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Columna LO QUE SE OYE, lo que se dice...

FRANCISCO AVILÉS SÁNCHEZ

faviles56@yahoo.com

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EL NUEVO tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC, da cierta seguridad al sector agropecuario mexicano de que continuará bajo ciertas reglas el intercambio, que se da principalmente con nuestro vecino inmediato, pero también impone exigencias que pueden convertirse en verdaderas trabas al comercio. Una muy clara son las cláusulas referentes al trabajo realizado de manera forzada, por menores de edad o en condiciones precarias, ya que para impedir la entrada de mercancía mexicana a cualquiera de los otros dos países bastaría demostrar que en su producción se utilizó esa clase de trabajo. El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos ha venido reuniendo “evidencias” de que muchas cosechas en México se logran con peones agrícolas a los que se paga muy poco a cambio de jornadas excesivas, se les aloja en condiciones inhumanas y a menudo son niños o jovencitos; más aún, se tiene información acerca de trabajo forzado al que son obligadas personas contratadas con engaños. Es el caso de “granjas pequeñas y medianas” dedicadas a ciertos cultivos, especialmente chile y tomate, en los estados de Baja California, Chihuahua, Jalisco y San Luis Potosí. El trabajo infantil, dice un estudio de dicha oficina, se da en muchos otros estados tanto en esos mismos cultivos como en café, tabaco, caña de azúcar, frijol, berenjena, pepino, melón y cebolla. Se habla de “714 mil menores que trabajan en el sector primario de la economía”, y aunque la mayor parte de ellos son jóvenes de entre 15 y 17 años, también hay muchos pequeños de siete e incluso menores. Se trata de sólo uno de los aspectos en que el nuevo tratado podría perjudicar a México, que de ninguna manera puede competir con las condiciones laborales de sus socios. Nuestra clase política –funcionarios y legisladores– no ha hecho gran cosa para trabajar en este campo; de hecho, una semana antes de la entrada en vigor del nuevo tratado (1º de julio) todavía el Congreso no se había reunido para aprobar una serie de leyes que deberían estar vigentes para entonces para poder cumplir con las exigencias del acuerdo comercial…

OTRA CUESTIÓN que sin duda causará dolores de cabeza a los exportadores agropecuarios mexicanos es la coyuntura política que se abre con las elecciones presidenciales de nuestros vecinos, que se efectuarán en noviembre. En su afán de reelegirse, el gobierno estadounidense ha prometido a los granjeros de varios estados, principalmente de Georgia y Florida (importantes por su número de votos), que

impondrá aranceles llamados “estacionales” a los productos mexicanos que compiten con los suyos. Son prácticas que el nuevo tratado prohíbe, pero eso parece no importarles. Para los criadores de ganado de este lado de la frontera hay una amenaza especial lanzada directamente por el señor Trump. Sin referirse directamente al T-MEC ni a su antecesor el TLCAN, el 19 de mayo el presidente dijo a ganaderos que lo visitaron en la Casa Blanca que su país debería “acabar” con los acuerdos comerciales que permiten la importación de ganado para engorda, aunque podría excluirse a aquellos países que sean “grandes aliados y amigos nuestros”. Desde hace mucho tiempo los únicos que exportan animales para engorda a EU son México y Canadá, con cantidades que varían año con año de acuerdo con la demanda y la disponibilidad de becerros. Según el Departamento de Agricultura de EU, el año pasado México envió a ese país más de 1.3 millones de cabezas, mientras que Canadá le vendió 722 mil unidades bovinas, porcinas y de otras especies. “Es un número muy pequeño –dijo Trump a los ganaderos–, pero todavía nos llega ganado cuando aquí tenemos un suministro enorme. ¿Por qué estamos trayendo ganado de otros países cuando nosotros tenemos tanto?” …

Ing. Homero García de la Llata

LAS PÉRDIDAS que había ocasionado a los ganaderos la epidemia Covid-19 hasta finales de mayo fueron calculadas por el secretario de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, Homero García de la Llata, en 1,300 millones de dólares, y la situación “pone en peligro de desaparecer a 800 mil pequeños y medianos agremiados”. Según el dirigente, desde marzo, los precios habían venido cayendo hasta provocar pérdidas equivalentes a 1,500 pesos por bovino adulto y 800 por cada becerro. Pidió a las autoridades apoyos directos del programa Producción para el Bienestar para todos los ganaderos afectados, la reactivación del programa Crédito Ganadero a la Palabra y el establecimiento de un precio de garantía para los semovientes. García de la Llata dijo a “La Verdad de Tamaulipas” que los secretarios de Agricultura, Víctor Villalobos, y de Hacienda, Arturo Herrera, los directivos de la Cámara de Diputados y el propio presidente López Obrador ya están informados de la situación que viven los ganaderos por la epidemia y por la sequía que se ha venido a sumar a este problema. “La información ya está sobre los escritorios de los funcionarios federales, de tal forma que, si no hay respuestas favorables, que luego no digan que no tocamos sus puertas, solicitamos apoyos y advertimos de la crisis por las emergencias sanitaria y climática”, señaló. De acuerdo con el secretario de la Confederación, en México hay unos 30 millones de cabezas bovinos de carne, de las que 16 millones son vientres en reproducción y otro millón vaquillas de remplazo. Dichos animales producen cada año 7.5 millones de crías, una cantidad variable de las cuales se exportan a Estados Unidos para su engorda (1.3 millones en el ciclo anterior), aproximadamente cinco millones se engordan en praderas y corrales del país y 1.2 millones de becerras son para reposición de los ranchos. Los rastros nacionales –municipales y tipo inspección federal (TIF)– procesan anualmente dos millones de toneladas de carne de res, de las que 1.6 millones son de animales terminados en corrales de engorda y 500 mil de vacas y toros de campo. La exportación de becerros en pie y carne bovina procesada, informó De la Llata, tuvo el año pasado un valor de 2,350 millones de dólares, suma que entre las exportaciones agropecuarias sólo fue superada por la del aguacate…

FUERTE CRISIS están viviendo los productores de ganado para engorda y para abasto en varias regiones del país al desplomarse la demanda como consecuencia de la epidemia de Covid-19. Desde abril en muchas partes comenzaron a sentirse con fuerza los efectos de la caída del mercado. El 1º de mayo el presidente de la Unión Ganadera Regional de Querétaro, Alejandro Ugalde Tinoco, informó que los productores de la Sierra Gorda ya no podían mantener sus animales y los estaban sacrificando para autoconsumo. “Mañana no habrá ni dinero ni ganado.” Los criadores se quejan de que las ventas de becerros en pie se cancelaron y la demanda de los rastros se contrajo a la mitad, además de que los precios cayeron 30%, al tiempo que los insumos aumentaron en una proporción similar. Los cierres de restaurantes, fondas y hasta de puestos de barbacoyeros y taqueros contribuyen a todo esto, que no pueden compensar las carnicerías ni con el aumento de envíos a domicilio. En el extremo sur del país, el presidente de la asociación local de Tapachula, Berzaín Mejía, se quejó de que las ventas de sus representados en el rastro municipal se habían reducido a la mitad a mediados de junio, mientras que el precio pagado caía de 30 o 31 pesos el kilo a 23 pesos. “Estamos severamente afectados porque los apoyos que el gobierno prometió no se entregaron; no hay ningún tipo de ayuda a este sector y muchos están acabando con su patrimonio para poder subsistir”, añadió el dirigente. Una situación similar se vive prácticamente en todos los rincones del país, mientras que el gobierno federal interviene legalizando la introducción de ganado en pie desde Centroamérica No conforme con regalar en Honduras 100 millones de dólares de los contribuyentes mexicanos supuestamente para que reproduzcan allá el programa Sembrando Vida, ahora el gobierno del señor Obrador agrega presión a los criadores mexicanos con ganado guatemalteco (y seguramente de otros países), que en adelante va a entrar en forma legal. Y a propósito del ganado guatemalteco, un estudio de la Universidad de Texas afirma que entre 59% y 87% de la deforestación de las áreas naturales y parques nacionales que integran la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala, en el Petén, es atribuible a la cría ilegal de ganado, y que ésta “sirve a narcotraficantes como instrumento de lavado de dinero, contrabando de drogas y control del territorio” …

LOS LECHEROS tuvieron un “mini-auge” en los primeros días de la epidemia debido a las compras llamadas “de pánico” que hizo la gente de leche fresca y de larga duración, lo cual les ahorró los problemas que regularmente padece el sector antes de la Semana Santa de cada año, dijo Salvador Álvarez Morán, tesorero de la CNOG y vocal de la Comisión Ejecutiva Bovinos-Leche en una conferencia efectuada en línea el 1º de junio, organizada por la propia Comisión y el Gremio de Productores Lecheros. Sin embargo, agregó, el cierre de restaurantes y hoteles hizo disminuir considerablemente la demanda de subproductos, como queso, yogur, crema y mantequilla. Eso en un primer momento, pero es de esperar que el crecienMVZ Salvador Álvarez Morán te desempleo y la caída

de ingresos causados por Covid-19, junto con el confinamiento de la gente en sus casas, determinen una fuerte disminución en la demanda de lácteos. Álvarez Morán estima que las poco más de 250 mil unidades de producción lechera que hay en el país (96% de las cuales poseen menos de cien cabezas de ganado especializado y de doble propósito) aportan 15,288 millones de litros anuales cubriendo 81.35% de la demanda nacional, por lo que se tiene que importar el restante 18.65%, es decir, 1,851 millones de litros. Por otra parte, el presidente de la Federación Mexicana de Lechería, Vicente Gómez Cobo, afirma que mientras los EU destinarán 2,900 millones de dólares a su sector lechero como ayuda para que enfrente la crisis ocasionada por la epidemia, en México “no hay dinero etiquetado para el sector”. Gómez Cobo agrega a este difícil panorama la caída de los precios internacionales de la leche, que alentará una mayor importación de la misma, y una disminución en el valor de las vacas en el país, que a principios de junio él calculaba entre 10 y 20 por ciento…

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