PEDALEA R EV I STA
Daniela Sabrovsky:
Mauricio Capitani:
La experiencia de una bicimensajera
Activista de la
Revolución Pedalera
Amaya Salazar:
Myriam Salazar
la niña pedal
Publicación Mensual :: www.revistapedalea.com
Año 2 :: Nº 18 :: Noviembre 2015
E d i t orial
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M i p rimera bicicleta
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V i v e ncial
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Revista digital sobre ciclismo urbano, de edición mensual. Fomentamos el uso de la bicicleta como medio de transporte limpio, saludable y moderno. Abordamos temas relacionados al mundo de la bicicleta con un enfoque periodístico, como también tendencias y cultura. Directora: Myriam Salazar Textos: Natalia Bobadilla Daniela Sabrovsky Mauricio Campbell Myriam Salazar Colaboración especial de Andrés Santelices de Educleta Fotografías: Víctor Rojas Myriam Salazar Portafolio: Ángel Fernández Diseño y Diagramación: LME Límitada Ventas: Victor Rojas victor.revistapedalea@gmail.com + 56 9 78528444 Contacto: contacto@revistapedalea.com + 56 9 57143245 @revistapedalea
revista pedalea
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EDITORIAL
Colectivizando el conocimiento con Educleta Ya no basta con pedalear. Esa fue la consiga que dio vida a Educleta hace dos años cuando un proyecto de magíster en Comunicación y Educación cuyo objetivo era realizar talleres de ciclismo urbano en el aula, abandonó la biblioteca de la Universidad Católica y se convirtió en una organización sin fines de lucro dedicada a la formación cívico-vial de las personas, la cual a octubre de 2015 ya ha realizado intervenciones educacionales en más de 50 establecimientos educacionales de distintas comunas de la Región Metropolitana. A partir de esa evolución, Educleta se propuso desarrollar habilidades blandas en quienes participan en nuestros talleres y jornadas, preocupándonos de reforzar la convivencia, la empatía, el respeto, los derechos y deberes, entre otros. Basada en el método científico, la organización realiza un trabajo sistemático en escuelas y liceos de la Región Metropolitana a través de un modelo educativo que apunta a reconfigurar la forma de concebir la ciudad. En cada intervención, el juego es nuestro mejor aliado. Sabemos que si algo le falta a las personas, -independiente de su edad- es jugar y de esa inquietud nos hacernos cargo al impartir los contenidos. Por ello, sin importar si la implementación de una sesión se realiza en un contexto educacional formal o informal, nuestro sello refuerza aquella tesis que defiende que el juego es un instrumento clave para el aprendizaje, dado que mejora la percepción sensorial, desarrolla la capacidad de relación, estimula la fantasía y creatividad. Este sistema nos permite dejar capacidades instaladas en quienes participan de las actividades que ejecutamos, debido a que la variedad de juegos utilizados en el aula que van desde ejercicios de equilibrio hasta debates nos permite abrir una pequeña ventana al mundo y aumentar los espacios de reflexión. Ahora bien, la metodología Educleta no sólo está basada en la literatura, también es fruto de un trabajo arduo de varios años de observación, pedaleo y enriquecedores diálogos con organizaciones ciclistas pioneras en fomentar el ciclismo urbano. Es por ello que nuestra obligación es colectivizar ese conocimiento de forma transversal, inclusiva y para todo público porque estamos convencidos del poder de la bicicleta para cambiar vidas y transformar ciudades.
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A diferencia de la experiencia con comunidades como juntas de vecinos, posicionar a Educleta en la educación formal no fue tarea fácil. Para una organización de la sociedad civil resulta complejo implementar una propuesta en el aula puesto que las instituciones gubernamentales y universidades resultan más confiables para cualquier corporación de educación si se trata de autorizar la ejecución de un proyecto educativo externo. Afortunadamente, hay excepciones. El Ministerio de Educación estableció una alianza con Educleta en 2014 para ejecutar talleres de Educación Vial en escuelas de la Región Metropolitana y este año la Municipalidad de Santiago fue la primera comuna que, a través de su Plan Integral de Movilidad, apostó por nuestros talleres y que a la postre significó un gran avance para la organización. Con ese antecedente, Educleta concretó alianzas con cuatro comunas de la Región Metropolitana, instancia que en 2016 nos permitirá intervenir más de 30 establecimientos educacionales, beneficiando a cerca de mil estudiantes. Mención especial, es el aporte que representa para Educleta participar activamente en Muévete Santiago y en la plataforma Energía Humana Poder Ciudadano, la cual organiza el Foro Mundial de la Bicicleta (FMB5) que se realizará en Santiago el próximo año. Ambas instancias, que tienen la virtud de hacernos colaborar a las distintas organizaciones ciclistas, nos instan a redoblar esfuerzos y a mejorar nuestra propuesta educacional pensando en la oportunidad que representa el FMB5 para cambiar las políticas públicas en favor de la energía humana, el empoderamiento ciudadano y la equidad social. Tanto así que redefinimos nuestra línea de acción en función de los objetivos del FMB5. Lejos de conformarnos con los logros obtenidos en Educleta, sabemos que siempre se puede mejorar y que aún falta una batalla por ganar: insertar la Educación Cívico-Vial en el currículum escolar. Actualmente esta asignatura está sujeta a la planificación de cada establecimiento educacional y sólo se aborda de forma transversal. Cuesta entender por qué algo tan básico como saber desplazarse en forma responsable y segura por la ciudad es tratado de forma parcelada. Se han logrado avances en términos de cobertura en esta materia pero mientras no sea una asignatura obligatoria, las futuras generaciones seguirán movilizándose sin tomar conciencia sobre los derechos y deberes de peatones, ciclistas y conductores de vehículos motorizados. En los distintos grupos que han recibido nuestros talleres nos cuentan historias de experiencias negativas que han vivido mientras se desplazan por la calle. Nos frustra saber que existe una desesperanza aprendida desde la infancia respecto a la mala convivencia en el espacio público y en cómo se humillan los derechos humanos en pos de los derechos de los vehículos motorizados. Esa falta de Educación-Vial también contribuye a que niñas y niños crean que es una suerte de predestinación crecer en medio de una inequidad en la distribución del espacio público. Cada vez que nuestros monitores inician un taller, sin importar en qué nivel escolar se encuentran, los estudiantes carecen de un conocimiento previo sobre la forma en que están diseñadas las ciudades y cómo eso afecta la calidad de vida de las personas. Ignoran además el hecho que a diario, y sin impunidad, el vehículo motorizado privado usurpa el espacio humano, envenena el aire y en varios casos asesina a intrusos que invaden su territorio conquistado. Sin una educación que contrarreste esta brutal realidad, no hay cambio cultural posible. Queremos concluir estas líneas con un mensaje esperanzador, pues cada vez hay más personas, grupos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que exigen vivir en ciudades para todas y todos. Gracias a ese despertar, la ciudadanía está logrando cambios sustanciales que hoy la sociedad requiere a punta de acción y organización. Por ello, esperamos que a futuro sigan apareciendo más Educletas para que todas las personas tengan acceso al conocimiento sobre cómo mejorar nuestro barrio, ciudad y planeta. Andrés Santelices Gálvez Presidente de Educleta 9
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ACTUALIDAD
No basta con pedalear: ¿Qué pasa con la educación vial en Chile? La idea es buscar una solución de raíz a los accidentes y conflictos que se viven a diario en las calles. Según expertos, la educación desde niños sería la clave para remediar esto. Por Natalia Bobadilla Fotos: Víctor Rojas
Salir, ponerse el casco (¡siempre!) y subirse a la bici. Parecen ser las acciones básicas para ser un ciclista más, pero, al parecer no son suficientes. Los problemas en la convivencia con automovilistas y peatones ponen en evidencia que no basta con pedalear. Pero, ¿quién enseña a circular correctamente en la calle y cuáles son sus derechos y deberes andando arriba de una bicicleta? Más allá de que algún adulto que te ayude a dejar las rueditas, no hay mucha más formación e instrucción. Según datos de la Organización Mundial de Salud, cada año, “los accidentes de tránsito causan la muerte de aproximadamente 1,24 millones de personas en todo el mundo”. La mitad de esta cifra, corresponde a “usuarios vulnerables de la vía pública, es decir, peatones, ciclistas y motociclistas”. Ante esta necesidad, han surgido desde organizaciones ciudadanas iniciativas orientadas a un ítem que debería ser obligatorio -si es que se tuviese que optar a tener una licencia de ciclista-: la educación vial. Mauricio Capitani, ingeniero de proyectos, colaborador de Movimiento Furiosos Ciclistas / Happyciclistas y fundador de #MueveteStgo, detectó esta necesidad en la comunidad del colegio Pedro de Valdivia
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Parte de la comunidad pedalera del Colegio Pedro de Valdivia Providencia.
Providencia, al cual asisten sus hijos. Así en 2012 se comenzó a implementar un programa de educación vial. “Qué mejor que utilizar la bicicleta para aportar o buscar un cambio cultural, un vínculo con la comunidad y un progreso en los alumnos, entendiendo lo importante de desarrollarse hacia el logro de ser individuos respetuosos, tolerantes, preocupados por su entorno y comunidad. La bicicleta rescata todos esos valores ciudadanos, impregna a los niños de sus derechos, deberes y les da la una visión más integral de cómo vivir y moverse a una escala más equilibrada”, explica. De esta forma desarrollaron una serie de actividades. La primera fue llevar como expositores a distintos actores sociales del mundo de las organizaciones de activismo de la bicicleta para hablar ante los alumnos del colegio sobre sus visiones de lo importante que es moverse en bicicleta por la ciudad. Además se complementó con actividades como bicijugueras, demostraciones de freestyle, entre otras. Luego se realizó “Por un año sin rueditas”, “una escuelita de educación vial para niños de prebásica y básica hasta Cuarto Básico, donde aprendieron a moverse en bicicleta sin ruedas laterales junto a sus padres más lo importante que es el respeto en el espacio público y algunas normas básicas de transito”. Para finalizar, cierran con una gran cicletada familiar por las calles de la comuna. ¿Los resultados? “Han sido paulatinos y graduales lo más importante de todo esto es que los temas e inquietudes se lograron instalar en el profesorado, en la dirección y en toda la comunidad escolar lo que se reflejó en un incrementó el número de alumnos que asisten a diario en bicicletas, apoderados que van a dejar a sus hijos de igual manera y profesores que acuden a su trabajo también en bici y no en auto como antes. Además se instauró El mes de la movilidad sustentable todos los años desde el 2012 y otra sede del colegio, en comuna de Peñalolén, se ha sumado con estas actividades”, explica Capitani. “Nuestra idea es que el próximo año, la educación vial pueda gradualmente entrar a la malla oficial de actividades curriculares formales, algo que es mi aspiración como padre y activista de la revolución pedalera en Santiago”, añade. 11
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“La bicicleta rescata valores ciudadanos, impregna a los niños de sus derechos y deberes”
Mauricio Capitani Otra exitosa experiencia es la que está llevando a cabo Fundación Conciencia Vial con su programa “Transitando con Conciencia Vial”. “Esta iniciativa es parte de una serie de programas educativos que como fundación hemos diseñado para incidir en la formación de hábitos seguros, de autocuidado y respeto, considerando que en el mundo y en particular en Chile, los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en niños de 0 a 14 años, y la segunda en adolescentes”, detalla Karina Muñoz, directora ejecutiva de la organización. “Promover hábitos, resulta más fácil de lograr si intervienes en edades tempranas, y además esto te permite hacer seguimiento de las acciones tomadas”, acota. De esta forma, el programa contempla una intervención de nueve semanas de duración en colegios, para alumnos de primero y segundo básico. Un docente capacitado por la fundación junto con las profesoras de distintos establecimientos trabajan, en actividades breves, seis temáticas: vías y elementos, señalización básica, zonas de cruce, visibilidad, elementos de seguridad autocuidado. El programa además incluye una actividad práctica en un parque vial, donde a través del juego de roles, los niños ponen en práctica lo visto en clases en una mini ciudad.
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“Actualmente y gracias al financiamiento del Fondo de Fortalecimiento de las Organizaciones de Interés Público (de Segegob), el programa se está desarrollando en colegios municipalizados de Colina, Lampa y Temuco, beneficiando a 1.345 estudiantes. Existe además una muy buena disposición de los colegios y municipios en recibir e implementar este programa, que lo ven como una oportunidad para fortalecer a su comunidad en temas tan relevantes como la educación vial, que no es abordada por la educación formal”, explica Pamela Mora, directora de proyectos de la fundación. Las acciones de Gobierno En 2013 el Ministerio de Educación lanzó junto a Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) una guía de educación vial para enseñanza básica. Este año el subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, declaró que se encontraban en conversaciones con el Mineduc para considerar la educación vial en los ramos de los colegios, pero en concreto no se aplica en todos los establecimientos. Desde el Ministerio de Educación confirman que se está trabajando en el tema. “Estamos trabajando en cuatro líneas: difusión entre los docentes de las oportunidades que tienen las bases curriculares para abordar las materias de educación vial, incorporar en forma transversal la educación vial en las bases curriculares y programas de estudio en enseñanza media, elaboración y difusión de materiales sobre educación vial, como los Manuales, y la incorporación de la educación vial en la actualización del Plan Integral de Seguridad Escolar”, detalló Gonzalo Muñoz, jefe de la División de Educación General. Si bien hay voluntad de iniciativas gubernamentales, en la práctica no se ve esto reflejado. Esto explica por qué surgen iniciativas como las del Colegio Pedro de Valdivia y de Fundación Conciencia Vial. “La verdad es que bastante tímidamente surgen algunas iniciativas desde el Gobierno que demoran demasiado en llevarse a cabo. Hubo este año una mesa de trabajo para la movilidad en donde aun no vemos avances considerables. Me da la impresión que hay más iniciativas desde los gobiernos comunales en relación a la educación vial y desarrollo de esto. Así, Providencia y Santiago tienen buenas iniciativas y planes pilotos en sus colegios emblemáticos y en la comuna con actividades de participación ciudadana”, plantea Capitani. Por su lado, Karina Muñoz, suma: “El Estado ha abordado la educación vial dentro de sus posibilidades presupuestarias. A través del Conaset, ha desarrollado acciones que buscan promover la educación de estas materias. Lamentablemente este organismo, desde su creación, se ha constituido como una comisión de ministros dependiente administrativamente del Ministerio de Transporte, lo cual no le da la suficiente autonomía ni los presupuestos necesarios para abordar el tema de forma más global (educación incluida) y constante en el tiempo. Ellos han trabajado directamente con el Ministerio de Educación, desarrollando materiales y guías para introducir estos temas en el currículum actual. Sin embargo, la implementación de esto resulta compleja por los costos asociados y la dedicación horaria necesaria”. 13
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-Si bien lo ideal sería que la educación vial fuera incorporada en los colegios, ¿cómo se puede abordar con los adultos? Capitani: Importante es que organizaciones empresariales privadas y públicas ya comiencen a desarrollar planes desde una RSE quizás, o tal como existen políticas de seguridad laboral internas para todos sus colaboradores, trabajadores (adultos) incorporen políticas de sustentabilidad ambiental y movilidad con énfasis en el comportamiento vial. Existen entidades expertas imparten cursos e inducciones. Es relevante elevar el nivel en la calidad de los exámenes teóricos, prácticos y aumentar las exigencias(dificultad) sumar mas prolijidad en los municipios para otorgar licencias de conducción de motorizados. Muñoz: Hoy en día, tenemos mayores oportunidades de profundizar estos temas en la sociedad. Existe mayor interés en temas de movilidad, sustentabilidad del entorno y convivencia. Hoy en día se habla del tema. Esto es una oportunidad para influir en estos grupos de la sociedad. Lo principal en los adultos, es fomentar el sentido de comunidad y el respeto, a través de campañas educativas y de concientización, utilizando para ello medios masivos como redes sociales. Es importante que este tipo de campañas, involucren a las personas, interiorizándolas en los por qué del problema y la lógica asociada a los comportamientos que se busca fomentar, es decir, hacerlos entender cómo con nuestras acciones influimos en un bien mayor que es la movilidad segura.
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MI PRIMERA BICICLETA
Amaya Salazar: la niña pedal
Por Myriam Salazar
Amaya es hija de uno de los fundadores de grandes iniciativas ciclistas como “Arriba ´e la Chancha”, el mítico Taller Voltaire, las ferias cleteras, entre otros. Uno de los últimos proyectos es “Lost Bicitantes”, donde en cada sesión además de pedalear relatan particulares historias de personajes y lugares de Santiago. Aunque no recuerda muy bien cuando aprendió a andar en bicicleta, la pequeña ciclista nos cuenta: “Estaba en la plaza en una bajadita y de repente mi mamá dobló las rueditas para arriba, pensé que me estaba empujando, pero me empujó y me dejó, seguí pedaleando y me di cuenta que estaba sin las rueditas”. “La primera cicletada en que Amaya participó era bebé, la llevamos en un triciclo de “Arriba ´e la Chancha” que se llamaba Leonardo, era un triciclo repartidor. Debe haber tenido unos 6 meses. Cuando ya afirmaba el cuello, que es como al año de edad, compramos la silla trasera para bicicleta” recuerda Udo, su papá. Esta niña al igual que muchas a su edad se levanta temprano para ir al colegio, para llegar puntualmente a las 8am a clases. Pero antes de salir se pone su casco ya que no viaja en metro, ni en micro y menos en auto. Amaya viaja todos los días en bullit ya que su papá hace tres años cuenta con esta bicicleta de carga donde lleva a su hija desde el Barrio Yungay hasta Recoleta donde queda su colegio.
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-Me imagino que eres la única que llega en bullit al colegio, ¿qué tal es? Bakán jajaja!!! -¿Cómo es viajar de esta forma? Muchos bocinazos y peleas, la gente es muy mal educada, me dan un poco de susto. Al principio me daba miedo porque pensaba que me iba a caer, mi papá puso una caja y me sentí más segura.
Amaya junto a una de las bicicletas de su papá.
-¿Qué te dijeron tus compañeros cuando te vieron llegar en bullit? No sabían lo que era, les dije: es una bicicleta con un carro adelante y ya no entendían nada. -¿Cuál fue tu primera bicicleta? Una morada con flecos, la segunda era naranja con blanco con asiento banano que me encantaba, en esa bicicleta aprendí a andar sin rueditas chicas. Ahora tengo una rosada brillante, me la hizo un amigo de mi papá del Taller La Bicindad. Además de las bicicletas como a todo niño le gustan los animales. “ Tengo 3 gatos: Teresa, Jack y Garfield, pero el gato que más he querido Vicente, se murió hace poco.
En bullit participando de una cicletada.
También me gustan The Beatles y Michael Jackson. Cuando sea grande tal vez yo me vaya en el bullit ¿Y tu papá? en la cajita”.
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VIVENCIAL
Por Daniela Sabrovsky Fotos: Víctor Rojas
Comencé a andar en bici para transportarme el año 2007, cuando empezó el lío de Transantiago y moverse en metro se puso muy difícil. Ya había dejado el auto hacía algunos años, y era una peatona más o menos asumida. Miraba con envidia a los ciclistas que empezaban a poblar las calles, pero sentía que no era lo mío. Una amiga que se iba de viaje me ofreció su bici prestada — una Vargas rosada, de paseo, con canasto— y empecé casi de cero, con mucho miedo, pero algo me hizo “click” a tal punto que al día siguiente me fui a la pega pedaleando y nunca más me bajé. Fue una evolución lenta pero sostenida, que me llevó, en algunos años, a andar con mucha soltura por las calles, a toda hora, hacia todos mis destinos.
Me pagan por hacer lo que más que me gusta, ser bikemessenger
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En 2011 ya tenía una bici más o menos buena, ya subía el San Cristóbal una vez a la semana, había ido a Lo Vásquez. Pero el gran punto de giro fue el robo de mi querida bici: me decidí a mandar a hacer una a mi pinta, que resultó ser una híbrida (cuadro de ruta y transmisión de mountain bike), que me llevó más lejos y más rápido, y me permitió —gracias a la amistad
que surgió con la persona que me armó la bici — entrar en el mundo de los ciclistas, conocer gente, fascinarme con las carreras callejeras, y meterme en el deporte mismo, llegando incluso a entrenar en el velódromo por un tiempo. He llegado a tener cuatro bicis (simultáneamente, en este momento son tres), y ya no me imagino mi vida de otra manera. Ni en mis sueños más salvajes me vi andando al lado de micros, corriendo carreras o pedaleando por el peralte del velódromo. Siempre me consideré miedosa, nunca hice deportes, y siento que la bici realmente significó un cambio en mi personalidad. Descubrí partes de mi totalmente reprimidas: arrojo, competitividad, asertividad, el gusto por superar obstáculos. Y mi espíritu libre encontró una forma de potenciarse por mil. Que me pagaran por pedalear era entonces un objetivo por cumplir. Me acuerdo cuando me topé en Internet con una serie de fotos de bikemessengers canadienses de los 90s y quise ser uno de ellos, pensando que quizás en otra vida, porque la mía iba para otro lado, ya tenía una profesión, y quizás era un poco vieja para una pega como esa. Sobre todo en un país como este, en el que es muy mal visto ser profesional y hacer trabajos no calificados. Así y todo, hace un par de meses vi el aviso de bicimensajeros buscando gente part-time, y me decidí a postular aprovechando unos tiempos libres que me quedaban. ¿Cómo es ser bicimensajero? Por un lado es estar en el último eslabón de la “cadena alimenticia” de los trabajos. Es un trabajo físico que no requiere mayores conocimientos que las calles y la bici. Está a medio camino entre un motoboy y un cargador de la vega (a veces se transportan sobres, pero a veces son varios kilos sobre la espalda). Por otro lado, tiene un gran plus: los que trabajamos en esto lo hacemos sobre todo por gusto. Queremos y cuidamos nuestras herramientas de trabajo —nuestras bicis y nuestro cuerpo— y hacemos la pega con placer. El plus para los clientes, además de tratar con gente “con estilo”, es que somos educados, podemos aplicar cierto criterio, hacer trámites, etc. Y somos rápidos, por supuesto.
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No todo es glamour. La plata es poca, y hay días muy duros, sobre todo cuando hay lluvia o cuando las distancias son largas o los paquetes muy pesados. Para mi es un agrado: hago lo que me gusta, mis empleadores son muy buenas personas . Pero no deja de ser raro hacer convivir mis distintas facetas: hay días en que soy bicimensajera en la mañana, profesora universitaria en la tarde, y estudiante en la noche. Me ha tocado entregar encargos a algunos conocidos, y siempre temo un poco por su reacción (no por mi, por ellos). En un país como este, para algunas personas hacer este tipo de trabajos significa haber fracasado. Si bien para mi es todo lo contrario, me da mucha lata dar explicaciones, y muchas veces simplemente no las doy. Ha sido interesante también experimentar esta especie de “desclasamiento”, ver desde dentro cómo la gente se relaciona con la problemática de la clase social, de las jerarquías, de los estereotipos, en esta sociedad tan segregada. Hay días en que me he peleado con taxistas (tienen una guerra declarada contra los ciclistas), hay días en que he disfrutado logros tan simples como encontrar una ruta perfecta. Hay días en que no he parado de pedalear en todas direcciones por la ciudad y he quedado mareada. Hay días en que quedan tiempos muertos y hay sol y un banco de plaza y un libro para leer, y es una maravilla. Habitar la ciudad desde esta perspectiva me invita a mirar de nuevo. Y mi pedaleo en medio del tránsito, por supuesto, es cada vez más preciso y más fluido. ¿Me copia central? Cambio y fuera.
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PORTAFOLIO Por Ángel Fernández
La diseñadora Daniela Higuera nació en la ciudad de Valdivia y desde temprana edad desarrolló una afición hacia el arte, “me gustaba pintar desde que tengo memoria, siempre hojeaba libros de pintura y por sobre todo me gustaba participar en los concursos de dibujo del colegio, nuca gané, pero tampoco me faltó entusiasmo”, señala. La técnica con la que elabora sus ilustraciones es la acuarela, la que acompañada del tiralíneas, “me gustan combinar estas dos técnicas, ya que de esta forma logro crear infinitos detalles, tanto en texturas como en color”. Con su arte pretende rescatar el lado bueno de la vida y principalmente de las personas. Respecto de sus referentes esta Alfons Maria Mucha, Quien fue un ilustrador, pintor y artista decorativo checo, ampliamente reconocido por ser uno de los máximos exponentes el Art Nouveau. ¿Cómo definirías tu trabajo? Como un trabajo emotivo, me gusta evocar a los sentimientos o simplemente lograr una conexión con un recuerdo que se repite en muchas personas, me gusta que mi trabajo sea acogedor, que tanto las personas jóvenes como adultas, pueden identificarse con él, puedan decir, yo también recuerdo esto en mi vida.
Daniela Higuera
Su proceso creativo consiste en la recopilación de recuerdos, tanto propios como de otras personas, en su mayoría de adultos mayores. “He visitado hogares de ancianos, y he podido conversar con ellos, de esta forma logro reencontrarlos con sus recuerdos más atesorados, con ello se forma una especie de legado en el tiempo, ya que generalmente estas personas están solas y no tienen algo físico o monetario para dejar una vez que dejen este mundo, así que elaborar una ilustración de su recuerdo es como dejar una pedacito de ellos aquí. Luego de esta recopilación, busco material de referencia en libros y en la red, por ejemplo si los recuerdos son muy antiguos, me centro en la búsqueda de peinados, vestuario, joyas, autos, colores, texturas antiguas etc. Posteriormente llevo al papel la idea, luego la trabajo hasta que logro lo que me imagino con el momento relatado. Y finalmente pinto y detallo la ilustración” cuenta la artista. Para conocer más del trabajo de Daniela Higuera visita: www.behance.net/danielahiguera
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EL TALLER
Por Myriam Salazar
Esta claro que cada día son más las personas que optan por transportarse más rápida y cómodamente por la ciudad. De la gran oferta de bicicletas en el mercado, son muchos los que optan por las fixies. En la calle Ricardo Cumming y al lado de una librería de barrio se ubica Euskadi Bicicletas, un taller donde son especialistas en este tipo de máquinas. Pedro Aguirre más conocido como Peter nos recibe en este local del cual hace un tiempo es socio junto a Francisco Arratia y Camilo Hurtado. Pedro es uno de los fundadores de este proyecto y cuenta con la experiencia de dos iniciativas anteriores relacionadas al rubro.
Taller Euskadi: un taller donde se comparte la libertad y pasión por los pedales.
“Euskadi ya existía como tal cuando llegamos a esta casa, llevaba un par de años funcionando. En el mundo de las bicicletas todos se conocen y nosotros conocíamos al antiguo dueño del local, el que era más tienda que taller. Ese proyecto se acabó y nosotros conservamos el nombre en favor de darle continuidad a lo que ya existía”, asegura Aguirre.
Vida al aire libre Nosotros salimos todos los fines de semana, hacemos entre 100 y 120 kilómetros de ruta, nos vamos a la playa, a la montaña, somos un grupo de 6 a 7 personas y siempre se van incorporando nuevos interesados. Empezamos a darnos cuenta de que no éramos ni dos ni tres personas con una misma necesidad, como salir todos los fines de semana o salir a entrenar en la semana, sino que son muchas las personas que están interesadas en estas actividades. A partir de eso empezamos a generar un taller como tal pero que al mismo tiempo fuera una escuela de ciclismo. Hoy por hoy tenemos un formato más amplio, hemos llegado a otras organizaciones que tienen que ver con la bicicleta, hay un grupo que opta por el uso del piñón fijo, dentro de ellos hay dos o tres grupos en
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Santiago con los que nos relacionamos. Actualmente se está organizando una carrera para fin de año en Chile, Colombia, Argentina y Brasil simultáneamente y el año siguiente será la gran final. Este tipo de actividades nos ha llevado a generar redes fuera de Chile.
“Nosotros apuntamos a que sea tienda y taller, pero por sobre todo un espacio de comunión en el sentido de que seamos un club de ciclistas”.
En este taller no hay jefes, lo que hemos hecho es una unión de proyectos. Nos dimos cuenta de que era mejor unir ideas y trabajar por un bien común y con mayor proyección. Francisco Arratia tenía su marca propia de bicicletas, Camilo Hurtado es el socio más antiguo y junto a Peter son los mecánicos de Euskadi. Nosotros apuntamos a ser una factoría de bicicletas, no queremos ser como las típicas tiendas que tercerizan todos sus servicios, nosotros pintamos, modificamos y hacemos todo el trabajo aquí. ¿Cuáles son los tipos de bicicletas que llegan al taller? Tiene que ver con las bicicletas que nosotros usamos, somos reconocidos como un taller fixero, aunque llega de todo. En este barrio viven muchos extranjeros que tienen cultura ciclista. El fuerte es la gente que quiere armarse una bicicleta flaca y vienen por el custom completo. También trabajamos con ruteras y mecánica para mountain bike que generalmente son mantenciones.
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¿Qué público es el que llega a Euskadi? De todo un poco, tenemos harto publico migrante, que tiene otra mentalidad porque ya les enseñaron a andar en bicicleta, llegan muchos colombianos y también universitarios. ¿Qué modelo de bicicletas recomiendas para usar en una ciudad como Santiago? Una bicicleta que idealmente no tenga una gran mecánica, a partir de hecho de que una bicicleta con una mecánica más compleja tiene mayor probabilidad de panne. Recomiendo una bicicleta flaca, pero que el neumático no lo sea, que no tenga pata de cambio, ni desviador porque la encarece mucho, si quieres que el componente sea de buena calidad, por lo que obviamos los cambios por una velocidad y que siempre lleve un buen par de frenos. Euskadi Bicicletas es un espacio de reunión donde la invitación está abierta a quien quiera compartir y aprender más sobre bicicletas.
Euskadi Bicicletas Ricardo Cumming # 56 Santiago Centro Lunes a Sábado 11:00 a 20:00 horas
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EMPRENDENCLETA
Por Myriam Salazar
Patricio Núñez y Pablo Rubio se conocen desde siempre, de niños compartieron amigos de barrio y colegio, y por supuesto el gusto por las bicicletas.
Bicho Bikes: innovador servicio de bicicletas para turistas
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Luego de estudiar cada uno tomó su camino, Pablo es ingeniero y trabaja en Santiago, mientras que Patricio más aventurero se fue a vivir a España durante varios años, donde se dedicó a la realización de documentales como comunicador audiovisual. Siempre estuvieron en contacto y la crisis económica apuró el regreso de Patricio a Chile, pero el destino no era Santiago sino que Viña o Valparaíso. En España Patricio conoció de cerca uno de los primeros sistemas de bicicletas públicas en el mundo, viviendo más de ocho años en Europa incorporó la cultura ciclista a sus intereses. “Me relacioné harto con las bicicletas mientras viví en Barcelona, tengo un amigo que tiene una empresa de cicloturismo”, nos cuenta Patricio.
El grupo de amigos se mantuvieron conectados. Aunque Patricio y Pablo más cercanos, comenzaron a planificar un negocio juntos. Tuvieron varias ideas incluso vieron la posibilidad de poner un bar. Con base en Valparaíso pensaron en hacer tours en bicicleta, la idea fue creciendo hasta convertirse en una nueva propuesta en el mercado turístico. “Nuestra empresa ofrece un servicio integral de bicicletas para hoteles. La particularidad de nuestro proyecto radica en que proveemos, administramos y mantenemos las bicicletas para uso de los huéspedes” afirma Rubio. La propuesta de Bicho bikes entrega en la comodidad del hotel bicicletas a disposición de los turistas que van de paso y quieren experimentar la ciudad desde una perspectiva distinta a la tradicional. Con bicicletas de diseño, livianas y seguras, además de contar con un kit de seguridad y asistencia en ruta para cada usuario.
Trabajamos con bicicletas Yerka, P3 Cycles y Kona.
El paso tecnológico Actualmente Bicho bikes es un servicio de arriendo, pero sus creadores no se detiene ahí y quieren avanzar de la mano de la tecnología. Patricio detalla: “Estamos trabajando en el desarrollo de una APP, que asista al usuario mediante un audiotour, que incluya por ejemplo las ciclovías existentes. Nosotros trabajamos con turistas y como ellos no conocen la ciudad necesitan una guía, por ejemplo si quiere visitar el Museo de Bellas Artes, cuente con el audio que lo lleve de manera segura y rápida”. El huésped se ducha, pide la bici, recorre Santiago, vuelve al hotel y entrega la bicicleta en la comodidad del hotel en el que se aloja. Para el futuro Bicho bikes espera concretar nuevas redes en otras ciudades y también el extranjero.
www.bichobikes.cl Facebook: Bicho Bikes Twitter: @BikesBicho
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LIBROS
Por Mauricio Campbell
Me desconozco, yo no beso cosas, yo no me despido.
Una suerte pequeña Claudia Piñeiro Editorial Alfaguara 233 páginas $ 10.000
La siquiatra me lo advirtió en la primera sesión: los duelos tras rupturas dolorosas duran al menos dos años. Que con toda seguridad el origen de la tristeza (hecho o persona) volverá siempre como un fantasma que se niega a dejarte olvidarlo, que te amarra en la angustia que sientes. “El abismo atrae”, dice Mary Lohan o Marilé Lauría o María Elena Pujol: tres identidades para la misma mujer que hasta cambiando su nombre ha intentado dejar atrás sus dolores, sus fantasmas. Y como ella misma lo reconoce, de la misma forma en que quiere olvidarlos, siente una poderosa tendencia a buscarlo, encararlo. Sabe que lo va a pasar mal. No tiene dudas de ello. Solo pensarlo le causa angustia y hasta malestares físicos. Llora, tiembla, vomita. Pero no hay nada más atractivo que buscar el sufrimiento aunque lo más fácil sería quedarse lejos, a muchos años de distancia, en la comodidad de la nueva vida. Pero “el abismo atrae” y allá va María Elena que tras casarse se convirtió en Marilé y luego de huir pasó a llamarse Mary en otro país, con otra vida, para dejar atrás ese episodio que se le repita cada día en la cabeza, sumando detalles, que había omitido u olvidado. ¿Cómo saberlo? Como Mary enfrenta la vida que dejó Marilé muchos años atrás pero que no le ha permitido dormir tranquila jamás. Se prohíbe algunas actitudes autodestructivas, pero ya dio el paso más importante: volvió al escenario de su drama, a reencontrarse con actores y testigos de cómo empezó su dolor, su purgatorio de décadas. Sin quererlo, aunque con clara conciencia de que ocurriría, se encuentra con él. De sorpresa. Y entonces vuelven todos los fantasmas. Y llora y tiembla y vomita. El dolor crónico se hace agudo. Y debe enfrentarlo. Y aquí va ella.
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