Yo soy Hanalí
Contradíganme, por favor | El aleteo novelesco de la mariposa carnavalera | Los espíritus del mal Días de campo con María Esther | Identificaciones eran las de antes | Marta Monzón | Días de cine
Domingo 10 de marzo de 2019. La Paz, Bolivia. Año 2.
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domingo 10 de marzo de 2019. Año 2
Somos Hanalí DISEÑO DE PORTADA: Fujiko Urdininea, estudiante
de la carrera de Diseño Gráfico y Comunicación Visual de la UCB.
Rascacielos y la carrera de Diseño Gráfico y Comunicación Visual de la Universidad Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de esta revista. Coordinador: Sergio Vega Camacho. Estudiantes en pasantía: Adolfo Alba, Manuel Apaza, Laura Barahona, Osmar Oña, Fujiko Urdininea y Valentina Vilaseca.
Editora: Cecilia Lanza Lobo. Asistente de edición: Adriana de la Rocha. Coordinadora: Claudia Daza. Redes: Fabiola Gutiérrez e Isabel Navia. Diseño editorial: Edmundo Morales. Fotografía: Cecilia Fernández, Víctor Gutiérrez, Freddy Barra-
gán y Agencias. Publicidad revista Rascacielos: Alejandra Mejía.
Teléfonos: (591) 2-2611746 - 76795038
Directora: Isabel Mercado Heredia. Subdirectora: Mery Vaca Villa. Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada. Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón.
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Ú, YO, TU MADRE, TU HERMANA, tu hija, tu amiga. Todas somos Hanalí. Aquella mujer que murió apuñalada por su esposo. Ella periodista, él policía con poder. ¿Una más? Sí. Pero no te canses, no. Porque las noticias sobre mujeres asesinadas cada día parecen querer ganarnos por cansancio. Cada crimen, cada mujer muerta a manos de un hombre parece ser un número, una cifra, un dato estadístico: Más de 100 mujeres asesinadas en un año, más de 2 por semana, una cada tantas horas… Un modo de tratarlas que es también un modo de anularlas, de quitarles la vida. Y un modo que amenaza también nuestra capacidad de asombro. Por eso en Rascacielos queremos nombrarlas, recuperar sus rostros, sus vidas. Porque las mujeres no somos números; somos personas con vidas y proyectos, con familias, con gente que nos quiere; mujeres que un día cualquiera nos topamos con el hombre equivocado, aquél que nos golpea, nos ultraja, nos mata. ¿Por qué? Si hay alguna razón es el discurso dominante que pregona la superioridad masculina que se arroga derechos sobre la mujer, sobre su vida y su cuerpo. Por eso, además de ponerle rostro a las mujeres asesinadas en este país, en Rascacielos queremos subrayar precisamente la responsabilidad de ese discurso en aquellos crímenes; un discurso literal en boca de los hombres del Estado, que lejos de erradicarse, se fortalece, animando así a los criminales. El caso de Hanalí Huaycho –cuyo asesino, el policía Jorge Clavijo, estuvo directamente vinculado al gobierno– no ha quedado suficientemente esclarecido. Hay quien dice haber visto a Clavijo, vivito y coleando, cuando el propio gobierno oró por él el día que dijo haber encontrado su cadáver. Discurso y acciones indeseables. Por eso, no te canses. Cecilia Lanza Lobo
Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Distribución: Marco Téllez. Distribución nacional: Douglas Azurduy. Impresión: Papel Principal S.A.
Compañía Editora Luna Llena S.A. Nº de Depósito Legal: 4-3-25-10 Dirección: Achumani, Calle 9 N°6, La Paz. Teléfonos: Central: (591) 2-2611700; Comercial: (591) 2-2611731 - 2611707 - 2611709. Suscripciones: (591) 2-2611734. Web: www.paginasiete.bo - La Paz, Bolivia
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Revista Rascacielos
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ANAHÍ CAZAS es comunicadora social y editora. Ganó el concurso de reportajes “Los ríos de La Paz” en 2008. Participó mediante una beca en el Curso de Periodismo de Investigación en América Latina, realizado en Cartagena, Colombia, 2018.
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IDENTIKIT / LUGARES / Ángulos quebrados / Ismael Carvajal Vogtschmidt
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CARTA A UN FÉNIX / Contradíganme, por favor / Mabel Franco
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AGENDA LaEscobaEsCultural / Claudia Daza
SANTIAGO GUTIÉRREZ es escritor y economista. Transita entre las lecturas, las personas y el trabajo. Busca aprender del mundo, para que algún día el mundo pueda aprender algo de él. XIMENA ARNAL es escritora y creadora de objetos. Vive en La Paz, París y Túnez.
10 CARNAVAL / El aleteo novelesco de la
mariposa carnavalera / Santiago Gutiérrez
13 HOMENAJE /Días de campo con
María Esther / Ximena Arnal Franck
16 CRÓNICA / Yo soy Hanalí / Anahí
GUSTAVO GUZMÁN estudió economía y literatura. Fue fundador del semanario Pulso y del periódico La Prensa. Es editor y se considera experiodista.
Cazas
24 CRONIQUITA / Los espíritus del mal /
Gustavo Guzmán
26 FOTOGRAFÍA / 24 LP / Polvo de
estrellas / Alejandra Rocabado
28 MAnGO DE OZ/ Identificaciones eran
las de antes / Óscar Martínez
30 RETR ATO / Marta Monzón /
Kantuta Cavour
32 DÍAS DE CINE / Cine español: lo
mejor de la gala 2019 / Isabel Navia
34 CÓMIC / Apocalicia / CTX
* Rascacielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta, diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios. Pueden enviar sus aportes a: rascacielosrevista@gmail.com. Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se comunicará con la autora o autor.
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ALEJANDRA ROCABADO es diseñadora gráfica y fotógrafa. Retrató a víctimas de la dictadura de los años 70. Integrante de Everyday Bolivia, dice que gracias a la cobertura diaria es mejor persona y tiene una mayor comprensión de la realidad. KANTUTA CAVOUR tiene formación en antropología y es bailarina. Ha sido maestra de danza y tiene amplia experiencia en artes escénicas. ÓSCAR MARTÍNEZ es arquero, psicólogo social, cuentista, pajpaku, antropólogo, profesor universitario y vecino de Villa Fátima. Normalmente se dedica a matar el tiempo mientras el tiempo hace lo mismo con él. ISMAEL CARVAJAL es arquitecto. Titular del Estudio Cinconueveuno en La Paz, donde desarrolla proyectos de arquitectura y audiovisual. Es codirector del Workshop de Investigación y Diseño Arquitectónico Fundamentos. DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
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Texto y foto Ismael Carvajal Vogtschmidt
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Calle Pichincha esquina Indaburo, La Paz.
Ángulos quebrados
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i bien es común que existan en varios puntos de la ciudad conjuntos patrimoniales completamente deteriorados, vamos a detenernos en las esquinas, en esas esquinas de casas coloniales o republicanas que colman y continúan configurando una parte de la ciudad que antes fue culta, elegante y pujante, y hoy es sinónimo de olvido, quiebre y decadencia. Aquellas esquinas que hoy todavía direccionan los caminos y las vistas, y que, saturadas de postes eléctricos, cables de electricidad, carteles o letreros luminosos, siguen reclamando su lugar en la ciudad. Es una suerte de reclamo que viene desde el mero
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centro, pero esta vez el pedido no viene en forma de manifestación o bloqueo, sino que se apoya en el silencio y la resignación. Las esquinas en ruinas sólo reflejan una pequeña parte de lo que verdaderamente pasa, una gran parte de una ciudad en ruinas, un momento de indiferencia y una falta de compromiso enorme con respecto a nuestro pasado y a nuestra ciudad. Hoy no importan. Y así como las casas, los balcones y los tejados, estas esquinas aguantan. Se acompañan como si tratasen de soportar un camino hacia la desaparición. Les damos la espalda, sin darnos cuenta de que lo único que hacemos es darnos la espalda a nosotros mismos.
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CARTA A UN FÉNIX Mabel Franco
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Qué provoca placer y qué mata de tedio en el teatro? Vaya una a saberlo. Tener la respuesta sería como haber encontrado la fuente de la juventud, el mapa del tesoro, la partícula de Higgs… Cada persona vive una obra desde su propia experiencia y sus expectativas, a lo que hay que añadir que una función puede ser muy distinta de otra, aun para el mismo espectador. Como ni una encuesta y ni siquiera un referéndum aportarían a develar el misterio, habrá que transitar por el terreno más evidente: la producción local y la respuesta del público. La respuesta cuantitativa, desde la generalización y dejando asentado que hay, por supuesto, excepciones. El teatro atrae a muy poco público en La Paz, a juzgar por las cifras de 2018, cuando la mayor cantidad del centenar de producciones nacionales se ha concebido para espacios pequeños, de menos de 100 butacas, y con temporadas, en promedio, de no más de dos días. En el teatro municipal Alberto Saavedra Pérez, con capacidad para 600 personas, de las seis obras allí representadas en el año, sólo dos alcanzaron cuatro funciones: Imilla, metete… cama adentro, de David Santalla –con taquilla que ha ido lentamente de menos a más–, y Escuela de pillos (Raúl Salmón), de Talía Producciones, con teatro lleno. Y hablamos de Salmón y Santalla, cuyas creaciones permitían, en el siglo XX, temporadas hoy impensables de 15 días y tres funciones diarias. Las obras nacionales se tienen casi invariablemente en formato
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pequeño. Para el XI FITAZ (Festival Internacional de Teatro de La Paz) fue difícil hallar propuestas nacionales de calidad que pudiesen ir a un escenario grande, debiendo remitirse casi toda la oferta a los teatros chicos. Y lo propio pasó con el XII Concurso Municipal Raúl Salmón y su etapa final, el festival Escénica 2018: una sola de las 11 obras seleccionadas pudo presentarse en el Saavedra Pérez. El teatro no parece estar trabajando para nuevos espectadores. En 2018 no hubo ni una obra nueva pensada en la niñez. Otra vez, el FITAZ sirve de parámetro: la programación infantil se armó apelando a producciones de años pasados. Y para el Mercado de Industrias Creativas y Culturales (MICC) se tuvo que dejar de lado a programadores de festivales internacionales de teatro infantil o juvenil, dada la casi inexistencia de oferta afín de grupos nacionales. Por último, si a los creadores se les hace cuesta arriba atraer público, al parecer también la dramaturgia actual difícilmente seduce a grupos nacionales. Éstos, o recurren a la propia escritura desde el escenario o apelan a la relectura de obras internacionales. El ejemplo lo permite el certamen municipal Adolfo Costa du Rels, cuyas obras ganadoras de doce versiones no han concitado el interés de grupos y elencos, salvo el que ha dirigido el propio autor/autora. Público cada vez más escaso, estética arqueológica, intrascendencia dramatúrgica… El tedio acecha, ciertamente, con excepciones que justifican el seguir alimentando la expectativa desde la oscuridad de la butaca y ante un año todavía nuevo para contradecirme. Nada me haría más feliz. www.paginasiete.bo
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FOTO MABEL FRANCO
Contradíganme, por favor
A G E N D A LA ESCOBA esCULTURAL Claudia Daza
Ser payaso en épocas de terror
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DIBUJO DE MARCOS LOAYZA
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UESTA SALIR de l modo Car naval, pero ya es momento de comenzar el año en serio. Y nos toca apostar por las maravillas que se presentan en cada espacio cultural que se nos ofrece, sobre todo en La Paz City. Esta semana mis apuestas son las siguientes. De cabeza, los que aman hacer teatro deben, pero deben, lanzarse al seminario El clown en la pista dictado por Antón Valen, del 11 al 15 de marzo. La idea es encontrar nuestro payaso interno y saber qué hacer con él. Se trabajará proyecciones emocionales, bases teatrales de clown, improvisaciones, ritmos, escucha, complicidad con el juego. Lo alucinante es que Antón Valen fue seleccionado para trabajar como clown en Alegría del Cirque du S oleil durante cinco años. Posteriormente creó y dirigió los nuevos números clownescos para Alegría y La Nouba. O sea, el actor que no vaya al seminario, a desarrollarse en el Teatro Municipal, se arrepentirá toda la vida. Para los pequeños que no quieran sonreír y quieran apostar por el susto a primera leída, tenemos la oportunidad de participar en el Club del cuento de Terro r. Este club estará a cargo de la magíster en literatura latinoamericana Monser rat Fer nández y la l iterata Daniela Escobar. Allí se dedicarán a leer e ilustrar a los maestros como Maupassant, Bierce, Poe y muchos más, relacionándolos además con el cine, la historia, la pintura y otras artes. La idea es explorar los laberintos del miedo durante dos meses en el Espacio Simón I. Patiño. Si uno quiere algo intermedio y quiere jugar al sarcasmo, quizá lo más recomendable sería deleitarse con la expo de Marcos
EXPOSICIÓN Dibrujos (dibujos) de Marcos Loayza / LA PAZ / del 15 al 30 de marzo / inauguración 19:00 / Galería La Lagarta / c. Guachalla, edif. Guachalla. Local 10. Loayza, y no, no serán fotos de sus películas las que exhiba, sino 30 dibujos (Dibrujos)y un libro con la poética gráfica del autor. La galería Lagarta es el lugar que se abre para nuestro cineasta desde el 15 hasta el 30 de marzo. Y como en la ciudad de La Paz se está ponie ndo de moda leer, el Club de lectura La Paz nos invita a una gran reunión el 16 de marzo, donde se analizará y debatirá la novela Aluvión de fuego de Óscar Cerruto. Es muy probable que allí estén varios cerrutianos para profundizar la Guerra del Chaco desde el
punto de vista de Mauricio Santa Cruz. El encuentro, como con cada libro, será en Retrato Café, al lí donde varios grupos de lectores se reúnen para hablar sobre sus pasiones. Una semana ultraculta, dedicada a la sonrisa, al miedo, al sarcasmo y a la historia. Una semana para matarse de risa y de miedo, una semana para aprender a ser chistosito y para vivir en el más profundo horror de una guerra. Una semana para dedicarse a visitar nuestras más profundas sensaciones. Los invito a lanzarse a cualquier apuesta. DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
OTROS ANTOJOS
TEATRO Seminario con el clown Anton Valen / LA PAZ / del 11 al 15 de marzo / de 9:00 a 13:00 / Teatro Municipal Alberto Saavedra / c. Genaro Sanjinés esq. Indaburo / Whatsapp: +591 70659235.
LITERATURA Club del cuento del terror / LA PAZ / inicio 15 de marzo / 16:30 / Espacio Simón I. Patiño / av. Ecuador N° 2464.
LITERATURA Análisis de Aluvión de fuego / LA PAZ / 16 de marzo / 17:00 / Retrato Café / Sopocachi, c. Víctor Sanjinés N° 2633. DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
LA PAZ El regreso, musical boliviano / del 15 al 17 de marzo / 19:30 / Teatro Municipal Alberto Saavedra / c. Genaro Sanjinés / Ref.: 2791299 y 70173799. All That Jazz presenta un espectáculo sobre la migración, que se canta y baila con temas nacionales de folklore y pop. Con músicos invitados, como Esther Marisol y Tincho Castillo.
vaqueros en el oeste norteamericano. Miércoles 13: Temple de acero (10:30), Yuma (17:30), El forajido (20:00).
PARA VIAJEROS Cosas sorprendentes se presentan en el mundo, ese lugar donde aspiramos llegar alguna vez. Aquí algunos pretextos maravillosos para alzar nuestras pilchas y salir a pasear como vagabundos. ARGENTINA
Gustavo Orihuela en concierto / 15 de marzo / 20:00 / Teatro Nuna / Calacoto, c. 21 N° 8509. Un especial de Latín Jazz, donde participarán cantantes, percusionistas, trombonistas y otros músicos invitados.
Historia de la ópera / del 13 al 15 de marzo / Conservatorio Plurinacional de música / Central Reyes Ortiz, Nº 56, entre Prado y Federico Suazo. / Tel.: 2310992 – 2316662 Ciclo de conferencias a cargo de Ignacio Vera de Rada. El curso girará en torno a tres puntos generales: la historia y los orígenes de la ópera, los tipos de ópera más importantes y las nuevas tendencias, y la clasificación vocal.
Ciclo de cine Revólver / todos los martes y miércoles de marzo / 19:30 / Cine Teatro 6 de Agosto / Ref.: 2440709. El Cine Teatro Municipal 6 de Agosto presenta el ciclo de cine western, que reúne lo mejor del popular género de
BIBLIOBUQUE LOGOS HOPE EN ARGENTINA / Bahía Blanca del 19 de marzo al 2 de abril, Rosario entre el 30 de mayo y el 23 de junio, Buenos Aires entre el 26 de junio y el 23 de julio, y Mar del Plata entre el 24 de julio y el 19 de agosto. La biblioteca flotante más grande del mundo visitará los puertos argentinos. Alberga más de 5.000 títulos distintos, que vende a precios moderados en cada uno de sus destinos, además de ofrecer ayuda cultural y humanitaria. Los voluntarios ofrecen donaciones de libros en orfanatos y escuelas de pocos recursos, filtros purificadores de agua y lentes de lectura en zonas vulnerables. Tiene más de 132 metros de largo y los títulos, que son vendidos a precios razonables, están la mayoría en inglés, aunque también pueden conseguirse en español y otros idiomas. MADRID TOULOUSSE-LAUTREC y el espíritu de Montmatre / hasta el 19 de mayo / lunes a domingo: de 10:00 a 20:00 / Caixa Forum / Paseo del Prado 36, 28014. Exposición de pinturas, carteles e ilustraciones en sintonía con los contemporáneos de París del siglo XIX. Es un viaje por el París bohemio de entre siglos con más de 350 obras de TolousseLautrec que incluyen colecciones públicas y privadas. www.paginasiete.bo
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CARNAVAL Santiago Gutiérrez
El aleteo novelesco de la mariposa carnavalera El origen origen de la la novel novelaa, según según Ba Bajtín, está está en los los rela relatos polifónico polifónicoss del car carnav nava l. ¿Será?
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ICEN QUE son inescrutables los caminos del Señor. ¿No les sorprende pensar que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo? ¿Quién diría que, cuando los israelíes tomaron el Sinaí, comenzaría un efecto dominó que culminaría en la hiperinflación boliviana? El mundo es tan impredecible como el clima paceño. Todo puede pasar. En esta línea, no sería tan aventurado decir, por ejemplo, que las novelas literarias existen, tal como las conocemos hoy, gracias al carnaval. (¿Kha?) Sí, señor. Las novelas tienen su origen en el carnaval. Esta hipótesis, aunque suene rara, la planteó Mijail Bajtín en 1941. ¿Cuál es la idea? Que hace siglos hubo festividades populares, de carácter ritual, que, en resumen, ocurrían así:
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El foco era la exaltación de la vida misma, de sus riquezas, y de la experiencia. Se celebraba, a través de la burla, lo que se criticaba. Nada era verdad, todo estaba permitido.
Algunos datos para matizar la velada de hoy
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Otra ocurrencia fue anunciar que darían un premio a la película más popular pero, ante las reacciones, cancelaron la idea. Y la tercera decisión revocada fue la participación del comediante Kevin Hart como anfitrión de la ceremonia, quien tuvo que hacerse a un lado después de sus despreciables comentarios homofóbicos. Hasta ahora no parece que haya un reemplazo. Jorge Antonio Guerrero, actor de Roma, acaba de obtener la visa para ir a Estados Unidos a participar de la ceremonia, luego de tres solicitudes negadas. La cuarta fue la vencida. Jason Momoa y Emma Clarke, actores de la esperadísima Juego de Tronos, están entre los presentadores de la gala. Isabel Navia
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FOTOS SHUTTERSTOCK
A estos rituales antiguos, Bajtín los denominó con un término muy familiar para nosotros: Carnaval. No el m i s m o c a r n ava l q u e c o n o c e m o s, aunque parecido en muchos aspectos. Este carnaval habría influido sobremanera en el pensamiento. Y, claro, ¿cómo no influir? Si, en teoría, estas fiestas brindaban a la gente una filosofía dis-
tinta a la cotidiana. Dentro del microco smo s de e se ca r nava l, todo s se diluían en una interacción que amplificaba sus voces, haciéndolos capaces, a su vez, de escuchar a los demás. El foco, de pronto, era la exaltación de la vida misma, de sus riquezas, y de la experiencia. Se celebraba, a través de la burla, lo que se criticaba. Nada era verdad, todo estaba permitido. Suena un poco a desmadre... ¿o no? ¡Qué va!… que Bajtín pensaba mucho en aquellos excesos. Pero ya volveré a eso. Esta nueva cosmovisión, piensa Bajtín, se habría instalado en la cultura, en el lenguaje y en los literatos. Solo piensena en El Banquete de varias Platón. No Academia ha tomado decifue unasiones novela, el debido preceparapero luegomarcó retroceder dente. En la obra, Sócrates asistehan a una al enorme rechazo que éstas reunión en que bebe mucho provocado. Porlaejemplo, su intento porvino, entre-y pues de pronto todos están disergar losbien, premios a mejor fotografía, montaje, tando sobre quemaquillaje es el amor. ¿Qué cortometraje de lo ficción, y pelullamadurante la atención aquí? Que cada quería los cortes comerciales de launo transmisión en vivo, como si fueran categorías menores.
FOTOS PIXABAY
• La gente podía entrar en contacto de forma libre y familiar. Sin jerarquías. • La extravagancia y el deleite f luían para desatar los sentidos humanos. • La profanación de símbolos, códigos, figuras se efectuaba con naturalidad. • L a au s e n c i a d e auto r i d a d e s reinaba en el ambiente. • La subversión de la realidad, a través de la risa y la parodia, brindaba una nueva visión del mundo.
CARNAVAL
brinda su propia opinión. Es un concierto de personajes. Casi una polifonía. Voilà el legado del carnaval a la literatura: la novela, donde se entremezclan personajes con voces distintas, donde se cuestiona lo que nos rodea, donde se representa la realidad a través de un simulacro, donde nos asombra lo que puede ocurrir allá afuera (o aquí adentro). Esa es la hipótesis de Bajtín. ¿Será cierta? Puede que no. Como vimos, el carnaval y la novela se parecen un poco. Podríamos elaborar una analogía entre ellos: “El carnaval y la novela reúnen personajes pintorescos y parodian la realidad”. Pero pasar de eso a afirmar que existe causalidad entre uno y otro, eso es otra cosa. No existen pruebas definitivas de que tales celebraciones, tal carnaval, haya existido alguna vez. Sin embargo, el carnaval, al igual que toda manifestación social, ejerce influencia sobre la cultura, el arte y, cómo no, la novela. Es más, lo que imaginaba Bajtín se
asemeja a nuestro cualquier jolgorio d
• ¿La gente en forma libre y fami nuestras celebrac prejuicios, e inclu debe reconocerse q estas circunstancia desinhibe y se elon • ¿La extrava fluyen en pos de lo Sí. El Fernet es a griegos era el vino nismo es ley. • ¿Se profanan etc.? Sí, sí y sí. Nad como Rilda Paco Virgen del Socavó eso, debemos recor fanan sus códigos m ciones. • ¿Ausencia de siempre existe una
o carnaval, e incluso a del año. Veamos:
ntra en contacto de iliar? No siempre. En ciones hay jerarquías, uso elitismo. Aún así, que se socializa más en as. La conversación se nga. agancia y el deleite os sentidos humanos? a Bolivia lo que a los o. En la fiesta, el hedo-
los símbolos, códigos, die lo expresó tan bien cuando parodió a la ón. Aún si ignoramos rdar que muchos promorales en estas situa-
e autoridades? Bueno, a vigilancia que lo con-
trola todo por debajo, aunque mucha gente pretenda que no sucede así. • ¿Subvertir las cosas con la risa, y obtener así una visión distinta del mundo? Algunos hacen eso y otros no. Como dijeron los Ángeles del Infierno: “Hay quien bebe para olvidar; y también para celebrar. Hay quien llora para engañar y quien ríe por no llorar”. Hay algo ontológico en las fiestas. Delicioso, y a la vez interesante. Es irrefutable que surten efecto en el pensamiento colectivo y en el lenguaje moderno. ¿Acaso ambas cosas no dejan huella en la escritura? El jolgorio es una inversión de lo cotidiano por algunas horas, pero esa inversión puede invitar a replantear lo cotidiano para siempre. ¿Acaso vamos a negar la influencia del jolgorio en autores tan dispares como Scott Fitzgerald, Hunter Thompson y Adolfo Cárdenas? ¡Salud!
HOMENAJE Ximena Arnal Franck
FOTO CORTESÍA DE LA FAMILIA PERRIN BALLIVIÁN
Días de campo con María Esther
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Tengo ngo una foto foto pequeña pequeña en en mi mesa de tra bajo.. trabajo Es una foto foto en en blanco y neg negro donde aparecemos aparecemos Marie arie France France y yo yo. Estamos en en un lecho de río en en calz calzones jug jugando con piedras piedras y lodo. lodo. Debemos tene tenerr entre ntre 5 y 6 años. años.
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No recuerdo si ella tenía su estudio de artista en su casa; en todo caso no recuerdo haberla visto pintar. Pero me acuerdo de su aspecto de artista, o de lo que yo imaginaba que era una artista: una chaqueta de gamuza gastada, un cigarrillo en la boca, el pelo revuelto y restos de pintura en los dedos. Era para mí el tipo de una artista “ par isina”, como un arquetipo de la artista pintora, aunque no sé muy bien porqué. Supongo que era porque había pasado unos años en esa ciudad donde, si mal no recuerdo, había comenzado su voluntad de dedicarse al arte. Maria Esther era una mujer hermosa, pero su hermosura no venía solamente de su físico. Había una libertad en ella y una cierta rebeldía que le daban un aire diferente, más atrevido, más impactante. En los años 60 y 70, pocos eran los espacios culturales en La Paz. La galería de arte Arca era uno de ellos, un espacio que reunía a artistas plásticos como María Esther, Enrique Arnal, Agnes, Alfredo La Placa, Inés Córdova y Gil Imana, junto a intelectuales y escritores como Jorge Canelas, Eduardo MacLean y Jesús Urzagasti, donde debatían y reflexionaban sobre la situación del país y del mundo. Un grupo de artistas e intelectuales interesados en la modernidad, que fueron los precursores y los referentes del arte y el pensamiento nacional.
La obra pictórica de María Esther cuenta con varias etapas, temas y técnicas, pero seguramente son sus desnudos femeninos los que han quedado como su etapa más completa y le han dado total singularidad hasta convertirse en un distintivo de su obra. No es común, en la pintura boliviana, que una mujer se apropie del cuerpo femenino. Las mujeres desnudas de María Esther aparecen muchas veces lánguidas o de espaldas, a veces son imágenes mostrando una espalda y un perfil o un rostro indefinido, casi inexpresivo, un cuello liso en un torso detenido debajo de los hombros. La técnica es variada, del simple trazo del lápiz al óleo de trazo grueso. Es una pintura clásica; esos cue r pos feme ninos no son cuerpos torturados o convulsionados, no hay denuncia, no hay militancia feminista; simplemente mujeres. Sin embargo, una primera mirada, una sola mirada no son suficientes; esos cuerpos piden una mirada más profunda, más larga, repetida. Esos cuerpos conservan un enigma, encierran un misterio como una emoción callada, silenciosa. Una emoción que tal vez la artista, María Esther, propone de manera sutil, delicada y hasta ingeniosa; una emoción, un sentimiento que permanecen evocadores en cada mujer y, en consecuencia, en ella misma, María Esther, la artista. María Esther y Alfredo La Placa en un taller de grabado.
Junto a su esposo, Luis Perrin. DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
Acuarelas de María Esther Ballivián se exponen en la galería Altamira hasta el 18 de marzo.
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CRÓNICA Anahí Cazas
Yo soy
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NO TE PREOCUPES, voy a estar bie n”, t ranquil izó Hanalí a su madre, aunque estaba ya mortalmente herida. Siempre había sido una mujer fuerte y así se mantuvo hasta su último suspiro. El lunes de Carnaval, 11 de febrero de 2013, la periodista Hanalí Huaycho Hannover fue asesinada a puñaladas por su esposo, el policía Jorge Clavijo, en presencia de su hijo de cinco años. ****
“Ella no tenía miedo a nada”, dice cinco años después Martha Hannover, su madre. Recuerda que conociendo la valentía, o más bien osadía, de su hija única, siempre le pedía que se cuide. Sus recomendaciones se hicieron más frecuentes cuando vio por primera vez al que sería esposo y verdugo de su hija; sintió un fuerte dolor en el pecho, como un mal augurio. Hanalí no hizo caso. “Ella no tenía miedo, nunca tuvo”, insiste Martha. Con apenas cuatro años, su hija saltó a una piscina en Oruro sin saber nadar. Así comenzó a desafiar la vida y el destino; así decidió casarse sin la bendición materna con el teniente de Policía Jorge Raúl Clavijo. Hanalí era una niña traviesa, le gustaba cantar y bailar. Sacaba buenas calificaciones, era inteligente y ya mostraba su afinidad por la radio y la televisión. Salió bachiller a los 18 años del Liceo La Paz. Un año después, en 1995, su padre murió a causa de una úlcera. Peleando con la pena, empezó a trabajar DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
ILUSTRACIÓN VALENTINA VILASECA / DGR-UCB
Era independiente y segura. Era periodista. Era “cinturón negro” en artes marciales. Nada de eso sirvió. Su esposo era un policía violento y con poder. La mató. Su asesinato aceleró la aprobación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, en marzo del año 2013. Seis años después los asesinatos de mujeres en Bolivia suman y siguen.
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CRÓNICA
en una joyería para ayudar con el sustento de su casa. Era una mujer fuerte. Rechazó la sugerencia de su madre de convertirse en abogada. Hanalí no imaginaba sus días sentada en una oficina. Decidió estudiar Comunicación Social en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). “A ella le encantaba, pero a mí nunca me gustó la idea de que sea periodista”, dice hoy su madre. “Ya ve, por algo yo le dije que no. Por estudiar Comunicación se conoció con ese hombre”, reniega del destino.
Un dolor en el pecho Hanalí conoció a Jorge Clavijo en una cobertura periodística en la plaza Murillo. Ella trabajaba como reportera del canal de televisión estatal y él era parte del equipo de seguridad del Palacio de Gobierno. Un día, la joven olvidó su credencial y él se la devolvió a cambio de que aceptara ir a tomar un café. Cuando Hanalí llevó a Jorge a conocer a su madre, Martha sintió un inmenso dolor en el corazón y una resistencia inexplicable hacia él. “No pues con un policía, vos sabes cómo son los policías, siempre están con problemas, con mujeres”, le dijo ese momento. Ahora Martha está segura de que el dolor en el pecho era el presagio de una desgracia. La impotencia hizo que ni siquiera asistiera al matrimonio de su hija, en 2008. “Nunca estuve de acuerdo”, dice. Recién casada, la periodista se fue a vivir a la casa de los tíos de su esposo en la zona Sur, luego se trasladaron solos a otro barrio, y finalmente se quedaron en la casa de su madre, Martha. Hanalí nunca se animó a contar a su mamá cómo era la relación con su marido. Martha se enteró, días después del entierro de su hija, que Hanalí había presentado 14 denuncias por maltratos y amenazas en contra de Clavijo ante las autoridades policiales. Su amiga y colega Jenny Osinaga, en cambio, lo sabía todo. “Yo le acompañé a hacer una denuncia al Comando General de la Policía cuando ya había las primeras agresiones”, recuerda. Al principio, Hanalí no se animaba a denunciar los golpes y abusos que sufría, pero decidió dar ese paso el día en que su esposo la encerró junto a su hijo en un carro para luego echar gas lacrimógeno dentro. **** La última vez que se les vio juntos fue en la tarde de ese trágico lunes de Carnaval. Hanalí había planeado ir al cine con su familia, pero su esposo rechazó la propuesta. Se quedaron en casa, y un vecino los vio jugar con agua. Cerca de las 22:30, cuando ya estaban a punto de dormir, el celular de Clavijo sonó. Hanalí quiso ver quién lo buscaba y se dio modos para arrebatarle el teléfono. Descubrió que llamaba otra mujer, pelearon, y él empezó a atacarla. La redujo, la alzó y la llevó al dormitorio donde la sujetó con una sábana para que no pudiera defenderse. Después sacó un cuchillo y la apuñaló 13 veces. No tuvo piedad al escuchar los gritos de su
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hijo, no se conmovió al ver cómo el niño de cinco años se escondía detrás una puerta, aterrorizado. “¡Si no te callas, a vos más te voy a matar!”, amenazó. Apenas escuchó los gritos, Martha corrió a la habitación e intentó defender a su hija. Clavijo apuñaló a su suegra en el cuello y en el vientre. Hanalí se paró, pese a sus heridas, y evitó que matara a su mamá. El asesino huyó en el automóvil de Hanalí. Ocho meses antes de la tragedia, Hanalí se había separado de Clavijo para irse a vivir con su hijo a la casa de su mamá, en El Alto. Un día llegó contando que su esposo la había buscado con obsequios para su niño. Poco después la pareja se presentó ante Martha para oficializar su reconciliación. “Ese hombre me dijo: ‘señora, vamos a volver, yo ya he cambiado’”, recuerda con rabia. Ella mostró su molestia y se opuso. “Le dije que no. Yo quería que ella espere un poco más, que vea en unos meses si de verdad el hombre había cambiado”. Hanalí no la escuchó.
La periodista Hanalí Huaycho Hanalí era una periodista firme y versátil. Era una de las más cotizadas reporteras para las unidades móviles. Tenía habilidad y experiencia en el tratamiento de temas de Seguridad, Política y Sociedad. Se encargaba de cubrir el área de Economía del canal de televisión PAT en La Paz. Aceptaba cualquier desafío periodístico. “Cuando empecé a trabajar con ella hablamos de hacer que los números fríos se transformen en algo más cercano al receptor y con creatividad; Hanalí hizo DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
FOTO DANIEL WALKER / APG FOTO DANIEL MIRANDA / APG
Ella trabajaba como reportera del canal estatal y él era parte del equipo de seguridad del Palacio de Gobierno. Un día olvidó su credencial y él se la devolvió a cambio de que aceptara ir a tomar un café. notas memorables”, cuenta Eddy Luis Franco, periodista y exjefe de prensa de PAT. Realizaba también notas especiales sobre niños y mujeres, Siempre empática, sufría al ver a los niños con cáncer, y cuando cubría casos de violencia contra las mujeres, regresaba molesta y con sabor amargo por la impotencia que sentía ante la injusticia y el abuso. Todos sus colegas recuerdan a Hanalí tanto por su rol de periodista como por el de mamá. Su hijo era su “compañero” y la acompañaba incluso en los turnos de trabajo. Como siguiendo un presentimiento, ella no dejaba de aconsejar al pequeño que debía ser valiente para enfrentar cualquier obstáculo en la vida. “Le estaba enseñando a ser más fuerte”, recuerda Osinaga. “¡Qué no hacía por su hijo! Era muy cariñosa con él. Cómo DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
sufriría el momento de irse y dejarlo…”, recuerda aún entre lágrimas su mamá. Hanalí se esforzaba por darle a su niño la mejor educación. A veces expresaba su deseo de que el tiempo pasara volando: “Ya quiero verlo grande”, decía.
“Te necesito, mami” La muerte del padre de Hanalí le dejó un enorme vacío que ella intentó llenar constantemente. Hoy Martha ve con impotencia cómo su nieto repite la misma historia y cuenta que cuando los otros niños del colegio hablan de sus padres, él prefiere cambiar de tema. En julio de 2018, cumplió 11 años. Es un niño inteligente y hablador, se parece a Hanalí cuando tenía esa edad, destaca la abuela. Es estudioso, independiente, solidario con sus compañeros, y saca muy buenas calificaciones en el colegio. Es un hijo ejemplar, como le prometió a su mamá minutos antes de su muerte. Cada fin de año, cerca a Navidad, Hanalí compraba juguetes y dulces para repartir a los niños de escasos recursos. “Hay que dar, hay que ayudar”, decía ella y ahora es él quien repite la misma frase. Después de la tragedia el pequeño no quería salir de su casa, pero ya perdió el miedo. “Ahora que mi nieto está más fuerte, dice: ‘quisiera encontrarlo y preguntarle dónde está mi mamá’”. Martha y su nieto siguen viviendo en la misma casa. Ella quiere vender todo e irse a otra ciudad. El niño se resiste a dejar La Paz porque aquí, en el Cementerio General, está la tumba de su mamá. “Si nos vamos, ¿quién le va poner flores?”, dice. www.paginasiete.bo
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La presión de las protestas por el asesinato de Hanalí aceleró la promulgación de la Ley 348. En la fotografía, ex autoridades de gobierno.
El nicho de Hanalí parece una pequeña casa amarilla en la que nunca faltan f lores. Su hijo le lleva rosas y claveles; también le deja cartas y dibujos. El 27 de mayo, Día de la Madre, dejó una tarjeta en forma de corazón que dice: “Te necesito, mami”
La sonrisa inolvidable La última vez que la periodista Adriana Gutiérrez vio a Hanalí fue la mañana del viernes de Carnaval, en 2013, en una reunión del canal PAT. “Como nunca antes compartimos una comida para celebrar. Hanalí estaba emocionada, quería terminar temprano, reunirse un rato con nosotros y salir rápido para ir a ver a su niño. Tenían planes de viajar”, recuerda. Los compañeros festejaron en familia. Hubo ch’alla, parrillada y muchas risas. Todos se quedaron con el recuerdo de la sonrisa de Hanalí. El golpe vino después, el martes, cuando se enteraron del asesinato. “El viernes estábamos tan felices, todos reunidos escuchando música. El martes la reunión fue en la morgue, estábamos desesperados por saber qué había pasado”. En la sede de PAT, cinco años después de la tragedia, aún se siente la ausencia de Hanalí. En una de las paredes de vidrio de la sala de prensa cuelga la foto de la periodista con la leyenda: “Yo soy Hanalí”. A unos pasos, en la gaveta donde los camarógrafos guardan sus cámaras y micrófonos, se conserva la misma imagen. “Se llevaba bien con todos, los camarógrafos la querían mucho. Su muerte fue un golpe muy duro. Nunca voy a olvidar esa fecha”, se lamenta Osinaga.
¡Yo soy Hanalí! “A mí no. A ver, que me toquen, a ver, que me agredan, a ver,
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que vengan y me asalten. Soy cinturón negro y sé defenderme”, solía repetir Hanalí cuando escuchaba historias de violencia contra una mujer. Activa como era, había pasado clases de artes marciales y efectivamente era “cinturón negro”. Por eso su crimen fue también una triste ironía. “Podías pensar que nunca le harían nada”, dice Osinaga. La certeza de todos se cayó a pedazos ese lunes de Carnaval. Osinaga no puede contener las lágrimas cuando recuerda la última vez que estuvo con Hanalí. Pasó de verla viva y fuerte a encontrar su cuerpo en un mesón de la morgue de Miraflores. “Estaba ahí, indefensa y con los signos de una fuerte golpiza. Me dolió ver cómo la había dejado”, dice. El martes, un colega la llamó para informarle de la tragedia. Ella no lo podía creer y fue a la morgue. “Yo tenía la esperanza de que no sea cierto, que fuera un mal sueño –recuerda–. Pero vi su cuerpo”. En medio del dolor, junto a otros compañeros, Jenny Osinaga fue a visitar a la mamá de Hanalí, quien también DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
ILUSTRACIÓN MANUEL APAZA / DGR-UCB
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“Hicimos campañas en contra de la violencia, hicimos reportajes para prevenir la violencia, para decir basta. Unos meses antes, ella hizo notas al respecto. Nos dolió tanto, lloramos tanto, sentimos que nada de lo que hicimos tuvo resultado”. estaba internada a consecuencia de las puñaladas que había recibido. “Dime si está viva, dime si está viva”, preguntó Martha ni bien entró. Osinaga no se animó a darle la fatal noticia y se limitó a decirle que Hanalí estaba en el hospital. El crimen de Hanalí golpeó duro al periodismo boliviano. “El caso nos marcó a todos. Hicimos campañas en contra de la violencia, hicimos reportajes para prevenir la violencia, para decir basta. Unos meses antes, ella hizo notas al respecto. Pero cuando nos pasó, todos quedamos impactados, sin poder creerlo –dice Adriana Gutiérrez–. Nos dolió tanto, lloramos tanto, sentimos que nada de lo que hicimos tuvo resultado”. Y esa pena no se va. El asesinato de Hanalí impactó también a la sociedad, más aún cuando se supo que el policía había apuñalado 13 veces a su esposa, sin piedad y delante de su hijo de cinco años. La indignación creció cuando se informó que el asesino estaba prófugo. Dos días después, cientos de ciudadanos salieron a marchar exigiendo justicia para la periodista y medidas efectivas para el cese de la violencia contra las mujeres. El grito de todas era: “¡Yo soy Hanalí!”. La manifestación partió desde una sala de la funeraria Valdivia, en Miraflores, donde se velaba el cuerpo de la periodista. La marcha tomó las principales calles de La Paz. A su paso, los transeúntes se sumaban espontáneamente. Participaron incluso ministras de Estado y una de ellas –la entonces titular de Comunicación, Amanda Dávila– prometió celeridad en las investigaciones. Pese a la gasificación por parte de un contingente de policías, la marcha ingresó a la plaza Murillo luego de gestiones de las autoridades. “¡Cómplices!”, gritaban las manifestantes a los policías. Algunos de estos bajaban la cabeza, avergonzados. La marcha ingresó furiosa al grito de: “¡Justicia, justicia, justicia!”. Mujeres, algunas vestidas de negro y otras sujetando carteles en forma de cruces, exclamaban: “¡ Jo r ge Clavijo, maldito asesino!”, “¡Mujeres unidas, jamás serán vencid as!”, “¡Tocan a una, tocan a todas!” y “¡No más violencia contra las mujeres!”. Antes del entierro, sus compañeros cargaron el ataúd de DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
Hanalí hasta la puerta de PAT para que ella se despidiera de su segundo hogar. Desde ese día, nada fue igual. Debido a la conmoción que causó su muerte, el Gobierno aceleró la aprobación de la Ley Integral de Protección a la Mujer (348). La norma, promulgada el 9 de marzo de 2013 por el presidente Evo Morales, establece una pena de 30 años de cárcel sin derecho a indulto para los asesinos de mujeres. Definió también la creación de juzgados y fiscales especiales, y de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) para atender de forma exclusiva a las víctimas de violencia. Sin embargo, en estos seis años la situación no ha cambiado y las cifras aumentan cada día. Según el Ministerio Público y recuentos periodísticos, en 2018 se registraron 111 feminicidios.
Clavijo: una tumba sin nombre “¿Usted conoció al teniente Jorge Raúl Clavijo?”. Al escuchar la pregunta, un oficial de la Policía Boliviana se limita a decir: “No quiero hablar de eso” y rechaza la entrevista. Y es que el asesino de Hanalí era temido entre las filas policiales por las patadas y los golpes que propinaba. El nombre de Clavijo aún despierta temor entre sus camaradas y subalternos, quienes –al igual que su familia– decidieron desterrarlo para siempre. Clavijo medía 1,85 metros. Aprovechaba su estatura para intimidar. Cuando estaba en plena formación en la Academia de Policías, con la misión de “proteger a la sociedad”, Clavijo ya golpeaba y humillaba a cadetes de cursos inferiores, según denuncias que salieron a la luz luego del feminicidio de Hanalí. “Era un rescatista muy bueno”, se limita a comentar otro policía que trabajó con Clavijo en la Unidad de Bomberos de La Paz. Luego cierra la puerta para no hablar más. Clavijo hizo cursos especializados en rescate e incendios, en Brasil. También fue integrante de la de la Unidad Táctica de Articulación, Reacción y Control de Crisis (UTARC), grupo de élite de la Policía Boliviana que participó en el operativo del hotel Las Américas donde fueron abatidos los presuntos terroristas Eduardo Rozsa, Michael Martin Dwyer y Árpád Magyarosi, el 16 de abril de 2009, en Santa Cruz. De ahí nació el rumor de que el teniente había matado a Hanalí Huaycho porque ella sabía detalles del caso. La versión fue desmentida rotundamente por el Gobierno de Evo Morales. **** “Busco la tumba de Jorge Clavijo”, digo. “¡Ah!, el policía que mató a la periodista”, confirma uno los cuidadores de un cementerio privado ubicado en la zona Sur de La Paz, y se desplaza ágilmente entre tumbas con flores de colores como guía. “Nunca recibe visitas”, dice, y recuerda que la última vez que vio gente cerca del sarcófago del teniente fue cuando llegó un grupo de peritos para sacar muestras del cadáver y comprobar si ése era realmente el cuerpo del verdugo de Hanalí. www.paginasiete.bo
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Elizabeth Blanco se presentó en la morgue porque el cuerpo encontrado de Clavijo se parecía al de su esposo, muerto en un accidente.
La última morada de Clavijo es un punto negro en medio de un jardín. Su tumba no tiene nombre, ni fecha, ni el consabido “QEPD”. Es una pequeña superficie de cemento sin flores, sin cartas, sin nada. A los lados están los mismos floreros –ahora empolvados y vacíos– que se ven en una foto publicada hace seis años, cuando los medios de comunicación fueron al lugar para comprobar si había un sarcófago del asesino. “To do s dudaban, todos dudan. Dios nomás sabe”, dice otro de los cuidadores. Nadie hizo el trámite para poner una lápida en la tumba de Clavijo, pese a que no significa un costo adicional en el cementerio privado. “Es un alma abandonada. Se ha borrado su nombre, tal vez es por el agua o por el tiempo”, comenta el cuidador. Veintiún días después del asesinato de Hanalí, el lunes 4 de marzo de 2013, la Policía informó que se había encontrado en La Asunta (los Yungas) un cuerpo colgado de un árbol, cerca del sitio donde una semana antes se había encontrado el automóvil de la periodista. Según las autoridades, varios indicios –documentos de identidad, objetos personales y el celular que sonó el día del asesinato– apuntaban a que era el cadáver del expolicía. Un primer informe estableció que el hombre se había ahorcado. Cuando recogieron el cadáver, una autoridad de la Policía puso una cruz y oró en el lugar. Ante las primeras imágenes del cuerpo, que se filtraron en redes sociales, surgieron dudas por su aspecto. Días después, el Gobierno anunció que mediante un estudio de dactiloscopia realizado por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) se determinó que las huellas dactilares del cadáver hallado en los Yungas pertenecían a Jorge Clavijo.
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FOTO DANIEL WALKER / APG
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Clavijo fue integrante de la UTARC, grupo de élite de la Policía Boliviana que participó en el operativo del hotel Las Américas. De ahí nació el rumor de que había matado a Hanalí porque ella sabía detalles del caso. La versión fue desmentida rotundamente por el Gobierno.
Cabo Víctor Foronda, el brujo amigo de Clavijo.
Peregrinaje en busca de justicia Eduardo León, quien fue abogado de la familia de Hanalí Huaycho, hoy asegura que existió una “duda razonable” sobre la identidad del cadáver encontrado en La Asunta. “El proceso ha tenido una contaminación política, y finalmente la familia, como todos los bolivianos, ha quedado con la duda de cómo estas cosas han sido manoseadas de manera inescrupulosa”, DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
asegura León, quien días después de esta entrevista, irónicamente, fue denunciado por violencia intrafamiliar. Para Martha Hannover, buscar justicia por la muerte de su hija no ha sido fácil y ahora es menos optimista. Hizo todo, desde comprar pilas y cintas de casete para las audiencias hasta escuchar los reproches de algunas autoridades que insistían en que el cadáver encontrado era del verdugo de Hanalí. Aún siente en su corazón que el asesino de su hija está vivo y libre. Doña Martha no olvida que un año después del feminicidio vio a un hombre parecido a Clavijo cerca de su casa. “Todo ha sido en vano. En vano he caminado, pero ¿qué madre no va querer que atrapen al asesino de su hija?”, lamenta porque siente que perdió el tiempo, aunque sigue sin rendirse y muchas veces desoye a quienes le aconsejan que ya deje de corretear, que la justicia no le devolverá a su hija y que el estrés puede causarle daño.
El cabo de policía Víctor Foronda, que resulta ser un brujo muy cotizado por los efectivos policiales, fue acusado por encubrir al asesino de Hanalí pues había recibido dos llamadas telefónicas de Clavijo días después del crimen, cuando éste se encontraba prófugo, y no las reportó. El teniente le había instruido que prendiera velas a su nombre. “Seg uramente eran para pedir que no lo encuentren”, dijo en esa ocasión el fiscal del caso, Harold Jarandilla. En declaraciones ante la Fiscalía, Foronda admitió que conoció a Clavijo tres años antes del crimen. Incluso reveló que en algunas oportunidades compartieron bebidas alcohólicas. Según varios efectivos de la Policía, el cabo y el teniente tenían un fuerte lazo de amistad, incluso el Ministerio Público sospechaba de un posible encuentro entre ambos después del asesinato de Hanalí. El cabo negó esa versión y luego de un tiempo salió de la cárcel. En la Policía, la historia de Clavijo es ahora casi una leyenda urbana; varias voces manejan la versión de que el teniente asesino está vivo; algunas aseguran que vive en otro país; otros cuentan que sigue en Bolivia y relatan que lo vieron en las calles. Nada es oficial. “Justicia sólo habrá cuando las mujeres logren salir de los círculos de violencia, cuando dejen de tener miedo a criar solas a sus hijos, cuando dejen de depender del qué dirán o dejen de defender al agresor esperando un cambio que no llega”, dice la periodista Adriana Gutiérrez. Su colega Jenny Osinaga confía en la justicia divina, más allá de la humana. “Hay versiones de la Policía y de la Fiscalía; yo no sé si se hizo o no justicia, lo que sí sé es que Hanalí está con Dios. Yo como cristiana sé que ella recibió a Jesús en su corazón y eso para mí es suficiente”, señala.
Una promesa Doña Martha dejó de ir a las audiencias y decidió dedicarse por completo al cuidado de su nieto. Tiene la cabellera más canosa, DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
pero no ha perdido su firmeza. La vida le enseñó a ser más desconfiada y evita dar entrevistas. Cuenta con el apoyo de sus hermanos, quienes adoraban a Hanalí. “Era la primera nieta y sobrina”, dice. Pese a los anuncios, nunca recibió una ayuda efectiva de parte de las autoridades. Ahora su meta es que su nieto salga bachiller y estudie una carrera universitaria, como lo hizo su mamá. El pequeño también se esfuerza para cumplir la promesa que le hizo a su mamá antes de verla partir. Mortalmente herida, Hanalí tuvo fuerzas para dejarle un mensaje como último regalo: “Papito, te vas a portar bien, vas a estudiar, no te vas alejar de la mamá para nada. Yo te voy a ver desde donde esté”. Esta es una versión editada y resumida del texto original publicado en el libro Prontuario, de Página Siete y Editorial 3600, publicado en agosto de 2018. www.paginasiete.bo
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FOTO DANIEL ESPINOZA / ABI
El brujo
CRONIQUITA Gustavo Guzmán
Los espíritus del mal El rezo ante de la Pol icía Boli rezo del comand comandante Policía Boliviana por el tenie nte Jorg ycho.. teniente Jorgee Cla Clavvijo, ijo, asesino de Hanalí Hua Huaycho
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O ES EL cr imen hacia una mujer lo que conmueve al comandante de la Policía Boliviana, es el suicidio de su asesino. Ni una sola palabra está demás en el rezo oficial. “Padre, en nombre de tus hijos te pedimos que perdones a nuestro hermano Clavijo y lo tengas en tu presencia como también a su esposa, Hanalí. En este momento ellos deben gozar de la paz y tranquilidad que tú nos has prometido a todos tus hijos, que estamos en esta tierra como forasteros. Perdónales por
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los errores que han cometido. Padre mío, ellos decidieron nuevamente unirse en tu gracia”. No, no es un cura el que pronuncia estas palabras, es el Jefe de la Policía, 24 horas después de que fuera hallado el cadáver de “Clav ijo” —Jorge Raúl Clavijo Ovando, teniente de la Policía Nacional, 31 años—, colgado de un árbol en una de las espesuras boscosas de los Yungas, un lugar cercano a la comunidad La Calzada, entre la población de la Asunta y el pueblo de Chulumani, el 4 de marzo del año 2013. Clavijo había asesinado a cuchilladas a su esposa —Hanalí Leonor Huaycho Hannover, periodista, 35 años—, 20 días antes,
la noche del 11 de febrero, en lunes de carnaval, en el dormitorio del departamento que compartían en Ciudad Satélite, El Alto. La pareja tenía un niño de cinco años que esa noche fue testigo del crimen. “Señor, en el nombre de tu hijo, Jesucristo, este lugar lo declaramos un lugar santo. Con toda nuestra energía arrojamos a las profundidades del abismo a los espíritus del mal que provocaron que nuestro hermano Clavijo tomara esta decisión”. Ninguna, ni una sola de las palabras que pronuncia el Jefe de la Policía frente al cadáver de su camarada —al que había DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
promovido como instructor de la Academia Nacional de Policías tres días antes de que Clavijo asesinara a su esposa, y al que había prometido, cuando el teniente huía, “ir a su encuentro para garantizar su vida”—, ninguna de esas palabras, decimos, ni una sola, está demás1. Sí, ésa es la importancia del lenguaje: nos devela, nos revela, nos explica, nos desnuda, nos denuncia; es el medio que nos estructura psíquica y culturalmente, somos sujetos y seres sociales por el lenguaje. “Padre, en nombre de tus hijos… / estamos en esta tierra como forasteros… / Perdónales DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
por los errores cometidos... / Padre mío, ellos decidieron nuevamente unirse en tu gracia… / las profundidades del abismo… / los espíritus del mal…”. Sí, ninguna de esas palabras está fuera de lugar, todas son hilos de un único y todavía inexpugnable tejido cultural: “El Padre”, “El Pecado”, “El perdón”… “Otro Mundo” que no es éste, éste en el que un policía mata a una periodista con su cuchillo de combate bien guardado en la mesita de noche2. No, nada está de más en las palabras del Jefe de la Policía. Es el suicidio del “hermano Clavijo” y no el crimen que comete lo que conmueve
[1] Aunque, hay que decirlo, quizá el Jefe de la Policía exageró un poco al “santificar” el lugar en el que el cadáver de Clavijo fue hallado; no es ésa, precisamente, una tarea policiaca. [2] Han averiguado los periodistas que el teniente Clavijo, una vez egresado de la Academia Nacional de Policías, tomó un curso de sobrevivencia y antiterrorismo en Perú, en la “famosa” escuela de los “Sinchis”, esos policías que son echados a la selva acompañados nada más que de un perro; deben sobrevivir de cualquier forma, llegar a la meta y darse modos para cargar al perro, mutilado poco a poco, porque ese perro será su único alimento. www.paginasiete.bo
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FOTO PIXABAY
profundamente al Jefe de la Policía, ¡pero ojo!, no es que el Jefe de la Policía sea un mal tipo, ¡no, no!, de ninguna manera. En las palabras del Jefe de la Policía están los códigos fundamentales de una cultura, de una manera de ser y estar en el mundo; son esos códigos “secretos” que habitan y pueblan —en el fondo del fondo, y por los siglos de los siglos— una ideología promovida por instituciones de predominio patriarcal (desde donde habla, siempre, el Supremo Hacedor). No, el Jefe de la Policía no es un mal tipo, hablan por él —y con él— es os códigos culturales que rigen su lenguaje, sus palabras, sus esquemas perceptivos, sus técnicas, sus cambios, sus valores y la jerarquía de sus prácticas, ésas que llenan los formularios donde se registra la contabilidad de la violencia contra la mujer: ¡299 denuncias cada día!, el año 2011, en las nueve ciudades capitales del país y en El Alto. El crimen de Clavijo ha acelerado la redacción y promulgación de una frondosa y esperada norma, la Ley Integral para garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, una norma que le entrega a la Policía Nacional “la prevención, auxilio e investigación, identificación y aprehensión de los presuntos responsables de hechos de violencia hacia las mujeres y la familia”. Entonces, a propósito de palabras: ¿se ha puesto usted a pensar cuáles habrían sido las palabras del Jefe de la Policía —al encontrarse frente al cadáver de su camarada—, si ese Jefe de la Policía fuera Jefa de la Policía, es decir, una mujer?
FOTOGRAFÍA Fotógrafa Alejandra Rocabado 24LP
24 a 01 hrs. #polvodeestrellas
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N CIELO sin nubes es como una ventana abierta que te inv ita a descubrir lo que hay dentro. En nuestro caso, lo que hay dentro es lo que hay afuera: los cerros nevados del Condoriri, los puntiagudos del Valle de las Ánimas, las paredes blancas del Illimani.
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Cuando cae la noche en campo abierto, no existe nada más allá del firmamento: no hay más formas que las de la vía láctea ni más luz que la de las estrellas; uno se siente parte del universo, y a veces se acomoda sobre el pasto frío y trata de congelar el tiempo. Álex Ayala Ugarte www.24horaslapaz.com instagram: @24horaslapaz
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EL MAnGO DE OZ Óscar Martínez
Identificaciones eran las de antes
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AQUÉ MI nuevo carnet de identidad en exactamente una hora con veinticinco minutos en el Servicio General de Identificación Personal (SEGIP) de la calle 23 de Calacoto, en La Paz. Pero es necesario reconocer que cuando la Policía administraba el extinto Ser vicio Nacional de Identificaciones, el servicio era
impecable. El primer día llegabas con linterna en mano a las cinco de la mañana y te recibían con linaza caliente, humeante, y con harto limón. A media mañana pasaban las doñas de las pucacapas con ají y cafe-
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cito. En el almuerzo un oficial educado y bien informado te pintaba el número de tu puesto en la fila con marcador verde en el brazo derecho, lo que en adelante se convertiría en tu nueva identidad. Mientras tanto, las caseras de los lechones en canasta te daban tu porción bien crocante envuelta en periódico Presencia y con bolsa nailon con puntitos rojos y azules. En la tarde, el de atrás de la fila ya te daba consejos sentimentales y vos se los rebotabas al de adelante. El segundo día la fila ya era como tu familia. Jugabas un triangular de fútbol en la calle con la modalidad al (que le meten) gol sale: Renovaciones vs. Extravíos vs. Fotocopias legalizadas. Desayunabas salteña chuquisaqueña de pollo y a media mañana batido de bicervecina; y para el almuerzo, lomo montado con venado (“arroz combenado con fedeo”, decía la casera del Mercado Sucre). En la tarde, a escuchar Festival de felicitaciones en la Radio Metropolitana con la familia de la fila y jugar l oba, calzón sucio y diablito para quién trabaja. El tercer día, a eso de las once, llegabas a una mesa donde había un hombre de verde que te preguntaba ¿Qué trámite es? Y vos respondías que no sabías, que desde que tenías memoria siempre habías estado ahí, en la fila. Y luego te llevaban al hospital psiquiátrico donde nadie sabía quién eras y te cambiaban de nombre, hasta que una semana después alguien con un poder notarial con sello seco y timbre de la Corte Nacional Electoral, sala Murillo, podía recoger tu nuevo carnet que yacía en una inmensa caja de madera con cientos y a veces miles de cédulas de tus compañeros de fila que vagaban por la ciudad buscándose entre sí, como quien retorna de la guerra. Era divertido engordar y enloquecer en la fila, diciendo. DOMINGO 10 DE MARZO 10|19
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RETRATO Kantuta Cavour Fotografía de Cecilia Fernández
Y se robó el show Marta es un personaje en sí misma y toda una leyenda. Nunca impresiona más una persona como cuando, abriéndose paso, su espíritu runruneante le antecede. El suyo traspasa los muros con un potente “hola” y mano en popa. Tampoco parte sin dar un “gracias” contundente. De ahí sé que si hubiera algo que ella no dejaría de hacer es tomar la palabra, actuar solidariamente y seguir muchas luchas. Siendo madre primeriza asistía a todas las actividades culturales, mochila en la espalda, wawa de la mano y biberón en la otra, conjugando amor y militancia con Utopos, esa entrañable institución de promoción y desarrollo del teatro que fundó junto a Pierre Ferrier. En ocasiones la concurrencia se distraía buenamente observando sus rituales y wawachadas, evitando adormecerse ante políticas culturales de instituciones públicas a las que Marta, muy resuelta y segura, les decía cómo iba la cosa. Marta reserva para sí misma lugares íntimos donde atesora amistades entrañables. Así me presentó a quien prepara las mejores tucumanas en la calle Sanjinés, “¡¿y no la conocés?!”, dijo como sólo ella sabe decir, dejándome de un segundo a otro fuera de toda moda gastronómica. A Marta nada ni nadie se le escapa. En todas las ocasiones salió en defensa de transeúntes en desventaja. La última, un no vidente empujado por un motorizado en la calle Comercio. Heroína de las calles paceñas, había divisado todo desde lejos cuando de pronto voló o levitó, no sé. “¡Pará!, ¡pará!”, gritó, y paralizó todo a golpes de palmas en el auto. La lección fue aprendida. Inquieta, curiosa e inquisidora cuando amerita, se ha forjado en ella la agudeza. Es experta en puntiagudos y ácidos temas que le han atravesado la vida de una u otra forma. Por ello es una oradora densa en la vida real. No falta ni en su voz ni en la trama un desgarro social, propio o ajeno, que no la haya marcado profundamente. Marta no deja preguntas sin responder, y aunque no quiera, siempre termina robándose el show.
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Marta Monzón (ArgentinaBolivia) es actriz de teatro.
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Marta Monzรณn
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C A RT E L E R A #DíasDeCine Isabel Navia
Cine español, lo mejor de la gala 2019
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ICEN QUE la obra de Francisco de Goya tenía un concepto que semejaba al cine y que, incluso, había secuencia entre sus pinturas. Por eso, en homenaje a este fundamental artista nacido en 1746, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España creó la entrega anual de premios Goya. En un formato muy similar a las ceremonias de los Óscar, los César o los BAFTA, la academia española premia a los mejores profesionales de su cine en una gala que este año tuvo su mejor cifra de audiencia de los últimos años. Los Goya 2019 se entregaron el 2 de febrero en Sevilla y ésta es la lista de los ganadores en las categorías de mejor película y mejor dirección. Una selección sin desperdicio.
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CAMPEONES. Javier Fesser, España, 2018. Mejor película. La vida de Marco, un cínico entrenador de baloncesto, cambia por completo luego de que es condenado por conducir en estado de ebriedad. Deberá entrenar a un equipo compuesto por personas con capacidades diferentes, cosa para la cual no está, en absoluto, preparado. Una conmovedora, hilarante e imperdible comedia. EL REINO. Rodrigo Sorogoyen, España, 2018. Mejor dirección. “Los reyes caen, pero los reinos continúan”, dice la sinopsis de esta historia que atrapa desde la primera secuencia. Un thriller político en el que Antonio de la Torre (que también ganó el Goya por mejor actor) lucha por sobrevivir a una espiral de traiciones, corrupción y poder en la cúpula política.
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CARMEN Y LOLA. Arantxa Echevarría, España, 2018. Mejor dirección novel. Dos jóvenes gitanas en Madrid se conocen y descubren que su vida podría ser distinta a lo que manda la tradición: casarse y criar todos los hijos que logren parir. UN DÍA MÁS CON VIDA. Damian Nenow, Raúl de la Fuente. Polonia, 2018. Mejor película de animación. Basada en las memorias del periodista Ryszard Kapuscinski, este corto relata la insólita misión de un reportero de guerra en el corazón de Angola, en 1975, cuando ese país fue asolado por un enfrentamiento civil que duraría muchos años más. EL SILENCIO DE OTROS. Almudena Carracedo, Robert Bahar. España, 2018. Mejor película documental. El rodaje duró seis años, durante los cuales los directores registraron la empecinada lucha de los familiares, sobrevivientes y víctimas del régimen franquista en España, su clamor por la verdad y su rechazo al olvido que se pretende imponer, que en realidad es una negación del derecho a la justicia. ROMA. Alfonso Cuarón, México, 2018. Mejor película iberoamericana. Multipremiada historia en la que Cuarón homenajea a las mujeres de su vida, como él mismo lo ha dicho. Un filme hiperrealista rodado en blanco y negro, que resalta por el preciosismo de su fotografía. COLD WAR. Pawel Pawlikowsky, Reino Unido, 2018. Mejor película europea. Una inmensa y profunda historia de amor que el director de la inolvidable Id a nos trae para placer de los sentidos. Habrá quien sienta el aroma de Romeo y Julieta en esas maravillosas escenas bañadas de pasión y melancolía. Bellísima. CERDITA. Carlota Pereda, España, 2018. Mejor cortometraje de ficción. Un corto de 14 minutos intensos en los cuales una adolescente con sobrepeso trata de regresar a su casa corriendo por la carretera, en bikini, luego de que le robaran la ropa en la piscina. “Una pieza social alejada de lo políticamente correcto”, dice una reseña. Que se exhiba acá, digo yo. GAZA, UNA MIRADA A LOS OJOS DE LA BARBARIE. Carles Bover Martínez, Julio Pérez del Campo, España, 2018. Mejor cortometraje documental. Crudo retrato de la cotidianeidad de la población en la franja de Gaza, que sufre permanentes vulneraciones a los derechos humanos y que ya no son noticia para los medios. Disponible en YouTube. CAZATALEN TOS. José Herrera, España, 2018. Mejor cortometraje de animación. Una breve historia acerca de Dominique, un cazatalentos venido a menos, que descubre a una maravillosa bailarina con un enorme secreto. Su director ha anunciado que ahora filmará la historia en largometraje, pues ya cuenta con el respaldo que le faltaba gracias a este premio.
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Roma
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HISTORIETA CTX
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