Nudo Gordiano #10

Page 8

Ricardo Tello Tovar Sería su primera navidad trabajando en el hotel. Hacía mucho tiempo que no pasaba las fiestas así, solo. La soledad le resultaba ajena, como si perteneciera a esa juventud recia y desapegada, ahora tan distante: donde hubo desarraigo había domesticación, donde hubo melancolía, amor. Durante la mañana y la mayor parte de la tarde estuvo pendiente de la recepción del Contralmirante Romero, un alto mando de la armada que había viajado a Bahía Solano como parte de la delegación del Gobierno para una reunión extraordinaria de seguridad, pues era un secreto a voces que había una guerra entre bandas que buscaban hacerse con el control del puerto para el expendio de drogas. Desde temprano Miguel Ángel mandó a colgar las arañas finas de cristal, ordenó servir las mesas largas del salón de eventos con empanadas de jaiba y toda clase de pasabocas de mariscos, y avisó en el bar que los de uniforme tenían derecho a barra libre. El día transcurrió sin novedades, y cuando el sol se fue, los chimbilás comenzaron a revolotear de un lado al otro del lobby, atraídos por los insectos que volaban alrededor de las luces eléctricas, silbando como balazos sin nunca impactar en nada, asustando a las mujeres y despertando las risas en el Contralmirante y sus acompañantes. Miguel Ángel se sentía incómodo entre la música y el corrinche, con la humedad del aire pegada al cuerpo, hundida en sus pliegues. Para su alivio, los marineros eran gente cerrada: cálida con sus colegas, pero indiferente con los demás. No recibió más que algunos saludos y el elogio casual por la comida y las instalaciones. Era su intención pasar desapercibido, no tener que darle explicaciones a nada ni a nadie, ser discreto en sus trabajos. Tenía miedo de que los marineros le preguntaran cómo se sostenía un hotel con tan pocos turistas en esa zona. Era una pregunta inevitable, no existía una carretera hacia Bahía Solano; para llegar había que hacerlo por agua desde Buenaventura o en avión, desde Medellín o Quibdó. 8


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.