Revista Rascacielos 14 |19 (7 de abril, 2019)

Manzana, un reality al revés | Paul McCartney en Buenos Aires | El niño anarquista Cartas que los niños le escriben a Dios | Gustu: Ave César | José André Montaño | Días de cine

Subcomandante

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Domingo 7 de abril de 2019. La Paz, Bolivia. Año 2.

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Domingo 7 de abril de 2019. Año 2

El reino del Subcomandante DISEÑO DE PORTADA: Valentina Vilaseca, estu-

diante de la carrera de Diseño Gráfico y Comunicación Visual de la UCB.

Rascacielos y la carrera de Diseño Gráfico y Comunicación Visual de la Universidad Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de esta revista. Coordinador: Sergio Vega Camacho. Estudiantes en pasantía: Adolfo Alba, Manuel Apaza, Laura Barahona, Osmar Oña, Fujiko Urdininea y Valentina Vilaseca.

Editora: Cecilia Lanza Lobo.

Asistente de edición: Adriana de la Rocha. Coordinadora: Claudia Daza. Redes: Fabiola Gutiérrez e Isabel Navia. Diseño editorial: Edmundo Morales. Fotografía: Cecilia Fernández, Víctor Gutiérrez, Freddy Barra-

gán y Agencias.

Publicidad revista Rascacielos: Nadia Diab Linale.

Teléfonos: (591) 2-2611709 - 75244623

Directora: Isabel Mercado Heredia. Subdirectora: Mery Vaca Villa. Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada.

Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón.

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N ALGUNA PARTE LEÍ que Iván Nogales, el fundador del teatro Trono y de la Comunidad de Productores en Artes, había propuesto que una corona –hecha de residuos, claro– fuese el símbolo del pueblo de creadores que sembró allá en Mururata, cerca de La Paz. Lo dijo a propósito de uno de los vecinos del lugar, que reclamaba ser el último rey afroboliviano. Ese sería, decía Iván un poco en broma, el único rey posible además de los niños del mundo, por supuesto.

Pero la corona de papel, de basura, de valiosos desechos, era para Iván un símbolo que reunía muchos más sentidos. La basura como el jardín de su infancia, con los niños como monarcas supremos del universo de la imaginación, de la fantasía y del planeta tierra, con todas sus maravillas y todos sus horrores. Y la corona como ironía, como símbolo apropiado magistralmente por los chicos del Centro de Diagnóstico y Terapia Varones, un centro de rehabilitación de chicos de la calle; una cárcel de menores, que ellos mismos bautizaron como Trono, allá por los años 80.

Esos chicos fueron para Iván su alma gemela, y con ellos inició un proyecto primero teatral y luego artístico, que creció de tal manera que se hizo casa grande y calle de la cultura allá en El Alto con teatro y socavón; teatro camión, pueblo de creadores, cultura viva comunitaria y muchas cosas más.

Tanto creció, tal fue el impulso de los sueños grandes de cientos de niños y jóvenes junto a Iván, que su proyecto cruzó fronteras y mares. La experiencia del teatro, del arte, como motor capaz de transformar vidas, de revolucionar el mundo políticamente desde las calles, armados de tambores, harapos coloridos, zancos y banderas, se emuló en varios países del mundo. Y fue Iván el artífice, el líder, el Subcomandante Iván al frente de su ejército de chicos, que murió el pasado 21 de marzo, aún joven. Este número de Rascacielos es para él.

Cecilia Lanza Lobo

Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Distribución: Marco Téllez. Distribución nacional: Douglas Azurduy.

Impresión: Papel Principal S.A.

Compañía Editora Luna Llena S.A. Nº de Depósito Legal: 4-3-25-10 Dirección: Achumani, Calle 9 N°6, La Paz. Teléfonos: Central: (591) 2-2611700; Comercial: (591) 2-2611731 - 2611707 - 2611709.

Suscripciones: (591) 2-2611734.

Web: www.paginasiete.bo - La Paz, Bolivia

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Domingo 7 de abril de 2019. Año 2

CECILIA LANZA LOBO es periodista, magister en Estudios Culturales. Hizo televisión y videoperiodismo. Fue subdirectora de la primera revista boliviana de periodismo narrativo Pie Izquierdo. Autora de varios textos de crónica. Dirige Rascacielos.

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IDENTIKIT / PERSONAJE / El abrazo / Alejando Azcuy Domínguez

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CARTA A UN FÉNIX / Manzana, un reality al revés / Mabel Franco

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AGENDA LaEscobaEsCultural / Claudia Daza

10 MÚSICA / Paul McCartney en Buenos

Aires. La Beatlemanía en el siglo XXI / Santiago Gutiérrez

13 CRONIQUITA / El niño anarquista /

Claudia Daza

16 CARTAS / Cartas que los niños

le escriben a Dios / Stuart Hample y Eric Marshall

18 CRÓNICA / Subcomandante Iván /

Cecilia Lanza Lobo

26 ZONA A LA CARTA / Gustu: Ave,

César / Marcela Aráuz Marañón

30 RETR ATO / José André Montaño /

Vero Pérez / Alejandro Loayza Grisi

32 DÍAS DE CINE / Buenos Aires para

todas las miradas / Isabel Navia

34 CÓMIC / Apocalicia / CTX

ABEL BELLIDO CÓRDOVA es artista plástico y caricaturista, referente de la caricatura boliviana. Ha sido ganador del Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones. Su trabajo marca una fuerte crítica social en el ámbito político como en el cotidiano vivir.

SANTIAGO GUTIÉRREZ es escritor y economista. Transita entre las lecturas, las personas y el trabajo. Busca aprender del mundo, para que algún día el mundo pueda aprender algo de él.

CLAUDIA DAZA es Piscis, ascendente Tauro y luna en Leo. Ha procurado durante años comprender dónde está Jupiter en el cielo y a pesar de eso le ha rendido pleitesía sin mirarlo.

MABEL FRANCO es periodista cultural y actual jefa de la Unidad de Espacios Escénicos Municipales de La Paz. Estudió en el colegio Lourdes, en la Universidad Católica y toma lecciones a diario, sobre todo en salas teatrales.

MARCELA ARÁUZ hace periodismo y comunicación, pero ante todo es rock y sazón. Fue periodista y editora de medios escritos nacionales y es la creadora del blog Visceral, sobre periodismo gastronómico.

VERO PÉREZ es cantante de jazz. Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana. Es vocalista del grupo Efecto Mandarina.

* Rascacielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta, diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios. Pueden enviar sus aportes a: rascacielosrevista@gmail.com. Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se comunicará con la autora o autor.

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ALEJANDRO LOAYZA GRISI es fotógrafo y cineastra paceño.

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Texto Cecilia Lanza Lobo / Foto Alejandro Azcuy Domínguez

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El abrazo

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e miraron un buen rato, frente a frente. Claudia volvió a preguntar: ¿lo reconoces?, ¿sabes quién es? Jhonny lo miró otra vez y finalmente dijo: -¡El Eddy “chascas”! Se abrazaron apretando los puños, los ojos mojados. Quizás hubieran llorado en paz si no fuera por tantos mirones, tantas cámaras que vinieron a registrar el milagro de la sobrevivencia en un mundo tan cabrón.

El día que su padre mató a su madre delante suyo y de sus hermanos y llevó a la casa a su nueva mujer, el Eddy “chascas” decidió salir a la calle y no volver nunca más. La violencia cotidiana que se asienta como polvo y se hace costra tiene un límite. El corazón vuelto piedra, de pronto estalla como dique furioso y el miedo se

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hace nudo en la garganta. Sólo así, protegido de dolores, se puede aprender a vivir en las calles y dormir bajo un puente, abrigado en una cloaca pestilente. El Eddy “chascas” tenía 11 años. Era un niño de la calle.

Con la misma decisión con la que el Eddy “chascas” dejó su casa, dejó la calle y se fue al hogar Alalay. Becado estudió cocina, trabajó en un hotel cinco estrellas y se fue a Sao Paulo, en Brasil.

Han pasado muchos años y el Eddy no ha podido deshacer ese nudo en la garganta porque no es posible. Pero ha podido bastante, aunque cargue para siempre una memoria humedecida por el llanto y el abrazo de Jhonny, allí en el puente que un día lo abrigó.

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CARTA A UN FÉNIX Mabel Franco

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a clave de un reality show es que los protagonistas sean seres reales, no ficticios. El espectador debe tener la sensación de asistir a un documental en vivo. Puede así alimentar su morbo al observar, de lejos, sin comprometerse, las miserias de esos seres que van a esforzarse por ganar un concurso sin importar cuánta de su carne tengan que poner en el asador.

De la presencia en el imaginario colectivo de ese recurso televisivo, todo un género a estas alturas, se vale Darío Torres para centrar la mirada en la familia, aunque dándole una vuelta de tuerca a este instrumento en varios sentidos, empezando con que se trata de teatro, es decir, de un encuentro cara a cara.

Manzana y el gusano debajo del tapete es una obra con muchos premios, tres de ellos de reconocimiento al texto de Torres: Adolfo Costa Du Rels, Peter Travesí y Eduardo Abaroa 2018. La familia halla en esta propuesta un argumento devastador, tanto más cuando deja de lado la tragedia para recurrir a estocadas de humor que no hacen sino dar contundencia al golpe.

Si así pasa con la lectura, la puesta en escena dirigida por el propio Torres y actuada por Jamil Estrada (Luis), Marisol Campos (Erika) y Andrea Cueto (Camilia) –como producto de la alianza entre Tetraskel Teatro y La Cueva, espacios de creación con sede en Sucre- se enriquece con las imágenes teatrales; aquellas que proponen actor/actrices/director y que revelan un trabajo de artesano para seguir el texto, pero sobre todo para rodearlo de subtextos, de aquellos que no son DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

verbo y seguramente resuenan en la memoria de los espectadores.

Con Manzana se toma conciencia que de familia sufrimos todos; por su omnipresencia, su exceso o su ausencia, su propiedad o su vecindad. Hay una red que desde el núcleo de una de ellas –la de Luis, por ejemplo- se teje hacia la sociedad, con el enorme riesgo de que te atrape, como pasó con Erika, como pasa con Camila y con el invisible niño Dani. Como conmigo o contigo.

La familia en escena resulta un extremo: violencia, violación, incesto. Un reality elige lo extremo. No son los Ingalls precisamente, aunque un trabajo de edición quizás los muestre como tales. En la sociedad “no importan las personas, yo no me importo como persona, aquí importa la familia, la familia funcional, la familia tradicional”, como dice Erika.

Es ficción, pero la realidad sobrevuela en la sala teatral. ¿Acaso no se escuchan a diario noticias sobre lo podrido que está ese núcleo de la sociedad? Es ficción, “con mi familia no te metas”, aunque la realidad hable por boca de las actrices y actor, cuando de frente al público, en el confesionario, tomen su nombre real.

Torres coloca la cámara del otro lado. No es el drama en escena lo que duele. La obra teatral actúa como el foco para que nos confesemos. Tal vez así las apariencias dejen de ser más importantes y se pueda iniciar un camino en el que la persona valga más y sea capaz de elegir; pese al padre violador, pese al marido violento, pese a la madre sacrificada, pese a la familia “perfecta”. www.paginasiete.bo

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FOTO TETRASKEL

Manzana, un reality al revés

A G E N D A LA ESCOBA esCULTURAL Claudia Daza

Nos invaden los maestros

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FOTO LASSINA COULIBAL

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OS DÍAS SE HAN estado poniendo grises.

Son d istintos, como para quedarse en casa, pero no se puede porque aparecen eventos de gigantes de los cuales es imposible escapar. Esta semana la oferta está de lujo porque todos son maestros.

Cochabamba lidera la lista con la presencia e invasión de titiriteros de nivel internacional. Y es que celebramos el Festitíteres, el Festival Internacional de títeres en su decimocuar ta versión. La fiesta se llevará a cabo en el Teatro Adela Zamudio del 9 al 12 de abril. Tendremos espectáculos clásicos, de acción, reflexión, poéticos y musicales. Los elencos, además de Bolivia, llegan de Venezuela, Chile y Argentina.

Mientras tanto, en la ciudad de La Paz estaremos recibiendo al compositor cochabambino Mauricio Canedo con su proyecto musical Mao Khan. Se presenta en el Teatro Municipal Alberto Saavedra este 12 de abril. A un año de la presentación oficial de su disco, los seguidores de su excelente propuesta lo podrán escuchar nuevamente acompañado de Ramón Rocha en la guitarra y Marcelo Aguilar en el bajo.

La grande se arma en el Teatro Nuna, ya que por primera vez en la zona Sur se presenta Música de Maestros. Tras 33 años de trayectoria, el grupo de música criolla nos hará vibrar a plan de boleros de caballería, cuecas de la guerra del Chaco y toda esa música que nos han dejado los mejores compositores de Bolivia. El encuentro será el 11 y 12 de abril. Vamos con nuestros abuelos, llevemos pañuelos y el corazón preparado para llorar.

MÚSICA AFRICANA Festival de percusiones y herencias africanas / LA PAZ / 13 de abril / 20:00 / Teatro NUNA / c. 21 de Calacoto, parada del Pumakatari / boletos: superticket.com

Y para rematar, el fin de semana se viene el I Festival BAOBAB, festival de percusiones y herencias africanas.

Luis Daniel Iturralde ha decidido mostrarnos su máxima pasión y está armando una fiesta en torno a los tambores. Este 13 de abril en el Teatro NUNA estarán Bloco Runatiña (instr umentación del noroeste brasileño), la S aya Afroboliv iana, los Caporales San Simón, y también tendremos a Lassina Co uli ba l, percusionista de Costa de Marfil que llega para dictar un taller y

para ser parte del ensamble Yelemba. El músico africano nos deleitará con ritmos mal inkes, g uineanos y de Costa de Marfil, además de exponer alg unas danzas de la región africana. Un rotundo homenaje al continente líder del ritmo y el tambor.

Vamos a terminar agotados, exhaustos, largados. Pero es que con semejante programación uno puede, de verdad, enloquecer. Vamos a los teatros, apostemos por los artistas, hagamos patria consumiendo arte.

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OTROS ANTOJOS LA PAZ

TÍTERES Festival Internacional de títeres / COCHABAMBA / del 9 al 12 de abril / 19:00 / Teatro Adela Zamudio / av. Heroínas esq. c. 25 de mayo.

para niños, Huellas de conciencia invita a niñas y niños a ser parte del taller de cine documental. Allí se desarrollarán múltiples destrezas en cuanto a escritura, investigación, fotografía, producción y mirada crítica. Sólo se necesita un celular.

MENTES OCIOSAS Trío Quarter jazz Project Group Session Ensamble / 12 de abril / Thelonious / final av. 6 de Agosto, San Jorge La tocada más loca de la bohemia paceña. Con la improvisación en su versión más colla y con invitados de lujo.

Quienes no los han escuchado, todavía no han comprendido el jazz.

Canarios Del Chaco en concierto / 13 y 14 de abril / 19:30 / Teatro Municipal Alberto Saavedra / c. Genaro Sanjinés / info: 71500783 La vida de su líder, Omar Baldivieso, se pondrá en escena a través del teatro, la danza y la música. Participarán Malambo La Paz y el ballet Charito Carazas.

TROVA Concierto de Mao Khan / LA PAZ / 12 de abril / 19:00 / Teatro Municipal Alberto Saavedra / c. Genaro Sanjinés.

Vademécum de las soledades y otros fantasmas / 9 de abril / 19:00 / Espacio Simón I. Patiño / av. Ecuador esq.

Rosendo Gutiérrez.

El Espacio Simón I. Patiño reabre sus salas de exposición con la muestra gráfica del artista Alejandro Archondo.

MÚSICA CRIOLLA Música de Maestros en concierto / LA PAZ / 11 y 12 de abril / 20:00 / Teatro NUNA / c. 21 de Calacoto, parada del Pumakatari / boletos: superticket.com DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

COCHABAMBA Taller de cine documental para niños / 13 de abril / 16:00 / ICBA Cochabamba / c. Lanza N° 727.

Dentro del marco del ciclo de talleres

PARA VIAJEROS ¿Quieren rock? Pues hay matanzas digitales por conseguir una entrada para los conciertos que se llevarán a cabo en Latinoamérica. No se diga más: a comprar entrada y de ahí planificar el viajecito.

Que el rock sea el pretexto para conocer tierras hermanas.

SANTIAGO DE CHILE

IRON MAIDEN en concierto, segunda fecha / 14 de octubre / 20:00 / Movistar Arena / Parque O’Higgins, Tupper 1941, Región Metropolitana.

La banda inglesa confirma una segunda fecha en Santiago de Chile. La venta general arrancó el 4 de abril.

BOGOTÁ FOO FIGHTERS en concierto / 1 de octubre / 15:30 / Estadio Nemesio Camacho El Campín / Carrera 30 y c. 57.

Foo Fighters vuelve a Colombia después de cuatro años. En esta ocasión llegan acompañados de Tenacious D y Weezer, quienes también estarán en Rock in Río 2019. www.paginasiete.bo

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MÚSICA Santiago Gutiérrez

Paul McCartney en Buenos Aires.

La Beatlemanía en el siglo XXI

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OS TUVIERON u n a h o r a e s c uc h a n d o d r o ga s auditivas. Sí, de esas que mencionan en internet.

Era Penny Lane pero dieciséis veces más lenta. La reprodujeron en todo el estadio, quizá para amansar a la muchedumbre. Entre la espera, alguien gritó “Eee o”. Gracias memes, gracias Bohemian Rhapsody. Toda la gente repitió al unísono “eeeeo”. No faltó un “heee heee” por ahí.

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FOTO WWW.ZURRONDELAPRENDIZ.CULT.CU/

¿Cómo es escuchar hoy, en vivo, a uno de los íconos más importantes del rock clásico, poco más de medio siglo después de su auge?

Había gente de todas las edades, costumbres y modos de celebrar. Se armaron grupos en Facebook y WhatsApp para revender entradas, hacer fila, e incluso una pareja concertó una primera cita en el concierto a través de Tinder. Hubo gente de Chile, Perú, y por supuesto, Bolivia. Muchos de ellos cortaron la oscuridad con la luz de sus celulares, procurando filmar cada momento. “Bajá el celu o te tumbo los lentes”, le gritó una señora a un tipo que se empeñaba en subir cada canción a Instagram.

Era de noche y apenas soportábamos

la espera con vasos de agua que, por fortuna, el público repartía entre sí. El cocalero (como le decían al vendedor de Coca-Cola) vendía míseros vasos a un equivalente de 20 bs. Cuando la telonera ingresó, la “droga” ya nos había amodorrado, había calmado la manía con la que ingresamos al lugar.

A la telonera, Victoria Bernardi, la vapulearon en internet. Muchos esperaban a Pedro Aznar o a Nito Mestre encendiendo el concierto, pero en su lugar estaba ella, con veinte años y sus videos musicales en YouTube. ¿Qué se decía? Por DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

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Entre la espera, alguien gritó “Eeeo”. Gracias memes, gracias Bohemian Rhapsody.

Toda la gente repitió al unísono “eeeeo”. No faltó un “heee heee” por ahí.

Mac a”; “Ooooh Paul McCartney, es un sentimiento; no puedo parar”.

Mencionar cada aspecto de las 38 canciones del repertorio extendería esto demasiado. Baste hablar de All My Loving,

donde el público se conmovió en una explosión de nostalgia. De Letting Go, un tema menor de Wings, interpretado con tal exaltación que mov ió al campo entero a corearla, incluso después de que la música hubiera cesado. De la grabación casera de In Spite of All The Danger, hecha por un Paul quinceañero en The Quarrymen (1958), vuelta a cantar, llevando a miles a corear arrobados. Del Happy Birthday sorpresa, recordando que ese mismo día era cumpleaños del baterista Abe Laboriel. Del ch’enko de saltos y empujones al compás de Love Me Do. Del homenaje a los derechos humanos en a Academia ha en tomado deci- a Blackbird , a la mujer Ladyvarias Madonna, siones para luego retroceder debido John Lennon en al enorme rechazo que H e réstas e Tohan day, a provocado. Por ejemplo, su intento porHarrientreGeorge gar los premios a mejor fotografía, son enmontaje, Something cortometraje de ficción, maquillaje y a s uyepelusposa quería durante los cortes comerciales N a n c y de e nlaM y transmisión en vivo, como siVa fueran l e n tcategoine. Del rías menores. retorno al ch’enko en Back Otra ocurrencia fueInanunciar queDel The USSR. darían un premio aaliv la película io de más ver a popular pero, antePaul las reacciones, sentado al cancelaron la idea.piano en Let It Be (alivio, Y la tercera decisión p orevocada r q u e nfue o llae participación del comediante Kevin habían conseHart como anfitrión de la ceremoguido un piano nia, quien tuvo queh hacerse a s t a apun oco lado después de sus a ndespreciables t e s) . D e l a comentarios homofóbicos. Hasta ahora no explosión piroparece que haya un reemplazo. técnica en Li ve And Let Die. De Jorge Antonio de los llantos y coros en Guerrero, Hey Jude,actor desafinama,cantados acaba de obtener la himno visa a dísimos,Ro pero como un para junto ir a Estados Unidos a participar la esperanza a miles de personas en catarsis. de la ceremonia, luego de tres solicitudessenegadas.

La con cuarta la La banda despidió lafue repetive ncidde a. Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. ción Como es costumbre, el público pidió Jason Momoa y Emma más; llegó Helter Skelter paraClarke, un último actores de la esperadísima Juego pogo. Finalmente cerraron con el medle y Tronos, /están presentade Goldende Slumbers Carryentre Thatlos Weight / The dores detan la gala.

End. Las palmas, entusiasmadas por el solo de batería, hicieron perder el ritmo a Isabel Navia Laboriel, que tuvo que arreglárselas para

Algunos datos para matizar la velada de hoy

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FOTOS SHUTTERSTOCK

un lado, que es bueno promover artistas incipientes. Por otro, que canta bien pero nada que ver con Paul. Que canta mal.

Que puro nepotismo. Que mentira, porque Paul escoge a su telonero a partir de una lista que le dan. Para colmar a los hate rs, Victoria subió una self ie en un avión, anunciando a la señora de atrás (que evidentemente no entendía nada): “Señora, el sábado toco con Paul McCartney”.

Luego entró DJ Chris. Sí, señores, un DJ. Mezcló temas de los Beatles, de Wings y de Paul con un estilo notable que fluía entre lo clásico y lo electrónico. Destacaba el mix que hizo de Jet, a lo reggae.

La hierba flotaba en el aire cada vez con m e n o s d i s imulo, hasta que un padre entre la multitud (yo no entendía cómo t uvo el valor de llevar a sus hijos a ese sector) solicitó que la dejaran.

Finalme nte Pa u l i n g r e s ó .

Los primeros acordes de A Hard Day’s Night detonaron las ovaciones. Los de atrás confirmaron lo que se temía: le habían bajado el volumen al concierto. ¿Qué había pasado? Días antes, el Campo Argentino de Polo fue clausurado, pues los vecinos registraron y denunciaron los elevados decibeles que se emitían en la zona. La clausura se había levantado, pero no se debía rebasar los 95 decibeles. Paul solía tocar a 110. La decepción se hizo notar. Aún así, el público llenó a Paul de aclamaciones. “¡Q ué buena onda!, apenas alcanzó él a responder. Las barras se hicieron escuchar a lo largo de la noche: “Olé olé olé olé, Maca,

FOTO ARCHIVO DIGITAL

MÚSICA

Dijeron que a Paul “le faltó nafta”. Ofrecer casi tres horas seguidas de concierto a los 76 años no es que te “falte nafta”. improvisar. Paul hizo ondear la bandera argentina y la del LGBT. No flameó la bandera del Reino Unido, quizá por temor a hurgar viejas heridas.

Y entonces terminó. El público exigió más, pero Paul había llegado con puntualidad inglesa y se fue del mismo modo.

Tres críticas principales surgieron desde esa misma noche en las redes: Primero, que a Paul “le faltó nafta”.

Ofrecer casi tres horas seguidas de concierto a los 76 años no es que te “f a lt e nafta”. Mantener una actitud simpática, tampoco. Pero que seas algo distante con el público, eso ya es discutible. Paul se atiene a su guión, a lo que tiene previsto decir. Eso no es malo, pero se entiende que no siente bien a todos. Gajes del oficio. Si haces del arte un trabajo de 24/7,

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te automatizas para el concierto número 2.824. Igual, lo bello del público latino (y el público argentino) es que tiende a sacudir a los músicos de tal automatismo.

Todas las barras y coros movían a Paul de su zona de confort y lo invitaban a destellar una risa genuina en medio de la rutina. “Ok, basta”, dijo riendo.

La segunda crítica no iba al artista, sino al espectador: Que el público le dio una acogida indiferente, apagada, a Paul. ¡Vaya! ¡Pero si hubo momentos en que Paul retrocedió un paso, asombrado por los gritos del público! Qué loable del público exigirse así. Ciertamente hubo gente mayor, niños, y todo tipo de individuos que no estaban prestos a empujarse y gritar hasta la médula, pero esa variedad enriqueció aún más el recital.

La tercera crítica, por supuesto, fue al sonido reducido.

Por casi tres horas fue difícil recordar al mundo fuera de la eternidad cercada en el Campo. Tal vez la Beatlemanía no sea como antes, tal vez al día siguiente volvieron todos a la rutina, pero por un momento pudo compartirse entre miles lo que en el día a día ya no se manifiesta: un sinfín de laberintos de vidas que se entrecruzan en la misma música.

Toda extensión de línea tiene puntos infinitos. Algunas líneas son más largas que otras y, por ende, poseen mayor infinitud. La recta que deriva de los Beatles es una de ellas. De 1962 derivó una infinitud que llega a nuestros días. Era difícil creer que había terminado, y yo aún no lo creo.

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CRONIQUITA Claudia Daza Ilustraciones Abecor

El niño anarquista Dejó la escuela desde pequeño porque optó por la educación autodidacta.

En su chuspa cargaba un libro de Gandhi. Un lector voraz que a sus 12 años leía a Marx. “Soy anarquista”, decía.

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CRONIQUITA

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AY G E N T E escondida en los pueblos y con hist o r i a s q u e s o rp r e n d e n a muchos principiantes. Así es como un chico me dio una lección de vida en menos de una hora.

Cochabamba, 2014. Estaba destinada a cubrir un encuentro departamental de niños. Me llevaron a Tiquipaya para entrevistar a líderes pequeños, a estudiantes de varias escuelas rurales cochabambinas. Habían estado debatiendo toda la mañana sobre sus demandas regionales y educativas.

Cartulinas desplegadas en las paredes, trabajo en grupo, merienda, participación de varios expositores. Entrevista aquí, entrevista allá, la nota estaba clara.

Pero a la mitad del trabajo, una maestra se me acercó. Sabía que yo era periodista de PICA (Programas Inteligentes Con Adolescentes). Su gesto era sugerente y no dudó en darme el nombre de un niño que resultó ser muy especial.

— Señorita, venga un ratito, debería entrevistarlo a este chico.

Lo apuntó y ahí estaba él, con sus 12 años de edad, su chuspa, callado y atento a la reunión escolar.

— Es marxista.

En ese instante lo miré con más atención, ya tenía la película armada en mi cabeza. Me olvidé por completo de la reunión estudiantil.

— Es bien especial. Lee mucho.

Cuando se acercó a mi llamado, me dio la mano como lo hacen los adultos. Hablé con él como media hora, viendo las posibilidades, su universo, su mundo. Era algo tímido al principio. Había decidido no ir a la escuela desde pequeño y optó por el método autodidacta. No se diga más. Lo que me dijo ese día quedó plasmado como una de las mejores entrevistas de mi vida y una de las joyas más valiosas en PICA.

El pequeño autodidacta Se presentó como un lector, lo hice sentar a los pies de un árbol y sacó un libro de su chuspa para leerlo. Era un libro de Gandhi, un libro trajinado, un libro gordo, era un libro del tata Gandhi y su lector tenía 12 años. Mi corazón a mil por hora.

Escogió algunas páginas y se dejó grabar. Me explicó que su papá le había enseñado a leer y que no necesitaba de la escuela,

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que había sido su decisión y que su fascinante aventura había comenzado a los nueve años.

— Eso no me da vergüenza, porque ha sido cuando yo quería. Y siempre aprovecho cualquier libro y lo disfruto como el mejor regalo más hermoso que pueda existir- dijo seguro, orgulloso, desafiante.

Un cachito, pausa. ¿Qué hace entonces un niño que ha decidido no ir al colegio en un encuentro de varias escuelas rurales?

Quizás ahora sí optó por las aulas, pensaba, mientras él me explicaba su fascinación por los libros. Su mirada corría mientras leía. Un lector voraz, una mirada analítica, una sombra pensante, un chico que cuestiona; todo eso registraba mi cámara mientras él se abandonaba a Gandhi y sus enseñanzas.

— Agarraba un libro y leía y leía. Y creo que a veces no cachaba, no me encontraba, no encontraba el sentido y lo dejaba. Empezaba otro y lo dejaba, y así es cuando más te cultivas y cultivas y avanzas.

Cambio de plano, nueva locación dentro de la misma casa.

Sus palabras bastaban y sobraban, no eran necesarios más planos de apoyo. Había que verlo hablando, mirando a la cámara, explicando su sentido de vida.

Marxismo para principiantes Había que enumerar sus escritores de cabecera. Me imaginé su estante de libros, sus chuspas llenas de textos, sus tardes leyendo bajo la sombra de un árbol, su sonrisa descubriendo nuevas ideas, libre de los exámenes y las tareas. Él, como todo buen lector, hizo un repaso de todo lo que se leyó, DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

Se presentó como lector y sacó un libro de su chuspa. Era un libro gordo, de Gandhi, y su lector tenía 12 años. Había decidido no ir a la escuela desde pequeño y optó por el método autodidacta.

de manera desordenada. Nombró Quinoterapia y Mafalda, los primeros habitantes de su pensamiento. Después había pasado por Paulo Coelho, y lo nombró sin ningún problema ni ese prejuicio que se tiene con los libros de autoayuda. De ahí saltó a Julio Verne, mostrándonos que él era un ciudadano del mundo, que conocía el centro de la tierra, los océanos y la luna.

Por supuesto nombró el libro que tenía en sus manos y también a Eduardo Galeano y su Fútbol a sol y sombra. De ahí soltó el plato fuerte: Marxismo para principiantes y también el Manifiesto Comunista.

Muy bien, la entrevista se estaba complicando. Yo ya no me sentía a su nivel. Este niño comenzaba a enumerar títulos, aprendizajes, citas y autores, pero también sabiduría, y me dejaba chiquita. Cada rato me metía goles con sus declaraciones, como para abandonar la cámara y tomar apuntes en un cuaderno. Ya no era el niño tímido que había conocido hace media hora. Era todo un canchero que fluía con gran elocuencia. Al hablar del Manifiesto Comunista, decía que Marx le parecía grande y admirable.

Anarquismo como regla — ¿Y cómo te ven los demás? ¿No te molestan?

Sonrió. Sabía por dónde iba la charla. Me aclaró que no era nerd y que tampoco era ningún santito. Explicó que su vida era normal, que a veces era irresponsable como cualquier chico; pero eso sí, se consideraba anarquista.

— Me considero anarquista porque cada persona tiene el derecho de gobernarse a sí misma. Tú eres el único responsaDOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

ble de lo que eres y creo que yo sí sé gobernarme a mí mismo. Si no cumplo, tengo mis propias sanciones. Cómo yo aprendo es como me he enganchado. Los chicos de acá han entrado a la escuela desde los cinco años y se han enganchado, seguro que si les ofrezco estudiar como yo, no van a querer porque es su forma, y lo respeto.

Ahora, la pregunta para disipar mi duda inicial: ¿Por qué había ido con esos chicos de colegio? Su acto era noble, había decidido acudir a la escuela para sumar como estudiante para que no la cerraran. Lo había hecho por sus compañeros que sí querían estudiar. Por supuesto, sus profesores no lo molestaban y era tan libre como quería.

Momento de volver a las aulas para definir presidentes y autoridades rurales. La entrevista había terminado y el pequeño se despidió señalando lo orgulloso que se sentía siendo campesino. Entró con sus compañeros, que lo habían postulado como la máxima autoridad. Sin embargo, fiel a su anarquismo, lo rechazó.

Años han pasado y nuestro niño anarquista ha sido viralizado en las redes sociales. Replicaron la entrevista en muchísimas plataformas activistas, con miles de “me gusta” y visualizaciones. Después nos enteramos que ya no deseaba hacer entrevistas. Es posible que le molestara la fama. Me siento responsable.

Lo vi de nuevo hace unos meses en el estreno de la película Ukamau y ké en Ciudad Satélite. Está grandote, ya con 18 años.

Casi no lo reconozco. Cuanto lo vi presentí que era alguien especial; lo miré por varios minutos y cuando me di cuenta de quién se trataba, me arrebaté. Me acerqué, nos abrazamos, charlamos por un rato, nos tomamos una selfie, nos prometimos un café, y mi llamada aún está pendiente. Tengo miedo, me inquieta encontrarme nuevamente con un gigante que ahora transita por la ciudad de El Alto, que ve documentales como el de Abraham Bojórquez, que se esconde bajo su propia rebeldía, que escucha Pink Floyd, que camina con la misma humildad, que leyó a Marx cuando era niño y me dio una lección. www.paginasiete.bo

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CARTAS Recopilación de Stuart Hample y Eric Marshall / Ilustraciones de Tom Bloom *

Cartas que los niños le escriben a Dios Entre deseos fervientes, confesiones y confidencias, estas son inquisitivas, serias y divertidas cartas escritas por niños a Dios. ¡Quién como ellos!

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[*] Texto tomado del libro Cartas que los niĂąos le escriben a Dios, editorial Norma, Colombia, 1995.

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CRÓNICA Cecilia Lanza Lobo

Subcomandante

ILUSTRACIÓN MANUEL APAZA / DGR-UCB

IVÁN

Al frente de un ejército de niños, de changos, de soñadores, de constructores de un mundo posible a través del arte, sin importar la edad, está él. El suyo es un ejército de infantería.

La calle, la tierra, la piedra.

Y el tanque. Un tráiler para deslizarse a ras del suelo por todos los rincones del país con su ejército armado hasta los dientes.

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L

LEVAN TAMBORES, baquetas, pelotas, zancos, matracas, latas, pinturas y cajas y maletas y cintas, gorros y telas coloridas como trajes de combate. Armados de narices rojas, gigantes sobre zancos, tamb ores ret umbando, anuncian su llegada; el rostro blanco de mimos poderosos.

Son los guerreros de la Comunidad de Productores en Artes, Compa. Al frente va el Subcomandante Iván.

Primer acto / El Trono

— “¡Ya no jodas, Negro color verga!”

Y otra vez: — “¡Ya no jodas, Negro color verga!”

Grita el changuito, en medio de los mocos y el llanto, al matón del lugar: otro chango más grande que, siguiendo la ley universal del más fuerte, tiene a su presa agarrada por el cogote y le propina secos cocachos en la cabeza de mechas alborotadas. Desde sus ventanas, los demás changos admirando en sus adentros la valentía, ríen ante la escena: un chiquitín envalentonado frente a una verga negra propinando cocachos. Las palabras pueden más que los golpes, el fortachón se retira mascullando el ridículo. El changuito se levanta sorbiendo los mocos, casi sonriente, sacude el pantalón remendado, la www.paginasiete.bo

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CRÓNICA

chompa grande: “Negro verga, mejor que igual que su abuela, igual que sus tíos, no joda”, dice bajito y se va. hasta que murieron de tanto beber: su Sucedió a fines de 1989, oct ubre, abuela, su mamá, sus tíos. Y de tanto noviembre, en ese cuadrilátero llamado buscar a su padre el Ch’ila lo encontró, pero Centro de Diagnóstico y Terapia Varones, éste lo castigaba de tal manera que un día en La Paz, que en los años 70 se llamaba de esos se marchó para siempre. “La calle es Patronato de Menores. Un albergue del mi casa”, decía el Ch’ila y la añoraba más Estado para aquellos niños y jóvenes de que a nadie, encerrado en el Trono. entre 5 y hasta 20 años, recogidos de las En el Trono también estaba el Gustavo calles cometiendo alguna fechoría. Decir (El avión), y muchos años más tarde, en albergue, por lo menos en esos años y una terraza de la ciudad de El Alto, me mucho tiempo después, fue muy genedijo: “¿Sabes que pasa?, que los changos roso. Esa era más bien una cárcel de ahí le llamábamos Trono porque es como menores luego conocida para siempre si fueras un rey sin corona. Estás como en como Trono, donde los más chiquitos una jaula de cuatro paredes donde te aliconstruían así sus armaduras: “¡Ya no mentan, te dan todo, y lo único que haces jodas, Negro color verga!” hasta las 9 de mañana es…, bueno, limpias Allí estaba ese día el Juan y miraba los dormitorios, la cocina, etc., después desde su ventana, muerto de risa. Había estás ahí… botado. llegado algún día de ese memorable 1989.

Pero Trono significaba sobre todo No sabe cómo pero apareció en un dormi“tronar: has tronado, has cagado” (te fretorio del tercer piso; lo habían subido Las memorias del fuego (México, 1995) gaste, estás chau). cargado, estaba borracho y no s e a c u e r d a . Te n í a 1 3 a ñ o s Segundo acto / El Iván aunque parecía de 10. Le decían Ch’ila y hace rato que el Ch’ila vivía en la calle. De él recuerdo 15 de julio de 1970. Ha nacido las gotas de lluvia en sus pies. su hermana menor. Están todos Resulta que el día de su cumen la maternidad, y su papá, pleaños número 9, 10, 11, quién Indalecio, tiene a la niña en sabe, el Ch’ila ansiaba tanto un brazos, le susurra algo al oído, no regalo que cuando su mamá lo puede contener las lágrimas. abrazó, él temió que ese fuera su —¿Qué te pasa?, pregunta su regalo. La acompañó a su puesto muje r.—Nada, es la emoción, del mercado como todos los días, responde él. Cierto. Pero sobre se fue a jugar allicitos, cuando un todo era cierto que l loraba señor se le acercó: “No tengas porque minutos después partimiedo –le dijo– soy tu papá”, y le Iván y el Ch’ila. ría para no volver jamás. dejó un par de tenis blancos.

“Mi papá era de un pueblo ¡Qué regalo! Al día siguiente, c e r c a d e O r u r o, m i m a m á estaba el Ch’ila flotando en sus también era de un pueblo que te nis blancos cuando otro se llama Eucaliptus. Se conohombre se le acercó, le ofreció cieron en las fiestas patronales miles de regalos a cambio de sus del 6 de agosto. Se casaron. tenis blancos y nunca más apareLuego en La Paz, vivieron por ció. Se los robó. El Ch’ila tuvo que Tembladerani. Mi papá era un volver a su casa con bolsas en los excelente futbolista, jugó en pies. Llovía y las gotas le hacían San José, jugó en el Always cosquillitas.

Ready, así llegó a Eucaliptus”, El Ch’ila amaba tanto a su me contó Iván hace años, casi mamá que no quiso tener treinta, y desde entonces cada padrastro y se marchó. Además, que paso por Eucaliptus rumbo su madre bebía demasiado, Con los zapatistas (Chiapas, 1997) y junto a Sieteteatrisa Oruro y Cochabamba pienso tas de Argentina (México, 1997)

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FOTOS EL MAÑANA ES HOY, 1998

Ch’ila, Iván y otros actores del teatro Trono, en su casa de El Alto.

“El Iván llegó al Trono en la Navidad de 1989 para hacer teatro. Nosotros éramos changos de la calle, o vagabundos… Cuando el Iván ha hecho eso... ¡le ha encantado!” en él. Iván me regaló ese hermoso nombre: Eucaliptus.

“Viajaba con frecuencia, pero recuerdo exactamente su mirada aquel día que me dijo adiós. Me dio un beso eterno y un abrazo que hasta ahora me ha quedado en el cuerpo. Lloré como el niño que fui cuando se va su papá. Pero creo que lloraba aún más, porque era un niño con la certeza de que su papá nunca volverá. Sus pasos se alejaban, se dio media vuelta DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

y vi su rostro mojado y sus lágrimas que le chorreaban. Quise correr para abrazarlo pero ya estaba muy lejos. Es el adiós que más me duele hasta ahora”.

Así leyó el Iván un fragmento de su vida y dijo después, en su casa allá en El Alto, que habían días en que, ya grande, en algunas farras con sus compañeros de Sociología en la UMSA hasta hablaba con él creyendo que algún rato iba a volver.

Algunas mañanas incluso despertaba con la cara mojada por las lágrimas. Había soñado con su papá.

“Mi padre está marcado por una bella opción en su vida que es intentar construir el socialismo. Era militante de un partido de izquierda, dirigente sindical de la poderosa fábrica Said –dice el Iván, luego lee–: Se fue para Teoponte (la guerrilla,1970), enarbolando ideales que le permitan cumplir su promesa. Una generación de soñadores dio su vida junto a mi padre. En ese entonces, con mis casi siete años en ese momento, lo único que podía yo hacer era esperar a que cumpla su promesa. Mientras tanto, lo recuerdo a él y al Che; los mantengo vivos en mi corazón”. www.paginasiete.bo

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El arte canaliza energías y es posible construir nuevos liderazgos. Muchos chicos han cambiado sus vidas orientadas a la justicia, a la libertad... Por eso el arte es tan maravilloso, tan peligroso, tan subversivo.

Así nacen los mitos, dijo aquella vez el Iván, sentado al centro de un escenario, la voz serena, la cabeza redondita tempranamente calva, la tez morena, los ojos achinados, negros como uvas frescas, brillando inquietos como buscando algo, siempre. Pero se apuró en aclarar que Indalecio, su padre, no era esa imagen pesada como le había planteado yo, sino más bien un impulso al que se sumaban inquietudes inevitables: la “perfecta miseria” en la que vivió y el ñ’eque de Elba, su madre, que le enseñó a perseguir las metas imposibles y, tozuda como era, logró inscribirlo en la universidad. Así que entre Elba y el tronco de principios dejado por Indalecio, el Iván solo tuvo una salida: sacarle provecho a todo. Por eso vivir en un barrio pobre, de casas pobres, sin paredes y cerca de los basurales, fue más bien una ventaja.

Tercer acto / El espejo Varios niños vestidos con harapos (de colores), tirantes que sostienen sus pantalones y narices pintadas de rojo, venden flores, venden periódicos, hurgan en la basura, buscan

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y encuentran tesoritos para jugar. Irrumpe en la escena un policía, la cara colorada, armado de una cachiporra en alto.

Grita: —“¡Aaaaalto ahí!”

Los niños corren, desaparecen de la vista. El policía copa el lugar: — “¡Eeeesta es mi plaza! ¡El que quiera entrar aquí…! ¡poniendo!”

Se pasea, mira, y remata: —“¡Pendejos!”

(Vida de perros, 1989) Gustavo, El avión, cuenta que el Iván llegó al Trono cerca de la Navidad de 1989 para hacer teatro con los chicos de aquel Centro. “Nosotros éramos changos de la calle, o vagabundos…

Un tiempo yo estaba ahí porque no podía estar con mi familia.

Yo era más un chango de hogares. Y ahí lo hemos conocido al Iván. Él ha comenzado con un proyecto de tres meses de preparación para ese festival (en cinco centros de menores, DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

FOTOS IZQ. Y DER., ARRIBA, MARIO ALBERTO SINIAWSKI

CRÓNICA

ese lugar, a ese nombre, a esas vidas, y lo lograron de tal manera que “trono”, la palabra, nunca más tuvo el mismo sentido no únicamente para ellos sino en el imaginario de todo el país.

Pero antes, el Iván tuvo que gestionar –¡uf!– la salida de los chicos del albergue aquel. No era su pariente, no era un millonario que buscaba aliviar su conciencia, no. Era un actor de teatro que ofrecía transformar las vidas de esos chicos metidos en drogas, en alcohol, en abandonos y penas insondables.

— “Señor: ¿cuándo me voy a ir?”, pregunta un niño vestido con aquel traje de harapos coloridos.

— “¿Nombre ?”, responde el burócrata, frente a su máquina de escribir.

— “Juan Pérez”.

— “A ver… Juanito Pérez, mmm… Faltan unas firmitas y en tres semanas te vas. Vuelve la próxima semana ¿ya?”

(El meón, 1991) Y así, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, visitando esa oficina en la que se tramita sin éxito su traslado desde el Trono a un hogar de niños, “El meón” (personaje de la obra) pierde la paciencia y se hace pis sobre el escritorio.

“Igualito me ha pasado –dice El Avión–, hasta que un día me he ca..g…ado. ¡Zaz! me he trepado la pared y... listo”.

Seis o siete chicos del Trono decidieron seguir al Iván. Se enamoraron del sueño, del proyecto de hacer teatro popular FOTOS IZQ. TRANSPARENCIA.BO / DER. GROVER FLORES

dependientes del Estado). Yo he trabajado con uno de sus cuates. Me he metido al mimo y canto. El Iván ha hecho teatro con otro grupo. Y cuando hemos hecho esto… –hace una breve pausa, y el resto le sale desde el alma–: al Iván… le ha encantado…”

Miro un video muy antiguo, debe ser de principios de los años 80, cuando el Iván estaba en la universidad y hacía ya teatro callejero. Jovencito, gesticula y camina de un lado al otro, actúa para la gente que se ha agrupado en círculo para mirarlo, escucharlo, los niños ríen. Tiene puesto un saco negro y en la cabeza lleva un sombrerito al estilo Robin Hood.

No hacía mucho que en Bolivia habíamos recuperado la democracia y para el Iván, Banzer, García Meza fueron “sus mejores catedráticos”, me dirá muchos años después, porque gracias a ellos aprendió a luchar por los derechos humanos.

Entonces, su padre, el Che, la dictadura… “ fueron ese legado y esa memoria que me empujan a buscar personas como en un espejo: aquello que posiblemente se parece a mí. Le llamé sectores excluidos, marginales. Por eso escogí la sociología y el teatro. Ahí busqué a los mineros, campesinos, mujeres de pollera, muchos niños y jóvenes de mi barrio. Así encontré a los chicos de la calle el año 89”.

Ese año cambió su vida. Y cambió también la vida de algunos de los chicos del Trono que, sin nada que perder, formaron un grupo de teatro al que bautizaron precisamente con ese nombre: Trono, porque había que cambiarle el sentido a

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callejero, de contar y encarnar sus propias vidas cuestionando a la sociedad y sus dobleces; y quizás también lo siguieron porque a caballo regalado no se le miran los dientes: buscaban su libertad y listo. Allí estaba el Ch’ila (Juan Santos Cornejo), El Fantasma (Claudio Urey), el Fantasmita (Angel Urey) y varios más. El Avión les dio alcance poco después.

El Iván creía tanto en ellos que se los llevó a su casa, un cuarto de 3x6 metros en Ciudad Satélite, en El Alto. Allí vivieron años sobreviviendo porque los chicos tenían que salir a actuar a la calle porque si no actuaban, no se comía. Le robaron… pasó de todo, contaba él, moviendo la cabeza, sonriendo con memoria porque no, no lo volvería a hacer. “Bella experiencia, con mucha poesía en la vida pero no la repito de esa manera.

Ya hemos crecido y creo que podemos repetirla de otra manera”.

Pero el Iván había encontrado su espejo, ellos eran su alma gemela de alguna otra v ida, quién sabe, porque a pesar de sí mismo, el teatro Trono, a pesar de ser luego muchas, muchísimas cosas más, nunca pudo desprenderse completamente de su imagen como teatro de los chicos de la calle.

Cuarto acto / Volar “Estamos hablando de dos generaciones (luego varias más). Porque el teatro Trono… –no sé, mucha gente lo publicita así, quizás es una imagen lastimera– se sigue publicitando como chicos de la calle. Es una parte maravillosa de nuestra historia pero ahora la mayor parte de los chicos no son chicos de la calle, son chicos de este barrio, de El Alto”, explicaba así el Iván el proyecto, que para el año 2005, que fue cuando hablamos, era ya una casa de siete pisos.

Habían pasado 15 años desde que les planteó a esos chicos la idea de volar, de soñar en grande, muy grande. Quería formar una Comunidad de Productores en Artes cuyo puntal fuese el teatro, claro, pero no sólo: tenían que estar todas las artes. Y lo hizo. Movió cielo y tierra, literalmente, y ahí está esa casa de la cultura abierta a la música, la danza, el circo, los audiovisuales, la fotografía y demás artes. El teatro en el centro de la casa, en el corazón, y en los cimientos la mina, el socavón, “para no

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olvidar nunca, quiénes somos y de dónde venimos”, dijo aquella vez, y nos metimos al socavón que había construido en la base de la casa. Entre sus vecinos, allá en El Alto, había mucho minero relocalizado.

Pero además esa no era –no es– una casa cualquiera. La casa que el Iván levantó junto con los chicos es un monumento a sí mismos, a la propia ciudad de El Alto. Una alegoría hecha de retazos, de deshechos, de cositas; los harapos de la ciudad. Pero harapos capaces de erigir montañas. En esos 15 años había pasado tanto que ningún tiempo era suficiente para escuchar al Iván relatando tantos proyectos, que además los tenía perfectamente registrados con nombres, fechas, kilómetros recorridos… y, claro, afectos.

El Ch’ila, que en los años del Trono mostró su enorme, su increíble talento con tanta energía, con tanta solvencia, la cara pintada de blanco, el mimo más dotado del lugar, con la quijada algo salida y en la frente el cabello en crin, ocurrente como ninguno, ya no estaba. El Ch’ila aparecía y desaparecía.

Vivía botado en alguna jardinera de la ciudad, bebiendo, los pies descalzos bajo la lluvia que le hacía cosquillitas. Varias veces lo buscamos preguntado por aquí y por allá. Varias veces el Iván lo llevó de vuelta a la casa grande, lo desintoxicaron meses, trabajó de nuevo, brilló, viajó a Alemania con el grupo por enésima vez, y de vuelta a la calle, al alcohol, persiguiendo su propio destino, hasta que algún día el Ch’ila murió. Ojalá lo haya hecho flotando en sus tenis blancos.

Claudio, el Fantasma, como muchos de ellos después, era su orgullo. Se había ido a Santa Cruz y estaba a cargo de Compa allá donde habían instalado una sucursal, igual que en Cochabamba y en Chicago, Estados Unidos. Y es que muy pronto comenzaron a viajar por el mundo entero literalmente.

Primero al Perú, al Festival de Cine y Video Indígena, luego a México, al Encuentro Internacional de Arte Popular. Y el resto es historia. No es posible mencionar la cantidad de viajes que hicieron por decenas de países del mundo, ciudades y pueblos.

No sólo como visitantes sino como paridores, fundadores, exportadores de ese proyecto suyo que los gringos y europeos emularon para transformar el mundo, contra viento y marea.

La casa del Iván, la Comunidad de Productores en Artes, DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

FOTO PÁGINA SIETE / 2018

ILUSTRACIÓN LAURA BARAHONA / DGR-UCB

CRÓNICA

no podía crecer más arriba “¡si le pongo un piso más se va a caer!” reía el Iván. Por eso creció hacia la calle y el Iván logró que fuese la primera calle de la cultura del país; se volvió también móvil con el Teatro Camión que recorrió todos los rincones del país; y creció también en un pueblo allá en Mururata, cerca de La Paz, donde el Iván soñó desde un principio con fundar un “pueblo de creadores”. Compró 4 hectáreas y el pueblo está ahí, creciendo.

Epílogo Compa y el teatro Trono cumplen este año su aniversario número 30. El Iván decía que una de las dificultades del teatro en el país era que no existía una larga tradición de grupos de teatro con larga vida en actividad permanente, 30, 40 años. Su tozudez, igual que la de su madre, hizo que él al frente del Trono lo lograra.

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Fueron más de 25 viajes del teatro Trono a Europa. “En cada viaje hacemos entre 12 mil y 14 mil kilómetros”, contaba el Iván preciso como era, recordando las mil y un aventuras y experiencias que pasaron en todos los países que visitaron metidos en un pequeño bus en el que recorrían escuelas, centros culturales, centros de hippies, hoteles cinco estrellas, de todo, en países como Francia, España, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Italia y Alemania. En América Latina, de punta a canto, el Iván era también un líder.

Si miras el mapa, Teoponte queda más arriba, no muy lejos de Mururata. Allí en Teoponte murió Indalecio, su comandante, buscando refundar el mundo. Su hijo, el Iván, lo logró. El Iván decía que era la cola de su papá porque de niño lo seguía a todas partes; sentado sobre sus hombros se sentía un gigante. La madrugada del 21 de marzo pasado, a los 55 años, el Iván murió. Estará nuevamente sobre esos hombros, gigante y feliz, el Subcomandante Iván. www.paginasiete.bo

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ZONA A LA CARTA Marcela Araúz Marañón Fotos de Paola Lambertin

Gustu: Ave, César

Cangr Cangrejitos ejitos montados montados sobre sobre una tortilla tortilla.

El Menú Bolivia es un reto más que una propuesta gastronómica. Gustu incluye en esta carta de degustaciones larvas, motacú, lagarto, cangrejitos y “caviar” de asaí, entre otros peculiares ingredientes. Se trata de un menú de contundente influencia amazónica que se sitúa en el podio de las propuestas de la alta cocina boliviana. Fuimos a probarlo con la emoción de quien se lanza a experimentar un deporte extremo.

L

A PRIMERA VEZ que fui a Gustu, yo parecía un cachorro obstinado viendo a través del ventanal de esa cocina, un cachorro que meneaba frenético la cola como quien implora la caricia de la chef danesa

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Kamilla Seidler. Una caricia.

Hoy, con tanto respeto como certeza, puedo decir: qué bien le hizo a esa cocina y a Bolivia el alejamiento de la maestra cocinera, ese ícono europeo. Hoy Gustu demuestra haber labrado no sólo gastronomía contemporánea de primer nivel sino –y más importante aún– una identidad.

El Menú Bolivia es una osadía de nuestro escenario gastronómico. Esa composición de platillos de degustación resume el concepto contemporáneo de la comida: no basta con que un bocado sea delicioso, debe prometer una experiencia.

Se trata de 15 propuestas en raciones austeras, aunque más que suficientes; DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

Cerdo asado, puré de palmito y umeboshi de ciruelo.

Caviar de asaí con amaranto y almendras amazónicas.

desde sabores conocidos y al mismo tiempo enaltecidos mediante técnica o experimentación, hasta impredecibles exotismos, impredecibles incluso para paladares exploradores.

El punto elevado –que rescataré en cualquier propuesta culinaria– es que esas peculiaridades y sabores son alcanzados a fuerza de ingredientes bolivianos, algunos extraídos desde recónditos lugares.

La primera vez que comí en Gustu fue en 2013. Recuerdo claramente que al probar la carne de llama asada con miel, sentí mareos. No exagero. Y los sentí de nuevo en el postre, con el helado de chirimoya con salsa de ají chuquisaqueño. Era una fascinación casi anunciada.

Hoy veo el proceso de evolución de esa cocina en el hecho de que a mi paladar, ya fascinarse no le es suficiente. Siento que en Gustu mi paladar reflexiona. Eso se agradece, siempre. Por eso hablaba de la buena noticia que fue la partida de la chef Kamilla, porque tras haber formado a cientos de buenos cocineros y haber regado atrevimiento y creatividad como mayor influencia pedagógica, dejó como herencia la infinita posibilidad de crear.

momentos descollantes que tuve con el Menú Bolivia.

Marsia Taha es la chef ejecutiva de la cocina de Gustu, la que lleva la batuta de esos fogones y ha esculpido una personalidad en la creación de platillos. Que no les engañe su palabra dulce: concibe cada propuesta con absoluta contundencia.

Es apasionada al describir los elementos que engranan en cada preparación y aclara que parte del menú es de creación colectiva junto a su equipo de cocineros.

Quise abrazarlos a todos al terminar de probar las 15 maravillas. Quise abrazarlos –para comenzar– cuando me per-

Lagarto con hibiscus y achojcha.

dado que es grasosa, el acompañamiento fue un puré de palmito emulsionado y umeboshi de ciruelo, que es una fermentación del fruto, con algo de ají de Padilla, región chuquisaqueña de vasta tradición en ajíes. Comienzo así destacando los

La comida: “poesía eres tú” Dicen que los cerdos tienen orgasmos de ocho minutos, incluso de media hora.

Pues estoy segura que el cerdo que me sirvieron tuvo orgasmos de al menos 20 minutos. No me queda duda.

La carne de chancho fue confitada y asada a la plancha a baja temperatura; DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

Postr e de frutos ostre frutos rojos. rojos.

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ZONA A LA CARTA

Larva Larva tuyu tuyu y motacú. motacú.

turbó la intensa caricia del palmito remojado en el vinagre balsámico. ¿Ubican esas canciones que son hermosas con sólo dos acordes predominantes? Dos simples acordes. Pues eso es este platillo: una canción de dos acordes que se queda para siempre.

Ahora déjenme hablar de esa larva que al entrar a la boca pareciera mutar en mariposa. El tuyu tuyu es un gusano de lugares tropicales cuya larva emerge en los árboles de motacú. Justamente, este platillo da un paseo por todos los procesos de ese alimento, así que en rústico emplatado vemos, primero, papel de motacú formando un cono dentro del cual hay crema de motacú acompañada de miel de abeja “señorita”, una abeja que carece de aguijón y cuya melaza tiene un sabor más fermentado que el habitual.

Esta preparación llega con la larva del gusano de tuyu tuyu, que está recubierto en polvo de ají rojo de Padilla. La chef sugiere comenzar con el bocado de la larva, que es más intenso y que se suaviza

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con el cono de motacú.

El paseo por los sabores del Me nú Bolivia tuvo una parada obligatoria en el sabor acevichado del lagarto con hibiscos y achojcha, así como el del paiche en tacuara, dos patrimonios de procedencia amazónica.

Hubo dos platillos cuya particularidad fue la técnica. El huevo de codorniz resulta impredecible porque está relleno de una reducción de hongos de callampa y que requiere cuidado para su degustación, ya que debe ser presionado dentro de la boca ya cerrada, porque de lo contrario el huevo relleno estalla. Debo admitir que es una sensación inesperada la que provoca la suavidad que adquiere la cáscara del huevo y que acoge a los hongos.

En esta línea también está el Inf ladito, que es una tortilla rellena de un bisque (un tipo de sopa bastante cremosa) hecho con cangrejo. Este bocadillo es acompañado con un cangrejito de río frito que corona la tortilla.

Otra rareza que merece ser nombrada

es el Caviar de asaí con amaranto y almendras a mazónicas. Lo de “cav iar” tiene que ver con la similitud que guardan las pepas del asaí (fruto tropical) con los huevos de esturión. Aunque agradezco la novedad, no diría que es un sabor inolvidable.

Y por esa ruta más convencional van: el cuñapé de coca, que me pareció particularmente seco y que esforzadamente salva la mantequilla de coca, y el colorido Huerta, consistente en verduras y frutos encurtidos acompañados de emulsiones.

Aquí quiero hacer una apreciación a los cocineros en general: esos emplatados que exhiben una explosión casi primaveral de colores ya fueron, amigos. Se repite demasiado, casi hasta el hartazgo, en los restaurantes y propuestas gastronómicas que se precian de ser de primer nivel.

Fue bueno mientras duró.

De los tres postres servidos, debo decir que la presentación imponente de Frutos rojos, con esa marcada acidez que limpia el paladar de la intensidad previa de los platos fuertes y la sutileza del DOMINGO 7 DE ABRIL 14|19

Yo g u r t d e c a b r a acompañado de crocantes de papalisa, fueron el esplendor para cerrar la cena.

Tan cerca del cielo, tan lejos de Dios Gustu no es un lugar barato. De hecho, está lejos de ser una opción accesible para los bolsillos de gran parte de los boliManzana de coco. v ianos. El Menú Bolivi a cuesta 565 bolivianos, a los que sumarías 290 si al circuito habitual de la gastronomía y quieres también el maridaje. Si pides el mucho menos a nuestra mesa cotidiana.

Menú Bolivia Corto, el costo baja a 435, más Quiero decir: mucho de lo que pruebas en 190 por las bebidas. Al tratarse de un hito Gustu toca tu paladar luego de haber de la alta cocina boliviana, primero hay viajado varios kilómetros.

El segundo aspecto son las técnicas que contemplar aspectos que elevan los modernas para la creación de cada platicostos. Pero, ojo, también el valor.

El primer aspecto es la calidad de los llo, tratamientos de alquimista por los ingredientes, no sólo aquellos que llegan que pasan los alimentos: el nitrógeno de manos de los pequeños productores, líquido sin duda es un protagonista de la de exclusivas huertas que brindan los ali- culinaria actual e implica la cocción mentos más frescos. También es perti- mediante la congelación. También se nente aclarar que Gustu tiene un pro- aprecia en esta carta esferificaciones, grama de investigación en comunidades espumas y aires, entre otros. que ha generado un vínculo con lugareños que proporcionan exquisiteces autóctonas, productos originarios que no llegan al radio urbano, ergo, tampoco

Cuñapé y mantequilla de coca.

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Estas técnicas no sólo representan un rostro contemporáneo de concebir y proponer los alimentos y sabores, también nos llevan a la tercera característica de la alta cocina: la estética, la creatividad. El emplatado, la presentación.

Dicho esto, nobleza obliga: la alta cocina o la propuesta gourmet no s o n n e c e s a r i amente la cuna de la dicha. Hay muchos ejemplos que bien pueden limitarse a la self ie debido a la impostura culinaria, o aquellos que no g uardan relación costo/beneficio entre los sabores y el precio. Éste no es el caso. La experiencia Gustu es una exploración que vale cada centavo. Puede que estés o no de acuerdo con aspectos de su propuesta, pero queda clarísimo –disidencias más, disidencias menos– porqué es un referente latinoamericano. En lo que a mí respecta, yo que me aferro a la delicia, que “soy de donde hay un río”, he sentido en este menú el sabor de la realeza y la rareza. Al César lo que es del César, señores.

Visceral / marcearauz.blogspot.com

Huerta.

Palmito almito en vinagr vinagre balsámico.

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RETRATO Vero Pérez Fotografía de Alejandro Loayza Grisi

El niño que me enseñó que la música es un juego serio “¿De que te ríes Verito?”, me preguntaba José cada vez que él cambiaba la tonalidad o la armonía de una pieza. Le decía riendo que era un capo, y él seguía sin entender qué era lo chistoso. Y es que lo que para él significaba un juego y le salía como si nada, para el resto de los músicos era un trabajo laborioso y complejo.

Para él, la naturalidad de la música está encerrada en cada nota, cada armonía, cada melodía y cada cadencia. No reflexiona de la misma manera en que se lo haría normalmente y es por eso que para él la música es un juego. Un juego muy serio. La música él la intuye, la siente y la vive, y eso fue lo que aprendí de él. En el jazz se improvisa, pero siempre hay algo de qué aferrarse. Con José no había de dónde, una tenía que estar atenta al siguiente movimiento y ¡boom!, dejarse llevar.

Cuando lo conocí, lloré de emoción. No podía entender cómo tanta música cabía en un cuerpo tan chiquito. De a poco, me fue enseñando cómo es que la música, definitivamente, es un lenguaje universal.

El niño del alma vieja, o de las mil almas, tiene un corazón tan grande que su primer disco lo tituló Ama a todos.

Hablamos por teléfono una vez por semana y siempre me hace muchas preguntas sobre el significado de mis canciones, poniéndome en apuros. Y eso me encanta, porque le quita la solemnidad a las cosas, las vuelve, una vez más, un juego. Al final, como la música, eso es la vida: un gran juego serio.

José André Montaño

José André Montaño es pianista, músico de jazz, ciego.

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C A RT E L E R A #DíasDeCine Isabel Navia

Buenos Aires para todas las miradas

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EL 3 AL 14 DE ABRIL se realiza la edición N° 21 del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), un evento que se va consolidando año tras año y resalta, entre otras cosas, por dar cabida a una gran cantidad de óperas primas y estrenos mundiales.

Organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, el año anterior tuvo la bella cifra de 390.000 asistentes en 36 sedes distribuidas por la ciudad a costos muy accesibles (menos de 20 bolivianos por función), con descuentos para estudiantes y jubilados. Además de múltiples actividades musicales y audiovisuales, sin costo para el público.

Para este año, el 29% de las películas que integran el programa es de cineastas noveles y la competencia oficial cuenta con 15 títulos internacionales, en un total de 89 películas, en 6 competencias. La película que inauguró el festival es Claudia,

de Sebastián de Caro, con Dolores Fonzi en el rol protagónico.

Para la clausura se prevé la exhibición de Santiago, Italia, un documental del italiano Nanni Moretti, quien ya fue largamente ovacionado en el Festival de Turín donde estrenó este nuevo trabajo.

“En todos los casos, tanto los más cinéfilos como quienes se acercan por curiosidad, podrán disfrutar de una selección de cine para todas las miradas”, dice el sitio oficial (http://festivales.buenosaires.gob.ar) Es, por tanto, un festival para disfrutar la elección de qué título sí o cuál no, pues con seguridad todo valdrá el esfuerzo y la alegría de estar ahí.

Mientras la edición 2019 se desarrolla en la capital porteña, revisemos las ganadoras a mejor película de los últimos años. Disfruten.

ALAMAR. Pedro Gonzáles–Rubio, México, 2009. Calificada como una bella y conmovedora historia, muestra el viaje de un padre y su pequeño hijo de 5 años al mar, antes de que el pequeño se vaya con su madre a otro país. Cada momento de esta aventura, cada instante con la naturaleza toca el alma de esos dos seres que se descubren, a la vez, el uno en el otro.

MAY THEY REST IN REVOLT (Figures of wars).

Sylvain George, Francia, 2010. Un documental impactante acerca de la vida de los migrantes en Calais, al norte de Francia. George filmó completamente solo durante tres años la cotidianidad que, en permanente estado de alerta, constru-

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yen esos desplazados. “Figuras de la guerra restituyen la función de la imagen: darle existencia a lo diferente y a la desemejanza”. (Roger Koza, 2012).

POLICEMAN. Nadav Lapid, Israel, 2011. Ópera prima del triunfador de este año en la Berlinale, con Synonymes (reseñada en la edición anterior de esta cartelera). En Policema n, Nadav Lapid retrata a Yaron, un policía de élite que trabaja en una unidad antiterrorista. Todo parece estar bien en su vida hasta que se encuentra con un grupo de revolucionarios que lo enfrentarán con la sociedad para la cual trabaja y contra sí mismo.

BERBERIAN SOUND STUDIO. Peter Strickland, Reino Unido, 2012. El Berberian fue un estudio de posproducción de sonido, conocido por sus bajísimos precios y por su sórdido ambiente, en la Italia de los años setenta. La película es una especie de homenaje al giallo, el cine de intriga italiano, a través de la historia de un tímido y confundido ingeniero de sonido que intenta hacer su trabajo.

EL PICASSO DE PERSIA. Mitra Farahani, Irán, 2013.

Esta directora, exiliada como su protagonista, emprende la misión de documentar la vida de Bahman Mohassess, un importante y muy aclamado artista iraní casi olvidado desde que se aisló en Roma, a raíz del triunfo de la revolución islámica. La transgresión, la censura y la libertad son algunos de los ingredientes que resultan en un sabroso resultado, realizado con gran ingenio a pesar de sus escasos recursos.

TRIBUNAL . Chaitanya Tamhane, 2014. Este director debutó con honores, reflejando delicada y prolijamente los problemas del sistema de justicia en India, así como la fragilidad de la libertad de expresión, a través del relato de un proceso judicial al músico del pueblo, por “incitación al suicidio”.

LA LARGA NOCHE DE FRANCISCO SANCTIS. Andrea Testa, Francisco Márquez, Argentina, 2016.

Basada en la novela homónima de Humberto Costantini. Un tipo gris y conformista recibe información que podría salvar la vida de dos perseguidos políticos en la Argentina de los años 70. En esta larga noche deberá decidir si hace algo al respecto, a riesgo de su propia vida, o más bien optar por la indiferencia, como siempre. Otra notable ópera prima.

LA FLOR (partes I, II, III). Mariano Llinás, Argentina, 2016. Esta rareza dividida en 3, dura 14 horas en total y, según lo explica el propio director, relata seis historias separadas, con la actuación de cuatro actrices en distintos papeles.

Un monumental trabajo logrado a lo largo de 10 años. Qué curiosidad.

NIÑATO. Adrián Orr, España, 2017. Un artista del hip hop, padre de tres y desempleado, ha tenido que regresar a vivir a la casa de sus padres. Debe lidiar con su llamado a la música y el amor que profesa por sus hijos, tratando de darles una buena educación y las herramientas para vivir en este mundo y en este tiempo.

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HISTORIETA CTX

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