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Domingo 13 de enero de 2019. La Paz, Bolivia.
Museo Fernando Montes. El retorno a la semilla | Pesqueros de Puerto Pérez | La Paz en minibús Fotografía Juan Manuel Lobatón | Fernando Barrientos de la A a la Z | Melo Tomsic | Días de cine
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El espanto
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ICEN LAS AUTORIDADES que somos el tercer país menos violento de la región. Me pregunto cómo se mide la violencia en este mundo de estadísticas sofisticadas, al mismo tiempo que un mundo cada vez más atento y quisquilloso ya es capaz de medir las violencias más sutiles. Sucede entonces una paradoja. Porque si Bolivia es uno de los países donde más mujeres son asesinadas en el mundo, ¿cómo es posible que sea, al mismo tiempo, uno de los menos violentos de la región? Resulta que, una vez más en la historia universal de la infamia, los crímenes de miles de mujeres no cuentan, no importan, se diluyen, se hacen aire. Y como el aire que respiramos, éstos se naturalizan. El crimen de Carla y Jesús, el 1 de enero del año pasado en La Paz, narrado aquí con todo detalle por la periodista Daniela Romero, tiene como hecho central la violación de Carla. Es evidente que el asesinato posterior de ambos, de la pareja, haya diluido en medio del espanto aquel detalle central. El cuadro completo, sin embargo, nos muestra el horror que convive con nosotros, ese de dos hermanos que ultrajan, golpean y destrozan los cuerpos de otros seres humanos como si fuesen cosa, carne o qué. Pero además con la complicidad, aún temerosa, de quienes los rodean, otros seres humanos, sus esposas, sus parientes. ¿Será aquella una de las maneras en que el crimen se vuelve aire? Recordar lo sucedido, revisar, contrastar, pensar, contribuirá a poner el foco donde hay que ponerlo porque somos un país profundamente violento. Pero también a evitar con todas nuestras fuerzas que el crimen –y habrá que decir, el crimen machista– nos sea natural. Para que no se ahogue jamás nuestra capacidad de espanto. Cecilia Lanza Lobo
* Rascacielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta, diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios. Pueden enviar sus aportes a: rascacielosrevista@gmail.com Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se comunicará con la autora o autor.
Revista Rascacielos DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
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IDENTIKIT / El reino de María / Cecilia Lanza Lobo
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DANZA / El talón riguroso de nuestra quilla / Claudia Daza
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AGENDA LaEscobaEscultural / Claudia Daza
10 MEMORIA / Museo Fernando
Montes. El retorno a la semilla / María Rosa Montes
12 VIAJES / Pesqueros de Puerto Pérez /
Cecilia Campos Villafani
13 CRONIQUITA / La Paz en minibús /
Gabriel Mamani Magne
16 CRÓNICA / Cartas para Carla
y Jesús / Daniela Romero Linares
25 VERBORREA / Fernando Barrientos
de la A a la Z / Lucía Camerati
28 FOTOGRAFÍA / 24 LP /
In case of emergency, break dance / Juan Manuel Lobatón
30 RETRATO /Melo Tomsic / Camila
Rocha / Roberto Lanza Lobo
34 CARTELERA / Las 108 películas
imprescindibles del 2018 / Isabel Navia
34 CÓMIC / Apocalicia / CTX
Editora: Cecilia Lanza Lobo. Asistente de edición: Adriana de la Rocha. Coordinadora: Claudia Daza. Redes: Fabiola Gutiérrez e Isabel Navia. Diseño editorial: Edmundo Morales. Fotografía: Cecilia Fernández, Víctor
Gutiérrez, Freddy Barragán, Sara Aliaga y Agencias. DISEÑO DE PORTADA: Sergio Salazar / DGR-UCB.
Rascacielos y la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de esta revista. Coordinador: Sergio Vega. Estudiantes en pasantía: Ericka Vargas, Marcos Luna, Sergio Salazar, Josefina Rojas, Ariel Chuquimia y Adiba Rojas.
Compañía Editora Luna Llena S.A. Nº de Depósito Legal: 4-3-25-10 Dirección: Achumani, Calle 9 N°6, La Paz. Teléfonos: Central: (591) 2-2611700; Comercial: (591) 2-2611731 - 2611707 2611709. Suscripciones: (591) 2-2611734. Web: www.paginasiete.bo - La Paz, Bolivia Directora: Isabel Mercado Heredia. Subdirectora: Mery Vaca Villa. Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada. Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón. Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Distribución: Marco Téllez. Distribución nacional: Douglas Azurduy. Impresión: Papel Principal S.A.
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CAMILA ROCHA SCARDINO es bailarina, actriz, docente y coreógrafa de danza contemporánea. Actualmente dirige y escribe obras de danza-teatro-performance. Trabaja como cocreadora en kiknteatr.com y es directora de la Compañía OpusNigrum. CARLOS MOREIRA ASCARRUNZ es paceño de corazón, amante de los símbolos, incluidas las letras. Productor audiovisual, redactor, guitarrista, fotógrafo y tarotista. Apuesta por una re-evolución poética por encima de una revolución política.
FERNANDA GUIZADA DURÁN es artista plástica con especialidad en grabado, de la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles de La Paz. Diseñadora gráfica en formación, artista visual siempre ADRIÁN NIEVE es psicólogo. Trabajó en radio y televisión. Fue editor y columnista. Ha publicado las novelas El camino amarillo de Drogothy (2016) y Hayley (2018). Actualmente es escritor creativo en Nexus BBDO y editor en Editorial 3600.
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COLABORADORES 01|19
FERNANDO GONZÁLES SALGUERO es aficionado a la magia, arte que practica desde su infancia. Médico de profesión y pediatra, que solía introducir juegos e ilusiones para disipar el temor de los niños a los procedimientos médicos.
MARTHA IRENE MAMANI es investigadora de la Fundación TIERRA. Se graduó en Sociología de la Universidad de La Habana. Feminista apasionada, con estudios del mundo rural y agrario.
SERGIO MENDOZA REYES es periodista paceño egresado de la UCB. Obtuvo el Premio Nacional de Crónica El Deber en 2018. Actualmente cursa una maestría en Londres con la beca Chevening del Gobierno Británico. PABLO CINGOLANI (Argentina-Bolivia) es escritor y periodista. Radica en La Paz. Sus primeras publicaciones en Bolivia fueron ensayos y crónicas periodísticas en Presencia Literaria, la revista cultural del periódico Hoy y el semanario Criterio, el año 1987.
CECILIA FERNÁNDEZ es museógrafa de profesión y fotógrafa apasionada por elección. Asegura que como ver no es suficiente, su corazón y su mente son el lente de su cámara.
CLAUDIA DAZA es ascendente Tauro y luna en Leo. Ha procurado durante años comprender dónde está Júpiter en el cielo y a pesar de eso le ha rendido pleitesía sin mirarlo. DOMINGO 6 DE ENERO 01|18
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IDENTIKIT Texto Cecilia Lanza / Foto Freddy Barragán
En el mercado de Achumani, la reina es ella. María Salomé Ticona de Quispe.
El reino de María Ríe enseñando todo el oro que adorna sus dientes de arriba. “¿Quién soy? Soy una pícara”, ríe, y vuelve a reír, sentada como todos los días en su puesto de abarrotes en el mercado de Achumani de la zona Sur de La Paz. Habla sin perder de vista el movimiento de los seis empleados jóvenes que atienden su tienda y cada medio minuto le preguntan algo: el precio, la cantidad, si hay más, así o asá, entra un cliente, otro, pregunta, no pregunta, entra otro, ella responde sin que le pregunten: “¿Si, qué cosita buscaba?”, vuelve a hablar de su vida, vuelve a interrumpir: “Papito churro, ¿qué buscas?”, sigue hablando. Dicen que ella es la reina del mercado de Achumani y sus alrededores hasta donde alcance la vista en el horizonte y más allá. Ella, en cambio, es discreta. Sólo comenta que de vez en cuando viaja a la China.
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Quién diría que cuando era niña recogía del río las bolsas de leche Pil que la gente botaba como basura para venderlas luego a las floristas y que así hizo su fortuna. Poco a poco. Porque vender, sabía. Su mamá vendía huevos y queso a las tiendas del barrio y María fue desde siempre su ayudante. Sus padres -él jardinero, ella vendedoravivían como cuidadores en la casa del alcalde Armando Escóbar Uría en Irpavi. Allí se crió María hasta sus 12 años. A sus 16 ya tenía un puesto de venta propio en las ferias barriales de la zona Sur pues aprendió como nadie el oficio de vendedora de abarrotes. Fue su mamá quien le regaló su primer capital cuando se casó: dos productos de cada cosa, nada más. Eso fue suficiente para crecer hasta la China, sacar a una hija médica, un hijo ingeniero comercial y otro comerciante. Es tan popular que sus fans del mercado la fotografían todo el tiempo y publican sus fotos en las redes sociales. María se hincha de orgullo y dice: “Papito churro, ¿qué te vas a llevar?” DOMINGO 13 DE ENERO 01|19
DANZA Claudia Daza
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i tuviese que definir a Milena Tejada, lo haría con una sola palabra: Seguiriya1. Y es que la solemnidad y dificultad de este palo2 la registra como aquella bailaora que nos ha levantado el entusiasmo al compás de un flamenco estricto, elegante y con mucho ángel. Un flamenco, el de Milena, que tiene varias raíces pero una importante base en la Fundación Cristina Heeren en Sevilla, que le dio las herramientas necesarias para consolidarse como la joven bailaora que hoy en día le sube la vara al flamenco en nuestro país. En esta oportunidad trajo desde Canadá -donde estudia Antropología- a dos compañeros: Juanito Dorado en la guitarra y Álvaro Echánove en el cante. Bajo el rótulo de Flamenco Joven se han presentado en el teatro Nuna, Utópica, Magik y otros espacios. Nos hemos dejado envolver con el tablao de música en vivo, el cante jondo3, y ese diálogo entre bailaora y músicos al momento de establecer una propuesta que descarrila en cierres perfectos de guitarra y zapateo. Y en cada presentación ha bastado verla en cuatro o cinco bailes para saborearla en presencia, braceo, técnica de líneas impecables, pero sobre todo DOMINGO 13 DE ENERO 01|19
tando los brazos, jalando mentalmente todas las raíces y plantando el pie como un roble a cualquier piso que aguante la pasión. Eso nos ha lanzado Milena estos días. Ha lanzado sus peinetas, patadas ingeniosas de remate y levante, quiebres arabescos y líneas de brazo que la hacen gigante en cualquier escenario. Para los que la seguimos desde pequeña, es la chiquilla, nuestra quilla5, la “prima” a quien nunca hay que dejar de gritarle un olé, de servirle con las palmas y el jaleo, porque se lo merece y porque sabemos que si sigue así marcará huella en la historia del flamenco boliviano, y ya lo está haciendo. Basta ver sus talones plantándose en el piso al momento de armar viento a plan de palo seco6. Y eso, eso no lo hace cualquiera. en su destreza con los pies. Allí Milena es, sin duda, una Tormenta, tal cual ha sido bautizada en el ámbito flamenco. Lo más valioso, sin embargo, es el recorrido de esta joven artista que donde va baila, ejercita muchísimas horas, arma proyectos y se lanza a las tablas, sola, como debe ser para una bailaora que madura en su diálogo con el duende. Ese desafío de todo amante del arte gitano en la soledad frente al espejo, una soleá4 levan-
[1] Seguiriya: uno de los palos de flamenco más antiguos, es un baile de velorio. Ceremonioso y pausado. [2] Palo: estilo de arte flamenco, ritmos, bailes. [3] Jondo: estilo vocal del flamenco, lleno de quejíos, cante profundo, intenso. [4] Soleá: soledad, en lenguaje flamenco. [5] Quilla: forma andaluza cariñosa de referirse a las chicas. [6] Palo seco: sin acompañamiento de guitarra. www.paginasiete.bo
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FOTO SANDRA BOULANGER / ACCIÓN CULTURAL
El talón riguroso de nuestra quilla
A G E N D A LA ESCOBA esCULTURAL Claudia Daza
A plan de soplar tarka y didgeridoo
IEMPO DE VACACIONES. Algunos teatros aún sin actividades, pero siempre nos queda lo alternativo, lo que pasa intensamente en cafés o esos lugares de eterno aprendizaje. Y nunca es tarde para aprender y masajear ese don escondido para hacer arte. Repasando actividades, hay algunas que llegan con muchísima intensidad. Se viene la gira de M ara ca rac ol Tea tro, esa comunidad teatral que ha estado viajando por Colombia, Ecuador y Bolivia y nos ha traído seminarios muy interesantes. Para enero nos regalaron dos semanas de entrenamiento teatral en la ciudad de La Paz. Para lo que queda del mes tenemos el taller de Máscaras bolivianas, un viaje a la comedia y a la tragedia, que tendrá lugar en el Bunker, del 14 al 18 de enero. Para aquellos que ya están pensando en el carnaval, se viene una tentadora propuesta. Y es que el Ayllu Pacha Ajayu nos propone un taller de tarkeada rumbo al Jisk’a Anata 2019. Un taller para despertar nuestro don andino en comunidad. Dicen que no importa si no
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FOTO ARCHIVO MARACARACOL
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TALLER Máscaras bolivianas / LA PAZ / del 14 al 18 de enero / Teatro Bunker / av. Uruguay N° 493 / De 18:30 a 21:30/ info: fb de Maracaracol Teatro.
sabemos nada de música, que el aporte único de 65 Bs. incluye la tarka y que el resto es puro ensayo hasta el mes de marzo para recibir como se debe la fiesta a plan de tarkeada. Y para aquellos que quieren ver algo exótico, la cita es el viernes 18 e n Mestizo Café Cultural, donde tendremos la oportunidad de explorar las texturas sonoras del mítico instrumento australiano didgeridoo, que será interpretado por Yoco PdeA con el concierto OZONO. El artista l lega de A r ge n t i n a p a r a s u m e r g i r n o s e n e l potente sonido del susurro a través del
tubo. Pero no se queda ahí la experiencia, ya que un día antes estará compartiendo un taller para interpretar el didge ridoo, considerado el primer instrumento de viento de la humanidad. Los que sí estarán aprendiendo, y m u c h í s i m o, s o n l o s m ú s i c o s d e l a Orquesta Sinfónica Juvenil Santa Cruz, ya que recibirán y estarán en concierto junto al pianista cubano Frank Fernández , este 18 y 19 de enero. El maestro cubano es reconocido por ser uno de los arreglistas y productores más importantes que tuvo Silvio Rodríguez en discos icónicos de su carrera. Un lujo de ensamble. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
OTROS ANTOJOS LA PAZ
TALLER Taller de tarkeada / LA PAZ / hasta el mes de marzo / martes y jueves de 19:30 a 21:30 / Casa Ajayu / c. Guerrilleros Lanza esq. Haití N° 1134 / info 70563714.
Un taller para niños y niñas de 8 a 13 años. Se enseñará a usar cámaras, desde compactas hasta celulares. Habrá una búsqueda de posibilidades creativas, juegos de composición, luz y colores, sombras y más.
PARA VIAJEROS ANÁLISIS DE ANA KARERINA / 19 de enero / Retrato Café / c. Víctor Sanjinéz N° 2633 / 17:30. Club de Lectura La Paz se reúne para hacer su primer análisis del año. Esta vez con una novela de Tolstoi. ANÁLISIS DE ÁNGELES Y DEMONIOS / 18 de enero / Ciclick / av. 20 de Octubre esq. Rosendo Gutiérrez / 17:30. El Club de Lectura Nexus se reúne para hablar sobre la historia de Robert Langdon, experto en simbología, convocado a un centro de investigación suizo para analizar un misterioso signo marcado a fuego en el pecho de un físico asesinado.
TALLER Taller y concierto de didgeridoo / LA PAZ / taller 17 de enero de 18:00 a 20:00 / concierto 18 de enero a las 21:00 / Café Mestizo/ c. Jaén casi esq. Armentia.
CONCIERTO Frank Fernández y Orquesta Sinfónica Juvenil Santa Cruz / SANTA CRUZ / 18 y 19 de enero / Teatro Centro Boliviano Americano / c. Cochabamba N° 66 / 20:30. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
MO’ BETTER BLUES / 19 de enero / Cinemateca Boliviana / c. Oscar Soria / 19:30. La mejor película del mundo nos invita a ver el filme favorito del jazzman y director de la Big Band, Juan Pereira. El músico quiere compartir con nosotros la película de Spike Lee Mo’ Better Blues. SANTA CRUZ TALLER DE FOTOGRAFÍA PARA NIÑOS Y NIÑAS / del 14 al 25 de enero / Casa Melchor Pinto / c. Sucre N° 50.
Momento para empezar a comprar pasajes, reservar vuelos, armar mochila, comprar entraditas por internet, pedirle a un amigo que reserve entradas y buscar lugares dónde quedarse. Es momento de apostar por cumplir sueños artísticos afuera. BUENOS AIRES
LOLLAPALOOZA 2019 / 29, 30, 31 de marzo / Hipódromo de San Isidro / av. Márquez 700, B1642 / info: lollapaloozaar.com. El festival contará con Artic Monekys, Sam Smiths, Post Malone, Jorge Drexler, Twenty One Pilots, Lenny Kravitz, Rosalía, Fito Páez, Tiesto, Knedrick Lamar y muchos más. MADRID ELTON JOHN en concierto / 26 de junio / WIZink Center / Palacio de deportes / av. Felipe II S/N / 21:00 Uno de los solistas más aclamados de todos los tiempos se despide de los escenarios con su última gira Farewell Yellow Brick Road. www.paginasiete.bo
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MEMORIA
FOTO EDUARDO QUINTANILLA
María Rosa Montes
El retorno a la semilla Museo Fernando Montes De Pinta Montes y Salta Montes, de conversaciones interminables en su casa de Londres. Un entrañable retrato del pintor de majestuosas montañas y madonnas andinas.
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N AGOSTO DE 2004, junto con mi esposo y nuestros dos hijos, dejamos Londres donde habíamos vivido por espacio de un año tan intenso que, en retrospectiva, me parece imposible vivir tanto en tan poco tiempo. Habíamos echado raíces a una velocidad extraordinaria, de modo que llegada la hora de partir lo hicimos muy a regañadientes y con un gran peso en
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el corazón. No solo dejábamos atrás una capital maravillosa sino una familia entrañable: los Montes de Londres, como los llamamos cariñosamente. Fue al cabo de ese año que mi tío Fernando Montes, la perfecta encarnación del artista distraído y genial, fue considerado definitivamente abuelo de facto por mis hijos, y por mí, un segundo padre. En materia de temperamento, él y su hermano, mi padre, DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
FOTOS ARCHIVO FAMILIA MONTES
no podían diferir más –no en vano de jóvenes los llamaban el Pinta Montes y el Salta Montes–, pero también tenían mucho en común: eran seres libres, apasionados, un tanto excéntricos, valoraban enormemente la amistad y compartían una fascinación por Oriente que iba de la mano con su búsqueda espiritual. Estaban animados por la misma curiosidad insaciable que les impelía investigar a fondo una amplia gama de temas hasta convertirse en verdaderos expertos. También tenían reputación de grandes conversadores y eran dueños del raro don de la escucha. Durante aquel año, en Londres, maduró una relación que había nacido dos décadas atrás, en mis tiempos de estudiante, cuando en lo más crudo del invierno europeo me bastaba con cruzar el Canal de la Mancha para encontrar calor de familia y estímulo intelectual. Eran largas sesiones de conversación en el bien iluminado estudio de mi tío, rodeados de su obra reciente y las pinturas en proceso de creación. Invariablemente, él se empeñaba en desafiar mis nociones sobre los temas más diversos, como literatura, música y política. Todo DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
ello sazonado con grandes dosis de apreciación artística y eventos culturales que yo consumía con deleite bajo su generosa y paciente tutela. También compartí con él tareas más pedestres pero no menos importantes como enmarcar y empacar docenas de pinturas que iban a ser expuestas en Japón o alguna capital europea. Maravillada, en más de una ocasión presencié cómo la intensa luz y el silencio crepitante del Altiplano iban quedando atrapados entre capas translúcidas de pigmento. La majestad de las montañas emergía en el horizonte y sobre este fondo iba plasmándose en el lienzo a una velocidad infinitesimal, pincelada tras pincelada, la figura oscura, rotunda y misteriosa de una madonna andina como el espíritu de la madre tierra. En el momento de mi partida, atribuyendo a la edad la mengua que se advertía en su proverbial energía, me despedí de él con un simple “hasta luego”, confiada en un reencuentro muy próximo. Pero pasó el 2005 y yo aún no retornaba, empeñada como estaba en lograr que mi familia se adaptara a nuestro nuevo destino. Tampoco conseguí desembarazarme a tiempo para asistir en 2006 a la exposición retrospectiva de su obra, nada menos que en Mall Galleries de Londres. Confieso haber perdido entonces totalmente la perspectiva: debí reconocer al punto la verdadera significación del evento y la fragilidad de su protagonista –son contados los pintores que viven para presenciar su propia retrospectiva–, y debí haber movido cielo y tierra para cruzar el océano de inmediato. Pero no lo hice, y esa pérdida me pesa hasta ahora. No volví a ver con vida a mi tío Fernando, que falleció en 2007. Nunca más pude conversar con él ni asistir a ese sutil acto de magia que ejecutaba con sus pinceles ante el caballete. El consuelo, sin embargo, puede asumir la forma que una menos se espera: el Museo Fernando Montes abrirá próximamente sus puertas en una casona tradicional de Sopocachi con el auspicio de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Los Montes de Londres –la tía Marcela y mis primos Juan Enrique y Sarita– han donado al museo treinta obras y varios objetos personales. Y, es más, vienen trabajando por su establecimiento con la misma determinación, energía y tino con que apoyaron otrora la labor del artista y promovieron en la última década la difusión de su arte. Aspiran a que los asistentes podamos conocer esa obra que ha recorrido el mundo, que respiremos entre aquellos magníficos lienzos la serenidad que permeaba el estudio que vio su génesis e, incluso, a que lleguemos a percibir en medio de ese imponente escenario el espíritu de Fernando Montes. Y es que, tras un largo y fascinante periplo, el pintor ha retornado a La Paz a través de su arte. Esta vez llega para quedarse, al pie de las majestuosas montañas que lo vieron nacer y que inspiraron gran parte de su obra. * El Museo Fernando Montes estará abierto al público desde el 25 de enero, de lunes a sábado, de 11:00 a 19:00. Calle Fernando Guachalla N°476 / La Paz, Bolivia. www.paginasiete.bo
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VIAJES
Pesqueros de Puerto Pérez Ch’ili Laya (lugar que brota) o Puerto Pérez. Tierra de pescadores que buscan peces que hace tiempo ya se han ido. Azul arriba, azul abajo y el collar blanco de nevados.
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HONY Y WILBER, capitanes de barcos pesqueros que ya no pescan (porque los peces se fueron, c u e n t a n) p e r o q u e a ú n sirven para pasear a la gente y pescar algunos incrédulos. —15 boliv ianos es el paseo. 15 bolivianos por quince minutos. Se va hasta allá donde están los pájaros cara negra y cara blanca y de ahí volvemos—. Subimos al bote. — Yo he aprendido a remar de por sí. O sea, un día he tenido que comer pesqe y después de eso he aprendido a remar. Mi hermano facilito ha aprendido a remar
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también, aunque él no ha comido pesqe, porque no le gusta, pero se aprende de por sí, así como caminar. Yo tengo 9 años, mi hermano 12, yo estoy en 4to año en la escuela, mi hermano en 5to (él se ha aplazado dos veces, más bien yo nunca hasta ahora)—. Llegamos a los palos donde están los pájaros, giramos el bote de madera y comenzamos a volver. A unos 40 metros lejos de la orilla, el lago no es muy profundo y el fondo es verde alga. Los peces están siempre ausentes. — Los peces se han ido. Hay que levantarse tempranito y hay que ir casi hasta el centro del lago para encontrarles, a veces todavía aparecen. Sacale una foto a este pájaro cara negra. Ellos se pelean
con estos otros pájaros cara blanca. Estos se los comen a toditos los peces. Por eso se deben ocultar y ya no quieren salir para nosotros—. El año 2016 se anunciaba que la falta de políticas públicas, la pesca indiscriminada, así como la contaminación minera, entre otros factores, incidieron en la reducción del 50% de los peces en el lago Titicaca. Esto hizo que muchas familias abandonaran sus barcos para aprender a ser agricultores. Esos botes ahora son solo pescadores de turistas que, igual que los peces, llegan poco. —15 minutos, son 15 bolivianos. Entonces sumando de los tres, serían 45—. Y sonríe con malicia a su hermano, ambos cómplices de la estafa pesquera. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
FOTO LAGO TITICACA / PIXABAY
Cecilia Campos Villafani
CRONIQUITA Gabriel Mamani Magne Fotos Freddy Barragán
La vida en minibús
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I ABUELO ERA CHOFER. Así que lo minibusero me recorre las venas y quizá eso explique mi impaciencia para absolutamente todo y mi leve disposición para la cumbia. Solo una vez lo acompañé en uno de sus recorridos. Me acuerdo: el número de la línea era el 207 y el trayecto empezaba en la avenida Periférica y terminaba en la zona sur. Me acomodé en el asiento del copiloto y vi cómo la ciudad pasaba del ladrillo salvaje a fachadas similares a las de las series gringas. La gente también cambiaba: a medida que bajábamos, los pasajeros se parecían menos a mi abuelo y el tono de voz aumentaba. Era un niño, era la primera vez que cruzaba una frontera. Era La Paz, pero al mismo tiempo era otra La Paz. Un lugar en el que al ch’iji le decían pasto y la “r” no era “rr”, sino “wr”. Un lugar en el que mi abuelo debía bajar el volumen a su cumbia. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
2 Crecemos con minibuses. Los minibuses nos educan. Sus carteles nos dan moralejas. Como esa que dice que no hay que “hembidiar” la bendición de los demás. O esa otra que señala que “ mi educación depende de usted”. El minibús nos da carácter (si le haces frente a un chofer parador, ¿quién te va a detener?). Y nos hace sociables: puedes no haber saludado a tus papás, puedes ser un renegado de primera, pero sabes que el “buen día” en el minibús determinará el humor de los demás, se convertirá en energía, y por eso no lo omites. Bajar el asiento para el pasajero que acaba de subir. Ayudar al viajero de atrás a pasar el dinero del pasaje. Solidaridad: los subterráneos de las grandes capitales no tienen nada de eso.
3 La intimidad. El minibús te pone cuerpo a cuerpo con personas a las que no conoces y a las que probablemente nunca más vas a ver. Miro a la derecha: la pierna de una oficinista que acaba de subir. A mi izquierda: el celular del muchacho que www.paginasiete.bo
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CRONIQUITA
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Un trufi raspó la puerta del minibús en el que viajaba. El chofer se enojó tanto que fue tras el otro coche. “No apto para cardiacos, los que estén con tuca pueden bajarse”, dijo. tiene unos audífonos gigantes en los oídos. La piernuda se maquilla; al lado, Ozuna, reguetón. Al frente, una nuca de preco y detrás la voz gangosa de una niña malcriada. La intimidad se duplica cuando me ubico en el asiento de la esquina de la derecha. Si la persona que está a mi izquierda decide bajar, su trasero estará a centímetros de mi cara, y la escena no será repugnante porque como buen paceño sin coche particular mis ojos se han acostumbrado a semejante espectáculo. Estadística a ojo de buen cubero: gracias a los minis, el paceño promedio debe ver al menos cincuenta nalgas por año.
4 Puede no gustarte la cumbia, pero apuesto a que más de una vive en tu recuerdo; la has memorizado, a veces la tarareas. El soundtrack de los choferes es el de nuestros caminos. Sus gustos, de alguna forma, se adhieren a nuestros gustos. Por lo general, se trata de cumbia noventera: el amor y el dolor, la vida real pasó hace tiempo. Todo minibús viaja a la cumbia o escapa de ella: de ahí sus tatuajes. El minibús es el medio de transporte más dramático de todos. Y por eso el más paceño. Su pariente teleférico es demasiado digno como para identificarse con él. Demasiado limpiecito. El minibús canta lo que no canto, dice lo que no digo. Es libre. Un ebrio feliz.
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Una anécdota. Hace algunos años, un trufi raspó la puerta del minibús en el que viajaba. El chofer, que durante todo el viaje había escuchado solo a Yarita Lizeth, se enojó tanto que fue tras el otro coche. Estábamos en El Prado y en menos de dos minutos aparecimos en la Pérez Velasco. El trufi aceleró, al parecer consciente de que el minibús lo perseguía. El chofer estaba desquiciado e hizo caso omiso a paradas, semáforos y normas de seguridad. “Voy a bajar”, dijo una señora. El chofer aumentó el volumen. Cuando llegamos a esa curva que une a la autopista con la terminal de buses, el chofer dijo: “no apto para cardiacos, los que estén con tuca pueden bajarse”. En el minibús solo había dos personas, la doña que había reclamado y yo. Y no sé por qué, pero, aunque estaba cerca de mi destino, decidí quedarme. El minibús retomó la marcha y fue tras el trufi, esta vez con más furia. Sentí que moriría. Sin embargo, al mismo tiempo, estaba emocionado. Al llegar al barrio de Achachicala, como en una película, el chofer logró sobrepasar al trufi, dobló en U y se interpuso frente a él. El trufi se detuvo en seco. Entonces apareció un policía montado en una moto y pidió a los conductores que bajasen de los coches. El chofer del minibús obedeció (yo también bajé) pero el del trufi pisó el acelerador y se perdió en la noche achachicalense.
6 Otra anécdota similar. 2004: yo tenía diecisiete años y volvía a casa luego de una fiesta que se había extendido hasta el amanecer. Cogí un minibús en Obrajes y me senté en el asiento que está detrás del asiento del conductor. Debía bajar en El Prado y, cuando llegamos a mi destino, me di cuenta de que solo tenía billetes de cincuenta. “Va a disculpar, maestro, pero solo tengo billetes de cincuenta”, le dije al chofer. El chofer recibió el dinero. Lo guardó en el bolsillo de su camisa. Al cabo de unos seg undos, dijo: “No tengo cambio”. El motor ronroneaba y la paciencia se me agotaba. “Deme el billete, puedo intentar cambiar en esa tienda”. El chofer, de quien solo veía la nuca, puso en marcha el coche y aumentó el volumen de la radio. “¡Me quedo!”, grité enojado. “Qué le pasa, maestro”, dijo una mujer, “no sea atrevido”. Avanzamos del Prado hasta la avenida Montes enfrascados en una discusión en la que nos decíamos de todo. El chofer había secuestrado mi billete, de modo que no podía bajar en las paradas y así mandarlo al demonio. Esquina Montes. Una mujer bajó. Aproveché para agarrar al chofer del cuello y exigirle que me dejara bajar. “¿Quieres pelear?”, dijo él (y pude sentir la vibración de sus palabras en mis manos). Como tenía diecisiete años, pensé que era la oportunidad de desquitar con el chofer todas las frustraciones que me acosaban en aquel entonces, y le dije: “Ya pues, maraco”. Bajamos del coche. La gente protestaba desde el minibús. Me puse en guardia; el hombre me insultó. Y ahí iba mi primer puñetazo, pero cuando levanté la mirada, noté que el chofer era el clon idéntico de mi abuelo. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
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CRÓNICA Daniela Romero Linares
Cartas para
Carla y Jesús
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Se conocieron en el colegio, llevaban una década de noviazgo y pronto se casarían. Era una pareja ejemplar y poco fiestera. Pero el Año Nuevo de 2017 se fueron a bailar. Los mataron salvajemente. ¿Qué sucedió? DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
El amor llegó hace 10 años Carla y Jesús se conocieron hace casi 10 años, cuando ella estaba en segundo medio (hoy cuarto de secundaria) y él en un curso superior del colegio Pedro Poveda. Martha, la hermana menor de Carla, fue quien los presentó en una fiesta. Desde entonces no se separaron. www.paginasiete.bo
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FOTO FACEBOOK DE MARTHA BELLOTT DE QUIROZ
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Almita Carla, te pido por mi mamita Juana, que se sane pronto. Eres milagrosa, Carlita”, dice un mensaje escrito a mano, en una hoja de cuaderno escolar que alguien dejó en el nicho de Carla Bellot, en el Cementerio General de La Paz. Hay ahí más papeles blancos, cuadriculados, y otros tantos de colores, todos doblados y metidos entre los floreros improvisados de plástico con f lores frescas. Ahí también quedan los restos de velas que estuvieron encendidas durante horas, casi todas apagadas por el viento. En el cuarto nivel de uno de los pabellones del cementerio descansan los restos de Carla Bellot y de su novio, Jesús Cañisaire. La tumba de él está en plena esquina y la de ella, justo a su lado; ambas llenas de gladiolos rojos y blancos, ramos de ilusiones y una que otra rosa amarilla. “Todos vienen a verlos, siempre les traen flores y rezan en sus nichos. Gente desconocida llega para dejarles cartas, les piden milagros o piden por sus almitas; a mí me han hecho cantar unas tres veces serenatas para los jovencitos”, dice don Manuel, un guitarrero cantor que camina de memoria por los pasillos del cementerio con su instrumento abrazado a su pecho. A Carla y a Jesús los asesinaron la mañana del 1 de enero de 2017; los mataron con saña, con odio, como si todo hubiese sido planificado. La madrugada de Año Nuevo sus vidas se cruzaron con las de los hermanos León Fernández en la discoteca Planta Baja, donde bebieron juntos y luego se fueron en un taxi hasta la casa de uno de ellos. Allí, Carla fue violada y luego ambos perdieron la vida a golpes, en la cabeza y en otras partes de sus cuerpos.
CRÓNICA
Desde muy jóvenes ambos tomaron el mando de la casa después de la muerte de sus padres, en 2003. Jesús asumió el rol de papá de sus tres hermanas: Eva, Norma y Gabi, y de su hermano menor, Boris; mientras que Carla fue la guía de sus cuatro hermanas: Martha, María, Brigitte y Lourdes. Las madres de los chicos no dejaron de trabajar y lo hacían de lo que podían para sacar adelante a sus hijos. La familia de Carla se mudó de Santa Cruz a La Paz, llegaron a una habitación en el comedor comunitario de Villa Armonía; llegaron para empezar de cero, con pocas cosas y muchos sueños. En la misma villa también crecía Jesús, o Pachín, como lo llamaba su padre. Cuando el señor murió, Jesús le prometió a su madre que siempre cuidaría de ella y de sus hermanas. Los años pasaron, Jesús se la pasaba bailando kullawada en su zona o jugando wally con sus amigos. Carla, en cambio, tenía una vida más tranquila, le gustaba pasear con su madre y la más pequeña de sus hermanas o quedarse en casa a ver películas. Pero en aquella fiesta a la que fueron Carla y Martha ocurrió algo más que diversión. Ocurrió “el flechazo”, dice con una sonrisa la hermana. Días después él acompañaba a la “chica bonita”, como la llamaba, hasta su casa y salían de vez en cuando a comer. La relación comenzó meses después, pero Carla no se lo contó a nadie más que a sus hermanas hasta dos años después, en la toma de nombre de su promoción. “Llegó al colegio con sus flores para mi hermana, él se pagó la entrada y le acompañó en el acto. Después ella ya avisó poco a poco a mis tías y a mi abuelo. Carla era muy reservada”, cuenta Martha. La relación que comenzaron de colegiales se alargó durante los años en que Carla y Jesús estudiaron en la universidad, ella Contaduría y él Economía. Su rutina radicaba en la tranquilidad, pues no era una pareja de ir a fiestas, lo hacían muy rara vez. Los viajes también estaban en sus planes. Eva saca su celular de la cartera y busca un vídeo que Jesús grabó en agosto del año pasado, en el que aparece junto a Carla caminando por una calle de Chulumani, en los Yungas. “Estamos saliendo de comer, todo estaba rico, ahora nos vamos al auto. Estamos en Chulumani, hace calor. Esto que ven es un árbol de naranja, es muy bonito este lugar”, describe Jesús, mientras graba a su novia caminando. Ella tiene el cabello recogido en una cola, mira a la cámara, saluda coqueta y en su rostro se dibuja una tímida sonrisa. Se dan la mano y Jesús corta la grabación. Pero, así como la pasaban bien juntos, también hacían sus actividades solos y siempre con la intención de reunir a sus familias. Carla, por ejemplo, había decidido que cada viernes en la noche era el momento de estar con sus hermanas. Martha ya se había mudado con su propia familia, pero aun así Carla se las ingeniaba para convocarlas. “Llegaba de su oficina a las ocho de la noche y se ponía a cocinar, comíamos y nos quedábamos hasta las 12:30 o hasta la una charlando, jugando o cantando”, recuerda Martha.
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Empezó a trabajar desde adolescente junto con Martha, quien se hizo cargo prácticamente de todos los gastos escolares de sus hermanas menores. Carla decidió que iba a estudiar y Martha trabajaba para ayudarle en sus estudios. Jesús se enfocó en ayudar a su mamá, Hilda Calatayud, en alg unos trabajos de cost ura. Como sus her manas mayores ya se habían casado, él se hizo cargo de las tareas de su casa, del mercado, de la limpieza, del orden. Tal vez por e s o e r a e l m á s c o n s c i e n t e , c r e e s u h e r ma n a N o r ma . “Cuando entre nosotras nos peleábamos él entraba y nos hablaba. Nos decía: ‘La que grita más fuerte es la que más pie rde’, nos reñía y nos hacía callar”. Jesús ya había terminado la carrera de Economía y el 2018 debía hacer su tesis para defenderla en diciembre. Con su graduación le iba a pedir a Carla que se case con él. En la celebración de la Nochevieja, el 31 de diciembre de 2017, Jesús brindó con su madre. Se acercó, le tomó de las manos y le prometió que este año iba a defender su tesis y se iba a casar con su novia, incluso le confesó su deseo de ser padre.
La desaparición, la agonía, el asesinato La última vez que Martha vio a su hermana Carla fue en una foto que ella había publicado en Facebook, a las 4:48 del 1 de enero, desde la discoteca Planta Baja. Como no podía dormir, DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
charlaba con su esposo, Franco, de lo bonita que se veía su hermana. Segundos después sonó el celular de él, era un mensaje de texto que le envió Jesús en el que le decía que cuide a Martha, que rogaba que estén juntos siempre y que con Carla esperaba compartir muchas vivencias. “‘Te quiero mucho’, le dijo a Franco, es como si hubiera sido su despedida”, recuerda la hermana. Martha y Franco se levantaron muy temprano ese lunes, era el cumpleaños de su hijo Jadiel y para esa tarde preparaban un té con sus familiares, por lo que salieron a comprar la torta y las masitas. Carla le había adelantado a su hermana que tenía listo el regalo para su sobrino: un deportivo negro con figuras blancas, el mismo que hoy viste el pequeño de tres años mientras pasea por la sala de su casa intentando llamar la atención. Pero Carla nunca llegó al festejo. Jesús tampoco llegó a su casa, avisó que a las cinco de la madrugada tenía pensado dejar a su chica, pero eso no ocurrió. Los muchachos habían llegado a Planta Baja a eso de las 3:00 para ver tocar a un amigo de Kimberly, compañera de Carla, con quien compartieron en la discoteca hasta la madrugada. Después se supo que la amiga se retiró antes que la pareja. Carla y Jesús habían bebido un poco, estaban solos en una mesa cerca del escenario. Pasadas las 4:00, los hermanos Israel, Mikaela y Eliot, además de las parejas de los dos primeros, llegaron al local a seguir el festejo de Año Nuevo que DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
habían comenzado en la tienda de abarrotes de su madre, en Villa Fátima. Se sentaron en una mesa contigua a la de la pareja, bailaron, bebieron, pidieron más y más cerveza hasta que volcaron su atención en Carla y Jesús. “¿Qué pasó para que se ganaran su confianza en cuestión de minutos?”, “Carla y Jesús eran muy desconfiados, no hablaban así nomás a ningún desconocido”, se repiten una y otra vez sus hermanas. A las 9:00 del 1 de enero ya eran un solo grupo. Las siete personas subieron a un taxi e hicieron una parada en la calle Manco Kapac para comprar trago. Con las botellas se fueron a la casa de Israel León, en la zona Unión San José, ladera este de Villa Fátima. Por dentro, la pequeña sala tenía los muebles improvisadamente acomodados. El lugar era oscuro; las paredes salmón opaco llenas de papeles pegados y los sillones con un tapiz viejo. Los primeros vasos los compartieron charlando e incluso con algunas risas. Pero después algo se quebró, algo pasó para que Jesús discuta con Israel León; la hermana de éste, Mikaela, quiso calmar la situación pero no pudo. Se produjo una pelea, Jesús golpeó a Eliot y de inmediato Israel salió en defensa de su hermano, tomó una botella de vidrio y le golpeó en la cabeza. Jesús cayó inconsciente y los León lo llevaron a otra habitación. Mientras, Carla estaba echada en uno de los sillones; el www.paginasiete.bo
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FOTO FACEBOOK CARLA Y JESÚS
Carla y Jesús habían bebido un poco, estaban solos en una mesa cerca del escenario. Pasadas las 4:00, los hermanos Israel, Mikaela y Eliot, además de las parejas de los dos primeros, llegaron al local a seguir el festejo de Año Nuevo . “¿Qué pasó para que se ganaran su confianza en cuestión de minutos?”.
CRÓNICA
Eliot León Fenández fue repatriado desde Brasil donde había huído luego del crimen. Fue enviado al penal de Chonchocoro.
La familia de Jesús contactó a una hechicera y vidente. La incertidumbre de no saber dónde estaba el muchacho llevó a la madre y a las hermanas a consultar a la mujer para saber por dónde debían buscar. “Nos dijo que los dos estaban llorando, que estaban en un río, por Río Abajo. Algunas personas fueron a ese lugar, pero no había nada”.
alcohol que había bebido la mantenía dormida. Mikaela y su cuñada Stefany Guizada, esposa de Israel, se asustaron al ver la pelea. Temían que los hermanos León las agredan por inmiscuirse, por eso salieron a la tienda a comprar galletas y refresco. A su vuelta, Mikaela vio desde la ventana que su hermano Eliot estaba encima de Carla, ambos en un colchón sucio al medio de la sala. Él la violaba, ella apenas reaccionaba. Entraron a la casa, quisieron separar a Eliot de su víctima pero éste las amenazó. Del miedo, Mikaela y Stefany se metieron al baño, no sabían qué hacer, sólo lloraban. Un rato de esos, Mikaela abrió la puerta del baño y vio que Jesús intentó reaccionar para ir junto a su novia, pero los hermanos León lo detuvieron, lo volvieron a meter a la habitación y ahí lo mataron a golpes. Con los gritos, Carla reaccionó. Se paró para ir en busca de su novio, pero Israel salió del cuarto con pasos rápidos, le dio una patada en el abdomen. Ella cayó y él aprovechó para violarla. Minutos después ambos hermanos la mataron, también a golpes. Cuando todos sabían que la pareja estaba muerta recién se dieron cuenta de que en el piso y en las paredes había sangre, charcos de sangre en la sala y en la habitación donde habían metido a Jesús. Los varones ordenaron a las mujeres que limpien las manchas, mientras ellos consiguieron bolsas de yute y metieron los cadáveres en ellos; los mantuvieron en esa habitación durante horas. A las seis de la tarde, Eliot, Israel, Mikaela y su esposo,
Renzo Cáceres, llegaron al snack Shan Huang, en Villa Fátima, a comer pollos al spiedo. Los cadáveres seguían en la casa donde habían bebido en la mañana. Después de llenar el estómago regresaron. Se golpeaban la cabeza pensando qué iban a hacer con los cuerpos. La madrugada del 3 de enero, Israel, Eliot y Renzo se pusieron overoles, esos que los hermanos usaban de vez en cuando para trabajar de albañiles, y sacaron los cadáveres. A las 2:00 no había nadie en la calle, una espesa neblina cubría Unión San José, los asesinos llevaban a sus víctimas teniendo cuidado de que ninguna persona los vea. Bajaron a pie, pasaron por los alrededores de la cancha Petrolera y llegaron al embovedado del río Orkojahuira, desde donde lanzaron los cuerpos para evitar llevarlos a cuestas hasta abajo. Ellos descendieron después, alzaron otra vez los saquillos y se metieron en la bóveda. Unos 150 metros hacia adentro los abandonaron. Hasta ese día, las familias de Carla y Jesús ya habían presentado la denuncia de personas desaparecidas ante la Policía, pero no había ninguna pista, ningún dato que ayudara a encontrarlos. Las hermanas de Jesús comenzaron a buscar a la pareja por todas partes, pagaron a una mujer policía más de 200 bolivianos para que saque fotocopias con las fotos de los chicos, pero ésta nunca envió a distribuirlas por la ciudad. Fueron ellas y los amigos de Jesús quienes se encargaron de colocar los avisos en lugares como la terminal de buses, el aeropuerto y las prin-
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FOTOS APG
Los cuerpos de Carla y Jesús fueron encontrados en la bóveda del río Orkojahuira 18 días después del crimen.
cipales avenidas de La Paz. Pero nada ayudaba y la angustia crecía cada día. Todas las mañanas Martha, la hermana de Carla, y Eva, la hermana de Jesús, se encontraban en el patio de la FELCC y juntas subían a averiguar si había noticias de los chicos. Y nada. Una hora, dos, tres horas esperando las acciones policiales para nada. La familia de Jesús contactó a una hechicera y vidente. La incertidumbre de no saber dónde estaba el muchacho llevó a la madre y a las hermanas a consultar a la mujer para saber por dónde debían buscar. “Nos dijo que los dos estaban llorando, que estaban en un río, por Río Abajo. Algunas personas fueron a ese lugar, pero no había nada”. Las hermanas de ambos recibieron llamadas anónimas que les daban información falsa. A Martha la llamó un hombre que dijo ser taxista y que contó que llevó a la pareja hasta Oruro, donde delincuentes los tenían amarrados y drogados. “Le dije a mi esposo que quería ir, que necesitaba saber si ese hombre no estaba mintiendo, pero mi marido me dijo que no sabía a dónde iba a ir a buscarlos, que me estaban engañando”. Una tarde, una llamada anónima avisó a la familia de Jesús que la pareja había sido asesinada en la discoteca Planta Baja y que sus cuerpos fueron enterrados ahí. Por la noche, los vecinos y amigos de la pareja llegaron al local para cerciorarse de que el dato era verdadero. La impotencia de no poder ingresar causó que todos entren en cólera y que dejen destrozadas las puertas y el cartel del lugar. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
La Policía siguió investigando y dio, en primera instancia, con Israel León. Carla Mayta, amiga de Mikaela, fue una de las primeras en ser detenida por intentar apoderarse del celular de Jesús; la Policía la detuvo y ella delató a Israel. Él, ya preso, fue quien brindó gran parte de la información y lo más importante: dónde estaban Carla y Jesús. Casi a mediodía del viernes 19 de enero, 18 días después de la desaparición, efectivos de Homicidios y de otras unidades policiales llegaron hasta la bóveda del río Orkojahuira, a pocas cuadras de la casa de Israel León. Ingresaron 150 metros en el canal y hallaron los cadáveres de los muchachos, envueltos en bolsas de yute, en pleno proceso de descomposición. Mientras los cuerpos eran sometidos a la autopsia, que después establecería que Carla y Jesús murieron a causa de los golpes, Israel León era enviado a la cárcel de San Pedro, y su hermana Mikaela y su cuñado Renzo eran aprehendidos y presentados en público ante la prensa. Pero faltaba uno, Eliot León, quien después de que su hermano fuera detenido escapó a Brasil con su esposa, Priscila Choque.
La temida familia León, desde amenazas hasta machetazos Peleas a puñetazos entre los hermanos León Fernández, persecuciones a machetazos contra eventuales amistades, golpes con fierros, consumo de alcohol durante días enteros y amenazas de muerte. Así era el día a día de la familia, que puso www.paginasiete.bo
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CRÓNICA
El entierro entierro de la pareja pareja fue multitudinario en el Cementerio Cementerio General General de La Paz. Paz.
en vilo a los vecinos de las zonas San Simón y Unión San José durante todos estos años. “Son tremendos, aquí no tienen comunicación con los vecinos, les tenemos miedo porque a veces los hijos corretean con machetes a la gente que viene a quedarse en sus casas o a cualquier otra persona. Da miedo. Antes era peor, cuando todos los hermanos vivían aquí”, cuenta una vecina. En ambos barrios, los León tienen al menos tres viviendas. La que está en Unión San José, cerca del barrio 24 de Junio, pertenece a los abuelos. La segunda casa es de Israel León y su concubina, Stefany Guizada, y está casi al pie del cerro, en Unión San José. Aquí llegaron Carla y Jesús para continuar el festejo de Año Nuevo con los hermanos León y aquí fueron asesinados. Y en el tercer inmueble, más cerca de la cancha Petrolera, también en Unión San José, vivía Eliot León con su pareja, Priscila Choque. La madre de los León, Daria Fernández, se fue hace tiempo a vivir a otra zona, aunque en el mercado de Villa Fátima tiene un quiosco y un almacén que atiende con sus hijas.
Un megaoperativo policial El 26 de enero, una semana después de que la Policía diera con los cuerpos de Carla y Jesús, Eliot León descendía de un avión en el aeropuerto militar Bartolina Sisa, de El Alto, luego
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de haber sido repatriado de Brasil. Estaba enmanillado, se había rapado la cabeza, tenía puesta una camisa blanca, una chaqueta ploma con rojo y un pantalón de tela color caqui. Parecía abrumado por la cantidad de uniformados y periodistas que lo esperaban. Eliot León había llegado a la localidad brasileña de Coimbra, en San Pablo, el 9 de enero para pedir ayuda a los familiares de su esposa, en un taller de costura. Una llamada que hizo a su familia durante esos días permitió ubicarlo a través de un rastreo satelital. Policías brasileños llegaron a detenerlo y lo entregaron al Consulado de Bolivia desde donde se tramitó su repatriación en tiempo récord. Desde territorio brasileño, León negó ser el autor de la violación de Carla y el asesino de ambos. Dijo, entre lágrimas, que sí estuvo en la casa de su hermano pero que no los mató. “Mi familia conmigo se limpió todo, a mí me echan la culpa, yo no fui, tenía que venir aquí desde antes, no me escapé”, declaró a un medio local. Una vez en Bolivia, antes de su audiencia cautelar, Eliot culpó del doble asesinato a su hermano Israel, quien junto a sus otros hermanos y hermanas había descargado toda la responsabilidad sobre Eliot antes de su detención. Pero la autopsia determinó que Carla fue violada por Israel y por Eliot León y que tanto ella como su novio fueron asesinados a golpes. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
Días después, Eliot León fue enviado a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro; su hermano Israel León y su cuñado Renzo Cáceres fueron trasladados al penal de San Pedro. La hermana Mikaela León y sus cuñadas Stefany Guizada, esposa del hermano mayor, y Priscila Choque, mujer de Eliot, fueron detenidas y derivadas a los penales de Obrajes y Miraflores.
Martha no pudo ver el cuerpo de su hermana, su familia no se lo permitió. Eso le hacía dudar que fuera ella, ya que mantenía un atisbo de esperanza de que ese cuerpo fuera el de otra mujer, hasta que tuvo un sueño. “Apareció Carla en mis sueños, me dijo que me porte bien, que cuide a mis hermanas y a mi mamá, que me quiere y que estará conmigo. Cuando desperté supe que ese cuerpo que habíamos enterrado era de ella”, recuerda. Gabi, una de las hermanas de Jesús, todavía tiene una espina en el pecho. Pese a saber que su hermano está muerto quiere ayuda para saber qué pasó con la mano izquierda de Jesús. “Cuando le hicieron la autopsia no se encontró su manito, es como si la hubieran cortado y quemado una parte, mi hermano fue enterrado sin su mano y nadie habla de eso ahora”. Pero la vida continúa. Hilda aún espera que su hijo llegue de clases. Aunque su dormitorio ya fue recogido por completo, el deseo de volverlo a ver es inmenso. “Siempre lo espero, lloro
FOTO ARCHIVO PÁGINA SIETE
FOTO APG
Sueños rotos, velas para los milagrosos
cuando me hablan de él, no era un vago, era profesional y en mi casa trabajaba. Yo no sé hasta cuándo estaré así, ya no puedo, todos los días veo la foto de mi hijo y lloro, era sano. Dios nomás que me vea”, se lamenta. Desde que Jesús murió, cada domingo los cuatro hermanos y sus familias se reúnen en la casa de su madre; lo hacen para cumplir el sueño de Jesús: ver a sus seres queridos reunidos. Los lunes van al cementerio a dejarles flores y a recoger las cartas que les dejan, y cada día Hilda enciende una vela blanca en la habitación de su hijo y compañero, y le reza, le pide que no lo abandone. A Martha no le gusta hablar de su hermana delante de otras personas, le duele recordarla, pero sabe que de a poco la tristeza se convertirá en resignación al no tenerla a su lado. Su madre, María Antonia, habla poco, el dolor se ve en sus ojos. “Mi hija era muy estudiosa, primero quería terminar de estudiar y decía que después quería tener su wawita”, dice. Martha aún guarda la corbata de goma eva que Jesús usó la madrugada de Año Nuevo en su casa, cuando llegó a recoger a Carla para irse a bailar. Esa corbata está colgada junto con la de su esposo, sobre unas flores de plástico en la sala de su casa. Recuerda que su hermana estaba muy emocionada de ir a bailar esa noche. Pese a que Jesús y Martha le pidieron quedarse a cantar en su casa, ella insistió en ir a Planta Baja porque quería empezar bien el año, el año que se iba a casar con su novio.
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“Te extraño, amigo, aquí haces falta, allá nos vamos a ver de nuevo”, le escribió un compañero a Jesús. Norma cuenta que incluso hay señoras que llegan de Cochabamba para pedirles milagros. “‘Les pido a ellos y me va bien’, me dicen, les traen flores y les dan serenatas”. “Estaban buscando dinero para un anticrético o para casarse, se querían casar de una vez. Mi hermana quería llevarla a mi mamá a vivir con ella y Jesús estaba de acuerdo porque se llevaban muy bien”, sostiene Martha. Los sueños de los chicos se desvanecieron la madrugada del Año Nuevo de 2017, nada ya se puede cumplir excepto el deseo que tenían: ver a sus familias unidas. Sus amigos también van a dejarles mensajes al cementerio. “Te extraño, amigo, aquí haces falta, allá nos vamos a ver de nuevo”, le escribió un compañero a Jesús. Norma cuenta que incluso hay señoras que llegan de Cochabamba para pedirles milagros. “‘Les pido a ellos y me va bien’, me dicen, les traen flores y les dan serenatas”. Las familias quieren justicia para Carla y Jesús, no sólo por ellos sino también por todas esas personas que llegaron al Cementerio General aquel 20 de enero, para acompañarlas en el entierro, y se identificaron con el sufrimiento de sus seres queridos. “No queremos que pase algo así con mis hijas o con
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los hijos de la gente que todos los días sale a trabajar”, dice Eva, la hermana de Jesús. Ese día, los chicos fueron enterrados lado a lado en los nichos que ahora están repletos de flores. Los cuerpos llegaron en ataúdes blancos con las fotos de ambos. Cientos de personas a su alrededor, llenas de ira y de dolor, lanzaban flores y convocaban a marchas para pedir justicia. Antes de ser sepultados, durante la misa en el cementerio, el sacerdote otorgó a ambos jóvenes el sacramento del matrimonio, los casó en homenaje al amor que se tuvieron por casi 10 años. Y parece que ese sentimiento se refleja en todo el que se acerca a rezarles. “No hay tanta fe como con ellos, ellos inspiran, por eso yo les rezo”, dice segura Beatriz López, una joven que se acerca a la tumba de los chicos a rezar. De fondo, aparece otra vez don Manuel rasgando su guitarra. “Como quisiera, ay // que tú vivieras. // Que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándolos. // Amor eterno // e inolvidable. // Tarde o temprano estaré contigo para seguir amándonos”. DOMINGO 13 DE ENERO 01|19
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CRÓNICA
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FOTO CECILIA FERNÁNDEZ
Lucía Camerati
Fernando Barrientos de la A a la Z
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PUESTA POR LOS MEJORES, da varias vueltas por la región sudamericana buscando acuerdos con otras editoriales; ha consolidado un grupo interesante de cronistas y narradores, rebusca y reedita maravillas, te regala libros siempre, toma cafecitos con sus escritores, exige a las imprentas, y de pronto aparece con una joya de libro. Tras diez años de vida, editorial El Cuervo es la casa y el refugio del editor Fernando Barrientos, el chapaco que se vino a La Paz, el cuate de Barriga, el amante de Borges, que saca su diccionario y se fuma un pucho.
ALEXIS ARGÜELLO.– Librero, demasiado sabedor de lo que tiene. Alteño fundamentalista de la alteñidad. Editor de Sobras Selectas, proyecto alteño para el mundo y viceversa. Un compañero de carretera, un colega. Y algo muy importante: un bailarín de salsa admirable. B O RG E S . – E n Ta r i j a , a mediados de los noventa, gracias a mi amigo Boris leí en fotocopias la Obra completa. Era como haber encontrado un tesoro extraterrestre en medio de la nada. Como a cualquier chico que descubre Borges, me cambió no sólo la manera de leer, sino que también me alteró la conciencia sobre la lengua. EL (C)UERVO.– Diez años de camino, sesenta y pico libros, un montón de gente. Gracias. DACTILOGRAFÍA.– Cuando llegas al trance con las teclas. E D I TA R . – Un oficio que seguirá en constante transformación tratando de adaptarse a esta época en la que casi todas las certezas se derrumban cada día. Un oficio que se aprende haciendo. Un oficio que te elige, como alguna vez me dijo un colega. FERNANDO (BARRIENTOS).– Sin comentarios.
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GULA.– ¿No les pasa eso de recordar cierta comida a la que ya no pueden acceder por la distancia o porque quien la hacía o el lugar donde se vendía ya no existe? De vez en cuando soy presa de esas gulas imposibles. HASBÚN (RODRIGO).– Carreteras, los corazones de los Erlt, la memoria incesante de Elena, la oscuridad del amor, silencios para tomar en cuenta. ILUMINACIÓN.– ¡Luz en esta tiniebla! Y el título del excelente libro de cuentos de Sebastían Antezana. JULIO (BARRIGA).– Poeta para bien y para mal, aforista polémico, lector compulsivo, es d e c i r, u n c a r t e r i s t a d e l o s mejores. Aunque dice que ya no escribe, este año le publicaremos un nuevo libro. KAFKA .– Santo patrono de otakus (fans de los animés), tímidos y demás frikis (extravagantes, estrafalarios). Por lo mismo, un favorito de la casa: nuestro amigo Salvador Luis compiló un tributo narrativo llamado Kaf kaville. No se me olvida esa escena de Diario en la que se amanece escribiendo. LIBRERÍA .– Quiero abrir una. M A X I M I L I A N O (B ARRIENTOS).– La pervi-
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vencia de las imágenes, las hebras que atan los lazos entre hermanos, la liberación de la violencia, un auto en fuga a toda velocidad. NADIE. – Todos somos nad ie, como d ice el grafiti. OB SE SI ÓN. – Controlar mi neurosis, como todos. P E R RO S . – Ta l v e z debería temerles porque me han mordido en varias oportunidades (una sola realmente traumatizante) pero también, quizás por lo mismo, no les temo y los prefiero frente a, por
URRELO.– Desmesura, la carne de Boquerón, la sed del Perro Loco, el destino inevitable del Jambao, el alter ego del Chicuelo, la tristeza de lo bello y viceversa. VOZ .– Las voces de los seres queridos que me curan, me advierten, me guían. La voz de mi abuelo Tomás, que s i go r e c o r d a n d o a u n q u e hayan pasado 20 años de su muerte. La voz de mi hijo Chito que empieza a hablar. WIENER (GABRIELA).– Creo que está a vista de todos que el suyo es un proyecto artístico tan notable como atrevido, que excede el libro. Un sacarse el cuerpo hacia afuera, hacia la intervención política.
ejemplo, los gatos. QUESO.– Chaqueño. RABIA.– Tal vez la mejor rabia sea la que mueve a la acción frente a lo impuesto, sufrido o no buscado. Esa rabia quisiera que no me abandone. TEMPESTAD.– Atravesé algunas, cuántas más quedarán. Agarrate a lo que puedas, por ahí luego viene la calma. S E N D E RO S .– Bend itos senderos en los que me perdí hasta llegar acá.
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ALE(X) AYALA.– Mirada calibrada para el detalle, la grandeza de los personajes menores, la tristeza de los payasos, la vida de los muertos, las historias detrás de cada pequeña cosa. DESA(Y)U NO.– De campeones: agua, maca, café, cigarrillo. COL AN(Z)I.– Ov nis e n medio de la selva, la pesada prese ncia de los aparecidos, la inf luencia de los meteoritos, cruce de géneros literarios. Una nueva colega.
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FOTOGRAFÍA Fotógrafo Juan Manuel Lobatón 24LP
20 a 21 hrs. #Breakdance
In case of emergency, break dance (leído en el vidrio de un equipo contra incendios)
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OS BBOY Y LAS BGIRLS han conquistado ya algunos territorios de la noche paceña. En ocasiones, se reúne n de siete a diez de la noche en el atrio de Entel. A veces, lo hacen en inmediaciones de la plaza Camacho. Algunos pulen sus pasos de break dance frente al tráfico, hasta que cambia de color la luz del semáforo. Otros se apropian de los rincones más emblemáticos de la ciudad
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con sus cascos, sus guantes, sus gorras y sus powe rmoves. Su adrenalina es la música. Su filosofía, el ritmo. El arma para atacar al oponente, el estilo. A los pasos de baile los llaman rutinas. Y cuando una rutina empieza, y otra le sigue, y le sigue otra, la calle se convierte enseguida en el escenario de una gran batalla, en un oasis lleno de vida. Álex Ayala www.24horaslapaz.com instagram: @24horaslapaz
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RETRATO Camila Rocha Scardino Fotografía de Roberto Lanza Lobo
Un alma de fuego Cuando uno la mira, la escucha enseñar o la ve danzar, sabe que hay algo que la ha tomado por completo: la pasión por la danza. A su edad, eso no ha cambiado en absoluto. Llegó el año 1976. Y como pionera de la danza moderna en Bolivia, traducir su visión no fue fácil y hoy tampoco lo es, porque Melo es una mujer fuera de su tiempo, siempre lo ha sido y siempre lo será. La pasión de esta gran maestra es un fuego que inspira. Ha enseñado a muchas generaciones a gozar plenamente de su cuerpo y del movimiento que lo atraviesa, lo conduce y guía hacia la más alta conexión que traduce su propia alma. Hay en ella un enojo con los años, que deviene de una profunda comprensión de lo que verdaderamente se abre con la danza; un lenguaje supra intelectual que, al ser condicionado por la razón, ella lo reduce y lo convierte en un ave enjaulada. Carmen Tomsich Cozzi es un alma de fuego. Conducida por su aguda intuición, mira al mundo y no lo comprende, ella ve más allá. Así ha creado más de cien obras de alta calidad técnica, estética, de abstracciones y simbolismos álgidos en contenido. En todas ellas nos abre un espacio en la escena para que sólo el movimiento sea capaz de saciar nuestra inmensa necesidad de libertad, de comunicarnos hasta arder. Gracias Melo, gracias por el fuego.
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Melo Tomsic
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C A RT E L E R A #DíasDeCine Isabel Navia
Las 108 películas imprescindibles del 2018
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EVENTOS GLOBALES: 6 festivales: Sundance, Berlinale, Cannes, San Sebastián, Toronto, Venecia; 6 entregas de premios: Óscar, Globos de Oro, Goya, Europeos, Critics Ch o i c e e I n d e p e n d e n t S p i r i t Awards. Todos, como nunca los tuviste, en un solo sitio. Una lista de colección, con las que en su momento se llevaron el galardón a mejor película, sea ficción, documental, animación, corto, largo, ópera prima, etc. Nuestro regalo para comenzar el año: las 108 mejores películas premiadas en 2018. Comiencen a verlas, pues antes de que nos demos cuenta ¡ya habrá pasado otro año!
1. 3 faces. Jafar Panahi, Irán. 2. Alpha, the right to kill. Brillante Mendoza, Filipinas. 3. An Elephant Sitting Still. Hu Bo, China. 4. And Breathe Normally. Ísold Uggadóttir, Islandia / Suecia / Bélgica. 5. Bergman - ett år, ett liv. Jane Magnusson, Suecia. 6. BlacKkKlansman. Spike Lee, EEUU. 7. Blaze. Ethan Hawke, EEUU. 8. Blind spot. Tuva Novotny, Noruega. 9. Boku Wa Iesu-Sama Ga Kirai / Jesús. Hiroshi Okuyama, Japón. 10. Border. Ali Abbasi, Suecia. 11. Burden. Andrew Heckler, EEUU. 12. Butterflies. Tolga Karacelik, Turquía. 13. Capharnaüm. Nadine Labaki, Líbano. 14. Coco. Lee Unkrich, Adrián Molina, EEUU. 15. Cold war. Pawel Pawlikowski, Polonia. 1 6. Crime + punishment. Stephen Maing, EEUU. 17. Dead Pigs. Cathy Yan, China. 18. Dear Basketball. Glen Keane, EEUU. 19. Donbass. Sergei Loznitsa, Ucrania. 20. Dovlatov. Alexey German Jr., Rusia. 21. En pedazos. Fatih Akin, Alemania. 22. Entre dos aguas. Isaki Lacuesta, España. 23. Familia Sumergida. María Alché, Arg / Bra / Ale / Nor.
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Border
Capharnaüm
Entre Entre dos aguas
24. Float Like a Butterfly. Carmel Winters, Irlanda. 25. Free Solo. Jimmy Chin, Elizabeth Chai Vasarhelyi, EEUU. 26. Genesis 2.0. Christian Frei, Maxim Arbugaev, Suiza. 27. Get out. Jordan Peele, EEUU. 28. Girl. Lukas Dhont, Bélgica / Países Bajos. 29. Gli anni. Sara Fgaier, Italia. 30. Green Book: Una amistad sin fronteras. Peter Farrelly, EEUU. 31. Hale County this morning, this evening. RaMell Ross, EEUU. 32. Happy as Lazzaro. Alice Rohrwacher, Italia. 33. Heaven is a Traffic Jam on the 405. Frank Stiefel, EEUU. 3 4. High life. Claire Denis, Fra/Ale/Reino Unido / Pol / EEUU. 35. I Think We’re Alone Now. Reed Morano, EEUU. 36. Icaro. Brian Fogel, EEUU. 37. Image book. Jean-Luc Godard, Suiza. 38. Ingrid Goes West. Matt Spicer, EEUU. 39. Isla de Perros. Wes Anderson, EEUU. 40. The fireflies are gone. Sebastien Pilote, Canadá. 41. Kailash. Derek Doneen, EEUU. 4 2. La favorita. Yorgos Lanthimos, Reino Unido. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
43. La forma del agua. Guillermo del Toro, EEUU. 44. La librería. Isabel Coixet, España 45. La reina del miedo. V. Bertucelli, F. Tiscornia, Argentina. 46. Lady Bird. Greta Gerwig, EEUU. 47. L 'An im ale. Katharina Mueckstein, Austria. 48. Las herederas. Marcelo Martinessi, Paraguay. 49. Les routes en février. Katherine Jerkovic, Canadá. 50. L'homme fidéle. Louis Garrel, Francia. 51. Llámame por tu nombre. Luca Guadagnino, Italia. 52. Los desheredados. Laura Ferrés, España. 53. Los tiburones. Lucía Garibaldi, Uruguay / Argentina. 54. Madre. Rodrigo Sorogoyen, España. 55. Mard Ko Dard Nahin Hota. Vasan Bala, India. 56. Matangi / Maya / M.I.A. Steven Loveridge, Sri Lanka, Reino Unido, EEUU. 57. Minding the gap. Bing Liu, EEUU. 58. Monsters and men. Reinaldo Marcus Green, EEUU. 59. Muchos hijos, un mono y un castillo. Gustavo Salmerón, España. 60. Mudbound. Dee Rees, EEUU. 61. Mujer Maravilla. Patty Jenkins, EEUU. 62. Museo. Alonso Ruizpalacios, México. 63. Nancy. Christina Choe, EEUU. 64. Night comes on. Jordana Spiro, EEUU. 65. Night on fire. Tatiana Huezo, México. 66. Of Fathers and Sons. Talal Derki, Alemania / Siria / Líbano / Qatar. 67. On her shoulders. Alexandria Bombach, EEUU. 68. Our new president. Maxim Pozdorovkin, Rusia, EEUU. 69. Profile. Timur Bekmambetov, EEUU. 70. Quién te cantará. Carlos Vermut, España / Francia. 71. River's Edge. Isao Yukisada, Japón. 72. Rojo. Benjamín Naishtat, Arg / Bel / Bra / Ale / Fra / Sui. 73. Roma. Alfonso Cuarón, México. 74. Rostros y lugares. Agnès Varda, Jean René, Francia. 75. Search. Aneesh Chaganty, EEUU. 76. Shirkers. Sandi Tan, EEUU. DOMINGO 13 DE ENERO 02|19
Mard Ko Dard Nahin Hota
Sofía
The Miseducation of Cameron Cameron Pos Postt
Una mujer fantástica fantástica
77. Shoplifters. Hirokazu Koreeda, Japón. 78. Skin. Guy Nattiv, EEUU. 79. Sofía. Meryem Benm’Barek, Marruecos. 80. Styx. Wolfgang Fischer, Alemania. 81. Sunset. László Nemes, Hungría. 82. Tadeo, el explorador perdido 2. Enrique Gato, David Alonso, España. 83. The big sick. Michael Showalter, EEUU. 84. The dead and the others. J. Salaviza, R.Nader Messora, Brasil. 85. The death of Stalin. Armando Iannucci, Reino Unido. 86. The guilty. Gustav Möller, Dinamarca. 87. The Kindergarten Teacher. Sara Colangelo, EEUU. 8 8. The Miseducation of Cameron Post. Desiree Akhavan, EEUU. 89. The Nightingale. Jennifer Kent, Australia. 90. The Prayer. Cédric Kahn, Francia. 91. The sentence. Rudy Valdez, EEUU. 92. The silence of others. Almudena Carracedo, Robert Bahar, España. 93. The Silent Child. Chris Overton, Reino Unido. 94. The square. Ruben Östlund, Suecia. 95 . The Third Wife. Ashleigh Mayfair, Vietnam. 96. The Waldheim Waltz. Ruth Beckermann, Austria. 97. This is home. Alexandra Shiva, EEUU. 98. Three identical strangers. Tim Wardle, EEUU. 99. Time share. Julio Chavezmontes, Sebastián Hofmann, Mex / EEUU. 100. Touch Me Not. Adina Pintilie, Rumania. 101. Tres anuncios para un crimen. Martin McDonagh, Reino Unido. 102. Un día más con vida. Raúl de la Fuente, Damián Nenow, Esp / Po l/ Bel / Ale. 103. Una mujer fantástica. Sebastián Lelio, Chile. 104. Verano 1993. Carla Simón, España. 105. Viaje al cuarto de una madre. Celia Rico Clavellino, Esp / Fra. 106. We the animals. Jeremiah Zagar, EEUU. 107. Woody & Woody. Jaume Carrió, España. 108. Yuli. Iciar Bollaín, España / Cuba / Reino Unido / Alemania. www.isanavia.com cineypipocas@gmail.com www.paginasiete.bo
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HISTORIETA CTX
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