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Alberto Banuet: El censo Agropecuario 2022 y la confianza ciega

ALBERTO BANUET ABHARI Ganadero/Agricultor ranchobuenavista@gmail.com

Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de Revista GANADERO

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La palabra censo se define como el recuento de datos estadísticos de un tema en particular, en México normalmente son de población y es solo una medición del número total de individuos que se realiza mediante diferentes técnicas.

Ahora, el censo agropecuario como el que pretende llevar a cabo el INEGI, obedece a otra intención, es más bien un ejercicio impulsado por la curiosidad, palabra que también tiene una definición, se dice que es tratar de conocer o averiguar un asunto ajeno que no es de tu incumbencia, en otras palabras, es el preámbulo del chisme.

Los censos agropecuarios en México, se iniciaron en 1930 con la finalidad de brindar un panorama del comportamiento que presentaban las variables relacionadas con las unidades de producción y desde entonces, se hacen cada 10 años, esa es la importancia que el campo tiene para el gobierno mexicano. En los Estados Unidos, se hacen censos cada 5 años y cada 6 meses se realizan inventarios del ganado.

El anuncio público de la celebración del censo agropecuario, afirma que se harán preguntas sobre el número de unidades que hay en el país, qué y cuánto es lo que producen, cómo está su mano de obra y su maquinaria, si tiene o no riego y de qué tipo, qué clase de tecnología aplican entre muchas otras preguntas que cuando menos a mí me resultan incómodas. En otras palabras, la idea es confesarte, y francamente los funcionarios del INEGI no tienen facha de cura ni les queda bien la sotana.

El gobierno ha desaparecido al sector agropecuario oficial como lo conocíamos, el país se tardó décadas en formarlo y sí, tenía muchos defectos y cosas mejorables, pero funcionaba, este gobierno simple y llanamente lo desapareció sin proponer una alternativa, al contrario, nos ha complicado la existencia y nuestras operaciones de una manera ridícula.

Me pregunto ¿Si el gobierno no participa con nosotros en tratar de producir alimentos, mejorar la tecnología y la seguridad en el campo, ofrecernos asistencia técnica o mandar extensionistas a donde se requieren, no trata de conseguir con los banqueros créditos a tasas pagables, o apoyar al sector con lubricantes y energía a buen precio y con un servicio razonable, desapareció las paraestatales que incidían en el sector, pulverizó el presupuesto 2023 para él campo y miles de otras consideraciones en contra, para qué quiere saber lo que hacemos?

Para decirlo con franqueza, no tengo el menor interés en que el gobierno, cualquiera, tenga conocimiento pleno de mis quehaceres, ¿a cuenta de qué?

Si supiéramos que del resultado del censo podríamos esperar mejoras para el sector, pues a lo mejor lo pienso, pero así, de forma graciosa, definitivamente no y mi desconfianza radica en algunos señalamientos sobre la tenencia de la tierra que durante este gobierno se han hecho desde el senado en voz de Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena que, si lo recuerdan, fueron inquietantes.

Adiós controles sanitarios

La oportunidad y la congruencia no son atributos del gobierno, tres días después de que la OMS alertara sobre la reaparición del cólera, el gobierno mexicano elimina controles sanitarios y arancelarios para la importación de alimentos, basado en programa de apoyo en contra de la inflación.

Esto no solo pone en riesgo la salud de las familias mexicanas, pone en entredicho los acuerdos comerciales del TMEC que invariablemente acuden a barreras no arancelarias como las sanitarias, para detener el libre tránsito de productos entre nuestros países.

El anuncio del llamado “Apecic” que significa Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía, estipula que podrán ingresar y distribuirse alimentos como huevo, pollo, carne de res y cerdo, pescado y tortilla sin pasar por ningún control sanitario. La medida entrará en vigor una vez que se publique en el Diario Oficial de la Federación.

Como si esta afrenta a nuestro sistema productivo no fuera suficiente, la Secretaría de Agricultura emite un boletín el día 5 de octubre que dice entre otras cosas que:

“En congruencia con el acuerdo anunciado ayer, se fortalecerá la comunicación y vínculo de trabajo con las empresas importadoras, con el fin de que, al ser usuarias de la licencia única universal, se evite el ingreso de plagas o enfermedades que pudieran afectar la

Asimismo, el organismo de seguridad nacional informó que, con base en las obligaciones y atribuciones que le confieren las leyes en la materia, reforzará las acciones de vigilancia epidemiológica que lleva a cabo en territorio nacional, a fin de detectar de manera oportuna plagas o enfermedades que pudieran poner en riesgo la producción nacional de alimentos”.

Entonces, en español común, esto significa que solo van a certificar que ya ingresaron alimentos no aptos para el consumo humano, que ya hay en México animales con enfermedades que no tenemos o cereales con plagas inexistes hasta la fecha, certificarán también que muchos ya vienen caducos, pero no podrán hacer nada por la indulgencia universal que se otorgó desde el palacio nacional… Un paso en la dirección correcta para instalar la anarquía y como se observó desde el principio de la administración, desaparecer el sistema productivo mexicano.

De todo mal, amén

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