Revista Foresta nº 70

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Foresta Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. N.o 70

El sector forestal y la protección del medio natural en la Unión Europea #ElMontecambia El cambio climático y el sector forestal Situación de los bosques en España

a Entrevist

Santiago César González Martínez Director de investigación en Biogeco, Biodiversite, Gènes et Commonautés, Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias de Francia

Embriogénesis somática Cincuenta años de autoecología forestal Productos forestales: más allá de la madera Deforestación inducida por el fuego Las unidades de conservación de recursos genéticos forestales

Especial

Los trasmochos a debate


yOrdenación y del Territorio yProtección y ambiental yGestión y de espacios naturales y especies protegidas ySeguridad y y salud yJardinería y y paisajismo yCaza y y pesca yAprovechamientos y forestales yEnergías y renovables yHidrología y

yCalidad y ambiental yEducación y ambiental yPrevención y y extinción de incendios yRestauración y de cubierta vegetal yIndustrias y forestales y papeleras ySanidad y vegetal yPeritaciones y y valoraciones yTrabajos y topográficos yConstrucciones y

Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales Avenida Menéndez Pelayo, 75, bajo izquierda. 28007 Madrid Tfno.: 91 501 35 79 . Fax: 91 501 33 89 forestales@forestales.net

www.forestales.net Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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SUMARIO APUNTES

4 La imagen de fauna. Enrique García Gómez 6 La imagen forestal. Gregorio Montero González, Enrique Torres 8 #ElMontecambia. Rafael Serrada Hierro 10 El sector forestal y la protección del medio natural en la Unión Europea. Álvaro Enríquez de Salamanca, Ismael Muñoz 12 El sector forestal y la protección del medio natural en Irlanda. Álvaro Enríquez de Salamanca 14 El cambio climático y el sector forestal: efectos, mitigación y adaptación. Álvaro Enríquez de Salamanca, Rubén Díaz-Sierra, Rosa M.ª Martín-Aranda

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15 Situación de los bosques en España. Ismael Muñoz 17 Redes forestales. Ismael Muñoz

COLABORACIONES TÉCNICAS

36 Embriogénesis somática: alternativa para la producción de planta forestal élite.

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José González Granados

Itziar Aurora Montalbán, Bixente Dorronsoro, José Manuel Oria Alústiza, Roberto Hurtado Arrizabalaga, Paloma Moncaleán

40 Cincuenta años de autoecología forestal paramétrica en España.

ENTREVISTA

Santiago C. González Martínez, director investigador en BIOGECO, Biodiversite, Gènes et Commonautés, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias de Francia (INRA).

Eduardo López-Senespleda, Gregorio Montero, Ricardo Ruiz-Peinado, Rafael Alonso Ponce, Rafael Serrada, Otilio Sánchez- Palomares

48 Productos forestales: más allá de la madera. Concha Redondo, Sven Mutke, Sarah Adams, José Antonio Bonet, Rafael Calama, Javier Calvo, Mariola Sánchez González, Roberto Rubio, Inazio Martínez de Arano

56 Deforestación inducida por el fuego en bosques mediterráneos sometidos a sequía. Víctor Resco de Dios, Asaf Karavani, Matthias M. Boer, Mara Baudena, Carlos Colinas, Rubén Díaz-Sierra, Jesús Pemán, Martín de Luis, Álvaro Enríquez de Salamanca

66 Las unidades de conservación de recursos genéticos forestales en el marco de la Estrategia Española para la Conservación y el Uso Sostenible de los Recursos Genéticos Forestales.

REPORTAJE

Jardín Botánico Sir Seewoosagur Ramgoolam (II).

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Ismael Muñoz, Ricardo Alía, Salustiano Iglesias

OPINIÓN DE ACTUALIDAD

Los trasmochos a debate. Rafael Serrada Hierro, Valentín Mugarza Martónez, Chabier de Jaime Lorán, Mario Michel

José M. García del Barrio, Francisco Auñón, Jesús Martínez Fernández, David Sánchez de Ron, Ricardo Alía

LA PÁGINA DE

88 ASEJA, patronal de referencia en la gestión de infraestructuras verdes. Ignacio Arenales Saúl 90 UNEmadera. Unión Empresarial de la Madera y el Mueble de España.

92 Noticias 95 Libros

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AGENDA

“Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”

2018. N.o 70


EDITORIAL

Una nueva Foresta T

odo cambia, nada es igual en la naturaleza, la vida es una continua evolución de la que formamos parte. Foresta, como revista especializada en el medio natural y el sector forestal, no iba a ser menos. Fruto de esta evidencia hoy presentamos una evolución de Foresta, con nuevas secciones, nuevos contenidos y nuevo diseño. Un medio de comunicación tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos públicos para no caer en la rutina; para seguir haciéndose preguntas; para ofrecer un producto atractivo, que invite a su lectura, que aumente el conocimiento de su público y que incite a la reflexión. Foresta evoluciona en los contenidos y en la forma en la que se presentan para procurar incrementar el interés de sus lectores. Foresta ha tenido varios cambios a lo largo de su trayectoria, siempre con un mismo objetivo en el horizonte: ser un referente informativo de la ciencia y la técnica forestal, un lugar de encuentro de las opiniones y sensibilidades que habitan el ecosistema forestal. Desde el primer momento Foresta ha tenido una vocación divulgativa. No es, ni pretende ser, una revista científica, sino una revista profesional, informativa y divulgativa; pero esto no impide dar cabida a la ciencia, cuya divulgación es esencial. Además, el rigor técnico y científico es una de sus características, condición obligada para hacer una revista de calidad. Con este planteamiento, y con un nuevo diseño en el que adquiere más importancia la imagen como elemento informativo, se presenta esta nueva Foresta que, en realidad, es una continuación. Nuestro objetivo es que Foresta sea un reflejo del entorno profesional, científico, político, económico y social del mundo forestal, que es tanto como

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decir de lo que sucede en más del 54 % del territorio nacional. Se mantienen como núcleo esencial de la revista las colaboraciones técnicas, donde procuraremos recoger y divulgar tanto experiencias profesionales y de gestión como trabajos de investigación, cuya difusión fuera de los limitados circuitos académicos es esencial para alcanzar a todo el colectivo profesional. La opinión de actualidad enfoca la realidad forestal desde distintas perspectivas para comprobar todas las aristas que pueden tener las actuaciones en el medio natural. En la entrevista se sigue buscando a especialistas de relevancia técnica, científica o profesional por un lado, o a personajes públicos con responsabilidades en la gestión del medio natural. El amplio cajón de apuntes recoge secciones en la que se refuerza el empleo de la imagen para transmitir información, que pueda convertirse en fuente de referencia. Como ejemplos, la imagen forestal muestra un ecosistema y su importancia ecológica, social y económica, mientras que la imagen de fauna nos acerca a una de las muchas especies que habitan nuestro medio natural. #ElMontecambia nos muestra cómo evolucionan los montes a lo largo de los años. Un análisis técnico de esa evolución aporta claves de cómo y por qué ha tenido lugar, y explica cuáles son las circunstancias que han convertido a un determinado monte en lo que es ahora. La gestión o su ausencia hacen que el monte cambie. El sector forestal y la protección del medio natural en la Unión Europea pretende acercarnos brevemente desde esta perspectiva a los estados miembros que con-

La portada de Foresta ha reflejado los distintos cambios de diseño que ha tenido la publicación a lo largo de estos veinte años 2018. N.o 70


forman la Unión Europea, política y administrativamente muy próximos a nosotros, pero a menudo grandes desconocidos. Por su parte, la situación de los bosques en España recoge datos significativos del informe homónimo de la Sociedad Española de Ciencias Forestales sobre el valor social, económico y ecológico de los bosques españoles, que pueden resultar de interés para los forestales, y para cualquier lector en general. En efectos, mitigación y adaptación al cambio climático atenderemos desde diferentes perspectivas las repercusiones de este problema global en el sector forestal, ya que sin duda es un condicionante esencial para la gestión de los montes y del medio natural en la actualidad, y de forma creciente en los próximos años. En redes forestales prestamos atención a estas potentes herramientas de comunicación, en especial a Twitter, que se ha convertido en lugar de intercambio de información y opiniones entre los actores implicados en el mundo forestal y del medio natural. Queremos que Foresta promueva y participe en este debate público, para lo cual se ha creado un perfil en Twitter, @RevForesta, para potenciar su interconexión. Además, incrementamos el nexo entre papel y tecnologías digitales, incluyendo en la página web de la revista tanto los artículos publicados como documentación adicional cuando sea preciso, todo en ello en acceso abierto, con una clara vocación de acercar de forma libre el conocimiento a la sociedad. El reportaje fotográfico es una de las señas de identidad de Foresta desde sus comienzos. La naturaleza es luz y color, y por ello la fotografía es una herramienta fantástica de conocimiento, información y sensibilización, aparte de su valor artístico, y del disfrute que produce la observación de la belleza natural. El reportaje forestal se fija en una cuestión de actualidad y la presenta desde un punto de vista informativo, aportando datos y opiniones de los principales actores, para pulsar la realidad, dando voz a diferentes sensibilidades y opiniones. Una nueva sección es la página de…, en la que queremos dar la voz al setor forestal en su conjunto. Cualquier organización de este ámbito, desde asociaciones profesionales o

Un medio de comunicación tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos públicos para no caer en la rutina; para seguir haciéndose preguntas; para ofrecer un producto atractivo, que invite a su lectura, que aumente el conocimiento de su público y que incite a la reflexión. Foresta evoluciona en los contenidos y en la forma en la que se presentan para procurar incrementar el interés de sus lectores empresariales a centros de formación o investigación, tendrá la oportunidad de presentarse y exponer sus objetivos y actividades. Y, para terminar, continuamos con las secciones de noticias y agenda forestal, de obligada atención. Foresta es un esfuerzo colectivo y desinteresado. Por una parte es el fruto de un consejo de redacción comprometido con la revista, que se esfuerza en seleccionar los contenidos y enfoques que resulten más atractivos para sus lectores. A lo largo de su trayectoria han formado parte de este consejo distintos compañeros; algunos tuvieron que dejarlo por circunstancias personales o profesionales y otros se han incorporado recientemente. Agradecemos a los primeros su esfuerzo, y damos la bienvenida a los segundos. Pero Foresta es también el fruto de la colaboración de los autores que firman los artículos. Sin ellos no sería posible la revista, y por eso reiteramos que Foresta está abierta a la participación de todos. Esperamos, deseamos, que estos cambios sean del agrado de los lectores, que les aporte información de interés y que disfruten tanto de su lectura como nosotros haciéndola. Estaremos encantados de recibir críticas constructivas que nos ayuden a mejorar y, por supuesto, de recibir colaboraciones que ayuden a enriquecer este proyecto colectivo que es Foresta. Gracias.

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Los números especiales dedicados a distintas comunidades autónomas o al Congreso Forestal Español han sido algunas de las publicaciones más demandadas por los lectores

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Grullas, OPINIÓN / DE ACTUALIDAD

Itziar Aurora Montalbán empresa o institucion

trompetas en el invierno Texto: Enrique García Gómez Fotografía: Foto Ardeidas

La grulla común, Grus grus, es una especie monógama. Cría entre uno y dos pollos, raramente tres. Pesa de 3 a 6,5 kg y tiene una envergadura de 1,8 a 2,4 m.

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Su principal y tradicional alimento es la bellota, aunque también se alimenta de pequeños vertebrados, invertebrados y cereales.

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Se reproducen en el centro y norte de Europa y también en el norte de Asia. En España dejó de reproducirse en 1954 en la Laguna de La Janda (Cádiz). Son gregarias, sus dormideros pueden concentrar varios miles de aves (hasta 14.000 ejemplares). Duermen dentro del agua, en embalses, charcas y lagunas, para evitar a los depredadores.

Turismo ornitológico En la actualidad, la grulla común se ha convertido en un atractivo turístico ornitológico debido al espectacular comportamiento de estas aves. Son muy característicos sus “bailes”, que los humanos imitaron hacia el año 7000 a. C. en Japón. El festival de las grullas en Extremadura o el turismo rural que se ha desarrollado alrededor de las grullas en la Laguna de Gallocanta en Aragón son ejemplos del tirón "comercial" de esta especie. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

Las grullas son grandes migradoras, nos visitan en invierno entre los meses de octubre y febrero. Algunas realizan un increíble viaje de más de 4.000 km hasta llegar a la península Ibérica. En ocasiones, alcanzan los 9.000 m de altitud. Lo hacen en grupos más o menos numerosos. Viajan en formación de “V”. Los adultos acompañan a sus hijos en su primer viaje, para enseñarles y aprender la ruta migratoria. Vuelan emitiendo un característico “trompeteo”.

Vacaciones invernales La península Ibérica recibió en 2017-2018 una invernada de 214.000 grullas. Extremadura con 116.171 grullas es su destino preferido, seguida de Castilla-La Mancha con 45.187 aves. Para saber más http://www.grusextremadura.org http://festivaldelasgrullas.gobex.es https://amigosdegallocanta.com http://fioextremadura.es

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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA

El alcornocal:

Gregorio Montero

Irlanda los árboles que se pelan

Gregorio Montero González y Enrique Torres En España hay 487.720 ha de Quercus suber L. No se incluyen las repoblaciones realizadas a partir de 1990, que se estiman de 125 a 130.000 ha. Si lo clasificamos por: - El origen de la masa: Masas naturales: 97,5 % Masas repobladas antes de 1990: 2,5 % - Forma de la masa:

Monte alto 97 % Monte bajo 3 %

- Por la espesura o densidad de arboles: Monte denso, no adehesado 35 % Monte aclarado adehesado o no 65 %

- Distribución superficial por CC.AA.: · Andalucía 48,6 % · Extremadura 29,3 % · Cataluña 14,2 % · Castilla y León y Castilla-La Mancha 6,9 % · Comunidad Valenciana 1 %

487.720

- Distribución superficial en el mundo: · Portugal 29,6 % · España 20,1 % · Francia 5,5 % · Italia 3,8 % · Argelia 18,6 % · Marruecos 14,8 % · Túnez 7,6 %

125.000

ha naturales

hectáreas más, repobladas a partir de 1990

- Por su composición específica: Masas puras 75 % Masas mezcladas 25 % - Por su propiedad: Montes del Estado 1,5 % Montes de U.P., ayuntamientos 8 % Montes consorciados 1 % Montes privados 89,5 %

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Mapa de distribución natural de Quercus suber L.

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Pilar Valbuena.7.º CFE

El corcho:

la piel del alcornoque Producción total de corcho

- Producción de corcho por países: · Portugal 55,5 % · España 26,7 % · Francia 3,6 % · Italia 3 % · Argelia 4 % · Marruecos 4,6 % · Túnez 2,5 %

Representación esquemática de la formación del corcho. A: casca después del descorche. El corcho se ha desprendido rompiendo la hilera de células que Desperdicios Corcho para Tapones constituían el felógeno, 35 % trituración 70 % 30 % B: 30 días después del descorche, el felógeno se reorganiza - Producción de corcho por CC. AA. por debajo de una capa · Andalucía 55,5 % de células muertas y desecada · Extremadura 28,1 % Granulado 75 % Polvo 25 % por el descorche y empieza a · Cataluña 12,4 % producir la primera hilera de cé· Castilla y León y Castilla-La Mancha 2,9 % lulas de corcho hacia el exterior · Comunidad Valenciana 1,0 % Solo el 30 % del corcho producido en un monte y de felodermis hacia el interior, de calidad media se transforma en tapones, el resC: al final del otoño del próximo año El descorche debe realizarse entre el 15 de to tiene otros usos, principalmente va a trituración. D: 9 años después. Aquí se produce un junio y el 15 de agosto, adelantándose los años de Ese 30 % que va a tapones supone algo más nuevo descorche del árbol e inicia otra vez el ciclo. (Modificado de Vieira Natividade) sequía y retrasándose los años en que el mes de del 80 % del valor de la producción anual. Corcho en plancha 65 %

Trozos 5%

Refugos 30 %

junio haya sido lluvioso y más frío de lo habitual. Suponiendo una producción máxima en la década de 1961-1970, la producción ha bajado hasta casi la mitad debido al envejecimiento de los árboles. 1961-1970

1971-1980

1981-1990

1991-2000

2001-2009

2010-2018

100 %

87,4 %

71,5 %

68 %

53,4 %

57,3 %

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APUNTES / #ELMONTECAMBIA

Ejemplo de evolución de una repoblación Rafael Serrada Hierro Sociedad Española de Ciencias Forestales @RafaelSerrada1

El monte n.º 266 del CUP, denominado "La Mierla", está situado en el término municipal de La Mierla (Guadalajara), tiene una superficie de 1.685 ha y pertenece a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. La altitud oscila entre los 1.050 y los 850 m. Las pendientes entre el 15 y el 35 % ocupan aproximadamente el 40 % de la superficie y las comprendidas entre el 35 y el 55 % representan el 30 %. El resto son zonas casi llanas por una parte, y cárcavas profundas con fuertes pendientes por otra. El monte comprende la mayor parte de las cuencas de las ramblas del Valle y Valdelamierla. Hasta el año 1980, fecha en que se realizó su repoblación forestal, eran terrenos dedicados al cultivo agrícola o poblados por Cistus ladanifer. Hasta 1982, fecha en que entró en servicio la presa de Beleña, la Mancomunidad de Aguas del Sorbe daba suministro a Guadalajara, Alcalá de Henares y otras localidades desde una toma situada aguas abajo de la desembocadura de la Rambla de Valdelamierla sobre el río Sorbe. Esta situación provocaba que al producirse aguaceros la turbidez del agua suministrada fuera muy alta, dada la gran erosión que se manifestaba en esta cuenca. Aparte del estado de deforestación que existía, una causa de los serios procesos erosivos en la zona es el sustrato geológico, una formación superficial de carácter aluvial, conocida como raña, de edad miocénica. Se trata de un material sedimentario detrítico, poco consolidado, no carbonatado, en el que destaca una matriz de textura muy heterogénea de tierra fina, rica en óxidos de hierro –que le confiere un color rojizo–, que soporta elementos gruesos de esquistos y cuarcitas, dominantemente redondeados. Se trata de una litofacies de gran vulnerabilidad frente a la erosión hídrica y al abarrancamiento, pues a su falta de consistencia, con gran facilidad para el

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1981

2000 desmoronamiento, se une una notable impermeabilidad, que potencia el flujo superficial de agua. Consecuentemente, es muy frecuente la presencia de cárcavas, que destacan en el paisaje por el color rojizo de la raña. La zona tiene un clima nemoromediterráneo genuino [VI (IV) 2] según la clasificación de Allué, con una precipitación media anual de 750 mm, una temperatura media anual de 12,5 °C y una duración de la sequía de 2,5 meses. Bajo estas condiciones, los suelos desarrollados están muy determinados por la singularidad del material mineral de partida o roca madre (raña). Si bien el componente tierra fina

Evolución del monte desde 1981 hasta 2017

2018. N.o 70


es el dominante, la elevada presencia de elementos gruesos condiciona aspectos como la profundidad y la capacidad de retención de agua, que suelen ser reducidas. La tierra fina es de textura franca-arcillosa, que da lugar a una permeabilidad global escasa, con manifestación frecuente de discontinuidades por cambio en la abundancia de las fracciones más finas. Son suelos deficientemente humíferos. Finalmente, y desde un punto de vista químico, son suelos totalmente descarbonatados, de reacción moderadamente ácida y libres de influencia salina. En 1980 se aborda la reforestación que se analiza, cuyas características se resumen a continuación: PLANIFICACIÓN: - Teniendo en cuenta los muy notables procesos erosivos con abarrancamiento, es evidente que el objetivo preferente de la repoblación fue la protección hidrológico-forestal en todo el monte. - La división en rodales se fundamenta en las variaciones de pendiente descritas, condicionante de las posibles alternativas de preparación del suelo que luego se exponen. - Se consideraron como especies compatibles Pinus pinaster y P. pinea, siendo la primera la especie preferente. La elección de especie recae en Pinus pinaster, mientras que P. pinea se introduce únicamente en una pequeña zona a modo de prueba. - Como método de repoblación se aplica la plantación de modo generalizado. - La densidad inicial se define mediante un marco de 2 x 2 m, que supone 2.500 pies/ha. EJECUCIÓN: - Los desbroces, dada la baja espesura del matorral de Cistus ladanifer y los procedimientos

de preparación del suelo, no se consideran necesarios. - La preparación del suelo fue diferente según las pendientes: . en zonas llanas, con pendiente inferior al 15 %, se realizó un acaballonado completo en llano para evitar los problemas de encharcamiento intermitente provocados por el horizonte argílico favorecido por el cultivo agrícola anterior. . en zonas de pendiente superior al 15 % e inferior al 55 % se realizó una preparación del suelo mediante aterrazado con subsolado, sobre suelos silíceos no evolucionados. . en zonas con pendiente superior al 55 % no se realizó repoblación. - Las plantaciones se hicieron con planta a raíz desnuda de dos savias, de pino rodeno, mediante plantación mecanizada. EVOLUCIÓN: La ejecución de esta repoblación tuvo importantes críticas, probablemente achacables a que se desconocía o no se esperaba la favorable evolución posterior de la masa, como muestran las fotografías. La masa se ha mantenido ejecutando estructuras perimetrales, cortafuegos y áreas cortafuegos en las que se han hecho algunas claras. También se han realizado trabajos de reparación y mantenimiento en los diques de mampostería gavionada realizados como cierre en muchos de los barrancos. Gracias a ello, la emisión de caudales sólidos por la Rambla de Valdelamierla ha cesado hace tiempo. En la actualidad, dado el desarrollo de la masa, es muy urgente que se aborde, en toda su extensión, un completo plan de claras. En otro caso, puede entrar en decaimiento.

1945

2016 Mapa del Instituto Geográfico Nacional Ortofotos del monte de 1945 y 2016

2017 Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA

Unión Europea L

a Unión Europea (UE), la asociación económica y política que cubre gran parte del continente europeo, agrupa 28 estados, con varios candidatos a la adhesión, y otro, Reino Unido, en proceso de salida. España es miembro desde 1986. La población de la UE en 2017 era de 512 millones de habitantes en un territorio de 4,5 millones de km². España es el segundo país en extensión y el quinto en población. El objeto de esta sección es aportar unas pinceladas sobre el sector forestal y el medio natural en la UE para fomentar un mejor conocimiento del proyecto común europeo. Cabe destacar que la mayoría de la biodiversidad se concentra en terrenos forestales, así que hablar del sector forestal es hacerlo también de la protección de la biodiversidad, del agua, del paisaje y del disfrute público de todos estos servicios ambientales. En consecuencia, analizar el sector forestal lleva implícito considerar la protección del medio natural. El porcentaje de superficie forestal en la UE en 2015 era del 36,1 % considerando solo bosques y el 40,8 % incluyendo otras zonas con leñosas (arbolado claro y matorral). Este porcentaje es superior a la media mundial, del 30,8 %. Además, frente a una reducción mundial de la superficie forestal entre 1990 y 2015 del 1 %, en Europa se ha producido un incremento del 2 %, lo que supone 357.000 ha/año. En cuanto a datos absolutos, la UE tiene 182 millones de ha forestales, de las que 161 millones son bosques. Los seis Estados miembros con mayor superficie forestal, Suecia, Finlandia, España, Francia, Alemania y Polonia, suman las dos terceras partes de la superficie forestal de la UE. En los países mediterráneos la superficie no boscosa tiene más importancia que en los países nórdicos; en España, el 54,6 % es forestal pero solo el 36,4 % son bosques. La UE tiene diferentes tipos de bosques, reflejo de su diversidad geoclimática (boreales, templados, mediterráneos, etc.). Solo el 4 % del área boscosa no ha sido modificada por la intervención humana; el 8 % son plantaciones, y el resto bosques "semi-

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naturales", intervenidos por el hombre. La mayoría de bosques europeos, un 60 %, son de propiedad privada frente a un 40 % de propiedad pública. Los bosques proporcionan numerosos servicios ecosistémicos, como la protección del suelo, formar parte del ciclo del agua, regular el clima local y global y proteger la biodiversidad. Desde un punto de vista socioeconómico generan recursos, en especial madera, que se podría obtener del 83 % de la superficie boscosa de la UE. Los bosques europeos suman 26.534 millones de m3 de madera con una clara tendencia creciente de 295 millones de m3 de media al año desde los últimos veinticinco. Los usos principales de la madera son la generación de energía (42 %), aserraderos (24 %), papel (17 %) y tableros (12 %). Aproximadamente la mitad de la energía renovable que se consume en la UE proviene de la madera. Además, los bosques son

182

millones de ha forestales

161

millones de ha son bosques 2018. N.o 70


una fuente de productos no madereros como frutos y hongos, corcho, resinas y aceites, y servicios como caza, recreo o turismo. Los bosques son fuentes de empleo, especialmente en zonas rurales. El sector forestal representa aproximadamente el 1 % del PIB de la UE (hasta el 5 % en Finlandia) y genera empleo para unos 2,6 millones de personas. Además, los bosques ocupan un lugar importante en la cultura europea. La protección de la biodiversidad está muy relacionada con la protección de los terrenos forestales, ya que la mayor parte de la diversidad animal y vegetal se refugia allí. Europa alberga una elevada biodiversidad, con zonas muy destacadas, como el Mediterráneo. Sin embargo, la pérdida de diversidad biológica se ha acelerado, como ocurre en otras partes del mundo. Se ha estimado que un 42 % de los mamíferos europeos, un 15 % de las aves y el 45 % de las mariposas y los reptiles se encuentra en riesgo de extinción. Los Estados miembros tienen diferentes espacios naturales protegidos destinados a preservar sus valores naturales más notables. El esfuerzo más destacable en el conjunto de la UE es la Red Natura 2000, una red de 26.000 áreas protegidas en todos los Estados miembros que albergan especies raras y amenazadas, y hábitats naturales de interés, que precisan una protección global a nivel europeo, tanto en tierra como en el mar, y que es la red coordinada de áreas protegidas más grande del mundo. Su objetivo es garantizar la supervivencia a largo plazo de las especies y hábitats más valiosos y amenazados de la UE, enumerados en las Directivas Aves y Hábitats. En la actualidad ocupa más del 18 % de la superficie terrestre de la UE y casi el 6 % de su territorio marino. Álvaro Enríquez de Salamanca e Ismael Muñoz @AlvaroEnriquezS, @ismaelnatura

60 % 40 % propiedad privada

propiedad pública

4%

8%

plantaciones

bosques no intervenidos

88 %

bosques seminaturales

Superficie forestal total Verde: Bosques; Marrón: Otras zonas con especies leñosas

Superficie forestal relativa. Verde: Bosques; Marrón: Otras zonas con especies leñosas

FUENTES CONSULTADAS Agencia Europea de Medio Ambiente. https://www.eea.europa.eu/es European Commission. Environment. http://ec.europa.eu/environment European Fores Institute. http://www.efi.int Eurostat. Comisión Europea. http://ec.europa.eu/eurostat Ministerial Conference on the Protection of Forests in Europe. http://foresteurope.org Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. http://www.mapama.gob.es Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. http://www.exteriores.gob.es Parlamento Europeo. http://www.europarl.europa.eu Unión Europea. https://europa.eu/european-union/about-eu World Bank. Open Data. https://data.worldbank.org/indicator/

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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA

Irlanda Bosques en Irlanda

DATOS GENERALES Irlanda es miembro de la UE desde 1973. Su población en 2017 era de 4.792.500 habitantes, un 63 % urbana y un 37 % rural; la población de la capital, Dublín, y su área metropolitana es de 1.350.000 habitantes, el 28 % del país. Esta población supone el 0,9 % del total de la UE, ocupando la posición 20 de los 28 países. La superficie del país es casi 70.000 km², siendo el país 16 de 28 de la UE. Los sectores más importantes de la economía son la industria (38,9 %), el comercio, el transporte y la hostelería (12,9 %), y la administración pública, defensa, educación, salud y servicios sociales (12,3 %). El PIB por habitante en estándar de poder adquisitivo expresa la relación del país con la media de la UE (100); Irlanda tiene un valor de 183, superior a la media. EL SECTOR FORESTAL La superficie forestal de Irlanda en 2015 era del 10,5 % del total del país, el segundo porcentaje más bajo de la UE. La superficie de prados es del 62 % y la de terrenos urbanizados un 2 %. Del porcentaje forestal, un 90 % corresponde a bosques y un 10 % a bosque abierto (claro). La superficie forestal total es de 731.652 ha, ocupando el puesto 22 de los 28 estados miembros. Esta superficie se ha incrementado en el último siglo: en 1928 apenas alcanzaba el 1,2 %, el mínimo registrado en el país; y en 1985, el 5,9 %. El incremento de superficie forestal se debe al esfuerzo para reforestar 665.000 ha desde 1922, cuando se constituye el Estado. Entre 1922 y 1989 las repoblaciones fueron principalmente públicas, y a partir de entonces fue ganando peso el sector privado, llegando al 90 % en 1999 y casi al 100 % en 2015. Como resultado de la política de reforestación, cerca de las tres cuartas partes de los bosques del país están formados por árboles de 30 años de edad o más jóvenes. Entre los años 1930 y 1940 la proporción de especies repobladas era de un 90 % de coníferas y un 10 % de frondosas, reduciéndose

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10,5 %

del territorio es forestal 731.652 ha

las segundas hasta el 4 % a principios de la década de 1990. La concesión de ayudas a la plantación de frondosas ha elevado actualmente su empleo al 23 %. La principal especie forestal es Picea sitchensis, con más de la mitad de la superficie de bosques del país, siguiendo en importancia los pinos, con un 11 % de la superficie. En su conjunto, las coníferas suponen el 74 % de la superficie arbolada y las frondosas el 25 %. Para evaluar el estado de los bosques se lleva a cabo el Inventario Forestal Nacional de Irlanda, que utilizan parcelas permanentes para su seguimiento. El primer inventario se realizó entre 2004 y 2006 y el segundo entre 2009 y 2012. La producción de madera en rollo (incluida leña) en 2015 fue de 3,25 millones de m³, el nivel más alto desde que comenzaron los registros, procediendo en un 77 % de la empresa Coillte. La producción de madera de coníferas fue de 3,06 millones de m³. La previsión de producción neta entre 2016 y 2036

74 %

superficie forestal arbolada son coníferas

3,25

millones de m3 de madera en 2015 (incluidas leñas) 2018. N.o 70


se estima en 107,8 millones de m³. Entre 2008 y 2015 se ha registrado un fuerte incremento en la exportación de madera aserrada, principalmente destinada al Reino Unido. En 2014, el 35 % de la madera en rollo se utilizó para la generación de energía, principalmente en el sector de productos forestales. Los bosques del país almacenaban 381 millones de toneladas de carbono en 2012, un incremento de 348 millones de toneladas respecto a 2006. El valor total de la actividad económica del sector forestal en 2012 fue de 387 millones de euros en el subsector de cultivo y selvicultura y 1.389,1 millones de euros en el procesado de la madera. Teniendo en cuenta los efectos indirectos e inducidos, el valor total del sector forestal es de unos 2.300 millones de euros, generando un empleo equivalente a 12.000 trabajadores a tiempo completo. En cuanto a las actividades recreativas, los últimos datos disponibles recogen 18 millones de visitas a los bosques irlandeses. En los estudios de 2015 no se detectaron plagas o enfermedades dañinas, para las cuales Irlanda está incluida dentro de Zonas Protegidas de la UE. Los incendios forestales se desarrollan principalmente en primavera, el periodo seco, sobre todo en bosques establecidos en terrenos que anteriormente no estaban acotados. Los daños por incendios han disminuido en los últimos años, no llegando a 200 ha en 2015, si bien en 2010 y 2011 rondaron las 1.500 ha. LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL Irlanda tiene seis parques nacionales: Glenveagh, Ballycroy, Connemara, The Burren, Killarney y Wicklow Mountains. Una figura de protección básica es el Área de Patrimonio Natural (Natural Heritage Area, NHA), que contiene hábitats o especies de plantas y animales cuyo hábitat necesita protección. Se incluyen en esta categoría 75 turberas altas, que abarca 23.000 ha y 73 turberas de cobertor, que cubren 37.000 ha. El Servicio Geológico de Irlanda está realizando una lista de sitios geológicos y geomorfológicos que necesitan protección como NHA. Además, hay 630 NHA propuestas desde 1995, aunque no declaradas, que abarcan lugares importantes para la vida silvestre y los hábitats, y que cubren 65.000 ha; su designación se llevará a cabo de manera gradual en los próximos años, pero mientras tanto están sujetas a una protección limitada. También existen reservas naturales, áreas de importancia para la vida silvestre protegidas por orden ministerial, la mayoría, del Estado, aunque también algunas privadas y santuarios para que las aves de caza puedan descansar y alimentarse sin ser molestadas. Irlanda tiene un 13 % de su superficie (19.486 km²) dentro de la Red Natura 2000. Las Zonas Especiales de Conservación (Special Areas of Conservation, SAC) declaradas por la Directiva de Hábitats suman 430 sitios, con una superficie de 16.950 km², el 58 %, marinos. Las Zonas de Especial Protección

Especies Picea sitchensis Picea abies Pinus sylvestris

Superficie

Porcentaje

334.560 ha

52,4 %

26.340 ha

4,1 %

8.010 ha

1,3 %

Otras especies de Pinus

61.950 ha

9,7 %

Pseudotsuga menziesii

10.380 ha

1,6 %

Larix spp.

27.740 ha

4,4 %

Otras coníferas Quercus robur y Q. petraea Fagus sylvatica Fraxinus excelsior Acer pseudoplatanus

3.850 ha

0,6 %

16.840 ha

2,6 %

9.500 ha

1,5 %

20.610 ha

3,2 %

9.250 ha

1,5 %

Betula spp.

37.370 ha

5,9 %

Alnus spp.

15.080 ha

2,4 %

Otras frondosas de vida corta

46.220 ha

7,3 %

Otras frondosas de vida larga

9.440 ha

1,4 %

637.140 ha

100,0 %

Total

Distribución por especies

Csscada de Torc

Red Natura 2000 SAC (Special Areas of Conservation) SPA (Special Protection Areas)

6

parques nacionales

(Special Protection Areas, SPA) en virtud de la Directiva de Aves suman 165 sitios, con una superficie de 5.895 km², el 27 %, marinos. Álvaro Enríquez de Salamanca Ingeniero Técnico Forestal. Doctor en Ciencias Ambientales @AlvaroEnriquezS

13 %

superficie terrestre es RN2000 19.486 ha

FUENTES CONSULTADAS Central Statistics Office. http://cso.ie/en/index.html Department of Agriculture, Food and the Marine. https://www.agriculture.gov.ie/forestservice Environmental Protection Agency. Geo Portal. http://gis.epa.ie/European Commission. Environment. http://ec.europa.eu/environment Eurostat. Comisión Europea. http://ec.europa.eu/eurostat Ireland’s Forests. Annual Statistics. 2016. Department of Agriculture, Food and the Marine. Natural Parks & Wildlife Service. https://www.npws.ie Unión Europea. https://europa.eu/european-union/about-eu/countries_es

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APUNTES / CAMBIO CLIMÁTICO Y SECTOR FORESTAL: EFECTOS, MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN

Escenarios climáticos E

l clima ha cambiado mucho a lo largo de las diferentes eras geológicas. Incluso en tiempos históricos se registran etapas cálidas y frías, con ligeras variaciones de temperatura. Pero a finales del siglo XX la temperatura media comenzó a incrementarse de forma anormalmente rápida, con cambios que no tienen precedentes en los últimos milenios, como consecuencia de las actividades humanas, singularmente por las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la utilización de combustibles fósiles y a la deforestación; es el cambio climático antropogénico. Los cambios futuros en el clima dependerán de los esfuerzos que se hagan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Para evaluar situaciones futuras y repercusiones de las políticas de mitigación se establecen escenarios climáticos. ESCENARIOS CLIMÁTICOS Los escenarios climáticos son estimaciones de los posibles rasgos futuros del clima. El 5º Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) propone cuatro escenarios o Sendas Representativas de Concentración (RCP), definidos por el forzamiento radiativo en 2100, marcado por la concentración de GEI: un escenario de mitigación de emisiones (RCP2.6), dos de estabilización (RCP4.5 y 6) y otro con emisiones muy altas (RCP8.5). Los escenarios, como estimaciones de los posibles rasgos futuros del clima, están sujetos a incertidumbres que afectan a todo su proceso de generación. Cuando estos escenarios se adaptan regionalmente se habla se escenarios regionalizados; en España los estudia la AEMET. PREVISIONES PARA ESPAÑA Europa se está calentando más rápido que otras partes del mundo, con un incremento medio de la temperatura en la última década de 1,3 °C frente a una media mundial de 0,8 °C. Entre las regiones particularmente vulnerables están la cuenca mediterránea, áreas de montaña, llanuras densamente pobladas, zonas costeras, áreas ultraperiféricas de la UE o el ártico. En la Región Mediterránea tendrá lugar: - Un incremento de temperatura superior a la media europea, más pronunciado en los meses estivales que en los invernales; para el escenario

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RCP4.5

RCP8.5

RCP4.5

RCP8.5

RCP4.5

RCP8.5

RCP8.5 a finales del siglo XXI experimentará incrementos medios de temperatura de 3,8 ºC en los meses invernales y 6,0 ºC en los estivales - Una reducción de la precipitación anual en la Península Ibérica, más acusada cuanto más al sur, con una fuerte reducción en los meses estivales; para el escenario RCP8.5 y finales del siglo XXI las reducciones medias de precipitación serán del 12 % y 24 % en los meses invernales y estivales respectivamente. - Un aumento de valores extremos relacionados con precipitaciones de origen tormentoso. La regionalización de estos escenarios permite establecer previsiones locales, que deberían ser tenidas en cuenta en la planificación forestal, en especial en trabajos como las repoblaciones forestales. Álvaro Enríquez de Salamanca1, Rubén Díaz-Sierra2, Rosa Mª Martín-Aranda2 1 DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental; 2 Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

Variación para 2081-2100 en los escenarios RCP4.5 y RCP8.5. Arriba: Precipitación anual (%). Centro: Temperatura máxima (°C). Debajo: Escorrentía (%). Fuente: AEMET

FUENTES CONSULTADAS Agencia Estatal de Meteorología. Proyecciones climáticas para el siglo XXI. http://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/cambio_climat IPCC. Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. 2014. http://www.ipcc.ch/report/ ar5/wg2 Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Cambio Climático. http://www.mapama.gob.es/es/cambio-climatico/ temas/

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APUNTES / SITUACIÓN DE LOS BOSQUES EN ESPAÑA

27,63 millones de ha, superficie forestal española Se divide en forestal arbolada 18,4 millones de ha (66,1 %), monte desarbolado 32,6 % y arbolado disperso 1,3 %. Las frondosas son 10,1 millones de ha (55,3 %), las coníferas 6,8 millones (37,2 %) y las masas mixtas son 1,4 millones de ha (7,5 %). Es el segundo país de la UE en superficie forestal y el tercero en superficie forestal arbolada.

717,7

millones de toneladas de carbono almacenan los bosques españoles El 69 % forma parte de la biomasa aérea y el 31 % de la biomasa radical. Las superficie de matorral almacena 62,4 millones de toneladas de carbono.

66 %

de la superficie forestal es privada

41 %

de la superficie forestal tiene alguna figura de protección Son 11,2 millones de ha, de las cuales el 66 % es arbolada. 615 especies silvestres están incluídas en el Régimen de Protección Especial: las aves suponen el 40 % de ese listado y la flora el 28 %. Hay 326 especies amenazadas: 134 catalogadas como vulnerables y 192 en peligro de extinción.

La propiedad privada incluye los montes vecinales en mano común, bosques de propiedad industrial, particulares o familiares y de colectivos, también llamados montes propios. Los públicos (34 %) engloban los montes propiedad del Estado, de las comunidades autónomas y los municipales En el caso de la superficie arbolada la propiedad privada es del 70 %.

16,4 %

superficie forestal tiene plan de ordenación El 7,2 % de la superficie forestal cuenta con un certificado de gestión forestal sostenible. Casi el 19 % de la superficie arbolada (3,4 millones de ha) está destinada a producción de madera, el 20 % a la protección de suelo y agua (3,7 millones ha), un 12 % con vocación preferente de conservación de biodiversidad (2,2 millones ha) y un 48 % tiene uso múltiple (8,9 millones de ha)

Ismael Muñoz Linares

1.063

millones de m3 de volumen maderable El 55 % de este volumen (589,4 millones m3) son coníferas y el 45 % son frondosas (473,6 millones m3). El 80 % de todas cortas se hace en montes privados. El 69 % de todas las cortas se hace en el arco atlántico, en el 14 % de la superficie del país. Fuente: Bravo F, Guijarro M, Cámara A, Díaz Balteiro L, Fernández P, Pajares JA, Pemán J, Ruiz Peinado R. 2017. La situación de los bosques y el sector forestal en España - ISFE 2017. Sociedad Española de Ciencias Forestales.

Aproximación a la situación de los bosques en España Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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FOTOGRAFÍA DE PORTADA Llega la primavera y la vida vuelve a los montes y campos adormecidos durante el frío invierno. Las flores adornan el paisaje, sucediéndose de forma ordenada, cortés, desde los tempranos narcisos a los tardíos piornos, garantizando varios meses de belleza y de alimento gradual para los nuevos imagos de insectos que emergen para completar su ciclo vital. Ninfálidos, Cerambícidos –como los de esta fotografía– y toda una cohorte de invertebrados invaden el campo, y sirven de alimento a su vez a otras especies, en una compleja trama de relaciones ecológicas que conforman los ecosistemas naturales. Porque los ecosistemas son eso: elementos interrelacionados, que cuanto mejor sepamos comprender, mejor podremos gestionar y conservar.

EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR Álvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental, SL @AlvaroEnriquezS SUBDIRECTOR Andrés Arregui Noguer Ingeniero Técnico Forestal Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente DIRECTOR TÉCNICO Ismael Muñoz Linares Licenciado en Ciencias de la Información Altermedia Comunicacion, SL @ismaelnatura CONSEJO DE REDACCIÓN Francisco Javier Cantero Desmartines Ingeniero Técnico Forestal Dirección General de Medio Ambiente. Comunidad de Madrid Enrique García Gómez Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Medio Ambiente Diputación de Toledo

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José González Granados Ingeniero Técnico Forestal Parque Regional del Sureste. Comunidad de Madrid / Ayuntamiento de Aranjuez Salustiano Iglesias Sauce Ingeniero Técnico Forestal Sociedad Española de Ciencias Forestales David León Carbonero. Ingeniero Técnico Forestal Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente María José Manzano Serrano Ingeniera Técnica Forestal ESMA Estudios Medioambientales, SL @esmasl_es, @mariaj_manzano Jorge Rodríguez López. Ingeniero Técnico Forestal Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente @Jorgenemoralis AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Sarah Adams, Ricardo Alía, Rafael Alonso Ponce, Ignacio Arenales Saúl, Francisco Auñón, Mara Baudena, Matthias M. Boer, José Antonio Bonet, Rafael Calama, Raúl de la Calle Santillana, Javier Calvo, Carlos Colinas, Rubén Díaz Sierra, Bixente Dorronsoro, Alvaro Enríquez de Salamanca, José M. García del Barrio, Enrique García Gómez, José González

Granados, Roberto Hurtado Arrizabalaga, Salustiano Iglesias Sauce, Chabier de Jaime Lorén, Asaf Karavani, Eduardo López-Senespleda, Martín de Luis, Rosa M. Martín Aranda, Inazio Martínez de Arano, Jesús Martínez Fernández, Mario Michel, Valentín Mugarza Martínez, Ismael Muñoz Linares, Itziar Aurora Montalbán, Paloma Moncaleán, Gregorio Montero, Sven Mutke, José Manuel Oria Alústiza, Jesús Pemán, Concha Redondo, Víctor Resco de Dios, Roberto Rubio, Ricardo Ruiz-Peinado, David Sánchez de Ron, Mariola Sánchez González, Otilio Sánchez-Palomares, Rafael Serrada Hierro, Enrique Torres y UNEmadera. DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Agencia Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.

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REDES / FORESTALES

Internacional

Medios de comunicación

Tejiendo redes El mundo forestal y el medio natural también están presentes en las redes sociales. Twitter, Facebook, Instagram, Linkedin... cada una de ellas tiene unas características y aporta una forma de comunicar, de relacionarse y de transmitir conocimiento, opiniones y emociones. Estas redes han convertido a cada usuario en un medio de comunicación, en un altavoz de mensajes propios y ajenos. Instituciones, empresas, administraciones públicas, profesionales, grupos sociales, medios de comunicación tradicionales y ciudadanos interesados en el medio natural buscan y comparten información en este bosque virtual que son las redes sociales. Diferenciar lo que merece la pena de lo que te distrae, en definitiva lo que te interesa, solo lo puedes decidir tú, pero nosotros te hacemos algunas sugerencias, por si no las conocías. Nos centramos en twitter porque es la red más informativa, más inmediata: menos personal que Facebook y menos promocional que Linkedin. Y a la que cada día nuevos usuarios se incorporan desde el el mundo forestal. Os invitamos a participar, a informar y a opinar, a aportar valor al debate que cada día hay en las redes sociales sobre el medio natural. En cada número propondremos unas cuentas a las que seguir.

Certificación

Periodistas

Ismael Muñoz. @Ismaelnatura Universidad

Profesional

Ferias y congresos

Propietarios

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ENTREVISTA

Santiago César González Martínez, director investigador en BIOGECO, Biodiversite, Gènes et Commonautés, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias de Francia (INRA)

"La investigación genética está difuminando el concepto de especie" Ismael Muñoz Linares, Ricardo Alía Miranda, Salustiano Iglesias Sauce

La investigación genética está cambiando los paradigmas fisiológicos en los que nos hemos movido hasta ahora. Cada nuevo descubrimiento abre nuevas ventanas de conocimiento que puede ser aplicado a la gestión forestal. Santiago C. González Martínez es uno de los investigadores nacionales más destacados en esta materia. Tan solo hay un pero, desarrolla su trabajo en Francia. El suyo es un caso tristemente repetido en los últimos años, algunos de los mejores investigadores científicos, formados en España con becas públicas, tienen que marcharse al extranjero para continuar con su carrera profesional, obligados a decidir entre su pasión, asociada a un posible desarraigo, y la comodidad de quedarse en casa pero sin muchas posibilidades de hacer lo que quieren, investigar.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de investigación en diversidad genética? Es un término muy amplio. Lo que hacemos nosotros es utilizar diferentes marcadores moleculares y rasgos fenotípicos para identificar las poblaciones e individuos con mayor diversidad genética. Es decir, buscamos genomas más diferentes o mayor varianza fenotípica, y que, por tanto, puedan adaptarse mejor a las condi-

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ciones ambientales cambiantes del futuro. La investigación genética ¿puede cambiar el concepto que ahora tenemos de especie?, ¿de qué manera? ¡Desde luego! Todo está escrito en el genoma. Usando análisis genéticos se han identificado especies crípticas que morfológicamente parecían las mismas. Estamos difuminando el concepto de especie. Al final descubres que todos estamos emparentados a nivel de genoma. Es difícil poner un límite entre qué es una especie y qué una subespecie, los bordes cada día son más difusos, por eso vamos a una combinación de la taxonomía clásica, basada en rasgos morfológicos, y la molecular. ¿Cómo puede influir la investigación genética en las repoblaciones forestales? Las plantaciones forestales necesitarán utilizar materiales bien adaptados a los nuevos ambientes y también que pueden responder mejor a cambios imprevistos. La investigación genética puede ayudar a identificar las po2018. N.o 70


blaciones mejor adaptadas a estos ambientes futuros y también las más plásticas, es decir, las que se espera que respondan mejor ante una gran variedad de situaciones ambientales. Además, el uso de material mejorado es una forma de aumentar la resiliencia de las plantaciones sin perder productividad. ¿Podríamos llegar a hacer repoblaciones a la carta conociendo los genomas de cada una de las plantas que se va a utilizar? No, eso no es viable ahora, quizás en algún momento. Ahora lo que tenemos es un mejor conocimiento de cada lugar de procedencia, de cómo responden a la sequía algunas de las especies más importantes, cómo crecen, qué variación fenológica tienen. Es decir, cada día nos es más fácil encontrar la procedencia adecuada a cada lugar de plantación, la mejor adaptada desde el punto de vista de las condiciones climáticas, presentes o de futuro, o que tenga mayor plasticidad. Pero, por ejemplo, con respecto a la tolerancia a la sequía conocemos unos pocos genes pero nos faltan otros muchos por conocer, no logramos explicar toda la variabilidad que hay. Todavía estamos lejos de llegar a hacer una repoblación a la carta. ¿Ni siquiera en plantaciones o en selvicultura intensiva? En algunas especies donde es posible hacer plantaciones clonales intensivas, estoy pensando en eucaliptos y chopos, por ejemplo, sí que estaríamos más cerca de ese escenario porque se trabaja solamente con unos pocos clones muy bien caracterizados y es posible hacer combinaciones que se ajusten muy bien a un determinado ambiente. ¿Qué peligros encierran esas combinaciones de clones o incluso la posibilidad actual de hacer manipulaciones genéticas? No podemos generalizar y entender la manipulación genética de forma peyorativa. Podemos hacer una modificación muy fina y controlada de forma que sea inocua para el medioambiente, y podemos hacer modificaciones peligrosas que no son

Parte de la investigación que hacemos se centra en conseguir identificar variaciones genéticas que puedan ser útiles en relación al cambio climático. Por una parte, nos interesa conocer nuestros bosques naturales para saber cuáles son los que van a sobrevivir a los cambios que se puedan producir, y, por otra, los programas de mejora genética van también orientados a producir materiales más resistentes a la sequía y más adaptables a los cambios repentinos de temperatura o a nuevas plagas

éticamente aceptables. Pensando en plantaciones forestales donde las masas conviven con masas naturales no hay posibilidad de contención de esos transgénicos, por lo que hay que pensar con mucho cuidado lo que se hace. No puedo decir que esté a favor ni en contra; hay que hacer estudios muy serios de las consecuencias para el medio ambiente en cada caso particular. Tenemos que huir de posiciones de ignorancia que niegan la posibilidad de cualquier transgénico y por otro lado está muy justificado ser muy cuidadosos con otros casos que sí pueden ser un peligro para el medioambiente. ¿Cuáles serían sus recomendaciones para los gestores forestales con el fin de aprovechar al máximo la variabilidad genética que encontramos en las poblaciones? Es necesario invertir tiempo en conocer las poblaciones, ver cuáles son las más diversas, cuáles se po-

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drían ajustar mejor a las condiciones ambientales futuras y cuáles necesitarán una gestión que las ayude a sobrevivir, incluyendo quizás el cambio de procedencia o especie, o medidas para favorecer la regeneración. En general, los bosques ibéricos tienen gran variabilidad genética por lo que, por ejemplo, sistemas de regeneración basados en regeneración natural podrían constituir una garantía de futuro. ¿Qué puede aportar un mayor conocimiento de la diversidad genética de las especies a la hora de elaborar estrategias y programas de adaptación al cambio climático en las masas forestales? El cambio climático además de ser un proceso muy rápido, que posiblemente no permita los tiempos necesarios para la adaptación por procesos de selección natural, va a traer climas y amenazas (por ejemplo, nuevas plagas y enfermedades) que son desconocidas en las poblaciones actuales. El conocimiento de la diversidad genética de las poblaciones podría ayudar a anticipar las respuestas de dichas poblaciones y, por tanto, la elaboración de estrategias basadas en sus respuestas esperadas. También podría ayudar a producir, mediante mejora genética, montes más productivos y sanos, utilizando todo el potencial natural inexplorado de nuestros montes. ¿Somos capaces de conseguir plantas con mayor capacidad de secuestro de CO2? Sí, yo creo que sí. Parte de la investigación que hacemos se centra en conseguir identificar variaciones genéticas que puedan ser útiles en relación al cambio climático. Por una parte, nos interesa conocer nuestros bosques naturales para saber cuáles son los que van a sobrevivir a los cambios que se puedan producir, y, por otra, los programas de mejora genética van también orientados a producir materiales más resistentes a la sequía y más adaptables a los cambios repentinos de temperatura o a nuevas plagas. Estas van a ser las grandes aplicaciones de la investigación genética en el futuro cercano.

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Su grupo de trabajo es un referente a nivel mundial. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación en las que están trabajando? El objetivo principal es entender mejor los procesos de adaptación local, incluyendo la escala geográfica en la que tienen lugar. Así, nos preguntamos ¿hay suficiente variación en un monte para adaptarse a las condiciones futuras o hay que traer material genético de otras partes que pueda estar mejor adaptado? Estudiamos también el modelo de adaptación, si necesita de pocos genes o de muchos, con efectos individuales pequeños e incrementales. Y estudiamos por último la escala temporal, es decir, la velocidad a la que se produce dicha adaptación. También intentamos dilucidar los factores clave, climáticos o de otro tipo, que puedan promover las adaptaciones genéticas que observamos en la actualidad, de manera que podamos desarrollar también modelos predictivos. ¿Qué aplicación pueden tener los resultados de estos proyectos de investigación en la gestión forestal? Nuestra investigación puede ayudar a los gestores forestales a identificar las poblaciones más diversas y mejor adaptadas a condiciones ambientales particulares y, también, proporciona información sobre cómo gestionar los montes de manera que se mantenga y promueva la diversidad genética. Además, nuestra investigación proporciona información de base a los programas de mejora genética, cuyos objetivos están evolucionando de meramente productivos a considerar aspectos relacionados con la resiliencia. A nivel mundial ¿cuáles han sido los avances tecnológicos y metodológicos más importantes que se han obtenido en los últimos años en su área de trabajo? Quizás el avance más notable sea la facilidad con la que podemos obtener información genómica en la actualidad. En los últimos años, por ejemplo, se han secuenciado los genomas completos de muchas especies forestales, incluyendo pinos y robles, lo que produce una gran cantidad de información muy útil.

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De cara a futuro, ¿qué desarrollos y avances científicos cabe esperar en su ámbito de trabajo? Nuestro mayor reto en este momento es ver cómo la información genómica está asociada con los caracteres adaptativos fenotípicos y cómo podemos usar esa información en modelos predictivos que ayuden a mejorar la gestión forestal y adaptarse al cambio climático. Para ello necesitamos nuevas tecnologías y metodologías que permitan el análisis rápido de miles de árboles en condiciones naturales. ¿Es la investigación forestal un elemento básico en la toma de decisiones de los gestores forestales en otros países? No siempre, lo que constituye una pérdida de oportunidades. En general, aunque la situación va mejorando, los resultados de investigación no se transmiten de forma adecuada a los gestores y usuarios de los montes. Este es un problema en todos los países donde he trabajado, y tiene su raíz tanto en la falta de profesionales de la comunicación que hagan esa labor como en la limitación de los medios disponibles para que los investigadores hagan su trabajo de forma efectiva. La investigación ¿se hace en función de las necesidades de propietarios y gestores o tiene sus propios intereses ajenos a las necesidades de gestión? Hay un poco de todo pero, en general, haría falta una mayor interacción entre investigadores y gestores. En nuestro laboratorio intentamos hacer una investigación aplicada, que sea útil en la gestión del día a día, pero la investigación básica no aplicada es también necesaria para el avance de la ciencia. En Francia está muy diferenciada lo que llaman investigación básica de lo que llaman investigación de servicio. En el instituto donde trabajo hay un lema que dice “hacer investigación útil y bella”, es decir, que además de tener valor científico también ayude a la economía francesa. ¿Cuáles son las diferencias que observa comparando la investigación forestal en España y en Francia,

Quizás el avance más notable sea la facilidad con la que podemos obtener información genómica en la actualidad. En los últimos años se han secuenciado los genomas completos de muchas especies forestales lo que produce una gran cantidad de información muy útil desde el punto de vista de medios, presupuestos y formas de trabajar? Aquí los investigadores trabajan más relajados, ya que hay más medios materiales y también menor presión para obtener financiación externa. La carrera investigadora está mejor definida y hay mejores oportunidades para obtener puestos permanentes. Además, los horarios de trabajo son más razonables, con lo que favorecen la conciliación entre vida laboral y vida familiar. También, horarios más cortos y más concentrados aumentan la eficiencia durante las horas del trabajo. Siempre cuento esta anécdota; cuando llegué a mi nuevo laboratorio en Burdeos pregunté el horario de trabajo y me dijeron que terminaba a las cinco de la tarde, y que tuviera cuidado porque entre las seis y media y las siete cerraban el laboratorio y ponían las alarmas. Yo les dije que eso no era posible, ya que yo normalmente, en Madrid, trabajaba hasta mucho más tarde. Entonces me dijeron: “Pero, y usted, ¿no tiene familia?”. En el aspecto de desarrollo de transferencia de resultados de investigación, ¿qué diferencias ve entre Francia y España? ¿De qué forma están vinculadas en Francia las empresas forestales y la investigación? En mi limitado conocimiento de 2018. N.o 70


Se ha reducido mucho la financiación para la investigación y se ha incrementado la burocracia a niveles insoportables. España forma muy buenos investigadores y luego no les da las condiciones necesarias para hacer su trabajo, con lo que acaban yéndose

En Francia está muy diferenciada lo que llaman investigación básica de lo que llaman investigación de servicio. En el instituto donde trabajo hay un lema que dice “hacer investigación útil y bella”, es decir, que además de tener valor científico también ayude a la economía francesa

este tema (es posible que haya sistemas parecidos en algunas regiones españolas que no conozco), creo que la mayor diferencia es que en Francia hay cooperativas de investigación forestal y centros tecnológicos que están participados directamente por las empresas y los propietarios forestales. Estas cooperativas, por ejemplo la que trabaja en la mejora genética del pino negral, tienen entidad propia, con su presupuesto y objetivos. De esta manera, tanto empresas como

investigadores están “en el mismo barco” y la comunicación es efectiva. También una buena parte de la financiación procede de las Regiones y, en este caso, hay que incorporar siempre empresas y otros usuarios finales de los montes para que aprueben un proyecto de investigación. ¿Qué problemas ve para el desarrollo de la investigación en nuestro país? Estamos pasando por una fase muy mala en España. Se ha reducido mucho la financiación para la investigación y se ha incrementado la burocracia a niveles insoportables. En particular, es muy duro para los investigadores jóvenes que ven que no hay básicamente oportunidades para estabilizarse en España y que o dejan la investigación o terminan por irse. Yo, personalmente, no lo entiendo, España forma muy buenos investigadores y luego no les da las condiciones necesarias para hacer su trabajo, con lo que acaban yéndose. No tiene sentido. ¿Es necesario salir fuera de España para realizar investigación forestal? En España se hace muy buena investigación con muy pocos recursos, es realmente notable. Pero, tristemente, como decía antes, las condiciones de trabajo son mucho peores que en otros sitios como Francia y la labor de investigación está, en general, menos valorada. Siempre es bueno pasar un par de años en el extranjero, formándose en otros entornos, pero debería

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ser posible volver y desarrollar tu trabajo en el país que te ha formado. ¿Qué aspectos destacaría de la investigación forestal europea con respecto a otros países del mundo? Creo que la investigación forestal europea, al menos en mi campo, está en muy buena situación con respecto al resto del mundo. Somos realmente líderes en muchos aspectos de la misma y hay mayor diversidad de aproximaciones, considerando también la gran diversidad de situaciones que se encuentran en nuestro continente y el gran interés que despiertan las aplicaciones forestales como motor de la bioeconomía europea. Teniendo en cuenta que la distribución de las especies forestales supera muchas veces las fronteras entre países, ¿qué papel desarrollan las redes de colaboración paneuropeas y qué podría hacerse para mejorarlas? Las redes colaboración paneuropeas, como en nuestro campo EVOLTREE (una red de genómica y genética forestal) y EUFORGEN (una red de conservación de recursos genéticos forestales) son muy importantes y funcionan bien, aunque dependen básicamente de la buena voluntad de sus participantes y de una pequeña contribución financiera de los países que las conforman. Estaría bien extenderlas a países limítrofes, que también podrían ser muy importantes como fuentes de material genético bien adaptado a condiciones ambientales futuras en Europa (como Marruecos o Turquía). También sería una mejora contar con un poco de financiación adicional, para poder incrementar la inversión en acciones de movilidad, investigación cooperativa, etc. Teniendo en cuenta que la investigación forestal se desarrolla y financia generalmente por organismos públicos, ¿qué opinión tiene de la política de datos abiertos? Yo soy un firme defensor de la política de datos abiertos. La investigación pública se paga con el dinero de todos, por lo que debería poder ser accesible por cualquier ciudadano que tenga un interés en el tema.

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OPINIÓN DE ACTUALIDAD

Rafael Serrada Hierro Sociedad Epañola de Ciencias Forestales @RafaelSerrada1

Trasmochos OBJETIVOS Y PROCEDIMIENTO GENERAL DEL TRASMOCHO ara tomar una decisión sobre la aplicación de un tratamiento en el monte, siempre hay que tener claro el objetivo o justificación del mismo y su procedimiento general. El denominado método de trasmocho (en francés têtard, en inglés pollarding, y en italiano a capitozza), consiste en cortar el pie original de una especie brotadora a una altura sobre el suelo variable entre 1,5 y 3,0 m. Se puede entender como una variación de la regla del tratamiento de monte bajo de aplicar un corte cercano al suelo. Algunos autores lo consideran una forma de poda, aunque esta discusión no tiene trascendencia. Como su correcta aplicación requiere de la definición de un turno, está justificado considerarlo como una variante del tratamiento de monte bajo. El motivo más frecuente de esta forma de proceder es compatibilizar las cortas de monte bajo, para obtención de piezas finas, con el aprovechamiento pastoral, sin inducir acotados, de modo que los brotes queden fuera del alcance del ganado. El turno en el método de trasmocho será necesariamente más corto que en las cortas rasantes para evitar caídas y desgarros de los brotes, más frecuentemente adventicios. Los brotes apeados procuran leña y, en algunos casos, ramón comestible para el ganado. Después de varios cortes se forman cicatrizaciones que abultan la parte superior del fuste y engrosan el ritidoma. En este caso, cuando se corta, se debe dejar la parte inferior (20 a 40 cm) de algunos brotes seleccionados, para que sobre ella se facilite la nueva brotación. En España, el trasmocho se aplica preferentemente a Fraxinus angustifolia y F. excelsior, dando lugar a unos característicos montes bajos adehesados, con una fracción de cabida cubierta inferior al 50 %, y que están ligados a estaciones con cierto freatismo. El turno de corta oscila entre los 6 y los 10 años, suficiente para recuperar el estado fisiológico de los árboles, pero no tan largo como para perder producción, ocasionar desgarros o alcanzar diámetros excesivos en los brotes. Se puede practicar como monte bajo irregular sin mezcla de edades dentro de la cepa. Sobre el vuelo de fresnos no se aplican

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tratamientos parciales. El ramón producido en las cortas tiene importancia para la alimentación del ganado si se corta en septiembre. Esporádicamente se pueden observar trasmochados robles, rebollos, quejigos, castaños, sauces, chopos, etc... En la situación actual del sector forestal español no tiene sentido practicar este tipo de cortas sobre ejemplares con porte específico o forestal inalterado (Figura 1), salvo los casos particulares que estén suficientemente justificados y de probable escasa extensión, pues el consumo de leñas no tiene demanda y la complementación de la alimentación del ganado se puede lograr por otras vías. Por tanto, se puede concluir que el trasmocho debería quedar descartado como práctica habitual en la actualidad. ¿QUÉ HACER CON LOS TRASMOCHOS HEREDADOS? in embargo, por causa de la longevidad de las especies afectadas y la práctica ordinaria aplicada hasta hace unos 50 años, encontramos en la actualidad numerosos pies trasmochados con muy diferente edad y estado sanitario (Figura 2), preferentemente fresnos, pero también otras especies (Figura 3). Esto nos enfrenta a la cuestión de cómo tratar los trasmochos heredados.

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Las alternativas que se proponen para el tratamiento de los ejemplares que han tenido trasmochos con anterioridad varían, lógicamente, con el estado sanitario y fisiológico de los mismos. Las alternativas son: 1 - Dejarlos como están 2 - Hacer entresaca de los brotes para equilibrar la copa 3 - Recortar todos los brotes, terciando o mediando su longitud 4 - Volver a trasmochar, apurando en la cabeza o dejando una base en los brotes 5 - Recepar a nivel del suelo para favorecer el brote rasante de la cepa Se comentan e ilustran estas alternativas en las figuras de las siguientes páginas.

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Evolución de trasmochos de fresno en la dehesa de Collado Mediano (Madrid). No se modificó el porte de los ejemplares de la derecha.

2009

2015

2012

Figura 1. Secuencia de imágenes de la evolución de trasmochos a lo largo de 6 años. El desarrollo de los brotes no manifiesta riesgo de desgarro en 2015. Los ejemplares jóvenes, acertadamente, no han sido trasmochados. También resulta acertado no desbrozar los arbustos espinosos, donde se refugia la regeneración. El trasmocho queda descartado como práctica habitual en la actualidad.

Figura 2. Secuencia de imágenes de la evolución de trasmochos a lo largo de 19 años. Los árboles mantienen la estabilidad, aunque no se haya aplicado el turno habitual del trasmocho. Se observa el mal estado del ejemplar de la derecha, desgarrado al hacer un trasmocho en 1990.

Fresnos recién trasmochados. Collado Mediano (Madrid), 1990

1990

2008 Los mismos fresnos de Collado Mediano. La edad de los brotes es de dieciocho años.

1991

Los fresnos un año después. Veanse las brotaciones en cabeza, fuste y cepa. Las dos últimas se pueden ver por no existir pastoreo durante la brotación.

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Figura 3. Ejemplos de trasmochos en especies diferentes a Fraxinus angustifolia

2005 Trasmocho con varias ramas sobre Fraxinus excelsior. Valle de Benasque (Huesca). Eucayptus globulus, trasmocho para leñas. Uruguay.

2007 Quercus faginea, Castellar de la Muela (Guadalajara).

Rebollo, (Quercus pyrenaica).

2004 Trasmocho en olmos. Ablanque (Guadalajara).

Alternativa 1 - Dejar el trasmocho como está

2013

2004

Cuando se aprecia que el fuste no tiene pudriciones notables y la copa se encuentra equilibrada, se puede entender que se ha recuperado el porte específico. Se relaciona esta situación con la ejecución anterior de un único o escasos trasmochos, realizados en buen estado vegetativo. Ejemplos para la alternativa de no intervenir: izquierda, trasmocho de haya (Fagus sylvatica) en la Sierra de Entzia (Álava), 2013; derecha, quejigo (Quercus faginea) en Sacecorbo (Guadalajara).

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Alternativa 2 - Hacer entresaca de brotes para equilibrar copa

2008

2015

Cuando se produce el desgarro de algunos brotes por efecto del viento o la nieve, especialmente en aquellos más largos, desarrollados a lo largo de un tiempo del orden de 20 años sin alcanzar la coronación, y siempre que el fuste no presente graves pudriciones, es posible modificar la copa haciendo entresaca de brotes y dejando aquellos que presenten buena inserción y con una regular distribución. Es necesario impermeabilizar las heridas de poda. A la izquierda, desgarro de brotes gruesos sobre trasmocho de fresno (Fraxinus angustifolia) de 18 años de edad en Collado Mediano (Madrid); derecha, ejemplares de fresno con copa entresacada que están llegando a la coronación en altura, con los brotes seleccionados bien distribuidos. Dehesa de Collado Mediano (Madrid).

En selvicultura urbana u ornamental se realizan las llamadas podas de rejuvenecimiento, que consisten en recortar todas las ramas de la copa en especies brotadoras, reduciendo su longitud a la mitad (mediado) o a un tercio (terciado). Cuando el árbol presenta un notable puntisecado, estas podas reducen la longitud de transporte de la savia bruta, acercando la superficie foliar al suelo. También evitan desgarros y caídas de ramas. Esta práctica debe tener rotaciones variables según estación y especies, siempre superiores a los 10 años. En el caso de pies trasmochos envejecidos, con serias pudriciones en el fuste y con brotes que tienen altura de coronación, esta es una posible alternativa. Tras la poda se recupera la altura en coronación en un plazo superior a 10 años. Se ilustra esta alternativa con la imagen de un quejigo (Quercus faginea) muy viejo en Olmeda de Cobeta (Guadalajara). Se observa a una altura de unos 3 m la cabeza del trasmocho, un engrosamiento que denota varias cortas. En las ramas (brotes) gruesas de la derecha se observa un terciado, 3 m por encima de la cabeza. Esta última operación da lugar a unas ramas (brotes) que ya no han sido alterados y han recuperado el porte específico y la altura de coronación.

Alternativa 3 - Recortar todos los brotes terciando o mediando su longitud

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Alternativa 4 - Volver a trasmochar apurando en la cabeza o dejando base de brotes

2011

2004

En caso de pudriciones muy intensas, con riesgo de desgarros irreparables, y con muy escasa estabilidad, puede estar aconsejado reiterar el trasmocho en la forma clásica, bien apurando el corte en la cabeza, bien dejando la base de algunos brotes. A la izquierda, quejigo con desgarro de la mitad de la copa, Olmeda de Cobeta (Guadalajara), 2004. A la derecha, trasmocho sobre fresno viejo dejando bases de brotes, ejecutado en 2009, y que ha respondido bien en 2011, Dehesa de Collado Mediano (Madrid).

Alternativa 5 - Recepar a nivel del suelo para favorecer brote rasante de la cepa

2005 2006

2011 En los casos de deterioro manifiesto e irreversible del pie considerado, si no se quiere perder su presencia se puede recepar al nivel del suelo antes de que la cepa muera, perdiendo definitivamente la capacidad de brotar. Esto lleva aparejado un estricto acotado al pastoreo. La cepa así formada, al cabo de unos 15 a 20 años, puede recibir un resalveo de conversión. Arriba, a la izquierda, ejemplar dañado por un incendio en julio de 2005; abajo, pie recepado por la base con brotación inicial en agosto de 2006; arriba a la derecha, estado que presenta un ejemplar en otoño de 2011 y que fue recepado en el invierno de 2006. Todas las fotografías son de Santa María del Espino (Guadalajara).

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OPINIÓN DE ACTUALIDAD

Valentín Mugarza Martínez Diputación Foral de Gipuzkoa

El proyecto LIFE+ Biodiversidad y Trasmochos En el año 2010 comenzó su andadura el proyecto LIFE+ Biodiversidad y trasmochos, liderado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y con la cofinanciación de la Comisión Europea, que ha aportado la mitad de los 3 millones de euros del presupuesto del proyecto. MOTIVACIÓN DEL PROYECTO Y ANTECEDENTES onsciente de la importancia que poseía el arbolado trasmocho en los paisajes guipuzcoanos, en 1987 el Departamento de Desarrollo del Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa inició una línea de subvenciones encaminada a su protección. En el marco de dicha línea se comenzaron a denegar los permisos de corta que los propietarios particulares solicitaban en fincas forestales situadas en terrenos con un especial interés ecológico o paisajístico. Para compensar a los propietarios por los perjuicios que las denegaciones les pudieran ocasionar, la Diputación Foral, a partir de sus propios recursos económicos, inició la citada concesión de subvenciones a particulares. Esta vía iniciada por la Diputación ha tenido un efecto disuasorio muy importante sobre los propietarios particulares, pero llegado este momento se plantea la necesidad de modificar la visión reactiva de los propietarios particulares hacia estos árboles, que los tienden a ver como un estorbo, hacia una visión proactiva, ineludiblemente dirigida hacia su conservación.

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Tras esa primera fase, centrada en evitar la corta de ejemplares trasmochos, en el año 2005 se inició el Proyecto LIFE Aiako Harria, impulsado por la propia Diputación Foral de Gipuzkoa, y que puso en marcha acciones de experimentación, intervención directa y conservación en el hayedo trasmocho de Oianleku, lo que trajo consigo una nueva visión sobre la necesidad de conservación de los grandes árboles de esta masa. Este proyecto LIFE, que finalizó en 2009, posibilitó que expertos europeos en el manejo y preservación de estos árboles aterrizasen en la geografía guipuzcoana y comenzasen así los primeros estudios de biodiversidad y experimentación de diversas técnicas de manejo silvícola, recuperando algunas de las más ancestrales prácticas de la cultura vasca. El actual proyecto se plantea, una vez constatada la importancia ambiental y cultural que posee este arbolado en Gipuzkoa, desde el convencimiento de que se ha de producir un salto cualitativo en la estrategia de gestión del arbolado trasmocho en Gipuzkoa para asegurar su conservación a largo plazo. PRESENTACIÓN xiste un paisaje intrínsecamente ligado a los hayedos vascos: el de las hayas trasmochas. En los últimos siglos, prácticas ganaderas, forestales y de construcción naval, muy extendidas en la zona cantábrica, dieron lugar a plantaciones forestales y podas periódicas, dirigidas todas ellas a

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producir árboles con una determinada forma y capaces de rebrotar a pocos metros del suelo, con el fin de compatibilizar la producción de madera o leña y el pastoreo bajo cubierta. En unos casos, todo un bosquete se gestionaba de la misma forma por medio de podas (monte bajo) mientras que en otros casos se trataba de pies podados dispersos dentro de un conjunto de árboles más jóvenes (monte medio) o de dehesas destinadas al apacentamiento de los animales por medio de frutos o hierba. En general, la especie más empleada en esas prácticas era el haya, por ser la mejor adaptada a las zonas de montaña de este área y por proporcionar buenos crecimientos. No obstante, en diversas áreas también fueron trasmochadas las quercíneas, sobre todo en las zonas de menor altitud, y el castaño y el fresno en zonas ganaderas. Todas esas prácticas dejaron de repetirse desde mediados del siglo XX, de tal forma que los arbolados que cada 10-15 años se podaban fueron abandonados. Las consecuencias ecológicas fueron principalmente dos: por un lado, los arbolados dispersos (montes huecos) fueron cerrando su espesura al dejar de pastorearse; y por otro lado, los troncos empezaron a acumular ramas cada vez más gruesas y altas. La inestabilidad de estos árboles trasmochos es creciente cada año que pasa, dadas las siguientes circunstancias: - el crecimiento de estos árboles, aunque lleguen a superar edades centenarias, no se detiene, ya que se acumula en los tejidos más jóvenes, situados en las ramas; éstas siguen engordando, acumulando biomasa y haciendo que el centro de gravedad de los árboles vaya elevándose en altura. - la base estructural de estos árboles trasmochos es un tronco grueso de pocos metros de altura, en el que la edad y las heridas antiguas han supuesto una alta incidencia de enfermedades fúngicas como el corazón rojo de las hayas; ello se traduce en graves pudriciones de estos troncos y en que, en ocasiones, todo el peso del árbol se sustente en troncos totalmente huecos. - el efecto de la nieve, que se acumula en estos árboles tan ramo-

sos, y del viento, supone que periódicamente muchos de ellos se partan y caigan derribados, en un efecto acumulativo que cada año suele ser mayor debido a un agravamiento del problema. Existe por tanto una preocupación por la conservación a largo plazo de los árboles trasmochos. Debido a las causas citadas anteriormente se constata una pérdida constante de ejemplares, que no se compensa con la incorporación de otros nuevos, ya que también se ha abandonado la poda de nuevos ejemplares que constituyan los trasmochos del futuro. Desde el punto de vista de la biodiversidad, algunas consecuencias de las pudriciones, roturas de ramas o caídas de troncos trasmochos pueden ser positivas. El creciente número de oquedades, ramas rotas, y, en definitiva, nichos ecológicos generados, se suelen traducir en un creciente interés de este tipo de arbolados para la conservación de las comunidades biológicas a ellas asociadas, en un proceso acelerado gracias a la menor intervención humana. Dicho de otra forma, el paso de una situación de intensa actividad humana a otra de abandono ha creado un tipo de arbolado viejo pero a la vez novedoso, no natural por cuanto ha sido inicialmente modelado por el ser humano pero de alto valor ecológico. Hay que recordar las críticas que hasta los años 50 se hacían a estas prácticas de mutilación de los troncos y, en el lado contrario, los estudios científicos recientes que detallan el alto valor como refugio natural de estos árboles. ACCIONES DE CREACIÓN Y MANTENIMIENTO DE TRASMOCHOS ara garantizar la permanencia a largo plazo del arbolado trasmocho, se planteó actuar en dos sentidos, retrasmochando ejemplares ya podados para su perdurabilidad en el tiempo y creando nuevos trasmochos a partir de pies jóvenes que sustituyan a los actuales en un futuro próximo. Retrasmocheo de pies añosos podados En los bosquetes con estas características nos encontrábamos,

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Ejemplares en 2017, trasmochados en 2010

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en la mayoría de los casos, ante árboles con el ciclo de cortas abandonado hace más de medio siglo, desequilibrados y con ramas de grandes dimensiones, con riesgo de derribo por viento, nieve, etc. Como primer criterio se deberían eliminar las ramas grandes, manteniendo las pequeñas, aunque casi siempre los árboles solo tenían esas ramas grandes y habían desaparecido las pequeñas por falta de luz. Una vez podados estos árboles es necesario dotarles de la luz necesaria, para lo cual se emplean pautas de manejo del bosque, realizando podas en rodales completos, y no en ejemplares sueltos. En este sentido, se ha considerado adecuado trabajar en la apertura de pequeños bosquetes de trasmochos, de manera que llegue la luz a los pies intervenidos y se protejan unos con otros. En general podemos decir que la densidad ideal de trasmochos es de alrededor de 100 pies/ha, aunque en muchos casos el abandono hace que nos encontremos con bosquetes en el que se intercalan árboles trasmochos y no trasmochos. No es posible mantener este conjunto, por lo que se tienen que eliminar o trasmochar los pies no trasmochos, de tal forma que se mantenga el bosque simulando una dehesa.

Para garantizar la permanencia a largo plazo del arbolado trasmocho, se planteó actuar en dos sentidos, retrasmochando ejemplares ya podados para su perdurabilidad en el tiempo y creando nuevos trasmochos a partir de pies jóvenes que sustituyan a los actuales en un futuro próximo

En ciertos casos, se ha tenido en cuenta la experiencia aportada por los especialistas ingleses, que recomienda la poda parcial, un proceso presumiblemente menos agresivo. En el marco de actuación del LIFE+ Biodiversidad y Trasmochos resulta inviable la aplicación de esta metodología, fundamentalmente por la duración limitada del proyecto y por el elevado coste económico que suponen este tipo de cortas. Se ha aplicado esta metodología en algunos pies muy grandes, rebajando las copas hasta un 50% de su altura. Creación de nuevos árboles trasmochos La tipología de las parcelas seleccionadas para la creación de nuevos trasmochos ha permitido afrontar de diferentes maneras los trabajos forestales, sobre todo en función del tamaño y de la especie. En general, se ha trabajado en zonas con individuos coetáneos provenientes de plantaciones jóvenes o de rebrotes de cepa, unas con pies de no más de 20 cm de diámetro normal y otras en torno a los 30 cm. Se han cortado los árboles por la guía central a una altura de entre 2 y 3 m, en función de las posibilidades técnicas. Al igual que para los pies añosos, en estos casos también se ha dejado el mayor número de ramas jóvenes por debajo del punto de corte, para ayudar a la recuperación del árbol. RESULTADOS OBTENIDOS eniendo en cuenta que se ha trabajado con árboles de características muy diferentes, los resultados han sido muy dispares. En el caso de podas de retrasmocheo los resultados en árboles que tenían muchas ramas pequeñas han sido muy positivos, y transcurridos 7 años de las primeras podas la respuesta es muy satisfactoria; no así en ejemplares que solamente tenían dos o tres ramas gruesas, en cuyo caso muchos ejemplares se han secado. En el caso de los árboles más jóvenes que se han cortado para crear nuevos trasmochos el resultado es parecido. En los árboles que disponían de ramas por debajo del corte principal la respuesta ha sido exitosa, pero no así en los pies que no disponían de esas ramas.

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OPINIÓN DE ACTUALIDAD

Chabier de Jaime Lorén Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra

Interés ambiental y cultural del chopo cabecero en el sur de Aragón

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ntre los siglos XIV y XIX la economía de las Tierras Altas de Teruel se especializó en la producción de lana. Este producto era destinado tanto a la exportación como, sobre todo, a una industria textil autóctona que llegó a ser muy importante. Desde el Medievo, miles y miles de ovejas llevan pastando, año tras año, los montes y los valles de esta parte de la Cordillera Ibérica. Los bosques originales se transformaron en pastos y en tierras de labor, mientras iban surgiendo acuciantes problemas para sus gentes. Por una parte estaba la necesidad de leña para su uso como combustible, un problema que no se resolvió. Tras la tala de los árboles siguió la de los arbustos, creándose, con el tiempo, los paisajes deforestados que pueden verse actualmente en estas montañas. Por otra parte existía una falta de madera de obra para la construcción de edificios. La solución a este problema fue plantar chopos en las riberas y hacerlos trasmochos, los denominados chopos cabeceros. El desmoche regular proporcionaba las necesarias vigas, gracias a que el rebrote de los vástagos en la cabeza del árbol se producía lejos del acceso del diente del ganado que pacía en su entorno. Una inteligente solución para compatibilizar la ganadería extensiva y la producción forestal. Como complemento, las ramas menores obtenidas servían como combustible doméstico o en los hornos locales. Las hojas también se aprovechaban como forraje, junto a los fértiles pastos de las dehesas fluviales en las que crecían estos árboles. Este modelo de gestión tradicional conseguía varios fines: ganar terreno para el cultivo a costa del soto fluvial, reducir el consumo global de agua, obtener bienes y canalizar el río. Desde hace siglos los chopos cabeceros forman parte de un modelo de organización del espacio agrario. Esta solución no es exclusiva del sur de Aragón; pueden encontrarse poblaciones importantes de chopo trasmocho en Anatolia y, en menor medida, en Inglaterra. Más discretas son las de otros países de la Europa atlántica y central. En España, los chopos cabeceros son comunes a lo largo de la Cordillera Ibérica, especialmente en las provincias de Burgos, Soria, La Rioja, Zaragoza y Castellón. Pero es en la provincia de Teruel donde se localizan las poblaciones más importantes de España, y de toda Europa (De Jaime, 2015).

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Los chopos cabeceros funcionan como un tallar sobre una cabeza. Como un bosque sobre un único tronco. Con el tiempo, este árbol experimenta cambios. Cambios parciales, como los que se producen en las ramas, con anillos de crecimiento cada vez más estrechos dentro de un ciclo de poda. O cambios globales, como el adelantamiento de la aparición de los rasgos propios de la senectud y, al mismo tiempo, la consecución de una mayor longevidad en comparación con los chopos no trasmochos. La regular reducción del tamaño de la copa mantiene a estos árboles en una situación en la que la producción de azúcares es superior a su consumo y en la que el suministro de agua por las raíces es mayor que su consumo por las hojas. La presencia de múltiples ramas sobre la cruz permite la creación de un mayor número de conexiones vasculares en el interior del tronco de las que produciría un arbol de porte natural. Además esta interconexión en los vasos forma compartimentos separados lo que limita el acceso y la propagación de los microorganismos patógenos en el interior del árbol (Read, 2000; Passola, 2010; Cantero y Passola, 2013). Y, con el tiempo, la descomposición del duramen y la formación de huecos. Los chopos cabeceros desempeñan diversos servicios ambientales en los agrosistemas obtenidos por el ser humano tras la transformación de las riberas. Modifican el medio físico. Filtran la luz, bombean agua y sales minerales desde el subsuelo, aportan hojarasca, participan en la dinámica fluvial, entre otras acciones. Igualmente influyen en la composición y en la organización de la biocenosis mediante la producción de materia orgánica, la presencia de estructuras (huecos, grietas, charcas, rezumaderos, etc.) o la creación de microclimas. No pueden considerarse un verdadero bosque. En rigor, no es más que un cultivo forestal. Pero, estas formaciones arboladas contienen elementos propios de los bosques maduros, como un gran número de árboles grandes y viejos, abundante madera muerta, árboles muertos caídos o en pie, etc. que crean multitud de nichos ecológicos. Los chopos trasmochos son el hábitat de bacterias heterótrofas, cianobacterias, diatomeas, clorofíceas, hongos, líquenes, musgos y plantas vasculares epífitas. Así mismo, mantienen a numerosas especies de insectos (especialmente coleópteros saproxílicos), arác2018. N.o 70


nidos, miriápodos y moluscos. Entre los vertebrados destacan las aves (rapaces, pícidos y paseriformes) y los mamíferos (quirópteros y carnívoros). Hay numerosas especies amenazadas o vulnerables que encuentran su hábitat en estas arboledas aunque prácticamente no han sido estudiadas por su interés para la vida silvestre. La influencia va más allá del entorno inmediato del árbol pues muchos de los organismos que los requieren pasan buena parte de su tiempo en otros ambientes. Forman corredores ecológicos entre las montañas y los valles, despliegan kilómetros de ecotonos entre los ríos y los campos de cultivo o pastizales xerófilos, siendo los únicos ambientes forestales en amplias territorios. FORMADORES DE PAISAJE os chopos cabeceros forman el armazón vegetal, las líneas de fuerza, del paisaje de los fondos de valle de amplias zonas del sur de Aragón. Se encuentran en las riberas de los ríos y arroyos, en ramblas estacionales, acequias, balsas y manantiales entre huertas, campos de secano, prados de montaña, pastos xerófilos, matorrales, bosques, roquedos y núcleos urbanos. Es un paisaje cultural que se ha obtenido a partir de un aprovechamiento agrosilvopastoral muy antiguo. Los cambios estacionales que se producen en el follaje de estos árboles imprimen profundas modificaciones en el color y en la fisonomía del paisaje. Las líneas verticales contrastan con las horizontales de los páramos y secanos. Se trata de una singularidad paisajística en el entorno europeo que le otorga una identidad propia y que, como tal, merece protección. Son el resultado de una antigua relación entre una especie de árbol y el ser humano que ha producido una sabiduría popular que forma parte de la cultura de unas gentes. Es un tesoro etnológico que es motivo de estudio y de divulgación. En diciembre de 2016, el Gobierno de Aragón declaró Bien de Interés Cultural Inmaterial al conocimiento popular que ha creado, cuidado y aprovechado los chopos cabeceros. Estos árboles trasmochos forman parte del escenario vital de muchas generaciones en estas comarcas, siendo el lugar de juegos, el espacio de aventuras de adolescencia, la sombra en la comida de la romería, el lugar de trabajo o parte de la hacienda familiar. Son un patrimonio cultural para las comunidades locales que integran vivencias, sensaciones y recuerdos. Se trata de un sentimiento de pertenencia y de arraigo que ha conformado la manera de ser y de sentir. Estos árboles comienzan a ser sentidos como un patrimonio a proteger. En los últimos quince años se ha desarrollado una intensa labor investigadora y divulgadora sobre estos árboles. Tesis doctorales, proyectos de fin de carrera, inventarios diversos, presentaciones en congresos, conferencias, artículos científicos y de divulgación, edición de libros, lectura de un manifiesto para su conservación (firmado por más de cien científicos y colectivos), elaboración de documentales, excursiones, creación de un portal temático digital y de un concurso fotográfico, exposiciones artísticas, apertura de un centro de interpretación, desarrollo de proyectos educativos, edición de folletos, etc. Todo ello ha creado una importante implicación social. En 2009 diez ayuntamientos junto a la Comarca Comunidad de Teruel presentaron al Gobierno de Aragón un proyecto para la declaración de un parque cultural, una herramienta útil para la conservación del patrimonio etnológico, paisajístico e histórico que suponen las dehesas de chopo trasmocho y un medio de desarrollo socioeconómico de su territorio. En septiembre de 2017, el Gobierno de Aragón ha iniciado la creación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, encontrándose ya muy avanzada la tramitación del decreto para su declaración.

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REFERENCIAS Cantero A, Passola G. 2013. Qué son los trasmochos. En: Fundación HAZI (Coord.). Apuntes sobre trasmochos. Guía de buenas prácticas para el trasmocheo, p. 11-26. Gipuzkoako Foru Aldundia, San Sebastián. De Jaime C. 2015. Distribución geográfica, estimación de la población y caracterización de las masas de chopo cabecero en las cuencas del Aguasvivas, Alfambra, Huerva y Pancrudo. Tesis doctoral. Universidad de Zaragoza. Passola G. 2010. El proceso de estructuración de los árboles viejos. En: La conservación de los árboles y bosques viejos, p. 10-16. IV Jornadas sobre los Árboles Monumentales de España. Aranjuez. Read H. 2000. Veteran trees: a guide to good management. English Nature, Peterborough.

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OPINIÓN / DE ACTUALIDAD

Mario Michel Dr. Ingeniero Montes Industrias Forestales. Gobierno Vasco

Trasmochos en el país vasco: seis siglos de selvicultura al servicio de la industria ferrona Trasmochar, es decir, descabezar los árboles para cortar periódicamente sus ramas, ha tenido gran importancia en el País Vasco como consecuencia de las necesidades históricas de la industria del hierro. Esta industria se sustentaba en tres recursos naturales abundantes en el territorio: mineral con alta riqueza en hierro, ríos con la suficiente pendiente y caudal para mover la maquinaria de las ferrerías y madera para carbón vegetal. Además, la cercanía de las ferrerías a la costa facilitaba la comercialización del producto a través de los puertos. EL SISTEMA DEL TRASMOCHO esde el comienzo de esta industria, el trasmocho surge de la preocupación por el abastecimiento de un combustible capaz de elevar la temperatura de los hornos hasta lograr la fusión del mineral de hierro, lo que dio lugar a un sofisticado sistema de producción de biomasa que atendiese unas crecientes necesidades de carbón vegetal. Entre los siglos XIV y XIX se van a transformar por completo los bosques de los valles cantábricos para dar lugar a un paisaje forestal formado por arbolados trasmochos. El territorio quedó conformado por montes bajos y trasmochos de roble, castaño y haya destinados a producir carbón vegetal. Algunos ejemplares aislados se dejaban bravos, sin desmochar, y otros, “ipinabarro”, se formaban como árboles de horca y pendón, es decir con dos ramas perpendiculares, a los que previamente se daba forma curvada con distintas inclinaciones, para la obtención de piezas especialmente destinadas a la industria o, sobre todo, a la construcción naval, como eran las varengas, genoles, curvatones y otras (Aragón, 2001). Fruto de una experiencia heurística, se fue construyendo una selvicultura que se caracterizaba por unas técnicas selvícolas y organizativas muy concretas. Los trasmochos procedían de repoblaciones

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que se realizaban con árboles de cierto porte, ya que la regeneración natural no era posible porque el ganado tenía libertad para deambular por los montes de sol a sol, merced a un arcaico derecho de pasto. Viveros, repoblaciones y aprovechamientos - Las bellotas o castañas se recogían en otoño de los árboles de mejor calidad, metiéndolas en barriles con arena hasta la primavera. En el vivero se sembraban en surcos de cuatro en cuatro dedos y a tres de profundidad. Una vez germinadas se protegían de la hierba. - La chirpia de dos años se trasplantaba a un terreno bien drenado y de buena calidad, poniéndola en líneas, separada entre sí dos pies y medio. También se repicaban las raíces y se despuntaban. A los dos años se volvía a cortar el tallo para obtener esa primavera un único brote derecho y vigoroso. - Cuando los árboles tenían un pie de circunferencia (8-10 años), se plantaban en el monte en línea. En muchas ocasiones se mezclaban robles y castaños. Se descabezaban, dejando alguno bravo. Hasta los veinte años, cada cuatro años se les daba una cava. Cuando los castaños tenían medio pie de diámetro se injertaban de coronilla para fruto. - A los veinte años se podaban por primera vez, y a partir de entonces, los castaños se desmochaban cada veinte años (para que también diesen fruto) y los robles cada diez, de forma que en un decenio se podaba todo el monte y en el siguiente solo los robles. A medida que ensanchaban las copas se entresacaban los peores ejemplares hasta que la plantación llegaba a su máxima producción a los 80-100 años. Una vez que empezaban a decaer, entre los 100-150 años, se cortaban todos los pies y se reponía con nuevos ejemplares. 2018. N.o 70


- La chirpia de peor calidad se destinaba a plantar montes bajos, con cepas de varios brotes, que se cortaban cada siete o diez años (Ayerbe, 2005). Organización, fomento y control Según la ubicación del monte, los plantíos debían realizarse con especies prefijadas, especialmente con hayas, robles y castaños, y en montes públicos eran los alcaldes ordinarios los responsables de la plantación, a costa del propio concejo. También debían establecer viveros y nombrar un guardamontes. El superior control de estas actuaciones quedaba a cargo del corregidor. Las principales disposiciones establecían: - La obligación de crear viveros municipales y llevar un libro de registro de los movimientos de plantas en el municipio. - Contemplar la opción de ceder terreno público a particulares para realizar repoblaciones. - La necesidad de establecer una guardería en cada municipio para el control de los aprovechamientos y las repoblaciones. El cargo debía ser vitalicio. - La obligación de plantar dos árboles por cada uno cortado y de aplicar el 10 % de las rentas de los montes en nuevas repoblaciones. Los concesionarios de rozas o roturos para fines agrícolas debían plantar seis árboles por fanega una vez acabada la concesión. Al año se debían plantar al menos diez árboles por foguera (vecino)1. Aragón (1998) recoge un texto de 1791, con un procedimiento seguido en ese momento por varios pueblos de Guipúzcoa y Vizcaya, para contratar asentistas de viveros, que trabajaban tanto en los montes públicos como en los particulares: - El viverista preparaba con un año de antelación una parcela de monte como vivero, que estercolaba y cercaba. Al año siguiente se sembraban las bellotas, hayucos o castañas. El vivero se cavaba tres veces al año, en marzo, junio y septiembre, hasta que las plantas adquirían un grosor apreciable, lo que duraba al menos diez años. - Las plantas se entresacaban durante tres años para llevarlas al monte, donde previamente se habían hecho hoyos con radio de

Entre los siglos XIV y XIX se van a transformar por completo los bosques de los valles cantábricos para dar lugar a un paisaje forestal formado por arbolados trasmochos. El territorio quedó conformado por montes bajos y trasmochos de roble, castaño y haya destinados a producir carbón vegetal

una vara. El roble se plantaba a una distancia de 21 pies y el castaño a 40 pies. La planta se entutoraba y se protegía con espinos para evitar que el ganado mordiese la corteza. En el vivero se dejaban las plantas restantes distanciadas de ocho a diez pies como repoblación de árboles bravos para aserrío2. - Una vez que los árboles habían logrado la tercera brotación, se consideraba la repoblación finalizada y se abonaba al asentista el precio acordado. El proceso completo duraría 16 años, y el precio estipulado ese año fue de 62 maravedíes por pie de haya, 50 maravedíes por pie de castaño y 46 maravedíes por pie de roble. SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA stas bienintencionadas normas estuvieron condicionadas por las circunstancias de cada época, con crisis políticas, económicas y sociales, por lo que no tuvieron el resultado esperado. Durante cada crisis económica se siguió destruyendo la cubierta forestal y no se ejecutaron los plantíos para reponerla (Aragón, 1998). Aun así, en opinión de algunos ilustrados, el sistema era bastante eficiente. En el siglo XVIII, Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz realizó varios ensayos de repoblación con roble y castaño para comparar rendimientos en carbón vegetal, así como entre montes altos o trasmochos. En su obra empírica de 1736 “Máquinas hidráulicas de molinos y herrerías y govierno de los árboles y montes de Vizcaya” (Villarreal de Bérriz, 1973) afirmaba haber acudido a los principales

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Figura 1. Idealización de un arbolado trasmocho y horno primitivo o haizeola en época medieval (Dibujo de I. Cerrajería, 2014) Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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libros sobre agricultura o arboricultura de la época, con la idea de aumentar la producción de sus montes, sin encontrar nada interesante que pudiese mejorar este peculiar sistema selvícola: “En Autor alguno he hallado mejor methodo y forma de criar y plantar árboles en Montes, que el que los Naturales de Vizcaya practican, sin que aya cosa escrita sobre ello, siendo el mejor libro el de la continua enseñanza que va pasando de padres a hijos” Compartiendo esta opinión, en el siglo XVIII el naturalista y geólogo William Bowles, en su viaje por el País Vasco (Bowles, 1775), afirmó: “Casi todo el terreno de Vizcaya, Guipúzcoa y la mayor parte de Álava es a propósito para los árboles bravos; y así no dudo que en lo antiguo estuviese cubierto de bosques impenetrables. Con el aumento de las ferrerías, que gastan una increíble cantidad de carbón, se han ido consumiendo poco a poco, de suerte que ya son muy raros los bosques naturales que se encuentran; y si el cuidado y la industria no hubieran ocurrido á suplir esta falta, hubiera sido forzoso abandonar la mayor parte de las ferrerías, que son las fincas principales de los Mayorazgos de aquel país. Los habitadores de él entienden el cultivo de los árboles mejor que otros ningunos de España, porque la práctica y las experiencias antiguas han ido formando una especie de tradición” La pregunta más relevante que podemos hacer sobre este consumo de madera por parte de las ferrerías, además del destinado a los astilleros o la construcción civil, es si sus necesidades permitían el sostenimiento del sistema forestal creado. La respuesta debería ser

FASES HISTÓRICAS En este proceso podemos distinguir cuatro fases en este sistema de aprovechamiento de trasmochos: Primera fase. Siglos XI-XIV El recurso forestal era tan abundante que el aprovechamiento se realizaba sin tomar medidas regenerativas. Con el nacimiento de las villas y las delimitaciones de los montes surgen las primeras concesiones de uso. También afloran los litigios, provocados por el interés de las villas en proporcionar agua y madera a las ferrerías, con la condición de que el hierro labrado se asentase en la lonja de cada villa y pagase los correspondientes impuestos, en este caso, la alcabala sobre el fierro. Segunda fase. Siglos XV-XVII Surgen las primeras regulaciones que obligaban a repoblar lo cortado. En el caso de Guipúzcoa, el Cuaderno de Hermandad de 1457 regulaba por primera vez de forma específica la tala de árboles, las distancias de plantaciones y de, forma especial, el pastoreo del ganado. Esta disposición, mantenida hasta el siglo XIX, fue un motivo de encarecimiento de la actividad selvícola, ya que los propietarios forestales se vieron impotentes ante la libertad de pastoreo en toda la provincia. También en Vizcaya, tras la aprobación del Fuero nuevo en 1527 por Carlos I, se tomaron iniciativas en política de regeneración forestal, que se mantuvieron vigentes hasta el siglo XIX (Ayerbe, 2005). Tercera fase. Siglos XVIII-XIX El sistema establecido se desequilibró y las tensiones por la escasez del carbón vegetal pusieron en peligro la propia industria del hierro. A

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Hace casi un siglo que no se plantan trasmochos, y tampoco tiene sentido hacerlo desde una perspectiva productiva privada. En la medida en que, por decrepitud, vayan desapareciendo, perderemos algo que fue la razón de ser de la sociedad rural durante siglos

que sí, ya que el modelo perduró durante más de seis siglos. Ahora bien, a partir del siglo XVII era muy frágil, se encontraba al límite de producción y estaba tensionado por importantes condicionantes externos, que desestabilizaban en cualquier momento una teórica producción forestal sostenida. Su historia fue la de una reducción paulatina del arbolado. Algunos de estos factores desencadenantes del deterioro fueron el crecimiento demográfico, la inestabilidad socioeconómica, las guerras, las roturaciones de tierras, la irregularidad del mercado maderero o el pastoreo que impedía la regeneración del arbolado. Estas amenazas fueron añadiendo inestabilidad y fragilidad a este sistema forestal, que acabó en una crisis total en el siglo XIX con las guerras, desamortización y cambios de modelo industrial y arancelario para el hierro.

medida que la población y su actividad económica fueron creciendo, se identificó la madera como una materia prima limitante del propio crecimiento económico. Las antiguas normas de protección y fomento del bosque no evitaron el inevitable trastorno a la actividad industrial. A comienzos del siglo XIX las extracciones de madera eran tan intensas que ponían en riesgo el futuro de los bosques. Así mismo, como la maquinaria de las ferrerías era accionada con energía hidráulica y la deforestación trajo como efecto secundario el aumento de avenidas y la irregularidad de los caudales, hubo mayores períodos de inactividad por falta de energía. Hasta la llegada de los ingenieros facultativos de montes no se estableció ninguna ciencia capaz de abordar estos problemas, ni una estructura administrativa capaz de regular y racionalizar las cortas, función que recaía sobre los mismos pueblos propietarios y, a su vez, usufructuarios. Estos profesionales tampoco tuvieron los conocimientos y los medios para regenerar un arbolado en franco deterioro y mayoritariamente en manos privadas. El desenlace era inevitable: las nuevas técnicas con carbón mineral en la industria siderúrgica favorecieron el rápido abandono de la madera como materia prima imprescindible y los bosques, en sentido amplio, cayeron por primera vez en el abandono y en el olvido de los poderes económicos. Cuarta fase. Siglos XX-XXI En esta fase, en la que hoy nos encontramos, algunos maltrechos trasmochos quedan como testigos de siglos de aprovechamiento intensivo del recurso forestal. Desde que la industria del hierro se desvinculó de los trasmochos, estas formaciones forestales sobreviven sin la función productiva intensiva para la que fueron creados. A principios del siglo XX, la mayoría fueron cortados a hecho para 2018. N.o 70


Las nuevas funcionalidades ambientales del monte deberían justificar el hecho de mantener algunos trasmochos con las técnicas que tanta fama les dieron. Al menos para explicar a las nuevas generaciones cómo se vivía en un bosque animado, poblado de leñadores, asentistas, carboneros, carpinteros, muleros y demás personajes

dicionado por una producción intensiva que extraía cualquier tipo de madera y la incorporaba a la industria transformada en carbón vegetal. Sin conocimientos técnicos, no se tuvo una visión de la posibilidad real de este recurso, es decir, la madera que se podía extraer sin consumir el capital vuelo, o los siglos que se podía explotar sin que la masa forestal en su conjunto entrase en decrepitud y agotamiento por sobreexplotación.

Con los valores aportados por el último Inventario Forestal, respecto a la superficie forestal que potencialmente pudo dedicarse a esta finalidad y al crecimiento medio de las especies utilizadas, se han fijado en 217.500 las posibles hectáreas productivas dedicadas a producir combustible y piezas para la industria. Es decir, para obtener el millón largo de m³ de madera que precisaba la industria ferrona y naval, la totalidad de la masa forestal debía estar en producción, como por otro lado queda suficientemente atestiguado por las crónicas de la época. El bosque se trató de convertir en un arbolado eficiente, modelado según las necesidades de la industria, pero a su vez muy con-

no volver a ser repuestos. Se destinaron a traviesas de ferrocarril, a la construcción civil o al abastecimiento de leñas. Muchos de esos terrenos, desarbolados o con arbolados decrépitos y caídos en el abandono, fueron posteriormente repoblados con coníferas. Los trasmochos que sobreviven en nuestros montes tienen una función paisajística y son el asiento de una fauna especializada en este tipo de estructuras arbóreas. Es decir, tienen un alto valor ambiental sin otra utilidad para sus propietarios. Evidentemente, son una reliquia paisajística de la que podemos disfrutar actualmente, pero que solo puede ser mantenida en determinados lugares, como los parques naturales, por iniciativa pública. Hace casi un siglo que no se plantan trasmochos, y tampoco tiene sentido hacerlo desde una perspectiva productiva privada. En la medida en que, por decrepitud, vayan desapareciendo, perderemos algo que fue la razón de ser de la sociedad rural durante siglos. Los que quedan, tras decenios sin trasmocharlos y por la gran acumulación de peso en su fuste en candelabro, tienen una gran inestabilidad frente a caídas, roturas y derribo por viento. Las nuevas funcionalidades ambientales del monte deberían justificar el hecho de mantener algunos trasmochos con las técnicas que tanta fama les dieron. Al menos para explicar a las nuevas generaciones cómo se vivía en un bosque animado, poblado de leñadores, asentistas, carboneros, carpinteros, muleros y demás personajes. El relato de un viajero nos hablaría de los variados sonidos producidos en el bosque por los trabajadores, los animales de carga, los saltos de agua, los martinetes y barquines; o de los olores a madera recién cortada, a carbón vegetal y a escorias y hierro fundido. El hierro y la madera han sido siempre grandes aliados y nos han acompañado con el progreso social y económico; por ello han posibilitado

Figura 2. Trasmocho de haya en Oketa - Gorbea (Álava)

la creación de hermosas construcciones navales, civiles y religiosas. No tuvieron más remedio que separase, con la introducción del hormigón y el acero de alto horno, pero han dejado un patrimonio forestal único y entrañable. Si tuviéramos que elegir una imagen de nuestro arbolado, que nos hable de un paisaje humanizado, este sería un bosque trasmocho. NOTAS 1 Según calcula Ayerbe (2005), supondría en Guipúzcoa unos 23.350 árboles por año. 2 1 vara = 0,836 m; 1 pie = 0,279 m

REFERENCIAS Aragón Á. 1998. Labores forestales en Gipuzkoa durante los siglos XVI-XVIII. Zainak 17: 111–126. Aragón Á. 2001. El bosque guipuzcoano en la Edad Moderna: aprovechamiento, ordenamiento legal y conflictividad. Munibe, suplemento 14. Sociedad de Ciencias Aranzadi, Donostia-San Sebastián. Ayerbe MR. 2005. Origen y desarrollo del derecho de la administración forestal en España y en Guipúzcoa. El Servicio Forestal de la Diputación Guipúzcoa. Tomos I y II. Diputación Foral de Gipuzkoa, Donostia-San Sebastián. Bowles G. 1775. Introducción a la historia natural y a la geografía física de España. Imprenta de D. Francisco Manuel de Mena, Madrid. Michel M, Gil L. 2013. La transformación histórica del paisaje forestal en la Comunidad Autónoma de Euskadi. Colección Lur 18. Gobierno Vasco, Vitoria– Gasteiz. Villarreal de Bérriz, PB. 1973. Máquinas hidráulicas de molinos, herrerías y govierno de los árboles y montes de Vizcaya. Edición facsímil de la obra original de 1736. Diputación Foral de Vizcaya, Bilbao.

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COMUNICACIÓN TÉCNICA

Embriogénesis somática: alternativa para la producción de planta forestal élite Itziar Aurora Montalbán1, Bixente Dorronsoro2, José Manuel Oria Alústiza2, Roberto Hurtado Arrizabalaga2, Paloma Moncaleán1 1 Neiker-Tecnalia. 2 Departamento de Promoción Económica, Medio Rural y

Equilibrio Territorial. Dirección General de Montes y Medio Natural. Servicio de Montes y de Gestión de Hábitats. Diputación Foral de Gipuzkoa

La propagación vegetativa de especies forestales ha sido la mejor alternativa para la producción de planta forestal. Entre todos los métodos de propagación vegetativa, la embriogénesis somática es el desarrollado más recientemente, y está siendo utilizada por grandes empresas forestales para la producción de planta a escala comercial. El desarrollo de esta tecnología, además de otras como la crioconservación del tejido embriogénico, ofrece la posibilidad de desarrollar los programas de mejora genética de especies forestales contribuyendo a la selvicultura de alta productividad en las plantaciones. En los últimos años, Neiker, en colaboración con la Diputación Foral de Guipuzkoa, ha establecido una parcela demostrativa de planta de Pinus radiata procedente de embriogénesis somática y ha abordado la optimización y el desarrollo de este tipo de sistemas productivos en otras especies de coníferas de interés para la comunidad autónoma vasca. Palabras clave: Cultivo in vitro, Embriones somáticos, Pinus, Propagación vegetativa

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os bosques absorben un décimo de las emisiones mundiales de carbono, con lo que contribuyen positivamente a la respuesta planetaria al cambio climático. Tanto el protocolo de Kioto como los planes nacionales de investigación y el Plan Forestal español instan a los gobiernos a incrementar la superficie forestal a través de procesos de forestación y reforestación, y a mejorar la eficiencia de los sistemas forestales en términos de biomasa. La superficie forestal española es de aproximadamente 27 millones de ha, lo que corresponde al 54 % del territorio nacional. En este

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contexto, las coníferas tienen un papel decisivo tanto desde el punto de vista ecológico como forestal, ocupando una superficie de 6.000.000 ha de acuerdo con el Segundo Inventario Forestal Nacional (MAPAMA, 2018). Desde hace varios años, la FAO viene instando a los investigadores al estudio de diferentes aspectos biotecnológicos en el ámbito forestal que contribuyan al incremento económico de forma sostenible. Uno de los principales objetivos de la biotecnología forestal es el desarrollo de técnicas que posibiliten la multiplicación ilimitada de genotipos élite. En la última década 2018. N.o 70


se ejecutado numerosos proyectos de conservación y mejora forestal que, por lo general, persiguen un fin económico: mejorar cuantitativa y cualitativamente la producción forestal; en particular, en coníferas. Pinus radiata (D. Don) es una de las especies más utilizadas en las plantaciones forestales a nivel mundial, lo que da una idea de su potencial económico (Rogers, 2002). El área de distribución de este pino en la cornisa cantábrica ocupa una franja estrecha de precipitaciones y temperaturas, ya que las heladas y la escasez de lluvias afectan negativamente a su crecimiento. De acuerdo con el Inventario Forestal de 2016 del País Vasco (Gobierno Vasco, 2018), las plantaciones de P. radiata ocupan más de 125.000 ha, el 32 % de la superficie forestal a nivel de esta comunidad y el 49 % de la superficie ocupada por esta especie a nivel nacional y contribuyen de forma importante al PIB agrario en esta comunidad. Por esta razón, la empresa NEIKER-Tecnalia inició en el año 1985 un programa de mejora genética en esta especie, que se centró fundamentalmente en aspectos relativos al crecimiento. Posteriormente se inició una línea de trabajo referente al cultivo de tejidos in vitro y técnicas organogénicas para la producción de planta élite con independencia de la edad del individuo élite seleccionado. Una vez superado este objetivo para las principales especies de pino de España (De Diego et al., 2008; 2010; 2011; Moncaleán et al., 2005; Montalbán et al., 2011), siguiendo las directrices de centros de investigación internacionales con los que se mantienen estrecha colaboración (Montalbán et al., 2016), durante los últimos años nos hemos centrado en el estudio de la embriogénesis somática como mejor alternativa para la producción de planta élite. La embriogénesis somática es un proceso complejo en el que las células somáticas se convierten en células competentes capaces de producir un individuo completo (embrión somático) gracias a su totipotencia (Zeng et al., 2007). Este sistema presenta diversas ventajas, como: - Elevado potencial de multiplicación (Montalbán et al., 2010).

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Figura 1: Tejido embriogénico de Pinus radiata en el momento de su extrusión del megagametofito

Figura 2: Líneas embriogénicas de Pinus radiata en fase de proliferación

- Posibilidad de cultivo en biorreactores (Gupta y Hartle, 2015). - Posibilidad de desarrollar semillas sintéticas/manufacturadas (Gupta y Hartle, 2015). - Utilización de los cultivos embriogénicos como dianas para la transformación genética (Walter, 2004). El tejido embriogénico, además, puede ser crioconservado, manteniendo su potencialidad mientras se realizan los ensayos de progenie (Park, 2002). La combinación de estas dos técnicas (embriogénesis somática y crioconservación) es la que ha hecho posible el desarrollo de la selvicultura clonal de alto valor (Weng et al., 2010) que se está llevando a cabo en países avanzados en el sector forestal. El proceso de embriogénesis so-

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mática comprende los siguientes pasos: 1. Iniciación de tejido embriogénico y establecimiento de masas embriogénicas (Fig. 1). En este punto, uno de los aspectos fundamentales es la selección del tejido inicial para obtener las primeras células embriogénicas susceptibles de ser multiplicadas in vitro en atmósfera controlada. 2. Proliferación de tejido embriogénico y conservación de las masas embriogénicas en estado óptimo (Fig. 2). Es esta etapa en la que puede llevarse a cabo la crioconservación de las masas embriogénicas a baja temperatura (-196 ºC). Esta técnica permite la conservación de los recursos genéticos generados por un tiempo ilimitado.

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3. Maduración del tejido embriogénico (Fig. 3). Durante este periodo se diferencian los embriones somáticos que poseen las mismas características que el embrión zigótico procedente de la fusión gamética que se produce en la reproducción sexual. 4. Germinación de los embriones somáticos (Fig.4). En esta fase se desarrolla la primera raíz que convertirá al embrión en plántula somática. En este punto, las multinacionales están desarrollando métodos para la obtención de semillas manufacturadas que contienen en su interior los embriones somáticos y pueden plantarse por medio de maquinaria especial. Estas semillas permiten la conservación de embriones somáticos desarrollados, el abaratamiento de los costes de producción y el incremento de la supervivencia de las plantas somáticas tras su siembra (P. Gupta, comunicación personal). 5. Aclimatación de las plantas somáticas a condiciones ex vitro en un invernadero de atmósfera controlada (Fig. 5). 6. Instalación de la planta somática en campo (Fig. 6). Aunque el proceso de embriogénesis somática se hace tradicionalmente en medios solidificados con agentes gelificantes, en la actualidad muchas son las empresas que producen planta forestal mediante embriogénesis somática en biorreactores o sistemas de inmersión temporal (Karun et al., 2015). Estos sistemas acortan notablemente los tiempos de producción, además de mejorar la eficiencia del proceso en términos de número de planta obtenida por cm² de cultivo. Actualmente, empresas estadounidenses (p.e. Weyerhaeuser, MININCO, ARAUCO) y canadienses (p.e. Arborgen) están utilizando la embriogénesis somática como alternativa para la regeneración de planta élite, centrándose fundamentalmente en los siguientes géneros: Abies, Larix, Picea, Pinus, Pseudotsuga y Sequoia. Además, el desarrollo y la optimización de estas técnicas han facilitado que empresas multinacionales como las anteriormente citadas apliquen el modelo de gestión forestal sostenible a nivel mundial (Fenning et al. 2008). 2018. N.o 70


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En la actualidad, NEIKER, en colaboración con la Diputación de Gipuzkoa, trabaja en varios proyectos para optimizar sistemas de embriogénesis somática en otras especies de interés en la región como Pinus strobus. En este sentido, hemos logrado regenerar planta somática de individuos sobresalientes de esta especie y nos encontramos en disposición de instalarla en campo en los próximos meses (Fig. 7a, b). Además, uno de nuestros objetivos inmediatos es la puesta en marcha de estos sistemas de producción de planta clonal en dos especies de interés para el sector forestal del País Vasco, Sequoia sempervirens y Cryptomeria japonica. Paralelamente, nuestro equipo de trabajo está centrando sus esfuerzos en obtener planta somática con diferentes tolerancias a condiciones de sequía mediante la manipulación de las condiciones físico-químicas al inicio del proceso embriogénico, es decir, responder a las siguientes preguntas: ¿Seremos capaces de producir planta con diferentes tolerancias a distintos grados de sequía mediante la manipulación de las condiciones ambientales al inicio del proceso embriogénico? ¿Podremos producir en el futuro plantas a la carta adaptadas a diferentes tipos de condiciones negativas de carácter abiótico? ¿Será posible responder a las demandas del sector derivadas de los cambios ambientales que lleve consigo el inminente escenario de cambio climático? A estas, y otras muchas preguntas, los equipos de investigación, en colaboración con los entes asociados, deben tratar de responder en el futuro, para asegurar la rentabilidad de los bosques, la sostenibilidad de los sistemas forestales y el bienestar social de las comunidades que viven en regiones forestales.

Figura 3: Embriones somáticos de Pinus radiata al final de su etapa de maduración Figura 4: Plantula somática de Pinus radiata al final de su etapa de germinación Figura 5: Planta somática de Pinus radiata al final de su etapa de aclimatación Figura 6: Planta somática de Pinus radiata de 2 años de edad instalada en una parcela en Ataun (Gipuzkoa) Figura 7: Eficiencia teórica del sistema de regeneración de plantas de Pinus radiata combinando la embriogénesis somática con la organogénesis

REFERENCIAS De Diego N, Montalbán IA, Fernández de Larrinoa E, Moncaleán P. 2008. In vitro regeneration of Pinus pinaster adult trees. Can J For Res 38: 2607–2615. De Diego N, Montalbán IA, Moncaleán P. 2010. In vitro regeneration of adult Pinus sylvestris trees. S Afr J Bot 76: 158–162. De Diego N, Montalbán IA, Moncaleán P. 2011. Improved micropropagation protocol for maritime pine using zygotic embryos. Scan J For Res 26(3): 202–211. Fenning T, Walter C, Gartland KMA. 2008. Forest biotech and climate change. Nature Biotech 26: 615-616. Gobierno Vasco. 2018. Inventario forestal CAE 2016. http://www.euskadi.eus/informacion/inventario-forestalcae-2016/web01-a3estbin/es. Gupta P, Hartle J. 2015. Progress on scale-up somatic embryogenesis and manufacture seed technology of conifer species at Weyerhaeuser. In Vitro Cel Dev Biol-Plant 51, S13-S14. Karun A, Rajesh M, Muralikrishna KS. 2015. Somatic embryogenesis and bioreactors. Curr Sci 108(10), 1782–1783. MAPAMA. 2018. Segundo Inventario Forestal Nacional. http://www.mapama.gob.es/es/biodiversidad/servicios/ banco-datos-naturaleza/informacion-disponible/ifn2.aspx Moncaleán P, Alonso P, Centeno ML, Rodríguez A, Fernández B, Ordás R. 2005. Organogenic response of Pinus pinea cotyledons to hormonal treatments: BA metabolism and cytokinin content. Tree Physiol 25 (1): 1–9. Montalbán IA, De Diego N, Moncaleán P. 2010. Bottlenecks in Pinus radiata somatic embryogenesis: improving maturation and germination. Trees-Struc Func 24(6): 1061–1071. Montalbán IA, De Diego N, Moncaleán P. 2011. Testing novel cytokinins for improved in vitro adventitious shoots formation and subsequent ex vitro performance in Pinus radiata. For 84: 363–373. Montalbán IA, García-Mendiguren O, Moncaleán P. 2016. Somatic embryogenesis in Pinus spp. En MA Germanàm M Lambardi (eds.). In vitro embryogenesis in higher plants, pp. 405-415. Springer, New York. Park YS. 2002. Implementation of conifer somatic embryogenesis in clonal forestry: technical requirements and deployment considerations. Ann For Sci 59: 651–656. Rogers DL. 2002. In situ genetic conservation of Monterey pine (Pinus radiata D. Don): information and recommendations. Report 26. Davis, University of California. Weng Y, Tosh KH, Fullarton MS. 2010. Determining and projecting realised genetic gains: Results from early-stage spruce improvement programmes in New Brunswick, Canada. New Zeal J For Sci 40: 5–17. Walter C. 2004. Genetic engineering in conifer forestry: Technical and social considerations. In vitro Cell Dev Biol Plant 40(5): 434–441. Zeng F, Zhang X, Cheng L, Hu L, Cao J, Guo X. 2007. A draft gene regulatory network for cellular totipotency reprogramming during plant somatic embryogenesis. Genomics 90(5): 620–628.

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COMUNICACIÓN TÉCNICA

Cincuenta años de autoecología forestal paramétrica en España Eduardo López-Senespleda1,2, Gregorio Montero2,4, Ricardo Ruiz-Peinado1,2, Rafael Alonso Ponce3, Rafael Serrada4, Otilio Sánchez- Palomares4 1 INIA-CIFOR. Departamento de Selvicultura y Gestión de

Sistemas Forestales 2 Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible IUGFS (UVa-INIA) 3 Föra forest technologies SLL 4 Sociedad Española de Ciencias Forestales SECF

Se presenta una revisión histórico-bibliográfica de los principales trabajos sobre autoecologia forestal paramétrica publicados en España y se hace especial hincapié en los estudios realizados para las 20 principales especies forestales que viven en nuestro país (Pinus canariensis, P. Halepensis, P. nigra, P. pinaster, P. pinea, P. radiata, P. sylvestris, P. uncinata, Abies alba, Juniperus thurifera, Castanea sativa, Fagus sylvatica, Quercus faginea, Q.ilex, Q.petraea, Q.pyrenaica, Q. robur, Q. suber, Prunus avium y laurisilva canaria). El trabajo se estructura en partes, que tratan el origen de los primeros estudios y definición de conceptos básicos, enumeración y comentarios sobre los principales trabajos publicados sobres especies de coníferas y frondosas, otros trabajos sobre modelos de distribución de especies, consideraciones finales y bibliografía. Palabras clave: Autoecología paramétrica; nicho ecológico; especies forestales

LOS ESTUDIOS DE AUTOECOLOGÍA DE ESPECIES FORESTALES EN ESPAÑA ecientemente se han cumplido cincuenta años desde la publicación del primero de los trabajos de caracterización del hábitat y de análisis de la aptitud del territorio para las distintas especies forestales españolas. Dicho estudio, dedicado a Pinus pinaster, y firmado por Nicolás y Gandullo (1967), inició una fructífera serie de trabajos enmarcados en la línea de investigación (primero en el Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias, IFIE, y con posterioridad en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, INIA), de vocación eminentemente práctica, que vino a denominarse autoecología paramétrica de las especies forestales españolas.

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Con motivo del mencionado aniversario, en este artículo se pretende detallar un resumen cronológico donde se distinguen los hitos más destacados alcanzados en dicha línea de investigación. Además, se han recopilado las publicaciones más representativas agrupadas por especies, las cuales pueden consultarse en las Tablas 1 y 2. Empecemos por el concepto de autoecología. Son múltiples las definiciones que se pueden aportar, pero todas ellas coinciden en que es la ciencia que estudia las relaciones de las plantas o comunidades vegetales con el medio en el que habitan1. Este concepto y el de nicho ecológico están fuertemente vinculados. La acepción de nicho que se aplicó en estos trabajos se aproxima al concepto que defendía 2018. N.o 70


Hutchinson (1957) y proporciona una definición que incorpora conceptos de Grinnell (1917) y Elton (1927), siendo el nicho ecológico un hipervolumen ndimensional, donde las dimensiones son condiciones ambientales y recursos que definen los requerimientos de un individuo o una especie para poder persistir. Así, un organismo libre de interacciones con otras especies podría usar el rango completo de condiciones (bióticas y abióticas) en las que podría vivir y reproducirse, estableciéndose así el nicho fundamental. Sin embargo, como resultado de las interacciones con otras especies -los fenómenos de competencia interespecífica- las especies se ven obligadas a ocupar el nicho en el que sean más competitivas, estableciéndose entonces el nicho efectivo, que es más estrecho que el fundamental. De esta forma, Hutchinson incorpora la importancia del hábitat en sí mismo, el papel que juega la especie en la comunidad y las limitaciones o competencias con otras especies en una definición que todavía perdura hoy en día. De alguna manera podría decirse que el nicho es una especialización real del ecosistema, ocupándolo especies concretas de modo permanente o transitorio, o como define de forma más concreta Seoánez (1995), el espacio funcional y topológico de un ecosistema.

El papel que juega la autoecologia a partir del concepto de nicho es el de conformar la base de trabajo para los estudios de ecología de especies y de dinámica de poblaciones. Estos estudios de autoecologia tratan de estimar la amplitud de los nichos y, al considerar los estudios de varias especies, los posibles solapes entre ellos. Estos conceptos, el de amplitud y el de solape del nicho son de gran importancia para entender cómo se distribuyen las especies y por qué. Las especies con gran amplitud de nicho son las menos especializadas, son aquellas capaces de vivir en multitud de ambientes y en general son más lentas a la hora de colonizar nuevos lugares. Por el contrario, aquellas muy especializadas suelen tener estrategias reproductivas que permiten su propagación rápidamente siendo consideradas especies colonizadoras (Dajoz, 2002). Así pues, dado que no todas las especies pueden habitar en todas la condiciones del medio y, donde sí pueden vivir, pueden presentar productividades muy dispares, este conjunto de estudios se inició con el objetivo de generar información que permitiera a los técnicos forestales el establecimiento de pautas de actuación silvícola o de reforestación en los montes poblados o a repoblar con las especies descritas. Dicho objetivo intentaba no sólo definir la posibilidad,

o no, de vida de una especie en una masa futura para un determinado sitio, sino saber también, de forma aproximada, cuál iba a ser la calidad previsible de la estación. Todos los trabajos guardan en común la siguiente estructura: primero, la división de la distribución de la especie (en el momento del estudio) en regiones más o menos homogéneas (desde una perspectiva ecológica). A continuación se recorrían, muestreando un determinado número de parcelas por región, y en cada una de ellas se toman datos fisiográficos, edáficos y climáticos, así como datos selvícolas que permitieran asignar una calidad de estación para la masa existente. En tercer lugar se estudiaba cada región definida, cuantificando las propiedades edáficas, climáticas y fisiográficas y buscando las posibles relaciones entre estas variables y las calidades de las masas arbóreas radicadas en los diversos sitios muestreados. PRIMEROS TRABAJOS: LAS PRINCIPALES CONÍFERAS a serie de trabajos comenzó con dos de las especies del género Pinus más importantes, en términos económicos: Pinus sylvestris y Pinus pinaster. En estos trabajos iniciales se abordaba el estudio de su autoecología desde un punto de vista meramente descriptivo.

L

El estudio de las propiedades edáficas, climáticas y fisiográficas es esencial para la caracterización ecológica de las diferentes especies forestales Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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41


Para el estudio de Pinus pinaster (Nicolás y Gandullo, 1967), se definió un nuevo coeficiente relacionado con la textura del suelo (CEL, Coeficiente de Evacuación Lenta del agua gravitacional). En el año 1969, con la publicación de la ecología de Pinus sylvestris (Nicolás y Gandullo, 1969), se realiza un tratamiento importante de los aspectos climáticos, introduciéndose una modificación del índice de Vernet que, junto a la precipitación anual, permitió el establecimiento de una zonificación aceptable para los hábitats de la especie. En este trabajo comenzó a utilizarse el término “hábitat marginal”. En 1972, con la publicación de la ecología de Pinus halepensis (Gandullo et al., 1972), se introducen por primera vez técnicas de análisis multivariante: análisis de correlación y de componentes principales para el análisis de interdependencia de las variables y para estudiar las relaciones entre las distintas estaciones, para realizar una clasificación jerárquica de las estaciones. También se estudiaba la relación con la calidad de las masas mediante técnicas de regresión y de análisis discriminante. Pocos años después, en 1974, se publica el estudio de Pinus radiata, donde se asientan con claridad y solidez las bases metodológicas para la elaboración y análisis de los parámetros ecológicos, con vistas a la con-

42

@RevForesta

secución de los nuevos objetivos que se fijaron para este tipo de estudios (Gandullo et al., 1974). Éstos fueron: la definición paramétrica de los hábitats óptimos y marginales para la especie estudiada, el establecimiento de ecuaciones de pronóstico entre la calidad de estación y parámetros ambientales significativos, y el análisis del sotobosque con la determinación de las especies indicadoras de buena o mala calidad de las masas. Es también en esta publicación donde aparece por primera vez el diagrama en el que se representan los parámetros y su cuantificación, definiendo los rangos para el hábitat “adecuado” y “marginal”. La siguiente especie, Pinus nigra, se publicó en tres trabajos en los años 1985, 1990 y 1991 (Elena et al., 1985; Sánchez Palomares et al., 1990; Elena y Sánchez Palomares, 1991). Para esta especie se realizó un estudio muy detallado en el que se incluyeron análisis discriminantes, análisis de clasificación (mediante el programa TWINSPAN), análisis de correlación y análisis canónico de correspondencias. En el año 1989 se publicaba el estudio ecológico del pino canario (Blanco et al., 1989). Debido a la importancia de la fisiografía en la distribución de la especie, se introdujeron unos nuevos parámetros que evaluaban el coeficiente de resguardo de los vientos, la rugosidad del entorno, el

sentido de los vientos húmedos del meso-entorno y el de los vientos húmedos del macroentorno. También se continuó, como en el trabajo de Pinus radiata, con un profundo estudio de la vegetación acompañante por la importancia que manifestaba. La ecología de los pinares españoles se sintetizó en una monografía en la que se analizaron todos los parámetros para las especies anteriormente estudiadas (Gandullo y Sánchez Palomares, 1994), introduciendo así una primera metodología para la comparación de los hábitats de distintas especies. Se definía, también en este trabajo, el concepto de “valencia ecológica”. Pocos meses después se puso a disposición de los técnicos y los investigadores el programa “Pinares”. Esta herramienta, programada en Basic, ordenaba las distintas especies del género Pinus en función de su mayor o menor aptitud para vivir en una estación determinada. Fue en esta publicación cuando se definió por primera vez un índice de potencialidad que sintetizaba la información autoecológica y que podía ser cartografiado constituyendo así, por tanto, un modelo de distribución de especies. Así pues, hay que destacar que este modelo como tal aparece por primera vez en el año 1994 con la publicación de la monografía de los pinares, tan solo tres años después de que se publicara el modelo

2018. N.o 70


“BIOCLIM” (Busby, 1991), de fundamentos teóricos análogos. Un resumen de las publicaciones más destacadas para las especies del grupo de las coníferas se puede ver en la Tabla 1. CONTINUANDO CON LAS FRONDOSAS on anterioridad a 1994, fecha de publicación de la síntesis de la autoecología de los pinares españoles, ya se estaba trabajando con otras especies forestales, principalmente con las frondosas más importantes, tendencia que continua hasta la actualidad (Tabla 2). A lo largo de esta etapa, los objetivos que demandaba la sociedad comenzaron a estar más encaminados hacia la conservación. Es más, recientemente estos objetivos se enfatizan al tratar de dar apoyo a las decisiones y estrategias de adaptación al cambio climático, de lucha contra especies exóticas invasoras, de gestión forestal sostenible, de conservación de especies amenazadas, e incluso la modelización de la aptitud del territorio para productos forestales no madereros. Como ejemplo de este último punto, recientemente se ha comprobado la utilidad de los estudios de distribución de especies en la determinación de áreas potenciales para hongos, en los trabajos para la

C

Tabla 1. Publicaciones sobre autoecología de las principales coníferas en España Autores1

Región

Tipo2

Pinus pinaster Ait. (Pino resinero, negral, rodeno) 1967

Nicolas y Gandullo, 1967

P. Ibérica

L

Pinus sylvestris L. (Pino silvestre, pino albar)

1969

Nicolas y Gandullo, 1969

P. Ibérica

L

Pinus halepensis Mill. (Pino alepo, carrasco)

1972

Gandullo et al., 1972

P. Ibérica

L

1974

Gandullo et al., 1974

P. Ibérica

L

2009

Pérez Crespo et al., 2009

Castilla y León (O-NO)

C

1989

Blanco et al., 1989

Canarias

L

1985

Elena et al., 1985

P. Ibérica

L

1990

Sánchez Palomares et al., 1990

P. Ibérica

L

1991

Elena y Sánchez Palomares, 1991

P. Ibérica

L

1991

Regato et al., 1991

P. Ibérica

A

Pinares españoles

1994

Gandullo y Sánchez Palomares, 1994 P. Ibérica

L

Pinus uncinata Mill. (Pino moro, negro)

2005 2010

Rubio y Sánchez-Palomares, 2005 Mezquida et al., 2010

Norte de P.Ibérica P. Ibérica

A A

2010

Sánchez-Palomares et al., 2010

P. Ibérica

I

2008 2010 2010

Alonso Ponce, 2008 Alonso Ponce et al., 2010b Alonso Ponce et al., 2010c

Castilla y León (O-NO) P. Ibérica

T A L

Pinus pinea L. (Pino piñonero)

2013

Sánchez-Palomares et al., 2013

P. Ibérica

L

Abies alba Mill. (Abeto, pinabete)

2013

López-Senespleda et al., 2013

P. Ibérica

I

Especie

Pinus radiata D. Don. (Pino insigne) Pinus canariensis Chr. Sm. ex DC (Pino canario)

Pinus nigra Arn. (Pino laricio)

Juniperus thurifera L. (Sabina, enebro)

Año

1 Las referencias pueden consultarse en el material adicional; 2 C = Trabajo en congreso; T = Tesis; A = Artículo;

trufa (Alonso Ponce et al., 2010a) y para Boletus edulis Bull. (Alonso Ponce et al., 2011). Esta línea se posiciona como una importante herramienta cara a la gestión de áreas que precisan de planes de desarrollo rural, per-

Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

L = Libro o monografía; I = Informe

mitiendo definir estrategias para fijar una población estable en el medio. En estos dos últimos artículos, los autores incrementaron la firmeza de los modelos de potencialidad con el respaldo de la validación mediante la

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aplicación de los trabajos de Boyce et al. (2002) y de Hirzel et al. (2006). Las primeras frondosas que se abordaron fueron las que se integran en la laurisilva canaria (Bañares et

al., 1991), aprovechando los trabajos realizados con el pino canario. En este estudio se incluyeron parámetros microclimáticos (reducción de la luminosidad, reducción del déficit de

saturación, reducción de la temperatura del aire y del suelo, y reducción de la velocidad del viento) debido a las diferencias constatadas entre el exterior y el interior de la masa.

Tabla 2. Publicaciones sobre autoecología de frondosas y especies forestales no madereras en España Especie

Año

Autores1

Región

Tipo2

Laurisilva canaria

1991

Bañares et al., 1991

Islas Canarias

L

1993

Rubio, 1993

Extremadura (O)

T

1997

Blanco et al., 1997

Navarra (N)

C

1999

Rubio et al., 1999

Cataluña (NE)

A

2000

Blanco et al., 2000

Galicia (NO)

A

2002

Gómez et al., 2002

Andalucía (S)

A

2002

Rubio et al., 2002

Castilla (C)

A

2004

Gandullo et al., 2004a

P. Ibérica

L

2001

Elena et al., 2001

Cataluña (NE)

A

2003

Sánchez Palomares et al., 2003

Castilla y León (O-NO)

A

2004

Sánchez Palomares et al., 2004

P. Ibérica

A

2004

Gandullo et al., 2004b

P. Ibérica

L

2006

Rubio y Sánchez Palomares, 2006

Navarra (N)

A

1997

Sánchez Palomares y Carretero, 1997

Andalucía (S)

C

2001

Sánchez Palomares et al., 2001

Extremadura (O)

C

2004

Jovellar, 2004

Castilla y León (O-NO)

T

2005

Sarmiento, 2005

Extremadura (O)

T

2007

Sánchez Palomares et al., 2007a

P. Ibérica

L

2006

López-Senespleda y Sánchez-Palomares, 2006

Guadalajara (C)

C

2008

López-Senespleda y Sánchez Palomares, 2008

P. Ibérica

I

2016

López-Senespleda, 2015

P. Ibérica

T

2005

Díaz Maroto et al., 2005a

Galicia (NO)

A

2006

Sánchez Palomares et al., 2006

P. Ibérica

I

2008

Ruiz-Peinado et al., 2008

La Rioja (N)

C

2008

Sánchez Palomares et al., 2008

P. Ibérica

L

Quercus ilex L. (Encina)

2007 2009 2012

Sánchez Palomares et al. 2007b Sánchez Palomares et al. 2009 Sánchez-Palomares et al., 2012

Centro de P. Ibérica P. Ibérica P. Ibérica

I I L

Quercus robur L. (Roble)

2005 2013

Díaz Maroto et al., 2005b López-Senespleda et al., 2013

Galicia (NO) P. Ibérica

A I

Quercus petraea Matt. (Liebl.) (Roble)

2006 2013

Díaz-Maroto et al., 2006 López-Senespleda et al., 2013

Galicia (NO) P. Ibérica

A I

Prunus avium L. (Cerezo)

2001

Cisneros y Sánchez Palomares, 2001

Castilla y León (O-NO)

C

2004

Cisneros, 2004

Castilla y León (O-NO)

T

Cytisus oromediterraneus Rivas Mart. & al. (Piorno)

2009

Ropero et al., 2009

Sistema Central (C)

C

Tuber melanosporum Vittad. (Trufa negra)

2010

Alonso Ponce et al., 2010a

Aragón (Teruel)

A

Boletus edulis Bull. (Boleto)

2011

Alonso Ponce et al., 2011

P. Ibérica

A

Castanea sativa Mill. (Castaño)

Fagus sylvatica L. (Haya)

Quercus suber L. (Alcornoque)

Quercus faginea Lam. (Quejigo)

Quercus pyrenaica Willd. (Rebollo, Melojo)

1 Las referencias pueden consultarse en el material adicional; 2C = Trabajo en Congreso; T = Tesis; A = Artículo; L = Libro o monografía; I = Informe

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2018. N.o 70


Pronto comenzaron los trabajos sobre Castanea sativa, Fagus sylvatica, Quercus suber y Quercus pyrenaica. Algunos de ellos se realizaron primero desarrollando estudios de ámbito regional que luego se agruparon y completaron cubriendo toda el área de distribución de las especies tratadas (Tabla 2). Los primeros trabajos para las especies de frondosas no llegaron a la profundidad analítica de trabajos como el de Pinus nigra. Sin embargo se empezaron a introducir nuevas aportaciones a la metodología, como el análisis individual de los parámetros con una clasificación de las regiones muestreadas en conjuntos significativamente distintos a partir del análisis de la distancia de Mahalanobis. Fue en el estudio de los hayedos (Sánchez-Palomares et al., 2004) cuando se definieron explícitamente por primera vez las áreas potenciales de expansión de la especie, aportando cartografía y una cuantificación de las mismas gracias a los SIG. Estas áreas potenciales de expansión se pueden englobar en lo que se conoce como modelos de distribución de especies (que son la proyección sobre el espacio geográfico de los modelos de nicho que se definen en el espacio ecológico). A partir de este trabajo se añadía un nuevo objetivo a los ya descritos (definición paramétrica de los hábitats y predicción de la calidad de estación a partir de parámetros del medio): la identificación y cartografía de las áreas potenciales fisiográficoclimáticas de expansión de las especies forestales. Las siguientes especies fueron Prunus avium (Cisneros, 2004) y Juniperus thurifera (Alonso Ponce, 2008) que se abordaron inicialmente como estudios de ámbito regional. Estas dos especies también aportaron novedades a la línea de investigación. Por ejemplo, en el caso del cerezo se realizaron análisis de componentes principales, análisis de coordenadas principales y escalamiento multidimensional; y en el caso de la sabina se realizaron análisis factoriales. En ambos trabajos, para el estudio de las relaciones entre parámetros del medio y la calidad de estación, fue necesario el ajuste de los modelos de crecimientos para definir las clases de

calidad. Para ello se empleó la metodología de ecuaciones en diferencias algebraicas (ADA por sus siglas en inglés) en el caso del cerezo y la metodología de las ecuaciones en diferencias algebraicas generalizadas (GADA por sus siglas en inglés) en el caso de la sabina. En el trabajo sobre la sabina (Alonso Ponce, 2008) se define un nuevo índice de potencialidad distinto del definido por Gandullo y Sánchez-Palomares (1994), principalmente porque permite considerar los posibles fenómenos de compensación entre parámetros, que posibilitan que la especie viva holgadamente en zonas que, mediante otro enfoque, se correspondería con la marginalidad. A continuación se publicaron los trabajos sobre Quercus ilex (Sánchez Palomares et al., 2012) y Pinus pinea (Sánchez Palomares et al., 2013). En el caso de la encina se realizó una comparativa de todas las especies estudiadas, asignando una mayor eurioicidad o estenoicidad a cada especie utilizando como especie patrón para la comparación a la propia encina. Un trabajo similar se realizó en la publicación del pino piñonero. Antes de la publicación de esos dos últimos trabajos, en el año 2010 se llevaron a cabo los trabajos para completar el género Pinus con la especie que quedaba por muestrear, Pinus uncinata. Un año después comenzaron los trabajos de muestreo de Quercus robur, Quercus petraea y Abies alba. Así, en el mismo proyecto que financiaba los trabajos de estas últimas tres especies se contemplaba también la realización de muestreos complementarios para las especies originales del género Pinus, con la intención de actualizar y completar los datos originales utilizando localizaciones a partir de los mapas forestales actualizados. La última de las especies que ha visto luz recientemente (López-Senespleda, 2015), en forma de tesis doctoral, es el quejigo (Quercus faginea). En este trabajo, además de seguir el formato habitual de determinación y caracterización de las áreas potenciales, se incluyó la validación mediante la curva de Boyce-Hirzel modificada para obtener mayor robustez de los

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resultados y un modelo de calidad de estación en relación con parámetros del hábitat (López-Senespleda et al., 2014). Finalmente, se está terminando la síntesis general de todas las especies estudiadas hasta la fecha, lo que conlleva la actualización y homogeneización de datos climáticos, la identificación y localización de las parcelas originales, la incorporación de nuevas parcelas a los primeros estudios, etc. En este resumen final se plantea el estudio de la comparativa de los hábitats de las especies de forma conjunta mediante la comparación de los nichos a través de modelos de distribución de especies (Warren et al., 2008; 2010), aplicando técnicas de “smoothkernel” (Broennimann et al., 2012) y mediante técnicas de medida de la precisión de la predicción o “fitness” (Townsend y Vieglais, 2001). Con ello se pretende obtener unos resultados robustos, que permitan realizar una comparación entre especies óptima, dotando de datos incuestionables a los gestores forestales. OTROS TRABAJOS: LOS MODELOS DE DISTRIBUCIÓN DE ESPECIES o obstante, además de todos los trabajos citados que se encuadran dentro de una misma línea de investigación, existen muchos otros para diferentes especies forestales en la Península Ibérica. Éstos aplican distintas metodologías y multitud de aproximaciones, pero que en el fondo también tratan de la autoecología de especies, aunque se centran más en modelos de distribución de especies. Estos trabajos, en general, aplican multitud de técnicas estadísticas pero lo que guardan en común, en general, es el uso de datos de presencias y de ausencias. Este criterio establece la primera división entre la mayor parte de estos métodos y los aplicados en esta línea de investigación. Dentro de las técnicas estadísticas empleadas, siguiendo a Mateo et al. (2011), se podrían agrupar en Técnicas discriminantes (CART, MARS, GLM, Redes Neuronales, Análisis de Componentes Principales, GAM, MaxEnt), Técnicas descriptivas (BIOCLIM, DOMAIN, ENFA), o Técnicas

N

@RevForesta

45


Tabla 3. Listado de publicaciones sobre autoecología y modelos de distribución de especies vegetales españolas con distintas metodologías Especies objetivo

Año

Autores

Quercus pyrenaica Willd. y Fagus sylvatica L.

2010

Mateo et al., 2010

Quercus suber L. y Q. ilex L.

2003

Benito Garzón et al., 2003

Fagus sylvatica L.

2004

Pinus sylvestris L.

Tipo

Metodología empleada

A

MARS

Península

A

Redes Neuronales

Muñoz y Felicísimo, 2004

NO Península

A

CART, Regresión logística, MARS y Análisis de Árboles de Regresión

2006

Benito et al., 2006

Península

A

Random Forest, CART y Redes Neuronales

Especies forestales

2008

Benito et al., 2008

Península

A

Random Forest

Variasespecies

2009

Gastón et al., 2009

Península

A

Regresión Logística

Abies alba Mill.

2009

Alba-Sánchez et al., 2009

N Península

A

MaxEnt

Varias especies

2009

Benito de Pando, 2009

S Península

T

MaxEnt y otros

Abies sp.

2010

Alba-Sánchez et al., 2010

Península

A

Envolventes Ambientales

Matorral y especies herbáceas

2011

Bedia et al., 2011

N Península

A

MLR, Redes Neuronales, SVMs, CART, MaxEnt y MARS

Abies alba Mill. y Fagus sylvatica L.

2012

Serra-Diaz et al., 2012

Península

A

GLM

34 especies forestales

2013

García del Barrio et al., 2013

Península

A

MaxEnt

2012

Guzmán et al., 2012

2013

Guzmán et al., 2013

Pinus sylvestris L. y Fagus sylvatica L.

2014

Hernández et al., 2014

O Pirineos

A

Universal kriging + SDMs

Expansión de áreas forestales

2014

Álvarez-Martínez et al., 2014

NO Península

A

MaxEnt y BIOMOD

6 frondosas forestales

2015

Roces-Díaz et al., 2015

Asturias

A

GLM (Regresión logística)

5 especies del género Pinus

Región

Andalucía

L A

Autoecología paramétrica + MaxEnt

1 Las referencias pueden consultarse en el material adicional; 2A = Artículo; L = Libro o monografía; CL = Capítulo de libro; T = Tesis

mixtas que emplean varias reglas, algunas descriptivas y otras discriminantes (GARP, BIOMOD). Algunos ejemplos se pueden ver en la tabla 3. CONSIDERACIONES FINALES l Cambio Global nos conduce a una nueva coyuntura ecológica que conlleva multitud de alteraciones en las masas forestales. Estas implicarán, necesariamente, variaciones en los rendimientos que la sociedad obtiene de las mismas, en todas sus dimensiones (social, ecológica y económica). Esto requiere respuestas coordinadas a escala nacional y supranacional, aunque las acciones inmediatas deben ser planificadas y ejecutadas a escala local (Benito de Pando, 2009). Para ello, la información que nos proporciona la autoecología de especies forestales sobre el hábitat en el que viven, y el uso de herramientas derivadas como los modelos de potencialidad de expansión y de distribución de especies, pueden facilitar-

E

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nos el desarrollo de esquemas que nos ayuden a entender las relaciones entre los factores implicados y abrirnos la posibilidad de diseñar e implementar soluciones. La perspectiva del hábitat que aportan los estudios de autoecología y los modelos de distribución de especies permiten concebir la posible evolución de las formaciones a lo largo de la historia, así como ayudar a entender también las relaciones de competencia o facilitación entre especies forestales. A ello se suma también el auge que han experimentado los estudios de distribución de especies, afrontados desde multitud de enfoques, gracias al interés que despertaron trabajos sobre adaptabilidad al cambio climático (Felicísimo, 2011), vulnerabilidad de ecosistemas y a trabajos con especies invasoras. Es conveniente puntualizar que, en esencia, la base de todos estos modelos de distribución es la autoecología de las especies (Guisan y Thuiller, 2005; Miller y Rogan, 2007).

Así, la descripción y cuantificación de los parámetros que definen el hábitat, en definitiva, la definición de los gradientes ambientales, permite la modelización de los fenómenos de expansión mediante la identificación de espacios potencialmente susceptibles de ser colonizados, la determinación de la aptitud del territorio, la cuantificación de la variación de la idoneidad del hábitat o la explicación del estado actual de masas forestales (Serrada et al., 2009), entre otros aspectos. Las áreas potenciales, además, constituyen una útil herramienta adicional a la hora de planificar la gestión del territorio, clasificándolo según su aptitud para albergar la especie y orientando sobre las posibles actuaciones a llevar a cabo dentro del contexto de la gestión adaptativa al cambio climático (Schwartz, 2012) más que para afirmar la futura desaparición de los hábitats de las especies (Felicísimo, 2011). Todo ello pese a las limitaciones que impone la incer2018. N.o 70


tidumbre introducida por el uso del nicho efectivo en el cálculo a la hora de realizar predicciones de futuras distribuciones (Beale y Lennon, 2012). En cualquier caso, lo que se proponían con esta línea de investigación era caracterizar el territorio en función de su aptitud para albergar la especie, aunque es posible hacer simulaciones

de la variación de dichas áreas en el futuro utilizando para ello los datos

REFERENCIAS Se incluyen a continuación las referencias citadas en el texto. Las referencias recogidas en las tablas pueden consultarse en el material adicional disponible en la página web de la revista (http://www.forestales. net), junto a este artículo.

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de los distintos escenarios de cambio climático.

1 Respecto a la autoecología, Margalef (1974) comenta que la información que se obtiene desde este enfoque no carece de valor ni im-

portancia: “La descomposición del ambiente, a los fines de estudio, en factores de acción es más o menos arbitraria, pues la distribución y actividades de los organismos son función de combinaciones de factores, diversamente integrados según las circunstancias; pero esto no es razón para menospreciar la información que se va acumulando sobre la relación entre la intensidad de factores seleccionados y la presencia y actividades de los organismos”.

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COMUNICACIÓN TÉCNICA

Productos forestales: más allá de la madera Concha Redondo, Sven Mutke, Sarah Adams, José Antonio Bonet, Rafael Calama, Javier Calvo, Mariola Sánchez González, Roberto Rubio, Inazio Martínez de Arano Red Temática Europea INCREdible

El cambio de paradigma de la economía europea hacia una bioeconomía basada en el conocimiento requiere repensar los procesos productivos y los patrones de consumo preponderantes. En este contexto está ganando relevancia el aprovechamiento de los productos forestales, al ofrecer una fuente sostenible de recursos alternativos a las materias primas fósiles. Aparte de madera para uso estructural como forma de construcción alternativa, como fuente de fibra natural y como biomasa energética, el monte mediterráneo se caracteriza por suministrar también una serie de productos no madereros singulares de alto valor añadido. El corcho es materia única en el mundo, la resina natural ofrece alternativa a la petroquímica, y hay plantas aromáticas y medicinales y una gama de alimentos silvestres de gama alta (frutos, setas, trufa, frutos secos como el piñón y la castaña). El desarrollo y la modernización de las respectivas cadenas de valor han sido muy desiguales entre productos, regiones y países. Pero frente a amenazas exteriores como el cambio climático y la globalización del comercio sin garantías de estándares efectivos de calidad, más que competir entre ellos, hace falta una mayor cooperación, vertebración e intercambio de experiencia y modelos de éxito para desarrollar el potencial de esta gama de productos del monte, creando conciencia de su excelencia en el consumidor. La reciente red temática sobre INnovación en productos forestales no madereros como Corcho, Resina y Edibles (INCREdible) es una iniciativa europea para trabajar entre centros tecnológicos, la academia y los sectores en esta línea de fortalecimiento mutuo. Palabras clave: Productos forestales no madereros; INCREdible; Unión Europea

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aro es el día en el que no se celebren jornadas que en su título llevan los términos “bioeconomía”, “economía circular” o “emprendimiento verde”. Existe la conciencia que algo tiene que cambiar en el modelo sobrevenido de desarrollo económico e industrial basado en consumir recursos fósiles no renovables; es decir, en recursos que se destruyen al ser consumidos. Pero 25 años después de Rio’92, la sociedad

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todavía está buscando el rumbo para enmendar el curso. Y decimos “sociedad” y no “economía” porque contrariamente al enfoque neoclásico que asume que toda actividad humana sea económica en primer término y pueda expresarse, tasarse y optimizarse en unidades monetarias, los cambios requeridos para hacer sostenible el desarrollo humano no atañen únicamente a corporaciones y empresas. Las decisiones no se 2018. N.o 70


limitan a decisiones las de políticos, administraciones o agencias públicas, sino que corresponden a la sociedad en su conjunto, es decir, son una responsabilidad de todos nosotros, ya que cada persona en su ámbito toma decisiones relevantes. A pesar de ello, en este contexto es habitual tropezarse repetidamente con una usurpación de términos, como por ejemplo la limitación intencionada del concepto “bioeconomía” a “obtención de biorrecursos como sustituto de los fósiles”, con el objetivo implícito de seguir alimentando el mismo modelo industrial sobrevenido. Como botón de muestra, una consulta de la Wikipedia en febrero de 2018 arroja que la entrada “Bioeconomía” ni siquiera existe en la edición castellana, y en la catalana se considera sinónimo de “bioteconomía”, limitada efectivamente a “tota activitat econòmica derivada de l’activitat i recerca científica concentrada en entendre els mecanismes i processos als nivells genètics i moleculars i l’aplicació d’aquest coneixement en qualsevol procés industrial. O sigui, els mitjans a través dels quals es pot obtenir diners de la biotecnología”. La edición inglesa de la Wikipedia nos redirige a la entrada “Biobased economy”, de aceptación aparentemente similar: “all economic activity derived from scientific and research activity focused on biotechnology. In other words, understanding mechanisms and processes at the genetic and molecular levels and applying this understanding to creating or improving industrial processes. The term is

Rafael Calama

Sarah Adams

Sarah Adams

Níscalos

Tapones de corcho

widely used by regional development agencies, international organizations, biotechnology companies. It is closely linked to the evolution of the biotechnology industry. The ability to study, understand and manipulate genetic material has been possible due to scientific breakthroughs and technological progress. The evolution of the biotechnology industry and its application to agriculture, health, chemical or energy industries is a classic example of bioeconomic activity.” Es decir, según estas definiciones interesadas, usar recursos biológicos como la madera para construcción, no sería una actividad de bioeconomía, sin embargo crear un eucalipto transgénico, por ejemplo resistente a una plaga (o a un biocida), sí. En el caso del concepto “biotecnología” ocurre algo similar. El Convenio sobre la Diversidad Biológica firmado en Río en 1992 recoge en su artículo 2 que “por ‘biotecnología’ se entiende toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”. Esta definición implica que producir insulina a partir de células modificadas genéticamente es biotecnología, pero también lo es por supuesto producir pan, vino o yogur usando cultivos de levaduras o bacterias. Esta definición de biotecnología abarca incluso la agricultura y selvicultura, ya que producen bienes a partir de sistemas biológicos dirigidos, aunque no solemos hablar de bioalimentos ni de biomadera. Aunque por redundante

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Castañas

Contraria a estos secuestros de términos para apropiarse de las connotaciones positivas de la etiqueta “bio”, la Comisión Europea aporta una definición más evidente e inclusiva del concepto “bioeconomía” como “aquellas partes de la economía que usan recursos renovables biológicos de tierra o mar, tales como cultivos, bosques, pesca, animales o microorganismos, para producir alimento, materias o energía”

no olvidemos lo obvio: quien controla el lenguaje controla la consciencia colectiva. Es frecuente que en el discurso de muchas empresas de la industria autonominada “biotecnológica” o de agencias de desarrollo, “biotecnología” parece limitarse a ser sinónimo del uso de organismos manipulados genéticamente, pero no lo es. Contraria a estos secuestros de términos para apropiarse de las connotaciones positivas de la etiqueta “bio”, la Comisión Europea aporta una definición más evidente e inclusi-

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objetivos de la gestión forestal, y entre ellos, el incremento del potencial de producción y comercialización de PFNM a nivel europeo. Ante escenarios de cambio climático y de bajada de precios de la madera en el mercado internacional, la necesidad de reorientar la actividad forestal europea hacia la multifuncionalidad es más patente (Wong & Prokofieva, 2014). En el pasado, la gestión y también la investigación forestal europea han estado polarizadas básicamente en la ordenación y optimización de la producción maderera y de biomasa. La necesidad de contar con conocimientos en materia de producción forestal no maderable, adaptando técnicas de gestión, de recolección y de transformación, ha impulsado en las últimas décadas iniciativas de investigación que han permitido establecer unas bases de conocimiento sobre las especies, su ecología y productividad para permitir adaptar las herramientas de selvicultura clásica. Pero para que el sector despegue definitivamente será indispensable estructurar y desarrollar las cadenas de suministro de muchos de estos recursos naturales para hacerlas rentables para todos los actores que participan en esta cadena de valor. ¡Todo un desafío! En 2014, la revista Foresta dedicó la portada de su número 62 y una sec-

Sarah Adams

¿Y QUÉ TIENEN QUE VER LOS PRODUCTOS FORESTALES NO MADERABLES (PFNM) CON TODO ESTO? n este contexto actual de reinventar y rediseñar el sistema productivo sobrevenido liberándolo de su dependencia de recursos fósiles, y de internalizar en la contabilidad nacional y en la toma de decisiones a otras funciones y servicios de ecosistemas, el aprovechamiento de los productos forestales, incluyendo los no madereros (PFNM), está cobrando cada vez más peso en ese concepto de economía circular y de [balance de] emisiones cero. La bioeconomía es un nuevo concepto, pero no una práctica o realidad nueva, como queda patente con productos forestales tradicionales pero de alto valor tecnológico como son el corcho o la resina natural extraída de bosques europeos, un producto natural con aplicaciones en cosmética, recubrimientos, adhesivos, farmacia o alimentación. Su extracción en monte contribuye a la creación de empleo rural y genera multitud de externalidades positivas (Soliño et al, 2018). En los últimos años, organismos como el Instituto Forestal Europeo (EFI) o la Plataforma Tecnológica del Sector Forestal Europeo han señalado la necesidad de incluir la provisión de múltiples servicios entre los

Sarah Adams

va del concepto “bioeconomía” como “aquellas partes de la economía que usan recursos renovables biológicos de tierra o mar, tales como cultivos, bosques, pesca, animales o microorganismos, para producir alimento, materias o energía” (EC, 2018). La bioeconomía ha sido definida como el nuevo paradigma del crecimiento económico para la Unión Europea, donde ya mueve más de dos billones de euros y provee 22 millones de puestos de trabajo en sectores como el forestal, la agricultura o la industria alimentaria, química y energética (EC, 2012). Parece evidente que todos los actores implicados en estos sectores debemos trabajar para que no se desvirtúe el alcance de este “nuevo paradigma” por los intereses comerciales de unas empresas que están desarrollando una estrategia de imagen para mejorar la aceptación pública de organismos modificados genéticamente. La relación de la bioeconomía con el actual cambio de paradigma o transición hacia una economía circular y sostenible aprovechando recursos renovables en vez de consumir los fósiles (McCormick y Kautto, 2013; Gorriz y Martínez de Arano, 2017) se resume de forma didáctica en una pequeña infografía editada por la Comisión (EC, 2014).

Trufas

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Piñas de pino piñonero

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Sven Mutke

Ismael Muñoz

EL EJEMPLO DE LA CASTAÑA La interacción histórica del bosque con el ser humano en Europa ha sido intensa en el medio rural durante siglos, suministrando recursos materiales, energéticos, alimentos, pastos y forraje. Aquellos sistemas ecológicos o hábitats que han proveído de alimento directo a la población han ido conformando un paisaje singular y han alcanzado una importante relevancia desde los puntos de vista social y económico. Es el caso del castaño, especie multiobjetivo que ha proveído de madera (material de construcciónvivienda), leña (energía) y castañas (alimento) a la población de muchas áreas rurales. El abandono del medio rural, la aparición de enfermedades y la falta de adaptación de los sistemas de gestión a sus amenazas situaron al castaño y su hábitat en las últimas décadas en un proceso de intensa regresión. Sin embargo, el interés social de las áreas donde la especie es característica recordó la funcionalidad económica del castaño y la necesidad de revertir esta situación, convirtiendo la gestión sostenible en la mejor herramienta de conservación para la especie. Además, el castaño, al igual que otros PFNM, se ha identificado como una oportunidad de desarrollo económico regional en estos tiempos de crisis, como reflejan iniciativas como Biocastanea, la Feria de la castaneicultura en El Bierzo. Una vez más, recuperar el aprovechamiento de los recursos que nos rodean demuestra la necesidad de la intervención humana para restaurar los equilibrios ecológicos del medio natural como estrategia para garantizar su perdurabilidad.

Sarah Adams

ción especial a los aprovechamientos forestales no maderables –por cierto, la definición “no maderables” (non timber) incluye los productos leñosos no maderables: madera para pasta, leña, biomasa–. Es más habitual poner un límite más estricto en los “no madereros” (non wood), que excluyen también a esos otros usos de la madera, centrándose en otros productos de origen biológico distintos a la madera, obtenidos en bosques, tierras forestales y árboles ubicados fuera de los bosques, según la definición de PFNM de la FAO. Los PFNM mediterráneos incluyen ejemplos tan variados como el corcho, la trufa negra y otros hongos, frutos silvestres y frutos secos como el piñón o la castaña, la resina natural, el esparto, la miel o plantas aromáticas y medicinales. Hay productos emblemáticos, únicos (corcho) o de categoría gourmet (trufa, piñón), cuyos mercados mundiales exceden en demanda a la oferta por recolección silvestre en los países productores, produciendo burbujas de precios minorista (¡que no los pagados al productor!) que por prohibitivos llevan al consumidor a cambiar a productos sustitutivos de menor calidad y precio como la trufa china o el piñón pakistaní. También la resina natural europea está de vuelta, lista para jugar su papel en el

Buscando trufas

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Plantación mixta de pino piñonero y alcornoque

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150 PFNM. Esta horquilla representa entre el 10 y el 25 % del valor de la madera en rollo cortada en Europa, aunque en países mediterráneos como Italia, Portugal o España puede superar ampliamente el 50 %. Adicionalmente, hay que considerar que buena parte de los productos recolectados nunca llegan a mercados formales, por destinarse al autoconsumo y consumo local, y por lo tanto no aparecen recogidos en estadísticas comerciales. Así, una encuesta telefónica a más de 17.000 consumidores europeos, realizada en el marco del proyecto europeo StarTree (2012-2016), Multipurpose trees and non-wood forest products: a challenge and opportunity, reveló que el 90 % de las unidades familiares fue consciente de haber consumido en el último año algún PFNM (sobre todo, frutos silvestres, frutos secos y setas), mientras que un 25 % declararon incluso haberlos recolectado personalmente, en promedio entre tres y doce veces al año (Lovric et al., 2016). Y aunque la Unión Europea exporta anualmente PFNM por importe de más de dos mil millones de euros, también los importa por valor de más de tres mil millones, mostrando un claro déficit neto de suministro interno (Wong & Prokofieva, 2014).

UNA NUEVA INICIATIVA: LA RED TEMÁTICA EUROPEA INCREdible–REDES DE INNOVACIÓN EN PFNM MEDITERRÁNEOS ertebrar las cadenas de valor de estos productos silvestres para hacerlas sostenibles y, sobre todo, rentables para todos los actores sigue siendo un desafío en Europa. Su impulso pasa por hacer visible este carácter de productos silvestres y naturales, informar a los consumidores, por sensibilizarles y hacerles valorar esas alternativas verdes, y conseguir que estén dispuestos a pagar por ellas. Los países mediterráneos, aparte del potencial de mercado de sus PFNM muy específicos, se prestan como ejemplo de poder desarrollar este proceso de sensibilización y educación del consumidor por las connotaciones positivas ambientales, culturales y emocionales que despiertan en la conciencia colectiva no sólo a escala doméstica, sino globalmente. Este es el espíritu con el que investigadores, instituciones y empresarios se reunieron recientemente en Barcelona para explorar estos temas en profundidad en la segunda edición del Bioeconomy Dialogue organizada por la Oficina Regional para el Mediterráneo del EFI (EFIMED). En el encuentro, que se centró en la inno-

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proceso de sustitución de derivados del petróleo en usos no energéticos; de hecho ya lo está haciendo, pero la innovación en aspectos clave como la extracción, el desarrollo de nuevos productos y una marca de comercialización que ponga para el consumidor final de relieve sus valores biológicos, naturales y recolectado en montes gestionados sosteniblemente, no en plantaciones intensivas tropicales, será determinante para que Europa incorpore con fuerza en su política de materias primas endógenas este valioso recurso tan moderno y tan maduro a la vez (Calama et al., 2017). La recolección de los productos forestales no maderables, dispersa en un amplio territorio forestal, es una fuente de empleo local y juega un papel importante en las economías rurales de algunas comarcas. El último informe sobre el Estado de los Bosques de Europa (Forest Europe, 2015) cifró el valor comercializado de los PFNM en Europa en 2.300 millones de euros anuales, generado en más de un 80 % por productos de origen vegetal, incluyendo los hongos. La FAO (2014) eleva esta estimación a más de 6.000 millones de euros anuales para Europa, empleando otra metodología para contabilizar el comercio de más de

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Existe una gran cantidad de resultados científicos recogidos en publicaciones de investigación e informes técnicos, pero sin transferir de manera eficaz al sector, que tampoco suele consultar revistas científicas en inglés. También se han identificado y documentado diversos casos de negocios exitosos, innovaciones sociales y nuevas regulaciones que podrían adaptarse a las diferentes condiciones locales, reproduciéndose y ampliándose. Algunos de ellos fueron analizados en el taller de la EIP-AGRI sobre ‘Nuevas cadenas de valor de bosques multifuncionales’ (New value chains from multifunctional forests), celebrado los días 10 y 11 de noviembre de 2016 (EIP-Agri, 2016). Sobre esta base, el consorcio de la red temática europea INCREdible, sobre productos forestales no madereros mediterráneos, seguirá el camino iniciado y sistematizará el proceso

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Ismael Muñoz

valor y desarrollando todo el potencial de los PFNM. Los desafíos más urgentes detectados se refieren a: 1. garantizar una producción sostenida y sostenible de PFNM mediante prácticas innovadoras en un contexto de cambio climático y la aparición de nuevas plagas y enfermedades 2. buscar nuevos acuerdos de cadenas de valor, incluidos los nuevos modelos de negocio y de cooperación de productores, la comercialización directa y coproducción para aumentar la rentabilidad, incluyendo la regulación/legislación ambiental y la innovación 3. mejorar los marcos regulatorios a nivel nacional y de la UE relacionados con los derechos de cosecha justa, gestión de conflictos, trazabilidad de los productos comestibles, identificación y perfil diferenciado del producto (piñón mediterráneo frente a piñón chino, Tuber melanosporum frente a Tuber indicum, etc.) 4. mejorar la transparencia, regulación e inteligencia del mercado, incluidas las cuestiones relacionadas con las tendencias del mercado local e internacional, transparencia de precios, estándares de calidad, impuestos, etc.

Enrico Vidale

vación y el emprendimiento en PFNM, también participaron los socios de la red temática europea INCREdible (Innovation Networks of Cork, Resins and Edibles in the Mediterranean basin), financiado por la Comisión Europea y centrada en Redes de Innovación para PFNM, que coincidieron en Barcelona con motivo del lanzamiento del proyecto. La integración de los PFNM en una gestión forestal multifuncional es un factor fundamental también para el desarrollo de una alternativa de gestión para los montes privados frente a una silvicultura de tradición maderera. Para combatir al abandono y absentismo, es necesario ofrecer oportunidades y poner el foco en un modelo basado en la amplia gama de bienes y servicios ecosistémicos que los bosques mediterráneos pueden proporcionar, estrechamente relacionados con el valor social y cultural del monte, con los conocimientos tradicionales y con la identidad territorial, sin olvidar la gastronomía. Por lo tanto, bien aprovechados, los PFNM pueden suponer una contribución muy significativa al desarrollo rural y a una bioeconomía inteligente, inclusiva y respetuosa con los agentes que intervienen en su desarrollo. En este sentido, en los países del norte de África la contribución actual y potencial de los PFNM a la economía y el desarrollo rural es aún más relevante, teniendo en cuenta la gran cantidad de desempleo en la población rural joven. Hay oportunidades significativas con beneficios para todas las partes, ya que los mercados europeos están muy interesados en productos de calidad basados ​​en PFNM (Daly Hassen, 2016), especialmente corcho, nueces y aceites esenciales, productos en el foco de la red temática INCREdible, junto al aún incipiente turismo verde. Las actividades de investigación llevadas a cabo en estas materias en el marco de la acción COST FP1203 NWFPs sobre productos forestales no madereros (COST, 2012-2106) o en el citado proyecto StarTree han identificado barreras importantes y brechas entre conocimiento y práctica, que deben superarse para mejorar la gestión de los bosques, generando valor a lo largo de las múltiples cadenas de

La bioeconomía ha sido definida como el nuevo paradigma del crecimiento económico para la Unión Europea, donde ya mueve más de dos billones de euros y provee 22 millones de puestos de trabajo en sectores como el forestal, la agricultura o la industria alimentaria, química y energética

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de intercambio de conocimientos, facilitando los canales y las herramientas para tender un puente sobre la brecha existente en materia de investigación e innovación en relación con el aprovechamiento, transformación y comercialización de PFNM. La iniciativa tiene como objetivo vincular el conocimiento y fomentar la colaboración entre las diferentes partes interesadas, desarrollando modelos comerciales innovadores y mejorando la experiencia de las regiones rurales hacia el desarrollo de estrategias económicas inclusivas. Coordinada por el EFI, la red INCREdible reúne a trece universidades, centros de investigación y organizaciones profesionales (propietarios y gestores) de ocho países. Durante los próximos tres años, los socios aportarán sus conocimientos y experiencia en diversos aspectos relacionados con los PFNM para fomentar la colaboración entre grupos y partes interesadas, desarrollar modelos comerciales innovadores y mejorar la experiencia de las regiones rurales para el desarrollo de estrategias económicas inclusivas. La colaboración en la red de socios de Portugal, España, Francia, Italia, Croacia, Grecia y Túnez y una empresa belga, busca extender y homologar las agendas de investigación sobre los PFNM en el Mediterráneo, las interfaces de políticas científicas disponibles y los enfoques comerciales innovadores, para que se extiendan a través de los socios en el Mediterráneo, y así fomentar asociaciones y crear espacios comunes de innovación. Para lograr este propósito, la red INCREdible trabajará en cinco redes de innovación (Innovation Networks o iNets) en torno a grupos cruciales de PFNM mediterráneos (corcho, resina, plantas aromáticas y medicinales, frutos silvestres y frutos secos, y setas y trufas). Cada iNet tendrá como objetivo recopilar las mejores experiencias (tanto prácticas como basadas en la ciencia) relacionadas con la producción, la transformación y los canales de comercialización de PFNM. INCREdible recogerá información y conocimientos derivados de las iNets en una plataforma en línea (Knowledge Sharing Platform), que funcionará como sistema de reposito-

rio e intercambio de información entre socios, redes, organizaciones, países y productos para crear conciencia sobre casos de éxito existentes para así permitir aprender el uno del otro (cross-fertilisation). El trabajo de esta red temática se dirige fundamentalmente a la interacción de la comunidad científica con los agentes de cadena de valor de los PFNM y de quienes crean y aplican las políticas forestales. La interacción y el intercambio de conocimiento son uno de sus ejes centrales, por lo que propiciará el encuentro con los agentes del sector a través de eventos como seminarios temáticos interregionales, o talleres para explorar e innovar en temas transversales como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y los PFNM. Para ello, es fundamental colaboración activa, intercambio e interacción con otras redes existentes. Así, los Grupos Operativos regionales o nacionales de la EIPA-Agri son un ejemplo de trabajo a otra escala pero paralelo a los fines de la Red Temática europea. Un buen ejemplo lo representa el grupo operativo supraautonómico español GO Suber (2018) sobre la modernización global del sector de la extracción del corcho, que ha reunido a empresas, asociaciones de propietarios, administraciones autonómicas, universidades y centros de investigación. Su objeto es realizar un proyecto de innovación sobre la modernización de los trabajos de descorche mediante su mecanización y la revisión de sus sistemas y procedimientos de orga-

nización. También busca mejorar las condiciones de trabajo, con especial atención a la seguridad de trabajos en altura y la disminución de la temporalidad, y mejorar la comercialización y valoración del corcho mediante el desarrollo de nuevas aplicaciones. La publicación de materiales informativos y el trabajo con los medios de comunicación permite a INCREdible transmitir a la sociedad en general el mensaje de que los bosques gestionados de forma sostenible por los habitantes de las zonas rurales pueden ser una gran fuente de riqueza y diversidad, ofrecer actividad socioeconómica que contribuye a crear empleo y a fijar población, a la vez que previene incendios forestales. Finalmente, INCREdible involucrará a los empresarios mediterráneos en el primero de una serie de desafíos de innovación abierta (Open Innovation Challenges) y apoyará a los emprendedores en el desarrollo de modelos comerciales. Al final del proyecto, un Foro de Políticas expondrá los resultados y conclusiones, así como una propuesta de políticas a desarrollar para establecer un marco favorable que contribuya a desarrollar el potencial de PFNM.

AGRADECIMIENTOS Los autores son participantes de la Red Temática Europea INCREdible, financiada por el programa H2020 de la Unión Europea bajo el contrato nº 774632.

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Wild Forest Products in Europe Conference, 13-14 October 2016, Barcelona. McCormick K, Kautto N. 2013. The bioeconomy in europe: an overview. Sustainability 5: 2589-2608 Soliño M, Yu T, Alía R, Auñón F, Bravo-Oviedo A, Chambel MR, de Miguel J, del Río M, Justes A, Martínez-Jauregui M, Montero G, Mutke S, RuizPeinado R, García del Barrio JM. 2018. Resintapped pine forests in Spain: Ecological diversity and economic valuation. Science of the Total Environment 625: 1146–1155 StarTree (2012-16). StarTree: Multipurpose trees and non-wood forest products: a challenge and opportunity. http://www.star-tree.eu. Wong JLG, Prokofieva I. 2014 (eds.). Report presenting synthesis of regional sectoral reviews to describe the “State of the European NWFP”. StarTree deliverable D1.3. FP7 project grant agreement No. 311919. European Union, Bruselas.

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COMUNICACIÓN TÉCNICA

Deforestación inducida por el fuego en bosques mediterráneos sometidos a sequía Víctor Resco de Dios1, Asaf Karavani1, Matthias M. Boer2, Mara Baudena3, Carlos Colinas1, Rubén Díaz-Sierra4, Jesús Pemán1, Martín de Luis5, Álvaro Enríquez de Salamanca4,6 1 Universitat de Lleida 2 Western Sydney University 3 Utrecht University 4 Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) 5 Universidad de Zaragoza 6 DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental

En los últimos 15 años, 3 millones de hectáreas de bosques se han convertido en matorrales o pastizales en los países mediterráneos de la Unión Europea, siendo el fuego y la sequía los principales motores de esa deforestación. Se analiza la deforestación inducida por los efectos conjuntos del fuego y la sequía en tres escalas jerárquicas: resistencia en individuos, resiliencia de poblaciones y transiciones a un nuevo estado. A nivel individual se analiza la resistencia estructural y fisiológica y la capacidad de rebrote. Cuando los individuos perecen, el segundo paso hacia la deforestación es una resiliencia limitada de la población, esto es, una baja capacidad para regenerarse tras el fuego. Si los individuos mueren y la población no se recupera, se producirá una transición a un nuevo estado de vegetación. Las especies con capacidad de rebrote proporcionan un papel amortiguador contra la deforestación en bosques dominados por especies que regeneran sexualmente y carecen de banco de semillas. Aunque la diversificación de rodales con especies rebrotadoras suele ser ventajosa para incrementar la resiliencia de la masa, existen lagunas de conocimiento sobre cómo la composición de la masa afecta a la inflamabilidad, a la resistencia frente a la sequía y sobre el "síndrome de agotamiento de los rebrotes". La gestión debe adaptarse para mantener los bosques mediterráneos bajo un clima cambiante, prestando además mayor atención a la aparición de nuevos riesgos de incendios en zonas antes libres de ellos, como los bosques de montaña. Palabras clave: Deforestación; incendios forestales; sequía; región mediterránea

INTRODUCCIÓN n los últimos años los países mediterráneos de la Unión Europea han “reverdecido”: entre 1990 y 2006 se han convertido en bosques 2,3 millones de ha ocupadas por matorrales

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y 2 millones de ha de tierras agrícolas. Sin embargo, esa tendencia se contrarresta en parte por la transformación de 3,2 millones de ha de bosque en matorral, principalmente por el fuego y la sequía. El cambio climático hace 2018. N.o 70


prever en la cuenca mediterránea un aumento en la duración e intensidad de la sequía estival (con una escasez extrema de agua que puede producir mortalidad de árboles), y de la frecuencia de incendios. RÉGIMEN DE INCENDIOS EN LA REGIÓN MEDITERRÁNEA La hipótesis de la “productividad intermedia-fuego” plantea unos picos en la ocurrencia de incendios en niveles intermedios de productividad y aridez, siendo la actividad del fuego mínima donde la productividad es baja y la aridez alta (desiertos), por falta de combustible, o cuando la productividad es alta y la aridez baja (bosques lluviosos), porque los combustibles rara vez están lo suficientemente secos como para arder. En los bosques mediterráneos la carga de combustible suele ser suficiente para soportar incendios, por lo que el aumento de aridez a causa del cambio climático puede provocar un incremento de su frecuencia. Se espera un incremento relativo de incendios mayor en los bosques mediterráneos más productivos (con mayor carga de combustible) frente a pequeños aumentos o

incluso reducciones en la actividad del fuego allí donde las limitaciones hídricas son más fuertes, con cargas de combustible bajas, que podrían reducirse aún más. Los incendios forestales suelen clasificarse como fuegos de suelo, de superficie (o sotobosque) o de copas, un esquema útil para prever su comportamiento y acometer su extinción. Pero los efectos del fuego en la dinámica de la vegetación dependen del tipo de combustible, la recurrencia y estacionalidad de los incendios, la intensidad y severidad (la supervivencia depende en gran medida del daño en la copa) y del tamaño de los rodales quemados. La estimación de la frecuencia y recurrencia de incendios en Europa mediterránea es complicada porque muchos bosques son relativamente jóvenes (originados tras el abandono del campo o por repoblaciones) o tienen una larga historia de explotación forestal que dificulta los análisis dendrológicos. En California se estiman intervalos medios de recurrencia del fuego de 36 años, con gran variación intrarregional. Las acciones humanas tienen un gran impacto en la frecuencia de in-

cendios; por ejemplo, se estima que en Valencia la frecuencia se ha duplicado desde la década de 1970 debido al abandono de la tierra. La frecuencia de fuegos afecta a la deforestación, particularmente en especies que se regeneran de semilla, porque es necesario un intervalo sin fuego para alcanzar la madurez y producir semillas viables. El tamaño de los incendios se ha alterado también drásticamente. Una consecuencia de la labores de extinción es la denominada “paradoja de los incendios”, por la cual una gran proporción del área total quemada se consume en unos pocos eventos grandes. Por ejemplo, en Cataluña solo el 0,2 % de los incendios forestales son grandes incendios (> 500 ha) pero suponen más del 60 % del área quemada. Existe una gran proporción de incendios pequeños, que pueden controlarse fácilmente, y una pequeña proporción de grandes incendios que superan la capacidad de extinción y afectan a una gran superficie de terreno. La mayoría de incendios forestales en el mediterráneo ocurren en verano, en un período de escasez de agua. Se apunta a un cambio en el régimen de incendios en el siglo XX; su actividad

Ismael Muñoz

Pinar de Pinus pinaster tras un incendio, con piñas abiertas en el suelo por acción del fuego. Riba de Saelices (Guadalajara)

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PROCESOS CONDUCENTES A LA DEFORESTACIÓN a deforestación inducida por incendios es un proceso en tres etapas, con una jerarquía de escalas, donde el fuego interactúa a nivel de individuos, poblaciones y comunidades. El primer paso depende de la resistencia de los árboles individuales; para que exista deforestación, deben sucumbir al fuego. Cuando los individuos perecen, el segundo paso hacia la deforestación depende de la capacidad de recuperación de la población, es decir, la capacidad para regenerarse después del fuego, teniendo gran influencia la recurrencia de incendios. Si los individuos mueren en un incendio y la población no se recupera, es probable que se produzca un cambio de especie o una transición de estado, dependiendo del tamaño del área quemada y la estacionalidad del fuego, entre otros aspectos. Si la transición es hacia un estado no forestal, se entra en el tercer paso hacia la deforestación. Los pinos mediterráneos carecen de capacidad de rebrote, y su regeneración se basa en la germinación de semillas tras el fuego. La deforestación depende del daño a árboles y semillas en el incendio, de la falta de pies madre a una distancia de dispersión, y de la ausencia de árboles que rebroten en el sotobosque. Si se dan las dos primeras condiciones pero hay un subpiso de rebrotadoras, es probable que haya una transición de pino a fagáceas, pero si no existe dicho subpiso el resultado final del proceso será la deforestación. Aunque la deforestación posincendio se ha producido sobre todo en pinares, no se debe descartar la pérdida de bosques de fagáceas en un futuro más cálido y seco; de hecho ya se detecta en parte del Mediterráneo un declive de estas especies, que están siendo desplazadas por semi-

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estuvo limitada por el combustible hasta la década de 1970, y ha sido impulsada por la sequía desde entonces. El incremento de sequía que predicen los escenarios climáticos puede llevar a que de nuevo pasen a estar limitados por el combustible, al reducirse la productividad.

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Incendio en una masa de Pinus pinea. La supervivencia de los individuos depende del grado de socarramiento de la copa, determinado por la velocidad del incendio. Mazagón (Huelva).

lladoras (germinadoras) y arbustos que rebrotan aun bajo condiciones de sequía. Tradicionalmente se ha considerado que el fuego puede promover cambios en la vegetación a menudo considerados como sucesivos (pino a fagáceas) o regresivos (pino a matorral). Este enfoque presenta la sucesión como un proceso lineal donde la vegetación avanza, en ausencia de perturbación, hacia un punto final (clímax) y, cuando ocurren perturbaciones, regresa a un estado anterior de esa ruta lineal. Sin embargo, preferimos describirlos como transiciones de estado, porque las trayectorias de la vegetación son difíciles de predecir y a menudo no lineales. En el modelo tradicional de dinámica vegetal (sucesional), basado en la fitosociología, las fagáceas serían la vegetación potencial predominante en gran parte del mediterráneo, pero la evidencia palinológica a menudo no da soporte a estas hipótesis. Los estudios de campo muestran trayectorias no lineales, lo que significa que las circunstancias locales pueden conducir a diferentes comunidades tras un incendio en un mismo sitio. Por ejemplo, se ha iden-

tificado diferentes comunidades de matorral para distintas recurrencias de incendios en masas de Pinus halepensis. RESISTENCIA AL FUEGO EN ÁRBOLES INDIVIDUALES Los fuegos de copas son comunes en los ecosistemas mediterráneos. La supervivencia posterior al incendio es baja en árboles no rebrotadores, siendo la combustión o el socarramiento de la copa la causa más común de mortalidad, especialmente entre las especies menos tolerantes al fuego. Sin embargo, existen rasgos estructurales, fisiológicos o de rebrote que mejoran la supervivencia, y que pueden considerase adaptaciones al fuego. Rasgos estructurales La humedad del combustible tiene influencia en la propagación del fuego. Por ejemplo, los árboles de hoja caduca tienen mayor humedad foliar que los de hoja perenne porque el follaje contiene sólo hojas jóvenes producidas en el mismo año. La senescencia de hojas durante la sequía incrementa la inflamabilidad de la copa. Por ejemplo, las acículas de Pinus halepensis 2018. N.o 70


Procesos fisiológicos El objetivo principal de las adaptaciones estructurales es proteger las funciones fisiológicas esenciales de los árboles. El proceso más importante que explica la muerte del árbol en un incendio es la combustión o socarramiento de la copa, pero se puede producir una mortalidad sustancial en los meses posteriores. La necrosis es el resultado de la desnaturalización de proteínas a causa del estrés térmico. En el cambium y floema ocurre casi instantáneamente si las células superan los 60° C o con exposiciones prolongadas a 50° C. Sin embargo, para que se produzca la mortalidad después del incendio a menudo tienen que transcurrir semanas o meses, lo que sugiere que están involucrados otros mecanismos. Estudios recientes demuestran que los incendios pueden inducir un colapso del xilema, por cavi-

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Resistencia a través del rebrote El rebrote es un mecanismo importante de resistencia de los bosques mediterráneos frente al fuego; desde el punto de vista de la dinámica de la vegetación, el más eficiente cuando existen fuegos de copas recurrentes. Sin embargo, se desconoce por cuánto tiempo seguirá operando esta respuesta ante futuras condiciones ambientales; en el Sur de los Alpes se detectan disminuciones en el vigor del rebrote o incluso la falta de rebrote en Fagus sylvatica. Es posible que muchas especies rebrotadoras estén acercándose al límite de su capacidad de rebrote, proceso que llamamos “síndrome de agotamiento del rebrote”, como apuntan estudios sobre pérdida de resiliencia en ecosistemas dominados por este tipo de especies. La capacidad de rebrotar depende de cómo de protegidas queden las yemas o los tejidos meristemáticos formadores de yemas, del almacenamiento de carbohidratos no estructurales para nutrir el rebrote hasta que se recupere la capacidad fotosintética y de la disponibilidad de agua y nutrientes. Estudios experimentales exponiendo las plantas a múltiples turnos de quema en un corto período de tiempo muestran limitaciones en las yemas. La sequía prolongada puede disminuir las reservas de carbohidratos, limitando la capacidad de rebrote. Aunque esas reservas rara vez disminuyen por debajo de los umbrales críticos, incluso en sequías extremas, si los árboles dependen de los carbohidratos almacenados para rebrotar, incendios sucesivos, que desencadenan el rebrote con frecuencia, pueden conducir a su agotamiento. Otra hipótesis apunta a la disponibilidad de agua como limitante del rebrote, ya que no puede ocurrir bajo estrés hídrico extremo. Hay datos de agotamiento de rebrotes en arbustos mediterrá-

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tación a causa del déficit de presión de vapor creado por el calor y por deformación de las paredes celulares de los vasos conductores o de las traqueidas. La reducción de la conductividad conduce a la desecación de la copa. Los efectos del fuego en la mortandad de árboles dependen de la intensidad y severidad de las quemaduras.

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viven tres años, secándose en julio; hasta un tercio de la copa puede estar compuesta por materia seca en esa época, incrementando la inflamabilidad, aunque solo unas semanas, hasta que las acículas secas caen. La morfología de los árboles también está relacionada con los incendios, ya que influye en la probabilidad de experimentar un fuego de copas y afecta al grado de aislamiento térmico de los brotes y hojas. La altura de la base de la copa y la densidad aparente de la copa son esenciales en la probabilidad de un incendio de copas. La corteza aísla el cambium, el sistema vascular y los meristemos de temperaturas letales. El grosor de corteza es la propiedad que más influye en su capacidad de aislamiento térmico, aunque la proporción de corteza interior y exterior, densidad, contenido de agua, estructura y textura también desempeñan papeles importantes. El daño a las raíces se limita a casos donde se produce un calentamiento intenso del suelo, típico de incendios de suelo, que son raros en ambientes mediterráneos. Las raíces actúan como órganos de almacenamiento, y su papel principal en la supervivencia tras un incendio se debe a que proporcionan los recursos necesarios para rebrotar en las especies con esta capacidad.

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1 Piña abierta tras un incendio 2 Piñones en el suelo tras un incendio 3 Rebrote de cepa tras un incendio

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RESILIENCIA DE LAS POBLACIONES AL FUEGO Un incendio de alta intensidad reduce la tasa de supervivencia, generando una mortandad generalizada de individuos en masas de semilladoras. La recuperación de la población de estas especies depende de la capacidad de reclutar nuevos individuos, y ésta de la cantidad de semillas viables disponible tras el incendio, y de la posterior germinación, establecimiento y supervivencia de la plántula. Disponibilidad de propágulos La disponibilidad y cantidad de semillas viables en un área quemada es esencial para la recuperación de la población, pudiendo proceder de bancos de semilla in situ, que han escapado al daño por calor, o ex situ. La disponibilidad de propágulos se ve afectada por diferentes aspectos del régimen de incendios, como la intensidad y severidad del fuego (para bancos in situ) o la forma y tamaño de la zona quemada (para bancos ex situ). En especies semilladoras, la única fuente disponible de semillas son los árboles supervivientes en márgenes del incendio o rodales no quemados. La recolonización de áreas quemadas depende de la capacidad de dispersión de las semillas y de la extensión y configuración espacial de rodales quemados y no quemados, ya que la dispersión de los pinos está limitada a distancias de hasta 100 m. Una adaptación es la serotinia, una apertura tardía de conos en respuesta al calor, presente en dos especies mediterráneas, Pinus halepensis y algunas poblaciones de P. pinaster que históricamente han experimentado incendios recurrentes de alta intensidad. El fuego mejora la apertura de las

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MAPAMA

neos bajo escasez de agua pero no de carbohidratos e incluso de muerte de rebrotes bajo estrés hídrico agudo. Además, la sequía actúa como agente debilitador que aumenta la probabilidad de ataques de patógenos, lo que limita la capacidad de rebrote. La edad de los árboles podría disminuir el vigor del rebrote, especialmente en los más viejos y grandes, debido a las necesidades respiratorias y a cambios hormonales.

Regeneración posincendio de Pinus halepensis. Sierra de Almirez (Murcia).

piñas serotinas y permite la liberación simultánea de grandes cantidades de semillas en condiciones de ausencia de competencia y alta radiación. Una de las principales limitaciones en la disponibilidad de propágulos es la depredación de las semillas. Establecimiento de los propágulos El establecimiento y desarrollo de los propágulos requiere la concurrencia de una humedad adecuada, el suministro de nutrientes, la rotura de la latencia, unas condiciones microclimáticas favorables para la especie, la ausencia de herbívoros y el establecimiento de relaciones simbióticas con hongos micorrícicos. Además requiere que los intervalos de retorno del fuego sean lo suficientemente largos como para permitir que las plántulas se establezcan y conviertan en individuos maduros, de modo que haya nuevas semillas disponibles cuando ocurra el siguiente incendio. Existen diferentes hipótesis para explicar el establecimiento posterior al incendio. La primera es que el establecimiento de una planta después de un incendio depende de la existencia

de “ventanas de oportunidad”, cuya frecuencia y duración está determinada por múltiples factores como la variación climática intraanual, la cantidad de hojarasca, factores topográficos y edáficos o la densidad de herbívoros. Las ventanas de oportunidades ocurren temporalmente, pero también espacialmente, en lo que se conoce como “sitios seguros”, micrositios que pueden ofrecer protección a las plántulas. Una segunda hipótesis predice que la supervivencia de las plántulas se debe principalmente a la fecha de establecimiento, de modo que las plántulas que emergen temprano dentro de una ventana de oportunidad tendrán mayor probabilidad de éxito que las que emergen en una etapa posterior, ya que tienen más tiempo para desarrollarse y afrontar la siguiente temporada desfavorable (invierno frío o verano seco) con un sistema de raíces más grande que permita una exploración del suelo más extensa y un tallo más largo y grueso que resista las temperaturas perjudiciales. La hipótesis de “dependencia de evento” establece que el reclutamiento posincendio de la planta es impul2018. N.o 70


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Encinar desarrollado sobre un pinar de Pinus pinaster incendiado. Robledo de Chavela (Madrid).

sado por las condiciones ambientales inmediatamente posteriores al incendio. Si, por ejemplo, a un incendio le sigue una sequía intensa, que no permite el establecimiento de plántulas, la combinación de eventos puede dar lugar a que la cobertura de planta sea muy dispersa durante un tiempo prolongado. Por lo tanto las condiciones en el momento del incendio crean un legado a largo plazo que afecta a la dinámica de la comunidad vegetal. Supervivencia de los propágulos La supervivencia de las plántulas está determinada por las interacciones entre fisiología de la especie, herbivoría, régimen de fuego, clima y características del sitio. La sequía es a menudo el principal determinante de la supervivencia. Períodos prolongados de escasez de agua conducen a un colapso del xilema y al agotamiento de las reservas de carbohidratos, afectando al flujo descendente a través del floema. Al avanzar la sequía las pérdidas de agua cuticular o residual consumen el agua almacenada en el tallo hasta cruzar los umbrales letales. Las plántulas no pueden recuperarse de una sequía después de

cruzar un cierto umbral de colapso hidráulico del xilema ni después de agotar las reservas de carbohidratos hasta el punto en que la demanda excede de la oferta. La herbivoría es un desafío adicional para la supervivencia porque el consumo de partes de la planta pone en peligro su supervivencia. Las plántulas tienen un tamaño y capacidad de almacenamiento limitados para resistir la herbivoría, particularmente en condiciones secas que las debilitan. Los incendios de alta intensidad producen un aumento de presión en las plantas que primero rebrotan. Sin embargo, los ambientes posfuego a veces proporcionan condiciones favorables al disminuir la competencia y aumentar la disponibilidad de agua. Redes de hongos micorrícicos La mayoría de especies leñosas mediterráneas son ectomicorrícicas obligadas, lo que implica que no pueden completar su ciclo de vida sin establecer una relación simbiótica con hongos ectomicorrícicos. Esto hace que la comunidad de hongos micorrícicos superviviente sea un componente crítico en una zona quemada. Una

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comunidad de hongos ectomicorrícicos bien desarrollada, sana y diversa ayuda a los propágulos a germinar y crecer, ya que la red de hifas fúngicas aumenta su acceso al agua y nutrientes. El que esté presente o no una red micorrícica funcional dependerá del tiempo transcurrido desde la presencia de vegetación leñosa, ya que los hongos micorrícicos dependen de las plantas como fuente de carbono y su ausencia prolongada produce un agotamiento de la comunidad fúngica. Si la población de leñosas tarda demasiado en volver a establecerse en el sitio, puede encontrar un “desierto” subterráneo, sin micelio de hongos micorrízicos. Los propágulos de las especies arbóreas germinan y crecen, pero a tasas mucho más reducidas, y son poco competitivos en comparación con colonizadores anuales, lo que complica el establecimiento de los árboles. Los estudios sobre la acción del fuego en los hongos micorrícicos son escasos, pero todo apunta a un efecto negativo. TRANSICIONES DE ESTADO Y CAMBIOS EN EL DOMINIO DE LA COMUNIDAD Transiciones a corto plazo Los bosques mediterráneos están dominados por pinos, germinadores obligados, y fagáceas, rebrotadoras facultativas, en rodales puros o mixtos. Los bosques de fagáceas son más resistentes a los cambios de estado después del fuego, mientras que los dominados por pinos son más propensos a desplazarse hacia bosques de fagáceas o matorrales, sobre todo con alta recurrencia de incendios. Un evento único de fuego puede llevar a un cambio de estado en pinares de montaña de Pinus nigra y P. sylvestris. Otros pinos como P. halepensis y P. pinea generalmente se recuperan después de un solo evento de fuego, el primero reclutando semillas almacenadas en sus piñas serótinas y el segundo por su resistencia al fuego y sus semillas protegidas por conos gruesos que aguantan altas temperaturas. Pero es muy probable una transición de estado si ocurre un segundo incendio antes de que los nuevos pinos alcancen la madurez (710 años para P. halepensis).

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El fuego puede mejorar el establecimiento de fagáceas si están presentes en una densidad suficiente en el sotobosque antes del incendio. Se ha documentado el cambio de masas no serotinas de P. pinaster a Q. pyrenaica cuando las densidades del melojo antes del incendio superaban los 200 pies/ha. Otro estudio señala como los rodales de P. nigra fueron reemplazados por Q. faginea cuando había una presencia significativa de quejigo en el sotobosque antes del incendio. También están documentadas transiciones de pino a fagáceas en los primeros 15 años después de un incendio de copas de alta severidad. Una vez que se ha producido una transición de bosque a matorral, la pérdida en la calidad de la materia orgánica del suelo y en la fertilidad, estabiliza el estado no boscoso o matorralización. Esta degradación del suelo se ve reforzada por la sequía, ya que la actividad enzimática disminuye con la escasez de agua y, en consecuencia, disminuyen las tasas de mineralización. Dinámica a largo plazo Después de una transición de estado, el ecosistema posterior al incendio puede o no persistir. Tanto los matorrales como los bosques pueden ser “estados estables”, no transitorios dentro de escalas de tiempo ecológicamente relevantes, para unas ciertas condiciones ambientales. Hay indicios de que la sucesión posterior al incendio en matorrales permanece retrasada o detenida. En la cuenca mediterránea hay evidencias, no concluyentes, de una retroalimentación fuego-vegetación; las áreas que se han quemado en el pasado tienen más probabilidades de experimentar nuevos incendios en el futuro. En una determinada zona puede existir vegetación “pirofítica”, que promueve incendios recurrentes para su mantenimiento, o “pirofóbica”, menos inflamable pero que no persiste en presencia de incendios. Los matorrales pirofíticos tienen arbustos altamente inflamables que acumulan grandes bancos de semillas resistentes al fuego, o con capacidad de propagación vegetativa, que les permite regenerarse rápidamente después de

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un incendio. Por el contrario, los bosques de pinos son menos inflamables, pero tienden a desaparecer después de incendios consecutivos. Cabe destacar que la existencia de vegetación pirofítica y pirofóbica es discutida por muchos autores, que consideran que el comportamiento del fuego depende más de factores estructurales (v.g.: de la gestión de la masa) que de la composición específica. El cambio climático plantea un desafío adicional en la estabilidad a largo plazo de los cambios de estado. Aunque hay bosques de fagáceas establecidos en rodales previamente dominados por pinos, algunas de estas especies pueden estar fuera de su nicho climático a finales de siglo; es el caso de la sustitución de P. pinaster por Q. pyrenaica señalada anteriormente.

El cambio climático plantea un desafío adicional en la estabilidad a largo plazo de los cambios de estado. Aunque hay bosques de fagáceas establecidos en rodales previamente dominados por pinos, algunas de estas especies pueden estar fuera de su nicho climático a finales de siglo; es el caso de la sustitución de P. pinaster por Q. pyrenaica

Gestión forestal La gestión forestal ayuda a prevenir la deforestación, creando una estructura de la vegetación con mayor resistencia y resiliencia al fuego y mediante actuaciones posteriores al incendio para evitar la degradación. Por el contrario, las repoblaciones con poca o ninguna intervención pueden tener una gran carga de combustible, con una elevada continuidad horizontal y vertical, y un riesgo elevado de producir incendios de gran intensidad.

Las repoblaciones en España, en el ámbito mediterráneo, introdujeron principalmente especies de coníferas los terrenos degradados, siguiendo el modelo clásico de restauración, con el objetivo en muchos casos que estas masas facilitarán la instalación bajo su cubierta de las frondosas. La colonización de especies rebrotadoras mejora la supervivencia después de un incendio, y puede favorecerse disminuyendo la densidad del pinar cuando ya existen rebrotes en el sotobosque o introduciéndolas si no están presentes. Sin embargo, a veces aumentar la diversidad funcional aumenta la limitación del agua y disminuye la resistencia al estrés hídrico y, al aumentar la complejidad estructural, también se puede favorecer la propagación del incendio a copas. El rebrote puede disminuir después de un estrés hídrico severo, por lo que se requerirán intervenciones que disminuyan la competencia y mejoren el equilibrio hídrico para mejorar la supervivencia. LAGUNAS EN EL CONOCIMIENTO Compensaciones en la resistencia a la sequía y al fuego Los incendios y la sequía coinciden, y la selección natural ha desarrollado soluciones comunes como el rebrote o la germinación inducida por calor. Pero también hay efectos antagónicos, como la senescencia foliar, que disminuye los requerimientos de agua a expensas de una mayor inflamabilidad o la resistencia a la embolia, que se correlaciona negativamente con la resistencia al fuego de copas. Existe una presión selectiva más fuerte para desarrollar resistencia a la sequía que al fuego, por lo que si se producen adaptaciones fisiológicas seguramente prioricen la supervivencia a la sequía y no al fuego. Nuevos ambientes de fuego Como consecuencia del cambio global se observan cambios en el régimen de incendios. En zonas de media montaña los incendios superficiales fueron frecuentes en el Holoceno, siendo las especies presentes coníferas semilladoras tolerantes al fuego como Pinus nigra o Cedrus atlantica. Sin embargo, desde hace unas décadas se dan incendios de copas que pueden 2018. N.o 70


A. Enríquez de Salamanca

Comunidad de Madrid

Comunidad de Madrid

Transición de estado de pinar de Pinus pinaster a un matorral de Genista cinerascens y Cistus ladanifer después de un incendio en 1999. Arriba, izda.: Estado en 1999, antes del incendio. Arriba dcha.: Estado en 2016. Debajo: Estado en 2016. En primer plano, rodal de Pinus pinaster que sobrevivió al incendio; al fondo matorral de sustitución del pinar quemado. San Lorenzo de El Escorial (Madrid)

propiciar cambios en la composición de la comunidad o transiciones a especies diferentes de las coníferas. Otra consecuencia del cambio global es la aparición de nuevos ecosistemas inflamables. Aunque hay registros paleológicos de incendios en bosques pirenaicos de Pinus uncinata a 1.800 m en intervalos climáticos cálidos, el fuego en alta montaña ha sido insignificante en el pasado reciente; los primeros in-

cendios en bosques de P. uncinata en los últimos milenios se han producido en los últimos cinco años. Los modelos advierten también de la posibilidad de ocurrencia de incendios en bosques de coníferas de alta montaña en los Alpes. La aparición de nuevos ecosistemas inflamables es preocupante porque se producen en ecosistemas dominados por especies poco adaptadas al fuego.

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Estados estables alternativos Saber si la transición de un estado boscoso a otro de matorral será estable o transitoria es un desafío. Es necesario considerar procesos estabilizadores y desestabilizadores para lograr predicciones realistas; el cambio climático está provocando el debilitamiento y el declive de los árboles, lo que, puede dar lugar a una menor carga de combustible, el síndrome de

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Evitar la deforestación posterior al incendio a través de la gestión El manejo previo al incendio debe tener como objetivo disminuir la inflamabilidad de los rodales y la escasez de agua, y favorecer la producción de semillas. Cuando las características ambientales lo permitan se debe incrementar la resiliencia favoreciendo o plantando especies rebrotadoras. Sin embargo se debe estudiar en profundidad el síndrome de agotamiento del rebrote, que podría limitar la utilidad de estas especies. Además, la diversificación debe hacerse tras evaluar los efectos sobre la inflamabilidad de la masa. Después del fuego, la extracción de la madera muerta evita la proliferación de coleópteros y permite su uso como biomasa, pero puede comprometer la regeneración por eliminación de nutrientes y compactación del suelo. Por el contrario, dejar los pies quemados protege el suelo de la compactación, pero complica el manejo posterior al incendio. Una opción intermedia es derribar los pies y dejarlos en el suelo, con o sin retirada parcial de biomasa. La conservación del suelo, la reducción de la erosión y lograr la regeneración deben ser prioritarios en los esfuerzos para disminuir la deforestación posterior al incendio. CONCLUSIONES l fuego y la sequía juegan un papel importante en la fisonomía de los ecosistemas mediterráneos. Comprender cómo las características de las plantas afectan tanto a la propagación del fuego como a la recuperación posterior al incendio es un desafío importante. Se ha sugerido que la sucesión de incendios puede mejorar la sostenibilidad de los bosques mediterráneos ya que tras el fuego las plántulas crecen en ambientes libres de competencia, ya que podría servir para rejuvenecer rodales en declive. No obstante, esto sólo puede aplicarse bajo un conjunto limitado de condiciones ambientales, como tasas de erosión limitadas o baja recurrencia de incendios.

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agotamiento del rebrote, aparición de patógenos y plagas o flujos migratorios que proporcionen propágulos adaptados a las nuevas condiciones climáticas.

Tras un incendio son recomendables actuaciones para favorecer la regeneración. Albarradas de troncos para retener el suelo tras un incendio. Sierra de Cazorla (Jaén)

El cuello de botella para la recuperación posterior al incendio parece estar en las etapas previas al crecimiento de las plántulas, es decir, la disponibilidad de propágulos y el establecimiento temprano de las plántulas. La disponibilidad de propágulos es función de la existencia de bancos de semillas aéreos o edáficos (para bancos in situ) y del tamaño de rodal quemado (para bancos ex situ). La precipitación posterior al incendio influirá en la supervivencia de los propágulos establecidos de forma temprana. Estas lluvias iniciales tienen un efecto desproporcionadamente grande en el establecimiento temprano, y sus efectos duran varios años. Los cambios fisionómicos y de estado ocurren cuando los individuos sucumben al fuego y la regeneración falla.

Esos cambios posteriores al incendio dependerán de la comunidad vegetal previa al incendio, la sequía (y otros factores ambientales) y el régimen de incendios. Aún existen importantes lagunas de conocimiento para comprender la dinámica de la vegetación a largo plazo y la estabilidad de las transiciones de estado. Además, el cambio climático puede reducir el espacio potencial de algunas especies de árboles y el aumento de la intensidad de sequías puede favorecer la aparición de plagas de insectos y patógenos. El aumento de la presión climática y el peligro de incendios podrían llevar a los bosques mediterráneos al borde del colapso y la deforestación a gran escala podría ser una realidad a finales del siglo XXI.

REFERENCIAS Este artículo es un resumen, traducido del inglés, del publicado por los autores en la revista Ecological Monographs (2018), Fire-induced deforestation in drought-prone Mediterranean forests: drivers and unknowns from leaves to communities (http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ecm.1285/full). Los derechos de autor del artículo original pertencen a John Wiley & Sons, Inc. o las compañías del grupo Wiley, contando con licencia de la compañía para la publicación de este resumen en español. Al tratarse de una revisión sobre la materia de estudio, el artículo original cuenta con un gran número de referencias bibliográficas. Para facilitar su edición en esta revista se ha optado por eliminar las referencias, remitiendo al artículo original anteriormente referenciado para su consulta.

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COMUNICACIÓN TÉCNICA

Las unidades de conservación de recursos genéticos forestales en el marco de la Estrategia Española para la Conservación y el Uso Sostenible de los Recursos Genéticos Forestales José M. García del Barrio 1, 2 Doctor en Biología

Francisco Auñón 1 Graduado en Ingeniería Forestal

Jesús Martínez Fernández 1 Doctor en Geografía

David Sánchez de Ron 1 Licenciado en Geografía

Ricardo Alía 1, 2 Doctor Ingeniero de Montes 1 INIA-CIFOR. Depto. de Ecología y Genética Forestal 2 IuFOR. Instituto Universitario de Investigación en Gestión

Forestal Sostenible

La conservación de la diversidad genética de nuestras especies forestales se plantea desde una doble perspectiva tanto in situ como ex situ. En consonancia con los programas europeos y nacionales, la conservación in situ se asienta en el señalamiento y seguimiento de unidades de conservación genética para las principales especies forestales. Estas unidades han de ser designadas por las comunidades autónomas (CC.AA.)con objeto de conservar la diversidad genética de especies absorben déaproximadamente millones de ha, forestalesosenbosques su entorno natural, un favoreciendo la adaptación a las27condiciones cimo las de emisiones munque corresponde al 54 % del terriambientales delde lugar origen. Este trabajolointenta responder a las cuestiones bádiales de carbono, con lo que torio nacional. En este contexto, las sicas relacionadas con la definición de las unidades de conservación, presentando contribuyen posi-tivamente coníferas tienen un papel decisivo tanla metodología desarrollada para la localización de zonas del territorio peninsular a la respuesta planetaria al cambio to desde el punto de vista ecológico donde señalar unidades de conservación pueden constituir la futurauna redsuperfide climático. Tanto el protocolo de Kio- quecomo forestal, ocupando unidades de conservación genética in situ. Los resultados que se adelantan van to como los planes nacionales de incie de 6.000.000 ha de acuerdo cona el vestigación y el Plan Forestal Español donde Segundo Inventario Forestal Nacional estar disponibles en forma de visor-web, se podrán consultar tanto las zonas instan definir a los unidades gobiernosdeaconservación incrementar para(MAPAMA, 2018). donde cada especie como las especies y zola superficie forestal a través de pro- en cada Desde hace varios años, la FAO nas para definir unidades de conservación comunidad autónoma.

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cesos de forestación y reforestación, y viene instando a los investigadores al a mejorar la eficiencia de los sistemas estudio de diferentes aspectos bioPalabras clave: forestales; Estrategia Española para forestal la forestales en Recursos términos genéticos de biomasa. tecnológicos en el ámbito que Conservación y el Uso Sostenible de los Recursos Genéticos Forestales; Euforgen La superficie forestal española es de contribuyan al incremento

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Ismael Muñoz Ismael Muñoz

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núcleo de conservación, y una zona de aislamiento que la rodea, denominada zona tampón. Las UC se definen para una o varias especies, por lo que las UC para distintas especies pueden coincidir en un mismo territorio o formar parte de una única UC. Finalmente, se constituye una Red de Unidades de Conservación Genética (Red UC) como el conjunto de unidades de conservación genética representativas o singulares en relación con la diversidad genética de una especie y que permiten su preservación y, en su caso, la posibilidad de evolucionar. Teniendo en cuenta este planteamiento general, hemos intentado avanzar en el establecimiento de los criterios orientadores para la identificación de posibles UC para las distintas especies (García del Barrio et al., 2013) y la posibilidad de seleccionar aquellos elementos de valor que puedan permitir establecer algunas de esas UC como nodos de una Red de UC (García del Barrio et al., 2017), tanto a escala nacional como a escala europea. En este trabajo pretendemos responder a las distintas preguntas que nos han llevado hasta aquí y exponer de manera sucinta cuáles son las recomendaciones que se pueden derivar de dicho trabajo. CUESTIONES BÁSICAS PARA DEFINIR UC ¿Cuáles son las especies sobre las que hay que centrarse para definir las distintas UC y en definitiva la Red de UC? El Anexo I de La EECUSRGF (MMA, 2006) recoge el Listado de Especies Prioritarias. Este listado se realizó atendiendo a cuatro criterios y en él se relacionan 146 especies o géneros de especies forestales de importancia a nivel europeo. En este listado se contemplan tanto especies autóctonas (de España peninsular, Islas Baleares e Islas Canarias) como alóctonas (eg: Pinus radiata D. Don o Quercus rubra L.), así como un importante número de géneros (eg: Genista o Prunus) de especies subarbóreas o matorrales. Esto hace un total de 465 especies, siguiendo Flora Ibérica (Castroviejo, 1986-2012) y las actualizaciones del proyecto Anthos

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Ismael Muñoz

INTRODUCCIÓN a Estrategia Española para la Conservación y el Uso Sostenible de los Recursos Genéticos Forestales (EECUSRGF) es un documento aprobado por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza (MMA, 2006) y por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente en 2010 que establece como objetivo final la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos forestales en España, preservando su capacidad de evolución y garantizando su uso a las generaciones futuras. Esta estrategia está en amplia consonancia con la que se desarrolla en el marco del programa Euforgen (European Forest Genetic Resources Programme). En un documento reciente (De Vries et al., 2015) se desarrolla la Estrategia Pan-Europea para la conservación genética de las especies forestales a través del establecimiento de una red básica de unidades de conservación dinámicas. En nuestro país Jiménez et al. (2009), entre otros, señalan como herramienta para el desarrollo de la EECUSRGF la creación del Registro Nacional de Unidades de Conservación. Este registro está llamado a recoger todas las Unidades de Conservación aprobadas por las CC. AA. Los requerimientos para la aprobación de cada una de ellas están pendientes de publicación en forma de Real Decreto, normativa básica que tendrá como objetivo la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos forestales de interés nacional, y en concreto, los instrumentos de planificación, coordinación y colaboración para su conservación in situ y ex situ. Dicha legislación se prevé que sea publicada a lo largo de 2018. Una Unidad de Conservación Genética in situ (en adelante, UC) es una población constituida por un grupo de individuos de la misma especie que ocupan un área geográfica definida y que son representativos de la población a la que pertenecen. Se define con objeto de conservar la diversidad genética de especies forestales en su entorno natural, favoreciendo la adaptación a las condiciones ambientales del lugar de origen. La UC está constituida por una zona central de conservación exclusiva, denominada

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(Anthos, 2017), que es un número demasiado amplio para establecer las bases de una Red. Si bien en el marco del proyecto FOGERECUS se ha trabajado con un total de 155 especies (García del Barrio et al., 2017), parece adecuado para una primera fase de definición de UC y establecimiento de la Red de UC trabajar con un número más reducido de especies, como el que se propone en la Tabla 1. Estas especies han sido legisladas en el Real Decreto 289/2003, de 7 de marzo, sobre comercialización de materiales forestales de reproducción, o son preferentes dentro del programa europeo Euforgen. ¿Qué información de una población es necesaria para que se pueda declarar UC? Las poblaciones de cada especie susceptibles de ser designadas como unidades de conservación tienen que cumplir los siguientes requisitos: a) Naturaleza: Su origen debe ser conocido. Si el origen es no autóctono se debe justificar su valor excepcional para la conservación de los recursos genéticos de la especie. b) Valor: Debe aportar valor como Unidad de Conservación en sí misma (representatividad o singularidad genética o fenotípica, superioridad fenotípica o genética para rasgos de interés, situación de marginalidad ecológica o de área de distribución de la especie que hagan suponer adaptación diferencial, u otros aspectos de su ecología y distribución que tengan una base genética), pero también al conjunto de las unidades aprobadas con anterioridad para la especie. En este contexto se podrá ponderar como mérito un menor grado de amenaza o mayor dinámica y capacidad de evolución respecto de una unidad de similares características genéticas, fenotípicas o ecológicas ya aprobada. c) Aislamiento: El núcleo de conservación debe estar protegido frente a introgresión genética o hibridación por parte de poblaciones no indígenas o de origen desconocido. A tal efecto, la zona tampón

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Tabla 1. Relación de especies reguladas por el RD 289/2003 y especies Euforgen autóctonas en España Abies alba Mill.

Pinus pinaster Aiton.

Abies pinsapo Boiss.

Pinus pinea L.

Acer campestre L.

Pinus sylvestris L.

Acer monspessulanum L.

Pinus uncinata Ramond ex DC.

Acer platanoides L.

Pistacia atlantica Desf.

Acer pseudoplatanus L.

Populus alba L.

Alnus glutinosa (L.) Gaertn.

Populus nigra L.

Arbutus canariensis Veill

Populus tremula L.

Arbutus unedo L.

Prunus avium L.

Betula pendula Roth

Prunus padus L.

Betula pubescens Ehrh.

Pyrus pyraster (L.) Du Roi

Buxus balearica Lam.

Quercus canariensis Willd.

Carpinus betulus L.

Quercus coccifera L.

Castanea sativa Mill.

Quercus faginea Lam.

Corylus avellana L.

Quercus ilex L.

Fagus sylvatica L.

Quercus petraea (Matt.) Liebl.

Frangula alnus Mill.

Quercus pubescens Willd.

Fraxinus angustifolia Vahl.

Quercus pyrenaica Willd.

Fraxinus excelsior L.

Quercus robur L.

Fraxinus ornus L.

Quercus suber L.

Ilex aquifolium L.

Sorbus aucuparia L.

Juglans regia L.

Sorbus domestica L.

Juniperus communis L.

Sorbus intermedia (Ehrh.) Pers.

Juniperus oxycedrus L.

Sorbus torminalis (L.) Crantz

Juniperus phoenicea L.

Taxus baccata L.

Juniperus thurifera L.

Tetraclinis articulata Masters.

Malus sylvestris Mill.

Tilia cordata Mill.

Olea europea var. sylvestris Brot.

Tilia platyphyllos Scop. subsp. platyphyllos

Phoenix canariensis Hort.

Ulmus glabra Huds.

Pinus canariensis C. Smith.

Ulmus laevis Pall.

Pinus halepensis Mill.

Ulmus minor Mill. s.l.

Pinus nigra subsp. salzmannii (Dunal) Franco

ha de ser de un tamaño suficiente para asegurar que la mayoría del regenerado provenga del núcleo de conservación y de dicha zona de protección. Como norma general, la zona tampón ha de tener una anchura de más de 1.000 m alrededor del núcleo de conservación. d) Regeneración: La especie debe tener capacidad de regeneración

natural en la unidad. En su defecto, se admitirá la unidad siempre que se incluyan acciones de ayuda a la regeneración en las directrices de gestión de la unidad de conservación genética. En el caso de que se proponga la regeneración artificial, esta deberá realizarse con materiales de reproducción provenientes del núcleo de regeneración. Solo se admitirá el uso 2018. N.o 70


de materiales procedentes de otra área por su ausencia o escasez en el núcleo y siempre que se asegure que no dará lugar a introgresión genética que modifique las características del recurso que se pretende conservar. e) Tamaño: el número de individuos reproductores presentes en el núcleo de conservación ha de garantizar la adecuada conservación dinámica de la diversidad genética a largo plazo, por lo que deberá responder al objetivo de conservación de la unidad. METODOLOGÍA PARA LA LOCALIZACIÓN DE UC Y PROPUESTA DE DESARROLLO DE LA RED UC entrándonos en el grupo de especies señalado y atendiendo a los criterios para la designación de unidades de conservación que hemos realizado, a través de un proceso de selección jerarquizado, el señalamiento de posibles zonas donde establecer UC, teniendo en cuenta que la suma del valor (requisito b) de cada una de las UC para la especie debe hacer máximo el valor conjunto de la RED. Dado que la información disponible sobre la diversidad genética de las especies es muy escasa (básicamente centrada en los géneros Pinus y Quercus), se hace necesaria la utilización de subrogados relacionados con la diversidad ecológica y la distribución geográfica para señalar posibles diferencias con base genética entre poblaciones. En este sentido, consideramos que las Regiones de Procedencia (RP) señaladas por el método divisivo cumplen de la forma más adecuada con la condición propuesta. El proceso jerarquizado de selección de poblaciones consiste en:

C

- Marcado inicial de todas las poblaciones de las que se dispone información sobre diversidad genética. - Marcado inicial de todas las poblaciones de las que se dispone de datos fenotípicos (están caracterizadas como rodales selectos en el Registro y Catálogo Nacional de

Figura 1. Visor-web para la consulta de las propuestas de lugares donde definir UC por especies. Arriba: Situación de los ENP preferentes (azul) y municipios (naranja) en los que se recomienda establecer las UC para constituir la RED de UC para Quercus pyrenaica. Debajo: Detalle de localización de posible UC para la región de procedencia aglomerativa 11. ENP Sierra Norte de Guadarrama. Masa dominante en la que existe definido material de base (FS-43/11/40/018) en el municipio del Real Sitio de San Ildefonso (Segovia)

Materiales de Base) o tenemos localizadas masas productoras de semilla (caracterizadas como fuentes semilleras en el Registro y Catálogo Nacional de Materiales de Base). - Marcado inicial de todas las poblaciones que se encuentran localizadas en espacios naturales protegidos (ENP) del conjunto de ENP que hemos señalado como preferentes (García del Barrio et al., 2017). Estos ENP preferentes se han seleccionado a lo largo de las distintas RP divisivas (Alía et al., 2009) atendiendo al criterio de albergar el mayor número de especies sobre las que poder definir UC. En el caso de no existir poblaciones de la especie que cumplan ese requisito, marcado de poblaciones en otros ENP o en munici-

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pios donde se localiza la especie. La propuesta de UC para constituir la RED de una especie contempla finalmente el señalamiento de al menos una población por región de procedencia de la especie (haya sido definida de forma aglomerativa o divisiva), siguiendo el orden de preferencia señalado en los puntos anteriores. En el caso de que la RP se extienda de manera significativa a lo largo de más de una comunidad autónoma se intentan proponer UC para cada una de ellas. RESULTADOS Y CONCLUSIÓN e han identificado lugares con poblaciones susceptibles de ser definidas como UC para 155 especies en las 46 regiones de procedencia divisivas definidas en la España peninsular. Esta información se va a desarrollar

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en un Visor-web donde se puedan consultar de manera inmediata tanto las UC propuestas para el listado de especies de la Tabla 1 como las especies y lugares donde se proponen UC para cada comunidad autónoma (incluyendo Las Islas Baleares y Canarias). Actualmente está disponible la información para algunas de las especies piloto (ej. Juniperus thurifera) y también un modelo de visor en el que se puedan consultar las UC propuestas ya sea por especies (Figura 1) o por CC.AA. (Figura 2) Actualmente, existe la necesidad de establecer unos mecanismos de apoyo a los responsables, por parte de las CC. AA., a la hora de localizar, definir y hacer efectiva la creación de esas UC que han de formar parte del programa de conservación de recursos genéticos forestales in situ, y que van a constituir tanto la RED nacional como las UC españolas de la red Euforgen. Para ello está preparándose un documento denominado Unidades de conservación genética: Criterios orientadores para la aprobación de las unidades su identificación, seguimiento y gestión, que tiene como objetivo facilitar esta tarea a lo largo de sus diferentes fases, cuya conclusión será la adscripción de la UC en el Registro nacional de UC in situ.

AGRADECIMIENTOS Este trabajo se ha realizado inicialmente en el marco del proyecto RTA2012 00038-00-00 “Genética del paisaje” aplicada a la monitorización y gestión de la Red de Unidades de Conservación de Recursos Genéticos Forestales en España (FOGERECUS). Actualmente se sigue desarrollando bajo la recientemente aprobada encomienda de gestión (AEG 17-041) del MAPAMA al INIA, en el marco de la submedida 15.2 “Apoyo a la conservación y el fomento de recursos genéticos forestales” del Programa Nacional de Desarrollo Rural (PNDR), regulado por el Reglamento UE 1305/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de diciembre (FEADER), con una cofinanciación del 75 %.

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Figura 2. Visor-web para la consulta de las propuestas de lugares donde definir UC en la C. A. Región de Murcia. Arriba: Regiones de procedencia divisivas (verde) para las que definir UC en la Región de Murcia. Contorno azul, RP 37-Litoral Murciano. Debajo: Contorno azul claro sobre azul, ENP Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila. En este espacio se propone la definición de UC para 24 especies. En rojo, municipios donde se propone la definición de UC para una o más especies. En azul y morado, ENP preferentes y no preferentes respectivamente.

REFERENCIAS Alía R, García del Barrio JM, Iglesias S, Mancha JA, De Miguel J, Nicolás JL, Pérez F, Sánchez de Ron D. 2009. Regiones de procedencia de especies forestales en España. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Madrid. Anthos 2017 Anthos. Sistema de información sobre las plantas de España. http://www.anthos.es. Castroviejo S. coord. 1986-2012. Flora Ibérica. Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. De Vries SMG, Alan M, Bozzano M, Burianek V, Collin E, Cottrell J, Ivankovic M, Kellener CT, Koskela J, Rotach P, Vietto L, Yrjänä L. 2015. Pan-European strategy for genetic conservation of forest trees and establishment of a core network of dynamic conservation units. European Forest Genetic Resources Programme (EUFORGEN), Bioversity International, Roma. Jiménez P, Díaz-Fernández M, Iglesias S, Prada A, García del Barrio JM, Alba N, Alía R. 2009. Strategy for the Conservation and Sustainable Use of Spanish Forest Genetic Resources. Investigación

Agraria. Sistemas y Recursos Forestales 18(1): 13–19. García del Barrio JM, Auñón F, Martínez Fernández J, Sánchez de Ron D. 2013. Definición y optimización de una red de unidades de conservación de recursos genéticos de especies forestales. 6.º Congreso Forestal Español, Vitoria-Gasteiz, 10-14 junio 2013. 6CFE01-202. https://www.congresoforestal.es/ actas/doc/6CFE/6CFE01-202.pdf. García del Barrio JM, Auñón FJ, Martínez Fernández J, Sánchez de Ron D, De Miguel J, Agúndez D, Alía R. 2017. Unidades y lugares de conservación de recursos genéticos forestales multi-especies. 7.º Congreso Forestal Español, Plasencia, 26-30 junio 2017. 7CFE01-010. http://7cfe.congresoforestal.es/ sites/default/files/actas/7CFE01-010.pdf MMA. 2006. Estrategia de conservación y uso sostenible de los recursos genéticos forestales. Ministerio de Medio Ambiente. http://wwwsp. inia.es/Investigacion/centros/CIFOR/redes/ RecursosGeneticosForestales/Documents/ ecrgf_11mayo.pdf

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Normas de publicación INSTRUCCIONES A LOS AUTORES La revista abarca todo tipo de temas relacionados con la ciencia, gestión e industria forestal, tanto bienes como servicios generados por los terrenos forestales, su gestión, protección, defensa, restauración y mejora. Acepta trabajos originales que no hayan sido previamente publicados ni enviados simultáneamente a otras revistas. De forma excepcional, el consejo de redacción podrá aceptar la publicación de trabajos no originales de especial interés, siempre que no existan conflictos con la propiedad intelectual. Se podrán enviar artículos de opinión o colaboraciones técnicas, debiendo indicar los autores dónde desean que se incluya su trabajo. Las colaboraciones técnicas tratarán sobre cualquier aspecto que entre dentro del ámbito de la revista, aceptándose revisiones, nuevas técnicas o propuestas, análisis históricos o casos prácticos. Los artículos de opinión se deben centrar en temas de actualidad o interés para los lectores, aportando una postura razonada, que justifique su publicación. Los artículos se remitirán por correo electrónico a la dirección foresta@forestales.net. La revista confirmará la recepción del artículo, y el director asignará los miembros del consejo de redacción que se ocuparán de su revisión, así como revisores externos adicionales cuando sea preciso. La publicación de un artículo en la revista supone la cesión de los derechos de propiedad intelectual a la editora, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, a efectos de su publicación y distribución. Los autores son los responsables de obtener los permisos necesarios para reproducir materiales con copyright procedentes de otras fuentes. Los artículos se someterán a las siguientes normas: - Título. Será breve y reflejará el contenido del artículo. Se debe evitar el empleo de abreviaturas o fórmulas. - Autores. Se indicará el nombre y apellidos, profesión y centro de trabajo de todos los autores, y al menos para el autor principal su dirección postal o correo

electrónico. Es recomendable incluir una fotografía de los autores.

tificará la ubicación de las imágenes, incluyendo un pie explicativo.

- Resumen. Se incluirá un resumen del artículo, que no supere las 150 palabras, excepto en artículos de opinión.

- Referencias. Se incluirán únicamente las referencias citadas en el texto. Los artículos de opinión no incluirán referencias, por lo que si existe alguna se detallará en el propio texto. En el texto las referencias se recogerán de las siguientes maneras: Pérez (2015), (Pérez, 2015), Pérez y Gómez (2015), (Pérez y Gómez, 2015), Pérez et al. (2015), (Pérez et al., 2015). En el apartado de referencias se seguirán las siguientes normas:

- Palabras clave. Se incluirán 2-4 palabras clave para clasificar el artículo, excepto en artículos de opinión. - Extensión. Los artículos de opinión no superarán las 2.000 palabras y las colaboraciones técnicas 3.500-5.000 palabras en función de la cantidad de tablas e ilustraciones; cuanto mayor sea el material gráfico, menor deberá ser el número de palabras. Trabajos más extensos deberán ser aceptados expresamente por el consejo de redacción. - Formato. El texto se remitirá en un archivo en formato Word o compatible, no existiendo requerimientos específicos en cuanto a formato o tipo de letra. Las páginas deben ir numeradas. - Estructura. No existen normas concretas en cuanto a la estructura del artículo, pero deberá contener apartados adecuadamente organizados y numerados. Se recomienda incluir al menos un primer apartado de introducción, donde se detallen los objetivos del artículo, unas conclusiones finales, y un apartado de referencias. - Idioma. Los textos se redactarán en castellano. Se evitará el empleo de palabras en otros idiomas cuando tengan traducción al castellano; en caso contrario, se escribirán en cursiva. Es aceptable el empleo de términos en otros idiomas, aún teniendo traducción al castellano, cuando formen parte de nombres oficiales de organismos o de empresas o marcas comerciales. - Imágenes. Se incluirán los gráficos, esquemas o fotografías necesarios para facilitar la comprensión del artículo. Todo el material gráfico deberá se remitirá en archivos independientes en formato JPG o TIFF con una resolución mínima de 300 ppp. En el texto se iden-

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* Libros: García Gómez E. 2014. La naturaleza en Toledo. Ciencias naturales en la ciudad. DB Comunicación, Toledo. * Capítulos de libros: Cantero Desmartines FJ. 2005. Los árboles singulares de Madrid. En: Sánchez, M, Muñoz, M y Moya, B. (Coords.) El arbolado monumental y singular en España: gestión, conservación y legislación. Ponencias del II encuentro de árboles monumentales y singulares. 311-338. Madrid. * Revistas: González Doncel I, Collada C, Domínguez J et al. 2015. Life + Olmos vivos. Un nuevo impulso a los olmos... o cuando las amistades se vuelven peligrosas: la grafiosis del olmo. Foresta 63: 26-31. * Recursos digitales: Enríquez de Salamanca A, Carrasco MJ. 2013. Evolución de las medidas compensatorias en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. VII Congreso Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental: Gestión, Seguimiento, Innovación. Libro de Actas. 211-224. http:// www.eia.es/nueva/memorias_programas_coneias/VII_libro_Actas.pdf (9.12.2015).

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Jardín Botánico Embriogénesis somática: Sir Seewoosagur alternativa para la producción de planta Ramgoolam II ) forestal élite COMUNICACIÓN / TÉCNICA

a

parte

Itziar Aurora Montalbán1, Bixente Dorronsoro2, José Manuel Oria Alústiza2, Roberto Hurtado Arrizabalaga2, Paloma Moncaleán1 1. Neiker-Tecnalia. 2. Departamento de Promoción Económica, Medio Rural y Equilibrio Territorial. Dirección General de Montes y Medio Natural. Servicio de Montes y de Gestión de Hábitats. Diputación Foral de Gipuzkoa

La propagación vegetativa de especies forestales ha sido la mejor alternativa para la producción de planta forestal. Entre todos los métodos de propagación vegetativa, la embriogénesis somática es el desarrollado más recientemente, y está siendo utilizada por grandes empresas forestales para la producción de planta a escala comercial. El desarrollo de esta tecnología, además de otras como la crioconservación del tejido embriogénico, ofrece la posibilidad de desarrollar los programas de mejora genética de especies forestales contribuyendo a la selvicultura de alta productividad en las plantaciones. En los últimos años, Neiker, en colaboración con la Diputación Foral de Guipuzkoa, ha establecido una parcela demostrativa de planta de Pinus radiata procedente de embriogénesis somática y ha abordado la optimización y el desarrollo de este tipo de sistemas productivos en otras especies de coníferas de interés para la comunidad autónoma vasca. Palabras clave: Cultivo in vitro, Embriones somáticos, Pinus, Propagación vegetativa

L José González Granados Ingeniero Técnico Forestal

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os bosques absorben un décimo de las emisiones mundiales de carbono, con lo que contribuyen posi-tivamente a la respuesta planetaria al cambio climático. Tanto el protocolo de Kioto como los planes nacionales de investigación y el Plan Forestal Español instan a los gobiernos a incrementar la superficie forestal a través de procesos de forestación y reforestación, y a mejorar la eficiencia de los sistemas forestales en términos de biomasa. La superficie forestal española es de

aproximadamente 27 millones de ha, lo que corresponde al 54 % del territorio nacional. En este contexto, las coníferas tienen un papel decisivo tanto desde el punto de vista ecológico como forestal, ocupando una superficie de 6.000.000 ha de acuerdo con el Segundo Inventario Forestal Nacional (MAPAMA, 2018). Desde hace varios años, la FAO viene instando a los investigadores al estudio de diferentes aspectos biotecnológicos en el ámbito forestal que contribuyan al incremento 2018. N.o 70


La República de Mauricio comprende las islas de Mauricio (1.864,8 km2), Rodrigues (104 km2), San Brandon (Cargados Carajos), Agalega, Tromelin y el archipiélago de Chagos (71,2 km2 en total), donde tan solo el 2 % de la superficie se encuentra cubierta con vegetación nativa. Mauricio forma parte de las Islas Mascareñas, junto a la isla francesa de la Reunión. Cuenta con una importante diversidad de especies identificadas, tanto de animales como de vegetales: 160 géneros de algas marinas, 700 especies de plantas indígenas en Mauricio (ocho géneros exclusivos) y 145 en Rodrigues (tres géneros propios); 786 especies de peces, 44 vertebrados terrestres endémicos, más de 2.000 especies de insectos, entre las que se encuentran 310 mariposas, de las que 37 están extintas. Mucha de esta biodiversidad se encuentra bien representada en el Jardín Botánico de Sir Seewoosagur Ramgoolam o Pamplemousses.

Tortuga gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea)

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La ruta tradicional que se hace en el Jardín Botánico de Sir Seewoosagur Ramgoolam comienza por un pequeño sendero transversal, la avenida Poivre, bordeado de gigantescas palmeras reales (Roystonea regia y R. oleracea), que se diferencian por un ensanchamiento en la parte superior del estípite de la primera. A la derecha nos topamos con flora del continente australiano, como el pino de Queensland (Agathis robusta) y dos grandes araucarias (Araucaria heterophylla). También a la derecha se pueden ver un árbol de ayoyote (Thevetia peruviana), una planta de la familia de las Apocináceas de origen americano, mientras que a la izquierda observamos el cedro de las Bermudas (Juniperus bermudiana), una especie de conífera rara y muy poco conocida, el árbol de la Jaca (Artocarpus heterophyllus), morácea originaria de Indonesia, y el denominado árbol helecho (Felicium decipines). Otras especies son: palma de azúcar (Arenga obtusifolia), Dipterocarpus alatus, pino de Cook o de Nueva Caledonia (Araucaria columnaris), caoba (Swietenia macrophylla) y caoba bastarda (Andira inermis), rafia (Raphia farinifera), Albizia caribaea, originaria de Centroamérica, y Agathis robusta y A. parmerstonii, ambas especies endémicas de Australia. Fruto del árbol de la Jaca (Artocarpus heterophyllus)

Árbol de Ashoka (Polyalthia longifolia)

Pino de Cook o de Nueva Caledonia (Araucaria colummnaris) Hojas y frutos del árbol del alcanfor o alcanforero (Cinnamomum camphora)

Fruto y semilla del árbol de la nuez moscada (Myristica fragrans)

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En el lado opuesto de la avenida de Poivre, después de pasar la avenida Telfair, los siguientes árboles están casi en fila: manzano malayo (Syzygium malaccense), árbol de las linternas (Hernandia nymphaeifolia), Mimusops máxima, endemismo de Mauricio, árbol orquídea rojo (Bauhinia galpinii), árbol del sándalo (Santalum album), caliandra (Calliandra surinamensis), candelillo (Senna spectabilis), palma de cola de pescado o palmera de vino de la India (Caryota urens) y tulipanero africano (Spathodea campanulata).

Hojas, flores y frutos de la adelfa amarilla (Thevetia peruviana)

Inflorescencia del tulipanero africano (Spathodea campanulata)

Inflorescencia del árbol de la cruz (Brownea ariza) Hojas, flores y frutos de la adelfa amarilla (Thevetia peruviana)

Flor ave del paraíso (Strelitzia reginae)

Flores del árbol de la araña (Crataeva religiosa)

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A lo lejos se oye el correr del agua como un murmullo; se trata del río Limón, que pasa por debajo del engalanado puente de los suspiros, lugar de referencia donde nos podemos sentar en un pequeño jardín en el que se mezclan florestas de Oriente, como el árbol de la canela (Cinnamomum zeylanicum), la teca (Tectona grandis) y el almendro indio (Terminalia catappa). Aquí, no solo contemplamos la naturaleza, ¡la respiramos!; el olfato nos deleita con un intenso desfile de perfumes procedentes de distintas flores, frutas maduras y especias que nos trasladan al espacio dimensional de los aromas. A pocos pasos, ya en la avenida d'Epinay, hay un bosque de bambúes amarillos de la India (Bambusa vulgaris). Los brotes jóvenes se usan como verdura y se consumen en gran parte de Asia. En el cruce de las avenidas Telfair y Cossigny se abren en abanico, como pavos reales, las hercúleas palmeras Talipot (Corypha umbraculifera). También se puede admirar aquí la palmera princesa (Dictyosperma album) y la palmera azul de Mauricio (Latania loddigesii).

Bambú (Bambusa vulgaris) Almendro Indio (Terminalia catappa)

Frutos de Kinkéliba (Combretum micranthum) Flor de Hibiscus liliiflorus

Hibiscus liliiflorus de flor amarilla

Palmera azul de Mauricio (Latania loddigesii)

Árbol candelillo (Senna spectabilis)

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Palmera princesa (Dictyosperma álbum) es nativa de las Islas Mascareñas

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Quizás una de las especies más espectaculares e icónicas que pueden verse en este jardín botánico sea la palmera gigante de Ceilán (Corypha umbraculifera), también conocida como palmera Talipot, palmera parasol, de abanico o burí. Es una de las palmeras más grandes del mundo, tanto en altura como en volumen. Etimológicamente su epíteto de género procede del griego Koryphe, que significa “cabeza coronada” por lo espectacular de su floración apical; mientras que su nombre específico, umbraculifera, procede del latín umbraculiferus-a-um, significando “que da sombra o con forma de paraguas” en alusión a sus enormes hojas y soberbia copa aparasolada. Estas palmáceas gigantes tienen un descomunal desarrollo antes de la única floración y fructificación que ofrecen en su vida, tras la cual mueren (como sucede con Agave americana y algunas yucas y bambúes). A esta estrategia de reproducción vegetal, que se caracteriza por un único episodio reproductivo antes de la muerte de la planta, se le denomina monocarpismo.

Palmera Talipot o palmera gigante de Ceilán (Corypha umbraculifera) Corypha umbraculifera es una palmera unicaule y monocárpica, originaria de la India y Sri Lanka, cuyos ejemplares pueden alcanzar los 25 m de altura

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Detalle de los peciolos de las hojas que pueden llegar a medir 4 m de longitud

Corypha umbraculifera fue descrita por Carlos Linneo en su obra Species Plantarum. Es una palmera unicaule y monocárpica, originaria de la India y Sri Lanka, cuyos ejemplares viven entre 30 y 80 años y pueden alcanzar los 25 m de altura. Sus enormes hojas pueden llegar a medir más de 7 m de diámetro (las más anchas entre las palmeras), con Inflorescencia apical de Corypha umbraculifera cuando fructifica esta palmera muere

un grueso peciolo que supera los 4 m de largo. Llegado el momento emite una panícula terminal de más de 6 m de alto (la inflorescencia más grande del reino vegetal), muy densa y ramificada, con millones de flores de color crema. Los frutos, de color verde, tienen forma esférica y maduran a los doce meses de la floración (tras lo cual, la planta muere). Otras palmeras Grabado botánico clásico de Historia Natural. Corypha umbraculifera

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Porte de un ejemplar joven de Corypha umbraculifera

presentes en la avenida Telfair son la palmera reina originaria de Brasil (Syagrus romanzoffiana), cuya sinonimia es Cocos plumosa, la palmera de Palmira (Borassus flabellifer) y la palmera de las Seychelles (Deckenia nobilis). Tras atravesar la avenida Cossigny se descubre la columna de Liénard, obelisco cuadrangular de mármol blanco en el que están grabados los nombres de las personas que han contribuido a la prosperidad de Isla Mauricio, y a la protección de su flora y fauna. Se debe resaltar una cita del botánico francés Bernardin de Saint-Pierre grabada en una de sus caras: "El regalo de una planta útil me parece más precioso que el descubrimiento de una mina de oro, y un monumento más duradero que una pirámide". Más adelante nos topamos con un antiguo modelo de una fábrica de azúcar construido por la Cámara de Agricultura de Mauricio en 1953. Es una réplica de los primeros ingenios azucareros con cilindros verticales tirados por bueyes.

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Réplica de los primeros ingenios azucareros con cilindros verticales

Avenida de Liénard con Verschaffeltia splendida

Reanudamos nuestro recorrido, a pesar del exacerbado calor tropical en el cenit del día, entre un paisaje de cuento de hadas. Súbitamente, a lo lejos, aparece el castillo de Mon Plaisir. Este edificio fue construido por los ingleses a mediados del siglo XIX y se usa en la actualidad para recibir a invitados y personalidades en las ceremonias oficiales. Indira Gandhi, la princesa Margarita de Inglaterra, François Mitterrand o el mismo Nelson Mandela, entre otros personajes notables, tuvieron el privilegio de plantar "su" árbol frente a este castillo. Siguiendo la avenida Mon Plaisir, después de un pequeño puente, descubrimos una gigantesca y centenaria higuera sagrada (Ficus religiosa). Este jardín botánico cuenta con ocho especies diferentes del género Ficus. Enseguida aparecen islas cubiertas de exuberante vegetación, con palmeras, papiros y árboles del viajero, y una estatua de Bernardin de Saint-Pierre, autor de la trágica y famosa novela Paul et Virginie, nombre que recibe la calle que se encuentra al final de la avenida.

Obelisco de Liénard

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Raíces de la higuera estranguladora (Ficus benghalensis)

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Porte de la higuera sagrada (Ficus religiosa)

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Otras especies destacables de este jardín botánico son: árbol de sangre (Corymbia calophylla), árbol del alcanfor (Cinnamomum camphora), coco de mar (Lodoicea maldivica), la planta que tiene la semilla más grande del reino vegetal, palmera blanca (Bismarckia nobilis) y ébano de Mauricio (Diospyros tessellaria). Como ya se ha comentado, Sir Seewoosagur Ramgoolam es, de hecho, un “palmetum” a gran escala, con más de ochenta especies de palmeras, muchas de ellas endémicas de las islas Mascareñas. Algunos géneros que pueden observarse aquí son: Acanthophoenix, Adonidia, Borassus, Calamus, Caryota, Chamaedora, Chrysalidocarpus, Cocos, Corypha, Cyrtostachys, Dictyosperma, Euterpe, Hyophobe, Latania, Licuala, Livistona, Lodoicea, Phoenix, Ptychosperma, Raphia, Rhapis, Roystonea, Thrinax, Verschaffeltia y Zalacca.

Palmera de hoja redonda (Licuala grandis)

Detalle del tronco del árbol de sangre (Corymbia calophylla)

Livistona rotundifolia es una palmera originaria de Australia

Detalle de la hoja de Latania lontaroides un endemismo de Mauricio

Frutos rojos de la palmera de Manila (Adonidia merrillii)

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Palmera triangular (Dypsis decaryi) originaria de Madagascar

Palmera botella (Hyophorbe lagenicaulis) endémica de las Islas Mascareñas

Palmera espinosa de las Antillas (Acrocomia aculeata) Coco de mar es la denominación que recibe la semilla más grande del reino vegetal (puede llegar a pesar hasta 20 kg) producida por la palmera Lodoicea maldivica. La especie es originaria del archipiélago de Seychelles y de Maldivas.

Palmera fusiforme (Hyophorbe verschaffeltii), una especie de palmera endémica y en peligro de extinción de la isla Rodrigues, en Mauricio

Palmera cocotera (Cocos nucifera)

Ejemplar joven de la palmera Verschaffeltia splendida que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción

Palmera bambú (Rhapis excelsa)

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Syzygium malaccense

Grabado de fauna clásico de Historia Natural. Las plantas de MauDodo (Raphus cucullatus) ricio, sacudidas durante milenios por ciclones y evolucionadas en ausencia de herbívoros, muestran algunas adaptaciones inusuales a la vida en un bosque, cuya estructura presenta una alta densidad de árboles y un dosel bajo con ramas que se entrelazan a modo de escudo contra el viento. Los árboles aquí están anclados al suelo por raíces con forma y disposición de contrafuerte. Algunas especies son polinizadas por aves, reptiles o algunos insectos. Las flores son grandes, producen mucho néctar y, a menudo, salen directamente del tronco (flores caulinares). La dispersión de sus semillas, en ausencia de mamíferos durante miles de años, fue realizada por dodos, eslizones y tortugas gigantes que comían la fruta escupiendo las semillas o la tragaban entera. Por eso, muchas especies de árboles y arbustos producen frutas grandes, carnosas y de colores brillantes con una semilla dura dentro, como sucede con los géneros Diospyros y Sideroxylon, entre otros. En este vergel botánico existe un rincón donde pueden ser contemplados algunos animales como ciervos (Cervus timorensis) y tortugas (Aldabrachelys gigantea). Los murciélagos, como el denominado zorro volador de Mauricio (Pteropus niger), único mamífero endémico que queda en la isla, pueden ser vistos colgando de las copas de los árboles durante el día. El jardín también cuenta con varias especies de aves como loros, patos y la gallineta de Madagascar (Gallinula chloropus subsp. pyrrhorrhoa). Un ave que regularmente hace las delicias de los visitantes al cazar pequeños peces sobre los nenúfares gigantes es la pequeña garza de Mauricio (Butorides striata subsp. rutenbergi). Entre los invertebrados es fácil observar, libando entre las flores, a Papilio demodocus y Papilio manlius.

Clusia lanceolata

Clusia multiflora

Polyscias maraisiana endémica de Mauricio

Gustavia superba

Polyscias maraisiana endémica de Mauricio

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Pandano (Pandano edulis)

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Garza de Mauricio (Butorides striata subsp. rutenbergi)

Mariposa de los cítricos (Papilio demodocus) Oruga de Papilio demodocus

Aldabrachelys gigantea

Dentro de los estanques se pueden ver varios animales acuáticos como la rana mascareña (Rana mascariensis), el sapo pantera (Bufo regularis), introducido desde EE. UU., y peces como los guppy (Lebistes reticulatus), el pez cola de espada (Xiphiphous hellerii) o las anguilas, todos ellos foráneos de la isla. También es posible ver reptiles como el gecko diurno de Mauricio (Phelsuma ornata), el gecko de cola azul (Phelsuma cepediana) y el gecko del bosque de tierras bajas de Mauricio (Phelsuma guimbeaui); y es frecuente el camaleón (Calotes versicolor). Los gecónidos son el principal alimento de una culebra de hábitos nocturnos conocida como serpiente lobo de la India (Lycodon aulicus), accidentalmente introducida en estas islas del océano Índico. Aldabrachelys gigantea es una especie de tortuga de la familia Testudinidae que solo habita en el archipiélago de las Islas Seychelles. Después de la tortuga gigante de las Galápagos es la tortuga más grande del mundo, pudiendo sobrepasar el metro de longitud. Los machos pueden llegar a pesar 250 kg y vivir más de 150 años. Además del Jardín Botánico de Sir Seewoosagur Ramgoolam, otras atracciones turísticas importantes de Mauricio son la cascada y la Tierra de los Siete Colores, ambas ubicadas en Chamarel. La Tierra de los Siete Colores presenta dunas de color rojo, marrón, violeta, verde, azul, púrpura y amarillo, formadas por roca volcánica rica en diferentes minerales; concretamente contienen hierro (responsable del color rojo) y aluminio (responsable del color azul/púrpura). Como particularidad, los montículos no se ven afectados por la erosión de las lluvias tropicales de la isla.

Tierra de los Siete Colores. El paisaje está formado por infinidad de dunas de arena de diferentes colores en medio de un frondoso bosque.

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PLANTAS EN PELIGRO CRÍTICO EN MAURICIO Astelia hemichrysa

Compositae

Mauricio y Reunión

Badula crassa

Myrsinaceae

Mauricio y Reunión

Barleria observatrix

Acanthaceae

Mauricio

Chassalia boryana

Rubiaceae

Mauricio

Eugenia bojeri

Myrtaceae

Mauricio

Gouania tiliifolia

Rhamnaceae

Mauricio

Helichrysum mauritianum

Compositae

Mauricio

Ochrosia borbonica

Apocynaceae

Mauricio y Reunión

GRABADOS Y LÁMINAS DE HISTORIA NATURAL EN EL DESCUBRIMIENTO DE ESPECIES QUE SE CREÍAN EXTINTAS Los dibujos, láminas y pliegos de herbario elaborados por botánicos, sobre todo a partir del siglo XVIII, han sido claves en la documentación de plantas que se creían extintas. En 1877, un botánico europeo que estudiaba la flora de las islas de Mauricio y Rodrigues hizo un dibujo del café marrón (Ramosmania rodriguesii), última vez que se documentó esta planta, y que definitivamente fue dada por extinta en los años 40 del siglo XX. En 1980, un profesor de biología que daba clase a niños de 12 años encomendó a sus alumnos la recolección de flores y hojas con el fin de enseñarles la flora de las islas con la sorpresa de que un estudiante llevó a clase una rama del último ejemplar vivo de esta especie de arbusto. El español Carlos Magdalena, jardinero del Real Jardín Botánico de Kew, apodado El Mesías de las plantas, ha hecho posible el “milagro” de salvar a este taxón de la extinción a partir del último ejemplar de su especie. También ha rescatado de la desaparición al nenúfar más pequeño de la Tierra (Nymphaea thermarum). Entre otros ejemplos semejantes, es notorio el caso de Rhaphidospora cavernarum y Teucrium ajugaceum, plantas no citadas en Australia desde 1873 y 1891 respectivamente, y “redescubiertas” en el siglo XXI; o el hallazgo de una nueva especie de Araucariaceae en Australia, perteneciente a un género que hasta mediados de los años 90 se creía extinguido en el Jurásico cuando, en realidad unos cuarenta ejemplares crecían en parque nacional de Wollemi -de ahí su denominación pino de Wollemi (Wolemia nobilis)-.

Crateva religiosa

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Oncidium sarcatum

Diospyros ebenum

Nymphaea thermarum

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PLANTAS INVASORAS EN MAURICIO Acacia nilotica

Leguminosae

África

Albizia lebbeck

Leguminosae

Asia

Ardicia crenata

Myrsinaceae

Este de Asia

Callistemon citrinus

Myrtaceae

Australia

Cinnamomum camphora

Laureaceae

Japón

Leguminosae

Madagascar

Agavaceae

Centroamérica

Haematoxyum campechianum

Leguminosae

México

Hedychium coronarium

Zingiberaceae

Himalaya

Hiptage benghalensis

Malpighiaceae

India y Malasia

Homalanthus populifolius

Euphorbiaceae

Asia

Lantana camara

Verbenaceae

Brasil

Lucaena leucocephala

Leguminosae

América tropical

Oleaceae

Sri Lanka

Litsea monopetala

Laureaceae

Asia

Litsea glutinosa

Laureaceae

Asia & Austalia

Clidemia hirta

Melastomataceae

América tropical

Ossaea marginata

Melastomataceae

Brasil

Pinaceae

América

Leguminosae

Asia

Psidium cattleianum

Myrtaceae

Brasil

Ravenala madagascariensis

Musaceae

Madagascar

Rubus alceifolius

Rosaceae

Sureste de Asia

Rubus rosifolius

Rosaceae

Asia & Austalia

Schinus terebinthifolius

Anacardiaceae

Brasil

Spathodea campanulata

Bignoniaceae

Este de África

Strobilanthes hamiltonianus

Acanthaceae

India

Syzygium cumini

Myrtaceae

Asia

Syzygium jambos

Myrtaceae

Sureste de Asia

Tabebuia pallida

Bignoniaceae

Caribe

Tecoma stans

Bignoniaceae

África

Tamarindus indica

Leguminosae

África

Tibouchina viminea

Melastomataceae

Suramérica

Terminalia arjuna

Combretaceae

Asia

Wikstroemia indica

Thymeliaceae

India

Delonix regia Furcraea foetida

Ligustrum robustum var. walkeri

Pinus elliottii Pongamia pinnata

Terminalia catappa

Como material adicional esta disponible una tabla con las plantas nativas de los bosques de Mauricio y su estado de conservación, que puede descargarse en la página web de la revista (http://www.forestales.net), junto a este reportaje.

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EL SECTOR FORESTAL/ LA PÁGINA DE...

ASEJA, patronal de referencia en la gestión de infraestructuras verdes ASEJA reúne a los principales grupos empresariales dedicados al desarrollo y mantenimiento del medioambiente en España, así como a otras empresas consolidadas del sector, que suman en conjunto una cifra de negocio de aproximadamente 600 millones de euros y emplean a más de 15.000 personas. La Asociación contempla como misión colaborar con las entidades y organismos públicos y privados que tienen a su cargo el mantenimiento, la mejora y la construcción de zonas verdes, fomentando el desarrollo sostenible de las ciudades y la infraestructura verde española. ASEJA tiene como objetivos divulgar e impulsar las actividades de sus asociados, establecer la comunicación y las relaciones oportunas con las distintas administraciones públicas y actuar como organización patronal en la negociación colectiva del sector en el ámbito nacional.

C

omo miembro de la Junta Directiva de CEOE, ASEJA participa activamente en las Comisiones de Medio Ambiente, Infraestructuras, Morosidad, Diálogo Social, Ciudades Inteligentes (Smart Cities) y Concesiones y Servicios. Asimismo, es miembro del Comité de Seguimiento de la Red Rural Nacional, en la que ha coordinado los trabajos del grupo de entidades para la valorización de las zonas forestales, así como promotor de la plataforma forestal Juntos por los Bosques, que agrupa a los principales agentes del sector forestal en el ámbito nacional. Recientemente, la Asociación ha firmado un acuerdo de colaboración con FEMP para fomentar el desarrollo y la correcta gestión de las infraestructuras verdes urbanas de los municipios españoles, que se enfrentan a complejos retos que se deben abordar desde el sector en su conjunto. Tanto la ciudadanía como las administraciones son cada vez más conscientes de los beneficios económicos, ambientales y sociales que

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los parques, jardines y zonas verdes en general aportan a nuestros municipios. Estos beneficios incluyen desde la mejora de la calidad del aire y del suelo a la promoción de un turismo de calidad, pasando por una mayor cohesión social de los barrios en los que se localizan. Varios estudios, tanto a nivel nacional como internacional, analizan la contribución de esta infraestructura en distintos ámbitos. ASEJA, como principal patronal del sector verde, viene promoviendo y colaborando desde hace años en la realización de estudios que puedan valorizar nuestro patrimonio verde, cuantificando el valor aportado por los espacios verdes a las ciudades como activos generadores de riqueza y bienestar, entre otros, y demostrando la importancia de mantener una adecuada gestión de esta infraestructura fundamental para el bienestar de la ciudadanía. En los últimos tiempos, importantes personalidades del ámbito político, judicial, universitario y doctrinal han venido sumándose a la necesidad de abordar mediante la mayor eficiencia

la gestión de los servicios en general y la infraestructura verde en particular, coincidiendo todos ellos en que son los procesos de colaboración públicoprivada aquellos que aportan una mayor eficiencia y eficacia. En esta línea se manifiesta igualmente un reciente estudio sobre la eficiencia en la contratación de los servicios de jardinería en las entidades locales elaborado por el prestigioso Instituto Cerdá, que realiza un profundo análisis de las distintas fórmulas de gestión del verde urbano en el que se incide en la necesidad de la colaboración entre empresas especializadas y la Administración para desarrollar y mantener esta infraestructura básica que se enfrenta a grandes desafíos, como la superpoblación urbana, un creciente nivel de exigencia de los usuarios y los efectos negativos del cambio climático. Dicho estudio supone una continuación del estudio relativo a la valorización de los espacios verdes realizado en 2015 por G-Advisory. Esta colaboración permite a la Administración beneficiarse de las innovaciones desarrolladas por parte del sector privado, sin la necesidad de incurrir en los costes en materia de inversión asociados a la investigación y desarrollo. Adicionalmente le permite beneficiarse del seguimiento de las innovaciones tecnológicas producidas en relación al servicio desarrollado, gracias a la actividad de vigilancia tecnológica realizada por el sector privado y a la posterior transferencia de conocimiento hacia los gestores públicos. Esta constante actualización tecnológica y operacional minimiza no 2018. N.o 70


LEY DE CONTRATOS DEL SECTOR PÚBLICO El sector privado está preparado para afrontar dicho cambio, y la reciente Ley de Contratos del Sector Público habilita nuevas opciones para llevarlo a cabo. En efecto, el pasado 9 de marzo de 2018 entró en vigor la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público. Esta Ley,

que traspone las directivas europeas de contratación pública, introduce en su articulado interesantes novedades en relación a los instrumentos de contratación pública a disposición de las administraciones. Entre ellos, hay que destacar el nuevo contrato de concesión de servicios recogido en el artículo 15 y la novedosa regulación del contrato de servicios establecida en el artículo 17. En relación a esta última figura, resulta especialmente interesante la regulación de su duración, contemplada en el artículo 29, en el cual se establece cómo puede verse ampliado el plazo de los contratos de servicios (cinco años en términos generales) cuando el contrato conlleve inversiones cuyo período de recuperación exija una duración superior, como consecuencia de que las inversiones directamente relacionadas con el contrato no sean susceptibles de utilizarse en el resto de la actividad productiva del contratista o su utilización fuera antieconómica, y siempre que la amortización de dichas inversiones sea un coste relevante en la prestación del servicio. La concesión de servicios, por su parte, ve ampliado el alcance de la figura conce-

Se está produciendo en el sector un cambio conceptual, asumiéndose que gestionar infraestructuras verdes implica la consideración del verde urbano como una infraestructura que requiere inversión, gestión y explotación, demandando soluciones en las que participen las administraciones, la ciudadanía y el sector privado, incorporando criterios sociales y medioambientales Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

ASEJA

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solo el coste de los servicios de mantenimiento, sino también su impacto ambiental, dados los retos mencionados anteriormente. Son muchos los ejemplos a los que podríamos referirnos, todos ellos enfocados a generar una mayor eficiencia y sostenibilidad en la gestión de esta infraestructura viva, imprescindible para construir ciudades más amables, cohesionadas y sostenibles. Por consiguiente, se está produciendo en el sector un cambio conceptual, asumiéndose que gestionar infraestructuras verdes implica la consideración del verde urbano como una infraestructura que requiere inversión, gestión y explotación, demandando soluciones en las que participen las administraciones, la ciudadanía y el sector privado, incorporando criterios sociales y medioambientales.

sional a cualquier servicio cuya titularidad o competencia sea de la Administración. Con estas nuevas figuras se habilitan instrumentos para licitar la colaboración entre entidades públicas y empresas privadas con el objetivo de acometer las inversiones necesarias para el diseño, construcción y mantenimiento de infraestructuras públicas esenciales para un desarrollo urbano sostenible desde los puntos de vista económico y medioambiental capaz de responder a las nuevas necesidades de la sociedad. En conclusión, y de cara a la gestión de nuestras infraestructuras verdes, disponemos de un sector privado preparado, de estudios que avalan la colaboración entre el sector público y el sector privado como la opción más eficaz y eficiente, y de figuras jurídicas que permiten su contratación; a lo que se une la creciente demanda de uso de zonas verdes por parte de la ciudadanía. Solo falta que las administraciones comiencen a tomar las decisiones para abordar el necesario cambio conceptual.

Ignacio Arenales Saúl Adjunto al Secretario General Asociación Española de Empresas de Parques y Jardines (ASEJA) www.aseja.com

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EL SECTOR FORESTAL/ LA PÁGINA DE...

UNEmadera. Unión Empresarial de la Madera y el Mueble de España Bajo el nombre de UNEmadera −Unión Empresarial de la Madera y el Mueble de España−, se constituyó en junio de 2015 una confederación de organizaciones empresariales, sin ánimo de lucro y ámbito nacional, que tiene por objeto promover el desarrollo y progreso de las industrias relacionadas con el sector de la madera y el mueble, la gestión, defensa y promoción de los intereses, generales o específicos, de sus asociaciones o federaciones miembro ante la Administración del Estado, las comunidades autónomas o cualquier tipo de organismo o entidad pública o privada y nacional o internacional, así como la representación de los intereses profesionales colectivos.

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Ismael Muñoz

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consensuada− se está al servicio de las necesidades de las empresas, con el ánimo de que puedan desarrollar su actividad en un mejor entorno económico y social, fomentando la integración y participación de todas las organizaciones vinculadas a la cadena de valor de la madera en España. Gracias a la ilusión y al trabajo que vienen realizando las asociaciones y federaciones que forman parte de UNEmadera, el sector de la madera y del mueble en España es más fuerte en la defensa de los intereses de las empresas. Dentro de la estrategia de fortalecimiento de su estructura, y a partir de la participación de su base social, desde UNEmadera se está trabajando en establecer una posición en diferentes materias dentro del marco regulatorio que afecta a la industria, buscando consolidar y continuar varias líneas de trabajo ya iniciadas, y que pueden resumirse en las siguientes áreas: a) Relaciones laborales. Diálogo social con gobierno, patronal y sindicatos, y negociación colectiva del convenio nacional del sector de la madera y el mueble. Fomento del

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E

n este período UNEmadera ha conseguido consolidarse como la patronal que aglutina los intereses comunes del sector de la madera y el mueble, en todos los territorios, con la adhesión, a día de hoy, de un total de 17 socios. El sector de la madera y el mueble engloba a más de 23.300 empresas y generó durante 2016 más de 132.000 empleos directos y cerca de 30.000 indirectos, cifras que, a la espera de confirmación con datos oficiales, se prevé hayan mejorado durante 2017. Esta actividad, al estar principalmente ubicada en núcleos rurales, tiene además un importante interés social. En relación a la facturación del sector, según las últimas cifras oficiales de las que disponemos, en 2015 ascendió a 10.900 millones de euros, incrementándose cerca del 9 % en relación al ejercicio anterior, y mejorando su posición en una décima sobre la cifra total de facturación del sector industrial nacional, situándose en el 1,9 %. Desde esta patronal −que entiende su labor desde la participación de sus socios, la transparencia, la generosidad y la toma de decisiones de forma

http://unemadera.es/ @unemadera

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El sector de la madera y el mueble engloba a más de 23.300 empresas y generó durante 2016 más de 132.000 empleos directos y cerca de 30.000 indirectos. La facturación del sector, en 2015, ascendió a 10.900 millones de euros, incrementándose cerca del 9% en relación al ejercicio anterior

desarrollo económico, bajo criterios de sostenibilidad, productividad y competitividad.

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sentación de los intereses del sector de la madera y el mueble ante organismos públicos y privados. Participación en los procesos de

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b) Relaciones institucionales y asuntos legislativos. Análisis y política industrial. Defensa y repre-

desarrollo de nuevas leyes, normas e iniciativas que le afectan directa o indirectamente, tanto de la Unión Europea, como nacionales o autonómicas. c) Desarrollo, promoción e internacionalización. Promoción y desarrollo nacional e internacional del sector de la madera y el mueble y de sus empresas en los mercados. Respuesta a necesidades y fomento de las cualidades de la cadena de valor y de sus productos: responsabilidad social, ecología, gestión, suministro y transporte forestal sostenibles, energía, comercio legal, formación, investigación, calidad, imagen, consumo responsable, competencia, fin de vida, etc. UNEmadera trabaja colaborativamente para seguir construyendo su imagen, crear lobby empresarial, incorporar más asociados y promover el trabajo en red, organizándose internamente en diferentes grupos de trabajo: –– Laboral –– Transporte forestal –– Residuos/subproductos –– NIMF-15 –– EUTR –– Juntos por los Bosques

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NOTICIAS FORESTALES

Aumenta un 9 % la superficie forestal certificada en España bajo el sistema PEFC La superficie forestal certificada en España bajo el sistema PEFC se ha incrementado un 9 % (186.013 ha nuevas) en los últimos meses, hasta alcanzar los 2.153.431 ha. El mayor crecimiento lo ha protagonizado Andalucía con más de 57.000 ha, seguida de Cataluña (32.889), Navarra (26.090), Castilla y León (25.011) y Extremadura (20.560). La comunidad que cuenta con más superficie forestal certificada es Castilla y León con 743.089 ha, lo que supone el 34 % de la superficie nacional certificada, en segunda posición está Navarra con 287.156, seguida de Andalucía con 264.378 y Cataluña con 263.482. El número de selvicultores, gestores y propietarios forestales con sistema de certificación PEFC alcanza la cifra de 22.016, lo que supone un crecimiento del 14 % con respecto al inicio de 2017, es decir, 2.754 gestores más. El mayor crecimiento se ha producido en Andalucía y Extremadura con propietarios de grandes superficies forestales. La realidad territorial (minifundio y pequeña propiedad) hace que el mayor número de propietarios y gestores certificados se concentre en Galicia con 15.223, seguida de Euskadi con 2.141, Asturias con 1.969 y Cataluña con 1.591. Por otro lado, son 1.335 las empresas que tienen certificada su cadena de custodia bajo el sistema PEFC, 64 empresas en el último año, lo que supone un crecimiento del 5%. Estas empresas representan un volumen de negocio de 11.442 millones de euros.

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Empresas certificadas bajo el sistema PEFC por sector de actividad

Las comunidades con más empresas certificadas son: Galicia, que aglutina el 30% del total, con 400 empresas; Cataluña, con 183; Euskadi con 129 y Madrid con 109. El sector que ha protagonizado un mayor crecimiento es el de los aserraderos y

rematantes con 487 empresas certificadas, representando el 36% del total, seguido del sector de la madera y construcción con 429 y el gráfico y papelero con 164 y 142 empresas respectivamente.

Distribución de la superficie certificada PEFC

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El I Congreso Nacional de las Profesiones firma la Declaración de las Profesiones Colegiadas El I Congreso Nacional de Profesiones, organizado por Unión Profesional (UP) bajo el lema “Un país de profesiones”, se celebró el 18 y 19 de enero en Madrid. El objetivo principal de este congreso ha sido el de compartir, analizar, valorar y comunicar lo que es común y esencial al ejercicio profesional, acudiendo a sus raíces, identificando el interés general y las garantías que la buena práctica profesional puede proporcionar a los ciudadanos y a las empresas en un estado de derecho moderno y en una sociedad abierta.

Declaración de las Profesiones Colegiadas 1. Reafirmamos el compromiso fundamental de las profesiones con la sociedad. En el marco de este I Congreso Nacional de Profesiones y de la Asamblea General de las Profesiones, deseamos reafirmar nuestro compromiso público con la sociedad a partir de los pilares esenciales del hecho profesional, como son la deontología y el desarrollo profesional continuo, al servicio de la seguridad física y jurídica, la salud, la habitabilidad, la formación, y la sostenibilidad económica y medioambiental.

deontológicas desde la perspectiva de la autoexigencia y “ejemplaridad pública”, y del conocimiento experto actualizado.

2. Afirmamos que los colegios profesionales son una garantía pública insustituible. Los colegios profesionales, reconocidos por la Constitución Española ordenan el ejercicio de las profesiones y proteger los intereses de los clientes, pacientes y usuarios, y son la garantía pública del comportamiento deontológico de sus profesionales y de su desarrollo profesional continuo.

4. Reiteramos nuestro compromiso con los proyectos de innovación social y la sostenibilidad. Los colegios profesionales son hoy herramientas fundamentales que aportan, desde la sociedad civil, cohesión social, innovación y tejido democrático en el siglo XXI. Valoramos el papel de las instituciones profesionales como expertos consultores o inductores de procesos e iniciativas legislativas, expresión del compromiso público de las profesiones. Las corporaciones colegiales son también instituciones autónomas que velan por el cumplimiento efectivo de los derechos de la ciudadanía. Su autonomía respecto a los poderes públicos facilita la participación y la canalización de las inquietudes sociales, así como la preservación de los derechos constitucionales.

3. Consideramos el acto profesional, como el hecho central que da significado y sentido a las profesiones. El acto profesional es un acto moral, experto e independiente, que se caracteriza por la necesaria autonomía facultativa, su responsabilidad y por el control colegial, que asegura el cumplimiento de las normas

5. Proponemos un estatuto para el profesional europeo. Es preciso poner en valor el papel estratégico, la productividad, la utilidad social y económica del hecho profesional y la necesidad de su reconocimiento jurídico, actualizado tanto en la política nacional como en la europea, en un documento en el que estén

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reunidos los derechos y deberes. En él se deberá reconocer a los profesionales como una categoría social necesaria que puede y debe responder a la hiperregulación y servir a las nuevas necesidades sociales y económicas, las cuales requieren las prestaciones profesionales de calidad con formación y compromiso continuamente actualizados, así como una exigencia deontológica permanentemente acreditada. 6. Por todo ello, los presidentes y decanos de las corporaciones profesionales, asociadas en Unión Profesional, exigimos el máximo respeto para los profesionales y para los colegios profesionales. Solicitamos el apoyo y la protección institucional por parte de todas las administraciones públicas y reclamamos una mejor regulación para los colegios profesionales y las profesiones, adaptada a las necesidades actuales, particularmente las tecnológicas y sociales, y que todo ello muestre el respeto que los profesionales y su utilidad merecen por parte de las instituciones económicas, de los organismos reguladores y de las administraciones públicas, de acuerdo a lo previsto en el artículo 36 de la CE y los dictámenes del Consejo Económico y Social de la Unión Europea (CESE).

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NOTICIAS DEL COLEGIO

Pilar Avizanda y José Antonio Otero: Medalla de Oro del INGITE María del Pilar Avizanda, exdecana-presidenta del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, y José Antonio Otero, exdecano-presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, han sido distinguidos con la Medalla de Oro del INGITE, distinciones que se otorgan por primera vez en esta institución. El INGITE reconoce la extensa labor de ambos premiados en la defensa de la ingeniería y arquitectura técnica desde sus respectivos colegios profe-

sionales. Diego López Garrido, exdiputado, exsecretario de Estado y catedrático de Derecho Constitucional, fue el encargado de imponerles la medalla y recordó “la importancia nuclear que tienen los profesionales de la ingeniería en la economía”, reiteró la necesidad de “un pacto de las profesiones con la sociedad” y destacó “la decisiva labor que tienen que desempeñar los colegios profesionales para que exista más visibilidad del papel desarrollado por los profesionales en la sociedad”.

Reunión con la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid Varias cuestiones de importancia se trataron en esta reunión: la necesidad de cubrir las plazas vacantes existentes en la relación de puestos de trabajos, las exigencias del título de Grado en las convocatorias para plazas A2 y A1 de esta Administración, la separación nítida en la especialidad de “Ordenación Rural e Industrias Agroalimentarias”, en la que se mezclan el perfil agrícola y el forestal, y la necesidad de una mayor inversión pública en gestión forestal como garantía de del buen estado de conservación de los terrenos forestales y todos los bienes y servicios que prestan a la sociedad madrileña. Desde el Colegio se transmitió la necesidad de que la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio participe más activamente en el Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales en la Comunidad de Madrid (INFOMA), actualmente con responsabilidad exclusiva de la Consejería de Presidencia, Justicia y Portavocía del

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Gobierno. A la reunión asistieron Pedro Manuel Rollán Ojeda, consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Pablo Altozano Soler, viceconsejero, y Diego Sanjuanbenito Bonal, director general de Medio Ambiente. En representación del Colegio asistieron José González Granados, decano-presidente, Álvaro Enríquez de Salamanca SánchezCámara, vocal de la Junta de Gobierno y director de la revista Foresta y Raúl de la Calle Santillana, secretario general.

–– La asamblea territorial de Euskadi se celebró en la Escuela del Papel en Tolosa (Guipúzcoa), con la asistencia del decano territorial Bixente Dorronsoro, el decano-presidente José González Granados y el secretario del Colegio Raúl de la Calle. José María Goñi recibió la insignia de plata del Colegio por sus más de 25 años de colegiación.

–– Reabierta la sede del Colegio en Andalucía con objeto de acercar la entidad y prestar servicio a los colegiados. Está en la plaza del Punto 1, 1.º H, en Huelva. El 17 de marzo se celebró la asamblea territorial en el Paraje Natural de Marismas del Odiel, en Huelva, con la asistencia del decano territorial Juan Carlos Méndez y de Francisco Villaespesa como representante de la Junta de Gobierno. 2018. N.o 70


AGENDA / LIBROS

EL ÁBOL DE LOS PIGMEOS Félix Romero Cañizares Círculo Rojo , 2017, 200 págs.

Si el mundo forestal en su conjunto tiene un déficit ese es el de la comunicación. Explicar a la sociedad cómo y porqué es necesario gestionar los bosques, acabar con los prejuicios bienintencionados que la mayor parte de la sociedad urbana tiene sobre la gestión forestal en general y los aprovechamientos forestales en particular, es una de las asignaturas pendientes del mundo forestal. Las herramientas pueden ser muchas, algunas de ellas utilizadas con más o menos acierto en los últimos años por distintos actores forestales, pero hasta ahora no se había utilizado la ficción literaria, al menos con formato de novela. Con un lenguaje ágil, con muy buen ritmo, el autor, Félix Romero, nos mete en el corazón de los boques africanos, de sus pobladores, de los profesionales comprometidos con su conservación y con el desarrollo de su país; nos introduce en la realidad socio política de África para comprender cómo y por qué se produce deforestación, cuál es el papel de los consumidores europeos en ese problema y cuáles son las acciones que deberían desarrollarse para evitarlo. El autor huye de tópicos, de mensajes fáciles repetidos demasiadas veces por los grandes altavoces de algunas ONG europeas, especialistas en llamar la atención del público europeo sensibilizado ante la pérdida de bosques vírgenes. “Toda duda sobre si hay que consumir o no madera tropical en los países desarrollados solo favorece el avance de la deforestación porque, para el sistema económico actual, un cultivo agrícola es más rentable que un bosque sin producir”. Con semejante carta de presentación, Elías Ngoya, un congoleño especialista en sociología y desarrollo rural en su país, le espeta a Daniel Cabrera, un periodista ambiental español que tiene la idea de que para conservar los bosques africanos lo mejor es no consumir madera que provenga de ellos, por sospechar que esto pueda poner en peligro su conservación. La novela es el viaje que Daniel Cabrera hace al corazón de los bosques de los países de la cuenca del Congo de la mano de Elías para conocer cómo se gestionan, cuáles son los peligros que les amenazan y cómo viven las personas más directamente relacionadas con ellos. Félix Romero nos mete en el interior de la selva, en el corazón de África, en su propio corazón, enganchado a un continente que tiene en común con Europa mucho más de lo que pensamos. Y pone en boca de sus personajes los mensajes de un forestal comprometido con la gestión sostenible de los bosques, convencido de la necesidad de su aprovechamiento bajo paradigmas científicos y técnicos que garanticen su futuro pero, eso sí, certificados, como garantía de la sostenibilidad de su gestión. A medio camino entre la ficción y el relato periodístico, el autor describe situaciones cotidianas que dan una idea de la dificultad para gestionar las enormes extensiones de bosques tropicales, sin control administrativo, con una enorme presión social, política y económica sobre ellos, fruto de la necesidad de supervivencia de una población

local prácticamente olvidada por sus dirigentes políticos y abandonada a su suerte. Esos bosques son también objeto de la codicia de especuladores que aprovechan sus maderas más valiosas a costa del resto de la selva, o son una forma de financiación de distintas facciones enfrentadas en numerosas e interminables guerras fraticidas. Es imposible no pensar que el libro tiene mucho de autobiográfico: por la formación del autor, es ingeniero técnico forestal; y por su trabajo desarrollado en WWF como responsable de bosques y posteriormente como máximo responsable del sistema de certificación FSC, con continuos viajes a la zona para promocionar la certificación forestal como garantía de gestión sostenible o con periodistas ambientales, con la intención de mostrarles los beneficios de esa certificación. El libro, el viaje, es una sucesión de preguntas y respuestas, de argumentos y de pruebas que intentan arrancar los prejuicios de un periodista ambiental frente a la gestión forestal, frente a lo que sucede en los bosques africanos y frente a las relaciones humanas y sociales que son causa y consecuencia de la gestión forestal, o la falta de ella. Dos hombres, como metáfora de dos sociedades, de procedencias y culturas muy diferentes, unidos por el interés común de informar sobre los bosques africanos, hacen juntos un camino de aprendizaje vital que abrirá la mente y el corazón a uno de ellos.

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AGENDA / LIBROS

EL CARBONO, LOS ECOSISTEMAS FORESTALES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO: UN TRIÁNGULO DE RELACIONES MUTUAS Jose Alberto Pardos Sociedad Española de Ciencias Forestales, 2017, 455 págs.

El incremento de la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero como consecuencia de las emisiones de origen antrópico está dando lugar a cambios en el clima, en especial un incremento de la temperatura media de la tierra y una alteración en el régimen de precipitaciones. Estos cambios afectan a la estabilidad de los ecosistemas forestales, en los que comienzan a percibirse alteraciones que afectan a la flora y la fauna. Esta obra revisa la copiosa literatura científica sobre este tema publicada entre 2009 y 2014. Se evidencia la influencia del incremento en la concentración de CO2 atmosférico en el comportamiento de los árboles y en el efecto sumidero/fuente del binomio suelo–vegetación, relacionado con factores geográficos y edáficos y con variaciones en las temperaturas y precipitaciones, muy perceptibles en la cuenca mediterránea. Asimismo, se analizan las estrategias de las especies y el potencial de determinadas medidas selvícolas para paliar los efectos perjudiciales del cambio climático y la potencialidad de mitigación del cambio climático gracias al secuestro del carbono atmosférico en las masas forestales.

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LA RESTAURACIÓN FORESTAL EN ESPAÑA: 75 AÑOS DE UNA ILUSIÓN Editores: Jesús Pemán García, Iñaki Iriarte Goñi, Francisco José Lario Leza Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, 2017, 418 págs.

Este libro recoge gran parte de las ponencias presentadas en una reunión conjunta de los grupos de trabajo de Repoblaciones Forestales y de Historia Forestal de la Sociedad Española de Ciencias Forestales celebrada en la Universidad de Lleida en septiembre de 2015, con motivo del 75 aniversario de las repoblaciones realizadas al amparo del Plan Nacional de Repoblación Forestal de 1939. En los 15 capítulos en los que se estructura la obra se hace un encuadre histórico de los antecedentes del Plan, de sus condicionantes, de sus principales protagonistas y de su desarrollo a lo largo del periodo comprendido entre 1939 y 1984. Asimismo, se analizan los impactos que tuvo este Plan en la sociedad rural y las consecuencias que plantea para la gestión forestal actual. Pero esta obra, como indican los editores, también quiere ser un homenaje a todas aquellas personas que contribuyeron a hacer realidad un sueño, larvado casi desde la creación del Cuerpo de Ingenieros de Montes, y que se empezó hacer realidad a partir de 1940: la restauración forestal de España.

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