AÑO 9 • NÚMERO 111 • AGOSTO 2018
Hotel Noir: Hilario Peña nos revela los hoteles de la literatura negra Entrevista con Tom Gauld ganador del premio Eisner 2018
Descubre la verdadera historia del Overlook, el hotel de
El Resplandor
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Del PROGRAMA
Sierra Prokofiev
5
Chaikovsky Carlos Miguel Prieto Director artístico
7 de julio al 2 de septiembre
Sábado 4 y domingo 5 de agosto Fandangos Concierto para violín núm. 1 Shari Mason, violín
Sinfonía núm. 4
PROGRAMA 6 Sábado 11 y domingo 12 de agosto
Concierto para trompeta
Beethoven
Sinfonía núm. 1 Sinfonía núm. 3 Heroica
James Ready, trompeta
Carlos Miguel Prieto, director artístico PROGRAMA 7 Sábado 18 y domingo 19 de agosto
Temporada de verano 2018
Beethoven Mozart
Sinfonía núm. 2 Concierto para piano núm. 20
Beethoven
Sinfonía núm. 4
Sábados 20:00 h Domingos 12:00 h
Sala Nezahualcóyotl Centro Cultural Universitario
8
Beethoven
Sinfonía núm. 7
(fuera de abono)
S BOLETOOS D AGOTA
Beethoven Sinfonía núm. 8 Sinfonía núm. 9 Coral Katherine Whyte, soprano Grace Echauri, mezzosoprano Thomas Studebaker, tenor Kevin Deas, bajo Coro VocalEssence, de Minnesota Coro de la Orquesta Sinfónica de Minería
NUEVA FUNCIÓN EN PALACIO DE BELLAS ARTES
Sábado 25 de agosto a las 20 h Domingo 26 de agosto a las 18 h Lavista Paráfrasis de Aura Shostakovich Concierto para violín núm.1 Vadim Gluzman, violín
GALA DE CLAUSURA
Carlos Miguel Prieto, director artístico
Anne-Marie McDermott, piano
Carlos Miguel Prieto, director artístico PROGRAMA
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Sábado 1 y domingo 2 de septiembre
Giancarlo Guerrero, director invitado
Tartini
PROGRAMA
Viernes 31 de agosto 2018 20:00 horas Venta de boletos en taquilla y Ticketmaster
Carlos Miguel Prieto, director artístico PROGRAMA SUJETO A CAMBIOS
En el marco de la celebración de nuestros 40 años contaremos con la presencia del tenor mexicano
Domingo 9 septiembre 2018 19 horas Sala Nezahualcóyotl Centro Cultural Universitario
Homenaje a Manuel García
(1775-1832)
Obertura. Don Chisciotte (1829) Formaré mi plan… En mi comedia juntamente El poeta Calculista (1805) Mais que vois je?… Vous dont l’image La mort du Tasse (1821) Hernando desventurado… Cara gitana El gitano por amor (1829) De ses yeux tout ressent l’empire La mort du Tasse (1821) Gioachino Rossini Obertura • Si! Ritrovarla io giuro! La Cenerentola (1817) S’ella m’è ognor fedele. Ricciardo e Zoraide (1818) Obertura • Cessa di più resistere. Il barbiere di Siviglia (1816)
Carlos Miguel Prieto Director artístico Javier Camarena es presentado por Elisa Wagner / ICP · Árinder, corresponsal para México de Elisa Wagner / ICP
INFORMES:
5554-4555 5658-6705 www.mineria.org.mx
/SinfonicadeMineria
@orquestamineria
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Nicola Antonio Zingarelli Obertura Più dubitar mi fan… Là dai regni dell’ombre e di morte Giulietta e Romeo (1796)
boletoscultura.unam.mx Taquilla Sala Nezahualcóyotl 5622-7125
Boletos numerados
El librero de...Héctor Zagal Ve la entrevista en mascultura.mx
Foto: Cinthya Hernández
Nació en la Ciudad de México en 1966 y estudió Filosofía en la Universidad Panamericana, cursando después su maestría en la UNAM y su doctorado en la Universidad de Navarra. Experto en la obra de Aristóteles, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, profesor en la Universidad Panamericana, en la UNAM y en el ITAM. Además de su tarea académica, Zagal es un prolífico escritor. Entre sus obras se destacan las novelas La venganza de Sor Juana (Martínez Roca), Imperio (Planeta) y su más reciente El Inquisidor (Planeta).
¿Cómo diste forma a tu biblioteca? Mi biblioteca es una biblioteca con historia y la tengo en varias partes de la casa. Hay un pequeño fondo que está compuesto de libros heredados, son libros que yo no podría decirte cómo llegaron a mi casa, libros que ya tenían mis abuelos, libros muy antiguos. Incluso alguno todavía tiene el ex libris de una de mis tías abuelas. Todos esos los conservo como reliquias. Otra parte son los libros de mi padre. Mi padre era un gran lector: le gustaba mucho la historia, la literatura francesa y la ciencia. Es muy chistoso cómo los libros de ciencia se vuelven obsoletos. Lo que mi padre me enseñaba como libros de adelantos químicos, hoy por hoy ya no lo son. Libros, por ejemplo, donde aprendías cómo funcionaba un bulbo o un disco de acetato. Esa es una parte muy importante de la biblioteca, casi todo lo que tengo en francés proviene de la biblioteca de mi padre. Después viene mi parte. Yo comencé a tener libros desde pequeño. Los Reyes Magos me traían libros, en Navidad yo pedía libros. Aún conservo muchos libros de mi infancia. Luego vinieron los libros de la escuela. Yo estudié filosofía y la diferencia con otras carreras es que en filosofía el libro de texto no es un manual, sino que son las obras de los grandes autores clásicos. Son libros caros pero que son inversiones para siempre. Ése es el núcleo de la biblioteca. Mi gran afición es la literatura, por eso hay una parte muy importante de novela. Finalmente, tengo otra parte de la biblioteca dedicada a una afición más: la historia de la comida. Regularmente, ¿dónde adquieres tus libros? Desde joven, y lo digo con toda verdad, no para darles coba, yo iba mucho a Gandhi. Un plan típico de domingo para mí es ir a tomar un café con un amigo y después pasar a Gandhi a ver libros, ir a husmear
libros. Ver qué se antoja, libros que no puedes comprar en ese momento. Antes lo que hacíamos era esconderlos. Si no tenías para comprarlo, tomabas el libro y lo cambiabas de lugar… ¡no lo hagan! Aunque yo lo hice alguna vez. Tú sabías que el libro estaba ahí y cuando llegaba la quincena ibas por él. ¿Hay un orden en tu librero? Aunque no lo parece, sí. La primera parte es de narrativa, de literatura. Está dividida en orden alfabético, por apellido, pero también hay tres divisiones: autores mexicanos, autores que escribieron en español pero que no son mexicanos y autores que escribieron en otros idiomas. La segunda parte es la parte aburrida de la biblioteca: la de filosofía. Tengo aquí obras de Aristóteles, pues yo como académico me dedico a su estudio. Hay ediciones en español, en griego y en francés. Tengo varias ediciones en español de un mismo título porque muchas veces las traducciones cambian. También tengo a uno de los grandes comentadores de Aristóteles que es Tomás de Aquino, además de literatura que habla sobre Aristóteles. La última parte tiene tres divisiones: primero están los autores greco-latinos. Luego esta una zona ambigua, compuesta por ensayos literarios. Al fondo de ella hay una colección de obras sobre sor Juana Inés de la Cruz, que usé cuando escribí una novela sobre ella, La venganza de sor Juana (Martínez Roca). En la última división están los diccionarios y libros de teología y religión. En otro estudio tengo libros sobre historia de la gastronomía e historia de México, divididos por periodos. ¿Tienes cuidados especiales con tus libros? Yo no soy bibliófilo, sino lector. Le tengo respeto al libro no como objeto sino por lo que dice. Quizá soy
un poco descuidado con mis libros. Sólo tengo un pequeño troquel con una frase que suelo utilizar, ‘sapere aude’, y se la pongo a todos mis libros en varios lugares, por aquello de que no se me vayan a perder. Pero reconozco que soy un poco descuidado: a veces doblo hojas, hago anotaciones con lápiz, los tachoneo, los marco con tiritas. En algunos se nota mucho el uso. Sólo empasto los libros que están muy deteriorados o la obra que yo publico, es una manera de asegurarme de que conservaré un ejemplar, pues me ha pasado que los regalo y luego yo no tengo ni uno. ¿Hay algún libro que tenga un especial valor para ti? Un cariño especial le tengo a los libros que mi amigo Sergio González Rodríguez me firmó y me dedicó. Él falleció hace poco y fue un maestro y amigo. Lamento que el último no me lo alcanzó a firmar. Un libro al que le tengo mucho cariño es esta edición vieja de La Odisea. Está maltratado y lo conservo así porque fue la primera Odisea que yo leí. Esa lectura supuso para mí entrar al mundo greco-latino. Tengo una curiosidad que llegó en las herencias. Mi padre me lo dejó y él lo recibió de la generación anterior. Es un libro que está incompleto, empastado aún en pergamino, publicado en mil setecientos y algo, no en Italia sino en los Estados Pontificios. Es un libro de teología moral de autor español, Sánchez Cordobeses. Analiza la casuística moral con preguntas que hoy parecerían idiotas, por ejemplo: Si un arriero recibe el encargo de llevar de Veracruz a México una carga, ¿qué tanto le es lícito alejarse de la ruta más corta? Otra curiosidad la encontré cuando escribí mi novela sobre Maximiliano de Habsburgo, es el Boletín de Leyes del Imperio Mexicano. ¿Qué hacía en mi casa? Esto quiere decir que alguien de mi familia tuvo algo que ver con ese tema que yo retomaría. +
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EDITORIAL Aunque parezca que toda una eternidad nos separa de aquellos tiempos en que viajar era un riesgo mortal, lo cierto es que sólo ha pasado un puñado de siglos desde aquello. En un parpadeo, los viajeros pasaron de ser esos valientes o dementes personajes que buscaban lo desconocido a convertirse en seres hambrientos de experiencias muy específicas, ya sean éstas de corte laboral, placentero, religioso o cualquiera de las categorías de la actual industria turística. En esa transformación, un singular elemento ha sido crucial: los hoteles, posadas, moteles, hostales, quintas o cualquiera otra forma en la que se les llame. Estos lugares, siempre de paso y siempre misteriosos, son tan magnéticos que incluso han trascendido su naturaleza primigenia de hospedar al extranjero. Son parte ya de la dinámica cotidiana de todas las ciudades y pueblos. En sus pasillos se teje cualquier clase de historias: amoríos, crímenes, viajes en el tiempo, encuentros inauditos, escapes necesarios. Por eso decidimos dedicarles este número de Lee+. En las páginas de esta edición podrás, por ejemplo, conocer el lado hostil de los hoteles, arista abordada en la literatura negra; también te ofreceremos un paseo por la poesía hotelera, dedicada a las artes amatorias que en tales lugares se practican. Podrás descubrir aquellos hoteles que albergaron por mucho tiempo a ciertos autores, habitaciones en las que se puso punto final a muchas novelas o, incluso, obras en las que el hotel no es sólo escenario, sino el personaje principal de un relato. Esperamos que tu estancia en el Hotel Lee+ sea placentera, terrorífica, excitante… o justo como tú desees que sea. Estamos para servirte. Aquí están la llave y el control remoto. La piscina cierra a las 20:00 hrs y hay room service 24/7. Tu habitación, la 111.
Yara Sánchez De La Barquera
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EL LIBRERO DE… Héctor Zagal
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HOTEL NOIR Hilario Peña
Directora General y Editora Yara Sánchez de La Barquera Vidal yara@revistaleemas.mx
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HOTEL DULCE HOTEL Rodolfo Villagómez
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CIMIENTOS DEL POP Contacto Visual / Carlos Blas Galindo
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Asistente editorial Fabián Aranda fabianaranda@revistaleemas.mx Directora de difusión cultural Beatriz Vidal De Alba beatriz@revistaleemas.mx Directora de marketing Tatiana Nogueira tatiana@revistaleemas.mx
HOTELERÍA LITERARIA Infografía
Promoción y difusión Fabián Vásquez Escalante fabian@revistaleemas.mx
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DE DIBUJOS Y PALABRAS Niños a leer / Karen Chacek
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ENCUENTROS Y ESCAPES Secuencias / Christian L. Volkmar
Diseño y arte Alejandro Klamroth alets@revistaleemas.mx
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MAHLER Osiris Domínguez
Diseño Cinthya Hernández García cinthya@revistaleemas.mx
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ROCK DE CINCO LETRAS Fabián Aranda
Director de fotografía Sergio Mendoza Hochmann sergio@revistaleemas.mx
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TOM GAULD Entrevista
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EL OVERLOOK R. de la Lanza
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LA FÁBRICA DE HUESOS Adán Medellín
Editor audiovisual Edwin Reyes Maya Editor web y redes sociales Víctor García victor@revistaleemas.mx
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Tiraje mensual de 60 mil ejemplares
Consejo editorial Alberto Achar Jorge Lebedev
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En portada: Un merecido tributo a uno de los hoteles más recordado de la literatura contemporánea: el
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EncuÉntranos a nivel nacional en: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •
Overlook de El Resplandor.
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Gabriel Rosales Vega escribe el primer libro en español que revisa a detalle los hechos, analiza las especulaciones y la eventual vinculación entre los actores rusos y los miembros de la campaña de Trump que lograron erigirlo como el 45º presidente de la nación más poderosa del mundo.
LOS+VENDIDOS NO FICCIÓN
FICCIÓN
LOS PERROS DUROS NO BAILAN Arturo Pérez-Reverte Alfaguara En esta asombrosa novela negra, divertida, tierna y sobrecogedora de principio a fin, Arturo Pérez-Reverte narra con increíble maestría la aventura de un perro en un mundo diferente al de los humanos, donde rigen las mejores reglas -lealtad, inteligencia y compañerismo- y están desterradas toda corrección política o convención social. Un mundo en el que a veces hay clemencia para los inocentes. Y justicia para los culpables. «Arturo Pérez-Reverte sabe cómo retener al lector a cada vuelta de página.» The New York Times Book Review
LOS CUATRO ACUERDOS Miguel Ruiz EDICIONES URANO Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como “mujeres y hombres de conocimiento”. Los antropólogos los han definido como una nación o una etnia, y eran también una sociedad de científicos y artistas. Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, comparte con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.
MANIFIESTO MEXICANO Denisse Dresser AGUILAR
Una Novela Criminal Jorge Volpi Alfaguara Basada en los hechos de una de las más duras crisis del gobierno de Felipe Calderón, esta novela narra los acontecimientos del caso de Israel Vallarta y Florence Cassez. Uno de los episodios más oscuros del sistema penal mexicano es abordado por Jorge Volpi en esta novela, ganadora del XXI Premio Alfaguara de Novela. Volpi utiliza la ficción para intentar llenar los vacíos recurrentes en este caso que, además, devino en un incidente diplomático entre México y Francia.
Con el implacable rigor que la distingue, Denise Dresser hace un corte de caja de los últimos tiempos, los años del desencanto, el pacto de impunidad y de cómo transitamos de la dictadura perfecta al pillaje perfecto. Frontal y reveladora, la autora narra cómo nos convertimos en un país de fosas, de desaparecidos, de ausentes. Refuta las "verdades históricas" de Ayotzinapa, Tanhuato y Apatzingán, y contabiliza los costos de pelear la misma guerra contra el narcotráfico, pero con peores resultados.
SOBRENATURAL Joe Dispenza URANO
LA MUJER EN LA VENTANA A. J. Finn GRIJALBO Una mujer sola y vulnerable, recluida en su casa, ve desde la ventana algo que no debería haber visto. Pero nadie le cree. Una historia poderosa y retorcida. Una protagonista intensa y muy real. Un sofisticado thriller psicológico para el nuevo milenio con la tensa atmósfera y la oscura elegancia de los mejores clásicos del cine negro. En palabras de Stephen King: “Suspenso a lo Hitchcock con una vuelta de tuerca del siglo XXI.”
Joe Dispenza, el científico que ha recorrido el mundo enseñando la ciencia de la transformación, regresa con un nuevo libro en el que expone los conocimientos y la instrucción para asomarse más allá de la realidad. Todos podemos cambiar nuestro entorno interno y externo para recuperar la salud y la vitalidad, y también para mejorar el paisaje de nuestra vida. Combinando radicales descubrimientos en distintas disciplinas, el doctor Joe Dispenza presenta un revolucionario programa para experimentar nuestra naturaleza sobrenatural.
LAS HIJAS DEL CAPITÁN María Dueñas PLANETA
DE ANIMALES A DIOSES: BREVE HISTORIA DE LA HUMANIDAD Yuval Noah Harari DEBATE
Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas del Capitán despliega la historia de tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que vivieron —y viven— la aventura, a menudo épica y casi siempre incierta, de la emigración.
Hace cien mil años al menos seis especies de humanos habitaban la Tierra. Hoy sólo queda una, la nuestra. ¿Cómo logró imponerse en la lucha por la existencia? En De animales a dioses, Yuval Noah Harari traza una breve historia de la humanidad, desde los primeros humanos que caminaron sobre la Tierra hasta los radicales y a veces devastadores avances de las tres grandes revoluciones que nuestra especie ha protagonizado: la cognitiva, la agrícola y la científica.
LA CHICA DEL CUMPLEAÑOS Haruki Murakami TUSQUETS
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO Viktor Frankl HERDER
Una joven camarera cumple veinte años. Pero no pasa ese día rodeada de amigos o celebrando en familia: ella tiene que trabajar. Su jefe, el gerente del restaurante, le pide que lleve la cena al dueño del local. Es algo nuevo. Y nunca ha visto al propietario. Con ese misterioso encargo se inicia este delicioso relato que transcurre como en un sueño. Ilustrado por la artista alemana Kat Menschik, esta obra nos permite saber qué significa, para el aclamado autor Haruki Murakami, cumplir un año más de vida.
Estremecedor relato en el que Viktor Frankl narra su experiencia en los campos de concentración. Él, que todo lo había perdido, que padeció hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. Tras su edición de 1961, se ha convertido en un clásico contemporáneo y un duro recordatorio de lo que podemos ser capaces.
JÓVENES UNOSIEMPRECAMBIAAL AMORDESU LAS AVENTURAS DE AMI VIDA (POR OTROAMOROPOROTRAVIDA) Ami Rogríguez Amalia Andrade Arango ALTEA PLANETA
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NOTECALLES Fa Orozco NUBE DE TINTA
YO, SIMÓN, HOMO SAPIENS Becky Albertalli PUCK
COSAS QUE PIENSAS CUANDO TE MUERDES LAS UÑAS Amalia Andrade Arango PLANETA
ELECTRÓNICOS
ARTE
MANIFIESTO MEXICANO Denisse Dresser AGUILAR
AMIGOS DE PELÍCULA Equipo Editorial Larousse HACHETTE LIVRE
Con el implacable rigor que la distingue, Denise Dresser hace un corte de caja de los últimos tiempos, los años del desencanto, el pacto de impunidad y de cómo transitamos de la dictadura perfecta al pillaje perfecto. Frontal y reveladora, la autora narra cómo nos convertimos en un país de fosas, de desaparecidos, de ausentes. Refuta las "verdades históricas" de Ayotzinapa, Tanhuato y Apatzingán, y contabiliza los costos de pelear la misma guerra contra el narcotráfico, pero con peores resultados.
Tanto en Inglaterra como en Francia y Holanda, la novedad se ha convertido en tendencia: los libros para colorear han dejado de ser un producto de mediana calidad dirigido a los más pequeños para convertirse en una práctica anti estrés muy popular. En este volumen, sin importar la edad, se pondrá en práctica la relajación por vía del arte, acompañado por los entrañables personajes del universo Disney.
YA TE DIJE ADIÓS, AHORA CÓMO TE OLVIDO Walter Riso OCÉANO
MANDALAS, LIBRO DE ARTE PARA COLOREAR Larousse Editorial NUEVA IMAGEN
Si logras desvincularte de tu ex, o de cualquier amor imposible que ronda tu vida, podrás reinventarte como se te dé la gana. El tiempo ayuda, es cierto, pero hay que ayudarle. Este libro de Walter Riso no es otra cosa que una guía práctica que te ayudará a superar la pérdida afectiva y a sobrevivir dignamente. Leerlo no eliminará el dolor pero lo hará más comprensivo y llevadero: lo transformará en un sufrimiento útil.
LUIS MIGUEL: LA HISTORIA Javier León Herrera AGUILAR En este libro el notable periodista y escritor bestseller, Javier León Herrera, recorre un camino de dolor, amargura y esperanza para ofrecer la verdad sobre la vida del cantante. Cuenta sucesos intensos de su infancia, pasajes conmovedores de su adolescencia y los conflictos terribles que rodean al cantante, al ser humano detrás de los escenarios. Además, se profundiza en estas páginas sobre el misterio de Marcela Basteri, madre de Luis Miguel, cuya ausencia marcó profundamente su carácter.
Este volumen ofrece más de 60 mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos, perfectos para la relajación y combatir el estrés diario. Elige la mejor técnica y deja de volar tu imaginación: acuarelas, crayones, gises, pastel, plumones. Lo encantador de este libro: al final, ¡será único!
PRINCESAS ENCANTADORAS Equipo Editorial Larousse HACHETTE LIVRE Tanto en Inglaterra como en Francia y Holanda, la novedad se ha convertido en tendencia: los libros para colorear han dejado de ser un producto de mediana calidad dirigido a los más pequeños para convertirse en una práctica anti estrés muy popular. En este volumen, sin importar la edad, se pondrá en práctica la relajación por vía del arte, acompañado por todas las princesas del universo Disney.
CIENTO UN PUEBLOS BELLOS EN MÉXICO Guillermo García Oropeza PUBLICACIONES ILUSTRA
REFLEXIONES DE UN HOMBRE MR. Amari Soul BLACK CASTLE A través de hermosas palabras de poesía, poderosas citas y consejos llenos de sabiduría, Mr. Amari Soul crea una experiencia verdaderamente iluminadora para hombres y mujeres con este libro. Por una parte, las mujeres obtendrán una nueva perspectiva sobre el verdadero valor de su amor, elevarán sus estándares y se rehusarán a conformarse; Por la otra, los hombres entenderán mejor las necesidades emocionales de una mujer y serán más capaces de cumplir o exceder sus nuevos estándares.
Magníficamente ilustrado, este libro es un paseo por 101 rincones de México que revelan cuán complejo, diverso y multifacético es nuestro país. A través de sus páginas podrás descubrir el arte mexicano, el folclor de 59 etnias, la arquitectura colonial y contemporánea, las bebidas que llenan de orgullo a sus pobladores y el legado arqueológico, entre muchos otros detalles. Una oportunidad para recorrer el país y admirar cada una de sus bellezas naturales e históricas, eso que llamamos nuestro patrimonio.
VIAJAR Y COMER POR MÉXICO María Pellicer TRAVESÍAS
OJALÁ TE ENAMORES Alejandro Ordóñez NUBE DE TINTA Ojalá te enamores es un libro poético e intimista sobre la vida, los sentimientos y los deseos más dulces y secretos que todos escondemos dentro. Su mensaje primordial: Sonríe, la vida no es tan mala como tú crees, ni el mañana tan lejano, ni el futuro tan oscuro. Sonríe porque tienes una de las sonrisas más bonitas que he visto en toda mi vida, sonríe porque el mundo la necesita. Sí, sonríe para los demás, que te hará bien a ti. Sonríe para todos, sonríe para mí.
Un recorrido por México y su gastronomía, que va desde las carretas de mariscos en las calles de Ensenada a los hornos pib de Yucatán, donde se cocina bajo tierra. Nuestra riqueza culinaria es la inspiración y la excusa para los viajes que conforman este libro: desde los elaborados moles de Oaxaca hasta un simple taco de bistec, pasando por cientos de sabores y de influencias culturales que han hecho de nuestras cocinas lo que son hoy. Ésta es una invitación a viajar comiendo.
NIÑOS CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES Elena Favilli/ Francesca Cavallo PLANETA
CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES 2 Elena Favilli/ Francesca Cavallo PLANETA
GRAVITY FALLS: DIARIO 3 Disney PLANETA JUNIOR
MI LIBRO MÁGICO DISNEY BABYS Carmen Espinosa Elenes De Álvarez Varios Autores NORI PUBLICATIONS INTERNATIONAL
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l Noir
Los hot los turi eles tienen mu st c devora as; el de la his hos rostros: e dores d t e datos oria y la de su l del confort y uno par ; el del ticularm negocio s huéspedes il placer, para e n t e i esta oc u asión: e nquietante po , para los indu stres, para lo s r l s rostro d triales. el que H Por Hila P e i e rio Peñ l l a r c o r r io imen. B h a ienveni Peña nos llev ay d a r os al ho os hote les jueg tel noir á en an un en la .
L
Hote
papel p novela repo negra. tahúres S e res nóm nderante y gatille ada asfalto, ros, so n los a s, como per libertad paches anhelad sonajes que del represe a por e ciaca. M ntan u l lector e refier na de liter o a los casa y atura p sedenta debem o lio r ios que sc ocho ho pagamo ras (die hecar tarjeta s e z o doc El antih e en el c n un empleo é r d o a e e p italismo del noir ras pro por salv pre que má cionada por la fiere la vida sin aje). s y me h ataduo stería. jor ha Thomp Quizá e retratad son (1 l autor o esta 906-19 ‘Dostoie vida es 77). Es vski de to se d Jim l policia el Hote ebe a q co’ trab l Texas u e el a ( jó F comisa ort Wo rio Jam rth), cu de botones en e s a n James M T do su p hompso Las pos adre, e n, enfer yers Th adas en l A m entes o utor de ó. la litera o rgánico c t e u rca de 3 mpson r a de Th s. Tal y es el hil vela Ciu 0 o novelas m c o ps op mo lo d dad vio dond escribió on son lenta ( últimos rincipal, Jim T hotel e C e hompso e el crimen s una m írculo N años de n su no n egro), etrópoli su vida económ dería, d para él sumido pasó los oculta: icas. Po espens un e “panad a. Talle c n dificu o e de elec s a posa qu ntes de ería, lav res de p ltade tric e guard su mue anintura, q a mara fr idad, de fonta rte pidió s u r a sus m e tarde de imp nería y igorífic a su anuscrit o temp renta, de eban a e inst rano se de repa os, pue alacion istería. r s ía ración s abía r e e C v s a ápara hie lorado… de moq vación lo. Talle y así fu uetas, de lenc r e. t e apicería s deja cla ería. In depósit stalacio ro que y conse os de a d n e r e gua, sa ce: “No be rech y desag la de m s de calefacc azar cu seas co ües. El ión, otores, alquier nfianzu p hotel e id conten a s tipo de d do, por erlo. Pu epurad ra una ía todo avanm e o d r á v e e s que e e s s que, en ser que rdadera los elem funcion l huésp el últim lo estés ciudad entos n amient e d te o m y o m ces el h ecesario ali ”. inuto, c Otra de otel se s para ambie d nterpretando la m s s e u o e obligac tería en o tel Tex Su jefe iones d problem pinión y ento as, ade t a m e b n l m ié c a b uando, s ás de t n le ad ellboy e los hué el ranspo vierte q legales.” spedes n el Ho rtar el , era fu ue, de que deb corporativo e bourbo e n quipaje gir com cuando nvía mu et n y dea oc de jeres de en ler de c tea: “Bie ener cuidado antihér t oca, mo ontrabandista s e i n ctives, u oe Jam p n o a d c r h ía t d a a ic e e sí n s s a y e osotros Dillon, (RBA), g r una in ”. en la no anfetas. Dice “cuand spector uapa le coque e o v l a e me ent debía h trabaja la Aquí El supe eré de ndo pa acer m y ahora rintend la r e a a s e s p nte del tuto qu otras c Necesit use ma osas qu H e prefie ábamo lo… Per e diez dó re renta otel Manton e o no ha Otro alt s el dinero.” la s un suje b r r ía u e n par d s s , a e e lida. n lugar r ego d to cinco. E e habit de Una e d T e a h s d to se d ciones ompson ch en ebe a q os cuartos ind den pag es Dust en busc ica de buen v ue los c ividuale y Rhod ar er (Orio a de un lientes s de es, mandan un retrato de n), un empleo para m q u e m L t q incoln s solo pu es. Exig antene rse y pa ue le procure lo uchacho eo e n n padre. m m Míster ás por s ucho m gar los necesar A pesar Simms, u diner ás degastos io m de las b d is o al pues e . mo deb médico Los Tim uenas p to, s de su ido a q adores ropinas lon de ue su p tel Man ocupar la vaca (RBA), in L o osada, h s nte de ton rep e hace lo Á r e n n g t eles, no el Gros es botone tarios, resenta chico b vernorasí que cuenta s en el todo un ien pare CartH c p oo refiere con tod riesgo, cido co toda cla cobrarle n suficientes mo él e ya que o y bañ se de p s an s s u o uites a n propen , ya qu sencilla ro De hec las muje ie si les so a rec , sin sa ho, el s puestas de pa r ib r n e es, it nta una ir rte de la uperint mujere s serían ario, lo más endent habitac s e que lo clientela. ió e f guro e urcias y n glándos s contrat e en lo a le s baños tardarían dem que estas la hoste as co ría y la prostitu mpartidos. “E iado arrel negoc ción no io de se mez clan. Es contra
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natura. Uno pe ns ocupad a persig aría que la po licía est uiendo en luga á dema a los v r de an s erdade d a r o lf ros crim iado trados ateand Otro z o o en la p in r f r u o ales, r cias, pe es el g Hotel H osada y cantida ro no e erente anlon ( llev d s de dine a O sí.” r lin Wes Ciudad la guap ro y joy aban encima obo co tbrook, Violent a Rosali una fue as, desc m o a d e ) móvil d el so , quien la recep Vara pa rte artando n una b e los as contrat ción y ra que c El geren on esto o e a d t s h ella de in e otras aga la li a ned que, co a t o te dijo el so s . Las ot ginebra áreas c mpieza mo mu en una esto últ n r isa con r a o r s c o m d e ama, su ta y un pistas e squina propen unes po imo son la mía: vaso old del bañ sa a ser especta La reso rque sa — Me h riendo. o v lu c f . b io a u Desafié u c e go, los s b la ió la h ie r io d n s a f e e d ig s suma por los e d u ic su trabaja e r b a h s ir t o la e é a mi h esto an mente misterio huéspe haría dores f botone a t in d e b s it e le d g a s. Sin em a voritos — e cuart eniosa, ctura. E c d ió s Ed y T v ij a n e —. Escu a ducha prep o de Wes por lo q l relato bared. “Hu una po c rme. ¿Q tbrook gía Solo ue reco cerrado prim arando el rec lo pued biesen sada ta ué le pa he, sus ib m o e t e s e o n n ie id r ? a o lo n n e o D h a d n s Ha r o eficazm e capace l e o c r prefería b c o c t s e si me a o a n u d n n t o c r una vez ar en la o. s modo mmett s de dir ent n seguir Su sonr s, debo . (Seix B igir antolocomo m e como él mis cio y as is a pasar a s r uperó a ral), de Pero el — Pero o mo, pe í se libr la mía: Dashiell sabueso nosotro ro hé aban de zos. Conocían Ademá s roe en de hote bien e aceptam mayor — No tie s, s la litera l no sie os cheq ne caso más qu i no estaba m es responsabil l ofi- queña mpre fig ues, mís . M T a i cuenta e él.” r (Norma tura policiaca idades. al infor d u a ter Gav r r a á c s e o e . m ) m s m E , c a n o d ilán. a d o n d e n o L a o r Raymo a herm un banc s antes El gran , ganab Philip M lo pero n d a dulón y o en De d e a n t a n a e q C r n u lo h p g e a w e o n u p es cont nver. e d s o e t t le o f s s e ect ada Van e ceba rpe Dav des pue bien si m rata feo con r, el investigadan cob id Bich Nuys: e va pre ivo aquí en F (por cie do como sabu o rare il parand l sabue Macken Por sup eso en rto o el recib adelfia. ¿Le p so de la na uesto q el Hote a de mi e , Ciudad Viole r o ece ? ue le pa l Hanlo Mi hab nta es sposa, reció bie n it el libro a quien d c ió cho). B n n camare . todavía fav ebido a icho “e ra. Me no había él me ll orito ra intra senté e culas y sido he a m n n s a ig mo la cama Biente en cha po , encen todo aq straba una to c o s a s dí un cig r la r t uello qu idíal indif arrillo erencia et te, cua hacia nto má uviese import ancia. L s le tra de que taba, m a estaba ás se co genUn gén más loc entend ero sing n v encía o ía las b q ular u e p u alabras na cabr romas ganarse de Raym en el que se de a n . i N movía o amigos spliega, m ond Ch undo pr un ded . Se cre tuacion en andler, ofesion o por aba pro e es en q l u a G niverso l allimard del crim blemas ue hub paz y t del e e e n s n ie . u siLa edito se podid na de la ranquil gracias rial fran s respo o… (Su o estar a dos y a s u n cesa c s s o e a ojos) e lección n bles de sus ran res Série N su difus pre a p tadizos y pare e o n ión, ir t e, activ i- “ cían es unt a desde Con el tar siem sus cinc o de llorar. C r 1 e y 945. v - s reflexio oa uando ospecho olver en la ma né acer cumplió Dallas.” ños de prisión c n s a p o o ermane de lo af en el ar abrió d … fue a cer todo ortunad mario. e golpe parar a o que h . Ningú por las un mes Oficialm abía sid n c — s o in e m M n pagar p id t ir e a e debajo , su tra o al s gar rob . L la o o im q r bajo es u a la os, prev d e g e e a e la cama n de un stancia yudaba Flack se investienir asa a las fu ni v — e p a s r d g o que jam o. Al co ij agachó pinas e lto rcias le cama. ntrario: ás daba n efect rápidam e. jos de la s y mantener ficialme p iv v o e e o rque no stía bie nte y m . Esto p posada nte —M n y dab iró deba le veía e . Extrao or dos por el d , Bicho ha sid a l sentid jo de la camas qu razones - — ire debajo de la o contr ueño, M o : e a ¿ a primero s M lf e e o s e e t a m a n está tom tado ike Han f c bra —d a asesine o s r e n g a t undo, p raban t ij ando el lon — No, e a su es an queb botones y mu orque c pelo? — e. s sólo q posa Jo , para que mundo pone lo uando u rados c dijo, hu ue me g yce, qu lo s cuern omo yo n nota. Er o da bu raño. usta ver ien le o , s y e . a , n u a n s le traba Me di u a merm Otros a p jar.” Otro pe a que va ropinas todo utores mano. M na ducha. Las aborda de poli rsonaje lí a la pe a d do el te ie b u usa de del noir ma de la ciaco han nadame ntras me secab chas me hacen na. la hosp que usa “El sab hoteler hostería a n sentir h it ueso d t me vi e e, la pa alidad o, mejo a es el . En uel hote n el esp la espa ofrecid ntalla s r dicho mucam t l” im e ld a , e L jo , g a a a u p . Afortu u d w as encu na de la ancha. or la in ía ahí: or. En G rence B c entra t M e o s d l s lo r is u res, par t c if o c s u ter’s Ga sos. Cu t k, el es tria viajar p res ca ado ando ba rajes, equipaje erpo sólido y tafador me (LB or toda u n Jo jé r de otro s y apilados un dáve- Ma ) y e , de e Marli cibo a n a la rec calzado la Unió rlin par , dentro o n epción n Amer ombre eran a recor del arm detrás El ya me e de Dav icana. L acostumbra David Gav habitac t a r t id a il s a estrat imador p gastos rio de la ión 906 án no e e G r aba a v ilá egia de consist s mi no simplem . Excep serpent encima mbre…” n. Por supues e en via to por ente se eante to, d ja el otro, un r ligero pone su hilillo d Por últim que go siguien y sale d . s tres t e sang tea del o , t y e e r a p ciudad. re s jes, uno rencia q ara com armario por la m y pagar ue tien Esto en u habitación r prende y corre oqueta , como en los e umbo a lugar d r mejor c it a r , é c e s e impeca u L p la l esta pr a a r ír c lq e r u it g g u a us libre o is r ier mor to luce t v ble y s r efeia a r je g s u salida s por la ene O'N hacia la tal. in signo cha. Un “ L hostería e a n il v s l: o oz del g che (Cá de luo de lo , erente e “Piensa tedra), s cuerp estrang gido pe ra muy de Euq u os fue e ulado, ro esto d n in ero des grave y otro d no cam Quería brado y perdicia ero invertido su tono escalabió lo q dinero. en un h otro m d compun hoteles u e á t ogar es . Nunca o. Ha vivido d s — No d enía qu por la e eseo mo e decirm die espalda apuñalado m n H a lo o s ia t s e d m le o le . e s e s es polít tiempo jores ho . Dos de de segu tres er ica del h tarlo, míster G e t an hué n e n lo v le d a s a categ n los h s, por s otel cob a spedes usted h upuesto oría. N ogares. rar cada vilán —dijo— regisa estad o c . a N e sa en u ntiende unca s . Pero dos sem o con n un mes n hoga e ha se de qué osotros anas. Y … r .” n + por cas t ya que ido en i
la no vela negra
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Hotel dulce hotel En la literatura, los hoteles son y han sido lugares donde pueden ocurrir toda clase de eventos: grandes fiestas, apariciones fantasmales o crímenes atroces. Pero hay un buen puñado de autores que guardan fidelidad a uno de los usos más comunes y corrientes de sus habitaciones: las artes amatorias. Va un paseo dedicado a esos rincones tibios y olorosos. Por Rodolfo Villagómez Peñaloza Entre cuatro paredes Amoríos, perversiones, asesinatos, acuerdos, revelaciones, encierros, suicidios, nostalgias, secretos, pasiones, olvido, miedo. Cuartos de hotel, de casa, de pensión, de motel, han sido los escenarios propicios para que personajes y autores se revelen ante otros y ante sí mismos, gocen de sexo furtivo y se hundan en sus miserias. Metáfora de la asfixia o del resurgimiento, dichas piezas son ruido, silencio, oscuridad ardiente; lugares donde se emparentan los vivos y los muertos, donde un mundo espera ser desenterrado. Una vez que las palabras cierran la puerta de
la habitación, todo puede pasar. Imagen: alfombras roídas, camas destartaladas, sábanas gastadas, colchas quemadas con cigarrillos, almohadas amarillentas, enseres desechables, una mesa, un teléfono, una Biblia dentro del buró. O bien, pisos encerados, grandes espejos, muebles para practicar todo tipo de sexo, jacuzzis, albercas, fajódromos (voz hotelera), renta de disfraces, habitaciones temáticas. Así los hoteles antes, así los hoteles ahora.
El interior Desde los ritos orgiásticos del mundo grecolatino y los amores fatales de Ishtar en Mesopotamia, hasta las eróticas, húmedas y perversas páginas del Marqués de Sade, Pierre Louys, Georges Bataille,
Marguerit Duras, Henry Miller, Vladimir Nabokov, Mayra Montero, Pedro Juan Gutiérrez, Mario Vargas Llosa, Juan García Ponce, Gabriela Wiener (por mencionar pocos, muy pocos, nada), la literatura para ser leída a una sola mano o al arrimón goza de un repertorio considerable. Personajes impacientes de encuentros lúbricos han encontrado en los hoteles de paso (valga la redundancia) el lugar idóneo para disfrutar los placeres carnales, aliviar la insoportable calentura del ser y olvidarse de las obligaciones amorosas. A Catulo le hubieran sido insuficientes las seis horas que brindan actualmente los eclécticos hoteles kinky para las nueve continuas fornicaciones que solía practicar con su amada Ipsitila, como bien lo pre(pag. 12)
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hay secretos que no pueden ent errarse.
EL ALIENTO DE LOS AHOGADOS alice blanchard
“aterrorizante… uno de los villanos más memorables desde hannibal lecter.” The Wall STreeT Journal
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sumió en el poema XXIII de su Cármenes (UNAM); y serían una eternidad para el palafrenero que logró los amores de la reina Teudelinga, en aquella historia del Decamerón (Cátedra) que muestra al rey Agilulfo incapaz de castigar al causante de su desdicha. Ya Rafael Pérez Gay, desde el cobijo de un puesto de carnitas (qué sitio más propicio), relató la libidinosidad y el nerviosismo de las parejas que entran y salen, a pie o motorizados, de “Los rápidos de Tlalpan”; ya Vicente Quirarte le dio las gracias al jaboncito de hotel (al Rosa Venus, seguramente) al escribir “breve como el amor, insuficiente,/ te juntarán con otros/ pequeños restos de lo que fuiste/ y seguirás corriendo bajo el agua/ pero no serás más tú/ ni tú ya más en mí”; ya Ignacio Trejo Fuentes contó sus andanzas en el Hotel Colonia Roma, al que no volvió luego del escándalo de Fabiruchis y el travesti; ya Carlos Monsiváis aseguró que los hoteles garage también son sitios para el amor, no sólo para estacionarse; ya Gay Talese retrató al voyeur Gerald Foos, el hombre que se compró un motel en Denver para ver a los huéspedes en plenas prácticas amatorias; ya Arturo Trejo Villafuerte le cantó al amor que resbala entre las piernas en su Nuevo mester de hotelería (UNAM); ya algún escritor anónimo prepara sus memorias desde el mítico Hotel Aranjuez, al amparo de la sonrisa vertical. Testimonios literarios que rechinan como resortes de colchones con el vaivén de dos que rompen la penumbra. Francisco Hernández lo escribe: “Desnuda eres como una calle:/ subes, te abres, serpeas, te angostas/ doblas, sigues mis pasos y desembocas.”
El interior del interior A los hoteles también se va solo. La introspección y el calvario son más desgarradores desde una pieza rentada por horas o por días. Observar sin ser observado, un deleite. Piglia dixit: “vivir en un hotel es el mejor modo de no caer en la ilusión de 'tener'
Hoteles de paso. Secretos, amores prohibidos, caricias de seda de amantes clandestinos Ediciones Cal y Arena, 2014 Juan Manuel Gómez (compilador) Una suculenta recopilación de relatos en los que, en palabras de su compilador, “al abrir la puerta de estos cuartos de hotel lo que sale es un tufo a soledad que se queda un instante flotando en el aire.”
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una vida personal, de no tener, quiero decir, nada personal para contar, salvo los rastros que dejan los otros”. El cuarto de hotel es una manera de encontrar la verdad, la locura, nunca el reposo. Desde un cuarto a pie de carretera contamos con las Crónicas de motel (Anagrama), del legendario dramaturgo estadounidense Sam Shepard, quien, en palabras del crítico teatral Michael Feingold, tenía “la mente de Kafka en el cuerpo de Jimmy Stewart”. Cees Nooteboom construye una auténtica apología del viajero en Hotel nómada (Siruela). John Irving arrasó con la caótica familia Berry en El hotel New Hampshire (Transworld Digital). Charles Bukowsky se rascaba los sobacos (lo que más disfrutaba hacer) y escribía en habitaciones sórdidas la vida marginal del ser. En el Windsor Hotel Jack Kerouac dio vida a páginas memorables de En la carretera (Anagrama); Hemingway se metió al Hotel Ambos Mundos para empaparse de la vida habanera y construir la embarcación de El viejo y el mar (Fontamara); Oscar Wilde aún vaga en el Hotel Alsace, ahora conocido como L'Hotel, en la Rive Gauche de París, adonde llegó para convertirse en un fantasma; Cesare Pavese perdonó a todos y a todos pidió perdón antes de empastillarse y alcanzar la muerte en el Hotel Roma, de Turín; Roberto Bolaño configuró parte de su Detectives salvajes (Alfaguara) en el sombrío Hotel Trébol de la colonia Guerrero; Julio Cortázar inspiró su cuento “La puerta condenada” en el Hotel Cervantes de Montevideo, que mantiene intacta la habitación donde el argentino durmió; Guillermo Fadanelli observó los movimientos de variopintos personajes en Hotel DF (Grijalbo Mondadori); Emmanuel Carrère hospedó en un hotel de Hong Kong al personaje principal de su novela El bigote (Anagrama) para narrar una de las escenas más atroces de su obra. Y más, y más y más. Cuartos de hotel donde la literatura cuenta cuentos, canta poemas y enaltece el silencio del mero estar, del mero irse. +
El motel del voyeur Alfaguara, 2017 Gay Talese Según el diario El País, estamos frente a “un reportaje magnífico, escrito a lo largo de décadas, sobre un tipo que adquirió un motel en Denver para espiar a sus clientes mientras mantenían relaciones sexuales. Un reportaje de suspense donde ambos, el voyeur y el periodista, parecen rondar el delito.”
CO N TAC TO
V I S UA L
C a r l o s - B l a s
Cimientos del poP para un arte por venir quienes ejercemos la crítica de las artes plásticas, visuales y conceptuales nos entusiasma sobremanera aproximarnos a las obras de aquellos artistas que, habiéndose propuesto impulsar realmente el desarrollo cultural, han conseguido su propósito; lo anterior, toda vez que la crítica consiste en resaltar la existencia de esa índole de impulsos. Quienes reflexionamos acerca del devenir de la cultura artística gozamos enormemente cada vez que ubicamos piezas con las cuales nos es posible poner a prueba nuestras hipótesis, ya que requerimos confirmar −o, en su caso, descartar− nuestros planteamientos teóricos. Y a quienes nos dedicamos a historiar el arte contemporáneo nos resulta muy satisfactorio dar cuenta de los aportes que realizan quienes cultivan lenguajes emergentes, puesto que la historia del arte la erigen quienes practican léxicos que en su momento son de avanzada. Pablo Llana (Tijuana, 1980) es un autor que, desde 2010, recorre un derrotero que lo ha llevado a impulsar el desarrollo de la cultura artística; ha hecho posible que yo corrobore mis sospechas sobre la existencia de novísimos paradigmas para las artes, y que (para bien de la historia del arte) cultiva lenguajes incipientes. De ahí mi creciente interés por la obra de este artista. En 2010, Llana era un pintor que había conseguido una probada solvencia expresiva, temática y técnica. Tanta, que incluso podría haberse afianzado como un autor post vanguardista típico, en tiempos en los que aún se vivían los resabios de la entronización de la llamada pintura-pintura, la cual había sido ensalzada desde la década de los 80 del siglo XX. Empero, asumió el riesgo de interesarse por temáticas como el desmesurado incremento en el consumo de productos chatarra; las causas reales de tal incremento, entre las que descuella nuestra sumisión al colonialismo estadounidense (es decir, al capitalismo, de suyo patriarcal), así como los nocivos efectos de tal consumo (obesidad, diabetes y caries). Para subrayar su enfoque subversivo, profundo y categórico ante tales temas, este artista optó por abandonar tanto pinturas como pinceles y utilizar, como materiales pictóricos, envolturas de productos procesados e industrializados de las marcas más so-
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McFat, 2015 Envolturas recicladas de comida chatarra sobre tela y resina. Donadas por familias mexicanas y estadounidenses que consumieron estos productos.
Dress to Kill, 2010 Envolturas recicladas de chocolates, fibra de vidrio y resina.
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licitadas hoy en día. En sus obras, Pablo Llana no se limita a denunciar el actual estado de las cosas, sino que clama por una inaplazable reorientación de la política pública nacional en materia de salud, que garantice la divulgación veraz de los riesgos de enfermedad y muerte que se corren al consumir golosinas, botanas, bebidas y alimentos procesados e industrializados, tanto de marcas trasnacionales como de empresas locales. En lo que concierne a la filiación estilística de este autor, cabe recordar que desde que el arte pop concluyó su fase como una de las vertientes artísticas de los años 60 del siglo XX, ha devenido en una tendencia permanente del arte contemporáneo. Y que, además, hoy en día existe una corriente post-pop, practicada por artistas que han continuado alguno o varios de los postulados del pop histórico. Pablo Llana participa de la tendencia pop, toda vez que en sus obras se refiere a las mercancías de consumo masivo, a la publicidad o a las marcas registradas, por ejemplo. Y asimismo participa del post-pop, dado que en sus obras hace uso de enfoques que van de lo irónico a lo sarcástico acerca de los temas que aborda. En virtud de que su postura como autor es de rebeldía frente al presente artístico, Llana dista mucho de ser un post vanguardista típico, puesto que con su labor realiza una crítica al pop desde la propia tendencia pop y como practicante de un arte pop revisitado por él mismo. Pablo Llana se ocupa más bien de preludiar un arte por venir. Cuando nos enfrentamos con las obras de este autor experimentamos reacciones sensibles diversas, algunas de las cuales ocurren de manera simultánea. Sus piezas nos atraen, nos conmueven, nos inquietan, nos impactan, nos sorprenden y nos repelen; todo a la vez. Si esto acontece es porque Llana fundamenta la expresividad de sus pinturas en elementos que, asimismo, se encuentran entremezclados; entre éstos los de lo típico, lo terrorífico, lo siniestro, lo sarcástico, lo precario, lo patético, lo nefasto, lo grotesco, lo dramático y lo brutal. En cuanto a lo expresivo, entonces, y asimismo en lo que respecta a lo temático y a lo específicamente técnico, la producción de este autor impulsa el desarrollo de la cultura artística al contar con recursos que no son de un uso muy extendido. Su labor en los años recientes refuerza la confianza colectiva en la supervivencia del arte −la cual hoy en día se halla en una encrucijada que amenaza su continuidad− ya que, con sus obras, apuesta por un arte alejado del artecentrismo, ejerce un indispensable artivismo (o activismo artístico), consigue una producción irreverente con la cual vulnera la normatividad impuesta; asume el riesgo, en fin, de generar un arte que amén de serlo, pugne por contar con alguna utilidad social amén de la específicamente artística. Y tal compromiso solo puede conseguirlo su autor practicando un lenguaje emergente, como lo es esa figuración post pop que él abraza con tanta prestancia. + carlosblasgalindo@gmail.com
PARA VER Y OÍR
Their Satanic Majesties Request 50th Anniversary Special Edition
The Rolling Stones Por Adrián García Uno de los mejores discos de todos los tiempos. Los Rolling Stones crean magia psicodélica. A cincuenta años de su estreno, Their Satanic Majesties Request logra, con cada melodía, cada riff y cada grito de
Mick Jagger, un sonido tan vanguardista como la primera vez que alguien colocó la aguja del tocadiscos sobre el acetato. Para hablar de este disco tenemos que remitirnos a una época completamente distinta a la actual, pues nuestro presente sería inconcebible sin bandas de rock como los Rolling Stones, quienes transgredieron todo tipo de reglas en tiempos donde las costumbres conservadoras y cuadradas reinaban en el ámbito mundial. Este material es un trozo de historia que nos revela la importancia de cuestionar al sistema, de ser distintos y de seguir ideales. Their Satanic Majesties Request es el sexto álbum de estudio de los Stones publicado en el Reino Unido y el octavo que vio la luz en los Estados Unidos. En él se muestra una vasta cantidad de sonidos psicodélicos con el toque de blues tan característico de la banda, además de que se unen ritmos africanos y hasta un mellotrón, instrumento que tendría gran popularidad en la década de los setentas. A diferencia de los trabajos de Black Sabbat o Jefferson Airplane, la esencia de este disco es menos densa y, hasta
cierto punto, la simplicidad de algunas de sus melodías podría dar lugar a una especie de subgénero dentro de la música psicodélica de la época. Rebeldes por naturaleza, inspirados por la ola psicodélica y revolucionaria, Jagger y compañía crearon una obra cargada de misticismo y espiritualidad, como se escucha en la canción que abría el lado A: “Sing this all together”, o en “2000 Man”, la cual narra la historia de un hombre del futuro, enamorado de una computadora. En 1967, cuando el disco salió a la venta, generó opiniones divididas por parte de la crítica, ya que es el álbum más experimental de la banda, además de ser el único de corte psicodélico dentro de su discografía. Cincuenta años después, podemos darnos cuenta de la gran influencia que Their Satanic Majesties Request representó para un sinfín de fanáticos alrededor del mundo, muchos de los cuales formarían sus propias bandas, como The Mars Volta y The Strokes. Este disco cuenta con una lista de peculiaridades, como la participación de Lennon y McCartney en los coros de “Sing this all together”, además de que incluye una de las canciones más bellas jamás escritas en el rock, “She’s a Rainbow”, así como la enigmática “Citadel”, donde se hace referencia a la actriz Candy Darling. El álbum en su totalidad es sin lugar a dudas un referente indispensable dentro de la historia de la música. +
LIBRARY HOTEL (Nueva York, EEUU) Más de 6 mil títulos albergan los diez pisos de este hotel de la Gran Manzana. Cada uno de sus niveles se especializa en las categorías del sistema de clasificación CDD y está ambientado con obras artísticas afines a los temas de sus libros. ¡Impresionante!
HOTELERIA LITERARIA La relación entre la literatura y los hoteles es más vasta de lo que uno podría imaginarse. Y es que no sólo figuran como escenarios propicios para desenrollar una historia sino que, en ocasiones, son los personajes mismos de dichas historias. Hay también aquellos hoteles que albergaron durante buen tiempo a los autores y otros más, diseñados para huéspedes lectores. Hoy compartimos una fina selección de los más interesantes hoteles de letras. MOTEL BATES (Los Ángeles, EEUU) Aunque Ed Gain, el asesino en el que se basó Robert Bloch al escribir Psicosis (Overlook Press), era originario de Wisconsin y nunca tuvo un motel, Norman Bates sí que lo tuvo. Y aunque todos recuerdan su silueta, con la casa detrás, en realidad es un set ocupado por Hitchcock para el rodaje de su adaptación al cine. THE STANLEY HOTEL (Colorado, EEUU) Durante su estancia en este hotel, Stephen King vivió una terrible pesadilla que le llevaría a escribir El resplandor (Debolsillo), en 1977, cambiando su nombre por el del famoso Overlook Hotel. Tres años más tarde, Stanley Kubrick rodó su adaptación al cine, pero en un hotel de Oregon: el Timberline Lodge.
Colorado New York
Los Ángele s
Habana
Ciudad de México
HOTEL ISABEL (Ciudad de México, México) Con una estructura que recuerda a La vida instrucciones de uso (Anagrama), de Perec, Guillermo Fadanelli toma como escenario este hotel del centro de la ciudad. Su objetivo: aventurar una visión contemporánea del otrora Distrito Federal a través de esa excelente novela llamada Hotel DF (Grijalbo). HOTEL AMBOS MUNDOS (La Habana, Cuba) En buena medida, la biografía de Ernest Hemingway puede contarse a través de los hoteles en los que vivió durante su estancia en París, Madrid y La Habana. Pero uno de ellos es sumamente especial: el Ambos Mundos, pues fue en el que pasó la temporada más larga y en donde escribió buena parte de Por quién doblan las campanas (Debolsillo).
HOTEL ESPLENDOR CERVANTES (Montevideo, Uruguay) Petrone, un viajante de comercio, llega a Montevideo con fines laborales y se hospeda en el segundo piso de este hotel. Detrás de una puerta cerrada, escucha cada noche el llanto de un niño, pero le informan que no hay ninguno alojado ahí. Nos lo contó Julio Cortázar en Final del juego (Debolsillo).
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GRAND HOTEL DE CABOURG (Cabourg, Francia) Este hotel tiene dos naturalezas gracias al mismo autor: Marcel Proust. La primera es como uno de los escenarios de En busca del tiempo perdido (Alianza), donde figura bajo el nombre de Gran Hotel de Balbec; la segunda, como la residencia en la que, precisamente, dio vida a su famosa novela de siete partes.
CHELSEA HOTEL (Nueva York, EEUU) Uno de los hoteles más famosos por sus visitantes es sin duda el Hotel Chelsea. Rubem Fonseca coincidió ahí con Dylan Thomas antes de su muerte; Thomas Wolfe lo usaba como centro de trabajo; Burroughs vivió en él durante una larga temporada… pero su primer huésped literario fue nada menos que Mark Twain.
AMBASSADE HOTEL (Ámsterdam, Países Bajos) La biblioteca de este hermoso hotel cuenta con cerca de 4 mil títulos… ¡firmados por los escritores que ahí se han hospedado! Además, está situado en una de las zonas con más actividad literaria de la ciudad, pues es vecino de muchas casas editoriales y librerías.
Amsterdam Torquay
Cabourg
Weimer
Sapporo
Montreux
Venecia
Tokio
FAIRMONT LE MONTREAUX PALACE (Montreux, Suiza) Entre 1961 y el día de su muerte, en 1977, el autor de Lolita (Anagrama), Vladimir Nabokov, tuvo como residencia este hermoso hotel inaugurado en 1906. Las vistas del lago Ginebra y los Alpes acompañaron al escritor de origen ruso durante los últimos años de su vida.
HOTEL ELEPHANT (Weimar, Alemania) Este palacio que combina diversos estilos arquitectónicos, y que data del siglo XVII, ha sido tradicionalmente un punto de reunión literaria. Muchos autores se hospedaron en él para escribir, pero tres de ellos son particularmente importantes: Tolstoi, Thomas Mann y Goethe.
BOOK AND BED (Tokio, Japón) Este alojamiento está diseñado específicamente para lectores. De hecho, el servicio está a medio camino entre la biblioteca y el hotel, pues puedes alquilar una cama durante sólo algunas horas para darte una escapada lectora. Sus especialidades: cómic, guías de viaje y literatura nipona.
GRAND HOTEL DES BAINS (Venecia, Italia) En este recinto de la ciudad de los canales, el escritor Gustav von Aschenbach quedó prendado de la belleza de Tadzio, un joven que vacacionaba con su familia. Mientras tanto, una epidemia de cólera azotaba a Venecia. Nos lo contó Thomas Mann en Muerte en Venecia (Ediciones Gandhi).
THE IMPERIAL HOTEL (Torquay, Inglaterra) Una joven en apuros cuya vida está en grave riesgo. Una famosa pareja de investigadores, Poirot y Hastings, dispuestos a resolver el caso. Un hotel como escenario: el Majestic de St. Loo, que no es otro que el Imperial Hotel de Torquay. Nos lo contó Agatha Christie en Peligro Inminente (RBA).
HOTEL DOLPHIN (Sapporo, Japón) Decadente y misterioso, este hotel sólo existe en la imaginación de Haruki Murakami y es uno de los escenarios donde transcurren dos de sus novelas: La caza del carnero salvaje (Tusquets) y Baila, baila, baila (Tusquets). Un hotel donde residen, además de los personajes, las obsesiones del autor nipón.
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K a re n
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de dibujos y palabras No todos los hoteles son edificios: están también esas posadas que nos llevan, sin salir de casa, a lugares desconocidos que nos dejarán recuerdos invaluables.
¿Te animas a hospedarte? egún estimaciones, en la actualidad existen cerca de 16, 966, 280 habitaciones de hotel repartidas por el mundo. Ello suena a la gran cosa, hasta que te enteras de que tan sólo la Biblioteca del Congreso de Estados unidos es hogar de casi 39 millones de libros catalogados, a los que podemos sumar los miles y miles de libros maravillosos que diario circulan de mano en mano por el mundo y que, eventualmente, encuentran su lugar en la biblioteca personal de alguien. Así las cosas, no hay pretexto creíble para no salir de viaje este mes de agosto, sea fuera o dentro de casa. Todo buen libro es un morada temporal que sorprende a sus huéspedes, superando por mucho sus expectativas. Algunos de estos hospedajes son tan entrañables que por momentos parecen hogares familiares, visitados previamente en sueños. Hay libros y hoteles únicos e inolvidables de los que quisiéramos no tener que marcharnos nunca, por eso regresamos a ellos una y otra vez. La experiencia jamás deja de ser novedosa y rica: ¿acaso alguno de nosotros puede ser la misma persona que fue ayer? A continuación una selección de agradables alojamientos para el verano.
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El mar ha sido descrito de tantas maneras como habitantes hay en el mundo; es el mar conocido por todos y un mar diferente a la vez. Hay un libro llamado El mar (Tramuntana) que, con un juego de complicidad fabulosa entre la ilustración y las palabras, lo describe como una línea grande y azul. ¿Cuánto cabe en esa línea? ¿Habrá lugar para ballenas, pescadores y piratas? ¿Será esa línea el refugio predilecto de la calma y el secreto del origen del mundo para ocultarse del bullicio citadino? ¿Qué se necesitaría llevar en la maleta para disfrutar de ese mar que es una línea continua sin principio ni final? Puede que la respuesta la encuentres en alguna de las palabras impresas en las páginas del libro o siguiendo la línea dibujada que, como la mar, aloja en ella todas las palabras aún no escritas para contar esta y muchas otras historias.
"Cuando el granjero se acuesta, le da cuerda al reloj y saca al gato." Pero ¿qué hace el gato allá afuera durante toda la noche? El gato en la noche (Silonia) es una invitación a seguir de cerca los pasos de este expedicionario nocturno, con orejas triangulares y pelaje blanquinegro. ¿Qué tanto verá un gato de granja en su paseo nocturno? ¿Se conformará con avistar flores, polillas y gallinas dormidas, antes de ir a dormir a su sillón favorito? Quizá se le ocurra continuar el paseo más allá de los límites de la granja, ver soñar a las vacas, las manzanas y los caballos que duermen de pie. ¿Habrá alguien más despierto en las cercanías, sea en el bosque, a orillas de la carretera o en los tejados y chimeneas del pueblo más próximo? Para responder a estas preguntas, incluso a plena luz del día, basta con abrir el libro y dar un largo paseo nocturno entre paisajes pintados de colores intensos, junto a un gato curioso que no sabe estarse quieto. Y si quieres dar el paseo de nuevo, tendrás que esperar a que el gato despierte de su siesta en el sillón del granjero, quien no se cansa nunca de pregonar ¡Vaya gato más vago! Un librazo publicado por primera vez en 1969, y que hoy vuelve a ocupar un espacio en las mesas de las librerías.
Vida en Marte (La Casita Roja) relata la aventura de un intrépido astronauta que viaja a Marte, convencido de que hallará en el planeta rojo algo más que oscuridad, frío y un montón de kilómetros de arena. Si bien no encuentra vida a simple vista, la vida marciana sí lo encuentra a él desde el principio. De hecho, lo sigue de puntillas a lo largo de su travesía de exploración por el gran parque de cráteres y piedras que es el planeta rojo, hasta que el astronauta halla por fin una prueba amarilla de vida, y encuentra de paso su nave perdida. La misión casi podría ser declarada un éxito; al fin que las magdalenas que el astronauta llevaba consigo, para regalarle al primer ser vivo con el que se topara en Marte, llegaron bien a su destino (aunque no de la manera que el astronauta imaginaba). Contado con humor inteligente, que hace doblemente ameno el viaje y es la clave para que el terreno marciano propuesto en las ilustraciones se distinga de las miles de imágenes de Marte que orbitan en el imaginario colectivo y en Internet. +
Sólo de la mano de F. G. Haghenbeck pudo surgir esta novela que es un gran conjuro en contra de la muerte y a favor de la vida. Laura EsquivEL
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S E C U E N C I A S
Christian L. Volkmar
Encuentros y escapes Alojarse en un hotel nunca será una experiencia llana o desprovista de cierta profundidad. Cuando entramos a esos microcosmos, muchos procesos personales se desatan, llevándonos a exploraciones internas que los folletos no incluyen. engo la fortuna de conocer distintos lugares y países. Conozco bien las largas esperas en los aeropuertos, la incomodidad en los asientos de avión, la ansiedad que produce el miedo de perder tu equipaje, las largas caminatas en los pasillos de distintos hangares. Los despegues y aterrizajes; el cansancio que te hace querer llegar con urgencia para ducharte; quizás tomar una siesta para luego salir a conocer aquellas nuevas calles, restaurantes, gente hablando otros idiomas, con vidas rutinarias en las que tú entras como un desconocido, turbulencia social. Aquellos cuartos de escasos metros cuadrados se convierten entonces en tu refugio, lugares un tanto incómodos, de regaderas diminutas, almohadas duras y sábanas frías. Habitaciones por las que han pasado cientos de individuos alrededor del mundo, y ahí estás tú, compartiendo huellas y dejando rastros. Mi relación con los hoteles es un tanto introspectiva: son noches encerrado intentando encontrar algún contenido familiar en la televisión, son largas madrugadas dando vueltas en la cama sin poder dormir. Invasión de nostalgia, soledad, vacío, intentándome dar una palmada en la espalda que me inyecte cierto ánimo para salir al día siguiente a una ciudad desconocida y no sentirme tan perdido, tratando de parecer familiar. Tal y como Alekséi Ivánovich puede describirnos en su ir y venir diario en la ciudad de Roulettenbourg. Dostoievski, en su obra El jugador (Sexto Piso), nos describe así a un Alekséi: gandul, engreído, indiferente ante las reglas sociales, pero conmovido y obsesionado por cada uno de los pasos de Polina Aleksándrovna. A pesar de estar en una tierra extraña, sin esperanza y sin posibilidades, jugándoselo todo a la ruleta, transforma aquel hotel de aquella ciudad ficticia en su refugio. Noches sin dormir, botellas de vino, y escenarios aristocráticos particulares. Quizás poco o mucho haya encontrado Wes Anderson para El Gran Hotel Budapest. Encuentros: noches en la barra del bar, mante-
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niendo largas conversaciones sobre mí mismo, intentando prestar atención a los detalles, gente que entra y sale por la puerta principal, sonriendo, cansados, tomados de la mano, deteniéndose con un beso en el lobby, abrazos y cercanía rumbo a la habitación. Que la felicidad se guarde en un 3x3. Que las paredes no hablen, no miren, pero recuerden. Los mejores refugios son y serán siempre en las playas, aquellas construcciones paradisiacas, intentando disimular que estamos en medio de la nada rodeados de todo. La música en la entrada, las sonrisas y el recibimiento por el respeto de tu cartera, suites, jacuzzis, bebida y comida all include; el mejor servicio el mexicano, sin dudarlo. El calor en tu cuerpo, la cerveza cerca de la alberca, los cuerpos semidesnudos paseando de un lado a otro. La calma reinando aunque sea 7 días 6 noches. Después, habrá que volver a la realidad. Imagina cuántas historias se han escrito en aquellos espacios, cuántas ideas en soledad o acompañado, si existen obras concebidas mientras el room service llamaba a la habitación. O en agujeros de hoteles de paso, donde Charles Bukowski escribía con cierta y única religiosidad su poesía llena de cinismo hasta quedarse dormido, ahogado en alcohol: El amor es un perro infernal (Visor), rodeado de mujeres enigmáticas y llenas de defectos y faldas cortas, saliendo de cuartos con alfombras viejas y gastadas. Escapes de la realidad, cápsulas que hacemos nuestras por días o temporadas, dependiendo de las circunstancias. Viajes de negocios, vacaciones, seminarios, lunas de miel, infidelidades, conferencias, eventos, ferias, conciertos, siendo nómadas acostumbrados a lo sedentario. Qué afortunados somos, aunque nos quejemos. Encuentros inolvidables y despedidas, promesas de volver, gente que se va y olvida, anhelos de tu hogar, liberación instantánea. Historias y escenarios cíclicos. Es curiosa nuestra manera de compartir el mundo y la existencia. + @Att_Volk
El Jugador Fiódor Dostoyevski Sexto Piso En esta edición de El Jugador, la ilustradora Raquel Fernández, mejor conocida como Efealcuadrado, aventura una visión sumamente particular de la obra de Dostoyevski. Una visión que conecta con el espíritu agrio de la pluma del ruso.
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Mahler y la maldición de la novena sinfonía Por Osiris Domínguez n la música de concierto existe una superstición equiparable en el rock al club de los 27, aquellos músicos extremadamente populares que murieron a los 27 años. En este caso, no se trata de una edad funesta, sino de una “sinfonía maldita”. Beethoven (1770-1827) compuso nueve sinfonías -y el esbozo de una décima de dudosa autenticidad-; Schubert (17971828) también cuenta con nueve obras sinfónicas; Bruckner (1824-1896) no llegó a concluir su novena -pero nos dejó tres espléndidos movimientos-; el compositor checo Dvorák (1841-1904) también escribió nueve trabajos sinfónicos (su novena, “La Sinfonía del Nuevo Mundo”, es quizá la más famosa en su repertorio) al igual que el compositor ruso Glazunov (1835-1936). Es complicado saber con exactitud en qué punto de la historia nace la leyenda negra, pero existen elementos para pensar que el principal promotor de esta idea fue el compositor y director de orquesta bohemio-austriaco Gustav Mahler (1860-1911), quien, luego de terminar su octava sinfonía, intentó burlar la maldición componiendo “La Canción de la Tierra”, aunque en realidad se trataba de una sinfonía. Al no haber titulado esta obra ‘9ª Sinfonía’, creía haberse librado del destino; no obstante, lo que sucedió después es digno de una novela kafkiana: terminó otra sinfonía a la que tituló "Novena Sinfonía", misma que no llegó a escuchar en su estreno en 1912; comenzó una décima y poco después murió. Mahler comenzó a trabajar en la “Sinfonía Nº 9 en re mayor” en el verano del año 1909, en Alt-Schluderbach, un pequeño poblado en la frontera entre Austria e Italia. Allí se hizo construir una pequeña casa de madera para permanecer aislado; este lugar y los paisajes del Tirol austriaco favorecían a su trabajo creativo. En una primera lectura, se puede interpretar esta sinfonía como una despedida del compositor, como un adiós a la vida: presentía su propia muerte, aun habiendo sorteado la maldición de la novena. Pero un examen más detallado nos permite valorar otros puntos. Mahler estaba en un período de gran impulso creativo. Cuando compuso esta obra, preparaba la próxima temporada como director de la Filarmónica de Nueva York, donde tenía que dirigir 60 programas, un trabajo titánico que Mahler supo compaginar muy bien con su labor compositiva. El enérgico director se encontraba exhausto, casi moribundo, y su vida personal atravesaba un periodo de oscuridad, producto de su crisis matrimonial. No hace mucho tiempo había perdido a su hija predilecta, Putzi, a manos de una enfermedad que la obligó a vivir en cama con dolores terribles. Muchos dirían que la muerte de Putzi fue el comienzo de la irreversible decadencia física de Mahler y de los problemas en su matrimonio.
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En el verano de 1910, Alma Mahler dejó a su marido para que continuara trabajando en sus composiciones y por recomendación médica se marchó una temporada al balneario de Tobelbad, en su natal Austria, para reponerse de la dramática pérdida de su hija, hecho que la había sumido en una profunda depresión. Allí conoció a Walter Gropius, un joven y prometedor arquitecto alemán, que más tarde sería reconocido como el fundador de la Bauhaus. Vivieron un idilio que retomaron después de la muerte de Mahler y más tarde se unieron en matrimonio. Mahler descubrió la infidelidad de su esposa al interceptar una carta de Gropius para Alma, en la que le proponía dejar a su familia para iniciar una vida juntos. Alma había dejado de amarle. Este golpe devastó al compositor, quien trató en vano de reparar las faltas cometidas durante su matrimonio. Mahler fue un compositor de genio tan grande como su ego, pues eclipsó la intención de Alma de componer su propia música. Antes de su matrimonio, expresó en una carta dirigida a Alma que el único requisito para la unión era la promesa de devoción absoluta hacia su persona… y el abandono de sus ambiciones musicales. Alma se convirtió por voluntad propia en compañera y sombra de Mahler, siempre al pendiente de la vida terrenal del compositor. En el manuscrito del andante de la novena sinfonía se encuentra escrita la frase ‘¡Oh, juventud desaparecida!, ¡Oh amor huido!’, así como referencias a “su lira”, como le decía a Alma. La novena sinfonía ocupa un lugar privilegiado, ya que es una obra profundamente personal de un Gustav Mahler vulnerable y herido por las pérdidas que sufrió durante su vida. En el mes de febrero de 1911 Mahler enfermó gravemente, por lo que decidió regresar de América a Europa. Murió a los 50 años en Viena, el 18 de mayo de 1911, por una infección de los tejidos del corazón, entonces incurable por no haberse descubierto todavía la penicilina. Dejó tras de sí un legado musical que transformó la composición sinfónica e influyó a Schönberg, Berg y Webern, compositores que siempre lo admiraron y continuaron su obra, llevándola a sus límites expresivos. Ya en el adagio de la décima sinfonía de Mahler, último movimiento que logra esbozar, se intuye un estilo completamente distinto que insinúa la atonalidad, corriente de vanguardia que más tarde cobraría popularidad. Es irresistible imaginar a dónde habría llegado Mahler en sus composiciones de haber vivido unos años más. Esta es la historia de una obra que nos habla de los últimos días de un hombre obsesionado con la muerte, que nos dejó una obra grandiosa y que se suma a la lista de los compositores “malditos”, que encontraron la muerte después de componer su novena sinfonía. + @sonate_bleu
NOCHE EL CARA A CARA DEFINITIVO ENTRE EL COMANDANTE MARTIN SERVAZ Y EL DIABÓLICO JULIAN HIRTMANN, EL PSICÓPATA MÁS DESPIADADO DESDE HANNIBAL LECTER
Rock
Si la relación entre hoteles y literatura les parece amplia, diversa y llena de interesantes datos, la que se teje entre ‘los cinco letras’ y el universo paralelo del rock raya en lo demencial. La culpa, por supuesto, es de las giras. Por Fabián Aranda
tocaban con demasiada miel. Durante el encuentro, Dylan ofreció a los ingleses cierta hierba máontar a un grupo de rock en cualquier gica. Fumaron y rieron en la habitación de Dylan, transporte para llevarlo a correr mundo quien cada vez que sonaba el teléfono contestaba fue, al mismo tiempo, la mejor y la peor diciendo: ‘Aquí está la Beatlemanía al habla’. Sin gastos por destrucciones que cubrir ni exidea que se le pudo ocurrir a alguien. Las víctimas, casi siempre, son los hoteles, pero lo cier- cesos legendarios, los músicos recuerdan aquel ento es que a lo largo de los años esa relación de amor cuentro con mucho cariño. Lo curioso es que, luey odio llenó la historia de la música de un sinfín de go de aquella noche, las carreras de ambas figuras tomaron un derrotero completamente distinto: los anécdotas, a cada cual más estrafalaria. Beatles dejaron atrás su época Tenemos, por ejemplo, aquede rocanroles cursis para gralla historia que uno de los más bar el legendario Rubber Soul emblemáticos hoteles del rock y Dylan comenzó a explorar la presenció: una noche de 1968, electrificación de sus cancioen el ascensor del Chelsea Hotel, nes, cambio que muchos de sus dos desconocidos se encontrafans consideraron una compleron. Él era un poeta que recién ta y atroz traición. ingresaba al mundo de las canLa segunda anécdota invociones e iba en busca de Brigitte lucra a dos bandas de leyenda Bardot. Ella era una cantante a y a dos hoteles suizos. Sucepunto de grabar uno de sus más dió en diciembre de 1971. Por importantes álbumes y trataba ¿Existe el “Hotel California”? de encontrar a Kris Kristofferson. En la portada de aquel mítico álbum, aquel entonces, Deep Purple Cuando bajaron del ascensor, era Hotel California, figura una foto del estaba a punto de grabar su claro que Leonard Cohen y Ja- Beverly Hills Hotel, mejor conocido sexto álbum de estudio, Machinis Joplin pasarían la noche jun- como Pink Palace. Para tomar dicha ne Head, y decidieron hacerlo tos. Así nos lo contó Cohen en fotografía, David Alexander y John en el Casino de Montreaux, su canción “Chelsea Hotel #2”, Kosh, se elevaron 18 metros en una donde habían tocado unos metema que junto a “Chelsea Mor- grúa. Sólo así fue posible capturar el ses antes. El Casino estaba a punto de cerrar una temporada ning”, de Joni Mitchell; “Chelsea ocaso sobre los árboles. de conciertos con Frank Zappa Girl”, de Lou Reed y “Third Week como broche de oro. Así fue in the Chelsea”, de Jefferson Airplane, rinden homenaje a ese cinco letras tan espe- que en una orilla del Lago de Ginebra, Deep Purple reposaba en el Hotel Eden Au Lac mientras que, en cial para el rock. Está también la polémica que gira en torno al otra, Zappa & The Mothers of Invention tocaba en más gran éxito de The Eagles, “Hotel California”, el casino. Cerca del final del concierto de Zappa, cuyos detractores ven en ella referencias satánicas alguien del público lanzó una bengala al techo y el y los excesos durante el cumpleaños número veinte casino se incendió. Por fortuna, no hubo víctimas de Keith Moon en el Holiday Inn de Flint, Michigan, fatales, pero al otro lado del lago, el fuego y la coque incluyeron, cuenta la leyenda, una guerra de lumna de humo se reflejaban sobre el agua ante la pastel entre los invitados, al propio Keith vaciando mirada atónita de Ian Gillian, voz de Deep Purple. Así nació una de las más grandes rolas de la hisun extintor por los pasillos, rollos de papel higiénico volando por las ventanas y un automóvil aparcado toria del rock: “Smoke on the water”. Y aunque al inen el fondo de una piscina. Ahí donde ‘rock’ y ‘ho- cendio debemos el origen de la canción, lo cierto es tel’ se crucen en la misma frase, es probable que que les complicó horriblemente la vida a los miembros de Deep Purple, pues ya no podrían grabar ahí. encontremos historias similares. Sin embargo, hay dos anécdotas que han pasa- Auxiliados por Claude Nobs, el promotor de condo a la historia no tanto por su carácter demente, ciertos del casino, probaron distintas localidades sino por la influencia que, supuestamente, ejercie- para grabar hasta que dieron con la definitiva: los ron en el devenir del rock. La primera de ellas tuvo salones de Grand Hotel. Fue ahí donde, finalmenlugar en el Hotel Delmonico de Nueva York, el 28 te, dieron vida a Machine Head. Un año más tarde de agosto de 1964. Esa noche, el periodista Al Aro- del lanzamiento de este álbum, el sencillo “Smoke nowitz concertó una cita donde los Beatles cono- on the water” salió a la venta, convirtiéndose en un cerían a Bob Dylan. En aquel entonces, Dylan era la éxito tal que, hoy día, junto al lago, una escultura figura más importante del folk y los ‘Fab Four’ aún rinde homenaje a la emblemática canción. +
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«Una novela maquiavélica y cautivadora.» Paris Match «Un thriller que te quitará el sueño.» RTL «Una trama de ritmo infernal, que deja al lector noqueado y sin aliento, y con la sensación de haber corrido un maratón por las nieves noruegas y las cimas pirenaicas.» Ouest France
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de cinco letras
Tom Gauld
artista, dibujante y payaso
Aunque la discusión acerca de si el cómic y la novela gráfica pertenecen o no al ámbito literario está bastante superada, siempre será interesante conocer la opinión de sus creadores. Mucho más cuando, como Tom Gauld, ganador del Premio Eisner 2018, recorren el camino de las letras y el de las imágenes creando puentes entre ambos.
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Por Juan Cárdenas os grandes artistas del cómic buscan siempre la diversión a través del medio. Una y otra y otra vez. No es fácil, pues en el mundo moderno la exigencia en calidad va de la mano con la cantidad; los creadores deben producir constantemente, más quienes hacen viñetas diarias o semanales. Tom Gauld es uno de ellos: quienes hacen cómics cada semana, y quienes siempre buscan divertirse haciéndolo. El originario de Edimburgo, una de las jóvenes escuelas en el arte del cómic europeo, lleva varios años dibujando cada semana un cartón para The Guardian y The New Yorker, así como para el New York Times y New Scientist, aunque ha encontrado el tiempo para producir sus propios libros. “Me parece mucho más fácil hacer caricaturas cortas”, nos dice sobre la diferencia en su proceso creativo entre viñetas semanales y novelas gráficas. Y continúa: “La idea podría ser simplemente una oración, o una divertida yuxtaposición de dos cosas, y eso es suficiente. Pero para mantener una novela gráfica necesito un poco más que eso. Trabajar en un libro más largo lleva tiempo, lo que brinda muchas oportunidades para la duda y la distracción. Si las viñetas semanales son más parecidas a los 100m de sprint, entonces las novelas gráficas son maratones”. Metáfora que, obviamente, le vale al autor de Goliath (Drawn & Quarterly), En la cocina con Kafka (Salamandra) y Todos tienen envidia de mi mochila voladora (Salamandra), libros de amplia diferencia en longitud frente a una caricatura semanal con apenas cuatro viñetas o tan solo una. Su entusiasmo es tal que muchas veces, apunta, se divierte más “con un artículo aburrido, pues siento que tengo más libertad para divertirme con la ilustración y quizás me preocupe menos por ser fiel al texto y más por hacer algo genial”. Y tiene sentido, pues la presión de ilustrar grandes clásicos puede interferir y hacer el proceso más serio, menos lúdico: “Las portadas para novelas son lo peor: pienso en que una persona pasó años de su vida escribiendo este libro brillante y ahora tengo unos pocos días para hacer lo que será la primera impresión de la mayoría de la gente", reflexiona. Pero un acercamiento maduro al proceso es lo que también le ha permitido alcanzar, sin importar el cómo, altos estándares creativos. Un ejemplo del que
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habla para Lee+ son las fechas límite: “El gran 'pro' de la fecha límite semanal es el enfoque que me da. Me obliga a encontrar una idea y hacer que funcione, en lugar de intentar crear una caricatura perfecta”. Sólo esta idea nos deja pensando: “Una idea que funcione” tiene preferencia sobre una “creación perfecta”. Bajo un análisis pragmático es más fácil de entender; sin embargo, al ver los resultados que “mecánicamente” consigue Gauld, vemos que lejos de limitarse, ha sabido canalizar su creatividad a través de estas “limitantes”. Sobre este tema, confiesa: “He aprendido que mientras estoy en el proceso creativo, no soy muy bueno para juzgar su calidad, por lo que un plazo me obliga a seguir adelante y hacerlo lo mejor que pueda. A veces mis ideas "menos malas" resultan ser bastante buenas”. Gauld también sabe que la integración de otras disciplinas artísticas le nutre, y las disfruta. Su inicio básico fue “convertirse” en un escritor, además de ser ilustrador. “Cuando comencé a hacer cómics, me sentía como un ilustrador que tenía que aprender a escribir para hacer dibujos animados. Mantuve las palabras al mínimo y las mantuve muy simples. Pero, a lo largo de los años, me he interesado mucho más en escribir y me siento menos ansioso al respecto, por lo que soy más capaz de ser juguetón con las palabras y las imágenes”, nos comparte. No puedo sino atreverme a preguntarle por un siguiente paso, posiblemente también a manera de juego. ¿Te gustaría escribir un libro para que otra persona lo ilustre y vea cómo sucede? A lo que responde: “Es una pregunta interesante en la que nunca pensé. He discutido la colaboración con un escritor para crear cómics que dibujaría antes, pero nada se ha unido aún. Para mí, uno de los aspectos más interesantes de los cómics es encontrar maneras de usar palabras e imágenes juntas para que creen algo que sea más que la suma de sus partes. Creo que echaría de menos tener el control total de eso, y probablemente sería un gran dolor trabajar con el pobre artista”. Gauld también es consciente del inevitable vaivén entre editores, escritores, ilustradores, etcétera, propio de la industria editorial y periodística. De hecho, el tema mismo de la literatura ha sido constante en sus creaciones. Así como Gauld puede ser escritor, es también un consumidor, un lector. “No me veo como un crítico literario. Admiro a algunos críticos realmente buenos quienes usan sus habilidades e inteligencia para hacer más con sus críticas que simplemente decir 'esto es bueno' o 'eso es malo'. En The Guardian me veo más como un payaso. La sección de reseñas está llena de críticos astutos e intelectuales que dicen cosas reflexivas, y mi trabajo no es hacerlos coincidir, sino burlarme de todo sin insultar la inteligencia de los lectores”, señala.
He ahí el payaso, quien sabe divertirse, reírse de todo. El artista debe saber burlarse, sin miedo ni límites, pues en esa osadía se descubren ideas claves: “A veces, cuando los críticos se vuelven demasiado intelectuales o serios, me burlo de ellos. Pero eso viene de un lugar de amor, no de odio. Es la burla de un amigo”.
Comento con Gauld acerca de su efectividad al simplificar símbolos, característica fundamental del cómic cuando tienes poco tiempo para comunicar la idea, sobre todo en cómo termina usando estereotipos y clichés, algo nada sencillo, de una forma ejemplar, a lo que responde: “Los estereotipos y clichés pueden ser realmente útiles porque el público los conoce y puedo usarlos sin tener que explicar demasiado, y también puedo divertirme subvirtiendo las expectativas de la audiencia. Si las cosas se vuelven
demasiado locas, y todos están confundidos, entonces es más difícil encontrar el conocimiento común para jugar”. A esto se agrega la frialdad del dibujante para divertirse, incluso, con la tragedia. Todo artista es un ser humano susceptible a los altibajos de la vida. Y un caricaturista, un payaso, puede darse el lujo de aprovechar esos negativos lugares comunes de la cotidianeidad: “Así es. Las cosas malas en la vida no siempre son malas para un dibujante. Hoy estaba haciendo una caricatura ambientada en un futuro distópico y me di cuenta de que no necesitaba explicar que el gobierno era malo, porque en este momento simplemente puedes escribir ‘gobierno’ y la audiencia asume que son malos”, señala Gauld. Esto adquiere mayor sentido al considerar que una de sus mayores influencias es William Heath Robinson, un ilustrador inglés de inicios del siglo pasado, quien presentaba artefactos y maquinarias ultra complicadas que tenían por objeto producir o solucionar una sola cosa. “Lo que me gusta de los dibujos de artefactos de William Heath Robinson es que, en un nivel, tienen perfecto sentido: lo planeó con mucho cuidado, presentó la idea con claridad y demostró que funciona bien. Pero el plan que está mostrando es una solución colosalmente complicada y derrochadora para un problema que podría resolverse fácilmente por un método mucho, mucho más simple (o realmente no es un problema en absoluto). Entonces, sí, a veces pienso que esta es una buena metáfora para nuestro mundo de hoy”, nos comparte. Al mismo tiempo, este gusto por las máquinas de William Heath Robinson se ve reflejado en sus sencillos cómics y caricaturas. Gauld gusta de la simplicidad: ser directo y acertar. En este sentido, Gauld apunta: “Cuando comencé a hacer comics, me inspiraban los cómics artísticos que parecían pinturas y se leían como novelas experimentales y parecían gritar ‘¡Soy arte fino!, no sólo un comic’. Con el paso del tiempo, mi gusto se ha simplificado. He decidido que el arte en un cómic no son los dibujos o las palabras, sino la forma en que se combinan en la página. Me doy cuenta de que gran parte de la historia proviene de diseños de paneles y colocación de burbujas de discurso y otras decisiones sutiles”. Sin duda, con el paso del tiempo, ha conseguido concretar esto. Muchas portadas en The New Yorker así lo prueban, y sus últimos libros, como En la cocina con Kafka. De discurso sutil, ligero en cada viñeta, pero profundo en su totalidad, Tom Gauld es un artesano del cómic que ha sabido ser artista y payaso. + @desautomatas
En la cocina con Kafka
Tom Gauld Salamandra Dotada de una ironía implacable pero sutil, esta colección de viñetas nos arroja de cabeza en el océano de clichés y absurdos del mundo de las letras. Nadie sobrevive: ni autores, ni lectores, ni editores, ni traductores.
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El Overlook …o de cuando el hotel es el protagonista Uno de los hoteles más emblemáticos de la literatura es sin duda el Overlook. Donde Jack Torrance, inmortalizado en el cine por otro Jack, Jack Nicholson, perdiera la cordura bajo el guión de Stanley Kubrik. Abre la puerta y descubre un poco más de aquella horrorosa historia.
¿217 o 237? En la novela, los eventos ocurren en la habitación 217, no en la 237. El cambio de número fue una solicitud del Timberline Lodge, donde se grabó la versión fílmica, pues creían que sus huéspedes no alquilarían la habitación “maldita”. En realidad, ese hotel no tiene habitación 237.
R. DE LA LANZA ace cinco años, para beneplácito de los amantes del terror, Stephen King publicó Dr. Sueño (Debolsillo) como secuela de El resplandor (Debolsillo), una de sus obras más emblemáticas y, también, una de las más representativas de la literatura de horror contemporánea, llevada al cine en la aclamada (y libérrima) versión de Stanley Kubrik. Ahora que contamos los días para ver la adaptación cinematográfica de esta secuela, estamos en un tiempo inmejorable para leer y releer ambas joyas de Stephen King. En esta ocasión, no veo un mejor pretexto para hablar del lugar donde todo parece iniciar que este número dedicado a los hoteles en la literatura y el arte.
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EL OVERLOOK SINIESTRO En El resplandor, el Overlook era un hotel encumbrado en un paraje muy aislado de las Montañas Rocosas. Al parecer, estaba marcado por el signo de la calamidad, pues en él ocurrieron sucesos trágicos y espeluznantes: golpes del hampa, negocios turbios, suicidios y otras cosas por el estilo, además de que cambiaba de dueño en modos poco claros. Hasta aquí, podríamos decir que no era nada del otro mundo, el hotel igual era un destino del más alto lujo por sus jardines y su vista: un negocio que caminaba solo. Durante el invierno, el hotel se convertía en un lugar tan inhóspito e inaccesible que era mejor cerrarlo. Así hace su aparición Jack Torrance, quien es contratado como custodio-conserje para cuidar de las instalaciones hasta que llegue la primavera. Jack, su esposa Wendy y su hijo Danny llegan al Overlook en el momento en que todos están saliendo. El señor Ullman, empleado del hotel, les muestra el edificio detalladamente, pero el chef Halloran le dice al chiquillo Danny que el hotel guarda algo malo que evite acercarse a la habitación 217. Aunque se quedará solo con Wendy y Danny, Jack encuentra atractivo ese aislamiento casi total para concentrarse en la escritura. El hotel es un enorme y lujoso edificio, de modo que Wendy también se siente muy a gusto. Pero Danny comienza a tener visiones terroríficas, mismas que le intrigan lo suficiente como para entrar a la ha-
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Stanley ho
Timberline Lodge El Overlook de la pantalla Aunque los sucesos de la novela de Stephen King tuvieron lugar en el Stanley Hotel, de Colorado, la versión cinematográfica se grabó en el Timberline Lodge, de Oregon. ¿Cuál te resulta más aterrador?
bitación 217, en cuyo baño encuentra un cadáver que le sonríe, lo atrapa y lo estrangula. Wendy lo encuentra y culpa a Jack. Sin embargo, Danny le dice a Wendy que fue la señorita Massey y Jack entra a la habitación. No encuentra nada, pero escucha los pasos de la señorita Massey que viene hacia él. Jack huye de la habitación, asustado. Las visiones del niño son cada vez más aterradoras y Jack comienza a volverse loco: se le aparece el fantasma del custodio anterior y lo convence de matar a su esposa e hijo para que el hotel pueda heredar el poder de Danny. Comienza entonces el mayor horror, pues el hotel parece usar a Jack como herramienta para la muerte. Quienes amamos comparar las versiones originales de los libros con las adaptaciones cinematográficas, encontramos extrañamente placentero ver que el final de la historia es distinto en una y otra versiones. Todos recordamos la imagen de Jack Torrance congelado en el jardín-laberinto, pero la novela relata un acontecimiento más espectacular… que no contaré aquí para sembrar la curiosidad, pero que, les compartiré, muchos años más tarde, cuando el hotel parece ya no poder hacer daño, sigue ejerciendo su influencia.
EL ‘OVERLOOK’ REAL La idea de que un hotel pudiera ser el personaje principal de una historia de terror no fue, al menos en esta ocasión, el resultado de una retorcida mente imaginativa, sino de una seguidilla de experiencias escalofriantes en torno a un hotel real. En 1974, Stephen King quería explorar lugares diferentes a los de Maine, donde vive con su esposa Tabitha y donde estaban ambientadas Carrie (De-
bolsillo) y Salem’s Lot (Doubleday Books), para escribir historias con escenarios más variados. Cuando se acercaba el día de Halloween, eligieron el Stanley, un lujoso y amplio hotel en Colorado, emplazado en un apacible sitio con una bellísima vista de las Rocosas. Cuando llegaron, la víspera de la Noche de Brujas, se registraron mientras casi todos los ocupantes estaban retirándose del hotel y el personal ya estaba a punto de desalojarlo, precisamente por la temporada baja. Esa noche, los King eran los únicos huéspedes en el Stanley “con todos esos largos y vacíos pasillos”. Adivinen en qué habitación se alojaron. Exacto: la 217. Esa noche cenaron en el comedor principal, grande y opulento, totalmente solos, comiendo los alimentos que habían quedado del turno anterior y escuchando música de orquesta grabada. Cuando la pareja volvió a su habitación, sus maletas, que habían dejado cerradas, estaban abiertas y su contenido esparcido por todos lados. Los empleados del hotel les aseguraron que nadie más había tenido acceso al hotel, mucho menos a esa habitación. Lo espeluznante comenzó en realidad durante la noche, en los sueños de Stephen. Soñó que su hijo de tres años, que no estaba con ellos, corría aterrorizado por los pasillos del hotel, gritando y pidiendo auxilio. Lo perseguía una manguera de incendio. La pesadilla despertó con violencia al escritor, que estaba sudando profusamente. Gracias a este sueño, la historia nació en la mente del autor de terror más célebre de nuestra era. Muchas historias lindas y tristes han pasado en hoteles, pero ¿has vivido experiencias espeluznantes en uno? + @rdelalanza
ANIVERSARIO
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La fAbrica de huesos Por Adán Medellín urante años, vendió cuerpos a hospitales, museos y universidades, averiguó Moore. Entonces no era fácil conseguir osamentas y cadáveres, y la ciencia estaba orgullosa de pagar una suma decente a un tipo respetable, y no a un profanador. El doctor había sido un niño metódico y silencioso. Tenía una habilidad innata para la disección, que practicaba en secreto con pequeños animales. Sus manos delicadas ganaban una firmeza inesperada sosteniendo las ancas de un anfibio. Quizás por eso a la familia le pareció tan normal que se convirtiera en médico y prosperara. Ejerció la cátedra de anatomía y luego heredó una casona familiar, que acondicionó exhaustivamente como hotel. Chicago albergaba la Exposición Mundial y bullía de turistas. El doctor poseía el hospedaje más popular de aquellos años. La fachada gótica y los interiores lujosos lo distinguían. Las buenas rentas le permitieron comprar toda la manzana y abrió locales anexos que fascinaban a los huéspedes: cafeterías, una tienda de tabaco, boutiques y ultramarinos. Por las tardes, el dueño se sentaba en el vestíbulo y saludaba amablemente a los huéspedes que se divertían en su salón. Pero extrañas denuncias llegaron a la oficina del detective Moore. Muchos clientes del lugar no volvían a sus barcos al terminar las fiestas; o escribían sólo a sus familiares y amigos para pedir nuevos giros de dinero, sin precisar su retorno. Lo mismo sucedía con gente de pueblos vecinos. Desaparecían de la tierra. Moore anotaba perfiles, entrevistaba a los trabajadores del lago y las carpas de diversiones, pero la gente no recordaba sospechosos. Había demasiados rostros de lugares diversos. Todos eran recién llegados, figuras efímeras. Los informantes estaban distraídos en la feria o alcoholizados, bajo el ritmo salvaje del hoochie coochie. Entretanto, el médico entregaba más osamentas limpias, pulidas, sin un gramo de piel o pellejo. La fábrica de huesos funcionó segura y eficiente hasta que el azar provocó un incendio en el depósito de carbón. Con la entrada de los bomberos, el laboratorio secreto se reveló al asombro general: mesas de disección, sierras, tinajas de ácido sulfúrico, vendas, botellas de sangre y pacas de cabello divididas por colores, frascos con órganos y alcanfores. Moore investigó y teorizó las primeras conexiones. Los cortes eran limpios, obra de un especialista. Los instrumentos poseían un filo suave, preciso, quirúrgico. Buscó al doctor, pero el hombre había escapado entre el desconcierto, culpando de los crímenes a los empleados de aquel sótano macabro. El detective entrevistó a los familiares. El doctor no tenía novia ni amigos íntimos. Toda la gente parecía conocerlo, pero nadie poseía informes relevantes. No había
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rastro. ¿Se había embarcado a Europa? ¿Al desierto mexicano? ¿O acaso, avergonzado de sus crímenes, se había dado un tiro en un páramo? En su investigación, Moore no descartaba hipótesis, pero tampoco se fiaba. El doctor había sido frío y cerebral durante años. Le gustaba matar. Poseía oscuras dotes de construcción. Moore buscó en universidades, en consultorios recientes. El doctor tenía notables habilidades manuales. Moore visitó talleres, fábricas, astilleros portuarios. Pero pese las presiones periodísticas y populares, no pudieron hallar al médico y sólo congelaron gran parte de sus cuentas. Abrumados por otros crímenes, sin seguimiento ni avances técnicos, el caso engrosó los archivos policiacos. Aunque asignado a nuevas pesquisas, Moore repasó los hechos, cotejó sus notas, jamás olvidó aquel salón sangriento. Una tarde de verano, décadas después, un viejo frágil en Texas oyó golpes en su puerta. Lo acusaban de cobrar cheques a nombre de personas fallecidas tiempo atrás, en otros estados del país. El anciano era el empleado más silencioso e irrelevante de su oficina desde su contratación; a veces aparecía con baratijas y anillos que vendía entre sus compañeros. La casa del viejo era sencilla, pero cada rincón poseía detalles que revelaban finura. Acuarelas marinas, pequeñas cerámicas, un juego de té. En la mesa de su recámara, los policías observaron la réplica puntual de un edificio. El viejo había reproducido en escala su máximo
proyecto. Dentro de la esplendorosa fachada de un hotel en miniatura, espejos falsos permitían el espionaje; trampas y enormes túneles conectaban los cuartos con un laboratorio. Envenenados por tubos de gas bajo el parquet, o atontados por las drogas servidas en el café o los pastelillos, los huéspedes descendían inconscientes, como un postre por el tracto digestivo, hasta llegar al carro de lavandería, donde su asesino aguardaba. Los viejos caballeros tenían relojes o joyas que podían colocarse en los mercados de pulgas. A veces las mujeres eran hermosas y no convenía que se fueran de este mundo sin una última caricia. Había un horno crematorio y tinajas. Se habían consumado unos 50 asesinatos en el hotel del doctor, reproducido con salvaje exactitud en hueso humano. Pero eso sólo lo supieron en Texas cuando el detective Moore, casi ciego, envejecido y memorioso, vigilante obsesivo de otra vida, bajó del tren, se sentó en la comandancia y habló de las terribles noches de Chicago. + *Adán Medellín (Ciudad de México, 1982). Escritor y periodista. Ha publicado los libros de cuentos Vértigos (Instituto Mexiquense de Cultura, 2010), Tiempos de Furia (Ediciones B, 2013) y El canto circular (Instituto Literario de Veracruz, 2013). Es jefe de redacción de Playboy México. Su libro Blues vagabundo ganó el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2017 y está en proceso de edición.