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Opinión: ALBERTO BANUET ABHARI
Elecciones complicadas
Opinión: ALBERTO BANUET ABHARI Ganadero/Agricultor ranchobuenavista@gmail.com
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Nicolás Maquiavelo (1468-1527)
La nueva correlación de fuerza en congresos, estados y municipios, no cambia nada para la ganadería, funcionarios nuevos, mismas mañas
Sobrevivimos a una elección intermedia con un preámbulo convulso que presagiaba una elección complicada, por fortuna, la predicción de violencia no se cumplió y nuestro árbitro electoral, el INE, se vistió de gala y salió en hombros de la monumental por realizar una faena impecable, digna de encomio y reconocimiento mundial, fue tan clara la labor del INE y del millón y fracción de mexicanos que patrióticamente dedicaron su tiempo a riesgo de su integridad física y salud, que los detractores del instituto no tuvieron otro recurso más que aceptar y reconocer la transparencia y profesionalismo del modelo electoral del árbitro.
Lo anterior afortunadamente los obligó quedarse callados por un buen rato, cosa que la mayoría agradecemos.
Orejas y rabo para el INE.
El horizonte hacia el 2024 ocupará la mente de nuestros políticos. Durante los siguientes 31 meses, no habrá en ese tiempo, asunto más importante para el frente opositor que la esperanza de sacar a Morena del Palacio Nacional y los del partido en el poder, no dejarse expulsar
Para nuestros efectos, en la vida de agricultores y ganaderos nada ha cambiado y para como se ven las cosas, no cambiarán hasta entonces, porque hoy, no se prevé que bajen los intereses en los bancos o se ajusten las tarifas de la energía eléctrica o las gasolinas, de semillas y fertilizantes o que aumenten los precios del ganado en pie, de los becerros expresamente y por consecuencia del novillo gordo, y desechos, dicho de otra forma, los candidatos ganadores que ofrecieron “ apoyos para el campo” un término difuso que puede interpretarse como uno quiera, no van, aunque quieran, a hacer algo por reestablecer las cosas como las encontró este gobierno en el año 2018, época que sostienen los de Morena, estábamos peor que hoy, y no lo harán porque en el momento en que los nuevos diputados entren a San Lázaro, el congreso se los va a tragar con todo y botas y ya estando ahí, o cabrestean o se ahorcan y serán políticos pero no idiotas y ninguno de ellos se quiere colgar, de repente alguno podría proponer algo inteligente pero la mayoría lo mandará a comisiones en donde la iniciativa dormirá por siempre y no es que yo sea pesimista, soy un gran optimista pero con experiencia.
Pero al final del día no tiene la culpa el indio, se decía cuando nadie lo tomaba como ofensa, en nuestro lado de la mesa las cosas tampoco están bien, las crisis en la ganadería, lo he repetido hasta el cansancio, duran 24 o cuando más 36 horas, hace menos de dos meses el grito en el cielo era el tema de las movilizaciones y la cuarentena de la USDA, hace cuatro meses, los aretes de SINIIGA y así sucesivamente y nos acostumbramos a que nada pasa y nada se resuelve, nadie da la pelea por el gremio, nadie nos representa. Posiblemente eso merecemos por indolentes.
Tenemos en puerta una nueva y más agresiva oleada de COVID, en algunos estados las restricciones al comercio se han reactivado y por ende la actividad económica de nuevo se atranca, disminuye el gasto, se aprieta el consumo y en las redes sociales alegremente aparece la leyenda con dibujos, fotos y memes…” El campo no para” como si resolviera algo, eso, al igual a tomar tequila para resolver un problema, anima, pero no ayuda……sin embargo, no todo es negro.
En mi opinión, la verdad es que, el único sector en el que vale la pena estar es el campo a pesar de la inutilidad de nuestros dirigentes gremiales, terquedad e ignorancia de los funcionarios del sector, eliminación de programas y todo lo malo que le quieran echar encima, solo que tenemos que reinventarnos, trabajar como animales, cosa a la que nadie le da la vuelta y tratar de defender el precio de nuestros productos, agregándoles valor, presentación, gastar en diseño y mercadotecnia, asociándonos con quien nos podamos entender y con personas en quienes confiamos.
Con todo lo malo que está pasando, hoy existen cientos de historias de éxito, como las de caprinocultores que se asocian para fabricar quesos de cabra, de ovinocultores que están exportando borrego gordo a países de Asia, de productores de cacao que está haciendo chocolates increíbles, de vainilla que exportan a Europa gracias la calidad de sus productos y su asombrosa presentación, jóvenes que están fabricando cervezas artesanales, otros embotellando aguas minerales, algunos más investigando y produciendo peces que antes era imposible reproducir en cautiverio como el robalo, apicultores que están revolucionando la actividad y exportando miel como nunca antes, mujeres que están fabricando conservas deliciosas, ganaderos que ahora producen huevo de gallina libre le llaman, otros ganaderos que le han entrado al negocio de la carne de venado y diversos animales exóticos.
La intención de esta columna es de doble propósito, recordarte que necesitamos tu participación en el desarrollo de la ganadería, en cualquier segmento de ella, en la que te sientas a gusto o que trates de involucrar a tus hijos o nietos en la política o el negocio ganadero y segundo propósito, invitarte a pensar cómo podemos salir adelante sin necesidad de apoyos del gobierno, esos que socavan la dignidad del productor por la forma en que están diseñados, no funcionan como un subsidio para ayudar a producir, sino como una dádiva y que, según entiendo, no regresaran en el futuro cercano, así es que hay que dejar de añorarlos y ponernos a jalar, porque es fundamental que…
Siga la yunta andando, aunque las tierras del rincón se siembren con un buey pando.