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Editorial enero-febrero 2023

De acuerdo con las cifras de 2022, la carne de res y el ganado bovino, fueron de los principales productos pecuarios exportados por México, aportando ingresos por 2 mil 988 MDD, de acuerdo con el Grupos Consultor de Mercado Agrícolas, pese a que fue 0.4% menor el ingreso, con respecto al año 2021, la cifra sigue siendo positiva para el comercio nacional. La exportación de carne de res fue de 355 mil toneladas en 2022, superior a los 267 mil 817 tm de 2021; mientras que la exportación de becerros a Estados Unidos, fue de 769 mil cabezas, es decir, este sector sí, tuvo una reducción de 23.9% considerando que en 2021 se exportaron 1 millón 081, 949 cabezas, entre vaquillas y becerros, de acuerdo con el SIAP (Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera). Para los analistas, este porcentaje es la mayor baja que ha tenido el principal mercado de becerros mexicanos desde 2013 y lo atribuyen a un contexto de demanda estacional, la desaceleración económica del vecino país y los efectos de la severa sequía que se registró a mediados del año pasado. Sin embargo, este año, aunado a la sequía - que se ve venir igualmente severa este año- existe un nuevo temor. El gobierno federal ha autorizado la entrada de carne proveniente de Argentina y Brasil. En noviembre del año pasado, se anunció la autorización para la carne argentina y el 10 de enero Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) emitió la hoja de requisitos zoosanitarios, aunque hasta el momento no ha llegado a los anaqueles mexicanos, el énfasis que el actual gobierno ha puesto en su discurso para abaratar costos a la población y su necesidad de aprobación popular, hacen que no tarde el consumidor en encontrarla en forma deshuesada y madurada, pues solo así podrá entrar al mercado. En lo que se refiere a la carne proveniente de Brasil, el nuevo director en jefe de dicho organismo, Francisco Javier Calderón, anunció que la hoja de requisitos zoosanitarios se abriría a principios de marzo sin emitir ningún comentario hasta el momento, por el brote del virus de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) que el Ministerio de Agricultura de Brasil confirmó en días recientes y que les impidió concretar exportaciones que ya tenían en puerta hacia China. De acuerdo con el protocolo que Brasil tiene con China en estos casos, Brasil tiene 30 días para comprobar que la cepa detectada, es un caso atípico y no pone en riesgo ni la salud animal, ni la humana.

Y es que, de acuerdo con Juan Ley, Presidente de Mexican Beef Association, en la enfermedad de las Vacas locas (EEBS) hay una cepa que no genera ningún riesgo postmortem y otra que sí lo hace. De ahí la preocupación de que, si bien estamos ante un entorno de mercado abierto, es decir, de tratados comerciales como acuerdos tanto para vender productos al extranjero, como para recibirlos, en muchas ocasiones sin aranceles, se teme que Estados Unidos, detenga la importación de becerros en caso de que los argentinos y brasileros, envíen carne contaminada. En este caso, el daño además de sanitario sería económico, ya que dicha carne se ofertaría, probablemente, con descuento. La competencia por el mercado es grande, lo que obliga a los productores de ganado a seguir unidos para mantener los mercados existentes y abrir otros; mantener los estatus sanitarios y la calidad genética, lo que permitirá exigir mejores precios y asegurar mayores ventas de ganado.

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