Foresta Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. N.o 76
Jordi Vayreda Durán Investigador del CREAF de Cataluña
Bosques y cambio climático
Plan de gestión de la trucha común en Castilla-La Mancha Insectos invasores en espacios verdes urbanos Abubilla Quercus pyrenaica El pinar de Navafría La extinción de incendios forestales (II) El sector forestal y el medio natural en Malta Nanocristalización Francisco Hernández, pintor de emociones La naturaleza en la obra de Antonio Machado
Gestión fitosanitaria de Aranjuez La determinación de la calidad del corcho de CICYTEX (Extremadura) Los sistemas de gestión forestal basados en una cubierta forestal continua El futuro de las poblaciones de loina en Castilla-La Mancha
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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SUMARIO N.º 76 APUNTES
Abubilla. Enrique García Gómez Melojo. Gregorio Montero González
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El monte cambia. Pinar de Navafría
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Rafael Serrada Hierro, Valentín Gómez Sanz, Celso Coco Megía, Francisco Javier Plaza Martín
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La extinción de los incendios forestales (II).
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Elena Hernández Paredes, Jorge Rodríguez López
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El sector forestal y la protección del medio natural en Malta. Álvaro Enríquez de Salamanca
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Productos de nanocristalización para la construcción de infraestructuras forestales de baja huella de carbono. Ignacio Rojo Nuñez, Nicolás Ramírez Saiz, Mayra Aguado
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López, Pedro Alcoba Gómez, Esteban Jordán González
COLABORACIONES TÉCNICAS
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El Plan de Gestión de la trucha común de Castilla-La Mancha. José Ángel García-Redondo Moreno
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Problemas recientes causados por insectos invasores en espacios verdes urbanos. Xavier Pons
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Gestión fitosanitaria integrada de la ciudad de Aranjuez (2013-2018). Alberto Hurtado Hernández,
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Luis Hiernaux Candelas, Octavi Serra Calahorra
La determinación de la calidad de corcho. Plan de Calas del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (ICMC) del CICYTEX. Ramón Santiago
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ENTREVISTA
Jordi Vayreda Durán Investigador del CREAF de Cataluña
Los sistemas de gestión forestal basados en una cubierta forestal continua o sistemas CCF.
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Ismael Muñoz Linares
José Javier Gorgoso Varela, Rafael Alonso Ponce, Iñigo Lizarralde Torre, Francisco Rodríguez Puerta
El futuro de las poblaciones de loina en Castilla-La Mancha. Fernando Alonso Gutiérrez
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REPORTAJE
Los primeros momentos en la vida de un árbol.
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Enrique García Gómez
LA PÁGINA DE
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD
Bosques y cambio climático en la COP25
Ana González, Elena Robla, Hernando C, Gea G, Guijarro M, Mutke S, Oliveira N, Villar JC, Ricardo Ruiz-Peinado, Eduardo López Senespleda, Gregorio Montero, José Antonio Lozano
Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal
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(ICMC). Ana María Fernández Santos
PINCELADAS DE VIDA
Francisco Hernández. Pinceladas de emoción.
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Ismael Muñoz Linares
LITERATURA Y MEDIO NATURAL
Antonio Machado. La naturalidad de la sencillez.
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Ismael Muñoz Linares
Noticias forestales
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AGENDA
“Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”
2020. N.o 76
EDITORIAL
Cambio climático y bosque: una oportunidad social, económica y ambiental
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En condiciones normales el balance es favorable al secuestro de carbono. No obstante, un bosque, un terreno forestal, puede ser un sumidero o una fuente de carbono según la gestión que se haga. Reducir la biomasa (por claras o desbroces, por ejemplo), reduce el stock de carbono almacenado, algo poco deseable, pero a la vez puede favorecer el crecimiento de la masa, y con ello el secuestro, o reducir el riesgo de incendios, ambas cosas muy deseables. Por lo tanto, la gestión forestal se está convirtiendo en una herramienta esencial para la mitigación del cambio climático, en especial para la mitigación compensatoria: las emisiones de GEI que se producen en otros sectores se pueden compensar en parte gracias al secuestro de carbono de la vegetación, como así se ha demostrado ya en numerosos estudios científicos. En la actualidad, es posible cuantificar el secuestro de las masas forestales, y de las medidas concretas de gestión aplicadas, desde tratamientos selvícolas a repoblaciones, e incluso la gestión ganadera de los montes. Y esa cuantificación permite poner sobre la mesa la importancia de este sector, y la necesidad de un reconocimiento adecuado, no solo “honorífico”, sino monetario. Los montes públicos sobreviven gracias a las inversiones “a fondo perdido” de las administraciones propietarias, y los privados a menudo malviven en precario, como un “pasivo” para sus propietarios. Sin embargo, esos terrenos forestales mantienen la mayor parte de la biodiversidad, del paisaje natural, y están secuestrando carbono, que ayuda a mitigar los efectos nocivos de otros sectores contaminantes muy valorados económicamente.
Ismael Muñoz
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l cambio climático es un problema ambiental de primera magnitud. Existe una certidumbre científica sobre este proceso, sobre la decisiva influencia humana y sobre la necesidad de adoptar medidas de mitigación y de adaptación a sus consecuencias. La principal causa antrópica que contribuye al cambio climático es la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), seguida de la destrucción de sumideros de carbono, que en conjunto elevan la concentración atmosférica de GEI, exacerbando el efecto invernadero natural. Como consecuencia, no solo varía la temperatura sino que se altera el funcionamiento del sistema climático, dando lugar a otros problemas inducidos. El clima está cambiando, y va a seguir cambiando, con una intensidad que dependerá de los esfuerzos que se hagan por mitigar la contribución humana a este proceso. El papel del sector forestal ante esta emergencia climática es decisivo. Los bosques, y en general los terrenos forestales, aunque estén desarbolados, son sumideros netos de carbono. Las plantas toman dióxido de carbono de la atmósfera y mediante la fotosíntesis lo transforman en compuestos que les sirven para crecer; secuestran en carbono en sus tejidos durante un plazo de tiempo que depende de su vida. Por eso los árboles son tan importantes, al ser capaces de fijar el carbono durante un largo periodo de tiempo en la madera; aunque se corte y se emplee, el carbono continúa secuestrado, mientras no se queme o descomponga. Por otra parte, los bosques liberan carbono en la respiración, y como consecuencia de la ejecución de cortas, desbroces o por incendios forestales.
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EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR Álvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental, SL Universidad Complutense de Madrid SUBDIRECTOR Andrés Arregui Noguer Ingeniero Técnico Forestal Ministerio para la Transición Ecológica y el reto Demográfico DIRECTOR TÉCNICO Ismael Muñoz Linares Licenciado en Ciencias de la Información Altermedia Comunicacion, SL @ismaelnatura CONSEJO DE REDACCIÓN Francisco Javier Cantero Desmartines Ingeniero Técnico Forestal Dirección General de Medio Ambiente. Comunidad de Madrid Llanos Gabaldón Lozano Ingeniera Técnica Forestal e Ingeniera de Montes Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
dado lugar a unos cambios en la sociedad, la política y las relaciones internacionales que nos parecían impensables hace unos meses. Se trata de una emergencia mundial, y eso exige medidas nuevas, atípicas, y cambios en nuestra forma de actuar. También el cambio climático es una emergencia, menos acuciante pero también con efectos muy palpables. Y también aquí tendremos que tomar nuevas medidas, y tener nuevas formas de actuación para hacer frente a las nuevas situaciones. Las cosas han sido tradicionalmente de una manera, pero van a tener que cambiar. En el caso del sector forestal, ha sido siempre “el patito feo” de nuestra economía, un sector que aporta innumerables servicios, muchos de ellos esenciales para la vida, pero del que solo valoramos a duras penas los bienes materiales. Es hora de fijarnos en nuestros montes, y en ser conscientes de todo lo que nos aportan. Hemos necesitado una crisis sanitaria para entender la necesidad de un sistema fuerte de salud; no esperemos a sufrir una crisis climática tan dura como la sanitaria para aprender a valorar nuestros bosques.
Enrique García Gómez Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Medio Ambiente Diputación de Toledo José González Granados Ingeniero Técnico Forestal Parque Regional del Sureste. Comunidad de Madrid / Ayuntamiento de Aranjuez David León Carbonero. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación María José Manzano Serrano Ingeniera Técnica Forestal ESMA Estudios Medioambientales, SL @esmasl_es, @mariaj_manzano Jorge Rodríguez López. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación @Jorgenemoralis AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Mayra Aguado, Pedro Alcoba Gómez, Rafael Alonso, Fernando Alonso, Celso Coco, Raúl de la Calle, Ana González, Álvaro Enríquez de Salamanca, Ana María Fernández, Enrique García, Javier María García, José Ángel GarcíaRedondo, Gea G, Guijarro M, Valentín Gómez, José Gabriel
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Ismael Muñoz
En la región mediterránea los incendios forestales son un riesgo muy importante, que se está viendo incrementado a consecuencia del cambio climático. El fuego libera de forma súbita a la atmósfera todo el carbono secuestrado por la vegetación, y además impide el secuestro por la vegetación viva. Es importante no solo mantener sino redoblar los esfuerzos en prevención y extinción, y además prestar más atención a la recuperación de los terrenos quemados, para volver a lograr sumideros de carbono funcionales, como era la vegetación perdida. Y eso exige inversión. Ninguno de estos servicios ambientales de los bosques es nuevo, pero esta crisis climática está sirviendo para poner más el foco en ellos. Después de una extensiva erradicación de las dehesas, descubrimos las bondades de los sistemas agroforestales, no solo por su paisaje o su uso múltiple, sino también por la posibilidad de críar ganado, cultivar y secuestrar carbono a la vez. Pero mientras el ganado y el cereal tienen un valor y un precio, el carbono solo tiene lo primero; nadie paga por ello. Vivimos un tiempo revuelto. La crisis sanitaria en la que estamos inmersos ha
González, José Javier Gorgoso, Javier Gutiérrez Velayos, Elena Hernández, Hernando C, Luis Hiernaux, A. Hurtado, Esteban Jordán, Iñigo Lizarralde, Eduardo López Senespleda, José Antonio Lozano, Gregorio Montero, Ismael Muñoz, Mutke S, Oliveira N, Francisco Javier Plaza, Xavier Pons, Nicolás Ramírez, Elena Robla, Jorge Rodríguez, Francisco Rodríguez, José Luis Rodríguez, Ignacio Rojo, Ricardo Ruiz-Peinado, Ramón Santiago, Octavi Serra, Rafael Serrada, Javier Velázquez Saornil, Villar JC. DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Graphistock Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.
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Abubilla (Upupa epops) Texto: Enrique García Gómez Fotografía: Foto Ardeidas
Por su cresta la conocerás Gracias a su característica forma, colores y movimientos es de esas aves que reconocen buena parte de la gente que habitualmente sale al campo. Tonos anaranjados en la mitad anterior del cuerpo y rayado negro y blanco en la mitad posterior la hacen inconfundible. Aunque realmente lo más llamativo es el penacho de plumas de la cabeza –con los mismos colores que el resto del cuerpo–, cresta que despliega en diferentes momentos (al posarse, en el cortejo, en momentos de alerta…). Pico largo y afilado La gran longitud de su pico la emplea, entre otros, en desenterrar larvas y crisálidas del suelo o bajo las piedras. Aunque sus bocados preferidos son los saltamontes y los grillos, que pueden ir acompañados de otra gran diversidad de invertebrados. Las presas de mayor tamaño son desmenuzadas a picotazos, a menudo lanzadas al aire para desmembrarlas y tragarlas posteriormente. Friolera Habita en zonas áridas, secas, despejadas de vegetación leñosa, con cultivos de secano –tanto de herbáceas como
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de árboles frutales–. En primavera y verano se encuentran por casi toda la península ibérica –excepto la franja norte–, además de Canarias y Baleares. En España es una migradora parcial, ya que en invierno una parte de ellas se desplazan al África subsahariana y otra parte inverna en zonas cálidas españolas (Extremadura, sur peninsular, litoral mediterráneo, archipiélagos canario y balear). Sonido único Los machos emiten un canto monótono, repetitivo y característico, normalmente trisilábico: “up-up-up”. Este sonido es el que ha contribuido a formar su nombre científico (Upupa). Huevos a prueba de gérmenes Las abubillas recubren la cáscara de sus huevos con unas sustancias que segregan por la glándula uropigial, muy ricas en determinadas bacterias con propiedades antimicrobianas, que los protege de infecciones externas y del paso de patógenos al interior del huevo y que, por lo tanto, hace que aumente el éxito de eclosión.
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APUNTES / ESPECIES FORESTALES
Gregorio Montero González
DESCRIPCIÓN Nombre científico: Quercus pyrenaica Willd. Nombres vernáculos: rebollo, melojo, tocorno y tozo Significado del nombre científico. En ocasiones este nombre procede de otros que recibía la planta antes de ser clasificada botánicamente. El nombre del género Quercus parece que procede del indoeuropeo kark, onomatopeya del ruido que hace la rotura de una rama o del golpe seco y fuerte dado con un objeto compacto; también significa “duro, fuerte, rígido, resistente”. Otros autores aseguran que Quercus proviene del celta kaer-quer que significa “árbol bello”. La palabra roble se asocia en nuestros días con fortaleza, salud y resistencia; suele decirse: “está como un roble”. El epíteto específico con frecuencia hace referencia a características de la planta, como su forma,
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hojas, frutos, madera o sistema reproductivo, o al área donde habita. En este caso el epíteto pyrenaica es poco afortunado, al hacer referencia al Pirineo, área geográfica en la que este roble tiene muy escasa presencia. El nombre toza, con el que algunos autores denominaron en el pasado a esta especie, hace referencia a “cabeza” por haber sido podado con frecuencia a “cabeza de gato”, aunque también puede referirse a las cortezas, aprovechadas con frecuencia para el curtido de pieles y para productos farmacéuticos. Significado de los nombres vernáculos. Suelen variar entre regiones, aunque algunos son de uso común en todo el país. Incorporan con frecuencia localismos y adjetivos para diferenciar este árbol de otros similares. Los principales nombres vernáculos son: Roble rebollo: Roble que rebrota con facilidad; son frecuentes los topónimos “rebollar”. Es un nombre ambiguo, porque en algunas regiones se utiliza también para designar a los quejigos (Quercus faginea).
Enrique García
El melojo (Quercus pyrenaica Willd.) Ejemplar de Quercus pyrenaica, conocido como “Roble del Acarradero”, que crece en Romanejo (Valle del Jerte, Cáceres). Se tiene por el ejemplar más grande conocido de esta especie.
A la derecha: Mapa de distribución de Quercus pyrenaica. CIFOR.INIA
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Roble melojo: Parece derivar del latín mullifolium y hace referencia a lo mullido de sus hojas, sobre todo cuando son jóvenes y aterciopeladas. Roble tocorno: Hace referencia a un roble mal podado, que solo sirve para leñas Roble tozo: Deriva del nombre en latín Q. toza, con el mismo significado. Otros autores lo relacionan con el ruido que hace el hacha al cortar un tronco: toc, toc, toc.
ÁREA DE DISTRIBUCIÓN Y SUPERFICIE OCUPADA Quercus pyrenaica se distribuye fundamentalmente por las cordilleras que circundan a Castilla y León y la alta Extremadura, alcanzando las sierras andaluzas. Según los datos del tercer inventario forestal ocupa una superficie aproximada de 1.114.000 hectáreas, repartidas en 13 comunidades autónomas. Comunidad autónoma
Superficie (ha)
Comunidad autónoma
Superficie (ha)
Castilla y León
709.473 País Vasco
13.075
Galicia
115.439 Asturias
12.865
Extremadura
97.449 Andalucía
5.712
Castilla-La Mancha
60.537 Aragón
5.494
La Rioja
36.447 Navarra
2.441
Cantabria
27.882 Cataluña
Madrid
27.124 TOTAL
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Enrique García
USOS Y APROVECHAMIENTOS A LO LARGO DE LA HISTORIA Los productos obtenidos de Quercus pyrenaica han sido utilizados a lo largo del tiempo según las necesidades de la población. Productos importantes en su día como las cortezas, empleadas en el curtido de pieles, las bellotas, usadas en la alimentación humana, o los taninos utilizados como productos medicinales, hoy ya no lo son, mientras que la madera y las leñas, lo siguen siendo en pequeña medida. Producción de madera. La madera de Q. pyrenaica no ha sido muy apreciada para la construcción, aunque sí lo fue en tiempos remotos para viviendas, chozos y apriscos de ganado, y algo para la fabricación de barcos, aunque por lo general este roble no se cría cerca de las costas. En la primera mitad del siglo XX su madera fue muy empleada para la fabricación de traviesas de ferrocarril, pero a partir de 1965-70 fueron sustituidas por las actuales traviesas de hormigón, más duraderas aunque con un menor poder de amortiguación. Foto 4. Traviesas de ferrocarril creosotadas Desde mediados del siglo XX la madera prácticamente dejó de utilizarse, aunque en la actualidad la de los árboles gruesos (más de 30 cm de diámetro) se emplea en la construcción de barricas para vino. Hasta ahora las barricas se hacían sólo con madera de roble francés y americano, pero estudios recientes del Centro de Investigación Forestal del INIA han demostrado que la calidad de los vinos tintos envejecidos en barricas de melojo es similar, y en algunos casos superior a la obtenida en barricas de roble francés o americano. Si se generalizase este uso tendría un valor de mercado muy interesante, del que ahora carece. En el norte de Portugal la madera de este roble ha comenzado a utilizarse en carpintería con buenos resultados, después de haber conseguido una nueva tecnología de secado, su punto débil, ya que se raja con facilidad. Ya existe una modesta industria de primera transformación (aserrado y secado) que abastece a un pequeño pero cada vez mayor sector de segunda transformación (muebles, ventanas y puertas, parquet, tarimas, etc.). Leña. El melojo ha suministrado leña a los habitantes de las zonas donde crece desde la época del descubrimiento del fuego. La leña aún constituye el principal combustible de los hogares en los países
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Gregorio Montero
vigilar si se derrumbaba y proceder a echar más leña por el hueco y taparlo nuevamente. El trabajo además de duro era peligroso, pues si la escalera cedía el carbonero corría peligro de precipitarse al interior de la carbonera. Los pies de los carboneros, metidos en abarcas de goma, se recalentaban por el contacto permanente con un suelo que alcanzaba altas temperaturas, lo que obligaba a echar agua alrededor para soportarlo. Prueba de la dureza del trabajo y de su escasa rentabilidad era esa especie de humor negro (nunca mejor dicho) que se decía que tenían los carboneros. Yo mismo recuerdo en alguna ocasión haberme acercado a estos hombres cuando estaban en su trabajo con el característico saludo “¿qué hay?” Y ellos solían contestar con aire cansino y voz lacónica: “Noticias negras muchacho…. ha bajao el carbón y ha subío la leña”. Esta expresión terminó convirtiéndose en las poblaciones rurales en una especie de refrán que se aplicaba para expresar la mala marcha de un negocio. Cuando el carbonero estimaba que la mayor parte de la leña estaba carbonizada, “que el carbón está hecho”, reducía la velocidad de combustión hasta que se apagaba, y se dejaba enfriar unos días antes de comenzar a sacarlo. Para sacar el carbón se comenzaba retirando la capa de tierra y paja con una herramienta de mango largo, llamado “sacadera”, y se iban haciendo anillos circulares de carbón, llamados “roscas”, que se limpiaban de tierra y trozos de leña no totalmente carbonizados. En la parte central y más pegada al suelo de la carbonera quedaba una parte de carbón mezclado con tierra, que había ido cayendo con los constantes hundimientos y los sucesivos rellenados. Este carbón llamado “zaragolla” era de peor calidad y se vendía aparte,
Dehesa de Valonsadero (Soria)
Brote de raíz
Juan Ugarte
menos desarrollados, pero en los países industrializados su consumo ha quedado relegado a algunos hogares y segundas residencias. Actualmente la madera delgada procedente de la corta de robles jóvenes (matas, bardas y matones) se empieza a utilizar como biomasa para la producción de energía térmica o eléctrica. También se está buscando su aplicación para pavimentos de casas rurales, con taburetes de madera de unos 8-10 cm de largo que se colocan de forma vertical, lo que da lugar a un suelo resistente y de gran poder aislante del frío y el calor. Carbón. El aprovechamiento a escala industrial de la leña de roble se hacía mediante el carboneo. El proceso de carbonización consistía en amontonar la leña, poniendo los troncos más gruesos en el centro de la carbonera y sobre ellos otros cada vez más delgados, realizando una combustión lenta y pobre en oxígeno. El trabajo de carbonero era duro y arriesgado. Una vez hecho un montón grande de leña (carbonera) se recubría con paja, juncos, retamas u otras especies que se encontraban próximas, y después se recubría con una capa de tierra para limitar la salida de calor e impedir la entrada de aire al interior. Así, el carbonero podía graduar a su voluntad la velocidad de combustión de la leña dentro de ese horno. Al construir la carbonera, se hacían una serie de canales entre la leña que se rellenaban con paja o ramas para que no se derrumbase. Estos conductos partían del centro de la carbonera y llegaban hasta la superficie, a diferentes alturas. La carbonera se prendía por la parte inferior y por un lateral y se procuraba que, mediante uno de esos conductos, el más grande, llegase el fuego a la parte central, donde estaba la leña más gruesa, y que por tanto tardaba más en carbonizarse. A partir de aquí comenzaba una combustión muy pobre en oxígeno, regulada mediante la apertura de huecos en la superficie para que “respirase”, para que entrase aire al interior para activar la combustión. Estos huecos son conocidos como “tiros o respiraderos”. A través de la apertura de huecos a uno u otro lado de la carbonera y a una altura u otra de la misma, el carbonero conseguía que la leña se fuera carbonizando de forma homogénea y gradual. Para poder caminar por la superficie de la carbonera, si esta era muy grande, se fabricaban escaleras con trozos de madera o leños apoyados sobre su superficie, que llegaban hasta la cima para poder “atacarla”, rellenarla con leña nueva, ya que se va consumiendo por el centro y se va desmoronando la parte superior, que se asemeja a un cráter de volcán. El carbonero periódicamente metía leña por esa parte y volvía a tapar para garantizar una combustión lenta. La carbonera no podía abandonarse; el carbonero debía permanecer día y noche a su lado durante un periodo de hasta 30 o 40 días si era grande, para
Barricas de roble 2020. N.o 76
Enrique García
carbonizados, así como su localización junto con cereales en estructuras y recipientes de almacenaje o áreas de procesado de alimentos en numerosos yacimientos arqueológicos de diferentes lugares del mundo, permiten afirmar que el uso de la bellota en la alimentación humana ha constituido un recurso de primer orden desde tiempos históricos hasta casi nuestros días. Plinio en su libro Historia natural, escrito en el siglo I, al explicar el aprovechamiento de las bellotas en tiempos de escasez alababa las consumidas en Hispania y añadía que “asadas entre las cenizas son más dulces” (García et al., 2009). La mayoría de historiadores coinciden en que la bellota más utilizada ha sido la de encina –la de los ejemplares de bellotas dulces–, por ser más dulce y de sabor más agradable. Las de roble son más ásperas y acerbas a decir de Font Quer (1987). Pero sucede que no en todos los territorios existen encinas y, por consiguiente, los habitantes que vivían en zonas pobladas por robles utilizaban sus bellotas para su alimentación cuando era necesario. Las técnicas de preparación de la bellota para el consumo humano eran similares en toda la geografía hispana, a juzgar por las referencias encontradas en la literatura. Las diferencias, cuando existían, eran debidas más a los utensilios utilizados para su preparación y conservación que al proceso de preparación en sí. En general las bellotas eran recolectadas, peladas o descascarilladas, tostadas, asadas o cocidas, trituradas o molidas y lixiviadas o lavadas. Esta preparación hacía su sabor más agradable y digestible, al rebajar en gran medida su contenido en taninos. Por otro lado, el tostado y triturado permitía conservarlas durante periodos de tiempo más largos sin que germinasen o las atacasen los gusanos, muy frecuentes en las bellotas, y así poder utilizarlas en épocas de escasez de otros alimentos.
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Arriba: Recreación de carbonera en el arboreto Luis Ceballos (El Escorial-Madrid)
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a menor precio. El carbón vegetal era utilizado básicamente en cocinas hogareñas, estufas y, en menor medida, en calefacciones centrales o colectivas. Picón o cisco. Así como el carbón se hacía con leñas gruesas, casi siempre mayores de 6 o 7 cm de diámetro (leña igual o más gorda que la muñeca de un hombre), el picón se hacía con ramillas delgadas, llamadas habitualmente chasca y gavilla, serojas, taramas y tarmas. La fabricación de picón no requiere una tecnología tan sofisticada como la del carbón. En general, consiste en hacer montones de serojas-gavillas y prenderles fuego e ir añadiendo ramillas poco a poco evitando que se produzca una combustión muy rápida mediante el rociado de la hoguera con agua y algo de tierra para sofocar un poco las llamas. Cuando el piconero considera que el picón está hecho, comienza el apagado de la hoguera rociándola con agua primero para que le permita acercarse a ella y removiendo el picón después. Los buenos piconeros echan poca agua. Los profesionales más puristas decían que el picón debía de apagarse “con las gotas de sudor del piconero”, surgidas como consecuencia de darle muchas vueltas con la pala y del calor que desprende el mismo picón en fase de semi-apagado. Una vez apagado se separaba de la tierra y ceniza y se envasaba en sacos de arpillera o de papel que eran vendidos en piconeras y a granel, de casa en casa, para braseros y estufas. Producción de bellotas. El melojo sólo produce buena montanera en árboles adultos y bien soleados, situados en zonas de clima cálido o cálido-templado. En España estas condiciones se limitan casi exclusivamente a las zonas de la alta Extremadura (La Vera) y estribaciones de la Sierra de Gredos. También se produce abundante bellota en la zona sur de la provincia de Salamanca, cuando los árboles están aclarados, son adultos y están bien iluminados. Esto es importante, porque a menudo crecen espesos, formando lo que se conoce como matas o bardas, que apenas producen bellotas, y las pocas que echan suelen ser “cocosas”, delgadas y de mala calidad. La importancia de la montanera para el mantenimiento del ganado, básicamente cerdos, ovejas y vacas, no se debe solamente al aporte nutritivo que suministran las bellotas, sino a la combinación de la bellota y la hierba producida por el rebrote otoñal. La bellota es rica en fécula, alcanzando alrededor del 50 % de su contenido y, en general, constituye un alimento rico en hidratos de carbono y pobre en proteínas. La combinación de una ración de bellota (rica en carbohidratos) con una buena ración de hierba fresca (rica en proteínas) constituye una dieta perfecta para los animales que, de esta manera, engordan y dan leche de calidad, si es el caso, para las crías y otros usos. La bellota en la alimentación humana. Los repetidos hallazgos de cotiledones de bellota
Pila de lavado de las bellotas molidas
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Poco a poco, la investigación históricoarqueológica ha ido convirtiendo leyendas en hecho probados unas veces y negando la realidad de lo contado en otras. Actualmente existen numerosos yacimientos estudiados a lo largo de toda España que prueban que la bellota de roble o encina ha sido utilizada con frecuencia en la alimentación humana (García et al., 2009). No conocemos con exactitud el uso que se daba a las piletas esculpidas sobre piedras de granito que aparecen con frecuencia en los robledales de la alta Extremadura y estribaciones de Gredos. Parece que en tiempos pasados, y seguramente hasta hace dos o tres siglos, se usaron para lavar las bellotas. Una vez peladas y trituradas las bellotas se maceraban o lavaban en estas pilas, en las que se sumergían en agua que se vaciaba periódicamente a través de un bocín dispuesto a tal efecto en el parte inferior. El objetivo era, con toda seguridad, eliminar el exceso de taninos que contiene la bellota, para lo cual el agua se cambiaba tantas veces como fuese necesario hasta que su color se tornaba claro, indicando que ya se habían arrastrado y eliminado la mayor parte de los taninos. Posteriormente, la bellota se secaba y se molía para convertirla en pan, tortas u otros alimentos. Fuentes orales indican que los españoles llevaron esta técnica a California (Estados Unidos), donde existen grandes superficies pobladas de robles similares a nuestro melojo, y que aún los campesinos de los ranchos californianos aseguran que esas pilas eran utilizadas por los españoles para tal fin. No hemos podido comprobar hasta qué época se utilizaron estas técnicas de lavado de bellotas en nuestro país ni en California, pero todo parece indicar que se mantuvieron hasta inicios del siglo XX. Setas. Los robledales de esta especie constituyen un hábitat propicio para numerosas especies de hongos comestibles, cada vez más valorados por la sociedad, tanto por su valor económico y gastronómico como por lo que suponen de recreo y esparcimiento.
Robledal de Quercus pyrenaica en Cervera de Pisuerga. (Palencia)
Enrique García
La época de maduración de la bellota, en otoño, permitía que en los años de escasa cosecha de cereal y leguminosas (que se recolectan en verano), la bellota pudiese convertirse en un complemento alimentario para las comunidades campesinas, que elaboraban “tortas” o “panes”. Se establecía un ciclo cereal-leguminosas-bellotas que reducía los riesgos de almacenaje, puesto que se dependía de los dos primeros productos entre junio y noviembre, y de la bellota el resto del año. Los campesinos sabían que cuando la cosecha de cereales escaseaba se podía recurrir a la recolección de bellota para fabricar, lo que algunos historiadores denominan un “pan de hambre”. Font Quer (1987) indica que “en el año de 1909 fue tan rigurosa la estación del año y tan falta de grano, que los pobres morían de hambre, por lo cual se hallaron precisados a hacer pan de bellotas. Aunque este pan fue malo no obstante se socorrió el hambre y hubo un gran consumo en algunas provincias de Francia. En la Provenza ya dicen: gente de roble, pan de bellotas”. Estrabón en el libro III de su Geografía dedicado a España (García Bellido, 1986), comenta “Las tres cuartas partes de los montañeses se nutren de bellotas que secas y trituradas muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo”. Otro autor latino, Plinio el Viejo, dice “Es cosa cierta que aun hoy día [siglo I] la bellota constituye una riqueza para muchos pueblos hasta en tiempos de paz. Habiendo escasez de cereales se secan las bellotas, se mondan, se muelen y se amasa la harina en forma de pan. Actualmente, incluso en las Hispanias, la bellota figura entre los postres” (García Bellido, 1987). Pausania, al hablar de la región de Arcadia, cita a Pelasgo, el patriarca mítico de los primitivos pobladores griegos, que “les enseñó a alimentarles con las bellotas de roble asiático y a desechar las hierbas y las raíces perjudiciales”. Un hecho que vuelve a ser citado cuando Arcadia fue negada a los Espartanos por la Sibila de Delfos “¿Arcadia me pides? Mucho me pides. No te la daré. En Arcadia hay muchos hombres que comen bellotas que te detendrán”. Esta Arcadia feliz, donde discurre un pasado idealizado de la humanidad, se recuerda en el capitulo XI del Quijote, en el que se describe la hospitalidad de los cabreros y cómo éstos les ofrecen abundantes “tasajos de cabra que hirviendo al fuego en un caldero estaban, y acabado el servicio de carne, tendieron sobre las zaleas [pieles de ovejas curtidas sin quitarles la lana] gran cantidad de bellotas avellanadas y juntamente pusieron un medio queso, más duro que si fuera hecho de argamasa, y abundante vino que naturalmente bebían en una cuerna”. Don Quijote una vez hubo satisfecho su estomago, tomó un puñado de bellotas en su mano y mirándolas fijamente soltó un largo y aburridísimo discurso para Sancho y los cabreros acerca de la Arcadia feliz y la Edad de Oro.
Quercus pyrenaica junto al río Tormes. (Bohoyos. Ávila)
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Vino de roble: Formado por una porción de corteza picada en trocitos o molida, macerada con vino tinto y a la que se añadían unas gotas de ácido clorhídrico. Todos los días se removía la botella y transcurridas un par de semanas se filtraba el vino, quedando listo para beber; se utilizaba contra la disentería pero en pequeñas dosis y con gran precaución. Andrés Laguna, en 1555, interpretando el capítulo 121 del Libro I del Dioscórides, escrito en el siglo I de nuestra era, dice: “Danse cocimientos de bellota para restañar el flujo celiaco y disentérico y para detener la sangre del pecho”. Asimismo se cortaban bellotas y se metían en forma de cala para restringir la “sangre lluvia” de las mujeres. Los habitantes de Flandes tomaban las bellotas con vino para curarse de los cólicos que la cerveza les causaba; igualmente son buenas para los flujos de vientre. Las agallas se utilizaban de manera parecida a los productos obtenidos con cortezas. Según la farmacopea matritense de 1823 se preparaba un curioso producto a base de agallas molidas, hojas de mirto, corteza de granada y otros productos, a cuya mezcla se incorporaba una cantidad suficiente de ungüento rosado dando como resultado una pasta con gran poder astringente que se utilizaba para comprimir el esfínter, conocida como “pomada de la condesa o pomada virginal”. Esta pasta administrada según decía la receta en forma de fomentación o baño “de tal suerte aprieta y cierra las partes bajas que sentándose encima de ella, se pueden mil veces vender por vírgenes las que desean más parecer que ser, en efecto doncellas. Aplicado también el mismo cocimiento a las tetas, las constriñe y reforma de tal manera que aunque sean barjuletas, las vuelve como manzanitas de por San Juan”.
REFERENCIAS Font Quer P. 1987. Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. 10ª Ed. Babor. García Gómez E, Carrobles J, Pereira J, Vizuete JC. 2009. El proyecto Quercus. Análisis del aprovechamiento del encinar en la prehistoria y protohistoria del valle del tajo. Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 30: 33–41. García Bellido A. 1986. España y los españoles de hace dos mil años según la Geografía de Strabon. Espasa Calpe, Madrid. García Bellido A. 1987. La España del siglo primero de nuestra era (según P. Mela y C. Plinio). Espasa Calpe, Madrid.
El Capricho (Quercus pyrenaica). Finca Cigüeñuelas
Enrique García
Cortezas – producción de tanino. Todas las partes del roble y en especial la corteza (o mejor dicho la parte interior de la corteza) contienen altos porcentajes de tanino (alrededor del 20 %) en forma de ácido quercitánico, con propiedades astringentes, hemostáticas y tintóreas. La corteza de los robles, el alcornoque y la encina, ha sido utilizada para el curtido de pieles hasta tiempos relativamente recientes. Es posible que en norte de África, donde existen algunas manchas de estas especies, todavía sea empleada en el curtido artesanal de pieles. Agallas – producción de tanino. Las agallas son estructuras anormales de tejidos inducidas por picaduras de insectos, frecuentes en casi todas las especies mediterráneas de robles. En el comercio eran habituales las conocidas como agallas de Alepo y Basora, que contienen hasta un 60 o 70 % de ácido tánico del cual se obtienen, por hidrólisis del tanino, otros compuestos utilizados en la fabricación de productos farmacéuticos. Las de nuestro roble tienen menor contenido en taninos, por lo general menor del 30 %, y como consecuencia no encuentran valor actual en el mercado, en competencia con productos químicos sintéticos de menor coste y mayor pureza y facilidad de manipulación. Su aplicación en medicina tuvo cierta importancia en la antigüedad. Aplicaciones de los taninos en la medicina antigua. Las propiedades medicinales de las cortezas y agallas se las confiere su alto contenido en taninos, del cual se derivan sus propiedades astringentes, tintoreras y hemostáticas, conocidas desde la antigüedad. Font Quer (1987) recoge una serie de fórmulas magistrales y recetas de ungüentos que se aplicaron, con resultados más o menos satisfactorios, en el pasado. Polvo de corteza: Forma de administración del tanino contra la tuberculosis, posiblemente por aspiración. Agua de cortezas: Resultante de un cocimiento con proporciones precisas de agua y corteza, se aplicaba de forma externa (no bebida), y daba buenos resultados en el tratamiento de las hemorragias producidas por la menstruación y los fibromas uterinos, así como contra la leucorrea, la blenorragia, las hemorroides, las fisuras anales, el lavado de úlceras o llagas, y las irrigaciones y baños de los pies contra los sabañones.
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APUNTES / EL MONTE CAMBIA
Pinar de Navafría, una trayectoria de más de 100 años En esta entrega de El monte cambia presentamos, resumidamente, la trayectoria de un cuartel del monte ordenado Pinar de Navafría, n.º 198 del CUP de Segovia, basándonos en las fotografías aéreas realizadas entre 1956 y 2017, en fotografías desde el suelo y en datos tomados del proyecto de ordenación y sus revisiones. Se comprueba que el ordenado tratamiento selvícola aplicado a lo largo del tiempo es garantía de sostenibilidad y mejora. El monte Pinar de Navafría, propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, tiene 3.832 ha de superficie pública, de las que 2.843 ha son masas naturales arboladas de la especie principal, Pinus sylvestris. Se sitúa en la vertiente septentrional del tramo central de la sierra de Guadarrama, en la cabecera del río Cega. El intervalo altitudinal general va de 1.300 a 2.200 m. La ordenación de 1895 establece tres secciones, cada una de las cuales tiene tres cuarteles y cada uno de ellos tiene cinco tramos, al ser el turno de 100 años y el periodo de regeneración de 20
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años. Se planean y aplican cortas de aclareo sucesivo uniforme para obtención de masas regulares, según el método de tramos permanentes. El intervalo altitudinal de cuartel que analizamos (cuartel C, sección 3.ª) va de 1.500 a 1.925 m en el pico de El Reventón. La pendiente media de este cuartel es del orden del 40 %. El sustrato litológico son materiales paleozoicos de carácter metamórfico (ortogneis, sobre todo, pero también paragneis, metapelitas y metasamitas, de época preordovícica) (IGME, 1991). Los procesos periglaciares y gravitacionales han depositado al pie de los escarpes más importantes materiales de coluvión (derrubios de ladera) que suavizan ligeramente las elevadas pendientes originales. Incluido bioclimáticamente en el piso supramediterráneo subhúmedo (Rivas Martínez, 1987), el clima muestra un régimen pluviométrico que mezcla influencias oceánicas (máximo de precipitación en invierno) y mediterráneas (mínimo estival de lluvia, con período de aridez de 1,5 a 2 meses), con una precipitación media
Rafael Serrada Hierro1, Valentín Gómez Sanz2, Celso Coco Megía3, Francisco Javier Plaza Martín4 1 Sociedad Española de Ciencias Forestales 2 ECOGESFOR 3 Centro Integrado de Formación Profesional
Almázcara 4 Servicio Territorial de Medio Ambiente.
Segovia. Junta de Castilla y León
En la página de la derecha, mapa IGN del monte y ortofotos en los años 1956, 1979, 1997, 2010, 2017 Abajo: Tramo III, cuartel C, sección 1ª en 1969 (izquierda), 1998 (centro) y 2019 (derecha). Fotos: Archivo Provincial de Segovia
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1956
1979
1997
2010
2017
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Tabla 1. Resumen de inventarios de las existencias en m3/ha poblada (pies > 20 cm diámetro) de los tramos que componen el cuartel C de la sección 3.ª del monte Pinar de Navafría a lo largo del tiempo. Tramo (superficie poblada en ha)
1895/ Ordenación
1918/ 2.ª R
1940/ 4.ª R
1959/ 6.ª R
1979/ 8.ª R
1999/10ª. R
2011/ 11.ª R
I (55,4)
96,4
38,9
28,3
79,1
140,1
197,4
247,1
II (40,0)
146,7
218,7
70,7
7,8
81,5
158,7
199,4
III (39,1)
160,7
155,2
229,9
177,3
18,9
86,9
180,1
IV (32,1)
149,8
193,8
285,5
341,4
178,2
12,1
53,1
V (65,4)
90,1
114,1
159,5
224,8
286,9
181,9
85,3
Cuartel
128,7
144,1
154,8
166,1
141,1
127,4
153,0
Fuente: Proyecto de ordenación y sus once revisiones (se pueden consultar datos ampliados en el enlace que figura en el apartado de referencias)
anual del orden de 800 mm (nemoro-mediterráneo genuino para Allué, 1990). Desde un punto de vista térmico, es de carácter microtérmico (Thornthwaite, 1948), con un notable nivel medio anual de variación de las temperaturas (en torno a los 30 °C), lo que denota además un cierto grado de continentalidad, junto con un período de helada probable de dos meses (mayo y octubre) y con seis meses de helada segura (de noviembre a abril, ambos inclusive). Los suelos desarrollados presentan una moderada diversidad de acuerdo con la clasificación propuesta por la FAO-UNESCO (IUSS Working Group WRB, 2015).
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En las partes más bajas y medias de las laderas dominan los luvisoles-umbrisoles (asociación de suelos que tienen un buen grado de evolución, son de naturaleza silícea, con un contenido considerable de materia orgánica humificada y una textura con una marcada componente franco-arenosa, acompañada de una notable pedregosidad). Puntualmente, e intercalados entre ellos, aparecen regosoles (desarrollados sobre pedrizas o gleras, en los que el gran tamaño del material mineral de partida deriva en un medio singular para el desarrollo vegetal) e histosoles (pequeñas depresiones, conocidas por los vecinos como “tollas” o “regajos”,
Panorámicas de la sección 3ª desde el mirador de Navalcollado en 1948 (izquierda), 1998 (centro) y 2019 (derecha). Fotos: Archivo Provincial de Segovia (izda. y centro); Javier Plaza (dcha.).
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que al ser puntos de descarga de aguas subterráneas funcionan como manantiales, y en las que las condiciones de encharcamiento prolongado o permanente deviene en turberas). Todas estas condiciones de medio físico resultan ser especialmente adecuadas para el desarrollo de masas de pino silvestre. La información acumulada en los doce estudios que componen el proyecto de ordenación y sus once revisiones es ingente. Por secciones (cuatro en total, tres de ellas ordenadas), por cuarteles (9) y por tramos (45), hay datos del inventario y de la ejecución de las cortas en el plazo anterior. Resúmenes de esta información se pueden consultar en García López (1995) y en Huertas y Martín (2001). En la fecha actual se ha completado el turno de transformación de 100 años y se está iniciando una nueva planificación. En la Tabla 1, y en el gráfico que se obtiene de sus datos, se presenta la evolución del cuartel escogido para este trabajo, por tramos y para el conjunto del cuartel, de las existencias expresadas en m3 por ha poblada (volumen de pies de diámetro normal superior a 20 cm), para hacer más eficiente la comparación entre tramos y para observar el efecto de las cortas de regeneración aplicadas secuencialmente según el orden de tramos. Los datos reflejados en la Tabla 1 y su representación gráfica permiten comprobar varios hechos: En el conjunto de más de 100 años, las existencias en el cuartel han permanecido casi constantes, cumpliendo el principio de persistencia o sostenibilidad del conjunto. Las cortas de regeneración se han ido aplicando secuencialmente por tramos cada 20 años, que es el periodo de regeneración. Tras las cortas de regeneración, los tramos van recuperándose paulatinamente y de modo similar.
En los Tramos I, II y III se ha recuperado o superado en la actualidad el estado inicial. El volumen de madera total aprovechado en este cuartel a lo largo de 111 años ha sido de 79.612 m3. Esto supone 717 m3/año o 3,1 m3/ ha poblada/año. Las existencias iniciales eran 28.202 m3 y las evaluadas en 2011 son 40.636 m3; se han multiplicado por 1,44. Y esto teniendo en cuenta que las extracciones han sido 2,8 veces más que el volumen inicial. Que la gestión forestal bien aplicada es sostenible no tiene duda. También hay que valorar los efectos favorables económicos y sociales que este proceso ha tenido a lo largo de tanto tiempo, y que debe seguir teniendo. Los datos expuestos, centrados en la evolución del volumen de madera para simplificar la exposición y demostrar la eficacia de los tratamientos selvícolas a lo largo del tiempo, no deben hacer pensar que estas masas naturales de pino silvestre no han proporcionado importantes servicios ecosistémicos: regulación hidrológica, fijación de carbono, paisaje, recreo y acogida de biodiversidad vegetal y animal. Y los siguen proporcionando, lo que ha quedado acreditado con la declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. La catalogación del monte como de utilidad pública a mediados del siglo XIX y una gestión técnicamente correcta aplicada de forma continua y constante, a la vez que compartida con la propiedad y la población local, han dado frutos ejemplares. Esperemos que, al contrario de lo ocurrido en otras muchas comarcas forestales españolas y por razón de directrices relacionadas con la protección de espacios, esta continuidad no se vea interrumpida y se pueda entregar este monte tan ejemplar a las generaciones futuras manteniendo su buen estado y su funcionalidad.
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REFERENCIAS Se puede ampliar la información sobre este artículo con datos de inventarios, textos citados, fotos desde el suelo y ortofotos, en las direcciones https://e.forestry.es/ Pinar-Navafria y https://e.forestry. es/mapasNAVAFRIA Allué JL. 1990. Atlas fitoclimático de España. INIA-MAPA, Madrid García López JM. 1995. Breve reseña del monte Pinar de Navafría y de la evolución de su ordenación. Cuad. Soc. Esp. Cien. For. 1: 389–398 Huertas, DA, Martín, JC. 2001. Análisis de la ordenación del monte Pinar de Navafria en el periodo 1895-2000. Cuad. Soc. Esp. Cien. For. 11: 103–110 IGME. 1991. Hoja 458, Prádena. Mapa Geológico de España. Escala 1/50.000. Serie MAGNA. http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/magna50/pdfs/ d4_G50/Magna50_460.pdf (15.03.2019) IUSS Working Group WRB. 2015. Base de referencia mundial del recurso suelo. Informe sobre recursos mundiales de suelos 106. FAO, Roma. Rivas Martínez S. 1987. Memoria del mapa de series de vegetación de España 1: 400.000. ICONA, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid Thornthwaite CW. 1948. An approach toward a rational classification of climate. Geogr. Rev. 38: 55–94
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APUNTES / INCENDIOS FORESTALES #IIFF
La extinción de incendios forestales (II) En este segundo artículo dedicado a la extinción trataremos los medios empleados, la organización de las operaciones y la seguridad. Se trata de cuestiones muy extensas, que darían para varios artículos. Por ello algunos aspectos se tratan someramente (como la maquinaria, que de manera indirecta se trató en el artículo anterior) y otros (como los medios aéreos) se abordan sólo en algunos aspectos concretos que se consideran de interés. LOS MEDIOS DE EXTINCIÓN – Medios humanos Tradicionalmente las tareas de extinción eran desempeñadas por trabajadores forestales, personal voluntario de las poblaciones cercanas y en casos de especial gravedad por personal de las fuerzas arma-
das movilizado al incendio. En la década de 1980 se inicia un proceso de especialización, con formación dirigida desde las administraciones tanto a técnicos como a integrantes de cuadrillas de extinción. La preparación específica en la extinción de incendios, y en todos los aspectos relacionados (comunicaciones, maquinaria y equipos, medios aéreos, gestión de emergencias…), unida al conocimiento del medio forestal y la dinámica del fuego, convirtió a los profesionales forestales en el colectivo idóneo para la tarea. Sin embargo, las distintas organizaciones administrativas, los diferentes contextos urbanísticos y de población e incluso decisiones políticas, han llevado a incorporar a otros colectivos profesionales que cada vez tienen mayor importancia, como bomberos y militares, con las diferentes implicaciones que esto conlleva.
Elena Hernández Paredes1 Jorge Rodríguez López2 1 Área de Defensa contra Incendios
Forestales. Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico 2 Ingeniero Técnico Forestal y
Licenciado en Ciencias Ambientales
Tragsa
Ataque directo con batefuegos
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2019. N.o 75
El personal de extinción perteneciente a unidades específicamente forestales se ha caracterizado tradicionalmente por la estacionalidad, derivada de la época de riesgo. En un principio se trataba generalmente de trabajadores rurales o incluso estudiantes, que complementaban la campaña de extinción con otras actividades. Pero la necesidad de alcanzar una mayor profesionalización exige una estabilidad que la alta rotación del personal estacional no permite. Esto se ha solucionado en la mayor parte de los dispositivos destinando al personal de extinción a labores de prevención durante los meses de menor riesgo, lo que ha servido para crear un colectivo de profesionales de la prevención y extinción de incendios forestales.
nistración, siendo las de ámbito estatal generalmente de mayor capacidad que las autonómicas. Es frecuente que se señale a España como uno de los países con mayor número de medios aéreos destinados a la extinción de incendios en relación con su superficie forestal. Efectivamente la relación entre número de medios y superficie resulta favorable a España frente a países como Estados Unidos, Canadá o Australia, en los que las grandes extensiones forestales son de magnitud no comparable a la española, lo que les lleva además a adoptar estrategias diferentes frente al problema de los incendios. La comparación debe hacerse pues, con otros países europeos del Mediterráneo, de características más próximas tanto en el paisaje como en lo social y económico (Tabla 1).
El número de aeronaves en los últimos años ha sido de poco más de 65 pertenecientes a la Administración del Estado y unas 260 a las comunidades autónomas
Maquinaria Los principales vehículos de extinción son las autobombas, capaces de transportar y bombear agua para su uso en la extinción. Su tipología es variada, existiendo desde versiones pesadas hasta vehículos ligeros diseñados para el primer ataque. Las autobombas forestales tienen características propias, como la capacidad de desplazamiento en terrenos abruptos y especialmente el bombeo de agua con bajo caudal pero a alta presión, lo que permite lanzarla en localizaciones distantes del vehículo; es un rasgo que las distingue de los vehículos utilizados en incendios estructurales, donde el acceso al agua no suele ser problemático y se prioriza el caudal frente a la presión. Las autobombas son hoy en día una pieza fundamental de los medios terrestres, siendo habitual que incluso las unidades menores como las cuadrillas retén, cuenten al menos con alguna de pequeñas dimensiones montada sobre vehículo pick up o similar. Los bulldozer son tractores de cadenas equipados con una cuchilla frontal, que aparte de sus aplicaciones en la construcción de infraestructuras preventivas como pistas y cortafuegos, pueden emplearse en la extinción, en ataque indirecto, directo y en liquidación. El empleo de bulldozer no es homogéneo en todo el territorio, existiendo regiones en las que hay gran tradición de uso frente a otras en las que no es tan habitual.
Ismael Muñoz
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Medios aéreos Desde que empezaron a emplearse de manera habitual en la década de 1970, los medios aéreos se han convertido en un componente fundamental de los dispositivos de extinción en España. Aunque el número de aeronaves puede variar algo de una campaña a otra, en los últimos años son poco más de 65 pertenecientes a la Administración del Estado y unas 260 a las comunidades autónomas. La flota del Estado tiene una capacidad de descarga de algo más de 200.000 litros (2.900 l/aeronave de media), mientras que las flotas autonómicas desplazan 450.000 litros (1.700 l/aeronave de media). Esto da una idea de la tipología de aeronaves pertenecientes a cada admiAsociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
Tragsa
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Tabla 1. Medios aéreos y superficies forestales en los principales estados mediterráneos europeos. Nº de aeronaves
Sup. quemada media (ha) 2008-17
Nº Siniestros media 2008-17
Sup.forestal / aeronave (ha)
Sup.quemada / aeronave (ha)
9.305.000
78.898
5.853
103.389
877
65
0
6.600.000*
11.923
3.791
103.125
186
59
53
0
6.000.000
28.208
1.055
113.208
532
20
67
260
27.953.997
101.411
12.573
85.486
310
38
Admón. del Estado
Admones. regionales
Italia
19
71
Francia
64
Grecia España
Superficie forestal (ha)
Siniestros / aeronave
Aunque estas cifras deben ser tomadas con reservas, debido a la heterogeneidad de las fuentes consultadas para este artículo, permiten tener una idea general. En los cuatro países la flota estatal tiene como núcleo aviones anfibios Canadair de gran capacidad. Generalmente se complementan con otros tipos de aviones y helicópteros pesados, a los que Francia y España añaden otros helicópteros. Los medios regionales son en su mayoría helicópteros medios y ligeros, aunque en el caso español también hay aeronaves ligeras de ala fija. Aunque la flota española pueda parecer desproporcionada frente al resto de países, los datos sobre superficie a atender y, sobre todo, los datos sobre ocurrencia de incendios y superficie quemada, demuestran que el dimensionamiento responde a necesidades claramente mayores. Los ratios de superficie quemada por aeronave y siniestros por aeronave, son inferiores a los españoles en algún caso, lo que viene a indicar que el número de medios españoles no es necesariamente excesivo en comparación con otros estados, como a veces se critica. Por el contrario, a pesar del indiscutible gran número de medios, la mayor dimensión del problema de los incendios y por tanto su mayor importancia para las administraciones y la sociedad, lleva a un dimensionado mayor del operativo. Como ya se ha apuntado, el dispositivo aéreo español se compone de una flota estatal de gran capacidad que apoya a las flotas autonómicas, formadas por medios más ligeros y distribuidos en el territorio para una rápida respuesta. El sistema de extinción español se basa en apagar todo y cuanto antes, lo que da muy buenos resultados en la gran mayoría de los casos. Dos tercios de los siniestros se extinguen en menos de tres horas, debido a la rápida llegada desde la detección, llegando el primer medio antes de 30 minutos en casi el 70 % de los casos. Si bien los medios aéreos sólo intervienen en un 24 % de los siniestros y tres cuartas partes de los incendios se controlan exclusivamente por medios terrestres, la intervención desde el aire con lanzamiento de agua en localizaciones de difícil acceso por tierra es decisiva para el control en los incendios complicados.
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Tragsa
*Francia considera sensible a incendios únicamente la superficie de los departamentos mediterráneos y aquitanos
Combinación de ataque directo terrestre y descarga aérea de agua
2020. N.o 76
ORGANIZACIÓN DE LAS OPERACIONES La organización de las operaciones de extinción tiene su base en la planificación, y ésta debe tenerlo en el análisis de los múltiples factores que afectan a un incendio forestal. El incendio forestal, como ya se ha indicado a lo largo de toda esta serie de artículos, es un fenómeno complejo que se desarrolla en un ambiente dinámico y cambiante, y que es capaz de generar y retroalimentar su propio escenario de evolución. Considerando el momento en el que un incendio es detectado hasta que es completamente extinguido vamos a hacer un breve repaso a las diferentes fases por las que pasa en relación con las operaciones: Detección Actualmente en nuestro país muchos de los incendios forestales que se producen son detectados por los propios ciudadanos, que ante la visión de una columna de humo o fuego avisan a los teléfonos de emergencia con sus dispositivos móviles. De hecho, en algunas regiones cualquier otro medio de detección ha desaparecido, ya que se tiene comprobado que los avisos los dan los ciudadanos en todo caso. Sin embargo, siguen existiendo y tienen mucha utilidad las torres o puestos de vigilancia ubicados en lugares estratégicos que proporcionen unas cuencas visuales amplias, desde donde se divise gran parte de un territorio. Estos puestos fijos se localizan principalmente en entornos forestales de gran valor. Además de la detección en puestos fijos con personal expresamente contratado al efecto, existe detección desde puntos móviles, realizada fundamentalmente por brigadas o retenes forestales que realizan rutas de vigilancia. También realizan rutas de vigilancia los cuerpos y fuerzas de seguridad e incluso medios aéreos, principalmente en los días de mayor riesgo, cuando la detección precoz del incendio es fundamental para evitar su desarrollo y propagación en condiciones adversas.
–
Ataque inicial Gran parte del éxito de la extinción radica en el pronto ataque, y esto se consigue primero con una rápida detección y segundo con un operativo diseñado para llegar a cualquier incendio en los momentos iniciales de su evolución. Una vez detectado el incendio se despachan los primeros medios de extinción. Dependiendo del dispositivo, de la época del año o incluso del riesgo diario se despachan unos medios u otros. Normalmente se envían medios de tierra, como brigadas y camiones de extinción y medios aéreos, como aviones ligeros y helicópteros (con o sin brigada). Si el ataque inicial tiene éxito el incendio se apaga, pero si no lo tiene el incendio evoluciona de forma desfavorable, y será necesario solicitar más medios e incluso cambiar la estrategia de extinción, teniendo en cuenta el tiempo que llevará a los medios de refuerzo acudir.
El sistema de extinción español se basa en apagar todo y cuanto antes, lo que da muy buenos resultados en la gran mayoría de los casos. Dos tercios de los siniestros se extinguen en menos de tres horas, debido a la rápida llegada desde la detección, llegando el primer medio antes de 30 minutos en casi el 70 % de los casos
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Ataque ampliado Como en cualquier actuación estratégica, si la primera apuesta no ha sido suficiente se debe pasar a solicitar refuerzos. Llegados a este caso se requiere un análisis de la evolución previsible del incendio por periodos operativos determinados (de 8 o 12 horas, por ejemplo) que permita definir la incorporación de los medios adicionales y la estrategia a seguir.
Una respuesta lo más rápida posible da más posibiidades de éxito en la extinción
Tragsa
–
Las nuevas tecnologías han proporcionado medios de detección tales como cámaras en espectro visible e infrarrojo, capaces de detectar las columnas de humo y los cambios de temperatura. Principalmente este tipo de sistemas de ubican en zonas de alto valor ecológico y forestal. En cualquier caso la detección, al igual que la prevención, es una pieza clave para evitar la propagación de los incendios y conseguir su pronta extinción, siendo crucial que se produzca lo antes posible.
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Los medios que se suelen incorporar en un ataque ampliado también suelen venir definidos en el plan de cada comunidad autónoma, pero dependerán no sólo de la evolución prevista del incendio sino de la estrategia y las tácticas marcadas tras el análisis y planificación de las operaciones. Normalmente suele tratarse de medios pesados si hablamos de medios aéreos, como aviones anfibios y helicópteros de gran capacidad. En cuanto a medios terrestres estaremos hablando de brigadas, retenes y camiones de extinción adicionales. En estos casos de ataque ampliado, además, se incorporarán unidades especializadas de análisis, meteorología, logística y seguridad, entre otras, a parte del puesto de mando avanzado (PMA) desde el que se coordinen las operaciones de extinción. De forma general en España en los ataques ampliados, y sobre todo en grandes incendios forestales, existe una elevada acumulación de medios, ya que los dispositivos disponen de suficientes recursos, y además es habitual en estas situaciones que unas comunidades autónomas ayuden a otras, y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) apoye también con sus medios. Igualmente puede estar presente la Unidad Militar de Emergencias del Ministerio de Defensa. Esto pone de manifiesto la relevancia de las estructuras organizativas y de coordinación de recursos; en particular, la rama de operaciones aéreas dentro de la sección de operaciones cobra especial relevancia cuando el número de medios aéreos es elevado, por razones obvias de seguridad. –
Control y remate Cuando las operaciones de extinción son un éxito y se consigue que la propagación del incendio quede limitada por unas líneas de control establecidas sobre el terreno, se dice que el incendio está controlado. Esto quiere decir que no se espera que el incendio pueda sobrepasar las líneas de control fijadas, aunque siga teniendo llama dentro del perímetro. Estas líneas de control pueden ser tanto elementos ya existentes sobre el terreno, como ríos, lagos, carreteras o cortafuegos, como líneas creadas en el momento de la extinción por las brigadas terrestres, los bulldozers o los medios aéreos con retardantes. Tras la fase de control viene la de remate, y cuando ésta finaliza el incendio se da por extinguido, esto es, cuando ya no hay llama ni humo. El remate de un incendio forestal es casi tan importante como el ataque mismo; de hecho, realizando un correcto remate del incendio se evitan las reproducciones. Esto no es tarea fácil, y al igual que en el resto de las operaciones debe tratarse siempre que sea posible de un trabajo combinado entre medios terrestres y aéreos. El remate es poco agradecido: tiene lugar cuando el personal está cansado, los niveles de adrenalina también han bajado y conlleva igualmente un esfuerzo físico muy alto en un escenario en el que el
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Terminología sobre el estado del incendio Activo
El incendio propaga sin control.
Estabilizado
El incendio propaga, pero la evolución es favorable con visos de control próximos.
Controlado
El incendio no propaga más allá de las líneas de control establecidas.
Extinguido
El incendio está apagado, no tiene llama ni humo.
Reproducido
En incendio extinguido se ha activado de nuevo.
incendio está controlado. Sin embargo, es tan importante como cualquier otra operación. Sistema de Mando de Incidentes (SMI) El sistema de mando de incidentes (incident command system, ICS), es un sistema organizativo flexible y adaptable a cualquier tipo de incendio, y a cualquier emergencia, reconocido y recomendado internacionalmente, que facilita la coordinación, el reparto de funciones y las comunicaciones en la extinción. En España también se denomina sistema de manejo de emergencias (SMEIF). El SMI tiene unos principios básicos: rango de control (número máximo de personas que pueden depender de un mando), unidad de mando (sólo hay un mando para cada recurso) y mando unificado (la participación coordinada de los representantes de todas las agencias y organismos implicados), entre otros. El SMI también se define por las diferentes secciones en las que se organiza la emergencia, destacando las de operaciones, planificación y logística. Son figuras también fundamentales, dependiendo directamente del director técnico de extinción, los oficiales de enlace (para coordinarse con el resto de los actores implicados), de seguridad (responsable de la seguridad de las operaciones) y de prensa (encargado de las relaciones con los medios). La clave de un SMI o SMEIF es la definición de las distintas posiciones que son necesarias en la extinción de un incendio forestal, identificando las funciones que desempeñan y, en función de éstas, las competencias y módulos formativos necesarios para que los profesionales adquieran dichas competencias. Es crucial entender que una misma persona, si tiene las competencias, puede ocupar distintas posiciones, y que es en función de la evolución y la gravedad del incendio cuando la estructura organizativa requerirá la incorporación de más personal para ir desempeñando las funciones necesarias. –
El sistema de mando de incidentes (incident command system, ICS), es un sistema organizativo flexible y adaptable a cualquier tipo de incendio, y a cualquier emergencia, reconocido y recomendado internacionalmente, que facilita la coordinación, el reparto de funciones y las comunicaciones en la extinción
LA SEGURIDAD EN LA EXTINCIÓN Los trabajos de extinción conllevan riesgos derivados no solamente del fuego, sino también del empleo de herramientas y equipos, maquinaria y medios aéreos y de las condiciones propias del terreno forestal. 2020. N.o 76
comprometida, es un método habitual en muchos dispositivos, que además de mejorar la formación en seguridad, incrementa la autoconciencia del riesgo entre los trabajadores. El conocimiento y difusión de los hechos que desencadenan accidentes en la extinción es una actuación clave para la mejora de la seguridad. Con gran desarrollo y tradición en los Estados Unidos, la investigación técnica de accidentes en incendios forestales busca conocer las causas, no establecer responsabilidades, con objeto de difundirlas y contribuir así a la mejora de las condiciones de seguridad. En España son empleados en la formación muchos casos de investigaciones americanas, cuyas conclusiones están accesibles. En nuestro país, aunque existen algunas investigaciones de accidentes mortales que han publicado sus resultados, se trata de casos puntuales, sin que exista una actividad sistemática en este sentido, y existiendo resistencias a su puesta en marcha de manera habitual. Los medios materiales para la seguridad consisten fundamentalmente en equipos de protección individual (EPI), que los trabajadores portan durante las labores de extinción. Hay que aclarar que los EPI permiten unas condiciones mínimas de trabajo, sin que anulen realmente el riesgo. La ropa y calzado ignífugos, cascos o guantes, por ejemplo, permiten el trabajo en las cercanías del frente de llama mientras se mantiene en un nivel de intensidad asumible, pero no protegen de manera absoluta contra el fuego. Otros equipos de protección se han desarrollado en los últimos años, fundamentalmente en los vehículos autobomba con el objeto de convertirlos en una zona segura en caso de atrapamiento. Consisten generalmente en sistemas de rociado, y en algunos casos en pantallas que protegen el habitáculo del vehículo de la radiación.
Todos los participantes en labores de extinción deberían tener una capacidad mínima de conocer y autoevaluar el riesgo al que están expuestos, especialmente los responsables de cada unidad, que deben estar capacitados para cotejar las operaciones a realizar con el riesgo al que se enfrentan en cada momento
Tragsa
La extinción de incendios forestales tiene la particularidad, frente a otras actividades, de no permitir la modificación de las condiciones del lugar de trabajo para reducir los riesgos, algo habitual en la prevención de riesgos en otros sectores. Lo imprevisible del lugar en el que se desarrolla la extinción, la multitud de factores ambientales no controlados (meteorología, fisiografía, vegetación, fauna…) y la elevada proporción de incertidumbre intrínseca al comportamiento del fuego, hace que en la extinción forestal se deba aceptar cierto nivel de riesgo en lugar de eliminarlo o adaptarlo. Este hecho confiere a la formación de los trabajadores en materia de seguridad una especial importancia. Todos los participantes en labores de extinción deberían tener una capacidad mínima de conocer y autoevaluar el riesgo al que están expuestos, especialmente los responsables de cada unidad, que deben estar capacitados para cotejar las operaciones a realizar con el riesgo al que se enfrentan en cada momento. En esta evaluación constante de las condiciones de seguridad resultan de utilidad los protocolos de seguridad, listados de situaciones de riesgo tipificadas de forma que puedan ser fácilmente identificables cuando se presenten, o bien, normas de actuación a aplicar durante las operaciones de extinción o en la toma de decisiones previa. Mantener de forma continuada la evaluación de las condiciones de seguridad permite modificar las operaciones o incluso renunciar a su ejecución cuando el nivel de riesgo no resulta admisible. Los protocolos más habituales de empleo en España proceden de la adaptación de otros estadounidenses, como las 10 Normas en el combate de incendios forestales, las 18 Situaciones de atención o el Protocolo OACEL. La revisión en común por los integrantes de una unidad de extinción de actuaciones pasadas o casos conocidos en los que la seguridad se ha podido ver
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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA
Malta
MEDIOAMBIENTE Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron notablemente en las últimas décadas, aunque se redujo el valor por unidad de PIB. La calidad del aire es una preocupación importante en Malta, ya que los niveles de contaminación exceden
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Álvaro Enríquez de Salamanca Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales
Bekah Bennett
los valores límite de la UE en ciertas áreas, sobre todo a consecuencia del tráfico. El medio marino y costero sufre una fuerte presión, aunque aún así sus aguas de baño tienen una gran calidad. La gestión de residuos es compleja, con una elevada tasa de generación. Malta tiene reservas de agua dulce limitadas; las aguas subterráneas se consideran uno de los recursos más limitados y sobreexplotados de Malta, sobre todo para la agricultura, lo que produce intrusiones salinas y contaminación por nitratos. Su escasez choca con el crecimiento del turismo, que genera un aumento en el consumo de recursos y presiones en áreas ecológicamente sensibles. LA PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA El 28,5 % de la superficie terrestre del país está legalmente protegida. Existen diferentes figuras de protección, como son las áreas de especial interés para la conservación, santuarios de aves, reservas naturales, humedales Ramsar, zonas protegidas por el Convenio de Barcelona, áreas de protección para árboles, y espacios de la Red Natura 2000. Malta cuenta con 6 lugares de importancia comunitaria (LIC), 4 LIC propuestos y 27 zonas de especial conservación (ZEC) declaradas de acuerdo con la Directiva Hábitats, y 21 zonas de especial protección para las aves (ZEPA) declaradas en virtud de la Directiva Aves (algunas ZEC y ZEPA se superponen). La Red Natura 2000 ocupa 41 km² en tierra, el 13,1% del país, y 4.138 km² marinos (35,5 % de las aguas maltesas).
De Morris Byrd
DATOS GENERALES Malta es un estado archipelágico situado en el Mediterráneo, compuesto por tres islas principales, Malta, Gozo y Comino, y varios islotes. Habitada desde hace más de 7.000 años, a lo largo de su historia perteneció a la Corona de Aragón, hasta su cesión por Carlos I a los Caballeros Hospitalarios, y estuvo bajo dominación francesa primero e inglesa después antes de ser independiente. Se independizó de Reino Unido en 1964, aunque la salida británica no fue total hasta 1979. En 2004 se incorporó a la Unión Europea, y en 2008 al euro. La superficie del país es de 315,4 km² y su población en 493.559 habitantes, siendo el más pequeño de los estados miembros de la UE en ambos valores. No obstante, tiene una elevada densidad de población, 1.565 habitantes/km², catorce veces superior a la media de la UE. La economía se basa en el sector servicios, aunque también tiene actividad industrial, y un fuerte peso del turismo. El PIB por habitante en estándar de poder adquisitivo expresa la relación del país con la media de la UE (100); Malta tiene un valor de 99, es decir se sitúa en la media.
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Environment & Resource Authority
EL SECTOR FORESTAL Un 29 % del país está cubierto por superficies artificiales (zonas construidas e infraestructuras), el valor más alto de la UE con mucha diferencia, frente a una media de 4,4 %. Un 51 % del territorio son terrenos agrícolas, y solo un 18 % son áreas naturales, de las cuales un 0,7 % son bosques, poco más de 200 hectáreas. La tendencia en la masas forestales parece estabilizada, ya que en las últimas décadas se perdieron 13 ha y se ganaron 15 ha. La escasa superficie forestal hace que no exista un sector desarrollado, y justifica la importancia de la protección de las zonas arboladas en el país. En Malta hay aproximadamente 60 especies de árboles nativos, de los cuales el 66 % son raros o están en peligro de extinción. Para su protección, la Autoridad de Medio Ambiente y Recursos (ERA, Environment & Resource Authority) dispone de un inventario de áreas de protección de árboles (TPA, Tree Protection Areas), cuyo objetivo es proteger los árboles y bosques, particularmente los de especies nativas. Como resultado, se designaron 30 TPA en 2011 y otras 30 en 2017; 48 están en la isla de Malta, 10 en Gozo y 2 en Comino. Algunas de estas áreas protegen árboles individuales o grupos de árboles singulares, y otras tienen árboles raros y amenazados. También se protegen algunas especies no nativas, pero que resultan relevantes. Además de la declaración de TPA, el Gobierno desarrolla iniciativas continuas de reforestación, y cuenta con un Reglamento de Protección de Árboles y Bosques.
Nick Feeling
Max Saeling
Terrenos forestales en Malta
Karl Paul Baldacchino
FUENTES CONSULTADAS Copernicus. https://land.copernicus.eu Environment & Resources Authority. https://era.org.mt European Environment Agency. https://www.eea.europa.eu European Union. https://europa.eu/european-union/about-eu/countries_en Eurostat. https://ec.europa.eu/eurostat
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APUNTES / TECNOLOGÍA
Productos de nanocristalización para la construcción de infraestructuras forestales de baja huella de carbono
SOLUCIONES ADAPTATIVAS PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO CON ADITIVOS INNOVADORES DE NANOCRISTALIZACIÓN El cambio climático es una de las mayores amenazas para el planeta, liderando la Unión Europea la ambición de adaptación climática a nivel mundial. El 11 de diciembre de 2019 la Comisión Europea publicó un marco de acción para luchar contra el cambio climático (European Green Deal) desde una perspectiva multisectorial, en la que los sistemas forestales deben jugar un papel esencial. Este pacto europeo tiene como objetivo alinear todas las nuevas iniciativas de la Comisión con soluciones adaptativas innovadoras. La comunidad autónoma de la Región de Murcia, a través de la Dirección General del Medio Natural, ha desarrollado un proyecto innovador, para ensayar la construcción de infraestructuras forestales mediante el uso de aditivos que generan una red nanocristalina interna. Estos aditivos favorecen la cohesión de los materiales y generan elementos constructivos que pueden formar parte de pequeñas infraestructuras de hidrología, conservación de suelos o uso público dentro del ámbito forestal. ¿QUÉ SON LOS PRODUCTOS DE NANOCRISTALIZACIÓN? Son productos inocuos para el medio ambiente, basados en la cristalización del silicato de sodio y el
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calcio libre (Ca+) existente en los materiales en los que se aplica el tratamiento, formando internamente pequeños cristales que impiden el paso de los líquidos a su interior. Así, se genera en los materiales una red nanocristalina que aporta mayor durabilidad e incrementa la resistencia a la compresión. La nanocristalización catalizada crea una red de cristales nanométricos (entre 0,1 y 0,7 nanómetros) que, gracias a los catalizadores, permite controlar el grado de penetración en el material de construcción utilizado. En la experiencia se ha empleado una combinación de tres productos: silicato de sodio (Innerseal), silicato de litio (Innerseal Plus+) y silicato de potasio (Topseal). FABRICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE BLOQUES DE TIERRA COMPRIMIDA (BTC) La filosofía de este experimento es el empleo de materiales locales para reducir la huella de carbono del transporte, en lugares con ausencia de piedra o materiales naturales para fabricar infraestructuras forestales de pequeñas dimensiones, y donde la maquinaria tenga dificultades de acceso. Para ello se ha empleado una prensa portátil, accionada por un gato hidráulico de 10 t, fabricando in situ bloques de tierra comprimida (BTC) junto a las infraestructuras.
Ignacio Rojo Nuñez1, Nicolás Ramírez Saiz1, Mayra Aguado López2, Pedro Alcoba Gómez2, Esteban Jordán González2 1 Dirección General del Medio Natural.
Región de Murcia 2 Ingeniería del Entorno Natural S.L.
Fotografías página derecha: - Detalle de albarrada construida con BTC, con protección de malla de alambre - Cárcava corregida con secuencia de albarradas de BTC, en la cuenca del Río Guadalentín - Bloques BTC en infraestructuras de uso público y facilitando la recogida de agua para la fauna
Fig. 1. Características de los aditivos de nanocristalización 2020. N.o 76
Los BTC presentan unas dimensiones de 30 x 20 x 15 cm. El material base utilizado ha sido la tierra natural, garbillada con una criba de forma previa al aporte de aditivos. La densidad de los BTC resultantes es de 2.056 kg/m³ frente a los 1.141 kg/m³ de la tierra natural. El peso medio de los BTC obtenidos es de 18,5 kg. ENSAYOS A COMPRESIÓN DE LOS BLOQUES DE TIERRA COMPRIMIDA CON DIFERENTES ADITIVOS Se ha desarrollado un ensayo empleando diferentes aditivos para mezclar con la tierra antes de formar los BTC. Como aditivos básicos se han utilizado cal y cemento, ampliamente conocidos por su uso tradicional en construcción, y además se han empleado aditivos especiales de nanocristalización, estos últimos objeto de este ensayo de innovación. Las dosis aplicadas de cal han sido del 3 % (baja), 6 % (media) y 9 % (alta) en peso. Las dosis de cemento han sido del 5 % (baja), 11 % (media) y 16 % (alta) en peso. Para cada dosis de cal y cemento, se ha preparado un lote de BTC a los que se le han aplicado aditivos especiales de nanocristalización: 0,65 l/ m² de Innerseal, 0,35 l/m² de Innerseal Plus+ y 0,12 l/m² de Topseal. Los lotes de bloques de cal y cemento, de cada una de las tres dosis aplicadas, así como aquellos otros lotes con aditivos especiales de nanocristalización, han sido trasladados a un laboratorio acreditado para realizar un ensayo a compresión simple. Para el caso de empleo de aditivo de cal no se han observado diferencias significativas entre las dosis empleadas; cuando además se aplica un aditivo de nanocristalización, tampoco se observan diferencias significativas al variar la dosis de cal (Tabla 1). Para el caso del ensayo con aditivo básico de cemento se observa que al incrementar la dosis existe un incremento significativo de la resistencia a compresión de los BTC. Cuando se aplica aditivo de nanocristalización las diferencias se acentúan para el caso de una dosis alta de cemento, alcanzándose valores de 7,9 N/mm² (Tabla 2). Esta técnica se ha ensayado a nivel práctico en la construcción de pequeñas infraestructuras para la corrección hidrológica (albarradas) y la conservación de suelos (muretes), actuaciones de uso público en el medio natural (escaleras y bancos de descanso) y para la mejora de calidad y disponibilidad de agua para la fauna en medios semiáridos.
Tabla 1. Resistencia a compresión de BTC con aditivos de cal y nanocristalización Dosis cal
Resistencia (N/mm²) Con aditivo nanocristalización 1,50 a
F
Sig.
Baja
Sin aditivo nanocristalización 1,37 a
1,600
0,275
Media
1,57 a
1,96 a
4,500
0,101
Alta
1,70 a
1,83 a
0,400
0,561
F
2,171
3,319
Sig
0,195
0,107
a: letras iguales pertenecen al mismo grupo homogéneo de datos. Tabla 2. Resistencia a compresión de BTC con aditivos de cemento y nanocristalización Dosis cemento
Resistencia (N/mm²) Sin aditivo nanocristalización
Con aditivo nanocristalización
F
Sig.
Baja
4,13 a
4,83 a
1,412
0,300
Media
5,53 b
5,60 a
0,012
0,918
Alta
5,47 b
7,90 b *
33,940
0,004
F
8,505
11,386
Sig
0,018
0,009
a,b: letras iguales pertenecen al mismo grupo homogéneo de datos
AGRADECIMIENTOS Esta investigación, desarrollada en la cuenca del Río Guadalentín (Murcia), ha sido financiada por la Obra Social La Caixa, por medio del proyecto “Obras de hidrotecnias para investigación del uso de la nanocristalización para mejoras en áreas vulnerables a la erosión”.
CONCLUSIONES La fabricación de BTC con una combinación de aditivos de cemento con dosis alta (16 % en peso) y de nanocristalización, ofrece unos resultados satisfactorios desde el punto de vista de resistencia a la compresión de los materiales, alcanzando valores de 7,9 N/mm². Las infraestructuras así construidas presentan una baja huella de carbono.
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ENTREVISTA
Jordi Vayreda Durán, investigador del CREAF de Cataluña
"La gestión es el principal mecanismo para mantener la capacidad de sumidero de los bosques" Ismael Muñoz Linares
CREAF es el centro de referencia en Cataluña sobre investigación dedicado a la ecología terrestre y el análisis del territorio. Se fundó en 1987 como un consorcio de administraciones públicas y entidades de investigación. Jordi Vayreda es uno de sus investigadores senior que desarrolla su trabajo en macroecología, especializado en el estudio de los impactos globales sobre los bosques, su declive, vulnerabilidad y resiliencia. Defiende la gestión forestal como la principal herramienta para mantener el poder de sumidero de carbono de los bosques frente al cambio climático, mediante una estructura más compleja y una mayor diversidad de especies que favorezcan una mayor resiliencia de los bosques.
¿De qué manera el cambio climático hace más vulnerables a los bosques? Como es obvio, a nivel global la afectación del cambio climático sobre los bosques es muy diferente. Aun así y simplificando, sabemos que el crecimiento de un bosque depende básicamente de la temperatura, del agua y de los nutrientes disponibles. Hace unos años, aparecieron muchos artículos que apuntaban que existía a corto plazo un efecto fertilizador del CO2, pero, poco a poco, aparecieron evidencias de que otros factores, como la cantidad de nitrógeno, acababan siendo los limitantes para el crecimiento, eliminando el efecto fertilizador del CO2. En bosques templados y boreales, el aumento de la temperatura sin estrés hídrico favorece el crecimiento
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porque permiten alargar el período vegetativo. En cambio, en los bosques mediterráneos el estrés hídrico se alarga y produce el efecto contrario. Yendo más allá, muchos artículos están mostrando que los fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor o el alargamiento de los periodos de sequía, por ejemplo, están llevando a una mayor afectación directa o indirecta (p.e. plagas) en los bosques y, además, que estos efectos se dan en cualquier parte del mundo. Los bosques son simultáneamente uno de los ecosistemas que más puede sufrir los efectos del cambio climático y parte de la solución por su capacidad de fijación de carbono, son el principal sumidero terrestre de carbono. En el caso español
¿han llegado a su máxima capacidad de fijación?, ¿han hecho cálculos de cuánto más podrían fijar en un determinado periodo de tiempo? Los bosques españoles siguen manteniendo la capacidad de sumidero de CO2, sin embargo esta capacidad parece haber disminuido ligeramente. Por ejemplo, comparando los datos de los tres inventarios forestales nacionales (IFN) para Cataluña se ha constatado una disminución del 17 % de esta capacidad. ¿Qué necesitan para aumentar su capacidad de fijación? Para los bosques de la Península el agua es sin lugar a dudas el principal factor determinante y su patrón de distribución estacional. La mayoría de modelos predicen aumentos de la temperatura en el futuro y, aunque con mayor incertidumbre, también predicen que la precipitación sobre todo en verano se va a reducir en cerca del 50 %. Con estas proyecciones, resulta poco probable que puedan aumentar su capacidad de fijación. A menudo se reclama mayor gestión forestal con un doble objetivo: aumentar la capacidad de los bosques para fijar más carbono, por un lado, y, por otro, prepararlos para las condiciones más extremas de sequía y temperatura que pueden provocar en los próximos años el cambio 2020. N.o 76
climático, hacerlos resilientes, pero ¿qué tipo de gestión forestal debe hacerse?, ¿cuáles serían los elementos característicos de esa gestión? La gestión, sin lugar a dudas, es el principal mecanismo que tenemos para mantener esta capacidad de sumidero. Muchos de los trabajos de investigación que hemos llevado a cabo apuntan que la estructura del bosque es el principal factor determinante de su dinámica. Pero creo que para mantener esta capacidad no es suficiente con aplicar recetas simples como reducir la densidad de pies para reducir la competencia por el agua. La cuestión es que una estructura más compleja y una mayor diversidad de especies va a permitir a los bosques una mayor resiliencia. Las directrices de gestión para la adaptación de los bosques al cambio climático deberían ir encaminadas a favorecer a las especies mejor adaptadas y llevarlos a una mayor madurez. Se trataría de aumentar su diversidad estructural y funcional e incorporar procesos ecológicos propios de los bosques maduros, reteniendo sistemáticamente arboles de grandes dimensiones, madera muerta en pie y en el suelo de gran tamaño, aumentar la biodiversidad favoreciendo especies arbóreas poco comunes, etcétera. ¿De qué manera incide la biodiversidad en esa capacidad de fijar carbono? En relación a la biodiversidad puede ser especialmente determinante que se trate de combinaciones de especies con rasgos funcionales distintos. Los rasgos funcionales para la adaptación al cambio climático y para hacer frente a las perturbaciones (sequía, incendios, viento, etc.) incluyen la altura, la densidad y estructura de la madera, el tamaño de la semilla, el área específica foliar, la habilidad para rebrotar, el grosor de la corteza y la profundidad de las raíces, por ejemplo. Las comunidades que mezclen mayor diversidad de rasgos funcionales tendrán mayor capacidad para adaptarse a factores de estrés conocidos, lo que se conoce como diversidad funcional (o de respuesta). Si la comunidad además tiene una mayor redundancia de rasgos tendrá mayor capacidad para
La gestión, sin lugar a dudas, es el principal mecanismo que tenemos para mantener esta capacidad de sumidero. Muchos de los trabajos de investigación que hemos llevado a cabo apuntan que la estructura del bosque es el principal factor determinante de su dinámica adaptarse a factores de estrés aún desconocidos, lo que se conoce como redundancia funcional. En ese caso existe una mayor probabilidad de resistencia del bosque, en tanto que tiene mayor capacidad para de transitar hacia otra comunidad mejor adaptada. En resumen, un bosque resiliente debe estar compuesto de especies arbóreas con diversos rasgos funcionales que puedan resistir o adaptarse al espectro de situaciones de estrés más amplio
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posible pero, además, para completar esta capacidad varias especies tienen que compartir los mismos rasgos funcionales para poder mantener la misma diversidad de rasgos en caso de que alguna de las especies se pierda. También hay que tener en cuenta la interacción entre especies, es decir, una especie puede responder mejor al estrés de una determinada perturbación si está mezclada con otras especies o bien responder mejor estando sola.
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¿Corremos el riesgo de que los bosques se conviertan en emisores netos de carbono, en vez de sumideros? Sí, si no hay una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero, es difícil que se pueda mantener esta capacidad de secuestro de CO2. Pero de momento, hasta cuándo podrían seguir fijando carbono tiene una respuesta difícil e incierta. Se puede responder haciendo simulaciones a largo término con modelos de dinámica forestal bajo distintos escenarios de cambio climático; algunos de los resultados que hemos obtenido apuntan a que los bosques irán reduciendo su capacidad en el futuro y que acabarán siendo emisores netos de CO2 hacia finales de siglo. Estudios suyos señalan que los bosques del norte, coincidiendo en muchos casos con bosques productivos, son los que más carbono fijan mientras que los del sur los que menos, ¿no es este un aval a la gestión forestal con fines productivos? Tiene que ver en buena parte con cuestiones meramente climáticas, relacionadas sobre todo con un gradiente de mayor a menor precipitación de norte a sur. Estudios que hemos llevado a cabo con datos de los inventarios forestales para toda España apuntan que la gestión forestal es un aliado para mantener la capacidad productiva de los bosques y, en consecuencia, la capacidad de sumidero. Pero estos mismos estudios apuntan que mientras los bosques de la España verde responden peor al aumento de la temperatura, en términos de producción y de secuestro de carbono, en los bosques del sur apenas hay respuesta al calentamiento. Dicho de otra manera, los bosques mediterráneos del sur, centro y litoral mediterráneos resisten mejor el aumento de la temperatura. En cambio los bosques templados del norte y de montaña son más sensibles al aumento de la temperatura. ¿Podemos hacer una gestión forestal pensando solo en aumentar la capacidad de fijación de carbono de los bosques?, ¿qué prioridad debe tener la mitigación del cambio climático en la gestión forestal frente a
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otras necesidades? No, como regla general, creo que la mejor opción es la adaptación al cambio climático con directrices de gestión como las que apuntaba hace un momento. No se trata de aumentar la capacidad de fijación de carbono, que sería una clara medida de mitigación, dado el escaso margen que los regímenes climáticos actual y futuro nos deparan. La principal necesidad de los bosques es su mantenimiento en condiciones de salud para que puedan sobrellevar con más garantías los efectos de los fenómenos climáticos extremos que la mayoría de modelos climáticos apuntan. ¿Será una gestión forestal sostenible desde el punto de vista económico? Claro, tampoco podemos llegar al extremo que todos los bosques dejen de tener un rendimiento económico, pero debemos tener claro que si la producción disminuye habrá menos superficie arbolada con un rendimiento económico sostenible. Lo que digo es que la adaptación va por delante de la mitigación dada la cada vez más probable posibilidad de tener menor capacidad productiva de al menos una parte substancial de nuestros montes. ¿Qué importancia tiene en sus estudios el componente social y económico de la gestión forestal? La gestión tiene, desde mi punto de vista, y ahora todavía más debido al desafío del cambio climático, una función principal que es la de mantener el monte en un buen estado de salud para reducir la probabilidad de decaimiento. Si como consecuencia de la gestión se puede seguir obteniendo bienes como madera, leñas, etcétera, bienvenidos sean porque para poder gestionar con mayor eficacia es mucho más fácil si se obtiene un retorno económico. Ha apuntado que los bosques en Cataluña tienen de media un 17 % menos de capacidad para fijar carbono, ¿se podrían extrapolar esos datos al resto de la cuenca mediterránea y a bosques similares? Hemos hecho esta comparación por ecoregiones y hemos visto que se ha reducido esta capacidad de manera bastante generalizada, siendo los
bosques mediterráneos del litoral y prelitoral catalán en donde más se ha reducido (casi un 20 %), mientras que los bosques del Pirineo y Prepirineo han sufrido una reducción del 15 %. Los bosques de interior mediterráneos (más continentales) apenas han sufrido cambios. Extrapolando para toda la cuenca mediterránea parece ser que esta capacidad también se podría estar reduciendo en bosques mediterráneos de carácter más eurosiberiano. ¿Cuáles son las principales causas y qué debemos hacer para revertirlas? Hemos analizado cuáles podrían ser los factores condicionantes (estructura, diversidad, clima, anomalías del clima y gestión) y claramente se ve que la estructura previa del bosque es la que más condiciona esta capacidad. Los bosques con mayor área basimétrica tiene mayor efecto negativo, pero en cambio los bosques con árboles de mayor tamaño reducen este efecto negativo. Estos resultados nos sugieren varias cosas, como que hacer gestión permite ajustar los niveles de competencia por los recursos, pero también que tener la misma área basimétrica repartida en pocos árboles de mayor tamaño parece mejor para secuestrar CO2 que tener un mayor número de árboles más jóvenes. ¿Siempre es así, más vegetación en el bosque puede disminuir su capacidad de fijación de carbono? Mantener niveles intermedios de área basimétrica podría permitir mejores niveles de secuestro de carbono, sin embargo, esto se puede matizar. Numerosos estudios ya han demostrado que una estructura heterogénea formada por un mayor número de especies tiene una mayor productividad que un bosque monoespecífico y de estructura homogénea. Tener el dosel forestal organizado en varias capas de hojas permite optimizar la intercepción de la luz; lo mismo ocurre bajo tierra, hasta con las raíces de las capas más profundas. Si, además, estas hojas son de especies con distintos atributos funcionales se incrementa la optimización del uso de estos recursos. ¿En qué momento o edad comienzan los árboles a fijar más carbono? 2020. N.o 76
En este sentido, ¿qué es mejor para aumentar la fijación de carbono por los bosques: más repoblaciones o más gestión de lo existente? Hay un trabajo muy interesante, publicado en la revista Nature (Stephenson NL, Das AJ, Condit R et al. 2014. Rate of tree carbon accumulation increases continuously with tree size. Nature 507: 90–93), donde se analizó la rela-
ción entre el tamaño de un árbol individual y su tasa de fijación de carbono. Este análisis se hizo con 670.000 árboles de 403 especies de bosques tropicales y templados, y concluyó que la tasa de acumulación de carbono se incrementa continuamente con el tamaño del árbol. Por lo tanto, los árboles grandes y viejos no actúan simplemente como almacenes estables de carbono, sino que fijan activamente mayores cantidades de carbono en comparación con los árboles más pequeños. Si lo trasladamos a nivel de rodal, hay varios trabajos publicados que se preguntan si esa tasa de fijación de carbono se mantiene en los bosques maduros (más de 200 años). En particular hay uno muy interesante también publicado en Nature (Luyssaert S, Schulze ED, Börner A et al. 2008. Old-growth forests as global carbon sinks. Nature, 455(7210): 213–215), que
concluye que la capacidad de sumidero producción neta del ecosistema (crecimiento de los arboles vivos, acumulación de carbono en madera muerta y suelo) se mantiene estable durante cientos de años. Este resultado contradice la teoría clásica de que los bosques maduros son neutrales en términos de secuestro de carbono. Ustedes han puesto nombre a la necesidad de extraer biomasa de los bosques “operación biquini”. Pero sus datos no llegan a la misma conclusión que los planes energéticos que suelen calcular un mayor aprovechamiento. ¿Cuánta biomasa con fines energéticos se puede extraer de los bosques españoles sin poner en riesgo su crecimiento? Hacer cálculos de cuál es el potencial máximo de recursos que se pueden extraer de los bosques es esencial para dimensionar la cantidad que se puede destinar a biomasa o a cualquier otra finalidad (madera para la cons-
trucción, muebles, papel, leñas…). Nosotros hicimos este cálculo hace tiempo como ejercicio para ver hasta qué punto las previsiones hechas por el gobierno de obtención de energía a partir de la biomasa se parecían a nuestros cálculos. La conclusión fue que las previsiones de obtención de energía a partir de la biomasa superaban con creces nuestros cálculos, con lo cual no eran sostenibles. Que los bosques sigan manteniendo su capacidad de sumidero significa que el crecimiento de las masas forestales supera a las “pérdidas” ocasionadas por los aprovechamientos y la mortalidad natural. Dicho de otra manera, que se extraen muchos menos recursos del monte de lo que generan y, en definitiva, que la biomasa con fines energéticos no supone, hoy por hoy, ningún riesgo para el bosque. Pero, ¿qué porcentaje del crecimiento hay que dejar sin aprovechar para considerarla sostenible según su criterio? Difícil respuesta pero, teniendo en cuenta que el cambio climático ya está reduciendo la capacidad de sumidero, creo que está claro que, en general, habría que aumentar la gestión y, en consecuencia, los aprovechamientos. El cambio climático llevará a una mayor mortalidad natural por decaimiento y a una menor productividad de manera que, para asegurar esta capacidad de sumidero, creo que no se debería superar el 50 % del crecimiento. De todas formas, para reducir el impacto de los aprovechamientos estos se deberían llevar a cabo en turnos más cortos y con menor intensidad. ¿Qué importancia puede tener el aprovechamiento de madera para fines estructurales o decorativos en el tipo de bosque y en la gestión forestal que hacemos en ellos? Llevar la gestión de los montes a turnos más largos no solo puede suponer un mayor tiempo de residencia del carbono almacenado en los árboles, sino que además se podrían obtener recursos de mayor calidad que podrían ser destinados a productos con una vida media más larga (muebles, madera de construcción…) y alargar todavía más el tiempo en el que el car-
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bono se mantiene secuestrado. Si bien es cierto que utilizar la biomasa como energía supone el ahorro de combustibles fósiles no deja de suponer que reducimos la vida media del producto que extraemos del bosque. Ustedes han calculado que los suelos forestales españoles retienen cuatro veces más carbono que los bosques en su parte aérea: troncos, ramas y hojas. ¿Qué gestión debemos hacer para que los suelos sean un sumidero de carbono?, ¿se hace en España ese tipo de gestión? La gestión del suelo forestal es quizás una de las asignaturas pendientes que tenemos. Está claro que la alteración del suelo, cada vez que se hace algún tipo de aprovechamiento, hace que durante un cierto tiempo se convierta en un emisor neto de CO2. Remover el suelo supone aumentar la actividad de los organismos descomponedores (respiración heterotrófica de hongos y bacterias), ya que se pone a su disposición una mayor cantidad de materia orgánica que, si las condiciones ambientales lo permiten, van a consumir rápidamente. Pero es que además hace falta mucho más tiempo para recuperar los niveles de carbono en el suelo anteriores a la actuación. En este balance cualquier actuación que sistemáticamente altere el suelo está conllevando una reducción paulatina del carbono en el suelo. ¿Cómo es la transferencia de conocimiento a la gestión? Sigue siendo deficiente pero creo que vamos mejorando poco a poco. Desde el CREAF tenemos mucho interés en que los resultados de nuestras investigaciones se puedan trasladar a la gestión. En este sentido tenemos algunos proyectos que intentan acercarnos al gestor y al propietario como los proyectos Life-Redbosques y LifeBiorgest o el “Laboratori Forestal”, que pone a disposición de gestores e investigadores todos los datos y cartografía sobre bosques generada en Cataluña. Otro ejemplo es la plataforma “Prismàtic” que ya lleva varios años en funcionamiento y que es un ejemplo de cómo intentar traducir a un lenguaje más comprensible los resultados de la investigación en ecología.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COP 25
Ana González y Elena Robla Subdirección General de Política Forestal. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Bosques y cambio climático: la importancia de la información Los términos bosques y cambio climático se encuentran hoy más que nunca indisolublemente unidos. Este artículo pretende aclarar algunos conceptos relacionados con los mismos, abordando aspectos relativos a los sumideros forestales y, en particular, a las reglas de contabilidad de carbono y las fuentes de información disponibles. El papel protagonista de los bosques en relación con la mitigación del cambio climático ya no se discute, dada su demostrada capacidad para secuestrar y almacenar carbono. A nivel normativo, en el periodo 2021-2030 se tendrá en cuenta por primera vez el sector LULUCF (usos de la tierra, cambios de uso de la tierra y selvicultura por sus siglas en inglés, en el que se integran las tierras forestales) de cara al cumplimiento de los compromisos en materia de cambio climático asumidos por la Unión Europea (UE). Las fuentes de información forestal están adaptándose continuamente a los nuevos, numerosos y cada vez más exigentes requerimientos de información relacionados con bosques y cambio climático. Palabras clave: LULUCF; Tierras forestales; contabilidad; sumideros
1.-CONTEXTO INTERNACIONAL Los aspectos relacionados con los bosques y el cambio climático abordados en este artículo se enmarcan dentro un contexto internacional, en el que Naciones Unidas y la Unión Europea tienen los papeles protagonistas. En el ámbito internacional las referencias a tener en cuenta son: la Convención Marco de Naciones Unidas para Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto, que a fecha de hoy sigue vigente en su segundo periodo, pero será sustituido a partir de 2021 por el Acuerdo de París, algunos de cuyos artículos se encuentran ya en
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vigor. El Acuerdo de París establece el objetivo de mantener un aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2 °C sobre los niveles preindustriales, aunque los esfuerzos están dirigidos a limitar este aumento en 1,5 °C. Además, se establece el objetivo de neutralidad climática en la segunda mitad de siglo, es decir, que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se compensen con las absorciones a partir de 2050. Para ello, los bosques van a ser una pieza clave. Cada uno de los Estados miembros de forma individual, así como la UE, han firmado y ratificado los acuerdos sobre cambio climático. Además, la UE por su parte asume sus propios compromisos y, en consecuencia, aprueba reglamentos específicos. En octubre de 2014 el Consejo Europeo acordó, para el periodo 2021-2030, una reducción de al menos el 40 % de las emisiones respecto a 1990. Estableció también que todos los sectores contribuyeran a ello, citando expresamente la importancia del sector LULUCF, dentro del marco sobre clima y energía para 2030. La UE continúa apostando claramente por la ambición en los compromisos en relación con el cambio climático, tal y como queda de manifiesto en el Pacto Verde (Green Deal), o en el diseño la futura PAC. El Reglamento (UE) 2018/8411 (en adelante Reglamento LULUCF), establece un sistema contable de emisiones y absorciones de GEI novedoso, ya que por primera vez en el periodo 2021-2030 se tendrá en cuenta el sector LULUCF de cara al cumplimiento de los compromisos en materia de cambio climático asumidos por la Unión Europea. 2.-EL SECTOR LULUCF: ASPECTOS GENERALES SOBRE LA CONTABILIDAD DE ABSORCIONES DE CARBONO El sector de actividades relacionadas con los usos de la tierra, los cambios en el uso de la tierra y la selvicultura (LULUCF) es el único con efecto sumidero de CO2 y, como consecuencia de ello, con sus absorciones podría compensar en parte las emisiones 2020. N.o 76
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Ismael Muñoz
resultantes de los sectores netamente emisores (energía, transporte…) Si bien el sector LULUCF contempla todos los posibles usos del suelo (tierras forestales, tierras de cultivo, pastizales, humedales, asentamientos y otros usos), el uso forestal es el que posee con diferencia una mayor capacidad de almacenar carbono procedente del CO2 de la atmósfera. En el marco del sistema contable de este sector las tierras forestales se subdividen a su vez en tierras forestadas, tierras deforestadas y tierras forestales gestionadas. Además, se consideran cinco tipos de depósitos de carbono (biomasa viva aérea y subterránea, madera muerta, detritus y carbono orgánico en suelos), además del carbono que se almacena en los llamados productos de madera aprovechada (Harvested Wood Products, HWP por sus siglas en inglés). Las reglas contabilidad de emisiones y absorciones, en base a unas normas determinadas acordadas internacionalmente, son el cauce a través del cual los países pueden demostrar el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones que adquieren en los acuerdos. Para ello, hay establecidos una serie de requerimientos de información a los que los países deben responder de forma anual. En nuestro país el Sistema Español de Inventario, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, elabora el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero2, y publica anualmente un Informe Nacional (en adelante NIR, por sus siglas en inglés). El NIR, que se remite tanto a Naciones Unidas como la UE, incluye la contabilidad de todos los sectores reconocidos como emisores (energía, procesos industriales y uso de otros productos, agricultura y residuos), así como la del sector LULUCF, el único que presenta absorciones en su balance contable. En el NIR se presentan tanto las cifras como las metodologías empleadas para su estimación, ya que los cálculos tienen que estar expuestos y justificados. El sistema contable del sector LULUCF es especialmente complejo, ya que las absorciones o emisiones se estiman en base a las variaciones del carbono almacenado (stock) en los diferentes depósitos forestales, así como en los diferentes usos del suelo. En el cómputo final sólo se contabilizan las absorciones que se puedan demostrar. Para las tierras forestales las absorciones se deben al aumento del carbono almacenado gracias al incremento de la superficie forestal arbolada (tierras forestadas), así como por el aumento de las existencias en los bosques existentes (crecimientos netos), donde influye mucho la gestión forestal. Por otra parte, las emisiones se producirán por pérdida de superficie de bosque por conversión a otras categorías (deforestación), por la disminución del carbono almacenado en bosques (si existieran crecimientos netos negativos en el conjunto de los depósitos considerados), así como por las emisiones producidas por combustión en los incendios. Adicionalmente, las normas contables establecen una serie de mecanismos mediante los cuales no se contabiliza como absorción todo lo que se absorbe realmente. Por ejemplo, para las tierras forestales gestionadas se limita la contabilización de absorciones mediante el denominado Nivel Forestal de Referencia. Este nivel, que se explica con más detalle en el siguiente apartado, tiene como objetivo que sólo se contabilicen las absorciones consecuencia de una gestión forestal adicional que produzca un incremento del efecto sumidero de los bosques. Dicho a la inversa, su objetivo es que no se contabilicen las absorciones propias del crecimiento natural de las masas, ni las derivadas de prácticas de gestión históricas. En las tierras forestadas se contabilizan todas las absorciones,
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sin ningún tipo de restricción, durante los primeros 20 años desde la plantación, tras los cuales pasarán a ser tratadas como tierras forestales gestionadas. Las tierras deforestadas, como ya se ha comentado anteriormente, se consideran emisoras de GEI, por la pérdida de carbono que se produce en los depósitos como consecuencia de su transición a otras categorías de tierra. 3.-EL REGLAMENTO LULUCF DE LA UNIÓN EUROPEA El Reglamento LULUCF establece por primera vez un objetivo propio en el periodo 2021-2030, la denominada “deuda cero”, que implica que el sector en ningún caso podrá ser emisor de gases de efecto invernadero. Es decir, las absorciones deberán ser mayores o iguales que las emisiones. Para comprobar el cumplimiento de tal objetivo el Reglamento define unas normas contables específicas para cada uso de tierra. Los tipos de uso de la tierra que se tienen en cuenta para ello en el Reglamento (artículo 2) son las tierras forestadas, tierras deforestadas, cultivos gestionados, pastos gestionados y tierras forestales gestionadas. A partir de 2026 se considerarán también los humedales gestionados. Así pues, el compromiso establecido supone que las emisiones (contabilizadas con signo positivo) no excederán a las absorciones (contabilizadas con signo negativo), para el conjunto de las tierras definidas, y para dos subperiodos de compromiso establecidos (2021-2025 y 2026-2030) (artículo 4). 3.1.-Tramiento de las tierras forestales en el Reglamento LULUCF Como ya se apuntaba en el apartado anterior, con respecto a la clasificación de tierras o, más exactamente, al tipo de uso de la tierra que establece el Reglamento, es importante diferenciar entre tierras forestales gestionadas3 y tierras forestadas y deforestadas4, dadas sus implicaciones a nivel contable. El periodo de transición entre un tipo de tierra y otro establecido en el Reglamento (artículo 5) es en principio de 20 años, aunque abre la posibilidad a incrementarlo a 30 años para tierras forestales, siempre que se justifique. Las absorciones y emisiones de las tierras forestadas y deforestadas se contabilizarán íntegramente, pero en las tierras forestales gestionadas establece que sólo podrán utilizarse a efectos de contabilidad aquellas absorciones a partir de un “Nivel de Referencia” preestablecido (artículo 8), y calculado expresamente y de forma individual para cada país de la UE. 3.2.-Nivel de Referencia Forestal (FRL) y Plan de Contabilidad Forestal Nacional El Nivel Forestal de Referencia (FRL)5 es una previsión o proyección futura de la media anual de emisiones o absorciones netas derivadas de las tierras forestales gestionadas en el territorio de un Estado miembro en los periodos comprendidos entre 2021 y 2025, y entre 2026 y 2030. Se expresa en toneladas anuales de CO2 eq6. El FRL pretende reflejar la previsible evolución
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a futuro de los bosques con las condiciones actuales, tanto naturales como de gestión. El objetivo es fijar el escenario basado en la continuación de las prácticas de gestión que se han venido realizando en un periodo de referencia pasado establecido en el Reglamento (2000-2009) y proyectar hasta 2030 las absorciones derivadas del crecimiento de la biomasa, en el supuesto de que se mantuvieran las mismas prácticas de gestión llevadas a cabo en el periodo de referencia. De lo anterior se deduce que las proyecciones que sirvan de base para la estimación del FRL deberán basarse en un modelo de evolución o desarrollo de la biomasa forestal a nivel nacional, considerando tanto las prácticas de gestión como la dinámica de crecimiento de los bosques. Los modelos de proyección de la biomasa forestal deben ajustarse, por una parte, a una serie de características mínimas fijadas por el Reglamento, pero también a la realidad del país, mediante la aplicación de criterios, conceptos y asunciones específicas nacionales, debidamente justificadas y coherentes con la información disponible para su elaboración.
Fig. 1: Gráfico de simulación sobre la consideración de absorciones de CO2 en las tierras forestales gestionadas en el Reglamento LULUCF. Fuente: Elaboración propia
Fig. 2: Esquema contable simplificado del Reglamento LULUCF. Fuente: Elaboración propia 2020. N.o 76
El objetivo del FRL es que las absorciones que se producen en los bosques per se no sean tenidas en cuenta para el cumplimiento de objetivos de reducción de emisiones nacionales. Sólo las absorciones consecuencia de una mejor gestión que sean superiores a las proyectadas por el FRL se podrán computar para la consecución de los objetivos como tales. A efectos de cumplimiento, las absorciones por debajo de las proyectadas por el FRL se computarán como emisiones, tal como se muestra en la figura 1. Así pues, la importancia del FRL radica en que las absorciones finales de las tierras forestales gestionadas se calcularán como la diferencia entre los datos reales inventariados en el periodo de compromiso, y los estimados por el propio FRL. En la figura 2 se muestra un esquema resumido de las reglas para el cumplimiento de la regla “deuda cero” establecida en el Reglamento LULUCF. Los FRL de cada Estado miembro se presentaron a la Comisión en diciembre de 2018, integrados en un documento denominado Plan de Contabilidad Forestal Nacional, para el primer subperiodo 20212025. Durante el año 2019 la Comisión, apoyada por grupos de expertos, ha sometido a revisión los planes de contabilidad de todos los Estados miembros, que previsiblemente serán aprobados mediante actos delegados a finales del año 2020.
4.-FUENTES DE INFORMACIÓN PARA CUANTIFICAR SUMIDEROS FORESTALES Una de las consecuencias de todo lo expuesto hasta el momento es que la información de calidad relacionada con los sumideros de carbono forestales es cada vez más necesaria. Los datos proporcionados por las fuentes referidas en este apartado son imprescindibles para que anualmente España pueda dar respuesta a los requisitos de información internacionales. Dados los requerimientos de información existentes, según los cuales solo se podrá contabilizar aquello que pueda demostrar y justificar debidamente, es necesario conocer con el mayor grado de exactitud posible el carbono almacenado en los diferentes tipos de depósitos forestales, así como en los diferentes tipos de tierras, año a año. Por otra parte, con el objeto de cuantificar los cambios en el uso de la tierra, las herramientas cartográficas cobran una gran re-
Ismael Muñoz
3.3.-Productos de la madera El Reglamento LULUCF define los productos de la madera aprovechada como “todo producto maderero que haya salido del lugar donde se recolecte la madera”. La consideración de este depósito forestal, adicional a la biomasa viva y muerta, y a los suelos, implica reconocer que el carbono de la madera aprovechada en diferentes productos no retorna a la atmósfera inmediatamente, si no que queda almacenado en los mismos por un periodo de tiempo que varía dependiendo del tipo de producto. No tener en cuenta estos productos implicaría asumir la “oxidación instantánea”, es decir, considerar que la cantidad total de carbono almacenada en los productos de
madera aprovechada retorna inmediatamente a la atmósfera en el mismo momento de su extracción. El Reglamento LULUCF fija la contabilidad de los productos de la madera aprovechada en su artículo 9, donde establece tres categorías de productos a tener en cuenta: papel, tableros y madera aserrada. Además, para el cálculo del depósito de carbono contenido en estos productos se utilizarán funciones de degradación de primer orden y valores de semivida (número de años que tarda en reducirse a la mitad de su valor inicial la cantidad de carbono almacenada en una categoría de producto concreta)7. Se consideran unos valores por defecto de 35 años para madera aserrada, 25 años para los tableros y 2 años para papel (Anexo V del Reglamento). Otro aspecto de importancia relacionado con los HWP es que deben estar incluidos en el FRL. En relación con ello, el Anexo introduce un condicionante adicional, ya que en el cálculo del FRL hay que suponer una proporción constante entre la utilización de la biomasa forestal con fines energéticos y con fines de biomasa sólida: la documentada en el periodo de referencia 2000-2009.
Los productos de madera aprovechada son tenidos en cuenta en el Reglamento LULUCF como un sumidero de carbono. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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levancia, especialmente después de la publicación del Reglamento LULUCF, que establece que la información sobre cambios de uso de la tierra deberá ser geográficamente explícita. Con respecto a las fuentes de información forestal, el aspecto más importante a destacar es la necesidad de la repetición periódica de muestreos, para poder así disponer de datos sobre la evolución con el tiempo de los diferentes parámetros de medición. De esta manera, se pueden cuantificar las variaciones de los stocks, que es la información fundamental en la que se basa la contabilidad LULUCF para la estimación de emisiones y absorciones: si el stock de carbono aumenta supone una absorción, y si disminuye se computa como emisión. En este sentido, algunas fuentes de información forestal, que acumulan ya una larga serie histórica de datos, se han visto en la necesidad de adaptar sus metodologías y el diseño de sus muestreos a las nuevas necesidades de información relacionadas con el cambio climático. A continuación destacan las principales fuentes de información forestal que aportan datos anualmente al Inventario Nacional de GEI: 4.1.-Inventario Forestal Nacional El Inventario Forestal Nacional (IFN) es, sin duda, la principal y mejor fuente de datos con la que se puede contar para la estimación de la biomasa viva y muerta presente en nuestras masas forestales a escala nacional, así como su evolución en el tiempo. El IFN, que se encuentra en su cuarto ciclo, se realiza desde hace más de cincuenta años, y desde su segundo ciclo está formado por una muestra de parcelas permanentes situadas en una malla de 1 x 1 km; en el IFN3 se midieron más de 90.000. El carácter sistemático y continuo del Inventario, y la repetición de la medición de un alto porcentaje de parcelas, proporciona una información única a nivel nacional para la estimación del volumen de madera (m3). La transformación de este parámetro de medición en biomasa (t m s), y posteriormente en carbono (t C), se puede llevar a cabo mediante la aplicación para cada especie arbórea de coeficientes de expansión (BEFD), coeficientes raíz-vástago (R), y coeficientes de fracción de carbono (CF); o bien mediante la aplicación de ecuaciones alométricas, que relacionan parámetros como la altura y el diámetro de los pies directamente con su biomasa. La información del IFN se utiliza también para el desarrollo de modelos para estimar el crecimiento de los bosques. 4.2.-Mapa Forestal de España y su Foto Fija El Mapa Forestal de España (MFE), además de ser la base cartográfica del IFN, tiene gran utilidad como herramienta cartográfica de evaluación de cambios de uso del suelo en el marco del sector LULUCF. Un producto derivado del MFE es la Foto Fija, una actualización parcial del MFE cada tres años que analiza los cambios rápidos en la superficie forestal; desde su primera versión en 2009 se utiliza para informar en el NIR sobre la deforestación. 4.3.-Redes de Seguimiento de Daños en Bosques Las Redes de Seguimiento de Daños en Bosques, que a nivel nacional siguen activas en el marco del programa ICP-Forests, han encontrado una utilidad adicional a la que ya tenían para la evaluación del estado de salud de los montes españoles. Desde hace varios años se están aprovechando los muestreos anuales que se llevan a cabo en la Red de parcelas denominada Nivel I para tomar datos sobre los depósitos forestales de madera muerta y hojarasca (litter). Las necesidades de información son tan exigentes y apremiantes que no se puede esperar a completar los ciclos del IFN, que se alargan un mínimo de
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Toma de muestras de hojarasca en parcelas de la Red I
10 años. Por ello, se decidió utilizar esta red de parcelas, que aunque tiene un número limitado (620), su periodicidad de muestreo es anual. La combinación de datos procedentes de la Red de Nivel I, con mediciones anuales, y del IFN, con mediciones decenales pero en gran cantidad de parcelas en diferentes formaciones forestales, tienen un gran potencial de seguimiento de los depósitos de carbono. 4.4.-Estadística de Incendios Forestales Como se ha mencionado anteriormente los incendios forestales son una fuente de emisión de GEI dentro del sector LULUCF. Para poder cuantificarla, en España contamos con una robusta Estadística de Incendios Forestales desde 1968, alimentada por la información proporcionada por las comunidades autónomas, que aportan anualmente datos sobre la superficie quemada por especie, tipo de tierra….Esta información es una variable de entrada imprescindible para el cálculo de emisiones asociadas a los incendios. 4.5.-Anuario de Estadística Forestal El Anuario de Estadística Forestal aporta una gran variedad de información utilizada anualmente por el NIR. Son de especial relevancia los datos relacionados con repoblaciones forestales y productos madereros. En el caso de las repoblaciones y forestaciones de tierras agrícolas, la fuente de información son las comunidades autónomas, cuyos datos , clave y tremendamente valiosos, se recopilan en el Anuario y sirven como a su vez como fuente de información para el NIR. Adicionalmente, la información sobre productos de madera (HWP) se toma de FAOSTAT, que a su vez se nutre de los datos proporcionados por la unidad administrativa responsable de la elaboración del Anuario de Estadística Forestal. 5.-CONCLUSIONES Los compromisos de reducción de emisiones por parte de la UE y Estados miembros son cada vez más ambiciosos, lo que implica que la capacidad mitigadora de los bosque para combatir el cambio climático cobre una especial relevancia, ya que puede ser determinante en un futuro próximo para su cumplimiento, especialmente para alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo. 2020. N.o 76
La contabilidad de las absorciones atribuibles a los bosques se articula mediante una serie de normas contables consensuadas internacionalmente, que para el caso de la UE se han establecido adicionalmente mediante el Reglamento LULUCF. Tras su aprobación, los bosques adquieren un nuevo protagonismo en el ámbito del cambio climático, ya que por primera vez el sector LULUCF, en el que se encuentran integradas las tierras forestales, tiene compromisos propios de reducción de emisiones en la normativa europea: la deuda cero. Según las normas contables establecidas por el Reglamento, en las tierras forestales gestionadas no se contabiliza todo lo que se absorbe, ya que las absorciones se verán limitadas por un nivel forestal de referencia que se calcula, entre otros factores, en función de las prácticas forestales llevadas a cabo entre los años 2000 y 2009. Con el objeto de acreditar el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones hay establecidos, con periodicidad anual, unos requerimientos de información obligatorios. Los informes elaborados por los países tienen que justificar la información aportada de forma creíble y rigurosa. Para aportar los datos exigidos, son necesarias fuentes de información forestal de calidad, homogéneas, que posean largas series históricas, y que respondan a la necesidad de estimar las fluctuaciones de carbono de los diferentes depósitos en nuestros bosques. Los requerimientos de información son apremiantes y cada vez más exigentes, por lo que en ocasiones algunos muestreos relacionados con herramientas de información forestal clásicas tienen que rediseñarse para ajustarse a las nuevas necesidades de información.
NOTAS 1 Reglamento (UE) 2018/841, sobre la inclusión de las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero resultantes del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura en el marco de actuación en materia de clima y energía hasta 2030, y por el que se modifican el Reglamento (UE) n. o 525/2013 y la Decisión n. o 529/2013/UE, publicado en el DOUE el 19 de junio de 2018. 2 Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero por fuentes antropogénicas y su absorción por sumideros, según lo previsto en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto; y en el Reglamento (UE) 525/2013 para el seguimiento y notificación de emisiones de gases de efecto invernadero y otra información relevante para el cambio climático 3 Tierras forestales gestionadas son aquellas tierras cuyo uso notificado es el de tierras forestales que permanecen como tierras forestales. 4 Tierras forestadas son tierras cuyo uso notificado es el de cultivos, pastos, humedales, asentamientos u otras tierras, convertidas en tierras forestales; y tierras deforestadas son tierras cuyo uso notificado es el de tierras forestales convertidas en cultivos, pastos, humedales, asentamientos u otras tierras. 5 Reglamento (UE) 2018/841, artículo 2. 6 Los modelos forestales suelen estimar la biomasa. Es necesario transformar este dato en primer lugar en carbono y posteriormente en CO2 equivalente, mediante unos factores de conversión. 7 Las Guías de Buenas Prácticas de IPCC (International Panel Climate Change) establecen metodologías por defecto para el cálculo de este y otros depósitos del sector.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COP 25
C. Hernando, G. Gea, M. Guijarro, S. Mutke, N. Oliveira, J.C. Villar Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). Centro de Investigación Forestal (CIFOR)
Los bosques ante el cambio global De los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero surge la necesidad de “desfosilizar” nuestra economía y su modelo energético hasta 2050, en el contexto de la transición de nuestro modelo económico y sociedad en general bajo el marco de la emergencia climática. Pero también están presentes los retos demográficos, que a su vez pueden resultar en una “oportunidad forestal”, de la España vacía/vaciada y sus cambios de uso de suelo (LULUCF) asociados, que habrá que afrontar para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible Investigadores del Centro de Investigación Forestal (CIFOR) del INIA participaron en una mesa debate de la COP25, presentando algunos trabajos de investigación relacionados con los bosques ante el cambio global y realizando una breve reflexión conjunta sobre el estado de los bosques y sus servicios en un mundo cambiante. El cambio global supone un reto para la preservación de usos y aprovechamientos forestales, pudiendo llegar a estar amenazada la propia sostenibilidad de algunas especies en determinadas localidades. El aumento de la temperatura, unido a cambios en otros factores como el CO2 atmosférico en paisajes objeto de aprovechamientos desde hace siglos, deja una huella en la dinámica forestal que es necesario cuantificar y comprender. La región mediterránea ha sido identificada como punto caliente (hotspot) del cambio climático habiendo sufrido un aumento abrupto de la temperatura de 1,5 °C desde 1980 (Fig. 1). Los escenarios futuros sugieren un incremento mucho mayor en una atmósfera muy enriquecida en CO2. Este incremento en zonas con clima mediterráneo implicará grandes cambios en los ciclos del carbono y el agua, amenazando el desarrollo de las especies vegetales. Por todo ello, se necesita comprender cómo va a afectar a las especies forestales este clima más estresante en unos paisajes muy transformados. Es necesario desarrollar más conocimiento sobre cómo los procesos funcionales y las dinámicas forestales van a responder al cambio global, identificando dónde, cuándo y cómo se van a producir fenómenos de decaimiento y mortalidad acelerada en respuesta a cambios en las dinámicas de distintos factores abióticos (como clima o fuego) y bióticos (como hongos patógenos o insectos). Todo ello en relación al impacto que puedan tener estos
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Fig. 1. Perfiles de temperatura media diaria (MAT) y precipitación media anual (MAP) procedentes de 19 modelos climáticos en 77 localidades del Mediterráneo occidental para los escenarios RCP 2.6 y RCP 8.5 (adaptado de Gea-Izquierdo et al., 2017)
procesos sobre la sostenibilidad de los servicios directos e indirectos que proporcionan los bosques a la sociedad. En relación a los incendios forestales, las proyecciones sobre el aumento de la frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos relacionados con las temperaturas, como las olas de calor, y las sequías extremas, auguran incendios más intensos y más severos, así como un aumento en la duración de la estación de incendios. De hecho, en el último quinquenio se está produciendo, en distintas partes del mundo, un nuevo tipo de incendios, denominado por algunos autores como “megaincendios de sexta generación” y por otros como extreme wildfire events (EWEs). Estos incendios, estrechamente vinculados a condiciones climáticas extremas, sumado al aumento de bio2020. N.o 76
masa, resultado del abandono rural y de los aprovechamientos forestales, han llegado a alcanzar velocidades de avance del fuego sin precedentes (ej. 14.000 ha/h en Portugal en octubre de 2017). Bajo estas condiciones se explica el colapso de potentes dispositivos de extinción, quedando los incendios fuera de capacidad de extinción y provocando consecuencias devastadoras para la salud y seguridad de las personas y el medio ambiente, a la vez que sustanciales pérdidas económicas. La emisión de billones de toneladas de gases de efecto invernadero por la combustión de la biomasa y la pérdida de secuestro de carbono asociado, contribuyen notablemente al cambio climático. De acuerdo con varios estudios, el cambio climático está acelerando e intensificando los regímenes de los grandes incendios más rápidamente de lo esperado. Ante la gravedad de la situación, durante la última década se está dedicando un esfuerzo notable en la generación de conocimiento científico para enfrentarse a esta grave amenaza, pero se trata de un fenómeno muy complejo, por los numerosos factores implicados y sus interrelaciones, con incertidumbres ligadas a los procesos de cambio. En cualquier caso, la gestión integrada del fuego debe venir sustentada por una base científica sólida que contemple los aspectos medioambientales, económicos y sociales. En este panorama de múltiples retos de responder a unas condiciones nuevas, amenazantes e inciertas, no siempre será posible mitigar sus efectos modificando las técnicas selvícolas dentro del mismo modelo de gestión. Más que modificaciones puntuales como respuesta a cada amenaza concreta, está cambiando el marco conceptual de una calidad de estación, hacia una velocidad de cambios del medio abiótico y biótico que exigen flexibilidad adaptativa en la gestión para poder reaccionar a estos nuevos desafíos. Los efectos del cambio climático, podrían encontrar algunas soluciones recurriendo a la biomasa leñosa y dentro de ella la forestal como fuente de energía renovable. La clave reside en ofrecer una alternativa sostenible al uso de materias primas fósiles, no renovables, en el que se ha sustentado el desarrollo de la era industrial. En este contexto, las plantaciones forestales pueden constituir una relevante herramienta de mitigación local en el corto y medio plazo, así como una fuente de materia prima de extraordinario valor. Su establecimiento conlleva además importantes servicios ecosistémicos asociados, no suficientemente cuantificados. La madera procedente de plantaciones, manejadas con criterios de sostenibilidad constituye una materia prima renovable de gran relevancia, ya sea para la obtención de productos que contribuyen directamente al secuestro de CO2, para la obtención de bioproductos basados en las plataformas de la lignina
o la celulosa, o como fuente de bioenergía para uso térmico, eléctrico o como biocombustible de segunda generación. El establecimiento de cultivos forestales en alta densidad y corta rotación diseñados para el aprovechamiento completo de su biomasa leñosa, que generalmente procede de especies de crecimiento rápido, representa un recurso con una importante capacidad de gestión, en el tiempo y en el espacio, y aporta una necesaria complementariedad a otras fuentes en zonas donde su presencia sea viable. El material orgánico más abundante sobre el planeta es la lignocelulosa y su fraccionamiento ofrece una fracción concentrada de azúcares fermentables de los que se pueden obtener moléculas que sean intermedios químicos para la obtención de otros productos, así como biocombustibles sustitutivos de los obtenidos a partir del petróleo. Derivados de nano-celulosas se presentan como sustitutos en textiles o en ámbitos como la medicina. Embalajes obtenidos a partir de celulosa y de otros polisacáridos ya los hacen candidatos a sustituir a los de plástico. En definitiva, los compromisos de reducción de emisiones de gases efecto invernadero obligan a potenciar la bioeconomía rural mediante la promoción de energías renovables competitivas para alimentar de forma sostenible nuestra economía. Es necesario movilizar los recursos forestales disponibles como materia prima. Pero, es igualmente necesario enfocar la gestión de nuestros bosques como sistemas complejos adaptativos, mejorando su composición, estructura y dinámicas para aumentar su estabilidad, resistencia y resiliencia dinámica en un mundo cambiante que garantice el papel mitigador de las masas forestales para el futuro. Hay que optimizar la coproducción de recursos maderables y no maderables, así como los demás servicios ecosistémicos. Si la superficie forestal arbolada española ha aumentado un 50 % en medio siglo, es momento de afrontar su integración en la economía como fuente de riqueza y empleo, y potenciar su aportación al bienestar de la sociedad mediante una eficaz planificación y ordenación del territorio. Todo ello, desde una perspectiva de sostenibilidad y gestión dinámica adaptada al gran reto de mitigar los efectos negativos derivados del cambio global
Referencias Gea-Izquierdo G, Nicault A, Battipaglia G, Dorado-Liñán I, Gutiérrez E, Ribas M, Guiot J. 2017. Risky future for Mediterranean forests unless they undergo extreme carbon fertilization. Glob. Change Biol. 23: 2915–2927.
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OPINIÓN DE ACTUALIDAD / BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COP 25
Ricardo Ruiz-Peinado1,2, Eduardo López Senespleda1,2, Gregorio Montero3, José Antonio Lozano4 1 Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), Centro de Investigación Forestal (CIFOR) 2 Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (iuFOR), Universidad de Valladolid - INIA 3 Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF) 4 Director Parque Natural de El Alto Tajo. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
La fijación de carbono en los sistemas forestales del Parque Natural del Alto Tajo. Mejora y mantenimiento por parte de la gestión forestal Los sistemas forestales son fundamentales en la lucha contra el cambio climático dada su capacidad para secuestrar carbono atmosférico y almacenarlo tanto en la vegetación como en los suelos. Aunque, evidentemente, los bosques son sólo una parte de la solución de este problema, ya que los cambios tienen que venir a una escala mayor, nadie duda del importantísimo papel que juegan en el ciclo del carbono. A escala mundial, los bosques acumulan 891 Pg C con un reparto medio del 42 % en la vegetación, 44 % en los suelos (hasta 1 metro de profundidad), 5 % en la hojarasca del suelo y 8 % como madera muerta (Pan et al., 2011). Los mismos autores cifran en un tercio de las emisiones de C las fijaciones brutas de los sistemas forestales, sin embargo la gestión del uso del suelo y la degradación de los sistemas forestales hacen que las fijaciones netas se reduzcan hasta un 12-15 %. En los últimos años el conocimiento ha experimentado un gran avance, tanto a la hora de disponer de herramientas para contabilizar las cantidades de carbono en los distintos reservorios (por ejemplo, estrato arbóreo: Montero et al., 2005, Ruiz-Peinado et al., 2011, 2012; estrato arbustivo: Montero et al., 2013, Pasalodos-Tato et al., 2015) como para conocer el efecto que puede presentar en los mismos la gestión forestal (por ejemplo Ruiz-Peinado et al., 2013; BravoOviedo et al., 2015; Bravo et al., 2017; Ruiz-Peinado et al., 2017). Por tanto, a la hora de planificar es imprescindible disponer de información precisa sobre cantidades de carbono en los bosques y los distintos efectos a la hora de aplicar una gestión u otra. En esta línea, se ha realizado una colaboración entre el INIA y la
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Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para estimar el carbono existente en los sistemas forestales del Parque Natural del Alto Tajo, en los principales almacenes de carbono: vegetación (arbórea y arbustiva), suelos y hojarasca. La aplicación de modelos de estimación de biomasa arbórea a los datos de inventario procedentes del Tercer Inventario Forestal Nacional fue la base para la estimación, actualizada al año 2019 a partir de los crecimientos anuales. Para los restantes reservorios, el Centro de Investigación Forestal (CIFOR) del INIA cuenta con una gran base de datos que incluye información de biomasa arbustiva, de hojarasca y de carbono en suelos forestales, recogida en el marco de proyectos de investigación anteriores, que ha sido utilizada para la estimación de estos reservorios de carbono. Adicionalmente, se realizaron una serie de muestreos diseñados adhoc para la estimación de biomasa de matorral, hojarasca y suelos en aquellos ecosistemas forestales o zonas del Parque con baja representatividad en la base de datos del CIFOR-INIA. 25,19 MILLONES DE TONELADAS DE CARBONO EN EL PN ALTO TAJO El Parque Natural del Alto Tajo cuenta con una superficie de 172.609 ha, incluyendo la zona periférica de protección, de la cual un 77,2 % es terreno forestal arbolado y un 14,4 % está poblado por matorral o arbustedos (JCCM, 1999). Estos datos muestran el marcado carácter forestal que tiene este amplio terreno protegido. El Parque Natural cuenta con ecosistemas forestales muy productivos como pinares de pino laricio (Pinus nigra J.F. Arnold), albar (Pinus sylvestris L.) o negral (Pinus pinaster Aiton), que cuentan con gran 2020. N.o 76
Muestreo de hojarasca de Pinus pinaster
representación en el territorio (40 %, 19 % y 9 % del terreno arbolado, respectivamente). Pero también hay formaciones que vegetan en lugares bajo condiciones difíciles, como son los sabinares albares (Juniperus thurifera L.) con una gran importancia superficial (17 % del terreno forestal arbolado). En los últimos años se ha constatado que los sabinares se están densificando y aumentando su superficie al colonizar terrenos agrícolas abandonados, aumentando su superficie arbolada y por tanto los stocks de carbono. En cuanto a vegetación arbustiva, los sabinares rastreros, espinares mixtos y la asociación aulagar-espliegar son las más extendidas en el Parque (38 %, 15 % y 15 % del área cubierta por matorrales, respectivamente). El carbono acumulado por los sistemas forestales en el Parque Natural del Alto Tajo asciende a 25,19 millones de toneladas de carbono (año 2019). El reparto en los diferentes almacenes dentro del bosque es: vegetación 6,79 millones de toneladas de carbono (27 %), hojarasca 1,07 millones de toneladas de carbono (4 %) y suelo mineral
Zona del incendio de Checa: la zona no quemada y el rebrote de rebollo
El carbono acumulado por los sistemas forestales en el PN del Alto Tajo asciende a 25,19 millones de toneladas de carbono (año 2019). El reparto en los diferentes almacenes dentro del bosque es: vegetación 6,79 millones de toneladas de carbono (27 %), hojarasca 1,07 millones de toneladas de carbono (4 %) y suelo mineral 17,32 millones de toneladas de carbono (69 %).
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17,32 millones de toneladas de carbono (69 %). La densidad media de carbono fijado por la superficie forestal arbolada alcanza los 174 t C/ha: 51 t C/ha en la vegetación, 7 t de C/ha en la hojarasca del suelo y 116 t de C/ha en el suelo. En los terrenos poblados por especies de matorral el valor medio es 103 t C/ha: 8 t de C/ha en la vegetación, 2 t de C/ha en la hojarasca, y 93 t de C/ha en el suelo. Aunque la cuantificación ya es importante de por sí para conocer de manera adecuada los stocks de carbono, mucho más lo es realizar una estimación del potencial de secuestro. Así, el potencial de secuestro anual de carbono en la vegetación arbórea asciende a 142.935 t C/año. Esto supone un 2,1 % de lo existente en la vegetación. El valor puede parecer bajo, pero deben realizarse algunas consideraciones para ponerlo en contexto. En primer lugar existen masas que vegetan en condiciones bastante duras en el Parque, como los sabinares albares cuyo crecimiento es bastante lento además
Calicata
de extenderse en una superficie importante en el territorio (17 % del área arbolada). En segundo lugar, en un porcentaje muy alto se trata de ecosistemas forestales en edades maduras en las cuales los crecimientos son menores en comparación con las masas jóvenes. También se debe considerar que en muchos casos la gestión forestal ha sido bastante restringida desde los años 90 del siglo pasado, aunque ahora se intenta impulsar esa gestión tan necesaria. Las consecuencias de la reducida gestión forestal son bastante claras, encontrándose masas con espesuras excesivas que tienen un alto riesgo de perturbaciones en forma de derribos por nevadas o vientos, y acumulaciones de biomasa importantes que aumentan el riesgo de incendios forestales, de los cuales ya se cuentan dos importantes que afectaron al Parque (Riba de Saelices en 2005, que afectó parcialmente al Parque, y Chequilla en 2012). La gestión forestal conlleva un gran número de acciones beneficiosas para la fijación de carbono, con diversas opciones para ello (Del Río et al., 2017; Ruiz-Peinado et al., 2017). Con la gestión forestal no sólo se lograría una reducción del riesgo e intensidad de las perturbaciones, sino también un potencial aumento de las tasas de crecimiento en aquellas masas donde se haya producido un estancamiento del mismo. Con ello se podrían conseguir mayores incrementos de carbono así como de madera o biomasa, que podría ser aprovechada. Además de mitigar el cambio climático, se adaptarían las masas, que estarían en mejores condiciones frente a eventos de sequías, plagas, enfermedades u otras perturbaciones.
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Aunque la cuantificación es importante, mucho más lo es realizar una estimación del potencial de secuestro. El potencial de secuestro anual de carbono en la vegetación arbórea asciende a 142.935 t C/año. Esto supone un 2,1 % de lo existente en la vegetación
Derribos en Orea, junio 2018
En la lucha contra el cambio climático la mitigación debe ir de la mano de la adaptación, puesto que cuanto mejor estén preparadas las masas forestales contra el cambio climático, mayor será la importancia de las cantidades de carbono almacenadas. Y aunque una de las principales herramientas en ambos casos sea el control de la densidad (claras, clareos, resalveos) para mejorar las condiciones de las masas, obtener mayores crecimientos en los individuos que quedan en pie y mejorar las condiciones en las que vegetan, otras labores como las cortas de regeneración, plantaciones de enriquecimiento de especies, desbroces e incluso quemas prescritas no deben dejarse de lado. Todas ellas, aunque puedan suponer mantener menores stocks de carbono en la vegetación in-situ, ya que el suelo no se ve impactado de manera significativa (Mayer et al., 2020), van dirigidas a garantizar la permanencia de las masas forestales en el tiempo y a que cumplan los fines que a ellas se les requiere. En el caso del Parque Natural del Alto Tajo la persistencia y conservación de las mismas para el ocio y recreo, contemplación y paisaje, control de la erosión e importancia en el ciclo del agua y mantenimiento de la biodiversidad (entre otras) podrían identificarse como fundamentales, al estar situadas en un espacio protegido, pero no deben apartarse otras tan importantes históricamente en esta área protegida como el aprovechamiento tanto de productos de la madera (madera, leñas, biomasa) como no maderables (resinas, setas,...), lo que redunda directamente en la fijación de carbono, ya sea tanto creciendo dentro 2020. N.o 76
de la masa como en productos de la madera o emisiones evitadas al servir como biocombustible. Como hemos identificado anteriormente, la persistencia de la masa para cumplir todos los objetivos previstos es fundamental; así la defensa contra perturbaciones en general, aunque más concretamente contra los incendios que hacen decrecer los stocks de carbono y crecer las emisiones por su liberación, debe ser una de las líneas importantes tanto de la planificación como de la gestión. En zonas donde el riesgo de incendios sea muy alto reducir los turnos es una opción interesante a considerar, aunque las cantidades de carbono fijadas a final del turno sean menores. La creación de discontinuidades en la vegetación, tanto por la reducción de la carga de biomasa como por la rotura de la continuidad vertical dentro de las masas forestales debe ser complementada por otras actuaciones como el fomento de mezclas de diferentes especies arbóreas. La mezcla de especies aumenta la producción en un gran
número de casos, hecho que se ha comprobado en bosques mixtos europeos, con trabajos en España o con muestras en bosques españoles (Del Río y Sterba, 2009; Pretzsch et al., 2015, 2020; Riofrío et al., 2017), lo cual es también beneficioso desde el punto de vista de la fijación de carbono. Sin embargo, el fomento de la mezcla de especies o el enriquecimiento específico de masas forestales se plantea como un objetivo en la planificación a medio-largo plazo y en una escala superficial reducida en comparación con el tamaño del Parque. La vegetación actual del Parque Natural, en general masas regulares, monoespecíficas o con un subpiso de frondosas en algunos casos, y además envejecidas, y los riesgos que hay que afrontar contra el cambio global, van a dejar unas cuantas opciones selvícolas a aplicar. Pero, afortunadamente, existen experiencias y conocimiento científico-técnico para proteger y disponer de bosques saludables y productivos en el futuro.
Sabina rastrera en Orea
REFERENCIAS Bravo F, Del Río M, Bravo-Oviedo A et al. 2017. Forest carbon sequestration: The effect of forest management. In: Bravo F, LeMay V, Jandl R (Eds.) Managing forest ecosystems: the challenge of climate change. Springer, pp. 251-275. Del Río M, Barbeito I, Bravo-Oviedo A et al. 2017. Mediterranean pine forests: management effects on carbon stocks. In: Bravo F, LeMay V, Jandl R (Eds.) Managing forest ecosystems: the challenge of climate change. Springer, pp. 301-327. Del Río M, Sterba H. 2009. Comparing volume growth in pure and mixed stands of Pinus sylvestris and Quercus pyrenaica. Ann. For. Sci. 66: 502. JCCM. 1999. Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Alto Tajo. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Diario Oficial de Castilla-La Mancha 61, 24 de septiembre de 1999. Mayer M, Prescott CE, Abaker WEA et al. 2020. Influence of forest management activities on soil organic carbon stocks: A knowledge synthesis. For. Ecol. Manag. 466: 118127. Montero G, Pasalodos-Tato M, Montoto R et al. 2013. Contenido de carbono en la biomasa de las principales especies de matorral y arbustedos de España. VI Congreso Forestal Español, 10-14 junio de 2013, Vitoria. Montero G, Ruiz-Peinado R, Muñoz M. 2005. Producción de biomasa y fijación de CO2 por los bosques españoles. INIA, Madrid. Pan Y, Birdsey RA, Fang J et al. 2011. A large and persistent carbon sink in the world's forests. Science 333: 988-993
Aprovechamiento de madera en Orea
Pasalodos-Tato M, Ruiz-Peinado R, Del Río M et al. 2015. Shrub biomass accumulation and growth rate models to quantify carbon stocks and fluxes for the Mediterranean region. Eur. J. For. Res. 134: 537-553 Pretzsch H, Del Río M, Ammer C et al. 2015. Growth and yield of mixed versus pure stands of Scots pine (Pinus sylvestris L.) and European beech (Fagus sylvatica L.) analysed along a productivity gradient through Europe. Eur. J. For. Res. 134: 927-947. Pretzsch H, Steckel M, Heym M et al. 2020. Stand growth and structure of mixedspecies and monospecific stands of Scots pine (Pinus sylvestris L.) and oak (Q. robur L., Quercus petraea (Matt.) Liebl.) analysed along a productivity gradient through Europe. Eur. J. For. Res, doi:10.1007/s10342-019-01233-y Riofrío J, Del Río M, Pretzsch H et al. 2017. Changes in structural heterogeneity and stand productivity by mixing Scots pine and Maritime pine. For. Ecol. Manag. 405: 219-228. Ruiz-Peinado R, Bravo-Oviedo A, López-Senespleda E et al. 2017. Forest management and carbon sequestration in the Mediterranean region: a review. For. Syst. 26: eR04S. Ruiz-Peinado R, Bravo-Oviedo A, López-Senespleda E et al. 2013. Do thinnings influence biomass and soil carbon stocks in Mediterranean maritime pinewoods? Eur. J. For. Res. 132: 253-262 Ruiz-Peinado R, Del Río M, Montero G. 2011. New models for estimating the carbon sink capacity of Spanish softwood species. For. Syst. 20: 176-188
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
El Plan de Gestión de la trucha común de Castilla-La Mancha José Ángel García-Redondo Moreno Ingeniero Técnico Forestal. Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad. Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha
La trucha común (Salmo trutta) está declarada en Castilla-La Mancha como especie de interés preferente por su alto valor deportivo y ecológico. En 2019 se aprobó el Plan de Gestión de la Trucha Común en Castilla-La Mancha, como instrumento legal para su gestión y aprovechamiento sostenible, basado en el conocimiento científico y técnico. Sus objetivos básicos se encaminan a recuperar y mantener las poblaciones que habitan sus aguas trucheras y hábitats, preservar y mejorar, cuando sea necesario, la pureza genética, y gestionar su aprovechamiento deportivo de manera sostenible. Para ello el Plan analiza la situación de las poblaciones en la región; establece la planificación y las directrices para su gestión; contempla medidas y líneas de actuación complementarias, y determina su seguimiento durante el periodo de vigencia mediante indicadores para medir el grado de consecución de sus objetivos y el nivel de ejecución y eficacia de sus medidas. Palabras clave: especie de interés especial; plan de gestión; introgresión genética; caudales ecológicos; obstáculos.
INTRODUCCIÓN a Ley 1/1992, de pesca fluvial de Castilla-La Mancha, clasificó a las especies de la fauna acuática en distintas categorías, siendo una de ellas la de especies de interés preferente por su alto valor deportivo o significado ecológico y sean susceptibles de aprovechamiento, encomendando para ello al organismo competente de la Comunidad Autónoma la elaboración de los planes de gestión dentro de su ámbito territorial para la conservación y aprovechamiento de las especies declaradas de interés preferente.
L
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Los instrumentos normativos como la orden anual de vedas y los planes técnicos de pesca están subordinados a los planes de gestión, pero estos a su vez deben ajustarse a los planes de ordenación de los recursos naturales y a los planes de recuperación, conservación o manejo de especies amenazadas, y los organismos de cuenca deberían tenerlos en cuenta en la planificación hidrológica de sus respectivas demarcaciones. El Reglamento de la Ley publicado en 1994 desarrolló el contenido de los planes de gestión de las especies de interés preferente, y en tan solo dos 2020. N.o 76
meses la trucha común (Salmo trutta) fue declarada mediante una orden de la Consejería como especie de interés preferente, acordando el inicio del expediente de aprobación de su Plan de Gestión. Pero hubo que esperar casi 25 años para que por fin se publicase la orden finalmente aprobada. LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA TRUCHA COMÚN EN CASTILLA-LA MANCHA entro del área de distribución natural mundial de la trucha común, Castilla-La Mancha se encuentra situada en el límite sur, soportando unas condiciones ecológicas de mediterraneidad que circunscriben a la especie a las cabeceras y tramos altos de sus cuencas hidrográficas. Aún así, estas zonas suponen en torno a 3.200 km de cursos de agua permanentes (la cuarta parte de la región), distribuidos principalmente por las cuencas del Tajo, Júcar, Segura y Guadalquivir, pero también de manera muy reducida en las del Ebro y Turia. Es en estas aguas donde, por el momento, encuentra las condiciones adecuadas de calidad, temperatura y oxigenación. El carácter periférico de las poblaciones castellano-manchegas de trucha común conlleva densidades más bajas y variables que las situadas en las zonas centrales de su rango de distribución natural. El pequeño tamaño y el aislamiento prolongado de esas poblaciones han producido una baja diversidad genética dentro de ellas, así como una alta diferenciación genética entre ellas. Esto supone que se han producido adaptaciones locales entre las distintas poblaciones a sus hábitats, por lo que la preservación de la pureza genética es de vital importancia para la conservación. Sin embargo diversos factores adversos hacen que sus poblaciones sufran presiones, que suponen un riesgo en la conservación de esta especie y en su apreciado aprovechamiento deportivo. La alteración de las condiciones hidromorfológicas y de la continuidad de los cauces por la construcción de presas, azudes y otros obstáculos suponen uno de los principales impactos, ya que inciden enormemente en la calidad del hábitat y en la fauna acuá-
Medición de trucha común en muestreo
D
tica de la que se alimenta, además de fraccionar las poblaciones. Posiblemente sea la principal causa del mal estado de muchas poblaciones. La destrucción de la vegetación de ribera, la contaminación de las aguas por la ineficiente o incluso inexistente depuración de las aguas residuales en muchos núcleos de población (sobre todo en verano), y actividades industriales, mineras, agrícolas y ganaderas, impactan sobre todo
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en los tramos más bajos de las aguas trucheras. Al ser una especie muy apreciada para la pesca, la presión asociada a ella también ha pesado mucho en sus poblaciones, no solamente por la sobrepesca, sino por la introducción y mezcla de distintos linajes, como la trucha centroeuropea, y por la translocación entre poblaciones. También la introducción de especies exóticas invasoras como la tru-
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cha arcoíris (Oncorhynchus mykiis) o el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) pueden competir o desplazar a las poblaciones de trucha común. El cangrejo señal se ha extendido exponencialmente por la región en los últimos años de manera absolutamente deliberada, lo que ha producido no solamente la extinción de nuestro cangrejo de río autóctono sino tambvién un grave riesgo para la viabilidad de los frezaderos de trucha común y de otras especies autóctonas, al ser un voraz depredador de sus puestas. El cambio climático se suma a todas las alteraciones subyacentes, ya que la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas, la evaporación y la evapotranspiración, suponen una reducción de la escorrentía lo que afecta a los regímenes de caudales. A modo de ejemplo, en la cabecera de la cuenca del Tajo las aportaciones se han visto disminuidas en torno a un 40 % respecto a los registros anteriores a 1980. Esto supone una esperada regresión de los hábitats potencialmente favorables para la especie. OBJETIVOS DEL PLAN Los objetivos del Plan no persiguen otra cosa que la conservación de las distintas poblaciones naturales de trucha común para su aprovechamiento sostenible mediante la pesca y la preservación de la buena calidad de sus ecosistemas acuáticos. Se concretan 18 objetivos distintos que pueden agruparse en cinco principales:Recuperar y mantener la abundancia y la adecuada estructura de las poblaciones. – Preservar y recuperar, cuando sea necesario, el acervo genético entre las distintas poblaciones. – La gestión para el aprovechamiento sostenible de la especie fundamentado en el conocimiento científico y en el seguimiento de las poblaciones. – La restauración, recuperación y conservación de sus hábitats. – Poner en valor a la especie a través de la información, la participación y la difusión entre los pescadores, la población rural de su ámbito, y en general la sensibilización de la sociedad.
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Tabla 1. Distribución hidrográfica de poblaciones de trucha común en Castilla-La Mancha
Cuenca
N.º poblaciones
Extensión (km)
Extensión (%)
Tajo
26
1.724
52,4
Júcar
10
823
25,0
Segura
6
313
9,5
Turia
1
244
7,4
Ebro
1
103
3,1
Guadalquivir
3
84
2,6
Total
47
3.291
100
Tabla 2.Límites de las categorías de abundancia empleadas
Categoría de abundancia
Percentiles
Densidad (ind./ha)
Biomasa (g/m2)
Muy alta
80-100%
>1407
>9,4
Alta
60-80%
800 - 1407
5,3 - 9,4
Media
40-60%
419 - 800
2,8 - 5,3
Baja
20-40%
184 - 419
1,0 - 2,8
Muy baja
0-20%
<184
<1,0
POBLACIONES CASTELLANO-MANCHEGAS De acuerdo con el Plan de Gestión una población de trucha común es el conjunto de individuos de esta especie que coexisten en las mismas masas de agua y que se reproducen entre sí, y que está separada de otras poblaciones por algún tipo de barrera impermeable (es decir, que no puede ser franqueada en ambos sentidos). El Plan ha identificado 47 poblaciones de trucha común distribuidas entre las distintas cuencas (tabla 1). Estas poblaciones se clasifican por su abundancia en distintos periodos y tendencias, donde ha sido posible determinarlas. En todas las cuencas se observa una variabilidad de abundancias entre las distintas poblaciones (tabla 2), si bien la abundancia actual en la del Tajo y Júcar oscila de alta a muy baja, en el Segura de alta a baja, en el Ebro es alta, en el Guadalquivir baja y no hay datos para esta estimación en la cuenca del Turia; las abundancias muy altas de los periodos anteriores han desaparecido de todas las cuencas. El Plan determina el grado de introgresión genética detectada en la población, así como su evolución desde que se dispone de análisis genéticos (1993-2014), viéndose que las
poblaciones puras, sin introgresión genética nuclear detectada, se reducen a ocho de la cuenca del Tajo, dos en la del Júcar, la única del Turia y una de la cuenca del Segura. Las 35 poblaciones restantes presentan grados de introgresión genética nuclear de leves a severas, evaluada mediante el análisis del alelo LDH-C1*90, en las categorías, leve (frecuencia <10%), alta (10-30%) y severa (>30%). Por otro lado se recoge el estado del hábitat de las poblaciones de trucha común, evaluado mediante el estado ecológico en 2009 y 2015, las principales presiones e impactos y el régimen hidrológico, a partir de la información de los planes hidrológicos de cuenca. Toda la información recabada permite la caracterización de las poblaciones, mostrando para cada una de ellas su estado de conservación, los principales problemas que la afectan y las carencias de información. De esta manera se detectan 12 poblaciones que tienen un estado de conservación bueno, debido a que presentan unas abundancias medias o altas, introgresión genética nula o leve y un hábitat en buenas condiciones, sin alteraciones graves. Hay 13 poblaciones que tienen un estado de conservación regular debi2020. N.o 76
do a la introgresión genética que presentan, y cuyo estado sería bueno si atendiéramos únicamente al resto de factores: abundancia, viabilidad poblacional, hábitat, etc. En cuatro poblaciones el estado de conservación es malo al tener abundancias escasas, problemas de hábitat y una importante regulación hidrológica, en un caso también con introgresión severa (en las otras tres no hay estudios genéticos). En cuatro poblaciones no se ha podido evaluar el estado de conservación, ya que no se dispone de ningún muestreo de peces en ellas. Entre estas poblaciones, hay dos con buenas condiciones de hábitat por lo que es probable que exista en ellas una población en buen estado de conservación. Las otras dos poblaciones disponen de muy poca longitud fluvial, se encuentran constreñidas entre dos embalses cercanos y el hábitat está fuertemente alterado, principalmente debido a la regulación hidrológica de la presa de aguas arriba. Finalmente, en las restantes 14 poblaciones se ha evaluado el estado de conservación como regular, debido a problemas diversos, tales como la abundancia baja, la introgresión genética o las alteraciones del hábitat. El Plan estima cuáles debieron ser las poblaciones naturales originarias en Castilla-La Mancha sin tener en cuenta las actuales alteraciones inducidas por el hombre, pues las actuales 47 mucho tienen que ver con la fragmentación del hábitat y, por tanto, con la reducción del hábitat disponible para cada una de ellas. Se han considerado como condiciones originarias la situación de la especie a mediados del siglo XIX por dos motivos principales: la inexistencia en esa época de la práctica totalidad de presas actuales y el conocimiento bibliográfico (Madoz, 1845-1850) al menos de los lugares donde había presencia, teniendo en cuenta además los recientes estudios sobre la diversidad y estructura genética de las poblaciones de Castilla-La Mancha (Almodóvar et al., 2015). Las poblaciones originarias se reducen a 12 que agrupaban a las actuales 47. Algunas, como la del Tajo, reúnen 15 actuales, si bien otras originarias no están tan fragmentadas (tabla 3).
Tabla 3. Poblaciones originarias de trucha común en Castilla-La Mancha. Se indican las metapoblaciones que conformarían y las poblaciones actuales que engloban
Demarcación
Metapoblación originaria
Población originaria
JaramaHenares
Tajuña
Tajo
Tajo
Tajo
Ebro
Alto Salado
2
Alto Cañamares
3
Alto Bornova
4
Alto Sorbe
5
Sorbe-Beleña
6
Henares-Dulce
7
Alto Jarama
8
Medio Jarama
9
Alto Tajuña
10
Medio Tajuña
11
Alto Hoz Seca
12
Alto Tajo
13
Tajo-Peralejos
14
Tajo-Cabrillas-Gallo
15
Tajo-Ablanquejo
16
Solana
17
Ompólveda
18
Alto Guadiela
19
Guadiela-Hoz de Beteta
20
Alto Cuervo
21
Guadiela-Molino de Chincha
22
Guadiela-Santa Cristina
23
Guadiela-Alcantud-Vindel
24
Alto Escabas
25
Guadiela-Trabaque
26
Alto Pusa
Ebro
Jalón
27
Alto Mesa
28
Alto Júcar
29
Júcar-Almagrero-Valdemeca
30
Júcar-Villalba-Cuenca
31
Alto Cabriel
32
Cabriel-Víllora
33
Ojos de Moya-Contreras
34
Guadazaón
35
Cabriel-Hoces
36
Casas de Lázaro
37
Alto Jardín
Júcar
Guadalquivir
1
Pusa
Júcar
Segura
Población actual
Pusa
Júcar
Turia
N.º
Cabriel
Jardín
Jardín
Turia
Turia
38
Turia
Mundo
39
Alto Mundo
40
Alto Zumeta
41
Alto Taibilla
42
Taibilla-Turrilla
43
Alto Segura-Tus
44
Medio Segura
45
Alto Guadalimar
46
Salobre
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Escorial
Segura-Mundo
Guadalmena
Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
Segura
Guadalmena
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La diversidad natural de poblaciones de trucha es alta, con tres líneas claramente diferenciadas, denominadas Atlántica-Tajo, Adriática-Suribérica y Mediterránea-Ibérica. Estas líneas deben considerarse como unidades de conservación separadas, y además contienen una elevada diferenciación entre sus poblaciones que permite establecer diversas unidades de gestión. La Figura 1 muestra la evolución de la abundancia media de las poblaciones de trucha común en el conjunto de Castilla-La Mancha desde 1989 hasta 2016. Para cada año se muestra la densidad media y la biomasa media según los datos disponibles. Este resultado está sujeto a la heterogeneidad de los datos históricos disponibles, ya que la densidad y biomasa observadas en cada año es el promedio de las estaciones muestreadas ese año, que no son las mismas en todas las ocasiones. En términos generales, la tendencia media de toda la región ha sido descendente durante las últimas tres décadas, teniendo en cuenta que en el periodo 1999-2003 no hay datos debido a la escasez de muestreos suficientes. Las abundancias antes de ese periodo eran considerablemente mayores que después del mismo. Asimismo, en el periodo anterior a 1999 la tendencia descendente es más acusada, especialmente en cuanto a la densidad, que después de 2003. LA PLANIFICACIÓN Y LAS DIRECTRICES DE GESTIÓN l Plan de Gestión clasifica el hábitat potencial en cuatro tipos de tramos funcionales: – Tramos de máxima protección: Son aquellos que contienen poblaciones de trucha común de significado valor ecológico, científico o para la gestión, cuya viabilidad es incompatible con una extracción significativa de ejemplares por pesca. – Tramos de conservación: Son aquellos en los que existen poblaciones de trucha común en las que es viable la explotación por pesca sin afectar a su conservación. En todo caso, la explotación por pesca estará condicionada a
Fig.1. Evolución de la abundancia media de trucha común en Castilla-La Mancha en el periodo 1989-2016
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Fig. 2: Tramos funcionales en Castilla-La Mancha
la conservación y mejora de la población y del tramo. – Tramos en restauración: Son aquellos en los que las poblaciones se encuentran afectadas de forma reversible por alguna
circunstancia que no afecta a la viabilidad reproductiva, siendo factible su recuperación, o bien aquellos tramos que forman parte del hábitat potencial pero no se encuentran poblados de forma 2020. N.o 76
natural. En estos tramos la gestión de la pesca estará encaminada a la restauración de la población o al establecimiento de la especie. En el caso de introducirse la especie se evaluará previamente el impacto que pudiera tener sobre otras especies y hábitats nativos. – Tramos degradados: En el Reglamento de pesca fluvial de CastillaLa Mancha son llamados tramos de creación de oferta artificial de pesca. Son aquellos tramos en los que las poblaciones se encuentran afectadas de forma irreversible por alteraciones significativas del medio que afectan a su viabilidad reproductiva. En ellos la gestión de la pesca puede enfocarse en favorecer la creación de oportunidades artificiales de pesca, mediante repoblaciones y sueltas. Todas las aguas trucheras de la región se han clasificado en alguno de estos cuatro tipos de tramos funcionales, de acuerdo con una serie de criterios concretos, de manera que en términos generales en cabecera se sitúan los tramos de máxima protección y por debajo de ellos los tramos de conservación, ubicándose los tramos de restauración y los degradados a cualquier altura. El Plan, a su escala, no puede establecer modelos de gestión de detalle para cada cuenca o subcuenca, para lo que es preciso hacer estudios hidrobiológicos que reúnan y analicen información minuciosa que permita aplicar modelos de gestión a cada tramo. Sin embargo, sí establece criterios para dichos modelos de gestión: – Primando el mantenimiento y la mejora de las poblaciones naturales existentes y de su hábitat, sobre las técnicas de refuerzos poblacionales, repoblaciones o reintroducciones, aunque sin renunciar a ellos. – Limitando los regímenes especiales de pesca en los diferentes tramos funcionales, estableciendo la modalidad de pesca sin muerte (salvo reducidas excepciones recogidas en la Orden anual de vedas vinculadas a la actual actividad de la piscifactoría regional Rincón de Uña) y restringiendo los tipos de cebos, con anzuelo
simple desprovisto de arponcillo, en función del tipo de tramo funcional. – Se asigna la figura de “refugio de pesca” a determinados tramos clasificados de máxima protección en los que la introgresión genética actual es nula o muy leve, salvo en aquellos tramos en que la abundancia y estructura de la población permite una cierta presión de pesca, que se permitirá en todo caso de acuerdo a los condicionantes de máxima protección. Respecto a las directrices para la regulación de la pesca deportiva: – Con carácter general la pesca de la trucha común en Castilla-La Mancha se realizará en la modalidad de captura y suelta, dejando a la futura revisión del Plan de Gestión la evaluación de la posibilidad de desarrollar pesca con extracción en algunos tramos. – Se establece la época de veda durante el periodo de reproducción de la especie, en sentido amplio: desde las migraciones pre-reproductivas hasta la emergencia de los alevines de la grava. Se fijan periodos hábiles de pesca en función de la clasificación en aguas de alta o baja montaña, con deter-
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minadas restricciones que pueden afectar a tramos con condiciones desfavorables para la especie. – Los anzuelos deben ser sin arponcillo o muerte en todas las aguas trucheras, limitándose los cebos a mosca artificial, cucharilla (excepto tramos de máxima protección) y señuelos artificiales provistos de anzuelos simples (excepto tramos de conservación y de máxima protección). Con carácter general, podrá ser autorizado el uso de cebo natural de origen vegetal para la pesca de ciprínidos en la red de aguas trucheras, pero fuera de los tramos de máxima protección. – La red de seguimiento de las poblaciones de trucha común para el inventario periódico de las mismas, es fundamental para la aplicación del Plan, estableciendo una amplia distribución de estaciones permanentes clasificadas como prioritarias o complementarias. En la actualidad hay 112 estaciones de muestreo, de las que 80 son prioritarias y las 32 restantes complementarias. – En cuanto a las bases para la reintroducción de trucha común en el medio natural, el objetivo es recuperar poblaciones concretas que
Tramo de pesca sin muerte Hoz seca (Guadalajara)
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hayan sufrido extinciones locales o colonizar tramos de hábitat potencial que no estén ocupados por la trucha, o en poblaciones de muy baja densidad, siempre que se hayan corregido las alteraciones que la han deprimido y se pueda recuperar sin reiterar los refuerzos. En todos los casos las reintroducciones deben llevarse a cabo con ejemplares de la misma línea genética, sin introgresión genética o muy leve si no quedan ejemplares puros. – Toda la producción de trucha común se llevará a cabo en la piscifactoría regional Rincón de Uña, donde además se complementará con actuaciones de educación ambiental necesarias para la divulgación y concienciación a la sociedad. PRINCIPALES MEDIDAS Y LÍNEAS DE ACTUACIÓN COMPLEMENTARIAS Conservación y restauración del hábitat fluvial Dada la regulación artificial existente en la mayor parte de las aguas trucheras, la implantación de regímenes de caudales ecológicos a través de los planes hidrológicos de cada cuenca es básica para acometer una auténtica restauración, dada la importancia del régimen hidrológico en el adecuado funcionamiento del ecosistema fluvial y por tanto en el buen estado de los hábitats de la trucha común. A partir de aquí se plantean otras medidas como la restauración del espacio fluvial, la continuidad mediante un protocolo de actuación frente a obstáculos y la recuperación de la vegetación de ribera. Debe tenerse en cuenta la adaptación al cambio climático, incidiendo sobre las demandas para que sean sostenibles con el mejor estado posible de calidad del hábitat. Promoción de la pesca como actividad turística Se pretende fomentar la pesca deportiva de la trucha común como enriquecimiento para la economía de las zonas rurales, poniendo en valor su carácter nativo y salvaje, así como la riqueza y alto valor paisajístico de las zonas trucheras.
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Trucha común del río Henares (Guadalajara)
Educación Ambiental Plantea acciones para la sensibilización de la sociedad sobre la situación y gestión de la trucha común, mediante actividades y material divulgativo, aprovechando la red de infraestructuras regional y relacionando unos contenidos específicos que se adaptarán al tipo de público receptor de la información. Infraestructuras complementarias Describe las principales infraestructuras complementarias útiles para los objetivos del Plan de Gestión, esto es la Escuela Regional de Pesca Fluvial situada en la localidad de Uña (Cuenca) y los 16 centros de interpretación o de recepción de visitantes distribuidos en el ámbito de las aguas trucheras de la región. Coordinación entre administraciones públicas La coordinación con los organismos de cuenca es esencial para la aplicación del Plan de Gestión, pues muchas acciones fundamentales están ligadas a competencias de las confederaciones hidrográficas, en especial con los planes hidrológicos. También es necesaria la colaboración y coordinación con las comunidades autónomas limítrofes, tanto en normativa de gestión como en el desarrollo del conocimiento científico y técnico.
Normas, recomendaciones y orientaciones sectoriales Las actividades no asociadas a la pesca en el ámbito del Plan se clasifican según su nivel de impacto sobre las poblaciones de trucha común en las categorías de actividades incompatibles y actividades a regular, para las que establece limitaciones: acuicultura, cotos intensivos, selvicultura, vertidos de explotaciones agropecuarias, centrales hidroeléctricas, extracción de agua para riego, minería a cielo abierto, alteraciones morfológicas del cauce, dragados y refrigeración industrial. Además se especifican limitaciones en actuaciones selvícolas e hidrológicas y desinfección de equipos y embarcaciones. Protocolo de actuación en caso de fuerte estiaje Para los tramos que pueden verse afectados por fuertes estiajes se prevé un protocolo de actuación para la translocación de cantidades de truchas que puedan quedar atrapadas en pozas con riesgo alto de mortandad, así como el inventario de los tramos más susceptibles para su revisión periódica en periodo estival. Protocolo de actuación en caso de mortandades Se establece un protocolo para 2020. N.o 76
Muestreo con pesca eléctrica en el río Guadiela (Cuenca)
el caso de detectar mortandades de trucha por causas no naturales o desconocidas. Contempla la recogida de muestras y transporte a centro autorizado, toma de datos, medios necesarios e informe. Mejora del conocimiento e investigación Recoge las líneas principales de investigación para mejorar el conocimiento del estado de las poblaciones de trucha común, sus problemáticas y su gestión: – Mejora de las metodologías de muestreo de poblaciones. – Estudios hidrobiológicos de las cuencas que aún no los tienen. – Estudios específicos a nivel regional que permitan identificar los factores ambientales concretos que regulan la densidad y la biomasa en las poblaciones. – Análisis genéticos en las poblaciones de cabecera que todavía carecen de ellos. – Investigación específica para conocer con mayor precisión la época de freza de las poblaciones de trucha común de la región. – Estudios para estimar el grado de furtivismo y encuestas a los pescadores para obtener información acerca de aspectos relevantes de la demanda o presión de pesca.
– Completar el inventario de obstáculos transversales en cauces. – Estudios de diseño de régimen ecológico adecuado, de acuerdo a las metodologías establecidas en la IPH, para los tramos que no los tengan implantados. – Localización evaluación y control de poblaciones naturalizadas de trucha arcoíris. Transparencia e información al público Se contempla la publicación de información no sensible en la web oficial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: un resumen de la información generada en CastillaLa Mancha acerca de la gestión de la pesca de la trucha común; los estudios científicos y técnicos coordinados por el órgano gestor de pesca; así como la información y material disponible sobre la educación ambiental y oferta de pesca turística ligada a la trucha común. SEGUIMIENTO DEL PLAN, INDICADORES Y PRESUPUESTO odo plan conlleva la evaluación del alcance del cumplimiento de los objetivos planteados, del nivel de ejecución y eficacia las medidas programadas.Para cada uno de los 18 objetivos del Plan se proponen unos
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indicadores que permitan medir su grado de consecución. Para cada una de las medidas propuestas para la consecución de los objetivos del Plan de Gestión se establecen sus indicadores y el coste aproximado. El Plan de Gestión debe revisarse a los 10 años, plasmando una síntesis de las inversiones a realizar durante ese periodo de vigencia, así como su periodicidad y su distribución en el tiempo. En total el Plan prevé una inversión total de 1.244.500 €. Las inversiones se distribuyen fundamentalmente en: – El muestreo anual de la red de seguimiento y su mejora. – La realización de los estudios hidrobiológicos necesarios. – Estudios genéticos de las poblaciones que no lo tienen y revisiones de todas las poblaciones. – Estudios de freza, factores ambientales sobre las poblaciones, continuidad fluvial, impacto de especies exóticas. – Formación y educación ambiental. – Actuaciones de mejora del hábitat en riberas y frezaderos. – Control de especies exóticas invasoras. – Adecuación de accesos y actuaciones para facilitar el ejercicio de la pesca. También se prevé adelantar su revisión si durante la vigencia del Plan tiene lugar alteraciones significativas de las condiciones naturales que incidan directamente sobre el planeamiento previsto.
REFERENCIAS Almodóvar A, Elvira B, Nicola GG, Leal S. 2015. Determinación de la introgresión exótica y de la estructura genética de las poblaciones de trucha común en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Junta de Castilla-La Mancha. 2019. Orden 9/2019, de 25 de enero, de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, por la que se aprueba el Plan de Gestión de la Trucha Común en Castilla-La Mancha. Madoz P. 1845-1850. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Problemas recientes causados por insectos invasores en espacios verdes urbanos Xavier Pons Departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal Universitat de Lleida
En los últimos años están apareciendo insectos exóticos que ocasionan problemas a las plantas de los espacios verdes urbanos o a las personas que los utilizan. El movimiento de personas y mercancías puede contribuir a la expansión de algunos de esos insectos. Por otro lado, la profusión de las especies atacadas, así como la ausencia de enemigos naturales en los lugares de invasión, facilitan la proliferación de las poblaciones de los insectos invasores. En este artículo se dan a conocer cuatro casos de insectos fitófagos y uno de un insecto depredador que se han convertido en problemas al dañar a las plantas ornamentales de las zonas urbanas, causar molestias a los ciudadanos o afectar a la biodiversidad.
ORUGA DEL BOJ (Cydalima perspectalis) e trata de un lepidóptero de la familia Crambidae cuyos adultos son de color blanco con los márgenes de las alas con una franja marrón oscuro. Las orugas son de color verde con rayas longitudinales blancas y oscuras y tubérculos negros en cada segmento. Su origen es asiático. El primer registro en Europa data de 2007 en Alemania, desde donde se expandió por los países vecinos y el sur de Europa. Las primeras citas en España proceden de Cantabria y Galicia en 2013. Posteriormente se registró en Cataluña (2014) y en el País Vasco (2016), y después en Navarra, Baleares y Comunidad de Madrid. El insecto pasa el invierno en forma de oruga poco desarrollada, pro-
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tegida en una especie de capullo que construye con hojas jóvenes. En primavera las orugas salen de la invernación y comienzan a alimentarse de forma voraz de las hojas de boj. Tienen dos generaciones completas y una incompleta, que será la que dará lugar a las orugas invernantes. Las larvas se comen el follaje y provocan una defoliación extrema a la planta. Los daños más graves los producen las larvas durante el verano, cuando se desarrollan rápidamente. Defoliaciones continuas debilitan la planta hasta producir su muerte. Los daños son muy importantes en ecosistemas forestales. Esta plaga ha devastado muchos bosques de boj en el norte de Cataluña, y ya está afectando gravemente a otras regiones de España. En parques y jardines el daño 2020. N.o 76
es también importante, y pone en peligro muchos ajardinamientos con setos de boj. En las zonas afectadas es bastante habitual ver grandes vuelos de mariposas a finales de verano, que se concentran cerca de puntos de luz de casas de campo, pueblos y ciudades. El control es muy complicado: en bosques por la imposibilidad o dificultad de utilizar determinados medios de control; y en áreas urbanas por las restricciones o prohibición en el uso de productos insecticidas. Los enemigos naturales son escasos, pero se ha visto que en áreas urbanas el parasitoide de huevos Trichogramma sp. es capaz de parasitar con éxito puestas tempranas. También en jardines se ha comprobado la eficacia de los productos a base de Bacillus thuringiensis. EL PULGÓN DEL TULIPERO (Illinoia liriodendri) l tulipero de Virginia (Liriodendron tulipifera) es un árbol ornamental plantado en alineaciones y parques de diversas ciudades por su porte frondoso y sus características hojas y flores. En esos árboles está proliferando un pulgón muy específico, de origen norteamericano. Se caracteriza por el color verde amarillento y largos sifones oscuros en su mayor parte. Excreta una gran cantidad de melaza que da un aspecto brillante y pegajoso a las hojas infestadas, y ensucia el suelo y el mobiliario urbano. En España se detectó por primera vez en Cataluña en 2013, y a partir de entonces ha causado daños en ciudades como Barcelona, Lérida y Vic. Aunque la presencia del pulgón lleva asociada también la de diversos depredadores (coccinélidos, antocóridos, sírfidos, arañas, etc.) y parasitoides, éstos no son suficientes para su control. El control químico mediante endoterapia parece dar buenos resultados a corto plazo.
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EL CHINCHE DEL FRUTO DEL PLÁTANO (Belonochilus numenius) e trata de un hemíptero de unos 5 mm de longitud, de la familia Lygaeidae, de origen norteamericano. Su primer registro en Europa fue en Francia en 2008, y en ese mismo año se registró también en Barcelona.
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Posteriormente también hay citas en otras localidades de España. Este insecto no causa ningún daño a los plátanos ya que se alimenta de las semillas de su infrutescencia. Sin embargo, sus poblaciones pueden proliferar extraordinariamente y los insectos se introducen volando en las viviendas o caen de los árboles sobre las personas. En el año 2015 la abundancia de este insecto fue tan grande en Barcelona que los servicios municipales se vieron obligados a tratar con insecticida la mayor parte de los plátanos de 1. Cydalima perspectalis; 2. Oruga de C. perspectalis; 3. Colonia de Illinoia liriodendri con una larva de la ciudad. Desde entonsírfido depredador; 4. Halyomorpha halys; 5. Belonochilus numenius; 6. Harmonia axyridis. ces no ha habido otra situación comparable, aunque parece ser que mas que ocasiona son de tipo social, en los últimos dos años han aumenpuesto que en otoño los adultos, para tado los niveles de población. resguardarse del invierno, se refugian en el interior de las viviendas u otros EL CHINCHE MARRÓN edificios y forman aglomeraciones MARMOLADO de decenas de individuos. El control (Halyomorpha halys) contra este insecto es muy complicado por su movilidad, la gran cantidad s un hemíptero de origen asiático, de plantas hospedantes y la poca efide la familia Pentatomidae, de cacia de los insecticidas y las restricaproximadamente 1 cm de longitud. ciones para su uso en zonas urbanas. Su presencia en Europa data de 2004 en Suiza; posteriormente se registró LA MARIQUITA ASIÁTICA en Italia (2012), en Francia (2014) y (Harmonia axyridis) en España (2016) en la ciudad de Gerona. Es un insecto de gran moviste coccinélido es un depredador lidad, pero la mayor causa de expande pulgones muy eficiente en su sión es la actividad humana: se puede área de origen, el este asiático. Por esdesplazar en el interior de vehículos, to, fue importado a Estados Unidos y a en contenedores, equipajes, etc. Europa como agente de control biolóEs un insecto muy polífago que gico. El problema es que en los nuevos se alimenta del fruto de innumerables hábitats que coloniza entra en compeplantas. Puede causar daños de contencia con las especies autóctonas de sideración a cultivos extensivos (maíz) coccinélidos, y debido a su gran capay hortícolas (tomate, pimiento), pero cidad de adaptación, voracidad y falta los más importantes se producen en de enemigos naturales puede llegar frutales de todo tipo. Se alimenta aba desplazarlas, como ha sucedido en sorbiendo los contenidos celulares del diversos países de Europa y América. fruto, lo que da lugar al manchado de En la actualidad, H. axyridis se ha la epidermis y el suberizado de la pulpa. registrado principalmente en el noEn zonas urbanas se ha registrareste de la península ibérica, sobre do en más de 100 especies, pero no todo en las provincias de Gerona y causa daños importantes. Como en el Barcelona, con especial abundancia caso del chinche anterior los probleen espacios verdes urbanos.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Gestión fitosanitaria integrada de la ciudad de Aranjuez (2013-2018) Alberto Hurtado Hernández 1, Luis Hiernaux Candelas 2, Octavi Serra Calahorra 3 1 Ingeniero Técnico Forestal. Jefe de Equipo Técnico en INFFE, S. L. 2 Ingeniero de Montes. Director de INFFE, S. L. 3 Ingeniero Agrónomo. Técnico en INFFE, S. L.
Aranjuez es un municipio englobado dentro de un contexto sociocultural muy importante, ostentando la denominación de “Real Sitio y Villa de Aranjuez” desde que en 1560 así lo declarara Felipe II. Además su paisaje cultural está declarado como Patrimonio de la Humanidad desde el año 2001. Actualmente cuenta con 60.000 vecinos que se encuentran rodeados de un patrimonio arbóreo único, compuesto de casi 30.000 árboles de gestión municipal. Buena parte de este arbolado se distribuye en largas alineaciones que ofrecen una gran cobertura y sombra, y son un elemento clave de la vega del Tajo que hacen de verdaderos “conectores verdes” de la ciudad con sus jardines históricos, y ofrecen refugio a multitud de aves, murciélagos e invertebrados, entre los que destacan las mariposas. Estas arboledas aportan gran biodiversidad conformando un verdadero bosque urbano que va mucho más allá de su carácter ornamental. Además, Aranjuez cuenta con un excepcional catálogo de árboles singulares municipal, con 455 ejemplares protegidos.
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a gestión integrada de plagas y enfermedades en la jardinería de Aranjuez da absoluta prioridad a las prácticas y productos que generan menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Por este motivo, el Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento lleva años apostando por un profundo cambio, y ya en 2014 elaboró el Plan de Acción Local para el Uso Sostenible de los Productos Fitosanitarios, que marca los criterios a seguir. El Ayuntamiento de Aranjuez dispone de un programa de gestión que planifica las diferentes estrategias para abordar los tratamientos de control de plagas
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y enfermedades, sin emplear productos químicos de síntesis. En la gestión de la sanidad del arbolado de Aranjuez se emplean exclusivamente herramientas sin impacto para el medioambiente y respetuosas con la salud humana. Aranjuez tiene el compromiso de conservar y mejorar su infraestructura ecológica para que la naturaleza en la ciudad configure una auténtica red verde que beneficie a todos los ciudadanos. El Ayuntamiento se asegura de mantener y proteger los elementos vegetales y prevenir o cuidar las plagas y enfermedades específicas y más significativas de la vegetación, redundando en el bien estar físico y mental de sus vecinos. 2020. N.o 76
¿QUÉ ES LA GESTIÓN INTEGRADA DE PLAGAS? a gestión integrada de plagas consiste en el empleo de todas las técnicas de control disponibles, dejando como último recurso el empleo de productos químicos. El principal marco legislativo actual es el Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, que regula todo lo relacionado con esta materia, siendo las entidades locales las competentes.
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APUESTA POR EL “CERO FITO” DE ARANJUEZ. UN MODELO EJEMPLAR Y NOVEDOSO in embargo, el Ayuntamiento de Aranjuez ha querido ir más allá, y desde el año 2014 en el municipio no se aplica con cañón, mochila o pulve-
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rizadora ningún producto químico de síntesis. Se ha seguido el ejemplo de Francia, país pionero en gestión fitosanitaria, donde desde el 1 de enero de 2017 quedó prohibido el empleo de productos fitosanitarios en los espacios verdes del Estado, bosques y caminos abiertos al público, a través de la Ley sobre transición energética para el desarrollo verde de 17 de agosto de 2015. En ella, quedan autorizados los productos utilizables en agricultura ecológica, los productos de control biológico y aquellos calificados como de bajo riesgo. Para lograr mantener la calidad de las arboledas de Aranjuez, el Departamento de Parques y Jardines lleva a cabo múltiples tareas: ACTUACIONES RUTINARIAS EN ARANJUEZ • Determinación de plagas cla-
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ve (key pests). En el caso de Aranjuez éstas son: el pulgón del olmo (Tinocallis saltans), de la catalpa (Aphis gossypii) y del tilo (Eucallipterus tiliae); la galeruca (Xanthogaleruca luteola) del olmo; y la araña del tilo (Eotetranychus tiliarum). Su seguimiento continuo permite valorar las poblaciones y su distribución espacio-temporal, determinar el momento óptimo, seleccionar las zonas para su tratamiento y valorar su eficacia. • Empleo de papeles hidrosensibles para cuantificar objetivamente la melaza del pulgón. • Abandono de calendarios preestablecidos y tratamientos preventivos • Revisiones periódicas por parte del asesor fitosanitario para la detección precoz de cualquier problema y su valoración.
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• Empleo de una escala de grados de infestación (mediante clases de daño) para la cuantificación objetiva y sistemática de las distintas afecciones facilitando la toma de decisiones al gestor. • Establecimiento de umbrales de intervención, definiendo en cada caso el valor a partir del cual un insecto o enfermedad se considera perjudicial. • Intensificación del empleo de otras técnicas alternativas a los tradicionales tratamientos como: - Utilización de trampas de feromona o atrayentes cairomonales para determinadas plagas. - Priorizar la eliminación manual de bolsones frente a otras técnicas. - Control biológico: liberaciones periódicas de enemigos naturales conocidos y autóctonos (depredadores y parasitoides). - Empleo de hongos antagonistas y/o fitofortificantes para luchar contra enfermedades del arbolado. - Instalación y seguimiento de cajas refugio tanto para aves como para quirópteros. - Realización de cursos de formación específica dirigidos al personal del ayuntamiento. Gracias a esta gestión en Aranjuez no se utilizan productos químicos de síntesis para el control de plagas y enfermedades. La gama de productos empleados son de origen natural, presentan un perfil toxicológico muy
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El empleo de clases de abundancia y el monitoreo periódico de las distintas afecciones son los pilares fundamentales que garantizan el éxito, permitiendo anticiparse al daño
bajo (son respetuosos con la fauna auxiliar y con las abejas) y no dejan residuos. Además potencian en la planta mecanismos de autodefensa frente a agresiones parasitarias. LA NECESIDAD DE COMUNICAR lo largo de estos años ha ido cobrando una mayor importancia la necesidad de transmitir correctamente el mensaje al usuario final: el vecino y el visitante. Para ello se han realizado las siguientes actuaciones: • Estudio estadístico del histórico de quejas ciudadanas al Departamento de Medio Ambiente. Ello posibilita dirigir futuras campañas de divulgación y educación ambiental adaptándolas para cada grupo de edad y nivel formativo. • Realización de campañas mediante la edición de carteles, folletos, jornadas e intervenciones en prensa y redes sociales, que contribuyen a un mayor conocimiento y
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respeto del usuario por su patrimonio arbóreo. CONCLUSIONES ranjuez es un municipio pionero y ejemplar en la gestión fitosanitaria integrada de sus espacios verdes. La inclinación de la balanza hacia la lucha biológica, así como hacia otros medios de defensa fitosanitaria, ha sido fundamental para restablecer el equilibro y prescindir de los tratamientos tradicionales en pro de los beneficios del usuario. El empleo de clases de abundancia y el monitoreo periódico de las distintas afecciones son los pilares fundamentales que garantizan el éxito, permitiendo anticiparse al daño. Las campañas de comunicación han demostrado ser una herramienta imprescindible para cambiar la percepción de la ciudadanía, que cada vez es más tolerable frente a la presencia de insectos, destacando los aspectos beneficiosos de los mismos. Las tareas de control biológico se encuentran ya totalmente integradas en la gestión ordinaria de la ciudad, y quedan lejos de ser actuaciones puntuales o experimentales. El control de las nuevas plagas emergentes (polilla del boj o taladro de las moreras) serán los retos a abordar durante los próximos años. Aranjuez es una ciudad modelo en la que fijarse a la hora de manejar los problemas fitosanitarios derivados de la presencia de arbolado y que cumple con el objetivo “cero fito” desde hace varios años.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
La determinación de la calidad de corcho. Plan de Calas del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (ICMC) del CICYTEX Ramón Santiago Doctor ingeniero de montes del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal - CICYTEX
LA CALIDAD DE CORCHO. ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS l corcho es un material único, con propiedades físicas, químicas, biológicas y organolépticas únicas. La conjunción de todas ellas hace que sea un material insustituible para tapar las botellas de vino. Especialmente importantes son: - Ligereza - Facilidad de manejo - Elasticidad - Contribución organoléptica positiva al vino - Alta impermeabilidad - Bajo contenido en agua - Elevado coeficiente de rozamiento - Material escasamente deteriorable por vía biológica
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Además, los tapones son, en general, los productos que más incrementan el valor de una partida de corcho. La aptitud para el tapamiento es por lo tanto la base para establecer la calidad del mismo.
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Una clasificación resumida de los tipos de corcho que nos podemos encontrar, en función de su aptitud para producir unos tapones u otros, podemos observarla en el gráfico, con cinco clases de calidad, y donde se observa que hay dos parámetros fundamentales que determinan la calidad de corcho: el calibre y el aspecto. El calibre de una plancha de corcho determina el diámetro de los tapones que se pueden obtener de ella. Los tapones naturales de corcho para vinos tranquilos suelen tener 24 mm de diámetro. Para poder obtener tapones con este diámetro es necesario como mínimo un calibre de 29,25 mm en la plancha de origen, para que al penetrar la gubia en ella tenga la holgura suficiente. La unidad de medida del calibre más usual en la industria preparadora de corcho es la línea, que equivale a 2,25 mm; los 29,25 mm equivalen a 13 líneas, calibre mínimo para hacer tapones naturales de 24 mm. En el gráfico los calibres están indicados en líneas. Si 2020. N.o 76
Tapón natural
Bueno
Tapón cava
T. colmatadao
Flaco
T. I + I
T. técnico T. aglomerado
Delgado
Suelos y aislamientos
Grueso
Refugo
Cuadro de clasificación resumida del corcho en cinco clases, con indicación de los principales destinos en la industria
una plancha tiene menos de once líneas, equivalentes a 24,75 mm, no se pueden obtener de ella tapones, pero sí discos o arandelas si presenta el aspecto adecuado. Si una plancha tiene menos de ocho líneas (18 mm) se destina a trituración para hacer granulado de corcho. El aspecto está determinado por un conjunto de propiedades (color, densidad, elasticidad, porosidad, presencia o ausencia de alteraciones...) que determinan la idoneidad del corcho para ser utilizado en tapamiento. Cuanto mejor sea el tapón obtenido de un determinado tipo de corcho, menor será su grado de aspecto, de forma que el aspecto 1 es el mejor. Luego va descendiendo sucesivamente la calidad hasta el aspecto 7 y el refugo, de donde no se pueden obtener tapones de corcho natural, y cuyo destino es la trituración. La clase rodeada por una línea verde, el corcho “bueno”, es la más apreciada por la industria taponera, pues de ella se obtienen los tapones de corcho natural, los más valorados
y mejor pagados por la industria del vino. También es bastante apreciada la clase rodeada por una línea fucsia, el corcho “delgado”, de donde se obtienen los discos y arandelas para tapones de cava y tapones 1+1. Menos apreciada es la clase rodeada por una línea azul, el corcho “grueso”, pues aunque de ella se obtienen tapones naturales y de dimensiones especiales, también resulta un porcentaje mayor de desperdicio, pues solo se puede picar una fila de tapones en cada rebanada. La clase rodeada por una línea naranja, corcho “flaco”, es de la que se obtienen los tapones colmatados. La clase menos valorada es la rodeada por una línea roja, el “refugo”, de la que se obtiene granulado de corcho con el que se fabrican tapones aglomerados, mangos de tapones de cava y de tapones 1+1, tapones técnicos (aglomerados de corcho tratado) y también otras manufacturas: parqué, aislantes, juntas de motores, calzado, artículos de decoración, aislamiento de naves espaciales...
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En una primera aproximación a la calidad de una partida de corcho, mayor será su calidad cuanto mayor sea el porcentaje de corcho de las clases más apreciadas (bueno y delgado), y menor, cuanto mayor sea el porcentaje de corcho de las clases menos apreciadas (refugo y flaco). La industria española de primera transformación clasifica normalmente el corcho preparado en nueve clases en función de su destino en la industria de segunda transformación. Para poder establecer con precisión la calidad de una partida de corcho, el Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal del CICYTEX estableció en el año 1993 un índice denominado “Q”, en clara referencia a la calidad. Este índice se calcula atribuyendo a cada una de las clases Q1 a Q9 un valor en función del precio que tuvo esta clase en el mercado de corcho de San Vicente de Alcántara en el año 1993. El índice Q de una partida de corcho se obtiene multiplicando el valor asignado a cada una de las nueve clases de corcho por el tanto por uno de cada clase en la partida, respectivamente. El índice Q permite hacer un tratamiento estadístico de la calidad de corcho. Por ejemplo, se puede calcular la media de la calidad de corcho de un determinado año en Extremadura, la media de una comarca a lo largo de varios años, la evolución de la calidad de corcho de Extremadura a lo largo del tiempo... Otra de las posibilidades que ofrece el índice Q es planificar los muestreos de la calidad de corcho. Los muestreos permiten hacer una estimación de una determinada variable, midiendo solo una pequeña cantidad de individuos de la muestra. Así, en un alcornocal que tuviera 3.000 alcornoques basta con estimar la calidad de 75 de ellos, y no es necesario evaluar la de todo el corcho de estos árboles: con tomar una muestra de cada uno de ellos es suficiente. Para planificar el muestreo se aplica la teoría estadística de muestreos, y concretamente la teoría de muestreo de poblaciones infinitas. Hay que tener en cuenta que, por término medio, en un alcornoque se pueden sacar unas 200 calas de corcho (datos medios de
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Extremadura); y en ese alcornocal de 3.000 árboles habría 600.000 calas, un número tan elevado que a efectos prácticos, y para las fórmulas de los muestreos, se considera infinito. Normalmente en los inventarios de calidad de corcho sería suficiente con extraer 75 muestras para asegurarnos que el error que cometemos al estimar el índice Q es inferior al 15 %. Solamente en casos con una variabilidad grande serían necesarias más muestras para acotar el error; sin embargo, la dificultad de toma de muestras en campo hace que se haya aceptado, por la mayor parte de los organismos que hacen muestreos de la calidad de corcho, que para un servicio de estimación de la calidad de corcho en campo, 75 muestras son suficientes. Hay que tener en cuenta que en una hora de trabajo de un equipo de campo se vienen a tomar unas 15 muestras de corcho (además de los datos que suelen tomarse de cada árbol y del sitio); teniendo en cuenta el tiempo de desplazamiento, descanso para comer, y preparación de las muestras cuando se llega al laboratorio, la jornada de campo llega a diez horas con estas 75 muestras. ESTIMACIÓN DE LA CALIDAD DE CORCHO EN ÁRBOL Trabajos de campo Hay dos alternativas para realizar un muestreo de la calidad de corcho en árbol. En general, y siempre que haya una densidad suficiente de alcornoques (unos 20 pies por hectárea), se practica un muestreo por parcelas. Si la densidad de alcornoques no es suficiente, o la densa vegetación impide el replanteo de las parcelas, se hace un muestreo por itinerario. Muestreo por parcelas. En este tipo de muestreo se replantean sobre el terreno cinco parcelas de radio variable, que incluyen los 15 árboles más próximos al centro de cada una de ellas; en total se muestrean 75 árboles. Se da la paradoja de que sea cual sea el tamaño de la finca y la cantidad de corcho que produzca, esta cantidad de árboles muestreados nos permite estimar la calidad de la partida de corcho con un error menor del 15 % en el 90 % de las ocasiones;
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Muestreo por parcelas de radio variable, de 15 árboles cada una
Muestreo por itinerario, donde los árboles muestreados están señalados con un círculo rojo
por lo que la generalidad de muestreos de calidad de corcho que hacen instituciones oficiales toman al menos 75 muestras. Muestreo por itinerario. En este tipo de muestreo se realiza un recorrido de la zona a muestrear, y generalmente a intervalos regulares preestablecidos se muestrean los árboles que correspondan hasta totalizar 75. Tanto en el muestreo por itinerario o el muestreo por parcelas se procede de forma muy similar una vez llegados al alcornoque que se va a muestrear:
1. Se elige la zona del alcornoque donde estimar la calidad de corcho. En el caso de itinerario, se toma la cara del árbol que observamos al llegar, a 1,30 m de altura desde el suelo; en caso de parcelas, se toma la cara del árbol que mira hacia el centro de la parcela, también a 1,30 m de altura del suelo. 2. Se toma una muestra de corcho (cala) con la ayuda de un hacha corchera. Las medidas de la cala son unos 12 x 12 cm aproximadamente. 2020. N.o 76
Ejemplo de informe de calidad de corcho del Instituto C.M.C. - CICYTEX
3. Se anota un código en la cala (números correlativos de 1 a 75) en el caso de itinerario, o parcela (A, B, C, D y E) y número de árbol (1-15) en caso de muestreo por parcelas (por ejemplo A12 sería el árbol 12 de la parcela A). 4. Se guarda la cala en una saca o mochila. 5. Se toman datos adicionales del árbol muestreado, fundamentalmente: a. Coordenadas geográficas: mediante dispositivo GPS. b. Datos dasométricos: circunferencia a la altura del pecho y altura de descorche como mínimo, ya que ambos parámetros nos permitirán estimar el peso de corcho producido por cada árbol. c. Datos fitosanitarios: afección por plagas y enfermedades. d. Datos selvícolas: calidad de la podas y los descorches. En el caso de realizarse muestro por parcelas, una vez muestreados los 15 árboles de la parcela, se pueden tomar datos adicionales de la masa:
Ejemplo de informe de calidad de corcho del Instituto C.M.C. - CICYTEX
- Densidad (pies/ha), área basimétrica (m2/ha), altura dominante, valoración de la regeneración, tipo de vegetación y otros. Una vez muestreados los 75 árboles, se pueden tomar datos del conjunto de la explotación: - Carga ganadera, valoración de la selvicultura practicada... Trabajos de gabinete Los datos de calidad de corcho tomados en campo son volcados del dispositivo GPS a un ordenador, y mediante una hoja de cálculo específica se realiza un informe sobre la calidad de corcho en el que se ofrezcan los principales datos respecto a la calidad de corcho: porcentajes de corcho de las diferentes clases, índice de calidad Q, histograma de calibres, principales alteraciones del corcho; con ellos, la base de datos de los muestreos del Instituto permite comparar la calidad de cada partida con las calidades medias de la zona y de la región. El conocimiento de la calidad de corcho por parte del propietario le permite acceder a un mercado bas-
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tante opaco en general (la inmensa mayoría de las transacciones son privadas) con mejores opciones, pues si tiene conocimiento de los precios medios de su zona y conoce dónde se sitúa la calidad de su partida con respecto al resto de su comarca puede establecer un precio de venta más ajustado. Para un comprador de corcho, tener la oportunidad de visitar la suberoteca del Instituto C.M.C.-CICYTEX, que es donde se almacenan las muestras de corcho obtenidas en campo le permite comprobar la calidad de varias fincas (todas las que se hayan muestreado hasta ese momento), poder dirigir su compra hacia el tipo de partida que busca y ofrecer un precio de compra ajustado. El informe de calidad de corcho puede ser completado con los datos selvícolas tomados en campo en forma de informe selvícola donde se resuman las cifras claves de la gestión del alcornocal muestreado y se realicen una serie de recomendaciones específicas para este alcornocal en aras de la gestión sostenible del mismo.
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
Los sistemas de gestión forestal basados en una cubierta forestal continua o sistemas CCF José Javier Gorgoso Varela1; Rafael Alonso Ponce1,2; Iñigo Lizarralde Torre1,2; Francisco Rodríguez Puerta2,3 1 Föra forest technologies S.L. 2 Universidad de Valladolid-INIA 3 Universidad de Valladolid
Los sistemas de cubierta forestal continua o CCF (continuous cover forestry) promueven la selvicultura conocida como “próxima a la naturaleza”, y están basados en principios como la creación y la permanencia de una estructura irregular para la masa forestal mediante tratamientos selvícolas como las cortas de selección individual o entresacas, normalmente pie a pie pero otras veces también por bosquetes. La ausencia de tratamientos selvícolas en muchas masas naturales del noroeste de España ha provocado su abandono desde el punto de vista del aprovechamiento comercial de sus productos maderables. La aplicación de sistemas CCF es muy recomendable en zonas de elevada pendiente y en masas con elevado valor ecológico, paisajístico o recreativo. En este artículo se hace una introducción a los sistemas CCF, se describen sus principales ventajas e inconvenientes, se describe en detalle método BDq, ampliamente empleado en muchas partes del mundo, se indican diversos lugares donde se aplica esta selvicultura y finalmente se dan unas directrices sobre las transformaciones de masas regulares gestionadas mediante sistemas RFM (rotation forest management) a sistemas CCF. Palabras clave: sistemas CCF; método BDq; masas irregulares; transformación
INTRODUCCIÓN E HISTORIA DE LOS SISTEMAS CCF os sistemas CCF, de cubierta forestal continua, “próximos a la naturaleza”, “holísticos” o “ecológicos” plantean la permanencia de la cubierta forestal durante la fase de regeneración de la masa, con la consiguiente eliminación de las tradicionales cortas a hecho en favor de otros tratamientos selvícolas como por ejemplo las cor-
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tas de entresaca pie a pie (Mason et al., 1999; Gadow, 2001). Según estos autores, los sistemas CCF están caracterizados por “evitar la corta a hecho de superficies cuya anchura sea mayor de dos veces la altura de los árboles sin mantener ningún ejemplar maduro”. De acuerdo con Davies et al. (2008), los sistemas CCF incluyen un conjunto de métodos selvícolas que incluyen cortas selectivas como 2020. N.o 76
F. Cruz Masa mixta irregular de pino-encino en Durango (México)
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las entresacas y podrían considerarse también los aclareos sucesivos con regeneración natural simultánea. Los debates que se plantean hoy en día sobre la potencialidad de los CCF son la continuación de las discusiones sobre los beneficios que proporcionaban los tipos de masa regular o irregular, cuando la selvicultura que promueve a estas últimas comenzó a aplicarse en Europa a mediados del siglo XIX (Mason et al., 1999). Por ejemplo, el término continuous cover se ha unido con el término alemán dauerwald o continuous forest que fue acuñado en las décadas de los años 1920 y 30 (Helliwell, 1997) y ha sido ampliamente discutido en países como el Reino Unido durante las decádas de 1950 y principios de los 60 (Mason et al., 1999); en ese país se creó en 1991 el Continuous Cover Forestry Group (CCFG). En Francia estos sistemas son también bastante empleados y conocidos como sylviculture irrégulière, continue et proche de la nature (SICPN). Igualmente, el término continuous cover forestry debería formar parte de manera creciente en las discusiones sobre la gestión forestal en muchas zonas de España, entre ellas Galicia y Asturias, donde hay importantes superficies de bosque que tradicionalmente no han sido gestionadas y que tienen una estructura irregular que se corresponde con masas naturales. Algunos ejemplos de esas masas naturales son los hayedos (Fagus sylvatica) y el bosque mixto asturiano y también amplias superficies de los robledales de roble común (Quercus robur) y rebollo (Quercus pyrenaica) de Galicia. Para estas especies gallegas un análisis de las distribuciones diamétricas de las parcelas del Tercer Inventario Forestal Nacional (IFN3; MAGRAMA, 2007) indica unas proporciones muy similares del número de masas regulares (40 % de las parcelas), semirregulares (25 %) e irregulares (35 %). Estos datos dan idea de la potencialidad que tienen estos sistemas en estas regiones. El interés de los CCF se debe a que se adaptan perfectamente a las actuales demandas que la mayoría de las sociedades desarrolladas plantean sobre sus bosques, es decir, la valoración de aspectos medioambientales, recreativos y estéticos,
Masa mixta irregular de pino-encino gestionada por el MMOBI en Durango (México)
considerados tan importantes o más que el tradicional aprovechamiento de madera, que muchas veces acarrea la corta de grandes superficies arboladas y genera importantes cambios en el paisaje y en los hábitats. La aplicación de los sistemas CCF no suponen el abandono de la gestión forestal ni de la producción maderera, ya que la corta de árboles y el aprovechamiento de su madera es esencial en estos sistemas para manipular la estructura de la masa y promover la regeneración natural, lo que a su vez renueva
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la masa y reduce los costes de conseguir el objetivo múltiple para los bosques (Mason et al., 1999). PRINCIPIOS DE LOS SISTEMAS CCF unque la mayoría de los ecosistemas forestales del mundo están dominados por masas irregulares de especies mixtas, la práctica y la teoría de la gestión forestal se ha centrado casi siempre en el desarrollo de monocultivos para suplir las demandas de madera a un bajo coste. Sin em-
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VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LOS SISTEMAS CCF os bosques irregulares tienen una estructura diversa, con árboles grandes, medianos y pequeños de una o varias especies que aparecen en distintos estratos, lo cual les otorga un aspecto que recuerda al ecosistema original natural, apreciado por mucha gente (Schütz et al., 2012). Los sistemas CCF producen ingresos con más frecuencia, minimizan los costes de regeneración y mantienen la variedad de hábitats, lo que favorece a la fauna; por ello a menudo son preferibles (Schütz et al., 2012). Esta diversidad estructural también les confiere una elevada resistencia contra factores meteorológicos adversos como los fuertes vientos o las nevadas. Los bosques gestionados de esta manera presentan una cubierta continua, reduciendo los problemas causados por la erosión y las pérdidas de suelo causadas, impactos que pueden producirse tras una corta hecho (Gadow et al., 2013). También evitan
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bargo, las expectativas de las sociedades están cambiando y de acuerdo con estas nuevas expectativas las masas irregulares y/o mixtas se consideran de mayor interés que los monocultivos (Pukkala y Gadow, 2012). La gestión de los bosques irregulares, formados por masas puras o mixtas, se realiza mediante los sistemas CCF, que son una alternativa a los sistemas de gestión forestal de turno de corta (RFM), que aplican ciclos repetitivos de selvicultura (plantación o regeneración natural, habitualmente claras u otros tratamientos de mejora, y una corta final). En los primeros se mantiene de forma permanente de una cubierta forestal mientras que en los segundos hay una edad determinada de corta final o turno, repitiéndose el ciclo de forma sucesiva (Gadow, 2001). Muchas zonas actualmente gestionadas mediante sistemas RFM en todo el mundo están siendo transformadas a sistemas CCF (p.e. Mason y Kerr, 2004). La aplicación de sistemas CCF incluye masas puras o mixtas, denominadas estructuras de masas complejas, tanto en bosques boreales como templados y tropicales.
Vista panorámica de los bosques de pino-encino en Sierra Madre Occidental
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Christian Wehenkel
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Sierra Madre Occidental
los impactos visuales o paisajísticos que ocasionan las cortas a hecho. Además, la incorporación de nuevos árboles se produce por regeneración natural y crecen al refugio de los otros árboles, reduciéndose los costes por este concepto. Se pueden obtener árboles de todas las dimensiones hasta un diámetro máximo preestablecido, que pueden ser destinados a diferentes industrias, como podría ser la fabricación de barricas de vino en el caso de los robledales. Por otra parte, los productos forestales no madera-
bles aportan ingresos adicionales, incluyendo el pastoreo y la recogida de tojos y helechos, setas y plantas aromáticas y medicinales (Gadow et al., 2013). Estos productos no maderables adquieren mayor importancia en estaciones en las que la productividad potencial es baja para la producción de madera, como ocurre en las cotas altas de la cordillera cantábrica en la que se sitúan los hayedos asturianos. Entre las desventajas de estos sistemas están una gestión más compleja, que requiere personal más cualifi2020. N.o 76
EL MÉTODO BDQ PARA LA GESTIÓN DE BOSQUES DE CUBIERTA FORESTAL CONTINUA Básicamente existen dos métodos de control de las cortas para la gestión del bosque mediante sistemas CCF, los que se basan en existencias residuales de la masa y los que se basan en curvas guía. Los segundos, donde la curva guía se toma como referencia para la distribución del número de árboles en cada clase diamétrica, se aplican desde hace décadas en diferentes lugares del mundo. Los métodos de gestión basados en curvas guías Como ejemplos de este grupo tenemos los métodos basados en curvas guías suizas y el Método Mexicano de Ordenación de Bosques Irregulares (MMOBI) (Gadow et al., 2013). - Métodos basados en curvas guía suizas: Establece curvas en forma de J invertida como modelo teórico al que converger (p.e. Susmel, 1980 y Virgilietti y Buorgiorno, 1991 para los alpes italianos). Otro ejemplo es el método BDq, una aproximación similar presentada por Guldin (1991) para un bosque mixto de pino y encino en el sur de EE.UU. Cancino y Gadow (2001) y Brzeziecki y Kornat (2011) realizaron sendos estudios detallados de
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la aproximación de este método mediante una curva guía. El Método Mexicano de Ordenación de Bosques Irregulares (MMOBI): Se aplica en bosques de clima templado-frío de México, principalmente del estado de Durango (SEMARNAT, 2008). Son bosques mixtos naturales de pino-encino que representan un ecosistema único y muy diverso (Shütz et al., 2012). El método emplea una curva guía obtenida por el modelo exponencial negativo de DeLiocourt (1898), teniendo en cuenta el crecimiento temporal de la masa forestal (Gorgoso et al., 2016).
El método BDq El término “control del stock” en masas irregulares se refiere a alterar y manejar el número de árboles de una masa forestal mediante su gestión hasta alcanzar unos objetivos determinados. Con el transcurso del tiempo se han desarrollado múltiples métodos para controlar las existencias (stock) de árboles en masas irregulares, siendo el método BDq, el más empleado en Norteamérica (O’Hara y Gersonde, 2004). En este método la estructura diamétrica ideal de la masa es en forma de J invertida. La pendiente de la distribución diamétrica la
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cado, una predicción y regulación de la producción más difíciles, mayores costes de aprovechamiento porque los lugares de corta están dispersos en pequeños sitios, dependencia de una buena regeneración natural para que los costes sean asumibles y necesidad de tiempo para comprobar el correcto desarrollo de la gestión (Mason et al., 1999). Existen especies de temperamento heliófilo difíciles de gestionar con estos sistemas (Pinus halepensis, Betula pubescens, etc.), siendo más recomendables las cortas de entresaca por bosquetes que pie a pie. Los costes aumentan respecto a los sistemas RFM por las características financieras de las rotaciones y los costes de gestión, incluyendo la extracción de la madera (Mason et al., 1999); estos autores argumentan que los costes se compensan por los beneficios en cuanto a mejoras sobre el paisaje, actividades recreativas y conservación de hábitats. La localización de las masas naturales a menudo en zonas alta o con gran pendiente, obliga a emplear sistemas de extracción de madera respetuosos con el medio natural (suelo, regenerado, vegetación, fauna, red hidrográfica, etc.); los más viables en el norte de España serían los mulos y/o cables aéreos (Cariñanos, 2013).
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define el factor q, que es la relación entre el número de árboles de una clase diamétrica y la siguiente mayor en tamaño. El stock es representado normalmente por el área basimétrica de la masa y el tamaño del diámetro máximo de cortabilidad se considera para fijar el límite superior de la distribución. De todas estas variables toma su nombre BDq: “B” representa el área basimétrica, “D” la clase diamétrica mayor, que acota la distribución por la derecha y “q” el exponente que determina el grado de disminución de la función. El método tiene sus raíces en DeLiocourt (1898) y Meyer (1943); más información se puede encontrar en Buongiorno et al. (2000), Cancino y Gadow (2001), Brzeziecki y Kornat (2011), Drozdowski et al. (2014) y Sharma et al. (2014). En el método BDq los aprovechamientos de madera y las claras van encaminados hacia la consecución o el mantenimiento de una distribución objetivo. Idealmente la sostenibilidad se consigue mediante el aprovechamiento de los árboles que exceden de la distribución objetivo y se asume que el modelo exponencial negativo representa una estructura sostenible con niveles de aprovechamiento estables (O’Hara y Gersonde, 2004), aunque en la práctica la escasez de árboles en algunas clases diamétricas puede requerir pequeños cambios con relación al modelo teórico ideal. La edad de los árboles suele ignorarse al considerarse que su tamaño es un buen sustituto. En teoría el método BDq produce una estructura de la masa equilibrada en la que las cortas deben ser iguales al crecimiento, en volumen, y en el que cada tamaño de clase diamétrica ocupa el mismo espacio para el crecimiento (O’Hara, 1996; Smith et al., 1997). Diferentes ajustes variando B, D o q producen cambios en la forma de la curva con más o menos árboles grandes o pequeños, y por lo tanto cambios en el espacio para el crecimiento. Así, cambios en el área basimétrica (B) permiten aumentar o disminuir las el stock total de la masa; un incremento de B manteninedo q constante producirá un incremento del número de árboles en todas las clases diamétricas y añadirá nuevas
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Fig. 1 (a y b). Aplicación del método BDq a dos parcelas del IFN4 de Fagus sylvatica en Asturias para tres valores del área basimétrica residual o stock (B), un diámetro máximo de cortabilidad de 52.5 cm (CD = 50 cm) y unos valores de q = 1,70 y q = 1.50
clases diamétricas para los árboles más grandes. El máximo diámetro (D) también se puede modificar pero implicaría cambios en el área basimétrica total (O’Hara y Gersonde, 2004). La figura 1 muestra ejemplos de aplicación del método BDq a masas de haya del IFN4 (MAGRAMA, 2012) en Asturias. Entre las ventajas del método BDq se incluyen: existe una amplia experiencia en su manejo; el método asegura que siempre habrá madera económicamente aprovechable para futuras cortas; la fijación de un diámetro máximo de cortabilidad razonable impide la práctica denominada como “huroneo”, en la que se cortan sólo los árboles más valiosos, dejando los ejemplares dañados, enfermos o de inferior calidad con escaso potencial de crecimiento futuro, basada en intereses puramente comerciales, que produce la degradación de los ecosistemas y la destrucción de sistemas socio-ecológicos que eran previamente estables y florecientes (Gadow et al., 2013). El mayor inconveniente del método es la simplicidad con la que la
estructura de la masa (distribución diamétrica), la asignación del espacio para el crecimiento de los árboles y el “control del stock” son conectados en una simple función (O’Hara y Gersonde, 2004). Algunos investigadores han encontrado ejemplos alternativos para obtener valores de los parámetros que definen el stock de árboles en masas naturales (Meyer et al., 1961). Otras desventajas son la inflexibilidad del método para estructuras que no tienen distribuciones diamétricas con forma de exponencial negativa pero que son candidatas para la aplicación de la silvicultura propuesta en los CCF que se corresponden con masas irregulares. El decrecimiento en el modelo exponencial asume que la eliminación de árboles o mortalidad debe ser inversamente proporcional al tamaño de los árboles y no tiene en cuenta el crecimiento individual de cada árbol. Finalmente, al ignorarse la edad de los árboles se ha limitado mucho la aplicación del método a transformaciones de masas con estructura regular (O’Hara y Gersonde, 2004).
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OTROS EJEMPLOS DE SISTEMAS CCF EN EL MUNDO os ejemplos más refinados de sistemas CCF son los bosques de selección llamados Plenter Forest, que se pueden encontrar en Francia, Suiza, Eslovenia y Alemania, que pueden ser considerados como el arquetipo de los actuales CCF. Están basados en una visión a largo plazo de una estructura ideal, implementada por la distribución en forma de J invertida (Shütz et al., 2012). Actualmente, los sistemas CCF están implantados en varias regiones de Europa, Norteamérica y en bosques tropicales y subtropicales de Sudáfrica, Asia y Sudamérica (Pukkala y Gadow, 2012). En China se desarrolló como aproximación a los CCF la llamada Structure-based Forest Management, SBFM (Hui et al., 2007), que usa descriptores espaciales de la estructura forestal para ajustar comunidades forestales de forma que se parezcan a un estado natural. En Chile los CCF se aplican al bosque denominado Tipo Forestal Siempreverde que cubre 4,15 de los 13,4 millones de ha de bosques nativos (CONAF, 1999). En México se aplica el MMOBI, principalmente en la Sierra Madre Occidental. En Sudáfrica está el ejemplo de las knysna, bosques autóctonos perennifolios del
TRANSFORMACIONES DE MASAS REGULARES A IRREGULARES (O DE SISTEMAS RFM A CCF) Definición de transformación Las transformaciones son procesos de cambio de forma principal de
la masa. Puede ser transformaciones de masas regulares, típicamente gestionadas con intervenciones como claras por lo bajo mediante sistemas RFM, a masas irregulares gestionadas por sistemas CCF. Por el contrario, una masa natural irregular, si es sometida a claras por lo bajo, también podrá ser objeto de una transformación a una masa regular, como ha sucedido con muchas carballeiras de Quercus robur en el noroeste de España. El primer tipo de transformación (regular a irregular) supone un cambio gradual de la estructura, típicamente desde una simple y homogénea en altura y diámetro de los árboles a otra más variable y con interacciones más complejas. Lugares apropiados y momento para realizar una transformación A la hora de realizar una transformación de un sistema RFM a otro CCF es importante tener en cuenta la localización de las masas y los atributos de la estación (Vítková y Ní, 2013). Yorke (1998) indicó que las localizaciones ideales de masas para ser transformadas a CCF son las que tienen un elevado valor paisajístico, su finalidad preferente es de recreo, están próximas a pueblos, son importantes para la protección del medioambiente y en
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cinturón costero del Cabo Sur, que representan un ecosistema templado de gran importancia cultural y científica (Laughton, 1937). En España apenas hay referencias a la aplicación continuada en el tiempo de sistemas CCF. Madrigal et al. (2008) ponen como ejemplos la ordenación de los hayedos monoespecíficos como masas irregulares en montes de La Rioja y Navarra (Urbasa, Ziordia). En La Rioja se ha propuesto esta forma principal de masa en montes cuyo objetivo preferente de ordenación sea la protección física, paisajística, el uso recreativo y las reservas biológicas (Ibáñez y San Miguel, 1992). Hay casos de gestión de hayedos irregulares en el centro de Europa, en Las Ardenas en Bélgica (Tessier, 1981), Thuringia en Alemania (Shütz, 1997) y República Checa (Tesar, 2004). En Asturias existen dos trabajos preliminares sobre aplicación de sistemas CCF a masas naturales mixtas irregulares (Gorgoso et al., 2015; 2019).
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Tabla 1. Incrementos del valor en dos masas hipotéticas, regular e irregular
Incremento del valor medio (€/ ha/año) Valor medio financiero de las cortas (€/ha) Valor relativo medio del crecimiento (%)
Masa regular completamente regulada
Masa irregular
Periodo de la rotación (años)
Máximo diámetro (cm)
80
100
120
130
51
60
78
82
291
355
376
379
423
502
618
633
4.752
9.410
13.882
15.996
5.017
8.993
11.413
16.025
6,1
3,8
2,7
2,4
8,4
5,6
4,3
3,9
las que las claras por lo bajo resulten antieconómicas. El tamaño de la masa no debería ser un factor limitante ya que diversos estudios en Europa han demostrado que estas transformaciones pueden ser aplicadas en todo tipo de propiedades (Schütz, 2001). Está demostrado que las masas objeto de transformación deben reunir una serie de requisitos (Yorke, 1998; Malcom et al., 2001; Mason y Kerr, 2004): tener especies adaptadas al lugar y árboles con buena calidad genética, una buena regeneración natural, unas buenas condiciones de luz al nivel del suelo, ausencia de vegetación que compita con el regenerado natural y bajo riesgo de derribos por viento. En cuanto al temperamento de las especies deben ser al menos algo intolerantes. La estabilidad de la masa es el factor clave a considerar a la hora de realizar una transformación, ya que
durante el proceso se produce una apertura y un establecimiento y posterior desarrollo de árboles individuales, aumentando el riesgo de derribos por viento y por nieve. Las transformaciones pueden realizarse en cualquier momento del desarrollo de la masa, pero en masas viejas debe tenerse en cuenta además de los riesgos de derribo por viento factores como las claras realizadas, tipo de suelo y profundidad del enraizamiento (Mason y Kerr, 2004). Una vez que se consiga la estabilización de la masa se requiere de una buena regeneración natural para completar con éxito la transformación (Schütz, 2001). Por lo tanto, la edad de la masa conviene que sea por lo menos aquella en que la especie comienza a producir semilla de calidad (Malcolm et al., 2001). En el caso de que la masa sea demasiado joven, se deseen diferentes especies o la regeneración natural sea deficien-
te se podría recurrir a plantaciones de enriquecimiento (Matthews, 1989). La importancia de las claras en el proceso de transformación Un adecuado régimen de claras es clave a la hora de afrontar una transformación; deben empezar antes y ser más fuertes que habitualmente (Mason y Kerr, 2004). Estas actuaciones supondrán el desarrollo de grandes copas (esenciales para la futura producción de semilla) y un gran desarrollo radical, además de grandes incrementos diamétricos, lo que debería incrementar la estabilidad de la masa. Las claras fuertes requerirán establecer valores críticos del área basimétrica que serán necesarios para una buena regeneración natural. Sharma et al. (2014) compararon distintos regímenes de claras para transformar una masa regular procedente de plantación de Pinus elliottii
Ismael Muñoz
Hayedo asturiano
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Engelm. a otra irregular en Florida. Los tipos de selvicultura realizada fueron: a) Tres regímenes BDq durante tres ciclos de corta de 10 o de 20 años con diferentes rangos de regeneración natural. b) Claras por lo bajo durante el primer ciclo de corta (ciclos de 10 ó 20 años), claras por todas las clases diamétricas durante el se-
gundo ciclo de corta y cortas BDq a partir del tercer ciclo de corta, también con diferentes rangos de regeneración natural. Para simular todas estas combinaciones emplearon el simulador PROGNOSIS RV. El proceso de transformación se dará por concluido cuando la masa haya alcanzado una estructura irregular.
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AGRADECIMIENTOS ste trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad bajo un contrato Torres Quevedo (PTQ-16-08445). Se agradece a Francisco Cruz y a Christian Wehenkel la cesión de fotografías de los bosques naturales de Sierra Madre en el estado de Durango (México).
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COLABORACIÓN / TÉCNICA
El futuro de las poblaciones de loina en Castilla-La Mancha Fernando Alonso Gutiérrez Dr. Ingeniero de Montes Servicio Provincial de Medio Natural y Biodiversidad en Cuenca. Consejería de Desarrollo Sostenible. JCCM
La loina del Júcar es uno de los endemismos ibéricos en mayor riesgo de extinción. Si bien la introducción y dispersión de la boga del Tajo por la cuenca del Júcar explica su desaparición de amplias áreas de su distribución original, habiéndose encontrado una marcada segregación entre ambas especies, otros factores como la regulación de caudales, la fragmentación, la introducción de otras especies exóticas invasoras y la destrucción de los hábitats fluviales, especialmente los lóticos, han contribuido a agravar la situación de la especie, que se encuentra en peligro crítico. Se analiza su distribución actual y se identifican los principales problemas y puntos débiles en cuanto a información a los que se enfrenta su gestión en Castilla-La Mancha. Con todo ello se propone un conjunto concreto de actuaciones necesarias para frenar este declive. Palabras clave: loina, EEI, planes de recuperación, ictiofauna
Antonio Pradillo
Loina (Parachondrostoma arrigonis)
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INTRODUCCIÓN a loina, Parachondrostoma arrigonis (Steindächner, 1866), es un ciprínido reófilo de tamaño mediano y cuerpo alargado, endémico de la cuenca del Júcar. De aspecto similar a las más conocidas bogas, con las que comparte una boca ínfera provista de una lámina córnea en el labio inferior (una adaptación al consumo de algas litófilas), se diferencia de aquellas por tener escamas algo mayores y la citada lámina córnea curva, en lugar de recta. La loina se incluía dentro del antiguo taxón Chondrostoma toxostoma (Vallot, 1836) que englobaba, entre otras, a todas las poblaciones peninsulares del género provistas de labio inferior arqueado. En su revisión del género Chondrostoma, Elvira (1987) definió tres subespecies endémicas de la Península: arrigonis, exclusiva de la cuenca del Júcar; miegii, del Ebro, Cenia y Llobregat, así como de todas las cuencas cantábricas orientales desde de la del Pas, y finalmente turiense, endémica del Turia y Mijares. Posteriormente el mismo autor las elevó a categoría específica para finalmente quedar incluidas en un nuevo género, Parachondrostoma, formado por las tres especies ibéricas, y por P. toxostoma, del sur y centroeste de Francia (Robalo et al., 2007). La especie que nos ocupa se separa de sus congéneres por presentar menor número de branquispinas en el primer arco branquial, aunque existe un pequeño solapamiento en este carácter. El nombre vernáculo elegido se emplea frecuentemente en Cuenca y Albacete, junto con variantes como “luina”, “luinilla” o “luina de aleta colorá”, para designar a cualquier ciprínido pequeño y plateado, lo que puede llevar a confusiones sobre su presencia, especialmente con la bermejuela, Achondrostoma arcasii (Steindächner,1866). LA SITUACIÓN ACTUAL EN CASTILLA-LA MANCHA as tres especies ibéricas de Parachondrostoma coinciden únicamente en Castilla-La Mancha. Sus poblaciones son muy escasas, pero en los casos de P. miegii y P. turiense se debe a una mera cuestión geográ-
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JCCM
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Hábitat típico de la loina en el tramo alto del río Cabriel (Cuenca)
fica, ya que sus cuencas de origen (la del río Mesa en la provincia de Guadalajara y la del Turia a su paso por la provincia de Cuenca, respectivamente) no llegan entre ambas al 1 % del territorio regional. Un caso muy diferente es la de la loina. Esta especie se distribuía aproximadamente por el 15% del total de la superficie regional, ocupando las subcuencas del Júcar y Cabriel desde los 1.000 m hasta su salida de la Comunidad Autónoma. Por tanto era un componente esencial y singular de la ictiofauna castellano-manchega. Hoy ha desaparecido completamente de las cuencas alta, baja y probablemente también de la media del río principal, el Júcar. Quedan aún poblaciones en la cuenca alta de su mayor afluente, el Cabriel, entre la presa del regadío de Alcalá de la Vega (su límite superior conocido) y la presa de Cristinas, en el término de Pajaroncillo, tramo que tiene como peculiaridad mantenerse libre de bogas del Tajo (Pseudochondrostoma polylepis), cuya introducción en la cuenca del Júcar, como veremos, está probablemente en el origen de la desaparición de la loina de
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amplias zonas. Pese a ello el tramo no está libre de impactos, ya que la extracción de agua para el regadío tradicional de Alcalá de la Vega, donde se siguen regando a manta las choperas, sumado al carácter perdedor del río, hace que en los veranos secos se lleguen a secar varios kilómetros del Cabriel, hasta las inmediaciones de Boniches. Otro extenso tramo del Cabriel libre de bogas y que aún mantiene poblaciones de loina va desde la presa de Contreras hasta su desembocadura en el Júcar, en el embalse de Embarcaderos. Sin embargo, las cuatro décadas transcurridas desde la entrada en servicio de la presa de Contreras (1975), que provoca una inversión total del régimen de caudales y de temperaturas del agua (MartínezCapel, 2008), han generado un impacto acumulativo que contribuye de manera cada vez más acusada al declive de su ictiofauna y a la rarefacción de la especie. Los caudales durante el final de la primavera y el verano se mantienen entre los 7 m3/s y los 15 m3/s, soltados para el riego de forma constante y desde el fondo del embalse, a
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Presa de Contreras (río Cabriel) Además de constituir un obstáculo totalmente impermeable que parte en dos la distribución de la loina, genera aguas abajo un régimen invertido de caudales con un gran impacto sobre la ictiofauna
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temperaturas inferiores a los 10 °C. El resto del año el caudal apenas llega a 1 m3/s. En ambas épocas la variabilidad diaria de los caudales desaparece durante meses. Aunque el impacto se minimiza algo con las surgencias que se incorporan a lo largo del tramo, provoca en el río temperaturas del orden de 4-5 °C más bajas de las naturales durante una etapa crítica para la loina como el periodo de reproducción y la primera fase de crecimiento (Martínez-Capel, 2008). Otras especies nativas y amenazadas que habitan el tramo, como el blenio (Salaria fluviatilis), están también en declive por la misma razón. Por encima de este embalse, entre la presa de Cristinas y Las Chorreras, el Cabriel ha sido colonizado por la boga del Tajo, al igual que ha sucedido con el río Júcar entre su cabecera y el embalse de Alarcón, y muy localmente aguas abajo de este. Son dos zonas en las que es posible que se mantengan pequeñas poblaciones, difíciles de detectar entre la población dominante de bogas mediante las técnicas convencionales de muestreo al tratarse de ríos profundos, por lo que la información sobre la especie en ellos es muy escasa. También se encontraron en su día ejemplares en el tramo final del río Mira, en Cuenca. Existen otras dos reducidas poblaciones castellano-manchegas: en el entorno de la laguna del Arquillo, en Albacete y en ciertas lagunas del complejo de Fuentes, en Cuenca. Aquí el problema proviene no de la boga sino de la presencia del black-bass, un importante predador exótico liberado ilegalmente en ellas para su pesca y que, siendo además masas pequeñas y confinadas, condiciona seriamente la supervivencia de la loina. En cuanto a la Comunidad Valenciana, las principales poblaciones están en la cuenca del río Magro y en pequeños afluentes al Júcar sobre la presa de Tous. Las poblaciones de loina del Cabriel bajo Contreras, colindante con Castilla-La Mancha, se han desplomado en las dos últimas décadas como ya se ha dicho. Más allá de la distribución y evolución de sus poblaciones, aún desconocemos detalles esenciales de la biología y ecología de la loina que
La realización de inventarios como este en el río Cabriel (Cuenca) es fundamental para conocer mejor la distribución y problemática de la loina
quizás resulten críticos para su recuperación. Se sabe de su carácter gregario, su preferencia por las zonas de corriente para vivir (aunque soporta aguas remansadas e incluso embalses) y del hábito de remontar los ríos hacia los tramos altos para frezar en aguas someras con fondos de grava y gravilla entre marzo y mayo (Doadrio et al., 2011), pero poco más. En lo que coinciden todos los trabajos realizados (Martínez-Capel, 2008; Doadrio et al., 2011; Alcaraz et al., 2015; Muñoz et al., 2017) es en
destacar una marcada segregación en la distribución entre la loina y la boga del Tajo. Los motivos concretos que la desencadenan no están claros aún, aunque la coincidencia de nichos tróficos y de uso de micro y mesohábitats, especialmente en alevines, solapada al comportamiento territorial de la boga (que a diferencia de la loina es muy agresiva en presencia de otros ciprínidos, incluso conespecíficos) y reforzada por su mayor capacidad de desplazamiento y tamaño, puede estar en la base de lo observado. Has2020. N.o 76
ta el momento no se han encontrado híbridos ni introgresión del genoma de la boga en la loina (Doadrio et al., 2011). ¿Cómo llegaron las bogas a la cuenca del Júcar? En la mayor parte de los trabajos se menciona como causa probable el Trasvase Tajo-Segura (ATS), aunque haya que matizarlo. En la subcuenca alta del Cabriel esta vía es físicamente imposible: la gran barrera tobácea de Las Chorreras cerca de Enguídanos (Cuenca) lo impedía incluso antes que la presa de Contreras, finalizada poco antes de comenzar los trasvases. El empleo de bogas, madrillas, cachuelos y demás ciprínidos pequeños como cebo vivo de pesca (para truchas, lucios y en menor medida, black-bass), que además se adquirían o pescaban en la localidad de origen del pescador, fue habitual al menos durante las décadas de los setenta y ochenta, cuando también se generalizan los desplazamientos por ocio dentro del país; este es el mecanismo más probable para explicar la entrada de la boga del Tajo en el Cabriel. En el caso del Júcar aguas arriba de Alarcón la hipótesis del ATS tropieza también con algunas dificultades: la primera es que algunos peces o sus huevos tendrían que superar vivos el paso por las bombas que elevan el agua del Tajo 244 metros de desnivel y 14 kilómetros hasta el embalse de La Bujeda, y el bombeo auxiliar que eleva el agua desde este al inicio del canal de Riánsares (a partir del cual el ATS funciona por gravedad). Pero sobre todo, en caso de hacerlo, el desarrollo temporal de la colonización también pone en cuestión esta vía. Los trasvases comienzan en 1979, y la boga del Tajo es citada por Elvira solo seis años más tarde en varias localidades bastante separadas en el río (desde la laguna de Uña a Villar de Olalla). En la laguna de Uña, el lugar donde Steindächner describió la loina (sin encontrar bogas), situada unos 100 km aguas arriba de la entrada del ATS y con varias presas poco o nada permeables en su camino, Buil et al. (1987) mencionan tan solo ocho años después de iniciarse los trasvases la presencia de “miles de ejemplares” de boga. Sin embar-
La modificación de caudales para la producción hidroeléctrica y el regadío constituye uno de los principales impactos sobre el hábitat de la loina. Los caudales mínimos fijados en los planes de cuenca suelen ser insuficientes, y su control real, difícil (río Júcar, Cuenca)
go no encuentran bogas (pero sí loinas) en los afluentes situados aguas abajo de Villar de Olalla, como cabría esperar si su origen fuera Alarcón. También la citan en esa fecha ya de un punto del Cabriel. Ante esta distribución tan extensa, incluso llegan a especular con su carácter nativo en el Júcar. Desechada con los datos actuales esta última opción, y dado el corto periodo transcurrido para alcanzar la distribución de mediados de los años 80, parece más razonable que el mismo mecanismo que llevó a las bogas del Tajo al Cabriel las llevara también –y en la misma época- a la subcuenca alta del Júcar, quizás aguas arriba de la ciudad de Cuenca: su empleo como cebo para la pesca
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de la trucha. Es posible que el mismo mecanismo de entrada al Júcar sea aplicable también al calandino. Sí que es más que probable que una vez alcanzado el embalse de Alarcón en su colonización del alto Júcar en ambos sentidos, su paso a la cuenca del Segura se haya debido al ATS. Entre Alarcón y el embalse del Talave, receptor del trasvase, no hay bombeos ni obstáculo alguno, y ya son varias las especies presentes en Alarcón cuya primera detección en dicha cuenca ha sido en el entorno del Talave, y dentro de una coherencia temporal. Puede afirmarse que el trasvase es una vía bastante permeable para la fauna acuática desde el embalse de Alarcón hacia el Segura.
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PROTECCIÓN Y MEDIDAS DE GESTIÓN a loina no figuraba en ninguna categoría del primer Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, elaborado en 1990. En 2002, a consecuencia de su vertiginoso declive, entró directamente en la categoría “en peligro de extinción”. Recogida con igual categoría en el Catálogo Regional de la Comunidad Valenciana (Decreto 32/2004), no figura ni se ha incluido en ninguna modificación del equivalente castellano-manchego, aunque es de aplicación la catalogación nacional. La especie figura en la Lista Roja de la UICN como “en peligro crítico”, la categoría de máximo riesgo antes de la extinción en estado salvaje, y también, con su nombre antiguo, en el anexo II de la Directiva Hábitats. Al hilo de la problemática generada sobre la loina por la boga del Tajo
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surge una primera reflexión, sobre el hecho de que el Catálogo Nacional de Especies Invasoras (EEI) solo incluya actualmente taxones alóctonos a la península Ibérica (salvo los casos que afectan a Canarias y Baleares). La historia evolutiva de nuestra ictiofauna ha dado lugar a un elevado porcentaje de endemismos locales, con especies próximas pero diferentes en cada cuenca, especialmente dentro de los ciprínidos y cobítidos. Esta proximidad ecológica, si se acompaña de una cierta capacidad de desplazamiento, puede generar impactos muy graves por competencia si ocurren traslocaciones a cuencas vecinas. El de la boga del Tajo y la loina constituye el ejemplo más claro, pero ni es el único, ni será el último: en la misma cuenca del Júcar tenemos el caso del calandino (Squalius alburnoides); en la del Duero el del lobo de río Barbatula
JCCM
En contraposición a la falta de estudios bioecológicos, se ha realizado un trabajo apreciable en la modelización de sus preferencias a escala de microhábitat de la loina, elaborando curvas de preferencia que deberían incorporarse a la gestión de los aprovechamientos hidráulicos en la zona que habita, en particular aguas abajo de la presa de Contreras (Muñoz et al., 2017). Por cierto, no parece correcta la afirmación realizada en este trabajo acerca del carácter alóctono de la bermejuela en la cabecera del Cabriel, donde muestra la misma distribución típica que en las cuencas adyacentes del alto Júcar, Mijares y Palancia (donde no se cuestiona que sea nativa) conviviendo en comunidades biespecíficas con la trucha común, pero superando a esta y quedando como única especie de pez en los tramos y afluentes con mayor temporalidad.
El tramo de las Hoces del río Cabriel, entre Cuenca y Valencia, recibe en verano un exceso de agua muy fría debido a las sueltas de fondo del embalse de Contreras para el suministro de riego y consumo a la parte baja de la demarcación del Júcar, que se mantienen de tres a cinco meses de forma continua
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Los pequeños azudes, como este de Los Javielos en el río Cabriel (Cuenca) contribuyen a la fragmentación del hábitat de la loina. Los regadíos tradicionales de cabecera, pese a su escasa asignación de recursos, pueden tener un impacto fuerte en las cabeceras durante el estiaje. En algunos de ellos todavía se riegan choperas a manta, y se llega a secar el río algunos veranos
iniciar o avanzar en las técnicas concretas que implican el manejo de individuos de la especie, por ejemplo las de cría en cautividad. Si llega el momento en que los planes de recuperación demanden su uso, como previsiblemente sucederá, puede haberse perdido un tiempo precioso
para ponerlas a punto en los centros ictiogénicos regionales. En esa línea, y pese a no disponer tampoco de un plan formal, la Generalitat Valenciana desarrolla desde más de una década un programa de seguimiento y reintroducción de la loina, cuyos resúmenes anuales publica
Francisco Martínez-Capel
quignardi con los cobítidos nativos, y en otras cuencas se da entre barbos del género Luciobarbus. Almeida et al. (2013) indican que al menos 16 especies nativas se han traslocado dentro de la Península, lo que constituye casi el 20 % de los casos de entrada de especies exóticas. Ya que en principio nada en el texto legal se opone, y dado que los impactos sobre determinadas especies amenazadas pueden ser en algunos casos superiores a los causados por otras EEI que sí están catalogadas, se sugiere proponer la catalogación de algunas las poblaciones alóctonas de especies nativas. Al mencionado retraso en la catalogación de la loina hay que añadir la carencia de un plan de recuperación para la especie, preceptivo en un plazo máximo de tres años tras la declaración y que, según el artículo 59 de la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, compete elaborar a las comunidades autónomas (salvo para las especies marinas). Esta demora es menos explicable aún si se tiene en cuenta que se dispone de una monografía sobre la especie que provee la mayor parte de la información necesaria para su redacción (Doadrio et al., 2011) La elaboración de estos planes es imprescindible para articular con eficacia las medidas necesarias para salvar la especie de la extinción. Sin embargo, su falta no debiera constituir un obstáculo administrativo para
Loina (Parachondrostoma arrigonis) del río Cabriel a su paso por Boniches (Cuenca)
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te LIFE Cipríber hace esperar que la loina muestre una estructura genética diferenciada, incluso dentro de su relativamente reducida área de distribución natural original, aspecto que no puede eludirse en su gestión. Este proyecto ha generado también valiosa información sobre la cría en cautividad de ciprínidos nativos, que puede adaptarse y servir para la loina. La mayor parte del área ocupada o potencial para la especie en la región está incluida dentro de la Red Natura 2000. Solo en alguno de estos espacios, como en las ZEC “Hoces del Cabriel, Guadazaón y Ojos de Moya” (ES4230013) y “Río Júcar sobre Alarcón” (ES4230016) se ha incluido bien a la loina, bien a la comunidad de ciprínidos nativos reófilos como elementos clave para la gestión del espacio, definiendo para ellos los correspondientes objetivos de gestión y estado actual y de conservación favorable. Este tipo de protección preventiva, con objetivos cuantificables, que además ha de ser con-
templado en otras áreas de la planificación (como la hidrológica) debería ampliarse al resto de espacios de la Red que pudieran tener poblaciones de la especie, ahora o en un futuro, así como a las áreas protegidas de la región. En resumen, la introducción de la boga del Tajo en la cuenca, que ha llevado a la loina a perder más de la mitad de su área de distribución, está en la base de su dramático declive. Pero a ello se añaden otras causas que varían en intensidad según el tramo en que nos encontremos: la fuerte modificación de caudales y temperaturas en el bajo Cabriel originada por la operación de la presa de Contreras; las extracciones de agua que llegan a secar partes del tramo alto del mismo río, por encima de la zona ocupada por la boga; las modificaciones por la explotación hidroeléctrica en el tramo del Júcar comprendido entre La Toba y Alarcón, o la práctica desaparición de los hábitats lóticos por el encadenamiento de presas con aprovecha-
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online su Centro de Conservación de Especies Dulceacuícolas (www.agroambient.gva.es/web/biodiversidad). El éxito ha sido desigual lo que sugiere que, aunque posible, no será fácil frenar su fuerte regresión. El empleo de técnicas basadas en ADN ambiental (Murriá et al., 2020), hoy bastante asequibles, se hace imprescindible de manera inmediata para conocer la distribución precisa de la especie en los tramos no vadeables y en los embalses de las cuencas castellano-manchegas. En especial en todo el tramo medio del río Júcar, desde la ciudad de Cuenca hasta la salida de la región, y en el vaso del embalse de Contreras, en el Cabriel. Esta tarea es poco menos que imposible realizando solo muestreos convencionales, aunque pueda complementarse con ellos. Lo aprendido de otros pequeños ciprínidos endémicos ibéricos tanto en trabajos específicos para aclarar su filogenia (p. ej. Perea et al., 2010) como en proyectos como el recien-
Del contraembalse de Henchideros (Cuenca), bajo el embalse de Alarcón, arranca el canal final del trasvase Tajo-Segura hasta el embalse del Talave en el río Mundo. Esta infraestructura está reconocida como una vía franca para las invasiones biológicas entre las cuatro cuencas que conecta (Tajo, Guadiana, Júcar y Segura) y especialmente las dos últimas, al ser su comunicación exclusivamente por gravedad
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CONCLUSIONES La situación de la loina es crítica, y es responsabilidad exclusiva del Estado español y de las dos comunidades autónomas que albergan sus poblaciones – Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana- que la especie no desaparezca definitivamente de la fauna mundial. En lo que toca a Castilla-La Mancha: - Es imprescindible aprobar cuanto antes su plan de recuperación en la región. - Deben iniciarse sin demora los trabajos preparatorios para el manejo en cautividad de la especie, incluyendo la adquisición de información biológica básica que aún falta. - Debe realizarse un esfuerzo de delimitación de la distribución actual y seguimiento de las poblaciones, incluyendo el empleo de técnicas como el ADN ambiental, y cumplir así con lo dispuesto en el artículo 17 de la Directiva Hábitats con datos actuales. - La degradación por distintos motivos de los hábitats lóticos es muy seria, tanto en todo el río Júcar como en el río Cabriel aguas abajo de Contreras (régimen de caudales y temperaturas) por lo que, además de adoptar medidas que dentro de lo posible mitiguen estos impactos, la mayor parte del trabajo de recuperación inicial habrá de llevarse a cabo en pequeños afluentes menos alterados y no en los cursos principales. - Deberían aprovecharse al máximo las figuras de protección e instrumentos de planificación para
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miento hidroeléctrico en el Júcar en la provincia de Albacete, son algunos de ellos. Y a estos se superponen otros más extendidos, como la fragmentación del hábitat por las presas y la presencia generalizada de predadores exóticos, especialmente importante en los tramos que han perdido además sus zonas de corriente, y agudizada innecesariamente en algunos tramos pequeños, pero fundamentales para especie, como ha sucedido con los cotos intensivos de trucha arcoíris del Cabriel, ahora fuera de funcionamiento.
La presa en desuso de Cristinas (Cuenca) limita aguas arriba el tramo colonizado por la boga del Tajo en el río Cabriel
conseguir los recursos necesarios para la recuperación de la especie, así como la cooperación entre y dentro de las administraciones públicas con competencias concurrentes. En este sentido, la próxima revisión de los planes
hidrológicos para el período 20212027 abre una ventana de oportunidades. Sin estas premisas, el futuro más probable de la especie es su extinción a corto o medio plazo en la región, y quizás de la fauna mundial.
REFERENCIAS Alcaraz C, Carmona G, Risueño P et al. 2015. Assessing population status of Parachondrostoma arrigonis (Steindächner, 1866), threats and conservation perspectives. Environ. Biol. Fish 98: 443-455. Almeida D, Ribeiro F, Leunda PM et al. 2013. Effectiveness of FISK, an invasiveness screening tool for non-native freshwater fishes, to perform risk identification assessments in the Iberian Peninsula. Risk Anal. 33: 14041413. Buil R, Fernández JA, Lozano J et al. 1987. Datos sobre la distribución de los peces en la provincia de Cuenca. Ecología 1: 231-245 Doadrio I, Aparicio E, Risueño P et al. 2011. La loina Parachondrostoma arrigonis (Steindächner,1866). Situación y estado de conservación. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid. Elvira B. 1987. Taxonomic revision of the genus Chondrostoma Agassiz, 1835 (Pisces, Cyprinidae). Cybium 11:111140. Martínez-Capel F. (coord.) 2008. Factores de degradación de las poblaciones de loina (Parachondrostoma arrigonis) y el estado de su hábitat actual en la cuenca del río Júcar (2006-2008). Informe técnico. TRAGSA. Muñoz R, Soares RM, Alcaraz JD et al. 2017. Microhabitat competition between Iberian fish species and the endangered Júcar nase (Parachondrostoma arrigonis; Steindchner, 1866) J. Ecohydr. 2(1): 3-15. Murriá C, Väisänen L, Somma S et al. 2020. Towards an Iberian DNA barcode reference library of freshwater macroinvertebrates and fishes. Limnetica 39(1): 73-92 Perea S, Böhme M, Zupančič P et al. 2010. Phylogenetic relationships and biogeographical patterns in CircumMediterranean subfamily Leuciscinae (Teleostei, Cyprinidae) inferred from both mitochondrial and nuclear data. BMC Evol. Biol. 10 (1): 265. Robalo JI, Almada VC, Levy A et al. 2007. Re-examination and phylogeny of the genus Chondrostoma based on mitochondrial and nuclear data and the definition of 5 new genera. Mol. Phylogenet. Evol. 42(2): 362-372.
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Los primeros momentos de la vida de
Fagus sylvatica de una savia. FragĂŠn (Huesca)
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, un arbol
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Texto y fotografías: Enrique García Gómez
Las semillas son las unidades de diseminación y reproducción vegetal de las plantas superiores, y proceden del desarrollo de los óvulos de las flores. Mientras tienen capacidad de germinar las semillas están vivas, aunque a la vista parezcan algo inerte. Las semillas tienen forma engrosada, ya que no dejan de ser recipientes que conservan reservas para alimentar al embrión que permanece dentro, a la espera de ver la luz. Este aloja en su interior el molde de la planta futura. Cuando el embrión contenido en una semilla empieza a crecer básicamente lo que hace es estirarse desde su posición primigenia hasta que materializa la forma que lleva contenida en su seno.
S
e sabe que las semillas tienen memoria. Saben lo que han pasado sus madres y lo que ellas deberían pasar. Si cogemos semillas de una misma especie, unas de zonas frías y otras de zonas cálidas, y las sembramos en las mismas condiciones, saldrán unos plantones aparentemente iguales. Si estos arbolillos los plantamos todos en un mismo espacio, cuando son mayores sucede que hay variaciones de días o semanas entre los que procedían del frío y los que procedían del calor, a
la hora de echar yemas, de brotar… Cada uno recuerda el frío que experimentó antaño. La semilla cae al suelo y espera pacientemente su hora. Una vez que las semillas se han dispersado y antes de que germinen, si ello sucede, pasan un tiempo más o menos largo en el suelo –en superficie, enterradas, entre la hojarasca– formando una reserva genética a la espera de ver la luz, aguardando las condiciones adecuadas tanto de la propia semilla como del medio externo. Algunas veces no
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es el suelo su destino final, sino una grieta de una roca, las oquedades de un tronco, las fisuras de cortezas… Lo normal es que germinen a la temporada siguiente, pero no siempre es así. Hay árboles que son muy precoces en florecer y fructificar, por eso, cuando comienza la primavera sus simientes ya están en el suelo esperando la humedad, temperatura y luz adecuadas para germinar. Olmos, arces, fresnos… germinan a los pocos días o semanas de caer del árbol. Incluso los más urbanitas lo pueden ver: las primaveras lluviosas los alcorques de los árboles, las alcantarillas cegadas o rincones de las ciudades que no se limpian nunca, aparecen como semilleros en los que se apelotonan cientos de arbolillos recién germinados que morirán o desaparecerán tras ese impulso de los neonatos, la sequedad del entorno y la no idoneidad del lugar de nacimiento.
A la izquierda: Acer platanoides de una savia. Uña (Cuenca) Alnus glutinosa de una savia. Sierra de San Vicente (Toledo)
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Las semillas tienen la capacidad de aletargarse y aguantar pacientemente hasta que llega el momento más adecuado para germinar. Utilizan como estrategia su relativa desecación para conservarse, pues mientras en el resto de la planta puede haber un contenido de agua en torno al 80 %, en las semillas este porcentaje se puede reducir al 10 %. Los huesos de las cerezas, por ejemplo, pueden esperar un siglo hasta que encuentran el momento óptimo para empezar a crecer. En un clima tropical, por ejemplo, con humedad y temperatura más o menos constante a lo largo del año, y favorables para la germinación, el embrión podrá salir en cualquier momento, sin necesidad de esperar a estaciones más adecuadas, pues cualquier momento del año es adecuado. Eso sí, las semillas no posee mecanismos para conservar a largo plazo su poder germinativo.
ia. Grazalema (Cádiz)
Abies pinsapo de una sav
Arriba: Arbutus unedo de una savia. Armallones (Guadalajara) Abajo: Castanea sativa de una savia. Almendral de la Cañada (Toledo)
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En las zonas con estaciones frías o estaciones secas, o ambas a la vez, existen condicionantes para que no germinen durante esos periodos. Unas veces porque la tierra está congelada y se producen heladas permanentes, y otras veces por todo lo contrario, porque el calor y la sequedad del suelo y del aire impiden su germinación. El embrión se mantiene en estado de vida latente, protegido por su cubierta, hasta que el sustrato se dota del calor y humedad adecuada. Muchas de las especies germinan a los pocos días de madurar y otras a la temporada siguiente en la que las condiciones ambientales sean favorables. En climas templados o mediterráneos la germinación normalmente suele acontecer en primavera. Sin embargo, en determinadas situaciones suceden cosas extraordinarias, en las que las semillas conservan su capacidad germinativa a lo largo de largos periodos de tiempo. Semillas de loto sagrado que germinan tras más de 1.000 años de espera, de magnolia o palmera datilera tras 2.000 años o de altramuz tras 10.000 años. Es decir, en estos casos extremos, después de diez milenios habría llegado la siguiente generación y podríamos ver las mismas flores que vieron nuestros antepasados en el Neolítico. Siglo y medio es lo que tardaron las semillas de acacia de Constantinopla en germinar: en 1940, el incendio que siguió al bombardeo del Museo Británico por parte de la aviación alemana provocó el despertar de la latencia de algunas semillas de este árbol que habían sido recogidas en China ciento cuarenta y siete años antes.
iedo (Asturias)
Frangula alnus de una savia. Som
De arriba a abajo: Olea europaea sylvestris de una savia. Monfragüe (Cáceres) Hedera helix de una savia. Arena de Cabrales (Asturias) Ilex aquifolium de una savia. Piornedo (Lugo) Fraxinus excelsior de una savia. Cangas del Narcea (Asturias) Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
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Es verdad que para alcanzar estas cifras anteriores se han de dar unas condiciones muy especiales. Por ejemplo, con bajas temperaturas se retrasa la respiración y, por lo tanto, la conservación de las reservas alimenticias de las semillas. Las semillas son el eslabón inicial para la vida vegetal, los primeros momentos del ciclo vital, son plantas en potencia. Pero también son el culmen, el momento álgido, la razón de la vida, por lo que las plantas han estado luchando durante días, semanas… o muchos años, por dejar su herencia genética, por contribuir cada una de ellas al mantenimiento de su especie, por intentar seguir poblando la mayor parte posible de la Tierra. Al caer la semilla al suelo lo primero que hace es echar raíces, mucho antes de que el brote crezca hacia arriba. Dependerá de muchos factores que tienen que unirse a su favor: época del año, humedad del suelo, características internas y externas de las propias semillas, temperatura del entorno… Si esa conjunción de factores es adecuada emite el rejo y se ancla al terreno. El primer paso está dado. Esta raíz inicial, la radícula, tiene que cumplir su primer cometido, fijarse al suelo, establecerse, asentarse en el lugar que el azar le ha destinado. Evita así posibles desplazamientos por el agua, el viento o el pisoteo de animales, se hace sedentaria a la primera de cambio. Se prepara para crearse su hogar, su propio hogar. Este anclaje del embrión a la tierra no tiene vuelta atrás, a partir de aquí no tiene movilidad, habrá que esperar, pues ya no hay posibilidad de resituarse en un sitio más húmedo, más soleado, más seco, más lejos de árboles adultos, menos peligroso. La suerte está echada.
. una savia. Las Majadas (Cuenca) De arriba a abajo: Pinus nigra de n). (Leó r de Otero Pinus pinaster de una savia. Villa r de Almorox (Toledo) Pina en ral natu illero Sem a. Pinus pine
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Sorbus aucuparia de una sav
ia. Piornedo (Lugo)
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Para que se produzca lo anterior, durante la germinación juega a favor el geotropismo positivo, es decir, que las raíces crezcan a favor de la fuerza de gravedad, huyendo del sol, independientemente de que la semilla haya caído boca abajo, boca arriba o de costado. Hay que recordar que geo significa tierra y tropismo es el movimiento de la planta provocado por un estímulo, en nuestro caso la gravedad. El caso contrario sería el geotropismo negativo, el opuesto al que hemos descrito, es decir, el de los tallos, que permanentemente crecen hacía arriba. Las plantas no pueden caminar, pero surgida la raíz primaria pronto aparecen otras raicillas secundarias que se mueven por el entorno. Todas ellas dan estabilidad a la planta, amén del acceso al agua y a los nutrientes del suelo. El sistema radicular proporciona anclaje y sujeción. Las raíces principales, las más gruesas, tienen capacidad de almacenamiento, y las secundarias, las más finas, son las que proporcionan el acceso a los nutrientes y el agua.
ia. Alía (Cáceres)
Viburnum tinus de una sav
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Prunus lusitanica de una savia. Robledo del Mazo (Toledo)
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La madre dotó a la semilla, su descendiente, de una mochila llena de alimento, imprescindible para los primeros momentos de su vida. No la abandonó sin más, sin darle un pequeño empujón para que se hiciese independiente, pues la envió a la aventura con unas reservas con las que alimentarse hasta su independencia absoluta. Para echar la raíz y hasta que el brote no emita hojas definitivas, capaces de realizar la fotosíntesis por sí solas, periodo que puede durar unos días o unas semanas, las nuevas plantas han necesitado del morral con el sustento que la madre preparó bajo las cubiertas de las semillas. Una vez enraizadas el inmediato trabajo es crecer hacia arriba. Las reservas se agotan y necesitan captar luz. Emergen los cotiledones, en las frondosas dos hojitas carnosas que días antes eran las dos mitades de la semilla, que rápidamente se vuelven verdes y que serán el preludio de la aparición de las hojas verdaderas. En unas especies estos cotiledones se elevarán sobre el suelo –germinación epígea– y en otras permanecerán junto al mismo –germinación hipógea–. Aguantarán poco, cuanto menos mejor, para dar paso a las nuevas hojas, muy distintas de los cotiledones, para que la fotosíntesis se lleve a cabo a pleno rendimiento a la mayor brevedad, antes de que mueran exhaustas. Por eso, cuando una semilla se entierra a gran profundidad acaba muriendo antes de salir a la superficie. Con las reservas emite la raíz y después crece y crece hacia arriba, intentando buscar la luz, algo que no llega pues se agota antes de su aparición.
De arriba a abajo: Prunus lusitanic a de una savia. Robledo del Mazo
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(Toledo). Sorbus torminalis de una
savia. Valle de Arán (Lérida). Quer cus pyrenaica de una savia. Las Navi
llas. (Toledo)
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Abies alba de una
) savia. Valle de Arán (Lérida
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Salix alba de una savia. Río Torm
es. Bohoyos. (Ávila)
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EL SECTOR FORESTAL/ LA PÁGINA DE...
Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (ICMC) Ana María Fernández Santos
La creación en 1984 de este centro extremeño estuvo vinculada a la necesidad de promocionar y apoyar tecnológicamente al sector corchero de la región. De hecho, hasta 1994 ese fue el objetivo del Instituto de Promoción del Corcho (IPROCOR), tal y como se denominó inicialmente. A partir de entonces sus competencias se ampliaron abarcando dos nuevos sectores: la madera y el carbón vegetal.
E
n 2013 el ICMC pasó a formar parte del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), junto al Instituto de Investigaciones Agrarias Finca La Orden-Valdesequera, el Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura y el Centro de Agricultura Ecológica y de Montaña. El objetivo de la integración fue unificar y optimizar los recursos de estos centros para dar una respuesta más eficiente a los sectores vinculados a ellos: agricultura, ganadería, agroalimentación y recursos naturales de la dehesa. En la actualidad el CICYTEX pertenece a la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital de la Junta de Extremadura. INVESTIGACIÓN: DE LA DEHESA A LA INDUSTRIA El Instituto está estructurado en dos áreas de trabajo, que permiten desarrollar proyectos enfocados tanto a favorecer la conservación de la dehesa como a fomentar la innovación en la industria. La investigación del
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Departamento de Recursos Forestales abarca: selvicultura de alcornocales y de sistemas adehesados; repoblaciones y regeneración del arbolado; micorrización en la producción de planta forestal; diagnóstico, epidemiología y control de la seca de encinas y alcornoques; control de la culebrilla del corcho; evaluación de la calidad de corcho y factores involucrados; estudio de la productividad de cultivos forestales intensivos en la región; y evaluación y validación de sistemas mecanizados de descorche. Por otro lado, el Área de Tecnología de Recursos Forestales trabaja apoyando a la industria corchera y del carbón vegetal. La optimización de los procesos productivos mediante la innovación tecnológica, la incorporación de energías renovables o el desarrollo de nuevos productos y aplicaciones son los campos de estudio estratégicos del equipo de trabajo que integra el departamento. Ambos departamentos cuentan con el apoyo de personal de labora-
torio, transferencia de tecnología y comunicación, administración, mantenimiento y campo. Estas líneas se materializan en proyectos de investigación concretos, coordinados por investigadores del centro o bien que cuentan con su participación: PRODEHESA-MONTADO (Proyecto de cooperación transfronteriza para la valorización integral de la dehesa y el montado). CICYTEX coordina este trabajo en el que 16 entidades de Extremadura, Andalucía y Portugal se han unido para dar valor ambiental y económico a la dehesa y al montado desde un punto de vista sostenible. NEOSUBER (Selvicultura adaptativa para el alcornocal en Extremadura. Nuevas aplicaciones del bornizo). Persigue mejorar la gestión de los alcornocales de la región mediante el diseño de herramientas científicas y técnicas que ayuden a sus propietarios y gestores a tomar decisiones y a ejecutar buenas prácticas. Además, estudia el aprovechamiento 2020. N.o 76
rentable del corcho de primera cosecha, llamado bornizo. GO SUBER. Su objetivo es modernizar la tarea de extracción de corcho, mediante la mecanización de la saca, la optimización de los procedimientos de descorche y la mejora de las condiciones de seguridad y salud. Desarrolla nuevas aplicaciones para valorizar el producto y sus derivados y mejorar su comercialización. IDERCEXA (Investigación, desarrollo y energías renovables para nuevos modelos empresariales en Centro, Extremadura y Alentejo). La Agencia Extremeña de la Energía (AGENEX) lidera este proyecto, cuyo objetivo es fomentar la I+D+i en sectores empresariales de fuerte presencia en la zona EUROACE, tales como el metalmecánico o electrotécnico, a través de la colaboración con centros de investigación. LIFE RenaturalNZEB, enfocado a promover la economía verde y circular en el sector de la construcción utilizando materiales naturales y fuentes locales para mejorar la economía regional y las oportunidades de mercado. La Dirección General de Arquitectura de la Junta de Extremadura está al frente del proyecto. INNOACE (Innovación abierta e inteligente en la EUROACE). El objetivo de este trabajo es dar valor a los residuos de la agricultura, la foresta y las escorias de combustión de biomasa de la zona EUROACE, estudiando también su aplicación en el sector de la construcción. También investigadores de ICMC colaboran con la Universidad de Extremadura en tres trabajos más: Aplicación del concepto de economía circular a la gestión de residuos biomásicos
con limitaciones de uso; Desarrollo de sistema automático para la detección en línea del TCA en tapones de corcho; y Desarrollo de un sistema de evaluación integral espacialmente distribuido para explotaciones de ganadería extensiva. ¿QUÉ OFRECEMOS? El Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal cuenta con un equipo de trabajo multidisciplinar dedicado no solamente a la investigación, sino también a la prestación de servicios a propietarios y gestores de dehesas, técnicos, empresas e industrias. En este equipo hay ingenieros de montes, agrónomos, forestales, biólogos, químicos, industriales y analistas. Uno de los servicios que ofrece es el apoyo a la micorrización de plantas forestales en vivero. Se trata de capacitar a los viveros para que su producción de planta de encina y alcornoque esté micorrizada. Este centro ha desarrollado protocolos que permiten a viveros de escala comercial obtener plantas de calidad efectivamente micorrizada. Con la aplicación de dichos protocolos se consigue micorrizar entre el 90 y el 95 % de la planta inoculada con hongos micorrícicos. Asimismo, desde hace más de 30 años el Instituto oferta anualmente el Plan de Calas, que permite hacer una estimación de la calidad del corcho de una finca concreta antes de que se produzca la saca. También permite caracterizar las parcelas desde un punto de vista selvícola, con el objetivo de hacer un diagnóstico sanitario, productivo y de gestión. Además el ICMC es el organismo competente en Extremadura para la certificación de semillas procedentes
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de rodales selectos de alcornoque que vayan a comercializarse como material forestal de reproducción seleccionado. Por otro lado dispone de equipamiento, instalaciones y personal cualificado para realizar ensayos de laboratorio solicitados por empresas, o bien como apoyo a los estudios del centro: ensayos para el control de calidad y la determinación de propiedades y características de corcho, tapones de corcho, granulados y aglomerados y carbón vegetal; o para determinar la calidad del papel, el cartón y los envases de cartón ondulado. Solo en 2019 se analizaron alrededor de 1200 muestras. Por último, se lleva a cabo una labor de asesoramiento empresarial para facilitar a la industria corchera la adecuación de sus procesos al sistema de calidad SYSTECODE. DIVULGACIÓN La divulgación es el tercer punto clave de su actividad. El conocimiento generado debe trasladarse al sector para propiciar su sostenibilidad, pero también a otros públicos no profesionales para que tomen conciencia de las amenazas que le afectan. La transferencia de resultados se hace a través de la organización de jornadas técnicas, cursos y talleres; asistencia a congresos y ferias; mediante la edición de publicaciones científicotécnicas y divulgativas; reuniones y consultas; visitas, etc. En definitiva, el ICMC persigue contribuir desde la investigación científica, la prestación de servicios y la divulgación a frenar los principales problemas del sector agroforestal y de las industrias corchera y carbonera, y potenciar las posibilidades que ofrece, colaborando en su conservación.
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PINCELADAS DE VIDA
Francisco Hernández
Pinceladas , de emocion
Ismael Muñoz Linares
Francisco es un captador de belleza y un transmisor de emociones. Pinta por el placer que le supone la observación de la belleza natural, “por la necesidad de recrearme en ella y perpetuar ese instante de alguna manera”. Considera que el proceso de percibir e interpretar en un papel esa belleza “nos permite conectar con nosotros mismos de un modo que difícilmente se puede lograr de otra manera, se acaba convirtiendo en un diálogo y en una actividad que en última instancia me producen placer”. Sin decirlo, Francisco habla del estado profesional ideal: vocación, trabajo y placer. Comenzó a dibujar muy joven, cuando estudiaba ciencias biológicas y conoció el trabajo del ilustrador inglés John Busby. Profesionalmente comenzó con un encargo para una guía de aves de la isla de Bioko (Guinea Ecuatorial), en 1995. Compaginó la ilustración con su trabajo como biólogo durante años para terminar dedicándose en exclusiva a la ilustración naturalista. Prefiere la acuarela a otros materiales, “porque es la técnica más versátil y la más cómoda para trabajar sobre el terreno, sin necesidad de transportar mucho peso, y por la facilidad de disponibilidad de agua en la naturaleza”, aunque también trabaja con grafito, tina, óleo y acrílico.
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¿Cuáles son las cualidades que debe tener un buen ilustrador? En primer lugar, ser un buen observador y, después, una combinación de paciencia, tenacidad y motivación para dedicar todo el tiempo que sea preciso a desarrollar las habilidades necesarias. Hay que estar preparado para equivocarte muchas veces y volver a intentarlo, hasta que consigas el resultado que buscas. ¿Cómo es su método de trabajo: pinta directamente de la naturaleza, a través de fotografías o imágenes de otros ilustradores? Directamente de la naturaleza y a partir de mis propias fotografías y videos. Las imágenes de otros ilustradores me sirvieron para aprender sus técnicas, pero nunca las utilizaría como método de trabajo para elaborar mis ilustraciones. Eso no significa que su trabajo no continúe inspirándome. El método difiere mucho dependiendo de las características del trabajo, pero siempre insisto a mis alumnos
a no perder nunca contacto con la naturaleza real, es lo que te permite capturar la esencia del animal o de un paisaje. Recomiendo trabajar a partir de fotografías propias, porque una parte de esa luz queda retenida en tu memoria y siempre puedes recuperarla. ¿Qué materiales prefiere utilizar y cuáles son las diferencias creativas entre las distintas técnicas? Prefiero el soporte papel, trabajando en estudio y por supuesto del natural. Me gusta poder “palpar” el color. Aprecio el reto de tener que dar esa pincelada decisiva, sin vuelta atrás, asumir ese riesgo y salir airoso hasta adquirir la seguridad de que cada pincelada es la adecuada. Si me equivoco, vuelvo a empezar, lo asumo como una oportunidad para aprender. Me gusta ver un trabajo terminado sobre papel, se percibe el proceso, no solo el resultado final. La técnica digital no la he trabajado tanto. Una ventaja del digital es que permite experimentar y probar nuevos enfoques que luego puedo trasladar al soporte 2020. N.o 76
papel y, además, para ciertos trabajos permite acortar plazos de entrega. No hay muchas diferencias entre ambas técnicas desde el punto de vista creativo. Si hablamos de pintura naturalista nunca me plantearía el soporte digital como una alternativa al soporte físico. ¿Qué le aporta emocionalmente la observación de la fauna salvaje en su entorno natural y plasmarla en un papel? La observación de la fauna salvaje en las grandes llanuras africanas me aporta algo imposible de encontrar en otro lugar: estar rodeado de cientos de animales cuyo tamaño iguala o supera al mío, haciendo que la balanza se incline a su favor, que yo sea minoritario, extraño, pequeño, casi anecdótico en ese orden natural. Esos seres vivos están inmersos en lo que supone vivir y sobrevivir en esta delgada capa de vida, sin concesiones. Esa vivencia me permite conectar con una parte de mi que me recuerda lo que supuso ese modo de vida para un ser humano, la inmersión en un espacio en el que podemos experimentar y activar facultades que en nuestro mundo no necesitamos. Esa sensa-
ción de libertad en el entorno natural y de conexión con los seres vivos que lo habitan difícilmente puedo experimentarla en otro lugar. La editorial Rodeno publicó un libro sobre aquella experiencia que me ha marcado artística y personalmente. Se titula “Etosha. Dibujando la naturaleza africana”. Otros lugares donde experimento sensaciones parecidas son la alta montaña, especialmente en el Pirineo, y los desiertos. Los tres tienen en común la amplitud del espacio y la visión permanente del horizonte, donde se encuentran el cielo y la tierra, en los que aunque la vida se manifiesta de un modo mas tímido, puedes experimentar la sensación de soledad y la amplitud del espacio en todas sus dimensiones. Y necesito plasmar lo que experimento de alguna manera. Hay quien lo hace escribiendo, yo lo hago dibujando y pintando. ¿Qué valora más: el detalle científico o la capacidad de emocionar? Sin duda lo segundo, aunque creo que ambos no son del todo incompatibles. En términos generales, la ciencia ha tendido, en mi opinión erróneamente, a eliminar cualquier rastro
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de emoción en su enfoque, probablemente en el afán de ganar en rigor y objetividad. Al hacerlo, ha perdido más de lo que ha ganado. Supongo que también es una manifestación de la tendencia de la tradición cultural occidental a separar lo espiritual de lo racional. En otras culturas, esta separación, sencillamente no existe, de modo que no tiene sentido la una sin la otra porque se las considera una misma cosa. ¿Pueden convivir ambos criterios en una misma obra: la fidelidad absoluta del dibujo naturalista científico con el dibujo más artístico y emocional? Creo que sí pueden hacerlo. Otra cosa es que, a criterio de un científico, mi ilustración no cumpla sus requisitos de rigor; o que a ojos de un amante de la vida natural, a mi ilustración le sobren detalles. Al final, el equilibrio, siempre que yo pueda elegir, lo encuentro desdibujando un poco la realidad. No me gusta mostrarlo todo. Me agrada que mi propia imaginación sea la que acabe una obra. Si un ser vivo me transmite emociones cuando lo observo tengo que
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incluirlo en la ilustración. Los animales son mucho más que pelo y plumas ordenados de una determinada manera. Todo esto no quita que, si me piden que ponga énfasis en mostrar la realidad de un modo fiel, puedo hacerlo sin dificultad. Es otra de las ventajas de la ilustración. ¿Es la ilustración la forma más fácil de sensibilizar a una persona sobre el valor de la naturaleza? La forma más fácil de sensibilizarla es dejándola que se pierda un poco en la naturaleza, que se sumerja a solas y descubra la maravilla de relacionarse de una forma íntima y personal con su entorno. Nuestra relación con la naturaleza está demasiado mediatizada por lo que supone la comprensión de lo que vemos. Estamos sobrepasados por el conocimiento de lo que vemos y ese conocimiento se convierte en una barrera para conectar emocionalmente con la naturaleza. La sensibilización tiene más relación con las emociones que con el conocimiento. Pueden complementarse, pero el tirón potente nos lo da la emoción. Hemos creído que podíamos sensibilizar con mucha información visual y escrita pero creo que hay que pisar la tierra para emocionarse. La emoción que yo percibo en la naturaleza, y que trato de transmitir en mis pinturas, me temo que solo podrá alcanzar y sensibilizar un poco más a una persona que ya haya experimentado esa emoción en contacto directo con la naturaleza.
zar. Y es más fácil que personas sensibilizadas se impliquen en la conservación del entorno. Tomar conciencia de que la conservación es algo importante también para otras personas nos genera conciencia de grupo. Y esa experiencia colectiva refuerza el vínculo con la necesidad de conservar. Quienes dibujamos la naturaleza estamos lanzando un mensaje muy claro. Esto que dibujo, lo valoro, lo comparto contigo y desearía que permaneciera vivo e inalterado. Ojalá se perciba de ese modo. Y puede llegar a muchas personas, de manera que entiendo que puede acabar convirtiéndose en una herramienta de conservación valiosa y potente. ¿Qué permite la ilustración, desde el punto de vista comunicativo, que no permita la fotografía o la pintura? Creo que la ilustración estaría situada, desde el punto de vista comunicativo, entre la pintura y la fotografía. Entre la pintura y la ilustración hay grados. Tanto el óleo como la acuarela son dos técnicas pictóricas. Sin embargo, tiende a pensarse que una obra realizada con acuarela está más próxima a la ilustración que a la pintura, y un óleo está más vinculado con la
pintura, cuando en realidad se trata simplemente de técnicas distintas. En mi opinión, la ilustración es un enfoque en el que la imagen creada tiene como objeto comunicar una idea previa, responde a una necesidad comunicativa; el ilustrador se pone al servicio de esa comunicación, sea propia o por encargo. En la pintura, del autor parten la idea previa y su ejecución. La necesidad de comunicar tiene que ver con el propio impulso del autor, que goza además de un espacio de libertad al ser el autor total de la obra. Desde esta perspectiva, mucho de lo que consideramos ilustración, debería llamarse pintura y viceversa. En relación a la fotografía, la ilustración, sin dejar de mirar a la realidad, nos permite dar forma a un instante sin las limitaciones de aquella: permite poner luz, énfasis en un aspecto concreto, nos permite de alguna manera, moldear la realidad. ¿Es esa la principal diferencia entre la fotografía y la ilustración, la capacidad de crear un momento soñado? Puede ser. Pero también que, al
¿Qué valor tiene la ilustración de naturaleza como herramienta de conservación? Es una herramienta para sensibili-
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contemplar una ilustración, resulta sencillo tomar conciencia del proceso creativo al observar las capas de pintura, las texturas, los trazos de lápiz bajo el color. Es más fácil percibir la dedicación y lo que tiene de artesanía. Ves más que una imagen. Amplía la perspectiva porque, además del plano del papel, percibes una nueva dimensión: la del tiempo. Si hiciese una retrospectiva de su trabajo y observase su evolución ¿hacia dónde cree que evoluciona usted artísticamente? Creo que me voy apartando cada vez más de la necesidad de representar la realidad como si de una fotografía se tratase. Intento generar la sensación de realismo pero por una vía indirecta que tiene más que ver con el uso del color y de la luz que con el detalle. Son momentos de cambio a muchos niveles y, desde el punto de vista artístico, mi trabajo podría tomar diversas y motivadoras direcciones. Siembre me ha interesado mucho la figura humana e integrar al ser humano con la naturaleza es un campo a explorar. ¿Por qué cree que, sin embargo, las administraciones, asociaciones o instituciones que editan material de divulgación prefieren fotografías a ilustraciones? Seguro que por diversos motivos. Puede que quienes demandan material para divulgación les resulte más fácil «conectar» con una fotografía que con una ilustración, o creen que al público le resultará más fácil hacerlo. Por lo general, hay que pagar más por una ilustración que por una foto-
grafía y, a menudo, se prefiere optar por la opción más económica, lo que no significa que el resultado no sea igualmente satisfactorio. Una de sus actividades profesionales es la formación de nuevos ilustradores, ¿cuáles son las motivaciones principales que observa en sus alumnos? No sabría decir qué caminos llevan a cada cual a querer dedicarse a la ilustración naturalista. De partida, entiendo que la confluencia de dos pasiones, la de dibujar y la de la naturaleza. Trabajar como ilustrador independiente te permite estar con contacto con la naturaleza y satisface una parte muy importante de tus propias expectativas personales, es muy atractivo como profesión. Es un trabajo que implica mucha, mucha dedicación e implicación personal, da muchas satisfacciones pero exige mucho sacrificio. ¿Se puede vivir exclusivamente de la ilustración de la naturaleza? A esta pregunta no es fácil responder. Vivir de la ilustración de naturaleza en España es posible, pero con muchas dificultades porque la demanda es escasa. Antes de la crisis de 2007 era distinto, pero aún nos estábamos recuperando de aquello. No sé a qué se debe, pero creo que no tiene tanta relación con la falta de interés y sensibilidad por la naturaleza, porque la hay, como por una falta de interés y sensibilidad por el arte. La abundancia de información visual supongo que tampoco ayuda. Es más fácil que nunca acceder a imá-
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genes de obras artísticas sin tenerlas colgadas en una pared o en un libro. Creo que incluso los creadores acabamos contribuyendo a esta situación, en nuestro afán de dar a conocer nuestro trabajo y con la mejor de las intenciones. La tendencia innata del ser humano a orientarse hacia la naturaleza y hacia las manifestaciones artísticas se cortocircuita en un modelo social centrado en el consumo y la productividad, que excluye el arte y la cultura de sus prioridades. Parte de la responsabilidad de las instituciones es no obstaculizarla, y eso pasa por darle, como mínimo el mismo espacio que da a otros ámbitos, empezando por la enseñanza y siguiendo por la promoción de todas las manifestaciones artísticas, no solo de una pequeña parte de ellas, casi siempre ligada a un arte inaccesible para la inmensa mayoría o como objeto de inversión financiera. Los acontecimientos que vivimos en estos momentos entrañan grandes dificultades. Pueden ser una oportunidad para cuestionarnos lo que consideramos importante en nuestras vidas y también con el modo en que nos relacionamos con la naturaleza y con nuestros semejantes. Cualquier vía de comunicación que nos aproxime a ella, incluido el arte, nos ayudará a poner esa relación de cuidado en primer lugar, por el bien de todos los seres vivos que habitamos y compartimos este planeta.
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LITERATURA Y MEDIO NATURAL
Antonio Cipriano José María Machado Ruiz. (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Colliure, Francia, 22 de febrero de 1939)
La naturalidad de la sencillez
Antonio Machado Ismael Muñoz Linares
Este artículo es una personal y modesta invitación a la lectura serena, o relectura, de Antonio Machado, un poeta que acompañó nuestro obligado acercamiento adolescente a la poesía. Fue referente de la Generación del 98, aquel grupo de intelectuales marcado por la pérdida de la última colonia, un profundo “dolor por España”, críticos a la vez con la oligarquía corrupta gobernante y con la España más inculta a la que consideran atrasada, llena de envidia y de insolidaridad. Y, sin embargo, profundo admirador de la sencillez austera castellana y de sus campos, esencia de verdad y de su ideal de España. Los miembros de la Generación del 98 son librepensadores, no creyentes pero preocupados por el sentido de la vida y lo que hay “más allá” de la muerte; buscan la esencia de “lo español”, su personalidad y sicología histórica, para darle un respiro intelectual a un país autoflagelado y marcado por el pesimismo, para encontrar ellos mismos respuestas a su desasosiego e inconformismo. Castilla, sus pueblos, sus paisajes y sus gentes se revelan como la esencia de esa personalidad española. Y el lenguaje sobrio, sencillo, de fácil comprensión, directo, de frases cortas y certeras, alejados de floridos adornos, es su seña de identidad artística. Antonio Machado es el poeta de referencia de esa generación, un hombre sencillo que representa perfectamente las características literarias e intelectuales de todos ellos: el compromiso ético y el valor del magisterio.
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… Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una... Retrato. Campos de Castilla. Antonio Machado.
Miguel de Unamuno, el gran referente intelectual, Pío Baroja, Ramón del Valle Inclán, José Martínez Ruiz “Azorín”, Antonio Machado, Ángel Ganivet y Ramiro de Maeztu son los grandes exponentes de la Generación del 98. 2020. N.o 76
SORIA, CASTILLA Y ESPAÑA Campos de Castilla, la obra más conocida de Antonio Machado, es también uno de los mayores exponentes de la íntima relación entre literatura y naturaleza de los escritores españoles. Fue publicada en 1912, a la muerte se de su mujer Leonor, después de tres años como profesor de francés en un instituto de Soria. A la visión impresionista del paisaje Machado suma su visión moral o sicológica con el retrato de personas, las que dan “alma” al paisaje. El poeta humaniza el paisaje soriano, la quintaesencia del paisaje castellano y, por extensión, un símbolo de España.
la naturaleza. El premio, dirigido a estudiantes de educación primaria, educación secundaria, bachillerato, formación profesional y títulos de grado medio, se desarrolla bajo el lema La educación en la protección y desarrollo de la naturaleza y el medio ambiente en el marco de la Agenda 2030, y reconoce las mejores aportaciones en el ámbito de la poesía, narrativa, arte visual, arte audiovisual, concurso de preguntas, iniciativas machadianas e interpretación musical. VII ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, obscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!...
Es la tierra de Soria, árida y fría. Por las colinas y las sierras calvas, verdes pradillos, cerros cenicientos, la primavera pasa dejando entre las hierbas olorosas sus diminutas margaritas blancas. La tierra no revive, el campo sueña. Al empezar abril está nevada la espalda del Moncayo; el caminante lleva en su bufanda envueltos cuello y boca, y los pastores pasan cubiertos con sus luengas capas…
IX ¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria, tardes tranquilas, montes de violeta, alamedas del río, verde sueño del suelo gris y de la parda tierra,
Campos de Soria. Campos de Castilla. Antonio Machado
El paisaje de Machado es un paisaje con personas que sufren, aman, odian, trabajan, viven y transforman su entorno. No es una postal idílica de paisaje soñado, bucólico y romántico; es un paisaje hecho por las personas, que forman parte de él como el río, la montaña, los chopos o las águilas. Son esas personas quienes, con esfuerzo, sacrificio, trabajo, pasiones y “pecados capitales”, han hecho el paisaje que se clava en la pupila del poeta. Cuando Machado mira la sierra, los campos y los árboles ve a personas y sus miedos, sus necesidades y necedades, con su cultura y tradiciones, con el espíritu y la carga de la memoria de sus antepasados, con su ignorancia y avaricia, su constancia y con su esencia. Refleja una relación dura, de influencia mutua, que ha forjado el paisaje y el carácter de sus habitantes. Manuel Núñez Encabo, presidente de la Fundación Antonio Machado, lo explica así: “Machado habla de paisaje con alma y de paisaje con personas. Esto supuso un cambio total en la poesía española, con la profundidad de las personas que conviven, sufren y también disfrutan de la naturaleza. Supuso un descubrimiento para la poesía universal al hablar del paisaje al mismo tiempo que de las personas, que son las que le dan alma y movimiento”. Miguel de Unamuno resumía en una frase esa forma de mirar de Antonio Machado: “capaz de ver al paisaje y al paisanaje”. Tan fuerte es la importancia de la naturaleza en su obra que la Fundación Antonio Machado, que tiene su sede en Soria, organiza desde hace tres años el Premio Nacional Antonio Machado para “impulsar propuestas que tengan como objetivo su cuidado, protección y desarrollo sostenible” de
agria melancolía de la ciudad decrépita, me habéis llegado al alma, ¿o acaso estabais en el fondo de ella? ¡Gente del alto llano numantino que a Dios guardáis como cristianas viejas, que el sol de España os llene de alegría, de luz y de riqueza! Campos de Soria. Campos de Castilla. Antonio Machado
Pero, al hablar de las personas que habitan y transforman el paisaje, no lo hace con paternalismo, ni falsa benevolencia, condescendencia o complejo de superioridad. Machado retrata lo que ve y lo que siente. Sus brochazos dejan en ocasiones un cuadro duro que no busca aplausos fáciles.
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El hombre de estos campos que incendia los pinares y su despojo aguarda como botín de guerra, antaño hubo raído los negros encinares, talado los robustos robledos de la sierra. Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares; la tempestad llevarse los limos de la tierra por los sagrados ríos hacia los anchos mares; y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra. Es hijo de una estirpe de rudos caminantes, pastores que conducen sus hordas de merinos a Extremadura fértil, rebaños trashumantes que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
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Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto, hundidos, recelosos, movibles; y trazadas cual arco de ballesta, en el semblante enjuto de pómulos salientes, las cejas muy pobladas… Por Tierras de España. Campos de Castilla. Antonio Machado
Escribir versos tan crudos no le privó del cariño y reconocimiento como hijo adoptivo de Soria el 16 de julio de 1932. Machado escribe unas líneas de agradecimiento publicadas en El Porvenir Castellano, el 1 de octubre de ese mismo año. …Toledo es, ciertamente, imperial, un gran expolio de imperios. Ávila, la del perfecto muro torreado es en verdad mística y guerrera, o acaso mejor como dice el pueblo, ciudad de cantos y de santos. Burgos conserva todavía la gracia juvenil de Rodrigo y la varonía de su guante mallado, su ceño hacia León y su sonrisa hacia la aventura de Valencia. Segovia con sus arcos de piedra, guarda las vértebras de Roma. Soria, sobre un paisaje mineral, planetario, telúrico. Soria, la del viento redondo con nieve menuda que siempre nos da en la cara, junto al Duero adolescente, casi niño, es pura... y nada más… …Y hombres de otras tierras que cruzaron sus páramos no han podido olvidarla. Soria es, acaso, lo más espiritual de esa espiritual Castilla, espíritu a su vez, de España entera. Nada hay en ella que asombre o que brille y truene. Todo es sencillo, modesto, llano. Contra el espíritu redundante y barroco que sólo aspira a exhibición y a efecto, buen antídoto es Soria, maestra de castellanía, que siempre nos invita a ser lo que somos y nada más. ¿No es esto bastante?...
El libro La naturaleza en la obra de Antonio Machado, de Carlos López Bustos, publicado por ICONA en 1989, es un recopilatorio de los poemas en los que Machado refleja su particular y emotiva visión de las distintas especies vegetales y animales. Encinas, pinos, madroños, cambroneras y zarzas, robles, hayas, olmos y sauces han protagonizado alguno de los versos más reconocibles de Machado. Pero también aparecen rosales, palmeras, el castaño, la hiedra, el laurel, el mirto y el eucalipto. Y no podemos olvidar las especies agrícolas como el olivo, la vid y los cereales; o las flores y plantas aromáticas, las adelfas, juncos y cañas. Pero no se quedó ahí porque insectos, aves y mamíferos forman parte de sus poemas con la misma naturalidad con la que forman parte del paisaje, alegorías de los sentimientos y las preocupaciones que le afligen. Anoche cuando dormía Soñé, ¡bendita ilusión!, Que una colmena tenía Dentro de mi corazón, Y las doradas abejas Iban fabricando en él, Con las amarguras viejas, Blanca cera y dulce miel… Anoche cuando dormía Soñé, ¡bendita ilusión!, Que era Dios lo que tenía Dentro de mi corazón.
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Nadie ha sabido decirle a una sencilla encina lo mucho que representa para el paisaje, y las personas que lo habitan, de la forma como lo ha hecho Machado. ¡Encinares castellanos en laderas y altozanos, serrijones y colinas llenos de oscura maleza, encinas, pardas encinas; humildad y fortaleza! Mientras que llenándoos va el hacha de calvijares, ¿nadie cantaros sabrá, encinares?... ¿Qué tienes tú, negra encina campesina, con tus ramas sin color en el campo sin verdor; con tu tronco ceniciento sin esbeltez ni altiveza, con tu vigor sin tormento, y tu humildad que es firmeza?...
El mítico olmo de la ribera del Duero es otra imborrable simbología de si mismo, de su madurez y esperanza, escrito en Soria en 1912. Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento... … Mi corazón espera también hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
Podemos intentar definir la personalidad de cualquier autor tras analizar su obra. Si se tratase exclusivamente de un ejercicio subjetivo, de lo que nos sugiere, provoca o estimula, 2020. N.o 76
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, más recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno... …Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.
Y no menos interesante, y en parte actual, es este otro fragmento de la misma obra en la que se atisba una diferencia de intereses con respecto a la naturaleza entre el habitante de la ciudad y el “campesino”, o habitante del pueblo. XXVII Pero no debemos engañarnos. Nuestro amor al campo es una mera afición al paisaje, a la Naturaleza como espectáculo. Nada menos campesino y, si me apuráis, menos natural que un paisajista. Después de Juan Jacobo Rousseau, el ginebrino, espíritu ahíto de ciudadanía, la emoción campesina, la esencialmente geórgica, de tierra que se labra, la virgiliana y la de nuestro gran Lope de Vega, todavía, ha desaparecido. El campo para el arte moderno es una invención de la ciudad, una creación del tedio urbano y del terror creciente a las aglomeraciones humanas. ¿Amor a la Naturaleza? Según se mire. El hombre moderno busca en el campo la soledad, cosa muy poco natural. Alguien dirá que se busca a sí mismo. Pero lo natural en el hombre es buscarse en su vecino, en su prójimo, como dice Unamuno, el joven y sabio rector de Salamanca. Más bien creo yo que el hombre moderno huye de sí mismo, hacia las plantas y las piedras, por odio a su propia animalidad, que la ciudad exalta y corrompe...
Las posibles similitudes con el presente es un ejercicio que dejo al interés del lector.
Gustavo Otero
LA NATURALEZA EN SU PROSA Pero no todo en Antonio Machado es poesía, también en sus artículos en prensa y conferencias expresa sus opiniones sobre la naturaleza y el hombre. Algunas tan curiosas como estas en las que muestra su poca afición por el ejercicio físico en su libro Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)
Para crear hábitos saludables que nos acompañen toda la vida, no hay peor camino que el de la gimnasia y los deportes, que son ejercicios mecanizados, en cierto sentido abstractos, desintegrados, tanto de la vida animal como de la ciudadana. Aun suponiendo que estos ejercicios sean saludables -y es mucho suponer-, nunca han de sernos de gran provecho, porque no es fácil que nos acompañen sino durante algunos años de nuestra efímera existencia. Si lográsemos, en cambio, despertar en el niño el amor a la naturaleza, que se deleita en contemplarla, o la curiosidad por ella, que se empeña en observarla y conocerla, tendríamos más tarde hombres maduros y ancianos venerables, capaces de atravesar la sierra de Guadarrama en los días más crudos del invierno, ya por deseo de recrearse en el espectáculo de los pinos y de los montes, ya movidos por el afán científico de estudiar la estructura y composición de las piedras o de encontrar una nueva especie de lagartijas.
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Ardeidas
cada persona podría llegar a conclusiones muy diferentes sobre el autor en cuestión. Una de las virtudes de Antonio Machado es que su sencillez y concisión permiten entenderlo fácilmente, quizás sea una de las razones de la popularidad de su poesía, la naturalidad de su lenguaje es una demostración de su personalidad.
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NOTICIAS FORESTALES
El compromiso del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales con sus colegiados, el sector forestal y la sociedad ante el COVID-19 Queremos dar desde el COITF nuestras más sinceras condolencias a todas las personas fallecidas por el coronavirus en estos meses. Todas ellas tienen nombres y apellidos, familias y seres queridos que no han podido tributarles ni su cariño ni el reconocimiento merecido a una generación que ha hecho posible que los demás hayamos tenido pasado, presente y futuro. Queremos expresar nuestro pesar y gratitud a los ingenieros forestales y de montes que nos han dejado en estos dos últimos meses como consecuencia de la pandemia, entre ellos a uno de los colegiados que hace unos meses recibió la insignia de oro por su cincuenta aniversario colegial.
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Por otro lado, en estos momentos de incertidumbre, también estamos muy pendientes y preocupados por los compañeros que han perdido su empleo, o se han visto gravemente afectados en lo profesional, como son los autónomos. Queremos trasmitirles que tienen al Colegio para todo lo que necesiten. Hemos mantenido abiertas nuestras instalaciones, adoptando previamente las pertinentes medidas preventivas, con el objeto de atender todas las consultas de nuestros colegiados. Esta pandemia nos ha obligado a suspender nuestra Asamblea General que se iba a celebrar en Peñíscola (Castellón), asambleas territoriales y numerosos eventos profesionales cancelados como el Congreso PARJAP 2020, Fimma-Maderalia, la
Feria forestal Galiforest Abanca o el Día Internacional de los Bosques. En este mes y medio el COITF ha emitido siete notas de prensa, una por semana, atentos a la evolución de los acontecimientos: • Se ha reivindicado un trato justo para los profesionales autónomos. La precariedad laboral, la temporalidad, el déficit de derechos laborales y sociales son circunstancias habituales en el desarrollo profesional de los trabajadores autónomos forestales y, por tanto, el paro forzoso de su actividad impuesta por el COVID-19 va a incrementar todavía más su vulnerabilidad e inestabilidad laboral. • Hemos reclamado al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto
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Demográfico, junto al Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, que se posicionara ante la indefinición del Real Decreto-ley 10/2020 al no considerar expresamente “esencial” toda la actividad forestal, lo que motivó una clara inseguridad jurídica a las empresas y profesionales del sector forestal. Al no recibir ninguna respuesta por parte del Ministerio, nos vimos obligados a sacar una nota aclaratoria sobre actividades esenciales en el sector forestal, que fue muy bien acogida por el sector. Se ha reflejado una vez más la importancia de los bosques para la vida en el Día Internacional de los Bosques, resaltando sus funciones reguladoras del ciclo del agua; su papel crucial en la lucha contra el cambio climático; su capacidad como reserva de biodiversidad de animales y plantas; su servicio como fijadores de tierra evitando la erosión y la desertización; su defensa de cabeceras de ríos, embalses y poblaciones humanas frente a riadas y catástrofes naturales y su producción de materias primas naturales y renovables como la madera, la biomasa forestal, el corcho y otros productos naturales. Hemos requerido la necesidad del control de poblaciones de fauna cinegética durante el estado de alarma y que sea realizada por profesionales competentes como los ingenieros forestales. Publicamos en prensa el reconocimiento a la labor de los técnicos, agentes forestales, encargados, especialistas, capataces, conductores y resto de profesionales forestales, que han aportado su granito de arena en el control del coronavirus, corroborando su
Daños en almendros producidos or arruís en la provincia de alicante
compromiso con la sociedad. La función máxima del COITF siempre ha sido y es la protección de los intereses de nuestros profesionales Graduados e Ingenieros Técnicos y asegurar los servicios que prestan a la sociedad los ingenieros técnicos forestales, lo que hemos reiterado en otros foros a través de Unión Profesional y del Instituto Nacional de Graduados e Ingenieros Técnicos de España (INGITE) al Gobierno de España, dejando clara nuestra plena disponibilidad para colaborar proactivamente en todos aquellos aspectos que se nos requiera desde las instancias públicas. Nuestro objetivo es ayudar en esta dramática crisis en la que todos tenemos que colaborar, en la medida de nuestras posibilidades y capacidades, en un plan de recuperación post COVID-19 en el futuro más inmediato. Como colectivo, vemos positivamente las líneas abiertas de ayuda a aquellos profesionales que ven reducida su actividad por encima del 75%, aunque se echa de menos una moratoria que automáticamente suspendiera durante el estado de alarma las cuotas y plazos fiscales para profesionales en estas situaciones. Asimismo,
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entre las medidas sugeridas, se planteó la articulación de líneas de crédito específicas a través de sistemas públicos, tal como se propone desde Unión Profesional. También hemos solicitado que los requisitos que se les exige a los profesionales autónomos, que cesan su actividad para poder cobrar una prestación por desempleo, no sean tan rígidos y se agilicen los trámites para que la ayuda económica, que tanto necesitan, la pudieran percibir cuanto antes. Tampoco olvidamos a los trabajadores por cuenta ajena que van a verse afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (E.R.T.E.), y de los que se han quedado sin empleo. Desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales queremos expresar nuestra más sincera gratitud a los técnicos, encargados, especialistas, capataces, conductores, cuadrillas, agentes forestales y a todo el personal por vuestra ayuda a superar la pandemia. Nuestro reconocimiento por vuestro trabajo y tesón contra en coronavirus. El aplauso de los ciudadanos y especialmente el nuestro también va dirigido a todos vosotros Muchas gracias a todos.
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José Luis Allué Andrade Javier María García López Doctor Ingeniero de Montes
El pasado 1 de enero falleció en Madrid José Luis Allué-Andrade Ferrería. Nacido en Monforte de Lemos (Lugo) en 1931, estudió el bachillerato en León, donde sus vivencias de la ausencia de Galicia fueron el germen de un galleguismo cultural que le acompañó durante toda su vida. Iniciada la carrera de Físicas en Madrid, la acuciante necesidad de personal para la ingente política de repoblaciones de la época le desvió, con escaso convencimiento por su parte, a preparar el ingreso en el Cuerpo de Ayudantes de Montes, donde su familia, aconsejada por Jacobo Arias, jefe de distrito, amigo y algo pariente, veía un porvenir más seguro para él. Sus inicios profesionales en el Patrimonio Forestal del Estado, en la Sierra de Segura, le confrontaron con la realidad de un territorio que desde mediados del siglo XIX era uno de los más duros para el ejercicio de la profesión, pero también prueba de fuego que había forjado a otros forestales ilustres como Mackay o Baró. Como ellos, José Luis conoció de primera mano las usurpaciones de la propiedad estatal y las talas ilegales a gran escala en los montes del Estado a cargo de caciques locales, y no dudó en dinamitar las pistas de acceso a un famoso pinar para evitar su destrucción por uno de ellos. Allí conoció también la ascética vida en la casa forestal de Santiago de la Espada, población serrana que quedaba aislada durante largas temporadas por la nieve. Aquellos periodos de forzosa autarquía alimentaria terminaron provocando su aversión a los huevos fritos, que no volvió a probar en toda su vida. Conoció igualmente la España negra del atraso rural, quedando profundamente marcado por los asesinatos entre miembros de dos familias locales a causa de rivalidades atávicas. Por desgracia, se ha ido sin plasmar en un libro las vivencias humanas y
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literarias que experimentó en aquel océano de montañas y que a menudo relataba, propósito alguna vez declarado pero finalmente no culminado. En Segura queda su obra repobladora de miles de hectáreas, convertidas hoy en magníficos bosques, pero también su especial sensibilidad ante los conflictos sociales que provocaban los perímetros de repoblación obligatoria, llevando a cabo la primera ordenación de pastos en las mejores zonas ganaderas de aquellas sierras como alternativa a su plantación. Pronto el original planteamiento de aquel joven y prometedor forestal llegó a los despachos de Madrid, y alguien dio la providencial orden de que se le fichase para trabajar en el proyecto americano de investigación pascícola del entonces IFIE, que marcaría el inicio de su larga carrera como investigador. De Jaén no solo se trajo la determinación que da al forestal de monte el ejercicio de la responsabilidad en condiciones de aislamiento, sino a su querida esposa Carmina, a la que conoció en aquellas soledades, angelical contrapunto durante sesenta años al fuerte carácter de José Luis. También se trajo al primero de sus tres hijos, Miguel, naciendo Carmen y María ya en Madrid. La necesidad de caracterizar los ecotipos pascícolas le llevaría a profundizar en el estudio de la fitoclimatología, disciplina que terminó siendo el centro de su carrera investigadora, cristalizando en 1990 en su obra cumbre, Atlas fitoclimático de España y en sus modelos posteriores, que aun hoy asombran. Le conocí cuando estaba ultimando su Atlas, entre cigarrillo y cigarrillo, y entre Madrid y El Escorial, como un monumental reto intelectual para el que no había horarios, ni de día ni de noche. Habló de cambio climático cuando este término no figuraba en ninguna agenda política, lo predijo, lo cuantificó y lo cartografió. Simultaneó su labor investigadora con la docente en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Forestal. Numerosas promociones de alumnos recuerdan su cercanía, su
generosidad intelectual, la extraordinaria calidad de sus clases de pascicultura, repoblaciones y selvicultura, su lucha contra la clase magistral y el tradicional método memorístico, sus exámenes a libro abierto y sus imaginativos dibujos esquemáticos de paisajes silvopastorales. Como le gustaba repetir “ni las mentes ni los libros sirven para nada si no se abren”. Hombre de vastísima cultura y profundas inquietudes intelectuales, con su jubilación pudo retomar, con más ímpetu si cabe, su pasión por la composición musical y por la cultura gallega de su juventud, cuando se codeó con los principales exponentes del movimiento cultural galleguista, como Ramón Piñeiro, del que llegaría a ser unos de sus discípulos predilectos. Fue entonces cuando, dueño por fin de su tiempo, pudo colaborar intensamente con las más acreditadas editoriales literarias gallegas en su querida lengua materna. Apasionado y autodidacta de casi todo, reivindicó rabiosamente su libertad individual, rehuyendo el que se le identificase con ningún colectivo, pues “todos ellos son estadísticamente iguales”. Los que le conocimos echaremos de menos a uno de los más grandes forestales de nuestro tiempo. Los que no, siempre tendrán a su alcance la calidad de su obra escrita, “lo único que te defiende”, como me solía decir en aquellas largas e inolvidables sobremesas que ya añoro. Todo un lujo. Gracias José Luis. 2020. N.o 76
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