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EL COACHING

La conversación amistosa que humaniza al jefe

Entrevista a Pablo Ferreiro

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El coaching “salvará al mundo” dice de forma coloquial Pablo Ferreiro, Fundador del PAD, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, al estar convencido que transforma una relación profesional en humana. Pablo, tras su larga experiencia de más de 60 años de coach, ha dialogado con diversos mandos y les ha ayudado a pensar sobre la realidad donde son protagonistas al estar a cargo de personas.

El autor de diversos libros entre ellos “El Octógono” ha publicado recientemente “Coaching, finalidad y responsabilidad”, una valiosa obra donde explica claramente el aporte del coaching para humanizar al jefe mediante una conversación amistosa cuyo eje principal es el interés personal.

Por: Lillian Zapata @LillianZapata

Iniciaré esta conversación preguntándole a una persona como tú, de amplia experiencia como coach, ¿qué es el coaching?

El coaching es el resultado de un trabajo que exige sobre todo constancia, confianza y paciencia. El coaching es transformar cualquier relación humana en familiar, por eso lo llamo amistad, es una conversación que requiere inversión de tiempo y cualquiera, por muy aspecto de piedra que tenga, puede mejorar. La amistad surge y a veces demora. El coaching es la actuación normal que debe tener una autoridad sobre sus subordinados que no es simplemente te pago para que produzcas, eso es una máquina. El coaching transforma una relación profesional en una relación humana. Me tengo que ganar que la persona me cuente lo que le pasa, que crea que yo le puedo ayudar. Esto lo debe hacer cualquier jefe, no el coach sino cualquier jefe. El coaching habrá triunfado cuando se olvide la palabra coaching porque va incorporado a ser jefe.

¿Cómo has logrado sacar a la luz las grandes potencialidades ocultas del ser humano?

La vida es sacrificio, esfuerzo y hay muchas recompensas. Lo que recibo es el resultado del esfuerzo que se ha hecho hace años y que de pronto alguien te dice: “Oye mira me sirvió mucho una cosa que dijiste una vez”. ¿Yo he dicho eso? ¿Cómo lo tenías en cuenta? Bueno, fue el resultado de hacerle ver que tenía cara de piedra y cuando vas por dentro te das cuenta que ahí hay pulmones, hay riñones, hay tejido blando. No te fíes de las apariencias, es un refrán muy sabio porque debajo del suelo hay oro, pero el oro no lo encuentras a flor de piel.

Desde tu largo andar como coach, ¿qué pasos recomiendas para acortar esa distancia entre el mando y el subordinado?

El primer paso es saber qué concepto tiene ese subordinado de mí. El coaching es interés personal, por eso lo llamo conversación amistosa, no conversación profesional, no conversaciones eruditas, no conversación espontánea. No es un ejercicio de psicología, es un ejercicio moral. Me interesa hablar con esa persona o no me interesa. El segundo paso es mostrar que dedico tiempo, que cuando hablo con alguien apago la computadora y le digo a mi secretaria que no me pase llamadas. Si no hemos terminado dentro de 3/4 de hora hacemos otra cita para otro momento, y no me pongo en una mesa frente a él, ¿yo estoy sentado en mi sillón de directivo, de jefe y él sentado en una silla y mirándome de frente? ¡No! Su silla tiene que ser de la misma calidad que la mía y le pongo un café o le ofrezco una gaseosa y estamos en una habitación ventilada, agradable, amable y le digo: ¿Cómo estás? ¿Cuántos hijos tienes? ¿Cómo están tus hijos? Demuestro con hechos mi preocupación real por él. En esa conversación personal no entran temas profesionales, entran si yo los llamo, pero sobretodo lo que me preocupa son sus circunstancias personales.

Es desconectar de lo profesional para conectar en lo personal y abrir tus oídos, tu corazón y tu mente.

Efectivamente, pero la condición sine qua non es que me interese de verdad saber de esa persona. Cuando le preguntas a la gente, ¿tú eres jefe? Sí. ¿Y te interesan tus subordinados? Todo el mundo dice claro, porque a través de él traigo los beneficios, o sea que en vacaciones o los domingos no te interesa saber si se le ha muerto alguien o no. La responsabilidad inmediata de un jefe son sus subordinados no los resultados, son los subordinados porque los resultados no los hace solo el jefe sino los subordinados, por lo tanto tiene que saber con buena lógica qué problemas tienen. ¿Les alcanza la plata? ¿Tienen algún hijo enfermo? ¿Esperan algún resultado próximo por exámenes de coronavirus? ¿Qué espera? ¿Qué desea? Tengo que estar abierto, no puedo ser un taxi ocupado que solo se fija en el semáforo y el carro de al lado, tengo que ser un taxi libre.

El coaching es interés personal, por eso lo llamo conversación amistosa, no conversación profesional, no conversaciones eruditas, no conversación espontánea. No es un ejercicio de psicología, es un ejercicio moral. Me interesa hablar con esa persona o no me interesa. El segundo paso es mostrar que dedico tiempo, que cuando hablo con alguien apago la computadora y le digo a mi secretaria que no me pase llamadas

En esa línea, ¿cómo ha influido el coaching para lograr mejores personas, mejores directivos y mandos que justamente van más allá de los resultados a corto plazo?

Hay gente que yo llevo su coaching y le digo: ¿Crees que le interesas a esta empresa por tu manera de ser, de trabajar, de tomar decisiones? ¿Crees que puedes aportar algo a esta empresa? Todo el mundo dice que sí, cuando le digo: ¿Me puedes explicar? Bueno, es que nadie me pregunta. Pero, ¿tú has dicho a alguien que tenías dos ideas o una idea? No, ¿para qué? Si no me preguntan es que no les interesa. Muchacho tienes que aprender a interesarte por las cosas que le interesan a otros, o sea vete haciendo ejercicios de interés para empezar a preocuparte de lo que necesita el otro.

Un jefe tiene que hablar de resultados con sus subordinados, pero esto no es la conversación amistosa de la que hablo. Ahora cerramos la libreta de reclamos o de experiencia, cerramos y entramos en otra. ¿Qué tal tu esposa, está bien?, ¿Trabaja o no trabaja? ¿Tienes hijos? ¿Qué estudian? ¿Cómo le van en las notas? ¿Viven tus papás en tu casa? ¿Cómo están? ¿Ellos aportan algo? ¿Quitan intimidad a tu casa o no? No puedo hacerlo en la primera conversación pero sí en la tercera o en la segunda o bueno a lo mejor sale en la primera, es como una conversación con un hijo, la diferencia es que no es tu hijo pero es que hijo no es solo aquel que tiene mi carne y mi sangre, hijo también es el que adopto.

¿Qué efecto ves cuando esa persona recibe el interés de su jefe o su superior?

Te das cuenta de inmediato que empieza a captar colores, matices, ya no es blanco y negro, vas conociendo la realidad. Conocer la realidad tiene un interés importantísimo para muchas cosas, para el equilibrio psicológico, para tu preparación profesional, para tu relación con los demás o sea tienes que desarrollar mentalidad de vendedor que significa pensar qué necesita el otro. Tu ayuda puede encauzar, porque hay mucha gente que está a tu alrededor y que necesita ayuda, por eso digo que el coach natural de un profesional es su jefe, de la familia el esposo o la esposa y el padre o madre de los hijos.

En ese trascurrir de conversaciones amistosas el coach logra apertura porque va sembrando confianza.

Así es. Hay gente que dice: “Yo espero de la vida éxito, gratitud, satisfacción, reconocimiento”, pues tienes antes que sembrar. Hay una expresión que para mí resulta muy gráfica, dicen donde no hay amor siembra amor y recogerás amor. Averigua qué necesita la gente que tienes alrededor, si lo hace bien será gratificante para él o ella y llevará experiencia, y esa experiencia será aprendizaje. En el PAD se practica coaching en las cuatro maestrías que tenemos, en la Universidad de Piura y en los colegios también, pero la carga es del alumno. La secretaria es el empalme, a través de la secretaria que tiene que decirle por ejemplo: “¿Cómo te vendría una reunión el jueves en la tarde? ¿Puedes? Si no puedes no te preocupes, me avisas. Ahora no dejes de decírmelo”. Ahí ya estás educando al alumno, estás dándote cuenta de que es una persona que tiene que aprender, porque su papá no le ha enseñado esto, a cumplir compromisos. Es todo un sistema que se pone al servicio de la gente, de las personas, todo lo contrario de la inteligencia artificial y la tecnología de punta.

El coaching al servicio de las personas se convierte en un activador de la conciencia, ¿se trata de una revolución humanista?

Por supuesto. El primero que tiene que cambiar es el jefe, lo mejor que puedo hacer es que un jefe aprenda a hacer coaching y dirá: “Quiero verte mañana a las cinco, ¿podrás? El otro irá preparado con sus números de producción, los problemas que ve y se sorprenderá cuando vea que le dice el jefe: ¿Una gaseosa? ¿Un café? y empieza a preguntarle: ¿Cómo van las cosas? ¿Cómo está tu familia? Le hablas empezando a practicar una verdadera escuela de comunicación en la empresa. Uno empieza a decir: “Le intereso a alguien en esta empresa, pero por mi mismo no porque produzco cinco kilos de cuero al día o porque fabrico tantos telares”. A esta empresa le interesa qué me pasa, me preguntan por mis hijos. Esa sensación se produce a través de una conversación amistosa, luego se coordinará una próxima reunión.

"Conocer la realidad tiene un interés importantísimo para muchas cosas, para el equilibrio psicológico, para tu preparación profesional, para tu relación con los demás o sea tienes que desarrollar mentalidad de vendedor que significa pensar qué necesita el otro. Tu ayuda puede encauzar, porque hay mucha gente que está a tu alrededor y que necesita ayuda, por eso digo que el coach natural de un profesional es su jefe, de la familia el esposo o la esposa y el padre o madre de los hijos".

Con una información tan enriquecedora, ¿qué sueles hacer?

Yo llevo mi agenda, anoto las cosas que me preocupan de lo que hemos hablado y las guardo para el día que vamos a volver a hablar. Antes de hablar la voy a abrir y diré: “Ah caramba, me dijo que está preocupado porque su primo esta tosiendo y vive con su hijo”. Voy haciendo que mi vida no sea solamente datos, números, producción, competencia, estabilidad, sino que haya más cosas. Le pregunto: ¿Qué le gusta a tu hijo? Es del Barcelona, yo también. Oye no me ha llamado tu hijo, dame su número yo le llamo. Si empezamos a ponerle humor a una relación que hasta ahora ha sido penosa, trágica o fría, ya empezamos a ponerle humanidad, tiene sentido, tiene interés, tiene ilusión, tiene gustos, tiene roles, tiene buenos días, tiene malos días, voy a darle cauce para que me pueda hablar y cuando se enrolle le diré: “Oye compadre como te gusta hablar”, y se reirá un poco de sí mismo por primera vez. Y luego le diré cuéntame, no te preocupes, y no estoy supliendo al departamento de Recursos Humanos, simplemente estoy humanizando mi tarea de gerente porque estoy seguro que cuando tenga que hablar otra vez con él ya me conoce y ya no me tratará de usted, me tuteará o notaré una proximidad, una cercanía.

El nombre de tu libro es Coaching, finalidad y responsabilidad. ¿Cuál es esa finalidad y esa responsabilidad?

La finalidad es humanizar el trato profesional, hacerlo más completo, procurar que la relación sea más integrada, de esa manera yo me estoy humanizando también, estoy corrigiendo mi tendencia a ser lo que me provoca, tengo que preocuparme de lo que debe interesarme.

¿El coaching debe estar incorporado en la empresa como parte de su identidad?

Claro, tengo que lograr que sea una práctica común en la empresa, no solo me interesa el trabajo de los operarios, me interesa la vida de los operarios que incluye el trabajo, la familia. Dentro de la gente hay algo más que piezas y mecanismos y el coaching ayuda a descubrir la realidad. El coaching hace más realista al jefe y al subordinado.

Todo el mundo tiene problemas, el coaching trata de ayudar a las personas a solucionar algunos problemas, algunos le compete a la esposa, otros a la familia, otros a la empresa, pero el coaching mejora a las personas y el ambiente donde te desenvuelves, te hace ver la realidad, descubrir que debajo de las piedras hay cosas muy buenas y que debajo de las flores también hay estiércol.

De acuerdo a lo que vamos conversando, el coaching tiene un resultado múltiple porque si mejora la empresa y el mando mejora también la vida familiar al experimentar una conversación que enriquece.

Lógico, porque tengo que procurar que en cualquier ámbito en el que me desempeñé que parte de una realidad la dejé mejor que la encontré. Con lo cual ya no solo soy dinero, soy alguien que busca optimizar el entorno en el que se desempeña.

La finalidad es humanizar el trato profesional, hacerlo más completo, procurar que la relación sea más integrada, de esa manera yo me estoy humanizando también, estoy corrigiendo mi tendencia a ser lo que me provoca, tengo que preocuparme de lo que debe interesarme

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