AÑO 11 • NÚMERO 135 • AGOSTO 2020
La comedia humana
La comedia triunfante como terapia feminista Comediantes que escriben La comedia es crítica social El librero de Mario Bojórquez Entrevistas con: Mario Escobar / Brendan Benson / Daniel Krauze
Tema del mes:
Índice
6 Lo políticamente incorrecto en la comedia Diego Fainguersch
10 Entrevista con Daniel Krauze 12 Entrevista con Mario Escobar 14 La comedia como terapia feminista Julieta Lomelí
18 Comediantes que escriben 21 La comedia según Ricky Gervais 22 Entrevista con Brendan Benson 24 [Perfil] Woody Allen /Adrián García 26 Lecturas mutantes / José Luis Trueba Lara 28 Entrevista con Javier Perianes 30 Centenario de Ray Bradbury 31 Autoras que nos hacen reír Gabriela Mejan Ganem
32 [Jóvenes]/Fabián V. Escalante 34 [Perfil] Jim Carrey / Yara Sánchez 35 De la tragedia a la comedia 36 La comedia triunfante /Adrián García 34 [Perfil] Trevor Noah 40 [Cine] La comedia es crítica social Gilberto Díaz
42 [Cuento] Familias musicales
La comedia humana
Yara Sánchez De La Barquera Vidal
EDITORIAL
yara@revistaleemas.mx
¿
De cuántas maneras y por qué razones podemos reírnos con un desparpajo que dé miedo mirar? Esta pregunta no es sencilla de resolver, la comedia y lo cómico se niegan a tener una sola causa, un motivo único que sea capaz de detonarlos como si fueran la nitroglicerina que derrumba la solemnidad. A veces, ambos surgen de la impotencia o de la rebeldía; en otras ocasiones, brotan ante nuestros ridículos cotidianos o se hacen presentes gracias a la maravilla de un poder que se vuelve risible a fuerza de solemnidades. Es más, gracias a ellos tenemos la posibilidad de hablar de lo que no se puede hablar y adentrarnos en los territorios que nos veda la corrección política. Ante estos hechos, es obvio que no tiene caso intentar recorrer todas sus formas y sus manifestaciones. La comedia es inmensa e inaprensible. O, como alguien sabio lo dijo, el humor es tragedia más tiempo. En este número de Lee+, decidimos tomarnos en serio a la comedia y recorrer una parte de su mapamundi. Por esta razón, nos asomarnos a algunas de las películas y las series televisivas que la marcaron, y lo mismo hicimos con las formulaciones de género de algunos programas, con las reflexiones de los cómicos y, por supuesto, con una mirada que se detuvo en algunos de los comediantes que son indispensables para comprender el pasado cercano. Así pues, este número es el atisbo de un continente, una rápida mirada a los territorios del desafío y la burla y, por supuesto, también es un asomo a otros espacios. Ahora lo único que hace falta es que te decidas a acompañarnos en este viaje y, para ello, sólo tienes que dar vuelta a la página. +
Coeditor José Luis Trueba Lara jtrueba@revistaleemas.mx Corrección de estilo Julieta Lomelí Balver Director de arte y editor audiovisual Edwin Reyes Maya edwin@revistaleemas.mx Marketing Fabián Vásquez Escalante fabian@revistaleemas.mx Editor de mascultura.mx Gilberto Díaz contacto@revistaleemas.mx Consejo editorial Alberto Achar Jorge Lebedev En portada: Diseño original para Lee+ por Juan José Huitrón
Alejandro Moncada
44 [El librero de] Mario Bojórquez 46 [Ver y oír]/Adrián García ¡Anúnciate con nosotros!
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T E M A
D E L
M E S
Lo políticamente incorrecto en la comedia Diego Fainguersch / @diegopera
No te tomes la vida tan en serio, al fin y al cabo no vas a salir vivo. Elbert Hubbard
I. Por su naturaleza disruptiva, la comedia tiene que confrontar, romper, enfrentar. Debe ser altanera, provocadora y creadora de conciencia. El humor tiene licencias que ningún otro género posee: crea empatía pero también es amenazante, desestabilizador. Y esa tiene que ser su función en la sociedad: sacar al espectador de su zona de confort. Incomodar para replantear. II. La comedia no tiene por qué ser profunda, pero cuestiona siempre. Enfrenta y te enfrenta con tus miedos, angustias, juicios y prejuicios. No se puede radicalizar una postura, pero debe replantearse desde lo políticamente incorrecto, como un zumbido en la conciencia para salir y ver. No puede quedarse en el juicio fácil y evidente, debe explorar más allá. La comedia tiene que animarse, y no puede tener miedo a enfrentar las cuestiones que rompen con esquemas impuestos. Debe mostrar tanto las miserias como las abundancias, quitarlas de su entorno natural y animarse a exponerlas en ámbitos diferentes que obliguen a la observación y el cuestionamiento. III. Un comediante tiene un arma en su decir. IV. ¿Cuáles serían los límites establecidos? Eso lo genera cada comediante, y tiene que ver más con sus juicios de valores autogenerados. Hay que ser valientes para decir las cosas y más valientes para sostenerlas con esos argumentos válidos que te representen. V. ¿Hay temas que no se pueden tocar? En general nos gusta reírnos de aquello que nos compete superficialmente, porque cuando realmente nos toca de cerca, tenemos la piel muy fina. Nos reímos de los que nos identifica de manera superficial, pero cuando ahondamos más en temas sensibles como religión, discapacidad, pobreza o muerte, nos confronta dentro de nuestros “límites morales”. Esto tiene que ver con toda una serie de enseñanzas que nos inculcaron nuestros padres. Es casi imposible escapar y mantener una mirada objetiva para entender que nadie te va a castigar por enfrentarla con una sonrisa, ya que generalmente es un llamado de atención para que cambiemos
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ese enfoque heredado por algún tipo de replanteamiento nuevo: viendo todo como el morboso vecino de la casa de enfrente, a quien le da cierto placer ver lo que le sucede al vecindario mientras a él no le afecte. VI. Y la realidad es que parte de la madurez de una sociedad es tener la capacidad de consumir humor aún cuando el espectador se sienta aludido por la temática. La madurez permite una distancia crítica, entender que no es personal sino contra el establishment al que pertenece. VII. Cambiar el punto de visión –replantearnos– tiene que ser parte del desarrollo. Una sociedad no puede quedarse con una sola mirada y repetirla por generaciones. La única forma de avanzar, es tener la capacidad de cuestionar esas ideas preestablecidas. La religión suele ser la madre de los tabús. Siempre es divertido reírse de la religión que no te identifica, pero “cuidadito” cuando se tocan temas de la propia: en general, se piensa que cualquier chiste de judíos contado por un no judío es antisemita. VIII. A veces sucede que las heridas aún no han cicatrizado, y entonces es prudente no jugar con ciertas temáticas. Recordemos la frase de Woody Allen: “La comedia es tragedia más tiempo”. Pero, ¿cabría definir de cuánto tiempo estamos hablando? Para algunos, el duelo puede durar días; mientras que para otros, años. ¿Cuál sería la medida justa para empezar a bromear? Ricky Gervais twitteó: “Que te ofenda no significa que tengas razón. También hay gente que se ofende con el mestizaje, los gays, los ateos, etc.” Muchas veces, la única medida de tiempo sería nuestro sentido común, que –por más convenciones sociales que tenga– sigue siendo una decisión unilateral del emisor. IX. Debemos tener claro que, como en toda expresión artística, el comediante se está exponiendo ante una audiencia. Siempre tendrá detractores y admiradores. Ha tenido que aprender a lidiar con esos fantasmas. Nunca logrará caerle bien a todas las audiencias, como nunca logrará caerle bien a todas las personas. Pero se requiere valentía para averiguarlo y, sobre todo, mucha inteligencia. +
NO FICCIÓN
FICCIÓN
EL TRAIDOR Anabel Hernández GRIJALBO
SALVAR EL FUEGO Guillermo Arriaga ALFAGUARA
Premio Alfaguara de novela 2020. Una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles. Marina, una mujer casada, con tres hijos y una vida familiar resuelta, coreógrafa de cierto prestigio, se ve involucrada en un amorío improbable con un hombre impensable. Salvar el fuego retrata dos Méxicos completamente escindidos. Una obra que retrata los absurdos de un país y, también, las contradicciones de la naturaleza humana. Una novela de amor que termina por brindar esperanza.
La historia de este reportaje se remonta a 2011, cuando Anabel contactó a uno de los abogados de Vicente Zambada, el Vicentillo, quien enfrentaba un juicio en Chicago. Él le entregó varios documentos del narcotraficante: un inquietante autorretrato como payaso y los diarios que escribió durante su negociaciones para colaborar con el gobierno norteamericano. En esas páginas, el capo reconstruyó su historia y la de uno de los cárteles más poderosos.
DE ANIMALES A DIOSES Yuval Noah Harari DEBATE
LA BAILARINA DE AUSCHWITZ Edith Eger PLANETA
Un libro sobrecogedor, potente e inspirador que busca ayudar a todas aquellas personas, cuyos traumas les impiden vivir en plenitud los instantes de su existencia. Al igual que su mentor, Viktor Frankl, Edith Eger es una superviviente. Su experiencia vital y trayectoria como psicóloga le han permitido ayudar a miles de personas que viven incapacitadas por sus cicatrices emocionales.
EL VENDEDOR DE SILENCIO Enrique Serna ALFAGUARA
A mediados del siglo XX, Carlos Denegri era el líder de opinión más influyente de México. Reportero estrella de Excélsior, tenía una envidiable red de contactos. Mimado por el poder, como columnista político sobresalió por su falta de escrúpulos: Julio Scherer lo llamó el mejor y el más vil de los reporteros. Enrique Serna vuelve a una de sus vetas narrativas predilectas, la reconstrucción del pasado, para entregarnos un fresco histórico apasionante.
Hace 100,000 años seis especies de homínidos habitaban la Tierra. Hoy solo queda una: el homo sapiens. ¿Cómo logró nuestra especie imponerse en el planeta? ¿Por qué nuestros ancestros se unieron para crear ciudades y reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses, en naciones y en los derechos humanos, a confiar en el dinero y las leyes? ¿Cómo será el mundo en los milenios venideros? En De animales a dioses, Yuval Noah Harari responde estas preguntas.
TIENDE TU CAMA Y OTROS PEQUEÑOS HÁBITOS QUE CAMBIAR William H. Mcraven DIANA
Si quieres cambiar el mundo, comienza por tender tu cama. Si tiendes tu cama al despertar, habrás cumplido con tu primera tarea. Tendrás una sensación de orgullo y te alentará a cumplir un objetivo más, después otro, y otro. Esa pequeña labor se convertirá en muchas metas cumplidas. El autor, quien se sobrepuso a retos muy dolorosos, nos cuenta sus profundas lecciones de vida y nos revela que los logros más trascendentes están hechos de pequeños pasos.
LA SOMBRA DEL VIENTO Carlos Ruiz Zafón PLANETA
CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS Dale Carnegie DEBOLSILLO
El Cementerio de los libros olvidados, el cuarteto de novelas que arranca con La sombra del viento, es la gran saga en curso de nuestro tiempo. Se trata de un libro mágico que cambió el panorama literario, y sigue ganándose el corazón de miles de lectores gracias a la fusión del relato de intriga y suspenso, la novela histórica y la comedia de costumbres. Sin embargo, La sombra del viento es sobre todo una trágica historia de amor, cuyo eco se proyecta a través del tiempo.
El único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, desarrolle y aproveche esos poderes latentes que no emplea. Algunos puntos importantes del contenido son: Maneras de agradar a los demás—Cómo causar una buena impresión—Convertirse en buen conversador e interesar a la gente—El secreto de Sócrates—Cómo obtener cooperación—Cómo criticar y no ser odiado por ello. Procure que la otra persona esté satisfecha con lo que usted quiere.
Y JULIA RETÓ A LOS DIOSES Santiago Posteguillo PLANETA
EL CLUB DE LAS 5 DE LA MAÑANA: CONTROLA TUS MAÑANAS, IMPULSA TU VIDA Robin Sharma GRIJALBO
Julia está en la cúspide de su poder, pero la traición y la división familiar la amenazan. Además, Galeno diagnostica que la emperatriz padece cáncer. En medio del dolor físico y moral que padece, cualquiera se hubiera rendido. Pero, en medio del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia.
JÓVENES TRES PROMESAS Lesslie Polinesia MONTENA
MOMO Michael Ende ALFAGUARA CLÁSICOS
A DOS METROS DE TI: ED. PELICULA Rachael Lippincott NUBE DE TINTA
Robin Sharma desarrolló el Club de las 5 de la mañana hace más de veinte años gracias a los revolucionarios hábitos que le permiten a sus clientes incrementar la productividad, mejorar su salud y afrontar con serenidad la época en que vivimos. Este libro, de profundo impacto personal, nos descubrirá las rutinas que han hecho posible que muchas personas alcancen grandes resultados al tiempo que nuestra felicidad y vitalidad aumenta.
UNO SIEMPRE CAMBIA AL AMOR DE SU VIDA (POR OTRO AMOR O POR OTRA VIDA) Amalia Andrade Arango PLANETA
LA NIÑA QUE SE BEBIO LA LUNA Kelly Barnhill LOQUELEO
ELECTRÓNICOS
ARTE Y RECREACIÓN
CRISIS Patricia Armendáriz CONECTA
Conoce el impacto y duración de la crisis y aplica una sólida estrategia para sobrevivir y crecer. Patricia Armendáriz vierte su experiencia en el sector financiero y como juez de Shark Tank México para enfrentar la incertidumbre económica. Siguiendo sus estrategias y consejos, podrás blindar tu pyme de los golpes a tu sector, enfrentarlos con resiliencia y, sobre todo, aprovechar las oportunidades que se presenten para crecer tus ingresos.
EL CLUB DE LAS 5 DE LA MAÑANA: CONTROLA TUS MAÑANAS, IMPULSA TU VIDA Robin Sharma GRIJALBO
Robin Sharma desarrolló el Club de las 5 de la mañana hace más de veinte años gracias a los revolucionarios hábitos que le permiten a sus clientes incrementar la productividad, mejorar su salud y afrontar con serenidad la época en que vivimos. Este libro, de profundo impacto personal, nos descubrirá las rutinas que han hecho posible que muchas personas alcancen grandes resultados al tiempo que nuestra felicidad y vitalidad aumenta.
EL SUTIL ARTE DE QUE TE IMPORTE UN CARAJ* Mark Manson HARPER COLLINS MÉXICO
Durante los últimos años, Mark Manson —en su popular blog— se ha afanado en corregir nuestras delirantes expectativas sobre nosotros y el mundo. Ahora, en este libro, nos ofrece su intrépida sabiduría y nos recuerda que los seres humanos somos falibles y limitados, nos aconseja que reconozcamos nuestras limitaciones y las aceptemos, pues esto, según él, es el verdadero origen del empoderamiento.
BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES Suzanne Collins RBA MOLINO
Es la mañana en que darán comienzo a los décimos Juegos del Hambre. En el Capitolio, Coriolanus Snow se prepara para una oportunidad única: alcanzar la gloria como mentor de los Juegos. La casa de los Snow, antes tan influyente, atraviesa tiempos difíciles, y su destino depende de que Coriolanus consiga superar a sus compañeros en ingenio, estrategia y encanto como mentor del tributo que le sea adjudicado.
KIWILIMÓN. 10 AÑOS COCINANDO CONTIGO Kiwilimón AGUILAR Cuando te adentres en este libro descubrirás que no importa que no seas un experto en la cocina, el recetario de Kiwilimón te hará lucir como todo un profesional a la hora de cocinar. Por si esto no fuera suficiente, en sus páginas descubrirás algo especial: todos tus platillos serán fáciles y rápidos de guisar.
MANDALAS: LIBRO DE ARTE PARA COLOREAR Larousse Editorial NUEVA IMAGEN En este libro encontrarás más de sesenta mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos, que puedes conservar en el libro o convertirlos en parte de la decoración de tu lugar favorito. Aquí no hay límites: ilumínalos con plumones, acuarelas o con lápices de color. Solo tienes que elegir la mejor técnica y dejar volar tu imaginación. Al final, ¡tu libro de arte será único!
LAS MEDIDAS DE UNA CASA: ANTROPOMETRIA DE LA VIVIENDA Xavier Fonseca PAX MEXICO
Todas las medidas para el diseño de una casa: desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. Esta obra imprescindible, ofrece al profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la antropometría, análisis de mobiliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.
ARTE DE PROYECTAR EN ARQUITECTURA Ernst Neufert GUSTAVO GILI
La nueva edición de este manual mundialmente reconocido, puede considerarse como una nueva versión. Por un lado, se conservó el magnífico planteamiento del original y, por otro, se actualizó su contenido con el fin de dar respuesta a las nuevas expectativas que han surgido en el mundo de la construcción. Especialmente el de las exigencias medioambientales.
MANUAL DEL ARQUITECTO DESCALZO Johan Van Lengen PAX MEXICO
LA SOMBRA DEL VIENTO Carlos Ruiz Zafón PLANETA
El Cementerio de los libros olvidados, el cuarteto de novelas que arranca con La sombra del viento, es la gran saga en curso de nuestro tiempo. Se trata de un libro mágico que cambió el panorama literario, y sigue ganándose el corazón de miles de lectores gracias a la fusión del relato de intriga y suspenso, la novela histórica y la comedia de costumbres. Sin embargo, La sombra del viento es sobre todo una trágica historia de amor, cuyo eco se proyecta a través del tiempo.
Esta obra, dedicada a todos los interesados en la arquitectura y el urbanismo, ofrece respuestas al desarrollo de las comunidades y sus alrededores. Como lo son al abastecimiento de energía, el tratamiento de los desechos y al problema de en qué lugar se deben ubicar las nuevas construcciones. Además, se trata de un libro que ayudará a aumentar la participación de la comunidad en el diseño y la construcción de sus viviendas y entorno.
NIÑOS LOS COMPAS ESCAPAN DE PRISION Timba VK MARTINEZ ROCA
JUGUEMOS A LEER LIBRO DE LECTURA Y CUADERNO DE EJERCICIOS Rosario Ahumada EDITORIAL TRILLAS
CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES Elena Favilli PLANETA
MUJERCITAS Louisa May Alcott ALFAGUARA INFANTIL
LOS SIETE COLORES DE MI VIDA Daniela Hoyos Falco ALTEA
E N T R E V I S TA
Una conversación (casi) tenebrosa con Daniel Krauze
Fotografía: ©️Ana Hop
Nuestro encuentro estaba pactado, el día llegó y la plática comenzó sin más: —Vale más que te lo diga a las claras —le digo con la certeza de quien no puede mentir—, tu novela es realmente horrorosa. Me la leí casi de un tirón y de inmediato me topé con dos personajes que te quitan el sueño a la mala. Después de tus palabras da miedo cerrar los ojos; y si uno lo hace, las pesadillas más reales pueden atraparte. Es más, les recomiendo a los lectores que sólo la lean en las mañanas y después de haber desayunado, pues hay más de tres escenas capaces de llevarte a la anorexia y al insomnio. —Me encanta como miras mi novela. Es más, en la reedición hay que ponerle un cintillo con esas palabras: “¡Una novela horrorosa!”. Te explico por qué me parece adecuado lo que me dices. Cuando estaba escribiendo Tenebra (Seix Barral, Planeta), uno de mis deseos era que provocara esa reacción: muchos de sus personajes son repulsivos y hacen cosas repugnantes. Yo quería serle fiel al material que tenía y al mundo que se muestra en sus páginas: el de la política mexicana. Durante los años que le dediqué a la investigación, urante varios años, ocho para ser preciso, Daniel Krauze se ausentó de las mesas de novedades editoriales. no sólo leí muchas cosas, Desde Fallas de origen (2012), no ha publicado ningún otro libro. La tentación de pensar que el silencio lo sino que también me había alcanzado no era poca; sin embargo, algo pasaba y sus murmullos no me llegaban al oído. A lo largo entrevisté con la gente de una buena parte de ese tiempo, él se dedicó a entrevistar a muchos políticos para descifrarlos con una actitud que me contó anécdotas que estaba muy cerca de la paradoja: ellos no le interesaban como los protagonistas de las noticias cotidianas, sino y me permitieron encomo seres a los que se propuso comprender desde adentro. Personas brutalmente marcadas por el deseo de ven- samblar a los protagonisganza, por un pasado trágico y, por supuesto, por las ansias de obtener lo que jamás alcanzarán por otros medios. tas de la novela. Uno de Tras estas conversaciones con personajes de esa farándula amante del poder. Daniel Krauze inició la escritura de ellos, por ejemplo, es un Tenebra, novela protagonizada por esta historia reciente, que al mismo tiempo no deja de ser siempre la proyectada operador político que no en toda época. Cercana a la ficción, la novela nos muestra un mundo escalofriante, el de los seres que pueblan el quiere perder su hueso sistema político mexicano. cuando su partido sea derrotado en las elecciones de 2018. —En México, la novela política y los libros de denuncia de este rubro, tienen una larga tradición de existir, desde el siglo XIX ya estábamos empecinados en buscar las historias más canijas, en mostrar el rostro de los personajes más abyectos. En el caso de Tenebra, ¿tu participación en esta competencia tiene que ver con tu ficción o está absolutamente relacionado con la realidad?
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P O R
J O S É
L U I S
T R U E B A
Tenebra
—Espero haber entrado al medallero de esta competencia. Creo que Tenebra es una mezcla de ambas cosas: la realidad y la imaginación forman parte de ella. Para serte franco, algunas de las historias que escuché durante la investigación superan con mucho a lo que se cuenta en la novela. Evidentemente, muchas de las anécdotas que escuché —las más repulsivas, las más delirantes, las más siniestras— forman parte de mi escritura, pero están trabajadas para convertirlas en parte de una novela. La ficción y la realidad están entretejidas. Yo quería que sacudieran al lector, pero no me interesaba que fueran absolutamente solemnes, que se parecieran a las denuncias de siempre. También me interesaba que sus páginas quedaran marcadas por una especie de humor negro. Me explico. Cuando empiezas a conocer a los políticos descubres que en sus vidas existe un elemento tragicómico. Su mundo es tan absurdo que si no te causara asco, te morirías de risa. Este hecho me obligó a una serie de malabarismos para mantener en el aire la realidad, el absurdo y la ficción. Y, por supuesto, también me interesaba mostrar cómo , ante estos hechos, sus protagonistas se sienten como peces fuera del agua. —Aunque los hechos de tu novela son cercanos, el mundo político se cimbró en 2018 y según algunos se transformó de una manera absoluta. ¿Cómo se ve la realidad de hoy desde Tenebra? —Creo que si uno lee el final de Tenebra —cuyo primer borrador terminé antes de las elecciones de 2018— pareciera que la realidad ya alcanzó a la ficción. En esas páginas, los personajes del pri presienten el hundimiento y la derrota de su partido. Ellos tienen que huir como las ratas de un naufragio y, a como dé lugar, deben subirse a otro barco. En ese momento comienza a mostrarse una nueva figura de poder y una nueva organización: Andrés Manuel López Obrador y Morena. Yo escribí esto sin saber qué tanto del adn político del pri iba a estar en el adn político de Morena; pero, si vemos los noticieros, parecería que las “profecías” que se hicieron en Tenebra fueron superadas por la realidad. Mi ficción no estaba equivocada. Aunque a estas alturas ya puedo pensar a Tenebra como una novela histórica, pues ocurre en 2016 y desde ese año hasta hoy parece que hay una distancia de siglos, estoy convencido de que el universo del que habla no es tan lejano del presente, de nuestra realidad inmediata. Hay muchos de los escándalos que siguen vivos y mucho de lo que sucede en la novela aún se mantiene. Sin embargo, no creo que ella pudiera existir en 2020. —¿La venganza juega un papel fundamental en Tenebra? —Una de las cosas que más me gustan en mis novelas preferidas, y que trato de emular en lo que escribo, son los personajes en primera persona que se mienten a sí mismos. Ellos no pueden ver su realidad, aunque todos los que estén a su alrededor la perciban con claridad. Este es el caso de los dos protagonistas de Tenebra. Uno de ellos, Martín, es un abogado que se quiere vengar del pri, mientras que Julio es un priista. Sus vidas están destinadas a chocar en la novela. Martín se dice a sí mismo, y a la gente que lo rodea, que está haciendo lo que está haciendo no por un acto de venganza, y que sus acciones no están marcadas por el deseo de redimir el nombre de su padre o a su familia que cayó en desgracia hace muchas décadas. Él sólo señala que quiere el bien de México, aunque el motor de sus acciones son la venganza y las ansias de recuperar el patrimonio de la familia. —Yo no conozco a muchos políticos, pero estoy seguro que no es sencillo ser lo que son: se tienen que convencer de una serie de locuras y falsedades. Seguro tienen la certeza de que siempre serán traicionados y que todo su mundo está prendido con alfileres, aunque de dientes para fuera parezca otra cosa. —Absolutamente, te confieso que a mí no me interesa la política como aparece en las primeras planas de los periódicos. Lo que me interesaba de la política mexicana es que en muchos de sus protagonistas hay una contradicción: en teoría alguien se convierte en político para servir al prójimo y, sin embargo, ellos no están ahí para servir al prójimo, sino para hacer dinero para sí mismos. Por esta razón me parece que la frase insigne del sexenio anterior es “merezco abundancia”. En estas palabras no se afirma que el pueblo la merece, sino que sólo le corresponde a los políticos. La contradicción entre servir a la ciudadanía y ensanchar la cuenta bancaria propia, me parece muy interesante.
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—Cuando estaba leyendo Tenebra, me acordaba constantemente de Fuego y cenizas, la biografía política de Michel Ignatieff… —Tienes razón, ese fue uno de los primeros que leí. —Pero, ¿qué tanto te asomaste a los libros y las novelas sobre la política en México? —Te confieso que hice todo lo posible por no leerlas, soy copión por naturaleza y ellas se habrían metido en las páginas de Tenebra. Me daba miedo que se me fueran a pegar cosas de La guerra de Galio o de otras obras. Por esta razón, tomé el camino de los libros extranjeros, de los libros de historia o de perfiles de políticos. Al leer sobre los políticos mexicanos desde Miguel Alemán en adelante, empecé a encontrar rasgos similares en muchos de ellos: sus infancias y sus adolescencias siempre esconden heridas: un padre que muere, una madre que prefiere al hermano, un crimen cometido. Muchos de nuestros políticos tienen esto, y si Julio Rangel —el otro protagonista de mi novela— es un político arquetípico, debía tener estas heridas que lo impulsan a hacer lo que hace, algo que sin duda comparte con Martín. Ambos tienen que entrar a la política para saciar su sed de venganza, para recuperar su pasado, para tener lo que jamás tendrían de otra manera. La plática se ha terminado y sólo me queda una duda. ¿Cuánto de la política ha cambiado? +
Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi
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E N T R E V I S TA
Mario Escobar: dos libros, una conversación
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onversar con Mario Escobar es sencillo. Aunque jamás nos habíamos visto, las palabras corrieron sin ninguna brida. Sus muchos libros y sus dos novelas más recientes —Recuérdame y El color del corazón— fueron suficientes para una jugosa conversación. Lee+: En México, los niños de Morelia forman parte de una historia que nos deja muy bien parados: la actitud abierta de Lázaro Cárdenas hacia los refugiados españoles. Nuestra mirada quizá es demasiado complaciente, pues olvida a las otras migraciones que no tuvieron tanta suerte en esos años, justo como sucedió con los judíos que huían del nazismo. Nosotros tenemos una mirada precisa, pero ¿cómo miran a estos niños en España? Mario Escobar: Mientras que el exilio español en Francia y la Unión Soviética ha sido muy bien documentado, estudiado y homenajeado, el exilio en América casi ha sido ignorado, no sólo en el caso de México, sino también en Argentina, en Cuba o en Chile. Tengo la impresión de que esto se debe a que durante una buena parte del siglo xx, España le dio la espalda a América. El franquismo se concentró en África y en su obsesión por dominar una parte del desierto. A esto debemos agregar que Franco estaba peleado con casi todos los regímenes de América, salvo con el de Juan Domingo Perón, lo que nos dice mucho de este gobernante argentino: dime con quién andas y te diré quién eres. Por estas razones, mientras en México los niños de Morelia son bien conocidos, en España casi son una novedad. Aunque ellos fueron muy bien acogidos, la tragedia de su exilio no puede negarse. Uno está mejor en su casa que en cualquier otra parte. Además de esto, es posible pensar que, para los niños de Morelia, el gran choque fue religioso, muchos fueron educados en un secularismo extremo y llegaron a un país marcado por el laicismo y por una tradición revolucionaria muy anticatólica. Pero a pesar de estas peculiaridades, ello corrieron con algo de suerte, el hecho de que llegaran a Morelia les abrió la posibilidad de vivir en una ciudad que algo conservaba de su tradición religiosa y su catolicismo. Ellos no sólo arribaron al otro extremo del océano, sino también al otro extremo de la comprensión de lo sagrado. Además de esto, también es importante recordar que desde siempre, a partir de una opinión clasista y llena de prejuicios, pero generalizada socialmente, han existido dos tipos de migrantes, quienes han sido considerados de “primera” y los migrantes “de segunda”. Hoy existen casi 75 millones de personas en esta condición, y la gran mayoría son migrantes que han tenido que salir de sus países para buscar mejor calidad de vida, por lo tanto no están económicamente acomodados. Pero en el exilio español hubo muchos que sí partieron de su país en buenas condiciones y gozaban del apoyo irrestricto de algunos gobiernos que los acogieron. Pero también existió otro exilio, el de los niños de Morelia y el de los pobres que no la pasaban nada bien a pesar de la generosidad con la que fueron recibidos. Ellos no eran como los migrantes que dejaron España para “ir a hacer la América”, para buscar fortuna. Muchos de los recuerdos que animan a esta novela son familiares. Mi madre fue una niña de la guerra y me contaba del hambre
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que pasaron, su padre —mi abuelo— luchó en el bando republicano y también vivió una época muy dura. Incluso, algunos de los nombres de mis personajes están inspirados en integrantes de mi familia. Otros, obviamente, son ficticios y nada tienen que ver con mi historia personal. Durante la posguerra, mi abuela era una viuda, pues los gobernantes pensaban que mi abuelo se había vuelto guerrillero. A ella la torturaba la guardia civil todas las noches para sacarle información, pero, como siempre sucede, hay gente buena en todos lados. Uno de los guardias civiles se quedaba en la puerta de su casa y le decía “vete tranquila que yo cuido a tus hijos hasta que te suelten”. Además de esto, México ya se había metido en otras de mis novelas, justo como sucede con Nos prometieron la gloria. Como seguramente ya lo imaginas, tenía ganas de escribir sobre la Guerra Civil y los niños como sus víctimas. Me interesaba descubrir de qué manera ellos veían la guerra y cómo esta los obligaba a madurar antes de tiempo. Así, en uno de mis viajes a México, descubrí a los niños de Morelia y me dije ‘esto es miel sobre hojuelas’. La novela estaba decidida y pronto nació”. Lee+: Para muchísimas personas Harriet Beecher es una desconocida, casi me atrevería a pensar que su nombre quedó ensombrecido por el título de su novela, La cabaña del tío Tom. ¿Por qué razón ir en pos de esta mujer que a ratos parece tan lejana de España o de América Latina? Mario Escobar: A Harriet se le ha tratado muy injustamente y —más allá de Estados Unidos— casi es una desconocida. Con ella, a mí me pasó lo que a muchos, en el colegio me obligaron a leer La cabaña del tío Tom, pero en una versión a la que le quitaban la violencia y el dramatismo. Su versión original está marcada por la violencia, la dureza y el dramatismo. Sin embargo, con el tiempo comencé a descubrirla poco a poco: ella fue la primera mujer que vivió de la literatura, al grado que su novela era el segundo libro más leído en el mundo y sólo era superado por la Biblia. Al principio fue criticada por ser mujer, por hacer lo que hacía. Y, para colmo de males, cuando se robustecieron los grupos que luchaban por los derechos civiles de los afrodescendientes, sus líderes la acusaron de haber escrito lo peor de los negros o de haber creado una caricatura de ellos. A pesar de todo lo que se decía y muchos creían, la obra de Harriet es más poderosa que estas palabras. Su narrativa se puede convertir en un espejo y también terminó siendo odiada por todos. Ella, además de los señalamientos que hizo a los sureños, fue una crítica del norte estadounidense, de su doble moral que aceptaba y se beneficiaba de la producción algodonera mientras criticaba la esclavitud. En este sentido, La cabaña del tío Tom nos ayudó a cambiar la mentalidad de una época y, de una manera casi directa, abogó a favor de la libertad absoluta —y sobre todo económica— de los esclavos. Es más, su propia vida es una muestra de este cambio de mentalidad. En la iglesia de su padre se reunían para promover el sufragio femenino, para luchar contra los vicios como el alcohol, y por el derecho y la capacidad para lograr elegir un destino. Todo esto me obligaba a escribir esta novela que es una novela dentro de una novela. +
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Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi
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ay dos maneras de ver las tragedias de la vida, la primera es hundiéndose en el profundo mar de la tristeza, naufragando en la tormenta de la autocompasión, y la segunda es tomando distancia frente a esos sucesos negativos y difíciles por los cuales atravesamos. Viendo la tempestad como el marinero sabio, con prudencia y lejanía, e incluso, haciendo de esos “atolladeros” emocionales posibles objetos de comedia. Sé que esta última sugerencia terapéutica, la de afrontar los dramas existenciales con humor, es muy difícil de llevar a la práctica, sobre todo cuando estamos ahí inmersos, en el intento desesperado de salvar el navío. Pero si lo pensamos bien, con una mejor conciencia, ¿no serviría de nada que, en el momento de mayor sufrimiento emocional, haciendo un ejercicio de ligereza, nos proyectemos al futuro riéndonos de nosotros mismos por haber tomado el papel de víctima, del desventurado o la desventurada. ¿No sería menos deprimente que, por ejemplo, tras un desamor, nos miremos a la distancia como esos seres exagerados que estaban a punto de ahogarse en un vaso de agua? Los infortunios del joven Werther, una de las novelas más emblemáticas de la historia de la literatura alrededor del desamor, del entonces cándido Goethe, nació de ese ejercicio trágico-cómico de un escritor que, antes de naufragar, prefirió sublimar el dolor por medio de la escritura de su obra. Goethe, de espíritu romántico y afanoso de los imposibles, estaba profundamente enamorado de una mujer aristócrata de diecinueve años, quien respetando la tradición de la época se comprometió con un hombre mayor, que sí gozaba de poder adquisitivo y posición social, cosas con las que él entonces escritor alemán no contaba. La desesperación del autor por la indecisión de su musa —quien parece que sí sentía algo más que amistad por él pero estaba convencida de que en términos materiales no le convenía— tras verla casarse con otro, escribió en un breve tiempo la novela que lo ayudó a salvarse de la tempestad interior, dejándonos espléndidas páginas de un Werther que no es tan trágico como la historia personal de Goethe, sino más bien un Werther melodramático. Recordemos que el melodrama tiende a exacerbar las emociones, volviéndolas exageradas, poniendo un notable acento en el patetismo de los sentimientos. Los payasos de circo, utilizan con maestría el melodrama: infantilizados y maquillados con colores vivos, muestran a su público una enorme sonrisa artificial que ilumina su rostro, mientras sollozan a todo vapor alguna anécdota trágica que contradice la alegría que sus caras expresan, y entonces… todos reímos. La risa, dice Schopenhauer, siempre señala la repentina incongruencia entre lo pensado y lo que realmente sucede en la realidad. Por supuesto, el filósofo está hablando de la comedia teatral, o de cuando contamos un chiste, o vemos una serie o película graciosa. Sin embargo, pienso en la conexión entre el melodrama, la comedia y la risa que, en comparación con la tristeza de nuestras vidas, puede ayudarnos a solventar el desconsuelo. Por ejemplo, cuando siento que el agua me está llegando al cuello porque mi corazón no para de llorar por un hombre, aunque suene paradójico, ¿cómo no va a resultarme gracioso mirarme en el espejo de Werther al leer las frases melodramáticas que dirige con despecho a los nuevos esposos, meses antes de suicidarse por amor: “¡Que Dios los bendiga amigos, y les dé todos los días felices que a mí me negó!”. No, querida, me repito, pocos mueren de amor, no seas ridícula. Vuelvo al mar sin tempestad. La comedia, el humor, no son meros recursos narrativos que provocan risa, o que nos entretienen por un momento. Me gusta pensarlos como algo realmente más profundo, como una estética existencial que da la posibilidad de construirnos una morada privada, un sólido muro de contención para la tristeza más severa, una protección contra el sufrimiento y la mala costumbre de tomarse a sí mismo y nuestros problemas demasiado en serio. La comedia ayuda a entender que siempre existe una salida, o al menos una libertad indeleble, y es la de la actitud que adoptemos frente a las penas cotidianas. El humor surte su efecto liberador y terapéutico cuando reímos, cuando aligeramos nuestras emociones, dándonos cuenta
La comedia como terapia feminista
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L O M E L Í de que, finalmente, nada es tan importante o grave como creíamos. Kant escribió que la risa es “una emoción que nace de la súbita transformación de una ansiosa espera en nada”. Las expectativas frustradas inevitablemente generan sufrimiento, pero si aceptamos que tales expectativas no se cumplieron en el pasado, entonces no significan algo actualmente, y bien pueden ser reemplazadas por la nada: el dolor y la ansiedad se convierten en algo efímero, en una carcajada. El marinero no naufraga, el viaje puede continuar.
La comedia y el termómetro social La comedia, al mismo tiempo de poder usarla como una terapia existencial privada, es un buen termómetro social, que también marca qué es lo que puede ser considerado “éticamente” gracioso, o lo que no puede serlo. No es lo mismo pensar en las series televisivas de hace veinte años, a lo expresado más recientemente en plataformas como Netflix o HBO. Porque en épocas recientes hay una guerra entre las generaciones actuales y las que no son tan actuales respecto de la corrección política. Una batalla campal se abre alrededor de ese tópico, o quizá sería mejor adjetivarla como virtual. Por un lado y otro se disparan argumentos sobre qué debería considerarse o no cómico. Los juicios estéticos y éticos se precipitan entre lo “viejo” y lo “nuevo”, mientras los jóvenes se ofenden al ver el tono sexista, machista y clasista de algunas comedias y del humor negro del pasado, los espectadores de mayor edad no dejan de sorprenderse ante lo que ellos creen es ser demasiado hipersensibles frente a lo que no debería evaluarse desde un juicio ético, sino tan sólo estético: el arte. En este sentido, los más maduros no dejan de pensar en una juventud caracterizada por su “puritanismo moral” y por ser los representantes de una novedosa “dictadura de la censura”. Este cuestionamiento sobre la moral o inmoralidad de la comedia no me parece ocioso, sino la constatación de que las series de humor, ya sea las televisadas en el pasado o las que ahora encontramos 24/7 en portales de internet, no sólo nos entretienen un rato, sino que —si se sabe mirar con cuidado— se han vuelto parte del reloj de la humanidad. Uno que en algún sentido sí camina hacia adelante, y progresa diferenciando entre las horas dedicadas a los roles tradicionales y a nuevos tiempos que han aligerado sus estigmas sociales y de género. Las series de comedia se han convertido en un termómetro social que mide la calentura de la indignación actual frente a la frialdad de algunos patrones que el pasado no juzgó. Sería un poco hipócrita no pronunciarme algunas veces del lado de esos “sensibles y cándidos moralistas jóvenes”, porque sí creo que, gracias a la corrección política actual, nació un giro irreversible en las tramas de las series de humor. Un cambio crítico que no es del todo negativo o puritano. Uno de los casos que me parece más relevante al respecto es lo que ha sucedido con la representación femenina durante la historia de las series, primero televisivas, y las que actualmente miramos en los portales y plataformas de internet. Las mujeres en la comedia Una de las primeras series de la historia, y también de las más exitosas de la época, fue la comedia de situación I Love Lucy, que se transmitió por televisión durante la década de los cincuenta. En un tiempo en que o lo blanco o lo negro era la regla, la serie, a pesar de haber nacido hace siete décadas, no tomó la filosofía del maniqueísmo. Es interesante señalar este primer intento de dibujar a la mujer cotidiana, a Lucy, quien fue interpretada por la fantástica actriz Lucille Ball. En la serie, ella es una chica ambiciosa e independiente de origen norteamericano que se enamora de un músico cubano. Para la época, representa a una mujer audaz desde el momento en que no tiene dilemas para elegir por pareja a alguien de otra nacionalidad, de ópticas y valores muy distintos a los de ella. El esposo cubano, Ricky (Desi Arnaz), interpreta al marido machista y controlador, al yugo que no permite que su mujer avance dentro del mundo laboral. El meollo de la serie se centra comúnmente en ese conflicto en el cual Lucy, bella, joven y ambiciosa, es un gran impulso moral para el marido, a quien también ayuda en temas prácticos, como en el intento de sumergirlo en el mundo del espectáculo norteamericano; él, por su parte, no permite que su esposa brille de ninguna manera. 15
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Yo amo a Lucy me parece una trama fascinante, no sólo por esa confrontación explícita que la mujer tiene con el marido y con su amiga más cercana, misma que sólo aspira a ser ama de casa, sino porque imagino que ese rompimiento entre las expectativas de muchas mujeres de época, al enfrentarse a una realidad machista, fue mostrado magistralmente en la serie. No dudo que para algunas mujeres de entonces, mirar a Lucy las hacía también mirar su propia situación, la de sentirse mutiladas profesionalmente por una sociedad machista. Sin embargo, el espejo de la ficción siempre vuelve menos pesada la experiencia propia, dándole un tono más ligero y divertido desde la comedia. Aunque en ese tiempo, Lucy no las haya liberado del todo, al menos por momentos pudieron ver con distancia y humor las abrumadoras relaciones de poder que mantenían con sus verdugos y patriarcas. Con sus maridos que solamente las consideraban amas de casa, subyugadas a deseos y modos inmutables de ser. No dudo incluso que finalmente el mensaje de Lucy, de no darse por vencida en sus afanosos intentos de tener los mismos derechos que su esposo, contribuyera paulatinamente a un cambio de mentalidad. Por ejemplo, ahora recuerdo vagamente un episodio en el cual ella y su apática amiga se disfrazan de hombres para poder ser seleccionadas en un empleo, un episodio que sin duda se erigía rebelde, y cómico a la vez, contra la inexistencia del trato igualitario hacia las mujeres. Recordemos que, en 1949, la filósofa francesa Simone de Beauvoir publica El segundo sexo, una obra emblemática que reivindicaba la libertad identitaria de la mujer; esto significaba que sugería dejar de pensarse como un ser para el otro, como esposa, madre, hija, ama de casa, etcétera, sino como un ser que habrá de tener la fuerza de despegarse de la educación tradicional, de imperativos ajenos. Para configurarse a partir de criterios propios: la mujer que se explica a partir de sí misma. A fines de los cincuenta, cuando Lucy terminaba su último episodio, las mujeres, al menos en Norteamérica, tenían cada vez más contacto con el feminismo francés, lo cual las orilló a sentir un profundo rechazo y malestar frente a las condiciones desiguales que se habían impuesto a su género. Y Lucy es el ejemplo claro de ese malestar, es la mujer que puede volverse un puente para otras mujeres. La actriz representó ese tránsito para otras, entre la decisión de seguir en un estado de sumisión y dependencia por amor al otro, en ese caso al esposo machista, o de arriesgarse de una vez por todas a ser lo que siempre quiso ser, y dejar de ser lo que los demás querían que ella fuera. Dando un salto cuántico en el tiempo, porque mi interés es sólo ejemplificar cómo la comedia en las series ha representado a la figura femenina, recuerdo con mucho desagrado lo que desde mi — como la llamarían mis padres o abuelos— “corrección política” ha 16
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sido una de las series más sexistas y clasistas de la historia de mi generación, La Niñera, (The Nanny). Otra comedia de situación, que tuvo asombrosamente mucho éxito para su época, a pesar de ser los años noventa, ya que comenzó en 1993, y se transmitió durante siete años más. A mi madre le gustaba ver dicha serie, la miramos juntas durante algún tiempo, pero siempre me incomodaba algo de la trama, aunque no tenía conciencia de qué era exactamente. He vuelto a ver “La niñera” en días recientes, y mentiría si les dijera que a mi espíritu de millennial puritana le causó mucha gracia esta vez, porque no fue así. Y es que realmente conozco a pocos de mi generación que disfruten el regreso de esos patrones en los cuales se desprecia a la mujer, o se le juzga desde su apariencia, o estatus socioeconómico, por muy cómico que se intente hacer. El éxito de la niñera fue larguísimo, y todos seguían con mucha curiosidad cuál sería el destino final de la protagonista. Fran Fine (Fran Drescher), una mujer judía —proveniente de Queens, una de las zonas de New York con mayor número de inmigrantes y barrios populares— que, por accidente, y como si fuera lo mejor que le hubiera sucedido en la vida, se volvió niñera de tres niños en una lujosa zona de la ciudad. La historia cuenta todo lo que ella, sin negarlo, de una manera muy simpática, hace para ganarse la confianza y el amor de toda la familia, pero siempre con la obsesión de conquistar al padre, un exitoso, narcisista, y celópata productor de Broadway. La trama no deja de tener momentos de comedia a costa de chistes que juzgan a la niñera como una mujer vulgar, de mal gusto, sumisa y sin educación, que ha tenido la gran fortuna de ser elegida por un hombre con mucho dinero, quien no deja de gritarle todo el tiempo, de controlarla, y de hacer incluso juicios antisemitas sobre sus tradiciones, que por supuesto son retratados de manera cómica, pero no dejan de ser ofensivos para las costumbres y el origen judío de la niñera, de esa misma mujer que el jefe rico no dejó nunca de ver como su subordinada. Fran Fine logró finalmente casarse con el exitoso magnate de Broadway un poco antes de que iniciara el nuevo milenio. Porque el 2000 sí que venía cargado con mejores tramas, y no sólo involuciones a esa idea de mujer que sólo se afirma a sí misma a partir de los maltratos de una sociedad y de un hombre. Mi recorrido acaba en una serie que marcó y dignificó, de una manera más efectiva y que era sumamente necesaria para la época, la representación de una mujer empoderada, fuerte y libre. Malcolm in the Middle (Malcolm el de en medio), fue una comedia
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protagonizada y relatada por la voz de un niño genio, Malcolm, (Frankie Muniz), el “hijo sándwich”, que por su notable inteligencia tiene una visión impecable y muy consciente de lo que sucede con cada uno de los integrantes de su familia. Las mujeres de la serie cumplen un papel muy importante desde la narrativa de Malcolm. Su mamá, sus amigas y hasta sus maestras, son retratadas como los soles alrededor de los cuales gira la vida del niño. Malcolm tiene una relación complicada con la figura femenina, porque ellas siempre parecen ser el muro de contención que coarta su libertad. A las mujeres no se las puede ni se las debe de omitir. La madre, Lois (interpretada por Jane Kaczmarek), es una mujer trabajadora, una jefa de familia, una matriarca en el más literal de los términos —casada con un hombre más amoroso que proveedor—, también se da el tiempo para cuidar y educar de manera muy estricta a sus hijos, que no dejan de ser bastante conflictivos. Para Malcolm, su madre a veces es más bien una dictadora, que después se convierte en la figura de poder que lo hace darse cuenta que no todos sus deseos pueden ser cumplidos, porque el límite es ella: la madre, la mujer a la que se debe respetar. En la serie desfilan muchas figuras femeninas que Malcolm, en una mezcla de confusión y enigma por lo que ellas quieren y esperan de él, termina admirando y reconociendo empáticamente como iguales, o a veces, como más astutas y manipuladoras que la propia inteligencia de él junto a todos sus hermanos. Como escribí al inicio, el uso de la comedia tiene también dos finalidades más profundas que la de solamente entretenernos. En primer lugar, disolver el sufrimiento individual en la risa que produce ver que nuestros problemas son más comunes de lo que creemos, y que muchos pasan por los mismos dramas que uno mismo en algún momento de su vida. Y en segundo lugar, la comedia es capaz de tomarle la presión y la temperatura al contexto social de las décadas más contemporáneas. La representación de la mujer en la televisión, y en el internet, si bien no ha logrado ser dignificada totalmente, sí que ha cambiado abruptamente en las últimas dos décadas. Lo cual es de agradecerse, al menos para las generaciones de mujeres más jóvenes, de quienes yo sí espero no tengan que verse envueltas en el dilema de ser madres y por ello abandonar todo lo demás, empezando por su trayectoria profesional. O, en un orden inverso, primero volverse exitosas en su carrera, y por ello sentir que están determinadas a la inestabilidad emocional, o a no tener una vida social ni tiempo para formar una familia. En la actualidad plataformas como Netflix, HBO, FOX, y otras, nos muestran una amplia gama de posibilidades desde las cuales la mujer puede desarrollarse. Las series, y también el cine, ya no retratan un solo patrón de mujer. Y aunque algunas tramas pequen de corrección política, ese “espanto” millennial frente a las relaciones violentas y machistas mostradas en series de televisión del pasado, sí sirvió para dignificar la imagen de la mujer en el mundo público. Como un ser humano igual a los varones, que innegablemente tiene la capacidad y ha de desarrollar su potencial desde una óptica más integral, más libre, más feliz y más compleja: como siempre debió ser. + 17 Julieta Lomelí (1988) Filósofa y ensayista: Tiene una columna de filosofía en “Laberinto-Milenio Nacional” y escribe en “Filosofía & Co” de Editorial Herder.
Comediantes que escriben
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Aziz Ansari: Modern Romance: An Investigation ¿Cómo es el amor para alguien que viene de una cultura distinta? En algún momento, cada uno de nosotros se embarca en un viaje para encontrar el amor. Conocemos personas, salimos, entramos y salimos de las relaciones, todo con la esperanza de encontrar a alguien con quien compartamos una conexión profunda. Esto parece un estándar ahora, pero es muy diferente de lo que la gente hacía hace décadas. Ansari explora el papel de las relaciones interpersonales con un toque de humor fino y actual.
Ricardo Araújo Pereira: Mixórdia de Temáticas La lucha contra las drogas, el itinerario de camiones, el mini terrorismo, las anécdotas sobre la hierba y el turismo hospitalario, son algunos de los estrambóticos temas incluidos en el libro de este comediante portugués, que le dio la vuelta al mundo gracias a su participación en el ensamble cómico Gato fedorento.
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Tina Fey: Bossypants Este es un libro de comedia autobiográfica escrito por Tina Fey, el cual encabezó la lista de popularidad del New York Times, donde permaneció durante más de cinco semanas. Antes de convertirse en la estrella de Saturday Night Live y ser una actriz cotizada de Hollywood, ella fue una pequeña niña con un sueño… que su maestra de gimnasia en la secundaria la perseguía a través de un aeropuerto.
Stephen Colbert: I Am America (And So Can You!) Libro satírico basado en la vida ficticia del presentador mientras aparece en su programa de televisión; además, en él podemos encontrar un humor negro sobre la América moderna. “Estados Unidos solía vivir con el lema ‘El padre sabe más’. Ahora tenemos suerte si ‘el padre sabe que tiene hijos’. Nos hemos convertido en una nación de donantes de esperma y padres bebés”.
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Ellen DeGeneres: Seriously… I´m Kidding Ellen DeGeneres es una leyenda viva de la televisión estadounidense, no sólo por el histórico capítulo “del cachorro” es su sitcom, ni por tener uno de los talk shows con mayor audiencia desde hace años; ella también es una artista única en su tipo, con la habilidad de mezclar los momentos más sórdidos con un giro que te hace pensar y al mismo tiempo soltar una carcajada. En su autobiografía, podrán encontrar humor como era de esperarse, pero también una buena dosis de motivación para salir a enfrentar al mundo con una sonrisa en el rostro.
Russell Brand: My Booky Wook: A Memoir Of Sex, Drugs, and Stand-Up My Booky Wook es un viaje implacable con una mente cómica claramente al volante. Brand puede escribir y hacer una rapsodia sobre la mejor heroína desde Jim Carroll. Sí, existe una mente creativa detrás del ex esposo de Katy Perry. Y de hecho tiene mucho que contar.
Stephen Fry: Moab Is My Washpot Autobiografía del actor y comediante británico Steven Fry, en la cual relata sus primeros veinte años de vida. Con un tono irónico, deja saber al lector su pasado más oscuro donde aparecen engaños, mentiras y robos. Todo bajo la más estricta norma del irreverente humor inglés.
Kelsey Grammer: So Far… El doctor Frasier Crane es uno de los personajes más amados en de las sitcom, con un humor ligero que tiene la habilidad de hipnotizar a quien lo mire. Pero, ¿sabían ustedes que Kelsey Grammer se formó como un actor de teatro shakesperiano y que por azares del destino terminó interpretando comedia? En este libro nos cuenta sobre los extraños vuelcos que da la vida sin que ni siquiera nos demos cuenta.
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Mindy Kaling: Is Everyone Hanging Out Without Me? En este libro, la actriz —famosa por su participación en The Office y sus rutinas de stand-up— invita a los lectores a un recorrido por su vida y sus observaciones poco científicas sobre el romance, la amistad y Hollywood, con varios puntos de parada convenientemente ubicados para que pueda hacer mandados y llamadas telefónicas.
Rosie O’Donnell: Find Me La polémica presentadora de televisión publicó este libro en 2002 después de una extraña llamada. Estas sinceras memorias de Rosie O’Donnell son una historia de identidades equivocadas y enfermedades psicológicas extrañas que pueden o no existir. Como la extraña relación entre Rosie y una niña llamada Stacie que llamó a la agencia de adopción donde Rosie trabajaba como voluntaria.
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Steve Martin: Born Standing Up: A Comic´s Life Además de ser el padre de la novia y haber viajado en aviones, trenes y automóviles, este comediante multifacético nos tiene un consejo: “Afortunadamente la persistencia es un gran sustituto del talento”, para otros consejos favor de leer su libro.
Jerry Seinfeld: Seinlanguage Uno de los neuróticos neoyorquinos favoritos —en nuestro corazón tenemos a más de uno— es Seinfeld, quien tiene tiempo para escribir sobre temas que van desde pasas con chocolate hasta las amistades de la infancia, pasando por sus rutinas cómicas donde habla de la policía y sus padres. Este es un libro imprescindible para sus más de 33 millones de fanáticos.
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Richard Pryor Pryor Convictions: and Other Life Sentences El actor cómico que revolucionó la comedia durante la década de los ochenta, escribió una autobiografía plagada de anécdotas y ocurrencias, que si bien son capaces de atraparnos, también nos muestran el lado agridulce del Pryor, quien relata la violación de la que fue víctima durante su juventud, hasta un ascenso dentro de los clubs de comedia en Nueva York.
Joan Rivers: Diary of a Mad Diva Después de que su hija le regalara un diario para Navidad, Joan Rivers —superado el trauma de sentirse Bridget Jones— se dedicó a escribir. Una tarea que la llevó a una introspección a la que nunca había llegado y de la que se desprenden un cúmulo de pensamientos que estaban guardados en lo más profundo, todos estos claramente narrados son de manera irónica. Simplemente esta mujer tenía mucho que decir.
Amy Schumer: The Girl with the Lower Back Tattoo Ella es la comediante con el humor más negro sobre los escenarios, la protagonista de películas que aseguran carcajadas y también, la autora de un libro donde cuenta cómo logró todo lo anterior. Amy Schumer irrumpió en la escena del stand-up como un terremoto tras años de duro aprendizaje en los escenarios de los oscuros clubs de comedia neoyorquinos, y agotadoras giras. Tras quedar cuarta en el reality show Last Comic Standing de la NBC, se convirtió en una de las humoristas más cotizadas y provocadoras del showbiz. Quedar en cuarto lugar ahora no parece tan malo.
Amy Poehler: Yes Please Amy, la estrella de Saturday Night Live y una de las más hilarantes actrices de su generación, también es la mejor amiga de Tina Fey. ¿Se puede ser más cool? Su libro es descrito como un ejemplar “lleno de humor, honestidad e historias reales, anécdotas ficticias y lecciones de vida”. 19
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En los personajes que he actuado como David Brent en The Office, Bertram Pincus en Ghost Town, son variaciones del mismo personaje. Siempre interpreto al idiota enfrentando una adversidad. Nunca me he disculpado por eso. No tengo por qué variar de ese ángulo. ¿A quién le tengo que enseñar mi versatilidad? ¿A un director de casting? Yo mismo me doy trabajo. ¿Al público? No me importa. Toda mi gente favorita ha hecho una sola cosa bien. Para siempre: Woody Allen, mismo personaje, Bob Hope, Groucho Marx, solo cambian las situaciones.”
Interpreto un papel en todo lo que hago. En entrevistas no actúo pero presento una persona más arrogante y una versión más segura de mi. En mis series sí actúo con un personaje que al hablar siempre dice algo incorrecto. En mi stand up, mi target son los prejuicios mismos del público y su angustia clasemediera, pero al final, yo siempre soy el chiste, soy el ignorante. Por ejemplo digo: “Nelson Mandela, qué gran persona, estuvo encarcelado casi 30 años. Salió en 1990, posteriormente no ofendió a nadie. Lo que demuestra que la cárcel sí funciona”. ¿Ves? Allí es donde juego a que me equivoco.
“Hay una gran diferencia entre lo que es la comedia y el sentido del humor. El trabajo de un comediante no solo es hacer reír a la gente, eso es sencillo, puede ser hasta un reflejo, lo importante es el ritmo. Puedes decir únicamente un cierre de un chiste y provocar risa, pero para mí, el valor es saber ¿por qué es chistoso? Creo que la comedia trabaja con la empatía: no me provoca placer reírme de gente que no me gusta, ni debe ser a expensas del público. No es remotamente chistoso reírse de una persona muy atractiva y brillante que te dice por qué es exitosa. Prefiero ver a un menso que pierde a su esposa y que se levanta y sale adelante. La lucha de la condición humana está en todo.
Ricky Gervais Edad: 59 años Ciudad natal: Berkshire, Reino Unido. Estudió Filosofía en el University College London. Profesión: Comediante de Stand-Up. En los años ochenta fue cantante de una banda de New Wave sin éxito. Para después ser el primer manager de la entonces desconocida banda inglesa Suede. Todo esto antes de dedicarse a la comedia. Fue locutor y Jefe de contenido en la estación de radio Londinense X-FM, sitio en el que conoció a su socio creativo, Stephen Merchant. Desde el inicio de su carrera como comediante, a finales de los años noventa, se le ha reconocido como un franco y controvertido crítico social, por lo que su comedia está basada en observaciones.
“The Office no podría realizarse en el contexto de hoy en día porque las hordas de puritanos en redes sociales sacan de contexto los chistes y están muy ocupados tratando de cancelarlo todo, están muy enojados con su propia vida.”
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Fotografía: Missing Piece Group
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Entrevista a Brendan Benson M
ultiinstrumentista oriundo de Michigan y avecindado en Tennessee, ha tenido una prolífica carrera musical en diversos proyectos independientes desde finales de la década de los noventa. Su labor creativa comprende el rock, el folk, el country y la electrónica. Ha sido socio formidable de Jack White, colaborador de los White Stripes, y cofundador de The Raconteurs. Benson es el arquetipo de artista independiente que no se deja absorber por la vanidad de los reflectores, sino que disfruta y vive para la creación de sus canciones. En este turbulento y atípico 2020, decidió sorprendernos con su séptimo álbum como solista, Dear Life, obra musical que se erige como la síntesis y consecuencia de siete años de ausencia, proyectados en ese espíritu musical de impetuosa libertad, que le permite hacer lo que le dé la gana cuando le da la gana. La audacia creativa de Benson transita desde el blues rock más tradicional en la canción Evil eyes, al atrevimiento con el synth pop más actual del tema Good to be alive, hasta la exquisitez pop de la pieza que da nombre al disco: Dear Life. A continuación la plática que tuvimos con Brendan Benson al respecto de su nuevo álbum, en la cual también deja relucir su muy particular óptica del mundo.
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Pensaba que Brendan Benson me recibiría en su estudio pero no: cuando entro a su room de Zoom, me lo encuentro descamisado y sentado en el piso de una terraza. Está de vacaciones con su familia en Florida. Fuma un puro, tiene una taza blanca de café y la brisa le mece la melena alborotada. Cuando me sonríe de oreja a oreja, empezamos. Antes que nada, Brendan, como somos una revista mexicana quiero preguntarte qué te pareció el festival Corona Capital el año pasado.
¿Y cómo salió lo de colaborar con Spotify? ¿Y por qué quieres que hablemos de Spotify? A ellos les encanta que mencionemos su marca pero en realidad no los respaldo.
¡Ja! ¿El Corona Capital? ¡Estuvo increíble! Nunca había ido a México antes, me pareció sensacional. La Ciudad de México es otra dimensión. Había escuchado puras cosas negativas –qué enorme, qué peligrosa, qué muy sucia–, pero no, nada que ver. Fue como estar en Europa. Lo pasamos genial.
Justo por eso quiero tratar el tema, porque están alterando la industria y la pandemia parece jugar a su favor. No creo que la industria vuelva a ser lo que era antes, ¿o sí?
Pero lo mejor de todo fueron los fans. ¡Los fans de México! Qué entrega y qué buena vibra.
No sé de negocios, solo soy un dude, pero sí sé que no apoyan a los músicos, que están destruyendo la industria. No nos pagan, a mí ni siquiera me dan una simple suscripción, mientras ellos se embolsan miles de millones de dólares. No me cae nada bien este modelo.
Son los mejores, ¿verdad?
¿Y cómo les ha ido de coronavirus por allá?
Todo el mundo está haciendo streaming ahorita, pero yo vivo de las giras. Después de cada gira saco un dinero que me permite vivir. Pero ese dinero se va acabando y ahora no hay posibilidades de salir nuevamente. Así no se puede seguir.
¡Súper bien! Todo marcha, estamos encantados, no sabes… N’hombre, para nada. Al contrario. Batallando con todo, como todos: los niños aburridos, intentando darles clases, nada avanza.
Sin embargo, hay que hay que aprovechar el tiempo. Por lo pronto estoy haciendo streamings. Llevo dos el próximo serán preguntas y respuestas. En definitiva creo que terminaré haciendo otro álbum…
“It’s easier to give up than it is to live up”.
Adeline, su hija de siete años, abre la puerta e instintivamente saluda a la pantalla. La saludo con la mano y distrae a su papá.
¡De verdad que sí! No lo esperaba y fue la sorpresa más agradable.
Jajaja, ¡nunca antes mejor dicho! Qué palabras tan sabias, eh. Espérame tantito, ahorita voy. En efecto, es lo que hay y por algo están las cosas así, no queda de otra más que seguir creando. Acabo de sacar un álbum.
Ok.
Sí, justo quería preguntarte de eso.
La puerta se cierra, y yo continúo:
Pues sí, mi álbum Dear Life salió en estos tiempos raros. Y ha sido muy retador llevarlo al público. Ha sido muy complicado.
Quería preguntarte por tu nuevo álbum Dear Life y tu trabajo con Michael Ilbert.
¿No te ha funcionado la onda esta de hacer streaming?
¡Sí! De eso sí quiero hablar porque Michael Ilbert es un genio. Y tú tienes la fortuna de estar en Berlín.
Ha sido agotador. Tengo que hacer todo porque no puedo permitirme que entre gente a la casa. Quizá podría pero no lo voy a hacer. Así que ahí me tienes, intentando tocar y recordar la canción mientras grabo y hago la ingeniería de sonido. Claro, el otro día se me olvidó picarle a no sé qué en la computadora y lo que salió fue un unplugged involuntario. Es demasiado.
Sí. ¿Has estado acá?
Disfruté mucho el disco en vivo y el documental de The Raconteurs. ¿A ti qué te pareció?
Sin duda. No sé cómo le hace pero Michael Ilbert es un genio absoluto, y gracias a él este ha sido mi mejor álbum. No sé bien cómo lo hace pero le sale todo bastante bien. Para mí es un honor trabajar con él y que haya producido mi disco en los Hansa Studios, por donde han pasado gente que admiro tanto.
¿El de Electric Lady?
No, nunca he ido. Hablo con él por FaceTime pero no he ido. Me invitó pero simplemente no tenía dinero para ir. Dear Life me pareció muy… ¿cómo decirlo: electropop?
Sí. ¿Cuándo regresan a Nashville? ¡Me encantó! Fue maravilloso colaborar con Jim Jarmush. Todas las conversaciones que tuvimos con él fueron absolutamente geniales. Tener a Jim como presentador fue una experiencia inaudita.
No sé exactamente cuándo, pero en unos días. Bueno, pues que terminen de disfrutar las vacaciones y que regresen bien a su casa. Gracias, hombre. ¡Un saludo a todos en México! + 23
D E
“¿El sexo es sucio? Sólo si se hace correctamente.”
– Todo lo que usted quería saber sobre el sexo, pero tenía miedo de preguntar (1972)
Fotografía: Philippe Halsman
R OA S T
Woody Allen Woody Allen
E L
Adrián García / @adrian_garciros
Que quede claro: esto no es apto para los que se ofenden y tienen la piel delgada, aquí venimos a reírnos a costa de una persona… pero también a homenajearla. “rostear” a alguien podría considerarse como la forma de homenaje más extraña, pero, al mismo tiempo, padecerla es un gran honor, además de estar en las antípodas de la cultura de la cancelación. El acto de “rostear” le abre la puerta al humor más incisivo en su máxima expresión.
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Y nuestro neurótico favorito no podría escaparse de esta extraña manera de realizar un homenaje debido a la publicación de su último libro: A propósito de nada (Alianza), donde revela sus memorias. Aunque esta no es su primera incursión en la literatura, pues también ha publicado libros sobre otros momentos de su vida y sus primeros pasos en la comedia. Sin embargo, en el caso de esta nueva entrega, Allen hace una “autoexploración” detallada desde su infancia hasta su madurez (“No condenen la masturbación. Es tener sexo con alguien a quien amas.” Annie Hall), así como sus últimos años, los cuales han estado marcados por una polémica casi perpetua. Entre los temas más “rosteables” de A propósito de nada están los relatos sobre sus matrimonios (“¿Matrimonio? ¡eso es de por vida! ¡es como el concreto!”. What’s new Pussycat?), como el primero que vivió en sus primeros años de juventud, así como el que contrajo con la maravillosa Louise Lasser, quién parece que guarda en un lugar privilegiado en su corazón. Y, por supuesto, también aborda la polémica relación con su hijastra Soon-Yi Previn, con quien se casó hace más de veinte años. En esta obra, Allen nos comparte una vez más su típica mordacidad autoreferencial, aquella donde constantemente se “rostea” a sí mismo (“La única cosa que se interpone entre mí y la grandeza soy yo”) y, con su característica inteligencia, convierte a sus memorias en uno de los materiales más entretenidos e irreverentes en lo que va de este año anticlimático. No podemos negar el talento y el genio de Allen, que ha dejado huella tanto en el cine como en las letras y, por supuesto, tampoco olvidemos que siempre podemos encontrar una de sus frases para salvarnos en toda ocasión.+
Lecturas
mutantes
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lgunas tardes me siento derrotado por partida doble. Generalmente esto sucede cuando termino de dar clase en la universidad y soy víctima de una necedad: pedirles a mis alumnos que lean un libro. Cuando me atrevo a hacerlo, las preguntas siempre son las mismas: “¿Lo tenemos que leer todo?”, me cuestiona uno. A lo que respondo que sin miedo puede saltarse las páginas en blanco. Otro estudiante más, no teme en interrogarme sobre el grosor del libro, sugiriendo que lo mejor sería leer un libro más delgado y así ratificar, cínicamente, que “la anorexia también debería ser una virtud de la lectura”. De pilón, no falta quien me mire escéptico y se atreva a preguntar si debe comprarlo. Seguramente ya está listo para soltarme la perorata de que su familia es más pobre que los miserables del Congo, y que los libros son carísimos (la verdad es que no sé de dónde sacó esta idea, pues sospecho que jamás ha pagado uno). Nada de lo que sucede en el salón de clases debería sorprenderme. Es más, para que no quede duda, puedo contar otra anécdota. En cierta ocasión, mientras esperaba la hora de mi clase leyendo, uno de mis compañeros de trabajo se sentó frente a mí y me preguntó a boca de jarro: “¿Qué hace profe?”. A pesar de que tuve ganas de contestarle: “Aquí nomás, capando un puerco para la cena”, le respondí lo obvio. Mi colega, después de menear la cabeza con aire doctoral, dijo la frase del día: “Yo nunca he leído uno y soy maestro en la uni”. Para acabarla de amolar, la posibilidad de que yo consiga un aliado parece imposible: una buena parte de las familias de mis alumnos no leen ni en defensa propia, y en sus casas no existe algo que se parezca a un librero. Y si acaso lo hay, es el mueble que resguarda unas porcelanas cursilísimas o una bola de chunches cuya existencia desafía a la belleza más atolondrada. A diferencia de esta paliza que corrió por cuenta de otros, mi segunda derrota es estrictamente personal y me pone delante de una limitación que no puedo superar. Para explicarla, basta con hacer unas cuentas simplonas: supongamos que me volví lector de a deveras a los quince años y que voy a estirar la pata a los ochenta. Mi vida de lectura durará 65 años y, si me zampo un par a la semana, apenas habré leído algo así como 6,760 libros de tapa a tapa. Una cifra que técnicamente equivale a una baba de perico. En 2015, por tomar un año al azar, se editaron 29,895 títulos tan sólo en México, lo que implica que necesitaría casi cinco vidas para leerlos. Para acabar pronto, en 2015 dejé de leer —poco más o menos— 29,791 libros mexicanos. Si a esta cifra le sumamos los de que se editaron durante los otros 64 años y los que se publicaron a lo largo de los siglos anteriores a mi nacimiento como lector, estoy frito. Ante estos datos la conclusión es obvia: cada día que pasa soy más ignorante. El único consuelo que me queda es el profe que jamás abrió un libro o, si me pongo tantito estricto, debería asumir que la diferencia entre nosotros es apenas de un átomo en el universo libresco. Aún más, ni siquiera puedo presumir la originalidad de mi derrota, porque desde hace siglos otros lectores han sostenido cosas muy similares. En la segunda parte del El Quijote, por ejemplo, se puede leer que “hay algunos que […] componen y arrojan libros […] como si fueran buñuelos”. En el caso de mis alumnos, lo que escribí también es una queja sin mucho sentido. Pareciera que antes —cuando amarraban a los perros con longaniza y no se la comían— la gente leía enormidades, pero se ha ido perdiendo tan linda costumbre. “¿Ha disminuido el hábito de la lectura? —se preguntaba Carlos Monsiváis—. Tal vez sí, y uso “el tal vez” porque según mi experiencia, antes tampoco se leía mucho”. Si asumimos que los lectores son —y han sido— una minoría, también deberíamos aceptar que su manera de adentrarse en los libros ha mutado: dejamos de leer de manera intensiva y comenzamos a hacerlo de forma extensiva. Antes se leían muy pocos libros, pero las relecturas eran frecuentes; y hoy leemos más libros, pero la relectura es menos común. Veamos este asunto con un ejemplo muy simple.
P O R
J O S É
L U I S
Si yo viviera en la Edad Media y no fuera un analfabeto como la mayoría de entonces, lo que muy probablemente significa que sería un clérigo, mis posibilidades de lectura serían muy pocas. Crear un libro no era barato ni sencillo, el papel no existía, las hojas eran de pergamino y para obtenerlas había que descabecharse un rebaño de ovejas. Las letras se trazaban y coloreaban una a una, y sus ilustraciones eran irrepetibles y corrían por cuenta de artistas que obtenían sus pigmentos en los más distintos lugares. Su encuadernado no se quedaba atrás, las tapas podían estar labradas o repujadas y adornadas con piedras preciosas o incrustadas con relieves de marfil. Evidentemente, un ejemplar era carísimo: “en el siglo x —escribe Svend Dahl— una condesa de Anjou tuvo que entregar doscientas ovejas, tres toneles de trigo y varias pieles de marta en pago de un solo sermonario, y a finales del siglo xiv el Príncipe de Orleans adquirió un devocionario en dos volúmenes por doscientos francos en oro”. Producir un ejemplar era un asunto que no sólo implicaba una gran inversión, pues también se llevaba un tiempo largo para hacerlo. Según los que saben de estos asuntos, copiar una biblia implicaba unos tres años y a ellos se sumaba el tiempo que se consumía en la preparación del pergamino, en el trazado de las páginas, en su ilustración y en su encuadernado. Por lo tanto, mi librero o mi biblioteca de confianza —si era riquísima— apenas tendría unos ejemplares que yo leería una y otra vez sin que la repetición me pareciera un problema, sólo por excepción podían reunirse algunos miles. Ahora pensemos que viviera en tiempos del Renacimiento y formara parte de la minoría alfabetizada que tenía acceso a los libros, una que no sólo estaba ya conformada por sacerdotes y monjes, pues a esa minoría se habían sumado muchos de los habitantes de las ciudades. Gracias a la imprenta, el papel y la presencia de los grabados, el precio de los ejemplares disminuyó considerablemente, y en los entrepaños de mi estudio podrían verse varios cientos de libros encuadernados de una manera muchísimo más modesta. Los cambios en la manera de empastar y el uso del papel que se creaba con los desperdicios de trapo, no fueron los únicos factores que alteraron el precio de los libros. Su tiempo de producción también disminuyó brutalmente: si bien es cierto que, para componer e imprimir su biblia, Gutenberg se tardó un par de años y produjo 150 ejemplares en papel y 30 sobre pergamino, un escriba medieval se hubiera llevado tres años en copiar una sola biblia. Es más, las ilustraciones dejaron de ser obras absolutamente originales y se convirtieron en los grabados que podían reproducirse en cientos de páginas, y sólo los ejemplares más caros merecían que esas ilustraciones fueran coloreadas a mano. De pilón, las ilustraciones podían reciclarse en otras obras sin que nadie pusiera el grito en el cielo. Incluso, es posible suponer que el abandono del latín como única lengua impresa aumentó la demanda. En el siglo xvi, las lenguas vernáculas ya se notaban en las novelas de caballerías, en los libros científicos y en una buena parte de las obras que se editaban, un hecho que implicó que la producción de obras religiosas disminuyera en términos relativos*. Sin embargo, los católicos —a diferencia de los protestantes— seguían en su idea de mantenerse fieles al latín. Por estas razones, la producción de novedades aumentó y mi manera de leerlos, si viviera en aquella época, se hubiera transformado radicalmente: dejaría de volver a las páginas que leí antes, para adentrarme en un nuevo libro que reclamara mi atención. Y, en el caso de que no tuviera suficiente dinero para comprarlo, podría ir a una biblioteca cuyo número de títulos también habría crecido notoriamente. A pesar del robustecimiento de la censura, que clarito se mostraba en el Index librorum prohibitorum que comenzó a publicarse en marzo de 1564, como resultado del Concilio de Trento, la lectura ya había experimentado una revolución que pronto llegaría a niveles insospechados durante los años que van de la Ilustración a comienzos del siglo xx, cuando los libros quedaron al alcance de las manos de millones de personas.
T R U E B A
L A R A
A diferencia de tiempos anteriores, la posibilidad de que supiera leer no sería extraña. En una buena parte de Europa y Estados Unidos, la tasa de alfabetización aumentó a tal grado que daba gusto mirarla y presumirla. Lo que también fue un hecho, es que las mujeres se sumaron a este proceso de alfabetización tantito antes de que los franceses comenzaron a darle gusto a la guillotina, cerca de 27 por ciento de mujeres ya estaban alfabetizadas. Y en Inglaterra —a comienzos de 1800— la cifra rondaba el 40 por ciento. Ante el crecimiento de una población que sí sabía leer y tenía bolsillos de muy distintos calados, los editores —además de las obras de lujo y los libros caros— comenzaron a crear pequeñas obras destinadas a los que estaban más amolados, y cuya existencia claramente había sido anunciada desde finales del siglo xvi. En Inglaterra se imprimían los chapbooks que tenían entre cuatro y 24 páginas. Los franceses no se quedaron atrás con la Bibliothèque bleue. En otros países europeos la situación era muy parecida: en España aparecieron los “pliegos sueltos”, mientras que en Italia y Alemania también se editaban cuadernillos y hojas sueltas con cuentos, oraciones y cuanta cosa pudiera ser útil o llamativa a los lectores. Es más, Nueva España también sacó la casta, pues en su territorio se comenzaron a publicar las primeras hojas volantes que, por regla general, contenían noticias escalofriantes, como la Relación del espantable terremoto que agora ha acontecido en la cibdad de Guatimala. Sin embargo la aparición del linotipo, de la impresión en óffset y las rotativas, llevaron al extremo las posibilidades de crear miles de títulos y millones de ejemplares a precios accesibles. Ejemplos de estas acciones sobran, pero vale la pena detenerse en algunos de ellos. A mediados del siglo xix, dos editores neoyorkinos — Erasmus e Irving Beadle— comenzaron a producir una larguísima serie de libros de bolsillo que costaban diez centavos y le abrieron la puerta al pulp. Su papel, obviamente, era de ínfima calidad y su delgadez era notoria, pero nada de esto impedía su cometido: el chiste era que llegaran al mayor número de lectores posibles y que sus historias tuvieran la garra para mantenerlos atrapados durante un rato. Poco a poco, esos pequeños libros de diez centavos se convirtieron en modelo para otros editores, y aquí y allá comenzaron a aparecer una gran cantidad de novedades. Frente a la andanada de libros que se adecuaban a casi todos los presupuestos, la oportunidad de leer ya no era un asunto lejano ni extraño, y —en el momento en que comenzaron a editarse los primeros libros de bolsillo, los cuales se consolidaron gracias a la colección publicada por Penguin a comienzos del siglo pasado— las posibilidades de lectura volvieron a aumentar a medida que el precio de los ejemplares volvió a disminuir. Incluso, gracias a estos pequeños libros, se dio paso a una curiosa paradoja: lo más caro no son los libros, sino el tiempo que se invierte en su lectura. Lo que no podemos negar es que la velocidad de lectura se ha transformado, y en esto —aunque no quiera—, me parezco a los alumnos de los que me quejo y al profe que me provoca retortijones. Las páginas en internet son finalmente textos que están marcados por la velocidad, por los links que llevan a otras páginas, por la incapacidad de abarcarlo todo aunque se le dedique la vida entera. Ellos no están interesados en los libros, pero en un descuido, al ser nativos digitales, en una de esas leen mucho más que yo. El bolón de tuits, de guatups, de visitas de tinder y los recorridos en YouTube, no son poca cosa. Ante los hechos, sólo me queda la posibilidad de ese espanto dubitativo, que posiblemente, solo reflejan mi vejez y mi conservadurismo. ¿Será que las nuevas lecturas están marcadas por la banalidad y la fugacidad que no deja huellas? ¿Su velocidad les impide la serenidad necesaria para ser juzgadas y valoradas? ¿Las palabras que recorren los ojos de los lectores digitales, son totalmente desechables? En fin, hoy, además de sentirme derrotado, me topé con nuevos interrogantes. + 27
E N T R E V I S TA
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J AV I E R
P E R I A N E S
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G I L B E RT O
avier Perianes, pianista español reconoci- de esas colaboraciones. El disco lo planeamos juntos. Ella había do mundialmente por sus interpretacio- grabado para su sello obras más señeras, como pueden ser las nes de la obra de Schubert, Mendelssohn de Brahms o Schumann, piezas de un repertorio más tradiy Grieg, así como la de los españoles Blasco cional. A los dos se nos ocurrió que probablemente un reperde Nebra y Manuel de Falla. Es considerado torio menos explorado, más ajeno a su instrumento, la viola, un virtuoso, brillante e intrépido pianista, podría ser más interesante. Una forma muy bonita de unir dotado de una extraordinaria calidez sonora. música de ida y de vuelta entre obras de España y LatinoaY con quien tuvimos una charla sobre su más mérica. Pues en ellas siempre ha existido un vínculo entre reciente disco, Cantilena, realizado junto a la in- los colores, los ritmos, los cantos con la lengua común, con térprete alemana de viola, Tabea Zimmermann, la excepción de Brasil, y la obra de Villa-Lobos presente en el disco. y publicado bajo el sello Harmonia Mundi. Nos pareció que la viola como un instrumento tan pareDe trato sencillo, al tomar la llamada telefónica Javier me explica que se encuentra a punto cido a la voz humana, podría ser un catalizador perfecto de realizar un ensayo con la Orquesta de Sevilla en un disco dedicado a las canciones, con excepción de para un concierto a beneficio de las víctimas de la los dos tangos: el de Albeníz y el famoso y celebérrimo pandemia en España, por lo que no dudé en pre- Gran tango de Astor Piazzolla. El proyecto nos pareció guntarle: ¿cuál es tu perspectiva sobre los efectos que era una manera muy interesante de conjugarlos, lleque ha tenido la actual contingencia sanitaria, vábamos bastante tiempo interpretando juntos las Siete tanto en el mundo de la música, como en la inter- canciones populares de Falla, que es una obra totalmente magistral y fascinante. A ella le apasiona la obra, y pretación en las grandes salas? “El problema fundamental —responde el pianis- yo creo que ese pudo ser el germen para construir en ta— es que existe un profundo desconocimiento so- torno todas esas asociaciones de compositores espabre el impacto que puede tener la emergencia deri- ñoles y latinoamericanos. Y así emparentar la música vada del COVID-19, existen muchas contradicciones. de ambos lados del Atlántico”. Sobre el título que le da nombre al disco: CanPor un lado, se autorizan las reuniones sociales con cierto número de personas, pero luego no se permite tilena y la manera en que engloba el concepto de esa misma cantidad en un auditorio. Como resultado, todo el álbum: “Es curioso porque evidentemente el título lo da cada una de las instituciones reacciona con las medidas que tienen y pueden. Recientemente hice una presen- el Aria de Villa-Lobos, una melodía famosa y de catación en streaming en el Festival de Granada, desde la rácter casi interminable. Pero curiosamente, si miAlhambra; quizá hacerlo de tal manera sea una fórmula ramos cómo se traduce la palabra “cantilena”, portemporal, porque la música se enriquece gracias al con- que en el diccionario de la lengua española existe, tacto que los intérpretes tienen con su público, y eso no entonces vemos que es una composición fonética puede ser reemplazable. Estamos en ese momento de breve para hacer música y cantar. Todo esto no impasse. De averiguar cómo cada institución reaccionará podía ir mejor. Es cantar una copla o una composiy conseguirá manejar la situación, excepcional y nueva, ción. Entonces no deja de ser el vocablo “cantinela cantilena”, que en español se utiliza muchas veces que se nos presenta. Tendremos que adaptarnos a las nuevas medidas y ser como cantinela. Por eso nos pareció que era una profundamente sensibles. Ahora quizá debamos ajustar- palabra posible en portugués, pero también en nos a repertorios con un menor número de participantes. castellano y que, definía a la perfección el espíriO se optará por la música de cámara, o por interpretacio- tu de las obras que componen el álbum. De ahí la decisión, tanto nuestra como de Harmonia nes más individuales”. Sobre la opción del streaming como alternativa en la Mundi, para ventilar de esta manera tan poética y a la vez tan descriptiva”. ejecución de música comenta: Finalmente retomo la idea que inició “La Filarmónica de Berlín ya tenía un canal, su Digital Concert Hall, que ya contaba con mucha demanda y bas- nuestra conversación, le pregunto ¿cuál tante fama antes de la pandemia. Muchas otras institucio- crees que sea el futuro de las artes tras los nes importantes ya lo estaban implementando también, cambios que provocará esta pandemia? “Me gustaría englobar ese futuro en algo en buena medida enfocados a sus suscriptores y como una ventana al exterior. Hace poco di mi primer concierto así, mucho más grandioso y eterno como son con la Orquesta Nacional de España. Sin embargo, los próxi- las bellas artes. El ser humano, es decir tomos conciertos agendados serán con público, por lo que dos, necesitamos de la música, la escultura, pienso que el streaming es más una solución temporal que la pintura, el cine, la literatura, la arquitecuna medida definitiva. La voluntad de muchas instituciones tura. Cuando consideremos, o nuestros es recuperar el contacto, el concierto en directo. lo que hi- responsables políticos entiendan que no cimos en Granada fue más una oportunidad para acercar al son un mero entretenimiento, sino que público a la riqueza arquitectónica y patrimonial que tiene la forman una parte primordial del ser hupropia Alhambra, pero el resto del programa se ideó para un mano, que lleva siglos cantando, observando y deleitándose con las bellas artes paulatino regreso con el público. Personalmente creo que la relación presencial del intérprete y la poesía. En el momento en que recocon el público no se puede reemplazar. Ese compartir la vibración nozcamos que el arte también es un arque produce la música al momento de la ejecución de un intérpre- tículo de primera necesidad, y es parte te, es insustituible, es mágico. El momentum que tiene el concierto de nuestro código genético como seres en vivo jamás existirá si no hay ese intercambio con la audiencia”. humanos. Cuando seamos conscien¿Cómo fue la experiencia al trabajar con Tabea Zimmermann tes de todo esto, en ese instante nos comprometeremos en una dimensión y en la realización de Cantilena? “Es un lujo y un privilegio trabajar con Tabea, hace cuatro o aún mayor del arte, la entenderemos cinco años que nos conocemos, nos hemos encontrado en muchas como eso que es, una necesidad básicolaboraciones y giras de concierto. El disco es el resultado natural ca para toda la humanidad”.
D Í A Z
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M E M O R I A M
La imagen perfecta para un centenario
—¿Cuántos son ustedes? —Miles que van por los caminos, las vías férreas abandonadas, vagabundos por el exterior, bibliotecas por el interior. Al principio no se trató de un plan. Cada hombre tenía un libro que quería recordar, y así lo hizo. Luego, durante un período de unos veinte años, fuimos entrando en contacto, viajando, estableciendo esta organización y forzando un plan. Lo más importante que debíamos meternos en la cabeza es que no somos importantes, que no debemos ser pedantes. No debemos sentirnos superiores a nadie en el mundo. […] Y cuando la guerra haya terminado, algún día, los libros podrán ser escritos de nuevo. La gente será convocada una por una para que recite lo que sabe, y lo imprimiremos hasta que llegue otra Era de Oscuridad, en la que, quizá, debamos repetir toda la operación. Pero esto es lo maravilloso del hombre: nunca se desalienta o disgusta lo suficiente para abandonar algo que debe hacer, porque sabe que es importante y que merece la pena serlo. Ray Bradbury. Farenheit 451. (1920 – 2012)
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C Ó M I C
AUTORAS QUE NOS HACEN REÍR AUNQUE EL MUNDO SEA INCIERTO Y CRUEL Gabriela Mejan Ganem What It Is Lynda Barry “El humor es algo maravilloso, te ayuda a percatarte de lo tonto que eres pero de lo hermoso que eres al mismo tiempo”. Una autora experimentada que nos invita a preguntarnos ¿dónde está la imaginación?, ¿qué forma adquiere?, no importa si se trata de un monstruo o de un amigo. Este es un colorido libro de recuerdos, en el que cada memoria se expresa a modo de collage. Parte de la propuesta es distinguir entre jugar y divertirse, ya que, a decir de la autora, en el juego hay un ejercicio creativo íntimamente vinculado a la salud mental. Es así como Barry desafía las inhibiciones del lector haciéndole preguntas, confrontando sus sentimientos y alentándole a librar los obstáculos que el mundo adulto suele interponer a la creatividad inherentemente humana.
Finder Carla Speed McNeil
Unterzakhn Leela Corman
Hark! A Vagrant Kate Beaton
Manfried the Man Caitlin Major y Kelly Bastow
Compilada en cuatro volúmenes, Finder es la serie en la que se desenvuelve un inmenso mundo de ciencia ficción que abarca de lo urbano a lo tribal y en el que la autora no deja escapar un solo detalle: la naturaleza, los edificios, las atmósferas, la escala humana y las proporciones épicas.
En la primera década del siglo xx, dos hermanas gemelas crecen en la comunidad judía asentada en el Lower East Side de Nueva York. Buscarse lugar en un mundo que crece de manera galopante, no resulta sencillo para ninguna de ellas y, aunque la atmósfera no es predominantemente feliz, en el corazón de esta obra reluce un sentido del humor anclado en la cultura y la lengua yiddish. Desde esta perspectiva Corman construye una narrativa inteligente y resuelta, incorpora episodios de fantasía en los que mezcla temporalmente la imaginación con la realidad.
La enorme popularidad de esta serie que vio su origen en 2007 y que en 2011 ganara el Harvey Award al cómic digital, se deriva de la habilidad de su autora al conjuntar cultura popular con una ingeniosa relectura de episodios históricos. Kate Beaton se ha convertido en un referente, al deconstruir tanto superhéroes y seres mitológicos como artistas, jefes de estado y movimientos sociales con una perspectiva moderna e irónica.
Steve es un soltero que detesta su trabajo y a quien tampoco le interesan mucho el orden y la limpieza, vive con Manfried, su mascota. El giro humorístico de esta novela gráfica, es que los roles de los humanos y los gatos se han invertido, de tal forma que Steve es un gato y Manfried, su mascota humana.
En este caso, son los personajes quienes se encuentran dotados de un enorme sentido del humor, así como de expresiones faciales elocuentes y, frecuentemente, son sus diálogos los que irrumpen en la densidad de ciertos eventos con hilarantes ocurrencias. El héroe y protagonista, Jaeger, aporta un gran sentido de la ironía al cuestionarse, como sugiere el título de la obra, sobre los hallazgos que hace en las ciudades, en las sociedades y en cómo estas se organizan.
A diferencia de Steve, la mayor parte de sus amigos tienen gatitos o exitosas carreras, o ambos. Su estancamiento es tal que, cuando descubre que Manfried se ha escapado, debe vencer su apatía y salir de la rutina para ir a encontrarlo. Mientras tanto, Manfried, que, como todo humano, no es muy inteligente, deberá desarrollar habilidades para sobrevivir sin los cuidados de su felino amo. 31
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Fabián V. Escalante
Balada de pájaros cantores y serpientes de Suzanne Collins
(RBA Molino) Tras diez años de la publicación de Sinsajo, llegó la precuela de Los juegos del hambre, Collins hace un salto en el tiempo de 64 años atrás cuando apenas habían transcurrido diez años desde La guerra de los Días Oscuros, la rebelión en la que nacieron el odio y destrucción entre el Capitolio y los Distritos, justo el momento donde supuestamente se destruyó el Distrito 13, lo que originó la competencia en Los Juegos del Hambre. El retroceso que hace Collins no lleva a la celebración de los décimos juegos, cuando aún no eran como lo conocemos. Es ahí donde nos muestra la perspectiva y forjamiento de la cara de un tirano, el ahora protagonista Coriolanus Snow, el villano más cruel y el más odiado de la serie. En la Balada de pájaros cantores y serpientes conoceremos los inicios de la vida de Snow y descubriremos por qué hasta el peor de los personajes tiene una historia que contar: él fue un joven con miedos, alguien vulnerable y persistente, y sobre todo un gran alumno con todos los méritos para elegir su camino, el cual lo llevaría a convertirse en el líder del Capitolio. En estas páginas podemos leer la historia de la vida de uno de los personajes más crueles: seguiremos su nacimiento, comportamiento, formación, traumas y todos los hechos que formaron el carácter de un ser obsesionado con el poder, aunque tenga que pasar por encima de quien sea. El escenario y ambiente de Balada de pájaros cantores y serpientes es muy diferente a lo que hemos visto, es una Panem con un camino en reconstrucción lleno de escasez y problemas reflejados de una gran posguerra. Uno de los puntos y significados de esta historia nos lleva a temas filosóficos y políticos, como el ser y la sociedad. Aunque Los juegos del hambre son una ficción, en ellos podemos ver una representación de autoridad marcada por la violencia, la muerte y el caos, un hecho que simboliza a gobernantes, políticos, autoridades y hasta a los medios de comunicación corrompidos. Este libro nos muestras las consecuencias futuras de un acuerdo y una guerra. Balada de pájaros cantores y serpientes es un nuevo capítulo que nos muestra que aún hay más por explorar de la historia de Panem. No nos sorprenderíamos si llega una secuela de esta historia.
Hijos de sangre y hueso e Hijos de virtud y venganza de Tomi Adeyemi
(RBA Molino) Tomi Adeyemi es una escritora nigeriana que debutó con Hijos de sangre y hueso, la primera parte de su aclamada trilogía de fantasía El Legado de Orïsha, donde explora temas raciales, así como el poderío y el prejuicio. Ahora continúa su viaje con Hijos de virtud y venganza, segunda entrega de la trilogía. En Hijos de sangre y hueso se inicia un viaje lleno de lucha, magia y esperanza narrado desde varios puntos de vista. Zélie Adebola, un personaje femenino muy fuerte, es uno de ellos. En esta primera parte ambientada en Orïsha, habitan dos tipos de seres que se dividen: algunos tienen poderes mágicos —los llamados maji— y otros carecen de ellos —los llamados kosidán. Orïsha ha sufrido un gran golpe de estado por parte de su rey Saran, quien ordenó que la magia fuera exterminada comenzando a erradicar todos los maji. Sin embargo, dejó con vida a todos los diviners, los majis de 13 años que no poseen ningún poder. Entre estos niños está Zélie, quien al pasar los años no puede superar el arrebato de su madre, uno de los hechos que da comienzo a su lucha por devolverle la fe y la magia a su pueblo. Hijos de virtud y venganza —la segunda parte de esta trilogía— llega junto con la magia del país de Orïsha; sin embargo, la lucha de poder continua y esta guerra por la libertad da paso a un nuevo capítulo de la saga. Zélie y Amari lograron regresar la magia a Orïsha, y ahora es el momento en el que todos los majis se unan para dar el golpe de estado en contra de la corona. La princesa Amari es la esperanza de unión y el deseo más grande, es poder tomar el trono, pero aún existen impedimentos que la continúan alejando de la corona y que impiden la unión del continente. Zélie persiste en su misión de unir en un solo poder a su país para esta rebelión. O tal vez, sólo puede quedarse a observar cómo se desmorona lo que alguna vez fue un país de la magia. Tomi Adeyemi nuevamente ha dejado a la imaginación la siguiente historia que concluirá esta aclamada y esperada trilogía, la cual suponemos podrá ser llevada al cine tras su culminación por Lucasfilm.
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Entonces Thor, alzando su poderoso martillo Mjölnir, convocó a todos los rayos y les ordenó proteger a los hombres...
COLECCIÓN
Por primera vez, una colección para descubrir todas las sagas de los HÉROES y DIOSES VIKINGOS
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$ Odín, el omnipotente creador Thor, el indomable protector de los hombres Loki, el astuto dios de la mentira
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El mundo del hielo y la oscuridad enfrentado al mundo del fuego y la luz en una lucha eterna abocada a la gran batalla final: el Ragnarök.
É
l mismo lleva unos años preguntándose: ¿qué es real?, ¿quiénes somos?, ¿qué es la conciencia? Por lo general, la mente de quien entiende la comedia transita en estos espacios. Muchos comediantes de esta escuela sufren de manera cuantiosa porque piensan todo, filosofan sobre la materia de la vida misma, y muchos son llevados a las drogas precisamente porque a esas preocupaciones se le agregan las penurias —aunque suene paradójico—, de los excesos de la vida de entretenimiento. Jim Carrey siempre ha estado interesado por el poder de la mente. Comenzó a pensar que estamos co-creando nuestro destino, cuando en una época de su vida en la cual no era conocido ni adinerado, se escribió a sí mismo un cheque por un millón de dólares, lo guardó en su billetera y lo miró todos los días durante dos años mientras caminaba las colinas de Beverly Hills, donde se visualizó viviría algún día. Un día antes de que se cumpliera la fecha del cheque, firmó el contrato para protagonizar la película The Mask, por la cual le pagaron justo un millón de dólares. “Nada es real y todo es verdadero” Jim Carrey recién publicó la novela Memoirs and Misinformation, en la cual se representa como una alegoría de sí mismo, mostrando los valores falsos que la gente tiene sobre la fama, la relación entre las celebridades y cierta tiranía de este estilo de vida, junto con la obsesión de ser relevante en nuestra cultura occidental. Coescribió el libro con Dana Vachon, y comenzaron por plantearse si existe o no el libre albedrío. Carrey se adentra en el estudio de lo que creemos que somos, en la personalidad que creamos. Sus memorias caminan por el espacio de la inseguridad, de sus ansiedades y se van estirando hasta deformarse en un mito de su personalidad como celebridad, que, al mismo tiempo, él considera, es una desconfiguración. Memoirs and Misinformation, deja ver como los astros se pueden sentir pequeños ante la constante presión del escrutinio del público. Jim vive su propio Truman Show, empapado por su miedo más grande: perder la propiedad de su existencia, que de alguna manera entrega al universo de regreso al autoficcionalizarse. Su consejo: “crea un personaje para pasar por la vida y al final líbrate de ti mismo”.
fotografía: Dan Winters
Jim Carrey
Yara Sánchez De La Barquera
Nota: La extrañeza de la historia de la fotografía de la portada, es una locura. Jim vivió, en 2018, el espantoso error tecnológico que creó una alerta falsa de un misil de Corea del Norte dirigido hacia Hawái. La fotografía se la tomó dentro de los últimos 10 minutos que él pensó le quedarían de vida antes del impacto. Jim solo comenzó a dar gracias por su vida y a despedirse de sus seres queridos. Nos cuenta que se llenó de gracia, de amor y cuando supo que fue una noticia falsa, como era de esperarse, se mega encabronó.
TABLA DE CONVERSIÓN DE LA TRAGEDIA A LA COMEDIA
INICIO
¿ES TRÁGICO?
INSERTE ANÉCDOTA
NO
ENTONCES ESTÁS EN LA TABLA DE CONVERSIÓN INCORRECTA
SÍ ¿ES UNA TRAGEDIA PERSONAL?
NO
¿FUE UN ATENTADO?
NO
¿ES UNA TRAGEDIA PÚBLICA QUE OCURRIÓ EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS?
NO SÍ Sí ¿ES UNA SÚPER TRAGEDIA?
NO, PERO TÚ CREES QUE LO ES
SÍ
(MIS CONDOLENCIAS)
NO
¿ERES CONOCIDO COMO UN COMEDIANTE FILOSO?
SÍ
SÍ
NO
(ESCOGE UNA)
VIH ¿ESTÁ INVOLUCRADA UNA CELEBRIDAD EN LA TRAGEDIA PÚBLICA?
DIVORCIO
ETS
¿PUEDES ACTUAR DE MANERA NEURÓTICA?
CÁNCER NO NO
SÍ ¿PUEDES EXAGERAR?
¿TE PUEDES ENOJAR MUCHÍSIMO?
NO
NO
LO SIENTO NO ES CHISTOSO
SÍ ¿ES SOBRE UNA GUERRA DE INDEPENDENCIA?
SÍ
NO
SÍ
SÍ
¡COMEDIA LOGRADA!
COMPRA UN PERIÓDICO Y USA UNA TRAGEDIA FRESCA
MÁS VALE QUE SEA UNA MALDITA BUENA BROMA
¡ERES RECHISTOSO!
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T E M A
D E L
M E S
La comedia triunfante L
a comedia siempre tendrá la posibilidad de enseñarnos quiénes somos sin máscaras ni prejuicios. Es como un pastelazo en el rostro, o como el bufón de la corte al que, por alguna razón, es al único que no le cortan la cabeza. Las sitcoms, desde su incierto comienzo, eran sólo un segmento dentro de un programa, que a la postre lograron su propio espacio. Como lo fue por primera vez el show I Love Lucy, protagonizado por Lucille Ball, mismo que daría la fórmula perfecta para series posteriores en grandes estudios televisivos. Cuánto han cambiado las cosas hasta nuestros días, pues hoy —sin idealizar— tenemos personajes protagónicos como Fleabag o series tan liberales que nuestros abuelos jamás habrían ni soñado, como Modern Family. Mismas que ya forman parte de una cartelera común y corriente, dentro de nuestros televisores o gadgets. Al final sólo nos queda disfrutar y reír con nuestro propio reflejo. Total, la comedia siempre tiene un final feliz. Murphy Brown (1988 - 2018) Con diez temporadas consecutivas y su reaparición en 2018, esta comedia nos cuenta la historia de una periodista ex alcohólica que lidera un programa de noticias. Además de los diálogos cómicos y lo entretenido de sus personajes, podemos encontrar a una mujer rebelde e inadaptable a las reglas de aquellos tiempos, volviéndose un hito de época en la televisión mundial, cuando Murphy queda embarazada en la tercera temporada y decide críar a su hijo por cuenta propia. Una elección “inmoral”, que para inicio de los noventa, rompía con los paradigmas de las buenas consciencias.
I Love Lucy (1951 - 1957) Protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz, pasó de ser un mero sketch dentro de un programa de variedades, a convertirse en la primera sitcom de Estados Unidos, y en el show televisivo más visto en ese país durante cuatro temporadas. Además de catapultar la ya larga carrera de Lucille Ball, volviéndola un símbolo del espectáculo, logró algo aun más importante. Hizo historia por un hecho que en estos días rayaría en lo ridículo, el de ser la primera serie televisiva que logró usar la palabra “embarazo”. Sí, aunque suene increíble, en esos tiempos estaba vetada dicha palabra, ya que remitía al imaginario sexual: si alguien tenía un “embarazo”, seguro era porque los personajes habían tenido sexo. ¡Qué espanto! La importancia lograda por Ball en la cultura norteamericana fue tan grande, que en 2001 se imprimió una estampilla del servicio postal con su rostro.
All in the Family (1971 – 1979) Exitosa serie de principios de los años setenta, muestra la vida del veterano de la Segunda Guerra Mundial, Archie Bunker, quien tiene problemas de tolerancia hacia cualquier persona que piense o se vea distinta a él. Aunque su esposa Edith, con una personalidad mucho más tolerante, le sirve como contrapeso, ayudándolo a mantener equilibrio. El complicado carácter de Archie, y su personaje construido de manera tan espectacular, se volvió un rotundo éxito, considerado por muchos especialistas como uno de los mejores en la historia de la televisión estadounidense.
Roseanne (1988 – 2018) Esta comedia nos muestra a la típica familia de clase trabajadora americana, que pasa sus domingos jugando futbol americano y organizando parrilladas, pero que sufren de problemas económicos a fin de mes. Una serie original para la época, ya que retrataba un sector de la sociedad menos privilegiado, muy diferente a lo mostrado en las demás producciones entonces, generalmente concentradas en exhibir historias y costumbres de la clase más privilegiada. Al final, los Conners salvan sus días auxiliándose del buen humor. Saturday Night Live (1975 -) Después de veinticuatro temporadas y de volverse el semillero de los comediantes más importantes de las últimas cuatro décadas, Saturday Night Live se convirtió en el programa más importante de la parodia mundial, representando algo así como una fuerza política crítica, con mensajes que tuvieron un fuerte impacto en las urnas. Y para muestra, basta con recordar la candidatura fallida de la republicana Sarah Palin, en gran parte causada gracias a las parodias de Tina Fey.
The Golden Girls (1985 - 1992) A lo largo de siete temporadas, podemos reírnos de las peripecias de cuatro mujeres de edad avanzada que viven juntas en un chalet de Miami. The Golden Girls fue la primera serie que abordó el tema de la vejez, dándole lugar a un sector de la población que generalmente se encuentra borrado no solo de la sociedad, sino también de las producciones fílmicas. Dejó una bella enseñanza a su público, la experiencia siempre rinde frutos. 36
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The Fresh Prince of Bel-Air (1990 - 1996) Si ya existían apariciones de personajes estelares afroamericanos en la televisión, como The Cosby Show y Diff´rent Strokes, Will Smith y su familia adoptiva de Bel-Air, se volvieron globales por el carisma del elenco, y también por romper algunos moldes. Retratándolos como una familia acomodada, y derrocando viejos prejuicios racistas, demostrando, por ejemplo, que el color de piel no determina nada en absoluto: Philip Banks, el tío del rebelde Will, en la tercera temporada, se convierte en un éxitoso juez. En resumen, las aventuras de nuestro “príncipe” en Bel-Air, nos enseñaron que todos somos iguales, y que nadie puede juzgar a partir de las apariencias, sean cual sean. Todos amábamos ese programa sin importarnos nada más.
Ellen (1994 – 1998) Ellen es una sitcom que logra encapsular el espíritu noventero, abordando temas tan universales como el amor y la amistad sostenidos por un humor relajado. Todo parecería indicar que era una serie cualquiera de las que encontrábamos en el Teleguía hace más de dos decadas. Hasta que en 1997, Ellen DeGeneres hizo historia en la televisión, cuando su personaje se declaró lesbiana. Poco antes, la actriz también había hecho públicas sus preferencias sexuales. La sitcom fue cancelada a la siguiente temporada. La productora ABC recibió amenazas de bomba y Ellen Degeneres se mantuvo en paro los siguientes cinco años. Ahora conduce uno de los talk shows con mayor audiencia y está felizmente casada con Portia de Rossi desde el 2008.
The Office (2005 - 2013) Por extraño que parezca, todos queremos trabajar en Dunder Mifflin y también queremos que Michael Scott sea nuestro jefe. La serie logró convertir los momentos más sórdidos dentro de una oficina en el generador de millones de carcajadas. Jamás había sido más cierto el dicho de que algo “es gracioso porque es verdad”. Esto se lograba simplemente con un guión genial y personajes icónicos. The Office es un clásico instantáneo, adaptada en la serie británica que lleva el mismo nombre, creada por Ricky Gervais. Productores, favor de abstenerse de intentar hacer algo parecido.
Will and Grace (1998 - 2020) Un abogado gay y una diseñadora de interiores comparten departamento en la cosmopolita ciudad de Nueva York. Esta irreverente pareja vivirá los embrollos más cómicos de los años noventa, y al mismo tiempo abrirá la puerta hacia la empatía y educación de una comunidad perseguida por los prejuicios, además de ser la primera serie en mostrar a dos hombres besarse. “Creo que Will & Grace probablemente hicieron más por educar al público americano como casi nadie hasta ahora”, dijo Joe Biden.
Los Espookys (2019 -) Es la comedia en que, por primera vez en Estados Unidos, está subtítulada al inglés, aunque sea una comedia de origen norteámericano, filmada originalmente en español, cuenta la historia de un grupo de amigos que viven en un país latino anónimo, humor negro y diálogos inteligentes, introducen al espectador a la cultura latina actual, con personajes homosexuales y mujeres empoderadas, dueñas de su propio destino. El lanzamiento de este programa es un parteaguas para nuevos proyectos inclusivos. Su trasmisión fue tan importante que el periódico New York Times le dedicó un artículo en su tiraje impreso. Fleabag (2016 - 2019) Serie británica de humor negro, tan negro que parece un género nuevo. Es interesante el hecho de que en ella no se idealizan a los personajes principales, por lo cual estos se convierten en parte de la misma audiencia, en lugar de volverse ejemplos a seguir, como otras producciones consagradas como Girls y Broad City. La antiheroína creada y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, le da verosimilitud a este proyecto, ya de por sí interesante la temática que maneja. Es como pasar al siguiente nivel de las sitcom. Friday Night Dinner (2011 -) Humor inglés en su máxima expresión. El escenario muestra a una familia judía que se reúne todos los viernes como dicta la tradición, y lo que sigue son carcajadas a montones, mientras vemos cómo los personajes normales se meten en los problemas más extraños. De alguna forma las cosas siempre les salen mal. Es importante notar la evolución de la comedia hasta el punto en el que encontramos historias ingeniosas y abiertas a nuevas posibilidades. 37
“Le decimos a las personas que sigan sus sueños, pero sólo puedes soñar con lo que puedes imaginar y, dependiendo de donde vengas, tu imaginación puede ser bastante limitada”. Trevor Noah, Prohibido nacer.
Trevor Noah E
scritor, productor, comentarista, político, actor, presentador de televisión y cómico. Trevor Noah es uno de los líderes de opinión más importantes de los últimos años. Nacido en Sudáfrica en 1984, es hijo de una madre de color perteneciente a la etnia Xhosa, mientras que su padre era blanco y de procedencia europea. Ellos eran una pareja formada durante el apartheid. Así que desde su nacimiento, Noah probó el amargo sabor del racismo y la desigualdad al ser un niño prohibido por la ley. Ese fue el inicio de una vida llena de penurias que le dieron la habilidad de esconderse y escapar. Después de vender discos compactos piratas y trabajos de poca monta, comenzó una carrera artística en la televisión sudafricana. A los 18 años llegó su primera oportunidad como actor y humorista con la South African Broadcasting Corporation, lo que le dio notoriedad nacional, sobre todo por denunciar temas escabrosos pero desde un lado cómico. En 2011 se mudó a Estados Unidos y su vida cambió para siempre. Fue el primer cómico sudafricano en realizar un monólogo en The Tonight Show, y en aparecer en el programa de David Letterman. Protagonizó el documental You laugh but It’s true y defendió en las tablas el Stand-up the racist. En diciembre de 2014, Noah se convirtió en colaborador fijo de The Daily Show, pero la sorpresa más grande llegó cuando John Stewart lo nombró su sucesor en el 2015. Desde entonces se convirtió en una de las caras más conocidas de la sátira política estadounidense, teniendo como sello inconfundible, un toque ácido que puede generar las carcajadas de algunos como desatar la furia de otros. Además de convertirse en los últimos tiempos en uno de los más grandes contrapesos de Donald Trump. Entre el mar de responsabilidades Trevor Noah se dio tiempo para escribir y publicar en 2019 el libro Prohibido nacer, donde relata sus memorias infantiles, deslumbrando a la crítica especializada del New York Times, y a muchas personas más: el libro tiene más de un millón de ejemplares vendidos. Al final podemos reflexionar que no importa de dónde vengas, con astucia y un poco de humor puedes darle vuelta a la situación. Actualmente, Noah es uno de los líderes de opinión con mayor prestigio, con una mezcla de sentido del humor y conciencia política lo hacen único en su tipo.
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La comedia es crítica social
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a comedia es un arma poderosa, capaz de poner a la vista de todos las críticas más mordaces sobre los aspectos vergonzosos y hasta dolorosos de nuestra sociedad. Esto lo hace con una respuesta ácida y contundente: la risa. Mediante la comedia se han visibilizado problemáticas, así como lo ridículo de ciertos estilos de vida y la hipocresía de la sociedad. Por eso resulta preocupante que, debido a la reciente ola de puritanismo “progresista” y mediante su “cultura de la cancelación”, se pretenda censurar sistemáticamente la única arma pacífica que la humanidad ha tenido para manifestar su desenfado, la comedia. Me parecen absurdas las polémicas de la turba digital de Twitter, que encienden la indignación —como si ésta funcionara con efecto retroactivo— por películas y series del siglo xx, cuyo objetivo, más allá del entretenimiento, ha sido provocar una reflexión importante sobre aquello que está mal en nosotros mismos. Las películas y series no pretenden ni evangelizarnos ni deconstruirnos. La comedia es el espejo más realista que podemos tener de nosotros mismos, por absurdo que parezca. Para combatir el puritanismo moral, propongo nueve películas de comedia que son importantes, por el magnífico arte de hacernos reír.
1. Seven chances (Buster Keaton, 1925) La más antigua de esta lista y única del periodo silente. En ella podemos ver al gran stuntman e improvisador del set, que era Buster Keaton, metido en la historia de un empresario al borde de la bancarrota, que se encuentra en el dilema de contraer matrimonio en un corto período para obtener una millonaria herencia, y el ambicioso ejército de mujeres pretendientes que buscan quedarse con el botín, o mejor dicho, con el “muy atractivo” empresario. Algo bastante significativo cuatro años antes de la Gran Depresión.
2. Duck Soup (Leo McCarey, 1933) El otro marxismo en plenitud de sus capacidades. En esta película, los hermanos Marx —liderados por Groucho— llevan a cabo una sátira antibelicista con plenitud de lecturas e interpretaciones, al tiempo que cuestionan la política del período de entreguerras en la que fue filmada. Con una mezcla de comedia física, momentos de surrealismo, sarcasmo, música y anarquía, en un entramado de capas donde se compara el nacionalismo con un show de teatro de carpa, que en la actualidad bien podría no ser muy aceptado que digamos. Su influencia a la fecha va desde Woody Allen o Sacha Baron Cohen, hasta la serie animada Animaniacs.
3. Ahí está el detalle (Juan Bustillo Oro, 1940) Esta es la mejor comedia filmada en México, un ejercicio de retórica que acompaña a una muy bien ejecutada comedia de situación, digna del teatro de carpa y los cabarets de la época. En ella se retratan las inseguridades y la desconfianza emanadas de las diferencias de clase, donde vemos a un Cantinflas en la plenitud de su astuto papel de“peladito” siempre retador del status quo y la sociedad de las “buenas conciencias”, y a un fascinante Joaquín Pardavé con quien entabla la mejor esgrima verbal de la película.
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4. Mon Oncle (Jacques Tati, 1958) Desde Francia llega esta elegante y a la vez profunda crítica de la vida moderna en la posguerra, una comedia visual donde el simpático monsieur Hulot se convierte en el avatar de la audiencia ante los absurdos de la arquitectura, la dependencia tecnológica, la obsesiva eficiencia industrial y el depredante consumismo, que poco a poco envuelven a una sociedad distanciada del contacto emocional con sus pares. ¿No les suena? 5. The Producers (Mel Brooks, 1967) Una película de culto por su temática. Es la trama de dos productores que intentarán a toda costa montar la peor obra de teatro musical de la historia —un musical sobre Hitler escrito por un neonazi— para llenarse los bolsillos de dinero. La película utiliza la irreverencia como su principal arma, aludiendo a estereotipos exagerados de la sociedad, y nos presenta una burla del medio del espectáculo, su corrupción, vicios y demás males, (no como su remake de 2005 que sólo es una burla de lo mala que es, esa sí, no la vean). 6. M*A*S*H* (Robert Altman, 1970) Si de humor negro hablamos, es necesario mencionar a la ganadora del Festival de Cannes de 1970, la representación contracultural por excelencia del belicismo de la postguerra; sin una trama concreta, es una especie de Mockumentary sobre la vida en un campamento militar en lo que parece ser la guerra de Vietnam, donde la guerra no se encuentra en el foco de atención, sino la imperfección humana llevada al límite del ridículo. Una película que ya escandalizó a las “buenas conciencias” de 2020 por la representación de seres humanos muy humanos.
7. Life of Brian (Terry Jones, Monty Python, 1979) Delirante, blasfema, caótica, surreal, iconoclasta, son palabras que quedan cortas para definir la mejor película hecha por la troupe de comediantes ingleses Monty Python (lo siento, fans de The Holy Grail). Satirizar la religión y la construcción de los dogmas, el colonialismo, el fanatismo, el terrorismo, los grupos de izquierda y las élites de la derecha, nada queda desatendido de la ácida visión del recientemente finado Terry Jones y compañía, en esta gran parodia de las épicas bíblicas. 8. Wayne’s World (Penelope Spheeris, 1992) De la gran cantidad de películas de comedia que se produjeron durante la década en la que floreció la llamada Generación X, esta es la que mejor representa el espíritu de la época. Basada en un sketch de Saturday Night Live, habla de la cada vez más común intromisión de las corporaciones en la vida cotidiana, la publicidad encubierta en los medios, la humildad del arte, la autenticidad y el hecho de que el rock es la mejor música que hay...y si no les parece, nos vemos a la salida. 9. Tropic thunder (Ben Stiller, 2008) Una de las más recientes controversias marcadas por lo absurdo, se originó a partir de esta película que parodia tanto el cine bélico de los últimos 50 años, así como a la industria cinematográfica en sí misma. Esta película se mofa de productores (Les Grossman es una clara alusión a Harvey Weinstein), directores, géneros cinematográficos, la mercadotecnia, las técnicas de actuación como “el método”. Hasta la fecha, es la última película por la que se reconoció a Robert Downey Jr. con una nominación al Oscar. Una comedia que retrata el absurdo del absurdo, con la suficiente sensibilidad para no sentirse ofendido, a menos que hayas olvidado el criterio en tus otros pantalones. 41
Familias Musicales
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uando escuché por primera vez a la familia Barsali, sólo llevaban unos días de haber desembarcado en la ciudad. Mucho después me contaron que desde el barco venían ya tocando música. Que al llegar al puerto, cargados de maletas e instrumentos, los habían recibido unos parientes lejanos y que mientras les mostraban la ciudad, a manera de agradecimiento, les interpretaron una variada selección musical. La familia consistía en el padre, trompeta y a veces clarinete. La madre, cantante y reina del pandero. Tenían tres hijos, el mayor, acompañaba con el acordeón. La hija, tocaba la guitarra; y el más pequeño, se hacía cargo de un tambor casi de su mismo tamaño. Hacían largas caminatas por la ciudad interpretando canciones populares. Aparcaban en plazas y aguardaban afuera de los restaurantes. Por las calles se detenían debajo de ventanas y echaban gritos de júbilo animando a que la gente saliera a sus balcones. El hijo menor llevaba un sombrero estilo pork pie que acercaba con agilidad a la gente y siguiendo el ritmo, hacía sonar las monedas que llevaba dentro. Los recorridos diarios se hicieron cada vez más extensos y se aventuraron no sòlo a tocar por la calle, sino en el interior de los cafés y edificios. Así fue cómo llegaron a mi oficina. Al principio mi jefe trató de convencerlos de que se salieran ofreciéndoles dinero, pero no tuvo éxito. Seguían tocando música vigorosamente, casi en éxtasis. Y es que la familia Barsali tenía una fe ciega en la música. Su presencia o el estruendo de sus instrumentos molestaban a algunas personas y les gritaban que se fueran pero el espíritu musical de la familia no aminoraba y se mantenían imperturbables en el lugar. A primera vista, parecía que lo hacían de una manera automática, como una repetición de un disco rayado, pero yo, que ya los empezaba a conocer, veía que esa furiosa manera de ejecutar sus instrumentos era una suerte de ritual heredado muchas generaciones atrás. Cada día, sin falta, la familia regresaba a mi oficina y deambulaba por todo el edificio cual desfile de carnaval. Esa escena ocurría no sólo en mi trabajo, también en las oficinas vecinas
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y en las cafeterías cercanas, así que nos fuimos acostumbrando y durante algunas semanas, llegaron nuevas familias musicales, ya no lo tomamos con sorpresa. Se habían convertido en un paisaje habitual de la ciudad. Me llevaba bien con los Barsali, los saludaba y eran amables. Sin chistar adecuaban sus compases y melodías a la situación en turno, incluso llegaban a bajar el volumen o mantenerse sólo en pizzicato cuando tenía que hacer alguna llamada importante. Lo único un poco incómodo era que insistían en acompañarme a todos lados, incluso al baño. Un día al salir del trabajo, noté que tomaron el mismo tranvía que yo, después el mismo autobús y descendieron en la misma parada, después caminaron a cierta distancia detrás de mí hasta llegar a mi casa. Sin interrumpir su música, esperaron a que abriera la puerta y con toda naturalidad entraron antes que yo. Traté de explicarles que no tenía espacio suficiente, pero ellos sonrieron y se instalaron con naturalidad en la pequeña sala de mi casa. A las pocas semanas invitaron a otra familia a vivir con nosotros. Tocaban todo el tiempo sus instrumentos. De la sala de baño venían solos de trompeta o tambor. Cuando por la mañana la madre preparaba café, se ataba el pandero al pie para seguir con el ritmo. Sólo en casos extremos, alguien más de la familia suplía a un miembro en sus deberes musicales. En la noche, cada integrante de la familia hacía turnos para seguir tocando mientras el otro dormía. Ese mismo procedimiento lo realizaba la familia invitada, resultando todo en inesperados y divertidos ensambles. Una noche, la familia me dijo cantando, que tenían una sorpresa para mí. El padre sacó de una maleta un estuche de madera con bordados geométricos y me lo extendió. Yo lo observé detenidamente y lo abrí con cuidado, todos me miraban con atención. Y ahí estaba: un pequeño triángulo de metal con una abertura en un extremo y atado a un cordel, a su lado estaba una delgada varita plateada. Seguí su forma con mis dedos pero cerré el estuche y lo regresé al patriarca de la familia. Cada uno de ellos calló, nunca los había visto así, inmóviles. Esa quietud prolongada se transformó en angustia. Creí reconocer eso, el silencio. Volví a tomar el estuche, saqué el triángulo y con la varita tiré un golpe torpe que resultó en un sonido seco y sordo. Sentí de nuevo las miradas penetrantes. Tomé ahora el triángulo por el cordel, y aticé otro golpe cuyo sonido agudo se expandió como una onda por las caras adustas de la familia, hasta transformarlas en sonrisas. Seguí golpeando hasta conseguir lo que yo creí era un ritmo. Las familias rompieron en aplausos y todos comenzamos a tocar y cantar frenéticamente. A pesar de todo el barullo e instrumentos, alcanzaba a escuchar mi triángulo resonante y nítido. Pronto comenzará la Feria de la ciudad y los Barsali estamos más felices que nunca, cada vez arriban más parientes al puerto. Este próximo sábado, los acompañaré a recoger a una nueva familia especializada en cuerdas y los recibiremos con el mejor repertorio. Sigo practicando, espero como siempre, no salirme de ritmo.
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B O J Ó R Q U E Z Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi
Mario Bojórquez es poeta, traductor, promotor cultural y académico. Varios de sus poemarios han obtenido importantes premios. En los siguientes párrafos, el escritor nos comparte pensamientos sobre su biblioteca y sus joyas editoriales.
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odas las habitaciones de mi casa tienen libros, creo que la biblioteca completa debe rondar cerca de los tres mil ejemplares. En ella están con los que trabajo y los que forman parte de los quehaceres de mi esposa: ella es dramaturga, guionista de cine y novelista —además de que se dedica a la psicoterapia—, por lo cual sus intereses no siempre coinciden con mis preferencias literarias, aunque esto no implica que no pueda usar sus libros. He pasado por todos los sistemas para acomodarlos, desde el alfabético hasta el temático, pero ahora están ordenados de acuerdo con lo que estoy trabajando. Como es de suponerse, en mi biblioteca no está todo lo que he leído o he adquirido, a veces pienso que tengo un libro y jamás lo encuentro. Quizá se quedó en alguna de las casas que hemos vivido o está en Sinaloa y tal vez regrese a mis manos. La piedra fundamental de mi biblioteca son un tipo especial de obras: los Clásicos Jackson, los cuales se editaron en español por vez primera, a mediados del siglo pasado, con el fin de reunir lo que se consideraba como emblemático de la literatura mundial. Ellos los heredé de mi padre. Cuando yo era muy niño, comencé a leer y escribir antes de ir a la primaria, algo en lo que colaboraron todos mis familiares, porque yo estaba muy interesado en los libros; así pues, esta colección me ha acompañado desde hace más de cuarenta años. Aquí, en mis manos, tengo los Ensayos de Montaigne prologados por Ezequiel Martínez Estrada, su texto lo encuentro magnífico y cercano a mi alma. Otras colecciones como la Biblioteca Castalia de Clásicos Hispánicos que reúne en cien volúmenes una espléndida selección, las fui comprando poco a poco. En esos días siempre traía en la bolsa trasera del pantalón la lista total de sus libros para ir tachando los que iba consiguiendo. Al final sólo me faltaba un ejemplar que había pensado robar en dos lugares: una librería que estaba en la calle de Donceles, pues ahí vendían el que me faltaba por separado; y el otro estaba en el Centro Literario Xavier Villaurrutia, donde espero que siga pues no me lo robé. Al final, un amigo me lo regaló y la colección quedó completa. Algo parecido me sucedió con las Obras completas de Octavio Paz, yo esperaría que todo escritor del mundo quisiera tenerlas pues su magisterio es formidable. En mi biblioteca también hay ejemplares que vienen de otros lugares. Cuando vivíamos en Estados Unidos compré muchos libros. En ese librero, por ejemplo, están las obras de Edgar Allan Poe, de Shakespeare, Lewis Carroll, Conan Doyle y algunas cosas un poco más raras, como los cuentos de Hans Christian Andersen. Todo ellos forman parte de unas ediciones muy bellas que promueven las librerías estadounidenses y que quizás aún se pueden conseguir. Un buen porcentaje de mi biblioteca está dedicado a la poesía, aunque eso no
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implica que no se miren novelas o libros de historia; pero lo que más está en mi cabeza son los poemas. Cuando era muy joven, establecí un método memorístico de la literatura, era como si yo tuviera un software que aún me permite releer poemas sin tener que abrir los libros que los contienen. Incluso lo mismo me sucede con algunas páginas de prosa que están en mi memoria. Mi estudio también forma parte de la biblioteca, en él paso la mayor parte del día. Aquí trabajo, aquí tengo los libros que necesito tener a mano y, por supuesto, tengo mi escritorio que también está lleno de pilas de libros cuyo uso sólo yo puedo descifrar. Nadie más puede entender porqué tengo esos ejemplares ahí y de qué manera se interrelacionan. Alguna vez, cuando la limpieza llegó, movieron la pila de libros que yo había ordenado en una secuencia lógica para escribir un ensayo, el sólo hecho de que los “acomodaran” me impidió escribir esas páginas. Los libros se apilan porque dialogan entre sí, se trata de una conversación que es difícil de explicar hasta que se convierte en un ensayo o en las páginas que dan cuenta de algo. Casi puedo asegurar que el autor del que más libros tengo es Fernando Pessoa, es más puedo recordar los 42 volúmenes de la primera colección que se hizo de su obra. Yo mismo he trabajado algunas de sus traducciones. No se cuál sea el libro más antiguo de mi biblioteca, pero en este momento pienso en que puede ser la edición de 1884 del Diccionario de la Academia de la Lengua y que está en muy buen estado. Originalmente fue de un abogado de Guadalajara, de Enrique P. Rubio, y yo lo encontré en una librería de viejo. Este libro aún tiene el sello de la Academia que dice “limpia, fija y da esplendor”, una costumbre que terminó perdiéndose, pues los tirajes de esta obra se volvieron amplísimos y ya no había manera de marcarlos uno a uno. También tengo un libro que está escrito en tablillas de bambú: El pabellón de las orquídeas, este lo obtuve en un viaje que hice a China y que considero una de las piezas valiosas de mi biblioteca. Otro caso es este: hace unos dos o tres años se dispersó la biblioteca de Ulalume González de León, y de pronto me encontré a varios colegas que iban a las librerías de viejo buscando alguno de sus ejemplares. En los que costaban diez pesos, yo me encontré una traducción anotada de un libro de Paul Celan que tiene un poema de ella y que permanece inédito. Se llama Mirando al cielo Algo parecido me ocurrió con Los versos del capitán que se publicaron anónimamente y, por esa razón, yo pude conseguir una primera edición en español por un precio bajísimo, si dijera Pablo Neruda su precio se habría disparado. El hecho de que ningún autor se asomara en su portada, bastaba para condenarlo a casi ser regalado. Otras joyas que adornan mi corazón, son una primera edición de Lascas, de Salvador Díaz Mirón y el manuscrito de El tigre en la casa, de Eduardo Lizalde. +
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Adrián García / @adrian_garciros
Black Flag - Who´s got the 10 1/2? Black Flag, la banda de hardcore punk formada en la hermosa Beach California a mediados de los setenta e influenciada por agrupaciones británicas como Sex Pistols y The Clash, demostró que también se puede ser anarquista de este lado del charco. Who’s got the 10 1/2? es su segundo material en vivo, lanzado en 1986 y seguido por un torbellino de giras, presentaciones en pequeños bares y espacios que les otorgaron un mayor reconocimiento por parte del público. Con un sonido característico del punk, composiciones simples y la peculiaridad de tener al bajo como instrumento sobresaliente —incluso sobre las guitarras—, lograron establecer un sello propio. Un hecho que se suma a la desbordante personalidad de su vocalista, Henry Rollins, y la construcción melódica de Greg Ginn, quien en esos años, además de participar como músico, también los dirigía. Entre los temas a destacar de esta producción, encontramos Loose Nut, una canción que se siente como un repiqueteo constante en el cráneo, y también I’m the One, que huele a cerveza y pólvora. En una época caracterizada por cambios sociales y reclamos a las autoridades, el punk puede regresar por sus viejas glorias; de hecho, es posible que las nuevas generaciones tengan algo de esta ideología sin siquiera saberlo. Este material, al igual que toda la discografía de Black Flag, es musicalmente simple, cruda, sucia. Alguna vez Jimi Hendrix dijo: “El blues es fácil de tocar, pero difícil de sentir”. Probablemente habría dicho lo mismo del punk. Por esta razón, escucharlos es como viajar en una máquina que está a punto de estallar en mil pedazos, pero que de alguna manera se mantiene unida.
Colossal Dir. Nacho Vigalondo (2017) Gloria (Anne Hathaway) es una joven reportera con la vida hecha un lío, entre las fiestas a mitad de semana y su alto consumo de alcohol, la relación con su novio (Dan Stevens) termina de una manera abrupta. Sin muchas expectativas, ella vuelve a su pueblo natal y retoma su amistad de la niñez con Oscar (Jason Sudeikis). Al principio, él parece el amigo perfecto, pero con el paso del tiempo la necesidad de controlarla convierte la relación en un juego de vida o muerte, hasta la aparición de un misterioso monstruo al otro lado del mundo y que por alguna razón está conectado con Gloria. A pesar de lo que he señalado en este brevísimo resumen, es necesario hacer una precisión: Colossal no es una película de monstruos. Tampoco veremos en el filme all ejército estadounidense salvar a la humanidad de una invasión alienígena y mucho menos, aparece un fenómeno como Godzilla. Lo que Colossal sí nos ofrece, es una buena dosis de humor negro mezclado con crítica social que, al avanzar la trama, muestra una advertencia muy clara sobre los riesgos de las relaciones celópatas y controladoras. El director y guionista, Nacho Vigalondo, se caracteriza por sus personajes desalineados y llenos de defectos, pero que —por alguna razón— siempre terminan evolucionando y haciéndose más sabios. Probablemente, lograr cruzar el abismo sin caer al precipicio, es lo que finalmente los hace humanos. Colossal no es la excepción, ya que el largo camino que recorre la protagonista, a través de un mundo nublado por las adicciones y las relaciones tóxicas, hasta levantarse a sí misma, en un acto de amor propio, también significa un acto de amor hacia la humanidad.
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