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Brexit, Reino Unido encaminado a abandonar la Unión Europea

“El comienzo de un nuevo capítulo para una Gran Bretaña independiente y soberana que espera por una década de renovación y oportunidad”1

Al asumir el cargo de Primer Ministro del Reino Unido en julio de 2019, Boris Johnson enfáticamente prometió al electorado británico en su discurso inaugural “llevar a cabo el Brexit, unir al país y vencer a Jeremy Corbyn”. Hoy a tan sólo seis meses de efectuar dichas promesas, Johnson parecería haber cumplido al menos con una de ellas: derrotar al líder del partido laborista Jeremy Corbyn. La segunda promesa: concretar el Brexit parece estar ya encaminada con el Reino Unido a punto de entrar en un periodo de transición que durará hasta el 31 de diciembre del presente año. Sobre la tercera promesa: unificar al país, profundamente dividido por el tema del Brexit, aún está por verse.

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Escribe : Annabella Matute – Castro. Abogada en MC Services Links, especialista en derecho comercial, construcción y negocios entre el Reino Unido y Latino América. @services_links

El pasado 22 de Enero el parlamento británico votó el Acta de Salida de la Unión Europea la que fue luego promulgada acto seguido con el asentimiento real de la monarca. Sin embargo no todo el mundo celebraba su aprobación, pues el líder del Partido Nacional de Escocia, Ian Blackford, se dirigió a los parlamentarios para señalar que se había creado una crisis constitucional al aprobar el proyecto de ley, en contra de los deseos de Escocia y otras naciones del reino que tenían el derecho a dar su consentimiento. “Estamos frente a una situación completamente sin precedentes cuando el gobierno en Edimburgo, Belfast y Cardiff no han dado su consentimiento a este acto parlamentario. Esto completamente contraviene el acuerdo de delegación de poderes que claramente señala que se debe contar con el consentimiento de las administraciones delegadas en los proyectos de ley que luego se conviertan en actas parlamentarias, toda vez que éstas involucren las administraciones delegadas”.

La mencionada Acta de Salida de la Unión Europea, European Union (Withdrawal) Act 2020 provee los mecanismos legales tanto para la ratificación del Acuerdo de Salida conforme lo señala el artículo 50(2) del Tratado de la Unión Europea, como para su implementación en la legislación nacional del Reino Unido. En stricto sensu, esto quiere decir que a partir de las 11pm de este 31 de Enero, comenzarán las negociaciones con la Unión Europea sobre los términos de esta salida, incluyendo álgidos temas como comercio, servicios financieros, seguridad, migración, entre otros. El Acta contiene la prohibición de extender el periodo de implementación, la vigencia en la legislación nacional de las leyes que tengan su origen en la legislación de Unión Europea a la fecha (y de las que actualmente se encuentren en proyecto, siempre y cuando sean promulgadas antes de fin de año), como también el así llamado “acuerdo de divorcio”, que incluye entre otras cosas, el pago final que el Reino Unido deberá efectuar a la Unión Europea con ocasión de su salida.

Lejos de significar el final de la ruta, éste sería más bien el comienzo de un largo y vertiginoso camino por recorrer que le espera al reino y a su gobierno tanto en el plano internacional como nacional.

La mencionada Acta de Salida de la Unión Europea, European Union (Withdrawal) Act 2020 provee los mecanismos legales tanto para la ratificación del Acuerdo de Salida conforme lo señala el artículo 50(2) del Tratado de la Unión Europea, como para su implementación en la legislación nacional del Reino Unido.

Frente al mando

Efectivamente, a Boris Johnson le toca dirigir el timón en medio de aguas turbulentas a lo largo de estos once meses del periodo de transición establecido, durante los cuales el Reino Unido deberá ceñirse a la mayor parte de las leyes de la Unión Europea, pero sin derecho a voto. Entre lo perentorio figuraría atender la fluctuación de la tasa de intercambio entre la libra esterlina y el euro, y definir el marco regulatorio y financiero.

Tomando en cuenta que Londres es uno de los mayores centros financieros del mundo y el principal eje económico del reino, lo que el gobierno actualmente viene buscando es un sistema de equivalencia con la Unión Europea referente al régimen regulatorio, para lo cual va tener que hilar muy fino a fin de evitar que el debate se politice. Johnson debe evitar a toda costa que las empresas financieras británicas que busquen acceder a los mercados de la Unión Europea post-brexit, terminen indirectamente siendo reguladas por normas extranjeras.

De otro lado, el acuerdo a negociar con la Unión Europea implicará retirarse de la mayor parte de los actuales acuerdos comerciales y arancelarios que el Reino Unido tiene con la unión. Como resultado de ello, muchos analistas como Adam Bienkov, columnista de Business Insider, señalan que el acuerdo en los términos aprobados por el Parlamento Británico, reducirá el crecimiento económico anual del país en 6.7% comparado con el crecimiento para el mismo periodo si permaneciese en la unión. Simultáneamente, el efecto cascada de esto originaria un gran impacto en los sueldos promedio de los trabajadores en el Reino Unido.

En lo referente al tema migratorio, uno de los más politizados durante la campaña del Brexit, existen dos grupos marcadamente diferenciados entre sí que se verán afectados: por un lado están los ciudadanos de la Unión Europea quienes hasta ahora hacen uso de la libertad de movimiento dentro de los estados miembros, incluyendo el Reino Unido y por el otro lado, están los ciudadanos no europeos.

Respecto a los ciudadanos de la Unión Europea, se permitirá la estadía de todos aquellos que se encontraban residiendo en el Reino Unido previo al Brexit, siempre y cuando califiquen para ello. Post-Brexit, lo que se plantea es terminar con el derecho de libertad de movimiento de estos ciudadanos y reemplazar la política migratoria con un sistema de puntaje que se aplicará por igual a los ciudadanos europeos y a los no europeos.

El gobierno de Johnson propone una política más liberal que su predecesora y que atraiga inmigrantes altamente calificados en industrias claves para el país cuya productividad ayude a mitigar el impacto negativo en la caja fiscal que resulte de los cambios en la nueva política de comercio.

...a Boris Johnson le toca dirigir el timón en medio de aguas turbulentas a lo largo de estos once meses del periodo de transición establecido, durante los cuales el Reino Unido deberá ceñirse a la mayor parte de las leyes de la Unión Europea, pero sin derecho a voto.

Al respecto, el Comité de Asesoría en Migración del Reino Unido (MAC en inglés), concluyó que la migración tiene “un impacto positivo en la productividad, pero los resultados están sujetos a significativas incertidumbres. Si bien la evidencia sobre la migración en general no es enteramente concluyente, talvez no resulte sorprendente que los migrantes altamente calificados tengan un impacto más positivo”.

Por el contrario, el profesor Anand Menon en su artículo titulado “The economic impact of Boris Johnson’s Brexit proposals”, señaló que se presume que la inmigración de trabajadores relativamente menos calificados no impacta directamente en la productividad. A este grupo pertenecería un gran número de migrantes en el Reino Unido provenientes de la Unión Europea. 2

De lo anterior se desprende que la nueva política migratoria post-Brexit de Johnson buscaría un cambio en la composición del inmigrante, intercambiando la migración de la mano de obra no calificada europea, por una migración más calificada de todos los rincones del planeta.

Cabe señalar que Escocia a través de su Primera Ministra Nicola Sturgeon solicitó la creación de un visado especial y más flexible para su país, haciendo uso de los poderes conferidos al parlamento escocés (devolution en inglés) lo que acaba de ser denegado por el gobierno central. La preocupación surgiría en vista de la baja tasa de natalidad escocesa y del impacto negativo que el fin de la libertad de movimiento de los ciudadanos europeos hacia el Reino Unido tendría en ese país. Expertos avisaron una caída en la población escocesa en edad productiva para los próximos 25 años debido al mencionado bajo índice de natalidad.

En lo referente al tema migratorio, uno de los más politizados durante la campaña del Brexit, existen dos grupos marcadamente diferenciados entre sí que se verán afectados: por un lado están los ciudadanos de la Unión Europea quienes hasta ahora hacen uso de la libertad de movimiento dentro de los estados miembros, incluyendo el Reino Unido y por el otro lado, están los ciudadanos no europeos.

Transición y retos

Simultáneamente, el gobierno de Boris Johnson enfrenta también el gran reto de unificar al país y sacarlo adelante sin el apoyo político y económico de ninguna alianza.

Entre los retos inmediatos que Johnson deberá atender por igual durante este periodo de transición de Brexit, sin lugar a dudas figuran la terminación del monumental proyecto ferroviario HS2 , un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia, la seguridad social, el sistema nacional de salud (NHS), la reducción de la emisión de emisiones de gases de efecto invernadero y el desarrollo de las provincias, particularmente en las zonas industriales del reino en los así llamados Midlands y el norte de Inglaterra.3

Para el actual gobierno es de suma importancia consolidar la presencia de los Conservadores en la llamada “zona roja” (los Midlands) que tradicionalmente ha votado por el partido Laboral y en donde sorpresivamente el partido Conservador obtuvo una contundente victoria el pasado mes de Diciembre.

Finalmente y no menos importante es la cuestión de Irlanda del Norte. Considerando los lazos históricos entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, el Reino Unido acordó con la Unión Europea que no habrían nuevos controles sobre los bienes que cruzasen el borde de uno a otro país. Esto significaría que Irlanda del Norte continuaría con las regulaciones de la Unión Europea en lo concerniente a agricultura y la manufactura de bienes, en tanto no así el resto del Reino Unido.

Cabe señalar que Escocia a través de su Primera Ministra Nicola Sturgeon solicitó la creación de un visado especial y más flexible para su país, haciendo uso de los poderes conferidos al parlamento escocés (devolution en inglés) lo que acaba de ser denegado por el gobierno central Transición y retos

Igualmente, Irlanda del Norte continuará usando el código aduanero de la unión en sus puertos, lo que implica nuevos controles y procesos en el movimiento de bienes entre ese país y otras partes del Reino Unido, aun sujetos a negociación con la Unión Europea.

Al respecto, es importante precisar que en el eventual caso de que no hubiera un acuerdo final con la Unión Europea sobre los términos de la salida, Irlanda del Norte no enfrentaría tarifas ni barreras comerciales por parte de la unión, debido a la necesidad de mantener el comercio con la República de Irlanda. Sin embargo, esto podría resultar en significativas barreras comerciales entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.

En consecuencia, si bien Boris Johnson logró llevar a los Conservadores a la victoria en un momento realmente histórico tanto para el Reino Unido, como para la Unión Europea, él y su partido saben muy bien que los cuatro años de gobierno que han asegurado no serán suficientes para lograr resultados visibles. Es ésta quizás la prueba más dura para Johnson y los Conservadores a fin de asegurar la confianza de los electores en sus acciones y consecuentemente nuevamente la victoria en los próximos comicios.

A tal efecto, se prevé cambios en los ministerios y reorganización de los departamentos de estado, incluso especulándose sobre la creación de un Departamento del Norte, así como el desarrollo de infraestructura con el foco central en la eficiencia y el desarrollo de políticas que aborden el problema del crecimiento disparejo en el país.

Simultáneamente, el gobierno de Boris Johnson enfrenta también el gran reto de unificar al país y sacarlo adelante sin el apoyo político y económico de ninguna alianza.

Al momento Boris Johnson al frente del partido Conservador ha logrado lo que muchos veían con escepticismo: aprobar por amplia mayoría el Acta de Salida de la Unión Europea, disfrutando así de un amplio respaldo popular . Lo que venga más adelante dependerá en gran medida de los resultados alcanzados, más que de la retórica y el carisma del Primer Ministro. Johnson y su gobierno tienen once meses para lograr la anunciada (y esperada) exitosa salida de la unión, como también demostrar su capacidad como gobierno en conducir al país en medio de la incertidumbre post-Brexit. 4

Boris Johnson ha mencionado que ésta sería la “década de la prosperidad” para el Reino Unido. En el tema económico, se espera con mucha expectativa el presupuesto de Marzo que debería incluir una significativa expansión de la inversión a largo plazo, financiada a través de préstamos, lo que representaría un cambio en la política de austeridad de los Conservadores. Recientemente sin embargo, el ministro de economía Sajid Javid habría pedido a los departamentos de estado que identifiquen las áreas en donde potencialmente podrían reducir costos hasta en un 5%, a fin de re-direccionar los fondos a las prioridades establecidas por el actual gobierno: hospitales, colegios y el promover un desarrollo parejo en todo el país.

Así mismo, para la semana siguiente se espera el discurso del Primer Ministro en donde deberá presentar las prioridades en la negociación para un acuerdo comercial con la Unión Europea. A tono con esto, Christopher Pincher, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, declaró: “Estamos muy claros que somos una nación optimista de libre comercio que mira hacia afuera y buscaremos una cooperación amigable con la Unión Europea basada en nuestro acuerdo de libre comercio como se señala en la declaración política”.

Todo parece indicar que en el plano internacional el gobierno concentrará sus esfuerzos en fortalecer las relaciones comerciales con su socio histórico: la Unión Europea, mientras en el plano nacional, buscará crear oportunidades para el desarrollo del país.

1- Dominic Raab, Secretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido

2- Director de UK in a Changing Europe.

3- High Speed 2 es un sistema de trenes de alta velocidad para conectar los centros urbanos de Londres, Birmingham, Manchester y Leeds y que se espera transporte más de 300,000 pasajeros al día.

4- 34% del público en general y 42% entre los llamados “baby boomers” (1946-1964). Fuente: YouGov.

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