Revista Pedalea #19

PEDALEA R EV I STA

Sergio Giacaman: ¿Por qué la Bici y por qué en bici?

Agnete Thompsen: logísticamente ciclista

Torpedo Mensajeros:

Victor Rojas

Bicimensajería y educación cletera

Publicación Mensual :: www.revistapedalea.com

Año 2 :: Nº 19 :: Diciembre 2015

Editorial

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Actualidad

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Mi primera bicicleta

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Vivencial

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Portafolio

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El Taller

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Emprendencleta

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Urbano

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Libros

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Revista digital sobre ciclismo urbano, de edición mensual.

Fomentamos el uso de la bicicleta como medio de transporte limpio, saludable y moderno.

Abordamos temas relacionados al mundo de la bicicleta con un enfoque periodístico, como también tendencias y cultura.

Directora: Myriam Salazar Textos: Natalia Bobadilla Mario Ruiz Mauricio Campbell Myriam Salazar Colaboración especial de Sergio Giacaman Fotografías: Víctor Rojas Myriam Salazar Claudio Olivares Medina Mario Ruiz Portafolio: Angel Fernández Diseño y Diagramación: LME Límitada Ventas: Victor Rojas victor.revistapedalea@gmail.com + 56 9 78528444 Contacto: contacto@revistapedalea.com @revistapedalea

revista pedalea

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EDITORIAL

¿Por qué la Bici y por qué en Bici? ¿Por qué la Bici y por qué en Bici?

Son preguntas que siempre, siempre me hacen y que para ser súper sincero ya no me sorprende, ni me molesta, porque entiendo que para muchas personas y principalmente para los de más de 30 años, la bici no es una opción, ni un medio de transporte válido, posible, ni correcto, y no porque, no estén en condición física o porque sus viajes sean extremadamente largos, sino simplemente porque para ellos solo se puede trasladar uno en auto.

Para todos ellos el automóvil es muchísimo más que un símbolo de estatus y un indicador inequívoco de éxito en la vida. Bueno tampoco es su culpa, es lo que siempre han promocionado los medios, por décadas y todos los que crecimos fuera de este mundo global, no teníamos más opción que creer lo que nos decía la televisión y los medios. El mensaje de la industria automotriz era y es clarísimo, y queda perfectamente reflejado en esa nefasta frase de los ochentas: “CÓMPRATE UN AUTO PERICO” que en simples palabras no es más que decir, sin auto no habrá ninguna chance de reproducción, porque sin auto no eres nadie (las clásicas escenas de sexo en el auto solo podían ser remplazadas por el viaje rumbo a la libertad en el bólido de cuatro ruedas en el imaginario hollywoodense impuesto con el patrocinio de las petroleras y las marcas de autos).

Pero todo lo expresado anteriormente no es para nada lo más terrible, lo peor siempre viene después.

Sí, porque después indefectiblemente viene la parte más desagradable con esa maldita pregunta, esa pregunta que me descompone y que inevitablemente me conducirá a un buen rato de discusiones, donde los que no me conocen terminaran diciendo “Ah este gueón (LOCO) vive en bicicleta, y los que si me conocen dirán claro si hasta se casó en bicicleta. Pero eso da igual porque yo seguiré rumiando en: ¿Y no te da miedo que te maten?

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PEDALEA

¿NO TE DA MIEDO QUE TE MATEN? es siempre la pregunta que me aprieta la guata, que me pone mal, y que saca la parte más intransigente que hay en mí, y es que aparte de lo macabro de implicar que soy un loco deschavetado que no siente ningún tipo de cariño ni aprecio por la propia integridad y la propia existencia, SÓLO porque decidí ir por la vida pedaleando, movilizarme por mi propio esfuerzo sin contaminar ni destruir calles, sin hacer tacos, ni terminar mis locas carreras chocando en el living de alguna casa. Pues NO, NO ME DA MIEDO QUE ME MATEN!!!!

Lo que me da miedo es que exista esa percepción instalada en el inconsciente colectivo que la bicicleta no pertenece a la calzada, o dicho en buen chileno que la bicicleta no debe ni puede ir por la calle y que eso implica y significa que no puedo ni debo sentirme seguro pedaleando mi chancha, y que debo a su vez asumir que por lo mismo mi integridad esta siempre en juego y que producto de esa arriesgada y riesgosa conducta (usar la bici como medio de transporte) merezco vivir con miedo y que cualquier instante que paso sobre mi cleta algo me pasará y eso será culpa mía.

No, no siento miedo, siento enojo, frustración incluso desilusión por no poder aceptar ni entender como por ignorancia, muchísima gente piensa que el automóvil es, no solo seguro, si no lo más seguro para transportase. Es una falacia, alimentada por la publicidad durante casi 100 años.

Lo que sigue es lo mismo en cada caso, sus caras de incredulidad cuando les aclaro que la bici, no solo puede transitar por la calle, sino que debe hacerlo, que la ley es tajante al respecto, La Bicicleta es un vehículo y debe pedalear por la calle. Después les cuento que pedaleando me demoro entre un 25 a un 30% menos que en auto o en micro. Que si bien me canso y a veces mucho, no necesito que cada destino al que voy cuente con una ducha a mi disposición, si habría sido ideal durante las primeras dos semanas en que use la bici para ir al trabajo, cuando llegaba empapado en mi sudor y necesitaba un par de horas para lograr que mi bioritmo se estabilizara, pero después pasaron dos cosas: mi organismo se acostumbró al ejercicio cotidiano y yo aprendí que bastaba con agregar solo 10 minutos extra a mi viaje para no ir apurado al máximo y para cualquier eventualidad pinchazo, panne o lo que fuera.

Que mi gasto mensual en transporte es aproximadamente de $5000 y que llego a todos mis destinos relajado y contento y un largo etcétera. Sus argumentos se derrumban cuando les explico que a mayor cantidad de bicicletas más seguras se vuelven las calles, para todos. Luego les digo que la forma en que hacemos frente a las necesidades de movilidad de la vida moderna nos define, que bajo ningún análisis se puede sustentar el seguir promocionando y subsidiando el uso del automóvil.

No hay más espacio, que no es justo asignar casi el 70% del espacio de todos a los usuarios de un modo que no transporta a más 10% de los usuarios, que contamina con gases, ruidos, desechos, congestiona, que no es justo que donde se estaciona un auto se pueden construir 6 metros de áreas verdes y que los ciclistas no somos los malos de la película porque hacemos que los autos vayan más lento.

Sergio Giacaman representante de Pedalea x la calle

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ACTUALIDAD

La bicicleta y su uso como transporte de carga Bicilogística en Chile: todo arriba de la cleta Por Natalia Bobadilla

Hace rato que es habitual ver en la ciudad repartidores, mensajeros y vendedores utilizando las dos ruedas como medio para movilizarse. Los beneficios son muchos, acá abrimos el debate.

Desde que una persona utiliza la bicicleta para desplazarse, pero además para llevar sus herramientas de trabajo o productos, pasar a cumplir una tarea de logística. Como es de imaginar, la bicilogística tiene larga data y hoy es habitual cruzarse en la calle con mensajeros, repartidores, carteros, vendedores, jardineros y un largo etcétera que utilizan la cleta como un medio de transporte de carga.

Viendo las ventajas y potencialidades del uso de la cleta para labores logísticas, Claudio Arcos creó Delivery Bike (www.deliverybike.cl) el año pasado. Esta empresa ofrece servicios de despacho en bicicleta de alimentos saludables y también de mensajería. “Los beneficios son evidentes y vienen del lado del impacto sobre el entorno (menos ruido, menos contaminación del aire). Pero también existen aspectos que pueden ser de interés económico y que son importantes a la hora de decidir montar un negocio basado en el uso de bicicletas como, por ejemplo, el tiempo de desplazamiento que logras en horarios punta, ya que es lo más rápido; la posibilidad de acceder a zonas restringidas para vehículos, que en adelante serán más frecuentes; el bajo costo de mantención de una bicicleta o la posibilidad de adaptarla para el transporte de carga liviana. Estas razones nos motivaron a emprender este negocio”, explica.

Hay otras experiencias para transportes de personas que se implementan Chile, como BMov (www.trici. cl), los triciclos que ofrecen paseos gratuitos por el centro de Santiago, demostrando que es posible implementar transportes limpios. Son 8 vehículos traídos de China, elaborados con fibra de vidrio, que funcionan con un motor eléctrico y que son conducidos por motivados pedaleros, los que transitan, en promedio, a 15 kilómetros por hora, por normativa de la empresa.

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Claudio Olivares Medina

“En promedio, al mes estamos teniendo 3 mil 200 usuarios”, cuenta orgullosa Alejandra Barros, quien junto a Cristián González, son los socios y creadores de la iniciativa que partió en mayo y que ya se ha convertido en un nuevo soporte de publicidad para marcas, lo que ha servido para financiar el servicio gratuito. “La gente se ha acostumbrado a los triciclos en el centro. Tenemos clientes habituales que vienen a pasear al centro, otros que traen a sus familias y también muchos turistas. Lo que se ha dado también es que mucha gente, sobre todo de la tercera edad, lo utiliza como un medio de acercamiento”, detalla Barros. “La municipalidad de Santiago nos ha apoyado y ya nos tiene incorporados a su plan de movilidad”, suma.

Librarse del auto y de la micro, poder moverse libremente al supermercado con sus hijos, tener sus negocios, olvidar los tacos. Esas son algunas de las razones por las que los clientes llegan al taller de fabricación de bicicletas MonsterBikes (www.facebook.com/monsterbikes.ciclismo), según cuenta su dueño y creador José Fuentes. Él es pionero en la confección bicicletas para transporte de carga y personas. “El 50% de mis pedidos es para carga, específicamente para ventas como panaderías, tienda de ropa móvil y ahora incluso estoy haciendo un triciclo cafetería. El otro 50% es netamente para transportar personas, específicamente niños. Son familias o matrimonios que quieren transportar a sus hijos para ir a dejar y buscar al colegio o movilizarse al supermercado con ellos, por ejemplo. Se trata de bicicletas tipo cargo bike, con una rueda desplazada adelante y la carga al medio”, detalla. “Partí hace tres años y ya andan alrededor de 30 de mis bicicletas en Santiago y una hasta en Punta Arenas. Cada vez están pidiéndome más”, añade sobre sus vehículos fabricados con acero nacional, revestimientos en madera o a gusto del cliente.

Considerando todo el anterior, cabe de cajón preguntarse por qué no se le saca más partido. Claudio Olivares es diseñador, fotógrafo y director de Bicivilízate (www.bicivilizate.com), un estudio y laboratorio desde donde se desarrollan proyectos y estudios sobre movilidad, acceso y permanencia en el espacio público urbano, mediante la ejecución acciones colaborativas, creación de proyectos piloto, investigación y comunicación.

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Él tiene su tesis sobre la factibilidad de la bici como transporte de carga y pasajeros. “En una lógica urbana centrada en el automóvil la bicicleta presenta la posibilidad de ahorro de tiempo y dinero. Todavía queda mucho por trabajar en comodidad y seguridad en cuanto a la infraestructura vial y los espacios púbicos. Para poder gozar de todo el potencial de la bicicleta es urgente crear y diseñar espacios urbanos que inviten a pedalear, espacios donde la gente se sienta segura cosa de aprovechar todo el potencial de ahorro en tiempo y dinero que la bicicleta ofrece. El diseño de las bicicletas también tiene mucho que aportar. Bicicletas pensadas para transportar cosas y personas harán las labores de bicilogística mucho más gratas y la experiencia de pedaleo será más gratificante”.

Por su parte Claudio Arcos, de Delivery Bike, quien hace dos años realizó una investigación académica sobre el tema, cree que la ciudad si está preparada para el desplazamiento en bicicleta para estos fines, solo que faltan algunos puntos en los cuales avanza. “Hay gente que le cambia la vida cuando descubre los beneficios que tiene transportarse en bicicletas hacia el trabajo, hay otros que ven la posibilidad de hacer negocios en torno al boom que se ha vivido el último tiempo. Todo esto tiene como efecto que en el entorno vayan emergiendo iniciativas y condiciones que motivan que su uso siga creciendo. Hay un hecho innegable además: la infraestructura especialmente diseñada (bien o mal) para la bicicleta, ha crecido considerablemente especialmente los últimos 2 años y eso sin duda también favorece, aunque quizá no tanto como se cree”, expone.

Y ¿qué hace falta para que nuestra ciudad esté mejor preparada para la bicilogística? Olivares plantea lo siguiente: “pensando en los últimos kilómetros de una cadena logística, las ciudades pueden adoptar centros de distribución en puntos estratégicos, fuera de las zonas más densas de la ciudad, asociados a las carreteras interurbanas o de conectividad intercomunal. En esos puntos la carga es colocada en zonas de acopio donde enjambres de personas en bicicletas las llevan a destino, abasteciendo rápidamente los comercios, con menos volumen de carga pero con una mayor frecuencia de viajes, lo que permite reducir los tiempos de carga y descarga, utilizar de mejor manera el espacio público al no tener grandes camiones congestionando las vías mientras acceden al centro y mientras descargan”. El director Bicivilizate.com ilustra esto con los números casos que ya existen en el centro de Santiago, donde “muchos negocios reciben sus materias primas y productos en bicicleta, los kioscos se abastecen de hielo, los restaurantes reciben frutas y verduras y el comercio minorista recibe bebidas, huevos, quesos y carnes”.

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En cuanto a la infraestructura Vial, Arcos suma que no todo es tan desastroso. “Las intervenciones al espacio vial, utilizando un principio declarado por un arquitecto estadounidense en los 80, deberían estar diseñadas aprovechando la infraestructura existente. Para hacer una calle segura, algunas medidas de traffic calming, que buscan reducir la velocidad de los vehículos en ciertas áreas, como poner tachones o pintar mensajes de advertencia, son suficientes en muchos casos para entregar seguridad a los ciclistas, antes que construir una ciclovía del tipo separatista, por ejemplo. Y en aquellas calles donde no se puede reducir la velocidad del tráfico, quizá se puedan implementar ciclovías integradas, como la que existe en Ricardo Lyon. Siguiendo el ejemplo, en una calle como Santa Isabel, que en el tramo entre Manuel Montt y Los Leones su ancho sólo alcanza para 1,5 auto, o en la práctica 1, se podría implementar una ciclovía integrada que ocupe ese medio espacio”, expone.

Si bien desde las políticas públicas en Chile no se ha abordado la bicilogísitica como tal, sí se ha considerado en algunos estudios sobre propuestas de diseños viales la existencia tanto de bicicletas como de triciclos de cargas, una arista a considerar a la hora de la convivencia en las calles.

Las experiencias internacionales, como ya es costumbre, nos llevan ventaja. Un caso exitoso es el de CycleLogistics, la campaña de la Federación Europea de Ciclismo que promueve la reducción del consumo de energía y las emisiones contaminantes del transporte de mercancías en zonas urbanas mediante la utilización de logísticas cero emisión, es decir las bicis, en toda Europa, trabajando con los tres principales grupos del sector: el transporte, los municipios y los usuarios comerciales y particulares.

Así, por ejemplo, en 2013 Sevilla se convirtió en una ciudad modelo en cuanto al uso de la bicicleta como transporte de carga, de acuerdo a un estudio realizado por CycleLogistics y publicado en la famosa revista “Copenhagenize”. “Sevilla, al fin y cabo, pasó del 0,5% al 7% en el uso de uso de la bicicleta en desplazamientos urbanos en apenas cinco años: uno de los mayores éxitos de reintroducción de 13

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la bicicleta en la reciente historia, en una ciudad en la que no existía tradición y en la que el dominio del coche era incuestionable hasta hace apenas una década”, detallaba el diario “El País” en esa fecha. Ese fue el puntapié inicial para que la iniciativa se masificara y consolidara en todo el continente. Tanto así que se transformó en tema de la agenda pública de la Unión Europea: hace pocas semanas de reunieron los ministros de transportes en Luxemburgo y abordaron el uso de la bicicleta como un transporte amigable y eficiente con el medioambiente y elaboraron la llamada “Declaración de Luxemburgo”, que si bien son solo sugerencias y no son un documento oficial, hicieron un llamado para elaborar una política desde la Unión Europea en torno al tema.

¿Dónde comprar bicis de carga?

Si te entusiasmó la idea de usar la cleta para transportar carga, acá te dejamos algunos datos y precios para que vitrinees.

En la tienda Mi Bicio (www.mibicio. cl) traen dos modelos de la marca TrioBike. Está la TrioBike Cargo, un modelo liviano de 22,5 kilos con dos ruedas. Precio: desde $1.990.000.

También tiene la TrioBike Mono, de tres ruedas y con un compartimento de carga a prueba de impactos.

Precio: desde $1.900.000.

En MonsterBikes (www.facebook. com/monsterbikes.ciclismo) se pueden mandar a hacer modelos similares a las bicicletas tipo cargo. Son de acero nacional y se pueden hacer a gusto del cliente.

Precio: desde $750.000.

Agnete Thompsen creció en la cultura ciclista danesa. En Chile buscó replicar su experiencia de niña con su hijo y llevarlo a todas partes en un vehículo sustentable como las cargo. Para su sorpresa no fue fácil encontrar lo que buscaba, resignada a comprar un automóvil un día pasó por una tienda que lucía en su vitrina una TrioBike cargo.

En Nación Pedal (www.nacionpedal.com) traen la popular bicicleta danesa Bullitt, la cual puede soportar hasta 100 kilos de carga. La gracia es que se pueden elegir los colores y componentes para armarla. Precio: desde $2.500.000.

MI PRIMERA BICICLETA

Inti Gajardo González: retratar es un acto de confianza

Por Myriam Salazar Foto: Javiera Borgoño

Recuerdos de infancia En mi casa siempre hubo cámaras y muchas fotos. Crecí en el paradero 20 de La Florida, de donde guardo los más bellos recuerdos, tardes enteras de conversa y risas. Era bastante Inquieta, media disfuncional, pero a pesar de todo rodeada de mucho amor.

Mi primera bicicleta me la regaló mi papá, era súper grande y como siempre he sido bajita no alcanzaba los pedales. Era muy de niña, color lila, asiento blanco. Al principio no me gustó mucho porque en ese tiempo estaban de moda las mountainbike y la que me regalaron era más bien vintage. Somos varios hermanos y todos tenían bicicleta menos yo, por eso mi papá me la regaló.

Era muy buena para andar en bicicleta cuando pequeña. Crecí en un barrio de muchos amigos, estábamos todo el día en la calle y con las amigas si no andábamos en patines era en la bici. A veces llevaba a mis amigas en el manubrio. Después tuve una free style que también me regaló mi papá para un cumpleaños, en esa bicicleta íbamos con mi hermano al colegio, yo tenía 16 y el 15 años y lo llevaba en los pedalines. A esa bicicleta le tengo mucho cariño ya que todo el barrio anduvo en ella, era muy bella recuerdo. Lamentablemente se la robaron a una amiga.

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Mi mayor influencia es mi hermana Bárbara, que es bailarina de danza contemporánea, somos súper unidas. Me llevaba a todos lados, era como su Pindi.

Siempre andaba a la siga de ella, me iba a acostar a su cama y me enseñaba de historia, conversábamos mucho. Hasta el día de hoy creo que tiene una gran influencia en mi sobretodo su fortaleza. Los primeros retratos que hice fueron a ella.

Fotógrafa retratista En Chile trabajó en productoras y revistas aunque siempre más independiente, “Empecé muy chica a tomar fotos, como a los 15 años siempre andaba con una cámara que me paso mi mamá, generalmente tomaba fotos a mis amigos más cercanos, pero no tenía idea si quería ser fotógrafa en el futuro”, comenta. Al tiempo comenzó estudios de fotografía, los que siguió en Buenos Aires, desde ahí no ha parado, siempre con cámara en mano. ¿Qué te gusta fotografiar?

Lo que más hago son retratos, porque siempre me he fijado mucho en las personas. Tengo facilidad para empatizar con los demás. Soy súper humanista, por eso mismo me dedico a los retratos.

Carlos Gajardo, el papá de Inti tomó esta foto a sus 4 años en la casa de La Florida.

Comencé fotografiando a mis amigos y cercanos, quería tener un recuerdo de ellos. Cuando veía libros de foto me llamaban la atención los gestos porque transmiten más, se me da fácil entrar en confianza con la gente y entablar una conversación. En mi trabajo es vital ese ejercicio de reconocimiento del otro.

Aunque lo hago inconscientemente. Me interesan las personas y sus mundos, contar sus historias a través de retratos, a veces hago fotos en donde no se ve la cara de ellas, eso me gusta mucho.

El trabajo de Inti también está ligado a la música, fotografiando a Ana Tijoux para los discos La bala y Vengo por ejemplo, como también a la chilena Kinética, además de músicos y djs de una escena undergraund .

En España tomó un curso de fotografía de autor-documental, en la Escuela de Fotografía El Observatorio, donde un grupo de fotógrafos guían y dan forma a diferentes proyectos de este tipo, producto de este taller nació “Fractura”.

Sobre Fractura Inti nos cuenta: “es un proyecto sumamente personal e intenso, donde se plasman las experiencias que he vivido a partir de mi viaje desde Chile a España. Me vine el año pasado por 3 meses y ya llevo casi dos años viviendo en Barcelona. La mayoría de mis retratados son personas que han vivido situaciones parecidas a la mía, como el desarraigo y la incertidumbre, hay muchas imágenes tomadas en los espacios íntimos, en los lugares donde he estado viviendo por ejemplo. Este trabajo me ayudó a canalizar lo que estaba viviendo, reflexiona la fotógrafa. ¿Cuál es tu próximo destino?

Supongo que Sudamérica… no lo tengo claro, por ahora todo va bien por estos lados.

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VIVENCIAL Por Mario Ruiz, fotoperiodista.

De mis 42 años llevo más de la mitad de mi vida dedicado a la fotografía de prensa. Con Carolina mi compañera hace más de 20 años tenemos dos hijos, Fernando Nahuel de 11 años y Magdalena Alen de 2 años.

Hace aproximadamente 18 años vivimos en la comuna de Quilicura, tenemos una linda casa, con jardín, árboles y Cirilo nuestro perro. Nos gusta la buena mesa pero salimos poco a comer fuera, ya que nos gusta cocinar, principalmente mariscos y pescados.

Amamos la naturaleza, la magia del sur de Chile como también sus costas. Con el tiempo he ido apreciando la belleza del norte.

Odiamos ir al supermercado y al mall. La feria es maravillosa así como el mercado y sus variedades.

Mario y Fernando Ruiz: compañeros de ruta

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Ser fotoperiodista de una agencia internacional (Agencia Efe) es una de las buenas cosas que me ha pasado profesionalmente, requiere de un gran compromiso y responsabilidad, pero cuando haces lo que te gusta, el costo tiene su recompensa. Solo hay que pensar que cuando todos están viendo un partido de fútbol importante al lado de la parrilla, nosotros los fotógrafos estamos trabajando a la orilla de la cancha. O mientras todos disfrutan los fuegos artificiales de año nuevo, nosotros los fotógrafos estamos trabajando, pero todo bien, con el tiempo nos vamos acostumbrando. Se viaja mucho en busca de la noticia, cuando

hay catástrofes o fenómenos naturales, somos los primeros en salir y llegar a lugar de los sucesos, incluso llegamos antes que las autoridades. Lo que nos lleva a dejar a la familia y cumplir con la cobertura noticiosa... Pero aquí estamos con la cámara encarnada en el cuello.

Mi familia es lo más importante que tengo, desde la cuna de mi hogar hasta la que seguimos formando junto a Carolina. Nací en una familia bien humilde, pero con valores, lo que me llevó a querer ser profesional desde pequeño. A pesar de estudiar una carrera técnica, me fui a los 22 años de la casa de mis padres, para emprender una nueva vida junto a la hasta hoy es mi amiga, cómplice y compañera.

Los primeros 7 años fue puro amor de jóvenes locos, después llego Fernando y nueve años después Magdalena. Con Fernando ha sido todo genial, siendo el primer hijo y con todas las aprehensiones de padres primerizos fuimos encaminando su vida. Desde pequeño le fuimos regalando rodados hasta llegar a su primera bicicleta. Si, esa misma la chica con ruedas.

A los 10 años le quedaba bastante pequeña y fue la navidad pasada que le pidió una nueva al Viejo Pascuero.

El verano de este año paso sin pena ni gloria la bici, entre mis viajes y las vacaciones fue bien poco el uso que tuvo. Pero llegó marzo y mi hijo me decía que la plaza ya era fome para andar. Me propuse acompañarlo y renové mi vieja bicicross por una todo terreno. De ahí en adelante no paramos, trámite que hay o cualquier cosa pequeña lo hacemos en la bici. Ya conocemos casi toda la comuna a punta de pedaleo.

Lo mejor de todo es que de ese tiempo hasta ahora Fernando dejó de lado el play station, UN GRAN LOGRO! Así es como nuestra relación de padre-hijo crece transformándonos en compañeros de ruta. Andar en la calle en bici, ha incrementado nuestro amor y cuidado el uno del otro, incorporando nuevas palabras que no estaban en nuestro diccionario común, como: que rico el viento, mira el cielo, se agarra vuelo bajando, etc. Cosas que solo los compedales entienden.

Resultó ser una inversión, por la libertad que entrega una simple bicicleta, poder salir de las consolas y bajarse del auto ha sido lo mejor que nos pasado este año.

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PORTAFOLIO

Por Angel Fernández Gricelda realiza sus estudios en Santiago, obteniendo en 1993 su Licenciatura en Artes Plásticas otorgada por la Universidad de Chile. Una vez egresada de la carrera es ayudante de la Cátedra de Escultura y Encargada del Taller de Forja de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Chile.

En 1998 se radica en la ciudad de La Serena, donde comienza un proceso de creación que se traduce en esculturas de gran formato, de formas abstractas, que fabrica con su propio trabajo manual, destinadas a la intervención de espacios públicos. Los materiales seleccionados en esta propuesta moderna son el acero, principalmente, también trabaja el mármol y el granito.

Años más tarde comienza un periodo de participación en distintos simposios nacionales e internacionales de escultura, instalando más de 30 obras en diversas ciudades de México, Argentina, EEUU, Rusia, Costa Rica, China, Rumanía, Turquía y Tailandia (en la ciudad Ubon Ratchathani tiene su única obra en cera).

En Chile sus obras se encuentran situadas en las ciudades de La Serena, Canela, Ovalle, Chillán, Valdivia y Santiago.

De gran relevancia para la artista son tres obras emplazadas en comunidades agrícolas de la Región de Coquimbo. Estas se encuentran en el acceso principal de “Quebrada de Talca” y en las escuelas rurales José Luis Arraño y Domingo Santa María González de “Caldera y Damas”, proyectos financiados por el Fondo de Cultura del Gobierno Regional.

Además se adjudicó el primer lugar en el Primer Simposio Internacional de Escultura “Marta Colvin Andrade” en Chillán, el tercer lugar en el Concurso de Escultura Chilena “50 Años del Acero”, en Concepción y el primer lugar en Concurso del Ministerio de Obras Públicas con la obra “Espiral Interactivo” en el colegio El Ingenio de Ovalle.

Gricelda López

¿Qué pretendes decir con tu arte?

Mi propuesta en la escultura es instalar la obra en el espacio público. Trabajo el gran formato, el que permite a la gente acercarse e ir más allá de la contemplación de la obra, la idea es que ésta pueda ser recorrida y abordada en plenitud, es decir, sin restricciones; de esta forma quiero y puedo llegar a todo tipo de público. Además, trato de aprovechar las oportunidades que se presentan para llegar con mi arte a todo los rincones, a lugares apartados, a las escuelas públicas de las zonas rurales, incluso a aquellas que tienen muy pocos alumnos, que para mi constituyen tanta importancia como las zonas urbanas, que es donde mayoritariamente se encuentran galerías de arte y esculturas en calles y plazas.

Las grandes dimensiones de mis obras logran establecer verdaderos espacios comunitarios, a donde llega la gente, los niños juegan en ellas, logrando de esta manera contribuir a generar espacios nuevos para las sociedades locales.

En mis obras existe una búsqueda permanente del juego del vacío en la materia, para crear ambientes internos que resulten atrayentes al espectador. Son espacios escultóricos, recovecos, para seducir al público y que de manera lúdica vayan encontrándolos y haciéndolos para sí.

Para ver más del trabajo de Gricelda López visita: http://griceldalopez.jimdo.com/

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EL TALLER

Por Myriam Salazar

En una inmejorable ubicación desde hace tres años se encuentra este pequeño taller, donde el espacio no es impedimento para recibir a la gran cantidad de pedaleros que llegan a diario con sus bicicletas.

Roberto Gutiérrez es dueño de este local y el más experto del equipo, nos cuenta que aprendió el oficio por casualidad. “Fue una coincidencia, mi amigo y socio Angelo se consiguió un trabajo sin saber arreglar bicicletas. Yo aprendí con el ciclista Juan Carlos Villarroel, él me enseñó toda la magia de la bicicleta, llevo 14 años trabajando en este oficio”.

Nitro Bike: en este taller no armamos bicicletas desechables

Aficionado a la música y también a la composición Roberto fue parte de una banda de rap, donde era conocido por Nitro, de ahí el nombre del taller, en el que la música siempre está presente y ayuda a aplacar en parte la congestión que a diario se siente en la calle Santa Isabel.

Ricardo Gómez está terminando su carrera de sicólogo pero lo apasiona el mundo de las bicicletas. “He trabajado en varios lugares, pero aquí no solo hay un taller mecánico, es un punto de encuentro donde asesoramos, enseñamos mecánica y damos la respuesta que necesita el cliente”. Además de la mecánica en general su especialidad son las bicis de ruta. Por otra parte colecciona bicicletas antiguas, de los 50, 80. “Busco bicicletas que estén en desuso y las restauro, me especializo en sicología deportiva en el área del ciclismo entonces todo se relaciona.

Me gusta esta profesión”.

El segundo socio de este emprendimiento es Angelo Murati con Roberto se conocen desde chicos, los dos hacían patín carrera en el Parque O´Higgins. “Tenemos una vida deportiva juntos desde muy niños.

Yo entrenaba con una marca de bicis donde además trabajé en sus talleres, ahí llegó Roberto y se especializó y me enseñó”, cuenta Murati.

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Sobre las características de su servicio comentan: “Armamos bicicletas a pedido, restauramos, modificamos y nos ajustamos a las necesidades y presupuesto del cliente, no armamos bicicletas desechables, la idea es que las bicicletas que armamos no vuelvan en el corto plazo, trabajamos para que vuelvan solo a mantención, no por una falla. Hemos reparado varias joyitas”.

Todos los días son distintos aquí y aseguran que incluso han resucitado bicicletas y están empezando a trabajar con la aerografía y haciendo diseño. “Si se te quiebra el marco de la bici, hacemos la misma pintura que tenía”, afirma Roberto.

100% pedaleros “Aquí todos somos ciclistas, cuando tienes un taller la mejor manera de aprender y detectar las dificultades de tus clientes debes usar la bicicleta. No es que uno llegue en auto a reparar las bicis. Aquí todos andamos en bicicleta desde siempre. Incluso cuando llueve aunque vengan dos clientes, venimos en bicicleta, secamos la ropa y seguimos el día”, argumenta Murati.

Roberto participa habitualmente en carreras urbanas, que organizadas por algunos talleres, por estos días Angelo se prepara para competir y nos cuenta en qué consisten las carreras callejeras. “Un Alleycat es una carrera urbana sin cierre de calles, la idea es llegar 23

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a un destino lo más rápido posible. Buscando los checkpoints, el competidor que llega primero a la meta con todas las marcas gana. No necesariamente gana el más rápido sino que gana el que conoce mejor la ciudad.

Puedes tener mucha pierna pero si te pierdes en una calle y pierdes 15 minutos estas en problemas. Cada uno hace su propia ruta, cada instante es contra tiempo.

Este equipo de trabajo coincide en que hay gente que entra al taller como cliente y terminan siendo amigos. Incluso vienen después del trabajo a conversar un rato. Este no es solo un lugar de trabajo, también es un punto de encuentro.

Nitro Bike Santa Isabel #368, Santiago +56 9 6917 8542 Facebook: Nitro Bike Lunes a Viernes 12:00 a 20:00 Sábado 11:00 a 16:00 24

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EMPRENDENCLETA

Torpedo Mensajeros:

comprometidos con el desarrollo del ciclismo urbano

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Por Myriam Salazar

El servicio de bicimensajería comienza a expandirse, cada vez son más las personas que dejan en manos de profesionales el envío de encomiendas, trámites e incluso sus compras. Para nadie es sorpresa que el tiempo es un bien muy preciado. Ricardo Escobar sabe bien del tema, hace algunos años atrás trabaja en una empresa como diseñador web y sus días pasaban lento.

Fue en un viaje de trabajo que hizo a Europa donde se deslumbró con las bondades de la bicicleta.

El viaje y las bicicletas El año pasado conocí a mi actual polola, que es alemana, ella andaba viajando por Chile y volvió pronto a su país. Acordamos seguir juntos así que viaje a Europa para las fiestas de fin de año.

Estuve 3 meses allá, conocimos muchos lugares. Lo primero que hacíamos cuando llegábamos a un nuevo lugar era arrendar una bicicleta, a los dos nos gusta mucho pedalear. Fuimos a Copenhague, Berlín y todo el viaje tuvo que ver con la bicicleta.

De su viaje Ricardo nos cuenta que en Austria, Suiza y Dinamarca notó que la mensajería en bicicleta era muy común. Así comenzó la idea de aplicar el modelo a su regreso. “Hacía tiempo que buscaba hacer algo que me llenara por completo, donde no esperara cada semana el viernes ni las vacaciones” . De vuelta en Chile demoró 10 días en armar la empresa, consiguió financiamiento con un amigo que confió en la idea y así nació Torpedo Mensajeros. “De la nada empecé a ofrecer el servicio, armé la

web, el logo, todo. Durante 3 meses trabajé día y noche en el proyecto. Me cansé un poco de ese ritmo y empecé a buscar más gente.

Ahora el equipo son 6 mensajeros y yo”, comenta Ricardo Escobar. ¿Cuál es el concepto tras tu marca?

Cuando armé Torpedo Mensajeros lo hice pensando no en ser un empresario, ni un ingeniero comercial, mi foco es fomentar el uso de la bicicleta y uso este emprendimiento para hacerlo. En Torpedo Mensajeros estamos comprometidos con el desarrollo del ciclismo como métedo de transporte para todos.

La Escuela Torpedo Además de su servicio de mensajería a Torpedo Mensajeros le interesa la educación. Para ello ha desarrollado un taller educativo para ciclistas El Curso de iniciación al Ciclismo Urbano, el cual está enfocado en personas que no utilizan la bicicleta como método de transporte y en quienes ya lo hacen y desean mejorar sus conocimientos, pudiendo aumentar la seguridad y comodidad sobre la bicicleta. ¿Por qué no andar en bicicleta?

Es la pregunta con que comienza la clase. En general las respuestas son: porque es lento, y nosotros les demostramos que no es lento ya que evitas con facilidad tacos en las calles por ejemplo. O que en invierno no la usan porque hace frío y en realidad andando en bici se pasa el frio. Las respuestas se hacen evidentes. También vemos las partes de la bicicleta, como los ajustes de asiento, ángulo de las manillas,etc. Para que puedan hacer esos ajustes a cualquier bicicleta antes de usarla, saber que vas a andar cómodo y que no te vas a dañar las rodillas ni las muñecas. Sobre mecánica vemos la frecuencia con que es necesario llevarla al mecánico o si pueden resolverlo ellos mismos. Por último después reforzamos la forma indicada de circular por la calle, lo que dice la ley sobre bicicleta y luego lo que la bicicleta dice de la ley. ¿Cómo desarrollaste este taller?

Me basé en alrededor de siete manuales de ciclismo que encontré en línea más cosas que no encontré en ninguno, por ejemplo: la ley dice circular por la derecha, nosotros decimos que en algunas calles por seguridad es mejor circular por la izquierda o que cuando van por la vereda hay que bajarse y caminar con la bicicleta al lado. Finalmente comentamos algunos tips como: si vas por ciclovía de doble tránsito no andes sin manos, porque provoca inseguridad al ciclista que viene en sentido contrario.

Este curso se dicta en empresas y tiendas de ciclismo urbano donde los asistentes tendrán descuentos en las tiendas donde se realice la clase.

Torpedo Mensajeros www.torpedomensajeros.cl Facebook: Torpedo Mensajeros Twitter: @torpedochile

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PEDALEA

URBANO

LIBROS

Por Mauricio Campbell

No ficción – Alberto Fuguet Quizás la verdad de la historia es que siempre te anduve buscando No hay escape porque ninguno de los dos quiere salir de esa conversación. Saben que será la última y seguir hablando es la única forma de no despedirse para siempre. Están ahogados, asfixiados, muertos de calor porque el sol pega de lleno en ese departamento del centro de Santiago, pero solo atinan a tomar agua para seguir con el diálogo furioso, lleno de rabia y amor no resuelto, de deseo reprimido.

Se siente cómo los corazones laten, cómo las ganas (de piel) se expresan con palabras agresivas, con insultos, que se acumularon durante nueve años, que nunca se dijeron por miedo al rechazo o a aceptar un sentimiento evidente pero, en opinión de uno de estos hombres, inaceptable. Álex está decidido: amó con todas sus fuerzas a Enzo, pero con la misma fuerza ahora quiere escapar de esa pasión, porque no es correspondido; nunca lo fue como él hubiera querido: algo más allá de lo platónico, de ser brothers, de esa amistad un poco pasada para la punta de la que nunca pudieron avanzar, llegar a algo más.

Enzo siempre negó algo más que una amistad. Aunque estuvieran nueve años juntos, aunque pasaran todas las fiestas y vacaciones juntos. Aunque ninguno de los dos tuviera pareja durante todo ese tiempo. Aunque al conversar de ese tiempo que pasó y ya terminó y no volverá, digan que “estuvieron juntos”. Para él la falta de piel fue suficiente argumento como para no reconocer una larga sentimental relación con otro hombre.

Y así empiezan a conversar: en el reencuentro que saben será el último. Coquetéandose alternadamente, cada vez que el otro demuestra que ha perdido interés en seguir esa jornada agotadora que es casi una terapia pero al mismo tiempo es la forma que tienen de no despedirse definitivamente. Cada uno sabe perfectamente qué decirle al otro para recuperar su interés. Fueron nueve años. Nueve. Y se conocen perfectamente. Por eso el diálogo parece un eterno loop que sin embargo avanza. Asfixia, dan ganas de escapar, pero a la vez no permite dejarlo a medias. Lo mismo que les ocurre a Álex y Enzo: No pueden soltarlo.

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PEDALEA

No ficción Alberto Fuguet Literatura Random House 174 páginas $ 11.000

Corazones rojos – Freddy Stock De un momento a otro, o más precisamente de un disco a otro, Los Prisioneros pasaron de tener letras con contenidos sociales, tal vez políticos pero escondidos, a hablar de los peores dolores del desengaño amoroso, la decepción, el abandono, el rencor. Algo así como “no te la jugaste por mí pese a que yo estaba dejando todo por ti”, lo que también puede ser expresado como “no voy a aguantar estrechez de corazón”.

En ese instante se resume la historia de la banda: Jorge González, el líder, el que tenía un éxito arrollador con las mujeres, se enamoró perdidamente de una, tal vez la única, que no podía ser. Eso cambió para siempre su temática al componer (incluso en su carrera como solista) y el futuro de Los Prisioneros.

Corazones rojos: Biografía no autorizada de Los Prisioneros (reedición) Freddy Stock Editorial Aguilar 256 páginas $ 12.000

“Corazones rojos: Biografía no autorizada de Los Prisioneros” fue publicado en 1999 y reeditado hace un par de meses, luego de que el organismo de González lo hiciera sufrir nuevamente: esta vez ese corazón destrozado no fue lo suficientemente fuerte como para que la sangre llegara bien a su cerebro. Pero tampoco eso lo dejó fuera de combate: después de un año volvió a subirse a un escenario y a contarnos (cantarnos) su historia.

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PEDALEA

PEDALEA R EV I STA

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