección civil en los incendios de interfaz urbano-forestal
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os incendios de interfaz urbano forestal son uno de los principales puntos de interés para la Protección Civil, por su recurrencia y por la diversidad de consecuencias que tienen sobre la población que, en muchas ocasiones, requieren la adopción de medidas de protección civil y socorro. Así, la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, establece que los incendios forestales están sujetos a elaboración de planes a nivel nacional, autonómico, local y de autoprotección (estos dos últimos estrechamente relacionados con los incendios de interfaz). Esta legislación en los diferentes niveles ha de tener un marco nacional mínimo que haga posible, en su caso, una coordinación y actuación conjunta de los distintos servicios y administraciones implicadas en todos esos niveles. Esta marco queda establecido
Ángela Iglesias Rodrigo Titulado Superior Protección Civil (incendios forestales) Dirección General de Protección Civil y Emergencias Ministerio de Interior
en la Directriz Básica (aprobada por Real Decreto 893/2013, de 15 de noviembre), que presenta los requisitos mínimos que deben cumplir los correspondientes planes de emergencia por incendios forestales en cuanto a fundamentos, estructura, organización y criterios operativos y de respuesta. Para entender la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales hay que conocer el proceso de elaboración de la misma. Esta ha sido redactada en un largo proceso de coordinación con todos los organismos que integran el Comité Estatal de Coordinación de Incendios Forestales (integrado por los titulares de los centros directivos de la Administración General del Estado, concernidos por la prevención y lucha contra incendios forestales: Dirección General de Protección Civil y Emergencias, Dirección General de Desarrollo
La Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, establece que los incendios forestales están sujetos a elaboración de planes a nivel nacional, autonómico, local y de autoprotección (estos dos últimos estrechamente relacionados con los incendios de interfaz)
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Rural y Política Forestal, Agencia Estatal de Meteorología, Dirección General de Política de Defensa, Departamento de Seguridad Nacional, Dirección General de la Policía, Dirección General de la Guardia Civil y Dirección General de Tráfico), y con el consenso de todas las comunidades autónomas tras varias reuniones, e incorporar todas sus aportaciones compatibles con lo alegado por el resto de comunidades autónomas y con la esencia y objetivo de dicha Directriz Básica. El resultado es una Directriz que, entre otros, presta especial atención a los aspectos relacionados con los incendios de interfaz; así: - Aúna una definición de interfaz urbano-forestal como la zona en las que las edificaciones entran en contacto con el monte. El fuego desarrollado en esta zona no solo puede alcanzar las edificaciones, sino que además puede propagarse en el interior de las zonas edificadas, cualquiera que sea la causa de origen. - Establece como una de las funciones básicas de los planes de comunidades autónomas de emergencia por incendios forestales (INFOMA, INFOCA, PEIFOGA…) el zonificar el territorio en función del riesgo y las previsibles consecuencias de los incendios forestales, incluyendo las zonas de interfaz urbano-forestal así como las zonas de alto valor medioambiental. - En lo relativo a la planificación municipal, la Directriz Básica igualmente establece como funciones y contenidos básicos (que se pueden ver enriquecidos por lo establecido en los planes autonómicos): yyDescripción territorial, con referencia a su delimitación y situación geográfica, distribución de la masa forestal y núcleos de población, urbanizaciones, lugares de acampada e industrias existentes en zona forestal. yyZonificar el territorio en función del riesgo (estableciendo las zonas de interfaz) y las posibles consecuencias de los incendios forestales. yyCatalogación de las situaciones de interfaz urbanoforestal y su riesgo asociado para la planificación preventiva y gestión de emergencias por incendio forestal.
yyEstablecer medidas de información y formación a la población sobre el riesgo de incendio forestal, así como sobre las medidas de autoprotección a utilizar en caso de emergencia por incendios forestales. Este aspecto es especialmente importante de cara a la población que habita esas zonas de interfaz. yyCatalogar los medios y recursos específicos para la puesta en práctica de las actividades previstas. yyPoner en marcha medidas de autoprotección de los núcleos urbanos y edificaciones, encaminadas a evitar el riesgo de interfaz urbano-forestal, a través de la creación y mantenimiento de franjas perimetrales. - Si bajamos al nivel de instalación o edificación, la Directriz Básica indica que los planes de autoprotección por riesgo de incendio forestal son los documentos que establecen las previsiones relativas a una instalación, edificación o conjunto de las mismas, ubicadas en un área de interfaz urbano-forestal, que tienen por objeto evitar la generación o propagación de incendios forestales y facilitar las labores de extinción a los servicios públicos especializados cuando su actuación resulte necesaria. La elaboración de los planes de autoprotección por riesgo de incendio forestal será responsabilidad de la persona, física o jurídica, titular de las instalaciones o edificaciones a las que el plan se refiera, de conformidad con lo que se establezca por el órgano competente de la comunidad autónoma que corresponda. Las normas relativas a las instalaciones y edificaciones que deban disponer de plan de autoprotección serán establecidas por las comunidades autónomas en virtud de sus respectivas competencias. Son funciones básicas de los planes de autoprotección ante emergencia por el riesgo de incendio forestal las siguientes: yyComplementar las labores de prevención, vigilancia y detección previstas en los planes de ámbito superior. yyFacilitar las tareas de extinción por los servicios públicos y, en su caso, organizar los medios humanos y
La Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales presta especial atención a los aspectos relacionados con los incendios de interfaz: - Aúna una definición de interfaz urbano-forestal como la zona en las que las edificaciones entran en contacto con el monte - Establece como una de las funciones básicas de los planes de incendios de las CC. AA. zonificar el territorio en función del riesgo y las previsibles consecuencias de los incendios forestales, incluyendo las zonas de interfaz urbano-forestal 24
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materiales disponibles para una primera intervención hasta la llegada e intervención de aquellos. yyGarantizar la posible evacuación de las personas ocupantes de las instalaciones o edificaciones. Y el contenido mínimo de estos planes ha de ser, sin perjuicio de lo establecido en el Real Decreto 393/2007, el siguiente: yyIdentificación de los titulares y del emplazamiento de la instalación, edificación o conjunto de las mismas objeto del plan. yyPlanos de situación de la zona así como de vías de acceso y paso, depósitos y tomas de agua, extintores portátiles, vías de evacuación y lugares de concentración para caso de evacuación. yyInventario y descripción de las medidas y medios que prevengan la generación de incendio forestal. yyPrograma de mantenimiento de instalaciones y de actuaciones preventivas de los elementos vulnerables expuestos a proteger. yyPlan de actuación ante emergencia por incendio forestal. yyDirectorio de comunicación y plan de avisos a servicios públicos de intervención en caso de emergencia por incendio forestal. Con carácter supletorio a la normativa que pueda establecer cada comunidad autónoma, los planes de autoprotección por incendio forestal de las nuevas instalaciones destinadas a explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales y las viviendas vinculadas a estas, así como las nuevas urbanizaciones y edificaciones para uso residencial, comercial, industrial o de servicios resultantes de la ejecución de planes de ordenación urbanística que afecten a zonas de monte o de influencia forestal y que no tengan continuidad inmediata con la trama urbana y resulten colindantes con el monte o zonas de influencia forestal, deberán cumplir con las medidas establecidas en el Anexo II de la Directriz.
Igualmente, los lugares e instalaciones de acampada que no tengan continuidad inmediata con la trama urbana y resulten colindantes con el monte o zonas de influencia forestal, tendrán que cumplir, sin perjuicio de lo previsto para los de capacidad superior a 2.000 personas por la Norma Básica de Autoprotección de los Centros, establecimientos y dependencias dedicadas a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia, con las especificaciones establecidas en el Anexo III de la Directriz. En ambos anexos, se recopila y aúna la bibliografía y normativa existente en el territorio nacional y se dan indicaciones sobre: - ancho de fajas perimetrales de protección - medidas especiales de autoprotección pasiva de la edificación o instalación frente a posibles fuentes de ignición procedente de incendios forestales - infraestructuras de servicio a las edificaciones (ancho de la vía, radio mínimo de giro interior de las curvas, gálibo de seguridad de poda de árboles, pendiente de la vía, zonas de cambio de sentido - la necesidad de que urbanizaciones y edificaciones para uso industrial deberán disponer de una red perimetral de hidrantes según normativa específica, o, al menos, la indicada en el anexo. En su defecto contará con tomas de agua de un determinado caudal - señalización de los sistemas de defensa contra incendios. De momento, Canarias, Galicia y Extremadura ya tienen sus planes actualizados de acuerdo a la nueva Directriz, y son muchas más las CC. AA. que están actualizando su normativa en estos momentos, de manera que probablemente estén vigentes para las próxima campaña estival de extinción de incendios. Invito a todo el personal relacionado con la lucha contra incendios forestales a que consulte la versión completa de la Directriz Básica diseccionada en este artículo, así como el Plan Estatal vigente (BOE núm. 270, de 7 de noviembre de 2014) y los planes especiales de su correspondiente comunidad autónoma y término municipal.
En lo relativo a la planificación municipal, la Directriz Básica establece: Descripción territorial de la masa forestal y núcleos de población, la zoonificación del territorio en función del riesgo, catalogación de las situaciones de interfaz urbano-forestal y su riesgo asociado, establecer medidas de información y formación a la población, poner en marcha medidas de autoprotección de los núcleos urbanos y edificaciones. En el plano de la instalación individual, será responsabilidad de la persona física o jurídica disponer de los planes de autoprotección que marque la legislación autonómica. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano-forestal
La percepción social de los incendios de interfaz urbano-forestal
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Martín Alcahud Técnico analista de incendios forestales
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os incendios de vegetación en interfaz urbano-forestal (IUF) suponen el encuentro de los equipos de emergencia con la sociedad que los paga. También suponen un brusco encarado del mundo rural (forestal o agrícola) y el urbano, y demuestran con ello que en cualquier lugar del mundo habitado la supuesta división entre lo natural y lo humano resulta poco realista. Esta separación conceptual, que nace de una preocupante desconexión con nuestro medio, considera la naturaleza en general como un conjunto perfecto y estable al margen del hombre, en el que este supone siempre una injerencia perjudicial; como si viviéramos en una selva virgen. Y sobre esta visión idealizada del medio natural, la sociedad construye sus ideas y razonamientos con un resultado que plantea, por ejemplo, la “no gestión” como el camino hacia la sostenibilidad: la mejor opción para conservar muestro entorno es dejar a la naturaleza evolucionar libremente, sin extraer ni gestionar nada. Pero ¿hasta qué punto es esto verdad? Está ya demostrado que el paisaje y el ecosistema actual peninsulares son antrópicos, el resultado de la presencia milenaria del hombre y de sus modos de vida, sostenidos por la extracción de alimentos y materiales del ecosistema que habita. También que desde que el hombre lo domesticó, la presencia del fuego en los ecosistemas europeos ha coexistido con la actividad antrópica (MONTIEL, 2009), y el uso del fuego como herramienta de apoyo en la actividad agraria, ganadera o forestal ha supuesto un importante proceso en la formación de patrones de paisaje y en la diversidad ecológica y cultural (FERNANDES P., VEGA, JI-
MÉNEZ & RIGOLOT, 2008). Resulta por tanto infundado y peligrosamente paradójico que para conservar lo que tenemos decidamos prohibir casi todo lo que nos ha llevado a tenerlo y conservarlo, eso sí, pretendiendo además eliminar el fuego de nuestro entorno. Si echamos la vista atrás, el fuego estuvo omnipresente hasta hace pocas décadas en todos los hogares; basta recordar cómo el término, originalmente “sitio donde se hace la lumbre en las cocinas, chimeneas”, ha pasado a significar “casa o domicilio, familia, grupo de personas emparentadas que viven juntas”. Sin embargo, en los últimos decenios, el abandono rural durante la segunda mitad del siglo XX ha propiciado en general una divergencia progresiva entre los usos tradicionales del fuego y la visión urbanita, por lo que la cultura del fuego se ha ido perdiendo y la percepción social de este elemento ha pasado de herramienta a peligro (MONTIEL, 2009). Sobre esa realidad social, nuestra estrategia de comunicación como sector se ha centrado en campañas educativas y publicitarias “contra el fuego” y en defender nuestra capacidad de apagar los incendios si se nos dota de los medios necesarios; y políticamente, en mostrar cada año el aumento del presupuesto y de los avances tecnológicos: los años buenos han sido un éxito corporativo y los malos culpa del que encendió la hoguera o “del viento”. Fruto de todo lo anterior, existe un paradigma muy establecido, en el que el fuego y el incendio son lo mismo y se consideran un problema de origen humano que puede ser evitado mediante el estudio, supresión y persecución penal de las causas de ignición; y si llega a producirse puede ser apagado, siendo
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fundamental el tiempo de respuesta y la cantidad de los medios de extinción. Y ¿qué pasa cuando se puede quemar mi casa en un incendio de IUF? En esos momentos los afectados son consecuentes con nuestro mensaje y exigen un camión de bomberos y un helicóptero para cada casa. Desde esa visión se tienen ya culpables del problema, ya sea de originar el incendio, de no perseguir al que lo provoca o de la incapacidad para apagarlo. Y con esto se externaliza la responsabilidad sobre el problema desde su origen hasta su solución y se evita la necesidad de una reflexión más profunda. Esta nos llevaría además a tener que asumir como sociedad una dinámica natural más complicada, a conclusiones mucho menos exculpatorias para cada uno de los implicados y a la necesidad de repartir la responsabilidad. Utilizando una frase genial de David Caballero, sabemos en cada caso quién es el propietario de la
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casa y el del terreno que lo rodea, y también la administración responsable de la urbanización, del terreno forestal y de la emergencia, pero ¿de quién es el riesgo? Sinceramente creo que trabajar esta percepción social es un ejercicio necesario en general e imprescindible para los colectivos profesionales implicados, a los que cada vez más y desde una total convicción se nos exige defender lo indefendible, apagar lo inapagable y asumir riesgos inasumibles. Además de aprender las complicadas particularidades de este tipo de incendio, creo que tanto el sector forestal como el de las emergencias no pueden obviar el debate y debemos redefinir nuestros planteamientos, empezando por algo que creo que no todos tenemos asumido: a raiz de nuestro cambiante contexto, NO nos enfrentamos ya a los incendios de la segunda mitad del siglo XX para los que nacimos. En nuestra realidad histórica y geográfica han en-
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trado el abandono rural y la recolonización de lo abandonado por el monte, la falta de aprovechamientos forestales rentables, nuestra política de extinción total y el cambio climático, lo que hace cada vez más frecuentes las ya de por sí inevitables situaciones de incendio incontrolable. Por tanto, tenemos que plantearnos esto, y lejos de desprestigiar nuestro camino hasta hoy, demostrar nuestra capacidad de evolución y de aprendizaje, para inmediatamente empezar a comunicárselo a la sociedad y a los gobernantes que van pasando por las administraciones implicadas. La cuestión obviamente no es sencilla: ¿cómo vamos a decir ahora que debemos aprender a convivir con el fuego y en ocasiones con el incendio?, ¿que llegado el incendio es muy probable que no tenga el camión de bomberos forestales en la puerta, como espera?,
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¿que aunque su chalet tenga todo en regla, tiene que invertir dinero en mantener gestionado el riesgo de incendio de vegetación?, ¿que llegado ese momento, será defendible solo si se ha trabajado previamente esta posibilidad? Nada fácil, pero lo considero inevitable, ya que de otra forma nuestra sociedad puede llegar a considerarnos unos incompetentes y lógicamente buscará otras soluciones al problema. Entiendo que a las políticas preventivas, las tradicionales y las nuevas, basadas en la gestión del territorio, hay que añadir otras educativas centradas en el fomento de las decisiones de autoprotección en terrenos susceptibles de sufrir incendios de vegetación. Para que la sociedad genere una mínima cultura de la autoprotección a cualquier escala (personal, familiar, grupal y municipal) y tome las medidas necesarias que im-
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plican costes, son imprescindibles medidas de difusión encaminadas a desterrar la idea de que los IIFF son un problema ajeno, llegando a la percepción de que son un riesgo natural más, que gestionado de forma responsable no debe suponer efectos catastróficos. Para ello es necesario percibir el riesgo, asumir la necesidad de protegernos contra sus efectos y comprender que esta responsabilidad debe ser compartida por la sociedad a sus distintos niveles de organización comunitaria. Es necesario empezar ya a contar cuestiones tan simples pero tan difíciles de explicar como que en ciertas situaciones meteorológicas, no frecuentes pero si recurrentes cada pocos años, el tiempo de respuesta máximo para detener la propagación es tan pequeño que los incendios escapan al control en una alta probabilidad sea cual sea el dispositivo de prevención, detección y extinción previsto. Que las causas de ignición estarán siempre presentes, y aun siendo gestionadas, el incendio de vegetación debe ser asumido por inevitable, y la cuestión por tanto es ¿cuándo?, y sobre todo si la persona que vive ahí estará preparada para ello. Y la primera preparación es conceptual y psicológica, por lo que necesitamos transmitir que el efecto del fuego sobre las personas que ocupan ese territorio y sus bienes dependerá de lo preparado que esté cada individuo o su comunidad para sufrir esa perturbación. También que, aunque en los incendios de IUF los medios de emergencias se dedican mayoritariamente a tareas “defensivas” de poblaciones, la solicitud simultánea de medios en esos momentos concretos hace que los servicios de emergencia no podamos atender a todos los damnificados, máxime si se trata de urbanizaciones modernas de construcción dispersa. En este largo camino de educación social es interesante, por ejemplo, la línea del grupo de trabajo de estadística del
CLIF, que está considerando incluir en la estadística nacional las motivaciones de las igniciones, no solo las causas, lo que podría evitar seguir criminalizando cualquier uso del fuego y empezar a entender que este estará siempre presente donde haya vegetación. Y como trabajo grupal de calidad, no puedo dejar de citar el Decálogo sobre Incendios Forestales propuesto por la Fundación Pau Costa como posible base del paradigma científico-técnico que es necesario trasladar a la población. Por último, creo que para mantener nuestra calidad como sector profesional estamos obligados a diversificar nuestros equipos de trabajos incluyendo profesionales de otras disciplinas con los que aprender a planificar y desarrollar los programas formativos y de divulgación necesarios. Trabajos citados: ARAQUE JIMÉNEZ, E. (2013). El estudio de los incendios forestales a través de la Hemeroteca Nacional y de los fondos del antiguo Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En C. MONTIEL MOLINA, Presencia histórica del fuego en el territorio (págs. 121-135). Madrid: Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. FERNANDES, P., VEGA, J., JIMÉNEZ, E., & RIGOLOT, E. (2008). Fire resistance of European pines. Forest Ecology and Management 256 (2008) 246–255. MONTIEL, C. (2009). The fire as a management tool in Europe. Jornades técniques del Cos de Bombers. Capacitat de gestió dels incendis forestals. Girona: Generalitat de Catalunya. FUNDACIÓN PAU COSTA (2015). Recuperado el 28 de febrero de 2016, de http://www.paucostafoundation.org/decalogo-iiff.php
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ACTUALIDAD
incendios en interfaz urbano-forestal
La prevención del riesgo de incendios forestales en Torrelodones (Madrid)
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orrelodones, con poco más de 2.000 ha, es un pequeño municipio del área metropolitana de Madrid que alberga dos elementos clave para abordar el problema de la interfaz-urbano forestal: un extenso espacio edificado, dominado por las urbanizaciones de vivienda unifamiliar (75 % de parque inmobiliario), enclavadas en espacios naturales forestales de altos méritos de conservación. Estamos por tanto ante un territorio en el que la longitud del contacto entre los espacios naturales y los urbanos es grande y en la que existe un creciente riesgo de que cual-
quier incendio forestal pueda llegar a tener graves consecuencias en ámbitos urbanos. Un municipio, dos parques naturales l término municipal se sitúa en una posición ambiental estratégica, pues pone en contacto la fosa del Tajo con las primeras estribaciones de la rampa de la sierra de Guadarrama, a través de la denominada falla de Torrelodones. Se caracteriza por la presencia de marcados contrastes topográficos en un espacio relativamente reducido, dominado por la geoformas modeladas en granito de
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Incendio en Torrelodones. Agosto de 2014
Santiago Fernández Muñoz Concejal de Urbanismo y Medio Ambiente de Torrelodones (Madrid) Profesor titular de Geografía, Universidad Carlos III de Madrid
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2016 n.o 65
alto interés morfológico, ecológico y paisajístico. Los altos méritos de conservación de gran parte de estos paisajes han provocado su incorporación a los parques regionales de la Cuenca Alta del Manzanares y del Curso Medio del Guadarrama, separados por el ancho trazado de la autopista A6. Encinares, carrascales y enebrales, así como sus diferentes etapas de sustitución, pueblan los montes de Torrelodones, organizados en grandes propiedades que rodean las urbanizaciones y los dos núcleos urbanos. Como en tantos otros lugares de España, en Torrelodones se han abandonado los tradicionales usos agropecuarios, tanto la extracción de leñas como las periódicas rozas y quemas a las que se sometían gran parte de estos espacios, así como el pastoreo de cabras y ovejas. La desaparición de los usos tradicionales de los espacios forestales ha provocado una rápida densificación y progresión de los encinares, que se han convertido en tupidos bosques con un estrato arbustivo continuo compuesto del típico matorral mediterráneo de jaras, genistas y orla espinosa. Gran parte de las urbanizaciones en Torrelodones, planificadas en los años 60, fueron construidas sobre laderas de fuertes pendientes en las que solo han quedado sin edificar pequeñas pero profundas vaguadas. De acuerdo con el planeamiento urbanístico se trata de espacios verdes, pero que nunca han cumplido la función de zonas de recreo de la población ni han sido tratadas como áreas naturales urbanas; por el contrario, han quedado durante años como espacios vacíos, abandonados, y han sido invadidos por la vegetación, así como por la basura y los escombros que acaban por ocupar los bordes urbanos. La gestión de la interfaz, una prioridad ocos días después de llegar al equipo de gobierno, se produjeron en Torrelodones dos incendios forestales en áreas próximas a tres centros educativos que no se convirtieron en catástrofes ambientales debido a la rápida intervención de las dotaciones de bomberos y a la ausencia de viento. Fuimos conscientes de la gravedad de los riegos y de la carencia de medidas concretas de prevención, pese a que el Servicio Municipal de Protección Civil había avisado en reiteradas ocasiones de la necesidad de abordar el problema. Como equipo de gobierno, tomamos entonces la decisión política de complementar la prioridad, que ya teníamos, de la gestión y valorización de los espacios forestales con el manejo del riesgo de incendios forestales, interviniendo especialmente en la franja interfaz urbano forestal. Partiendo del criterio de los técnicos de protección civil, se encargó un estudio específico que evaluara los riesgos globales del municipio y propusiese áreas prioritarias de intervención, así como recomendaciones de acción para abordarlas. El estudio concluyó que existía un alto riesgo de que gran parte de Torrelodones fuese receptor y emisor de incendios forestales con afecciones a viviendas y servicios. Asimismo, se determinaba la existencia de áreas con un riesgo muy alto en las que era preciso intervenir de forma urgente. El siguiente paso fue contactar con la Comunidad de Madrid, que situó entre sus prioridades la realización de una faja cortafuegos de 50 m alrededor de la urbanización EL Gasco, la que reflejaba un mayor riesgo. Fue realizada entre 2013 y 2014. El estudio también detectó un grave problema en las parcelas perimetrales en contacto con la zona forestal con una alta carga de combustible, como resultado de la existencia de setos, en general, de arizónica, y de una densa vegetación en
Esquema de riesgo de incendios en el municipio
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Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
Riesgo de incendios por parcelas en urbanización Los Peñascales
los jardines interiores a las parcelas. En muchas ocasiones
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A la izquierda: interfaz antes del tratamiento en Los Peñascales. Arriba: interfaz y senda ya tratadas
se realizaba hasta un máximo de 20 % de cabida cubierta con árboles separados en marco de 6 m. A lo largo de los dos últimos años se ejecutaron las intervenciones tanto en el entorno de las urbanizaciones Los Peñascales como de La Berzosilla, sobre una superficie de 58 hectáreas. Asimismo se ha realizado un importante esfuerzo de comunicación, convocando reuniones con los vecinos, enviando documentación a cada uno de los propietarios de las urbanizaciones sobre los estudios realizados y recomendaciones para la gestión de setos, jardines y depósitos de gasóleo y propano. existía una total continuidad entre las zonas forestales exteriores, los setos y los jardines, de forma que el riesgo de que un incendio forestal pudiese afectar a viviendas era extremo. El Ayuntamiento tomó entonces la decisión de abordar la intervención en aquellas áreas prioritarias no tratadas por la Comunidad de Madrid, realizando las siguientes labores: • Fajas perimetrales externas a las urbanizaciones de baja combustibilidad • Fajas perimetrales internas de baja combustibilidad • Tratamiento de áreas forestales internas • Tratamiento (limpieza) de callejones y otros accesos En las fajas se ha intervenido sobre 30 m con diferentes intensidades. En la Zona de 0 a 6 m, el objetivo era eliminar la vegetación; entre los 6 y los 20 m, el objetivo ha sido eliminar el combustible en el estrato de matorral hasta los 2 m, dejando pies de arbolado (encina, pino) separados en marco de 9 m y podados hasta 1/3 de la altura; en la zona de 20 a 30 m, la descarga de combustible en el estrato de matorral
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Un trabajo a largo plazo: Fajas cortafuegos convertidas en sendas y zonas verdes a experiencia de lo ocurrido con los entornos de las urbanizaciones en Torrelodones demuestra que resulta muy difícil mantener la interfaz, una vez tratada, si no se convierte en una zona verde que sea valorada y utilizada por los vecinos. Por ello, una vez acabadas las intervenciones forestales, comenzamos a trazar sendas y nuevos accesos a estas zonas y se realizaron importantes labores de limpieza de escombros y basura, así como intervenciones de mejora del paisaje. Poco a poco, las fajas van siendo recorridas por más y más residentes que comienzan a valorar disponer de un espacio forestal de calidad en su entorno más próximo, única garantía de una razonable conservación del área. Asimismo, el Ayuntamiento está en proceso de licitación de un contrato de mantenimiento de las áreas forestales que incluirá el periódico desbroce de las fajas cortafuegos y la conservación de las sendas.
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Normas de publicación Descripción La revista FORESTA abarca todo tipo de temas relacionados con la ciencia, gestión e industria forestal, entendidos en un sentido amplio, tanto los bienes producidos por los terrenos forestales como sus servicios ambientales, su gestión, protección, defensa, restauración y mejora. Instrucciones a los autores La revista acepta trabajos originales, que no hayan sido previamente publicados, ni se hayan enviado simultáneamente a otras revistas. De forma excepcional, el consejo de redacción podrá decidir la publicación de trabajos no originales de especial interés y difícil acceso, siempre que no existan conflictos con la propiedad intelectual. La publicación de un artículo en la revista supone la cesión de los derechos de propiedad intelectual a la editora, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, a efectos de su publicación y distribución. Los autores son los responsables de la obtención de los permisos necesarios para reproducir materiales con copyright procedentes de otras fuentes. Los artículos se remitirán a la dirección prensa@forestales.net. La revista confirmará la recepción del artículo y el Director asignará los miembros del consejo de redacción que se ocuparán de su revisión y aceptación o rechazo. Cuando se estime necesario, se designarán revisores externos adicionales para determinar la idoneidad del trabajo. Se podrán remitir a la revista artículos de opinión o colaboraciones técnicas. El autor indicará expresamente dónde desea que se incluya su trabajo. Las colaboraciones técnicas tratarán sobre cualquier aspecto que entre dentro del ámbito de la revista, aceptándose tanto revisiones de un tema, nuevas técnicas o propuestas, análisis históricos o casos prácticos. Los artículos de opinión se deberán centrar en temas de actualidad o de interés para los lectores, aportando una visión o postura razonada, que justifique su publicación. Todos los artículos se someterán a las siguientes normas: - Título. Debe ser breve y reflejar el contenido del artículo. Se evitará el empleo
de abreviaturas o fórmulas en el título. - Autores. Se deberá indicar el nombre y apellidos completos de todos los autores, su profesión y centro de trabajo. Al menos para el autor principal deberá figurar su dirección postal completa y correo electrónico, siendo deseable que se indique para todos los autores. Es recomendable que los autores remitan también una fotografía suya tipo carnet. - Resumen. Se incluirá un breve resumen del contenido del artículo, que no podrá superar las 150 palabras. En los artículos de opinión no es preciso resumen. - Palabras clave. Se incluirán entre dos y cuatro palabras clave que permitan clasificar el artículo. En los artículos de opinión no son precisas palabras clave. - Extensión. Los artículos de opinión no superarán en general las 2.000 palabras, y las colaboraciones técnicas entre 3.500 y 5.000 palabras en función de la cantidad de tablas, gráficos e ilustraciones que acompañen al artículo; cuanto mayor sea el material gráfico, menor deberá ser el número de palabras. Trabajos más extensos podrán ser aceptados por su relevancia, o bien acordarse con los autores su publicación en partes. - Formato. El texto se remitirá en un archivo en formato Word o compatible, no existiendo requerimientos específicos en cuanto a formato o tipo de letra. Las páginas deben ir numeradas. - Estructura. No existen normas concretas en cuanto a la estructura del artículo, pero deberá contener apartados adecuadamente estructurados y numerados. Se recomienda incluir al menos: * un primer apartado de introducción, donde se detallen los objetivos o alcance del artículo, * conclusiones finales, cuando proceda, y referencias. - Fotografías. Se incluirán los gráficos, esquemas o fotografías necesarios para facilitar la comprensión del artículo. Todo el material gráfico deberá ser de la
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mejor calidad posible, remitiéndose en archivos independientes en formato JPG o TIFF con una resolución de 300 puntos por pulgada y al tamaño que quiera ser reproducido. En el texto se identificarán cada una de las imágenes o fotografías, incluyendo un pie de foto explicativo. - Referencias. Se incluirá un apartado final donde se recogerán únicamente las referencias citadas en el texto. Los artículos de opinión no incluirán referencias, por lo que si existe alguna se detallará en el propio texto. En el texto las referencias se recogerán de las siguientes maneras: Pérez (2015), (Pérez, 2015), Pérez y Gómez (2015), (Pérez y Gómez, 2015), Pérez et al. (2015), (Pérez et al., 2015). En el apartado de referencias se seguirán las siguientes normas: Libros: García Gómez, E. 2014. La naturaleza en Toledo. Ciencias naturales en la ciudad. Toledo. 239 pp. Capítulos de libros: Cantero Desmartines, F.J. 2005. Los árboles singulares de Madrid. En: Sánchez, M., Muñoz, M. y Moya, B. (Coords.) El arbolado monumental y singular en España: gestión, conservación y legislación. Ponencias del II encuentro de árboles monumentales y singulares. 311338. Madrid. Revistas: González Doncel, I., Collada, C., Domínguez, J., García-Viñas, J.I., Iglesias, S., Martín, J.A., Medel. D., Venturas. M. y Gil. L. 2015. Life + Olmos vivos. Un nuevo impulso a los olmos... o cuando las amistades se vuelven peligrosas: la grafiosis del olmo. Foresta 63: 26-31. Recursos digitales: Enríquez de Salamanca, A. y Carrasco, M.J. 2013. Evolución de las medidas compensatorias en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. VII Congreso Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental: Gestión, Seguimiento, Innovación. Libro de Actas. 211-224. Disponible en: http://www.eia.es/ nueva/memorias_programas_coneias/VII_libro_Actas.pdf (consultado 9-12-2015).
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Cartografía de alta resolución de modelos de combustible forestal: metodología de bajo coste basada en datos LIDAR Eva Marino, Doctora Ingeniera de Montes Pedro Ranz Vega, Ingeniero Forestal y Diplomado en Estadística José Luis Tomé, Ingeniero de Montes Miguel Ángel Noriega, Licenciado en Geografía
Se plantea una nueva metodología para la generación de cartografía de modelos de combustible forestal de alta resolución en las islas Canarias, basada en datos LiDAR y cartografía de vegetación previa y sin necesidad de datos de inventario de campo. Los resultados demuestran el potencial de la tecnología LiDAR para cuantificar y clasificar los combustibles a gran escala y con gran nivel de detalle a partir de los datos disponibles, empleando una metodología de bajo coste y con gran capacidad de actualización. La cartografía obtenida mejora sustancialmente los mapas de combustible existente hasta la fecha, permitiendo incrementar la resolución de las cartografías previas y poniendo a disposición de los gestores una información clave para la prevención y extinción de incendios forestales.
AGRESTA Sociedad Cooperativa 1. INTRODUCCIÓN os incendios son una de las principales amenazas de los ecosistemas forestales, no solo en Canarias sino también en el resto de España, ocasionando un grave impacto tanto a nivel ecológico como social y económico. Los gestores del territorio necesitan disponer de herramientas fiables para poder evaluar el riesgo de incendio y predecir el comportamiento del fuego potencial que les permitan planificar las actuaciones encaminadas a la prevención de incendios (tratamientos selvícolas preventivos, ubicación de áreas cortafuegos, etc.) y extinción del fuego (áreas prioritarias de actuación,
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recursos necesarios, localización de infraestructuras lineales de defensa, etc.). Para ello, la información cartográfica relativa a los combustibles forestales existentes en un territorio es fundamental, ya que permite clasificar y cuantificar la vegetación de acuerdo a unos modelos previamente definidos, es decir, tipificar los ecosistemas según la cantidad de biomasa disponible para arder, así como su facilidad de ignición y de propagación del fuego bajo unas condiciones medioambientales dadas. La mayoría de experiencias previas utilizadas para la generación de cartografías de modelos de combustible se han basado en
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una combinación de fotointerpretación y de asignación de modelos sobre el terreno. Esa metodología conlleva, por un lado, una alta inversión económica y de recursos humanos en la movilización de equipos para la realización del trabajo de inventario en campo; y por otro lado, una difícil actualización de los resultados en el tiempo: las cartografías se quedan obsoletas según los ecosistemas vegetales se ven afectados por diferentes fenómenos (incendios, plagas, vendavales, cortas, tratamientos silvícolas, etc.), así como por la propia evolución natural de los mismos (crecimiento vegetativo, cambios sucesionales, regeneración, etc.). Sin embargo, el empleo de nuevas tecnologías de teledetección mediante sensores remotos activos, como es el caso del LiDAR, supone un gran potencial para mejorar significativamente la caracterización de los combustibles forestales, ya que permite conocer con elevado nivel de detalle la estructura tridimensional de la vegetación de forma continua en grandes superficies. El objetivo final de este trabajo es obtener una cartografía detallada, fiable y actualizable de modelos de combustible para las cinco islas forestales que no necesite trabajo de campo, y por tanto, con un mínimo grado de inversión para su consecución, mediante el empleo de datos LiDAR e información de cartografía previa existente. 2. MATERIAL Y MÉTODOS 2.1. Zona de estudio La zona objeto del trabajo incluye las cinco islas forestales de Canarias (Tenerife, Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro), con una superficie forestal total de 3.678 km2, que representa aproximadamente el 74 % de la superficie de estas cinco islas. 2.2. Modelos de combustible forestal En el año 2002 se definieron unos modelos de combustible específicos para la isla de Tenerife, creando una nueva clasificación basada en la estructura de los 13 modelos clásicos NFFL (Northern Forest Fire Laboratory, USDA Forest Service, USA) que aparecen en el sistema BEHAVE (Anderson 1982, Burgan y Rothermel 1986), que ya habían sido equiparados por el ICONA a los combustibles forestales españoles (ICONA 1987), pero ampliándolos y adaptándolos a las particularidades de
la vegetación canaria (Gil Muñoz 2002). Aunque estos modelos de combustible fueron inicialmente creados para la isla de Tenerife, sus tipologías son fácilmente extrapolables al resto de las islas forestales de Canarias, dado que Tenerife es la isla más representativa y que recoge la mayoría de los ecosistemas vegetales terrestres que se dan en el resto de la geografía canaria. Por lo tanto, esta clasificación fue la utilizada en el presente trabajo. Los modelos de combustible forestal se clasifican siguiendo como criterio fundamental el estrato vegetal que va a condicionar la propagación del fuego. La clasificación utilizada de modelos de combustible de Canarias mantiene la estructura general de los modelos clásicos NFFL a nivel de clases y grupos, es decir, en lo que se refiere a la diferenciación básica según el tipo de formación vegetal combustible (pastizal, matorral, arbolado, etc.) previa a los criterios
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estructurales (altura, cobertura, etc.). Cada modelo de combustible incluye una descripción de la composición y estructura del complejo de combustible y cómo influye en el comportamiento del fuego, así como una tabla y análisis de los parámetros específicos de comportamiento del fuego. En la clasificación se definen originalmente un total de 25 modelos de combustible canarios, con algunos submodelos para los casos de matorral bajo arbolado, siendo en realidad la mayoría de ellos una subclasificación de los modelos clásicos NFFL. Para la realización de este trabajo no se han considerado todos los modelos canarios originales incluidos en la clasificación, sino una adaptación de los mismos. Por ejemplo, los submodelos de matorral bajo arbolado inicialmente definidos para los modelos 7.C, 7.D y 7.F no se incluyen, por ser una subclasificación en función de la variabilidad de la composición del sotobosque cuya discriminación no era
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posible con las fuentes de datos utilizadas. Tampoco se incluyen los modelos 10 (restos bajo arbolado) ni otros modelos de matorral (4.A y 5.A), que han sido sustituidos por modelos equivalentes según el comportamiento esperado del fuego. En la siguiente Tabla se puede ver una descripción de los modelos canarios utilizados y su correspondencia con los 13 modelos clásicos NFFL que aparecen en el sistema BEHAVE (Tabla 1). 2.3. Datos de partida Para la obtención de la cartografía de modelos de combustibles se empleó una combinación de dos fuentes de información principales: Modelo de combustible canarios
– Estructura tridimensional de la vegetación: información sobre la cantidad de combustible en los diferentes estratos, así como sobre su continuidad vertical y horizontal. Para el análisis de la estructura de la vegetación se han seleccionado los siguientes estadísticos: Fracción de Cabida Cubierta (FCC), Altura media y Canopy Relief Ratio, un estadístico relacionado con la longitud libre de copa de la masa calculado a partir de observaciones de las alturas (Parker y Russ 2004). A partir de los datos LiDAR se crearon para cada isla ocho archivos cartográficos de estructura de la vegetación
en formato raster (Tabla 2, Figura 1), generados con un tamaño de píxel de 25 x 25 m, que permitían caracterizar la vegetación en función de los principales parámetros estructurales necesarios para su posterior asignación según los modelos de combustible definidos en la clasificación utilizada. Dadas las particularidades de la vegetación canaria, el umbral para discriminar entre el estrato del arbolado y el de matorral/sotobosque se estableció a 4 m. Los datos LiDAR fueron capturados por la empresa GRAFCAN entre los años 2011 y 2013, con una densidad media de 1 pulso/m2,
Breve descripción del modelo de combustible
Modelo clásico
No combustible 0
Rocas, suelo desnudo, agua, superficies artificiales
0
Pastizal o cultivos herbáceos (h< 1m)
1
Herbazales 1.A 2.A
Pastizal con presencia de matorral (FCC matorral máx. 25-50 %)
2
3.A
Cañaverales o carrizales
3
Matorral Porte alto y muy denso
Altura h > 2m, densidad variable (FCC > 50 %)
4.B
Matorral de especies muy inflamables
4
4.C
Matorral de especies moderadamente inflamables
4
Porte bajo
Altura h < 1,2m, densidad variable (FCC > 50 %)
5.B
Matorral de especies moderadamente inflamables
5
5.C
Matorral de alta montaña
5
5.D
Matorral de especies muy inflamables
5
Porte medio
Altura 1,2m < h < 2m, densidad variable (FCC > 50 %)
6.A
Matorral de especies inflamables, invasoras de terrenos agrícolas
6
6.B
Matorral de especies moderadamente inflamables
6
6.C
Matorral de especies muy inflamables
6
Sotobosque
Matorral bajo arbolado (FCC arbolada > 30 %, FCC matorral > 30 %)
7.A
Eucaliptar (y otras frondosas muy inflamables)
7
7.B
Monteverde (y vegetación de ribera) con porte arbolado
7
7.C
Pinares con sotobosque predominante de brezo (h>1,2m)
7
7.D
Pinares con sotobosque mixto de brezo y monteverde (h>1,2m)
7
7.E
Pinares húmedos con sotobosque de monteverde (h>1,2m)
7
7.F
Pinares con sotobosque de porte bajo (h<1,2m)
7
7.G
Pinares termófilos con sotobosque inflamable (h>1,2m)
7
Hojarasca
Arbolado sin sotobosque (FCC arbolado > 30 %, FCC matorral < 30 %)
9.A
Monteverde (y otras frondosas poco o moderadamente inflamables)
8
9.B
Pinares (y otras frondosas muy inflamables)
9
Modelo específicos para formaciones xerófilas
2
Formaciones xerófilas 11.A
Tabla 1. Modelos de combustible canarios utilizados, adaptados de la clasificación original, y su equivalencia con los modelos clásicos NFFL
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2016. N.o 65
Nombre
Descripción
Variable forestal asociada
FCC_4a50
% de primeros retornos entre 4 m FCC del estrato arbolado y 50 m respecto al total
FCC_04a4
% de retornos entre 0,4 m y 4 m respecto al total
FCC del estrato de matorral
FCC_04a50
% de todos los retornos de la vegetación entre 0,4 m y 50 m
FCC total de la vegetación
H0
Altura correspondiente al percentil 95 entre 0,4 m y 50 m
Altura dominante del estrato arbolado
Hm_04a4
Altura media calculada para los retornos entre 0,4 m y 4 m
Altura media del estrato de matorral
Hm_04a50
Altura media calculada para el total de los retornos de la vegetación entre 0,4 m y 50 m
Altura media de toda la vegetación
CRR_04a50
Canopy Relief Ratio para los retornos entre 0,4 m y 50 m
Indicador de estructura vertical del total de la vegetación
CRR_4a50
Canopy Relief Ratio para los retornos entre 4 m y 50 m
Indicador de estructura vertical del estrato arbolado
Tabla 2. Resumen de las variables obtenidas a partir de los datos LiDAR
Figura 1. Ejemplos de la nube de puntos LiDAR (alturas normalizadas) en dos casos representativos de masas arboladas, distinguiendo los retornos de vegetación (verde) y los retornos de suelo (rosa): pinar sin sotobosque (arriba) y pinar con sotobosque (abajo)
en el marco de un proyecto piloto para la detección de cambios en el territorio con el que se está volando periódicamente la superficie de las islas desde el año 2010 (Rosales y Rodrigo 2012). – Mapa de formaciones forestales: cartografía actualizada, originalmente en formato vectorial (.shp), que
indica la composición a nivel fitosociológico de las diferentes regiones de cada isla. Esta cartografía es una revisión del Mapa de Vegetación de Canarias (escala 1:25.000), que incluye una caracterización fisionómica de los ecosistemas vegetales, posteriormente revisada y actualizada para este trabajo mediante foto-
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interpretación, así como comprobación mediante cartografías existentes a nivel local más recientes. Para cada unidad de vegetación fitosociológica del mapa se estudió qué modelos de combustible podrían corresponderle. Una vez obtenido una lista completa de correspondencias entre unidades de vegetación y modelos de combustible, se procedió a crear nuevos grupos de unidades de vegetación (denominadas formaciones forestales) que fueran homogéneas además de en su composición, en su potencial correspondencia a diferentes modelos de combustible (ej. diferentes unidades de pinares con especies de sotobosque termófilo se agrupan en una única formación forestal). Las actualizaciones de la cartografía de formaciones forestales se hicieron teniendo en cuenta cómo máximo la fecha de vuelo para la toma de datos LiDAR de cada isla, de forma que la información de estructura y de composición fueran coetáneas. Se utilizó una transformación del mapa de formaciones forestales a formato raster, ya que genera resultados cartográficos más robustos, más claros (con menos ruido) y con una considerablemente mayor facilidad de interpretación. 2.4. Algoritmos de decisión La metodología empleada se basa en el desarrollo de algoritmos de decisión para la asignación automática de modelos de combustible basados en la información que aportan las diferentes variables LiDAR (ocho capas raster de parámetros estructurales) en combinación con el mapa de formaciones forestales. Para ello, se analizó para cada píxel (25 x 25 m) de toda la zona de estudio la información estructural y el tipo de vegetación existente. Una vez identificada la clase fundamental a la que pertenece una formación (arbolada, matorral o pastizal), la tipificación de los modelos de combustible forestal se basa fundamentalmente en la estructura y distribución de la vegetación. No obstante, para la asignación de los modelos de combustible no solo se han tenido en cuenta parámetros cuantitativos estructurales (altura, cobertura, continuidad vertical), sino también el comportamiento esperado del fuego en función de parámetros cua-
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litativos (inflamabilidad asociada a su composición específica). Por lo tanto, es posible que a diferentes asociaciones vegetales se les asigne un mismo modelo de combustible forestal por tener un comportamiento parecido frente al fuego. Los modelos de combustible definidos en la clasificación utilizada fueron creados para la isla de Tenerife. Por tanto, aunque Tenerife es la isla más representativa que recoge la mayoría de los ecosistemas vegetales terrestres de la geografía canaria, no todas las formaciones forestales estaban representadas en los modelos de combustible definidos (e.j. palmerales, sauzales). Incluso para algunas de las formaciones previamente incluidas en la clasificación, las definiciones de los modelos no permitían una asignación directa por no cubrir toda la casuística encontrada tras el análisis de la caracterización estructural de la vegetación obtenida con los datos LiDAR (ej. pinares con sotobosque de densidad variable). En este sentido, a aquellas formaciones que no estaban previamente definidas de forma explícita en la clasificación de modelos de combustible de Canarias
se les asignaron los modelos más adecuados en función no solo de variables estructurales similares sino también del comportamiento potencial del fuego asociado. En caso de dudas ante la asignación de varios posibles modelos de combustible, se ha seguido el criterio de la seguridad, eligiendo siempre el que presenta un comportamiento del fuego más peligroso. 2.5. Validación La cartografía de modelos de combustible fue validada con datos de campo con un doble objetivo: por un lado, detectar posibles errores, realizando las mejoras oportunas en los algoritmos de decisión para la correcta asignación de modelos de combustible; y por otro lado, evaluar el grado de fiabilidad de la cartografía generada y analizar la bondad de la metodología de asignación de modelos de combustible utilizada para futuras actualizaciones de las fuentes de datos. Se verificaron los modelos de combustible en un total de 220 puntos de campo, localizados en cuatro islas: Tenerife, Gran Canaria, La Palma y La Gomera (Figura 2). En cada punto se
asignó el modelo de combustible real existente sobre el terreno, teniendo en cuenta los valores medios de los parámetros de entrada utilizados en los algoritmos (alturas, coberturas y continuidad vertical del combustible) en una superficie equivalente a la resolución espacial utilizada para los datos LiDAR (25 x 25 m). En las Figuras 3 y 4 se muestran ejemplos de algunos de los modelos de combustible identificados para formaciones arboladas y no arboladas, respectivamente. Para evaluar la fiabilidad de la cartografía se crearon matrices de confusión, con el fin de verificar los modelos de combustible clasificados en la cartografía frente a los valores de referencia obtenidos en campo. Esta metodología se basa en la creación de una matriz cuadrada (n x n) que incluye tantas filas (modelos asignado en la cartografía) y columnas (modelos reales sobre el terreno) como modelos de combustible a analizar. A partir del porcentaje de puntos bien clasificados respecto al total de puntos muestreados se obtuvo el acierto global (%) de la cartografía de modelos de combustible. También se calculó el coeficiente Kappa (Cogalton
Figura 2. Ejemplos de puntos de muestro de validación en la isla de Tenerife
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1991), que elimina la parte de la probabilidad de acierto debida al azar por cruce de clases. 2.6 Post-proceso Tras la aplicación de los algoritmos de decisión a la combinación de la información del mapa de formaciones forestales y las diferentes cartografías de parámetros estructurales derivados de los datos LiDAR se obtiene para cada isla una capa raster con tamaño de celda 25 x 25 m. Cada celda posee un código numérico que hace referencia al modelo de combustible asignado. Estos resultados tan precisos (píxeles de 625 m2, es decir, 0,06 ha) son de gran utilidad para su utilización como información en simuladores de incendios, ya que permiten predecir el comportamiento del fuego según la localización espacial de los combustibles con gran nivel de detalle. Sin embargo, para otro tipo de usos tales como la generación de cartografía impresa o la planificación de actuaciones (ya sean de prevención o de extinción), se han obtenido cartografías más depuradas con recintos más manejables mediante la aplicación de una serie de procedimientos de agrupación de píxeles comunes y eliminaciones de píxeles aislados. El resultado de este post-proceso de filtrado y suavizado de cartografía inicial de modelos de combustible de alta resolución es una capa raster con “resolución media”, que presenta un tamaño mínimo de agrupación de 0,19 ha (tres píxeles). Finalmente, para estos raster de resolución media se realizó una conversión a formato vectorial (.shp), obteniendo una cartografía operativa y con un tamaño de archivo manejable. En la Figura 5 se muestra un esquema metodológico donde se resumen las fuentes de datos utilizadas y los procesos realizados para la generación y posterior validación de la cartografía de modelos de combustible de Canarias. 3. RESULTADOS Y DISCUSION n la Figura 6 se muestra un ejemplo de la salida cartográfica en formato raster generada para la clasificación de modelos de combustible de alta resolución (píxel de 25 x 25 m, 625 m2), así como el aspecto de la cartografía de resolución media para la misma zona obtenida tras la aplicación de los procesos de filtrado de píxeles aislados y agrupación de píxeles comunes.
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Figura 3. Ejemplos de modelos de combustible identificados en zonas arboladas
Figura 4. Ejemplos de modelos de combustible identificados en zonas desarboladas
Esta última es la que se convierte a su vez en formato vectorial, obteniendo teselas con una superficie mínima de 0,19 ha. Tanto la cartografía de alta resolución como la de resolución media fueron también obtenidas para la clasificación de modelos de combustible clásicos NFFL, que es la más comúnmente utilizada hasta la fecha, mediante la equivalencia descrita en la Tabla 1. Los resultados de validación obtenidos a partir de los 220 puntos de
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campo indican una fiabilidad global de la cartografía del 65 %. El coeficiente Kappa es 0,63, lo que indica que la cartografía de modelos de combustible obtenida es un 63 % mejor que la esperada mediante una asignación al azar. Analizando el porcentaje de aciertos del usuario (aquellos modelos del mapa creado que están bien asignados en la clasificación en relación con los valores reales de referencia) de esta cartografía encontramos los siguientes
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resultados: • Modelos con un nivel bajo de aciertos (< 30 %): --Modelos de matorral de porte bajo: modelos 5 (altura del matorral < 1,2 m) • Modelos con un nivel de aciertos medio (30-60 %): --Modelos de pastizal: 1.A (herbazales) y 2.A (mezcla de pastizal y matorral) --Modelo de matorral alto y denso asociado a especies menos inflamables: 4.B --Modelo de matorral bajo arbolado asociado a especies termófilas: 7.G --Modelo 0 (no combustible) • Modelos con un nivel alto de aciertos (> 60 %): --Modelos de matorral: 4.C, 6.A, 6.B, 6.C --Modelos de arbolado con sotobosque: 7.A, 7.B, 7.C, 7.D, 7.E, 7.F --Modelos de arbolado con hojarasca: 9.A, 9.B --Modelo para las formaciones xerófilas: 11.A Con el fin de obtener una correcta validación de la metodología de asignación de modelos de combustible a partir de los datos LiDAR (es decir, excluyendo una validación del mapa de formaciones forestales), se evaluó la fiabilidad potencial de la cartografía obtenida con los mismos algoritmos de decisión propuestos pero suponiendo que los mapas de vegetación base utilizados (que sirven de dato para identificar los distintos tipos de formaciones forestales) fuesen más precisos. Para ello, se calculó de nuevo la matriz de confusión, pero depurando los datos para eliminar los puntos cuya fuente de error estuviera asociada con discrepancias en la composición de la vegetación debidas a imprecisiones del mapa de formaciones forestales (ej. dada la escala de trabajo, las zonas de interfaz urbano-forestal están agrupadas en un clase común denominada “Restos de áreas”, en las que no se dispone de información sobre la presencia y, en su caso, tipo de vegetación existente, por lo que se les asigna por defecto el modelo 0 “no combustible”). Esto permitió verificar la capacidad de la metodología propuesta para la correcta asignación de los modelos de combustible basada exclusivamente en la evaluación de los
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Figura 5. Diagrama de flujo para la obtención de la cartografía de modelos de combustible
Figura 6. Ejemplo de las salidas cartográficas en formato raster obtenidas para los mapas de modelos de combustible de Canarias de alta resolución (arriba) y de resolución media (abajo)
parámetros derivados de los datos LiDAR, es decir, suponiendo que el tipo de vegetación existente obtenida mediante la cartografía de base fuese el correcto.
Estos resultados, obtenidos a partir de 174 puntos de referencia (tras depurar los datos de campo), indicaron una mejora significativa de la precisión de la cartografía. La fiabilidad global aumen-
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ta hasta el 82 %, con un coeficiente Kappa del 0,81. En relación al porcentaje de acierto del usuario de la cartografía, los resultados indican que todos los modelos de combustible alcanzan un alto nivel de aciertos (> 67 %), excepto los modelos asociados a matorral de porte bajo (modelos 5), que son los más difíciles de discriminar, confundiéndose con los modelos de pastos (en especial, con el 2.A) y con el modelo 0 (no combustible). Esto se debe fundamentalmente a que los datos LiDAR subestiman la cobertura del matorral cuando la altura es baja. Hay que tener en cuenta también que los retornos de los primeros 40 cm más próximos al suelo fueron eliminados de los estadísticos de cálculo de los parámetros estructurales de la vegetación para evitar errores de imprecisión inherentes a la obtención del modelo digital del terreno (MDT). Sin embargo, los modelos de matorral más peligrosos (modelos 4 y 6) alcanzan un porcentaje de aciertos superior al 70 %. Cabe destacar que los modelos con un mejor nivel de acierto son los modelos de arbolado (porcentaje de aciertos entre 75-100 %), en los que además se discrimina con gran fiabilidad entre las formaciones forestales con presencia de estrato arbustivo en el sotobosque (modelos 7) y aquellas en las que el combustible predominante es la hojarasca (modelos 9). Este resultado es de especial relevancia, ya que los modelos de matorral bajo arbolado (modelos 7) son los más peligrosos por su potencial de subida a copas en caso de incendio. Los resultados obtenidos son muy prometedores, ya que ponen de manifiesto que, a pesar de las limitaciones encontradas y de la ausencia de trabajo de campo, la metodología propuesta para la asignación de modelos de combustible de alta resolución a partir de los datos LiDAR para grandes superficies tiene un alto grado de fiabilidad si se consiguen mejorar los mapas de vegetación de entrada (básicamente, haciendo una actualización con una mayor escala e incorporando nuevas técnicas de teledetección para la discriminación semiautomática previa del tipo de vegetación existente). 4. CONCLUSIONES a metodología presentada permite la obtención de cartografía de modelos de combustible en diferentes formatos (vectorial y raster) con eleva-
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do nivel de detalle (alta y media resolución) y para diferentes tipos de clasificaciones de modelos de combustible (canarios y clásicos NFFL) a partir de la información estructural de la vegetación proporcionada por datos LiDAR y su combinación con cartografía previa sobre el tipo de formación forestal existente (mapas de vegetación). Las principales ventajas de la metodología presentada son: 1. Obtener cartografías de modelos de combustible de grandes superficies a bajo coste. Se trata de una metodología de muy bajo coste; el ahorro que supone el trabajo de campo ha permitido abordar un trabajo a gran escala (cinco islas forestales de Canarias, en concreto más de 367.000 ha estudiadas), en un contexto como el actual de escasez presupuestaria en las administraciones públicas. 2. Trabajar con un alto nivel de detalle. Se obtienen cartografías continuas de modelos de combustible de alta resolución (celdas de 25 x 25 m), mucho mayor que cualquier cartografía utilizada hasta la fecha. 3. Resultados fácilmente actualizables. En cuanto a la información de estructura, GRAFCAN realiza vuelos LiDAR periódicos al menos bienales. Además, el Plan Nacional de Ortofotografía Aérea prevé actualizaciones cada 2 o 3 años de las ortofotos. Respecto a la composición vegetal, es posible la aplicación de técnicas combinadas de procesamiento de datos procedentes de sensores remotos activos y pasivos para obtener cartografías más precisas y actualizadas a bajo coste. Por otro lado, también existen ciertas limitaciones que es necesario mencionar. Algunas consideraciones importantes a tener en cuenta sobre la metodología propuesta son las siguientes: • La clasificación no tiene en cuenta la presencia y proporción de combustibles vivos y muertos, o su distribución en finos y gruesos (cargas de combustible por clases de tamaño). • Aunque la información de estructura (obtenida a partir de datos LiDAR) posee un grado de fiabilidad muy alta, la obtención de buenos resultados depende de disponer de ma-
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pas de vegetación precisos con un moderado nivel de detalle y un alto grado de actualización que permitan identificar correctamente la composición del ecosistema. No obstante, hay otras clasificaciones que no requieren este tipo de información para la correcta asignación de los modelos de combustible (ej. clasificación Prometheus (1999), solo basada en datos estructurales). • Los mapas de vegetación no suelen informar sobre la composición del matorral bajo arbolado, ya que es una cuestión difícilmente identificable, lo que va a condicionar la correcta asignación de algunos modelos (modelos 7). La posible mejora en la clasificación para este tipo de modelos solo sería posible mediante la realización de trabajo de campo, puesto que con teledetección únicamente disponemos de la información relativa a las copas y no del sotobosque existente bajo el arbolado. • En general, el procesado LiDAR subestima la cobertura real de las herbáceas y el matorral bajo por tener alturas muy próximas al suelo. Además, no es posible discriminar entre la cobertura del matorral y del pastizal mediante datos LiDAR, por lo que sería conveniente verificar la existencia de formaciones de porte bajo, como son los herbazales (ya sean de tipo puro 1.A o mixto 2.A), así como el matorral de porte bajo (modelos 5), mediante índices de vegetación obtenidos a partir de sensores remotos pasivos, para discriminarlas mejor de las zonas con ausencia de vegetación (modelo 0). El apoyo de campo con muestreos dirigidos a estas zonas permitiría garantizar una adecuada estimación de la cobertura y altura de la vegetación. • No se han incluido los modelos de restos leñosos bajo masas arboladas (modelos 10), ya que no podemos discriminar si los restos en el sotobosque son de origen natural (plagas, enfermedades) o de explotaciones (tratamientos selvícolas). La asignación de este tipo de modelos asociados a masas arboladas solo sería válida mediante su verificación en campo. Además, la identificación mediante cartografía previa o datos LiDAR no estaría justificada
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si no se corresponde con datos actualizados dado el carácter temporal de estas perturbaciones. • No se proporciona información diferenciadora en las zonas de interfaz urbano-forestal, ya que en este caso no se disponía de datos sobre la presencia de vegetación combustible en los mapas de base utilizados. La mejora de la cartografía en estas áreas sería automática, siempre que se disponga de una descripción más precisa de la presencia y tipo de vegetación existente. A pesar de las limitaciones anteriores, y las posibilidades de mejora mencionadas, hay que destacar que los resultados obtenidos alcanzaron un elevado grado de fiabilidad sin realizar tra-
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bajo de campo. Además, la cartografía resultante mejora de forma evidente la existente tanto en grado de detalle como de actualización en las zonas donde hubiera mapas de combustible previos, y aporta información espacial de enorme relevancia en las zonas donde no la hubiera. Una primera aplicación directa es su uso en simuladores de incendios forestales como una fuente de entrada de datos adicional con la que poder anticipar el comportamiento de potenciales incendios forestales. Otras aplicaciones relevantes son su uso como herramienta esencial tanto en trabajos de extinción de incendios como en la planificación y gestión de los ecosistemas (localización de tratamientos selvícolas preventivos, infraestructuras, etc.).
BIBLIOGRAFÍA ANDERSON H.E., 1982. Aids to determining fuel models for estimation fire behavior. USDA Forest Service, Intermountain Forest and Range Experiment Station, General Technical Report INT-122, 20 pp. BURGAN R., ROTHERMEL R.C., 1986. BEHAVE: Fire Behavior Prediction and Fuel Modeling System – FUEL subsystem. Rep. No. GTR INT-167. Intermountain Forest and Range Experiment Station, Ogden, UT. COGALTON R.G., 1991. A review of assessing the accuracy of classifications of remotely sensed data. Remote Sensing of Environment, 37: 35-46. DEL ARCO M., WILDPRET W., PÉREZ DE PAZ P.L., RODRÍGUEZ O., ACEBES J.R., GARCÍA A., MARTÍN V.E., REYES J.A., SALAS M., DÍAZ M.A., BERMEJO J.A., GONZÁLEZ R., CABRERA M.V., GARCÍA S., 2006. Cartografía 1:25.000 de la Vegetación Canaria. GRAFCAN S.A. (Santa Cruz de Tenerife)
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Estamos, por tanto, ante una metodología de bajo coste de gran interés para mejorar las cartografías de modelos de combustible obsoletas en muchas comunidades autónomas, alimentándose de los datos LiDAR disponibles a nivel nacional capturados por el PNOA y el mapa forestal. En aquellos casos en los que la disponibilidad presupuestaria no sea limitante, recomendamos complementar la metodología con apoyo en campo y trabajo de teledetección a partir de sensores pasivos.
AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a la empresa GRAFCAN y al Gobierno de Canarias la posibilidad de realizar este trabajo.
GIL MUÑOZ P. (Director), 2002. Identificación y caracterización de los combustibles forestales de Tenerife, tomo I Memoria. Gobierno de Canarias, Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente. Tecnoma 307 p. ICONA, 1987. Clave fotográfica para la identificación de modelos de combustible. Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, Instituto para la Conservación de la Naturaleza, Madrid. PARKER G.G., RUSS M.E., 2004. The canopy surface and stand development: assessing forest canopy structure and complexity with near-surface altimetry. Forests Ecology and Management, 189: 307-315. PROMETHEUS S.V. Project (1999). Management techniques for optimization of suppression and minimization of wildfire effects. System Validation). European Commission - Contract number ENV4-CT98-0716. ROSALES J.J., RODRIGO J.J., 2012. Tecnología LiDAR aplicada a la gestión del territorio. Tierra y Tecnología, 41: 57-59.
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Deformaciones producidas por el cultivo en envase de plantas de Pinus halepensis y Pinus pinea después de cinco años en campo
Susana Domínguez Lerena Ingeniero Técnico Forestal
Aunque la producción de plantas para usos ornamentales generalmente siempre se ha realizado en contenedor, la producción de planta forestal en contenedor es mucho más reciente. Durante los primeros años, la planta forestal era producida casi exclusivamente a raíz desnuda, ya que presenta una serie de ventajas al favorecer el desarrollo natural y equilibrado del sistema radical y aéreo, y ser válido, sobre todo, para los viveros de zonas frescas y a poca distancia del territorio a repoblar y para especies de crecimiento en sus primeras edades no muy rápido (Marcelli, 1984). No obstante, la planta a raíz desnuda necesita una serie de cuidados en el manejo que no son precisos con la planta en contenedor.
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in embargo, la planta producida en contenedor presenta una serie de inconvenientes: limita el espacio del sistema radical interfiriendo en su crecimiento y produce deformaciones radicales (Marcelli, 1984; Benoit de Coignac y Gruez, 1987). Estas deformaciones pueden hacerse patentes al año de cultivo o bien varios años después de la plantación (Marien y Drovin, 1978; Halter y Chanway, 1993; Lindstrom,1990). Las raíces se enrollan en el interior del envase, y después de la plantación, cuando las plantas alcanzan
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mayor desarrollo, puede ocurrir la estrangulación del tallo, que se quiebra a nivel del suelo (Ball, 1976). Este fenómeno cobra mayor gravedad en la región mediterránea, puesto que el periodo seco se prolonga durante meses y no se producen formaciones radicales de sustitución (Benoit de Coignac y Gruez, 1987). Además se ha demostrado que las deformaciones reducen considerablemente la superficie radical y la estabilidad de los árboles en los terrenos más húmedos (Grene, 1978; Franclet & Najar, 1978; Cifuentes, 2004), incluso se hacen
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más propensas al ataque de insectos y hongos (Hafsia & Franclet, 1966 citado por Franclet (1981)). Algunos autores han tipificado el tipo de deformaciones producidas por el cultivo en vivero. Según Marcelli (1989), se pueden clasificar las deformaciones del sistema radical en cinco tipos: • espiralización espesa • cambio de las raíces secundarias de plagiotrópicas (crecimiento horizontal) a ortotrópicas (crecimiento vertical) • estrangulamiento mecánico de la raíz • aparición de raíces remontantes (por defecto de un mal manejo del riego) • atrofiamiento de la raíz del fondo Por su parte, Franclet (1981) distingue cuatro tipos principales de deformaciones (figura 1): • Tipo 1: la espiralización de las raíces laterales plagiotrópicas o de las ortogeotrópicas de la raíz pivotante • Tipo 2: la inclinación ortogeotrópica de las raíces laterales • Tipo 3: el repicado o limitación en el crecimiento de las raíces laterales o pivotantes • Tipo 4: el estrangulamiento individual de las raíces El tipo 1 está sobre todo provocado por los contenedores con paredes impermeables para las raíces y carentes de estrías, como la bolsa de plástico. El tipo 2 lo producen los contenedores con paredes impermeables pero con estrías que dirigen las raíces hacia el fondo. El tipo 3 es producido por los contenedores con paredes permeables a las raíces o con algún tipo de repicado por aire o por productos químicos. El tipo 4 responde a contenedores con paredes permeables a las raíces más pequeñas, pero que no permiten su engrosamiento diametral posterior, o por la espiralización (tipo 1) de las raíces laterales y pivotantes después de un tiempo suficiente como para provocar una jaula, debido a la fusión de las raíces espiralizadas por engrosamiento de estas. Dentro de los contenedores de paredes rígidas, uno de los pioneros y más ampliamente utilizados durante cerca de 30 años ha sido la bolsa de plástico, debido a su excelente protección frente a la deshidratación del sistema radical, la variabilidad de tamaños y volúme-
Figura 1:Tipos de deformaciones radicales producidas por distintos tipos de contenedores (Franclet, 1981). Pepinière: vivero; Jeune plantation: plantación joven; Vieille plantation: plantación vieja
nes, la facilidad de almacenamiento y su bajo coste. Este contenedor se diferencia claramente de los existentes en el mercado en la actualidad, no solo por el tipo de material con el que se fabrica sino por el sistema de cultivo. La bolsa de plástico se encuentra cerrada en la base, con lo que no permite el autorrepicado de las raíces en el fondo del contenedor, y se suele cultivar con sustratos mezcla de tierra procedente de zonas cercanas al vivero junto con algo de turba o mantillo, todo ello sin ningún tipo de control fitosanitario. Este tipo de cultivo produce una alta concentración de raíces enrolladas en la base (Ben Salem, 1971) y poco desarrollo de raíces secundarias (Piotto, 1990). La supervivencia en campo de las plantas suele ser buena, sobre todo los primeros años, pudiendo ser debido a la presencia de propágulos micorrícicos presentes en el sustrato, pero a medida que aumenta el número de años de la planta en campo empiezan a aparecer supervivencias más bajas, pudiendo llegar a perderse plantaciones por problemas de reviramientos radicales (Tinus y Owston, 1984). Además,
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las raíces malformadas pueden no ser capaces de asegurar la estabilidad de la planta frente al viento y ser abatidas por su acción (Marcelli, 1984). Hoy en día es un sistema de cultivo en desuso por muchas razones: • imposibilidad de mecanización de las labores de vivero con el consiguiente incremento en el precio de la planta • poco desarrollo aéreo y radical de la planta • problemas sanitarios por la utilización de un sustrato incontrolado • ausencia de costillas en sus paredes, lo que produce graves espiralizaciones en el sistema radical (Piotto, 1990). En la actualidad, a pesar de los cambios experimentados en el diseño de los contenedores con la introducción de costillas que dirigen las raíces y del repicado de la raíz principal por aire (también llamados contenedores antiespiralizantes), se cuestiona si los sistemas radicales de estos contenedores son los adecuados (Kinghorn, 1978) y si de alguna manera estamos introdu-
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Figura 2. Esquemas del efecto de las deformaciones radicales sobre la estabilidad de las plantas. Figura de la izquierda: A) Espiralización de las raíces laterales alrededor de la raíz pivotante; B) Deformación ortogeotrópica de las laterales a lo largo de la raíz pivotante (Franclet,1981)
ciendo un factor de inestabilidad en las plantaciones (Cifuentes, 2004). Uno de los problemas que más preocupa de las deformaciones radicales es el de la estabilidad de las plantas. Este es un problema acuciante en los parques y jardines de las ciudades y en los árboles situados en las calles. Además, este problema se agrava con la presencia de fuertes vientos, siendo un serio inconveniente tanto para las plantaciones forestales como para las urbanas. La inestabilidad de un árbol puede ser un signo de un desequilibrio entre la parte aérea y la parte subterránea. Este desequilibrio puede darse por muchos motivos, bien por una mala preparación de suelo, como por ejemplo puede ocurrir en suelos muy compactados que inhiban el crecimiento de la raíz pivotante (Chavasse,1978), bien por fenómenos de hidromorfía que provocan la asfixia radical y falta de desarrollo de las raíces pivotantes (Auberlinder, 1982), pero también por deformaciones radicales motivadas por el cultivo de la planta en vivero (Cifuentes, 2004). Existen también otros posibles efectos negativos de las deformaciones radicales como la asociación entre deformaciones radicales y la presencia de enfermedades en las raíces (Livings-
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ton, 1990). Estas infecciones se desarrollan principalmente en el cuello de la raíz y se encuentran asociadas con deformaciones radicales y raíces laterales con escaso diámetro. Se ha barajado la posibilidad de que las deformaciones radicales asociadas al cultivo de planta en contenedor puedan predisponer a infecciones con Armillaria. No obstante, el problema de las deformaciones radicales no se limita exclusivamente a las plantas cultivadas en contenedor, ya que el cultivo a raíz desnuda también puede ocasionar, en algunos casos, deformaciones a las raíces de las plantas. Son bastante comunes en este tipo de cultivo las deformaciones radicales en forma de L y J. En ensayos realizados con picea noruega, abeto douglas y pino laricio (Deleporte, 1980) cuatro y cinco años después de la plantación, se observaron a simple vista deformaciones de este tipo, además de un decrecimiento de las raíces por debajo de la deformación. Incluso en Pinus taeda cultivado a raíz desnuda se ha observado por encima del punto principal de curvatura una profusión de raíces laterales motivada por una acumulación de carbohidratos solubles en este punto (Hay y Woods, 1968).
OBJETIVOS l objetivo general de este estudio es cuantificar, así como valorar, cualitativamente y cuantitativamente, las deformaciones radicales producidas a las plantas, durante el cultivo de una savia en vivero, por los distintos tipos de contenedores ensayados. Para ello, se comprobará si las deformaciones radicales producidas por el contenedor inciden sobre las características morfológicas y fisiológicas futuras de plantas de Pinus halepensis y Pinus pinea, testando su desarrollo posterior en plantaciones con una antigüedad de cinco años en campo. En concreto, con este estudio se quiere detectar: • Si las deformaciones producidas en vivero se siguen manteniendo posteriormente a lo largo de la vida de la planta • Si existe algún tipo de efecto de esas deformaciones radicales sobre el desarrollo futuro en campo y cuantificarlo
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MATERIAL Y METODOS e semillaron los 16 contenedores con semilla de la procedencia La Mancha (Gil et al., 1996) para Pinus halepensis y Meseta Norte (Prada et al.,
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Un problema añadido de las deformaciones radicales ligado con la estabilidad es la posibilidad de fractura del tallo al nivel del cuello de la raíz. Detalle de las raíces laterales de reviradas alrededor del tallo con el resultado de una fractura al nivel del cuello (Mason, 1985)
Figura 3. (A) Orientación de raíces dentro del contenedor; (B) Orientación de raíces mantenida tras la plantación; (C) Incremento del diámetro de las raíces, lo que favorece la contaminación del hongo; (D) Orientación de raíces de una planta procedente de regenerado natural (E) Orientación natural de raíces con escaso contacto entre ellas. Como se muestra en el dibujo, las raíces laterales de las plantas crecidas en contenedor al ir aumentando de grosor van poniéndose en contacto unas con otras, lo que facilita la penetración directa del hongo. Sin embargo, en el caso de la regeneración natural las raíces no están en contacto tan directo una con otras, con lo que si una raíz es infectada no es tan fácil que sea capaz de contaminar y pasar al cuello de la raíz donde se desarrolla letalmente.
1997) para Pinus pinea. El semillado se realizó directamente en los contenedores en marzo de 1995. El sustrato de cultivo fue una mezcla de 80 % turba-20 % vermiculita. El número total de plantas cultivadas en el ensayo fue de 6.400, 400 plantas/contenedor. Cada uno de los envases se dispuso en bloques separados con el objeto de mantener la densidad correspondiente a cada uno de ellos. Al final del cultivo, noviembre de 1995, se tomaron al azar 30 plantas/envase para las determinaciones morfológicas y de concentración de nutrientes. Al final del cultivo se midieron las variables morfológicas: altura, diámetro, biomasa, aérea y biomasa radical. Y se estimó el índice de densidad de raíces (gramos de biomasa radical por cm3 de contenedor). Los tratamientos ensayados y plantados en campo fueron los 16 contenedores procedentes del ensayo de vivero, al
que se le añadió, un año después, un tratamiento de siembra que serviría como testigo y control de los contenedores. La plantación del ensayo de contenedores se realizó en octubre de 1995 y la del tratamiento de siembra en abril del año 97 en el Centro Nacional de Mejora Forestal El Serranillo (GuadalajaraEspaña), que se encuentra a una altitud de 650 m, bajo un clima continental de ombroclima seco, con una precipitación y temperatura media de 400 mm y 14 oC respectivamente. Los suelos son entisoles poco evolucionados, formados por terrenos aluviales. La preparación del suelo consistió en un subsolado lineal. La disposición estadística fue aleatoria con cuatro repeticiones/envase y 15 plantas/repetición. EXTRACCION DE PLANTA as plantas correspondientes al ensayo de contenedores fueron extraídas en noviembre de 2000, mientras
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que las plantas procedentes de siembra (tratamiento testigo) se sacaron al año siguiente, en noviembre de 2001. La extracción de planta y medición de los sistemas radicales se realizó según metodología expuesta en el trabajo Serrada et al., 2001. Se seleccionaron para su extracción 12 plantas/tratamiento de forma completamente aleatoria. Previo etiquetado, primeramente se cortaron las partes aéreas a la altura del cuello de la raíz. A continuación se etiquetó el tocón del cepellón y se señaló la dirección Norte y el sentido de la labor en cada una de las cepas. La extracción fue realizada con una retroexcavadora intentando sacar la mayor cantidad posible de raíces y a la máxima profundidad permitida por la máquina. Las partes aéreas fueron secadas al aire en un invernadero hasta su completo secado, lo que se comprobó hasta que se alcanzó un peso seco más o menos constante. Las cepas o partes radicales fueron limpiadas y secadas antes de proceder a la medición de las variables que se indican a continuación. MEDICION DE VARIABLES EN LAS RAÍCES • Cuantitativas Las cepas fueron colocadas al revés, el tallo hacia abajo y las raíces hacia arriba, sobre una mesa circular dividida en ocho sectores (Foto 1). La metodología consistía en colocar la cepa bien sujeta a la mesa con unas pa-
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Figura 4. Relaciones entre las variables medidas a los cinco años en campo (diámetro, superficie de fuste, biomasa y n.º de raíces basales) y la densidad radical medida al final del cultivo de vivero en plantas de Pinus pinea. Se observa que a medida que aumenta la densidad radical de los cepellones en vivero hay una tendencia a que las plantas disminuyan su diámetro, superficie de fuste, n.º de raíces basales y biomasa de la planta.
lomillas, cortar las raíces a la longitud del cilindro imaginario mayor y empezar a medir los diámetros de las raíces laterales en cada uno de los ocho sectores y de las raíces basales. Los diámetros de las raíces fueron medidos a la altura de dos cilindros imaginarios: uno fijo de 12 cm de radio (estimado como dos veces el radio medio total de todas las cepas) y 35 cm de profundidad y otro relativo (estimado como dos veces el radio de cada una de las cepas) y 35 cm de profundidad. El objetivo era conocer la superficie ocupada por las raíces en cada uno de los sectores y cada uno de los cilindros. También se midió la longi-
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tud de la raíz pivotante hasta un grosor de 1 cm de diámetro y el peso de la cepa una vez cortada las raíces según el tamaño del cilindro. • Cualitativas Como variables cualitativas se midió la forma de la raíz pivotante y la forma general. Para cada una de las formas se establecieron ocho tipos diferentes como muestra la figura 6. Como variables cualitativas también se anotaron la presencia de injertos y si la planta presentaba síntomas de mala plantación (cepellón torcido o aplastado).
RESULTADOS l igual que otros ensayos realizados (Halter y Chanway, 1993; Preisig., 1979; Cifuentes, 2004), los resultados de este trabajo manifiestan diferencias morfológicas y fisiológicas en los sistemas radicales de las plantas cultivadas en envase con respecto a las sembradas, constatándose que la forma del contenedor se mantiene y persiste a lo largo del tiempo. En este ensayo se ha comprobado que, en ambas especies, el tratamiento de siembra presenta una conformación de la raíz pivotante totalmente distinta a la conformación que presentan los
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diferentes envases ensayados. La mayoría de las plantas de siembra presentan una sola raíz pivotante, y algunas de ellas, varias sin embargo, la mayoría de las plantas cultivadas en envase presentan varias raíces pivotantes, raíces pivotantes acodadas o carentes de raíz pivotante. Por su parte, el análisis cualitativo de la forma general de la cepa muestra que el mayor tanto por ciento de plantas, en torno al 80 %, del tratamiento de siembra presenta una forma general sin defectos, es decir, con raíces distribuidas en todas las direcciones, a diferencia de las plantas cultivadas en envase, que presentan conformaciones desiguales, bien raíces distribuidas en tres direcciones, bien en dos sentidos o incluso espiralizadas o en forma de moño, aunque hay que reseñar que este último caso es el menos abundante entre los contenedores. Este hecho es importante, ya que una mala repartición de las raíces en los planos verticales y horizontales puede comprometer posteriormente el anclaje de la planta (Burdett, 1978; Deleporte, 1980). Algunos autores han demostrado (Lindgren y Orlander, 1977 citado por Grene, 1978) que las deformaciones reducen la sección de las raíces, encontrando una relación directa entre sección radical e inestabilidad (a menor sección, menor estabilidad). Lindstrom y Rune (1999) estudiaron plantas de pino silvestre procedentes de regenerado natural y de contenedor (Paper Pot), y encontraron que las plantas de contenedor fueron más inestables que las de regenerado natural, ya que tuvieron una superficie radical más baja y una distribución de raíces menos uniforme. Otros trabajos indican estos mismos resultados (Bischetti, 2005). En nuestro ensayo hemos observado una menor superficie lateral de raíces en las plantas procedentes de los contenedores con respecto a las de siembra, siendo las diferencias más acusadas en el caso de P. halepensis. Sin embargo, el análisis de la superficie basal de raíces, superficie total e índice de distribución de raíces no ha mostrado ninguna diferencia estadísticamente significativa entre siembras y contenedores en ninguna de las dos especies. Aunque el índice formado entre la superficie de la sección de las raíces y la superficie de la sección del fuste se ha visto alterado también significativamente en P. hale-
Envase
Sección
Volumen (ml)
Profundidad (cm)
Boca (cm2)
Densidad (pl/m2)
CIC
Cuadrada
210
23
10,24
780
SLC
Circular
130
22
9,6
589
FP150
Circular
150
13
13,85
478
FP300
Cuadrada
300
18
22,08
387
RT
Cuadrada
350
20
18
323
PP610
Circular
240
10
28,27
433
PF56
Cuadrada
350
19
25
239
PF73
Cuadrada
200
16
18,9
312
ARN28A
Cuadrada
400
15
46,9
172
MM85
Cruciforme
400
18
26
214
FP200
Cuadrada
200
15
22,08
387
ARN60A
Circular
150
11
21,6
370
FP400
Cuadrada
400
19
29,1
294
ARN48C
Cuadrada
300
18
23
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Tabla 1.- Envases utilizados en el ensayo junto con sus características. Nombres comerciales: SLC: Superleach coníferas; FP: Forest pot; RT: Root trainer; PP: Paper pot; PF: Poli forest; ARN: Arnabat; MM: MM; CIC: Colorado International Corporation. El envase Poli Forest (PF), tanto PF56 como PF73, ambos fabricados con material de polispán se utilizaron con una funda de plástico (PF73c y PF56c) y sin funda de plástico (PF73s y PF56s)
pensis, siendo mayor el índice en las plantas de siembra que en las plantas de contenedor. Un efecto interesante a destacar de este estudio es la diferenciación en la conformación del sistema radical en las dos especies y las modificaciones que sufren con el cultivo de planta en contenedor. El análisis del índice superficie lateral/superficie basal nos muestra cómo el tratamiento de siembra en P. halepensis desarrolla tres veces más superficie lateral que basal con respecto a todos los envases ensayados. Sin embargo, el tratamiento de siembra en P. pinea obtiene la menor relación, presentando tanta superficie lateral como basal, a diferencia de las plantas de envase, que desarrollan mayor superficie lateral que basal. Este resultado indica que, a pesar de la diferente conformación natural de los sistemas radicales de cada una de las especies, el cultivo en envase altera en ambos casos de forma muy significativa esta conformación, pues en el caso de especies con mayor proliferación de raíces laterales sobre las basales, como P. halepensis, el cultivo en contenedor deprime la cantidad de raíces laterales frente a las basales, mientras que en
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el caso de especies con relaciones superficie lateral/basal equilibrada, como P. pinea, cambia completamente la estrategia, desarrollando mayor superficie lateral frente a la basal. Estas modificaciones pueden tener influencia posterior en el comportamiento de la planta en su lugar de plantación, pues un sistema radical más superficial coloniza los horizontes más cercanos que son más ricos en materia orgánica y nutrientes, facilitando un fuerte desarrollo de la parte aérea, lo que puede implicar un problema de inestabilidad en el futuro (Auberlinder, 1982). En este ensayo no se han realizado estudios concretos de fuerza para valorar la estabilidad de las plantas, pero una forma de conocer la estabilidad teórica de las plantas es analizando la relación entre las raíces pivotantes o basales frente a las totales, definido por Auberlinder (1982) como Tasa de Anclaje. Este autor afirma que los ejemplares inestables tienen una tasa de anclaje menor a la de las plantas estables, además de una mala repartición del sistema radical. En los análisis estadísticos realizados en nuestro ensayo hemos podido constatar que no existen
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Cepellón de planta de Pinus pinea del tratamiento de siembra dispuesto para su medición
Cepellón de planta de Pinus halepensis del tratamiento de siembra dispuesto para su medición
Cepellón de planta de Pinus halepensis del tratamiento en contenedor FP400 dispuesto para su medición
modificaciones negativas motivadas por el cultivo en contenedor con respecto a la tasa de anclaje. En el caso de P. halepensis la tasa de anclaje de las plantas cultivadas en contenedor es significativamente mayor o igual a las plantas procedentes de siembra, mientras que en P. pinea no se observaron diferencias significativas entre plantas en envase y plantas sembradas con respecto a esta tasa. En cuanto a las deformaciones y reviramientos observados en nuestro ensayo durante el periodo de vivero de las plantas cultivadas en contenedor, hemos comprobado cómo todos los envases presentaban plantas con algún grado de reviramiento en las raíces, a pesar de que todos, excepto PP610, tienen costillas antiespiralizantes en las paredes del contenedor. El reviramiento de las raíces es uno de los más serios problemas de la producción de planta en contenedor, ya que aunque no afecta ni al desarrollo ni al crecimiento inmediato, puede influir de forma importante en el desarrollo de la planta en la plantación (Burdett, 1978). Según Grene (1978), el estrangulamiento de las raíces se debe al reviramiento de una o más raíces de tal forma que el sistema vascular es estrangulado por la presión causada por el incremento del grosor de las raíces en crecimiento. El transporte de los productos fotosintetizados hacia otras raíces es interrumpido y los árboles pueden empezar a morir. Además, la acumulación de almidón por
encima del punto de estrangulamiento provoca un hinchazón del tallo que puede provocar la rotura de la planta en ese punto (Ball, 1976). Por el contrario, otros autores afirman que la estrangulación puede reducir el crecimiento pero no matar a la planta, ya que se producen fusiones entre tejidos, lo que permite intercambiar agua y nutrientes sin problemas. Gagnaire y col. (1984) realizaron observaciones anatómicas con microscopio a nivel del cuello de unas jóvenes plantas de Pinus pinaster con raíces anudadas, observando que después del traumatismo la restauración de los tejidos conductores puede ser efectuada, ya que se pueden producir soldaduras de tejidos para dar lugar al nacimiento de una sola raíz. La restauración de los tejidos conductores depende en gran parte de la capacidad de cada individuo de emitir raíces adventicias y, por otra parte, de las condiciones ambientales: profundidad de la plantación, pluviosidad, etc. (Gagnaire et al., 1984). Otros autores (Kohmann (1970), citado por Grene (1978)), indican que las fusiones de raíces se dan entre tejidos con semejantes comportamientos anatómicos y fisiológicos, mientras que tejidos diferentes no se fusionan o crecen anormalmente, lo que puede explicar los menores resultados de crecimiento de las raíces deformadas observadas en algunos ensayos. Las observaciones de los sistemas radicales de nuestro ensayo indican que, en una gran parte de los casos, se
han producido injertos de raíces entre las raíces deformadas. Sin embargo, no hemos encontrado relación ni entre el tanto por ciento de plantas con reviramiento de las raíces y las características constructivas de los contenedores ni con el desarrollo de la planta en campo. No obstante, en otros ensayos se han detectado relaciones inversas significativas entre el volumen y la boca del contenedor y la densidad radical producida por los envases (Domínguez-Lerena, 2006). Los envases de menor volumen y sección obtienen plantas con mayor biomasa radical por cm3 de contenedor, es decir, con una mayor concentración de raíces dentro del contenedor, indicando, con ello, que los envases de mayor volumen y boca, al disponer de mayor espacio físico, producen menos concentración de raíces que los de menor volumen y sección, consiguiendo un sistema radical más armónico, menos denso y probablemente menos deformado (Benoit de Coignac & Gruez, 1997). Aunque en las relaciones analizadas a los tres años de campo (Domínguez-Lerena, 2006) no se ha detectado ninguna relación entre la densidad de raíces y las variables medidas, en este ensayo se ha comprobado que, en P. pinea, existe relación entre deformaciones y crecimiento de la planta después de cinco años en campo, pues las plantas con mayor densidad de raíces han presentado menores crecimientos en diámetro, superficie de fuste, biomasa y n.o de raíces basales
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Cepellón de planta de Pinus pinea del tratamiento en contenedor SLC dispuesto para su medición
que las plantas con menores densidades radicales. Lo que confirma que el efecto de las deformaciones radicales se hacen patentes años después de la plantación (Marien y Drovin, 1978; Halter y Chanway, 1993; Lindstrom, 1990). Lo que si se ha manifestado claramente en los resultados es que, en las dos especies, las plantas procedentes de siembra han presentado mayores diámetros, superficie de fuste y biomasa de la parte aérea que la mayoría de los envases, aunque las diferencias han sido mucho más acusadas en P. pinea que en P. halepensis. Aunque se aprecian algunas tendencias inversas entre la densidad de raíces y la asimilación de K y P, no se han encontrado relaciones significativas, claras y fuertes entre las variables radicales tomadas en el vivero como medidas de calidad y las variables respuesta en el vivero como tamaño de la planta,
CONCLUSIONES FINALES El cultivo en contenedor condiciona las diferencias morfológicas entre plantas de la misma especie. Los contenedores de mayor volumen desarrollan mayor biomasa radical pero mantienen una densidad radical menor que los contenedores de menor volumen. Hay que destacar que todos los envases presentaron plantas con raíces reviradas, a pesar de que casi todos ellos presentaban costillas antiespiralizantes. Se observa que comparando entre especies, Pinus pinea presenta un mayor número de plantas con raíces reviradas y con mayores ángulos de reviramiento que Pinus halepensis. Las plantas procedentes de siembra presentaron significativamente mayores biomasas de la parte aérea y radical que plantas cultivadas en envase, oscilando sus valores entre dos y tres veces mayor que las plantas en contenedor. Aunque la mayoría de las plantas en contenedor desarrollaron una raíz principal, la forma del sistema radical de las plantas sembradas fue completamente diferente al de las plantas cultivadas en contenedor. El mayor tanto por ciento de plantas sembradas presentaron una forma general sin defectos, es decir, con raíces distribuidas en todas las direcciones, al contrario que la mayoría de los envases, con un mayor tanto por ciento de plantas con distribuciones en una, dos y tres direcciones. El tamaño de la raíz pivotante también fue considerablemente superior en las plantas procedentes de la siembra, desarrollando significativamente menor número de raíces basales y mayor proporción de raíces laterales que todas las plantas cultivadas en contenedor. La producción de planta en contenedores de paredes continuas, aun a pesar de la presencia de costillas antiespiralizantes, puede llegar a alterar el sistema radical, influyendo en la estrategia de las especies, y produce plantas
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concentración de nutrientes, etc. Tras cinco años en campo se han encontrado relaciones inversas únicamente en el pino piñonero entre densidad radical y el tamaño de la planta, de forma que a medida que aumenta la densidad radical de los cepellones en vivero hay una tendencia a que las plantas disminuyan su diámetro, superficie de fuste, n.o de raíces basales y biomasa de la planta. El hecho de no haber encontrado diferencias significativas con la biomasa de raíces puede indicar que es más importante para la planta la forma del sistema radical, conformación y distribución. El tratamiento de siembra es más eficiente en la búsqueda de nutrientes y en la incorporación de los mismos, es decir, aprovecha mejor los recursos que tiene a su disposición, puesto que la misma planta con dos años menos en campo ha sido capaz de superar a las plantas con mayor tiempo de instalación.
con sistemas radicales claramente deformados. Estas deformaciones deprimen el crecimiento de algunas partes de la planta, pero no se ha manifestado en este estudio una disminución en la estabilidad o anclaje de las mismas. No obstante, quedan campos interesantes por analizar en este ensayo, como el estudio de la estabilidad de las plantas deformadas mediante ensayos de fuerza y el efecto de las deformaciones sobre la sanidad vegetal de las plantas, ya que se ha constatado que las deformaciones radicales asociadas al cultivo de planta en contenedor pueden predisponer a la infección de determinados hongos (Livingston, 1990). Los árboles procedentes de semilla normalmente desarrollan una fuerte raíz pivotante y unas raíces laterales bien distribuidas, lo que tiende a incrementar la estabilidad. El objetivo de los viveristas y repobladores debería ser usar métodos que permitan a los sistemas radicales desarrollar una forma lo más parecida posible a los sistemas radicales de las plantas desarrolladas mediante la regeneración natural. No hay que olvidar que el clima mediterráneo agrava las consecuencias a medio y largo plazo de las deformaciones radicales sobre el crecimiento y el anclaje de las jóvenes plantas. Puede impedir, o al menos ralentizar, la restauración de los circuitos conductores deteriorados por las deformaciones de las raíces (Gagnaire et al., 1984). Por ello, es recomendable la utilización del repicado lateral de las raíces en el cultivo de la planta (Chavasse, 1978), así como tampoco habría que descartar sistemáticamente el método de siembra en los proyectos de repoblación. Para las especies del ensayo se recomienda la utilización de contenedores con mayores volúmenes (en torno a 300-400 cc) y profundidad entre 18-20 cm, pues son los que mejores resultados han mostrado en todas sus variables ensayadas.
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NOTA Y AGRADECIMIENTOS ste artículo presenta una parte de los resultados encontrados en un estudio más global que se realizó en el Centro de Mejora Forestal El Serranillo y se presentó como Proyecto Fin
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de Carrera en la Escuela de Ingeniería Agrarias de Palencia en con el título Influencia del envase en la morfología radical y desarrollo de plantas de Pinus halepensis y Pinus pinea después de cinco años en campo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - Auberlinder, V. 1982. L’ Instabilité de P.pinaster. Annales AFOCEL. Pp 139-176. - Ball, JB; (1976).- Recipientes de plástico y enrollamiento de raíces.- Unasylva 1976-I. - Ben Salem; (1971).- Root strangulation.- Ms. Thesis University of California. - Benoit de Coignac, M.G y Gruez, J. (1987).- Plants forestiers en conteneurs.- Informations techniques n.º 67 - Burdett, A.N., (1978).- Control of root morphogenesis for improved mechanical stability in container grown lodgepole pine. Can. J. For. Res., 8: 483-486. - Burdett, A. N. 1978. Root form and mechanical stability in planted lodgepole pine in Brithis Columbia. Symposium on root form of planted trees. Victoria B.C. Canada. May 16-19 - Burdett, A.N.; Coates, H.; Eremko, R.; Martin, P.A.F; 1986. The Forestry Chronicle. Toppling in Brithish Columbia’s lodgepole pine plantations: significance, cause and prevention. - Chavasse, C.G.R. 1978. The root form and stability of planted trees, with special reference to nursery and establishment practice. Symposium on root form of planted trees. Victoria B. C. Canada. May 16-19. - Cifuentes, B.; Merlo, E.; Vázquez, M.; Moreira, L. & Argibay, A.; 2004. Technical problems and solutions of cultivation in containers of Pinus pinaster Ait. En: J.G. Álvarez, C. Goulding, A. Rojo, R. Rodríguez, T. Zoralioglu & A.D. Ruiz-González (eds), IUFRO International Meeting on The Economics and Management of High Productivity Plantations: Lugo, Spain. - Domínguez Lerena, S.; Herrero Sierra, N.; Carrasco Manzano, I.; Ocaña Bueno, L.; Mexal J. 2006. Container characteristics influence Pinus pinea seedlings development in the nursery and field. Forest ecology and management n.º 221. - Franclet, A; Najar, M. (1978). Consèquences différées des deformations racinaires chez le pin maritime. Annales Afocel 1978. pp. 177-201- Gagnaire-Michard, J.; Bonicel, A.; Margrita, R.; 1984. Répartition des principaux sucres solubles et de l’almidon dans divers organes de jeunes cèdres de la regionmediterranéenne. Relations avec les deformations de leurs racines. Rapport au CEMAGREF. Avril 1984. - Grene, S. (1978). Root deformations reduce root growth and stability. Proceedings of the symposium on root form of planted trees. Victoria, B.C. Canada. May 1978. pp. 91-95. - Gil, L ; Díaz, M.; Jiménez, M.P.; Roldán, M.; Alía, R.; Agúndez, D.; De Miguel, J.; Martín, S.; De Tuero, M.; . 1997. Las regiones de procedencia de Pinus pinea L. en España. Ed. Parques NacionalesMinisterio de Medio Ambiente. - Halter, MR; Chanway, CP; (1993).- Growth and root morphology
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Agradezco la ayuda y sugerencias de Juan Luis Peñuelas, Pedro Villar Salvador, Nieves Herrero Sierra, Rosario Sierra de Grado, Rafael Serrada Hierro y Pablo Martínez Zurimendi, los cuales forman parte de este trabajo.
of planted and naturally regenerated Douglas fir and lodgepole pine.- Annales des Sciences Forestiers, 50 (71-77). Halter, M.R.; Chanway, C. P; Harper, G.J. 1993. Growth reduction and root deformation of containerized lodgepole pine saplings 11 years after planting. Forest Ecology and Management 56. pp. 131146 Kinghorn, J.M; (1978).- Minimizing potential root problems through container design. Root Form of Planted trees symposium. Brithish Columbia Ministry of Forest. Lindstrom, A; (1990).- Stability in young stands of containerized pine (P. sylvestris).- Swedish University of Agricultural Sciences. Traslation from internal report n.º 57. Lindgren, O.; Orlander, G. 1978. A study on root development and stability of 6 to 7 year old container plants. Symposium on root form of planted trees. Victoria B. C. Canada. May 16-19. Livingston, W.H. 1990. Armillaria ostoyae in young spruce plantations. Can. J. For. Res. 20: 1773-1778 Marcelli, AR; (1984).- Deformaciones radicales de las plantas cultivadas en contenedor: inconvenientes y remedios. Stituto Sperimentale per la pioppicoltura NOTE TECNICHE N.º 1. Marcelli, AR; (1989).- Moderne tecnologie per la produzione vivaistica di specie forestali.- SAF Istituto sperimentale per la pioppicoltura NOTE TECNICHE N.º 7. Marcelli, AR; Piotto, B; (1993).- Recientes estudios sobre la cría de eucaliptos en Italia.- Congreso Forestal Español. Tomo II. Marien, JN; Drovin, G; (1978).- Etudes sur les conteneurs a paroids rigides.- Annales des recherches sylvicoles. AFOCEL. Mason, E. G: 1985. Causes of juvenile instability of Pinus radiata in new Zealand. New Zealand Journal of Forestry Science 15(3): 263-280 Piotto, B; (1990).- Early field performance of Cedrus atlantica nursery grown in different container types.- Stituto sperimentale per la pioppicoltura. Piotto, B; (1988).- Quercus cerris: prove di allevamento in 9 tipi di contenitori.- Convegno Prospettive di valorizzazione delle cerrete dell’ Italia centro-merid. Potenza 1988. Prada, A.; Gordo, J.; De Miguel, J.; Mutke, S.; Catalán, G.; Iglesias, S.; Gil, L.; 1997. Las regiones de procedencia de Pinus halepensis Mill. en España. Ed. Parques Nacionales-Ministerio de Medio Ambiente. Serrada Hierro, R.; Villar Salvador,P; Domínguez Lerena, S.; Garrachón Merino, S y Serrada Redondo, M.- 2001. Propuesta de metodología para estudios sobre morfología radical arbórea. Actas del III Congreso Forestal Español. Tomo II. Ref.: de pág. 467 a 472. Sociedad Española de Ciencias Forestales. Granada-2001. Sutton, R.F; (1980).- Root system morphogenesis. N.J. For. Sci., 10: 264-292.
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Algunas plantas interesantes de las provincias de León y Castellón Carlos Manuel Romero Rodríguez Doctor en Biología e ingeniero técnico forestal
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Se reseñan por orden filogenético seis especies que creemos interesantes: cinco en la provincia de León y una en la de Castellón de la Plana. España, por su posición privilegiada en Europa, cuenta con el mayor número de endemismos del continente, además de una proporción muy elevada de táxones locales raros o amenazados. Es pues necesario disponer de los mayores datos sobre ellos, para dilucidar cuáles son los que demandan mayor atención conservacionista, o si en cambio pueden esperar a una segunda o tercera etapa. De cualquier forma hay razones muy poderosas para que nos ocupemos seriamente de esta flora privilegiada; sin embargo, para proteger las especies in situ necesitamos saber tres condiciones importantísimas: autoecología de la planta, condiciones del ecosistema y realidad económico-social del entorno. La ignorancia de estas cuestiones puede dar al traste con una eficaz gestión conservacionista. Es evidente que desde aquel día 22 del mes de julio del año 1918, en el que se creó el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, hasta ahora ha pasado mucho tiempo y han proliferado las figuras proteccionistas, con mayor o menor eficacia. Pero no nos confundamos: su creación fue sobre todo atendiendo a criterios paisajísticos y zoológicos; posiblemente se tuviese en cuenta la rareza o singularidad de su vegetación, pero no su diversidad florística.
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1.- Erysimum duriaei Boiss 1.- Erysimum duriaei Boiss., Diagn. Pl. Orient. Ser. 2, 1: 26 (1854) Fam. CRUCIFERAE (= E. grandiflorum sensu P.W. Ball, E. neumannii Polatschek) 1.1.- Descripción Herbácea, ramificada con vástagos vegetativos procumbentes, largos. Cepa simple con tallos epigeos leñosos, a veces con fascículos axilares de hojitas al final de la antesis. Hojas de 10-45 x 1,0- 1,5 mm, estrechas, sublineares, con margen entero; pétalos amarillos de 10- 2 x 2,5- 7,0 mm. Fruto en silicua de 1-1,5 x 1,5-2,0 mm. 1.2.- Hábitat En gleras más o menos fijas, taludes de pizarras descompuestas, como fisurícola en lugares pedregosos y substratos calizos. En comunidades de Thlaspietalia Br.- Bl., 1966, dando carácter a la asociación Arenaria grandiflora-Anthirrhinum meonanthum Bellot 1951. E. duriaei se extiende por la comarca del Alto Luna con cierta frecuencia, considerándose como planta y comunidad pionera en suelos inestables, tales como derrubios de pendiente. En el valle de Salce hacia Abelgas se vio en estas condiciones con Aethionema tomasianum, pero en cobertura bajísima como puede apreciarse en la fotografía. 1.3.- Biogeografía Frecuente en los acantilados calizos de Mirantes-Miñera de Luna, Mallo de Luna y sobre todo Abelgas; por tanto, según la tipología propuesta por RIVASMARTINEZ, S. (1987), se encuentra dentro de las siguientes unidades corológicas: Región Eurosiberiana Provincia Orocantábrica Sector Ubiñense-Picoeuropeano Subsector Ubiñense Sin embargo, se encuentra dispersa por toda la cordillera Cantábrica; por tanto, sería más completo decir por todo el Sector Ubiñense-Picoeuropeano.
1.4.- Posibles amenazas Al encontrarse en suelos muy inestables, el único problema son las posibles obras de infraestructuras, como pistas, explotación de canteras o minas, refugios, etc., pero también el riesgo de tormentas que puedan alterar estos suelos. Actualmente no existe riesgo de peligro inminente. 1.5.- Observaciones La reseña de esta planta se debe a su particularidad de estar en el término de Los Barrios de Luna (León), y a lo expuesto por Flora iberica: vol.IV pag. 69 que a continuación transcribimos: … se ha propuesto que los biotipos desprovistos de vástagos vegetativos procumbentes van asociados a la Cordillera Cantábrica, a un citotipo particular 2n= 22, desconocido en el resto de la Península (E. mayori Álv. Mart., Nava & Fern. Casado in Anales Jard. Bot. de
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Madrid 43: 174 (1986) ), se requieren estudios ulteriores para confirmar esta hipótesis… Se conocen poblaciones de hoja particularmente estrecha, procedentes de Los Barrios de Luna (León) y N. de Palencia. (sic.) 1.6.- Bibliografía - C. S. I. C. (1993).- Flora ibérica. Vol. IV. Real Jardín Botánico de Madrid - RIVAS MARTÍNEZ, S. (1987).- Memoria del Mapa de Vegetación de España. Minist. Agricultura, Pesca y Alim. ICONA. Madrid - ROMERO RODRÍGUEZ, C. M. (1983).- Flora y Vegetación de la Cuenca Alta del río Luna (León). Monograf. núm. 29. Minist. Agricultura, Pesca y Alim. ICONA. Madrid
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2.-Centaurium somedanum M. Laínz 2.-Centaurium somedanum M. Laínz in Bol. Inst. Estud. Asturianos. Supl. Ci. 22:32 (1976) Fam. GENTIANACEAE (= C. chloodes subsp. somedanum (M. Laínz) C. M. Romero) 2.1.- Descripción Herbácea y perennifolia, erecta más menos escábrida, con rizoma estolonífero sin roseta basal bien definida. Tallo tetrágono con ramas oblicuas y entrenudos muy cortos, los ejemplares de años anteriores con tallos fértiles de 7-14 cm y 2-4 nudos. Hojas inferiores de los tallos fértiles 12-22 x 3,0- 5,5 mm, rosuladas y muy diferenciadas de las superiores, aunque estrechamente obovado-espatuladas, atenuadas en la base, uninervias y brillantes. Hojas caulinares 10-25 x 1,6-6,5 mm, de oblongo-elípticas a obovado-oblongas, uninervias, brillantes, glabras. Inflorescencia en panículo paucifloro. Brácteas conspicuas linear-lanceoladas u oblongo-lanceoladas. Flores con peciolo de 0,2 a 4,5 mm de longitud. Cáliz entre 5-7 mm, de la misma longitud que el tubo de la corola, lóbulos lanceolados aquillados en la base y margen membranoso. Corola entre 6-11 mm de longitud con lóbulos ovado-elípticos y ápice entero de color fúcsia. Estambres erectos y convergentes con anteras cerradas. Ovario de 7-8
mm oblongo-ovoide, estilo de 3,5-4,5 mm exerto. Fruto oblongo-ovoide. 2.2.- Hábitat La herborizamos (julio 1974) en la localidad leonesa de Torre de Babia (t. m. de Cabrillanes, monte num. 145 de U. P.) en turberas y arroyos subalpinos de aguas nacientes, frías y no mineralizadas, con biomasa permanente durante todo el año y abundantes briófitos
calcífilos, además de otros táxones propios de Montio- Cardaminetea Br.- Bl. & R. Tüxen 1943 como: Cardamine raphanifolia Carex flacca Chrysosplenium oppositifolium Cratoneuron commutatum Montia fontana subsp. chondrosperma Myosotis stolonifera Parnasia palustris Saxifraga hirsuta
Ecosistema del Centaurium somedanum
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2.3.- Biogeografía La localidad donde se herborizó se encuentra ubicada dentro de las siguientes unidades corológicas según RIVAS MARTÍNEZ, S. (1987). Región Eurosiberiana Provincia Orocantábrica Sector Ubiñense-Picoeuropeano Subsector Ubiñense 2.4.- Posibles amenazas Se trata de un taxon de área muy localizada en las provincias de León y Asturias, y desde luego no muy frecuente, por lo que a pesar de habitar en zonas muy poco transitadas e incluso de relieve abrupto es conveniente conocer sus riesgos potenciales. El más importante es que depende totalmente de la humedad edáfica; por tanto, cualquier obra de infraestructura que implique la modificación de los arroyos, fuentes, etc. que vierten a la cuneta del camino que se dirige desde el pueblo de Torre de Babia a la laguna de las Verdes, o incluso el posible dragado de los marjales y fuentes nacientes del puerto de Somiedo, darían al traste con poblaciones tan exiguas.
2.5.- Observaciones La posición nomenclatural de este taxon todavía no está clara. En el mes de diciembre del año 1975, en la defensa de la Memoria de Tesis Doctoral en la Facultad de Biología de León (Universidad de Oviedo), se dio a conocer como Centaurium chloodes (Brot.) Samp. subsp. legionense Romero, respetándose el rango de subespecie a instancia de algunos profesores. Poco después, en enero del año 1976, apareció en el Boletín del Instituto de Estudios Asturianos una comunicación de LAÍNZ, M. denominándola Centaurium somedanum (sp. nov.). En el año 1977 ROMERO, C. M. subordinó el taxon a Centaurium chloodes, cuya descripción consta en el Boletín de la Estación Central de Ecología de Madrid, siendo de la opinión de que las variaciones morfológicas de este taxon no aconsejan separarla de la especie principal. 2.6.- Bibliografía - C. S. I. C. (2012).- Flora iberica. Vol. XI Real Jardín Botánico de Madrid
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- FERNÁNDEZ PRIETO, J. A. (1978).Notas sobre la flora somedana.Not. Fl. Ecol. Fl. iberica - LAÍNZ, M. (1976).- Aportaciones al conocimiento de la flora cántabroastur XI.- Boletín Inst. Estudios Asturianos. Ser. C. - RIVAS MARTÍNEZ, S. (1987).- Memoria del Mapa de Vegetación de España-Minist. Agricultura, Pesca y Alimentación. ICONA. Madrid - ROMERO RODRÍGUEZ, C. M. (1975).- Flora y Vegetación de la Cuenca alta del río Luna (León).- Memoria Tesis Doctoral Inédita - ROMERO RODRÍGUEZ, C. M. (1977).- Datos para la flora de la cuenca alta del río Luna (León). Bol. Est. Central de Ecología. ICONA - ROMERO RODRÍGUEZ, C. M. (1983).- Flora y Vegetación de la Cuenca alta del río Luna (León). Minist. Agricultura Pesca y Alimentación. ICONA. Monograf. Núm. 29. Madrid
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3.- Lychnis coronaria (L.) 3.- Lychnis coronaria ( L. ) Desf. in Lam. Encycl. 3: 643 (1792) Fam. CARYOPHYLLACEAE (= Agrostemma coronarium L.) 3.1.- Descripción Herbácea, con aspecto blanco-lanoso. Tallos entre 30-100 cm. Hojas de la roseta basal oblongo espatuladas, agudas o subagudas las caulinares con 4-8 pares aunque de tamaño muy variable, ovado-oblongas y agudas en cimas paucifloras. Cáliz entre 15-20 x 5-8 mm, oblongo elipsoidal con dientes muy visibles linear lanceolados y agudos. Pétalos de 20-30 mm, purpúreos, aunque alguna vez puedan ser blancos, enteros o ligeramente emarginados con dos lígulas escariosas agudas. Fruto en cápsula elíptica con semillas reticuladas. Florece entre los meses de mayo y septiembre. 3.2.- Hábitat En claros de robledal de Quercus pyrenaica, también en praderas y herbazales frescos. Se herborizó en la localidad leonesa de Molinaseca, cerca de Ponferrada, en los prados de un molino abandonado junto al río Meruelo, no pasando de los 1.100 m. s. n. m. Sus comunidades óptimas son las de Quercion robori-pyrenaicae (Br.- Bl., P. Silva & Rozeira 1956) Riv.-Mart. 1975 siempre que estén clareadas, viéndose también en las de Aro italici-Ulmetum minoris Riv.-Mart. ex G. López 1976, siendo frecuentes en la comunidad. Alliaria petiolata Brachypodium sylvaticum Crepis biennis Geranium robertianum Rubus caesius Rubus ulmifolius Taraxacum officinale Ulmus minor 3.3.- Biogeografía Oriunda del SE de Europa, Provincia Ilírico-Bósnica, aunque también se encuentra en Anatolia, Irán, Turquía y Turkestán. En España es frecuente en muchas provincias, aunque en León posiblemente solo se haya visto en el mes de junio de este año como primera cita, dispersa por Molinaseca y Riego de Ambroz, es decir, dentro de las siguientes unidades biogeográficas RIVAS MARTI-
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NEZ (op.cit.): Región Mediterránea Provincia Carpetano-Ibérico-Leonesa Sector Orensano-Sanabriense Subsector Berciano Después también se encontró en la localidad de Cuevas del Sil (t. m. de Palacios del Sil), incluyéndose por tanto en las siguientes unidades: Región Eurosiberiana Provincia Orocantábrica Sector Laciano-Ancarense Subsector Laciano-Narceense Abarca pues dos grandes regiones biogeográficas, lo que nos indica los límites de tolerancia tan amplios de esta especie. Quizá debido a su vistosidad y a su valencia ecológica, ha sido cultivada desde tiempo inmemorial para adornar jardines, parterres, etc., por lo cual es complicado saber exactamente la dispersión corológica de este taxon, y en consecuencia, no se puede descartar la hipótesis de que se “escapase” de algún jardín cercano, llegándose después a naturalizar sin ninguna dificultad. 3.4.- Posibles amenazas No parece que de momento esté ni en peligro de extinción ni en situación crítica. No obstante, son muy numerosas las personas que al encontrarla en su hábitat natural las desenraizan para posteriormente adornar sus jardines o domicilios. Si esta situación sigue así y no se comercializan rápidamente sus semillas, pronto la veremos solamente en jardines. 3.5.- Observaciones Es la primera cita para esta provincia, herborizándose en el mes de junio del año 2015 en compañía del Prof. ARIAS FERRERO, precisamente en Molinaseca. Posteriores visitas nos han confirmado su presencia en esta localidad así como en otros lugares bercianos. 3.6.- Bibliografía - C. S. I. C. (1976).- Flora iberica. Vol. II. Real Jardín Botánico de Madrid - GARCÍA ROLLÁN, M. (1996).- Atlas clasificatorio de la flora de España Peninsular y Balear. Vol. I. Minist. Agricultura Pesca y Alimentación. Madrid - POLUNIN, O. (1974).- Guía de Campo de las flores de Europa. Ed. Omega. Barcelona
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4.- Gyrocaryum oppositifolium Valdés 4.- Gyrocaryum oppositifolium Valdés, Willdenowia 13: 108 fig.1, 109 (1983) Fam. BORAGINACEAE 4.1.- Descripción Planta herbácea de hasta 20 cm de altura, uni o multicaule, con indumento setoso-híspido, presentando setas de hasta 1 mm. Tallos simples o poco ramificados, de ascendentes a ascendente-erectos. Hojas inferiores oblanceoladas, las medias y superiores de unos 3 x 1 cm de longitud, ovadoelípticas, estrechamente oblongas o lanceoladas. Inflorescencias de hasta 9 mm en la fructificación. Flores con brácteas semejantes a las hojas superiores más largas o casi como el pedúnculo, de elípticas a estrechamente oblongas. Cáliz de 2,5- 3,0 mm, con lóbulos homorfos enteros, lóbulos en flor ovadolanceolados, triangular-ovados. Corola de 6,5-7,5 mm de diámetro de color azul, tubo de 1 mm, mucho más corto que el cáliz, garganta con escamas de 0,2- 0,4 mm, oblongas y amarillas. Estambres insertos a la misma altura. Ovario con el estilo más corto que el tubo de la corola. 4.2.- Hábitat Se localizó en pastizales terofíticos de Tuberarietalia guttatae Br.- Bl. 1940 em. Riv.-Mart. 1978, cosa lógica al ser etapa de sustitución de encinares orófilos situados en la vertiente del río Sil. El taxon se encuentra siempre en arenas graníticas muy sueltas ricas en cuarzo, a veces con pizarras descompuestas y en ombroclima supramediterráneo húmedo. Actualmente se localiza en la parte más baja de Monte Arenas, monte núm. 307 L. D. perteneciente a la entidad de Santo Tomás de las Ollas, próximo a Ponferrada y repoblado hace unos cincuenta años por el P. F. E. con Pinus pinaster, pero también incendiado con frecuencia. La parcela donde se encuentra G. oppositifolium se localiza al final de una pista asfaltada que nos lleva al embalse de Monte Arenas, muy próxima a la trinchera por donde discurre el ferrocarril Madrid-La Coruña. El acceso es complicado por la vegetación, la pendiente del terreno y sobre todo porque no hay otra solución que
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acceder por la vía férrea. Teniendo en cuenta la situación tan vulnerable de esta especie, damos sus coordenadas para mayor claridad. Latitud 42o 33´24” 26 N Longitud 06o 32´56” 74 O Huso UTM 26 Coordenadas X1. 801.204. 53 m Y1. 4.714.504.84 m El inventario que hicimos a 700 m. s. n. m., donde hemos empleado los índices fitosociológicos, ha sido con el fin de aportar más conocimientos sobre esta comunidad, realizándose en el mismo lugar donde se encuentra G. oppositifolium, el día 8 del mes de mayo del año 2012. Lo adjuntamos seguidamente. Especie característica Gyrocarium oppositifolium 1.1
Característica de la climax Quercus rotundifolia 1.2 De escobales y piornales Cytisus scoparius 1.1 De brezales y jarales Cistus ladanifer 1.2 Lavandula pedunculata 1.1 Cistus salviifolius 1.1 Erica australis + Características de Tuberarion guttatae Aira caryophyllea subsp. multiculmis 1.1 Tuberaria guttata + Otras compañeras de la comunidad Myosotis arvensis 1.2 Arabidopsis thaliana 1.1 Fumaria officinalis + Bromus hordeaceus + Arenaria montana +
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4.4.4.- Al principio de los controles de población vivía en suelos descubiertos, y ya en los años 2012 y sobre todo 2014 a la sombra de los chirpiales de encina, lo cual lleva a pensar que las altas temperaturas del mes de marzo en Ponferrada pueden afectar negativamente a la planta, o quizá teniendo en cuenta los sitios cálidos donde se han localizado poblaciones (Sevilla y Madrid), y teniendo en cuenta que León es el lugar donde las temperaturas han sido más benignas, induce a pensar que la termoxericidad actual tampoco la ha beneficiado demasiado. 4.4.5.- En los dos últimos años, hemos visto que la parcela donde se encuentra G. oppositifolium estaba enormemente pisoteada, lo que indica una afluencia excepcional de visitas con la finalidad de recolectarla para “tenerla en su herbario”, lo que además lleva implícito una proliferación de especies ruderales, con enormes límites de tolerancia, que pueden desplazar a una población tan frágil. 4.3.- Biogeografía Estamos ante un endemismo ibérico en claro peligro de extinción. Se conocen tres poblaciones muy alejadas entre sí, y actualmente solo se ha podido comprobar su presencia en la población berciana, pero no así en el resto a pesar de sus continuas búsquedas. Las tres poblaciones conocidas son: -Sierra Constantina. Cazalla–Sevilla -Cadalso de los Vidrios. San Martín de Valdeiglesias–Madrid -Monte Arenas. Santo Tomás de las Ollas-Ponferrada-León G. oppositifolium es un terófito de aparición esporádica, difícil de localizar debido a su pequeño tamaño. Posiblemente tenga fenómenos de cleistogamia en algunas flores. También se ha podido comprobar la abundante presencia de hormigas en los alrededores de esta planta. La localidad de Monte Arenas en Ponferrada, donde se localizó, se encuentra dentro de las siguientes unidades corológicas (op. cit.) Región Mediterránea Provincia Carpetano-Ibérico-Leonesa Sector Orensano-Sanabriense Subsector Berciano
4.4.- Posibles amenazas El aislamiento de la población leonesa, con un reducido número de individuos, sus muy pequeños límites de tolerancia y su menguada plasticidad ecológica pueden ocasionar un proceso de cuello de botella genético (efecto de grupo), apar te de una depresión endogámica por las homocigosis repetidas. Las mayores amenazas pueden ser: 4.4.1.- Planta que está en “colapso reproductor”, es decir, reproducción esporádica y poco efectiva. 4.4.2.- Ampliación y mejora de las infraestructuras ferroviarias: cualquier movimiento de tierras en el “Monte Arenas” berciano, dada la pendiente de la zona, puede sepultar por los escombros del terraplén la población considerada. 4.4.3.- Excesivo trasiego humano. En datos observados personalmente, en el año 2011 existían unos sesenta ejemplares, en el año 2012 unos veinticinco y en el año 2014 unos veinte ejemplares.
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De todas formas, los factores positivos que afectan a esta planta son precisamente su pequeño tamaño y que además hay que ser muy experto para no confundirla con Myosotis. 4.5.- Observaciones El mejor factor que puede afectar a la conservación de esta especie es su desconocimiento. Por tanto no deberá reseñarse en guías turísticas, noticias o charlas divulgadoras. Ni mucho menos tampoco sería acertado cercar la parcela, eso implicaría con toda seguridad el incendio de la zona. 4.6.- Bibliografia - BAÑARES, A. & cols. (2010).- Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada en España. Minist. Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid - C. S. I. C. (2012).- Flora iberica. Vol. XI Real Jardín Botánico de Madrid
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5.- Fritillaria pyrenaica L. Sp. 5.- Fritillaria pyrenaica L. Sp. Pl.: 304 (1753) Fam. LILIACEAE 5.1.- Descripción Planta herbácea de 15-30 cm de altura. Hojas de 7-10 cm, alternas, las inferiores, de 4-11 cm x 6-10 mm, obtusas; las restantes, más estrechas y generalmente agudas. El periantio es anchamente campanulado, expandido en la boca y los segmentos de color púrpura-pardo obscuro, generalmente sin fascia por el lado exterior, por el interior de color verde-amarillento y teselado pardo. Los segmentos exteriores miden 25-35 x 7-10 mm, agudos. Los segmentos interiores, de 10-15 mm de ancho, obtusos y apiculados. Los nectarios, de 4-6 x 2-4 mm de ancho en la base, triangulares u ovado-lanceolados. Filamentos de los estambres papilosos, estilo de 8-9 mm, trífido, cada ramita de 2-4 mm, delgadas y lisas. Cápsula sin alas. 5.2.- Hábitat En prados de montaña subalpinos, preferible en substrato calizo, siendo frecuente en comunidades de Mesobromion erecti Br.- Bl. & Moor 1938 y también en las de Iberidion spathulatae Br.- Bl. 1948. 5.3.- Biogeografía Frecuente en la mitad septentrional de la Península Ibérica, sobre todo en el tercio superior, encontrándose casi siempre en poblaciones muy dispersas con individuos aislados. Se herborizó en el puerto pirenaico El Aquilín, del monte núm. 211 U. P. perteneciente al pueblo de Salce (t. m. de Riello) en León, a unos 1700 m. s. n. m., encontrándose dentro de las siguientes unidades corológicas: Región Eurosiberiana Provincia Orocantábrica Sector Ubiñense-Picoeuropeano Subsector Ubiñense
Ecosistema de la Fritillaria pyrenaica
5.4.- Posibles amenazas Es un caso poco frecuente observar una población tan numerosa como esta, pues siempre estaba en grupitos de 3-4 individuos. La pradera donde se localizó ocupa un marco privilegiado en la cordillera Cantábrica, con amplias poblaciones de piorno serrano que contribuye a
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aumentar la singularidad de estos paisajes. No está exenta de amenazas: las posibles “mejoras” en planes silvopastorales implican un roturado superficial del terreno con el posterior abonado, eliminado así los bulbos y por tanto una población sumamente interesante. 5.5.- Observaciones No es fácil llegar a este lugar. Desde el pueblo de Salce hay que subir en vehículo todorerreno hasta el paraje Campolamoso, siguiendo por la divisoria de la sierra de la Filera unos ocho km hasta llegar a un circo glaciar de colosales proporciones, caída oriental del pico La Cañada, que es donde se encuentra esta población. 5.6.- Bibliografía - TUTIN, T. G. (1980).- Flora Europaea. Vol V. Cambrigde University Press. Cambrigde
6.- Serapias lingus L. Sp. 6.- Serapias lingua L. Sp. Pl.: 950 (1753) subsp. lingua Fam. ORCHIDACEAE 6.1.- Descripción Planta glabra erecta, entre 10-35 cm de altura, tallo cilíndrico verde pálido, a veces estriado y de color púrpura en la base. Dos tubérculos elipsoidales uno mayor que otro. Hojas basales 1-2 reducidas a vainas, en el resto 3-6 lineares de hasta 13 cm de longitud, las superiores, envainadas. Inflorescencia en espiga pauciflora y flores de color rojo claro, con sépalos de 15-25 mm, ovado-lanceolados, pétalos estrechamente lanceolados, atenuados en una punta larga con 3-5 nervios bien definidos. Tanto los pétalos como los sépalos soldados hasta el ápice formando un casco de color violáceo. Hipoquilo obtuso o redondeado con callosidad rojiza brillante en la base, epiquilo aovado-lanceolado de color amarillo claro aunque algo rojizo, polinios de color amarillo claro o verde amarillento, ovario cilíndrico. 6.2.- Hábitat En pastizales con poca cobertura del piso termomediterráneo subhúmedo, ribazos, quizá prefiera que el suelo
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esté algo nitrificado. Se encuentra en comunidades de Alliarion petiolatae Oberdofer (1957) 1962, siendo especies frecuentes en la comunidad: Agropyrum cristatum Leucanthemum vulgare Alliaria petiolata Lolium perenne Briza media Medicago sativa Crataegus monogyna Quercus faginea Dactylis glomerata Rosa canina Euphorbia dulcis Scabiosa columbaria Galium verum Sthaelina dubia Lagurus ovatus Taraxacum officinale También en el sotobosque de pinares con más o menos influencia antrópica, de Pinus nigra subsp. salzmannii. 6.3.-Biogeografía La encontramos en el Rivet de Benasal (t. m. de Benasal), provincia de Castellón, y tipificado en las siguientes unidades corológicas: Región Mediterránea Provincia Castellano-MaestrazgoManchega Sector Maestracense Sin embargo, aunque sea frecuente en el resto de la Península Ibérica, hay muy pocas citas para la Región Valenciana; la más significativa es una población en la Marina Alta, provincia de Alicante, pero sin citas en la de Castellón. 6.4.- Posibles amenzas Quizá se encuentre en más lugares de la provincia de Castellón. No obstante, la mayor amenaza para esta planta es la posible ocupación de terrenos para edificaciones, merenderos o vías de acceso. Sería muy acertado antes de comenzar cualquier tipo de trabajos pedir la opinión a un experto en flora de la provincia de Castellón. 6.5.- Observaciones La herborización de este taxon fue en el mes de julio de 2015, en compañía de la ITF. D.a Gloria Romero. Asimismo, el pliego se encuentra depositado en el herbario del Real Jardín Botánico de Madrid.
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- - - -
7.- Terminologia empleada en el texto 7.1.- Biológica Cleistogamia.- Polinización cuando la flor está cerrada. Epiquilo.- En Orquidáceas, parte superior del labelo separada de las otras dos restantes por medio de una ceñidura muy estrecha. Fascia.- En la teselación de la corola, a menudo existe una banda longitudinal verde claro, que va desde la base hasta la mitad de cada segmento. Hipoquilo.- En Orquidáceas, parte inferior del labelo separada de las otras dos restantes por medio de una ceñidura muy estrecha.
7.2.- Fitosociológica - Alliarion petiolatae Oberdofer (1952) 1962 Comunidades que se asientan sobre suelos frescos y ricos en materia orgánica. Están formadas por herbáceas anuales o vivaces, cuyo hábitat es, sobre todo, las orlas de bosque. - Arenaria grandiflora-Antirrhinum meonanthum Bellot 1951 Asociación muy frecuente por la cordillera Cantábrica, pero sobre todo en la cuenca del río Luna. Se considera comunidad pionera y de gran valor práctico, al colonizar rápidamente derrubios de pendiente y suelos inestables, evitando así en parte los arrastres producidos por la nieve en primavera. - Aro italici-Ulmetum minoris Riv.- Mart. ex G. López 1976 Vegetación característica de sotos y riberas con distribución en áreas templadas, siendo raros los encharcamientos o los desbordamientos del cauce fluvial. La presencia de Arum maculatum la diferencia de aquellas comunidades que se asientan en biotopos más fríos. - Iberidion spathulatae Br.- Bl. 1948 Comunidades glerícolas y calcícolas existentes en las altas montañas eurosiberianas y mediterráneas. - Mesobromion erecti Br. Bl.& Moor 1938 Comunidades mesoeutrofas de suelos bastante profundos, sin hidromorfía temporal. Fundamentalmente de sistemas montañosos alpinos o subalpinos, suelos calizos y ombroclima subhúmedo o húmedo. - Montio-Cardaminetea Br.-Bl. & Tüxen 1943 Comunidades con elevada cobertura que ocupan biotopos de turberas y arroyos subalpinos con aguas frías, nacientes y no mineralizadas; abundan briófitos calcífilos y otros táxones propios de la Clase. - Quercion robori-pyrenaicae (Br.- Bl., P. Silva & Rozeira 1956) Riv.-Mart. 1975 Robledales sobre substrato silíceo en suelos más o menos ácidos, generalmente del piso supramediterráneo y ombroclima húmedo. - Thlaspietalia Br.-Bl. 1966 Comunidades con muy poca cobertura que colonizan depósitos de cantos rodados, derrubios de pendiente en los pisos subalpino y alpino. - Tuberararietalia guttatae Br.- Bl.- 1940 Pastizales terofíticos de enraizamiento superficial y sin hidromorfía temporal. Se desarrollan sobre suelos oligotrofos de textura gravosa o arenosa pero que conservan cierta coherencia.
6.6.- Bibliografía - C. S. I. C. (2005).- Flora iberica. Vol. XXI. Real Jardín Botánico de Madrid - LAGUNA LUMBRERAS, E. & cols. (2001). Orquídeas silvestres de la Comunidad Valenciana. Generalitat Valenciana. Consellería de Medio Ambiente. Valencia.
Agradecimientos A D.a Mary Luz Cuenca Echevarría por sus constantes palabras de ánimo y apoyo.
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Las taladoras de disco: experiencias en los montes gallegos
Emilio Bravo Gerente de Forest Pioneer, S. L.
En España, la actividad forestal está caracterizada básicamente por la explotación intensiva de eucalipto y pino en las zonas de influencia atlántica y montana, destacando Galicia como unas de las Comunidades Autónomas con mayor volumen de producción maderera. Dentro de las explotaciones forestales prevalece el aprovechamiento de eucalipto (Eucalyptus globulus, Eucalyptus nitens y Eucalyptus grandis), cuyo destino final es la industria papelera. Siendo tan importante su producción, se buscan nuevos métodos de explotación que faciliten el trabajo, optimicen los costes y aumenten la productividad. Con el fin de conseguir estos objetivos, en Galicia se han llevado a cabo nuevas experiencias introduciendo un innovador método de cosecha del eucalipto, y que ya nos ofrece datos contrastables con los métodos tradicionales de aprovechamiento maderero. Este método consiste en la utilización de las taladoras de disco (también llamadas Feller buncher) introducidas en territorio nacional en 2013, pero que son ya muy comunes y utilizadas en Estados Unidos, Canadá y Suramérica. El objetivo que se persigue con la introducción de las taladoras de disco es mecanizar al 100 % la tala y saca del eucalipto sin necesidad de usar métodos manuales como motosierras, etc.
Leire Ortuzar ingeniera técnica forestal)
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Características técnicas y funcionamiento de la taladora de disco a taladora es una maquina sobre ruedas o cadenas con gran potencia del motor
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térmico (motores 300-320 CV) y con un brazo de 7,3 metros de alcance que lleva en su punta un cabezal (con capacidad de carga de 4 t) con un disco que permite alargar a 8 metros el alcance de tala.
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Las taladoras tienen tres características principales: alta potencia de motor (320 CV), alta capacidad hidráulica (cinco bombas) y un peso de entre 25 y 32 t que aseguran su estabilidad sobre el terreno. Además, pueden contar con corrector de cabina, recomendado para trabajar en zonas de pendiente. El cabezal está compuesto por un disco de corte de unos 145 cm de diámetro que gira a 1.200-1.250 rpm. lo que permite la tala de árboles de hasta 55 cm en un tiempo estimado de 1-2 segundos por pie. Además, la taladora dispone de brazos acumuladores que permiten talar varios árboles en un mismo ciclo de grúa. Incorporan de serie la rotación continua de grúa y cabina (estructura superior), que permite trabajar alrededor de la máquina sin moverse en un radio de 8 metros. Asimismo, se puede desmontar el cabezal de disco y en su lugar colocar un cabezal procesador mediante su sistema de bombas hidráulicas y ordenadores de control. De este modo se evita llevar una procesadora además de la taladora, con lo que se reducen los costes de desplazamiento de maquinaria. Esto es muy interesante en pequeños montes de 1-2 ha, donde la taladora tiraría la madera para después sustituir el cabezal talador por el cabezal procesador usando un sistema de enganche rápido. La tala y apilado se controlan por el giro 360o del cabezal de disco, el sistema de bielas del enganche del cabezal de disco a la grúa y el giro 360o continuo de la grúa. Podemos apilar donde queremos hasta un alcance máximo de 8 metros (diámetro de trabajo de 16 metros). No ocurre así cuando se tala a mano, ya que el árbol cae donde el porte del árbol y el viento permiten al motoserrista dirigir su caída. Por lo tanto, el uso de una taladora evita el uso de cabrestante y la inmovilización de otra máquina para ayudar al motoserrista en la tala del árbol. Incluso el talador permite trabajar en la tala y apilado los días de lluvia y con vientos de intensidad considerable. El hecho de hacer pilas de árboles con el talador aumenta el rendimiento de la procesadora en aproximadamente un 17-50 % comparado con el método tradicional. El autocargador también aumenta el volumen de saca, puesto que las pilas a cargar y sacar son más grandes.
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Taladora con el cabezal de disco. Tala y acumulación para apilado de varios pies. Cabezal montado sobre enganche rápido en punta de grúa
Nivelación delantera 28º
Nivelación trasera 7º
Nivelación lateral 24º
FOTO 2: Taladora con cabezal procesador. Una vez finalizada la tala del monte se procedió a desmontar el cabezal talador mediante sistema de enganche rápido
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En un monte con pendiente, la taladora apila los árboles hacia arriba (independientemente del porte natural del árbol y de la dirección del viento) de tal manera que la procesadora (la cual tiene el peso del árbol a su favor) o cabezal procesador siempre trabaja hacia abajo de la pista, aumentando su producción y reduciendo los consumos considerablemente. En un mismo ciclo de grúa se pueden talar y apilar varios árboles siempre que no superen la profundidad de corte del disco (55 cm normalmente). Comparativa entre método tradicional y con taladora de disco esde el año 2013 se ha ido introduciendo en las explotaciones gallegas la taladora de disco y se ha procedido a verificar su efectividad en nuestros montes. Hemos comparado los datos obtenidos en cuanto a recursos necesarios, infraestructura, productividad, costes etc. frente a los obtenidos de explotaciones en las que la cosecha se ha realizado usando el método tradicional. Consideramos este último como tala manual dirigida en un mismo sentido con un motoserrista, descortezado, tronzado y apilado con una procesadora (habitualmente excavadoras equipadas
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Eucalipto talado y apilado con taladora de disco. Tronzado y descortezado con procesadora
con cabezal procesador de eucalipto) y la saca con autocargador. A modo de ilustración, tras muchas pruebas en montes de características muy diferentes y diferentes organizaciones de trabajo, hemos definido dos tipos de montes por su relieve, superficie mínima, especie y volumen por pie, en los cuales queda demostrada la rentabilidad del uso de la taladora de disco frente al método tradicional. Los valores de producción y personal son relativos, pero indican claramente la rentabilidad del uso de la taladora.
MONTE 1: monte colinoso de gran superficie (mín. 5-10 ha, Galicia interior), con una plantación de Eucalyptus nitens de 12-15 años y un volumen medio de 1 m3/pie, por donde una taladora de cadenas o ruedas, una procesadora de cadenas o ruedas y un autocargador pueden moverse por toda la extensión del monte. Es un tipo de monte destinado a ser explotado por medianas y grandes empresas, que pueden comprar dichos montes y disponer de muchos equipos (procesadora y autocargador) y una buena logística para el transporte.
Taladora de ruedas talando y apilando dos eucaliptos a la vez
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El sistema de trabajo seguido en este tipo de montes consiste en usar la taladora de disco para la tala y el apilado, para posteriormente proceder al descortezado y tronzado a 2,5 metros con procesadora. El desembosque, mediante autocargador.
MONTE 1
MONTE 2: monte de pendiente media (1-3 ha, monte típico en La Mariña de Galicia, norte de la provincia de Lugo) con una plantación de Eucalyptus globulus de unos 12-15 años de edad y un volumen medio de unos 0,7 m3/pie. La taladora de cadenas equipada con enganche rápido puede trabajar tanto con cabezal de taladora de disco como con cabezal de procesadora y llega a todos los árboles, pero la procesadora y el autocargador trabajan principalmente en pista. En estos montes la tala y el apilado se realiza con taladora equipada con cabezal talador. Posteriormente, para el tronzado a 5 metros sin descortezado y apilado final sustituimos el cabezal de disco por un cabezal procesador mediante el sistema de enganche rápido que permite al maquinista realizar el cambio de cabezales en apenas 15 min. El desembosque, con autocargador. Tal y como se muestra en ambos modelos, se reduce el número de personal a mano disminuyendo el riesgo de accidentes y facilitando la organización del trabajo. Reducimos costes y aumentamos productividad, ya que gracias a la versatilidad de la taladora se reducen tiempos en las distintas fases de la extracción de la madera. No hay que olvidar que con la taladora se puede seguir trabajando cuando las condiciones atmosféricas sean adversas (fuertes lluvias y viento), mientras que con el apeo manual es muy peligroso o simplemente imposible.
Conclusiones ras las experiencias realizadas con cinco o seis equipos en Galicia, se ha demostrado su rentabilidad y se ha conseguido mecanizar totalmente el proceso de explotación de madera de eucalipto. Aun así, debido a su reciente introducción en nuestros montes y al no ser lo suficientemente conocida, no se ha llegado todavía a afianzar como una máquina común en el par-
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Cosecha tradicional con motoserrista
Nuevo método con taladora
Recursos necesarios mediante método tradicional para igualar la producción
Motoserristas
1
0
3
Taladoras
0
1
0
Procesadoras
1
2
3
Autocargadores
1
2
3
Total máquinas
2
5
6
Maquinistas
2
5
6
Total personal
3
5
9
Producción
150 t/día
460 t/día
450 t/día
Producción (200 días/año)
30.000 t/año
92.000 t/año
90.000 t/año
Colinoso superficie mínima 5-10 ha
Tabla 1: Comparativa de producción entre la cosecha tradicional con motosierra y el nuevo método con taladora en el Monte 1
MONTE 2 Cosecha tradicional con motoserrista
Nuevo método con taladora
Motoserristas
1-2
0/puntualmente 1
Taladoras con cabezal de disco y además cabezal procesador
0
1
Procesadoras
1
Solo cabezal procesador (se intercambia en la taladora)
Autocargadores
1
1
Total máquinas
2
2+1cabezal procesador que se monta en la taladora
Maquinistas
2
2
Total personal
3-4
2/puntualmente 3
Producción
125 t/día
150 t/día
Producción (200 días/ año)
25.000 t/año
30.000 t/año
Colinoso superficie mínima 10 ha
Tabla 2: Comparativa de producción de la cosecha tradicional con motosierra y el nuevo método con taladora en el Monte 2
que de maquinaria de las empresas de explotación forestal gallegas. No nos cabe duda de que, vistos los resultados obtenidos, la taladora de disco pasará a convertirse en una máquina imprescindible en nuestras explotaciones forestales. El tiempo lo dirá… Para más información visionar los tres primeros videos en YouTube escribiendo: “forest pioneer cadenas taladora”.
Agradecimientos: A Alberto Bouzón e Iría González de GRUPO EMPRESARIAL ENCE A Carlos Díaz y Luis Díaz de FORESTAL DÍAZ CASARIEGO (Xove, Lugo) A Iván Fernández, Marcos Novoa y todo el equipo de MADERAS PACO CACHAROLO (Cea, Orense) Manuel Fernández, Carlos Goyo y todo el equipo de TECMAF (Centro Técnico de Maquinaria Forestal, Lugo). Al equipo comercial y técnico de maquinaria forestal Forest Pioneer, S. L.
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COLABORACIÓN
TÉCNICA
Ordenación cinegética. Cálculo de la presión de caza
José Miguel Montoya Oliver Dr. ingeniero de montes María Luisa Mesón García Dra. ciencias biológicas
La presión de caza que “soporta, soportaría o soportará” una especie en un coto es el dato principal en cualquier ordenación cinegética, porque determina lo esencial de sus aspectos sociales, técnico-ecológicos y económicos: su sostenibilidad. La definimos como el cociente entre el número de jornadas equivalentes de cazador soportadas y el número de jornadas equivalentes de cazador que podría llegar a soportar. El cálculo del número de jornadas equivalentes soportadas exige establecer: 1.º/ Las jornadas habilitadas de cazador; 2.º/ El coeficiente de asistencia real (función de los complejos procesos sociológicos encadenados de: dispersión, asistencia básica, marginalización y supramarginalización), 3.º/ El coeficiente de equivalencia local de las diferentes modalidades aplicadas a la especie (función de: modalidad, espacio cinegético, condiciones técnicas particulares y heterogeneidad poblacional). A su vez, el cálculo del número de jornadas equivalentes soportables exige establecer: 1.º/ La tasa local periódica (función de la especie, de la calidad de estación y de los coeficientes de periodicidad, foraneidad, atipicidad y estado; así como de la variación de ordenación que sea precisa en cada caso), 2.º/ La cazabilidad de la jornada equivalente de cazador establecida para la especie. Determinar la presión de caza que soportará una especie en un coto y ajustarla después en todo lo posible a su valor ideal “uno”: 1.º/ elude buena parte de los conflictos asociados a las frecuentes dificultadas censales del ámbito cinegético; 2.º/ permite evaluar socialmente la ordenación; 3.º/ garantiza la conservación y el cumplimiento real del “Principio de precaución”, 4º/ permite un diseño económico adecuado.
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Antecedentes na vez que en el marco de la “Tecnología de la sostenibilidad” hemos normalizado el “Diseño y cálculo de estructuras biológicas”1, el desarrollo de sus múltiples aplicaciones para los diferentes recursos naturales renovables es casi inmediato; lo que inevitablemente terminará significando una relevante innovación para las ingenierías biológicas. Presentamos aquí una sencilla aplicación de este cálculo, desarrollada para una cuestión cinegética fundamental: el cálculo de la presión de caza. Idéntico sería el desarrollo si habláramos de presión de pesca (recreativa o extractiva, continental o marina), de presión pastoral o sobre cualquier otro recurso natural renovable (bosques, productos de recogida, especies protegidas, equilibrios biológicos…); pues todos los recursos naturales renovables son iguales a efectos de sostenibilidad al estar regidos por los mismos tres principios: 1.o/ “Principio de unicidad” (comparten similares características intrínsecas y extrínsecas); 2.o/ “Principio del beneficio” (el único beneficio legítimo es la sostenibilidad, y todos los demás bienes y servicios deben estar subordinados a ella); 3.o/ “Principio de obligación” (el manejo sostenible de los recursos naturales renovables no es una opción libre para el hombre, sino una obligación natural derivada del “Objetivo de supervivencia”2).
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yy Censos. La presión de caza es necesaria para determinar los censos de ordenación mediante nuestra metodología de “deriva de resultados de captura”4, 5. –– En lo económico. Fundamenta el cálculo de los costes totales de cacería y el consecuente valor en vivo de la caza, fundamento básico de los aspectos económicos, financieros y presupuestarios del proyecto. Objetivos portar un modelo de cálculo normalizado para la determinación de la presión de caza. Este modelo puede ampliarse a cualquiera de los demás recursos naturales renovables (muy en especial a los de captación aleatoria) o bien reducirse para su aplicación simplificada a especies cinegéticas concretas6.
A
Metodología Presión de caza Con independencia de que estemos en la fase inicial de levantamiento del “Acta de estado” o en las fases posteriores de “Diseño del recurso modelo” o de “Programación de los planes especiales”7; definimos la presión de caza que soporta, soportaría o soportará una especie en un coto, como el cociente entre el número de jornadas
equivalentes de cazador soportadas y el número de jornadas equivalentes de cazador soportables. El resultado de esta simple división puede ser mayor que uno (abuso de la presión), igual a uno (presión ideal) o menor que uno (presión insuficiente). En las tres fases: Presión de caza = Número de jornadas equivalentes soportadas / Número de jornadas equivalentes soportables En el levantamiento del acta de estado, la presión de caza actual es la que es (la que ha venido siendo). En el diseño del recurso modelo y en la programación de los planes especiales, la ordenación debe realizar los ajustes precisos para que esta presión sea lo más próxima posible a “uno”. Los datos que participan en su cálculo, y que estudiaremos a continuación, son precisamente los que el proyectista debe modificar para tratar de conseguir este ajuste. Cálculo del número de jornadas equivalentes soportadas Jornadas de cazador ejecutadas El número de jornadas de cazador ejecutadas sobre una especie en un coto mediante una determinada modalidad se calcula multiplicando el número de jornadas de cazador habilitadas en el coto para esa especie y modalidad por el coeficiente de asistencia real de
Justificación alcular la presión de caza que una especie soporta hoy en un coto, la que soportaría una vez alcanzado su estado poblacional ideal, y la que soportará durante el próximo plan especial, es imprescindible a efectos de sostenibilidad porque:
C
–– En lo social. Establece el número de jornadas de cazador, realizadas, realizables o a realizar (aspecto social fundamental). –– En lo técnico-ecológico yy Presión. Determina si la especie resiste, resistiría o resistirá, la presión de caza aplicada en cada caso (aspecto ecológico fundamental que implica el verdadero cumplimiento del “Principio de precaución” de obligado cumplimiento en la Unión Europea3).
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los cazadores: un dato que, porque es propio de cada coto, debe calcularse en cada caso. Número de jornadas de cazador ejecutadas = Número de jornadas de cazador habilitadas x Coeficiente de asistencia real = Número de días de caza hábiles x Número de cazadores equivalentes autorizados8 x Coeficiente de asistencia real No todos los cazadores van a cazar, practican una modalidad de caza o cazan una determinada especie durante todos los días durante los que tienen derecho a hacerlo en un coto. El coeficiente de asistencia real mide su asistencia a la hora de ejercitar (o no) su derecho. Su cálculo es función de cuatro complejos procesos sociológicos encadenados, que denominamos: a) Dispersión; b) Asistencia básica; c) Marginalización9, d) Supramarginalización9. Jornadas ejecutadas equivalentes La presión de caza no se refiere al número de jornadas de cazador físicas (las que se hacen), sino al número de jornadas de cazador equivalentes (a su impacto real sobre la especie). Por ejemplo: si en un coto la perdiz se caza algún día inicial en ojeo, se sigue cazándola en mano y se acaba
con unas cuantas jornadas de caza con reclamo macho, es evidente que ni el número de piezas cobradas por cazador y día, ni su impacto real sobre la población, serán iguales por jornada de cazador físicamente ejecutada. Lo que de verdad interesa es conocer el impacto acumulado en total por las tres modalidades sobre el censo referencial de la especie4, 5. Por esto debe establecerse la que denominamos jornada equivalente de cazador, a la que habrá que convertir todas las demás, mediante el correspondiente coeficiente de equivalencia. Las jornadas de cazador totales físicamente efectuadas sobre la perdiz (mediante ojeo, caza en mano y reclamo macho) equivaldrán a efectos de impacto sobre la especie a un determinado número de jornadas equivalentes soportadas. Número de jornadas de cazador equivalentes soportadas = Sumatorio del número de jornadas de cazador físicamente efectuadas con cada modalidad x Coeficiente de equivalencia de cada modalidad El coeficiente de equivalencia no es fijo, sino que es propio de cada coto, modalidad y especie, y por tanto debe calcularse en cada proyecto. Para hacerlo, debemos desarrollar antes el concepto de cazabilidad.
Cazabilidad Definición Hemos definido la cazabilidad instantánea de una especie, mediante un determinado tipo de jornada de cazador, como el cociente de dividir el número medio de piezas cobradas por jornada de caza (percha) entre la densidad poblacional promedio que en ese instante presenta la especie en la superficie cazada10. Cazabilidad instantánea de la especie = Número de piezas cobradas por jornada de cazador/Densidad poblacional La cazabilidad de una especie cinegética en un coto no es una constante, sino que varía a lo largo de cada temporada de caza del periodo hábil, por lo que es preciso distinguir entre las siguientes cazabilidades: inicial, instantáneas, media y equivalente. Cazabilidad inicial La cazabilidad inicial de una especie en un coto es el producto de una serie de coeficientes parciales. Estos coeficientes, además de la constante de cazabilidad propia de la especie, son: - Cazabilidad de la modalidad. Las distintas modalidades aplicadas a una especie suelen tener cazabilidades diferentes. Coeficiente constante para cada modalidad dentro de cada especie. El conejo se mata más fácil con perros que sin ellos, en el descaste que en la temporada general, con hurones que al salto… - Cazabilidad del espacio. Cotos en los que resulta más fácil, o más difícil, el cazar una especie con una modalidad. Coeficiente propio de cada coto. Terrenos en los que, con una modalidad concreta, se cazan con mayor o menor dificultad la perdiz, el conejo, el jabalí… - Cazabilidad por las condiciones técnicas particulares aplicadas. La cazabilidad de una jornada de cazador varía según las condiciones técnicas particulares aplicadas (limitaciones de técnica, cupo, cuota, horario…). Coeficiente propio de cada coto, consecuente con las condiciones técnicas particulares aplicadas. Más se caza sin horario que con él…
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- Cazabilidad por heterogeneidad poblacional. Las especies que aparecen formando agregados (ejemplo típico, el conejo; y en muchos casos, las acuáticas) presentan densidades puntuales muy superiores a la media del coto. Coeficiente propio de cada especie en cada coto. Los cazadores, cazando en los buenos barranquillos conejeros acabarán cobrando muchos más conejos que los que serían esperables según la densidad conejera media del coto. Cazabilidades instantáneas No se caza igual una especie a principios que a finales de temporada. La cazabilidad varía por razones de: - Reactividad. Conforme se van acumulando las jornadas de cazador, las especies cinegéticas, característicamente reactivas, incrementan sus capacidades defensivas frente a las mismas; lo que les permite reducir su cazabilidad, como consecuencia del progresivo incremento de su “avispamiento” o difidencia. Una difidencia natural elevada y una alta capacidad reactiva son las características propias de las especies de mayor valoración cinegética.
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- Edad, etología y fenología. En la variación de la cazabilidad durante una temporada de caza no solo actúan los puros fenómenos reactivos de los individuos. El mero trascurso del tiempo (mayor edad y experiencia) y las variaciones de carácter etológico (celo, reproducción y crianza) y fenológico (cambios estacionales en los cultivos y en el hábitat), e incluso el mismo clima, suelen incrementar o reducir la cazabilidad instantánea. Cazabilidad media Entre el principio y el final de cada temporada de caza, entre la cazabilidad inicial y la cazabilidad final existe una cazabilidad media, a calcular para el tipo de jornada de cazador física considerado. Cada tipo de jornada tendrá finalmente su propia cazabilidad media. Un dato que no es fijo, porque depende del número de jornadas de caza ejecutadas acumuladas (reactividad) y de la duración de cada temporada (edad, características etológicas, fenológicas y meteorológicas). Es por tanto un dato a calcular en cada caso y proyecto. Cazabilidad equivalente En contraste con las cazabilidades anteriores que tienen un claro carácter
local (cada coto su dato), la cazabilidad equivalente de una especie es común para todos los cotos en los que aparece. Su investigación constituye una cuestión biológica de primer orden que debería ser establecida en cotos modelo y bajo rigurosos protocolos de investigación heurística7, pero que de momento tiene que ser un “dato experto”. La cazabilidad equivalente de una especie es la cazabilidad media de la misma mediante su modalidad de referencia (la más típica) establecida: 1.o/ En condiciones de normalidad biológica poblacional; 2.o/ En lugares de calidad estacional intermedia (III-IV); 3.o/ Con los pliegos de condiciones más usuales; 4.o/ En espacios de cazabilidad típica o media para la modalidad referencial, 5.o/ En temporadas de duración típica. Esta cazabilidad es, por definición, la cazabilidad media de la jornada de cazador equivalente para una especie: aquella a la que tendremos que convertir después todas las jornadas y modalidades que le apliquemos en cada coto. Cálculo del número de jornadas equivalentes soportables El número de jornadas equivalentes soportables (J) se calcula mediante tan
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solo dos datos de partida: TL o tasa de captura (según fases: TLA en el acta de estado, TLI en el diseño del recurso modelo, TLP en la programación de los planes especiales) y CPQ o constante de cazabilidad equivalente propia de la especie. La fórmula a utilizar para su cálculo en las tres fases es: J = LOG (1-TL) / LOG (1-CPQ) TL no puede sustituirse nunca por una tasa genérica; por ejemplo, por el tristemente “célebre” 40 % del censo en el caso de la perdiz. El cálculo de esta tasa no es el objeto de este trabajo11, pero creemos recomendable recordar que su cálculo, en el caso más complejo que es el de la TLP, responde a la fórmula: TLP = TAL – VO = T x C x P x F x A x E – VO Siendo: TLA la tasa estable local actual; VO la variación de ordenación (el sacrificio o beneficio de ordenación preciso para llegar desde el censo actual hasta el censo ideal en el plazo de convergencia previsto)12; T la tasa básica (el famoso 0,4 de la perdiz...); C el coeficiente de calidad estacional local11 (habida cuenta ya de todos los posibles impactos globales sobre el coto); P el coeficiente periódico (solo útil en migratorias y erráticas); F el coeficiente de foraneidad (igualmente solo
útil en migratorias y erráticas); A el coeficiente de atipicidad local (enfermedades, accidentes, envenenamientos…); E el coeficiente de estado poblacional actual respecto al de normalidad biológica. Solo en este coeficiente E aparece el censo de ordenación4, 5, 13 y tan solo en el caso de fuertes desviaciones respecto del estado de normalidad. Consecuentemente, el cálculo correcto de la presión de caza fundamenta con rigor el proyecto, al tiempo que elude la habitual problemática censal en buena parte de las ocasiones (cotos razonablemente manejados). Consideraciones finales –– Cuantía. Ni los proyectos de ordenación ni los planes técnicos de caza existen en rigor si la presión de caza no se calcula en ellos de forma correcta y normalizada. La presión de caza puede ser abusiva, correcta o escasa. En cualquier caso es el dato principal de cualquier ordenación: cazar bien y justo hasta lo debido. Conforme al “Principio de obligación”2, cazar de más, como cazar de menos, implica riesgos para la sostenibilidad por razones, unas veces, sociales, otras, técnicoecológicas, y otras, económicas. –– Insostenibilidad. No calcular debidamente las estructuras cinegéticas, y de forma muy especial,
-- 1. Montoya Oliver J. M., Mesón García M.ª L. 2014. “Tecnología de la sostenibilidad. Diseño y cálculo de estructuras biológicas”. Inédito -- 2. Montoya Oliver J. M. 2014 “Pastoralismo”. Edita Fundación Conde del Valle de Salazar. Universidad Politécnica de Madrid. Madrid 2014. (pp. 1-149). ISBN 978-84-96442-52-8 -- 3. Riechman J., Tickner J. (Coordinadores) 2002. El principio de precaución en medio ambiente y salud pública: de las definiciones a la práctica (Vol. 33). Edita Icaria. Colección Más Madera (Vol. 33) -- 4. Montoya Oliver J. M. 2.012. “Censos de gestión y censo de ordenación en la perdiz”. www.club-caza.com -- 5. Montoya Oliver J. M., Mesón García. L. 2015. “Censos de migratorias por deriva de resultados de captura”. Revista FORESTA n.º 63. Editan Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid. (pp 38-43). www.redforesta.com -- 6. Montoya Oliver J. M., Mesón García M.ª L. 2014 “La presión cinegética sobre la perdiz roja”. Revista Trofeo, Caza y Conservación nº. Octubre 2014. Edita: Ediciones Trofeo S. L. (pp.45-50). Madrid -- 7. Montoya Oliver J. M. 2014. “Cálculo de estructuras biológicas. Principio de unicidad y procesos de vertebración”. Revista FORESTA n.º 59. Editan Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid. (pp 59-70). www.redforesta.com -- 8. Solo en ocasiones es preciso aplicar procesos de conversión o equivalencia entre los diferentes tipos de derechos, tarjetas o licencias de cazador existentes en un coto.
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no ajustar la presión de caza, nos está llevando a una situación de manifiesta insostenibilidad social, técnico-ecológica y económica. Aquí reside el rotundo e innegable fracaso de los proyectos y planes técnicos cinegéticos en España, al que nadie parece querer poner coto; pese a que las herramientas técnicas existen ya1. –– Normalización. En todos los recursos naturales renovables (bosques, pastos, caza, pesca industrial y recreativa, productos de recogida, especies protegidas…) tenemos un grave problema de ingeniería: no se calculan, conforme a pautas normalizadas y correctas14, las estructuras biológicas concernidas por el manejo. ¿Qué pasaría si construyéramos los edificios o los puentes sin calcular sus estructuras? El desarrollo de la “Tecnología de la sostenibilidad” exige la normalización de todos estos cálculos; finalmente, y por más que algunos se resistan a cambiar: una nueva ingeniería biológica. El cálculo de sostenibilidad de las estructuras biológicas es extremadamente más complejo que el cálculo de estructuras físicas. El reto es por tanto muy difícil; pero no hay atajos: la dificultad nace del tema, y no de quienes lo desarrollan.
-- 9. “Cálculo de estructuras biológicas. Procesos de marginalización”. Revista FORESTA n.º 56. Editan Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid. 2013 (pp 56-75).www.redforesta.com -- 10. Montoya Oliver J. M., Mesón García M.ª L. 2002. Manejo de especies migratorias: La tórtola común en España (Streptopelia turtur L.). Coeditan: Fundación Conde del Valle de Salazar (Universidad Politécnica de Madrid) y Mundi-Prensa Libros. Madrid. ISBN 84-86793-88-2 y 84-8476-065-0 (pp 1-161) -- 11. Montoya Oliver J. M. 2012. “Aplicación del cálculo de estructuras biológicas a la determinación de la tasa periódica utilizable en la perdiz roja”. Revista Montes. N.º 108. Marzo 2012. Editan Asociaciones y Colegios de Ingenieros de Montes e Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid. www.revistamontes.net -- 12. Montoya Oliver J. M. 1997. “Restauración de los recursos del monte. Normalización a mínima y constante variación de ordenación”. I Congreso Forestal Hispano-Luso. Irati 97. Pamplona 1997. Edita Gobierno de Navarra. Pamplona (pp. 193-199). ISBN 84-235-1589-3. www.Congresoforestal.es -- 13. Montoya Oliver J. M. 2012 “Cálculo de los censos de ordenación de la perdiz”.www.club-caza.com -- 14. Cabezas Cerezo J. de D., Alcanda Vergara J. 2008. “La normalización forestal en la gestión de los montes españoles”. Revista Foresta n.º 40. (págs. 68-77). ISSN 1575-2356. Edita Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Madrid. www.redforesta.com
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REPORTAJE
FOTOGRÁFICO
Bulbophyllum tingabarinum
Colección de orquídeas del Real Jardín Botánico (CSIC, Madrid)
Gerardo José Torres García Responsable de la colección de epífitas del Real Jardín Botánico de Madrid
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Maxillaria nigrescens
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Bulbophyllum ornatissimum
Acineta superba
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as orquídeas son consideradas las joyas de la evolución de las Angiospermas. Hablamos de la familia de plantas con flor más numerosa del planeta. Se estima que está integrada por unas 36.000 especies, que, junto a los 100.000 híbridos que se considera conforman su haber, las convierten en las reinas de la escena natural del globo terráqueo. Hablamos de plantas que se establecen en un amplio abanico de biomas. Así, se pueden encontrar orquídeas en todos los continentes y en todas las altitudes, menos en las dunas de arenas y zonas extremadamente áridas y en los casquetes polares. Dentro de este asombroso número de especies, podemos observar que las plantas y flores van desde los tamaños tan inauditos como Platystele ornata, con flores que no sobrepasan el milímetro y medio de tamaño, mientras que, en el lado contrario, nos encontramos con Grammatophyllum speciosum, que con flores de hasta 20 cm, presenta una planta que puede medir los 3 metros de altura y que se asemeja a una palmera.
Brassia wageneri
Bulbophyllum bicolor
Cattleya iricolor
Coryanthes macrantha
Cattleya walkeriana
Comparettia macroplecthron
Cymbidium aloifolium
Gongora flaveola
Kefersteinia tolimensis
Las flores de las orquídeas presentan una simetría bilateral que les proporciona una apariencia muy atractiva. Se las denomina las reinas del engaño porque, en su necesidad de ser fecundadas, se han especializado en la mímica, tanto en lo físico como en lo químico. Un caso clásico se da en las especies del género europeo Ophrys, que han desarrollado el engaño físico dando flores con formas muy similares a reinas de especies de abeja, y que refuerza el espectáculo con feromonas que la hacen mucho más atractivas a los ojos e instintos de los zánganos que las fecundan. He aquí entonces donde radica la importancia de estos vegetales dentro de los sistemas naturales en los que se establecen, siendo
así indicadores o termómetros naturales que nos ofrecen de primera mano datos sobre la salud ecológica del entorno donde crecen. Pero toda esta belleza se opaca cuando la mano desmesurada del hombre quiere transformar todo lo natural en un recurso económico. Así, las poblaciones de estas maravillas naturales han mermado brutalmente debido a la pérdida de hábitats y al efecto corrosivo de la expoliación de plantas de sus nichos ecológicos. La magia natural que las envuelve también las ha convertido en el blanco por excelencia de los depredadores comerciales, que incluso han llegado a extinguir especies consideradas jóvenes en lo que a descripciones corresponde.
Dracula chiroptera
Dracula bella
Dracula chestertonii
Laelia gouldiana
Encyclia leucantha
Laelia purpurata semialba
Dracula gorgona
Encyclia mooreana
Habenaria medusae
El Real Jardín Botánico CSIC Madrid, siguiendo su espíritu conservador de la biodiversidad vegetal existente en el planeta, contiene dentro de sus colecciones una nutrida muestra de epífitas representantes de la familia Orchidaceae. Esta colección está constituida por alrededor de 1.350 plantas, distribuidas en 158 géneros, que permite al público o a investigadores interesados en esta familia dar una vuelta a su mundo vegetal en solo un día. La ma-
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yoría de las especies que se encuentran dentro de esta colección son originarias de los Andes, ya que la juventud de esta cadena montañosa determina la cantidad de especies que se establecen en sus selvas. Pero también encontramos orquídeas provenientes de Asia, África, Australia y Nueva Zelanda integrando y completando el catálogo de la familia.
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Masdevallia colossus
Masdevallia ayabacana
Masdevallia cuprea Masdevallia dunsterville
Lepanthes inca
Masdevallia christae
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Maxillaria setigera
Maxillaria augustaevictoriae
Maxillaria striata
Masdevallia ignea
Mormolyca ringens
Pleuro dilemma AsociaciĂłn y Colegio Oficial de Ingenieros TĂŠcnicos Forestales
Paphiopedilum dianthum
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Pleurothallis amparoana
Pleurothallis purpureoviolacea
Phragmipedium caudatum
Paphiopedilum hirsutissimum
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Stanhopea nigroviolacea "Matador"
Psychpsis krameriana
Psychopsis papilio alba
Stanhopea oculata Zygopetalum mackaii Odontoglossum luteopurpureum
AsociaciĂłn y Colegio Oficial de Ingenieros TĂŠcnicos Forestales
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LEGISLACIÓN
AMBIENTAL
José Luis López Jiménez Letrado COITF
Responsabilidad jurídica por la inexistencia en las urbanizaciones en interfaces urbano-forestales de los planes de autoprotección Hay una realidad que a nadie debería dejar indiferente y, menos aún, a las Administraciones públicas correspondientes por el riesgo que implica para las personas, las propiedades y el propio medio natural: la existencia de nuevas urbanizaciones, diseminados de viviendas, construcción de casas aisladas o agrupadas, edificaciones de cualquier otro tipo, etc. situadas en las denominadas interfaces urbano-forestales y que no cuentan con los planes de autoprotección contra incendios exigidos por la legislación vigente. El objeto del presente artículo es determinar, desde un punto de vista estrictamente jurídico y en el ámbito del derecho administrativo y civil, el tipo de responsabilidad que podrían asumir los que, estando obligados a contar con dichos planes, obvian su obligación, en el caso de que se produzca un incendio forestal generado o cuya propagación y consecuencias negativas se incrementen exponencialmente por dicho incumplimiento.
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1.- EXPOSICIÓN DEL PROBLEMA esde hace años se consolida en España, cambiando su configuración territorial, un fenómeno que se concreta en la utilización de terreno forestal para el desarrollo o adaptación de lugares donde residir de forma habitual o temporal -segunda residencia-. Al efecto se construyen casas aisladas o agrupadas; se proyectan y realizan nuevas urbanizaciones; se extienden cascos urbanos consolidados limítrofes con dicho terreno forestal, etc. Y no parece que en un futuro cercano dicha dinámica vaya a variar. Es más, es posible que tienda a incrementarse, entre otras razones, porque estos terrenos son atractivos para los ciudadanos que buscan lugares adecuados para desarrollar o completar el proyecto vital que cada uno se marca como objetivo a alcanzar. Esta área o zona de comunión entre terrenos forestales y estructuras humanas se denomina interfaz urbano-forestal1 (IUF) y, como vamos a comprobar, tiene una vinculación
D
1 No es objeto de este estudio un análisis exhaustivo del concepto y su discusión doctrinal. Normativamente hablando puede servir la propia definición establecida en el Real Decreto 893/2013, de 15 de noviembre, por el que se aprueba la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales, que establece que una interfaz urbano forestal se define como: Zonas en las que las edificaciones entran en contacto con el monte. El fuego desarrollado en esta zona, no sólo puede alcanzar las edificaciones, sino que además puede propagarse en el interior de las zonas edificadas, cualquiera que sea la causa de origen. (Art. 1.4).
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determinante con una manifestación que, por desgracia, también se verifica año a año en nuestra geografía: los incendios forestales2. Tanto es así, que, en gran medida, la propia definición de la IUF se relaciona habitualmente con su concepción como territorio de riesgo frente a los mismos. La existencia de interfaces urbano-forestales ha implicado en la práctica la proliferación de un tipo de incendio –incendio urbano-forestal- que tiene su propia dinámica y perfil diferenciador, y que presenta unos problemas específicos diferentes a los provocados por los incendios estrictamente forestales o estrictamente urbanos3. Es evidente que la interacción descrita genera un riesgo que debería ser gestionado básicamente desde dos ámbitos fundamentales: por un lado, mediante una mayor concienciación de los residentes en estos espacios; por otro, con una mejor gestión de esta situación de riesgo por parte de las autoridades administrativas. Efectivamente, los propietarios de viviendas sitas en estas áreas, debidamente concienciados, deberían adoptar motu proprio una serie de medidas de prevención, protección y extinción; por otro lado, debería existir una regulación generada por las admi-
2 Ante la problemática que genera los incendios en estas zonas, otras consecuencias derivadas de dicha relación entre mundo urbano/mundo forestal suelen dejarse relativamente aparcadas o en un segundo plano: las fragmentaciones de habitats; las alteraciones producidas en los ecosistemas; la perdida de biodiversidad, etc. 3 Los tres grandes problemas que se generan en un incendio urbano-forestal son: el riesgo sobre las vidas humanas; el riesgo sobre las propiedades; el riesgo medioambiental. Cuando hablamos sobre el riesgo sobre las personas nos referimos no solo al existente sobre los propietarios de los inmuebles afectados ubicados en una IUF, sino también sobre los equipos de extinción. En estos incendios, las prioridades de los equipos de extinción cambian en relación a un incendio forestal normal. En concreto, la primera prioridad viene determinada por la evacuación y protección de las personas; después se articulan las medidas necesarias para proteger los bienes inmuebles; por último, la extinción del incendio stricto sensu. Como lógica consecuencia, son incendios enormemente complejos de controlar –no se ataca el fuego desde el primer momento sino que se asegura la vida de las personas y las propiedades-, lo que resta tiempo para su extinción, de forma que, cuando se retoma, la superficie que ha ardido es mayor, con un incremento lógico del daño medioambiental.
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nistraciones públicas correspondientes adecuadas y adaptadas a cada zona concreta –cada una tiene sus propias características-; una verificación y aseguramiento de que dicha normativa es respetada y cumplida con recta pulcritud, e incluso, si fuera económicamente viable para las arcas públicas, una serie de ayudas y medidas de financiación adecuadas para que efectivamente se plasmaran en la realidad los planes articulados. En ambos aspectos se está fallando: hoy existe una concepción deficiente por parte de la ciudadanía de dicho riesgo4; asimismo, aunque existe una prolija regulación legal en determinadas comunidades autónomas –cierto es que dispersa y en algunos casos poco sistematizada5-, el problema es que su aplicación no se esta verificando en la practica como debería. En otras comunidades dicha regulación no es tan exhaustiva, pero aunque pudiera considerarse que hay un déficit normativo en esta materia, no se puede obviar que también existe una regulación a nivel nacional e incluso comunitario que exige la adopción de medidas concretas en aras obtener una seguridad para las personas y bienes y una eficacia en la lucha contra el fuego6. Interesa detenerse en un aspecto concreto, a fin de ir centrando el objeto de este estudio, que evidencia la realidad descrita en el párrafo anterior: la existencia de urbanizaciones que no cuentan con un plan de autoprotección contra incendios forestales, cuya exigencia, como vamos a ver, es absolutamente diáfana en la normativa reguladora de la materia. En gran medida, la regla general es no contar con dicho plan cuando debería ser exactamente lo contrario: no tenerlo debería ser la excepción a la regla.
4 Los expertos constatan que las personas no son conscientes de estar en una situación de peligro; no valoran que residir en una vivienda sita en una IUF no es lo mismo que residir, por ejemplo, en una vivienda sita en una ciudad (la vulnerabilidad a determinadas situaciones no es la misma). 5 Como ha explicado Dña. Gema Herrero Corral en su tesis denominada “Las interfaces urbano-forestales como territorios de riesgo frente a incendios: análisis y caracterización regional en España, el problema viene determinado por la estructura competencial que ha incrementado enormemente la producción de normativa sobre el tema. Como resultado de la superinflación y dispersión normativa, en algunos casos se producen reiteraciones y solapamientos que dificultan su cumplimiento. Efectivamente, la existencia de tres niveles de la Administración (Estatal, Autonómico y Local) regulando, en gran medida, sobre la misma materia, y diferentes ámbitos o sectores regulatorios (Protección Civil y sus planes de autoprotección por incendios forestales; normativa forestal y su regulación específica sobre incendios forestales, y políticas de ordenación territorial y urbanística), hace difícil tener una normativa equilibrada que facilite su comprensión y aplicación. 6 A nivel nacional: básicamente, el Real Decreto 314/2006, que regula el Código Técnico de la Edificación; el Real Decreto 893/2013, de 15 de noviembre, por el que se aprueba la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales; y la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, modificada recientemente por la Ley 21/2015, de 20 de julio. A nivel comunitario: el Reglamento CEE 2158/1992 del Consejo, de 23 de julio, relativo a la protección de los bosques comunitarios contra incendios; el Reglamento (CE) n.º 2152/2003 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de noviembre, sobre el seguimiento de los bosques y de las interacciones medioambientales en la Comunidad (Forest Focus); y el Reglamento (CE) n.º 614/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de mayo, relativo al instrumento financiero para el medioambiente.
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2.- LOS PLANES DE AUTOPROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS FORESTALES EXIGIDOS A LAS URBANIZACIONES SITAS EN LAS ZONAS O ÁREAS DENOMINADAS INTERFAZ URBANO-FORESTALES 2.1.- Concepto y funciones El concepto y sus funciones esenciales definidas normativamente pueden resultar de mucha utilidad para explicar la necesidad de su existencia: Es el documento que establece las previsiones relativas a una instalación, edificación o conjunto de las mismas ubicadas en un área de interfaz urbano-forestal, que tienen por objeto evitar la generación o propagación de incendios forestales y facilitar las labores de extinción a los servicios públicos especializados cuando su actuación resulte necesaria. Funciones básicas: Son funciones básicas de los planes de autoprotección ante emergencia por el riesgo de incendio forestal las siguientes: a) Complementar las labores de prevención, vigilancia y detección previstas en los planes de ámbito superior; b) Facilitar las tareas de extinción por los servicios públicos y, en su caso, organizar los medios humanos y materiales disponibles para una primera intervención hasta la llegada e intervención de aquellos; c) Garantizar la posible evacuación de las personas ocupantes de las instalaciones o edificaciones7. Por tanto, no estamos hablando de un instrumento cuya exigencia sea un capricho o que cubra una necesidad irrelevante. Es todo lo contrario. En un país donde la experiencia ha hecho que se convierta en axioma la proposición más tarde o más temprano todo monte se quema, contar con dichos planes debería ser una prioridad para todos. Un plan de autoprotección suele tener el siguiente contenido básico –varía en los matices dependiendo de cada comunidad autónoma y normativa analizada-: a) Identificación de los titulares y del emplazamiento de la instalación, edificación o conjunto de las mismas objeto del plan. b) Existencia de fajas perimetrales de protección, con unas anchuras determinadas medidas desde el límite exterior de la edificación o instalación destinada a las personas, dentro de la misma propiedad, alrededor de la urbanización, edificación o instalación, libres de vegetación seca y con la masa arbórea aclarada, al objeto de disminuir o romper la continuidad de los combustibles forestales. c) Exigencia de adopción de medidas especiales de autoprotección pasiva de la edificación o instalación frente a posibles fuentes de ignición procedente de incendios forestales, en las zonas de alto riesgo de incendio declaradas por cada comunidad autónoma (denominadas ZAR). d) Establecimiento de servidumbres de uso para su utilización por los servicios de prevención y extinción de incendios, y existencia de pistas de acceso para dichos servicios de extinción con unas determinadas características (ancho de vía, radio de giro en las curvas, pendientes, zonas de cambio de sentido, etc.). e) Exigencia de contar con redes perimetrales de hidrantes y tomas de agua. 7 Concepto y funciones fijadas por el Real Decreto 893/2013, de 15 de noviembre, por el que se aprueba la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales.
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f) Obligación de señalización de los sistemas de defensa contra incendios. g) Programa de mantenimiento de instalaciones y de actuaciones preventivas de los elementos vulnerables expuestos a proteger, regulación de actuaciones ante emergencia por incendio forestal, incidiendo especialmente en la evacuación cuando esta sea segura o el confinamiento cuando la ruta de escape pueda estar comprometida. 2.2.- Obligados al cumplimiento en las urbanizaciones La regla general es que los propietarios y titulares son los responsables de llevar a cabo y, por tanto, hacer frente a los gastos que suponen la adopción y articulación de estos planes. Ejemplos: - Canarias: De conformidad al Real Decreto 393/2007, que regula las actividades y centros obligados a adoptar medidas de autoprotección y a redactar un plan de autoprotección, y del Decreto 60/2014, de 29 de mayo, por el que se aprueba el plan especial de protección civil y atención de emergencias por incendios forestales de la Comunidad Autónoma de Canarias (INFOCA), son exigibles planes de autoprotección a las entidades, organizaciones y actividades susceptibles de generar incendios forestales o ser afectados por los incendios al estar ubicados en un área de interfaz urbano-forestal; por tanto, a las urbanizaciones. La elaboración de los planes de autoprotección por riesgo de incendio forestal será responsabilidad de la persona, física o jurídica, titular de las edificaciones a las que el plan se refiera, siendo redactados por técnicos competentes cualificados. - Extremadura: en la Ley 5/2004, de 24 de junio, de pre-
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vención y lucha contra los incendios forestales en Extremadura (DOE n.o 74, de 29 de junio), que establece la planificación preventiva a través del plan de prevención de incendios forestales de la Comunidad Autónoma de Extremadura (Plan PREIFEX), aprobado por el Consejo de Gobierno y recogido en el Decreto 86/2006, de 2 de mayo (DOE n.o 55, de 11 de mayo), se establece la obligación de los propietarios y titulares de derechos reales o personales de uso y disfrute de terrenos o explotaciones forestales, tanto públicos como privados, de elaborar planes de prevención que deberán ser aprobados posteriormente por el consistorio correspondiente. - Cataluña: En la Ley 5/2003, de 22 de abril, de medidas de prevención en las urbanizaciones sin continuidad inmediata en la trama urbana de la Generalidad de Cataluña, desarrollada por el Decreto 123/2005, de 14 de junio, se determina, en cuanto a las medidas de prevención de incendios, la obligación de elaborar un plan de autoprotección contra incendios forestales para incorporar al plan de actuación municipal por parte de los órganos de gestión o las juntas de la urbanización (en caso de que no exista junta, los propietarios de las fincas de la urbanización deben responder solidariamente). En caso de incumplimiento de las medidas de prevención, los ayuntamientos deben responder de forma subsidiaria. - Madrid: De conformidad al Decreto 58/2009, de 4 de junio, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el plan de protección civil de emergencia de incendios forestales en la Comunidad de Madrid (INFORMA), se establece que los planes de autoprotección serán elaborados por los propietarios de las empresas, urbanizaciones u otros núcleos habitados. - Andalucía: La Ley 5/1999, de 29 de junio, de prevención y lucha contra los incendios forestales, establece que los planes de autoprotección serán elaborados, con carácter obligatorio y bajo su responsabilidad, por los titulares, propietarios, asociaciones o entidades urbanísticas colaboradoras o representantes de núcleos de población aislada, urbanizaciones, cámpings, empresas e instalaciones o actividades ubicadas en zonas de peligro.
Asimismo, suele ser común a todas las normativas analizadas el establecer: - La exigencia de incluir los planes de autoprotección de constante referencia en los planes locales de emergencia por incendios forestales (cuya elaboración corresponde a los ayuntamientos). Es más, los obligados deben presentar los planes de autoprotección al consistorio correspondiente para su aprobación8. Los ayuntamientos de los municipios a los cuales pertenezcan las urbanizaciones, de conformidad con los protocolos que se establezcan, tienen además la competencia de exigir su elaboración, inspeccionar y controlar la aplicación de las medidas de prevención de incendios forestales requeridas por Ley9. - La posibilidad de ejecución subsidiaria por parte del consistorio en caso de incumplimiento y la posible incoación al infractor del oportuno expediente sancionador. En definitiva, la conclusión básica es que son los titulares y propietarios de las urbanizaciones los obligados a contar y sufragar los planes de autoprotección que la normativa exige. Ahora bien, eso no significa que un ayuntamiento no tenga responsabilidad alguna y que, en algunos casos, como se va a verificar, la inexistencia en una determinada urbanización del exigido plan de autoprotección pueda repercutir y generar responsabilidad en la administración consistorial.
8 Se exige a los promotores que presentan a aprobación planes o proyectos de nuevas urbanizaciones sitas en una interfaz urbano-forestal que incorporen, al proyecto básico y de ejecución correspondiente, el plan de autoprotección contra incendios. 9 Por ejemplo, es muy clarificador lo estipulado al respecto en el artículo 4.5.2.3 del Decreto 371/2010, de 14 de septiembre, por el que se aprueba el Plan de Emergencia por Incendios Forestales de Andalucía, que literalmente expone: Corresponde a las autoridades locales la competencia para exigir la elaboración de los Planes de Autoprotección, otorgar la aprobación y verificar el cumplimiento de los mismos. A los efectos de su integración en el Plan Local de Emergencias por Incendios Forestales, los Planes de Autoprotección deberán ser presentados en el Municipio o Municipios competentes por razón del territorio afectado, en el plazo de seis meses desde la obtención de la autorización administrativa de emplazamiento o funcionamiento. Cualquier variación de las circunstancias tenidas en cuenta para su elaboración deberá ser comunicada a la Corporación local, sin perjuicio de la correspondiente adaptación del Plan.
La conclusión básica es que son los titulares y propietarios de las urbanizaciones los obligados a contar y sufragar los planes de autoprotección que la normativa exige. Ahora bien, eso no significa que un ayuntamiento no tenga responsabilidad alguna y que, en algunos casos la inexistencia en una determinada urbanización del exigido plan de autoprotección pueda repercutir y generar responsabilidad en la administración consistorial Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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3.- RESPONSABILIDAD POR INEXISTENCIA EN UNA URBANIZACIÓN CONCRETA DEL PLAN DE AUTOPROTECCIÓN CORRESPONDIENTE 3.1.- Alcance de la responsabilidad En primer lugar conviene aclarar una cuestión que genera bastante confusión y que se concreta en el tipo de responsabilidades que puede generar un incendio. Se suele entender que un incendio provocado –acto volitivo de una persona o personas- genera responsabilidad única y exclusivamente en el causante o causantes; del mismo modo que un incendio imprevisible y no voluntario -por ejemplo, ocasionado por un fenómeno meteorológico- no genera responsabilidad alguna al ser imposible prever e impedir que se produzca un siniestro por dicha causa. Al respecto, es interesante analizar la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 19 de septiembre de 2002, que a la hora de enjuiciar los daños sufridos por los particulares causados por un fuego originado por un rayo, distingue entre la causa del incendio, que califica de imposible previsión y evitación, por lo que los daños ocasionados por el incendio en su estadio inicial no son indemnizables pues se han producido por fuerza mayor; y la propagación posterior de dicho incendio, en la que el Tribunal considera que esa fuerza mayor deja de actuar en el nexo causal desde el momento en que el fuego se extendió como consecuencia de la falta de limpieza del monte público por parte de la administración pública responsable de dicha limpieza. Por tanto, distingue entre dos aspectos: por un lado, origen del incendio; por otro, forma de propagación del mismo. Y llega a una conclusión determinante: basta para generar responsabilidad con que la actuación administrativa fuera necesaria para la producción del daño en la extensión y efectos que finalmente tuvieron. Así, el hecho de que el fuego fuera, en principio, no provocado y por fuerza mayor en nada alteraría la responsabilidad administrativa si luego la administración influyó en el crecimiento de su extensión y daños provocados. Podría moderar su responsabilidad, pero no la eximiría10. Es decir, puede generarse responsabilidad aunque la causa del incendio sea absolutamente ajena a la actuación de un particular concreto o de una administración pública determinada, si posteriormente se verifica que, por ejemplo,
10 Fundamental resulta el análisis que hace el Tribunal Supremo, en su sentencia de 28 de noviembre de 1998, RJ 9967, sobre el nexo causal y su calificación jurídica afirmando: El concepto de relación causal (…) consiste en determinar si la concurrencia del daño era de esperar en la esfera del curso normal de los acontecimientos, o si, por el contrario, queda fuera de este posible cálculo, de tal forma que sólo en el primer caso si el resultado se corresponde con la actuación que lo originó, es adecuado a ésta, se encuentra en relación causal con ella y sirve como fundamento del deber de indemnizar. Esta causa adecuada o causa eficiente exige un presupuesto, una “conditio sine qua non”, esto es, un acto o un hecho sin el cual es inconcebible que otro hecho o evento se considere consecuencia o efecto del primero. Ahora bien, esta condición por sí sola no basta para definir la causalidad adecuada sino que es necesario, además, que resulte normalmente idónea para determinar aquel evento, o resultado, tomando en consideración todas las circunstancias del caso; esto es, que exista una adecuación objetiva entre acto y evento, lo que se ha llamado la verosimilitud del nexo y sólo cuando sea así, dicha condición alcanza la categoría de causa adecuada, causa eficiente o causa próxima y verdadera del daño, quedando así excluidos tanto los actos indiferentes como los inadecuados o idóneos y los absolutamente extraordinarios.”.
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los daños producidos se incrementaron exponencialmente por un acto u omisión de dicho particular o administración. Incluso aunque el incendio fuera provocado11. 3.2.- Responsabilidad de los titulares y propietarios de las urbanizaciones 3.2.1.- Responsabilidad en el ámbito estrictamente administrativo A) Ejecución subsidiaria por parte del consistorio correspondiente Una primera consecuencia del incumplimiento por parte de los propietarios y titulares de las urbanizaciones no contando con el plan de autoprotección que la normativa obliga vendría determinada por la denominada ejecución subsidiaria administrativa12, que no es otra cosa que el procedimiento de ejecución forzosa consistente en la realización efectiva y material de la actividad, obra o trabajo a que esté obligado el administrado llevada a cabo por la propia Administración pública ejecutante, ya sea directamente o a través de algún medio instrumental legalmente autorizado. Con carácter general, el artículo 98 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, regula la ejecución subsidiaria y establece los requisitos para su ejercicio13. B) Procedimiento sancionador Es habitual en la normativa analizada el calificar como infracción leve, grave o muy grave acciones como las siguientes: el incumplimiento de la obligación de elaborar planes de autoprotección por incendios forestales, no presentar a aprobación dicho plan, no aplicarlo en caso de incendio forestal14, etc. ¿De qué depende dicha calificación? De la normativa que se analice. Por ejemplo, en la Ley 5/2003, de 22 de abril, de medidas de prevención en las urbanizaciones sin continuidad inmediata en la trama urbana de la Generalidad de Cataluña, 11 Existe una consolidada Jurisprudencia al respecto: Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de noviembre de 1994, Sentencia de la Audiencia Nacional de 8 de abril de 1998, etc. 12 Es una manifestación del principio de ejecutoriedad de los actos administrativos regulado en el artículo 95 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. 13 Artículo 98: Ejecución subsidiaria. 1. Habrá lugar a la ejecución subsidiaria cuando se trate de actos que por no ser personalísimos puedan ser realizados por sujeto distinto del obligado.; 2. En este caso, las Administraciones Públicas realizarán el acto, por sí o a través de las personas que determinen, a costa del obligado.; 3. El importe de los gastos, daños y perjuicios se exigirá conforme a lo dispuesto en el artículo anterior; 4. Dicho importe podrá liquidarse de forma provisional y realizarse antes de la ejecución, a reserva de la liquidación definitiva. 14 Algunas veces se recoge la infracción de una manera más genérica, como en la Ley 3/2007, de 9 de abril, de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia, que establece en su artículo 50.3: El incumplimiento de las medidas de prevención para las nuevas edificaciones en zonas forestales y de influencia forestal, en los términos del artículo 23.2.
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se califica como sanción grave no presentar a aprobación el plan de autoprotección contra incendios forestales; por el contrario, en la Ley 5/2004, de 24 de junio, de prevención y lucha contra los incendios forestales en Extremadura, se calificará como leve, grave o muy grave el incumplimiento de la obligación de elaborar planes de autoprotección por incendios forestales dependiendo del resultado: muy grave cuando la conducta infractora origina un incendio forestal que afecta a una superficie cuyo plazo de reparación o restauración sea superior a diez años; grave si el plazo de reparación o restauración es inferior a diez años y superior a seis meses; leve si no ha causado daños o el plazo de reparación o restauración es inferior a seis meses. Otras normativas, como ocurre con la Ley 3/2007, de 9 de abril, de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia, vinculan la gravedad de la infracción, entre otras cosas, a la superficie de hectáreas arboladas o de hectáreas de matorral o matorral mezclado con arbolada que ha sido afectada por el incendio forestal. Lo mismo ocurre con las sanciones y su graduación: varían conforme a la normativa que se analice15. En Cataluña, en su normativa especifica, se califica como sanción grave no presentar a aprobación el plan de autoprotección contra incendios forestales, y al efecto se establece en su artículo 11.b la siguiente determinación: de 601 euros hasta 10.000 euros. En Extremadura, las infracciones tienen la siguiente cuantificación: a) leves: de cien a mil euros; b) graves: de mil uno a cien mil euros. c) muy graves: de cien mil uno a un millón de euros, no pudiendo la cuantía de la multa ser en ningún caso inferior al beneficio obtenido por el infractor, pudiendo superarse a dichos efectos los límites máximos establecidos señalados. No obstante, al objeto del presente estudio no resulta necesario analizar las calificaciones y cuantías concretas que cada normativa recoge ante la conducta que estamos analizando. Basta con conocer que efectivamente es sancionable administrativamente el no disponer del plan de autoprotección que exige la norma y que las sanciones pueden llegar a ser muy relevantes. 3.2.2.- Responsabilidad civil extracontractual De forma esquemática se debe señalar que la responsabilidad civil extracontractual es la nacida de actos ilícitos en que, aun interviniendo culpa o negligencia, no hay delito (Art. 1902 del Código Civil). Responde a la idea de la producción de un daño a otra persona por haber transgredido el genérico deber de abstenerse de un comportamiento lesivo hacia los demás. Según la Sentencia del Tribunal Supremo de 24 de julio de 1969, hay responsabilidad extracontractual cuando con total independencia de obligaciones de cualquier
15 Incluso algunas normativas recogen sanciones accesorias como: la privación del derecho a subvenciones u otros beneficios otorgados por las administraciones públicas, sus organismos autónomos y las entidades de derecho público relacionadas con la actividad forestal; la suspensión de autorizaciones y permisos, etc.
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otro tipo que existan entre las partes, el daño se produce por violación de deberes generales de conducta o de la regla general alterum non laedere. La Jurisprudencia16 siempre ha exigido de forma constante a lo largo del tiempo la verificación de los siguientes requisitos para su nacimiento: lesión o daño producido a un tercero, acción u omisión culpable o negligente por parte del que lo produce y existencia de relación de causalidad entre esa conducta y el daño referido. Centrándonos en el objeto del presente artículo, analicemos el caso de una urbanización en la que, como consecuencia de no existir el plan de autoprotección exigido o, existiendo en documento, no se ha desarrollado en la práctica, se ha producido la ignición de determinada masa arbórea o forestal o se ha facilitado exponencialmente la propagación de un determinado incendio afectando a un tercero ajeno a dicha urbanización. En este caso podría imputarse una eventual responsabilidad extracontractual o aquiliana a los titulares y propietarios de la misma. Es más, como vamos a evidenciar, no haría falta la acreditación de que la ignición se produce, como causa eficiente, como consecuencia de la inexistencia del plan (solo que dicho incendio se ha producido en la urbanización y que en esta no existe el plan requerido). Al efecto, hay que tener en cuenta que en esta materia nuestra Jurisprudencia ha evolucionado, evolución que viene perfectamente explicada en la Sentencia del Tribunal Supremo de 24 de enero de 2002, en la que nuestro Alto Tribunal explica: la interpretación más moderna del artículo 1902 del Código civil que lo ha adaptado a la realidad social, pasó de la necesidad de la prueba de la culpa a la inversión de la carga de la prueba y a la creciente objetivación, aplicando la doctrina del riesgo (la persona que provoca un riesgo que le reporta un beneficio debe asumir la responsabilidad si cau16 Sirva por todas ellas la Sentencia del Tribunal Supremo de 11 de febrero de 1976
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sa un daño, yendo a soluciones cuasi objetivas (se exige un «reproche culpabilístico» aunque sea mínimo, o llegando a la objetivación (al entender que si se causa un daño, se causa con dolo o culpa, pues de no haberla, no habría causado el daño). (…). En el tema de incendios, la doctrina jurisprudencial, siguiendo las pautas expuestas, las aplica en el sentido de que exige la prueba del incendio causante del daño, no la prueba —normalmente imposible— de la causa concreta que causó el incendio; el nexo causal es, pues, entre el incendio y el daño, no respecto a la causa eficiente (ni mucho menos, la culpa) del incendio causante del daño. En nuestro caso, en principio, se cumplirían todos los requisitos exigidos para el nacimiento de la responsabilidad aquiliana: la existencia de la urbanización en una interfaz urbano-forestal genera un riesgo per se que reporta un beneficio a los propietarios de la misma; el reproche culpabilístico vendría determinado por el incumplimiento de sus obligaciones legalmente establecidas –inexistencia del plan exigido-, y el nexo causal a verificar sería entre el daño producido al tercero y el incendio (no respecto a la causa concreta que generó el mismo). Nos encontramos ante una responsabilidad por riesgo: con independencia de cuál fuera la causa inmediata del incendio, la responsabilidad nace y se funda al no haber observado los titulares de la urbanización la diligencia exigible –que además viene establecida en Ley- atendida la naturaleza de la actividad desarrollada –residencial- y que correspondía a las circunstancias del lugar en que la misma se ejecutaba –interfaz urbano-forestal-. 3.3.- Responsabilidad consistorial. Actividad administrativa de limitación o policía. Responsabilidad patrimonial Como se ha indicado al inicio de este artículo, existen multitud de urbanizaciones que no cuentan con los planes de autoprotección de constante referencia. Asimismo, se ha explicado que los consistorios tienen, por norma, la competencia de exigir su elaboración, inspeccionar y controlar la aplicación de las medidas de prevención de incendios forestales requeridas. Por tanto, parece pertinente concluir que la función o actividad limitativa o de policía que tienen los ayuntamientos asignada no se está ejerciendo en debida forma en muchos casos. Efectivamente, la actividad administrativa de limitación o de policía es aquella forma de intervención por la cual la administración pública restringe la libertad, los derechos o la actividad de los particulares, sin que se pretenda sustituir su actuación. Son actuaciones administrativas que conllevan deberes, obligaciones o cargas para los particulares. Se busca proteger el interés público, por tanto, las limitaciones sobre los derechos e intereses de los particulares tienen como finalidad adecuar la actividad particular a las exigencias del mismo. La actividad administrativa sobre la capacidad de la actuación y la libertad de los particulares puede ponerse de manifiesto de diferentes maneras: imposición a los administrados del deber de comunicar a la correspondiente administración el inicio o continuación de sus actividades; obligación de soportar inspecciones administrativas; sometimiento del administrado a un derecho de autorización (comprobación por parte de la administración del cumplimiento de las condiciones y requisitos establecidos normativamente para el de-
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sarrollo de una determinada actividad); prohibición formal de realizar determinadas actuaciones particulares, o imposición de realizar una determinada conducta. Para cumplir con dicha actividad limitativa, la Ley pone a disposición de toda Administración pública una serie de instrumentos al efecto17. Volvamos al caso anteriormente analizado: una urbanización en la que, como consecuencia de no existir el plan de autoprotección exigido o, existiendo en documento, de que no se ha desarrollado en la práctica, se ha producido la ignición de determinada masa arbórea o forestal o se ha facilitado exponencialmente la propagación de un determinado incendio afectando a un tercero ajeno a dicha urbanización; más aún, supongamos que dicho tercero hubiera requerido al consistorio correspondiente para que exigiera a los propietarios de la urbanización desarrollar el plan de autoprotección, ya que le constaba que no disponían de él, y que el ayuntamiento no hubiera realizado actividad alguna al respecto. ¿Podría exigir el tercero, finalmente afectado por el siniestro, responsabilidad al consistorio por dicha inactividad, ya sea de forma directa o en concurrencia de culpas con los titulares y propietarios de la urbanización? La respuesta es que sí es factible dicha exigencia en los términos y condiciones que a continuación se van a explicar. Al efecto, es procedente analizar la sentencia del Tribunal Supremo, de fecha 9 de abril de 2002, en la que se establecen claramente las claves de dicha exigencia: No se trata de exigir a la Administración estándares de conducta irrazonables, lo que conduciría a exigir de ésta una actuación positiva que conduzca a evitar toda actuación ilegal de terceros; lo que se imputa a la Administración es que no ha probado suficientemente la realización de un uso razonable de los medios disponibles ante la existencia de una obligación legalmente exigible de actuar en función de comportamientos ilegales de terceros, expresamente reconocidos como tales por la propia Administración, que habían sido además denunciados (…) y cuyas ilícitas actuaciones eran además conocidas por los órganos administrativos que tenían encomendada por el ordenamiento jurídico la misión de vigilancia de la seguridad (…), consciente como se era de que dichas actuaciones de terceros eran susceptibles (…) de ocasionar graves daños personales y materiales. Efectivamente, como bien establece la Jurisprudencia, no se pide a una administración que evite toda actuación incorrecta de los administrados (no tiene la capacidad de hacerlo aunque quisiera); ahora bien, sí se le pide que actúe razonablemente para que trate de evitar dichos comportamientos haciendo uso de los recursos y procedimientos que la Ley pone a su servicio, más aún cuando dichos comportamientos y sus graves consecuencias son perfectamente conocidas por la administración pública correspondiente. Volvamos al caso analizado: el consistorio sabe qué urbanizaciones existen en su termino municipal y cuáles están sitas en interfaces urbano-forestales; conoce cuáles tienen el plan de autoprotección exigido (ya sea porque son nuevas y la normativa exige a los promotores que presentan a aprobación planes o proyectos de nuevas urbanizaciones sitas en
17 a) La reglamentación (desarrollo de mandatos legales que supongan limitaciones a la actividad de los particulares mediante la emisión de reglamentos); b) Sometimiento de actividades a autorización; c) Dictado de ordenes d) Ejercicio de la potestad sancionadora.
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una interfaz urbano-forestal que incorporen, al proyecto básico y de ejecución correspondiente, el plan de autoprotección contra incendios, ya sea porque aun siendo antiguas tienen dicha obligación y el consistorio debe incluir los planes de autoprotección de constante referencia en los planes locales de emergencia por incendios forestales -cuya elaboración corresponde a los ayuntamientos-); además ha sido denunciada esta situación por un tercero que considera que la inexistencia de dicho plan puede afectarle negativamente en caso de siniestro, y finalmente se produce el siniestro indicado que afecta gravemente al tercero ante la absoluta inactividad consistorial. En este caso, la inactividad municipal podría generar responsabilidad, en concreto, patrimonial por funcionamiento normal o anormal establecida constitucionalmente en los artículos 9.3 y 106.2 de la Constitución Española18. Los presupuestos de la responsabilidad patrimonial de la administración tienen su principal formulación legal en los apartados 1.o y 2.o del artículo 139 y 1.o del artículo 141 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en los que se establece que los particulares tienen derecho a ser indemnizados por las administraciones públicas correspondientes de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos. Nuestra Jurisprudencia ha configurado como requisitos para su nacimiento los siguientes: la efectiva realidad de un daño material, individualizado y económicamente evaluable que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar; que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en una relación directa y exclusiva e 18 En concreto, el artículo 106.2 de la CE literalmente establece: Los particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos.
inmediata de causa a efecto, cualquiera que sea su origen (reglamento, acto administrativo, legal o ilegal, simple actuación material o mera omisión), y por último, que no se haya producido por fuerza mayor y que no haya caducado el derecho a reclamar por el transcurso del tiempo que fija la Ley19. 4.- CONCLUSIONES e forma esquemática se pueden extraer las siguientes consideraciones del análisis realizado: Los planes de autoprotección son instrumentos absolutamente necesarios y su existencia en cada urbanización sita en una interfaz urbano-forestal de nuestro país debería ser la regla general y nunca la excepción. Queda mucho camino por recorrer y se debe profundizar y trabajar para que los ciudadanos que residan de forma permanente o temporal en una vivienda sita en una interfaz urbano-forestal sean conscientes del riesgo que genera per se esta situación. De nada sirve tener una regulación legal (que debería repensarse por las administraciones públicas para hacerla más eficaz y evitar duplicidades y dispersiones) si posteriormente es poco respetada, por no decir ignorada, en gran medida. Son los titulares y propietarios de las urbanizaciones los obligados a contar y sufragar económicamente los planes de autoprotección que la normativa exige. El incumplimiento de esta obligación y las graves consecuencias que se pueden derivar del mismo puede implicar unas responsabilidades administrativas y civiles muy relevantes para aquellos. De igual forma, los ayuntamientos tienen una función muy importante que cumplir para verificar que las urbanizaciones de constante referencia respeten la norma y cuenten con los planes requeridos. Su inactividad e incumplimiento de su labor inspectora y de vigilancia puede generarles responsabilidades en los términos analizados.
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19 Sentencia del Tribunal Supremo de 13 de marzo de 1989.
De nada sirve tener una regulación legal (que debería repensarse por las administraciones públicas para hacerla más eficaz y evitar duplicidades y dispersiones) si posteriormente es poco respetada, por no decir ignorada, en gran medida. Los ayuntamientos tienen una función muy importante que cumplir para verificar que las urbanizaciones de constante referencia respeten la norma y cuenten con los planes requeridos. Su inactividad e incumplimiento de su labor inspectora y de vigilancia puede generarles responsabilidades Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
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En recuerdo de Luciano Conde Dixon Valeria
Luciano Conde Dixon (El Ferrol, 1923-Madrid, 2015), hijo de Luciano Conde Pumpido, jurídico de la Armada y de Enid Dixon Jamieson, inglesa, hija de un ingeniero naval afincado en El Ferrol, fue, sobre todo, una persona de principios. Mostró coherencia entre sus acciones y sus convicciones y mantuvo siempre el compromiso y la ética de la responsabilidad tanto con su familia como con su trabajo. Su "finísimo ojo clínico" le permitió comprometerse con su novia a las 24 horas de conocerla. Pilar lo acompañó durante más de 60 años, y tuvieron seis hijos, Pilar, Luciano, Paloma, Antonio, Jorge y María del Mar, que les dieron 17 nietos. Pasó su primera infancia en el Colegio del Pilar de Madrid y, desde 1931, continuó sus estudios en El Ferrol. Al finalizar la Guerra Civil, en 1939, se trasladó a Madrid, y en 1942 falleció su padre, cuando él tenía solo 19 años, lo que le dejó una profunda y dolorosa huella. Luciano Conde, a quien una sordera lo apartó de la carrera militar en la Armada, pudo ingresar mediante convocatoria en el Curso de Ayudantes de Montes en la Escuela de Montes, tras un examen al que se presentaron 600 y aprobaron 14. El sacó el n.o 13, y como nunca fue supersticioso lo consideró, además, un precioso número. Trabajó en el norte de África, Orense, Teruel y Madrid. En Teruel participó en un ambicioso proyecto de limpieza y catalogación de montes y reforestación; y en Madrid, entre otros muchos desarrollos, incluso de obra civil, ejecutó proyectos en San Martín de Valdeiglesias, Pelayos de la Presa, Rascafría (Las Presillas) y Cercedilla, entre otras muchas localidades madrileñas. Jubilado, siguió desarrollando trabajos sobre reordenación de fincas y colaborando con compañeros del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, del que fue secretario general (1975-1986) y tesorero (1984-1998). Desarrolló su labor especialmente en el hoy desaparecido ICONA y en Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, donde no solo ha dejado realizados proyectos de referencia sino, y sobre todo, entrañables y sinceros amigos. Dibujaba extraordinariamente bien. Por eso fue capaz de generar lo que en España es casi un milagro de manual: poner en marcha y, sobre todo, mantener durante años una revista, que informaba sobre las novedades y actividades del Colegio de Forestales. Así pues, inició y mantuvo esa revista de la que era editor, redactor y dibujante, donde hacía viñetas con un humor irónico-sarcástico-socarrón entre inglés -su madre lo era- y gallego. Tenía el buen gusto de felicitar las Navidades tanto a sus hijos como a sus buenos amigos –entre los que
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quiso distinguirme- con unos dibujos hechos expresamente para la ocasión y diferentes cada año. Gracias por todo. Además, cualquier día, a cualquier hora, de súbito, nos sorprendía con palabras–palabros-palabrejas increíbles, inauditas, sorprendentes, medio imposibles pero reales, ciertas. Nos decía “consúltalo en la R. A. E. que allí está”. Y, efectivamente, allí estaba. Después, nos rendimos y ya dejamos de ir al diccionario. Mucho hemos aprendido con él. Pero por encima de todo fue un caballero. Un hombre noble, generoso y feliz. Nada más y menos que eso, feliz. Palabras mayores. Eso dicen Pilar, sus hijos, sus amigos, sus compañeros, cuantos lo conocimos. Satisfecho con lo que le dio la vida, sin envidiar nada de los demás, incluso cuando al final de sus días la física se reveló contra él y lo confinó en una silla, la química de su cerebro pudo más. Y su fiel compañera, su mujer, junto a la lectura, pusieron punto y aparte a las penurias de sus limitaciones físicas. Aún destacaban, brillaban, centelleaban sus ojos verdes iluminando cada rincón de la casa y cada recuerdo de cuantos tuvimos la suerte de conocerlo. Descanse en paz.
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En recuerdo de Miguel Ángel Beltrán Gallardo Aunque sabíamos de su grave enfermedad, la muerte de Miguel Ángel Beltrán nos ha sorprendido e impactado. Miguel Ángel ha sido muchas cosas en el Colegio, son muchas las horas de trabajo que ha compartido en él, y también, por qué no decirlo, horas de alegría y compañerismo. Llevados de la obligatoriedad de la publicación de este número de la revista, los compañeros más allegados no han podido escribir las líneas de homenaje que les habría gustado dedicarle. Por eso, lo dejamos para un próximo número, aunque no queremos dejar de recordar su trayectoria en el Colegio y su dedicación a la profesión. María Jesús Beamud, administrativa del Colegio desde hace muchos años, lo recuerda, por encima de todo, como una “buena persona”. Tiene mil anécdotas personales del día a día, como aquella del viaje a la asamblea de Valencia en 1996. En aquel entonces el Colegio no disponía de los medios que hoy dispone y los viajes a las asambleas se hacían en coches particulares. “Yo acababa de comprarme mi coche y Miguel Ángel fue quien lo condujo con la excusa de que así me hacía el rodaje, porque si no yo no se lo iba a hacer bien. Ese fin de semana mi coche acabó recorriendo Valencia en manos de distintos conductores”. Eran otros tiempos, no cabe duda. Era un Colegio más pequeño, más familiar posiblemente, en el que las relaciones personales eran una parte importante del día a día y en el que a todos les tocaba hacer un poco de todo para que el trabajo saliese adelante. “Siempre que llamaba un colegiado se ponía al teléfono para atenderle personalmente”, recuerda María Jesús. Pero fue Miguel Ángel el primero que se dio cuenta de la necesidad de que el Colegio fuese creciendo. Él, y su Junta de Gobierno, fueron quienes llevaron la sede del Colegio desde Príncipe de Vergara a la actual en Menéndez Pelayo 75. Pilar Avizanda, decana del Colegio, recuerda de esta forma cómo llegaron
Miguel Ángel, el primero por la izquierda, cuando recicbió el reconocimiento de la Comunidad de Madrid, en diciembre de 2015, siendo jefe del Servicio de Incendios Forestales, por su dedicación en la prevención y extinción de incendios forestales desde 1993
ambos al Colegio, después de sus estudios en la década de 1970 en Madrid: “con el título debajo de nuestros brazos, un buen día me hablaste de la necesidad de estar colegiado. De tu mano aterrizamos en esta casa que para muchos, como yo, se encuentra ahora más vacía. Formamos equipo junto con otros compañeros. Primero conmigo como decana y contigo de vicedecano y, después, tú como decano, conseguimos hitos para la profesión que nos han convertido en un poco más ingenieros”. Y concluye su carta de despedida con un merecido agradecimiento: “gracias por tu entrega y dedicación a esta profesión, gracias por ser nuestro decano tantos años, la Ingeniería Técnica Forestal siempre estará en deuda contigo”. Su trayectoria en el Colegio Su andadura en el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales empieza con su ingreso el día 7 de diciembre de 1979. Forma parte de la Junta de Gobierno como vocal desde el 30 de marzo de 1984 hasta su toma de posesión como vicedecano el 29 de marzo 1985 en la Junta de Gobierno formada por Miguel Ángel Beltrán Gallardo, D. Juan Miguel
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Portillo Martín y tesorero: D. Luciano Conde Dixon. Tras la dimisión de la decana D.a Pilar Avizanda el día 16 de abril de 1988, ejerce de decano en funciones hasta la celebración de las elecciones, resultando elegido el 10 de abril de 1989. Ejerce durante más de doce años, desde el 10 de abril de 1989 hasta el 4 de abril de 1998, el cargo de decano del Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, llevando a cabo una importante reestructuración, tanto a nivel interno, dotando a la Institución de una sede propia en octubre de 1996, así como efectuando una labor de apertura institucional en las relaciones con las administraciones públicas. Es nombrado colegiado de honor en la Asamblea General Ordinaria celebrada en Asturias el día 5 de junio de 1998. Durante su mandato prestó especial atención a la formación, organizando conjuntamente con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente los cursos de incendios, que se celebraban anualmente en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Forestal de Madrid.
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Redforesta 2016, "Los bosques del siglo XXI" Para concluir con la celebración del 50 aniversario de la creación del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, ahora también denominado y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, la Junta de Gobierno y la Junta Rectora aprobaron la celebración de un congreso sobre la Ingeniería Forestal y los bosques del siglo XXI. Se desarrollará en cinco sedes con el fin de acercar los actos a todos los colegiados en la geografía nacional y de conseguir la mayor participación posible. Las sedes son: Hernani y San Sebastián, bajo el título “La sabiduría y el saber sobre la madera”; Sevilla, que tratará sobre “Gestión, conservación y puesta en valor”; Palencia, “El camino hacia la innovación tecnológica en la ingeniería forestal”; Valencia, “La ingeniería forestal ante el cambio climático”, y Madrid bajo el título de “La profesión y la acreditación profesional”. Las fechas son: Hernani del 13 al 15 de abril; Sevilla del 19 al 21 de abril; Palencia del 5 al 7 de mayo; Valencia del 19 al 21 de mayo y Madrid el 3 de junio. Puede consultarse más en detalle y las últimas novedades del programa en la página del Colegio www.forestales.net.
Hernani y San Sebastián, del 13 al 15 de abril -- 9´30 horas: Inauguración de las jornadas. -- 9´45 horas: Video de presentación sobre la profesión de Ingeniero Forestal. -- 9´50 horas: Gipuzkoa ante los retos forestales del futuro. -- 10´05 horas: La relevancia de lo forestal en Álava. -- 10´20 horas: La sabiduría y el saber sobre la madera: el proyecto audiovisual GUTIK ZURA CONFERENCIA MAGISTRAL - 10´35 horas: "Tree felling according to the moon phases, but also based on online electrophysiological measurements of monitoring trees". La tala de árboles de acuerdo a las fases lunares, con la implementación de medidas electrofisiológicas. D. Ernst Zürcher, Dr. sc. nat. Forest Engineer ETHZ. PROYECTOS DE CARACTERIZACIÓN ESTRUCTURAL DE MADERA (Abeto douglas; ALERCE DEL JAPÓN; Pino LARICIO DE CÓRCEGA): TRANSFERENCIA DE RESULTADOS - LA INFLUENCIA LUNAR -- 11´40 horas: Proyectos de caracterización estructural de la madera: Normativa, inicio, fases. -- 12´15 horas: La fase de las labores de campo en los proyectos de caracterización.
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-- 12´35 horas: Resistencia de la madera: ensayos y resultados. -- 13´30 horas. Turno de preguntas -- 14´00 horas. Pausa comida -- 15´30 horas: Densidad en verde del pino laricio según la fase lunar cuando el apeo. -- 15´55 horas: Influencia de la Luna en la madera para la elaboración de barricas. -- 16´45 horas: Durabilidad de la madera: técnicas y resultados. -- 17´30 horas: "The natural factors of wood quality and their contribution to sustainable techniques" - Los factores naturales de calidad de la madera y su contribución a las técnicas sostenibles. D. Ernst Zürcher, Dr. sc. nat. Forest Engineer ETHZ, -- 18´20 horas. Turno de preguntas. Cierre de jornada. Jueves 14 de abril 09´00 – 11´00 horas: PRODUCTOS DE MADERA (Ponencias breves y coloquio) -- Aplicaciones de madera al exterior. -- Revestimientos exteriores e interiores en madera natural sin mantenimiento. -- Papeles para laminados decorativos: un compromiso sos-
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tenible. AXALKO, Fusionando el ocio y la sostenibilidad. La madera termodificada. El grabado y corte láser en madera. Coloquio y turno para preguntas a ponentes
11´20 – 13´55 horas: CONSTRUCCIÓN ACTUAL EN MADERA: PONENCIAS Y COLOQUIO (Ponencias breves y coloquio) -- Madera y Pasivhaus. -- Productos de madera laminada. Viga laminada de roble con certificado estructural. -- Ensayos no destructivos: técnicas y resultados. -- Coloquio y turno para preguntas a ponentes.
15'00 horas LA MADERA Y LA ENERGÍA: (Ponencias y coloquio) -- Aprovechamiento energético de los subproductos de los aserraderos. -- Impulso del EVE al aprovechamiento de la biomasa para usos térmicos. -- La biomasa forestal en Navarra: presente y objetivos futuros. -- Coloquio y turno para preguntas a ponentes. Viernes 15 de abril - Visita guiada al museo Alabaola y visita guiada a la construcción de la réplica de la nao San Juan.
Palencia del 5 al 7 de mayo
MESA REDONDA -- 13´00 horas: Debate sobre la situación del sector forestal en Castilla y León. -- 15´30 horas: Planes de autoprotección y emergencias. -- 16´15 horas: La lucha contra los Incendios Forestales en Castilla y León: prevención y extinción. -- 17´00 horas: Nuevas tecnologías asociadas a incendios forestales. -- 18´00 horas: Aplicación de nuevas tecnologías a la Investigación de causas de Incendios Forestales. MESA REDONDA -- 18´30 horas: Debate sobre las estrategias y líneas de actuación en material forestal para la prevención de incendios.
-- 16´45 horas: II Seminario práctico sobre aplicaciones informáticas en la ordenación de montes. Aula de informática. -- 18´00 horas: Clausura de las jornadas celebradas en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia. 7 de mayo. -- Visita de campo a monte ordenado y Parque Natural de Fuentes Carrionas.
Ismael Muñoz
-- 9´30 horas: Inauguración de las jornadas. -- 10´15 horas: Estado presente y futuro del medio natural en Castilla y León. 11´00 – 11´45 horas: El nuevo convenio laboral forestal de Castilla y León. -- 11´45 horas: Pausa café -- 12´15 horas: Situación actual de la propiedad forestal privada en Castilla y León.
Jueves 6 de mayo -- 9´30 horas: Inauguración de la segunda jornada -- 10´00 horas: Elaboración de documentos de planificación forestal. Normalización en Castilla y León. -- 10´45 horas: Ordenación forestal en fincas privadas. -- 11´30 horas: Pausa café -- 12´00 horas: Aplicación de curvas de calidad en proyectos de ordenación de montes. MESA REDONDA -- 12´45 horas: Debate sobre la gestión forestal y ordenación de Montes en Castilla y León. -- 14´00 horas: Pausa comida -- 15´30 horas: I Seminario práctico sobre aplicaciones informáticas en la ordenación de montes. Aula de informática.
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Sevilla del 19 al 21 de abril
Valencia del 19 al 21 de mayo
El monte alcornocal, el corcho y sus productos. -- Los alcornocales, situación actual y futuro. -- La comercialización del corcho, base de la sostenibilidad del monte alcornocal. -- Los productos del corcho. -- Historia y situación actual de la industria corchera en Andalucía. -- Mesa redonda.
-- 9´30 Presentación -- 10´30 Exposición “Estrategia Valenciana frente al Cambio Climático”. -- 11´35 Exposición: Contribución del sector forestal a la mitigación del cambio climático. -- 12´10 Exposición: Análisis del riesgo de incendios. -- 13´40 Exposición: Sanidad Forestal en un mundo globalizado: metamorfosis de un riesgo. -- 15´35 Exposición: Interfase urbano-forestal, nuevos retos tecnológicos hacia una sociedad más resiliente. -- 16´00 Usos del dron en gestión del medio natural. -- 17´15 Asistencia técnica a los ayuntamientos. -- 17´30 Mesa redonda: Nichos de trabajo en nuevas tecnologías aplicadas al sector forestal.
Gestión del Arbolado Urbano. - Planificación, mantenimiento y viabilidad. La gestión integral y sostenible de los montes andaluces. -- Bases de la gestión Integral. -- La ordenación de montes como herramienta de planificación. -- La certificación forestal en gestión forestal sostenible. -- Puesta en valor de los recursos del monte. -- La gestión de la dehesa. -- Nuevas tecnologías aplicadas a la gestión forestal (drones, Lidar,…) -- La prevención de riesgos laborales en la gestión forestal. -- Ejemplos prácticos de gestión. -- Mesa redonda. 11 de mayo Nuevo Marco Comunitario de inversión en materia Forestal. -- Oportunidades en el medio natural. -- Ayudas gestionadas por medio ambiente. -- Ayudas gestionadas por agricultura. -- La visión del sector forestal. La ----
empresa forestal La empresa forestal presente y futuro. El autoempleo en la gestión forestal y del medio natural. Mesa redonda.
20 de mayo -- 9´30 Contextualización de la bioeconomía en el ámbito del sector forestal dentro del ámbito mediterráneo. -- 10´00 Contribución del sector forestal a la bioeconomía. -- 10´35 Bioeconomía en el contexto económico nacional. -- 12´05 Bioenergía de base forestal: oportunidades y riesgos para el desarrollo sostenible. -- 12´35 Vivir y construir con madera. -- 13´10 Sumideros CO2 y emprendimiento relacionado -- 15´35 Emprendimiento “verde”. -- 16´15 Integración productos forestales en el modelo cooperativo tradicional agrícola. -- 17´30 Mesa redonda Nichos de trabajo en bioeconomía, intercooperación y construcción en madera. 21 de mayo - Visita al monte de Enguera: Bioenergía y multifunción del monte.
Los Incendios Forestales y la interfaz urbano forestal -- Prevención y lucha contra los incendios forestales en Andalucía. -- Caso particular de la Interfaz urbano-forestal. -- Mesa redonda. Gestión de flora y fauna amenazadas en la Red Natura 2000 -- Red Natura 2000. -- Programas de conservación ex situ: el caso del lince ibérico. -- Manejo in situ de especies vegetales amenazadas. Casos prácticos de la provincia de Huelva. -- La importancia de la investigación en la conservación. -- Las organizaciones conservacionistas en los ENP. -- Educación ambiental y la labor del voluntariado. -- El arte del rastreo: el origen de la ciencia. 12 de mayo Visita a la Dehesa Frías.
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