Revista Odradek Nº9

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Nº9 VERANO 2021

FERNANDA BARCELÓ | LEDUM | MACARENA GARCÍA

ODRADEK


Imagen de portada: Fernanda Barcelรณ Providencia 2271 editorialodradek@gmail.com

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enero NÚMERO 9 SANTIAGO CHILE

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Ensayo

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Ficción

Entrevista

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Ensayo

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Ensayo

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Ficción

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Arte

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Macarena García Una última oscuridad

LEDUM Ritos y ceremonias

Constanza Michelson Arritmia y saudade

Elizabeth Taylor El olor de las madres

Marcelo Mellado Pueblos Abandonados, de la destrucción retórica de Chile

Héctor Donoso La chica de Moldavia

Fernanda Barceló Meter las patas o encontrar

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ENSAYO

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UNA ÚLTIMA OSCURIDAD

MACARENA GARCÍA

Porque cuando su propia luz se apagó no se quedó sin embargo a oscuras. Una especie de luz le llegaba desde una ventana en lo alto. Sobresaltos, S. Beckett

Esta es la historia de un restaurante. De una serie de pinturas que decorarían las paredes de un restaurante. Es junio de 1958 y Mark Rothko, en ese entonces un pintor ya bastante reconocido, calificado a su pesar como “expresionista abstracto”, recibe de parte de los dueños del flamante Four Seasons, ubicado en la primera planta del edificio Seagram, en Manhatthan, la invitación a hacerse cargo de la decoración del salón privado del que sería uno de los más lujosos restaurantes que jamás se hubieran inaugurado, según proclamaba la prensa del momento Lo había recomendado Alfred Barr, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Sus cuadros, estarían

emplazados en el único salón privado del inmueble diseñado por Mies van der Rohe de acuerdo a su noción de “espacio universal” – marcos espaciales en cuyo seno puede tener cabida cualquier cosa–, entre piscinas, follaje, piedras de travertino y accesorios de bronce, a lo que se sumaría más tarde una importante colección de arte que incluiría, además de los suyos, lienzos de Picasso, Joan Miró y Jackson Pollock. Le ofrecieron la onerosa suma de 35 mil dólares, nada en relación con los exorbitantes 75 millones de dólares que alcanzaría una pieza suya en un remate de hace algunos años, pero no era poco.



ENSAYO

Rothko aceptó, e inmediatamente se hizo de un taller adecuado para dar inicio a la producción del encargo site specific, un antiguo gimnasio reformado con proporciones similares a las del salón que se le encomendó. Hacía ya diez años que venía trabajando el gran formato, preferentemente vertical, con la serie de pinturas conocidas como Sectionals. Lo de ahora, sin embargo, tendría un formato algo distinto: imaginó un conjunto de paneles murales apaisados que rebasarían definitivamente el formato en el que hasta entonces había experimentado. “Para mí los cuadros pequeños son como novelas y los cuadros grandes como obras de teatro en las que uno participa directamente”, aclararía a uno de los asistentes a la conferencia que en noviembre de ese año dictaría en el Pratt Institute. Y es famosa la confesión que hace a su amiga Dore Ashton cuando lo visita en su taller de Bowery Street y lo descubre trabajando en los paneles: “he creado un lugar”, le dice. “He creado un lugar”. Realizó tres series, en total casi 40 paneles. La primera serie no le gustó como conjunto y la vendió aparte. En la segunda dio con la idea básica, aunque la

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fue modificando sobre la marcha; le parecía, todavía, demasiado cruda. La tercera, realizada entre el año 59 e inicios del 60, sería la definitiva. Si definitivo puede llamarse un conjunto producido específicamente para un lugar en el que nunca se montó. Porque así fue: Rothko finalmente desistió, devolvió la plata y se quedó con los paneles. ¿La razón? Mucha tinta periodística y especulativa ha corrido tras ella. Existe sin embargo un testimonio al que varios se aferran. El testimonio de un modesto escritor norteamericano que en el verano de 1959 había coincidido con Rothko en el USS Constitution viajando ambos de vacaciones rumbo a Italia. Era la primera noche a bordo tras salir de Nueva York. Después de cenar, sustrayéndose al entusiasmo festivo que repletaba y repletaría cada noche los salones del barco, Rothko encuentra solo a John Hurt Fisher en el bar. Se acerca a él y se presenta. Toma asiento y muestra


ENSAYO

interés en conversar –Rothko era, al contrario de lo que uno podría pensar, un gran conversador, gran fumador y gran bebedor– no sin antes asegurarse de que Fisher no tuviera nada pero absolutamente nada que ver con el mundo del arte, un mundo que, según le aclararía, no le inspiraba ninguna confianza. Siendo que no era así, que el mundo de Fisher era, por decirlo de alguna manera, completamente otro –un mundo vinculado a la escritura pero, más precisamente en ese momento, al compromiso político con el candidato demócrata a la presidencia Adlai Ewing Stevenson, para quien escribía los discursos–. Siendo así entonces Rothko se explaya contándole acerca del encargo en el que llevaba trabajando hacía más de un año de manera incansable y que lo tenía no solo agotado sino completamente enrabiado. “No aceptaré nunca más un trabajo como éste”, le habría dicho, o al menos eso recordaría Fisher que le dijo Rothko cuando horas más tarde, de vuelta en su habitación tras varios whiskys, se animara a sacar su libreta para anotar la sustancia, lo medular de esa primera conversación. De hecho”,

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continuaría Rothko con sus diatribas, “he llegado a la conclusión de que ninguno de mis cuadros debería estar expuesto en lugares públicos. Acepté el encargo como un desafío, con la peor intención. Con la esperanza de pintar algo que le estropeara el apetito a todo hijo de puta que comiera en la sala. El mejor cumplido sería que el restaurante se negara a colgar los murales, pero no lo harán. La gente aguanta lo que sea hoy día”. Tendría presentes, de seguro, las duras críticas que había recibido de parte de sus amigos tras haber aceptado el encargo: Barnett Newman y Clyfford Still, los más severos, lo habían tildado de “prostituta del arte”. Por eso intentaba excusarse: “Debemos encontrar un modo de vida y un trabajo que no tenga la consecuencia de ir acabando con todos nosotros”, le confesaría a Fisher, algo dolido, durante alguno de los cuatro días que duró el trayecto. O tal vez más tarde, mientras recorrían juntos las ruinas de Nápoles.


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El caso es que Rothko había iniciado ya la serie que se conocería como la definitiva. Había dado, por ejemplo, con la paleta cromática, que describió a Fisher como una “paleta oscura, más sombría que cualquier otra cosa que hubiera hecho anteriormente”, y que alcanzaría su espectro definitivo al encontrarse, tras el desembarco, con los frescos romanos que decoran el antiguo comedor o triclinium de la Villa de los Milagros, en Pompeya, representación de un rito de iniciación en el culto a Dionisos. Creía, sin embargo, que ni esa paleta hecha de púrpuras, rojos vinosos y negros ópticos lograría vérselas con la indiferencia del espectador, al que consideraba capaz de activar un cuadro con su sola mirada, o bien de matarlo, con su desprecio. “La gente aguanta lo que sea hoy día”: incluso verse rodeada de una serie de ventanas tapiadas que, como las de Miguelángel en la biblioteca Laurenziana, en Florencia, no solo no mirarían en ninguna dirección ni se abrirían a efecto alguno de profundidad –“Estamos a favor de las formas planas porque destruyen la ilusión y revelan la verdad”, le había escrito Rothko a su amigo Gottlien años atrás–, sino que encarnarían, más bien, la ceguera propia de los mausoleos, de la muerte.

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ENSAYO

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MARK ROTHKO, SIN TÍTULO, 1959


ENSAYO

De eso que George Didi-Huberman llama “el fulgor del umbral” a propósito del realismo de lo oscuro en las ventanas de algunas tumbas en Ravenna que Rothko, en efecto, pudo visitar. Sea como fuere, su búsqueda no se detendría hasta el momento en que, ya de regreso de su viaje a Italia y teniendo el encargo más o menos listo, él y su mujer fueran a comer al restaurante de cuyas paredes colgarían las ventanas tapiadas en que se habían convertido sus paneles. María Gainza lo imagina así: “El restaurante rebalsaba de trajes azul marino de Brooks Brothers, corbatas de Stefano Ricci, collares de perlas y estolas de armiño. Rothko saboreaba un gaspacho, sus ojos nerviosos escaneaban el lugar. De golpe, detuvo la cuchara en el aire, a mitad de camino entre su boca y el plato, y le preguntó a Mell –su esposa– si no olía algo raro. ‘¿Qué clase de olor?’, dijo ella. ‘Como a dinero podrido’, contestó Rothko. Luego apuró el trago, empujó la mesa y anunció que rompería el contrato”.

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Hoy día buena parte de los paneles se conserva en la Tate Gallery de Londres y en el Museo Kawamura, en Japón. Se parecen a lo que vemos cuando cerramos los ojos frente a una ventana cuya luz nos encandila: el marco que se trasluce a través de la carne de los párpados, la carne de los párpados resistiéndose, roja, a la oscuridad. A una última oscuridad.




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LA EMINENCIA DE UNA MONTAÑA

Conformada inicialmente por Ivanna Donoso y Daniel Klauser, La eminencia de una Montaña nace en el año 2019 en el estudio de la calle Los Plátanos. Después de varios ensayos, conversaciones y una fuerte inquietud por declamar, se presentaron al ciclo de poesía Mentiras del ritmo; la primera puesta en escena y performance de la banda. En esa instancia, samplearon el poema Cadáveres de Néstor Perlongher e incluyeron los textos del Manual de Limpieza escrito por Ivanna Donoso. Actualmente la banda la conforman Antonia Mosso (sintetizadores), Ivanna Donoso (voz) y Plinio Verna (guitarra). En los últimos años, la banda ha trabajado estrictamente en términos teatrales, mezclando narración, lírica e interpretación. El barrio se levanta y El retorno de una Montaña, son los dos últimos eventos que la banda ha realizado en el último año.


26 de agosto, GalerĂ­a Cima



MÚSICA

ALIMENTAR EL ESPÍRITU

PLINIO: El proyecto se origina en la intención de unir música y poesía, elementos primigeniamente unidos, separados por procesos de especialización funcionales y maquinación del concepto artístico. Las obras se materializan a través de un proceso reflexivo musical en torno a poemas generadores, de esta forma, se aúnan elementos rítmicos, melódicos y armónicos, cuál orden de las nubes rasgamos en el cielo, a través de la memoria. IVANNA: Yo no quiero limitarme con formas artisticas quiero hacer lo que se me de en el momento para comunicar. Todo está hecho, ya lo sé. En el siglo veintiuno ya no se puede ser vanguardia. Somos la nostalgia, el constante pastiche de tiempos pasados. Pero mi performance conserva algo de novedoso, por lo menos para el campo local, que es la osadía de insistir en la poesía y en la palabra en general dentro de un contexto hostil. Me parece mucho más propositivo dejar que la palabra te inocule/te traspase, el hecho de crear un imaginario propio a través de los libros y la música es alimentar el espíritu.

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EL BARRIO SE LEVANTA 26 DE OCTUBRE 2020 SANTA ISABEL 676, TALLER JOLIE PRADO


MÚSICA

DISTANCIAMIENTO Y CRISIS ESCÉNICA

ANTONIA: Ha sido bastante complejo el tema cultura de forma general en el escenario pandémico actual. Entre nosotres el trabajo no ha sido tan complejo, nos seguimos juntando igual a componer y ensayar cuando ha sido necesario y hemos logrado avances importantes con nuestro proyecto. El tema de las presentaciones sí ha sido más intermitente y complejo, pero a pesar de eso logramos presentarnos en dos ocasiones durante el 2020. Allí pudimos compartir nuestro trabajo con nuestros más cercanxs y eso lo valoramos bastante. IVANNA: Actualmente están pasando muchas cosas interesantes. Más que de la escena musical, me interesan los escenarios; las cosas que pasan en vivo y la interacción. En ese sentido, hay una especie de crisis escénica. Actualmente no hay experiencia, no hay escenario, no hay cuerpos. La inmediatez del internet ha matado un poco todo eso.

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MÚSICA

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RITOS Y CEREMONIAS

ANTONIA: Cada puesta en escena ha sido parte de un gran rito. Los símbolos se presentan y vuelven cuando nos encontramos en escena. Existen elementos claves que nos convocan, que nos reunieron en una primera instancia, que son parte de una larga historia y que veneramos. Somos conscientes de que el escenario es sagrado y que ahí ocurren cosas únicas. Cada vez que volvemos a el volvemos a ese momento. También hemos intencionado esto, por ejemplo, existe una vela ritual, esta se prende solo y exclusivamente para nuestras presentaciones. Es de color azul.

IVANNA: Todo lo que nos envuelve está lleno de rituales. Nuestra vida cotidiana. Nosotros celebramos los equinoccios, los solsticios. Hacemos sahumerios; un intento por evocar la tierra. Pensar en figuras como la de los dioses griegos; apareció Dionisio o Apolo. Las estaciones, todo eso está constantemente presente en nuestra cotidianidad. Nuestra vida está permeada de rituales; juntarse, verse, comer, etc.. Ayer fue un ritual. PLINIO: La magie, la poésie et la musique ne font qu'un; son algunas de las figuras.


5 de diciembre, Taller Jolie Prado 2020


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MÚSICA

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POESÍA Y MÚSICA: UNA COSA

CAMPOS MAGNETICOS

ANTONIA: El cruce es total. Desde ese punto base parte nuestro trabajo creativo, la reinterpretación musical que realizamos de la poesía y la reinterpretación poética que realizamos de la música. Muchas veces música y poesía son una, nuestro camino es develar esa unidad y crear una interpretación in vivo acorde...

ANTONIA: Muchas veces he sentido que nuestro sonido es la reinterpretación de algo que ya existe, es como una vuelta a algo; como si volviéramos a un momento del pasado. Es como si ya hubiéramos estado ahí, es como recordar algo que olvidé que viví.

IVANNA: La poesía y la música son una cosa. La mezcla de todo sería la dramaturgia, la puesta en escena de lo anterior: narración, lírica e interpretación. LEDUM cruza todo. PLINIO: La trenza se haya desde la raíz, las disciplinas son indivisibles, el ritmo lo unifica todo.

IVANNA: LEDUM es la mejor forma de describir la eminencia de una montaña. Es un sonido eminente. Me evoca las formas de la cordillera, altura perspectiva. Es un sonido magnético; campos magnéticos.


Primera formanciรณn Daniel klauser - Ivanna donoso Local arte cotemporaneo, junio 2019


MÚSICA

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50 CASSETES Y 80 POEMARIOS

IVANNA: Ahora en abril queremos sacar cincuenta copias de un cassette que incluye como seis canciones. No quiero decir que son canciones, pero está pensado como si fuese una obra de teatro. De este proyecto me gusta la forma en cómo todos aparecen; sacan la voz. Además del cassette vamos a publicar un poemario que contiene sólo la letra; ese poemario incluye Hiedra y dos poemas del Manuel de limpieza: Fucking I’m clean y Para limpiarme entera. ANTONIA: Sí, queremos condensar todo lo que ya creamos y sacar un cassette. Dejar copias físicas circulando. Nos gustaría viajar y tocar en otros lados pero por la pandemia todo se hace un poco más difícil. Complejo proyectarse en ese sentido pero siempre será una opción, hay que ir viendo como va todo. ESCENA ACTUAL

ANTONIA: Cada vez que veo y releo la escena musical chilena, al menos en la RM, me parece más diversa y variada. Siento que existen propuestas nuevas cada año y mucha gente motivándose a nuevas cosas. Desconozco la variedad de proyectos que existen y eso me gusta, se despliegan distintos focos de creación y circuitos culturales. Por otra parte, también observo la profundización de proyectos que sigo hace años y sus transformaciones a lo largo del tiempo; como van agarrando nuevos carácteres e intenciones, reflexión y mensajes. Es interesante el dialogo que se lleva a cabo con los diferentes mundos artísticos, con lo visual y lo corporal; dándole a la música un enfoque más amplio


ASEBED ÉSOJ AÍRAM

El barrio se levanta, 26 de octubre 2020 Taller Jolie Prado



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ENSAYO

te despiertas en la mitad Pdeor ejemplo: la noche, tienes taquicardia; no

sabes si el corazón te va a explotar o es una crisis de pánico; logras dormir un poco, y cada vez que despiertas de un salto no te decides si entonces es peor enloquecer o morir. Consultas para salir de la duda. Te explican: si fuera un asunto del corazón tendrías fatiga, y tienes todo lo contrario, andas como un trompo. Algunas noches despiertas con el mismo mal, un desarreglo del ritmo del cuerpo, ya le llamas angustia (porque así lo nombró el experto, aunque no tengas una idea sobre eso), y piensas: la angustia es un animal bravo. Le cuentas a alguien por teléfono y te pregunta si despertaste a quien duerme a tu lado cuando tenías miedo. Dices que no. No quieres molestar, le cuentas que lo resolviste, no sabes por qué, pero se te ocurrió que una bolsa de agua y un calmante podrían servir. Una bolsa de agua y un calmante. ¿No se parece eso al amor? No es tu culpa si ya no sabes sobre ese asunto, si el amor se da, se pide o se hace.

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Ya no se habla de amor, salvo para evitarlo, torcerlo, hacerlo signo de modernidad. Un símbolo triste. Repetimos: morimos solos. Pero venimos de un enlace, venimos de alguien (nos amara o no), no podemos deshacernos de la idea de un abrazo que está en las tripas, previo a cualquier discurso. A veces toma el disfraz del amor romántico, pero se trata de algo más antiguo, es la necesidad de otro cuerpo para bajar la frecuencia cardíaca, tomar un ritmo, y dormir. Poder dormir requiere del amor y sus metáforas. *** A quién podría importarle tu insomnio y tu angustia en todo este desastre; salvo que la ruta, que se parece a la del duelo, no sea solo cosa tuya. Hay ánimos colectivos, hay que: leer sus signos para descifrarlos. La ruta va más o menos así: Partida: negación y ansiedad.


ENSAYO

Aprovechar la cuarentena, terminar el libro, comprar mucho papel higiénico (nadie sabe por qué, pero casi toda catástrofe arranca así), educación en línea (homeschooling, se dice así, en inglés). Chat de apoderados: cuál es el código de la reunión de zoom, para cuándo es el trabajo, están mandando mucha tarea, están mandando poca tarea, lamento tu pérdida, a qué hora es la reunión. Teletrabajo. Masa Madre. Reinvéntate. No use mascarilla, use mascarilla. Los fallecidos son adultos mayores, el fallecido tenía enfermedad de base. No sabemos exactamente cuántos fallecidos hay. No se queden en pijama. Estén activos. Los países más avezados: tengan sexo en línea. Todo es posible salvo la angustia. Síntomas: aumentan las denuncias de violencia intrafamiliar. Según google trends se dispara la búsqueda de las palabras “insomnio” y “no puedo dormir”. Suicidios, no sabemos. Demanda de atención psicológica en alza. Alcohol. Mucho alcohol y Rize.

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Punto de inflexión: angustia con nostalgia. Ya no se “aprovecha” tanto la cuarentena. El cuerpo no responde. La sensación es estar en aguas abiertas, sin la posibilidad de encontrar la justa cadencia para nadar, se traga agua, se pierde el ritmo. La angustia busca un dique que contenga, un abrazo, un calmante, una bolsa de agua caliente. La angustia busca refugio en la nostalgia, que no es sino buscar calma en la infancia. (Por supuesto que no en la tuya, la infancia es un sueño del paraíso perdido, una ensoñación del abrazo materno). La infancia es el nombre de un estado idealizado, previo a la consciencia de lo transitorio y la muerte. Las promesas de paraísos se basan en el recurso de la nostalgia, el retorno al edén. En las situaciones sin perspectiva y de impotencia, el pasado que nunca existió es una tentación. Ejemplo 1: Make fascismo great again. Ejemplo 2: pegarte a un amor que no lo es. Ejemplo 3: asustarte con la arritmia de tu corazón perdido y buscar la nada- mientras la psicohigiene que no tolera la angustia te dice borderline- pero entre la pena y la nada, ¿qué prefieres?


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ENSAYO

La palabra más precisa para nombrar la verdad de la melancolía es saudade: nostalgia feliz de algo que sabes no volverá (aunque la palabra pertenezca a su lengua, igual los brasileros está vez creyeron en el pasado reaccionario de Bolsonaro). Porque el pasado nunca fue mejor, pero tampoco el futuro. Si la angustia es impotencia, la ansiedad un apuro hacia adelante y la nostalgia el refugio de un retorno, la política de salud mental -o de cualquier cosa- debería ser la potencia de existir aquí y ahora. Una política que tome del pasado la memoria, del futuro el deseo, para inventar el instante presente. Así darle contorno a las aguas abiertas para no aterrarse, patalear y hundirse, o buscar cualquier salvavidas que puede terminar en otra pesadilla. Eso es muy claro en el amor y en la política. Si digo que la angustia es un punto de inflexión, es porque es el momento en que el hacer compulsivo ya no salva más, y aparece la tentación de refugiarse en la nostalgia, pero es también el momento en que la presión en el pecho puede convertirse en pregunta.

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Por ejemplo: ¿es la distancia (social) un asunto de metros?, ¿era la casa un hogar? ¿Era cierto que no veías a tus hijos por qué tenías que trabajar, o es que ya no sabes cómo estar con ellos? ¿Era tan precario tu amor como tu trabajo? ¿sigue teniendo sentido trabajar para tener vacaciones o comprar algo, cuando no sabes ya si seguirás teniendo trabajo o vacaciones? ¿Qué es una vida vivible? *** ¿Qué te pasa? Intentaré ser concisa. El corazón del mundo (y el tuyo) perdieron el ritmo. No está claro que la pandemia corrió el eje o solo dejó en evidencia la enfermedad. El asunto es que triunfó un horrible lenguaje métrico – cifras, datos, clasificaciones – que dificulta estar presente en las cosas del mundo, al menos con un ritmo. Perder el ritmo es como saber las notas de la canción, pero no ser capaz del placer de canturrear.


FERNANDA

BARCELÓ

METER LAS PATAS O ENCONTRAR


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ARTE

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DISPOSITIVO DE INMEDIATEZ Si fuera un estado de feisbuk, diría que mi relación con la pintura es complicada. Tengo periodos largos de cero ejecución manual, sin embargo siempre estoy mirando pintura, leyendo textos, observando. Eso suena muy serio y quizá lo es, por la misma razón y para no perder el entusiasmo tengo un dispositivo de inmediatez (una libreta) donde vuelco preguntas, imágenes y anotaciones.


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Clase de dibujo en la ĂŠpoca victoriana, Ăłleo sobre mantel

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CAMBIAR EL ROSTRO

Los espacios y tiempos aparecen en medio de mi cotidianidad o de mis noches más bien. Me gusta macerar las ideas un buen rato y cuando la cabeza ya está produciendo insomnio no me queda otra alternativa que ir a la batalla. En el caso de ejercicios para salvar la poesía (2016), comencé a hacer dibujos de los mismos lectores cambiándoles el rostro por el de familiares y amigos. Una especie de ejercicio distendido que suelo hacer antes de pintar sobre papel.



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ENCONTRAR O METER LAS PATAS No sé cuando una pintura está terminada y a veces meto las patas, me engolosino con algo y la pintura pierde cierta frescura o ritmo. Diría que en todo esto hay una búsqueda en terreno y un dialogo con los materiales a través de los cuales se espera traducir una cosa. A veces llegas a algo y es un hallazgo. Eso no quiere decir que de todas las jornadas salgan cosas valiosas y como hay bastante de fracaso en este oficio comencé a rellenar la libreta con ideas de cómo salvar a la poesía conociendo tan poco de ella, porque en Chile puta que hay poetas y muchos además muy buenos; una humorada para mantener la moral y la producción.

Volví a un libro de entrevistas que hizo Yanko Gonzalez a poetas y narradores del sur de Chile. El libro se llama “Héroes civiles, santos laicos” y ahí dije: voy a hacerme unos “santos guías” para comprender qué es lo que salvo cuando pinto. Encontré unos versos maravillosos Damsi Figueroa. Necesito en general de varios puntapiés. La inquietud inicial puede ser casi corporal, pero necesito de otros estímulos anteriores y eso puede ser una lectura, una imagen de una serie, algún diálogo que quedó por ahí rebotando que me recordó otra cosa y luego los audífonos y a pintar. Esa sería en resumen la no receta. Por ejemplo, puedo contar que llevo varios meses con una escena de Ponyo de Hayao Miyasaky en la que la niña protagonista cabalga sobre las olas que a su vez son peces gigantes y lleva de fondo la cabalgata de las Valkirias. Ahí yo digo que grande el viejo, pero además si la escena se queda en mi cabeza en general es porque tengo que hacer algo con ella. Ahora si me preguntas que saldrá, no sabría contestar.

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SOBRE LOS LECTORES FLOTANTES La serie de los Lectores flotantes o ejercicios para salvar la poesía (2016) la comencé el año que le dieron el premio nobel a Bob Dylan y no a Nicanor Parra. Ese 2016 varios contactos que tenía en redes sociales rasgaban vestiduras por el esquivo premio. A mí me causó un poco de gracia y recordé al Santiago Papasquiaro, amigo de Bolaño que tiene una frase que dice: “A la poesía que la salve su chingada madre, yo ya me cansé” un dicho divertido de agote total, que confirma esa vocación de salvataje. Entonces, sucedió que ese mismo día en el buscador de google di con una imagen de un turista leyendo en el mar muerto y comencé a pintarlo. De algún modo pensaba que me reía de los escritores que defendían a brazo partido la poesía escrita versus la cantada. Ahora que han pasado algunos años y que la última pintura sobre papel que hice en cuarentena incluía una lectora que desaparecía y apenas sostenía el libro. Ya no estoy tan segura de sí me estoy riendo o de si estoy intentando salvar alguna cosa.


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EXPERIENCIA Y PINTURA La experiencia y la biografía son ingredientes principales en esta cazuela. Soy del sur de Chile, nací en la región de los ríos y me crié en la ciudad de Puerto Montt, Región de los Lagos: de ahí viene mi imaginario, mi paleta de color. Muchas de las últimas series han tenido gran influencia de esos paisajes y personas como es el caso de mi aún en ejecución Estudio para una contienda desigual ; un proyecto inspirado en los nadadores de travesía. Esa búsqueda me llevó al encuentro con distintas personas, una de ellas es Tito Águila, quien inicia su primer desafío de nado para pagar una manda y con ello sanar a su madre de una devastadora enfermedad. El hombre, sumerge su cuerpo una y otra vez en infinitas y gélidas aguas. Cada vez más lejos y cada vez más tiempo para nacer constantemente, y volver a la madre para que ella nunca muera, convirtiendo el agua en una razón, en un vehículo que permitirá que sigan conectados.


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Estudio para una contienda desigual

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Estudio para una contienda desigual

Estudio para una contienda desigual


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FICCIÓN

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EL OLOR DE LAS MADRES

ELIZABETH TAYLOR

TRADUCCIÓN DE IGNACIA BERTOLOTTO

Elizabeth Taylor (1912–1975) Reading, Reino Unido. Considerada por algunos como una de las mejores escritoras inglesas del siglo XX, escribió varias novelas y cuentos, muchos de los cuales fueron publicados en diversos diarios y revistas inglesas y también han sido publicados colecciones de sus cuentos en libros, más recientemente. El título original de esta traducción es “Mothers” y pertenece a una colección de sus cuentos en pdf, Complete Short Stories, publicado el año 2012 por Hachette Digital.


RRAP NITRAM


F

FICCIÓN

uera de la entrada del hospital el cemento era brillante e implacable. Ella se puso de pie con las otras madres y esperó a que se abrieran las puertas. Cada una llevaba un canasto; ropa limpia, libros con imágenes, caramelos y un ramillete de pensamientos del jardín. ¿Cómo irá a reaccionar él? se preguntó. Estaba preparada para las lágrimas, las súplicas y una espantosa escena al final. Algunas de las madres conversaron mientras esperaban. Ellas estaban al tanto de todas las tareas; conocían el camino de entrada y a las enfermeras de vista. Ella se mantuvo un poco apartada, con la espalda apoyada contra la cálida aspereza de la pared de ladrillo; sintiéndose inmadura –aún no superaba la sensación de que era demasiado joven para tener un hijo y no estaba segura ni de su voz ni de sus ojos, siempre tan llenos de lágrimas. La veleta sobre la torre del reloj brillaba intensamente bajo los rayos del sol.

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El olor del cemento caliente se mezclaba con los otros aromas secos del verano profundo; el de la tierra gris que se desmorona, los geranios, el alquitrán y la pared de ladrillos; pero pequeñas ráfagas frescas llegaban ocasionalmente desde las ventanas del hospital, olores fríos y desagradables que le congelaron las entrañas, dejándole un vacío en su estómago. Las notas sólidas del reloj dieron las dos. Las mujeres se acercaron aún más mientras las puertas se abrían. A medida que entraban hacia el vestíbulo, ella fue consciente de otro olor, el penetrante y húmedo aroma del sudor de las otras madres en sus vestidos de verano. Luego el aire fresco y neutral del hospital las envolvió a medida que avanzaban. Ella se sintió como Alicia cayendo por la madriguera del conejo. Continuaron su camino, por pabellones semi abiertos, sin nunca tener tiempo para mirar qué hay en ellos; un atisbo a una enfermera escribiendo en un escritorio, un lugar lleno de extraños aparatos brillantes, flores en el centro —de una gran sala; una cocina blanca.


FICCIÓN

Ella siguió a las otras hacia el pabellón de los niños. —Hola mamá. Ella fue directo hacia él, y fue confrontada de inmediato por la luminosidad de su cara infantil, extraña, por el aspecto que le daba la venda sobre su frente. Él estaba frente a la puerta, —en una corriente de aire, pensó ella de inmediato. Su saludo fue casual en contraste con los abrazos de los demás. Nuevamente ella sintió su inmadurez. Sintió que nunca se vería maternal. En su vestido azul y sandalias, ella se veía demasiado joven para ese rol. Ni siquiera tenía el olor penetrante de las otras madres. — ¿Cómo estás, querido? —Todo bien, mejor .—Y ¿cómo es, estar aquí? —Todo bien, ellos piensan que uno es un niño pequeño, nos dan un plato con dibujos infantiles. —Qué divertido. —Y te cortan la carne. —Quizás tienen miedo de que vayas a derramar el jugo.

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—Una chica tiene las piernas quemadas; ellos se las pintaron azules y ella gritaba como loca. Su madre dio vuelta una cacerola sobre ella. —Qué aterrador debe haber sido para la madre. —Aterrador para ella, querrás decir... Él se rió con entusiasmo. Ella echó un vistazo rápido a su alrededor y dio vuelta su medidor de temperatura. La línea crecía a la mitad de la página y la atravesaba. —Nunca dicen qué temperatura tienes. —No, nunca lo hacen. Es bueno verte. Ella se sentó en la camilla y tomó una de sus pequeñas manos tibias y ásperas. Sus muñecas eran increíblemente delgadas, siempre lo habían sido. Él siguió empujando hacia arriba el vendaje que se le había deslizado sobre el ojo. Algodón con trozos de pelusa sobresalía en todas direcciones. Mechones de pelo se levantaron de la parte superior de su cabeza como plumas. Su cama era como un campo de batalla.


FICCIÓN

Ella trató de ordenar las sábanas, mirando a su alrededor a los niños limpios sentados en cunas y camas ordenadas, mientras sus madres mostraban una tras otra las cosas que traían en sus canastos. Te traje un regalo-, dijo ella, repentinamente recordando y consciente de que él lo esperaba. Pero quiero que lo abras una vez que me vaya. —¿Por qué? —Será algo en lo que pensar cuando ya no esté. —Oh. — ¿Qué te dieron de cenar? —Carne molida con arroz. — ¿Estás bien? —Sí. Una de las enfermeras dijo que yo había mojado la cama. — pequeño niño sucio, me dijo. —Y yo no lo había hecho. — Ay, mi pequeño. ¿Y qué le respondiste? Le dije, —sí claro, seguro, mentirosa, rata —para mis adentros. Ella se mordió el labio. — ¿Cómo son las otras? Las otras enfermeras.

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—La hermana es muy buena, ella no es nada cruel; me deja cuidar a ese bebé de la esquina. Si se cae de espaldas, toco el timbre. ¿Ahora puedo leerte? Ella se sentó y miró el reloj y lo escuchó leer, de forma entrecortada y monótona. Él se sentó muy erguido en su cama desordenada, con el libro en alto frente a él. Una o dos de las otras madres la miraron hacia ellos y le sonrieron a él, y luego a ella. Un chico al final del pabellón parecía muy enfermo. Él se quedó mirándolo, su cara pequeña y gris; sus ojos y la forma de sujetar la cabeza, como un anciano. Su madre estaba sentada a su lado y lo miraba. No hablaban. —El zorro entonces se escondió detrás de la puerta... Él leyó. —Los cuentos de niños siempre están llenos de zorros, y siempre son malvados, reflexionó ella. —Qué extraño, venir al hospital para que te lean. Y luego el reloj de afuera, bajo la luz del sol, dio la hora. Tres en punto. Una joven enfermera apareció y se quedó ahí, sonriendo desde el pasillo, esperando a que ellas se fueran.


FICCIÓN

—Querido, ahora me tengo que ir. —Oh, pero aún no termino el libro. —Practica y me lo lees la próxima vez. —He estado practicando desde las cinco y media de la mañana. —Lo siento, mi pequeño. Ella se inclinó y lo besó y sus cuerdas vocales se tensaron en su garganta mientras sentía sus tibios labios secos en su mejilla. Él estaba sentado derecho en su cama estrecha, su mirada firme y brillante bajo el vendaje. —Adiós querido mío; en cuanto me vaya, abrirás tu paquete. Él se veía entusiasmado. Otros niños lanzaban aullidos salvajes; La mirada que intercambió con ella reveló su desprecio por esto. Él agitó su mano delgada mientras ella se alejaba. La otra estaba sobre el cordel del paquete. —Adiós. Ella caminó con orgullo por el corredor junto con las otras madres. Los ojos de todas brillaban ansiosos; los suyos con orgullo y ansiedad.—No es un niño mimado, pensó ella.

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Cuando se trata de eso, él no lo es. Es independiente y se adapta. Ella salió al cemento brillante. Él puso el paquete sin abrir en su almohada, se acostó y cerró los ojos. Las lágrimas le ardían y las sentía como piedras debajo de los párpados. —Mami, mami…dijo para sus adentros. —Mi querida mamá, mami…—Té, Harry, dijo la enfermera. ¿Ya te cansaste? Harry se incorporó y sonrió. —No has abierto tu paquete. —No pude desamarrarlo... Ay, pero si es solo una cinta, niñito flojo. Y mira cómo está tu cama!. Déjame ordenar esto otra vez. Sheila, ya fue suficiente; intenta ser sensata como Harry. Harry no miró ni a izquierda ni a derecha, ni a Sheila ni a la enfermera. Tomó un pedazo de pan y de mantequilla de su plato y dio un mordisco. Le hirió la garganta mientras tragaba, pero continuó comiendo. Se quedó así, sentado con los párpados bajos, muy compuesto y satisfecho de sí mismo mientras comía.


PUEBLOS ABANDONADOS, DE LA DESTRUCCIÓN RETÓRICA DE CHILE

MARCELO MELLADO


ENSAYO

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Háblame del territorio

Todo comenzó con una crítica a las prácticas metropolitanas de escritura, realizada como un ejercicio de quejumbre retórica, por algunos escritores de provincia, más o menos organizados. Todo empezó muy lúdicamente, apelando a la urgencia de proponer otros modos de visibilidad que no fueran el canon académico editorial metropolitano. En esos inicios se me vienen a la memoria, nítidamente, los escritores territoriales Óscar Barrientos y Mario Verdugo, un magallánico y un maulino, que al igual que algunos sanantoninos, decidimos, a partir de un análisis objetivo de la situación cultural concreta de nuestras localidades, hacer levantamientos del estado del deseo de producción territorial. Porque sentíamos que había que cambiar el foco de la mirada, el que por lo general era un remedo ilustrador recitativo del Santiago culturoso, y por lo menos hacer una apuesta otra o, en su defecto, una puesta en discurso estratégica del resentimiento.

A Óscar Barrientos lo conocí en el 2006 (o algo así) en Valdivia en un encuentro de escritores y en ese contexto tramamos lo del colectivo Pueblos Abandonados (en adelante PPAA). Hubo una reunión en el bar la Bomba de la ciudad fluvial, en donde estaba José Ángel Cuevas, un poeta de allá que no me acuerdo y nosotros (Barrientos y yo). Con Verdugo habíamos compartido complicidades territoriales en el Valpo de aquellos años, él terminaba un doctorado y yo intentaba sobrevivir moviéndome entre los dos puertos de la región. Los prolegómenos de este escenario crítico que montamos siempre estuvieron teñidos de “voluntad de hueveo”, el que se constituyó en un dispositivo teórico clave para nosotros, es decir, la ironía, el sarcasmo y la farsa a la que la burocracia, como construcción referencial ficcional, nos condenaba, más allá de la figuratividad y su efectos inmediatos, eran instrumentos de análisis y de descripción que tenían un peso fundamental a nivel de producción teórico textual.


ENSAYO

Y así fue que pudimos, en parte, dar cuenta de los signos de exhibición del poder en su versión más degradada en la provincia, como el proceso de municipalización de la república, por ejemplo, o la carnavalización de lo público como remedo de la participación popular, que solía promover la social democracia. Había un resentimiento basal provinciano que era desplazado al ajuste de cuentas con el proceso político-cultural de recuperación de la democracia que nosotros criticábamos ácidamente y con mucha odiosidad rabiosa, porque la cultura también se convirtió en un sistema pagador de servicios políticos menores y en un dispositivo cooptador de inciativas independientes o autónomas. Como grupo orgánico hicimos un encuentro en la UPLA (Universidad de Playa Ancha), producto de una alianza táctica con operadores político culturales ahí alojados, por ahí por el 2010 y antes habíamos hecho uno en Llolleo-San Antonio, bastante más precario en la sede de un preuniversitario local que pertenecía a un concejal comunista de la comuna.

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Había un resentimiento basal provinciano que era desplazado al ajuste de cuentas con el proceso políticocultural de recuperación de la democracia que nosotros criticábamos ácidamente y con mucha odiosidad rabiosa Un detalle no menor es que muchos éramos narradores que, incluso, habíamos comenzado escribiendo poemas, que era el modo adolescente más a la mano de inserción en el campo cultural. De hecho, tanto Barrientos, como Verdugo han insistido en la poesía, que a pesar de ser una tradición muy fuerte en la provincia, asentada, sobre todo, en las tablas de la recitación fogoza y algo histérica, y que a pesar de que ha estado a punto de perder su espesura crítica por el exhibicionismo eventista, sigue siendo un registro epistémico fundamental para la generación de nuevas focalizaciones. Hay que consignar que el campo poético chileno siempre fue muy canónico y con mucha opción institucional, sobre todo por la política cultural, expresa o no, del Partido Comunista, con su carga nerudiana, que correspondía a una especie de patrística simbólico formativa.


ENSAYO

A pesar de eso De Rokha era clave en nuestra articulación conceptual, porque según la lectura de Verdugo y también de Yanko González, De Rokha, con su Épica de las Bebidas y Comidas de Chile, proponía un reordenamiento territorial que era algo que había que capitalizar como poética de esa relectura del territorio o de lo que en algún momento llamamos “la destrucción retórica de Chile”, que no es otra cosa que un reordenamiento del deseo territorial. Conceptos Operacionales

Por otro lado, estaba la perspectiva patagónica de Barrientos y su concepto fundante de “martinrivismo” que alude, a partir de una relectura de un clásico de la chilena literatura, como es Martín Rivas de Alberto Blest Gana, a un desplazamiento provinciano aspiracional de ubicarse en el centro y/o de estar en donde corresponde estar, es decir, en Santiago o en centralidades análogas; cuestión que corresponde a algo más que a un mero viaje de conquista territorial, urbana, de un sujeto, sino más bien a la persistencia de un tópico ancestral de diseño de una subjetividad posible, a saber, “la carrera literaria” como procedimiento de ascensión social.

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Por otro lado, estaba la perspectiva patagónica de Barrientos y su concepto fundante de “martinrivismo” que alude, a partir de una relectura de un clásico de la chilena literatura, como es Martín Rivas de Alberto Blest Gana, a un desplazamiento provinciano aspiracional de ubicarse en el centro y/o de estar en donde corresponde estar, es decir, en Santiago o en centralidades análoga Por otro lado, estábamos nosotros, los de la zona de Llolleo con el Taller Buceo Táctico que desarrollamos (y aún lo hacemos) un trabajo de levantamiento textual territorial a partir de una estrategia político cultural que ponía en relieve una memoria dolorosa, una huella histórica marcada por la lucha asociativa y una voluntad popular creativa de carácter autónomo o propio que determinaba una identidad que, imaginábamos, debíamos establecer como eje de producción de arte. Pero también muy marcados por un “hueveo crítico”, concretamente, con una operación poético política que dignificaba del fracaso, con el que combatimos el “winnerismo” neoliberal de las políticas culturales de la concertación (y la derecha).


ENSAYO

La voluntad de poner en escena la provincia y su productividad se fue convirtiendo en una red de trabajo que fue cundiendo en ciertas localidades, a sabiendas de que la provincia clásica pretendía legitimarse por la vía capitalina, es decir, por su servilismo a la zona matricial del poder. Por eso, encontrarnos con escritores, como Daniel Rojas Pachas en el límite norte, haciendo de la mixtura territorial andina una obra particular que produjo nuevas construcciones imaginarias. Fue una necesidad, además de un hallazgo a nivel de productividad. Y por cierto el testimonio biográfico textual de Cristián Geisse en Vicuña, área territorial simbólicamente clave por su proyecto de crónica de la orfandad simbólica. Y por cierto, el trabajo investigativo de crónica histórica e identidad de Cristóbal Gaete en Valparaíso. Y el espectacular trabajo del periodista y escritor Rafael Sarmiento en Villa Alemana y San Antonio, el que a través del trabajo con la crónica policial y la recuperación de tópicos freak de identidad local, incluyendo un interesante trabajo editorial, ha ido constituyendo una interesante escena territorial literaria.

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En lo personal, el asunto parte de estas prácticas creativas y reflexivas de rediseño territorial textual, en relación a la constitución del campo cultural nacional y regional provincial, y se expande a la política como espacio público. Resumiendo, hubo una especie de toma de conciencia del lugar como acontecimiento textual o como afirmatividad de la experiencia zonal de escritura, entendida como un hecho constructor de imágenes de una visibilidad territorial posible o del rediseño del mapa georretórico; todo esto implicaba delirios de identidad y escarceos con la memoria y la historia como relato proveedor de institucionalidad o no. Hay en toda esta reflexión un modo diferente de hacer el trabajo de escritura o de considerar la acción cultural, más allá de los proyectos individuales que apuntan a los estrellatos y a los ranking editoriales, y a la lectura obsesa de los suplementos de cultura en los medios los fin de semana, en donde se juegan ciertas visibilidades. La política dura ya no la determina como antes, como cierva o como decoración o ilustración del discurso político, incluso podríamos decir que cuenta con una cierta autonomía, siempre fallida, pero con escenarios propios.


ENSAYO

Hoy, entonces, esa cosa que alguna vez se llamó rol del escritor, cobra otro sentido o se hace más espesa, aunque también se diluye en otros formatos de diseño y construcción.

Lo que llamamos literatura, ese enjambre de cosas que van desde el trabajo de escritorio, hasta la cuestión editorial, no sin pasar por el campo cultural y el mercado, y sin poder excluir al mundo académico, tiene un espesor y una textura muy diferente a otros momentos de la modernidad. Estoy suponiendo que en el periodo determinado por la voluntad institucional o de vanguardia, en gran parte del siglo XX, la práctica escritural tenía otra impronta. Hoy, entonces, esa cosa que alguna vez se llamó rol del escritor, cobra otro sentido o se hace más espesa, aunque también se diluye en otros formatos de diseño y construcción. La dimensión territorial es un ejercicio que toma distancia crítica, tanto del pintoresquismo criollista, como del larismo paisajístico utopizante, pero también del amateurismo municipal que se nos apareció como el efecto, irremediable, de ciertas políticas públicas en cultura, desarrolladas por la concertación, teñidas de un democratismo perturbador y anulador de la autonomía y de la creatividad.

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Por lo tanto, para que se constituya en registro y dispositivo crítico debe reestructurar sus códigos y/o maraquear sus tópicos y contenidos, en el sentido en que quizás sea necesario invertir y contrastar diferentes modelos conceptuales, para que desde el ejercicio de la diferencia surja lo necesariamente otro. Lo que ha promovido la derecha y la concertación y sus epígonos, es la anulación de la cultura crítica y del espesor simbólico, estimulando giros canónicos fáciles de neutralizar por el mercado y la circulación mediática, como la perspectiva de género, el ecologismo, la santificación de los pueblos originarios, el tallerismo artisticoide y otros registros blandos que no alteren los grandes convenios del poder central. Todo esto con un colchón conservador clave, la irrupción del tema del patrimonio que, en la práctica es la única política cultural dominante. A nivel ejemplar se puede traer a colación el papel de los centros culturales regionales, que siguen siendo lugar de pagos de servicio políticos o de repartición del poder local.


ENSAYO

Hay aquí un área de disputa y de reflexión que tendrá consecuencias concretas a no mucho andar. Hemos visto lo que ha ocurrido con la ex cárcel en Valparaíso y el centro cultural de San Antonio, ambos determinados por el poder político, el primero de carácter provincia-regional y el otro municipal, pero en concreto ambos funcionan como un sistema de promoción de políticas gubernamentales y de proyección de figuras políticas, y de control ciudadano, y, fundamentalmente, de cooptación de artistas con visiones otras o radicales. La estrategia militante

A partir de nuestros testimonios, reconocemos, como PPAA, la irrupción de un nuevo escenario político-cultural, lo que hemos denominado la municipalización de la cultura, cuyo efecto político tiene mayor visibilidad y sentido territorial en la provincia, porque parte de la lucha político cultural que algunos operadores antiinstitucionales y opositores de las redes de poder político hemos dado, se asienta en una especie de reescritura de los tópicos territoriales que diseñaron o armaron la república de las letras chilensis a partir de ese remedo de regionalización que fue el hecho político administrativo, que viene de la dictadura, que pretendía empoderar poderes locales, promoviendo el caudillismo y/o los poderes fácticos.

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Todos ellos dependientes de las agencias políticas metropolitanas. La municipalización de la cultura posibilitó el eventismo culturoso y negocios del progresismo político que utilizó servilmente la estrategia artístico cultural para comerciar con sus políticas públicas y sus obsesiones . Se puede mencionar como ejemplo el teatrismo de plaza pública, el carnavalismo vandálico y las amateuristas ferias del libro, entre otros eventos (peñas, recitales, veladas artísticas, etc). Sin duda, el modelo de De Rokha es fundamental en nuestra práctica, estamos pensando en la ya mencionada Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile, no sólo porque contrasta con el canónico e institucional Neruda, el más típico de los martinrivistas, como provinciano maldito. El contraste es verificable si comparamos la Oda al Caldillo de Congrio con la epopeya gastronómico territorial de De Rokha. El poema nerudiano es anecdótico y blando, y la receta está muy lejos de constituir una tesis o una especie de levantamiento etnográfico, como es el caso del trabajo de De Rokha que efectivamente hace una propuesta cartográfica a partir de una mirada absolutamente otra.


ENSAYO

También podemos mencionar a Carlos Droguett, con la novela Eloy, que es la máxima expresión de la novela de bandidos, pero que transforma el género en una impresionante estatuto de una subjetividad al margen de dos mundos, el civilizatorio y el salvaje. Aquí tenemos un gesto anticivilizatorio y antirrepublicano que contrasta con las decisiones editoriales (ya no literarias) que vinieron después, tanto en Chile como en América Latina y que originaron tanto la escena del boom y otras, para posibilitar o sancionar nuestra existencia europea. El voluntarismo progresista nos obliga a mencionar a mujeres clave en la invención de lo territorial, como a Grabriela Mistral o a Marta Brunet, o a María Luisa Bombal, pero también sentimos que nuestras prácticas han privilegiado signos que las elaboraciones críticas de género también han leído, como son las experiencias fronterizas, tanto a nivel subjetivo, como objetivo. El caso de la producción poética de Florencia Smiths en San Antonio, surgida en el contexto del Taller Buceo Táctico (tributario de PPAA), en el aspecto más político, pero con una autonomía radical a nivel de fórmulas de exposición y visibilidad. Su estética de la herida y los cortes cuerpo territoriales constituyen una trama que rediseña otra sujeto territorial.

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El voluntarismo progresista nos obliga a mencionar a mujeres clave en la invención de lo territorial, como a Grabriela Mistral o a Marta Brunet, o a María Luisa Bombal, pero también sentimos que nuestras prácticas han privilegiado signos que las elaboraciones críticas de género también han leído, como son las experiencias fronterizas, tanto a nivel subjetivo, como objetivo.

Porque, claramente, la administración física y política de un territorio supone estrategias de uso del cuerpo masculino que tiene consecuencias burocráticas y de defensa que supone omisiones, y catástrofes, como es el abuso del cuerpo de la mujer, del niño y de los pobres o de los pueblos originarios. Frente a eso habrá resistencias orgánicas y estructurales que el pueblo supo y pudo instalar para no remitirnos a los distintos episodios de las luchas emancipatorias. Habría, quizás, una lectura territorial que quiere y necesita tomar distancia de la estrategia de género, como uno de los nuevos escenarios del mercado académico editorial, porque aquí hay colonización metropolitana y una omisión del testimonio vital de mujeres de comunidades rurales o de las pequeñas localidades (de los pueblos abandonados, literalmente por la razón de Estado, sólo asistidos a nivel burocrático) que han resistido la institución, excepto por algunas operadoras políticas que aplicaban malditas políticas públicas, como parte del mercado político general.


ENSAYO

Las curadoras de semilla, por ejemplo, las horticultoras en general, su rol en las economías de subsistencia, en los relatos de construcción de territorios, en las algueras y artesanas, y tejedoras de redes, en las abuelas de la crianza abandónica y en las maestras de los pequeños villorrios, etc. Aquí la crítica que nos hacemos es que en la provincia, en general, se trabaja, fundamentalmente –sobre todo la burocracia político administrativa- con los parámetros de la academia santiaguina que pautea y edita, y que define la merca ideológica que ahí se transa, determinada en parte importante por los operadores locales que representan al gran poder capitalino, es decir, los maletineros. En este punto aludimos, derechamente, a aquellos sujetos serviles que le llevan el maletín al político mafioso capitalino. El mote de maletineros surgió, al interior de Pueblos Abandonados, cuando el presidente Aylwin se refirió a un secretario suyo que fue uno de los primeros en ser sorprendidos en actos de corrupción a principios de los noventa, recién inaugurada la posibilidad de la democracia en Chile, y don Patricio, para describirlo dijo que era un chico que le llevaba el maletín.

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Era, sin duda, una noción que debíamos hacerla operativa y que complementaba otras, como la de martínrivismo y municipalización de la política y la cultura. Más aún, sin duda alguna muchas de estas practicantes le tributan al provincianismo general. Una de las cosas patéticas de estos testimonios de secundariedad o terceridad provincianística son las políticas públicas promovidas por los operadores del progresismo en nuestras localidades, tratando de banalizar estrategias de género, preocupaciones ecológico ambientalistas y de ocupación de los espacios públicos, como remedo de la participación ciudadana y del ejercicio democratoide, todo bien controlado por operadores extorsivos. A nivel cultural el progresismo (representados sobre todo por el partido socialista, el ppd, la democracia cristiana y el partido comunista, cuyo nivel de complicidad con el neoliberalismo es un tópico que está más allá de este texto), en el campo del arte y la cultura suele ser un nexo entre un cierto poder político y operadores culturales que se han trasladado del mercado político a la cultura, siendo parte del fenómeno de municipalización de la cultura.


ENSAYO

En este punto hay ejemplos muy ilustrativos de manipulación político cultural, por parte de operadores ligados a partidos progresistas o ligados a las políticas públicas de los gobiernos de la concertación y del otro conglomerado que lo reemplazó, que han formado parte de la consolidación del gran proyecto neoliberal, que no es otra cosa que una alianza estratégica con la oligarquía para repartirse lugares de poder en la sociedad chilena. Dicho así, como en tono de ajuste de cuentas con aquellas prácticas democratoides que sentimos nos han hecho tanto daño como república. Un daño estratégico que frustró el capital energético de toda una generación y determinó, en parte, la reposición del facismo en la política y en la cultura.

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LA CHICA DE MOLDAVIA RRAP NITRAM

HECTOR DONOSO


FICCIÓN

y trabajé como Mbajistae llamode Hector la Rockband en los

cruceros. Mucha gente me pregunta cómo es la experiencia y yo sólo puedo describirla como una fiesta interminable; alcohol, buffet abierto, piscina, música y comedia. El barco es tanto un hotel flotante, como un circo extravagante sobre el mar, así como también un espacio fuera de las reglas del mundo real. En este lugar los días de la semana no existen, el tiempo sólo toma sentido dependiendo si es un día de puerto o un día de mar. Tampa, día de mar, Isla Gran caimán, Cozumel, día de mar, repetir hasta que se acabe el contrato, los pasajeros cambian pero a la vez todos son lo mismo. He visto cosas absolutamente desquiciadas; un gordo de doscientos kilos que se come cinco hamburguesas al hilo, una señora que borracha se mea en el escenario de la banda, dos gringos con poleras de Trump 2020 aspirando cocaína en el baño, chicas que durante el Spring Break se paran frente a la banda y se abren el escote.

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Todas esto son simples anécdotas chistosas al lado de lo que voy a contar; este es un secreto que llevo meses guardando y sólo lo muestro al mundo porque estoy convencido de que mi hora ha llegado. Era enero, último día de mar antes de volver a Florida cuando mi jefe me llamó al teléfono de la cabina a eso de las nueve de la mañana.¨Hector, hay una reunión urgente en la oficina del Entertainment Director.¨ ¨Voy.¨ Subí al piso 10. ¨Hemos perdido un miembro de nuestro equipo y parte de nuestra familia. Comenzamos una búsqueda por todo el barco, pero al parecer, uno de los nuestros se ha caído por la borda durante la madrugada. Ya notificamos a la guardia costera y han comenzado una operación de búsqueda, nuestras plegarias están con ella y su familia. Si alguno de ustedes está pasando por un mal momento no duden en hablar conmigo. Pueden retirarse.


FICCIÓN

¨El hecho de que alguien muera en un crucero no es raro, al lado de la lavandería de la tripulación está la Morgue y varias veces he sabido que hay alguien en el interior. He escuchado historias de suicidios, tripulantes que se cortan las venas en el baño de la cabina o que se ahorcan con los cordones del chaleco salvavidas. Las caídas por la borda son raras pero suceden, generalmente quien se cae nunca es encontrado. A las pocas horas corrió la noticia y se supo quién era la desafortunada. Olga de Moldavia llevaba sólo tres semanas en el barco. Era una mujer flaca, pálida, alta y de ojos azules casi grises. Se decía que era huérfana y que nadie desde Moldavia había preguntado por ella. En el barco trabajaba de mesera y casi nunca hablaba con nadie, excepto con Priya.Priya es de India y trabaja en el comedor de la tripulación. Siempre hablábamos de temas mundanos mientras ella estaba trabajando y yo iba a comer, a veces conversábamos de astrología.

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Ella es Escorpión y yo le decía que mi hermana es escorpión y que Bjork es triple Escorpión y ella no sabía quién era Bjork. Después le pedía lo mismo de siempre, pechuga de pollo y una rebanada de pan integral. A veces, mientras conversábamos, sentía como Olga nos miraba con sus ojos azules casi grises; atravesándonos como en busca de algo y yo sentía que había una energía especial entre ellas. Varios días después de la desaparición de Olga me fui después de un show al bar de la tripulación que queda en el séptimo piso. Me quedaba la mitad de un Cohiba que compré en nassau durante mi primer contrato. Fui a la barra y pedí un Chivas a la rocas; en eso se me acercó Odjen de Serbia y se pidió uno también. ¨Hola¨ ¨Zdravo¨ ¨La concha de tu madre¨ "U Picku Materinu" Dos idiomas, la misma frase. "Cheers motherfucker"


FICCIÓN

Mientras tomaba vi a Priya sola en una esquina del bar. Tenía la mirada perdida, tres copas de vino a su lado, estaba borracha y pude notar que había llorado. "Pryia vamos afuera, acompáñame a fumar, te va a hacer bien el aire fresco." "No sé, Hector, tengo miedo de salir" "Vamos no pasa nada, yo te cuido."Salimos al área de fumadores a la salida del bar que está ubicada en la punta del barco desde donde se podían ver todas las estrellas del universo porque no había luna. Entre la oscuridad se veían las pequeñas luces de los cigarros encendidos y las pantallas de los celulares de los tripulantes. "Mira hacia arriba Priya, se ven todas las estrellas." "No quiero mirar al cielo Hector, tengo miedo, estoy aterrorizada." "¿De qué tienes miedo?" Prendí el puro y le di un sorbo al whisky. "Vas a pensar que estoy loca... Héctor, soy lesbiana" "Si sé Priya, y no tienes que tener miedo de eso"

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"Mi familia en India me mataría si supieran... Yo estaba enamorada de Olga y... creo que fui la última persona en verla." Me dijo eso último casi susurrando. "Priya eso es serio, tienes que decirle a tu supervisor." "Creí que había sido un sueño, van a pensar que estoy loca." Priya comenzó a golpearse en la cabeza. La abracé para evitar que continuara. "Hectór, nos encontramos en el bar esa noche y subimos al piso 8, estábamos solas y la besé. Nos besamos. Ella se empezó a sentir mal, como que había algo dentro de ella y le tomé el cuello y la besé de nuevo. Olga me empujó y vi que en mis manos había sangre y que junto a su oreja había una rasgadura; como si la piel se le hubiese salido." Priya lloraba silenciosamente, la seguí sujetando tras suponer que podía estar en medio de un episodio esquizoide. "Hector, tuve miedo, y ella me dijo que me calmase, y de ahí me paralizé, como si ella tomase control de mi cuerpo.


FICCIÓN

Me resistí y Olga me golpeó, entonces yo me afirmé de su pelo, forcejeamos, ella retrocedió y de pronto se le salió su cara. Me quedé con un gran pedazo de piel en las manos. Olga no era Olga, su verdadero rostro era gris y tenía dos ojos de color negro profundo. La miré directamente y sentí una voz resonando en mi cabeza. Una voz que venía desde su interior me decía que ellos nos habían creado, pero que no estaban contentos con la creación. Mencionaron la existencia de otra galaxia o de una dimensión paralela. Escuché que el virus era sólo el comienzo de la invasión, me dijo que no importa a qué lugar del mundo fuera, ella volvería por mí, y por muchos más de los que están en el barco. Después apareció una luz en el cielo que me encandiló y desperté en mi cabina gritando. Héctor esto fue real, ella no era de este mundo, Olga no se cayó por la borda, los de su especie se la llevaron." Priya se soltó y se fue corriendo, nunca más volvimos a hablar. El 5 de marzo terminó su contrato y volvió a India.

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El 14 de ese mes la industria de los cruceros se paró, ahora navegabamos sin pasajeros en un barco semivacío, la fiesta interminable se había terminado. Entre mis caminatas por los pasillos y en los rincones del bar empecé a escuchar rumores. Me dijeron que Priya había tenido un accidente en moto cerca de Bombay y que estaba en coma, otros decían que sus padres se habían enterado de su orientación sexual, que había intentado suicidarse y que estaba internada. Con el pasar de los días los rumores se volvieron más oscuros, decían que había muerto y después escuché que en realidad nadie sabía dónde estaba, había desaparecido de la faz de la tierra. El 1 de abril tomé uno de los últimos vuelos de Miami a Santiago. Desde entonces estoy en el departamento de mis papás en Viña del Mar. Últimamente he soñado todas las noches con Prya, ella llora y me dice que se la llevaron. Anoche tuve una pesadilla en la que Olga y Priya estaban juntas, me miraban, se sacaban las caras y con sus rostros de seres grises me decían "Eres el siguiente."


RRAP NITRAM


FICCIร N

Vivo en un octavo piso, a veces salgo al balcรณn y pienso en el salto al vaciรณ y en el sonido de mi cuerpo reventรกndose contra el pavimento. "Eres el siguiente" Prefiero una muerte rรกpida a que me encuentren.


RRAP NITRAM


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