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Actualidades APECIC
CÉSAR RAFAEL OCAÑA ROMO. M.Sc. in International Agricultural Sciences. Universidad Humboldt, Berlín, Alemania.
El Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC):
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serios cuestionamientos a la oferta de alimentos, salud pública, economía y cumplimiento de los marcos legales
Los riesgos para el mercado de un escándalo fitozoosanitario para la cadena de suministro agroalimentaria siempre han sido asunto de marcada atención. En años pasados hemos sido testigos de los efectos económicos y sociales de bloqueos comerciales entre naciones (en algunas ocasiones también por proteccionismo), por casos en la actividad pecuaria de fiebre aftosa, brucelosis, tuberculosis, garrapata, Encefalopatía Espongiforme Bovina –Mal de las Vacas Locas-, y la peste porcina, por mencionar algunos. En otras especies por influenza aviar y la abeja africana, como tambien en la agricultura con casos de salmonelosis en hortalizas, además de diversas plagas y enfermedades vegetales en cultivos, todo ello, amenazando o devastando zonas pecuarias y agrícolas por completo.
La fitozoosanidad subió al debate de nueva cuenta en México, debido al Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC), dado a conocer a principios de octubre del año en curso por el gobierno federal y empresas privadas adheridas. Sobre ello, vale la pena reflexionar, que actualmente los sistemas de producción agropecuaria globales son uno de los asuntos más cuestionados por la opinión pública dentro de la cadena de suministro de alimentos, principalmente por los riesgos de transmisión directa e indirecta de enfermedades al ser humano.
Hace quizás tres o cuatro décadas la oferta en variedad de productos alimenticios en México no era muy amplia, los consumidores tenían pocas opciones de seleccionar productos o marcas, siendo uno de los factores más importantes para la adquisición su precio. Esta situación cambió cuando México inició su proceso de apertura comercial en la década de los ochenta, de tal forma que hoy día se cuenta con una gran gama de productos alimenticios que garantizan calidad y homogeneidad, donde el precio es factor decisivo, pero paralelamente con su sanidad, inocuidad, empaque, e inclusive sus sistemas de producción, cuidado ambiental, comercio justo, buen trato a los animales, la no utilización de mano de obra infantil, entre otros factores.
La proveeduría de alimentos a la sociedad contemporánea ha sufrido transformaciones estructurales entre las cuales podemos mencionar:
• Las avanzadas tecnologías de información, conocimiento y comunicación permiten al consumidor estar más actualizado de lo que adquiere; puede comparar precios, calidad, contenido de los alimentos y además enterarse en tiempo real a través de WhatsApp, Twitter, Facebook, YouTube, Páginas de Internet, Correo Electrónico de crisis relacionadas con la sanidad e inocuidad de los alimentos de cualquier rincón del mundo. Los medios tradicionales como radio, televisión y prensa escrita quedaron rebasados.
• Hay una expansión y concentración de cadenas de autoservicio y tiendas minoristas que aplican estrictos estándares de calidad en todos los eslabones de la cadena alimentaria, proveyendo en el mundo como nunca antes lo había visto la humanidad una oferta variada de productos sanos, inocuos y de calidad, dejando atrás las estacionalidades agrícolas regionales y distancias entre países. La competencia por los mercados hoy va más allá de la producción primaria, cobran gran relevancia las cadenas de suministro y valor agregado de los productos.
• Los sistemas de rastreabilidad y trazabilidad son parte del día a día en el comercio global, permitiendo actuar de manera inmediata en cualquier eslabón de la cadena en casos de crisis fitozoosanitarias.
• La tendencia mundial del consumidor apunta a contar con más información de los productos alimenticios a adquirir, sobreponiendo ante todo que estos sean sanos e inocuos. Los nichos de mercados regionales con estándares de calidad bajos tienden a desaparecer, afectando las producciones locales y su desarrollo, en particular de los productores o proveedores que no están integrados (para acopiar, dar valor agregado o comercializar), que sus superficies son pequeñas, carentes de infraestructura, equipo y tecnologías.
• Las respuestas a este contexto global por parte de gobiernos, organismos internacionales y actores de la cadena de suministro alimentaria han sido la elaboración de leyes, normas y estándares para los productos alimenticios, algunos de ellos armonizados u homologados entre naciones a efecto de proveer la seguridad que requiere el consumidor final y no entorpecer el libre comercio.
• Es relevante recordar algunos elementos del sistema alimentario cuando entramos a un supermercado: en cada producto que adquirimos o vemos hay un fuerte componente de ciencia, investigación, desarrollo e infraestructura de años o décadas, esto desde la producción en campo pasando por la transformación, transporte y puesta en anaquel, con una logística muy compleja en toda la cadena de suministro, cumpliendo leyes y normas alimentarias en materia de salud, ambiente, producción y mercados con vigilancia e inspección de gobierno(s) y la iniciativa privada, tanto para el mercado nacional, como el internacional.
Reflexiones:
La sanidad e inocuidad de los alimentos impactan en la salud y en la economía, son un bien público que los gobiernos deben de garantizar a través de sus políticas ya que ello permite a todos los productores, pequeños, medianos y grandes, tener acceso a los mercados ofertando productos confiables a un consumidor cada día más informado y exigente, mejorando precios, fomentando la producción, consumo y calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
La trazabilidad de los alimentos coadyuva de manera importante en la logística y coordinación de la cadena de suministro agroalimentaria aumentando la eficiencia, lo que conlleva grandes inversiones en ciencia, tecnología e infraestructura privada y pública para el control de calidades y sistemas de información.
La sanidad e inocuidad alimentaria, también es responsabilidad de los productores, transformadores y comercializadores, sin embargo es importante aquilatar que las políticas y regulaciones de cada país, crean un marco de incentivos y desincentivos que influencian el actuar de los negocios, además inciden los factores sociales y económicos de la región o país que se trate.
México actualmente goza de una buena reputación en los mercados internacionales de sus productos agroalimentarios, debido a las medidas que se han desarrollado conjuntamente entre autoridades y toda la cadena de suministro, generando desarrollo, riqueza, empleos y consumo nacional. La pérdida potencial del estatus fitozoosanitario y mercados, estará presente en el país si nos alejamos de las normativas y cumplimientos globales que garanticen productos sanos e inocuos.