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nunca sé qué decir
* estoy hecho a la imagen de un cordón umbilical que no acaba y que es tan largo que se pierde
* se me ha ido la vida tratando de hacer una mejor versión de mí
* soy el feto más grande del mundo y las sombras cargan con el presentimiento de que existen lugares inundados de luz; yo las escucho: cierro fuerte los ojos como quien guarda a sabiendas la ceguera de una sorpresa para el abandono de la locura
* si las aguas me dejaran abandonado de aire, ya guardo un par de pulpos muertos en el baúl…
¿acaso olvidaría las formas de la tinta?
* lloro a sorbos el veneno de los días
(¿o acaso río?) el gris centrifugó cualquier cosa que creí saber
* soy una esponja que crece hacia adentro y no necesita del sol; entre tanta carne abierta, a rastras alcanzo la herida del vecino
* nunca he podido conversar a ciegas sobre naufragios; aprendí a respirar bajo el agua y aborrecería infectar con el cantar de las sirenas
* si de la superficie cayeran manos —tantas manos— para confundir entre ellas tan abominable sed de caricias
* que de lejos siempre —cuando lejos— sean trampa para convidar a esta ceguera
* no soporto la compañía, por eso de los cráteres que se quedan cuando ellos se van; alguien se quedará tan solo, tan solo
* ando con mi ombligo como quien carga con cordón y vaso para poner al oído: aló, aló, ¿hay alguien ahí? burningplaces
* escribo desde el lugar donde el cariño fue otra piel y ya no lo es
* dije amor, quise preguntar
* aquí la caricia fue otra versión del descanso y la despedida fue el despertar más frío
* faltan dedos para mentar pesadillas —o para invitrarme al sueño (esa luz tras cortinas
* hay algo que se nos rompe, y nunca sé qué es
* ¿acaso siempre sospecho muy fuerte la mordida?
* mi siempre es algo que nunca estuvo que habita la nada como un recuerdo en la memoria de los elefantes
* supe arrancarme de las fotos
* sospeché puertas de escape por las esquinas
* tratamos de diferenciar el momento en que la caricia nació a doler o dejó de hacerlo, y así nos convencimos de que el miedo es el revés de la esperanza
* por más que se quiera, el contracanto de una despedida no es la vuelta, es el eco
* quise decir volver, pero hay cosas que no duran el tiempo en que se dicen
* aquí, tan mudos, así se nos fue el cariño
* estas manos se miran y saben juegan a la versión más débil del cuerpo
* no sé por qué nos levantamos y esperamos algo distinto. mapas
* te aprendiste la historia de un país que no existe
* ahora dónde encontrar alas y cómo hacer de ellas un pecho donde descansar la mirada dónde al fin dormir y cesar la caída
* tu arca quedó hecha ceniza
* apostaste a vísceras distintas, esperaste encontrar en la espesura algo que ver, qué soñar
* alguna vez encontraste un sitio blando en el pecho, un risco por el cual rodar, —ceder a la sed de otros labios
* eventualmente supiste cuántas distancias es un clic —que no hay lazos para las palabras, que no hay abrazos para acercarte humano
* cuenta; en un vapor de estupor, diles —esta fue la forma en la que aprendiste a hacer un corazón: de lo que ocaso conociste; ataste nudos para hacer una sábana con la que arroparte, con la cual quizás más tarde hacerte un traje y una corbata para verte más lindo
* ignorante el que en los espejos te preguntes cómo madurar (si te alumbras con las antorchas que mejor saben quemarte)
* los cuerpos te han dejado —creyendo que son manuales de instrucciones para volar (en ellos sospechas tu contrario)
* suertudos los que aprendieron a verse a sí antes que a los demás; los dispuestos a ser más tarde una casa a medio herir
* de algún fuego llegará tu rocío (abre la ventana, algo también se quema afuera
* cuando llegue la noche, escucha: los cuadros te hablarán y oirás lo que quieres escuchar —porque eso es lo único que puedes ver, pero recuerda: cuando llegue la noche, cuida que encuentren descandada tu puerta
* aprenderás a estar y te alimentará algo más que el cadáver de la esperanza, y te arrastrará algo más que la memoria
* los finales siempre te dejarán sabiendo que eras el único que los creías así.
aliento para Sam
i.
yo quiero un beso que suene a que mis vísceras se están cosiendo desde adentro, a que tengo una razón sencilla para respirar. ii. nadie vuelve —del amor; —nadie se limpia. nadie te da un colmillo, sin antes haber sido mordido —por tu abrazo (o tu desidia. iii. todo adviene sencillo(
—en la penumbra de todo lo que nos contestamos sin saber iv. alguien habrá que piense que no existe el aire porque apenas respira.
(esa extraña forma en la que construimos una vida.
Doppelg Nger
me asusta mi sombra y se asusta ella porque ninguno sabe hacia dónde huir.