Espejo de mano Evaluna Pereyra Eufrasio Inhumano, amorfo, ese es mi reflejo. Un abismo se abre dentro de mis ojos, regalos de la noche, oscuros umbrales recorridos por la muerte. Cortante, frío, plano, ese es mi reflejo: expresión falaz, sonrisa sin dientes, máscara que no oculta un rostro, tapa del féretro de mi alma: aquí nunca hubo nada. Simétrico, perpetuo, ese es mi reflejo; que no tiene voz ni nombre, que una grieta lo atraviesa en el medio, que a fuerza de repetir movimientos, no existe. Inútil, vacuo, ese es mi reflejo, simplemente porque es mío.
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