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Columna Alberto Banuet

Secreto a voces Veganos al Ataque

Por: Alberto Banuet A. Ganadero/Agricultor ranchobuenavista@gmail.com

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El ganadero es un tipo capaz de perder dinero mientras trabaja 400 horas al mes para alimentar a gente que piensa que su actividad está acabando con el mundo

Derbez, Jesusa, Joaquín Phoenix, Venus Williams, Michelle Pfeiffer entre otros famosos están convenciendo a millones de personas influenciables, para que traten de ser veganos o al menos vegetarianos.

Para ser honesto, a Michelle Pfeiffer seguramente la perdonaría porque por mi puede comer hasta escamoles en el desayuno, la verdad es que está muy guapa, creo que aplicando a fondo el mexican charm que nos caracteriza a todos, todavía la podríamos rescatar y convencer para que pruebe unos tacos al pastor o una picaña al carbón… pero de ahí en fuera, a ninguna otra y no tiene caso dar nombres, si como dijo Monsivais, ya los sabe Dios.

Pero esto es en serio, estamos siendo atacados por una organización bien establecida que el FBI considera terrorista, extremista y dentro del espectro de “terrorismo de intereses especiales” una variante de terrorismo que tiene nombre y apellido, se autodenomina Frente de Liberación Animal, sus siglas en inglés son ALF (Animal liberation Front) y en él participan miles de personas encubiertas y otras que son directivos visibles de la organización como el tal Joaquín Phoenix también conocido como el Guasón y reciente ganador del Oscar.

Estos grupos hacen cosas como liberar lechones de las granjas porcinas, el tema causa hilaridad en algunas personas hasta que se enteran que los causantes podrían alcanzar condenas de hasta 70 años en prisión, también liberan pollos y destruyen cotos de caza, dañan lugares en donde se practica el rodeo, queman ranchos, atacan restaurantes que van desde McDonald’s hasta churrasquerías y solo en un año han causado destrozos por más de 110 millones de dólares lo que ya no es un tema de risa.

Entre otras caballadas, su ideología sostiene que a nadie se le debe permitir tomar leche, comer una hamburguesa, tener una mascota o tratarse el cáncer si para desarrollar la medicina se usaron ratones en los ensayos. Quieren imponer impuestos por pecados cometidos contra animales y alimentos como la carne y el huevo y aunque no lo crea, hay legisladores que los apoyan.

Nos están haciendo daño, están golpeando a la industria cárnica y no estamos respondiendo al ritmo del daño y aunque hay evidencia comprobable de que, en esa interminable y seguramente incompleta lista de famosos veganos hay mucha hipocresía, porque a escondidas si le meten al tocino, la moda y la fama los arrinconan para que públicamente participen en el juego que defiende a las vacas chillonas.

Es rentable para sus intereses.

Toda esta gente que habla y habla sobre los derechos de los animales, jamás ha pisado un rancho, asistido a una ordeña a las 3 de la mañana o atendido el parto distócico de una novillona a media noche, y no quiere saber absolutamente nada de la famosa verdad que hace libres a los hombres y hoy a las mujeres y a los y las indefinidos, grupo que también crece exponencialmente pero que por fortuna se reproduce muy poco.

Esta gente sostiene que todos somos iguales, que no hay superioridad de cualquier especie sobre otra, “speciesism” le llaman en inglés, no hay traducción al español pero habla de una clase de discriminación sobre las especies y de justicia social, es decir, según ellos, tú que me estás leyendo gracias por cierto, tienes los mismos derechos que una ostra o un venado al que no debes cazar y mucho menos comer y cuando les dices a estas extrañas personas que hay leyes de supervivencia como las que aplica un coyote que se va a merendar un conejo, o un gavilán que va por un ratón o un oso que pesca salmones para comer, se erizan y lloran clamando que esos son asesinatos, ellos no quieren entender las teorías de Darwin.

En la taxonomía de los enemigos de la carne hay tres órdenes que ya mencioné, los veganos que aparentemente no prueban cosa alguna que sea producto o sub producto animal, los vegetarianos que eventualmente le entran al queso a la miel o a los huevos y que se auto denominan ovo lacto vegetarianos y estos de nuevo cuño del grupo que apoya el “speciesism” o justicieros sociales les llamaremos, que solamente come monte y entre todos nos están mal partiendo el alma y aunque las estadísticas indican que el consumo de productos animales crece, lo hace porque la población aumenta, no porque estemos recobrando seguidores.

Ahora bien, cual es la reacción de la industria de la carne en México en donde, por imitación hollywoodense, también hay gente así y en los Estados Unidos en donde abundan estas ánimas en pena.

En México hacemos 3 cosas, primero memes, después minimizamos el tema y en tercer lugar, en los grupos de chats ganaderos nos indignamos y teóricamente acabamos con ellos a base de posts, proponemos cientos de ideas brillantes y como en todas las crisis ganaderas, la excitación y molestia dura exactamente 24 horas, un segundo después, los participantes en esos chats están subiendo fotos de vacas gordas para que todo mundo los adule en público y critique en privado, les pregunte de quien es hijo ese extraordinario becerro y los anime a seguir por ese camino porque van muy bien, como si eso lograra cambiar la opinión pública y publicada o defendiera a la ganadería en donde hay que defenderla… con el consumidor. Ahora bien, de la autoridad o agrupaciones ganaderas mejor ni hablamos, esos siguen en babia y cuidando sus parcelitas de poder.

En Estados Unidos en donde la batalla es dura, los ganaderos se organizan de manera tal que lo primero que hacen es identificar una fuente de financiamiento para orquestar campañas promocionales profesionales y en

medios masivos con la mayor audiencia y particularmente dirigidos a grupos especiales como amas de casa.

Hasta hoy, el programa más exitoso se llama Beef Checkoff que se estableció en 1985 en el cual, cada ganadero o importador dona un dólar por cabeza, no es un programa voluntario, ya se convirtió en ley gracias a que en 1988 el 79% de los ganaderos lo aprobaron en un referéndum nacional y hoy tiene una gran organización que define dónde y en qué se gastan esos millonarios fondos.

Regresando a México, suponer que nuestras organizaciones o sectores gubernamentales involucrados en la ganadería estén interesados en establecer programas de promoción para aumentar el consumo de carne sería iluso, eso nunca va a suceder, pero lo que si podríamos hacer con gran facilidad es establecer un fondo que provenga de una porción de cada solicitud de registro de todas las asociaciones de ganado de registro en México, una cantidad pequeña $20.00 pesos como propuesta y establecer un equipo que se dedique a promocionar el consumo de carne, y más allá, involucrar a los porcicultores y avicultores, dos sectores mucho más innovadores y participativos que nosotros, para que se integren a ese fondo promocional.

Creo que las familias mexicanas, particularmente las madres, tienen interés de saber cómo alimentar mejor a su familia y al ayudarlas a lograrlo, ayudamos a la industria de la carne.

¿No faltará quien diga y los engordadores qué? pues también hay que hacer el esfuerzo de incluirlos.

Solo hay un problema con varias aristas, nos hace falta un líder que sea confiable, que quiera entrarle porque le sacan a dejar su zona de confort, que sea aceptado por todos y que quiera trabajar, posiblemente un problema mas complejo que convencer a Michelle. Y, sin embargo, sigue la yunta andando.

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