Foresta Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. N.o 74
a Entrevist
Josefina Gómez Mendoza
Conceptos de rentabilidades privadas: dehesas de Andalucía y Extremadura Gestión selvícola en el límite del inicio de la competencia de Pinus radiata D. Don Paisajes sonoros en parques urbanos. Aplicación en el parque del Retiro Los pozos para la nieve y el hielo en el territorio peninsular
d Actualida
Geógrafa investigadora, excatedrática de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, exmiembro del Consejo de Estado
Culebra de escalera Los olmos ibéricos #ElMontecambia: ver los montes desde el aire La absorción de CO2 en tierras forestales Los prevención de incendios forestales Un millón de especies en peligro El sector forestal y el medio natural en Francia Alternativas tecnológicas sin emisiones para transporte en espacios naturales
La organización y funciones de los agentes medioambientales
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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SUMARIO N.º 74 APUNTES
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Culebra de escalera. Enrique García Gómez
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Los olmos ibéricos. Salustiano Iglesias Sauce, David León Carbonero
#ElMontecambia. Rafael Serrada Hierro, Valentín Gómez Sanz,
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Celso Coco Megía, Jesús Laría Llorente
La absorción de CO2 en tierras forestales.
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Álvaro Enríquez de Salamanca
Un millón de especies en peligro de extinción.
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Ismael Muñoz
Los prevención de incendios forestales.
14
Jorge Rodríguez López
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El sector forestal y la protección del medio natural en Francia. Delphine Grivet, Salustiano Iglesias Sauce
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Alternativas tecnológicas sin emisiones para la movilidad en espacios naturales protegidos. Lourdes Vicente Valero, Pedro Alcoba Gómez, Esteban Jordán González
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Francia
COLABORACIONES TÉCNICAS
Conceptos de rentabilidades privadas: estudio aplicado en dehesas de Andalucía y Extremadura.
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Pablo Campos Palacín
Resultados de una gestión selvícola en el límite del inicio de la competencia en masasregulares de Pinus radiata D. Don en Balmaseda, País Vasco.
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ENTREVISTA
Josefina Gómez Mendoza. Geógrafa investigadora, excatedrática de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, exmiembro del Consejo de Estado
Mikel Otaola Urrutxi
Caracterización de paisajes sonoros en parques urbanos. Aplicación en el parque del retiro (Madrid)
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Álvaro Calleja Huerta, Luis Díaz Balteiro, Carlos Iglesias Merchán, Mario Soliño Millán
El antiguo comercio del frío. Los pozos para la nieve y el hielo en territorio peninsular
70
Pedro Antonio Ayuso Vivar, Albert Painaud Guillaume
LITERATURA Y MEDIO NATURAL
Las bellotas y la edad de oro.
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Enrique García Gómez, Juan Pereira Sieso
PINCELADAS DE VIDA
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD
La organización y funciones de los agentes medioambientales Ruth Sánchez Pinar Pedro Sánchez López Juan Manuel Antón Juan Carlos Santana Rodríguez José Joaquín Aniceto del Castillo Manel Vidal
Pablo Pereira. Pintor de detalles, transmisor de emociones. Ismael Muñoz Linares
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AGENDA 90
Noticias forestales
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Recursos electrónicos y Libros “Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”
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EDITORIAL
Agentes medioambientales: una intensa metamorfosis
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ción, algo también inherente al proceso de desaparición de una estructura jerárquica. Se debe destacar que el nivel de formación de los agentes medioambientales se ha incrementado mucho en estas décadas, y que, en la actualidad, un importante número de ellos son titulados universitarios, muchos de ellos, ingenieros forestales. Por tanto, cuando hablamos de “agentes” e “ingenieros”, lo hacemos como cuerpos de las administraciones públicas, ya que en muchos casos tanto unos como otros compartimos la misma titulación.
El papel de los agentes ha cambiado mucho, y una clara muestra es su nombre; ya no “guardan” los montes, sino que tienen un amplio abanico de atribuciones apoyando a diferentes unidades administrativas, no solo forestales. También el papel de los ingenieros forestales ha mutado, y de gestionar aspectos considerados tradicionalmente forestales han pasado a gestionar el medio natural en sentido amplio.
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a historia de los agentes y de los ingenieros forestales está profundamente entrelazada, y como toda relación larga e intensa, plagada de momentos de comprensión y colaboración, pero también de incomprensión y distanciamiento. En las últimas cuatro décadas se ha evolucionado desde una estructura fuertemente jerárquica entre los antiguos cuerpos de guardería e ingenieros a una organización administrativa donde esas jerarquías se han difuminado o desaparecido por completo allí donde los cuerpos de agentes y de ingenieros han pasado a tener diferente adscripción. El papel de los agentes ha cambiado mucho en ese periodo, y una clara muestra es su nombre; ya no “guardan” los montes, sino que tienen un amplio abanico de atribuciones apoyando a diferentes unidades administrativas, no solo forestales. También el papel de los ingenieros forestales ha mutado, y de gestionar aspectos considerados tradicionalmente forestales han pasado a gestionar el medio natural en sentido amplio. Esa evolución de los cuerpos de agentes e ingenieros ha llevado a una nueva situación laboral, pasando a ser compañeros de trabajo y no subalternos, aunque cada uno con sus atribuciones. Conviene tener claro cuáles son esas atribuciones y cuáles son, por tanto, las responsabilidades de unos y otros para poder exigírselas. Estos cambios han llevado en muchos casos a un distanciamiento entre estos cuerpos de la administración, y a una menor colaboración en el trabajo diario, o al menos en una mayor dificultad para lograr esa colabora-
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EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR Álvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental, SL Universidad Complutense de Madrid SUBDIRECTOR Andrés Arregui Noguer Ingeniero Técnico Forestal Ministerio para la Transición Ecológica DIRECTOR TÉCNICO Ismael Muñoz Linares Licenciado en Ciencias de la Información Altermedia Comunicacion, SL @ismaelnatura CONSEJO DE REDACCIÓN Francisco Javier Cantero Desmartines Ingeniero Técnico Forestal Dirección General de Medio Ambiente. Comunidad de Madrid Llanos Gabaldón Lozano Ingeniera Técnica Forestal e Ingeniera de Montes Dirección General de Política Forestal y Espacios Naturales. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
que cualquier organización, sea la que sea, puede tener. En estos artículos los autores hablan de distintos modelos organizativos que, como no puede ser de otra manera, tienen defensores y detractores. No apostamos por un modelo determinado u otro, simplemente exponemos los principales, y lo hacemos desde la perspectiva de los propios agentes, conscientes de que el lector será capaz de diferenciar entre la información objetiva y las lógicas opiniones de los autores de los mismos. Dejamos para una próxima ocasión exponer cómo es la organización y funciones de los ingenieros forestales en la administración pública y cómo esta condiciona su trabajo. Pero por encima de todo, sirva esta sección dedicada a los agentes medioambientales como un puente para mejorar el conocimiento sobre este colectivo, y como un ladrillo para construir un futuro de colaboración más intensa y fluida entre todos los colectivos dedicados a la gestión y conservación del medio natural.
Enrique García Gómez Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Medio Ambiente Diputación de Toledo José González Granados Ingeniero Técnico Forestal Parque Regional del Sureste. Comunidad de Madrid / Ayuntamiento de Aranjuez Salustiano Iglesias Sauce Ingeniero Técnico Forestal Sociedad Española de Ciencias Forestales David León Carbonero. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación María José Manzano Serrano Ingeniera Técnica Forestal ESMA Estudios Medioambientales, SL @esmasl_es, @mariaj_manzano Jorge Rodríguez López. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación @Jorgenemoralis
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Junta de Andalucía
Sería poco objetivo por nuestra parte no decir que en la actualidad las relaciones de los agentes medioambientales y los ingenieros forestales que trabajan en las administraciones públicas con frecuencia no son fáciles. Problemas organizativos, competenciales o falta de entendimiento llevan en ocasiones a situaciones, si no de enfrentamiento, sí de escasa colaboración. Agentes e ingenieros, cada uno con sus atribuciones y particularidades, comparten una enorme porción de su ámbito laboral en el medio natural. Y precisamente por ello están obligados a entenderse y a colaborar, por el bien del medioambiente y de todos los ciudadanos. No es un deseo, es una necesidad. Un paso esencial para colaborar es conocerse y respetarse. Por eso, en este número de la revista hemos querido invitar a diferentes representantes de los agentes medioambientales, tanto de la Administración General del Estado como de diferentes comunidades autónomas, a contar quiénes son y qué hacen, su origen y evolución, su organización y sus atribuciones, con los problemas o limitaciones
AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Pedro Alcoba, José J. Aniceto, Juan M. Antón, Pedro A. Ayuso, Álvaro Calleja, Pablo Campos, Celso Coco, Luis Díaz, Álvaro Enríquez de Salamanca, Enrique García, Valentín Gómez, Delphine Grivet, Carlos Iglesias, Salustiano Iglesias, Esteban Jordán, Jesús Laría, David León, Ismael Muñoz, Mikel Otaola, Albert Painaud, Juan Pereira, Jorge Rodríguez, Pedro Sánchez, Ruth Sánchez, Juan C. Santana, Rafael Serrada, Mario Soliño, Lourdes Vicente y Manel Vidal. DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Alberto Hurtado Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.
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Culebra de escalera (Zamenis scalaris) Texto: Enrique García Gómez Fotografía: Foto Ardeidas
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De ámbito mediterráneo Su presencia en la península ibérica corresponde con la región mediterránea, ya que es un ofidio de carácter termófilo, típico de ambientes secos y soleados: encinares, bosques aclarados, cultivos agrícolas de secano, sotos de ríos… En las montañas de la mitad norte peninsular, en la cornisa cantábrica y en las zonas más frías de la meseta castellana apenas aparece. Preferencia por los micromamíferos Aunque es de hábitos tanto diurnos como nocturnos, la captura de sus presas la suele realizar al atardecer y a primeras horas de la noche. La práctica totalidad de su dieta se basa en pequeños mamíferos, aunque esporádicamente capture otros reptiles y aves, muchas de estas últimas en sus nidos, debido a su buena capacidad trepadora por troncos, ramas o rocas. Al ritmo de las temperaturas Con la bajada de la temperatura otoñal inicia su periodo de aletargamiento invernal, que, según zonas, puede durar entre cuatro y cinco meses. La época de apareamiento suele coincidir con la primera mitad de la primavera, la puesta de los huevos al principio de verano y la eclosión de las culebrillas al principio de otoño. En la mitad sur peninsular, y especialmente en los lugares más cálidos, se pueden encontrar ejemplares activos a lo largo de todo el invierno. Trampas mortales Muchos ejemplares mueren atropellados en las carreteras españolas. De hecho, se considera como una de las mayores amenazas para la especie, quizá la más afectada de todos los reptiles por esta causa. Dibujos geométricos Alcanzan con facilidad el metro y medio de longitud. El color de su dorso suele ser pardo amarillento, sobre el que destacan dos líneas oscuras longitudinales y paralelas que nacen cerca de la cabeza y llegan hasta el final de la cola. En los ejemplares juveniles estas bandas negruzcas están unidas transversalmente por otras, a modo de peldaños de escalera (de ahí el nombre común). Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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Los olmos ibéricos APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA
Salustiano Iglesias Sauce David León Carbonero
Olmos y literatura “[…] porque pensar que el duque mi señor me ha de hacer justicia es pedir peras al olmo […]” (Miguel de Cervantes. 1615. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Capítulo LII). “Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido […]” (Antonio Machado. 1912. A un olmo seco).
“Son los alamos negros de dos maneras, unos que suben altos y derechos [Populus nigra], y otros que se estienden en ramas [Ulmus minor], quales los suele aver en plaças de Iglesias, y otros lugares, mayormente en las aldeas, y aun alli se juntan los labradores a mentir los días de fiestas. […] por ser assi espessos se hacen muy buenas cerraduras para huertas, que se hacen casi como cambroneras, y son muy lindos, y por ellos arriba pueden armar vides. La hoja de los alamos negros, es muy mejor para los ganados, que la de los blancos, y mas sabrosa, y dà mas hoja […]” (Gabriel Alonso de Herrera. 1513. Agricultura general). Olmo en la Puerta de San Vicente. Ávila 1942
Especies autóctonas Ulmus minor Mill. (olmo común, álamo negro, negrillo, om, ulmeiro, llameda, zuhar, zugar, zumar). Ulmus glabra Huds. (olmo de montaña, om, zumar). Ulmus laevis Pall.* (olmo temblón, olmo blanco, olmo ciliado, olmo pedunculado, negrillo). Especie introducida: Ulmus pumila L. (olmo siberiano).
J.L. García Viñas
* Tradicionalmente se ha considerado a esta especie como introducida y naturalizada en España. Sin embargo, recientes estudios genéticos han demostrado que las poblaciones españolas tienen un origen natural (Fuentes Utrilla P, Venturas M, Hollingsworth PM et al. 2014. Extending glacial refugia for a European tree: genetic markers show that Iberian populations of white elm are native relicts and not introductions. Heredity 112: 105–113).
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Usos de los olmos: “El árbol de la leche y el vino” El forraje obtenido de sus hojas secadas al sol era básico para la alimentación de los ganados durante el invierno. Su madera era muy apreciada en construcción y ebanistería, y un material clave en el mundo rural (yugos, arados, carros, horcas, garrotes, mangos) y a nivel industrial (barcos, melenas de campanas y cureñas de cañones).
Olmos y vides Por su facilidad de crecimiento y por su porte derecho, el olmo era el árbol favorito de los romanos para armar las vides, pues en aquella época eran altas y no rastreras como en la actualidad. De ahí procede el refrán castellano “no le pidas peras al olmo” para expresar algo imposible, que se podría completar con la frase “pídele uvas”.
Olmos y plazas Por su fresca sombra y su capacidad de soportar los suelos compactos, los olmos han sido plantados en caminos, paseos, parques, fuentes, ermitas y, sobre todo, en plazas de pueblos. En muchos casos, por su belleza y simbolismo, se convirtieron en el emblema de la localidad.
La grafiosis (Ophiostoma ulmi y O. novo-ulmi) La enfermedad de la grafiosis ha provocado la muerte de más de mil millones de olmos en todo el mundo. Aunque los causantes son hongos del género Ophiostoma, la grafiosis es un complejo formado por cuatro componentes: el olmo, el hongo, el insecto vector y el hombre. Un árbol sano, al ser utilizado por un insecto (Scolytus spp.) portador de esporas para alimentarse o para realizar su puesta, enferma por el bloqueo del sistema vascular que produce el hongo al extenderse por los vasos conductores de savia, provocando su muerte en pocos días. El comercio de madera afectada, ha hecho que la enfermedad se propague por todos los continentes donde hay olmos.
El Programa español de conservación y mejora de los recursos genéticos de los olmos ibéricos En 1986, cuando se vio la gravedad de la pandemia de la grafiosis en España, el Ministerio de Agricultura y la Universidad Politécnica de Madrid iniciaron un programa de colaboración para la conservación genética de los olmos, con el objetivo de buscar ejemplares genéticamente resistentes a la enfermedad. Este programa de mejora se basa en la prospección en campo de olmos sanos, ensayos de resistencia en parcelas controladas, selección de candidatos prometedores, cruzamientos controlados y nuevas selecciones en ciclos reiterativos. De esta manera actualmente se cuenta con varios clones de la especie Ulmus minor de origen ibérico incluidos en el Registro Nacional de Materiales de Base, que han demostrado buenos niveles de resistencia a la grafiosis y ya ha comenzado su distribución para recuperar la presencia de esta especie en su hábitat natural y en el paisaje rural.
Para más información: www.olmosvivos.es Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio
Retos para la gestión de resultados Incrementar el número de olmos tolerantes a la grafiosis y su variabilidad genética. Mejorar el conocimiento de las bases genéticas que influyen en la tolerancia de los olmos y la virulencia del patógeno para optimizar los métodos de selección. Evaluar la adaptación al cambio global de los olmos tolerantes en diferentes ambientes.
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APUNTES / #ELMONTECAMBIA
Ver los montes desde el aire ayuda a entenderlos Rafael Serrada Hierro1, Valentín Gómez Sanz2, Celso Coco Megía3 Jesús Laría Llorente4 1 Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF). @RafaelSerrada1 2 ECOGESFOR 3 Centro Integrado de Formación Profesional Almázcara. @eforestal 4 Jefe de Servicio de Gestión Forestal, Gobierno de La Rioja
En esta entrega de El monte cambia queremos poner de manifiesto la evolución de un monte de la zona de Ezcaray (La Rioja) basándonos en las fotografías aéreas tomadas entre 1956 y 2017. Esta comparación de imágenes es una muestra de cómo han cambiado las zonas rurales en España. Se puede comprobar que las superficies de cultivo agrícola que en 1956 se extendían incluso por zonas de gran pendiente y altitud, ahora son forestales. En las zonas altas se han realizado repoblaciones forestales protectoras donde antes no había vegetación arbórea. En la zona de altitud media se aprecia el mantenimiento y densificación de las masas forestales de origen natural. Dentro del monte Demanda y Agregados, número 66 en el CUP de La Rioja, con 12.300 ha de superficie pública y propiedad del ayuntamiento de Ezcaray, se sitúa la cuenca alta del arroyo de las Cenáticas. Este cauce discurre por materiales litológicos metamórficos duros de naturaleza silícea (pizarras verdes del Cretáceo medio y metareniscas y pizarras del Cretáceo superior; IGME, 1978), modelando un típico valle en “V”. En este artículo analizamos dos conjuntos de rodales existentes en esta cuenca: los de solana, unas 350 ha con orientación sur, pendientes entre el 25 y 40 % e intervalo altitudinal entre 1.900 y 1.400 m; y los de umbría, unas 450 ha con orientación norte, pendientes entre el 40 y 70 % y altitud entre 1.600 y 1.200 m. El clima del valle es mesotérmico y húmedo (Thornthwaite, 1948), con ausencia de período de aridez según de criterio de Gaussen. No obstante, la
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ladera en umbría recibe algo más de precipitación y menos pérdidas por evapotranspiración (menor eficacia térmica del clima) que la de exposición en solana, dotándola de un carácter perhúmedo (Thornthwaite, 1948). Desde un punto de vista fitoclimático se enclava en el tipo nemoral genuino (subtipo VI) según la clasificación de Allué (1990). Los suelos naturales están moderadamente desarrollados, con una reducida presencia de bases en el complejo absorbente y reacción ácida (carácter dístrico). Las buenas condiciones para la humificación llevan a un apreciable contenido en materia orgánica en el horizonte superficial (úmbrico de acuerdo con IUSS Working Group WRB, 2015). En las zonas más próximas a las cumbres los suelos dominantes son Leptosoles, con una elevada presencia de elementos gruesos, mientras que en la parte media, son Umbrisoles, con un mayor desarrollo edáfico que se manifiesta por la presencia de un horizonte intermedio de alteración (cámbico), si bien frecuentemente limitados en profundidad por roca dura a menos de 1 m (calificador léptico). Finalmente, en las partes más bajas de las vertientes, las translocaciones (sobre todo, argiluviación) son más efectivas, con lo que la presencia de elementos finos es notable (desarrollo de un horizonte árgico), confiriendo al Umbrisol un carácter lúvico. En la ortofoto de 1956 se observa que la solana está completamente deforestada, e incluso se reconocen parcelas cultivadas en línea de máxima pendiente, probablemente para obtener centeno. En la umbría se observa arbolado disperso o adehesado (hayas, algunas trasmochadas), sometido a una gran presión ganadera. La solana fue repoblada entre 1965 y 1970, realizándose la preparación del suelo mediante un acaballonado con tracción animal y a continuación una plantación con una densidad del orden de 2.500 pies/ ha de pino negro (Pinus uncinata) en cotas superiores, pino silvestre (Pinus sylvestris) en cotas inferiores y una mezcla de ambas especies en cotas intermedias. En la ortofoto de 2017 se observa la solana poblada por una masa protectora de unos 50 años de estas especies con espesura completa, que en la actualidad está sometida a claras. Las zonas de pino silvestre que se observan con menor espesura sufrieron derribos por viento y nieve en 2013, y en ellas se han realizado repoblaciones de enriquecimiento con haya (Fagus sylvatica) y roble albar (Quercus petraea). El estado de las masas de pinar, según un inventario de 2007, se resume en la Tabla 1. Arriba: acaballonado con tracción de bueyes para repoblación forestal en Ezcaray Centro: panorámica de las repoblaciones en 2013 Abajo: claras tras derribos por viento y nieve en pinar repoblado en 2013 Fuente: Dirección General de Medio Natural, Gobierno de La Rioja.
Tabla 1. Inventario de las masas forestales (2007) Especie
Número de pies
Área basimétrica
Diámetro medio
m2/ha
13 a 22 cm
Pinus unicnata
700 a 2.100 pies/ha
14 a 47
Pinus sylvestris
700 a 1.600 pies/ha
35 a 66 m2/ha
20 a 26 cm
Fagus sylvatica. Masas irregulares
1.500 pies/ha
30
m2/ha
13 cm
Fagus sylvatica. Masas regulares
1.100 pies/ha
35 m2/ha
22 cm
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Las masas artificiales de pinar han logrado una protección hidrológica, tienen una elevada fijación de carbono, acogen una variada fauna, ayudan a la evolución de la vegetación, producen madera, energía y setas y pueden proporcionar empleo si se aborda su tratamiento con continuidad. Los hayedos de la umbría (visibles en la ortofoto de 2017 con espesura completa) favorecieron la catalogación de este monte como “de utilidad pública” en el siglo XIX. Desde entonces han sido regulados en su uso y aprovechamiento. El resultado de esta gestión, junto con la disminución de la presión ganadera, son unas masas estables con rodales de gran interés selvícola y cuyos datos inventariales se recogen la Tabla 1. En las masas irregulares los datos sugieren una continua regeneración natural por brinzales mientras que en las regulares apuntan a fustales sobre cepa tras cesar los recepes para obtención de leñas. La catalogación del monte como “de utilidad pública” y la repoblación forestal han sido determinantes para el aumento de la espesura de las masas forestales y la mejora de sus servicios ecosistémicos. En 1956 eran muy patentes los cultivos agrícolas sobre bancales en zonas con pendientes del orden del 30 %, en cotas inferiores, fuera del monte y cercanos a poblaciones. En 2017 estas zonas están cubiertas de matorral, a pesar de haber sufrido incendios, posiblemente por causa de supuestas mejoras de pastos en 1995 y 2009. Hemos titulado este artículo Ver los montes desde el aire ayuda a entenderlos, aunque nunca se puede prescindir del trabajo de campo. Sin embargo, el trabajo a pie de monte se ve en la actualidad muy beneficiado por las imágenes LiDAR. Esperemos que en el futuro los montes de esta comarca, con una vocación turística importante, reciban una atención presupuestaria acorde con su contribución al desarrollo rural que permita mejorar y estabilizar las masas forestales. Conocimiento y experiencia no faltan. Se lo debemos a las generaciones futuras.
REFERENCIAS Se puede ampliar la información de este artículo en la dirección https://e.forestry.es/MONTE-CAMBIA, donde se incluyen ortofotos comparativas de detalle desde 1946 a 2017. Allué JL. 1990. Atlas fitoclimático de España. INIA-MAPA, Madrid. IGME. 1978. Hoja 240 Ezcaray. Mapa Geológico de España. Escala 1/50.000. Serie MAGNA. http://info.igme.es/ cartografiadigital/datos/magna50/pdfs/d4_G50/ Magna50_460.pdf (15.03.2019). IUSS Working Group WRB. 2015. Base de referencia mundial del recurso suelo. Informe sobre recursos mundiales de suelos 106. FAO, Roma. Thornthwaite CW. 1948. An approach toward a rational classification of climate. Geogr. Rev. 38: 55–94.
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Arriba: Hayedos de estructura irregular, que sugiere una continua regeneración natural por brinzales. Abajo: Hayedos cuya estructura sugiere que sean fustales sobre cepa tras cesar los recepes para obtención de leñas. Fuente: Dirección General de Medio Natural, Gobierno de La Rioja, 2019
Ortofotos de 1956 y 2017. Fuente: IGN
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APUNTES / CAMBIO CLIMÁTICO Y SECTOR FORESTAL: EFECTOS, MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN
La absorción de CO2 en tierras forestales Los inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se realizan de acuerdo con la Convención Marco de Naciones sobre Cambio Climático se estructuran en grandes sectores, de forma normalizada, para permitir la obtención de resultados globales y su comparación. Todos los sectores incluidos (energía, procesos industriales, agricultura, residuos) son contribuidores netos a las emisiones de GEI salvo las actividades de uso de la tierra, cambios de uso del suelo y selvicultura, conocidas por sus siglas en inglés, LULUCF (Land Use, Land Use Change and Forestry). El sector LULUCF es el único considerado un sumidero neto, debido a que su balance entre el almacenamiento y la emisión de carbono es positivo. El sector LULUCF comprende diversos epígrafes: tierras forestales, tierras de cultivo, pastizales, humedales, asentamientos, otras tierras, productos de madera recolectada y otros. En el año 2017 el sector LULUCF en su conjunto generó en España una absorción neta de GEI (descontadas las emisiones) de 38.328 kt CO2 eq, de las cuales 34.231 kt CO2 eq, un 89 %, correspondieron a las tierras forestales (MITECO, 2019). En consecuencia, la absorción de carbono de las tierras forestales supuso ese año el 10 % de las emisiones brutas anuales del país, 340.231 kt CO2 eq.
Álvaro Enríquez de Salamanca Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales, DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental / Univ. Complutense de Madrid
A partir del año 2000 se observa en Europa una moderada reducción de las absorciones del sector LULUCF, debida a la transformación de tierras, en especial a la deforestación, la transformación de suelos orgánicos en cultivos y la urbanización (EEA, 2018). En España esa reducción es apreciable solo desde 2014 (Fig. 1), aunque parece deberse a la crisis económica, que paralizó actuaciones como la urbanización. La creciente demanda de madera para usos materiales y energéticos hace previsible una reducción en el secuestro de carbono del sector LULUCF en la próxima década (EEA, 2018) al aumentar las extracciones. El sector LULUCF mitiga el cambio climático gracias a la absorción y almacenamiento de CO2. Estos procesos se pueden acelerar mediante una adecuada gestión o mediante la creación de nuevas zonas forestales. Si se gestionan bien las actividades LULUCF se pueden convertir en un mecanismo de compensación e incluso en un mercado de carbono (Enríquez de Salamanca et al., 2017) que podría aportar mayores ingresos que actividades alternativas como el pastoreo (Funk et al., 2014), y que bien enfocado puede ligar el secuestro de carbono con el suministro de productos sostenibles generando ingresos adicionales que favorezcan el desarrollo rural (Canadell y Raupach, 2008).
FUENTES CONSULTADAS Canadell JG, Raupach MR. 2008. Managing forests for climate change mitigation. Science 320(5882): 1456–1457. EEA. 2018. Trends and projections in Europe 2018. Tracking progress towards Europe's climate and energy targets. EEA Report No 16/2018. European Environment Agency. https://www. eea.europa.eu//publications/trendsand-projections-in-europe-2018-climate-and-energy (28.5.2019). Enríquez de Salamanca Á, Martín-Aranda RM, Díaz-Sierra R. 2017. Towards an integrated environmental compensation scheme in Spain: Linking biodiversity and carbon offsets. J. Environ. Assess. Pol. Manage. 19(1): 1750006. Funk JM, Field CB, Kerr S et al. 2014. Modeling the impact of carbon farming on land use in a New Zealand landscape. Environ. Sci. Policy 37: 1–10. MITECO. 2019. Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Ministerio para la Transición Ecológica. https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/ sistema-espanol-de-inventario-sei-/ Inventario-GEI.aspx (5.5.2019).
Fig. 1. Absorción de CO2-eq de las tierras forestales entre 1990 y 2017 en kt de CO2-eq (Datos de MITECO, 2019) Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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REDES / FORESTALES
Internacional
Medios de comunicación
Tejiendo redes Ismael Muñoz. @Ismaelnatura Os proponemos nuevas cuentas de Twitter a las que seguir para estar informado sobre cuestiones internacionales, nacionales, de empresa, profesionales, periodísticas o formativas universitarias.
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Un millón de especies en peligro de extinción ESPECIES 8 millones es el número total de especies animales y vegetales que se estima viven en la Tierra (incluyendo 5,5 millones de especies de insectos). 680 especies de vertebrados han sido llevadas a la extinción desde el siglo XV. El 33 % de las especies de pesca están sobrexplotadas y el 60 % de este aprovechamiento está a punto de ser insostenible. Los registros de especies exóticas han crecido en un 40 % desde 1980, por el aumento del comercio y la dinámica y las tendencias de la población humana. Un 70 % ha aumentado desde 1970 el número de especies exóticas invasoras en 21 países con registros detallados.
Ismael Muñoz. @Ismaelnatura
El informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES) patrocinado por varias agencias de la ONU dibuja un panorama desalentador: Más de un tercio de todos los mamíferos marinos, el 40 % de las especies anfibios y el 33 % de los corales están amenazados por el impacto de los humanos sobre la naturaleza. Un 75 % de los ecosistemas terrestres y un 66 % de los marinos ya están “gravemente alterados”. Más de un 85 % de los humedales que existían en 1700 se han perdido. La población humana global ha aumentado de 3700 millones a 7600 millones de personas desde 1970, lo que supone un fuerte impacto en la naturaleza.
AGRICULTURA CAMBIO CLIMÁTICO Considera el informe que el cambio climático es un impulsor directo de la disminución de la biodiversidad. Ha afectado muy negativamente al 47 % de los mamíferos terrestres amenazados y al 23 % de las aves en peligro de extinción. La mitad de los arrecifes de coral se ha perdido desde 1870 debido al calentamiento de los océanos.
El 23 % de las áreas cultivadas han visto una reducción en su productividad debido a la degradación de la tierra. Más del 75 % de los tipos de cultivos alimentarios dependen de la polinización animal. Entre 235 y 577 mil millones de dólares es el valor anual de la producción mundial de cultivos en riesgo debido a la pérdida de polinizadores. De 1980 a 2000 se han perdido más de 100 millones de hectáreas de bosque tropical: en América Latina, por la ganadería, y en Asia Oriental, principalmente por el cultivo de aceite de palma.
CONTAMINACIÓN La contaminación es la causa y la consecuencia transversal de todos los impulsores de la pérdida de biodiversidad. La contaminación por plásticos se ha multiplicado por diez desde 1980. Más de 300 millones de toneladas de metales pesados, solventes, lodos tóxicos y otros desechos de instalaciones industriales se descargan anualmente a las aguas en todo el mundo. Los fertilizantes que llegan a los ecosistemas costeros han producido más de 400 "zonas muertas" en los océanos.
La producción de cultivos alimentarios ha crecido un 300 % desde 1970.
El 33 % de la superficie terrestre del mundo (y aproximadamente el 75 % de los recursos de agua dulce se dedican a la producción agrícola o ganadera.
FUENTE CONSULTADA IPBES. 2019. Global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science- Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. IPBES Secretariat, Bonn.
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APUNTES / INCENDIOS FORESTALES #IIFF
La prevención de incendios forestales
tintas actividades humanas procuran reducir el número de actos causantes de igniciones. de la vegetación tratan de dificultar la ignición y la propagación. Existe un tercer grupo de actuaciones como la vigilancia y detección, modificaciones lineales de la vegetación para apoyo de la extinción (áreas y fajas cortafuegos) e infraestructuras para medios de extinción (pistas, puntos de agua, bases de medios aéreos y terrestres…), que habitualmente se designan como prevención ya que se ejecutan antes de que tenga lugar un incendio (y por tanto no se pueden asimilar a la extinción). Sin embargo, la mayoría de estas actuaciones, muchas de las cuales suponen gran parte del esfuerzo dedicado a la prevención en nuestro país, apenas producen efectos positivos contra el fuego en ausencia de medios de extinción. Atendiendo a la anterior definición de prevención, escasamente reducen por sí mismas la probabilidad de ignición o dificultan la propagación, por lo que no deberían considerarse estrictamente medidas de prevención sino actuaciones de apoyo a la extinción. ACTUACIONES PREVENTIVAS Y SU ENCAJE EN LA DEFENSA CONTRA INCENDIOS FORESTALES En España, las administraciones públicas responsables adoptan un enfoque de defensa contra incendios forestales que comprende todas las actuaciones orientadas a evitar los incendios, teniendo como objetivo minimizar la superficie quemada. Con este planteamiento se aplican todos los esfuerzos
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necesarios, pero poniendo el mayor énfasis en la detención del fuego una vez iniciado, para frenar cuanto antes la propagación y reducir la superficie quemada. Tiene especial importancia el sistema de detección temprana y un primer ataque rápido y efectivo, especialmente eficaz en España ya que se consigue extinguir en menos de seis horas el 85 % de los fuegos, manteniendo estabilizado desde hace algunas décadas el porcentaje de siniestros que se quedan en conato (menos de 1 ha), alrededor del 66 % (MAPA, 2019a). Tradicionalmente las actuaciones de defensa que se realizan antes de la detección de los incendios son englobadas en la prevención, aunque como hemos visto no todas lo son estrictamente. El diagnóstico de las actuaciones necesarias y
Jorge Rodríguez López Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales
A la derecha, cómic editado por el Cabildo de Gran Canaria para sensibilizar y educar en la prevención de incendios
Tragsa
CONCEPTO DE PREVENCIÓN La prevención de incendios forestales es el conjunto de actividades que persiguen reducir la probabilidad de que se inicie un incendio y limitar sus efectos en caso de que se produzca (Vélez, 2009). Esta definición implica dos grandes grupos de actuaciones:
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su planificación puede recogerse en planes de defensa a escala local o comarcal, u otros instrumentos de planificación forestal o territorial. Dentro de este concepto amplio de prevención, tenemos las siguientes actuaciones: Sociales Sobre los combustibles De apoyo a la extinción Actuaciones sociales Podemos denominar actuaciones sociales a las que inciden sobre el origen humano de las igniciones, que son la gran mayoría en nuestro país (entre 2006 y 2015 el 28,07 % del total de siniestros se debieron a negligencias o accidentes y el 52,7 % fueron intencionados (MAPA, 2019a), modificando conductas susceptibles de generar incendios. Hay tres tipos de actuaciones sociales: persuasión, conciliación de intereses y persecución y sanción. Las primeras tratan de convencer para que no se utilice el fuego o no se realicen actividades potencialmente generadoras de fuego en épocas de riesgo. En el segundo grupo se cuentan las medidas que tratan de conciliar el uso del fuego y la consecución de los efectos que se pretenden con su uso con la evitación de incendios no deseados. Por último, el tercer grupo incluye medidas que persiguen y penalizan el uso del fuego o las actividades que pueden provocarlo cuando se realizan de forma ilegal.
La amplitud y variedad de acciones en este campo permitiría dedicarle varios artículos. Las campañas de concienciación en medios de comunicación, la educación ambiental, la regulación de usos en los montes, el desarrollo de disposiciones normativas, e incluso la investigación de causas, son algunas de las actuaciones más habituales. Mención especial merece la conciliación de intereses, ya que actúa sobre conflictos sociales que en ocasiones no son muy relevantes para el conjunto de la sociedad pero que existen, y que pueden tener gran importancia en algunas comarcas (especialmente del norte y noroeste peninsular), donde son una importante fuente de igniciones. Se trata de encauzar dentro de límites seguros y admisibles muchos usos tradicionales del fuego como herramienta de gestión (quemas ganaderas, agrícolas, etc.), asociados a actividades económicas. La variedad de actuaciones necesarias en este campo superan el ámbito de la profesión forestal y la capacidad de los departamentos de la administración encargados de la defensa contra incendios. La prevención en el campo social trasciende sectores y afecta a una compleja trama, en la que se cruzan costumbres, estructura de la población, actividades económicas, medios de comunicación, legislación u ordenación del territorio entre otros.
La prevención de incendios forestales es el conjunto de actividades que persiguen reducir la probabilidad de que se inicie un incendio y limitar sus efectos en caso de que se produzca (Vélez, 2009)
Actuaciones sobre los combustibles Dentro de este aspecto de la prevención se inclu-
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Actuaciones de apoyo a la extinción Una de las actuaciones selvícolas de prevención más habituales es la creación y mantenimiento de estructuras lineales facilitadoras de la extinción, las fajas y áreas cortafuegos, que por sí solas sólo pueden detener la propagación de incendios de intensidad baja o moderada. Estamos por tanto ante una selvicultura no estrictamente preventiva, sino más exactamente facilitadora de la extinción. La eficacia de estas infraestructuras lineales depende de su ubicación estratégica, siguiendo una planificación a escala de monte y comarcal que tenga en cuenta el riesgo, los valores a defender y los patrones de propagación previsibles. Otro aspecto que no debe despreciarse es la seguridad. Los equipos de extinción terrestres dependen de la red viaria que transcurre por los montes para acceder a la zona de incendio y para apoyarse en ella en las operaciones de combate contra el fuego. Cuando se desprecia la construcción de fajas auxiliares adyacentes a la red viaria por su escaso valor estratégico en las operaciones de extinción hay que recordar que las carreteras y pistas que atraviesan masas forestales sirven tanto para el acceso y retirada de los medios como para la evacuación y circulación de personal ajeno a la extinción, y por ello deberían ser, siempre que fuera posible, zonas seguras ante situaciones de riesgo imprevistas. También se suelen considerar actuaciones preventivas otras infraestructuras orientadas casi
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exclusivamente al apoyo a la extinción, como puntos de abastecimiento de agua para medios terrestres o aéreos, infraestructuras de vigilancia y comunicaciones y bases e instalaciones para medios aéreos o terrestres. LA PREVENCIÓN EN ESPAÑA Describir el modelo de prevención aplicado en España resulta difícil debido a la carencia de una estrategia nacional al respecto. El Plan Forestal Español de 2002 (MMA, 2002) propone una serie de acciones muy generales de prevención, cuya aplicación por parte de las comunidades autónomas es incierta (en la práctica hay 17 formas de afrontar el problema). Sin embargo, las diferencias en la mayor parte del territorio no son excesivas; cuando se analizan las actuaciones autonómicas hay bastantes coincidencias en los aspectos principales. El primer paso para describir el modelo preventivo español es definir la importancia cuantitativa de las actuaciones preventivas dentro del total de recursos dedicados al sector forestal. La falta de datos es otro obstáculo más, ya que no existe una fuente en la que se detallen los presupuestos dedicados a esta cuestión (aunque como información pública de carácter ambiental podría ser reclamada a las administraciones competentes al amparo de la normativa sobre acceso a la información en materia de medio ambiente y sobre transparencia y acceso a la información pública). Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA, 2019b) el conjunto de las administraciones españolas invierten
Describir el modelo de prevención aplicado en España resulta difícil debido a la carencia de una estrategia nacional al respecto. El Plan Forestal Español de 2002 (MMA, 2002) propone una serie de acciones muy generales de prevención, cuya aplicación por parte de las comunidades autónomas es incierta
Eural
yen las actuaciones más clásicas de la profesión forestal. A escala de monte la aplicación de la selvicultura, tratando de conseguir masas más resistentes a la propagación y más resilientes en caso de suceder el incendio, es un punto clave en nuestro ámbito mediterráneo. Las intervenciones selvícolas buscan una reducción de la carga y la continuidad por un lado, y por otro generar modelos de combustible que dificulten la propagación y faciliten la extinción, tanto manejando las estructuras como las especies. En un ámbito territorial superior algunas intervenciones persiguen la ordenación de combustibles a escala de paisaje, ya sea en un monte o grupo de montes y sus áreas más próximas, en una comarca e incluso en una zona mayor. En este caso se tratará de crear discontinuidades de combustibles que favorezcan las oportunidades de extinción, y eviten la evolución hacia grandes incendios. Este aspecto va necesariamente ligado a la ordenación de usos del territorio, teniendo presente el riesgo de incendio y sus posibles pautas de propagación en la distribución de los espacios forestales, agrícolas o residenciales. Especial interés tiene la actividad ganadera extensiva como herramienta eficaz para el manejo de combustibles. De nuevo nos encontramos en un ámbito que supera al de la técnica forestal, donde se precisa intervenir desde múltiples frentes.
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los tratamientos selvícolas, que además generan costes. Esta situación de abandono de los montes y del medio rural es la que ha generado el actual contexto, que favorece la propagación de los incendios. Se ha intervenido sobre lo urgente, haciendo hincapié en la extinción y en las actuaciones “preventivas” que la favorecen. Así, hemos alcanzado unos altos niveles de eficacia de los que podemos estar orgullosos, pero que puntualmente no son suficientes ante situaciones en las que se combinan unas condiciones meteorológicas adversas con grandes extensiones de territorio desatendido. Este modelo de prevención no es capaz de cambiar el contexto. No reduce la probabilidad de incendio ni limita sus efectos, sino que ayuda a apagarlos mejor. La situación corre el riesgo de perpetuarse en un círculo vicioso en el que los recursos están prisioneros. Con unos presupuestos públicos siempre insuficientes no es posible intervenir en modificaciones del paisaje, porque no es posible derivar fondos desde la extinción y las actuaciones que la favorecen. Pero no todo es negativo. Existe una oportunidad en las nuevas propuestas sobre bioeconomía, en la que los recursos forestales pueden tener un papel crucial en el suministro de materiales y energía. La reactivación de los aprovechamientos forestales y el impulso a la ganadería extensiva deberían ser dos motores del cambio del paisaje, que permita una liberación de recursos para una gestión forestal que vaya más allá de la contención apremiante del fuego. Todo un reto.
CONCUSIONES Adoptar medidas de prevención frente a los incendios forestales resulta imprescindible en la región mediterránea, más aún si se consideran las futuras previsiones climáticas. Esta es una tarea indiscutiblemente compleja, que requiere la intervención sobre distintos campos que exceden a la profesión forestal. Sin embargo, hay una parte fundamental que corresponde a los forestales, la gestión de los montes, con la aplicación de una selvicultura y un manejo de los usos y aprovechamientos puede condicionar la facilidad o dificultad de propagación del fuego. Esta es la clave de la prevención desde el punto de vista forestal, tratar de dosificar la cantidad y estructura de la biomasa combustible más propensa al fuego, a la vez que se mantienen las funciones y producciones de los montes. La crisis que desde hace décadas afecta al medio rural, y con ello a los montes, ha llevado a la pérdida de buena parte de los aprovechamientos tradicionales, que eran una herramienta preventiva. La extracción de leñas y la ganadería extensiva cumplían un papel que difícilmente puede ser reemplazado por Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
REFERENCIAS MAPA. 2019a. Estadística general de incendios forestales. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. https:// w w w. m a p a . g o b. e s / e s / desarrollo-rural/estadisticas/ Incendios_default.aspx MAPA. 2019b. Noticias. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación https://www. mapa.gob.es/es/prensa/ ultimas-noticias/el-secretariogeneral-de-agricultura-yalimentaci%C3%B3n-resaltala-profesionalidad-del-operativo-de-extinci%C3%B3nque-el-ministerio-pone-adisposici%C3%B3n-d/tcm:30510597 MMA. 2002. Plan Forestal Español. Ministerio de Medio Ambiente. https://www.mapa.gob.es/ es/desarrollo-rural/temas/ politica-forestal/pfe_tcm30155832.pdf Vélez R. 2009. La defensa contra incendios forestales. Fundamentos y experiencias. Mc Graw Hill, Madrid. WWF España. 2016. Dónde arden nuestros bosques. Análisis y soluciones de WWF. https:// www.wwf.es/nuestro_trabajo_/bosques/incendios_forestales/informe_incendios_forestales_2016/
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anualmente unos 600 millones de euros en extinción y otros 400 millones en el resto de la gestión forestal. Estas cifras ponen de manifiesto el peso de la extinción en España, al acaparar la mayor parte del presupuesto público dedicado al sector forestal, condicionando por tanto el conjunto de las actuaciones. El siguiente paso sería extraer del conjunto de actuaciones que no son de extinción aquellas propias de la prevención, diferenciando su naturaleza. De nuevo hay una carencia de datos en los que se detalle qué parte del presupuesto de gestión forestal se dedica a la prevención. La cofinanciación con fondos europeos de muchas actuaciones forestales ejecutadas por las administraciones estatal y autonómicas permite tener algunas pistas (WWF España, 2016). Puede estimarse que a escala nacional cerca de la mitad de los fondos dedicados a medidas forestales se emplean en prevención de incendios, si bien estos valores difieren en las comunidades autónomas. Un esbozo de trazo muy grueso del destino del gasto forestal en España podría ser del orden de un 60 % dedicado a extinción, algo menos del 20 % a prevención y algo más del 20 % al resto de actuaciones. Las intervenciones que las administraciones ejecutan bajo el epígrafe de prevención en las últimas décadas se centran fundamentalmente en tres grupos: selvicultura preventiva, estructuras lineales e infraestructuras de apoyo a la extinción. Esto significa que una parte importante del esfuerzo nominalmente destinado a la prevención se centra en actuaciones orientadas a incrementar la eficacia de la extinción, que no serían prevención propiamente dicha según se ha expuesto en este artículo.
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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA
Francia Landas, el mayor bosque plantado de Europa. Con 138 especies arbóreas, en el bosque francés de la metrópoli están presentes casi el 75 % de los árboles europeos. Los territorios de ultramar, a pesar de su escasa importancia superficial con respecto al área metropolitana, aportan una gran riqueza a los bosques franceses, con más de mil especies de árboles, muchas de ellas endémicas; un caso emblemático son las araucarias de Nueva Caledonia. EL SECTOR FORESTAL El bosque en la Francia metropolitana abarca 16,9 millones de hectáreas, que suponen el 31 %
Delphine Grivet1 Salustiano Iglesias2 1 Doctora en Biología Forestal por
la Universidad de Nancy, Francia 2 Ingeniero Técnico Forestal
Izquierda: bosque costero en las Landas. Centro: bosque de ultramar, Guyana francesa. Derecha: bosque de montaña
Hadrien Lalagüe
DATOS GENERALES La República Francesa es el país de mayor superficie de la Unión Europea (675.417 km²), y está con-formada por las trece regiones de la Francia metropolitana (territorio europeo de Francia) y las cinco regiones de ultramar (Guadalupe, Martinica, Guyana, La Reunión y Mayotte), así como varias colectividades territoriales localizadas en América, Oceanía, océano Índico y la Antártida. La mayor parte del territorio metropolitano de Francia corresponde al bioma del bosque templado de frondosas, aunque también están presentes los bosques templados de coníferas en los Alpes y los me-diterráneos en el sureste. Destacan también Las
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forestal, pero también por su accesibilidad.
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Los bosques costeros desempeñan un papel ecológico, económico y social. Además de producir madera también albergan un rico patrimonio biológico, y previenen riesgos naturales como la erosión. Las dunas sin bosques son inestables, y por ello se aplican técnicas que favorecen el desarrollo de vegetación para frenar su avance. Estos atractivos paisajes son también un factor de desarrollo turístico. Los bosques costeros tienen diferentes características, dependiendo de si se encuentran en el área mediterránea o atlántica.
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Bosques de llanura. La mayoría de las masas forestales de la Francia metropolitana son bosques de llanura, muy ricos en especies arbóreas, en su mayoría frondosas, y que también albergan una vasta y rica biodiversidad. Desde un punto de vista económico, los bosques de las tierras bajas son los más productivos de Francia. Esto se explica principalmente por la riqueza de su patrimonio
EL SECTOR FORESTAL EN CIFRAS El 31 % (16,9 millones de ha) del territorio metropolitano está cubierto de bosques. 3,2 millones de propietarios privados comparten 12,6 millones de ha (75 % de la superficie forestal). Más de 15.600 colectividades (grupos de personas con autonomía jurídica y patrimonial que solo tienen competencias administrativas) son propietarias de 2,9 millones de ha (16 % de la superficie forestal). El Estado posee 1,5 millones de ha de bosques (9 % de la superficie forestal). Una cuarta parte de los bosques franceses son públicos. 5,1 millones de hectáreas están certificadas por PEFC. Los bosques franceses secuestran cada año 45 millones de toneladas de CO2 (8 % del total de las emisiones nacionales). Los bosques albergan el 40 % de la superficie incluida en la Red Natura 2000. Los bosques reciben más de 500 millones de visitas cada año. El sector forestal representa el 3 % del PIB de Francia y emplea a 400.000 personas, una cifra superior a la de la industria del automóvil. En 150 años la superficie forestal se ha duplicado.
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del territorio, siendo el uso del suelo más importante después de la agricultura (que ocupa más de la mitad de la Francia metropolitana). Representa la tercera mayor reserva de madera de la Unión Europea, por detrás de Suecia y Alemania. Desde 1985 la superficie forestal ha aumentado a una tasa del 0,7 % anual, localizándose los mayores incrementos, en términos relativos, en la costa Mediterránea y en Bretaña. En áreas tradicionalmente forestales, como el nordeste y la región de Las Landas, la progresión es menor. Basándose en los factores que determinan la producción forestal, se han establecido 86 silvoecorregiones, que se agrupan en once grandes regiones ecológicas (GRECO). En la Francia metropolitana la tasa de forestación es del 31 %, si bien este valor medio enmascara fuertes diferencias departamentales: en nueve departamentos la tasa es inferior al 10 % (La Manche, La Vendée, Pas-de-Calais, Mayenne, Calvados, LoireAtlantique, Somme, Deux-Sèvres y Norte) y en cuatro es superior al 60 %. Considerando la silvoecorregiones, seis tienen una tasa de forestación superior al 70 % (Landas de Gascuña, montañas centrales de los Vosgos, Corbières, Alpes del sur, Les Cévennes y Pirineos Cátaros).
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Bosques de montaña. Los bosques de montaña desempeñan un doble papel de protección y producción, al tiempo que mantienen la calidad del paisaje y la biodiversidad. Se componen de especies con madera dura, como el roble o el haya, mezcladas con otras frondosas en cotas inferiores. En zonas de mayor altitud dominan las coníferas (pinos, alerces, abetos y píceas). Desempeñan un papel importante en la prevención de avalanchas, caídas de rocas, deslizamientos de tierra y protección del suelo. Estos ecosistemas desempeñan un papel central en la regulación de las aguas superficiales y subterráneas, con un impacto muy significativo en la calidad del agua; las zonas montañosas protegen las fuentes de los ríos más grandes de Europa. En estos bosques del área metropolitana se pueden diferenciar siete especies principales: Quercus robur, Fagus sylvatica y Castanea sativa para las frondosas; y Pinus pinaster, Pinus sylvestris, Picea abies y Abies alba para las coníferas. Las frondosas representan el 65 % de la superficie total arbolada.
EL BOSQUE PÚBLICO Los bosques públicos cubren 4,3 millones de ha y se dividen en dos tipos: bosques del Estado (1,5 millones de ha, el 9 % del área boscosa metropolitana) y bosques de municipios y comunidades (2,7 millones de ha, el 16 % de la superficie forestal). Cada bosque estatal está sujeto a un plan de gestión forestal, donde se definen los objetivos durante los siguientes 15 a 20 años para lograr un uso sostenible. LA GESTIÓN FORESTAL La gestión de los bosques públicos ha variado en algunos aspectos a lo largo del tiempo, pero desde Colbert y su ordenanza de 1669 Sobre el hecho de las aguas y los bosques se ha mantenido cierta continuidad, con algunas dificultades cuando las talas se reanudaron en las décadas posteriores a la división de la propiedad comunal, tras la Revolución Francesa. Los bosques públicos son gestionados de acuerdo con el Código Forestal por la Oficina Nacional de Bosques (ONF), actor clave además en la política forestal, tanto en la Francia metropolitana como en la de ultramar. En la actualidad, la ONF cuenta con recursos técnicos y financieros fijados por un contrato Estado-ONF que se renueva periódicamente. La ONF también cuenta con la certificación ISO 14001 y está comprometida con el proceso de certificación (PEFC).
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del PIB de Francia lo representa el sector forestal, que emplea a 400.000 personas
75 %
de la superficie forestal es privada. 12,6 millones de ha con 3,2 millones de propietarios Izquierda: bosque costero en la Landas. Centro: bosque de montaña. Derecha: bosque de ultramar, Guyana francesa
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Bosques de ultramar. Los bosques de los cinco departamentos y regiones de ultramar cubren 8,7 millones de hectáreas. Solo el bosque lluvioso de Guyana suma 7,5 millones de hectáreas, el 85 % de este departamento. La superficie forestal alcanza el 38 % en Guadalupe (64.400 ha), el 42 % en Martinica (46.500 ha) y el 40 % en La Reunión (1,1 millones de ha). Estas masas forestales se carac-terizan principalmente por su gran diversidad biológica. Por ejemplo, el bosque guyanés,
un tipo de bosque amazónico, tiene alrededor de 10.000 especies de plantas (entre ellas, 1.000 árboles), 1.200 especies de vertebrados y 400.000 de insectos (entre el 10 % y el 20 % de las especies inventariadas en el mundo).
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EL BOSQUE PRIVADO Los bosques privados cubren 12,6 millones de ha. Los propietarios pueden beneficiarse de la experiencia de los Centros Regionales de Propiedad Forestal (CRPF) para recibir asistencia en la gestión sostenible de sus bosques. La normativa estatal obliga a los propietarios forestales a disponer de un plan de manejo simple para parcelas forestales cuya superficie supere las 25 hectáreas. El territorio francés cuenta con 19 cooperativas forestales que reúnen a 120.000 propietarios de bosques con un total de dos millones de hectáreas de bosque gestionadas. Las cooperativas forestales se forman a iniciativa de los propietarios que desean aunar sus recursos. La agrupación también les per-mite un mejor acceso a los mercados, como los del papel, paneles, aserraderos o energético. Los propietarios privados están representados por la Fédération Forestiers Privés de France (Fransylva), que defiende sus intereses ante las autoridades públicas francesas y europeas. Fransylva reúne a 17 sindicatos regionales y 78 departamentales e interdepartamentales, con un total de 40.000 miembros y dos millones de hectáreas de bosque.
Colbert Árboles con elementos para la construcción naval
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EL BOSQUE, UN PATRIMONIO A VALORAR Muchas entidades y profesionales (federaciones, empresarios locales, viveros forestales y el Grupo de Interés Económico de semillas forestales mejoradas, GIE) trabajan para promover el patrimonio forestal francés, desde la semilla hasta la gestión forestal en su sentido más amplio. - La Federación Nacional de Comunidades Forestales (FNCOFOR) mejora, desarrolla y valoriza el área forestal de las 5.000 colectividades que
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representa para promover una gestión sostenible y multi-funcional. Su objetivo es destacar entre los funcionarios y cargos electos locales la importancia económica y social de su bosque. La Unión Nacional de Viveros Forestales (SNPF) interviene durante las operaciones de reforestación, tanto en el bosque como fuera de él. El GIE proporciona a los viveros forestales semillas producidas en sus huertos semilleros, que per-miten generar rodales de alta calidad. Promueve el uso de variedades forestales mejoradas y apo-ya el sistema de control y rastreabilidad desarrollado por las autoridades públicas francesas y eu-ropeas. El grupo de silvicultores de la Unión Nacional de Empresa de Paisajismo trabaja en el desarrollo de estándares.
establecido una Red Tecnológica Mixta denominada AFORCE44 en la que intervienen diferentes actores dedicados a la investigación, el desarrollo, la gestión, la educación y la capacitación sobre la adaptación al cambio climático (Fransylva, CNPF y Bosque Esfera). LA SALUD DE LOS BOSQUES En la Francia metropolitana alrededor del 2 % de los arboles presentan un deterioro notable de su copa. Las frondosas están claramente más afectadas que las coníferas: más del 85 % de los árboles que presentan una mortalidad en las ramas superior al 25 % son frondosas. Únicamente el castaño constituye más del 30 %
Parques Nacionales
Izquierda: bosque costero en las Landas. Centro: bosque de montaña, Mont Ventoux. Derecha: bosque de ultramar, Guyana francesa
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EL BOSQUE FRANCÉS Y LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO Globalmente se busca que los ecosistemas forestales evolucionen para que sean resilientes frente a acontecimientos imprevistos como sequías o inundaciones. Para lograrlo se apuesta por una estrategia de diversificación de las especies vegetales. También se ensayan las llamadas “islas del futuro”, con la idea de crear en el interior de los bosques más septentrionales pequeñas parcelas experimentales en las cuales se hace migrar a especies o ejemplares (se plantan) que proceden de regiones situadas más al sur. Una de las misiones de la ONF es prevenir el riesgo de incendios y combatirlos cuando se producen, así como hacer que el bosque público este mejor adaptado al clima y resista mejor los incendios. Se ha
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INVESTIGACIÓN La Estrategia Nacional de Investigación Francia Europa 2020 establece las orientaciones de investigación prioritarias del país para responder a diez desafíos sociales identificados de acuerdo con el programa de investigación e innovación Horizonte 2020, y define los programas de acción en cinco temas que requieren acciones coordinadas que van más allá de las orientaciones prioritarias de investiga-ción.
Agradecimientos A Ricardo Alía Miranda por su aportación en la elaboración del texto.
FUENTES CONSULTADAS Centre de Resources Natura 2000. http://www.natura2000.fr/ France Bois Forêt. https://franceboisforet.fr/la-foret/la-gestion-forestiere/ Institut National de la Statistique et des Études Économiques. https://www.insee.fr/fr/statistiques/2011033 Institut National de l'information Géographique et Forestière. http://www.ign.fr/ Ministère de l'Agriculture. https://agriculture.gouv.fr/la-gestion-durable-de-la-foret-publique-une-strategie-francaise; https://agriculture.gouv.fr/le-programme-national-de-la-foret-et-du-bois-2016-2026 Ministère de l'Action et des Comptes Publics. https://www.fonction-publique.gouv.fr/files/files/IMG/ France.pdf Office National des Forêts. http://www1.onf.fr/gestion_durable/++oid++9b1/@@display_advise.html
INRA-URFM
INDUSTRIAS FORESTALES El volumen anual de los aprovechamientos forestales alcanza los 42,3 millones de m³, lo que
representa la mitad de la producción biológica anual (89,3 millones de m³). El balance comercial del sector forestal presenta un déficit de alrededor de 6.600 millones de euros. Hay registradas 1.500 industrias de primera transformación forestal, que generan 50.000 empleos.
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PARQUES NACIONALES Y RED NATURA Hay declarados diez parques nacionales: Vanoise (1963), Port-Cros (1963), Pyrénées (1967), Cévennes (1970), Ecrins (1973), Mercantour (1979), Guadeloupe (1989), La Réunion (2007), Guyane (2007) y Calanques (2012). Esta red abarca espacios terrestres y marítimos variados, y supone, con sus 54.000 km², el 8 % del territorio francés. Los parques nacionales atraen cada año más de 8,5 millones de visitantes. La Red Natura 2000 se ha desarrollado con lentitud, a menudo debido a las controversias y a la mala acogida social que ha tenido al ser considerada una confiscación de tierras. A pesar de los importantes avances logrados, el Tribunal Europeo de Justicia ha sancionado a Francia en tres ocasiones por los retrasos en el establecimiento de la Red Natura 2000.
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de los ejemplares con decaimiento observados. Otras especies afectadas son el haya (1 %), roble pedunculado (3 %), roble pubescente (4 %) y fresno (5 %).
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APUNTES / TECNOLOGÍA
Alternativas tecnológicas sin emisiones para la movilidad en espacios naturales protegidos LOS ESPACIOS NATURALES ANTE EL RETO DE LA DESCARBONIZACIÓN Desde hace décadas los espacios naturales protegidos (ENP) han visto aumentadas las visitas y actividades de uso público, que ocasionan importantes problemas de conservación debidos al flujo de vehículos motorizados. En ocasiones se originan problemas de seguridad para el visitante, riesgos de incendios forestales o impactos paisajísticos. Como respuesta a estos problemas han surgido diferentes métodos de control de los accesos a los ENP, como los establecidos en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar (Almería), el valle de Ordesa en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca), La Pedriza de Manzanares en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Comunidad de Madrid) o el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila (Región de Murcia). Es común que los controles de acceso de visitantes ofrezcan soluciones de entrada colectiva mediante autobuses (de diferente capacidad de pasajeros) con motores alimentados por combustibles fósiles, sobre todo gasoil, cuyas emisiones a la atmósfera son de 2,61 kg CO2/l . El empleo de vehículos con motores adaptados a la norma EURO VI es una garantía de menor consumo y mayor respeto medioambiental. También existen combustibles alternativos como el GLP, que reduce las emisiones con respecto a un motor de gasolina hasta un 15 % para el CO2 y hasta un 90 % para los NOX. A pesar de que en la actualidad ya existen motores dotados de nuevas tecnologías y combustibles que permiten menores emisiones a la atmósfera, en los servicios públicos de los espacios naturales protegidos, es necesario considerar esfuerzos adicionales de descarbonización. Las actividades de disfrute de la naturaleza, igual que el resto de actividades de los diferentes sectores económicos, deben afrontar este reto procediendo a la sustitución tecnológi-
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ca y al empleo de aquella que sea más respetuosa con el medioambiente. La administración pública, responsable casi exclusiva de la gestión de los espacios naturales, debe tener un carácter ejemplarizante sobre los ciudadanos, lo que justifica la necesidad de anticiparse en la adopción de medidas de reducción de la huella de carbono. La Comisión Europea ha planteado objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera para 2030 y 2050, que obligarán al desarrollo e implantación de soluciones tecnológicas que reduzcan el consumo y las emisiones actuales. A nivel nacional el Consejo de Ministros dio luz verde al anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética el pasado 22 de febrero de 2019. En su artículo 3 se exponen los objetivos de reducción de emisiones de GEI, energías renovables y eficiencia energética, para el año 2030.
Objetivos anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. 22/3/2019 Gobierno de España.
Reducir en el año 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en, al menos, un 20 % respecto del año 1990 Alcanzar en el año 2030 un sistema eléctrico con, al menos, un 70 % de generación a partir de energías de origen renovable Alcanzar en el año 2030 una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, al menos, un 35 % Mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en, al menos, un 35 %, con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria
Lourdes Vicente Valero, Pedro Alcoba Gómez, Esteban Jordán González Ingeniería del Entorno Natural, S. L.
Objetivos UE a corto plazo (2030)
Reducción de al menos el 40 % de las emisiones de GEI con respecto a 1990 27 % del consumo total de energía procedente de energías renovables Incremento del 27 % de la eficiencia energética
Objetivos UE a largo plazo (2050)
Reducción de las emisiones de GEI un 80-95% respecto a los niveles de 1990 Hacer de Europa una economía de alta eficiencia energética y bajas emisiones de CO2 2019. N.o 74
SOLUCIONES PARA UNA MOVILIDAD ECOLÓGICA Y SOSTENIBLE EN ENP: TRENES TURÍSTICOS ELÉCTRICOS En primer lugar es necesario incidir en que los trenes eléctricos que pueden prestar servicio en el medio natural difieren notablemente de los convencionales. En el medio natural es necesario el uso de trenes capaces de superar altas pendientes, tanto en ascenso como en descenso, ya que la bajada de rampas exige posiblemente más nivel de seguridad que el ascenso al recaer todo el peso de los vagones sobre la máquina. Esto exige el empleo de trenes robustos, dotados de sistemas de retención, motores de alta potencia y capaces de prestar un servicio sin interrupción durante el conjunto de una jornada laboral. En la actualidad existen en el mercado trenes de alta potencia alimentados con baterías que proporcionan electricidad a 400 V, capaces de ascender por pendientes de hasta el 24 % con condiciones de seguridad para prestar servicios de uso público en ENP. El tren turístico eléctrico de alta potencia J-150 de la marca Sightseeing Trains Rügen, comercializando por ejemplo en Países Bajos y Alemania, posee las siguientes características técnicas: Radio de giro de 11,60 m Capacidad de sortear pendientes hasta del 24 % Longitud de 16,25 m Peso estructural de 6.300 kg Capacidad para 56 personas La potente tracción de estos vehículos hace que puedan transportar a un elevado número de personas. Otro aspecto destacable es la vida útil de sus baterías; los actuales modelos pueden alcanzar los 2.200 ciclos de carga, lo que supone una vida media que puede superar los 10 años. Se considera que los trenes eléctricos de alta potencia son una solución viable para sustituir a los vehículos de combustión. Las ventajas de los vehículos eléctricos son: Disminución de la contaminación ambiental en la zona de uso: sin emisiones de gases contaminantes Reducción de contaminación acústica: nivel de ruido muy bajo
Notable reducción de costes asociados al consumo energético Posibilidad de ofrecer al visitante una nueva experiencia de visita a los ENP Mantenimiento económico CONCLUSIONES SOBRE EL USO DE TRENES ELÉCTRICOS DE ALTA POTENCIA El mercado actual ya ofrece soluciones tecnológicas de vehículos eléctricos para el transporte colectivo en el medio natural, como es el caso del tren eléctrico de alta potencia. Esto permite que los ENP que durante las últimas décadas han abordado el reto de controlar el acceso para mejorar la satisfacción del visitante y conservar los recursos naturales, puedan abordar un nuevo reto que es el de la descarbonización. Aunque los vehículos eléctricos no resultan económicos en la actualidad, es importante que las administraciones públicas sean pioneras en su implantación, sirviendo como ejemplo para la sociedad. El tren turístico eléctrico de alta potencia es una solución viable y segura, que logra alcanzar importantes objetivos como reducción de emisión de gases contaminantes y la reducción de la contaminación acústica en entornos muy sensibles como son los ENP. El uso de trenes eléctricos silenciosos puede aportar a los visitantes una novedosa experiencia de visita al medio natural, además de aportar un distintivo de calidad y gestión responsable.
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El tren eléctrico de alta potencia es una solución viable y segura, que logra alcanzar importantes objetivos como reducción de emisión de gases contaminantes y la reducción de la contaminación acústica en entornos muy sensibles como son los ENP Distintos tipos de trenes eléctricos de alta potencia utilizados en cascos urbanos y en la naturaleza. (Imágenes cedidas por www.ibericatutren.com)
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ENTREVISTA
Entrevista a Josefina Gómez Mendoza, geógrafa investigadora, excatedrática de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid
"La ayuda a esa España vacía habría que vincularla más a cuestiones de conservación y a saber gestionar los nuevos paisajes" Ismael Muñoz Linares
Josefina Gómez Mendoza ha sido catedrática de Análisis Geográfico Regional de la Universidad Autónoma de Madrid, rectora de esa universidad, es profesora emérita de la misma, es miembro de la Real Academia de la Historia y de la Ingeniería y ha sido consejera de Estado electa de 2003 a 2013. Es ingeniera de montes de honor (1998), doctora honoris causa de la Universidad Carlos III (2005) y miembro del Colegio Libre de Eméritos (2010). Tiene la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Medalla del Trabajo. Sus investigaciones sobre la administración pública forestal en los siglos XIX y XX son una referencia imprescindible para conocer la realidad forestal de España.
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La trayectoria profesional de Josefina Gómez Mendoza provoca admiración por todo lo que ha hecho y las responsabilidades que ha desempeñado. Si tenemos en cuenta su condición femenina y de madre el mérito es aún mayor, y más en una sociedad en la que la mujer se debía abrir paso saltando muros más altos que los hombres, tan altos que, en muchas ocasiones, fueron infranqueables para muchas. No fue el caso de Josefina, que define con sencillez y naturalidad su curriculum como “el de una persona muy trabajadora”. ¿En qué está trabajando ahora? Estoy haciendo una traducción y edición de un libro de Humboldt, la gran referencia de muchos naturalistas y especialmente de geógrafos, que trata del ambiente del descubrimiento de América, de la personalidad de Colón, de los cartógrafos o de cómo fue posible disponer del mapa de América en solo cincuenta años, entre otras muchas cosas apasionantes. Él pensaba que estaban ante un momento de aceleración de la historia porque se abría todo un mundo de conocimiento. Hay un continuo enfrentamiento entre la creencia de que se ha llegado a Asia a través de occidente y el contraste con lo que ven, que los lleva a confundirse porque quieren ver lo que van buscando. Humboldt cuenta muy bien cómo se mezclan las ficciones antiguas con la realidad, algo que él quiere mostrar continuamente hasta qué punto el error y la ficción también cuentan en la historia. Usted ha manifestado en varias ocasiones que lo suyo es la geohistoria o la historia ecológica ¿en qué consisten exactamente estas disciplinas? La geografía moderna se plantea los paisajes como objetos unitarios que son resultado de la acción del Hombre sobre la Naturaleza. Se han planteado los paisajes en la geografía como un palimpsesto, de forma que se pueden entender descodificando diferentes capas de lectura. La geografía se hace así interpretación y comprensión de los paisajes, busca el
encadenamiento de los hechos, algo que se observa muy bien en los paisajes rurales y urbanos. La geohistoria sería la reconstrucción del paisaje. Coincide de esta forma bastante con la definición que se ha dado al paisaje en el Convenio Europeo del Paisaje como “cualquier lugar resultante de la acción humana sobre la naturaleza”. Por otro lado, los historiadores no han razonado mucho en términos ecológicos y de procesos naturales. Así tenemos que la geohistoria, que busca comprender los paisajes, y la historia ecológica, que estudia qué ha pasado con los procesos naturales, se pueden encontrar. Ecólogos e historiadores no terminan de encontrarse del todo aunque ha habido algún feliz encuentro más en el campo de la ecología política.
En España, hablar de paisaje virgen en el sentido de intocado es imposible. Hay un grado de antropización y utilización de los recursos antiquísimo. Sí que hay paisajes más naturales que otros y hay paisajes que ahora se están renaturalizando
Es en el estudio del paisaje humanizado donde usted ha desarrollado buena parte de su carrera profesional. Así es, aunque los geógrafos también estudian paisajes naturales pero sabiendo la parte antropogénica que tienen. Tanto es así que se habla de geógrafos físicos y de geógrafos humanos. ¿Podemos hablar de paisaje virgen en España? En España, hablar de paisaje virgen en el sentido de intocado es
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imposible. Hay un grado de antropización y utilización de los recursos antiquísimo. Sí que hay paisajes más naturales que otros y hay paisajes que ahora se están renaturalizando. Hay procesos de ida y de vuelta, de crisis y aceleración en la creación de este tipo de paisajes. Algunos paisajes de los espacios naturales protegidos, por ejemplo, tienen un componente mucho más natural pero no son realmente vírgenes. De alguna forma la creación de los espacios naturales protegidos, al menos al comienzo, buscaba proteger ese paisaje natural casi idílico El concepto de espacio natural protegido se importa de Estados Unidos. Cuando se declara el primer parque nacional en España se busca: la historia, por aquello de que aquí comenzó la reconquista; el paisaje, entendido como lo pintoresco; y lo simbólico, como monumento que puede identificar a España; sin olvidar los intereses cinegéticos. Es una visión muy romántica Exacto, es una visión muy romántica y muy alpina porque los primeros parques nacionales son de alta montaña. Usted ha dicho en varias ocasiones que “cuando no se sabe no se ve nada” ¿Cómo mira al paisaje Josefina Gómez Mendoza?, ¿hacerlo con una mirada profesional o técnica permite aún disfrutar simplemente de su belleza? De ambas maneras, aunque quizás siempre con la intención de comprender lo que veo. La frase “cuando no se sabe no se ve nada” es muy de pedagogía geográfica. En la enseñanza de geografía están las lecciones magistrales y las salidas al campo. Y en ellas los estudiantes matizan muy bien quién es el profesor que se sabe manejar en el campo. “Controla campo” decían los estudiantes. En la medida que no conoces puedes pasar por cualquier lugar sin comprender lo que ves, el por qué de los cambios de paisajes, por ejemplo, entre Castilla y la España atlántica. Pero cuidado, ese conocimiento
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también te puede distorsionar la mirada. Lo dice Humboldt, se va con muchas ideas preconcebidas y puede uno acabar viendo lo que no hay. Un ejemplo son esos mensajes banales que se ponen en las postales de viajes, podrían ponerse perfectamente en cualquier postal, fuera cual fuera el paisaje. Tendrá que ver con que el paisaje tiene un componente emocional muy fuerte Así es, el ritmo del paisaje, sus sonidos, la extensión de la mirada… Hay una cierta apelación a interpretar lo que ves, que es un concepto muy humboldtiano, entender el paisaje como un todo y no como partes diferenciadas. Y cuando tú lo ves en su conjunto en el fondo te está movilizando todas las emociones. ¿En qué ha cambiado el paisaje español en los últimos sesenta o setenta años? Ha habido unos cambios enormes pero también permanencias. Hay una tendencia a la homogeneización, a que la ocupación urbana sea cada vez más evidente, fruto de los cambios demográficos. Nos ha llevado al abandono de los paisajes rurales, a una concentración de población en las grandes ciudades y en los litorales. Este abandono rural implica abandono de usos, lo que ha traído consigo también una renaturalización de los terrenos, lo cual puede que no sea siempre beneficioso porque como estos territorios no están gestionados pueden provocar problemas de incendios forestales. A pesar de todo, España es muy diversa en el paisaje. Sería más correcto hablar entonces de una España vacía y otra muy poblada Reconozco que el concepto de España vacía me disgusta, este es un proceso normal que ha sucedido en todas partes fruto de los cambios demográficos. No son comunidades autónomas enteras las que están vacías sino determinadas zonas. Se trata de un proceso larguísimo en el tiempo que ahora se acentúa con la aceleración
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de las urbanizaciones, las migraciones y la forma en la que el resto de la población ocupa el territorio “turistificándolo” o convirtiéndolo en un parque temático. En el siglo XVI era Castilla la poblada y es en el XVII cuando comienza a desplazarse la población hacia el sur.
La ayuda a esa España vacía habría que desvincularla del uso agrario exclusivamente, habría que vincularla más a cuestiones de conservación, de renaturalización, de saber gestionar los nuevos paisajes y no abandonarlos a su suerte. Es decir, una visión más integrada de todo el paisaje
¿Estamos gestionando bien esos cambios demográficos y de paisaje? Son procesos de globalización, procesos económicos que implican un cierto abandono territorial. A mi no me gustaría pensar en un proceso de reversión-compensación, cuando se habla de recuperar la España vacía. La cuestión es saber ¿de qué hablamos cuando decimos mundo rural? Lo rural no es solo lo agrícola, hay que ser conscientes de que no se podrá volver a una situación de producción agrícola como la anterior. Pensar que eso es una cuestión de subvención es un error porque las subvenciones de la UE van vinculadas al propietario mediano o grande, el pequeño no saca gran cosa. Pero el mundo rural sin esas ayudas podría estar condenado a desaparecer La ayuda a esa España vacía habría que desvincularla del uso agrario exclusivamente, habría que vincularla más a cuestiones de conservación, de
renaturalización, de saber gestionar los nuevos paisajes y no abandonarlos a su suerte. Es decir, una visión más integrada de todo el paisaje. Incluso me atrevería a decir que es necesario pensar en una distribución municipal más asequible para dotar a esas comarcas de los servicios necesarios. Uno de los sitios donde debe ir la subvención europea es a gestionar la matorralización que se ha producido en el campo por abandono. Si lo que queremos es fijar población, no se trata de dar dinero solo para que cultive, puedo dárselo también para que cuide. ¿Impregna el discurso de la España vacía una cierta nostalgia por lo perdido? No se puede añorar un paraíso perdido porque no lo era. La historia es así, los poblamientos van cambiando según las circunstancias económicas. Hay mucha mitificación. Se debe abandonar una visión nostálgica de “que me devuelvan lo que me han quitado”, como si le hubieran arrancado algo. Ha sido un proceso de migración, como tantos otros. ¿Pero tendrá sus consecuencias y no precisamente buenas? Naturalmente, un país con esas densidades no tiene cohesión. Se ha intentado suplir con el voto, mediante la ley electoral que premia a las provincias más despobladas. Y, en mi opinión, tampoco es la solución. Hay que conferir oportunidades al territorio para que pueda competir. Hay ejemplos en Europa de zonas rurales modernas que han sabido adaptarse y crear su industria y oportunidades para competir. ¿Qué papel han jugado los distintos actores en la modelación del paisaje como, por ejemplo, la agricultura? La agricultura y la ganadería han sido las grandes modeladoras del paisaje. Ahora que tanto se habla de la España vacía, hay que entender cómo era la España rural poblada, que roturaba todo para la agricultura y cuando había una crisis de hambre se roturaba más. También han tenido una enorme influencia las decisiones de la admi2019. N.o 74
nistración pública, pienso en desamortizaciones, grandes infraestructuras hidráulicas y de transporte, o en la protección del territorio, por ejemplo. Sin duda. En la desamortización de Madoz, por ejemplo, se vendieron montes del Estado, de la Iglesia, de las órdenes militares y todos los comunales menos aquellos que tuvieran “influencia cosmológica”. Otro ejemplo fueron las decisiones de repoblaciones en la época franquista que, cuando comenzaron, se decía textualmente que iban a servir “para cambiar la faz de España”, lo cual no deja de tener también un cierto carácter mistificador. ¿Y qué papel jugaron los ingenieros forestales o de montes en estas épocas? Los ingenieros han jugado un papel extraordinario en la medida en la que eran miembros de la administración pública. Jugaron un papel fundamental en la conservación de los montes protectores, en los de utilidad pública por encima del interés particular, y, sin duda, en las repoblaciones del franquismo. ¿De qué forma lo hicieron, cómo consiguieron que su conocimiento influyera en las decisiones políticas? En la desamortización de Madoz los ingenieros de montes, con su formación alemana, vienen con un extraordinario conocimiento de lo que es el monte alto y una magnífica capacidad de interpretación de la naturaleza, del aprovechamiento de los recursos y su agotamiento, de la sostenibilidad, de la protección del suelo y de las inundaciones. Pero siempre con conceptos de bosque alto centroeuropeo, con mucha menos comprensión del monte mediterráneo. Se protegieron así los bosques que estaban en las cabeceras de las montañas, aquellos que tenían robles, hayas y pinos y dejaron fuera a la encina, entendiendo poco del monte mediterráneo. ¿Esta decisión es meramente técnica o está influida por cuestiones políticas? Las dos cosas. Hay en ese mo-
Los ingenieros jugaron un papel fundamental en la conservación de los montes protectores, en los de utilidad pública por encima del interés particular, y, sin duda, en las repoblaciones del franquismo
mento un pensamiento económico liberal que dice “el Estado necesita recursos, a vender”. Había muchas implicaciones políticas entre ministerios: Hacienda quería vender y Fomento, que tenía la preservación de los montes, es el encargado de conservar. Así que aquel principio de sostenibilidad de los recursos forestales que tenían los ingenieros de montes, ellos decían “duradero”, consigue preservar muchos de
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los montes. Los montes públicos son obra de los ingenieros de la época que llegaron a catalogarlos en poquísimos años con los escasos medios que tenían. ¿Entendió la ciudadanía la necesidad de conservar los bosques? En muchos lugares lo que el pueblo quería era roturar sus montes para dedicarlos a la agricultura, así que hubo una fuerte oposición en muchos
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distritos a las propuestas de los ingenieros. Por otro lado, los forestales de entonces entendían mucho de selvicultura de monte alto, de monte atlántico; menos de selvicultura mediterránea y mucho menos de ganadería. No entendieron bien el sistema de las dehesas, que era el tipo de aprovechamiento que querían los habitantes de muchos pueblos. Así que tuvieron que resistir por arriba al principio desamortizador y, por abajo, a las presiones de la necesidad del pueblo, en un enfrentamiento con la ganadería a la que los forestales no entendieron demasiado bien. ¿En el segundo tercio del siglo XX vuelven los ingenieros de montes a ser grandes moldeadores del paisaje? Sin duda, por lo que expropiaron y lo que repoblaron. Ellos tienen en la cabeza una ordenación del territorio muy clara: hay una región forestal y otra agrícola. Y entienden que la forestal debe ser respetada. En segundo lugar, tienen un instrumento técnico verdaderamente impresionante que es el plan de ordenación forestal: una herramienta que permite disponer de una pirámide de población de árboles de todas las edades en un periodo de cien años. Al mismo tiempo, tienen las realidades sociales, topográficas, físicas, climáticas, etcétera. Y, además, están las ideas políticas. Siempre había estado en su mente la idea de repoblar, pero el franquismo lo convierte en una especie de nueva reconquista. Se repobló porque había que hacerlo, a veces con criterio y otras con menos. ¿Se ha juzgado aquellas actuaciones con el conocimiento, la sensibilidad y desde las necesidades e intereses de hoy en día? Efectivamente. El “presentismo”, es decir, razonar con términos de hoy lo que sucedió hace muchos años, es algo que se da con excesiva frecuencia en la historia. Me consta que todo el mundo en Europa admiraba las repoblaciones españolas. Pasaron de ser un elemento de admiración, por la cantidad de suelo recuperado, a lo contrario,
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en un cambio de pensamiento que se aceleró con la caída del franquismo. Se transformaron de héroes a villanos en una exageración del pensamiento ecologista desautorizador.
He sido menos feminista de lo que debería haber sido. Los hechos van muy despacio, la prueba es que en esta academia hay solo cuatro mujeres y una de ellas ni siquiera es ingeniera
¿Por qué ese desencuentro con la ecología y esa mala prensa que atribuye al mundo forestal en general hasta una determinada ideología política? No es algo que haya estudiado muy bien pero recuerdo cómo en las facultades de Ecología aparecieron muy rápidamente una serie de desautorizadores de carácter general. Probablemente tenga que ver con la renovación de la universidad y la importación de la ciencia ecológica norteamericana. Hubo algunas tesis demoledoras. Que se les tachara de franquistas no deja de ser curioso. Buena parte de los planes que pone en marcha el régimen franquista son de la República, como el de repoblaciones, el hidrológico o el de carreteras. Pero probablemente la dictadura permitió hacer esas repoblaciones en unas determinadas condiciones que de otra forma hubiesen sido imposibles. Y luego está también la sociología de las profesiones, los nuevos están buscándose también su nicho, hay un proceso de desplazamiento corporativo. ¿Qué hace una geógrafa en la Real Academia de la Ingeniería? Yo vengo de un mundo de estudiosos de la cosa y estoy en el mundo de los que intervienen, que sienten
que son partícipes de la transformación. Aquí se dice mucho una frase: “un ingeniero es aquel que trabaja para aumentar el bienestar de las personas”. Mi presencia aquí y en otros lugares como el Consejo de Estado, uno de los más interesantes donde he podido estar porque no hay cuotas de partido y hay una enorme cultura jurídica, me ha permitido obtener un gran conocimiento y perspectiva para ver cómo evolucionan los ingenieros. Es muy interesante comprobar cómo cada ingeniería ha tenido su momento histórico y cómo les cuesta aceptar, en ocasiones, que ese momento haya podido pasar. Hablando de huecos profesionales, ¿cómo ha llevado su condición de mujer en un mundo reservado y ocupado durante muchos años por los hombres como es el de la ingeniería? ¿Es partidaria de las cuotas? Con total sinceridad, he sido menos feminista de lo que debería haber sido. Lo de las cuotas es algo que tiene muy mala fama, he tenido que ir a muchos sitios puntuales como tribunales de tesis o jurados de premios por la obligatoriedad de cumplir la cuota y es agotador, absolutamente agotador. Los hechos van muy despacio, la prueba es que en esta academia hay solo cuatro mujeres y una de ellas ni siquiera es ingeniera. Es una cuestión en la que pienso más ahora que antes. Solía decir yo que con ser rectora ya tenía bastante, pero creo que era necesario tener una actitud más reivindicativa. ¿Hay una forma distinta de hacer ciencia si la hace una mujer o un hombre? La ciencia no sé, pero creo que la práctica de la ciencia sí. Se nota en la gestión del tiempo, aunque han cambiado mucho las cosas con respecto a años atrás y los hombres participan bastante más, sigo observando que hay una gestión muy difícil, sobre todo cuando hay niños pequeños. La maternidad es un servicio social que no se retribuye. Si yo no hubiese tenido mis hijos de joven no habría podido hacer carrera y, además, he de reconocer que tuve ayuda familiar; sin ella no sé que hubiese pasado. 2019. N.o 74
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
Ruth Sánchez Pinar Consejo Rector de APROAM Asociación Profesional de Agentes Medioambientales del Ministerio para la Transición Ecológica
Agentes medioambientales de la Administración General del Estado En la década de 1980 los cuerpos de Guardería Forestal del Estado, dependientes por entonces del ya desaparecido ICONA, se transfirieron en gran medida a las comunidades autónomas, tras los procesos de descentralización en materia de medioambiente como consecuencia del desarrollo del texto constitucional. Esto dio lugar a la aparición de los cuerpos de agentes forestales autonómicos, a la vez que también se dotó de estos funcionarios a diputaciones y cabildos. Sin embargo, se mantuvo un determinado número de agentes para cubrir las funciones propias de la Administración del Estado en los territorios que debe gestionar por mandato legal y en los de su propiedad. Por medio de la Ley 53/2002 se creó la Escala de Agentes Medioambientales de Parques Nacionales, unificando varias denominaciones que tenía el personal dedicado a la vigilancia y protección de dichos espacios naturales y las fincas pertenecientes al Estado.
Mediante la Ley 11/2005 se cambió su denominación a Escala de Agentes Medioambientales de Organismos Autónomos del Ministerio de Medio Ambiente, con la finalidad de integrar en un solo cuerpo a todo el personal dedicado a la vigilancia del patrimonio natural dependiente de la Administración General del Estado, dando asimismo cumplimiento a la sentencia del Tribunal Constitucional STC 194/2004, de 10 de noviembre de 2004, que privó a la Administración General del Estado de las competencias de gestión en los parques nacionales. Hoy en día, la escala de agentes medioambientales la componen unos 400 profesionales, de los que solo un 10 % son mujeres, distribui-
dos por toda España y encuadrados en diferentes organismos autónomos del Ministerio para la Transición Ecológica: más del 75 % están destinados en confederaciones hidrográficas; en torno al 18 %, en demarcaciones y servicios provinciales de costas, y el resto, en parques nacionales, centros y fincas del Organismo
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Autónomo Parques Nacionales. Es de resaltar que en los últimos años se está produciendo un aumento en el número de agentes medioambientales como consecuencia de los procesos selectivos convocados y de las incorporaciones mediante promoción interna de funcionarios y personal laboral perteneciente a los servicios de vigilancia del dominio público. A pesar de este interés por incrementar el número de agentes, son muchas las carencias que aún tiene esta escala, cuyo origen principal es la falta de una regulación genérica para todos sus integrantes; en cada organismo se regulan de manera independiente las competencias, los horarios, la equipación y, en resumen, las obligaciones y derechos. Lo anterior, unido a la falta de una imagen corporativa uniforme en vehículos y vestuario, la falta de promoción por parte del Ministerio, la gran dispersión geográfica y los pocos agentes presentes en múltiples destinos, entre otras cuestiones, conlleva un profundo desconocimiento de este colectivo por parte de la sociedad, lo que supone una complejidad añadida en su trabajo de defensa del medio natural. Los agentes medioambientales ostentan la condición de agente de la autoridad, tal y como establece la normativa, teniendo encomendadas legalmente las funciones de vigilancia, protección y custodia de los terrenos y bienes públicos donde desarrollan su trabajo, a cuyos efectos constituyen una policía mixta de carácter administrativo y judicial en el ámbito medioambiental, gozando del principio de veracidad en sus informes y denuncias, sin perjuicio de las pruebas que puedan presentar los interesados. El grupo más numeroso de agentes medioambientales del Ministerio desarrolla sus funciones en las confederaciones hidrográficas, que consisten de modo general en el control y vigilancia del dominio público hidráulico y sus zonas de servidumbre y policía. Para ello, realizan inspecciones para corroborar el cumplimiento de las condiciones bajo las que se otorgan las concesiones y autorizaciones para utilización del dominio público, así como los demás usos contemplados en la normativa de aguas. También toman muestras y miden parámetros in situ para valorar la calidad del medio acuático, comprobar que los vertidos se realizan según lo autorizado o realizar el seguimiento de vertidos no legalizados. Asimismo, vigilan el dominio público en situaciones de emergencia como inundaciones o sequías, con seguimiento de los daños causados. Ante cualquier posible infracción por incumplimientos en estas materias, se procede a emitir una denuncia, redactar un informe y levantar actas de inspección. De igual modo, se elaboran cuantos informes sean necesarios durante el trámite de expedientes sancionadores, así como a su finalización se comprueba el cumplimiento de la resolución en lo relativo, en su caso, a la restitución del terreno a su estado anterior. En el caso de las demarcaciones y los servicios provinciales de costas, los agentes se encargan del control, vigilancia e inspección del cumplimiento de la normativa relativa a la protección del litoral, comprobando que los usos permitidos en el dominio público marítimo-terrestre cumplen con las condiciones establecidas en los títulos administrativos otorgados, supervisando y denunciando aquellas utilizaciones del medio prohibidas por la normativa reguladora en materia de costas. Los agentes trabajan en la preservación de las características naturales del dominio público, previendo las afecciones perjudiciales de obras o instalaciones ubicadas en la costa, vigilando el mantenimiento de las servidumbres de tránsito y de acceso al mar y colaborando en los procedimientos de deslinde del dominio público marítimo-terrestre, sus modificaciones y revisiones. Los agentes trabajan de forma coordinada con los demás servicios de cada de-
Fincas pertenecientes a la Administración General del Estado
marcación de costas en materias tales como el seguimiento de daños en el dominio público debido a fenómenos naturales (como temporales de oleaje, desprendimientos y otras situaciones de emergencia por fenómenos meteorológicos adversos) y se emiten denuncias e informes durante los procedimientos sancionadores por infracciones en el dominio público y las servidumbres de tránsito, y en expedientes de recuperación posesoria. Igualmente, se colabora con el personal de las comunidades autónomas en labores de inspección y vigilancia de la zona de protección, en aras de la protección del dominio público. Los agentes medioambientales destinados en los parques nacionales de Las Tablas de Daimiel y Cabañeros, aún sin transferir a la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, y en centros y fincas del Organismo Autónomo Parques Nacionales, realizan funciones muy variadas, dirigidas a la vigilancia, gestión y protección del medio natural. Participan y prestan apoyo en proyectos de investigación, trabajos y estudios relacionados con la conservación de poblaciones, y en las labores de gestión del uso público y de los programas de educación ambiental que se efectúan. La vigilancia de los valores naturales del espacio es una función básica, ejercida principalmente mediante el control de aprovechamientos, obras, trabajos o posibles agresiones al medio, prevención y extinción de incendios forestales y, en su caso, denuncia de las contravenciones a la normativa vigente.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
Pedro Sánchez López Agente del Medio Natural en Extremadura
Los agentes del Medio Natural en Extremadura
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Orgánicamente, los agentes del medio natural están adscritos al Servicio de Ordenación y Gestión Forestal a través de una sección de coordinación regional, distribuidos territorialmente en diez unidades territoriales de vigilancia (UTV), cada una de las cuales cuenta con una estructura propia de personal formada por un coordinador de unidad, un coordinador adjunto (ambos puestos de libre designación) y el resto de agentes de cada UTV.
Pedro Sánchez
En la década de 1980, con motivo del traspaso de competencias y servicios desde la Administración General del Estado a la comunidad autónoma de Extremadura en materia de conservación de la naturaleza, el colectivo de Guardas Forestales, que hasta entonces dependía del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), pasó a integrarse, en calidad de personal transferido, en la Junta de Extremadura. Las competencias traspasadas se asignaron mediante Decreto del Presidente, de 12 de diciembre de 1984, a las anteriores Consejerías de Agricultura y Comercio por un lado, y a la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente, por otro, lo que derivó en que una parte del colectivo de Guardas Forestales se ubicase, como Agentes Forestales, en la Dirección General de Estructuras Agrarias de la Consejería de Agricultura y Comercio, y el resto, como Agentes de Medio Ambiente en la extinta Agencia del Medio Ambiente de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente. Esta situación, de distinta adscripción orgánica en función de la distribución de competencias en el seno de la administración autonómica, fue objeto de modificación a partir del Decreto del Presidente 4/1999, de 20 de julio, en virtud del cual se asignaron la totalidad de las competencias en materia de conservación de la naturaleza y medioambiente a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente. No obstante, la agrupación de todo el colectivo en una única consejería no alteró sustancialmente la dicotomía funcional y de condiciones de trabajo, que no desapareció hasta la homogeneización del colectivo en el año 2005, pasando a tener una única denominación (Agentes del Medio Natural) y adscripción (Dirección General de Medio Ambiente), encuadrados en el cuerpo administrativo de la comunidad autónoma, dentro de la especialidad de Agentes del Medio Natural. Actualmente el colectivo de agentes del medio natural en Extremadura cuenta con una plantilla de 300 profesionales, lo que supone una ratio de 14.000 ha/agente; en la práctica solo 240 plazas están ocupadas desde hace años, lo que eleva la ratio hasta 17.000 ha/agente, uno de los valores más altos de España.
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Orgánicamente, los agentes del medio natural están adscritos al Servicio de Ordenación y Gestión Forestal a través de una sección de coordinación regional, distribuidos territorialmente en diez unidades territoriales de vigilancia (UTV)
Las funciones y competencias de los agentes, así como su organización y funcionamiento, están recogidas en un reglamento, aprobado por el Decreto 269/2005, de 27 de diciembre, prestando su labor a los siguientes servicios: Servicio de Gestión y Ordenación Forestal Servicio de Conservación de la Naturaleza Servicio de Protección Ambiental Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Servicio de Infraestructuras Rurales Servicio de Ayudas Complementarias Unidades territoriales de vigilancia de los agentes del medio natural
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Entre sus funciones se encuentran: Proteger y vigilar la riqueza forestal, cinegética y piscícola de las aguas continentales, los espacios naturales, la flora y la fauna silvestres. Velar por el cumplimiento de las leyes y otras disposiciones en aspectos relacionados con los sistemas forestales y el medioambiente, y denunciar los hechos que puedan ser constitutivos de infracciones. Participar en la vigilancia, prevención y extinción de incendios forestales de acuerdo con las responsabilidades que en esta materia les sean asignadas en los respectivos Planes de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales de la Comunidad Autónoma de Extremadura, así como colaborar, de forma directa con otros órganos competentes, en la investigación de las causas. Inspección y control de todos los trabajos de conservación y mejora de los montes, repoblación y aprovechamiento, operaciones de señalamiento, entrega, sorteo de acciones cinegéticas y reconocimiento de productos y aprovechamientos forestales, operaciones de deslinde, amojonamiento, actividades topográficas y otras. Vigilancia, control y policía de las vías pecuarias. Informar, controlar y vigilar las actividades sujetas a la normativa sobre evaluación de impacto ambiental, así como sobre programas de ayudas o subvenciones a entidades públicas y privadas gestionadas por la consejería de adscripción. Participar y colaborar en situaciones de emergencia cuando sean requeridos. Vigilancia y control en materia de actuaciones urbanísticas cuando el uso o construcción afecte a suelo no urbanizable o a especies catalogadas. Vigilancia y control de acampadas ilegales. Inspección y control de vertidos de residuos y contaminación de las aguas y de la atmósfera, así como de actividades clasificadas. Participar, dentro del ámbito profesional, en las acciones relacionadas con el uso social, recreativo y didáctico del órgano de adscripción. Custodia y vigilancia de los inmuebles y de los bienes existentes en el ámbito rural adscritos a la consejería de dependencia.
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Participación en la inspección, supervisión y control de actividades relativas a repoblaciones cinegéticas y piscícolas. - Vigilancia, toma de datos y emisión de informes para el control y lucha contra enfermedades y plagas en las masas forestales, así como la colaboración en toma de datos en actividades relacionadas con programas de investigación sobre mejora forestal. - Realizar censos, controles y seguimiento de especies de fauna silvestre cinegética, no cinegética y piscícola. - Colaborar y orientar a los ciudadanos en las actividades a realizar en la naturaleza, compatibles con la preservación de sus valores, así como informarlos o facilitarles las indicaciones precisas que les permitan obtener la información deseada sobre cualquier asunto que sea competencia de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente en materias relacionadas con el medio natural. Desde el colectivo se viene demandando históricamente una ley de cuerpo o al menos la creación de un servicio propio, dado el elevado volumen de la plantilla y el extenso ámbito territorial y competencial que abarca. Esto permitiría dotar a este cuerpo de la suficiente autonomía organizativa y presupuestaria para desarrollar una estructura adecuada a las necesidades actuales, pues la actual no tiene capacidad suficiente para aprovechar todo el potencial de unos profesionales con gran conocimiento del territorio y agentes de la autoridad, que, con la actual deriva demográfica del medio rural, en muchas ocasiones constituyen la única presencia de la administración en extensos y poco poblados territorios. Igualmente se hace necesario el desarrollo de especialidades (investigación de incendios, actualmente externalizada, lucha contra el veneno, etcétera), el establecimiento de canales fluidos de trabajo con la fiscalía de medio ambiente, la integración en los protocolos del 112 para aquellas emergencias que se originen en el medio natural y la posibilidad de desarrollar una carrera profesional dentro del cuerpo, estableciéndose las necesarias escalas, que redundarían en una mayor profesionalización, eficiencia y eficacia, propio de las administraciones modernas de países avanzados.
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José González Granados
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
Juan Manuel Antón Portavocía estatal del sindicato UGT-Forestales
Cuerpo de Agentes Forestales de Madrid, hacia un modelo del siglo XXI Es difícil establecer la fecha exacta de origen de lo que hoy son los cuerpos de agentes forestales (CAF), aunque en general se acepta el año 1877, bajo el reinado de Alfonso XII, cuando por ley se crean los Capataces de Cultivo. No obstante, hay mención ya a “guardabosques” asociados a la Armada en textos del siglo XV, que debían velar por los montes para construir embarcaciones. En 1907 se crea el Cuerpo de Guardería Forestal del Estado, y años más tarde, con su consideración como funcionarios públicos, se regula el acceso a este cuerpo mediante oposiciones. Durante la dictadura franquista se produjo una profunda reforma del Patrimonio Forestal del Estado, y se aprobaron dos reglamentos donde se otorgó a los miembros de la guardería forestal el carácter de agentes de la autoridad y policía judicial. En la década de 1980 tuvo lugar la trasferencia de estos funcionarios a las comunidades autónomas. A día de hoy los algo más de 6.000 funcionarios que ejercen esta labor dependen en su mayor parte de las comunidades autónomas, pero también de entidades locales, cabildos y del Ministerio para la Transición Ecológica. El colectivo tiene diferentes denominaciones según la región, tales como agentes medioambientales, agents rurals o basozainak, aunque se acepta la denominación genérica de agentes forestales que recoge la Ley de Montes de 2003. Como consecuencia, en la actualidad no existe un modelo único de cuerpo de agentes forestales. Durante 2018 el Senado aprobó la toma en consideración de una Ley Básica Estatal de Agentes Forestales, si bien no dio tiempo a su desarrollo y aprobación por parte del Congreso de los Diputados. El objetivo de esta Ley era lograr que la protección del patrimonio natural se aplicase de manera homogénea en todo el territorio nacional. Hay comunidades autónomas que tienen una Ley de Cuerpo y otras donde los agentes forestales dependen orgánicamente de las consejerías competentes en medioambiente, agricultura, obras públicas, presidencia o interior. En la Comunidad de Madrid durante el año 2008 el cuerpo de agentes forestales, creado por Ley en 2002 y con
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rango de servicio, se transfirió de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a la de Presidencia, Justicia e Interior. El balance en esta última década tras el traspaso ha sido positivo, pese a no haber entrado nuevos funcionarios. Las razones de ello son el hecho de tener una Ley propia para el Cuerpo, que recoge amplias funciones (policía, vigilancia y custodia en materia forestal, flora, fauna, caza, pesca, incendios forestales, vías pecuarias, protección civil, patrimonio histórico artístico y arqueológico, etcétera), una jefatura independiente cada vez más dotada de medios personales y materiales, una escala técnica, una situación política donde la ausencia de una mayoría absoluta ha obligado a entenderse a los diferentes actores políticos, lo que se ha traducido en un mayor respaldo al colectivo, o la creciente concienciación ambiental. La Comunidad de Madrid, con
Hay comunidades autónomas que tienen una Ley de Cuerpo y otras donde los agentes forestales dependen orgánicamente de las consejerías competentes en medioambiente, agricultura, obras públicas, presidencia o interior. En la Comunidad de Madrid durante el año 2008 el cuerpo de agentes forestales, creado por Ley en 2002 y con rango de servicio, se transfirió de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a la de Presidencia, Justicia e Interior 2019. N.o 74
casi 7 millones de habitantes, tiene la peor ratio de España de agentes por habitante, a pesar de que la presión sobre el medio natural es enorme. Desde su creación el Parque Nacional de Guadarrama ha pasado a ser de los más visitados de la Red. Actualmente, el colectivo en la Comunidad de Madrid no llega a 200 funcionarios (en el pasado alcanzó los 245) divididos entre 17 comarcas. El 60 % de los agentes tiene una o más carreras universitarias (generalmente relacionadas con el ramo como ingenierías de montes, forestal o agrónoma o ciencias ambientales o biológicas) lo que lo convierte en un colectivo muy vocacional y de elevada cualificación. En Madrid el 13 % son mujeres (la primera agente forestal de España, Carmen Orellana, obtuvo su plaza en 1985 y sigue prestando servicio en Menorca). Dentro del cuerpo de agentes forestales existen diferentes categorías profesionales, tanto en las comarcas (agente, jefatura de comarca y responsable técnico) como en la jefatura (con rango de subdirección) compuesta por una jefatura del cuerpo y cuatro jefaturas de servicio (formación, logística, normativa y operativo). Entre las dos anteriores escalas se sitúa la recién creada escala intermedia, las jefaturas de unidad (JU). En la actualidad hay seis plazas dentro de esta categoría, en la próxima oposición ingresarán otros catorce JU y se espera que esta escala, que sirve de nexo entre la jefatura y la escala operativa, llegue a representar un 10 % del total de la plantilla. Desde 2010 la jefatura y emisora (ECAF) se ubican en el edificio de “Madrid-112”. Por Orden del Consejero en 2014, el CAF está integrado en numerosos protocolos del Centro de Emergencias 112. Esto multiplica los avisos y el trabajo, no solo los relacionados estrictamente con la gestión forestal sino con otras competencias del colectivo como apoyo técnico, incendios forestales y seguridad ambiental. El CAF presta apoyo técnico no solo a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio sino también a la Vicepresidencia, Consejería de Presidencia y Portavocía del Gobierno y a la
Consejería de Cultura, Turismo y Deportes en algunas cuestiones propias de sus competencias. En las memorias de trabajo de los últimos años se pone de manifiesto que la mitad de las intervenciones del CAF tienen relación directa con la prevención, detección, extinción e investigación de las causas que provocan los incendios forestales (IF); el CAF investiga el 100 % de los IF. El CAF está integrado en la Dirección General de Emergencias de la Vicepresidencia, Consejería de Presidencia y Portavocía del Gobierno, y tiene una gran visibilidad, apareciendo con frecuencia en los medios de comunicación gracias a la difusión institucional de la Agencia de Seguridad y Emergencias del 112 (ASEM-112). El acuerdo de legislatura firmado en 2018 con el Gobierno de la Comunidad de Madrid prevé una tasa de reposición de funcionarios para superar los 300 Agentes Forestales en 2020, mejora de oficinas comarcales, vehículos, embarcaciones, unidades especializadas, nuevas tecnologías, segunda actividad a partir de los 60 años, etc. En mi opinión, la adscripción orgánica o jerárquica del CAF es secundaria mientras exista una apuesta clara por tener una policía ambiental en la Comunidad de Madrid. Las memorias de fiscalía alaban la colaboración de los agentes forestales gracias a su carácter mixto como policía administrativa especial y judicial genérica. Las relaciones con organismos como la Dirección General de Patrimonio Cultural son fluidas, pero con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Terriorio son muy mejorables desde inicios del siglo XXI. Ambos consejeros han mantenido numerosas reuniones sin llegar a establecer protocolos de colaboración eficaces. Esta disfunción mutua sigue siendo la asignatura pendiente. Como servidores públicos tenemos que tener claro lo que demanda la sociedad del siglo XXI al colectivo de agentes forestales.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
Juan Carlos Santana Rodríguez Agente de medio ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias
Agentes de medio ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias: guardianes de la herencia natural canaria El archipiélago canario está compuesto por ocho islas (El Hierro, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, Lanzarote, La Palma y Tenerife, así como por la isla de La Graciosa) y por cinco islotes (Alegranza, Lobos, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste), enclavadas dentro de la región biogeográfica Macaronésica. Son un punto caliente para la biodiversidad, protegida por medio de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos (que incluye más de 145 espacios) y por la Red Natura 2000 y la Red de Reservas de la Biosfera (declaradas por el programa Hombre y Biosfera de la UNESCO). La Ley Territorial 8/1989, de 13 de julio, de creación del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias (CAC) encomendó a este cuerpo una serie de funciones de vigilancia,
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protección y custodia del medioambiente y los recursos naturales, que en atención a lo dispuesto también en la normativa básica del Estado pueden clasificarse en tres bloques funcionales, que definen la identidad propia y diferenciada de esta profesión: - Bloque I. Policía mixta de carácter administrativo especial y judicial genérica medioambiental. - Bloque II. Intervención en emergencias de carácter medioambiental y de protección civil. - Bloque III. Participación en las tareas de gestión forestal y medioambiental de los espacios naturales y forestales llevadas a cabo por las administraciones públicas canarias. Los agentes de medio ambiente prestan sus servicios en los tres ámbitos territoriales que integran la administración pública medioam-
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biental canaria, el Gobierno de Canarias y la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural (ACPMN) a nivel autonómico; los siete cabildos insulares, a nivel insular, y el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a nivel local. La ACPMN es un organismo público de naturaleza consorcial, formado por la administración pública de la CAC y las administraciones insulares y municipales, destinado al desarrollo en común de las actividades de inspección y sanción en materia medioambiental y de ordenación de los recursos naturales, territorial y urbanística, así como a la asistencia a las administraciones consorciadas en estas materias. Los cabildos insulares son instituciones de la CAC encargadas del gobierno, administración y representación de las islas. Para ello han recibido transferencias de competencias desde la CAC, en los términos dispuestos en la Ley 8/2015, de 1 de abril, de Cabildos insulares, en alta inspección y de los correspondientes servicios insulares de patrigestión y legislación sectorial de diferentes materias como ordenación monio cultural e histórico). del territorio y urbanismo, servicios forestales, vías pecuarias y pastos, La plantilla de agentes medioambientales canarios, por islas y protección del medioambiente y espacios naturales protegidos, Red administraciones públicas, a 20 de junio de 2019 arroja un total de 166 Natura 2000, actividades clasificadas, caza o aguas. puestos de trabajo según se detalla en la tabla adjunta. La legislación sectorial canaria también hace referencia a los agentes de medio ambiente, complementando la Ley TerritoIsla Organismo Nº agentes rial 8/1989 de creación de este cuerpo, destacando lo dispuesto El Hierro Cabildo de El Hierro 5 agentes en la Ley 7/1998, de 6 de julio, de Fuerteventura Cabildo de Fuerteventura 2 jefes de comarca, 9 agentes Caza de Canarias (en su artículo Agencia Canaria de Protección del Medio Natural 1 inspector, 9 agentes 40 se les atribuye la obligación de Gran Canaria Cabildo de Gran Canaria 1 inspector, 4 jefes de comarca, 17 agentes cumplir y hacer cumplir las disposiciones normativas en materia de Gobierno de Canarias (parque nacional) 1 jefe, 5 agentes, 1 agente forestal La Gomera caza), la Ley 4/2017, del Suelo y Cabildo de La Gomera 1 jefe de comarca, 6 agentes de los Espacios Naturales ProteGobierno de Canarias (parque nacional) 1 jefe, 2 agentes gidos de Canarias (la disposición Lanzarote Cabildo de Lanzarote 1 inspector, 1 jefe de comarca, 5 agentes adicional 9.ª reconoce el carácter de inspectores colaboradores de Gobierno de Canarias (parque nacional) 1 jefe, 4 agentes La Palma la ACPMN a los agentes de medio Cabildo de La Palma 1 inspector, 4 jefes de comarca, 14 agentes ambiente y los funcionarios de las Gobierno de Canarias (parque nacional) 1 jefe, 4 agentes, 1 agente forestal guarderías forestales), o la Ley Agencia Canaria de Protección del Medio Natural 1 inspector, 9 agentes 11/2019, de Patrimonio Cultural Tenerife de Canarias (la disposición adiCabildo de Tenerife 7 jefes, 32 agentes cional 1.ª reconoce el carácter de Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife 2 jefes, 11 agentes inspectores colaboradores de la
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
José Joaquín Aniceto del Castillo Coordinador provincial de agentes de medio ambiente Fotografías cedidas por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible
Agentes de Medioambiente de Andalucía Los más de 800 agentes de medio ambiente de Andalucía nos asentamos sobre un trípode funcional: gestión del medio, emergencias ambientales y función policial. Los compañeros que superan los doce trienios de antigüedad han podido conocer hasta cuatro etapas diferentes dentro de este colectivo. En una primera etapa fueron agentes forestales dependientes de la Administración del Estado, prestando servicio en el extinto ICONA. Siguió un período comprendido entre 1984 y 1994, tras las transferencias de las competencias en gestión del medioambiente a las comunidades autónomas, en la que coexistieron los agentes forestales del Instituto Andaluz de Reforma Agraria (IARA) y de Extensión Agraria, encargados de la fincas forestales de titularidad privada, junto a los agentes de la Agencia de Medio Ambiente, destinados fundamentalmente al territorio andaluz que había sido declarado espacio natural protegido. En 1994 se creó la Consejería de Medio Ambiente, con entidad propia, unificando estos tres colectivos bajo la denominación de agentes de medio ambiente. Por último, en diciembre de 2001 esta ocupación se convirtió en una especialidad dentro de la administración autonómica, lo que supuso que, sin llegar a ser un cuerpo especial como en Cataluña o Madrid, obtuviera un régimen especial respecto al resto de funcionarios (jornadas y horarios, imposibilidad de acceso por sistema de concurso desde otros puestos de la Administración General, edad de jubilación forzosa a los 65 años o reconocimiento expreso como agentes de la autoridad). Se siente cierta añoranza del término más romántico y del marco competencial del agente forestal, sentimiento que en el fondo todos llevamos por dentro, y que la Ley de Montes estatal afortunadamente nos reconoce con independencia de la denominación específica que tengamos en cada comunidad autónoma. Aunque nuestros servicios se realizan mayoritariamente en el medio natural, nos hemos tenido que adaptar para poder abordar todas las materias que en la actualidad debemos asumir, dentro de lo que hemos llamado en denominar las líneas de trabajo marrón (prevención y calidad ambiental) y azul (agua y costas). No se requieren los mismos conocimientos para abordar un incidente por vertido, inspeccionar un vertedero, realizar un censo de fauna amenazada, valorar el grado de afección de una
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plaga, planificar unos trabajos de corta o dirigir el ataque inicial de un incendio forestal. A este extenso elenco de funciones se añaden las derivadas de las últimas competencias transferidas a la Junta de Andalucía como el control de los planes de explotación de playas y sus instalaciones o la labor de policía de aguas en el contexto territorial de las cuencas hidrográficas intracomunitarias. Los agentes acabamos dominando todas estas materias gracias al conocimiento de la problemática de cada zona, o bien a través de una especialización más funcional que orgánica. Este proceso de especialización se orienta igualmente a determinadas actividades que requieren unas capacidades físicas especiales, como la Unidad Vertical de Conservación Ambiental (UVCA), o de metodologías de investigación específicas, como la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF), las unidades especiales de lucha contra el envenenamiento de fauna o los agentes especializados en protección ambiental. El hecho de que los agentes de medio ambiente seamos una estructura transversal (debemos dar respuesta a todos los asuntos relacionados con la normativa medioambiental) y operativa (pues somos el brazo de la administración ambiental con un contacto más próximo con el territorio), justifica que desde hace años no dependamos de ninguna Dirección General concreta, ni de ningún Servicio a escala provincial. Pese a que seguimos manteniendo un mayor vínculo profesional con la gestión del medio natural, dependemos a nivel regional de un secretaría general y a nivel provincial directamente del delegado o delegada territorial. En la actualidad, con la nueva configuración del gobierno autonómico andaluz, dependemos de la Secretaría General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. En cuanto a nuestra organización interna, los agentes andaluces mantenemos una estructura jerarquizada, autónoma e independiente, aunque coordinada con el resto de servicios. En los servicios centrales de la Consejería disponemos de una coordinación regional, representada por un coordinador regional (grupo A1) y un coordinador regional adjunto (grupo A2/C1); mientras que en las delegaciones territoriales de cada provincia y en los espacios naturales de Doñana y Sierra Nevada existe al frente del colectivo un coordinador provincial y un coordinador general respectivamente (grupo A2/C1), todos ellos puestos de libre designación. En cada provincia o espacio el territorio 2019. N.o 74
se divide en unidades biogeográficas (comarcas), y éstas a su vez en unidades integrantes, al frente de las cuales hay un coordinador de unidad biogeográfica y un coordinador adjunto. Esta estructura permite una mejor organización de las diferentes emergencias, incidencias, actuaciones o planes de inspección en los que se viene a desarrollar cada día de trabajo. En la actualidad estos 800 hombres y mujeres, éstas últimas aún en una proporción mucho más baja (en torno al 12 %), resultan insuficientes para abordar el amplio abanico de competencias que debemos asumir. La relación de puestos de trabajo posiblemente no llegue al 70 % de cobertura y preocupa el relevo generacional, después de doce años sin llegar nuevos funcionarios. Hace apenas unas semanas se han incorporado 19 nuevos agentes y se espera que se convoquen 65 plazas próximamente, correspondientes a las ofertas de empleo público de 2017 y 2018, lo que se percibe como una bocanada de aire fresco. El colectivo presenta una edad media bastante avanzada, en torno a los 50 años, y nos preocupa que el traspaso de la memoria histórica profesional y el pleno conocimiento del territorio no se produzcan a tiempo, muy especialmente en la gestión, salvaguarda y gobernanza de los montes públicos. El acceso mediante oposición, hasta la fecha y desde que se convocaron las primeras plazas, no exige una titulación específica; se pide el título de bachiller o equivalente. Esto trae consigo que en los últimos años hayan accedido muchos compañeros con titulaciones universitarias muy variadas, incluidos ingenieros de montes e ingenieros técnicos forestales, que fundamentalmente buscan una estabilidad en el empleo y un nicho profesional parecido a su formación curricular, como ocurre con otras titulaciones como las licenciaturas o grados en ciencias del mar o ambientales. Esto hace que el colectivo se vea enriquecido con esa alta formación multidisciplinar, pero también en muchas ocasiones, que la permanencia en el cuerpo sea temporal, una ventana de oportunidad hasta conseguir dar el salto a otros puestos dentro de la administración pública. De igual forma, se observa una tendencia generacional -has-
El hecho de que los agentes de medio ambiente seamos una estructura transversal y operativa, justifica que desde hace años no dependamos de ninguna Dirección General concreta, ni de ningún Servicio a escala provincial. Pese a que seguimos manteniendo un mayor vínculo profesional con la gestión del medio natural, dependemos a nivel regional de un secretaría general y a nivel provincial directamente del delegado o delegada territorial
ta cierto punto lógica- respecto a las relaciones con la ciudadanía, estrechamente relacionada con el modus vivendi de los agentes de medio ambiente más jóvenes. En el pasado lo habitual era que el agente forestal contratara directamente a los trabajadores forestales y pagara los jornales, viviera en la casa forestal o en el pueblo en el que trabajaba y fuera incluso un referente más dentro de las autoridades locales, interrelacionándose con su vecindad. En la actualidad es más frecuente vivir fuera del entorno laboral, huyendo en parte de la presión social que se pueda sufrir, desplazándose a diario desde el lugar de residencia, lo que implica quizás un mayor distanciamiento con el habitante del medio rural.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / LA ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LOS AGENTES MEDIOAMBIENTALES
Manel Vidal Agente rural y ex-coordinador de l’Agrupació d’Agents Rurals de CC.OO.
El Cos d'Agents Rurals de Cataluña: un modelo por consolidar En la década de 1980, con el traspaso de la guardería forestal a las comunidades autónomas, fueron surgiendo nuevos sistemas organizativos. En términos darwinianos podríamos hablar de una eclosión de diversidad, la cual, irremediablemente, conllevará una selección natural. En nuestra lucha por la supervivencia algunos cuerpos de agentes forestales hemos innovado hasta convertirnos en referentes a seguir, para luego morir de gloria y esperar que un nuevo referente nos marque la siguiente etapa del camino. Agradezco la oportunidad que me brinda esta revista para exponer los distintos modelos de guardería desde la perspectiva de los propios agentes. Escribo en nombre propio, pero con la creencia de que mi visión está nutrida por cientos de opiniones de compañeros y compañeras después de 14 años de representación sindical en el Cos d’Agents Rurals (CAR). A nivel estatal disponemos de un marco legal que nos define como un cuerpo de funcionarios con una vertiente técnica para las funciones de colaboración en la gestión (forestal, cinegética, piscícola…) y una vertiente policial con funciones coercitivas. Por ello, ya en el Decreto 2481/1966, de 10 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento del Cuerpo Especial de Guardería Forestal del Estado, se nos reconocía la condición de agentes de la autoridad y de policía judicial. En el medio siglo de trayecto entre el Reglamento de 1966 y la Ley de 2015 se nos han encargado multitud de funciones, tanto en planes de emergencias y respuesta al 112, como de protección medioambiental. Durante estos años las distintas administraciones han declarado nuevos espacios naturales protegidos, han regulado más actividades, han requerido evaluaciones de impacto ambiental, han ampliado los supuestos penales de protección del medio ambiente y del delito de incendio forestal, etcétera. Cada vez son más las actividades en las que se nos requiere una actuación inspectora o incluso coercitiva. Sin embargo, en todas las comunidades autó-
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nomas se ha evitado dotarnos o se ha retirado el arma prevista en el Reglamento de 1966, y raramente se nos ha dado formación en autoprotección. Entre agosto de 1980, en Cangas de Narcea, y enero de 2017, en Aspa, cinco agentes forestales fueron asesinados en España. Esta es la punta del iceberg de cientos de agresiones y miles de amenazas. Casi 25 años después de la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales vemos que nuestras direcciones organizativas o bien olvidaron su responsabilidad, o bien nos equipararon a personal de oficina, sin evaluar y paliar los riesgos específicos de los agentes. Corregir este déficit de seguridad deber ser la prioridad tanto de los
A nivel estatal disponemos de un marco legal que nos define como un cuerpo de funcionarios con una vertiente técnica para las funciones de colaboración en la gestión (forestal, cinegética, piscícola…) y una vertiente policial con funciones coercitivas. Por ello, ya en el Decreto 2481/1966, de 10 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento del Cuerpo Especial de Guardería Forestal del Estado, se nos reconocía la condición de agentes de la autoridad y de policía judicial. 2019. N.o 74
A nivel autonómico, con la creación del CAR en Cataluña en 1986 se liquidó la dependencia funcional del cuerpo de ingenieros. No se asignó personal facultativo dedicado a la gestión del cuerpo, por lo que las decisiones organizativas las tomarían los responsables políticos asesorados por unos pocos mandos. El cometido y la preparación de estos mandos era para la toma de decisiones operativas, nada que ver con las habilidades que requiere la organización de un servicio público con la dimensión y exigencias del CAR en el siglo XXI.
dirigentes de los cuerpos, como de sus representantes sindicales y de la plantilla al completo. A nivel autonómico, con la creación del CAR en Cataluña en 1986 se liquidó la dependencia funcional del cuerpo de ingenieros. No se asignó personal facultativo dedicado a la gestión del cuerpo, por lo que las decisiones organizativas las tomarían los responsables políticos asesorados por unos pocos mandos. El cometido y la preparación de estos mandos era para la toma de decisiones operativas, nada que ver con las habilidades que requiere la organización de un servicio público con la dimensión y exigencias del CAR en el siglo XXI. En este ambiente de desgobierno y falta de dirección las iniciativas sindicales tuvieron su oportunidad. Así nacieron la Ley 17/2003 del CAR, sus reglamentos, un artículo en el Estatuto de Autonomía, las ampliaciones de personal, distintas mociones del Parlamento, el Plan Estratégico del CAR y un largo etcétera. No obstante, muchas de estas iniciativas no se han cumplido. La gran innovación de la Ley 17/2003 del CAR fue la creación de las escalas ejecutiva (grupo A2) y superior (A1) en el propio cuerpo. Esto debía implicar una mayor tecnificación, en especial de los mandos, pues para dirigir y gestionar el cuerpo sería un requisito pertenecer a estas escalas, a las que se accedería por concurso-oposición. A pesar de esta Ley, la jefatura y la dirección de la Consejería decidieron seguir convocando plazas de mando como si nada hubiera cambiado. Sindicatos y particulares recurrieron sin éxito las primeras convocatorias, incluso en vía contencioso-administrativa. En 2007 se aprobó el Reglamento del CAR, que intentó consolidar la forma nombramiento de mandos de los últimos años (que unos años después se declararía irregular) mediante disposiciones transitorias. El Colegio de Ingenieros de Montes, en legítima defensa de su actuación profesional, impugnó el reglamento (Recurso 1004/2008). A partir de entonces, en lugar de seguir la Ley 17/2003 para nombrar a los mandos con carácter definitivo mediante convocatorias de la escala ejecutiva por concurso-oposición, se decidió nombrarlos de forma provisional
tras una selección (supuesta en mi opinión) basada en una entrevista y lectura de un currículum. En 2012 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictó sentencia (120/2012) que declaró la nulidad de los nombramientos definitivos realizados entre 2003 y 2007. Frente al modelo de la Ley 17/2003 que pretendía tecnificar el cuerpo, garantizando la carrera profesional bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad, se ha impuesto otro modelo donde prima la lealtad a las personas que ostentan el poder ante la lealtad a la propia institución. La Ley del CAR modificó los sistemas de selección, los requisitos de acceso, el grupo de titulación, los niveles y las funciones de la cadena de mando. En algún momento deberá adaptarse la relación de puestos de trabajo, entrando en uno de los supuestos en que la normativa de la función pública permite la remoción de funcionarios de un puesto al que hubieran accedido por concurso, como es el caso de los actuales mandos con puestos definitivos. Disponemos un modelo diseñado en 2003, como el que está funcionando en Estados Unidos, Canadá, Australia o Francia, donde se conjuga la oportunidad laboral para profesionales cualificados con la necesidad de tecnificación del colectivo. Sin embargo, seguimos con la misma estructura y cultura organizativa que se transfirió en 1986. Los actuales gobernantes disponen de un marco legal, el de la función pública, que les permitiría mutar el ADN del CAR. Mientras tanto observamos que en la Comunidad de Madrid se está implantando el modelo de su Ley de 2002, equivalente a la nuestra de 2003 en cuanto a la tecnificación. Vemos que cuando en las sillas de las decisiones se deja sentar el talento aparecen el impulso y el dinamismo que garantizarán la supervivencia de la siguiente generación de los cuerpos dedicados a la protección de la naturaleza. Una generación capaz de integrar en sus diferentes escalas, a las y los mejores obreros, capataces, técnicos, ingenieros, juristas, gestores… Finamente, en Cataluña se ha puesto en marcha la primera oposición para la categoría de subinspector (grupo A2, escala ejecutiva), que supone una gran oportunidad tanto para los profesionales cualificados como para la institución del CAR. Como diría el gran poeta Miquel Martí i Pol “todo está por hacer y todo es posible”.
Disponemos un modelo diseñado en 2003, como el que está funcionando en Estados Unidos, Canadá, Australia o Francia, donde se conjuga la oportunidad laboral para profesionales cualificados con la necesidad de tecnificación del colectivo. Sin embargo, seguimos con la misma estructura y cultura organizativa que se transfirió en 1986. Los actuales gobernantes disponen de un marco legal, el de la función pública, que les permitiría mutar el ADN del CAR.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Conceptos de rentabilidades privadas: estudio aplicado en dehesas de Andalucía y Extremadura Pablo Campos Profesor de Investigación. Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Las grandes dehesas de encina privadas1 muestran rentabilidades competitivas, con acusadas variaciones interanuales vinculadas al precio de la tierra. Una parte relevante de esa rentabilidad se explica por la revalorización real de los servicios de amenidades disfrutados por los propietarios. La paradoja económica de las dehesas es que la insuficiente regeneración de su arbolado no ha producido la depreciación real del precio de mercado de la tierra a largo plazo. La tendencia persistente de degradación de la productividad biológica de las formaciones adehesadas, coexistiendo con la favorable rentabilidad privada, prueba que las fuerzas del mercado y la política del Gobierno no atienden a la adecuada conservación de su productividad biológica. Si se desea su recuperación biológica, más allá de la rentabilidad de las inversiones, serán necesarias nuevas políticas públicas, concertadas con los propietarios, para mitigar el decaimiento del arbolado adehesado. Este estudio revisa las rentabilidades privadas y las estima, a título ilustrativo, aplicando los sistemas de cuentas agroforestales y estándar a grandes dehesas de encina privadas de Extremadura y Andalucía. Palabras clave: Cuentas agroforestales y estándar; amenidad privada; servicios del ecosistema; renta ambiental.
INTRODUCCIÓN as dehesas son objeto de preocupación por la degradación de la productividad biológica de su arbolado y la decadencia comercial de sus pastos, aprovechados por por
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las especies ganaderas y cinegéticas (Ovando et al., 2015; Senado, 2010; Urbieta et al., 2011). Los propietarios de dehesas aceptan generalmente una gestión empresarial conservacionista, pero las divergencias surgen 2019. N.o 74
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Alberto Hurtado
cuando se trata de llevar a la práctica sus diferentes ideas de rentabilidad económica y conservación del capital natural. En este estudio el análisis de las economías silvopastorales de las dehesas parte de asumir que los propietarios tienen como motivaciones para continuar con la propiedad de sus fincas la obtención conjunta de beneficios monetarios y el disfrute particular de los servicios de amenidades privadas, además de las expectativas de revalorización real del precio de la tierra a largo plazo. García (2011) propone integrar la gestión de las dehesas “desde el punto de vista productivo, de tal forma que el interés vaya encaminado a restaurar el equilibrio medioambiental con el empresarial, permitiendo una rentabilidad que facilite la reinversión en el medio”, lo que permite “el mantenimiento del escenario natural donde desarrollamos nuestra actividad agraria, con la seguridad de encontrar el retorno económico que precisa nuestra labor”. En este estudio los propietarios de las dehesas de Andalucía no realizan trabajo físico (generalmente se ocupan de aspectos de gerencia), priorizan el consumo particular de amenidades y aceptan el coste de oportunidad monetario en el que incurren por sus inversiones manufacturadas en las actividades comerciales. Entre los propietarios de las dehesas de Extremadura predomina el trabajo asalariado, pero con una notable presencia de trabajo no asalariado (familiar), por lo que estos propietarios son trabajadores físicos directos, generalmente a tiempo parcial, que priorizan la consecución de una renta mixta (incorpora la reinversión por cuenta propia); asumimos que aceptan remuneraciones monetarias por hora de trabajo a precios inferiores a las de los asalariados de sus fincas. La producción ganadera ha sido en el pasado la que ha motivado a los propietarios a crear el paisaje cultural de las dehesas, para favorecer la productividad de los pastos (hierba, ramón, bellotas y otros frutos). La importancia relativa de los múltiples bienes y servicios privados de las dehesas está cambiando en las últimas décadas a favor de la revalori-
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zación del autoconsumo de servicios de amenidades privadas (Campos y Mariscal, 2003; Ovando et al., 2015; Oviedo et al., 2015). Este cambio económico está motivando, ante el retroceso de la ganadería, la expansión de especies cinegéticas en grandes dehesas de zonas con menor productividad de pastos; y la compra de dehesas por nuevos propietarios dispuestos a aceptar menores rentabilidades monetarias de las producciones comerciales a cambio del disfrute particular del autoconsumo de los servicios de las amenidades privadas (en adelante amenidades)2. Las declaraciones de los propietarios ponen de manifiesto que el concepto de rentabilidad que tienen de sus dehesas depende de sus preferencias. Los grandes propietarios suelen manifestar: unos, que la cría extensiva de ganado no es rentable3; y, otros, que el beneficio (margen o excedente) comercial inferior al normal de las inversiones en los animales que crían es equivalente al coste de oportunidad que tienen que aceptar por verse favorecidos con el autoconsumo de las amenidades, que perderían si vendieran sus dehesas (Campos y Mariscal, 2003; Oviedo et al., 2015). El objetivo de este estudio es explicar de forma crítica los conceptos y métodos de las mediciones del precio de la tierra (activo ambiental), el valor añadido neto, la renta ambiental, los servicios del ecosistema y las tasas de rentabilidades privadas en grandes dehesas de encina privadas de Andalucía (Ovando et al., 2015) y Extremadura (Gaspar et al., 2007), con una superficie media de 679 y 600 hectáreas respectivamente. Los propietarios de dehesas españolas de 200 o más hectáreas (con una extensión media de sus propiedades de 500 ha) representan el 4 % del total de propietarios, y gestionan el 62 % de la superficie de formaciones adehesadas y dos tercios de los 3,6 millones de hectáreas de la superficie total de dehesas españolas del oeste y suroeste (MAPA, 2008). Las variables económicas son estimadas aplicando las metodologías de Cuentas Agroforestales (Ovando et al., 2015) y Cuentas Económicas de la Agricultura y la Selvicultura (en ade-
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lante cuentas estándar) del Gobierno (Comisión Europea, 2001). CONCEPTOS Y MÉTODOS DE ESTIMACIÓN DE LAS RENTABILIDADES PRIVADAS Cuentas agroforestales de las dehesas de Andalucía as Cuentas Agroforestales (CAF) aplicadas a las dehesas de Andalucía se diferencian respecto a las cuentas estándar (CE) en la temporización de la medición del beneficio de explotación (BE) y en la incorporación del beneficio ambiental de la actividad de amenidades (BEaa). La discrepancia del momento en el que se mide el beneficio se debe a que las CAF miden los beneficios en el periodo que se generan los productos y las CE los estiman en el momento que son cosechados.
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Amenidad privada. La actividad de amenidad privada es omitida por las CE por no formar parte de la lista de actividades económicas de la contabilidad nacional estándar. No obstante, en teoría sería conceptualmente elegible por ser el precio del activo ambiental de amenidad inseparable del precio de la tierra agraria. El servicio de amenidad lo hemos valorado en las dehesas del oeste y suroeste de España por medio de encuestas a los propietarios, aplicando el método de valoración contingente (Campos y Mariscal, 2003; Ovando et al., 2015; Oviedo et al., 2015). Capital inmovilizado. Se necesita una estimación del capital medio invertido en la dehesa (en adelante capital inmovilizado) en el periodo corriente, que sea comparable con el de la misma inversión en otro activo no agrario4. El capital inmovilizado (CIN) está compuesto del capital inicial (Ci) y el capital circulante medio (CCme) empleados en las actividades de la dehesas. La valoración del capital inicial (Ci) de la dehesa depende de los precios de mercado imputados de la tierra (Ti) y del capital manufacturado (Cmi). La tierra inicial (Ti) se clasifica en capital fijo
ambiental inicial de las actividades comerciales (CFcai) y de la actividad de amenidad (CFai). El Cmi se compone del capital fijo manufacturado inicial (CFmi) y el inventario inicial de productos en curso manufacturados (PCmi) de las actividades comerciales privadas. Estimo el CCme asumiendo que incorpora los consumos intermedios comprados (CIc), el coste de la mano de obra asalariada (MOa), las ventas (PFv), las subvenciones de explotación (SE) y las compras de capital fijo manufacturado del periodo (CFmc), que se reparten mensualmente por igual cuantía5: Cmi = PCmi + CFmi CCme = (CIc + MOa + CFmc – PFv – SE)/2 Renta de capital. Es la suma del beneficio y la ganancia de capi2019. N.o 74
Ardeida
tal. El beneficio (BE) es la renta de capital embebida en los valores de las producciones consumidas y acumuladas al final del periodo corriente de las actividades económicas que gestiona el propietario de la dehesa. El BE se estima por el saldo de la diferencia entre el producto total y el coste total que resulta de las actividades agregadas de la dehesa (Ovando et al., 2015). La separación simulada del beneficio ambiental (BEa) y del beneficio manufacturado (BEm) puede dar lugar a valores nulos o positivos en el primero, y valores mayores o menores que cero en el segundo. El beneficio de los productos comerciales (BEc) puede ser medido por la observación de las transacciones en los mercados, pero el valor del servicio de amenidad no es comercializado,
así que el beneficio ambiental de la amenidad (BEaa) ha de ser estimado por métodos de valoración de servicios sin precios de mercado (Campos y Mariscal, 2003; Oviedo et al., 2015). La ganancia de capital a precio de productor (GCpp) incorpora la revalorización de los componentes del capital final (Cf) respecto de su valor inicial (Ci), las destrucciones (Cd) no anticipadas al inicio del periodo y los ajustes instrumentales (Caj) de consumo de capital fijo y de crecimientos naturales por sus precios ambientales iniciales, que evitan la doble contabilización de la medición de la renta de capital (Ovando et al., 2015). Renta ambiental privada. Se define como la contribución económica regalada de la naturaleza a la
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renta total privada de la dehesa en el periodo corriente. Esta definición de la renta ambiental equivale al concepto de servicios del ecosistema sustentable en el periodo corriente. Las cuentas agroforestales miden la renta ambiental a partir de los valores residuales de las cuentas de producción y balance, respectivamente, de beneficio ambiental (BEa) y ganancia de capital ambiental (GCa). A partir de esta identidad se llega a la identidad que relaciona la renta ambiental (RA) con los servicios del ecosistema corrientes (SEC) y la variación de patrimonio neto ambiental ajustado (VPNaaj) por las extracciones de productos naturales en curso cosechados (EXNc) y valorados por su precio ambiental (Campos, 2015; Campos et al., 2019):
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donde BEao es beneficio de explotación ambiental ordinario, CN es crecimiento natural, valorado a precio ambiental descontado a la tasa de rentabilidad privada del 3%, SEC es servicios del ecosistema del periodo corriente, VPNaaj es variación de patrimonio neto ambiental ajustado por las extracciones de productos ambientales en curso y EXNc son extracciones de productos ambientales en curso. Rentabilidad total. La tasa de rentabilidad total corriente (rtc) de la dehesa se estima por el cociente entre la renta de capital (RC) y el capital inmovilizado (CIN). La rtc se separa en tasa de rentabilidad de explotación corriente (rec) y tasa de ganancia de capital corriente (gc). La tasa de ganancia de capital real (gr) se obtiene deflactando la gc por el índice medio anual de precios al consumo.
CUENTAS ESTÁNDAR os conceptos y valoraciones de los capitales privados de las CAF y CE son idénticos. Las cuentas de producción de ambas metodologías contables ofrecen cambios notables descritos a continuación. Las CE no miden la renta de capital total de la dehesa, ya que omite la valoración de la ganancia de capital. Las CAF y CE tienen una ligazón directa que consiste en restar las omisiones netas a precio de productor (ONpp) de las correspondientes variables estimadas por ambos sistemas de cuentas aplicados en las dehesas estudiadas. Las omisiones de las CE de variables que sí son explícitamente contabilizados por las CAF son: — Los crecimientos naturales (CN), valorados al final del período corriente, de productos leñosos en proceso de producción (corcho y leña) y los recursos cinegéticos inventariados que se espera serán recogidos en el futuro. — El beneficio ambiental de la actividad de amenidad (BEaa). — Las existencias iniciales inventariadas cosechadas (EXNc) durante el periodo corriente de productos naturales leñosos y de fauna cinegética.
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Las estimaciones de la Tabla 2 se obtienen de aplicar las siguientes expresiones que ligan las cuentas de producción de los sistemas CAF y CE: ONpp = CN + BEa – EXNc VANppCE = VANppCAF – ONpp BEppCE = BEppCAF – ONpp VANpbCE = VANppCE + SE BEpbCE = BEppCE + SE Los beneficios de las actividades comerciales de las CE (que arriba se ha resaltado que no valoran el beneficio de la actividad de amenidad privada) no separan sus componentes de beneficio ambiental ordinario y beneficio manufacturado. El beneficio ambiental de la inversión por cuenta propia no está estimado en las CE por omitir el crecimiento natural. Estas omisiones imposibilitan la separación de la renta de capital en renta ambiental y renta de capital manufacturada. Esta última renta es necesaria estimarla para conocer la rentabilidad de la inversión manufacturada inmovilizada de los propietarios. Mi revisión de las CE de Gaspar et al. (2007) para las dehesas de Extremadura se refiere a la valoración del coste de la mano de obra no asalariada y del capital inmovilizado para estimar las rentabilidades de explota-
Alberto Hurtado
RA = BEa + GCa = BEao + CN + GCa = BEao + EXNc + CN + GCa – EXNc SEC = BEao + EXNc VPNaaj = CN + GCa – EXNc RA = SEC + VPNaaj
ción corrientes de forma conceptualmente homogénea con la aplicación de las CE en Andalucía. Estimo la remuneración horaria de la hora de trabajo no asalariado (familiar) en el 80 % de la correspondiente al trabajo asalariado de las dehesas de Extremadura. La revalorización de la tierra inicial de las dehesas extremeñas la estimo por la variación en 2005 del precio de la tierra de pastizales en Extremadura (omito la ganancia del capital fijo manufacturado por falta de información). En las dehesas andaluzas (Ovando et al., 2015) se aplican las subcuentas agrícola y ganadera (CEA) y selvicultura (CES), mientras que en las extremeñas (Gaspar et al., 2007) solo se estima la primera (CEA). El resultado de la omisión por las CE de los servicios de amenidad privada es la subvaloración del beneficio ambiental ordinario del propietario de la dehesa, y, por consiguiente, la estimación de tasas de rentabilidades de explotación corrientes inferiores a las que en la realidad obtienen los propietarios en el periodo corriente. ANÁLISIS DE LAS RENTABILIDADES PRIVADAS EN DEHESAS ANDALUZAS Y EXTREMEÑAS Cuentas agroforestales de dehesas de Andalucía os propietarios obtienen un beneficio manufacturado negativo de las actividades comerciales en las dehesas de Andalucía (Tabla 1). Está pérdida es contrarrestada principalmente por el beneficio ambiental de la actividad de amenidad. Considerando los resultados medios, los propietarios obtienen beneficios positivos en el conjunto de las actividades de las dehesas de Andalucía, si bien son moderados a precio de productor (antes de considerar las subvenciones) y a precio básico (después de añadir las subvenciones). Las ganancias de capital procedentes de las revalorizaciones de las inversiones manufacturadas fijas iniciales, principalmente de la tierra, han sido notablemente negativas a causa de los descensos de los precios de las construcciones y los equipamientos (Ovando et al., 2015) y de la tierra
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de pastizales (MARM, 2011) en 2010. La suma de beneficios positivos y ganancias de capital negativas ofrece a los propietarios rentas de capital a precios de productor y básico positivas, aunque reducidas en 2010. Las
tasas de rentabilidades de explotación corrientes a precio de productor y a precio básico son, respectivamente, de 1,69 % y 2,06 % (Tabla 1). La secular volatilidad de los precios de la tierra causada por ciclos
Tabla 1.Cuentas agroforestales (CAF) de renta, capital y rentabilidad privados a precios de productor y básico de 24 grandes dehesas privadas andaluzas con predominio de encinas en 2010 Concepto
Abreviaturas y expresiones
1. Extensión media de las 24 dehesas
Valor 677,8 ha
2. Valor añadido neto a precio de productor
VANpp = MO + BEpp
240,2 €/ha
2.1 Mano de obra
MO = MOa + MOna
109,9 €/ha
2.1.1 Mano de obra asalariada
MOa
109,4 €/ha
2.1.2 Mano de obra no-asalariada
MOna
0,5 €/ha
2.2 Beneficio a precio de productor
BEpp = BEmpp + BEa
130,3 €/ha
2.2.1 Beneficio manufacturado
BEmpp
-158,4 €/ha
2.2.2 Beneficio ambiental
BEa = BEca + BEaa
288,6 €/ha
2.2.2.1 Actividades comerciales
BEca
53,9 €/ha
2.2.2.1 Actividad de amenidad
BEaa
234,7 €/ha
3. Subvención de explotación
SE
28,7 €/ha
4. Valor añadido neto a precio básico
VANpb = VANpp + SE
268,8 €/ha
5. Beneficio a precio básico
BEpb = BEpp + SE
158,9 €/ha
6. Ganancia de capital a pp
GCpp = GCm + GCa
-123,7 €/ha
6.1 Manufacturada
GCm
-68,7 €/ha
6.2 Ambiental
GCa
-55,0 €/ha
7. Renta de capital a precio de productor
RCpp = RCmpp + RA
7.1 Renta de capital manufacturada
RCmpp
-227,0 €/ha
7.2 Renta ambiental
RA = SEC + VPNaaj
233,6 €/ha
7.2.1 Servicios del ecosistema
SEC
332,8 €/ha
7.2.2 Variación de patrimonio neto ajustado
VPNaaj
-99,2 €/ha
8. Renta de capital a precio básico
RCpb = RCpp + SE
35,3 €/ha
9. Capital inmovilizado (CIN)
CIN = Ci + CCme
7.724,9 €/ha
9.1 Capital total inicial
Ci = Cmi + AAi
7.694,3 €/ha
9.1.1 Capital manufacturado inicial
Cmi
1.492,3 €/ha
9.1.2 Tierra inicial
Ti = Tci + Tai
6.202,0 €/ha
9.1.2.1 Actividades comerciales
Tci
3.336,4 €/ha
9.1.2.2 Actividad de amenidad
Tai
2.865,6 €/ha
9.2. Capital circulante medio
CCme
30,7 €/ha
10. Renta total a precio de productor
RTpp = VANpp + GCpp
116,5 €/ha
11. Renta total a precio básico
RTpb = VANpp + GCpp
145,01 €/ha
6,6 €/ha
12. Rentabilidad total corriente a pp
rtcpp = (RCpp/CIN)*100
0,09 %
12.1 Explotación corriente a pp
recpp = (MNEpp/CIN)*100
1,69 %
12.2 Ganancia de capital corriente a pp
gcpp = (GCpp/CIN)*100
-1,60 %
13. Rentabilidad total corriente a pb
rtcpb = (RCpb/CIN)*100
0,46 %
14. Tasa de explotación corriente a pb (recpb)
recpb = (RCpb/CIN)*100
2,06 %
15. Tasa de ganancia de capital reala
16. Rentabilidad total real a pb (rtrpp)
grpp
3,84 %
rtrpp = recpb + grpp
5,90 %
a Tasa anual media acumulativa de variación del precio de los pastizales neta de la tasa de inflación de los precios al consumo en el periodo 1994-2010. Fuente: Elaboración propia a partir de Ovando et al. (2015)
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Tabla 2. Cuentas estándar de renta, capital y rentabilidad privados a precios de productor y básico de una muestra de dehesas privadas andaluzas y extremeñas con predominio de las formaciones adehesadas de encinar Concepto
Abreviaturas y expresiones
Andalucía (2010)
1. Extensión media de las dehesas
Extremadura (2004-2005)a
677,8 ha
2. Valor añadido neto a precio de productor
VANpp
2.1 Mano de obra 2.1.1 Mano de obra asalariada 2.1.2 Mano de obra no-asalariada
600 ha
78,3 €/ha
506,24 €/ha
MO
109,9 €/ha
117,38 €/ha
MOa
109,4 €/ha
88,77 €/ha
MOna
0,5 €/ha
28,61 €/ha
2.2 Beneficio a precio de productor
BEpp
-31,6 €/ha
388,86 €/ha
3. Subvención de explotación
SE
28,7 €/ha
99,12 €/ha
4. Valor añadido neto a precio básico
VANpb: 2+3
107,0 €/ha
605,37 €/ha
5. Beneficio a precio básico
BEpb: 2.2 + 3
-2,9 €/ha
487,98 €/ha
6. Capital inmovilizado
CIN: 6.1 + 6.2
7.724,9 €/ha
7.997,13 €/ha
6.1 Capital inicial
Ci
7.694,3 €/ha
8.233,94 €/ha
6.1.1 Manufacturado
Cmi
1.492,3 €/ha
6.1.2 Tierra
Ti
6.202,0 €/ha
6.390,36 €/ha
6.2. Capital circulante medio
CCme
30,7 €/ha
-236,81 €/ha
7. Rentabilidad a precio de productor
recpp: (2.2/6) ·100
-0,40 %
4,86 %
8. Rentabilidad a precio básico
recpb: (5/6) · 100
-0,03 %
6,10 %
1,843.58 €/ha
a Valor medio de los dos años. Fuente: Elaboración propia a partir de Ovando et al. (2015) para Andalucía y Gaspar et al. (2007) para Extremadura
de varios años de subida seguidos de otros de bajada motiva que la variación de precios anual no deba ser tomada en consideración en el análisis de la rentabilidad total del periodo corriente. Esta última es recomendable estimarla incorporando tasas reales de variación de los precios de la tierra en periodos amplios. La Tabla 1 presenta una tasa de revalorización real anual acumulativa del 3,84 % de los precios de la tierra de pastizales en el periodo 1994-2010. Si añadimos esta tasa de ganancia de capital real a la tasa de explotación corriente a precio básico de 2010, la tasa de rentabilidad total real simulada de las dehesas andaluzas se situaría en el 5,90 % del capital inmovilizado total. Se justifica así la racionalidad inversora por parte de los propietarios de las dehesas que pueden pagarse el coste de oportunidad monetario que requiere sus autoconsumos de amenidades, y al mismo tiempo se garantizan la consecución de una rentabilidad total competitiva de su inversión total en la dehesa. En consecuencia, potencialmente puede ser un comportamiento inversor rentable de los propietarios que las inversiones manufacturadas en
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las actividades ganaderas y cinegéticas de las dehesas puedan ofrecer rentabilidades monetarias no competitivas y que sean los beneficios de las amenidades a los que contribuyen los animales los que justifican que se alcancen rentabilidades totales competitivas a largo plazo, aunque se constata un notable intervalo de variación interanual y anual entre las distintas tipologías de dehesas y propietarios. Esta oscilación de las rentabilidades no solo se justifica por la productividad de los activos ambientales (naturales) de la tierra y el capital manufacturado de las dehesas, sino que se ha sugerido que el saber del propietario ganadero hace que las rentabilidades de la ganadería varíen dependiendo del tipo de gestión que adopte (Gaspar et al., 2007). CUENTAS ESTÁNDAR DE DEHESAS DE ANDALUCÍA Y EXTREMADURA Dehesas de Andalucía. En las dehesas de Andalucía el VANpb de las actividades económicas medidos por las CE (Tabla 2) solo alcanza el 39,8 %, del que estima
las CAF (Tabla 1). El BEpb estimado por las CE es negativo (Tabla 2) y presenta un valor positivo en su estimación por las CAF (Tabla 1). Estos beneficios equivalen en la estimación de las CE a una tasa de rentabilidad de explotación corriente negativa del -0,03 % (Tabla 2) y positiva del 2,06% en las CAF (Tabla 1). Dehesas de Extremadura. La Tabla 2 presenta las mediciones de las rentas, capitales y tasas de rentabilidades corrientes revisadas con base en los datos de las diez dehesas de encinar predominante incluidas en el grupo 4 de Gaspar et al. (2007). El rasgo más diferenciador de los dos grupos de dehesas estudiadas es la vigencia determinante de la cría y cebo en régimen de montanera del ganado porcino ibérico y sus cruces en las dehesas extremeñas, mientras que en las dehesas andaluzas esta especie tiene una presencia notablemente menor. La Tabla 3 presenta la intensidad de empleo y el coste horario de la mano de obra en las dehesas de 2019. N.o 74
Andalucía (2010)
Concepto 1. Mano de obra total (UTA/100 ha)
Extremadura (2004-2005)a
0,78
0,94
2. Mano de obra total (h/ha)
14,1
16,92
2.1 Mano de obra asalariada (h/ha)
12,3
12,06
2.2 Mano de obra no-asalariada (h/ha)
1,8
4,86
3. Coste horario de la mano de obra total (€/h)
7,8
6,9
a Valor medio de los dos años. UTA - Unidad de Trabajo Anual de 1.800 horas; ha - hectárea; h - hora. Fuente: Elaboración propia a partir de Ovando et al. (2015: 283-289) y Gaspar et al. (2007: 157, Tabla 2).
Andalucía y Extremadura estudiadas. Los valores añadidos netos y los beneficios de las actividades económicas medidos por las cuentas estándar de las dehesas extremeñas superan notablemente a los de las andaluzas a precios de productor y básico (Tabla 2). Las tasas de rentabilidad de explotación corrientes a precios de productor y básico son relativamente elevadas, y no hay indicios claros que prueben que se deban a una mayor productividad en pastos y bellotas de las dehesas extremeñas (Tabla 2). El precio de mercado de la tierra de las dehesas extremeñas, 6.390 €/ha de media en 2004/2005, lo hemos actualizado a 2010 subiendo hasta 6.756 €/ha, teniendo en cuenta la evolución del índice de precios de los pastizales de secano en España. Este precio de la tierra de las dehesas extremeñas de 2010 sólo es un 8,9 % superior al precio de la tierra de las dehesas andaluzas (Tabla 2). La explicación a las diferencias de rentabilidades de explotación de las actividades comerciales obtenidas en ambos grupos de dehesas ha de deberse en cierta medida a la gestión aplicada por sus propietarios, y al mayor peso de la cría y cebe de la especie porcina en Extremadura. Los propietarios extremeños buscan obtener rentas mixtas apropiadas a sus necesidades personales que les ayuden a mitigar o evitar el coste de oportunidad monetario justificado por el disfrute de las amenidades, y de esta forma priorizan la inversión manufacturada ganadera que les resulta comercialmente rentable. La consecución de una “marca de autor” asociada al porcino de cebo en régimen de montanera es otra causa que puede explicar las tasas de rentabili-
dad de explotación superiores a las normales en las dehesas extremeñas estudiadas. No obstante, las oscilaciones de los beneficios de la cría de lechones y el cebo de cerdos ibéricos y sus cruces en las dehesas obliga a ser cautos sobre el juicio que debe hacerse de los beneficios de un solo año y su inferencia respecto a la rentabilidad normal de la especie porcina en la dehesa (Espárrago, 2015). REFLEXIONES SOBRE LA RECUPERACIÓN PRODUCTIVA DEL ARBOLADO DE LA DEHESA a escasa información científica disponible es concluyente sobre la competitiva rentabilidad de la dehesa comparada con la rentabilidad de la deuda pública o la inversión en bolsa en activos de bajo riesgo y escasa liquidez a corto plazo. También es cierto que la renta asociada a las leñas
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tiende a desaparecer, y la renta de los pastos está reduciéndose por falta de demanda en las zonas donde la ganadería declina. La bellota, aprovechada por los cerdos durante la montanera, requiere un coste de infraestructuras y rozas de matorral que limitan su expansión en muchas dehesas españolas. Las bellotas y el corcho incorporan una sobrevaloración de los beneficios por la omisión de los costes de reemplazamiento de las encinas y los alcornoques que mueren por causa del envejecimiento (MAPA, 2008), las enfermedades endémicas y las epidemias súbitas, ya que de considerarse los costes de regeneración del arbolado podrían desaparecer las rentas ambientales de las producciones de bellota y corcho a los precios de mercado actuales. La cría de especies cinegéticas no ofrecen rentabilidades comerciales competitivas y, al igual que ocurre con la ganadería de rumiantes, son los servicios intermedios no comerciales de estas actividades, destinados a contribuir a satisfacer las demandas de amenidades de los propietarios, los que motivan de una manera decisiva la continuidad de la gestión de las actividades comerciales de las grandes dehesas familiares (Campos y Carranza, 2018). ¿Dónde está la explicación al precio de mercado de la dehesas? Teniendo en cuenta que los productos comerciales de las dehesas no
Ardeida
Tabla 3. Mano de obra en una muestra de dehesas andaluzas y extremeñas
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Enrique García
ofrecen generalmente beneficios monetarios competitivos a precio de productor (mercado), a excepción del cebo en montanera de cerdos ibéricos (puros o cruzados), la justificación del precio de mercado de las dehesas solo encuentra su fundamento en el autoconsumo de las amenidades (recreo) de los propietarios. La aparente contradicción entre las opiniones de los propietarios citados en la introducción de este estudio y los resultados de rentabilidades de las dehesas de las Tablas 1 y 2 encuentran su justificación en los beneficios de las amenidades omitidos por las declaraciones de los propietarios y las CE del Gobierno. En otras palabras, los propietarios privados se pagan a sí mismos el coste de oportunidad monetario de la producción de los servicios de amenidades autoconsumidos en exclusiva en sus dehesas, cuando incurren en costes de oportunidad monetarios. También la administración pública reconoce este valor económico de las amenidades del propietario de la dehesa. La ley española del suelo
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establece que se puede pagar por la compra o expropiación de una finca rústica hasta un máximo de dos veces más que lo que valdría solo considerando los beneficios de sus aprovechamientos comerciales, ya que la otra mitad de su precio de mercado se debe al beneficio del flujo no comercial de las amenidades privadas del propietario (BOE, 2011). La Comisión Europea reconoce las limitaciones referidas de las CE, y ha acordado que Eurostat diseñe la metodología de las cuentas económicas de los ecosistemas para incorporarlas en el próximo reglamento de cuentas ambientales a implantar a partir de 2020 (La Notte et al., 2017). La superación de las limitaciones actuales del funcionamiento de las fuerzas del mercado y la política pública de la dehesa que rentabilizan la inversión del propietario principalmente a través del autoconsumo de amenidades, sin que se regeneren a largo plazo su arbolado y sus suelos, es un reto que corresponde abordar al Gobierno, en nombre de la sociedad actual y de las aún no nacidas,
para legárselas a las generaciones venideras en buen estado. La sociedad no es solo la española, sino la de todos los Estados miembros de la Unión Europea. Entre los activos ambientales públicos de las dehesas se encuentran la conservación del paisaje y la diversidad biológica y cultural. En consecuencia, es la política del Gobierno quien ha de atender la conservación de las dehesas en sus aspectos biofísicos, antropológicos, patrimoniales y etnológicos. A esta tarea de defensa de la conservación de la dehesa debería servir el mejor conocimiento científico disponible para contribuir a las decisiones del gobierno, los consumidores y los propietarios al que apeló Brundtland (1987): “Las políticas que menosprecian la ciencia y el conocimiento no pasarán la prueba del tiempo. Verdaderamente, no hay otras bases para las decisiones políticas adecuadas que la evidencia del mejor conocimiento científico disponible. Esto es especialmente cierto en los campos de la gestión de recursos [naturales] y la protección ambiental”. 2019. N.o 74
Alberto Hurtado NOTAS 1 Los propietarios privados en el estudio de casos de dehesas de
este artículo son personas físicas todos auto-consumidores de amenidad privadas. 2 La propietaria Pía Sánchez defiende la necesidad de compensaciones del Gobierno a la actividad ganadera por su producción de servicios intermedios no comerciales que contribuyen a la conservación del servicio público del paisaje cultural de la dehesa y previene sobre el riesgo potencial de abandono de las actividades ganaderas que atribuye a la emergencia de las amenidades: “No queremos que se convierta [la dehesa] en simplemente un espacio de recreo, de señoritos que vienen de la capital y lo tiene como cortijo “ (Zuil, 2017).
REFERENCIAS BOE. 2011. Real Decreto 1492/2011, de 24 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de valoraciones de la Ley de Suelo. Boletín Oficial del Estado, 9 de noviembre de 2011. https://www.boe.es/boe/dias/2011/11/09/ pdfs/BOE-A-2011-17629.pdf. Brundtland GH. 1997. The scientific underpinning of policy. Science 277(5325): 457. Campos P. 2015. Renta ambiental del monte. Cuad. Soc. Esp. Cienc, For. 39: 35–71. Campos P, Caparrós A, Oviedo JL et al. 2019. Bridging the gap between national and ecosystem accounting. Application in Andalusian forests, Spain. Ecol. Econ. 157: 218–236. Campos P, Carranza J. 2018. ¿Por qué los propietarios optan por la gestión de la caza mayor en sus fincas? Trofeo 579: 52–55. Campos P, Mariscal P. 2003. Preferencias de los propietarios e intervención pública: El caso de las dehesas de la comarca de Monfragüe. Invest. Agr.: Sist. Rec. For. 12 (3): 87–102. Comisión Europea. 2001. Manual de las cuentas económicas de la agricultura y de la silvicultura CEA/CES 97 (Rev. 1.1). Oficina Estadística de las Comunidades Europeas, Luxemburgo. Espárrago F. 2015. Situación actual, oportunidades y amenazas para el cerdo ibérico en las dehesas y montados. http://observatoriodehesamontado.juntaex.es/paginas/descargar_adjunto. php?id_adjunto=87&id_pagina=211. García JL. 2011. Esperanza en la dehesa. En: Alejano R, Domingo JM, Fernández M (Coords.) Manual para la gestión sostenible de las dehesas andaluzas. Pp. 9–10. Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa “Encinal”Universidad de Huelva, Huelva. Gaspar P, Mesías FJ, Escribano M et al. 2007. Economic and management characterization of dehesa farms: implications for their sustainability. Agrofor. Syst. 71: 151–162. La Notte A, Vallecillo S, Polce C et al. 2017. Implementing an EU system of accounting for ecosystems and their services. Initial proposals
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3 “Las cuentas no salen. El académico y propietario Clemente
Mata calcula que mantener una dehesa en la actualidad genera un déficit de unos 200 euros por hectárea, y las ayudas de la UE no cubren ni 100 euros, por lo que es el propietario quien tiene que asumir directamente las pérdidas por el mantenimiento de un ecosistema que va más allá de la explotación agraria e incluye un entramado social, cultural, medioambiental, gastronómico y paisajístico de incalculable valor“ (Limón, 2016). 4 Ignoro aquí, por motivos de simplificación del razonamiento, las diferencias de riesgo y plazos de recuperación de la inversión. 5 Omito, por falta de datos, las compras de animales y
otros capitales fijos del periodo corriente de las dehesas de
AGRADECIMIENTOS ste estudio ha contado con la financiación de los proyectos Renta y Capital de los Montes de Andalucía (RECAMAN) de la Junta de Andalucía y Valoración de Amenidades Silvo-pastorales (VAMSIL) del CSIC. Hago constar mi agradecimiento a María Isabel Martín, Luis Guzmán, María García y al grupo de técnicos contratados por sus contribuciones durante el trabajo de campo, a Bruno Mesa y Alejandro Álvarez por el tratamiento de la información, y a Gregorio Montero y Álvaro Espinosa por sus comentarios críticos a la versión preliminar de este estudio.
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Extremadura.. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Resultados de una gestión selvícola en el límite del inicio de la competencia en masas regulares de Pinus radiata D. Don en Balmaseda, País Vasco Mikel Otaola Urrutxi Ingeniero Técnico Forestal
En este trabajo se exponen los resultados de un modelo de gestión selvícola llevado a cabo en montes de utilidad pública de Balmaseda poblados por masas regulares de Pinus radiata D. Don. En 2006 se inició la gestión de estas masas mediante un régimen de clareos y claras en el límite del inicio de la competencia intraespecífica (LIC). El objetivo de esta gestión es evitar el declive del crecimiento y producción en volumen debido a la competencia que genera la elevada densidad en la gestión tradicional. El manejo de la densidad óptima para esta especie para alcanzar el máximo crecimiento es tan importante como la calidad de la estación. La producción obtenida supera hasta un 300 % a la resultante de la selvicultura tradicional. Esta gestión aúna objetivos selvícolas (máxima producción, madera de calidad y facilidad en la gestión), económicos (reducción del turno, menor densidad) y ecológicos (aumento de sumideros de carbono, mayor vigor de la planta), logrando acortar el turno a 22-28 años y alcanzar diámetros de 50-60 cm, alturas de 30-40 m y una producción de 24-50 m³/ha/año, con un crecimiento en volumen exponencial durante el turno. Palabras clave: límite del inicio de competencia; crecimiento y producción; índice Hart-Becking
INTRODUCCIÓN inus radiata es la primera especie forestal en el País Vasco (Inventario Forestal del País Vasco de
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2016), tanto en superficie (123.900 ha, un 33 % del total) como en volumen de existencias (28,6 millones de m³) y de cortas (80 % del total, entre 2019. N.o 74
Fig. 1. Dos modelos de gestión para una misma calidad de estación. Arriba.: Tradicional. Abajo: Límite del inicio de la competencia
1 y 2 millones m³/año). El 83 % de estas masas son de propiedad particular (Hazi, 2017). Desde la década de 1990 se ha producido un descenso continuado de su superficie, pasando de 152.000 ha en 1995 a 123.900 ha en 2016, mientras que en ese mismo periodo la superficie de plantaciones de Eucaliptus sp. ha aumentado un 20 % (500 ha anuales). A nivel mundial la tendencia es hacia la expansión en superficie, pasando de 650.000 ha reforestadas en 1950 hasta 4,2 millones de ha en 2013. Nueva Zelanda y Chile, con 1,54 y 1,48 millones de ha reforestadas respectivamente, encabezan la producción mundial para esta especie con 25 y 36 millones de m³ respectivamente (Mead, 2013). Algunos problemas estructurales en la gestión de Pinus radiata en el País Vasco son: baja rentabilidad, turnos largos (35-40 años), baja producción en volumen de las masas y escasa calidad de la ma-
dera. Tolosana et al. (2013) concluyen que para diferentes regímenes de claras en el País Vasco, el Valor Actualizado Neto (VAN) de las repoblaciones es negativo o reducido en ausencia de subvenciones. En 2009, la Mesa Intersectorial de la Madera del País Vasco indicó como debilidades la dependencia del mercado interno (fluctuación en el volumen de cortas) y la poca o nula tradición exportadora debida a la escasa calidad de la madera, que puede achacarse a un déficit en la gestión selvícola de esta especie (Otaola-Urrutxi y Errandonea, 2012), debiendo buscarse soluciones que incentiven la inversión, faciliten la gestión y mantengan la rentabilidad (Murrieta, 2006). Las masas productivas no abastecen las necesidades del mercado interno de madera aserrada (déficit de 1 millón de m3 en 2016), según los datos del MAGRAMA (2016). El crecimiento y la calidad de las masas de Pinus radiata
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en la cornisa cantábrica es muy inferior a las de Chile o Nueva Zelanda. De hecho, la importación de madera de Pinus radiata destinada a carpintería e industria del mueble desde Chile hacia España ha llegado a alcanzar los 250.000 m³/año durante la pasada década, por razones de calidad, homogeneidad y coste (Tolosana et al, 2013). El crecimiento medio anual (IMA) de Pinus radiata en España oscila entre los 8 y 14 m³/ha/año del País Vasco (Inventario Forestal de 2011) y los 8,1 a 19,8 m³/ha/año de Galicia (Sánchez et al., 2003). Los valores para otros países son de 14-34 m³/ha/año en Chile (Mead, 2013), 18-20 m³/ha/año en Perú (González, 1975, o 25-32 m³/ha/año en Nueva Zelanda (Palmer et al., 2010), alcanzando hasta 52 m³/ha/año de algunas parcelas de calidad I (Shula, 1989). En este último país, el crecimiento corriente anual (ICA) alcanzan los 54 m³/ha/año para masas entre 11 y 21 años (Maclaren y Knowles, 1999), y hasta 73 m³/ha/año, en masas de 9 a 13 años (Beets et al., 2011). La gestión selvícola tradicional en estas masas hace que las plantaciones ocupen la totalidad del sitio a una determinada edad, dependiendo de la densidad inicial, la intensidad de las cortas intermedias y la calidad de la estación. Al ocupar la totalidad del sitio y de los recursos (luz, agua y nutrientes) se alcanza el máximo crecimiento en la masa. A partir de ese momento comienza la competencia intraespecífica y es el punto de inflexión en crecimiento corriente. En Nueva Zelanda el declive del ICA se produce antes de los 15 años, y el de la altura entre 6 y 15 años (Mead, 2013), mientras que en Galicia el declive del ICA es entre los 9 y 11 años (Sánchez, 2001). En la gestión en el LIC no se produce ese punto de inflexión, por lo que el ICA permanece constante (Fig. 1). La diferencia tan significativa de la eficiencia del crecimiento, turno de corta y calidad en las masas de Pinus radiata en los diferentes países puede deberse por una parte a la estación y por otra a la gestión selvícola (manejo de la densidad a través de cortas intermedias, y por tanto, de la com-
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Tabla 1. Comparación del manejo de cortas intermedias e itinerarios selvícolas en Pinus radiata Región
Balmaseda (Vizcaya)1
Año 0 4-6 9-11 11-13 14-17 18-22 22-28
País Vasco2
Castilla y León3
Galicia4
Nueva Zelanda y Chile5
0 12 18 23 35 0 8 15 25 35 0 10-15 15-25 30-40 0 5-6 9-12 28
Tratamiento selvícola Repoblación (830-1.100 pies/ha) Clareo 550-600 pies/ha 1.ª clara 350-400 pies/ha 2.ª clara 275-325 pies/ha 3.ª clara 200-250 pies/ha 4.ª clara 150-200 pies/ha Corta final. Diámetro 50-60 cm. Altura 30-40 m Crecimiento del árbol al final del turno 0,2-0,4 m3/año Repoblación (1.100 pies/ha) Clareo improductivo 810 pies/ha 1.ª clara comercial 510 pies/ha 2.ª clara comercial 250 pies/ha Corta final Repoblación 1.100 pies/ha Clareo improductivo 10 % Primera clara 700 pies/ha Segunda clara 300-350 pies/ha Corta final Plantación 1.100-1.500 pies/ha Primera clara 600-700 pies/ha Segunda clara 300-400 pies/ha Corta final Plantación 1.000-1.250 pies/ha Clareo 700 pies/ha Clareo o clara para celulosa 350-400 pies/ha Corta final
Fuentes: 1 Otaola-Urrutxi y Errandonea (2012); 2 Basalde (2012); 3 Fernández y Sarmiento (2004); 4 DOG (2014); 5 Mead (2013)
petencia). En Chile y Nueva Zelanda las cortas intermedias (un clareo y una clara) a 6 y 15 años dejan una densidad de 350-400 pies/ha hasta el
final del turno (28 años). En la cornisa cantábrica se usan densidades de reforestación elevadas (aunque se han reducido desde 2.500 pies/ha hasta la
década de 1990 a 1.111-1.500 pies/ ha actualmente), y la gestión selvícola actual maneja densidades que duplican a las de los anteriores países, por falta o baja intensidad de las cortas intermedias (Tabla 1). La elevada densidad de las masas de Pinus radiata en la gestión tradicional produce un declive o bloqueo de la eficiencia del crecimiento al comenzar la competencia intraespecifica. Un buen indicador es el índice de Hart-Becking, que expresa el número de árboles y la altura dominante en una masa. En este estudio, para la gestión en el LIC su valor es de 2326 % a lo largo del turno. Para las masas de Pinus radiata antes de hacer claras su valor se estabiliza a partir de los 15 años entre el 19 y el 22 % para las calidades II y III vascas respectivamente (Sánchez y Rodríguez, 2008). En Galicia su valor antes de clara para calidades intermedias se estabiliza alrededor de los 15 años en el 15 % a 18 % (Sánchez, 2001). Para las características de esta especie, de temperamento robusto e intolerante a la competencia, la densidad excesiva produce un punto de inflexión o de culminación en la eficiencia de crecimiento a edad temprana (dependiendo de la densidad inicial, intensidad de claras y clareos y calidad de la estación). Diferentes estudios (Lewis y Ferguson, 1993; García, 1990; Savill et al, 1998) hacen
Fig. 2. Respuesta del árbol a la puesta en luz tras un clareo tardío
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Fig. 3. Clareo y poda baja en 2007 en el monte Buenos Aires
referencia a la competencia en las masas y su reacción a la puesta en luz tras una corta intermedia; puede variar desde dos a cuatro años, e incluso perder la capacidad de reaccionar durante un largo periodo de tiempo. Cuanto mayor y más duradera sea la competencia más lenta será la recuperación o respuesta de los árboles a las claras (Mead, 1990). Nuestros resultados para Balmaseda muestran una respuesta significativa en crecimiento del diámetro del árbol tras la puesta en luz (Fig. 2). Assmann (1970) afirma que dentro de un margen amplio de densidades no varía la producción total ni la altura dominante para una especie y una calidad de estación. Esta afirmación genera dudas una vez observados los efectos de la competencia tanto en el árbol como en la masa, y es discutible que esa “certeza experimental” sea aceptable en otras ramas de la ciencia. Un problema en la gestión de las masas forestales es el elevado número de años necesario para estudiar la densidad óptima a lo largo del turno. Dicha densidad es fundamental para
predecir el crecimiento y la producción de las masas y los árboles individuales, y de ese modo definir el itinerario selvícola adecuado a la especie y calidad de la estación. Por esta razón son incompletos los trabajos que han gestionado las masas en el LIC. Tan solo se han realizado estudios para esta especie durante un periodo limitado en Chile, en una masa de seis años (Espinosa et al., 1994). En la Península se han realizado ensayos de clareos y claras, siendo el trabajo más significativo el realizado en monte Bergonte, Galicia (Crescente et al., 2008; Diéguez-Aranda et al., 2009). Este estudio se comenzó en 2004 en una masa de doce años con densidad de 1.670 pies/ha, y sus conclusiones preliminares indican que la competencia afecta a los diámetros y a las alturas iniciales. Un objetivo principal de la investigación selvícola es predecir el crecimiento y la producción tanto del árbol individual como de la masa. Para ello es preciso conocer la ecología de la especie, para poder imitar y anticiparse a los procesos ecológicos que producen el declive del crecimiento en
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volumen. En el caso de Pinus radiata hay tres índices imprescindibles para conocer el estado de las masas y los árboles: el índice de copa viva que refleja el vigor de la planta, el índice o coeficiente de estabilidad mecánica del árbol (h/d) y el índice de espesura de Hart-Becking que expresa el cociente entre el espaciamiento medio de los árboles y la altura dominante (cuanto más pequeño es su valor, mayor es la espesura de la masa). En la gestión forestal tradicional de los montes públicos gestionados por la Diputación Foral de Vizcaya en Balmaseda se evidenció que la elevada densidad en la masa originaba el bloqueo del crecimiento y de la producción en volumen. La excesiva espesura generaba una gran competencia intraespecifica, reduciéndose el porcentaje de copa viva, y mantenía la estabilidad mecánica en el límite. Por ello, partir de 2006 se decide cambiar el modelo de gestión selvícola en todas las masas inferiores a diez años de edad. Se busca mantener el crecimiento y producción de las masas y concentrar el volumen en los mejores árboles seleccionados
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Fig. 4. Masa regular de Pinus radiata después de la primera clara comercial y poda en altura. Monte 125 Rio Sequillo
en las sucesivas cortas intermedias, evitando el declive de la eficiencia en el crecimiento en volumen. Para ello se comienza a gestionar esta especie en el LIC. Los objetivos de esta gestión son diseñar un itinerario selvícola sencillo
y simplificado que regule la densidad optima de las masas de Pinus radiata a lo largo del turno para que la eficiencia en crecimiento y producción se aproxime al potencial de la estación mediante la reducción del turno de 40 a 22-28 años y del número de árboles
a plantar y podar, lo que disminuye el coste de la gestión y aumenta la rentabilidad de la inversión. MÉTODOS l modelo de gestión tradicional en Balmaseda se basaba en claras
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Fig. 6. Homogeneidad de la masa para esta gestión
Fig. 5. Masa de Pinus radiata después de la segunda clara comercial (2014). Monte Buenos Aires
débiles en masas con alta densidad (índice Hart-Becking menor del 20 %), cercanas al autoaclareo, y turnos de más de 40 años (Plan de Ordenación 2009). El nuevo modelo de gestión en el LIC mantiene solo un estrato dominante mediante un plan de cortas intermedias de intensidad fuerte en la 1.ª clara, moderada en la 2.ª y débil en la 3.ª y 4.ª, con un turno de 22 a 28 años según la calidad de la estación. Respecto a estudios previos (Otaola-Urrutxi y Errandonea, 2012; Otaola-Urrutxi, 2013), se ha variado la intensidad de las claras, que pasa a ser fuerte. Este modelo busca el vigor de la masa y su estabilidad mecánica,
reduciendo la densidad y el coste de la gestión. Se optó por la mínima densidad posible, concentrando el crecimiento y la producción en los árboles de la masa principal. Sin embargo, en 2013 se observó que no hay declive o punto de inflexión en el crecimiento de la masa al llegar a la ocupación del sitio, sino que esta producción se mantenía desde el momento de la ocupación del sitio hasta el final del turno (Otaola-Urrutxi, 2013). Para hacer el seguimiento de esta gestión se ha establecido una red de 54 parcelas permanentes circulares, con radio de 10 m (315 m²), valor que se adapta correctamente a masas
Fig. 7. Manejo de la densidad de las masas de Pinus radiata para este modelo de gestión Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
muy homogéneas. A partir de 2013 las parcelas se replantean con hipsómetro, con el que se miden también las alturas. Las parcelas se inventarían anualmente midiendo el diámetro, altura y fracción de cabida cubierta. Estas parcelas se ubican en rodales de masas procedentes de reforestaciones realizadas desde el año 1996. En cada rodal se ubican una o dos parcelas en función de lo homogéneo que sea. También se han ubicado otras cinco parcelas permanentes en masas reforestadas entre 1988 y 1998, gestionadas mediante selvicultura tradicional hasta 2006, para contrastar su crecimiento y respuesta a las claras (Otaola-Urrutxi, 2013). Asimismo se ha medido el diámetro y establecido la edad de 1.258 pies talados entre 2006 y 2014 en masas procedentes de reforestaciones de la década de 1960. En Balmaseda había dos tipos de masas en 2006, cuando se inició esta gestión: unas de hasta diez años de edad, con densidades iniciales entre 1.600-1.800 pies/ha, procedentes de reforestaciones de la década de 1990, y otras de cuatro a seis años de edad, reforestadas a partir del 2000, con densidades de 1.100 pies/ ha. En esta gestión en el LIC se comienzan en ambas masas los trabajos
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Fig. 8. Dos modelos de gestión. Arriba.: Estado de autoaclareo. Abajo.: Limite del inicio de la competencia
selvícolas con un clareo fuerte hasta dejar una densidad de 550-600 pies/ ha. En esta primera corta se adecúa la masa para la primera clara comercial, en la que el 50 % del volumen tendrá destino de sierra, con trozas mayores de 14 cm en punta delgada. Tras el clareo, la estructura de la masa quedará compuesta por pies del estrato dominante. Por lo tanto, se evita la difenciación de los tamaños al regular la competencia intraespecifica. Se establecen masas regulares con buena estabilidad mecánica, con un porcentaje de copa viva superior al 60 % y un buen vigor de los pies.
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La primera clara se realizará entre los nueve y once años en función de la calidad de la estación. Debido al tamaño de la copa, la segunda clara tiene peso moderado, y la tercera y la cuarta, débil. Las claras de intensidad fuerte no tienen efecto en el crecimiento exponencial en volumen del árbol individual, pero si una gran pérdida en la producción de la masa por falta de ocupación del sitio. Con este itinerario selvícola, la producción tras las claras se recupera en 2-4 años y se evitan puntos de inflexión. La densidad de la masa principal al final del turno no excederá los 200 pies/ha.
RESULTADOS n enero de 2019 se han inventariado las parcelas permanentes por última vez. Se dispone de resultados para los tres rodales de mayor edad (Tabla 2) tratados con este modelo de gestión, y que están en el turno tecnológico (por tamaño del árbol y homogeneidad), con edades en torno a los 20 años. La calidad de estación no es homogénea, razón por la que se han hecho al menos dos parcelas. Para la gestión actual en el LIC se ha establecido un índice de HartBecking del 23-26 % y se ha rebajado el turno desde los 40 años de la ges-
E
2019. N.o 74
Tabla 2. Resultados de este modelo de gestión en los rodales de mayor edad. Buenos Aires Monte patrimonial
Peñueko Rodal 127a0315
Trapaguilla Rodal 124a0320 (parte)
2000
1999
1999
Densidad inicial
1.600 pies/ha
1.450 pies/ ha
1.400 pies/ha
Densidad actual
190 pies/ha
195 pies/ha
245 pies/ha
Parámetro Año de plantación
Volumen unitario Volumen masa principal Incremento volumen/ha
2,10
m3
2,20
393 m3/ha 38
m3
m3/árbol
2,45 m3/árbol
429 m3/ha
ha/año
40
m3
625 m3 /ha 50 m3 ha/año
ha/año
Altura dominante
31 m
30 m
32 m
Diámetro medio
47,0 cm
48,5 cm
51,0 cm
II
II
I / II
Calidad de la estación
tión tradicional hasta los 22-28 años, como ya estimábamos años atrás (Otaola-Urrutxi y Errandonea, 2012; Otaola-Urrutxi, 2013). Con esta espesura el crecimiento del árbol individual en volumen durante el turno es exponencial, presentando un incremento del diámetro normal prácticamente constante a lo largo del turno (Fig. 9). El crecimiento corriente en volumen del árbol individual al final del turno es de 0,2-0,4 m³/ha, valores que podrían ser más amplios a medida que se vayan incorporando nuevas masas y calidades. La producción media de la masa para esta gestión al final del turno esta comprendida entre 24 y 50 m³/ha/año. Si se compara la producción para una misma calidad de estación de la gestión tradicional (según el Plan de Ordenación Forestal de 2010, las mediciones pie a pie para la enajenación del aprovechamiento de la madera o los inventarios forestales) con los datos obtenidos con la nueva gestión, al final del turno puede alcanzar un incremento del 300 % en la producción de la masa principal. En la gestión tradicional el diámetro medio no sobrepasa los 52 cm para un turno de 47 años, y en este modelo se alcanzan 50-60 cm con turnos de 22-28 años. Para determinar la calidad de la estación es más fiable el crecimiento en diámetro que la altura dominante ya que este permanece prácticamente constante (Tabla 3). En esta gestión, tanto la altura como el diámetro están directamente relacionados con el manejo de la densidad. Sin embargo, en la práctica totalidad de los árboles de esta
Fig. 9. Crecimiento del árbol individual a lo largo del turno
Tabla 3. Calidades de estación según el crecimiento en diámetro del árbol Calidad de estación
Crecimiento en diámetro
I
≥ 3 cm/año
II
2,5 - 3 cm/año
III
2 - 2,5 cm/año
especie se producen defectos en las guías terminales por diferentes razones (bióticas o abióticas) a lo largo del turno, por lo que la altura podría variar en mayor medida. La altura dominante en los rodales de mayor edad presenta amplias diferencias si se comparan con los datos de la gestión tradicional. Para un índice de sitio a los 20 años las alturas dominantes varían entre 11 y 26 m en Galicia (Sánchez et al, 2003), entre 14 y 27 m en el País Vasco (Basoa, 2006)
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y entre 22 y 34 m con esta gestión en Balmaseda (Fig. 10). El manejo de la densidad de una masa en la gestión selvícola a lo largo del turno es determinante para poder alcanzar la producción cercana a la potencialidad de la estación. El manejo de las masas en el LIC permite al árbol individual crecer con el espacio necesario para aprovechar los recursos disponibles y mantiene la eficiencia en el crecimiento en volumen al ser constante la producción hasta el final
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del turno. La gestión de masas regulares mediante actuaciones selvícolas que manejan una densidad en el ini-
cio de la competencia intraespecífica evita el bloqueo del crecimiento y la producción de la masa, por lo que per-
mite alcanzar la máxima producción. Se reduce el turno tecnológico y se producen masas más regulares, con mayor estabilidad mecánica y árboles más vigorosos, y se abaratan los costos de gestión, alcanzando la máxima rentabilidad económica. Además, en esta gestión es fácil predecir el crecimiento y producción tanto del árbol individual y de la masa regular en cada fase del turno y definir el itinerario selvícola conveniente. Asimismo se obtienen árboles homogéneos (diámetro normal al final del turno comprendido en pocas clases diamétricas) y de alta calidad (escasa proporción de madera juvenil y corteza). Finalmente, al aumentar la producción de la masa se consigue aumentar el secuestro de carbono de manera proporcional. Tras estos resultados preliminares parece aconsejable una revisión de la selvicultura tradicional aplicada a esta y otras especies forestales en el LIC.
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Fig. 10. Índice de sitio para las calidades de estación para esta gestión en Balmaseda
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Caracterización de paisajes sonoros en parques urbanos. Aplicación en el parque del Retiro (Madrid) Álvaro Calleja Huerta1, Luis Díaz Balteiro1, 2, Carlos Iglesias Merchán1, 3, Mario Soliño Millán2, 4 1 Grupo de Investigación “Economía y Sostenibilidad del Medio
Natural”, Universidad Politécnica de Madrid 2 iuFOR, Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible, Universidad de Valladolid e INIA 3 CENERIC Research Centre 4 Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, Centro de Investigación Forestal (CIFOR)
El parque del Retiro es una de las zonas verdes más emblemáticas de la ciudad de Madrid. Este lugar tan turístico y frecuentado por los ciudadanos madrileños destaca por su localización céntrica, la variedad de usos y espacios que alberga, así como por las distintas actividades y la gran cantidad de visitantes. Toda esta variabilidad se ve reflejada en las características acústicas del parque. En este trabajo se expone una metodología para la caracterización acústica y la identificación de paisajes sonoros en parques urbanos. Los resultados muestran una zonificación del parque en la que se puede observar cómo los niveles de ruido y paisajes sonoros cambian su distribución dependiendo de los distintos periodos del día y de la semana. Esta zonificación podría ser utilizada como herramienta complementaria para la gestión y mejora de este tipo de espacios. Palabras clave: paisajes sonoros, parques urbanos, ruido, contaminación acústica
INTRODUCCIÓN os parques urbanos tienen una gran importancia en las ciudades, aportando beneficios tanto para el medioambiente como para las personas que los disfrutan. Estos beneficios abarcan desde la mejora de la salud física y mental, reduciendo el estrés o permitiendo hacer ejercicio en un espacio verde, hasta la reducción de la contaminación atmosférica o el aumento de la biodiversidad, entre otros (Jim y Chen, 2006; Konijnendijk et al.,
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2013; Liu et al., 2017). Para que estos parques desempeñen estas funciones es necesario que se encuentren en un buen estado de conservación y, por lo tanto, requieren un mantenimiento y una gestión específica. Frecuentemente esta gestión se limita a las actividades permitidas en el interior del parque, la gestión de actos y el mantenimiento de las zonas ajardinadas. Sin embargo, existen amenazas como es el caso de la contaminación acústica, que influyen mucho en la calidad ambiental del par2019. N.o 74
Fig. 1. Vista aérea del parque del Retiro. Fuente: Ortofoto del PNOA
que y en su disfrute por parte de los visitantes, especialmente si el parque urbano se ubica en el centro de una gran ciudad, como es el caso del Retiro. El parque del Retiro (Fig. 1) tiene su origen en el año 1630, cuando el rey Felipe IV ordenó su construcción junto con la de un palacio para uso recreativo de la familia real. Tras la guerra de la Independencia (1808-1814) el palacio y los jardines quedaron muy deteriorados debido a que fueron utilizados como cuartel por las tropas francesas. Al finalizar el conflicto, el rey Fernando VII mandó la reconstrucción del palacio, pero no fue hasta 1868 cuando el parque pasó a ser gestionado por el
Ayuntamiento de Madrid. Durante los siglos XIX y XX sufre distintas modificaciones y se construyen la mayoría de los elementos que hoy son su atractivo turístico y dan forma al espacio, como son el palacio de Velázquez, el palacio de Cristal o el monumento a Alfonso XII (Ayuntamiento de Madrid, 2016). En la actualidad el Retiro se encuentra ubicado entre importantes calles y avenidas de la ciudad, que soportan cargas de tráfico muy elevadas (Ayuntamiento de Madrid, 2013). Estas calles son, entre otras, las de Alcalá y Alfonso XII, que desembocan en la famosa puerta de Alcalá, O’Donnell o la avenida de Menéndez
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Pelayo. El tráfico rodado del entorno, junto con las sirenas de policía y ambulancias, son las principales fuentes de ruido externas que afectan al parque. En este trabajo se entiende el ruido como aquel “sonido exterior no deseado o nocivo generado por las actividades humanas, incluido el emitido por los medios de transporte, por el tráfico rodado, ferroviario y aéreo y por emplazamientos industriales”, de acuerdo con la Directiva 2002/49/ CE y su trasposición al ordenamiento jurídico español por medio de la Ley 37/2003 (BOE, 2003; DOUE, 2002). No obstante, existen otras fuentes de sonido que pueden ser consideradas ruido por algunas personas, como por ejemplo los sonidos procedentes de músicos, espectáculos, voces, gritos, monopatines, bicicletas, altavoces o ladridos de perros. Estas fuentes de sonido externas e internas están presentes de forma habitual a lo largo del año, pero existen determinadas actuaciones deportivas o actos culturales en los que la afluencia de visitantes es muy superior a la habitual, aumentando significativamente los niveles de presión sonora en el parque. Debido a que los parques urbanos son muy beneficiosos para la salud y el bienestar de los ciudadanos, existe una creciente preocupación por mantenerlos como áreas tranquilas. La Agencia Europea de Medio Ambiente publicó en el año 2014 la “Guía de buenas prácticas en zonas tranquilas”, donde pone esto de manifiesto, recogiendo diversos esfuerzos, proyectos y propuestas que se están realizando para caracterizar y proteger estas áreas (EEA, 2014). El principal objetivo de este estudio es caracterizar y zonificar acústicamente el parque del Retiro tanto en función de sus niveles de ruido como de sus paisajes sonoros. Además, también se pretende considerar la posible variación temporal de las características de cada zona mediante la realización de muestreos en distintos periodos del día y la semana. La caracterización de la situación acústica del parque en el espacio y en el tiempo podría ser útil como herramienta de apoyo en la planificación y gestión futura de los trabajos y actividades que se desarrollan en él.
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1 ZONIFICACIÓN DEL PARQUE Y SELECCIÓN DE PUNTOS DE MUESTREO 2 MEDICIONES DE NIVELES DE PRESIÓN SONORA CON SONÓMETRO LAeq, Lmáx, Lmín, L90, L1, LfHz...
4
GRABACIONES DE AUDIO
3 CÁLCULO DE INDICADORES ACÚSTICOS
4 PERIODOS DE MUESTREO: Día laborable por la mañana (9:00 - 14:00 h) Día laborable por la tarde (14:00 - 21:00 h) Día no laborable /festivo por la mañana Día no laborable /festivo por la tarde
ANÁLISIS GIS, TRATAMIENTO ESTADÍSTICO (Análisis de conglomerados)
MAPA DE NIVELES DE RUIDO
MAPA DE PAISAJES SONOROS
Fig. 2. Esquema de la metodología empleada
Fig. 3. Zonificación del parque y localización de los puntos de muestreo
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METODOLOGÍA a metodología seguida, que comparte muchos rasgos con otras empleadas en la caracterización acústica de parques urbanos (Brambilla et al., 2013; Szeremeta y Zannin, 2009; Torija et al., 2013; Zannin et al., 2006), se divide en cinco fases (Fig. 2): Zonificación del parque y selección de puntos de muestreo. Se realizó inicialmente una división del parque considerando su geometría (zonas diferenciadas, caminos, etc.), y a partir de ella se incluyeron puntos de muestreo en cada zona para caracterizar el espacio lo más homogéneamente posible, localizando puntos cercanos a las calles exteriores y otros más interiores. Los puntos C1 y C2 son identificativos de los caminos principales del parque, donde se concentran más visitantes, se realizan espectáculos, hay músicos, tiendas, etc. (Fig. 3). Mediciones de niveles de presión sonora con sonómetro y grabaciones de sonido. Se realizaron mediciones de 30 minutos de duración en los 14 puntos de muestreo. Estas mediciones se realizaron en cuatro periodos distintos de la semana: días laborables por la mañana y por la tarde y días no laborables o festivos por la mañana y por la tarde (Fig. 4. Ejemplo de posicionamiento del sonómetro). Calculo de indicadores. A partir de los datos recogidos con el sonómetro y la grabadora de sonidos se calcularon diferentes indicadores: nivel de presión sonora equivalente para un periodo de tiempo T (LAeq, T), nivel de presión sonora máximo (Lmax), nivel de presión sonora mínimo (Lmin), nivel de presión sonora superado el 90 % del tiempo (L90), nivel de presión sonora superado el 1 % del tiempo (L1), factor cresta (CF), que mide la impulsividad de los sonidos (Torija et al., 2013), y niveles de energía sonora medios de las bandas de frecuencia de 25, 31,5, 125, 500, 10.000, y 16.000 Hz. El factor cresta es adimensional; los niveles de energía sonora medios en las bandas de frecuencia se expresan en dB, y el resto, en
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dB(A), que es una ponderación de los decibelios que se ajusta más al oído humano. Tratamiento estadístico e identificación de paisajes sonoros. Para identificar los paisajes sonoros del parque y ver qué zonas son acústicamente similares en cada periodo de muestreo se realizó un análisis de conglomerados jerárquicos. Este método agrupa las zonas cuyos indicadores son más similares, midiendo la diferencia entre los valores de las distintas zonas. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Niveles de ruido l indicador más utilizado para representar el ruido ambiental es el nivel de presión sonora equivalente (LAeq), aplicado en tiempos de muestreo de entre 4 y 12 horas, y que es el utilizado en la legislación española y europea. Además, es el indicador más representativo para una situación media, y es menos dependiente de sonidos aleatorios de alta intensidad, como ocurre con el Lmáx y Lmin. Por estos motivos, en la Fig. 5 solamente se muestran los valores de este indicador. Observando de forma conjunta la Tabla 1. Indicadores acústicos en cada zona del parque [dB(A)] y la Fig. 5, existe un patrón claro sobre cuáles son las zonas más ruidosas en todos los periodos de muestreo. En las zonas 4A y 4B se encuentran numerosos parques infantiles que, sumados al ruido procedente del tráfico de la avenida de Menéndez Pelayo, generan niveles de presión sonora muy elevados. Por otro lado, los caminos principales son donde más visitantes se concentran, y donde se encuentran tiendas, músicos y espectáculos. Además, estos caminos también son frecuentados por deportistas que corren, patinan, montan en bicicleta, etc. Los niveles de ruido más bajos se encuentran más distribuidos, aunque la zona 6B destaca entre las demás; se trata de una zona con vegetación densa, localizada en el interior del parque, alejada de la calle Alfonso XII y con caminos de tierra más estrechos y una afluencia de visitantes muy baja.
Fig. 4. Ejemplo de posicionamiento del sonómetro
E
Fig. 5. Valores del LAeq en cada zona del parque. Arriba: día laborable; izda.: mañana; dcha.: tarde. Abajo: día no laborable; izda.: mañana; dcha.: tarde
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Tabla 1. Indicadores acústicos en cada zona del parque [dB(A)]
Laborable mañana (9-14h) Laborable tarde (14-21h)
Índices
1A
LAeq Lmax
57.79
53.39
54.53
53.28
54.13
63.32
59.12
52.32
57.13
48.47
59.69
53.89
58.67
59.45
77.20
62.40
64.80
63.20
74.40
82.70
82.70
66.70
72.80
62.20
78.00
70.00
78.00
78.00
L90 LAeq Lmax L90
No laborable LAeq mañana Lmax (9-14h) L90 No laborable LAeq tarde (9-14h)
Lmax L90
1B
2A
2B
3
4A
4B
5
6A
6B
7A
7B
C1
C2
51.20
50.90
50.90
50.80
48.40
56.10
49.90
48.40
52.20
45.80
49.70
49.90
54.60
51.90
53.69
53.83
52.61
54.21
53.14
64.11
58.84
56.15
55.59
51.85
57.41
52.17
64.79
65.29
68.70 48.89
75.70
64.00
66.20
67.20
88.60
72.90
78.80
71.00
64.60
74.10
74.60
86.00
87.80
50.20
50.30
51.70
50.70
56.50
55.30
49.00
50.70
47.80
51.30
46.30
59.40
59.10
51.08
53.01
53.09
53.46
50.35
57.82
56.80
54.08
53.54
53.39
53.52
56.87
64.24
58.16
64.40
65.80
65.00
68.70
64.40
79.20
81.20
70.40
67.80
81.10
68.70
71.80
82.50
73.00
47.80
49.90
49.70
50.50
47.90
50.39
49.80
48.50
48.20
43.60
50.29
49.80
59.30
53.99
55.74
58.13
52.49
54.18
55.84
60.48
59.60
57.59
51.31
47.29
53.81
50.36
63.29
61.90
68.20
69.90
69.00
68.50
75.60
76.80
81.00
74.90
66.70
63.60
71.70
66.70
78.70
81.40
52.40
54.80
49.40
51.40
51.20
54.80
54.80
52.70
46.40
42.40
47.40
43.50
59.30
56.40
En cuanto a la variación entre periodos, se reconocen diferencias entre la mañana y la tarde, y entre días laborables y no laborables. Estos patrones pueden ser debidos al ritmo de vida de los usuarios del parque y su horario laboral. En las zonas frecuentadas (p. e. 3, 5 y caminos principales), los niveles de LAeq suelen ser más altos por la tarde que por la mañana, coincidiendo con la mayor afluencia de gente. Con respecto a la variación entre días no laborables y laborables, el periodo menos ruidoso es el de día no laborable por la mañana. Esto puede ser consecuencia del menor tráfico de vehículos en las calles circundantes. Las zonas 6A y 7A, también muestran este patrón. Aunque la comparación directa entre parques urbanos no es muy objetiva, ya que los sonidos son dependientes de muchos factores, en el Retiro dominan los valores medios de LAeq entre 55-65 dB(A), próximos a los obtenidos en otros parques urbanos similares, como en Roma (Brambilla et al., 2013), e incluso algo más bajos comparados con parques urbanos de Tel-Aviv o Seúl (Cohen et al., 2014; Jeon y Hong, 2015). Sin embargo, aunque el Retiro sea un lugar para la relajación, disfrute u ocio, sus niveles de ruido son demasiado altos para considerarlo una zona tranquila según los criterios de la EEA (2014).
Fig. 6. Paisajes sonoros del parque. Arriba: día laborable; izda.: mañana; dcha.: tarde. Abajo: día no laborable; izda.: mañana; dcha.: tarde.
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Paisajes sonoros A partir de los indicadores acústicos se realizó un análisis de conglo2019. N.o 74
merados jerárquicos para identificar los paisajes sonoros en cada periodo de muestreo, obteniendo como resultado la distribución mostrada en la Fig. 6. En todos los periodos de muestreo se han identificado al menos seis paisajes sonoros distintos. Algunos de estos paisajes sonoros no se agruparon con ningún otro, indicando la unicidad de sus características acústicas. Este es el caso de los sonidos del camino 1 y de la zona 6B. Ambos casos son bastante intuitivos, ya que el camino 1 destaca principalmente por los sonidos que provienen de los visitantes y sus actividades, mientras que la zona 6B destaca por la ausencia de los mismos, predominando los sonidos naturales. Otro aspecto destacable, aunque no muy frecuente, es la posibilidad de encontrar paisajes sonoros similares en zonas relativamente alejadas, las zonas 7A y 1A, o 6A y 4A, en día laborable por la mañana. En todos los periodos de muestreo es frecuente que las zonas colindantes entre sí tengan paisajes sonoros similares. Sin embargo, existen algunos casos que diferencian mañanas y tardes, y días laborables y no laborables; por ejemplo: las zonas 3 y 5, donde se encuentran los palacios de Velázquez y de Cristal, se agrupan en el mismo paisaje sonoro en periodos de mañana y se diferencian en periodos de tarde; o las zonas 6B y 7B, que se agrupan en días laborables, mientras que la zona 6B en días no laborables adquiere un paisaje sonoro único en el parque. Esta identificación de paisajes sonoros, junto con la caracterización acústica, podría ser útil para la gestión del parque. Podrían ser interesantes un análisis más profundo en distintos periodos del año o la utilización de otros métodos como los paseos sonoros (soundwalks), en los que los visitantes siguen rutas en función de la acústica (Evensen et al., 2016; Hong et al., 2010; Liu et al., 2014). CONCLUSIONES partir de mediciones in situ de niveles de presión sonora con sonómetro y de grabaciones de sonido digitales, se pueden calcular indicadores que permiten obtener una caracterización acústica de un parque urbano e identificar sus paisajes sonoros. La posibilidad de repetir las mediciones en los
A
mismos puntos en distintos periodos de la semana o del día ofrece una visión más realista de la situación acústica del parque. Esto ha permitido constatar diferencias claras entre la mañana y la tarde, así como entre días laborables y no laborables. También se ha observado cómo el ritmo de vida de los usuarios del Retiro influye notablemente en sus características acústicas. Los caminos principales, donde se concentran la mayor cantidad de usuarios, tienen los niveles de presión sonora más elevados, independientemente del periodo de muestreo. Otras zonas con niveles de ruido elevados son aquellas donde se combina el ruido del tráfico rodado con los sonidos generados por los visitantes. De forma contraria, las zonas interiores con más vegetación, menos personas y ruido del tráfico menos intenso son las que presentan niveles sonoros más bajos.
REFERENCIAS Ayuntamiento de Madrid. 2013. Tráfico: Información de intensidad media diaria (estudios anuales) 2012 y 2013. http://datos.madrid.es/portal/site/ egob/menuitem.c05c1f754a33a9fbe4b2e4b284f1 a5a0/?vgnextoid=4a2e4207bb864410VgnVCM10 00000b205a0aRCRD&vgnextchannel=374512b9a ce9f310VgnVCM100000171f5a0aRCRD (9.1.2017). Ayuntamiento de Madrid. 2016. Historia de El Retiro. http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/ Inicio/Buscador-Simple/Historia-de-El-Retiro?vgn extfmt=default&vgnextoid=7c001d15ba89d210 VgnVCM2000000c205a0aRCRD&vgnextchannel= 8db7566813946010VgnVCM100000dc0ca8c0RC RD (9.1.2017). BOE. 2003. Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del ruido. Boletín Oficial del Estado. Brambilla G, Gallo V, Asdrubali F et al. 2013. The perceived quality of soundscape in three urban parks in Rome. J. Acoust. Soc. Am. 134: 832–8399. Cohen P, Potchter O, Schnell I. 2014. The impact of an urban park on air pollution and noise levels in the Mediterranean city of Tel-Aviv, Israel. Environ. Pollut. 195: 73–83. DOUE. 2002. Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de junio de 2002, sobre evaluación y gestión del ruido ambiental. Diario Oficial de la Unión Europea. L-200, 189. EEA. 2014. Good practice guide on quiet areas. European Environment Agency, Luxembourg. Evensen KH, Raanaas RK, Fyhri A. 2016. Soundscape and perceived suitability for recreation in an urban designated quiet zone. Urban For. Urban Green.
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La caracterización de los paisajes sonoros ha permitido identificar zonas acústicamente similares y otras únicas. La zonificación del parque en función de sus niveles de ruido y la distribución de sus paisajes sonoros pueden servir como herramienta complementaria para la planificación y gestión de este espacio.
AGRADECIMIENTOS l trabajo de L. Díaz y C. Iglesias ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España (proyecto AGL2015-68657-R). Los autores agradecen al Ayuntamiento de Madrid el permiso para realizar mediciones en el parque, y a los visitantes, su interés por el proyecto.
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20: 243–248. Hong JJY, Lee PJP, Jeon JY. 2010. Evaluation of urban soundscape using soundwalking. 20th Int. Congr. Acoust. 2–5. Jeon JY, Hong JY. 2015. Classification of urban park soundscapes through perceptions of the acoustical environments. Landsc. Urban Plan. 141: 100–111. Jim CY, Chen WY. 2006. Recreation-amenity use and contingent valuation of urban greenspaces in Guangzhou, China. Landsc. Urban Plan. 75: 81–96. Konijnendijk CC, Annerstedt M, Nielsen AB et al. 2013. Benefits of urban parks - A systematic review. Int. Fed. Park. Recreat. Adm. 1–68. Liu H, Li F, Li J et al. 2017. The relationships between urban parks, residents’ physical activity, and mental health benefits: A case study from Beijing, China. J. Environ. Manage. 190: 223–230. Liu J, Kang J, Behm H et al. 2014. Effects of landscape on soundscape perception: Soundwalks in city parks. Landsc. Urban Plan. 123: 30–40. Szeremeta B, Zannin PHT. 2009. Analysis and evaluation of soundscapes in public parks through interviews and measurement of noise. Sci. Tot. Environ. 407: 6143–6149. Torija AJ, Ruiz DP, Ramos-Ridao AF. 2013. Application of a methodology for categorizing and differentiating urban soundscapes using acoustical descriptors and semantic-differential attributes. J. Acoust. Soc. Am. 134: 791–802. Zannin PHT, Ferreira AMC, Szeremetta B. 2006. Evaluation of noise pollution in urban parks. Environ. Monit. Assess. 118: 423–433.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
El antiguo comercio del frío. Los pozos para la nieve y el hielo en el territorio peninsular Pedro Antonio Ayuso Vivar, Albert Painaud Guillaume
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Cosas de los avances tecnológicos. Ahora es muy sencillo, el simple movimiento de abrir la puerta del frigorífico nos permite tener a nuestro alcance cualquier producto bien conservado de uso cotidiano. Hace siglos no era tan fácil. Con la llegada del Renacimiento y del humanismo, aparecieron nuevas costumbres en las diversas capas sociales. Entre ellas tratados médicos que explicaban diversos avances en la medicina y en el tratamiento de enfermedades; también llegó la costumbre de tomar refrigerios y refrescar diversas bebidas. Quizá esas novedades en la vida cotidiana fue lo que llevó a que se comenzaran a construir a finales del siglo XVI, y durante los siglos posteriores, unos grandes almacenes para guardar la nieve y el hielo con el fin de conservarla, para poder hacer uso de esos productos a lo largo del año y, de forma especial, en los meses del estío cuando el calor se hacía notar. Esas construcciones fueron uno de los engranajes de un nuevo comercio que representó uno de los ingresos monetarios más importantes para diversas entidades y personas. Al mismo tiempo representó un trabajo cotidiano para gran cantidad de operarios, que tenían en ese laboreo una fuente económica durante determinadas temporadas del año. Dichas edificaciones eran los llamados pozos de nieve, pozos de hielo o neveras, ejemplos de una interesante arquitectura popular. Su función era la recogida, conservación y comercialización de la nieve y del hielo natural, un artículo que tuvo un gran aprovechamiento en toda la geografía peninsular entre los siglos XVI y XVIII; a lo largo de esas centurias llegó a representar para la población un producto de primera necesidad, hasta la llegada del hielo artificial. La industrialización y, sobre todo, la aparición de los primeros ingenios que fabricaban hielo en grandes cantidades, ocasionó en apenas unos decenios la desaparición y olvido de este quehacer artesano y laborioso.
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Pedro Antonio Ayuso Vivar y Albert Painaud Guillaume
La nieve, producto básico en este comercio.
A TRAVÉS DE LA HISTORIA e dice que en la ciudad de Ur (Mesopotamia) ya existía hace 4.000 años una llamada “casa fría o de hielo” dedicada a conservar la nieve que se traía de las lejanas montañas. En China, en el siglo XI a.C. está documentada alguna noticia sobre este tema. El avance de la imprenta moderna desde su invención por Johannes Gutemberg a mitad del siglo XV, permitió publicar escritos que llegaban a muchos lectores; fue un hecho muy importante porque facilitó la publicidad y difusión de diversos tratados médicos, que dan una idea de cómo aparecieron controversias referentes al uso y consumo de este producto; la literatura médica jugó un papel fundamental en la importancia de la nieve.
pio y almacenaje de la nieve; en este periodo tiene lugar la “Pequeña Edad de Hielo”, caracterizada por unas temperaturas medias en el territorio peninsular ligeramente inferiores a las de periodos anteriores y posteriores. El sevillano Francisco Franco, médico del rey de Portugal, publica en 1569 el Tractado de la nieve y del uso della, en el cual defiende la utilidad de su consumo con frases como: “No hay que dudar sino que la bebida fría agrada mucho”, o “ni hace al caso la costumbre, que en corte los años pasados ni había nieve ni el uso della, y principio quieren las cosas”, o bien “ha crecido tanto el uso de la nieve que no solo en la bebida usamos della, mas aún para enfriar las sábanas”.
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Enrique García
Enrique García
Enrique García
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La Edad Moderna representó una época clave para la expansión del uso y consumo de la nieve y del hielo; en el siglo XV se popularizó este producto y las clases elevadas, realeza, clero y nobleza, generalizaron su consumo. Entre los siglos XVI al XVII se produce la consolidación del comercio de la nieve, con tres factores que influyeron en ello. En primer lugar, el uso terapéutico de la nieve, sustentado en un amplia literatura médica. En segundo lugar, una gran popularización del consumo; la nieve y el hielo dejarán de ser productos privativos de las clases elevadas y pasarán a ser un artículo consumido entre amplias y diversas clases sociales. Por último, y muy importante, unas condiciones climáticas que favorecieron el aco-
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Portada de uno de los tratados médicos editados en el siglo XV.
El también médico sevillano Nicolás Monardes edita el Libro que trata de la nieve y sus propiedades y del modo que se ha de tener en el beber enfriado con ella y de los otros modos que hay de enfriar en 1571, y otro titulado Tratado de la nieve y del beber frío, impreso en 1580 en Sevilla, como el anterior. El médico Francisco Micón, en 1576, publica en Barcelona la obra que lleva por título Alivio de los sedientos en el cual se trata la necesidad que tenemos de beber frío y refrescado con nieve y las condiciones que para esto son menester y cuales cuerpos lo pueden libremente soportar, obra de indudable éxito pues en el XVIII tuvo alguna reedición.
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Es destacable también la obra Utilidades del agua i de la nieve, del bever frío y caliente, aparecida en Madrid el año 1637; en ella hay diversos apartados dedicados a la nieve. CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS ay dos clases diferenciadas de neveras o pozos de nieve: de “abastecimiento” o de “montaña” y de “producción” o “urbanas”. Las primeras se construían en las zonas elevadas de los montes; tienen formas generalmente cilíndricas, construidas con materiales pétreos de la zona, generalmente poco trabajados, aunque algunos depósitos tienen un notable trabajo de cantería.
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Las cubiertas son las partes menos conocidas pues apenas quedan ejemplos de ellas, derruidas por el paso del tiempo. Algunas tenían bóvedas de piedra, mientras que otras se cubrían con ramas y tablones de madera selladas con lajas de piedra. Algunas tenían un desagüe en la parte inferior. Las llamadas neveras de producción o urbanas eran las construidas en zonas pobladas o cercanas a ellas. Son elementos construidos por especialistas canteros, con paredes levantadas con sillares perfectamente labrados y techumbres que se cerraban con bóvedas apoyadas en arcos de sillares o falsas cúpulas construidas por aproximación de hiladas. También tenían varias aberturas a diversas alturas y algunos de ellos una entrada larga que servía de fresquera para conservar diversos alimentos. Estos depósitos tenían varias utilidades, y su función era guardar la nieve trans2019. N.o 74
Alberto Bayod Pedro A. Ayuso y Albert Painaud
Nevera urbana (Belmonte de San José, Teruel).
portada desde los pozos de montaña y también fabricar hielo de forma artificial. Para fabricar hielo se disponía de una balsa cercana al pozo que se llenaba de agua limpia en los meses de frío y cuando estaba congelada se introducía en la nevera. También se amontonaba la nieve en ventisqueros, que sujetaban la nieve de las vaguadas con unas paredes de piedra seca. Otros almacenes eran los neveros naturales de alta montaña, donde se acumulaba la nieve de forma natural, y las cuevas o simas naturales donde se guardaba la nieve sin tener que realizar trabajos de cantería. LAS TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN a actividad de recoger la nieve o empozado era una tarea dificultosa dadas las condiciones en las que se desarrollaba, sobre todo por el frío intenso que tenía que padecer el trabajador que se dedicaba a esa faena.
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El trabajo comenzaba con la llegada del otoño. Era una época en la que el arrendador o propietario avisaba a los obreros para que realizaran la limpieza anual de la nevera con el fin de tenerla dispuesta para el momento en que llegaran las nevadas invernales. Una vez limpio el interior los empleados preparaban el recinto, construyendo una base de troncos que se apoyaban en sillares cuadrados de piedra o madera de unos 50 centímetros de altura, con el fin de dejar una cámara de aire; clavado en dichos troncos se instalaba un entramado de maderas planas separadas entre sí unos centímetros para facilitar que el agua derretida filtrara por debajo y saliera por el desagüe construido para ese fin. Sobre esas tablas se colocaba una capa de ramillas finas o paja para dejar la base plana. Solo había que esperar la llegada de la nieve. Por las aberturas más altas se introducía la nieve que se es-
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Pozo de nieve de montaña o de abastecimiento.
Trabajos de recogida de la nieve.
parcía con palas y rastrillos y, una vez extendida, se comprimía con pisones de madera para compactarla. Cuando estaba totalmente prensada una capa de 40 a 50 centímetros de grosor, se colocaba un fino manto de paja y se repetía la misma operación hasta que se aprovechaba toda la nieve caída en el exterior o se llenaba el pozo. Era
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A.H.P.H.
Documento relacionado con asuntos de la nieve y del hielo.
el momento de cerrar todas las aberturas de forma hermética para evitar el deshielo del producto. La nieve estaba guardada hasta la temporada de venta, en la que los porteadores cortaban bloques que eran colocados en carros o caballerías cubiertos de mantas y paja para trasladarlos hasta el lugar de venta al público. EL ABASTO DE LA NIEVE. PROPIETARIOS, ARRENDADORES Y PORTEADORES on numerosos los documentos localizados en archivos nacionales por los investigadores sobre este tema. Se conocen nombres de propietarios, arrendadores, constructores y transportistas de la nieve, modos de acarreo, lugares donde de-
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positar el producto y horarios para el transporte. La necesidad de aumentar el acopio de la nieve y el hielo, como consecuencia de la popularización de su consumo a finales del siglo XVI, trajo consigo la necesidad de una organización en el sistema de aprovisionamiento. La distribución comercial de la nieve partía de la propiedad de los depósitos, que generalmente pertenecían a concejos y a gente acaudalada. Los contratos de arrendamiento, que estaban en vigor durante determinados períodos de tiempo, se otorgaban mediante capitulaciones entre los propietarios y los arrendadores. Los concejos y las instituciones municipales eran los principales encar-
El castillo de Olite y su pozo de nieve.
gados de organizar la provisión del producto a los núcleos urbanos. En los contratos se contemplaban las cantidades que se debían acarrear, la obligación de suministrar el producto solicitado, la conservación de la nieve y los precios de venta al público. Numerosos documentos antiguos hacen hincapié en 2019. N.o 74
Eugenio Monesma Pedro A. Ayuso y Albert Painaud
Pozo de hielo en el castillo de Olite.
las actas de arrendamiento para el reparto de la nieve y del hielo, en las cuales destaca la rigidez que se aplicaba para que el producto llegara al mercado en las mejores condiciones y sin faltar en las fechas solicitadas, lo cual no resultaba fácil teniendo en cuenta que se trataba de un producto delicado.
La cadena de distribución de la nieve y del hielo no hubiera sido posible sin la dedicación de los obreros que se encargaban del transporte desde los pozos hasta los lugares dedicados al reparto y a la venta, un trabajo que representaba un notable esfuerzo. A veces el traslado era aguantable porque la distancia era pequeña pero en ocasiones el transporte había que realizarlo desde las montañas a diversos centros urbanos. Como ejemplo y homenaje a los esforzados arrieros o transportistas de la nieve, se transcriben unos párrafos de una capitulación que se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, fechada el 30 de mayo de 1702, sobre un traslado de nieve desde la Sierra de Guara,
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en la provincia de Huesca, hasta la localidad de Fraga, al sur de dicha provincia, con un recorrido de más de 100 kilómetros: “...d[ic]ho Bentura Abizanda haya y tenga obligacion de asistir y ayudar al d[ic]ho Jusepe Labaruy a carrear la niebe desde los pozos de la d[ic]ha Sierra de Rodellar al lugar de Monesma y desde d[ic]ho lugar de Monesma a la villa de Fraga desde el dia quatro de Junio primero viniente de este presente año mil sietecientos y dos hasta el dia de San Miguel de mes de setiembre viniente del d[ic] ho y presente año… D[ic]ho Bentura Abizanda haya y tenga obligacion de carrear d[ic]ha niebe durante d[ic]ho tiempo con dos machos suyos cada dia y si acaso hubiere menester el
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Eugenio Monesma Archivo Ayuntamiento
Pedro A. Ayuso y Albert Painaud
Pozo de nieve rehabilitado en La Rioja.
Considerable pozo de nieve en San Pablo de los Montes (Toledo).
d[ic]ho Jusepe Labaruy tres machos tenga obligacion de poner tres machos el d[ic]ho Bentura Abizanda para el carreo de d[ic]ha nieve…” DISTRIBUCIÓN DE LAS NEVERAS. LAS RUTAS DE LA NIEVE n este apartado se reseñan a continuación unos ejemplos para dar una idea del importantísimo comercio que representó el acopio de la nieve y del hielo y su distribución en cada unos de los rincones de nuestra geografía. No se trata de ofrecer una re-
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Perfecta bóveda con ventanas a media altura y cenital.
lación pormenorizada de las neveras construidas por todo el territorio nacional, tarea que llevaría largo tiempo. A lo largo y ancho de la cornisa cantábrica se conocen gran cantidad de pozos. En Galicia se han localizado un buen número de ellos, destacando el conjunto de “casas da neve” en la zona de la ribera Sacra, así como la conocida nevera de Monforte, localizada en el monte de Piñeira. En Asturias, cerca de Oviedo, están localizados, en la ladera norte, los pozos del Naranco, entre ellos los de Cantu la
Vara, abastecedores de nieve a la ciudad del Principado. Acuerdos del ayuntamiento de Oviedo constatan la recogida de la nieve cerca del Pico Paisano. Cantabria guarda trabajos documentales que hablan de la gran nevera que existió en el casco urbano de Reinosa y otras localizadas junto al alto del Pozazal, en el municipio de Campoo de Enmedio. En Vizcaya, Guipúzcoa y Álava se conocen unas 80 neveras, distribuidas por todo el País Vasco, llamadas también “elurzulos”; destacan las de 2019. N.o 74
Pedro A. Ayuso y Albert Painaud
Feria de la nieve en Mazaugues (Var, Francia).
Pagasarri, Peñas de Aya, Pagoaga, A Labraza (en Oión), Yécora y Moreda. En estas tierras se aprovechaban igualmente las simas naturales de grandes dimensiones para recoger la nieve como sucedía en las “neberas Handi” y “nebera Txiki”, que se encuentran cerca del caserío de Nebera. Es muy conocido el elurzulo de Xoxote, en Azpeitia. Navarra tiene numerosos pozos neveros entre los que destaca el denominado ”El Huevo”, construido orientado al norte, al resguardo del palacio real de Olite. Se tiene constancia de un documento de mediados del siglo XVII que habla de la “Contrata de Arrendación del poço de recoxer hielo que su Majestad tiene en la ciudad de Olite”. Son conocidos también los de Muruzábal y Puente la Reina, nevera de La Vizcaya, en Aibar, y otros distribuidos por las sierras de Urbasa, Andía y Aralar Hay excelentes trabajos de investigadores que han tratado el tema del frío en La Rioja; por ello se conoce un buen
número de pozos neveros existentes en esa zona. Destaca el grupo que se encuentra en el término de Sojuela, donde se han rehabilitado y musealizado un buen número de estas construcciones. Desde los pozos riojanos de Nalda, Trevijano y Montalvillo se tiene constancia de largas caminatas para llevar la nieve a poblaciones como Logroño y algunas del País Vasco. En la meseta, Salamanca, Ávila, Soria o Cáceres, guardan un buen número de neveras, esparcidas por las sierras del Sistema Central. En la zona de Cáceres destacan las construidas en la zona de Hervás (La Garganta) y las que se sitúan en El Piornal. También en la zona centro peninsular se edificaron numerosos pozos de nieve. Madrid tuvo un gran comercio de hielo elaborado en grandes balsas en la capital, y de nieve, acarreada desde la Sierra de Guadarrama. Se sabe que Pablo Xarquíes, importante arrendador de la nieve, contrata en 1612 un numeroso grupo de arrieros para que lleven la nieve desde
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Chozas (actualmente Soto del Real) a Madrid, teniendo que trasladar la nieve desde el puerto y debiendo llegar a la capital antes de la salida del sol. Igualmente, en el monte Abantos y alto del Campillo, en el Sistema Central, se construyeron varios depósitos para almacenar nieve. La zona de La Mancha tiene localizados una gran cantidad de estos pozos neveros. Es conocida la nevera de Campo de Criptana (Ciudad Real), perfectamente rehabilitada y musealizada. Y se tiene constancia del movimiento de grandes cantidades de nieve que se distribuían desde la Sierra de San Vicente y desde la Sierra de San Pablo. Está documentado el traslado de la nieve desde los dos pozos situados en el Monte de la Morra, en San Pablo de los Montes (Toledo), cuyo arrendador bajaba el producto en carretas hasta la ciudad de Toledo. También había un notable movimiento de nieve desde los numerosos depósitos que se construyeron en la provincia de Albacete. Desde la sierra
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Carlos Guillen del Rey
de Alcaraz se abastecía, no solo a los municipios cercanos, sino a lugares alejados como la que se depositaba en Alicante. Un gran número de escritos ha permitido conocer con profundidad el comercio en Cataluña. Como la recuperación y musealización en el Alt Urgell de diversas “cases de neu”. Se encuentran documentados pozos neveros o “pous de gel” en la vertiente norte de la Sierra del Montnegre, cercana a Sant Celony y en la sierra del Garraf, donde se almacenaba gran cantidad de nieve para abastecer a las principales localidades de la zona, aunque el principal centro de reparto y consumo era la ciudad de Barcelona. La falta de producto podía acarrear graves problemas por lo que no se dudaba en tener contacto con almacenes alejados. Se sabe que en el año 1605 un arrendador fue a conseguir nieve al Pirineo, en la zona de Port del Comte, a más de 100 kilómetros al norte de Barcelona. También llegaba a la Ciudad Condal
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Pedro A. Ayuso y Albert Painaud
Pozo de la nieve en Alcaraz
Gran nevera restaurada en Barbastro (Huesca). Hoy Centro de Interpretación de la Nieve y del Hielo.
nieve del Canigó francés, que se bajaba con mulas hasta Colliure y desde allí en barco hasta el puerto de Barcelona. En Aragón, desde los años 80 del pasado siglo, un grupo de especialistas se han volcado en el estudio de los pozos distribuidos en todo el
territorio regional. Hasta ahora se han localizado cerca de 500 construcciones, muchas de ellas rehabilitadas y visitables, lo que evidencia el gran tránsito de este producto desde numerosos lugares. Zaragoza se abastecía de la nieve transportada desde el Moncayo y de los numerosos po2019. N.o 74
exclusivamente al transporte de nieve desde La Bellida hasta Valencia. En la zona sur peninsular también se localiza un buen número de depósitos de nieve, siendo relevantes los traslados que se llevaban a cabo desde las montañas de Sierra Nevada y de Jaén, en Sierra Mágina, de más de 2.000 metros, con pozos construidos a gran altura, cuya nieve fue aprovechada para la venta a lo largo del verano abasteciendo a lugares como Baeza, Úbeda y Andújar. En esa zona el comercio duró hasta comienzos del siglo pasado conservándose topónimos locales como los “caminos de los neveros”. No faltan construcciones para recoger la nieve tanto en las islas Baleares como en las Canarias. En Mallorca, se conoce una treintena de las llamadas “cases de neu”, distribuidas por los altos de la Sierra de Tramontana. Algunas de ellas se han restaurado y son visitables. Las islas de Menorca, Ibiza y Formentera recibían la preciada nieve de Mallorca, transportada en barcos. En Gran Canaria se localizan tres neveras que pertenecieron al Cabildo y a la Real Audiencia, una junto al pico de Los Pozos de la Nieve, otras en la cresta de la caldera de Tirajana. En Tenerife se han documentado más de una decena, en las alturas de los municipios de La Orotava, Arafo y Guimar, conocidos como los pozos
de nieve de Izaña, catalogados como bien de interés cultural con la categoría de sitio etnológico. En la isla de La Palma se tiene constancia de un pozo en la Caldera de Taburiente. LAS NEVERAS Y SU PUESTA EN VALOR s evidente que en los últimos decenios se ha generalizado una positiva labor de concienciación en la rehabilitación, conservación y puesta en valor del patrimonio en general, con el fin de adquirir un desarrollo económico y cultural. La recuperación de los pozos de nieve y de hielo constituye uno de esos fenómenos que han comenzado en todo el territorio nacional, con el objetivo de valorar y reconocer la importancia de esas construcciones. Son centenares las neveras que se han rehabilitado y otras están pendientes de concluir los trabajos de reparación. Quizá sea laborioso, pero la amplia información conocida actualmente debería servir como punto de partida para la elaboración de un completo catálogo con la finalidad de concluir a nivel nacional un mosaico general de pozos de nieve y de hielo. Así se acordó en el Seminario Internacional sobre “las neveras y la artesanía del hielo” celebrado en Fuendetodos, y sería trascendental para poner en valor uno más de los llamados “oficios perdidos”.
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Carlos Guillen del Rey
zos construidos en la población de Fuendetodos, lugar en el que se ha llevado a cabo un gran esfuerzo para rehabilitar algunas de las neveras. Desde los pozos de Teruel se abastecían localidades tanto aragonesas como de la zona del Levante. Una zona muy importante de producción y almacenamiento para suministrar a las ciudades de Huesca y Barbastro estaba situada en las cimas de las denominadas sierras exteriores. Unas trescientas son las neveras de las que se tiene constancia en la zona del Levante, con estudios exhaustivos que documentan parte de ellas. Entre los siglos XVI y XX se desarrolló un activo comercio de nieve en estas tierras, donde el clima mediterráneo obligó a construir un gran número de neveras a lo largo de la fachada montañosa del litoral. Destacan las de Sierra Mariola, en el municipio de Agres, un conjunto visitable donde se observan la cava de Don Miguel, cava de L’Habitació, caseta del Buitre y la cava Gran, edificación de alto valor patrimonial. Son destacables también las situadas en Sierra Espuña, en la cima del Morrón Grande, declaradas bien de interés cultural. Se conoce también la gran nevera de Xátiva, de grandes proporciones. El transporte desde estas neveras era constante, aumentando en los meses cálidos. Se sabe que carreteros de Alcublas se dedicaban
Ubicación del pozo de la nieve en la vega de Alcaraz
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LITERATURA Y MEDIO NATURAL
LAS BELLOTAS Y LA EDAD DE ORO Fig. 1. La Edad de Oro de Lucas Cranach
Enrique García Gómez1 Juan Pereira Sieso2 1 Diputación de Toledo 2 Facultad de Humanidades de Toledo (UCLM)
Fig. 2. Miel, oro líquido
El término “Edad de Oro” proviene de la mitología griega y se refiere al periodo inicial de las distintas eras que los griegos consideraban que existieron: oro, plata, bronce y hierro. La primera de estas edades era el tiempo de una dorada estirpe de hombres mortales, creados por los dioses en el tiempo en que Cronos ejercía su autoridad en el Olimpo. Era un tiempo que era percibido como un estado ideal, en armonía con la naturaleza, que se manifestaba entre otras cosas en la simplificación de la comida, ya que el alimento dependía de los productos que la naturaleza proveía: agua, miel y bellotas. De estos productos se alimentaban los humanos, gozando de una eterna juventud, pasando su vida entre banquetes y fiestas para acabar sus días en una muerte que se presentaba como un dulce sueño. Ese pasado edénico fue descrito por primera vez en el siglo VIII a. C. por el poeta griego Hesíodo en su poema Los trabajos y los días1, dentro de la fábula del halcón y el ruiseñor: “Jamás el hambre ni la ruina acompañan a los hombres de recto proceder, sino que alternan con fiestas el cuidado del campo. La Tierra les produce abundante sustento y, en las montañas, la encina está cargada de bellotas en sus ramas altas y de abejas en las de en medio”.
No solo se recogen las características del modo de vida de la humanidad durante la Edad de Oro sino que también se identifican algunos de los símbolos principales de la mis2019. N.o 74
Fig. 3. Encina con numerosos amentos de flores masculinas
ma: la miel y las bellotas. En el primer caso por su color que recuerda al oro, ya que en ocasiones metafóricamente se hace referencia a ella denominándola oro líquido. En el segundo caso pensamos que probablemente por el aspecto que presentan las encinas durante su floración en la que desde lejos parece que han sido espolvoreadas con polvo de oro. A partir de esta primera descripción literaria numerosos autores se referirán a esta época de modo reiterativo, haciendo hincapié en dos aspectos concretos: el papel de los frutos como las bellotas que de modo espontáneo ofrece la naturaleza para alimento de los humanos, y la referencia a que se trata de un periodo temporal anterior al desarrollo de la agricultura y de los trabajos y penalidades que su práctica conlleva. Heródoto utiliza algunos aspectos del mito para intentar explicar la respuesta que dio el oráculo de Delfos a los espartanos cuando preguntaron sobre las posibilidades de éxito de sus planes de invadir Arcadia2
“Jamás el hambre ni la ruina acompañan a los hombres de recto proceder, sino que alternan con fiestas el cuidado del campo. La Tierra les produce abundante sustento y, en las montañas, la encina está cargada de bellotas en sus ramas altas y de abejas en las de en medio”.
“Y, naturalmente, ya no se limitaros a seguir una política de paz, sino que, convencidos de su superioridad sobre los arcadios, hicieron una consulta en Delfos a propósito de todo el territorio arcadio. Pero la Pitia les dio la siguiente respuesta: ¿Arcadia me pides? Mucho me pides. No te la daré. En Arcadia hay muchos hombres que comen bellotas que te detendrán”.
Heródoto identifica la Arcadia como un lugar donde todavía se mantienen algunos aspectos de la Edad de Oro, por lo que sus habitantes serían muy superiores a los guerreros espartanos. A esta característica de los habitantes de Arcadia se refiere también Teofrasto3, discípulo de Platón y luego de Aristóteles, al que sucederá en la dirección de la Academia. En su libro sobre las plantas señala cómo los habitantes de Arcadia consumen distintos tipos de bellotas que clasifica según el dulzor de las mismas. Platón también se refiere con detalle a la Edad de Oro. En el siglo IV a. C. era un tema habitual al que se referían cuando se explicaba el pasado de la humanidad y Platón
Hesíodo
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Fig. 5. Abeja entre las bellotas repujadas de la última guirnalda (detalle de la fíala de Caltavuturo)
mentación humana en el Libro V, cuando habla de la vida de los primeros hombres: “Y los hombres que dio la tierra entonces... no sabían domar con hierro el campo, ni meter en la tierra los renuevos, ni con hoces cortar los viejos ramos de árboles grandes; lo que el sol y Fig. 4. Fíala (phiale), recipiente de libaciones de oro decorado con bellotas repujadas (Caltavuturo, Palermo, Sicilia, siglo IV a. C.) lluvias les alargaban, y lo que la tierra lo refleja en varias ocasiones. En Leyes VI explica el desproducía de suyo, les bastaba; cubrimiento de la agricultura y retrocede a esa edad mítica estos dones sus pechos aplacaban: de los hombres: en medio de glandíferas encinas mantenían sus cuerpos con bellota...” “cuando no osaban ni probar el buey y no tenían las divinidades ofrendas de animales, sino mezclas líquidas de harina, miel y Y en el apartado dedicado a la agricultura: aceite, frutos embebidos en miel y otras ofrendas puras semejantes, mientras se apartaban de la carne como si no fuera pío “Pero enseñó también Naturaleza comerla ni manchar los altares de los dioses con sangre”. el arte de plantar y los injertos; ella dio estas lecciones la primera, Una época, en definitiva, de paz, abundancia y vegetariamostrando las semillas y bellotas nismo, que enlaza con el pasado y con el más allá prometido. que cada una a su tiempo producía Una muestra de la importancia de los símbolos de la al pie del árbol mismo do cayera Edad de Oro la encontramos en algunos ejemplares de vaun enjambre de arbustos”.
sos rituales –fíalas, del griego φιάλη, phiále– que se utilizaban en ceremonias de tipo religioso o funerario, como la libación. Destacan dos ejemplares, uno de ellos en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y otro procedente de Sicilia, de un lugar cerca de Palermo llamado Caltavuturo. Son dos magníficas piezas en forma de taza con umbo, decoradas en su interior con tres guirnaldas concéntricas de bellotas repujadas, y en la guirnalda más exterior, entre bellota y bellota, una abeja. Con un peso de 982 gramos, son obras excepcionales de los artesanos griegos que plasmaron en oro los símbolos de la Edad de Oro. En Roma en el siglo I a. C., el poeta y filósofo Lucrecio en su poema didáctico-científico De la naturaleza de las cosas4, hace referencia al papel de las bellotas en la ali-
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Virgilio, el gran poeta latino (70-19 a. C.), en sus Geórgicas5, donde hace una loa de la vida rural y de las labores agrícolas, narra como la diosa Ceres, hija de Cronos y Cibeles, enseñó la agricultura a los hombres cuando la bellota de los montes no podían alimentarlos a todos: “Ceres... dispuso que los mortales removieran la tierra con el hierro cuando ya faltaban las bellotas y los madroños del bosque sagrado y Dodona negaba el alimento. Saciarás tu hambre agitando la encina en los montes”.
En similares términos, pero más ajustado a los elementos clásicos que identifican la Edad de Oro, se expresaba 2019. N.o 74
el poeta Ovidio (43 a. C.-17 d. C.) en su obra La Metamorfosis: “Y los hombres, contentos con los alimentos producidos sin que nadie los exigiera, cogían... las bellotas que habían caído del copudo árbol de Júpiter... Corrían también ríos de leche, ríos de néctar, y rubias mieles goteaban de la encina verdeante”.
“Y los hombres, contentos con los alimentos producidos sin que nadie los exigiera, cogían... las bellotas que habían caído del copudo árbol de Júpiter... Corrían también ríos de leche, ríos de néctar, y rubias mieles goteaban de la encina verdeante”.
Desde mediados del siglo I a. C. también son significativas las referencias que al consumo de bellotas en la península ibérica hacen algunos autores latinos y griegos, probablemente por el paralelismo inconsciente que establecen con los habitantes de la Arcadia, que según Heródoto habían detenido a los espartanos. No hay que olvidar que la península ibérica desde la Segunda Guerra Púnica fue el escenario de continuos enfrentamientos en los que distintos pueblos ibéricos y celtibéricos causaron derrotas en ocasiones humillantes a los ejércitos romanos. Varrón (116-27 a. C.), legado de Pompeyo en las guerras sertorianas, en su trabajo De Rustica sobre las cosas del campo, habla de la glans ibérica y la menciona entre los bocados exquisitos. El geógrafo e historiador griego Estrabón (63 a. C.-24 d. C), en el tercer libro de su Geografía que dedica a Iberia, a partir de noticias recopiladas de Posidonio, señala, haciendo referencia a los territorios donde las legiones romanas encontraron más feroz resistencia: “En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que secas y trituradas se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo”.
Por último, Plinio el Viejo (23-79 d. C.) cuyos trabajos sobre la naturaleza fueron la referencia obligada durante más de un milenio, cita también el consumo de bellotas en Hispania: “Es cosa cierta que aún hoy día la bellota constituye una riqueza para muchos pueblos hasta en tiempos de paz. Habiendo escasez de cereales se secan las bellotas, se las monda, se amasa la harina en forma de pan. Actualmente incluso en las Hispanias la bellota figura entre los postres. Tostada entre cenizas es más dulce”.
En el siglo II de nuestra era el poeta Juvenal menciona en una de sus sátiras6 a las bellotas como alimento de la humanidad primitiva, y el mito clásico del origen de la humanidad o nacidos de los robles o modelados en arcilla: “Cuando la esposa montaraz... nutría con sus pechos unos hijos robustos, más repelentes a veces que su propio marido cuando eructaba bellotas. Cuando el mundo era nuevo y el cielo reciente los hombres que, nacidos en la oquedad de un
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roble o modelados en arcilla, no habían tenido padres”.
En la misma época Pausanias, en su descripción de Grecia, cuando llega a la Arcadia7 describe el personaje mitológico del primer poblador de Grecia, Pelasgo, que enseña a los suyos cómo sobrevivir en la naturaleza comiendo bellotas y cómo este tipo de alimentación caracterizará a los habitantes de la Arcadia:
“Cuando Pelasgo fue rey, inventó chozas para que los hombres no pasaran frío ni se mojaran con la lluvia ni sufrieran con el calor; además él fue el que inventó los vestidos hechos de piel de las ovejas… Él descubrió que el fruto de las encinas, no todas, sino de las bellotas del roble asiático, era alimenticio. Este modo de alimentación persistió desde este Pelasgo entre algunas gentes, hasta el punto que la Pitia, cuando prohibió a los lacedemonios tocar la tierra de los Arcadios, les dijo los siguientes versos: Hay muchos hombres en Arcadia que se alimentan de bellotas y que te lo impedirán; pero yo no te la niego por envidia”.
San Isidoro de Sevilla en Etimologías8, obra del siglo VII, sostiene que el nombre latino de la encina, ilex, deriva de electus, escogido, “pues el fruto de este árbol fue el primero que los hombres escogieron para su manutención”, ya que “antes de que comenzasen a utilizar los cereales, los hombres primitivos se alimentaban de bellotas”. Para comprobar cómo esa idea ha permanecido a lo largo del tiempo nos trasladamos a la Edad Moderna, en la que numerosos autores hacen referencia a distintos aspectos del mito de la Edad de Oro. No podemos empezar de otra forma que no sea con el más ilustre e internacional de nuestros libros, Don Quijote de la Mancha, con el discurso del caballero andante9: “Sentáronse a la redonda los cabreros... que en la majada había... Sentóse don Quijote... y Sancho... Acabado el servicio de carne, tendieron sobre las zaleas gran cantidad de bellotas... Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago tomó un puño de bellotas en la mano, y, mirándolas atentamente, soltó la voz: Dichosa edad... porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de “tuyo y mío”. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento que tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes de agua, en magnífica abundancia, sa-
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brosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en el hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo... Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del torvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre tierra; que ella sin ser forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían... Toda esta larga arenga... dijo nuestro caballero, porque las bellotas que le dieron le trajeron a la memoria la edad dorada, y antojósele hacer aquel inútil razonamiento a los cabreros, que, sin responderle palabra, embobados y suspensos, le estuvieron escuchando. Sancho asimismo callaba y comía bellotas...”.
El religioso y poeta español Bernardo de Balbuena, coetáneo de Cervantes, también referenció la citada época: “Y como á otros pastores he oído, permitido es arar el campo á los que de sus frutos vivimos, y no por eso las guirnaldas en los retorcidos cuernos de los bueyes nos parecen mal, ni á los que de ásperas bellotas nos mantenemos la olorosa manzana ó la cuajada tierna es aborrecible”.
En su obra Siglo de Oro en las selvas de Erífile10,11, publicada en 1608, recuerda en diversos momentos un tiempo pasado mejor, con menos maldades y vicios, transmitido “de antiquísimos siglos de unos a otros”, donde los hombres vivían más apacibles, los árboles escuchaban su música y les respondían, las deidades habitaban los campos, cantaban, apacentaban ganado y no pasaban estrecheces – comían bellotas y castañas, bebían agua de las fuentes–, los bueyes hablaban y el cielo era magnánimo con los hombres. En estos años la referencia a la edad dorada fue un recurso muy extendido, como así lo corrobora también la reseña que hace Luis de Góngora en la Fábula de Polifemo y Galatea12: “Erizo es, el zurrón, de la castaña; y —entre el membrillo o verde o datilado— de la manzana hipócrita, que engaña, a lo pálido no, a lo arrebolado, y de la encina honor de la montaña, que pabellón al siglo fue dorado, el tributo, alimento, aunque grosero, del mejor mundo, del candor primero”.
En el país vecino, el escritor y pensador parisino Voltaire (1694-1778) escribía: “En donde no hay limpieza el amor más feliz deja de ser amor: es vil necesidad. De su bella aventura bien pronto fatigados,
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debajo de una encina comen con elegancia una cena compuesta de agua, mijo y bellotas; se echan luego a dormir sobre la tierra dura: este es el puro estado de la naturaleza”.
En el Arte de putear (1770), de Nicolás Fernández de Moratín, poema didáctico amoroso que ofrece la melancólica visión de los tiempos felices de antaño, inicia el segundo canto con una ingeniosa transposición de Ars Amatoria de Ovidio, tras lo cual Moratín introduce el cliché de la Edad de Oro: “La simple y feliz naturaleza durará en la inocencia primitiva fuera inútil entonces la riqueza. Cada cual dio de balde antiguamente lo que dio para ser comunicable naturaleza, y yendo lentamente el interés y la maldad creciendo, a trueque de castañas y bellotas el amor en las selvas resonantes los cuerpos juntos allí de los amantes”
Larra volvía, durante los comienzos del siglo diecinueve, a expresar esa especie de añoranza hacia aquel 2019. N.o 74
“Venga usted acá, flor y nata de la andante comiquería: usted ha nacido en este siglo de hierro de nuestra gloria dramática para renovar aquel siglo de oro, en que sólo comían los hombres bellotas y pacían a su libertad por los bosques, sin la distinción del tuyo y del mío” Larra
cómodo procedimiento, que sólo abandonan cuando se persuaden, por triste experiencia, de que siendo ya tantos los hijos de ‘nuestra primera madre’, la pobre no puede hartarnos ni aun sustentarnos, sin ser forzada por el arado o por otros procedimientos de cultivo”.
Continúa haciendo una exhortación de lo que había ocurrido en las regiones forestales en las que el ansia de las personas había sido capaz de deforestarlas sin el más mínimo escrúpulo y sin pensar que la riqueza de la naturaleza no es inagotable. Intercala a su vez las innumerables ventajas que supondría para la patria el proceder a la masiva plantación de árboles. Después de todo lo anterior acaba su intervención volviendo a hacer mención a los tiempos citados: “La Edad de Oro pasó para no volver y estamos en la edad del trabajo, de la actividad, y ahora ya tanto la madre tierra como sus hijos deben descansar sólo lo necesario para emprender como más bríos la labor. Hijo del siglo XIX y espectador de los comienzos del XX, si bien envidio que en la edad de oro ‘todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia’, y que no ‘había la fraude, el engaño ni la malicia’, lo de la descansada vida no me seduce y deseo llegue para mi Patria la edad dichosa en que ni un palmo de tierra, ni un solo hombre permanezcan improductivos, sino que cada cual rinda el máximo posible, sin esfuerzos que le arruinen”.
pasado de libertad y de autonomía del ser humano con su medio. En el artículo titulado Yo quiero ser cómico13 expresaba: “Venga usted acá, flor y nata de la andante comiquería: usted ha nacido en este siglo de hierro de nuestra gloria dramática para renovar aquel siglo de oro, en que sólo comían los hombres bellotas y pacían a su libertad por los bosques, sin la distinción del tuyo y del mío”
Como curiosidad incluimos una referencia a dicha Edad que se produjo ni más ni menos que en el Congreso de los Diputados español. Corría el año 1908 y en el hemiciclo se discutía el Proyecto de Ley de Conservación de Montes y Repoblación Forestal. En la sesión del día uno de junio el eminente ingeniero de montes Ricardo Codorniú contestaba al Sr. Zulueta haciéndole comprender las bondades de proceder a una gran labor repobladora en todo el territorio español. En su discurso decía: “dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quienes los antiguos pusieron el nombre de dorados... aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella sin ser forzada, ofrecía por todas partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiesen hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían (Cervantes: D. Quijote, 1.ª parte, capítulo XI). Mas aunque la edad de oro pasó, los hombres, acostumbrados desde tan remota época a alcanzar lo que necesitaban para su ordinario sustento sin ‘tomar otro trabajo que alzar la mano’; trataron, en cuanto les fue acceder, de seguir tan
Como vemos es un tema recurrente a lo largo de la historia. Por último, para rematar, incluimos una estrofa de la poesía El canto de la miel14, escrita por Federico García Lorca: “La miel es la bucólica lejana del pastor, la dulzaina y el olivo, hermana de la leche y las bellotas, reinas supremas del dorado siglo”
NOTAS 1
Hesíodo. 1995. Los trabajos y los días. Editorial Universitaria, Alicante. Heródoto. 1977. Historia. Libro I. Gredos, Madrid. 3 Teofrasto. 1988. Historia de las plantas. Gredos, Madrid. 4 Lucrecio. 1994. De la naturaleza de las cosas. 3.ª ed. Cátedra, Madrid. 5 Herreros E. 1998. Las Geórgicas de Virgilio en la literatura española. Tesis. Universidad Complutense de Madrid. 6 Juvenal. 1991. Sátiras. Gredos, Madrid. 7 Pausanias. 1994. Descripción de Grecia. Libros VII-X. Gredos, Madrid. 8 De Sevilla I. 2004. Etimologías. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid. 9 Cervantes M. 1990. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Alfredo Ortells, Valencia. 10 Balbuena B. 1989. Siglo de Oro en las selvas de Erífile. Universidad Veracruzana. 11 Campbell Y. 2003. El “Siglo de Oro en las selvas de Erífile” de Bernardo de Balbuena y la tradición órfica. Rilce 19(2): 205–215. 12 Góngora L. 2010. Fábula de Polifemo y Galatea. Cátedra, Madrid. 13 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/yo-quiero-ser-comico--0/html/ ff7a6466-82b1-11df-acc7-002185ce6064_1.html (2.5.2019) 14 http://www.los-poetas.com/a/lorca2.htm#EL CANTO DE LA MIEL (7.4.2019) 2
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PINCELADAS DE VIDA
Pablo Pereira:
Pintor de detalles, transmisor de emociones Ismael Muñoz Pablo Pereira dibuja y pinta animales tal como los ve, como él los siente, fiel a su experiencia con cada uno de ellos, alejados de su entorno, ajenos al ambiente en el que viven. Es solo un instante en el que se encuentran los ojos del modelo y el pintor y, en esa mirada, parecen decirse lo que piensa el uno del otro. “No soy de mano rápida, soy muy pesado dibujando”, así que Pablo se toma su tiempo para reflejar ese instante, esa emoción. Sabe cómo es el animal, qué posturas adopta, cómo reacciona ante los extraños, cómo caza, come, o se baña en el agua, cómo camina o emprende el vuelo; conoce los detalles de cada parte de su cuerpo y tiene claro cuál es la imagen que quiere mostrar de esa especie. De esta forma compone en su cabeza la imagen perfecta, esa que siempre imagina de cada uno de sus modelos, esa imagen prácticamente imposible para una fotografía porque capta un instante pero muy difícilmente puede captar la esencia. “Mis ilustraciones son la suma de muchas imágenes, de emociones y experiencias”. Y luego están los ojos, que lo dicen todo. A veces la sorpresa del modelo cuando se da cuenta de que un mirón
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le está observando; en ocasiones lo que piensa de él el pintor, de aquella vez que tuvieron un encontronazo y aún siente la sorpresa en el cuerpo cuando lo recuerda. Esos ojos miran al espectador de las ilustraciones y le hacen pensar que forma parte de la escena, que, alejados del ambiente donde vive el animal y donde vive el espectador, sólo están el modelo y el mirón.
“Los cuadros de Pablo huelen”, comenta Celia, su mujer, fan incondicional de la manera de dibujar y pintar de Pablo. “El dibujo del oso pardo huele a rancio, puedo recordarlo en cuanto veo esa imagen”. Los dibujos de Pablo transmiten emociones, las del pintor, pero también rescatan de la memoria las emociones del espectador. 2019. N.o 74
¿Cómo es el método de trabajo que sigue? Hace bastante tiempo que no dibujo ni pinto al natural, desde que empecé a tener vista cansada. Mirar por el telescopio, volver al papel y ponerme las gafas, volver a quitarlas para mirar de nuevo… es excesivo. Pinto animales a los que conozco bien, con los que he tenido alguna vivencia. Suelo tomar varias fotografías y hago una composición con ella siempre buscando una actitud natural, tal y como yo le recuerdo olfateando el aire, posado en una rama o moviéndose por el campo. ¿La naturalidad en el animal es lo más importante? Es fundamental que el animal esté vivo, que esté alerta o con todas sus cualidades. Se nota cuando un dibujo está hecho de un animal disecado, aturdido o enfermo porque cambia su postura, la posición de sus plumas, o simplemente su actitud y la viveza de su mirada. Lo que busco es que el dibujo me recuerde a un animal vivo.
Sin embargo, sus dibujos son de animales fuera de contexto, sacados del entorno natural donde viven ¿por qué? Principalmente porque no soy buen pintor de ambientes porque los paisajes me aburren mucho. Me gusta pintar animales que además transmitan las sensaciones que a mi me provocan cuando lo veo en el campo. Trato de representar la vida que me transmite el animal; esa mirada que te lanza el bicho en ese instante en el que casi te obliga a pedir perdón por haberlo molestado. Hemos comprobado cómo los ilustradores y su trabajo ha ido evolucionando de una visión más descriptiva, la del naturalista que hace láminas con intención divulgativa, a la visión más subjetiva, más impresionista, sin que por ello deje de ser arte ninguno de los dos estilos. Cada pintor pinta lo que le pida el cuerpo, con lo que realmente disfruta. A mi siempre me han gustado las láminas clásicas, con las que se descri-
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bían las especies en siglos pasados, a veces con un estilo casi naíf y en otras con una precisión extraordinaria. Me interesa siempre la ilustración desprovista de la integración del animal en su hábitat. Me encantan los pintores capaces de captar el ambiente, incluso que el animal que sale en el cuadro sea un elemento más, perfectamente integrado. Pero no es lo que me a mi me llena. Busco la imagen más descriptiva, más guía de campo y, dentro de ello, los ojos. Cuando pinto un animal que no me mira pienso que no está bien hecho. Estilo descriptivo que transmite emociones, ¿cómo se logra eso? Es verdad, pinto como un zoólogo de los de antes, más descriptivo, pero con la diferencia de que muchas de las láminas clásicas son muy inexpresivas. Necesito que el animal esté vivo y para eso te tiene que mirar. Esa es la clave. Y para eso hay muchos trucos, los pintores somos un poco tramposos porque tenemos que sugerir profundidades y volúmenes con luces y sombras, eso es un trampantojo. Tie-
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nes que engañar al ojo del que mira para que vea esos volúmenes, para que su cerebro interprete que el animal está viendo algo y que, incluso, le está mirando a él.
¿Qué destino tienen sus dibujos? Pinto lo que me apetece aunque también recibo encargos, pero con una conversación larga. Necesito saber qué es exactamente lo que quiere el que me encarga el dibujo. En el caso de los perros, cuando los pinto, les pido a sus dueños que me den muchas fotografías; no es lo mismo pintar a un labrador que pintar a mi labrador. ¿Qué materiales utiliza para pintar? Principalmente guache, témpera. Me gusta mucho pintar sobre papel de color. He probado otras técnicas como la acuarela pero requiere una rapidez de mano y una seguridad en el trazo de la que carezco. Cuando digo a otros pintores que ni dibujo ni pinto bien no me creen; lo que pasa es que soy muy pesado y corrijo mucho. Hago muchos bocetos hasta que consigo lo que quiero y luego lo paso al papel definitivo. Pintando también corrijo mucho y eso te lo permite el guache, no la acuarela.
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También he trabajado el óleo pero, para mi gusto, es demasiado lento. ¿Qué valor le da a la ilustración como medio de sensibilización? Tengo opiniones contradictorias. La ilustración, el arte, tiene la ventaja de que te permite destacar algunos elementos, jugar con características que generan en el público determinadas reacciones, pero tiene el problema de que estás a expensas de lo que quiera transmitirte el pintor. La fotografía es objetiva y la ilustración es subjetiva. Si yo hago una ilustración y lo que quiero es poner a la gente en contra del oso puedo pintarlo de forma que genere rechazo. Puedo hacer lo contrario, pintar un lobo con cara de buena gente. Me resulta tan desagradable la imagen del oso hiperagresivo como la del lobito buena gente. Pero eso no deja de ser la visión del autor Es que lo que puedes transmitir es una falacia. Utilizar trucos cuan2019. N.o 74
do lo que pretendes es obtener una respuesta que en realidad se ajusta a tu criterio sobre esa especie y no a lo que realmente es esa especie me disgusta. Me parece una manipulación. ¿Dónde está entonces el límite de la falacia si hemos dicho que la ilustración es subjetiva? El límite está en saber hasta qué punto estás transmitiendo lo que esa especie te hace sentir o transmites una mentira. Lo que me transmite el lince es una mirada noble, lo que transmite el lobo es la mirada de un pirata. Ahora bien, cuando yo pinto al lobo no trato ni de exagerar esa mirada de malo ni de ocultarla. A mi me transmite incertidumbre y eso es lo que quiero que el espectador perciba. O sea que el límite lo marca la honestidad del pintor Así es, entiendo que sí. Si a mi el lobo me da miedo pero, si por convencionalismo, tengo que pintarlo como un corderito estaría faltando a la honestidad. Y, al contrario, si yo soy
consciente de que mi miedo al lobo es subjetivo a la hora de pintarlo trataré de ser objetivo, tampoco voy a transmitir mis miedos. No puedo infantilizar a un animal solo porque sea esa la imagen que ahora prefiere la sociedad. La naturaleza es dura y los animales matan por sexo, comida y poder, y esto lo tiene que saber la gente. ¿Qué cualidades debe tener un ilustrador? Lo primero buena mano. En segundo lugar, conviene estudiar al “enemigo” antes de pintarlo. En tercer lugar, debe tener mente analítica. Esta es una capacidad que favorece el dibujo, obliga a saber mirar y a ver. De ahí que creo que debería ser una asignatura obligatoria en todos los programas de estudio, aunque no evaluable porque no todos pueden tener buena mano. El dibujo permite desarrollar una mente analítica. Puedes no reproducir bien los detalles, lo que no puedes es dejar de verlos, a eso ayuda el dibujo.
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NOTICIAS FORESTALES
Castilla y León acogió la LVI Asamblea General del Colegio Se celebró los días 17, 18 y 19 de mayo en Valladolid, Zamora y Salamanca
Martín Bernal, Ángel Nieto Montejo, José Luis Herguedas Bachiller y José Manuel Jaquotot Sáenz de Miera. Alfaro Martín, José Luis Audicana Arcas, Francisco Javier Martín Colomé y Carlos Bris Toribio. Nacional de Picos de Europa y Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido. Desmartines. Estas distinciones de honor serán entregadas en el acto que con motivo de la festividad de nuestro patrón, San Francisco de Asís, se celebrará el próximo día 2 de octubre en los jardines del Buen Retiro de Madrid. Una vez finalizada la asamblea
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El hotel Novotel de Valladolid acogió el pasado día 17 de mayo de 2019 la LVI Asamblea General Ordinaria del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural a la que asistieron más de un centenar de personas. Entre los acuerdos adoptados en dicha asamblea general está la aprobación de la memoria de actividades de 2018 y el balance de las cuentas anuales de 2018 junto con el informe de auditoría . Además, se aprobó el presupuesto de 2019 y la concesión de las siguientes distinciones y reconocimientos: general, los asistentes, junto con sus acompañantes, se dirigieron a Abadía Retuerta l’Domaine, un emblemático lugar situado en Sardón de Duero (Valladolid), para la celebración de la cena de gala. Este acto fue presidido por el director general del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz Sanz, además de nuestro decano-presidente, José González Granados y el decano territorial de Castilla y León, José Antonio Gallegos Sancho. De forma previa a la cena los asistentes disfrutaron de un concierto de ópera a cargo de la soprano Isabel Fernández Contero y el pianista Sergio Domínguez Hernández. Durante la cena se llevó a cabo la imposición de insignias de plata a aquellos colegiados que cum-
plían al menos 25 años de colegiación. Concretamente se impusieron a Manuel Díaz Tapia, Domingo Villalba Indurria, Jorge Ríos Segura, Antonio Fonseca Hernández, Ricardo Lama Escudero y José González Granados. El sábado 18 de mayo más de un centenar de personas se dirigieron a Robledo, Puebla de Sanabria (Zamora), para visitar el Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León – Félix Rodríguez de la Fuente. El Centro del Lobo es un recurso educativo y de dinamización socieconómica ligado al plan de conservación y gestión del lobo en Castilla y León, que permite disfrutar de la observación de lobos en semilibertad, y conocer su biología y ecología y los planes que garantizan su conservación y gestión. 2019. N.o 74
Juan Diego Rivera Calvo
Una vez realizada la visita los asistentes disfrutaron de una comida típica de la zona en la localidad de Padornelos (Zamora), para después realizar una breve visita turística a Puebla de Sanabria. Ya entrada la tarde se realizó una visita a la casa del Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto, situada en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora. A continuación, se realizó un paseo guiado por los alrededores del lago de Sanabria. El Parque Natural del Lago de Sanabria fue creado en 1978 para preservar la morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la pureza de las aguas y la riqueza de su flora y su fauna. Ocupa una extensión de 22.365 ha, y alberga el lago glaciar más grande de la península ibérica (368,5 ha), así como varias lagunas dispersas. Después de una larga jornada los asistentes degustaron en Traspinedo (Valladolid) los típicos pinchos de lechazo asados con sarmiento de esta localidad. El domingo 19 de mayo los asistentes a la asamblea madrugaron para llegar a tiempo a realizar un crucero fluvial por el río Duero, dentro del Parque Natural de los Arribes del Duero, catalogado también como Zona de Especial Protección para las Aves, con una completa información de la fauna, flora y geología. Arribes del Duero tiene una superficie de
106.105 ha, con 180 km de cañones fluviales, y quedan incluidos en él 37 municipios de Zamora y Salamanca. Linda con el Parque Natural do Douro Internacional en Portugal, y ambos espacios juntos conforman una de las áreas protegidas fronterizas más extensas de la Unión Europea. Terminado el crucero se realizó una visita turística por Aldeadávila de la Ribera, pueblo situado al noroeste de la provincia de Salamanca, junto a la frontera con Portugal, conocido como el corazón de las arribes. Para finalizar la asamblea se visitó
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Arriba: imposición de insgnia de plata a Ricardo Lama (centro). Junto a él José Antonio Gallegos, Decano Territorial de Castilla y León (izq.) y José González, Decano-Presidente (dcha.)
A la derecha: mesa presidencial de la Asamblea General
una dehesa situada en la localidad de Zafrón (Salamanca), donde se disfrutó de un almuerzo campero y de una explicación de la gestión que allí se realiza por parte de nuestro compañero Juan María Cruz-Sagredo García. Queremos expresar con estas líneas un especial reconocimiento a nuestros compañeros de la delegación territorial de Castilla y León, José Antonio Gallegos Sancho y Carolina Mediavilla Pérez, por su dedicación y trabajo en la organización de la asamblea general, así como a las empresas e instituciones patrocinadoras y
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colaboradoras de la misma: Junta de Castilla y León, Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, Naturobra, S.L., Europa Agroforestal S.L., Aon, Abadía Retuerta l´Domaine, Trasel Servicios Ambientales, Biomasas del Duero S.L., Foresa (Forestación y Repoblaciones S.A.), Inforest Medio Ambiente, Viveros Fuenteamarga S.L., Recoletas Red Hospitalaria, Malla Forestal y Miel Montes de Valvení.
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AGENDA / RECURSOS ELECTRÓNICOS
THE STATE OF AMERICA'S FORESTS: AN INTERACTIVE GUIDE https://usaforests.org Coordina y edita: US Endowment for Forestry & Communities, Inc. Mila Álvarez
El estado de los bosques americanos es una guía multimedia online que presenta la información forestal más relevante de los Estados Unidos de América de una manera intuitiva y accesible para cualquier usuario. Los mapas, gráficos, animaciones y videos ayudan a entender el valor y la importancia de los bosques como fuente de agua limpia, aire puro, bienestar humano, biodiversidad, recreo, productos, desarrollo económico y muchos otros beneficios y servicios ecosistémicos. A través de la página web, el usuario puede descubrir en detalle los muchos desafíos que amenazan la existencia, el estado y la salud de los bosques estadounidenses. Entre las amenazas más destacadas se encuentran los incendios forestales, las plagas de insectos y las enfermedades, las especies invasoras de flora y fauna, las especies en riesgo de extinción, el cambio de uso del suelo, la fragmentación de los bosques y la sequía. Todas ellas muestran el grado de vulnerabilidad al que los bosques se enfrentan. El usuario también tiene la oportunidad de explorar tendencias a lo largo del tiempo, condiciones que definen los paisajes forestales, regímenes de distribución de la propiedad en diferentes regiones, y estrategias de conservación, protección y uso sostenible de un recurso que cubre un tercio del país. El trabajo ha sido coordinado y editado por Mila Álvarez, ingeniera forestal española por la Universidad Politécnica de Madrid, aunque el producto es fruto de una colaboración científica, intergubernamental, e intersectorial. Es una herramienta que hace uso de las últimas tecnologías para el análisis y presentación de la información, con un formato innovador, intuitivo y fácil de explorar tanto para el público en general como para expertos. Los datos con los que se ha elaborado el estudio han sido suministrados por las distintas agencias federales norteamericanas como U.S. Forest Service, U.S. Fish and Wildlife Service, U.S. Geological Survey, Bureau of Land Management, U.S. Department of Defense, U.S. Census Bureau, NASA, U.S. Environmental Protection Agency, U.S. Department of Commerce Bureau of Economic Analysis, así como ONG y universidades, además de elaboración propia a partir de la información publicada y contrastada por diversas fuentes.
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AGENDA / LIBROS
¿QUÉ SABES SOBRE BIODIVERSIDAD? PREGUNTAS Y RESPUESTAS EN TORNO A LA BIOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN Felipe Domínguez Lozano Editorial Mundi-Prensa, 2019
Como señala el autor, “la conservación de la naturaleza es un vínculo entre la sociedad y el mundo que nos rodea”, y este libro quiere ayudar a reforzarlo. La obra busca, en su faceta académica, ser un complemento a los manuales y libros de texto sobre biología de la conservación, la ciencia que estudia la forma de preservar los seres vivos y evitar su extinción. Pero, además, pretende ser útil a los profesionales de la conservación, que encontrarán aquí muchos de los asuntos con los que conviven en su vida laboral. Es ser también una obra atractiva para todas aquellas personas sensibles a los desafíos ambientales actuales, naturalistas, amantes del aire libre, colectivos sociales o artistas, que con ánimo de documentarse lo utilicen a la manera del apartado “Preguntas más frecuentes” de un manual de instrucciones al uso. Está escrita desde una óptica biológica, no en vano su autor proviene del campo de la botánica, haciendo especial hincapié en fenómenos como la naturalidad, el seguimiento biológico y la conservación preventiva. A lo largo de su páginas se analizan 131 cuestiones sobre conservación de la naturaleza y biodiversidad, agrupadas en nueve grandes bloques temáticos: valores e historia de la conservación de la naturaleza, extinción de las especies, riqueza, rareza y filogenia, taxonomía, listas y catálogos, demografía para la conservación de poblaciones, principales amenazas sobre la biodiversidad, planes de recuperación y reintroducciones, áreas protegidas y biodiversidad e infraestructuras para la conservación. Las cuestiones son muy variadas, abarcando desde conceptos generales a aspectos muy específicos de la conservación o casos prácticos. El autor, Felipe Domínguez Lozano, es docente en el departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, y ha investigado y trabajado para la conservación de la biodiversidad en instituciones de dentro y fuera de España.
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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Normas de publicación INSTRUCCIONES A LOS AUTORES La revista abarca todo tipo de temas relacionados con la ciencia, gestión e industria forestal, tanto bienes como servicios generados por los terrenos forestales, su gestión, protección, defensa, restauración y mejora. Acepta trabajos originales que no hayan sido previamente publicados ni enviados simultáneamente a otras revistas. De forma excepcional, el consejo de redacción podrá aceptar la publicación de trabajos no originales de especial interés, siempre que no existan conflictos con la propiedad intelectual. Se podrán enviar artículos de opinión o colaboraciones técnicas, debiendo indicar los autores donde desean que se incluya su trabajo. Las colaboraciones técnicas tratarán sobre cualquier aspecto que entre dentro del ámbito de la revista, aceptándose revisiones, nuevas técnicas o propuestas, análisis históricos o casos prácticos. Los artículos de opinión se deben centrar en temas de actualidad o interés para los lectores, aportando una postura razonada, que justifique su publicación. Los artículos se remitirán por correo electrónico a la dirección forestales@forestales.net. La revista confirmará la recepción del artículo, y el Director asignará los miembros del consejo de redacción que se ocuparán de su revisión, así como revisores externos adicionales cuando sea preciso. La publicación de un artículo en la revista supone la cesión de los derechos de propiedad intelectual a la editora, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, a efectos de su publicación y distribución. Los autores son los responsables de obtener los permisos necesarios para reproducir materiales con copyright procedentes de otras fuentes. Los artículos se someterán a las siguientes normas: - Título. Será breve y reflejará el contenido del artículo. Se debe evitar el empleo de abreviaturas o fórmulas. - Autores. Se indicará el nombre y apellidos, pro-
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fesión y centro de trabajo de todos los autores, y al menos para el autor principal su dirección postal o correo electrónico. Es recomendable incluir una fotografía de los autores. Resumen. Se incluirá un resumen del artículo, que no supere las 150 palabras, excepto en artículos de opinión. Palabras clave. Se incluirán 2-4 palabras clave para clasificar el artículo, excepto en artículos de opinión. Extensión. Los artículos de opinión no superarán las 2.000 palabras y las colaboraciones técnicas 3.500-5.000 palabras en función de la cantidad de tablas e ilustraciones; cuanto mayor sea el material gráfico, menor deberá ser el número de palabras. Trabajos más extensos deberán ser aceptados expresamente por el consejo de redacción. Formato. El texto se remitirá en un archivo en formato Word o compatible, no existiendo requerimientos específicos en cuanto a formato o tipo de letra. Las páginas deben ir numeradas. Estructura. No existen normas concretas en cuanto a la estructura del artículo, pero deberá contener apartados adecuadamente organizados y numerados. Se recomienda incluir al menos un primer apartado de introducción, donde se detallen los objetivos del artículo, unas conclusiones finales, y un apartado de referencias. Idioma. Los textos se redactarán en castellano. Se evitará el empleo de palabras en otros idiomas cuando tengan traducción al castellano; en caso contrario, se escribirán en cursiva. Es aceptable el empleo de términos en otros idiomas, aún teniendo traducción al castellano, cuando formen parte de nombres oficiales de organismos o de empresas o marcas comerciales. Imágenes. Se incluirán los gráficos, esquemas o fotografías necesarios para facilitar la compren-
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sión del artículo. Todo el material gráfico deberá se remitirá en archivos independientes en formato JPG o TIFF con una resolución mínima de 300 ppp. En el texto se identificará la ubicación de las imágenes, incluyendo un pie explicativo. Referencias. Se incluirán únicamente las referencias citadas en el texto. Los artículos de opinión no incluirán referencias, por lo que si existe alguna se detallará en el propio texto. En el texto las referencias se recogerán de las siguientes maneras: Pérez (2015), (Pérez, 2015), Pérez y Gómez (2015), (Pérez y Gómez, 2015), Pérez et al. (2015), (Pérez et al., 2015). En el apartado de referencias se seguirán las siguientes normas: * Libros: García Gómez E. 2014. La naturaleza en Toledo. Ciencias naturales en la ciudad. DB Comunicación, Toledo. * Capítulos de libros: Cantero Desmartines FJ. 2005. Los árboles singulares de Madrid. En: Sánchez M, Muñoz M, Moya B (Eds.) El arbolado monumental y singular en España: gestión, conservación y legislación. Ponencias del II encuentro de árboles monumentales y singulares. Pp. 311–338. Asociación Española de Arboricultura, Madrid. * Revistas: González Doncel I, Collada C, Domínguez J et al. 2015. Life + Olmos vivos. Un nuevo impulso a los olmos... o cuando las amistades se vuelven peligrosas: la grafiosis del olmo. Foresta 63: 26-31. * Recursos digitales: Enríquez de Salamanca A, Carrasco MJ. 2013. Evolución de las medidas compensatorias en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. VII Congreso Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental: Gestión, Seguimiento, Innovación. Libro de Actas. 211-224. http://www.eia.es/ nueva/memorias_programas_coneias/VII_libro_Actas.pdf (9.12.2015).
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