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Editorial septiembre/octubre 22
A nuestros lectores
El Paquete Contra la Inflación y Carestía, (PACIC) presentado en mayo para reducir la alta tasa de inflación, no logró su cometido. Los 24 productos incluidos en la canasta básica del gobierno federal, tuvieron una inflación de más del 15% durante septiembre de este año. Ahora se acordó con empresarios, un esfuerzo más, el APECIC (Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía). La inicitaiva presidencial, suspende la revisión de toda regulación que se considere que impide o encarece la importación e internación de alimentos y su movilidad dentro del país y le otorga la confianza a las empresas que importen, la responsabilidad de asegurar que los productos cumplen con normas sanitarias de inocuidad y calidad. Estas medidas han generado incertidumbre y preocupación, ya el Consejo Nacional Agropecuario ha señalado en un comunicado que la gravedad de la propuesta presidencial, reside no sólo en la pérdida del estatus fitozoosanitario, sino en el daño a las exportaciones, la generación de empleo y la derrama económica regional.
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La lógica del presidente López Obrador, es que se puede traer pollo, huevo, carne, arroz para facilitar la competencia y que de esta manera el precio de estos alimentos no aumente. Él ha dicho:“si se consigue carne buena y más barata para la gente, por qué vamos a cerrar la frontera. Para el presidente, el Servicio Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), son obstáculos para la importación de productos, es burocracia que debe eliminarse.
Pero tal como algunos economistas lo analizan, tanto el PACIC como el APECIC están lejos de cumplir su cometido, no solamente porque la inflación es un tema internacional sino principalmente porque este gobierno, no ha hecho nada por buscar una autosuficiencia alimentaria, por mejorar las condiciones de producción del país. Para la Canacintra (Cámara Nacional de la Industria de la Transformación), los esfuerzos deberían enfocarse en impulsar al sector primario de la economía: la agricultura y la ganadería; ambos sectores carecen de insumos para la producción de alimentos, incluso para el autoconsumo.
Por otro lado, Mexico ha estado cerrado a mercados como el de Brasil o Argentina desde 1946 cuando hubo un brote de fiebre aftosa. Para el presidente no se ha probado nada que justifique el cierre de estos mercados. Incluso cuestiona por qué la carne de Argentina sí entra a Estados Unidos o China y no puede entrar a México. Traer alimentos de esta manera, abre una enorme posibilidad de que puedan ingresar enfermedades que en esos países no están erradicadas. De igual forma, el presidente cuestiona la entrada ilegal de reses de Centroamerica sin ningun control sanitario.
Hoy México es considerado el quinto productor pecuario del mundo. En el país, se ha construido una red nacional de vigilancia epidemiológica que no solo ha costado dinero, sino años de esfuerzo por cambiar la mentalidad de los productores, procesadores e industria, en temas de sanidad e inocuidad, creando de alguna manera una disciplina para cumplir con normas en este sentido. Para quienes han sido parte de este camino, cinco meses, tiempo en que el presidente ha trazado que durará este acuerdo, pueden ser suficientes para desmantelar años de trabajo.