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editor Tiempos
Violentos
Uno puede o no estar de acuerdo, pero la historia de nuestras sociedades ha sido forjada sirviéndose de la violencia. Con tiranías y revoluciones, el poder ha estado siempre en manos de quien tiene las armas. El ser humano se ha civilizado bajo la ley del más fuerte. Todos los Estados han institucionalizado la violencia, utilizándola como herramienta de control y soberanía con total impunidad. Chile se destaca ampliamente por el Estado policial en el que nos encontramos. Las acciones de los últimos gobiernos demuestran la coronación del terrorismo de Estado.
Podemos afirmar con seguridad que la violencia en manos del pueblo no es violencia, es autodefensa. Pero a estas alturas de la historia, ya no se trata de justificar la violencia cuando está en manos de los que tienen la razón y condenarla cuando está en manos de los tiranos. Claramente los trabajadores, los oprimidos, tenemos la razón. Por ello, debemos apuntar hacia la rebeldía, más allá de la violencia. Debemos cambiar las condiciones políticas actuales y dejar de ser un grupo de imbéciles gobernables.
Y es que este Estado que declara proteger la libertad, usa los métodos del totalitarismo en nombre de la lucha contra el terrorismo. Utiliza la criminalización de la protesta social, la infiltración de pacos en las movilizaciones, la tortura a los detenidos en manifestaciones sociales y la creación de montajes absurdos, en un intento desesperado por acallar voces disidentes que intentan denunciar y cambiar la crueldad, desigualdad, injusticia y violencia del sistema.
El desafío fundamental es abandonar los paradigmas heredados. Las personas se aferran a una forma de vida y no pueden creer en otras. No conciben un país sin Estado, economía sin moneda, propiedades sin propietarios, fundo sin patrón, comunidad sin poder, amor sin dolor. Eliminar estas estructuras y llevarlas a la cotidianeidad de nuestras vidas, es lo único que nos liberará como personas y por tanto como clase. La revolución debe empezar por cada uno. La revolución debe ser en todos los sentidos.
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rial
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Por la MALA
Es preciso eliminar todo tipo de prejuicios, temores e injusticias, y aceptar que la perfección no existirá nunca con el significado que nos enseñaron. Cómo no entender que la vida es eminentemente violenta, y que lo único que nos hará felices será encontrar la composición perfecta de imperfecciones, mirando la realidad desde otra perspectiva, apuntando hacia el fin máximo, hacia las pequeñas recuperaciones de lo que se nos ha despojado a lo largo de nuestras vidas. Sin prejuicios, sin límites, sin heridas, sin miedos, sin sufrimientos; llenos de generosidad, justicia y pasión.
de relaciones, componer una nueva moral. Empezar por mi propia revolución. Vencer mis prejuicios y mis límites. Desnudarme de toda mi cultura, pedir perdón por todo lo que ha hecho mi color de piel. Posiblemente la realidad seguirá siendo la misma por un tiempo, pero la actitud personal cambiará las condiciones. Sólo dejar la cobardía, irrumpir con acciones concretas por la lucha hacia la liberación de los oprimidos, asumir un rol y ser responsables frente a la historia, será lo que nos permita dormir tranquilamente cada noche.
Para erradicar la violencia de nuestras vidas, hay que transformarlo todo. Para construir una sociedad sin violencia es preciso establecer otro tipo El arma más poderosa que tenemos los trabajadores, es que tenemos la razón. MALA / PÁG 3
ElmiedoComoINST
La inseguridad figura alto en la agenda ciudadana. En muchos países latinoamericanos, las informaciones policiales como crímenes, robos, violencia intra-familiar y el narcotráfico, acaparan titulares. Es el viejo debate sobre qué vino antes: el huevo o la gallina. ¿En qué medida el volumen de las informaciones de la crónica roja educa al público a seguir el tema? O bien, ¿es el interés de las audiencias el que impulsa a los medios a satisfacer dicho apetito? La evidencia empírica apunta a los que digitan los controles remotos. En Chile, donde alrededor del 80% de la población obtiene el grueso de sus informaciones a través de la televisión, las mediciones de audiencias realizadas en tiempos reales, a través de muestras representativas, señalan una activa búsqueda de los televidentes tras la crónica roja. El público opta en forma instantánea mediante el zapping. Día tras día, queda de manifiesto el magnetismo hipnotizante que ejercen las crónicas policiales. El miedo y la inseguridad causadas por actividades criminales, tienen un profundo efecto desestabilizador sobre las sociedades. Libertad o seguridad: esa es la disyuntiva planteada a menudo en la lucha contra el mundo delictual. Es, hasta cierto punto, una falsa opción pues no hay libertad efectiva sin seguridad. Es posible tener seguridad sin libertad pero lo contrario, libertad en ausencia de seguridad, no es posible. El pavor es un sentimiento
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con un formidable poder paralizante. Allí donde hay miedo la libertad suele ser canjeada por la seguridad.
La respuesta al miedo en la ciudadanía se expresa en intolerancia, agresividad social (que exige penas drásticas contra el trasgresor), la exclusión de aquellos identificados como la amenaza (aunque no estén relacionados con ella), la aceptación de violaciones a los derechos humanos y el cierre de filas tras la autoridad. En la manipulación del comportamiento humano las técnicas de administración han estudiado dos impulsos vitales de los asalariados: el miedo y la ambición. El miedo a perder el empleo y la ambición de ascender con las consiguientes recompensas y libertades que ello conlleva. El miedo, en todo caso, suele ser más fuerte. Esto es algo que los gobernantes saben bien y, por lo tanto, prefieren errar limitando las libertades antes que someter a sus compatriotas a la inseguridad. Nicolás Maquiavelo aconsejaba al Príncipe que “más vale ser temido que querido” y era categórico al comentar el comportamiento de los humanos: “Huyen del peligro y están ávidos de ganancias”. En términos genéricos, en todas las latitudes los temas de orden y ley son el fuerte de los sectores conservadores.
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Por
Raúl Sohr
TRUMENTOpolítico Este campo acusa a la permisividad como una de las causas del aumento de la delincuencia. Se estima que la mano dura, incluida la pena de muerte, contribuye a aminorar las tasas de criminalidad. Un ejemplo clásico es la norma norteamericana de tres condenas serias que conllevan una pena de cárcel perpetua. Las corrientes liberales suelen favorecer la redistribución de ingreso y el mejoramiento de las condiciones sociales. El análisis liberal pone el énfasis en las reformas antes que en la represión. Este enfoque entiende la delincuencia como un síntoma y no como la enfermedad. Por lo tanto, pone el énfasis en lo que se consideran las causas que provocan comportamientos criminales. Estas dos corrientes, con sus matices, están presentes en todas las sociedades. Y en política se ha dicho, con razón, que quien fija la agenda del debate ya tiene buena parte de la discusión ganada. Temas como “se acabó la fiesta”, “alto a la puerta giratoria”, y otras expresiones, son parte del arsenal ideológico conservador. “Educación gratuita y de calidad para todos”, en cambio, es una consigna característica de sectores progresistas. Los medios de comunicación son claves en la fijación de la agenda y, dada su abrumadora proximidad a las posturas conservadoras, postulan los temas que les resul-
tan afines. Una de las transgresiones más temidas por los estratos más acaudalados es, precisamente, resultar víctimas de la delincuencia. No en vano, se ha dicho que uno de los impactos de la brecha económica es que mientras algunos no comen otros no duermen. En rigor, los que no comen tampoco duermen porque las primeras víctimas de la violencia delictual son ellos. En sociedades como la chilena, en que las elites políticas han descartado grandes cambios sociales, ha sido más fácil recurrir al miedo para lograr adhesiones. Sea el miedo al desempleo o a la violencia. El sector progresista institucional promete mayor seguridad laboral en tanto que los conservadores apuestan por la integridad de las personas y sus propiedades. Pero ninguno propone, realmente, un ideal de sociedad que supere las causas profundas de los miedos.
Periodista chileno, especializado en política global y conflictos internacionales. Actualmente se desempeña como analista internacional de Chilevisión, y como conductor de TV Senado.
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No te calles Por Mariem Labidi
D muy importantes, abriéndose el camino hacia la libertad y luchando urante los dos últimos años, el mundo árabe ha tenido cambios
contra las fuerzas tanto internas como externas que quieren detener esta corriente rebelde. Durante esta lucha, con los más bellos e increíbles actos de bravura y coraje, lamentablemente no se ha mostrado en los medios nada más que el horror, difamando y desinformando para evitar que surja alguna identificación y solidaridad entre los pueblos, presentando la actualidad política de esta parte del mundo únicamente vinculada a componentes religiosos y sociales. Sólo los países árabes se han salvado de esta tremenda máquina de propaganda, ya que éstos tienen acceso directo a la realidad de los vecinos, y también a las publicaciones de todos los periodistas-ciudadanos que comparten informaciones en las redes sociales. Los pueblos ignoran sus propias historias, ya que lo que nos enseñan son los relatos de reyes y gobernantes, que van defendiéndose y compartiendo las fórmulas para reprimir, dejando al pueblo desarmado, sin poder aprender de experiencias de luchas pasadas.
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os actos más heroicos no son los que se registran y salen a la luz, hay miles de actos de resistencia que quedan desconocidos. Donde no hubo cámaras para registrarlos, ni testimonios para contarlos, pero están, hubo y habrán cada vez más. En honor a aquellas luchas y aquellos actos heroicos de las mujeres del mundo árabe que luchan contra las dictaduras, pese a las presiones y los riesgos, les quiero contar una de las escenas de lucha que no han podido ver y conocer en Sudamérica. Egipto - Yasmine El Barmawy Durante la revolución egipcia, hubo muchos fenómenos sociales inexplicables. En el álbum revolucionario de las plazas de este país, hubo escenas increíbles de resistencia, también hubo crímenes. Les cuento la historia de Yasmine, una militante revolucionaria egipcia, que siempre estuvo en las plazas para presionar y derrocar el régimen criminal de Mubarak, el de los militares que tomaron el poder cuando renunció el dictador, y sigue luchando contra el gobierno actual. No la nombro sólo por su lucha política, sino por su coraje al salir a denunciar públicamente en la tele algo que le pasó con una amiga, y que le ocurrió a muchas mujeres en Egipto. Yasmine contó su drama en la televisión, rompiendo así el silencio terrible que pesa a la juventud egipcia. El Cairo- Plaza Muhammad Mahmud- 23 Nov 2012 – 18 hrs. Yasmine fue con una amiga para participar en una manifestación contra las nuevas medidas del gobierno, y cuando llegaron a la plaza la policía ya estaba lanzando gas lacrimógeno a los manifestantes. De repente un grupo de hombres vino corriendo hacia las 2 chicas y les rodearon. Allí empezó la pesadilla. Yasmine cuenta con muchísima tranquilidad y fuerza, la situación terrible de agresividad: el grupo la rodeó, le rompieron el pantalón con cuchillos, las manos corrían por todo su cuerpo, su amiga se puso a gritar, lo que en vez de alejar a los agresores, llamo la atención de más hombres que se sumaron al grupo. Ellos gritaban que las protegían, mientras les tocaban las partes intimas del cuerpo, agarrándolas por el pelo las tiraban al suelo, e intentaban sacarles la ropa. Cuando la gente se acercaba para ayudar, los agresores decían que agarraron a dos infiltradas en la manifestación... Yasmine contó que no hacía la diferencia entre los que la querían ayudar a escaparse y los que la atacaban. Pensaba morir, y su única obsesión era agarrar el pantalón para que nadie se lo sacara, y lo apretó tanto, hasta tener los dedos de color azul... El grupo se empezó a mover para llevar las dos chicas a otro lado. Esta agresión duro más de una hora, y se salvaron milagrosamente, pero con heridas en todo el cuerpo y casi desnudas. De esta misma forma hubo mujeres que murieron, bajo las piernas de los agresores, y últimamente una víctima tuvo que operarse y sacarse el útero, que fue atrozmente dañado. Lo heroico y respetable de esta mujer es salir a denunciar públicamente, sin tener miedo a las represiones, hablando por todas aquellas que no podían ni contar a su familia lo que les pasó, por miedo a que se les eche alguna culpa, o solamente por vergüenza de haber sido ensuciadas de esta forma. Yasmine dijo que estas prácticas que apuntan a que las mujeres no vayan más a manifestarse en las plazas, no la detendrán. Seguirá luchando y llama a todas las mujeres a seguir yendo a las plazas a reivindicar sus derechos. Sin embargo, cada vez que ve en la tele la plaza donde ocurrió su agresión, ella agarra fuertemente su pantalón por la cintura, sin darse cuenta. Cantante tunecina radicada en Argentina desde el 2008. Se dedica a cantar poemas árabes internacionales comprometidos con las luchas de los pueblos y la búsqueda de la libertad.
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La guerrilla urbana en R
ecuerdo aquel caluroso día en casa de mi abuela María. Las cosas más importantes de mi vida las aprendí a su lado. Ella miraba pasmada la televisión mientras subía el volumen… incrédula, curiosa. Gracias a un canasto que colgaba de un helicóptero secuestrado, un grupo de reos de la cárcel de alta seguridad de Santiago, se dio a la fuga en una operación impecable que duró menos de un minuto. Yo tenía sólo 12 años. Era el 30 de diciembre de 1996, y lo que mirábamos en la televisión era la “Operación Vuelo de Justicia”, también conocida como la “Fuga del Siglo”, la cual entregó la libertad a militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que habían sobrevivido a la lucha militar contra la dictadura pero que posteriormente -bajo los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia- habían caído tras las rejas. A pesar de que Chile no cuenta con una cultura guerrillera, como en otros países latinoamericanos, igualmente hubo movimientos rebeldes que lucharon desde la clandestinidad en plena dictadura. De ahí recogemos el caso del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que inicialmente fue impulsado por el Partido Comunista chileno, irrumpiendo en la escena política en 1983. Sus miembros se habían preparado militarmente en Cuba, Centroamérica, Europa del Este y África, llegando la mayoría en calidad de Oficiales de Ejército, lo que de alguna manera determinó la eficacia y el sofisticado nivel de operatividad organizacional y compartimentación. Ya en el ‘83 existía un núcleo importante de organizaciones en resistencia. Y es que con todo lo que atravesaba el país, sumado a la crisis económica, se generaron todas las condiciones para la lucha armada. Imaginé-
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monos el contexto: un Chile en blanco y negro, con mucha cesantía, una profunda crisis económica, un país gobernado por militares, donde morían y desaparecían miles de chilenos y no había ley ni tribunales que pudieran hacer justicia. En las poblaciones, tierra de nadie. Allanamientos, enfrentamientos, fusilamientos, y los que quedaban vivos no tenían ni para comer. Ollas comunes, frío, y una infinita sensación de que el tiempo corría a otro ritmo. Sin oportunidades, sin esperanza de cambio, con todos los compañeros muertos, con todos los jóvenes desaparecidos y otros tantos exiliados, mientras el viejo Pinochet se paseaba con su capa gris, cual murciélago nazi. Y es que en tiempos donde no existía internet, donde muchas veces contaba sólo el teléfono del almacén de la población, y donde los medios de comunicación lo tergiversaban todo, aún así había personas que estaban informadas sobre todos los crímenes de la dictadura y se organizaban para el contraataque que la historia exigía en aquel momento decisivo. Ya en el ‘85, el FPMR era un movimiento potente. Se calcula que podría haber aglutinado alrededor de 7000 combatientes.
EL ATENTADO AL DICTADOR
El 7 de septiembre de 1986 se lleva a cabo la Operación Siglo XX, que consistía en emboscar la comitiva presidencial de Augusto Pinochet. Ésta contaba con tres vehículos de seguridad, dos motos de pacos y dos Mercedes Benz blindados. El ataque realizado por más de 20 frentistas consideraba fusiles m16 y lanzacohetes m72 law. El dictador viajaba en uno de los vehículos blindados, por lo que sobrevivió prácticamente ileso de magno ataque.
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Chile: El caso del FPMR Por Nathaly Jones
Murieron cinco de sus escoltas. El buen funcionamiento operativo y de seguridad del FPMR permitió que no encarcelaran a ninguno de sus militantes como responsable de este atentado. Pese a las persecuciones y torturas a las que fueron sometidos los militantes apresados, nunca se comprobaron jurídicamente las responsabilidades individuales en la operación. En el ‘87 el FPMR se desvinculó definitivamente del Partido Comunista y siguió con los secuestros. En el ‘88 mueren 2 importantes líderes y posteriormente, con el fin de la dictadura, las acciones disminuyeron.
EL AJUSTICIAMIENTO
El día lunes 1 de abril de 1991, Jaime Guzmán se encontraba en el campus oriente de la Universidad Católica. El principal mentor del terrorismo de Estado, daba una cátedra de Derecho Constitucional. Pasadas las 18.00 hrs. al salir de la sala, Guzmán se percató de la presencia de dos militantes del FPMR. Mandó a llamar a su chofer e hizo un llamado telefónico. Los frentistas habían decidido esperarlo afuera del campus. Lentamente, salió el auto que trasladaba a Guzmán en el asiento del copiloto. Sin más demora, allí mismo se produjo el ajusticiamiento dándole un fuerte golpe a toda la impunidad con la que comenzaban a moverse estos criminales a inicios de los años ‘90. Guzmán queda gravemente herido y muere horas después. Jaime Guzmán era un siniestro personaje. Soberbio,arrogante, fundamentalista, considerado
uno de los principales responsables del quehacer de la dictadura, de la implantación de una constitución antidemocrática, antisindical, inmoral, por lo cual su ejecución puede ser considerada como un acto de justicia en manos del pueblo.
¿QUÉ NOS QUEDA?
De estos rebeldes queda poco hoy. Del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, también queda poco hoy. Ya no hay tal rebeldía, enfrentamientos, secuestros, ni atentados. Quisiera saber dónde está ese frente. La historia lo exige, sobre todo en tiempos tan violentos, de tanta desigualdad, injusticia y pobreza. Quizás la desaparición del FPMR comprueba que no necesitamos una vanguardia paramilitar libertadora; que no necesitamos comandantes ni mártires de la revolución. Que lo que sí necesitamos es un pueblo consciente, un pueblo armado a puro poder popular. Sin embargo, no se puede desconocer el aporte del FPMR en la historia de los movimientos rebeldes en Chile. No se puede desconocer el sofisticado nivel operativo de sus acciones que posibilitaron el asesinato de un fascista tan pavoroso como Jaime Guzmán y la osadía de lanzar cohetes al vehículo de Pinochet. Lamento no haber tenido estos antecedentes aquel día en la casa de mi nona en el ‘96 mientras observábamos la noticia de la fuga del siglo. No pude comprender nada en ese momento. Y sin embargo lo recuerdo, por su simpleza y por el impacto. Hoy lo entiendo todo. Pero ella… Ella siempre lo supo todo.
Editora de la revista MALA. Miembro del grupo editor del periódico “Solidaridad”. Columnista de uno que otro medio de comunicación independiente y libertario.
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¿Cuál violencia?
Por la Federación Anarquista Uruguaya (FAU)
“Pienso que un régimen nacido de la violencia y que se sostiene con la violencia sólo puede ser abatido por una violencia correspondiente y proporcionada, y que por ello es una tontería o un engaño confiar en la legalidad que los opresores mismos forjan para su propia defensa.” (E. Malatesta) La violencia viene de arriba, de los de arriba, y ha sido orquestada para contener, someter y disciplinar los claros márgenes “legales” del sistema. El propio sistema capitalista ha organizado los “ilegalismos” de tal forma que aseguran y reproducen su dominación. Estos “ilegalismos se han reestructurado con el desarrollo de la sociedad capitalista. Este sistema, desde su nacimiento, desde su estructuración, le ha declarado la guerra a los de abajo, a los trabajadores y al pueblo. Ello está a la vista, y está implícito en la estructura de dominación creada, producida y reproducida. Esta estructura puede parecer “pacífica” por momentos, pero todos sus organismos y dispositivos contienen violencia y de manera directa producen el efecto deseado: la reproducción que se pretende, el mantenimiento del privilegio para unos pocos, la opresión, el disciplinamiento general y la explotación de miles. Ya lo decían los viejos socialistas que la violencia viene de arriba, que el sistema se asienta en la violencia y reprime ferozmente cualquier intento de cambio. Malatesta señalaba: “Los propietarios, los capitalistas han robado al pueblo, con la violencia y el fraude, la tierra y todos los medios de producción, y luego de este robo inicial pueden sustraer cada día a los trabajadores el producto de su trabajo. Pero fueron ladrones afortunados, se volvieron fuertes, hicieron leyes para legitimar su situación y organizaron todo un sistema de represión paran defenderse tanto contra las reivindicaciones de los trabajadores como contra los que quieren sustituirlos para hacer lo mismo que ellos hicieron.” Es un sistema de dominación cada vez más feroz, de valores deplorables, ausente de sensibilidad en relación al
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ser humano, capaz de volver a realizar aquellas las mismas atrocidades que en periodos anteriores. Y es que éstas constituyen el núcleo duro de la estructura de dominación capitalista. La violencia es uno de sus principales componentes. La violencia de los de arriba resulta correspondiente en todas las esferas sociales: económicas, políticas, jurídicas, militares, ideológicas y culturales. El poder dominante forma una cadena que circula y aprisiona todo el campo social. Cada esfera tiene su especificidad y no es reductible a la otra pero todas son funcionales a la estructura de dominación. El poder dominante, nos dicen, es una relación de fuerza. Tiene la capacidad de mostrarse con máscara y sin máscara, dependiendo de situaciones. El poder dominante realiza en todas sus instituciones un despliegue de fuerza violenta. De aquí surgen los viejos conceptos de los anarquistas precursores, que tienen plena vigencia al día de hoy: la violencia siempre viene de arriba y a los obreros y a los pueblos sólo les queda la alternativa de la resistencia, o sea de responder como puedan a esa violencia para sobrevivir, para soñar y luchar por un mundo distinto, donde tanto horror y crueldad no tengan cabida. En tal contexto, tenemos a los miles y miles de hombres y mujeres de nuestros pueblos que fueron vejados, torturados y asesinados. Todo esto no ocurre por accidente, no son cosas que pasan ante hechos singulares que no se repetirán. Esto es así porque está impreso en los elementos constitutivos del sistema, en su ADN. Harán una y otra vez lo que hicieron, ¿Acaso no lo están haciendo hoy en diferentes lugares del mundo? ¿Acaso no ocurrió hace cerca de un mes el asesinato de Cícero Guedes dos Santos, o también la impune muerte de Sabino Romero? O ¿Acaso no siguen siendo perseguidos y presos los luchadores sociales, como los compañeros de la Cooperativa 1º de mayo de la FOB en Bariloche? ¿Acaso no lo acaban de hacer en Chile con el asesinato del compañero sindicalista Juan Pablo Jimenez? O ¿Tendremos que dejar de recordar al pueblo de Bagua, los Guaraní Kaiowa, al pueblo Mapuche? Lo harán
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“Fue una detención absolutamente desproporcionada e injustificada, y nunca más vi de nuevo mi pintura.” hasta que tengamos fuerza para pararlos y revertir el funcionamiento de este inmundo planeta capitalista. Pero aún existe un territorio de sueños y luchas. Un territorio que se habita para siempre. Tenemos campos donde viven sentimientos, que son pensamiento y memoria, que odian la crueldad asesina y aman un sueño revolucionario, el mismo por el que tantos lo dieron todo. Este sentir no apagará su motor. Jamás se doblará la hoja de ese libro que marca un horizonte. Así como nunca serán olvidados los compañeros caídos ni sus ideales. Sin duda. En este territorio, en esta otra realidad están los compañeros Gerardi Gatti, Pocho Mechoso, León Duarte, Elena Quinteros, Adalberto Soba, Idilio de León, junto a varios más. Ellos estarán siempre entre nosotros. Con su pueblo. Se seguirán sintiendo también donde haya una lucha, donde haya rebeldías contra el sistema, donde haya cabezas con utopías, donde haya entrega por la causa que se pelea, donde se ponga el corazón y todo para arrimar un granito de arena para ir acercándose a una sociedad
justa, libre y solidaria, sin pobres, sin privilegios, sin burgueses. Donde haya sueños y esperanzas, donde haya bronca y ganas de sacarse esta inmundicia de sistema de arriba, donde haya pelea de veras por lograr otra forma de vivir. Allí estaremos todos, allí estará la resistencia de los oprimidos y explotados de este mundo, luchando y creando poder popular.
Federación Anarquista Uruguaya, fundada en Montevideo en 1956 desde un caudal de diversas experiencias de militancia. Adhiere al Anarquismo Especifista. Resiste y lucha hasta nuestros días por el Socialismo Libertario
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La defensa de los que luchan
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a Defensoría Popular es un organismo de derechos humanos que se constituye para la defensa de los luchadores sociales, entendiendo como tales, a quienes se enfrentan con el Estado por medio de la protesta social. A lo largo de nuestra existencia, hemos tenido la posibilidad y obligación por su parte, de defender a diversos luchadores sociales, dentro de los que se cuentan a movimientos de pobladores en lucha, organizaciones estudiantiles, grupos libertarios y otros, cuyo patrón en común es el legítimo ejercicio del derecho de disidencia. En consecuencia, una vez que los grupos de la disidencia entran en conflicto con el Estado, sobretodo de manera más marcada dese el año 2005-2006 (léase primera revolución pingüina y emergencia de los pobladores de ANDHA CHILE A LUCHAR) surge la Defensoría Popular, cuyo trabajo tiene como propósito enfrentar la política de criminalización de la protesta social llevada a cabo por el Estado, y que según nuestro entender, se articula en torno a los siguientes tres ejes, a saber: 1.- LA BRUTALIDAD POLICIAL, LA REPRESIÓN QUE VIVIMOS A DIARIO. Nosotros la enfrentamos dando asistencia jurídica a los luchadores sociales desde los primero actos del procedimiento, generalmente en las comisarías, hasta la conclusión de la acción penal que se dirige en su contra, para luego, de ser necesario, interponer las correspondientes denuncias o querellas por el delitos que los funcionarios policiales cometen en contra de aquellos, dentro de los que se cuentan los de
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tortura, de violencia innecesaria u otros. Lo cierto es que las policías actúan ilegalmente, se prolongan innecesariamente las horas de detención y de permanencia en las comisarías o en los vehículos policiales, transformándose todo ello en tierra de nadie. Nadie controla las detenciones. En estos últimos años de revuelta social, se han sucedido más de mil detenciones en un solo día, esto último solo como un dato para mejor ilustrar lo señalado, de las cuales la gran mayoría son detenciones ilegales. De otra forma, podemos señalar lo mismo diciendo que el 95% de estos detenidos son puestos en libertad directamente desde los cuarteles policiales y el otro 5% pasa a control de detención. De éstos, los tribunales de garantía la gran mayoría de las veces declara las detenciones como ilegales, y no porque nosotros seamos unos expertos abogados, sino porque la policía no hace bien su trabajo, y no se pueden sostener los cargos que intentan imputarse. 2.- LA PERSECUCIÓN PENAL EN MANOS DE LOS FISCALES Y DEL MINISTERIO PÚBLICO, SIRVIÉNDOSE DEL FAMOSO DELITO DE DESORDEN PÚBLICO. De hecho, el proyecto de ley Hinzpeter tiene como principal objetivo modificar el actual artículo 269 del Código Penal que establece y tipifica el delito de desorden público. La actual legislación contenida en el artículo 269 data desde la dictación del Código Penal en 1880. Por cierto, la realidad de la cuestión social a fines del 1800 es muy distinta a la realidad actual. Y no solamente en Chile, sino que en el mundo. Los fiscales se encargan de la persecución penal y a
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Por Rodrigo Román los luchadores sociales les imputan cargos como desorden público. Además hacen uso de leyes especiales, como la ley antiterrorista, que permite establecer mayores sanciones, restricciones a las defensas, ser juzgado con testigos encubiertos, sin identificación, lo cual es una aberración ante el derecho internacional y está siendo cuestionado actualmente. Además la persecución penal contempla otras leyes especiales, como la de control de armas y explosivos, que tipifica el uso de bombas incendiarias, como las molotov. Esto, más que un análisis jurídico requiere un análisis sociológico, porque hoy en día los jóvenes se atreven a enfrentar a los cuerpos policiales con esta herramienta que es parte de la violencia política que ha acompañado a los movimientos sociales desde hace más de 100 años. 3.- LA INVISIBILIZACIÓN. Los medios de comunicación se quedan se encargan de visibilizar solo las conductas que limitan con el derecho penal, pero no visibilizan las causas del movimiento, pretendiendo con ello convertir a la protesta social como un delito y a los luchadores sociales como delincuentes. Nosotros les preguntamos a los operadores del sistema penal ¿para qué hacen pasar por el rigor innecesario a la gente, en las comisarías, en los calabozos, esposados frente a la prensa? Para qué si al día siguiente te ofrecen una salida alternativa y ni siquiera insisten en la persecución penal. ¿Qué sentido tiene el despilfarro de recursos humanos, económicos y de infraestructura en perseguir con-
ductas que no son constitutivas de delito? Nosotros hemos dicho siempre que la protesta social es un derecho humano fundamental y que lejos está de ser un acto constitutivo de delito. La experiencia de la Defensoría Popular tiene un punto álgido entre el 2011 y 2012 cuando hay un movimiento de protesta social en distintos puntos del país, donde defendimos más de 500 causas. Desde ese momento, hemos estado participando de distintas instancias y el resultado entre otras razones, se expresa en la circunstancia que ya se han conformado defensorías populares en Concepción, Valparaíso y pronto lo será en Antofagasta, lo cual para nosotros es un tremendo orgullo. Todo esto responde al momento político actual. Ninguna defensoría popular hubiera sido posible ni necesaria si no estuviéramos en presencia del peligroso y hostigoso Estado policial que hoy por hoy campea en nuestra sociedad. El Estado policial se va a seguir consolidando, pero el pueblo puede estar tranquilo que tiene su propia herramienta de defensa y eso es tremendo. Finalmente, señalamos ser promotores del derecho penal callejero y eso es algo que no está en las bibliotecas ni en las universidades. Está en la calle, con los que luchan. Abogado, miembro fundador de la organización “Defensoría Popular”, organismo de Derechos Humanos creado en 2008 como una herramienta de defensa de los derechos de luchadores sociales.
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En la cárcel Por Pedro Quezada
“Sólo podremos sentirnos libres, mientras no haya un solo preso.” Mijail Bakunin.
Estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía, en la Universidad de Playa Ancha. El 2012 fue encarcelado por participar de una protesta estudiantil.
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Asumo mi prisión política con la más grande dignidad que nos da la lucha”. Cuando escuché esta declaración de Emilio Berkhoff por la radio cuando era sacado y detenido por la PDI desde su hogar, acusado por el Gobierno de ser “el supuesto líder de la CAM”, sentí que esa frase jamás debería olvidarla y que ninguno de nosotros(as) debería hacerlo. ¿Por qué comienzo con esto? Creo que una de las principales intenciones que tienen al criminalizarte y encerrarte en la cárcel, es quitarte la dignidad, hacerte pensar que no eres nada, que tu lucha para ellos no existe y que no te “hace especial”. Por lo mismo, pienso que es por eso que (al menos en mi caso) te encierran con la “población penal común”, es decir, con imputados en prisión preventiva por diversos delitos: homicidios, violaciones, robos con intimidación, hurtos, estafas, narcotráfico, entre otros. En la fría Cárcel de Playa Ancha, dentro de toda la población penal del módulo yo era el único entre todos que estaba por “protestar”. Muchos pensamos que éste podría ser un momento de aprovechar de hablar con los presos sobre sus carencias y darle un contexto político y social. Pero para el común de los presos yo estaba puro perdiendo el tiempo; para ellos, los que estudian y trabajan “son puros giles”. Los códigos de la “cana” y de la calle son distintos. La cárcel es como la reproducción del sistema económico que hoy en día nos domina, pero en un contexto de mayor violencia, competitividad, atomización, desigualdad e indignidad. Es como la reproducción de los peores vicios y valores creados por el capitalismo extremo en nuestra sociedad. Desde el principio, costó adecuarme. La primera vez preso estuve sólo 13 días, lo que prácticamente me hizo pasar desapercibido. Luego estuve con una medida cautelar de arresto domiciliario por unos días, pero ésta fue revocada y volví a prisión preventiva, y ahora sí, duré más tiempo preso. Esta segunda vez fue más cruda, difícil y -al estar más tiempo- ya no pasaba tan desapercibido como antes. Ahora “era conocido”, me decían que me habían visto en el diario, que había salido mi abogado (Rodrigo Román) en la tele y, por lo mismo, se acercaban a conversarme. Incluso algunos ya se habían interesado en mi situación. El apoyo y solidaridad que me brindaron desde afuera en varios sectores, ayudó para que mi estadía fuera más llevadera en todo sentido. Tras más de 70 días apresado por la acción del Ministerio Publico, la Gobernación y Carabineros como querellantes, gracias a mis abogados y a la lucha de mis compañeros logré recuperar la libertad y con ello se inició una nueva etapa. Debo admitir que de alguna forma la cárcel cambió algunas nociones y percepciones de ciertas cosas, pero en lo medular me ayudó para fortalecer una posición con respecto a prácticas o formas de hacer política. Estando preso lo que sobra es tiempo, y éste sirve para reflexionar. Una de las ideas pensadas más relevantes es una crítica a la política paternalista, egocéntrica y sectaria, lamentablemente heredada de tiempos siniestros y del terror. A medida que el modelo económico capitalista neoliberal se profundizaba y consolidaba en nuestra sociedad, “la vieja forma de hacer política”, esa nacida de la desconfianza y de la chimuchina política de pasillo, hacía lo propio al igual que el modelo, manteniéndose en ciertos grupos (organizaciones) y personas de izquierda. Siento que esto es relevante, porque debemos saber superar estas prácticas para hablar verdaderamente de solidaridad de clase, unidad en la lucha y así, avanzar en la construcción de un proyecto de sociedad desde y para la clase trabajadora explotada. Todo esto viene al caso, porque no sólo en el día a día cotidiano debemos convivir con la competencia, el egocentrismo, la soberbia, la falta de autocritica, sino que también en la sociedad encarcelada, donde en su mayoría sólo cae el pueblo precarizado y más atomizado. Eso es violencia. Quizás dejo muchos detalles de la experiencia sin plantear aquí, pero salí un 29 de marzo para protestar contra el terrorismo de Estado y terminé siendo acusado de homicidio frustrado y porte ilegal de armas. Todo el aparataje del Estado se me vino encima. Impunemente, todo estaba fuera de procedimiento. Un montaje más. Eso es violencia. Y a este tipo de terrorismo sólo hay una forma de combatirlo: con más y más lucha. Mi libertad se consiguió luchando.”
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Dirigente estudiantil, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES.
C
Por
Eloísa González
omo vocera de la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios), he asumido un rol determinado, como cualquier otro compañero. Lo he hecho con todos los riesgos que esto pueda implicar. Este rol consiste en traducir y expresar las discusiones que se llevan a cabo en nuestras asambleas para el conjunto de la población. Y significa por tanto, una exposición mayor a través de los medios de comunicación, lo que me ha significado ser blanco de distintas amenazas. Ante esto, conjuntamente con el resto de los estudiantes secundarios, fuimos construyendo nuestras propias redes que pudiesen resguardarnos de cualquier tipo de riesgo. Nuestra experiencia nos dicta que las balas locas no son tan locas, y que no sirve tener compañeros mártires porque los necesi-
La mejor manera de limar este tipo de asperezas es mediante la permanente discusión y el "quehacer" político en cada uno de nuestros espacios. Es difícil sin alguna determinada coyuntura que depure estos procesos, pero con este tipo de contradicciones tenemos que lidiar permanentemente. Una de las expresiones más violentas que tienen por ejemplo los medios masivos de comunicación, es permanentemente estar empujando a tener únicamente dos definiciones antagónicos (como blanco y negro, bueno y malo). Estas definiciones se aplican por ejemplo en el caso de la violencia; ¿Estamos de acuerdo o no con ésta? La respuesta nuestra que se hace tan difícil de transmitir debido a su rápido encasillamiento en prejuicios, no es
tamos a todos presentes para dar esta pelea que -de una u otra forma- es lo único que tenemos. Mi generación tiene la misma esperanza, la misma rabia, el mismo ímpetu, y la misma certeza que aquella juventud de mis padres, o los padres de mis compañeros. La razón por la cual unos pocos compañeros de aquella época (los que siguen vivos y siguen sintiendo la vital importancia de luchar) estén hoy de pie sin sentir la derrota como un absoluto, es la misma por la cual mi generación hoy está de pie. Ahora, nuestra ventaja es que podemos aprender de los errores del pasado, de los nuestros en el presente y ocupar nuestra experiencia para construir y fortalecer nuestras organizaciones y -sobre todo- los procesos de lucha social que se verán durante los próximos años para que el desenlace de éstos sea para nosotros una victoria y no una derrota. Creo que los jóvenes de hoy en día son condicionados por el prototipo de juventud que se espera por parte del modelo y del mercado. E incluso esta "rebeldía" se observa como algo propio de la edad más que una actitud natural frente a la opresión permanente del sistema.
ni si ni no. No estamos de acuerdo con la violencia, pero tampoco consideramos parte de esta violencia lo que denominamos como autodefensa. Violencia es la opresión permanente de las clases dominantes, violencia es ser agredida o discriminada por ser mujer, LGBTH, o pobre. Violencia es aquella que practican a diario los aparatos del Estado en nuestra contra. Pero explicarle esto a la gente que no tiene herramientas al alcance para entenderlo, que observa a diario la tele, y además hacerlo a través de un filtro que te condiciona a poseer un determinado discurso y que no permite darnos el tiempo para explicar nuestra postura, es muy difícil. Por eso es que apoyamos las iniciativas que levantan plataformas comunicacionales alternativas, independientes y que respaldan los movimientos sociales, por eso también, hemos desarrollado discursos que poco a poco, de la mano con la movilización, permiten disputar más espacios desde dónde podamos comunicarnos y con un discurso que se escape de las imposiciones editoriales o de los tecnicismos que nadie entiende.
VIOLENCIA EN LOS MEDIOS
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MALA / EDICIÓN 08 / 2013
VIOLENCIA, HISTORIA, CULTURA
Por Jorge Coulón
L
a palabra y el concepto de violencia se pierden en la noche de los tiempos, su raíz indoeuropea dio origen a través del latín a su pariente violar. Curiosamente, la violencia era bien valorada en el contexto de la guerra, pero el término pierde el carácter positivo al encontrarse con niños y mujeres; el guerrero violento perdía su halo heroico cuando, entrados en los poblados esos mismos guerreros ejercían violencia en contra de mujeres y niños. La evolución de la tecnología, de la cultura, de las ideas antibelicistas, ha ido arrinconando el término como concepto positivo, sin embargo, muchas de las cualidades que caracterizaron al violento siguen conservando el respeto social: el valiente, el corajudo, el luchador, el que no da su brazo a torcer, el guerrero, etc. La misma democracia, en uno de sus ejercicios, el electoral, nos agobia con campañas, comandos, generalísimos, etc. para apoyar o posicionar a un “candidato”, palabra que viniendo de cándido, o sea limpio, inocente, está lejos de tanta palabrería militar. “La violencia es la partera de la Historia” sentenció Marx y las interpretaciones aún hoy remecen las discusiones, las conciencias y el lenguaje de la izquierda. Es difícil, a la luz de la historia, desmentir la sentencia marxiana, pero de ahí a elevar la violencia a un único camino para terminar con la institucionalizada “violencia del sistema” es ignorar siglos de pensamiento humano, incluido el pensamiento de Marx. Hasta las parteras han pasado a ocupar un lugar menos prominente en la sociedad ultra tecnologizada de hoy. Pero el lenguaje crea realidades y la perduración de valores ligados a un determinado concepto. Por esto, la guerra o la violencia institucionalizada crea realidades y situaciones en las que se cree positivo y necesario que sean resueltas por la violencia. La aceleración que ha tenido el desarrollo tecnológico,
nos permite hasta ver el Big Bang; comunicarnos en tiempo real entre cualquier punto del planeta; desplazarnos de un continente a otro en un tiempo que hace apenas unos años era el que nos tomaba un simple viaje a la playa; en fin, un sinnúmero de posibilidades que deberían maravillarnos, pero nuestros esquemas culturales han saltado completamente y el ser humano sigue siendo -para bien y para mal- el mismo de hace un siglo, dos o diez, y vive el desarrollo con creciente inseguridad y sin las herramientas de conducta y conocimiento que lo hagan responsable del mundo que ha creado a su alrededor. En física, las diferencias de potencial son las que determinan el fluir de la energía, tanto en calidad como en cantidad, así, toda diferencia crea un potencial desplazamiento de energía: Diferencias sociales, diferencias sexuales, diferencias económicas, etc. Que ese desplazamiento sea controlado o descontrolado depende de la cultura. Y es así como las diferencias se transforman en energía incontrolada y por lo tanto en violencia. Las ciudades crecidas descontroladamente son violentas y generan violencia; la concentración económica es violenta y genera violencia; la convivencia -en ese contexto- es violenta y genera violencia. Millones de seres humanos, culturalmente campesinos, esclavos culturales de roles de dominio o sometimiento, de roles de proveedores o criadoras, conviven en innaturales ghettos en los que la violencia de género, de clase, de condición social, de condición sexual, se respira a diario. Late en las calles, en las casas, en los lugares de trabajo, en los medios de transporte. Quizá la violencia ha decidido cambiar de profesión y para cerrar el ciclo haya resuelto ser la sepulturera de la historia. Músico multiinstrumentalista chileno, especialista en instrumentos de cuerda. Es uno de los integrantes del reconocido grupo Initi Illimani.
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Por Nano Stern B
Cantante y compositor chileno que se destaca por su talento multiinstrumentalista y por su cercanía con el canto popular. Ha recorrido los 5 continentes con su canto como pasaporte y sus instrumentos como medio de transporte.
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rilla el sol en Santiago. Disfruto de un café, y me concentro en mi trabajo. Tomo la guitarra, me dispongo a dejar que la mañana cante sin interferencia por entre sus cuerdas. Hay calma en la casa y en la mente. Suena el teléfono. Es de un call center. Una mujer con acento extraño me saluda muy cordialmente, preguntando si acaso yo soy yo. Despojado ya de mi anonimato, me preparo para lo que viene. Resulta que he sido seleccionado de entre muchos, millones tal vez, por mi calidad de cliente "preferencial". Soy un afortunado, me dice, porque tengo un credito pre-aprobado. PRE - APROBADO. Me ofrece dos millones de pesos. Cualquier mínima señal de aprobación de mi parte puede y será utilizada en mi contra. La llamada está siendo grabada, para más remate. Me dice que es simple, que una tarjeta dorada llegará por correo, si es que acepto. No hay costos asociados durante los primeros meses, me dice. No hay intereses. Entro en pánico, pienso en bombo fica, y me siento ridículo. No quiero ser un esclavo de Master Plop. Es mucha plata y para colmo la muchacha es simpática. Afortunadamente, bastan un par de instantes para que entre en razón y le responda que no. "NO GRACIAS" digo. Ella insiste. Insisto, esta vez menos agradecido. Y dale... cuelgo. Quedo aturdido. Me han violentado en mi propia casa, por teléfono. Y me he convertido en un ente violento, capaz de colgarle en plena cara a una señorita extranjera. He vencido esta batalla, no me afiliaron a su tarjeta. Pero he salido de este combate con llagas. Me pongo a pensar en que el sistema es como un pulpo gelatinoso, no se deja ver con claridad pero tiene muchos tentáculos; largos y pegajosos. Tentadores algunos. Como esos que vienen a veces en el ceviche. ¿Acaso habrá sido peruana la señorita?
índice MALA / EDICIÓN 08 / 2013
Editorial
2-3
“El miedo como instrumento político” Por R. Sohr
4-5
“No te calles” Por Mariem Labidi
6-7
“La guerrilla urbana en Chile”, Por Nathaly Jones
8- 9
¿Cuál violencia? Por la Federación Anarquista Uruguaya (FAU)
10-111161011
“La defensa de los que luchan” Por Rodrigo Román
12-133
“En la cárcel” Por Pedro Quezada
14-15
“Violencia en los medios” por Eloisa González
16
“Violencia,Historia, Cultura” Por Jorge Coulon
17
Nano Stern
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Queda rigurosamente permitida la reproducción total o parcial de esta publicación y puede transmitirse en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro. El resultado de nuestra obra de creación colectiva no corresponde a un producto, por lo que éste ha sido elaborado precisamente para ser democratizado y socializado.
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ficha
técnica EDITORA: Nathaly Jones. DISEÑO: Polilla Delacalle. Ilustraciones: Nata. EN ESTA EDICIÓN: Raúl Sohr, Mariem Labidi, FAU, Rodrigo Román, Pedro Quezada, Eloísa González, Jorge Coulón y Nano Stern. AGRADECIMIENTOS A: der Revolutionsmäzen y a Flavia. Vectores recuperados de iconoclasistas.com.arg
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“La cita más importante es siempre en las barricadas.” Alfredo M. Bonanno
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