Aldo González nos puso en una encrucijada que sin embargo se resolvió sin dudarlo. Él es nuestro campeón nacional y sudamericano de lanzamiento de bala y, de no ser por Fadrique Iglesias, el cronista que cuenta aquí un pedacito de su historia, y su inquietud por escribir sobre él, Aldo seguiría en esa soledad en la que tercamente entrena y en ese silencio con el que trae para el país los premios más cotizados sin retribución alguna.
Publicar la historia de Aldo sin que supiésemos nada de él, probablemente hubiese tenido mayor impacto periodístico, pero mientras se trabajaba el texto, tal fue la sensación de abandono del Estado hacia Aldo -y nuestros atletas- que decidimos hacer público su caso y procurar cualquier tipo de apoyo para que su participación en los Juegos Odesur que tienen lugar en Cochabamba fuese en las condiciones que un atleta de su talla merece.