Revista pedalea #27

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año

03 | n º 27 | agosto 2016

Rodrigo Guendelman: Un paseo en bicicleta inspiró a Santiago Adicto Actualidad Viajar con la bici en Metro ¿será posible? Emprendencleta Licuadora Shuper Disegno Reflectantes 3M Pequeños detalles que pueden salvar vidas

Revista mensual de circulación gratuita www.revistapedalea.com

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Contenidos Publicación digital de fomento de la cultura ciclista, de edición mensual. //Directora Myriam Salazar //Textos Michelle Raposo Myriam Salazar Ramón Leal Colaboración especial de Gabriela Rosende //Fotografías Víctor Rojas Myriam Salazar //Portafolio Ramón Leal //Diseño Aribel González //Diagramación Jorge Navajas Ofe Green //Ventas Víctor Rojas victor.revistapedalea@gmail.com +56 9 7852 8444 //Contacto contacto@revistapedalea.com + 569 5714 3245

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Revista Pedalea es una publicación independiente, editada por La Máquina Editores Limitada. Revista Pedalea no se responsabiliza por las opiniones de sus colaboradores. Todos los derechos reservados. Las imágenes publicadas no pueden ser reproducidas por ningún medio sin autorización.

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editorial

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actualidad

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el taller

bicileta

Calaca Bikes

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El reto

mi primer a

Rodrigo Guendelman

cool place to bike

Mucho más que una simple competencia.

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v iv encial

Juan Muñoz

Viajar con la bici en Metro. ¿Será posible?

urbanos

3m Pequeños detalles que pueden salvar vidas reflectantes

emprendencleta

Licuadora Shuper Disegno

portafolio


editorial

El reto Por Gabriela Rosende Bustos Secretaria Ejecutiva CONASET.

Durante la infancia la mayoría de quienes hoy pedalean aprendieron a desplazarse en dos ruedas con la ayuda de sus padres, familiares o amigos. Esos primeros años fueron de duras caídas y esfuerzo por equilibrar cuerpo y fierros en un espacio siempre dominado por los vehículos. Muchos lograron el objetivo y montaron la bicicleta, pero algunos, nunca pudieron o no siguieron intentado producto de algún imprevisto, accidente o reto. Mi experiencia arriba de la “bici” duró hasta los diez años, a consecuencia de un “experimentado” conductor que osó agredirme verbalmente cuando ocupaba parte de la calle para pasear junto a algunos amigos del barrio, en la Población Dávila. Ese “reto” me marcó y quedó muy grabado. Nunca más me subí a una bicicleta y ese ejemplo de mala convivencia y nula seguridad, se repite hasta hoy.

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Por eso es tan importante, dado el incremento que ha tenido este modo de transporte entre los habitantes de nuestro país, que todos tomemos conciencia que basta un pequeño error, una distracción, una arriesgada maniobra o un simple “reto”, para que el traslado en bicicleta se frustre o se transforme en un peligro. En esos años no se hablaba de derechos y deberes. Hoy todos los esgrimimos a diario. Pero falta algo más: la educación vial efectiva sobre el transporte no motorizado y su relación con los otros modos. Es en ese nicho, donde debemos profundizar para evitar situaciones que trasgredan y atenten contra los usuarios de las vías, sobre todo los más vulnerables. Experiencias negativas ya no queremos. La energía humana ha empoderado a los ciudadanos quienes cada vez más se vuelcan a las calles para compartir el espacio y trasladarse a diferentes actividades por nuestras comunas montados en sus bicicletas, con el sabido beneficio extra para la salud y el medio ambiente.


Otro punto clave es la seguridad en el tránsito. Sin duda, la prudencia de quienes manejan bicicletas y la utilización de casco, luces y reflectancia ayudarán a la protección del pedalero. Sólo un dato: el año 2015 fueron 125 los ciclistas que fallecieron en siniestros de tránsito, dejando a muchas familias en el triste desamparo. Es muy importante trabajar para educar principalmente a nuestros niños y adolescentes; insistir en generar conciencia entre los conductores de todo tipo de vehículos, empoderar a las organizaciones civiles, a los clubes de ciclistas y a todos quienes contribuyan a promover una mejor cultura vial. Como Gobierno llevamos un tiempo trabajando en ello. Creemos que es indispensable reducir la velocidad en el tránsito y para eso hemos impulsado un proyecto de ley de convivencia vial, en el cual uno de los cambios fundamentales es disminuir a 50 km/h la velocidad en las zonas urbanas y propiciar que los municipios generen zonas de tráfico calmado (30 km/h), lo que redundará en menos accidentes con consecuencias lamentables.

Nuestro desafío es entender que todos somos parte del problema y debemos ser parte de la solución, así cuando todos unimos esfuerzos, logramos el cambio necesario. Todos sumamos a la hora de fomentar el uso de medios de transporte sustentables e inclusivos. Estamos convencidos que podemos transformar nuestras ciudades de la mano de la seguridad, el respeto, la responsabilidad para lograr un noble objetivo: compartir el espacio y salvar vidas en el tránsito. Acabemos con la competencia y, definitivamente, compartamos el espacio vial. Queremos ciudades más amables y usuarios de las vías educados. Hoy el “reto” es entregar herramientas para la promoción segura del transporte no motorizado y avanzar hacia una convivencia respetuosa. Y quien dice que un día de estos pedalee nuevamente por mi querida Población Dávila.

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actualidad

Háganme un huequito

Viajar con la bici en Metro ¿será posible? Por Michelle Raposo

La fantasía de muchos ciclistas, pero ¿qué tan factible es y de qué depende? Rodrigo Díaz, también conocido como Pedestre, nos cuenta que estos sistemas obedecen a un solo factor. Valparaíso en tanto, es la primera ciudad en Chile donde este servicio ya está implementado. El sueño de viajar con la bicicleta en el metro es algo que lleva años y para algunos quizás ya sea imposible. Pero este año, este sueño se hizo momentáneamente realidad cuando, en dos oportunidades, el Metro de Santiago permitió que los ciclistas viajaran en la red subterránea junto a sus cletas; primero para el Foro Mundial de la Bicicleta 2016 (el 3 de abril) y luego para el Día Mundial del Medioambiente (5 de junio). Pero ¿es posible que esta iniciativa sea algo de todos los días?

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“Depende”, dice Rodrigo Díaz, arquitecto de la U. Católica, consultor en Desarrollo Urbano y Movilidad, orgulloso peatón y autor del blog “Pedestre”, nombre por el cual también es reconocido en las redes sociales. “Depende de un sólo factor, y es el grado de ocupación que tenga ese Metro”.La idea es realizar este evento cada tres o cuatro meses para que posicionar este concepto en los ambientes de trabajo. Además cada versión tiene su temática diferente, porque “abril es como la vuelta de vacaciones, en julio es combatir contra el mal clima y quién se motiva realmente y ya noviembre es la gran final”.


Foto Javier Torres

ESTRUJANDO EL METRO CUADRADO

“Cuando vemos imágenes de gente que anda con sus bicicletas en un vagón o que se dedica un vagón especial para eso, es generalmente en Metros que tienen muy baja ocupación”, cuenta el experto. Entre los ejemplos que pone se encuentran los servicios de las ciudades de Miami o San Francisco (Bay Area Rapid Transit), en Estados Unidos. “Efectivamente la gente puede subirse con su bicicleta cualquier día y a cualquier hora. Pero son Metros

que tienen bajísima ocupación. El metro de Miami lo ocupan 80 mil personas al día y el de San Francisco algo así como 400 mil pasajeros”. En contraste, el Metro de Santiago es usado por 2.2 millones personas diariamente. “Entonces no es que unas ciudades sean más o menos amigables con la bicicleta, sino que sencillamente no caben. Y más que no caben, el problema es que dificultan mucho la entrada y subida de pasajeros y al dificultarla, demoran todo el proceso de frecuencias”, agrega Díaz.

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Rodrigo Díaz

Foto Nicolás Tavira

SONDEANDO LA NOCHE

Sin embargo no todo está completamente perdido comenta Pedestre. “Ahora bien, el Metro de Santiago es de alta demanda, particularmente la Línea 1, pero efectivamente tiene horas valles y en esas horas es perfectamente posible permitir la entrada de bicicletas”. Algo que le gustaría explorar al consultor es ver qué pasa con el metro en la noche. “Por ejemplo que a partir de las 10 de la noche, esto fuese posible. Es un periodo breve, pero de todas maneras puede ser significativo, porque es un horario en que pedalear es más complicado, en invierno hace bastante frío, hay más peligro en ser atropellado, entonces efectivamente si dejáramos entrar bicicletas a partir de las 10 de la noche no afectaría en nada el funcionamiento y podría dar un servicio bastante útil”, agrega.

Otra opción es dejar los domingos para este tipo de viajes. Una experiencia que ya se lleva a cabo en el Metro de Ciudad de México, lugar donde vive actualmente el arquitecto. “Este un Metro que ocupan más de 4.600.000 personas al día y los domingos sí se puede meter la bicicleta adentro del metro y esto no causa ningún inconveniente. En la medida que se hace permanente, la gente empieza a conocerlo y se hace una costumbre, entonces aumenta la cantidad de gente ocupándolo”. “Ahora bien, no tenemos que hacernos muchas expectativas que sean miles y miles de personas los que lo usan, son más bien pocos usuarios que vienen de las zonas periféricas y van al centro a participar básicamente en eventos ciclistas domingueros en que cierran las calles y hacen las ciclovías ciudadanas”, acota el arquitecto.

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“Ya tenemos 1.987 usuarios con la tarjeta MetroBici, y la cifra sigue en aumento, siendo los tramos más utilizados el borde costero y Limache”.

VIAJANDO CON LA CHANCHITA EL FIN DE SEMANA

Sin embargo no es necesario mirar tan lejos para ver a las cletas en el transporte público chileno. Desde 2013 que el Metro de Valparaíso tiene implementado el servicio MetroBici, que permite viajar con bicicletas los fines de semanas y festivos, entre cualquiera de sus estaciones. “Ya tenemos 1.987 usuarios con la tarjeta MetroBici, y la cifra sigue en aumento, siendo los tramos más utilizados el borde costero y Limache”, cuenta Marisa Kausel, gerenta general de Metro Valparaíso. Para hacer uso del sistema solo hay que inscribirse en las oficinas de atención al cliente ubicadas en las estaciones Limache, Viña del Mar y Puerto, donde podrán adquirir una tarjeta personalizada por $5 mil. Para ello deben presentar su cédula de identidad y aceptar las condiciones del contrato. “Desde el primer viaje los usuarios deberán realizar la carga que se cobrará en base a la tarifa general”, explica Kausel. La idea, que partió gracias a una campaña ciudadana, ha tenido una buena recepción entre los usuarios que se mueven en las dos ruedas. “Entre los principales desafíos que tuvimos para la implementación del MetroBici, destaca la instalación de señalética en estaciones y trenes para orientar a los usuarios respecto a vías de acceso y demarcación de zona de bicis. Además, otro aspecto importante fue la comunicación a los usuarios, con información sobre las condiciones del servicio”, agrega Marisa Kausel. Otro detalle que destacan en Metro Valparaíso y que ayuda a la práctica ciclista, es que cuentan con bicicleteros en todas las estaciones para que los usuarios que usan la bici durante la semana puedan dejarlas allí y combinar con el metro. RECORTANDO LAS DISTANCIAS

En este sentido ¿qué es lo que más importante en este tipo de proyectos? La alternativa no es tanto dejar entrar a las bicicletas,

que es bueno en la medida que haya espacio para ello, sino más bien fortalecer la intermodalidad en las estaciones. Y eso puede ser mucho más útil comenta Díaz. “Es decir, más que dejar que te subas con tu bicicleta al metro, es darte la posibilidad de que las puedas estacionar en las afueras de la estación, y cuando llegues a tu destino en zonas céntricas, te tomes una bicicleta pública”. En cuanto a los biciestacionamientos, aún falta presencia en las zonas periféricas de la capital observa el planificador urbano. “Es decir, aumentar la cantidad en toda la red, particularmente en las cabeceras. Uno esperaría que en las estaciones Puente Alto o Plaza Maipú hubiera grandes biciestacionamientos y que hubiera también una buena red de ciclovías para que la gente pueda llegar segura. Colgar su bicicleta e incluso que el estacionamiento sea gratuito, que sea parte de la tarifa que tú pagas y de ahí tomas el metro y donde llegas te tomas una bicicleta pública o te vas caminando”. En cuanto a los viajes en el tren subterráneo, “le puede sonar más atractivo a alguien de Puente Alto que a alguien que vive en Providencia o Ñuñoa, y que es un ciclista ya más o menos avezado y que meterse en bicicleta al metro puede ser una cosa medio complicada, engorrosa. En ese caso mejor hacer una buena red de ciclovías”, acota el consultor. Y ese es un punto importante a entender recalca Díaz: “la mayor parte de los sistemas en que dejan meter bicicletas es para gente que hace grandes recorridos. No se espera que la gente se suba en las zonas céntricas, salvo cuando ya van de vuelta a la casa. Pero insisto, depende exclusivamente si hay espacio”. “No se me ocurre nada más terrorífico que meterse con la bicicleta a la estación Tobalaba a las 6.30 de la tarde. Nadie en su sano juicio se metería en el metro de Santiago con una bicicleta a las seis de la tarde, pero a las 10 de la noche ¿por qué no?”.

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llega m ás lejos y seguro

Reflectantes 3M: Pequeños detalles que pueden salvar vidas Por Michelle Raposo

Hacerse notar, especialmente de noche, es una de las claves en cuanto a seguridad para pedalear más seguros. Cada vez son más las personas que prefieren movilizarse en bicicleta en vez del transporte público o el automóvil, por lo que es primordial promover prácticas para que los ciclistas cumplan con las normas de circulación que los mantengan a salvo. Conscientes de esto y de los alcances que pueden tener sus desarrollos tecnológicos, la empresa 3M dentro de su iniciativa #AltaVisibilidad se está moviendo para promover el uso de elementos reflectantes y fluorescentes aportando a la seguridad vial al momento de utilizar la bicicleta. El 9% de los accidentes que ocurren en bicicleta son mortales, según información entregada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Chile tiene la segunda tasa más alta de accidentabilidad en América y es la quinta causa de muerte en accidentes del país. Por lo mismo, dice María Cristina Kusch, Business Leader de Scotchlite® Reflective Materials 3M, “hay un tema de responsabilidad donde podemos otorgar una enseñanza y educación respecto al uso de elementos de visibilidad para bajar la tasa de accidentes. Si se está fomentando el uso de la bicicleta y cada vez hay más ciclovías, es importante hacernos partícipes de esto y enseñar que con pequeños elementos se pueden salvar vidas”. CADA METRO CUENTA Y CADA ÁNGULO TAMBIÉ

Hay una gran diferencia entre usar o no usar reflectantes, por lo que es importante elegir un elemento reflectivo que realmente cumpla cuando tenemos baja visibilidad, como por ejemplo al

crepúsculo y el amanecer o días nublados. “Con los productos que tienen 3M Scotchlite® permitimos la visibilidad frente a la luz de un vehículo a lo menos a 150 metros. Con esta distancia, el automovilista puede reaccionar a tiempo. Un buen foco en la bicicleta permite que el ciclista pueda ver por dónde va, pero no permite que un automovilista lo reconozca como una persona que va en la vía”, explica Kusch. Según datos recopilados por la marca, un vehículo a 50 km/hr tarda al menos 160 metros en detenerse desde que identifica al peatón o ciclista, en el caso de un vehículo a 100 km/hr demora 350 mts en detenerse o evadir el obstáculo. La distancia de visibilidad es uno de los factores a tener en cuenta, pero además 3M Scotchlite® promueve lo que se conoce como el efecto 360º, es decir, “que independiente del ángulo con el que enfrentemos la luz, de frente, de lado o de espaldas, el automovilista nos pueda reconocer. Por esta razón, motivamos a utilizar tanto brazaletes como tobilleras y el arnés 360º. Sumado a eso, casi la totalidad de los elementos de seguridad están fabricados con telas fluorescentes, que nos otorgan visibilidad durante el día y el crepúsculo”, agrega la ejecutiva. MARCANDO LA DIFERENCIA

En asociación con un convertidor local Bright Wolf, la empresa ha desarrollado brazaletes, arneses, bandanas, grips para rayos, mochilas y cubremochilas con reflectivos de la línea Scotchlite® de 3M, línea dedicada especialmente al desarrollo de estos materiales. Adicionalmente están preparando una serie de autoadhesivos y transferibles reflectivos para lanzar a contar de octubre de este año.

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Sin embargo la visión de 3M no se queda ahí. “Hemos buscado soluciones para adaptarnos a cada tipo de usuario, porque es diferente una persona que usa la bicicleta como medio de transporte a un ciclista más urbano, o uno que recorre grandes distancias desde las 6 de la mañana, buscando el ahorro en locomoción y donde lo más importante es hacerse visible frente a una micro; mientras que el otro, además de la seguridad, también busca diseño e innovación. Nos hemos ido adaptando a cada grupo, incluso pensando en niños y en deportistas. Para esto, hemos entrevistado a distintos usuarios para saber qué necesitan exactamente y qué tipo de elementos se sentirían más motivados a utilizar”, cuenta Kusch. Otro punto importante, también tomado de estos focus group, es que estos productos se encuentren disponibles en lugares de fácil acceso. Actualmente se pueden encontrar en tiendas Homecenter y tiendas especialistas a lo largo del país. La meta como empresa, complementa, “es que cada vez que veamos a un ciclista, este se encuentre ocupando elementos de autocuidado, ya que más allá de 3M, es un tema de salvar vidas”.

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Rodrigo Guendelman: -

Un paseo en bicicleta inspiró a Santiago Adicto

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mi primera bicicleta

El periodista cuenta que su máximo logro cletero fue llegar hasta La Parva pedaleando y revela cómo llegó a la idea de crear este proyecto que muestra el lado más bonito de la capital.

Dice que con el paso del tiempo no lo tiene tan claro, pero lo más probable es que su primera bicicleta le llegara de regalo de cumpleaños cuando tenía entre 8 y 10 años y que probablemente esta haya sido una Caloi. “Pero recuerdo que en esa época se hacía harta vida de calle, así que andaba en bicicleta con los vecinos por el barrio y las calles cercanas a mi casa”, rememora el periodista, columnista y conductor de radio, Rodrigo Guendelman.

Por Michelle Raposo Fotos Víctor Rojas

Siempre ha tenido mountain bikes, y aunque cuenta que si bien nunca se consideró algo así como un fanático de la bicicleta, sí le tomó el gusto a pedalear mirando a su padre. “Mi papá era súper cletero y el andaba casi de forma seria. Me acuerdo que una vez se fue en bicicleta a Algarrobo desde Santiago, subió el cerro San Cristó-

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bal dos veces seguidas, era peso pesado, le gustaba de verdad. Recuerdo que tenía una pistera Peugeot. Era una buena bicicleta porque el tema le interesaba”. Si es por llegar lejos, o alto, el periodista también puso de lo suyo en los pedales. “En una época incluso me dio por tratar de subir a Farellones y conseguí hacerlo, pero en cuatro tandas de a 10 kilómetros cada vez y logré llegar hasta La Parva. Ese fue como mi máximo logro”, cuenta Guendelman, quien siguiendo los pasos de su papá también recorría la cumbre al San Cristóbal cuando el tiempo lo permitía. “Me encanta ese trayecto a la cumbre porque toma como media hora, es bonito, tiene buena vista, mote con huesillo, hay como harto premio por el esfuerzo”, agrega.


SANTIAGO ADICTO GRACIAS A UN PASEO EN BICI

Uno de los proyectos del comunicador que más cariño ha generado entre los capitalinos es Santiago Adicto, una comunidad de amantes de Santiago que utiliza todo tipo de redes sociales para mostrar el lado más amable y bonito de la ciudad. Y no es raro que esta idea de mirar el espacio donde vivimos desde otro punto de vista haya surgido de un paseo en bicicleta, como revela Guendelman. “Un día de verano hace casi 5 años, en esta subida a Farellones que contaba, iba en los primeros kilómetros y me paré a mirar la puesta sol y pensé: que ciudad más privilegiada en la que vivo, este es un panorama absolutamente gratuito, llegué hasta acá pedaleando desde mi casa, estoy subiendo y nadie me cobró un peso, es una ciudad increíble. Y ese día como que me iluminé y decidí tener un hashtag que era Santiago Adicto y de ahí escribí una columna, luego decidí crear el Twitter y de ahí el Instagram”. En cuanto al uso de la bicicleta en la ciudad, “yo creo que Santiago es una ciudad tremendamente privilegiada, tanto para los ciclistas como para la gente que le gusta subir cerros caminando. Para todo

tipo de deporte al aire libre, Santiago es una ciudad alucinante, la cantidad de cumbres para hacer descenso o todo tipo de técnicas de mountain bike. De partida es una ciudad que tiene 26 cerros islas y además tienes el Manquehue y todos los cordones montañosos que ya son el principio de la cordillera. Existe una cantidad impresionante de lugares; el tema es que hay que buscarlos, hay que conocerlos, hay que informarse y hay que aprovecharlos”. Pero no solo los cerros son un buen escenario para salir a pedalear. También se han ido abriendo espacios para que la bicis sean las que mandan de alguna manera, “pensando en la bicicleta recreacional, los días domingos varias partes de Santiago están abiertas para ellas y el mismo Parque Metropolitano son una opción”. En términos de movilidad sustentable y transporte en la ciudad de Santiago, la bicicleta ha ido ganando espacio convirtiéndose en un medio privilegiado “además uno ve distinta la ciudad, ves distintas las cosas cuando andas a la velocidad de la bicicleta. Te permite parar, bajarte y estacionar donde quieras. Se conoce gente, las personas en general se saludan. Se genera un clima muy agradable entre los cleteros”, concluye este enamorado de la ciudad.

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el taller

CALACA BIKES: La bicicleta es una máquina espectacular, eso es lo que nos apasiona.

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Por Myriam Salazar

“Es como si fueran niños, a eso me refiero con el romanticismo de la bici, hasta la persona más madura cuando va a tener una bicicleta nueva se pone ansiosa”.

Las amplias y tranquilas calles de este sector de La Florida invitan al pedaleo, a la vida de barrio. En este contexto hace un par de años se instala Calaca Bikes, una opción para quienes buscan reparar y armar una bicicleta desde cero. Felipe Á lvarez junto a Paula Santibáñez y Benjamín Aros forman el equipo de este taller. Felipe es el creador y dueño, Paula enraya, centra y hace todo lo que tiene que ver con las ruedas. Benjamín llegó como cliente y se quedó para ser parte del taller. A un par de cuadras se ubica un colegio, una feria libre y otros pequeños negocios. Felipe comenta, “La gente del colegio me entrega reparaciones, trabajos bien clásicos, pegas chicas que salvan en esta época del año que es más lenta. Acá fundamentalmente lo que hacemos es armar bicicletas y esa gente llega por internet principalmente. El foco del taller partió así armando bicicletas personalizadas”. A Felipe siempre le han gustado las bicis, “Estuve harto tiempo sin bicicleta porque me la robaron. Como era estudiante no había muchos recursos para conseguir una nueva. Compre una antigua en la feria y la restauré, se

me hizo fácil. Conocía algo de mecánica pero todo de manera autodidacta. En ese tiempo estaba terminando periodismo, me quedó gustando el tema y a modo de hobby empecé a comprar más bicis. Hasta que me hice cliente del caballero que vendía bicicletas antiguas. Comencé restaurando ruteras y minis setenteras, se me hacía fácil y me enamoré del tema. Me armé un taller pequeño en la casa, el que empezó a crecer porque las vendía. Cada vez me compraban más, hasta que llegó el primer encargo. Fue un desafío en ese momento porque no tenía conocimientos formales, solo las ganas. Dio un buen resultado, la persona quedó contenta y me empezó a recomendar, así llegaron más pedidos”. Las redes sociales han servido de plataforma para publicitar este taller. “Algunos clientes hacen su pedido por internet y después vienen por él. A otros en cambio les gusta ver cómo hacemos su bicicleta y elegir las piezas. En ese sentido es un poco más romántico, hay otras cosas que la gente llega y compra nomás, bueno con las bicis también se da un poco con las multitiendas y todo eso, pero siento que se mantiene la forma antigua, como cuando la gente se mandaba hacer la ropa al sastre, eso se mantiene aquí”, cuenta Álvarez.

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¿Cuál es la bicicleta más solicitada? Felipe: Ha ido variando un poco, en un principio era más la bici urbana, harta single speed o bicis con cambio solo atrás, cosas de ese tipo. Hace un tiempo con Paula hicimos un viaje a la Carretera Austral en bicicleta y empezamos a explotar el tema del cicloturismo. Promocionando a partir de las bicicletas que nos hicimos para ese viaje, empezó a crecer mucho. Sacamos unas fotos en el lugar, para mostrarle a la gente que se puede y que no es necesario tener una MTB cara para hacer un viaje de este tipo porque no es lo ideal. Lo que hicimos fue promocionar las bicis rígidas de acero, más parecidas a las que se hacen afuera. Si vas a la carretera Austral se ve mucho europeo con bicis de este tipo con marcos antiguos, bicicletas relativamente básicas. Explotando ese concepto nos ha ido muy bien. Su ubicación en el sector sur de Santiago y la cercanía con el Cajón del Maipo y sus alrededores, donde se practica ruta y cicloturismo, instala a Calaca Bikes como una opción para los pedaleros de éstas disciplinas.

“Cualquiera puede venir y hacerse la bici que quiera, hacemos eso fundamentalmente. La gente nos contacta y explica lo que quiere, nosotros conceptualizamos y les presentamos opciones, aceptado el presupuesto comenzamos a trabajar. Agradezco que la gente sea paciente, porque hacer un trabajo personalizado no es algo inmediato”, afirma Felipe. ¿Cuánto demora un trabajo desde cero? Felipe: Se demora 3 semanas aproximadamente. Depende de la carga laboral y la disponibilidad de componentes y materiales. En ese sentido la gente es súper paciente, en general el cliente viene y quiere la bicicleta al tiro. Cuando les digo que tiene que esperar lo aceptan bien, aunque de todas formas preguntan si esta lista la bici o si le podemos enviar fotos. Es como si fueran niños, a eso me refiero con el romanticismo de la bici, hasta la persona más madura cuando va a tener una bicicleta nueva se pone ansiosa. Cuando uno tiene una bici nueva quiere hasta ir al pan en ella. Benjamín Aros llegó al taller como cliente, “Como estaba corriendo en el velódromo necesitaba un taller económico porque en la comuna o son caros o muy malos”, comenta.

Calaca Bikes Taller Ciclista

Víctor Rojas

Venezuela 8741, La Florida.

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¿Cómo llegaste a correr al velódromo? Mi hermano me llevó. Antes del velódromo practicaba circo, principalmente malabarismo, también hice tela y otras disciplinas. Llegó un momento en que no había nuevos desafíos por falta de implementos. Hice un viaje a Francia y a la vuelta me dediqué de lleno al ciclismo. Actualmente soy parte de team Urbanos con el que compito y me ha ido bien. Toda mi energía se centró en el ciclismo. Financio este deporte con mi trabajo en el taller, aquí he aprendido poco a poco hasta que agarré el ritmo. Hago de todo en el taller, corro en el velódromo y también hago ruta. Además voy al preuniversitario para en un futuro estudiar kinesiología. Este taller cuenta con todos los servicios tradicionales y además construyen marcos de cicloturismo a pedido. Felipe asegura “Aquí puedes venir con una idea muy loca y si la conversamos se puede hacer. En el verano vino un cliente a pedirnos una tándem, nunca habíamos hecho una y quedo muy bien. Creemos que la bicicleta es una máquina espectacular, eso es lo que nos apasiona.


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emprendencleta

LICUADORA SHUPER DISEGNO: cintas y bolsos fabricados con materiales libres de animales

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Por Myriam Salazar

“Muchos de los objetos de deseo de la bicicleta pasan necesariamente por productos de origen animal, pero a pesar de esto, nosotros apostamos a lo contrario, decidimos expresamente no usarlos”.

Viviana Abasolo y Gonzalo Castillo tienen incorporada la bicicleta hasta la fibra. “Nuestras bicis duermen dentro del hogar, nunca a la intemperie, tenemos muchos cuidados mecánicos y obviamente estéticos con ellas”, aseguran. A l momento de comenzar este proyecto, ambos diseñadores industriales vivían en Santiago y se desplazaban en bicicleta. Tenían ganas de hacer muchas cosas, además de energía e ideas. Pero la falta de dinero dificultaba el desarrollo de sus planes. Rápidamente decidieron trabajar en torno a la bicicleta. “Nos tiraba mucho el tema del pedal y las 2 ruedas, su forma, sus accesorios y repuestos. Fuimos desarrollando de a poco productos para ella, pasando por distintos procesos de producción y materias primas. Lo hemos realizado paulatinamente pasando en una primera etapa por las telas, siguiendo con la madera y posteriormente el metal”. Tras una lluvia de ideas para elegir un nombre que los representara, se quedaron con Licuadora Shuper Disegno. “Llegamos a la conclusión de que nuestro trabajo se compone de mezclar ideas, revisión del mercado, tendencias, etc. Por lo que nos preguntamos ¿Qué palabra nos podría definir?. Licuadora hace referencia a lo que buscábamos, el apodo Shuper Disegno es más que nada una parodia hacia el diseño mismo, somos un poco sar-

cásticos de lo que hacemos y el estilo de vida del maker, aunque compartimos la misma fascinación por hacer cosas, la caricatura no nos definía”. Llevan aproximadamente 3 años elaborando sus productos y reconocen que han tenido un avance lento. “Somos apasionados por hacer cosas con nuestras manos, aprender de procesos productivos, buscar mercado y en menor escala, de aprender administración de negocios. Es fascinante pensar que algo que nació con la ayuda de nuestros padres y mucho empuje se pueda vender en otras ciudades del globo, como por ejemplo Sao Paulo en Brasil, para nosotros es realmente gratificante”. Viviana y Gonzalo además son amantes de los animales y tienen un profundo respeto por ellos. Por lo que sus productos están hechos con cuero sintético y materias libres de animales. Así incorporan un tema ético fundamental en sus productos, afirman “Muchos de los objetos de deseo de la bicicleta pasan necesariamente por productos de origen animal, pero a pesar de esto, nosotros apostamos a lo contrario, decidimos expresamente no usarlos”. Es tal su compromiso y respeto por ellos que donan el 10% de cada venta a organizaciones de derecho animal. Actualmente trabajan con la agrupación “Salvemos Animales Los Vilos”.

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¿Cuál es el público objetivo de Licuadora Shuper Disegno? Aquel que busca funcionalidad y estética, que además se identifica con la idea de que la bicicleta no es un objeto inerte, o un montón de fierros para darle hasta que se muera. Nuestro público objetivo se preocupa por ella. Su consumo en general es un poco más moderado y revisa la línea de producción de aquello que consume. Al igual que nuestros clientes, tenemos arraigado el “Piensa global compra local”.

nuestros productos. Ahora estamos realizando las pruebas con nuestra cinta DUO, cinta bicolor que ya está lista para lanzar al mercado. ¿Qué opinión tienen sobre el mercado ciclista actual?

En el mercado tienen a la venta cintas para manillar: funcionales y estéticas, en diversos colores y diseños y el bolso para manillar: para transportar elementos de uso diario como herramientas o accesorios. En Santiago su punto de venta es la tienda “Praxis” y en Sao Paulo, Brasil “RING53” son quienes están encargados de difundir sus productos.

Está en constante cambio por lo que hay que ir adecuándose, actualizarse de acuerdo a las tendencias ciclistas, con un público fiel y otro que experimenta con distintos materiales y formas de consumir más lentas y éticas. Con respecto al uso de la bicicleta en Chile y el mundo, la bicicleta no es un medio de transporte nuevo y nos hace feliz que se ponga de moda y que cada vez se sumen más personas, es maravilloso! Invitamos a todos a probar marcas nacionales, apoyen al mercado nacional, hay mucha gente emprendedora que se preocupa de sus productos y de que sus clientes queden satisfechos.

¿Cómo es el proceso de creación y fabricación?

¿Cómo ven la proyección de Licuadora?

La creación de un producto nace desde la necesidad de algo, de un gusto, una experiencia. El color, tipo de material, tipo de detalles, forma de uso, todo lo vamos probando y usando para poder ofrecer algo 100% testeado. Las primeras cintas que fabricamos, las realizamos para nosotros y las estuvimos probando 1 año antes de lanzarlas al mercado, por lo que sabemos cómo se comportan a lo largo del tiempo. Todo se realiza de forma manual, aún no hemos industrializado nuestra producción. Ambos participamos y nos encargamos de la creación y fabricación de

Lenta pero segura. Creemos que ya estamos en una etapa de maduración lo que nos va a permitir estar en distintos puntos de nuestra ciudad y de Chile. Por el momento, estamos desarrollando un plan de acción para poder estar en diferentes tiendas de barrio. Licuadora Shuper Disegno desde Los Vilos invita a la gente en general a subirse a la bicicleta, “Mientras más seamos en las calles, menos peligros tenemos que enfrentar. La bicicleta no es sólo para los primeros martes, puede ser muy útil en la vida diaria”.

Licuadorashuperdisegno @Licuadorasd

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cool place to bike

Mucho más que una simple competencia Por_Michelle Raposo Aunque para varios julio fue un mes frío, para los participantes del “Cool Place to Bike” de Kappo, la cosa estuvo candente. En 31 días, 550 ciclistas realizaron 9 mil viajes y recorrieron 50 mil kilómetros, evitando consumir 4.300 litros de combustible y una emisión de 11 toneladas de CO2. En términos simples, esto se traduce a una vuelta a la Tierra, 763 árboles plantados o 1 millón de calorías quemadas (3.100 completos o 2.300 empanadas). Así fue la experiencia de los concursantes que más pedalearon en el mes en la categoría empresas pequeñas:

DIEGO CASTRO – EXE

“Se genera una mejor comunicación y más confianza” Un sabor amargo le quedó a esta empresa de desarrollo de software de su primera participación en el concurso en abril pasado. “Nos pasaron a última hora en el último día. A las 10 de las noche estábamos celebrando y a las once y media nos habían ganado”, recuerda Castro. Con esa experiencia aún en la mente la motivación para participar de esta versión de “Cool Place to Bike” fue más grande. Esta vez fueron más mateos y se estudiaron la aplicación para mejorar sus perfiles y así lograr más puntos; salieron a pedalear al almuerzo y fines de semana lo que finalmente los dejó en el primer lugar de su categoría. Además del orgullo de ganar hay otros aspectos que Castro destaca de la competencia, como que el gerente general dejara el auto y empezara a ir en bicicleta y la dinámica que se generó en la misma oficina. “Se generó una unión entre los que participábamos, había alguien del área comercial, de desarrollo y de márketing. Igual la gente nos preguntaba también y estaban pendientes y ya hay interesados de participar en la próxima campaña”, comenta el jefe de proyectos. La competencia también los ha ayudado a conocerse mejor entre ellos. “Uno se preocupa en otro sentido. El gerente tuvo un accidente y le mandas un mensaje preguntándole cómo está. Sin el

Diego Castro

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Pablo Valenzuela

concurso no me hubiera enterado, entonces se genera una mejor comunicación y más confianza. Si esto también lo llevas a tus proyectos, puedes ver quién puede aportar y cuál es la disposición de algunos”. PABLO “QUILTRO” VALENZUELA – BMOV TRICI

“Crear el hábito de pedalear ya es un logro gigante” Aunque es la tercera vez que participan, cuenta que es la primera competencia que su empresa ha sentido su liderazgo desafiado. “Eso nos motivó y fue bueno que nos saliera competencia. Esto significó que tuvimos que pensar en estrategias, nos hemos juntado los fines de semana a pedalear, hemos pedaleado hasta en la hora de colación”, cuenta Quiltro. En cuento a la aplicación, dice, “es súper lúdica y no se trata solamente de hacer kilómetros sino que en la medida que pedaleas vas ganando plata y gemas y con eso vas comprando cosas que hacen que tu pedaleo sea más activo”. Más que una competencia entre empresas, reflexiona el pedalero, el desafío es con uno mismo. “Alguien que no iba nunca a trabajar en bicicleta y terminó el mes diciendo que se fue todo los días en cleta ya es algo que ganó. Crear el hábito de pedalear ya es un logro gigante, porque igual hay que entender que no toda la gente vive cerca de la pega o que no todos son dueños de una o tienen el tiempo o la salud para hacerlo y generar este movimiento es la base importante donde apunta Kappo”.


Ángel Fernández

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Ángel Fernández

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portafolio

Ramón Leal Toro Ilustrador

Nació en 1977 en la provincia San Antonio, ciudad donde transcurrió su niñez. Hoy espera, con el tiempo, poder consolidarse como ilustrador, encarándolo como una carrera y un trabajo definitivo en su vida. Aprendió a dibujar desde muy pequeño. Su padre, mueblista, también pinta en su tiempo de descanso. Aprendió de él, observándolo pintar con su estilo particular. La mayor parte de las pinturas de su padre son marinas y paisajes, pero Ramón enfocó la temática de sus ilustraciones en los dinosaurios, y luego a lo que es el tema épico fantástico, siendo la mitología griega una parte fundamental en el desarrollo de sus obras. Siendo estudiante de la carrera de ilustración en Instituto Alpes conoció la literatura de J. R. R. Tolkien, esa mitología extraordinaria lo impulsó a concretar en definitiva un estilo propio, y también a desarrollar ilustraciones basadas en la vasta epopeya tolkieniana. En sus pinturas utiliza acrílicos y acuarelas, éstas últimas con una técnica que desarrolló por su cuenta (usándolas mucho más pastosas de lo normal) obteniendo grandes resultados.

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vivencial

Juan Muñoz: Me gusta pedalear, no competir y disfrutar la independencia de moverme Por Myriam Salazar

Tercera semana de julio y termina una nueva versión del Tour de Francia, ardua y centenaria competencia que tuvo por un mes colgados a las pantallas a ciclistas y amantes de la bicicleta de todo el mundo. Para Juan Muñoz, ingeniero geomensor y rutero aficionado, recorrer largas distancias en bicicleta y desafiarse a sí mismo es algo que lo apasiona. Lo suyo no es la competencia sino que poner a prueba su resistencia sobre dos ruedas y para esto se propuso viajar a Francia y participar algún día en la carrera París-Brest-París, cuyo recorrido ida y vuelta consta de 1.200 kilómetros. Sus primeros pedaleos estuvieron rodeados de familia y tradición, recuerda: “La primera bicicleta que monté fue una que mi padre le regaló a mi hermana. Debo haber tenido 5 años. Era una mini y volaba en ella. Sobreviví a más de algún porrazo, una vez casi me saqué un ojo, me golpeé la ceja con el tornillo de la T de la mini, aún se puede notar. Mi viejo me llevaba a los cuasimodos después de Domingo Santo, amononaba la mini en la semana y me vestía tradicionalmente para el evento”. Después de la mini tuvo una MTB de fierro que aunque le quedaba chica usó hasta los 20

años. Un primo lo incitó a seguir pedaleando. “Así que comenzamos a salir. La temática era recorrer, tomábamos una calle y veíamos hasta dónde llegaba, por lo general hacia el sector oriente de Santiago, recorriendo nuevos barrios”. Para llegar a su trabajo viajaba a diario en micro, lo que lo demoraba más de la cuenta. “Comencé a irme en bicicleta al trabajo. Vivía en Recoleta y trabajaba en Huechuraba. Un día planifiqué la ruta y la recorrí un día domingo. Demoré unos 15 minutos. Esa semana me fui un día en bicicleta, la siguiente semana dos días y así hasta enterar la semana”. “Pedaleaba prácticamente 24/7, y así ha sido durante todos estos años. Cuando retomé mis estudios me iba en bici de Huechuraba a Ñuñoa. Al año siguiente la oficina donde trabajaba se cambió al kilómetro 16 de la Panamericana Norte, en Lampa. El día lunes era una hora de viaje; el viernes, hora y media. Estaba muy cansado y perdía horas en la universidad, así que me compré una moto. Llegaba descansado en 45 minutos, pero no dejaba de salir los fines de semana en bicicleta a alguna parte”, recuerda.

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Las cosas cambiaron: “Dejé de trabajar en Lampa y vendí la moto. De mi casa a la Universidad tardaba sólo 5 minutos en bicicleta. En relación a la moto, un chiste. Ese año fui a la cicletada número 100 del MFC, fue genial ver más gente usando la bici. Participé con ellos unos años, conocí a varias personas que desde esa época son mis amigos”. “Con un grupo de cicloturismo fuimos al Río Clarillo y fue la primera vez que pedaleé tan lejos. Lo encontré maravilloso. Luego fui a Valparaíso, con lluvia y todo y lo que ya es un clásico, ir a Lo Vásquez”, dice acerca de sus ritos sobre dos ruedas. “Hace unos años un amigo me contó sobre París-Brest-París, una carrera que recorre 1.200 kilómetros en 90 horas, algo increíble. Mi interés por el pedaleo no es ir rápido, sino que saber hasta dónde puedo llegar. Así decidimos organizarnos y participar de aquella locura, que ocurriría en el 2011. Nos entrenamos pero la falta de recursos impidió la travesía”, rememora.

No se rindió: “Pasaron los años y buscando información conocí eventos similares como TransAm (que cruza Estados Unidos de costa a costa), LEL (Londres-Edimburgo-Londres), Tran Oz (en Australia). Sería genial participar de cada una, pensaba, mientras repetía la ruta a Rancagua, 10 horas y media promedio. Participé en alguna carrera de XC maratón, la más linda en el sur: pasamos por dentro del Parque Nacional Conguillio, dentro de los 130 kilómetros, llegué quinto en mi categoría, algo inesperado porque mi entrenamiento es ir al trabajo en bicicleta”. “El 2014 recordé que la París-Brest-París. Iría el 2015. Tomé contacto con los franceses y desde entonces soy el representante del Audax Club Parisien en Chile. Ya tenía las rutas, solo faltaba recorrerlas y ver si alguien más se animaba. El dinero no debería fallar ya con un mejor trabajo”, se propuso. “Traté de incentivar a un grupo pero no resultó, así que decidí hacerla solo”, dice. Y empezó a entrenar: “Recorrí los primeros

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200 kilómetros dentro del tiempo, sin problemas. Después venían los 300 kilómetros y pedalear de noche, un gran desafío. Tomé mis luces, chaleco reflectante y a rodar: ruta casi mortal por tener que subir los últimos 100 kilómetros desde Papudo a Putaendo”. “Lo logré en 19 horas y 25min, tiempo menor que las 20 horas exigidas. Para los 400 kilómetros tomé precauciones de no tener tanta subida, algo difícil en Chile. Y ya con mejor equipamiento hice esta hermosa ruta, concentrado, disfrutándola. Pero para los 600 kilómetros tuve problemas: en el trabajo estaba en un régimen de turnos, que no me daban tiempo de descansar lo necesario”, apunta. "Llegó la fecha y me lancé: fue la primera vez que sentí la presión psicológica de la que tanto hablan los deportistas. Preocupado de mi ritmo, de a qué hora debería pasar nuevamente de vuelta por donde iba. Cuando estaba en la cima de la cuesta me llama mi jefe por temas del trabajo y todo se fue al carajo, 84 kilómetros logré recorrer de los 600 pretendidos", se lamenta aún hoy.

"Mi mejor amigo me fue a buscar a San Francisco de Mostazal y me quedé sin clasificar a Francia, sumado a que tampoco logré comprar el pasaje. Pero bueno, de las otras que hay el 2017 es la LEL en Inglaterra, no exigen clasificatorias, así que sólo es entrenar y prepararse, juntando el dinero para ello también. El bichito de las rutas Randonneur ya lo tengo en el cuerpo y no descansaré hasta lograr recorrer los eventos que pueda", desafía. "En mi fan page Austral Randonneurs comparto mis aventuras y noticias de eventos similares. Me han contactado de Argentina y Perú por lo que estoy haciendo. En enero de este año salió un DVD alemán con la historia de tres alemanes que corrieron la París-Brest-París el año pasado. Estoy terminando de traducirlo y lo exhibiré el martes 9 de agosto en la Cervecería Nacional. Francia tendrá que esperar para el 2019, pero LEL sí o sí el próximo año", asegura convencido.

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