Revista Rascacielos No. 11 | 8 de abril de 2018

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DESDE EL MARGEN / Trapezio: Libros y otras frustraciones / Christian Egüez

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AGENDA LaEscobaEscultural/ Claudia Daza

10 MÚSICA / Gustavo Orihuela Quartet

/ Hernán Solares

12 FOTOGALERÍA / Eduardo

Los nietos del 52

Montaño

13 DOSSIER / Abril, 1952 / Cecilia

Lanza Lobo

15 DOSSIER / La bala no mata sino el

destino / Mario Murillo

Para nosotros, los bolivianos, abril tiene la risa de las wawas pero tiene sobre todo el eco de la memoria de un momento fundamental de nuestra historia contemporánea: la Revolución del 9 de abril de 1952. Contada en tres historias, quisiéramos que esa memoria sea nuestro regalo para los niños ya no tan niños, para que la película de este país les sea contada completa, en la medida de lo posible. Aún así, siempre serán fragmentos de una historia, pero fragmentos diversos que nos ayuden a comprenderla. Por eso esta vez proponemos un dossier con tres textos que nos permitan tres cosas. Rememorar el evento mismo, la balacera sucedida en el barrio de Miraflores, en La Paz, a través de testimonios que dan cuenta del ánimo de la propia revolución dispuesta a todo. Comprender el cambio social y político sucedido desde entonces hasta el año 2001 cuando se entierra a Juan Lechín Oquendo, el último líder de la revuelta, y sucede en ese evento un cambio de guardia profundamente simbólico entre mineros y militares que durante la Revolución habían luchado en bandos opuestos. Y finalmente mirarnos hoy como se mira un álbum de familia, con los abuelos y bisabuelos allá en el campo de 1952, sea en el rol que fuere: pongo o propietario, y girar entonces la mirada hacia el horizonte del país que hemos construido y queremos seguimos construyendo.

18 DOSSIER / Cambio de guardia. El

entierro de Lechín / Gabriel Mariaca Iturri / Guillermo Mariaca Iturri

23 DOSSIER /¿Dónde es tu pueblo? /

Danny Daniel Mollericona Alfaro

28 ZONA A LA CARTA / La Paz seduce

a los Masters of Wine / Carlos Moreira Ascarrunz

30 RETRATO / Juan Claudio Lechín /

Edmundo Paz Soldán

32 CARTELERA / Ojo al parche /

Adrián Nieve

34 HISTORIETA / CINIC’S por CAÍN

Editora: Cecilia Lanza Lobo. Coordinadora: Claudia Daza. Redes: Fabiola Gutiérrez, Isabel Navia. Diseño editorial: Edmundo Morales. Fotografía: Víctor Gutiérrez, Freddy Barragán, Sara Aliaga y Agencias. Ilustraciones: Abel Bellido Córdova. DISEÑO DE PORTADA: Sergio Vega / DGR-UCB.

Rascacielos y la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de esta revista.

Cecilia Lanza Lobo

* Rascacielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta, diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios. Pueden enviar sus aportes a: rascacielosrevista@gmail.com Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se comunicará con la autora o autor.

www.facebook.com/revistarascacielos DOMINGO 8 DE ABRIL 10|18

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Compañía Editora Luna Llena S.A. Nº de Depósito Legal: 4-3-25-10 Dirección: Achumani, Calle 9 N°6, La Paz. Teléfonos: Central: (591) 2-2611700; Comercial: (591) 2-2611731 - 2611707 2611709. Suscripciones: (591) 2-2611734. Web: www.paginasiete.bo - La Paz, Bolivia Directora: Isabel Mercado Heredia. Subdirectora: Mery Vaca Villa. Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada. Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón. Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Gerente de Producción: Juan Pablo MuñozReyes. Di stri bució n: Marco Téllez. Distribución nacional: Douglas Azurduy.

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HERNÁN SOLARES trabaja en Recursos Humanos pero destina su tiempo libre a la cocina, el deporte, el cine y la música. Grabó el disco Explicación de mi país, con el Taller de música Arawi y actualmente es platillero invitado en la Banda Intercontinental Poopó.

GUILLERMO MARIACA aunque hoy sea miembro de la resistencia democrática y comprometido profesor universitario, sigue siendo madre de familia y aprendiz de abuelo. Además de persistente columnista.

GABRIEL MARIACA es comunicador visual y diseñador gráfico. Director de Lúmina, la primera galería especializada en fotografía artística de Bolivia.

ADRIÁN NIEVE es psicólogo renegado que hace de todo -menos eso- mientras seduce a la novela hasta que pueda ser narrada decentemente.

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COLABORADORES 11|18

DANNY DANIEL MOLLERICONA ALFARO es sociólogo y fiestólogo. Medio anarquista pose intelectual y medio cholo prestero. Creador del programa radial La cultura no es para cultos que se emite por radio DCO y miembro del grupo audiovisual Ch'amakani.

MARIO MURILLO enseña en la carrera de Sociología de la UMSA. Ha publicado La bala no mata, sino el destino. Una crónica de la insurrección popular de 1952 en Bolivia y La pelota no se mancha. Una etnografía de la Liga Deportiva El Tejar en Bolivia. EDMUNDO PAZ SOLDÁN es escritor, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Cornell. Autor de once novelas. Sus obras se han traducido a más de diez idiomas. Ganador del premio de cuento Juan Rulfo entre múltiples galardones. CHRISTIAN DANIEL EGÜEZ es marica y activista de la disidencia sexual. Es integrante del Centro Cultural San Isidro en Santa Cruz de la Sierra, y entre sus herramientas de lucha están la escritura, la gráfica y la intervención pública bajo el personaje Marica y Marginal.

EDUARDO MONTAÑO es audiovisualista y fotógrafo jugando a ser profesional en el área , y cuando el niño es libre, siente y vive como debe ser. CARLOS MOREIRA ASCARRUNZ es paceño de corazón, amante de los símbolos, incluidas las letras. Productor audiovisual, redactor, guitarrista, fotógrafo y tarotista. Apuesta por una re-evolución poética por encima de una revolución política. DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18



EN INSTAGRAM

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Rascacielos abre este espacio a todas las miradas que habitan ese planeta de nombre Instagram. Pueden enviar sus fotografías a rascacielosrevista@gmail.com

vortexlumina Cocoteras Srl. #coco #coconut #sale #tomacasero #llevatepues #riquito #cache #delich #lapaz #bolivia #cholita #colors 8 de septiembre de 2017

IDENTIKIT

¿Dónde están? Los “chicos de la calle” ya no se ven, no se ven como antes. Vivían, dormían, literalmente en las calles, acurrucados, dándose calor unos a otros junto a sus perros. Vivían incluso en las champitas de la avenida del Poeta, en sus torrenteras como topos, también camino al aeropuerto. ¿Estás pensando que no se ven porque dizque hay menos pobreza? Pues no. Ahora mismo andan por El Alto porque “la movida” está allí. Trafican droga en mini cantidades, son mulas de alguien, se drogan más y tienen plata para dormir en un alojamiento. No, no han desaparecido. La sociedad se los ha tragado.

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FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO AZCUY DOMÍNGUEZ. TEXTO: CECILIA LANZA

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DESDE EL MARGEN por Christian Egüez / Marica y Marginal

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uando nace una nueva propuesta para el arte y la cultura, un grupo de teatro, un centro cultural, una escuela de danza o una librería, en una ciudad como Santa Cruz hay que tener en cuenta que están dirigidos a una élite, una muy pequeña, incapaz de consumir sus propios productos, por lo tanto no es una realidad rentable. Democratizar el arte, apreciar la cultura y soñar con una sociedad más sensible, creativa y crítica con lo que le rodea, se vuelve una actividad frustrante cuando no hay cómo sostenerla, y aunque no es el dinero lo que mueve las cosas, termina siendo un ingrediente importante para esto; se somete el esfuerzo y se mendiga presupuestos. El anunciado cierre de la librería Trapezio, manejada por la valiosa escritora Magela Baudoin y la filósofa feminista Carol Gainborg, es una muestra más de lo adverso que resulta aportar al crecimiento y desarrollo cultural de una sociedad encantada con la línea de consumo que establecen las élites económicas, la mediocridad educativa, la poquísima inversión pública y la frivolidad digital. Fueron nueve meses de vida, el mismo DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

tiempo que tarda en desarrollarse un feto en la panza de su mamá para luego salir al ominoso mundo exterior. Los intentos por darle vida fueron muchos: debates, presentaciones de libros, funciones de teatro, conversatorios, talleres, ciclos de cine, etc. y aún así el resultado era el mismo: un atildado desierto. Existen experiencias donde el Estado ayuda a remar contra la corriente. Bolivia no es el mejor ejemplo. Antes que políticas

públicas que valgan la pena para la cultura, se ve mejor invertir en el Dakar, construir un palacio nuevo o levantar un museo millonario para el ensalzamiento de un líder. La manipulación creativa y la mezquindad sobran. En Santa Cruz es absurdo y bizarro: no hay carrera de literatura, la reseña y la crítica cultural no tienen lugar, la universidad pública fomenta la piratería, la bibliografía en los colegios es antigua y obsoleta, la Feria Internacional del Libro se presenta como la más destacada y grande del país basándose en indicadores engañosos: dimensiones métricas, la presencia de sectas religiosas y la venta de libros de autoayuda. Este año no habrá bienal de artes visuales, una decisión abusiva y justificada con razones poco creíbles. Es definitivo: no existe industria cultural. En Santa Cruz, el único modelo de desarrollo es el del pavimento caliente que cocina el cuerpo, y el del aire acondicionado del Mall que enfría las ideas. Entiendo que cerrar Trapezio fue la decisión más saludable, pero nos deja un enorme trabajo de reflexión y acción pendientes. Y seguramente nuestra agenda ya tiene un día reservado para su retorno. www.paginasiete.bo

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FOTO: PIXABAY

Trapezio: Libros y otras frustraciones


A G E N D A LA ESCOBA esCULTURAL por Claudia Daza

Abril agita nuestras emociones

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BRIL COMIENZA agitado para varias ciudades del país. Mientras en La Paz ya esperamos el Fitaz, en Santa Cruz abren muchas de sus iglesias para el festival más importante de la temporada. Por si fuera poco, a Santa Cruz llega también Luis Ángel Jaramillo, el niño que prestó su magnífica voz al personaje de Mig uel, en la película COCO. Un mes que ahonda el otoño, el frío cambia de carácter y nos hace alzar las chompas. Come ncemos recome ndando la exposición de fotografías Después de la revolución del 52, que reflejan las repercusiones del apoyo al campesino y la clase minera. Será del 11 al 30 de abril en el Museo de la Revolución Nacional, en la plaza Villarroel. Un gran pretexto para bajarse del teleférico color Naranja y Blanco y pasear un poco por la historia. El plato fuerte llega con el XII Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos”. La idea es irse a Santa Cruz y empezar a visitar los pueblos de la Chiquitanía en todo su esplendor musical. Los músicos, nacionales e internacionales, nos esperarán en Santa Cruz de la Sierra, Porongo, Cotoca, San Javier, Concepción, San Ignacio, Santa Ana, San Miguel, San Rafael, San José, Roboré y Santiago de Chiquitos. Pero también en Santa Rosa, en Chuquisaca; Entre Ríos, en Tarija; Camiri, en el Chaco; y la misma ciudad de Tarija. La fiesta barroca comienza el 13 de abril y se extiende hasta el 22. Son alrededor de 50 grupos provenientes de 18 países, que

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FESTIVAL MÚSICA BARROCA del 13 al 22 de abril / SANTA CRUZ, CHUQUISACA Y TARIJA/ info: www.festivalesapac.com

ofrecerán alrededor de 140 conciertos. Una fiesta para musicólogos, historiadores, religiosos; pero también para los pobladores de cada una de las Misiones. Para los que aman el teatro, abril es un mes especial pues el Teatro Grito celebra 20 años de trabajo en tablas. Por eso La Casa Grito, en la ciudad de La Paz, aumenta el número de eventos entre los cuales se encuentra la obra “Co nt ra S ujeto”, del actor argentino Lorenzo Mijares. El unipersonal de hemoficción estará el 13 y 14 de abril y la presentan como una especie de alarido de dolor de humanidad, exagerado, provocando la risa. Y celebrando a los niños, de la mano del Teatro Grito, el 15 de abril se presentará el relanzamiento de La Abuela Grillo. Si tienen niños en casa y no han

disfrutado de este mito ayoreo, ya deberían estar haciendo cola porque sencillamente es una de las historias más urgentes y hermosas hechas para el exigente público infantil. Mientras tanto, en Cochabamba, del 9 al 13 de abril, estarán también con una actividad internacional. Se trata del XII Festival de Narración Oral Escénica “Cochabamba cuento contigo”. De todas las actividades desarrolladas en la Llajta, destaco las que se desarrollarán en La Casa del Ekeko, y son los talleres sobre diseño, creación y construcción de juguetes; también sobre clown, música y cuentos, además de la creación de libros objetos y la técnica de contar con telas. Para ello se cuenta con los narradores que llegaron de Colombia, Venezuela y Argentina. DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


OTROS ANTOJOS LA PAZ

FOTOGRAFÍA del 11 al 30 de abril/ LA PAZ/ Museo de la Revolución/ plaza Villarroel.

TEATRO 13, 14 y 15 de abril / LA PAZ/ Casa Grito/ c. 3 de Los Pinos, torre 2, planta baja/ info: 72548377 72599019 – 77722200

FESTIVAL NARRACIÓN ORAL del 9 al 13 de abril / COCHABAMBA/ Casa del Ekeko/ c. Paccieri No. 740, entre 16 de julio y Antezana/ info: 76076167 DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

Taller básico de historieta / del 9 de abril al 9 de mayo / Espacio Simón I. Patiño c. Ecuador Nº 2503 esq. Belisario Salinas/ info: 76240803 La Alianza boliviana del cómic & el manga, además de C+C organizan este taller que incluye el diseño de personajes y guión para el desarrollo de una historieta. Los días lunes y miércoles, de 18 a 20 horas.

Gira Mao, el sueño del Khan / 13 de abril / Teatro Nuna / c. 21 Calacoto Nº 8509 / 20:00 hrs. Llega a La Paz Mauricio Canedo, uno de los fundadores de la agrupación cochabambina Quimbando. Su propuesta, ahora en solitario, presenta el disco que fue grabado en Buenos Aires, con la participación de los músicos Mauricio Cardona, Matheo Cuellar, Julián Mekler, Sebastián Sáenz, Leila Chab y Luciano Jara. COCHABAMBA Savia Andina en concierto / 10 y 11 de abril / Teatro Achá / av. Heroínas entre c. 25 de Mayo y España/ info: www.saviaandina.com Antes de su gira por Europa, por las ciudades de Madrid y Bruselas, el grupo potosino visita Cochabamba para compartir sus éxitos de siempre entre los que destaca El minero, Jacha Uru, Mi socio, Verbenita y otras canciones que se han convertido en los grandes clásicos del folklore boliviano.

SANTA CRUZ Luis Ángel Jaramillo en concierto / 12 de abril / Plaza Concert de Ciudad Indana / 3er. anillo interno, entre comercial Neval y av. Piraí 591 / entradas: superticket. Un concierto especial para celebrar el Día del Niño junto a Luis Ángel Jaramillo, la voz que dio vida al personaje de Miguel en la película COCO.

PARA VIAJEROS Cuando uno viaja se encuentra con conciertos que siempre quiso presenciar o con artistas de Bolivia en plena gira. Tal es el caso de estas dos recomendaciones . SALTA LES LUTHIERS / SALTA / del 12 al 13 de abril / Teatro Provincial de Salta / c. Zuviria Nº 70/ entradas: https://portal.autoentrada.com Les Luthiers vuelve a la lanzar su espectáculo Gran Reserva, antología que reúne renovados grandes éxitos de su historia, con obras memorables como La Balada del 7º Regimiento, La hora de la Nostalgia, Ya no te amo, Raúl, entre otras. Actualmente integran el grupo Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Tomás Mayer-Wolf, Martín O’Connor y Horacio Tato Turano. EUROPA

ENSAMBLE DE MOXOS LEÓN, España / 10 de abril / Auditorio Ángel Barja/ c. Santa Nonia No. 11 BARCELONA, España/ 13 de abril / Jesuïtes Sarriá – Sant Ignaci/ c. Formiguera No. 32 GRENOBLE, Francia / 15 de abril / Eglise Saint - Bruno de Grenoble/ 49 Place Saint Bruno/ info: 04 7696 28 05 Se trata de la gira de tres meses que ha iniciado nuestro Ensamble de Moxos con el concierto Pasión Moxos. Estarán en distintas ciudades de Europa, además de Marruecos. www.paginasiete.bo

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MÚSICA por Hernán Solares

Gustavo Orihuela Quartet El violinista chuquisaqueño se presentó en La Paz con varios invitados. Virtuosismo y energía pura. Pasión, sonrisa y de pronto un salto tan alto que dijo: “mis zapatos parecen los de Michael Jordan”.

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ábado Santo, a d iez minutos de las nueve de la noche, empiezan a sonar las primeras notas de Jumechi, no en la forma tradicional de carnavalito cruceño, sino en una

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creativa versión adaptada al violín de Gustavo Orihuela. Un par de acordes fueron suficientes para saber que la noche prometía y mucho. Así comenzó el concierto que Gustavo Orihuela Quartet brindó en el Teatro Nuna, un espacio mágico de esos

que tanta falta le hacen a nuestra ciudad, sobre todo en la zona Sur. Un espacio donde la cultura nos abraza con sus obras de teatro, nos env uelve en múltiples danzas y nos transporta a d iversas épocas y lugares. Un concierto de esos que no quieres DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


sión), Randolph Ríos (bajo y contrabajo), y cada uno de los artistas invitados, con virtuosismo y sencillez, con calidad y calidez. Una noche donde pese a tener a grandes artistas, no dejó de ser íntima y f a m i l i a r, t a l c o m o d i j o e l m i s m o Gustavo. Qué puedo decir de los integrantes del cuarteto que no se sepa. Diego Ballón no deja de sorprender por su gusto al transmitir sentimientos por medio del teclado, además de su gran técnica. Un Luis Daniel Iturralde que primero está en la puerta recibiendo las entradas, luego lo tienes en medio del escenario revisando cables y al final lo ves, oyes y sientes tocando la batería, congas y matraca, dándole sabor a cada ritmo. Al fondo está Randolph Ríos tocando el contrabajo eléctrico en una

que terminen, pero sales contento y satisfecho, con ganas de continuar la noche, de seguir escuchando buena música, disfrutar de la magia que durante ciento veinte minutos nos brindaron Gustavo Orihuela (violín), Diego Ballón (piano y teclados), Luis Daniel Iturrade (percuDOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

sincronía perfecta para dar el soporte armónico en cada pulsación de cuerdas. Y G us tavo… todo lo expresado en esta página. La riqueza de la música boliviana radica en su variedad. Eso sucedió no sólo con la elección de canciones, sino con los inv itados a acompañar al cuarteto. Calidad, renombre, juventud y experiencia, uno a uno los invitados nos deleitaron con una gama de instrumentos y voz, que regalaron una velada inolvidable. La pr ime ra sor presa f ue Álvaro

Ibáñez y su bandoneón. Sí, ¡un boliviano tocando bandoneón! Una simbiosis de música boliviana y argentina en la interpretación de Como un fueguito, de Matilde Casazola; Libertango, de Astor Piazzolla, y la recordada Merceditas, de Sixto Ríos. Luego llegó Carla Derpic, que nos transportó a las alturas interpretando una versión de Potosino soy en quenacho, cuyo timbre y dulzura se amalgamaban con la versatilidad del violín, seguido de Poco a poco, de Orlando Rojas y Mauro Núñez. Matraca al aire y arrancando las palmas de los asistentes, sonó la morenada Aromeñita, llega el Carnaval, poniéndonos en vilo a quienes estuvimos al frente. La segunda parte se inició con un solo de violín, en un sentido homenaje póstumo a Didier Lockwood, fallecido hace algo más de un mes, pionero del jazz en violín eléctrico, quien visitó nuestra ciudad en 1987, marcando una tendencia en la carrera de Gustavo. Avanzada la noche, los teclados cambiaron de manos a las de Heber Peredo, quien en un intenso y delicado tema invitó a la danza sensual de Constanza Kovalenko. La noche no podía terminar sin que disfrutáramos del último instrumento: la voz. Y qué mejor que contar con un contraste de estilos como Esther Marisol deleitándonos con Tanto te amé, de Cazasola, y la infaltable cueca La vida es linda, de Nilo Soruco, para luego recibir una versión salsa de Tanga ria, de Richard Galiano. Terminó con Les feuilles mortes, en bossa, con la voz siempre cautivante de Vero Pérez. Ya no había lugar para más sorpresas. De a poco se fue vaciando el teatro, “la 2 1” nos recibió con una brisa suave. Faltaba algo más de quince minutos para que termine el sábado, pero luego de todo lo vivido no era necesario esperar el domingo de Pascua. La esperanza ya había renacido en “el Nuna”. www.paginasiete.bo

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FOTOGALERÍA por Eduardo Montaño

FACEBOOK: EDUARDO MONTAÑO PHOTOGRAPHY

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D O S S I E R

Abril, 1952

El Gral. Hugo Ballivián presidía la Junta de Gobierno que fue derrocada por la Revolución de Abril.

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La oligarquía sobretodo terrateniente y vinculada a la minería no pudo superar la crisis política desatada por la contienda del Chaco (19321935). El gobierno de Gualberto Villarroel, estrechamente vinculado al Movimiento Nacionalista Revolucionario, había alentado reformas estatales que afectaban los intereses de los grandes mineros, y en 1945 se había llevado a cabo el Primer Congreso Indigenal que agudizó la inquietud social particularmente en el área rural. Distanciado del MNR, Villarroel fue ase-

sinado por una turba que impuso a los últimos gobernantes conservadores. En las elecciones de 1951 gana el MNR con Víctor Paz Estessoro, pero el presidente Urriolagoitia desconoce el resultado y, por tanto, la Constitución Política del Estado, y entrega el gobierno a una junta militar presidida por el Gral. Hugo Ballivián. Este proceso dio lugar, finalmente, a la insurrección popular y política del 9 de abril de 1952 que inicia la época del nacionalismo revolucionario. www.paginasiete.bo

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DOSSIER / ABRIL, 1952 por Cecilia Lanza Lobo

Reconocerse un poco indio, un poco cholo, no sólo sucedió sino que está de moda. Es una práctica políticamente correcta últimamente alentada por los vientos de cambio de la última década, en la que quien no cae, resbala.

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OMOS LOS HIJOS Y LOS NIETOS de ese país indio y mestizo que comenzó –espantado- a mirarse marrón allá por la Guerra del Chaco (1932-1935) y acabó por asumirlo a regañadientes y en batalla campal con la Revolución de 1952 cuando se decidió enfrentar a la oligarquía dominante, minera, feudal, militar, –d esde afuera o incluso desde adentro- y acabar con sus privilegios a favor de los ninguneados de siempre, aquellos que trabajaban para el patrón, semiesclavos, que no elegían a sus gobernantes, que no sabían leer ni escribir, que miraban desde abajo, que eran nada, nad ies. De ser indios pasamos a ser campesinos y obreros y, voto universal mediante, comenzamos a ser ciudadanos. Cómo no celebrar semejante epopeya. La Revolución de 1952 nacionalizó las minas, definió la reforma agraria, la reforma educativa y la diversificación económica. Fue, sin duda, una revolución política, claro, pero fue sobre todo una revolución profundamente social. La Revolución del 52 cambió el país para siempre. Pero a pesar de sus pretensiones –o precisamente por eso- se dice que aquel fue un proceso inconcluso. Cierto. Uno de sus pilares fundamentales, la Reforma Agraria, evidentemente fue abandonado a medio camino y, por confesión del propio Paz Estenssoro, dejó de ser prioridad en la Agenda de la Revolución. Y lo que sucedió fue una paradoja: las tierras devueltas y dotadas a los campesinos, sin políticas públicas de sostenimiento, fueron (semi)

abandonadas y comenzó la migración a las ciudades. No sólo fue una cuestión de supervivencia, sino de imán natural y parte del proceso mismo de ciudadanización propuesto por la propia Revolución: la ciudad se erigió en espacio de oportunidades, con sus luces y sus sombras. Fue un proceso lento pero seguro. 65 años después, siete de cada 10 bolivianos vive en las ciudades. Dicen que somos “multiresidentes” con “multiactivid ades”: vivimos yendo y viniendo del campo a la ciudad para sembrar, cosechar o bailar; que por lo tanto ya no somos sólo campesinos sino también y, al mismo tiempo, comerciantes y minibuseros. Cholos. Todavía vivimos con un pie en el campo, así sea en nuestra memoria. ¿Cómo se construye la ciudadanía de aquellos nietos y bisnietos del 52?, pregunté al sociólogo Daniel Mollericona y él respondió con otra pregunta: “¿Cuál es tu pueblo?” Recordamos ese evento histórico fundamental que fue la Revolución de 1952 con tres textos. El primero: la revolución misma. Algunos testimonios de la balacera del 9 de abril en el barrio paceño de Miraflores, donde sucedió buena parte del meollo de la contienda por la proximidad del cuartel general del Ejército y la ubicación estratégica del cerro de Laikacota. El segundo: la despedida. Una crónica del entierro de Juan Lechín, el año 2001, cuyo simbolismo es fundamental: el cambio de guardia sucedido aquel día, cuando los mineros que custodiaban el féretro del líder de los obreros aceptaron que los miembros de la Policía Militar tomaran su lugar. Mineros y clase trabajadora se habían enfrentado a los militares, guardianes históricos y miembros ellos mismos de las élites dominantes, aquel abril de 1952. Con la muerte de Lechín, ese agosto de 2001, se enterraba un pedazo de historia, sólo un pedazo, pues las piruetas del destino siguen hoy acompañándonos, entre mineros y uniformados disputando o compartiendo el poder. El tercer texto abre la puerta a la reflexión sobre el proceso de ciudadanía de los nietos y bisnietos del 52: ¿Cuál es tu pueblo? DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


DOSSIER / ABRIL, 1952

FOTO: MUSEO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL

por Mario Murillo

La bala no mata sino el destino

L Dedicado a Irma Aliaga, que partió hace poco. DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

A – I N C O N C LU S A– REVOLUCIÓN DE 1952 marcó decisivamente el destino de nuestro país. En el libro La bala no mata sino el destino: una crónica de la insurrección popular de 1952 en Bolivia (Plural 2012) intenté describir los intensos días de combate que se desataron en La Paz y Oruro en el marco de un levantamiento que puso fin a la presidencia de Hugo Ballivián e inauguró los sucesivos gobiernos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (1952).

Durante la insurrección, el barrio paceño de Miraflores fue testigo espantado pero ávido de combates intensos. La presencia del Cuartel General del Estado Mayor y del cerro de Laikakota, cuya altura y emplazamiento volvían estratégico para la acción militar, así como la conexión con el centro de la ciudad y la relativa cercanía al Palacio de Gobierno, predestinaron a Miraflores como espacio clave en el devenir de los sucesos. En las primeras horas de la mañana del miércoles 9 de abril, en la Semana Santa de 1952, Miraflores presenció un www.paginasiete.bo

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DOSSIER / ABRIL, 1952

intenso enfrentamiento entre civiles y militares. Irma Aliaga residía por entonces en el callejón Litoral, una callejuela cercana al cerro Laikakota, en pleno barrio miraflorino. Ella recuerda de esta manera cómo vivió el día del inicio de los enfrentamientos: “Nosotros planeamos ir a Achocalla porque era casi un fin de semana [era el feriado de Semana Santa], con unos amigos. Yo me levanté temprano. Arriba vivía la familia Morales y el hijo de los Morales, que tenía apenas 6 años -y seguramente copiaba la militancia de los padres-, era fanático movimientista y en el corredor de los altos él andaba con su bandera vivándolo a Paz Estenssoro. Yo me levanté temprano para ir a comprar pan, y él me dijo: ‘no salga doña Irma, la revolución está en pie, Víctor Paz triun fará’. Y como cada día me decía lo mismo, ‘ah, revolución en tu calzón’, le dije y me salí. Llegando al parque Triangular comenzó un tiroteo, para qué te digo, que tuve que llegar a gatas a la casa y no sabíamos qué pasaba y entonces comenzó la baleadura”. Al parecer, estos primeros enfrentamientos fueron entre militantes del MNR, apoyados por carabineros, contra soldados de dos compañías del Regimiento Lanza, que salieron del cuartel del Estado Mayor. Las dos compañías

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Llegando al parque Triangular comenzó un tiroteo, para qué te digo, que tuve que llegar a gatas a la casa y no sabíamos qué pasaba, y entonces comenzó la baleadura”. tenían la misión de controlar Miraflores y estuvieron luchando en las inmediaciones del Parque Triangular durante casi todo el miércoles. Cuando ya se acercaba la noche, las tropas lograron avanzar hasta el Estadio, por un lado, y hasta el cerro de Laikakota, por el otro.

La lucha en Laikakota “Yo estaba en el (Instituto) Geográfico Militar, estaba estudiando, tenía 16 años. Vinieron pues todos estos problemas con el MNR. Entonces nos sacaron. Habían dado el golpe y nos sacaron a nosotros hasta Laikakota, a las faldas; entonces ahí hemos estado toda la noche, resguardando. En Laikakota disparábamos, estábamos en la parte de abajo para poder tomar la Plaza Murillo y ahí nos hicieron retroceder”, relata Gonzalo Murillo, estudiante de ese instituto militar, a quien, junto a sus compañeros,

los militares sumaron a sus filas. El enfrentamiento en el cerro de Laikakota fue encarnizado. Los civiles lograron posicionarse en las alturas y una vez allí combatieron contra los militares que ofrecían resistencia desde la parte inferior. Irma Aliaga recuerda esta intensa batalla: “Más o menos a las cinco de la mañana, a Laikakota botaron una bomba y se llenó nuestro patio de tierra, de arena y de piedras; yo me asusté. Mi hermano vivía a la vuelta, entonces comenzaron a venir los de la revolución a averiguar, porque había una ametralladora que no cesaba de atacar a Laikakota donde estaban los milicianos. Yo les dije ‘no hay’, pero había al fondo un coronel y al frente había otro coronel [que vivían en la parte trasera de la casa]. Yo les dije ‘no hay’ porque en ese momento tú no puedes delatar. Ellos decían ‘queremos ver quién

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FOTOS: MUSEO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL

es, porque no cesa la ametralladora’. Un coronel se metió por detrás, a la casa de mi hermano, y su mujer [del coronel] sacó todas las fotos del living donde estaba [vestido] de militar”. “En Laikakota, arriba, habían abierto unas zanjas -continúa Irma-; ahí se protegían y de ahí empezaba la baleadura. Había otros que iban buscando porque todito el tiempo había una ametralladora que los fustigaba a los de arriba. Yo sólo vi a los revolucionarios que estaban arriba, y posiblemente los militares han sido los que han botado la bomba. Yo lo que me admiré es que uno con su canasta, seguramente llevando provisiones a los que estaban arriba atrincherados en Laikakota, subió en medio del balazo, se subió todito el cerro sin ni siquiera agacharse, y nosotros lo veíamos subir corriendo, teníamos miedo que ahorita le iba a caer una bala, pero él corrió con el mismo paso sin mirar atrás. Eso nos sorprendió”. El combate en el cerro de Laikakota duró toda la noche del miércoles 9 de abril, y el jueves 10 por la mañana, los milicianos lograron hacer retroceder a los militares. “Nos faltaba poco para llegar a la Plaza Murillo para tomar el Palacio de Gobierno pero lo que pasó fue que se nos empezó a acabar todo, municiones, todo, y además no llegaron los refuerzos, así que tuvimos que DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

retroceder y resguardarnos en el Estado Mayor”, recuerda Gonzalo Murillo. Después de replegarse, los soldados se refugiaron en el interior del Estado Mayor. En su retirada siguieron combatiendo por las calles de Miraflores. La fuerza popular resultaba cada vez más numerosa y los soldados sufrían derrotas en cada esquina. La falta de refuerzos -ninguno de los regimientos de El Alto pudo llegar hasta el barrio de Miraflores- y el desorden logístico hacían que el bando de los insurrectos llevara las de ganar. En horas de la tarde prácticamente todas las tropas del regimiento Lanza ya se habían refugiado en el cuartel del Estado Mayor.

La toma del cuartel del Estado Mayor En este lugar se libró una de las batallas más intensas de la insurrección. Los dos bandos combatieron hasta que los insurrectos entraron al edificio del Cuartel e hicieron prisioneros a los miembros de las tropas del Ejército que allí se defendían. Así cuenta estos hechos Gonzalo Mur il lo. “Mientras tanto seguíamos combatiendo. Y los obreros, debajo de los muertos que bajaban en volquetas, se habían metido al Hospital General. Nos atacaban desde la placita que había al frente del Estado Mayor

donde ahora es el Hospital del Niño. Hemos estado combatiendo casi un día y medio del Hospital al Estado Mayor”. Durante el enfrentamiento en el Estado Mayor, los soldados intentaron escapar pero se vieron rodeados por los insurrectos. “Ha sido un combate fuerte, ha habido mucho muerto, hemos combatido bastante. A mí, mientras había todo este combate, me llevó un capitán para que haga un hueco y pueda escapar por ahí hacia lo que es ahora la avenida Zavaleta, pero no se ha podido porque han entrado los obreros. Era cosa seria como nos han copado”. Al final, las tropas del Ejército no pudieron resistir y los insurrectos lograron tomar por la fuerza el Estado Mayor y entraron al edificio. “Al último se han entrado en gran cantidad y han tomado el Estado Mayor. Han rodeado, a nosotros nos han hecho formar una fila, a algunos los han matado”. Mientras tanto, los combates seguían en toda la ciudad de La Paz. En Villa Victoria, en el Cementerio, en El Alto, los insurrectos iban acumulando triunfos hasta conseguir la victoria final el 11 de abril. Irma Aliaga recuerda: “Bajaban a toda carrera con sus fusiles porque ya seguramente les habían dicho que todo terminó. La gente les aplaudía”. www.paginasiete.bo

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DOSSIER / ABRIL, 1952 por Gabriel Mariaca Iturri y Guillermo Mariaca Iturri

Cambio de guardia El entierro de Lechín Eran cerca de las 7 de la noche del 29 de agosto de 2001. La Plaza Villarroel de la ciudad de La Paz olía a flores, todavía se escuchaba el eco de las multitudes y nosotros seguíamos suspendidos en nuestra propia perplejidad. Dos horas antes, este lugar había sido escenario de un hecho histórico sin precedentes en la historia boliviana.

E

ra la primera vez que el pueblo enter raba en una tierra que sentía propia a uno de sus héroes, casi cincuenta años después de aquel hecho que inauguraría definitivamente el rostro moderno de Bolivia: la Revolución de abril de 1952. En el Mausoleo y Museo de la Revolución descansaba ya el cuerpo de Juan Lechín Oquendo, el Maestro, dirigente indiscutible de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, desde 1944, y de la Central Obrera Boliviana desde la Revolución.

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Ninguno de los protagonistas fundamentales de abril había tenido el privilegio de un entierro de estas características. Siles Suazo, Paz Estenssoro, Wálter Guevara, Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, descansan lejos de este panteón, como si el territorio simbólico de la Revolución no hubiera tenido un reconocimiento pleno, no hubiese sido sentido por el pueblo como suyo. Parecería que la conspiración de los fantasmas de la oligarquía los hubiera desterrado nomás del abrazo del pueblo, y los líderes intelectuales del 52 terminaron enterrados en el espacio que finalmente les correspondía, el espacio de lo privado.

Entierro de Juan Lechín Oquendo.

Al fin y al cabo, el pueblo entierra en la tierra que nos pertenece a todos a los héroes que han nacido de él mismo. Nuestros héroes, sólo entonces se convierten en un arma que nace de nuestra memoria. Pero la memoria no basta como no basta el testimonio. Por eso, cuando los líderes mueren, las élites se conmueven. Cuando mueren los héroes, el pueblo se desgarra. Y como si el proceso revolucionario de la nación moderna no hubiera estado del todo cerrado sin la presencia del cuerpo de Lechín, el pueblo se apropió de su único héroe moderno y lo enterró en el Museo de la Revolución, ese espacio que sentía comunitariamente suyo. Porque DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


FOTO: HUGO JOSÉ SUÁREZ

aún si únicamente en esos momentos la voz del pueblo era la voz del pueblo, esa voz enterró al Maestro y esa voz cantó su muerte. Dicen que la muerte iguala a todos; quizá por eso el acompañamiento al féretro rebalsó de anécdotas reveladoras de cierto gesto altiplánico que cuando venera a sus muertos busca una reconciliación con su pasado. Juan Claudio, el hijo, recibió el abrazo de decenas de personas que estuvieron con su padre o se vincularon con un pedazo de nuestro pasado. Allí estuvo presente, habiendo llegado de Potosí, la nuera de María Barzola. “Cómo no iba a venir Juanito”, le DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

dijo abrazándolo y con los ojos llenos de recuerdos. U otra, “soy la hija de Luis Gayán Contador, vengo a darte mis pé sam es”. Gayán Contador, una de las figuras tristes de la represión movimientista que en algún momento se opuso a Lechín, estuvo presente a través de su hija, como un reconocimiento más allá de la revancha política. O Freddy Márquez, el único sobreviviente de la pandilla Los Marqueses, que en julio de 1971 había dirigido la toma de la Universidad Mayor de San Andrés al frente de un grupo fascistoide, opositor de la Asamblea Popular que dirigía Lechín. Cuánta gente más, con una historia en la espalda, buscó ese

momento para exorcizar su pasado, para calmar, recordar, reconciliar, ampliar sus voces internas, sus ecos, sus recuerdos, su conciencia intranquila. Pero como la muerte iguala sobre todo a los vivos, allí también estuvieron, desde sus ventanas y con pañuelos blancos, con la amargura desamparando sus rostros, niños y ancianas, beneméritos y estudiantes universitarios, comerciantes minor istas y empresar ios. Cuando el féretro del Maestro pasó por el Mercado Yungas, más de una veintena de vendedoras que rememoraba su antigua conciencia de barzolas salieron de sus puestos y le rindieron su homenaje www.paginasiete.bo

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FOTOS: MUSEO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL

DOSSIER / ABRIL, 1952

echando flores y uniéndose a las glorias. Necesitaban convocar el mito de un proletariado anacrónico que a esas alturas ya había sido profanado por los movimientos sociales del siglo XXI: “¡Gloria a Lechín!”, “¡v iva la Federación de Mineros!”, “¡viva la Central Obrera Boli-

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v iana!”. Incluso una anciana, con la voz cascada por tanta lucha acumulada, gritó la consigna más popular de los años juveniles del MNR: “¡abajo los cachorros de la Rosca!”. Era la memoria de los momentos heroicos; era también la inevitable evidencia de su pérdida definitiva.

Dos cachorros de dinamita anunciaron la llegada del cortejo a la Plaza Villarroel a las 5 de la tarde. Cómo no, las dinamitas. Cómo no un minero con las dinamitas en bandolera anunciando la entrada de este hombre a su morada definitiva. El cuerpo de Lechín ya no le perteDOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


Cuando llegó Mónica Medina, quizá el último amor de Don Juan, llegó también la memoria de las pasiones del Maestro. Fue la última mujer que lo besó horas antes de morir. neció a su familia. El féretro fue insurreccionalmente asaltado por el pueblo mismo que, junto a los mineros, se agolpó inmediatamente alrededor de él para enterrar un proceso trascendental de nuestra historia. Lo subieron por las gradas del mausoleo y lo depositaron en DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

su interior, donde los murales de Alandia Pantoja y Wálter Solón se convirtieron más que en escenografía, en imagen viva e instantánea, un repaso condensado de la historia del Maestro. Juan Claudio esperó que el pueblo le rindiera homenaje a su padre. Parado en

la puerta trasera del mausoleo recibió interminables condolencias. Cuando llegó Mónica Medina, quizá el último amor de Don Juan, l legó también la memoria de las pasiones del Maestro. Fue la última mujer que lo besó horas antes de morir. Si Don Juan estuvo tanto tiempo www.paginasiete.bo

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FOTO: MUSEO DE LA REVOLUCIÓN NACIONAL

DOSSIER / ABRIL, 1952

con nosotros, fue también por ese apego a la vida y a sus placeres. Esa energía que le da sentido a nuestras pasiones y que nos hace humanos, y a la vez, como lo reconocería él mismo, esa fuerza que en la vida de un político lo traiciona. Mónica le hizo rememorar esas pasiones, y con su compañía le recordó que él era, sobre todo, un hombre que resistía. 009 era su número de Carnet de Identidad. Nacido en Corocoro un 19 de mayo d e 1 9 1 2 y d e p r o f e s i ó n m i n e r o. N o sabemos si ese año es el correcto. Muy probablemente sea 1914 el año verdadero de su nacimiento, pero al f inal qué importa esa clase de verdad de calendario en la vida de un político como Lechín. Lo que importa es lo que queda en la memoria del pueblo porque sobre eso construimos nuestra historia. Con su vida aprendimos que para combatir el olvido es necesaria la memoria y es necesaria la pasión. Con su entierro recordamos que es necesaria la solidaridad. En

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La guardia de trabajadores mineros todavía custodiaba el ataúd. En ese momento, ingresó al mausoleo la Policía Militar. Y sucedió: se produjo entonces el cambio de guardia. ¿Cuándo los militares se cuadraron ante los mineros? todo caso la democracia minera estará aquí para recordárnoslo. El cortejo fúnebre había partido de la Plaza Murillo a las tres y quince de la tarde. Cerca de las siete de la noche la guardia de trabajadores mineros todavía custodiaba el ataúd. En ese momento, ingresó al mausoleo otra guardia de honor. Era la guardia de la Policía Militar. Y entonces sucedió. Se cuadraron ante los mineros y dieron parte sobre su intención de reemplazarlos. Estos aceptaron y entonces se produjo el cambio de guardia.

¿Cuándo los militares se cuadraron ante los mineros? ¿Cuándo los mineros aceptaron las intenciones de los militares? Ahí, en ese gesto, se pudo comprender que el mito de un hombre como Lechín, fundado en la generosidad personal y política, pudo más que sus maniobras de dirigente sindical y candidato partidario. De haber estado vivo en ese momento y de no haber aceptado un minero ese cambio de guardia, con seguridad Lechín le habría espetado: “Oye, no seas crudo. ¿No ves que éste es otro mundo?”. DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


DOSSIER / ABRIL, 1952 por Danny Daniel Mollericona Alfaro

¿Dónde es tu pueblo? Los corpiños de lana tejidos a mano, aparte de la polera blanca y corto rojo (chor rojo, si prefieren), eran el uniforme de mis amiguitos y amiguitas para educación física en mi escuelita.

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H

ECHOS POR HABILOSAS manos de mamis ay ma r a s, e s to s corpiños les hacían sudar haaarto a las wawas; eso sí, los riñones bien cuidaditos los tenían. La mayoría veníamos pues de familias “de provincia”, es decir, teníamos “nuestro pueblo”. Al regresar de días de faltarse -coincidiendo con feriados como carnavales o Semana Santa-, se contaban en mi curso las más divertidas historias: que las papas, las vacas y los camiones; que el

campeonato, el chancho y la k’i sp iñ a ; o, incluso, que la sirena o el duende. Las wawas más afort unadas tenían dos pueblos: “su pueblo de mi mamá es…”, nos decían, y luego: “su pueblo de mi papá…”, continuaban. Y bueno, un grupo más reducido tenía sólo un pueblo, como yo. “¿Dónde es tu pueblo?”, me preguntaban. Y yo, que nunca me acordaba el nombre de mi pueblo, dudaba…para por fin responder “¡por el Lago!”, con mucha seguridad. Y no faltaba alguien que me decía “igual de mí… ¿y cómo es?”. En esa corta edad nos imaginábamos que cualquier coincidencia (el cerro con alguna forma especial, los árboles de tal o cual tamaño, o www.paginasiete.bo

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DOSSIER / ABRIL, 1952

incluso por cuántas horas duraba el viaje) era señal de que hablábamos del mismo lugar. Quién sabe, tal vez nomás éramos del mismo pueblo ¿no ves? Mi escuelita se encuentra en el lugar que he llamado siempre Alto Chijini. Así ha estado en mi memoria y ahora en mi carnet. Sorpresa grande saber que no existe como zona según la alcaldía. Alto Chijini le llamamos a ese conjunto de casitas naranjimulticolor que revocan / cuelgan en la pared de la ladera oeste de la ciudad: esas casitas con sus infinitos pueblos detrás. Mi ladera baja del Faro Murillo. Es esa ladera que va apagando la ciudad con su sombra en el atardecer para, por fin, en algún minuto inesperado, entregarla a la noche. Por esta ladera baja también serpenteando la avenida (o viborita) 9 de abril que llega hasta el puente Topáter. En la pr imera cur va antes del Faro Murillo, esa curva, mi curva, La Gruta, nací, crecí y quién sabe morí un par de veces en alguna de mis borracheras en mi callejoncito. Este callejoncito llamado Eliodoro, general en la guerra del Pacífico, que dio también nombre a la provincia donde está mi pueblo: Camacho. Así los nombres de calles o avenidas juegan

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“¿Dónde es tu pueblo?”, me preguntaban. Y yo, que nunca me acordaba el nombre de mi pueblo, dudaba… para por fin responder “¡por el Lago!”, con mucha seguridad. Y no faltaba alguien que me decía “igual de mí… ¿y cómo es?”. continuamente con la memoria de sus gentes. Así el nombre de la avenida grande recuerda a los caídos de la Revolución del 52 que lucharon por esta ladera. Así el nombre de mi callejón recuerda la pertenencia de los que poblaron el lugar por los años 80, pertenencia a la provincia Camacho, al norte de La Paz, fundada en 1908. Mi papá me cuenta que por los 70, cuando él llegó bien lloq’allita a la ciudad, las casitas eran pocas y el único transporte eran los llamados “rapid itos” que subían de la Garita hasta casi las alturas del aún inexistente El Alto. Así, medio de tierrita nomás ya estaba la avenida y las gentes sabían que otra gente había muerto años atrás luchando en la

revuelta popular que se apropió el MNR. Ahora, en lo alto de los peñascos que no han podido conquistar las casas, tres cruces decrépitas recuerdan apenas ese suceso. Recién en los 80, con los loteamientos de esas partes de cascajo, riachuelitos y eucaliptos, se establecieron completamente las casitas. Por eso la memoria colectiva remite muy poco a las hazañas de 1952; los pocos que conocían esas historias ya han partido. Los que llegaron son otros. Las gentes de mi ladera, los de “arriba” de la Buenos Aires, son esa primera generación que llegó después del nacionalismo revolucionario y su epopeya. Son los que llegaron dejando las tierras del campo que ya no alcanzaban, los que busDOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

FOTO: DANNY DANIEL MOLLERICONA ALFARO

FOTO: PIXABAY

Lago Titicaca


Alto Chijini, La Paz

caron nuevas vidas en la ciudad, los que ahora vamos y volvemos de nuestros pueblos. Llegaban y se iban en camiones, cerca al mercado Uruguay. Luego, con el paso de los años, ya El Tejar era el portal y había colectivos. Ahora sólo salen de El Alto y casi únicamente hay minibuses… ¡Ahora hay poco camión ché! DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

Mis recuerdos de wawa en el camión son bellos. Paredes altas de madera que hacían de marco para el cielo y yo echado mirando. Y en algún lugar del v iaje (seguro Achacachi), veía también desde abajo hacia esas alturas, cholas jóvenes y jovenzuelos cubiertos con viseras y chalinas, ofreciendo yemitas, humintas, p’asanqallas multicolor y quien sabe qué

cositas más en sus canastas y bolsas. Después, medio comiendo-durmiendo, medio hablando-rebotando con los barquinazos a razón del camino mala traza, nos parábamos de a ratos para estirar la columna pidiendo disculpas por la molestia a alguna ovejita amarrada de las patitas que se acomodaba a nuestro lado. Íbamos por papa, oca, habas, pescado, queso… pero principalmente por papa. Yo iba a escarbar hasta arrastrarme del dolor de espalda después de sacar dos plantitas y matar unos cinco de esos hermosos t ubérculos. Luego caminaba detrás del burro viendo esa capacidad g uinessica 1 que tiene de cagar y comer mientras camina con una carga de papa en su lomo. La vuelta era el triunfo: llegar con cargas y cargas de papa. Papa para todo el año y tal vez un poco más. Por eso a mi plato nunca le falta la papa, por eso la papa frita es manjar de dioses, y si me permiten el chauv inismo: no hay en el mundo papa más rica que la de mi pueblo ¡No hay pues! Así es mi relación con mi pueblo, de recolector de papa nomás. Uno o dos viajes anuales mantenían nuestra soberanía papalimentaria en las buenas épocas pero con el tiempo fue www.paginasiete.bo

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FOTO: DANNY DANIEL MOLLERICONA ALFARO

DOSSIER / ABRIL, 1952

Avenida 9 de Abril, La Paz

cambiando. Las vacas gordas- de papa, obviamente- redujeron a medida que los abuelitos se hacían más viejos y sus cuerpos se cansaban. La pareja de viejitos era pues la que mantenía el nexo constante entre el pueblo y la ciudad. El Pascual y la Marcela rompían la barrera de campo y ciudad con sus pasitos lentos (y seguros, claro está) en esa dinámica imparable de tránsito continuo. Mantenían los cargos de autoridad, iban a las fiestas, sembraban los alimentos… Una semana en el campo, dos semanas en su casita en Mercurio (El Alto), luego unos d í a s e n A l to Ch i j i n i ( L a Pa z) p a r a después volver al campo y así, infatigablemente, hasta que el cuerpo dijo basta. Así era su relación con su pueblo; nunca lo dejaron hasta el último aliento. En los 70 d ice que e n camión se habían venido: papá, mamá y seis wawas. Vivían primero por la calle Alcoreza (La Paz) en alquiler; luego más arriba en una

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La pareja de viejitos era pues la que mantenía el nexo constante entre el pueblo y la ciudad. Mantenían los cargos de autoridad, iban a las fiestas, sembraban los alimentos… Una semana en el campo, dos semanas en su casita en El Alto. casita propia; y finalmente llegaron en los 80 a esa última curvita, mi curvita, La Gr uta. Allí mi papá no nació pero sí creció, y quién sabe tal vez alguna vez también murió en alguna borrachera (bebe mucho menos que yo, es deportista pues). Él ya se profesionalizó y trabaja en la ciudad hasta ahora. A su pueblo nomás vuelve por papa, igual que yo. Yo no usaba corpiño de lana. Supongo que se debe a mi mamá, a que e n su

habit us minero no está inserta esa prenda. Pero ahora me imagino preguntándole a alguna wawa con polera blanca y chor rojo (corto rojo, si prefieren): “¿dónde es tu pueblo?”. Y que medio dudando me responda “¡por el Lago!”. A lo que yo le diría: “de mí igual… y ¿cómo es?”. Quién sabe, tal vez nomás somos del mismo pueblo ¿no ves? [1] NdE. De los récord Guinness DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


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ZONA A LA CARTA por Carlos Moreira Ascarrunz La Paz Maravillosa

La Paz seduce a los Masters of Wine Once de los paladares más exquisitos del mundo degustaron innovadoras propuestas culinarias junto a los mejores vinos de Tarija y Samaipata. Sabores, texturas y colores de altura para el mundo.

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USAN MCCRAITH, experta catadora inglesa de vinos, deg usta un potente vino Riesling de Campos de Solana. Es domingo por la noche en el hotel Atix de La Paz, y ella, junto a otros 10 de los mejores sommeliers del mundo, acreditados en el Institute Masters of Wine, visitan la Ciudad Maravillosa para vivir una experiencia de fusión entre vinos bolivianos (Tarija y Samaipata) y una gastronomía moderna e innovadora con ingredientes, aromas y sabores propios de La Paz. Los 11 Masters of Wine (MoW) estuvieron ocho días en suelo boliviano invitados por la presidenta de la organización Wines of Bolivia, Virginia Valdez, y cerraron su travesía con broche de oro en las alturas paceñas. Es una noche dedicada plenamente a homenajear los sabores y cualidades únicas de productos de tierras altas. El opening: un delicado carpaccio de carne chaqueña curada en ceniza de k’oa, la hierba tradicional. Éste, acompañado con queso parmesano, alcaparra, limón y aceituna es degustado junto al exquisito Riesling. Al probarlo Susan explica: “Es un poco ácido, justamente lo que se puede esperar de un buen Riesling”. Al igual que ella, sus colegas de todo el mundo comienzan a degustar las exquisitas propuestas gastronómicas junto a vinos elegidos cuida-

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Cees Van Casteren, Master of Wine desde 2012. dosamente por los mismos MoW. Sólo existen alrededor de 390 Masters of Wine en todo el mundo y su presencia en Bolivia responde a las 3.500 hectáreas de viñedos con que contamos. Y aunque denota una actividad relativamente pequeña en comparación con vecinos como Argentina con más de 200 mil hectáreas, como una noción general de todos los MoW, no se trata de cantidades sino de la altura y la calidad del vino.

“Bolivia ha estado fabricando vinos de estándar internacional” y a un “cos to muy competitivo” en el mercado mundial, especialmente con la variedad de Tannat, aseguran los expertos. Cees Van Casteren, MoW proveniente de Ámsterdam, estuvo al frente del grupo y fue quien hizo la minuciosa selección de vinos para acompañar cada plato. “La gente de Bolivia no está acostumbrada a tomar vino rosé, pero yo creo DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


Copas de Malbec de la bodega Kohlberg. que es un vino muy versátil para degustar con muchos de sus platos”, aduce. Presuroso, el personal de cocina liderado por el sous chef de 30 años de edad, José Carlos Sanjinés, comienza a emplatar el segundo paso de la cena: torrejas elaboradas con tres tipos de quinua, haciendo gala de la variedad y calidad de este cereal único en la región , acompañado con pescado de río, quesillo, pesto y huacataya. La pareja ideal: un vino Ugni Blanc de Kohlberg. “No podíamos terminar el viaje en otro lugar que no sea La Paz”, comenta Cees durante la cena. “Desde un comienzo habíamos considerado venir, pues esta experiencia no sólo tenía que ver con la degustación de vinos de altura, sino también con la gastronomía de alt ura”, agrega Luis Antelo de la Funsación Fautapo. Ambos habían sido recibidos horas antes en el mirador Jacha K’ollo, donde un amauta bendijo a los 11 MoW y los g uió en una ofrenda a la Pachamama. “Fue muy especial, realmente mágico y creo que toda la ciudad de La Paz es mágica, es el clímax de nuestro viaje”, concluye Van Casteren. En ese momento los garzones ingreDOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

san uno a uno nuevamente, esta vez con un plato de trucha del Titicaca en papillote, cocida al vapor con hierbas locales. Para acompañar, un Tannat rosé color salmón de la bodega Aranjuez, sugerencia de Cees para este plato. El velo de la media noche se atraviesa

Carpaccio de carne chaqueña acompañado de vino Riesling.

y las 11 personalidades de la cultura vitivinícola mundial saborean un último paso: helado de manzanilla y quirquiña, hierba local de propiedades aromáticas. Algunos de ellos comienzan a despedirse y alistarse para el vuelo que los devolverá a sus lugares de origen. Su presencia en La Paz marca un hito para la ciudad como destino turístico. El emporio vitivinícola mundial ha copado los mercados, sacando a flote el alto reconocimiento de la tradición del sommelier, de gente como Susan o Cees, líderes de opinión en el campo gastronómico y turístico, que dedican sus vidas a buscar la alquimia perfecta para el vino, a desarrollar un paladar y un sentido olfativo minuciosos; y así poder identificar la procedencia, calidad y cualidades del vino para recomendarlo a sus seguidores. La Paz respondió con creces a la expectativa de los paladares más exquisitos del mundo, con estos 11 invitados, M a s t e r s o f Wi n e . C o n u n a a m p l i a sonrisa, mostraron su deseo de volver y conocer más sobre la Ciudad Maravillosa y disfrutar su hospitalidad, los sabores, las vistas y la identidad que resguarda la altura de sus montañas. www.paginasiete.bo

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RETRATO por Edmundo Paz Soldán fotografía de Alejandra Reznicek

Representar las pasiones Si digo que Juan Claudio es intenso, me quedo corto. Es intenso incluso cuando se queda callado: todo lo hace con énfasis. Hay pocas cosas que no le interesen: lo suyo es la caótica dispersión. No sé si hay orden dentro del desorden, pero ¿a quién le importa? Lo que sí hay –y esto importa de verdad–, es la convicción. Jugársela por lo que uno cree. Es normal que a Juan Claudio le interese la dramaturgia, pues su concepción de la vida es teatral, dada a gestos simbólicos: estudió economía en los setenta para prepararse mejor para la revolución. Sabe que la política no está alejada de la literatura –estamos siempre representando nuestras pasiones– y también sabe que un apego al presente no implica olvidar a los mayores. Una vez, en un almuerzo con mi abuelo, lo inundó de preguntas sobre la Guerra del Chaco; le intrigaba saber por qué habían fallado los planes de guerra. A mí me llenó de consejos un invierno confuso para mi vocación; yo hubiera preferido que estuviera equivocado, pero lo cierto es que acertó en todo. Somos dados a las medias tintas, a buscar salidas que nos impidan comprometernos del todo; Juan Claudio siempre encuentra otro camino.

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Juan Claudio LechĂ­n DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18

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C A RT E L E R A Ojo al parche

por Adrián Nieve

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er un pirata implica saber luchar. Claro, nuestra lucha es ilegal y censurada, pero todos disfrutan sus beneficios. Algo así pasa con los revolucionarios. Los buenos mueren antes de ver el fruto de sus luchas, los malos se sientan en los tronos de quienes derrocaron e inician la ardua tarea de convertirse en los enemigos de una nueva revolución. Al final todo es cíclico. Pero, tal como en la piratería, que la lucha sea en cierto modo fútil no significa que no debamos emprenderla. Por eso hoy quiero mostrarles películas y series que hablan de gente que se anima a ver las cosas de manera distinta, grupos o individuos que emprenden una lucha o que se ven atrapados entre las obvias fallas de un sistema.

Loin des hommes

Por eso quiero empezar hablando de Loin des hommes (2014, David Oelhoffen. Drama), un filme francés protagonizado por el mismísimo Capitán Fantástico: Viggo Mortensen, Aragorn para los amigos. En él seguimos a un pacifista profesor francés que debe escoltar a un argelino sospechoso de asesinato mientras estalla la guerra de independencia de Argelia en 1954. Un filme penetrante, de actuaciones cautivadoras, una sutil pero poderosa banda sonora y un ritmo lento pero intenso. La película está basada en un relato corto de Albert Camus, en el que el autor absurdista habla acerca de la elección. Según él, los humanos siempre tenemos la chance de elegir y, dado que algún día todos moriremos, lo único que podemos hacer es tomar las decisiones que creemos correctas

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y estar listos para asumir la responsabilidad que traigan. Hay que aplaudir al director, pues no se dejó comer por Camus y logró establecer su tono y temáticas sin nunca abandonar el mensaje de la historia original. Vale la pena ver esta película, sea por sus paisajes, sus actuaciones, o ese mensaje absurdista que nos enfrenta ante nuestras responsabilidades frente a la realidad que nos rodea en esta nuestra única existencia. Si eso les suena demasiado complicado, no se preocupen, las películas y series a continuación tienen la virtud de poder despejar esos enredos para nutrirlos de inspiración y otras reflexiones. Hasta la vista, babies. Cualquier propuesta para una crisis existencial o aislamiento hedonista, escriban a adriannieve1285@gmail.com. DOMINGO 8 DE ABRIL 11|18


6 pelis para sacarse el parche

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CHE. EL ARGENTINO. 2008, Steven Soderbergh. Drama biográfico. La primera parte de la historia muestra al Che en la lucha de Castro contra Batista. El filme es pesado pero rescata perfectamente el espíritu realista y, a veces, romántico, de un rebelde. SUFFRAGETTE. 2015, Sarah Gavron. Drama histórico. Una película fallada pero que busca infundir en su público un mensaje urgente para tiempos como los nuestros. N O. 2012, Pablo Larraín. Drama. Quien no crea en el poder de la propaganda no escuchó sobre Goebbels o no quiere enterarse que Chile tuvo un referendo para negarle el poder a un dictador. Por como van las cosas, esta es una poderosa película para inspirarnos. ZERO DE CONDUITE. 1933, Jean Vigo. Comedia, drama. Un grupo de niños reaccionan a las rígidas reglas de ridículos personajes. Es la película que los ministerios de educación no quieren que veas. DISTRICT 9. 2009, Neil Blomkamp. Suspenso. Una raza alienígena, forzada a vivir en un barrio marginal, ve sus vidas amenazadas cuando una multinacional quiere apoderarse de sus tecnologías. Poderoso comentario sobre las políticas migratorias y raciales. H UN G E R. 2008, Steve McQueen. Drama. Una de la mejores operas primas de un director, así como el debut de Michael Fassbender, en un filme de formidable estética y trama lascerante.

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Zero de conduite

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6 series para afilar cuchillos

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THE HANDMAID’S TALE. 2017-, Bruce Miller. Drama. La serie que explora el rol de la mujer en nuestra sociedad pero desde un futuro distópico y escalofriante. Imperdible y necesaria. THE MAN IN THE HIGH CASTLE. 2015-, Frank Spotnitz. Drama. ¿Cómo sería el mundo si Hitler no hubiera sido derrotado? Basada en una novela del maestro de la ciencia ficción moderna: Philip K. Dick. WEST WORLD. 2016 - , Johnatan Nolan y Lisa Joy. Drama. Hay más de lo que parece en un parque de diversiones que emula al viejo oeste. Una serie intensa y atrapante del guionista de Memento e Interstellar. MINDHUNTER. 2017 -, Joe Penhall. Drama. A finales de los 70, un par de agentes del FBI le añaden psicología a la ciencia criminal y lo cambian todo. Con la participación de David Fincher. THE 100. 2014-, Jason Rothenberg. Acción. La tierra está devastada y algunos sobrevivientes que retornan del espacio deberán repoblarla. Una ligera pero atrapante serie. 3%. 2016-, Pedro Aguilera. Acción. Inteligente show brasileño para Netflix, donde vemos una realidad distópica, llena de promesas de un mundo mejor que quizá no existe.

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Westworld www.paginasiete.bo

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HISTORIETA por CAÍN

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DOMINGO 25 DE FEBRERO 05|18


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