Bañados en aguas patrioteras, conviene mirar la historia precisamente desde las aguas que borran fronteras. Eso hicimos en este número de Rascacielos: ponernos los lentes de un biólogo para saber cómo se entiende desde allí el pleito marítimo entre esa apasionada pareja que somos Bolivia y Chile. Un ilustrador ensayo para entender la generosidad de la Pachamama, la mezquindad humana y, claro, nuestro instinto de super vivencia.
En esa ruta generosa y pacifista, en apariencia utópica, llega la segunda entrega del proyecto Los hijos del fin del mundo, que en su búsqueda de un modelo de vida distinto -mejor- al actual, agotado ya por el mercado y el consumo, encuentra en Tamera, Portugal, un oasis de convivencia comunitaria ideal para quien pretenda la osadía de reinventar este mundo.