A Nancy, un payaso pelón se la quiso llevar de gira con un circo. A Olivia, un hombre la confundió con Estrellita, la payasa que actuaba en un centro comercial. Y a Margareth se le salieron las lágrimas a chorros el día que en la clase de educación física no pudo correr como lo hacían sus compañeras y menos pudo alcanzar a una silla.
Ellas son mujeres bajitas y durante algún tiempo cada una creyó que era única. ¿Quién podría ser así de pequeñita? ¿Quién podría tener una historia como la suya? Hasta que se encontraron y supieron que el mundo había sido diverso y muchas veces ingrato. Plantaron cara a la adversidad y ahí están.
Nada es lo que parece. Ni Olivia es una payasa pequeñita, ni ninguna de ellas es una mujer frágil. La apariencia esconde siempre una historia apasionante. Es cuestión de escuchar con los cinco sentidos.
Este número de Rascacielos busca esas historias más allá de lo evidente. Pequeñas y grandes historias: el tamaño será o no importante, dependiendo del cristal con que se mire.